Una Familia Feliz en Cristo
Una Familia Feliz en Cristo
Una Familia Feliz en Cristo
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Para l A usted, marido, la Biblia le dice algo asombroso: . . . el esposo es cabeza de la esposa, de la misma manera que Cristo es cabeza de ese cuerpo suyo que es la iglesia . . . (Efesios 5:23). Esto significa que usted, como esposo, es smbolo de Cristo en su familia. Usted es cabeza del hogar, y en particular de su esposa. Ahora bien, qu quiere decir ser cabeza y ser smbolo de Cristo? En primer lugar, significa que el matrimonio debe practicar un amor sacrificante. La Biblia afirma que Cristo am a la iglesia y dio su vida por ella. Ama usted a su esposa hasta el punto de entregarse en sacrifico por ella? En el hogar feliz el marido ama a sus mujer semana tras semana, mes tras mes, ao tras ao. Y la ama tanto o ms que en la noche de bodas, porque en el hogar cristiano el amor crece y se hace cada vez ms profundo. El esposo siempre debe amar a su esposa como lo prometi cunado se casaron . . . hasta dar su vida por ella. En segundo lugar, al ser smbolo de Cristo el esposo piensa en su esposa. Cristo espera que yo, como esposo, piense en mi esposa y tenga para ella los planes ms dignos. El esposo demuestra su amor siendo confidente, compartiendole sus planes, sus luchas, sus anhelos y todas sus alegras. En tercer lugar, ser cabeza significa que el marido procura embellecer a sus esposa porque la ama. El corazn alegre de una mujer que sabe que su marido est enamorado de ella, hermosear su rostro. Una mujer amada es una mujer bella. En cuarto lugar, el marido que ama a su esposa la sustenta y la cuida. Es su responsabilidad mantener a la familia., adems de cuidarla con toda la pasin y fuerzas de su ser. En quinto lugar, el marido que ama a su esposa, vive con ella sabiamente (I Pedro 3:7). Esto significa que el marido debe comprender a su compaera. Aunque nunca conoceremos totalmente a nuestra esposa en lo ms ntimo de su corazn, podemos esforzarnos por comprenderla y vivir con ella segn el grado de conocimiento que alcancemos. En sexto lugar, la Biblia exhorta al marido: Dando honor a la mujer como a vaso frgil (I Pedro 3:7). Jams se ra ni se burle de ella ante otros. Ella merece todo el honor y el reconocimiento de su esposo. Por lo tanto, demustreselo todos los das. El honrar as a su esposa traer alegra a su corazn. Para Los Dos De vez en cuando salga a pasear con su esposa y tmela de la mano o del brazo, como cuando eran novios. Esto ayudar a que ella se sienta rejuvenecida, llana de amor y la galantera de su marido. Sea corts con su esposa todos los das; de vez en cuando, llvele un regalito. Y usted, esposa, renueve tambin los votos que un da hiciera a quien hoy es su esposo. Est esperando su regreso del trabajo todos los das. Arrglese, pngase su perfume favorito y esprelo con una sonrisa y con esa comida que a l tanto le gusta. Y sta tambin ser su felicidad si hace feliz a su marido. Amor y Perdn La honestidad entre esposos es esencial. En realidad, es un factor que salva al hogar de mil tristezas y tropiezos. Dicha sinceridad a menudo crear la necesidad de que se perdonen las faltas mutualmente. En las escrituras leemos Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdnense unos a otros, as como Dios los perdon a ustedes en Cristo (Efesios 4:32).
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Que perfume sin par es decir: PERDNAME. HICE MAL. Al recordar cunto le ha perdonado Dios, le resultar ms fcil perdonar a los miembros de su familia. El ambiente de un hogar se nota rpidamente al entrar en l, y se puede advertir con facilidad si hay o no amor. Si los miembros de una familia, en particular el padre y la madre, estn llenos del Espritu Santo, estarn tambin llenos de amor. La manera de crear un ambiente de amor es estar lleno y controlado internamente por Cristo. De esa manera, demonstraremos amor en cada paso y circunstancia. Cristo en su Corazn es el Secreto Cristo quiere entrar en su hogar, quiere compartir su mesa, cuidar de sus hijos; quiere ser padre de su familia, bendecir su casa y guiar el futuro de cada uno. Amable lector o lectora, si en su vida hay pecados en relacin con su hogar, su esposa, o su esposo, contra sus padres o sus hijos, reciba a Cristo en su corazn por la fe. Dios hace una grandiosa promesa a todo aquel que desea un hogar feliz: Cree en el Seor Jesucristo y sers salvo, t y tu casa (Hechos 16:31). Si el padre recibe por la fe a Cristo en su corazn como Seor y Salvador, si la madre hace esa decisin y los hijos tambin, su hogar ser un hogar feliz. Cristo es el secreto de la felicidad, y Cristo debe estar en el corazn de cada integrante de la familia. l debe ser Seor y Salvador de la vida diaria. Cuando Cristo entra en el corazn, el hogar es feliz, es un pedazo de cielo en la tierra, porque la felicidad real est en Cristo Jess. Est Cristo en su corazn? Es su hogar un pedazo del cielo? Estn todos en hogar compartiendo ese pedazo de cielo? Quiera Dios que as sea. Y que su hogar feliz, junto con el mo y el de muchos otros, haga de nuestra patria una patria mejor. El cambio en la sociedad comienza con el cambio en el individuo y en su hogar. Revolucionemos nuestro mundo con hogares donde Cristo sea Rey y Seor! No obstante, toda la familia, aunque sea una familia cristiana, tiene luchas y momentos difciles. Vivimos en un mundo corrompido por el pecado, donde nadie est exento de problemas. Dificultades econmicas, desempleo, separaciones forzadas por las circunstancias, muerte de un ser querido, decisiones que a veces resultan desagradables . . . Todos sufrimos tensiones y tambin las provocamos. Hay que recordar las palabras del Seor Jess cuando previno a sus discpulos: En esta tierra les abundarn siempre las pruebas y las tristezas, pero no teman, porque yo he vencido al mundo (Juan 16:33). Ahora bien, si quiere una familia alegre, feliz y armoniosa, las cosas no sucedern instantneamente de la noche a la maana. Debe buscar y procurar la felicidad conyugal y familiar. Debe dedicar tiempo a los suyos. La familia feliz es el resultado de la dedicacin de los esposos a la bsqueda de la armona familiar en Cristo. Por lo tanto, ocpese, trabaje con ahnco, asuma su responsabilidad, ponga a Cristo en el centro de su hogar, y pronto se vern los resultados. Que Dios bendiga su hogar en este da y para siempre. -del Hogar Cristiano
Hogar, dulce hogar. No hay sitio bajo el cielo ms dulce que el hogar.
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