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Tesis Emma Ruiz Torija Enah 2012

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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGA E HISTORIA

INAH

SEP

Antropologa de los desastres: el caso de las inundaciones de agosto y septiembre de 2010 en la Ciudad de Tlacotalpan, Veracruz.

TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE MAESTR (A) EN ANTROPOLOGA SOCIAL PRESENTA Emma Leticia Ruz Torija DIRECTOR DE TESIS: Maestra Adriana Lpez Monjardin

MEXICO, D.F.

2012

ndice general
ndice general Agradecimientos Introduccin 1. Primer apartado 1.1 El estado del Arte 1.1.1 Polticas de enfrentamiento a desastres en Mxico 1.2 La propuesta de Anlisis 2. Segundo apartado 2.1 Ubicacin en el espacio y tiempo Un poco de historia En la actualidad La Fiesta Actividades econmicas El Patrimonio Cultural Un poco de organizacin social 2.2 Las inundaciones de 2012 en Tlacotalpan 2.2.1 Antes de la emergencia 2.2.2 La emergencia 2.2.3 Despus de la emergencia 2.3 Dos inundaciones distintas voces 2.3.1 Aqu hubo mucha ayuda 2.3.2 Si ayudaron pero 2.3.3 Segn el sapo es la pedrada Anlisis 41 43 44 50 56 57 59 60 61 62 65 70 72 80 88 100 10 22 32 2 3 4

2.4 Conclusiones Bibliografa

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...tal vez llor o tal vez re, tal vez gan o tal vez perd. Ahora se que fui feliz, que si llor tambin am. Puedo seguir hasta el final, a mi manera. (Anka Paul, My Way trad. al espaol ?: 1960)

AGRADECIMIENTOS Este trabajo no hubiera podido ser realizado sin la colaboracin de muchas personas. Gracias a la gente de Tlacotalpan por permitirme escuchar su voz, compartir saberes y prdidas. Muy en especial agradezco a Fallo, Anabel y Rafita. Tambin quisiera darle las gracias a mi familia por su amor en todo momento. Gracias Leticia, Fidel, Tania, Armando y David. Muy en especial agradezco a las princesas de mi vida, Valentina y Maite, por darme momentos enormes de felicidad. Los amo con todo mi ser. De la misma forma agradezco a mi asesora y gua en este trayecto, Adriana Lpez Monjardn. Gracias Adriana por realizar este trabajo conjunto. Tus sugerencias y crticas han sido la mdula de mi aprendizaje en la maestra. Gracias Esme, Yuritzi, Alberto, Arturo, Yuriko, Luna y Terioska por siempre escucharme, retroalimentar ideas y darme su amistad. Agradezco a todos mis compaeros y compaeras de la maestra1 por ayudarme con sus reflexiones en clase, as como tambin en nuestro pino seco. Son un plus que me llevo del posgrado. Es un honor hacer mi estudios en la Escuela Nacional de Antropologa e Historia! Adems, quisiera darle las gracias a mis grandes complices, Sara, Yoatzin y Jimena. Por su apoyo, cario y siempre estar ah incondicionalmente. Las amo mucho. Muy en especial agradezco a Xchitl Ramrez, Reyna Snchez, Myriam de la Parra y Roco Hidalgo por su tiempo en comentar mi trabajo. Gracias por guiarme y aguantar mis insistentes correo electrnicos. Por ltimo, quiero decir: mil gracias nuevos hermanos y compaeros de viaje. Ahora empiezo a comprender que la vida te da lecciones, pero hay que continuar trabajando para ser feliz cada da. Me queda claro que poco a poco se va lejos.
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Gaby, Ilezzo, Ckib Caf, Diana, Liliana, Yois, Vero, Lu, Violeta, Ral, Oli, Luz, Mario, Rodrigo, Mike, Sai, Fabi, Toito, Ana Hilda, Mayra, Jorge, Diego, Luis Fernando, Juris, Julio, Jessi y Amanda.

A orillas del Papaloapan mi Tlacotalpan, refleja en sus quietas aguas su casero, el sauce llorn se inclina mirando al ro que murmura al pasar una historia de amor que se vuelve cancin. Para cantar, para bailar slo mi Tlacotalpan, siempre sers, siempre sers Perla del Papaloapan, tierra de amor, tierra de paz, gente de fe que le canta a su Dios, es mi tierra jarocha, mi tierra natal. (Salamanca, Memo, Mi Tlacotalpan, 2008

Introduccin
En la temporada de lluvias de 2010 la ciudad de Tlacotalpan sufri un evento sin precedentes en la ciudad, esas quietas aguas de las que habla la cancin citada inundaron la ciudad en dos ocasiones. De esta forma, mi inquietud sobre el tema nace a raz de observar que tres meses despus de las inundaciones, el gobierno de Veracruz promueve en los medios de comunicacin masivos la Fiesta de la Candelaria 2011. Al respecto, me pregunt cmo es que la ciudad se restableci tan pronto en comparacin a otros municipios de Veracruz, qu se hizo para que el gobierno local reparara los impactos del desastre2. Con estas y otras preguntas hago trabajo de campo y me topo con historias diversas sobre lo que ocurri. El escenario era diferente al que me haba imaginado. A primera vista el restablecimiento era un hecho, sin embargo, la recuperacin planteada por las autoridades pareca haber tenido intereses especficos, los cuales no correspondan del todo con lo que la poblacin necesit. Esta, entre otras ideas especulativas impuls el presente trabajo. As, esta investigacin tiene dos objetivos. El primero es indagar la forma en que la poblacin de Tlacotalpan enfrent la experiencia del desastre frente a las acciones del poder local, dando cuenta de la manera en que reconstruyeron su vida cotidiana y orden simblico que la sustenta. El segundo objetivo busca dilucidar si tal experiencia fue vivida de igual manera por todos los pobladores de
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El muncipe expuso que en los ltimos meses se han realizado labores de recuperacin y restauracin del lugar, tras los fenmenos hidrometeorolgicos del 2010, y les podemos asegurar que la ciudad est al 100% lista para recibir a todos los visitantes para la que es nuestra celebracin ms grande el ao. (Veracruz est listo para la fiesta de la Candelaria 2011 en Tlacotalpan, veracruz.com.mx; 14 enero, 2011)

la ciudad, dado que habitan una localidad susceptible de ser daada por la presencia de fenmenos naturales. En aras de lograr lo anterior parto de dos supuestos importantes. El primero es que, la poblacin concibi de forma distinta la normalizacin de la vida despus del desastre, frente a la manera en que la defini el gobierno local. Esto debido a que los pobladores valoraron y otorgaron un significado distinto a la experiencia. La segunda suposicin resalta que, el desastre evidencia la dinmica en la que vive la gente e intensifica las condiciones vulnerables que experimentan algunos de los habitantes de la ciudad. Cabe mencionar que la investigacin la realic en dos pistas. En el terreno de la memoria colectiva y bajo la descripcin etnogrfica. Esto debido a que no estuve durante las inundaciones de Tlacotalpan. Mi trabajo se concentr en un tiempo posterior. Por tal motivo, decido recoger las narrativas del desastre, as como recurrir al mtodo etnogrfico para rastrear la forma en que la poblacin reconstruye la experiencia vivida. Es menester mencionar aqu que si bien no estuve ah durante las inundaciones, los colaboradores se interesaron mucho por la investigacin post-desastre, no slo dando sus testimonios, sino tambin pidiendo leer el trabajo concluido en la biblioteca de la ciudad o en algunas redes sociales. De esta forma, destaco que el trabajo se realiz en la ciudad de Tlacotalpan, la cual se localiza en el estado de Veracruz. Se ubica en medio de superficies de agua como el Ro Jamapa y el Papaloapan, adems de sistemas lagunares. Tiene una superficie urbana de 0,88 km 2 en comparacin con 384,32 km2 de pastizal. Para el 2010 tiene una poblacin total de 13,284 habitantes. (INSTITUTO NACIONAL
DE

GEOGRAFA

ESTADSTICA (INEGI), 2010a: www.inegi.com.mx)

Dadas sus caractersticas geogrficas Tlacotalpan ha estado expuesta a innumerables fenmenos hidrometeorolgicos. Su gente ha convivido con el agua acumulando saberes que transmite generacionalmente. Adems, se caracteriza por su actividad en el sector turstico. La fecha ms sobresaliente de arribo forneo es el 2 de febrero, para realizar la Fiesta de la Candelaria en honor a la virgen con el mismo nombre. En el ao de 1998 la UNITED NATIONS EDUCATIONAL,
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SCIENTIFIC, CULTURAL

AND

ORGANIZATION (UNESCO) declara a la ciudad como parte del

patrimonio cultural de la humanidad. No slo sus calles y avenidas del centro histrico sobresalen por tal declaratoria, sino tambin el conjunto de viviendas, llamadas coloquialmente el casero de Tlacotalpan. El trabajo de campo lo realic en dos estancias en el lugar. La primera abarc el mes de abril de 2011 y la segunda los meses de enero y febrero de 2012. Para cumplir mis objetivos contact con 17 colaboradores que me permitieron entablar plticas informales sobre la dinmica de la localidad, as como tambin, entrevistas a profundidad sobre temas especficos tales como: actividades productivas, prcticas culturales, organizacin social entre otros. De las 17 personas3, fueron 11 las que pudieron compartir su narracin sobre la experiencia del desastre. Me acerqu a varios grupos de edad, de ambos gneros, personas habitantes en colonias del centro, periferia y ribera, as como tambin, gente que se desarrolla en diversas actividades econmicas de la ciudad. Lo que dese hacer con esto es indagar la existencia de un abanico de posibles experiencias vividas. Cabe destacar que mi trabajo lo focalic en las colonias cntricas y su periferia inmediata, debido a que la ayuda proporcionada a la ciudad se concentraba ah para distribuirse despus a los alrededores y porque la mayor cantidad de habitantes se ubica en esas colonias. Adems, realic de forma sucinta un trabajo hemerogrfico de las inundaciones, tambin una investigacin documental y biogrfica de la localidad, sobre su historia contada por los habitantes y cronistas del lugar. De igual forma, hice una bsqueda detallada sobre el desastre con su respectiva etapa de reconstruccin va foros, blogs y redes sociales virtuales. Con base en lo anterior, el ensayo qued organizado en un par de apartados. El primero se encuentra dividido en dos secciones. En la primera expongo el estado del arte, el cual versa sobre las principales investigaciones sobre desastres. Destaco aqu que, mi intencin fue construir una base terica que permitiera entender y mostrar la experiencia de desastre vivida por las personas,
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Es importante mencionar que para cuidar el anonimato de algunos de los colaboradores tuve que poner seudminos, los cuales est escritos en cursivas.

frente a las medidas que tom el estado en Tlacotalpan. Por tal motivo, slo destaco algunos trabajos que respondan al caso etnogrfico. En la segunda seccin construyo la base terica de mi anlisis, para ello rescato algunas nociones acerca de los desastres como el concepto de vulnerabilidad, proceso de la emergencia, etctera. Igualmente, traigo las propuestas que darn soporte a la idea del desastre como una crisis social, que permite la reconfiguracin simblica. Tambin, abstraigo algunos planteamientos para argumentar que la poblacin afectada por una crisis, en este caso causado por los impactos de un fenmeno natural, construye diferentes significaciones de la experiencia en contraposicin con las ideas del poder local. De igual manera, destaco la importancia de las nuevas formas de asociacin cultural en la bsqueda de sentido colectivo, como son las redes sociales virtuales. El segundo apartado est organizado en cuatro secciones. En la primera expongo la ubicacin de la ciudad de Tlacotalpan y las que considero son sus principales caractersticas. En la segunda seccin muestro, de manera general, un relato de las emergencias. En la tercera parte intento que las narraciones de los actores, sobre su experiencia del desastre, hablen por si mismas. As, traigo las bases tericas que desarroll en la primer parte para dar soporte a los distintos planteamientos que los relatos evocan. Para finalizar, expongo una conclusin sobre el trabajo. Me enfoco en resaltar los alcances y las limitaciones de la investigacin, as como tambin, algunas vetas importantes que se quedan en el tintero para prximos proyectos. Por ltimo, quisiera destacar que, con base en lo anterior considero que mi investigacin intenta recuperar la voz de los actores que experimentaron el estado de emergencia, as como el desastre en agosto y septiembre de 2010 en la ciudad de Tlacotalpan, Veracruz. Adems, intento aportar al tema de los desastres un trabajo que sugiera una mirada simblica a estos fenmenos, es decir, profundizar todava ms en las ideas, opiniones y saberes que las personas ponen en juego, al verse afectadas por el dao a su orden material y simblico.

1. Primer apartado
1.1 El estado del arte
Con el objetivo de entender algunos procesos sociales suscitados en el transcurso de las inundaciones, expondr nociones que plantean algunos autores estudiosos sobre el tema de los desastres. Especficamente, considero necesario comprender las acciones emprendidas por los actores sociales involucrados. Para lograr esto, como primer punto resalto, de forma general, tres enfoques planteados. As, expongo el estructural-funcionalista y alternativo o de vulnerabilidad generado en las ciencias sociales; el tercero ha sido discutido principalmente dentro de la geografa como la visin fisicalista. De lo anterior se desprende una seccin, cuyo objetivo es exponer los planteamientos bsicos que influyeron la toma de desiciones del los tres niveles de gobierno, frente a las inundaciones en el municipio. Por ltimo, doy paso a la exposicin de mi propuesta de anlisis, sealando las ideas centrales que desarrollar en la parte etnogrfica; centro mi atencin en el tema de la reconstruccin simblica de la cotidianeidad de Tlacotalpan. El antecedente ms importante del estudio de los desastres desde el punto de vista social, fue el trabajo realizado en Estados Unidos de Norteamrica, por la escuela de investigacin sobre riesgos naturales en geografa, dirigida por White en la dcada de los cuarenta. Sin embargo, a mediados del siglo XX los anlisis que se desarrollaban, principalmente por gegrafos, centraban sus investigaciones en los fenmenos naturales. Con base en el desarrollo de la tecnologa relacionada con la ingeniera se comenzaron a formular planes y polticas de mitigacin. (Caldern, 2001: 22) Especficamente, dentro de la antropologa, el tpico referido se ha abordado desde la dcada de los cincuenta. El inters se centr en el cambio social que sufran las sociedades afectadas por los desastres, as como tambin, en mostrar una serie de causas que establecen su escenario. Con ayuda de un

anlisis sincrnico, sin perder de vista la dimensin diacrnica de la emergencia, la disciplina ha dado cuenta de cambios generados en sistemas religiosos, polticos, econmicos, etc., provocados por los impactos4. (Cuevas, 2007: 31) Aunado a lo anterior, para varios autores, entre ellos Macas (1993), se pueden diferenciar dos importantes enfoques sociales desde los cuales se ha estudiado el tema de los llamados desastres naturales. Estos son el dominante y el alternativo o de vulnerabilidad. Es importante mencionar que tal diferenciacin es pertinente para este trabajo porque, da seal sobre las caractersticas que presentaron las acciones gubernamentales respecto al desastre de Tlacotalpan. En la revisin que hace Cuevas (2007) sobre las investigaciones de desastres, seala que el enfoque dominante observa a estos a partir de la llegada del fenmeno natural. Su base fundamental es pensarlo como una situacin extraordinaria, la cual rompe con la cotidianeidad y pone a prueba la capacidad de respuesta de la sociedad ante una emergencia. (Cuevas, 2007: 14) El desastre se considera como un suceso monocausal. Es as como, para la autora los estudios fueron en ciencias sociales fueron basados en un supuesto comn: entender el desastre como resultado de la presencia de una amenaza natural. (Cuevas, 2007: 14) Esta propuesta parte desde una mirada estructural-funcionalista, en donde el ideal de sociedad sin clases o conflictos implica reducir el desastre a la naturaleza, a la tecnologa y al individuo lo cual obstaculiza la discusin sociolgica y cientfica de los desastres y reconozca[n] su causas sociales (Garca, 1997 en: Cuevas, 2007: 23) Principalmente, en este enfoque se considera a los agentes fsicos o a los accidentes como los causantes. De la misma forma, Lavell (1996) hace una revisin sobre un enfoque que
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En este tenor, existe una perspectiva de anlisis que se centra en la interaccin sociedad-ambientecultura. Esta es la ecologa poltica. Aqu, se pondera el anlisis de la relacin entre la poblacin y el ecosistema en el que habita. Se reconoce adems que parte del proceso del desastre se debe a la manera en cmo la sociedad accede a los recursos naturales, de tal manera que altera el ambiente fsico. (Cuevas, 2007: 31) Es por ello que, los desastres son entendidos en trminos de una red de relaciones que vinculen sociedad-ambiente-cultura. Entre otras cosas, diversas investigaciones refieren que, un desastre puede funcionar como un ejemplo favorable para reorganizar y desarrollar nuevas relaciones de poder. (Cuevas, 2007: 31) Y as, permitan la absorcin de los impactos. En relacin a lo anterior, Cuevas alude a las investigaciones que ponderan las respuestas culturales en favor de la recuperacin y las medidas de prevencin, por ejemplo las organizacionesuy civiles.

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domina la forma en que se conciben los desastres y su influencia para organizar acciones frente a estos. Su revisin resalta la concepcin fisicalista5 de los desastres, que segn el autor segua constituyendose como el sustento de la accin tecnocrtica prevaleciente hace diez aos. (Lavell, 1996: 7) Cabe destacar que el enfoque fisicalista no se considera parte de los estudios en ciencias sociales, sin embargo, es pertinente la exposicin de algunos de sus planteamientos para entender ideas clave respecto a la presente investigacin. En su reflexin, Lavell hace referencia a tres facetas de la visin fisicalista que deseo detacar. La primera es que equipara o reduce a los desastres a un evento fsico natural, tecnolgico o antrpico con las cuales estn asociados. En segundo trmino, conlleva a pensar en la inevitabilidad de su venida, adems de tratarlos como inmanejables e impredecibles6. La tercera implicacin es que su anlisis puede recaer slo en el desarrollo de las ciencias de la tierra, (geofsica, geologa, climatologa, hidrologa, etc.) y de la ingeniera. La gestin de los desastres ha retomado en su totalidad esta visin con las implicaciones antes mencionadas; bajo los modelos de prevencin, pronstico del clima o construccin de diques, muros de contencin, etc., se puede observar esta circunstancia. Desde el punto de vista del autor, la visin fisicalista tiene la consecuencia de no indagar de manera profunda lo que es un desastre o los procesos sociales que permiten su concrecin. (Lavell, 1996: 8-10) Con esto deseo destacar que ya sea dentro de las ciencias sociales o las ciencias de la tierra, el paradigma de mayor aceptacin y que ha permeado la definicin de desastre, es la que considera a los agentes fsicos o los accidentes como las causantes de los mismos. (Caldern: 2001: 22) Es menester mencionar que, a partir del trabajo realizado por la escuela pionera de investigacin geogrfica dirigido por White en 1945, los analistas comienzan a voltear su mirada al elemento humano. Con el trabajo del gegrafo, su equipo de investigadores dio cuenta de que el gasto realizado por el gobierno
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los eventos fsicos en s fueron concebidos como los principales culpables de los desastres (Lavell: 1996: 8) 6 Entrecomillado del autor

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de Estados Unidos en aplicaciones tecnolgicas durante 10 aos, con el objetivo de controlar las inundaciones en ese pas, no haba disminuido los daos ocasionados sino al contrario, continuaban en ascenso. (Caldern, 2001: 22) Este aporte deriv en la formulacin de diferentes paradigmas, constituidos como la base de investigaciones preocupadas por la problemtica social de los desastres. (Caldern, 2001: 23) Dentro de las ciencias sociales, a partir de la dcada de los setentasse hizo el reconocimiento ms especfico de lo relevante de los factores sociales para la comprensin de los desastres. (Caldern: 2001: 24) As, se desarroll entonces un cambio fundamental. Uno de esos paradigmas es el denominado alternativo o de la vulnerabilidad. Los estudios de caso tuvieron un aporte importante al respecto y es una reaccin a la mirada estructural-funcionalista mencionada con anterioridad. Aqu se observa al desastre como multicausal y como proceso social.
Resaltando la necesidad de explicar a los desastres en su perspectiva diacrnica, estos estudios encontraron en las condiciones sociales, polticas y econmicas el referente emprico para mostrar que la interaccin de dichas condiciones conforma la vulnerabilidad de los pases ante la presencia de una amenaza natural peligrosa. (Cuevas, 2007: 27)

Ahora bien, la vulnerabilidad de la sociedad empez a ser vista como un componente esencial en la conformacin de las condiciones que propician los desastres. Se realiz un cambio en el acercamiento conceptual, en donde los fenmenos naturales (o tambin denominados como amenazas naturales) no fueron considerados ms como la causa, sino como un precipitador para la crisis y el detonante del desastre. En las ciencias sociales se hizo un reviraje conceptual, ahora los elementos culturales fueron considerados como relevantes. Los fenmenos naturales son vistos como factores externos que ayudan a desencadenar el desastre, sin ser causa directa de los mismos. (Caldern, 2001: 24) En este sentido, el enfoque alternativo o de la vulnerabilidad observa al desastre como proceso social. Desde el punto de vista de Cardona (2003) la vulnerabilidad est relacionada con el riesgo. Para el autor, este concepto debe observarse bajo una teora hosltica y multidisciplinaria, ya que no ha sido conceptuado de forma
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integral sino fragmentada, de acuerdo con el enfoque de cada disciplina que lo analiza. Segn Cardona representa algo que parece irreal en tanto que est relacionado con el azar, con posibilidad y con algo que an no ha sucedido. Si hay certeza no hay riesgo, es algo en la mente ntimamente ligado a la psicologa personal o colectiva, an cuando se le intente dar sentido de objetividad. Las discuciones acerca del riesgo tocan las races de la sociedad, el conocimiento, los valores, las emociones y la propia existencia. (Cardona, 2003:11) Segn el autor, desde la perspectiva de los desastres naturales el riesgo se ha intendo dimensionar, por efectos de la gestin, como las posibles consecuencias econmicas, sociales y ambientales que pueden ocurrir en un lugar y en un tiempo determinado. Sin embargo,
Para estimar el riesgo de acuerdo con su definicin, es necesario tener en cuenta, bajo un punto de vista disciplinar, no slo el dao fsico esperado, las posibles vctimas equivalentes, sino tambin factores, sociales, organizaciones e institucionales relacionados con el desarrollo de las comunidades. (Cardona, 2003: 12)

El riesgo equivale a una situacin de crisis7 potencial que depende, no solamente de la accin de un agente perturbador o detonante como la amenaza, sino tambin de las condiciones de inestabilidad, que son los agentes que favorecen o facilitan que se desencadene la crisis ante la ocurrencia del suceso detonante. (Cardona, 2003:14) As, el riesgo de desastre se constituye por dos factores: la amenaza y la vulnerabilidad. Para entender esto, es menester definir, de forma sencilla, la amenaza. Esta refiere a un peligro latente o factor de riesgo externo de un sistema o sujeto expuesto, que se puede expresar de forma matemtica como la probabilidad de exceder un nivel de ocurrencia de un seceso de cierta intensidad, en un sitio especfico y con cierto tiempo de exposicin determinado. (Cardona, 2003: 2) Las amenazas naturales son aqullas que forman parte del entorno natural, generalmente no se puede intervenir sobre ellas para que no sucedan. stas tienen diferente origen: a) Geotectnicos: sismos, actividad volcnica, tsunamis;
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b)

Geomrfico:

deslizamientos,

avalanchas,

hundimientos;

c)

Surge cuando dentro de la dinmica o proceso de interaccin ocurren cambios, transformaciones o alteraciones que no se pueden absorver por falta de flexibilidad o capacidad de adaptacin. (WilchesChaux, 1989 en: Cardona 2003:14)

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Meteorolgicos: huracanes, tormentas tropicales, granizadas, sequas, entre otros; e d) Hidrolgicos: inundaciones, desbordamientos y anegamientos. Existen cuatro categoras bsicas de la amenazas, las naturales, socio naturales, antrpicocontaminantes y antrpico-tecnolgicas. (Lavell, 1996 en Cuevas, 2007: 38) En otras palabras, la amenaza es un factor de riesgo externo el cual no puede detenerse. En relacin a lo anterior, la vulnerabilidad sera un factor de riesgo interno matemticamente est expresado como la factibilidad de que un sistema o sujeto expuesto sea afectado por el fenmeno que caracteriza la amenaza. (Cardona, 2003: 2)
es la predisposicin o susceptibilidad fsica, econmica poltica o social que tiene una comunidad de ser afectada o de sufrir en caso que un fenmeno desestabilizador de origen natural o antrpico se manifieste. La diferencia de vulnerabilidad del contexto social y material expuesto ante un fenmeno peligroso determina el carcter selectivo de la severidad de los efectos de dicho fenmeno. (Cardona, 2003: 2)

Retomando a Maskrey (1989), Cardona reflexiona que, para hablar de vulnerabilidad y no caer en confusiones es necesario establecer la pregunta vulnerable a qu?, ya que se puede tomar como sinnimo de condiciones de desventaja social. Es pertiente saber que en el caso de las desastres, debe existir la amenaza para efectos de que se presente una situacin condicional de riesgo. En otras palabaras, si no existe una amenaza no es factible ser vulnerable, en trminos del potencial dao o prdida que significa la ocurrencia de un desastre. (Cardona, 2003: 3) Adems, un terremoto slo causa desastre cuando afecta directamente o indirectamente al hombre y sus actividades en un lugar y tiempo determinado. (Maskrey, 1989: 19) En este sentido, la vulnerabilidad no es una caracterstica o una propiedad, sino una condicin, circunstancia o predisposicin, resultado de una susceptibilidad, unas fragilidades y una falta de capacidad para recuperarse. Para Cardona debe quedar claro que, sin amenaza, es decir sin el fenmeno detonante factible, -y aunque la vulnerabilidad apareciera como caracterstica eterna en el tiempo-, no habra riesgo, mucho menos desastre. (Cardona, 2003: 10) En este sentido, desde la perspectiva de los desastres, aunque algunas
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circunstancias sociales estn asociadas con la vulnerabilidad, no siempre pueden ser consideradas como la vulnerabilidad misma. sta ltima, se constituye por condiciones de inestabilidad del sistema, es decir, debilidades o deficiencias que pueden ser de carcter ambiental o ecolgico, demogrfico o social, econmico, institucional o poltico, cultural o idoelgico, entre otras. (Cardona, 2003: 12, 14) Por tal motivo, la vulnerabilidad de los asentamientos humanos est ligada a los precesos sociales que ah se desarrollan y se encuentra relacionada con la fragilidad, la susceptibilidad o la falta de resiliencia de los elementos expuestos, ante amenazas de diferente ndole; se encuentra ligada a la degradacin ambiental del entorno natural intervenido o en proceso de transformacin. Para Cardona, existe una alta relacin entre las carencias de desarrollo y el concepto en cuestin. (Cardona, 2003: 12)
Las causas de fondo de la vulnerabilidad o causas subyacentes que [le] dan origen son procesos econmicos, demogrficos y polticos que afectan la atribucin y distribucin de recursos entre diferentes grupos de personas y, reflejan la distribucin del poder. (Cardona, 2003: 13)

Desde el punto de vista de Cardona, existen procesos sociales globales a los que se les debe tomar ms atencin para desentraar las causas de la vulnerabilidad, estos son: el crecimiento de la poblacin, la urbanizacin rpida, presiones financieras internacionales, degradacin de la tierra, cambio ambiental global y guerra. (Cardona, 2003: 13) Adems, existen diferencias entre la vulnerabilidad de una sociedad a otra. Las condiciones particulares de cada una vuelven posible esta diferenciacin. Para el autor, sta se conforma por varias causas o factores y puede evidenciarse a travs de diferentes dimensiones. (Cardona, 2003: 13)
a) Fragilidad fsica o exposicin8, que es la condicin de susceptibilidad que

tiene el asentamiento humano de ser afectado por estar en el rea de influencia de los fenmenos peligrosos y por su falta de resistencia ante los mismos.
b) La fragilidad social, se refiere a la predisposicin que surge como resultado
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Cursivas del autor

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del nivel de marginalidad y debilidad relativa por factores socioeconmicos.


c) La falta de resiliencia, que expresa las limitaciones de acceso y movilizacin

de recursos del asentamiento humano, su incapacidad de respuesta y sus deficiencias para absorber el impacto. (Cardona, 2003: 13) Por otro lado, desde la perspectiva de Caldern, la reflexin sobre el riesgodesastre no puede estar desligada de la relacin entre naturaleza y la forma en que el hombre se apropia de ella. La autora, considera que la sociedad ha construdo sus espacios estimando la posibilidad de reproduccin, en donde se consideran las ventajas compartivas de un sitio a otro, tanto en trminos de sustentos materiales como mtico religioso. En este sentido, el hombre crea un espacio social que lleva implcito un proceso de significacin. Desde esta perspectiva, el espacio est creado a travs de prcticas y procesos materiales, los cuales sirven para reproducir la vida social. Por lo tanto, las relaciones de produccin y las relaciones sociales de produccin modifican histricamente un espacio, estas van indicando qu espacios se convierten en riesgosos y vulnerables. En este sentido, para Caldern existen condiciones especficas de vulnerabilidad, originadas por las relaciones de produccin y las relaciones sociales de produccin, dichas condiciones provocan que, cuando se presente un fenmeno natural, se manifieste el desastre. (Caldern, 2001: 81) Para la autora los aspectos de la estructura social del modo de produccin son los que permitirn comprender y deshojar el proceso histrico que dio lugar a un determinado espacio (Caldern, 2001: 81) y a ciertas condiciones de vulnerabilidad, de entre ellos se destacan los aspectos econmicos, sociales, polticos e incluye a los culturales y cosmovisiones especficas. (Caldern, 2001: 81) En este sentido, Caldern define a la vulnerabilidad como una condicin relacionada con el derecho a la seguridad, tendra que ser contemplada desde una explicacin de cmo se garantiza el acceso a la seguirdad social de la poblacin (Caldern, 2001: 81) Es menester poner atencin a las condiciones
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de edad, gnero, diferencia de grupos culturales porque son las diversas caractersitcas de la poblacin, diferenciadas por las relaciones sociales capitalistas que les determinan el acceso a los recursos. (Caldern, 2001: 81) As, la autora considera que las relaciones de produccin y las relaciones sociales de produccin han modificado la apropiacin de un espacio. En el modo de produccin capitalista, con relaciones de produccin, divisin del trabajo, una organizacin social jerarquizada, en donde se tiene el objetivo inmedianto de la acumulacin y que se confronta con el ritmo de la naturaleza9, la apropiacin del espacio se va diferenciando jerrquicamente. Debido a que se crean condiciones para que una sociedad elabore tipos especficos de apropiacin de acuerdo con la diferencia de clases; a su vez ests definen la diferenciacin social de la vulnerabilidad. (Caldern, 2001: 81) Uno de los autores que dirige su mirada al tema es Maskrey (1989) Para l los fenmenos naturales peligrosos no son eventos anormales e impredecibles, sino que son caracterticas fsicas normales de las reas donde ocurren. La vulnerabilidad no est determinada por fenmenos peligrosos, sino que se configura por determinados procesos sociales, econmicos y polticos. (Maskrey, 1989: 22) Esta visin ha sido capaz de explicar los procesos y cambios sociales.
Dicho marco terico es el proceso de acumulacin y concentracin de capital en un mundo regulado por mecanismos de mercado, caracterizado por un sistema de divisin socioterritorial del trabajo entre los gruops sociales, pases y regiones diferentes. (Maskrey, 1989: 22)

Sin embargo, para Maskrey la vulnerabilidad no puede estar desligada de la amenaza, porque un terremoto slo causa un desastre cuando afecta directamente o indirectamente al hombre y sus actividades en un lugar y tiempo determinado. (Maskrey, 1989: 22) Asimismo, recalca que el anlisis de los riesgos especficos a un peligro (amenaza) determinado, y el anlisis de los procesos socioeconmicos globales no son y no deben ser actividades incompatibles. Ambos niveles de reflexin son necesarios para explicar las percepciones y acciones de la poblacin misma frente a los desastres naturales. (Maskrey, 1989:
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Debido a que introduce elementos que modifican el ritmode la naturaleza. (Caldern, 2003: 80)

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23) De la misma forma que Cardona, Maskrey seala que la vulnerabilidad no puede estar desligada de la amenaza. Para una poblacin no es posible encontrarse en peligro de padecer un desastre, sin que est expuesta un factor de riesgo externo y ostente una condicin de vulnerabilidad, conceptualizada como factor de riesgo interno. En cambio, para Caldern, el riesgo y las condiciones de vulnerabilidad han sido originadas histricamente por una forma de apropiacion del espacio, la cual fue modificado por las relaciones de produccin y las relaciones sociales de produccin. Tales condiciones son las que vuelven posible, con la presencia de un fenmeno natural, el desastre. La vulnerabilidad existe con independencia de los fenmenos naturales. Esto debido a que, sus causas de fondo son los aspectos estructurales que dieron origen a una determinada forma de apropiacin del espacio, las cuales, generaron a su vez, el riesgo y condiciones de vulnerabilidad dentro de la poblacin. El desastre es visto como la manifestacin de las condiciones de vulnerabilidad de sectores de la sociedad, producto del proceso social que las ha ido conformando. (Caldern, 2001: 15) Con base en estas ideas y como lo mencion anteriormente, concuerdo con la idea de que las condiciones de vulnerabilidad existen independientemente de los fenmenos naturales, estos slo las hacen evidentes a travs del desastre. Por otro lado, de forma general, es probable que cuando un fenmeno natural se manifieste al interior de una localidad ocasione daos materiales y personas afectadas, sin embargo, es posible que procesos de otra ndole aparezcan en escena. En este sentido, si pensamos en la intervencin de diferentes actores sociales en el transcurso de la emergencia, me parece visible que no slo sobresalgan las manifestaciones naturales e impactos desencadenados por el agente destructor, si no que adems, se distingan ciertas relaciones sociales. Al respecto, Macas realiz una investigacin sobre el riesgo como elemento en disputa poltica, alrededor del Plan de Preparativos para la Emergencia del Volcn Popocatpetl.
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El innegable desconocimiento cientfico de los sntomas y el cuadro de comportamiento del volcn, junto con la situacin de un gobierno recin llegado al poder con un brutal error econmico, arroj una serie de acciones que precedieron decisiones equivocadas y tambin muy costosas Ah comenz un nuevo captulo de relacin con el Popocatpetl y una disputa por el riesgo. (Macas, 2009: 14)

En la investigacin, Macas pudo observar que la definicin y comprensin del riesgo del volcn, tena como finalidad responder de forma adecuada en todos los terrenos, incluso el poltico. Las reformas a la Ley del Sistema Estatal de Proteccin Civil Poblana en el ao de 2000, se realizaron con la intencin de recuperar el control de la actividad global, respecto de la operacin 10 del riesgo volcnico, para la vieja guardia de polticos locales. (Macas, 2009: 27) Puede pensarse que el riesgo de erupcin se produce independientemente de los individuos o que es una realidad ontolgicamente observable, sin embargo, Macas sugiere que adems de esto, existen intereses especficos, incluso, alrededor de la construccin terica sobre lo que es susceptible de ser daado y puesto en riesgo. (Macas, 2009:28) De estas reflexiones se desprende que, cuando hablamos de vulnerabilidad y riesgo es importante la especificidad contextual, ya que a partir de aqu se desarrollarn aqullas percepciones sobre lo que es susceptible a la afectacin. De esta forma, puedo mencionar de forma sintetizada que existe una diferencia radical entre el dominante y el alternativo vulnerabilidad. Su distincin recae fundamentalmente en lo siguiente: el primero slo contempla un aspecto como causa del desastre. Incluso, este es utilizado como sinnimo de inundacin, sismo, etc., como si constituyera el fenmeno natural en s. Adems, su relacin con el mundo de la naturaleza justifica que se caracterice como un suceso impredecible, inesperado, inevitable y destructor. Por consiguiente, su enfrentamiento se dirige a prevenir, as como tambin, preparar a la poblacin para enfrentar la emergencia. Por el contrario, el enfoque de vulnerabilidad ha pretendido profundizar en procesos que van ms all del momento en que un fenmeno natural recae en una poblacin. Aqu se considera al desastre como un proceso. Se dice que existen condiciones sociales, culturales, econmicas y polticas que histricamente van generando que una localidad sea vulnerable a las
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Entrecomillado del autor

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manifestaciones de un huracn, terremoto, etctera. Para este enfoque la especificidad histrica y contextual es importante, ya que plantea la diferenciacin entre afectaciones causadas por el desastre en cada sociedad, debido al tipo de condiciones en que ste se manifieste. Por tal razn, proponen que el estudio de los desastres contemple las condiciones de vulnerabilidad como un instrumento de anlisis para entender y prevenir con eficacia emergencias de este tipo. Otras de las reflexiones importantes a considerar de esta propuesta, es la postura crtica que asumen respecto a las acciones, planes y programas de emergencia implementados por los organismos estatales. Adems, advierten sobre la importancia de observar los intereses alrededor de acciones de planeacin sobre la emergencia. Es importante mencionar que las posturas respecto al estudio de los desastres se extienden ms all de la diferencia entre el enfoque dominante y de vulnerabilidad, sin embargo, para intentar comprender los procesos sociales generados a raz de las inundaciones aqu estudiadas es indispensable su mencin. En relacin a lo anterior, para Caldern la idea bsica que se ha constituido como referencia de la gestin y manejo de los desastres a nivel gubernamental es la que considera a los agentes fsicos o los accidentes mismos como los causantes de desastres. (v. Caldern, 2001: 22) Desde su punto de vista, la intervencin del Estado ha permeado no slo las investigaciones acadmicas orientndolas hacia aspectos percibidos necesarios como la prevencin- sino que sobre todo, han impuesto conceptos e ideas afines a la ideologa de control necesario para su modo de participacin (v. Caldern, 2001: 14) El tema del control es particularmente importante para mi propuesta de anlisis, porque coincido con el planteamiento de Macas (1993) sobre la actitud que toma el gobierno alrededor del tpico. En este sentido, el Estado como instancia reguladora de la vida social en tiempos de normalidad, tiende a aplicar sus acciones con el objetivo de continuar manteniendo el control en situacin de crisis. Aqu subyace la idea de que el nico actor social capaz de enfrentar una
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emergencia es este rgano. De esta forma, la necesidad y responsabilidad de mantener el control hace pensar como un dogma que, los organismos estatales son los encargados de administrar exclusivamente la crisis de los desastres, sin embargo, es pertinente preguntarse si slo el aparato estatal puede intervenir para realizar dicha tarea. (v. Macas, 1993: 100) Entonces, qu papel juegan los saberes, experiencias y acciones emprendidas por las personas afectadas? De esta forma, segn Caldern, los gobiernos toman acciones para manejar las emergencias, minimizando la verdadera situacin de desastre, ste slo se acepta si la infraestructura de una localidad o ciudad est daada, pero deja de lado en los hechos, no en los discursos, las condiciones de vida de las personas. Adems, el procedimiento de anlisis por medio de los daos nunca logra capturar la esencia caracterstica del desastre, debido a que obvia todas las percepciones y subjetividades que encierra, adems de no considerarlo como proceso. (Caldern, 2001: 28-29) Recordemos que el enfoque de la vulnerabilidad insiste en que, es el efecto de las condiciones desiguales de la sociedad lo que se puede conceptualizar como situacin de desastre; debo volver a mencionar que el gobierno opta por el enfoque dominante-tecncrata. (v. Caldern, 2001: 37) Al respecto, es necesario saber cules son los referentes de los Planes de emergencia para comprender su funcionamiento y las repercusiones al interior de la ciudad de Tlacotalpan.

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1.1.1 Polticas de enfrentamiento a desatres en Mxico


Desde el punto de vista de Caldern, desde la experiencia de la Segunda Guerra Mundial y en el contexto de una guerra fra se origin el primer plan de emergencia en Estados Unidos. La finalidad era proporcionar un sistema de defensa civil para la proteccin de la vida y propiedades. (Caldern, 2001: 38) Esta perspectiva asemeja la guerra con los desastres, adems, tiene la hiptesis de que son los agentes externos los que lo causa. En este sentido, esos agentes son comparables con las bombas lanzadas en los conflicto blicos, por lo tanto, la poblacin se perjudica por igual con los fenmenos naturales y es vista como vctima de los ataques o inundacione, esto explica la intervensin de los burcratas desde la posicin de la administracin de la guerra. (Caldern 2001: 38) Segn Macas, esta idea de defensa civil es el principal referente de la relacin entre los gobiernos y el desastre. Este plan surgi como respuesta a la pregunta de cmo defenderse de los ataques enemigos.
El objetivo de la defensa civil fue la guerra, pero en tanto mantenan la paz, los recursos de la defensa civil, que era de alto costo, requeran de un aprovechamiento racional y ste estaba justificado en la atencin a los desastres. (Macas, 1999a: 23)

Este modelo llega tardamente a Mxico en el marco de los sismos de 1985, pero su referente fue la defensa civil de Europa y Estados Unidos. (v. Macas, 1999a: 23)11 Desde el punto de vista del autor, la proteccin civil mexicana recoge los supuestos de estos modelos, tiene una orientacin emergencista, asistencialista centrada en la atencin al desastre12. (v. Macas, 1999a: 25) La proteccin civil se ha convertido no slo en un esquema de organizacin de funciones pblicas, sino, sobre todo, en una ideologa confusa que gravita en las administraciones pblicas y en mbitos de organizaciones rescatistas e incluso en algunos investigadores de temas sobre riesgos y desastres. Se relaciona con toda emergencia sin importar sus dimensiones, con cuerpos de seguridad pblica como los bomberos, o ayuda mdica como la Cruz Roja y con actividades generales de prevencin de desastres o su atencin. (Macas, 1999a: 22)
11

En Amrica Latina la su asimilacin fue diferencial: defensa civil en el cono sur y proteccin civil en Mxico y algunos pases de Centro amrica. (Macas, 1999a: 23) 12 Entrecomillados del autor

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Para Mansilla, (1996) la prevencin y atencin de desastres en el pas, conceptuada como proteccin civil13, se encuentra directamente relacionada con las lneas generales de la poltica de cada uno de los sexenios gubernamentales y con la presencia de desastres de gran magnitud. Segn la autora, los planes de atencin a desastres no ha sido una de las prioridades de los lineamientos polticos. Con base en esto, su prevencin ha cado en la improvisacin, desarticulacin e ineficiencia, ya que las polticas al respecto dentro del juego poltico son cartas que regularmente se tiran aleatoriamente. (Mansilla, 1996: 222) Es importante destacar que, a pesar de los tres niveles de gobierno existentes en Mxico, o tres posibles ngulos de respuesta, todas las iniciativas que han surgido para la atencin de desastres provienen desde las instancias federales, lo que evidencia la poca capacidad de los estados o municipios para elaborar sus propios planes y programas. (Mansilla, 1996: 222) A lo largo de la historia del pas se han creado polticas de atencin a desastres en donde se delimitan dos cosas: responsabilidades y mbitos de competencia. Para construir dicha definicin las polticas se han dedicado slo a caracterizar el tipo de desastre y el rea impactada. En este contexto intervienen todas las secretaras de estado y los organismos descentralizados del gobierno federal. (Mansilla, 1996: 222) A cada uno de estos rganos se les establecen tareas especficas de atencin y preparacin. Por ejemplo, segn algunos pobladores, la ayuda que lleg a Tlacotalpan de manera inmediata y antes de la primera inundacin14 fue a travs de la COMISIN NACIONAL
DEL

AGUA (CONAGUA). Este organismo realiz actividades de

contencin para que el desbordamiento de ros circundantes, como el Papaloapan, hicieran menos dao a la ciudad. En este caso fue la Comisin quien organiz tareas de proteccin. El CONSEJO
DE

DESARROLLO

DEL

PAPALOAPAN (CODEPAP)15 se

encarg de los avisos de alarma o llamados de evacuacin. La Secretara de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Secretara de Marina Armada de Mxico realizaron evacuaciones y prestaron la ayuda posterior a la inundacin. El Sistema Nacional
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Cursivas de la autora Cabe aclarar que, la ciudad sufri dos inundaciones, una en el mes de agosto y otra posterior en septiembre. Este tema se ver en la parte etnogrfica. 15 ste es un rgano vinculado con la SECRETARA DE DESARROLLO AGROPECUARIO, RURAL, FORESTAL Y PESCA (SEDARPA).

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de Proteccin Civil (SINAPROC) tiene como objetivo primordial,


proteger a las personas y a la sociedad ante la eventualidad de un desastre provocado por agentes naturales o humanos, a travs de acciones que reduzcan o eliminen la prdida de vidas humanas, la destruccin de bienes materiales y el dao a la naturaleza, as como la interrupcin de las funciones esenciales de la sociedad. (Mansilla, 1996: 236)

De esta manera, se observa que el enfoque dominante es el que permea las acciones del Estado frente a los desastres, ya que si se concibiera como un proceso social, se buscara erradicar las condiciones de vulnerabilidad que lo propician. Al respecto considero que, es ms fcil pensar sobre la inevitabilidad e imprevisibilidad del desastre, que definirlo como la manifestacin de procesos histricos de condiciones desiguales, porque entonces, lo que se tendra que transformar son las condiciones sociales, econmicas y polticas de las personas afectadas, en otras palabras, reducir su condiciones vunerables. Por su parte, Maskrey (1993) al hacer una reflexin sobre mitigacin, la cual se refiere a las medidas que pueden tomarse para minimizar los efectos disruptivos o destructivos de los desastres, y por lo tanto reducir su magnitud, (Maskrey, 1989: 9) tiene otro punto de crtica. Este autor se pregunta, si las acciones de mitigacin pueden reflejar el inters de mantener inalterables las mismas condiciones, que fueron responsables de generar vulnerabilidad social de la poblacin. En cierta forma es probable que sea este mismo inters el que haya determinado el carcter poltico de la mayora de las acciones de mitigacin llevadas acabo en diferentes contextos (Maskrey, 1993: 116) Segn el autor, para que la mitigacin sea efectiva debe convertirse en una actividad inmersa en el desarrollo, que permita a la mayora de la poblacin el acceso a condiciones de vida y actividades economicas seguras y estables. Sin embargo, para l, las evidencias tienden a demostrar que la poca mitigacin llevada a cabo se limita a las medidas que afectan las manifestaciones externas y visibles de la vulnerabilidad, dejando de lado los procesos sociales y econmicos que la generan. As, tales procesos slo quedan disimulados en el fondo. (Maskrey, 1993: 116) Adems, expone que dichos planes tienen el objetivo de evitar que los desastres asociados a las amenazas naturales, no se conviertan en
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agentes desestabilizadores de la economa poltica. Por ejemplo, para el autor existen dos tipos de acciones contrapuestas, -en razn de la mitigacin del desastre-, estas son, la mitigacin para el cambio, o mitigacin popular en contraposicin de la mitigacin contra el cambio u oficial16. (Maskrey, 1993: 117) Para Maskrey la mitigacin para el cambio (popular), no debe considerarse como un proyecto especfico, con objetivos limitados al riesgo presentado por elementos vulnerables a una amenaza dada, si no como un proceso de transformacin de las condiciones de vida -econmicas, ecolgicas, sociales, culturales, polticas, etc.- y de relaciones de produccin que determinan tales condiciones. La mitigacin oficial tendra las caractersticas de tratar los sntomas externos mediante analgsicos mientras la infeccin se apodera de todo el cuerpo. (Makrey, 1993: 117) Es importante mencionar que la mitigacin popular podra verse como una actividad con dos ejes: el primero consite en la aplicacin de medidas especficas de mitigacin, el segundo consiste en la profundizacin de la conciencia de la vulnerabilidad y de la organizacin necesaria para reducirla. La mitigacin popular no se trata de llevar a cabo medidas, como defensas ribereas, que utilizan mano de obra de la comunidad, reduciendo costos y logrando una tregua temporal entre los objetivos contradictorios de mitigar riesgos, sin afectar los procesos causales de la vulnerabilidad. (Maskrey, 1993: 118) Se trata de convencer al Estado y a las agencias para que participen efectivamente en los programas y propuestas de las propias poblaciones, a travs de sus organizaciones. (Maskrey, 1993: 118) El problema central en realidad es quin decide17 las acciones. (Maskrey, 1993: 120) Al respecto es importante destacar que, la mitigacin popular debe organizarse bajo los programas generados desde el nivel local, mediante sus propias organizaciones y/ saberes acumulados. Adems, las propuestas que la conforman tendran que generar cambios a largo plazo para disminuir las condiciones de vulnerabilidad de la poblacin; no deben ser slo una forma de mitigacin
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temporal, aunque pueden

ser subsidiadas

por el Estado

Entrecomillado del autor Entrecomillado del autor

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Organizaciones no Gubernamentales18 (ONGS). (Maskrey, 1993: 120) El autor, en este caso resalta que la toma de desiciones debe darse desde el nivel local. El mismo hecho de que sea el gobierno central el que tome desiciones propiamente locales y aplique medidas de mitigacin muy especficas, debera de por si llamar la atencin. (Maskrey, 1993: 121) Por otro lado, es sugerente la propuesta que defiende Linayo (2011), sobre la gestin del riesgo en la ciudad de Caracas, Venezuela. Su planteamiento destaca que, con la actual concepcin sobre la gestin del riesgo se pretende promover formas de vinculacin humana con la naturaleza que generen menos tensin. Adems, se incita a focalizar esfuerzos en la reduccin del riesgo urbano, actuando solamente en los aspectos fsicos de la vulnerabilidad. En este sentido, el concepto tal cual se implementa actualmente no ataca el problema de fondo, an y se consideren las condiciones vulnerables de una sociedad. Para el autor, si lo que se pretende es crear un conjunto de actividades que conduzcan a minimizar los efectos destructivos y disruptivos de un desastre en una sociedad, entonces, debe contemplarse como tema nodal de la gestin del riesgo el modo en cmo la sociedad se organiza, hace uso de sus recursos y fortalecer entre los ciudadanos el desarrollo de prcticas que les permitan convivir en armona con su entorno (Linayo, 2011: 74) En este sentido, la propuesta de Maskrey y Linayo contemplan de diferente forma la participacin de las personas directamente afectadas por el desastre. Ya que, para Maskrey la mitigacin popular puntualiza que la toma de desiciones de los programas deben provenir de las localidades, por medio de sus propias organizaciones y formas de participacin. No es suficiente que las acciones se realicen en el mbito local, tambin deben generarse en la poblacin. En cambio, Linayo postula que la participacin de las localidades se restringe a que el Estado tome en cuenta sus modos de organizacin, las formas de acceso a los recursos y les fomente prcticas de convivencia armnica con el entorno. (Linayo: 2011: 74)
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Muchas comunidades deciden implementar sus propias medidas de mitigacin locales. A travs de sus propias organizaciones demandan recursos necesarios de los organismos nacionales y regionales del gobierno central. (Maskrey, 1993: 121)

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Sin embargo, a pesar de sus diferencias, explicitan que la poblacin tiene, maneja y aplica sus propias formas de enfrentar las amenazas socio-naturales, as como, construye una manera particular de vivir la experiencia del desastre. Al respecto, es menester mencionar que existen investigaciones actuales, sobre la forma en que localmente se enfrenta eficazmente el riesgo, sin la necesidad de requerir la intervencin de rganos estatales. Mansilla (2011) document el caso de la localidad de Holbox, Quintana Roo. En esta pequea isla localizada en el extremo norte del estado se realizaron acciones locales que posibilitaron la prevencin de desastre con la llegada del huracn Wilma en 2005. La autora hace una comparacin entre la ciudad de Cancn y la localidad de Hilbox. Mansilla sugiere cuatro puntos en los que se observan diferencias radicales, respecto a la forma en que ambos emplazamientos sortean el riesgo. 1.- Los ritmos de crecimiento poblacional. En el caso de Cancn se observa un aumento considerable, ya que de tener 167, 730 habitantes en 1990, increment su nmero a 628, 306 en 2010. En cambio en Holbox de 972 habitantes en la dcada de los noventa aument a 1,486 en 2010. 2.- El modelo de desarrollo turstico. Para la autora, Cancn, junto con otros corredores tursticos como la Riviera Maya, se caracterizan por un desarrollo turstico depredador e irracional. Esto ha incrementado los niveles de riesgo, la vulnerabilidad por el aumento exponencial de elementos expuestos y el deterioro ambiental. Por su parte en Holbox existe una clara preocupacin por el medio ambiente, algunos hoteleros utilizan tecnologa rudimentarias y limpias19, son parte de la Reserva de la Biosfera y rea de Proteccin de Flora y Fauna Yum, Balam, creada por decreto federal en 1994. (Mansilla, 2011: 2) 3.- Las modalidades de ocupacin del territorio. En Cancn esta modalidad est determinada por las necesidades del turismo en gran escala. El modelo de desarrollo urbano de la zona no ha sido concebido a partir de las caractersticas fsicas del lugar, sino que prevalece el modelo tradicional de ciudad con
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Ejemplo de ello son: celdas solares y sistemas combinados para la reutilizacin de aguas residuales. (Mansilla, 2011: 5)

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sobredensificacin de reas, calles amplias y pavimentadas e invasin de zonas naturales de absorcin o de recarga de mantos acuferos, as como el deficiente sistema de drenaje en toda la ciudad. En contraste, Holbox presenta un cuidado respecto al lmite requerido para construir cerca de la playa, situacin que segn la autora proporciona cierta seguridad frente al impacto de fenmenos hidrometeorolgicos. Las calles no estn pavimentadas porque, al decir de los habitantes, eso posibilita que la lluvia sea absorbida por la arena, reduciendo el riesgo de inundaciones. Para Mansilla dichas acciones le parecieron al principio muy obvias, destacando posteriormente su importancia. 4.- La organizacin social y gobernabilidad. En el texto se destaca que el sentido de comunidad en Holbox permite que la gente se organice, para evacuar por su cuenta cuando la alarma del servicio meteorolgico lo indique; cuando la ocasin lo requiere se pone en prctica un servicio de traslado local a otros municipios. Esto es parte de la gobernabilidad que se indica. En cambio, Cancn presenta bajos indicios de solidaridad y organizacin social entre la poblacin. Esta slo se produce espontneamente cuando hay emergencias y no como una forma de vida cotidiana. (Mansilla, 2011: 8) De esta forma, a mi parecer dos cosas importantes quedaron implcitas bajo los planteamientos de Mansilla: a) existen varios factores propiciadores del escenario de riesgo que los programas de prevencin no contemplaron, desde el crecimiento poblacional, pasando por la ocupacin territorial hasta llegar a las formas de gestin local, b) los saberes de las personas, acumulados por el constante contacto con innumerables fenmenos naturales, son puestos en prctica independientemente de la intervencin del Estado. En este sentido, con dicho trabajo se evidencia la necesidad de rescatar tales prcticas como una forma racional de gestin del riesgo. (Mansilla, 2011: 9) Al respecto, considero que la experiencia de la gente puede delimitar, definir o re-construir tambin planteamientos acadmicos respecto al desastre. Como lo muestra el caso de la isla Holbox,
donde sorpresivamente parece existir un sistema muy claro y eficiente de reduccin de

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riesgo, sin que sus habitantes hayan odo hablar jams del trmino gestin o reduccin del riesgo, sin que hayan sido intervenidos por ONGs u organismos de cooperacin o hayan escuchado conferencia alguna de los especialistas internacionales ms versados sobre el tema. (Mansilla, 2011: 1)

Respecto al tema, en opinin de Macas, las etapas del desastre pueden ser desbordadas por lo que sucede empricamente.20 As, para el autor la investigacin del riesgo-desastre debe conceptualizar a ste ltimo como un proceso, en el cual, se observa la transformacin de fenmenos. Su caracterstica particular es su regeneracin, transformacin cualitativa y cuantitativa. Por tal razn, debe indagarse en por lo menos tres momentos: la prevencin, la emergencia y la normalizacin.21 De manera general, en la etapa de prevencin las nociones de riesgo y peligro son centrales. En primer lugar, se observa el tipo de relacin existente entre las instituciones cientficas y las gubernamentales para definir los planes de accin; se hacen evidentes los avances tecnolgicos, conceptuales, histricos y empricos y su vnculo con las polticas de atencin a desastres. Aqu se plantean otros problemas que tienen que ver con el paternalismo, legitimidad, gobernabilidad, etc., pero sobre todo se pone de relieve la cuestin de la conciencia sobre el riesgo (Macas, 1993: 99) De manera simplificada, la etapa de emergencia es cuando se presenta la eventualidad, el desastre puede considerarse como indito, crtico y criticista, por ende los planes operativos deberan contener ciertos parmetros de flexibilidad (Macas, 1993: 103) La fase de normalizacin es determinada por la eventualidad. En este plano, el papel de la autoridad es definitivo de manera inmediata, pero relativo en el mediano y el largo plazo. (Macas, 1993: 103) Tambin aqu se estrechan lazos entre el aparato cientfico y el administrador. Aunado a lo anterior, considero que para Macas es claro que el desastre desata procesos sociales en que debe mantenerse una relacin estrecha entre la poblacin afectada, los instrumentos de autoridad y el aparato cientfico. Al respecto plantea en La Disputa por el riesgo del Volcn Popocateptl, la
20

Comentarios del autor realizados al presente proyecto, en el marco del Coloquio interno de Antropologa Social, agosto de 2010. 21 Se eligi esta diferenciacin de etapas porque coincide con las acciones que efectuaron las instancias gubernamentales frente a las inundaciones en Tlacotalpan y por que estn calificados desde el punto de vista del dominio social, de manera que incluso pueden observarse en forma desagregada por otras condiciones asociadas. (Macas, 1993: 95)

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importancia capital de que el aparato cientfico conozca sobre las formas locales de percepcin de la amenaza y riesgo, para as crear planes de emergencia eficaces y entender que los seres humanos son mucho ms que sus cuerpos vivos [que rescatar] (Macas, 2009: 21) Con base en esta premisa bsica del autor, a mi juicio es crucial dar una vuelta de tuerca a la distincin del proceso de desastre en tres etapas. Si la pretensin es incluir los saberes y experiencias locales en los planes de accin, entonces, tomemos en cuenta las subjetividades sobre lo vivido.

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1.2 La propuesta de anlisis


Aqu, las preguntas importantes son en qu medida contina el tiempo de vida habitual? Qu aspectos de la dinmica social permanecen? Cmo se regresa a la normalidad si se perdieron dos meses de trabajo, objetos diversos y llega la incertidumbre de otra inundacin? Queda claro que con nada me pagan dos meses que estuve fuera de mi casa (Entrevista realizada a la sra. Anabel Lara, abril 2010)22. A mi juicio, esta aseveracin no tiene resonancia, en ningn momento se constituye como referente y ni siquiera entra como sugerencia dentro de los planes de enfrentamiento al desastre. Por tal motivo, concuerdo con los tres ltimos autores expuestos en que escuchar la voz de las personas afectadas es imperativo, para crear los programas estatales de prevencin de desastres. Si bien es cierto que estas experiencias pueden o no garantizar el xito de las acciones locales, si pueden constituir una base importante para que la toma de desicin estatal responda a necesidades concretas definidas por la poblacin de Tlacotalpan. Al respecto, quisiera mencionar que no es mi intensin hacer una reflexin que, por un lado, victimice a las personas afectadas por las inundaciones o que por el otro, designe al Estado como el rgano protector frente a los desastres. Lo que si deseo establecer es una discusin sobre la ineludible participacin de las personas afectadas y su relacin con el Estado. Ya que, concuerdo con Linaya respecto a que, existen dos elementos centrales que socavan los esfuerzos que se hacen y que estn referidos al tratar de instrumentar soluciones respecto al tema, estos son: a) los organismos pblicos llenos de actores institucionales pcaros y unos damnificados tambin infiltrados por muchos actores sociales pcaros23. Es decir, en el tema de las inundaciones de Tlacotalpan se debe contemplar a los actores bajo su justa dimensin.
22

La sra. Anabel Lara vive en la colonia centro histrico en la ciudad de Tlacotalpan, tiene 44 aos de edad, se dedica al hogar y trabaja en la venta por catlogo. 23 El autor se refiere, por un lado, a la corrupcin con la cual se mueven algunos funcionarios de gobierno encargados de los programas de normalizacin al desastre, y por el otro, explicita la existencia de actores que se benefician de la ayuda dada para emergencias sin haber sido afectados por los daos. (Linaya, 2011: 76)

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Teniendo en cuenta esta revisin terica sobre el tema de los desastres, me gustara lanzar una pregunta, incluso a las investigaciones que observan las implicaciones sociales de tales procesos, en dnde queda la voz de los actores, grupos sociales que padecen la prdida de objetos, seguridad y que observan interrumpida su cotidianeidad al enfrentarse con las inundaciones? Cabe destacar que mi estudio pretende ser una contribucin al tema de los desastres, poniendo nfasis en testimonios de las personas afectadas por los eventos en cuestin; persigue saber cmo dieron sentido al desastre, en otras palabras, cmo lo vivieron y pensaron. Si bien es cierto que, actualmente existe ms atencin sobre las formas en que las personas responden a inundaciones, sismos, etc., tambin es verdad que se vuelve necesaria una revisin acerca de las experiencias, saberes y prcticas generadas localmente por convivir con la presencia de fenmenos naturales. No es mi intensin disear polticas pblicas sobre planes de emergencia, sino comprender que en este contexto las polticas ponen en desventaja estructural a la gente que las vive. As, mi inters es introducir la voz de los actores que se enfrentan con los desastres. Para ello, es necesario observar el nivel de la vida cotidiana de las personas, es decir, qu pasa con su diario vivir cuando la manifestacin de una inundacin genera impactos en su ciudad? Cmo enfrentan el hecho de que su casa se dae, sus objetos se destruyan y vean interrumpida su dinmica diaria? Para responder estas interrogantes es menester caracterizar al desastre 24 como un evento que irrumpe, causa destruccin (sea parcial o total) de la vida material y cotidiana de las personas. Lo ms importante es mencionar que rompe con algunos de sus referentes culturales. Y que, a pesar de lo anterior, genera al mismo tiempo, prcticas concretas que permiten la re-construccin simblica. En relacin a esto, el trabajo que Nordstrom (1985) hace sobre la guerra en Mozambique es frtil para mi trabajo. En su planteamiento sobre la violencia desatada por un conflicto armado, resalta que las personas no son simples espectadoras del suceso, tampoco las victimiza quitndoles su capacidad de re24

Recuerdo al lector que anteriormente especifiqu que iba a retomar la definicin de Caldern de desastre. Ahora le incorporo est caracterstica. Caldern [op. cit.: 6]

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configuracin simblica. Desde su punto de vista, cuando se suscitan problemas generados por la crisis social, se pone en juego un poderoso cdigo en su contra, esta es la resistencia.
Yo entiendo a la naturaleza y la cultura de la violencia no como fue retratado ficticiamente en los medios de comunicacin y relatos literarios sino como la experimentaron. Porque el encuentro con la violencia es profundamente un evento personal, esto est fundamentalmente ligado al proceso de construccin de la propia identidad y de la personalidad poltica en ltima instancia, las vctimas de guerra me ensearon, que la violencia es acerca de la destruccin de la cultura y la identidad que se ofrece para el control (o aplastamiento) poltico. La gente en el epicentro de la violencia me demostr que la resistencia aparece en el primer momento de la opresin o [agobio], y es el ms poderoso cdigo en la re-creacin cultural e identitaria contra las vicisitudes de la violencia y la opresin. Es la creatividad, en la construccin de s mismo y del mundo, que esas personas encuentra su ms potente arma contra la guerra. (Nordstrom, 1997: 4)25

En relacin a lo anterior, para Nordstrom las historias sobre la guerra, relatadas por las propias vctimas son importantes. Por medio de la comunicacin de esos relatos la gente reconstruye su mundo despus de que la violencia destruy todo lo que aprecian. (Nordstrom, 1997: 79) En este sentido, las personas otorgan, por medio de la creatividad, significado a un frgil y reconstruido mundo. (v. Nordstrom, 1997: 79) Aunado a lo anterior, la antroploga plantea que los relatos pueden contener cierta informacin que, a primera vista, no tienen relacin con el conflicto en s, describen otros temas para poder evitar el peligro de narrar sobre el movimiento armado. Sin embargo, descubre que la gente discute en su historia la complejidad del proceso de guerra. Para ella, dichas historias contienen metforas y parbolas que estn cargadas polticamente. (v. Nordstrom, 1997: 84-85) La parbola, metfora e insinuaciones son el medio a travs del cual la gente protege su seguridad y necesidad de silencio al mismo tiempo. (Nordstrom, 1997: 85) En el caso de esta investigacin, podra trasladar los planteamientos de Nordstrom exponiendo que, el proceso de desastre es una crisis social que suscita problemas de tipo material y de orden simblico. Esto se genera porque se interrumpe la cotidianeidad; con las evacuaciones se desarticulan temporalmente relaciones sociales, las actividades laborales se paralizan, adems, la comunicacin terrestre es suspendida, etctera. En cierto sentido, el mundo de las
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Traduccin ma

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personas, tal cual lo vivan antes del evento es destruido. A pesar de estos obstculos, de alguna manera la gente afectada no es vctima de las circunstancias, porque pone en juego un poderoso cdigo en contra de la crisis, esta es la creatividad. En otras palabras, las personas, a pesar de vivir un suceso que irrumpe su cotidianeidad y quiebra sus significados, tiene la capacidad de crear y re-significar su mundo. Segn Nordstrom, los relatos sobre la guerra les permiten otorgar significado a lo ocurrido. En el caso de las inundaciones aqu estudiadas, las personas se explican el desastre a travs de sus propios relatos sobre lo que sucedi. Para la antroploga, esas narrativas estn conformadas por parbolas y metforas que evitan los peligros de hablar sobre cuestiones polticas en el centro del conflicto. En mi investigacin, puedo rescatar dos cosas al respecto: a) los relatos vuelven entendible la emergencia, por qu pas, qu o quines son los responsables y si pudo haberse evitado, es decir le otorgan sentido al evento, b) las narraciones contienen insinuaciones de una realidad social especfica, puesta en escena a travs de metforas y parbolas que advierten sobre peligros polticos o hechos al interior de la dinmica diaria. En otras palabras, disfrazan una realidad en la que se desenvuelve su experiencia social da a da. Como lo mencion en lneas anteriores, lo que me interesa destacar es que los impactos del desastre no slo se dan a nivel material y social, sino tambin en el terreno de lo simblico. En trminos de prdida material se puede observar daada la infraestructura de las localidades, sin embargo, existe una estructura que tambin se ve afectada. Para argumentar este supuesto es necesario traer a la discusin los planteamientos de Douglas (1979) sobre el consumo en trminos culturales. Para la antroploga, los bienes materiales tienen una funcin utilitaria, pero adems, sirven para establecer y mantener relaciones sociales. (Douglas, 1979: 74) Es decir, contienen un significado social. Si el individuo consume para decir algo sobre s mismo, su familia, localidad, entonces los bienes son tan portadores de significado como el baile o la poesa. (v. Douglas, 1979: 75) Los bienes conforman un sistema clasificatorio, porque son utilizados para marcar categoras y valores. Hasta la eleccin de los utensilios de cocina se basa en
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profundas ideas preconcebidas respecto al hombre y naturaleza. (Douglas, 1979: 88) Adems, el significado de los objetos radica en la relacin entre ellos. No puede pensarse la significacin de un objeto aislado, se debe pensar en relacin con los dems. Para Douglas, las mercancas estn dotadas de un valor acordado entre innumerables consumidores de manera generacional. El flujo de bienes consumibles deja un sedimento que pone las bases de la estructura cultural, a la manera de islas coralgenas. (Douglas, 1979: 91) Extrapolando dichas ideas a la presente investigacin, considero que las poblaciones afectadas por un desastre conciben sus bienes materiales de acuerdo a una propia significacin social. No resguardan objetos, ni protegen sus casas o documentos de inundaciones solamente por ordenes de la autoridad, los cuidan debido a que explicitan relaciones sociales y por que, a travs de ellos, clasifican el mundo social y sus valores. En relacin a lo anterior, los objetos se cuidan no slo porque se desean utilizar posteriormente, sino porque sirven para establecer y seguir manteniendo sus vnculos sociales. Por ejemplo, los documentos oficiales de cada miembro o estudios clnicos de la familia hablan sobre cada integrante, acerca su historia de vida, estado de salud, etc., son documentos que explicitan su parentesco, los vnculos afectivos ms cercanos con su pueblo, adems de permitirles seguir existiendo oficialmente en la sociedad con los documentos de identidad (cartillas militares, actas de nacimientos, actas de matrimonio, boletas de calificaciones) etctera. Las personas cubren sus muebles del agua o los protegen de sismos porque conforman un sistema con el que clasifican el mundo. En relacin a lo anterior, automviles, enseres de cocina o herramientas de trabajo no fueron puestos a salvo slo por su valor monetario. Estos bienes, a parte de poder contener valor emocional, son evidencia de valores y categoras. En este sentido, puedo comprender que el desastre no slo daa, al nivel material la vida de las personas, sino que tambin rompe con un sistema clasificatorio contenedor de significaciones sociales. Especificado lo anterior, es imprescindible transitar por una parte fundamental sobre la voz de los actores. Ahora, me gustara sentar las bases para
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explorar sobre las maneras en la gente afectada puede generar sus propias ideas sobre el desastre, ms all de lo que maneja discursivamente el Estado, bajo la forma de polticas pblicas, planes de emergencia, etctera. Desde mi punto de vista, es menester destacar su opinin sobre lo que decide y hace el aparato Estatal respecto a una situacin como esta. Por otro lado, qued asentado anteriormente que, considero al desastre como un proceso que repercute a nivel simblico, por lo tanto, la gente tiende a elaborar en trminos discursivos lo que sucedi. El acercamiento emprico ser til para rescatar estas narrativas. Y las menciono en plural porque considero que la poblacin y lo que dice tiene que ser concebido de manera diversa, haciendo a un lado el enfoque fisicalista de los desastres, -donde para todos, sin excepcin, es necesario restablecer urgentemente vas de comunicacin, lugares de trabajo, escuelas, hospitales, etctera. Desde mi juicio, lo que impregna la dinmica social cotidiana es la diversidad, debido a los diferentes grupos de edad, experiencias de vida, gneros, lugares de residencia y/o de origen. Como lo seala implcitamente Mansilla en su estudio de Holbox, Quintana Roo, la cotidianeidad no es la misma para toda la gente, hay diferentes lugares de empleo o jerarquas sociales. No es lo mismo ser hotelero que empleado y no es lo mismo vivir en Holbox que en Cancn. Existen diferencias radicales entre la ciudad con un turismo depredador y la pequea isla ubicada en la pennsula. A mi parecer, esto desencadena desigualdades sociales y tambin versiones diferentes del desastre. En este sentido, el evento si afecta a toda la ciudad, pero de manera diversa. Tan simple como esto, la persona duea de un hotel vive de forma distinta el desastre respecto a sus empleados; aunque ambos experimenten sentimientos de incertidumbre por la inundacin, el primero tiene distintos recursos para enfrentarlo. En la lectura de Mansilla, los empleados del hotel donde se hosped durante el paso del huracn Wilma, fueron los que la llevaron al aeropuerto bajo una fuerte tormenta tropical y no el dueo del hotel. Efectivamente, el desastre se vive de forma distinta y desigual, as, los relatos sobre el evento sern expuestos bajo esta advertencia. En este sentido, mi propio
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acercamiento se encuentra imbricado por posturas personales sobre los desastre. Porque lo que me interesa no es relatar lo que sucedi supuestamente de verdad, sino poner en escena las narrativas, a partir de las cuales, la gente se explic lo sucedido y la forma en que canaliz el sistema de frustraciones. Sobre la especificidad mencionada debo exponer un hecho particular, bajo el cual, viven algunos habitantes en las ciudades, este es, el resguardo del Patrimonio Cultural. De forma general, respecto al tema, expondr que el inters por la herencia indgena26 se desarrolla en Mxico en el siglo XIX, como resultado de la independencia poltica y el estable crecimiento de la Nacin. (Yaez, 2003: 45) Para la dcada de los veinte y de acuerdo con la Ley Orgnica, el Instituto Nacional de Antropologa e Historia (INAH) qued conformado como organismo que deba desarrollar la exploracin de las zonas arqueolgicas, vigilancia, conservacin, restauracin de monumentos arqueolgicos, histricos y artsticos. (Yaez, 2003: 53) Ya para el 28 de abril de 1972 el establecimiento de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueolgicas, Artsticos e Histricos precis la poltica cultural del gobierno mexicano hasta la fecha. (Yaez, 2003: 57) Segn Yaez, la importancia de la cultura y polticas culturales ha crecido de manera considerable en los mbitos nacional e internacional, porque existe un peso creciente de los hechos y procesos culturales en la explicacin de situaciones econmicas, polticas y sociales. En otras palabras, existe un aumento del peso del sector cultural en la economa de las naciones. Para 2005, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) presenta una iniciativa de Ley que versa sobre dos acciones del Estado, estos son, el fomento y la difusin cultural. (Cotom, 2003: 89) Tales propuestas recibieron muchas crticas porque
al ser ingresada a la cmara de diputados, en trminos formales para su aprobacin, me pareci polticamente una provocacin a la comunidad cultural, por lo menos la que haba participado en aqullas consultas. Y me pareca porque la forma en cmo se haba construido aqulla iniciativa de ley ticamente siempre seguir cargando con el estigma de la mentira y la ignorancia de nuestra experiencia histrica (Cotom, 2003: 99).

Lo que deseo apuntalar con esto es la dimensin conflictiva que desata el


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Cabe destacar que, Tlacotalpan cuenta con arquitectura bsicamente de herencia colonial, sin embargo, es importante exponer, de forma general, los planteamientos que sirvieron como plataforma de acciones de proteccin, conservacin y fomento de la herencia histrica nacional tanto de origen prehispnico como colonial.

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tema del patrimonio cultural en nuestro pas. Si tomamos en cuenta que las polticas culturales estn teniendo mayor relevancia en el mbito de lo econmico y poltico, entonces, es entendible que la difusin y preservacin cultural se vea enmarcada por disputas polticas e intereses econmicos. Aunado a lo anterior, cuando trasladamos los conflictos a escala mundial los problemas se agudizan por la cantidad de intereses que se manejan. Ahora bien, dentro del tema que me compete es menester introducir esta especificidad del contexto social estudiado. Tlacotalpan no slo vivi las inundaciones de agosto y septiembre de 2010, sino que observa su dinmica enmarcada bajo la Ley de Patrimonio Cultural, por ser considerada para la difusin y el resguardo por la UNESCO. Hasta este momento, slo tengo preguntas respecto a Cmo se puede comprender el desastre en este tipo de condicin particular? De qu manera delinea esta caracterstica de la ciudad el proceso de desastre? Evidentemente, estas y otras interrogantes intentar resolverlas con el trabajo etnogrfico. En relacin a esto, uno de los elementos que ms resultan de mi inters es indagar, si las etapa del desastre dictadas por el Estado coinciden con la experiencia vivida por la gente en una ciudad patrimonio. Ahora bien, es menester mencionar aqu que, en aras de rastrear el proceso que llevaron las inundaciones de 2010 en la localidad, top con algunos espacios en redes sociales virtuales, que presentan opiniones e imgenes sobre la inundacin y sus repercusiones. Estas nuevas formas de participacin y agrupamiento social en internet han sido investigadas por antroplogas como Raad (2004). Ella plantea que, las distintas formas culturales que desarrollan los jvenes se ven afectadas y adquieren innovadoras manifestaciones, gracias a los cambios culturales generados por efecto de la denominada mediatizacin de la sociedad27, -es decir, la introduccin de los medios de comunicacin en la vida cotidiana-. (Raad, 2004: 43) Respecto a su planteamiento disiento sobre que el internet sea utilizado exclusivamente por los jvenes. A pesar de ello, concuerdo con Raad acerca de que no slo es necesario saber qu pasa con las nuevas maneras de asociarse, sino adems, es indispensable conocer cules son los
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Entrecomillado de la autora

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sentidos que estas relaciones generan en las personas, dnde estn los puntos de encuentro, cmo es el proceso de identificacin que se da entre los miembros. Extrapolando esto a mi tema, centrar el anlisis de espacios virtuales en los sentidos que le son otorgados por las personas que los re-crean, puede sentar las bases para conocer qu piensan sobre el proceso de desastre?, qu dicen sentir sobre lo ocurrido y la forma en que el Estado respondi a la emergencia? o si Es una forma de canalizar ideas y emociones respecto a lo ocurrido? Respecto a lo anterior, un elemento a tomar en cuenta es lo que exponen las etnografas de internet sobre este espacio de asociacin. Aqu, se maneja como un espacio que emerge con base en la bsqueda de sentido colectivo, movido por las emociones se orientan a reivindicaciones, no de clases, sino postmaterialistas. Lo que importa es la expresin de sensibilidades ms que racionalidades, los universos simblicos, ms que los objetos materiales, las valoraciones ms que las ideologas. (Raad, 2004: 52) Por ltimo quisiera destacar que, con base en la revisin terica anterior considero que mi investigacin intenta no slo recuperar la voz de los actores y grupos que vivieron las inundaciones de agosto y septiembre de 2010 en Tlacotalpan, sino aportar al tema de los desastres una mirada simblica sobre lo ocurrido. Es decir, indagar la forma en que se condensan ideas, opiniones y el sistema de frustraciones que las personas afectadas crearon por la irrupcin de su vida material y simblica.

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2. Segundo apartado
2.1 Ubicacin en el espacio y tiempo

Esta parte tiene como objetivo mostrar las principales caractersticas de la ciudad de Tlacotalpan, las cuales, se encuentran en estrecha relacin con el desastre de 2010. De esta forma, sealo su emplazamiento dentro de un territorio del pas, muestro su ubicacin geogrfica y varios aspectos que considero cruciales, tales como, la recurrencia de inundaciones a lo largo de su historia, su actividad turstica, la celebracin de la Fiesta de la Candelaria, as como, el contexto generado respecto a su declaracin como ciudad patrimonio cultural de la humanidad. Adems, resalto varias actividades econmicas, artsticas y los ms importantes rasgos de su vida cotidiana. Todo esto con la finalidad de plantear los aspectos que hicieron posible una particular experiencia de desastre.

Imagen 1, Mapa digital de Mxico; calles y avenidas de Tlacotalpan, www.inegi.gob, consultado 20 julio de 2012 40

Tlacotalpan se ubica en el estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, el cual ocupa el 37% del territorio mexicano. Colinda al norte con el estado de Tamaulipas y el Golfo de Mxico, al este con el Golfo de Mxico, Tabasco y Chiapas, limita al sur con Chiapas y Oaxaca y al oeste con Puebla, Hidalgo y San Luis Potos. Su vasta extensin territorial es de 71, 699 Km2, y se divide geopolticamente en 212 cabeceras municipales. (Ruz, 2009: 53) Para el 2010 cuenta con una poblacin de 7 millones 638 mil 378 habitantes. Es atravesado por numerosos ros, entre los que resaltan en la parte norte el ro Pnuco, Tuxpan, Cazones, Tecolutla, Nautla, en el centro el ro Actopan, la Antigua y el Jamapa, en el sur, el Papaloapan, Coatzacoalcos entre otros. Cuenta con grandes superficies de agua, as como tambin zonas lagunares, manglares, esteros, etctera. Veracruz mantiene una oferta turstica todo el ao. A escala nacional ocupa el primer lugar en ofrecer servicios de restaurantes. Segn el Censo de 2010, es visitado mayormente por poblacin del interior del pas. (Sitio de internet Tlacotalpan, Veracruz. Gobierno del estado de Veracruz, oc4jver.veracruz.gob.mx: 2012) Su diversidad de ecosistemas ha sido la base para que la Secretara de Turismo, Cultura y Cinematografa del Estado desarrolle programas que atraigan a los visitantes. Ofrece la experiencia de ecoturismo, el turismo de aventura28 y sitios de riqueza cultural e histrica, como las zonas arqueolgicas o el Puerto de Veracruz entre otros. Sobre este tema, la entidad ostenta dos declaraciones realizadas por la
UNESCO,

una de ellas distingue a la ciudad de Tlacotalpan como

Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad y la otra, declar al ritual de los voladores de Papantla como Patrimonio Cultural Intangible. (Folleto Veracruz mi estado ideal, Secretara de Turismo, Cultura y Cinematografa, 2011:14) Tiene aproximadamente 26 sitios de playa por toda la costa de norte a sur. De la misma forma en que mantiene la oferta turstica abierta la mayor parte del ao, debido a su asentamiento geogrfico, tambin se encuentra expuesta a
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Segn el folleto Veracruz mi estado ideal, el turismo de aventura como el montaismo, el paseo en moto, alpinismo, kayac y rapel se pueden realizar en 12 zonas del estado, como en el Pico de Orizaba, Dunas de Chachalacas, Caon de Tecoac, Maltrata, etctera.

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amenazas29 constantes como las de origen natural y las que se caracterizan por la intervencin humana. Para fines de esta investigacin slo me centrar en la categora de amenaza socio natural. En relacin a lo anterior, uno de los municipios del estado que est en constante amenza y sufri los impactos de las inundaciones ocurridas en agosto y septiembre de 2010, fue Tlacotalpan. En este sentido, se tiene registro documental de que su asentamiento geogrfico potencializa dichas circunstancias. Un poco de historia Antes de referirme al tema anterior, es necesario exponer que segn Corro (1973), para el siglo XVI el margen izquierdo del ro Papaloapan constitua el lmite remoto del Totonacapan y llevaba casi un siglo de dominacin mexica. Durante la etapa colonial fueron tierras de encomienda, dotadas a varios espaoles en la Cuenca del Papaloapan. Gaspar Rivadeneyra fue uno de ellos, fund la dilatada hacienda de La Estanzuela a la cual perteneca la isla de Tlacotalpan. (Corro, 1973: 12) La ciudad perteneci al Obispado de Tlaxcala. En la primera mitad del siglo XIX un grupo de pescadores de Alvarado, asentados en las mrgenes del ro y organizados en la cofrada de Nuestra Seora de la Candelaria, hacen la compra de la isla a Gaspar Rivadeneyra30. Como mencion anteriormente, las inundaciones han sido parte de la vida cotidiana en temporada de lluvias. Se tiene registro histrico de las implicaciones de esta situacin. En el siglo XVI, Juan Medina, alcalde mayor del pueblo de Tlacotalpan y de la Villa de Tuxtla y Cotaxtla, realiz una relacin de numerosos acontecimientos, estado econmico, social, poltico, as como de las estancias que integraban al lugar. Destaca en el informe que Tlacotalpan
esta junto al rrio de Alvarado quatro leguas de la boca de la mar. Es rrio muy caudaloso; no tiene regado este pueblo; quando sale el rrio de madre lo aniega todo y se pierden las
Cuevas [op. cit. 12-13] El sr. Rivadeneyra se quej en varias ocasiones a la Audiencia de Mxico porque los pescadores se asentaron dentro de sus tierras. Para el ao de 1833 accede a la compra de esa zona a condicin de que se construyera una capilla en honor a la Virgen de la Candelaria, -dependiente del curato de Alvarado- y que cada ao el da de la Purificacin de la Seora, se le cediese el cirio bendito que se renovaba de las manos de la imagen (Corro, 1973: 9)
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sementeras de maz e camotes, que son batatas, y este es casi horinario los mas de los aos. (Medina, 1580: folio 1fte., en Corro, 1973: 11)

Para 1859 el cronista Juan N. Csar (1959) comenta que el lugar, como toda tierra caliente, se anega vienen a refluir aqu las aguas que corren por los ros. Repletos as los cauces las aguas se sobreabundan se derraman y buscan su nivel en los terrenos inmediatos (N. Csar, 1959: 20) Con esta agua se formaban extensas lagunas. Segn N. Csar las poblaciones se encontraban sujetas a esta calamidad, se cubran todas de agua, la cual llegaba al interior de las casas alcanzando una altura de una vara ms o menos.
Las calles se convierten en canales y nadie puede moverse: las camas y dems muebles se transportan a los tapancos de las casas, y all como en otras tantas arcas las pobres familias con sus animales domsticos, sus provisiones, sus muebles y vestidos se ponen a cubierto de la inundacin. Las familias acomodadas tienen otros medios para libertarse y vivir con menos incomodidad, siendo uno de ellos el poner tarimas a manera de puentes, por donde transitan y hacen sus quehaceres dentro de las casas. (N. Csar, 1959: 20-21)

En la actualidad La poblacin de Tlacotalpan ha convivido siempre con las inundaciones, construyendo un cmulo de experiencias y saberes al respecto. En la actualidad, este municipio se asienta en la regin hidrolgica llamada Papaloapan, en la cual coexiste la Subcuenca denominada Ro Jamapa entre otros. Cuenta con una superficie de cuerpos de agua de 28.35 km2. (INEGI, www.inegi.org.mx, 2010b) Se ubica a 5 m sobre el nivel del ro Papaloapan. La ciudad se localiza en medio de superficies de agua como el ro Papaloapan y el Jamapa, sistemas lagunares, VER INEGI. Colinda al norte con el municipio de Alvarado, al sur con Santiago Tuxtla y Saltabarranca y al oeste con Amatitln, Acula y, Cosamaloapan. Para el ao 2010 tiene 13,284 habitantes. (INEGI, www.inegi.org.mx, 2010b) Actualmente es cabecera municipal de 149 asentamientos entre ranchos y colonias31.
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Arroyo de la Barranca (Colonia los Cobos), Boca de Martinela, Boca de San Antonio, Boca del Barco, (Boca de San Juan), Bodeguillas, Buena Vista, Buganvilia, Cerro de la Calavera, Chapultepec (Chapultes, Consolacin, El Ciruelo, El espinal, El Guayabo, El Hueso, El Jobo, El Limn (San Jos de Chzaro), El Marqus, El Paraso, El Pepe, El Rincn Gertrudis, El Saladito (Ejido el Saladito), El Schil Uno, El Vergel (La Berenjena), El Zapotal (Puente), Hacienda Vieja, La Barranca, La Candelaria, La

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Las colonias del centro histrico y su periferia inmediata que tiene aproximadamente 8006 habitantes, mientras que algunos ranchos llegan a tener de 1 a 10 pobladores. Como por ejemplo Rancho Viejo que para el 2010 cuenta con un habitante. La mayor parte de la poblacin se concentra en las inmediaciones del centro de Tlacotalpan y su periferia. Ests se distinguen por estar alejados de la cabecera municipal. Algunas son compuestas por tan slo 6 casas, como Palo alto. Segn Omar Morales 32, Director de la Biblioteca Pblica Municipal Juan Malpica Mimendi, son asentamientos con poblacin muy pobre. (Entrevista realizada a Omar Morales, enero de 2012). Con base en las estancias en campo, observ que algunos varones, de entre los 18-50 aos, se trasladan a las colonias cercanas al municipio para realizar trabajos en diferentes oficios, principalmente en la carpintera, albailera y plomera. Segn la sra. Anabel Lara, existen muy buenos carpinteros que trabajan el cedro, material con que se producen los muebles tradicionales de la ciudad. Varias mujeres, sobre todo jvenes de entre 15-25 aos tambin se trasladan a la zona cntrica para trabajar en el servicio domstico, de recamareras en hoteles o como empleadas de establecimientos comerciales. 33 Los jvenes y nios tienen contacto con la cabecera municipal porque asisten a las escuelas. Cabe destacar que, varios habitantes del centro histrico y la zona
Cerquilla, La Discordia, La Esperanza, La Gallarda, La Herradura, La Morelos, La Paciencia, La Paloma, La Paz (Poblado Grupo la Paz), El Puente, La Quinta Mara, La Vuelta de San Mateo, Las Amapolas, Lina Aguirre Prez, Loma de Chumiapa, Los Amates, Los Jobos Altos (Sal si puedes), Mano Perdida (La Nueva Reforma), Mara Ofelia, Mata de Caa, Milpero, Mundo Nuevo, Palma Sola, Paraso de la Silva, Prez Y Jimnez, Playa de las guilas (La Vuelta del guila), Pueblo Nuevo, Rancho Viejo, Remolina de Pavn, San Agustn, San Bernardino, San Felipe, San Isidro, San Jos de Chzaro, San Mateo, San Pedro, San Rafael, San Ruperto, Santa Fe, Santa Rita, Seis de Enero, Tierra Nueva (Ejido Zapotal) Tres Bocas, Vuelta de Piotitn, Antonio Vicente, Barranca de Limn, Boca de San Miguel, Boca del Sauce, Buenos Aires, Casas Viejas, Cerro de la Gallarda, Chinalco, Doa Celia, El Cable, El Ciruelo, El Estero, El Hornero (Francisco J. Moreno), El Jarocho, El Maneadero, El Nacaste, El Pjaro, El Piotitn, El Sacrificio, El Schil Dos, El Triunfo (Camarn), El Volantn, El Zapote, Isleta del Gaviln, La Candelaria, La Carbonera, La Corriente, La Esperanza, La Galera, La Guadalupe, La Magdalena, La Mulata, La Palmita, La Patrona, La Providencia, La Punta del Dormido, La Vuelta de la Iguana, Laguna Verde, Las Palmas, Linda Vista, Loma del Peit, Los Cocos, Los Zapotillos, Mara Elvira, Martn Delgado, Mata de Chile, Montepo, Nueva Era, Palo Alto (Barranca del Limn), Pavn, Playa de la Gloria, Playa Martnez, Rancho Bonito (Casa Blanca), Remolino de Aguilera, Rodolfo Muoz Montalvo, San Antonio, San Bernardo (Camino Real), San Francisco de los Cocos (La Guadalupe) San Jernimo, San Joaqun, San Julin, San Modesto, San Pedro, San Rodrigo, Santa Elena, Santa Rosala, Tamos Aguilera, Tlacotalpan, Triana, Venustiano Carranza, Cuauhtmoc. 32 El joven Omar Morales es habitante de la colonia Cuauhtmoc, centro histrico, tiene 31 aos de edad y es director de la Biblioteca Pblica Municipal Juan Malpica Mimendi. 33 Como en tiendas de abarrotes, locales de comida tradicional, etctera.

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alrededor tienen una forma de distinguirse respecto a la poblacin de las rancheras, para ellos son gente diferente por su forma de vestir y su color de piel.34 En un primer acercamiento, para hacer entrevistas a la gente que vive lejos del centro, slo tuve que acercarme a los maestros albailes y pintores de brocha gorda que trabajaban ah. Aunado a ello, las colonias perifricas a la cabecera desarrollan sus actividades diarias alrededor de sta. Es el centro histrico de la ciudad donde confluyen actividades cotidianas como ir a la escuela, hacer cualquier trmite oficial, hasta la realizacin de fandangos semanales; ah se ubican tanto las instalaciones municipales, COMISIN FEDERAL
DE

ELECTRICIDAD (CFE) CONAGUA, escuelas,

as como tambin el mercado local, establecimientos comerciales de oferta turstica y cultural, plazas pblicas, lugares de recreacin, principales templos de oracin35, panten municipal, sitios de taxis, embarcadero, etctera. Ah, se distribuyen las viviendas denominadas como el casero de Tlacotalpan, es decir, el conjunto de casas-habitacin que intenta conservar la traza tradicional. El centro histrico est conformado por calles y avenidas principales, como la calle Gonzalo Aguirre Beltrn, Venustiano Carranza, Juan Enrquez, etctera. Contiene dos principales parques pblicos, estos son el parque Hidalgo y Zaragoza. En medio del primero se encuentra el kiosco de la ciudad. Alrededor de esta construccin se delinea el centro. Al oeste se localiza el palacio municipal, al norte un conjunto de cafeteras, restaurantes, heladeras, farmacias, etc., al este se ubica el santuario de la virgen de la Candelaria y al sur la iglesia de San Cristbal.

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Por ejemplo, cuando pregunt cmo es que logran distinguir a la gente habitante de las rancheras me respondieron que ellos siempre usan chanclas de bao para salir a la calle, andan en bicicleta, son morenos y usan ropa hecha con tela sencilla. 35 Existen en Tlacotalpan tres plazas pblicas, cuatro parques, un santuario, tres iglesias, un teatro, la Casa de la Cultura Agustn Lara y tres museos.

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Imagen 2: Colonia centro histrico, Calle Juan Enrquez, Emma Ruz 2012

El parque Hidalgo es punto de concentracin de los tlapacolteos. Entre semana constituye el camino obligado para ir a la escuela, al municipio, banco, a pagar la luz, comprar en el mercado o salir de paseo. Se tiene que pasar por ah para ir a pie al barrio de abajo36, ir a la iglesia y disfrutar del fandango los das sbados. Los fines de semanas se realizan conciertos de msica veracruzana, son en su mayora jvenes de distintas agrupaciones quienes se renen a cantar sones, huapangos, declamar dcimas37 y bailar el zapateado jarocho. Para el ello, el gobierno local otorga el permiso de tocar en la va pblica, no hay un escenario especial, los jvenes ponen sus instrumentos musicales y su danza. Pero, por ejemplo, en semana santa el municipio instala un pequeo escenario para los grupos que tocan en el fandango. Desde muy tempranas horas, se organizan clases de zapateado y de composicin de dcimas. La Casa de la Cultura fomenta el aprendizaje de la jarana y el zapateado, a travs de sus clases diarias a personas de todas las edades. Por lo regular, los
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La gente de Tlacotalpan hace una distincin entre las colonias del centro y las de la periferia, aludiendo que los asentamientos de arriba son las que estn en el centro y abajo es en la periferia, especialmente rumbo a la iglesia de San Miguelito. Visiblemente no se alcanza a percibir que el centro est en una parte alta. Al contrario esta parte de la ciudad se ubica ms alejado del ro Papaloapan. 37 Por lo regular esta prctica es realizada por gente con ms experiencia en la creacin artstica.

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alumnos de esos cursos se renen a tocar cada ocho das junto con otros msicos con ms experiencia. En el fandango puede participar cualquier persona que sepa zapatear al estilo jarocho. Las tarimas para la danza estn abiertas a todo el pblico asistente. Durante la semana se puede escuchar por las calles los ensayos de los jvenes para el da sbado. En mi estancia en campo me toc ver y escuchar las reuniones familiares en donde se toca msica. Esta circunstancia, no excluye el gusto o disfrute de otro tipo de gneros musicales en la poblacin. Slo la colonia Cuauhtmoc intenta imitar dicha traza, las dems presentan una estructura dismil al centro. Observ que mientras ms se alejan las colonias de la cabecera municipal, aumenta la diferencia respecto a ella en la construccin de las casas, el color de las fachadas, incluso el tamao de los templos de oracin, la cantidad de gente que habita una vivienda y el empleo en el que se inserta su poblacin. En la misma circunstancia estn los asentamientos de la ribera, como la llamada por lo lugareos colonia del Gas 38. Estas colonias se ubican a un costado de la carretera federal No. 175, que va de norte a sur al municipio de Cosamalopan. Son habitadas por algunos pescadores. Colindan con el embarcadero del lugar, las pescaderas, restaurantes a la orilla del ro y bares locales.

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Se le llama as porque en sus inmediaciones se localiza la Gasera Tlacotalpan que suministra de tanques de gas metano a la poblacin.

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Imagen 3: Casas de lmina sobre la carretera federal N. 175, Ribera de Tlacotalpan, Emma Ruz 2012

En la opinin de casi todos los habitantes entrevistados para mi investigacin, las colonias de la ribera son consideradas como una franja o cinturn de pobreza, que demerita la belleza de la ciudad patrimonio cultural. De hecho, a partir del 10 de febrero del 2012 se pretenda la demolicin de esa parte de la ciudad, para dar paso al nuevo proyecto turstico del municipio, en donde el embarcadero y restaurantes sern reconstruidos por completo; las familias de las colonias sern reubicadas en casas de inters social. La imagen 3 seala una casa localizada en la colonia del Gas, la cual, comunica con el centro histrico y su casero. En pocos minutos de caminata sobre la carretera el panorama del paisaje cambia a la imagen 4.

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Imagen 4: Centro histrico, Malecn de Tlacotalpan, Emma Ruz, enero 2012

La Fiesta De esta forma, Tlacotalpan es una ciudad de arribo turstico. Una de las temporadas sobresalientes de visita fuerea se da en el marco de la Fiesta de la Candelaria. Dentro de ella se realizan actividades religiosas y culturales en honor a la virgen de Candelaria39. Aunque tambin se organiza un carnaval en el mes de mayo, no tiene la misma atraccin que la fiesta del 2 de febrero. En sta sobresale la organizacin del Encuentro de Jaraneros y Decimistas, que en 2012 constituy el numero XXXIII, Encuentro de Escritores del Sotavento, Encuentro Infantil de Jaraneros y Decimistas, la Cabalgata Tradicional, etctera. En 2012 la fiesta comenz el 31 de enero y finaliz el 9 de febrero. Las actividades ms esperadas por el pblico de otros lugares son el recorrido en lancha de la imagen de la virgen y la Pamplonada40. Para la poblacin local las actividades ms atractivas son la Cabalgata Tradicional, la Pamplonada, corridas de toros y los bailes organizados por el gobierno local.41 La fiesta se vive de forma distinta para los lugareos. El da
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La virgen de la Candelaria no es la patrona del pueblo, el santo patrono es San Cristbal, el cual tambin tiene su celebracin, de la misma forma que San Miguel Arcngel; sus celebraciones se hacen con audiencia mayormente local. 40 Se sacan toros o vaquillas por las principales calles de la ciudad para que la gente las persiga. 41 En 2012 hubo tres bailes principales amenizados por el cantante de msica grupera Espinoza Paz, la

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que ms disfrutan es el de los toros. En la fecha ltima se vuelven a sacar a los animales por todo Tlacotalpan exclusivamente para ellos. Adems de estos eventos cada ao se realizan conciertos en el Auditorio Netzahualcyotl, en el que caben 350 personas, y donde slo puede asistir gente invitada por el ayuntamiento de Tlacotalpan42. Al concierto asisten principalmente figuras pblicas y polticas de la ciudad, adems del gobernador, su esposa y equipo de trabajo. Asimismo, llega poblacin de varios municipios de Veracruz y de otros estados de la Repblica. Principalmente de los municipios de Alvarado, Cosamaloapan, Carlos A. Carrillo, Xalapa y Puerto de Veracruz. En 2012, a pesar de que la fiesta oficialmente comenz el 31 de enero, los preparativos de la poblacin empezaron un ao antes, terminando la fiesta del 2011. Pude observar que dos semanas anteriores al evento, la poblacin dio su ltimo esfuerzo para comenzar con la celebracin. El gobierno municipal limpi las calles, cort el pasto de los jardines, instal escenarios para los conciertos de jarana y los bailes, coordin la instalacin del tianguis y los juegos mecnicos, adems, organiz el plan de seguridad. Durante mi estancia en la ciudad, pude observar que se arreglaron calles y avenidas principales. En relacin a esto, un dato importante que pude saber es que algunas vas de comunicacin43 son destruidas por el gobierno local en das anteriores, para despus reconstruirlas. En opinin de algunos pobladores, muchas de las calles remodeladas no hubieran necesitado arreglo porque estaban en buenas condiciones, sin embargo, es una accin que se hace habitualmente. Por su parte, las personas limpian y pintan sus casas para las festividades. La poblacin que cuenta con cuartos excedentes para rentar al turismo acondicion sus instalaciones44. Esta accin fue realizada, de forma general, por personas de la colonia centro y asentamientos aledaos. Las labores se
cantante Yuri y el grupo de msica merengue Merenglass. 42 Este ao el concierto fue realizado con la participacin del cantante Francisco Cspedes en honor al compositor Agustn Lara y su vnculo musical con la cultura cubana. El personal del municipio regal una o dos horas antes del evento algunos boletos, al pblico en general, en la plaza Hidalgo. 43 De entre ellas puedo mencionar la calle Jos Mara Iglesias. 44 La labor de limpieza y acondicionamiento va desde limpiar, desechar cosas viejas, limpiar baos y comprar toallas de bao, sbanas, jabones, papel higinico, decorar con objetos de segunda mano, etctera.

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efectuaron por los integrantes de la familia, parientes y/o amigos. Por ejemplo, la familia con la que me qued en campo debati en conjunto el color con el que se pint la estancia del lugar y los precios de la renta 45; el padre de familia y su hijo menor pintaron, las mujeres limpiamos habitaciones, pasillos, escaleras y escogimos objetos decorativos. Es decir, fue una labor que se hizo en conjunto. Cabe destacar que en algunos casos la familia se sale de su vivienda para rentarla, por tal razn, slo alquilan a personas que ya conocen pues estn al pendiente de quin entra en sus viviendas. Varias personas se emplean en conseguir a vecinos o familiares que deseen rentar, llevndose una comisin por trato. De forma general, las personas que no tienen una propiedad para alquilar se dedican a la venta de artculos diversos, los cuales van desde ropa que ya no utilizan hasta comida y bebidas tradicionales 46. En 2012, realizaron su venta afuera de sus casas o entre las calles del centro histrico. Tambin, particip poblacin de otros municipios que fue a trabajar a Tlacotalpan, ellos se emplearon, sobre todo, en restaurantes, bares y tiendas de recuerdos. Para mucha gente la ciudad se ensucia y maltrata con la llegada de turistas. Del 31 de enero al 4 de marzo las calles estaban repletas de transentes. El tianguis, junto con los juegos mecnicos, se instalan en las avenidas Lerdo de Tejada y Venustiano Carranza principalmente. Pude observar que la dinmica cambia por completo durante la fiesta. Pasa de la presencia de sus pocos pobladores a la muchedumbre, al desvelo del baile, al ligue, encuentro de amigos que regresan a Tlacotalpan, la ingesta de alcohol, a la basura por todas las calles del centro y el mal olor generado por los baos pblicos que se limpian hasta terminar la celebracin. La fiesta en la ciudad ha cambiado con el pasar de los aos. Para el sr. Rafael Vzquez47 la tradicin se est perdiendo. En su opinin, ya no es como antes, ahora la gente slo va a alcoholizarse. Los puestos del tianguis dan todo muy caro. Y segn l, se incrementa la inseguridad en la ciudad.
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Los precios oscilan entre los 200 hasta los 1600 pesos la noche, dependiendo el tamao, la ubicacin y condiciones del lugar. 46 De entre la comida se destacan los tamales, chiles rellenos, volovanes, agua de horchata, bebidas tradicionales como el popo, hecha con polvo de cacao, o el torito (licor de sabores como la guayaba o cacahuate). 47 El sr. Rafael Vsquez habita en la colonia del centro histrico, tiene 44 aos de edad y trabaja de taxista en el municipio.

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Adems, el encuentro de jaraneros o el fandango quedaron en segundo plano. Ahora es el baile popular el que se espera disfrutar, sobre todo por los jvenes tlapacolteos y de municipios aledaos. A pesar de que las opiniones pueden diferir, la vida cotidiana cambia y lo pude observar. Por ejemplo, en el transcurso de vida normal la gente acostumbra dejar los cerrojos de sus casas abiertos, en cualquier momento los vecinos y familiares entran a sus viviendas, mantienen poca desconfianza en comparacin con la dinmica en la fiesta. Durante la llegada de turismo cierran bien las puertas de entrada, no pasean a altas horas de la noche en las plazas y estn vigilando a sus hijos adolescentes durante el da, por medio de los celulares. Los y las jvenes menores de edad mantienen otro ritmo de vida, no asisten a la escuela por dos semanas, van a los puestos del tianguis a comprar comida, ropa, bebidas alcohlicas y a ligar. La fiesta tradicional es publicitada en la televisin del estado de Veracruz e intenta atraer turismo extranjero, situacin que concuerda con la poltica del gobierno de Javier Duarte. La fiesta de la Candelaria no slo es esperada por el gobierno del estado, sino tambin, por un sector de poblacin local, gracias a la derrama econmica que deja.

Imagen 5: Virgen de la Candelaria hecha con flores naturales, Emma Ruz, Febrero 2012

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Imagen 6: Gente esperando la salida de los toros, Emma Ruz, 01 de Febrero de 2012

Imagen 7: Recorrido por el ro Papaloapan de la virgen de la Candelaria, Emma Ruz, 2 de febrero 2012

En este sentido, las ventajas que podran suponerse de la derrama econmica no se dan para todos. Slo se benefician ciertas familias dueas de hoteles, restaurantes, bares, tiendas de ropa, recuerdos, etctera. Para el resto de la poblacin, la visita de turistas deja basura y crea un escenario de desconfianza
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por la llegada de gente de fuera.48 Con base en los datos recogidos en campo, pude observar que dicha situacin se agudiza para la zona de la periferia y los habitantes de la ribera. As, algunas personas que habitan en estas colonias reciben poco o nada de esta derrama, a excepcin de la zona riberea donde hay bares, cantinas o la denominada zona roja 49. En las colonias perifricas como la de los Cocos, si hay venta de antojitos o bebidas alcohlicas, pero, en comparacin con la oferta turstica del centro, son pocos los establecimientos que ofertan productos a fuereos.50 Podra decir que, de manera general, el centro abastece la mayora de las cosas que el turista requiere para vacacionar pocos das.51 Considero que la poblacin de la periferia slo accede a la derrama econmica de manera subalterna, como empleadas(os) de establecimientos comerciales, o vendedores ambulantes52. Actividades econmicas En Tlacotalpan, aparte del explotar el ramo turstico, existe la produccin agrcola y ganadera. Hay dos asociaciones de ganaderos en la ciudad. Para el 2009, el municipio siembra 5359.89 hectreas de tierra. Los productos cosechados son la caa de azcar, el maz, sorgo en grano, sanda y frijol. El sector ganadero se dedica al cuidado de ganado bovino, porcino, caprino y aves principalmente. Para el 2009 se registra el valor de la produccin de carne en 101 076.1 millones de pesos. (Servicios de Informacin Agroalimentaria y Pesquera, (SAGARPA), oc4jver.veracruz.gob.mx, 2009) Cabe destacar que las tierras dedicadas al ganado estn repartidas en pocas manos. La poblacin de Tlacotalpan no slo obtiene sus principales ingresos trabajando en el servicio turstico, ganadero o agricultor. Algunos habitantes obtienen un
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Roberto Contreras, taxista de la localidad, me relato cmo asaltaron a uno de sus compaeros en febrero 2010 durante el marco de la Fiesta de la Candelaria. Los asaltantes eran presumiblemente de otro municipio. (Entrevista realizada a Roberto Contreras, habitante de la colonia del Gas, edad 29 aos, trabaja de taxista local, abril de 2011) 49 Esta es ubicada en un callejn atrs del mercado local, se conforma de varias cantinas y bares. 50 Estos establecimientos son poco visibles para el que no habita ah, slo puedes localizarlos despus de varios das de recorrer esa parte de la ciudad. 51 Desde los alimentos, ropa, calzado, bebidas, recargas telefnicas, antojitos, telfonos pblicos, diversin nocturna, recintos para orar, museos, recorridos por el ro Papaloapan, etctera. 52 En el Parque Hidalgo se concentra la mayora de los vendedores ambulantes. Se ofrecen desde alimentos como: nieves de coco, golosinas, elotes, esquites, tamales hasta imgenes religiosas.

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empleo en el conjunto de establecimientos comerciales como la tienda de material de construccin, el banco, el Centro de Salud del municipio, Casa de la Cultura Agustn Lara, papeleras en la zona centro, etctera. Adems, existe la presencia de poblacin en el sector educativo pblico un privado. En la ciudad se encuentra una Escuela Normal de Maestros. No existe ninguna industria, solamente una pequea empresa de produccin de plstico. Parte de la poblacin ha migrado a otras ciudades para conseguir empleo. Los que no lo hacen se las ingenian para subsistir. Por ejemplo, vecinos de las colonias perifricas pueden trabajar en los comercios antes mencionados, la gente de las rancheras limtrofes trabaja en el servicio domstico en el centro, pitando casas-habitacin, en la madera, plomera y otros oficios. Parte de la poblacin del centro tiene la oportunidad de crear algn negocio, porque esa es la zona ms visitada por el turismo. Segn el sr. Rafael Vzquez, la opcin ms eficaz es la migracin. Existe la emigracin estacionaria al Puerto de Veracruz, Xalapa, Jalisco y Ciudad de Mxico. En su opinin, los jvenes no tienen muchas alternativas de trabajo. Pueden ser profesores normalistas, esperar a que les den una plaza de maestros en los ranchos aledaos, para despus acceder a un puesto en las escuelas de la ciudad; o bien, tener contactos en las oficinas municipales para entrar a trabajar ah, emplearse de dependientes en los distintos negocios de la ciudad, o migrar, de hecho esa fue la opcin que a l se le present aos atrs. (Entrevista realizada al sr. Rafael Vsquez, febrero de 2012). EL Patrimonio Cultural Otra de las caractersticas sobresalientes de la ciudad es que, desde 1986 varias de sus edificaciones son consideradas por el
INAH

como Patrimonio

Edificado53. Dentro del patrimonio edificado se encuentra la arquitectura monumental, relevante, tradicional y verncula54. Adems, desde el ao de 1998 la
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el conjunto de edificios pblicos o privados que se distinguen por tener valores histricos, arquitectnicos, estticos o de valor ambiental o bien por ser el ejemplo de alguna corriente, estilo o poca. Incluye tambin a los conjuntos de arquitectura verncula y popular. (Reglamento Permanente del Plan regional de Desarrollo Urbano y de Conservacin de la Ciudad de Tlacotalpan, 1998: 15) 54 La arquitectura monumental: edificaciones con caractersticas arquitectnicas y antecedentes histricos nicos en la totalidad de conjuntos, son hitos visuales. Arquitectura Relevante: edificaciones de menor escala, con calidad arquitectnica y/o antecedentes histricos y caractersticas estilsticas de gran valor; arquitectura verncula: inmuebles de caractersticas modestas, su importancia radica en el

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UNESCO

declara a Tlacotalpan como Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Aunado a ello, tambin existe la proteccin del Patrimonio Natural55. En el artculo 20 del Reglamento Permanente del Plan Regional de Desarrollo Urbano y de Conservacin de la Ciudad de Tlacotalpan, la delimitacin de la Ciudad para [su] aplicacin comprende 484 has. Que incorporan los cuerpos de agua de los Ros Papaloapan y San Juan, con aproximadamente 75 has (Reglamento Permanente del Plan Regional de Desarrollo Urbano y de Conservacin de la Ciudad de Tlacotalpan, 1998: 11) Con base en ello, el patrimonio edificado est constituido por 547 edificaciones y 409 han sido anexadas desde 1998 por el Plan Regional de Desarrollo. (v. Reglamento Permanente del Plan Regional de Desarrollo Urbano y de Conservacin de la Ciudad de Tlacotalpan, 1998: 34) Sin embargo, ser considerado de esta forma tiene sus condiciones. El Reglamento Permanente del Plan Regional de Desarrollo Urbano y de Conservacin de la Ciudad de Tlacotalpan, se caracteriza por contener .un conjunto de normas, determinaciones, lineamientos y programas establecidos para la conservacin y mejoramiento de la Ciudad. (Reglamento Permanente del Plan Regional de Desarrollo Urbano y de Conservacin de la Ciudad de Tlacotalpan, Ver., 1998: 10) Para este plan, la ciudad contiene arquitectura tradicional y prcticas culturales relevantes, amenazadas por el desarrollo inmobiliario. Por tal motivo, se tienen una serie de normas y lineamientos que la poblacin debe respetar. Los encargados de regular la aplicacin del plan son las autoridades del municipio de Tlacotalpan, principalmente el director de obras pblicas, el arquitecto Roberto Antonio Snchez Herrera. En el nivel estatal es el cumpla. Desde el punto de vista del director de obras pblicas, el
INAH-

Veracruz el rgano capacitado para aconsejar, promover y vigilar que el plan se


INAH

acta

como un padre. (Entrevista realizada a Arquitcto Snchez, abril, 2011) Por tal motivo, se tienen restricciones sobre el uso de las calles y avenidas, acerca de
conjunto y por constituir testimonios de la arquitectura popular de la ciudad. (Reglamento Permanente del Plan regional de Desarrollo Urbano y de Conservacin de la Ciudad de Tlacotalpan, 1998: 14) 55 Se entiende por Patrimonio Natural a todos los elementos de la naturaleza presentes en la Ciudad como: topografa, los cuerpos de agua, el arbolamiento, etc. y que conforman el medio ambiente en que se desenvuelve la vida de la poblacin, y que adems influye determinantemente en el patrimonio edificado. (Reglamento Permanente del Plan regional de Desarrollo Urbano y de Conservacin de la Ciudad de Tlacotalpan, 1998: 14)

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cmo y con qu materiales reconstruir, remodelar o decorar las fachadas y algunos interiores de la casa-habitacin del centro histrico56. La poblacin tiene que acatar los lineamientos y en caso de que no se cumplan existen sanciones econmicas y la clausura de construcciones. Para varios pobladores del centro estas restricciones slo benefician a la comunidad en la limpieza y apariencia del lugar. En opinin de varios habitantes de las colonias perifricas y ribereas est situacin no los beneficia en nada.

Un poco de organizacin social Por otra parte, la ciudad de Tlacotalpan es gobernada por el Partido Revolucionario Institucional. Su alcalde actual es Hilario Villegas. Existen dos facciones pristas en disputa por el poder local. Hay competencia partidista durante las elecciones, pero no es muy visible la representacin de otros partidos polticos fuera de la contienda. En una primera visita observ que se ubica una organizacin de ganaderos. Hasta antes del 2012 exista una asociacin civil que disputaba al municipio algunos terrenos. Tanto la organizacin como sus lderes desaparecieron de la ciudad, quedando pendiente la entrega de algunos terrenos. La sra. Elvira Muos Malpica57 me coment que la organizacin le qued a deber 5000 pesos, y que hasta los primeros das de febrero de 2012 no saba cmo iba a recuperarlos. (Entrevista realizada a la sra. Elvira Muoz, enero de 2012). Las organizaciones que ms sobresalen son la de grupos con perfil cultural, es decir, representantes de jaraneros y decimistas. Existen varios grupos como el denominado Estanzuela, Sikisir, entre otros, los cuales participan en los fandangos locales los das sbado y han estado presentes en las emergencias como las inundaciones de 2010. Cabe resaltar que no se generaron asociaciones civiles relacionadas con las inundaciones.

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Slo es considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad el centro histrico de la ciudad La sra. Elvira Malpica, antes de las inundaciones era habitante de la colonia INFONAVIT, en el momento de la entrevista resida en la colonia Venustiano Carranza, tiene 40 aos de edad, es madre soltera y trabaja en una papelera del centro histrico.

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2.2 Las inundaciones de 2010 en Tlacotalpan


Lo establecido anteriormente da los elementos bsicos para exponer la forma en que la gente enfrent las inundaciones del 2010 bajo ese contexto especfico. Para ello, es necesario presentar un relato sobre las dos inundaciones. Este fue construido con base en el trabajo de campo, en donde realic entrevistas a profundidad y entabl plticas informales con la gente afectada. El esquema bajo el cual constru la narracin fue el de las etapas del desastre, la cual expuse en lneas anteriores58. La finalidad es jugar un poco con la idea de etapas, para despus poder cuestionarlas y mostrar la exclusin de ciertos elementos. As, el eje de construccin del relato se constituye bajo las tres etapas del proceso del desastre. Estos son la prevencin, emergencia y normalizacin. La primera alude a las acciones de contencin y/o proteccin para la inminente entrada de agua. El segundo momento es la emergencia como tal. Y el tercer episodio corresponde a las acciones realizadas para normalizar la vida despus de la crisis. Se narrarn de manera breve y conjunta las respuestas de la poblacin afectada y la puesta en marcha de acciones por parte de autoridades locales, estatales y federales.

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Macas [op. cit.: 17]

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2.2.1 Antes de la emergencia


Antes de la primera inundacin del 28 de agosto, la gente protegi documentos oficiales y objetos que consideraron de valor59. La alarma emitida por CONAGUA permiti hacerlo con anticipacin. Segn algunos pobladores, la ayuda que lleg de manera inmediata y antes de la primera inundacin fue a travs de esa Comisin. Este organismo realiz actividades de contencin para que el desbordamiento de ros circundantes, como el Papaloapan, hicieran menos dao a la ciudad. En este caso es CONAGUA la que organiz tareas de proteccin, se encarg de los avisos de alarma y/o llamados de evacuacin. Las personas monitorearon la informacin respecto a lo sucedido; la televisin se constituy como el medio ms eficaz para saber del desenvolvimiento de la emergencia. Sin embargo, algunos habitantes, principalmente de la ribera, dicen no haber escuchado avisos para salirse. Cabe mencionar que, la gente no crea que la temporada de lluvias desatara un desastre como el que aconteci. Segn la jefa administrativa de Capitana de Puerto, la sra. Cecilia Mayo Martnez 60, este rgano es el encargado de medir el nivel del ro, desde la entrada de temporada de lluvias en el mes de julio hasta noviembre. Esta actividad se realiz en 2010 diariamente y a cada hora. (Entrevista realizada a la sra. Cecilia Mayo Martnez, enero 2012).

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Estos fueron muebles, aparatos electrodomsticos, as como ropa y zapatos fueron resguardados en lugares altos de las viviendas. En caso de que la casa no contara con estos, se improvisaron suelos elevados con tabiques y madera. 60 La sra. Cecilia Mayo, habitante de la colonia Venustiano Carranza, tiene 50 aos de edad y es jefa administrativa de Capitana de Puerto.

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2.2.2 La emergencia
El 28 de agosto sucedi la primera inundacin. El agua subi a 2.75 cm y rebas el nivel crtico. Segn la sra. Mayo, por la gravedad de las cosas se realiz una reunin donde estuvieron Proteccin Civil, La Secretara de Marina, la Armada de Mxico y Capitana de Puerto, con el fin de coordinarse para el plan de emergencia. A pesar de ello, desde el punto de vista de otro funcionario del municipio, Juan Salcedo61, CONAGUA fue el rgano estatal ms sobresaliente que se encarg de acciones de prevencin; desde su propia experiencia ninguna otra institucin figur de manera importante. (Entrevista realizada a Juan Salcedo, funcionario del municipio, abril 2011). Varios habitantes me relataron que la primera evacuacin masivas se realiz el 5 de septiembre. Algunas personas se quedaron en los niveles ms altos de sus viviendas a cuidar sus cosas. Segn me platicaron los habitantes, hubo mucha renuencia para salir de sus casas. De forma general, existi la incredulidad sobre los avisos del gobierno local de una posible inundacin. Cabe aclarar que, si hubo poblacin que se fue a resguardar con vecinos de otras localidades como Alvarado. Sin embargo, para la funcionaria Rosa Ros62, algunas personas no salieron de sus casas en la primera inundacin por desidia, ya que, a pesar de que las autoridades advirtieron se hizo caso omiso. Ella escuch que decan qu nos vamos a inundar, estn locos. Posteriormente, el ejrcito no se daba abasto por tanta gente que quera salir. (Entrevista realizada a la sra. Rosa Ros, enero 2012). Al paso de los das la poblacin que todava quedaba se refugi fuera de su ciudad, porque desde que entr el agua cortaron el sumistro de todos los servicios. No podan subsistir sin agua potable para asearse, preparar alimentos, o electricidad. Me platicaron que todo Tlacotalpan se mantuvo en penumbras muchos das.
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Juan Salcedo vive en la colonia centro histrico, tiene 38 aos de edad y tiene un cargo en el municipio. 62 La sra. Rosa Ros es habitante del centro histrico, tiene 50 aos de edad y trabaja en una dependencia federal ubicada en el municipio.

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Antes de evacuar, la mayora de las personas aseguraron las entradas de sus casas con cadenas y/o candados para evitar el saqueo. Sin embargo, esto no se pudo evitar63. Los evacuados se refugiaron en albergues del puerto de Veracruz o casas de familiares y amigos en diversos municipios aledaos, principalmente en Alvarado. El gobierno de Fidel Herrera64 dispuso albergues en algunos hoteles en el puerto de Veracruz donde se proporcionaba alimento y comida65. Cuando el nivel disminuy la poblacin comenz a regresar a sus hogares. Se hicieron labores de limpieza y sacado de escombros, sin embargo, no se prevea la segunda inundacin relacionada, al parecer, con las manifestaciones del huracn Mattew; el da 11 de septiembre de 2010 sorprendi a los habitantes. Para algunos lugareos era impensable lo sucedido, no era esperado y tom a la poblacin desprevenida66. Y no slo aconteci, si no que el agua rebas los 3 m en algunas partes de la ciudad. Al respecto, Capitana de Puerto tiene registrado en su bitcora que el nivel oficial lleg a los 3.19 m. Fue entonces cuando la Secretara de Marina y el Ejrcito Mexicano evacuaron a los habitantes del municipio por segunda ocasin67. Es importante mencionar que, tal parece la poblacin no haba vivido una entrada de agua de tal magnitud desde 1969. La gente fue trasladada en lanchas desde sus viviendas hacia el barco proporcionado por la Secretara de Marina, el cual los llevara de vuelta a los albergues. Hubo que llevar a personas enfermas a la ciudad de Veracruz en helicptero. Los mismos pobladores se ayudaban entre s para trasportar objetos pequeos y embarcarse. Varias personas estuvieron durante dos meses en viviendas ajenas a la suya. Sin embargo, la gente necesit ms que techo y comida. Prueba de ello es que algunos decidieron trabajar durante ese periodo. Otros gastaron ahorros de aos. Existi el apoyo estatal y de asociaciones civiles de diversas partes de la Repblica Mexicana68. Al respecto,
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Se acus a los vecinos de colonias perifricas de dicha accin. Fidel Herrera fue gobernador de Veracruz del 1 de diciembre de 2004 - al 31 de noviembre de 2010 65 Hubo personas evacuadas que no se quedaron en los albergues, ya que disponan de redes sociales en el puerto que les proporcionaron techo y alimento. 66 Como ya se haba realizado la limpieza del lodo y escombros que dej la primer entrada de agua, muchos muebles y enseres se encontraban aseados y desprotegidos. 67 Llegaron soldados y marinos a rescatar gente y animales domsticos de casas anegadas. 68 Estas asociaciones llevaron ropa, zapatos, alimento y bebidas enlatadas, as como medicinas y agua embotellada.

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considero que cada familia evacuada construy un escenario alterno de respuesta frente a la crisis, en contraposicin con la lgica estatal. Fueron dos meses en que las personas evacuadas tuvieron que vivir en una dinmica social distinta a la suya y con escasos recursos econmicos.69. Vivan bajo la angustia de perder sus cosas a causa de saqueos o el maltrato ocasionado por el agua. Por ello, monitoreaban la informacin del desastre todos los das por la televisin y a travs de llamadas telefnicas. Los rumores no se hicieron esperar. Entre la poblacin evacuada circulaba uno sobre la inminente desaparicin de Tlacotalpan. Para la emergencia se rene la alcaldesa en turno, la contadora pblica Esperanza Burela Villegas, con el Subdirector de Vinculacin de SECRETARA ESTADO
DE

PROTECCIN CIVIL

DEL ESTADO DE

VERACRUZ, con el Director de Secretara


DE

de Salud del estado, la Secretara de Marina, SECRETARA


DE

SEGURIDAD PBLICA

DEL

VERACRUZ, el CODEPAP y CONAGUA. Esta reunin tuvo la finalidad de disear

un plan de trabajo para la atencin a los damnificados. As, paulatinamente y de acuerdo a su experiencias del desastre, la poblacin se traslad a sus casas; en el mes de octubre la mayora de la poblacin ya haba llegado70. Por ltimo, es importante destacar que no acontecieron prdidas humanas. Sin embargo, aunque para varias personas afectadas no hubo muertes directas por la inundacin, si las hubo de manera indirecta. Algunos habitantes, sobre todo ancianos, murieron o enfermaron por la depresin que les caus la evacuacin, el traslado a un lugar distinto y la prdida total de objetos.

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Incluso, se me relat que diversa gente enferm de gripas y alergias estando fuera de su hogar. Cabe destacar que hay poblacin evacuada que vivi la inundacin de Tlacotalpan y la del puerto de Veracruz. Las personas que sufrieron la entrada de agua en aqulla ciudad fueron los que se resguardaron en casa de familiares, porque las que estuvieron en albergues no padecieron esa situacin.
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2.2.3 Despus de la emergencia


El nivel del agua no baj hasta despus de dos semanas de la llegada de la poblacin. No haba comida, servicios como agua, luz, gas, telfono e internet. La luz y el agua fueron restablecidas prontamente en comparacin con los dems 71. De forma literal, con el agua entre las piernas comenzaron a intentar normalizar la vida. Para ello, la labor de limpieza fue sobresaliente72. La basura y los escombros fueron un problema importante. Cmulos de desechos fueron el escenario que las personas damnificadas vieron por varias semanas frente a sus casas. La tarea de limpieza fue la ms extenuante para ellos, ya que nadie externo a las viviendas apoy. Hubo que limpiar desde el ms pequeo traste de cocina hasta pisos, paredes, autos, etctera. Segn algunos pobladores, ese fue uno de los aspectos que descuid el ejrcito, ya que hubieran preferido que la ayuda se extendiera a la limpieza. La basura, adems de contener cacharros viejos, tena objetos que s servan antes del desastre y que despus estaban tan maltratados que resultaron inutilizables. Aunado a lo anterior, slo se poda adquirir comida mediante la ayuda del ejrcito mexicano. Las filas para ello eran interminables. El Ejrcito se encarg de cocinar, distribuir comida y agua de consumo humano. Era la nica forma de tener alimento, ya que las tiendas de comestibles tenan poca mercanca apta para ingerir73. Segn lo relatado, el Ejrcito y la Secretara de Marina se dedicaron a limpiar todo el centro histrico, especficamente, los monumentos considerados parte del patrimonio cultural de la ciudad.74. Se aproximaba la fecha de arribo
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A pesar de que si haba agua en las tuberas, sta no poda utilizarse por estar sucia. sta no se redujo a las casas-habitacin, tambin se hizo en los establecimientos comerciales, oficinas municipales, instituciones pblicas como escuelas y Centro de Salud; as como tambin el Auditorio Netzahualcyotl, la Casa de Cultura, la Casa Artesanal y edificaciones consideradas monumentos histricos (de entre ellos se encuentran el santuario de la virgen de la Candelaria y la iglesia de San Miguelito). 73 Esto debido a los daos ocasionados por la inundacin, los saqueos y las ratas que roan los alimentos. 74 El Ejrcito Mexicano se puso a limpiar cada uno de los monumentos histricos, as como tambin, los lugares considerados recintos culturales y de arribo turstico como la Casa de Cultura, El Auditorio Netzahualcyotl, la Casa Artesanal, etctera.

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turstico ms importante, esta es, la celebracin de la fiesta de la Candelaria del 2 de febrero. Adems del encuentro anual de jaraneros y decimeros, en 2010 se tuvo el compromiso de alcanzar el Record Ginnes del dulce de leche ms grande del mundo. A razn de ello, considero existi una urgencia de parte de varios organismos del Estado por reparar edificios y limpiar todas las construcciones daadas en el centro histrico. Por ello es que el restablecimiento de los sitios en donde tendran lugar estas prcticas tuvo que hacerse lo ms rpido posible. A dos aos de distancia, el actual alcalde de la ciudad, Hilario Villegas, sigue reclamando fondos de la
UNESCO

para que se restauren las edificaciones daadas


INAH

por las inundaciones de 2010, insiste en que el necesaria al patrimonio cultural en Tlacotalpan.

mantenga la atencin

Ahora bien, las acciones realizadas por los organismos estatales para la normalizacin de la ciudad se dirigieron a: 1. Limpiar calles y avenidas principales 2. Dotar de apoyo en varios rubros: Botes de pintura para las fachadas de las viviendas Costales de cemento para la reconstruccin de algunas bardas y paredes en casas-habitacin Cheques canjeables por enseres domsticos Vales de limpieza Ayuda monetaria para los comercios Regalos de dinero en efectivo Promesas para restablecer equipo de trabajo perdido Los botes de pintura fueron otorgados por la Secretara de Desarrollo Social (SEDESOL). Fueron asignados en correspondencia con el nmero de medidores de
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luz. Es decir, por cada medidor de luz se daba un bote de pintura75. As, la pintura donada a las personas damnificadas era para restablecer las fachadas de las casas, exclusivamente las ubicadas en el centro histrico de la ciudad. En algunas colonias a la orilla del ro se puede observar ese apoyo. Sin embargo, conforme la mirada se aleja del centro haca la periferia es notable la falta de este mantenimiento. Existi una exclusin de las colonias perifricas por no ser consideradas parte del centro histrico. As, los botes de pintura fueron objeto de tensin entre el municipio y la gente. Existieron condiciones para que la ayuda fuera entregada. En primer lugar, los dueos del medidor de luz tenan que estar al corriente con sus pagos del servicio elctrico. En segundo trmino, los beneficiarios del material tuvieron que comprobar su presencia durante la inundacin, es decir, quienes hubieran experimentado personalmente los efectos del fenmeno natural. La poblacin que no se encontr durante la emergencia habitando sus casas no fue vista como afectada. Exista una lista en la que las personas tuvieron que anotarse para recibir el material. Paralelo a ello, hubo quienes se alistaban varias veces y reciban el doble. Cuestin que fue detectada y a veces detenida por los repartidores. Cabe destacar que, para muchos vecinos del centro, pintar la fachada de las casas de ms de 4 m de altura requiri pagar mano de obra. Este costo no estuvo contemplado por las autoridades que dieron el apoyo y la gente asumi el gasto. Adems, algunas personas decidieron vender el material a sus vecinos para invertir en pintura de mejor calidad. Es importante destacar que las autoridades municipales insistan constantemente en que se terminara de pintar en el menor tiempo posible. As, se destaca que tanto la poblacin del centro histrico como los de la periferia no estuvieron del todo conformes con esta ayuda. Otra de las aportaciones que hizo el Estado, por medio de
SECTUR

SEDESOL,

fue un

cheque por la cantidad de 10000 pesos para gastar exclusivamente en muebles domsticos y aparatos elctricos. La mecnica para repartir el cheque fue la misma que en la pintura. Las autoridades municipales regulaban este apoyo, sin
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Oficialmente estos aparatos de la CFE son ubicados por casa-habitacin. Sin embargo, hay casos en que una vivienda puede tener dos medidores por contar con un establecimiento comercial.

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embargo, una parte de la poblacin respondi ante este hecho esquivando la vigilancia del municipio, anotndose dos veces en las listas. Los regalos de dinero en efectivo fueron hechos por el gobernador en turno, es decir, Fidel Herrera y gente de su equipo de trabajo. Cada vez que llegaba a Tlacotalpan a inspeccionar en qu etapa iban las acciones de normalizacin, se dedicaba a regalar dinero en efectivo, desde 100, 200 y hasta 500 pesos. Tambin asign becas a jvenes que exponan casos de abandono familiar, pocos recursos econmicos, etctera. Para varios pobladores, este gesto era una actitud humillante (Entrevista realizada a la sr. Andrea Olvera, abril 2011)76, ya que la ayuda proporcionada as, pareci una limosna. Segn ellos, los apoyos que daba el gobernador tendran que haber sido otorgados por medios adecuados, porque finalmente, ese dinero y los vveres les correspondan como personas damnificadas. Para otros la ayuda fue buena, porque nadie te regala dinero por nada... (Entrevista realizada a Jorge Gamboa, febrero 2012)77. Paralelo a ello, los costales de cemento que otorg la SEDESOL slo sirvieron para levantar algunas bardas. Para abril de 2011, las casas a orillas del ro que se derrumbaron estaban siendo reconstruidas con recursos de la gente. En 2012, varios hogares estn siendo derrumbados para realizar el proyecto de modernizacin de la ribera. El dinero en especie para establecimientos comerciales se entreg a condicin de que los pagos de impuestos estuvieran al corriente, y slo se otorgaron a algunos negocios. Hubo casos en que pequeos empresarios, especficamente dueos de hoteles, no recibieron ninguna ayuda. Las despensas de comida fueron repartidas a toda la poblacin, sin embargo, no estuvieron de acuerdo con los alimentos que proporcionaban, ya que no corresponda con la alimentacin en sus hogares. Hubo atencin inmediata a todos los ranchos limtrofes del municipio, a donde tenan que trasladarse los funcionarios atravesando la ciudad en lanchas desde muy tempranas horas. Segn el director de obras pblicas, despus de la inundacin lleg recurso
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La sra. Andrea Olvera es habitante de la colonia centro histrico, tiene 45 aos y es ama de casa. Jorge Gamboa es habitante de la colonia del gas, tiene 23 aos de edad y trabaja en distintos oficios; en el momento de la entrevista pintaba la casa de un vecino del centro histrico.

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de La Secretara de Turismo, CODAPEP, SEDESOL y FONDO NACIONAL


LAS

PARA LA

CULTURA

ARTES (FONCA). Adems, la ciudad de Tlacotalpan fue declarada zona de


PARA

desastre y por ello, los recursos del FONDO NACIONAL

DESASTRES NATURALES

(FONDEN) dictamin que era merecedora del recurso federal.78

78

Para abril de 2011, segn el arquitecto Snchez, este recurso iba a ser entregado en los prximos meses del ao, despus de haber cumplido con las reglas de operacin establecidas, sin embargo, en enero-febrero de 2012 ningn funcionario entrevistado saba sobre ese recurso.

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2.3 Dos inundaciones distintas voces


Este es tan slo una forma de exponer las cosas. Desde mi juicio, las etapas aqu descritas corresponden con el tratamiento que el Estado otorg a las inundaciones. Desde el primer momento en que se ubica el peligro de inundacin se tomaron medidas. Sin embargo, en este relato falta algo importante, la voz de quienes vivieron el desastre de agosto y septiembre de 2010. Considero que lo sucedido no puede entenderse de manera esquemtica. En primer lugar, no es posible pensar en una sola historia sobre lo ocurrido, ya que no hay una forma particular de vivir el desastre dentro de una localidad. Desde mi punto de vista, en el caso que me compete, eso dependi de las condiciones de vida de los actores, estas son, edad, sexo, experiencia anterior en otras inundaciones, empleo, la ubicacin de su vivienda, redes sociales fuera de la ciudad, etctera. Es as como el relato unvoco de la emergencia no existe. En segundo lugar, no es mi intencin dejar de lado las contradicciones que implic la experiencia. En los relatos se podrn observar encuentros y desencuentros entre los propios actores y frente al gobierno local. Aqu, se vieron expuestos discursos, estereotipos, dinmicas sociales, e intereses bien delineados en un momento de crisis, tanto desde el aparato de poder como por parte de la poblacin. Aunado a lo anterior, con base en el trabajo etnogrfico, es factible cuestionar los estudios sobre los desastres que no voltean la mirada a la experiencia de los actores. En este sentido, cuantificar o cualificar los daos en cierto nivel implica dirigir y poder controlar la emergencia, sin embargo, slo es una forma de ordenar una pequea parte del deterioro. En este momento slo puedo mencionar que, si nos agarramos totalmente a cualquier esquema que analice este tipo de emergencias, sin profundizar en lo que experiment la gente, caeremos en la reduccin de la memoria colectiva a historias de tragedia ocasional; adems que cometeremos el mismo error que realiza el Estado, este es, aplicar formas de administracin de desastres sin conocer y respetar
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necesidades prioritarias desde el punto de vista de la poblacin. Las personas no son sujetos vulnerables slo por una situacin de emergencia. En este sentido, la experiencia de la localidad frente a las inundaciones en Tlacotalpan, pueden mostrar la forma en que la gente es doblemente vulnerable. De esta manera, las narrativas no dejan de lado los momentos de frustracin, desconsuelo e ira, as como tambin, los instantes donde se tomaron decisiones, asumieron posturas con base en formas de experiencia y maneras de pensar distintas. Quin escucha sobre el dao que sufrieron las personas, es decir, el que vivieron da a da mientras esperaban a que bajara el agua de nivel o durante la limpieza de los hogares? Hablar de desastres sin profundizar en esta experiencia significa reducir el entendimiento de estos fenmenos, -sin contar con la subordinacin de la gente frente al investigador-. Por tal motivo, a continuacin pretendo exponer la voz de los actores, sus impresiones y la forma en que logr entender cmo han sorteado los daos de agosto y septiembre ocurridos en la Perla del Papaloapan79.

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As se le denomina coloquialmente a la ciudad de Tlacotalpan en escritos literarios, sones, dcimas, etctera.

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2.3.1 Aqu hubo mucha ayuda


Los relatos que a continuacin present intentan exponer cmo vivieron las personas de forma individual y colectiva el desastre de 2010. Muestro cmo, desde su contexto especfico, experimentaron este fenmeno. La exposicin estar dividida en dos partes, la primera intenta resaltar la opinin que tiene la gente sobre la labor de las autoridades estatales y municipales, principalmente. La segunda focaliza su atencin en la forma en que se teji la experiencia de la poblacin, con base en la dinmica de la ciudad y frente a las acciones emprendidas por el Estado. Segn Cecilia Mayo Martnez, por la gravedad de las cosas hubo una reunin donde estuvieron Proteccin Civil, La Secretara de Marina, el Ejrcito y Capitana de Puerto en Tlacotalpan para realizar el plan de emergencia. Se acord que CONAGUA dara la seal de alerta a la poblacin. Ella y su equipo de trabajo estuvieron a cargo de medir el nivel del ro Papaloapan diariamente y cada hora. Desde el 21 de julio el agua fue subiendo hasta llegar casi a los 3 m en septiembre. El 28 de agosto de 2010 fue la primera inundacin, el agua subi a 2.75 m, rebasando el nivel crtico. Segn ella, las primeras colonias que se inundaron fueron la del Gas, las rancheras, colonias populares a la orilla del ro y hasta el ltimo la colonia Los Cocos por estar en la parte alta. Cecilia mencion insistentemente sobre que la gente fue muy desidiosa para salir en la primera inundacin. El gobierno les advirti que se iba a inundar y no hicieron caso. Ella escuch que decan qu nos vamos a inundar, estn locos.Ya despus el ejrcito no se daba abasto por tanta gente que quera salir. (Entrevista realizada a la sra. Cecilia Mayo Martnez, enero, 2012) Para ella, la Secretara de Marina estuvo al pendiente todo el tiempo por telfono de la situacin en Tlacotalpan. Recuerda mucho la inundacin del ao 1969 porque tena 10 aos de edad, dice que ah si hubo disentera, diarreas y las cosas estuvieron peores, debido a que el gobierno no ayud para nada. Al contrario con lo que pas en 2010, el Lic. Fidel Herrera [gobernador en turno] demostr que Tlacotalpan no haba desaparecido (Entrevista realizada a
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Cecilia Mayo Martnez, enero 2012) En este caso, los saberes acumulados de Cecilia sobre las inundaciones le sirven para explicar la eficacia de la labor de la Secretara de Marina y Ejrcito Mexicano en la actualidad. Su experiencia en la inundacin de 2010 est enraizada en los sucesos del pasado. (v. Necoechea, Pozzi, et. al, 2008: 306) Para reforzar este hecho distingue la participacin de la Capitana en la emergencia; en esas instalaciones hubo 5 familias refugiadas durante la primer entrada de agua. En el mismo tono se ubica la experiencia de la sra. Margarita Herrera 80, directora de la Casa de Cultura de la ciudad. Para ella la participacin del Ejrcito y la Marina fue ejemplar. Me dijo que sin el apoyo de las autoridades no se hubiera podido hacer nada. Su relato estuvo bien fijado en cmo el gobierno ayud eficazmente a la poblacin. La figura de Fidel Herrera fue una constante es su narracin. De la misma forma que en el relato de Sonia Romero81, funcionaria del municipio, quien menciona que no le importan los rumores que se generaron alrededor del ex gobernador, como por ejemplo si le dio la puerta abierta al crimen organizado en Veracruz, lo que valora es que si ayud a la gente. Prueba de ello es el apoyo de diferentes instituciones del gobierno desde el primer momento de inundacin y tiempo despus. La directora de la Casa de Cultura concuerda con la necesidad de agradecimiento que inspira el ex funcionario. De hecho, cuando tuvo oportunidad de decirlo personalmente a Fidel Herrera lo hizo, regalndole una dcima compuesta por ella, la cual hizo el favor de trascribir en mi cuaderno de campo82.

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La sra. Margarita Herrera, tiene 50 aos de edad y es directora de la Casa de Cultura Agustn Lara. La sra. Sonia Romero, habita en la colonia Venustiano Carranza, tiene 55 aos de edad y es funcionaria del municipio. 82 Salieron a retozar contentos por la llanura y a la Casa de Cultura. Todos vinieron a dar y aunque caus malestar el gran encuentro de ros, ahora es todo un desafo poder reparar la duela, pero mucho nos consuela que contemos con el to. Lo digo con alegra, pues es ms firme que un riel, es nuestro amigo Fidel, en l mi pueblo confa, pues con singular porfa, en la mera contingencia nos demostr su querencia, siempre vino a visitarnos, a resguardar a auxiliarnos, nos tiene mucha paciencia. Por eso a Dios yo le ruego que lo premie con grandeza y su singular nobleza conozca Mxico, luego su ser vivo como el fuego merece la presidencia. l ya demostr su ciencia mejorando nuestro estado, el pas a su cuidado alcanzar la excelencia. Ya nuestro amigo cumpli y lo hizo con soltura, a la Casa de Cultura toda la ayuda lleg, su palabra aqu rindi, la duela est reparada, tambin domos y fachada quedaron resplandecientes, que contenta est mi gente, tiene el alma restaurada. (Herrera Margarita, Inundacin 2010, 2011)

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Como lo mencion en lneas anteriores, el gobierno federal, estatal y municipal dot de ayuda desde el comienzo de la contingencia del 28 de agosto de 2010. Pusieron en marcha un plan de emergencia que inclua las llamadas de alerta y evacuacin, un muro de contencin hecho por costales de arena, con la finalidad de retrasar la inminente entrada de agua.

Imagen 8: Muelle de Tlacotalpan, Capitana de Puerto, 28 de agosto de 2010

Durante la evacuacin la gente sinti el respaldo de la Secretara de Marina y Ejrcito Mexicano. Cuenta la sra. Elvira Muoz Malpica, la cual resida en ese momento en la colonia llamada
INFONAVIT
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, que su casa se inund junto con la

colonia de los Cocos desde la primera inundacin, porque su vivienda es de un solo piso. Por la noche y con todo a obscuras por el corte de servicios, se fue a refugiar en la Escuela Primaria Cuauhtmoc con su madre enferma de hipertensin. Para ella, el traslado fue muy dramtico porque no se vea por dnde ir, unos soldados me ayudaron a sacar a mi mam en lancha. (Entrevista realizada a la sra. Elvira Muoz, febrero de 2012) Ella lo cuenta con algunos sollozos y me dice que en el transcurso de la evacuacin se la pasaron llorando su madre, hija y ella. Elvira me dice no haber tenido otra opcin por las condiciones de salud de su madre, le daba miedo que si quedaba no hubiera podido sacarla ella sola. La Secretara de Marina llev a mucha gente como Elvira al puerto de
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INSTITUTO DEL FONDO NACIONAL DE LA VIVIENDA PARA LOS TRABAJADORES (INFONAVIT)

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Veracruz y al municipio de Alvarado desde la primera evacuacin.

Imagen 9: Cortesa de El Universal.mx, 06 de septiembre, 2010, consultado en internet el 16 mayo de 2011

De hecho, resalta el apoyo recibido en los albergues del puerto. Ah, sufri la falta de alimentos, agua, ropa, etctera. Pero, dice entender tal situacin, ya que fue mucho el tiempo que estuvieron ah los damnificados. Era lgico que se acabara la comida. (Entrevista realizada a la sra. Elvira Muoz, febrero de 2012) Los servicios mdicos fueron excelentes, a su madre no le falt nunca medicinas ni visitas mdicas. Cuando se acabaron los vveres en el Wall Trade Center del puerto, se dirigieron al Club de Leones por ropa y zapatos. Cabe destacar que la labor de la Secretara de Marina no se restringi a la labor de rescate, tambin abarc la labor de limpieza del centro histrico y sus principales recintos. Cuando la gente regres a sus hogares despus de la primera inundacin el Ejrcito y la Marina estuvieron a cargo de preparar comida y distribuirlas junto con el agua de consumo humano. (Entrevista realizada a la sra. Elvira Muoz, febrero de 2012) Lo mismo pas con la segunda entrada de agua. Desde la bitcora de Capitana de Puerto, la segunda inundacin se suscit el 11 de septiembre, llegando el agua a los 3.19 m. A todos los tom por sorpresa porque nadie crea que la ciudad se fuera a inundar doble vez. De nuevo se evacu a la poblacin que haba regresado de los albergues. Se les dot de despensas, de medicinas, etctera. Segn la sra. Cecilia Mayo, la Armada de Mxico y el Centro Mdico de
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Tlacotalpan actuaron prontamente en todo sentido. Cabe destacar que la Secretara de Marina traslad a los afectados que haban regresado a Tlacotalpan en un barco hasta el puerto de Veracruz. Desde ese lugar las cosas parecan controladas por las acciones de Fidel Herrera. Nelly Snchez Lara84, me relat que para la segunda inundacin, todo el puerto estaba pendiente de la televisin; era el medio por el cual las personas se enteraban de lo que pasaba en los lugares de origen. Cuando entr por primera vez el agua a Tlacotalpan, la gente en el puerto no crea que fuera real el pronstico visto en la televisin.85 Segn Nelly, las cosas cambiaron cuando Fidel Herrera dijo en las noticias que Tlacotalpan tena que evacuar en 24 horas porque iba a desaparecer. La gente se preocup por el destino de sus lugares de origen. Para ella, las imgenes y los discursos del ex gobernador fueron la nica informacin que tena del evento, porque a la semana de la primera inundacin en Tlacotalpan, por el mes de agosto, cortaron las lneas de comunicacin que tena con sus padres. Ni por las redes sociales se poda, eran pocos los que tuvieron ese acceso cuando todava no cortaban la luz, telfono e internet. Desde su punto de vista, la incredulidad de la gente en una segunda inundacin propici que no levantaran sus cosas de nuevo y evacuaran prontamente. El gobierno se los advirti (Entrevista realizada a Nelly Snchez, febrero 2012) De regreso a la ciudad la gente se puso a limpiar de lodo sus casas. Dicha labor ser expuesta ms adelante. Lo que deseo mostrar aqu es una parte de las consideraciones que tiene la gente sobre la labor de las autoridades en el desastre. La sra. Cecilia Mayo cuenta que en el mes de octubre regres la mayora de la gente de los albergues a Tlacotalpan. Hubo centros de acopio en la Casa de
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Nelly Snchez Lara es habitante de la colonia centro histrico, tiene 30 aos de edad y estudia derecho en la ciudad de Veracruz, pero es oriunda de Tlacotalpan; en el momento de la entrevista se encontraba ah de vacaciones. 85 Al respecto dijo que, un compaero de su trabajo oriundo de Paso del Toro, Ver. un da lleg al trabajo angustiadsimo porque por la noche se inund su casa en aqulla localidad y sus padres perdieron todo. Nelly comenta que se burl de su compaero porque todos apostaban que no iba a pasar nada y si sucedi. A la semana le toc a Nelly, se dio cuenta de que Tlacotalpan se haba inundado y sus compaeros hicieron mofa de ello. (Entrevista realizada a Nelly Snchez Lara, febrero 2012)

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Cultura y el Centro de Salud. Fidel Herrera se movi prontamente para restablecer las cosas, ya que dio instrucciones para recoger la basura, otorg dinero a los que no podan limpiar sus viviendas con recursos propios, a travs de varias dependencias reparti colchones, etctera. Pero la prioridad fue la limpieza y para ello se utiliz mucha cal y cloro para lavar. El gobernador demostr que Tlacotalpan no haba desaparecido del mapa, como se estuvo diciendo en las noticias por esos das. (Entrevista realizada a Cecilia Mayo, enero de 2012). Cecilia vio las cosas tan daadas que para explicrmelas tuvo que hacer una analoga entre lo que pas en Tlacotalpan y lo que vio sobre el hundimiento del Titanic en la pelcula del director James Camern. Y expresamente me dijo haga de cuenta que se vea todo como en la pelcula esa del Titanic. Me coment adems que como empleada del gobierno se les dio un prstamo de 30000 pesos para que repusieran sus cosas materiales. (Entrevista realizada a Cecilia Mayo, enero 2012) De la misma forma, Omar Morales, dice haber vivido la inundacin repartiendo la ayuda que el gobierno local destin a las rancheras. Recorri casi todas para repartir las despensas de comida, agua, ropa, colchones, etctera. Son aproximadamente 40 rancheras a las que dotaron de ayuda. De entre ellas me mencion las siguientes: Anacaste, Hacienda Vieja, Palo de Alto (con aproximadamente seis casas) Casa Vieja, etctera. Omar me mencion la participacin de los medios de comunicacin como Televisa y Televisin AztecaVeracruz, pues no slo los mantuvieron informados, sino que adems donaron agua embotellada, comida, etctera. Adems, segn l, la labor del Partido Revolucionario Institucional, al que pertenece el alcalde en turno Hilario Villegas, fue encomiable en las inundaciones. Pero, no slo los funcionarios mencionan la labor del Estado a nivel municipal, la gente que vivi la emergencia respalda dicha informacin. Para Anabel Lara, Fidel ha hecho negocios ha dado mucho a la ciudad, los ciudadanos lo apoyan porque l les ha dado. (Entrevista realizada a la sra. Anabel Lara, enero de 2012) Jorge Gamboa, fue una de las personas que recibi dinero personalmente
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de Fidel Herrera. Para Jorge el gobierno si ayuda, debido a que el ex gobernador reparti dinero y despensas bastantes veces despus de la segunda inundacin (Entrevista realizada a Jorge Gamboa, febrero, 2012). Jorge, constata la forma en que el gobierno local distribuy vveres a los ranchos lejanos, debido a que la gente estaba incomunicada y no poda acceder a las despensas. De hecho, l y otros amigos se dedicaron a ayudar a los que repartan despensas en las rancheras. Me dijo que diario hacan esa labor corriendo riesgos, pues estaba peligroso pasar en lancha por el nivel del agua, llegaba arriba del pecho, adems de que haba mucha corriente (Entrevista realizada a Jorge Gamboa, febrero 2012). La sra. Margarita Herrera, recalca que si hubo apoyo desde el primer momento de inundacin, hasta despus de ello. Segn ella las despensas duraron seis meses en entregarse. A diferencia de las otras personas que dice que fueron tres. Esta parte de la situacin no puede negarse, en opinin de la poblacin el gobernador en turno y su equipo de trabajo, as como rganos estatales y federales como CONAGUA, tuvieron la una Secretara de Marina, Ejrcito En Mexicano su propia respectivamente, participacin importante.

consideracin la evacuacin, los vveres y la limpieza fue apoyo inmediato del Estado. Sin embargo, la referencia ms notable en todos los relatos y en cada una de las secuencias cronolgicas en que la gente va narrando su historia, es la figura del ex gobernador del estado de Veracruz, Fidel Herrera. En relacin a lo anterior, la gente que me apoy con sus testimonios, da a conocer las vicisitudes o los detalles sobresalientes ocurridos a ellos y al grupo familiar. Casi siempre mencionan a los padres, hijos, amigos, vecinos, los cuales constituyen colectivos sociales significativos por ser redes de apoyo, contener vnculos afectivos, etctera. (v. Necoechea, Pozzi, et. al, 2008: 308) Sin embargo, un personaje que aparece en cada una de las narraciones es la del ex funcionario. Desde mi juicio, las inundaciones y la experiencia del desastre logran delinear una identificacin entre la ciudad de Tlacotalpan y aquel personaje de la poltica, -cabe destacar que antes de las inundaciones ya exista un vnculo con l-. Las personas
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han construido relatos diversos sobre el origen de tal relacin. Al respecto, la gente dice que Fidel fue adoptado por la familia Herrera, la cual es oriunda de Tlacotalpan. En ese lugar transcurrieron su niez y adolescencia. Cuando se fue de la ciudad para seguir estudiando, dej recuerdos hermosos sobre el pueblo y la familia adoptiva. Una modificacin al relato maneja que el ex gobernador tiene familia en Tlacotalpan; ellos son unos tos que lo criaron cuando qued hurfano de pequeo. Por tal motivo siempre est agradecido con la ciudad. As, considero que el desastre refuerza el vnculo existente, pero adems, evidenci dos caras de la misma moneda. La primera es resumida con el testimonio de la sra. Andrea Olvera,
Fidel ha hecho negocios -incluidos dejar entrar al narcotrfico al estado- y ha dado mucho a la ciudad Peroes un inters mutuo. La gente se interesa por Fidel y l por la gente, pero es un inters econmico. l consiente a Tlaco porque aqu lav dinero y la gente le tap sus negocios turbios. (Entrevista realizada a Andrea Olvera, febrero de 2012).

Considero que es el inters econmico mutuo una de las caras de la relacin entre Fidel y la poblacin del municipio. Antes de continuar es menester aclarar que, en esta investigacin no me compete sugerir qu clase de vnculo existe entre la poblacin tlapacoltea y Fidel Herrera, adems, no es mi objetivo saber si los relatos al respecto son verdicos; son las personas involucradas las que saben muy bien cmo mueven y utilizan esa relacin. Lo que si es importante sealar es que sta se encuentra cargada de sentido. Por tal motivo, la segunda cara de la moneda es de orden simblico -cuestin en la que profundizar ms adelante-. De esta forma, doy paso a la mencin de varios elementos que conformaron la experiencia del desastre en Tlacotalpan.

2.3.2 Si ayudaron pero

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Anteriormente, intent exponer de qu forma observaron algunas personas la labor del Estado, frente a los daos causados por los efectos de los huracanes Andrew y Mathew. Los impactos en la ciudad fueron muchos, pero, para poder reconstruir lo perdido hubo que realizar una labor inicial, esta fue, la limpieza de absolutamente todo; las calles, avenidas y viviendas estaban obstruidas por el lodo, animales muertos y otros desechos. Este trabajo lo realiz toda la poblacin y es un elemento que permiti al actor situarse en un colectivo simblico, debido a que expresa la forma en que se piensa a s mismo, identifica con los suyos y se distingue socialmente de los otros, tanto al interior de la ciudad como al exterior. Para la sra. Andrea Olvera, es importante resaltar que se levantaron del desastre en tres meses, ya que eso los enorgullece mucho, adems, los distingue de otros lugares. Por ejemplo, para ella Tlacotalpan es un lugar muy limpio, es bello en comparacin con otros municipios como Alvarado, en donde la traza de las casas no es igual o pareja, porque se encuentran viviendas chicas y grandes una junto a la otra. Se ve todo de color gris, debido a que las casas no estn pintadas de colores como en su ciudad. La gente en Tlacotalpan es limpia todo el tiempo, no tira basura.86 Alvarado no es como aqu,87 en donde el casero tiene uniformidad y hay una separacin entre las casas del centro y las dems. Tlacotalpan es muy limpia aunque no haya dinero para comer (Entrevista realizada a la sra. Andrea Olvera, febrero 2012). Y me puso el ejemplo de una vecina suya que tiene una casa que abarca una esquina completa. La seora se gasta todo su dinero en pintar la fachada, en mantener limpio el corredor, etctera. Dice que no tiene dinero y que hasta miedo tiene de que los delincuentes vayan a creer que es rica y la vayan a secuestrar. (Entrevista realizada a la sra. Andrea Olvera, febrero 2012). Paralelo a esto, doa Andrea destaca que, al interior de la ciudad existen los de abajo y los de arriba. Esta es una forma de catalogar a las colonias del municipio, las que no se ubican en el centro histrico pertenecen
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Cabe destacar que el camin de la basura pasa dos veces o hasta tres veces por semana en Tlacotalpan y que en cada esquina de las calles en el centro histrico hay un bote de basura. 87 Omar Morales me coment que siempre ha habido una rivalidad entre los dos municipios, cuestin que se observa durante la Fiesta de la Candelaria en la carrera de veleros, la famosa regata. Alvarado siempre es el pueblo que reta a Tlacotalpan en esa competencia. Me dijo que ha habido violencia fsica entre la gente durante la Fiesta anual de Alvarado. (Entrevista realizada a Omar Morales, enero de 2012)

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abajo y las del centro son consideradas de arriba. Por su parte, Nelly Snchez considera que la ciudad se levant tan pronto, que se destaca de los dems pueblos inundados en el estado. Las cosas que lo diferencian de los otros son su cercana con el ro Papaloapan, la limpieza de la gente y ser una ciudad patrimonio cultural. Para ella, los municipios de Alvarado, Cosamaloapan, Carlos A. Carrillo no tienen esas caractersticas y por eso estn muy sucios. La poblacin en su ciudad es diferente, por ejemplo, Nelly asegura que su madre limpi y pint su casa mucho tiempo antes de que las autoridades locales dotaran de pintura a las colonias del centro. Segn Anabel, su prima, esta situacin se logr porque a la gente de Tlaco si le gusta vivir bien, trabajamos mucho para ello y no vas a estar esperando a que el gobierno te de como en otros lugares. (Entrevista realizada a la sra. Anabel Lara, abril 2012). Para Nelly si hay desigualdad al interior de Tlacotalpan, entre los que viven en el centro y los que no, pero afirma que as son las cosas. (Entrevista realizada a Nelly Snchez, abril 2012). Estos comentarios estn muy presentes en varios relatos, resaltan que el municipio no se deja, se levanta, no necesita del gobierno para estar limpio, etctera. Para Nelly Snchez las inundaciones, junto con los daos que dejan, conforman una situacin que nunca se va a acabar, siempre va haber inundaciones porque Tlacotalpan es una isla ademses tan bello que un defecto tena que tener. (Entrevista realizada a Nelly Snchez, febrero de 2012). En el mismo tono se ubica la opinin de la sra. Cecilia Mayo, para ella queda bien claro que la ciudad se levant, prueba de esto es el contraste entre lo que fue en la inundacin y lo que es ahora88. Al preguntar sobre cul es la razn de que Tlacotalpan se haya restablecido en tres meses, respondi diciendo que,
en la ciudad la gente es muy buena, dicharachera, solidaria y es catalogada as en todo el mundo, esto genera que los quieran y deseen ayudar [sus vecinos]. El gobierno te ayuda pero tampoco quieras que todo te de. (Entrevista realizada a la sra. Cecilia Mayo, enero de 2012).
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Recuerdo al lector que, las entrevistas realizadas el presente ao tienen como marco la celebracin de la Fiesta de la Candelaria 2012, por tal motivo la sra. Cecilia se refiere a las condiciones en que se encontraba la ciudad para la fiesta.

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Imagen 10: Recorrido de la Escuela Primaria Miguel Z. Chzaro, Emma Ruz, 31 de enero de 2012

En este sentido, Omar Morales, no slo seala la iniciativa de la gente para reparar los daos, sino que adems, exalt la labor del PRI durante la emergencia y despus de ella. Omar cuenta que desde la primera inundacin fue evacuado hacia Alvarado junto con sus padres y esposa, pero se regres para ver en qu ayudaba como funcionario. Como director de la biblioteca sac algunas cosas de ah, pero se perdieron 15 computadoras y la mayora de los libros. Omar seal que la gente en Tlacotalpan nunca nos vamos abajo, siempre salimos adelante a pesar de los problemas, si otros lugares no se restablecieron prontamente es porque esperan que el gobierno les de todo sin que ellos hagan nada. (Entrevista realizada a Omar Morales, enero de 2012). En el mismo sentido se encuentra la opinin de la sra. Margarita Herrera. Aunque reconoce que la participacin del Ejrcito y la Marina fue ejemplar, recuerda que la frustracin y coraje que sinti, cuando las cosas de la Casa de Cultura se destruyeron,89 slo se calman con una fuerza distinta. Es desesperante ver la destruccin sin poder hacer nada. Pero la fe consuela mucho y la fuerza espiritual tambin; los tlapalcolteos la tienen, por eso se levantaron tan pronto.
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De entre ellas se encuentran tres pianos y la duela del saln de zapateado. Uno de los pianos perteneca al compositor oriundo del lugar, Agustn Lara.

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(Entrevista realizada a la sra. Margarita Herrera, enero de 2012). Desde mi juicio, parte de la poblacin de Tlacotalpan maneja un sentido de identidad90 y orgullo sobre su pertenencia a la ciudad. Esta caracterstica atraves sus historias sobre las inundaciones, el restablecimiento de daos, as como la labor de limpieza. Considero que, los valores como el orden, la pulcritud, apoyo mutuo y fuerza espiritual son caractersticas que los tlapacolteos reclaman como propias. Aqullos valores se mezclan con el significado que la gente otorga a la msica y al arte en general producido en el municipio. Son elementos que configuran el eje bajo el cual construyeron las narraciones. Y como muestra presento el siguiente testimonio:
Cuando la gente entregaba las despensas a los ranchos ms alejados, se haca el recorrido en lancha porque estaba todo inundado. En una de las lanchas iba tocando la jarana y declamando dcimas un sonero muy famoso de Tlacotalpan, Csar Lara Corro91. El iba
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Identidad sociocultural: Es aquel aspecto de la conciencia individual de s mismo, que surge del reconocimiento de la pertenencia de un sujeto a su comunidad o grupo social, y que dimensiones emotivas axiolgicas (valores). La identidad cultural es un proceso comn a todos los seres humanos y transcurre en cualquier poca histrica o zona geogrfica. Forma parte de la conciencia del yo, de la conciencia de pertenencia a una colectividad, de la diferencia especfica con otros con otros, y est ligada a espacios ideolgicos. La identidad es un laberinto, una complejidad de mbitos distintos, no es posible establecer una definicin cerrada, sino intentar acercrsele a travs de diversos aspectos que la convierten en un collage cultural (un resultado de la cultura). La identidad est vinculada a la alteridad, puesto que el yo se manifiesta con la existencia del otro. A partir de esta toma de conciencia aceptamos o nos preguntamos quin soy yo?, quin es el otro? Este otro presenta lmites de lo que no se es y al mismo tiempo conexiones con aquello que es similar, porque la diversidad tambin es un factor preponderante en lo que se refiere a identidad, demostrando los rasgos distintivos culturales y, en ocasiones, idealizndolos. La identidad, tambin hace referencia a la historia de un grupo especfico, convirtiendo ciertos sucesos de esa sucesin temporal en algo perenne, que agrupa a los miembros de esos pueblos y naciones bajo diversas formas cvicas. Inserta al yo del sujeto en la cultura, ya que es producto tanto del mito como de la vida comunitaria. Este rasgo mtico se expresa en la fusin de lo geogrfico con lo histrico unin del espacio u el tiempo- y que en vuelve al yo individual. Adems, la identidad posee una dimensin trascendente/sagrada. Se percibe una esfera religiosa, fundiendo las diferencias de los individuos en la identificacin con lo divino, con lo que puede ser, con el deseo de alcanzar una totalidad ms metafsica. La identidad no se define por una sola caracterstica, de forma aislada, sino que se compone de todas las nombradas, sincrnicamente, de ah su carcter de totalidad. Por otro lado, el rito en cuanto visin, sensacin, palabra, movimiento, objetos, cuerpos y representacin de accin participa en la construccin de la identidad porque tiene por fin reafirmar una constancia de la existencia humana frente a lo desconcertante de la vida. As, el rito surge en la contemplacin del yo y del otro, en la conciencia de la alteridad. Pero esta ltima puede referirse al encuentro con un mundo Otro, el de la muerte. En tal situacin, el rito, ostentando toda la creatividad humana por medio de tus diferentes expresiones, traspasa ficticiamente los lmites humanos e ingresa al mundo Otro, experimentando un encuentro transmundano de alteridad (algunas veces con la muerte, el gran otro). Y esto tiene mucha relacin con la dimensin trascendente y sagrada, que posee la identidad al proponer que, en la muerte, ese yo se funde y equipara al otro divino, alcanzando la totalidad (Campo, A. Lorena, 2008: 95-95)
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Csar Lara Corro, es un artista del municipio. Es director de un grupo musical en Tlacotalpan

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tocando mientras se entregaban las despensas. Se senta mucha tristeza en las dcimas, pero l toc como demostrando que Tlacotalpan segua de pie a pesar de todo. (Entrevista realizada a la sra. Anabel Lara, febrero de 2012).

Cada una de las caractersticas que los define, identifica y diferencia de los dems municipios son utilizados para justificar el reparto de ayuda, as como el restablecimiento en tres meses. Ahora bien, en lneas precedentes mencion que la relacin con el ex gobernador tiene una parte simblica. Esto es debido a que para la gente el vnculo contiene un sentido, ste es, legitimar la pronta ayuda del Ejrcito, justificar tres meses de dotacin de despensas, as como el reparto de dinero en efectivo en comparacin con otras localidades de Veracruz. Aqu deseo recordar que todo el estado sufri severas inundaciones y muchos de sus poblados no fueron atendidos de la misma forma que Tlacotalpan. No es algo que las personas de esta ciudad desconozcan, sin embargo, la gente construy su propia experiencia a partir del contexto en el que est ubicada. Ahora bien, otra forma de mostrar esos valores que la poblacin define como sus caractersticas, ha sido a travs de las redes sociales virtuales. En la pgina de facebook.com se encuentra un perfil denominado Simen Cruz Gonzlez (Embajador solidario de Tlaco), el cual es utilizado como foro para enaltecer la belleza, limpieza, orden, adems de la solidaridad al interior del municipio. Tambin, aparecen comentarios resaltando el lugar y emitiendo opiniones sobre la administracin del gobierno local. El perfil tiene 469 fotografas de la ciudad, 296 de ellas estn dedicadas exclusivamente a exponer las diferentes calles, atractivos tursticos, recintos religiosos, culturales, el ro Papaloapan, plazas pblicas, el casero y las fiestas, en la que destaca la Fiesta de la Candelaria. Existe un lbum de fotos que se titula Nuestra Historia de Tlacotalpan, Veracruz, en el cual se muestran imgenes de gente tocando la jarana, bailando zapateado o fotos del compositor Agustn Lara; resaltan dos cosas importantes, estas son, la Fiesta de la Candelaria y las inundaciones que sufri la ciudad en 2010. En relacin a esto, la gente encargada del perfil se dedic a subir fotos de las calles inundadas, la evacuacin y la manera en que poco a poco la ciudad presentaba menos nivel de agua. Pero no slo eso,
llamando Estanzuela. Desgraciadamente no pude contactarme con l durante la investigacin.

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ocuparon su tiempo en buscar fotos de inundaciones pasadas como las de 1950 1957. Existen 158 fotografas sobre las diferentes inundaciones que ha tenido Tlacotalpan a lo largo de su historia. Retomando lo que postula Raad92, el perfil antes sealado es un espacio que emerge con base en la bsqueda de sentido colectivo, movido por las emociones se orienta a reivindicaciones, no de clases, sino postmaterialistas. Lo importante es observar cmo expresa la forma en que la gente se piensa y se siente como tlacotalpea. Adems, muestra todo su universo simblico a travs de las imgenes. Y, lo ms importante, aglutina las valoraciones que tiene parte de la poblacin sobre su ciudad, la fiesta, el ro Papaloapan, la msica, el baile, as como tambin, la manera en que observa la labor del gobierno en relacin a la experiencia del desastre. (v. Raad, 2004: 52) Afortunadamente, las personas que manejan el perfil me ofrecieron su ayuda para la investigacin y otorgaron su consentimiento para compartir las siguientes imgenes.

Imagen 11: Simen Cruz Gonzlez (Embajador de Tlaco), 1950

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Raad [op. cit: 25]

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Imagen 12: Simen Cruz Gonzlez (Embajador de Tlaco), 1950

Imagen 13: Simen Cruz Gonzlez (Embajador de Tlaco), 2010

De la misma forma en que las personas exaltan las caractersticas de la poblacin en Tlacotalpan, no puedo negar que explicitaron su satisfaccin con el reparto de ayuda que hizo el Estado. Sin embargo, la experiencia del desastre no es tan plana, est llena de fisuras, baches y contradicciones. No toda la poblacin vive de la misma forma las condiciones que la hacen vulnerable frente a fenmenos hidrometeorolgicos, incluso dentro del municipio. Existe una

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vulnerabilidad agravada que experimenta parte de la poblacin. En el siguiente apartado expongo dicha circunstancia.

2.3.3 Segn el sapo es la pedrada


Considero que no se puede ocultar que las personas quedaron complacidas con el apoyo otorgado desde los tres niveles de gobierno. Pero, tampoco puedo dejar de mencionar que hubo exclusin y diferenciacin social. La experiencia humana est llena de contradicciones. Esta diferenciacin se comenz a notar desde la inundacin de agosto. Al respecto la sra. Elvira Muoz me dijo que, la casa que rentaba en la colonia
INFONAVIT

se inund junto con la colonia de los Cocos desde la primer

entrada de agua, porque las viviendas estn muy bajitas, son de un solo piso. Por tal motivo, se fue a refugiar a la Escuela Cuauhtmoc por la noche, a obscuras, con su madre enferma de hipertensin. El traslado fue muy difcil porque no se vea por dnde ir, unos soldados la ayudaron a sacar a su mam en lancha. Doa Elvira lo cont con algunos sollozos, adems, me dijo que en el transcurso de la evacuacin se la pasaron llorando su madre, hija y ella. Dijo que una lancha de la
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Marina traslad a sus familia a Veracruz, porque no tuvo otra opcin dadas las condiciones de salud de su mam, le daba miedo que si se quedaba, despus no hubiera podido sacarla sola. Durante el relato recalca mucho sobre su condicin de madre soltera y que sus decisiones tiene que tomarlas sin ayuda de nadie. As, junto a su hija mayor regres despus de ocho das de la primera inundacin para ver sus cosas y se tuvo que volver a ir porque ya vena la otra entrada de agua. No pudo resguardar nada porque ya estaba inundada su casa hasta el techo. (Entrevista realizada a la sra. Elvira Muoz, febrero 2012). En cambio, la mayora de las personas habitantes en las colonias del centro histrico, tuvieron oportunidad de resguardar sus cosas en la planta alta de sus casas, quedarse a dormir en ah y posteriormente, evacuar con la seguridad de tener sus bienes protegidos. Como el sr. Ramiro Corts 93, quin dice haber subido en la segunda planta de su vivienda todos sus objetos de valor antes de la primera inundacin. Adems, vivi dos semanas ah junto con su familia para asegurarse de que no saquearan su hogar. l si pudo conservar, aunque sucios, sus muebles de madera de cedro porque los resguard a tiempo. (Entrevista realizada a Ramiro Corts, febrero 2012). En cambio a la sra. Elvira le robaron su tanque de gas porque no le dio tiempo de amarrarlo. Esto no quiere decir que las personas del centro histrico no hayan perdido objetos de valor, simplemente, tuvieron oportunidad de protegerlos. Algunas casas de la ribera desaparecieron por completo, como la de Jorge Gamboa. Su relato presenta otras diferencias en la experiencia del desastre. Para l, CONAGUA no avis a tiempo, las alarmas eran emitidas por radio y televisin, pero Jorge no las vio ni las escuch. Segn su experiencia, la comisin anunci que se iba a inundar cuando el agua ya estaba adentro de las viviendas. Adems, su casa desapareci totalmente del mapa porque fue arrasada por el ro desbordado, qued inundada por completo. Jorge perdi todo, lavadora, refrigerador, estufa, ropa, radio, etc., slo se qued con ropa que llevaba puesta. Junto a su familia lo llevaron a un albergue ubicado en el municipio de Alvarado.
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El sr. Ramiro Corts vive en la colonia centro histrico, tiene 50 aos de edad y es taxista del municipio.

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Recuerdo al lector que, las colonias donde residan estos dos ltimos colaboradores se ubican en la periferia del centro histrico y tienen una diferencia radical respecto a ste.

Imagen 14: Ribera de Tlacotalpan, Emma Ruz, 2012

Imagen 15: Casas de INFONAVIT, Emma Ruz, 2012

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Imagen 16: mexicoenfotos.com, 2011

Las divergencias no se quedan solamente en la ubicacin dentro del municipio, construccin y fachadas de las casas, existen diferencias sociales importantes, las cuales, fueron evidenciadas por las inundaciones, as como tambin, por la experiencia del desastre. Subir las cosas en la parte alta de las viviendas, o resguardarlas de una forma u otra puede parecer el primer movimiento en estas circunstancias, pero, mucha gente ni siquiera tuvo la oportunidad de hacerlo, como en el caso de la sra. Elvira Muoz y Jorge Gamboa. En cambio, las seoras Rosa Ros, Andrea Olvera, Sonia Romero y el sr. Ramiro Corts tuvieron el tiempo suficiente para guardar todo en la segunda planta de su casa en el centro histrico. Es innegable que ellos tambin perdieron bienes, se les daaron sus muebles y enseres domsticos, pero viven en otra situacin social y econmica. Por ejemplo, la sra. Rosa Ros dice que hasta la fecha no termino de restaurar los muebles de cedro que tengo en la sala de la casa. (Entrevista realizada a la sra. Rosa Ros, enero 2012). En cambio la Sra. Elvira Muoz apenas logr obtener, una semana antes de la entrevista que mantuve con ella en febrero de 2012, el colchn para su hija mayor. Ella no lo tena porque en el reparto de ayuda slo le dieron uno. A doa Elvira no le alcanz el dinero para comprar este mueble. Una vecina se lo obsequi porque
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ya no le serva. La sra. Muoz cuenta que su vecina estaba a punto de tirarlo a la basura cuando le pidi de favor que se lo diera. (Entrevista realizada a la Sra. Elvira Muoz, febrero 2012). El testimonio de doa Elvira y Jorge nos muestran la forma en que la gente de la periferia tuvo que sortear la emergencia en comparacin con otras colonias. Sus familias fueron evacuadas a los albergues, no tenan redes en otros municipios de Tlacotalpan o viviendas fuera de la localidad. Como si sucedi en el caso de la Sra. Sonia Romero quien se fue a refugiar a la casa que tiene en Xalapa. La estancia en los albergues fue difcil, aunque les dieran tres comidas al da y servicio mdico. Jorge, junto con otros damnificados, decidi ponerse a trabajar de albailes en Alvarado. Iban a solicitar empleo diciendo que eran damnificados de Tlacotalpan y los dejaban laborar un da o dos. (Entrevista realizada a Jorge Gamboa, febrero de 2012). Por su parte, la sra. Elvira no tuvo queja sobre el trato en el albergue, sobre todo le result efectivo el servicio mdico para su madre enferma, pero, se acab la comida del lugar y tuvo que pedir ropa, zapatos, etc. en otros sitios de acopio. Mientras la poblacin de Tlacotalpan estaba evacuada, ella no pudo regresar a su casa para ver sus bienes o cuidar de su hogar. A diferencia del sr. Ramiro Corts que, junto con su cuado y vecinos, se trasladaban a su lugar de origen, sin que se diera cuenta la Marina 94 a ver si sus bienes seguan ah. Para esquivar la vigilancia de los marinos y soldados pagaban el viaje en una lancha, la cual rodeaba la localidad para entrar, el dueo les cobrara 100 pesos ida y regreso. Este pago no poda ser costeado por muchas gentes como Jorge y la sra. Elvira, es ms, ellos ya no tenan cosas qu cuidar. Cuando comenz a bajar el agua, la gente regresaba a sus casas, pero no toda la poblacin pudo hacerlo porque en muchas zonas tard ms tiempo en bajar de nivel, doa Elvira fue una de ellas. Esto implic que tales personas no recibieran el apoyo otorgado en la ciudad. Durante las labores de limpieza el gobierno no dej de repartir cloro, jabn en polvo, despensas, agua embotellada, cobijas, colchones y alimentos preparados por el Ejrcito. Sin embargo, no todos
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La Armada de Mxico y el Ejrcito tenan acordonada la zona para que no pasara ningn civil.

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obtuvieron el apoyo porque no se encontraban ah. Al respecto, el municipio impuso una regla excluyente, esta deca que, si no estuviste durante las inundaciones no eres damnificado y acreedor a la ayuda. Dicha situacin no me la coment doa Elvira, sino Nelly Snchez. A sus padres les negaron parte del apoyo por no estar ah durante la inundacin. Ellos evacuaron desde el primer aviso que dio CONAGUA y no regresaron hasta que baj completamente el nivel de agua en su casa. Para ella, hubo una exageracin en la ayuda y fue mal repartida se entreg mucho pero desigual. (Entrevista realizada a Nelly Snchez, febrero de 2012). El reparto de apoyo es un tema importante. La labor sobresaliente fue limpiar todo Tlacotalpan, desde el ms pequeo utensilio hasta las iglesias y avenidas. El gobierno de Fidel Herrera dot a varias personas con un bono de limpieza porque no podan costear este servicio, sin embargo, de entre los colaboradores de la investigacin, el monto de dinero slo lo obtuvo Julio Csar Hesca95 y su familia. Julio vive en la colonia Venustiano Carranza, centro histrico. Su madre es secretaria de un funcionario pblico en el municipio. (Entrevista realizada a Julio Csar Hesca, febrero de 2012). Esto me da la pauta para puntualizar un aspecto. No estoy diciendo que la gente del centro histrico no haya sufrido prdidas importantes de bienes, o que no padeci fuertemente las inundaciones y sus impactos, sin embargo, tiene una ubicacin social aventajada en relacin con la gente de la periferia. Esto no es algo nuevo, los cronistas del siglo XIX ya se haban dado cuenta diciendo que, las familias acomodadas tienen otros medios para liberarse y vivir con menos incomodidad las inundaciones. (v. N.
Csar, 1959: 20-21) Cuentan con otras alternativas para refugiarse, as como

tambin, costear gastos durante la estada fuera de casa, etctera. En este sentido, la gente de la periferia no slo vive la vulnerabilidad que la ciudad de Tlacotalpan presenta, debido a que no se garantiza el acceso a la seguridad social de su poblacin y porque se han originado histricamente condiciones especficas de vulnerabilidad, las cuales generan la manifestacin del
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Julio Csar Hesca habita en la colonia Venustiano Carranza, centro histrico, tiene 24 aos de edad y trabaja con su amigo Jorge Gamboa en varios oficios.

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desastre con la venida de un fenmeno natural. (v. Caldern, 2001: 81) Adems de esto, viven una vulnerabilidad96 agravada, dado que se intensifican aqullas condiciones, es decir, no pueden tener las mismas oportunidades para resguardar a tiempo sus bienes, o para refugiarse en otras casas de su propiedad, tener dinero ahorrado para solventar gastos durante su estancia en los albergues u obtener la ayuda incluyndolos de forma igualitaria.
Se parte de la premisa de que los efectos de la crisis ya se encuentran potencialmente presentes bajo aspectos especficos de una estructura social definida: en las maneras en que los grupos estn constituidos y contectados en la estructura de parentesco, en los procesos de toma de decisiones institucionalizados, en el papel activo del sistema de creencias y del esquema de relaciones econmicas y polticas que influyen en los comportamientos cotidianos de las personas. (Ligi, Gianluca: 2005: 72)

Algo que pareciera que puede repartirse de forma equitativa como unos colchones, no fue hecho as. A la familia nuclear de la Sra. Andrea Olvera, la cual se compone de tres personas, los marinos entregaron colchonetas, cobertores, entre otras cosas en una cantidad mayor que a otra gente; es as como pudieron regalar cobijas a varios integrantes de su familia extensa residentes en Tuxpan, Veracruz. (Entrevista realizada a la Sra. Andrea Olvera, febrero 2012). En el caso de la familia Muoz, compuesta por cinco personas, los cobertores slo fueron otorgados uno a cada miembro. Esta situacin podra ser debatida argumentando que fueron casos aislados, pero no es de esta forma. Desde mi juicio, el municipio de Tlacotalpan enfoc sus esfuerzos en restablecer lo que constituye un lugar sobresaliente, este es el centro histrico, debido a que deja ms derrama econmica que la periferia y es considerado por la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad. No es circunstancial que se hiciera todo lo posible por limpiar y acondicionar este espacio, el centro tena que estar listo porque se acercaba la llegada de la Fiesta de la Candelaria 2011. Una de las cosas que se otorgaron haciendo diferencias, as como exclusiones, fueron los botes de pintura. Estos utensilios slo se repartieron a la
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El concepto de vulnerabilidad es un factor antes que nada sociocultural variable que caracteriza los sistemas sociales, polticas, econmicas, ambientales que sirven para disminuir el riesgo, y acciones sociales, polticas, econmicas, ambientales que apuntan hacia el aumento del riesgo mismo. (Ligi Gianluca, 2005:72)

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gente habitante del casero tradicional en el centro de la ciudad. Nadie ms pudo tener acceso a ese apoyo, ni siquiera la ribera, la cual es la primera imagen del municipio de norte a sur. La sra. Anabel Lara comenta que se form muchas horas en el centro para que le dieran los galones de pintura. (Entrevista realizada a Anabel Lara, abril de 2011). Si la gente de la periferia tiene pintada sus casas de acuerdo a los colores del centro histrico, es porque ellos mismos compran la pintura para hacerlo en vspera de la fiesta anual. La sra. Elvira Muoz dice que los botes de pintura slo se los dan a los del centro, a los dems no, ser patrimonio no nos sirve a nosotros (Entrevista realizada a la sra. Elvira Muoz, febrero de 2012). Y continuando con las diferencias, Roberto Contreras me platic que le dieron costales de cemento para la construccin de la barda de su casa, la cual se da por la fuerza del agua. Pero, l ha tenido que costear la mano de obra, las varillas y dems materia prima para levantar sus paredes. (Entrevista realizada a Roberto Contreras, abril 2011). A diferencia de Roberto, a Jorge Gamboa no le dieron ninguna ayuda extra para reconstruir su casa, tampoco le facilitaron botes de pintura, ni vales para la limpieza, etctera. Respecto al vale por 10000 pesos para enseres domsticos, los colaboradores me hicieron saber que se reparti a todo Tlacotalpan, incluso a los ranchos ms alejados. Sin embargo, sus testimonios siguen evidenciando diferenciacin social y exclusin. A la sra. Andrea Olvera le dieron varios vales, por ejemplo, le otorgaron uno para que restableciera su tienda de abarrotes, slo tena que comprobar el pago de impuestos. Esta ayuda no se les dio a todos los comerciantes. La sra. Abigail Gutirrez97 me coment que su hija, duea de un pequeo hotel en el centro histrico, no obtuvo ningn cheque para reparar su negocio. (Entrevista realizada a la sra. Abigail Gutirrez, febrero de 2012). En el caso de la sra. Rosa Ros, como empleada de gobierno le dieron un prstamo de 30000 pesos para que terminara de restituir sus bienes materiales. (Entrevista realizada a la sra. Rosa Ros, enero 2012). Los funcionarios pblicos o empleados del municipio gozaron de ayuda que
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La sra. Abigail Gutirrez es oriunda de la Ciudad de Mxico pero tiene veinte aos viviendo en Tlacotalpan y tiene 81 aos de edad.

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no obtuvo otra gente. Dentro de la propia burocracia local, no es lo mismo ser empleado del municipio que funcionario pblico en un nivel jerrquico alto, como lo da a demostrar Omar Morales. Segn su relato, a l no le otorgaron ningn vale, o dinero en efectivo, slo despensas. Omar considera que como empleado del gobierno no le toca recibir nada. (Entrevista realizada a Omar Morales, febrero 2012). Esto contradice con el relato de doa Rosa, a quien si le dieron toda la ayuda para adquirir el prstamo. En el mismo caso se encuentran los maestros de la ciudad, su sindicato les otorg despensas ms bastas que al resto de la poblacin. Tambin se presentaron casos de extremo abuso, por ejemplo, la sra. Andrea Olvera supo que un vecino, maestro de la localidad, llevaba acumuladas ms de 100 latas de atn de las despensas, las cuales vendera a los turistas en la Fiesta de la Candelaria 2011. l, aparte de tomar los vveres otorgados por el Ejrcito, se llev las despensas dadas por su sindicato. (Entrevista realizada a la sra. Andrea Olvera, febrero 2012). Segn algunas personas entrevistadas si hubo mecanismos de control para que la ayuda fuera repartida igualitariamente, pero la realidad es que existieron organismos pblicos llenos de actores institucionales pcaros y unos damnificados tambin infiltrados por muchos actores sociales pcaros (v. Linaya, 2011: 76) A pesar de ello, la exclusin estuvo presente en la experiencia del desastre. Los testimonios de la sra. Elvira Muoz, Jorge Gamboa y su familia son la evidencia de ello. Jorge me dijo que slo obtuvo las despensas, el vale de 10000 y los 200 pesos en efectivo que le regal directamente Fidel Herrera. En la misma situacin est su padre pescador, quin perdi su atarraya y redes en un remolino de agua, el cual enfrent slo para salvar sus instrumentos de pesca. Despus de la inundacin, el gobierno local reuni a los pescadores para prometer que los ayudaran a recuperar sus instrumentos de labor, sin embargo, para febrero de 2012 no haba llegado el apoyo. El padre de Jorge no esper tanto y compr sus cosas mucho antes de esa fecha. (Entrevista realizada a Jorge Gamboa, febrero 2012)
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La diferenciacin, as como la exclusin dentro de la dinmica social en Tlacotalpan existe independientemente de las inundaciones y los daos, pero, la experiencia del desastre las hizo evidentes. La misma poblacin marca estas diferencias al interior del municipio. Una de las diferencias repetidas constantemente en los relatos de la gente del centro est dirigida a lo que denominan como cinturn de pobreza. sta zona no es otra que la ribera. Las casas que se ubican ah son el primer paisaje que como visitante observas al llegar a Tlacotalpan de norte a sur, -el camin de Autobuses de Oriente (ADO) que va de la Ciudad de Mxico hacia el municipio pasa por ah-. La sra. Rosa Ros me comenta que, las casas a la orilla se ven humildes y sin ayuda, pero son puro parapeto98, porque dentro de sus casas tienen cosas. (Entrevista realizada a la sra. Rosa Ros, enero 2012). Doa Rosa niega la versin de que sufren de pobreza. Segn ella, esas viviendas deben ser tiradas porque dan una imagen de miseria a una ciudad como Tlacotalpan. Al respecto Jess Olvera99, funcionario pblico, me dijo que las colonias sobre la orilla del ro Papaloapan, la de los Cocos y el gas fueron a las que ms se les dot de ayuda. Segn l, la razn por la cual se apoya a la ribera es porque se inunda antes que toda la ciudad y el auxilio que se otorg a la colonia de los Cocos es debido a que su lder100 exigi el apoyo. Desde su experiencia vivida, a las colonias de la orilla, adems de recibir las despensas, se les concedi el vale por 10000 pesos, programas sociales como 70 aos y ms, as como el de Oportunidades. De hecho, me dijo que sus habitantes utilizan su cercana con el ro, como justificante para exigir se les atienda primero que a los dems asentamientos (Entrevista realizada a Jess Olvera, febrero 2012). Otro de los testimonios que demarca una diferencia es el de la sra. Sonia Romero, quien menciona que para algunos habitantes es conveniente estar
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Esta palabra insina que el deterioro de las casas es slo una simulacin de pobreza, que en realidad tal condicin no existe. 99 El sr. Jess Olvera es habitante de la colonia Cuauhtmoc, tiene 30 aos de edad y trabaja en el municipio. 100 En estas colonias exista una organizacin civil que peleaba terrenos al municipio y su lder era una mujer.

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inundado, esas personas son algunos pobres que se conforman con las despensas y lo que el gobierno les da (Entrevista realizada a la sra. Sonia Romero, enero 2012). Puso de ejemplo a su empleada domstica o su jardinero que ya no queran ir a atrabajar con ella despus de las emergencias, porque encontraron comida gratis de las despensas en la inundacin. La sra. Romero no ubic a los pobres en una colonia en especfico, pero, durante el trabajo de campo pude saber que sus empleados vivan en ranchos perifricos al centro. Para doa Sonia el lado obscuro del desastre fue la rapia de algunos con las despensas y que varias gentes que tienen y siempre ha tenido siguieron exigiendo ms. (Entrevista realizada a Sonia Romero, enero 2012). Dentro de las plticas informales que pude establecer con varias personas, se insinan constantemente las divergencias entre los habitantes de Tlacotalpan. Por un lado, se ubican los que residen en la parte alta y por el otro, los que se asientan en la seccin baja o la ribera. Geogrficamente el centro de la ciudad, junto con su casero (parte alta) se ubica a 5 m sobre el nivel de ro Papaloapan. Los ranchos perifricos tambin se localizan a la misma distancia de l, pero, estn ms cerca del municipio de Alvarado que del centro histrico de Tlacotalpan. La zona perifrica no se localiza en una parte baja. Por ejemplo, el cementerio de la ciudad se utiliz, en el transcurso de las inundaciones, para estacionar toda clase de automviles porque se ubica en un asentamiento alto, es decir, en la periferia. Con esto quiero argumentar que las divisiones entre colonias bajas y altas explicitan solamente las diferencias sociales que existen entre la poblacin de Tlacotalpan. Ahora bien, un punto tambin importante es que los procesos de organizacin social atraviesan el fenmeno de la diferenciacin. Durante su relato, Omar Morales resalt las divergencias que existieron en la dotacin de ayuda. Para l, se apoy ms a la ribera y colonias que presionaron al gobierno local a travs de sus lderes101. (Entrevista realizada a Omar Morales, febrero 2012). En el mismo sentido se ubica la opinin de la sra. Romero quien me platic sobre el
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Segn Omar, existen varias asociaciones civiles que mantenan conflictos con los municipios por dotacin de terrenos.

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Consejo Municipal de Turismo en Tlacotalpan. Este es una organizacin civil que intenta fomentar el turismo de forma equitativa, es decir, que beneficie a ms negocios y no slo a unos cuantos. Sus miembros son pequeos empresarios locales, los cuales, consideran que el gobierno local no les otorga las mismas concesiones que a los grandes comerciantes. (Entrevista realizada a Sonia Romero, febrero 2012). En relacin a esto, la diferencia se observ en la falta de apoyo para restablecer los pequeos comercios. Las diferencias sociales no terminan ah. El discurso de que Tlacotalpan es susceptible frente a fenmenos hidrometeorolgicos, ha impregnado las opiniones de la poblacin, sobre todo a las de funcionarios pblicos o pequeos empresarios. La sra. Cecilia Mayo me cont que despus de la inundacin el gobierno cree conveniente tirar las casas a la orilla del ro, porque ellos siempre sufren las inundaciones cada ao. (Entrevista realizada a la sra. Cecilia Mayo, enero de 2012). Para enero de 2012 se tuvo contemplado realizar la reconstruccin de toda la zona de la ribera. El proyecto102 estaba planeado para un ao. Un albail me dijo que cuando regresara en 2013 a la Fiesta de la Candelaria todo iba a estar cambiado. Las inundaciones de 2010 se han utilizado para justificar este proyecto de reconstruccin del malecn. Cabe destacar que la decisin de reubicar y tirar las casas de esa zona no devino por el desastre, es una accin que se tiene contemplada hace tiempo. (Entrevista realizada a arquitecto Snchez, jefe de obras pblicas, abril 2011). Sin embargo, la experiencia del desastre legitima esta postura del poder local. La gente no ha querido salir de sus casas desde que se les dijo sobre la demolicin, incluso con la llegada de las dos inundaciones siguen viviendo ah. Omar dice que no se van a sus casas que ya estn construidas, porque prefieren rentarlas a otros. (Entrevista realizada a Omar Morales, febrero de 2012). As, cabe destacar que parte del casero tradicional pertenece a la zona riberea, sin embargo, nunca se ha considerado derrumbarla por el riesgo de su asentamiento, al contrario existe un reglamento que exige conservar su estructura.
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Este plan lleva el nombre de Proyecto de reconstruccin del Malecn de Tlacotalpan, el cual no se est llevando a cabo segn el perfil de Simen Cruz Gonzlez (Embajador de Tlaco).

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De esta manera, queda asentado que el gobierno local si dio apoyo durante las inundaciones y la etapa de restablecimiento de la ciudad, pero, esto no descarta que la experiencia vivida estuviera impregnada de diferencia y exclusin social. Como lo mencion anteriormente la experiencia fue ambivalente, llena de fisuras, adems de contradictoria. Incluso, la propia gente del centro histrico no estuvo de acuerdo en los mecanismos de apoyo o la forma en que fueron tratados por el gobierno local. Para la sra. Anabel Lara, uno de los aspectos que descuid el Ejrcito fue la limpieza, hubiera preferido que la ayudaran a sacar escombros porque era mucho el trabajo. Ellos slo se dedicaron al aseo de las construcciones atractivas para el turismo visitante de la fiesta. Adems, no le gust la forma en que se repartieron los cheques canjeables y botes de pintura, debido a que estuvo condicionado a pagar impuestos, el servicio de luz, agua, etctera. Asimismo, le pareci errneo el mecanismo bajo el cual Fidel Herrera dio dinero. Este personaje, cada vez que llegaba a Tlacotalpan a inspeccionar las acciones de normalizacin, se dedicaba a regalar dinero en efectivo, desde 100, 200 hasta 500 pesos. Tambin asign becas a jvenes que exponan casos de abandono familiar, bajo nivel econmico, etctera. Para la sra. Anabel, este gesto era una actitud humillante, la ayuda pareca una limosna. Los apoyos que daba Fidel tendran que haberse hecho de otra forma, porque de todos modos ese dinero y los vveres nos correspondan como damnificados. (Entrevista realizada a la sra. Anabel Lara, abril de 2011). Anlisis Con base en lo anterior hay dos cosas que puntualizar. La primera se refiere al tema de la vulnerabilidad. Los relatos aqu presentados especifican que la vulnerabilidad es algo movible y diverso. Todos los habitantes de la ciudad de Tlacotalpan la experimentan, pero no se vive en el mismo nivel, ni los afecta de igual forma a todos. Considero que en este caso, el desastre es la punta de lanza para agravar las condiciones de vulnerabilidad que la poblacin en general padece, al vivir en un asentamiento en constante amenaza socio natural 103. La
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Segn Lavell, las expresiones ms comunes de estas amenazas se encuentran en las inundaciones,

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experiencia del desastre en Tlacotalpan se vivi de acuerdo a la edad, gnero, ubicacin de la vivienda, condiciones econmicas, redes sociales y saberes acumulados en inundaciones precedentes. Desde mi juicio, nos muestra que para entender este tipo de fenmenos sociales, es importante conocer ms all sobre, si la organizacin poltica de la localidad permite manejar recursos, o si cuenta con una integracin social adecuada, etctera.104 Es necesario indagar la forma en que, al interior de la poblacin, se experimentan cada una de las condiciones que vuelven posible a la localidad ser susceptible al dao, con la llegada de un fenmeno desestabilizador; porque sino, se corre el peligro de actuar de acuerdo al tamao del sapo. Es decir, tomar acciones y condicionando el apoyo dependiendo del lugar en que habita la gente, si las personas estuvieron o no en el decurso de las inundaciones, si se es un empleado del gobierno o un funcionario pblico de nivel alto, pequeo o mediano empresario, si pagaste o no los servicios e impuestos, etctera. Como lo evidencia acertadamente Mansilla en su estudio de Holbox, Quintana Roo105, la cotidianeidad no es la misma para toda la gente, hay diferentes lugares de empleo o jerarquas sociales. No fue lo mismo ser damnificado de la periferia que del centro histrico. Es muy diferente la ayuda que dotaron a cada vecino dependiendo del lugar en que se ubicaba su vivienda. Esto marc una diferencia crucial en el restablecimiento de la vida cotidiana. El segundo punto que deseo problematizar en esta parte, es acerca del tratamiento que dio el Estado a las inundaciones y al restablecimiento de los daos. Considero que el aparato de poder enmarc su plan de emergencia con base en la dinmica de la poblacin. Todas las etapas en las que el Estado dividi sus acciones para rescatar a Tlacotalpan de la desaparicin, se realizaron de forma desigual, excluyente y desde el punto de vista de la poblacin, orgullosamente en tres meses. Aqu, la rapidez no implic la eficacia. El modelo tecncrata bajo el cual manejaron el desastre los organismos federales, estatales y municipales se desestructur desde el principio, debido a que no hubo una sola inundacin, sino dos. En este sentido, slo me interesa abordar en el presente
debido a la deforestacin y destruccin de cuencas entre otras variables explicativas. (Lavell, 1996: 34) 104 Cardona [op. cit.: 8] 105 Mansilla [op. cit.: 15-16]

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ensayo la idea de etapas del desastre. Recuerdo al lector que Macas plantea que el desastre debe indagarse en por lo menos tres momentos: la prevencin, la emergencia y la normalizacin.106 Sin embargo, posteriormente me dijo que stos pueden ser desbordadas por lo que sucede empricamente. Y en efecto, la informacin recogida en campo da la pauta para plantear que esa conceptualizacin se desdibuja. Desde mi juicio, las acciones de normalizacin explicitan que las etapas del desastre, definidas por el Estado, no coincidieron con la experiencia vivida por la gente. En otras palabras, la relacin que se gest entre el poder y la poblacin en la ciudad de Tlacotalpan se top con evidentes desencuentros. El Estado no slo contino segregando a varias personas con sus mecnicas de reparto, sino que adems, no tom en cuenta que la gente valora y concibe de diferente forma su restablecimiento. Como primer punto, la poblacin no considera que lo ms importante sean las construcciones denominadas patrimonio cultural, son sus propios bienes lo que les interesa rescatar. Al respecto retomo lo que plantea Douglas sobre los bienes. Estos contienen un significado social. Desde su propuesta, el individuo consume para decir algo sobre s mismo, su familia y localidad. Los bienes culturales son tan portadores de significado como el baile o la poesa,107 conforman un sistema clasificatorio, porque son utilizados para marcar categoras y valores. Cmo no van a ser importantes para la poblacin si condensan sus relaciones familiares, los momentos ms importantes a nivel emocional, as como a las personas ms queridas. Para la sra. Anabel es muy importante destacar la frustracin y el sentimiento de impotencia que experiment cuando observaba que el agua entraba a su vivienda. Y me ejemplifica su experiencia con la pelcula del Titanic: el miedo de perderlo todo, la frustracin del agua alrededor y la tristeza por no poder hacer nada. Seal con algo de coraje en la voz que todo tu esfuerzo de aos se pierde (Entrevista realizada a la sra. Anabel Lara, febrero de 2012). Para darnos cuenta de lo difcil que es comprender la experiencia de la gente, bajo
106 107

Macas [op. cit.: 17] Douglas [op. cit.: 22]

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un evento de esta magnitud, le comparto al lector una ancdota. Durante la entrevista entablada con la sra. Anabel quise hacer un comentario alentador sobre la prdida de objetos, diciendo que estos se pueden reponer, pero que la vida no. Ella reaccion un poco a disgusto, primero me record que perdi a su madre durante la inundacin porque se deprimi mucho. Adems, me seal lo siguiente Emma, los objetos no te los llevas a la tumba, pero si te sirven ahorita Por supuesto que me dej sin palabras. Lo menciono porque s que no es fcil saber cules son las primeras acciones que deben tomarse bajo estas circunstancias, ni siquiera dentro de las redes familiares, pero, si en principio el Estado no escucha la voz de los actores respecto a sus propias necesidades, la situacin se complica an ms. Por ejemplo, doa Elvira Muoz me platic que, no pudo resguardar nada en la primera inundacin porque el agua lleg de repente hasta el techo. Ella senta horrible ver anegada su casa y su boiler flotando. Cerraba los ojos y vea pura agua a su alrededor, lloraba y lloraba por sus cosas. Perdi sala, estufa, colchones, trastes, horno de microondas, etctera. Si le dieron el vale por 10000 pesos, pero no le alcanz para reponer todo, adems esa ayuda slo la obtuvo mucho tiempo despus que los dems porque no estaba en la ciudad. La lder de su colonia, INFONAVIT, reuni a los vecinos y fueron a hablar con Hilario Villegas, delegado actual, para que les dieran el apoyo, porque se lo negaron varias veces. Como lo dije anteriormente, ella apenas en enero de 2012 adquiri un colchn que le haca falta desde hace dos aos. Y dice, aparentemente nos levantamos pero vamos al da poco a poco. (Entrevista realizada a la sra. Elvira Muoz, febrero de 2012). Jorge Gamboa est en la mima situacin, l no pudo reconstruir su casa, tuvo que rentar otra. Para l la ayuda estuvo bien, sin embargo, me dijo que nunca va a obtener todo lo que perdi, que jams y con nada le van a reponer el tiempo o lo que sinti cuando el agua arras su casa. Cuando platiqu con Jorge Gamboa, en repetidas ocasiones me cuestion sobre las preguntas que le estaba plateando. Le llamaba la atencin que fuera tan insistente sobre el tema de la
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ayuda que dio el gobierno. Lo que me interesaba saber es qu le pareci el apoyo, o si le quedaron a deber algo. Y fue muy tajante al respecto, el gobierno si ayuda, pero hay ms cosas de valor que una ayuda no da. Le pregunt cules eran esas cosas para l y me respondi pues mi radio, mis cosas (Entrevista realizada a Jorge Gamboa, febrero de 2012). As, lo que es importante resguardar y restituir para la gente, no concuerda con lo que el Estado considera como prioridad para la reconstruccin. Tengo que recordar al lector que esto no implica que las personas hayan estado en desacuerdo con la ayuda otorgada. Al contrario, estuvieron satisfechos, pero esto no excluye que sus necesidades encuentren disonancias frente a las prioridades del Estado. Por tal motivo, la experiencia del desastre en Tlacotalpan estuvo llena de baches, contradicciones, discursos estereotipados, diferenciacin y exclusin social. En este sentido, el desencuentro entre el poder y la poblacin es el eje bajo el cual se vivi el desastre. De esta forma, desde mi juicio, tal disonancia encontr a nivel simblico una contestacin. Las inundaciones de 2010 en la ciudad de Tlacotalpan son un hito histrico. No se compara con otra inundacin porque en temporada de lluvias de 2010 el agua entr dos veces. La crisis en que se sumergi la ciudad junto a sus habitantes fue causada por la prdida material y de las certezas. Es decir, se suscit la desestabilizacin de la vida cotidiana. Cuando le pregunt doa Anabel cmo ha enfrentado la prdida de sus bienes, me respondi clasificando entre la prdida de los objetos y prdida de la tranquilidad. Me dijo que lo material con el tiempo se repone, pero el resto cuesta. Para ella el temor a una posible inundacin contina. Me narr que en la inundacin del 28 de agosto literalmente, junto con las ratas, durmi dos semanas en la parte alta de su vivienda, por el miedo que le causaba que saquearan su casa. Esto provoc que ese lapso de tiempo ingiriera agua embotellada, comiera galletas saladas y atn en lata, principales alimentos de las despensas. Junto a su familia, conformada por su esposo, madre e hijo vivieron una prdida fuerte de peso. En el caso de la madre de la sra. Anabel, Mercedes de Lara, la situacin se
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agrav. La sra. Mercedes no se ahog, ni fue embestida por el agua de ro, pero, muri a causa de la agudizacin de problemas respiratorios, cardiacos, etctera. Me cuenta doa Anabel que cuando lleg la primera inundacin su familia y ella estaba pasando por un duelo a raz de la prdida de su padre, en los primeros das de agosto de 2010. Tal situacin llev a la familia entera, no slo a su mam a un estado de profunda depresin. Aunado a la muerte de su familiar, la primera entrada de agua provoc mucha ira en la familia. Para ella es muy importante destacar la frustracin y el sentimiento de impotencia que experiment cuando observaba que el agua entraba a su vivienda. (Entrevista realizada a la sra. Anabel Lara, febrero de 2012) La sra. Cecilia Mayo, durante las entrevistas, no poda contener el llanto que le produce recordar el agua destruyendo sus bienes. Para ella, la recuperacin aparentemente fue rpida, pero el rastro de la inundacin seguir por aos. Segn su testimonio, hasta enero de 2012, no terminaba de restaurar sus muebles de cedro. (Entrevista realizada a la sra. Cecilia Mayo, enero de 2012) El desastre no slo se observa en la infraestructura daada, o los recintos culturales maltrechos, tambin se inserta en la vida cotidiana de la gente, en sus emociones, relaciones familiares, debido a que no slo est la situacin de la prdida de bienes, queda el miedo y la incertidumbre de otra inundacin. En este sentido, al igual que los objetos, la vida cotidiana sufri una ruptura. Como seal en el primer apartado no hubo personas muertas por ahogamiento, pero la gente adjudica varias muertes y enfermedades fsicas al desastre vivido. El caso de la madre de la sra. Anabel no es el nico. La directora de la Casa de Cultura, Margarita Herrera, sufri la muerte de su madre despus de la segunda inundacin. Ella me relat que cuando la trasladan al puerto de Veracruz su mam le dice si se inunda de nuevo mejor que me recoja Dios y la sra. muere en el puerto de Veracruz antes de presentarse la inundacin del 11 de septiembre. (Entrevista realizada a Margarita Herrera, febrero de 2012) Otro caso le sucedi a una vecina de doa Anabel, la cual sacaron en helicptero de Tlacotalpan y al llegar al hospital en el puerto muri. Todas estas personas fueron mujeres
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enfermas de enfermedades avanzadas. Sin embargo, la poblacin del municipio las menciona cada vez que les pregunto si hubo muertos a causa del desastre. La sra. Anabel simplemente me dijo que no hubo muertas directas, sino indirectas. (Entrevista realizada a la sra. Anabel Lara, febrero de 2012) Del mismo modo, doa Elvira Muoz cuenta que cuando regres del albergue estaba muy triste, tard 15 das en limpiar todo. No la ayud nadie externo a su familia con la limpieza de la casa. Su hija mayor y ella la asearon toda. Se encontr con animales muertos dentro de su vivienda, adems, a su hijo pequeo lo sorprendi una serpiente coralillo dentro de un calcetn y otra en el techo de la casa. Segn doa Elvira, si hubo diferencias en la ayuda, no le dieron pintura como en el centro histrico. Las despensas las recibi hasta que regres despus de dos meses de ausencia. Recuerda que en ninguna ocasin pudo regresar a ver cmo estaba su casa como algunos otros vecinos. Para ella la vida no se ha normalizado, porque no ha recuperado todo lo que perdi, adems, las cosas que pudo reponer son ms chicas que las que tena; slo pudo comprar una tele, un refrigerador pequeo y una estufa. Segn la sra. Elvira, la vida si ha cambiado en Tlacotalpan, porque la gente era ms bullangera 108, la gente resiente lo que pas y todava no se repone de la crisis. (Entrevista realizada a la sra. Elvira Muoz, febrero de 2012). Actualmente, no ha podido obtener una vivienda propia, porque la organizacin a la que perteneca se desintegr llevndose 5000 pesos que le hicieron pagar como adelanto para un terreno. En el mismo tono estn las consideraciones de Jorge Gamboa, durante la entrevista me pregunt, un poco molesto, por mis inquietudes que considero obvias, cmo te sentiras t si perdieras todo lo que hay en tu casa, que llegara el agua y arrasara con todo lo que hay en tu cuarto? (Entrevista realizada a Jorge Gamboa, febrero de 2012). Lo nico que se me ocurri decirle es que sentira mucha frustracin. Esto me hace reflexionar que la dinmica no puede ser la misma cuando un fenmeno hidrometeorolgico y sus manifestaciones daan todo
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Segn la Academia Mexicana de la Lengua la palabra bulla significa gritera o ruido que hacen una o ms personas (Academia Mexicana de la Lengua, www.academia.org.mx, 2012) De esta forma infiero que bullangero se refiere a una persona muy alegre que se expresa con un tono de voz alto.

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lo que conoces. El orden social y simblico se desestructuran. Aqu retomo un poco lo que dice Nordstrom acerca de la violencia de la guerra109. El encuentro con sta es un evento personal y se encuentra fundamentalmente ligado al proceso de construccin de la propia identidad y de la personalidad poltica, es acerca de la destruccin de la cultura y la identidad. La crisis social que desencadena esta violencia es la que retomo en mi investigacin. Por una parte, sugiero que el desastre gener un tipo de crisis para la gente de Tlacotalpan, irrumpi su vida cotidiana, as como tambin el orden simblico. Se destruy lo que aparentemente estaba dado, la dinmica diaria, la seguridad de que, si era el caso, slo habra alguna inundacin fcil de enfrentar como cada ao, que las cosas no se salen de control mientras resguarden sus documentos o que el nivel del agua nunca llega tan alto. Sin embargo, todas ests certezas se desvanecieron por completo. Al respecto, para Nelly Snchez, la incredulidad de la gente en un segundo desbordamiento, fue lo que propici que no evacuara y levantara sus cosas otra vez. Aunque el gobierno advirti sobre lo que sucedera, las personas no crean nada porque nunca pasaba nada. (Entrevista realizada a Nelly Snchez, febrero de 2012). Fue la segunda entrada de agua donde las cosas cambiaron, se comienza a observar lo difcil de las evacuaciones, las avenidas inundadas, calles, parques, gente damnificada, etctera.

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Nordstrom [op. cit.: 20-21]

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Imagen 17: Capitana de Puerto, agosto de 2010

Imagen 18: Simen Cruz Gonzlez (Embajador de Tlaco), agosto 2012

Este desorden si causa frustracin, miedo, ira y dems emociones, sin embargo, Nordstrom postula que la crisis social no implica que las personas se queden impvidas frente a lo que estn experimentando. En el caso que me compete la gente no actu como vctima, paralizndose frente a la falta de certezas. Las personas generaron una respuesta frente al epicentro del caos. Aqu se puso en juego un poderoso cdigo de re-creacin cultural e identitaria contra las vicisitudes del desastre. Es la creatividad, en la construccin de s mismo y del mundo, que esas personas encontraron su ms potente arma contra los impactos de las inundaciones de agosto y septiembre de 2010 en el municipio veracruzano. (v. Nordstrom, 1997: 4)

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Esta respuesta simblica tiene una expresin particular en el caso etnogrfico de Nordstrom sobre la guerra de Mozambique. Como lo expuse en la primer parte del ensayo, para la antroploga los relatos sobre la guerra permitieron a la gente otorgar significado a lo ocurrido. En el caso de mi investigacin, considero que las narrativas sobre el desastre son un medio, a travs del cual se explican lo que ocurri en su ciudad, slo as adquiere sentido tanto dao ocasionado. En otras palabras, las personas, a pesar de vivir un suceso que irrumpe su vida cotidiana y quiebra sus significados, tienen la capacidad de crear y re-significar su mundo. Para la antroploga estadounidense, esas narrativas estn conformadas por parbolas y metforas que evitan los peligros de hablar sobre cuestiones polticas en el centro del conflicto. En mi investigacin, esto se desdobla en dos aspectos expuestos en la primer parte.
a) Los relatos vuelven entendible la emergencia, es decir, le otorgan sentido al

evento. Se contestan por qu sucedi el desastre, qu o quines son los responsables y si pudo haberse evitado, b) Las narraciones insinan una realidad social especfica. En este caso son expresadas a travs de rumores que evidencian la opinin de las personas, en relacin a las acciones que tom el Estado frente a las emergencias y su desenvolvimiento. Los relatos que abstraje en campo otorgan un orden a lo que vivi la gente.110 Algo muy importante es que expresan rumores sobre lo que paso. Estos son una narrativa que condensa explicaciones. En su contenido se observa por qu ocurrieron dos inundaciones, se menciona a los autor(es) intelectual(es) de la desgracia. As, la gente expres su opinin sobre el desenvolvimiento de los hechos sin meterse en complicaciones, es decir, sin correr el peligro de parecer en desacuerdo con la reparticin de ayuda hecha por el gobierno de Fidel Herrera. La sra. Andrea Olvera me dijo que el ex gobernador provoc la segunda
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Segn Necoechea la memoria selecciona ciertos hechos del pasado a la luz del presente y lo ms importante, vinculan la experiencia individual y particular con un yo colectivo. (v. Necoechea, Pozzi, et. al, 2008: 305-306)

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inundacin de 2010, con el afn de llevarse una tajada de la ayuda federal dirigida a enfrentar desastres naturales. l decidi acumular el agua de lluvia en la Presa Cerro de Oro, para despus, abrir las compuertas en una sola ocasin, y no paulatinamente, e inundar la ciudad. (Entrevista realizada a la sra. Andrea Olvera, abril de 2011) En relacin a lo anterior, Nelly Snchez me dio una explicacin sobre las causas de la inundacin. Fidel Herrera decidi inundar la cuenca para evitar un desastre en los estados de Oaxaca y Veracruz. Pero lo que debi haber hecho es despejar la presa desde antes y no en ese momento cuando llego el huracn Karl. Esto lo hizo para poder salir de su administracin con dinero. (Entrevista realizada a Nelly Snchez, febrero de 2012) Por su parte, doa Rosa Ros platic lo mismo que otras personas entrevistadas. El ex gobernador Lic. Fidel Herrera mand abrir las compuertas de la presa Cerro de Oro, en Temazcal, Oaxaca en una sola ocasin y no paulatinamente como debiera ser. Eso provoc la segunda inundacin en Tlacotalpan. l ya saba con anticipacin sobre la segunda entrada de agua, porque estuvo muy insistente y seguro de la necesidad de evacuar al 100% la ciudad y en 24 horas. Saba que Tlacotalpan iba a desaparecer, porque lo aseguraba hasta en la prensa y la televisin. Por eso mand 6 carros del Ejrcito para desalojar a la gente que quedaba. Fue a propsito, porque, qu casualidad que ya supiera (Entrevista realizada a la sra. Rosa Ros, enero de 2012) En el mismo tono se ubica la versin de la sra. Margarita Herrera, diciendo que el desfogue de la presa nunca se hizo a tiempo, se realiz en un momento equivocado, cuando el agua poda ser evacuada por las lluvias intensas. (Entrevista realizada a la sra. Margarita Herrera, enero de 2012) Ella si cree que hubo negligencia humana pero no hace responsable a Fidel Herrera. Tambin se rumora que un gran empresario de Tlacotalpan mand dragar parte del ro Papaloapan, -accin que beneficiara algunos de sus negocios en el municipio-, y que los residuos de la draga obstruyeron la salida del agua por las
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alcantarillas. Existe otra historia respecto al monto real del dinero que corresponda a los damnificados. La sra. Andrea Olvera mencion que el gobierno haba designado 50000 pesos para cada familia y no 10 000, pero que la administracin del alcalde en ese momento, Esperanza Burela Villegas, se los qued. (Entrevista realizada a la sra. Andrea Olvera, abril de 2011) Estos son los rumores ms importantes que se ubican en los relatos de las personas sobre las inundaciones, no se excluyen explicaciones sobre el cambio climtico o sobre la obstruccin de la basura que provoca que el agua no fluya a las alcantarillas, etctera. Por ejemplo, para Omar Morales la gente de la ciudad tiene la culpa de la inundacin porque tira mucha basura al ro y las coladeras, por eso se tapan y se inunda. Eso caus que tanto el ro Papaloapan, el Blanco, San Juan y El ro Teichacn se desbordaran rpido. (Entrevista realizada a Omar Morales, febrero de 2012) Desde mi juicio, estas historias se construyen no slo para dar sentido al evento, sino adems, nos advierten sobre las inconformidades de la gente frente a la mencionada irresponsabilidad de su gobernador. No es un reclamo al poder de frente y tcito. Sin embargo, el rumor es una forma de responder al poder de forma simblica, es una contestacin a su negativa de escuchar la voz de los actores. De la misma forma estas respuestas se pueden encontrar en otros medios, con los cuales contamos en la actualidad para informarnos, dar nuestra opinin o hacer reclamos. Estas contestaciones frente a la falta de odos del gobierno local se realizan por medio de las redes sociales electrnicas. Como ya lo mencion anteriormente, es crucial ver el cmulo de significados que son depositados en estos espacios. As como existe un perfil en facebook.com para resaltar el ser tlacotalpeo, tambin hay otro perfil con diferente contenido.
Esta pgina tiene en comn que es controlada por 5 personas desde Europa, Canad, Estados Unidos y Mxico y tiene como fin efectivamente, ventilar todo lo mal hecho por los gobiernos de Tlacotalpan, sus tranzas que hicieron con la ayuda de las inundaciones. y ventilamos a personas que roban al ms pobre de Tlacotalpan, si en algo nos podemos ayudar estamos a tus ordenes saludos. Atte. Lic. Jorge (A Tlaco apoyemos (Salvemos a Tlaco), www.facebook.com, revisado 08/febrero/2012)

Este perfil no solamente tiene el objetivo de denunciar las arbitrariedades


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que la gente detect durante las acciones de salvamento, restablecimiento del desastre en la ciudad, sino que adems pretende continuar con la exposicin de los malos manejos por la administracin municipal, estatal y federal. La siguiente informacin aparece en el muro del perfil:
YA MERO SALEN RESULTADOS. DE NUESTRAS INVESTIGACIONES. CUIDADO CON LAS ELECIONES FEDERALES. SE PRONOSTICAN FRAUDE. ALERTA CON TUS VOTOS.-- (A Tlaco apoyemos (Salvemos a Tlaco), www.facebook.com, revisado 08/abril/2012)

Y las respuestas no se hacen esperar. Hay en contra y a favor de la informacin vertida en el muro. Lo que deseo resaltar aqu es que hay distintas formas en que la gente utiliz su creatividad para explicarse su entorno catico. La experiencia del desastre no slo se queda en la prdida, el desorden o la crisis, la gente reconstruye su orden simblico con lo que tiene a la mano, su capacidad de construir sentido y significacin a la experiencia de vida. Un ejemplo ms de esto fue la labor que hicieron los grupos culturales de la ciudad de Tlacotalpan. El conjunto Siquisiri, Estanzuela, as como el artista Csar Corro Lara entre otros, se organizaron para que con sus conciertos de msica jarocha, realizados en el puerto de Veracruz y la ciudad de Xalapa, contribuyeran para los centros de acopio. Cabe destacar que tambin en la Ciudad de Mxico hubo eventos realizados por asociaciones artsticas, con el objetivo de apoyar a los damnificados de todo Veracruz. Y la gente que se organiz no slo era oriunda de Tlacotalpan, pueblos vecinos como Alvarado fueron elemento clave para dar soporte a la reconstruccin de la vida cotidiana de los actores. Como lo plantea Nordstrom al comienzo de su propuesta terica, no fue mi intencin mostrar cmo fue retratado ficticiamente en los medios de comunicacin y en el discurso de Estado la experiencia del desastre en Tlacotalpan. No me interes descubrir la verdadera historia de los sucedido, mi objetivo era mostrar aqu cmo experimentaron las personas el desastre, desde su muy particular ubicacin social, econmica, as como desde sus saberes acumulados y orden simblico; en donde cada familia evacuada construy un escenario de respuesta frente a la crisis, estableciendo un desencuentro con la lgica estatal.

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2.4 Conclusiones
Para finalizar con este ensayo es pertinente destacar que logr conocer cmo es que las personas afectadas enfrentaron la experiencia del desastre frente a las acciones del Estado. Exponiendo la disonancia entre los intereses del poder local y la poblacin se sabe que para los actores las etapas en que se dividen las emergencias no pueden cuantificarse, se desdibujan bajo la experiencia vivida. La supuesta normalizacin que tanto destacaron las autoridades con la organizacin de la Fiesta de la Candelaria 2011, no se alcanz a lograr. Desde el punto de vista del gobierno la ciudad se restableci en tres meses. Sin embargo, con base en la opinin de los actores, el orden, la dinmica de la ciudad no es la misma que antes del desastre. En este sentido, hubo un desencuentro entre las acciones de normalizacin impuesta por los organismos del Estado y las necesidades definidas por la poblacin para restablecer su vida. Sin embargo, estas dos visiones pudieron coexistir. Las ideas de la gente sobre la respuesta inmediata del Estado en las emergencias no excluyen sus desacuerdos. Adems, con base en las narrativas considero qued evidenciada la diversidad en la experiencia del desastre. sta fue atravesada por la diferenciacin y exclusin social, pero adems, estuvo cargada de valores que diferencian e identifican a la poblacin, tanto al interior como al exterior de la localidad. De igual
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manera, los relatos permitieron saber que las condiciones vulnerables en las que vive la gente dentro de su municipio, son agravadas por el desastre. Con esto mencion la nocin de vulnerabilidad agravada, el cual, posibilita entender que los impactos desencadenados por un fenmeno natural, son una punta de lanza para observar la lgica en la que se inserta una poblacin. Dicha dinmica fue transformada en una crisis social. Los impactos de las inundaciones causaron estragos a nivel material y simblico, sin embargo, las personas utilizaron su capacidad creativa para resignificar el orden vuelto caos. Las formas en que la gente de Tlacotalpan pudo hacer frente al desorden y al desencuentro con el Estado, fue a travs de las narrativas de las inundaciones. Los relatos aqu presentados son un intento para saber cules fueron las causas de los eventos, quin las provoc y cmo. Pero adems, encierran una manera simblica de responder al poder sin meter ruido, sin el peligro que acarrea hablar mal del ex gobernador del estado de Veracruz. Asentado lo anterior, es necesario hacer un recuento de lo que no hice o se qued en el tintero. Hubo muchos temas que no toqu de manera profunda, entre ellos estn el tpico de la identidad o patrimonio cultural. Debo exponer que en el transcurso de la investigacin sobre el desastre en Tlacotalpan top con estos dos elementos. Casi al final de la investigacin me doy cuenta que son aspectos que suelen atravesar algunas prcticas culturales, actividades artsticas o proyectos de desarrollo social en la ciudad. Sin embargo, no tena tiempo de prestarles la atencin debida, ya que estaba centrada en indagar sobre las inundaciones y los impactos que tuvieron en la vida de la gente. Pero, se convirtieron en una veta importante por la cual transitar en siguientes investigaciones. Ah les dar la atencin y el trabajo que merecen. Aunado a lo anterior, reconozco que no pude contactar con muchos actores que colaboraron indirectamente con el trabajo, por ejemplo, no entrevist al sr. Csar Corro Lara, quien fue el jaranero que iba declamando dcimas en el trayecto en lancha para repartir despensas por el municipio. Otras personas que no puede contactar fueron la lder de la asociacin civil, que estaban en pugna con
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el gobierno local para la dotacin de terrenos. De estas asociaciones slo pude saber que hubo una especie de negociacin con las autoridades del municipio para que dejaran atrs las demandas; situacin que afect a varios lugareos porque se quedaron sin terrenos. Por ltimo, considero que este trabajo me deja muchas preguntas por responder. Pero, me quedo satisfecha con la labor realizada. Fue difcil terminar este proyecto porque los tlapacolteos no fueron los nicos que tuvieron una crisis, mi labor como antroploga tambin estuvo atravesada por un desorden simblico personal, sin embargo, al igual que ellos la vida, aunque ya no es igual, comienza a tener una reconfiguracin en todos sus niveles.

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