Cuán Hermosos Son Sus Pies
Cuán Hermosos Son Sus Pies
Cuán Hermosos Son Sus Pies
La enseanza de hoy es sobre el evangelismo, el mayor el encargo que Jess nos ha dado a su Iglesia amada, hacindole claridad de que esta enseanza no es para telogos, ni para expertos sino para usted que camina en Cristo, que mueve sus pies para llevar las buenas nuevas a todos cuanto pueda y para aquellos cuyos pies no son aun tan hermosos. PASAJE CENTRAL: Romanos 10:14-16: Cmo, pues, invocarn a aquel en el cual no han credo? Y cmo creern en aquel de quien no han odo? Y cmo oirn sin haber quien les predique? Y cmo predicarn si no fueren enviados? Como est escrito: Cun hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaas dice: Seor, quin ha credo a nuestro anuncio? Padre nuestro y Seor nuestro: te damos gracias infinitas por habernos predestinado, por habernos escogido, por habernos salvado, por habernos glorificado, por habernos sentado contigo en las regiones celestiales, por habernos sellado con el Espritu Santo, por habernos provedo con tu santa y verdadera Palabra, por habernos dado a nuestros corazones el Espritu de tu Hijo Amado, porque Tu Espritu da testimonio a nuestro espritu de ser hijos de Dios, por habernos hecho hijos de la promesa, hijos de luz e hijos amados. Oh, Seor, te alabamos y te exaltamos. Te pedimos perdn por haber callado tanto tiempo tu verdad, por haber disfrutado tanto tiempo de la comodidad sin hablar con denuedo de ti, sin predicar tu Palabra, sin llevar las buenas nuevas a los perdidos. Perdname Seor por haberme avergonzado de tu evangelio en tantas ocasiones. Declaramos hoy, Seor, que tenemos un espritu diferente porque tu nos has dado no un espritu de temor sino de poder de amor y de dominio propio. Declaramos Padre del Cielo que queremos ir, que iremos dnde nos enves, que no nos avergonzamos del evangelio porque el Evangelio es poder de Dios para la salvacin de todo aquel que cree, que disponemos nuestra vida para servirte y para proclamar Tu Santa Palabra en el nombre de Jess de Nazareth. 1- POR QU EVANGELIZAR? Porque usted ha sido enviado! Hemos aprendido que cuando Dios repite algo en Su Palabra Santa es porque quiere hacernos entender que eso es realmente importante para El. Pues bien, nuestro Dios nos dio el mandato de la gran comisin, nos mand a ir y a hacer discpulos, en los cuatro evangelios y en el Libro de los Hechos. Fue su primer mandato (Marcos 1:17) y su ltimo mandato (Hechos 1:8).
Mateo 28:18-20: Y Jess se acerc y les habl diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discpulos a todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo; ensendoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aqu yo estoy con vosotros todos los das, hasta el fin del mundo. Marcos 1:17: Y les dijo Jess: Venid en pos de m, y har que seis pescadores de hombres. Marcos 16:15-18: Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, ser salvo; mas el que no creyere, ser condenado. Y estas seales seguirn a los que creen: en mi nombre echarn fuera demonios; hablarn nuevas lenguas; tomarn en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortfera, no les har dao; sobre los enfermos pondrn sus manos, y sanarn. Lucas 24:46-49: y les dijo: As est escrito, y as fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer da; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdn de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusaln. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aqu, yo enviar la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusaln, hasta que seis investidos de poder desde lo alto. Juan 20:21-22: Entonces Jess les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envi el Padre, as tambin yo os envo. Y habiendo dicho esto, sopl, y les dijo: Recibid el Espritu Santo. Hechos 1:8: pero recibiris poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espritu Santo, y me seris testigos en Jerusaln, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo ltimo de la tierra. En el pasaje de 1 Corintios 9:16-27 Dios va ms all y deja muy en claro que esa es una obligacin adems de la que uno no se debe gloriar sino que es un mandato con una consecuencia tremenda para el que no lo cumpla: Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qu enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligacin de hacerlo. Ay de m si no predico el evangelio! En efecto, si lo hiciera por mi propia voluntad, tendra recompensa; pero si lo hago por obligacin, no hago ms que cumplir la tarea que se me ha encomendado. Cul es, entonces, mi recompensa? Pues que al predicar el evangelio pueda presentarlo gratuitamente, sin hacer valer mi derecho. Aunque soy libre respecto a todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a tantos como sea posible. Entre los judos me volv judo, a fin de ganarlos a ellos. Entre los que viven bajo la ley me volv como los que estn sometidos a ella (aunque yo mismo no vivo bajo la ley), a fin de ganar a stos. Entre los que no tienen la ley me volv como los que estn sin ley (aunque no estoy libre de la ley de Dios sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de ganar a los que estn sin ley. Entre los dbiles me hice dbil, a fin de ganar a los dbiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles. Todo esto lo hago por causa del evangelio, para participar de sus
frutos. No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero slo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. As que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire. Ms bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, despus de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado. La evangelizacin es una de las razones principales por la cual Cristo no ha regresado aun. Dios ha dejado muy claro que Su bendito deseo es que todos se salven y que nadie se pierda. Recordemos esa bella Palabra que le dijo a sus discpulos en Mateo 24:14: Y ser predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendr el fin. De modo que esa es nuestra misin y es urgente. Debemos llevar rpidamente el Evangelio de la Salvacin a todos cuanto conozcamos en nuestra familia, nuestro vecindario, nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestra nacin. Debemos de convertir el evangelismo en un estilo de vida, aprovechando muchas de las ocasiones ordinarias como el mismo nombre de algunas personas, el viaje en un avin o en un simple ascensor, la ida a un velorio, la muerte de un cercano, la conversacin sobre algn accidente, la noticia sobre la enfermedad de algn conocido, la posible erupcin de un volcn, el tsunami en el pacfico y muchas ms para introducir el tema del Evangelio. Dios lo ha puesto a usted en esa familia, en esa ciudad en ese barrio y le ha dado esos amigos que usted tiene para alumbrar con su Adorable Luz a todos a travs de usted. Tenga siempre presente que la poblacin mundial crece geomtricamente, mientras los cristianos parece que crecemos aritmticamente, luego piense en involucrarse en un ministerio de evangelismo multiplicativo como evangelismo explosivo, por ejemplo. Para terminar debo decir que evangelizar es una cuestin eminentemente de Amor. Si usted, mi amado hermano, est andando en Amor, el Amor de Dios lo va a constreir a compartir el Evangelio pues usted querr dar de gracia a otros lo que usted ha recibido de gracia. Usted querr que todos tengan lo que usted ya tiene y que es muy superior a lo que est en el mundo, Cristo Jess. Porque usted ya ha probado el gozo de la salvacin, ha visto lo que puede hacer Cristo en la vida de cualquier persona, ha sido testigo de grandes prodigios y milagros en su vida usted querr que aquellos a los que usted ama que son todos esos que Dios llama el Prjimo. 2- QUIN Y CMO EVANGELIZAR? El evangelismo no es una tarea primordialmente del pastor sino una misin de todo creyente, de todo nacido de nuevo.
Pero muchos cristianos hoy tienen varias razones para no testificar. Dicen que no saben cmo, dicen que no tienen el don, que dan testimonio por medio de sus vidas, que es el oficio del Pastor, que les da miedo de ser rechazado o fallar, que no tienen tiempo. Muchos no lo hacen porque tienen un pecado no confesado por all escondido que est causando estragos. Djenme detenerme un poco en la idea generalizada que el adversario ha difundido de que evangelizar es una tarea del Pastor o de ste y los lderes de la iglesia o de los telogos. Esa es la estrategia hasta ahora ms exitosa del adversario. Pero La Verdad sobre esto (y todo lo dems) est en la Biblia. Cmo sucedi en la iglesia primitiva? Despus de la muerte de Esteban, dice la Biblia, hubo una poca de gran persecucin contra la iglesia en Jerusaln y la consecuencia fue hermosa: todos fueron esparcidos para proclamar el evangelio por donde quieran que iban. Todos menos los apstoles! Leamos Hechos 8:1-13: Y Saulo estaba all, aprobando la muerte de Esteban. Aquel da se desat una gran persecucin contra la iglesia en Jerusaln, y todos, excepto los apstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por l. Saulo, por su parte, causaba estragos en la iglesia: entrando de casa en casa, arrastraba a hombres y mujeres y los meta en la crcel. Los que se haban dispersado predicaban la palabra por dondequiera que iban. Felipe baj a una ciudad de Samaria y les anunciaba al Mesas. Al or a Felipe y ver las seales milagrosas que realizaba, mucha gente se reuna y todos prestaban atencin a su mensaje. De muchos endemoniados los espritus malignos salan dando alaridos, y un gran nmero de paralticos y cojos quedaban sanos. Y aquella ciudad se llen de alegra. Ya desde antes haba en esa ciudad un hombre llamado Simn que, jactndose de ser un gran personaje, practicaba la hechicera y asombraba a la gente de Samaria. Todos, desde el ms pequeo hasta el ms grande, le prestaban atencin y exclamaban: Este hombre es al que llaman el Gran Poder de Dios! Lo seguan porque por mucho tiempo los haba tenido deslumbrados con sus artes mgicas. Pero cuando creyeron a Felipe, que les anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, tanto hombres como mujeres se bautizaron. Simn mismo crey y, despus de bautizarse, segua a Felipe por todas partes, asombrado de los grandes milagros y seales que vea. Quines predicaban la Palabra? Los que fueron esparcidos! No dice los pastores, pues los mejores de ellos, los Apstoles, se quedaron en Jerusaln. Y esta estrategia de dispersin y prdica de la Palabra fue poderosamente exitosa durante los siguientes 300 aos hasta el ao 313 en el cual se public por Constantino el edicto de tolerancia por medio del cual se terminaba la persecucin contra el pueblo cristiano. Los pastores en cambio s tienen la obligacin de capacitar sus laicos. Leamos Efesios 4:11-12: l mismo constituy a unos, apstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.
Jess mismo evangeliz y nos ense cmo hacerlo. En este pasaje vemos que Jess utiliz las 5 leyes de persuacin: A- atencin, B- inters, C- deseo, D- decisin, Eaccin. Leamos de nuevo el bello relato de la Samaritana en Juan 4:4-42, mientras analizamos cmo Jess aplic esos principios y evangeliz: En el captulo cuarto el Evangelio nos cuenta que Jess mismo evangeliz y nos ense cmo hacerlo, qu principios debemos seguir cuando lo hacemos, qu pasos debemos seguir. En este pasaje vemos que Jess utiliz un extraordinario mtodo por medio del cual, estando en el lugar adecuado, en el tiempo adecuado, primero llam la atencin de la persona a quien quiso testimoniar acerca del Reino de Dios, despus capt su inters, le hizo desear saber ms acerca del tema, la confront con su pecado, la inst a que tomara una decisin y la llev a la accin. Un breve resumen del contexto general lo encontramos en los comentarios de la Biblia Diario Vivir: Despus que el reino del norte, con su capital Samaria, cay en mano de los asirios, deportaron muchos judos a Asiria y trajeron extranjeros para que se estableciesen all y ayudaran a mantener la paz (2 Reyes 17:24). Del matrimonio entre aquellos extranjeros y los judos que quedaron surgi una raza mixta, impura en la opinin de los judos que vivan en Jud, el reino del sur. Los judos puros odiaban esa raza mixta, que eran los samaritanos, porque sentan que traicionaron a su gente y a su nacin. Los samaritanos establecieron un lugar alterno de adoracin en el monte Gerizim paralelo al templo de Jerusaln, destruido ciento cincuenta aos atrs. Los judos hacan todo lo posible por no viajar a travs de Samaria. Pero Jess no tena motivos para vivir con dichas restricciones culturales. La ruta a travs de Samaria era ms corta y esa fue la que tom. El pozo de Jacob estaba situado dentro de la propiedad que haba pertenecido a Jacob (Gnesis 33:18-19). No era un pozo de manantial, sino que el agua se acumulaba en el fondo cuando caa la lluvia y el roco. Los pozos mayormente estaban localizados en las afueras de la ciudad, junto a los caminos principales. Leamos de nuevo el bello relato de la Samaritana en Juan 4:4-42, pidindole a Dios mismo que nos revele su mtodo. Y le era necesario pasar por Samaria. Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo Jos. Y estaba all el pozo de Jacob. Entonces Jess, cansado del camino, se sent as junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jess le dijo: Dame de beber. Pues sus discpulos haban ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: Cmo t, siendo judo, me pides a m de beber, que soy mujer samaritana? Porque judos y samaritanos no se tratan entre s. Respondi Jess y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quin es el que te dice: Dame de beber; t le pediras, y l te dara agua viva. La mujer le dijo: Seor, no tienes con qu sacarla, y el pozo es hondo. De dnde,
pues, tienes el agua viva? Acaso eres t mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron l, sus hijos y sus ganados? Respondi Jess y le dijo: cualquiera que bebiere de esta agua, volver a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le dar, no tendr sed jams; sino que el agua que yo le dar ser en l una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Seor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aqu a sacarla. Jess le dijo: ve, llama a tu marido, y ven ac. Respondi la mujer y dijo: no tengo marido. Jess le dijo: bien has dicho: no tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. Le dijo la mujer: Seor, me parece que t eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decs que en Jerusaln es el lugar donde se debe adorar. Jess le dijo: Mujer, creme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusaln adoraris al Padre. Vosotros adoris lo que no sabis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvacin viene de los judos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarn al Padre en espritu y en verdad; porque tambin el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espritu; y los que le adoran, en espritu y en verdad es necesario que adoren. Le dijo la mujer: s que ha de venir el Mesas, llamado el Cristo; cuando l venga nos declarar todas las cosas. Jess le dijo: Yo soy, el que habla contigo. En esto vinieron sus discpulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: Qu preguntas? o, Qu hablas con ella? Entonces la mujer dej su cntaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. No ser ste el Cristo? Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a l. Entre tanto, los discpulos le rogaban, diciendo: Rab, come. El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabis. Entonces los discpulos decan unos a otros: Le habr trado alguien de comer? Jess les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envi, y que acabe su obra. No decs vosotros: An faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aqu os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya estn blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habis entrado en sus labores. Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en l por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. Entonces vinieron los samaritanos a l y le rogaron que se quedase con ellos; y se qued all dos das. Y creyeron muchos ms por la palabra de l, y decan a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos odo, y sabemos que verdaderamente ste es el Salvador del mundo, el Cristo.
El pasaje comienza con la frase Y le era necesario pasar por Samaria. Este inicio me conmueve mucho porque veo el propsito de Dios en nuestras propias vidas. No es casualidad que estemos en el lugar que estamos sino que estamos precisamente donde estamos porque nos es necesario estar aqu. Nos es necesario a nosotros, en primer lugar, para poder cumplir ese mandato de la Gran Comisin porque es aqu y ahora donde la mies es mucha, pudiendo usted y yo desempearnos en las hermosas funciones del obrero de Cristo. Es como si permanentemente nos dijera Dios a ustedes les era necesario tener ese jefe, les era necesario desempearse en ese sitio de trabajo, les era necesario vivir en esa ciudad, les era necesario haber viajado en ese bus o en ese avin al lado de esa persona, les era necesario tener ese crculo familiar tan amplio, les era necesario estudiar en esa universidad, tener esos compaeros de curso, etc. Mire alrededor suyo. Su entorno. Despus de leer ese sencillo versculo sabe que hay un propsito para estar donde est, vivir donde vive, conocer a quienes conoce, encontrarse a quienes se encuentra. Despus, sigue el relato describiendo a Jess ya en tierras de Samaria en una ciudad llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo Jos. Y estaba all el pozo de Jacob. Entonces Jess, cansado del camino, se sent as junto al pozo. Era como la hora sexta. En cuanto a Sicar aun no se puede establecer si se trataba de la ciudad de Siquem o de Askar, pero s sabemos que estaba en medio de los montes Gerizim (de la bendicin) y Ebal (de la maldicin). La heredad que Jacob dio a Jos est mencionada en Gnesis 33:19, siendo all precisamente que este ltimo fue enterrado (Josu 24:32). Es decir que Jess estaba en una zona aparentemente despreciable, desconocida, pero de realmente de un valor extraordinario para el reino, igual, guardadas proporciones, al lugar donde nos encontramos usted y yo. Era medio da, con un calor bastante fuerte sin duda, con unas condiciones ambientales duras para cualquier ser humano, por lo que Dios aprovecha para manifestar la condicin humana de un Jess que tambin se cansaba, pero que no dudaba en reposar un poco, en tener momentos de quietud y de descanso, tal y como l quiere que nosotros tengamos. Me gusta imaginarme a Jess recobrando fuerzas, mientras espera la oportunidad de un encuentro, de una cita divina en la cual pueda manifestar su Gloria y practicar su pasin que era ensear. Me gusta imaginarme a un Jess que decide, ante el cansancio fsico, sentarse un poco a descansar y tomar aire para proseguir porque la escena me confirma que El es ciento por ciento hombre y que vivi lo que yo vivo. Al llegar la mujer de Samaria, Jess llama su atencin. El relato dice que Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jess le dijo: dame de beber. Jess llam la atencin de la seora de manera simple, usando las circunstancias normales del momento, pero haciendo algo anormal para un judo que era hablarle a una mujer samaritana. Recordemos que para los judos la raza samaria era una raza despreciable. La Biblia tambin dice que sus amigos, los discpulos, haban ido a la ciudad a comprar algo de comer para mostrar el contundente contraste entre un Jess muy interesado en evangelizar y sus ovejitas ms cercanas interesadas primero en dar de comer a su
cuerpo. Entonces, la mujer samaritana le respondi muy extraada con la actitud diferente de ese hombre, puesto que judos y samaritanos no se hablaban y mucho menos un hombre judo a una mujer samaritana: cmo t, siendo judo, me pides a m de beber, que soy mujer samaritana? La respuesta misma conlleva una alta dosis de atencin. Jess haba logrado su cometido inicial que era la de establecer una conexin de entrada, captando la atencin de su contertulio, pero de una manera franca y real. Jess no capt su atencin con mentiras ni con trampas ni con manifestaciones exuberantes o estrambticas sino aprovechando una sencilla situacin ordinaria de la vida real. Enseguida, la Escritura nos muestra cmo Jess pas de tener la atencin de ella a causarle gran inters en lo que hablaban. Dice la Biblia que Jess respondi introduciendo el tema de Dios y la vida eterna, usando expresiones que tambin tenan especial significado para la ocasin: si conocieras el don de Dios, y quin es el que te dice: dame de beber; t le pediras, y l te dara agua viva. La mujer, interesada ya en sumo grado, intrigada, digo yo, y completamente metida en la conversacin, pero tambin algo retadora, le respondi diciendo: Seor, no tienes con qu sacarla, y el pozo es hondo. De dnde, pues, tienes el agua viva? Acaso eres t mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron l, sus hijos y sus ganados? Esa fue una respuesta que debemos esperar frecuentemente pues implica tratar de menospreciar el nombre de Jess y ponerlo siempre por debajo de su real dimensin. Esta frase es similar a la que tantas veces hemos odo cuando dicen que Jess fue un buen hombre, alguien muy sabio, si acaso un buen profeta pero nada ms. Mucha gente tiene la idea tambin de que Jess no es mayor que el profeta Jacob, el cual precisamente profetiz que algn da llegara Siloh o el Mesas, o, peor aun, que Jess no es mayor a ningn profeta. No se turbe por eso nunca. Tenga en cuenta que quien as dice no conoce al verdadero Jess. Mejor aproveche su atencin para seguir una conversacin con el fin de presentrselo en su verdadera dimensin. Jess, quien estaba guiando la conversacin, al saber que tena ya completamente su inters comprometido dio el paso siguiente el cual era precisamente despertarle el deseo de tener lo que El ofreca y manifestaba. Entonces, Jess, explicando un poco ms los conceptos, pero usando palabras y situaciones apropiadas para el momento y el contexto le dijo: cualquiera que bebiere de esta agua, volver a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le dar, no tendr sed jams; sino que el agua que yo le dar ser en l una fuente de agua que salte para vida eterna. Jess saba que ella entendera que le estaba hablando ya en palabras mayores de algo sobrenatural, de la vida eterna. Ella, por supuesto, en ese punto de la charla no poda ms que desear esa oferta del agua especial y desconocida del Seor y por eso le respondi que le diera de esa agua, para que no tuviera ms sed, ni le tocara ir a ese lugar a sacarla. Es claro que ella no era una mujer de buena reputacin, estaba aburrida de tener que ir al medioda a ese pozo porque esa era la hora en que no haba gente. Ella empieza tambin a entender que a ms de cosas naturales Jess estaba tocando temas espirituales y se siente atrada por el tema. Jess ha logrado tocar su corazn y sabe que ese es un momento crucial de la charla por lo que tiene que aprovechar el momento para llevarla a una decisin y confrontarla con su pecado. Entonces l habla
a su corazn ya en ese momento cautivado: Ve, llama a tu marido, y ven ac. De esa manera Jess la confronta con su pecado, lo mismo que debemos hacer cuando evangelizamos porque debemos hablar del pecado, de lo que significa y de cmo Dios dice que por cuanto todos pecamos, todos estamos destituidos de Su Gloria. La mujer reaccion confesando algo de su vida ntima a ese hombre hasta ahora desconocido, pues le dijo que no tena marido en ese momento. Entonces Jess le confirma que est en pecado y la confronta con ese pecado abiertamente: bien has dicho: no tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. La Samaritana seguramente cargada en su interior hace un esguince para tratar de evitar el tema y le responde desviando la conversacin. Sin embargo, de la respuesta de ella podemos inferir que el impacto fue logrado y que ella fue consciente de que Jess le estaba hablando de su pecado. Seor, me parece que t eres profeta, le dijo a Jess, tal vez con el nimo de hacerle una especie de elogio para que no siguiera con el tema de su intimidad espiritual, pero tambin como empezando a conocer que Aquel frente a ella es alguien sobrenaturalmente importante, aunque slo le diera el ttulo de profeta. Esa misma objecin la hemos de encontrar evangelizando. Como dije unas lneas atrs, alguna gente dir que no cree en Jess o que El no es Dios sino tan slo un profeta, afirmacin absurda por cuanto no puede ser profeta aquel que dice ser Dios cuando realmente no lo es. Si alguien dice que es el nico camino, la nica verdad y la nica vida y que nadie va al Padre sino a travs de l, sin que todo ello sea cierto, entonces estaremos delante de un loco cualquiera y no de un profeta! Lo que sigue es el intento de la mujer, ya confrontada con su pecado, de desviar la conversacin bien lejos del tema espiritual para colocarla en el escenario de lo religioso, de los rituales y las tradiciones, tal y como hacen muchas personas pertenecientes a religiones tradicionales cuando alguien les presenta a Jess y le reta a aceptarlo en el corazn y someterse sinceramente a su Reino. Nuestros padres adoraron en este monte, dijo la mujer, y vosotros decs que en Jerusaln es el lugar donde se debe adorar. Esa es una respuesta parecida a no me hable de Jess que yo ya tengo una religin y no voy a cambiarme de religin. Entonces Jess le dijo: mujer, creme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusaln adoraris al Padre. Jess sabe que est en el momento lgido, culminante de la conversacin y entonces sigue manifestando su esplendor, dando enseanzas tremendas a la Samaritana. Vosotros, le dice Jess, adoris lo que no sabis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvacin viene de los judos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarn al Padre en espritu y en verdad; porque tambin el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espritu; y los que le adoran, en espritu y en verdad es necesario que adoren. Que manera tan amorosa de darle a entender que lo importante no es la religin si no tener una relacin espiritual, personal, de conocimiento y de adoracin con Dios. La mujer empezaba a entender en su interior, pues su espritu estaba recibiendo testimonio del mismo Dios, que Ese hombre frente a ella era ms que un buen Profeta, mayor que el profeta Jacob, y por eso respondi a Jess que ella saba que el Mesas, llamado el Cristo, habra de venir y que cuando El viniera nos iba declarar todas las cosas. Ella toca el punto crucial, entiende en su interior, es tocada y movida a hablar de lo realmente importante, de
Cristo, el Salvador. En ese punto Jess sabe que slo le resta mostrarle su Gloria, manifestarle todo su esplendor, dejar que ella sepa por su propia voz que est frente al Rey de Israel, al mismo Mesas, pues de esa manera har que ella tome una decisin frente a l. Una decisin que slo puede ser de reconocerle o ignorarle. Por eso El le dice: Yo soy, el que habla contigo, declarndole, abiertamente, que El es el Mesas en persona, el Cristo esperado. Ese debi ser un momento espectacular para ella y leerlo en el evangelio de Juan en esta poca es para cualquiera esplendoroso. Estando en ese punto llegaron sus discpulos y lo primero que hicieron fue sorprenderse de que su Maestro hablara con una mujer samaritana. No se interesaron en la charla ni preguntaron qu estaba pasando, sino que slo vinieron a interrumpir el momento estelar. Esto sucede mucho cuando evangelizamos y estamos en el momento crucial de la decisin. En ese momento, muchas veces, suelen pasar cosas muy inesperadas y a Cristo le pas tambin con sus discpulos que llegaron justo en ese momento crucial y evitaron de esa manera una rendicin total de la mujer samaritana al Seor en ese preciso momento. Pero eso no fue grave y no lo es tampoco cuando nos pasa a nosotros porque Dios siempre tiene un propsito en la vida de la persona a la que evangelizamos o del testigo y, por otro lado, la Palabra de Dios nunca vuelve vaca. Retomemos entonces el relato para entenderlo. Dice la Escritura que entonces la mujer dej su cntaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. No ser ste el Cristo? Notemos que ella ya saba que haba tenido un encuentro personal con el Cristo pero por alguna razn le dio pena o no quiso afirmarlo abiertamente. Podamos haber credo cuando ella sali corriendo que ella no aceptara a Jess en su corazn, pero ya iba ella tocada por Dios y por su testimonio sabemos que Jess la impact de una manera sobrenatural y que nada nos indica que no lo acept sino, por el contrario, de la misma manera de plantear la pregunta a sus paisanos podemos deducir que lo hizo, pues ella los instaba a darse una respuesta ellos mismos y, a su vez, tomar una decisin al respecto. Lo que quiero decir es que del contexto podemos concluir que ya en su corazn haba credo e inmediatamente fue a dar testimonio. Cun bueno sera que todos los creyentes se portaran igual y empezaran a dar testimonio inmediatamente despus de haber nacido de nuevo! Entonces, contina el relato, salieron de la ciudad, y vinieron a l. Ese testimonio llano y simple de la mujer samaritana, pronunciado seguramente con mucho entusiasmo, hizo que inmediatamente llegaran muchos a los pies de Jess. Entre tanto, los discpulos persistan en ocuparse ms del cuerpo, de lo material y le rogaban a Jess que comiera. El les dijo que tena una comida desconocida por ellos, por lo que los discpulos se preguntaban si alguien le habra trado comida. Entonces Jess les declara algo tambin muy impactante pues les muestra anticipadamente la gran comisin que les dara ms tarde. Mi comida es, les ense, que haga la voluntad del que me envi, y que acabe su obra. No decs vosotros: an faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aqu os digo: alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya estn blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a
segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habis entrado en sus labores. La cosecha est lista. No hay que esperar nada ms. Hay mucha gente lista para or el Evangelio y slo esperan que usted o yo lleguemos a predicarlo, sabiendo que a los segadores se les paga un buen salario, es decir reciben una magnfica recompensa. Concluye la Escritura que muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en l por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: me dijo todo lo que he hecho. Entonces, vinieron los samaritanos a l y le rogaron que se quedase con ellos; y se qued all dos das. Y creyeron muchos ms por la palabra de l, y decan a la mujer: ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos odo, y sabemos que verdaderamente ste es el Salvador del mundo, el Cristo. Ese es el poder de testificar: usted hace que muchos crean en l por sus palabras! Pero, finalmente lo que hace la gente es creer ms debido al encuentro personal con el Salvador que debido a su testimonio. Lo que pasa es que muchas veces ellos no podrn tener ese encuentro con Jess sin que usted haya hablado de Su Evangelio de Salvacin porque, como dice la Escritura: Cmo, pues, invocarn a aquel en el cual no han credo? Y cmo creern en aquel de quien no han odo? Y cmo oirn sin haber quien les predique? Como est escrito: Cun hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!. Despus de permanecer dos das en Samaria y haber producido all un verdadero remezn espiritual se fue a Galilea porque Jess mismo dio testimonio de que no hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. Esa referencia seguramente fue hecha acerca de que en Jerusaln y Judea o la patria de los judos o Nazaret, no se haba dado la honra que Jess mereca, aunque otros piensan que se refiere a que Jess fue a Galilea porque all no recibira una honra tal que lo llevara a un choque inmediato con los fariseos, creando as una crisis prematura. De todas manera destaquemos que ese contraste es realmente sorprendente. Por una lado, muchos y muchos creyeron en Jess en tierras donde no solamente habitaba una raza despreciada por los judos, sino donde se profesaba una religin abominable para ellos; por otro lado, en su propia tierra Jess fue recibido con alborozo, como lo vemos adelante, pero no fue tratado con la honra que mereca hasta el punto de deshonrarlo. Las enseanzas de este contraste son tambin sorprendentes: primero, no hay que temer ni evitar dar testimonio en tierras de religiones extraas o que profesen diferentes creencias, ni a personas que nos parezcan inalcanzables, porque si Dios pudo tocar tantos corazones en tierras samarias en esa poca, lo seguir haciendo hoy!; segundo, si Jess lo hizo a costa de su propia honra, debemos tambin nosotros, a costa de la nuestra, testificar en nuestro pueblo, en nuestras familias, en nuestros hogares! Tremendo pasaje este mis hermanos!
Pero ser testigos requiere que usted primero sea salvo. Si aun no lo es, sepa que no est oyendo todo esto por mera casualidad. Dios quiere que usted se rinda a l completamente y eso no necesita solemnidades. Basta con una oracin de corazn, con sinceridad. Desde su asiento repita las siguientes palabras, pero dgaselas a Dios mismo: Seor Jess, hoy vengo a ti cargado y agobiado para abrirte mi corazn. Te recibo, Jess, como mi Seor y Salvador y te pido que gobiernes desde ahora mi vida. Confieso con mi boca que T eres Seor y creo en mi corazn que Dios te levant de entre los muertos. Recibo el regalo precioso de la vida eterna que me ofreces y me arrepiento de todo corazn de todo lo que he dicho, hecho, pensado y omitido que te ha desagradado. Gracias, Jess, por tu perdn y tu infinito amor. Amn. Tambin requiere que usted sea limpio. Revsese diariamente, pida perdn diariamente, arrepintase diariamente. Recuerde que usted se est multiplicando y que sus hijos heredern lo que usted tenga en su corazn y en su vida. Ser testigo requiere estar lleno del Espritu Santo. Efesios 5:18 nos aconseja: No os embriaguis con vino, en lo cual hay disolucin; antes bien sed llenos del Espritu Ser testigo requiere compromiso de su parte, esfuerzo de su parte, el cual ser mnimo pues Dios har Su tarea. En Marcos, despus del pasaje que citamos sobre la Gran Comisin, podemos leer Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudndoles el Seor y confirmando la palabra con las seales que la seguan (subrayado fuera de texto). Pues bien, la palabra ayudndoles es traducida del griego (synerge) que significa trabajar junto con, ser colega. Esa palabra est ntimamente relacionada con sinergia que significa: n. f. 1. BIOL Accin conjunta de varios rganos en la realizacin de una funcin. 2. Incremento de la accin de diversas sustancias debido a que actan conjuntamente. 3. Coordinacin de actividades econmicas cuyo rendimiento es superior que si se realizaran por separado: el progreso requiere grandes mercados, sinergias y economas de escala. Con eso queda claro que lo que pasa en en la evangelizacin exactamente es que nosotros colocamos nuestra pequea fuerza y casi insignificante aporte, y Dios trabaja unindo a ese pequeo esfuerzo Su infinito Poder y Fuerza. Por ltimo, remarco que ser testigo requiere ser un adorador, tener pasin por pasar tiempo en oracin. 3- ALGUNOS CONSEJOS PARA EVANGELIZAR El testificar debe convertirse en un estilo de vida. Algunos consejos para cuando vaya a compartir la palabra o evangelizar: Ore mucho por la persona a la cual le va a testificar, recordando que la salvacin es de Jehov (Jons 2:9). Establezca vnculos de amistad con esas personas. Averige sus necesidades, sepa en qu punto est la persona espiritualmente.
Si va a ir a la casa de alguien asegrese de que esa persona sepa a qu va usted. Ore antes de ir para que Dios acte a travs suyo. Preocpese por su apariencia. Si es mujer, use ropa apropiada. Use goma de mascar o caramelos para el aliento, pero no vaya masticando chicle a la cita. Durante la visita observe, haga preguntas, escuche con atencin, mire siempre el candidato cuando est hablando, haga elogios sinceros. No cargue una gran Biblia, sino mejor una pequea de bolsillo. No se afane, no se apure, tmese su tiempo. Si el momento no es propicio, busque una mejor oportunidad despus y si es posible pdale a la persona una fecha en la cual pueda visitarla. No force nada. No use palabras religiosas. Hable en un lenguaje normal. No d la impresin de ser sabelotodo o sumamente entendido o docto en el evangelio. Sea humilde. No de referencias bblicas, nmero de captulos o versculos cuando hable de la Palabra de Dios. Cuando d su testimonio no haga nfasis en su vida pasada antes de recibir el regalo de la vida eterna sino, mejor, en los maravillosos beneficios de haberla recibido. Pida permiso para hacer preguntas. Preste mucha atencin a lo que le diga la persona a la que est evangelizando. No se alarme por las confesiones que oiga y guarde las confidencias. No discuta. No pierda tiempo defendiendo al Seor, pues El no necesita de ello y antes mejor El le defiende a usted porque El es su Abogado. Eso s, est siempre preparado para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que le demande razn de la esperanza que hay en usted. Lea mucho la Palabra de Dios, aprndala, memorcela. Cite y declare la Palabra de Dios porque es ella la que tiene poder y no su oratoria o sus dones, pero no cite los nmeros de versculos ni libros.
Estudie la Palabra de Dios, descubra su sentido, el mensaje que ella tiene para usted y para aquellos que le oyen a usted. Lea libros, consulte diccionarios, referencias, comentarios bblicos, etc Evite las objeciones, pospngalas hasta antes de irse o quede comprometido en volver despus con alguna respuesta. Siempre est preparado para dar. Evite la crtica a otras congregaciones, pastores, iglesias o denominaciones. Est preparado para que en el momento de la decisin haya interrupcin, pues el adversario no estar contento. Si es rechazado o el candidato no quiere aceptar a Jess, no lo obligue. Insista prudentemente pero no hostigue. No piense que tiene que asegurar una decisin favorable del candidato. Si alguien rechaza o no quiere aceptar a Jess no se desanime. Usted no ha predicado la Palabra de Dios en vano y la Palabra nunca vuelve vaca. Dios con seguridad tiene un propsito con su testimonio. Que su salida de la casa de alguien o la despedida al final, as este no haya aceptado a Cristo, sea muy agradable. No se ra y menos se burle de alguien a la salida de la casa del evangelizado. Pastoree el recin nacido. El ahora es su hijo espiritual y su oveja. Disciplelo. Ore mucho por el nacido de nuevo para que Dios forme a Cristo en el. Recuerden que muchas personas hacen confesin de fe, pero no nacen de nuevo y otros no sabemos si aun naciendo de nuevo perseverarn hasta el final. Por eso el Seor nos dice que vayamos y hagamos discpulos ensendoles que guarden todas las cosas que El nos ha mandado. No hay otra interpretacin para el pasaje de Mateo 7:19-27 que dice: Todo rbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. As que, por sus frutos los conoceris. No todo el que me dice: Seor, Seor, entrar en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que est en los cielos. Muchos me dirn en aquel da: Seor, Seor, no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declarar: Nunca os conoc; apartaos de m, hacedores de maldad. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le comparar a un hombre prudente, que edific su casa sobre la roca. Descendi lluvia, y vinieron ros, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cay, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le comparar a un hombre insensato, que edific su casa
sobre la arena; y descendi lluvia, y vinieron ros, y soplaron vientos, y dieron con mpetu contra aquella casa; y cay, y fue grande su ruina. Bueno, pero esto har parte de otra enseanza sobre cmo ser un verdadero cristiano. 4- QU MTODO USO PARA EVANGELIZAR? Todos sabemos ya por qu evangelizar, pero muchos, como he dicho antes, se excusan en que no saben cmo. Pues para quitar esa excusa vamos a aprender hoy un mtodo fcil, simple, flexible y poderoso para evangelizar. Es el mtodo de Evangelismo Explosivo. Anexo una especie de bosquejo para que sobre el podamos edificarnos acerca de cmo testificar eficazmente. Obviamente que aqu no lo aprenderemos tan completo como se estudia en el Ministerio, pero lo que aprenderemos, les aseguro mis amados que ser suficientsimo! Pues bien pasemos de una vez a dibujar el bosquejo de ese mtodo eficaz de Evangelismo Explosivo. INTRODUCCIN: Gane su confianza, hable de cosas normales, haga elogios sinceros. Toque el tema religioso. Dele un breve testimonio de su Iglesia o uno personal suyo sin mencionar a Jess aun. PREGUNTAS DE DIAGNSTICO: a) Hgale, apenas pueda esta pregunta: Si Ud. muriera hoy, est seguro que ira al cielo? Dgale que la Biblia fue escrita para tener esa seguridad. Estas cosas os he escrito para que sepis que teneis vida eterna (1 Juan 5:13). Dgale que va a compartirle cmo recibi ese regalo maravilloso de la vida eterna y cmo el tambin puede hacerlo, pero antes pdale permiso para otra pregunta. Dgale: me permite hacerle otra pregunta? b) Entonces hgale la segunda pregunta de diagnstico: Supongamos que Ud. muriera hoy, y se presentara ante Dios y l le preguntara: por qu tengo que dejarte entrar mi cielo, qu le dira? Si no obtiene una respuesta, cambie la pregunta. Pregntele por ejemplo que le han enseado en la Iglesia a la que va sobre los requisitos para ir al cielo, o si un hijo menor le preguntara que debe hacer para ir al cielo qu le respondera, cuntele que usted pensaba que deba hacer cosas buenas para ganar el cielo. Si de verdad no sabe la respuesta acepte que no la sabe y siga. Generalmente la respuesta a esta pregunta es por obras. TESTIMONIO PERSONAL: Puede darlo en la introduccin o antes de hacer la segunda pregunta de Diagnstico. En su testimonio mencione de manera general cmo era antes de recibir el regalo de la vida eterna (menos de 1 minuto); cmo recibi el regalo de la vida eterna (menos de 1 minuto, sea muy general y sin mencionar a Jess aun). Qu ventajas obtuvo al recibir el regalo de la vida eterna (menos de 1 minuto) Evite palabras de evanglico tales como Jehov, testimonio,
redencin, convertirse, aleluya, amn, barn de Dios, etc. A lo largo de la conversacin, evite dar soluciones u obligar a la persona a tomar decisiones EL EVANGELIO: Sea afirmativo diciendo que al or la contestacin de las preguntas anteriores usted sabe que es portador de las ms extraordinarias noticias que jams el haya escuchado: la vida eterna es un regalo! a) Gracia: *El cielo es un regalo y nadie puede ganarlo ni merecerlo (Rom 6:23, Efe 2:8-9). Enfatizar que la salvacin es por fe y no por obras. * No somos dignos, ni merecemos el cielo (Pro 14:12, Tito 3:5) b) Hombre: *Es pecador y no puede salvarse a s mismo (Rom 3:23; Efe 2: 8-9). Qu entiende por pecado y dele la definicin de lo que es pecado para Dios: todo lo que le desagrada a l. c) Dios: * Es misericordioso, es amor y no quiere castigarnos (1 Jn 4:8b; Jn 3:16 ). * Pero, tambin es justo y tiene que castigar el pecado (Exo 34:7b). Ahora bien, Dios resolvi ese aparente dilema en la persona de Jess. d) Jesucristo: La solucin. Pregntele quin es Jess para l. Aclrele que Jess es el eterno Dios-hombre (Juan 1:1). * Quin es? El Dios infinito (Jn 1:1,14). * Qu hizo? - Pag por nuestros pecados (Isa 53:6) Resucit y ascendi al Cielo a comprarnos un lugar que hoy nos ofrece gratuitamente. Cmo recibimos ese regalo? e) Fe: * Lo que no es: Ni intelectual porque hasta los demonios creen y tiemblan (Santiago 2:19), ni temporal, que es lo que hacemos a menudo cuando necesitamos que Dios nos arregle algo. * La Fe salvadora es la verdadera fe. Es confiar nicamente en Jesucristo para salvacin, confesar que Jess es el Seor y creer en el corazn que Dios le levant de entre los muertos y dejarlo entrar en su vida, y arrepentirse (Hechos 16:31, Juan 3:36). Todo esto tiene sentido para usted? f) La decisin: Ahora la pregunta no la hago yo sino Dios mismo: Desea recibir el regalo de la vida eterna ahora? Cuando le responda que S, usted le dir: Si esto tiene sentido para usted y quiere recibir el regalo de la vida eterna le aclaro lo qu ello implica: 1. Arrepentirse de todo lo que ha hecho que le desagrada a Dios. (Hch 3:19). 2. Transferir toda su confianza a Cristo para su salvacin y para todo en su vida (Ro 10:8-10). 3. Recibir a Jess resucitado y vivo, como su nico y suficiente Dios. 4. Recibirle en su corazn como Seor, Salvador y Redentor (Juan 1:12). Como usted ha dicho que eso es lo que quiere, hagmoslo con una simple oracin. ORACIN: Si tiene tiempo haga 3 oraciones: a- Por l para que crea y se arrepienta, 2- Con l para salvacin y 3- por l para seguridad. Si no tiene mucho
tiempo o dependiendo el caso slo haga la oracin para salvacin. En la oracin para salvacin que el candidato debe repetir en voz audible, se debe iniciar dirigindose a nuestro AMADO JESS. Use esta gua: Amado Jess, hoy te recibo en mi corazn como Seor y Salvador, confieso con mi boca que tu eres Seor y creo en mi corazn que Dios te levant de entre los muertos. Recibo el regalo de la vida eterna que me ofreces. Me arrepiento de todo corazn de todas mis faltas y pecados, y te doy gracias por tu perdn y tu infinito amor, en el nombre de Jess, amn. Seguridad de salvacin: Juan 6:47, Tito 1:2, Hebreos 13:5, Romanos 8:16-17. EXPLICACIN DE LO QUE HA HECHO Y PASOS SIGUIENTES: Para crecimiento espiritual motivar a orar, estudiar la Biblia, adorar, congregarse y testificar. Por ltimo, anmelo a ser un discpulo efectivo y si es el caso usted mismo dctele el discipulado. Pastoree esa oveja y nunca la descuide. Ore mucho por ella para que Dios forme a Cristo en l. Siempre viva para experimentar, junto a todos los ngeles del cielo, este gozo por un pecador que e arrepiente!