Este documento describe el asesinato de Julio Antonio Mella, un dirigente comunista cubano, en México en 1929 y el contexto político represivo en México contra los comunistas en ese momento. Menciona que Mella llegó a México en 1926 para escapar de la persecución política en Cuba y se involucró con la Liga Antiimperialista de las Américas. En enero de 1929, Mella murió después de recibir dos balazos en la calle. El documento también describe cómo el gobierno mexicano usó un atentado contra el presidente
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Este documento describe el asesinato de Julio Antonio Mella, un dirigente comunista cubano, en México en 1929 y el contexto político represivo en México contra los comunistas en ese momento. Menciona que Mella llegó a México en 1926 para escapar de la persecución política en Cuba y se involucró con la Liga Antiimperialista de las Américas. En enero de 1929, Mella murió después de recibir dos balazos en la calle. El documento también describe cómo el gobierno mexicano usó un atentado contra el presidente
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Poltica y escndalo.
Tina Modotti y el crimen de la calle
Abraham Gonzlez 1 Antonio Saborit En su gran aria "La calumnia, don Basilio, el maestro msico del Barbero de Sevilla de Rossini, describe grficamente cmo, con un riego apropiado, los susurros malvados crecen hasta convertirse en calumnias realmente grandes e injuriosas. Los menos retorcidos de entre nosotros, podemos interpretar esa misma leccin con intencin opuesta: en la adversidad, intenta contenerte. El deseo de asignar hechos malvados a una nica persona que acta sola, es reflejo de esta estrategia; las teoras de la conspiracin tienen una terrible tendencia a ramificarse como los susurros de Basilio hasta que la solucin a "iquin lo hizor acaba siendo "todo el mundo'". Pero las conspiraciones existen. 1 Ez Machete inform la aprehensin de un nmero considerable de miembros del Partido Comunista Mexicano en su primera plana del mes de marzo de 1930. Entre ellos: el secretario general de la Confederacin Sindical Unitaria de Mxico (CSUM), Valentn Campa, dos diri- gentes de la Cmara del Trabajo Unitario del Distrito Federal, Alberto Martnez y Juan de la Cabada, y un miembro del Consejo Confe- dera! de la CSUM, Roberto Celis. Y a estaban en prisin ms de cincuenta comunistas del partido en todo el pas, segn El Machete. Tales aprehensiones se realizaron en febrero, a raz de que el primer mircoles del mes, el da de la toma de posesin de Pascual Ortiz Rubio, un muchacho de veintitrs aos de edad, Daniel Flores, dispar seis balas al Cadillac cubierto en el que viajaba el nuevo presidente de Mxico acompaado de su espo- sa, su sobrina y su secretario, al salir stos del Patio de Honor del Palacio Nacional con rum- bo a Chapultepec. A juzgar por El Machete, los miembros del Stephen Jay Gould PC parecan detentar el monopolio del mar- tirio. Pero los acompaaban en prisin algu- nos de los simpatizantes de Jos V asconcelos y gente del clero que al poco tiempo obtuvieron su libertad, por lo que el sbado 15 de marzo los comunistas se pusieron en huelga de ham- bre en la Penitenciara. Esta huelga dur cuatro das, pues les pusieron en libertad, y otra huelga iantica, que lleg a los seis das, se inici el viernes 21 de marzo al ser arresta- dos de nuevo. Este mismo da se realiz una manifestacin para exigir la libertad de los presos, a lo que el Estado respondi con la clausura del local de la CSUM. Las persecu- ciones y encarcelamientos, los interrogatorios y embargos, en una palabra, la represin es- tatal fue para la mayor parte de los miembros del Partido Comunista mexicano una estrata- gema; David Alfaro Siqueiros, interrogado a mediados de marzo por el jefe del Servicio Confidencial de la presidencia, el coronel Jos Manuel Escalante, y los agentes Alfonso Vallejo y Florencia Moreno, opinaba que el Es- tado emple el atentado para irse contra los comunistas. 79 80 Siqueiros.- Nosotros cremos cuando se aprehendi a los primeros, que el gobier- no se iba a aprovechar para iniciar una campaa en contra del Partido Comunis- ta. Nosotros considerbamos que el go- bierno poda sospechar de nosotros. Escalan te.- As es como se le aprehendi a usted, porque nosotros con tenacidad hemos seguido el asunto, as nosotros vamos a seguir urgando sobre el asunto, y por eso le suplico que procure hablarnos con sinceridad. Usted nos acaba de decir que esperaba que el gobierno se aprove- chara ... Siqueiros.- [Para] desordenar nuestro par- tido y cortarle la cabeza a nuestra orga- nizacin. Escalante.- Pero usted ha dicho que uste- des mismos no haban pensado. Siqueiros.- Es decir, por lo del atentado, tan es as que nos agarraron. Escalante.- Nosotros no. Siqueiros.- Nos agarraron a la puerta sin que hubiera la menor precaucin; a m no me cogieron porque cuando yo llegaba un compaero me dijo que nos estaban apre- hendiendo. No poda suponer que el go- bierno crea que nosotros tenamos la responsabilidad, era un pretexto para ver cuntos ramos y dnde estbamos. 2 Los partidarios de Vasconcelos resintieron asimismo la persecucin estatal. El general Eulogio Ortiz, comandante militar del Valle de Mxico, y el jefe del Quincuagsimo Primer Regimiento de Caballera, general Maximino Avila Camacho, acuartelado en la Hacienda de Navarrete, presidieron la primera matan- za del gobierno de Pascual Ortiz Rubio. Trasla- dados de las celdas de la misma Hacienda de N avarrete a las cercanas del pueblo de Topile- jo, unos veinte favorecedores y partidarios de Vasconcelos cavaron su propia tumba y, acto seguido, se les ejecut, mutil y sepult en la improvisada fosa. Ambos generales se reser varon para s el silencio: se haba comprendi- do que la impunidad requiere para su ejercicio el exorcismo de la jactancia. Pero un mes despus de consumada la masacre, el domingo 9 de marzo, se hizo del conocimiento general el destino de estos vasconcelistas al desente- rrar un perro algunos pedazos de cadveres. Apreciar en el destino de algunos dirigentes del PC mexicano, como advirti John Skirius, las presiones de que ste fue vctima a lo largo de 1929 -un ao que empez precisamente con el asesinato del dirigente comunista cuba- no Julio Antonio Mella y con el linchamiento moral de Tina Modotti-, y ver en el hundi- miento oficial de ese partido en 1930 la culmi- nacin de una escalada represiva, es perspec- tiva justa que corre el riesgo de disminuir o d ~ ocultar manifestaciones laterales, las suertes personales ante tales presiones. 3 2 Julio Antonio Mella muri en la madrugada del viernes 11 de enero de 1929, en una cami- lla de la Cruz Roja, tras recibir dos balazos poco antes de las diez de la noche del jueves. Mella vivi en Mxico durante dos pocas distintas y bajo circunstancias asimismo dife- rentes. En la primera, a los diecisis aos, hasta llev un Diario de viaje bajo su nombre verdadero, Nicanor McPartland. La segunda estada mexicana de Mella em- pez en 1926 bajo el signo del exilio poltico. En su adolescencia fue alumno de la Acade- mia Newton, en donde el poeta mexicano Sal- vador Daz Mirn mitigaba sus personales filias polticas con la clase de Historia Univer- sal y otros habanerismos. La Escuela de Dere- cho de la Universidad de La Habana abri sus puertas a Mella en 1921. Eran das de antimperialismo y agitacin estudiantil y en ellos el muchacho destac al acusar de nulos a quince profesores universitarios: "viejos, in- capacitados fsica y mentalmente para ningu- na labor educativa [ ... ] incapacitados en el orden moral, por especular con sus ctedras, por tarifar las notas y por vender las califica- ciones con cinismo [ ... ], viciosos, con vicios orgnicos [ ... ] y, por ltimo [ ... ] quienes po- sean academias particulares, estableciendo la necesidad de que cada estudiante fuera a ellas, a fm de no sufrir injustas calificaciones en los exmenes". En los primeros das de 1923, desde el Di- rectorio de la Federacin de Estudiantes, Me- lla promovi una reforma en los planes de estudios y la renovacin del profesorado, para lo cual ms de siete mil estudiantes universi- tarios se lanzaron a la huelga. El xito de este movimiento se encarg de animar el primer Congreso Nacional de Estudiantes, en el mes de octubre del ao de la huelga. El triunfo, adems, acerc al joven alumno de leyes a otra causa: la de los desheredados. Colabor enton- ces en la fundacin de la Universidad Popular Jos Mart y de la revista Juventud. Al ao siguiente, Mella se afili a cierta Agrupacin Comunista de La Habana y ech a andar una Liga Anticlerical y la seccin cubana de la Li- ga Antimperialista de las Amricas. El y el legendario Carlos Balio, quien en 1892 fund con Jos Mart el Partido Revolucionario Cu- bano, convocaron el Congreso Constituyente del Partido Comunista de Cuba, celebrado en La Habana en agosto de 1925. Esto colm su expediente y, primero, se le expuls de la universidad y, enseguida, se le envi a prisin, segn la voluntad del presidente Gerardo Machado, pero sali tras mantenerse por die- ciocho das en huelga de hambre. 4 El aprendiz de abogado fue tambin apren- diz de escapista y logr balbucir su propia culminante fuga de la isla en las primeras semanas de 1926. Mella hizo escala fugaz en Guatemala an- tes de frenar su recorrido cauto en la ciudad de Mxico e incorporarse al Comit Ejecutivo de la Liga Antimperialista de las Amricas. Rusell S. Blackwell, pionero de la Oposicin de Iz- quierda en Mxico como Mella, ingres al pas el19 de mayo de 1926 por Douglas, Arizona. Blackwell, mejor conocido por su ocurrente no me de guerre: Ros alo Negrete, originario de Brooklyn, Nueva York, y un ao menor que Mella, se empe como este ltimo en la orga- nizacin trotskista en el estado de V era cruz- en donde, a dos meses de la muerte del cuba- no, obtuvo licencia para portar pistola- y sali de Mxico por Piedras Negras, Coahuila, el 6 de noviembre de 1929. 5 Poco despus de su llegada, Mella escribi: "En este ambiente de agitacin y experiencia revolucionaria, nico en Amrica, estoy como en una universidad de pueblos, como en un magno laboratorio de sociologa aprendiendo para el obrero y campesino de Cuba. Hay que ver y amar la lucha y los dolores de todos los hermanos revolucionarios para adquirir ex- periencia". El primer ao de Mella en Mxico sirvi para urdir unas Glosas al pensamiento de Jos Mart. Poco despus, en febrero de 1927, el cubano llev la representacin de la Liga Antimperialista de las Amricas (as como la representacin de una liga ms, la Nacional Campesina de Mxico) a un Congreso Mun- dial contra la Opresin Colonial y el Imperia- lismo, celebrado en Bruselas, Blgica. Y a en Europa, en la plenitud del invierno, Mella viaj por primera y nica vez al pas de los soviets; ah accedi a los roces en el interior del PC, supo de las tesis de la Oposicin de Izquierda y conoci al cataln Andreu Nin. 6 Al regreso de Mosc, la actividad poltica de Mella en la ciudad de Mxico mostr simpa- tas y coincidencias con las posturas de la Opo- sicin de Izquierda en el seno de la Internacio- nal Comunista -posturas adversas a Stalin y Buj arin. Mella se concentr alrededor de su comisin en el rea legal del Socorro Rojo y en su asidua asistencia en El Machete, pero asi- mismo intent crear en Mxico una tendencia opositora. Diego Rivera plasm su imagen en un mural, precisamente junto a Tina Modotti y Vittorio Vidali, en el tablero El arsenal en Del Corrido a la Revolucin. La lectura y discusin de los textos de Trotsky encendan la reflexin poltica de Mella y lleg a penHar en la conveniencia de crear una central sindical independiente para los obreros comu- nistas. Cuando en mayo de 1928 Mella empe- z a editar la revista Cuba Libre -cuya direc- cin y administracin recay en manos de otros dos muchachos cubanos, Manuel Cotoo y Rogelio Teurbe Toln-, y ech a andar la Asociacin Nacional de Nuevos Emigrados Re- volucionarios de Cuba -para "reunir en una 81 82 organizacin a todos los que han tenido que salir de Cuba apremiados por la reaccin ma- chadista" - 7 , la nombrada de cyotskista de Mella era grande. Alfred Stirner, suizo, recla- m se expulsara al cubano del partido por su "actividad fracciona!". La decisin de conti- nuar sus estudios de Leyes llevaron a Mella a incorporarse a la Universidad Nacional, en el verano de 1928, tras lo que organiz una Aso- ciacin de Estudiantes Proletarios y public el primer nmero de una revista sospechosa de filiacin trotskista, Tren Blindado. 3 Tina Modotti estuvo en la escena del crimen de Julio Antonio Mella. Su presencia en ese tiroteo nocturno fue oportunidad que se apro- vech para atenuar los indicios de un asesina- to a todas luces poltico e introducir la pasama- nera de un crimen pasional que la complicaba a ella. Los primeros das de enero de 19291!1 inten- sa actividad poltica de Julio Antonio Mella atravesaba por un extrao tiempo muerto. Era ao electoral en el pas y en los diarios del jueves 10 de enero se dijo que la campaa pol- tica de Jos Vasconcelos haba arribado a Aca- poneta, Nayarit. La espa, protagonizada por Greta Garbo, en su segunda semana de exhi- bicin se proyectara en el Venecia. El jueves por la noche, Tina Modotti y Mella, juntos, sa- lieron de las oficinas del Socorro Rojo en Isabel la Catlica 83, y en la calle tomaron rumbos diferentes en el acuerdo de verse al rato. Ella, por encargo de l, fue a poner un cable dirigido a la revista cubana El Semanal; en l se rectificaba cierta informacin relativa a que Mella y sus amigos haban agraviado la bandera cubana en un baile de fin de ao, segn el reproche reciente del presidente de la isla Gerardo Machado. El, entre tanto, acudi a una cita en la cantina La India, en la esqui- na de Bolvar y Repblica del Salvador. Mella alcanz a Tina Modotti en las oficinas del telgrafo y rw:il.bo a casa le narr la conver- sacin que acababa de tener con un vistoso paparazzi, Jos Magriat. Este sujeto viva en la ciudad de Mxico, y, puesto que acababa de viajar a Cuba, saba que de la isla venan dos matones a asesinar a Mella. Es seguro que el muchacho supiera que Magriat haba sido incondicional pieza clave en el gabinete del presidente Mario Menocal y que tal circuns- tancia le permiti lograr feliz concesin para poner una casa de juego en La Habana. Mella y los suyos le consideraban una especie de con- tacto ms o menos confiable y de temer. 8 En cambio, Mella tal vez ignoraba los detalles de la salida de Magriat de la isla, esto es, su encarcelamiento tras su participacin en los violentos acontecimientos de Camagey en octubre de 1924 y el arreglo de su libertad. En la ciudad de Mxico, Magriat trabajaba para una casa comercial en la calle de Tacuba y visitaba con frecuencia el despacho de un abo- gado cubano, Amaral, en donde se le conside- raba un chulo y espa del gobierno cubano. 9 Juntos, Magriat y Mella, salieron de La India. Haban su asunto en un instante. El primero se fue por la calle de Mesones, hacia su casa en el19 de la privada de Nazas, y Mella hacia Uruguay. De las oficinas del telgrafo, en San Juan de Letrn e Independencia, Tina Modotti y Julio Antonio Mella se dirigieron a pie hasta Balderas, siguieron por la A venida Morelos y al llegar a Abraham Gonzlez doblaron hacia la izquierda rumbo al edificio Zamora, sito en el31 de esa calle, en donde compartan el de- partamento. Eran las nueve de la noche, pasadas. Al doblar en la esquina, Tina Modotti escu- ch dos detonaciones, y Mella, que llevaba del brazo derecho a la muchacha, se ech a correr, atraves la calle de Abraham Gonzlez y cay en la acera de enfrente. Ella alcanz a com- prender que les haban disparado por la espal- da y an percibi el olor de la plvora; en- seguida fue detrs de Mella, se arrodill a su lado y coloc la cabeza del herido sobre sus muslos. Elle dijo que Jos Magriat tena que ver con este incidente y luego grit: -iMachado me ha mandado matar! iMuero por la revolu- cin! Mella lleg cori vida a las instalaciones de la Cruz Roja y ah, aun cuando se dijo que sus lesiones ponan en peligro su vida, se levant acta con su declaracin: "-Estoy seguro -di- jo al comisario del segundo turno, Fernando Carrillo- que mis agresores fueron dos indi- viduos, enviados expresamente por el gobier- no de Cuba, pues yo soy de ideas comunistas, contrarias a las del gobierno cubano. Haga constar en el acta que hace dos aos me des- terr de Cuba porque me pretendan matar" -aadi Mella. Luego agreg el nombre del seor Jos Magriat, su encuentro momentos antes de la balacera, as como la informa- cin sobre los dos matones enviados desde Cuba. Dicho esto, el comisario Carrillo ley en voz alta esta declaracin veloz, Mella asinti y la ratific en todas sus partes, pero al fin no tuvo la fuerza para implantar su mnima fir- ma. Enseguida se tom declaracin a Tina Mo- dotti: viuda, fotgrafa, originaria de Venecia, Italia. Y ella rindi ah mismo su versin de la balacera. En el acta, el comisario Carrillo aadi: Posteriormente, siendo las dos horas quin- ce minutos del da once de enero de mil novecientos veintinueve se recibi aviso telefnico de la Cruz Roja de que el seor Julio Antonio Mella haba fallecido en dicha institucin. Se traslad el perso- nal de esta oficina y el de la Seccin Mdica encontrando el cadver del que en vida llev el nombre de Julio Antonio Mella, en la situacin y posicin que en el acta mdica se describe, la cual se acam- pana. Con todas las diligencias, el comisario del segundo turno desahog lo siguiente: un pan- taln negro, un saco negro, combinacin color morado, una camisa, un sweater caf, unos tirantes, un par de ligas, un par de zapatos cafs, un abrigo color rata, un cinturn negro, una libreta roja ~ n lpiz y un peridico El Machete. Y puso a disposicin de Tina Modotti el cadver en el Hospital Jurez. 10 4 V al ente Quintana, jefe de las Comisiones de Seguridad, inici su pesquisa criminalstica la misma noche del jueves 10 de enero. He aqu a un jabal dorado: el agente fiel a las rdenes de su superior en la Jefatura de Polica del Departamento Central del Distrito Federal, general Lucas Gonzlez. Quintana en persona deba sondear y des- pejar este caso. Este probadsimo agente, famoso por sus faenas en lo delincuencia! y por cuanto la voz popular aada cotidianamente a su leyenda como eficaz sabueso obregonista, visit la escena del crimen, conjetur el recorrido del o de los agresores, recogi testimonios entre los vecinos y, hacia las dos de la maana, en atencin a las acusaciones contra un tal Jos Magria o Magriat, obtuvo el paradero de este cubano y se comunic telefnicamente con l para decirle que deban hablar frente a frente. Unos minutos despus, Quintana lla- maba a la puerta indicada en la privada de Nazas y pona al tanto a Magriat sobre la balacera que acababa de costar la vida a un tal Julio Antonio Mella en el hospital de la Cruz Roja. Magriat neg estar iipplicado en el asunto, para responder un comentario de Quintana a propsito de ciertas acusaciones en su contra, y enseguida aadi que el jo- ven cubano tena relaciones "con una mucha- cha italiana, la cual parece que haba tenido otro amigo y tal vez se sea el criminal".U Mientras tanto, esa misma noche, Sanda- lio Junco y Rogelio Teurbe Toln fueron a la redaccin de Exclsior y en nombre de la Aso- ciacin Nacional de Nuevos Emigrados Revo- lucionarios de Cuba manifestaron su convic- cin sobre el claro motivo poltico de este cri- minal atentado: Mella haba sido vctiina en Mxico del terror de la dictadura machadista. Estos dos jvenes cubanos entregaron en El Universal una carta en la que ratificaban la postura combatiente de la Asociacin ante el gobierno de Gerardo Machado. En el Hospital Jurez, los mdicos legistas Erasmo Marn y Jos Rojo de la Vega, en obe- 83 84 diencia a lo dispuesto por el Juez Segundo Pe- nal, examinaron con atento profesionalismo el spero cadver de un hombre como de veinti- cuatro aos de edad, rgido, que meda ciento ochenta y dos centmetros de longitud, ochen- ta y cuatro de permetro torcico y ochenta y seis de abdominal, con livideces en las partes declives y sangre seca en la pared anterior del tronco y del miembro superior izquierdo. En su acta, los peritos abreviaron as su pesquisa asptica: Exteriormente presenta: herida por pro- yectil de arma de fuego con orificio de entrada circular, de ocho milmetros y cara concntrica, de cuatro milmetros, con sus bordes hundidos, situado en la cara posterior del codo izquierdo sobre el eje medio del brazo; y el de salida a tres centmetros fuera del eje del antebrazo, dos abajo del pliegue del codo y mide doce milmetros en su mayor dimetro, es irre- gular y de bordes salientes; el proyectil sigui por lo tanto una direccin de atrs hacia adelante, de izquierda a derecha, y ligeramente de arriba a abajo, interesan- do partes blandas con fractura con minu- ta del codo; herida por proyectil de arma de fuego, con orificio de entrada de ocho milmetros circular, con cara concntrica de cuatro, al nivel de la octava vrtebra dorsal, tres y medio centmetros a la iz- quierda de la lnea media posterior; le- parotoma supraumbilical de diecisiete centmetros, con una rama horizontal hacia la derecha de siete centmetros, sa- turada con seis puntos y canalizada con cuatro tubos de goma y gasa, pasando esa rama horizontal sobre el orificio de sali- da, no pudindose tomar sus dimensio- nes. Abiertas las cavidades, encontramos: en la craneana, el encfalo y las envoltu- ras, plidas, en el trax y abdomen que el proyectil que caus la segunda herida descrita sigui una direccin de atrs a adelante, de izquierda a derecha y ligera- mente de arriba a abajo, penetr por el undcimo espacio intercostal izquierdo, interesando las pleuras, el diafragma, penetr al vientre, lesionando la vena cava inferior, el lbulo izquierdo del hga- do, el estmago en su pequea curvatura y sali por el epigastro, a la derecha de la lnea media, a cuatro centmetros de ella, e inmediatamente abajo del borde costal; hay resecin parcial del sexto y sptimo epigastros costales derechos; los pulmo- nes plidos; el corazn vaco; el estmago con restos de alimento y olor a ter; todas las dems vsceras plidas; la vejiga con poca orina; hay, adems, hemotrax iz- quierdo como de dos litros. Mella, en resumen, muri a consecuencia de una partcula que se ocup entre trax y vientre con eficacia de un proyectil de fuego. Lenta, muy lentamente, la muerte le cerc en la Cruz Roja, y al fin result ms veloz que la ayuda mdica. 5 La sola personalidad de Julio Antonio Mella se encarg de apenumbrar polticamente el asesinato. Y ms, su muerte, entre los cofra- des del cubano, recibi los tributos de un na- cimiento -antes, inclusive, de trasladar el cadver del Hospital Jurez al45 de la calle de Mesones, sede del PC mexicano. El primero de estos tributos, ante la Emba- jada de Cuba, pasado el medioda, consisti en un ruidoso plantn que prodig mueras al gobierno de Gerardo Machado. Fue un acto de sencillez e ira tal vez muy legtimas, expre- sin de serio repudio e indignacin. Apenas se saba lo esencial el viernes por la maana. La voz sustituy al diario. Esa maana Valente Quintana llev la pri- mera muestra de su tan conocida pericia delincuencia! al Juzgado Segundo Penal: un estudiante cubano de veinte aos de edad y empleado de una carnicera, Jos Flores, y un adolescente de diecisis, Anacleto Rodrguez, ambos domiciliados en el 22 de la calle Abraham Gonzlez. Los dos muchachos ase- guraron en su declaracin haber visto cami- nar por la calle de Abraham Gonzlez a una mujer en compaa de dos hombres, cuando uno de ellos se apart, rompi el tro que formaba el grupo, y dispar contra el otro. A todo esto quin era Tina Modotti? Un reportero se llev un retrato nico: Sal de Italia en 1914 y vine a Estados Unidos, en donde conoc el ao de 1916 a Roubaix de Richy, a quien cariosamen- te llamaban Robo. Era un pintor y poeta, y despus de dos aos de amistad, nos casamos en 1918. Fuimos muy felices, se lo aseguro ... Luego emprendimos el viaje a Mxico y aqu muri en 1922 de viruela, habiendo yo regresado a Estados Unidos en donde edit un pequeo volumen con sus poemas. Despus regres a Mxico y permanec trabajando con entusiasmo en la cuestin revolucionaria internacional, y al mismo tiempo me dedicaba a mis trabajos de fotografa, habiendo tomado parte en una exposicin en la que obtuve el primer premio. Tal vez todas estas palabras de Tina Modo- tti, as como el relato que queran hilvanar, se resbalaran caticamente en el cuaderno de apuntes de Jos Romero, el reportero de El Universal que la escuchaba: Conoc despus a Xavier Guerrero, que ahora se encuentra en Mosc, y sent por l amor, habindonos relacionado, slo que l emprendi su viaje a Europa por el mes de marzo del ao pasado y, habiendo conocido por mayo o junio a Mella, me prend de l; pero quise ser leal con Gue- rrero y, por el mes de agosto segn re- cuerdo, le escrib y le contaba sincera- mente que ya no lo amaba a l sino a otro hombre. Liquidado mi compromiso con l, qued libre y am a Mella. Ciertamen- te, Guerrero me escribi despus de la carta que yo le envi, pero era lgico esperarlo ya que tarda no menos de tres semanas la correspondencia entre Mxi- co y Mosc, y l cuando recibi mi carta me haba escrito frecuentemente. As pues no haba ninguna cosa borrosa en mis relaciones con Mella. 12 Por la noche, desde el 45 de Mesones, sede del Partido Comunista Mexicano, se manifes- t un tumulto semejante al que cerc a la embajada horas antes -aunque ya deba ha- ber ganado elementos. Una pipa de agua ms un forrado contingente del cuerpo de bombe- ros disolvieron la roja bola nocturna a las puertas del Teatro Nacional, por lo que Jess Silva Herzog -ministro designado en la URSS- se anim a interrumpir una cena de despedida en casa para solicitar garantas al jefe del Departamento del Distrito Federal, Jos Manuel Puig Cassauranc, para la mani- festacin de duelo prevista para el sbado. 6 Un diario de la ciudad de Mxico, Exclsior, introdujo en su edicin del sbado 12 de enero los elementos de la distraccin. Ms an, el diario se confera a s mismo un ansioso papel protagnico: Existen dos versiones acerca del origen del atentado: una es la que ya se ha dado a conocer y que se pone "en boca del mo- ribundo" ratificada por su amante la se- orita Tina Modotti y varios cubanos desterrados: que Mella fue asesinado por dos esbirros enviados por el gobierno de Cuba; y la otra, que tiene la polica y que nosotros hemos recogido por el dicho de dos testigos: que la seorita Modotti sabe quin fue el asesino. Acerca de la segunda versin, el jefe de las Comisiones de Seguridad, V al ente Quintana, supone que la tragedia no tie- ne por origen la poltica cubana sino que es de origen pasional. 85 86 En la maana del sbado se impuso un seguro sentido investigativo. El agente del Ministerio Pblico adscrito al Juzgado Segun- do Penal, Telsforo Ocampo, Jr., solicit tres permisos al juez Alfredo Pino Cm.ara. El pri- mero para amparar el desahogo de dos cateos, uno en el departamento de Tina Modotti y otro en la casa de Jos Magriat, en busca de algn indicio que orientase el rumbo de la investi- gacin. El segundo, para enviar oficio al De- partamento de Migracin de la Secretara de Gobernacin para obtener una lista de inmigrantes cubanos desde diciembre de 1928 hasta el pasado 10 de enero. Y el ltimo, para realizar una inspeccin ocular y reconstruir los hechos en la calle Abraham Gonzlez. El cortejo fnebre sali de la calle de Meso- nes hacia el medioda, en lo que la polica del Estado entraba con la plenitud de sus faculta- des legales al departamento de Tina Modotti en el quinto piso del edificio Zamora. De un tiempo a esa parte, el departamento de Tina Modotti se haba convertido en una suerte de punto de referencia, vital a los asun- tos partidistas, por lo que estaba lleno de distintas convenciones de la hospitalidad po- ltica.13 Los agentes obtuvieron variostrofeos del departamento. Una pistola calibre .45, obsequio de Xavier Guerrero. Los desnudos fotogrficos que le hizo el fotgrafo Edward Weston en 1924 y una nota de ste, con fecha del primero de noviembre de 1928, que pas ms o menos inadvertida a la luz de una foto de Mella desnudo. La orden de cateo era carta blanca hacia una parte de la vida interior de un Partido Comunista que en meses haba vis- to crecer su alcance junto al mpetu opositor en contra del innombrable estado callista -y por qu no: junto a las pugnas y oposicio- nes en el seno del mismo partido. Al desnudo fotogrfico de Mella en el botn del cateo se sum una breve carta de adver- tencia enviada al cubano desde la ciudad de Nueva York, con fecha del14 de diciembre de 1928, su diario y una requisitoria amorosa a la compaera italiana, escrita el 11 de sep- tiembre de 1928, proveniente de Veracruz. Adems, el borrador de una carta de rompi- miento que debi recibir Xavier Guerrero en el Hotel Lux de Mosc con la firma de Tina Modotti. Los agentes traan poder y lnea ms all de la jornada legal. Por los peridicos todo buen lector se enter del diario ntimo, las cartas de amor, los desnudos; pero en esos mismos peridicos no se dijo una palabra de la pasin. policiaca por higienizar la vida de Tina Modotti -la gran pasin de un V alente Quintana seguro que dos hombres acompaa- ban a la italiana la noche del crimen. Fueron objeto de lento, cuidadoso y hasta torpe escru- tinio los materiales de su trabajo cotidiano como fotgrafa y redactora de El Machete. El botn del cateo se complet con ms correspon- dencia: dos cartas familiares, de su madre y de la de su difunto esposo, Roubaix de 1' Abrie Richy, ms una carta de la esposa del escritor y sindicalista estadunidense Scott Nearing, y siete cartas de su hermano Benvenuto Modo- tti, miembro de la Liga Antifascista y del PC en California, y una carta de Xavier Guerrero firmada con seudnimo y fechada en Mosc el 24 de junio de 1928. 14 En lo que el cortejo cumpla su lento reco- rrido hacia el Panten de Dolores, V alente Quintana llev a declarar a un tercer testigo. La versin de los hechos de este nuevo declarante, Luis Herbich, el propietario ale- mn de una panadera ubicada muy cerca del lugar de los hechos, ratific la expuesta por Jos Flores y Anacleto Rodrguez. Ms an, permiti un careo, en el despacho de Valente Quintana, entre la italiana y el panadero. -Si usted dijera la verdad, seora -le dijo Valente Quintana- se evitara us- ted estas molestias. Como asegura usted que quiso y am mucho a Julio Antonio, lpor qu no dice la verdad? lQuin fue el que los acompaaba y mat a Mella? -Es falso, yo no lo he visto, no lo conozco; la agresin fue tan violenta que no me di cuenta. 15 Magriat se present en el Juzgado Penal Segundo, tres o cuatro horas despus que ca- yera la ltima paletada sobre la tumba de Mella. Y neg haber informado a Mella de la llegada de dos enviados del gobierno de Cuba para asesinarlo. Entre tanto, ella regres a su departamento. Valente Quintana apost con vehemencia a la complicidad de Tina Modo- tti y obtuvo que se le arrestara domiciliaria- mente. 7 La carta dirigida a Julio Antonio Mella desde Nueva York, fechada el 14 de diciem- bre de 1928, llam poderosamente la atencin a lo largo de la jornada dominical. Una jornada, por cierto, en la que cupieron dos manifestaciones en Veracruz y Tampico en repudio al asesinato de Mella. El mismo domingo, segn se sabra ms adelante por los peridicos, fue la fecha acordada para realizar demostraciones de protesta por lo de Mella en algunos pases de Latinoamrica. Emilio Portes Gil, presidente de Mxico, segua con cierta puntualidad el desarrollo diario de este caso. Quin sabe cmo leera en los recortes de prensa: la hoquedad dramtica en algunos titulares, la insidia gaseosa de algunos reporteros y comentaristas, as como elinteresado cabildeo legista de los amigos de su amigo David Alfaro Siqueiros. S se conoce, en cambio, la carpeta con recortes de prensa y otros papeles en los que Portes Gil sigui el asunto -pero est.o vuelve ms enigmtica su lectura, casi hasta la veda a nuestras luces; remite a los das de la jefatura mxima, expre- samente, y nos obliga a incluir en la interro- gacin a Plutarco Elas Calles. 16 La carta enviada desde Nueva York fue uno de los saldos en el cateo sabatino y la firmaba un Leonardo Fernndez Snchez. Su texto era ste: Las noticias ltimas que he tenido el mismo da que sal de Cuba, exigen en nosotros el mximum de precauciones, tanto en lo que a correspondencia con- cierne, como a nuestra situacin. Aqu hay policas cubanos vigilando a Calixto de la Torriente y al de la fracasada intentona. Nosotros tambin lo estamos: tenemos pruebas. Para Pars me consta que ha salido alguien de La Habana con ese fin y he avisado ya a nuestra gente. En M. [Mxico] existe plena seguridad de que sobre todos ustedes hay estrecha vi- gilancia, sin que pueda asegurarte su autenticidad, persona de crdito movida en mi asunto, enter a otro que me advir- ti de que pareca all habra gente y que habra quien habra salido con propsi- tos drsticos con respecto a ti personal- mente.17 El documento invitaba a imaginar al peque- o grupo en la sesin ntima -al discutir qu hacer, apasionadamente y con gran indig- nacin, con tedio y angustiosamente, en el departamento del edificio Zamora: entre ver- daderos cofrades ntimos o entre la pareja sola. Sin embargo, Valente Quintana se apeg a su idea del crimen pasional. Debi creer en ella con fuerza pues, por conviccin profesio- nal antes que por imposicin ajena al caso, no dej aire a la hiptesis de un motivo poltico. Fue tieso en su vehemencia especulativa el agente Quintana. Y en su opinin, la carta de Nueva York ofreci la coartada sensacional a "la atractiva veneciana de ojos negros y mirar profundo", 18 quien conoca muy bien al asesi- no: el tercer hombre. El agente imagin la pequea sesin en el departamento del Zamora alrededor de esta advertencia. Imagin tal sesin, insisto, movi- do por la confianza y la experiencia, antes que por cierta informacin recogida a alguno de sus agentes, a sus antiguos subordinados o a sus amigos personales en cada una de las diferentes organizaciones policiacas que exis- tan en Mxico. 19 La carta dispar la fantasa del agente sin conmover su adustez, y es pro- bable que su error consistiera en apostar todo y con perseverancia a una sola rivalidad, la amorosa, para entender este crimen. El f o t g r ~ f o Joaqun Santa Mara registr la multitud convocada por la seccin veracru zana del Partido Comunista Mexicano para 87 88 mostrar en una marcha por varias calles del puerto su repudio al asesinato de Mella. 20 El domingo, por ltimo, intervino en las averiguaciones un psiclogo criminalista, Ma- ximiliano Langsner. El especialista convers con Tina Modotti-hasta la una de la maana y lleg a una conclusin idntica a la de Quintana: crimen pasional. 8 Exclsior espos con virulencia la vers10n pasional -y amorosa del asesinato de Julio Antonio Mella, y en su edicin del lunes 14 de enero public en sus planas algunos fragmen- tos de la correspondencia de Tina Modotti, obtenida durante el minucioso cateo sabatino en su departamento. Xavier Guerrero, "el misterioso seor X", en Mosc desde la segunda mitad de 1928 y con quien Tina Modotti tuvo fugaz relacin amo- rosa, sali a cuento en esta misantropa a tra- vs de la prensa para despachar las tiranas liviandades de esta italiana. Esto la llev a declarar el lunes: Slo s quiero protestar contra las decla- raciones que un diario de la maana po- ne en boca ma. Nada de eso es verdad. Y o no he dicho que mi verdadero amor est en Mosc. Esas son patraas ten- denciosas que como otras que estn for- jando por all, tratan de torcer el camino que deben tomar los que estn investi- gando. Tambin les suplico que no se vuelva a hablar de "amantes" mos, sino de "compaeros". No es que yo rechace el primer vocablo; es que el segundo es el ms propio. Me gustan las cosas claras y hon- radas.21 Por cierto que la versin poltica del crimen, contraparte necesaria y clave imprescindible, tena poca fuerza pues en ella slo crean quienes se empeaban asimismo en promo- verla: camaradas de partido y amigos. Ese lunes se present a rendir testimonio al Juzgado Segundo Penal la seora Virginia Castaos, con domicilio en el 19 de Abraham Gonzlez -precisamente la casa frente a la cual cay Mella. Las palabras de este testigo, por la sola circunstancia de su estatus civil, se impusieron a las tres intelecciones previas: el panadero, el carnicero y el adolescente. Ella asegur que oy exclamar a Mella herido que haba sido mandado asesinar por el gobierno de Cuba. Poco despus se dijo que la pistola calibre .45, propiedad de Tina Modotti y con- fiscada durante el cateo, no fue la que mat al cubano; los mdicos legistas aseguraron que los disparos haban sido hechos con una pisto- la calibre .38. Enrique Daz, un fotgrafo tan sensible como Joaqun Santa Mara en el puerto de Veracruz, realiz en la ciudad de Mxico un puntilloso registro de una faena policial: la reconstruc- cin nocturna del crimen en su mismo escena- rio, en la esquina formada por la Avenida Morelos y la calle Abraham Gonzlez. El propsito de esta reconstruccin fue libe- rar a Tina Modotti. La defensa aprovech la puesta en escena para exhibir, entre todas las posibilidades del ltimo instante digamos com- pleto de Mella, aquella en la que una pareja dobla eh la esquina prevista por el pistolero, que espera agazapado tras la barda de cierto lote baldo para bien ejecutar sus rdenes. Ah mismo Diego Rivera disert sobre la luz y las sombras de la noche en ese punto preciso de la ciudad. Seal faroles y calcul el arco de la hoz proletaria de la luna. Habl de balstica y de resonancia de materiales. Imposible, dicta- min el pintor bajo su Stetson, que algunos vecinos hubieran visto lo que sostenan haber visto el jueves pasadas las nueve de la noche: una mujer y dos hombres; as que por la ban- queta slo caminaban Mella y Tina Modotti; ya lo sealaba la liutopsia: la trayectoria de los disparos era de izquierda a derecha y de arriba a abajo, as que era preciso dese- char la versin de los disparos a la altura de la banqueta y notar el propicio refugio de la barda. - Todos los testigos estn de acuerdo con Tina en decir que las detonaciones se oye- ron ms bien como de automvil-dijo el sabio elocuente que fue Rivera-. Este soni- do ahogado es caracterstico de cuando se tira con arma corta desde una barda de material fofo como el tepetate. Todo hace admitir que un hombre tir desde atrs de la barda, lo que se explica perfectamen- te, porque Tina Modotti no vio a nadie. Esa noche Tina Modotti ayud con algo ms que su memoria: dirigi la puesta en escena, por as decirlo, con la ayuda de un hbil, par- lanchn, ocurrente, atento director artstico, Diego Rivera, y bajo la estricta e inquisitorial supervisin del productor, Quintana. Un gen- darme hizo las veces del cubano, y la empresa al fin mostr, con algn convencimiento, el sitio en el que se apost el asesino para acomo- dar los dos disparos: la parte alta de una barda de adobe en la acera oriente de Abraham Gonzlez. Para los periodistas y la prensa, Diego Rive- ra mencion esa noche que ante la falta de pruebas para sostener la versin pasional del crimen, el juez tendra que exigir la responsa- bilidad por la desvirtuacin y el tiempo perdi- do en la investigacin desviada. 22 9 Rudimentaria ficcin de justicia. El martes por la maana dieron comienzo las diligencias judiciales presididas por el juez, Alfredo Pino Cmara, su secretario, Alberto Casamadrid, y el agente del Ministerio Pbli- co, Telsforo Ocampo, Jr. La investigacin entraba en nuevo tranco y Tina Modotti fue llamada a comparecer. Este interrogatorio fue parte de la comedia de la ms rauda y errtica averiguacin, litigioso y muy concurrido disimulo. Un interrogatorio, por cierto, acicateado esa maana por la inde- bida publicacin del diario de Julio Antonio Mella en Exclsior. -lEn qu fecha conoci usted a Mella? -Sin precisarla, fue durante la campaa de Sacco y Vanzetti, a principios del ao pasado, en esta ciudad, sin que por en- tonces lo tratara, sino que simplemente me fue presentado y tan slo nos salud- bamos. -lEn qu fecha la requiri a usted de amores? -El ao pasado, en el mes de junio; le correspond en septiembre. _No tena usted relaciones con ninguna otra persona? -No me erleontraba ligada espiritual- mente con otra persona, al simpatizar y querer a Mella; con anterioridad me des- ligu de un compromiso anterior. --i.Conoce usted a Xavier Guerrero? .....S, lo conoc en Los Angeles, California, a donde fue comisionado por la Secreta- ra de Industria, en 1923, a exhibir arte popular. -lQu ideas polticas tena? -Era y es comunista, afiliado al Partido Comunista de Mxico. -lQuin cree usted que haya tenido ideas ms firmes sobre el comunismo, Mella o Guerrero? -Ambos. -Est usted segura? -Absolutamente. --i.No considera usted como un ultraje a una persona o a un amor, tener corres- pondencia amorosa con otra? En otros trminos: teniendo relaciones ntimas con uno, no lo ultraja si se escribe de amor con otro? -S lo considero. --i.Le tena usted gran cario a Guerre- ro? -En su poca, s. -Usted, teniendo relaciones con Mella, crey bueno recibir regalos de otra per- sona? -iOh! S, de amigos. -No, se trata de personas que tenan intenciones---amar_osas para usted, es honesto, lcito o moral, recibir esas ddi- vas? 89 90 -Si yo hubiera sabido que lo hacan con un fm amoroso o interesado, no lo hubie- ra aceptado; pero hay muchas maneras de ofrecer un regalo. _usted puede afirmarnos si Guerrero le profesaba gran cario? -S, puedo afirmarlo; pero el amor que tena por m era inferior al fundamental en su vida, el que sentapor la revolucin, estando dispuesto a sacrificarse por aqul. 23
Nadie supondra que Ti:nfif,Modotti daba as indicios de sus das y su medio; menos, que los delataba. Entonces, Diego Rivera y Miguel Covarru- bias montaron una suerte de defensa pblica de Tina Modotti, la amiga a la que conocan desde los das de vino y rosas con el fotgrafo estadunidense Edward Weston cuando ambos vivan en la casa marcada con el42 en la calle Veracruz. El mismo martes los dos acudieron a las oficinas del Exclsior en busca de una satisfaccin mnima: cmo era que documen- tos de investigacin se encontraban en el pe- ridico y no en el juzgado?, preguntaron en carta abierta a Rodrigo de Llano, director de Exclsior. Tal parece que Rivera y Covarrubias en vano intentaron proteger a Tina Modotti, detener el rudo juego del extraamiento civil al que invitaba la prensa. Los alegatos jurdicos en favor de Tina Modotti corrieron a cargo del viejo abogado porfrrista Jos Mara Lozano. El asunto haba incrementado su densidad. Y la noche del martes, por sorpresivo decreto del presidente Emilio Portes Gil, el jefe del Deplp'tamento del Distrito, Jos Mara Puig Cassauranc, inform a la prensa la destitu- cin de Valente Quintana como jefe de las Comisiones de Seguridad. El cambio, se dijo, atenda al reproche de parcialidad de este in- vestigador. El coronel Casimiro E. Talamante, por acuerdo presidencial, dej la Jefatura de la Polica Judicial del Distrito Federal para ocupar el cargo de Quintana. A la maana siguiente la versin amorosa se esfum casi por completo, en tanto que la poltica y sus motivos empezaron a acomodar- se en las pginas de los peridicos, en las reflexiones editoriales, as como en las pesqui- sas policiacas. El cambio de guardia comport una inquie- tud distinta: Jos Magriat cay preso y el embajador de Cuba se retir del pas. Quintana habl demasiado rpido, festin en pblico su conjetura inicial, tal vez hasta l mismo fue quien prodig el trofeo de su cateo a Exclsior. Pero cmo asegurar que l o sus agentes pusieran fotos y cartas en las manos de Rodrigo de Llano; en menos de una semana, Quintana perdi el caso. El tanto fue para la defensa: los cofrades de Tina Modotti, quienes sostuvieron siempre la versin poltica de un delito que implicaba exclusivamente al estado cubano. Ms an, la defensa fij as la inteligibilidad poltica del asesinato. El escn- dalo estaba consumado -tan consumado como la versin de la muerte de Julio Antonio Mella. El domingo 10 de febrero, al cumplirse un mes del atentado, Tina Modotti asisti a un acto poltico pblico: la protesta por el asesi- nato del dirigente cubano, organizada por el Socorro Rojo Internacional, la Liga Antimpe- rialista y un verde Comit Pro Mella. Y poco despus, la muchacha fue a Oaxaca --estuvo en Tehuantepec y Juchitn. 24 10 El expediente estuvo cerrado durante aos. Un da, Len Trotsky lo abri para decir merecidas (pero tambin interesadas) pestes de Vittorio Vidali, a quien responsabiliz de la primera purga del PC mexicario en el ao de gracia de 1929. Mella y Tina Modotti y todos conocieron a Vidali bajo el nombre de-Enea Sormenti -y Trotsky dijo que era un agente de la Unin Sovitica. 25 Si en efecto una per- sona ms acompaaba a la pareja -y pienso que lo dicho por los primeros testigos encontr en Quintana al peor de todos los promotores posibles-, tal vez Vidali -Sormenti fuera quien completaba el tro que dobl en Morelos y Abraham Gonzlez, la persona que caminaba por la parte exterior de la acera, junto a Tina --colgada del ileso brazo derecho de Mella. hombre a quien se vio huir de la tras cuidar muy bien que Mella pasara lo ms cerca posible de la barda de adobe. O bien Vidali-Sormenti dise- esta escena. Si lo anterior se aproxima a lo que sucedi realmente, entonces ya no sabemos quin obli- g a Tina Modotti a purgar su descrdito. De lo que s se puede estar seguros es que Jos Magriat apenas estuvo en prisin, pues sus implicaciones con la muerte de Mella eran tales que no se le pudo recluir. Adems: es seguro que el estado mexicano lanz una gran ofensiva contra la izquierda en el ao de 1929. En primer lugar, el jefe de Operaciones Militares del estado de Durango fusil el jue- ves 16 de mayo de 1929 a Jos Guadalupe Rodrguez, exvillista, tesorero de la Liga Na- cional Campesina, secretario general del Par- tido Durangueo del Trabajo y jefe de las Defensas Agraristas. Luego el diputado Gon- zalo N. Santos el martes 28 de mayo asest otro golpe al PC mexicano: el desafuero del diputado Hernn Laborde -miembro de su Comit Ejecutivo, secretario general de la seccin mexicana del Socorro Rojo Internacio- nal y secretario de Organizacin del Bloque Obrero y Campesino Nacional. A la siguiente semana sigui otro golpe: la clausura de las oficinas del Comit Central del Partido Comu- nista y de la redaccin y administracin de su rgano periodstico central, El Machete. Ra- fael Carrillo, secretario general del PC, envi una circular a todas las organizaciones obre- ras y campesinas para dar a conocer estos hechos. "Corren adems rumores de que las actividades de nuestra organizacin sern declaradas fuera de la ley", aadi. Solidari- dad y protestas, peda Carrillo. El r esultado de las elecciones de 1929, o ms bien dicho, el triunfo del candidato callis- ta, Pascual Ortiz Rubio, sobre el resto de sus contrincantes calent an ms el ambiente. Y a partir de ese momento, la vida del nuevo presidente electo tuvo un precio. Ms an, el bienestar de Ortiz Rubio fue asunto de segu- ridad nacional desde la primavera de 1929, y todo el empeo policial se fue en seguirle la pista a cualquier barrunto de complot. Su desaparicin era importante para el des- arrollo del comunismo, asent en declaracin un muchacho cubano, nacido en 1902 y ave- cindado en Mxico desde mediados de 1927, Rogelio Teurbe Toln, y que un tal Saturnino Ortega Flores se ofreci a matar a Ortiz Ru- bio. Teurbe Toln rindi tal declaracin ante el jefe del Servicio Confidencial del presidente electo el sbado 14 de diciembre de 1929- fecha prevista para la clausura de la exposi- cin fotogrfica de Tina Modotti, inaugurada el primero del mes en el vestbulo de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Ese mismo da, Saturnino Ortega Flores cay en manos de los agentes. Teurbe Toln viva en Mxico desde 1928, haba sido amigo de Julio Antonio Mella, condiscpulo en la Escue- la Nacional de Jurisprudencia y correligionario en la ANERC; es difcil saber las presiones a las que l se sentira sometido para escribir el siguiente mensaje: Yo, Rogelio Teurbe Toln, declaro al Sr. Jos Manuel Escalante que en virtud de las atenciones que he recibido de l y la sinceridad con que me ha hablado, estoy obligado, empeando mi palabra de honor, a corresponderle en todo lo que me sea posible y a servirle en todo lo que se me or- dene, para lo cual, declaro solemnemente no mezclarme ms en ningn asunto pol- tico ni otro que se considere ilegal. Me comprometo a modelar mi vida para de- mostrar que soy hombre honrado y no cau- sar ms penas a mis padres que estn en Cuba. Ofrezco servirle de toda buena volun- t ad por gratitud en su modo de ser para conmigo. Mxico, D.F. 14 diciembre 1929 Rogelio Teurbe Toln 26 Las palabras de Teurbe Toln no slo sirvie- ron para t enderle un cerco a Saturnino Ortega 91 92 Flores --quien se haca llamar asimismo Ceci- lio Flores-, el miembro de la Local de la Ju- ventud Comunista que se comprometi a cam- biar su vida por la del presidente electo, sino que sus palabras sirvieron para dar la voz de alerta entre los siempre incorpreos, tcitos agentes secretos y confidenciales de Mxico. 11 El nombre de Saturnino Ortega Flores estaba en el expediente poltico de la "manifestacin tumultuaria comunista" realizada el mirco- les 20 de marzo de 1929 --en respuesta a la candidatura de Pascual Ortiz Rubio y la lla- mada Convencin de Quertaro--, junto a los nombres de varios comunistas apresados aquel da en la capital, como el adolescente Jos Revueltas Snchez. Ortega Flores decla- r cuanto saba o fue capaz de insinuar sobre algunas tareas del PC mexicano ante el coro- nel y jefe del Servicio Confidencial del presi- dente electo, Jos Manuel Escalante. En un solo ao en el PC, a los veinte, Ortega Flores ya haba pasado por la secretara gene- ral de la Local Juvenil y por la direccin del peridico Estrella Roja, al que l rebautiz como Espartaco. Luego del sexto Congreso Mundial de la Internacional Comunista, al que asistieron como delegados por Mxico Ra- fael Carrillo y Enea Sormenti, el peridico recuper su nombre anterior y Ortega, cesado del cargo previo, qued entonces como secre- tario sindical del Comit Central. Su trabajo era eventual, como plomero en un establec- miento fijo, lo cual no le impeda realizar todo tipo de comisiones polticas en los estados de la repblica. La ltima comisin, como secre- tario de Agitacin y Propaganda de la Local Juvenil, empez en octubre de 1929 y consisti en repartir cinco distintos panfletos en los cuarteles en. compaa del voceador Pablo Santa Mara, Manuel Romo, carpintero, y el estudiante Ral Monzn. Tres veces al menos el joven Ortega fue interrogado en su primera semana en la cr- cel. La polica intercept los mensajes o notas que l envi desde ah y cate su domicilio. Ortega concedi al fin que estuvo en una re- unin del Bloque Obrero para discutir estrategias relaciOniM'ae con las elec- ciones, pero que l nada ms propuso eliminar a Ortiz Rubio. La desaparicin imprevista del camarada Ortega Flores alent ciertos temores en David Alfaro Siqueiros -a quien la delacin de Ro- gelio Te urbe Toln mostr en gesto entusiasta al escuchar la proposicin de Ortega Flores en la citada reunin del Bloque Obrero y Campe- sino; pero Hernn Laborde, segn el informe manuscrito de un tal Vctor Corona del servi- cio secreto de la polica, no vio angustia algu- na en esta desaparicin. Enea Sormenti supo que deba ocultarse de inmediato -y logr hacerlo tan bien que ni los suyos se enteraron de su paradero. El no slo saba las artes del conspirador sino adems estaba bastante familiarizado con la perfectible reserva de los cuadros. Tras el asesinato de Julio Antonio Mella, Rosendo Gmez Lorenzo, el ruso Julio Ram- rez y el italiano Sormenti imprimieron un signo distinto al PC mexicano y se intensific notablemente la disciplina partidista. Sor- ment y los suyos obtuvieron recursos econ- micos provenientes de Mosc -de la Comin- tern y de la Internacional Juvenil Comunista, presumiblemente-, y con la aquiescencia de Rafael Carrillo y Hernn Laborde expulsaron a algunos viejos militantes: Ursulo Galvn, Pedrueza, Luis G. Monzn y Diego Rivera. Da tras da aumentaba el entusiasmo de tan re- novada oposicin, as como cierta desconfian- za entre las filas: un elemento de las juventu- des comunistas, expulsado ese mismo ao junto con cuatro compaeros de partido, sostena que el dinero de Mosc serva para las disipa- ciones etlicas y crapulescas de Sormenti y los suyos y no para ayudar a presos y desempleados. En efecto, el PC lleg a considerar tan seria- mente la eliminacin de Ortiz Rubio que - adems de la valentonada por la que destac Saturnino Ortega- otro miembro de las Ju- ventudes, Jos Gallardo, regres de Rusia a finales de enero de 1930 con indicaciones pre- cisas para Sormenti. Y a desde el resultado de las elecciones la cpula del PC mexicano an- ticip que se les perseguira y tratara de eliminar, por lo que implement precauciones con domicilios y correspondencia. En sus re- uniones las ms de las veces ni se tomaban notas ni hacan falta las agendas. Se saba lo imprescindible, se memorizaba para olvidar, se preguntaba lo mnimo. El fervor tiernsimo de la disciplina y la obediencia poda atenuar sin abolir la angustia de las persecuciones supuestas. A Sormenti, y a nadie ms, busc Gallardo en los primeros das de febrero. "Aho- ra vers, hermano, qu susto se va a poner el gobierno cuando pongamos en prctica las directivas que traigo de Mosc", confi a un camarada. Sin embargo, Sormenti no apareci y Da- niel Flores vaci su arma contra el Cadillac de Ortiz Rubio. 27 12 Vctor Corona se, mova a su gusto entre los comunistas y estaba al tanto de los domicilios de Hernn Laborde y Enea Sormenti. Su pa- labra de agente sirvi para integrar una lista de presuntos complotistas en el interior del PC. El nombre de Tina Modotti no estaba en la lista. Entre los cincuenta comunistas que impli- caba esa lista haba siete extranjeros que en las ltimas semanas de 1929 y al principio de 1930 abandonaron el pas. La lista inclua los nombres de ocho mujeres: Mara de la Luz Ardizana, Esther Delgado Cullar, Ana Domn- guez, Raquel Duarte, Emma Huerta, Rosa Martnez, Sara Mndez y Mara Velzquez. En el primer embarque partieron un lituano, Fayre Solovaichik, y un rumano, David Hal- perin. El segundo embarque, que parti al da siguiente del atentado a Mella, carg con cinco extranjeros ms. Entre ellos: Julio Gmez, tambin conocido como Julio Rosovski o como Julio Ramrez -a quien la leyenda confunde con el camarada Evelio Vadillo, famoso comu- nista en esta poca de depuraciones, en su confinacin siberiana. Los tiros de Flores contra el Cadillac en el que-iba Ortiz Rubio el 5 de febrero de 1930 lanzaron a los agentes por algo ms que el pobre diablo que atraparon in stu. La polica fue sobre locales y casas habitacin por cuan- to comunista y vasconcelista quiso. Los de la hoz y el martillo, como nada deban pues Flo- res no era de los suyos, esperaban que la cosa se aclarara pronto; por eso la redada, como deca Siquieros, los agarr literalmente a la puerta. Las deportaciones de comunistas a fin de ao se reanudaron ante la consumacin del atentado. Y la polica se afan muy especial- mente en dar con Enea Sormenti. Nadie pudo contra sus artes de consumado escapista. La ciudad se convirti en U:n pajar que haca avanzar torpemente a los persegui- dores y entonces se decidi encarcelar a Tina Modotti: ella, a travs de recados al exterior, interrogatorios, indicara el camino a Sormen- ti. Llevarla a la crcel no slo permitira vigi- larla sino obtener nuevos indicios -de lograr lo mismo que con Saturnino Ortega. Unos cincuenta aos despus, el gordo par- lamentario en que se haba convertido Vittorio Vidali imagin el ltimo arresto mexicano de Tina Modotti al vol ver de una excursin a Contreras. "A su regreso Tina encontr su casa bloqueada por agentes que entraron a ella e introdujeron el desorden sin encontrar absolutamente nada". 28 La verdad es que el viernes 7 de febrero Tina Modotti les abri la puerta a tres agentes y tuvo miedo entonces que nadie supiera lo que haba pasado con ella. El jueves 13 la enviaron a la Penitencia- ra, desde donde le escribi a dos amigas esta- dounidenses: Mary L. Doherty, en la ciudad de Mxico, y Beatriz Siskind en Nueva York. Querida Mara: Me encuentro en la Peni- tenciara desde el jueves en la tarde. Aqu es mucho peor, una verdadera celda de hierro y piedra y la comida, pues te la puedes imaginar. Creo que se debe hacer algo, si no quin sabe cunto tiempo me 93 94 dejen aqu. Consltate por favor con al- guien -tal vez [Miguel O. de] Mendizbal pero no le digas que yo lo mencion. Pien- so que es necesario ver a un abogado. crees que el Lic. [Jos Mara] Lozano quisiera intervenir? Dile que tengo por el momento 400 pesos, los de mi viaje que estaba juntando, puedo conseguir ms. Pregntale qu puede hacer. T sabes que aqu generalmente slo traen a los que ya han sido sentenciados, de modo que esto es un procedimiento arbitrario. No decir a nadie cmo supiste que estoy aqu, podran perjudicar a quien tan ama- blemente se ofrece a ayudarme y a m tambin. Di que lo viste en la calle o cualquier cosa. Como te puedes imagi- nar, est prohibido enviar recados. Gra- cias por todo y recibe un abrazo de quien slo por un enorme esfuerzo de voluntad no se vuelve loca. Doherty viva en el42 de Minerva, esquina con Balderas, y "quien amablemente" se ofre- Notas 1 La primera versin de este ensayo apareci en La Cultura en Mxico, suplemento de la revista Siempre!, 27 de abril de 1979. Me anim a retomar ese escrito para reescribirlo e incluir algunos datos y documentos sobre los que no caba abundar en Una mujer sin pas. Las cartas de Tina Modotti a Edward Weston, 1921-1931, Mxico, Cal y Arena, J.992, 155 pp. El ensayo, tal como est, lo present en "Tina Modotti: una vita nella storia. Convegno internazionale di studi" (Universidad de Udine, marzo de 1993). 2 Archivo General de la Nacin, Mxico, Presidentes, Grupo Documental Pascual Ortiz Rubio, exp. Comunis tas/Atentado Presidente, nm. 1930, fol. 168A. 3 John Skirius, Jos Vasconcelos y la cruzada de 1929, Mxico, Siglo XXI, 1978, p. 186. 4 La informacin sobre la actividad de J.A. Mella en Cuba en el prlogo de Fabio Grobart a la recopilacin de escritos de Julio Antonio Mella, Escritos revoluciona- rios, Mxico, Siglo XXI, 1978, pp. 15-27. 6 La informacin sobre Rusell S. Blackwell en exp. Comunistas/ Atentado Presidente, nm. 1930, fol. 168A, en Archivo General de la Nacin, Mxico, Grupo Docu- mental Pascual Ortiz Rubio, Presidentes. 6 Alejandro Glvez Cancino, "L'auto-absolution de ci a ayudar a Tina Modotti entreg su men- saje a los agentes -quienes copiaron su conte- nido-, antes de llevarlo a su destinataria. En cambio, la carta a Siskind no sali del pas. 29 Vittorio Vidali, mientras tanto, se quitaba la identidad de Enea Sormenti. El cambio menos notorio fue en el corte de pelo. Quiz se lo podra haber ahorrado. Sin embargo, el cam- bio ms notable fue ms veloz que el anterior. Tom en prstamo el pasaporte del peruano Jacobo H. Zender, presidente del Comit Ma- nos Fuera de Nicaragua. Semanas ms tarde, a bordo de un barco carguero, Tina Modotti se alejaba del territorio mexicano -ahora por un litoral distinto al que la vio llegar en 1923. El Edam, su barco, zarp de Vera- cruz el 24 de febrero. Con ella viajaban, en calidad de deportados, Isaak Rosenblum y Johann Windisch. La escala en Tampico fue oportunidad que aprovech Vidali para salir del pas con los documentos del camarada Zender. 30 Ella, al principio, no reconoci a Sormenti. Vidali et la mort de Mella", Cahiers Len Trotsky, 26, junio de 1986. 7 Julio Antonio Mella a El Sol, 20 de junio de 1928. 8 Rogelio Teurbe Toln declar que tanto J.A. Mella como otros cubanos en el exilio buscaban a Jos Magriat "para sacar punta al lpiz". "Sabamos que iba a la Embajada, que trataba a los hijos del embajador y sabamos que hay aqu, en Mxico, un jefe de los espas, que recibe del gobierno cubano seiscientos dlares men- suales", Exclsior, 15 de enero de 1929. 9 Declaraciones de Samuel Moreno a Exclsior, 16 de enero de 1929. 10 El texto del acta levantada por el comisario del se gundo turno, Fernando Carrillo, El Universal, 12 de enero de 1929. 11 El Universal, 12 de enero de 1929. 12 El Universal, 15 de enero de 1929. 13 El departamento de Tina Modotti haca las veces de "saln", segn Rosendo Gmez Lorenzo en un manuscri- to indito de Vittorio Vidali citado por Christiane Barckhausen-Canale, Verdad y leyenda de Tina Modotti, Cuba, Ediciones Casa de las Amricas, 1989, p. 31. El departamento de Valentn Campa, en la calle de San Miguel 119-17, era otro habitual centro de reunin de muchos comunistas, segn informe policiaco en el Archi- vo General de la Nacin, Presidentes, Grupo Documen- tal Pascual Ortiz Rubio, exp. Comunistas/ Atentado Pre- sidente, nm. 1930, fol. 160A. 14 Las cartas de Edward Weston, Assunta Modotti, Rose Richy, Grace Nearing y Benvenuto Modotti las hall Christiane Barckhausen-Canale en el Archive;> del Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la Revolucin Socialista en Cuba. Aunque hasta hoy se ignora cmo lleg hasta all esta pequea coleccin de documentos, Barckhausen-Canale supone que se trata de los papeles que la polica mexicana confisc el11 de enero de 1929. Barckhausen-Canale cita la carta de Guerrero, pero no me explico por qu no la incluy en esta coleccin. El texto de la carta de Weston, tal vez la nica. que se conserva: "Tina .querida: si he sido factor importante en tu vida, es seguro que t lo has sido en mi vida. Cuanto me has dado de hermoso y fino es ya una parte de m y conmigo va a donde la vida me lleve. iN o hay que darle ms vueltas a esto! Mi amor en ti se amerita -Edward". Vase Barckhausen-Canale, Ver- dad y leyenda de Tina Modotti, pp. 153-156. 15 Exclsior, 13 de enero de 1929. 16 El expediente relativo a la muerte de Julio Antonio Mella 1/630/811, Grupo Documental Emilio Portes Gil, Presidentes, Archivo General de la Nacin, Mxico. 17 El Universal, i4 de enero de 1929. 18 As se la llam en Exclsior, 14 de enero de 1929. 19 Alvaro Basal, uno de los corresponsales de Plutarco Elas Calles, mencion en una carta las vinculaciones profesionales de Valente Quintana en esa poca. Vase Plutarco Elas Calles, Correspondencia personal (1919- 1945), introduccin, seleccin y notas de Carlos Macas, Mxico, Instituto Sonorense de Cultura/Gobierno del Estado de Sonora/Fideicomiso Archivos Plutarco Elas Calles y Fernando Torreblanca/Fondo de Cultura Eco- nmica, 1991, pp. 237-238. 20 Una buena seleccin de las fotografas de Joaqun Santa Mara aparecen en Bernardo Garca Daz, Puerto de Veracruz, Coleccin Veracruz: imgenes de su histo- ria, Gobierno del Estado de Veracruz/Archivo General del Estado, 1992, 383 pp. Las imgenes de la manifes- tacin en el puerto no estn en el libro; las vi en casa de la viuda del fotgrafo, la seora Ins Delgado, en mayo de 1990, mientras los fotgrafos Alicia Ahumada y David Mawad, y el propio Bernardo Garca Daz, .trataban de salir con bien de un fabuloso norte de rollos de negativos y copias que conservan la vida en el puerto a lo largo de muchas dcadas de este siglo. 21 Exclsior, 15 de enero de 1929. 22 Esto ltimo as como las palabras de Diego Rivera en la escena del crimen al llevar a cabo la reconstruccin de lo sucedido la noche del jueves 10 de enero en La Prensa, 16 de enero de 1929. 23 Exclsior, 16 de enero de 1929. 24 Andrs Henestrosa dijo haber recibido en 1929 una carta de Tina Modotti proveniente de Juchitn. Lacar- ta, dice, la extravi en el interior de un libro, en Oralba Castillo Njera, Renato Leduc y sus amigos, Mxico, Doms, 1987, pp. 183-184. 25 Len Trotsky, "Stalin quiere mi muerte", Escritos 1939-1940, vol. 2, t. XI, Pluma, 1976, pp. 317-338. 26 Vase exp. Comunistas/ Atentado Presidente, nm. 1930, fol. 168A, Grupo Documental Pascual Ortiz Ru- bio, Presidentes, Archivo General de la Nacin, Mxico. 27 Esta versin del cambio en el PC mexicano en 1929 est en la declaracin rendida por Ral Monzn, 11 de fe- brero de 1930, exp. Presidente, nm. 1930, fol. 168A, Grupo Documental Pascual Ortiz Rubio, Presidentes, Archivo General de la Nacin, Mxico. 28 Vittorio Vidali, Retrato de mujer, Mxico, Univer- sidad Autnoma de Puebla, 1984, p. 15. 2!l El texto de estas dos cartas en Antonio Saborit, Una mujer sin pas. Las cartas de Tina Modotti a Edward Weston 1921-1931, Mxico, Cal y Arena, 1992, pp. 150- 152. 30 Vase Christiane Barckhausen-Canale, Verdad y leyenda de Tina Modotti, pp. 181-183. 95 NUa.!.."TROS AKTISTA.S. Bl llestro l e l ~ i e lorala. '\ . d : l ~ : < l !' l ! ! . . . . l _._ ....... - - ~ - - - - ~ 96