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MElla Tinissima

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Poltica y escndalo.

Tina Modotti y el crimen de la calle


Abraham Gonzlez
1
Antonio Saborit
En su gran aria "La calumnia, don Basilio, el maestro msico del
Barbero de Sevilla de Rossini, describe grficamente cmo, con un
riego apropiado, los susurros malvados crecen hasta convertirse en
calumnias realmente grandes e injuriosas. Los menos retorcidos de
entre nosotros, podemos interpretar esa misma leccin con intencin
opuesta: en la adversidad, intenta contenerte. El deseo de asignar
hechos malvados a una nica persona que acta sola, es reflejo de esta
estrategia; las teoras de la conspiracin tienen una terrible tendencia a
ramificarse como los susurros de Basilio hasta que la solucin a
"iquin lo hizor acaba siendo "todo el mundo'". Pero las conspiraciones
existen.
1
Ez Machete inform la aprehensin de un
nmero considerable de miembros del Partido
Comunista Mexicano en su primera plana del
mes de marzo de 1930. Entre ellos: el secretario
general de la Confederacin Sindical Unitaria
de Mxico (CSUM), Valentn Campa, dos diri-
gentes de la Cmara del Trabajo Unitario del
Distrito Federal, Alberto Martnez y Juan de
la Cabada, y un miembro del Consejo Confe-
dera! de la CSUM, Roberto Celis. Y a estaban
en prisin ms de cincuenta comunistas del
partido en todo el pas, segn El Machete.
Tales aprehensiones se realizaron en febrero,
a raz de que el primer mircoles del mes, el
da de la toma de posesin de Pascual Ortiz
Rubio, un muchacho de veintitrs aos de
edad, Daniel Flores, dispar seis balas al
Cadillac cubierto en el que viajaba el nuevo
presidente de Mxico acompaado de su espo-
sa, su sobrina y su secretario, al salir stos del
Patio de Honor del Palacio Nacional con rum-
bo a Chapultepec.
A juzgar por El Machete, los miembros del
Stephen Jay Gould
PC parecan detentar el monopolio del mar-
tirio. Pero los acompaaban en prisin algu-
nos de los simpatizantes de Jos V asconcelos
y gente del clero que al poco tiempo obtuvieron
su libertad, por lo que el sbado 15 de marzo
los comunistas se pusieron en huelga de ham-
bre en la Penitenciara. Esta huelga dur
cuatro das, pues les pusieron en libertad, y
otra huelga iantica, que lleg a los seis das,
se inici el viernes 21 de marzo al ser arresta-
dos de nuevo. Este mismo da se realiz una
manifestacin para exigir la libertad de los
presos, a lo que el Estado respondi con la
clausura del local de la CSUM. Las persecu-
ciones y encarcelamientos, los interrogatorios
y embargos, en una palabra, la represin es-
tatal fue para la mayor parte de los miembros
del Partido Comunista mexicano una estrata-
gema; David Alfaro Siqueiros, interrogado a
mediados de marzo por el jefe del Servicio
Confidencial de la presidencia, el coronel Jos
Manuel Escalante, y los agentes Alfonso
Vallejo y Florencia Moreno, opinaba que el Es-
tado emple el atentado para irse contra los
comunistas.
79
80
Siqueiros.- Nosotros cremos cuando se
aprehendi a los primeros, que el gobier-
no se iba a aprovechar para iniciar una
campaa en contra del Partido Comunis-
ta. Nosotros considerbamos que el go-
bierno poda sospechar de nosotros.
Escalan te.- As es como se le aprehendi a
usted, porque nosotros con tenacidad
hemos seguido el asunto, as nosotros
vamos a seguir urgando sobre el asunto,
y por eso le suplico que procure hablarnos
con sinceridad. Usted nos acaba de decir
que esperaba que el gobierno se aprove-
chara ...
Siqueiros.- [Para] desordenar nuestro par-
tido y cortarle la cabeza a nuestra orga-
nizacin.
Escalante.- Pero usted ha dicho que uste-
des mismos no haban pensado.
Siqueiros.- Es decir, por lo del atentado,
tan es as que nos agarraron.
Escalante.- Nosotros no.
Siqueiros.- Nos agarraron a la puerta sin
que hubiera la menor precaucin; a m no
me cogieron porque cuando yo llegaba un
compaero me dijo que nos estaban apre-
hendiendo. No poda suponer que el go-
bierno crea que nosotros tenamos la
responsabilidad, era un pretexto para ver
cuntos ramos y dnde estbamos.
2
Los partidarios de Vasconcelos resintieron
asimismo la persecucin estatal. El general
Eulogio Ortiz, comandante militar del Valle
de Mxico, y el jefe del Quincuagsimo Primer
Regimiento de Caballera, general Maximino
Avila Camacho, acuartelado en la Hacienda
de Navarrete, presidieron la primera matan-
za del gobierno de Pascual Ortiz Rubio. Trasla-
dados de las celdas de la misma Hacienda de
N avarrete a las cercanas del pueblo de Topile-
jo, unos veinte favorecedores y partidarios de
Vasconcelos cavaron su propia tumba y, acto
seguido, se les ejecut, mutil y sepult en la
improvisada fosa. Ambos generales se reser
varon para s el silencio: se haba comprendi-
do que la impunidad requiere para su ejercicio
el exorcismo de la jactancia. Pero un mes
despus de consumada la masacre, el domingo
9 de marzo, se hizo del conocimiento general
el destino de estos vasconcelistas al desente-
rrar un perro algunos pedazos de cadveres.
Apreciar en el destino de algunos dirigentes
del PC mexicano, como advirti John Skirius,
las presiones de que ste fue vctima a lo largo
de 1929 -un ao que empez precisamente
con el asesinato del dirigente comunista cuba-
no Julio Antonio Mella y con el linchamiento
moral de Tina Modotti-, y ver en el hundi-
miento oficial de ese partido en 1930 la culmi-
nacin de una escalada represiva, es perspec-
tiva justa que corre el riesgo de disminuir o d ~
ocultar manifestaciones laterales, las suertes
personales ante tales presiones.
3
2
Julio Antonio Mella muri en la madrugada
del viernes 11 de enero de 1929, en una cami-
lla de la Cruz Roja, tras recibir dos balazos
poco antes de las diez de la noche del jueves.
Mella vivi en Mxico durante dos pocas
distintas y bajo circunstancias asimismo dife-
rentes. En la primera, a los diecisis aos,
hasta llev un Diario de viaje bajo su nombre
verdadero, Nicanor McPartland.
La segunda estada mexicana de Mella em-
pez en 1926 bajo el signo del exilio poltico.
En su adolescencia fue alumno de la Acade-
mia Newton, en donde el poeta mexicano Sal-
vador Daz Mirn mitigaba sus personales
filias polticas con la clase de Historia Univer-
sal y otros habanerismos. La Escuela de Dere-
cho de la Universidad de La Habana abri sus
puertas a Mella en 1921. Eran das de
antimperialismo y agitacin estudiantil y en
ellos el muchacho destac al acusar de nulos
a quince profesores universitarios: "viejos, in-
capacitados fsica y mentalmente para ningu-
na labor educativa [ ... ] incapacitados en el
orden moral, por especular con sus ctedras,
por tarifar las notas y por vender las califica-
ciones con cinismo [ ... ], viciosos, con vicios
orgnicos [ ... ] y, por ltimo [ ... ] quienes po-
sean academias particulares, estableciendo
la necesidad de que cada estudiante fuera a
ellas, a fm de no sufrir injustas calificaciones
en los exmenes".
En los primeros das de 1923, desde el Di-
rectorio de la Federacin de Estudiantes, Me-
lla promovi una reforma en los planes de
estudios y la renovacin del profesorado, para
lo cual ms de siete mil estudiantes universi-
tarios se lanzaron a la huelga. El xito de este
movimiento se encarg de animar el primer
Congreso Nacional de Estudiantes, en el mes
de octubre del ao de la huelga. El triunfo,
adems, acerc al joven alumno de leyes a otra
causa: la de los desheredados. Colabor enton-
ces en la fundacin de la Universidad Popular
Jos Mart y de la revista Juventud. Al ao
siguiente, Mella se afili a cierta Agrupacin
Comunista de La Habana y ech a andar una
Liga Anticlerical y la seccin cubana de la Li-
ga Antimperialista de las Amricas. El y el
legendario Carlos Balio, quien en 1892 fund
con Jos Mart el Partido Revolucionario Cu-
bano, convocaron el Congreso Constituyente
del Partido Comunista de Cuba, celebrado en
La Habana en agosto de 1925. Esto colm su
expediente y, primero, se le expuls de la
universidad y, enseguida, se le envi a prisin,
segn la voluntad del presidente Gerardo
Machado, pero sali tras mantenerse por die-
ciocho das en huelga de hambre.
4
El aprendiz de abogado fue tambin apren-
diz de escapista y logr balbucir su propia
culminante fuga de la isla en las primeras
semanas de 1926.
Mella hizo escala fugaz en Guatemala an-
tes de frenar su recorrido cauto en la ciudad
de Mxico e incorporarse al Comit Ejecutivo de
la Liga Antimperialista de las Amricas. Rusell
S. Blackwell, pionero de la Oposicin de Iz-
quierda en Mxico como Mella, ingres al pas
el19 de mayo de 1926 por Douglas, Arizona.
Blackwell, mejor conocido por su ocurrente
no me de guerre: Ros alo Negrete, originario de
Brooklyn, Nueva York, y un ao menor que
Mella, se empe como este ltimo en la orga-
nizacin trotskista en el estado de V era cruz-
en donde, a dos meses de la muerte del cuba-
no, obtuvo licencia para portar pistola- y
sali de Mxico por Piedras Negras, Coahuila,
el 6 de noviembre de 1929.
5
Poco despus de su llegada, Mella escribi:
"En este ambiente de agitacin y experiencia
revolucionaria, nico en Amrica, estoy como
en una universidad de pueblos, como en un
magno laboratorio de sociologa aprendiendo
para el obrero y campesino de Cuba. Hay que
ver y amar la lucha y los dolores de todos los
hermanos revolucionarios para adquirir ex-
periencia". El primer ao de Mella en Mxico
sirvi para urdir unas Glosas al pensamiento
de Jos Mart. Poco despus, en febrero de
1927, el cubano llev la representacin de la
Liga Antimperialista de las Amricas (as como
la representacin de una liga ms, la Nacional
Campesina de Mxico) a un Congreso Mun-
dial contra la Opresin Colonial y el Imperia-
lismo, celebrado en Bruselas, Blgica.
Y a en Europa, en la plenitud del invierno,
Mella viaj por primera y nica vez al pas de
los soviets; ah accedi a los roces en el interior
del PC, supo de las tesis de la Oposicin de
Izquierda y conoci al cataln Andreu Nin.
6
Al regreso de Mosc, la actividad poltica de
Mella en la ciudad de Mxico mostr simpa-
tas y coincidencias con las posturas de la Opo-
sicin de Izquierda en el seno de la Internacio-
nal Comunista -posturas adversas a Stalin y
Buj arin. Mella se concentr alrededor de su
comisin en el rea legal del Socorro Rojo y en
su asidua asistencia en El Machete, pero asi-
mismo intent crear en Mxico una tendencia
opositora. Diego Rivera plasm su imagen en
un mural, precisamente junto a Tina Modotti
y Vittorio Vidali, en el tablero El arsenal en
Del Corrido a la Revolucin. La lectura y
discusin de los textos de Trotsky encendan
la reflexin poltica de Mella y lleg a penHar
en la conveniencia de crear una central
sindical independiente para los obreros comu-
nistas. Cuando en mayo de 1928 Mella empe-
z a editar la revista Cuba Libre -cuya direc-
cin y administracin recay en manos de
otros dos muchachos cubanos, Manuel Cotoo
y Rogelio Teurbe Toln-, y ech a andar la
Asociacin Nacional de Nuevos Emigrados Re-
volucionarios de Cuba -para "reunir en una
81
82
organizacin a todos los que han tenido que
salir de Cuba apremiados por la reaccin ma-
chadista" -
7
, la nombrada de cyotskista de
Mella era grande. Alfred Stirner, suizo, recla-
m se expulsara al cubano del partido por su
"actividad fracciona!". La decisin de conti-
nuar sus estudios de Leyes llevaron a Mella a
incorporarse a la Universidad Nacional, en el
verano de 1928, tras lo que organiz una Aso-
ciacin de Estudiantes Proletarios y public el
primer nmero de una revista sospechosa de
filiacin trotskista, Tren Blindado.
3
Tina Modotti estuvo en la escena del crimen
de Julio Antonio Mella. Su presencia en ese
tiroteo nocturno fue oportunidad que se apro-
vech para atenuar los indicios de un asesina-
to a todas luces poltico e introducir la pasama-
nera de un crimen pasional que la complicaba
a ella.
Los primeros das de enero de 19291!1 inten-
sa actividad poltica de Julio Antonio Mella
atravesaba por un extrao tiempo muerto.
Era ao electoral en el pas y en los diarios del
jueves 10 de enero se dijo que la campaa pol-
tica de Jos Vasconcelos haba arribado a Aca-
poneta, Nayarit. La espa, protagonizada por
Greta Garbo, en su segunda semana de exhi-
bicin se proyectara en el Venecia. El jueves
por la noche, Tina Modotti y Mella, juntos, sa-
lieron de las oficinas del Socorro Rojo en Isabel
la Catlica 83, y en la calle tomaron rumbos
diferentes en el acuerdo de verse al rato.
Ella, por encargo de l, fue a poner un cable
dirigido a la revista cubana El Semanal; en l
se rectificaba cierta informacin relativa a
que Mella y sus amigos haban agraviado la
bandera cubana en un baile de fin de ao,
segn el reproche reciente del presidente de la
isla Gerardo Machado. El, entre tanto, acudi
a una cita en la cantina La India, en la esqui-
na de Bolvar y Repblica del Salvador.
Mella alcanz a Tina Modotti en las oficinas
del telgrafo y rw:il.bo a casa le narr la conver-
sacin que acababa de tener con un vistoso
paparazzi, Jos Magriat. Este sujeto viva en
la ciudad de Mxico, y, puesto que acababa de
viajar a Cuba, saba que de la isla venan dos
matones a asesinar a Mella. Es seguro que el
muchacho supiera que Magriat haba sido
incondicional pieza clave en el gabinete del
presidente Mario Menocal y que tal circuns-
tancia le permiti lograr feliz concesin para
poner una casa de juego en La Habana. Mella
y los suyos le consideraban una especie de con-
tacto ms o menos confiable y de temer.
8
En
cambio, Mella tal vez ignoraba los detalles de
la salida de Magriat de la isla, esto es, su
encarcelamiento tras su participacin en los
violentos acontecimientos de Camagey en
octubre de 1924 y el arreglo de su libertad. En
la ciudad de Mxico, Magriat trabajaba para
una casa comercial en la calle de Tacuba y
visitaba con frecuencia el despacho de un abo-
gado cubano, Amaral, en donde se le conside-
raba un chulo y espa del gobierno cubano.
9
Juntos, Magriat y Mella, salieron de La
India. Haban su asunto en un
instante. El primero se fue por la calle de
Mesones, hacia su casa en el19 de la privada
de Nazas, y Mella hacia Uruguay.
De las oficinas del telgrafo, en San Juan
de Letrn e Independencia, Tina Modotti y
Julio Antonio Mella se dirigieron a pie hasta
Balderas, siguieron por la A venida Morelos
y al llegar a Abraham Gonzlez doblaron hacia
la izquierda rumbo al edificio Zamora, sito en
el31 de esa calle, en donde compartan el de-
partamento.
Eran las nueve de la noche, pasadas.
Al doblar en la esquina, Tina Modotti escu-
ch dos detonaciones, y Mella, que llevaba del
brazo derecho a la muchacha, se ech a correr,
atraves la calle de Abraham Gonzlez y cay
en la acera de enfrente. Ella alcanz a com-
prender que les haban disparado por la espal-
da y an percibi el olor de la plvora; en-
seguida fue detrs de Mella, se arrodill a su
lado y coloc la cabeza del herido sobre sus
muslos. Elle dijo que Jos Magriat tena que
ver con este incidente y luego grit: -iMachado
me ha mandado matar! iMuero por la revolu-
cin!
Mella lleg cori vida a las instalaciones de
la Cruz Roja y ah, aun cuando se dijo que sus
lesiones ponan en peligro su vida, se levant
acta con su declaracin: "-Estoy seguro -di-
jo al comisario del segundo turno, Fernando
Carrillo- que mis agresores fueron dos indi-
viduos, enviados expresamente por el gobier-
no de Cuba, pues yo soy de ideas comunistas,
contrarias a las del gobierno cubano. Haga
constar en el acta que hace dos aos me des-
terr de Cuba porque me pretendan matar"
-aadi Mella. Luego agreg el nombre del
seor Jos Magriat, su encuentro momentos
antes de la balacera, as como la informa-
cin sobre los dos matones enviados desde
Cuba. Dicho esto, el comisario Carrillo ley en
voz alta esta declaracin veloz, Mella asinti
y la ratific en todas sus partes, pero al fin no
tuvo la fuerza para implantar su mnima fir-
ma.
Enseguida se tom declaracin a Tina Mo-
dotti: viuda, fotgrafa, originaria de Venecia,
Italia. Y ella rindi ah mismo su versin de la
balacera.
En el acta, el comisario Carrillo aadi:
Posteriormente, siendo las dos horas quin-
ce minutos del da once de enero de mil
novecientos veintinueve se recibi aviso
telefnico de la Cruz Roja de que el seor
Julio Antonio Mella haba fallecido en
dicha institucin. Se traslad el perso-
nal de esta oficina y el de la Seccin
Mdica encontrando el cadver del que
en vida llev el nombre de Julio Antonio
Mella, en la situacin y posicin que en el
acta mdica se describe, la cual se acam-
pana.
Con todas las diligencias, el comisario del
segundo turno desahog lo siguiente: un pan-
taln negro, un saco negro, combinacin color
morado, una camisa, un sweater caf, unos
tirantes, un par de ligas, un par de zapatos
cafs, un abrigo color rata, un cinturn negro,
una libreta roja ~ n lpiz y un peridico El
Machete. Y puso a disposicin de Tina Modotti
el cadver en el Hospital Jurez.
10
4
V al ente Quintana, jefe de las Comisiones de
Seguridad, inici su pesquisa criminalstica la
misma noche del jueves 10 de enero. He aqu
a un jabal dorado: el agente fiel a las rdenes
de su superior en la Jefatura de Polica del
Departamento Central del Distrito Federal,
general Lucas Gonzlez.
Quintana en persona deba sondear y des-
pejar este caso.
Este probadsimo agente, famoso por sus
faenas en lo delincuencia! y por cuanto la voz
popular aada cotidianamente a su leyenda
como eficaz sabueso obregonista, visit la
escena del crimen, conjetur el recorrido del
o de los agresores, recogi testimonios entre
los vecinos y, hacia las dos de la maana, en
atencin a las acusaciones contra un tal Jos
Magria o Magriat, obtuvo el paradero de
este cubano y se comunic telefnicamente
con l para decirle que deban hablar frente a
frente. Unos minutos despus, Quintana lla-
maba a la puerta indicada en la privada de
Nazas y pona al tanto a Magriat sobre la
balacera que acababa de costar la vida a un
tal Julio Antonio Mella en el hospital de la
Cruz Roja. Magriat neg estar iipplicado en
el asunto, para responder un comentario de
Quintana a propsito de ciertas acusaciones
en su contra, y enseguida aadi que el jo-
ven cubano tena relaciones "con una mucha-
cha italiana, la cual parece que haba tenido
otro amigo y tal vez se sea el criminal".U
Mientras tanto, esa misma noche, Sanda-
lio Junco y Rogelio Teurbe Toln fueron a la
redaccin de Exclsior y en nombre de la Aso-
ciacin Nacional de Nuevos Emigrados Revo-
lucionarios de Cuba manifestaron su convic-
cin sobre el claro motivo poltico de este cri-
minal atentado: Mella haba sido vctiina en
Mxico del terror de la dictadura machadista.
Estos dos jvenes cubanos entregaron en El
Universal una carta en la que ratificaban la
postura combatiente de la Asociacin ante el
gobierno de Gerardo Machado.
En el Hospital Jurez, los mdicos legistas
Erasmo Marn y Jos Rojo de la Vega, en obe-
83
84
diencia a lo dispuesto por el Juez Segundo Pe-
nal, examinaron con atento profesionalismo el
spero cadver de un hombre como de veinti-
cuatro aos de edad, rgido, que meda ciento
ochenta y dos centmetros de longitud, ochen-
ta y cuatro de permetro torcico y ochenta y
seis de abdominal, con livideces en las partes
declives y sangre seca en la pared anterior del
tronco y del miembro superior izquierdo. En
su acta, los peritos abreviaron as su pesquisa
asptica:
Exteriormente presenta: herida por pro-
yectil de arma de fuego con orificio de
entrada circular, de ocho milmetros y
cara concntrica, de cuatro milmetros,
con sus bordes hundidos, situado en la
cara posterior del codo izquierdo sobre el
eje medio del brazo; y el de salida a tres
centmetros fuera del eje del antebrazo,
dos abajo del pliegue del codo y mide doce
milmetros en su mayor dimetro, es irre-
gular y de bordes salientes; el proyectil
sigui por lo tanto una direccin de atrs
hacia adelante, de izquierda a derecha, y
ligeramente de arriba a abajo, interesan-
do partes blandas con fractura con minu-
ta del codo; herida por proyectil de arma
de fuego, con orificio de entrada de ocho
milmetros circular, con cara concntrica
de cuatro, al nivel de la octava vrtebra
dorsal, tres y medio centmetros a la iz-
quierda de la lnea media posterior; le-
parotoma supraumbilical de diecisiete
centmetros, con una rama horizontal
hacia la derecha de siete centmetros, sa-
turada con seis puntos y canalizada con
cuatro tubos de goma y gasa, pasando esa
rama horizontal sobre el orificio de sali-
da, no pudindose tomar sus dimensio-
nes.
Abiertas las cavidades, encontramos:
en la craneana, el encfalo y las envoltu-
ras, plidas, en el trax y abdomen que el
proyectil que caus la segunda herida
descrita sigui una direccin de atrs a
adelante, de izquierda a derecha y ligera-
mente de arriba a abajo, penetr por el
undcimo espacio intercostal izquierdo,
interesando las pleuras, el diafragma,
penetr al vientre, lesionando la vena
cava inferior, el lbulo izquierdo del hga-
do, el estmago en su pequea curvatura
y sali por el epigastro, a la derecha de la
lnea media, a cuatro centmetros de ella,
e inmediatamente abajo del borde costal;
hay resecin parcial del sexto y sptimo
epigastros costales derechos; los pulmo-
nes plidos; el corazn vaco; el estmago
con restos de alimento y olor a ter; todas
las dems vsceras plidas; la vejiga con
poca orina; hay, adems, hemotrax iz-
quierdo como de dos litros.
Mella, en resumen, muri a consecuencia
de una partcula que se ocup entre trax y
vientre con eficacia de un proyectil de fuego.
Lenta, muy lentamente, la muerte le cerc en
la Cruz Roja, y al fin result ms veloz que la
ayuda mdica.
5
La sola personalidad de Julio Antonio Mella
se encarg de apenumbrar polticamente el
asesinato. Y ms, su muerte, entre los cofra-
des del cubano, recibi los tributos de un na-
cimiento -antes, inclusive, de trasladar el
cadver del Hospital Jurez al45 de la calle
de Mesones, sede del PC mexicano.
El primero de estos tributos, ante la Emba-
jada de Cuba, pasado el medioda, consisti
en un ruidoso plantn que prodig mueras al
gobierno de Gerardo Machado. Fue un acto de
sencillez e ira tal vez muy legtimas, expre-
sin de serio repudio e indignacin.
Apenas se saba lo esencial el viernes por la
maana. La voz sustituy al diario.
Esa maana Valente Quintana llev la pri-
mera muestra de su tan conocida pericia
delincuencia! al Juzgado Segundo Penal: un
estudiante cubano de veinte aos de edad y
empleado de una carnicera, Jos Flores, y un
adolescente de diecisis, Anacleto Rodrguez,
ambos domiciliados en el 22 de la calle
Abraham Gonzlez. Los dos muchachos ase-
guraron en su declaracin haber visto cami-
nar por la calle de Abraham Gonzlez a una
mujer en compaa de dos hombres, cuando
uno de ellos se apart, rompi el tro que
formaba el grupo, y dispar contra el otro.
A todo esto quin era Tina Modotti? Un
reportero se llev un retrato nico:
Sal de Italia en 1914 y vine a Estados
Unidos, en donde conoc el ao de 1916 a
Roubaix de Richy, a quien cariosamen-
te llamaban Robo. Era un pintor y poeta,
y despus de dos aos de amistad, nos
casamos en 1918. Fuimos muy felices, se
lo aseguro ... Luego emprendimos el viaje
a Mxico y aqu muri en 1922 de viruela,
habiendo yo regresado a Estados Unidos
en donde edit un pequeo volumen con
sus poemas. Despus regres a Mxico y
permanec trabajando con entusiasmo en
la cuestin revolucionaria internacional,
y al mismo tiempo me dedicaba a mis
trabajos de fotografa, habiendo tomado
parte en una exposicin en la que obtuve
el primer premio.
Tal vez todas estas palabras de Tina Modo-
tti, as como el relato que queran hilvanar, se
resbalaran caticamente en el cuaderno de
apuntes de Jos Romero, el reportero de El
Universal que la escuchaba:
Conoc despus a Xavier Guerrero, que
ahora se encuentra en Mosc, y sent por
l amor, habindonos relacionado, slo
que l emprendi su viaje a Europa por el
mes de marzo del ao pasado y, habiendo
conocido por mayo o junio a Mella, me
prend de l; pero quise ser leal con Gue-
rrero y, por el mes de agosto segn re-
cuerdo, le escrib y le contaba sincera-
mente que ya no lo amaba a l sino a otro
hombre. Liquidado mi compromiso con
l, qued libre y am a Mella. Ciertamen-
te, Guerrero me escribi despus de la
carta que yo le envi, pero era lgico
esperarlo ya que tarda no menos de tres
semanas la correspondencia entre Mxi-
co y Mosc, y l cuando recibi mi carta
me haba escrito frecuentemente. As
pues no haba ninguna cosa borrosa en
mis relaciones con Mella.
12
Por la noche, desde el 45 de Mesones, sede
del Partido Comunista Mexicano, se manifes-
t un tumulto semejante al que cerc a la
embajada horas antes -aunque ya deba ha-
ber ganado elementos. Una pipa de agua ms
un forrado contingente del cuerpo de bombe-
ros disolvieron la roja bola nocturna a las
puertas del Teatro Nacional, por lo que Jess
Silva Herzog -ministro designado en la
URSS- se anim a interrumpir una cena de
despedida en casa para solicitar garantas al
jefe del Departamento del Distrito Federal,
Jos Manuel Puig Cassauranc, para la mani-
festacin de duelo prevista para el sbado.
6
Un diario de la ciudad de Mxico, Exclsior,
introdujo en su edicin del sbado 12 de enero
los elementos de la distraccin. Ms an, el
diario se confera a s mismo un ansioso papel
protagnico:
Existen dos versiones acerca del origen
del atentado: una es la que ya se ha dado
a conocer y que se pone "en boca del mo-
ribundo" ratificada por su amante la se-
orita Tina Modotti y varios cubanos
desterrados: que Mella fue asesinado por
dos esbirros enviados por el gobierno de
Cuba; y la otra, que tiene la polica y
que nosotros hemos recogido por el dicho
de dos testigos: que la seorita Modotti
sabe quin fue el asesino.
Acerca de la segunda versin, el jefe
de las Comisiones de Seguridad, V al ente
Quintana, supone que la tragedia no tie-
ne por origen la poltica cubana sino que
es de origen pasional.
85
86
En la maana del sbado se impuso un
seguro sentido investigativo. El agente del
Ministerio Pblico adscrito al Juzgado Segun-
do Penal, Telsforo Ocampo, Jr., solicit tres
permisos al juez Alfredo Pino Cm.ara. El pri-
mero para amparar el desahogo de dos cateos,
uno en el departamento de Tina Modotti y otro
en la casa de Jos Magriat, en busca de algn
indicio que orientase el rumbo de la investi-
gacin. El segundo, para enviar oficio al De-
partamento de Migracin de la Secretara de
Gobernacin para obtener una lista de
inmigrantes cubanos desde diciembre de 1928
hasta el pasado 10 de enero. Y el ltimo, para
realizar una inspeccin ocular y reconstruir
los hechos en la calle Abraham Gonzlez.
El cortejo fnebre sali de la calle de Meso-
nes hacia el medioda, en lo que la polica del
Estado entraba con la plenitud de sus faculta-
des legales al departamento de Tina Modotti
en el quinto piso del edificio Zamora.
De un tiempo a esa parte, el departamento
de Tina Modotti se haba convertido en una
suerte de punto de referencia, vital a los asun-
tos partidistas, por lo que estaba lleno de
distintas convenciones de la hospitalidad po-
ltica.13 Los agentes obtuvieron variostrofeos
del departamento. Una pistola calibre .45,
obsequio de Xavier Guerrero. Los desnudos
fotogrficos que le hizo el fotgrafo Edward
Weston en 1924 y una nota de ste, con fecha
del primero de noviembre de 1928, que pas
ms o menos inadvertida a la luz de una foto
de Mella desnudo. La orden de cateo era carta
blanca hacia una parte de la vida interior de
un Partido Comunista que en meses haba vis-
to crecer su alcance junto al mpetu opositor
en contra del innombrable estado callista
-y por qu no: junto a las pugnas y oposicio-
nes en el seno del mismo partido.
Al desnudo fotogrfico de Mella en el botn
del cateo se sum una breve carta de adver-
tencia enviada al cubano desde la ciudad de
Nueva York, con fecha del14 de diciembre de
1928, su diario y una requisitoria amorosa a
la compaera italiana, escrita el 11 de sep-
tiembre de 1928, proveniente de Veracruz.
Adems, el borrador de una carta de rompi-
miento que debi recibir Xavier Guerrero en el
Hotel Lux de Mosc con la firma de Tina
Modotti. Los agentes traan poder y lnea ms
all de la jornada legal. Por los peridicos todo
buen lector se enter del diario ntimo, las
cartas de amor, los desnudos; pero en esos
mismos peridicos no se dijo una palabra de la
pasin. policiaca por higienizar la vida de Tina
Modotti -la gran pasin de un V alente
Quintana seguro que dos hombres acompaa-
ban a la italiana la noche del crimen. Fueron
objeto de lento, cuidadoso y hasta torpe escru-
tinio los materiales de su trabajo cotidiano
como fotgrafa y redactora de El Machete. El
botn del cateo se complet con ms correspon-
dencia: dos cartas familiares, de su madre y de
la de su difunto esposo, Roubaix de 1' Abrie
Richy, ms una carta de la esposa del escritor
y sindicalista estadunidense Scott Nearing, y
siete cartas de su hermano Benvenuto Modo-
tti, miembro de la Liga Antifascista y del PC
en California, y una carta de Xavier Guerrero
firmada con seudnimo y fechada en Mosc el
24 de junio de 1928.
14
En lo que el cortejo cumpla su lento reco-
rrido hacia el Panten de Dolores, V alente
Quintana llev a declarar a un tercer testigo.
La versin de los hechos de este nuevo
declarante, Luis Herbich, el propietario ale-
mn de una panadera ubicada muy cerca del
lugar de los hechos, ratific la expuesta por
Jos Flores y Anacleto Rodrguez. Ms an,
permiti un careo, en el despacho de Valente
Quintana, entre la italiana y el panadero.
-Si usted dijera la verdad, seora -le
dijo Valente Quintana- se evitara us-
ted estas molestias. Como asegura usted
que quiso y am mucho a Julio Antonio,
lpor qu no dice la verdad? lQuin fue el
que los acompaaba y mat a Mella?
-Es falso, yo no lo he visto, no lo conozco;
la agresin fue tan violenta que no me di
cuenta.
15
Magriat se present en el Juzgado Penal
Segundo, tres o cuatro horas despus que ca-
yera la ltima paletada sobre la tumba de
Mella. Y neg haber informado a Mella de la
llegada de dos enviados del gobierno de Cuba
para asesinarlo. Entre tanto, ella regres a su
departamento. Valente Quintana apost con
vehemencia a la complicidad de Tina Modo-
tti y obtuvo que se le arrestara domiciliaria-
mente.
7
La carta dirigida a Julio Antonio Mella
desde Nueva York, fechada el 14 de diciem-
bre de 1928, llam poderosamente la atencin
a lo largo de la jornada dominical.
Una jornada, por cierto, en la que cupieron
dos manifestaciones en Veracruz y Tampico
en repudio al asesinato de Mella. El mismo
domingo, segn se sabra ms adelante por los
peridicos, fue la fecha acordada para realizar
demostraciones de protesta por lo de Mella en
algunos pases de Latinoamrica.
Emilio Portes Gil, presidente de Mxico,
segua con cierta puntualidad el desarrollo
diario de este caso. Quin sabe cmo leera en
los recortes de prensa: la hoquedad dramtica
en algunos titulares, la insidia gaseosa de
algunos reporteros y comentaristas, as como
elinteresado cabildeo legista de los amigos de
su amigo David Alfaro Siqueiros. S se conoce,
en cambio, la carpeta con recortes de prensa
y otros papeles en los que Portes Gil sigui el
asunto -pero est.o vuelve ms enigmtica su
lectura, casi hasta la veda a nuestras luces;
remite a los das de la jefatura mxima, expre-
samente, y nos obliga a incluir en la interro-
gacin a Plutarco Elas Calles.
16
La carta enviada desde Nueva York fue uno
de los saldos en el cateo sabatino y la firmaba
un Leonardo Fernndez Snchez. Su texto era
ste:
Las noticias ltimas que he tenido el
mismo da que sal de Cuba, exigen en
nosotros el mximum de precauciones,
tanto en lo que a correspondencia con-
cierne, como a nuestra situacin. Aqu
hay policas cubanos vigilando a Calixto
de la Torriente y al de la fracasada
intentona. Nosotros tambin lo estamos:
tenemos pruebas. Para Pars me consta
que ha salido alguien de La Habana con
ese fin y he avisado ya a nuestra gente.
En M. [Mxico] existe plena seguridad de
que sobre todos ustedes hay estrecha vi-
gilancia, sin que pueda asegurarte su
autenticidad, persona de crdito movida
en mi asunto, enter a otro que me advir-
ti de que pareca all habra gente y que
habra quien habra salido con propsi-
tos drsticos con respecto a ti personal-
mente.17
El documento invitaba a imaginar al peque-
o grupo en la sesin ntima -al discutir qu
hacer, apasionadamente y con gran indig-
nacin, con tedio y angustiosamente, en el
departamento del edificio Zamora: entre ver-
daderos cofrades ntimos o entre la pareja
sola. Sin embargo, Valente Quintana se apeg
a su idea del crimen pasional. Debi creer en
ella con fuerza pues, por conviccin profesio-
nal antes que por imposicin ajena al caso, no
dej aire a la hiptesis de un motivo poltico.
Fue tieso en su vehemencia especulativa el
agente Quintana. Y en su opinin, la carta de
Nueva York ofreci la coartada sensacional a
"la atractiva veneciana de ojos negros y mirar
profundo",
18
quien conoca muy bien al asesi-
no: el tercer hombre.
El agente imagin la pequea sesin en el
departamento del Zamora alrededor de esta
advertencia. Imagin tal sesin, insisto, movi-
do por la confianza y la experiencia, antes que
por cierta informacin recogida a alguno de
sus agentes, a sus antiguos subordinados o
a sus amigos personales en cada una de las
diferentes organizaciones policiacas que exis-
tan en Mxico.
19
La carta dispar la fantasa
del agente sin conmover su adustez, y es pro-
bable que su error consistiera en apostar todo
y con perseverancia a una sola rivalidad, la
amorosa, para entender este crimen.
El f o t g r ~ f o Joaqun Santa Mara registr
la multitud convocada por la seccin veracru
zana del Partido Comunista Mexicano para
87
88
mostrar en una marcha por varias calles del
puerto su repudio al asesinato de Mella.
20
El domingo, por ltimo, intervino en las
averiguaciones un psiclogo criminalista, Ma-
ximiliano Langsner. El especialista convers
con Tina Modotti-hasta la una de la maana
y lleg a una conclusin idntica a la de
Quintana: crimen pasional.
8
Exclsior espos con virulencia la vers10n
pasional -y amorosa del asesinato de Julio
Antonio Mella, y en su edicin del lunes 14 de
enero public en sus planas algunos fragmen-
tos de la correspondencia de Tina Modotti,
obtenida durante el minucioso cateo sabatino
en su departamento.
Xavier Guerrero, "el misterioso seor X", en
Mosc desde la segunda mitad de 1928 y con
quien Tina Modotti tuvo fugaz relacin amo-
rosa, sali a cuento en esta misantropa a tra-
vs de la prensa para despachar las tiranas
liviandades de esta italiana.
Esto la llev a declarar el lunes:
Slo s quiero protestar contra las decla-
raciones que un diario de la maana po-
ne en boca ma. Nada de eso es verdad.
Y o no he dicho que mi verdadero amor
est en Mosc. Esas son patraas ten-
denciosas que como otras que estn for-
jando por all, tratan de torcer el camino
que deben tomar los que estn investi-
gando. Tambin les suplico que no se
vuelva a hablar de "amantes" mos, sino
de "compaeros". No es que yo rechace el
primer vocablo; es que el segundo es el ms
propio. Me gustan las cosas claras y hon-
radas.21
Por cierto que la versin poltica del crimen,
contraparte necesaria y clave imprescindible,
tena poca fuerza pues en ella slo crean
quienes se empeaban asimismo en promo-
verla: camaradas de partido y amigos.
Ese lunes se present a rendir testimonio al
Juzgado Segundo Penal la seora Virginia
Castaos, con domicilio en el 19 de Abraham
Gonzlez -precisamente la casa frente a la
cual cay Mella. Las palabras de este testigo,
por la sola circunstancia de su estatus civil, se
impusieron a las tres intelecciones previas: el
panadero, el carnicero y el adolescente. Ella
asegur que oy exclamar a Mella herido que
haba sido mandado asesinar por el gobierno
de Cuba. Poco despus se dijo que la pistola
calibre .45, propiedad de Tina Modotti y con-
fiscada durante el cateo, no fue la que mat al
cubano; los mdicos legistas aseguraron que
los disparos haban sido hechos con una pisto-
la calibre .38.
Enrique Daz, un fotgrafo tan sensible como
Joaqun Santa Mara en el puerto de Veracruz,
realiz en la ciudad de Mxico un puntilloso
registro de una faena policial: la reconstruc-
cin nocturna del crimen en su mismo escena-
rio, en la esquina formada por la Avenida
Morelos y la calle Abraham Gonzlez.
El propsito de esta reconstruccin fue libe-
rar a Tina Modotti. La defensa aprovech la
puesta en escena para exhibir, entre todas las
posibilidades del ltimo instante digamos com-
pleto de Mella, aquella en la que una pareja
dobla eh la esquina prevista por el pistolero,
que espera agazapado tras la barda de cierto
lote baldo para bien ejecutar sus rdenes. Ah
mismo Diego Rivera disert sobre la luz y las
sombras de la noche en ese punto preciso de
la ciudad. Seal faroles y calcul el arco de la
hoz proletaria de la luna. Habl de balstica y
de resonancia de materiales. Imposible, dicta-
min el pintor bajo su Stetson, que algunos
vecinos hubieran visto lo que sostenan haber
visto el jueves pasadas las nueve de la noche:
una mujer y dos hombres; as que por la ban-
queta slo caminaban Mella y Tina Modotti;
ya lo sealaba la liutopsia: la trayectoria de
los disparos era de izquierda a derecha y
de arriba a abajo, as que era preciso dese-
char la versin de los disparos a la altura de
la banqueta y notar el propicio refugio de la
barda.
- Todos los testigos estn de acuerdo con
Tina en decir que las detonaciones se oye-
ron ms bien como de automvil-dijo el
sabio elocuente que fue Rivera-. Este soni-
do ahogado es caracterstico de cuando se
tira con arma corta desde una barda de
material fofo como el tepetate. Todo hace
admitir que un hombre tir desde atrs de
la barda, lo que se explica perfectamen-
te, porque Tina Modotti no vio a nadie.
Esa noche Tina Modotti ayud con algo ms
que su memoria: dirigi la puesta en escena,
por as decirlo, con la ayuda de un hbil, par-
lanchn, ocurrente, atento director artstico,
Diego Rivera, y bajo la estricta e inquisitorial
supervisin del productor, Quintana. Un gen-
darme hizo las veces del cubano, y la empresa
al fin mostr, con algn convencimiento, el
sitio en el que se apost el asesino para acomo-
dar los dos disparos: la parte alta de una
barda de adobe en la acera oriente de Abraham
Gonzlez.
Para los periodistas y la prensa, Diego Rive-
ra mencion esa noche que ante la falta de
pruebas para sostener la versin pasional del
crimen, el juez tendra que exigir la responsa-
bilidad por la desvirtuacin y el tiempo perdi-
do en la investigacin desviada.
22
9
Rudimentaria ficcin de justicia.
El martes por la maana dieron comienzo
las diligencias judiciales presididas por el juez,
Alfredo Pino Cmara, su secretario, Alberto
Casamadrid, y el agente del Ministerio Pbli-
co, Telsforo Ocampo, Jr. La investigacin
entraba en nuevo tranco y Tina Modotti fue
llamada a comparecer.
Este interrogatorio fue parte de la comedia de
la ms rauda y errtica averiguacin, litigioso
y muy concurrido disimulo. Un interrogatorio,
por cierto, acicateado esa maana por la inde-
bida publicacin del diario de Julio Antonio
Mella en Exclsior.
-lEn qu fecha conoci usted a Mella?
-Sin precisarla, fue durante la campaa
de Sacco y Vanzetti, a principios del ao
pasado, en esta ciudad, sin que por en-
tonces lo tratara, sino que simplemente
me fue presentado y tan slo nos salud-
bamos.
-lEn qu fecha la requiri a usted de
amores?
-El ao pasado, en el mes de junio; le
correspond en septiembre.
_No tena usted relaciones con ninguna
otra persona?
-No me erleontraba ligada espiritual-
mente con otra persona, al simpatizar y
querer a Mella; con anterioridad me des-
ligu de un compromiso anterior.
--i.Conoce usted a Xavier Guerrero?
.....S, lo conoc en Los Angeles, California,
a donde fue comisionado por la Secreta-
ra de Industria, en 1923, a exhibir arte
popular.
-lQu ideas polticas tena?
-Era y es comunista, afiliado al Partido
Comunista de Mxico.
-lQuin cree usted que haya tenido ideas
ms firmes sobre el comunismo, Mella o
Guerrero?
-Ambos.
-Est usted segura?
-Absolutamente.
--i.No considera usted como un ultraje a
una persona o a un amor, tener corres-
pondencia amorosa con otra? En otros
trminos: teniendo relaciones ntimas
con uno, no lo ultraja si se escribe de
amor con otro?
-S lo considero.
--i.Le tena usted gran cario a Guerre-
ro?
-En su poca, s.
-Usted, teniendo relaciones con Mella,
crey bueno recibir regalos de otra per-
sona?
-iOh! S, de amigos.
-No, se trata de personas que tenan
intenciones---amar_osas para usted, es
honesto, lcito o moral, recibir esas ddi-
vas?
89
90
-Si yo hubiera sabido que lo hacan con
un fm amoroso o interesado, no lo hubie-
ra aceptado; pero hay muchas maneras
de ofrecer un regalo.
_usted puede afirmarnos si Guerrero
le profesaba gran cario?
-S, puedo afirmarlo; pero el amor que
tena por m era inferior al fundamental
en su vida, el que sentapor la revolucin,
estando dispuesto a sacrificarse por
aqul.
23

Nadie supondra que Ti:nfif,Modotti daba as
indicios de sus das y su medio; menos, que los
delataba.
Entonces, Diego Rivera y Miguel Covarru-
bias montaron una suerte de defensa pblica
de Tina Modotti, la amiga a la que conocan
desde los das de vino y rosas con el fotgrafo
estadunidense Edward Weston cuando ambos
vivan en la casa marcada con el42 en la calle
Veracruz. El mismo martes los dos acudieron
a las oficinas del Exclsior en busca de una
satisfaccin mnima: cmo era que documen-
tos de investigacin se encontraban en el pe-
ridico y no en el juzgado?, preguntaron en
carta abierta a Rodrigo de Llano, director de
Exclsior. Tal parece que Rivera y Covarrubias
en vano intentaron proteger a Tina Modotti,
detener el rudo juego del extraamiento civil
al que invitaba la prensa.
Los alegatos jurdicos en favor de Tina
Modotti corrieron a cargo del viejo abogado
porfrrista Jos Mara Lozano.
El asunto haba incrementado su densidad.
Y la noche del martes, por sorpresivo decreto
del presidente Emilio Portes Gil, el jefe del
Deplp'tamento del Distrito, Jos Mara Puig
Cassauranc, inform a la prensa la destitu-
cin de Valente Quintana como jefe de las
Comisiones de Seguridad. El cambio, se dijo,
atenda al reproche de parcialidad de este in-
vestigador. El coronel Casimiro E. Talamante,
por acuerdo presidencial, dej la Jefatura de
la Polica Judicial del Distrito Federal para
ocupar el cargo de Quintana.
A la maana siguiente la versin amorosa
se esfum casi por completo, en tanto que la
poltica y sus motivos empezaron a acomodar-
se en las pginas de los peridicos, en las
reflexiones editoriales, as como en las pesqui-
sas policiacas.
El cambio de guardia comport una inquie-
tud distinta: Jos Magriat cay preso y el
embajador de Cuba se retir del pas.
Quintana habl demasiado rpido, festin
en pblico su conjetura inicial, tal vez hasta l
mismo fue quien prodig el trofeo de su cateo
a Exclsior. Pero cmo asegurar que l o sus
agentes pusieran fotos y cartas en las manos
de Rodrigo de Llano; en menos de una semana,
Quintana perdi el caso. El tanto fue para la
defensa: los cofrades de Tina Modotti, quienes
sostuvieron siempre la versin poltica de un
delito que implicaba exclusivamente al estado
cubano. Ms an, la defensa fij as la
inteligibilidad poltica del asesinato. El escn-
dalo estaba consumado -tan consumado como
la versin de la muerte de Julio Antonio Mella.
El domingo 10 de febrero, al cumplirse un
mes del atentado, Tina Modotti asisti a un
acto poltico pblico: la protesta por el asesi-
nato del dirigente cubano, organizada por el
Socorro Rojo Internacional, la Liga Antimpe-
rialista y un verde Comit Pro Mella. Y poco
despus, la muchacha fue a Oaxaca --estuvo
en Tehuantepec y Juchitn.
24
10
El expediente estuvo cerrado durante aos.
Un da, Len Trotsky lo abri para decir
merecidas (pero tambin interesadas) pestes
de Vittorio Vidali, a quien responsabiliz de la
primera purga del PC mexicario en el ao de
gracia de 1929. Mella y Tina Modotti y todos
conocieron a Vidali bajo el nombre de-Enea
Sormenti -y Trotsky dijo que era un agente
de la Unin Sovitica.
25
Si en efecto una per-
sona ms acompaaba a la pareja -y pienso
que lo dicho por los primeros testigos encontr
en Quintana al peor de todos los promotores
posibles-, tal vez Vidali -Sormenti fuera quien
completaba el tro que dobl en Morelos y
Abraham Gonzlez, la persona que caminaba
por la parte exterior de la acera, junto a Tina
--colgada del ileso brazo derecho de Mella.
hombre a quien se vio huir
de la tras cuidar muy bien
que Mella pasara lo ms cerca posible de la
barda de adobe. O bien Vidali-Sormenti dise-
esta escena.
Si lo anterior se aproxima a lo que sucedi
realmente, entonces ya no sabemos quin obli-
g a Tina Modotti a purgar su descrdito.
De lo que s se puede estar seguros es que
Jos Magriat apenas estuvo en prisin, pues
sus implicaciones con la muerte de Mella eran
tales que no se le pudo recluir. Adems: es
seguro que el estado mexicano lanz una gran
ofensiva contra la izquierda en el ao de 1929.
En primer lugar, el jefe de Operaciones
Militares del estado de Durango fusil el jue-
ves 16 de mayo de 1929 a Jos Guadalupe
Rodrguez, exvillista, tesorero de la Liga Na-
cional Campesina, secretario general del Par-
tido Durangueo del Trabajo y jefe de las
Defensas Agraristas. Luego el diputado Gon-
zalo N. Santos el martes 28 de mayo asest
otro golpe al PC mexicano: el desafuero del
diputado Hernn Laborde -miembro de su
Comit Ejecutivo, secretario general de la
seccin mexicana del Socorro Rojo Internacio-
nal y secretario de Organizacin del Bloque
Obrero y Campesino Nacional. A la siguiente
semana sigui otro golpe: la clausura de las
oficinas del Comit Central del Partido Comu-
nista y de la redaccin y administracin de su
rgano periodstico central, El Machete. Ra-
fael Carrillo, secretario general del PC, envi
una circular a todas las organizaciones obre-
ras y campesinas para dar a conocer estos
hechos. "Corren adems rumores de que las
actividades de nuestra organizacin sern
declaradas fuera de la ley", aadi. Solidari-
dad y protestas, peda Carrillo.
El r esultado de las elecciones de 1929, o
ms bien dicho, el triunfo del candidato callis-
ta, Pascual Ortiz Rubio, sobre el resto de sus
contrincantes calent an ms el ambiente.
Y a partir de ese momento, la vida del nuevo
presidente electo tuvo un precio. Ms an, el
bienestar de Ortiz Rubio fue asunto de segu-
ridad nacional desde la primavera de 1929, y
todo el empeo policial se fue en seguirle la
pista a cualquier barrunto de complot.
Su desaparicin era importante para el des-
arrollo del comunismo, asent en declaracin
un muchacho cubano, nacido en 1902 y ave-
cindado en Mxico desde mediados de 1927,
Rogelio Teurbe Toln, y que un tal Saturnino
Ortega Flores se ofreci a matar a Ortiz Ru-
bio. Teurbe Toln rindi tal declaracin ante
el jefe del Servicio Confidencial del presidente
electo el sbado 14 de diciembre de 1929-
fecha prevista para la clausura de la exposi-
cin fotogrfica de Tina Modotti, inaugurada
el primero del mes en el vestbulo de la
Universidad Nacional Autnoma de Mxico.
Ese mismo da, Saturnino Ortega Flores cay
en manos de los agentes. Teurbe Toln viva
en Mxico desde 1928, haba sido amigo de
Julio Antonio Mella, condiscpulo en la Escue-
la Nacional de Jurisprudencia y correligionario
en la ANERC; es difcil saber las presiones a
las que l se sentira sometido para escribir el
siguiente mensaje:
Yo, Rogelio Teurbe Toln, declaro al Sr.
Jos Manuel Escalante que en virtud de
las atenciones que he recibido de l y la
sinceridad con que me ha hablado, estoy
obligado, empeando mi palabra de honor,
a corresponderle en todo lo que me sea
posible y a servirle en todo lo que se me or-
dene, para lo cual, declaro solemnemente
no mezclarme ms en ningn asunto pol-
tico ni otro que se considere ilegal. Me
comprometo a modelar mi vida para de-
mostrar que soy hombre honrado y no cau-
sar ms penas a mis padres que estn en
Cuba.
Ofrezco servirle de toda buena volun-
t ad por gratitud en su modo de ser para
conmigo.
Mxico, D.F. 14 diciembre 1929
Rogelio Teurbe Toln
26
Las palabras de Teurbe Toln no slo sirvie-
ron para t enderle un cerco a Saturnino Ortega
91
92
Flores --quien se haca llamar asimismo Ceci-
lio Flores-, el miembro de la Local de la Ju-
ventud Comunista que se comprometi a cam-
biar su vida por la del presidente electo, sino
que sus palabras sirvieron para dar la voz de
alerta entre los siempre incorpreos, tcitos
agentes secretos y confidenciales de Mxico.
11
El nombre de Saturnino Ortega Flores estaba
en el expediente poltico de la "manifestacin
tumultuaria comunista" realizada el mirco-
les 20 de marzo de 1929 --en respuesta a la
candidatura de Pascual Ortiz Rubio y la lla-
mada Convencin de Quertaro--, junto a los
nombres de varios comunistas apresados
aquel da en la capital, como el adolescente
Jos Revueltas Snchez. Ortega Flores decla-
r cuanto saba o fue capaz de insinuar sobre
algunas tareas del PC mexicano ante el coro-
nel y jefe del Servicio Confidencial del presi-
dente electo, Jos Manuel Escalante.
En un solo ao en el PC, a los veinte, Ortega
Flores ya haba pasado por la secretara gene-
ral de la Local Juvenil y por la direccin del
peridico Estrella Roja, al que l rebautiz
como Espartaco. Luego del sexto Congreso
Mundial de la Internacional Comunista, al
que asistieron como delegados por Mxico Ra-
fael Carrillo y Enea Sormenti, el peridico
recuper su nombre anterior y Ortega, cesado
del cargo previo, qued entonces como secre-
tario sindical del Comit Central. Su trabajo
era eventual, como plomero en un establec-
miento fijo, lo cual no le impeda realizar todo
tipo de comisiones polticas en los estados de
la repblica. La ltima comisin, como secre-
tario de Agitacin y Propaganda de la Local
Juvenil, empez en octubre de 1929 y consisti
en repartir cinco distintos panfletos en los
cuarteles en. compaa del voceador Pablo
Santa Mara, Manuel Romo, carpintero, y el
estudiante Ral Monzn.
Tres veces al menos el joven Ortega fue
interrogado en su primera semana en la cr-
cel. La polica intercept los mensajes o notas
que l envi desde ah y cate su domicilio.
Ortega concedi al fin que estuvo en una re-
unin del Bloque Obrero para
discutir estrategias relaciOniM'ae con las elec-
ciones, pero que l nada ms propuso eliminar
a Ortiz Rubio.
La desaparicin imprevista del camarada
Ortega Flores alent ciertos temores en David
Alfaro Siqueiros -a quien la delacin de Ro-
gelio Te urbe Toln mostr en gesto entusiasta
al escuchar la proposicin de Ortega Flores en
la citada reunin del Bloque Obrero y Campe-
sino; pero Hernn Laborde, segn el informe
manuscrito de un tal Vctor Corona del servi-
cio secreto de la polica, no vio angustia algu-
na en esta desaparicin.
Enea Sormenti supo que deba ocultarse de
inmediato -y logr hacerlo tan bien que ni los
suyos se enteraron de su paradero. El no slo
saba las artes del conspirador sino adems
estaba bastante familiarizado con la perfectible
reserva de los cuadros.
Tras el asesinato de Julio Antonio Mella,
Rosendo Gmez Lorenzo, el ruso Julio Ram-
rez y el italiano Sormenti imprimieron un
signo distinto al PC mexicano y se intensific
notablemente la disciplina partidista. Sor-
ment y los suyos obtuvieron recursos econ-
micos provenientes de Mosc -de la Comin-
tern y de la Internacional Juvenil Comunista,
presumiblemente-, y con la aquiescencia de
Rafael Carrillo y Hernn Laborde expulsaron
a algunos viejos militantes: Ursulo Galvn,
Pedrueza, Luis G. Monzn y Diego Rivera. Da
tras da aumentaba el entusiasmo de tan re-
novada oposicin, as como cierta desconfian-
za entre las filas: un elemento de las juventu-
des comunistas, expulsado ese mismo ao junto
con cuatro compaeros de partido, sostena
que el dinero de Mosc serva para las disipa-
ciones etlicas y crapulescas de Sormenti y los
suyos y no para ayudar a presos y
desempleados.
En efecto, el PC lleg a considerar tan seria-
mente la eliminacin de Ortiz Rubio que -
adems de la valentonada por la que destac
Saturnino Ortega- otro miembro de las Ju-
ventudes, Jos Gallardo, regres de Rusia a
finales de enero de 1930 con indicaciones pre-
cisas para Sormenti. Y a desde el resultado de
las elecciones la cpula del PC mexicano an-
ticip que se les perseguira y tratara de
eliminar, por lo que implement precauciones
con domicilios y correspondencia. En sus re-
uniones las ms de las veces ni se tomaban
notas ni hacan falta las agendas. Se saba lo
imprescindible, se memorizaba para olvidar,
se preguntaba lo mnimo. El fervor tiernsimo
de la disciplina y la obediencia poda atenuar
sin abolir la angustia de las persecuciones
supuestas. A Sormenti, y a nadie ms, busc
Gallardo en los primeros das de febrero. "Aho-
ra vers, hermano, qu susto se va a poner el
gobierno cuando pongamos en prctica las
directivas que traigo de Mosc", confi a un
camarada.
Sin embargo, Sormenti no apareci y Da-
niel Flores vaci su arma contra el Cadillac de
Ortiz Rubio.
27
12
Vctor Corona se, mova a su gusto entre los
comunistas y estaba al tanto de los domicilios
de Hernn Laborde y Enea Sormenti. Su pa-
labra de agente sirvi para integrar una lista
de presuntos complotistas en el interior del
PC. El nombre de Tina Modotti no estaba en
la lista.
Entre los cincuenta comunistas que impli-
caba esa lista haba siete extranjeros que en
las ltimas semanas de 1929 y al principio de
1930 abandonaron el pas. La lista inclua los
nombres de ocho mujeres: Mara de la Luz
Ardizana, Esther Delgado Cullar, Ana Domn-
guez, Raquel Duarte, Emma Huerta, Rosa
Martnez, Sara Mndez y Mara Velzquez.
En el primer embarque partieron un lituano,
Fayre Solovaichik, y un rumano, David Hal-
perin. El segundo embarque, que parti al da
siguiente del atentado a Mella, carg con cinco
extranjeros ms. Entre ellos: Julio Gmez,
tambin conocido como Julio Rosovski o como
Julio Ramrez -a quien la leyenda confunde
con el camarada Evelio Vadillo, famoso comu-
nista en esta poca de depuraciones, en su
confinacin siberiana.
Los tiros de Flores contra el Cadillac en el
que-iba Ortiz Rubio el 5 de febrero de 1930
lanzaron a los agentes por algo ms que el
pobre diablo que atraparon in stu. La polica
fue sobre locales y casas habitacin por cuan-
to comunista y vasconcelista quiso. Los de la
hoz y el martillo, como nada deban pues Flo-
res no era de los suyos, esperaban que la cosa
se aclarara pronto; por eso la redada, como
deca Siquieros, los agarr literalmente a la
puerta.
Las deportaciones de comunistas a fin de
ao se reanudaron ante la consumacin del
atentado. Y la polica se afan muy especial-
mente en dar con Enea Sormenti.
Nadie pudo contra sus artes de consumado
escapista. La ciudad se convirti en U:n pajar
que haca avanzar torpemente a los persegui-
dores y entonces se decidi encarcelar a Tina
Modotti: ella, a travs de recados al exterior,
interrogatorios, indicara el camino a Sormen-
ti. Llevarla a la crcel no slo permitira vigi-
larla sino obtener nuevos indicios -de lograr
lo mismo que con Saturnino Ortega.
Unos cincuenta aos despus, el gordo par-
lamentario en que se haba convertido Vittorio
Vidali imagin el ltimo arresto mexicano de
Tina Modotti al vol ver de una excursin a
Contreras. "A su regreso Tina encontr su
casa bloqueada por agentes que entraron a
ella e introdujeron el desorden sin encontrar
absolutamente nada".
28
La verdad es que el
viernes 7 de febrero Tina Modotti les abri la
puerta a tres agentes y tuvo miedo entonces
que nadie supiera lo que haba pasado con
ella. El jueves 13 la enviaron a la Penitencia-
ra, desde donde le escribi a dos amigas esta-
dounidenses: Mary L. Doherty, en la ciudad
de Mxico, y Beatriz Siskind en Nueva York.
Querida Mara: Me encuentro en la Peni-
tenciara desde el jueves en la tarde. Aqu
es mucho peor, una verdadera celda de
hierro y piedra y la comida, pues te la
puedes imaginar. Creo que se debe hacer
algo, si no quin sabe cunto tiempo me
93
94
dejen aqu. Consltate por favor con al-
guien -tal vez [Miguel O. de] Mendizbal
pero no le digas que yo lo mencion. Pien-
so que es necesario ver a un abogado.
crees que el Lic. [Jos Mara] Lozano
quisiera intervenir? Dile que tengo por el
momento 400 pesos, los de mi viaje que
estaba juntando, puedo conseguir ms.
Pregntale qu puede hacer. T sabes
que aqu generalmente slo traen a los
que ya han sido sentenciados, de modo
que esto es un procedimiento arbitrario.
No decir a nadie cmo supiste que estoy
aqu, podran perjudicar a quien tan ama-
blemente se ofrece a ayudarme y a m
tambin. Di que lo viste en la calle o
cualquier cosa. Como te puedes imagi-
nar, est prohibido enviar recados. Gra-
cias por todo y recibe un abrazo de quien
slo por un enorme esfuerzo de voluntad
no se vuelve loca.
Doherty viva en el42 de Minerva, esquina
con Balderas, y "quien amablemente" se ofre-
Notas
1
La primera versin de este ensayo apareci en La
Cultura en Mxico, suplemento de la revista Siempre!,
27 de abril de 1979. Me anim a retomar ese escrito para
reescribirlo e incluir algunos datos y documentos sobre
los que no caba abundar en Una mujer sin pas. Las
cartas de Tina Modotti a Edward Weston, 1921-1931,
Mxico, Cal y Arena, J.992, 155 pp. El ensayo, tal como
est, lo present en "Tina Modotti: una vita nella storia.
Convegno internazionale di studi" (Universidad de
Udine, marzo de 1993).
2
Archivo General de la Nacin, Mxico, Presidentes,
Grupo Documental Pascual Ortiz Rubio, exp. Comunis
tas/Atentado Presidente, nm. 1930, fol. 168A.
3
John Skirius, Jos Vasconcelos y la cruzada de 1929,
Mxico, Siglo XXI, 1978, p. 186.
4
La informacin sobre la actividad de J.A. Mella en
Cuba en el prlogo de Fabio Grobart a la recopilacin de
escritos de Julio Antonio Mella, Escritos revoluciona-
rios, Mxico, Siglo XXI, 1978, pp. 15-27.
6
La informacin sobre Rusell S. Blackwell en exp.
Comunistas/ Atentado Presidente, nm. 1930, fol. 168A,
en Archivo General de la Nacin, Mxico, Grupo Docu-
mental Pascual Ortiz Rubio, Presidentes.
6
Alejandro Glvez Cancino, "L'auto-absolution de
ci a ayudar a Tina Modotti entreg su men-
saje a los agentes -quienes copiaron su conte-
nido-, antes de llevarlo a su destinataria. En
cambio, la carta a Siskind no sali del pas.
29
Vittorio Vidali, mientras tanto, se quitaba la
identidad de Enea Sormenti. El cambio menos
notorio fue en el corte de pelo. Quiz se lo
podra haber ahorrado. Sin embargo, el cam-
bio ms notable fue ms veloz que el anterior.
Tom en prstamo el pasaporte del peruano
Jacobo H. Zender, presidente del Comit Ma-
nos Fuera de Nicaragua. Semanas ms tarde,
a bordo de un barco carguero, Tina Modotti
se alejaba del territorio mexicano -ahora
por un litoral distinto al que la vio llegar
en 1923. El Edam, su barco, zarp de Vera-
cruz el 24 de febrero. Con ella viajaban, en
calidad de deportados, Isaak Rosenblum y
Johann Windisch. La escala en Tampico fue
oportunidad que aprovech Vidali para salir
del pas con los documentos del camarada
Zender.
30
Ella, al principio, no reconoci a Sormenti.
Vidali et la mort de Mella", Cahiers Len Trotsky, 26,
junio de 1986.
7
Julio Antonio Mella a El Sol, 20 de junio de 1928.
8
Rogelio Teurbe Toln declar que tanto J.A. Mella
como otros cubanos en el exilio buscaban a Jos Magriat
"para sacar punta al lpiz". "Sabamos que iba a la
Embajada, que trataba a los hijos del embajador y
sabamos que hay aqu, en Mxico, un jefe de los espas,
que recibe del gobierno cubano seiscientos dlares men-
suales", Exclsior, 15 de enero de 1929.
9
Declaraciones de Samuel Moreno a Exclsior, 16 de
enero de 1929.
10
El texto del acta levantada por el comisario del se
gundo turno, Fernando Carrillo, El Universal, 12 de
enero de 1929.
11
El Universal, 12 de enero de 1929.
12
El Universal, 15 de enero de 1929.
13
El departamento de Tina Modotti haca las veces de
"saln", segn Rosendo Gmez Lorenzo en un manuscri-
to indito de Vittorio Vidali citado por Christiane
Barckhausen-Canale, Verdad y leyenda de Tina Modotti,
Cuba, Ediciones Casa de las Amricas, 1989, p. 31. El
departamento de Valentn Campa, en la calle de San
Miguel 119-17, era otro habitual centro de reunin de
muchos comunistas, segn informe policiaco en el Archi-
vo General de la Nacin, Presidentes, Grupo Documen-
tal Pascual Ortiz Rubio, exp. Comunistas/ Atentado Pre-
sidente, nm. 1930, fol. 160A.
14
Las cartas de Edward Weston, Assunta Modotti,
Rose Richy, Grace Nearing y Benvenuto Modotti las
hall Christiane Barckhausen-Canale en el Archive;> del
Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la
Revolucin Socialista en Cuba. Aunque hasta hoy se
ignora cmo lleg hasta all esta pequea coleccin de
documentos, Barckhausen-Canale supone que se trata
de los papeles que la polica mexicana confisc el11 de
enero de 1929. Barckhausen-Canale cita la carta de
Guerrero, pero no me explico por qu no la incluy en
esta coleccin. El texto de la carta de Weston, tal vez la
nica. que se conserva: "Tina .querida: si he sido factor
importante en tu vida, es seguro que t lo has sido en
mi vida. Cuanto me has dado de hermoso y fino es ya una
parte de m y conmigo va a donde la vida me lleve. iN o
hay que darle ms vueltas a esto! Mi amor en ti se
amerita -Edward". Vase Barckhausen-Canale, Ver-
dad y leyenda de Tina Modotti, pp. 153-156.
15
Exclsior, 13 de enero de 1929.
16
El expediente relativo a la muerte de Julio Antonio
Mella 1/630/811, Grupo Documental Emilio Portes Gil,
Presidentes, Archivo General de la Nacin, Mxico.
17
El Universal, i4 de enero de 1929.
18
As se la llam en Exclsior, 14 de enero de 1929.
19
Alvaro Basal, uno de los corresponsales de Plutarco
Elas Calles, mencion en una carta las vinculaciones
profesionales de Valente Quintana en esa poca. Vase
Plutarco Elas Calles, Correspondencia personal (1919-
1945), introduccin, seleccin y notas de Carlos Macas,
Mxico, Instituto Sonorense de Cultura/Gobierno del
Estado de Sonora/Fideicomiso Archivos Plutarco Elas
Calles y Fernando Torreblanca/Fondo de Cultura Eco-
nmica, 1991, pp. 237-238.
20
Una buena seleccin de las fotografas de Joaqun
Santa Mara aparecen en Bernardo Garca Daz, Puerto
de Veracruz, Coleccin Veracruz: imgenes de su histo-
ria, Gobierno del Estado de Veracruz/Archivo General
del Estado, 1992, 383 pp. Las imgenes de la manifes-
tacin en el puerto no estn en el libro; las vi en casa de
la viuda del fotgrafo, la seora Ins Delgado, en mayo
de 1990, mientras los fotgrafos Alicia Ahumada y David
Mawad, y el propio Bernardo Garca Daz, .trataban de
salir con bien de un fabuloso norte de rollos de negativos
y copias que conservan la vida en el puerto a lo largo de
muchas dcadas de este siglo.
21
Exclsior, 15 de enero de 1929.
22
Esto ltimo as como las palabras de Diego Rivera
en la escena del crimen al llevar a cabo la reconstruccin
de lo sucedido la noche del jueves 10 de enero en La
Prensa, 16 de enero de 1929.
23
Exclsior, 16 de enero de 1929.
24
Andrs Henestrosa dijo haber recibido en 1929 una
carta de Tina Modotti proveniente de Juchitn. Lacar-
ta, dice, la extravi en el interior de un libro, en Oralba
Castillo Njera, Renato Leduc y sus amigos, Mxico,
Doms, 1987, pp. 183-184.
25
Len Trotsky, "Stalin quiere mi muerte", Escritos
1939-1940, vol. 2, t. XI, Pluma, 1976, pp. 317-338.
26
Vase exp. Comunistas/ Atentado Presidente, nm.
1930, fol. 168A, Grupo Documental Pascual Ortiz Ru-
bio, Presidentes, Archivo General de la Nacin, Mxico.
27
Esta versin del cambio en el PC mexicano en 1929
est en la declaracin rendida por Ral Monzn, 11 de fe-
brero de 1930, exp. Presidente,
nm. 1930, fol. 168A, Grupo Documental Pascual Ortiz
Rubio, Presidentes, Archivo General de la Nacin, Mxico.
28
Vittorio Vidali, Retrato de mujer, Mxico, Univer-
sidad Autnoma de Puebla, 1984, p. 15.
2!l El texto de estas dos cartas en Antonio Saborit, Una
mujer sin pas. Las cartas de Tina Modotti a Edward
Weston 1921-1931, Mxico, Cal y Arena, 1992, pp. 150-
152.
30
Vase Christiane Barckhausen-Canale, Verdad y
leyenda de Tina Modotti, pp. 181-183.
95
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