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Escuela y Ciudadanía

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PRACTICA DOCENTE II Pedagoga del aburrido Escuelas destituidas familias perplejas Capitulo 1 ESCUELA Y CIUDADANA Ignacio Lewkowicz

Escuela como Institucin La Escuela ya no es lo que era. Se ha desvanecido ese suelo, agotado como metainstitucin dadora de sentido. Qu es la escuela hoy? Esta metainstitucion Estado-Nacin que consista en el uso de un lenguaje comn por parte de los agentes institucionales, posibilitando estar en distintas instituciones bajo las mismas operaciones, forjando subjetividad disciplinaria. El ciudadano es el sujeto constituido en torno de la ley, esta se apoya en dos instituciones primordiales: la familia y la escuela. El paradigma de este tipo de sociedad es la prisin: familia, escuela, fbrica, hospital, cuartel. Se los mira, se los controla, se anota la normalidad, se castiga la desviacin, se apuesta permanentemente a normalizar a los individuos dentro del espacio del encierro. La funcin que la modernidad le asigno a la escuela es generar hbitos de disciplinamiento y de normalizacin, de modo tal que su paso por all genere seres tiles para la sociedad, es decir, dispuestos a ocupar los lugares debidos de manera incondicional. Aqu la vigilancia y el castigo producen normalizacin. Por ello pertenecer y estar dentro slo son sinnimos en la lgica del encierro. El inters por el hombre, el complejo de discursos, saberes, prcticas e instituciones en torno al hombre de la modernidad constituyen un modo de control, de dominio, de poder que se desarrolla en la modernidad y que tiene que ver con la idea de hacer tiles a los individuos para la sociedad, es decir, hacerlos utilizables para los propios fines de la sociedad. Una de las practicas utilizadas por el estado-nacin no es la realizacin de unos contenidos discursivos, sino el efecto de una prctica discursiva en una situacin determinada, por ejemplo referentes materiales como monumentos y museos, celebraciones, actos patrios.

Otro recurso central de intervencin en la consistencia del lazo social nacional remite a los smbolos patrios. Estos recursos- prcticas adquieren sentido social como registro de la memoria del estado nacin. De ah se deriva identidad y ciudadana: de la relacin entre la escuela y la historia. Para ser ciudadano de un estado nacin hay que saber delegar la ciudadana, delegar los poderes soberanos en el estado constituido y para ello el ciudadano debe estar educado es decir educar las capacidades de delegacin. La escuela como galpn El agotamiento del estado nacin como principio general de articulacin simblica trastoca radicalmente el estatuto de las instituciones de encierro. Tambin trae como consecuencia la fragmentacin en la relacin intra y entre las instituciones. En el estado nacin exista una alienacin y una represin que hoy se ha convertido en destitucin y fragmentacin. Los habitantes de la escuela nacional sufran porque la normativa limitaba sus acciones; los habitantes de las escuelas contemporneas sufren porque no hay normativa compartida. Antes autoritarismo, hoy anomia. Sin un estado nacin generador de un proyecto general en donde implicarse, ser necesario pensar nuevas funciones, tareas, sentidos. Adems las condiciones generales con que tienen que lidiar las escuelas nos son estatales sino mercantiles, no son estables sino cambiantes. La velocidad del mercado amenaza la consistencia ya fragmentada de las instituciones, nacidas para operar en terrenos slidos. Sin funcin, ni capacidad a priori de adaptarse a la nueva dinmica, se transforman en galpones. El galpn carece de cohesin lgica y simblica, se trata de un coincidir puramente material de los cuerpos en un espacio fsico que no garantiza una representacin compartida por los ocupantes del galpn, cada uno arma su escena, no hay un encuentro garantizado. Nos encontramos con una subjetividad dominante que no es institucional sino meditica, en este sentido sus operaciones bsicas no son disciplinarias sino otras, no se trata de normativa y saber sino de imagen y opinin personal. Se arma, entonces, el desacople subjetivo entre la interpelacin y la respuesta, entre el agente convocado y el agente que responde, entre el alumno supuesto por el docente y el alumno real. El malentendido es el sustento del galpn. En el galpn, el problema es ante todo como se instituye algo, y no como se va ms all de lo instituido. En condiciones de galpn, la nica institucin es la precariedad de la regla

compartida y no la ley trascendente. La regla es inmanente, precaria, temporaria, se pone para un fin, no preexiste, no se supone, es mas regla de juego que ley del estado. La cuestin no es cual supuesto se impone sobre cual, sino como se instaura algo, dado que los supuestos no son compartidos. Entonces para evitar esta situacin es necesario repensar el concepto de tiempo y el concepto de ley y rehacerse segn estos nuevos pensamientos. La escuela como situacin reglada El agotamiento de las sociedades de vigilancia es tambin el agotamiento de la ley (nacional) como ordenador simblico. Pero la cada del estatuto de la ley no es la apertura de un caos sino la posibilidad de otra simbolizacin. Baudrillard seala que lo que se opone a la ley no es la ausencia de ley sino la regla. En la dinmica de las situaciones dispersas, la simbolizacin es situacional, no hay simbolizacin entre situaciones sino en situacin. El estatuto de la subjetividad ha pasado del estado al mercado, de la totalidad al fragmento ocurriendo lo mismo con las operaciones de simbolizacin. Cuando las condiciones son inmanentes queda entonces habilitada la capacidad simblica de la regla. Como la simbolizacin ahora es situacional, la anomala consiste en la imposibilidad de entrar en la dinmica de la regla especifica de la situacin, es decir en la lgica de la precariedad (regularidad no definitiva) Entonces, la serie de situaciones que un individuo va atravesando no obedece a una ley; lo nico que tienen en comn todas las situaciones es tener reglas, pero las reglas no son casos particulares de una ley. En cada situacin habr que preguntar, preguntarse, interrogar, cuestionar. Recordemos que la ley es trascendente y la regla es inmanente; se puede transferir la ley, pero no se puede transferir una regla, porque la regla es regla de juego.

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