Trabajo Final Sinópticos
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06120036 Licenciatura en Teologa Octubre 9 de 2010 LOS EVANGELIOS SINPTICOS. UN ACERCAMIENTO Y tomando la Palabra, le anunci la Buena Nueva de Jess. (cf. Hch. 8, 26 40) A simple vista, es de presumirse que en el fondo, ms all del hecho mismo que se describe, lo que llama la atencin, es la consecuencia derivada del mismo, es decir, que para poder lograr el objetivo, se parte de sucesos o historias precedentes. Este pequeo ejemplo, es solo uno de tantos, que a lo largo de los Evangelios Sinpticos, nos ilustran de forma objetiva, y en ocasiones, paradjica, sobre la persona y el entorno en el cual, Jess se da a conocer y transmite por ende, el mensaje salvfico. 1. Narrativa evanglica A la hora de acercarnos a los evangelios, es importante tener en cuenta que pese a describir los hechos ms cercanos que se conocen de Jess y su obra (principalmente los relacionados con su misin), es necesario siempre recurrir a la narrativa en todo su conjunto, dado que estos, ms all de provenir de fuentes y contextos diversos, tienen en comn una caracterstica especial: partiendo de lo que en ellos se encuentra consignado, se busca transformar, llevar a la conversin en quien(es) lo atiende(n), por lo tanto, se ve una clara relacin entre el Kerigma y la narrativa. Como es esto: el Kerigma: anuncio del mensaje salvfico, parte inicialmente de la experiencia viva de aquellos que conocieron directamente a Jess, la cual, con el paso de los aos, a fin de preservarla lo ms fiel posible, fue transcrita sobre el papel. Llegados a este punto es necesario enfatizar en que pese a que ahora el mensaje est plasmado, no por ello pierde su ser narrativo. Lo mismo podra decirse de otras tantas obras, no por ser escritas, dejan de ser narradas y transmitidas. Constantemente, el evangelio se encuentra en una posicin nica: el balance entre Kerigma e Historia, permite a quien se acerque a l, descubrir modos cada vez ms actuales y comprensibles de aquello que siempre Dios, quiere decir al hombre de todos los tiempos, con lo cual, se cierra la posibilidad de encasillarlo en una mera formulacin teolgica; as, la revelacin est siempre ligada al devenir de la historia, desechando todo concepto absolutista y radical sobre Dios, de tal forma que todo razonamiento sobre el ser divino, antes que ser descabellado, se hace imprescindible. Si bien es cierto que por el evangelio se cree, tambin la razn puede acercarse a l, aunque eso s, no totalmente, lo cual se refleja en las dos posiciones del lector frente a los
evangelios. Ya que se puede leer observando solamente, o introducirse como un actor ms en medio de lo que all se narra. Partiendo de lo anterior, es comprensible que as, como hay personas que se ponen de frente al texto evanglico con el fin de estudiarlo racionalmente, hay otras que lo hacen parte de su vida. Es cierto que se pueden asumir ambas posturas, lo importante en este caso, es tener claro qu se busca. Solo conocer, o vivir. 2. Sanas dificultades Puede ocurrir que al momento de acercarnos a los evangelios, principalmente los sinpticos, dada su similitud en mucho de su contenido, nos preguntemos si en verdad, lo que all est plasmado corresponde con la intencin inicial de quienes los redactaron, en cuanto al anuncio salvfico de Cristo, o se limita, como sostienen quienes dudan de su autenticidad, a meras narraciones espectaculares que pueden rayan con el mito, desvirtuando por completo la finalidad primera. Pues bien, los evangelios, no expresan de tajo opiniones individualistas, si bien sus autores son diversos, el mensaje que transmiten apunta en la misma direccin: el anuncio de la salvacin, dada en y por Jess. Si bien en algunos pasajes (no cito cuales, lo dejo al lector) no hay cohesin, no por ello carecen de pleno valor y relevancia. Por el contrario, reafirman que cada uno, desde la propia experiencia, da a conocer a Cristo al unsono. Adems, es necesario no olvidar que si bien los evangelios, transmiten de primera mano el mensaje, el kerigma, no lo manifiestan de tajo en todas sus lneas, dado que es, tanto quien predica, como quien atiende, los que deben descubrir constantemente como Dios, en Jesucristo, ha liberado al hombre y le ha mostrado el camino de la plena salvacin aun en medio de las dificultades ms extremas, donde la alegra del anuncio, es capaz de superar las barreras ms frreas de la vida misma. 3. Tres versiones de una misma historia 3.1. Mateo: redactado aproximadamente entre los aos 70 80, tiene como finalidad exponer, la vida y obra de Jess, presentado como el Emmanuel, cuya muerte y resurreccin, dan cumplimiento a la Escritura; su estilo se caracteriza por la pulcritud (a diferencia de Marcos), el orden de los sucesos y un enfoque de corte eclesiolgico y escatolgico. Marcos: el primero de los evangelios del que se tiene referencia, est fechado aproximadamente en el ao 65, dirigido a los conversos de origen romano. Se dedica ms a reflejar los actos de la vida de Jess, los signos que invitan a la conversin, empezando en el Jordn y concluyendo en Galilea, sin olvidar al Centurin en la cruz. Es un texto de estilo sencillo, poco pulido en el lenguaje y hasta coloquial Lucas: la dcada del 80, es la poca ms probable para su composicin. Se centra en afirmar que la salvacin dada por Jess es para todos los
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hombres, incluso los paganos y es labor de la Iglesia, drsela a conocer. En el escrito se refleja la cultura y sofisticacin del lenguaje, el griego usado es elegante y pulcro, de ah que sus destinatarios (vase Tefilo) sean conversos provenientes del paganismo griego. Hay quienes se preguntan si tres versiones (cuatro incluyendo a Juan) son algo escandaloso o de por s innecesario. Pues, hay que decir que ni es exagerado, ni mucho menos irrelevante, ya que entre ms fuentes de conocimiento sobre Jess y su obra haya, ms se puede abordar y discernir. Ahora bien, aunque los cuatro evangelios buscan dar a conocer la vida y obra de Jess, tratando de abordarla en los aspectos ms relevantes, hay que decir que a medida que iban apareciendo, cada uno buscaba, sustituir al anterior. No se trataba de complementarlos, sino de ocupar el lugar de su predecesor, eso s, sin desecharlos ni dejarlos en el olvido, pues se debe tener en cuenta que incluso se alimentaron entre s, al momento de su composicin, con excepcin de Juan, que por poseer caractersticas diferentes, no por ello diverge de los dems en su intencionalidad. 4. Es posible Si bien en los comienzos de la Iglesia, adems de los cuatro evangelios que hoy conocemos haba gran cantidad de escritos similares, es importante destacar que pese a esta situacin, fue posible discernir el por qu solo admitir los que conocemos actualmente: se parti de su origen apostlico (si bien hoy se puede decir que probablemente no fueron redactados por los autores all mencionados, si es posible su conexin con aquellos que conocieron de primera mano a Jess, su vida, obra y mensaje), la cohesin de su contenido, y el nfasis especfico en la obra salvadora de Cristo, su uso en la gran mayora de las comunidades surgidas de la predicacin apostlica (aprox. Aos 150 175 dC.). Fue a partir de los aspectos ya mencionados, que la Iglesia, asumi estos textos (Mateo, Marcos, Lucas, Juan) como el Evangelio que contena, de modo ms cercano y coherente, los aspectos ms importantes del mensaje transmitido por Jess, mientras que los dems, solo generaban polmicas frecuentes, por su origen, contenido y desvo de las fuentes primarias de la revelacin de Cristo. Frecuentemente entre la gente del comn parece una frase que es necesario aclarar, y es que hay cuatro evangelios, como si entre ellos, se contradijeran en lo esencial. Al contrario, el evangelio es uno solo, de eso no hay duda, simplemente, son cuatro versiones, experiencias y conocimiento del nico Jess, Dios hecho hombre, salvador. Esto ya la Iglesia desde los comienzos lo reconoce ( Ireneo de Lyon, Orgenes) sobre todo teniendo en cuenta que al ser de origen diverso, no se limitan nicamente a determinado pblico, sino que por su propia esencia, estn en capacidad de adaptarse a todo pblico y contexto.
5. Resistidos pese a su origen Si bien se conoca su origen, contenido y objetivo, no todos vean los evangelios con agrado, no porque fuesen insuficientes, sino porque se daba ms crdito a la tradicin oral, ms de moda entonces (siglos II III dC.) Si acaso vena alguno que hubiese seguido a los presbteros, buscaba conocer las palabras de los presbteros, qu cosa haban dicho Andrs, o Pedro, o Felipe, o Toms, o Santiago, o Juan, o Mateo, o cualquier otro de los discpulos del Seor; y qu cosa decan Aristin y el presbtero Juan, discpulos del Seor. Pensaba que las cosas (que provenan) de los libros no me probaban tanto como las cosas (odas) de las voces vivas y duraderas (Eusebio, Storia della Chiesa, trad., L. Tescaroli, Roma 1999) Si bien los escritos eran vistos con cierto recelo, ambas posiciones no son del todo contradictorias, dado que se complementan; cmo es esto?: si bien inicialmente el mensaje se transmiti oralmente, con el paso de los aos, se vio la necesidad de preservar de forma ntegra y fiel, el mensaje y la vida de Jess, a fin de que en el futuro, este fuese dado a conocer en su totalidad. Muestra de esto es que ya en el siglo II, los Padres Apologistas, recurran frecuentemente a los escritos para dar razn de la fe cristiana. Ejemplo: (cf. Ireneo de Lyon. A. H.: si bien todos los evangelios son citados por Ireneo como Escrituras (Ireneo menciona los cuatro evangelios cannicos, y no cita pasajes, l que demuestra que los conoca, y en la forma en la que nosotros los tenemos: III. 14.2 Lc. 1,2; III. 16.2 Mt. 1, 1-2; III. 16.3 Mc. 1,1). Ireneo es capaz de citar los evangelios tanto literal como libremente (ej. Mt 11,27 es citado de tres modos diversos en IV. 6,1 [... el Seor deca: Ninguno conoce al Hijo sino el Padre y ninguno conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar ]; 3 [deca a los apstoles: Ninguno conoce al Padre sino el Hijo, ni al Hijo sino el Padre y aquellos a los que el Hijo lo revelar ]; 7 [el Seor deca: Ninguno conoce al Padre sino el Hijo, ni al Hijo sino el Padre y aquellos a los que el Hijo le revelar]). 6. Defensa Temprana Por esto nos fueron dados cuatro testamentos al gnero humano: uno antes del diluvio, en tiempos de Adn, el segundo despus del diluvio, en tiempo de No; el tercero, que es la legislacin, en tiempos de Moiss; el cuarto es aqul que renueva al hombre y recapitula en s todas las cosas, aquel que llega mediante el Evangelio y eleva y hace volar a los hombres hacia el reino celestial. (Ireneo de Lyon, Contra las herejas y los otros escritos, Introduccin, traduccin, notas a cargo de E. Bellini, Miln 1981). Es de admirar como desde los comienzos, uno de los aspectos de fe que ms se defienden, es sin lugar a dudas, la tradicin cuadriforme del evangelio. Si bien hubo defensores anteriores a Ireneo, es importante resaltar su labor, dado que l, fue quien, partiendo incluso del Antiguo Testamento (cf. Ezequiel, las cuatro figuras), se encarg de defender, no solo la canonicidad de las cuatro versiones
del evangelio, sino tambin, su uso en la predicacin, la liturgia y la vida misma de los fieles. Pero acaso siempre estuvieron juntos? Se puede asegurar que los cuatro ya formaban por decirlo de algn modo una coleccin?. S y no. Si bien ya en tiempo de Justino (mediados del siglo II) ya haba grupos que contenan los cuatro, haba otros que solo contenan dos o tres. Para concluir este apartado, tomo prestado el siguiente fragmento de la obra de Lszlo T. Simon, OSB. Los Evangelios Sinpticos. Pg. 41: Podemos acercarnos al problema desde otro ngulo. Por cuanto se refiere a Justino, surge la pregunta, anticipa la adopcin del evangelio cuadriforme, o ms bien la armona de su alumno, Taziano? En la 1Apol 66-67 recurre al vocablo evangelios (en plural verosmilmente por primera vez en la historia del cristianismo); en el Dialogo 98-107 habla de la memoria de los apstoles. Justino subraya su carcter de textos escritos. Cuntos evangelios acept Justino? Tanto en la Apologa, como en el Dialogo, las memorias son identificadas con los evangelios escritos. (En las memorias que hemos dicho que han sido compuestas por los apstoles y por sus discpulos). Este paso implica que, segn Justino, eran al menos cuatro (cf. TREGELLES, 1867: 16.71; STANTON, 1997: 330): dado que no hay ninguna evidencia de que Justino conociese evangelios no cannicos, podemos estar seguros de que tena en mente a Mateo, Marcos, Lucas y Juan, ni uno ms ni uno menos. La palabra evangelio (en singular) aparece solo dos veces: Dialogo 10,2; 100,1. En ambos casos, Justino habr tenido en mente tradiciones escritas, A diferencia de Ireneo, Justino no se interesa ni de los autores ni de las caractersticas de los evangelios individuales. An ms, como Ireneo, tambin Justino conoce al menos cuatro memorias, evangelios escritos, los cuales pueden ser citados juntos como el evangelio. Cerrando, por ahora Grosso modo, el evangelio, al ser de origen apostlico, directo o no, brinda los elementos de juicio ms cercanos sobre Jess, de tal forma que al abordarlo y mejor an, conocerlo desde cuatro perspectivas diversas, al tiempo que unidireccionales, se pueda elaborar un juicio, no solo desde la fe, sino tambin, desde la razn a la hora de indagar sobre la persona, que cambi la historia. Ningn texto en el mundo, se interpreta y vive por s mismo, ni siquiera los propios evangelios son ajenos a esta realidad. Es por eso que cada persona, sea creyente o no, al acercarse a estos, sea capaz de descubrir, ms all de lo que all se plasma, como en la historia diaria, hay algo que transforma la vida, le da sentido y la complementa permanentemente. Los evangelios no son libros de ayer. Son de siempre, porque constantemente nos hablan, no se limitan a frmulas o dogmatismos cerrados. Siempre estn comunicando, depende de nosotros saber interpretar qu se nos da a conocer.