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Hechos Horton

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1.
Comentario a Hechos de los Apstoles Introduccin Autor: Stanley M. Horton -Editorial Vida- ISBN 0-8297-1305-0

El libro de los Hechos es especial. No hay ningn otro libro semejante en toda la Biblia. Ciertamente, tenemos otros libros histricos en el Antiguo Testamento. Sin embargo, estos ponen de relieve los fracasos, los pecados y la idolatra que impedan que el pueblo de Dios recibiera la plenitud de sus bendiciones. En el libro de los Hechos, esos fallos se hallan en el pasado. Israel ha aprendido la leccin, y la idolatra ya no es problema. Ms importante an es que Jess ya ha venido. Su muerte en el Calvario ha puesto en vigencia el nuevo pacto (Hebreos 9:15). Con su resurreccin les ha trado bendicin y gran gozo a sus seguidores (Lucas 24:51, 52). Hay una sensacin de plenitud y al mismo tiempo de entusiasmo provocado por una jubilosa esperanza que invade todo el libro. Originalmente, el libro careca de ttulo. Sin embargo, desde mediados del siglo segundo D.C., ha sido conocido como Los Hechos de los Apstoles. Es probable que este ttulo surgiera porque en el primer captulo se dan los nombres de los apstoles (1:13). A pesar de esto, a medida que recorremos el libro, vemos que no se vuelve a nombrar a la mayora de ellos, y algunos slo son mencionados de paso. El nico que sobresale en la primera parte del libro es Pedro, y el nico que sobresale en la segunda es Pablo. En realidad, el Espritu Santo se destaca ms que los apstoles. El libro presenta la forma en que el mismo Jess enfoc la atencin sobre l (1:4, 5). Despus, es el derramamiento del Espritu (2:4) el que pone en movimiento la accin del libro. Se menciona al Espritu, o se hace referencia a l un total de cincuenta y una veces. Por este motivo, muchos han sugerido que estara ms acertado un ttulo como Los Hechos del Espritu Santo. No obstante. Hechos 1:1 sugiere que podramos agrandar ese ttulo un poco. Observe la palabra "comenz". El tratado anterior (el evangelio segn Lucas) recoga lo que Jess haba comenzado a hacer y ensear. Por tanto, el libro de los Hechos recoge a su vez lo que Jess continu haciendo y enseando a travs del Espritu Santo en una Iglesia que creca y se esparca. Aunque Jess se halla ahora en la gloria, a la derecha del trono del Padre, todava est realizando su obra en el mundo actual. As, muy bien podramos ponerle al libro de los Hechos un ttulo un poco alargado que dira: Los Hechos del Seor Resucitado por el Espritu Santo en la Iglesia y a travs de ella. Sin embargo, debemos reconocer que as como el libro de los Hechos no nos da detalles sobre todos los apstoles, tampoco nos relata toda la historia del crecimiento de la Iglesia. En muchos casos slo nos da breves resmenes de lo acontecido. A las iglesias de Galilea y Samaria les presta muy poca atencin (9:31). Hay sucesos importantes, como el crecimiento de una vigorosa iglesia en Egipto durante el siglo primero, que no son mencionados en absoluto. Por otra parte, hay algunos sucesos que son presentados en forma muy detallada. (Vea los captulos 8, 10, 11 y 28) Es probable que los discursos y sermones que se destacan tanto en el libro sean tambin resmenes. Por ejemplo. Pablo predicaba algunas veces hasta la medianoche (20:7). Tambin hay otras ocasiones que evidentemente requeran todo un culto en la sinagoga, y sin embargo lo que est escrito se puede leer en pocos minutos. Sin embargo, se ve claramente que estos discursos reflejan el estilo y los puntos clave de la predicacin de los apstoles, y tambin sus propias palabras. Los relatos condensados fueron necesarios. Debido a la cantidad limitada de espacio disponible en los antiguos libros o rollos de papiro. Si se hubiera contado toda la historia del crecimiento y el desarrollo de la Iglesia primitiva, con todos los milagros y seales relatados en sus pormenores, hubiera llenado varias series de libros del tamao de la Enciclopedia Britnica. (Compare con Juan 20:30, 31; 21:25.)

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Tambin hay otro factor ms que no tiene que ver con las limitaciones de espacio. Hoy da, nadie podra escribir una narracin reuniendo simplemente todo lo que aparece impreso en los diarios. El historiador debe seleccionar los sucesos que le parecen significativos, los que sealan tendencias, cambios y relaciones. Por esto Lucas sigue un tema sugerido por las palabras de Jess: "Me seris testigos en Jerusaln, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo ltimo de la tierra." (1:8). Los siete primeros captulos se centran en los sucesos de Jerusaln, y describen el crecimiento y las pruebas inciales de la Iglesia. Entre el captulo 8 y 12 se revela cmo el Espritu rompi barreras en Judea y Samaria. Finalmente, del 13 al 28 presentan la forma en que el Evangelio comenz a moverse hasta lo ltimo de la tierra. En ellos se destaca la existencia de nuevos centros para el esparcimiento del Evangelio en Antioqua, feso y Roma. La claridad y la progresin lgica de Lucas hacen que la mayora de los eruditos que creen en la Biblia estn de acuerdo en que Lucas es un historiador de primera clase, no slo por lo que incluy en los Hechos, sino tambin por lo que no incluy. (Por supuesto, los eruditos que creen en la Biblia estn de acuerdo en que el Espritu Santo dirigi la redaccin de sus libros.) Los sucesos que Lucas s incluye fueron a la vez significativos y tpicos. En el momento en que l escribi, las iglesias de los distintos lugares estaban en comunicacin las unas con las otras y estaban familiarizadas con muchos de los sucesos descritos en el libro. De esta manera, las personas que leyeron primero los Hechos, no tendran dificultad alguna en ver la relacin de su propia iglesia local con la sucesin de los hechos descritos en el libro. Aunque el libro de los Hechos no menciona el nombre de su autor, es evidente que Hechos 1:1 se refiere al mismo Tefilo que aparece en Lucas 1:1-4. Lo que encontramos en los Hechos es la continuacin del evangelio segn Lucas, aunque este evangelio tampoco nombre a su autor. Sin embargo, hay suficientes evidencias para poder relacionar tanto el evangelio como los Hechos, con la persona a la que Pablo llama "el mdico amado" (Colosenses 4:14). Una evidencia importante sobre la paternidad literaria de Lucas son los pasajes en "nosotros" de Hechos 16:10-17; 20:5 a 21:18 y 27:1 a 28:16. En estos pasajes el autor indica que se hallaba con Pablo en algunos momentos del segundo y el tercer viaje misionero, y 4 tambin en el viaje a Roma. Por tanto, hay partes del libro de los Hechos, de las cuales Lucas fue testigo ocular. El hecho de que Lucas estuviera con Pablo en su ltima visita a Jerusaln y tambin lo acompaara en el viaje a Roma, quiere decir que Lucas se hallaba en Palestina durante los dos aos que Pablo estuvo en prisin en Cesarea. Es evidente que Lucas comprob los datos muy cuidadosamente. Aunque los ttulos y la clasificacin de los funcionarios romanos cambiaron con frecuencia durante el siglo primero. Lucas nunca cometi un error. La arqueologa ha ayudado grandemente a confirmar lo que l dice con respecto a geografa e historia. Por tanto, no sera errado suponer que Lucas pas esos dos aos comprobando datos y hablando con los testigos oculares de los sucesos del Evangelio y de la primera parte de los Hechos. Por ejemplo, vemos que en su evangelio. Lucas narra la historia del nacimiento de Jess desde el punto de vista de Mara, mientras que Mateo presenta el punto de vista de Jos. Lo ms probable es que Jos hubiera muerto antes de llegar Lucas a Jerusaln, pero Mara viva an. Lucas dice que Mara guardaba los sucesos que rodearon al nacimiento de Cristo en su corazn (Lucas 2:51). Esto quiere decir que los recordaba con cuidado. Tambin dice que Mara se hallaba presente en el Aposento Alto en el da de Pentecosts. Pablo confirm que muchos de los que haban visto al Cristo resucitado todava vivan cuando l escribi (1 Corintios 15:6). De esta manera. Lucas pudo confirmar los sucesos que incluy en los 5 Hechos, bajo la orientacin y la inspiracin del Espritu. El hecho de que Pablo lo llame "el mdico amado" tambin concuerda con lo que hallamos en su evangelio y en los Hechos. Lucas presta una atencin especial a las sanidades y con frecuencia da detalles adicionales o hace un diagnstico ms especfico. Cuando Jess dijo que era ms fcil que un camello pasara por el ojo de una aguja, que un rico entrara al reino de los cielos, los otros evangelios usan la palabra corriente que identifica a una aguja de coser, pero Lucas usa una palabra griega ms clsica que se utilizaba para designar a la aguja del cirujano. Algunos han tratado de ir ms all encontrando trminos mdicos en el Evangelio de Lucas y en los Hechos. Sin embargo, ha sido demostrado que los mdicos de

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los tiempos neo testamentarios usaban el lenguaje corriente. No exista ningn "lenguaje mdico". No obstante, prcticamente todos los eruditos bblicos de hoy reconocen a Lucas como el autor de su evangelio y de los Hechos. Puesto que los Hechos nos llevan hasta la primera prisin de Pablo en Roma, en los aos 60 y 61 d.C., esta es la fecha ms temprana en que el libro pudo ser escrito. En el ao 64 d.C., tuvo lugar el incendio de Roma y Nern comenz a perseguir a los cristianos. Esto obr un cambio completo en las relaciones entre los cristianos y el Imperio. Por este motivo, la fecha ms tarda en que pueden haber sido escritos los Hechos, es alrededor del 63 d.C. Tenemos en este libro un relato sobre la primera generacin de creyentes, los primeros treinta aos de crecimiento de la Iglesia que comenz en Pentecosts. A partir de Pentecosts, se le da gran importancia al crecimiento de la Iglesia. Los ciento veinte se convierten de inmediato en tres mil; poco despus leemos que son cinco mil. A continuacin se habla de grupos de sacerdotes y hasta de fariseos, a medida que el Seor segua aadiendo creyentes a la Iglesia. A medida que la Iglesia se esparce, surgen nuevos centros y nuevas multitudes. En todo esto hay una clara evidencia de la orientacin del Espritu y de un crecimiento que es tanto espiritual como numrico. Aunque surgieron problemas, el Espritu Santo supo resolver todas las situaciones. Lucas le presta atencin tambin a la forma en que el Espritu promova la unidad del Cuerpo a medida que iba creciendo. Observe con cunta frecuencia los creyentes permanecan unnimes. Ms de una vez, la Iglesia estuvo en peligro de dividirse, pero el Espritu la mantuvo unida. El mundo tiende a romper, dividir y construir barreras. El Espritu Santo derrumbaba esas barreras a medida que la Iglesia oraba unnime, trabajaba unida y sufra tambin unida. La naturaleza tiende a dispersar, separar y destrozar. Se necesita ms energa para unir, ms sabidura y poder para construir que para derrumbar. Por esto, uno de los temas importantes de Los Hechos del Seor Resucitado a travs del Espritu Santo es la edificacin de la Iglesia. Con toda claridad vemos que el libro de los Hechos es un libro de la Iglesia, que nos da importantes enseanzas sobre su naturaleza, crecimiento, vida y razn de ser. Hoy en da algunos niegan que los Hechos tengan nada que ensearnos. Afirman que debemos ir a las epstolas en busca de doctrina, porque los Hechos slo son historia y no enseanza doctrinal. No obstante, pasan por alto el hecho de que la Biblia no nos presenta la historia para satisfacer nuestra curiosidad histrica, sino ms bien para ensearnos verdades. Hasta las mismas epstolas hacen referencia a la historia del Antiguo Testamento y del Nuevo para ensearnos su doctrina. Cuando Pablo quiso explicar la justificacin por la fe en el captulo 4 de Romanos, regres a la historia de Abraham, en el Gnesis. Cuando quiso mostrarnos lo que puede hacer la gracia de Dios, regres a la historia de David. Los Hechos hacen ms que darnos una simple transicin o "cambio de velocidades" entre los evangelios y las epstolas. Nos proporcionan el ambiente de las Epstolas, y son necesarios para comprender mejor cada una de las verdades que ellas ensean. Jess es la figura central del libro de los Hechos, como lo es tambin en los evangelios y las epstolas. Los libros se complementan mutuamente y lo exaltan a l. Hechos muestra que toda la vida de la Iglesia continuaba girando en torno al Cristo viviente, el que haba resucitado, ascendido y se haba sentado a la derecha del Padre para interceder. Pablo en los captulos 12 a 14 de la Primera Corintios, dice algo importante sobre el Espritu Santo, pero en el captulo 15 vuelve a centrar la atencin en el Cristo resucitado. Igualmente, aunque Hechos da enseanza sobre la obra del Espritu, y nos ensea buena parte de ella, en primer lugar centra su atencin en Jess. El es el Prncipe de la Vida, el que vino, el que se halla presente por medio del Espritu, y el que ha de regresar. La vida y el poder de su resurreccin fluyen por todo el libro. Los evangelios, los Hechos, las epstolas y el Apocalipsis son toda la misma revelacin de la Palabra de Dios. Qu trgico sera darle poca importancia a alguna de sus partes! Algo ms que debemos tener en cuenta. A diferencia de muchos otros libros del Nuevo Testamento, el libro de los Hechos no tiene una conclusin formal. Simplemente se termina sin ms. Algunos suponen que esto sucedi porque Lucas fue martirizado poco despus que el apstol Pablo. Sin embargo, hay varias tradiciones antiguas que afirman que vivi ms tiempo. Ms bien parece que el abrupto final es algo intencional. El libro tena que llegar a su fin, como tambin aquella primera generacin haba llegado al suyo. Pero los Hechos del

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Seor Resucitado a travs del Espritu Santo no terminaran entonces. Continuaran en el siglo segundo y en el tercero con los mismos dones y las mismas manifestaciones sobrenaturales. Ms an: continan hoy mismo dondequiera que el pueblo de Dios se rena unnime con el ardiente anhelo de escudriar su Palabra, buscar sus dones y realizar su obra.

2.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 1 Tendra Lucas pensado escribir un tercer volumen? Algunos afirman que la forma abrupta en que termina el libro de los Hechos as lo exige. Es posible que Lucas haya pensado en esto. Sin embargo, tambin puede ser que su ministerio haya sido detenido por el martirio, como afirma Gregorio Nacianceno. Al menos, permaneci junto a Pablo durante su segunda prisin mientras que otros lo abandonaron para salvar su propia vida. Pero la palabra "primero" no implica necesariamente que sea otro volumen. Lo que tenemos en el evangelio de Lucas y el contenido del libro de los Hechos se complementan de manera perfecta. El evangelio de Lucas nos da las buenas nuevas de la vida, muerte y resurreccin de Jess. Los Hechos nos muestran la continuacin de la obra del Evangelio en la primera generacin de la Iglesia. Esta obra del Espritu Santo nunca llegara a trmino durante esta poca. Tefilo "amante de Dios; amado por Dios" fue el que primero recibi este libro, como lo fue tambin con el Evangelio de Lucas. La Biblia no nos dice prcticamente nada sobre l, por lo que ha estado sujeto a mucha especulacin. Era el abogado que deba atender el caso de Pablo en Roma? No parece que sea as. En todos sus juicios anteriores, Pablo se haba levantado para hacer su propia defensa. Era un noble griego convertido bajo el ministerio de Lucas? Era un filsofo en busca de la verdad? Era Tefilo un ttulo, o un nombre de persona? No sabemos nada con seguridad, aunque este nombre era muy corriente. Lo ms probable es que fuera un amigo personal en quien Lucas poda confiar, porque leera el libro, hara copias y las hara circular. Las cosas que Jess comenz a hacer y a ensear (1:1) "En el primer tratado, oh Tefilo, habl acerca de todas las cosas que Jess comenz a hacer y a ensear". El hecho de que el evangelio de Lucas tratara sobre lo que Jess "comenz a hacer y a ensear" nos muestra dos cosas. La primera, que la Iglesia tuvo sus comienzos en el Evangelio. El evangelio de Lucas termina con un grupo de creyentes convencidos. Jess "les abri el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras" (Lucas 24:25). Ya no era un grupo de discpulos fcil de dispersar, sino un cuerpo unido de adoradores que haban recibido un mandato y se hallaban esperando a ser investidos con poder de lo alto (Lucas 24:46-53). En otras palabras, ya eran la Iglesia. Como afirma con claridad Hebreos 9:15-17, la muerte y el derramamiento de la sangre de Cristo fueron los que hicieron efectivo el Nuevo Pacto. De esta manera, los creyentes que se hallaban a diario en el templo, especialmente en las horas de oracin (Hechos 3:1), bendiciendo (dndole gracias) a Dios, ya eran el Cuerpo del Nuevo Pacto. Lo segundo que nos muestra es que la obra de Jess no termin cuando l ascendi. Como ya se ha hecho notar, el libro de los Hechos nos presenta las cosas que Jess comenz a hacer y a ensear por el Espritu Santo a travs de la Iglesia. Las instrucciones finales (1:2, 3) "... hasta el da en que fue recibido arriba, despus de haber dado mandamientos por el Espritu Santo a los apstoles que haba escogido; a quienes tambin, despus de haber padecido, se present vivo con muchas pruebas indubitables, aparecindoseles durante cuarenta das y hablndoles acerca del reino de Dios" Se ve con claridad tambin que Jess no ascendi hasta haberles dado mandamientos (mandatos, instrucciones) por el Espritu Santo a los apstoles que haba escogido (los

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escogidos para l, para que siguieran adelante con su obra). Aqu la palabra "apstoles" podra no estar limitada a los Doce, sino incluir tambin a otros "enviados", comisionados por Jess (como lo fueron los setenta en Lucas 10:1). Es evidente que incluye a aquellos a quienes Jess se mostr (se present) a s mismo (en formas definidas y en momentos determinados) despus de sus sufrimientos, dndoles muchas pruebas infalibles (pruebas positivas, seales seguras, evidencia inequvoca y convincente) de que estaba vivo. En estas apariciones demostr con claridad que no era un espritu, ni un fantasma. Ellos lo tocaron. Les ense sus manos y sus pies dicindoles: "Yo mismo soy" (Lucas 24:28-43). Durante un perodo de cuarenta das, estuvo con ellos una y otra vez. No fueron visiones. Fueron apariciones personales, reales y objetivas de Jess. Ellos lo reconocieron y aprendieron de El con una comprensin real las verdades relacionadas con el Reino (Gobierno, poder real y autoridad) de Dios. Ahora entendan por qu tanto la cruz como la resurreccin eran necesarias para nuestra salvacin. Ambas eran revelaciones del grandioso poder y el amor de Dios. Algunos eruditos bblicos ven un paralelo entre estos cuarenta das y los cuarenta das durante los cuales Dios estuvo con Moiss en el monte Sina, entregndole la Ley. Ciertamente que la enseanza de Jess era una "ley" mejor (torah, instruccin). Pero ahora la enseanza era para todos, no en un lugar restringido como el monte Sina, sino en muchos lugares, y hasta a quinientos a la vez (1 Corintios 15:6). Hasta en el da de la resurreccin, haba otras personas con los apstoles en el aposento alto (Lucas 24:33) y recibieron su instruccin. Poco despus vemos que haba ciento veinte presentes (Hechos 1:15). Por tanto, las instrucciones definitivas de Jess nunca estuvieron limitadas a los once apstoles. La promesa del padre (1:4, 5) "Y estando juntos, les mand que no se fueran de Jerusaln, sino que esperasen la promesa del padre, la cual, les dijo, osteis de m. Porque Juan ciertamente bautiz con agua, mas vosotros seris bautizados con el Espritu Santo dentro de no muchos das." El evangelio de Lucas condensa los cuarenta das posteriores a la resurreccin y salta hasta la exhortacin final a los ciento veinte para que se quedaran (esperaran, se sentaran) en Jerusaln hasta recibir la promesa del Padre, que Jess mismo les haba hecho (Lucas 24:49; Juan 14:16; 15:26; 16:7, 13). En Hechos 1:4, Lucas va de nuevo al tiempo inmediatamente anterior a la ascensin. 3 Jess los haba reunido. El griego indica que estaba compartiendo una comida con ellos. En aquel momento, repiti el mandato, insistindoles en que no deban salir de Jerusaln. Esto era muy importante. El da de Pentecosts hubiera tenido poco efecto si slo dos o tres de ellos se hubieran quedado en la ciudad. No existe conflicto aqu entre este mandato y el dado el da de la resurreccin de marcharse a Galilea (Mateo 28:10; Marcos 16:7). Al comparar los evangelios podemos ver que inicialmente. Jess les orden a las mujeres que les dijeran a los discpulos que se fueran a Galilea. Debido a que no haban credo en realidad, Pedro y Juan fueron a la tumba. Dos de los otros discpulos (no de los Doce) decidieron irse a su casa en Emas, mientras que los dems se quedaron donde estaban. Jess se les apareci por la noche aquel mismo da y les ech en cara su incredulidad. Toms no estaba presente cuando Jess se les apareci, sin embargo, y se neg a creer el relato de su aparicin. Jess se les apareci de nuevo a la semana siguiente y llam a Toms para que creyera en El. Despus los discpulos, junto con Pedro, se encontraron con Jess en Galilea. Hubo una demora, pero Jess necesitaba tratar con Pedro. Todava cargaba con la culpa de haber negado a Jess y le hacan falta una humillacin especial y una nueva comisin tambin especial (Juan 21). Es probable que hubiera otras apariciones en Galilea (entre las cuales se hallara la de los quinientos), ya que Jess haba pasado mucho tiempo all durante su ministerio. Entonces, casi al final de los cuarenta das, los apstoles y los dems regresaron a Jerusaln, donde Jess les dio su enseanza final. (Lucas no menciona la visita a Galilea, posiblemente porque ya estaba descrita en otro lugar y su propsito era centrar la atencin en el da de Pentecosts que se acercaba.) Es especialmente significativo sobre la Promesa del Padre que Jess les diera sus instrucciones por el Espritu Santo (Hechos 1:2). El Jess resucitado estaba lleno del

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Espritu todava, como lo haba estado durante todo su ministerio anterior. As como el Padre dio testimonio de su Hijo cuando el Espritu descendi sobre El (y entr en El) de una manera especial, tambin el Padre dio testimonio de la fe de los creyentes derramando el Espritu Santo prometido que les dio poder para servir. El que se llame "la promesa del Padre" al don del Espritu, lo relaciona tambin a las promesas del Antiguo Testamento. La idea de la promesa es uno de los lazos que unen al Antiguo Testamento con el Nuevo. La promesa hecha a Abraham no era slo una bendicin personal y nacional, sino que en l y en su simiente todas las familias de la tierra seran bendecidas (Gnesis 12:3). Cuando Abraham crey (confi) en la promesa de Dios, su fe qued asentada como crdito a favor suyo en la cuenta de su justicia (Gnesis 15:6). La historia de las relaciones de Dios con su pueblo es una revelacin gradual, hecha paso a paso. Primeramente promete la derrota de la serpiente antigua, el diablo, por medio de la simiente de la mujer (Gnesis 3:15). Despus les hace su promesa a los descendientes de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Jud y de David. Finalmente, Jess aparece como el Hijo ms insigne de David, el David o Amado de Dios. (David significa "amado".) Jess les haba prometido ya este poderoso derramamiento del Espritu a sus seguidores (Juan 7:38, 39; y especialmente desde el captulo 14 hasta el 16). Tambin lo haba hecho Juan el Bautista, cuyo bautismo se limitaba a bautizar en agua. Ahora Jess, el prometido por Juan, los bautizara en el Espritu Santo (Marcos 1:8). Adems, Jess prometera 5 tambin que "ocurrira pocos das despus" (despus de no muchos das). Los tiempos y las sazones (1:6, 7) "Entonces los que se haban reunido le preguntaron, diciendo: Seor, restaurars el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad." En los Hechos y en las epstolas encontramos mucho ms acerca del Espritu Santo y de la Iglesia, que acerca del Reino. Pero el Reino fue parte importante de la enseanza de Jess. En Marcos 10:32-35 se habla de los sufrimientos de Jess, y de la solicitud de Jacobo y Juan de sentarse a su mano derecha y a su izquierda en el Reino. Esto nos muestra que la cruz lleva consigo la promesa del Reino. En Lucas 12:32 tambin les asegur a los discpulos que al Padre le haba placido darles el Reino. En el Nuevo Testamento, la palabra "reino" hace referencia en primer lugar al poder y el gobierno del Rey. La justicia, la paz y el gozo en el Espritu Santo son evidencias de que Dios es quien gobierna en nuestra vida, y de que estamos en su reino (Romanos 14:17). Pero esto no elimina la existencia de un reino futuro. Los discpulos estaban pensando en el gobierno futuro cuando interrogaron a Jess sobre la restauracin del reino a Israel. Conocan la profeca de Ezequiel 36:24-27. Tambin saban que la promesa de Dios a Abraham no inclua solamente a su simiente y la bendicin sobre todas las naciones, sino tambin la tierra. A travs de todo el Antiguo Testamento, la esperanza de la promesa de Dios a Israel est relacionada con la tierra prometida. Ezequiel, en los captulos 36 y 37, vio que Dios restaurara a Israel en la tierra, no porque lo mereciera, sino para revelar su propio nombre santo y su personalidad. Puesto que Ezequiel vio tambin al Espritu de Dios derramado sobre un Israel restaurado y renovado, la promesa del Espritu les hara recordar esto tambin. Por tanto, no era una simple curiosidad la que haba causado que los discpulos le hicieran preguntas a Jess sobre aquella parte de la promesa divina. Jess no neg que segua formando parte del plan de Dios la restauracin del Reino (el gobierno de Dios, la teocracia) a Israel. Pero aqu en la tierra, ellos nunca conoceran los tiempos (momentos especficos) y las estaciones (ocasiones propicias) de esa restauracin. El Padre los haba puesto bajo su propia autoridad. El es el nico que sabe todas las cosas y tiene la sabidura necesaria para tenerlas todas en cuenta. Por tanto, los tiempos y las estaciones son un asunto de l, y no nuestro. En los tiempos del Antiguo Testamento, Dios no revel el tiempo que transcurrira entre la primera venida de Cristo y la segunda. Algunas veces, hasta los profetas saltan de una a la otra y regresan de nuevo casi en la misma declaracin. Note cmo Jess se detuvo en

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medio de Isaas 61:2 cuando lo estaba leyendo en Nazaret (Lucas 4:19). Juan el Bautista no reconoci esta diferencia de tiempos tampoco. Como Jess no trajo consigo los juicios que l haba previsto, se preguntaba si Jess sera el Mesas, o si sera otro predecesor como l mismo (Mateo 11:3). Pero Jess hizo las obras del Mesas y sus discpulos aceptaron la revelacin de que El es el Cristo (el Mesas), el Hijo del Dios viviente (Mateo 16:16-20). De vez en cuando. Jess les adverta a los discpulos que nadie conoce el da ni la hora de su regreso (Marcos 13:32-35, por ejemplo). Despus, cuando sus propios discpulos, durante aquella ltima ida a Jerusaln, suponan que el reino de Dios aparecera de inmediato. Jess les relat una parbola para sealarles que pasara largo tiempo antes de que El regresara con poderes reales a gobernar (Lucas 19:11, 12). En ella. Jess habla de un noble que se marcha a un pas lejano, con lo que est hablando de un largo tiempo. Aun as, es evidente que a los discpulos les cost mucho entender esto, no queran aceptar la realidad de que los momentos y las fechas no eran asunto de ellos. Poder para ser testigos (1:8) "Pero recibiris poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espritu Santo, y me seris testigos en Jerusaln, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo ltimo de la tierra". Entonces, qu tendran que hacer ellos? El versculo 8 tiene la respuesta. Recibiran poder despus de que el Espritu Santo descendiera sobre ellos (habiendo descendido el Espritu Santo sobre ellos), y deberan ser sus testigos, diciendo lo que haban visto, odo y experimentado (1 Juan 1:1). A partir de Jerusaln, llevaran su testimonio a travs de Judea y de Samaria, y hasta los confines de la tierra. Este programa de testimonio nos da tambin 7 una verdadera tabla de contenido del libro de los Hechos. Dios siempre quiso que los suyos fueran testigos. En Isaas 44:8 exhorta a Israel a dejar de sentirse temeroso. Aunque haba una encomienda de ser testigos suyos, el temor lo impeda. De esta forma, la nacin de Israel en su totalidad fracas en cuanto al testimonio que Dios quera realmente que diera. Los cristianos no tenemos por qu fallarle. El bautismo en el Espritu est a nuestra disposicin como experiencia que llena de poder. "Recibiris poder" (en griego, dynamis, gran poder). Aqu de nuevo se relaciona el poder con la promesa hecha a Abraham de que todas las familias de la tierra seran bendecidas. Jess, en Mateo 24, insiste en que no podan esperar a que hubiera condiciones ideales antes de esparcir el Evangelio entre las naciones. Esta poca estara caracterizada por guerras, rumores de guerras, hambres y terremotos. Los seguidores de Jess deben salir a esparcir el Evangelio a todas las naciones en medio de todas estas calamidades naturales y todos los trastornos polticos. Cmo sera esto posible? Recibiran poder como consecuencia de haber sido llenos del Espritu. Este sera el secreto de su xito en la poca de la Iglesia, hasta su consumacin final, cuando Jess regrese. Por supuesto, esto pone la gran responsabilidad de ser testigos de Cristo sobre todos los que estn llenos del Espritu. Este mismo Jess (1:9-11) "Y habiendo dicho estas cosas, vindolo ellos, fue alzado, y le recibi una nube que le ocult de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que l se iba, he aqu se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, " los cuales tambin les dijeron: Varones galileos, por qu estis mirando al cielo? Este mismo Jess, que ha sido tomado de vosotros al cielo, as vendr como le habis visto ir al cielo". El momento cumbre del evangelio de Lucas es la ascensin de Cristo. Lucas 24:50 seala que Jess llev a sus seguidores hasta el monte de los Olivos, frente a Betania. Mientras los bendeca, fue levantado al cielo (esto es, tomado gradualmente, no arrebatado). Hechos aade que esto sucedi "vindolo ellos". No estaban soando; lo vieron irse realmente. Entonces, una nube no una nube ordinaria, sino sin duda una nube de gloria como la sheknah del Antiguo Testamento le recibi. El texto griego podra significar que la nube fue a colocarse debajo de l, y l subi sobre ella hasta que qued fuera de vista. Pero no slo dej la superficie de la tierra, sino que ascendi a la mano derecha del Padre, y an est presente en el cielo en forma corporal. Esteban lo vio all (Hechos 7:55).

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Despus de desaparecer Jess, los discpulos seguan de pie en aquel lugar llenos de asombro, con la vista fija en el lugar de los cielos al cual se haba ido. De pronto, dos hombres aparecieron junto a ellos con ropas blancas. El blanco es smbolo de pureza. Aunque aqu no se les llama ngeles, la suposicin general es que lo eran. Los ngeles son espritus, pero por lo general aparecen en la Biblia como hombres. Las ropas blancas nos recuerdan tambin a los ngeles que aparecieron en la tumba en el da de la resurreccin. Lucas los llama "varones" (Lucas 24:4), mientras que Juan se refiere a ellos llamndolos ngeles (Juan 20:12). Los ngeles preguntaron por qu estos discpulos, hombres de Galilea (slo Judas era de Judea) estaban all mirando al cielo. Esto quiere decir que estaban aguzando la vista, como si esperaran ver en el cielo dnde haba ido Jess. La primera venida de Cristo se haba consumado; su obra de redencin estaba completa. Pasara largo tiempo antes de que volviera, pero estara con ellos tan realmente como lo haba estado anteriormente (Mateo 28:20). Ahora, les haba dejado un encargo; una labor que realizar. Les haba dado rdenes de esperar en Jerusaln la promesa del Padre y el poder para ser testigos. Deberan obedecer con la seguridad de que l regresara. La promesa de su regreso no poda ser ms enftica. Este mismo Jess... as vendr (de la misma manera) como le habis visto ir. l ya les haba dicho que regresara en las nubes (Marcos 13:26). Durante su juicio, se identific a s mismo con el Hijo de hombre de Daniel 7:13, 14, de quien Daniel dice que viene con las nubes. No es de extraar que su segunda venida siga siendo una de las motivaciones ms importantes de la vida cristiana. (Vea 1 Juan 3:2, 3) El Aposento Alto (1:12-14) "Entonces volvieron a Jerusaln desde el monte que se llama del Olivar, el cual est cerca de Jerusaln, camino de un da de reposo. Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrs, Felipe, Toms, Bartolom, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simn el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos stos perseveraban unnimes en oracin y ruego, con las mujeres, y con Mara la madre de Jess, y con sus hermanos". El evangelio de Lucas describe que el regreso de los seguidores de Jess a Jerusaln se realiz "con gran gozo" (Lucas 24:53). Slo haba el camino de un sabbath (unos novecientos metros) desde el monte de los Olivos hasta la ciudad. (Compare con xodo 16:29 y Nmeros 35:5.) All, en un espacioso aposento alto, estaban parando los doce apstoles. Este puede haber sido el mismo aposento alto de la Ultima Cena, y de las apariciones del resucitado. Algunos creen que era el hogar de Mara, la madre de Juan Marcos, que es mencionado en Hechos 12:12, pero no hay prueba alguna de ello. Aqu Lucas nos llama la atencin sobre cinco cosas. 1. Los Once estaban unnimes. Se nota un gran contraste con el celo exhibido antes de la crucifixin, cuando cada uno quera ser el mayor (Mateo 20:24). Como se mencion anteriormente. Jess trat con ellos todos despus de la resurreccin, y en especial con Pedro (Juan 21). Ahora, todos haban sido restaurados, y haban recibido un nuevo cometido; ya no albergaban conflictos ni celos. Todos tenan una sola mente y estaban unnimes. La expresin "unnimes" traduce la palabra griega homothumadn, una de las palabras favoritas de Lucas. La unanimidad es sin duda an hoy una clave importante para lograr la realizacin de la obra de Dios. 2. Todos perseveraban en oracin y ruego. Dentro de esto quedaba incluida la fidelidad a la asistencia al templo por la maana y por la tarde en las horas de oracin, y tambin la perseverancia en el aposento alto, que era su lugar central. Se mantenan en una atmsfera de oracin, y, tal como lo muestra Lucas 24:53, durante aquellos das, la oracin y la alabanza fueron su ocupacin principal. 3. Las mujeres se les unieron en oracin con la misma perseverancia. En realidad, aquellas mujeres estuvieron presentes todo el tiempo. En aquellos das, si haba un solo hombre presente, se usaba el pronombre masculino para hablarle a todo el grupo. Aun cuando Pedro los llama hermanos (versculo 16), est incluyendo a las mujeres. Todos los judos comprendan esto. Pero Lucas quiere que los gentiles sepan que las mujeres estaban

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presentes y orando, por lo que las menciona de forma especfica. Entre ellas estaban Mara Magdalena, Salom, Juana, Mara y Marta de Betania, la madre de Juan Marcos, y otras. 4. Se hace mencin especial de Mara, la madre de Jess. Ella se hallaba presente porque Juan estaba cumpliendo con la peticin de Jess de que la tomara a su cargo. No estaba como dirigente, sino que simplemente se haba unido a los dems para orar y esperar la promesa del Padre. Podemos estar seguros de que recibi el Espritu, aunque sea sta la ltima vez que es mencionada en los Hechos. Algunas tradiciones afirman que muri en Jerusaln. Otras dicen que fue con Juan a feso y muri all. 5. Los hermanos de Jess se hallaban presentes, aunque antes de la crucifixin no haban credo en l (Juan 7:5). A pesar de esto. Jess se apareci especialmente a Jacobo, el mayor de sus hermanos (1 Corintios 15:7). Posteriormente, tanto Jacobo como Judas se convertiran en dirigentes de la iglesia de Jerusaln. (Vea Hechos 12:17; 15:13; 21:18; Calatas 2:9; Santiago 1:1; Judas 1.) Ahora estos hermanos se hallaban unnimes con los dems y esperando como ellos. La eleccin de Matas (1:15-26) "En aquellos das Pedro se levant en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en nmero), y dijo: Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espritu Santo habl antes por boca de David acerca de Judas, que fue gua de los que prendieron a Jess, y era contado con nosotros, y tena parte en este ministerio. Este, pues, con el salario de su iniquidad adquiri un campo, y cayendo de cabeza, se revent por la mitad, y todas sus entraas se derramaron. Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusaln, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acldama, que quiere decir. Campo de sangre. Porque est escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitacin, y no haya quien more en ella; y: Tome otro su oficio. Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Seor Jess entraba y sala entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el da en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurreccin. Y sealaron a dos: a Jos, llamado Barsabs, que tena por sobrenombre Justo, y a Matas. Y orando, dijeron: T, Seor, que conoces los corazones de todos, muestra cul de estos dos has escogido, para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cay Judas por transgresin, para irse a su propio lugar. Y les echaron suertes, y la suerte cay sobre Matas; y fue contado con los once apstoles." Es evidente que no todos los quinientos o ms que vieron a Jess en Galilea lo siguieron de vuelta a Jerusaln. De manera que unos ciento veinte entre hombres y mujeres regresaron despus de la ascensin y estaban unidos en esta atmsfera de oracin. Pero hacan algo ms que orar. Tambin les prestaban atencin a las Escrituras. Lo que Pedro vio en las Escrituras hizo que se pusiera en pie y les hiciera ver que se haba cumplido la profeca de David hablada por el Espritu, con respecto a Judas, que les hizo de gua a los que arrestaron a Jess. Pedro reconoci que el Espritu Santo es el verdadero autor de la Palabra de Dios y que lo que deca David sobre sus enemigos se aplicaba a los enemigos de Jess, puesto que David es un tipo que seala hacia Jess. Lo trgico era que Judas haba sido enumerado entre los apstoles, como uno de los Doce. Haba recibido su parte en el ministerio de ellos. Haba sido enviado por Jess con autoridad para echar fuera espritus inmundos y sanar toda clase de dolencias y enfermedades (Mateo 10:1). Adems, se hallaba presente cuando Jess les prometi a los discpulos que se sentaran en doce tronos para juzgar (gobernar) a las doce tribus de Israel (Lucas 22:29, 30). En esta situacin, Pedro (o Lucas) aade una nota explicativa sobre la muerte de Judas, que difiere de la descripcin de los evangelios. Mateo 27:5 dice que Judas se fue y se colg. Puesto que Lucas haba investigado todo lo que se haba escrito, l lo saba, y obviamente, no vio que hubiera contradiccin. La crucifixin y el empalamiento en una estaca de punta aguda eran los dos mtodos corrientes de colgar a las personas. Por supuesto que Judas no poda crucificarse a s mismo. Pero poda levantar una estaca puntiaguda y tirarse sobre ella. No obstante, Pedro no pone tanto inters en lo que hizo Judas, como en el juicio de Dios. Por esto llama la atencin a la forma en que su cuerpo se revent y sus entraas se derramaron.

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Haba dos razones claras por las cuales el campo comenz a ser conocido como Acldama, el campo de sangre. Mateo 27:6-8 dice que los sacerdotes compraron el campo. Como fue comprado con el dinero que le haban dado a Judas, sin duda alguna lo compraron a nombre de l. Lo llamaron Acldama, porque las treinta piezas de plata eran precio de sangre, esto es, de la muerte de Cristo. Tambin lo llamaron campo de sangre, por la muerte violenta de Judas en l, ya que la sangre en el Antiguo Testamento hace referencia por lo general a la muerte violenta. Sin embargo, la atencin de Pedro se dirigi sobre todo a los salmos 69:25 y 109:8, especialmente a este ltimo. "Tome otro su oficio." Los Doce haban sido escogidos como testigos fundamentales de la enseanza de Jess. Tambin tendran puestos de autoridad en el reino por venir (Lucas 22:29, 30; Mateo 19:28). Necesitaban alguien para reemplazar a Judas. Tena que ser alguien que hubiera estado con ellos todo el tiempo, desde el bautismo de Jess hasta su ascensin. As sera, junto con ellos, un testigo directo de la resurreccin de Jess. Pedro seal las condiciones, pero todos hicieron la seleccin. Haba dos hombres que las cumplan a cabalidad. Uno de ellos era Jos, llamado Barsabs ("hijo del sabbath", nacido en un da de reposo), que como muchos judos, tena un nombre romano, lustus. (Nuestra Biblia lo traduce a su equivalente castellano "Justo") El otro era Matas. Eusebio, el historiador eclesistico del siglo tercero, dice que era uno de los setenta enviados por Jess en Lucas 10:1. Para decidir entre ambos, los apstoles oraron primero, reconociendo que el Seor (Jess) saba cul era el que quera para que fuera el duodcimo apstol. l es el que "conoce los corazones" (Juan 2:24, 25). Tambin reconocieron que Judas haba cado por decisin propia y haba ido al lugar escogido por l mismo, esto es, al lugar de castigo. A continuacin, usaron el mtodo del Antiguo Testamento para distribuir suertes, probablemente siguiendo el precedente de Proverbios 16:33. Creyeron que Dios dominara por encima de las leyes del azar y mostrara su decisin por este medio. Sin embargo, el libro de los Hechos nunca vuelve a mencionar el uso de este medio. Despus de Pentecosts, confiaban en la orientacin del Espritu Santo. Algunos escritores modernos ponen en duda si Pedro y los dems estaran actuando correctamente, y dicen que se deba haber escogido a Pablo. Pero l fue el apstol de los gentiles, y nunca esper llegar a gobernar una de las tribus de Israel. Era apstol, igual en llamamiento y autoridad a los otros, pero nunca se incluy a s mismo en el grupo de los Doce (1 Corintios 15:7, 8). Lo cierto es que la Biblia presenta, sin comentario adverso alguno, que Matas fue contado con los once apstoles. En Hechos 6:2, todava est incluido en el nmero de los Doce. Aunque no se vuelve a mencionar su nombre, lo mismo sucede con la mayora de los dems apstoles. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el hecho de que Judas se convirtiera en un alma perdida hizo necesario que fuera reemplazado. Cuando Jacobo, el hermano de Juan, fue martirizado, no se escogi a nadie para ocupar su lugar (Hechos 12:2). Jacobo resucitara para reinar con los Doce en el reino por venir.

3.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 02 Los ciento veinte perseveraron en la oracin y la alabanza por diez das despus de la ascensin de Jess, hasta el da de Pentecosts. Este era el festival de la cosecha para los judos. En el Antiguo Testamento era llamado tambin la Fiesta de las Semanas (xodo 34:22; Deuteronomio 16:16), porque haba una semana de semanas (siete semanas) entre Pascua y este da. Pentecosts significa "quincuagsimo", y reciba este nombre porque en el quincuagsimo da despus de haber sido mecida la gavilla de los primeros frutos (Levtico 23:15) se mecan dos panes de primicias (Levtico 23:17).

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Cuando lleg el da (2:1) "Cuando lleg el da de Pentecosts, estaban todos unnimes juntos." Ahora se estaba completando Pentecosts, lo que llama nuestra atencin hacia el hecho de que el perodo de espera estaba llegando a su fin, y las profecas del Antiguo Testamento estaban a punto de ser cumplidas. Los ciento veinte estaban an unnimes y juntos en el mismo lugar. No faltaba ninguno. No se nos dice dnde se hallaba ese lugar, pero generalmente se considera que fuera el Aposento Alto que era su lugar de reunin (Hechos 1:13). Hay quienes, en vista de la declaracin de Pedro de que era la hora tercera del da (9 a.m.), creen que estaban en el Templo, probablemente en el patio de las mujeres. Ya hemos visto que los creyentes se hallaban de ordinario en el Templo a las horas de oracin. Uno de los prticos o columnatas cubiertas que se hallaban en los extremos del patio, hubiera proporcionado un buen lugar para que se reunieran y oraran en comn. Esto ayudara a explicar la multitud que se reuni despus del derramamiento del Espritu. Viento y fuego (2:2, 3) "Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llen toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentndose sobre cada uno de ellos." De repente, sin advertencia alguna, lleg del cielo un sonido como el de un viento recio y poderoso (violento) o un tornado. Pero fue el sonido el que llen la casa y los hizo sobrecogerse, y no un viento real. El viento les recordara las manifestaciones divinas del Antiguo Testamento. Dios le habl a Job desde un torbellino (Job 38:1; 40:6); un poderoso viento del este sec el camino a travs del mar Rojo, permitindoles a los israelitas escapar de Egipto sobre suelo seco (xodo 14:21). El viento fue tambin un smbolo frecuente del Espritu en el Antiguo Testamento (Ezequiel 37:9, 10, 14, por ejemplo). Jess mismo us el viento para hablar del Espritu (Juan 3:8). El sonido del viento les indicaba a los presentes que Dios estaba a punto de manifestarse a s mismo y a su Espritu de una manera especial. El hecho de que fuera el sonido de un viento poderoso tambin les recordaba el poder prometido por Jess en Hechos 1:8, un poder destinado a servir. De forma igualmente sbita, unas lenguas repartidas como lenguas de llamas o de fuego, aparecieron. Esto es, algo que pareca una masa de llamas apareci sobre todo el grupo. Entonces se dispers, y cada una de las llamas, que parecan como lenguas de fuego, se fue a colocar sobre la cabeza de cada uno de ellos, tanto hombres como mujeres. Por supuesto, no haba ningn fuego real, y nadie se quem. Pero el fuego y la luz eran smbolos comunes de la presencia divina, como en el caso de la zarza ardiente (xodo 3:2), y tambin la aparicin del Seor en medio del fuego en el Monte Sina despus de que el pueblo de Israel aceptara el Pacto Antiguo (xodo 19:18). Algunos suponen que estas lenguas constituyeron un bautismo de fuego que traa consigo purificacin. Sin embargo, la mente y el corazn de los ciento veinte ya estaban abiertos al Cristo resucitado, ya estaban purificados, y estaban llenos de alabanza y gozo (Lucas 24:52, 53); ya respondan a la Palabra inspirada por el Espritu (Hechos 1:16), y ya se hallaban unnimes. Ms que purificacin o juicio, aqu el fuego significaba que Dios aceptaba el Cuerpo de la Iglesia como templo del Espritu Santo (Efesios 2:21, 22; 1 Corintios 3:16), y despus, que aceptaba a cada uno de los creyentes como templo del Espritu tambin (1 Corintios 6:19). Con esto, la Biblia aclara que la Iglesia ya exista antes del bautismo pentecostal. En Hebreos 9:15, 17 se nos muestra que fue la muerte de Cristo la que instaur el Nuevo Pacto. Desde el da de la resurreccin, cuando Jess sopl sobre los discpulos, la Iglesia qued constituida como Cuerpo de un nuevo pacto. Es importante notar que estos signos precedieron al bautismo pentecostal o dones del Espritu. No fueron parte de l, ni se repitieron en otras ocasiones en que el Espritu se derram. Por ejemplo, Pedro identific el derramamiento sobre los creyentes en la casa de Cornelio con la promesa de Jess de que seran bautizados en el Espritu, dicindoles que era el mismo don (Hechos 10:44-47; 11:17). Pero el viento y el fuego no estuvieron presentes. Parece que slo fueron necesarios en una ocasin.

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Llenos del espritu santo (2:4) "Y fueron todos llenos del Espritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, segn el Espritu les daba que hablasen." Despus de reconocer a la Iglesia como el nuevo Templo, Dios derram su Espritu sobre ella. Jess habl de bautismo; ahora se habla de plenitud, es decir, experiencia plena. La Biblia usa diversos trminos para expresar esta realidad. Es derramamiento del Espritu, tal como profetizara Joel (Hechos 2:17, 18, 33); recepcin activa de un don (Hechos 2:38) y descendimiento del Espritu (Hechos 8:16; 10:44; 11:15). En Hechos 10:45 es de nuevo derramamiento del don, y venida del Espritu sobre los creyentes. Son tantos los trminos usados, que no hay por qu suponer que el bautismo sea algo distinto de la plenitud. El Espritu es una persona. Por tanto, se trata de una experiencia que crea una relacin. Cada uno de los trminos lo que hace es revelar alguno de sus aspectos. Puesto que estaban reunidos todos unnimes, cuando se dice que fueron llenados "todos", se est hablando de los ciento veinte. Hay quienes suponen que slo fueron llenos los doce apstoles. Sin embargo, fueron ms de doce las lenguas que se hablaron. Ms tarde, Pedro dira que Dios les haba concedido a los gentiles "el mismo don que a nosotros que hemos credo en el Seor Jesucristo". Esto nos sugiere que el Espritu descendi de la misma forma, no slo sobre los doce, sino sobre los ciento veinte y tambin sobre los tres mil que creyeron aquel da. Fue y es una experiencia para todos, aunque en el Antiguo Testamento slo haba sido para algunos. Tan pronto como fueron llenos, los ciento veinte comenzaron a hablar en otras lenguas. Como en Hechos 1:1, la palabra "comenzaron" muestra que continuaron hacindolo despus, lo que indica que las lenguas eran el acompaamiento normal del bautismo en el Espritu Santo. Era el Espritu quien les daba que hablasen (les segua dando a hablar). Esto es, ellos eran quienes hablaban, pero las palabras no venan de su mente. El Espritu se las daba y ellos las decan valientemente en voz alta, y con una uncin llena de poder. Esta es la nica seal del bautismo en el Espritu que se repetira. Atnitos Y Maravillados (2:5-13) "Moraban entonces en Jerusaln judos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se junt la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oa hablar en su propia lengua. Y estaban atnitos y maravillados, diciendo: Mirad, no son galileos todos estos que hablan? Cmo, pues, les omos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de frica ms all de Cirene, y romanos aqu residentes, tanto judos como proslitos, " cretenses y rabes, les omos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Y estaban todos atnitos y perplejos, dicindose unos a otros: Qu quiere decir esto? Mas otros, burlndose, decan: Estn llenos de mosto." Jerusaln era un centro cosmopolita al cual volvan muchos judos de la dispersin para establecerse en l. "Moraban" (versculo 5) generalmente quiere decir algo ms que una visita o una permanencia temporal. Sin embargo, puesto que era la fiesta de Pentecosts, podemos estar seguros de que haba muchos judos procedentes de todos los rincones del mundo conocido en Jerusaln en aquel momento. Estos eran personas devotas y temerosas de Dios, sinceras en su adoracin a Dios. En realidad, es probable que hubiera mayor nmero de ellos en Jerusaln en aquel momento, que durante la Pascua, puesto que la travesa del mar Mediterrneo era ms segura en esta estacin que en los meses anteriores. A medida que el sonido de los ciento veinte que hablaban en lenguas se hizo ms alto y audible, se fue formando una multitud de personas que llegaban de todas las direcciones. Todos se sentan confundidos, porque cada uno los oa hablar en su propia lengua. La palabra "propia" es enftica aqu, y significa su propio lenguaje, el que usaba de nio. Lengua significa aqu un lenguaje diferente. No estaban hablando simplemente en una variedad de dialectos galileos o arameos, sino en diversos idiomas totalmente diferentes. El resultado fue que se sintieron maravillados. Estaban confusos. Se sentan llenos de asombro y de temor, porque reconocan, probablemente por la forma en que vestan, que aquellos ciento veinte eran galileos. No podan comprender cmo cada uno de ellos los oa hablar su propio lenguaje, aqul en el que haba nacido.

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Hay quienes consideran que el versculo 8 significa que los ciento veinte hablaban todos el mismo lenguaje en realidad, y que gracias a un milagro en la audicin, los que componan la multitud oan aquello en su lengua materna. Pero los versculos 6 y 7 son demasiado especficos para aceptar esto. Cada uno los oa hablar en su propio dialecto, sin acento galileo alguno. No se hubieran sorprendido si los ciento veinte hubieran hablado en arameo o en griego. Otros han supuesto que los ciento veinte hablaron en lenguas en realidad, pero que nadie los entendi. Proponen que el Espritu interpret las lenguas desconocidas en los odos de quienes los escuchaban, para que entendieran su propio idioma. Pero los versculos 6 y 7 desechan esta suposicin tambin. Hablaron idiomas reales, y estos fueron comprendidos realmente por una serie de personas procedentes de lugares distintos. Esto servira de testimonio sobre la universalidad del Don y la universalidad y unidad de la Iglesia. Los lugares nombrados aqu como lugares natales de estos judos devotos, se hallaban en todas las direcciones, pero tambin siguen un orden general (con algunas excepciones), comenzando en el nordeste. Parta se hallaba al este del Imperio Romano, entre el mar Carpio y el golfo Prsico; Media estaba al este de Asiria; Elam, al norte del golfo Prsico en la parte sur de Persia; Mesopotamia era la antigua Babilonia, casi totalmente fuera del Imperio Romano. Babilonia tena una gran poblacin juda en la poca del Nuevo Testamento, y ms tarde se convirti en centro del judasmo ortodoxo (1 Pedro 5:13). Se menciona la Judea porque los judos de all hablaban hebreo an, y deben haber estado asombrados con la falta de acento galileo. Tambin es posible que Lucas incluya con la Judea toda Siria, de hecho, todo el territorio de David y Salomn, desde el ro Eufrates hasta el ro de Egipto (Gnesis 15:18). Capadocia era una gran provincia romana en la parte central del Asia Menor; el Ponto era otra provincia romana en el norte de Asia Menor, sobre el mar Negro; Asia era la provincia romana que comprenda el tercio occidental de Asia Menor; la Frigia era un distrito tnico, parte del cual se hallaba en la provincia de Asia, y parte en la Galacia. Aos despus. Pablo fundara muchas iglesias en esta regin. La Panfilia era una provincia romana situada en la costa sur del Asia Menor; Egipto, al sur, tena una abundante poblacin juda. El filsofo judo Filn afirm en el ao 38 d.C. que haba cerca de un milln de judos all, la mayora en Alejandra. Cirene era un distrito de frica al oeste de Egipto, junto a la costa mediterrnea (Hechos 6:9; 11:20; 13:1). Haba otros presentes en Jerusaln que eran extranjeros (de paso, residentes temporales) en la ciudad, ciudadanos de Roma, tanto judos como proslitos (gentiles convertidos al judasmo). Haba tambin otros procedentes de la isla de Creta y de la Arabia, el distrito situado al este y sureste de Palestina. Todos ellos estuvieron oyendo en sus propios idiomas las maravillosas obras (los actos poderosos, magnficos y sublimes) de Dios. Esto puede haber sido en forma de expresiones de alabanza a Dios por estas obras maravillosas. No se seala aqu que hubiera discursos o predicacin, aunque con toda seguridad la predicacin hubiera causado la salvacin de algunos (1 Corintios 1:21). Sin embargo, no hay memoria ahora ni en ningn otro momento, de que el don de lenguas haya sido usado como medio para predicar o ensear el Evangelio. En cambio, los oyentes estaban maravillados (asombrados) y atnitos (perplejos, sorprendidos, completamente incapaces de comprender) sobre lo que significaba todo aquello. "Qu quiere decir esto?" sera literalmente "Qu ser todo esto?" Su pregunta expresa una confusin total, as como un asombro extremo. Comprendan el significado de las palabras, pero no su propsito. Por esto se hallaban confundidos con lo que oan. Haba otros en la multitud que evidentemente no comprendan ninguno de aquellos lenguajes, y tomaron todo aquello como algo ininteligible. Entonces, como no podan comprender su significado, se apresuraron a deducir que aquello no tena sentido alguno. Por consiguiente, se dedicaron a burlarse y a expresar gran mofa, diciendo que estos hombres (esta gente; aqu se incluan hombres y mujeres) estaban llenos (repletos, saturados) de mosto (vino dulce, vino nuevo). La palabra "mosto" traduce el griego glukous, del que derivamos nuestra palabra "glucosa" o azcar de uva. No es la palabra ordinaria para nombrar al vino nuevo, y probablemente represente a un vino embriagante hecho de

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una uva muy dulce. Pasara algn tiempo hasta que comenzara la cosecha de la uva en agosto, y el jugo de uva estuviera disponible de nuevo. El texto griego indica que estaban haciendo gestos de burla, adems de proferir palabras. Algunos bebedores se ponen escandalosos, y es posible que esto fuera lo que pensaban quienes se burlaban de ellos. No debemos suponer que hubiera seal alguna de las que marcaban las licenciosas borracheras de los paganos. Su emocin principal segua siendo el gozo. Haban estado dndole gracias a Dios y alabndolo en su propio idioma (Lucas 24:53), y ahora el Espritu Santo les acababa de dar nuevos idiomas con los cuales alabarlo. Estamos seguros de que su corazn segua dirigindose a Dios en alabanza, aunque no comprendieran lo que estaban diciendo. La Explicacin De Pedro (2:14-21) "Entonces Pedro, ponindose en pie con los once, alz la voz y les habl diciendo: Varones judos, y todos los que habitis en Jerusaln, esto os sea notorio, y od mis palabras. Porque stos no estn ebrios, como vosotros suponis, puesto que es la hora tercera del da. Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros das, dice Dios, derramar de mi espritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarn; vuestros jvenes vern visiones, y vuestros ancianos soarn sueos; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos das derramar de mi Espritu, y profetizarn. Y dar prodigios arriba en el cielo, y seales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertir en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el da del Seor, grande y manifiesto; y todo aquel que invocare el nombre del Seor, ser salvo." Cuando Pedro y los otros once apstoles (entre ellos Matas) se pusieron de pie, los ciento veinte cesaron de hablar en lenguas inmediatamente. Entonces, toda la multitud se dispuso a escucharlo. Todava bajo la uncin del Espritu, alz la voz y les habl. La palabra usada para el gesto de querer hablar de Pedro en este momento es la misma usada para la manifestacin en lenguas en Hechos 2:4. Con esto sugiere que Pedro habl en su propio idioma (arameo) segn el Espritu le daba que hablase. En otras palabras, lo que sigue no es un sermn, en sentido ordinario de la palabra. Por supuesto que Pedro no se sent a estudiar los tres puntos del sermn. Al contrario; su prdica es una manifestacin espontnea del don de profeca (1 Corintios 12:10; 14:3). El discurso de Pedro iba dirigido a los judos y a los que habitaban en Jerusaln. Esta era una forma educada de comenzar, que segua sus costumbres, pero no echaba a un lado a la mujeres. Igual sucedera en los versculos 22 y 29. Se puede notar que, a medida que los ciento veinte continuaban hablando en lenguas, las burlas iban aumentando, hasta que la mayora se estaban mofando de ellos. Hasta es posible que algunos de los que comprendan los idiomas se les hayan unido. Pedro no llam la atencin al hecho de que algunos los comprendieran. Slo les respondi a los que se burlaban. No estaban ebrios, como supona la multitud, porque slo era la hora tercera del da, esto es, alrededor de las nueve de la maana. En realidad, ni el mismo mosto era muy fuerte. En aquellos tiempos, no haba formas de destilar alcohol o de hacer ms fuertes las bebidas. Sus bebidas ms fuertes eran el vino y la cerveza, y tenan la costumbre de diluir el vino con varias partes de agua. Hubiera hecho falta gran cantidad para que se embriagaran a horas tan tempranas. Tambin podemos estar seguros de que cualquiera que estuviera bebiendo no estara en un lugar pblico a esa hora. As fue como demostr que las palabras de los que se burlaban eran absurdas. Entonces Pedro declar que lo que ellos vean y oan (2:33) era el cumplimiento de Joel 2:28-32 (Joel 3:1-5 en la biblia hebrea). Como el contexto de Joel sigue hablando sobre el juicio por venir y el final de los tiempos, algunos creen hoy que la profeca de Joel no se cumpli en el da de Pentecosts. Un escritor llega a decir que Pedro no quiso decir "Esto es lo dicho", sino ms bien "Esto se parece a lo dicho". En otras palabras, el derramamiento pentecostal slo se pareca a lo que suceder cuando Israel sea restaurada al final de los tiempos. Sin embargo, lo que Pedro dijo fue: "Esto es lo dicho". Joel, como los dems profetas del Antiguo Testamento, no vio el tiempo que transcurrira entre la primera venida de Cristo y la segunda. Hasta es probable que el mismo Pedro no viera el tiempo que habra de

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transcurrir. Sin embargo, s vio que se acercaba la era mesinica, y probablemente tuviera la esperanza de que llegara muy pronto. Pedro hace un cambio evidente en la profeca. Bajo la inspiracin del Espritu, especifica que la palabra "despus" de Joel 2:28 significa que el derramamiento tendr lugar "en los postreros das". Con esto reconoca que los ltimos das haban comenzado con la ascensin de Jess (Hechos 3:19-21). Con esto podemos ver que el Espritu Santo reconoce que toda la poca de la Iglesia comprende los "postreros das". Estamos en la ltima poca antes del rapto de la Iglesia, la restauracin de Israel y el reino milenario de Cristo sobre la tierra; la ltima poca antes de que Jess venga en fuego a tomar venganza en aquellos que no conocen a Dios y rechazan el Evangelio (2 Tesalonicenses 1:7-10). La primera parte de la cita de Joel tiene una aplicacin obvia a los ciento veinte. Los muchos idiomas sealan con claridad la intencin de Dios de derramar su Espritu sobre toda carne. En hebreo, "toda carne" significa de ordinario toda la humanidad, como vemos en Gnesis 6:12."Carne" nos puede hablar tambin de fragilidad, y esto se encuadra dentro de la realidad de que el bautismo en el Espritu es una experiencia que da poder. El Espritu quiere darnos poder y hacernos fuertes. No sabemos si hubo sueos o visiones mientras ellos hablaban en lenguas. Es posible que los hubiera. Pero en lo que se insiste repetidamente (versculos 17 y 18) es en que el Espritu se derramaba para que aquellos que quedaran llenos de l pudieran profetizar. Evidentemente, Pedro, por medio del Espritu, vio que las lenguas cuando son comprendidas, equivalen a la profeca (1 Corintios 14:5, 6). En la Biblia, profetizar significa hablar a nombre de Dios, como vocero o "boca" suya. (Compare con xodo 7:1 y xodo 4:15, 16.) "Toda carne" se especifica ahora mencionando "vuestros hijos y vuestras hijas". No habra distincin en la experiencia pentecostal con respecto al sexo. Esto es otra indicacin de que los ciento veinte fueron bautizados en el Espritu, tanto hombres como mujeres. Los jvenes veran visiones y los ancianos soaran sueos. No existira divisin con respecto a la edad. Tampoco parece haber distincin real alguna entre los sueos y las visiones. La Biblia usa indistintamente ambas palabras con frecuencia. Son por lo menos paralelas. (Vea Hechos 10:17; 16:9, 10; y 18:9, como ejemplos de visiones). Hasta sobre los esclavos, tanto hombres como mujeres (que es lo que significan realmente las palabras "siervos" y "siervas") Dios derramara su Espritu. En otras palabras, el Espritu no tendra en cuenta las distinciones sociales. Aunque probablemente no hubiera esclavos entre los ciento veinte, en el Imperio Romano haba muchas regiones donde los esclavos componan hasta el ochenta por ciento de la poblacin. Ya llegara el cumplimiento de esta parte de la profeca. Tambin es posible tomar el versculo 18 como una declaracin resumida: "Sobre mi iglesia de esclavos", paralela a los esclavos israelitas librados de Egipto por el grandioso poder de Dios. Todas las epstolas se refieren a los creyentes llamndolos siervos (literalmente, esclavos), ms que discpulos. No pedan nada para s mismos, no reclamaban derecho alguno, y lo daban todo al servicio de su Amo y Seor. Hasta los hermanos de Jess, Jacobo (o Santiago) y Judas, se llaman a s mismos siervos (esclavos) del Seor Jess (Santiago 1:1; Judas 1). Muchos interpretan simblicamente los versculos 18 y 19. Otros suponen que de alguna forma fueron cumplidos durante las tres horas de tinieblas que tuvieron lugar mientras Jess colgaba de la cruz. Ms bien parece que la mencin de las seales indica que el derramamiento y las profecas continuaran hasta que estas seales llegaran, al final de la era. Pedro tambin quiere decir que se pueden esperar estas seales con igual confianza que las ya cumplidas. Podemos ver tambin el don del Espritu como las primicias de la era futura (Romanos 8:23). El corazn y la mente sin regenerar del hombre, no pueden concebir las cosas que Dios ha preparado para aquellos que lo aman. Pero "Dios nos las revel a nosotros por el Espritu" (1 Corintios 2:9, 10). La herencia que ser totalmente nuestra cuando Jess venga, no es ningn misterio para nosotros. Ya la hemos experimentado; al menos, en cierta medida. Como seala Hebreos 6:4, 5, todos los que han probado (experimentado realmente) el don celestial y han sido hechos partcipes del Espritu Santo, ya han gustado de la buena

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palabra (promesa) de Dios y los poderes (poderes extraordinarios, milagros) del siglo (la poca) por venir. Algunos ven tambin en el fuego y el humo una referencia a las seales de la presencia de Dios en el monte Sina, como lo relata xodo 19:16-18; 20:18 y miran al da de Pentecosts como el momento en que fue dada una nueva ley o fue renovado el nuevo pacto. Sin embargo, como lo indica Hebreos 9:15-18, 26, 28, la muerte de Cristo fue la que hizo efectivo el nuevo pacto, y no hay necesidad de nada ms. Entre las seales se incluye aqu la sangre (versculo 19), lo que hace referencia al aumento en el derramamiento de sangre, las guerras y el humo de las guerras que cubrir el sol y har que la luna se vea roja. Estas cosas tendrn lugar antes del da grande y notable (manifest) del Seor. Forman parte de la poca presente. En el Antiguo Testamento, el da del Seor incluye tanto los juicios sobre las naciones del presente, como la restauracin de Israel con el establecimiento del reino mesinico. Pero a Pedro no le interesan estas profecas como tales en este momento. Lo que l quiere es que sus oyentes comprendan que el poder pentecostal del Espritu continuar derramndose a travs de toda esta poca. La poca de la iglesia es la poca del Espritu Santo; el don del Espritu seguir disponible aun en medio de las guerras y el derramamiento de sangre que tendrn lugar. El versculo 21 seala el motivo del derramamiento. A travs del poder que traer consigo, la labor de conviccin del Espritu ser hecha en el mundo, no solamente al final, sino durante toda la poca, hasta el mismo momento en que llegue el gran da del Seor. Durante este perodo, todo el que invocare (pida ayuda para su necesidad, esto es, pida salvacin) el nombre del Seor, ser salvo. La expresin griega es fuerte: "todo aquel". Pase lo que pase; sean cuales sean las fuerzas que se opongan a la Iglesia, la puerta de la salvacin seguir abierta. El texto griego tambin indica que podemos tener la esperanza de que muchos respondern y sern salvos. La exaltacin de Jess (2:22-36) "Varones israelitas, od estas palabras: Jess Nazareno, varn aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y seales que Dios hizo entre vosotros por medio de l, como vosotros mismos sabis; a ste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificndole; al cual Dios levant, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. Porque David dice de l: Vea al Seor siempre delante de m; porque est a mi diestra, no ser conmovido. Por lo cual mi corazn se alegr, y se goz mi lengua, y aun mi carne descansar en esperanza; porque no dejars mi alma en el Hades, ni permitirs que tu Santo vea corrupcin. Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenars de gozo con tu presencia. Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que muri y fue sepultado, y su sepulcro est con nosotros hasta el da de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le haba jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantara al Cristo para que se sentase en su trono, vindolo antes, habl de la resurreccin de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupcin. A este Jess resucit Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. As que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y os. Porque David no subi a los cielos; pero l mismo dice: Dijo el Seor a mi Seor: Sintate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertsimamente toda la casa de Israel, que a este Jess a quien vosotros crucificasteis. Dios le ha hecho Seor y Cristo." El cuerpo del mensaje de Pedro se centra, no en el Espritu Santo, sino en Jess. El derramamiento pentecostal llevaba en s la intencin de dar un testimonio poderoso de Jess (Hechos 1:8; Juan 15:26, 27; 16:14). Pedro llam primero la atencin sobre el hecho de que los habitantes de Jerusaln conocan a Jess, el hombre de Nazaret, y saban cmo Dios lo haba aprobado a beneficio de ellos con milagros (obras poderosas) y prodigios, y seales. Estas son las tres palabras usadas en la Biblia para referirse a los milagros sobrenaturales. Se refirieron a los diversos milagros que hizo Jess, especialmente en el Templo en las fiestas (Juan 2:23; 4:45; 11:47).

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Este Jess, continu diciendo Pedro, vosotros lo prendisteis y matasteis por manos de inicuos (manos de hombres sin ley, hombres fuera de la Ley; esto es, los soldados romanos). Pedro no dud en hacer responsable de la muerte de Jess a la poblacin de Jerusaln, aunque tambin dej en claro que Jess haba sido entregado a ellos por el determinado consejo (la voluntad especfica) y anticipado conocimiento de Dios. Compare con Lucas 24:26, 27, 46. Si haban entendido a los profetas, deberan haber sabido que el Mesas tendra que sufrir. No obstante, Pedro no est tratando de hacer menor su culpa al decir esto. Se debe sealar tambin que Pedro estaba habindoles ahora a judos de Jerusaln, muchos de los cuales haban gritado tambin: "Crucifcale!" La Biblia nunca lanza este tipo de responsabilidad sobre los judos en general. Por ejemplo, en Hechos 13:27-29, Pablo, al hablarles a los judos de Antioqua de Pisidia, les atribuye cuidadosamente la crucifixin a los que habitaban en Jerusaln, y dice "ellos" en lugar de decir "vosotros". Pedro aade rpidamente: "Al cual Dios levant". La resurreccin hizo desaparecer el estigma de la cruz y anul la decisin de los lderes de Jerusaln, al mismo tiempo que era tambin una indicacin de que Dios haba aceptado el sacrificio de Jess. Tambin por la resurreccin. Dios liber a Jess de los sufrimientos (dolores) de la muerte, porque no era posible que ella lo pudiera contener. "Dolores" significa generalmente "dolores de parto", de manera que la muerte es vista aqu como el acto de dar a luz. As como se alivian los dolores del parto al nacer el nio, tambin la resurreccin hizo llegar el fin de los dolores de muerte. Puesto que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23), algunos dicen que la razn por la que la muerte no pudo retenerlo, era porque no tena pecado propio que pudiera reclamar la muerte. Sin embargo, Pedro no razona as en este punto. Todo su razonamiento est fundamentado en la Palabra de Dios, en las Escrituras profticas. Bajo la inspiracin del Espritu, dice que David hablaba de Jess en el Salmo 16:8-11. La tradicin judaica de aquellos tiempos tambin aplicaba estas palabras al Mesas. El punto central es la promesa de que Dios no dejara (abandonara) su alma en el infierno (en griego, hades, el lugar ms all de la vida, traduccin de la palabra hebrea sheol), y no permitira que su Santo viera corrupcin (putrefaccin). Pedro declara que era correcto que l dijera libremente (libre y abiertamente) del patriarca (padre y jefe o gobernante ancestral) David que el salmo no se le poda aplicar a l. No slo estaba muerto y enterrado, sino que su tumba se hallaba all, en Jerusaln. Era evidente que la carne de David s haba visto corrupcin. Pero la de Jess no. Aunque Pedro no lo dijo, estaba declarando implcitamente que la tumba de Jess estaba vaca. Puesto que David era profeta (vocero de Dios), y puesto que saba que Dios haba jurado que Uno del fruto de sus lomos se sentara en su trono, pudo prever la resurreccin del Cristo (el Mesas, el Ungido de Dios) y hablar de ella. Aqu se est haciendo referencia al pacto davdico. En l, Dios le prometi a David que siempre habra un hombre de su simiente para el trono. Esto fue dicho primeramente con respecto a Salomn (2 Samuel 7:11-16). Pero reconoca que si los descendientes de David pecaban, tendran que ser castigados como cualquier otro. Sin embargo. Dios nunca le volvera la espalda al linaje de David para sustituirlo, como haba hecho en el caso del rey Sal. Este pacto fue confirmado nuevamente en los Salmos 89:3, 4; 132:11, 12. Como los reyes del linaje de David no siguieron al Seor, al final l tuvo que hacer terminar su reinado y enviarlos al exilio de Babilonia. Su propsito al hacerlo fue librar a Israel de la idolatra. Pero la promesa hecha a David segua en pie. Todava habra Uno que se sentara en el trono de David y lo hara eterno. Con esto, Pedro declara que Jess es el Rey mesinico. Porque Dios lo levant, no fue dejado (abandonado) en el hades, y su carne no vio corrupcin. Adems de esto, tanto Pedro como los ciento veinte eran testigos todos de su resurreccin. Sin embargo, la resurreccin de Cristo slo era parte de un proceso mediante el cual Dios, por su poderosa diestra, alz a Jess a una exaltada posicin de poder y autoridad a su derecha. (Habla de las dos formas: "por la diestra de Dios" y "a la diestra de Dios".) Este es

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tambin el lugar del triunfo y la victoria. Al pagar todo el precio. Jess gan para nosotros la batalla contra el pecado y la muerte. Por esto permanece a la derecha de Dios durante toda esta poca. (Vea Marcos 16:19; Romanos 8:34; Efesios 1:20, 21; Colosenses 3:1; Hebreos 1:3; 8:1; 10:12; 12:2; 1 Pedro 3:22.) En Cristo, nosotros tambin nos hallamos sentados a la derecha de Dios (Efesios 2:6). Puesto que sta es nuestra posicin en Cristo, no necesitamos nuestras propias obras de justicia para reclamar su promesa. Nada que podamos hacer nos dara una posicin ms alta de la que ya tenemos en Cristo. A continuacin, Pedro usa la exaltada posicin de Cristo para explicar la experiencia pentecostal. Al estar ahora a la derecha del Padre, l recibi del Padre la promesa del Espritu Santo y derram a su vez ese Espritu; la multitud poda ver y or el resultado de su accin: los ciento veinte hablando en otras lenguas. Jess haba dicho que le era necesario irse para que el Consolador pudiera venir (Juan 16:7). As, aunque el bautismo en el Espritu Santo es la promesa del Padre, Jess es el que lo derrama. El Padre es el Dador, pero Jess es el Bautizador. El derramamiento del Espritu tambin era evidencia de que Jess haba sido exaltado realmente a la derecha del Padre. Esto significa algo para nosotros, los que ahora creemos y recibimos el bautismo en el Espritu. Este bautismo se convierte para nosotros personalmente en evidencia de que Jess est all, a la mano derecha del Padre, an hoy, para interceder por nosotros. De esta forma podemos ser testigos directos sobre el lugar donde est Jess, y lo que est haciendo. Con otra cita de las Escrituras, se evidencia ms an que nada de esto era aplicable a David. David no ascendi a los cielos, como lo haba hecho Jess, pero haba profetizado esa exaltacin en el Salmo 110:1. Una vez ms, no poda estar hablando de s mismo, porque dice: "Dijo el Seor a mi Seor: Sintate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies (con lo que indicaba una victoria completa y definitiva, como en Josu 10:24)." Jess hizo referencia a esto tambin en Lucas 20:41-44, reconociendo que David llama Seor a su hijo ms importante. (Vea tambin Mateo 22:4245; Marcos 12:36, 37). La conclusin que Pedro saca de esto es que toda la casa de Israel necesitaba saber ciertsimamente que Dios haba hecho a este Jess, al que los habitantes de Jerusaln haban crucificado. Seor y Cristo (Mesas). De esto deducimos que, en cumplimiento de la profeca de Joel, Jess es el Seor al cual todos debemos acudir en busca de salvacin. Pablo reconoce tambin que Dios lo ha exaltado grandemente y le ha dado un nombre que est por sobre todo otro nombre (Filipenses 2:9). "El Nombre" en el Antiguo Testamento hebreo siempre es una expresin usada para hablar del Nombre de Dios. (El hebreo tiene otras maneras de referirse al nombre de un ser humano sin usar la palabra "el".) La expresin El Nombre representa la autoridad, persona, y especialmente la personalidad de Dios en su justicia, santidad, fidelidad, bondad, amor y poder. "Seor" fue la expresin que el Nuevo Testamento us para el Nombre de Dios. La misericordia, la gracia y el amor son partes de la santidad, el nombre santo por el cual Jess es reconocido como Seor, la revelacin plena de Dios al hombre. Aqu hallamos tambin la seguridad de que Jess est en el cielo, y en pleno dominio de todo. Dios cuidar que su plan sea realizado, pase lo que pase en este mundo. Se aadieron tres mil a la iglesia (2:37-42) "Al or esto, se compungieron de corazn, y dijeron a Pedro y a los otros apstoles: Varones hermanos, qu haremos? Pedro les dijo: Arrepentos, y bautcese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdn de los pecados; y recibiris el don del Espritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que estn lejos; para cuantos el Seor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generacin. As que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se aadieron aquel da como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apstoles, en la comunin unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones."

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La reaccin ante estas palabras profticas fue inmediata. Se compungieron de corazn (fue perforado su corazn). Ya no siguieron diciendo: "Qu significa esto?" Las palabras de Pedro, inspiradas por el Espritu Santo, se clavaron en su conciencia. Clamaron a l y a los otros apstoles (que evidentemente, todava estaban de pie junto a l): Varones hermanos, qu haremos? Sin embargo, no se sentan totalmente desechados. Pedro los haba llamado hermanos, y ellos respondieron llamando hermanos a los apstoles. Su pecado al rechazar y crucificar a Cristo era grande, pero su clamor mismo demuestra que crean que haba esperanza, que podran hacer algo. Pedro les respondi con un llamado al arrepentimiento, esto es, a cambiar su pensamiento y sus actitudes fundamentales aceptando la voluntad de Dios revelada en Cristo. Como en Romanos 12:1, 2, este cambio exiga una renovacin de la mente acompaada de un cambio de actitud con respecto al pecado y a s mismo. La persona que se arrepiente de veras, aborrece el pecado (Salmo 51). Se humilla, reconoce que necesita a Cristo, y se da cuenta que no hay en l bondad alguna que le permita permanecer delante de Dios. Despus, los que se arrepintieran podran declarar ese cambio de mente y corazn hacindose bautizar en el nombre (en griego, por el nombre) de Jesucristo, esto es, por la autoridad de Jess. Lucas no da ms explicaciones, pero con frecuencia no explica lo que en algn otro lugar aparece con claridad. La autoridad de Jess seala hacia su propio mandato que aparece en Mateo 28:19. O sea, que el acto mismo de bautizar era hecho en el nombre (para la adoracin y el servicio) del Padre, el Hijo y el Espritu Santo. Este bautismo sera tambin "para" la remisin (el perdn) de sus pecados. Qu maravilloso! Qu rey de la tierra ha perdonado a un traidor? Sin embargo Cristo lo hizo y an lo hace. Esto es gracia pura y amor sin igual. (Vea Romanos 5:8, 10.) "Para perdn de los pecados" estara mejor traducido "debido a la liberacin de vuestros pecados y el perdn de ellos". Nuestro pecado y nuestra culpa son apartados de nosotros tan lejos como el este lo est del oeste (Salmo 103:12). No slo estn perdonados, sino que se han ido realmente; se han ido de nuestra existencia para nunca ms ser alzados contra nosotros. "Debido a" es mejor que "para", puesto que es el mismo tipo de construccin griega usado cuando Juan bautizaba en agua "para" arrepentimiento (Mateo 3:11). Est claro que Juan no bautizaba a nadie para producir arrepentimiento. Cuando los fariseos y saduceos venan a l, les exiga que produjeran fruto digno de arrepentimiento (que demostrara un verdadero arrepentimiento). Esto es, tenan que arrepentirse primero, y entonces l los bautizara. Somos salvos por gracia por medio de la fe, no por medio del bautismo (Efesios 2:8). Despus del arrepentimiento, el bautismo en agua se convierte en la respuesta o testimonio de una buena conciencia que ya ha sido purificada por la sangre y por la aplicacin de la Palabra relativa a la resurreccin de Cristo por el Espritu (1 Pedro 3:21; Romanos 10:9, 10). Hay quienes alegan equivocadamente que no haba agua suficiente en Jerusaln para bautizar a tres mil por inmersin. Sin embargo, la piscina de Betesda sola era una gran piscina doble, y se han excavado los restos de otras piscinas. En realidad, las posibilidades de bautismo por inmersin eran mucho mayores en Jerusaln entonces que ahora. Despus, Pedro habl de la Promesa. Los creyentes recibiran tambin al Espritu Santo, como un don diferente despus del perdn de sus pecados. Este don del Espritu Santo es, por supuesto, el bautismo en el Espritu Santo. Debe ser distinguido de los dones del Espritu, que son dados por el Espritu (1 Corintios captulos 12:14). El don del Espritu es entregado por Jess, el poderoso Bautizador. A continuacin, Pedro sigue insistiendo en que esta promesa del bautismo en el Espritu no se limitaba a los ciento veinte. Seguira estando a disposicin, no slo de ellos, sino tambin de sus hijos (incluyendo todos sus descendientes), y de todos los que estuvieran lejos, y todos cuanto el Seor nuestro Dios llamara a s. O sea que la nica condicin para recibir la Promesa del Padre es el arrepentimiento y la fe. Por tanto, sigue estando hoy a nuestra disposicin. El "llamado" podra referirse a Joel 2:32, pero no puede limitarse a los judos. En Isaas 57:19, Dios habla paz al que est lejos, y Efesios 2:17 aplica esto a la predicacin del Evangelio a los gentiles. Hechos 1:8 habla tambin de los confines de la tierra. Aunque es posible que Pedro no haya comprendido esto completamente hasta su experiencia en casa

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de Cornelio, se ve claramente que quedan incluidos los gentiles. Tambin queda en claro que mientras Dios est llamando seres humanos hacia s, el bautismo en el Espritu prometido seguir a disposicin de todos los que vengan a l. Lucas no recoge el resto del testimonio y la exhortacin de Pedro. Pero en esta exhortacin, es posible que Pedro haya estado ejercitando otro de los dones del Espritu (Romanos 12:8). Pedro se convirti en el instrumento a travs del cual el Espritu Santo llev a cabo la labor predicha por Jess en Juan 16:8. La esencia de la exhortacin de Pedro era que deban salvarse a s mismos (o mejor, ser salvos) de esta perversa (malvada) generacin. Es decir, deban apartarse de la perversidad y la corrupcin de los que los rodeaban y rechazaban la verdad sobre Jess. (Vea las palabras de Jess en Lucas 9:41; 11:29 y 17:25.) No hay ningn otro antdoto a la perversidad y la corrupcin de la sociedad contempornea. Los que recibieron (le dieron la bienvenida) a la palabra (el mensaje) de Pedro, testificaron entonces de su fe hacindose bautizar en agua. Por el Espritu, tambin haban sido bautizados en el Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:13). Dios nunca nos salva para que andemos solos y errantes. Por esto, los tres mil no se esparcieron, sino que permanecieron juntos, y perseveraban en la doctrina de los apstoles (su enseanza), en la comunin, en el partimiento del pan y en las oraciones. Con esto vemos que la nueva evidencia de su fe era este deseo persistente de recibir enseanza. Al aceptar a Cristo y el don del Espritu, se abri para ellos una comprensin totalmente nueva del plan y los propsitos de Dios. Llenos de gozo, se sentan hambrientos y queran aprender ms. Esto nos muestra tambin que los apstoles estaban obedeciendo a Jess al ensear (hacer discpulos), tal como El haba ordenado en Mateo 28:19. Tambin nos muestra que el discipulado incluye esta especie de deseo ferviente por aprender ms sobre Jess y sobre la Palabra de Dios. Haba comunin en la enseanza. No era simplemente el hecho de reunirse. Era compartir los propsitos de la Iglesia, su mensaje y su obra. Como en 1 Juan 1:3, la Palabra, tal como haba sido testificada por la enseanza de los apstoles, cre esta comunin, una comunin que no slo era con los apstoles, sino tambin con el Padre y con el Hijo. Algunos creen que la particin del pan slo significa la Cena del Seor, pero tambin incluye la comunin en la mesa. No podan observar la Cena del Seor en el Templo, de manera que lo hacan en las casas, primeramente en relacin con una comida (puesto que Jess la haba instituido al final de la cena de Pascua). Seguramente se reuniran a diario en el Templo a las horas de oracin, costumbre que todos seguan practicando, adems de tener reuniones de oracin en las casas. La iglesia crece (2:43-47) "Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y seriales eran hechas por los apstoles. Todos los que haban credo estaban juntos, y tenan en comn todas las cosas; y vendan sus propiedades y sus bienes, y lo repartan a todos segn la necesidad de cada uno. Y perseverando unnimes cada da en el templo, y partiendo el pan en las casas, coman juntos con alegra y sencillez de corazn, " alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Seor aada cada da a la iglesia los que haban de ser salvos." El testimonio constante de los apstoles sobre la resurreccin de Cristo produjo un temor reverencial (que inclua un sentido de pavor en presencia de lo sobrenatural) en toda persona que oa. Esto se puso ms de relieve an por los numerosos prodigios y seales hechos por los apstoles. (Esto es, hechos por Dios a travs de los apstoles.) El griego indica que eran agentes secundarios. El que haca la obra realmente era Dios. (Compare con 1 Corintios 3:6.) Ms tarde, Dios hara milagros a travs de muchos otros. Pero ahora, los apstoles tenan la enseanza de Jess y el respaldo de que su fe haba sido alentada por l. Los milagros no eran para exhibicin, sino ms bien para confirmar la Palabra, la enseanza. (Vea Marcos 16:20.) Tambin ayudaron para que la fe de los nuevos miembros de la iglesia de Pentecosts se afirmara en la Palabra y en el poder de Dios. (Vea 1 Corintios 2:4, 5.)

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Los creyentes permanecieron juntos y tenan todas las cosas en comn (las compartan). Muchos vendan tierras suyas y propiedades personales; el dinero era distribuido a todos aquellos que tuvieran necesidades. "Segn la necesidad de cada uno" es una declaracin clave: no vendan las propiedades mientras no hubiera una necesidad. Esto no era comunismo, en el sentido moderno de la palabra, ni siquiera vida comunal. Simplemente era el compartir cristiano. Todos se daban cuenta de la importancia de fundamentarse en la enseanza de los apstoles (que nosotros tenemos hoy en la Palabra escrita). Algunos de los que eran de fuera de Jerusaln se quedaron sin dinero pronto, as que los que pudieron, simplemente vendieron lo necesario para que se pudieran quedar. Ms tarde Pedro aclarara que nadie estaba obligado a vender nada ni a dar nada (Hechos 5:4). Pero la comunin, el gozo y el amor hacan fcil compartir cuanto tenan. De manera que el cuadro es el de un amoroso cuerpo de creyentes que se reunan unnimes a diario en el Templo con un mismo pensar, un mismo propsito, y compartan la comunin de la mesa en sus casas ("de casa en casa", por familias). Cada casa se convirti en un centro de comunin y adoracin cristiana. El hogar de la madre de Marcos era uno de dichos centros. Sin duda alguna, el hogar de Mara y Marta en Betania era otro. Jerusaln no tena capacidad para una multitud as, y seguramente muchos se quedaban en los poblados de los alrededores. La comunin en la mesa era muy importante tambin. Coman con regocijo (deleite y gran gozo) y con sencillez de corazn. No haba celo, ni crticas, ni contiendas; slo gozo y corazones llenos de alabanza a Dios. Podemos estar seguros de que la alabanza encontrara su expresin tambin en salmos, himnos y cnticos espirituales que salan de sus corazones (Colosenses 3:16). La consecuencia fue que encontraron favor con todo el pueblo (de Jerusaln). As el Seor segua aadiendo da tras da a aquellos que haban de ser salvos. Podemos estar seguros tambin de que la Iglesia los aceptara llena de gozo. Debemos notar aqu que la ltima parte del versculo 47 no pretende hablar de la predestinacin de las personas. La expresin griega es una simple declaracin de que cada da eran salvos algunos, y de que los salvos eran aadidos a la Iglesia. Note tambin que no se presionaba fuertemente sobre los dems. Las personas vean el gozo y el poder y abran el corazn a la Palabra, a la verdad sobre Jess.

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Captulo 03 Es frecuente que Lucas haga una afirmacin general para dar despus un ejemplo especfico. En Hechos 2:43, declara que muchas maravillas y seales eran hechas por los apstoles. Ahora procede a dar un ejemplo para ilustrar lo dicho y al mismo tiempo mostrar cmo esto ocasion un crecimiento mayor en la Iglesia. En esta ocasin, Pedro y Juan suban la colina del Templo para entrar en l y unirse a los dems en la hora de oracin vespertina, la hora nona (alrededor de las 3 p.m.). Al mismo tiempo, los sacerdotes ofrecan sacrificios e incienso. Un regalo de sanidad (3:1-10) "Pedro y Juan suban juntos al templo a la hora novena, la de la oracin. Y era trado un hombre cojo de nacimiento, a quien ponan cada da a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en l los ojos, le dijo: Mranos. Entonces l les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levntate y anda. Y tomndole por la mano derecha le levant; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entr con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. Y le reconocan que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le haba sucedido."

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Entre el patio de los gentiles y el patio de las mujeres haba una bella puerta de bronce labrado, de estilo corintio, con incrustaciones de oro y plata. Era ms valiosa que si hubiera sido hecha de oro puro. En la Puerta Hermosa, Pedro y Juan se encontraron con un hombre cojo de nacimiento al que llevaban a diario y dejaban fuera de ella para que pidiera limosnas (regalos de caridad). Ms tarde leemos que el hombre tena ms de cuarenta aos. Jess pas por all muchas veces, pero es evidente que el hombre nunca le pidi sanidad. Tambin es posible que Jess en la providencia divina y sabiendo los tiempos perfectos, dej a este hombre para que se pudiera convertir en un testigo mayor an cuando fuera sanado ms tarde. Cuando este hombre les pidi una limosna, Pedro, junto con Juan, fij sus ojos en l. Qu contraste este momento con los celos que los discpulos se mostraban mutuamente antes (Mateo 20:24). Ahora actan en conjunto, en completa unidad de fe y de propsito. Entonces Pedro, como vocero, le dijo: "Mranos". Esto hizo que el hombre pusiera toda su atencin en ellos, y suscit en l la esperanza de recibir algo. Sin embargo, Pedro no hizo lo que l esperaba. El dinero que tena, muy probablemente ya se lo haba dado a los creyentes necesitados. Pero s tena algo mejor que darle. Su declaracin: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy", exigi fe de su parte. No hay duda de que lo dijo bajo el impulso del Espritu Santo, que le haba dado un regalo (un don) de sanidad para este hombre (1 Corintios 12:9, 11). Entonces Pedro, en forma de mandato, le dijo: "En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levntate y anda". Al mismo tiempo, puso su fe en accin, al tomar al hombre por la mano derecha y levantarlo. Inmediatamente, los pies y los tobillos de aquel hombre recibieron fortaleza (se le afirmaron). Es muy posible tambin que la fe de aquel hombre recibiera una sacudida al ser mencionado el nombre de Jess, Mesas de Nazaret. Quiz alguno de los tres mil que fueron salvos en Pentecosts ya le haba testificado. Con seguridad habra odo de otros que haban sido sanados por Jess. Cuando los pies y los tobillos de aquel hombre se llenaron de fortaleza, Pedro no tuvo que seguirlo levantando. El hombre salt, se puso en pie por un instante y comenz a caminar. Puesto que era cojo de nacimiento, nunca haba aprendido a caminar. No hay sacudida psicolgica capaz de realizar esto. Ahora que el hombre estaba sanado, poda entrar al Templo. Puesto que no se les permita a los impedidos entrar, sta sera la primera vez en su vida. Entr caminando normalmente con Pedro y Juan, daba unos cuantos pasos y saltaba de puro gozo, gritando continuamente las alabanzas de Dios. Dios lo haba tocado y no poda contener el gozo y la alabanza. El versculo 11 indica que todava sostena la mano de Pedro, y tambin tom la de Juan. Qu escena tan maravillosa debe haber sido la del hombre aquel que entraba caminando y saltando en el patio del Templo, y arrastrando a Pedro y a Juan consigo. Toda la gente que lo vea, lo reconoca como el hombre que haba nacido cojo y estaba siempre sentado pidiendo limosna en la Puerta Hermosa. Por consiguiente, su sanidad los llen de asombro (no la palabra ordinaria, sino otra que est relacionada con el terror) y de espanto (implica tambin perplejidad). Estaban atnitos y sobrecogidos. El autor de la vida (3:11-21) "Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que haba sido sanado, todo el pueblo, atnito, concurri a ellos al prtico que se llama de Salomn. Viendo esto Pedro, respondi al pueblo: Varones israelitas, por qu os maravillis de esto? por qu ponis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubisemos hecho andar a ste? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jess, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando ste haba resuelto ponerle en libertad. Mas vosotros negasteis al Santo y Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Y por la fe en su nombre, a ste, que vosotros veis y conocis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por l ha dado a ste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros. Mas ahora, hermanos, s que por ignorancia lo habis hecho, como tambin vuestros gobernantes. Pero Dios ha cumplido as lo que haba antes anunciado por boca de todos

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sus profetas, que su Cristo haba de padecer. As que, arrepentos y convertos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Seor tiempos de refrigerio, y l enve a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauracin de todas las cosas, de que habl Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo." Ya en este momento, el invlido sanado, todava tomado de las manos con Pedro y Juan, se hallaba en el Prtico de Salomn, un prtico techado que se hallaba a un lado del patio del Templo. Desde todos los patios del Templo, la gente corra y se aglomeraba para verlos. Fcilmente pueden haberse reunido diez mil personas en el Templo a la hora de la oracin. Esta era la oportunidad que esperaba Pedro, y respondi con prontitud a las preguntas sin formular que se vean en sus caras maravilladas. Su mensaje sigue el mismo esquema general dado por el Espritu en el da de Pentecosts, pero adaptado a esta nueva situacin. Dirigindose a ellos como a "varones israelitas" (era la costumbre, aunque haba mujeres en la multitud), les pregunt por qu se maravillaban de esto y por qu ponan sus ojos en l y en Juan, como si la capacidad de aquel hombre para caminar tuviera su fuente en el poder o la piedad (santidad) de ellos. A continuacin, Pedro dio testimonio de Jess. Aquel a quien las Escrituras describen como el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Dios de sus padres (xodo 3:6, 15), haba glorificado a su Hijo (Siervo) Jess. Nuevamente les recuerda que eran responsables por el arresto de Jess y por haberlo negado ante Pilato, aun cuando ste haba decidido ponerlo en libertad. Aquel a quien haban negado era el Santo y Justo. Nuevamente, est haciendo una referencia al Siervo sufriente de Isaas (Isaas 53:11; cf. Zacaras 9:9). Pero se haban apartado de El tan completamente, que haban pedido que se les liberara a un homicida en su lugar. (Vea Lucas 23:18, 19, 25.) Eran culpables de la muerte del Autor de la vida. Qu contraste! Le haban dado muerte a Aqul que les haba dado vida a ellos. La palabra griega traducida Autor es arjegn, una palabra que generalmente significa originador, fundador. En Hebreos 2:10 y 12:2 tambin est traducida como autor. Se refiere a la participacin de Jess en la creacin Juan 1:3 dice de Jess, la Palabra viva: "Todas las cosas por l fueron hechas, y sin l nada de lo que ha sido hecho, fue hecho." En otras palabras, el Jess pre-encarnado era la Palabra viviente que pronunci los mundos y existieron, y por medio de l, Dios inspir la vida en el hombre que haba formado (Gnesis 2:7). Este Jess, la fuente misma de la vida, y por tanto, de la sanidad, era el que ellos haban matado. Pero Dios lo haba levantado de entre los muertos. Pedro y Juan haban sido testigos. La sanidad de aquel hombre tambin era testimonio de que Jess estaba vivo. Note la repeticin del Nombre en el versculo 16. Por la fe (fundado en la fe, con base en la fe) en su Nombre, este hombre que ustedes ven y conocen, su Nombre lo ha hecho fuerte. Y la fe que es por (a travs de) l (Jess) le ha liberado de su defecto corporal en presencia de todos ustedes. El Nombre, por supuesto, se refiere a la personalidad y naturaleza de Jess como el Sanador, el gran Mdico. La sanidad apareci al haber fe en Jess y en lo que El es. Pero no era la fe de ellos en s misma la que haba obrado la sanidad. Era el Nombre, esto es, el hecho de que Jess es fiel a su naturaleza y personalidad. l es el Sanador. Claro que la fe haba tenido una gran participacin, pero era la fe por medio de Jess. La fe que el mismo Jess les haba impartido (no slo a Pedro y a Juan, sino tambin al hombre) le dio libertad completa de su defecto a este hombre lisiado delante de sus propios ojos. Jess haba sanado al cojo; todava estaba sanando a los lisiados a travs de sus discpulos. Pedro aade que saba que por ignorancia, ellos y sus gobernantes haban matado a Jess. Pablo confesara ms tarde que l persegua a la Iglesia por ignorancia y en incredulidad (1 Timoteo 1:13). Esto quiere decir que ellos no saban en realidad que Jess fuera el Mesas, ni tampoco que fuera el Hijo de Dios. Esta ignorancia no haca menor su culpa. Hasta en el Antiguo Testamento siempre haba perdn disponible para los pecados hechos en ignorancia. Jess mismo exclamara: "Padre, perdnalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34).

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Los sufrimientos y la muerte de Jess fueron tambin el cumplimiento de profecas que Dios haba revelado por la boca de todos sus profetas; esto es, por el cuerpo de profetas en pleno. Su mensaje total, tena uno de sus focos en la muerte de Cristo. As y todo, esto no haca menor la culpa de los jerosolimitanos tampoco. Como en el da de Pentecosts, Pedro los exhort entonces al arrepentimiento, al cambio de pensamiento y de actitudes con respecto a Jess. Que se convirtieran (se volvieran hada Dios) para que sus pecados (incluso el pecado de rechazar y matar a Jess) fueran borrados (limpiados, tachados, destruidos) y para que vinieran de la presencia (faz) del Seor tiempos (estaciones, ocasiones) de refrigerio. A quienes se arrepintieran. El les enviara el Mesas Jess designado para ellos, que los cielos deban recibir hasta los tiempos de la restauracin (restablecimiento) de todas las cosas, de las que habl Dios por la boca de sus santos profetas desde tiempo antiguo (desde el comienzo de la edad). Esta ltima expresin es una parfrasis que podra significar "desde la eternidad" o "desde el principio de los tiempos". El sentido es "todos los profetas que han existido". Gracias a este pasaje vemos que el arrepentimiento y la conversin hacia Dios, no slo traen consigo que los pecados son borrados, sino tambin tiempos de refrigerio que nos da el Seor. No tenemos que esperar hasta que Jess regrese para poder disfrutar de estos tiempos. El pasaje indica, especialmente en el texto griego, que podemos tenerlos ahora, y hasta el momento en que Jess venga. Son demasiados los que ponen toda su energa en advertencias sobre los peligrosos tiempos que se avecinan y en la declaracin de que habr cadas (2 Timoteo 3:1; 2 Tesalonicenses 2:3). Estas cosas llegarn. Las cadas, por supuesto, pueden ser cadas espirituales, aunque la palabra griega significa de ordinario revueltas, revolucin y guerra. Aunque las advertencias son necesarias, el cristiano no tiene por qu hacer de esto el punto central de su atencin. El arrepentimiento (cambio de pensamiento y de actitud) y la conversin hacia Dios, seguir trayndonos tiempos de refrigerio desde la presencia misma de Dios. El da de la bendicin espiritual, el da de los milagros y del avivamiento no ha pasado. En medio de tiempos peligrosos, an podemos poner nuestros ojos en el Seor, y recibir derramamientos refrescantes y poderosos de su Espritu. Los tiempos de restauracin son una referencia a la edad por venir, el Milenio. Entonces Dios restaurar y renovar, y Jess reinar personalmente sobre la tierra. La restauracin profetizada incluye un nuevo derramamiento del Espritu en el reino restaurado. Algunos sacan de contexto la restauracin de todas las cosas, y tratan de hacer que incluya hasta la salvacin de Satans. Pero "todas las cosas" es una expresin que debe ser tomada junto con otra: "que habl Dios". Slo aquellas cosas que ha sido profetizado que sern restauradas, lo sern realmente. Los profetas tambin sealan que el reino llegar a travs del juicio. Daniel 2:35, 44, 45 presenta la imagen de Babilonia, que representa todo el sistema mundano desde Babilonia hasta el final de los tiempos. Hasta que no sea golpeada en el pie (en los ltimos das de esta poca), el presente sistema mundial no ser destruido y reducido a polvo. Hasta lo bueno que haya en el sistema mundial actual tendr que ser destruido para dar paso a las cosas mejores del reino futuro, que llenar la tierra despus de que Jess venga de nuevo. No sabemos cundo suceder. Pero lo importante es que no tenemos que esperar a que venga el Reino para experimentar las bendiciones y el poder de Dios. El Espritu Santo nos trae las arras, un primer anticipo de las cosas por venir. Y podemos tener estos tiempos de refrigerio prometidos aun ahora, si cumplimos con las condiciones del arrepentimiento y la conversin hacia Dios. Un profeta como Moiss (3:22-26) "Porque Moiss dijo a los padres: El Seor vuestro Dios os levantar profeta de entre vuestros hermanos, corno a m; a l oiris en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, ser desarraigada del pueblo. Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, tambin han anunciado estos das. Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente sern benditas todas las familias de la tierra. A vosotros primeramente. Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envi para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad."

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Ahora Pedro regresa a Moiss y cita Deuteronomio 18:18,19, donde Dios promete levantar un profeta como l. (Vea tambin Levtico 26:12; Deuteronomio 18:15; Hechos 7:37.) Esta era la promesa en la que pensaban tambin los que le preguntaron a Juan el Bautista si l era "el profeta" (Juan 1:21, 25). Algunos opinan que Deuteronomio tiene un cumplimiento parcial en Josu (un hombre en el que est el Espritu; Nmeros 27:18), Samuel y la lnea de profetas del Antiguo Testamento. Pero tuvo su cumplimiento total en Jess. En qu aspectos era Jess como Moiss? Dios us a Moiss para instaurar el Pacto Antiguo; Jess trajo el Nuevo. Moiss sac a la nacin de Israel de tierras de Egipto y la llev a Sina, donde Dios la atrajo a s mismo (la hizo entrar en una relacin de pacto con El). (Vea xodo 19:4.) Jess se convirti en el camino nuevo y viviente por el cual podemos entrar en lo ms santo de la presencia misma de Dios. Moiss le dio a Israel el mandato de sacrificar un cordero; Jess es el Cordero de Dios. Moiss fue usado por Dios para realizar grandes milagros y seales; Jess realiz muchos milagros y seales; ms, pero la mayora eran seales de amor, ms que de juicio. (Vea Hebreos 3:3-6, donde se proclama la superioridad de Cristo con respecto a Moiss.) Moiss le advirti al pueblo que sera desarraigado todo aquel, que no recibiese y obedeciese a este Profeta. O sea que, aunque Dios es bueno, hay un castigo para aquellos que no se arrepientan. Pedro hizo hincapi en el significado de la advertencia de Moiss. Seran desarraigados del pueblo. Esto es. Dios no destruira a su pueblo como tal sino que seran los individuos los que se podran perder. Samuel fue el ms grande de los profetas despus de Moiss (1 Samuel 3:20). Desde aquel momento, todos los profetas hablaron de estos das, o sea, de los das de la obra que Dios realizara a travs de Cristo. Aunque algunos no hayan dado profecas especficas en sus escritos, todos dieron profecas que sealaban hada estos das, o preparaban para ellos. Los judos a los que Pedro se estaba dirigiendo, eran los descendientes verdaderos de los profetas, herederos tambin del pacto abrahmico con su promesa de que en la simiente de Abraham (Cristo) todas las familias de la tierra seran bendecidas (Gnesis 22:18; Calatas 3:16). Esa bendicin prometida a todas las familias de la tierra, lleg en primer lugar a estos judos de Jerusaln. Qu privilegio! Sin embargo, no se trataba de un favoritismo por parte de Dios. Era su oportunidad para recibir la bendicin arrepintindose y apartndose de sus pecados (obras malas o perniciosas). Tambin era una oportunidad de poder servir. En realidad, alguien tena que ser el primero en llevar el mensaje. (Compare con Romanos 1:16; 2:9, 10; 3:1, 2.) Pablo siempre iba a los judos primero, porque ellos tenan las Escrituras y la cultura, y conocan la Promesa. Pero no podan llevar el mensaje y la bendicin a los dems, sin arrepentirse primero y experimentar la bendicin en ellos mismos. Dios haba preparado a los judos para esto. Todos los primeros evangelistas (esparcidores de las Buenas Nuevas) eran judos.

5.
Captulo 04 Mientras Pedro y Juan estaban an hablando, los sacerdotes (jefes de los sacerdotes), el jefe de la guardia del Templo (el sacerdote siguiente en rango al sumo sacerdote), que mandaba la guardia del Templo, formada por levitas escogidos, y un grupo de sus partidarios saduceos, fueron y les echaron mano de forma sbita e inesperada. Como seala el versculo 3, ya era tarde (alrededor de la cada del sol), y como el milagro tuvo lugar alrededor de las 3 p.m., Pedro y Juan haban estado habindole a la multitud unas tres horas. Sin duda alguna, les explicaron ms el evangelio completo, y es probable que tuvieran tiempo para responder las preguntas que les hacan desde la multitud. El Arresto De Pedro Y De Juan (4:1-4)

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Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, resentidos de que enseasen al pueblo, y anunciasen en Jess la resurreccin de entre los muertos. Y les echaron mano, y los pusieron en la crcel hasta el da siguiente, porque era ya tarde- Pero muchos de los que haban odo la palabra, creyeron; y el nmero de los varones era como cinco mil. El sumo sacerdote era saduceo, como muchos de los sacerdotes de Jerusaln. Se proclamaban religiosos, pero no aceptaban las tradiciones de los fariseos, ni consideraban que los libros profetices del Antiguo Testamento o los Escritos (la tercera divisin del canon hebreo) estuvieran en el mismo nivel que la Ley (la Torah, el Pentateuco). Tambin negaban la existencia de ngeles y espritus y decan que no haba resurreccin (Hechos 23:8; Mateo 22:23). No estaban muy entusiasmados con el milagro, pero estaban resentidos de que hubiera una multitud tan grande alrededor de Pedro y Juan. Estaban resentidos (molestos, muy perturbados, profundamente enojados) porque los apstoles anunciaran (proclamaran) en Jess la resurreccin de entre los muertos. Pedro estaba predicando a un Jess resucitado, y ellos entendan que esto serva de evidencia a la realidad de la resurreccin de todos los creyentes. Como esta enseanza iba contra su doctrina, los saduceos sentan que no la podan tolerar. Por tanto, les echaron mano a Pedro y a Juan (los arrestaron) y los tiraron a la crcel hasta el da siguiente. Era de noche ya, muy tarde para reunir al Sanedrn. Pero tambin era demasiado tarde para impedir que el Evangelio surtiera su efecto. Muchos de los que oyeron la Palabra, creyeron. Podemos estar seguros de que fueron bautizados en agua muy pronto (probablemente al da siguiente), y tambin en el Espritu Santo. Se nos da un nmero de cerca de cinco mil hombres. El griego se podra traducir como "se convirtieron en cerca de cinco mil", por lo que algunos consideran que esto quiere decir que el nmero total de los creyentes era ahora de cinco mil. Pero la forma en que aparece aqu indica que el nmero era tan grande que slo contaron los hombres. Debe haber habido tambin un gran nmero de mujeres que creyeron. Hechos 3:9 dice que todo el pueblo vio al hombre lisiado, y 4:1, 2 indica que le estaban enseando a todo el pueblo, tanto a hombres como a mujeres. Se ve con claridad que, aunque los funcionarios ya no se sentan indiferentes ante lo que los apstoles estaban haciendo, an eran tenidos en gran estima por el pueblo. Ante El Tribunal (4:5-12) Aconteci al da siguiente, que se reunieron en Jerusaln los gobernantes, los ancianos y los escribas, y el sumo sacerdote Ans, y Caifs Juan y Alejandro, y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; y ponindoles en medio, les preguntaron: Con qu potestad, o en qu nombre, habis hecho vosotros esto? Entonces Pedro, lleno del Espritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel; Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qu manera ste haya sido sanado, sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucit de los muertos, por l este hombre est en vuestra presencia sano. Este Jess es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ngulo. Y en ningn otro hay salvacin; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Al da siguiente los gobernantes (los ejecutivos o miembros oficiales del Sanedrn, que era el Senado y Corte Suprema de los judos), los ancianos y los escribas (maestros de la Ley, expertos en la Ley) que estaban en Jerusaln, tuvieron una reunin. Con ellos se unieron especficamente Ans, Caifs, Juan, Alejandro, y todos los dems parientes del sumo sacerdote que estaban en la ciudad en aquel momento. Aqu se llama sumo sacerdote a Ans. Oficialmente, fue sumo sacerdote desde el ao 6 hasta el 15 d.C. Entonces fue nombrado su hijo Jonatn por unos tres aos. Despus fue hecho sumo sacerdote oficial Caifs, yerno de Ans (18-36 d.C). Pero Ans sigui siendo el verdadero poder detrs del trono. El pueblo no haba aceptado que los romanos lo depusieran, y todava lo consideraba como el verdadero sumo sacerdote. En el Antiguo Testamento, Aarn haba sido nombrado sumo sacerdote de por vida. La Ley no especificaba que los gobernantes seculares pudieran cambiar esto. Por consiguiente, Jess

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fue llevado primero a la casa de Ans (Juan 18:13), y despus a la de Caifs (quien es probable que ocupara una parte del mismo edificio, junto al mismo patio). Ans y Caifs, junto con algunos familiares ms de Ans, formaban en realidad una estrecha corporacin que controlaba el Templo. Es posible que el Juan que se menciona fuera Jonatn, el hijo de Ans. Alejandro debe haber sido uno de los dirigentes de los saduceos. Hicieron que Pedro y Juan se pusieran de pie en medio del tribunal que se haba reunido, que era bsicamente el mismo que haba condenado a Jess. (Su lugar de reunin, segn Josefo, se encontraba al oeste de la zona del Templo.) Entonces comenzaron su interrogatorio preguntndoles con qu (qu clase) de potestad (dynamis, gran poder) o en qu nombre (esto es, con qu autoridad) habis hecho vosotros (plural) esto? La expresin "qu potestad" es usada aqu en forma derogatoria. Estaban tratando de asustar a los discpulos, o incluso espantarlos. Quiz recordaran la forma en que haban huido llenos de miedo cuando Jess haba sido arrestado. El versculo 13 seala que sentan desprecio por ellos, porque no haban sido instruidos en sus escuelas. Era cierto. Pedro se haba rebajado ante una doncella en el patio cuando aquel mismo grupo se hallaba reunido en torno a Jess. Pero ahora las cosas eran diferentes. Cuando comenz a hablar, fue lleno del Espritu Santo. La forma del verbo griego indica aqu una nueva llenura. Esto no significa que hubiera perdido nada del poder y la presencia del Espritu que haba recibido en el da de Pentecosts. En vista de las presiones de aquella situacin crtica, el Seor simplemente haba aumentado su capacidad y le haba dado esta nueva plenitud para satisfacer esta nueva necesidad de poder para testificar. Aqu podemos ver tambin una aplicacin prctica de las instrucciones y la promesa de Jess que aparecen en Mateo 10:19, 20 y Lucas 21:12-15. No deban meditar sobre lo que habran de hablar; el Espritu de su Padre Celestial hablara en ellos y por ellos. De esta manera, en lugar de tratar de defenderse a s mismos, el Espritu hara de sus palabras un testimonio. Podemos tener la seguridad de que Pedro y Juan durmieron tranquilamente la noche anterior, y se levantaron renovados. Pedro, lleno nuevamente del Espritu, no dej que los lderes judos lo amedrentaran. Tal como Pablo le dira a Timoteo (2 Timoteo 1:7), Dios no nos ha dado un espritu de cobarda, sino de poder, de amor y de dominio propio (una mente que manifiesta autodisciplina). Con cortesa, Pedro se dirigi a los miembros del concilio llamndoles gobernantes (miembros oficiales del Sanedrn) y ancianos. Despus, en forma muy correcta, les dijo que si estaban haciendo un examen judicial con respecto a la buena obra hecha a favor de un ser humano dbil, para saber de qu manera haba sido (y segua estando) sano (salvado, restaurado), entonces l tena la respuesta. A continuacin, Pedro proclam que en (por) el nombre de Jess, a quien ellos haban crucificado, y Dios haba levantado de entre los muertos, por (en) El aquel hombre estaba en presencia de ellos sano (plenamente restaurado en su salud). Qu contraste tan notable hace Pedro entre lo que aquellos gobernantes le haban hecho a Jess, y lo que Dios le haba hecho! Entonces cit un pasaje que aquellos mismos jefes de los sacerdotes y ancianos haban odo de Jess anteriormente. En una ocasin haban retado la autoridad de Jess para ensear. El les respondi con parbolas y cit despus el Salmo 118:22. (Vea Mateo 21:23, 42, 45; 1 Pedro 2:7) Sin embargo, Pedro lo hace personal. Este (enftico) es la piedra reprobada (ignorada, despreciada) por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ngulo (esto es, porque ha sido exaltado a la derecha del Padre). Despus Pedro explica lo que significa esto. En ningn otro hay salvacin (la salvacin que ellos esperaban que trajera el Mesas no se halla en ningn otro), porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres (seres humanos) en que podamos ser salvos." Podamos" es una palabra enftica. Si no encontramos salvacin a travs del nombre (la Persona) de Jess, nunca la encontraremos. De esta forma, la sanidad del hombre cojo sirvi de testimonio de que Jess es el nico Salvador. Los lderes judos no crean que Jess sirviera para nada; sin embargo. Dios lo haba elevado a un valor nico y supremo. En l, como lo muestra tambin el captulo 53 de

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Isaas, est la salvacin prometida. Slo hay una salvacin; slo un camino (Hebreos 10:1222). Nunca habr otro Mesas enviado por Dios, ni tampoco otro Salvador. Muchos han afirmado ser mesas o salvadores; muchos han presentado otros caminos de salvacin. Pero todos ellos se hallan en oposicin a nuestro Seor Jesucristo. Slo tenemos una decisin que hacer cuando nos enfrentamos a las afirmaciones de Cristo: podemos aceptarlo o rechazarlo. Otros caminos que quiz parezcan derechos, slo pueden conducir a la destruccin (Proverbios 14:12; Mateo 7:13). No es popular ser tan exclusivista. La mayora de los no creyentes que no son ateos quisieran pensar que hay muchas maneras de encontrar a Dios. Algunas sectas hasta tratan de combinar lo que ellos suponen que hay de bueno en diversas religiones. Pero todo esto es en vano. Dios ha rechazado todos los dems caminos. Slo en Cristo hay esperanza. Esto es lo que pone la pesada responsabilidad de la Gran Comisin sobre nuestros hombros. Si hubiera alguna otra forma de salvarse, nos podramos permitir tomar las cosas con calma. Pero no hay esperanza para nadie lejos de la salvacin por medio de Cristo. Pedro Y Juan Hablan Valientemente (4:13-22) Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocan que haban estado con Jess. Viendo al hombre que haba sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podan decir nada en contra. Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre s, diciendo: Qu haremos con estos hombres? Porque de cierto, seal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusaln, y no lo podemos negar. Sin embargo, para que no se divulgue ms entre el pueblo, amenacmosles para que no hablen de aqu en adelante a hombre alguno en este nombre. Y llamndolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseasen en el nombre de Jess. Mas Pedro y Juan respondieron dicindoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y odo. Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando ningn modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se haba hecho, ya que el hombre en quien se haba hecho este milagro de sanidad, tena ms de cuarenta aos. Los sacerdotes y ancianos se maravillaban (se asombraban) al ver el denuedo (libertad para hablar) de Pedro y Juan, especialmente porque se daban cuenta de que eran hombres sin letras (sin instruccin, en el sentido de no haber asistido a una escuela rabnica, ni haberse sentado ante un gran rab como Gamaliel) y del vulgo (hombres no profesionales, laicos). Esto no quiere decir que fueran personas totalmente iletradas. Ellos haban asistido a las escuelas de la sinagoga en sus pueblos natales, pero no eran maestros profesionales, ni conferencistas entrenados, como los escribas y los doctores. Los laicos de ordinario no hablaban con esa autoridad. Debe haber sido difcil para Pedro y Juan enfrentarse a semejante presuncin. Pero la clave de su denuedo y su libertad para hablar era, por supuesto, que haban sido llenos del Espritu nuevamente. l fue quien les dio las palabras que deban decir. Entonces, algo ms estremeci a estos lderes judos. La expresin "les reconocan" no significa que les hacan ms preguntas. El griego significa ms bien simplemente que fueron reconociendo de forma gradual que haban estado con Jess. Quiz las palabras de Pedro les trajeran a la memoria lo que Jess haba dicho. A medida que pensaban en su enfrentamiento con Jess, iban recordando que El tena discpulos consigo. Ahora reconocan que Pedro y Juan se hallaban entre ellos. Jess tambin haba hablado con autoridad. Deben haber estado asombrados, porque crean que se libraran de Jess crucificndolo. Pero ahora los discpulos, entrenados por El, hablaban de la misma forma. Jess haba hecho milagros como seales. Ahora los apstoles estaban haciendo lo mismo. A continuacin, los ancianos se enfrentaron con algo ms. El hombre que haba sido sanado se hallaba all de pie, junto a Pedro y a Juan. De pronto, los sacerdotes y los ancianos se hallaron sin nada ms que decir. Qu podan decir contra un milagro as?

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Entonces los dirigentes les ordenaron a Pedro y a Juan que saliesen del concilio (el Sanedrn), esto es, del cuarto donde se estaban reuniendo. Despus los lderes del Sanedrn conferenciaban entre s. No saban qu hacer con Pedro y Juan. No podan negar que una seal manifiesta (una obra reconocida como sobrenatural) haba sido hecha por (a travs de) ellos, y se hallaba ante la vista de todos los habitantes de Jerusaln. Esto podra implicar que ellos no negaban la resurreccin de Jess. Lo que les molestaba era el hecho de que los apstoles la estuvieran usando para ensear que haba una resurreccin futura para todos los creyentes. Anteriormente, para salir de este problema, haban sobornado a los soldados para que dijeran que el cuerpo de Jess haba sido robado (Mateo 28:12, 13). An hoy hay algunos que discuten que las mujeres y los discpulos fueron a mirar a una tumba equivocada. Pero las mujeres se haban fijado bien en dnde colocaban a Jess (Lucas 23:55). En realidad, estos dirigentes judos no eran tontos ni tenan nada de simples. Saban lo difcil que es deshacerse de un cuerpo. Por lo tanto, hubieran realizado una bsqueda intensiva del cuerpo si no hubieran sabido que El haba resucitado de entre los muertos. Pero para ser salvo hace falta ms que creer con la cabeza o aceptar mentalmente la verdad de la resurreccin de Cristo (Romanos 10:9, 10). Puesto que no tenan forma lgica de replicarles a Pedro y a Juan, decidieron que el mejor curso de accin era suprimir su enseanza sobre Jess y la resurreccin. Saban que no podran sobornar a los discpulos. Por consiguiente, los amenazaran para que no hablasen ms en este nombre (basados en l) a nadie. Cuando hicieron regresar al cuarto a Pedro y a Juan, les ordenaron que no hablaran (no abrieran la boca ni dijeran una sola palabra) en ninguna manera o ensearan en el nombre de Jess. Pero estas amenazas no intimidaron a los dos apstoles. Corts, pero firmemente, volvieron a poner en ellos la responsabilidad: les pidieron a los dirigentes judos que juzgaran (o decidieran) si era justo delante de Dios orlos a ellos y no a l. Entonces declararon valientemente que no podan dejar de hablar sobre lo que haban visto y odo. Los miembros del Sanedrn queran encontrar alguna forma de castigar a Pedro y a Juan. De hecho, lo que se sugiere es que trataron por todos los medios. Pero no pudieron por causa del pueblo. Todos estaban glorificando a Dios por lo que se haba hecho, especialmente porque este hombre que haba nacido lisiado, ya tena ms de cuarenta aos. Debido a esto, se limitaron a aadir ms amenazas a sus advertencias anteriores y los dejaron ir. Esto fue un gran error por parte de ellos, porque le hizo saber al pueblo que Dios poda librar del Sanedrn. Dio a conocer que los dirigentes judos no tenan acusacin que hacerles a estos apstoles, ni tenan forma alguna de refutar su mensaje. Un Denuedo Renovado (4:23-31) Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les haban dicho. Y ellos, habindolo odo, alzaron unnimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Seor, t eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste: Por qu se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, y los prncipes se juntaron en uno contra el Seor, y contra su Cristo. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jess, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo haban antes determinado que sucediera. Y ahora. Seor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y seales y prodigios mediante el nombre de tu Santo Hijo Jess. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembl; y todos fueron llenos del Espritu Santo y hablaban con denuedo la palabra de Dios. Tan pronto como fueron dejados en libertad, Pedro y Juan regresaron a los suyos (los creyentes que estaban reunidos, y seguramente estaban orando por ellos). All relataron todo lo que el sumo sacerdote y los ancianos les haban dicho, sin callarse nada. Ellos reaccionaron alzando su voz (aqu voz es singular, con lo que se indica que oraron al unsono) unnimes, con un mismo propsito, en oracin a Dios. Sin embargo, es probable

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que la oracin que recoge aqu la Biblia haya sido hecha por uno de ellos que actuara como vocero de todos. Podemos aprender mucho de esta oracin. En primer lugar, como es el caso de la mayora de las oraciones de la Biblia, reconocieron quin es Dios. Se dirigieron a El cmo Seor (una palabra distinta de la usada en los dems lugares de la Biblia, que significa Dueo, Propietario, Soberano). Despus reconocieron que slo El es Dios, el Creador del universo y de todo lo que hay en l. A continuacin, fundaron su peticin en la Palabra inspirada de Dios hablada por el Espritu por medio de la boca de David. Tambin la mayora de las oraciones de la Biblia se fundamentan en la Palabra de Dios que ya ha sido dicha. En el Salmo 2:1, 2, vieron Palabra del Seor que se haba cumplido en la oposicin de estos lderes judos. El salmo habla de los paganos (la naciones, los gentiles) que se amotinan, y los pueblos (plural) que piensan (planean, elaboran) cosas vanas (vacas, tontas, ineficaces). Los reyes de la tierra y sus prncipes que se renen contra el Seor y su Cristo (su Mesas, su Ungido) son tambin gentiles. De esta manera, esta oracin inspirada por el Espritu reconoca que los dirigentes judos se hallaban en la misma categora que las naciones extranjeras que siempre se estaban amotinando, puesto que siempre estaban conspirando contra Dios y contra Jess. Hay un precedente para esto en los profetas del Antiguo Testamento, que algunas veces usaron la palabra goi (gentil) para Israel, porque se haba apartado de Dios. Herodes (Herodes Antipas), Pilato, los gentiles y el pueblo (pueblos) de Israel, se haban reunido realmente (en forma hostil) contra Jess, el santo Hijo de Dios. Como anteriormente, santo Hijo significa el Siervo dedicado y consagrado del Seor (como en Isaas 52:13 a 53:12). Sin embargo, slo podan hacer lo que la mano de Dios (esto es, el poder de Dios) y su consejo haban determinado antes (limitado de antemano) que sucediera. A pesar de esto, eran responsables de sus obras, porque haban decidido realizarlas libremente. En tercer lugar, los creyentes fundaron su peticin en lo que Dios haba hecho a travs de Jess. La mano de Dios tena dominio sobre la situacin cuando permiti la muerte de Jess. El era verdaderamente el Siervo de Dios que haba realizado la voluntad divina a favor de ellos. Podan ahora acercarse a Dios fundndose en lo que haba sido cumplido a cabalidad a travs de su muerte y resurreccin (1 Corintios 1:23, 24; 3:11; 2 Corintios 1:20). Su peticin era que el Seor mirara ahora las amenazas del Sanedrn y les diera a sus siervos (esclavos) oportunidades para seguir hablando su Palabra con todo denuedo (y libertad de palabra). Es probable que se sintieran menos seguros ahora, despus de haberse marchado del tribunal, que cuando estaban all; por eso sentiran que necesitaban un denuedo renovado. Aun despus de una victoria espiritual, es posible que Satans nos insine que somos tontos; necesitamos orar para que nuestro valor siga en pie. Tambin Abraham sinti temor durante la noche que sigui a su valiente testimonio ante el rey de Sodoma; Dios lleg a tranquilizarlo y darle nueva seguridad (Gnesis 15:1). Qu oportunidades tendran? La sanidad del hombre cojo slo era el principio. Habra muchas oportunidades ms que Dios les proporcionara al extender su mano para realizar sanidades, seales y prodigios que seran hechos por medio del nombre de su santo Hijo 10 (siervo) Jess. De esta forma oraron pidiendo valor para seguir haciendo lo mismo que haba provocado su arresto y las amenazas del Sanedrn. No queran los milagros por ellos mismos, sin embargo, sino como oportunidades para predicar el Evangelio y como seales para que el pueblo reconociera que era cierto que Jess haba resucitado de entre los muertos. Despus de que ellos oraron, el lugar donde estaban reunidos fue sacudido (por el Espritu, y no por un terremoto), lo cual seala un poderoso acto de Dios. Al mismo tiempo, todos ellos fueron llenos del Espritu Santo, y en su poder, todos siguieron hablando la Palabra de Dios con denuedo (y libertad de palabra). Esta obra del Espritu fue tan grande como los milagros. El texto griego seala de nuevo que fueron llenos del Espritu. Algunos escritores discuten que slo los nuevos convertidos (los cinco mil mencionados en 4:4) fueron llenos en este momento. Pero el griego no permite sostener esto. Todos los creyentes, incluso los apstoles, recibieron esta nueva plenitud para poder enfrentarse a la necesidad continua que tenan y a las presiones que se ejercan sobre ellos. El Espritu Santo llena de nuevo

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repetidas veces a los creyentes todos, como parte de las cosas maravillosas que Dios tiene dispuestas para ellos. Abundante Gracia (4:32-37) Y la multitud de los que haban credo era de un corazn y un alma; y ninguno deca ser suyo propio nada de lo que posea, sino que tenan todas las cosas en comn. Y con gran poder los apstoles daban testimonio de la resurreccin del Seor Jess, y abundante gracia era sobre todos ellos. As que no haba entre ellos ningn necesitado; porque todos los que posean heredades o casas, las vendan, y traan el precio de lo vendido, y lo ponan a los pies de los apstoles; y se reparta a cada uno segn su necesidad. Entonces Jos, a quien los apstoles pusieron por sobrenombre Bernab (que traducido es. Hijo de consolacin), levita, natural de Chipre, como tena una heredad, la vendi y trajo el precio y lo puso a los pies de los apstoles. El nmero de creyentes era cada vez mayor, y seguan teniendo un corazn y un alma. Esto es, formaban una comunidad de creyentes que estaban unnimes, con unidad de pensamiento, de intenciones y de deseos. Ninguno de ellos deca: "Lo que tengo es mo, y tengo miedo de que lo pueda necesitar." En cambio, sentan amor y responsabilidad los unos por los otros, y compartan todas las cosas. Dios satisfaca sus necesidades, y ellos crean que El lo seguira haciendo. La misma actitud que haba surgido despus de que haban sido llenos del Espritu por primera vez en el da de Pentecosts, segua prevaleciendo (Hechos 2:44, 45). Tampoco ahora se obligaba a nadie. Lo compartan todo, simplemente como expresin de su amor y su unidad de pensamiento y de corazn en el cuerpo nico de Cristo. (Compare con Calatas 6:10.)" Al mismo tiempo, los apstoles seguan dando testimonio de la resurreccin del Seor Jess. Pero la obra del Espritu no estaba limitada a los apstoles, porque abundante gracia era sobre todos los creyentes. El versculo 34 muestra cmo se expresaba esta gracia. No haba entre ellos ningn necesitado, porque todos los que eran dueos de tierras o de casas, las estaban vendiendo, e iban trayendo el precio de lo que vendan. Aqu el texto griego no quiere decir que todos vendieran sus propiedades inmediatamente. Ms bien, que de vez en cuando se haca esto, a medida que el Seor les llamaba la atencin sobre las necesidades. Entonces ponan el dinero a los pies de los apstoles (y bajo su autoridad), y ellos distribuan a cada uno en proporcin a su necesidad. Despus de esta afirmacin general. Lucas nos da un ejemplo especfico, escogido porque les sirve de fondo a los sucesos con los que comienza el captulo siguiente. Jos, a quien los apstoles le haban puesto el sobrenombre (le haban dado el nombre adicional) de Bernab, vendi un campo, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apstoles. No queda en claro si se le dio este nombre por lo que hizo en aquel momento, o por sus obras anteriores. Por lo que vemos posteriormente en Bernab, tena una personalidad que cuadraba en el significado de ese sobrenombre, "hijo de consolacin" (o de exhortacin, de nimo). La expresin "Hijo" era usada con frecuencia en hebreo y en arameo para sealar el carcter o la naturaleza de una persona. El nombre Bernab se deriva probablemente de una frase aramea que significa "hijo de la profera o de la exhortacin". Tuvo xito. Nunca se le vuelve a llamar Jos. Bernab era un levita de Chipre, la gran isla que se halla frente a la costa sur del Asia Menor. Fue un buen ejemplo de los que se preocupan por los creyentes necesitados, y tambin de mayordoma cristiana.

6.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 05 Con el ejemplo de Bernab ante ellos, dos miembros de la comunidad de creyentes conspiraron para conseguir el mismo tipo de atencin que se le daba a l. Aqu se indica

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claramente que eran creyentes que gozaban de las bendiciones de Dios. Saban lo que era ser llenos del Espritu. Escuchaban la enseanza de los apstoles, vean los milagros y compartan la comunin. Es evidente que estaban algo celosos de Bernab, especialmente porque no era oriundo de la ciudad. De manera que ellos tambin, como haba hecho l, vendieron una tierra, una parcela de terreno. Pero en todo lo dems, lo que hicieron contrastaba fuertemente con lo hecho por l. Un Rpido Juicio (5:1-10) "Pero cierto hombre llamado Ananas, con Safira su mujer, vendi una heredad, y sustrajo del precio, sabindolo tambin su mujer; y trayendo slo una parte, la puso a los pies de los apstoles. Y dijo Pedro: Ananas; por qu llen Satans tu corazn para que mintieses al Espritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Retenindola, no se te quedaba a ti? y vendida, no estaba en tu poder? Por qu pusiste esto en tu corazn? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al or Ananas estas palabras, cay y expir. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Y levantndose los jvenes, lo envolvieron, y sacndolo, lo sepultaron. Pasado un lapso como de tres horas, sucedi que entr su mujer, no sabiendo lo que haba acontecido. Entonces Pedro le dijo: Dime, vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: S, en tanto. Y Pedro le dijo: Por qu convinisteis en tentar al Espritu del Seor? He aqu a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarn a ti. Al instante ella cay a los pies de l, y expir; y cuando entraron los jvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido". Ananas se guard para s parte del precio. Safira lo saba, y por tanto estaba de acuerdo con l y era igualmente culpable. Despus, trajo parte de l y la puso a los pies de los apstoles, dando la impresin de que haba hecho lo mismo que Bernab. Pedro, actuando como representante y vocero de los doce apstoles, supo de inmediato lo que haba hecho. No tena espas que le reportaran las cosas, pero tena al Espritu Santo. Quiz esto le fuera revelado a travs de uno de los dones de revelacin, como la Palabra de Sabidura o la Palabra de Ciencia. Le pregunt a Ananas por qu Satans (el Satans, el Adversario) haba llenado su corazn para que le mintiese al Espritu Santo y se guardara para s parte del precio del campo. La pregunta "Por qu?" llama la atencin sobre el hecho de que su accin era voluntaria; no haba excusa para lo que haban hecho. Antes de venderlo, haba seguido siendo suyo, y no los estaban obligando a venderlo. Despus de venderlo, todava se hallaba en su poder (autoridad). No haba nada que los obligara a darlo todo. Lo que l haba concebido en su corazn era una mentira, no para engaar a los hombres, sino a Dios. Satans se hallaba detrs de lo que hicieron Ananas y Safira. Parece que a causa de su celo, falta de fe y amor por el dinero, el Espritu del Seor haba sido contristado, y ellos estaban en malas relaciones con Dios. Estas cosas no sucedieron de un da para otro. Pero en el instante en que haban conspirado juntos. Satans haba llenado sus corazones (su ser interior entero) y no haba lugar para que el Espritu Santo permaneciera all. Podan haber resistido a Satans (Santiago 4:7). Pero dejaron que el orgullo, el amor propio y el amor al dinero los poseyeran. El amor al dinero es la raz de todos (todas las clases de) males (1 Timoteo 6:10). O sea, que una vez que el amor al dinero toma posesin de una persona, no hay mal que no pueda o no est dispuesta a hacer. Cuando es el amor al dinero lo que la controla, una persona hace cosas que de otra manera nunca hubiera hecho, incluyendo el asesinato y todas las dems clases de pecado. Tambin se ve claramente que si una persona est llena de amor al dinero, no puede amar a Dios (Mateo 6:24). Guardarse parte del precio de la heredad era tambin una seal de falta de fe y de confianza plena en Dios. Posiblemente tenan temor de que la Iglesia se desplomara, y pensaban que era mejor que guardaran una buena parte en caso de que esto sucediera.

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Tambin se ve claro que al mentirle al Espritu Santo, que era el que guiaba a la Iglesia, a los creyentes y a los apstoles, le estaban mintiendo a Dios. Esta comparacin de los versculos 3 y 4 hace ver con claridad que el Espritu Santo es una Persona divina. Mientras Ananas todava estaba oyendo a Pedro, "cay y expir". Esto es, exhal el ltimo suspiro. Esto podr parecer un castigo muy severo. Ciertamente lo fue. Pero Dios realiz este juicio al principio de la historia de la Iglesia, para que la Iglesia supiera lo que El piensa de la falta de fe, la codicia y la hipocresa egosta que le miente a El mismo. (Vea 1 Pedro 4:17.) En los tiempos de los comienzos. Dios es ms severo con frecuencia. Cuando los hijos de Aarn ofrecieron fuego extrao (extranjero, pagano) ante el Seor, sali fuego del Santo de los Santos y los quem (Levtico 10:1, 2). Despus de aquello, el pueblo fue ms cuidadoso al acercarse a Dios, en cuanto a la forma en que El quera que se hicieran las cosas. Cuando Israel entr por primera vez en la tierra prometida, Acn fue tomado como ejemplo (Josu 7). El primer intento de David para trasladar el arca, fue usando una carreta, como lo haban hecho los filisteos. Hubo una muerte a consecuencia de ello. La segunda vez, tuvo buen cuidado de transportarla a hombros de los levitas, como Dios lo haba ordenado. Debemos destacar tambin que la mentira de Ananas era premeditada. Cuando l muri, vino un gran temor (terror y espanto) sobre todos los que lo oyeron. Saban ahora que el Espritu Santo tena gran poder. El es ciertamente santo, y no da buenos resultados mentirle. No hay duda de que aquello evit que otros cometieran el mismo tipo de pecado. No se esperaba mucho tiempo para enterrar a las personas en aquellos das. Segn las 4 costumbres, los jvenes lo envolvieron rpidamente en una sbana de lino, lo sacaron de la dudad y lo enterraron. Unas tres horas ms tarde entr Safira, sin saber lo que le haba sucedido a su esposo. Es evidente que iba en busca de elogios y alabanza. Pedro respondi a sus miradas inquisitivas preguntndole si ella y su esposo haban vendido la tierra por la cantidad que l haba trado. As le estaba dando una oportunidad para confesar la verdad. Pero ella minti tambin. Pedro fue igualmente severo con ella. Su pregunta indicaba claramente que saba que ella y su esposo se haban puesto de acuerdo para tentar al Espritu Santo (ponerlo a prueba). Deliberadamente, estaban tratando de ver lo lejos que podan llegar en su desobediencia sin provocar la ira de Dios. (Compare con xodo 17:2; Nmeros 15:30, 31; Deuteronomio 6:16; Lucas 4:12.) Entonces Pedro le llam la atencin sobre los pies de los jvenes que entraban por la puerta y regresaban de enterrar a su esposo. Ellos la llevaran a ella tambin. De esta forma, por el mismo tipo de milagro de juicio divino, Safira cay de inmediato a los pies de Pedro y expir. Entonces llegaron los jvenes, la encontraron muerta, la sacaron y la enterraron junto a Ananas. (Es probable que los pusieran en un nicho dentro de una tumba, ya fuera en una cueva o en una tumba cavada en el costado de una colina.) Purificada y Creciente (5:11-16) "Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas. Y por la mano de los apstoles se hadan muchas seales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unnimes en el prtico de Salomn. De los dems, ninguno se atreva a juntarse con ellos, mas el pueblo los alababa grandemente. Y los que crean en el Seor aumentaban ms, gran nmero as de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponan en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venan a Jerusaln, trayendo enfermos y atormentados de espritus inmundos; y todos eran sanados". Una vez ms se insiste en que un gran temor vino sobre toda la Iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas. Pero el temor era un temor santo, y no dividi a la Iglesia ni fue obstculo para la obra de Dios. Algunas personas tienen la idea de que debemos rebajar las exigencias de Dios para que la Iglesia pueda progresar en el mundo de hoy. Sin embargo, esto nunca ha sido cierto. La Iglesia siempre se ha fortalecido cuando ha logrado tener visin de la santidad de Dios.

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Los apstoles continuaron llenos del Espritu y de poder y haciendo muchas seales milagrosas y prodigios sobrenaturales. Estos milagros nunca fueron hechos por exhibicin. Al contrario, todos servan para mostrar la verdad del Evangelio y el hecho de que Jess tena inters en los suyos y en sus necesidades. La Iglesia tambin continu unnime, reunindose diariamente a las horas de oracin en el prtico de Salomn en el Templo (y probablemente llenando tambin el patio del Templo que se hallaba junto a ella). El temor que haba surgido a consecuencia de la muerte de Ananas y Safira, afect tambin a los no creyentes, de tal manera que ninguno de ellos se atreva a juntarse con ellos. Esto es, los no creyentes no se atrevan a mezclarse con la muchedumbre de los creyentes y fingir que eran del grupo (quiz por curiosidad o quiz en la esperanza de recibir parte de las bendiciones). Sin embargo, esto no significa que el crecimiento de la Iglesia se hiciera ms lento. Cuando el pueblo vio cmo Dios trataba el pecado en medio de los creyentes, se dio cuenta de que la Iglesia toda estaba agradando a Dios y tena altas normas de honradez y justicia. Por esto la alababa grandemente. El resultado cierto fue que se aadan cada vez ms creyentes al Seor (al Seor Jess, y no slo a la Iglesia como cuerpo externo), gran nmero (multitud) tanto de hombres como de mujeres. Se ha sugerido que el nmero de creyentes era superior a los diez mil en aquellos momentos. Como los creyentes confiaban en el Seor, traan a los enfermos (entre ellos los lisiados, los cojos y los dbiles), los sacaban a las calles (a las calles anchas o a las plazas pblicas) y los ponan en camas (reclinatorios, literas) y (lechos colchones, mantas), para que cuando Pedro pasase, al menos su sombra cubriera a algunos de ellos. Es decir, crean que el Seor honrara la fe de Pedro y la de ellos, aun si Pedro no poda detenerse para imponer manos sobre cada uno de ellos. La noticia de lo que Dios estaba haciendo se corri por los poblados circundantes de la Judea. Pronto, debido a su fe recin descubierta, comenz a llegar una multitud procedente de aquellos poblados, trayendo a los enfermos (aqu se incluyen los enfermos, los dbiles, 7 los cojos y los lisiados) y a los atormentados (vejados, molestados) de espritus inmundos. Probablemente todos ellos, incluyendo los del versculo 15, fueran sanados. Aquel momento era una circunstancia crtica en la historia de la Iglesia, y Dios haca cosas especiales. El Arresto De Los Doce Apstoles (5:17-26) "Entonces levantndose el sumo sacerdote y todos los que estaban con l, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; y echaron mano a los apstoles y los pusieron en la crcel pblica. Mas un ngel del Seor, abriendo de noche las puertas de la crcel y sacndolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. Habiendo odo esto, entraron de maana en el templo, y enseaban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con l, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la crcel para que fuesen trados. Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la crcel; entonces volvieron y dieron aviso, diciendo: Por cierto, la crcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro. Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, dudaban en qu vendra a parar aquello. Pero viendo uno, les dio esta noticia: He aqu, los varones que pusisteis en la crcel estn en el templo, y ensean al pueblo. Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles, y los trajo sin violencia, porque teman ser apedreados por el pueblo". Una vez ms, los saduceos del lugar, entre los cuales estaban el sumo sacerdote y sus amigos ms cercanos, estaban molestos. Esta vez, estaban llenos de indignacin. La palabra griega (zelo) puede significar celo o entusiasmo en buen sentido, o puede significar tambin la peor forma de celos. No es fcil ver cmo se usa esta palabra aqu. Tambin implica espritu partidista y celo por sus enseanzas saduceas contra la resurreccin. Podemos estar seguros de que detestaban ver que las multitudes se reunan alrededor de los apstoles. Aquella indignacin celosa hizo que los saduceos se levantaran (se pusieran en accin), arrestaran a los apstoles y los echaran a la crcel pblica. En realidad, lo que hay aqu es un adverbio que significa "pblicamente". Esto es, aquello fue hecho delante de una multitud

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que miraba. Es evidente que los sacerdotes y los saduceos se sentan desesperados. Esta vez se atrevieron a arriesgar la desaprobacin de la muchedumbre. Durante la noche, un ngel (el griego no tiene el artculo determinado "el") del Seor abri las puertas de la prisin y les dijo a los apstoles que fueran, y puestos de pie en el Templo, anunciaran al pueblo todas las palabras de esta vida, esto es, las palabras que le dan vida a todo aquel que crea. (Vea Juan 6:68.) El Evangelio es ms que una filosofa o un conjunto de preceptos. Por medio de la obra del Espritu Santo, es capaz de dar vida. Debido al mandato del ngel, entraron de maana (al amanecer) en el Templo y comenzaron a ensear en pblico. Esto debe haber asombrado a los que haban visto que los haban arrestado y echado a la crcel la noche anterior. Tambin les debe haber ayudado a ver que Dios segua con los apstoles, y apoyando su mensaje. Aquella misma maana, algo ms tarde, el sumo sacerdote y los que estaban con l, convocaron al concilio (el Sanedrn). Se identifica con ms claridad a este concilio como el 8 conjunto o Senado de todos los ancianos de los hijos de Israel. Esta expresin parece significar que los setenta miembros se hallaban presentes. Tambin est diciendo implcitamente que en la ocasin anterior, cuando Pedro y Juan fueron arrestados (y en otras ocasiones, como en el juicio de Jess), slo se haba llamado a los que eran saduceos controlados por el sumo sacerdote. Como eran la mayor parte del Sanedrn, constituan qurum. Pero esta vez, como saban que iban en contra de la mayora del pueblo de Jerusaln, reunieron todo el concilio, esperando que estuviera de acuerdo con su decisin y apoyara el castigo a los apstoles. Cuando enviaron a los alguaciles (sirvientes, ayudantes) a la prisin para buscar a los apstoles, no estaban all. Al regresar, los alguaciles les reportaron que haban encontrado la prisin todava cerrada con toda seguridad, o sea, con las puertas todava firmemente cerradas, y con los guardas de pie junto a las puertas. Pero, cuando abrieron las puertas, no encontraron nadie dentro. Estas palabras hicieron que el sumo sacerdote y los que estaban con l sintieran una duda (y turbacin) que les preocupaba, y se preguntaran en qu vendra a parar aquello. (Aqu se traduce una forma de la palabra griega que se traduce por convertirse, suceder.) Tambin significa que se preguntaban y se preocupaban sobre qu sucedera despus. En aquel momento lleg alguien y les inform que los hombres que deban estar en prisin, se hallaban en el Templo de pie, ensendole al pueblo pblica y abiertamente. Entonces el jefe de la guardia (comandante de la guardia del Templo) fue con los alguaciles (sirvientes, ayudantes del Templo) y trajo a los Doce sin violencia (sin uso de fuerza). Fueron cuidadosos, porque tenan miedo de que el pueblo se les rebelara y los apedreara. Haba tenido que tratar con multitudes anteriormente y saban lo que el espritu y la violencia de las masas pueden hacer. Por supuesto que, en realidad, no tenan necesidad de usar fuerza. Los apstoles fueron voluntariamente, aunque saban tambin que no tenan ms que decir una palabra, y la multitud habra apedreado a aquellos alguaciles por blasfemadores de los siervos de Dios y enemigos suyos. Sin embargo, no hay duda de que los apstoles tenan la esperanza de que aquel arresto se convertira en otra oportunidad para dar testimonio de su Mesas y Salvador. El Veredicto: Matarlos! (5:27-33) "Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les pregunt, diciendo: No os mandamos estrictamente que no enseaseis en ese nombre? Y ahora habis llenado a Jerusaln de vuestra doctrina, y queris echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. Respondiendo Pedro y los apstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres levant a Jess, a quien vosotros matasteis colgndole en un madero. A ste. Dios ha exaltado con su diestra por Prncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdn de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y tambin el Espritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. Ellos, oyendo esto, se enfurecan y queran matarlos".

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El sumo sacerdote prefiri no preguntarles a los discpulos cmo haba salido de la prisin. Obviamente, se trataba de algo sobrenatural, y posiblemente no quisiera or hablar de ngeles, puesto que no crea en ellos. Por esto, comenz por preguntarles a los apstoles si el Sanedrn no les haba mandado estrictamente que no enseasen en ese nombre (una referencia despectiva al nombre de Jess). Despus los acus de llenar a Jerusaln con su doctrina (enseanza), y de querer echar sobre los dirigentes judos "la sangre de ese hombre". La afirmacin de que haban llenado a Jerusaln con sus enseanzas era una gran admisin de la eficacia que tena el testimonio de los apstoles. No obstante, el sumo sacerdote entendi mal sus intenciones, probablemente porque, a pesar de s mismo, se senta culpable por lo que se haba hecho con Jess. De manera que la declaracin de que los apstoles queran vengar en ellos la muerte de Jess, no era ms que una simple calumnia y era completamente falsa. Pedro y los apstoles (siendo Pedro el vocero de todos) no pidieron disculpas. Sin dudar un instante, respondieron: "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres (los seres humanos)." "Obedecer" es aqu una palabra usada para expresar la obediencia a alguien que se halla en autoridad, como en Tito 3:1. Al estar conscientes de la autoridad de Cristo, estaba diciendo el equivalente a: "Tenemos que obedecer." Anteriormente, en Hechos 4:19, dijeron: "Juzgad." Pero el Sanedrn no juzg que los apstoles tenan una necesidad dispuesta por Dios, de esparcir el Evangelio. Por tanto, ahora ellos tenan que declararse con toda fortaleza. Pedro no dud en recordarles cmo el Dios de sus padres (el Dios que guarda su pacto, el Dios que le haba hecho la promesa a Abraham) resucit a Jess. Despus, una vez ms, hizo un contraste entre la forma en que Dios trat a Jess y la forma en que los dirigentes judos lo trataron, colgndolo de un madero. Contrariamente a lo que ellos teman, los apstoles no deseaban, ni Dios tena la intencin de castigarlos por esto. Ms bien. Dios haba exaltado a Jess, el mismo que ellos haban crucificado, con (a) su diestra para que fuera Prncipe (autor, fundador) y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento (es decir, oportunidad de arrepentirse) y perdn de pecados. Por supuesto que Pedro aqu no tiene la intencin de restringir esta ofrenda de perdn a Israel, sino simplemente aplicarla a aquellos con los que estaba hablando. El propsito de Dios era darles perdn y salvacin a todos los pecadores. Su culpa sera cancelada si queran arrepentirse. Al exaltar a Jess, Dios lo haba puesto en una posicin donde sera fcil arrepentirse o cambiar su actitud con respecto a l. Como anteriormente, los apstoles hicieron resaltar que ellos eran los testigos de Cristo y de estas cosas (estas palabras; griego rhemton, vocablo usado para las "palabras" de esta vida en el versculo 20). Despus Pedro aadi que tambin lo era el Espritu Santo que Dios haba dado (y todava da, como en el da de Pentecosts) a los que le obedecen (y reconocen su autoridad). El es el Dador (Juan 15:26, 27). Se ve bien claro que el don del Espritu no estara limitado a los apstoles o a su poca. Evidentemente, la mayora del Sanedrn pens que las palabras de Pedro significaban que los apstoles no slo los consideraban culpables de la muerte de Jess, sino tambin de negarse a aceptar la autoridad de Dios y obedecerlo. (De hecho, los apstoles unieron su testimonio al testimonio del Espritu.) Por esto, en lugar de aceptar la oferta de n arrepentimiento, se enfurecieron (se sintieron atravesados, tocados hasta la mdula con ira, indignacin y celos). Inmediatamente comenzaron los procedimientos para matar a los apstoles. (Se usa la misma palabra para matar aqu, que cuando se habla de matar a Jess, en Hechos 2:23.) El Consejo De Gamaliel (5:34-42) "Entonces levantndose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mand que sacasen fuera por un momento a los apstoles, y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres. Porque antes de estos das se levant Teudas, diciendo que era alguien. A ste se uni un nmero como de cuatrocientos hombres; pero l fue muerto, y todos los que le obedecan fueron dispersados y reducidos a nada. Despus de ste, se levant Judas el galileo, en los das del censo, y llev en pos de s a mucho pueblo. Pereci tambin l, y

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todos los que le obedecan fueron dispersados. Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecer; mas si es de Dios, no la podris destruir; no seis tal vez hallados luchando contra Dios. Y convinieron con l; y llamando a los apstoles, despus de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jess, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Y todos los das, en el templo y por las casas, no cesaban de ensear y predicar a Jesucristo". Los primeros en actuar en contra de los apstoles, fueron los saduceos. Pero esta vez, se haba reunido todo el Sanedrn, y en l haba algunos fariseos prominentes. Entre ellos se hallaba Gamaliel, doctor (maestro autorizado) de la Ley, altamente estimado por todo el pueblo. En el Talmud judo se afirma que era nieto de Hillel (el maestro ms influyente de los fariseos, tenido en gran estima por todos los judos ortodoxos posteriores). Pablo fue instruido por Gamaliel, y se convirti en uno de sus estudiantes ms sobresalientes. Levantndose, Gamaliel se hizo cargo de la situacin y orden que sacaran a los apstoles por un momento. Entonces procedi a advertirle al Sanedrn que tuviera cautela y mirara (le prestara cuidadosa atencin) lo que iba a hacer (o estaba a punto de hacer) a estos hombres. Con dos ejemplos, les record a los miembros del concilio que en el pasado, algunos personajes haban reunido seguidores, pero no haban llegado a nada. El primer ejemplo fue Teudas, quien dijo de s mismo que era alguien. Teudas era un nombre corriente, y es probable que fuera uno de los rebeldes que se levantaron despus de la muerte de Heredes el Grande en el ao 4 a.C. (Josefo habla de otro Teudas que surgi despus.) A este Teudas se le unieron unos cuatrocientos hombres. Fue asesinado, y todos los que le obedecan (y crean en l) fueron dispersados y reducidos a nada. Despus de Teudas, se levant Judas el galileo en los das del censo (hecho para preparar los impuestos). Este llev tras de s un considerable nmero de personas. Pero l tambin pereci, y todos los que le obedecan fueron dispersados. La conclusin a la que lleg Gamaliel fue que deban apartarse de estos hombres y dejarlos (permitir que se fueran), porque si este consejo o esta obra era de (salida de) los hombres, se desvanecera (sera derrocada, destruida). Pero si era de Dios, no podran destruirla (ni destruirlos a ellos), "no seis tal vez hallados luchando contra Dios". Debemos recordar que este era un refrn de los fariseos. Es decir, el relato inspirado dice claramente que fue Gamaliel quien dijo esto; las palabras que se recogen aqu como dichas por l, eran las conclusiones de su propio pensamiento, su razonamiento humano, y no una verdad de Dios. Por supuesto que es cierto que lo que es de Dios no puede ser destruido. Tambin es cierto que es absurdo tratar de unir medios fsicos para destruir fuerzas espirituales. Pero no es cierto que todo lo que es de los hombres sea destruido pronto y sus seguidores sean dispersados. Hay muchas religiones paganas, doctrinas falsas y sectas modernas que mantienen grupos de seguidores despus de muchos aos. Los juicios del final de esta poca las harn llegar a su fin a todas, y las cosas de Dios continuarn. Sin embargo, debemos tener cuidado en no llevar demasiado lejos las palabras de Gamaliel. Lo cierto es que surtieron su efecto sobre el Sanedrn, y los gobernantes fueron persuadidos por l. Despus, hicieron entrar a los apstoles y los azotaron fuertemente (con ltigos que les quitaron la piel de la espalda). La palabra griega puede significar en realidad "despellejar". De esta manera, el concilio an expres su rencor y su indignacin contra los apstoles, probablemente con los 39 latigazos acostumbrados. (Vea 2 Corintios 11:24; Deuteronomio 25:3.) (Jess les haba advertido que esto sucedera: Marcos 13:9.) Entonces, el concilio les intim (les orden) que no hablasen en el nombre de Jess, y se les puso en libertad. Salieron de la presencia del Sanedrn gozosos por haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Es decir, sufrieron por todo lo que incluye el Nombre de Jess, y por tanto su personalidad y naturaleza, especialmente su mesianidad, su divinidad, su condicin de Salvador y su seoro. (Vea Filipenses 2:9, 10.)

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La oposicin de los dirigentes judos se suaviz por un tiempo, y los apstoles pudieron continuar su ministerio con libertad. Todos los das en el Templo, y de casa en casa, nunca cesaban de ensear y predicar las buenas nuevas de Jesucristo (el Mesas Jess). Valientemente, desafiaban las rdenes del Sanedrn, sin prestar atencin alguna a sus amenazas.

7.
Captulo 06 El captulo 4 de los Hechos relata el primer ataque que recibi la Iglesia desde el exterior. El captulo 5 describe un ataque procedente del interior. En ambos casos, la Iglesia sigui creciendo. Ahora vemos en el captulo 6, que el nmero de los discpulos (aprendices, los creyentes que deseaban aprender ms sobre Jess y el Evangelio) segua creciendo an. Los Siete Escogidos (6:1-7) En aquellos das, como creciera el nmero de los discpulos, hubo murmuracin de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribucin diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discpulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espritu Santo y de sabidura, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oracin y en el ministerio de la palabra. Agrad la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varn lleno de fe y del Espritu Santo, a Felipe, a Prcero, a Nicanor, a Timn, a Parmenas, y a Nicols proslito de Antioquia; a los cuales presentaron ante los apstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. Y creca la palabra del Seor, y el nmero de los discpulos se multiplicaba grandemente en Jerusaln; tambin muchos de los sacerdotes obedecan a la fe. Qu sucede cuando crece una comunidad de personas? Todos los recin llegados que se aglomeran, causan problemas. En este caso, la Iglesia creciente tena representacin de todos los estratos sociales de aquel momento en Jerusaln y en Judea. Algunos de ellos haban nacido all y hablaban hebreo en sus hogares; conocan el griego como segundo idioma, puesto que el griego haba sido el idioma del trfico mercantil, el comercio y el gobierno desde los das de Alejandro Magno. En cambio, los judos nacidos fuera de Palestina no saban hebreo bien, y normalmente hablaban en griego. Puesto que representaban a muchos pases, el griego era la nica lengua que todos ellos comprendan. En los captulos anteriores vimos que los creyentes contribuan a un fondo comn para beneficio de los necesitados. A medida que el tiempo fue pasando, la mayora encontraron trabajos, por lo que ya no necesitaron esta ayuda. Sin embargo, las viudas no podan salir a buscar trabajo. No era nada extrao en aquellos das, especialmente entre los gentiles, que las viudas murieran de hambre. As es como, en el momento en que comienza este captulo, las viudas eran las nicas que seguan necesitando la ayuda de este fondo. Es evidente que aquellos creyentes que podan, todava les traan dinero a los apstoles para dicho fondo; los apstoles eran los responsables de que las necesidades de las viudas fueran satisfechas. Es probable que fuera aumentando la tensin durante algn tiempo entre los creyentes que hablaban griego y los que hablaban hebreo, antes de aflorar a la superficie. El idioma siempre es una seria barrera entre las personas. Es fcil que un grupo minoritario se sienta abandonado, especialmente si no entiende el idioma. De hecho, el que no pudieran comprender es posible que haya causado que las viudas que hablaban griego se retrajeran, de tal manera que fueran pasadas por alto con facilidad. Finalmente, la murmuracin (descontento a media voz) se levant entre los creyentes de habla griega contra los de habla hebrea, porque sus viudas eran desatendidas (pasadas por alto) en la distribucin diaria. Entonces, los Doce (los apstoles, entre ellos Matas) llamaron a la multitud (todo el conjunto) de los discpulos y les dijeron que no era justo (agradable, satisfactorio, aceptable)

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que ellos dejaran (abandonaran) la Palabra de Dios (su enseanza y predicacin) para servir a las mesas (mesas de dinero). Les dijeron a los creyentes que buscaran de entre ellos siete hombres llenos del Espritu Santo y de sabidura prctica. A stos, los apstoles los encargaran de (pondran al frente de) este trabajo. En otras palabras, los apstoles especificaron las cualidades necesarias, y los dems miraron en la congregacin para ver quines tenan estas cualidades en alto grado. Entonces escogieron a los siete a travs de alguna forma de eleccin. "Encargar" significa simplemente "poner al frente de un cargo". Estos nombramientos no fueron arbitrarios. Fue la congregacin la que escogi, y no los apstoles. Aqu no se les llama "diconos" a los siete, aunque el verbo es una forma de diakono, del cual se deriva la palabra. Lo ms probable es que esta eleccin sirviera de precedente para lo que en la Iglesia posterior encontraremos como un oficio. (Vea 1 Timoteo 3:8-12; Romanos 16:1, donde Febe es llamada dicono, y no diaconisa.) Algunos ven un significado especial en el nmero siete. Podra simbolizar un nmero "completo". Parece ms probable que la nica razn para tener siete era porque hacan falta siete para mantener la contabilidad y darles el dinero a las viudas. (La palabra griega usada para mesas en este pasaje, significa mesas de dinero.) La seleccin de aquellos siete hombres les permiti a los apstoles dedicarse a la oracin y el ministerio (la ministracin) de la Palabra. Es decir: los apstoles servan la Palabra, ponan la mesa de la Palabra, mientras que los siete servan el dinero. No hubo disensiones ante esta propuesta (palabra, logas), porque agrad a la multitud (de los creyentes). A continuacin seleccionaron a Esteban (en griego, "corona o diadema de vencedor"), un hombre lleno de fe y del Espritu Santo; Felipe (en griego, "aficionado a los caballos"); Prcero; Nicanor; Timn; Parmenas y Nicols, proslito (gentil convertido al judasmo) de Antioqua (de Siria). Todos ellos tienen nombres griegos, y sin duda alguna, procedan del grupo de creyentes de habla griega. Con toda certeza, esto muestra la gracia de Dios y la obra del Espritu Santo en los corazones de los creyentes de habla hebrea. Ellos eran mayora, pero escogieron todos los "diconos" del grupo de la minora. Estos siete estaran a cargo de la administracin de los fondos para los necesitados de ambos grupos. As, no haba posibilidad de que los creyentes de habla griega tuvieran ms quejas. Esto fue sabio. Tambin muestra cmo el Espritu Santo derrib la primera barrera que se alz en la Iglesia. La muchedumbre puso a los siete ante los apstoles, quienes les impusieron las manos. Esta imposicin de manos fue probablemente algo similar al reconocimiento pblico de Josu en Nmeros 27:18, 19. No le transmita nada espiritual, puesto que ya era un hombre "en el cual se halla el Espritu". Pero inauguraba un nuevo nivel de servicio. Esteban y los dems estaban llenos del Espritu todos antes de esto. La imposicin de manos tambin simbolizaba que pedan la bendicin de Dios sobre ellos. Probablemente tambin oraran para que el Espritu les concediera todos los dones y las gracias que fueran necesarios para llevar adelante este ministerio. Lucas termina este incidente con otra declaracin sumaria, en la que dice que la Palabra del Seor creca (segua creciendo). Es decir, la proclamacin de la Palabra creca, lo cual indica que no slo eran los apstoles los que estaban comprometidos en su esparcimiento. El nmero de los discpulos segua multiplicndose (aumentando) en Jerusaln, y un gran nmero de sacerdotes obedecan a la fe tambin. Era un gran logro el que ellos hubieran aceptado el Evangelio y la obediencia a las enseanzas de los apstoles, puesto que la mayora de los sacerdotes eran saduceos que no crean en la resurreccin. Es probable que estos sacerdotes continuaran ejerciendo su oficio sacerdotal, puesto que los cristianos judos eran fieles todos al culto del Templo. Esteban Es Acusado (6:8-15) Y Esteban, lleno de gracia y de poder, haca grandes prodigios y seales entre el pueblo. Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandra, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. Pero no podan resistir a la sabidura y al Espritu con que hablaba. Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le haban odo hablar palabras blasfemas contra Moiss y contra Dios. Y soliviantaron al

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pueblo, a los ancianos y los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio. Y pusieron testigos falsos que decan: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; pues le hemos odo decir que ese Jess de Nazaret destruir este lugar, y cambiar las costumbres que nos dio Moiss. Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en l, vieron su rostro como el rostro de un ngel. El hecho de que los siete (diconos) fueran escogidos para realizar un servicio ms bien rutinario, no limit su ministerio. Esteban, lleno de gracia y de gran poder, comenz a hacer (y sigui haciendo) grandes prodigios y seales entre el pueblo. El pueblo no era un simple grupo de espectadores, sino que experimentaba los milagros como dones de Dios que satisfacan sus necesidades. Esta es la primera vez que leemos algo sobre milagros que son hechos por alguien que no es apstol. Sin embargo, lo importante es que el Espritu Santo obraba a travs de Esteban. El poder sobrenatural del Espritu era el que haca la obra. Pronto surgi la oposicin. Esta vez vino de judos de habla griega, quienes, como Esteban, haban regresado para vivir en Jerusaln. Tenan su propia sinagoga (o sinagogas)," en la cual haba judos que eran libertos (hombres liberados, probablemente tomados como esclavos y llevados a Roma, puestos en libertad posteriormente por sus amos romanos). Algunos eran cireneos (de Cirene, al oeste de Egipto en la costa del Mediterrneo) y alejandrinos (de Alejandra, en Egipto). Otros eran de Cilicia (la provincia de donde era oriundo Pablo, en el sureste del Asia Menor) y de la provincia de Asia (en el oeste del Asia Menor). La mayora de estos judos de la dispersin tenan que enfrentarse con muchos peligros en sus enseanzas, puesto que vivan rodeados por gentiles. Por esto, se defendan con ms rapidez de todo lo que fuera diferente a lo que sus rabinos les haban enseado. Pero, aunque trataron de disputar (o debatir) con Esteban, no tenan ni la fuerza ni el poder necesarios para enfrentarse a la sabidura y al Espritu con que hablaba. En otras palabras, Esteban no dependa de su propia sabidura, sino de la uncin y de los dones del Espritu Santo. No es de extraar que todos sus argumentos cayeran por tierra! A pesar de esto, todava se siguieron negando a creer, y estaban decididos a detener a Esteban. Por tanto, sobornaron a unos hombres (los convencieron de alguna forma incorrecta) para que dijeran que lo haban odo hablar palabras blasfemas (abusivas, injuriosas) contra Moiss y contra Dios. Es probable que lo que hicieran fuera torcer y malinterpretar las enseanzas de Jess que Esteban repeta. Jess haba sido acusado de blasfemia tambin. Despus, soliviantaron al pueblo y tambin a los ancianos y a los escribas (expertos en la Ley). Con todo este apoyo, arremetieron contra Esteban (de forma sbita e inesperada), lo arrebataron (lo atraparon violentamente y lo mantuvieron firmemente asido), y lo trajeron al concilio (el Sanedrn, o el lugar donde se estaban reuniendo). Entonces presentaron testigos falsos, que presentaban las palabras de Esteban de una forma falsa y engaosa, con la peor interpretacin posible. Estos tomaron la palabra para decir que aquel hombre no haba cesado de hablar palabras blasfemas contra aquel lugar santo (el Templo) y contra la Ley (de Moiss). Tambin aseguraban haber odo a Esteban decir que Jess el Nazareno destruira aquel lugar y cambiara las costumbres (los ritos e instituciones) que Moiss les haba dado. Esto, por supuesto, es una referencia a Mateo 26:61, Marcos 14:58 y Juan 2:19-21, donde Jess haba hablado en realidad del templo de su cuerpo y de su muerte y resurreccin. (Vea tambin Mateo 12:42, donde Jess afirma: "He aqu ms que Salomn en este lugar.") En aquel momento, todos los que se hallaban sentados en el Sanedrn, fijaron sus ojos en l, y vieron su rostro como si fuera el de un ngel. Es probable que esto signifique que tena un resplandor o brillo que era ms que humano y proceda del cielo. Posiblemente era similar al de Moiss cuando descendi de la presencia de Dios en la montaa, o quiz como Jess cuando se transfigur y su gloria interior se puso de manifiesto.

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8.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 07 Defensa del Evangelio por Esteban, su martirio y muerte El sumo sacerdote (probablemente Caifs) le dio a Esteban la oportunidad de responder a los cargos al preguntarle si aquellas cosas eran as. El rechazo de Jos (7:1-16) "El sumo sacerdote dijo entonces: Es esto as? Y l dijo- Varones hermanos y padres, od: El Dios de la gloria apareci a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harn, y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostrar. Entonces sali de la tierra de los caldeos y habit en Harn; y de all, muerto su padre. Dios le traslad a esta tierra, en la cual vosotros habitis ahora. Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometi que se la dara en posesin, y a su descendencia despus de l, cuando l an no tena hijo. Y le dijo Dios as: Que su descendencia sera extranjera en tierra ajena, y que los reduciran a servidumbre y los maltrataran, por cuatrocientos aos. Mas yo juzgar, dijo Dios, a la nacin de la cual sern siervos; y despus de esto saldrn y me servirn en este lugar. Y le dio el pacto de la circuncisin; y as Abraham engendr a Isaac, y le circuncid al octavo da; Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a Jos para Egipto; pero Dios estaba con l y le libr de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabidura delante de Faran rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canan, y grande tribulacin; y nuestros padres no hallaban alimentos. Cuando oy Jacob que haba trigo en Egipto, envi a nuestros padres la primera vez. Y en la segunda, Jos se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faran el linaje de Jos. Y enviado Jos, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en nmero de setenta y cinco personas. As descendi Jacob a Egipto, donde muri l, y tambin nuestros padres; los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compr Abraham de los hijos de Hamor en Siquem". Despus de dirigirse cortsmente al Sanedrn, Esteban comenz a hacer un repaso de la historia de Israel (una historia que todos ellos conocan bien). Su propsito era defender el Evangelio contra las falsas acusaciones y mostrar el paralelo que haba entre la forma en que los judos del Antiguo Testamento trataban a sus profetas y la forma en que los dirigentes de los judos haban tratado a Jess. Les recuerda cmo el Dios de la gloria (el Dios que se haba revelado en gloria) apareci a Abraham estando ste en Mesopotamia (en Ur de los caldeos) antes que l viviera en Harn (Jarran estara ms cerca de la pronunciacin hebrea). El Gnesis no menciona esta aparicin a Abraham en Ur, pero Nehemas 9:7 confirma que tuvo lugar. Dios le orden salir de su tierra y de su parentela (sus familiares y paisanos) para ir a la tierra (cualquier tierra) que l le mostrara. Despus de detenerse en Harn hasta que muri su padre, se traslad a la tierra que despus sera de Israel. Pero Dios no le dio herencia en ella, ni siquiera el espacio que cubre un pie. Sin embargo, le prometi drsela a l y a sus descendientes en posesin (permanente), aunque todava no tena hijo. Abraham acept la promesa y puso su vida en la mano de Dios. Dios tambin habl de que los descendientes de Abraham viviran temporalmente como extranjeros en una tierra que les pertenecera a otros, que los haran esclavos y los trataran mal durante cuatrocientos aos. Pero tambin prometi juzgar a la nacin que los hara esclavos. Despus de aquello, podran salir y lo serviran (adoraran) en aquel lugar (la tierra prometida). Otra cosa que Dios le dio a Abraham fue el pacto de la circuncisin; Isaac fue circuncidado al octavo da despus de su nacimiento. Despus vinieron Jacob y los doce patriarcas (cabezas de tribu o gobernantes tribales).Estos, movidos por la envidia, vendieron a Jos para Egipto. Pero Dios estaba con l. Lo libr de todas sus tribulaciones (circunstancias

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aflictivas) y le dio gracia y sabidura delante del Faran, el cual lo hizo gobernador (dirigente, primer hombre) sobre Egipto y sobre toda su casa (incluso sus asuntos de negocios). (Aqu Esteban estaba haciendo un fuerte contraste entre la forma en que los hermanos de Jos lo haban tratado, y la forma en que Dios lo haba ayudado.) Cuando vino el hambre y gran tribulacin (angustia), los patriarcas (identificados ahora como "nuestros padres"), no hallaban alimentos. Jacob, oyendo que haba trigo (o pan) en Egipto, los envi all. La segunda vez que llegaron, Jos se dio a conocer y le revel su raza al Faran. Despus envi a buscar a Jacob y a todos sus parientes, 75 personas. Jacob descendi y muri all, y tambin los padres (los hijos de Jacob), los cuales fueron trasladados a Siquem y colocados en la tumba comprada a precio de dinero de los hijos de Hamor (Emor), el padre de Siquem (Gnesis 33:19). En todo este relato hay un sutil nfasis en la forma en que Jos fue vendido por sus hermanos celosos, y sin embargo fue usado por Dios para salvarles la vida. Tambin hace nfasis en la fe de Abraham, quien crey la promesa de Dios, aun cuando no vea evidencia alguna de que fuera cumplida. Estos miembros del Sanedrn se negaban a creer a Dios, aun cuando l haba proporcionado evidencias de que haba cumplido su promesa a travs de la resurreccin de Jess. La forma en que sus hermanos trataron a Jos y el contraste con la forma en que Dios lo trat, tambin es un paralelo con la forma en que los dirigentes judos haban tratado a Jess. El rechazo de Moiss (7:17-37) "Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios haba jurado a Abraham, el pueblo credo y se multiplic en Egipto, hasta que se levant en Egipto otro rey que no conoca a Jos- Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrat a nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus nios, para que no se propagasen. En aquel mismo tiempo naci Moiss, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre. Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faran le recogi y le cri como a hijo suyo. Y fue enseado Moiss en toda la sabidura de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras. Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta aos, le vino al corazn el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver a uno que era maltratado, lo defendi, e hiriendo al egipcio, veng al oprimido. Pero l pensaba que sus hermanos comprendan que Dios les dara libertad por mano suya; mas ellos no lo haban entendido as. Y al da siguiente, se present a unos de ellos que rean, y los pona en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, por qu os maltratis el uno al otro? Entonces el que maltrataba a su prjimo le rechaz, diciendo: Quin te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? Quieres t matarme, como mataste ayer al egipcio? Al or esta palabra. Moiss huy, y vivi como extranjero en tierra de Madin, donde engendr dos hijos. Pasados cuarenta aos, un ngel se le apareci en el desierto del monte Sina, en la llama de fuego de una zarza. Entonces Moiss, mirando, se maravill de la visin; y acercndose para observar, vino a l la voz del Seor: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moiss, temblando, no se atreva a mirar. Y le dijo el Seor; Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que ests es tierra santa. Ciertamente he visto la afliccin de mi pueblo que est en Egipto, y he odo su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviar a Egipto. A este Moiss, a quien haban rechazado, diciendo: Quin te ha puesto por gobernante y juez?, a ste lo envi Dios como gobernante y libertador por mano del ngel que se le apareci en la zarza. Este los sac, habiendo hecho prodigios y seales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo y en el desierto por cuarenta aos. Este Moiss es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantar el Seor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a m; a l oiris". A continuacin Esteban relata la forma en que los israelitas crecieron y se multiplicaron en Egipto cuando se aproximaba el tiempo del cumplimiento de la promesa que Dios le haba hecho a Abraham (la promesa de que sus descendientes poseeran la tierra de Canan). Este crecimiento continu hasta que se levant un rey (que perteneca a una nueva dinasta) que no conoca a Jos. Este maltrat a Israel con astucia y malos tratos. Hasta lleg a exigir que se expusiera a los nios para que no pudieran vivir. ("Exponer" es aqu un

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trmino usado para expresar la idea de poner al recin nacido en algn lugar donde los elementos o los animales salvajes le dieran muerte.) En aquel mismo tiempo naci Moiss, que fue muy agradable a Dios (amado por l). Esto puede significar que fue hecho agradable por Dios, o considerado as por l. Pero sabemos que Dios estaba con Moiss desde su nacimiento. El cuidado de Dios se manifest cuando Moiss fue expuesto despus de tres meses en la casa de su padre. La hija del Faran lo recogi y lo cri como a hijo suyo. As fue como Moiss fue enseado (entrenado, instruido) en toda la sabidura de Egipto, y era poderoso en sus palabras y obras. Esto es significativo, porque ya los egipcios haban hecho grandes adelantos en ciencia, ingeniera, matemticas, astronoma y medicina. A los cuarenta aos Moiss quiso visitar (cuidar, aliviar, proteger) a sus hermanos israelitas. Viendo a uno de ellos que era maltratado injustamente, lo defendi, veng (hizo justicia) al oprimido, e hiri al egipcio. Este era el punto importante para Esteban en esta parte del relato. Moiss hizo esto porque supona que sus hermanos israelitas comprenderan que Dios, por su mano, les dara libertad, pero no fue as. Esteban vea un claro paralelo aqu con la forma en que los dirigentes judos no eran capaces de comprender lo que Dios haba hecho por medio de Jess para proporcionarles la salvacin. Cuando rechazaban a Jess en realidad no era nada en contra de l tampoco, puesto que sus padres durante un tiempo rechazaron a Moiss. Continuando con la historia, Esteban les record cmo Moiss haba querido reconciliar a unos israelitas que rean, y ponerlos en paz, diciendo; "Varones, hermanos sois, por qu os maltratis el uno al otro?" Pero el que estaba maltratando a su prjimo lo rechaz, diciendo: "Quin te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? Quieres t matarme, como mataste ayer al egipcio?" Ante esto. Moiss huy, y vivi como extranjero en Madin, donde nacieron sus dos hijos varones. Cuando haban pasado cuarenta aos, un ngel del Seor se le apareci en el desierto del monte Sina en la llama de fuego de una zarza. Moiss estaba asombrado ante lo que vea. Cuando se acerc (por curiosidad) para observar, Dios le habl, declarndole que era el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Entonces Moiss tembl y no se atreva a mirar (observar). El Seor le dijo que se quitara el calzado de los pies, porque el lugar en que estaba era tierra santa (aunque estuviera lejos de la tierra prometida). Dios haba visto ciertamente la afliccin de su pueblo en Egipto y haba odo su gemido. Haba descendido ahora para librarlo: enviara a Moiss a Egipto. En este momento, Esteban hace resaltar su argumento principal en esta parte del relato. Este Moiss, a quien haban rechazado (negado, desechado), fue el que Dios envi por mano (con poder) del ngel que se le haba aparecido en la zarza, para que fuera gobernante y libertador (rescatador, trmino usado originalmente para hablar de quienes pagaban un rescate para redimir o liberar esclavos o prisioneros). Despus de manifestar prodigios y seales en Egipto y en el desierto, los sac. Entonces, como punto culminante de esta seccin, Esteban les recuerda que este era el mismo Moiss (el Moiss que ellos haban rechazado y Dios haba usado para salvarlos y sacarlos de Egipto) que les haba dicho a los israelitas que Dios levantara un profeta para ellos que sera como l. A ste deberan or (escuchar y obedecer). Los dirigentes judos saban cmo los apstoles aplicaban este pasaje sobre el profeta semejante a Moiss: todos los judos creyentes se lo aplicaban a Jess. Esteban les estaba diciendo que al no escuchar a Jess, estaban desobedeciendo a Dios, y tratando a Moiss con desprecio. El rechazo de Dios (7:38-43) Este es aquel Moiss que estuvo en la congregacin en el desierto con el ngel que le hablaba en el monte Sina, y con nuestros padres, y que recibi palabras de vida que darnos; al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto, cuando dijeron a Aarn: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moiss, que nos sac de la tierra de Egipto, no sabemos qu le

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haya acontecido. Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al dolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. Y Dios se apart, y los entreg a que rindiesen culto al ejrcito del cielo; como est escrito en el libro de los profetas: Acaso me ofrecisteis vctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta aos, casa de Israel? Antes bien llevasteis el tabernculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfn, figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportar, pues, ms all de Babilonia. Esteban pasa esta vez a un rechazo mucho peor, el de Dios. Habla nuevamente de Moiss. El estaba en la congregacin (asamblea, en griego ekklesa) en el desierto con el ngel que le hablaba en el monte Sina y con todos los padres. Recibi (de buen grado) palabras de vida (manifestaciones divinas) que darle a Israel. Pero los padres, negndose a obedecerlo, lo rechazaron y en sus corazones se volvieron a Egipto. As lo demostraron al pedirle a Aarn que les hiciera dioses que fueran delante de ellos. Despreciaron a Moiss al decir en forma derogatoria que a este Moiss que los haba sacado de Egipto, no saban qu le haba acontecido (xodo 32:1). Entonces hicieron (la imagen de) un becerro y sacrificaron al dolo (imagen) y se regocijaron (hicieron fiesta, armaron algazara) en las obras de sus manos. Puesto que se trataba de un rechazo no slo de Moiss, sino tambin de Dios, l se apart y los entreg a que rindiesen culto (sirviesen) al ejrcito del cielo. Recibieron las consecuencias que se haban merecido con su accin. Esteban vea esto confirmado en Amos 5:25-27. Esta cita muestra que los israelitas en el desierto, en realidad no le ofrecieron sus sacrificios al Seor durante los cuarenta aos restantes. Por supuesto que guardaron todas las formas, pero la idolatra que comenz entonces, sigui tentando a Israel (y as fue hasta que fueron exiliados a Babilonia). As, hasta en el desierto, despus de ver la gloria de Dios, llevaron el tabernculo (la tienda) de Moloc (un dios lujurioso como Venus, adorado por los amonitas y algunos pueblos semitas ms). Qu contraste con el tabernculo del testimonio mencionado en el versculo 44! Tambin adoraron la estrella del dios Renfn (probablemente el nombre asirio del planeta Saturno, llamado Quiln en Amos 5:26). Ambos eran figuras (imgenes) que se haban hecho ellos mismos para adorarlas. (Probablemente estas imgenes fueran pequeos dolos llevados en secreto por estos israelitas.) Como consecuencia. Dios le dijo a Israel que lo transportara ms all de Babilonia. En esto vemos tambin que Esteban est diciendo que haban sido sus padres los que haban rechazado a Moiss y a la Ley, con lo cual se estaban rebelando contra el Dios que haba dado la Ley. Aunque Esteban no lo dice, ellos saban que Jess no era as. Eran los padres de Israel, y no Jess, los que haban querido cambiar las leyes, las costumbres y las enseanzas que Moiss les haba dado. El Templo no es suficiente (7:44-50) Tuvieron nuestros padres el tabernculo del testimonio en el desierto, como haba ordenado Dios cuando dijo a Moiss que lo hiciese conforme al modelo que haba visto. El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josu al tomar posesin de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arroj de la presencia de nuestros padres, hasta los das de David. Este hall gracia delante de Dios, y pidi proveer tabernculo para el Dios de Jacob. Mas Salomn le edific casa; si bien el Altsimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. Qu casa me edificaris? dice el Seor; O cul es el lugar de mi reposo? No hizo mi mano todas estas cosas? Esteban pasa ahora a responder su acusacin sobre lo que l haba dicho del Templo. No trata de explicar lo que Jess quera decir realmente al hablar de "destruir este templo". En cambio, les recuerda que los Padres tenan el tabernculo (tienda) del testimonio, llamado as porque contena el arca del pacto con las dos tablas (tablillas) de piedra que eran testimonio (o testigos) del pacto entre Dios y su pueblo. Dios haba ordenado construir esta tienda, dicindole a Moiss que la hiciera conforme al modelo que haba visto (xodo 25:9, 40; 26:30; 27:8). La siguiente generacin de los padres recibi el tabernculo y lo introdujo con Josu (Jess es la forma griega de Josu, como aparece en el original en Hebreos 4:8) en la tierra

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que antes haba sido posesin de las naciones a las que Dios expuls delante de los padres hasta los das de David. Es decir, el tabernculo dur hasta los das de David. David encontr favor delante de Dios, y deseaba personalmente proveer tabernculo (lugar permanente de habitacin) para el Dios de Jacob. Pero fue Salomn quien le construy una casa. En este momento, Esteban declar que el Altsimo no habita (permanentemente) en lo que es hecho de mano. Para probar esto, cit a Isaas 66:1 y parte del versculo 2. En este lugar de las Escrituras, Dios le dice a Isaas que el cielo es su trono y la tierra el estrado de sus pies. Qu casa podran edificarle, o cul sera el lugar de su reposo? O, en qu lugar podra Dios establecerse para convertirlo en su morada permanente? No era l quien haba hecho todas aquellas cosas? Esteban no estaba negando que Dios hubiera manifestado su presencia en el Templo. Pero, al igual que los profetas, vea que el Dios que haba creado los cielos y la tierra no puede quedar limitado a ningn edificio ni templo de la tierra. De hecho. Salomn estaba de acuerdo con esto. (Vea 1 Reyes 8:27; 2 Crnicas 6:1, 2,18. Vea tambin Isaas 57:15.) El rechazo al Espritu Santo (7:51-60) "Duros de cerviz, e incircuncisos de corazn y de odos! Vosotros resists siempre al Espritu Santo; como vuestros padres, as tambin vosotros, A cul de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habis sido entregadores y matadores; vosotros que recibisteis la ley por disposicin de ngeles, y no la guardasteis. Oyendo estas cosas, se enfurecan en sus corazones, y crujan los dientes contra l. Pero Esteban, lleno del Espritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jess que estaba a la diestra de Dios, y dijo; He aqu, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que est a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los odos, y arremetieron a una contra l. Y echndole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras l invocaba y deca: Seor Jess, recibe mi espritu. Y puesto de rodillas, clam a gran voz: Seor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmi". Es evidente que Esteban not que no aceptaban su mensaje. Posiblemente entre sus oyentes se produjeran murmullos de ira. Por esto los reprendi. Eran duros de cerviz (testarudos) e incircuncisos de corazn y odos. (Vea Levtico 26:41; Deuteronomio 10:16; 30:6; Jeremas 6:10; 9:26; Ezequiel 44:7.) Es decir, su actitud y su negacin a escuchar el Evangelio los pona al mismo nivel de los gentiles que estaban fuera del pacto con Dios y lo rechazaban. Estaban oyendo, pensando y tramando en la forma en que lo hacan los gentiles sin fe. En realidad, aquellos dirigentes judos estaban resistindose activamente al Espritu Santo, tal como lo haban hecho sus padres. (Vea Mateo 5:11, 12; 23:30, 31.) Mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo. Ahora haba sido El a quien haban traicionado y matado. Ciertamente, su culpa era mayor que la de quienes haban matado a los profetas. Estos dirigentes judos que haban rechazado a Jess, haban recibido la Ley, que haba sido dada por disposicin (reglamento, estatuto) de ngeles. Pero no la guardaron (no la observaron). O sea, que eran los dirigentes judos, y no Jess ni los cristianos, quienes haban desechado la Ley al matar a Jess. Esta reprensin los hizo enfurecerse en sus corazones (cort hasta llegar a sus corazones), y aquellos miembros tan dignos del Sanedrn crujieron los dientes contra Esteban. Con esta expresin de ira y exasperacin slo probaban que era cierto que estaban resistiendo al Espritu Santo. Al contrario de lo que les suceda a ellos, Esteban, lleno del Espritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jess que estaba (de pie, segn el texto griego) a la derecha de Dios (en el lugar de autoridad). Otros pasajes hablan de Jess sentado a la derecha de Dios (Marcos 14:62; Lucas 22:69). Esto parece indicar que Jess se levant para darle la bienvenida al primer mrtir que dara testimonio a cambio de su vida. Notemos tambin que Esteban us el trmino que el

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Sanedrn haba odo usar a Jess con frecuencia al hablar de s mismo: "el Hijo del Hombre". AI or esto, el Sanedrn dio grandes voces (chillaron). Se pusieron las manos en los odos para no escuchar las palabras de Esteban, y a una (con un mismo impulso espontneo y los mismos propsitos), arremetieron contra l, lo echaron fuera de la ciudad (Nmeros 15:35) y comenzaron a apedrearlo. La ley romana no les permita a los judos llevar a cabo ejecuciones (Juan 18:31). No obstante, es probable que esto sucediera cerca del final del gobierno de Pilato, cuando ste haba cado en desgracia con las autoridades de Roma, y aquellos judos se aprovecharon de su debilidad. Tambin hay evidencias de que Vitelo (3537 d.C.), legado imperial, estaba en aquellos momentos tratando de ganarse el favor de los judos, y hubiera estado inclinado a pasar por alto todo cuanto hicieran. Sin embargo, el Sanedrn s sigui los procedimientos legales, haciendo que los testigos tiraran la primera piedra (Deuteronomio 17:7). En efecto, estos se quitaron los ropajes exteriores para estar ms libres al tirar las piedras, y los depositaron a los pies de un joven llamado Saulo. De esta manera vemos que Saulo fue testigo ocular de la muerte de Esteban, y probablemente de su predicacin. Esta es la primera mencin de Saulo, y nos prepara para lo que se dir ms adelante. Mientras apedreaban a Esteban, l invocaba a Dios diciendo: "Seor Jess, recibe mi espritu." Entonces, puesto de rodillas, clam a gran voz: "Seor, no les tomes en cuenta este pecado." ("No pongas este pecado en su cuenta", sera una buena parfrasis que expresara el sentido de su exclamacin.) Cunto se pareca a Jess! (Vea Lucas 23:34.) Despus de haber dicho esto, Esteban durmi. Es decir, muri. (Compare con 1 Tesalonicenses 4:15; 2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23.) Hubo algo especialmente pacfico en esta muerte, a pesar de su naturaleza violenta. De esta forma, Esteban se fue a estar con Jess y se convirti en el primer mrtir de la Iglesia primitiva el primero en una larga lista de creyentes que daran su vida por Jess y por el Evangelio.

7.
Captulo 06 El captulo 4 de los Hechos relata el primer ataque que recibi la Iglesia desde el exterior. El captulo 5 describe un ataque procedente del interior. En ambos casos, la Iglesia sigui creciendo. Ahora vemos en el captulo 6, que el nmero de los discpulos (aprendices, los creyentes que deseaban aprender ms sobre Jess y el Evangelio) segua creciendo an. Los Siete Escogidos (6:1-7) En aquellos das, como creciera el nmero de los discpulos, hubo murmuracin de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribucin diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discpulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espritu Santo y de sabidura, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oracin y en el ministerio de la palabra. Agrad la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varn lleno de fe y del Espritu Santo, a Felipe, a Prcero, a Nicanor, a Timn, a Parmenas, y a Nicols proslito de Antioquia; a los cuales presentaron ante los apstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. Y creca la palabra del Seor, y el nmero de los discpulos se multiplicaba grandemente en Jerusaln; tambin muchos de los sacerdotes obedecan a la fe. Qu sucede cuando crece una comunidad de personas? Todos los recin llegados que se aglomeran, causan problemas. En este caso, la Iglesia creciente tena representacin de todos los estratos sociales de aquel momento en Jerusaln y en Judea. Algunos de ellos haban nacido all y hablaban hebreo en sus hogares; conocan el griego como segundo idioma, puesto que el griego haba sido el idioma del trfico mercantil, el comercio y el gobierno desde los das de Alejandro Magno. En cambio, los judos nacidos fuera de Palestina no saban hebreo bien, y normalmente hablaban en griego. Puesto que representaban a muchos pases, el griego era la nica lengua que todos ellos comprendan.

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En los captulos anteriores vimos que los creyentes contribuan a un fondo comn para beneficio de los necesitados. A medida que el tiempo fue pasando, la mayora encontraron trabajos, por lo que ya no necesitaron esta ayuda. Sin embargo, las viudas no podan salir a buscar trabajo. No era nada extrao en aquellos das, especialmente entre los gentiles, que las viudas murieran de hambre. As es como, en el momento en que comienza este captulo, las viudas eran las nicas que seguan necesitando la ayuda de este fondo. Es evidente que aquellos creyentes que podan, todava les traan dinero a los apstoles para dicho fondo; los apstoles eran los responsables de que las necesidades de las viudas fueran satisfechas. Es probable que fuera aumentando la tensin durante algn tiempo entre los creyentes que hablaban griego y los que hablaban hebreo, antes de aflorar a la superficie. El idioma siempre es una seria barrera entre las personas. Es fcil que un grupo minoritario se sienta abandonado, especialmente si no entiende el idioma. De hecho, el que no pudieran comprender es posible que haya causado que las viudas que hablaban griego se retrajeran, de tal manera que fueran pasadas por alto con facilidad. Finalmente, la murmuracin (descontento a media voz) se levant entre los creyentes de habla griega contra los de habla hebrea, porque sus viudas eran desatendidas (pasadas por alto) en la distribucin diaria. Entonces, los Doce (los apstoles, entre ellos Matas) llamaron a la multitud (todo el conjunto) de los discpulos y les dijeron que no era justo (agradable, satisfactorio, aceptable) que ellos dejaran (abandonaran) la Palabra de Dios (su enseanza y predicacin) para servir a las mesas (mesas de dinero). Les dijeron a los creyentes que buscaran de entre ellos siete hombres llenos del Espritu Santo y de sabidura prctica. A stos, los apstoles los encargaran de (pondran al frente de) este trabajo. En otras palabras, los apstoles especificaron las cualidades necesarias, y los dems miraron en la congregacin para ver quines tenan estas cualidades en alto grado. Entonces escogieron a los siete a travs de alguna forma de eleccin. "Encargar" significa simplemente "poner al frente de un cargo". Estos nombramientos no fueron arbitrarios. Fue la congregacin la que escogi, y no los apstoles. Aqu no se les llama "diconos" a los siete, aunque el verbo es una forma de diakono, del cual se deriva la palabra. Lo ms probable es que esta eleccin sirviera de precedente para lo que en la Iglesia posterior encontraremos como un oficio. (Vea 1 Timoteo 3:8-12; Romanos 16:1, donde Febe es llamada dicono, y no diaconisa.) Algunos ven un significado especial en el nmero siete. Podra simbolizar un nmero "completo". Parece ms probable que la nica razn para tener siete era porque hacan falta siete para mantener la contabilidad y darles el dinero a las viudas. (La palabra griega usada para mesas en este pasaje, significa mesas de dinero.) La seleccin de aquellos siete hombres les permiti a los apstoles dedicarse a la oracin y el ministerio (la ministracin) de la Palabra. Es decir: los apstoles servan la Palabra, ponan la mesa de la Palabra, mientras que los siete servan el dinero. No hubo disensiones ante esta propuesta (palabra, logas), porque agrad a la multitud (de los creyentes). A continuacin seleccionaron a Esteban (en griego, "corona o diadema de vencedor"), un hombre lleno de fe y del Espritu Santo; Felipe (en griego, "aficionado a los caballos"); Prcero; Nicanor; Timn; Parmenas y Nicols, proslito (gentil convertido al judasmo) de Antioqua (de Siria). Todos ellos tienen nombres griegos, y sin duda alguna, procedan del grupo de creyentes de habla griega. Con toda certeza, esto muestra la gracia de Dios y la obra del Espritu Santo en los corazones de los creyentes de habla hebrea. Ellos eran mayora, pero escogieron todos los "diconos" del grupo de la minora. Estos siete estaran a cargo de la administracin de los fondos para los necesitados de ambos grupos. As, no haba posibilidad de que los creyentes de habla griega tuvieran ms quejas. Esto fue sabio. Tambin muestra cmo el Espritu Santo derrib la primera barrera que se alz en la Iglesia. La muchedumbre puso a los siete ante los apstoles, quienes les impusieron las manos. Esta imposicin de manos fue probablemente algo similar al reconocimiento pblico de Josu en Nmeros 27:18, 19. No le transmita nada espiritual,

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puesto que ya era un hombre "en el cual se halla el Espritu". Pero inauguraba un nuevo nivel de servicio. Esteban y los dems estaban llenos del Espritu todos antes de esto. La imposicin de manos tambin simbolizaba que pedan la bendicin de Dios sobre ellos. Probablemente tambin oraran para que el Espritu les concediera todos los dones y las gracias que fueran necesarios para llevar adelante este ministerio. Lucas termina este incidente con otra declaracin sumaria, en la que dice que la Palabra del Seor creca (segua creciendo). Es decir, la proclamacin de la Palabra creca, lo cual indica que no slo eran los apstoles los que estaban comprometidos en su esparcimiento. El nmero de los discpulos segua multiplicndose (aumentando) en Jerusaln, y un gran nmero de sacerdotes obedecan a la fe tambin. Era un gran logro el que ellos hubieran aceptado el Evangelio y la obediencia a las enseanzas de los apstoles, puesto que la mayora de los sacerdotes eran saduceos que no crean en la resurreccin. Es probable que estos sacerdotes continuaran ejerciendo su oficio sacerdotal, puesto que los cristianos judos eran fieles todos al culto del Templo. Esteban Es Acusado (6:8-15) Y Esteban, lleno de gracia y de poder, haca grandes prodigios y seales entre el pueblo. Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandra, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. Pero no podan resistir a la sabidura y al Espritu con que hablaba. Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le haban odo hablar palabras blasfemas contra Moiss y contra Dios. Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio. Y pusieron testigos falsos que decan: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; pues le hemos odo decir que ese Jess de Nazaret destruir este lugar, y cambiar las costumbres que nos dio Moiss. Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en l, vieron su rostro como el rostro de un ngel. El hecho de que los siete (diconos) fueran escogidos para realizar un servicio ms bien rutinario, no limit su ministerio. Esteban, lleno de gracia y de gran poder, comenz a hacer (y sigui haciendo) grandes prodigios y seales entre el pueblo. El pueblo no era un simple grupo de espectadores, sino que experimentaba los milagros como dones de Dios que satisfacan sus necesidades. Esta es la primera vez que leemos algo sobre milagros que son hechos por alguien que no es apstol. Sin embargo, lo importante es que el Espritu Santo obraba a travs de Esteban. El poder sobrenatural del Espritu era el que haca la obra. Pronto surgi la oposicin. Esta vez vino de judos de habla griega, quienes, como Esteban, haban regresado para vivir en Jerusaln. Tenan su propia sinagoga (o sinagogas)," en la cual haba judos que eran libertos (hombres liberados, probablemente tomados como esclavos y llevados a Roma, puestos en libertad posteriormente por sus amos romanos). Algunos eran cireneos (de Cirene, al oeste de Egipto en la costa del Mediterrneo) y alejandrinos (de Alejandra, en Egipto). Otros eran de Cilicia (la provincia de donde era oriundo Pablo, en el sureste del Asia Menor) y de la provincia de Asia (en el oeste del Asia Menor). La mayora de estos judos de la dispersin tenan que enfrentarse con muchos peligros en sus enseanzas, puesto que vivan rodeados por gentiles. Por esto, se defendan con ms rapidez de todo lo que fuera diferente a lo que sus rabinos les haban enseado. Pero, aunque trataron de disputar (o debatir) con Esteban, no tenan ni la fuerza ni el poder necesarios para enfrentarse a la sabidura y al Espritu con que hablaba. En otras palabras, Esteban no dependa de su propia sabidura, sino de la uncin y de los dones del Espritu Santo. No es de extraar que todos sus argumentos cayeran por tierra! A pesar de esto, todava se siguieron negando a creer, y estaban decididos a detener a Esteban. Por tanto, sobornaron a unos hombres (los convencieron de alguna forma incorrecta) para que dijeran que lo haban odo hablar palabras blasfemas (abusivas, injuriosas) contra Moiss y contra Dios. Es probable que lo que hicieran fuera torcer y malinterpretar las enseanzas de Jess que Esteban repeta. Jess haba sido acusado de blasfemia tambin.

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Despus, soliviantaron al pueblo y tambin a los ancianos y a los escribas (expertos en la Ley). Con todo este apoyo, arremetieron contra Esteban (de forma sbita e inesperada), lo arrebataron (lo atraparon violentamente y lo mantuvieron firmemente asido), y lo trajeron al concilio (el Sanedrn, o el lugar donde se estaban reuniendo). Entonces presentaron testigos falsos, que presentaban las palabras de Esteban de una forma falsa y engaosa, con la peor interpretacin posible. Estos tomaron la palabra para decir que aquel hombre no haba cesado de hablar palabras blasfemas contra aquel lugar santo (el Templo) y contra la Ley (de Moiss). Tambin aseguraban haber odo a Esteban decir que Jess el Nazareno destruira aquel lugar y cambiara las costumbres (los ritos e instituciones) que Moiss les haba dado. Esto, por supuesto, es una referencia a Mateo 26:61, Marcos 14:58 y Juan 2:19-21, donde Jess haba hablado en realidad del templo de su cuerpo y de su muerte y resurreccin. (Vea tambin Mateo 12:42, donde Jess afirma: "He aqu ms que Salomn en este lugar.") En aquel momento, todos los que se hallaban sentados en el Sanedrn, fijaron sus ojos en l, y vieron su rostro como si fuera el de un ngel. Es probable que esto signifique que tena un resplandor o brillo que era ms que humano y proceda del cielo. Posiblemente era similar al de Moiss cuando descendi de la presencia de Dios en la montaa, o quiz como Jess cuando se transfigur y su gloria interior se puso de manifiesto.

8.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 07 Defensa del Evangelio por Esteban, su martirio y muerte El sumo sacerdote (probablemente Caifs) le dio a Esteban la oportunidad de responder a los cargos al preguntarle si aquellas cosas eran as. El rechazo de Jos (7:1-16) "El sumo sacerdote dijo entonces: Es esto as? Y l dijo- Varones hermanos y padres, od: El Dios de la gloria apareci a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harn, y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostrar. Entonces sali de la tierra de los caldeos y habit en Harn; y de all, muerto su padre. Dios le traslad a esta tierra, en la cual vosotros habitis ahora. Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometi que se la dara en posesin, y a su descendencia despus de l, cuando l an no tena hijo. Y le dijo Dios as: Que su descendencia sera extranjera en tierra ajena, y que los reduciran a servidumbre y los maltrataran, por cuatrocientos aos. Mas yo juzgar, dijo Dios, a la nacin de la cual sern siervos; y despus de esto saldrn y me servirn en este lugar. Y le dio el pacto de la circuncisin; y as Abraham engendr a Isaac, y le circuncid al octavo da; Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a Jos para Egipto; pero Dios estaba con l y le libr de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabidura delante de Faran rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canan, y grande tribulacin; y nuestros padres no hallaban alimentos. Cuando oy Jacob que haba trigo en Egipto, envi a nuestros padres la primera vez. Y en la segunda, Jos se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faran el linaje de Jos. Y enviado Jos, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en nmero de setenta y cinco personas. As descendi Jacob a Egipto, donde muri l, y tambin nuestros padres; los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compr Abraham de los hijos de Hamor en Siquem". Despus de dirigirse cortsmente al Sanedrn, Esteban comenz a hacer un repaso de la historia de Israel (una historia que todos ellos conocan bien). Su propsito era defender el Evangelio contra las falsas acusaciones y mostrar el paralelo que haba entre la forma en que los judos del Antiguo Testamento trataban a sus profetas y la forma en que los dirigentes de los judos haban tratado a Jess.

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Les recuerda cmo el Dios de la gloria (el Dios que se haba revelado en gloria) apareci a Abraham estando ste en Mesopotamia (en Ur de los caldeos) antes que l viviera en Harn (Jarran estara ms cerca de la pronunciacin hebrea). El Gnesis no menciona esta aparicin a Abraham en Ur, pero Nehemas 9:7 confirma que tuvo lugar. Dios le orden salir de su tierra y de su parentela (sus familiares y paisanos) para ir a la tierra (cualquier tierra) que l le mostrara. Despus de detenerse en Harn hasta que muri su padre, se traslad a la tierra que despus sera de Israel. Pero Dios no le dio herencia en ella, ni siquiera el espacio que cubre un pie. Sin embargo, le prometi drsela a l y a sus descendientes en posesin (permanente), aunque todava no tena hijo. Abraham acept la promesa y puso su vida en la mano de Dios. Dios tambin habl de que los descendientes de Abraham viviran temporalmente como extranjeros en una tierra que les pertenecera a otros, que los haran esclavos y los trataran mal durante cuatrocientos aos. Pero tambin prometi juzgar a la nacin que los hara esclavos. Despus de aquello, podran salir y lo serviran (adoraran) en aquel lugar (la tierra prometida). Otra cosa que Dios le dio a Abraham fue el pacto de la circuncisin; Isaac fue circuncidado al octavo da despus de su nacimiento. Despus vinieron Jacob y los doce patriarcas (cabezas de tribu o gobernantes tribales).Estos, movidos por la envidia, vendieron a Jos para Egipto. Pero Dios estaba con l. Lo libr de todas sus tribulaciones (circunstancias aflictivas) y le dio gracia y sabidura delante del Faran, el cual lo hizo gobernador (dirigente, primer hombre) sobre Egipto y sobre toda su casa (incluso sus asuntos de negocios). (Aqu Esteban estaba haciendo un fuerte contraste entre la forma en que los hermanos de Jos lo haban tratado, y la forma en que Dios lo haba ayudado.) Cuando vino el hambre y gran tribulacin (angustia), los patriarcas (identificados ahora como "nuestros padres"), no hallaban alimentos. Jacob, oyendo que haba trigo (o pan) en Egipto, los envi all. La segunda vez que llegaron, Jos se dio a conocer y le revel su raza al Faran. Despus envi a buscar a Jacob y a todos sus parientes, 75 personas. Jacob descendi y muri all, y tambin los padres (los hijos de Jacob), los cuales fueron trasladados a Siquem y colocados en la tumba comprada a precio de dinero de los hijos de Hamor (Emor), el padre de Siquem (Gnesis 33:19). En todo este relato hay un sutil nfasis en la forma en que Jos fue vendido por sus hermanos celosos, y sin embargo fue usado por Dios para salvarles la vida. Tambin hace nfasis en la fe de Abraham, quien crey la promesa de Dios, aun cuando no vea evidencia alguna de que fuera cumplida. Estos miembros del Sanedrn se negaban a creer a Dios, aun cuando l haba proporcionado evidencias de que haba cumplido su promesa a travs de la resurreccin de Jess. La forma en que sus hermanos trataron a Jos y el contraste con la forma en que Dios lo trat, tambin es un paralelo con la forma en que los dirigentes judos haban tratado a Jess. El rechazo de Moiss (7:17-37) "Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios haba jurado a Abraham, el pueblo credo y se multiplic en Egipto, hasta que se levant en Egipto otro rey que no conoca a Jos- Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrat a nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus nios, para que no se propagasen. En aquel mismo tiempo naci Moiss, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre. Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faran le recogi y le cri como a hijo suyo. Y fue enseado Moiss en toda la sabidura de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras. Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta aos, le vino al corazn el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver a uno que era maltratado, lo defendi, e hiriendo al egipcio, veng al oprimido. Pero l pensaba que sus hermanos comprendan que Dios les dara libertad por mano suya; mas ellos no lo haban entendido as. Y al da siguiente, se present a unos de ellos que rean, y los pona en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, por qu os maltratis el uno al otro? Entonces el que maltrataba a su prjimo le rechaz, diciendo: Quin te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? Quieres t matarme,

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como mataste ayer al egipcio? Al or esta palabra. Moiss huy, y vivi como extranjero en tierra de Madin, donde engendr dos hijos Pasados cuarenta aos, un ngel se le apareci en el desierto del monte Sina, en la llama de fuego de una zarza. Entonces Moiss, mirando, se maravill de la visin; y acercndose para observar, vino a l la voz del Seor: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moiss, temblando, no se atreva a mirar. Y le dijo el Seor; Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que ests es tierra santa. Ciertamente he visto la afliccin de mi pueblo que est en Egipto, y he odo su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviar a Egipto. A este Moiss, a quien haban rechazado, diciendo: Quin te ha puesto por gobernante y juez?, a ste lo envi Dios como gobernante y libertador por mano del ngel que se le apareci en la zarza. Este los sac, habiendo hecho prodigios y seales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo y en el desierto por cuarenta aos. Este Moiss es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantar el Seor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a m; a l oiris". A continuacin Esteban relata la forma en que los israelitas crecieron y se multiplicaron en Egipto cuando se aproximaba el tiempo del cumplimiento de la promesa que Dios le haba hecho a Abraham (la promesa de que sus descendientes poseeran la tierra de Canan). Este crecimiento continu hasta que se levant un rey (que perteneca a una nueva dinasta) que no conoca a Jos. Este maltrat a Israel con astucia y malos tratos. Hasta lleg a exigir que se expusiera a los nios para que no pudieran vivir. ("Exponer" es aqu un trmino usado para expresar la idea de poner al recin nacido en algn lugar donde los elementos o los animales salvajes le dieran muerte.) En aquel mismo tiempo naci Moiss, que fue muy agradable a Dios (amado por l). Esto puede significar que fue hecho agradable por Dios, o considerado as por l. Pero sabemos que Dios estaba con Moiss desde su nacimiento. El cuidado de Dios se manifest cuando Moiss fue expuesto despus de tres meses en la casa de su padre. La hija del Faran lo recogi y lo cri como a hijo suyo. As fue como Moiss fue enseado (entrenado, instruido) en toda la sabidura de Egipto, y era poderoso en sus palabras y obras. Esto es significativo, porque ya los egipcios haban hecho grandes adelantos en ciencia, ingeniera, matemticas, astronoma y medicina. A los cuarenta aos Moiss quiso visitar (cuidar, aliviar, proteger) a sus hermanos israelitas. Viendo a uno de ellos que era maltratado injustamente, lo defendi, veng (hizo justicia) al oprimido, e hiri al egipcio. Este era el punto importante para Esteban en esta parte del relato. Moiss hizo esto porque supona que sus hermanos israelitas comprenderan que Dios, por su mano, les dara libertad, pero no fue as. Esteban vea un claro paralelo aqu con la forma en que los dirigentes judos no eran capaces de comprender lo que Dios haba hecho por medio de Jess para proporcionarles la salvacin. Cuando rechazaban a Jess en realidad no era nada en contra de l tampoco, puesto que sus padres durante un tiempo rechazaron a Moiss. Continuando con la historia, Esteban les record cmo Moiss haba querido reconciliar a unos israelitas que rean, y ponerlos en paz, diciendo; "Varones, hermanos sois, por qu os maltratis el uno al otro?" Pero el que estaba maltratando a su prjimo lo rechaz, diciendo: "Quin te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? Quieres t matarme, como mataste ayer al egipcio?" Ante esto. Moiss huy, y vivi como extranjero en Madin, donde nacieron sus dos hijos varones. Cuando haban pasado cuarenta aos, un ngel del Seor se le apareci en el desierto del monte Sina en la llama de fuego de una zarza. Moiss estaba asombrado ante lo que vea. Cuando se acerc (por curiosidad) para observar, Dios le habl, declarndole que era el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Entonces Moiss tembl y no se atreva a mirar (observar). El Seor le dijo que se quitara el calzado de los pies, porque el lugar en que estaba era tierra santa (aunque estuviera lejos de la tierra prometida). Dios haba visto ciertamente la afliccin de su pueblo en Egipto y haba odo su gemido. Haba descendido ahora para librarlo: enviara a Moiss a Egipto.

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En este momento, Esteban hace resaltar su argumento principal en esta parte del relato. Este Moiss, a quien haban rechazado (negado, desechado), fue el que Dios envi por mano (con poder) del ngel que se le haba aparecido en la zarza, para que fuera gobernante y libertador (rescatador, trmino usado originalmente para hablar de quienes pagaban un rescate para redimir o liberar esclavos o prisioneros). Despus de manifestar prodigios y seales en Egipto y en el desierto, los sac. Entonces, como punto culminante de esta seccin, Esteban les recuerda que este era el mismo Moiss (el Moiss que ellos haban rechazado y Dios haba usado para salvarlos y sacarlos de Egipto) que les haba dicho a los israelitas que Dios levantara un profeta para ellos que sera como l. A ste deberan or (escuchar y obedecer). Los dirigentes judos saban cmo los apstoles aplicaban este pasaje sobre el profeta semejante a Moiss: todos los judos creyentes se lo aplicaban a Jess. Esteban les estaba diciendo que al no escuchar a Jess, estaban desobedeciendo a Dios, y tratando a Moiss con desprecio. El rechazo de Dios (7:38-43) Este es aquel Moiss que estuvo en la congregacin en el desierto con el ngel que le hablaba en el monte Sina, y con nuestros padres, y que recibi palabras de vida que darnos; al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto, cuando dijeron a Aarn: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moiss, que nos sac de la tierra de Egipto, no sabemos qu le haya acontecido. Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al dolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. Y Dios se apart, y los entreg a que rindiesen culto al ejrcito del cielo; como est escrito en el libro de los profetas: Acaso me ofrecisteis vctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta aos, casa de Israel? Antes bien llevasteis el tabernculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfn, figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportar, pues, ms all de Babilonia. Esteban pasa esta vez a un rechazo mucho peor, el de Dios. Habla nuevamente de Moiss. El estaba en la congregacin (asamblea, en griego ekklesa) en el desierto con el ngel que le hablaba en el monte Sina y con todos los padres. Recibi (de buen grado) palabras de vida (manifestaciones divinas) que darle a Israel. Pero los padres, negndose a obedecerlo, lo rechazaron y en sus corazones se volvieron a Egipto. As lo demostraron al pedirle a Aarn que les hiciera dioses que fueran delante de ellos. Despreciaron a Moiss al decir en forma derogatoria que a este Moiss que los haba sacado de Egipto, no saban qu le haba acontecido (xodo 32:1). Entonces hicieron (la imagen de) un becerro y sacrificaron al dolo (imagen) y se regocijaron (hicieron fiesta, armaron algazara) en las obras de sus manos. Puesto que se trataba de un rechazo no slo de Moiss, sino tambin de Dios, l se apart y los entreg a que rindiesen culto (sirviesen) al ejrcito del cielo. Recibieron las consecuencias que se haban merecido con su accin. Esteban vea esto confirmado en Amos 5:25-27. Esta cita muestra que los israelitas en el desierto, en realidad no le ofrecieron sus sacrificios al Seor durante los cuarenta aos restantes. Por supuesto que guardaron todas las formas, pero la idolatra que comenz entonces, sigui tentando a Israel (y as fue hasta que fueron exiliados a Babilonia). As, hasta en el desierto, despus de ver la gloria de Dios, llevaron el tabernculo (la tienda) de Moloc (un dios lujurioso como Venus, adorado por los amonitas y algunos pueblos semitas ms). Qu contraste con el tabernculo del testimonio mencionado en el versculo 44! Tambin adoraron la estrella del dios Renfn (probablemente el nombre asirio del planeta Saturno, llamado Quiln en Amos 5:26). Ambos eran figuras (imgenes) que se haban hecho ellos mismos para adorarlas. (Probablemente estas imgenes fueran pequeos dolos llevados en secreto por estos israelitas.) Como consecuencia. Dios le dijo a Israel que lo transportara ms all de Babilonia. En esto vemos tambin que Esteban est diciendo que haban sido sus padres los que haban rechazado a Moiss y a la Ley, con lo cual se estaban rebelando contra el Dios que haba dado la Ley. Aunque Esteban no lo dice, ellos saban que Jess no era as. Eran los padres de Israel, y no Jess, los que haban querido cambiar las leyes, las costumbres y las enseanzas que Moiss les haba dado.

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El Templo no es suficiente (7:44-50) Tuvieron nuestros padres el tabernculo del testimonio en el desierto, como haba ordenado Dios cuando dijo a Moiss que lo hiciese conforme al modelo que haba visto. El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josu al tomar posesin de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arroj de la presencia de nuestros padres, hasta los das de David. Este hall gracia delante de Dios, y pidi proveer tabernculo para el Dios de Jacob. Mas Salomn le edific casa; si bien el Altsimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. Qu casa me edificaris? dice el Seor; O cul es el lugar de mi reposo? No hizo mi mano todas estas cosas? Esteban pasa ahora a responder su acusacin sobre lo que l haba dicho del Templo. No trata de explicar lo que Jess quera decir realmente al hablar de "destruir este templo". En cambio, les recuerda que los Padres tenan el tabernculo (tienda) del testimonio, llamado as porque contena el arca del pacto con las dos tablas (tablillas) de piedra que eran testimonio (o testigos) del pacto entre Dios y su pueblo. Dios haba ordenado construir esta tienda, dicindole a Moiss que la hiciera conforme al modelo que haba visto (xodo 25:9, 40; 26:30; 27:8). La siguiente generacin de los padres recibi el tabernculo y lo introdujo con Josu (Jess es la forma griega de Josu, como aparece en el original en Hebreos 4:8) en la tierra que antes haba sido posesin de las naciones a las que Dios expuls delante de los padres hasta los das de David. Es decir, el tabernculo dur hasta los das de David. David encontr favor delante de Dios, y deseaba personalmente proveer tabernculo (lugar permanente de habitacin) para el Dios de Jacob. Pero fue Salomn quien le construy una casa. En este momento, Esteban declar que el Altsimo no habita (permanentemente) en lo que es hecho de mano. Para probar esto, cit a Isaas 66:1 y parte del versculo 2. En este lugar de las Escrituras, Dios le dice a Isaas que el cielo es su trono y la tierra el estrado de sus pies. Qu casa podran edificarle, o cul seria el lugar de su reposo? O, en qu lugar podra Dios establecerse para convertirlo en su morada permanente? No era l quien haba hecho todas aquellas cosas? Esteban no estaba negando que Dios hubiera manifestado su presencia en el Templo. Pero, al igual que los profetas, vea que el Dios que haba creado los cielos y la tierra no puede quedar limitado a ningn edificio ni templo de la tierra. De hecho. Salomn estaba de acuerdo con esto. (Vea 1 Reyes 8:27; 2 Crnicas 6:1, 2,18. Vea tambin Isaas 57:15.) El rechazo al Espritu Santo (7:51-60) "Duros de cerviz, e incircuncisos de corazn y de odos! Vosotros resists siempre al Espritu Santo; como vuestros padres, as tambin vosotros, A cul de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habis sido entregadores y matadores; vosotros que recibisteis la ley por disposicin de ngeles, y no la guardasteis. Oyendo estas cosas, se enfurecan en sus corazones, y crujan los dientes contra l. Pero Esteban, lleno del Espritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jess que estaba a la diestra de Dios, y dijo; He aqu, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que est a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los odos, y arremetieron a una contra l. Y echndole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras l invocaba y deca: Seor Jess, recibe mi espritu. Y puesto de rodillas, clam a gran voz: Seor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmi". Es evidente que Esteban not que no aceptaban su mensaje. Posiblemente entre sus oyentes se produjeran murmullos de ira. Por esto los reprendi. Eran duros de cerviz (testarudos) e incircuncisos de corazn y odos. (Vea Levtico 26:41; Deuteronomio 10:16; 30:6; Jeremas 6:10; 9:26; Ezequiel 44:7.) Es decir, su actitud y su negacin a escuchar el Evangelio los pona al mismo nivel de los gentiles que estaban fuera del pacto con Dios y lo

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rechazaban. Estaban oyendo, pensando y tramando en la forma en que lo hacan los gentiles sin fe. En realidad, aquellos dirigentes judos estaban resistindose activamente al Espritu Santo, tal como lo haban hecho sus padres. (Vea Mateo 5:11, 12; 23:30, 31.) Mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo. Ahora haba sido El a quien haban traicionado y matado. Ciertamente, su culpa era mayor que la de quienes haban matado a los profetas. Estos dirigentes judos que haban rechazado a Jess, haban recibido la Ley, que haba sido dada por disposicin (reglamento, estatuto) de ngeles. Pero no la guardaron (no la observaron). O sea, que eran los dirigentes judos, y no Jess ni los cristianos, quienes haban desechado la Ley al matar a Jess. Esta reprensin los hizo enfurecerse en sus corazones (cort hasta llegar a sus corazones), y aquellos miembros tan dignos del Sanedrn crujieron los dientes contra Esteban. Con esta expresin de ira y exasperacin slo probaban que era cierto que estaban resistiendo al Espritu Santo. Al contrario de lo que les suceda a ellos, Esteban, lleno del Espritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jess que estaba (de pie, segn el texto griego) a la derecha de Dios (en el lugar de autoridad). Otros pasajes hablan de Jess sentado a la derecha de Dios (Marcos 14:62; Lucas 22:69). Esto parece indicar que Jess se levant para darle la bienvenida al primer mrtir que dara testimonio a cambio de su vida. Notemos tambin que Esteban us el trmino que el Sanedrn haba odo usar a Jess con frecuencia al hablar de s mismo: "el Hijo del Hombre". AI or esto, el Sanedrn dio grandes voces (chillaron). Se pusieron las manos en los odos para no escuchar las palabras de Esteban, y a una (con un mismo impulso espontneo y los mismos propsitos), arremetieron contra l, lo echaron fuera de la ciudad (Nmeros 15:35) y comenzaron a apedrearlo. La ley romana no les permita a los judos llevar a cabo ejecuciones (Juan 18:31). No obstante, es probable que esto sucediera cerca del final del gobierno de Pilato, cuando ste haba cado en desgracia con las autoridades de Roma, y aquellos judos se aprovecharon de su debilidad. Tambin hay evidencias de que Vitelo (3537 d.C.), legado imperial, estaba en aquellos momentos tratando de ganarse el favor de los judos, y hubiera estado inclinado a pasar por alto todo cuanto hicieran. Sin embargo, el Sanedrn s sigui los procedimientos legales, haciendo que los testigos tiraran la primera piedra (Deuteronomio 17:7). En efecto, estos se quitaron los ropajes exteriores para estar ms libres al tirar las piedras, y los depositaron a los pies de un joven llamado Saulo. De esta manera vemos que Saulo fue testigo ocular de la muerte de Esteban, y probablemente de su predicacin. Esta es la primera mencin de Saulo, y nos prepara para lo que se dir ms adelante. Mientras apedreaban a Esteban, l invocaba a Dios diciendo: "Seor Jess, recibe mi espritu." Entonces, puesto de rodillas, clam a gran voz: "Seor, no les tomes en cuenta este pecado." ("No pongas este pecado en su cuenta", sera una buena parfrasis que expresara el sentido de su exclamacin.) Cunto se pareca a Jess! (Vea Lucas 23:34.) Despus de haber dicho esto, Esteban durmi. Es decir, muri. (Compare con 1 Tesalonicenses 4:15; 2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23.) Hubo algo especialmente pacfico en esta muerte, a pesar de su naturaleza violenta. De esta forma, Esteban se fue a estar con Jess y se convirti en el primer mrtir de la Iglesia primitiva el primero en una larga lista de creyentes que daran su vida por Jess y por el Evangelio.

9.

CAPITULO 1: EL MUNDO ROMANO


PARTE 1

LA TRANSICIN DEL MINISTERIO DE CRISTO

Preguntas de Preparacin

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1. Cmo ayud el Imperio Romano a la extensin del cristianismo?

2. Cmo ayud la cultura griega a la extensin del cristianismo?

3. Cul era la situacin religiosa en el Imperio Romano?

Introduccin

Jess dijo a sus apstoles que haban de ser sus testigos en "Jerusaln y en toda Judea y en Samaria y hasta lo ltimo de la tierra". (Hch. 1:8). Puesto que ahora nos toca estudiar el avance del evangelio dentro del mundo romano, debemos detenernos un momento para conocer dicho mundo, al cual iba el evangelio.

1. El Gobierno Romano

En la poca en la cual les fue dada a los apstoles la Gran Comisin, era Roma quien gobernaba al mundo. El Imperio Romano someti todo el Mar Mediterrneo; alcanz hasta las Islas Britnicas e incluy la mayor parte de lo que se conoca del mundo de aquel entonces.

Roma se fund durante la poca del reino dividido de Palestina. Ms o menos en la poca cuando los judos estaban restaurando Jerusaln y el templo, Roma desarroll una fuerte forma de gobierno republicano. Su poder se extendi rpidamente y por la poca de Cristo, Roma ya reinaba en el mundo entero. No obstante que Roma era una repblica, sus gobernantes empezaron a usar el ejrcito para aumentar su propio poder personal. En el ao 27 a.C., Augusto lleg a ser el emperador de Roma. Desde entonces, el gobierno permaneci en las manos del emperador.

El mero corazn del Imperio Romano era pequeo (Italia), y en su alrededor se encontraban muchas provincias. No debemos pensar que dichas provincias eran como nuestros estados alrededor del Distrito Federal de Mxico. Algunas de stas haban sido cedidas a Roma; la mayor parte haba sido conquistada. Dichas provincias existan simplemente para el provecho de la misma Roma. Eran gobernadas por hombres nombrados por el emperador o por el senado romano. Tenan que pagar impuestos a Roma, y batallones de soldados romanos estaban destacados en ellas.

El hecho de que el mundo conocido entonces se encontrara bajo un slo gobierno, facilit los viajes de los apstoles de un lugar a otro. No se encontraron con ejrcitos hostiles ni con fronteras cerradas. Los romanos haban construido una amplia red de buenas carreteras. El trfico martimo ligaba a todos los pases que bordeaban el Mediterrneo. Y aunque a veces los viajeros tuvieron que enfrentarse a bandidos y a piratas, por lo general tales peligros haban sido reducidos en gran manera por el ejrcito romano.

Los romanos son famosos por su sistema legal, y el derecho romano se haba extendido a todas las partes del imperio. Por consiguiente, los misioneros cristianos tenan la manera de apelar a la justicia en dondequiera que fueran. Aquellos que, como Pablo, eran ciudadanos, gozaban de privilegios especiales. Pablo usaba dichos privilegios siempre que fuera necesario, aun al grado de apelar a Csar cuando le fue negada la justicia en Judea.

2. La Cultura Griega

Antes de que los romanos llegaran a ser los que gobernaban al mundo, los griegos haban conquistado la mayora de las tierras al oriente de Grecia. Cada pas conquistado por ellos, se influenciaba grandemente por su cultura. El idioma griego lleg a ser el idioma comn; se produjeron dramas, todos en griego; lo que se lea era literatura griega. Y aunque los romanos conquistaron al mundo, ellos mismos fueron conquistados por la cultura griega. Aun en la capital, la misma Roma, prevaleci la cultura griega. Esto explica por qu, cuando Pablo haca referencia a los no judos, los llam "griegos".

La preponderancia de la cultura griega fue importante en la iglesia cristiana. El uso universal del idioma griego facilit la predicacin a todo hombre dondequiera que iban los apstoles. Hizo posible que los escritos del Nuevo Testamento se extendieran en forma rpida en varias partes del mundo.

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La misma cultura griega era tal que provea una puerta abierta para el evangelio de Cristo. Grecia haba tenido grandes filsofos; mas ninguno de ellos haba podido dar una respuesta al problema del pecado. La cultura griega entera se encontraba enferma y con necesidad de un sanador. El mensaje que predicaban los cristianos, llenaba esta necesidad, al presentar a Jesucristo como el Salvador de los pecadores.

3. La Estructura Social

Dentro del mundo pagano (no judo) haba distintas clases sociales: los aristcratas, el pueblo comn, los esclavos y los hombres libertos. Por lo general la mayor parte de los aristcratas eran los dueos de grandes extensiones de tierra y eran muy ricos. En contraste, la mayora del pueblo comn era pobre. Aquellos que tenan pequeas porciones de tierra no podan competir con los aristcratas que usaban gente esclava para trabajar sus haciendas. Muchos de estos hombres "del pueblo" perdieron sus terrenos a manos de la aristocracia, y se fueron yendo a las ciudades. Expresaban su descontento con violencia muchas veces. Quizs esto explica el por qu juntaban las masas con tanta facilidad aquellos que se oponan a los apstoles.

Los esclavos formaban una clase aparte. Algunos de ellos haban sido capturados durante las guerras de Roma; otros haban sido vendidos como esclavos, para cobrar sus deudas. Muchos esclavos gozaban de una buena educacin. Uno de los grandes filsofos, nombrado Epteto, era esclavo. A algunos de los esclavos les fue concedida su libertad. Otros la compraron; estos ex-esclavos formaron una clase social especial, conocida por "libertos".

4. La Vida Religiosa

Durante la poca que estamos estudiando, exista una gran variedad de creencias religiosas en el Imperio Romano. De manera breve veremos las creencias ms comunes.

Los griegos adoraban a muchos dioses. Los romanos aceptaron esta creencia politesta. Aunque los dioses griegos, se les dieron nombres nuevos el dios Zeus lleg a ser Jpiter, Hera lleg a ser Juno, y as por el estilo sin embargo, eran los mismos dioses con semejanza de hombres, con las flaquezas y los pecados humanos. La poca profundidad de sus dioses result en una religin tambin sin profundidad alguna, y ya para la poca de Cristo, la adoracin de dichos dioses estaba declinando.

La religin politesta junto con el gobierno totalitario se combin para desarrollar el culto al emperador. Puesto que el emperador gozaba de mucho poder, y lo usaba para bien del estado, los hombres empezaron a adorarle. Durante la Edad Apostlica, los emperadores mismos no buscaban que les dieran culto; pero de todos modos la tendencia creca. Ya para el fin del primer siglo, el culto al emperador constitua un verdadero problema para los cristianos, los cuales no podan rendir culto a un ser humano. Los paganos interpretaban esto como falta de patriotismo, y en consecuencia, persiguieron a los cristianos.

Las religiones de misterio del Lejano Oriente encontraron una buena aceptacin en el imperio porque ofrecan algo que no podan ofrecer ni los dioses antiguos ni el culto al emperador. Los seguidores de estas religiones estaban en contacto con un dios que supuestamente haba muerto y vuelto a vivir. Por medio de ceremonias muy elaboradas de iniciacin se les prometa la inmortalidad a los seguidores.

Adems de las religiones ya nombradas, exista una enorme cantidad de supersticiones en el mundo romano. Las masas crean en la magia, cosa que se demuestra en el relato acerca de Simn el Mago (Hch. 8:9-13). La creencia en los demonios estaba muy extendida, y se publicaban las distintas maneras del exorcismo. La astrologa, que sostiene que las estrellas afectan a las vidas humanas, era practicada tanto por la nobleza como por el pueblo.

5. Las Filosofas

Las religiones del Imperio Romano ofrecan solamente: o un ritual hueco, o una supersticin burda. Como resultado, los hombres pensadores se refugiaron en las filosofas que procuraban explicar el

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universo y guiar a los hombres hacia el Sumo Bien. Algunas de estas filosofas son importantes para nuestro estudio.

El GNOSTICISMO prometa la salvacin por medio del conocimiento de ciertos secretos. Los gnsticos crean que la materia es mala. Por lo tanto, Dios, siendo bueno, no pudo haber creado al mundo. El hombre tiene que renunciar al mundo material si ha de encontrar la salvacin. Y para poder renunciar al mundo, uno tena que conocer los secretos del gnosticismo. Algunos gnsticos enseaban que para renunciar al mundo era necesario el ascetismo, o sea, el rechazar la satisfaccin de cualquier deseo que no era absolutamente indispensable. Decan: "Tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques" (Col. 2:21).

El EPICUREISMO enseaba que son los placeres las principales metas de la vida. No se recomendaba la satisfaccin de todo tipo de placeres, sino el escoger aquellos que proporcionaran una satisfaccin ms prolongada. El epicureismo era antireligioso, al negar que los dioses tuvieran que ver algo con la vida del ser humano. Present una atraccin muy grande, por ofrecer al hombre la bsqueda de lo que realmente deseaba: el placer.

El ESTOICISMO era una filosofa de la razn pura. Negaba que exista en la vida un lugar para el sentimiento. Los estoicos buscaron el perfecto control propio, sin dar lugar alguno a los sentimientos. El estoicismo era un punto de vista fatalista de la vida; sostena que todo estaba predeterminado, y que nada poda cambiarse. Lo nico que uno puede hacer, es aceptar las cosas tal como son. El estoicismo procur impulsar al hombre a actuar virtuosamente; pero nunca pudo impulsarlo a intentar reformas que cambiaran el sino comn de los hombres.

Conclusin

Este, entonces, era el mundo en el cual el cristianismo hizo su aparicin. Era un mundo unido por la ley romana y la cultura griega. Era un mundo muy religioso, mas las religiones de la poca no podan satisfacer las necesidades intelectuales, ni las morales, ni las espirituales del hombre. Era un mundo enfermo moralmente con una desesperada necesidad de salud divina. Precisamente con este mensaje de salud, los apstoles salieron al mundo romano, y llevaron a los hombres pecadores, la salvacin que Dios haba provisto en Jesucristo.

10.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 08 Los versculos 1 y 3 de este captulo mencionan a Saulo. Despus, no se le vuelve a mencionar de nuevo hasta el captulo 9. Aqu se dice que Saulo consenta en la muerte de Esteban. El texto griego es algo ms fuerte: Saulo aprobaba total y completamente la muerte (el asesinato) de Esteban, y continu actuando de acuerdo con ello. No comparta las ideas de Gamaliel, su antiguo maestro (Hechos 5:38). Al contrario: consideraba que las ideas de Esteban eran peligrosas y senta que haba que arrancarlas de raz. Pero ni l ni todo el resto del Sanedrn fueron capaces de destruir la obra del Espritu. La persecucin hace esparcir el Evangelio (8:1-4). Y Saulo consenta en su muerte. En aquel da hubo una gran persecucin contra la iglesia que estaba en Jerusaln; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apstoles. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre l. Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la crcel. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Sin duda. Pablo fue uno de los principales instigadores de la persecucin que se levant contra la Iglesia en Jerusaln en aquel momento (en el mismo da en que Esteban fue asesinado). Tan intensa fue aquella persecucin, que los cristianos fueron dispersados todos a travs de Judea y Samaria.

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Slo quedaron los apstoles en Jerusaln. El versculo 2 podra ser una indicacin del porqu. Hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban e hicieron gran llanto (golpendose el pecho) sobre l. Esto era desusado en la tradicin juda, que era opuesta a que se manifestara este tipo de respeto o de dolor por una persona ejecutada. "Hombres piadosos" es una referencia a hombres como los de Hechos 2:5, donde se usa la misma expresin. Eran judos sinceros y devotos que todava no haban aceptado a Cristo como su Mesas y Salvador, pero respetaban a Esteban y rechazaban la decisin del Sanedrn por equivocada e injusta. Por medio de ellos, la Iglesia volvera a crecer en Jerusaln. De hecho, cuando Pablo regres a Jerusaln despus de su conversin, haba una fuerte iglesia all. En marcado contraste con los hombres piadosos que se lamentaron sobre Esteban, Saulo se volvi cada vez ms furioso y ms enrgico en su persecucin. Hizo verdaderos estragos 3 en la Iglesia. La asol y devast literalmente. Entraba casa por casa, arrastraba fuera de ellas a hombres y mujeres, y los entregaba en la crcel. Despus, como veremos ms adelante, cuando eran trados a juicio, l votaba para que fueran ejecutados (Hechos 26:10). A pesar de todo, la persecucin no detuvo el esparcimiento del Evangelio. Tuvo el efecto exactamente opuesto. Antes de esta persecucin, haban estado recibiendo enseanza y entrenamiento de los apstoles; ahora estaban listos para salir. La persecucin fue la que los oblig a hacerlo, pero la realidad es que salieron. Los que se esparcieron no se establecieron. En cambio, se mantenan viajando de lugar en lugar, comunicando las buenas nuevas del Evangelio. Hechos 11:19 afirma que algunos viajaron hasta lugares tan distantes como Chipre, Fenicia y Antioqua. Podemos estar seguros de que viajaron hasta muchos otros lugares distantes tambin. Esto no quiere decir que fueran todos predicadores en el sentido actual de la palabra. Simplemente testificaban con gozo y libertad sobre Jess. Aunque slo eran personas corrientes, conocan la Palabra y se convirtieron en canales del amor y el poder de Jess. Es evidente que ninguno de ellos se quej por la persecucin. La consideraron como otra oportunidad para ver qu hara el Seor. Felipe va a Samaria (8:5-13) Entonces Felipe, descendiendo a la dudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unnime, escuchaba atentamente las cosas que deca Felipe, oyendo y viendo las seales que haca. Porque de muchos que tenan espritus inmundos, salan stos dando grandes voces; y muchos paralticos y cojos eran sanados; as que haba gran gozo en aquella ciudad. Pero haba un hombre llamado Simn, que antes ejerca la magia en aquella ciudad, y haba engaado a la gente de Samaria, hacindose pasar por algn grande. A ste oan atentamente todos, desde el ms pequeo hasta el ms grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios. Y le estaban atentos, porque con sus artes mgicas les haba engaado mucho tiempo. Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. Tambin crey Simn mismo, y habindose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las seales y grandes milagros que se hacan, estaba atnito. Sin embargo, hubo muchos que s predicaron o proclamaron pblicamente el Evangelio. Despus de la afirmacin general del versculo 4, Lucas nos da un ejemplo de lo que ha de haber sucedido por todas partes. Escoge al dicono Felipe como ejemplo, no porque lo que sucedi en Samaria fuera ms grande que lo que sucedi en otras partes, sino por las lecciones que se aprendieron all, y porque Samaria era el siguiente lugar en el mandato recibido en Hechos 1:8. Tambin era importante Samaria porque all el Espritu rompera otra barrera ms. Los samaritanos eran descendientes de aquellos hebreos de las diez tribus norteas que se mezclaron con los pueblos que los asirlos llevaron al lugar despus de capturar Samaria. Al principio, le daban culto al Seor, junto con otros dioses (2 Reyes 17:24-41). Ms tarde, tambin construyeron su templo en el monte Gerizim. Pero unos cien aos antes de Cristo, los judos subieron y destruyeron aquel templo, obligando a los samaritanos a dejar su idolatra. En los tiempos del Nuevo Testamento, los samaritanos seguan la Ley de Moiss en forma muy similar a los judos, pero decan que los sacrificios deban ser hechos en el monte Gerizim y no en el Templo de Jerusaln.

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Los judos evitaban pasar por Samaria cuanto les fuera posible. De manera que Felipe necesit valor para ir all. Pero, al igual que los dems, era el Espritu el que lo diriga. Cuando lleg a la ciudad de Samaria, unos diecisis kilmetros al norte del lugar donde Jess habl con la mujer junto al pozo, comenz a predicar a Cristo (proclamar la verdad de que El era el Mesas y Salvador). Podemos tener la seguridad de que el ministerio de Jess en Samaria (Juan 4) no haba sido olvidado. Estas cosas no se hacan en lo oculto. Los samaritanos, al igual que los judos, esperaban un Mesas en el que se cumpliera Deuteronomio 18:15, 18, 19. La gente (las multitudes, en las que haba toda clase de personas) unnime escuchaba el mensaje de Felipe, oyndolo y viendo las seales que haca. Aqu vemos que la promesa del Seor de confirmar la Palabra con seales que seguiran, no se limitaba a los apstoles (Marcos 16:20). La gente oy gritar a los que tenan espritus inmundos en alta voz, cuando stos salan de ellos. Vio a los que estaban paralticos y a los cojos, recibir sanidad. La consecuencia fue que hubo gran gozo en aquella ciudad, el gozo de la salud y la salvacin. Este xito del Evangelio era un milagro mucho mayor de lo que parecera a simple vista, puesto que toda aquella gente haba estado engaada (embrujada, atnita, maravillada) a manos de un hombre llamado Simn, que ejerca la magia (hechicera), y se haca pasar por algn grande (algn ser de gran poder). A ste oan atentamente todos, desde el ms pequeo hasta el ms grande, diciendo: "Este es el gran poder de Dios." Le haban hecho caso durante mucho tiempo, porque los tena asombrados con sus trucos mgicos. El pueblo vio algo mucho ms maravilloso en los milagros de Felipe, y crey las buenas nuevas del reino (gobierno, poder y autoridad) de Dios y el nombre de Jesucristo. El Evangelio que Felipe predicaba, insista en este gobierno y poder de Dios, manifestado a travs de Jesucristo en su personalidad y naturaleza como Mesas y Salvador. Seguramente les dira todo lo que Pedro les haba dicho a sus oyentes en el da de Pentecosts y despus. El pueblo crey, no slo a Felipe, sino tambin la verdad que l predicaba. Crey en lo que deca acerca del reino (gobierno) de Dios; crey en el nombre (poder y autoridad) de Jess; acept lo que Felipe dijo acerca de la obra de Cristo, como Salvador y Seor crucificado y resucitado. Entonces se bautizaban tanto hombres como mujeres. Finalmente, hasta el mismo Simn crey y fue bautizado. Entonces se uni en forma persistente y constante a Felipe. Simn estaba acostumbrado a engaar a la gente con sus trucos mgicos, y saba que se podan hacer cosas pasmosas con ellos. Haba observado a Felipe con el ojo profesional de un mago, y haba llegado a la conclusin de que aquellos milagros eran reales. Estaba claro que aquellas seales y grandes obras de poder eran sobrenaturales. Por eso, l tambin estaba atnito (lleno de asombro y maravillado). Aquellos milagros no se parecan en nada a los trucos mgicos que l haca. Hay quienes han puesto en duda que Simn haya credo de verdad. Pero la Biblia dice que crey, y no hace ninguna observacin sobre esta afirmacin. Adems, con seguridad, Felipe, que era un hombre dirigido por el Espritu, no lo habra bautizado si no hubiera presentado evidencias de ser un verdadero creyente. Pedro y Juan en Samaria (8:14-25) Cuando los apstoles que estaban en Jerusaln oyeron que Samaria haba recibido la palabra de Dios, enviaron all a Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espritu Santo; porque an no haba descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente haban sido bautizados en el nombre de Jess. Entonces les imponan las manos, y reciban el Espritu Santo. Cuando vio Simn que por la imposicin de las manos de los apstoles se daba el Espritu Santo, les ofreci dinero, diciendo; Dadme tambin a m este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes t parte ni suerte en este asunto, porque tu corazn no es recto delante de Dios. Arrepintete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizs te sea perdonado el pensamiento de tu corazn; porque en hiel de amargura y en prisin de maldad veo que ests. Respondiendo entonces Simn, dijo:

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Rogad vosotros por m al Seor, para que nada de esto que habis dicho venga sobre m. Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusaln, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio. La noticia de que Samaria haba recibido (le haba dado la bienvenida a) la Palabra de Dios, lleg pronto a odos de los apstoles, en Jerusaln. Estos enviaron a ellos a Pedro y a Juan (con un mensaje y un propsito), para darles nimo a los nuevos creyentes. Sin embargo, en esto no hay indicacin de que pensaran que el ministerio de Felipe era inferior o deficiente de forma alguna. Simplemente, queran ayudarlo. Cuando llegaron los dos apstoles, lo primero que hicieron fue orar por los creyentes samaritanos, para que recibieran el Espritu Santo. Se nota claramente que los apstoles crean en la importancia del bautismo en el Espritu Santo para todos. Aunque los samaritanos haban sido bautizados en agua y en el nombre (para la adoracin y el servicio) del Seor Jess, ninguno de ellos haba recibido el don del Espritu con la evidencia de hablar en otras lenguas. Es decir, que el Espritu no haba descendido sobre ninguno en la forma en que haba descendido en el da de Pentecosts. Hay quienes suponen que la fe de los samaritanos no se centraba realmente en Jess hasta que Pedro y Juan llegaron y oraron. Pero Felipe era un hombre lleno del Espritu y de sabidura. No habra bautizado a nadie, si su fe no era real. Otros suponen que Felipe no les ense a los samaritanos nada sobre el bautismo en el Espritu Santo. Pero el hecho mismo de que l fuera a predicarles a Cristo, demuestra que crea que la promesa era para ellos. Tambin se ve con claridad que los creyentes no eran capaces de ocultar parte alguna del mensaje. (Vea Hechos 4:20.) Como ya hemos visto, los samaritanos creyeron lo que Felipe predic sobre el reino (gobierno) de Dios y el nombre (autoridad) de Jess. La predicacin en los Hechos asocia estas cosas con la promesa del Espritu Santo. Podemos estar seguros de que Felipe, como los dems predicadores del libro de los Hechos, inclua en su mensaje la exaltacin de Jess a la derecha del Padre y la entrega de la promesa del Padre, el bautismo en el Espritu Santo. El problema parece haber estado en los mismos samaritanos. Ahora se daban cuenta de que haban estado equivocados, no slo con los engaos de Simn el mago, sino tambin con sus doctrinas samaritanas. Quiz, humillados, encontraban difcil expresar el paso de fe siguiente, necesario para recibir el bautismo en el Espritu. Cuando Jess hallaba fe expresada de forma sencilla, y fundada solamente en su Palabra, la llamaba "gran fe" y sucedan las cosas (Mateo 8:10, 13). Cuando la fe se alzaba por encima de los obstculos y las pruebas, Jess la llamaba tambin "gran fe", y las cosas sucedan (Mateo 15:28). Pero cuando la fe era dbil. El no destrua lo que haba. La ayudaba, algunas veces haciendo imposicin de manos. No se nos dice si Pedro y Pablo impartieron otras enseanzas ms antes, o no. Pero cuando comparamos esta circunstancia con lo que se haca en otros momentos, parece muy probable que s lo hicieran. Despus de haber orado por ellos, los dos apstoles les impusieron las manos. Dios confirm la fe de los creyentes, y stos recibieron el Espritu (estaban recibiendo el Espritu pblicamente; quiz uno tras otro, a medida que los apstoles les iban imponiendo las manos). Algo que sucedi, llam la atencin de Simn. Lucas no nos dice qu fue, pero como hemos visto, es frecuente que no lo explique todo, cuando aparece con claridad en algn otro lugar. Por ejemplo, no menciona el bautismo en agua cada vez que habla de que la gente crea o era aadida a la Iglesia, pero se ve claro que no es significativo el que no lo mencione. Hay otros lugares del texto donde se muestra que todos los creyentes eran bautizados en agua. Por esta razn podemos decir que el hecho de que Lucas no mencione las lenguas aqu, no es significativo. Sin embargo, es claro que Simn ya haba visto los milagros hechos a travs de Felipe. La profeca no hubiera atrado su atencin, porque hubiera sido en un lenguaje conocido, y no obviamente sobrenatural. En realidad, slo hay una cosa que cuadra en esta circunstancia. En el da de Pentecosts, hablaron en lenguas, segn el Espritu les daba que se

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manifestasen; esto fue lo que atrajo la atencin de la muchedumbre. Cuando los creyentes samaritanos comenzaron a hablar en lenguas, sucedi lo mismo con Simn. Pero las lenguas no son el asunto fundamental en este pasaje. Tampoco tuvieron el mismo efecto que en Pentecosts, porque all no haba presente nadie que supiera lenguas extranjeras. Por este motivo. Lucas no dice nada sobre las lenguas, para centrar la atencin en la actitud equivocada de Simn. Cuando ste vio que se reciba el Espritu Santo por medio de la imposicin de manos de los apstoles, no vino l mismo a recibirlo. En cambio, volvi a su antigua codicia y les ofreci dinero (les trajo riquezas como ofrenda) para que le dieran el poder (la autoridad) de imponer manos sobre las personas con los mismos resultados. No obstante, los versculos 17 y 18 no quieren decir que los apstoles tuvieran tal autoridad. Primeramente haban orado para que los creyentes recibieran el Espritu. Reconocan que era la promesa del Padre, y que deba descender del cielo. La palabra "por" del versculo 18, indica que eran agentes secundarios. Esto es, que Jess es el que bautiza en el Espritu Santo (Hechos 2:33). Los apstoles eran tan slo enviados de l para orar por aquellos creyentes y avivar la fe en ellos para que recibieran el Don. Tampoco se est sealando aqu que sea necesaria la imposicin de manos para recibir el Espritu, aunque Simn llegara equivocadamente a esta conclusin, como les ha sucedido a muchos maestros de la actualidad. Hay muchos otros pasajes que demuestran que Simn no estaba en lo cierto. No hubo imposicin de manos en el da de Pentecosts, ni en la casa de Cornelio. Tampoco estaba la imposicin de manos limitada a los apstoles, puesto que Ananas, que era un laico de Damasco, fue quien impuso sus manos sobre Pablo, tanto para que sanara, como para que recibiera el Espritu Santo. Aqu, la imposicin de manos era una forma de darles la bienvenida al cuerpo de los creyentes, y tambin una forma de animar su fe para que recibieran el Don del Espritu como respuesta a sus oraciones. Pedro reprendi a Simn con severidad. Lo que dijo literalmente fue: "Tu dinero (plata) perezca contigo (vaya contigo a la destruccin, probablemente la destruccin del lago de fuego), porque has pensado que el don de Dios (esto es, el Don del Espritu Santo, como en 2:38; 10:45) se obtiene con dinero (riquezas terrenas). No tienes t parte (porcin, 8 participacin) ni suerte (porcin) en este asunto, porque tu corazn no es recto (correcto, derecho) delante de Dios." Tena un corazn torcido y una visin distorsionada de las cosas. Algunos suponen que el deseo que tena Simn de comprar el don de Dios (gratuito) con dinero significa que quera ofrecerlo en venta. Pero esto habra sido imposible. Los apstoles lo estaban ofreciendo de gratis, por ser el Don gratuito de Dios. Cualquiera poda recibirlo. Es ms probable que Simn viera una oportunidad para restaurar su prestigio y liderazgo entre el pueblo al convertirse en un "distribuidor autorizado" del Don del Espritu, como haba deducido precipitadamente que eran los apstoles. En realidad, el reproche de Pedro por pensar que el don de Dios se poda comprar con dinero sugiere tambin que Simn poda haber tenido parte o suerte en este asunto si hubiera venido en fe y recibido el don en s mismo, en lugar de llegar ofreciendo dinero. En otras palabras, todo aquel que reciba el Don gratuito del Espritu puede orar por otros para que reciban el mismo don. Despus, Pedro demostr que el caso de Simn no era totalmente desesperado, al exhortarlo a que se arrepintiera de su maldad y rogara a Dios (le pidiera al Seor), si quiz le fuera perdonado el pensamiento (incluso los propsitos) de su corazn. No hay duda alguna aqu sobre la disposicin de Dios a perdonar. Dios perdona siempre en forma gratuita a quienes se llegan a El confesando su pecado (1 Juan 1:9). Pedro aadi aquel "si quizs" debido al triste estado de aquel corazn. El orgullo y la ambicin de Simn haban sido las causas de que cayera en aquel pecado. Pedro se dio cuenta de que Simn tena un espritu amargado y resentido (la hiel de la amargura) porque el pueblo haba dejado de darle prominencia. (Compare con Deuteronomio 29:18 e Isaas 58:6, para ver el uso de estas expresiones en el Antiguo Testamento.) Un espritu as, a menudo rechaza la reconciliacin, y con toda seguridad, entristece al Espritu Santo (Efesios 4:30, 31). Simn estaba tambin en prisin de maldad (esto es, atrapado por la injusticia); no era justo al desear recibir este poder para s mismo, y al mismo tiempo, su actitud errnea tena tal poder sobre l, que habra sido difcil que se liberara de ella. Sin embargo, es posible que el griego signifique que Simn iba rumbo a la hiel de amargura y la prisin de maldad. Esto quera decir que

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todava no estaba sometido a ellas y que tendra una esperanza mayor si quera arrepentirse de inmediato. Simn reaccion pidindoles a Pedro y Juan que oraran por l al Seor (expresin enftica: peticin de que unieran sus oraciones a las de l), para que ninguna de aquellas 9 cosas que Pedro haba hablado, viniera sobre l. Hay una amplia controversia sobre lo que le sucedi a Simn. Algunos sugieren que slo quera orar porque tena temor del juicio. Sin embargo, el texto griego seala que quera que los apstoles oraran junto con l. Esto es indicacin cierta de un cambio de actitud, y por tanto, de un arrepentimiento. La Biblia no dice nada ms sobre l. Las tradiciones que surgieron sobre l en tiempos posteriores no tienen fundamento 10 bblico. Pedro y Juan siguieron en Samaria un tiempo, dando fuerte testimonio (fuertes evidencias bblicas) y hablando la Palabra de Dios. Es probable que incluyeran ahora ms sobre la vida, el ministerio y las enseanzas de Jess. Despus, predicaron el Evangelio (las buenas nuevas) en muchas poblaciones de los samaritanos, mientras regresaban a Jerusaln. El eunuco Etope (8:26-40) Un ngel del Seor habl a Felipe, diciendo: Levntate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusaln a Gaza, el cual es desierto. Entonces l se levant y fue. Y sucedi que un etope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y haba venido a Jerusaln para adorar, volva sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaas. Y el Espritu dijo a Felipe: Acrcate y jntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oy que lea al profeta Isaas, y dijo: Pero entiendes lo que lees? El dijo: Y cmo podr, si alguno no me enseare? Y rog a Felipe que subiese y se sentara con l. El pasaje de la Escritura que lea era este: Como oveja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del que lo trasquila, as no abri su boca. En su humillacin no se le hizo justicia; mas su generacin, quin la contar? Porque fue quitada de la tierra su vida. Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: de quin dice el profeta esto; de s mismo, o de algn otro? Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunci el evangelio de Jess. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aqu hay agua; qu impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazn, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mand parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautiz. Cuando subieron del agua, el Espritu del Seor arrebat a Felipe; y el eunuco no le vio ms, y sigui gozoso su camino. Pero Felipe se encontr en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que lleg a Cesarea. En este momento, el ngel (griego, un ngel) del Seor le habl a Felipe y le dijo que se levantara para ir rumbo al sur, al camino que desciende de Jerusaln a Gaza, el cual es desierto. "Desierto" tambin significa que es un lugar abandonado, desolado, sin poblacin. Aqu, la intencin es sealar que la zona estaba prcticamente deshabitada. Gaza era la ms surea de las cinco ciudades de los filisteos en los tiempos del Antiguo Testamento. Se hallaba a unos cien kilmetros de Jerusaln en direccin suroeste. La Biblia habla de apariciones de ngeles a personas, relativamente pocas veces. Sin embargo, estn presentes con frecuencia, y realizan labor de "espritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que sern herederos de la salvacin" (Hebreos 1:14). "No obstante, puesto que son espritus. Dios tiene que darles una forma fsica temporal para que puedan aparecerse a los hombres y hablarles. Es posible que hubiera una razn especial para enviar un ngel. Felipe se hallaba en medio de un gran avivamiento en Samaria. Es probable que hiciera falta algo poco corriente para hacer que dejara aquellas multitudes y descendiera a un desierto camino secundario que ya casi no estaba en uso. Algunos consideran que la expresin "el cual es desierto" se refiere a la ciudad de Gaza del Antiguo Testamento, que haba sido destruida en el ao 93 a.C. En el 57 a.C., se haba construido una nueva ciudad, ms cerca del mar Mediterrneo.

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Quiz se le diera al camino que conduca a la vieja Gaza el nombre de camino a la Gaza desierta (deshabitada). Cuando habl el ngel, Felipe no dud un instante. Se levant y fue, obediente. Podemos pensar tambin que iba lleno de fe y de expectacin. En el momento mismo en que llegaba al camino de Gaza, se acercaba el carro de un eunuco etope. La mayora de los funcionarios de palacio en los tiempos antiguos eran eunucos. Este tena un alto puesto (era un potentado); era miembro de la corte de la reina etope Candace, y estaba sobre todos sus tesoros. Nosotros diramos que era miembro de su gabinete, y lo compararamos con un ministro de hacienda, pero con responsabilidad total por el cuidado y el uso de fondos. Candace era el ttulo hereditario de las reinas de Etiopa, cuya sede de gobierno se hallaba en la isla de Meroe, en el ro Nilo. El pas de Etiopa corresponde al Sudn de hoy, aunque puede que haya incluido tambin parte de la Etiopa actual. Este eunuco haba recorrido una gran distancia para adorar en Jerusaln. Aunque probablemente fuera proslito del judasmo, por ser eunuco, no poda ir ms all del patio de los gentiles. Aun as, compr rollos del Antiguo Testamento para llevrselos consigo a la vuelta. Estos eran manuscritos y extremadamente caros en aquellos das. Lo normal era que toda una sinagoga se pusiera de acuerdo para comprar una coleccin, que se mantena bajo llave, excepto cuando se usaba en el culto y en la escuela de la sinagoga. Ahora el eunuco regresaba a su tierra, sentado en su carro y leyendo el libro (rollo) de Isaas. En este momento, el Espritu le habl a Felipe, posiblemente con una voz interior. (La direccin del Espritu es algo prominente en los Hechos.) Felipe no necesit que le hablara un ngel esta vez. Sin duda, estaba esperando que el Seor le diera a conocer qu hacer. La orden del Espritu fue que se acercara y se juntara al carro. Obediente, Felipe corri hacia l. Mientras corra junto al carro, oy que el eunuco lea en voz alta al profeta Isaas. (En aquellos das, la lectura se sola hacer en voz alta.) Felipe lo interrumpi para preguntarle si entenda lo que estaba leyendo. Su contestacin fue: "Y cmo podr (cmo voy a ser capaz), si alguno no me enseare?" Entonces le rog que subiera a sentarse con l. Felipe no se hizo de rogar. En la providencia de Dios, el eunuco estaba leyendo Isaas 53:7, 8 (de la versin griega de los Setenta). Esto ha de haber resultado emocionante para Felipe, al ver cun maravillosa y cuan exacta era la sincronizacin de Dios. Entonces, el eunuco le pidi a Felipe que le dijera de quin hablaba el profeta: de s mismo, o de alguna otra persona. Isaas 53 habla del que sufre totalmente por los pecados de los dems, y no por ninguno propio. El saba que nadie poda hacer aquello, y se senta intrigado. Esta fue la gran oportunidad de Felipe. Comenzando con aquel mismo pasaje de las Escrituras, le predic a Jess (le predic el Evangelio, las buenas nuevas sobre Jess). El haba sido el nico que jams pec, y nunca hizo nada que mereciera el sufrimiento ni la muerte. Para quienes estn dispuestos a verlo, no hay pasaje de los profetas que dibuje con ms claridad el sufrimiento vicario, la muerte, la resurreccin y el triunfo de Jess. Pero Felipe slo tom Isaas 53 como un comienzo. Fue ms adelante, explicndole el Evangelio con sus mandatos, promesas y llamado al arrepentimiento, tal como lo haba hecho Pedro (Hechos 2:38). Yendo ambos por el camino, llegaron a cierta agua. El eunuco le llam la atencin a Felipe sobre ella. La expresin "aqu hay" podra traducirse como "mira!", e indica algo inesperado. La mayor parte del sur de Palestina es terreno ms bien seco. El eunuco no quera seguir de largo sin ser bautizado. Present su peticin en forma de pregunta: "Qu impide que yo sea bautizado?" Probablemente tuviera temor de que su condicin de gentil y eunuco le impidiera ser bautizado, como haba sido para l un impedimento para gran parte del culto judo. En este momento, Felipe le pidi una confesin de fe, y la recibi. Entonces, despus de ordenarle al conductor del carro que lo detuviera, ambos descendieron de l y bajaron al
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agua. De hecho, Lucas nos llama la atencin al detalle de que ambos descendieron al agua. A continuacin, Felipe lo bautiz, y salieron del agua. El lenguaje utilizado deja bien claro aqu que la palabra "bautizar" tiene su significado corriente de "sumergir, meter dentro de". Hay muchos otros pasajes que presentan con claridad que la inmersin era la prctica de la Iglesia primitiva. Despus de que salieron del agua, el Espritu arrebat a Felipe, y el eunuco no lo volvi a ver, y sigui gozoso su camino. Hay algunos manuscritos y versiones antiguos que aaden que el Espritu Santo descendi sobre el eunuco. Podemos tener la seguridad de que ciertamente recibi el bautismo en el Espritu, y esto aument su regocijo. Indudablemente, despus esparci el Evangelio en su propia nacin. Lucas no explica cmo arrebat el Espritu a Felipe. El verbo usado suele significar "quitar, tomar rpidamente, apoderarse de". En 1 Tesalonicenses es usado (4:17) para hablar del rapto de la Iglesia. A juzgar por las apariencias el Espritu le dio un viaje supersnico hasta Azoto en la costa (cerca del sitio donde haba estado la antigua Asdod ms de treinta kilmetros al norte de Gaza). Desde all, Felipe tom rumbo norte a lo largo de la costa mediterrnea predicando el Evangelio (evangelizando) en todas las ciudades hasta que lleg a Cesarea. Esta Cesarea construida por Heredes el Grande era la capital de la provincia de Judea. Tres aos despus Felipe se hallaba all todava. Evidentemente la convirti en su lugar de residencia y centro de operaciones desde aquel momento. Pero an sigui viajando y lleg a ser conocido como Felipe el evangelista (Hechos 21:8).

11.

CAPITULO 2: FUERON ESPARCIDOS


Lase Hechos 8:1-25.

Preguntas de Preparacin

1. Qu produjo el extendimiento del evangelio ms all de Judea?

2. Cul era el efecto del evangelio en Samaria?

3. Qu le sucedi al mago Simn?

Introduccin

Desde el principio del ministerio pblico de Jess, el evangelio se haba predicado casi exclusivamente a "las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mt. 10:6). An despus del Pentecosts, la iglesia tuvo su centro en Jerusaln y sus miembros eran judos. Pero Cristo no pens que su iglesia permaneciera como un grupo de judos solamente. El haba venido no solamente para "levantar a las tribus de Jacob y restaurar los asolamientos de Israel" (Is. 49:6), sino tambin haba venido para dar "luz a los gentiles" (dem.) En Hechos 8-12 Lucas nos describe la transicin en la iglesia, cuando el nfasis cambia de los judos a los gentiles. El primer paso en dicha transicin fue la predicacin del evangelio a los samaritanos.

1. La Persecucin

La muerte de Esteban seal el principio de la primera persecucin que la iglesia tuvo que soportar. Anteriormente, la ira de los gobernadores haba sido dirigida contra los apstoles. Ahora los

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otros creyentes eran los perseguidos. Puesto que esta persecucin tiene que ver con el apedreamiento de Esteban, podemos pensar que los cristianos helenistas sufrieron el embate ms fuerte. Muchos cristianos tuvieron que huir de la ciudad, mas los apstoles se quedaron en Jerusaln.

Saulo de Tarso haba estado en completo acuerdo con el apedreamiento de Esteban. Despus de la muerte de Esteban, Saulo se hizo lder de aquellos que se opusieron con la fuerza a la iglesia. Su maestro Gamaliel, los haba aconsejado que tuvieran paciencia, pero Saulo consider los cristianos como un grupo de herejes peligrosos, que deban ser destruidos.

Sin embargo, la persecucin result contraproducente. Cuando por la furia del ataque de Saulo contra ellos, los cristianos tuvieron que huir de Jerusaln, "iban por todas partes anunciando la palabra" (Hch. 8:4). Los esfuerzos de Saulo para destruir a la iglesia fueron usados por Dios para su crecimiento.

2. El Evangelio Proclamado en Samaria

El dicono Felipe estaba entre los que fueron esparcidos. El se fue a la ciudad de Samaria y all proclam a Cristo. Tenemos que tener presente lo que dice Juan 4:9, "los judos no se tratan con los samaritanos". Haba una fuerte pared de prejuicio que Felipe tuvo que romper para llevarles el evangelio a los samaritanos. Pero Felipe tena presente que Jess haba insistido, que los discpulos tendran que ser testigos en Samaria tambin.

El ministerio de Felipe en Samaria fue todo un xito. No solamente predic el evangelio, sino obr muchas seales y milagros. Felipe pudo echar fuera a los demonios y sanar a los paralticos y a los cojos. Como resultado, el pueblo escuch ansiosamente su predicacin y recibi gozoso el mensaje que l traa.

Samaria era el lugar de residencia de un mago llamado Simn. Por sus artes mgicas Simn haba logrado el control de la gente de tal manera que ellos pensaron "Esto es la gran virtud de Dios" (v. 10). Pero lo que haca Felipe opacaba el prestigio de Simn. Muchos que antes haban reconocido su poder, ahora creyeron al evangelio y fueron bautizados. Finalmente aun el mismo Simn fue convencido por los milagros de Felipe y crey y fue bautizado. Despus de su bautismo, Simn pas mucho tiempo con Felipe, y qued completamente sorprendido por el gran poder que tena Felipe.

La iglesia en Jerusaln, al recibir el informe del trabajo de Felipe en Samaria, mand a Pedro y a Juan all. Dichos apstoles descubrieron que los creyentes de Samaria no haban recibido el don del Espritu Santo como los judos lo haban recibido en el Pentecosts. As que pusieron las manos sobre ellos, orando, y los samaritanos entonces recibieron el don que los capacit a hablar en lenguas y hacer otras maravillas. Este hecho de los apstoles era una seal clara de que los cristianos judaicos estaban dispuestos a aceptar a los Samaritanos como iguales a ellos. Aquella antigua pared de prejuicio cay bajo el fuerte impacto del evangelio de Jesucristo.

Simn, atnito por lo que vio en Felipe, qued todava ms sorprendido por lo que vio cuando vino el Espritu Santo por medio de los apstoles. Parece que l haba considerado a Felipe como un mago ms poderoso que l. Ahora vea que los apstoles eran todava mayores que Felipe. El deseaba este poder de impartir el Espritu Santo, as que ofreci dinero a los apstoles, como si el Espritu Santo fuera un truco mgico que l pudiera comprar.

Pedro inmediatamente se dio cuenta de que la actitud de Simn revelaba un corazn que no haba cambiado. Por lo tanto lo denunci y lo llam a un arrepentimiento de su pecado. Simn contest (v. 24), "Rogad vosotros por m al Seor, que ninguna de estas cosas que habis dicho venga sobre m". No podemos saber si esta peticin vino de un corazn arrepentido o no. La tradicin dice que Simn lleg a ser el lder entre los herejes y se opuso siempre a los apstoles.

Despus que los apstoles haban terminado su trabajo en Samaria, regresaron a Jerusaln. Durante su viaje de regreso siguieron el ejemplo de Felipe, y predicaron el evangelio en los pueblitos samaritanos donde pasaron. As pudieron probar que el ministerio de Felipe no era algo excepcional, sino que el camino de la salvacin estaba, en verdad, abierto tanto a los de Samaria como a los judos.

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12.

CAPITULO 3: DE QUIEN DICE ESTO EL PROFETA?


Lase Hechos 8:26-40.

Preguntas de Preparacin

1. A qu tipo de persona fue enviado Felipe con el evangelio?

2. En qu se nota la evidencia de la mano de Dios en esta leccin?

Introduccin

Felipe haba derrumbado la barrera del prejuicio y haba proclamado a Cristo a los samaritanos. Sin embargo, su obra no estaba terminada. Indirectamente, l iba a ser tambin el instrumento por el cual el evangelio llegara a los gentiles.

1. El etope

Despus de haber terminado su trabajo en Samaria, Felipe recibi la direccin divina para lo que tena que seguir. Se le dijo que deba viajar al camino que va al suroeste, de Jerusaln a Gaza. Al llegar a dicho camino, vino un hombre que viajaba en un carruaje cubierto. Este hombre era de la antigua tierra de Etiopa al sur de Egipto en los extremos del ro Nilo. Era hombre de importancia, al ser tesorero de la reina madre, Candace. (A los reyes de Etiopa los tenan como hijos del Sol, y por eso, demasiado sagrados para trabajar en los negocios seculares del reino. As que la reina madre, a quien le daban el ttulo Candace, era la persona que realmente gobernaba). Este hombre regresaba de Jerusaln, a donde haba ido para adorar. Por eso deducimos que debe haber sido un proslito judaico, o un "temeroso de Dios" los cuales eran considerados un poco menores que los proslitos.

El Espritu Santo indic a Felipe que se aproximara a este hombre. Al acercarse al carro, que rodaba lentamente, oy al hombre leyendo, pues en aquel entonces era costumbre comn leer en voz alta. El etope lea del captulo 53 de Isaas, donde menciona la muerte del Siervo de Jehov.

2. El Evangelio

Felipe pregunt al hombre si entenda lo que lea. El hombre confes que no lo entenda, y le pidi a Felipe que subiera al carro para sentarse a su lado y ayudarlo. As fue que Felipe "comenzando de esta escritura, le anunci el evangelio de Jess" (Hch. 8:35).

No hay ninguna evidencia de que, antes del tiempo de Cristo, ninguno interpretara los Cantos del Siervo, de Isaas, relacionndolos con el Ungido de Jehov que se menciona en Salmo 2, ni con "aquel cuya apariencia es semejante a un hombre" de Daniel 7:13. Pero cuando vino Jess, con mucha claridad l dijo ser el Hijo del Hombre, el Ungido de Jehov, y el Siervo Sufriente. Antes del actual cumplimiento de estos pasajes siempre fueron difciles de entender. Ms ahora que han sido cumplidos en Jess de Nazaret, son tan claros como el cristal. As fue como Felipe predic el evangelio de Cristo al etope. Cuando se acercaron a un arroyo, el etope pidi ser bautizado, y Felipe se lo administr.

3. La Consecuencia

Despus de que el etope hubo sido bautizado, Felipe fue arrebatado milagrosamente por el Espritu Santo. Luego apareci en Azoto la antigua ciudad filistea de Ashdod. Desde all predicaba el evangelio a las ciudades de la costa, yendo hacia el norte hasta llegar a Cesrea.

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Esto es lo ltimo que sabemos de Felipe, hasta el final del tercer viaje misionero de Pablo. Viva entonces en Cesrea, y tuvo cuatro hijas profetizas.

El etope qued solo a causa de la extraa partida de Felipe y sigui su camino "gozoso" (Hch. 8:39). Sin duda retorn a su lugar de origen. Uno de los patriarcas de la iglesia informaba que se constituy en misionero de su propio pueblo. Es lo que tendramos que esperar, porque la fe verdadera provoca el deseo de compartir las buenas nuevas a los dems. As que, por medio del testimonio de Felipe dado al eunuco etope, el evangelio alcanz a los gentiles del norte de frica.

13.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 09 Es evidente que lo sucedido en Samaria no le preocupaba a Saulo. Pero otros de los que se haban dispersado, se fueron rumbo norte, probablemente a travs de Galilea, y llegaron hasta Damasco. Esta era la ciudad ms antigua e importante de Siria. Parece haber tenido una gran poblacin juda en aquel tiempo, puesto que el versculo 2 habla de las sinagogas en plural. Saulo debe haber escuchado al menos rumores de que los creyentes dispersados tenan xito en su predicacin del Evangelio en aquel lugar. Esto tuvo como fin un suceso sumamente importante, tanto que aparece relatado en tres ocasiones en el libro de los Hechos. La conversin de Saulo (Pablo) (9:1-9) "Saulo, respirando an amenazas y muerte contra los discpulos del Seor, vino al sumo sacerdote, y le pidi cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusaln. Mas yendo por el camino, aconteci que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rode un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oy una voz que le deca: Saulo, Saulo, por qu me persigues? El dijo: Quin eres, Seor? Y le dijo: Yo soy Jess, a quien t persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijn. El, temblando y temeroso, dijo: Seor, qu quieres que yo haga? Y el Seor le dijo: Levntate y entra en la ciudad, y se te dir lo que debes hacer, Y los hombres que iban con Saulo se pararon atnitos, oyendo a la verdad la voz, ms sin ver a nadie. Entonces Saulo se levant de tierra, y abriendo los ojos, no vea a nadie; as que, llevndole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres das sin ver, y no comi ni bebi." Es posible que algunos de los otros que se unieron a la persecucin de Hechos 8:1 perdieran su celo contra los cristianos; no as Saulo. Estaba an respirando amenaza (el griego es singular) y muerte (asesinato) contra aquellos que eran discpulos (aprendices, estudiantes y seguidores) del Seor Jess. Despus (Hechos 26:10) relatara cmo votaba a favor de la muerte de los que haban credo en Jess. "Respirando" sera aqu literalmente "inspirando". Es un participio griego (empnon), que indica que esto se haba convertido en algo caracterstico y continuo. En otras palabras: Saulo cre alrededor de l una atmsfera de amenazas y muerte tal, que la estaba respirando continuamente. As como el oxgeno le permite a un atleta seguir adelante, era esta atmsfera la que mantena en accin a Saulo. Sin embargo, en aquel momento, la mayora de los creyentes se haban marchado de Jerusaln. Por tanto, Saulo fue por decisin propia al sumo sacerdote y le pidi cartas oficiales para las sinagogas de Damasco, que le dieran autoridad para arrestar a cuantos hallase de este Camino (el Camino), fueran hombres o mujeres, y traerlos atados a Jerusaln (Hechos 26:11, 12). Esto significara juicio ante el Sanedrn, y probablemente la sentencia de muerte. "El Camino" era un ttulo muy interesante que reciban los creyentes, y que era aceptable para ellos. Cristo es el camino de salvacin, el camino de la vida. (Vea Hechos 19:9, 23; 22:4; 24:14, 22.)

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Damasco se hallaba a unos 220 kilmetros de Jerusaln en direccin nordeste, pero probablemente el camino en aquellos das tuviera cerca de 320 kilmetros. Cuando ya estaban llegando, lo rode repentinamente un resplandor de luz del cielo (centelle como un relmpago). Como seala Hechos 26:13, sigui brillando alrededor de l con una luz ms potente que el sol del medioda. En la Biblia, se asocia frecuentemente la luz con las manifestaciones de la presencia del Seor. En Juan 17:5, Jess or a su Padre diciendo: "Ahora pues. Padre, glorifcame t al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese." Cuando resucit de entre los muertos, su cuerpo resucitado estaba transformado: era inmortal e incorruptible, tal como lo ser el nuestro (1 Corintios 15:52, 53). Pero la gloria no le fue restaurada hasta su ascensin. Probablemente los discpulos no hubieran podido soportar la gloria durante los cuarenta das que permaneci en la tierra con ellos. Pero ahora, apareci ante Saulo como el Cristo resucitado y glorificado. Ms adelante, Saulo se referira a esto: "Y al ltimo de todos (despus de todas las dems apariciones posteriores a su resurreccin), como a un abortivo, me apareci a m" (1 Corintios 15:8). Saulo, quien probablemente marchara a pie, cay al suelo, sobrecogido. Entonces oy una voz: "Saulo, Saulo, por qu me persigues?" Lucas, al referirse a Saulo, siempre usa la forma griega de su nombre (como en el versculo 1, "Saulos"). Jess us la forma hebrea (Saol), que el libro de los Hechos conserva cuidadosamente aqu. Despus Saulo confirmara que Jess le haba hablado en hebreo (Hechos 26:14). Saulo conoca muy bien la Biblia hebrea, y reconoci que tena que tratarse de una manifestacin divina. Pero la pregunta lo confundi. A quin persegua l, sino slo a los cristianos? Por eso pregunt: "Quin eres, seor?" Algunos piensan que esto quiere decir: "Quin es usted, seor?", usando la palabra "seor" slo como un trmino de cortesa formal. Pero como reaccin a esta manifestacin obviamente sobrenatural, la palabra slo puede referirse al Seor divino. La respuesta le lleg de inmediato: "Yo (enftico) soy Jess, a quien t (enftico) persigues." Al perseguir a la Iglesia, Saulo estaba persiguiendo al Cuerpo de Cristo, cuyos miembros estn todos en Cristo. (Vea Mateo 25:40, 45; Efesios 1:23; 2:6.) Entonces Jess aadi: "Dura cosa (difcil, peligrosa) te es dar coces contra el aguijn." Con esto. Jess reconoca que buena parte de la persecucin de los cristianos por Saulo se deba a que no tena respuesta para sus argumentos. Era una reaccin por medio de la cual estaba tratando de resistirse a la conviccin del Espritu Santo. Como un hombre que guiara un buey, el Espritu Santo haba estado guiando a Saulo hacia la verdad del Evangelio, pero l se estaba resistiendo violentamente, coceando contra el aguijn. Los argumentos de Esteban eran ese aguijn; su discurso final y la manera en que muri, eran aguijones; el esparcimiento del Evangelio y la reaccin de los creyentes, eran aguijones; los milagros que confirmaban la Palabra eran cada uno de ellos un aguijn. Con todo esto, se estaba hiriendo peligrosamente a s mismo. Esto no quiere decir que Saulo estuviese consciente de que todas aquellas cosas eran aguijones, ni siquiera de que se diera cuenta de que no tena argumentos de valor contra los creyentes. Estaba tan lleno de furia, que no poda pensar en otra cosa que en la manera de detenerlos. Pero ahora que se haba tenido que enfrentar con todo aquello y con Cristo mismo, no como el simple hombre Jess, sino como el Seor divino, pregunt 5 con sencillez: "Seor, qu quieres que yo haga?" Esto muestra un cambio total en la actitud de Saulo, que es la evidencia de que hubo en l un arrepentimiento genuino. Entonces, el Seor le dijo que se levantara y entrara a la ciudad de Damasco. All se le dira lo que le era necesario hacer. En realidad, Jess le dijo ms cosas a Saulo en este momento, pero Lucas deja el resto para que el mismo Saulo lo diga en su defensa ante Agripa (Hechos 26:16-18). En Calatas 1:1, 11, 12, 16, Saulo dice tambin claramente que haba sido enviado directamente por Jess, y no por ningn hombre. En otras palabras, era un autntico apstol o "enviado", puesto que Jess mismo lo haba enviado. Mientras tanto, los hombres que viajaban con Saulo permanecan atnitos, oyendo la voz (el sonido), pero sin ver a nadie. Hechos 26:14 dice que todos cayeron por tierra, pero pudieron levantarse antes que Saulo. Segn parece, Saulo cerr los ojos debido al

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continuo resplandor; sin embargo, s vio a Jess. Despus, cuando se levant del suelo, no pudo ver nada. Sus compaeros de viaje lo tomaron de la mano y lo entraron en Damasco. All permaneci durante tres das, incapaz de ver, y no comi ni bebi nada. Ananas es enviado a Saulo (9:10-19) "Haba entonces en Damasco un discpulo llamado Ananas, a quien el Seor dijo en visin: Ananas. Y l respondi: Heme aqu'. Seor, Y el Seor le dijo: Levntate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aqu", l ora, y ha visto en visin a un varn llamado Ananas, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. Entonces Ananas respondi: Seor, he odo de muchos acerca de este hombre, cuntos males ha hecho a tus santos en Jerusaln; y aun aqu tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. El Seor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es ste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostrar cunto le es necesario padecer por mi nombre. Fue entonces Ananas y entr en la casa, y poniendo sobre l las manos, dijo; Hermano Saulo, el Seor Jess, que se te apareci en el camino por donde venas, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibi al instante la vista; y levantndose, fue bautizado. Y habiendo tomado alimento, recobr fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos das con los discpulos que estaban en Damasco." Al tercer da, el Seor (Jess) se le apareci a un discpulo llamado Ananas, un judo piadoso convertido al Seor (Hechos 22:12). La aparicin tuvo lugar en una visin, en la que Jess le dijo que fuera a la calle (callejn) llamada Derecha. En los tiempos antiguos, esta calle iba directamente de un extremo de la ciudad al otro, y es todava una calle importante en el Damasco de hoy. All, deba buscar (preguntar) en la casa de Judas a Saulo de Tarso, porque he aqu que sorpresiva e inesperadamente, mientras Saulo estaba orando, haba visto (en una visin) a un hombre llamado Ananas que entraba e impona las manos sobre l, para que recobrara la vista. Ananas puso objeciones al principio. Haba odo de muchos acerca de las numerosas cosas malas que Saulo les haba hecho a los santos del Seor en Jerusaln. Es evidente que Ananas era un judo nacido en Damasco, o bien haba vivido all por largo tiempo. Como es de suponer, muchos de los creyentes que haban huido de la persecucin, haban llegado all, y traan noticias de la furia de Saulo. Tambin haban llegado noticias de que Saulo tena autoridad delegada de los jefes de los sacerdotes para apresar a todos los que invocaran el nombre de Jess. Por esto, es posible que la iglesia de Damasco se hubiera estado preparando para enfrentarse al mismo tipo de dispersin que haba tenido lugar como consecuencia de las persecuciones de Jerusaln. El Seor le orden de nuevo a Ananas que fuera, y lo tranquiliz dicindole que Saulo era su propio vaso escogido para llevar su nombre en presencia de los gentiles (las naciones) y tambin ante reyes, y ante los hijos (pueblo) de Israel. Ms an: Jess mismo le mostrara a Saulo (le advertira, le hara ver) cunto le sera necesario padecer por su nombre. Entonces Ananas obedeci, entr a la casa y puso las manos sobre Saulo, mientras lo llamaba "hermano". Con esto, reconoca que Saulo era ya un creyente. Despus le explic que el Seor lo haba enviado, e identific al Seor como Jess, que se le haba aparecido a Saulo en el camino por donde vena (a Damasco). Es probable que esta explicacin le pareciera necesaria a Ananas, porque los judos usaban normalmente el trmino "Seor" para referirse a Jehov (Yahv), el nico Dios verdadero. Pero en realidad no era necesario, puesto que Saulo ya haba reconocido a Jess como Seor. Ananas aadi que el Seor lo haba enviado por dos motivos. Primero, para que Saulo pudiera recobrar su vista; segundo, para que fuera lleno del Espritu Santo. De inmediato, algo que pareca escamas cay de los ojos de Saulo; pudo ver de nuevo, se levant y fue bautizado. Fue entonces cuando dio por terminado su ayuno, tom alimento y recobr fuerzas. Despus de aquello, permaneci varios das con los discpulos de Damasco.

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El versculo 12 no habla de que Jess le diera la orden de imponer manos sobre Saulo para que fuera lleno del Espritu Santo. Tampoco dice el versculo 18 cmo recibi Saulo el Espritu. Una vez ms, vemos que Lucas no lo repite todo en todos los lugares. Con esto, est indicando realmente que la experiencia de Saulo al ser lleno del Espritu Santo no fue diferente de la del da de Pentecosts. Podemos tener la seguridad de que habl en otras lenguas en aquel instante, como lo haban hecho anteriormente en Hechos 2:4. Tito 3:5-7 confirma lo anterior, al mostrar que el Espritu Santo haba sido derramado tanto en Saulo como en Tito, abundantemente. Cada uno de ellos tuvo su propio Pentecosts personal. En realidad, no hay duda alguna sobre si Saulo habl en lenguas o no. Aos ms tarde les dira a los corintios que l hablaba en lenguas ms que todos ellos n juntos (1 Corintios 14:18). No se vuelve a mencionar a Ananas. Sin duda, continuara viviendo en humilde obediencia al Seor y su Palabra. Pero Saulo nunca olvid a este varn de Dios que fue el primer creyente que lo llam "hermano". Saulo predica en Damasco (9:20-25) "En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que ste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oan estaban atnitos, y decan: No es ste el que asolaba en Jerusaln a los que invocaban este nombre, y a eso vino ac, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? "Pero Saulo mucho ms se esforzaba, y confunda a los judos que moraban en Damasco, demostrando que Jess era el Cristo. Pasados muchos das, los judos resolvieron en consejo matarle; pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de da y de noche para matarle. Entonces los discpulos, tomndole de noche, le bajaron por el muro, descolgndole en una canasta." Saulo se convirti de inmediato en parte del cuerpo de discpulos de Damasco. Puesto que haba aceptado el envo del Seor, no esper para comenzar a predicar a Cristo. De inmediato se fue a las sinagogas donde antes haba pensado buscar a los creyentes y enviarlos atados a Jerusaln. Pero, para el asombro de todos (un asombro total que casi los dejaba sin sentido), proclamaba a Cristo (Jess) como el Hijo de Dios. La gente apenas poda creer que esta fuera la misma persona que asolaba (destrozaba, traa destruccin sobre) aquellos de Jerusaln que invocaban ese nombre. Sin embargo, Saulo estaba cada vez ms repleto de aquel asombroso poder y confunda a los judos que vivan en Damasco, demostrando (esto es, deduciendo de las Escrituras) que Jess era el Cristo, el Mesas (el Profeta, sacerdote y Rey ungido por Dios). En otras palabras, usaba las profecas del Antiguo Testamento para mostrarles cmo haban sido cumplidas en Jess. Despus de bastante tiempo, los judos (esto es, los que no haban credo) resolvieron en consejo matarlo. Pero su plan lleg a odos de Saulo. Estaban vigilando las puertas muy cuidadosamente da y noche, con la intencin de matarlo. La segunda epstola a los Corintios (11:32) indica que el gobernador (etnarca) del rey Aretas IV de Arabia (quien rein entre el 9 a.C. y el 40 d.C.), cooperaba en aquel plan, o quiz recibiera dinero de los judos para que los ayudara a capturar a Saulo. Los discpulos de Saulo (sus convertidos), sin embargo, echaron a perder su plan, bajndolo por el muro en una gran canasta flexible hecha de juncos tejidos, o algn material similar. En 2 Corintios 11:33, Saulo aade que lo descolgaron por una ventana. (Se pueden ver casas con una parte construida sobre el muro de la ciudad de Damasco an hoy.) Glatas aade a esto que Saulo haba recibido el Evangelio que predicaba (incluyendo los dichos de Jess) por revelacin directa del mismo Jess (Glatas 1:12, 16). Tambin afirma Saulo que se haba alejado de Damasco por un tiempo durante este perodo, y haba ido a Arabia, para volver despus a la ciudad. Puesto que, como creen muchos eruditos. Damasco se hallaba dentro del reino de los rabes nabateos en aquellos tiempos, Saulo no tuvo que ir muy lejos de la ciudad. (Es probable que fuera hacia el este.)

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Glatas indica tambin que no fue sino hasta tres aos ms tarde (o durante el tercer ao), cuando los muchos das se cumplieron, y l fue a Jerusaln. Quiz Jess le diera parte de esta revelacin a Saulo durante el tiempo en que estuvo ciego, pero es probable que la mayor parte de ella la recibiera durante el tiempo que estuvo en Arabia. Bernab recibe amistosamente a Saulo (9:26-31) "Cuando lleg a Jerusaln, trataba de juntarse con los discpulos; pero todos le tenan miedo, no creyendo que fuese discpulo. Entonces Bernab, tomndole, lo trajo a los apstoles, y les cont cmo Saulo haba visto en el camino al Seor, el cual le haba hablado, y cmo en Damasco haba hablado valerosamente en el nombre de Jess. Y estaba con ellos en Jerusaln; y entraba y sala, y hablaba denodadamente en el nombre del Seor, y disputaba con los griegos; pero stos procuraban matarle. Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso. Entonces las iglesias tenan paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Seor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espritu Santo." Al llegar a Jerusaln Saulo trat de unirse a los discpulos (en la adoracin y el ministerio de la Iglesia). Pero todos le tuvieron miedo. Saban lo que l le haba hecho a la Iglesia; su primer pensamiento fue que se trataba de algn truco o engao para averiguar quines eran y destruirlos. Sin embargo, Bernab lo acept, haciendo honor a su nombre, que significa "hijo de consolacin". Con toda seguridad, realiz algunas investigaciones, y despus tom a Saulo para llevarlo ante los apstoles, y explicarles cmo haba visto al Seor y haba hablado abiertamente en Damasco. Esto indica que Bernab les proporcion todos los detalles. Durante algn tiempo, Saulo estuvo asociado a los creyentes, y entraba y sala de Jerusaln. Sigui hablando denodadamente con toda libertad en el nombre del Seor, pero pasaba la mayor parte del tiempo hablando y disputando (discutiendo, debatiendo) con los "griegos", es decir, con los judos helenistas, o de habla griega. Iba a las sinagogas de los helenistas, entre las que se encontraban las mismas que haban discutido con Esteban (Hechos 6:9). Sin embargo, no visit las iglesias de Judea (las que estaban fuera de Jerusaln), porque ms tarde dira que no les era "conocido de vista" en aquel tiempo (Glatas 1:22). Como antes haba sucedido con Esteban, el mensaje de Saulo sobre el Evangelio suscit la ira de estos judos helenistas, y trataron de matarlo. Probablemente lo consideraran un traidor que no tena necesidad de juicio. Tan pronto como los creyentes de Jerusaln oyeron esto, bajaron con Saulo a Cesarea, y lo enviaron a Tarso. Jess tambin se le apareci para decirle que se fuera de Jerusaln (Hechos 22:17-21). Sin embargo, los creyentes no lo enviaron lejos simplemente para salvarlo del martirio. Lo enviaron como representante de ellos, y como persona calificada para llevar el Evangelio a Tarso, su ciudad natal. Tarso, que estaba a unos 480 kilmetros en direccin norte, era la capital y la ciudad de mayor importancia de la Cilicia. Estaba situada en la llanura costera, a diecisis kilmetros del mar Mediterrneo. Era una ciudad libre, y muy conocida por sus estudios superiores. Slo la superaban Atenas y Alejandra en cuanto a oportunidades de adquirir cultura. All se necesitaba a Saulo. Despus de irse Saulo, todo se aquiet de nuevo. Lucas, en otro corto resumen, seala que las iglesias tenan paz por toda Judea, Galilea y Samaria, eran edificadas (acrecentadas espiritualmente y en nmero), andaban en el temor del Seor, eran fortalecidas por el Espritu Santo, y crecan. De esto deducimos que tanto Galilea como Samaria haban sido bien evangelizadas ya en este momento, aunque Lucas no d detalles sobre cmo se hizo. Notemos tambin que en el texto griego la palabra "Iglesia" aparece en singular. Las diversas asambleas de aquellas regiones se hallaban en comunin las unas con las otras, y constituan un solo cuerpo bajo Cristo, que era su cabeza (Efesios 1:22, 23). Pedro en Lida (9:32-35) "Aconteci que Pedro, visitando a todos, vino tambin a los santos que habitaban en Lida. Y hall all a uno que se llamaba Eneas, que haca ocho aos que estaba en cama, pues

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era paraltico. Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levntate, y haz tu cama. Y en seguida se levant. Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarn, los cuales se convirtieron al Seor." Despus de la breve declaracin del versculo 31, Lucas comienza una secuencia que nos lleva hasta el momento en que Pedro les lleva el Evangelio a los gentiles de Cesarea. Puesto que la situacin era pacfica en aquel momento en Jerusaln, pudo salir de la ciudad. De manera que comenz a visitar toda la regin mencionada en el versculo 31. En sus viajes, lleg a visitar a los santos (creyentes consagrados) que vivan en Lida (en el camino a Jope). Habiendo hallado all un paraltico llamado Eneas, que yaca en su cama (colchn) desde haca ocho aos, le dijo: "Eneas, Jesucristo te sana; levntate, y haz tu cama" (ahora, en este momento, mientras te estoy hablando). Su sanidad fue instantnea. Todos los habitantes de Lida, y de la llanura de Sarn, al oeste y al noroeste de Lida la vieron, y se convirtieron al Seor (Jess). Llevan a Pedro a Jope (9:36-43) "Haba entonces en Jope una discpula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que haca. Y aconteci que en aquellos das enferm y muri. Despus de lavada, la pusieron en una sala. Y como Lida estaba cerca de Jope, los discpulos, oyendo que Pedro estaba all, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. Levantndose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando lleg, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las tnicas y los vestidos que Dorcas hacia cuando estaba con ellas. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y or; y volvindose al cuerpo, dijo: Tabita; levntate. Y ella abri los ojos, y al ver a Pedro, se incorpor. Y l, dndole la mano, la levant; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la present viva. "Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Seor. Y aconteci que se qued muchos das en Jope en casa de un cierto Simn, curtidor." En Jope, un puerto martimo de la costa del Mediterrneo, a unos diecisis kilmetros al noroeste de Lida, y a sesenta y dos kilmetros de Jerusaln, viva Tabita (su nombre arameo). Tambin era conocida por el nombre griego correspondiente, Dorcas ("gacela", un antlope considerado smbolo de la delicadeza). Abundaba en buenas obras, especialmente en las obras a favor de los pobres que haca continuamente. Algunos creen ver en su ministerio un ejemplo del don de ayuda (1 Corintios 12:28). Estando Pedro en Lida, Dorcas enferm y muri. La lavaron, la colocaron en un aposento alto y enviaron dos hombres a pedirle a Pedro que no tardara en ir a ellos. Cuando Pedro lleg al aposento alto, todas las viudas lo rodearon llorando y mostrndole las tnicas (prendas interiores) y los vestidos largos y amplios que Dorcas haca (siempre) mientras estaba con ellas. Debido a su actitud desesperada, Pedro las sac a todas del cuarto, se puso de rodillas, or y volvindose al cuerpo, dijo en fe: "Tabita, levntate!" (Muchos ven aqu un paralelo entre el Tabita cumi de ahora y el Talita cumi de Marcos 5:41.) Su accin de sacar a los que hacan duelo era un paralelo de lo que Jess haba hecho cuando resucit a la hija de Jairo (Lucas 8:54). Pedro se hallaba con El en ese momento, y aprendi que una atmsfera de falta de fe no es ms que un impedimento para la fe que ve milagros. Sin embargo, Pedro hizo algo que Jess no haba hecho en aquel momento: pas algn tiempo en oracin. Como respuesta a su oracin, Dorcas abri los ojos, mir a Pedro y se sent. Dndole la mano, Pedro la levant. Entonces, llamando a los santos (todos los creyentes), se la present viva. Esto fue notorio a travs de toda la poblacin de Jope y se convirti en medio para la dispersin del Evangelio. Muchos creyeron en el Seor (Jess), pero Pedro no tom para s crdito ninguno por esto. No obstante, se qued en Jope por muchos das con un cierto Simn, curtidor (profesin considerada impura por muchos).

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14.

CAPITULO 4: VASO ESCOGIDO


Lase Hechos 9:1-31.

Preguntas de Preparacin

1. Cules fueron las cualidades de Saulo para ser lder entre los judos?

2. Cmo fue convertido Saulo?

3. Qu oposicin encontr Saulo cuando l empez su ministerio?

4. Qu efecto tuvo la conversin de Saulo sobre la iglesia cristiana?

Introduccin

La conversin de Saulo de Tarso ha sido uno de los eventos de mayor importancia en la historia de la iglesia primitiva. Es tambin una de las ms grandes demostraciones del poder soberano de Dios y de su gracia. Algunos hombres se han convertido al estudiar detenidamente la conversin de Saulo. Uno de ellos ha dicho que este relato, solo, prueba ampliamente la verdad del cristianismo.

1. Saulo el Perseguidor

Saulo de Tarso era un joven admirable. Nacido en Tarso, ciudad romana en Asia Menor, fue enviado a Jerusaln a estudiar bajo la direccin de Gamaliel, el gran rab judo. Saulo se describe a s mismo como "hebreo de hebreos... en cuanto a la ley fariseo;... en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible" (Fil. 3:5, 6). Nos relata en Glatas 1:4, "en el judasmo, aventajaba a muchos de mis contemporneos en mi nacin, siendo mucho ms celoso de las tradiciones de mis padres". Probablemente era un miembro del Sanhedrn, pese a su juventud. Su mente aguda, su excelente preparacin, y su fuerte celo se combinaron para hacerlo un hombre que suba con rapidez como lder entre los judos.

Lucas seala el hecho de que Saulo estuvo involucrado en la muerte de Esteban. Se ve que Saulo estaba de acuerdo, porque fue l quien guardaba la ropa de los que apedrearon. Despus de la muerte de Esteban, Saulo emprendi una carrera de perseguidor. No slo arrest y ech a la crcel a muchos de los cristianos de Jerusaln, sino tambin dio su voto a favor de la pena de muerte para algunos. (Vase Hch. 26:10). Fue su celo como perseguidor de la iglesia, lo que caus que muchos de los creyentes huyeran de la ciudad. Pero no qued satisfecho con todo esto. Recibi cartas del sumo pontfice autorizndole para perseguir a los que haban escapado y traerlos de nuevo a Jerusaln para castigarlos.

2. Saulo y Jess

Para continuar sus ataques a la iglesia, Saulo viaj a Damasco encabezando un grupo de perseguidores, quienes buscaban a aquellos cristianos que se haban refugiado en dicha ciudad. Pero antes de llegar a Damasco, el mismo Saulo fue buscado por Jess. En una luz cegadora, que hizo palidecer la del sol en su cenit, el Cristo ascendido se present ante el perseguidor. Cunta desesperacin la de Saulo, al or la voz de Aqul a quien estaba persiguiendo, hablndole desde el cielo! Le debi haber parecido la llegada del da del juicio.

Pero era en gracia como Jess apareci a Saulo, y no en juicio. No podemos saber el momento exacto cuando fue convertido Saulo; pero entre el momento de la aparicin de la luz del cielo y su bautismo por Ananas, el corazn de Saulo fue cambiado por completo y l lleg a ser un seguidor de Aqul a quien haba estado persiguiendo.

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Jess no slo salv a Saulo de sus pecados. Tambin le llam a ser apstol. Mucho antes de que Saulo hubiera pensado en ser cristiano, Jess le haba designado a l para ser la persona que llevara el evangelio a los gentiles y a los reyes. Era un vaso escogido. Su conversin le prepar a llevar a cabo el plan que el Salvador tuvo para su vida.

3. Saulo el Predicador

Aquel celo que Saulo despleg para perseguir a la iglesia, era el mismo que el mostr ahora para la edificacin de ella. Cuando Saulo apareci en las sinagogas en Damasco, los judos esperaban or sus fuertes discursos en contra de los que seguan a Jess. Cunta habr sido su sorpresa cuando, al contrario, oyeron un mensaje poderoso comprobando que Jess era el Mesas prometido!

Pablo nos relata en Calatas, que l pas algn tiempo en Arabia. No es Arabia del mapa de hoy da, sino un distrito al oriente de la ciudad de Damasco. No sabemos cunto tiempo estuvo all, ni lo que hizo. Ni podemos saber con seguridad cmo puede encajar con la predicacin en Damasco de que habla Lucas en Hechos. Puesto que Saulo era un estudiante cuidadoso, podra ser que haya ido a Arabia a estudiar de nuevo las promesas hechas en el Antiguo Testamento acerca del Mesas, antes de empezar su predicacin de Jess en las sinagogas.

La predicacin de Saulo le atrajo la oposicin de aquellos que hubieran sido sus ayudantes voluntarios en su tarea de persecucin. El odio que los judos sintieron por Saulo lleg a ser tan tremendo que tuvo que huir para salvar su vida. Estando custodiadas todas las puertas de la ciudad, los discpulos le bajaron del muro en una canasta.

Al retornar Saulo a Jerusaln, encontr a los discpulos reacios a creer que su conversin fuera verdadera. Fue Bernab, el que ms tarde sera su compaero en su primer viaje misionero, quien le crey y lo introdujo a la comunidad cristiana. En Jerusaln Pablo predicaba y discuta con los judos de habla griega. Estos procuraban su muerte de igual manera como haban matado a Esteban, y los cristianos tuvieron que hacerle desaparecer de la ciudad. Le enviaron a Tarso, su pueblo natal. All qued por algn tiempo.

La conversin de Saulo iba a tener, ms adelante, un efecto tremendo sobre la iglesia cristiana. Llevara el evangelio a los gentiles y sera el principal misionero por medio del cual Jess extendiese su iglesia. Pero su conversin tambin tuvo un efecto inmediato. Al ser transformado Saulo, lleg a su fin la persecucin que l haba encabezado, y la iglesia goz de un tiempo de tranquilidad.

15.

CAPITULO 5: TABITA, LEVNTATE


Lase Hechos 9:32-43.

Preguntas de Preparacin

1. Cmo se dejaba ver el continuo poder del evangelio?

2. Cmo contribuy el trabajo de Pedro, a la expansin de la iglesia?

Introduccin

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La conversin de Saulo iba a tener un efecto tremendo sobre la iglesia de Jesucristo en los aos venideros. La iglesia no tena idea alguna de todo lo que implicaba la conversin de Saulo de Tarso de perseguidor en predicador. Una gran carrera le esperaba.

Mas la obra de la iglesia no estaba estancada, esperando el tiempo cuando Saulo recibiera su llamamiento misionero. Los dems apstoles continuaron sus labores por Cristo. Lucas dirige nuevamente nuestra atencin hacia Pedro y la obra que haca en las afueras de Judea.

1. Pedro en Lida

Aunque los apstoles no se haban visto obligados a huir de Jerusaln por causa de la persecucin que sigui a la muerte de Esteban, Pedro (y sin duda algunos otros tambin) sali a predicar el evangelio en otras partes de Judea. Viajando por los distintos pueblos de dicha regin, lleg a Lida, ciudad situada en las llanuras de la costa. Haba ya creyentes en Lida. Pedro haba ido a ensearles ms acerca del evangelio, y tambin para predicar a los inconversos.

Durante su estancia all, Pedro llevaba adelante el ministerio de sanidad que Jess haba empezado, y que los apstoles haban continuado despus de Pentecosts en Jerusaln. Un hombre, llamado Eneas, quizs miembro de la iglesia de Lida, se encontraba paraltico desde 8 aos atrs. Pedro le habl en la misma forma que Jess haba hablado a los otros impedidos y le dijo que se levantara y que recogiera su cama. El mismo poder que Jess haba manifestado se present en Pedro, siervo de Jess. Inmediatamente fue sanado Eneas.

Pedro san a Eneas porque Eneas necesitaba la salud. El evangelio de Jesucristo afecta el cuerpo del hombre como tambin su alma. En la resurreccin todos los efectos del pecado sern quitados. Entonces ser cuando los cuerpos de todos los creyentes sern absolutamente perfectos. Sin embargo, Dios obra tambin durante esta vida, para sanar a los hombres de sus enfermedades y tambin de sus pecados.

Al ver el pueblo de esa regin tal exposicin del poder de Dios, muchos se convencieron de la verdad del evangelio. Se convirtieron al Seor y encontraron la salvacin en l.

2. Pedro en Jope

No muy lejos de Lida estaba otra ciudad llamada Jope, donde tambin haba una iglesia cristiana. En ella estaba una mujer llamada Tabita, (o sea, Dorcas) quien, por sus hechos, mostraba que era una seguidora del Seor Jesucristo. "Abundaba en buenas obras y limosnas que haca" (v. 36). Mientras Pedro estaba en Lida, ella enferm y muri. Los cristianos la arreglaron para su sepultura, pero tambin mandaron llamar a Pedro. No sabemos para qu lo llamaron. Quizs estaban pensando que l dirigiera el servicio fnebre. Al llegar l, lo llevaron al cuarto donde yaca Dorcas. Las viudas le mostraron las ropas que ella les haba hecho; hubo mucho llanto y lgrimas, como era costumbre en los funerales judaicos.

En lugar de dirigir el servicio fnebre, Pedro lo suspendi. Sacando a toda la gente, se arrodill y or. Luego mand a Dorcas a que se levantara. Y una vez ms se vio el poder del evangelio. La que haba estado muerta, abri sus ojos y se sent. Pedro le dio la mano para ayudarla a levantarse, y la present viva a los dolientes.

Este fue un milagro todava mayor que el de la sanidad de Eneas. Esta era una manifestacin de poder que sobrepasaba todo lo que podra imaginarse. No era de extraarse que muchos creyeron en el Seor Jess, en cuyo nombre Pedro haba levantado a Dorcas.

Lucas relata que Pedro permaneci en Jope y que vivi con Simn, l curtidor. Este hecho da a conocer el cambio que se estaba operando en Pedro. Los judos consideraban a un curtidor como gente inmunda, y por lo tanto, indigno de trato alguno. Ms Pedro fue a vivir en la casa

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de uno que era curtidor. El estaba empezando a darse cuenta de que las antiguas leyes ceremoniales haban desaparecido. Dios estaba preparando su corazn para que pudiera abandonar las leyes ceremoniales, cuando fuera llamado a la casa de Cornelio.

16.

CAPITULO 6: EN LA CASA DE CORNELIO


Lase Hechos 10.

Preguntas de Preparacin

1. Por qu medio hizo Dios que Pedro y Cornelio se llegasen a conocer?

2. Qu significaba la predicacin de Pedro a Cornelio y a sus amigos?

3. Qu leccin aprendieron Pedro y sus amigos de que el Espritu Santo fuera dado a Cornelio y a sus amigos?

Introduccin

La iglesia cristiana era una iglesia exclusivamente de judos, antes que nada. Sin embargo Jess haba dado orden a sus discpulos de ir por todo el mundo y predicar el evangelio. Los haba llamado a ser testigos suyos hasta los fines de la tierra. Paso a paso la iglesia comenzaba ya a ir en esa direccin. Poco a poco se estaba derrumbando la barrera formada por las tradiciones judaicas. Sin embargo, la iglesia todava no estaba entregada totalmente a un programa que tuviera como meta el llevar el evangelio a los gentiles. Pablo fue escogido por Jesucristo para esta tarea, pero los primeros pasos fueron dados por otros. Hechos 10 nos relata cmo Dios prepar a Pedro para este trabajo, mostrndole que todos los hombres son iguales delante de Dios y que la salvacin divina deba ser ofrecida a todos.

1. Cornelio

En Cesrea, ciudad costera de Palestina, estaba destacado un centurin llamado Cornelio. Es de importancia notar que ste era un oficial del ejrcito romano, porque los judos odiaban a los que tenan algo que ver con el ejrcito. Cornelio era un gentil, pero no pagano. El amaba a Dios, el Dios de Israel. Oraba a Dios. Dio pruebas de su amor por sus hechos de caridad y de bondad hacia el pueblo judo. No era un proslito, es decir un gentil convertido al judasmo. Ms bien era un "temeroso de Dios", esto es, un gentil que adoraba al Dios de Israel.

Una tarde como a las 15 horas, mientras Cornelio oraba, un ngel lo visit. El ngel le dijo que Dios haba escuchado sus oraciones y que era acepto delante de l, y que Dios ahora planeaba mostrarles mayores cosas, y que tena que enviar a Jope por Pedro que estaba alojado en la casa de Simn, el curtidor.

Desaparecido el ngel, Cornelio inmediatamente obedeci lo que el ngel le haba dicho. Acompaados por un soldado, Cornelio envi a dos de sus sirvientes a buscar a Pedro y traerlo a Cesrea.

2. Pedro

Al da siguiente, mientras los enviados de Cornelio se acercaban a la ciudad de Jope, Pedro subi a la azotea de su casa para tener un tiempo de quietud en oracin. Al llegar el medioda, sinti hambre y mand pedir algo qu comer. Mientras se preparaba dicho alimento,

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Pedro tuvo un xtasis. Vio descender del cielo una gran sbana llena de toda clase de cuadrpedos, pjaros y reptiles. Mientras Pedro vea todo esto con asombro, una voz que indudablemente Pedro reconoci como la voz de Jess mismo, le habl desde el cielo y le orden que matara y comiera. Pedro rehus hacer tal cosa. No quiso obrar en contra de las leyes del Antiguo Testamento que decan cules animales se permitan comer y cmo se les tena que preparar. La voz le contest: (v. 15) "Lo que Dios limpi, no lo llames t comn". Este dilogo se repiti tres veces, como para impresionar a Pedro con la importancia de lo que se le deca. Luego el lienzo fue llevado de nuevo al cielo, y Pedro despert.

Pedro no poda entender con claridad el significado de su visin, y lo pensaba, procurando entender qu era lo que Jess le deca. Cuando an estaba meditando todo aquello, llegaron a la casa los hombres enviados por Cornelio, quienes preguntaron por l. El Espritu Santo indic a Pedro que deba ir con estos hombres. As que se apresur a bajar de la azotea para conocerles y preguntarles qu se les ofreca. Cuando le dijeron el asunto, Pedro les invit a que pasasen, y les dio hospedaje. Al da siguiente sali con ellos rumbo a Cesrea, llevando consigo a seis hermanos de la iglesia de Jope.

3. En la Casa de Cornelio

Al llegar Pedro y sus compaeros a la casa de Cornelio, encontraron a ste esperndoles. Inmediatamente sali, salud a Pedro, se tir a sus pies y le ador. Ms Pedro no acept adoracin alguna. Le dijo que se levantara y entr con l a la casa. All se dio cuenta de que Cornelio haba juntado a todos los de su casa y tambin a muchos de sus amigos, para or lo que Pedro tena que decirles.

Pedro estaba dejando de sentir rpidamente el prejuicio judo contra los gentiles. Ya se estaba dando cuenta de lo que dice Efesios 2:14, que Jess haba derrumbado "la pared intermedia de separacin". Dijo a Cornelio y a los que estaban ah reunidos: "Vosotros sabis cuan abominable es para un judo juntarse o acercarse a un extranjero; pero a m me ha mostrado Dios que a ningn hombre llame comn o inmundo" (v. 28). Pedro comprendi que la visin de los animales tena una aplicacin no solamente para los asuntos de la comida, sino tambin para las relaciones con los gentiles. Pedro pregunt a Cornelio cmo fue que ste lo haba llamado. Cornelio le cont su visin del ngel, y dijo pblicamente que ahora, l y sus amigos estaban presentes, "a la vista de Dios, para or todo lo que Dios te ha mandado" (v. 33).

Pedro comenz su discurso declarando: "En verdad comprendo que Dios no hace acepcin de personas, sino que en toda nacin se agrada del que le teme y hace justicia" (10:34, 35). Para nosotros, esto parece lo ms natural. Ms para los judos que siempre haban credo que slo a ellos los amaba Dios, tal declaracin era una cosa sorprendente. Ahora es cuando Pedro se da cuenta que la visin que recibi, era un llamamiento para predicar el evangelio a Cornelio y a sus amigos. Por tanto, l les relat la historia de Jess. Tom por cierto que ellos ya haban odo acerca de Jess, pues las cosas que hizo, no fueron hechas a escondidas; eran muy conocidas por toda Palestina. Luego trajo a la memoria de sus oyentes, el ministerio que Jess tuvo, culminando con su muerte y su resurreccin. Dijo que l y sus compaeros eran testigos de la resurreccin de Jess que lo haban visto y que haban comido con l. Ahora ellos haban sido llamados para dar testimonio de l, para que todo aquel que creyere en el nombre de Cristo, recibiese el perdn de sus pecados.

El sermn de Pedro termin en una forma notable. Mientras todava hablaba l, el Espritu Santo cay sobre Cornelio y sus amigos. Haban credo las palabras de Pedro, confiaron en Cristo de quien Pedro haba hablado, y recibieron el don del Espritu Santo en la misma manera que lo haban recibido Pedro y los dems creyentes judos, en el da de Pentecosts.

El Espritu Santo haba sido dado a otras personas despus del Pentecosts. En Samaria, por ejemplo, los creyentes haban recibido el Espritu Santo cuando los apstoles les impusieron las manos. Mas ahora haba venido el Espritu Santo sin imposicin alguna de manos, y las mismas seales que haban sido dadas en el da de Pentecosts a los creyentes judos, fueron las mismas seales que ahora recibieron estos gentiles. Esto fue algo que

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impresion tremendamente a Pedro. El dijo a los que le acompaaban, "Puede acaso alguno impedir el agua para que no sean bautizados estos que han recibido el Espritu Santo tambin como nosotros?" (10:47). As que orden el bautismo tanto de Cornelio como el de sus amigos.

Este bautismo significaba que los gentiles eran aceptados en la iglesia de Jesucristo. Tenan la misma categora que los judos creyentes. Cornelio les pidi a Pedro y a sus amigos que se quedasen con ellos por un tiempo para aprender ms acerca del Seor Jesucristo. Antes de que ocurriera todo esto, jams se hubiese quedado Pedro en casa de un gentil; pero ahora acept la invitacin hecha por Cornelio. La pared entre los judos y los gentiles habase derrumbado, por el evangelio de Cristo Jess.

17.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 10 Los captulos 10 y 11 nos traen hasta un momento que le da un giro importante al libro de los Hechos. Aunque Jess haba encargado a los apstoles de ensear (hacer discpulos de) a todas las naciones (Mateo 28:19), ellos no estaban ansiosos por hacerlo. Aquellos que se dispersaron debido a la persecucin que tuvo lugar despus de la muerte de Esteban al principio, les haban predicado el Evangelio slo a los judos (Hechos 11:19). Evidentemente, haban interpretado la expresin "todas las naciones" como referente a los judos dispersos entre todas las naciones. Desde el principio se ve con claridad en la Iglesia que convertirse a Cristo e incluso recibir el bautismo en el Espritu Santo, no son circunstancias que quiten de forma automtica los prejuicios con los que crece la persona. Pedro haba progresado algo: aceptaba la obra del Seor en la salvacin de los samaritanos. Pero stos estaban circuncidados y guardaban la Ley tan bien como muchos judos. Tambin estaba dispuesto a hospedarse en la casa de un curtidor "impuro" que era creyente. Sin embargo, no se haban enfrentado todava a la mayor de las barreras. Haba muchas leyes y costumbres que separaban a los judos de los gentiles, en especial las leyes dietticas. Tampoco poda ningn judo comer alimentos preparados por un gentil, porque crean que esto tambin los hara impuros. Cornelio manda a buscar a Pedro (10:1-8) Haba en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurin de la compaa llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que haca muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Este vio claramente en una visin, como a la hora novena del da, que un ngel de Dios entraba donde l estaba, y le deca: Cornelio. El, mirndole fijamente, y atemorizado, dijo: Qu es, Seor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Enva, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simn, el que tiene por sobrenombre Pedro. Este posa en casa de cierto Simn curtidor, que tiene su casa junto al mar; l te dir lo que es necesario que hagas. Ido el ngel que hablaba con Cornelio, ste llam a dos de sus criados, y a un devoto soldado de los que le asistan; a los cuales envi a Jope, despus de haberles contado todo. En Cesarea (unos 50 kilmetros al norte de Jope), la capital de la Judea bajo los procuradores romanos. Roma estacion un cuerpo (cohorte) especial de soldados, conocido como "la compaa italiana". Uno de ellos, Cornelio, era centurin al frente de cien soldados de infantera. En autoridad y responsabilidad se comparara al capitn de los ejrcitos modernos. Como todos los centuriones que se mencionan en el Nuevo Testamento, era un hombre bueno y, como el que Jess elogiara en Mateo 8:10, 11, tambin era un hombre de fe. En aquellos das, algunos gentiles estaban cansados de las cosas absurdas, la idolatra y la inmoralidad de las religiones de Roma y Grecia. Muchos, entre ellos Cornelio, haban encontrado algo mejor en las enseanzas de las sinagogas, y haban aceptado la verdad del nico Dios verdadero. Lucas dice que Cornelio era un hombre piadoso. En otras palabras, era recto en sus actitudes hacia Dios y hacia los hombres, y por gracia, viva una vida correcta ante Dios. Tambin era temeroso (reverenciaba a) de Dios, con toda su casa

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(lo cual inclua tanto la familia como los sirvientes). Debido a su influencia, todos ellos asistan a la sinagoga, se sentaban en la parte posterior, oan la enseanza y crean en Dios. Sin embargo, no se haban hecho plenamente proslitos, o convertidos al judasmo. Por consiguiente, ni haban aceptado la circuncisin ni guardaban las leyes sobre la alimentacin. No obstante, Cornelio era generoso en las limosnas que le haca al pueblo (los judos) y oraba a Dios siempre ("a travs de todo", es decir, a diario y en toda circunstancia). Dicho de otra forma, buscaba realmente al Seor para que lo guiara en todas las cosas. Por lo que se deduce del versculo 37, es evidente tambin que Cornelio conoca el Evangelio. Muchos eruditos bblicos creen que Cornelio quera aceptar a Cristo y recibir la plenitud del Espritu Santo, pero se le haba dicho que tendra que comenzar por hacerse judo. Es muy posible que en aquella misma circunstancia estuviera pensando en dar aquel paso. De lo que s podemos estar seguros, es que Dios vio el deseo de su corazn. Alrededor de las 3 en punto de la tarde, la hora juda de la oracin vespertina, estaba ayunando y orando. (Vea el versculo 30.) De pronto, se le apareci un ngel en una visin ("algo que vio"), esto es, en una verdadera aparicin o revelacin, abiertamente a la luz del da. No se trataba de un sueo, o de una visin semejante a los sueos; era algo muy real. Note que el versculo 7 dice que el ngel se march. Esto confirma que se trat de un suceso muy real, y no simplemente de una visin al estilo de los sueos. Cuando Cornelio dirigi su mirada hacia el ngel, se sinti atemorizado (lleno de temor, miedo o incluso terror). Era una reaccin natural ante lo sobrenatural, en un hombre que nunca antes haba experimentado nada sobrenatural. Pero, a pesar de su temor, le pregunt: "Qu es Seor?", lo cual indica que consider al ngel como una manifestacin divina. Sin embargo, el ngel dirigi su atencin hacia Dios. Sus oraciones y sus limosnas haban subido (ascendido) para memoria (recuerdo, o mejor, ofrenda memorial) ante Dios. Entonces, el ngel le indic que enviara hombres (que l mismo escogiera) a Jope, a buscar a Simn Pedro, que estaba posando en casa de Simn el curtidor. Pedro le dira lo que le era necesario hacer. Tan pronto como se march el ngel, Cornelio llam a dos de los siervos de su casa. Como lo indica el versculo 2, eran hombres temerosos de Dios. Lucas llama "devoto" tambin (hombre de Dios, temeroso de Dios) al soldado que asista a Cornelio. Despus de explicarles en detalle lo que el ngel haba dicho, los envi a los tres a Jope para que buscaran a Pedro. Las visiones de Pedro (10:9-22) "Al da siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subi a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un xtasis: " y vio el cielo abierto, y que descenda algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual haba de todos los cuadrpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levntate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Seor, no; porque ninguna cosa comn o inmunda he comido jams. Volvi la voz a l la segunda vez; Lo que Dios limpi, no lo llames t comn. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvi a ser recogido en el cielo. Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de s sobre lo que significara la visin que haba visto, he aqu los hombres que haban sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simn, llegaron a la puerta. Y llamando, preguntaron si moraba all un Simn que tena por sobrenombre Pedro. Y mientras Pedro pensaba en la visin, le dijo el Espritu: He aqu, tres hombres te buscan. Levntate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aqu, yo soy el que buscis; cul es la causa por la que habis venido? Ellos dijeron: Cornelio el centurin, varn justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nacin de los judos, ha recibido instrucciones de un santo ngel, de hacerte venir a su casa para or tus palabras".

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Al da siguiente, a eso del medioda, los tres hombres enviados por Cornelio se acercaban a Jope. Dios es siempre fiel y obra en ambas partes, de manera que era tiempo de preparar a Pedro. Pedro subi al techo plano de la casa por una escalera exterior. La mayora de los judos consideraban que el medioda era una de las horas de oracin (Salmo 55:17; Daniel 6:10). Pero, aun cuando su intencin era orar, sinti mucha hambre y quiso comer. Se lo hizo saber a sus anfitriones; mientras permaneca en el techo, esperando a que le prepararan comida, "le sobrevino un xtasis". Esto no significa algo as como un "trance", en el sentido moderno de la palabra, ni tampoco quiere decir que cayera en un estado hipntico. Simplemente significa que su mente fue apartada de lo que estuviera pensando, mientras tena la sensacin de que algo importante estaba a punto de suceder. Entonces vio los cielos abiertos y algo que descenda de ellos. Era semejante a un enorme lienzo atado de las cuatro puntas y lleno de todo tipo de cuadrpedos, animales salvajes, reptiles de la tierra y aves del cielo. Una voz le orden: "Levntate, Pedro, mata y come." Pedro tena la sensibilidad espiritual suficiente para saber que aquella era la voz del Seor (esto es, del Seor Jess). Pero sus prejuicios vencieron a su deseo normal de obedecer al Seor. Por esto replic: "Seor, no (de ninguna manera); porque ninguna cosa (profana, sucia) comn o inmunda (no kosher) he comido jams." La voz le respondi: "Lo que Dios limpi, no lo llames t comn (impuro)." La negacin es muy enftica aqu. Desde aquel momento, no debera considerar nada como impuro cuando Dios lo hubiera purificado. Despus, para insistir ms en ello, esto se repiti tres veces. Los prejuicios de Pedro eran tan fuertes, que hizo falta llegar hasta este extremo para fijar esta verdad en su mente. Pedro tena el discernimiento espiritual suficiente para saber que esta visin tena un significado que iba ms all de la posibilidad de comer alimentos que no fueran kosher, esto es, puros. El hecho de que estuviera perplejo sobre lo que esto significara, no quiere decir que tuviera duda alguna de que tuviera un significado. Ms bien quiere decir que tena dificultad en tratar de comprender cul era. Estaba confundido sobre su posible explicacin. No obstante. Dios no lo dej especular por mucho tiempo. Los hombres enviados por Cornelio se hallaban ya a la puerta, gritando para que los atendieran y preguntando por Pedro. Por esto, el Espritu Santo interrumpi sus pensamientos (sus cavilaciones, mientras pesaba esta posibilidad y aquella) sobre la visin y le dijo que haba tres hombres que lo buscaban. Deba levantarse, descender (por la escalera exterior) del techo e ir con ellos sin dudar, esto es, sin vacilacin. (La palabra dudes del versculo 20 corresponde a diakrinmenos, palabra griega diferente a diporei, la usada en el versculo 17) Era el Espritu Santo el que los haba enviado, al impulsar la obediencia con la que Cornelio los envi. Pedro obedeci, les dijo a los hombres que l era el que andaban buscando, y les pregunt cortsmente por la razn de su venida. Se la explicaron, aadiendo que Cornelio era un hombre de buen testimonio en toda la nacin de los judos. El encuentro entre Pedro y Cornelio (10:23-33) "Entonces, hadndoles entrar, los hosped. Y al da siguiente, levantndose, se fue con ellos; y le acompaaron algunos de los hermanos de Jope. Al otro da entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos ms ntimos. Cuando Pedro entr, sali Cornelio a recibirle, y postrndose a sus pies, ador. Ms Pedro le levant, diciendo; Levntate, pues yo mismo tambin soy hombre. Y hablando con l, entr, y hall a muchos que se haban reunido. Y les dijo: Vosotros sabis cuan abominable es para un varn judo juntarse o acercarse a un extranjero; pero a m me ha mostrado Dios que a ningn hombre llame comn o inmundo; por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. As que pregunto: Por qu causa me habis hecho venir? Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro das que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de m un varn con vestido resplandeciente, y dijo: Cornelio, tu oracin ha sido oda, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios. Enva, pues, a Jope, y haz venir a Simn, el que tiene por

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sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Simn, un curtidor, junto al mar; y cuando llegue, l te hablar. As que luego envi por ti; y t has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aqu en la presencia de Dios, para or todo lo que Dios te ha mandado". Por la maana, despus de haberlos hospedado durante la noche, Pedro se march con los tres hombres, pero tuvo el cuidado de llevar consigo a seis buenos hermanos judos creyentes. (Vea Hechos 11:12.) El saba que los dems creyentes lo llamaran a cuentas por haber entrado a la casa de un gentil, as que quera tener algunos testigos en los que pudiera confiar. Con el fin de estar seguro, tom el doble de los dos o tres que exiga la Ley. (Vea Mateo 18:16; Deuteronomio 19:15.) Al siguiente da, cuando llegaron a Cesarea, se encontraron a Cornelio esperndolos con la casa llena de gente. El crea en la promesa del Seor. Por tanto, esperaba que Pedro fuera de inmediato y, calculando cul sera el momento de su llegada, se tom el trabajo de reunir a todos sus familiares y amigos ntimos. Cuando lleg Pedro, Cornelio estaba tan consciente de que Dios lo haba enviado, que apenas lo encontr, cay a sus pies y ador (se puso de rodillas ante l). Probablemente, Pedro se quedara estupefacto ante esto. Rpidamente, lo asi y lo levant, dicindole categricamente que l tambin era hombre, ser humano. Pedro no quera que nadie le diera preeminencia a ninguna personalidad humana en la Iglesia. El texto indica de manera implcita que cuando Pedro entr, se sorprendi de ver tanta gente. Comenz su sermn recordndoles a todos los all reunidos que era abominable (ilegal) para un judo juntarse (hacerse acompaar por) a o acercarse (tener acuerdo con) un extranjero. Pero l se hallaba all, porque Dios le haba mostrado que a ningn hombre (ningn ser humano) le llamara inmundo. Por lo cual, al ser llamado, fue sin replicar. Sin embargo, a continuacin le pregunt el motivo por el que le haban hecho ir. Como respuesta, Cornelio le relat cmo cuatro das antes (contando aquel da como el cuarto) un varn con vestido resplandeciente (brillante) le dijo que enviara a buscar a Pedro, y eso haba hecho. Pedro haba hecho bien en ir. Es decir, estaban complacidos de 9 que hubiera ido. Todos ellos estaban en la presencia de Dios para or todo lo que Dios le haba mandado (indicado) que les dijera. Buenas nuevas para los gentiles (10:34-43) "Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepcin de personas, sino que en toda nacin se agrada del que le teme y hace justicia. Dios envi mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; ste es Seor de todos. Vosotros sabis lo que se divulg por toda Judea, comenzando desde Galilea, despus del bautismo que predic Juan: cmo Dios ungi con el Espritu Santo y con poder a Jess de Nazaret, y cmo ste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con l. Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jess hizo en la tierra de Judea y en Jerusaln; a quien mataron colgndole en un madero. A ste levant Dios al tercer da, e hizo que se manifestase; no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios haba ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con l despus que resucit de los muertos. Y nos mand que predicsemos al pueblo, y testificsemos que l es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De ste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en l creyeren, recibirn perdn de pecados por su nombre". El sermn de Pedro en la casa de Cornelio representa un hito en la historia de la Iglesia primitiva. Desde el principio, demuestra que ahora comprenda plenamente el significado de aquella visin repetida que haba recibido en el techo. Vea que Dios ciertamente no hace acepcin de personas. Esto es, que no muestra favoritismo ni parcialidad. En toda nacin, aquel que le teme (adora y reverencia) y hace (obra, realiza) justicia (como evidencia de la grada divina recibida por fe), es agradable ante El. La imparcialidad de Dios no es una idea nueva. Haba sido enseada en pasajes del Antiguo Testamento, tales como Deuteronomio 10:17; 2 Samuel 14:14; 2 Crnicas 19:7. (Vea tambin Amos 9:7; Romanos 2:11; 1 Pedro 1:17.) Esto no significa que Dios no pueda escoger, pero no lo hace fundndose en diferencias externas o nacionales, ni limitndose a

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ellas. Por ello, estos gentiles, si reunan estas cualidades de adoracin, fe y fidelidad, eran tan aceptables ante Dios, como cualquier judo. Entonces Pedro les recuerda a Cornelio y a sus amigos el mensaje que Dios le envi a Israel, anunciando (diciendo las buenas nuevas, el evangelio de) la paz por medio de Jesucristo. En este instante, Pedro no pudo evitar la insercin de la expresin "Este es Seor de todos". Despus, continu, recordndoles el mensaje que ellos conocan. "Vosotros sabis" es enftico en griego en esta situacin. Esto quiere decir que ellos conocan los hechos sobre Jess, incluso la promesa del Espritu Santo. Quiz hubieran odo predicar a Felipe. De todas maneras, Pedro reconoca que alguien les haba dado el mensaje, porque haba sido predicado a travs de toda la Judea, comenzando desde Galilea, despus del bautismo que predic Juan. Nadie que asistiera a las sinagogas poda haber escapado de orlo. El mensaje era el mismo Jess, Jess de Nazaret, a quien Dios haba ungido con el Espritu Santo y con poder. (Vea Isaas 11:2; 6:1, 2; Lucas 4:18, 19.) Este Jess anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos (derrotados o tratados duramente) por el diablo ("el calumniador"; el jefe de todos los calumniadores), porque Dios estaba con l. Entonces Pedro aade: "Y nosotros (los apstoles, ms que los creyentes de Jope) somos testigos de todas las cosas que Jess hizo en la tierra de Judea y en Jerusaln." Despus sigue adelante con el mensaje. A ste que no haba hecho ms que bien, lo mataron y lo colgaron de un madero (algo hecho de madera, esto es, la cruz). En contraste con lo que los hombres haban hecho con Jess, Dios lo levant (resucit) de entre los muertos al tercer da. (Vea Oseas 6:2; 1 Corintios 15:4, 20, 23.) Entonces, Dios hizo que se manifestase (se hiciese visible), no a todo el pueblo, sino a los testigos escogidos por El de antemano, esto es, a Pedro y a los dems que comieron y bebieron con El despus de que resucitara de entre los muertos. Esta era una prueba concreta sobre la realidad del cuerpo resucitado de Cristo. No era un espritu, ni un producto de su imaginacin, sino una persona muy real con la cual tenan intimidad. Como consecuencia del mandato de Cristo, estos testigos proclamaban estas buenas nuevas ante el pueblo y testificaban solemnemente que Jess haba sido puesto (nombrado) como Juez de vivos y muertos. Con esto, Pedro no estaba hablando de los espiritualmente vivos y los espiritualmente muertos. Ms bien deca que Jess es y ser el Juez de todos los que han vivido o vivirn jams en la tierra. Esto confirma lo que Jess haba dicho en Juan 5:22: "Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo." Por tanto, al igual que Jess es el Mediador entre Dios y el hombre en la redencin, tambin se hallar en el juicio. Despus, como sola hacer, Pedro present el testimonio de los profetas. Ese testimonio da en su totalidad una prueba ms de que todo el que crea en El recibir perdn de los pecados por su nombre: por su autoridad y porque l es quien es (el Salvador crucificado y resucitado). El derramamiento del Espritu Santo (10:44-48) "Mientras an hablaba Pedro estas palabras, el Espritu Santo cay sobre todos los que oan el discurso. Y los fieles de la circuncisin que haban venido con Pedro se quedaron atnitos de que tambin sobre los gentiles se derramase el don del Espritu Santo. Porque los oan que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. Entonces respondi Pedro: Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espritu Santo tambin como nosotros? Y mand bautizarles en el nombre del Seor Jess. Entonces le rogaron que se quedase por algunos das". Mientras Pedro hablaba an estas palabras (en griego, rhmata), hubo una interrupcin sbita e inesperada procedente del cielo. El Espritu Santo se derram sobre todos los que oan la Palabra. Esto dej totalmente asombrados a los creyentes judos que haban ido con Pedro. En realidad, los dej totalmente estupefactos ver que el Espritu Santo se derramaba sobre los gentiles. La expresin "derramase" relaciona este suceso con lo que haba tenido lugar en el da de Pentecosts (Hechos 2:17, 33). Tambin lo relaciona el que hayan hablado en lenguas

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(lenguajes) y glorificado a Dios. Esta evidencia convenci por completo a aquellos creyentes judos. Tambin es una indicacin de que la experiencia de Pentecosts se puede repetir. Pedro reconoci que esto era una nueva confirmacin de que no slo Dios los aceptaba, sino que los haca parte de la Iglesia. En Pentecosts, el Espritu Santo se haba derramado sobre creyentes que ya haban sido identificados como la Iglesia y como el Templo del Espritu Santo. Con este tipo de evidencia, quin les podra impedir el bautismo en agua? Su experiencia al recibir al Espritu era exactamente la misma que la de los creyentes judos. Aqu podemos notar que estos gentiles, cuyo corazn estaba preparado gracias al mensaje del ngel, creyeron y fueron salvos mientras Pedro predicaba. Entonces estuvieron listos para el derramamiento del Espritu Santo. Ms adelante, en Hechos 15:8, Pedro dira: "Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dndoles el Espritu Santo lo mismo que a nosotros." Esto significa con toda seguridad que el bautismo en el Espritu Santo dio testimonio de la fe que ya tenan antes de ser llenos con el Espritu. Por indicacin de Pedro, fueron bautizados en el nombre (por la autoridad) del Seor Jess. Esto fue una declaracin pblica de su fe, un testimonio de la fe que ya tenan, de la fe que ya haba trado la purificacin a su corazn (Hechos 15:9). Entonces, le rogaron a Pedro que se quedara con ellos por algunos (pocos) das. Sin duda, queran ms instruccin y anhelaban confraternizar espiritualmente con l.

18.

CAPITULO 7: A LOS GENTILES


Lase Hechos 11:1-30.

Preguntas de Preparacin

1. Por qu tena Pedro que defender lo que hizo en Cesrea?

2. Por qu era importante la iglesia de Antioquia?

3. En qu forma se dejaba ver la unidad de la iglesia?

Introduccin

La conversin de un gentil, Cornelio, constituy un gran paso de adelanto en el progreso de la iglesia primitiva. Ya no sera una secta de judos; sera de alcance universal. En esta leccin se notar la importancia de la conversin de Cornelio. Se repite el relato al defender Pedro lo que hizo, ante sus compaeros apstoles, y es de notarse que esta repeticin se hace solamente porque el caso es de gran importancia. La recepcin de Cornelio como parte de la iglesia, prepar el camino para un evento todava ms significativo: el establecimiento de una iglesia de gentiles en Antioquia.

1. La Defensa que Hizo Pedro

Podramos pensar que todos los creyentes estaran gozosos al saber que Cornelio y los de su casa se haban convertido. Pero el prejuicio de los judos contra los gentiles era demasiado fuerte para eso. En lugar de regocijarse, algunos creyentes judos acusaron a Pedro de haber quebrantado la ley de Moiss. Quiz tuvieron miedo de lo que pudiera pasar.

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Saban que tendran que enfrentarse a una persecucin si corra la noticia, que Pedro estaba haciendo a un lado la ley de Moiss. As que, cuando Pedro lleg a Jerusaln, le esperaba la acusacin; "... has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos" (Hch. 11:2, 3).

Lo que Pedro hizo fue relatar a sus acusadores exactamente lo que le haba sucedido. Comenz con el relato de la visin que tuvo en Jope; les cont de su visita en la casa de Cornelio; y termin describindoles cmo el Espritu Santo vino sobre los gentiles. Con Pedro vinieron los seis hombres que lo acompaaron a la casa de Cornelio, y respaldaron su dicho. Pedro hizo la pregunta: "Si Dios, pues les concedi tambin el mismo don que a nosotros que hemos credo en el Seor Jesucristo, quin era yo que pudiese estorbar a Dios?" (Hch. 11:17). Los que le escucharon aprobaron su conducta. En vez de discutir, se unieron a l para glorificar a Dios por cuanto l haba dado la vida eterna tambin a los gentiles.

2. Antioquia

Tenemos en Hechos 11:19 una repeticin de las palabras de 8:24 "... los que haban sido esparcidos". De esta manera Lucas nos est diciendo que la evangelizacin en Antioquia fue otro de los resultados de la persecucin que sigui al apedreamiento de Esteban. Este esparcimiento de los creyentes hizo que el evangelio llegase no slo a Judea y a Samaria, sino tambin a tierras gentiles.

Era la costumbre de los discpulos esparcidos predicar a los judos el evangelio. Se entiende que se incluye con ellos a aquellos gentiles proslitos, o sea los "temerosos de Dios". Pero en Antioquia algunos discpulos usaron un enfoque nuevo. Si el evangelio era el poder de Dios para la salvacin de los judos, por qu no tambin para los gentiles? Por lo tanto predicaron al Seor Jess a todos los paganos de Antioquia. Y qu sorprendente fue el resultado! Hechos 11:21 dice: "...gran nmero crey y se convirti al Seor". El mensaje del evangelio satisface los ms hondos anhelos del hambriento corazn pagano.

Lleg a Jerusaln la noticia de esto, y los apstoles acordaron enviar un representante para investigar los acontecimientos en Antioquia. En la buena providencia de Dios, ellos escogieron justamente al hombre ms capacitado para ello. Bernab, cuyo nombre significa "hijo de consolacin", cumpla ampliamente con este ttulo. Se regocij en este avance de la causa de Cristo y exhort a los nuevos discpulos a que permanecieran fieles al Seor.

La obra en Antioquia prosper. Muchos ms de los gentiles creyeron. Bernab se dio cuenta que necesitaba ayuda. Se acord de Saulo, el ex-perseguidor convertido, y fue personalmente a Tarso a buscarle y a traerle a Antioquia. Por todo un ao los dos trabajaron juntos, dirigiendo a la nueva iglesia joven y predicando el evangelio de Cristo. Durante este perodo los de Antioquia pusieron al grupo de creyentes un apodo. Los creyentes fueron conocidos como "cristianos", el pueblo de Cristo. Nunca se hubiera podido encontrar un nombre mejor, y an ahora, despus de muchos siglos, aquellos que siguen a Cristo, gozosamente son conocidos por el trmino "cristianos".

3. Ayuda para Jerusaln

Mientras Bernab y Saulo estaban trabajando en Antioquia, recibieron la ayuda de algunos profetas venidos de Jerusaln. Estos hombres fueron inspirados por Dios, y revelaban su voluntad a los cristianos. Recordemos que los primitivos cristianos no tenan el Nuevo Testamento; necesitaban una gua especial de Dios. Un profeta, llamado Agabo, predijo la venida de una grande hambre. Esta hambre ocurri durante el reinado de Claudio, y varios historiadores de aquella poca la mencionan.

Cuando la iglesia de Antioquia oy de esta prxima calamidad, inmediatamente hizo planes para mandar auxilios a los cristianos que vivan en Judea. Por qu hicieron esto? En primer lugar, en la iglesia de Jerusaln haba mucha gente pobre, y sentira el hambre ms severamente an. En segundo lugar, los cristianos de Judea eran muy perseguidos por los

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lderes judos. Tercero, esta ddiva de los gentiles de Antioquia a los judos cristianos de Jerusaln era una muestra de amor y de unidad; el evangelio haba derribado las barreras del prejuicio. En cuarto lugar, este regalo era una manifestacin material de gratitud por el don espiritual que Antioquia haba recibido de Jerusaln.

19.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 11 Pedro tena razn al pensar que necesitara tener testigos consigo cuando fuera a la casa de Cornelio. Tuvo necesidad de explicar todo lo que haba sucedido all. El hecho de que Lucas haya escrito esto, repitiendo buena parte de lo dicho en el captulo 10, nos demuestra lo importantes que fueron los sucesos de Cesarea. Gracias a ellos, aprendieron que Dios quera aceptar a los gentiles sin circuncisin, esto es, sin que se hicieran judos. De esta forma, la repeticin pone de realce el hecho de que el cristianismo no era tan slo algo que aadir o sobreponer al judasmo. Los gentiles podan llegar directamente al Nuevo Pacto sin necesidad de ir primero al Antiguo. Podan hacer suya la promesa de Abraham sin el signo exterior del pacto abrahmico. La aceptacin de la explicacin de Pedro (11:1-18) "Oyeron los apstoles y los hermanos que estaban en Judea, que tambin los gentiles haban recibido la palabra de Dios. Y cuando Pedro subi a Jerusaln, disputaban con l los que eran de la circuncisin, diciendo: Por qu has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos? Entonces comenz Pedro a contarles por orden lo sucedido, diciendo: Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en xtasis una visin; algo semejante a un gran lienzo que descenda, que por las cuatro puntas era bajado del cielo y vena hasta m. Cuando fij en l los ojos, consider y vi cuadrpedos terrestres, y fieras, y reptiles, y aves del cielo. Y o una voz que me deca: Levntate, Pedro, mata y come. Y dije: Seor, no; porque ninguna cosa comn o inmunda entr jams en mi boca. Entonces la voz me respondi del cielo por segunda vez: Lo que Dios limpi, no lo llames t comn. Y esto se hizo tres veces, y volvi todo a ser llevado arriba al cielo. Y he aqu, luego llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a m desde Cesarea. Y el Espritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron tambin conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varn, quien nos cont cmo haba visto en su casa un ngel, que se puso en pie y le dijo: Enva hombres a Jope, y haz venir a Simn, el que tiene por sobrenombre Pedro; l te hablar palabras por las cuales sers salvo t, y toda tu casa. Y cuando comenc a hablar, cay el Espritu Santo sobre ellos tambin, como sobre nosotros al principio. Entonces me acord de lo dicho por el Seor, cuando dijo: Juan ciertamente bautiz en agua, mas vosotros seris bautizados con el Espritu Santo. Si Dios, pues, les concedi tambin el mismo don que nosotros que hemos credo en el Seor Jesucristo, quin era yo que pudiese estorbar a Dios? Entonces, odas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: De manera que tambin a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!" Los gentiles de la casa de Cornelio recibieron (acogieron) la Palabra de Dios. Esto quiere decir que la recibieron bien dispuestos, reconocieron su veracidad y aceptaron su mensaje de arrepentimiento, perdn y salvacin. Esta noticia era sorprendente, y probablemente no les pareciera buena a algunos judos. Las noticias as viajan con rapidez y llegaron a los apstoles y al resto de los hermanos (los creyentes) que estaban en Jerusaln, antes del regreso de Pedro. Cuando l lleg, "los que eran de la circuncisin" (lo que en aquellos momentos incluira a todos los creyentes de Jerusaln, puesto que todos eran judos o proslitos plenos), estaban esperndolo. Inmediatamente comenzaron a disputar con l (lo criticaban, lo juzgaban) por haber entrado en la casa de unos hombres incircuncisos (lo cual ellos

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consideraban contaminador) y, peor an, haber comido con ellos. El hecho de que aquellos creyentes estaban muy molestos se ve en que no usaron la palabra corriente para decir "incircuncisos". En cambio, usaron una palabra popular que era un verdadero insulto contra los gentiles. Tambin es bastante probable que una razn por la que estaban molestos fuera porque tenan temor de que el gesto de Pedro le diera fin al perodo de paz del que haban estado disfrutando, al volver a los judos inconversos contra ellos. Entonces Pedro comenz a explicarles todo desde el principio, esto es, desde el momento en que tuvo la visin en Jope. Ciertamente, aade que la tela descendi cerca de l, de tal manera que pudo mirar de cerca e inspeccionar el contenido sin posibilidad alguna de error. Tambin tuvo buen cuidado de mostrarles los seis testigos que estuvieron con l en Cesarea, y que haba trado consigo a Jerusaln (versculo 12). Como una prueba ms de que era Dios el que lo haba guiado, aadi que el ngel le haba dicho a Cornelio que l le hablara palabras, gracias a las cuales Cornelio y toda su casa seran salvos. Despus, sin repetir el sermn que pronunci en Cesarea, Pedro les dijo que cuando comenz a hablar el Espritu Santo cay sobre ellos "tambin, como sobre nosotros". Es decir, con tanta realidad y tan evidentemente como sobre los ciento veinte y los tres mil en el da de Pentecosts, "al principio". Algunos escritores tratan de evitar la mencin al da de Pentecosts aqu. Sin embargo, esto slo puede significar que aquel suceso fue como el de Pentecosts (Hechos 2:4), puesto que no hubo descenso ni derramamiento del Espritu en cumplimiento de la profeca de Joel, hasta entonces. A continuacin, Pedro aadi algo que le haba pasado por la mente. Haba recordado lo dicho por el Seor (Jess), que aparece en Hechos 1:5: Juan bautizara en agua, pero ellos seran bautizados en el Espritu Santo. O sea, que vea claramente que este derramamiento era tambin un bautismo en el Espritu. Despus, Pedro sigui diciendo que Dios les haba dado a aquellos gentiles el mismo don que les haba dado a los creyentes judos. "El mismo" es traduccin de una expresin griega que significa "igual" o "idntico". Esto es significativo, porque la evidencia que los convenci no era el viento recio ni el fuego (los cuales en realidad slo precedieron al derramamiento del Espritu en Pentecosts, pero no fueron parte de l). Necesitaban una evidencia convincente, y la que les fue dada, fue el hecho de que haban hablado en otras lenguas y magnificado a Dios (dado gloria a Dios). Los gentiles no tenan que preguntar si era cierto que haban recibido este poderoso derramamiento. Lo saban. Pedro y sus seis testigos no decan "yo creo", ni "supongo que", ni siquiera "confo en que" o "me parece", al hablar sobre el bautismo en el Espritu de aquellos gentiles. Ellos tambin saban que era cierto. Tambin hoy, en medio de todas las dudas y las discusiones sobre el Espritu Santo que se han suscitado, necesitamos la misma experiencia convincente. Nosotros tambin podemos saber que hemos recibido la experiencia idntica que se describe en Hechos 2:4. Puesto que Dios les haba dado a los gentiles el don del Espritu, si Pedro se hubiera negado a aceptarlos, hubiera estado estorbando a Dios, y quin era l quin es cualquier ser humano para hacer eso? Los creyentes judos de Jerusaln no podan estorbar a Dios tampoco. Los datos ciertos que se les presentaron, sirvieron para silenciar todas sus objeciones anteriores; tenan la sensibilidad suficiente para con el Espritu y la Palabra, como para glorificar a Dios y reconocer que tambin a los gentiles les haba dado arrepentimiento para vida. Ms especficamente. Dios haba aceptado su arrepentimiento y les haba dado vida espiritual sin que estuvieran circuncidados; el bautismo en el Espritu Santo daba testimonio de ello. Los gentiles creen en Antioqua (11:19-21) "Ahora bien, los que haban sido esparcidos a causa de la persecucin que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioqua, no hablando a nadie la palabra, sino slo a los judos. Pero haba entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioqua, hablaron tambin a los griegos, anunciando el evangelio del Seor Jess. Y la mano del Seor estaba con ellos, y gran nmero crey y se convirti al Seor".

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Aunque los apstoles y los creyentes de Jerusaln aceptaran el hecho de que los gentiles de Cesarea fueran salvos y hubieran entrado a formar parte de la Iglesia, esto no los entusiasmaba demasiado. No tenan apuro ninguno por salir a ganar ms gentiles para el Seor. De hecho, hasta el mismo Pedro sigui considerando que su ministerio iba dirigido en primer lugar a los judos (Calatas 2:7-9). As es como Lucas nos hace volver la atencin a un nuevo centro de dispersin del Evangelio, Antioqua de Siria, situada junto al ro Orontes, a ms de 480 kilmetros de Jerusaln en direccin norte. Era un gran centro comercial, la ciudad ms grande de Asia Menor, y la capital de la provincia romana de Siria. Fundada alrededor del ao 300 a.C. por Seleuco I Nicator, su importancia haba sido reconocida por los romanos, quienes la haban declarado ciudad libre en el 64 a.C. El versculo 19 sirve de unin con Hechos 8:1, 4. (Vea tambin el 9:31.) Hasta este momento, los ejemplos de lo que estaba sucediendo eran tomados de Judea y Samaria. Ahora vemos que la ola de evangelismo itinerante no se detuvo all. No obstante, como de costumbre, Lucas no trata de narrarlo todo. En cambio, siguiendo la inspiracin del Espritu Santo, selecciona una de las direcciones que tom este evangelismo y la presenta como ejemplo de lo que sucedi en muchas otras direcciones. Hubo una razn especial para escoger el rumbo de Antioqua, sin embargo, y es que forma un eslabn con el apstol Pablo y prepara para el relato de sus viajes, que comprende la parte mayor del resto del libro de los Hechos. A pesar de todo, aun fuera de Palestina, aquellos que esparcan el Evangelio les predicaban la Palabra slo a los judos. Es posible que esto no se debiera del todo a los prejuicios. Los judos tenan las Escrituras del Antiguo Testamento y conocan las profecas. (Vea Romanos 3:2.) Estos evangelistas fundamentaban su mensaje en el hecho de que Dios haba cumplido la profeca en Jess. La mayora de los gentiles no tenan conocimientos para comprender esto. Pero estos evangelistas estaban pasando por alto el hecho de que muchos gentiles haban perdido su confianza en los dolos y andaban buscando algo mejor. Los evangelistas viajaron costa arriba por Asia Menor hasta Fenicia, donde se establecieron iglesias en Tiro y Sidn (Hechos 21:3, 4; 27:3). Desde all, algunos fueron a la isla de Chipre; otros siguieron rumbo norte hasta Antioqua. Algunos de stos eran hombres de Chipre y de Cirene, y es posible que se hallaran entre los tres mil que fueron salvos y llenos del Espritu en el da de Pentecosts. Estos comenzaron (sin duda alguna dirigidos y urgidos por el Espritu Santo) en Antioqua a hablarles a los griegos (gentiles de habla griega), anuncindoles el evangelio (las buenas nuevas) del Seor Jess. La mano del Seor estaba con ellos. Esta expresin es usada con frecuencia en la Biblia para dar a entender el poder del Seor, o incluso el Espritu del Seor (como en Ezequiel 1:3; 3:14, 22, 24; 8:1; 11:1). Ciertamente, el poder del Seor que obra milagros se manifestaba, confirmando la Palabra como haba sucedido en Samaria (Hechos 8:5-8); un gran nmero de ellos creyeron y se volvieron al Seor. Se convirtieron, lo que significa que se alejaron de sus costumbres paganas y caminos mundanos para seguir a Jess. Podemos estar seguros tambin de que todos ellos fueron bautizados en el Espritu Santo, como lo haba sido la casa de Cornelio. Tal como haba dicho Pedro, Dios no hace acepcin de personas. Bernab es enviado a Antioqua (11:22-26) "Lleg la noticia de estas cosas a odos de la iglesia que estaba en Jerusaln; y enviaron a Bernab que fuese hasta Antioqua. Este, cuando lleg, y vio la gracia de Dios, se regocij, y exhort a todos a que con propsito de corazn permaneciesen fieles al Seor. Porque era varn bueno, y lleno del Espritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Seor. Despus fue Bernab a Tarso para buscar a Saulo; y hallndole, le trajo a Antioqua. Y se congregaron all todo un ao con la iglesia, y ensearon a mucha gente; y a los discpulos se les llam cristianos por primera vez en Antioqua". Cuando la noticia de la conversin de aquellos gentiles de Antioqua lleg hasta la Iglesia de Jerusaln, los hermanos reconocieron que esta gran difusin del Evangelio entre gentiles era un nuevo giro muy importante que estaban tomando los acontecimientos. Antioqua misma era un lugar importante, ya que era la tercera dudad en importancia de todo el Imperio Romano, superada slo por Roma y Alejandra. Por esto, enviaron a Bernab para que viajara hasta aquella ciudad.

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La seleccin de Bernab es importante. Nos muestra que toda la Iglesia de Jerusaln (y no slo los apstoles) estaba interesada en esta nueva asamblea de Antioqua, y enviaba su hombre ms capacitado para dar nimo con el fin de ayudarlos. Que fuera enviado "hasta" Antioqua implica tambin que iba a predicar el Evangelio y darles nimo a otros durante todo el camino. Algunos escritores han supuesto que haber enviado a Bernab significa que la Iglesia de Jerusaln quera mantener el control sobre este nuevo desarrollo de la obra. Sin embargo, no hay evidencias de esto. Simplemente, se trataba de amor e inters fraternal. El mismo Espritu lleno de amor que haba enviado a Pedro y Juan a Samaria para ayudar all, mova ahora a la Iglesia tambin. Bernab no tena que regresar a Jerusaln con un informe, ni tampoco tena que pedirles consejo sobre los pasos siguientes que necesitara tomar en su ministerio. En Antioqua, al ver la gracia manifiesta (el favor inmerecido) de Dios, se regocij. Acept a aquellos gentiles, como Pedro haba aceptado a los creyentes de la casa de Cornelio. Entonces, le hizo honor a su nombre, exhortndolos (animndolos) a todos a que con propsito de corazn permaneciesen fieles al Seor (o continuasen con El). Bernab saba que tendran delante dificultades, persecuciones y tentaciones; necesitaran de constancia para caminar junto al Seor. Puesto que Bernab era un hombre bueno y lleno del Espritu Santo y de fe, una gran multitud fue agregada al Seor. No fueron simplemente su predicacin y su enseanza, sino tambin su vida demostr ser un testimonio de suma eficacia. Este crecimiento numrico le hizo ver a Bernab que necesitaba ayuda. Sin embargo, no envi a pedir nadie de Jerusaln. Dirigido por el Espritu podemos estar seguros fue a Tarso en busca de Saulo. Puesto que l haba sido el que se haba tomado el tiempo y hecho el esfuerzo para averiguar detalles sobre Saulo y presentrselo a los apstoles en Jerusaln anteriormente (Hechos 9:27), era obvio que saba lo que Dios haba dicho sobre enviar a Pablo a los gentiles (Hechos 22:21). Haba llegado el momento sealado por Dios para que comenzara su ministerio. Es posible que la bsqueda de Saulo le tomara algn tiempo. Cuando Bernab lo encontr, lo trajo consigo a Antioqua. Entonces los dos se convirtieron en los principales maestros de la iglesia local; reunan a los creyentes y enseaban ante una numerosa multitud. En Antioqua fue donde los discpulos recibieron por primera vez el nombre (y fueron llamados pblicamente por los dems ciudadanos de Antioqua) de cristianos. Hasta el momento, prcticamente todos los creyentes eran judos. Los gentiles, e incluso los judos, los consideraban simplemente como otra secta juda ms. En realidad, apenas se diferenciaban ms de los fariseos, que stos de los saduceos. Pero ahora lo que exista era una asamblea de creyentes formada en gran parte por gentiles incircuncisos. Era obvio que a estos gentiles no se les poda dar un nombre judo, ni se les poda seguir considerando una secta juda. Necesitaban un nombre nuevo. Los soldados que se hallaban bajo las rdenes de determinados generales en el ejrcito romano, tomaban con frecuencia el nombre de su general y le aadan el sufijo "iano" (en latn, ianus; en griego, ianos), para indicar que eran soldados y seguidores de aquel general. Por ejemplo, los soldados de Csar eran llamados cesarianos, y los de Pompeyo, pompeyanos. Tambin se nombraba a los partidos polticos con el mismo tipo de sufijo. As fue como el pueblo de Antioqua comenz a llamarles Christiani a los creyentes, que era tanto como llamarlos soldados, seguidores o partidarios de Cristo. Hay quienes piensan que primero se les daba este nombre en forma despectiva, pero no hay grandes evidencias a favor de esta opinin. Los creyentes no rechazaron el nombre. Era cierto que se hallaban en el ejrcito del Seor, y revestidos con toda la armadura de Dios. (Vea Efesios 6:11-18.) Sin embargo, se debe tener en cuenta que el trmino "cristiano" slo se vuelve a usar en el Nuevo Testamento en Hechos 26:28 y en 1 Pedro 4:16. La mayor parte del tiempo, los creyentes se siguieron considerando los discpulos, los hermanos, los santos, los del Camino, o los siervos (esclavos) de Jess. Agabo profetiza una gran hambre (11:27-30)

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"En aquellos das unos profetas descendieron de Jerusaln a Antioqua. Y levantndose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espritu, que vendra una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedi en tiempo de Claudio. Entonces los discpulos, cada uno conforme a lo que tena, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en efecto hicieron, envindolo a los ancianos por mano de Bernab y de Saulo". Las diversas asambleas de creyentes siguieron en contacto unas con otras. Despus de Bernab, hubo otros que llegaron desde Jerusaln para animar a los creyentes de Antioqua. De hecho, cuando estaba terminando el primer ao de Saulo en Antioqua, llegaron varios profetas de Jerusaln. Estos eran hombres usados de forma constante en el ministerio del don de profeca para edificacin (para construir espiritualmente y confirmar en la fe), exhortacin (para despertar, dar valor y alentar a cada creyente a ir ms all en su fidelidad y su amor), y consolacin (para alegrar, reavivar y alentar la esperanza y la expectacin). Por tanto, su ministerio tena que ver con las necesidades de los creyentes a los que ministraban. Algunas veces, reforzaban sus exhortaciones con una prediccin sobre el futuro. Esto era ms la excepcin que la regla, no obstante. La profeca en la Biblia siempre en primer lugar "habla a nombre de Dios" (habla lo que El quiere, sea cual sea su mensaje), ms que predecir el futuro. Pero en esta ocasin, Agabo, uno de aquellos profetas, se puso de pie e indic por una palabra procedente del Espritu (una manifestacin del don de profeca dado directamente por el Espritu en su propio idioma) que vendra una gran hambre en toda la tierra habitada. Para ellos, esto equivala al Imperio Romano. Aquella hambre sucedi en tiempos de Claudio Csar (41-54 d.C.). Como los discpulos de Antioqua sentan gratitud por las bendiciones y la enseanza que les haban llegado de Judea, decidieron que cada uno de ellos contribuira de acuerdo con su capacidad (segn era prosperado), y enviaron su socorro. Esto lo hicieron, envindolo no a los apstoles, sino a los ancianos de Jerusaln, por medio de Bernab y Saulo. Probablemente fuera alrededor del ao 46 d.C., cuando la Judea era azotada de forma especialmente dura por el hambre.

20.

CAPITULO 8: LIBRADO DE LA MANO DE HERODES


Lase Hechos 12:1-24.

Preguntas de Preparacin

1. Por qu Heredes comenz a perseguir a los apstoles?

2. En qu forma fue rescatado Pedro de la crcel?

3. Cmo fue castigado Herodes?

Introduccin

Los captulos 8 al 12 es la segunda parte de las tres, en que se divide el libro de los Hechos. Trata de la extensin del evangelio en Judea y Samaria. Presentan el perodo de transicin de una iglesia cristiana de judos a una iglesia cristiana de gentiles. Ya hemos visto cmo el evangelio alcanz a los samaritanos, a un proslito etope, a un centurin romano, y a los gentiles de Antioquia. A primera vista puede parecer que esta leccin no contribuye en nada a esta transicin, pero en realidad, s lo hace. Aunque aqu no se relata ninguna mayor

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extensin del evangelio, sin embargo vemos cmo fueron debilitndose los lazos que unan a los cristianos judos, con la antigua religin judaica.

1. La Persecucin

Aquella persecucin que tuvo su principio en el martirio de Esteban y termin con la conversin de Saulo, fue sucedida por una poca de paz. Pero en el ao 44 d.C., Herodes Agripa I, que era el rey sobre toda la tierra de Palestina, inici una nueva persecucin de los cristianos. Esta segunda persecucin fue diferente a la primera. En aquella, aunque los cristianos helenistas haban tenido que huir, los apstoles haban podido permanecer en Jerusaln. Ahora en esta persecucin iniciada por Herodes, los apstoles eran el blanco principal. Jacobo, hijo de Zebedeo, fue capturado por Herodes y decapitado. "Y viendo que esto haba agradado a los judos, procedi a prender tambin a Pedro" (12:3).

Por qu agrad a los judos esta ejecucin? Anteriormente vimos que el pueblo judo respetaba mucho a los cristianos. Sin embargo, con el paso de los aos, la gente se fue olvidando de los milagros de aquellos primeros das despus de Pentecosts. Luego al llegarse a conocer las noticias de que Pedro realmente haba comido con los gentiles, los judos se volvieron ms y ms en contra de los cristianos.

Pedro fue encarcelado, bajo fuerte guardia de los soldados romanos. Durante la noche, que supuestamente iba a ser su ltima aqu en la tierra, Pedro fue despertado por el toque y la voz de una persona. A su lado estaba un ngel. Siguiendo sus instrucciones, Pedro sigui al ngel pasando por las rejas de la crcel hasta salir a la calle. Pedro sinti que todo era un sueo, pero luego al desaparecer el ngel, se dio cuenta de que en verdad estaba libre. Inmediatamente se present en la casa donde los cristianos estaban orando por l, para demostrarles que Dios les haba contestado sus oraciones. Luego sali de la ciudad buscando un lugar ms seguro. Es interesante recordar que anteriormente, cuando los discpulos fueron sacados de la crcel y se les dijo que fueran de nuevo a predicar en el templo (Hechos 5), lo hicieron. Pero ahora, Pedro no puso en peligro su vida innecesariamente quedndose en Jerusaln. Ya que Dios no orden nada en contra, Pedro hizo uso de su sentido comn y sali de la ciudad.

2. Herodes

Al descubrirse la huida de Pedro, Herodes descarg toda su furia contra la guardia. Sin duda el rey pens que haba habido alguna cooperacin interior que ayud a Pedro a escapar. Se llev a la guardia a ser castigada, probablemente con el mismo castigo que Herodes haba planeado para Pedro.

Lucas nos relata la muerte de Herodes. Este rey no solamente haba alzado su mano contra la iglesia de Dios, sino tambin le haba blasfemado. Ciertos embajadores de Tiro y de Sidn le haban aclamado como un dios, pues estaban ansiosos de ganar su favor. Herodes acept esta aclamacin sin hacer nada para detenerla o negarla. Dios pues le castig y Herodes muri no mucho despus.

La forma en que muri Herodes es confirmada por el historiador judo Josefo, quin da ms detalles que Lucas, pero, en esencia, cuenta lo mismo. Lucas aade una cosa que Josefo no dice. Lucas correctamente seala que la muerte de Herodes era el castigo divino por su impiedad. Al ponerse este relato al lado del de la libertad de Pedro de la crcel, vemos claramente cmo Dios salva a su pueblo y cmo tambin castiga a sus enemigos.

21.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 12

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La conversin de Cornelio y la difusin del Evangelio entre los gentiles de Antioqua le dio una nueva direccin a la Iglesia. Como hemos visto en el captulo 11, los judos creyentes de Jerusaln le presentaron su apoyo y le infundieron alientos a este nuevo desarrollo de la obra. Aunque ellos siguieran teniendo cuidado en observar las leyes y las costumbres de los judos, los gobernantes y dirigentes deben haberse dado cuenta de lo que estaba sucediendo fuera de Jerusaln. Durante algn tiempo no haba existido persecucin alguna para los creyentes en Jerusaln. En realidad, la persecucin nunca fue constante en los tiempos de la Iglesia primitiva, ni bajo los romanos ms tarde. Pero los dirigentes judos de Jerusaln siempre consideraron a la Iglesia como una amenaza. Tambin conocan muy bien el ministerio de los apstoles, y vean cmo muchos miles los seguan y se convertan al Seor. Herodes mata a Jacobo (Santiago) (12:1, 2) En aquel mismo tiempo el rey Heredes ech mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mat a espada a Jacobo, hermano de Juan. Desde el ao 6 d.C. hasta el 41, Judea fue gobernada por procuradores enviados por el emperador romano. Estos hombres nunca fueron populares. Pilato especialmente, haba levantado la clera de los lderes judos de muchas maneras. Hasta haba tomado dinero del tesoro del Templo para construir un acueducto para Jerusaln. En el ao 41 d.C., el emperador uni la Judea al territorio del rey Heredes Agripa I, quien es el rey Heredes de este captulo. Este Heredes era un nieto del idumeo (edomita) Heredes el Grande y de su esposa Mariamne, princesa juda de la familia asmonea (macabea). Por ser Heredes Agripa I amigo de los emperadores romanos. Gayo lo hizo rey de parte de Siria en el ao 37 d.C. Despus, en el ao 39 d.C., le dio tambin Galilea y Perea, despus de enviar al exilio a Heredes Antipas, el Heredes que haba matado a Juan el Bautista. (Heredes Antipas era to de Heredes Agripa I.) Cuando Heredes Agripa I se convirti en rey de Judea y Jerusaln, hizo todo lo que estuvo en su mano para ganarse y asegurarse el favor de los judos. A diferencia de la mayora de los Heredes, practicaba fielmente las formalidades de la religin juda. Es evidente que l tambin haba visto y odo lo suficiente de parte de los dirigentes judos para conocer sus temores y frustraciones con respecto a los apstoles y a la Iglesia. Sin duda, oira cmo el Sanedrn haba amenazado a los apstoles, y cmo ellos haban seguido predicando a Jess. Fue entonces, en algn momento de los primeros tiempos de su reinado, cuando decidi tomar las medidas necesarias para demostrar que era rey y que poda hacer ms que limitarse a amenazar. As fue como ech mano (arrest) a algunos de la Iglesia con la intencin de maltratarlos. Entre ellos se hallaba el apstol Jacobo, o Santiago, hermano de Juan e hijo de Zebedeo. Los dos hermanos y Pedro haban constituido el crculo ntimo de Jess entre sus discpulos mientras El ministraba en la tierra. Lucas no nos da detalles, pero no parece que se haya hecho juicio alguno. A Jacobo no se le dio oportunidad ni de dar testimonio de su fe. Heredes simplemente lo hizo matar (asesinar) con una espada. ! Herodes arresta a Pedro (12:3-6) Y viendo que esto haba agradado a los judos, procedi a prender tambin a Pedro. Eran entonces los das de los panes sin levadura. Y habindole tomado preso, le puso en la crcel, entregndole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se propona sacarle al pueblo despus de la pascua. As que Pedro estaba custodiado en la crcel; pero la iglesia haca sin cesar oracin a Dios por l. Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la crcel. El asesinato de Jacobo agrad (complaci, fue bien aceptado) a los dirigentes judos y a sus amigos. Nunca haban olvidado la forma en que los apstoles los haban desafiado. Adems, puesto que la mayora de estos dirigentes eran saduceos, no les gustaban las enseanzas de los cristianos. Queran que se les frenara.

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Cuando Herodes vio lo complacidos que estaban, procedi a arrestar a Pedro, que era el ms lanzado de todos los apstoles. Pero este arresto tuvo lugar durante los siete das de la fiesta del pan sin levadura. Estos das iban unidos a la fiesta de la Pascua en aquellos tiempos, y los ocho das reciban el nombre de Pascua (comenzaban con el 14 de Misan, que en nuestro calendario vara entre marzo y abril). Nuestra versin traduce correctamente "los das de los panes sin levadura", mientras que otras, como la versin King James (del rey Jaime) inglesa traducen la palabra pascha, versin aramea del hebreo pesakh, como "pascua". Sin embargo, lo que se quiere significar es la combinacin de la pascua y de los panes zimos o sin levadura. No se nos dice por qu Herodes decidi esperar hasta que pasaran los das de pascua para presentar a Pedro 2 ante el pueblo. Los lderes judos no dudaron en hacer matar a Jess durante aquellas mismas fiestas. Posiblemente Heredes quisiera demostrarles lo estrictamente que guardaba la pascua. Tambin es posible que haya querido esperar hasta que la mayora de la multitud regresara a sus hogares, por temor a que hubiera algn motn que no fuera capaz de controlar. Otros sugieren que quera tener toda la atencin del pueblo para la exhibicin que quera hacer. Cualquiera que fuera la razn. Heredes puso en prisin a Pedro bajo fuerte vigilancia, entregndolo a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno. Mientras tanto, la Iglesia oraba continua y ardientemente a Dios a favor de Pedro. Podemos estar seguros de que oraba para que tuviera fortaleza y pudiera dar testimonio, adems de orar por su liberacin. La noche anterior al da en que Herodes pensaba sacarlo para hacerle juicio, sentenciarlo y ejecutarlo, Pedro se hallaba profundamente dormido. Debe haber puesto su situacin en manos del Seor; aun cuando esperaba tener que enfrentarse a la ejecucin al da siguiente, pudo dormir pacficamente. Tena a Cristo consigo. Morir hubiera significado solamente estar ms cerca de El an. (Compare con Filipenses 1:21.) Los primeros creyentes estaban tan llenos del Seor, que no teman a la muerte. Ciertamente, la situacin de Pedro pareca sin esperanza en lo natural. Dos cadenas lo ataban a los dos soldados que dorman uno a cada lado de l; frente a la puerta haba guardas que vigilaban la prisin. Seguramente Heredes habra conocido la forma en que los apstoles haban escapado de la prisin anteriormente, y por eso no quera correr riesgos. Un ngel rescata a Pedro (12:7-19) "Y he aqu que se present un ngel del Seor, y una luz resplandeci en la crcel; y tocando a Pedro en el costado, le despert, diciendo: Levntate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. Le dijo el ngel: Cete, y tate las sandalias. Y lo hizo as. Y le dijo: Envulvete en tu manto, y sgueme. Y saliendo, le segua; pero no saba que era verdad lo que hacia el ngel, sino que pensaba que vea una visin. Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la dudad, la cual se les abri por s misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ngel se apart de l. Entonces Pedro, volviendo en s, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Seor ha enviado su ngel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judos esperaba. Y habiendo considerado esto, lleg a casa de Mara la madre de Juan, el que tena por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. Cuando llam Pedro a la puerta del patio, sali a escuchar una muchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoci la voz de Pedro, de gozo no abri la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. Y ellos le dijeron: Ests loca. Pero ella aseguraba que as era. Entonces ellos decan: Es su ngel! Mas Pedro persista en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atnitos. Pero l, hacindoles con la mano seal de que callasen, les cont cmo el Seor le haba sacado de la crcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y sali, y se fue a otro lugar. Luego que fue de da, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qu haba sido de Pedro. Ms Herodes, habindole buscado sin hallarle, despus de interrogar a los

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guardas, orden llevarlos a la muerte. Despus descendi de Judea a Cesarea y se qued all". De pronto, se present un ngel del Seor ante Pedro. Una luz resplandeci en la prisin; posiblemente surgiera de la persona del ngel, o quiz fuera una manifestacin distinta, para que Pedro pudiera ver lo que tena que hacer. Entonces el ngel lo toc fuertemente en un costado, lo despert y le dijo que se levantara pronto. (El verbo griego no significa que el ngel lo haya levantado, sino simplemente que lo despert.) Al mismo tiempo, las cadenas cayeron de sus muecas. Despus de obedecer la orden del ngel de ceirse la tnica con el cinturn, ponerse las sandalias y envolverse en su manto, lo sigui y salieron. Sin embargo, durante todo este tiempo, l no saba realmente que era cierto lo que estaba sucediendo. Pensaba que estaba viendo un sueo o una visin. Tampoco los guardas estaban conscientes de lo que estaba sucediendo, ni vean al ngel. Despus de pasar por dos puertas con sus guardas (lo cual es seal de que Pedro estaba en la prisin ms interior), la gran puerta de hierro que daba a la ciudad (a la calle) se abri sola. Entonces, despus de que el ngel lo guiara por una de las estrechas calles (probablemente a todo lo largo de una de ellas), se apart de l sbitamente (y desapareci). Hasta que el ngel no se hubo ido, y Pedro se encontr solo en la calle, no recuper la conciencia, ni se dio cuenta de que el Seor haba enviado realmente a su ngel para rescatarlo del poder de Heredes y de lo que el pueblo judo estaba esperando. Esto es, de la esperanza de que Heredes le hiciera lo que ya le haba hecho al apstol Jacobo. Despus de darse cuenta de todo esto, Pedro se dirigi a la casa de Mara, la madre de Juan Marcos. (Marcos era un nombre latino aadido.) All, haba un considerable nmero de creyentes reunidos en oracin. Notemos que despus de varios das, todava seguan orando da y noche por Pedro. La oracin fiel era una de las seales de la Iglesia primitiva. La casa de la madre de Marcos era grande y tena un pasillo que iba desde la calle hasta el interior de la casa, donde se hallaban reunidos los creyentes. El hecho de que una joven esclava. Rod (en griego, "rosal"), saliera a la puerta cuando Pedro llam, nos muestra que tambin era una casa rica. Es evidente que serva de ordinario como lugar de reunin para un gran grupo de creyentes. Pedro saba que encontrara gente all. Sin duda senta que tena una relacin especial con este grupo, porque Marcos se haba convertido bajo su ministerio, y haba recibido de l un entrenamiento especial. (Vea 1 Pedro 5:13, donde Pedro llama a Marcos "mi hijo", en el sentido de "mi estudiante".) Cuando Pedro toc a la pesada puerta de entrada del patio (esto es, la entrada al pasillo que conduca al patio interior de la casa). Rod contest. El sonido de la familiar voz de Pedro la llen de un regocijo tal, que en su emocin no abri la puerta. En cambio, corri adentro y les anunci la presencia de Pedro a los creyentes que estaban reunidos. Ellos le dijeron que estaba loca, absolutamente enajenada. Pero ella sigui afirmando categricamente que as era. Algunos judos tenan la tradicin de que un ngel guardin poda tomar la forma de una persona. No hay fundamento bblico alguno en absoluto para una enseanza as, pero Lucas relata lo que dijeron en ese momento, para demostrar que pensaban que Pedro ya estaba muerto. Aunque oraban da y noche por su libertad, no podan creer que se haba producido realmente. Haban pasado varios aos desde la ocasin anterior en que los apstoles haban sido liberados de la prisin. Pero no era slo el tiempo transcurrido lo que haba embotado su fe. La sacudida de la muerte de Jacobo les haca preguntarse si quiz el Seor no permitira que Pedro fuera asesinado tambin. Jess le haba indicado a Pedro que tendra muerte de mrtir cuando fuera anciano (Juan 21:18, 19). Sin embargo. Jess no dijo qu edad tendra, y Pedro era mayor que los dems apstoles en edad. En realidad, la Biblia no da explicacin de por qu Dios dej que mataran a Jacobo en este momento, y sin embargo rescat a Pedro. Podemos estar seguros de que en su divina sabidura. El saba que el trabajo de Jacobo estaba terminado, y Pedro todava haca falta sobre la tierra. Dios hace bien todas las cosas!

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Mientras segua toda esta discusin en el grupo de oracin, Pedro segua de pie afuera, llamando a la puerta. Probablemente no llamara muy alto, para no despertar al vecindario, no fuera a ser que alguien diera la alarma. Pero finalmente abrieron la puerta, y al verlo se quedaron todos atnitos y asombrados. Segn se ve, comenzaron a gritar de emocin. Pero Pedro les hizo seal con la mano de que guardaran silencio y les relat cmo el Seor lo haba sacado de la prisin. Despus les dijo que informaran de todo aquello a Jacobo (el hermano de Jess) y a los hermanos; esto es, a los principales creyentes asociados a Jacobo, posiblemente ancianos de grupos que se reunan en otras casas. No hay duda de que se estaban llevando a cabo otras reuniones de oracin bajo la direccin de Jacobo y de los dems ancianos de la Iglesia. Jacobo les dara a los dems la noticia de la liberacin de Pedro. Entonces Pedro, sabiendo que al amanecer los hombres de Herodes comenzaran a buscarlo, se fue a otro lugar (fuera de Jerusaln). No le dijo a nadie a dnde iba, para que pudieran decir con honradez que no saban dnde se hallaba. De este relato deducimos tambin que el lugar de liderazgo dado a Jacobo era cada vez ms importante. Quiz se debiera en parte al hecho de que fuera hermano de Jess. Pero Jess tena otros hermanos; no hay evidencia de que ninguno de ellos llamara la atencin sobre su parentesco con Jess, o de que trataran de sacarle partido en forma alguna. Tanto Jacobo como Judas en sus epstolas se refieren a s mismos dndose simplemente el ttulo de siervos (esclavos) del Seor Jess. Jacobo sigui siendo uno de los principales ancianos de la Iglesia en Jerusaln, hasta que fue apedreado a muerte en el ao 61 d.C., poco despus de la muerte de Festo. Esto estremeci a la mayora de los judos en Jerusaln, porque aun los que no haban aceptado a Cristo tenan a Jacobo en gran honor, y agradecan su mucha oracin por el pueblo. S da la impresin de que, despus de aparecrsele Jess a Jacobo (1 Corintios 15:7), ste gan a sus dems hermanos para el Seor, y entonces todos ellos recibieron enseanza de los apstoles. Desde aquel momento, se entregaron a la oracin y a servir a los dems. Especialmente Jacobo parece haber crecido espiritualmente a pasos agigantados. Una tradicin posterior afirma que tena callosidades como las de los camellos en sus rodillas, y que hizo hoyos en un piso de piedra arrodillndose continuamente en el mismo lugar. Todos estn de acuerdo en que la oracin y los dones del Espritu hicieron de l un lder espiritual. Al amanecer, no fue poco el alboroto que hubo entre los soldados, mientras trataban de averiguar qu haba sido de Pedro. Aunque Heredes hizo que se le buscara cuidadosamente, no se le hall por ninguna parte. Entonces Herodes llam a los guardas para un interrogatorio previo, pero no les hizo un juicio formal. En cambio, hizo que se los llevaran y los ejecutaran sumariamente. (La ley romana castigaba a un guarda con el mismo castigo que el prisionero escapado hubiera recibido.) Despus de aquello, probablemente enojado, molesto y desanimado, Herodes sali de Judea (esto es, de Jerusaln) y se fue a la otra capital de la provincia, que estaba en la costa del mar (Cesarea), donde se qued. Senta que haba sido deshonrado en Jerusaln, y nunca regres a la ciudad. La muerte de Herodes (12:20-24) "Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidn; pero ellos vinieron de acuerdo ante l, y sobornado Blasto, que era camarero mayor del rey, pedan paz, porque su territorio era abastecido por el del rey. Y un da sealado, Herodes, vestido de ropas reales, se sent en el tribunal y les areng. Y el pueblo aclamaba gritando: Voz de Dios, y no de hombre! Al momento un ngel del Seor le hiri, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expir comido de gusanos. Pero la palabra del Seor creca y se multiplicaba". En aquellos momentos, y probablemente por algn tiempo ya, Herodes estaba sumamente furioso con Tiro y Sidn, prcticamente a punto de hacer estallar la guerra, aunque no se hubiera permitido que esto sucediera entre dos provincias o dependencias romanas. Para tratar de tranquilizarlo, los dirigentes de Tiro y Sidn se reunieron, se pusieron de acuerdo y fueron ante Herodes. Pero primero, hicieron amistad con Blasto, el camarero mayor del rey, quien era uno de los consejeros y confidentes de Herodes. Usando su influencia, pidieron paz para ellos. Tenan una buena razn: Tiro y Sidn se

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hallan en una estrecha faja de tierra entre las montaas y el mar, y tenan muy poca zona cultivable; debido a esto, dependan de Palestina en cuanto a sus alimentos. (Vea 1 Reyes 5:11; Esdras 3:7; Ezequiel 27:17.) Tambin se indica que Bernab y Saulo se hallaban en Jerusaln en aquellos momentos, con la colecta que haban trado para aliviar el hambre. Es posible que esta hambre hubiera estado afectando a Tiro y a Sidn tambin, de manera que han de haber estado desesperados por compartir los alimentos producidos en Palestina. Herodes respondi positivamente, y los lderes, sin duda acompaados por numerosas personas de Tiro y de Sidn, se reunieron en Cesarea en un da sealado. El anfiteatro abierto de estilo griego, situado junto al mar Mediterrneo en las ruinas de la antigua Cesarea, es an una maravilla de buena acstica. Es probable que la multitud se reuniera all. Entonces apareci Herodes en el escenario con sus ropas reales. Segn el historiador judo Josefo, el ropaje exterior era de plata (adornado con plata, o tejido con verdaderos hilos de plata). Josefo aade tambin que los rayos del sol se reflejaban en el manto de plata de Herodes. Despus de sentarse en un trono elevado, Herodes comenz una arenga (un discurso) a la multitud de Tiro y Sidn reunida. Aquellas personas hablaban griego y haban adoptado la cultura y la idolatra de los griegos. En respuesta al discurso de Herodes, comenzaron a gritar: "Voz de Dios (de un dios), y no de hombre!" Herodes no se opuso a esto, ni le dio al verdadero Dios gloria alguna. Inmediatamente, un ngel del Seor lo hiri. Fue comido por gusanos y muri (expir). Josefo aade que Herodes estuvo cinco das con dolores de agona en el abdomen. Esto est de acuerdo con el texto, que slo dice que fue herido de inmediato, y no que muriera en aquel mismo lugar. Esto sucedi en el ao 44 d.C. Despus de aquello, los emperadores romanos volvieron a nombrar procuradores para gobernar la Judea. Nada de esto fue obstculo para el continuo crecimiento de la Iglesia o para la difusin del Evangelio en Palestina. A pesar de la muerte de Jacobo, el arresto de Pedro, la actitud de Herodes y su muerte, "la palabra del Seor creca y se multiplicaba". Bernab y Saulo regresan a Antioqua (12:25) "Y Bernab y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusaln, llevando tambin consigo a Juan, el que tena por sobrenombre Marcos". Parece posible que Bernab y Saulo estuvieran en Jerusaln al menos durante las fiestas de Pascua, cuando estos sucesos tuvieron lugar. Otros, puesto que Josefo seala que el hambre tuvo lugar en el ao 46 d.C., dos aos despus de la muerte de Herodes, sugieren que la visita de Pablo y Bernab no fue hasta esa fecha. Aunque la fecha no sea cierta, se ve claramente que Saulo y Bernab cumplieron con su ministerio y les entregaron la ayuda a los ancianos de Jerusaln. Despus, regresaron a Antioqua, llevando consigo a Juan Marcos para que los ayudara en el ministerio de la Iglesia en Antioqua. Colosenses 4:10 nos dice que Marcos era "sobrino" (literalmente, primo) de Bernab. La mencin de Marcos y del regreso a Antioqua les sirve de introduccin a los sucesos del captulo 13.

22.

CAPITULO 9: APARTADME A BERNAB Y A SAULO


PARTE 2

LA EXTENSIN DEL MINISTERIO DE CRISTO

Lase Hechos 12:25-13:12.

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Preguntas de Preparacin

1. Cul es el significado de la ltima seccin del libro de Hechos?

2. Cmo empez la obra misionera entre los gentiles?

3. En qu forma se manifest el poder del Espritu Santo?

Introduccin

Con esta leccin entramos al estudio de la segunda seccin del libro de Hechos, segn lo divide Lucas en Hechos 1:8.

Ya hemos visto cmo se extendi el evangelio, primero en Jerusaln y despus en Judea y en Samaria. Ahora Lucas presenta la difusin del evangelio hasta lo ltimo de la tierra.

1. El Retorno Desde Jerusaln

La iglesia de Antioquia haba escogido a Bernab y a Saulo para llevar a Jerusaln el dinero que haba recogido para ayudar en este tiempo de hambre. Estos deban entregar el dinero a los ancianos. Era el ao 46 d.C., unos aos despus de que Pedro fuera librado de la crcel y despus de la muerte de Hero-des. La iglesia de Antioquia haba recolectado ese dinero con todo tiempo para estar en condicin de proporcionar la ayuda necesaria a los cristianos de Jerusaln.

Por lo que leemos en Hechos 11:30, descubrimos un cambio que se haba hecho en la iglesia de Jerusaln. En el principio, los nicos oficiales de de la iglesia haban sido los apstoles. Luego, se eligi a los diconos para encargarse de la obra caritativa entre las viudas. Ahora en este pasaje leemos acerca de los ancianos, los cuales aparecen gobernando a la iglesia. El gobierno en la iglesia se fue desarrollando segn las necesidades que present el crecimiento del nmero de los cristianos. Por este tiempo la iglesia de Jerusaln ya estaba completamente separada de las sinagogas judas.

Despus de cumplir con su misin, Bernab y Saulo regresaron a Antioquia. Llevaron con ellos a Juan Marcos, e sobrino de Bernab. La madre de Juan Marcos haba sido una creyente por mucho tiempo, puesto que haba sido la casa de ella donde se reunieron los discpulos para orar cuando Pedro fue librado de la crcel. Juan Marcos fue probablemente el joven mencionado en Marcos 14:51, 52, que huy en la oscuridad dejando su sbana en manos de los que vinieron a prender a Jess. Se supone adems y esto sin forma de comprobarlo que el Aposento Alto, donde Jess instituy la Santa Cena, estaba en la misma casa de la madre de Marcos.

2. Llamados por el Espritu

Ya para estas fechas, la iglesia de "Antioquia" tena varios "profetas" y "maestros". Estos trabajaron juntos en la iglesia, ministrando la Palabra de Dios. Creemos, por el hecho de que ellos ayunaron, o sea, se limitaron en su comida y su bebida a fin de poder concentrarse en las cosas de Dios, que estas personas estaban dedicadas totalmente a este ministerio. As ayunando y ministrando, el Espritu Santo les dijo: "Apartadme a Bernab y a Saulo para la obra a que los he llamado" (13:2). Quiz el Espritu haya hablado a uno de los "profetas", y ste a su vez dio el mensaje a los dems.

Este llamamiento especial de Bernab y Saulo fue motivo de ms ayuno y oracin. Despus los profetas y maestros impusieron las manos sobre los dos que estaban saliendo de entre ellos, dando a conocer de esta forma que la iglesia de Antioquia estaba enviando a Bernab y a Saulo como representantes suyos. Aunque la iglesia los enviaba, de hecho era el Espritu Santo el que les haba escogido y el que les haba hecho el llamamiento. El Espritu Santo obra generalmente a travs de la iglesia de Cristo.

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3. El Nuevo Trabajo

Bernab y Saulo saban exactamente lo que tenan que hacer. El mismo Espritu que les haba llamado, les gui en su camino. Fueron primero a Seleucia, el puerto de Antioquia, donde embarcaron para ir a la isla de Chipre, la tierra natal de Bernab.

El evangelio no era desconocido en la isla de Chipre. La misma dispersin de los discpulos que llev el evangelio a Antioquia, lo hizo llegar a Chipre (11:19). De hecho, los discpulos que primero predicaron a los gentiles en Antioquia, eran hombres de Chipre y de Cirene (v. 20). Sin embargo, seguramente restaba mucho por hacer en esta isla, y Bernab y Saulo predicaron el evangelio ah, desde una punta de la isla hasta la otra.

Bernab y Saulo, al principio de su ministerio, siguieron el plan que Pablo explic ms tarde en palabras de Romanos 1:16 "al judo primeramente". As, fueron a la sinagoga en Salamina y predicaron a los judos que ah adoraban a Dios. Aunque no existe ninguna indicacin de qu fue lo que ellos predicaron, seguramente su mensaje era el mismo que se encuentra en otros captulos de Hechos. Relataron la historia de Jess, dando nfasis a su muerte y resurreccin, y mostraron que todo ello era el cumplimiento del Antiguo Testamento. Juan Marcos iba con ellos como ayudante, y debi haberles sido de gran utilidad. Ya que l haba vivido en Jerusaln precisamente durante los das de la crucifixin y la resurreccin de Jess, Marcos estaba capacitado para darles muchos detalles acerca de Jess, por su propia experiencia.

4. Elims el Mago

Cruzando la isla de oriente a poniente, este grupo misionero lleg a la ciudad de Pafos, en la que radicaba el procnsul romano. Su nombre era Sergio Paulo, y ste llam a Bernab y a Saulo porque quera escuchar la predicacin de ellos. Qued muy impresionado con el evangelio de Cristo. Esto molest a Elimas, un mago judo agregado a la corte del procnsul. Sabiendo que si Sergio Paulo llegaba a aceptar el evangelio, su propia influencia como mago sera afectada, Elimas intent apartar al procnsul de la fe.

Hasta aqu Bernab haba sido el lder del grupo. Pero ahora Saulo se enfrenta a Elimas, y le acusa de estorbar la obra del Seor. Siendo Elimas un judo, conoca el Antiguo Testamento y conoca al Dios vivo y verdadero, pero haba aceptado una religin falsa. Pablo le dice: "Ahora, pues, he aqu la mano del Seor est contra ti, y sers ciego, y no vers el sol por algn tiempo" (13:11). Pablo saba por propia experiencia, que la ceguera fsica podra conducir a una luz espiritual. Pablo fue guiado por Dios cuando dijo esto ya que inmediatamente sus palabras se cumplieron. El procnsul qued maravillado. Una manifestacin de tal poder de Dios le transform de un simple oyente impresionado, a un creyente confirmado. El intento de Satans de estorbar la obra de los misioneros, se torn en una victoria maravillosa para el evangelio de Cristo.

23.

CAPITULO 10: NOS VOLVEMOS A LOS GENTILES


Lase Hechos 13:13-52.

Preguntas de Preparacin

1. Qu cambios hubo cuando los misioneros salieron de Chipre?

2. Cmo present Pablo a Jess a los judos de Antioquia de Pisidia?

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3. Cul fue el resultado del ministerio en Antioquia?

Introduccin

Despus de la conversin de Sergio Paulo, los misioneros dieron un paso atrevido. En Chipre el evangelio haba sido predicado antes de la llegada de ellos, pero ahora salieron de Chipre para entrar a una regin donde nunca antes haba sido predicado el evangelio.

1. Perge

Los misioneros navegaron unos 300 kilmetros al norte de Chipre, hasta llegar al Asia Menor (hoy Turqua), y arribaron a Perge. Este primer paso de su viaje llama la atencin por varias razones. Corno ya sealamos, estaban entrando a una regin completamente nueva para el evangelio, adems la direccin de la obra comienza a pasar de Bernab a Pablo; donde antes deca Lucas, "Bernab y Saulo", ahora lo cambia para poner primero el nombre de Pablo, y despus los de sus compaeros.

Fue en Perge donde Juan Marcos dej a los misioneros y regres a Jerusaln. No sabemos por qu lo haya hecho, pero segn Hechos 15:28, vemos que Pablo lo tom como un abandono.

Parece que los misioneros no predicaron en Perge, sino mas bien continuaron hasta Antioquia de Pisidia, donde empezaron sus labores evangelsticas en Asia Menor.

2. La Sinagoga en Antioquia

Siendo la misma costumbre establecida desde Chipre, Pablo y Bernab fueron primero a la sinagoga, en el da de reposo. La sinagoga tena un orden de culto bastante flexible. Era la costumbre de que, despus de la lectura de las Escrituras, el que presida invitara a cualquier judo visitante a que diera unas palabras de exhortacin. A esta invitacin Pablo respondi inmediatamente, predicando tanto a los judos como a los gentiles "temerosos de Dios".

El sermn que predic Pablo en esta ocasin, es muy semejante al que predic Pedro en el da de Pentecosts. Es muy posible que esta forma la usaran los apstoles al predicar a los judos. Primeramente hacan un repaso de los grandes acontecimientos del Antiguo Testamento, en los cuales resaltaban la salvacin de Dios; la eleccin de Israel; el xodo de Egipto; la instalacin de Israel en Canan y la provisin de los gobernantes, culminando con la persona de David. De este pensamiento Pablo brinc directamente a Jess, el hijo de David, el Salvador prometido por Dios. El fue Aqul cuya senda prepar Juan el Bautista. No obstante haber sido rechazado por los gobernantes judos y muerto en el madero, Dios lo levant de entre los muertos y lo present vivo a los discpulos. Entonces Pablo procedi a demostrar que todo esto concordaba con las profecas del Antiguo Testamento. Por medio de la muerte y la resurreccin de Cristo, los hombres podan ser justificados de todo pecado; lo cual no era posible por medio de la ley de Moiss.

Al estar predicando Pablo, es muy posible que se haya fijado que haba algunos que no queran aceptar el mensaje cristiano, ya que concluy con una amonestacin de los profetas sobre los peligros que acarrea la incredulidad. Pero por lo general, Pablo obtuvo una respuesta excelente. Muchos, tanto judos como griegos, le rodearon a l y a Bernab, ansiosos de aprender ms acerca de Jess. Hubo un deseo general de que Pablo y Bernab predicaron otra vez el siguiente sbado.

3. El Siguiente Da de Reposo

Durante la semana se extendi por toda Antioquia el nuevo mensaje. Al llegar el da de reposo, los judos se sorprendieron al ver en la sinagoga un nmero impresionante de gentiles. Podramos decir que los judos se deban haber regocijado; pero debemos recordar que los celos son una reaccin muy fcil de provocar. En este da de reposo, los judos no

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permanecieron quietos mientras predic Pablo. Le contradijeron y hablaron en contra del evangelio cristiano. Ante esta resistencia, Pablo y Bernab contestaron con audacia y valor. "A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desechis, y no os juzgis dignos de la vida eterna, he aqu, nos volvemos a los gentiles" (13:46). Cumplieron con su promesa, y los gentiles recibieron con gozo el mensaje de la gracia de Dios. Aqullos que Dios haba escogido en Antioquia para recibir la vida eterna, respondieron en fe (creyeron) (v. 48). No solamente creyeron ellos en Cristo, sino que tambin salieron a difundir el mensaje en toda esa regin.

El hecho de que los gentiles aceptaron el evangelio, caus mucho enojo entre los judos. Estos gentiles se haban interesado en el judasmo, en su mayor parte. Haban sido una esperanza de que llegasen a ser proslitos y miembros de la sinagoga. Ahora, eran arrebatados por unos predicadores ambulantes. Por lo tanto, los judos provocaron una persecucin en contra de Pablo y Bernab, hasta que fueron echados de la ciudad. Seguramente los nuevos creyentes resintieron de alguna manera esta persecucin, mas no se desanimaron por ello. Dice el v.52: "estaban llenos de gozo y del Espritu Santo".

24.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 13 Este captulo nos lleva a otro paso importante en el progreso del Evangelio. Hasta este momento, era llevado a nuevos lugares por aquellos que se dispersaban. Pero no haba nadie que se entregara especficamente a la labor de ir a nuevos lugares para comenzar y organizar asambleas nuevas. El envo de Bernab y Saulo (13:1-3) "Haba entonces en la iglesia que estaba en Antioqua, profetas y maestros: Bernab, Simn el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manan el que se haba criado junto con Heredes el tetrarca, y Saulo. Ministrando stos al Seor, y ayunando, dijo el Espritu Santo: Apartadme a Bernab y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron". Al llegar este momento. Dios haba suscitado en la creciente iglesia de Antioqua otros adems de Bernab y Saulo, para que ayudaran en el ministerio. Aqu se les llama profetas y maestros. Como profetas, eran usados por el Espritu para dar edificacin, exhortacin y consolacin o nimo. Como maestros, recibieron dones del Espritu Santo que les permitiran ensear con eficacia la Palabra de Dios. Entre ellos estaba Simn o Simen, llamado Niger. Este nombre era comn en hebreo; Niger significa negro. Algunos escritores creen que era hijo de un judo casado con una mujer de color. Otros especulan que puede haber sido Simn el Cireneo, el que llev la cruz (Marcos 15:21; Lucas 23:26). Aqu no se dice que fuera de Cierne, pero ya que los primeros testigos de Antioqua contaban entre ellos con hombres de Cierne, resulta posible. De Lucio, el siguiente profeta o maestro, s se dice categricamente que era de Cierne (en el norte de frica, al oeste de Egipto). Posiblemente fuera uno de aquellos que llegaron primero con el Evangelio a Antioqua (Hechos 11:20). Menean (una forma griega de Mname, "consolador"), el otro profeta o maestro, se haba criado junto con Heredes el Tetrarca (Herodes Antipaz, el que mat a Juan el Bautista). Literalmente, se le llama "hermano de leche o de crianza", y tena aproximadamente la misma edad que Herodes. Creci en palacio, y algunos creen que tambin se convirti en cortesano o funcionario de este Herodes. Debe haber recibido la influencia de Juan el Bautista. Posteriormente haba sido salvo. Tambin es posible que estuviera entre los que se hallaban presentes en el da de Pentecosts, cuando se derram el Espritu por primera vez.

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Estos, junto con la congregacin, estaban ministrando al Seor en un culto pblico (como lo indica el texto griego). Tambin estaban ayunando. El ayuno no haba sido muy enfatizado por Jess. Mientras estuviera l con sus discpulos, eran como amigos o ayudantes del novio en una fiesta, y no se poda esperar de ellos que ayunaran (Lucas 5:34). Sin embargo, hay muchos pasajes que muestran que el ayuno tiene su lugar. Es evidente que los dirigentes, y probablemente toda la congregacin con ellos, haban dejado de lado todas las dems cosas por un tiempo para adorar, orar y alabar. Durante el culto, el Espritu Santo habl y les orden (a toda la iglesia) que le apartaran (separaran para l) a Bernab y a Saulo para la obra a la que (ya) los haba llamado. El griego es imperativo aqu, e incluye una partcula que expresa una exigencia u orden fuerte. No se nos dice la forma exacta en que el Espritu Santo dio aquel mensaje. Quiz fuera con lenguas e interpretacin. Parece ms probable que fuera un mensaje dado en profeca para la Iglesia, probablemente un mensaje dado por uno de los otros tres profetas y maestros nombrados en el versculo primero. Sin embargo, esto no constituye base alguna para la llamada "profeca directiva". No tena el propsito de darles rdenes a Bernab y a Saulo. El tiempo perfecto griego que se usa aqu, significa que hay una accin del pasado que tiene resultados en el presente. Esto nos muestra que ya el Espritu Santo haba tratado personalmente con ambos, tanto Bernab como Saulo. Pero ellos no estaban sirviendo slo al Seor, sino tambin a la Iglesia. Tenan responsabilidades concretas en el ministerio a la Iglesia que estaba en Antioqua. Por esto era necesario que la Iglesia estuviera dispuesta a dejarlos ir. Por lo tanto, el mensaje del Espritu iba dirigido a toda la asamblea, y no a ningn individuo. Todos siguieron ayunando y orando despus de esto. Ms tarde (1 Corintios 14:29), Pablo dira que las profecas deben ser juzgadas por otros miembros del Cuerpo. Siempre es sabio no apresurarnos hasta saber con claridad que el mensaje viene del Seor. La asamblea tambin debe haber orado por la bendicin de Dios sobre este nuevo ministerio. Despus, los despidieron (literalmente, los liberaron; esto es, de sus obligaciones en Antioqua, de manera que tuvieron permiso de ellos para partir). Se ve con claridad que toda la iglesia estuvo comprometida en esto y que estuvo de acuerdo con sus dirigentes. La evangelizacin de Chipre (13:4-13) "Ellos, entonces, enviados por el Espritu Santo, descendieron a Seleucia, y de all navegaron a Chipre. Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judos. Tenan tambin a Juan de ayudante. Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judo, llamado Barjess, que estaba con el procnsul Sergio Paulo, varn prudente. Este, llamando a Bernab y a Saulo, deseaba or la palabra de Dios". Pero les resista Elimas, el mago (pues as se traduce su nombre), procurando ' apartar de la fe al procnsul. Entonces Saulo, que tambin es Pablo, lleno del Espritu Santo, fijando en l los ojos, dijo: 0h, lleno de todo engao y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! No cesars de trastornar los caminos rectos del Seor? Ahora, pues, he aqu la mano del Seor est contra ti, y sers ciego, y no vers el sol por algn tiempo. E inmediatamente cayeron sobre l oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano. Entonces el procnsul, viendo lo que haba sucedido, crey, maravillado de la doctrina del Seor. Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compaeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apartndose de ellos, volvi a Jerusaln. El versculo 4 hace notar que Bernab y Saulo haban sido enviados por el Espritu Santo. La Iglesia les dio su bendicin y los dej ir. De esta forma, tanto el Espritu Santo como la Iglesia estaban interesados en su ida. Esto es un buen ejemplo para nosotros, y debera ser el modelo normal para el envo de misioneros. Su primer viaje misionero los llev a la isla de Chipre, situada a unos 160 kilmetros en direccin sudoeste, despus a las ciudades de tierra firme situadas en la parte sur de la provincia romana de la Galacia, y por ltimo, de vuelta a Antioqua, donde rindieron informe ante la iglesia madre (Hechos 14:26, 27).

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Comenzaron su viaje, llevando a Juan (Marcos) como ayudante (sirviente, asistente), descendiendo desde Antioqua hasta Seleucia, que era su puerto sobre el Mediterrneo. All tomaron una embarcacin para dirigirse a Chipre. La Biblia no dice por qu tomaron este rumbo. Pero, puesto que el Espritu Santo era el que los enviaba, podemos tener la seguridad de que segua dirigindolos. Tambin podemos ver sabidura en el hecho de que el Espritu Santo los llevara primero a Chipre, donde haba crecido Bernab (Hechos 4:36), y donde l conoca a la gente y las costumbres. En Salamina, situada en el extremo oriental de la isla, se aprovecharon de las oportunidades que les daban a los rabinos visitantes las sinagogas para que predicaran. Saulo tena siempre la costumbre de dirigirse primero a los judos, porque ellos tenan las Escrituras, las promesas y el fondo cultural necesario para comprender el Evangelio (Romanos 1:16; 3:2; 9:4, 5). Despus de proclamar la palabra de Dios (el Evangelio) all, atravesaron toda la isla, hasta que llegaron a Pafos, en su extremo occidental. Saulo cambi su mtodo despus de salir de Chipre. Despus de esto, en lugar de tratar de cubrir todo el territorio, iban a las ciudades clave para establecer iglesias en ellas. Estas asambleas se convertan en centros desde los cuales el Cuerpo local poda difundir el Evangelio por las regiones circundantes. En Pafos, hallaron a un judo llamado Barjess, quien era mago y falso profeta. Esto quiere decir que proclamaba falsamente que era profeta. Como Simn el mago en Samaria, practicaba su magia para engaar a la gente y adquirir poder sobre ella. Saulo y Bernab encontraron a este hombre con el procnsul (el gobernador nombrado por el Senado romano). 4 Este hombre, Sergio Paulo, era prudente (inteligente, sensitivo y educado), y llam a Bernab y a Saulo, porque ansiaba or la Palabra de Dios. Entonces el mago, llamado ahora por una interpretacin griega de su nombre, Elimas, se les resista, y trataba por todos los medios de apartar (torcer, alejar) al procnsul de la fe. Esto quiere decir que Bernab y Saulo le presentaron la fe, todo el contenido del Evangelio al procnsul, y que l lo estaba aceptando. Entonces Elimas trat de retener su influencia sobre el procnsul, a base de distorsionar y pervertir lo que Bernab y Saulo estaban ensendole. Pero Saulo recibi una plenitud nueva y especial del Espritu Santo (de la misma manera que Pedro, cuando se enfrent al Sanedrn en Hechos 4:8). En este momento, Lucas seala tambin que Saulo tena otro nombre: Pablo, un nombre romano. Esto es significativo, porque en el resto del libro de los Hechos, lo llamar siempre Pablo. Tambin en sus epstolas, l se llama siempre Pablo. Por supuesto, el uso de su nombre romano cuadra bien con su ministerio dirigido primariamente a los gentiles. Con esta nueva plenitud especial del Espritu, el Seor le dio tambin a Pablo la direccin del viaje misionero. En el versculo 13, en lugar de "Bernab y Saulo", leemos "Pablo y sus compaeros". Esto est de acuerdo tambin con la profeca recibida por Ananas despus de la conversin de Pablo. (Vea Hechos 9:15.) Lo que hizo Pablo a continuacin no fue idea suya, sino un impulso recibido directamente del Espritu. Fijando los ojos en Elimas, se dirigi a l llamndole "lleno de todo engao" (sutileza, doblez, mentira) "y de toda maldad" (perversin, ausencia de escrpulos, facilidad total para hacer el mal, fraude), "hijo del diablo, enemigo de toda justicia". Despus, le hizo una pregunta retrica que en realidad era una afirmacin de que Elimas estaba decidido a no cesar de trastornar (torcer, distorsionar) los caminos rectos del Seor (el camino de la salvacin, y los planes de Dios para el creyente). Por este motivo, declar que la mano (el poder) del Seor estara (por fin) contra l (esto es, en juicio). Sera totalmente ciego por algn tiempo, o sea, hasta que a Dios le pareciera bien dejarle ver de nuevo. (Probablemente la intencin de esto fuera darle una oportunidad de arrepentimiento a Elimas.) Inmediatamente cayeron sobre l oscuridad y tinieblas, y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano. Segn se ve, todos se apartaban de l, y pas un mal rato tratando de encontrar a alguien que quisiera guiarlo.

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El procnsul, tan pronto como vio lo sucedido, crey. Pero no se maravill (asombr, pasm) tanto por el juicio que haba cado sobre Elimas, sino por la doctrina (enseanza) del Seor; este suceso hizo llegar hasta su interior la verdad sobre Jess, la cruz y la resurreccin, as como el resto del Evangelio que le haban presentado. Como hemos visto. Lucas condensa con frecuencia su narracin, y no nos lo dice todo todas las veces. Pero podemos tener la seguridad de que, como creyente, este hombre fue bautizado tanto en agua como en el Espritu Santo, con la evidencia de hablar en otras lenguas. Desde Pafos, Pablo y sus compaeros zarparon con rumbo a Perge de Panfilia (distrito situado en la costa sur del Asia Menor). Bernab segua estando con Pablo, por supuesto. Pero, como "hijo de consolacin" que era, pas sin oposicin alguna a un plano secundario, y sostuvo a Pablo como nuevo lder del grupo. Podemos estar seguros de que reconoca que esa era la decisin del Espritu Santo, y que Pablo era guiado de forma especial por El. En Perge, Juan Marcos se apart de ellos (desert) y regres a Jerusaln. Ms tarde (Hechos 15:38) se insina que Marcos los haba dejado en la estacada, cuando lo necesitaban de verdad. Quiz el trabajo se hiciera ms difcil al encontrarse en una regin de tierra firme que no les era familiar. Algunos han sugerido que, puesto que Marcos perteneca a una familia rica donde haba sirvientes, decidi irse a su casa, donde la vida le sera ms fcil. Otros sugieren que se march porque le disgust que su primo Bernab ya no fuera el jefe del grupo. Cualquiera que fuera la razn. Pablo lo vio como un fallo casi inexcusable por parte de Marcos. La predicacin en Antioqua de Pisidia (13:14-41) "Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioqua de Pisidia; y entraron en la sinagoga un da de reposo y se sentaron. Y despus de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenis alguna palabra de exhortacin para el pueblo, hablad. Entonces Pablo, levantndose, hecha seal de silencio con la mano, dijo: Varones israelitas, y los que temis a Dios, od: El Dios de este pueblo de Israel escogi a nuestros padres, y enalteci al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sac de ella. Y por un tiempo como de cuarenta aos los soport en el desierto; y habiendo destruido siete naciones en la tierra de Canan, les dio en herencia su territorio. Despus, como por cuatrocientos cincuenta aos, les dio jueces hasta el profeta Samuel. Luego pidieron rey, y Dios les dio a Sal hijo de Cis, varn de la tribu de Benjamn, por cuarenta aos. Quitado ste, les levant por rey a David, de quien dio tambin testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isa, varn conforme a mi corazn, quien har todo lo que yo quiero. De la descendencia de ste, y conforme a la promesa. Dios levant a Jess por Salvador a Israel. Antes de su venida, predic Juan el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: Quin pensis que soy? No soy yo l; mas he aqu viene tras m uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies. Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvacin. Porque los habitantes de Jerusaln y sus gobernantes, no conociendo a Jess, ni las palabras de los profetas que se leen todos los das de reposo, las cumplieron al condenarle. Y sin hallar en l causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se le matase. Y habiendo cumplido todas las cosas que de l estaban escritas, quitndolo del madero, lo pusieron en el sepulcro. Ms Dios le levant de los muertos. Y l se apareci durante muchos das a los que haban subido juntamente con l de Galilea a Jerusaln, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo. Y nosotros tambin os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres, la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jess; como est escrito tambin en el salmo segundo: Mi hijo eres t, yo te he engendrado hoy. Y en cuanto a que le levant de los muertos para nunca ms volver a corrupcin, lo dijo

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as: Os dar las misericordias fieles de David. Por eso dice tambin en otro salmo: No permitirs que tu Santo vea corrupcin. Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generacin segn la voluntad de Dios, durmi, y fue reunido con sus padres, y vio corrupcin. Mas aquel a quien Dios levant, no vio corrupcin. Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de l se os anuncia perdn de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moiss no pudisteis ser justificados, en l es justificado todo aquel que cree. Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que est dicho en los profetas: Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced; porque yo hago una obra en vuestros das, obra que no creeris, si alguien os la contare". Desde Perge, se dirigieron a Antioqua de Pisidia. Como de costumbre, fueron primero a la sinagoga. Se nombr a algn otro para que leyera las porciones escogidas de la Ley (el Pentateuco) y de (uno de los) profetas. Despus, los principales (dirigentes o ancianos) de la sinagoga mandaron alguien a ellos (porque se hallaban sentados al fondo de la sinagoga) y les pidieron cortsmente que dieran una palabra de exhortacin (aliento o nimo). Entonces Pablo se puso de pie, hizo seal de silencio con la mano y les pidi a los israelitas y a los que teman a Dios que lo escucharan. Aqu podemos ver que haba gentiles interesados en la audiencia de la sinagoga. Como se mencionara anteriormente, muchos gentiles estaban cansados de la inmoralidad y la idolatra de la religiosidad pagana. Estaban hambrientos de algo mejor y se sentan atrados por las sinagogas y por la adoracin del nico Dios verdadero, el cual, a diferencia de sus dioses paganos, es santo. No obstante, muchos de ellos no se convertan en proslitos plenamente, para lo que tendran que aceptar la circuncisin, bautizarse ellos mismos y cumplir otros ritos. Algunos rabes no les daban mucho aliento para que lo hicieran, porque no les prometan la salvacin si se hacan judos. Slo solan decir que sus hijos seran contados como judos, y se hallaran bajo las bendiciones del pacto. Pero aun as, estos gentiles llegaban a or la Palabra y a aprender ms acerca del Dios de Israel. El sermn de Pablo en Antioqua de Pisidia aparece muy detalladamente. Lucas lo reproduce aqu como ejemplo del tipo de predicacin que haca Pablo en las sinagogas judas. Sin embargo, no da con tanto detalle otros sermones posteriores. Cuando Pablo comenz, se dirigi tanto a judos como a gentiles de la audiencia, y los reconoci a todos como "hermanos", teniendo presentes a ambos grupos a travs de todo el sermn. La primera parte del sermn (13:17-25) es una revisin de la historia de Israel, a partir del momento en que Dios escoge a Israel, y su liberacin de Egipto, hasta que escoge a David. Todo esto era muy conocido para su audiencia, y les demostraba que Pablo conoca las Escrituras. A diferencia de Esteban, Pablo no insisti en los fallos de Israel. Al contrario; habl de la eleccin de Dios (para sus propios planes y para su servicio) y la forma en que exalt a los israelitas mientras permanecan como extranjeros en Egipto. Dios confirm esta eleccin sacndolos de Egipto con brazo levantado (con gran poder; vea xodo 6:1, 6; Salmo 136:11, 12). Es decir. Dios aument su nmero durante los tiempos de persecucin y los protegi de las plagas, Entonces, Pablo slo mencion que Dios soport las malas maneras del pueblo durante cuarenta aos en el desierto. Despus, resumi rpidamente la conquista de Josu y la poca de los Jueces, al igual que el reinado de Sal. Las siete naciones del versculo 19 son las tribus de cananeos y de otros pueblos que se hallaban en Palestina. (Vea Deuteronomio 7:1.) Los cuatrocientos cincuenta aos (nmero redondo) del versculo 20, hacen referencia no slo a la poca del libro de los Jueces, sino a todo el tiempo que transcurri desde que entraron a la tierra hasta el principio del reinado de David. Llega el momento culminante de este relato histrico cuando Pablo dice que Dios le dio testimonio a David de que l era un hombre conforme a su corazn, quien hara todo lo que El quisiera. (Vea 1 Samuel 13:14; Salmo 89:20.) La intencin y el deseo de cumplir completamente la voluntad de Dios es, por supuesto, lo que hizo de David un varn conforme al corazn divino.

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Ahora bien, los que escuchaban a Pablo conocan la promesa hecha por Dios a David (2 Samuel 7:12; Salmo 89:29-34). Tambin conocan las profecas de que Dios le levantara una simiente ms grande que todas a David (Isaas 9:6, 7; 11:1-5), as como la profeca de que le dara el trono de David a aquel "cuyo es el derecho" (Ezequiel 21:27). Ahora Pablo declara que Dios haba cumplido su promesa y de la descendencia de David le levant un Salvador a Israel: Jess (Mateo 1:21). Pablo sigue identificando a Jess como Aquel del que dijo Juan el Bautista que era el que haba de venir. El ministerio de Juan el Bautista era muy conocido entre los judos de todas partes: tambin conocan bien que l haba negado ser el que habra de venir, el Mesas y Salvador prometido. Por tanto, el testimonio de Juan a favor de Jess era importante. El que Juan hubiera dicho que no era digno de desatar el calzado (las sandalias) de sus pies, un servicio tan tpico de los esclavos, indica cuan por encima de l consideraba Juan a Jess. La segunda parte del sermn (13:26-37) trata sobre la muerte y la resurreccin de Jess y el testimonio tanto de los apstoles como de las Escrituras. En el versculo 16, Pablo hace notar que este mensaje de salvacin les era enviado personalmente (por medio de los que haban sido enviados por el Seor Jess), y no slo a los judos presentes, sino tambin a los gentiles que teman a Dios. Entonces Pablo muestra que la muerte de Jess fue el cumplimiento de la Palabra proftica de Dios, y que fue llevada a cabo por los habitantes de Jerusaln y sus gobernantes. Es importante notar aqu que Pablo no les ech la culpa de la muerte de Jess a todos los judos, sino slo a aquellos de Jerusaln que estuvieron realmente comprometidos. Tambin reconoce que lo hicieron porque no conocan a Jess, ni las palabras de los profetas que se lean cada da de reposo (en sus sinagogas). La palabra griega usada aqu, algunas veces significa ignorancia culpable, o ignorancia deliberada de la verdad. Puesto que ellos s conocan estas profecas, lo que est diciendo aqu es que las ignoraron voluntariamente. Pablo dice tambin que no hallaron en l causa, motivo digno de muerte, y sin embargo le pidieron a Pilato que matara a Jess. Pero despus de que las profecas de la muerte de Cristo se hubieron cumplido, los habitantes de Jerusaln lo quitaron del madero (la cruz; compare con Deuteronomio 21:23 y Calatas 3:13) y lo pusieron en el sepulcro. (Los que realmente hicieron esto fueron Nicodemo y Jos de Arimatea: Juan 19:38, 39.) Despus, Dios levant a Jess de entre los muertos. Sus discpulos, galileos que haban subido con El a Jerusaln, fueron testigos de esto. Estas eran las buenas nuevas que Pablo y Bernab les traan. La promesa hecha a los padres del Antiguo Testamento se haba cumplido ahora para sus hijos, al levantar Dios a Jess de entre los muertos. Pablo confirm esto citando el Salmo 2:7, donde "Yo te he engendrado hoy" significa "Estoy declarando hoy que yo te he engendrado, o sea, que soy tu padre". Esto le fue declarado a uno que ya era hijo de rey. Hoy en da la mayora cree que era una frmula por la cual un rey haca declaracin pblica de que en aquel momento especfico estaba levantando a su hijo para que compartiera el trono como rey, en plan de asociado e igual. Siendo as, en el Salmo se refiere a que Dios declara que Jess es su Hijo. Dios hizo esto primero cuando Jess comenz su ministerio y envi su Espritu sobre El (Lucas 3:22). Despus lo hizo de manera menos inequvoca an cuando levant a Jess de entre los muertos. Como dice Romanos 1:3, 4, Jess, "que era del linaje de David segn la carne", "fue declarado Hijo de Dios con poder, segn el Espritu de santidad (o, por medio del Espritu Santo), por la resurreccin de los muertos". Puesto que aun aqu. Lucas est resumiendo un sermn que fue predicado en un largo tiempo, es probable que Pablo les explicara estas cosas ms completamente a los que lo escuchaban. A continuacin, sigui sealando citas de las Escrituras. Mencion en primer lugar Isaas 55:3, que hace referencia a las misericordias fieles de David, en un pasaje que habla de perdn y de salvacin. Entonces, dedujo que estas misericordias incluan el Salmo 16:10, que dice que Dios no permitir que (dar a) su Santo vea corrupcin (destruccin o disolucin del cuerpo). Adems, David, despus de servir a su propia generacin en la voluntad de Dios, muri y su cuerpo s vio corrupcin. En contraste con l, aqul a quien

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Dios levant (Jess) no vio corrupcin. (Compare con Hechos 2:29. Pablo vea la misma verdad que Pedro, pero la present en una forma algo distinta. Se ve claramente que Pablo predicaba el mismo Evangelio que los otros apstoles. Vea Glatas 1:8, 9; 2:2, 9; 1 Corintios 15:11.) La parte final de este sermn (13:38-41) es una exhortacin: "Por medio de l se os anuncia perdn de pecados." Tambin por medio de l todos los creyentes son justificados (hechos justos, declarados inocentes, tratados como si nunca hubieran pecado; y por tanto, liberados de la culpa y el castigo de su pecado). Los pecadores son perdonados y liberados hasta de la culpa de todas aquellas cosas para las cuales la Ley de Moiss no poda ofrecer justificacin (o no poda considerar a nadie como justo)." Termina el sermn de Pablo con una advertencia en la que utiliza un lenguaje tomado de Habacuc 1:5 (en la versin griega de los Setenta). Quera que los que lo escuchaban estuvieran atentos, no fuera a ser que cayera sobre ellos un juicio mayor an que el que sufrieron los rebeldes a los que hablaba Habacuc. Se vuelven a los gentiles (13:42-49) "Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judos, los gentiles les rogaron que el siguiente da de reposo les hablasen de estas cosas. Despedida la congregacin, muchos de los judos y de los proslitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernab, quienes habindoles, les persuadan a que perseverasen en la gracia de Dios. El siguiente da de reposo se junt casi toda la ciudad para or la palabra de Dios. Pero viendo los judos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatan lo que Pablo deca, contradiciendo y blasfemando. Entonces Pablo y Bernab, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desechis, y no os juzgis dignos de la vida eterna, he aqu, nos volvemos a los gentiles. Porque as nos ha mandado el Seor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvacin hasta lo ltimo de la tierra. Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Seor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Y la palabra del Seor se difunda por toda aquella provincia". A medida que iban saliendo de la sinagoga, los que all estaban pedan que les hablasen de estas cosas en el siguiente da de reposo. Despus, un buen nmero de ellos, compuesto tanto por judos como por proslitos (convertidos al judasmo) piadosos (temerosos de Dios), sigui a Pablo y Bernab. Ellos les hablaron durante algn tiempo, y los persuadan a que perseverasen en la gracia de Dios. Esto quiere decir que haban credo en la gracia de Dios que trae salvacin y la haban aceptado, y los estaban animando a continuar en ella. Los gentiles temerosos de Dios pasaron la noticia con tanta eficiencia, que al da de reposo siguiente, casi toda la ciudad se reuni para or la Palabra de Dios (el Evangelio). Al ver la muchedumbre se llenaron de celos los judos y comenzaron a hablar contra lo que Pablo deca. Hasta blasfemaron (no de Dios, sino de Pablo). Es decir: usaron un lenguaje abusivo contra l. Esto quiere decir que estaban temerosos de perder su influencia sobre aquellos gentiles que haban estado buscando sus enseanzas. Tambin podra significar que tenan un celo por el judasmo en el que no haba lugar de bendicin para los gentiles que no se hicieran judos primero. La reaccin de Pablo y Bernab fue hablar valiente y libremente, diciendo que era necesario (esto es, necesario para cumplir con el plan de Dios) que la Palabra de Dios les fuera hablada primero a "ustedes, judos". Pero, ya que los judos la haban desechado con burla (rechazado) y por tanto, se haban juzgado a ellos mismos indignos de vida eterna (con su conducta), "he aqu" que los dos apstoles se volvan (en aquel momento) a los gentiles. ("He aqu" seala que esta vuelta hacia los gentiles era algo inesperado y sorprendente para los judos.)

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La vuelta hacia los gentiles no era en realidad una idea original de los apstoles. Era ms bien un gesto obediente a la Palabra proftica dada en Isaas 49:6; con respecto al Mesas, el siervo de Dios. (Vea tambin Isaas 42:6; Lucas 2:30-32. Cristo y su Cuerpo, la Iglesia, los creyentes, participan en la obra de llevar la luz del Evangelio al mundo.) Al or esto, los gentiles se regocijaron y glorificaron la Palabra del Seor. "Y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna." Esto podra sonar como si la Biblia estuviera enseando una predestinacin arbitraria en este momento. No obstante, no se dice que fuera Dios quien los "ordenara". La palabra "ordenados" puede significar aqu "decididos". Esto es, aquellos gentiles aceptaron la verdad de vida eterna por medio de Jess, y no permitieron que la contradiccin de los judos los apartara de ella. La consecuencia fue que la Palabra del Seor se difundi por toda aquella provincia. La expulsin de Pablo y Bernab (13:50-52) "Pero los judos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecucin contra Pablo y Bernab, y los expulsaron de sus lmites. Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio. Y los discpulos estaban llenos de gozo y del Espritu Santo". Los judos que no haban credo se dedicaron entonces a instigar a mujeres piadosas (devotas, temerosas de Dios) de posicin honorable en la sociedad y a los hombres ms importantes en el gobierno de la ciudad. Por medio de ellos, los judos inconversos levantaron una persecucin hasta el punto de que Pablo y Bernab fueron expulsados del distrito. (Vea 1 Tesalonicenses 2:15, 16.) En respuesta, Pablo y Bernab se limitaron a sacudir el polvo de sus pies como testimonio en contra de ellos (compare con Mateo 10:14; Marcos 6:11; Lucas 9:5; 10:11). Despus, siguieron hasta Iconio (ciudad frigia situada en la zona sur de la provincia romana de la Galacia). Sin embargo, los perseguidores no destruyeron la iglesia de Antioqua de Pisidia. Los que la componan eran verdaderos discpulos del Seor y estaban llenos de gozo y del Espritu Santo. (Compare con Mateo 5:11, 12; Romanos 14:17; 15:13.) Una vez ms vemos que los Hechos no nos lo dicen todo siempre. Aunque Lucas no lo menciona aqu, podemos tener la seguridad de que estos creyentes tambin fueron bautizados en agua y en el Espritu Santo.

25.

CAPITULO 11: DIOSES HAN DESCENDIDO


Lase Hechos 14.

Preguntas de Preparacin

1. Cmo fue recibido el evangelio en Asia Menor?

2. Qu persecuciones afrontaron los apstoles?

3. Cmo cuidaron Pablo y Bernab a los nuevos convertidos?

Introduccin

La primera predicacin del evangelio en Asia Menor tuvo mucho xito. En Antioquia fueron muchos los que creyeron. Sin embargo, la ofensa de la cruz tambin estaba presente. En su mayora, los judos rechazaron el evangelio, y persiguieron a Pablo y a Bernab hasta que stos tuvieron que huir de la ciudad.

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1. Iconio

Los apstoles viajaron rumbo al oriente hasta llegar a la ciudad de Iconio. Entraron a la sinagoga y predicaron el evangelio ah. Y nuevamente el Seor bendijo su ministerio, y muchos creyeron, tanto de los judos como de los gentiles. Tambin aqu los judos no creyentes pusieron trabas; pero a pesar de ello los apstoles continuaron predicando en Iconio. El Seor manifest su bendicin al permitirles que obrasen milagros en este lugar y parece que su trabajo tuvo mucho xito.

Sin embargo, los judos que no quisieron aceptar el evangelio siguieron causando problemas, hasta el punto que la ciudad qued dividida entre aquellos que creyeron a los apstoles y los que se opusieron. Las autoridades estuvieron al lado de los judos incrdulos, y dieron permiso para un plan de apedrear a los apstoles. Pero Pablo y Bernab supieron del plan, y lograron salir de la ciudad, antes de que se atentara contra sus vidas.

2. Listra

De Iconio, los misioneros cruzaron la frontera a Licaonia. All predicaron tanto en las ciudades, como en el campo rural.

La mayor parte de su trabajo lo realiz en las ciudades, especialmente en Listra. Despus de haber estado predicando un buen tiempo ah, obraron un milagro semejante al de Pedro y Juan en Jerusaln (cap. 3). Pablo recibi un don muy especial del Espritu Santo para poder entender el corazn del cojo de nacimiento. Supo que este hombre tena fe como para ser sanado, tanto en su cuerpo como en su espritu. Es cierto que los milagros siempre son obras sobrenaturales de Dios, pero pocas veces se realiza a menos que haya fe. Esto muestra la relacin muy ntima que existe entre la salvacin y los milagros de sanidad para ambos casos es necesario el don de la fe.

La reaccin del pueblo fue tpicamente pagana. Ellos estaban seguros de que Pablo y Bernab "eran dioses bajo la semejanza de hombres (que) han descendido a nosotros" (v. 11). La gente de Listra adoraba al dios Zeus, un dios griego que entre los romanos se conoca como Jpiter. Hermes, en su religin era un dios que siempre acompaaba a Zeus (entre los romanos se le conoca como Mercurio (vase una enciclopedia si es posible). Pensaron, pues, que Pablo y Bernab eran nada menos que estos mismos dioses. Inmediatamente comenzaron los preparativos para un culto pagano de adoracin. Al principio, los misioneros no entendieron lo que estaba pasando, porque la gente hablaba en su idioma local. Pero cuando al fin entendieron la razn de tanta actividad, enrgicamente intentaron detenerles; lo cual lograron al fin, pero slo despus de una lucha difcil.

Los judos incrdulos tanto de Antioquia como de Iconio, no contentos con haber sacado a Pablo y Bernab de sus respectivas ciudades, los persiguieron hasta Listra. Aqu ellos tenan posibilidad de llevar a cabo lo que haban planeado en Iconio. Esta gente, que unas horas antes estaba lista para adorarles como dioses, de un momento a otro quedaron convencidos por los judos para apedrearles. Se nota aqu el mismo cambio sorprendente que hubo en el pueblo de Jerusaln respecto a la persona de Cristo. Los enemigos de Pablo lo apedrearon hasta dejarle por muerto, y luego arrastrndolo le sacaron de la ciudad. Estando rodeado por sus discpulos entristecidos, volvi en s, se incorpor y regres a la ciudad. El uso de la palabra "discpulos" aqu en este captulo nos da a entender que aun en este lugar Dios haba bendecido la predicacin de su Palabra. Entre estos discpulos seguramente estaban Timoteo, su madre y su abuela.

3. El Viaje de Regreso

Al predicaron decidieron misionero.

da siguiente, Pablo y Bernab salieron de Listra y fueron hacia Derbe. Aqu por un tiempo, y tambin hicieron muchos discpulos entre el Pueblo. Luego, regresar a Antioquia de Siria, a la iglesia que les haba enviado en este viaje Haban viajado hacia el poniente a travs de Chipre, viraron para el norte hasta

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llegar a Antioquia de Pisidia, y luego viajaron en direccin del oriente. Al llegar a Derbe, se encontraban muy cerca de "Las Puertas de Cilicia", un paso entre las montaas muy conocido, y que les hubiera conducido directamente hacia Tarso, ciudad natal y hogar de Pablo de Tarso; hubiera sido un viaje corto para regresar a Antioquia de Siria. Si se toma en cuenta el trato que haban recibido en las ciudades donde haban pasado, nadie les culpara si hubieran decidido regresar por esta va ms corta.

Pero Pablo y Bernab estaban muy preocupados por los nuevos discpulos que haban conquistado, y fue por eso que regresaron por la misma ruta en que haban venido, o sea, por Listra, Iconio y Antioquia de Pisidia. Para hacer esto, necesitaban muchsimo valor. Pero lo hicieron porque saban que los recin convertidos tenan necesidad, tanto del estmulo espiritual, como de ser organizados. Ensearon a los discpulos nuevos a permanecer firmes en la fe pese a las persecuciones, pues los cristianos deben entrar en el Reino de Dios a travs de muchas tribulaciones. Adems, los misioneros instalaron ancianos en las iglesias que se haban formado, quienes podan guiar y ayudar a estos nuevos creyentes en las tribulaciones que los esperaban.

Al llegar Pablo y Bernab nuevamente a Perge, predicaron ah, aunque parece que no lo haban hecho en el viaje de venida. Algunos eruditos de la Biblia sugieren que no lo haban hecho porque cuando cruzaron la primera vez era la poca de calor, y la gente sala de la ciudad buscando la frescura de las montaas. Ahora encontraron a la ciudad ya en plena actividad como de costumbre, por lo que se detuvieron a predicar.

De Perge regresaron por barco a Antioquia de Siria. Reunieron a la iglesia y presentaron un informe de sus experiencias en viaje. Haba sido sta la iglesia que los haba comisionado y enviado como sus misioneros, y ahora Pablo y Bernab rinden su informe de trabajo como sus representantes. Permanecieron en Antioquia por algn tiempo, probablemente continuando los trabajos que haban estado haciendo y que haban dejado al ser llamados para ir de misioneros.

26.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 14 La predicacin en Antioqua de Pisidia, la reaccin mayor por parte de los gentiles y la persecucin posterior, establecieron todo un estilo. En gran parte o en su totalidad, todo esto se fue repitiendo prcticamente en todas las ciudades que Pablo visitaba en sus viajes misioneros. Iconio, Listra y Derbe (14:1-7) "Aconteci en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judos, y hablaron de tal manera que crey una gran multitud de judos, y asimismo de griegos. Mas los judos que no crean excitaron y corrompieron los nimos de los gentiles contra los hermanos. Por tanto, se detuvieron all mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Seor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos seales y prodigios. Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judos, y otros con los apstoles. Pero cuando los judos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habindolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la regin circunvecina, y all predicaban el evangelio". Iconio estaba a unos cien kilmetros al este y un poco al sur de Antioqua de Pisidia, en una meseta de algo ms de mil metros de elevacin. Al llegar all. Pablo y Bernab se dirigieron primero a la sinagoga. Como de ordinario, se les dio oportunidad para hablar. Lucas no recoge su sermn. Slo seala que hablaron, como acostumbraban; esto es, tal como haban hecho en Antioqua de Pisidia.

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El resultado fue similar. Una gran multitud, tanto de judos como de griegos (gentiles de habla griega) crey (y por supuesto, todos fueron bautizados en agua y en el Espritu Santo). Entonces, como antes, los judos que no crean (los desobedientes, rebeldes), en su celo excitaron a los gentiles y corrompieron sus nimos (almas, deseos) contra los hermanos (los nuevos creyentes que ahora eran discpulos de Jess y miembros de su Cuerpo.) No obstante, en este caso los judos no pudieron conseguir mucho apoyo de los gentiles al principio. Por esto. Pablo y Bernab se detuvieron en Iconio mucho tiempo. Hablaban con denuedo, confiados en el Seor Jess. Mientras ellos hacan esto, el Seor daba testimonio a la Palabra (mensaje) de su gracia concediendo que se hiciesen seales y prodigios por sus manos. As fue como los reconocieron como agentes de Cristo, que hacan su obra con su autoridad. Sin embargo, al cabo de algn tiempo, la gente de la ciudad se hallaba fuertemente dividida. Algunos estaban con los judos (que no haban credo). Otros se mantenan junto a los apstoles. Fue entonces cuando se juntaron gentiles y judos con los gobernantes de sus sinagogas con intenciones hostiles. Su propsito era tratar a los apstoles de forma ultrajante y apedrearlos a morir. Sin embargo, el texto griego no quiere decir que hubiera ningn intento real, sino solamente la intencin y la instigacin para llevarlo a cabo. Pero los apstoles tuvieron noticias de la conspiracin y huyeron. No porque tuvieran miedo, sino porque haba otros lugares donde se necesitaba su ministerio. As fue como siguieron a Listra y Derbe, ciudades licaonias situadas en la parte sur de la provincia romana de la Galacia. Listra, al igual que Iconio, tena la categora de colonia militar romana y la responsabilidad de velar por los intereses de Roma y vigilar los caminos romanos. En Listra, los apstoles predicaban (seguan predicando) el Evangelio (diciendo las buenas nuevas). Lo que sigue nos da un ejemplo de cmo Pablo les predicaba a los gentiles que no tenan conocimiento de las Escrituras. La sanidad de un hombre imposibilitado de los pies (14:8-18) "Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jams haba andado. Este oy hablar a Pablo, el cual, fijando en l sus ojos, y viendo que tena fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levntate derecho sobre tus pies. Y l salt, y anduvo. Entonces la gente, visto lo que Pablo haba hecho, alz la voz, diciendo en lengua licanica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros. Ya Bernab llamaban Jpiter, y a Pablo, Mercurio, porque ste era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote de Jpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quera ofrecer sacrificios. Cuando lo oyeron los apstoles Bernab y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones, por qu hacis esto? Nosotros tambin somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay. En las edades pasadas l ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos; si bien no se dej a s mismo sin testimonio haciendo bien, dndonos lluvias del cielo y tiempos fructferos, llenando de sustento y de alegra nuestros corazones. Y diciendo estas cosas, difcilmente lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio". En Listra, Pablo no fue a una sinagoga, como tena por costumbre. Quiz no hubiera ninguna. En cambio, parece haber ido a la plaza del mercado, o a una plaza abierta dentro de la ciudad, junto a sus puertas (como lo indica el versculo 13); all comenz a predicar. Entre los que estaban oyendo, se hallaba un hombre lisiado. Para llamar la atencin a lo desesperado que era su caso, la Biblia utiliza la repeticin. Era cojo de nacimiento, y jams haba andado. Pablo fij los ojos en el hombre mientras ste escuchaba, y vio que tena fe para ser sanado. Entonces anim a la fe del hombre a actuar, ordenndole con voz muy alta que se levantara derecho sobre sus pies. La orden de Pablo capt la atencin de la multitud. Cuando los que estaban all vieron que el hombre saltaba y comenzaba a caminar, comenzaron a gritar. Sin embargo, aunque conocan el griego que Pablo estaba usando, en su emocin se volvieron a su lenguaje licaonio nativo, que Pablo y Bernab no comprendan.

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El milagro les hizo creer (eran gentiles paganos) que los dioses griegos haban descendido, tomando forma de seres humanos. As fue como comenzaron a llamarle Da (o Dios) a Bernab, una forma del nombre del dios griego del cielo, Zeus, quien haba sido identificado por los romanos con su dios Jpiter, y por este pueblo con el dios principal de los licaonios. Entonces, puesto que Pablo era el que hablaba ("el que llevaba la voz cantante"), lo llamaron Hermen (Hermes), que era el mensajero y heraldo de los dioses, especialmente de Dios (Zeus, Jpiter). Hermes era identificado por los romanos con su dios Mercurius (Mercurio). Actuando consecuentemente, el pueblo hizo lo que crea que era adecuado a las circunstancias. Se puso en contacto con el sacerdote de Dios, cuyo templo se hallaba frente a la ciudad. El trajo toros (las vctimas ms costosas que podan ofrecer en sacrificio). Estos estaban adornados con guirnaldas y fueron llevados hasta las puertas, donde se reuni la multitud, deseosa de hacer el sacrificio. En los versculos 12 y 14, se nombra en primer lugar a Bernab nuevamente, porque como Dios (Zeus, Jpiter), l era el ms importante, a quien iba dirigido el sacrificio. Finalmente, es probable que alguien les explicara en griego lo que estaba sucediendo. Cuando los apstoles oyeron y comprendieron esto, rasgaron sus ropas (en seal de lamentacin y de congoja). Mientras lo hacan, se lanzaron entre la multitud dando voces, tratando de detenerlos declarando que eran seres humanos con sentimientos semejantes a los de ellos y una naturaleza como la de ellos. Haban llegado a predicar el Evangelio para que se convirtieran de aquellas vanidades (cosas irreales, intiles, estriles) al Dios vivo. Como estos gentiles no tenan conocimiento de las Escrituras, Pablo no identific a Dios como el Dios de Israel, ni apel al Antiguo Testamento y a sus profecas sobre el Mesas. Sin embargo, s us lenguaje bblico, y los hizo remontarse a la poca de la creacin. Dios es el Dios que hizo todas las cosas, que en las edades pasadas haba dejado a todas las gentes andar por sus propios caminos (en contraste con los caminos de Dios). Sin embargo, no se haba dejado a s mismo sin testimonio. Haba hecho el bien, dndoles lluvias del cielo y tiempos fructferos, llenando de sustento y de alegra los corazones humanos. Aun as, a duras penas pudieron los apstoles detener a la multitud para que no llevara a cabo su propsito de ofrecerles sacrificios. Pablo apedreado (14:19, 20) "Entonces vinieron unos judos de Antioqua y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. Pero rodendole los discpulos, se levant y entr en la ciudad; y al da siguiente sali con Bernab para Derbe". El versculo 20 seala que Pablo y Bernab se quedaron en Listra el tiempo suficiente para que un cierto nmero de personas creyeran y se convirtieran en discpulos (y, siempre, fueran bautizados en agua y en el Espritu Santo, segn Hechos 2:4). Pero los judos de Antioqua de Pisidia (a unos 160 kilmetros de distancia), que lo haban sacado de su ciudad, y algunos de Iconio (a unos 50 kilmetros) que haban querido apedrearlo a morir, tuvieron noticia del xito de Pablo en Listra. Llegaron a la ciudad, y persuadieron a las multitudes paganas a que los ayudaran, o al menos les permitieran llevar a cabo su plan. (Es posible que algunos paganos se hubieran sentido deshonrados cuando Pablo y Bernab no les permitieron ofrecerles sacrificios: por eso les prestaron odos a los enemigos de Pablo.) Esta vez s apedrearon a Pablo y arrastraron su cuerpo fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. Est claro en el texto que no estaba muerto realmente, aunque estaba inconsciente y debe haber estado fuertemente magullado por todo el cuerpo. Sin duda alguna, tambin tena huesos rotos. Tan pronto como se fue la multitud, los creyentes rodearon a Pablo. Sin duda, esperaban ayuda de Dios, y Dios no los defraud. De pronto, en lo que ha de haber parecido como una resurreccin. Pablo se levant, evidentemente, sanado por completo, y regres a la ciudad con ellos. Pero, conociendo el estado de nimo de la multitud, l y Bernab salieron al da siguiente rumbo a Derbe (identificada actualmente con unas ruinas situadas a unos

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cien kilmetros de Listra en direccin sudeste, cerca de la frontera de la provincia romana de Galacia). Confirmando los nimos de los creyentes (14:21-25) "Y despus de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discpulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioqua, confirmando los nimos de los discpulos, exhortndoles a que permaneciesen en la fe, y dicindoles: Es necesario que a travs de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Y constituyeron ndanos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Seor en quien haban credo. Pasando luego por Pisidia, vinieron a Panfilia. "Y habiendo predicado la palabra en Perge, descendieron a Atalia". Segn parece, en Derbe tampoco haba sinagoga. O sea, que Pablo y Bernab deben haber predicado el Evangelio en forma muy similar a la utilizada en Listra, pero sin la oposicin de los judos, puesto que los enemigos de Pablo crean que estaba muerto. Despus de haber hecho un nmero considerable de discpulos, fundando as una iglesia creciente, regresaron valientemente a Listra, Iconio y Antioqua de Pisidia. Sin embargo, esta vez no agitaron a los judos. Es evidente que no hicieron trabajo evangelstico, dejndolo a los creyentes del lugar. Esta vez su ministerio iba dirigido a la Iglesia. En cada lugar, confirmaban (fortalecan y solidificaban) los nimos (las almas) de los discpulos. Tambin los exhortaban y los animaban a permanecer en la fe. En este punto, el griego es muy fuerte. Les decan que deban mantener la fe, permaneciendo en ella, esto es, viviendo segn los principios del Evangelio. Tambin los exhortaban a compartir el sufrimiento de los apstoles y a aceptar el hecho de que a travs de muchas tribulaciones (persecuciones, aflicciones, sufrimientos) era necesario entrar en el reino (ponerse bajo el gobierno y la autoridad de Dios). Puesto que los creyentes necesitaban organizacin para poder trabajar juntos y realizar la obra del Seor, los apstoles constituyeron ("ordenaron") entonces ndanos (supervisores, superintendentes, presidentes de la congregacin o asamblea) en cada lugar. Sin embargo, no fue aquello una ordenacin, en el sentido actual de la palabra. La palabra griega es jeirotonsantes, donde jeir es la palabra griega traducida mano; la palabra entera significa que llevaron a cabo una eleccin a mano alzada. Cuando fueron escogidos los siete del captulo 6, los apstoles sealaron las cualidades necesarias y el pueblo hizo la seleccin de los diconos. Podemos estar seguros de que lo mismo sucedi ahora. Pablo debe haber sealado las cualidades necesarias, que recogera por escrito ms tarde en 1 Timoteo 3:1-7 y en Tito 1:6-9. Entonces, la asamblea local escogi las personas por medio de una eleccin (sin duda, despus de un tiempo de oracin durante el cual todos buscaron la orientacin del Espritu Santo para que los ayudara a decidir quin cumpla mejor con las condiciones propuestas). Al principio, los ancianos eran hombres llenos del Espritu escogidos de entre los miembros de la congregacin local. No fue sino muchos aos despus cuando las iglesias comenzaron a sentir la necesidad de llamar pastores-maestros que pudieran ser tambin la cabeza ejecutiva de la asamblea, y que combinaran el oficio de anciano (llamado tambin obispo y presbtero) con el ministerio de pastor-maestro, recibido de Dios. En el siglo primero, se esperaba de los ancianos que fueran "aptos para ensear", y eran los responsables de que hubiera enseanza. Pero podan llamar a otros que tuvieran el ministerio de pastor-maestro dado por el Seor, y los dones del Espritu necesarios como complemento. No tenan que ensear ellos mismos. El hecho de que Pablo diga: "Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor (honorarios), mayormente los que trabajan en predicar y ensear" (1 Timoteo 5:17), nos demuestra que no todos trabajaban en la Palabra y en la enseanza. Pero, a medida que fue pasando el tiempo, se fueron dando cuenta cada vez ms de que tenan necesidad de un ministerio de enseanza persistente en la iglesia local, y fue natural que pensaran en hacer dirigentes suyos a estos ancianos. As se fue desarrollando gradualmente la idea moderna de un pastor que es tambin el que preside el grupo. Antes de que Pablo y Bernab siguieran a otra ciudad, siempre pasaban un tiempo en oracin y ayuno con los creyentes. Despus los encomendaban (como algo precioso y de

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valor) al cuidado y la salvaguardia del Seor (Jess) en quien haban credo (y seguan creyendo). Por supuesto, haban credo inicialmente en la visita anterior de Pablo. Desde Antioqua de Pisidia, siguieron a travs de Pisidia, de regreso a Panfilia y Perge, evangelizando en todos los lugares en que les era posible, a medida que avanzaban. En Perge, predicaron la Palabra sin oposicin ni maltrato alguno, segn se ve. Evidentemente, no haban predicado all cuando haban desembarcado y Marcos se haba apartado de ellos. Despus de establecer la Iglesia all, siguieron a Atalia, el puerto martimo de Perge. El informe en Antioqua de Siria (14:26-28) "De all navegaron a Antioqua, desde donde haban sido encomendados a la grada de Dios para la obra que haban cumplido. Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuan grandes cosas haba hecho Dios con ellos, y cmo haba abierto la puerta de la fe a los gentiles. Y se quedaron all mucho tiempo con los discpulos". Desde Atalia navegaron a Antioqua de Siria. All haban sido entregados a la gracia de Dios para hacer la obra que ahora haban terminado. En esta visita. Pablo y Bernab sintieron que haban realizado el ministerio para el cual el Espritu los haba enviado en Hechos 13:2-4. Por tanto, reunieron a la iglesia y le informaron todo cuanto Dios haba hecho con ellos. Es decir, contaron cuan grandes cosas Dios haca mientras ellos colaboraban con El. Tambin, cmo les haba abierto una puerta a la fe a los gentiles. (El griego dice "una puerta" y no "la puerta".) Entonces, los dos apstoles se quedaron "mucho tiempo" con los discpulos. O sea, que volvieron a asumir su ministerio de enseanza y ayudar en la asamblea de los creyentes durante varios meses, posiblemente tanto como un ao.

27.

CAPITULO 12: LA FE SIN OBRAS ES MUERTA


Lase Santiago.

Preguntas de Preparacin

1. Cul fue el fondo histrico del libro de Santiago? a) Su autor b) Su fecha c) Su destinatario

2. Por qu fue escrito?

3. Cules son los temas principales que el apstol Santiago trata?

4. En qu forma parece que Santiago contradice a Pablo?

Introduccin

Del libro de Hechos, aprendemos que muy pronto la iglesia primitiva tuvo sus problemas. En Hechos 15 vemos que una controversia muy importante tuvo que ver con la relacin que exista entre la fe y las obras. Dos cartas reflejan este problema, la dirigida a los Calatas y la de Santiago. La carta que Pablo escribi a los Glatas parece poner todo su nfasis en la fe. Por el otro lado, la carta de Santiago recalca las obras. Algunos han pensado, por lo tanto, que estas dos cartas estn en oposicin la una con la otra. Examinaremos esta conclusin, y procuraremos entender mejor el problema especialmente para ver cmo se aplica a la vida cristiana actual.

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1. El Autor

En algunas de las cartas escritas por Pablo hay referencias que indican cundo se escribi la carta, a quin, y dnde estaba l cuando la escribi. La carta de Santiago no nos da ninguno de estos datos.

Una de las grandes incgnitas de esta epstola es la identidad de su autor. No pudo haber sido el apstol Santiago, el hermano de Juan, porque a ste lo mat Heredes no mucho despus de Pentecosts, y se ve que esta carta fue escrita mucho despus. Es casi seguro que el Santiago que la escribi, fue el hermano de Cristo. Pero qu significa esta frase "el hermano de Cristo"? Los catlicos romanos que creen que Mara nunca tuvo ms hijos que Jess, insisten en que Santiago fue primo ce Jess. Hay otros eruditos que piensan que Santiago fue hijo de Jos de un matrimonio anterior, y otros que creen que fue hijo de Jos y Mara. No podemos decir con certeza entre estos dos ltimos puntos de vista; pero parece ms probable que Santiago haya sido un hermano "completo" de Jess.

2. La Fecha y los Destinatarios

No hay manera segura para saber cundo escribi Santiago su carta. Pero ciertas indicaciones, nos hacen pensar que es la primera de las cartas del Nuevo Testamento.

a) En cap. 2:2, Santiago usa la palabra "sinagoga" en vez de la palabra "iglesia". Esto puede significar que los cristianos todava hacan sus cultos con los dems judos.

b) Santiago no hace ninguna referencia a los grandes problemas doctrinales que surgieron en la iglesia, as que probablemente l escribi esta carta antes que surgieran tales problemas. Muchos eruditos bblicos sealan el ao 45 d.C. como la fecha en que se escribi la Epstola de Santiago. Santiago escribi la carta a los judos convertidos al cristianismo y que vivan "en la dispersin", o sea, fuera de Palestina. Muchos de estos judos de la dispersin, fueron convertidos en Jerusaln en el da de Pentecosts.

3. El Propsito

Las personas a quienes Santiago escribi, tenan problemas que surgan en la vida diaria cristiana, y a tales problemas se refiri Santiago. Segn parece, ellos estaban viviendo en un nivel moral y espiritual ms bajo de lo que permiten las enseanzas de Cristo. Quiz ellos confiaban en su fe, como una excusa para su relajamiento. Santiago que se interes siempre en un nivel moral alto, trata de elevar a estas personas a una vida digna del nombre de cristianos.

4. El Bosquejo

Esta carta de Santiago no est tan lgicamente presentada, como algunas de las cartas de Pablo, as que es difcil hacerle un bosquejo. Sin embargo, el sencillo bosquejo siguiente puede ayudarnos a entender los puntos ms importantes de la carta.

La Epstola de Santiago Captulos

I. Las marcas de la religin verdadera....................

II. La evidencia de la fe verdadera..........................

III. La demostracin de la sabidura verdadera......

3:1-4:12

IV. Las marcas de la piedad verdadera..................

4:13-5:20

5. El Contenido

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La Religin Verdadera

La religin es, en primer trmino, la relacin entre el hombre y Dios. Los paganos muchas veces pensaban que la religin era algo que tena muy poco efecto o ninguno en las relaciones del hombre con sus semejantes. Pero el Antiguo Testamento claramente ensea que, el que ama a Dios tiene que amar tambin a su prjimo como a s mismo. Santiago nos recuerda que el cristianismo tambin ensea esto. "La religin pura y sin mcula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los hurfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo" (1:27). Santiago seala varias maneras de llevar a la prctica el cristianismo.

1. El cristianismo no ha de ceder a la tentacin ni perder su fe en tiempos de prueba. Las


pruebas ofrecen una oportunidad para el desarrollo de la paciencia y la constancia. Dios provee la sabidura necesaria en la prueba, as como tambin promete una recompensa cuando el creyente soporta las pruebas. El cristiano no ha de dejarse engaar por lo que el mundo considera "de valor". Las riquezas no son de tanta importancia como el mundo proclama, pues todos los tesoros de esta vida son pasajeros. El cristiano no solamente tiene que escuchar la Palabra de Dios, sino tambin hacerla. Una persona puede considerarse muy religiosa, pero si no lleva a la prctica lo que la Palabra de Dios dice, se est engaando a s misma. El verdadero cristiano es aqul que cumple lo que Dios manda.

2.

3.

La Fe Verdadera

Es muy fcil pensar que la fe es algo separado de las obras. Por ejemplo: Una persona puede profesar tener fe, y con todo eso, mostrar una preferencia que halaga al rico y desprecia al pobre. Esto demuestra falta de amor. Santiago insiste que para Dios, la nica fe es la que se muestra por sus obras buenas. O sea, estas obras buenas son indispensables. An ms, Santiago se atreve a decir que el hombre se justifica por la obras.

Mucho se ha comentado en el sentido de que Santiago ensea la justificacin por las obras, en contra de la enseanza de Pablo, de que el hombre se justifica por la fe. Esto es sencillamente falso. Ambos, tanto Pablo como Santiago, creyeron y ensearon que el hombre es salvo por la fe, y que la fe verdadera siempre se manifiesta en buenas obras. Pablo acentu la justificacin por la fe, precisamente porque l est escribiendo a los que procuraban salvarse por sus buenas obras. Y Santiago, escribiendo a personas que no estaban viviendo como cristianos, insisti en la necesidad de tener buenas obras como prueba de la fe. Los dos nfasis son necesarios. Tanto la fe como las obras son importantes para el cristiano.

La Sabidura Verdadera

La sabidura consiste en el conocimiento aplicado a un buen uso. Santiago desea que el cristiano pueda llevar a la prctica en su vida la verdad del evangelio. Su deseo es que se deje ver las buenas obras "en sabia mansedumbre" (3:13).

Una buena parte de la sabidura descansa en poder controlar la lengua. Esto no es cosa fcil. Santiago llega al punto de decir, que es imposible domar completamente la lengua. Pero esto no significa que no se ha de intentar. Pues una lengua no controlada por Dios, es una lengua que puede causar grandes daos; pero una lengua gobernada por Dios puede hacer mucho bien.

Otra parte de la sabidura consiste en invitar las contiendas. En muchas ocasiones la contienda viene como resultado de una lengua no controlada, y es una evidencia de las pasiones bajas, como la avaricia y la envidia. La nica forma de controlar tales pasiones es resistiendo al diablo y acercndose a Dios lo cual es sabidura verdadera.

La Piedad Verdadera

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Santiago explica la piedad diciendo lo que no es, y lo que s es. El amonesta a aquellos que hacen sus planes futuros sin tomar en cuenta a Dios, y a aquellos que se enriquecen por medio de la violencia y la injusticia. Dios ha de castigar su pecado. Esto es especialmente verdadero para los cristianos, quienes debieran saberlo mejor. "Al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado" (4:17).

Luego presenta ejemplos de lo que es la piedad. Los que son perseguidos tienen que tener paciencia, siguiendo el ejemplo de Job y de los profetas. Los que estn enfermos han de orar pidiendo salud, y confesando sus pecados. "La oracin eficaz del justo, puede mucho" (5:16). Por ltimo, Santiago nos recuerda que somos responsables tanto por los dems, como por nosotros mismos. Si vemos a un hermano en Cristo cometiendo pecado hemos de tratar de llevarle al arrepentimiento, para que ste reciba el perdn de sus pecados.

28.

CAPITULO 13: JUSTIFICADOS POR LA FE


Lase Glatas.

Preguntas de Preparacin

1. Qu fondo histrico tiene el libro de Calatas?

2. Qu ensea Pablo acerca de la justificacin?

3. Qu ensea Pablo acerca de la libertad cristiana?

Introduccin

En el captulo anterior comentbamos que hay quienes creen que Santiago y Calatas presentan enseanzas opuestas acerca de cmo ser salvo. Esto no es cierto. La razn de esta diferencia de punto de vista entre Pablo y Santiago era porque los autores estaban escribiendo a personas con problemas diferentes.

1. Propsito

Despus de que Pablo haba predicado el evangelio a los Glatas, y haba continuado su camino, vinieron otros maestros a las iglesias que l haba establecido. Estos maestros decan que representaban a los apstoles de Jerusaln. Insinuaron que Pablo no era un apstol verdadero y que no se poda confiar en su evangelio. Ensearon a los Glatas que adems de creer en Cristo, era necesario que guardasen la ley de Moiss para poder ser salvos. En forma directa insistieron que era necesario que los glatas se circuncidaran porque la circuncisin era la seal de haber aceptado sus enseanzas. Al tener Pablo conocimiento de esto, y de que los glatas estaban inclinndose hacia estas enseanzas de los judaizantes, escribi una carta a la iglesia de Galacia advirtindoles en contra de esta falsa enseanza.

Los versculos finales de Glatas son de sumo inters. Comienza diciendo, "Mirad con cuan grandes letras os escribo de mi propia mano" (6:11). Pablo no escriba l mismo sus cartas, sino que las dictaba a un secretario. Alguna enfermedad le dificultaba a Pablo escribir y cuando lo haca tena que usar una letra muy grande. Pero su preocupacin por los cristianos de Galacia y su deseo ardiente de recalcar lo que l haba dictado antes, lo hicieron escribir personalmente estas ltimas frases.

2. Fecha y Destinatario

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No se puede fijar con precisin la fecha de esta carta. El Concilio de Jerusaln se reuni para tratar el problema de los judaizantes, y conden sus enseanzas. Escribi Pablo esta carta a los Glatas despus de la reunin del concilio? Fue un fracaso el concilio? Siguieron engaando los judaizantes a la gente con sus enseanzas? O se escribi esta carta antes de la reunin del concilio? Si as fue, podemos pensar que el concilio resolvi el problema que trata Pablo en esta carta. Parece ms probable que a los Calatas se escribi antes del concilio de Jerusaln, y se dirigi a las iglesias del sur de Galacia que Pablo visit durante su primera gira misionera.

3. Bosquejo

Glatas

Captulos

I. La autoridad que Pablo tiene, viene de Cristo....

1-2

II. La justificacin por la fe es bblica.......................

3-4

III. La libertad cristiana produce una vida santa......

5-6

4. Contenido

La Autoridad Apostlica de Pablo

Pablo comienza la carta a los Glatas con una defensa fuerte de su evangelio. El insiste en que es el nico evangelio verdadero, y que lo recibi directamente de Jesucristo. No existe una declaracin ms fuerte sobre la autenticidad del evangelio cristiano que la siguiente: "Mas si aun nosotros, o un ngel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema" (1:8).

La prueba de que el evangelio de Pablo es la verdad descansa precisamente en su origen. Le vino a l directamente del Cristo resucitado y ascendido. Pablo presenta un breve relato de su vida para probar que l no recibi instruccin en el evangelio de parte de los hombres. Ni siquiera la recibi de los dems apstoles. La recibi directamente de Cristo, cosa que los dems apstoles reconocieron. Estos no intentaron corregirle cuando l les expuso su evangelio. Al contrario, cuando en Antioquia el comportamiento de Pedro contradeca las enseanzas del evangelio, Pablo conden a Pedro cara a cara. Pablo no hubiera podido hacer esto si Pedro no hubiese reconocido a Pablo como un compaero apstol, igual que l mismo.

La Justificacin por la Fe

Pablo estaba deseoso de imprimir en las mentes de los glatas la verdad de que somos contados justos delante de Dios por la fe, no por las obras. Los judaizantes queran hacer el guardar de la ley una parte necesaria de la salvacin, pero Pablo muestra del Antiguo Testamento que no puede ser as. En primer lugar, Pablo seala que Abraham fue justificado por la fe. Los verdaderos hijos de Abraham son los que creen, tal como Abraham crey. Los que creen son justificados por la fe, porque Cristo carg con la maldicin de la ley por nosotros.

En segundo lugar, Pablo comprueba que la ley no puede ser el camino de salvacin. Dios hizo su pacto con Abraham y prometi a Abraham la salvacin. La ley no vino hasta 430 aos despus, y por lo tanto no puede cambiar el arreglo que Dios hizo con Abraham. Ms bien, la ley vino para que los hombres pudieran entender su pecado y buscar salvacin por medio de la promesa de Dios.

En tercer lugar, Pablo ensea que la ley tuvo como propsito guiar al pueblo de Dios hasta que Cristo viniera. A travs de su ceremonial y los sacrificios, la ley fue el maestro que sealaba el sacrificio perfecto de Cristo. Cuando vino Cristo, ya no se necesit el maestro. Por medio de la venida de Cristo, los creyentes han crecido del estado de nios al de herederos.

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En cuarto lugar Pablo menciona el hecho de que los cristianos de esta edad neotestamentaria estn libres de la esclavitud de ceremonias y sacrificios. Cristo nos ha librado y no debemos tratar de volver a la esclavitud.

La Libertad Cristiana

El ltimo punto mencionado en el prrafo de arriba se conoce como "libertad cristiana". Es la enseanza de que Cristo nos ha librado de la servidumbre de la ley del Antiguo Testamento y de las enseanzas humanas. El cristiano es el siervo de Cristo. No es esclavo de nadie.

En los captulos finales de Glatas, Pablo reglamenta el uso de la libertad cristiana. Primero tenernos que sostener nuestra libertad con firmeza. No hemos de dejar que nadie nos lleve de nuevo a la esclavitud a ninguna cosa o a nadie ms que a Cristo. Segundo, es necesario que tengamos presente siempre que nuestra libertad debe ejercitarse en amor. No es una libertad para daar a otros, sino para ayudarles. Por ltimo, hemos de vivir una vida guiada por el Espritu de Dios. Entonces seremos verdaderos seguidores de Cristo, podremos retener nuestra libertad y usarla como es debido. La libertad cristiana no es la libertad de pecar. Es libertad para seguir a Cristo y slo a l.

29.

CAPITULO 14: NINGUNA CARGA MAYOR


Lase Hechos 15:1-35.

Preguntas de Preparacin

1. Qu problema surgi en la iglesia de Antioquia?

2. Cmo recibieron Pedro y Santiago el hecho de aceptar a los gentiles en la iglesia?

3. Cul fue el mensaje enviado a Antioquia?

Introduccin

En los dos captulos anteriores se ha visto algo sobre el problema que surgi en la iglesia primitiva. Vimos en la carta de Santiago el fuerte nfasis sobre la obediencia a la ley. En la carta de Pablo a los Glatas encontramos un fuerte nfasis sobre la justificacin por la fe y la libertad cristiana. Realmente no existe ningn desacuerdo bsico entre Santiago y Pablo. Los dos aspectos juntos forman la base para una experiencia cristiana slida. Pero hubo lderes judos que llevaron el nfasis de Santiago a una conclusin falsa. Estos maestros judos cristianos causaron una contienda en la iglesia. Esta contienda provoc el concilio que estudiamos ahora en este captulo.

1. El Problema de Antioquia

La iglesia de Antioquia estaba compuesta en su mayora de cristianos gentiles. A esta iglesia vinieron de Judea hombres que enseaban que era necesario que los cristianos gentiles se circuncidaran. La circuncisin era una seal de que la persona aceptaba todo el ritual y los requisitos ceremoniales de la ley mosaica. Por lo tanto, estos maestros decan en efecto, que era necesario hacerse judo para ser salvo. Aun Pedro se inclin por esta idea por un tiempo.

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En Glatas 2 leemos que l haba estado comiendo con cristianos gentiles; pero bajo la presin de las enseanzas de los judaizantes, l dej de hacerlo y comi solamente con judos.

Pablo y Bernab se dieron cuenta de la importancia de esta enseanza. Si se exiga la circuncisin a los gentiles para que pudieran comer con los judos, pronto resultara que la circuncisin se convertira en un requisito para ser miembro de la iglesia, y aun para la salvacin. La puerta que Dios haba abierto para los gentiles, se cerrara de golpe. Por eso Pablo y Bernab lucharon enrgicamente en contra de esta enseanza. Pronto toda la iglesia de Antioquia lo estaba discutiendo. Al fin se decidi buscar consejo sobre este asunto, y se nombr a Pablo y a Bernab para que fuesen a Jerusaln y presentasen el problema ante la iglesia de ah.

2. El Concilio en Jerusaln

Estando Pablo y Bernab camino a Jerusaln, visitaron a las iglesias en Fenicia y Samara y dieron testimonio de lo que Dios haba obrado a travs de ellos entre los gentiles. Estas iglesias, compuestas en su mayora por gentiles, se regocijaron grandemente con estas noticias.

Al llegar a Jerusaln, los apstoles relataron nuevamente sus experiencias, pero aqu la acogida fue diferente. Algunos cristianos que haban sido fariseos, se disgustaron mucho. Pablo, con su conversin, haba cambiado totalmente su punto de vista, mas estos ex-fariseos convertidos todava crean firmemente en la necesidad de guardar todos los pormenores de la ley judaica. Los apstoles y los ancianos se reunieron en concilio para considerar esta diferencia de opinin.

El concilio estudi detalladamente el asunto y debati mucho. Por fin habl Pedro. El trajo a la memoria de los all presentes, que Dios le haba escogido a l para que fuera la persona por medio de la cual los gentiles oyeran por primera vez el evangelio. Dios haba puesto el sello de su aprobacin sobre los gentiles al darles el Espritu. Cmo poda la iglesia demandar que los gentiles guardasen la ley, si ni aun los judos la podan cumplir?

Si estas palabras hubiesen venido de Pablo, los que se oponan no les hubieran prestado atencin alguna. Mas siendo Pedro el que hablaba, Pedro el apstol de los judos, su argumento tuvo mucho peso para ellos.

En seguida habl Santiago, el hermano de Cristo. Quiz los fariseos esperaban que l apoyara las ideas de esa secta, ya que Santiago era muy devoto a la ley de Dios. Si as fue, ellos se vieron defraudados. Santiago cit la profeca de Amos, la parte que dice que la venida de Cristo dara por resultado la salvacin de los gentiles. Santiago expres su opinin en el sentido de que se deba aceptar libremente a los gentiles. Lo nico que se les deba pedir era que se abstuvieran de prcticas que molestaran en forma directa a los creyentes judos.

3. La Carta

Para informar a las iglesias en Antioquia, Siria y Silicia esta decisin, el concilio formul una carta que habra de ser llevada a dichas iglesias por representantes de la iglesia de Jerusaln. La carta declar que los gentiles iban a ser recibidos con toda libertad en la iglesia, sobre la misma base que los judos, y seal las restricciones que Santiago haba mencionado. La carta fue llevada a Antioquia por Judas y Silas quienes viajaron al norte con Pablo y Bernab. Judas y Silas predicaron en Antioquia por un tiempo, y entonces regresaron a Jerusaln. Ms Pablo y Bernab permanecieron en Antioquia, ministrando la Palabra de Dios.

4. La Decisin

Es muy difcil para nosotros apreciar la grande importancia del conflicto que se decidi en Jerusaln. A primera vista, puede parecemos como una discusin sobre algo sin mucha importancia. Pero Lucas s se dio cuenta de su importancia y le dedic una buena parte de su

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libro. El comprendi que si el concilio hubiese tomado una decisin distinta, la labor misionera de Pablo hubiera terminado de golpe; el evangelio no se hubiera dado a los gentiles; la iglesia hubiera sido solamente una pequea secta judaica, y el mandato de Cristo de llevar su evangelio a todo el mundo no hubiera sido obedecido.

30.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 15 El concilio de Jerusaln, del cual trata este captulo, es otro hito importante en la historia de la Iglesia. Los dirigentes de la Iglesia en Jerusaln estuvieron satisfechos con el relato de Pedro sobre la forma en que Dios haba aceptado a los gentiles incircuncisos de Cesarea y los haba bautizado en el Espritu Santo. Despus, segn Glatas 2:1-10, cuando Pablo visit Jerusaln y present el Evangelio que predicaba en medio de los gentiles, le dieron su aprobacin a su mensaje y no exigieron que Tito fuera circuncidado. Un poco despus (Glatas 2:11-16), cuando Pedro lleg a Antioqua de Siria, disfrut de la fraternidad de la mesa con los gentiles y comi comida que no era kosher (pura) con ellos, como haba hecho en la casa de Cornelio. Pero entonces, llegaron algunos creyentes judos de parte de Jacobo (no enviados oficialmente, sino enviados a ayudar y animar a los creyentes. No obstante, es probable que fueran fariseos convertidos, todava estrictos en cuanto a que los creyentes judos deban conservar las costumbres tradicionales. Por miedo a ellos, Pedro dej de comer con los gentiles y se apart de su compaa; su ejemplo haba afectado a los otros creyentes judos de Antioqua. Hasta Bernab se haba dejado llevar por esta hipocresa. Por ese motivo. Pablo tom posicin contra Pedro y lo hizo enfrentarse con la hipocresa que significaba lo que estaba haciendo (Glatas 2:14) Pablo y Bernab son enviados a Jerusaln (15:1-5) "Entonces algunos que venan de Judea enseaban a los hermanos: Si no os circuncidis conforme al rito de Moiss, no podis ser salvos. Como Pablo y Bernab tuviesen una discusin y contienda no pequea con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernab a Jerusaln, y algunos otros de ellos, a los apstoles y los ancianos, para tratar esta cuestin. Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversin de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos. Y llegados a Jerusaln, fueron recibidos por la iglesia y los apstoles y los ndanos, y refirieron todas las cosas que Dios haba hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que haban credo, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moiss". Ms tarde, despus de la visita de Pedro, llegaron otros creyentes judos de nombre desconocido a Antioqua, procedentes de Judea, y fueron un paso ms all. Comenzaron a ensearles a los hermanos gentiles que a menos que se circuncidaran de acuerdo con el rito de Moiss, no podan ser salvos. Estos maestros, que ms tarde seran llamados "judaizantes", no negaban que aquellos gentiles fueran creyentes bautizados en el Espritu Santo. Pero la salvacin de la que hablaban era la salvacin definitiva por la que recibiremos nuestro nuevo cuerpo (en el rapto de la Iglesia) y seremos transformados. (Compare con Romanos 13:11, "Ahora est ms cerca de nosotros nuestra salvacin que cuando cremos.") Como lo indican 1 Juan 3:2; Romanos 8:17, 23, 24 y 1 Corintios 15:57, ya somos hijos de Dios, pero todava no tenemos todo lo que l nos ha prometido. As ser hasta que Jess venga de nuevo y lo veamos tal cual es; entonces nuestro cuerpo ser transformado y se convertir en semejante a su cuerpo glorificado. La promesa de Dios incluye tambin nuestro futuro reinado con Cristo y la conversin de la Nueva Jerusaln en nuestro hogar definitivo, as como en el cielo nuevo y la nueva tierra (2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:1, 2) As que, lo que estos judaizantes decan en realidad era que los creyentes gentiles deban ser circuncidados y someterse al Pacto Antiguo de la Ley de Moiss; de no ser as, no podran heredar las promesas que an estaban por venir. Con esto tambin decan

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implcitamente que perderan todo lo que ya haban recibido si no se hacan judos y se circuncidaban. Este ha sido con frecuencia el clamor de los falsos profetas: Usted perder su salvacin si no acepta nuestra enseanza favorita. Todava hay quienes dicen que una persona no es real o totalmente salva a menos que pase por ciertos ritos o ceremonias prescritos. Todos estos no son capaces de reconocer que la salvacin es por gracia a travs de la fe solamente, como se ensea con claridad en Romanos 10:9, 10 y Efesios 2:8, 9. Esta enseanza judaizante provoc no pequea discusin (perturbacin, discordia, acritud) y contienda (interrogatorios) entre ellos (o, con ms probabilidad, entre los hermanos) y Pablo y Bernab. Entonces ellos (los hermanos) dispusieron que Pablo, Bernab y algunos otros subieran a Jerusaln, a los apstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestin. Es probable que estos maestros ya hubieran seguido adelante en un intento por difundir sus enseanzas en las otras iglesias que Pablo haba fundado en el sur de la Galacia. Puesto que Pablo tena que ir a Jerusaln, no poda ir a estas iglesias a ponerlos en su lugar. As pues, parece evidente que por este tiempo (aos 48 y 49 d.C.), el Espritu lo guiara y lo inspirara a escribir la epstola a los Glatas. La iglesia entera sali a encaminar a Pablo, a Bernab y a los dems por un corto trecho. Con esto, les estaba demostrando que an se los amaba, se los respetaba y se tena confianza en ellos, a pesar de las dudas que haban suscitado aquellos maestros judaizantes. Pablo tom el camino con rumbo sur a travs de Fenicia y de la provincia de Samaria, detenindose a visitar a las iglesias a todo lo largo de su trayectoria. En cada lugar, haca un relato completo de la forma en que los gentiles se estaban convirtiendo al Seor. Esto causaba gran gozo entre todos los hermanos. Aunque compuestas por creyentes judos en Fenicia y por creyentes samaritanos en Samaria, las iglesias aceptaron toda la Palabra de Dios en medio de los gentiles sin vacilar. Al hacerles un informe completo, no hay duda de que Pablo incluyera tanto las persecuciones como los milagros. Tambin podemos estar seguros de que les habl del bautismo en el Espritu Santo y la confirmacin de la fe de estos creyentes. Tambin en Jerusaln la Iglesia les dio la bienvenida, y los apstoles y ancianos les dieron una recepcin favorable. Todos escucharon el informe de lo mucho que Dios haba hecho con ellos (junto con ellos, como compaeros de trabajo). Le dieron a Dios toda la gloria; El haba estado con ellos; era quien haba hecho el trabajo en realidad. (Compare con 1 Corintios 3:5-7.) Sin embargo, no pas mucho tiempo antes de que algunos fariseos convertidos se levantaran en medio de la asamblea de Jerusaln. Con toda fuerza, expresaron su idea de que era (y segua siendo) necesario circuncidar a los gentiles y mandarles que guardaran (observaran) la Ley de Moiss. El estudio del asunto (15:6-12) "Y se reunieron los apstoles y los ancianos para conocer de este asunto. Y despus de mucha discusin, Pedro se levant y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabis cmo ya hace algn tiempo que Dios escogi que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dndoles el Espritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. Ahora, pues, por qu tentis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discpulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la grada del Seor Jess seremos salvos, de igual modo que ellos Entonces toda la multitud call, y oyeron a Bernab y a Pablo, que contaban cuan grandes seales y maravillas haba hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles". Despus, los apstoles y los ancianos se reunieron para estudiar el asunto. Sin embargo, no era una reunin cerrada. El versculo 12 indica que haba una multitud (muchedumbre) presente.

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Al principio hubo mucha discusin, no en el sentido de disensin, sino ms bien que hubo muchas preguntas y muchas argumentaciones durante su intento de escudriar el asunto. Sabiamente, los dirigentes permitan que los presentes presentaran diversos puntos de vista. Finalmente, despus de un largo debate, Pedro se levant y les record que por decisin de Dios, l les haba llevado el Evangelio a los gentiles (de Cesarea) y haban credo. Entonces Dios, que vea la fe de su corazn, les dio testimonio de que eran creyentes, dndoles el Espritu Santo, tal como lo haba hecho con todos los creyentes judos. De esta manera, indicaba que no haca distincin ni separacin entre creyentes gentiles y judos en forma alguna, "purificando (limpiando) por la fe sus corazones". Es decir, que Dios ya haba purificado sus corazones por fe cuando demostr que no haba distincin al bautizarlos en el Espritu Santo. Dicho de otra forma, no eran la circuncisin, ni la obediencia a la Ley de Moiss las necesarias para que Dios diera testimonio de su fe derramando su Espritu, sino un corazn purificado por esa misma fe. Despus Pedro les pregunt por qu queran tentar a Dios (ponerlo a prueba) echando a un lado lo que l haba hecho y dejado en claro en Cesarea, con lo cual estaban suscitando su ira. Poner un yugo sobre el cuello de estos discpulos gentiles, que ni los judos cristianos ni sus antepasados judos haban tenido fuerza para cargar, sera ciertamente poner a prueba a Dios, despus de su misericordiosa revelacin de Cesarea. Despus termin declarando que por medio de la gracia del Seor Jesucristo, los discpulos judos seguan creyendo para seguir siendo salvos, exactamente de la misma manera que los creyentes gentiles. Es decir, por gracia, sin el pesado yugo de la Ley y las ataduras legalistas a las que los animaban los fariseos (quienes eran muy severos en aquellos tiempos). As era como todos continuaban su relacin con Cristo. Estas palabras de Pedro calmaron a la multitud, que escuch en silencio mientras Bernab y Pablo relataban (y explicaban) los muchos prodigios y seales que Dios haba hecho entre los gentiles a travs de ellos. Con esto queran decir que los milagros mostraban el inters de Dios por ganar a aquellos gentiles para Cristo y solidificarlos en la fe. Como Pablo les escribira ms tarde a los corintios, su predicacin no era con palabras persuasivas, sino con demostracin del Espritu y de poder, para que su fe no estuviera fundada en la sabidura de los hombres, sino en el poder de Dios (1 Corintios 2:4, 5) Una palabra de sabidura (15:13-29) "Y cuando ellos callaron, Jacobo respondi diciendo: Varones hermanos, odme. Simn ha contado cmo Dios visit por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como est escrito: Despus de esto volver y reedificar el tabernculo de David, que est cado; y reparar sus ruinas, y lo volver a levantar, para que el resto de los hombres busque al Seor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Seor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los dolos, de fornicacin, de ahogado y de sangre. Porque Moiss desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es ledo cada da de reposo. Entonces pareci bien a los apstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioqua con Pablo y Bernab: a Judas que tena por sobrenombre Barsabs, y a Silas, varones principales entre los hermanos; y escribir por conducto de ellos: Los apstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que estn en Antioqua, en Siria y en Cilicia, salud. Por cuanto hemos odo que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernab y Pablo, hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Seor Jesucristo. As que enviamos a Judas y a Silas, los cuales tambin de palabra os harn saber lo mismo.

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Porque ha parecido bien al Espritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga ms que estas cosas necesarias: que os abstengis de lo sacrificado a dolos, de sangre, de ahogado y de fornicacin; de las cuales cosas si os guardareis, bien haris. Pasadlo bien". Despus de que Pablo y Bernab terminaron de hablar, la multitud esper hasta que Jacobo rompi el silencio pidiendo que lo oyeran. Pero en esta solicitud habla como hermano, y no como alguien que tuviera autoridad superior. Primeramente llam su atencin hacia lo que Pedro haba dicho, llamndolo por su nombre hebreo. Simn (Simen). Lo resumi diciendo que Dios, en la casa de Cornelio (antes de que fueran salvos otros gentiles), visit por primera vez a los gentiles (intervino para llevarles bendicin) para tomar de ellos (las naciones) un pueblo para su nombre, esto es, un pueblo que honrara su Nombre y fuera suyo. Entonces, busc los fundamentos de esto en los profetas, citando Amos 9:11, 12, de la versin griega de los Setenta. Esta difiere de la hebrea porque pone en lugar de Edom, "los hombres" (la humanidad, los seres humanos). En realidad, el hebreo tambin podra leerse "hombre" (hebreo, adam) en lugar de Edom. Es evidente tambin que Jacobo tom la reedificacin del tabernculo (tienda) cado de David como una profeca paralela a la que habla de que el Mesas surgira como un renuevo o brote del trono de Isa y de la raz de David. Aunque hubiera desaparecido la gloria de David y su reino hubiera cado. Dios levantara al Mesas de entre los descendientes de David, y restaurara la esperanza, no slo para Israel, sino para los gentiles que quisieran aceptar a ese Mesas y convertirse en miembros del pueblo de Dios. Esta era, como haban dicho los profetas, la obra del Seor que ha conocido todas estas cosas desde tiempos antiguos, esto es, desde el principio de los tiempos. La expresin "yo juzgo" (versculo 19) estara mejor traducida "me parece buena idea". Jacobo no estaba actuando como juez en este momento, ni como el anciano que gobernaba a la Iglesia. En el versculo 28 leemos: "Ha parecido bien al Espritu Santo, y a nosotros", y no "a Jacobo y a nosotros". En esta situacin, Jacobo no era ms que un hermano cristiano, un miembro del Cuerpo, que haba dado una palabra de sabidura por decisin del Espritu (Vea 1 Corintios 12:8, 11). La Palabra de Sabidura del Espritu fue que no se inquietara ms a los creyentes gentiles (con ms exigencias a su fe y a su conducta). En cambio, deban escribir una carta en la cual se les dijera (orientara a) que se apartaran (abstuvieran) de las contaminaciones de los dolos (todo lo relacionado con la adoracin de dolos), de la fornicacin (los diversos tipos de inmoralidad hetero y homosexual practicadas habitualmente por tantos paganos gentiles), de ahogado (animales matados sin desangrar), y de sangre. Estas eran las cosas que se les deban pedir a los gentiles, y no con el propsito de colocarlos bajo el peso de una serie de normas. Ms bien era por los creyentes judos y por el bien del testimonio de las sinagogas en cada ciudad en que haban estado por generaciones, desde tiempos antiguos. Las dos primeras peticiones, apartarse de la contaminacin o de las cosas contaminadas de la idolatra y de todas las formas de inmoralidad sexual, eran por el bien del testimonio judo a favor del nico Dios verdadero y las altas exigencias morales que surgen cuando se tiene un Dios que es santo. Los gentiles no deban conservar nada que hubiera formado parte de su antiguo culto a los dolos, ni siquiera como herencia de familia, y aun cuando ahora ya saban que aquellas cosas carecan de significado y no podan hacer dao. Sus vecinos idlatras lo interpretaran mal y supondran que el culto a Dios se poda mezclar con el culto o las ideas paganas. Tambin haba que recordarles a los creyentes gentiles las altas normas de moral que Dios exige. Ellos procedan de un fondo cultural en el cual se aceptaba la inmoralidad, e incluso se fomentaba en nombre de la religin. Hizo falta una gran cantidad de enseanza para lograr que se dieran cuenta de que las cosas que todos los dems hacan estaban mal hechas. Pablo tuvo que tratar en varias de sus epstolas con gran severidad asuntos relativos a problemas de inmoralidad. (Vea Romanos 6:12, 13, 9-23; 1 Corintios 5:1, 9-12; 6:13, 15-20; 10:8; Glatas 5:19-21; Efesios 5:3, 5; Colosenses 3:5, 6; 1 Timoteo 1:9, 10.) Las dos solicitudes segundas tenan por objeto promover las relaciones entre los creyentes judos y los gentiles. Si haba algo que le revolva el estmago a un judo

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creyente, era comer carne que no hubiera sido desangrada, o comer sangre. Si se les iba a pedir a los creyentes judos que cedieran mucho al comer comida que no fuera kosher (pura) en las casas de los creyentes gentiles, entonces los creyentes gentiles podan ceder ellos tambin un poco, y evitar servir y comer aquellas cosas que ningn judo, por mucho tiempo que llevara en su nueva fe, poda soportar en el estmago. Haba un precedente para estas dos ltimas peticiones, porque mucho antes de la poca de Moiss, bastante tiempo antes de que se diera la Ley, Dios le haba dicho a No que no comiera sangre porque representaba la vida. La misma restriccin en la Ley de Moiss trataba la sangre como tipo que sealaba profticamente a la sangre de Cristo y mostraba su importancia. Sin embargo. Santiago no habl de esta tipologa. Primariamente, la preocupacin por la fraternidad entre judos y gentiles era lo que le interesaba. Este era el tipo de sabidura del que habla Jacobo en su epstola (Santiago 3:17, 18). Era pura, pacfica, amable y benigna. Los apstoles y ancianos, junto con toda la iglesia, pensaron que sera bueno enviar hombres escogidos de entre ellos mismos para que fueran con Pablo y Bernab a Antioqua a presentar su decisin y su carta. Los escogidos fueron Judas Barsabs y Silas (contraccin de Silvano; 2 Corintios 1:19), varones principales de la Iglesia de Jerusaln. La carta especificaba con toda claridad que la Iglesia de Jerusaln no ordenaba que los creyentes gentiles deban circuncidarse y guardar la Ley. Su decisin de mandar hombres escogidos con sus amados Bernab y Pablo, haba surgido mientras se hallaban reunidos. En otras palabras, la decisin haba sido unnime. Adems, tanto Bernab como Pablo eran hombres amados por ellos. As se los recomendaban a los creyentes gentiles de Antioqua como hombres que haban expuesto su vida por el nombre de nuestro Seor Jesucristo (es decir, por todo lo que su nombre significa: su amor, su salvacin, su grada, su persona, etc.). Judas y Silas confirmaran personalmente todo aquello. Slo se les pediran las cosas necesarias, que les haban parecido bien al Espritu y a los creyentes de Jerusaln. Si se guardaban de aquellas cosas, haran bien. "Pasadlo bien" se traducira literalmente "fortaleceos", pero se haba convertido en una frase comn usada al final de una carta para despedirse. El regocijo en Antioqua (15:30-35) "As, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioqua, y reuniendo a la congregacin, entregaron la carta; habiendo ledo la cual, se regocijaron por la consolacin. Y Judas y Silas/ como ellos tambin eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras. Y pasando algn tiempo all, fueron despedidos en paz por los hermanos, para volver a aquellos que los haban enviado. Ms a Silas le pareci bien el quedarse all. Y Pablo y Bernab continuaron en Antioquia, enseando la palabra del Seor y anunciando el evangelio con otros muchos". Cuando Pablo y sus acompaantes llegaron y le leyeron la carta a toda la multitud de los creyentes de Antioqua, ellos (todo el Cuerpo) se regocijaron grandemente por la consolacin (aliento, exhortacin). Est claro que Pablo haba aceptado la decisin del Concilio de Jerusaln, y le produca regocijo. Entonces, Judas y Silas hicieron ms que limitarse a confirmar lo que deca la carta. Eran profetas (voceros de Dios, usados por el Espritu Santo en el don de profeca para la edificacin, exhortacin y consuelo o aliento de los creyentes). Por el Espritu, consolaron (animaron y exhortaron) a los hermanos con muchas palabras (dadas por el Espritu). Por medio de esas palabras, los confirmaron (apoyaron, sostuvieron). Es decir, les dieron slidos alientos para que olvidaran las discusiones de los judaizantes y mantuvieran su fe en Cristo y en el Evangelio que haban recibido, el Evangelio de la salvacin por gracia a travs de la fe sola (fuera de las obras de la Ley), tal como Pablo afirma claramente en sus epstolas a los Romanos y los Glatas. Despus de algn tiempo, los hermanos (los creyentes de Antioqua) despidieron en paz (y deseo de bienestar) a Judas y a Silas, para que regresaran a quienes los haban

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enviado, esto es, a toda la Iglesia de Jerusaln, como aparece en griego. Judas Barsabs regres, pero Silas prefiri quedarse. Pablo y Bernab se quedaron tambin en Antioqua para ensear y predicar el Evangelio junto con muchos otros; el Seor haba suscitado muchos otros maestros y personas dedicadas a difundir el Evangelio en aquella iglesia an creciente. Entre ellos es posible que hubiera algunos otros que llegaran desde Jerusaln y desde otros lugares. Pero, sin duda, la mayora eran personas de la asamblea local. Tambin ellos estaban entrando en la obra del ministerio para la edificacin (construccin) del Cuerpo de Cristo. Pablo escribira ms tarde que todos los santos (todos los creyentes consagrados) deban recibir ministerio de Cristo para que fuera edificado su Cuerpo (Efesios 4:12, 15, 16). La separacin de Pablo y Bernab (15:36-41) "Despus de algunos das. Pablo dijo a Bernab: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Seor, para ver cmo estn. Bernab quera que llevasen consigo a Juan, el que tenia por sobrenombre Marcos; pero a Pablo no le pareca bien llevar consigo al que se haba apartado de ellos desde Panflia, y no haba ido con ellos a la obra. Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernab, tomando a Marcos, naveg a Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, sali encomendado por los hermanos a la gracia del Seor, y pas por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias". Despus de algunos das (lo cual poda significar una cantidad considerable de tiempo). Pablo le sugiri a Bernab que se fueran a visitar a los hermanos de las iglesias fundadas durante el primer viaje misionero en Chipre y en el sur de la Galacia. A travs de todo su ministerio. Pablo siempre mantuvo un amor y una preocupacin que lo mantenan orando por las iglesias y los creyentes a los que haba ministrado. Sus epstolas son evidencia de ello. Cuando Bernab decidi que quera llevar consigo a Juan Marcos, Pablo no estim que fuera digno de ello. Marcos los haba dejado plantados en un momento importante, cuando ellos lo necesitaban para la obra. Evidentemente, Pablo no crea que fuera bueno llevar a aquellas iglesias jvenes a una persona que pudiera no ser buen ejemplo en cuanto a fe y diligencia. Sin embargo, Bernab estaba decidido a darle otra oportunidad a su primo. Tanto Pablo como Bernab tenan tan fuertes sentimientos con respecto a esto, que se sintieron irritados por un tiempo, quiz incluso indignados. El griego indica que hubo sentimientos fuertemente heridos entre ellos. Pero no permitieron que esto fuera obstculo para la obra del Seor; terminaron estableciendo un acuerdo pacfico. Decidieron que lo mejor era separarse y dividirse la responsabilidad de visitar y animar a los creyentes. As fue como Bernab tom consigo a su primo Marcos y se fue a Chipre a visitar las iglesias fundadas en la primera parte del primer viaje. Esto era sabido, porque Chipre era territorio familiar para Marcos. All, haba sido fiel. Era mejor llevarlo de nuevo a la regin donde haba tenido xito. Se ve que Bernab tuvo razn en querer darle a Marcos una segunda oportunidad, en el hecho de que Pablo le pedira ms tarde a Timoteo que le llevara consigo a Marcos porque le era til para el ministerio (2 Timoteo 4:11). Marcos estaba tambin con Pedro cuando ste visit Babilonia (1 Pedro 5:13). La tradicin primitiva tambin dice que Marcos escribi la predicacin de Pedro en su evangelio. As que tenemos que agradecerles tanto a Bernab como a Pedro que Marcos llegara a una situacin en la que el Espritu Santo lo pudiera dirigir y le pudiera inspirar la redaccin del segundo evangelio. Pablo escogi a Silas, quien era un creyente maduro, un profeta que ya haba sido usado por el Espritu para exhortar y animar a las iglesias. Silas sera un excelente ayudante para Pablo en su esfuerzo por animar a las iglesias del sur de la Galacia, que se hallaban en un ambiente sumamente difcil. Puesto que Silas era un miembro distinguido de la iglesia de Jerusaln, esto tambin ayudara a demostrar ante las iglesias de la Galacia la unidad entre Pablo y los dirigentes de Jerusaln, y de esta manera terminara de liquidar las discusiones de los judaizantes. Tambin era una buena ayuda que Silas fuera ciudadano romano, al igual que Pablo. (Vea Hechos 16:37, 38).

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Entonces, los hermanos de Antioqua los liberaron y los encomendaron otra vez a la gracia de Dios. As fue como tomaron el camino a travs de Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias. Estas seran las asambleas que haba en ciudades situadas al norte de Antioqua en Siria y en Tarso, la ciudad natal de Pablo, en Cilicia.

31.

CAPITULO 15: UN VARN MACEDONIO


PARTE 3

LA EXPANSIN DEL MINISTERIO DE CRISTO

Lase Hechos 15:36-16:15.

Preguntas de Preparacin

1. Por qu llev Pablo a Silas como compaero en su segundo viaje?

2. Cmo fueron guiados los misioneros por el Espritu Santo?

3. Cmo fue recibido el evangelio en Europa?

Introduccin

Despus del Concilio de Jerusaln, Pablo y Bernab volvieron a Antioquia en compaa de Judas y Silas. Cuando Judas y Silas regresaron a Jerusaln, Pablo y Bernab siguieron predicando en Antioquia. La iglesia de Antioquia se compona de varias congregaciones y haba otros obreros trabajando con Pablo y Bernab en esa ciudad. Despus de que ellos estuvieron ministrando all un buen tiempo, Pablo le sugiri a Bernab que deban visitar las iglesias que haban organizado durante su primer viaje misionero.

1. El Desacuerdo

Es triste, pero cierto, que ocurren fuertes desacuerdos entre los cristianos como entre los no cristianos. Ni aun los apstoles se vieron libres de tales contenciones. Bernab quiso llevar a Juan Marcos en el segundo viaje; Pablo no quiso. Marcos los haba dejado en el primer viaje y por eso Pablo consider tonto volverle a llevar con ellos. Quiz haba entre ellos un desacuerdo anterior a ste, pues Glatas 2:13 indica que Bernab haba seguido el ejemplo de Pedro de no comer con los gentiles. Si as fue, es muy posible que esto haya servido para debilitar la unin que haba entre estos dos apstoles. Sea como sea, decidieron separarse. Lucas no procura ocultar el problema y tampoco echa la culpa a uno u a otro. Seguramente los dos compartan la culpa. No obstante Dios en su sabidura y gracia, us aun estas flaquezas humanas para el extendimiento de su obra. Bernab retorn a su isla natal de Chipre para continuar la obra ah, mientras Pablo regres al Asia Menor para visitar de nuevo a las iglesias. Como a l le haca falta ahora un compaero de viaje, Pablo fue a Jerusaln para buscar a Silas. Estos dos entonces viajaron desde Antioquia hacia el norte, cruzando la sierra montaosa de los Tauros para llegar a Derbe y a Listra.

2. En Galacia

Ahora se encuentra a Pablo de nuevo entre la gente a quien anteriormente haba escrito la carta a los Glatas. Aqu es donde los cristianos haban sido expuestos a la

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enseanza falsa de los judaizantes, los cuales recalcaron la necesidad de la circuncisin. Contra tal enseanza Pablo se haba opuesto enrgicamente. Sin embargo, ahora en Listra Pablo circuncid a Timoteo, un joven cristiano, cuyo padre era griego, antes de incluir a Timoteo en el grupo misionero. Fue esto una contradiccin de lo que Pablo haba enseado en su carta a los Glatas? No. Pablo insisti en que los gentiles no necesitaban circuncidarse. Pero ya que la madre de Timoteo era juda, y tanto ella como la abuela haban educado a Timoteo en la fe judaica, (2 Ti. 1:5), Pablo decidi circuncidarle con el propsito de evitar conflictos intiles. Esta actitud est de acuerdo con su idea de 1 Corintios 9:22... "A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos".

Conforme visitaban las ciudades de su ruta, Pablo y Silas entregaban a las iglesias copias de la carta que el Concilio de Jerusaln haba enviado a la iglesia de Antioquia. Esto sostuvo lo que Pablo haba enseado en su carta a los Glatas, y fortaleci a las iglesias en su fe.

3. Guiados por el Espritu

Los misioneros decidieron alargar su viaje ms all de las iglesias que haban visitado anteriormente. Parece que pensaban predicar en la provincia de Asia, cuya ciudad principal era feso. Sin embargo el Espritu Santo les prohibi predicar ah. Puede ser que el Espritu Santo haya hablado directamente con ellos, o quiz les habl por medio de algn profeta en alguna de las iglesias. Obedientes a la indicacin recibida, ellos cambiaron de ruta y fueron hacia el norte en la direccin de las ciudades de Bitinia. (Vase un mapa). Ms otra vez el Espritu Santos los detuvo. Por lo tanto se encaminaron hacia el poniente, hasta llegar a Troas, la antigua ciudad de Troya.

Estando ellos en Troas, el Espritu Santo nuevamente les gui, esta vez en una manera positiva. Pablo tuvo una visin de un hombre que les llamaba a visitar Macedonia, por lo tanto abordaron un barco para ir a Filipos, ciudad situada en el continente de Europa. Lucas les acompa desde Troas, tomando el barco juntamente con ellos.

4. El Evangelio en Europa

El viaje de Troas a Nepolis, rumbo al norte se hizo en dos das. Nepolis era el puerto de Filipos. Filipos era una importante ciudad de Macedonia. Era colonia romana poblada por soldados romanos jubilados, cosa que daba a la ciudad cierto prestigio.

En Filipos Pablo sigui su costumbre de predicar primero a los judos. No haba sinagoga. Esto indica que no haba muchos judos en Filipos, ya que con slo diez hombres judos se poda establecer una sinagoga. Cuando no haba suficientes hombres como para formar una sinagoga, era costumbre de los judos buscar algn otro lugar donde pudieran adorar a Dios. En Filipos se reunan en la ribera del ro. Pablo, Silas, Timoteo y Lucas encontraron este lugar y predicaron a las mujeres ah reunidas el mensaje de la salvacin de Cristo. Este primer mensaje del evangelio que se predic en el continente de Europa fue bendecido por Dios. Entre las mujeres presentes estaba Lidia, una mujer que era "temerosa de Dios" (o sea, una persona que, siendo gentil, adoraba al Dios de Israel).

Ella venda la tela color prpura que se usaba mucho en las clases sociales de prestigio. Esta mujer crey, y ella y los de su casa fueron bautizados. Ella insisti en que los misioneros se hospedaran en su casa mientras estuvieran en Filipos. As fue establecida en Europa una cabeza de playa para el evangelio.

32.

CAPITULO 16: SERAS SALVO TU...

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Lase Hechos 16:16-40.

Preguntas de Preparacin

1. Por qu fueron echados a la crcel los misioneros?

2. Qu sucedi cuando estaban prisioneros?

3. Cmo fueron librados de la crcel?

Introduccin

La misin en Macedonia tuvo xito desde el principio. Pablo y Silas permanecieron ah por un buen tiempo predicando el evangelio.

1. La Muchacha Esclava

Lucas nos relata de una muchacha trgicamente cautiva. Primero, porque era una esclava. Un esclavo no tena ningn derecho propio, pues estaba absolutamente sujeto en todo a la voluntad de su dueo. Esta muchacha era propiedad de unos hombres cuyo nico inters era el dinero. Segundo, estaba poseda por un demonio, cosa que suceda con mucha frecuencia en la poca de Cristo y de los apstoles. Este demonio obligaba a la muchacha a adivinar, y sus amos crueles la usaban para ganar dinero.

Andando en la ciudad, Pablo y sus compaeros con frecuencia se encontraban con la muchacha. Siempre ella los segua y con gritos de burla, los llamaba "siervos del Dios Altsimo, quienes anuncian el camino de la salvacin" (16:17). Durante el ministerio de Jess, los demonios haban declarado que l era el Hijo de Dios y l los haba callado. Los demonios son testigos nulos para el evangelio. Las burlas de esta muchacha no solamente no ayudaban a los apstoles, sino les eran un obstculo.

Un da Pablo se dirigi a la muchacha y orden que el demonio saliera de ella. El demonio se someti al poder del nombre de Jesucristo. Inmediatamente, la muchacha qued transformada. Sus amos, en vez de estar agradecidos porque ella haba sido sanada del tormento de su alma, se enfurecieron porque Pablo les haba quitado la fuente de sus ganancias. Agarraron a Pablo y a Silas y los llevaron a las autoridades.

2. El Juicio y la Crcel

Difcilmente se encontrara algn juicio ms injusto que el que tuvieron estos apstoles. Los cargos presentados fueron falsos. No se les permiti contestar a dichos cargos. La multitud grit en su contra y las autoridades mandaron azotarles. Quiz esto haya sido un ejemplo del antisemitismo (el odio a los judos), que era muy comn en el imperio romano.

Una vez azotados los apstoles, los magistrados los enviaron a la crcel donde fueron tratados como los peores criminales. Les pusieron en el calabozo de ms adentro, para mayor seguridad, y adems sus pies fueron puestos en el cepo.

No sera nada extrao leer que Pablo y Silas estuviesen muy desanimados. Pero no fue as. An a medianoche estaban cantando himnos mientras que los dems presos los escuchaban asombrados. Qu distintos eran estos presos!

Quiz Pablo y Silas pensaron que su encarcelamiento era un estorbo al evangelio. La verdad es que Dios us esta circunstancia para que uno de sus escogidos escuchara el evangelio. Dios estaba guiando an por caminos difciles. Estando los misioneros en la crcel, ahora interviene Dios por medio del terremoto que libr a los presos. Esto abri el corazn del carcelero para recibir el mensaje de salvacin de labios de sus presos. Como resultado del

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encarcelamiento de Pablo y Silas, el carcelero y su familia se convirtieron. Ahora, en vez de tratar a Pablo y a Silas como a los criminales ms viles, el carcelero los llev a su casa y los trat como huspedes de honor.

3. Librados de la Crcel

Quiz por la maana las autoridades se dieron cuenta de que el juicio del da anterior haba sido injusto. Como sea, ellos mandaron decir al carcelero que soltase a los presos y que les dijera que salieran de la ciudad. Mas Pablo no quiso irse as. Hizo saber a los mensajeros que ellos eran ciudadanos romanos y que no saldran de la crcel sino hasta que viniesen los magistrados a darles su libertad. Imagnese el temor de los magistrados cuando oyeron esto! Los ciudadanos romanos gozaban de privilegios muy especiales; Pablo hubiese podido causarles grandes problemas. Gustosamente vinieron para sacar personalmente a Pablo y a Silas de la crcel.

Por qu lo hizo Pablo? Estaba buscando una simple venganza? No. Pablo se interesaba en la justicia. Dios ha ordenado a las autoridades que velen por los hombres inocentes, no que los maltraten. As que Pablo aprovech esta oportunidad para recordar a los dirigentes de sus responsabilidades para que en el futuro no maltratasen a otros.

Despus de que los misioneros regresaron a la casa de Lidia, para darle nimo a ella y a los dems cristianos, salieron de Filipos para continuar la obra evangelstica en otras regiones ce Macedonia. Ms Lucas permaneci en Filipos y no se volvi a unir a Pablo sino hasta el tercer viaje misionero.

33.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 16 Desde la Cilicia, Pablo y Silas se dirigieron a los montes del Tauro, que atravesaron por un famoso paso llamado "las Puertas Cilcicas". Caminando en esa direccin, llegaran primero a Derbe y despus a Listra. La eleccin de Timoteo (16:1-5). "Despus lleg a Derbe y a Listra; y he aqu, haba all cierto discpulo llamado Timoteo, hijo de una mujer juda creyente, pero de padre griego; y daban buen testimonio de l los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. Quiso Pablo que ste fuese con l; y tomndole, le circuncid por causa de los judos que haba en aquellos lugares; porque todos saban que su padre era griego. Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que haban acordado los apstoles y los ancianos que estaban en Jerusaln, para que las guardasen. As que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en nmero cada da". En Listra, Pablo conoci un joven discpulo llamado Timoteo. Su madre era una juda creyente llamada Eunice. Su abuela Loida tambin era una gran creyente. (Vea 2 Timoteo 1:5; 3:14, 15.) Sin embargo, su padre era griego, probablemente miembro de una familia prominente y rica, pero segn se ve, inconverso an. Afortunadamente, la fe y la educacin recibidas de su madre y su abuela tuvieron ms efecto en el joven Timoteo que la falta de fe de su padre. Ellas lo haban educado en las Escrituras desde su ms tierna niez. Entonces, cuando acept a Cristo, hizo grandes progresos en la vida cristiana. El versculo 2 quiere decir que daban testimonio de l los hermanos creyentes de Listra y de Iconio, el pueblo cercano. Esto significa claramente que Dios le haba dado ministerio espiritual en ambas ciudades y que tanto su vida como su ministerio eran una bendicin para las asambleas de aquellos lugares. Tambin es probable que se hubiera convertido bajo el ministerio de Pablo durante una de sus visitas anteriores a Listra. No obstante, cuando Pablo lo llam "hijo mo" ms tarde,

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es probable que estuviera usando el trmino "hijo" para querer decir "discpulo", as como compaero de labores ms joven. (Vea 1 Timoteo 1:2, 18; 2 Timoteo 1:2.) Pablo quiso llevarse a Timoteo de la iglesia de Listra para prepararlo mejor, y tambin para que ayudara en el ministerio de sus viajes misioneros. Pero cuando decidi hacerlo, tambin hizo algo muy poco frecuente. Circuncid a Timoteo. En Glatas 2:3-5, Pablo insiste en que los dirigentes de Jerusaln no exigieron que Tito fuera circuncidado. Entonces, por qu circuncidar a Timoteo? Tito era gentil. Circuncidarlo hubiera sido ceder ante los judaizantes, que decan que los gentiles deban hacerse judos para guardar su salvacin. Sin embargo, Timoteo haba sido criado en las tradiciones judas por su madre y su abuela, que eran judas. Todava en el da de hoy, los judos aceptan a una persona como juda si su madre lo es, aunque su padre sea gentil. Comprenden, y con toda razn, que la madre es la que tiene mayor influencia en los valores y las actitudes religiosas de un nio. Podemos estar seguros de que los judos del tiempo de Pablo tambin consideraran judo a Timoteo. Pablo todava iba primero a los judos en todas las ciudades nuevas que visitaba. Si l hubiera llevado un judo incircunciso a una sinagoga, hubiera sido lo mismo que llevar a un traidor dentro del campamento de un ejrcito. Hubiera sido algo intolerable para los judos: ninguno de ellos lo hubiera escuchado. Por tanto. Pablo tom a Timoteo y lo circuncid pensando en el bien de su testimonio ante su propio pueblo. Quiz 1 Corintios 9:20-23 nos d un poco ms de comprensin con respecto a la manera de pensar de Pablo. El no iba contra las normas culturales del pueblo al que le ministraba, a menos que fueran inmorales o idlatras. De esta forma, lo supeditaba todo a la promocin del Evangelio y a la salvacin de las almas. Todos saban que el padre de Timoteo era griego, as que Pablo tuvo que confirmar la herencia juda de Timoteo antes de que pudieran seguir adelante. En 1 Timoteo 4:14 indica que los ancianos de la asamblea local aceptaron esto, oraron por Timoteo y lo enviaron con su bendicin. Pablo, Silas y Timoteo, mientras atravesaban el sur de la Galacia, iban entregando copias de las ordenanzas o regulaciones escritas en la carta de Hechos 15 para que los creyentes gentiles las guardaran. Reconocan estas normas como algo decidido por los apstoles y los ancianos que estaban en Jerusaln. Pero tambin podemos estar seguros de que le haban prestado atencin a lo que dice Hechos 15:28: "Ha parecido bien al Espritu Santo, y a nosotros." La consecuencia fue que las inquietantes enseanzas de los judaizantes fueron contrarrestadas. Lo que haba sido un problema crtico, ya no era amenaza ni causa de divisin; todos aceptaron la decisin del Concilio de Jerusaln. Sin duda, la epstola a los Glatas haba ayudado a preparar el camino para esto. Entonces, las asambleas que haba en las diversas ciudades eran todas confirmadas, no slo en fe, sino en la fe; es decir, crecan en la comprensin de la verdad del Evangelio y en la obediencia a sus enseanzas y preceptos. Debido a esto, las asambleas siguieron creciendo, aumentando en nmero da tras da. El llamado a Macedonia (16:6-10). "Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espritu no se lo permiti. Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. Y se le mostr a Pablo una visin de noche: un varn macedonio estaba en pie, rogndole y diciendo: Pasa a Macedonia y aydanos. Cuando vio la visin, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anuncisemos el evangelio". Despus de que Pablo y sus acompaantes atravesaron la regin de Frigia y Galacia, hubiera sido lgico seguir adelante a la provincia romana de Asia. feso, su gran ciudad, era un verdadero reto. Pero an no era el momento dispuesto por Dios. El Espritu Santo les haba prohibido ya hablar la Palabra en Asia. La Biblia no dice cmo lo hizo. Puede que lo haya hecho por medio de una palabra de sabidura dada a alguien de entre los acompaantes de Pablo, o quiz a algn creyente lleno del Espritu de alguna de las iglesias.

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Puesto que se les haba prohibido entrar en Asia, se movieron hacia el norte, a lo largo de la frontera oriental de la Misia e hicieron el intento de entrar a Bitinia, situada al nordeste a lo largo del mar Negro. Pablo nunca fue capaz de sentarse con los brazos cruzados cuando no saba dnde lo quera Dios o qu quera que hiciera despus. Siempre estaba consciente del peso misionero que haba sido depositado sobre l. As que cuando el Espritu le impeda ir en una direccin, tomaba un paso en otra, y confiaba en que el Espritu confirmara o impedira aquella direccin tambin. Nuevamente, el Espritu no quiso dejarlos entrar en Bitinia. Slo les quedaba una direccin, as que la tomaron, volvindose hacia el oeste con rumbo a Troas. Para hacer esto, tenan que pasar a travs de la Misia. Pero el griego dice literalmente que siguieron de largo. Es decir, no se les dio permiso para ministrar en la Misia tampoco, y pasaron de largo en lo que a la predicacin del Evangelio respecta. Es de pensar lo que ha de haber significado esto para el apstol Pablo, que deca: "Ay de m si no anunciare el evangelio!" (1 Corintios 9:16). Qu carga tan fuerte ha de haber sentido mientras pasaba una ciudad y luego otra, y la prohibicin de predicar la Palabra segua en pie. Sin embargo, por haber sido obediente, Dios lo llev a Troas cuando lo quera en aquel lugar. En Troas, ciudad portuaria de la Misia, situada en el mar Egeo frente a Macedonia, tuvo lugar otro suceso trascendental para el ministerio y los viajes misioneros de Pablo. Si hubiera ido a Bitinia, es posible que hubiera continuado hacia el este y nunca hubiera ido a Grecia o a Roma. Pero Dios quera establecer nuevos centros en Europa. Seran otros apstoles y creyentes los encargados de tomar rumbo este. El llamado hacia el oeste fue muy claro en una visin nocturna que tuvo Pablo, en la que un macedonio (pagano) estaba en pie, rogndole que cruzara a Macedonia para ayudarlos. De inmediato, Pablo y sus acompaantes (entre los cuales se hallaba ya Lucas) buscaron la forma de partir para Macedonia, dando por cierto que Dios los haba llamado a predicarles el evangelio a los habitantes de aquel lugar. Una puerta abierta en Filipos (16:11-15). "Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el da siguiente a Nepolis; y de all a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos das. Y un da de reposo salimos fuera de la puerta, junto al ro, donde sola hacerse la oracin; y sentndonos, hablamos a las mujeres que se haban reunido. Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de prpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Seor abri el corazn de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo deca. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rog diciendo: Si habis juzgado que yo sea fiel al Seor, entrad en mi casa, y posad. Y nos oblig a quedamos". Un barco de vela los llev en una travesa de dos das con un recorrido de unos 225 kilmetros a Nepolis, el pueblo que era puerto de Filipos, con una parada en la montaosa isla de Samotracia. El viento debe haber sido muy favorable. Ms tarde, el viaje en sentido contrario les llevara cinco das (Hechos 20:6). Filipos, ciudad llamada as en honor del padre de Alejandro Magno, era una gran urbe de la primera divisin de la provincia romana de Macedonia, al norte de Grecia. La ciudad era tambin una "colonia" romana. Esto es, los romanos haban establecido en ella una guarnicin de soldados romanos que eran ciudadanos de Roma y seguan las leyes y las costumbres romanas. Era una ciudad importante tambin porque estaba situada en el extremo oriental del famoso camino romano llamado Va Egnatia. No haba sinagoga juda en la ciudad, lo que quiere decir que no tena los diez hombres judos necesarios para que hubiera una. Probablemente, despus de preguntar, supieron que haba un lugar de oracin a kilmetro y medio de la puerta de la ciudad, en la ribera del Gangites. Fueron a sentarse all y se dedicaron a hablarles al grupo de mujeres que se reunan en aquel lugar. Una de ellas. Lidia, era una rica mujer de negocios, vendedora de ropa teida con prpura. Era una gentil temerosa de Dios, procedente de Tiatira, en la provincia romana de Asia, ciudad famosa por sus tinturas. Escuch atentamente a Pablo. Muy pronto, el Seor

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le abri el corazn para que les prestara toda su atencin a las cosas que Pablo deca. La consecuencia fue que crey en el Evangelio y fue bautizada en agua, junto con toda su casa, esto es, sus empleados y sirvientes. Gracias a su influencia, ellos tambin creyeron, y se convirtieron as en el primer cuerpo de creyentes de Europa. Esto ocurri durante un cierto perodo de tiempo. Al ganar a su casa para el Seor, Lidia demostraba su propia fidelidad a l. Fundada en esto, les rog a Pablo y a todos los que lo acompaaban que hicieran de su gran residencia su casa y su centro de actividad. As se mantuvo rogndoles, hasta que finalmente lo hicieron. La expulsin de un demonio (16:16-18). "Aconteci que mientras bamos a la oracin, nos sali al encuentro una muchacha que tena espritu de adivinacin, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altsimo, quienes os anuncian el camino de salvacin. Y esto lo haca por muchos das; mas desagradando a Pablo, ste se volvi y dijo al espritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y sali en aquella misma hora". Un da, cuando Pablo, Silas, Timoteo y Lucas se dirigan al lugar de oracin, una esclava poseda por un demonio les sali al encuentro. El texto griego dice que tena un espritu de ventriloquismo. Es decir, que un espritu demonaco la usaba sin contar con ella misma, para hablar a travs de ella y practicar la adivinacin. El griego tambin la llama "pitonisa". La serpiente pitn era el smbolo del dios griego Apolo. Sus maestros afirmaban que la voz que predeca el futuro a travs de ella era la de Apolo. Este tipo de adivinacin les produca gran ganancia (mucho dinero) a sus amos. Esto tambin podra querer decir que la usaban para atraer gente a otros negocios que tenan. Esta esclava se mantuvo siguiendo a Pablo y a sus compaeros, dando voces, prcticamente chillando en voz muy aguda una y otra vez: "Estos hombres son siervos del Dios Altsimo, quienes os anuncian el camino de salvacin." Sigui hacindolo durante muchos das. Es decir, no lo haca continuamente, sino que durante un tiempo, todos los das, los segua, gritando siempre lo mismo. Los gritos y los chillidos de la esclava deben haber atrado mucho la atencin. Por supuesto que sirvieron para que toda la ciudad se enterara de que Pablo y sus acompaantes se hallaban all. Pero no era el tipo de testimonio que le da una verdadera gloria a Dios, ni tampoco proclamaba toda la verdad. Pablo senta un gran desagrado con sus desagradables chillidos. En realidad, aquello se convirti en una gran molestia para l, y sin duda sinti que estaba obstaculizando la obra del Seor. Finalmente, se volvi y le habl, no a la mujer, sino al espritu maligno, ordenndole en el nombre (la autoridad) de Jesucristo que saliera de ella. En esto, segua el ejemplo de Jess, que tambin les hablaba directamente a los demonios que posean a las personas. En aquella misma hora sali de ella, lo cual quiere decir que fue inmediatamente. Pablo y Silas en la prisin (16:19-26). "Pero viendo sus amos que haba salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades; y presentndolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judos, alborotan nuestra ciudad, y ensean costumbres que no nos es lcito recibir ni hacer, pues somos romanos. Y se agolp el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgndoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. Despus de haberles azotado mucho, los echaron en la crcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los meti en el calabozo de ms adentro, y les asegur los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oan. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los amientes de la crcel se sacudan; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron". Los amos de la esclava se sintieron furiosos cuando vieron que se haba ido la esperanza de sus ganancias. Por esto, prendieron a Pablo y Silas y los trajeron (empujaron) hasta el foro (la plaza del mercado, en griego, gora), presentndolos a los magistrados, es decir, a los dos pretores o magistrados principales romanos de la ciudad.

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En su acusacin no mencionaron la razn real por la que haban llevado a Pablo y Silas all. En cambio, los llamaron judos revoltosos, y dijeron que estaban proclamando cosas que no les era lcito a los romanos aceptar ni practicar. Aunque el judasmo era una religin legal en el Imperio Romano, slo haba hacia ella una cierta tolerancia por parte de la gente, y el gobierno no la miraba con agrado alguno. El pueblo estaba dispuesto para creer que los judos podan ser revoltosos. Esta acusacin agit a la multitud que se hallaba en el foro, y se fue agolpando hasta casi amotinarse. Entonces los jefes de los magistrados, para satisfacer a las masas, les rasgaron las ropas a Pablo y Silas y ordenaron que fueran azotados con varas, un castigo muy ordinario de los romanos. (Vea 2 Corintios 11:25.) Despus de muchos golpes, los magistrados hicieron que los echaran en la crcel y le ordenaron al carcelero que los guardase con seguridad. Para asegurarse de que no pudieran escapar, el carcelero lo tir entonces a la prisin ms interior y les asegur los pies en el cepo, con las piernas dolorosamente separadas, para que no pudieran moverlas. Despus de todo este rudo tratamiento, ser colocados en una posicin tan incmoda debe haber sido sumamente doloroso. Es muy probable que la prisin de ms adentro fuera hmeda, fra e infestada de insectos. Sin embargo. Pablo y Silas no se quejaron. Podemos estar seguros de que tampoco se sentan con ganas de cantar en estas circunstancias. No obstante, se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios. Sin duda, mientras lo hacan. Dios los iba llenando con un sentimiento de paz y de victoria. Alrededor de la medianoche. Pablo y Silas estaban todava orando y cantando, mientras el resto de los prisioneros los escuchaban. De pronto, un gran terremoto sacudi los cimientos de la crcel. Mientras se sacudan las paredes, todas las puertas se abrieron y todas las cadenas de los prisioneros se soltaron (es probable que estuvieran atadas a las paredes). La conversin del carcelero (16:27-34). "Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la crcel, sac la espada y se iba a matar, pensando que los presos haban huido. Mas Pablo clam a gran voz, diciendo: No te hagas ningn mal, pues todos estamos aqu. El entonces, pidiendo luz, se precipit adentro, y temblando, se postr a los pies de Pablo y de Silas; y sacndolos, les dijo: Seores, qu debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Seor Jesucristo, y sers salvo, t y tu casa. Y le hablaron la palabra del Seor a l y a todos los que estaban en su casa. Y l, tomndolos en aquella misma hora de la noche, les lav las heridas; en seguida se bautiz l con todos los suyos. Y llevndolos a su casa, les puso la mesa; y se regocij con toda su casa de haber credo a Dios". El terremoto despert al carcelero. Parece que de inmediato se apresur a ir a la crcel, vio que todas las puertas estaban abiertas y se precipit a suponer que todos los prisioneros haban escapado. Conoca la pena que recibira si era as. Antes de enfrentarse al juicio, la vergenza y la muerte deshonrosa que le esperaba, sac la espada con la intencin de suicidarse. Desde las profundas tinieblas de la celda. Pablo pudo ver lo que el carcelero estaba haciendo, aunque ste a su vez no poda divisar nada dentro de la celda. De inmediato le grit que no se hiciera dao, porque todos los prisioneros se hallaban all todava. Despus de pedir luz, el carcelero se precipit dentro de la crcel. Temblando de miedo, se postr ante Pablo y Silas. O sea, se sinti totalmente dominado por el temor y el pavor por lo que haba sucedido. Entonces, recobrando su compostura, sac a Pablo y a Silas de la prisin y les pregunt qu deba hacer para ser salvo. Esta pregunta podra sonar extraa en labios de un romano pagano. Pero debe haber recordado las palabras del espritu ventrlocuo que haba posedo a la esclava. Aquellos hombres le podan dar a conocer el camino de la salvacin. La respuesta de Pablo fue sencilla: "Cree en el Seor Jesucristo, y sers salvo, t y tu casa." Con esto. Pablo no quiso decir que toda la casa del carcelero sera salva simplemente porque l lo fuera. Sin embargo. Pablo quera que el carcelero supiera que la

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oferta no se limitaba a l, sino que el mismo tipo de fe le llevara salvacin a todo el que creyera. Indudablemente, pudo ver que el terremoto y sus consecuencias los haban afectado a todos. Quera verlos salvos a todos, y no slo a uno. Entonces Pablo y Silas les hablaron la Palabra del Seor (el Evangelio) a l y a todos los que estaban en su casa. De esta manera les explicaron a todos lo que significaba creer en Jess y ser salvo. Despus, el carcelero tom a los apstoles y les lav las heridas (producto de los azotes), y de inmediato, se bautiz con todos los suyos. Es probable que se hiciera esto en una piscina en el patio de su casa. A continuacin, volvi a entrar a los apstoles en la casa y dispuso ante ellos una mesa repleta de comida. En aquellos momentos, toda su casa estaba repleta de gozo, porque haban credo en Dios con una fe que era fuerte y perseverante. Algunos escritores tratan de usar este pasaje como argumento a favor del bautismo de infantes, puesto que toda la casa del carcelero fue bautizada en agua. Sin embargo, cuando examinamos ms cuidadosamente el pasaje, es fcil ver que todos los miembros de su casa oyeron la Palabra de Dios, todos creyeron y todos estaban llenos de regocijo. Se ve claramente que no haba infantes en el grupo. Es posible que el carcelero no tuviera hijos pequeos. En realidad, era el "gobernador" de la crcel y probablemente fuera de bastante edad cuando fue nombrado para el cargo. Tambin es probable que la costumbre romana no considerara a los bebs o a los nios pequeos como parte de la casa hasta que alcanzaran cierta edad. El gozo era tan grande, que podramos traducir diciendo que estaban "saltando de gozo". Lucas no lo dice todo siempre. Podemos estar seguros de que parte del motivo de tan grande gozo era el hecho de que tambin fueron bautizados en el Espritu Santo y hablaron en otras lenguas, como lo hicieron los primeros creyentes en el da de Pentecosts (Hechos 2:4) y en la casa de Cornelio. Al fin y al cabo, iba Dios a hacer menos a favor de estos creyentes, que a favor de Cornelio? La liberacin de Pablo y Silas (16:35-40). "Cuando fue de da, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos hombres. Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir que se os suelte; as que ahora salid, y marchaos en paz. Pero Pablo les dijo: Despus de azotarnos pblicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron en la crcel, y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos. Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al or que eran romanos. Y viniendo, les rogaron; y sacndolos, les pidieron que salieran de la ciudad. 4tl Entonces, saliendo de la crcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron". Es probable que el regocijo continuara todo el resto de la noche. Hubiera sido difcil dormir despus de experiencias as. Por la maana, los magistrados enviaron oficiales de los llamados alguaciles o lictores, que eran ayudantes u ordenanzas, con el mensaje para el carcelero de que dejara marchar a Pablo y a Silas. El carcelero se lo comunic a ellos y les dijo que salieran de la crcel y se marcharan en paz. Sin embargo. Pablo saba que la multitud segua teniendo una idea errnea sobre ellos, y tambin sobre los judos y los cristianos. Por lo tanto, se neg a escabullirse fuera de la crcel, como un delincuente apaleado. Los magistrados los haban golpeado en pblico, sin nada que se pareciera a un juicio, aunque eran ciudadanos romanos, y los haban echado a la crcel pblicamente. Acaso ahora iban a sacarlos en secreto de ella? Que fueran personalmente y los sacaran. De esta forma, la ciudad sabra que las acusaciones eran falsas y que Pablo y Silas haban sido restaurados a una buena posicin dentro de la comunidad. Cuando se les inform de esto a los magistrados, supieron que haban hecho mal en ceder ante la insistencia de la muchedumbre sin interrogar a Pablo y a Silas. Tambin sintieron temor, porque los ciudadanos romanos tenan el derecho de ser juzgados antes de recibir castigo, y este derecho no poda ser pasado por alto impunemente. Tambin saban lo que les poda suceder si Pablo y Silas presentaban su queja ante el gobierno de Roma. De manera que llegaron muy humildemente y les rogaron (que no presentaran

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ninguna acusacin en contra de ellos). Despus, los sacaron del recinto de la crcel pblicamente. (Pablo y Silas haban regresado de la casa del carcelero a la crcel propiamente dicha.) Despus, los magistrados les pidieron que salieran de la ciudad. Esto no se deba a que no estuvieran dispuestos a permitir que se predicara el Evangelio en Filipos. Se debe a que tenan miedo de que Pablo y Silas cambiaran de forma de pensar. O quiz tuvieran el temor de que las simpatas del pueblo se volvieran ahora a favor de Pablo y Silas y en contra de ellos. Por esto, les pidieron a los apstoles que se fueran, por el bien de la paz en la ciudad. Tambin podemos estar seguros de que ya no se persigui ms a los creyentes mientras estos magistrados estuvieron en el poder. Antes de salir de la ciudad. Pablo y Silas fueron a la casa de Lidia, donde un gran patio (o aposento alto) estaba lleno de creyentes que se haban reunido sin duda para orar por ellos. Despus de verlos y de consolarlos, los apstoles abandonaron la ciudad. Es evidente en este momento que Lucas no se march con ellos. El siguiente captulo (17:14) seala que Timoteo s lo hizo. Pero Lucas ya no sigue hablando en "nosotros". Es evidente que se qued en Filipos para seguir dndole nimo y enseanza a la asamblea del lugar. Todava se hallaba en Filipos en Hechos 20:6.

34.

CAPITULO 17: AL DIOS NO CONOCIDO


Lase Hechos 17:1 -34.

Preguntas de Preparacin

1. En qu forma caus problema la envidia en Tesalnica?

2. Cmo fue recibido el evangelio en Berea?

3. Qu tipo de testimonio dio Pablo en Atenas?

Introduccin

Al ser obligados Pablo y Silas a salir de Filipos, se fueron hacia el poniente para continuar la evangelizacin de Macedonia. Como era su costumbre, Pablo fue a las ciudades ms importantes y predic en ellas. Una vez establecida una iglesia, sta podra extenderse a la regin alrededor y Pablo podra usar su tiempo y su energa para llevar el evangelio a nuevas regiones.

1. En Tesalnica

Tesalnica quedaba a unos ciento sesenta kilmetros al poniente de Filipos. Era una ciudad importante en un lugar estratgico. Poco despus de estar establecida ah la iglesia, Pablo escribi una carta en la que dijo: "Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la Palabra de Dios, no slo en Macedonia y Acaya, sino que tambin en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido" (1Ts. 1:8). Esta informacin habla no solamente de la fe de los cristianos en Tesalnica, sino tambin indica que lo que sucedi, pronto se supo; por todas partes. Tesalnica era una ciudad muy importante para evangelizar.

Pablo sigui su costumbre de usar la sinagoga de los judos para empezar su trabajo. Por tres sbados seguidos habl en ella, y algunos judos y griegos creyeron. Lucas menciona

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nicamente estas tres semanas y luego relata la persecucin que los judos incitaron. Pero Pablo, en su carta, les recuerda que l hizo trabajo manual entre ellos "de noche y de da para no ser gravoso a ninguno de vosotros" (2:9). Esto sugiere que l qued ah un tiempo ms largo. Por sus cartas, tambin se ve que l ense todas las doctrinas de la fe, y no es probable que l haya hecho todo esto en slo tres semanas.

El xito de su ministerio trajo la oposicin de parte de los judos, quienes instigaron un alboroto, pagando a unos "ociosos hombres malos" para que les ayudaran. Como no encontraron ni a Pablo ni a Silas, tomaron a Jasn, en cuya casa estaba hospedado Pablo, y le llevaron ante las autoridades.

Era falsa la acusacin formulada en contra de los cristianos. "Todos estos contravienen los decretos de Csar, diciendo que hay otro rey, Jess" (17:7). Describieron a los apstoles como aquellos "que trastornan el mundo entero" (17:6). Qu bien dicho! El mundo est efectivamente "de cabeza" a causa del pecado; pero para el incrdulo esta situacin le parece normal. As que cuando el evangelio sita las cosas correctamente, parece que se ha trastornado el mundo. Esta afirmacin de los acusadores es un tributo al evangelio de Cristo, y a la predicacin de los apstoles.

Fue necesario que Jasn y los dems diesen una fianza. Probablemente tuvo que depositar dinero que quiz se perdiera si haba otro escndalo semejante, por causa de la fe cristiana. Los discpulos enviaron entonces a Pablo y a Silas de noche a Berea, un pueblo ms pequeo, no muy lejano.

2. En Berea

Sin desanimarse por lo sucedido en Tesalnica, los apstoles predicaron en la sinagoga en Berea. Aqu fueron recibidos en una manera muy distinta. Los judos de Berea estaban muy impresionados por la explicacin que los apstoles dieron del Antiguo Testamento, y se pusieron a estudiar las Escrituras para determinar de la verdad del mensaje cristiano.

La noticia del xito de Pablo y Silas en Berea no tard en llegar a Tesalnica. Los judos, no conformes con haber sacado a los apstoles de Tesalnica, vinieron a Berea y alborotaron a la gente de ah. Pareca inminente una repeticin del alboroto de Tesalnica. Entonces los creyentes pues el Seor haba bendecido el ministerio de los apstoles en Berea enviaron a Pablo por barco a Atenas.

3. En Atenas

Silas y Timoteo se quedaron en Berea cuando Pablo parti.

Pero cuando los bereanos que acompaaron a Pablo hasta Atenas se dispona a regresar a casa, Pablo les pidi que dijeran a Silas y a Timoteo que se reunieran con l en Atenas.

Los griegos tenan una religin politesta, o sea, que tenan muchos dioses. An hoy hablamos del "Pantheon Griego" (Pantheon significa "todos los dioses"). Por lo tanto, en toda ciudad griega haba muchos dolos y altares de toda clase. As era en Atenas. Al pasear Pablo por la ciudad y ver tantos altares, no pudo quedarse callado y habl con el pueblo de Atenas acerca de sus dioses. Pablo era celoso del honor del nico verdadero Dios, el Padre de Jesucristo. El no poda ver a los hombres adorando a otros dioses.

El testimonio constante de Pablo lleg al conocimiento de algunos de los filsofos atenienses. Atenas se consideraba a s misma como el primer centro de la cultura, y todos los atenienses y los extranjeros residentes all, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en or algo nuevo (17:21). Los filsofos trajeron a Pablo al Arepago, el tribunal de la ciudad al

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aire libre. Parece que tambin era el centro usado para las discusiones filosficas. Aqu, los filsofos le pidieron a Pablo que explicara sus enseanzas.

El discurso de Pablo muestra con cuanta sabidura l pudo adaptar su mensaje a su auditorio. Cuando l hablaba a los judos, l poda suponer que sus oyentes conocan el Antiguo Testamento; aqu l estaba dirigiendo a paganos, por lo tanto no us el Antiguo Testamento. Comenz su discurso hablando sobre la creacin, y mostr que Dios, que est sobre todas las cosas y que controla todas las cosas, no puede ser representado por imgenes. En las sinagogas Pablo usaba la historia de Israel para introducir al evangelio; aqu l principi por llamar la atencin de los atenienses a cierto altar levantado "a un dios no conocido". Sin embargo, aunque empez su discurso hablando de cosas que sus oyentes bien podan aprobar, no comprometi su mensaje. Present el evangelio puro. Declar que Dios ahora exige el arrepentimiento, que Dios juzgar al mundo por medio de Cristo, y que la resurreccin de Cristo seala el juicio venidero.

La reaccin a su discurso no fue gran cosa. "Cuando oyeron lo de la resurreccin de los muertos, unos se burlaban, y otros decan: Ya te oiremos acerca de esto otra vez" (17:32). El evangelio es locura para los gentiles (1 Co. 1:23). No obstante algunos creyeron, inclusive un miembro del Arepago. Aunque "no muchos sabios segn la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles" (1 Co. 1:26), sin embargo Dios tiene su pueblo en cada nivel de la sociedad. As es que, es menester predicar el evangelio a todos los hombres, tanto a los ricos como a los pobres, los de mucha fama como a los desconocidos.

35.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 17 Pablo, Silas y Timoteo, despus de salir de Filipos, tomaron rumbo oeste, por la Va Egnatia. Los dos poblados siguientes, de un tamao regular, cada uno de ellos a un da de viaje, al parecer no tenan sinagoga juda. De manera que recorrieron ciento sesenta kilmetros desde Filipos hasta Tesalnica, la ciudad ms importante de la Macedonia antigua, y todava hoy una ciudad notable. Haba sido fundada en el ao 315 a.C., y su fundador, Casandro, le haba puesto este nombre en honor de su esposa, que era medio hermana de Alejandro Magno. Los Judos primero (17:1-9) "Pasando por Anfpolis y Apolonia, llegaron a Tesalnica, donde haba una sinagoga de los judos. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres das de reposo discuti con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jess, a quien yo os anuncio, deca l es el Cristo. Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran nmero, y mujeres nobles no pocas. Entonces los judos que no crean, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasn, procuraban sacarlos al pueblo. Pero no hallndolos, trajeron a Jasn y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero tambin han venido ac; a los cuales Jasn ha recibido; y todos estos contravienen los decretos de Csar, diciendo que hay otro rey, Jess. Y alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo estas cosas. Pero obtenida fianza de Jasn y de los dems, los soltaron". Nuevamente Lucas nos hace fijar la atencin en la costumbre que tena Pablo de ir primero a los judos para aprovechar su fondo cultural y las oportunidades de ensear que le daban en la sinagoga. Durante tres sabbaths consecutivos. Pablo les predic, siguiendo sin duda el mismo esquema que en Antioqua de Pisidia (Hechos 13:16-41). Como siempre, abri las Escrituras que profetizaban sobre el Mesas, explicndolas en todo detalle. Es decir, las expona de tal manera que mostraban con claridad que el propsito de Dios con respecto al Mesas era que sufriera y se levantara de nuevo de entre los muertos.

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Como lo haba hecho tambin en Antioqua, les demostraba que ninguna de estas profecas se poda aplicar a nadie, sino a Jess. Por tanto, "este Jess" es verdaderamente el Mesas, el Cristo, el Profeta, Sacerdote y Rey ungido por Dios. Algunos de los judos creyeron (se convencieron de que Jess es el Mesas y obedecieron al Evangelio, de manera que fueron bautizados en agua y en el Espritu Santo). Estos se unieron a Pablo y a Silas. Tambin lo hizo un gran nmero de griegos piadosos, entre los cuales haba un buen nmero de esposas de hombres importantes de la ciudad. De esta forma, el nmero de gentiles convertidos fue mucho mayor que el de judos creyentes. En 1 Tesalonicenses 2:1-13 aparece una descripcin ms detallada del ministerio de Pablo y Silas en estos momentos. Su predicacin y su ministerio fueron muy eficaces. Aunque fueron tratados en forma ultrajante en Filipos, esto no los hizo tmidos ni miedosos. En Tesalnica predicaron de una forma abierta, libre y valiente, con la pureza de intencin caracterstica de los siervos de Jesucristo. Tambin fueron delicados con los nuevos convertidos, a los que les manifestaron todas las formas de amor y cuidado posibles. Sin embargo, se mantuvieron firmes en sus exigencias de justicia y los animaron a todos a vivir de una manera digna del Dios que los haba llamado a su propio reino y su propia gloria. Los judos que rechazaron el mensaje de Pablo, se sintieron frustrados muy pronto, por el nmero cada vez mayor de gentiles que estaban aceptando el Evangelio. Estos judos se rebelaron contra lo que Dios estaba haciendo, y llegaron a prohibirles a Pablo y a su compaa (obstaculizarles, evitar que lo hicieran) hablarles a los gentiles con vistas a su salvacin (1 Tesalonicenses 2:14-16). Cuando vieron que los gentiles seguan respondiendo al Evangelio y no les prestaban atencin, estos judos incrdulos se dedicaron a instigar un tumulto. Primeramente, tomaron consigo a un grupo de ociosos de la plaza del mercado que siempre estaban dispuestos a unirse a cualquier agitador que apareciera. Despus, con su ayuda, reunieron una multitud y prepararon un alboroto que llev al pnico a toda la ciudad. Entonces, fueron a casa de Jasn y, tomndolo por sorpresa, trataban de sacar a Pablo y Silas a donde estaba el populacho. Evidentemente, la noticia ya les haba llegado a los apstoles, y se haban marchado de all para dirigirse a otro lugar de la ciudad. Como Pablo y Silas no se hallaban all, la muchedumbre arrastr a Jasn y a algunos de los dems creyentes ante los gobernantes (politarcas). Eran cinco o seis, y eran los magistrados principales de la ciudad. Mesas, explicndolas en todo detalle. Es decir, las expona de tal manera que mostraban con claridad que el propsito de Dios con respecto al Mesas era que sufriera y se levantara de nuevo de entre los muertos. Como lo haba hecho tambin en Antioqua, les demostraba que ninguna de estas profecas se poda aplicar a nadie, sino a Jess. Por tanto, "este Jess" es verdaderamente el Mesas, el Cristo, el Profeta, Sacerdote y Rey ungido por Dios. Algunos de los judos creyeron (se convencieron de que Jess es el Mesas y obedecieron al Evangelio, de manera que fueron bautizados en agua y en el Espritu Santo). Estos se unieron a Pablo y a Silas. Tambin lo hizo un gran nmero de griegos piadosos, entre los cuales haba un buen nmero de esposas de hombres importantes de la ciudad. De esta forma, el nmero de gentiles convertidos fue mucho mayor que el de judos creyentes. En 1 Tesalonicenses 2:1-13 aparece una descripcin ms detallada del ministerio de Pablo y Silas en estos momentos. Su predicacin y su ministerio fueron muy eficaces. Aunque fueron tratados en forma ultrajante en Filipos, esto no los hizo tmidos ni miedosos. En Tesalnica predicaron de una forma abierta, libre y valiente, con la pureza de intencin caracterstica de los siervos de Jesucristo. Tambin fueron delicados con los nuevos convertidos, a los que les manifestaron todas las formas de amor y cuidado posibles. Sin embargo, se mantuvieron firmes en sus exigencias de justicia y los animaron a todos a vivir de una manera digna del Dios que los haba llamado a su propio reino y su propia gloria. Los judos que rechazaron el mensaje de Pablo, se sintieron frustrados muy pronto, por el nmero cada vez mayor de gentiles que estaban aceptando el Evangelio. Estos judos se rebelaron contra lo que Dios estaba haciendo, y llegaron a prohibirles a Pablo y a su

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compaa (obstaculizarles, evitar que lo hicieran) hablarles a los gentiles con vistas a su salvacin (1 Tesalonicenses 2:14-16). Cuando vieron que los gentiles seguan respondiendo al Evangelio y no les prestaban atencin, estos judos incrdulos se dedicaron a instigar un tumulto. Primeramente, tomaron consigo a un grupo de ociosos de la plaza del mercado que siempre estaban dispuestos a unirse a cualquier agitador que apareciera. Despus, con su ayuda, reunieron una multitud y prepararon un alboroto que llev al pnico a toda la ciudad. Entonces, fueron a casa de Jasn y, tomndolo por sorpresa, trataban de sacar a Pablo y Silas a donde estaba el populacho. Evidentemente, la noticia ya les haba llegado a los apstoles, y se haban marchado de all para dirigirse a otro lugar de la ciudad. Como Pablo y Silas no se hallaban all, la muchedumbre arrastr a Jasn y a algunos de los dems creyentes ante los gobernantes (politarcas). Eran cinco o seis, y eran los magistrados principales de la ciudad. Como de costumbre, la acusacin no revel la razn real de que quisieran deshacerse de Pablo y Silas. Los judos que no haban credo y sus compaeros de conspiracin los acusaban de trastornar todo el mundo habitado. Esta era una expresin usada para hablar de los agitadores polticos o los revolucionarios que haban causado problemas en todos los dems lugares, y que trastornaban, no slo el estado de cosas, sino todo. Tambin acusaron a Jasn de recibir a estos enredadores en su casa y reunirse con ellos para practicar cosas contrarias a los decretos del Csar, diciendo que hay otro rey (en realidad, un emperador rival). Jess. El pueblo y los politarcas se alborotaron al or estas cosas. En parte, es posible que su problema estuviera en que conocan a Jasn y a muchos de los dems convertidos y no haban visto evidencia alguna de actividad poltica. Tambin es probable que las creyentes que eran esposas de los hombres principales tuvieran entre ellas a la esposa de uno o ms de estos politarcas. Es evidente que los politarcas no tomaron muy en serio los cargos, pero para satisfacer a la multitud, obtuvieron fianza de Jasn y de los dems que haban sido trados ante ellos. Es probable que esto signifique que Jasn y sus amigos dieron esa fianza como garanta de que Pablo y Silas saldran de la ciudad y no regresaran, para que no hubiera ms tumultos. Esto sera usado ms tarde por Satans para obstaculizar el regreso de Pablo. (Vea 1 Tesalonicenses 2:17, 18.) Quiz Pablo se refiera a este incidente tambin cuando dice que los Tesalonicenses recibieron "la Palabra en medio de gran tribulacin, con gozo del Espritu Santo" (1 Tesalonicenses 1:6). Seguramente, los judos incrdulos haban comenzado a causar problemas algn tiempo antes del incidente de Jasn, De hecho. Pablo seala que desde el principio, l habl el Evangelio (las buenas nuevas) de Dios all "en medio de gran oposicin" (1 Tesalonicenses 2:2). Despus, cuando Pablo quiso regresar. Satans se lo impidi, probablemente sacando a relucir la cuestin de la fianza. As fue como Pablo no pudo regresar cuando quiso hacerlo. Los nobles hermanos de Berea (17:10-15) "Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judos. Y stos eran ms nobles que los que estaban en Tesalnica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriando cada da las Escrituras para ver si estas cosas eran as. As que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distincin, y no pocos hombres. Cuando los judos de Tesalnica supieron que tambin en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron all, y tambin alborotaron a las multitudes. Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hada el mar; y Silas y Timoteo se quedaron all. Y los que se haban encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a l lo ms pronto que pudiesen, salieron". Los hermanos cristianos vieron lo crueles y decididos que eran los judos incrdulos. Por eso no quisieron correr riesgos. De noche, enviaron a Pablo y Silas a Berea, unos ochenta kilmetros en direccin suroeste, sobre el camino de Grecia. Se hallaba fuera de la Va Egnatia, el camino principal que haban seguido anteriormente, por lo que los creyentes deben haber pensado que estaran ms seguros all.

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Los de Berea reaccionaron de manera muy distinta. En lugar de rechazar el mensaje de Pablo, recibieron la Palabra con todo tipo de ansiedad, celo y entusiasmo. Ms importante an: examinaban diariamente las Escrituras, escudrindolas como abogados que investigaran un caso, para ver si aquellas cosas eran as. Gracias a su actitud y a su asiduidad en escudriar las Escrituras, dice la Biblia que eran ms nobles que los judos de Tesalnica. En aquel lugar, haban credo algunos de los judos. Los otros slo dejaron que sus antiguos prejuicios los guiaran y reaccionaron contra el Evangelio. En cambio, en Berea creyeron muchos de los judos, probablemente la mayora. No se levant oposicin entre ellos. Por haber escudriado las Escrituras, estos judos de Berea no slo sientan un ejemplo para todos nosotros, sino que no tuvieron necesidad de que Pablo les llamara la atencin ms tarde, como hizo con muchas otras iglesias. Muchos gentiles creyeron tambin, tanto mujeres de posicin honorable en la sociedad, como hombres. Aunque la sinagoga de Berea no caus problemas, la noticia de lo eficaz que era la proclamacin del Evangelio por Pablo en aquel lugar alcanz a los judos de Tesalnica. Estos se fueron a Berea entonces, e hicieron lo mismo que haban hecho en su ciudad. Sacudieron y alborotaron a las multitudes, tratando de levantar la violencia del populacho contra Pablo. Antes de que le pudieran hacer dao alguno, los hermanos cristianos de Berea se apresuraron a sacar a Pablo en direccin al mar Egeo, probablemente con la intencin de enviarlo lejos en algn barco. Silas y Timoteo se quedaron para seguir ensendoles a los creyentes y dndoles nimo. Los que conducan a Pablo, cambiaron despus de direccin, probablemente porque los judos de Tesalnica estaban tramando algo ms, y recibieron alguna noticia de ello. De manera que todos, o parte del grupo, llevaron a Pablo a Atenas. Entonces, l los envi de vuelta con una orden para Silas y Timoteo, que deban ir a l lo ms pronto que pudiesen. La espera en Atenas (17:16-21) "Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espritu se enardeca viendo la ciudad entregada a la idolatra. As que discuta en la sinagoga con los judos y piadosos, y en la plaza cada da con los que concurran. Y algunos filsofos de los epicreos y de los estoicos disputaban con l; y unos decan: Qu querr decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jess, y de la resurreccin. Y tomndole, le trajeron al Arepago, diciendo: Podremos saber qu es esta nueva enseanza de que hablas? Pues traes a nuestros odos cosas extraas. Queremos, pues, saber que quiere decir esto. Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes all, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en or algo nuevo". Atenas era una ciudad famosa por su Acrpolis y por todos sus templos. Sin embargo, ya en aquella poca haba perdido su gloria anterior. Ya careca de importancia poltica. Su antigua hegemona en cultura y educacin haba pasado a la ciudad de Alejandra, en Egipto. No obstante, Atenas segua cultivando la memoria de su pasado. Sus templos seguan siendo hermosos ejemplos de lo mejor de la arquitectura griega. Dondequiera que Pablo miraba, la ciudad estaba repleta de dolos, y esto hizo que su espritu se enardeciera (casi "se llenara de ira") dentro de l. Como siempre. Pablo fue primero a la sinagoga en el sabbath y les predic a los judos y a los gentiles piadosos que estaban all. Pero tambin se senta preocupado por el resto de los gentiles. Todos los das, hablaba con los que se encontraba en la plaza del mercado. All, algunos filsofos de los epicreos y de los estoicos se enzarzaron en una discusin con l. Los epicreos eran los seguidores de Epicuro (342-270 a.C.). Este deca que la Naturaleza es la suprema maestra, y nos proporciona las sensaciones, los sentimientos y las expectaciones para probar la verdad. Al decir sentimientos, se refera al placer y al dolor. Deca que se podan usar estos sentimientos para distinguir entre el bien y el mal

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que nos rodean. Tambin enseaba que los dioses eran incapaces de airarse, indiferentes ante la debilidad humana, y no intervenan ni participaban en los asuntos humanos. De esta manera negaba la posibilidad de los milagros, la profeca y la providencia divina. Al principio, cuando Epicuro hablaba de "placer", quera referirse a la verdadera felicidad. Primeramente, sus seguidores se limitaban a buscar una vida tranquila, libre de temores, dolores e ira. Ms tarde, algunos de ellos hicieron de los placeres sensuales la meta de la vida. Los estoicos eran seguidores de Zenn de Citio (335-263 a.C.). Este crea en un poder creador y haca del deber, la razn (o acuerdo con la razn divina), y la autosuficiencia la meta de la vida. Exhortaba a sus seguidores a aceptar las leyes de la naturaleza y de la conciencia, y a tratar de ser indiferentes al placer, el dolor, el gozo y el pesar. Algunos de estos filsofos fueron muy despectivos con el Evangelio de Pablo, y lo llamaron "palabrero", literalmente "recogedor de semillas". Este trmino se usaba tambin en el lenguaje popular para hablar de los parsitos y los plagiarios ignorantes. Despus, como predicaba las buenas nuevas de Jess y de la resurreccin, decan que pareca que estaba proclamando nuevos dioses, o mejor, demonios extranjeros. Al parecer, sentan que las enseanzas de Pablo eran peligrosas para sus ideas y filosofas, porque lo tomaron y lo llevaron ante el Concilio del Arepago, la corte suprema de Atenas. Esta corte se reuna anteriormente en la colina de Ares (colina de Marte), un cerro rocoso situado frente a la Acrpolis. Hay algunas evidencias de que se reuna en una columnata del mercado pblico en los tiempos del Nuevo Testamento, pero retena el mismo nombre. El concilio pregunt cortsmente cul era el significado de esta nueva enseanza que los tena perplejos. Esta peticin no tena nada de extraa. Todos los atenienses, as como los extranjeros que vivan en la dudad, se pasaban todo el tiempo libre diciendo y oyendo cosas nuevas. El mensaje dirigido al Concilio de la colina de Marte (17:22-34) "Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Arepago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hall tambin un altar en el cual estaba esta inscripcin: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoris, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en l hay, siendo Seor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues l es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas: Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los lmites de su habitacin; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no est lejos de cada uno de nosotros. Porque en l vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas tambin han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginacin de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un da en el cual juzgar al mundo con justicia, por aquel varn a quien design, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Pero cuando oyeron lo de la resurreccin de los muertos, unos se burlaban, y otros decan: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. Y as Pablo sali de en medio de ellos. Mas algunos creyeron, juntndose con l; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dmaris, y otros con ellos". De pie en medio del Concilio, Pablo comenz sabiamente en forma positiva. Las palabras que dice al principio, podran ser traducidas como afirmando que los atenienses eran "demasiado supersticiosos". Sin embargo, es mucho mejor la traduccin nuestra, que da el sentido de "muy religiosos", o sea, muy respetuosos con sus dioses. Despus, Pablo us la inscripcin que haba en un altar de Atenas como oportunidad para hablar sobre el nico Dios verdadero, en contraste con sus muchos dioses. El "Dios desconocido" de su altar, al que adoraban sin conocerlo, es el Creador y Seor de cielo y tierra. Por tanto, es demasiado grande para habitar en santuarios hechos por manos de

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hombres. Esta verdad tambin la comprendan Salomn (1 Reyes 8:27) y los profetas (Isaas 57:15; 66:1). Qu contraste tan grande con los pequeos dioses de Atenas, cuyos dolos ellos baaban y fingan alimentar! El Dios verdadero no necesita que cuiden de l manos humanas (que lo traten, como un mdico atendera a un paciente), como si El necesitara algo. Cmo podra necesitar de algo o de algn cuidado? l es quien a todos da vida, aliento y todas las cosas. Como seala Santiago 1:17, todo buen don y todo don perfecto viene de lo alto, de l. Dios tambin hizo de una sangre (es decir, de Adn, de un solo linaje sanguneo) todas las naciones de la humanidad, para que habitaran en toda la faz de la tierra. (Algunos manuscritos antiguos omiten la palabra "sangre" del versculo 26.) Todos somos parte de la raza de Adn, y nadie tiene motivo para algn orgullo especial de ascendencia o raza. Dios fij tambin el orden de los tiempos de la humanidad (ocasiones, oportunidades) y los lmites de su habitacin; esto es, separando la tierra seca de las aguas (Gnesis 1:9, 10). Con esto. Pablo no quiere decir que la humanidad no pueda o no deba moverse de un lugar a otro. Todos los pueblos lo han hecho en mayor o menor escala. Ms bien. Pablo quera decir que Dios lleva a la humanidad a los lugares y los momentos en los que tenga oportunidad de buscarle, "si en alguna manera, palpando, puedan hallarle". (Compare con Romanos 1:20, 21.) En realidad, no debera ser difcil hallarlo, porque, como Pablo dira a continuacin. l no est lejos de cada uno de nosotros. "Porque en l vivimos, y nos movemos, y somos (existimos, tenemos nuestro ser)". Esta declaracin es una cita de uno de los poetas antiguos, posiblemente Minos o Epimnedes de Creta. Como uno de sus propios poetas (Aratus de Cilicia) haba dicho, "linaje suyo somos". Puesto que es linaje del Dios verdadero (en el sentido de que ha sido creado a imagen suya), sera totalmente irrazonable para el hombre pensar que la naturaleza divina es oro, plata o piedra, escultura de arte y de imaginacin o pensamientos de seres humanos. Este es uno de los puntos fuertes de la enseanza del Antiguo Testamento. Vea Salmo 115:4-8; 135:15-18; Isaas 40:18-22; 41:24; 44:9-17. Toda esta idolatra demostraba ignorancia sobre cmo es Dios realmente. Los tiempos de aquella ignorancia, Dios en su misericordia y paciencia los haba pasado por alto. Pero ahora (por medio del Evangelio), anunciaba a todos los seres humanos de todos los lugares que deban arrepentirse, es decir cambiar de mentalidad y de actitud hacia Dios, y volverse a l a travs de Cristo y del Evangelio. Este arrepentimiento es urgente, porque Dios ha establecido un da en el cual va a juzgar la tierra habitada en justicia por medio de un Hombre que l ha nombrado. Es decir, que hay un da de juicio que se aproxima y Dios ha revelado quin ser el Juez. (Compare con Daniel 7:13; Juan 5:22, 27). La realidad de la venida de este da y de que no habr escapatoria posible. Dios la garantizaba con el hecho de que haba resucitado a aquel Hombre (Jess) de entre los muertos. La mencin de la resurreccin de los muertos provoc de inmediato las burlas de algunos, especialmente del grupo de los epicreos, con toda seguridad. Estos se negaban a creer que dios alguno pudiera mostrar ira, y tampoco crean en milagros. Por esto, muchos se burlaron de Pablo con palabras de escarnio y gestos. Otros, que parecan tener deseo de conocer la verdad, dijeron: "Ya te oiremos acerca de esto otra vez." Estas sesiones del Concilio del Arepago estaban abiertas al pblico. Algunos hombres s creyeron y se juntaron con Pablo, aceptando el Evangelio. Entre ellos se hallaba Dionisio, miembro del Concilio y por tanto un personaje muy importante en Atenas. Una mujer (prominente) llamada Dmaris, y otros ms, se unieron con ellos y creyeron. Este es el segundo registrado por escrito de los sermones de Pablo a los gentiles que no tenan fondo cultural ni conocimiento de las Escrituras del Antiguo Testamento. En Listra, haba usado un enfoque similar, al llamar su atencin hacia Dios como Creador (Hechos 14:15-17). Pero en este momento, se dan ms detalles sobre su forma de enfocar el asunto. Con los judos, que afirmaban creer en las Escrituras, Pablo siempre fundamentaba sus razonamientos en el Antiguo Testamento. Pero con gentiles como aquellos, el Espritu Santo lo guiaba a usar un enfoque diferente. Su razonamiento segua fundndose en las

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Escrituras, pero comenzaba donde estaban sus oyentes y los conduca hasta el punto en que poda presentarles el Evangelio. En los tiempos recientes, los misioneros han tenido que hacer lo mismo. Un misionero que se hallaba en las selvas del Amazonas con los indios, descubri que no poda comenzar con Juan 3:16. No tenan ninguna palabra para decir "amor". El nico mundo que conocan eran el valle y el ro tributario donde vivan. As que comenz con la creacin y los fue conduciendo gradualmente hasta el momento en que pudieran comprender la verdad sobre Jess. Algunos escritores suponen que Pablo se desilusion con los resultados de su manera de enfocar las cosas esta vez. Dicen que fue esa desilusin la que hizo que les dijera a los corintios: "Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a ste crucificado" (1 Corintios 2:2). Pero esto no quiere decir que Pablo no dijera nada sobre las dems verdades. Ms bien quera decir que deseaba ver, experimentar y vivir al Cristo crucificado. Tambin parece probable que algunos de los judos y de los gentiles piadosos de la sinagoga de Atenas creyeran y que estos otros que haban credo se unieran a ellos. Pablo se referira ms tarde a la casa de Estfanas, llamndola "las primicias de Acaya" (1 Corintios 16:15), pero es posible que esto se deba a que Atenas era considerada una ciudad independiente y libre, y no parte de la Acaya (Grecia). Lucas no proporciona ms detalles, pero se ve claramente que Pablo dej al menos un pequeo cuerpo de creyentes, una asamblea, al irse de Atenas. La tradicin dice que Dionisio el areopagita fue su primer pastor (anciano, obispo).

36.

CAPITULO 18: NO QUEREMOS QUE IGNORIS


Lase I y II Tesalonicenses

Preguntas de Preparacin

1. Cul es el fondo histrico para I y II Tesalonicenses?

2. Por qu escribi Pablo estas cartas?

3. Cules doctrinas se ensean en estas cartas?

4. Cules consejos da Pablo en estas cartas para la vida cristiana diaria?

Introduccin

Cuando Pablo se vio obligado a salir de Tesalnica por causa de la oposicin de los judos, parti para Berea donde su ministerio tuvo una acogida buena. Mas los judos de Tesalnica lo siguieron hasta Berea, y le obligaron nuevamente a abandonar este lugar. De Berea, Pablo sigui hasta Atenas. Pero su preocupacin por los cristianos tesalonicenses hizo que enviara a Timoteo a Macedonia para ver cmo estaban. Al regresar Timoteo con buenas noticias acerca de la iglesia en Tesalnica, Pablo escribi estas cartas.

1. Fecha y Lugar

Tanto la primera carta como la segunda a los tesalonicenses se escribieron desde Corinto, cuando Pablo estaba en su segundo viaje misionero, entre los aos 50 y 53 d.C.

2. Propsito

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Pablo escribi estas cartas con el propsito de animar a los tesalonicenses en su fe cristiana; de informarles sobre la segunda venida de Cristo, y de instruirles en el vivir diario cristiano.

3. Bosquejo

I Tesalonicenses

Captulos

I. Gratitud por la fe de los tesalonicenses

II. Confirmacin del amor de Pablo hacia los Tesalonicenses

1-3

III. Instrucciones para la vida cristiana

4:1-12

IV. Enseanza sobre la segunda venida de Cristo

4:13-5:11

V. Ms instrucciones ara la vida cristiana

5:12-28

II Tesalonicenses Captulos

I. Evidencias presentes del juicio venidero

II. Acontecimientos futuros conducentes a la segunda venida de Cristo

III. Requisitos presentes para el trabajo fiel

4. Contenido

Tema Principal

Las cartas de Pablo a los tesalonicenses a veces se les llaman las cartas escatolgicas, porque tratan mucho acerca de la escatologa (los acontecimientos en los ltimos das). A travs de ambas cartas hay muchas referencias a la segunda venida de Cristo y al juicio venidero. Tambin hay algunos pasajes importantes en los cuales Pablo habla justamente sobre este tema. Los hermanos tesalonicenses estaban pensando en lo que podra sucederles a aquellos creyentes que ya haban muerto. Pablo les asegur que al volver Cristo, los creyentes muertos habrn de resucitar y se encontrarn con Cristo en el aire. Luego, aquellos creyentes que an viven, sern arrebatados para encontrarse con Cristo y con sus hermanos resucitados.

En 1 Tesalonicenses 5:1-11 Pablo habla sobre la pregunta de cundo ser la segunda venida de Cristo. Les recuerda a los tesalonicenses que esta segunda venida no es algo a que se le pueda dar una fecha exacta. Cristo vendr, no cuando los hombres le estn esperando, sino como ladrn en la noche.

En 2 Tesalonicenses 1:6-10 Pablo habla sobre aqullos que estn persiguiendo a los creyentes. Tiene palabras duras acerca del juicio de Dios que vendr sobre ellos. Debemos tener presente que a segunda venida de Cristo no slo ser un tiempo de mucha gloria y bendicin para el pueblo de Dios. Tambin ser un tiempo de juicio y de castigo para aqullos que se han puesto en contra de Dios y de su iglesia.

Luego, en 2 Tesalonicenses 2:1-12, Pablo explica acerca del "hombre de pecado", que tambin tiene el nombre "anticristo".

Algunos de los tesalonicenses teman que ya hubiera tenido lugar la resurreccin. Pero Pablo les asegur que la segunda venida de Cristo no se efectuara, sino hasta que "el hombre

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de pecado" fuera revelado. Este anticristo se exaltar a s mismo como Dios. Ms cuando Cristo viniere, el lo matar "con el espritu de su boca" (2:8). No importa cun fuertes sean los poderes del maligno; nunca podrn resistir ante el podero de Dios.

Otras Doctrinas

A pesar de que Pablo haba tenido un ministerio relativamente breve entre los tesalonicenses, sin embargo pudo darles un buen entendimiento de la doctrina cristiana. A travs de sus cartas, hace referencia a muchas doctrinas. Habla acerca de Dios, de la eleccin divina, del llamamiento eficaz, de la conversin, de la santificacin, adems de la segunda venida de Cristo, la resurreccin y el juicio final.

Pablo recalca en ambas cartas la soberana obra de Dios en la salvacin de su pueblo. Como los tesalonicenses haban recibido la predicacin del evangelio de parte de Pablo, ste saba que el Espritu Santo haba obrado en sus corazones. Estaba seguro de que Dios les haba escogido para s mismo. Pablo dice (1 Ts. 5:9), "Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvacin por medio de nuestro Seor Jesucristo, quien muri por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con l". Y en 2 Tesalonicenses 2:13 les vuelve a recordar que Dios les haba escogido para ser salvos, para ser santificados por medio del Espritu, y para tener fe en la verdad.

Asuntos Prcticos

Pablo nunca estaba satisfecho con slo ensear la doctrina cristiana. Su meta no era solamente que los hombres conocieran acerca de la verdad de Dios, sino que esta verdad tuviera como resultado un cambio en sus vidas. Los cristianos tesalonicenses vivan en una sociedad donde el divorcio y la inmoralidad sexual eran problemas de primer orden. Por ello, Pablo les exhort mucho sobre este tema y les inst a que vivieran felizmente con sus propios maridos y esposas (1 Ts. 4:1-8).

Una de las muestras ms grandes del cristianismo, es el amor fraternal. Los tesalonicenses ya haban demostrado tener este amor el uno para con el otro. Pablo les hace un llamado para que continen en este amor hacia el prjimo, y para que lo aumenten (1 Ts. 4:9-10).

Pablo tambin los instruy para ser diligentes y fieles trabajadores en aquellas vocaciones a que Dios les haba llamado. Siempre existe el peligro de que pensemos en el evangelio como algo completamente divorciado de nuestro trabajo cotidiano. Pablo nunca pens as. Una de las caractersticas de un cristiano verdadero es, que hace bien el trabajo que Dios le ha dado para hacer. En 2 Tesalonicenses, Pablo trata ampliamente este tema. Parece que algunos hermanos haban malentendido la enseanza de Pablo sobre la segunda venida de Cristo. Estaban tan confiados en que Cristo vendra en cualquier momento, que haban dejado de trabajar y se haban convertido en ociosos. Por lo tanto, Pablo advirti de que "Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma" (2 Ts. 3:10).

5. Conclusin

Estas cartas, escritas a aquellos que eran todava tiernos en su fe, sirven para recordar a la iglesia la forma en que Pablo trabajaba. Fue evangelista, como tambin maestro. No slo llamaba a los hombres a tener fe en Cristo, sino que tambin les enseaba acerca de l. Adems de esto, Pablo fue un pastor. Era su deseo ferviente que aqullos que haban sido convertidos a travs de su ministerio, viviesen vidas que trajeran honra y gloria al Seor Jesucristo, a quien l serva.

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37.

CAPITULO 19: MUCHO PUEBLO EN ESTA CIUDAD


Lase Hechos 18:1-28.

Preguntas de Preparacin

1. Qu tan efectivo fue el ministerio de Pablo en Corinto?

2. A dnde fue Pablo despus de salir de Corinto?

3. Qu instruccin recibi Apolos en feso?

Introduccin

La fiel predicacin del evangelio en el mercado de Atenas haba propiciado una invitacin para hablar a los filsofos reunidos en el Arepago. La mayora de aquellos filsofos rechazaron el mensaje de Pablo; aunque algunos s creyeron. Pablo entonces abandon Atenas, y se dirigi hacia Corinto. Estas dos ciudades eran muy diferentes. Atenas era el centro de la cultura griega y de la enseanza. Corinto que era puerto, era famoso en todo el imperio romano por su inmoralidad.

1. El Ministerio en Corinto

En Corinto, Pablo conoci a Aquila y a su mujer Priscila. Estos haban venido de Roma cuando a los judos los haban expulsado de aquella ciudad. Al igual que Pablo, su oficio era el de hacer tiendas. Pablo se hosped con ellos, y trabaj con ellos mientras predicaba el evangelio en Corinto. Asista los sbados a las sinagogas y hablaba a los judos acerca de Cristo. Despus de un tiempo, surgi entre los judos la oposicin a Pablo. Cuando ellos ya no quisieron escuchar el evangelio, Pablo "les dijo, sacudindose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo limpio; desde ahora me ir a los gentiles" (v. 6). Pablo dej de ir a la sinagoga, y predic el evangelio en la casa de Tito Justo, que estaba junto a la sinagoga. No todos los judos haban rechazado el mensaje. Crispo, el principal de la sinagoga, y muchos otros haban credo.

Por este tiempo, Pablo tuvo una visin. Se le apareci el Seor, quien le dijo, "No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondr sobre t la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad" (w. 9-10). Puede parecer un poco extrao que ahora, cuando leemos que no haba ninguna persecucin, Pablo necesitaba esta palabra de aliento de parte del Seor. El miedo no es cosa que se siente slo en momentos de mayor peligro. Pablo no era diferente en este sentido a nosotros. En el momento en que ms necesitamos aliento, Dios nos lo da.

La visin tambin, sirvi como preparacin para la persecucin que habra de venir en breve. Al entrar Galin como procnsul, los judos presentaron ante l una acusacin contra Pablo. Sin embargo, Galin no atendi a los judos, dndose cuenta de que a Pablo no se le acusaba de quebrantar alguna ley romana, sino simplemente de ofender a los judos en asuntos religiosos. Sus decisiones de no escuchar siquiera a la acusacin de los judos fue una oportunidad para que los griegos expresasen su odio contra los judos. Sostenes, que posiblemente fue nombrado el principal en la sinagoga despus de la conversin al evangelio de Crispo, fue tomado en frente del palacio de gobierno y golpeado por los griegos, y el gobernador ni siquiera hizo caso de ello.

2. Despus de Corinto

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Cuando Pablo ya haba estado en Corinto ms de un ao y medio, se despidi de los hermanos de ah. Llevando a Aquila y a Priscila con l, inici su viaje de regreso a Siria. Antes de salir de Cencrea, que era el puerto de Corinto, se rap la cabeza pues haba hecho un voto. Pablo, el apstol a los gentiles, se opona cuando los judos obligaban a los gentiles a obedecer la ley de Moiss; sin embargo l, en lo personal, no crea necesario abandonar todas las costumbres y prcticas de su pueblo.

Pablo se detuvo en feso y predic el evangelio en la sinagoga juda. Los judos estaban ansiosos de saber ms sobre el evangelio, y pidieron que Pablo se quedara ms tiempo con ellos. No le fue posible a Pablo permanecer ms ah, pero prometi regresar en una fecha no lejana. Dej a Priscila y a Aquila ah para que ellos siguiesen predicando el evangelio o instruyendo a los que haban credo.

Pablo naveg hasta Cesrea, donde subi a Jerusaln para saludar a la iglesia de ah. Retorn a Antioquia de Siria, lugar donde comenzaban y terminaban sus viajes misioneros. No permaneci en Antioquia mucho tiempo, cuando nuevamente sali en otra de sus giras. Como en el segundo viaje, pas por las regiones norteas de Galacia y Frigia, y luego regres a feso por la va terrestre.

3. Apolos en feso

Despus de que haba salido Pablo de feso, lleg a esta ciudad un judo alejandrino llamado Apolos, y comenz a ensear a la gente. Era hombre de gran elocuencia. Crea en las Escrituras, pero no conoca el mensaje completo del Seor Jesucristo. nicamente haba aprendido el mensaje predicado por Juan el Bautista. Sin embargo, lo que saba eso predicaba. Ahora bien, Priscila y Aquila llegaron a orle cuando estaban en feso; dndose cuenta de cunto le faltaba por saber, le ensearon acerca del Seor Jesucristo y acerca del evangelio que predicaba. En verdad, Apolos debe haber sido un hombre verdaderamente humilde, ya que vemos que consinti en que unos pobres hacedores de tiendas le ensearan.

Apolos decidi luego que era mejor para l pasar a la regin de Acaya. Quiz pens que despus de haber predicado en feso el mensaje de Juan el Bautista, sera difcil para el pueblo entender por qu ahora proclamaba un mensaje ms completo. Llevando una carta de los hermanos en feso a los hermanos de Corinto, Apolos se dirigi a esta ciudad, y fue recibido por la iglesia. Predic el mensaje que haba recibido de Aquila y de Priscila, y as sirvi de mucho a la iglesia de Jesucristo ah.

38.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 18 Por qu se fue Pablo de Atenas, si haba pensado esperar a Silas y a Timoteo all? La Biblia no nos lo dice. Pero s dej un grupo de creyentes al irse, y el texto griego muestra que se separ de ellos con pesar. Es posible que una de las razones por las que se march de Atenas fuera que no hall oportunidad de ejercer su oficio de fabricante de tiendas all. Atenas no era un centro comercial. Pablo incluy entre sus sufrimientos por el Seor, algunos tiempos en que no tuvo suficiente qu comer, esto es, momentos en que tuvo que ayunar a la fuerza, por motivos econmicos (2 Corintios 11:27). Otra razn para marcharse de Atenas puede haber sido la gran necesidad que haba en Corinto. Esta prspera ciudad era un gran centro comercial. Haba sido destruida en el ao 146 a. C. y no haba sido reconstruida hasta que Julio Csar no se interes en ella, cien aos ms tarde. El la hizo una colonia romana, y nuevamente conoci la prosperidad. Pero tambin era centro de idolatra y de vida licenciosa. Los griegos haban inventado incluso una nueva palabra para expresar la inmoralidad sexual extrema y el desenfreno:

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"corintizar". Los corintios reciban alientos en su inmoralidad, de la adoracin de la llamada "diosa del amor". Afrodita. Priscila y Aquila (18:1-4) "Despus de estas cosas. Pablo sali de Atenas y fue a Corinto. Y hall a un judo llamado Aquila, natural del Ponto, recin venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio haba mandado que todos los judos saliesen de Roma. Fue a ellos, y como era del mismo oficio, se qued con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discuta en la sinagoga todos los das de reposo, y persuada a judos y a griegos". En Corinto, Pablo conoci a un matrimonio que se convertira en parte del grupo de sus amigos ms fieles y compaeros de trabajo en el Evangelio. El esposo, Aquila, era un judo cuya familia era de la provincia romana del Ponto (situada en el norte del Asia Menor, sobre el mar Negro, al este de Bitinia). Puesto que el nombre de Aquila era comn entre los esclavos en Roma, hay alguna especulacin sobre si cuando los romanos tomaron el Ponto, su familia fue capturada y vendida o entregada en esclavitud en Roma. Ms tarde, muchos de los esclavos judos haban sido liberados. Haba una amplia clase de libertos en Roma que haban sido establecidos en negocios por sus antiguos amos, o que practicaban diversos oficios. El nombre de la esposa de Aquila, Priscila, es un diminutivo o forma familiar de "Frisca" (2 Timoteo 4:19), lo que indica que era una dama romana de una de las clases superiores de la sociedad. Al menos es posible que fuera la hija del antiguo amo de Aquila. Quiz l la ayudara a creer en el nico Dios verdadero el Dios de Israel. Despus, cuando fue liberado, se casaron. Haca poco que haban llegado a Corinto procedentes de Italia. Claudio, el cuarto emperador romano, haba ordenado que todos los judos salieran de Roma. Pablo fue a ellos y encontr en su hogar un lugar donde vivir y ejercer su oficio, porque ellos tambin eran fabricantes de tiendas y haban podido establecer su negocio en Corinto con xito. Nada indica que Priscila y Aquila fueran cristianos antes de que Pablo los conociera, aunque es posible que tuvieran algn conocimiento del Evangelio. Si ya no eran creyentes, pronto los ganara Pablo para el Seor. As se convirtieron en fieles seguidores de Cristo. Podemos tener la seguridad de que lo acompaaban a la sinagoga todos los sbados y lo alentaban mientras l trataba de persuadir tanto a judos como a gentiles. Pablo se va a los gentiles (18:5-11) "Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicacin de la palabra, testificando a los judos que Jess era el Cristo. Pero oponindose y blasfemando stos, les dijo, sacudindose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me ir a los gentiles. Y saliendo de all, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la sinagoga. Y Crispo, el principal de la sinagoga, crey en el Seor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, crean y eran bautizados. Entonces el Seor dijo a Pablo en visin de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondr sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta dudad. Y se detuvo all un ao y seis meses, ensendoles la palabra de Dios". Despus de que Silas y Timoteo llegaron a Corinto procedentes de Macedonia, Pablo se sinti urgido por la Palabra. Escribi 1 Tesalonicenses poco despus de llegar ellos, porque le traan buenas noticias. En 1 Tesalonicenses 3:6-10 habla de esto. Timoteo le trajo buenas noticias sobre la fe y el amor de los creyentes de Tesalnica. Los enemigos del Evangelio no haban tenido manera de apartarlos del Seor ni de Pablo. Durante las penosas circunstancias por las que pasaba y la aplastante presin de la persecucin, el maravilloso informe sobre su fe y su constancia en el Evangelio le levant el nimo y alivi la presin de su apasionada preocupacin por ellos, dndole nuevo valor para seguir adelante.

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Segn parece, hasta este momento, no haba una respuesta notable al Evangelio en Corinto. Ahora sinti una presin tal por la Palabra, que comenz a dar testimonio con una intensidad y un celo cada vez mayores. En todas partes declaraba que Jess es el Mesas, el Profeta, Sacerdote y Rey ungido de Dios. En la sinagoga, este aumento de intensidad en el mensaje de Pablo hizo que la mayora de los judos que no haban credo dejaran de sentir indiferencia y se alinearan contra el Evangelio. Hasta llegaron a blasfemar (no de Dios, sino de Pablo), usando un lenguaje abusivo y oponindose a Pablo, mientras hablaban toda suerte de cosas malas contra l y contra el Evangelio. Aquello fue demasiado para Pablo, de manera que se sacudi los vestidos (el manto) contra ellos, como seal de que rechazaba sus blasfemias. Despus, invoc la sangre de ellos sobre sus propias cabezas. Esto es, declar que seran responsables por el juicio que Dios enviara sobre ellos. Pablo les haba hecho la advertencia, y estaba limpio. Por supuesto, ellos comprendan que se estaba refiriendo a la responsabilidad que Dios haba puesto sobre Ezequiel, de que alertara al pueblo (Ezequiel 3:16-21). Pablo haba hecho lo que le corresponda en cuanto a alertar a los judos. Desde aquel momento (en Corinto) se volvera a los gentiles. Entonces, se march de la sinagoga y fue a la casa contigua, que era de un gentil piadoso llamado Tito (o Titio) Justo. All comenz a predicar el Evangelio. Pablo, Silas y Timoteo no fueron los nicos en abandonar la sinagoga. Crispo, el principal de la sinagoga, tom la decisin de creer en el Seor, y toda su casa, siguiendo su ejemplo, tom esa misma decisin. (Vea 1 Corintios 1:16.) Muchos de los gentiles de Corinto creyeron tambin y fueron bautizados. El Seor le confirm a Pablo que haba actuado correctamente. En visin de noche, Jess) le dijo a Pablo que no temiera. La forma del griego usado aqu indica que Pablo estaba comenzando a temer que tendra que marcharse de Corinto, tal como lo haba tenido que hacer en muchas otras ciudades al comenzar la persecucin. Pero Jess le dijo que deba seguir hablando la Palabra en Corinto, y no callar; l estaba junto a Pablo y no permitira que nadie pusiera su mano sobre l para hacerle mal, porque El tena mucho pueblo en Corinto. Es decir, que muchos ms aceptaran a Jess y entraran a formar parte del verdadero pueblo de Dios. Con estas nuevas fuerzas, Pablo se qued en Corinto un ao y seis meses, enseando la Palabra de Dios entre ellos. Durante todo aquel tiempo, no hubo violencia y nadie le hizo mal a Pablo, como se lo haba prometido el Seor. Llevado ante Galin (18:12-17) "Pero siendo Galin procnsul de Acaya, los judos se levantaron de comn acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal, diciendo: Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley. Y al comenzar Pablo a hablar, Galin dijo a los judos: Si fuera algn agravio o algn crimen enorme, oh judos, conforme a derecho yo os tolerara. Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas. Y los ech del tribunal. Entonces todos los griegos, apoderndose de Sstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del tribunal; pero a Galin nada se le daba de ello". En la primavera del ao 52 d.C., el Senado romano nombr un nuevo procnsul llamado Galin para el gobierno de la provincia de Acaya (Grecia). Los judos incrdulos pensaron al parecer que podan aprovecharse de la falta de conocimiento de la situacin que tena el nuevo gobernante. Se levantaron de comn acuerdo contra Pablo y lo llevaron ante el tribunal (el trono de juicio del gobernador). Los arquelogos han descubierto este trono (bema) de juicio, hecho de mrmol azul y blanco. Acusaron a Pablo ante Galin de persuadir a los hombres a adorar a Dios en una forma contraria a la ley. Puesto que se hallaban ante un tribunal romano, es probable que quisieran decir que era contrario a la ley romana. Puesto que la ley romana aceptaba el judasmo como religin legal, estos judos incrdulos lo que estaban diciendo era que el cristianismo era diferente del judasmo, y por lo tanto, ilegal.

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Pablo estaba a punto de comenzar a hablar cuando Galin les respondi a los judos. Tena suficiente sentido comn para darse cuenta de que no haba crimen ni acto malvado de inmoralidad en todo aquello. Puesto que le pareci que la querella contra Pablo se deba solamente a cuestiones sobre palabras y nombres y su propia ley juda, les dijo que podan arreglar el asunto ellos mismos. El no quera ser juez de cosas as. Despus los ech (o hizo que los echaran) del tribunal, que probablemente estuviera montado en una plaza pblica abierta. Esto complaci a la multitud, porque los judos no eran populares. Entonces, aprovechndose de la actitud de Galin, se apoderaron de Sstenes, el nuevo principal de la sinagoga y comenzaron a golpearlo antes de que pudiera salir del tribunal. Galin, como ellos esperaban, no les prest atencin alguna. Consideraba que todo aquel asunto se hallaba fuera de su jurisdiccin. De esta manera, los judos que esperaban volver al gobernador en contra de Pablo, se encontraron todo lo contrario. Al principio haba parecido como si la promesa que Jess le haba hecho a Pablo de que no le haran dao en Corinto no podra ser cumplida. Sin embargo, fueron los enemigos de Pablo y no l los que salieron golpeados. Esto debe haber tenido un profundo efecto en Sstenes. Pablo continu en Corinto por un buen tiempo. Finalmente, Sstenes debe haber cedido ante la verdad del Evangelio. En 1 Corintios 1:1, el hermano Sstenes se une a Pablo en su saludo a los corintios. Aunque no lo podemos probar como totalmente seguro, debe ser el mismo Sstenes. Sera improbable que hubiera otro Sstenes prominente que fuera tan conocido para la iglesia de Corinto. Verdaderamente, la gracia de Dios es maravillosa! El jefe de la oposicin, un hombre que debe haber blasfemado de Pablo y del Evangelio l mismo, se convirti en un hermano en el Seor. Con esta victoria ante Galin y la conversin de Sstenes, debe haber habido ms libertad que nunca para que los cristianos dieran testimonio de Cristo en Corinto. De regreso a Antioqua (18:18-22) "Mas Pablo, habindose detenido an muchos das all, despus se despidi de los hermanos y naveg a Siria, y con l Priscila y Aquila, habindose rapado la cabeza en Cencrea, porque tena hecho voto. Y lleg a feso, y los dej all; y entrando en la sinagoga, discuta con los judos, los cuales le rogaban que se quedase con ellos por ms tiempo; mas no accedi, sino que se despidi de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusaln la fiesta que viene; pero otra vez volver a vosotros, si Dios quiere. Y zarp de feso. Habiendo arribado a Cesarea, subi para saludar a la iglesia, y luego descendi a Antioqua". Despus de algn tiempo (probablemente algunos meses). Pablo se embarco rumbo a Siria en la parte final de su segundo viaje misionero. Se llev a Priscila y a Aquila consigo. Como suele suceder, se nombra primero a Priscila. Da la impresin de que haba sido dotada por el Espritu para el ministerio, pero siempre hallamos a Aquila trabajando con ella. Deben haber formado una formidable pareja! En Cencrea, el puerto de Corinto, Pablo se hizo rapar el cabello, porque tena hecho un voto. No se dan ms explicaciones, pero probablemente fuera un voto nazareo modificado, un voto que expresaba una consagracin completa a Dios y a su voluntad. El cabello era rapado siempre al terminar el perodo del voto. (Vea Nmeros 6:1-21.) Cuando llegaron a la gran ciudad de feso, Pablo se aparto de Priscila y Aquila. Esta vez el Espritu Santo no le impidi predicar all. Por tanto, se fue a la sinagoga y encontr judos dispuestos a escuchar su presentacin razonada del Evangelio. En realidad, queran que se quedara ms tiempo, pero l no accedi. Sin embargo, en su despedida les prometi regresar, "si Dios quiere". Despus de desembarcar en Cesarea, subi a Jerusaln y le present sus respetos a la iglesia de all. Es probable que les hiciera saber que haba sido fiel en cumplir las instrucciones del Concilio relatado en Hechos 15. Tambin le interesaba mantener buenas relaciones con ellos. Desde Jerusaln, sigui a Antioqua de Siria, terminando de esa forma su segundo viaje misionero.

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Comienza el tercer viaje misionero de Pablo (18:23) "Y despus de estar all algn tiempo, sali, recorriendo por orden la regin de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los discpulos". Pablo pas algn tiempo en Antioqua animando y enseando a la iglesia. Entonces se dirigi por tierra al norte en un viaje de 2.400 kilmetros a las regiones de Galacia y Frigia. Visit una tras otra las iglesias fundadas en su primer y segundo viaje. Pablo nunca fundaba iglesias para despus olvidarse de ellas. Siempre buscaba la manera de regresar para dar ms enseanza y confirmar y fortalecer a los discpulos. Es decir, que siempre se senta tan preocupado o ms por fortalecer a los nuevos creyentes, que por ayudarlos a ser salvos. Apolos de Alejandra (18:24-28) "Lleg entonces a feso un judo llamado Apolos, natural de Alejandra, varn elocuente, poderoso en las Escrituras. Este haba sido instruido en el camino del Seor; y siendo de espritu fervoroso, hablaba y enseaba diligentemente lo concerniente al Seor, aunque solamente conoca el bautismo de Juan. Y comenz a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron ms exactamente el camino de Dios. Y queriendo l pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discpulos que le recibiesen; y llegado l all, fue de gran provecho a los que por la gracia haban credo; porque con gran vehemencia refutaba pblicamente a los judos, demostrando por las Escrituras que Jess era el Cristo". Alejandra, situada en la costa norte de Egipto, al oeste de la desembocadura del ro Nilo, era la segunda ciudad del Imperio Romano, un importante puerto martimo y el centro ms grande de cultura e instruccin del imperio. Tena una poblacin juda numerosa en la parte nordeste de la ciudad. Eran helenistas (hablaban griego) y entre ellos se haba producido la famosa Versin griega del Antiguo Testamento llamada "de los Setenta" (o "septuaginta"). Desde Alejandra lleg a feso un elocuente judo llamado Apolos (abreviacin de Apolonio). No slo era elocuente, sino que era muy instruido, un verdadero erudito, y era poderoso en el uso de las Escrituras. Ya haba sido instruido oralmente en el camino del Seor Jess, probablemente en Alejandra, su ciudad natal. Estaba tan lleno de entusiasmo con respecto a Jess, que su espritu se desbordaba literalmente cuando hablaba. Sus enseanzas tambin eran exactas. Tena todos los datos correctos sobre la vida y el ministerio de Jess, y tambin sobre su muerte y resurreccin. Pero debe haber odo estos datos de boca de uno de los testigos de la resurreccin de Cristo que, como muchos de los quinientos (1 Corintios 15:6), no fueron a Jerusaln y no estuvieron presentes cuando el Espritu se derram en el da de Pentecosts. Sin embargo, estaba entusiasmado con lo que saba, y comenz a hablar valientemente (demostrando que Jess es el Mesas) en la sinagoga de feso. Priscila y Aquila estaban presentes y lo oyeron. No le dijeron nada en la sinagoga, sino que lo tomaron aparte para darle ms instruccin. El texto griego tambin seala que lo recibieron, y es probable que se lo llevaran a su casa. Entonces, le explicaron con ms precisin el camino del Seor. La Biblia no dice aqu qu fue lo que le dijeron, pero el captulo siguiente se refiere a doce discpulos que se hallaban en la misma situacin, con la misma necesidad de instruccin, y all s se dan detalles. Es interesante notar aqu que Juan Crisstomo ("Juan, el de la boca de oro"), el pastor principal de la iglesia de Constantinopla alrededor del ao 400 d.C., reconoca que Priscila haba tomado la iniciativa en la instruccin que recibi Apolos. Los mejores eruditos del idioma griego estn de acuerdo hoy en da. Apolos era un hombre culto e instruido. Ella debe haber sido tambin una mujer de buena educacin y trato agradable. Las epstolas de Pablo nos muestran tambin que era, junto con su esposo, compaera de trabajo, de enseanza y misionera. Mirando ms all, podemos ver que Apolos debe haber recibido el bautismo en agua con la autoridad de Jess (como en Mateo 28:18, 19). Despus deben haber orado para que recibiera el bautismo en el Espritu, como en Hechos 2:4.

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Podemos ver la reaccin positiva de Apolos en las cartas de recomendacin que los hermanos cristianos de feso escribieron a favor suyo cuando quiso seguir rumbo a Grecia. En Grecia, su ministerio fue eficaz tambin. Se convirti en canal de la gracia de Dios para ayudar a los creyentes. Hablaba con gran poder y refutaba vehementemente los argumentos de los judos incrdulos, demostrndoles con las Escrituras que Jess es el Mesas, el Cristo. Tal como Pablo dice en 1 Corintios 3:6, Apolos reg lo que Pablo haba plantado, pero todo el tiempo era Dios quien daba el crecimiento.

39.

CAPITULO 20: GRANDE ES DIANA DE LOS EFESIOS!


Lase Hechos 19.

Preguntas de Preparacin

1. Por qu bautiz Pablo a los discpulos que encontr en feso?

2. Qu xito tuvo el ministerio de Pablo en feso?

3. Qu caus el alboroto en feso?

Introduccin

Era probablemente la primavera del ao 54 d.C., cuando Pablo sali de Antioquia de Siria en su tercer viaje misionero. Viajando rumbo al norte, visit de nuevo a las iglesias de Galacia. Luego se dirigi hacia el poniente hasta feso, pues haba prometido al pueblo que regresara. Arrib a feso despus de la salida de Apolos hacia Corinto.

1. Los Discpulos Rebautizados

Poco despus de haber llegado a feso, Pablo se encontr con unos discpulos cuya fe no era completa. Conocan nicamente el mensaje de Juan el Bautista. Si es que ellos haban estado en Palestina y haban odo predicar a Juan, o si haban odo este mensaje de labios de Apolos, no lo podemos precisar. Pero por cuanto no conocan a Jess como el Cristo, no haban recibido al Espritu Santo. Pablo les explic que Cristo haba venido, y entonces fueron bautizados en el nombre de Jess. Este es el nico caso en el Nuevo Testamento en que unos creyentes son rebautizados. Pablo los bautiz probablemente porque ellos no haban recibido el Espritu Santo, como los primeros creyentes el da de Pentecosts. Cuando Pablo les impuso las manos, ellos recibieron el Espritu. Hablaron en lenguas y profetizaron, al igual que los discpulos en el da de Pentecosts y los creyentes en la casa de Cornelio. Segn parece, estos dones especiales del Espritu Santo eran una marca comn de los cristianos de aquellos primeros das.

2. El Ministerio en feso

En feso, Pablo tuvo los problemas de costumbre con los judos. Aunque por un tiempo corto tuvieron buena disposicin para escucharle, algunos le comenzaron a contradecir y a hablar en contra de "El Camino". Por ello, Pablo comenz a reunirse con judos cristianos en la escuela de Tiranno. Algunos documentos sugieren que Pablo usaba este saln de las 11 horas hasta las 16 horas, lo que en feso eran horas de siesta.

Es poco lo que relata Lucas sobre el ministerio de Pablo en feso. Pablo estuvo ah casi tres aos. Es muy posible que tuvo que enfrentarse a una oposicin fantica, ya que escribe a los corintios que l haba batallado "en feso contra fieras" (1 Co. 15:32). Sin

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embargo, hay algunos datos en el relato de Lucas que muestran el xito del ministerio de Pablo.

En feso Dios le dio a Pablo un poder fuera de lo ordinario para hacer milagros. Esto atrajo a las multitudes. Tambin atrajo la atencin de algunos judos ambulantes que decan tener el poder de echar fuera a los demonios. Los hijos de Esceva quisieron echar fuera a un demonio, usando el nombre de "Jess, el que predica Pablo" (v. 13), pero lo nico que lograron fue enfurecerlo y tuvieron que huir corriendo muy humillados.

An este intento de parte de los hijos de Esceva de usar el nombre de Jess como un talismn mgico, tuvo efecto saludable. Hubo una gran confesin de pecados, e hicieron una fogata donde quemaron sus libros de magia. El resultado de de todo esto fue que hubo un aumento maravilloso en el poder del evangelio "As creca y prevaleca poderosamente la palabra del Seor" (v. 20).

3. El Alboroto

Ms o menos en el tiempo que Pablo ya estaba pensando irse de feso, ocurri un alboroto. feso era el centro de la adoracin a la diosa Diana. Esta Diana no era la diosa romana de la cacera y el campo, que tanto se menciona en la mitologa. Diana de feso era la diosa de la tierra, la autora de la vida y la fertilidad. Su templo estaba en feso, sin embargo ella era adorada en todo el imperio romano.

Los plateros de feso hacan muy buen negocio, confeccionando imgenes de la diosa y de su templo. Pero conforme avanzaba el evangelio, la demanda para estas imgenes iba reducindose. Por fin uno de ellos, Demetrio, reuni a los dems y acus a Pablo de lesionar su negocio y de insultar a la diosa. Era muy astuto Demetrio. El incit a los plateros a un alboroto, sin que l mismo lo tuviera que sugerir.

Los plateros alborotadores influyeron en toda la poblacin. Posiblemente haya sido durante la fiesta primaveral en honor a Diana cuando Demetrio instig este alboroto. Habra sido muy fcil en esos das juntar a mucha gente al grito de "Grande es Diana de los efesios". Pronto estaba alborotada la ciudad entera. El gento colm el teatro municipal, un edificio que tena cabida para 25.000 personas.

Aunque las gentes se arremolinaron al teatro para tener una "asamblea municipal", no pudieron hacer nada. No pudieron hallar a Pablo. Pablo quera presentarse en el teatro y hablar a la multitud, pero sus amigos sabiamente le convencieron que no lo hiciera. Los judos enviaron a uno de ellos, a Alejandro, para hablar. Probablemente lo que iba a decir a la gente era que los judos no tenan nada que ver con estos cristianos. Pero cuando la multitud se dio cuenta de que era judo, hicieron tanto escndalo que ste no pudo hablar. Claramente a los efesios no les gustaban los judos.

El escribano municipal al fin logr calmar los nimos de la gente, y les llam la atencin por su conducta indebida. Explic que ninguna ley se haba quebrantado. No se haba blasfemado en contra de la diosa. Y si haba una acusacin que presentar, se poda traer ante las cortes de la ciudad, las cuales estaban en funciones, y Demetrio y sus compaeros podran utilizar los medios legales para arreglar sus asuntos. Despidi al pueblo, quienes salieron del teatro ya muy calmados. Es de inters notar que para esta poca, las autoridades romanas generalmente favorecan a la iglesia. No fue sino hasta ms tarde cuando el poder de Roma se torn en persecucin contra la iglesia.

40.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 19

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En este captulo nos encontramos con una pregunta importante. Hoy en da, su interpretacin se ha convertido en motivo de controversia. Nuestra versin la expresa as: "Recibisteis el Espritu Santo cuando cresteis?" Sin embargo, veremos que no sera esta la traduccin ms exacta. Esta es una pregunta que sigue exigiendo una respuesta. Aquellos discpulos no tuvieron una respuesta positiva hasta que el Espritu Santo descendi sobre ellos. Entonces hablaron en lenguas y profetizaron; entonces supieron por experiencia cul era la respuesta correcta a la pregunta hecha por Pablo. Los doce discpulos de feso (19:1-7) "Aconteci que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, despus de recorrer las regiones superiores, vino a feso, y hallando a ciertos discpulos, les dijo: Recibisteis el Espritu Santo cuando cresteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos odo si hay Espritu Santo. Entonces dijo: En qu, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautiz con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendra despus de l, esto es, en Jess el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Seor Jess. Y habindoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. Eran por todos unos doce hombres". Despus de visitar las iglesias fundadas en el primer viaje en las ciudades del sur de la Galacia, Pablo sigui adelante, atravesando la parte ms alta de la meseta central del norte de la Galacia. En el entretiempo, Apolos fue a Corinto, donde "reg" las iglesias plantadas por Pablo (1 Corintios 3:6). Entonces lleg Pablo a feso para encontrarse con un grupo de doce discpulos. Algunos escritores estiman que eran discpulos de Juan el Bautista. Pero en todos los dems lugares del libro de los Hechos donde Lucas menciona discpulos, siempre se refiere a discpulos de Jess, que seguan a Jess y haban credo en l. Algunos creen que stos haban sido convertidos por Apolos antes de que Priscila y Aquila lo instruyeran. Sin duda, al igual que Apolos, conocan los detalles de la vida, muerte, resurreccin y ascensin de Jess. Aunque Pablo senta que les faltaba algo en su experiencia, no puso en duda que fueran creyentes. En realidad, reconoci que lo eran. La pregunta que les hizo mostro ms bien que les faltaba la libertad y la espontaneidad en la adoracin que siempre han caracterizado a los creyentes llenos del Espritu. Las versiones modernas, as como la Reina-Valera, traducen la expresin "desde que cresteis" como "cuando cresteis". Pero esta traduccin est basada en los presupuestos teolgicos de los traductores. El griego dice al pie de la letra: "Despus de haber credo, recibisteis?" "Despus de haber credo", o "habiendo credo" (pistusantes) es un participio de aoristo (pasado indefinido) griego. "Recibisteis" (elbete) es el verbo principal, tambin en aoristo (pasado indefinido). Pero el hecho de que ambos estn en aoristo carece de significado aqu. El hecho de que el participio "habiendo credo" est en pasado es lo que importa, porque el tiempo del participio es el que muestra normalmente su relacin con el verbo principal. Como este participio est en pasado, esto significa normalmente que su accin precede a la accin del verbo principal. Por esto se debera traducir, como lo hace la versin King James inglesa, "desde que cresteis". Sus traductores queran destacar el hecho de que hay que creer antes de recibir. Esto tambin nos seala que el bautismo en el Espritu Santo es una experiencia distinta, que sigue a la conversin. Es cierto que algunos eruditos sealan que el participio de aoristo poda indicar en griego algunas veces una accin que suceda al mismo tiempo que la del verbo principal, especialmente si est tambin en aoristo, como en Hechos 19:2. Sin embargo, los ejemplos que dan no son realmente aplicables a este versculo. El ejemplo principal, "respondi y dijo", es una expresin idiomtica (generalmente un hebrasmo); una frmula usada para indicar que contina una disertacin. No ayuda en nada a la interpretacin de otros pasajes. En los pocos pasajes donde la accin del verbo s parece ser coincidente, el participio define lo que el verbo principal quiere decir. Por ejemplo: "Esto lo hizo una vez para siempre, ofrecindose a s mismo" (Hebreos 7:27). "Yo

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he pecado entregando sangre inocente" (Mateo 27:4). "T has hecho bien en venir" (Hechos 10:33). Pero "cuando cresteis" difcilmente puede ser una definicin de lo que quiere decir "recibir el Espritu". Lucas aclara, como lo hace en otros pasajes, que la recepcin del Espritu comprende un bautismo en el Espritu claro y definido, un derramamiento concreto sobre aquellos que ya eran creyentes. Hay muchos otros pasajes del Nuevo Testamento que s muestran que la accin del participio de aoristo precede normalmente a la accin de un verbo principal en aoristo. He aqu uno de ellos: "Entonces tambin los que durmieron ("habindose dormido") en Cristo perecieron" (1 Corintios 15:18). Es decir, despus de que durmieron, perecieron si Jess no levanta de entre los muertos. Tenemos otro ejemplo en Mateo 22:25. Al hablar de siete hermanos, los saduceos dijeron del primero: "Se cas y muri" (Habindose casado, muri). Obviamente, aunque nuestra versin diga "se cas y muri", no quiere decir que el matrimonio y la muerte fueron simultneos, ni que fueran la misma cosa. Eran sucesos diferentes, y el matrimonio precedi claramente a la muerte, probablemente por bastante tiempo. Podramos citar ejemplos similares. Hechos 5:10 dira: "Habindola sacado (Safira), la enterraron"; Hechos 13:51 sera: "Habiendo sacudido el polvo de sus pies, llegaron a Iconio." Hechos 16:6: "Y atravesaron la regin de Frigia y Calada habiendo recibido prohibicin del Espritu de que hablaran la Palabra en Asia"; Hechos 16:24: "Habiendo recibido las rdenes, los tir a la prisin ms interior." En estos casos y en muchos ms, la accin del participio precede claramente a la accin del verbo principal. As que, aunque hay algunos casos en los cuales el participio de aoristo coincide con el verbo principal en aoristo, no se pueden considerar como la regla. La impresin general de Hechos 19:2 es que, ya que estos discpulos decan ser creyentes, el bautismo en el Espritu Santo debera haber sido su paso siguiente, un paso definido despus de creer, aunque no tuviera que estar separado del primero por un largo tiempo necesariamente. La respuesta de los discpulos: "Ni siquiera hemos odo si hay Espritu Santo", se podra traducir: "Pero si no hemos ni odo hablar de que el Espritu Santo existe." Sin embargo, el significado no parece ser que nunca hubieran odo hablar de la existencia del Espritu Santo. Qu judo piadoso o gentil interesado por saber habra sido tan ignorante? Es ms probable que la expresin se compare con Juan 7:39. All, la breve expresin "an no haba venido el Espritu Santo" significa que la era del Espritu, con su poderoso derramamiento, tal como haba sido prometida, no haba llegado an. A partir de esto, podemos ver que estos discpulos en realidad estaban diciendo que no haban odo que el bautismo en el Espritu Santo estaba a su disposicin. De hecho, varios antiguos manuscritos y versiones del Nuevo Testamento dicen as: "No hemos ni odo que haya quienes estn recibiendo el Espritu Santo." Evidentemente, no se les ense nada sobre esto cuando se convirtieron. Entonces Pablo les pregunt nuevamente y supo que estos discpulos haban sido bautizados solamente en el bautismo de Juan el Bautista. Les explic que ste era slo una preparacin, un bautismo de arrepentimiento. El mismo Juan le haba dicho al pueblo que deba creer en aquel que vendra, en Jess. Por supuesto, esto significa que no slo deberan aceptarlo como Mesas y Salvador, sino obedecerlo y seguir sus orientaciones para poder pedir el Espritu y recibirlo. (Vea Lucas 11:9, 13; 24:29; Hechos 1:4, 5: 11:15, 16.) Gracias a la explicacin de Pablo, los doce se bautizaron en el nombre (para la adoracin y el servicio) del Seor Jess. Entonces, despus de que fueron bautizados en agua. Pablo les impuso manos y el Espritu Santo descendi sobre ellos con la misma evidencia del da de Pentecosts. Comenzaron a hablar (y siguieron hacindolo) en lenguas (idiomas) y a profetizar. Aunque Lucas no dice "otras" lenguas aqu, se ve claro que es el mismo don que fue repartido en el da de Pentecosts y ejercitado en la iglesia de Corinto. Por tanto, es necesario hacer destacar que su bautismo en el Espritu tuvo lugar no slo despus de que creyeron, sino en este caso, despus de que fueron bautizados en agua. Pablo tambin les impuso manos, pero como en Samaria, la imposicin de manos no fue la causa de que recibieran el Espritu. Ms bien fue un estmulo para su fe, y precedi, o al

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menos fue algo distinto de la venida del Espritu sobre ellos. Entonces la presencia de las lenguas les dio una nueva seguridad de que la presencia y el poder del Espritu Santo eran reales. Dos aos en feso (19:8-10) "Y entrando Pablo en la sinagoga, habl con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endurecindose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apart Pablo de ellos y separ a los discpulos, discutiendo cada da en la escuela de uno llamado Tiranno. As continu por espacio de dos aos, de manera que todos los que habitaban en Asia, judos y griegos, oyeron la palabra del Seor Jess". Como siempre. Pablo fue a la sinagoga para comenzar primero con los judos cuando lleg a feso. Tambin en este caso, estaba cumpliendo su promesa de regresar (Hechos 18:21). Durante tres meses pudo hablar con denuedo y libertad, discutiendo sobre las cosas relativas al reino (gobierno, autoridad) de Dios (revelado en Jess, ahora ascendido a la derecha del Padre, Hechos 2:30-33). Tom un poco ms de tiempo que de ordinario aqu, pero finalmente algunos de los judos inconversos se endurecieron (se volvieron obstinados, intransigentes) y se rebelaron. Demostraron su espritu de rebelda hablando mal pblicamente del Camino, es decir, de la fe y la manera de vivir de los cristianos, ante las multitudes que se reunan para or el Evangelio, y que llenaban la sinagoga al mximo. Consecuentemente, Pablo se apart de ellos. Encontr un lugar separado para que los discpulos se reunieran en la escuela o sala de conferencias de Tiranno. All, en lugar de reunirse el sbado solamente. Pablo predic y ense el Evangelio a diario durante dos aos. Como ms tarde seala Pablo (Hechos 20:34), continu su rutina habitual. Trabajaba en su oficio de fabricante de tiendas desde el amanecer hasta cerca de las 11 a.m., para sostener a su grupo evangelstico. Entonces, despus de que Tiranno terminaba sus conferencias. Pablo enseaba desde las 11 a.m. hasta las 4 p.m. (segn lo sealan el Cdice Beza y otros manuscritos antiguos) a aquellos que le traan sus compaeros en la obra. Estos haban estado dando testimonio, juntndose con la muchedumbre de las calles y los mercados toda la maana, y traan sus conversos para que recibieran ms enseanza. Al atardecer (despus de las 4 p.m.). Pablo iba a diversos hogares para ensear y reafirmar a los creyentes y para ayudarlos a ganar a sus amigos y vecinos para el Seor. (Vea Hechos 20:20.) El resultado fue que toda la provincia romana de Asia fue evangelizada. Tanto judos como gentiles oyeron la Palabra. No hay evidencias de que Pablo saliera de la ciudad de feso durante este perodo. No obstante, es evidente que las siete iglesias de Asia mencionadas en el Apocalipsis fueron fundadas en este momento. Se establecieron muchas otras iglesias ms. Puesto que feso era un gran centro, llegaba a l gente de toda la provincia por negocios o por otros motivos. Muchos fueron convertidos, llenos del Espritu y recibieron las enseanzas de Pablo. Despus, regresaron a sus ciudades y pueblos, donde se convirtieron en poderosos testigos de Cristo, y se formaron iglesias en torno suyo. Milagros extraordinarios (19:11-20) "Y haca Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paos o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espritus malos salan. Pero algunos de los judos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Seor Jess sobre los que tenan espritus malos, diciendo: Os conjuro por Jess, el que predica Pablo. Haba siete hijos de un tal Esceva, judo, jefe de los sacerdotes, que hacan esto. Pero respondiendo el espritu malo, dijo: A Jess conozco, y s quin es Pablo; pero vosotros, quines sois? Y el hombre en quien estaba el espritu malo, saltando sobre ellos y dominndolos, pudo ms que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.

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Y esto fue notorio a todos los que habitaban en feso, as judos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Seor Jess. Y muchos de los que haban credo venan, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que haban practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. As creca y prevaleca poderosamente la palabra del Seor". Un factor importante en la difusin del Evangelio por el Asia romana fue el hecho de que Dios haca milagros extraordinarios por medio de Pablo. La expresin griega en realidad significa que el Seor haba hecho de los milagros algo de todos los das. Obraba con tanto poder por medio de Pablo, que la gente ya no quera esperar a que ministrara en el saln de conferencias de Tiranno. Entraban en su cuarto de trabajo, donde l estaba ocupado haciendo tiendas, y se llevaban pauelos (en realidad, los pedazos de tela que usaba para limpiarse el sudor mientras trabajaba) y los delantales de trabajo que haban estado en contacto con su cuerpo (su piel). Los colocaban sobre los enfermos, y stos eran librados de sus enfermedades. Hasta los espritus inmundos salan de los que estaban posedos por ellos. Todo esto llam la atencin de un grupo de siete exorcistas ambulantes judos que iban de lugar en lugar declarando que podan expulsar malos espritus. Estos siete eran hijos de Esceva, sacerdote principal (uno de los ms importantes entre los sacerdotes asociados con Ans y Caifs en Jerusaln). Posiblemente siguiendo el ejemplo de otros exorcistas judos, decidieron usar el nombre de Jess en una especie de frmula: "Os conjuro por Jess, el que predica Pablo." Pero su intento fall. El espritu malo respondi: "A Jess conozco, y s quin es Pablo; pero vosotros, quines sois?" Entonces el hombre posedo por el espritu malo salt sobre ellos y los domin a todos. De hecho, us su fuerza de tal manera contra ellos, que los siete hermanos salieron huyendo de aquella casa desnudos y heridos. La noticia de aquel suceso se esparci muy pronto por todo feso, y un temor (pavor inspirado por lo sobrenatural) cay sobre judos y gentiles por igual. Esto hizo que magnificaran el nombre (carcter, persona y autoridad) del Seor Jess. Todo esto tuvo un importante efecto sobre los creyentes tambin. Muchos de ellos venan, confesando y dando cuenta de sus hechos. El griego indica que comenzaron a manifestarse con firmeza por el Seor (con una entrega total). Se dieron cuenta de que tenan necesidad de santidad y justicia, adems de salvacin. Otra consecuencia fue que ahora se dieron cuenta de que el verdadero poder sobre el mal se hallaba solamente en Jess. feso era tambin un centro de prctica de artes mgicas, especialmente la de lanzar conjuros sobre personas o cosas. Un considerable nmero de creyentes haba practicado la magia, incluso con intentos de predecir del futuro, o de influir sobre l. La mayora tenan an el libro que haban usado en sus hogares. (Los arquelogos han descubierto algunos libros de este tipo.) Ahora los creyentes comprendieron que estos libros, con sus frmulas, conjuros y predicciones astrolgicas, no tenan valor alguno. Ms an: eran puramente paganos, incluso diablicos en su origen. Por tanto, trajeron todos sus libros y los quemaron pblicamente. Los libros eran muy costosos en aquellos das, y cuando hicieron la cuenta de su precio, ascendi a 50.000 piezas de plata. Esto equivala a lo que doscientos jornaleros o soldados ganaran juntos en un ao. As termina Lucas la narracin del xito del Evangelio en feso. Pero fue la Palabra del Seor (la Palabra referente a Jess) la que credo poderosamente (con fuerza y poder divinos) y prevaleci (en forma saludable y vigorosa). El hecho de que ms tarde (20:17) hubiera un buen nmero de ancianos en la iglesia de feso, demuestra que haba muchas iglesias en las casas y que toda la iglesia local continu creciendo en forma saludable. Pablo desea visitar Roma (19:21, 22) "Pasadas estas cosas. Pablo se propuso en espritu ir a Jerusaln, despus de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Despus que haya estado all, me ser necesario ver tambin a Roma. Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, l se qued por algn tiempo en Asia".

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Pablo mismo sinti que estas cosas no significaban el fin, sino la plenitud de su ministerio en feso. "Pasadas" es literalmente "cumplidas", e indica que haba llevado a cabo el ministerio que haba ido a realizar. El inmenso crecimiento de la iglesia en los dos aos anteriores, y la instruccin del pueblo y de sus dirigentes, significaba que ya poda dejarlos con confianza e irse a otro lugar a ministrar. Las epstolas de Pablo dejan ver que haba tenido problemas. Dice que en feso batall contra "fieras" (1 Corintios 15:32). Es probable que esto signifique que arriesg su vida oponindose a "fieras" en forma humana, hombres que actuaban como fieras. Tambin dice que haba sufrido gran tribulacin en Asia (esto es, en feso), de tal modo que aun perdi la esperanza de conservar la vida, pero fue librado por Dios (2 Corintios 1:8-10). Lucas no dice nada sobre esto, pues al parecer, afect personalmente a Pablo, pero no a la iglesia. Ahora que todo marchaba bien. Pablo se propuso (decidi firmemente) en espritu (o en el Espritu Santo) ver a Roma. Pero primeramente volvera a visitar Macedonia, Grecia y Jerusaln. (Vea Romanos 1:11, 14, 15; 15:22-25.) En el texto griego no queda claro si la decisin de Pablo fue tomada en su propio espritu o en el Espritu Santo. La expresin "en el espritu", significa de ordinario "en el Espritu Santo". (En los tiempos del Nuevo Testamento, el griego no distingua entre maysculas y minsculas.) Tambin podemos estar seguros de que su propio espritu estaba en armona con el Espritu Santo, y sometido a l. Por tanto, su decisin era santa, y formaba parte de los planes de Dios. Esto se ve ms confirmado an por su declaracin: "Me ser necesario ver tambin a Roma." El griego seala una necesidad de origen divino impuesta sobre l. Es el mismo tipo de expresin que se encuentra en Juan 4:4, cuando Jess sinti el imperativo divino de pasar por Samaria. Ms tarde. Jess mismo confirmara que el propsito de Pablo de ir a Roma le era verdaderamente agradable (Hechos 23:11). Tambin sera confirmado por un ngel (27:23, 24). De esta forma vemos cmo el Espritu dirigi a Pablo y le dio una visin del siguiente paso en el plan de Dios para su ministerio. Sin embargo, esta visin no fue completa. An no saba cmo Dios iba a hacer que fuera a Roma. Pero desde este momento hasta el final del libro de los Hechos, Roma es el objetivo de Pablo. No obstante, no fue a Roma directamente, porque sinti la responsabilidad de visitar las iglesias de Macedonia y Grecia nuevamente y tambin tomar su ofrenda para la Iglesia de Jerusaln (Hechos 24:17; Romanos 15:26; 1 Corintios 16:1-4). Ms tarde les escribira a los creyentes de Roma, reconociendo que haba una iglesia establecida all, aunque era obvio que nunca la haba visitado ningn apstol (Romanos 1:10-13). Por el tiempo en que les escribi a los romanos, tambin tena la esperanza de seguir de Roma rumbo a Espaa (Romanos 15:28). Para preparar a las iglesias de Macedonia para su visita. Pablo envi a Timoteo y a Erasto por delante, pero l mismo se qued por algn tiempo ms en feso. Como les dira a los corintios, una puerta grande y eficaz se le haba abierto, pero eran muchos los adversarios (1 Corintios 16:8, 9). Los plateros provocan un disturbio (19:23-29) * "Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeo acerca del Camino. Porque un platero llamado Demetrio, que haca de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artfices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y os que este Pablo, no solamente en feso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasin, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino tambin que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: Grande es Diana de

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los efesios! Y la ciudad se llen de confusin, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compaeros de Pablo". Pronto se hizo evidente la cantidad de adversarios que haba en feso. Lucas habla de estos sucesos llamndolos "un disturbio no pequeo" acerca del Camino (cristiano). Lo comenz un platero llamado Demetrio. Su produccin principal, como era el caso de la mayora de los plateros de feso, eran templecillos de plata en miniatura de Diana o Artemisa, que contenan una imagen en miniatura de esta diosa de la fertilidad llena de senos que se adoraba en feso. La diosa efesia en realidad no tena relacin con la otra Artemisa (o Diana), la Artemisa de Grecia conocida como la doncella cazadora e identificada por los romanos con su diosa Diana. La Artemisa de feso era adorada principalmente en aquella ciudad (a pesar de sus pretensiones) y no se pareca en nada a la diosa romana Diana. Los nombres eran los mismos, pero las diosas eran distintas. La demanda de aquellos templecillos sola mantener bastante ocupados a los plateros, y les proporcionaba amplias ganancias. Ahora, las ventas estaban decayendo. Por esto, Demetrio reuni a todos aquellos artfices e hizo un discurso en el que sealaba que el mensaje de Pablo haba penetrado prcticamente por toda la provincia de Asia. Eran multitud los que haban credo la verdad de que no haba dioses hechos por manos humanas, o dicho en otras palabras, que los dolos eran intiles. Por esto, la venta de los templecillos estaba disminuyendo y el oficio de fabricarlos estaba en peligro de caer en descrdito (rechazo, abandono). No slo esto, sino que segn Demetrio, el templo de la diosa Artemisa estaba en peligro, de ser destituido de su majestad, de que su magnificencia divina fuera disminuida o eliminada. Despus, hizo la exagerada afirmacin de que no slo la provincia de Asia toda, sino todo el mundo (habitado), es decir, todo el Imperio Romano, la adoraba. Sin pretenderlo, Demetrio dio testimonio del gran xito que estaba teniendo la difusin del Evangelio. Tambin triunf en su propsito de impresionar a sus oyentes con respecto a sus bolsillos y con respecto a su orgullo cvico por el templo de Artemisa. Todo esto, tal como l haba esperado, levant una explosin de ira apasionada entre los artfices, que comenzaron a gritar con gran emocin: "Grande es Diana de los efesios!" El texto griego muestra que siguieron dicindolo, y que su grito llen toda la ciudad de confusin y de perturbacin. El resultado fue que todos se precipitaron dentro del teatro (un anfiteatro o arena al estilo griego, a cielo abierto, con espacio para veinticinco mil personas). Sin embargo, primero arrebataron a Gayo y a Aristarco, dos macedonios que se hallaban entre los compaeros de viaje de Pablo. Aristarco era oriundo de Tesalnica (Hechos 20:4). Su presencia nos indica que la compaa de Pablo era bastante ms grande en este tercer viaje misionero, que en sus viajes anteriores. Estos dos acompaantes suyos fueron arrastrados dentro del anfiteatro, no por ellos mismos, sino porque se haba agitado la ira de la muchedumbre contra Pablo. Una confusin total (19:30-34) "Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discpulos no le dejaron. Tambin algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogndole que no se presentase en el teatro. Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los ms no saban por qu se haban reunido. Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujndole los judos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quera hablar en su defensa ante el pueblo. Pero cuando le conocieron que era judo, todos a una voz gritaron casi por dos horas: Grande es Diana de los efesios!" Cuando Pablo quiso entrar a la muchedumbre enardecida, los discpulos no se lo permitieron. Algunos de los asiarcas (funcionarios relacionados con el culto romano en la provincia de Asia) que eran amigos suyos, le enviaron recado, rogndole que no se presentara en el anfiteatro. Sin duda, pensaban que la multitud lo poda hacer pedazos. En la multitud, unos gritaban una cosa y otras otras. La asamblea (en griego, ekklesa, la misma palabra traducida generalmente como "iglesia") se hallaba en un estado de confusin total; la mayora no saban por qu se haban reunido.

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En esta situacin, los judos sacaron de entre la multitud a Alejandro, con la intencin de que los instruyera. Es decir, queran que les explicara que los judos no eran responsables de lo que los cristianos estaban haciendo. El descendi hasta el frente y agit la mano para llamar su atencin y hacer su defensa ante aquella muchedumbre. Sin embargo, cuando reconocieron que era judo, toda la multitud se volvi histrica. A una sola voz, todos los que estaban all se mantuvieron gritando lo mismo durante dos horas: "Grande es Diana (Artemisa) de los efesios!" La posesin de esta imagen y de su templo era una gran fuente de orgullo ciudadano para los habitantes de la ciudad. Se apacigua la multitud (19:35-41) "Entonces el escribano, cuando haba apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, y quin es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Jpiter? Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacigis, y que nada hagis precipitadamente. Porque habis trado a estos hombres, sin ser sacrlegos ni blasfemadores de vuestra diosa. Que si Demetrio y los artfices que estn con l tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden y procnsules hay; acsense los unos a los otros. Y si demandis alguna otra cosa, en legtima asamblea se puede decidir. Porque peligro hay de que seamos acusados de sedicin por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razn de este concurso. Y habiendo dicho esto, despidi la asamblea". Por fin, el escribano (el secretario de la ciudad) logr apaciguar (controlar) la multitud, y les pregunt a los efesios: "Quin es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana (literalmente, 'barrendera') del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Jpiter (del cielo, de los dioses del cielo)?" Con esto, el escribano les haca ver que no haba razn para estar tan airados y agitados, puesto que aquellas cosas, en su opinin, eran innegables. Por tanto, su obligacin era calmarse. Hubiera sido equivocado hacer algo precipitadamente (en forma impulsiva, apurndose a hacerla sin pensar primero). El escribano tambin les seal que los hombres que haban llevado al anfiteatro no eran sacrlegos (ladrones del templo) ni haban blasfemado contra su diosa. Es importante notar aqu, que Pablo ya llevaba cerca de tres aos en feso, pero no haba evidencias de que l o algn otro cristiano hubiera dicho jams nada contra el templo de Artemisa. Ellos no eran iconoclastas. Simplemente, se mantuvieron predicando las buenas nuevas de Jesucristo de forma positiva, y la venta de imgenes y de templecillos decay automticamente. Despus, los llam a la ley y al orden. Haba das de audiencia continuamente de forma regular en la plaza del mercado, y los procnsules estaban a disposicin de ellos. Es decir, el gobernador nombrado por el Senado romano estara all para juzgar. Si Demetrio y sus compaeros de oficio tenan acusaciones contra alguien, que se acusaran unos a otros (en forma legal). Y si alguien demandaba alguna cosa ms, se poda decidir en una asamblea (griego, ekklesa, la palabra traducida ordinariamente como "iglesia") legtima (legal, debidamente constituida), esto es, no en una asamblea (ekklesa) tumultuosa como aquella. El escribano estaba realmente molesto, porque este motn poda poner a la ciudad en el peligro de ser acusada de sedicin (o revolucin). No habra razn ni excusa buena a los ojos de los gobernantes romanos para los sucesos de aquel da; no podan rendir cuentas sobre aquella tumultuosa reunin, que los romanos podan tomar como una reunin sediciosa o una conspiracin. Despus de esto, el escribano hizo que la asamblea (griego, ekklesa) se disolviera. El uso del vocablo griego ekklesa para hablar de esta asamblea, es una importante ayuda para comprender el significado de la palabra, tal como era usada en los tiempos del Nuevo Testamento. Nos muestra que la palabra haba perdido su antiguo significado de "convocacin" y se usaba para designar a cualquier tipo de reunin, incluso una asamblea ilegal, o un tumulto en el que se reuna un grupo de ciudadanos, como aquel del anfiteatro. As es como la palabra ekklesa, traducida de ordinario como "iglesia", puede ser traducida correctamente como "asamblea", con la connotacin de que era una asamblea de ciudadanos cualquiera. En este pasaje, se usa para hablar de una asamblea de los ciudadanos de feso. Cuando se usa para referirse a los creyentes, la traduccin correcta

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es tambin asamblea, con la connotacin de que es una asamblea de creyentes que son "conciudadanos de los santos" (Efesios 2:19).

41.

CAPITULO 21: A LA IGLESIA DE DIOS EN CORINTO


Lase 1 y 2 Corintios.

Preguntas de Preparacin

1. Cul es el fondo histrico de estas dos cartas?

2. Qu problemas trata Pablo en 1 Corintios?

3. Por qu emple tanto tiempo Pablo en discutir su ministerio, en 2 Corintios?

Introduccin

Pablo, en su segundo viaje misionero, haba pasado un ao y medio en Corinto. La mayor parte de los miembros de la iglesia que all se desarroll provenan del paganismo. No nos debera sorprender que muchos problemas se hayan suscitado en esta comunidad cristiana.

1. Lugar y Fecha

Pablo se enter de los problemas en Corinto mientras ministraba en feso su tercer viaje misionero, aproximadamente en el ao 55 d.C. Fue cuando escribi la primera carta a los Corintios. La segunda carta a los Corintios la escribi aproximadamente en el ao 56 d.C., de algn lugar en Macedonia (posiblemente desde Filipos) mientras iba en viaje de feso a Corinto.

2. Propsito

Pablo recibi la informacin acerca de las condiciones en Corinto de los de la casa de Clo, una de las familias de la iglesia en Corinto. Tambin, recibi una carta de los corintios en la que le pedan su consejo sobre ciertos asuntos. Escribi 1 Corintios con el propsito de tratar los problemas y contestar las preguntas que haban llegado a su conocimiento. En todo, Pablo sostuvo que las dificultades seran resueltas, si se reconoca a Jess como Seor.

Despus de que Pablo sali de feso, recibi noticias sobre los resultados de su primera carta y sobre otros acontecimientos posteriores. Esta informacin impuls a Pablo a escribir 2 Corintios. El propsito de esta carta era el de justificar y defender su ministerio y apostolado. Es claro que algunos corintios negaron el apostolado de Pablo, y que dudaron de los motivos de su ministerio. Aunque en la segunda carta hay expresiones de gratitud por la acogida que los corintios hicieron a sus ideas y por su obediencia a ellas, sin embargo, el inters principal es el de responder a sus acusadores.

3. Bosquejos

I Corintios

Captulos

I. Problemas sobre:

A. Las divisiones

1-4

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B. La fornicacin

C. Los juicios civiles

II. Preguntas sobre:

A. El matrimonio

B. Carne ofrecida a los dolos

8-10

C. Mtodos para la adoracin

11

D. Los dones espirituales

12-14

E. La resurreccin

15

F. La colecta

16

II Corintios

Captulos

I. El carcter del ministerio de Pablo

1-7

II. La naturaleza de la ofrenda cristiana

8-9

III. La prueba del apostolado de Pablo

10-13

4. Contenido

Los Problemas

Los problemas de la iglesia en Corinto eran principalmente tres: a) Haban surgido divisiones entre los hermanos; b) Haba sucedido un caso de abierta inmoralidad; ye) Los hermanos corintios estaban recurriendo a las autoridades civiles llevando quejas del uno contra el otro. El punto de vista de Pablo sobre cada uno de estos problemas descansa en el hecho de que el Seor Jesucristo, no slo es Salvador sino tambin Seor.

Tratando el asunto de las divisiones, l hace ver que ni Pablo, ni Pedro, ni Apolos son importantes. Nadie debera considerarse como partidario de ninguno de estos hombres. Tampoco debera alguien jactarse por pertenecer a Cristo, como si se pudiera colocar a Cristo en oposicin con los hombres que son sus siervos. Es todo lo contrario; Cristo lo es todo. El es el fundamento sobre el cual toda la obra cristiana se edifica. Por lo tanto, toda nuestra lealtad pertenece a l, y nicamente a l. Donde existe esta lealtad no habr ningn peligro que la iglesia se divida en partidos, tomando como centro las personalidades de los lderes.

El hecho de que hubieran surgido estas divisiones en la iglesia de Corinto, es prueba de que los creyentes corintios an no estaban maduros espiritualmente. Pablo les dice, "De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a nios en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque an no erais capaces, ni sois capaces todava, porque an sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, no sois carnales, y andis como hombres?" (1 Co. 3:1-3). Los corintios necesitaban crecer en Cristo, de tal manera que su seoro fuera realmente reconocido en todos los aspectos de sus vidas.

Si Cristo verdaderamente es el Seor, no debera haber inmoralidad en su iglesia. Ya que haba surgido un caso de fornicacin en la iglesia misma, Pablo exhorta a los corintios a disciplinar al ofensor, con la esperanza de poderlo corregir. Deberan excluirlo de su comunin,

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para que as no corrompa a la iglesia toda. Aunque los creyentes tienen que vivir junto a hombres malos aqu en el mundo, la iglesia de Cristo no debe dar cabida a los que viven en pecado.

Pablo ataca el problema de juicios civiles entre los hermanos en la misma manera. Les dice a los corintios que recuerden los grandes privilegios que son suyos. "O no sabis que hemos de juzgar a los ngeles? Cunto ms las cosas de esta vida?" (1 Co. 6:3). Cuando surgen entre hermanos diferencias en asuntos terrenales, stos deberan ser solucionados entre los mismos creyentes, y el asunto no debera ser llevado ante la autoridad civil. Es mucho mejor, dice Pablo, que suframos la prdida injusta de nuestros bienes y derechos, y no que neguemos que Cristo es el Seor, llevando el asunto a las autoridades.

Las Preguntas

Despus de resolver los problemas presentados por la familia de Clo, Pablo pasa a los asuntos que le haban preguntado los cristianos corintios en la carta que le haban enviado. Primero aborda el tema del matrimonio. En el ambiente pagano de Corinto, la enseanza cristiana sobre el matrimonio debi haber parecido muy extraa y severa. Los corintios tenan una lista de preguntas sobre el matrimonio, y Pablo les contesta una por una. En todos los casos, Pablo es guiado en sus consejos por la enseanza del Seor Jesucristo de que el matrimonio es para toda la vida. Es una unin en que dos personas se entregan sin reservas el uno al otro. Pablo insiste en que este ideal se debe mantener hasta lo imposible. Aun cuando uno de los miembros no sea creyente, la persona que es creyente deber hacer todo lo que le sea posible para mantener ntegro el matrimonio. Por causa de algunos de los problemas que tenan varios de los corintios, Pablo aconsej que les sera mejor a los solteros no casarse. Esto no lo dice como un mandamiento. En lo que s insiste es, que cuando se ha entrado al estado matrimonial, se debern cumplir fielmente con las responsabilidades adquiridas.

Otra pregunta que surgi de las circunstancias de vida en Corinto, era aquella de comer o no la carne ofrecida a dolos. En esta ciudad, en la que haba tantos templos paganos, casi toda la carne que se ofreca a la venta era carne ya ofrecida como sacrificio a algn dolo. Para algunos hermanos, sus conciencias no les permitan comer esta carne. Sin embargo haba otros que s la coman con limpia conciencia. Esto cre un problema entre los dos grupos de creyentes. Y una vez ms Pablo ofrece la solucin sobre la base de principios espirituales. Lo ms importante es la relacin de la persona con Dios. Por lo tanto, cada hermano debera hacer nicamente lo que le permita hacer su propia conciencia. Y aqullos que puedan comer la carne ofrecida a los dolos deberan tener cuidado de no lastimar la conciencia del hermano ms dbil, y aqul que es dbil no debera juzgar a aqul ms fuerte que s puede comer tal carne. Estos principios se deben aplicar a todo problema de conducta en donde difieren los cristianos y sobre los cuales la Biblia no establece mandatos especficos.

Entre los corintios haban surgido dos preguntas sobre la forma de adorar a Dios. Una tena que ver con el lugar de la mujer en la iglesia, y la otra era sobre la forma correcta de celebrar la Cena del Seor. Tratando el primero, Pablo les recuerda a los corintios que Dios hizo a la mujer subordinada al hombre. Esto no significa que el hombre sea mejor que la mujer, sino que Dios hizo a la mujer para serle al hombre una ayuda; al igual que Cristo, quien siendo igual con Dios el Padre, se hizo Siervo de Dios para poder consumar el plan de redencin de Dios. Por ello, Pablo insiste que los cultos de adoracin deberan ser dirigidos por hombres, y que las mujeres deberan respetar esa autoridad que Dios le dio al hombre, y sujetarse a ella.

En lo que tocaba a la Cena del Seor, Pablo se afrontaba a una situacin muy mala. Antes de entrar a la celebracin de la Cena, los corintios acostumbraban reunirse para una comida llamada gape, o fiesta de amor. A pesar de que esto bien podra ser una magnfica forma de expresar la comunin entre hermanos, en Corinto haba llegado a ser todo lo contrario. Cada cual traa su propia comida. Pero los corintios no compartan su comida. Los ricos coman juntos, y dejaban comer solos a los pobres. Como resultado, algunos tenan hambre mientras que otros se saciaban o aun se embriagaban. Ya despus, ni el rico ni el pobre estaban en condiciones como para celebrar dignamente la Cena del Seor. Pablo le da importancia al asunto de acercarse a la mesa del Seor dignamente. Antes de participar en la

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Cena del Seor, debemos examinarnos a nosotros mismos para estar seguros de que la condicin de nuestro corazn y de nuestra mente es tal que podamos ver en la Cena del Seor el cuerpo y la sangre de Jesucristo.

Los corintios tenan tambin preguntas sobre el uso correcto de los dones espirituales. Adems de aquellos dones que Dios da a su pueblo en todas las edades, haba ciertos dones especiales del Espritu Santo, como el de poder profetizar o el de hablar en lenguas, que le fueron dados a la iglesia primitiva. En Corinto, estos dones estaban siendo usados para fines particulares de provecho personal, y por razones de egosmo. Los corintios deseaban tener los dones ms ostentosos, tal como el de hablar en lenguas. Pablo insiste que los dones de mayor valor para un creyente son los que traen beneficios a los dems. Como parte de su respuesta a este problema, Pablo escribi el famoso captulo 13 de 1 Corintios que es como un himno al amor. Este captulo es un escaln muy importante en el argumento que Pablo desarrolla. Introduce el captulo al decir Pablo, "Mas yo os muestro un camino ms excelente" (1 Co. 12:31). Y al terminar el captulo 13, "Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticis" (14:1). Nuestros deseos por los dones espirituales tienen que ser motivados por el amor, y tiene que ser el amor lo que nos gue en el uso de los dones que Dios da. Dios no ha dado sus dones a los individuos principalmente para el bien personal de ellos, sino que son para el bien de la iglesia. Siempre tienen que usarse con ese propsito.

El captulo 15 de 1 Corintios es la explicacin ms completa que tenemos en el Nuevo Testamento, sobre el tema de la resurreccin de Cristo y de los creyentes; Pablo claramente asienta la importancia que Cristo tiene en nuestra salvacin del pecado, y nos habla de lo que le habr de suceder a los creyentes cuando Cristo vuelva y los muertos sean resucitados.

La Colecta

Pablo menciona en ambas epstolas el asunto de la colecta para los hermanos en Jerusaln. Estaba muy preocupado porque los corintios no se retrasasen en este asunto. Ellos haban prometido dar, y Pablo quera estar seguro de que cumpliran con su promesa. Por tanto, especialmente en la segunda epstola, l los exhorta a seguir el ejemplo de Cristo, "Porque ya conocis la gracia de nuestro Seor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos".

Su Apostolado

La mayor parte de su segunda epstola est dedicada en una descripcin del ministerio de Pablo, y a la defensa de su apostolado. Pablo da nfasis a que l es un ministro de Cristo Jess: "Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Seor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jess" (4:5). En el cap. 5, vv. 17 al 20, Pablo da un resumen hermoso del mensaje que l predicaba.

"De modo que si alguno est en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcili consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliacin; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomndoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encarg a nosotros la Palabra de la reconciliacin. As que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios".

42.

CAPITULO 22: PODER DE DIOS PARA SALVACIN


Lase Romanos.

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Preguntas de Preparacin

1. Cul es el fondo histrico del libro a los romanos?

2. Qu ensea Romanos sobre la condicin del hombre ante Dios?

3. Qu ensea Romanos sobre la salvacin?

4. Qu ensea Romanos sobre los deberes cristianos?

Introduccin

En nuestras Biblias la carta a la iglesia de Roma aparece como la primera de las epstolas paulinas. As aparece, no porque haya sido escrita primero, ni porque haya sido la iglesia de Roma la ms importante en todo el imperio. Romanos es especialmente importante por su maravillosa presentacin de la salvacin que Dios ha provisto para nosotros por medio de Jesucristo.

1. Fecha y Destinatarios

Por mucho tiempo Pablo dese visitar Roma. El escribi esta carta como un preparativo para una visita que pensaba hacer pronto. Probablemente fue escrita durante la primavera del ao 58 59 d.C., cerca del fin de su tercer viaje misionero, cuando se dispona a llevar a la iglesia de Jerusaln las ofrendas de las iglesias de Macedonia y Acaya.

Pablo nunca haba estado en Roma. Cmo, pues, se form la iglesia en esta ciudad? La iglesia catlica romana sostiene que fue fundada por el Apstol Pedro, pero esto es sumamente dudoso. En Romanos 15:20 Pablo declara que era su principio no trabajar donde algn otro apstol hubiera ya trabajado. Algunos evanglicos creen que la iglesia en Roma fue fundada por romanos convertidos en el da de Pentecosts; otros piensan que fue fundada por personas convertidas anteriormente por Pablo, y que ahora vivan en Roma. Es probable que ambas clases de personas formaran parte de la iglesia de Roma y que esta iglesia creciera conforme aquellos que haban sido convertidos testificaban a la gente en su derredor.

2. Propsito

Pablo escribi esta carta con el propsito de presentar en forma sistemtica y clara la doctrina cristiana sobre la salvacin. El tema de la carta se encuentra en Romanos 1:17; "Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como est escrito: mas el justo por la fe vivir".

3. Bosquejo

Romanos

Captulos

I. Introduccin

1:1-17

II. La necesidad universal de la salvacin

1:18-3:20

III. La provisin en gracia de la salvacin

3:21-5:21

IV. Los efectos santificadores de la salvacin

6-8

V. El alcance histrico de la salvacin

9-11

VI. Los resultados prcticos de la salvacin

12:1-15:14

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VIL Comentarios personales

15:15-16:27

4. Contenido

En el Catecismo de Heidelberg, el evangelio se presenta dividido en tres partes: el pecado, la salvacin y el servicio. Estas tres divisiones se toman directamente de la carta a los Romanos, y podemos considerar esta epstola bajo estos tres ttulos, o temas.

El Pecado

Despus de algunos comentarios introductorios de Pablo, comienza su epstola mostrando que todos los hombres estn bajo el pecado. Los gentiles eran culpables de iniquidad, porque se haban alejado del nico Dios vivo y verdadero, a quien en otro tiempo haban conocido, para irse tras dioses falsos de su propia hechura. A causa de su impiedad Dios les permiti caer en pecados muy grandes. Por el otro lado, los judos eran culpables de auto justificarse. Se jactaban de tener la ley de Dios; pero no guardaban esta ley. Por lo tanto, aunque eran ms morales y ms religiosos que los gentiles, eran tan culpables como ellos. Pablo termina su introduccin de condenacin diciendo, "Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que estn bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningn ser humano ser justificado delante de l; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado" (3:19-20).

La Salvacin

Pablo no hace esta descripcin del estado pecaminoso del hombre slo para dejarle sin esperanza. Al contrario, l seala la justicia de Dios, aplicable a todo aquel que cree en el Seor Jesucristo. A pesar de que el hombre no puede ser justificado por medio de la ley, s puede ser justo delante de Dios por medio de la fe en Cristo. Para probar que la justicia viene por medio de la fe, Pablo cita el ejemplo de Abraham. Este fue declarado justo delante de Dios, no a base de sus buenas obras ni porque fue circuncidado, sino porque haba credo en Jehov (Gn. 15:6). Para probar que la justicia que nosotros necesitamos, es aquella proporcionada por Cristo, Pablo hace una comparacin entre la obediencia perfecta de Cristo por la cual se hizo merecedor de justicia, y la desobediencia de Adn por la que la humanidad cay en el pecado. "Porque as como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, as tambin por la obediencia de uno, los muchos sern constituidos justos" (5:19).

Esta justicia proporcionada por Cristo, no nicamente hace al hombre acepto ante Dios y luego le deja viviendo en el pecado. Es todo lo contrario, pues aquellos que confan en Cristo, han muerto al pecado. Han de vivir en obediencia a Dios. Pero mientras tenemos vida en este mundo, la naturaleza pecaminosa permanece en nosotros. Cuando leemos la ley de Dios, y a su luz examinamos nuestras vidas, descubrimos que repetidamente estamos quebrantando los mandamientos de Dios. La diferencia entre un cristiano y uno que no es cristiano, no consiste en que el cristiano no sea pecador, sino en que el creyente no quiere quebrantar la ley de Dios. Puede decir con Pablo, "porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago" (7:19). Pero Dios no nos permite ser derrotados por el pecado en forma constante. Habindonos salvado por Cristo, l nos da su Espritu Santo, quien mora dentro de nuestros corazones. El Espritu nos impulsa a amar las cosas de Dios. El testifica que somos hijos de Dios. Nos ensea a orar, y tambin ora por nosotros. Pero la presencia del Espritu an no es el fin de las bendiciones de Dios. An permanece latente la esperanza de que algn da seremos transformados y recibiremos la gloria que espera a los hijos de Dios. Pablo concluye diciendo, "Si Dios es por nosotros, quin contra nosotros?... Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ngeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podr separar del amor de Dios, que es en Cristo Jess Seor nuestro" (8:31, 38-39).

En Romanos 9 al 11, Pablo habla sobre el tema de Israel, la nacin que en el Testamento Antiguo fuera el pueblo escogido de Dios. Explica que Dios rechaz a Israel, porque Israel haba rechazado el mensaje del evangelio de gracia. Pero no quiso hacerla a un lado por completo. El mismo Pablo, junto con muchos otros cristianos judos, era prueba de

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ello. En verdad, Pablo promete que Dios habr de seguir mostrando su gracia para con los judos. Aunque ellos han perdido su lugar como pueblo escogido de Dios, algunos entrarn, por medio de la fe, a la iglesia, que es el pueblo de Dios del Nuevo Testamento.

El Servicio

En los cuatro ltimos captulos del libro, Pablo presenta las aplicaciones prcticas del evangelio de Jesucristo. Hace un llamado al pueblo de Dios a vivir juntos en amor, sirvindose los unos a los otros y utilizando los dones que Dios les ha dado para el bien de la iglesia. Insiste en que deben estar sujetos al gobierno civil, por cuanto Dios ha ordenado tal gobierno para el bien del hombre. Reconociendo que hay los que son dbiles en la fe, Pablo dice a los hermanos fuertes que los reciban, para poderles ayudar a crecer en la gracia de Cristo. "As que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los dbiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prjimo en lo que es bueno, para edificacin" (15:1-2).

Termina la epstola a los Romanos con algunos comentarios de naturaleza personal sobre los planes de Pablo para el futuro, y con saludos para aquellos a quienes l conoca bien, en la iglesia.

43.

CAPITULO 23: TODO EL CONSEJO DE DIOS


Lase Hechos 20.

Preguntas de Preparacin

1. A dnde fue Pablo despus de salir de feso?

2. Qu sucedi en Troas?

3. Qu dijo Pablo en Mileto a los ancianos de feso?

Introduccin

Pablo haba pasado tres aos en feso llevando adelante una obra misionera muy fructfera. El alcance de su xito qued demostrado por el alboroto instigado por Demetrio y sus compaeros plateros. Despus de haberse calmado las cosas, Pablo y su compaero abandonaron a feso, tal como haban planeado anteriormente. Pablo tena en aquellos das planes de muy largo alcance. Proyectaba pasar por Macedonia y Acaya, y posteriormente viajar a Jerusaln. Despus de visitar Jerusaln, era su intencin ir a Roma.

1. Macedonia y Grecia

Partiendo de feso, Pablo se dirigi al noroeste, a Macedonia. Visit a las iglesias que l haba fundado, y les exhort "con muchas palabras" (20:2). Esto indicara que el viaje no fue de prisa, sino que dedic suficiente tiempo en estos lugares. Probablemente Pablo visit en este viaje algunas ciudades a donde no haba llegado antes. Cuando le dijo a los romanos que l haba predicado el evangelio "hasta Hinco" (Ro. 15:19), es decir, hasta las fronteras de lo que hoy es Yugoeslavia, probablemente estaba hablando de su tercer viaje.

Habiendo cruzado Macedonia, Pablo se dirigi al sur, hacia Acaya. Visit ah a la iglesia de Corinto. Fue desde ah que escribi su carta a los Romanos. Despus de pasar tres

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meses en Corinto, Pablo pens navegar directamente a Siria. Pero se descubri que los judos haban planeado un atentado en contra de su vida, por lo cual Pablo y sus compaeros cambiaron de planes y regresaron a Macedonia, desde donde tomaron un barco de Filipo pocos das despus de la Pascua. Viajaron hasta Troas, donde permanecieron por espacio de una semana.

2. Eutico

Eutico es el nico hombre en la historia que ha ganado fama permanente por haberse dormido en la iglesia. Era un domingo por la noche, y los discpulos de Troas se haban reunido para escuchar a Pablo, quien parta de viaje a la maana siguiente. Fue muy largo el sermn en esta ocasin, ya que predic hasta la media noche. Los cristianos estaban reunidos en un aposento alto, a la luz de antorchas colocadas para dar luz como tambin calor. Eutico estaba sentado en la ventana, donde poda tomar aire fresco; pero tanto el calor como la hora avanzada fueron mucho para l. Se durmi, cay tres pisos abajo, y se mat. Qu manera tan trgica de dar fin a la visita de Pablo! Pero Pablo recibi poder de Dios para restaurar la vida de Eutico. Luego los cristianos tuvieron un servicio de comunin y siguieron conversando juntos hasta el amanecer, cuando Pablo y sus compaeros se despidieron y les dejaron.

Partiendo de Troas, el barco tena que rodear una especie de pennsula, y echar anclas en Asn. Aunque por mar era un viaje largo, por tierra era corto. Por alguna razn que no se menciona, Pablo decidi caminar de Troas a Asn, a pesar de haber pasado toda la noche conversando, mientras que sus compaeros fueron por barco.

3. En Mileto

Pablo abord el barco en Asn, y continuaron su viaje rumbo al sur por la costa de Asia Menor, haciendo varias escalas. Pablo haba decidido no regresar a feso, por temor de demorarse. Su deseo era llegar a Jerusaln para Pentecosts, y slo faltaba poco ms de un mes. Pero como el barco fonde en Mileto varios das para cargar y descargar, Pablo envi a feso un mensajero para pedir que los ancianos viniesen a verle en Mileto. Repetidamente haba sido advertido de los peligros que le esperaban en Jerusaln, y estaba convencido de que no volvera a ver a los efesios. Quera, pues, aprovechar el momento para recalcar a los oficiales de la iglesia de feso los deberes y las responsabilidades que ahora seran suyos

Las palabras de Pablo a los ancianos es su nico discurso dirigido a los creyentes, que se registra. En l, Pablo abri su corazn a estos hombres, consiervos suyos en la obra. Les habl del ministerio que haba llevado entre ellos por tres aos en feso. Haba predicado fielmente todo el consejo de Dios, no tan slo en pblico sino tambin en forma privada de casa en casa. No haba suprimido ninguna parte del evangelio con tal de ganar la simpata de hombres, sino que les haba presentado el mensaje completo de la gracia de Dios en Cristo. Mientras haca esta labor, se sostena haciendo tiendas. Nadie le poda acusar de querer enriquecerse por medio de la predicacin del evangelio.

Pablo hizo un repaso de todo su ministerio para que los ancianos le tomasen como ejemplo. Ellos habran de ser fieles en sus labores para Cristo, no por inters econmico, sino porque la gente necesitaba del evangelio.

Luego Pablo puso directamente sobre los hombros de estos ancianos la responsabilidad del cuidado de la iglesia en feso. Les advirti de los peligros a que se tendran que encarar de afuera la persecucin y de adentro los falsos profetas. Les aconsej a que fuesen muy cuidadosos de sus vidas espirituales y de la iglesia. Dios les haba dado el oficio de obispos, o sea, supervisores o cuidadores. Tendran que cuidar de la iglesia como los pastores cuidan sus ovejas. Tendran que ver cuidadosamente que la iglesia recibiese el alimento de la Palabra pura de Dios. Esta tarea que Pablo les encomend era muy grande, y es una tarea que se ha transmitido a los ancianos en la iglesia de Cristo a travs de los siglos. Pero as como les encomend en sus manos esta enorme tarea, tambin los encomend a la gracia de Dios. Cuando Dios obra en hombres, y a travs de ellos, les capacita para cumplir con las responsabilidades que se les ha dado.

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Los ancianos se acongojaron al or que seguramente no volveran a ver a Pablo. Le demostraron su afecto con lgrimas y besos.

44.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 20 Parte de la presin que senta Pablo en feso era su preocupacin y su profundo inters por todas las iglesias. Sus cartas a los corintios nos muestran que le preocupaban de manera especial los creyentes de Macedonia y de Grecia. (Vea 2 Corintios 11:28; 12-20; 13:6) Ya haba enviado a Timoteo y a Erasto a Macedonia. Ahora haba llegado el momento de que Pablo fuera tambin. El regreso a Macedonia y Grecia (20:1-6) Despus que ces el alboroto, llam Pablo a los discpulos, y habindolos exhortado y abrazado, se despidi y sali para ir a Macedonia. Y despus de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, lleg a Grecia. Despus de haber estado all tres meses, y sindole puestas asechanzas por los judos para cuando se embarcase para Siria, tom la decisin de volver por Macedonia. Y le acompaaron hasta Asia, Spater de Berea, Aristarco y Segundo de Tesalnica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tquico y Trfimo. Estos, habindose adelantado, nos esperaron en Troas. Y nosotros, pasados los das de los panes sin levadura, navegamos de Filipos, y en cinco das nos reunimos con ellos en Troas, donde nos quedamos siete das. Despus de que cesaron el alboroto y los disturbios. Pablo llam a los discpulos (los creyentes efesios), los exhort (les dio nimo) a que vivieran una vida santa y fueran fieles al Seor, como lo muestran las secciones prcticas de sus epstolas. Entonces, despus de abrazarlos y despedirse de ellos, se march a Macedonia. Probablemente, sta sera la ltima vez que vera a este cuerpo de creyentes. Cuando pas ms tarde por feso, camino de Jerusaln, slo vio a los ancianos de la iglesia. Es probable que fuera a Macedonia a travs de Troas, con la esperanza de encontrar a Tito all (2 Corintios 2:13). Al no encontrarlo all, sigui hasta Filipos (2 Corintios 2:12, 13). En aquella ciudad se encontr con Tito, que era portador de buenas nuevas (2 Corintios 7:6, 7). Durante el verano y el otoo. Pablo fue pasando por las diversas iglesias de Macedonia, dndoles exhortacin con abundancia de palabras. Probablemente, tambin visitara las ciudades situadas al oeste de las que haba visitado en el viaje anterior, puesto que en Romanos 15:19 dice que haba predicado el evangelio con poder hasta llegar a Ilrico (Dalmacia) en la parte nordeste de Macedonia. Despus baj a Grecia, donde pas los tres meses del invierno de fines del ao 56 y principios del 57 d.C. Lo ms probable es que la mayor parte de este tiempo lo pasara en Corinto. La tradicin afirma que escribi la epstola a los romanos en aquel lugar poco antes de marcharse. Cuando se hallaba a punto de marcharse con rumbo a Siria, los judos incrdulos tramaron asechanzas contra l, de manera que cambi sus planes. En lugar de tomar un barco desde Grecia, le aconsejaron que volviera a travs de Macedonia. Los siete hombres que iban a acompaar a Pablo al Asia, al parecer tomaron el barco como haban pensado originalmente. Fueron delante de Pablo a Troas y lo esperaron all. Estos siete eran Spater (llamado tambin Sospater) de Berea, Aristarco y Segundo de Tesalnica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tquico y Trfimo (de feso). Muchos escritores estiman que ellos hicieron este viaje para representar a las iglesias que haban dado dinero como ofrenda para los pobres que haba entre los cristianos de Jerusaln. Tenan la responsabilidad de ver qu se haca con el dinero e informar a sus iglesias locales al regresar. La Iglesia primitiva era muy cuidadosa en rendir buenas cuentas con el dinero, e igualmente cuidadosa en drselas a conocer a los miembros de la congregacin.

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Despus de los siete das de la fiesta del pan sin levadura, en abril, Pablo embarc en Filipos, acompaado por Lucas. En Troas se encontraron con los dems y permanecieron all siete das. Eutico vuelve a la vida (20:7-12) El primer da de la semana, reunidos los discpulos para partir el pan. Pablo les enseaba, habiendo de salir al da siguiente; y alarg el discurso hasta la medianoche, Y haba muchas lmparas en el aposento alto donde estaban reunidos; y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueo profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueo cay del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. Entonces, descendi Pablo y se ech sobre l, y abrazndole, dijo: No os alarmis, pues est vivo. Despus de haber subido, y partido el pan y comido, habl largamente hasta el alba; y as sali. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados. En Troas, es probable que Pablo fuera a la sinagoga en el sbado, como era su costumbre. Despus, al da siguiente, los creyentes se reunieron con l y con sus acompaantes para partir el pan. Esto significa que todos llevaron comida, compartieron un banquete de fraternidad y terminaron con la observancia de la Cena del Seor. Pablo aprovech la oportunidad para predicar. Puesto que se marchaba al da siguiente, prolong su discurso hasta la medianoche. Pudo hacerlo, porque haba una gran cantidad de lmparas de aceite de oliva en el aposento alto donde estaban reunidos. Haba un joven llamado Eutico sentado en el borde de la ventana, escuchndolo. Alrededor de la medianoche, lo venci un sueo profundo. Todos tenan su atencin fija en Pablo, as que nadie se dio cuenta. Mientras Pablo predicaba, el joven, desplomado por el sueo, se cay del tercer piso y fue levantado muerto. Esto significa que estaba realmente muerto. Lucas, que era mdico, tena capacidad para determinarlo. De inmediato, Pablo baj (probablemente por una escalera exterior), se ech sobre l y lo rode fuertemente con sus brazos. Podemos estar seguros de que oraba mientras lo haca. (Compare con 1 Reyes 17:21; 2 Reyes 4:34, donde Elas y Eliseo tuvieron experiencias similares.) Entonces dijo: "No os alarmis, pues est vivo." Literalmente, "porque su alma est en l". Es decir, la vida haba regresado a l. : Despus de aquello, Pablo regres, parti el pan, comi ("prob") con regocijo, y sigui hablando con los creyentes hasta el alba. Entonces se march. El joven fue llevado tambin vivo ante ellos (y totalmente recuperado) y fueron grandemente consolados. Para Pentecosts, en Jerusaln (20:13-16) Nosotros, adelantndonos a embarcarnos, navegamos a Asn para recoger all a Pablo, ya que as lo haba determinado, queriendo l ir por tierra. Cuando se reuni con nosotros en Asn, tomndole a bordo, vinimos a Mitilene. Navegando de all, al da siguiente llegamos delante de Quo, y al otro da tomamos puerto en Samos; y habiendo hecho escala en Trogilio, al da siguiente llegamos a Mileto. Porque Pablo se haba propuesto pasar de largo a feso, para no detenerse en Asia, pues se apresuraba por estar el da de Pentecosts, si le fuese posible, en Jerusaln. Lucas y el resto de los compaeros de Pablo no se quedaron hasta el amanecer. Fueron por delante al barco y se embarcaron rumbo a Asn, en Misia, al sur de Troas, donde esperaban recoger a Pablo abordo. El les haba indicado que lo hicieran as. El barco recorrera una distancia mayor al darle la vuelta a la pennsula (cabo Lectum), mientras que Pablo caminara una distancia menor hasta Asn por tierra. Lucas no nos dice por qu Pablo hizo esto; haba alguna razn para que quisiera estar solo. Un poco ms tarde, les dira a los ancianos efesios que en todas las ciudades, el Espritu Santo le daba testimonio de que le esperaban en Jerusaln prisiones (cadenas) y tribulaciones (persecucin, sufrimiento). Sin duda. Pablo necesitaba estar este tiempo solo, para aclarar las cosas con Dios con respecto a su ida a Jerusaln. Navegando a lo largo de la costa del Asia Menor, se detuvieron en Mitilene, la capital de la isla de Lesbos, y despus de tocar (pasar junto a) la isla de Samos, llegaron a Mileto, en la costa del Asia cercana a feso.

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Pablo haba decidido pasar de largo a feso. No quera tomarse mucho tiempo all. Ciertamente, haba puesto las cosas en claro con Dios, y ahora estaba apurado por llegar a Jerusaln para el da de Pentecosts (en mayo), si era posible. Este sera un momento en el cual los creyentes judos de Palestina estaran reunidos y las ofrendas de Grecia y Macedonia seran de gran ayuda. El ministerio fiel de Pablo (20:17-21) Enviando, pues, desde Mileto a feso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. Cuando vinieron a l, les dijo: Vosotros sabis cmo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer da que entr en Asia, sirviendo al Seor con toda humildad, y con muchas lgrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judos; y cmo nada que fuese til he rehuido de anunciaros y ensearos, pblicamente y por las casas, testificando a judos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Seor Jesucristo. Pablo no pas de largo a feso porque no le interesara la iglesia de all. Para mostrarles su preocupacin y su cuidado por ellos, llam a los ancianos de la iglesia para que fueran a reunirse con l a Mileto. Esta ocasin era muy seria para l, porque crea que sera la ltima oportunidad en que los vera, Por esto, comenz por recordarles cmo todo el tiempo que haba estado con ellos, haba servido al Seor con toda humildad, con lgrimas y con pruebas que le haban venido por las asechanzas de los judos (incrdulos). Al mismo tiempo, no haba dejado que el peligro le impidiera decirles nada que les fuera til, y les haba enseado en pblico y por las casas. Tanto a judos como a gentiles, les haba dado testimonio de que necesitaban arrepentimiento para con Dios (cambio de manera de pensar y de actitud) y fe en el Seor Jess. Dispuesto a morir (20:22-24) Ahora, he aqu, ligado yo en espritu, voy a Jerusaln, sin saber lo que all me ha de acontecer; salvo que el Espritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para m mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recib del Seor Jess, para dar testimonio del evangelio de la grada de Dios. Entonces, Pablo les dijo a los ancianos que se diriga a Jerusaln, no por voluntad propia, sino ya atado por el Espritu para que fuera. Es decir, el Espritu le haba mostrado bien claramente que haba una urgencia divina sobre l todava para que fuera a Jerusaln. No saba con qu se encontrara all, excepto que el Espritu por todas las ciudades le daba solemne testimonio (sin duda, a travs del don de profeca) de que lo esperaban prisiones (cadenas) y tribulaciones (persecucin, sufrimiento) all. (Vea tambin Romanos 15:31.) Este testimonio del Espritu Santo no tena la intencin de impedir que Pablo fuera, porque an estaba atado por el Espritu para ir. En realidad, estaba dispuesto a ir. De ninguna manera consideraba su vida preciosa para s mismo en comparacin con la posibilidad de acabar su carrera (como en una competencia), y terminar el ministerio (el servicio) que haba recibido del Seor Jess, dando firme testimonio de las buenas nuevas de la gracia de Dios. El reto del ejemplo de Pablo (20:25-35) Y ahora, he aqu, yo s que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, ver ms mi rostro. Por tanto, yo os protesto en el da de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebao en que el Espritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Seor, la cual l gan por su propia sangre. Porque yo s que despus de mi partida entrarn en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarn al rebao. Y de vosotros mismos se levantarn hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras s a los discpulos. Por tanto, velad, acordndoos que por tres aos, de noche y de da, no he cesado de amonestar con lgrimas a cada uno.

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Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabis que para lo que me ha sido necesario a m y a los que estn conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseado que, trabajando as, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Seor Jess, que dijo: Ms bienaventurado es dar que recibir. A continuacin. Pablo les dio a conocer a los ancianos que se trataba de una despedida definitiva. Nunca lo volveran a ver de nuevo. Por esta razn, dio testimonio de que estaba limpio de la sangre de todos ellos. Ezequiel haba sido nombrado atalaya, encargado de alertar a los israelitas que estaban exiliados junto al canal de Quebar en Babilonia. Si no se lo adverta al pueblo y ste mora en sus pecados, se le pedira cuenta de su sangre (Ezequiel 3:18, 20; 33:6, 8). Pablo reconoca que tena la misma pesada responsabilidad para con el pueblo al que el Seor lo haba enviado a ministrar. Nadie poda decir que Pablo no haba sabido alertarlos. Ms importante an: nunca haba rehuido anunciarles todo el consejo (el sabio consejo, el sabio propsito) de Dios. Tampoco lo rehuira ahora. Por eso, a continuacin (versculo 28) les sigui haciendo advertencias a los mismos ancianos. Deban mirar por ellos mismos (atenderse) y por todo el rebao en medio del cual el Espritu Santo los haba hecho obispos (supervisores, superintendentes, ancianos gobernantes, presidentes de las congregaciones locales) para apacentar (pastorear) a la asamblea (griego, ekklesa, como en el 19:41) de Dios, 2 que El (Jess) hizo suya por su propia sangre, es decir, a travs del derramamiento de su sangre cuando muri en agona en el Calvario (Efesios 1:7; Tito 2:14; Hebreos 9:12, 14; 13:12, 13). Aqu vemos que Pablo esperaba que los ancianos tuvieran la funcin de supervisores y fueran los ejecutivos o cabezas gobernantes de la congregacin local. Como nos muestra Hechos 14:23, eran elegidos para este cargo por un pueblo lleno del Espritu y dirigido por l. De esta forma, en realidad era el Espritu Santo el que les daba el cargo. Ms importante an era que dependan de l en cuanto a los dones de administracin (gobierno) necesarios para cumplir con su oficio (1 Corintios 12:28; Romanos 12:8). Gracias al Espritu Santo, podan dar consejo sabio, dirigir los asuntos de negocios de la iglesia, ser lderes espirituales, y mostrar por su pueblo el tipo de amor, preocupacin y cuidado que Jess haba mostrado por sus discpulos cuando estaba en la tierra. Adems de esto. Pablo esperaba de los ancianos que pastorearan la iglesia como la asamblea de Dios. El deber principal del pastor era llevar a las ovejas hacia donde haba alimento y agua. Por esto, los ancianos necesitaban tener el ministerio de pastor y maestro, dado por Cristo y lleno de la uncin y de los dones del Espritu. Esta responsabilidad era grande. No estaban simplemente dirigiendo y enseando a su iglesia, sino a la asamblea del Seor, una asamblea que El haba hecho suya a un inmenso precio, el derramamiento de la preciosa sangre de Jess. Se les exiga servir, y no dominar a aquellos a quienes dirigan. Otra parte de la obra de un pastor era proteger a las ovejas de los enemigos. El cayado del pastor diriga. La vara del pastor rompa los huesos de los lobos que venan a destruir las ovejas. Por esto. Pablo les advirti a estos ancianos, que despus de su partida entraran lobos rapaces en medio de ellos, y no perdonaran al rebao (re-baito), sino que lo heriran seriamente. Ninguno de aquellos lobos vendra del exterior. (Vea Mateo 7:15.) De en medio de los creyentes, incluso de entre los mismos ancianos, se levantaran algunos. Hablando cosas perversas, es decir, usando medias verdades o torciendo la verdad, trataran de arrastrar tras s a los discpulos para tener sus propios seguidores (entre los miembros de las asambleas locales). Esto quiere decir que su verdadero propsito sera edificarse ellos mismos, en lugar de edificar a la asamblea. Tambin intentaran arrastrar discpulos que ya eran creyentes; tendran poco inters en ganar a los perdidos para Cristo, y tampoco desearan desarrollar las iglesias que ya estuvieran establecidas. Los ancianos necesitaban mantenerse vigilantes contra lobos como estos. (Compare con 1 Timoteo 1:19, 20; 4:1-10; 2 Timoteo 1:15; 2:17, 18; 3:1-9; Apocalipsis 2:2-4.) Pablo les haba dado ejemplo en esto tambin. Durante el perodo de cerca de tres aos en que haba estado con ellos da y noche, nunca haba dejado de alertar a cada uno de ellos con lgrimas. Es decir, que insista a tiempo y a destiempo y siempre lo mova el

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tierno amor que les tena. Por lo que leemos en las epstolas de Juan, vemos tambin que durante aquellos aos sufri la oposicin de muchos lobos y falsos hermanos. Pablo siempre haca algo ms que advertir. Por eso tambin los encomend (puso en manos de) a Dios y a la palabra de su gracia, que tena poder para sobreedificarlos y para darles herencia con todos los santificados (santos, apartados para seguir al Seor Jess, tratados como pueblo santo, santos de Dios). Tambin en cuanto a servicio desinteresado. Pablo haba sentado ejemplo. No haba deseado ni codiciado plata, oro ni vestido. Bien saban ellos que con sus propias manos haba servido (ministrado) a sus propias necesidades y a las de aquellos que estaban con l. Como les dira a los Tesalonicenses, trabaj noche y da para no serle carga a ninguno de ellos (1 Tesalonicenses 2:9). Ciertamente, le dijo a Timoteo que los ancianos que gobiernan bien deberan recibir doble honorario, porque el obrero es digno de su salario (1 Timoteo 5:17, 18). Pero esto se aplica a las iglesias firmemente establecidas, crecientes y en las que hay buena enseanza. Cuando Pablo llegaba a un lugar nuevo, tena cuidado de demostrar que no estaba predicando el Evangelio para conseguir beneficios materiales. El amor de Cristo lo constrea (2 Corintios 5:14). Pablo trabaj con sus manos tambin, para sentar un ejemplo para todos. El objetivo de todo creyente debera ser el de dar, y no solamente recibir. Deberamos hacernos maduros y fuertes, y trabajar arduamente, para poder dar a fin de que se socorra a los dbiles (los fsicamente enfermos o dbiles, y tambin los espiritualmente dbiles). 4 Al hacer esto, deban recordar las palabras de Jess: "Ms bienaventurado es dar que recibir." Esta mxima de Jess no est escrita en ninguno de los cuatro evangelios. Pablo dice en Glatas que l no recibi su Evangelio de los hombres, sino directamente de Jesucristo, por revelacin (Glatas 1:11, 12). Es decir, hasta las mximas de Jess, fue El mismo quien se las dio. En una serie de lugares de sus epstolas, indica que tiene una palabra o mxima de Jess para confirmar lo que dice. Aqu usa uno de aquellos refranes de Jess para darle ms fuerza a su consejo a estos ancianos de feso. Una triste despedida (20:36-38) Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y or con todos ellos. Entonces hubo gran llanto de todos; y echndose al cuello de Pablo, le besaban, dolindose en gran manera por la palabra que dijo, de que no veran ms su rostro. Y le acompaaron al barco. Cuando Pablo termin de hablar, tanto l como los ancianos se arrodillaron para orar juntos. La oracin de rodillas era comn en la Iglesia primitiva (Hechos 9:40; 21:5). Pero tambin oraban de pie y sentados. Despus de la oracin, hubo gran llanto, a medida que iban echndose al cuello de Pablo y lo besaban (probablemente en ambas mejillas). Estaban llenos de profundo dolor y sufrimiento, sobre todo porque Pablo haba dicho que no volveran a ver su rostro. Entonces, como seal de su afecto y su respeto, lo escoltaron hasta el barco.

45.

CAPITULO 24: DISPUESTO A SER ATADO


PARTE 4

EL TRIUNFO DEL MINISTERIO DE CRISTO

Lase Hechos 21:1-36.

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Preguntas de Preparacin

1. Qu advertencias recibi Pablo en su viaje a Jerusaln?

2. Qu le pidieron a Pablo los ancianos de Jerusaln?

3. Cul fue la causa del alboroto en el templo?

Introduccin

Despus de despedirse de los ancianos de feso en Mileto, Pablo y sus compaeros continuaron su viaje al sur y al este, hacia Jerusaln. Los barcos en que viajaban, se dedicaban al comercio de la costa, y anclaban en cualquier puerto donde se poda bajar o subir carga. Era un modo lento de viajar, pero en aquellos das no haba barcos exclusivamente para pasajeros.

1. Las Advertencias

Al fin llegaron Pablo y sus compaeros al puerto de Tiro, donde permanecieron por el espacio de una semana mientras se descargaba y se cargaba el barco. Posteriormente continuaron hasta Cesrea, donde abandonaron el barco para seguir a pie hasta Jerusaln. Tanto en Tiro como en Cesrea, Pablo recibi advertencias sobre el peligro en ir a Jerusaln. Estos no eran los primeros de tales avisos que reciba. Ya haba dicho a los ancianos efesios de que el Espritu Santo le haba estado dando testimonio de que le esperaban prisiones y tribulaciones (20:23). Pero en Tiro y en Cesrea los avisos fueron ms enfticos. En Tiro los discpulos "decan a Pablo por el Espritu, que no subiese a Jerusaln" (21:4). En Cesrea, un profeta llamado Agabo anunci en forma dramtica el encarcelamiento de Pablo en Jerusaln al tomar el cinto de Pablo y atarse las manos y los pies con l.

Hizo bien Pablo en su decisin de continuar a Jerusaln? El haba hecho sus planes desde mucho tiempo atrs. Estaba decidido a llevarlos a cabo. Sin embargo, no deba l haber cambiado sus planes despus de recibir estas advertencias? Aunque el mensaje dado en Tiro suena mucho como una orden para no ir, todos los dems mensajes que Pablo recibi se podan tomar como advertencias. Parece que Pablo los tom precisamente como mensajes de Dios para prepararle para lo que le esperaba en el futuro. Convenci a los hermanos de Cesrea que l se hallaba en la razn. Y al fin, dejaron de persuadirle a que no fuera a Jerusaln, y dijeron, "Hgase la voluntad del Seor".

2. La Conferencia

Al llegar a Jerusaln, Pablo fue a ver a Santiago y a los ancianos de la iglesia en ese lugar. Despus relat toda la obra que Dios le haba permitido hacer. Describi el buen xito del evangelio logrado entre los gentiles.

Los ancianos se alegraron al or estas noticias; pero ellos teman su propio problema. Muchos de los creyentes de Jerusaln eran judos, y muchos de ellos todava eran muy celosos para guardar la ley de Moiss. Pablo tena enemigos que haban hecho correr la mentira de que Pablo estaba enseando a los judos que vivan en pases gentiles a que no obedeciesen la ley de Moiss. El temor de los ancianos era que los judos se levantasen al enterarse de la presencia de Pablo en Jerusaln.

Los ancianos tenan un plan que creyeron podra convencer a los judos que todos los cuentos que haban odo acerca de Pablo no eran ciertos. Pidieron que Pablo patrocinara (como una especie de padrino) a cuatro hombres que haban hecho voto nazareno de no cortarse el cabello y de abstenerse de ciertas comidas por un perodo de tiempo determinado. Ya faltaba poco para que terminara el voto y los hombres necesitaban un patrocinador que ofreciera el sacrificio a su favor y que pagara ciertos gastos. Los ancianos pidieron que Pablo jugase este papel.

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Desde muchos puntos de vista, tal proceder le debi parecer tonto a Pablo. El crea firmemente que el sacrificio de Cristo haba puesto fin al sistema de sacrificios y de votos del Antiguo Testamento. El estaba decidido a que los gentiles nunca estuviesen sujetos a estas observancias judaicas. Si hubiese habido alguna duda en su mente de que su consentimiento a esto acarreara la posibilidad de que los gentiles se vieran sujetos a la ley de Moiss, Pablo hubiera discutido en contra del plan. Pero los ancianos asentaron con toda claridad que no era tal el caso. Esto era una cosa entre judos. Por tanto, Pablo acept la proposicin de ellos, ya que l se senta preocupado no slo por la libertad de los creyentes gentiles sino tambin por la salvacin de los judos.

3. El Alboroto

Los ancianos creyeron que Pablo se evitara problemas al participar en este voto. Pero fue al contrario y Pablo se vio en dificultades.

El templo judo estaba reservado exclusivamente para judos. De hecho haba letreros en las paredes exteriores advirtindose que le costara la vida a cualquier gentil que entrase al templo. Pablo, antes de entrar al templo, anduvo por las calles de Jerusaln con un gentil llamado Trfimo, de feso. Algunos de los judos que haban visto a Pablo en la compaa de Trfimo ahora vieron a Pablo en el templo. Porque ellos se haban opuesto con anterioridad a la enseanza y al ministerio de Pablo entre los gentiles, rpidamente llegaron a la conclusin de que Pablo haba hecho a un lado todas sus reservas y que haba introducido a Trfimo al templo. Levantaron el clamor, "Varones israelitas, ayudad, este es el hombre que por todas partes ensea a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y adems de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar" (21:28).

Al instante se alborot la multitud. No intentaron nada para comprobar si era cierta la acusacin en contra de Pablo. Si recordamos las experiencias pasadas que Pablo tuvo con los judos de Jerusaln (Hch. 9) no nos sorprender ver que estos judos estaban listos a creer todo lo peor acerca de Pablo. Fue tomado y sacado del templo. Cerraron las puertas detrs de l, para que no hubiese otra profanacin del templo.

Y cuando la multitud lo arrastraba hacia un lugar fuera del templo donde lo podran apedrear ya que esto no se poda hacer dentro de sus dependencias se le inform al comandante de los soldados romanos sobre este alboroto. Los romanos estaban en guardia contra cualquier alboroto de parte de los judos durante estos das de sus fiestas, puesto que la excitacin religiosa fcilmente podra convertirse en rebelin. Inmediatamente los romanos controlaron a la gente. La presencia de los soldados probablemente salv a Pablo la vida, ya que cuando los judos los vieron dejaron de golpearle. El capitn de la guardia orden que Pablo fuese atado con dos cadenas. No pudo averiguar por qu la gente haba estado golpeando a Pablo, ya que unos gritaban una cosa, y otra. Por lo tanto, llev a Pablo hasta la fortaleza romana, seguidos por el gento que a voces exigan la muerte de Pablo.

46.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 21 La despedida de Mileto debe haber sido muy dura para Pablo. Tampoco se hicieron ms fciles las cosas a medida que segua su viaje hacia Jerusaln. Todo el camino estaba lleno de tristes despedidas. Una profeca en Tiro (21:1-6) Despus de separarnos de ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo a Cos, y al da siguiente a Rodas, y de all a Ptara. Y hallando un barco que pasaba a Fenicia, nos embarcamos, y zarpamos. Al avistar Chipre, dejndola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco haba de descargar all. Y hallados los discpulos, nos quedamos all siete das; y ellos decan a Pablo por el Espritu, que no subiese a

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Jerusaln. Cumplidos aquellos das, salimos, acompandonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa, oramos. Y abrazndonos los unos a los otros, subimos al barco y ellos se volvieron a sus casas. En el primer da. Pablo y sus acompaantes llegaron a la isla de Cos; en el siguiente, a la de Rodas y desde all siguieron hasta desembarcar en Ptara, en la costa de la provincia romana de Licia. En aquel lugar hallaron un barco que pasaba a Fenicia, que los llev a Tiro. En Tiro tenan una espera de siete das mientras el barco descargaba. Pablo no saba dnde se hallaban los cristianos de Tiro. Sin embargo, los busc hasta encontrarlos y pas el tiempo con ellos. Aqu, como en muchos otros lugares antes, el Espritu advirti lo que le iba a suceder en Jerusaln. La Biblia no dice cmo hizo esto, pero al ver lo que sucedera un poco despus en Cesarea, podemos tener la seguridad de que la advertencia les lleg en forma de profeca. Leemos que los creyentes le decan (una y otra vez) a Pablo "por el Espritu" que no subiera a Jerusaln. No obstante, esto no quiere decir que el Espritu no quisiera que l fuera a Jerusaln. La expresin "por el" (griego, di) no corresponde a la palabra usada en los pasajes anteriores para hablar de la actuacin directa del Espritu. (Vea Hechos 13:4, donde el trmino griego es hyp, palabra usada para indicar una actuacin directa o primaria.) Aqu estara mejor traducida la expresin griega como "en consecuencia del Espritu", esto es, por lo que el Espritu deca. Est muy claro que el Espritu mismo no le prohiba a Pablo seguir adelante. Al contrario, lo constrea a ir (Hechos 20:22). Pablo saba que el Espritu Santo no se contradice a s mismo. No era el Espritu, sino su amor por Pablo el que les haca decir que no deba ir. En otras palabras, debido a la profeca sobre las cadenas y la prisin, el pueblo expresaba su sentimiento de que l no deba ir. Pero Pablo se neg a permitir que impusieran sus sentimientos sobre l. Por tanto, sigui obediente a lo que el Espritu Santo lo diriga personalmente a hacer, esto es, seguir hacia Jerusaln. Al cabo de los siete das, todos los creyentes haban llegado a conocer y amar a Pablo. Por esto, cuando termin la semana, todos ellos, con sus esposas e hijos, lo acompaaron hasta fuera de la ciudad. All, en la playa, todos se arrodillaron y oraron antes de abrazarlos para despedirse y volver a sus respectivos hogares. La profeca de Cesarea (21:7-14) Y nosotros completamos la navegacin, saliendo de Tiro y arribando a Tolemaida; y habiendo saludado a los hermanos, nos quedamos con ellos un da. Al otro da, saliendo Pablo y los que con l estbamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con l. Este tena cuatro hijas doncellas que profetizaban. Y permaneciendo nosotros all algunos das, descendi de Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tom el cinto de Pablo, y atndose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espritu Santo: As atarn los judos en Jerusaln al varn de quien es este cinto, y le entregarn en manos de los gentiles. Al or esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusaln. Entonces Pablo respondi: Qu hacis llorando y quebrantndome el corazn? Porque yo estoy dispuesto no slo a ser atado, ms aun a morir en Jerusaln por el nombre del Seor Jess. Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hgase la voluntad del Seor. Despus de detenerse a mitad del camino en Tolemaida (el Antiguo Testamento la menciona como Ac en Jueces 1:31, y actualmente se llama Acre o Akka), donde pasaron el da con los cristianos, el barco los llev a Cesarea. All se quedaron en el hogar de Felipe el evangelista, uno de los siete (Hechos 6:5). Ahora tena cuatro hijas doncellas que profetizaban. La mencin de estas hijas parece ser significativa. Demuestra que la familia de Felipe serva al Seor y que l animaba a todos sus miembros a buscar y ejercitar los dones del Espritu. Tambin parece que su ministerio en este don de profeca debe haberle llevado nimo y bendicin a Pablo. (Compare con 1 Corintios 14:3.) En Mileto estaba ansioso por

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apresurarse a seguir su camino. Pero aqu, la bendicin del Seor era tan abundante, que se qued algunos das. Tambin es probable que Felipe le diera a Lucas una buena cantidad de informacin sobre los primeros tiempos de la Iglesia en Jerusaln. Entonces descendi de Judea el profeta Agabo, el mismo que haba profetizado sobre el hambre en Hechos 11:28. Tomando el cinto de Pablo (probablemente hecho de tela), se at los pies y las manos, como leccin objetiva. Entonces dio de parte del Espritu Santo la profeca de que los judos ataran (o seran la causa de que ataran) a Pablo y lo entregaran en manos de los gentiles (es decir, en manos de los gobernantes romanos). Debido a esta profeca, los que estaban reunidos en el hogar de Felipe junto con los compaeros de Pablo le rogaron todos que no subiera a Jerusaln. Sin duda, esta situacin fue similar a la de Tiro. Cuando oyeron el mensaje del Espritu, expresaron sus propios sentimientos. Sin embargo. Pablo dijo: "Qu hacis llorando y quebrantndome el corazn?" "Quebrantar (destrozar) el corazn" era una frase usada para significar que se quebrantaba la voluntad de la persona, se debilitaba su firmeza en sus decisiones, o se haca que la persona quedara "destrozada", incapaz de realizar nada. Para hacer que dejaran de llorar. Pablo declar que estaba listo no slo a ser atado, sino a morir en Jerusaln por el nombre del Seor Jess. Saba que la voluntad de Dios sobre l era que fuera. Entonces, los dems terminaron por decir: "Hgase la voluntad del Seor." (Compare con Lucas 22:42.) Finalmente reconocan que era realmente la voluntad de Dios que Pablo fuera a Jerusaln. En realidad, era muy importante para los cristianos saber que era voluntad de Dios que Pablo fuera atado. Todava haba un buen nmero de judaizantes que se oponan al Evangelio que Pablo predicaba. An estaban tratando de exigirles a los gentiles que se hicieran judos antes de poder convertirse en cristianos. Con respecto a esto, decan que los creyentes gentiles perderan su salvacin y nunca heredaran las bendiciones futuras que Dios tena preparadas para ellos. Si Pablo hubiera ido a Jerusaln sin todas aquellas advertencias que hicieron que la Iglesia supiera lo que iba a suceder, los judaizantes hubieran utilizado muy pronto su arresto como seal del juicio de Dios. Habran dicho: "Ven? Ya lo decamos. La predicacin de Pablo est equivocada por completo." Esto hubiera trado gran confusin al seno de las iglesias. Pero el Espritu Santo dio testimonio de Pablo y del Evangelio que l predicaba con estas profecas. Al mismo tiempo, la Iglesia misma quedaba protegida de las fuerzas que podran haber causado una divisin. Ciertamente, el Espritu Santo es el Gua y Protector que necesitamos. La bienvenida en Jerusaln (21:15-19) Despus de esos das, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusaln. Y vinieron tambin con nosotros de Cesarea algunos de los discpulos, trayendo consigo a uno llamado Mnasn, de Chipre, discpulo antiguo, con quien nos hospedaramos. Cuando llegamos a Jerusaln, los hermanos nos recibieron con gozo. Y al da siguiente Pablo entr con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; a los cuales, despus de haberles saludado, les cont una por una las cosas que Dios haba hecho entre los gentiles por su ministerio. Nuestra versin dice: "Hechos ya los preparativos". Otras traducciones presentan esta frase como "Tomamos nuestros carruajes", lo cual probablemente significara que ensillaron unos caballos. Sin embargo, muchos escritores se inclinan ms por la primera traduccin, la cual significara simplemente que haban empacado sus cosas (su equipaje). Es posible que estn incluidos en el original ambos significados. Pablo y sus compaeros, junto con algunos discpulos de Cesarea, subieron a Jerusaln. Estos creyentes de Cesarea conocan a un creyente llamado Mnasn, de Chipre el cual, como Bernab, era uno de los discpulos antiguos (originales), es decir, uno de los ciento veinte. (No tena que ser "antiguo" por tener edad avanzada precisamente.) Tena fama de ser un anfitrin al que le encantaba recibir extranjeros. Como Bernab tambin, sentira simpata por Pablo, y no tendra objecin en recibir a los creyentes gentiles. En Jerusaln, los hermanos (entre ellos Mnasn) los recibieron con gozo y, como indica el griego, los atendieron con verdadera hospitalidad. Al da siguiente. Pablo tom consigo a Lucas y al resto de sus acompaantes y fueron a ver a Santiago, el hermano de Jess.

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Todos los ancianos de la iglesia de Jerusaln estaban presentes tambin. Pero es digno de notarse que no se menciona a los apstoles. Probablemente, como afirma buena parte de la tradicin sobre la Iglesia primitiva, ya se haban dispersado para difundir el Evangelio en muchas direcciones distintas. Despus de saludar a estos ancianos. Pablo les dio un informe detallado de lo que Dios haba hecho en medio de los gentiles por medio de su ministerio. Debe haber sido un recuento de su segundo y tercer viajes misioneros, paso por paso. Especficamente, les relat todo lo sucedido desde la ltima vez que haba estado con ellos en el Concilio que aparece en el captulo 15. nimo para los creyentes Judos (21:20-26) Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuntos millares de judos hay que han credo; y todos son celosos por la ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseas a todos los judos que estn entre los gentiles a apostatar de Moiss, dicindoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. "Qu hay, pues? La multitud se reunir de cierto, porque oirn que has venido. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligacin de cumplir voto. Tmalos contigo, purifcate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprendern que no hay nada de lo que se les inform acerca de ti, sino que t tambin andas ordenadamente, guardando la ley. Pero en cuanto a los gentiles que han credo, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los dolos, de sangre, de ahogado y de fornicacin. Entonces Pablo tom consigo a aquellos hombres, y al da siguiente, habindose purificado con ellos, entr en el templo, para anunciar el cumplimiento de los das de la purificacin, cuando haba de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos. Santiago y los dems ancianos glorificaron todos a Dios, por todo lo que estaba haciendo en medio de los gentiles. Pero haba otro motivo de honda preocupacin que estaba afectando a la Iglesia de Jerusaln. Miles, literalmente decenas de miles (griego, myrades) de judos de la regin de Jerusaln haban credo que Jess era su Mesas, Seor y Salvador. Todava eran celosos de la Ley (zelotes, firmemente comprometidos con la Ley de Moiss). Haban llegado falsos maestros a ellos, probablemente judaizantes, o si no, judos no convertidos del Asia Menor, Macedonia o Greda. Estos les haban dicho (enseado deliberadamente) a los creyentes de Jerusaln una y otra vez que Pablo les estaba enseando a todos los judos que vivan entre los gentiles (las naciones situadas fuera de Palestina) que no circuncidaran a sus hijos. Tambin decan que Pablo les enseaba que dejaran de observar sus costumbres (judas). Esto no era ms que difamacin. Pablo haba circuncidado a Timoteo; haca poco tiempo, l mismo haba hecho un voto. Los ancianos reconocan que aquellas acusaciones eran falsas. Pero todos en Jerusaln las haban odo una y otra vez. Ahora, puesto que todos sabran seguramente que Pablo haba llegado, qu se deba hacer? Santiago y los ancianos tenan una sugerencia. Vean una forma de detener los rumores y demostrar que eran falsos. Cuatro de los creyentes judos haban hecho un voto, obviamente, un voto temporal de nazareos. De acuerdo con este voto, cualquier israelita, hombre o mujer, al hacerlo, poda declarar que se consagraba por completo a Dios y a su voluntad. Generalmente, se haca por un perodo limitado de tiempo. Al terminar el perodo que haban escogido, ofrecan sacrificios costosos, entre los cuales haba un cordero macho y una hembra, un carnero y otras ofrendas. Despus, se hacan rapar la cabeza, como seal de que haba terminado el voto (Nmeros 6:14-20). Pablo no hizo el voto l. Pero le pidieron que pasara por las ceremonias de purificacin junto con ellos y pagara por los sacrificios, para que pudieran terminar de cumplir el voto y raparse la cabeza. 3 Esto les mostrara a los creyentes y a todo el mundo en Jerusaln que Pablo no les enseaba a los creyentes judos que fueran contra las costumbres de sus padres. Tambin sera una respuesta a todas las cosas falsas dichas sobre Pablo, y demostrara que l personalmente era recto y observaba la Ley.

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Entonces Jacobo (Santiago) y los ancianos confirmaron la decisin del Concilio en Hechos 15, una decisin que Pablo ya les haba llevado a los gentiles creyentes. Es decir, aunque queran que Pablo, como judo creyente, mostrara que no les peda a los judos que vivieran como gentiles, aun as estaban dispuestos a aceptar a los creyentes gentiles sin pedirles que se hicieran judos. Al da siguiente. Pablo tom consigo a los cuatro hombres e hizo lo que le haban pedido, anunciando el cumplimiento de los das de la purificacin hasta que el sacrificio fue ofrecido por todos ellos. Como les dira a los corintios, se hizo judo con los judos, y a los que estn sujetos a la Ley, como sujeto a la Ley (1 Corintios 9:20). Los judos de Asia provocan un tumulto (21:27-30) Pero cuando estaban para cumplirse los siete das, unos judos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, dando voces: Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes ensea a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y adems de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar. Porque antes haban visto con l en la ciudad a Trfimo, de feso, a quien pensaban que Pablo haba metido en el templo. As que toda la dudad se conmovi, y se agolp el pueblo; y apoderndose de Pablo, le arrastraron fuera del templo, e inmediatamente cerraron las puertas. El plan de los ancianos de Jerusaln fall. En lugar de satisfacer a los judos, sucedi lo contrario cuando los siete das de purificacin casi haban terminado. Haba judos procedentes de la provincia romana de Asia en Jerusaln; haban llegado para la fiesta de Pentecosts. Estos lo vieron en el Templo y lanzaron a toda la multitud a la confusin. Entonces, apresaron con violencia a Pablo. Lo haban visto en la ciudad con Trfimo, un creyente gentil de feso. As llegaron a la falsa conclusin de que Pablo lo haba hecho entrar al Templo. 5 Entonces gritaron que Pablo era el que por todas partes enseaba a todos contra el pueblo (los judos) y contra la Ley, y ahora haba profanado el Templo al hacer entrar en l a griegos (gentiles). Al or esto, toda la ciudad de Jerusaln se estremeci. (Es probable que muchos de ellos estuvieran ya en el Templo en este momento.) Los judos se reunieron corriendo desde todas las direcciones, apresaron a Pablo y lo arrastraron fuera del Templo, golpendolo mientras se lo llevaban. De inmediato, se cerraron las grandes puertas que daban al patio de las mujeres, para que la muchedumbre no lo pudiera profanar. Sin embargo, nadie pareci darse cuenta de que Pablo no tena gentiles consigo. Los romanos rescatan a Pablo (21:31-40) Y procurando ellos matarle, se le avis al tribuno de la compaa, que toda la dudad de Jerusaln estaba alborotada. Este, tomando luego soldados y centuriones, corri a ellos. Y cuando ellos vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. Entonces, llegando el tribuno, le prendi y le mand atar con dos cadenas, y pregunt quin era y qu haba hecho. Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no poda entender nada de cierto a causa del alboroto, le mand llevar a la fortaleza. Al llegar a las gradas, aconteci que era llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud; porque la muchedumbre del pueblo vena detrs, gritando: Muera! Cuando comenzaron a meter a Pablo en la fortaleza, dijo al tribuno: Se me permite decirte algo? Y l dijo: Sabes griego? No eres t aquel egipcio que levant una sedicin antes de estos das, y sac al desierto los cuatro mil sicarios? Entonces dijo Pablo: Yo de cierto soy hombre judo de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia; pero te ruego que me permitas hablar al pueblo. Y cuando l se lo permiti. Pablo, estando en pie en las gradas, hizo seal con la mano al pueblo. Y hecho gran silencio, habl en lengua hebrea, diciendo. La muchedumbre ya trataba de matar a Pablo cuando le lleg informacin al tribuno (el oficial que mandaba sobre una cohorte de seiscientos a mil hombres estacionados en la torre castillo, fortaleza Antonia, al noroeste, dominando la zona del Templo). Le dijeron que todo Jerusaln se hallaba en estado de confusin. De inmediato el tribuno tom

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consigo soldados y centuriones (oficiales que mandaban sobre un centenar de soldados de infantera) y con gran demostracin de fuerza fue corriendo hacia ellos. La presencia del tribuno y de todos los soldados hizo que la multitud dejara de golpear a Pablo. Atndolo con dos cadenas, el tribuno les pregunt a los judos quin era y qu haba hecho. Todos comenzaron a gritar cosas distintas al mismo tiempo. El tribuno no tena manera de estar seguro de lo que se estaba diciendo en medio de todo aquel alboroto. De manera que les orden a los soldados que llevaran a Pablo al interior de la fortaleza (la torre Antonia). Los soldados tuvieron que cargar a Pablo en peso por las gradas que llevaban de la zona del Templo a la torre Antonia, debido a la violencia de la multitud- Esta los segua, tratando de quitarles a Pablo y gritando (chillando en voz muy alta una y otra vez): "Muera!" Estaban expresando que slo les satisfara su muerte. De hecho, lo hubieran destrozado si los soldados no lo hubieran levantado y rodeado. Cuando los soldados llegaron a la parte superior de las escaleras y estaban a punto de entrar en la fortaleza, la muchedumbre fue quedando atrs. Entonces Pablo le habl en griego al tribuno. Este pareci sorprenderse de que Pablo supiera griego, y le pregunt si no era l el egipcio que haba levantado una sedicin (como revolucionario poltico) y haba sacado al desierto a cuatro mil judos fanticos (sicarii, sicarios, "los hombres de las dagas"), renombrados porque asesinaban a quienes se les opusieran. Pablo le respondi identificndose como judo y ciudadano de la importante ciudad de Tarso. Entonces le pidi permiso para hablarle al pueblo. Cuando le fue concedido, se le permiti ponerse de pie en las gradas. Pablo hizo seal con la mano de que quera hablar, logr la atencin de la multitud y de pronto se hizo un gran silencio. Luego, Pablo comenz a hablarles en lengua hebrea. Generalmente se considera que el texto habla del arameo, la lengua que los judos trajeron al regresar de Babilonia despus de su exilio en aquel lugar en el siglo sexto a.C. Pero hay algunas evidencias de que los judos de Jerusaln tenan a timbre de orgullo ser capaces de usar el hebreo antiguo (bblico). Tambin lean la Biblia primero en hebreo en las sinagogas todas las semanas antes de parafrasearla en arameo, de manera que todos estaran familiarizados con el hebreo bblico. Sin embargo, puesto que podran entender ambos idiomas, no est claro a cul se hace referencia aqu. En algunos pasajes del Nuevo Testamento, la palabra "hebreo" es usada para referirse al arameo, lengua estrechamente relacionada con l que era usada en la mayora de los hogares de Palestina.

47.

CAPITULO 25: ESCUCHAD LA DEFENSA


Lase Hechos 21:37-22:30.

Preguntas de Preparacin

1. Por qu permiti el tribuno romano que hablara Pablo?

2. En qu forma adapt Pablo su defensa a los que le oan?

3. Cul fue la reaccin a esta defensa?

4. Cmo us Pablo su ciudadana romana?

Introduccin

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Pablo haba sido rescatado de una muerte segura a manos de la chusma juda, por la llegada de los soldados romanos. Estos soldados le haban llevado de la zona del templo, en donde los judos intentaban matarlo, y le haban trado al castillo, que era el cuartel romano. Al llegar a las escaleras que conducan al castillo, Pablo se dirigi al tributo y le pidi permiso para hablar a la gente que le haba estado siguiendo, pidiendo la muerte de Pablo. El tribuno qued sorprendido al or que Pablo le habl en griego. El pensaba que Pablo era el egipcio que haca poco haba instigado una sublevacin en contra de Roma y que haba llevado al desierto a cuatro mil hombres de un grupo denominado "Los Asesinos". Al identificarse Pablo como judo de Tarso de Cilicia, el capitn concedi a Pablo que hablase a la gente.

La defensa de Pablo fue una resea de la manera en que ste se convirti y de sus primeras experiencias como creyente. Los detalles presentados ya los conocemos, puesto que los hemos visto anteriormente en el libro de los Hechos. Sin embargo, ahora los volvemos a ver en la forma en que Pablo los present a este grupo especial de personas. Veremos cmo escogi l lo que quiso decir, y la forma en que lo dijo, adaptando su mensaje a los oyentes all presentes.

1. La Defensa

No comenz Pablo su defensa recordando a los judos que l era cristiano y ellos no. Al contrario, el discurso recalca, lo ms posible, todo lo que entre ellos podran tener en comn. Inclusive el idioma en que habl sirvi para este fin. Si Pablo les hubiese hablado en griego, un idioma que tambin entendan, le hubieran prestado poca atencin estos judos. Pero cuando le oyeron hablar en hebreo, hicieron silencio para escucharle.

Pablo comenz por hacerles memoria las maneras en que l era semejante a ellos. Mencion su educacin. Aunque haba nacido en Tarso, fue criado en Jerusaln. Haba sido alumno de Gamaliel, uno de los maestros judos de mayor fama. Tambin era del conocimiento de muchos de ellos, que l haba sido muy celoso en cuanto a la ley judaica. Les record que despus de perseguir a los cristianos en Jerusaln, l haba ido a Damasco con el objeto de arrestar a todos los cristianos judos que se pudieran encontrar all, y traerles prisioneros a Jerusaln. Tambin dio importancia a que, an despus de su conversin, haba seguido adorando como judo; y que estaba en el templo adorando cuando recibi un mensaje de parte del Seor ordenndole a ir a los gentiles.

Pablo tambin quiso ganarse la simpata de sus oyentes, mediante una seleccin cuidadosa de su vocabulario. Bien hubiera descrito a Ananas como un cristiano de Damasco. Pero en vez de esto, lo que dijo era que aquel era "varn piadoso segn la ley, que tena buen testimonio de todos los judos que all moraban" (22:12). Habl de Dios como "el Dios de nuestros padres" (22:14), y de Cristo como el "Justo" (22:14). Eran stas, frases que los mismos judos usaban al hablar de Dios y del Mesas esperado.

Sin embargo, Pablo no se present a s mismo simplemente como otro judo. Al contrario, se present como uno que es diferente a sus oyentes. Pablo les habl de la luz y de la voz del cielo, que le convencieron que Jess era el Cristo prometido. Los judos devotos aceptaran el hecho de que Pablo se vio obligado a obedecer instrucciones recibidas por revelacin de Dios. Pablo les hizo memoria que l haba ido a los gentiles, no por preferencia suya, sino porque Dios as le haba ordenado en una visin. Les record que l hasta haba discutido con Dios, buscando ms bien permanecer en Jerusaln y proclamar a Cristo entre los judos ah. Sin embargo, Dios haba insistido que l deba predicar el evangelio a los gentiles.

Al escuchar los judos que Pablo haba sido enviado de nuevo a los gentiles por orden de Dios, ya no quisieron or ms. Nuevamente exigieron su muerte, diciendo, "Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva" (22:22).

Hay una leccin muy importante que podernos aprender de esta defensa de Pablo ante los judos. Pablo ciertamente era un experto en cuanto a la discrecin y tacto. Ms no permiti que esta discrecin le impidiera presentar con toda claridad lo que era la verdad. Dios espera de nosotros el buen uso del tacto para testificar de l y as no ofender innecesariamente a la

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gente. Pero l requiere de nosotros que presentemos con toda claridad la ofensa de la cruz, para que as los hombres sean confrontados con el Seor, Jesucristo y sean llamados al arrepentimiento y a la fe en l. La discrecin y el tacto deben ayudar a la presentacin del evangelio; nunca deben ocultar el mensaje.

2. En el Cuartel

Al ver el tribuno este nuevo arranque de ira por parte de los judos, orden que se trajera a Pablo al castillo y que all fuese azotado. Muchas veces los romanos azotaban a sus prisioneros con el objeto de forzarlos a confesar sus crmenes, y era con este propsito con el que Pablo iba a ser azotado. Como Pablo haba hablado al gento en hebreo, el capitn an no saba la razn del alboroto en que l haba intervenido.

Cuando los soldados terminaron de atar a Pablo, ste le dijo al centurin encargado, "Os es lcito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado?" (22:25). Los ciudadanos romanos tenan la proteccin de la ley para no ser azotados. Al or el centurin que Pablo era ciudadano romano, inmediatamente se lo comunic a su superior. Vino, pues, el capitn y le pregunt a Pablo si era cierto. Cuando Pablo le asegur que era ciudadano romano el capitn orden inmediatamente que le soltara.

Pablo se salv de los azotes por el buen uso de su ciudadana romana. Pero el capitn an no saba por qu Pablo haba sido atacado por los judos. Por lo tanto, arregl para que el prisionero se presentase ante el concilio de los judos a la maana siguiente, y se investigara la causa del intento en contra de su vida.

48.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 22 Esta defensa hecha en las gradas fue la primera de las cinco que se le permitieron a Pablo. En ella, hace resaltar su herencia juda y su encuentro con Cristo. Testigo de Cristo (22:1-21) Varones hermanos y padres, od ahora mi defensa ante vosotros. Y al or que les hablaba en lengua hebrea, guardaron ms silencio. Y l les dijo: Yo de cierto soy judo, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros. Persegua yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en crceles a hombres y mujeres; como el sumo sacerdote tambin me es testigo, y todos los ancianos, de quienes tambin recib cartas para los hermanos, y fui a Damasco para traer presos a Jerusaln tambin a los que estuviesen all, para que fuesen castigados. Pero aconteci que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a medioda, de repente me rode mucha luz del cielo; y ca al suelo, y o una voz que me deca: Saulo, Saulo, por qu me persigues? Yo entonces respond: Quin eres Seor? Y me dijo: Yo soy Jess de Nazaret, a quien t persigues. Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo. Y dije: Qu har Seor? Y el Seor me dijo: Levntate, y ve a Damasco, y all se te dir todo lo que est ordenado que hagas. Y como yo no vea a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegu a Damasco. Entonces uno llamado Ananas, varn piadoso segn la ley, que tena buen testimonio de todos los judos que all moraban, vino a m, y acercndose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobr la vista y lo mir. Y l dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al

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Justo, y oigas la voz de su boca. Porque sers testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y odo. Ahora, pues, por qu te detienes? Levntate y bautzate, y lava tus pecados, invocando su nombre. Y me aconteci, vuelto a Jerusaln, que orando en el templo me sobrevino un xtasis. Y le vi que me deca: Date prisa, y sal prontamente de Jerusaln; porque no recibirn tu testimonio acerca de m. Yo dije: Seor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que crean en ti; y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo tambin estaba presente, y consenta en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. Pero me dijo: Ve, porque yo te enviar lejos a los gentiles. Cuando la multitud reconoci que Pablo estaba hablando en hebreo, se qued ms callada an (no porque el hebreo fuera un lenguaje sagrado, sino porque les hizo darse cuenta de que era judo, y no gentil, ya que los gentiles trataban sus negocios con los judos en idioma griego). Entonces Pablo se identific como judo nacido en Tarso, pero criado en Jerusaln, a los pies de Gamaliel. Es decir, su instruccin secular estuvo a cargo de aquel famoso rabino. Gamaliel lo haba enseado a prestar estricta atencin a todos los detalles de la Ley de los padres (la Ley de Moiss con las adiciones de todas las tradiciones de los escribas y fariseos). El tambin haba sido un zelote, devotamente consagrado a Dios, tal como eran los que lo escuchaban. Se ve con claridad que Pablo no los culpaba por haberlo golpeado. Haba habido un tiempo en el cual, movido por su celo por Dios, l hubiera hecho lo mismo. En realidad. Pablo haba perseguido este Camino (cristiano) hasta el punto de causar la muerte de los creyentes, apresando a muchos hombres y mujeres, y haciendo que los echaran en la crcel. El sumo sacerdote era testigo de todo aquello, como lo eran tambin todos los ancianos (del Sanedrn). Ellos le haban dado cartas para los judos de Damasco, y l se haba ido all para llevar a los creyentes atados a Jerusaln a fin de que fueran castigados. A continuacin. Pablo les narr el relato de la luz venida del cielo y la voz de Jess que sus compaeros no oyeron (en el sentido de que no haban comprendido lo que deca). Tambin les llam la atencin al hecho de que Ananas de Damasco era un hombre piadoso (devoto, temeroso de Dios) segn la Ley, es decir, en la forma cuidadosa en que guardaba la Ley. Todos los judos que vivan en Damasco daban testimonio favorable de l. Entonces, les dio ms detalles sobre lo que Ananas le haba dicho despus de devolverle la vista. Ananas le haba dicho que el Dios de sus padres (el Dios de Abraham, Isaac y Jacob) lo haba escogido (elegido, seleccionado) a l para que conociera su voluntad (se diera cuenta de cul era), y oyera su voz, no a distancia, sino de su misma boca, cara a cara. Dios haca esto para que l pudiera ser testigo suyo ante todos los hombres (toda la humanidad) de lo que haba visto y odo. Entonces Ananas le haba dicho: "Ahora, pues, por qu te detienes? Levntate y bautzate, y lava tus pecados, invocando su nombre". Aquellas palabras eran un llamado a expresar su fe. Los pecados seran lavados cuando invocara el nombre del Seor, sin embargo; no por el agua del bautismo. Como lo seala Pedro, las aguas del bautismo no pueden lavar ninguna de las inmundicias de la carne (es decir, de la vieja naturaleza). Ms bien son una respuesta (llamamiento, compromiso) de una buena conciencia que ya ha sido limpiada por la fe en la muerte y la resurreccin de Cristo (1 Pedro 3:20, 21; Romanos 10:9, 10). Pedro tambin compara esto a No. Esto es: el hecho de que No saliera del diluvio era testimonio de la fe que haba hecho que construyera el arca antes de l (1 Pedro 3:20; vea Hebreos 11:7). Por tanto, el paso por las aguas del bautismo da testimonio de la fe que ha credo en Cristo y recibido la purificacin por su sangre y su Palabra antes del bautismo. Despus de esto. Pablo haba pasado por alto sus experiencias en Damasco y les contaba cmo haba vuelto a Jerusaln. All, orando en aquel mismo Templo, le sobrevino un xtasis. No se trataba de un "trance", en el sentido moderno o pagano, sino un estado en el cual su mente fue perturbada por las circunstancias. Entonces vio a Jess, quien le dijo que se apresurara a salir de Jerusaln, porque el pueblo de Jerusaln no recibira su testimonio sobre l. Pablo trat de discutir, dicindole que ellos saban todo lo que l haba

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hecho con respecto a la muerte de Esteban, Al parecer, senta que lo atenderan con toda seguridad cuando vieran el cambio que haba tenido lugar en su persona. Pero Jess le orden nuevamente que se fuese. Su propsito era enviarlo (como apstol) lejos, a los gentiles (las naciones). Esta aparicin de Jess, y su mandato, no haban sido explicados en el captulo 9. En aquella ocasin, los dirigentes de Jerusaln, al conocer que se haba hecho un complot para asesinar a Pablo, lo enviaron a Tarso. Pero ahora queda aclarado que fue necesaria esta aparicin de Jess para- que l estuviera dispuesto a irse. Romano por nacimiento (22:22-30) Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva. Y como ellos gritaban y arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire, mand el tribuno que le metiesen en la fortaleza, y orden que fuese examinado con azotes, para saber por qu causa clamaban as contra l. Pero cuando le ataron con correas. Pablo dijo al centurin que estaba presente: Os es lcito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado? Cuando el centurin oy esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: Qu vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano. Vino el tribuno y le dijo: Dime, eres t ciudadano romano? l dijo: S. Respondi el tribuno: Yo con una gran suma adquir esta ciudadana. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento. As que, luego se apartaron de l los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno, al saber que era ciudadano romano, tambin tuvo temor por haberle atado. Al da siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los judos, le solt de las cadenas, y mand venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le present ante ellos. Los judos oyeron en el patio a Pablo, hasta que habl del mandato de ir a los gentiles. La verdad de que a Dios le interesan los gentiles est clara en el Antiguo Testamento (Gnesis 12:3). Pero la opresin romana haba enceguecido su mente. Ante sus ojos, los gentiles eran perros, saqueadores. As, en su prejuicio, comenzaron a gritar de nuevo, pidiendo la muerte de Pablo. Les pareca que no mereca vivir. Mientras gritaban esto, tambin arrojaban sus tnicas, como expresin de una ira incontrolable. Al mismo tiempo, tiraban polvo al aire, como smbolo de que rechazaban a Pablo y a su mensaje. No hay duda de que hubieran tirado fango si lo hubieran tenido a mano. Esto hizo que el tribuno ordenara que entraran a Pablo a la fortaleza. Para averiguar por qu los judos gritaban as contra l, tambin les dijo a los soldados que lo examinaran con azotes. Es decir, deban hacerle preguntas mientras lo torturaban con un ltigo hecho de lenguas de cuero con pedazos de hueso y metal cosidos. Pablo ya haba sido azotado por los judos cinco veces y golpeado con varas por los romanos tres veces (2 Corintios 11:24, 25). Pero este castigo con un azote romano era peor, y con frecuencia dejaba a su vctima inutilizada o muerta. Para preparar a Pablo para los azotes, los soldados hicieron que Pablo se inclinara y se estirara hacia delante. Lo ataron en esa posicin con correas, para flagelarlo. (Algunos escritores creen que el significado de este pasaje es que fue colgado de las correas con los pies a unos cuantos centmetros del suelo.) En ese momento. Pablo le pregunt al centurin que estaba supervisando la operacin si era legal azotar a un hombre que era romano sin que hubiera sido condenado (su caso no haba sido juzgado siquiera). El centurin inform de esto al tribuno. Este lleg de inmediato y le pregunt a Pablo si era romano. Entonces hizo el comentario de que l haba comprado su ciudadana romana con una gran suma de dinero. Pero Pablo le contest que l haba nacido romano. Su padre o su abuelo debe haber prestado algn gran servicio a los romanos en Tarso, y habra sido recompensado con la ciudadana romana para s y para su familia.

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Los soldados que haban estado a punto de interrogar y torturar a Pablo se apresuraron a marcharse. El tribuno tambin sinti temor. Saba que Pablo, como ciudadano romano, tena derecho a acusarlo por haberlo encadenado. Sin embargo, el tribuno mantuvo a Pablo bajo custodia. Al da siguiente, como deseaba conocer con seguridad por qu los judos acusaban a Pablo, lo sac, orden que los principales sacerdotes y el Sanedrn se reunieran, y lo present ante ellos.

49.

CAPITULO 26: TEN NIMO


Lase Hechos 23.

Preguntas de Preparacin

1. Cmo evit Pablo que le juzgase el Sanhedrn?

2. Qu palabra de nimo recibi Pablo?

3. Cmo fue protegido Pablo de los judos?

Introduccin

Al da siguiente del alboroto en el templo, el tribuno orden convocar al Sanhedrn judo, y sac a Pablo de la crcel, para or las acusaciones que tenan los judos en su contra.

1. Ante el Concilio

Se le concedi la palabra primero a Pablo, y ste comenz declarando, "Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta al da de hoy" (23:1) Ananas, el sumo sacerdote al or esto orden que los que estaban cerca de Pablo le golpeasen en la boca. Pablo, molesto por este tratamiento injusto, exclam, "Dios te golpear a t, pared blanqueada. Ests t sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? (23:3). Inmediatamente los judos le acusaron de injuriar al sumo sacerdote de Dios. Parece que Pablo no haba reconocido a Ananas, el sumo sacerdote. Quiz siendo sta una sesin extraordinaria convocada por el triunfo romano, Ananas no tena puesta sus vestiduras del sumo sacerdocio. De todos modos, al or Pablo que aquel a quien haba dirigido estas palabras era el sumo sacerdote de Dios, se disculp; no porque estimara a Ananas como persona, sino porque respetaba el oficio que tena Ananas.

Pablo pronto entendi que no recibira un juicio imparcial. Por lo tanto, decidi aprovecharse de la divisin que exista dentro del mismo concilio, ya que saba que el concilio se compona de fariseos y saduceos. Se identific a s mismo como partidario de los fariseos, y declar que se le estaba enjuiciando por causa de algo en que los mismos fariseos crean. Dijo as, "Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y la resurreccin de los muertos se me juzga" (23:6). Inmediatamente esto caus una divisin en el Sanhedrn, ya que los fariseos afirmaban la resurreccin, y los saduceos la negaban. Los saduceos tambin negaban la existencia de los ngeles, mientras que los fariseos la aceptaban. Por 1 tanto, los fariseos se pronunciaron por la inocencia de Pablo, mientras que los saduceos insistieron en la culpabilidad. El resultado fue una tremenda discusin entre los dos grupos que componan el Concilio. El capitn, viendo que as nunca llegara a saber cul era el crimen de Pablo, mand sacar del concilio a Pablo por temor a que nuevamente los judos intentaran su muerte.

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Hay personas hoy que insisten que el modo de proceder de Pablo ante el concilio no fue correcto. Piensan que Pablo hubiera hecho mejor al insistir en un veredicto verdadero, y no en crear divisin en el mismo tribunal. Sin embargo, Pablo estaba consciente de que no se llegara a dar un fallo justo. La Biblia en ningn lado dice que el creyente est obligado a sufrir alguna injusticia, cuando esta puede ser evitada. Adems, dado que el Seor se manifest a Pablo aquella misma noche, y no le reprendi, sino que le dio una promesa y una palabra de nimo, podemos llegar a la conclusin de que el procedimiento que sigui Pablo fue correcto. Es otra evidencia de que Dios espera que usemos nuestro sentido comn en tiempos de emergencia.

2. El Complot

La noche despus de haber comparecido ante el concilio, el Seor le dio a Pablo una visin. Parece que Pablo se hallaba en un estado de desaliento, porque el Seor lo anim y le prometi que habra de testificar de Cristo tambin en Roma, tal como lo estaba haciendo ahora en Jerusaln. Pablo haba expresado en su carta a los romanos un deseo grande de visitarles (Vase Ro. 15:22-24). Ahora Dios estaba prximo a concederle su deseo, slo que en una manera muy diferente a la que haba esperado.

Los judos an estaban decididos a dar muerte a Pablo. Algunos de ellos se juntaron al da siguiente e hicieron un juramento de que no comeran ni beberan hasta conseguir matar a Pablo. Pidieron al concilio que solicitase que los soldados romanos trajesen nuevamente a Pablo ante el concilio, planeando tender en el camino una emboscada y as matarle. Pero de alguna forma, el sobrino de Pablo lleg a saber el plan y fue a la crcel y se lo cont. Parece que Pablo gozaba de bastante libertad, porque an no haba sido acusado de ningn crimen formalmente. El, pues, envi al muchacho a dar estas nuevas al capitn. Cuando supo el capitn de este complot de los judos, formul planes para salvar a Pablo de este intento de asesinato. Mand alistar un fuerte destacamento para llevar a Pablo a Cesrea, donde habra de ser protegido hasta que se formulara un cargo en su contra. El capitn escribi una carta a Flix, el gobernador romano, en la que explicaba las razones por qu le estaba remitiendo a Pablo. Esa misma noche los soldados romanos sacaron a Pablo de su celda en el cuartel de Jerusaln, y le llevaron sano y salvo a la custodia del gobernador romano en Cesrea. Al recibir Feliz la carta del tribuno, dio seguridades a Pablo de que sera guardado con todo cuidado hasta que los acusadores pudiesen llegar a Cesrea y presentar su caso.

Muchas veces pensamos que Dios obra de maneras milagrosas. Ciertamente en la vida de Pablo haba muchas ocasiones cuando Dios obr en forma milagrosa. Pero Dios no obr nicamente por medio de milagros. Obra tambin a travs de los asuntos comunes y ordinarios de la vida cotidiana. Protege a su pueblo por medio de su providencia, como en el ejemplo de este captulo cuando permiti que el sobrino de Pablo oyera el complot y se lo dijera a Pablo. Dios prepar el corazn del capitn para creer la noticia que trajo el sobrino de Pablo, y fue as que Dios libr a Pablo de las manos de sus enemigos.

50.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 23 Pablo, que una vez haba sido miembro del Sanedrn y haba votado que se apedreara a Esteban, ahora tena que enfrentarse al ms alto tribunal de los judos. Su sala de reunin se hallaba al oeste de la zona del Templo; el tribuno romano lo llev all. La esperanza y la resurreccin (23:1-10) Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el da de hoy. El sumo sacerdote Ananas orden entonces a los que estaban junto a l, que le golpeasen en la boca. Entonces Pablo le dijo: Dios te golpear a ti, pared blanqueada! Ests t sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? Los que estaban

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presentes dijeron: Al sumo sacerdote de Dios injurias? Pablo dijo: No saba, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito est: No maldecirs a un prncipe de tu pueblo. Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alz la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurreccin de los muertos se me juzga. Cuando dijo esto, se produjo disensin entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividi. Porque los saduceos dicen que no hay resurreccin, ni ngel, ni espritu; pero los fariseos afirman estas cosas. Y hubo gran vocero; y levantndose los escribas de la parte de los fariseos, contendan, diciendo: Ningn mal hallamos en este hombre; que si un espritu le ha hablado, o un ngel, no resistamos a Dios. Y habiendo grande disensin, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mand que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y lo llevasen a la fortaleza. Pablo no manifest miedo ni duda. Saba que estaba cumpliendo con la voluntad del Seor, y haba aprendido a depender del Espritu Santo. Mirando fijamente al concilio, declar que haba vivido (y cumplido sus deberes) delante de Dios con una buena conciencia hasta ese mismo da. (Vea 1 Corintios 4:4; Filipenses 3:6, 9.) En aquel instante, Ananas, el sumo sacerdote, les orden a los que se hallaban cerca de Pablo que le golpeasen en la boca. Pablo reaccion a esto, porque excitaron su sentido de la justicia: "Dios te golpear a ti, pared blanqueada!" Lo tom por uno de los miembros del concilio que estaba sentado all para juzgarlo segn la Ley. Sin embargo, lo haba mandado a golpear, lo cual era contrario a la Ley. Esta trataba a un hombre como inocente hasta que fuera probada su culpa. Los que haban golpeado a Pablo lo reprendieron por injuriar (insultar) al sumo sacerdote de Dios. Pablo se disculp rpidamente. No saba que el que haba dado la orden fuera el sumo sacerdote. Ananas fue hecho sumo sacerdote en el ao 47 d.C. por Heredes de Calcis. Pablo haba estado en Jerusaln desde entonces slo unas pocas veces y por breves perodos, por lo que no es extrao que no hubiera visto antes al sumo sacerdote. Tambin es probable que, puesto que era el tribuno el que haba convocado al Sanedrn en aquella ocasin, el sumo sacerdote estuviera sentado en medio de los dems miembros del tribunal, en lugar de presidirlo. Sin embargo, aunque Pablo no saba quin era el sumo sacerdote, s conoca las Escrituras. La forma en que cita xodo 22:28 nos muestra la humildad genuina de su espritu y su disposicin a someterse a la Ley que sus acusadores afirmaban que haba desafiado. Entonces, Pablo se dio cuenta de que haba una cuestin en la que poda hacer una declaracin. Como ya saba, pero ahora not de nuevo, parte del Sanedrn estaba integrada por saduceos, y parte por fariseos. Los saduceos rechazaban la idea de la resurreccin. Los fariseos crean que la esperanza de la resurreccin era algo fundamental en la esperanza de Israel y necesario para que se cumplieran a plenitud las promesas de Dios. Por esto. Pablo se aprovech de la situacin con valenta. Era una oportunidad para dar testimonio de la verdad de la resurreccin y del hecho real de la resurreccin de Jess; no estaba fuera de orden en esto. Incluso antes de su conversin, cuando era fariseo, ya se daba cuenta de lo profunda e importante que es la doctrina de la resurreccin futura. Al alzar la voz y decir que era fariseo e hijo de fariseos, estaba declarando que se le estaba juzgando acerca de la esperanza y de la resurreccin. 4 Esto dividi el concilio en dos campos. Mientras hablaban entre ellos, creca la discordia. Hasta fueron ms all de la idea de la resurreccin y comenzaron a discutir acerca de la existencia de los ngeles y los espritus, que tambin era negada por los saduceos. El resultado fue un gran vocero, al ponerse a contender unos con otros. Algunos de los escribas (expertos en la interpretacin de la Ley) que se hallaban del lado de los fariseos, se pusieron de pie y discutan fuertemente a favor de Pablo. No encontraban ningn mal (nada malo) en l. Entonces sugirieron que quiz un ngel o un espritu le haba hablado.

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La mencin de ngeles y espritus debe haber sacudido a los saduceos. Hubo tanto vocero y tanta discordia, que el tribuno temi que despedazaran a Pablo. Por tanto, les orden a los soldados que bajasen y lo arrebatasen de en medio de ellos, para llevarlo de vuelta a la Torre Antonia. El Seor le da nimos a Pablo (23:11) A la noche siguiente se le present el Seor y le dijo: Ten nimo. Pablo, pues como has testificado de m en Jerusaln, as es necesario que testifiques tambin en Roma. Haba sido un da difcil para Pablo. Pero durante la noche siguiente, el Seor Jess se le apareci repentinamente y le dijo: "Ten nimo (ten valor, anmate y no temas)." As como Pablo haba testificado (dado un claro testimonio) por Cristo en Jerusaln, tambin deba testificar en Roma. El anhelo de Pablo de ir a Roma haba parecido imposible cuando fue arrestado. Pero ahora Jess le haba dicho claramente que la voluntad de Dios segua siendo que diera testimonio de l en Roma. Este gesto de aliento del Seor fue el que sostuvo a Pablo en medio de los sufrimientos, las pruebas y las dificultades que an le habran de sobrevenir. Se descubre un complot judo (23:12-22) Venido el da, algunos de los judos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldicin, diciendo que no comeran ni beberan hasta que hubiesen dado muerte a Pablo. Eran ms de cuarenta los que haban hecho esta conjuracin, los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nosotros nos hemos juramentado bajo maldicin, a no gustar nada hasta que hayamos dado muerte a Pablo. Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le traiga maana ante vosotros, como que queris indagar alguna cosa ms cierta acerca de l; y nosotros estaremos listos para matarle antes que llegue. Mas el hijo de la hermana de Pablo, oyendo hablar de la celada, fue y entr en la fortaleza, y dio aviso a Pablo. Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven ante el tribuno, porque tiene cierto aviso que darle. El entonces tomndole, le llev al tribuno, y dijo: El preso Pablo me llam y me rog que trajese ante ti a este joven, que tiene algo que hablarte. El tribuno, tomndole de la mano y retirndose aparte, le pregunt: Qu es lo que tienes que decirme? l le dijo: Los judos han convenido en rogarte que maana lleves a Pablo ante el concilio, como que van a inquirir alguna cosa ms cierta acerca de l. Pero t no les creas; porque ms de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales se han juramentado bajo maldicin, a no comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora estn listos esperando tu promesa. Entonces el tribuno despidi al joven, mandndole que a nadie dijese que le haba dado aviso de esto. A la maana siguiente, ms de cuarenta judos se reunieron para tramar la muerte de Pablo. Al hacerlo, invocaron una maldicin sobre sus propias personas, diciendo que no comeran ni beberan hasta haber matado a Pablo. Despus, fueron a los principales de los sacerdotes y los ancianos y les explicaron su plan. Sin duda, estos ancianos eran saduceos a los que no les haba gustado lo que Pablo haba dicho sobre la resurreccin. Los conspiradores les pidieron a estos jefes que hicieran que el Sanedrn le formulara una solicitud oficial al tribuno para que le llevaran a Pablo, como si tuvieran la intencin de averiguar con mayor precisin todo lo relativo a l. Antes de que pudiera acercarse, ellos estaran esperando, preparados para matarlo. Es decir, le haran una emboscada en el camino, para que no se pudiera considerar al Sanedrn como responsable de su muerte. Aconteci que el hijo de la hermana de Pablo lleg a la escena en aquel momento y oy lo que tramaban. Entonces, se fue de inmediato a la Torre Antonia y se lo dijo a Pablo. Este llam a un centurin y le pidi que llevara al joven con el tribuno. El tribuno lo recibi cortsmente, lo tom por la mano, y se retir con l a un lugar donde pudieran hablar en privado. Entonces le pregunt qu le quera decir.

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El muchacho le habl del complot y le advirti que no se dejara persuadir por su solicitud de que les llevara a Pablo. Haba ms de cuarenta hombres que se haban puesto a s mismos bajo una maldicin, y estaban preparados, esperando la promesa del tribuno. Entonces el tribuno lo dej ir despus de prometerle que no le dira a nadie que le haba informado todo aquello. Pablo es enviado a Cesrea (23:23-35) Y llamando a dos centuriones, mand que preparasen para la hora tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesrea; y que preparasen cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevasen en salvo a Flix el gobernador. Y escribi una carta en estos trminos: Claudio Lisias al excelentsimo gobernador Flix: Salud. A este hombre, aprehendido por los judos, y que iban ellos a matar, lo libr yo acudiendo con la tropa, habiendo sabido que era ciudadano romano. Y queriendo saber la causa por qu le acusaban, le llev al concilio de ellos; y hall que le acusaban por cuestiones de la ley de ellos, pero que ningn delito tena digno de muerte o de prisin. Pero al ser avisado de asechanzas que los judos haban tendido contra este hombre, al punto le he enviado a ti, intimando tambin a los acusadores que traten delante de ti lo que tengan contra l. Psalo bien. Y los soldados, tomando a Pablo como se les orden, le llevaron de noche a Antpatris. Y al da siguiente, dejando a los jinetes que fuesen con l, volvieron a la fortaleza. Cuando aqullos llegaron a Cesrea, y dieron la carta al gobernador, presentaron tambin a Pablo delante de l. Y el gobernador, leda la carta, pregunt de qu provincia era; y habiendo entendido que era de Cilicia, le dijo: Te oir cuando vengan tus acusadores. Y mand que le custodiasen en el pretorio de Herodes. El tribuno saba que le podan pedir cuentas por Pablo, si era asesinado estando bajo su custodia, puesto que era ciudadano romano. Por tanto, hizo que dos centuriones prepararan doscientos soldados de infantera para ir a Cesrea, junto con setenta de caballera y doscientos de otra clase. (Todava hoy se debate qu clase de soldados podra ser sta. La versin Reina-Valera los llama "lanceros".) Deban salir a la hora tercera de la noche (a eso de las 9 p.m.). Tambin se consiguieron caballos para que Pablo cabalgara, de forma que fuera llevado con seguridad hasta Flix, el gobernador romano de la provincia. El tribuno tambin le explic en una carta al gobernador por qu le enviaba a Pablo. El libro de los Hechos dice que iba "en estos trminos (segn este modelo, como copia). Probablemente esto signifique que se trata de una verdadera copia de la carta. En la carta, el tribuno se llama a s mismo Claudio Lisias. (Lisias era un nombre griego que indicaba su procedencia.) Despus, explicaba la forma en que haba rescatado a Pablo de los judos, que estaban a punto de matarlo. Sin embargo, se pona en un plano mejor que el real. Insinuaba que la razn por la que haba rescatado a Pablo era porque haba sabido que era romano. Sin embargo, podemos darle algn crdito, por tratar de hacer una buena presentacin de Pablo tambin. Explicaba que las acusaciones se fundamentaban en cuestiones de las leyes judas, y que no haba hallado nada que mereciera la pena de muerte o la crcel. A causa del complot, lo haba enviado al gobernador, y les haba ordenado a sus acusadores que fueran con sus acusaciones contra Pablo ante l tambin. Nos preguntamos si los cuarenta y tantos conspiradores tuvieron noticia de esto antes de que Pablo fuera sacado de la ciudad. No obstante, el tribuno quiso asegurarse de que no tendran oportunidad alguna de hacerle nada. Imaginmonos a Pablo, rodeado por cuatrocientos soldados y setenta de a caballo, saliendo de Jerusaln a las nueve en punto de la noche. Un movimiento de tropas as, aun por la noche tiene que haber llamado la atencin. Aunque no se hubiera sabido que Pablo se hallaba en medio de ellos, es seguro que alguien ha de haber investigado. La Biblia no nos dice qu hicieron los conspiradores con su voto. Obviamente, no mucho despus tendran que comer y beber. Es probable que encontraran alguna forma de ofrecer un sacrificio o alguna ofrenda de expiacin por no haber podido cumplir con su voto. (La Mishna juda seala que esto estaba previsto.)

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Aquella noche los soldados llevaron a Pablo hasta Antpatris (donde haba una colonia romana), a mitad de camino entre Jerusaln y Cesrea. Por la maana, los soldados de infantera regresaron a la Torre Antonia. Entonces los setenta de a caballo llevaron a Pablo durante el resto del camino hasta Cesrea, entregaron la carta y llevaron a Pablo ante el gobernador. Despus de leer la carta, Flix le pregunt a Pablo de qu provincia era oriundo, probablemente porque slo si Pablo proceda de una provincia romana, l poda, como romano, hacerse cargo de l bajo su propia autoridad. Despus, orden que custodiasen a Pablo en el pretorio de Heredes, el palacio construido por Herodes el Grande, donde el procurador resida en aquel momento.

51.

CAPITULO 27: CUANDO TENGA OPORTUNIDAD


Lase Hechos 24.

Preguntas de Preparacin

1. Cmo atacaron los judos a Pablo?

2. En qu forma se defendi Pablo?

3. Qu trato le dio Flix a Pablo?

Introduccin

Al ser entregado Pablo sano y salvo a Flix, en Cesrea, el gobernador, le encarcel hasta que los judos pudiesen llegar para presentar las acusaciones formales en su contra. Cinco das despus, cuando llegaron los judos, Pablo fue trado a juicio ante Flix.

1. La Acusacin

Los judos conocan muy bien lo frgil de sus acusaciones contra Pablo. Cuando llegaron a Cesrea trajeron consigo a un orador romano llamado Trtulo, para argumentar su caso. Trtulo comenz con una introduccin muy lisonjera, hablando como si los judos pensaran que Flix fuera un gobernador maravilloso. La verdad era que los judos odiaban a Flix, como odiaban a cualquier otro gobernador romano. Trtulo identific a Pablo como el "cabecilla de la secta de los nazarenos". Lo acus de ser "una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judos por todo el mundo" (v. 5). Dijo adems, que Pablo ''intent tambin profanar el templo" (v. 6). Trtulo no present ninguna prueba de estas acusaciones. Simplemente declar que Flix podra descubrir la verdad de las acusaciones, al interrogar a Pablo. Trtulo estaba respaldado por todos los judos, los cuales "tambin confirmaban, diciendo ser as todo" (v. 9).

Este es un ejemplo de la clase de oposicin a que muchas veces son sometidos los cristianos. Por desgracia, hay ocasiones en que los cristianos mismos dan base para que la gente les persiga. Pero cuando los que se oponen al evangelio no pueden hallar ninguna base para acusar a los cristianos, usarn mentiras, lisonjas y otros medios para alcanzar sus objetivos.

2. La Defensa

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Pablo comenz su propia defensa con una alusin sencilla a la posicin de Flix como gobernador, sin ninguna alabanza. Reconoci ser un seguidor del Camino; pero declar que sus creencias estaban en completo acuerdo con la ley y los profetas. Contest las acusaciones de tres modos. Primero, declar que haba venido a Jerusaln para adorar. Haba estado en Jerusaln nicamente por slo 12 das, lo que por supuesto no daba tiempo como para incitar a una rebelin. La implicacin de Pablo era que su conducta en Jerusaln era ejemplo de su conducta en general. En segundo lugar, seal que los que le haban atacado en el templo eran judos de Asia. Segn la ley romana, ellos deban haber sido sus acusadores ante el gobernador. Y en tercer trmino, explic que la nica falta de que podan acusarlo era que l haba dicho en el concilio que "acerca de la resurreccin de los muertos soy juzgado hoy por vosotros" (24:21). Y esto no era violacin alguna de la ley romana.

El discurso de Pablo es un ejemplo de la forma en que nosotros hemos de defendernos cuando somos falsamente acusados. Pablo us su buen juicio, sealando las deficiencias en los argumentos de sus acusadores. Defendi sus derechos legales. Pero sobre todo, mostr una confianza completa en Dios, y una buena disposicin de no atacar a sus enemigos en la misma forma que ellos le haban atacado a l.

3. La Demora

Flix no quiso tomar una decisin despus de haber escuchado a ambas partes. Dijo que cuando llegara a Cesrea el capitn Lisias entonces dictaminara el fallo. Pero no haba nada nuevo que pudiera aadir Lisias a lo que ya se haba dicho. El ya haba enviado una carta a Flix informando todo lo que l saba del caso. En otras palabras, Flix simplemente estaba difiriendo; rehusaba tomar una decisin. As que mantuvo encarcelado a Pablo; pero le dijo al guarda que le concediese muchas libertades.

Durante el tiempo que Pablo estuvo encarcelado, Flix tuvo oportunidad de hablar con l, no una vez, sino en s muchas ocasiones. En una de estas ocasiones, mand traer a Pablo para presentarlo a su esposa, Drusila. Al explicar Pablo el evangelio a ellos, y disertando acerca de "la justicia, del dominio propio y del juicio venido, Flix se espant, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamar" (v. 25). El miedo de Flix era miedo a Dios, por cuanto conoca su propio pecado. Sin embargo, no estaba dispuesto a reconocerlo y a arrepentirse.

A pesar de que Flix llamaba muchas veces a Pablo para que le predicara, nunca le dio su libertad. Sus razones son muy claras. En primer lugar, era codicioso. Tena la esperanza de que Pablo y sus amigos le ofrecieran algn cohecho por su libertad. Y en segundo lugar, tema a los judos y no quiso soltar a Pablo, buscando as "congraciarse con los judos" (v. 27). Por lo tanto, mantuvo a Pablo dos aos en la crcel, y al ser revelado, torn el caso a Porcio Festo, el nuevo gobernador.

Suceden casos cuando es correcto aplazar un juicio, dado a que todava no conocemos todos los datos al respecto. Pero tambin suceden otros casos cuando la demora no es ms que dilacin al no querer hacer frente a los hechos. As fue en el caso de Flix. Se rehus a libertar a Pablo a pesar de que no haban presentado los judos ninguna prueba en su contra. Le mantuvo en la crcel por espacio de dos aos, injustamente. Flix tambin estuvo haciendo dilacin en el asunto de su salvacin. La Biblia no dice que se haya arrepentido y credo. Flix, al no querer confesar su pecado y no creer en Cristo en el momento en que sinti su propia necesidad, perdi la salvacin que Cristo pueda dar.

52.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 24

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Los judos presentaron su acusacin de manera formal una sola vez contra Pablo. En esta ocasin contrataron a un orador, un profesional al servicio del pblico, para que actuara como consejero en la causa. Trtulo acusa a Pablo (24:1-9) "Cinco das despus, descendi el sumo sacerdote Ananas con algunos de los ancianos y un cierto orador llamado Trtulo, y comparecieron ante el gobernador contra Pablo. Y cuando ste fue llamado, Trtulo comenz a acusarle, diciendo: Como debido a ti gozamos de gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia, oh excelentsimo Flix, lo recibimos en todo tiempo y en todo lugar con toda gratitud. Pero por no molestarte ms largamente, te ruego que nos oigas brevemente conforme a tu equidad. Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos. Intent tambin profanar el templo; y prendindole, quisimos juzgarle conforme a nuestra ley. Pero interviniendo el tribuno Lisias, con gran violencia le quit de nuestras manos, mandando a sus acusadores que viniesen a ti. T mismo, pues, al juzgarle, podrs informarte de todas estas cosas de que le acusamos. Los judos tambin confirmaban, diciendo ser as todo." Despus de cinco das, el sumo sacerdote Ananas, con algunos de los miembros del Sanedrn (sin duda, sus amigos del bando de los saduceos), llegaron a donde estaba el gobernador acompaados por el orador Trtulo, para acusar a Pablo. Entonces se llam a Pablo y se le dio una oportunidad a Trtulo para que presentara su acusacin contra l. Comenz por adular al gobernador: debido a l gozaban de gran paz; gracias a su prudencia, el pueblo judo haba gozado de muchas reformas. Todas estas cosas eran conocidas y aceptadas por los judos por completo en todas partes con gratitud. Ahora bien, para no demorar ms al gobernador, Trtulo le rogaba que los oyera brevemente conforme a su equidad (consideracin, justicia). A continuacin, Trtulo acus falsamente a Pablo de ser una verdadera plaga, promotor de sediciones (discordias, revolucin, motines) entre todos los judos que estn en todo el mundo habitado (esto es, en el Imperio Romano). Despus incluy en su acusacin a todos los cristianos al llamar a Pablo cabecilla de la secta de los nazarenos (en griego, nazoraion, los seguidores del hombre de Nazaret). Finalmente, despus de esta acusacin general, Trtulo le present la acusacin especfica. Dijo que Pablo haba intentado profanar el Templo, pero ellos lo haban prendido. Es decir, lo haban atrapado en el acto mismo y lo haban detenido antes de que pudiera profanarlo. Por supuesto, esto era falso. Adems, Trtulo no le dijo cmo haban atrapado a Pablo y sin juicio alguno haban comenzado a golpearlo mortalmente en un acto de violencia de masas. En cambio, como lo indican la mayora de los manuscritos antiguos del Nuevo Testamento, le dio a entender que estaban juzgando a Pablo correctamente segn su Ley, cuando el tribuno intervino con gran alarde de fuerza y les orden a sus acusadores que se presentaran ante el gobernador. Muy seguro de lo que deca, Trtulo declar tambin que al examinar a Pablo por s mismo, el gobernador podra informarse de todas aquellas cosas (las acusaciones contra Pablo) y comprobar que eran ciertas. Entonces, los judos se unieron a l para atacar a Pablo (lo confirmaban, apoyaban las acusaciones hechas contra l), diciendo una y otra vez que aquellas cosas eran tal como l las deca. La respuesta de Pablo (24:10-21) "Habindole hecho seal el gobernador a Pablo para que hablase, ste respondi: Porque s que desde hace muchos aos eres juez de esta nacin, con buen nimo har mi defensa. Como t puedes cerciorarte, no hace ms de doce das que suba a adorar a Jerusaln; y no me hallaron disputando con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad; ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan. Pero esto te confieso, que segn el Camino que ellos llaman hereja, as sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas estn escritas; teniendo esperanza en Dios, la cual ellos tambin abrigan, de que ha de haber resurreccin de los muertos, as de justos como de injustos. Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.

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Pero pasados algunos aos, vine a hacer limosnas a mi nacin y presentar ofrendas. Estaba en ello, cuando unos judos de Asia me hallaron purificado en el templo, no con multitud ni con alboroto. Ellos debieran comparecer ante ti y acusarme, si contra m tienen algo. O digan stos mismos si hallaron en m alguna cosa mal hecha, cuando comparec ante el concilio, a no ser que estando entre ellos prorrump en alta voz: Acerca de la resurreccin de los muertos soy juzgado hoy por vosotros." Cuando el gobernador le hizo una seal a Pablo, para indicarle que deba hablar. Pablo se dirigi a l con cortesa, pero sin la adulacin que haba usado Trtulo. Puesto que Flix haba sido juez por muchos aos entre los judos, Pablo crea que poda hacer su defensa con buen nimo (en buen espritu). Entonces, le present datos que el gobernador poda averiguar fcilmente por s mismo. En aquellos momentos no haban transcurrido an ms de doce das desde que Pablo subiera a Jerusaln a adorar. Es decir, que se hallaba en la ciudad desde slo siete das antes de que la multitud lo apresara. Durante aquellos siete das, no lo hallaron disputando con nadie (o predicando). Tampoco amotin a la multitud en el Templo, en las sinagogas, ni en la ciudad. No tenan forma alguna de probar sus acusaciones. Despus de esto. Pablo hizo una declaracin pblica o confesin de su fe. Segn el Camino que ellos llamaban hereja (era opinin personal de ellos), segua sirviendo al Dios de sus padres (sus ancestros: Abraham, Isaac y Jacob). Por la forma en que serva a Dios, demostraba tambin que segua siendo creyente en todo lo que estuviera de acuerdo con la Ley y en todo lo escrito en los profetas. Por la Ley y los profetas, tambin tena esperanza en Dios, una esperanza que aquellos judos compartan. Era la de la resurreccin de los muertos, as de justos como de injustos (Daniel 12:2; Juan 5:29). Por esta razn. Pablo se ejercitaba continuamente para tener una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres. Despus de este discurso sobre la resurreccin. Pablo regres a los hechos de su causa. Pasados algunos aos, haba venido a traer limosnas a su pueblo y ofrendas para Dios. Fue mientras presentaba estas ofrendas cuando lo encontraron en el Templo, purificado, sin multitud y sin perturbacin alguna. Pero algunos judos de Asia lo acusaron falsamente. Ellos eran los verdaderos acusadores y en realidad era deber de ellos ser quienes se llegaran ante Flix para hacer su acusacin si tenan algo contra Pablo. Aqu Pablo se estaba aprovechando de que la Ley exiga testigos para hacer una acusacin. Entonces hizo ver claramente que ninguno de aquellos sacerdotes y ancianos que estaban presentes haba sido testigo de lo que haba sucedido en el Templo. En realidad, slo haba una cosa de la que eran testigos. Estaban presentes cuando Pablo se puso en pie ante el Sanedrn y grit que haba sido sometido al interrogatorio por su fe en la resurreccin de los muertos. Estaba dispuesto a que lo acusaran de haber dicho aquello. Flix pospone su decisin (24:22-27) "Entonces Flix, odas estas cosas, estando bien informado de este Camino, les aplaz, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabar de conocer de vuestro asunto. Y mand al centurin que se custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a l. Algunos das despus, viniendo Flix con Drusila su mujer, que era juda, llam a Pablo, y le oy acerca de la fe en Jesucristo. Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Flix se espant, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamar. Esperaba tambin con esto, que Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo haca venir y hablaba con l. Pero al cabo de dos aos recibi Flix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Flix congraciarse con los judos, dej preso a Pablo." En aquel momento, Flix pospuso su decisin. Llevaba suficiente tiempo de gobernador para tener un conocimiento ms exacto de las enseanzas y el estilo de vida de las decenas de miles de cristianos que vivan en la Judea, del que suponan Trtulo y los judos que tena. Por esto, los aplaz dicindoles que cuando descendiera el tribuno Lisias acabara de conocer de su asunto. Sin embargo, no hay evidencias de que enviara a buscar a Lisias.

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Entonces le orden al centurin que se custodiase (y protegiese) a Pablo. Tambin deba concederle alguna libertad y no les deba prohibir a los suyos que le sirvieran. Es decir, que se les permitira a los cristianos visitarlo, llevarle comida y darle cualquier otra cosa que necesitara. Despus de algunos das, Flix lleg con su esposa Drusila, que era juda, llam a Pablo y lo oy hablar acerca de la fe en Jesucristo (la fe que est en Jesucristo, es decir, el Evangelio). Pablo no le present slo los hechos y la teologa, sino que, como haca en todas sus epstolas, fue ms all y comenz a hablar de asuntos prcticos de justicia, dominio propio y del juicio venidero. Al llegar a esto, Flix se sinti aterrorizado y le dijo a Pablo que se retirara por el momento. Ms tarde lo volvera a llamar. Al mismo tiempo, Flix esperaba que Pablo le diera una buena cantidad de dinero. Por este motivo lo mandaba a buscar con mucha frecuencia y hablaba (conversaba) con l. Esta situacin se alarg por un perodo de dos aos. Entonces, Flix fue reemplazado por Porcio Festo, quien lleg en el ao 59 d.C. y permaneci en el cargo hasta su muerte, ocurrida en el 61 d.C. Por tanto, la fecha del arresto de Pablo fue el ao 57 d.C. Como Flix an quera congraciarse con los judos, dej a Pablo preso.

53.

CAPITULO 28: A CESAR APELO


Lase Hechos 25-26.

Preguntas de Preparacin

1. Por qu pidieron los judos a Festo que trajese a Pablo a Jerusaln?

2. Cul fue el resultado del juicio ante Festo?

3. En qu forma present Pablo su defensa ante Agripa?

4. Cmo reaccionaron Festo y Agripa?

Introduccin

Pablo haba estado en la crcel de Cesrea ms de dos aos cuando Flix fue relevado como gobernador de Judea. Flix dej a Pablo en la crcel, y su sucesor Festo hered el caso.

1. El Juicio

Poco despus de la llegada de Festo a Judea, ste sali de Cesrea, la sede de su gobierno, y subi a Jerusaln. Estando l all, los lderes de los judos pidieron que trajera a Pablo a Jerusaln para el juicio. En realidad, a ellos no les interesaba juzgarlo. Estaban buscando una oportunidad para tenderle una emboscada, y matarle. La enemistad de estos judos era de muerte. Aun el transcurso de los aos no la hizo menguar. No estaran satisfechos ellos sino con la muerte de Pablo.

Sin embargo, Festo no les concedi su peticin. No pensaba l estar mucho tiempo en Jerusaln. Como ya iba a regresar a Cesrea, y como Pablo tambin estaba all, les dijo a los judos que enviaran a los acusadores de Pablo ante l all en Cesrea.

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Este nuevo juicio se desarroll en forma muy parecida al anterior ante Flix. Nuevamente los judos hicieron acusaciones falsas, y Pablo las neg, sealando que no existan evidencias que los respaldaran. Festo no deseaba declarar libre a Pablo porque, al igual que Flix, no quera disgustar a los judos, con los cuales tendra que tratar mientras fuera gobernador. Le pregunt a Pablo si quera subir a Jerusaln para ser juzgado. Sabiendo Pablo que no tendra un juicio imparcial en Jerusaln, encomend su caso a Csar. Cuando un ciudadano romano apelaba a Csar ningn tribunal inferior poda intervenir. As Pablo quit su caso de las manos de aquellos que le haban tratado en una forma tan injusta. El Seor le haba prometido a Pablo que le sera testigo en Roma. Ahora, ya se vislumbra la forma en que Pablo habra de llegar ah.

2. La Dificultad

Festo tena ahora un problema en sus manos. Pablo haba apelado a Csar. La responsabilidad de Festo era enviar a Pablo ante Csar. Pero no tena cargos que presentar contra Pablo. Saba que al emperador no le gustara recibir a un prisionero al que no le haban formulado ningn cargo; pero tampoco poda pensar de qu crimen se poda acusar a Pablo.

Festo vio una oportunidad para obtener ayuda en esta dificultad al recibir de visita al Rey Agripa y Berenice. Festo pidi que Agripa le ayudara a buscar alguna acusacin para poder mandar a Pablo a Roma, porque supona que el rey, siendo descendiente de Herodes el Grande, saba ms que l acerca de los judos.

Le agrad mucho a Agripa tener esta oportunidad. Al da siguiente, l juntamente con Berenice y todos los lderes civiles y militares de Cesrea, se reunieron en la sala de audiencias para escuchar a Pablo hablar por s mismo.

3. La Defensa de Pablo

La defensa de Pablo en esta ocasin fue muy semejante a la que hizo ante el gento de Jerusaln (cap. 22). Nuevamente vemos un ejemplo de cmo Pablo adaptaba su mensaje a sus oyentes. Pablo saba que Agripa estaba enterado de las costumbres y las controversias de los judos. Explic lo que le haba sucedido, para que as Agripa entendiera la enorme diferencia que el evangelio de Jesucristo produce en la vida de un judo.

Pablo habl de sus races judas. Los judos saban de su vida anterior como nio y corno joven, y saban de la vida que haba llevado en Jerusaln. Saban tambin, que Pablo haba sido un judo muy estricto, uno de los fariseos. Y an ms: saban que Pablo haba encabezado la persecucin de los cristianos. Y cuando mataban a los cristianos, "yo di mi voto", dice Pablo (26:10).

(Muchos eruditos han tomado este dato como signo de que Pablo, a pesar de su juventud, ya se haba hecho miembro del Sanhedrn antes de su conversin). Inclusive, haba viajado a Damasco, comisionado por el sumo sacerdote, para aprehender a los cristianos y traerlos cautivos a Jerusaln para un juicio. Pablo se present ante Agripa como un judo con mucho celo por la ley de Dios, y con el deseo de hacer la voluntad de Dios. Fue a causa de este deseo, que se haba convertido en perseguidor de los cristianos.

Cmo fue transformado un perseguidor en un hombre que predicaba a Cristo? La respuesta est en la experiencia que Pablo tuvo en el camino a Damasco. Cristo se le apareci, y le convenci de que en verdad l era Jess, a quien estaba persiguiendo. Luego, este Jess vivo y resucitado, comision a Pablo a ser su misionero entre los gentiles.

Conforme iba Pablo hablando sobre su experiencia cristiana, estaba entretejiendo en su defensa sus creencias cristianas. Note como sus creencias estn conectadas con su vida cristiana. Pablo declar que l crea en la esperanza de la promesa que Dios haba dado a los padres. Declar su fe en la resurreccin de los muertos. Dijo que Cristo le haba enviado para abrir los ojos a los gentiles "para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de

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Satans a Dios; para que reciban, por la fe que es en m (Cristo), perdn de pecados y herencia entre los santificados" (26:18). En esta declaracin tenemos una presentacin clara de la verdad de que los pecados de los hombres son perdonados nicamente por la fe en Cristo Jess. Pablo, adems, explic a Agripa los acontecimientos de la muerte y la resurreccin de Cristo. Dijo que el Antiguo Testamento haba profetizado que el Cristo haba de sufrir, y habra de resucitar de los muertos, y que sera una luz a los judos como a los gentiles. Estas creencias formaban el fundamento en la experiencia de Pablo.

Es fcil para nosotros hacer una separacin entre nuestra fe y nuestra vida. A veces hablamos de una, a veces de la otra. Pero lo que Pablo aqu nos est demostrando es, que la mejor forma para testificar de Jesucristo es una combinacin de las dos. Cuando hablamos acerca de lo que Cristo ha hecho por nosotros, podemos hablar con cierta autoridad. Pero es cuando presentamos la verdad del evangelio, relacionndola con nuestra propia experiencia, cuando mejor podemos dirigirles hacia Cristo, que es poderoso para salvarlos a ellos tambin.

4. La Reaccin

La resurreccin de Jesucristo era una verdad especialmente difcil de creer para los gentiles. Cuando Pablo habl de la resurreccin, Festo le interrumpi, "Ests loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco" (26:24). Pablo no discuti con Festo. Simplemente dijo que no estaba loco sino que hablaba de verdad y de cordura. Desentendindose de Festo, se dirigi al rey, Declar que saba que el rey entenda de estas cosas, e invit a que el rey Agripa creyese.

Por qu ignor Pablo a Festo en aquel momento, y dirigi en vez su invitacin a Agripa? Es porque se daba cuenta de que Festo an no estaba listo para aceptar lo que le estaba diciendo, mientras que posiblemente Agripa s. Por lo tanto, Pablo busc la respuesta de Agripa que indicara que ste haba credo el testimonio de Pablo.

Pero Agripa an no estaba listo para creer. No acept la invitacin de Pablo de aceptar a Cristo. Rega a Pablo con estas palabras, "por poco me persuades a ser cristiano". Pero Pablo insisti, declarando que ya sea en un tiempo corto o en uno largo, su nico deseo para Agripa, como para todos los que le escuchaban, era que fuesen como l, menos en lo de las cadenas. La cosa que ms quera Pablo sobre todas las otras cosas, era que otros llegasen a conocer la gracia salvadora de Jesucristo.

Cuando termin la entrevista con Pablo, Festo y Agripa conferenciaron, y llegaron a la conclusin de que Pablo no haba hecho nada para merecer la muerte ni la prisin. En realidad, si no hubiera apelado a Csar, poda haber sido puesto en libertad.

54.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 25 Los judos de Jerusaln no se haban dado por vencidos. Todava consideraban a Pablo su archienemigo y queran su muerte. Por esto, se aprovecharon de Festo, el nuevo gobernador, con el propsito de buscar una nueva oportunidad de llevar su complot a su trmino. El juicio ante Festo (25:1-8) Llegado, pues, Festo a la provincia, subi de Cesrea a Jerusaln tres das despus. Y los principales sacerdotes y los ms influyentes de los judos se presentaron ante l contra Pablo, y le rogaron, pidiendo contra l, como gracia, que le hiciese traer a Jerusaln; preparando ellos una celada para matarle en el camino. Pero Festo respondi que Pablo estaba custodiado en Cesrea, adonde l mismo partira en breve. Los que de vosotros puedan, dijo, desciendan conmigo, y si hay algn crimen en este hombre, acsenle. Y detenindose entre ellos no ms de ocho o diez das, venido a Cesrea, al siguiente da

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se sent en el tribunal, y mand que fuese trado Pablo. Cuando ste lleg, lo rodearon los judos que haban venido de Jerusaln, presentando contra l muchas y graves acusaciones, las cuales no podan probar; alegando Pablo en su defensa: Ni contra la ley de los judos, ni contra el templo, ni contra Csar he pecado en nada. Despus de que Festo tomara posesin de su cargo en Cesrea, descans un da y subi a Jerusaln. De inmediato los principales sacerdotes y los ms influyentes de los judos le informaron de sus acusaciones contra Pablo. A continuacin, le rogaron con toda urgencia que mandara buscar a Pablo e hiciera que lo llevaran a Jerusaln. Nuevamente se haba tramado una emboscada para matarlo en el camino. Festo debe haber tenido informacin de su complot anterior, por lo que les contest que Pablo estaba custodiado en Cesrea (cuidado), donde pronto ira l. Entonces les sugiri que aquellos que pudieran fueran con l. Si haba algo delictivo (fuera de lugar, incorrecto) en Pablo, entonces ellos lo acusaran Despus de ocho o diez das, Festo baj a Cesrea. Al da siguiente se sent en el tribunal (el trono del juez, el asiento del juicio). Es decir, inici un nuevo juicio oficial e hizo que trajeran a Pablo Los judos de Jerusaln lo rodearon e hicieron numerosas acusaciones muy graves contra l. Pero no podan probar ninguna. Lucas no nos da detalles aqu, pero sin duda las acusaciones eran similares a las que Trtulo haba hecho ante Flix. Tambin hace un simple resumen de la defensa de Pablo en este momento. Pablo aleg que no haba pecado en forma alguna contra la Ley juda, contra el Templo, ni contra el Csar, es decir, contra el gobierno romano. Ms tarde, Festo indicar que Pablo dio testimonio de la muerte y resurreccin de Cristo tambin (versculo 19) Pablo apela al Csar (25:9-12) Pero Festo, queriendo congraciarse con los judos, respondiendo a Pablo dijo: Quieres subir a Jerusaln, y all ser juzgado de estas cosas delante de m? Pablo dijo: Ante el tribunal de Csar estoy, donde debo ser juzgado. A los judos no les he hecho ningn agravio, como t sabes muy bien. Porque si algn agravio, o cosa alguna digna de muerte he hecho, no rehus morir; pero si nada hay de las cosas de que stos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. A Csar apelo. Entonces Festo, habiendo hablado con el consejo, respondi: A Csar has apelado; a Csar irs. Entonces Festo, deseoso de congraciarse con los judos, le pregunt a Pablo si estara dispuesto a subir a Jerusaln para otro juicio ante l. Por supuesto, Pablo saba lo que esto significara. Es probable que sus amigos le hubieran informado del nuevo complot para asesinarlo en el camino. Al menos Lucas tena conocimiento de l, y algunos ms han de haberlo tenido Pablo saba que tena un recurso para librarse de las garras de los dirigentes judos. Todos los ciudadanos romanos tenan el derecho de apelar al Csar. Reconoca que la autoridad que respaldaba al tribunal o sede del juicio donde se sentaba Festo, era la del Csar. En su condicin de ciudadano romano, se hallaba donde tena derecho a ser juzgado. A los judos, no les haba hecho dao ni agravio alguno, como Festo saba muy bien Entonces Pablo expres los motivos por los que apelaba al Csar. Si l era culpable y haba hecho algo digno de la pena de muerte, no se negara a morir (es decir, no objetara la pena de muerte). No obstante, como no exista nada de todo aquello de lo que era acusado, nadie poda (tena poder para) entregarlo a los judos como un favor hacia ellos Festo habl esto con su consejo provincial. Sin embargo, no le quedaba nada que hacer. Pablo haba apelado al Csar; al Csar deba ir. Es probable que Festo .se alegrara de que el caso se hallara ahora fuera de sus manos Festo le presenta el caso de Pablo a Agripa (25:13-22) Pasados algunos das, el rey Agripa y Berenice vinieron a Cesrea para saludar a Festo. Y como estuvieron all muchos das, Festo expuso al rey la causa de Pablo, diciendo: Un hombre ha sido dejado preso por Flix, respecto al cual, cuando fui a Jerusaln, se me presentaron los principales sacerdotes y los ancianos de los judos, pidiendo condenacin

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contra l. A stos respond que no es costumbre de los romanos entregar alguno a la muerte antes que el acusado tenga delante a sus acusadores, y pueda defenderse de la acusacin. As que, habiendo venido ellos juntos ac, sin ninguna dilacin, al da siguiente, sentado en el tribunal, mand traer al hombre. Y estando presentes los acusadores, ningn cargo presentaron de los que yo sospechaba, sino que tenan contra l ciertas cuestiones acerca de su religin, y de un cierto Jess, ya muerto, el que Pablo afirmaba estar vivo. Yo, dudando en cuestin semejante, le pregunt si quera ir a Jerusaln y all ser juzgado de estas cosas. Mas como Pablo apel para que se le reservase para el conocimiento de Augusto, mand que le custodiasen hasta que le enviara yo a Csar. Entonces Agripa dijo a Festo: Yo tambin quisiera or a ese hombre. Y l le dijo: Maana le oirs. Algunos das ms tarde, el rey Agripa (Herodes Agripa II, conocido tambin como M. Julio Agripa II, hijo del Herodes de Hechos 12), y Berenice, su hermana viuda, llegaron a Cesrea a presentarle sus respetos al nuevo gobernador de Judea. Agripa II haba sido nombrado rey de Calis, territorio situado entre las montaas del Lbano y el Antilbano, en el ao 48 d.C. Ms tarde (53 d.C.) se convirti en rey de la tetrarqua de Filipo, al este del mar de Galilea, y de Lisanio, al oeste y noroeste de Damasco. En el ao 56 d.C., Nern aadi a su reinado varias ciudades situadas alrededor del mar de Galilea Puesto que pasaron all muchos das, Festo le present el caso de Pablo a Agripa, con el deseo de consultarlo con l. Despus de relatarle cmo los judos de Jerusaln se le presentaron (presentaron cargos) contra Pablo y le pidieron una sentencia condenatoria, le dijo que se haba negado a entregarles a Pablo como un favor y cmo los haba reunido y puesto a Pablo en juicio. Entonces, como romano, se sorprendi de que no acusaran a Pablo de ninguna de las cosas malas de las que l supona que lo acusaran. En cambio, tenan contra l ciertas cuestiones. Festo, pagano romano, las llam "su supersticin" (en el texto griego, deisidaimonas, "supersticin", que Reina-Valera traduce por "religin"). Tambin hablaban de un cierto Jess que haba sido ajusticiado, y Pablo afirmaba que estaba vivo A pesar de lo que dijo, Festo no admiti que el motivo por el que quera que Pablo fuese a Jerusaln era para congraciarse con los judos. Al contrario: le dijo a Agripa que lo que suceda era que l haba dudado en cuestin semejante. Entonces, puesto que Pablo se haba negado a ir a Jerusaln, y haba apelado al emperador, para que l fuera quien decidiera (el Augusto, un ttulo que significaba "digno de ser reverenciado", usado aqu para referirse al emperador Nern), Festo haba ordenado que se le custodiase hasta que l lo pudiese enviar al Csar Agripa le respondi diciendo que quera or l mismo a Pablo. Esto complaci a Festo, quien fij el momento para el da siguiente Festo presenta su caso (25:23-27) Al otro da, viniendo Agripa y Berenice con mucha pompa, y entrando en la audiencia con los tribunos y principales hombres de la ciudad, por mandato de Festo fue trado Pablo. Entonces Festo dijo: Rey Agripa, y todos los varones que estis aqu junto con nosotros, aqu tenis a este hombre, respecto del cual toda la multitud de los judos me ha demandado en Jerusaln y aqu, dando voces que no debe vivir ms. Pero yo, hallando que ninguna cosa digna de muerte ha hecho, y como l mismo apel a Augusto, he determinado enviarle a l. Como no tengo cosa cierta que escribir a mi seor, le he trado ante vosotros, y mayormente ante ti, oh rey Agripa, para que despus de examinarle, tenga yo qu escribir. Porque me parece fuera de razn enviar un preso, y no informar de los cargos que haya en su contra. Al da siguiente llegaron Agripa y Berenice con gran pompa y ostentacin. Es decir, vinieron vestidos con sus ropajes reales y acompaados de todos sus asistentes. Los tribunos y los hombres prominentes de Cesrea llegaron tambin Despus de que trajeran a Pablo, Festo se dirigi al rey Agripa y a los dems que se hallaban presentes, rogndoles que examinaran a este hombre respecto del cual toda la multitud de los judos (de Jerusaln) le haba demandado dando voces que no deba vivir ms. De nuevo, declar que no hallaba que Pablo hubiera hecho nada digno de muerte. No

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obstante, puesto que haba apelado al Csar, haba decidido enviarlo a l. Su problema era que no tena nada cierto (digno de fiar) que escribirle a su seor (al Csar). Tena la esperanza de que despus de aquel interrogatorio ante Agripa, tendra algo que escribir. Le pareca nada razonable enviar un prisionero sin sealar en una carta cules eran las acusaciones que haba contra l

55.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 26 En la audiencia final ante Agripa, el libro de los Hechos presenta por tercera vez la narracin de la conversin de Pablo, y da algunos detalles que no haban sido escritos anteriormente. Pablo, el fariseo (26:1-11) Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenz as su defensa: Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que haya de defenderme hoy delante de ti de todas las cosas de que soy acusado por los judos. Mayormente porque t conoces todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judos; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia. Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pas en mi nacin, en Jerusaln, la conocen todos los judos; los cuales tambin saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la ms rigurosa secta de nuestra religin, viv fariseo. Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio; promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de da y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judos. Qu! Se juzga entre vosotros cosa increble que Dios resucite a los muertos? Yo ciertamente haba credo mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jess de Nazaret; lo cual tambin hice en Jerusaln. Yo encerr en crceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. Y muchas veces, castigndolos en todas las sinagogas, los forc a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los persegu hasta en las ciudades extranjeras. Al recibir permiso de Agripa para hablar por s mismo. Pablo extendi su mano y comenz su defensa. Se declar dichoso de poder defenderse ante Agripa, porque este rey era experto en todas las cosas relacionadas con las costumbres y los asuntos de los judos. Por esto, le rog que lo escuchara con paciencia. En realidad. Agripa era judo de religin, y se poda esperar de l que le preocuparan estas cosas. Primeramente, Pablo seal que todos los judos conocan su estilo de vida, tanto en Tarso como en Jerusaln. Saban que haba vivido como fariseo, siguiendo la enseanza de esta secta juda, la ms estricta de todas. (Vea 2 Corintios 11:22; Glatas 1:13; Filipenses 3:5.) Ahora, Pablo haba sido llamado a juicio por causa de la esperanza de la promesa que Dios les haba hecho a los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob, y posiblemente otros ancestros de Israel). Esta promesa, dijo Pablo, "nuestras doce tribus" ' la esperaban alcanzar (como el destino que Dios les haba dado) sirviendo (adorando) constantemente a Dios da y noche. La acusacin de los judos contra l tena que ver con esta esperanza. Por qu lo considerara increble el rey si Dios resucitaba a los muertos? Esto es, especialmente ahora, que Dios haba levantado a Jess de entre los muertos. Pablo mismo haba pensado que era necesario hacer muchas cosas contra el nombre (persona, naturaleza y autoridad) de Jess de Nazaret; haba puesto a muchos de los santos (los creyentes consagrados a Dios) en prisiones. Cuando los haban matado, l haba votado contra ellos. 2 Haba ido de sinagoga en sinagoga, castigando frecuentemente a los creyentes, tratando de obligarlos a blasfemar (esto es, a blasfemar el

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nombre de Jess). En el texto griego se insina, sin embargo, que no logr hacer que blasfemaran. Se haba enfurecido de tal manera contra ellos, que los haba perseguido hasta ciudades del extranjero. Ms tarde, en 1 Timoteo 1:13, Pablo sealara que haba actuado ignorante de la verdad. La conversin y la misin de Pablo (26:12-18) Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisin de los principales sacerdotes, cuando a medioda, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rode a m y a los que iban conmigo. Y habiendo cado todos nosotros en tierra, o una voz que me hablaba, y deca en lengua hebrea: Saulo, Saulo, por qu me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijn. Yo entonces dije: Quin eres Seor? Y el Seor dijo: Yo soy Jess, a quien t persigues. Pero levntate, ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me aparecer a ti, librndote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envo, para que abras sus ojos, para que reciban, por la fe que es en m, perdn de pecados y herencia entre los santificados. Entonces, Pablo volvi a relatar su conversin en el camino de Damasco. La expresin "Dura cosa te es dar coces contra el aguijn" era una frase usada corrientemente para expresar la oposicin a Dios. A partir del versculo 16, Pablo presenta la misin que recibiera de Cristo con mayor detalle. Jess le seal que se le haba aparecido para ponerlo en la importante tarea de ser ministro (sirviente) y testigo "de las cosas que has visto, y de aquellas en que me aparecer a ti", rescatndote de tu pueblo (los judos) y de los gentiles (las naciones), a las cuales te envo para que les abras los ojos y los vuelvas de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satans a Dios (el Dios verdadero), para que puedan recibir el perdn de los pecados. Con el perdn, los gentiles recibiran una herencia entre aquellos que son santificados (tratados como santos, apartados para Dios como pueblo suyo dedicado a hacer su voluntad) por la fe en Cristo. ("Fe en m" es una definicin del tipo de fe que permanece firme en Cristo.) De esta manera, Pablo mostr que el mismo Jess le haba encomendado la misin de llevar adelante su obra a los gentiles, como estaba profetizado por Isaas 42:6, 7 y 61:1, 2. Es decir, l compartira la obra de Cristo. El testimonio fiel de Pablo (26:19-23) Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visin celestial, sino que anunci primeramente a los que estn en Damasco, y Jerusaln, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. Por causa de esto los judos, prendindome en el templo, intentaron matarme. Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el da de hoy, dando testimonio a pequeos y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moiss dijeron que haban de suceder: Que el Cristo haba de padecer, y ser el primero de la resurreccin de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles. A continuacin. Pablo declar que no haba sido desobediente a la visin (aparicin) celestial. Aqu la palabra "visin" no significa una visin al estilo de los sueos, sino una aparicin real en la que Jess le habl en persona. Su obediencia qued demostrada en la forma en que les haba declarado a los judos en Damasco, Jerusaln y toda Judea, y tambin a \los gentiles, que deban arrepentirse (cambiar su mentalidad y sus actitudes fundamentales), volverse a Dios y hacer obras dignas de arrepentimiento. Por causa de este mensaje (en el que se incluan bendiciones para los gentiles) era por lo que los judos lo haban apresado en el Templo y tratado de matarlo.

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Entonces Pablo comenz nuevamente a dar testimonio de Cristo. Por el auxilio de Dios haba perseverado hasta aquel da, testificndoles tanto a grandes como a pequeos. Por supuesto que entre los grandes estaba incluido el rey Agripa. Sin embargo, el testimonio de Pablo no se limitaba a su propia experiencia. Todo lo que estaba diciendo era solamente lo que los profetas y Moiss ya haban dicho que sucedera. En otras palabras, todo su mensaje estaba fundamentado en las Escrituras: Ellos eran los que haban declarado que el Cristo (el Mesas) debera sufrir; ellos haban mostrado cmo El, primicias de la resurreccin entre los muertos, les anunciara la luz al pueblo (los judos) y a los gentiles (las naciones). Festo y Agripa rechazan el evangelio (26:24-29) Diciendo l estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Ests loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. Mas l dijo: No estoy loco, excelentsimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien tambin hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algn rincn. Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo s que crees. Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Y Pablo dijo: Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente t, sino tambin todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas! Pablo predic con poder. Festo sinti la conviccin de su prdica y reaccion contra ella interrumpiendo a Pablo. Gritando en voz alta, le dijo: "Ests loco. Pablo; las muchas letras te vuelven loco," Al hablar de "muchas letras" o "mucho conocimiento" se refera a las Escrituras de las que Pablo haba estado hablando. Con delicadeza y cortesa. Pablo replic: "No estoy loco, excelentsimo Festo, sino que hablo (ungido por el Espritu) palabras (griego, rhmata) de verdad y de cordura." El rey tena conocimiento de aquellas cosas. Es decir, el rey podra verificarlas si quera hacerlo. Despus de esto. Pablo volvi su atencin de nuevo al rey. Poda hablarle con toda confianza (libremente), porque estaba convencido de que no ignoraba nada de esto (ninguna de aquellas cosas haba escapado a su conocimiento), ya que todo aquello (las realidades de la muerte y resurreccin de Cristo y los acontecimientos del Evangelio) no se haba hecho en algn rincn; eran cosas que se haban hecho en pblico y eran pblicamente conocidas. Entonces, dirigindose a Agripa, Pablo le pregunt si crea en los profetas. Sin esperar respuesta, aadi que l saba que crea. De pronto, y con sorpresa. Agripa se dio cuenta de que Pablo estaba tratando de convertirlo. Al decir que Agripa crea en los profetas. Pablo estaba diciendo implcitamente que como consecuencia, tendra que creer lo que stos decan sobre el Mesas, y esto hara que creyera lo que Pablo deca sobre Jess. Sin embargo, parece que Agripa no estaba dispuesto a decir que crea en los profetas; tampoco lo estaba a decir que crea a Pablo. La respuesta de Agripa ha sido traducida e interpretada de diversas maneras. Algunos manuscritos antiguos dicen literalmente: "Por poco me logras persuadir a que me convierta en cristiano." La versin inglesa King James y la castellana Reina-Valera toman esto como una admisin de que haba sentido la fuerza de los argumentos de Pablo, y haba faltado poco para que Pablo lo convenciera de que se hiciera cristiano. Otros manuscritos antiguos dicen: "Por poco me persuades a actuar como cristiano", es decir, a hacer el papel de cristiano. Muchos escritores toman esto como un rechazo. Agripa no quera que Pablo lo usara para corroborar lo que afirmaba el Evangelio. "Por poco" podra significar "casi" o "en pocas palabras". Tambin podra significar "en poco tiempo". Por esto, algunos dicen que Agripa quera decir: "En resumen, que ests tratando de persuadirme a que me haga cristiano", y se limitan a interpretar su respuesta como una irona: "Crees de verdad que en tan poco tiempo puedes persuadirme a que me haga cristiano (o acte, o viva como cristiano)?" Aun hay otros que lo toman como un fuerte rechazo: "En resumen, tratas de persuadirme a que acte (haga el papel de) como cristiano." Sea cual sea la traduccin, lo que est claro es que Agripa estaba rechazando los esfuerzos de Pablo para convertirlo.

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Sin embargo. Pablo se neg a sentirse desalentado. Por eso le contest: "Quisiera Dios que por poco o por mucho (en poco o en mucho tiempo), no solamente t, sino tambin todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy (esto es, cristianos como yo), excepto estas cadenas!" Es posible que en este momento Pablo levantara las manos para ensear las cadenas que ataban sus muecas. Agripa reconoce la inocencia de Pablo (26:30-32) Cuando haba dicho estas cosas, se levant el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se haban sentado con ellos; y cuando se retiraron aparte, hablaban entre s, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisin ha hecho este hombre. Y Agripa dijo a Festo: Poda este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a Csar. Agripa ya haba odo bastante. Al levantarse, indic que la audiencia haba terminado. Entonces, todos ellos salieron y comentaron lo odo. Todos estuvieron de acuerdo en que Pablo no haba hecho nada que fuera digno de muerte ni de prisin; no haba nada en la ley romana que pudiera tenerlo por culpable. En aquel momento, Agripa le dijo a Festo que Pablo podra haber sido liberado si no hubiera apelado al Csar. Con esto se estaba diciendo implcitamente que el emperador vera la inocencia de Pablo y hara que se le pusiera en libertad. Aunque en el ao 59 d.C. era Nern el emperador, ste todava no se haba embarcado en ninguna campaa contra los cristianos. Bajo las leyes romanas de aquellos momentos, no era delito ser cristiano. Hasta la segunda prisin de Pablo, que est reflejada en 2 Timoteo, no se convertira en un peligro bajo el dominio romano, el ser cristiano.

56.

CAPITULO 29: EL VIAJE


Lase Hechos 27.

Preguntas de Preparacin

1. Qu trato recibi Pablo en su viaje a Roma?

2. Cmo demostr Pablo ser hombre de influencia?

3. Cmo salv Pablo las vidas de sus compaeros de viaje?

Introduccin

Con el objeto de evitar un juicio que no hubiera sido imparcial, Pablo haba apelado a Csar. Festo no poda hacer otra cosa sino enviarle a Roma, aunque tanto l como Agripa estaban de acuerdo en que no haba razn para matar a Pablo o para encarcelarle. As pues, Festo entreg a Pablo junto con otros prisioneros, a un centurin llamado Julio, para que ste le llevase a Roma para comparecer ante Csar.

1. El Viaje a Creta

En aquella poca, los barcos no cruzaban directamente el Mar Mediterrneo. Se consideraba esto un viaje demasiado peligroso. Ms bien, los barcos navegaran por la costa, yendo de puerto en puerto, nunca alejndose de tierra firme. Se hicieron arreglos para que los prisioneros abordaran un barco que viajaba al norte, por los puertos de la costa de Asia. Ms tarde seran pasados a un barco con destino a Roma.

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A Pablo le trataron muy bien. Permitieron que fuera acompaado por un amigo, Aristarco. Lucas, el autor de Hechos, tambin viaj a Roma con Pablo. Esto lo sabemos porque usa "nosotros" al describir el viaje de Cesrea a Roma. Despus de navegar todo un da arribaron a Sidn; donde el centurin permiti a Pablo abandonar el barco, visitar a sus amigos y recibir provisiones de ellos. Por lo visto, a Pablo no se le consideraba como un criminal comn o de peligro.

Despus de que el barco haba zarpado de Sidn y haban navegado rumbo al norte, los marineros no pudieron seguir el rumbo que haban planeado. Los vientos eran fuertes y venan del oeste. Por lo tanto, en vez de navegar hacia el sur de Chipre, como hubieran hecho en circunstancias ordinarias, se vieron obligados a ir hacia el norte, orillando las costas de Cilicia y de Panfilia, hasta que al fin pudieron alcanzar el puerto de Mira, en la provincia de Licia. Encontraron ah un barco de Alejandra, de Egipto, que se diriga hacia Italia. Probablemente, ste era uno de los muchos barcos graneros, que llevaban comestibles a la capital. Tan pronto como salieron de Mira, los marineros comenzaron a tener muchas dificultades. El viento estaba en su contra, y tuvieron que navegar en forma muy lenta, hasta llegar a Gnido. Desde all el viento ya no les permiti seguir en direccin al oeste. As que se viraron hacia el sur, y pasaron debajo de Creta, orillando la costa sur de aquella isla, hasta llegar a un lugar llamado Buenos Puertos.

2. La Tempestad

Ya los vientos contrarios haban hecho perder mucho tiempo al barco, y la travesa se haca ms peligrosa cada da al aproximarse el invierno. En aquellos das toda navegacin se suspenda durante el invierno. Era costumbre que al llegar el invierno, los barcos buscaran puerto y ah se quedaran.

Pablo aconsej al capitn y al centurin que no deberan seguir adelante, sino que deberan invernar en Buenos Puertos. Dijo que si continuaban el viaje, perderan la carga, y posiblemente hasta la vida misma. Pero al capitn no le pareci la idea de invernar en Buenos Puertos, por ser incmodo el puerto. Tanto l como su tripulacin queran tratar de llegar a Fenice, un puerto en el lado poniente de la isla de Creta, en donde s tendran mayores facilidades para pasar el invierno.

Es interesante notar que Pablo, a pesar de ser un prisionero, daba consejo aun al jefe de los soldados y al capitn del barco. Pablo claramente gozaba de mucha libertad de movimiento, y tambin haca sentir su influencia en la embarcacin. Su influencia se deba no slo a que era un cristiano; sino ms bien a que se comportaba como un hombre de gran sentido comn y de mucha experiencia en el mar. Por eso, los encargados le permitan que diese sus ideas aunque no siempre le aceptaron sus sugestiones.

Cuando comenz a soplar un viento suave del sur, los marineros creyeron que haba llegado su oportunidad. Levantaron el ancla, y navegaron por la isla de Creta, sin alejarse de la costa. Pero repentinamente cambi el viento, y un noreste que vena de tierra les agarr, les alej de la isla y les arroj a la alta mar ya embravecida. Sin poder luchar en contra del viento, los marineros tuvieron que ceder y se dejaron llevar por l. Lograron entrar a la proteccin de una pequea isla llamada Clauda, y pudieron entonces tomar medidas para asegurar un poco ms el barco. Tendieron sogas debajo del barco para ceir las maderas y evitar que las olas las arrancasen. Luego, por temor de que iban a dar en la Sirte, una zona al norte de la costa de frica donde muchos barcos haban naufragado, "arriaron las velas y quedaron a la deriva" (27:17). Como la tormenta segua con toda su fuerza, echaron toda la carga al mar, y unos das despus, hasta los aparejos de la nave. Despus de ser llevados por muchos das, sin poder ver ni el sol ni las estrellas, perdieron la esperanza de salir de esta tempestad con vida. Fue en este momento, en el que toda esperanza se haba esfumado, que Pablo se par delante de todos y les anim. Les record que l les haba dicho que no saliesen de Buenos Puertos, pero ahora les dijo que aunque se iba a perder la nave, ninguno de ellos perdera la vida. Dios le haba enviado un ngel esa noche para animarle y prometerle que, por causa de l, todos los que navegaban con l se salvaran. "Con todo", dijo Pablo, "es necesario que demos en alguna isla" (27:26).

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3. El Naufragio

Despus de haber estado luchando en alta mar 15 das, los marineros, conocedores del mar, se dieron cuenta de que se estaban acercando a alguna tierra. Echaron la sonda y descubrieron que la profundidad era de veinte brazas (36 metros). Un poco despus volvieron a sondear, y estaban a quince brazas (27 metros). Al estarse acercando a alguna costa en la oscuridad de la medianoche, y para no estrellarse contra las rocas, echaron cuatro anclas de la parte trasera del barco, y esperaron que llegase el da. Unos de la tripulacin decidieron salvarse a s mismos a costa de los dems. Pretendieron estar bajando un ancla en la parte delantera del barco, pero en realidad estaban preparando a echar la barca de salvamento en el que esperaban llegar a salvo a tierra. Pablo avis al centurin, y le advirti,

"Si stos no permanecen en la nave, vosotros no podis salvaros" (27:31). El centurin entonces orden a los marineros a que cortasen las sogas del bote salvavidas, dejndolo ir en el mar, obligando as a que los marineros se quedasen en la nave junto con los dems.

En la madrugada, Pablo anim a todos los que estaban con l a comer. Haban pasado quince das sin alimento; y todos estaban muy dbiles. Ahora Pablo les dijo: "Por tanto, os ruego que comis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecer" (27:34). Al decir esto, tom pan, dio gracias a Dios y comenz a comer. Los compaeros de viaje, animados por el ejemplo de Pablo, hicieron lo mismo que l. Despus de que todos comieron, echaron al mar el resto de los vveres, para aligerar la nave para la pretendida maniobra de tocar tierra.

Al amanecer, pudieron distinguir la costa, pero no reconocieron la tierra. Vieron una baha que tena una playa, y los marineros, pensando poder hacer llegar hasta all la nave, cortaron las anclas, soltaron el timn y se enfilaron hacia la playa. Pero antes de que pudieran llegar, pasaron sobre un bajo en el agua, donde se unan dos corrientes, y ah encallaron. La popa del barco comenz a hacerse pedazos por las olas, y pronto la nave comenz a hundirse.

En este momento los soldados quisieron matar a los prisioneros. Bajo la ley romana, los soldados eran responsables por los prisioneros, y si alguno escapaba, muchas veces se castigaba al soldado responsable con la muerte, por causa de su negligencia. Pero el centurin salv a los prisioneros, puesto que quera salvar a Pablo, por quien senta ya mucho respeto. Orden brincar al mar a todos los que saban nadar, y a aquellos que no podan hacerlo que agarraran tablas o pedazos de la nave, para poder flotar, y as llegar hasta la playa. De esta forma, aunque la nave se perdi, todos llegaron a salvo, tal como haba sido dicho por Pablo.

57.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 27 Este relato del viaje de Pablo a Roma nos da una de las narraciones ms interesantes y realistas sobre un viaje martimo y un naufragio que se puedan encontrar en cualquier lugar de la literatura antigua. Lucas usa la primera persona del plural a travs de todo el pasaje, por lo que se ve claramente que fue testigo ocular de todo. Vientos contrarios (27:1-8) Cuando se decidi que habamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un centurin llamado Julio, de la compaa Augusta. Y embarcndonos en una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia, zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalnica. Al otro da llegamos a Sidn; y Julio, tratando humanamente a Pablo, le permiti que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos. Y hacindonos a la vela desde all, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios.

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Habiendo atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira, ciudad de Licia. Y hallando all el centurin una nave alejandrina que zarpaba para Italia, nos embarc en ella. Navegando muchos das despacio, y llegando a duras penas frente a Gnido, porque nos impeda el viento, navegamos a sotavento de Creta, frente a Salmn. Y costendola con dificultad, llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea. Para hacer el viaje desde Cesrea hasta Italia, Pablo y otros prisioneros fueron puestos en manos de un centurin llamado Julio, que perteneca a la cohorte de Augusto. Primeramente tomaron un barco de Adramitio, puerto de Misia al sureste de Troas. Iba rumbo a la costa del Asia Menor. Lucas subi a este barco tambin para estar con Pablo. As hizo Aristarco, un creyente macedonio de Tesalnica. Lo acompaaron para ayudarlo y servirlo en todas las formas que pudieran. Es decir, que Pablo no viajaba como un prisionero ordinario. Tena amigos. Al da siguiente en Sidn, Julio, tratando a Pablo con bondad humanitaria, le permiti que fuera a sus amigos del lugar para que lo atendieran. Despus, batallando contra los vientos del oeste, zarparon con rumbo al este y al norte de Chipre, a Mira, en Licia, la parte ms al sur de la provincia de Asia. En Mira, el centurin hizo pasar a Pablo y a sus amigos a un barco de Alejandra que iba a salir con rumbo a Italia con un cargamento de trigo. (Vea el versculo 38.) Egipto era la principal fuente de trigo de la ciudad de Roma, y estos barcos, que transportaban trigo, eran considerados muy importantes. Los vientos siguieron contrarios, y navegaron muy lentamente tratando de llegar a Gnido, en la costa de Coria, al suroeste del Asia Menor, Sin embargo, los vientos del noroeste no los dejaron llegar all. Fueron arrastrados a sotavento de Creta, es decir, a lo largo de su costa oriental. Despus, tuvieron que luchar a todo lo largo de la costa sur hasta llegar a un lugar llamado "Buenos Puertos". Atrapados en una tormenta (27:9-20) Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegacin, por haber pasado ya el ayuno. Pablo les amonestaba, dicindoles: Varones, veo que la navegacin va a ser con perjuicio y mucha prdida, no slo del cargamento y de la nave, sino tambin de nuestras personas. Pero el centurin daba ms crdito al piloto y al patrn de la nave, que a lo que Pablo deca. Y siendo incmodo el puerto para invernar, la mayora acord zarpar tambin de all, por si pudiesen arribar a Fenice, puerto de Creta que mira al nordeste y sudeste, e invernar all. Y soplando una brisa del sur, parecindoles que ya tenan lo que deseaban, levaron anclas e iban costeando Creta. Pero no mucho despus dio contra la nave un viento huracanado llamado Euroclidn. Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a l y nos dejamos llevar. Y habiendo corrido a sotavento de una pequea isla llamada Clauda, con dificultad pudimos recoger el esquife. Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ceir la nave; y teniendo temor de dar en la Sirte, amaron las velas y quedaron a la deriva. Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al da siguiente empezaron a alijar, y al tercer da con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave. Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos das, y acosados por una tempestad no pequea, ya habamos perdido toda esperanza de salvamos. Debido a que haba pasado mucho tiempo y el ayuno (el da de Expiacin, que en el ao 59 d.C. fue el 5 de octubre) tambin haba pasado. Pablo reconoci que sera peligroso continuar su viaje. Ya haba estado en tres naufragios (2 Corintios 11:25), y saba lo peligrosas que podan ser las tormentas de invierno. Por esto, fue a los que estaban al mando del barco y les aconsej sobre la certeza de las prdidas, no slo del cargamento y la nave, sino tambin de vidas. Sin embargo, el centurin se dej persuadir por el piloto y el capitn (dueo) de la nave, que queran seguir adelante. Aquel puerto no era bueno para pasar el invierno en l, de manera que la mayora aconsej tratar de alcanzar Fenice (actualmente Fnika), un puerto

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situado ms al este que estaba mejor ubicado, ya vinieran los vientos del noroeste o del suroeste. Un suave viento del sur persuadi al centurin y a los dems de que podran llegar hasta Fenice, de manera que zarparon con rumbo oeste, mantenindose cerca de la costa sur de Creta. Los marineros trataron de poner proa al viento, pero era demasiado fuerte. Por esto, tuvieron que abandonarse a l y dejarse llevar a donde el viento quisiera. El sotavento (lado sur) de una pequea isla llamada Clauda, les dio un pequeo alivio temporal. Aun as, les era difcil volver a tomar el control del esquife, el pequeo bote que arrastraba el barco. Despus de subir el bote abordo, usaron refuerzos para ceir la nave. Es decir, ataron cables verticalmente alrededor del barco para tratar de impedir que los maderos hicieran demasiada fuerza o se soltaran. Entonces, temerosos de ser desviados de su curso rumbo a la Sirte, banco de arenas movedizas situado a las afueras de la costa del norte de frica, al oeste de Cirene, arriaron las velas (o probablemente la gavia) y quedaron as a la deriva. Al da siguiente, puesto que an se hallaban dentro de la tormenta, comenzaron a tirar cosas por la borda para aligerar el barco. De ordinario esto significara lanzar al agua parte del cargamento. Sin embargo, el cargamento de trigo de este barco era tan importante para Roma, que era la ltima cosa de la que se podan liberar. Es probable que comenzaran con el equipaje personal y los muebles de la cabina. Al tercer da (segn su forma de contar, el da siguiente a aqul en que haban comenzado a tirar las cosas por la borda), con sus propias manos arrojaron los aparejos de la nave (entre los cuales ira probablemente el palo mayor del barco). La tormenta sigui muchos das (probablemente once: vea el versculo 20). Sin poder ver el sol, la luna ni las estrellas, no tenan forma alguna de saber dnde se hallaban. Finalmente, mientras esta gran tormenta invernal segua azotndolos, perdieron toda esperanza de salvar la vida. La visin de Pablo les da nimos (27:21-37) Entonces Pablo, como haca ya mucho que no comamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habra sido por cierto conveniente, oh varones, haberme odo, y no zarpar de Creta tan slo para recibir este perjuicio y prdida. Pero ahora os exhorto a tener buen nimo, pues no habr ninguna prdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. Porque esta noche ha estado conmigo el ngel del Dios de quin soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante Csar; y he aqu. Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen nimo; porque yo confi en Dios que ser as como se me ha dicho. Con todo, es necesario que demos en alguna isla. Venida la decimocuarta noche, y siendo llevados a travs del mar Adritico, a la medianoche los marineros sospecharon que estaban cerca de tierra; y echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco ms adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas. Y temiendo dar en escollos, echaron cuatro anclas por la popa, y ansiaban que se hiciese de da. Entonces los marineros procuraron huir de la nave, y echando el esquife al mar, aparentaban como que queran largar las anclas de proa. Pero Pablo dijo al centurin y a los soldados: Si stos no permanecen en la nave, vosotros no podis salvaros. Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y lo dejaron perderse. Cuando comenz a amanecer. Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto da que velis y permanecis en ayunas, sin comer nada. Por tanto, os ruego que comis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecer. Y habiendo dicho esto, tom el pan y dio gradas a Dios en presencia de todos, y partindolo, comenz a comer. Entonces todos, teniendo ya mejor nimo, comieron tambin. Y ramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis. Durante largo tiempo, las doscientas setenta y seis personas que iban en el barco (vea el versculo 37) no haban comido. La palabra griega podra significar que les haba faltado la

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comida, pero en los versculos 34-36 se ve que todava tenan comida a bordo. La palabra tambin puede significar abstinencia de comida por falta de apetito o por mareo. Debido a la tormenta, muchos de ellos deben haber estado mareados. Aun cuando una persona no est mareada, el mareo de otros basta para causarle a cualquiera la prdida del apetito. Entonces, una noche, un ngel se le apareci a Pablo y le dio alientos dicindole que dejara de temer. Era necesario (formaba parte del plan divino) que l compareciera ante el Csar, y Dios tambin le haba concedido misericordiosamente a todos los que navegaban con l. No se perdera una sola vida; slo se perdera el barco. Pablo, antes de hablarles a los dems de esta seguridad recibida de Dios, les record las advertencias que l les haba hecho antes de salir de Creta. No les estaba diciendo simplemente "Se lo dije!" Recordaba que se haban negado a orlo antes; quera estar seguro de que lo escucharan ahora. Por esto capt su atencin haciendo que admitieran (en su mente) que l estaba en lo cierto. Entonces le dio la gloria a Dios, "de quin soy y a quien sirvo". Note tambin que comenz exhortndolos a tener buen nimo (tener valor y cobrar nimos). Concluy de la misma forma. Pero el motivo para que tuvieran valor era la fe de Pablo en Dios. Qu espectculo! Pablo, el prisionero, comunicndoles a los dems su fe: "Seores, yo creo en Dios." Sin embargo, aadi que naufragaran en las costas de una isla. En la noche decimocuarta, todava el viento los llevaba a la deriva en la direccin que soplaba, a travs del mar Adritico (aqu este nombre se aplica a la parte del mar Mediterrneo situada al sureste de Italia, y no al que conocemos hoy como mar Adritico). Alrededor de la medianoche, los marineros sospecharon que se estaban acercando a tierra. 4 Por esto, tiraron una soga lastrada para sondear la profundidad y vieron que era de veinte brazas (36 metros). Poco despus, posiblemente despus de media hora, sondearon de nuevo y vieron que la profundidad era ahora de 15 brazas (27 metros). Como tenan temor de que el barco se encallara entre las rocas y se destrozara antes de que pudieran escapar, echaron cuatro anclas por la popa y ansiaban (en griego, "oraban") que se hiciese de da. Es decir, oraban para que llegara el da antes de que el barco encallara. Los marineros decidieron que sera peligroso esperar hasta entonces, as que buscaron la forma de huir del barco. Cuando fueron descubiertos, ya haban bajado al agua el esquife bajo el pretexto de lanzar anclas desde la proa del barco. Entonces Pablo le dijo al centurin que a menos que aquellos marineros se quedaran en el barco, no se podran salvar. Como resultara al final, hicieron falta para lograr que el barco encallara en el lugar mejor. Los soldados que se hallaban a las rdenes del centurin cortaron entonces la soga que sostena el esquife y dejaron que se perdiera en el mar. Pablo, el prisionero, haba tomado el control de la situacin debido a la necesidad. Todava al frente de la situacin. Pablo tom la iniciativa de exhortar a todos a que comiesen por su propia salud corporal y su bienestar. Les asegur que no se perdera ni un cabello de la cabeza de ninguno de ellos. No slo se salvaran, sino que saldran ilesos. Despus, sent ejemplo tomando una hogaza de pan, dando gracias a Dios delante de todos ellos y comenzando a comer. Al ver esto, los doscientos setenta y cinco restantes tomaron valor, se sintieron inspirados por la esperanza, y comieron tambin. El naufragio (27:38-44) Y ya satisfechos, aligeraron la nave, echando el trigo al mar. Cuando se hizo de da, no reconocan la tierra, pero vean una ensenada que tena playa, en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave. Cortando, pues, las anclas, las dejaron en el mar, largando tambin las amarras del timn; e izada al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa. Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, qued inmvil, y la popa se abra con la violencia del mar. Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando. Pero el centurin, queriendo salvar a Pablo, les impidi este intento, y mand

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que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra; y los dems, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y as aconteci que todos se salvaron saliendo a tierra. Despus de que todos quedaron satisfechos con la comida, tiraron el trigo por la borda para que subiera la lnea de flotacin del barco. Esto los ayudara a acercarse ms a la orilla. Cuando lleg la luz del da, no reconocieron aquella tierra. Sin embargo, lograron ver una ensenada y decidieron que si podan lograrlo, haran que el barco encallara en la playa que tena. La baha de San Pablo, tal como se la llama hoy en da, corresponde exactamente a las cosas relatadas en este captulo. Cortaron las anclas y las dejaron en el mar, porque esto tambin aligerara el barco. Al mismo tiempo, largaron tambin las amarras del timn, izaron al viento la vela de proa y enfilaron hacia la playa. En lugar de alcanzar la playa, llegaron por accidente a un lugar situado entre dos mares; un canal poco profundo y estrecho. La proa de la nave encall en fango y arcilla, mientras que la popa comenz a abrirse por la violencia de las olas. Entonces los soldados hablaron entre s, y su decisin fue matar a los prisioneros, no fueran a fugarse nadando. No obstante, como el centurin quera salvar a Pablo, evit que llevaran a cabo sus propsitos. Despus mand que todo aquel que supiera nadar, saltara primero al agua para llegar a tierra. Los dems les siguieron, unos en tablas (tomadas del barco) y otros en cualquier cosa que pudieran hallar que flotara. De esta forma, todos llegaron sanos y salvos a tierra. Sin embargo, tal como lo haba advertido Pablo, el barco se perdi por completo.

58.

CAPITULO 30: TAMBIN EN ROMA


Lase Hechos 28.

Preguntas de Preparacin

1. Qu le sucedi a Pablo en Malta?

2. Qu aliento recibi Pablo llegando cerca de Roma?

3. Cmo recibieron el mensaje de Pablo los judos de Roma?

4. De qu privilegios goz Pablo en Roma?

Introduccin

A pesar de que la nave en que Pablo y sus compaeros viajaban fue totalmente destruida, todos los que estaban a bordo lograron salvarse. El naufragio ocurri porque no se escuch el consejo de Pablo; pero todos fueron salvos porque el consejo posterior de Pablo s fue escuchado.

1. Melita (Malta)

Cuando los nufragos alcanzaron la costa, les salieron al encuentro los habitantes de la isla en que haban encallado. Esta era la isla de Melita (o Malta, como se llama ahora). Lucas se refiere a los nativos como "brbaros". Esto no quiere decir que fueran salvajes rudos. Los griegos consideraban "brbaro" a cualquiera que hablara otro idioma (no griego). Los isleos hicieron una fogata para que los pasajeros y nufragos de la tripulacin se calentaran y secaran sus ropas. Al estar echando ms lea Pablo sobre el fuego, sali una vbora obligada

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por el calor, de entre los troncos; se prendi de su mano y le mordi. Cuando los maltenses vieron esto, pensaron que Pablo debera ser un gran criminal porque habiendo escapado de la muerte en el mar, estaba condenado a sufrir una muerte sbita. Pero Dios obr un milagro. La mordida de la vbora no le caus ningn dao a Pablo. Y al ver esto, se asombraron y cambiaron de opinin totalmente, creyendo que Pablo era un dios.

Publio, el hombre principal de la isla, les dio la bienvenida a Pablo y a sus compaeros, recibindoles en su casa durante tres das. Estando ellos ah, se enferm el padre de Publio, y Pablo luego le san. Con esto, aument mucho la fama de Pablo entre los naturales, y no pocos fueron los que vinieron a l buscando sanidad. Podemos estar seguros, que Pablo no slo les sanaba, sino que tambin les predicaba el evangelio. Por eso fue, que cuando al fin pudieron continuar su viaje, el centurin y los prisioneros, fueron despedidos con muchos honores.

2. El Viaje

Entre los barcos que haban pasado el invierno en Malta, haba una nave alejandrina que llevaba un cargamento de grano a Roma. El centurin asegur pasaje para sus soldados y sus prisioneros, y zarparon rumbo a Roma, haciendo escalas en diferentes puertos en la ruta. Al fin llegaron a Puteoli, donde encontraron hermanos que les recibieron con los brazos abiertos, y les pidieron quedarse con ellos una semana. El hecho de que el centurin lo haya permitido, demuestra la alta estima que tena el centurin por Pablo.

Desde Puteoli, el grupo sigui el viaje hasta Roma por tierra. La noticia de su llegada se les anticip, y varios de los hermanos romanos salieron hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas (pueblos a 50 y 70 kilmetros de Roma respectivamente), para darles la bienvenida. Esto fue una cosa que sirvi de mucho aliento para el apstol.

3. En Roma

Cuando llegaron a Roma, se le permiti a Pablo vivir en una casa aparte, no en la crcel, pero siempre con un soldado, o varios, de guardia. Despus de tres das de estar en Roma, llam a una reunin de los lderes de los judos. Les inform que estaba preso por causa de los celos y los odios de los judos en Jerusaln. Los judos romanos contestaron que ellos no tenan ninguna informacin de Jerusaln acerca de Pablo. Estaban ansiosos de escuchar todo lo que tena para decir, y llegaron hasta su casa para or su predicacin. Pablo les habl y "les testificaba el reino de Dios desde la maana hasta la tarde, persuadindoles acerca de Jess, tanto por la ley de Moiss como por los profetas" (28:23). Algunos de los judos s creyeron en la predicacin de Pablo. Pero otros no. Al no poder lograr un acuerdo general entre ellos, Pablo les record las palabras de Isaas, acerca del peligro de la incredulidad. Su conclusin fue: "Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvacin de Dios; y ellos oirn" (28:28).

Pablo permaneci en Roma por espacio de dos aos. Continu viviendo en una casa alquilada, con un soldado de guardia. Haba libertad para que la gente entrara y saliera y desde este lugar Pablo pudo continuar su ministerio "predicando el reino de Dios y enseando acerca del Seor Jesucristo" (28:31).

Lucas no dice que aqu termina la vida y el ministerio de Pablo. Simplemente es el fin del libro de Hechos. Lucas, en su narracin, ha llevado a Pablo hasta Roma, el centro del mundo entonces conocido. As se da cumplimiento a la promesa de Cristo en Hechos 1:8. El evangelio ha llegado hasta lo ltimo de la tierra; por lo tanto, Lucas da fin a su relato.

59.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 28

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El Seor le haba asegurado a Pablo que deba ir a Roma. Tambin le haba prometido que le dara las vidas de los doscientos setenta y cinco que estaban con l a bordo de la nave. Haba cumplido lo que le prometiera. Milagros en malta (28:1-10) Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caa, y del fro. Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las ech al fuego; y una vbora, huyendo del calor, se le prendi en la mano. Cuando los naturales vieron la vbora colgando de su mano, se decan unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir. Pero l, sacudiendo la vbora en el fuego, ningn dao padeci. Ellos estaban esperando que l se hinchase, o cayese muerto de repente; ms habiendo esperado mucho, y viendo que ningn mal le vena, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios. En aquellos lugares haba propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibi y hosped solcitamente tres das. Y aconteci que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentera; y entr Pablo a verle, y despus de haber orado, le impuso las manos, y le san. Hecho esto, tambin los otros que en la isla tenan enfermedades, venan; y eran sanados; los cuales tambin nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias. Despus de llegar sanos y salvos a tierra, supieron que la isla se llamaba Malta (de la palabra fenicia o cananea Melita, "refugio"). Se hallaba al sur de Sicilia y sus habitantes eran descendientes de colonos fenicios que probablemente hablaran un dialecto estrechamente relacionado con el hebreo. A travs de todo este pasaje. Lucas les llama a los naturales, brbaroi (brbaros). Esto no quiere decir que l pensara que eran personas degradadas o incivilizadas. Para los griegos, todo extranjero que no poda hablar su idioma era un brbaro. Posteriormente, les dieron un poco de participacin a los romanos, al incluir entre los brbaros a los que no pudieran hablar griego ni latn. Es fcil ver que los ciudadanos de Malta eran buenas personas, aunque no podan hablar griego. Su humanidad fue ms all de lo ordinario. Encendieron una fogata y les dieron la bienvenida a todos aquellos doscientos setenta y seis extranjeros que se haban salvado del naufragio. Debido a la lluvia y al fro, aquella fogata fue un acto de gran bondad y debe haber parecido una seal de bienvenida para todos los supervivientes del barco. Poco despus. Pablo recogi una buena brazada de ramas secas y las ech al fuego. El calor hizo huir a una vbora que haba sido recogida con la lea, y el animal se prendi de su mano (es decir, lo mordi). Muchos escritores hacen ver que no hay vboras en Malta hoy en da. Sin embargo, como es una isla pequea, sus habitantes pudieron exterminarlas despus de la poca en que Pablo estuvo all. Cuando los malteses vieron que aquel animal morda a Pablo, dedujeron precipitadamente que Pablo deba ser un asesino y que, aunque pudo escapar ileso del mar, la justicia no lo dejara vivir. Al hablar de la justicia, es posible que tuvieran en mente su diosa pagana de la justicia. Pablo se limit a sacudirse la vbora en el fuego y no sufri dao alguno. (Vea Lucas 10:19; Marcos 16:18.) La gente del lugar haba visto otras personas mordidas por aquella misma clase de vboras, as que esperaban que Pablo se hinchara o cayera muerto de repente. Durante largo tiempo esperaron y lo observaron, pero no le sucedi nada anormal. Entonces, cambiaron de manera de pensar y dijeron que era un dios. En las cercanas haba unas propiedades (tierras, campos) que pertenecan al hombre principal (el gobernador) de la isla, cuyo nombre era Publio. Este los acogi con bondad y durante tres das les dio hospedaje con amistosa solicitud. Entonces sucedi que el padre de Publio cay en cama, enfermo de fiebre (fiebres peridicas) y disentera. Pablo entr a verlo, or por l, le impuso manos y Dios lo san. Despus de esto, el resto de los habitantes de la isla que tenan enfermedades, venan y eran sanados.

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Podemos tener la seguridad de que Pablo se mantuvo ministrndoles durante los tres meses de invierno que siguieron. Como consecuencia de esto, los isleos honraron abundantemente a Pablo y a sus amigos (probablemente con ayuda monetaria para que pudieran permanecer vivos durante los meses de invierno). Cuando Pablo y sus acompaantes se hicieron a la mar en la primavera, pusieron a bordo las cosas que necesitaban para el viaje. Todo parece indicar que sus provisiones no eran slo para Pablo, sino para los doscientos setenta y seis nufragos. La llegada a Roma (28:11-16) Pasados tres meses, nos hicimos a la vela en una nave alejandrina que haba invernado en la isla, la cual tena por ensea a Castor y Plux. Y llegados a Siracusa, estuvimos all tres das. De all, costeando alrededor, llegamos a Regio; y otro da despus, soplando el viento sur, llegamos al segundo da a Puteoli, donde habiendo hallado hermanos, nos rogaron que nos quedsemos con ellos siete das; y luego fuimos a Roma, de donde, oyendo de nosotros los hermanos, salieron a recibirnos hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas; y al verlos. Pablo dio gracias a Dios y cobr aliento. Cuando llegamos a Roma, el centurin entreg los presos al prefecto militar, pero a Pablo se le permiti vivir aparte, con un soldado que le custodiase. El resto del viaje a Italia tuvo lugar en otro barco de Alejandra que haba invernado en Malta, probablemente en el excelente puerto de La Valletta. Su ensea eran los llamados Discuri o Gmini (los hijos varones de Zeus, esto es. Castor y Plux, quienes en la mitologa griega eran los hijos de Zeus y Leda y eran considerados patronos de los marineros). El barco hizo escala de tres das en Siracusa, en la parte oriental de Sicilia. Desde all, fue costeando alrededor (de virada contra el viento) hasta Regio, en la punta de la "bota" italiana. Despus de un da, el viento cambi y les llev slo un da ms llegar a Puteoli (actualmente Pozzuoli) en la baha de Naples. En aquel lugar encontraron hermanos cristianos que les rogaron que se quedaran siete das y lo lograron. Se ve claramente que el centurin que era responsable por Pablo reconoca que Dios estaba con l y no se opona a ninguno de sus deseos. Desde Puteoli, siguieron hasta Roma por tierra, tomando el famoso camino romano llamado Va Apia. En el Foro de Apio (el pueblo-mercado de Apio), 43 millas romanas (63,6 kilmetros) al sur de Roma, y nuevamente en el poblado de Tres Tabernas (Tres Tiendas), a unas 33 millas romanas (48,8 kilmetros) de Roma, salieron a recibir a Pablo delegaciones de creyentes romanos y los acompaaron a l y a sus amigos de vuelta a Roma en una procesin cuyo nmero de integrantes le habra dado esplendor a la visita de un monarca. En realidad, la costumbre cuando un emperador visitaba una ciudad, era que sus habitantes salieran a su encuentro y lo escoltaran hasta la ciudad. Cada vez que las delegaciones se encontraban con Pablo, deben haber tenido un momento de aclamacin y regocijo. Todo esto era una sorpresa inesperada. Cuando los vio, le dio gracias a Dios y cobr aliento. Con toda seguridad. Dios le dara un ministerio en Roma, como l deseaba (Romanos 1:11, 12). Aunque Lucas no lo mencione, tambin podemos estar seguros de que la iglesia haba recibido la epstola a los Romanos, la haba estudiado con gran aprecio y ya senta como si conociera a Pablo. En Roma, Pablo fue entregado al prefecto militar de la guardia pretoriana de Nern. Sin embargo, se le permiti vivir solo, ligeramente encadenado por la mueca a un soldado que lo custodiase. Como lo indica el versculo 30, pudo alquilar un apartamento y permanecer en l durante los dos aos que estuvo en Roma. Lucas y Aristarco se quedaron tambin en Roma para ayudarlo durante este perodo (Colosenses 4:10, 14; Filemn 24). Por fortuna, el apartamento era suficientemente grande para que se reuniera un gran nmero de personas en l, como lo sealan los versculos 23-25. Pablo se rene con los lderes judos (28:17-22) Aconteci que tres das despus. Pablo convoc a los principales de los judos, a los cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusaln en manos de los romanos; los cuales, habindome examinado, me queran soltar, por no haber en m ninguna causa de muerte. Pero oponindose los judos,

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me vi obligado a apelar a Csar; no porque tenga de qu acusar a mi nacin. As que por esta causa os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena. Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algn mal de ti. Pero queramos or de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella. Despus de tres das. Pablo convoc (invit a venir) a los dirigentes judos a su apartamento. Varias inscripciones romanas antiguas nos muestran que haba varias sinagogas judas en Roma en aquel momento. Despus, Pablo les dijo cmo haba llegado prisionero hasta Roma. Hizo resaltar su inocencia y les explic por qu haba apelado al Csar, teniendo cuidado de no lanzar culpa alguna sobre la nacin juda (su pueblo) en general. Sin embargo, el propsito de Pablo era hacer algo ms que explicarles por qu se hallaba all. Quera dar testimonio del hecho de que estaba sujeto con aquella cadena por la esperanza de Israel. Los dirigentes judos le contestaron que no les haban llegado cartas de Judea, ni nadie haba trado reporte alguno sobre el juicio de Pablo, o hablado nada malo con respecto a l. Despus, expresaron el deseo de or lo que Pablo tena en su mente. No obstante, no les hicieron cumplido alguno a los cristianos, porque hablaron del cristianismo como de una secta contra la cual se hablaba por todas partes. La epstola de Pablo a los Romanos muestra que la iglesia de Roma ya estaba slidamente establecida alrededor del ao 57 d.C., y probablemente mucho antes. Es evidente que aquellos dirigentes judos haban escuchado a sus crticos y nunca se haban molestado en investigar por su propia cuenta. Pablo les predica a los judos de Roma (28:23-28) Y habindole sealado un da, vinieron a l muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la maana hasta la tarde, persuadindoles acerca de Jess, tanto por la ley de Moiss como por los profetas. Y algunos asentan a lo que se deca, pero otros no crean. Y como no estuviesen de acuerdo entre s, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habl el Espritu Santo por medio del profeta Isaas a nuestros padres, diciendo: V a este pueblo, y diles: De odo oiris, y no percibiris; Porque el corazn de este pueblo se ha engrosado, y con los odos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los odos, y entiendan de corazn, y se conviertan, y yo los sane. Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvacin de Dios; y ellos oirn. Los judos fijaron una fecha entre ellos, y llegaron al apartamento de Pablo en nmero considerable. A los que llegaban, l les daba una explicacin de lo que pensaba, dando solemne testimonio del reino (gobierno) de Dios. Como siempre haca en las sinagogas, usaba los libros de Moiss y de los profetas para ensear el Evangelio y tratar de persuadirlos de que Jess es verdaderamente el Mesas. Continu su enseanza desde temprano en la maana, hasta el anochecer. Algunos se convencieron. Es decir, creyeron y obedecieron al mensaje y la exhortacin de Pablo. Otros no creyeron. Como no se lograban poner de acuerdo con l, se marcharon, pero no sin que antes Pablo tuviera unas palabras finales. Les cit lo que el Espritu Santo les haba dicho a sus antepasados en Isaas 6:9, 10. Despus aadi que la salvacin de Dios haba sido enviada tambin a los gentiles (una referencia a su propio llamado). Ellos (enftico) oiran (y obedeceran). Dos aos de oportunidades (28:29-31)

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Y cuando hubo dicho esto, los judos se fueron, teniendo gran discusin entre s. Y Pablo permaneci dos aos enteros en una casa alquilada, y reciba a todos los que a l venan, predicando el reino de Dios y enseando acerca del Seor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento. Esta no fue la ltima oportunidad de Pablo. Durante dos aos enteros pudo predicar y ensear abierta y libremente, y recibir a todos los que se llegaran a su casa. Aquello era una respuesta a su solicitud de oracin, que haba sido enviada a algunas de las iglesias que haba fundado (Efesios 6:19, 20; Colosenses 4:3, 4). Hasta algunos de la casa del Csar se convirtieron (Filipenses 4:22). Es probable que esto sucediera a travs del testimonio que los soldados convertidos le daran a toda la guardia pretoriana ("el palacio") (Filipenses 1:13). Lucas deja de escribir abruptamente. Este libro carece de conclusin formal. El libro de los Hechos se sigue escribiendo hoy.

60.

CAPITULO 31: PRESO EN EL SEOR, OS RUEGO


Lase Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemn.

Preguntas de Preparacin

1. Cul fue el fondo histrico para cada una de estas epstolas?

2. Cules doctrinas se realzan en estas epstolas?

3. Qu ensean estas epstolas sobre la vida cristiana?

Introduccin

En nuestro ltimo captulo estudiamos la vida de Pablo hasta el final del libro de Hechos. Pero eso no fue el fin del ministerio de Pablo. Lucas nos dice, "Y Pablo permaneci dos aos enteros en una casa alquilada, y reciba a todos los que a l venan, predicando el reino de Dios y enseando acerca del Seor Jesucristo abiertamente y sin impedimento" (Hch. 28: 30-31). Durante esta poca Pablo continu su ministerio tambin por medio de correspondencia. Las cartas que estudiamos en este captulo son aquellas escritas desde la prisin en Roma.

1. Fechas y Destinatarios

Estas epstolas probablemente fueron escritas entre los aos 60 y 62 d.C., que son las fechas comnmente dadas para el primer encarcelamiento de Pablo.

La epstola a los Efesios es la nica de las cuatro en que existe un poco de duda sobre sus destinatarios. El problema consiste en que algunos manuscritos antiguos omiten la frase del vs. 1, "que estn en feso". Por ello, algunos eruditos creen que "Efesios" fue ms bien una carta circular enviada a las iglesias de Asia Menor y no a la de feso. Posiblemente haya sido enviada primero a feso y luego circulada a las dems iglesias de Asia Menor.

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La Epstola a los Filipenses fue escrita a los cristianos de Filipos, la primera ciudad de Europa en donde predic Pablo el evangelio. La iglesia que ah fue formada, fue ,1a primera iglesia europea, y fue fiel en sostener a Pablo a travs de todo su ministerio.

La Epstola a los Colosenses fue escrita a una ciudad pequea a unos 160 kilmetros al oriente de feso, en Asia Menor. Probablemente la iglesia de este lugar no fue fundada por Pablo, sino por algunos de sus ayudantes. Esto pudo haber ocurrido cuando Pablo estaba visitando a feso, cuando todos los que habitaban en Asia, judos y griegos, oyeron la palabra del Seor Jess" (Hch. 19:10).

La carta a Filemn fue dirigida a un miembro de la iglesia en Golosas y trata de un problema especfico.

2. Propsito

A veces llamamos a estas cartas las epstolas cristolgicas de Pablo. En ellas se da importancia a la obra del Seor Jesucristo, y se aplica esta obra a la fe y a la vida de las iglesias. Cada epstola tiene su nfasis particular. Efesios habla de la relacin que existe entre Cristo y la iglesia. Filipenses presenta a Cristo como la fuente de la unidad y el gozo cristiano. En Colosenses, Pablo realza la supremaca de Cristo sobre todas las cosas tanto hombres como ngeles, y ataca una hereja que negaba la supremaca de Cristo. En Filemn, Pablo presenta a Cristo como el autor de la fraternidad entre los cristianos.

3. Bosquejos

Efesios

Captulos

I. La iglesia escogida en Cristo

II. La iglesia formada en Cristo

2-3

III. La iglesia caminando en Cristo

4-5

IV. La iglesia sirviendo a Cristo

Filipenses

Captulos

I. Gratitud por el amor cristiano

II. Exhortacin a la humildad cristiana

III. Instrucciones para la carrera cristiana

IV. Llamado al gozo cristiano

Colosenses

Captulos

I. La presentacin del hecho de la supremaca de Cristo

1:1-2:4

II. La refutacin de un ataque a la supremaca de Cristo

2:5-3:4

III. La explicacin de los efectos de la supremaca de Cristo

3:5-4:6

IV. Comentarios personales

4:7-18

No presentamos un bosquejo para la carta de Filemn.

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4. Contenido

Hay muchas cosas que se repiten dentro de estas cuatro epstolas. Notamos en las epstolas a los Efesios y a los Colosenses no slo semejanzas en cuanto a temas, sino tambin semejanzas en cuanto al lenguaje. Esto no significa que alguna de estas cartas salga sobrando; pues cada una ayuda ms a nuestro entendimiento de la fe y de la vida cristiana. En vez de resumir cada una de las epstolas, nos limitaremos aqu nicamente a sealar las contribuciones especiales que cada una aporta.

Enseanzas Sobre la Fe Cristiana

El libro de los Efesios comienza con un captulo que habla de la soberana de Dios en la eleccin de las personas que han de ser sus hijos. Pablo nos ensea que la eleccin de parte de Dios es la fuente de todas nuestras bendiciones espirituales; que l nos escogi "para que fusemos santos y sin mancha delante de l en amor" (1:4); y que el propsito de nuestra eleccin es el de mostrar la sabidura y la gracia de Dios. Pablo siempre seala a Cristo como aquel en quien somos elegidos; y en quien tambin somos redimidos. El tema de Pablo en esta epstola es Cristo. Menciona la eleccin soberana de Dios, con el fin de respaldar el tremendo amor y el propsito inmutable de Dios que est detrs de la obra de Cristo por nosotros y dentro de nosotros.

En los dos captulos siguientes, Pablo sigue con una descripcin de la forma en que Cristo nos ha redimido y ha edificado a su iglesia. Hasta antes de la venida de Cristo, el mundo estaba dividido entre judos y gentiles, en circuncisos e incircuncisos. Por medio de Cristo, "vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo" (2:13). La iglesia de Dios desde entonces se compone de judos y de gentiles, unidos por la obra del Seor Jesucristo.

El libro de Filipenses contiene un pasaje muy famoso sobre la humillacin de Cristo. Con el objeto de ensear a los hombres a ser humildes y obedientes, Pablo explica en forma breve pero clara la humildad de Cristo. Cristo estaba dispuesto a dejar su condicin divina en el cielo, para venir a hacerse un hombre. Por cuanto fue perfectamente obediente en esta su humillacin, Dios lo exalt y le dio "un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jess se doble toda rodilla de los que estn en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Seor, para gloria de Dios Padre" (2:9-11). Pablo nos recuerda en este pasaje, que Jesucristo no slo es nuestro divino Salvador, sino tambin nuestro ejemplo perfecto. Cuando dej la gloria del cielo para hacerse hombre tom nuestra naturaleza. Consecuentemente, l vino a ser el nico a quien podemos seguir, as como el nico en quien podemos creer.

En el primer captulo del libro de Colosenses hay una descripcin de las excelencias del Seor Jesucristo, en la que se demuestra que l es ms excelente que cualquier otra cosa creada. Pablo le describe como "la imagen del Dios invisible, el primognito de toda creacin" (1:15). Lo presenta como Aqul en que todas las cosas fueron creadas; como Aqul que est por encima de todas las cosas; y Aqul en quien subsisten todas las cosas. Como el punto culminante en su argumento, Pablo presenta a Cristo como la cabeza de la iglesia, en quien habita toda la plenitud del Padre. Todo esto lo acenta Pablo por causa de una hereja que haba surgido en Colosas, que negaba la autoridad suprema y la preeminencia de Cristo sobre todo. Haba los que insistan en dar gloria a los ngeles adems de honrar a Cristo. Queran exaltar a los ngeles a una posicin igual a la de Cristo, creando as una serie de escalones mediante los cuales el hombre podra acercarse a Dios. Enseaban tambin, que los cristianos tenan que evitar los asuntos del mundo hasta donde les fuera posible. Aadieron a los requisitos de Dios, requisitos propios. Pablo advirti a los colosenses de los peligros de ser "vanamente hinchados por su propia mente carnal" (2:18). Explica que estas reglas humanas que dicen, "no tocars" y "no bebers", aunque aparentan ser muy piadosas por exigir de nosotros humillacin personal y austeridad para el cuerpo, sin embargo la realidad es que no nos ayudan en la lucha contra el mal. El obedecerlas nicamente nos hace sentirnos orgullosos y satisfechos de nosotros mismos. Ninguna regla humana puede conducirnos a la verdadera santidad y a la comunin con Dios.

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Enseanzas Sobre la Vida Cristiana

Pablo aborda en estas epstolas muchos temas prcticos; pero hay en cada libro algunas cosas especficas que merecen nuestra atencin especial.

El captulo seis de Efesios es un pasaje sobresaliente. Pablo habla aqu de la armadura de un cristiano; nos recuerda que no podemos pelear en contra del pecado con nuestra propia fuerza, sino nicamente usando los medios que Dios nos ha dado. En verdad, este pasaje debera ser memorizado y perfectamente bien entendido.

El libro de Filipenses recalca el pensamiento del gozo cristiano. Repetidamente Pablo habla de cmo l se regocija, y cmo se regocijan los creyentes filipenses. Pablo ha aprendido a estar gozoso tanto en la adversidad como en la prosperidad; por lo tanto, exhorta a los filipenses a que hagan lo mismo. Dice Pablo, "Regocijaos en el Seor siempre. Otra vez os digo: Regocijaos" (4:4). As debamos ser, no porque no haya problemas en la vida, sino por causa de la presencia de Cristo. Pablo pudo decir, "he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situacin. S vivir humildemente y s tener abundancia; en todo y por todo estoy enseado, as para estar saciado como para tener hambre, as para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (4:11-13). Nada puede hacer disminuir el gozo que Pablo tiene en su maravilloso Seor.

El libro de Colosenses contiene aquel pasaje tan bello, en el que Pablo nos exhorta a buscar las cosas no de la tierra, sino las que estn arriba. Por cuanto hemos muerto juntamente con Cristo, y hemos resucitado con l, Pablo dice "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra" (3:2).

Hay pasajes tanto en Efesios como en Colosenses que hablan de las relaciones de familia, un tema que sin duda es de mucha importancia. En ambas cartas, Pablo dice a los nios que obedezcan a sus padres, y a los padres a que traten a sus hijos con bondad y con amor. Estos principios son buenos, no slo para la vida familiar; sino para los negocios, la iglesia, y para todo lugar en que los hombres trabajen juntos. Aquellos que estn en posiciones inferiores deben ser obedientes, y aquellos que ocupan posiciones de influencia deben ser bondadosos y amorosos.

El libro de Filemn es un ejemplo de la forma cristiana de vivir. Onsimo, el esclavo de Filemn, haba robado dinero y se haba escapado a Roma. Ah se encontr a Pablo, y se convirti. Pablo le dijo que volviera a Filemn, su antiguo amo, y le dio esta carta, para que Filemn le recibiese bien y le diese un trato bondadoso. En la epstola se manifiestan la justicia cristiana, y tambin el amor cristiano.

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