Sentencia Minera
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Mara julia
En Lima, a los 21 das del mes de setiembre de 2011, el Pleno del Tribunal Constitucional, integrado por los magistrados Mesa Ramrez, lvarez Miranda, Vergara Gotelli, Beaumont Callirgos, Eto Cruz y Urviola Hani, pronuncia la siguiente sentencia, con el voto singular del magistrado Vergara Gotelli y el fundamento de voto del magistrado Urviola Hani, que se agregan
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por la Sociedad Minera de Responsabilidad Ltda. Maria Julia contra la resolucin expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 136, su fecha 23 de julio de 2010, que declar improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 18 de diciembre de 2009, la recurrente interpone demanda de amparo contra el Tribunal Arbitral compuesto por el rbitro nico don Luis Humberto Arrese Orellana, a fin de que se declare la ineficacia del laudo arbitral de derecho contenido en la Resolucin del 22 de septiembre de 2009, recada en el Caso Arbitral N 1487-119-2008, as como su inscripcin registral dispuesta por el mismo laudo, y que se ordene que se retrotraiga el Caso Arbitral N 1487-11-2008 hasta antes de la expedicin del referido laudo. Alega la recurrente que se afecta sus derechos al debido proceso y a la tutela procesal efectiva.
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Segn la recurrente, el rbitro demandado no ha explicado o fundamentado debidamente por qu existe una incompatibilidad en la clusula Tercera del Contrato de Cesin Minera en cuanto al momento de inicio de la exploracin minera. Ms an, el laudo se fundamenta en la invocacin de normas impertinentes para la interpretacin de la clusula referida. Asimismo, la recurrente sostiene que el rbitro demandado no ha valorado debidamente los hechos y la prueba documentaria que obra en el expediente arbitral.
El Quinto Juzgado en lo Constitucional de Lima, mediante Resolucin de fecha 23 de diciembre de 2009, declara de plano improcedente la demanda interpuesta, por cuanto la recurrente no ha cumplido con agotar la va previa. A su turno, la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, confirma la apelada, pero considera adems, que la demanda es improcedente por la existencia del recurso de anulacin del laudo (segn la Duodcima Disposicin Complementaria del Decreto Legislativo N 1071, que norma el Arbitraje), que es va igualmente satisfactoria para la proteccin de la pretensin solicitada.
FUNDAMENTOS
Petitorio
1. Conforme se indica en la demanda, el presente proceso constitucional se dirige a restablecer las cosas al estado anterior a la vulneracin de los derechos constitucionales invocados por la recurrente como resultado del laudo arbitral de derecho emitido con fecha 22 de septiembre de 2009 dentro del Caso Arbitral N 1487-119-2008. Segn afirma la recurrente, dicha vulneracin se habra producido por existir una deficiente y contradictoria fundamentacin en el referido laudo.
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Consideracin preliminar
2. De manera preliminar a la dilucidacin de la presente controversia, este Colegiado considera pertinente referir que a la fecha, existe una buena cantidad de procesos en trmite en los que se viene cuestionando el proceder de la jurisdiccin arbitral de cara a lo establecido en la Constitucin. Consciente de la importancia del arbitraje dentro del orden constitucional, este Tribunal considera conveniente proceder a una reformulacin y/o consolidacin de los criterios establecidos en su jurisprudencia, con el objeto de dar una visin actualizada de lo que hoy en da representa para este Supremo Interprete de la Constitucin la institucin del arbitraje y la frmula de control constitucional aplicable a ste.
La evolucin del control constitucional sobre la justicia arbitral en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
3. La perspectiva de un control constitucional sobre las decisiones emitidas por la jurisdiccin arbitral no es desconocida ni mucho menos reciente para este Colegiado. La primera vez que esto se someti a discusin data del ao 1999, con motivo del proceso de amparo promovido por Pesquera Rodga S.A. contra los miembros de un Tribunal Arbitral y el Centro de Arbitraje y Conciliacin Comercial (CEARCO PERU) (STC 189-1999-AA/TC). En aquella oportunidad se dej claramente establecido que la posibilidad de cuestionarse por va del proceso constitucional un laudo arbitral, esto es, una resolucin expedida por un Tribunal Arbitral, no puede considerarse una opcin equivocada ni menos inconstitucional, habida cuenta de que si bajo determinadas circunstancias procede el proceso constitucional contra resoluciones provenientes tanto de la jurisdiccin ordinaria como contra resoluciones de la jurisdiccin militar () no existe razn alguna (tampoco y mucho menos legal, ya que se trata de derechos constitucionales) que impida el uso del proceso constitucional frente a la jurisdiccin arbitral () (fundamento 3).
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4. Aunque los criterios por entonces establecidos respondan directamente al estado de la jurisprudencia en relacin con el control constitucional de las decisiones judiciales (que, como se sabe, slo permita la defensa de derechos constitucionales estrictamente procesales), se acept la posibilidad de habilitar la opcin descrita, de una forma no menos restringida que la que ya se daba para otras manifestaciones de control.
5. Es pertinente precisar que por la misma poca el tema tambin fue abordado desde la perspectiva legislativa. En efecto, mediante Ley N 27053 publica da en el diario oficial El Peruano el 19 de enero de 1999, qued modificado el artculo 6, inciso 2), de la entonces vigente Ley de Habeas Corpus y Amparo (N 23506), estableciendo la improcedencia de las acciones de garanta Contra resolucin judicial o arbitral emanadas de proceso regular, lo que contrario sensu, y siguiendo la jurisprudencia existente en aquel momento, significaba que si el proceso (sea este judicial o arbitral) devena en irregular, quedaba habilitado el control constitucional.
6. Casos posteriores de cuestionamiento a decisiones arbitrales no se volveran a presentar durante un periodo relativamente largo. Es recin en el ao 2005 que el Pleno del Tribunal Constitucional, utilizara un proceso en el que colateralmente se discuta un arbitraje, para teorizar nuevamente sobre el tema, esta vez de un modo mucho ms detallado. Se trata de la sentencia recada en el proceso de habeas corpus promovido por Felipe Cantuarias Salaverry contra el Fiscal de la Trigsimo Octava Fiscala Provincial Penal de Lima (STC 6167-2005-PHC/TC). En esta Ejecutoria y al margen de las consideraciones tericas en ella desarrolladas y que abogan decididamente por el control constitucional de las decisiones arbitrales, se sentarn los siguientes criterios: a) El control judicial es siempre a posteriori y se ejerce a travs de los recursos de apelacin y anulacin de laudo previstos en la Ley General de Arbitraje (N 26572); b) El control constitucional se sujeta a lo establecido en el Cdigo Procesal Constitucional, precisndose que tratndose de materias de competencia del fuero arbitral, de conformidad con el artculo 5, numeral 4, del citado Cdigo, no proceden los procesos constitucionales cuando no se hayan agotado las vas previas; en ese sentido, si lo que se cuestiona es un laudo arbitral que verse
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sobre derechos de carcter disponible, de manera previa a la interposicin de un proceso constitucional, el presunto agraviado deber haber agotado los recursos que la Ley General de Arbitraje prev para impugnar dicho laudo; y c) En este contexto, el control constitucional jurisdiccional se desenvuelve a posteriori, cuando se vulnera el derecho a la tutela procesal efectiva o se advierte un incumplimiento, por parte de los propios rbitros, de la aplicacin de la jurisprudencia constitucional o los precedentes de observancia obligatoria, que los vinculan en atencin a los artculos VI, in fine, y VII del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Constitucional, respectivamente.
7. Tiempo despus y mediante la sentencia recada en el proceso de amparo promovido por Corporacin Meier S.A.C. y Persolar S.A.C. contra Aristocrat Technologies INC y Aristocrat International PTY Limited (STC 4972-2006-PA/TC), el Tribunal Constitucional volver a pronunciarse sobre el tema, reiterando algunos de los criterios establecidos hasta entonces a la par que ampliando algunos otros. El razonamiento, en esta ocasin, se sintetiza en tres extremos: a) El control constitucional de las decisiones emitidas por la jurisdiccin arbitral procede cuando sta vulnera o amenaza cualquiera de los aspectos que formal o materialmente integran la llamada tutela procesal efectiva, y siempre que se haya agotado la va previa; b) El control constitucional procede cuando la jurisdiccin arbitral ha sido impuesta compulsiva o unilateralmente; c) El control constitucional opera cuando a pesar de haberse aceptado voluntariamente la jurisdiccin arbitral, las materias sobre las que ha decidirse tienen carcter indisponible (derechos fundamentales, temas penales, etc.).
8. Ms recientemente el Tribunal Constitucional aborda de nuevo el tema y agrega algunos aspectos adicionales, mediante la sentencia recada en el proceso de amparo promovido por PROIME Contratistas Generales S.A. contra los miembros del Tribunal Arbitral del Colegio de Ingenieros del Per (STC 4195-2006-PA/TC). En dicho pronunciamiento, se habla hasta de cinco reglas en materia de control sobre la jurisdiccin arbitral. Conforme a stas: a) El amparo no proceder cuando se cuestione actuaciones previas a la expedicin del laudo, por lo que en tales supuestos habr que esperar la culminacin del proceso arbitral; b) Deber agotarse la va previa tras haber
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culminado el proceso arbitral, siempre y cuando sean pertinentes los recursos de apelacin o anulacin; c) El amparo no procede cuando se cuestione las interpretaciones del tribunal arbitral respecto a normas legales, a menos que de tales interpretaciones se desprenda una vulneracin manifiesta a la tutela procesal efectiva o al debido proceso; d) La valoracin y calificacin de los hechos y circunstancias sometidos a arbitraje son de exclusiva competencia de la jurisdiccin arbitral, a menos que en ello se advierta una manifiesta arbitrariedad, que pueda constatarse de la simple lectura de las piezas que se adjuntan al proceso, sin que sea necesaria una actividad probatoria adicional que no es posible en el proceso de amparo; e) Quien alega la violacin de un derecho constitucional que resulte de una arbitraria interpretacin de normas o hechos producidos en el trmite del arbitraje, deber acreditarlos de manera objetiva y especfica, precisando en qu ha consistido dicha irregularidad, as como el documento o pieza procesal en el que se constata dicha vulneracin.
9. Como puede apreciarse, el tratamiento del control constitucional respecto de las decisiones emitidas por la jurisdiccin arbitral no siempre ha sido el mismo y las reglas en su momento instituidas han ido no solamente variando con el curso del tiempo, sino que algunas han sido retocadas con distinta intensidad.
10. De acuerdo con el Artculo 138 de la Constitucin Poltica del Per: La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a travs de sus rganos jerrquicos con arreglo a la Constitucin y a las leyes. A su turno el artculo 139 inciso 1) de la misma norma fundamental, prev como un principio a la par que un derecho ante la funcin jurisdiccional, La unidad y exclusividad de la funcin jurisdiccional, quedando claramente establecido que No existe ni puede establecerse jurisdiccin alguna independiente, con excepcin de la militar y arbitral.
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11. A partir de lo establecido por la norma fundamental, el arbitraje no puede entenderse como un mecanismo que desplaza al Poder Judicial, ni tampoco como su sustitutorio, sino como una alternativa que complementa el sistema judicial puesta a disposicin de la sociedad para la solucin pacfica de las controversias. Y que constituye una necesidad, bsicamente para la solucin de conflictos patrimoniales de libre disposicin y, sobre todo para la resolucin para las controversias que se generen en la contratacin internacional (STC 6167-2005-PHC/TC, fundamento 10). Desde esta perspectiva,este Tribunal reconoce la jurisdiccin del arbitraje y su plena y absoluta competencia para conocer y resolver las controversias sometidas al fuero arbitral, sobre materias de carcter disponible (), con independencia jurisdiccional y, por tanto, sin intervencin de ninguna autoridad, administrativa o judicial ordinaria (STC 6167-2005PHC/TC, fundamento 14).
12. Sin embargo de la especial naturaleza del arbitraje, en tanto autonoma de la voluntad de las partes y, al mismo tiempo, de la independencia de la jurisdiccin arbitral, no supone en lo absoluto desvinculacin del esquema constitucional, ni mucho menos del cuadro de derechos y principios reconocidos por la Constitucin. Como ya ha sealado este Tribunal, la naturaleza de jurisdiccin independiente del arbitraje, no significa que establezca el ejercicio de sus atribuciones con inobservancia de los principios constitucionales que informan la actividad de todo rgano que administra justicia, tales como el de independencia e imparcialidad de la funcin jurisdiccional, as como los principios y derechos de la funcin jurisdiccional. En particular, en tanto jurisdiccin, no se encuentra exceptuada de observar directamente todas aquellas garantas que componen el derecho al debido proceso (STC 6167-2005-PHC/TC, fundamento 9).
13. Ello es as por cuanto la funcin jurisdiccional se sustenta y se debe a la norma fundamental, ms all de la especialidad sobre la que pueda versar o de la investidura de quienes la puedan ejercer. De este modo y aunque se dota a la Justicia arbitral de las adecuadas garantas de desenvolvimiento y se fomenta su absoluta observancia, la misma se encuentra inevitablemente condicionada a que su ejercicio se desarrolle en franco respeto al orden constitucional y a los derechos de la persona.
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El modelo de control constitucional sobre la jurisdiccin arbitral y la necesidad de reacomodarlo a lo previsto en el Cdigo Procesal Constitucional
14. Como se ha visto, han sido diversos los criterios que de una u otra manera, han venido perfilando las aspectos del control constitucional de la jurisdiccin arbitral. No obstante, considera este Colegiado que aun cuando buena parte de dichos criterios no han perdido su importancia, requieren ser acoplados de una manera mucho ms directa a lo expresamente previsto por el Cdigo Procesal Constitucional, en cuanto referente obligado de cualquier frmula procesal tendente a defender la Constitucin.
15. Es pertinente recordar que un cambio radical entre el modelo procesal actualmente vigente y el anterior, vino representado por el paso de un amparo alternativo a uno de carcter subsidiario o residual. Este cambio supuso la conversin del amparo en un instrumento procesal que habindose concebido en sus inicios como un mecanismo indiscutiblemente amplio y flexible en sus alcances, a partir de la vigencia del Cdigo Procesal Constitucional slo poda y deba ser usado, en casos de extrema urgencia o cuando las necesidades de tutela normalmente dispensables en la va judicial ordinaria no fueran suficientes para defender o tutelar los derechos constitucionales reclamados. Es ese el sentido del artculo 5 inciso 2) del Cdigo Procesal en materia constitucional.
16. En el modelo de control arbitral actualmente existente no parece, sin embargo, haberse reparado mayormente en dicho cambio, pese a existir elementos que conduciran a este propsito.
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17. En efecto, aun cuando uno de los criterios que actualmente existe es el de considerar que la procedencia del amparo arbitral se condiciona al agotamiento de las vas previas, no parece ser ese el razonamiento ms pertinente, ya que el ordenamiento ha considerado el proceso arbitral stricto sensu como aquel que opera slo y por ante la jurisdiccin arbitral. Que se haya previsto por mandato del Decreto Legislativo N 1071, que norma el Arbitraje, la posibilidad de un recurso de anulacin (como en la derogada Ley General de Arbitraje se establecieron los recursos de apelacin y de anulacin) como frmula a posteriori, no significa que tal mecanismo sea parte integrante del proceso arbitral. Se trata ms bien, por su propia finalidad as como por la configuracin judicial de la que se encuentra dotado, de una verdadera opcin procesal cuyo propsito, tcnicamente hablando, puede sustituir al amparo cuando de la defensa de derechos constitucionales se trate.
18. Este Colegiado estima que en tanto es posible que mediante el recurso de anulacin de laudo resulte procedente revertir los efectos del pronunciamiento arbitral en los casos en los que ste involucre la afectacin de derechos constitucionales, su naturaleza no es la de una va previa, es decir la de una instancia anterior al proceso constitucional, sino ms bien, la de una va procedimental igualmente satisfactoria, en los trminos a los que se refiere el Artculo 5 inciso 2) del Cdigo Procesal Constitucional. En tales circunstancias quien acuda al recurso de anulacin de laudo debe saber que lo que la instancia judicial decida ha de ser lo definitivo, sin que sea posible a posteriori acudir al proceso constitucional de amparo, ya que en este supuesto es de aplicacin el inciso 3 del artculo 5 del CPConst.
19. Que opere este cambio en la manera de concebir el recurso judicial de anulacin no significa que el amparo arbitral est condenado a su desaparicin. Simplemente se trata de reacomodarlo a su verdadera naturaleza que no es otra que la de un mecanismo
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corrector absolutamente excepcional, sujeto a supuestos excepcionales que esta sentencia sealar a continuacin.
20. De acuerdo con lo indicado lneas arriba y con la finalidad de establecer de modo claro y preciso los criterios a utilizarse en materia de amparo arbitral, este Supremo Intrprete de la Constitucin establece, con calidad de precedentes vinculantes, las siguientes reglas:
Improcedencia del amparo arbitral
a) El recurso de anulacin previsto en el Decreto Legislativo N 1071, que norma el arbitraje y, por razones de temporalidad, los recursos de apelacin y anulacin para aquellos procesos sujetos a la Ley General de Arbitraje (Ley N 26572) constituyen vas procedimentales especficas, igualmente satisfactorias para la proteccin de derechos constitucionales, que determinan la improcedencia del amparo de conformidad con el artculo 5, inciso 2), del Cdigo Procesal Constitucional, salvo las excepciones establecidas en la presente sentencia.
b) De conformidad con el inciso b) del artculo 63 del Decreto Legislativo N. 1071, no procede el amparo para la proteccin de derechos constitucionales an cuando stos constituyan parte del debido proceso o de la tutela procesal efectiva. La misma regla rige para los casos en que sea de aplicacin la antigua Ley General de Arbitraje, Ley N. 26572.
c) Es improcedente el amparo para cuestionar la falta de convenio arbitral. En tales casos la va idnea que corresponde es el recurso de anulacin, de conformidad con el inciso a) del artculo 63 del Decreto Legislativo N. 1071; o el recurso de apelacin
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y anulacin si correspondiera la aplicacin del inciso 1 del artculo 65 e inciso 1 del artculo 73 de la Ley N. 26572, respectivamente.
d) Cuando a pesar de haberse aceptado voluntariamente la jurisdiccin arbitral, las materias sobre las que ha de decidirse tienen que ver con derechos fundamentales de carcter indisponible o que no se encuentran sujetas a posibilidad de negociacin alguna, proceder el recurso de anulacin (Decreto Legislativo que norma el Arbitraje, artculo 63 *incisos e y f+) o los recursos de apelacin y anulacin (Ley General de Arbitraje, respectivamente, artculos 65 [inciso 1] y 73 [inciso 7]), siendo improcedente el amparo alegndose el mencionado motivo (artculo 5, inciso 2, del Cdigo Procesal Constitucional).
e) La interposicin del amparo que desconozca las reglas de procedencia establecidas en esta sentencia no suspende ni interrumpe los plazos previstos para demandar en proceso ordinario el cuestionamiento del laudo arbitral va recurso de anulacin y/o apelacin segn corresponda.
f) Contra lo resuelto por el Poder Judicial en materia de impugnacin de laudos arbitrales slo podr interponerse proceso de amparo contra resoluciones judiciales, conforme a las reglas del artculo 4 del Cdigo Procesal Constitucional y su desarrollo jurisprudencial.
21. No podr declararse la improcedencia del amparo arbitral por aplicacin del artculo 5 inciso 2) del Cdigo Procesal Constitucional, en los siguientes supuestos:
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a) Cuando se invoca la vulneracin directa o frontal de los precedentes vinculantes establecidos por el Tribunal Constitucional.
b) Cuando en el laudo arbitral se ha ejercido control difuso sobre una norma declarada constitucional por el Tribunal Constitucional o el Poder Judicial, segn corresponda, invocndose la contravencin al artculo VI del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Constitucional.
c) Cuando el amparo sea interpuesto por un tercero que no forma parte del convenio arbitral y se sustente en la afectacin directa y manifiesta de sus derechos constitucionales a consecuencia del laudo pronunciado en dicho arbitraje, salvo que dicho tercero est comprendido en el supuesto del artculo 14 del Decreto Legislativo N. 1071.
En el caso de los supuestos a) y b) del presente fundamento, ser necesario que quien se considere afectado haya previamente formulado un reclamo expreso ante el tribunal arbitral y que ste haya sido desestimado, constituyendo tal reclamo y su respuesta, expresa o implcita, el agotamiento de la va previa para la procedencia del amparo.
La sentencia que declare fundada la demanda de amparo por alguno de los supuestos indicados en el presente fundamento, puede llegar a declarar la nulidad del laudo o parte de l, ordenndose la emisin de uno nuevo que reemplace al anterior o a la parte anulada, bajo los criterios o parmetros sealados en la respectiva sentencia. En ningn caso el juez o el Tribunal Constitucional podr resolver el fondo de la controversia sometida a arbitraje.
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22. Lneas arriba hemos recordado que, conforme al artculo 139 inciso 1) de la Constitucin, el arbitraje es una jurisdiccin independiente del Poder Judicial o jurisdiccin comn, que se explica no como un mecanismo que desplaza al Poder Judicial, ni tampoco como su sustituto, sino como una alternativa que complementa el sistema judicial, puesta a disposicin de la sociedad para la solucin pacfica de las controversias, bsicamente de orden patrimonial de libre disposicin.
23. Esto no afecta el principio de unidad de la funcin jurisdiccional (que implica que el Estado, en conjunto, posea un sistema jurisdiccional unitario, en el que sus rganos tengan idnticas garantas, as como reglas bsicas de organizacin y funcionamiento), ya que , como ha sealado este Tribunal, de ello no se deduce que el Poder Judicial sea el
nico encargado de la funcin jurisdiccional (pues tal funcin se le ha encargado tambin al Tribunal Constitucional, al Jurado Nacional de Elecciones, a la jurisdiccin especializada en lo militar y, por extensin, al arbitraje), sino que no exista ningn rgano jurisdiccional que no posea las garantas propias de todo rgano jurisdiccional. Como se ha mencionado, la funcin jurisdiccional del Estado es una sola y debe ser ejercida con todas las garantas procesales establecidas por la Constitucin (STC 0004-2006-PI/TC, fundamento 10).
24. Siendo el arbitraje una jurisdiccin independiente, como expresamente seala la Constitucin, y debiendo toda jurisdiccin poseer las garantas de todo rgano jurisdiccional (como las del Poder Judicial), es consecuencia necesaria de ello que la garanta del control difuso de constitucionalidad, prevista en el segundo prrafo del artculo 138 de la Constitucin, pueda tambin ser ejercida por los rbitros en la jurisdiccin arbitral, pues el artculo 138 no puede ser objeto de una interpretacin constitucional restrictiva y literal, como exclusiva de la jurisdiccin ordinaria o
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constitucional; por el contrario, la susodicha disposicin constituciona l debe ser interpretada de conformidad con el principio de unidad de la Constitucin, considerando el artculo 51. (), ms an si ella misma (artculo 38.) impone a todos y no solo al Poder Judicial el deber de respetarla, cumplirla y defenderla (STC 3741-2004-AA/TC, fundamento 9).
25. Esto resulta ms evidente an si se tiene en cuenta que, conforme ya ha destacado este Tribunal, el proceso arbitral tiene una doble dimensin pues, aunque es
fundamentalmente subjetivo ya que su fin es proteger los intereses de las partes, tambin tiene una dimensin objetiva, definida por el respeto a la supremaca normativa de la Constitucin, dispuesta por el artculo 51 de la Carta Magna; ambas dimensiones, (subjetiva y objetiva) son interdependientes y es necesario modularlas en la norma legal y/o jurisprudencia (STC 6167-2005-PHC/TC, fundamento 11). En tal sentido, de presentarse en un proceso arbitral una incompatibilidad entre una norma constitucional y una norma legal, los rbitros deben preferir la primera.
26. No obstante, el ejercicio del control difuso de constitucionalidad en la jurisdiccin arbitral debe ser objeto, como se acaba de expresar, de modulacin por este Supremo Intrprete de la Constitucin, con el propsito de que cumpla debidamente su finalidad de garantizar la primaca de la Constitucin y evitar as cualquier desviacin en el uso de este control constitucional. Por ello, se instituye la siguiente regla:
El control difuso de la jurisdiccin arbitral se rige por las disposiciones del artculo VI del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Constitucional y la jurisprudencia vinculante dictada por este Tribunal Constitucional sobre el control difuso. Slo podr ejercerse el control difuso de constitucionalidad sobre una norma aplicable al caso de la que dependa la validez del laudo arbitral, siempre que no sea posible obtener de ella una interpretacin conforme a la
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Constitucin y adems, se verifique la existencia de un perjuicio claro y directo respecto al derecho de alguna de las partes.
Dilucidacin de la controversia
27. Como se ha visto con anterioridad, el objeto del presente proceso constitucional es reponer las cosas al estado anterior a la expedicin del laudo arbitral, supuesto vulnerador de los derechos constitucionales invocados por la recurrente.
28. De autos puede apreciarse que lo que la recurrente expresa en su demanda es su discrepancia con la interpretacin hecha por el rbitro demandado a la clusula Tercera del Contrato de Cesin Minera (a fojas 46 y 47) modificado por el Contrato de Cesin de Posicin Contractual, del 7 de diciembre de 2007 en cuanto la fecha en que Aurfera Huachn S.A.C. deba iniciar las actividades de exploracin minera. Alega tambin la recurrente su discrepancia con el laudo en cuanto a las normas aplicadas por el rbitro para la interpretacin del referido contrato y la valoracin realizada por ste a los hechos y la prueba documentaria que obra en el expediente arbitral, que definieron la cuestin de fondo discutida en el arbitraje.
29. En dicho contexto, el Tribunal Constitucional considera que los hechos propuestos por la recurrente no constituyen causal que amerite la revisin del laudo arbitral a travs del proceso de amparo; por ello la demanda debe ser desestimada.
Establecimiento de precedentes vinculantes
30. Habindose establecido en los fundamentos 20, 21 y 26 de la presente sentencia nuevas reglas en materia de amparo contra las decisiones emanadas de la jurisdiccin arbitral y
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sobre el ejercicio del control difuso de constitucional en dicha jurisdiccin, este Supremo Intrprete de la Constitucin, habida cuenta de la importancia de la materia involucrada, considera pertinente su reconocimiento a ttulo de precedentes vinculantes, de conformidad con el artculo VII del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Constitucional. 31. A partir del da siguiente de la publicacin de la presente sentencia en el diario oficial El Peruano, toda demanda que se encuentre en trmite y que no se ajuste al precedente vinculante establecido en la presente sentencia debe ser declarada improcedente. Por seguridad jurdica y en va excepcional las partes pueden en un plazo no mayor de 60 das hbiles interponer recurso de apelacin o anulacin, segn corresponda, en sede ordinaria.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Constitucin Poltica del Per
HA RESUELTO
2. Disponer que las reglas establecidas en los fundamentos 20, 21 y 26 de la presente sentencia constituyen precedentes vinculantes, conforme al artculo VII del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Constitucional.
Publquese y notifquese.
BEAUMONT CALLIRGOS
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1. La empresa demandante interpone demanda de amparo contra el Tribunal Arbitral compuesto por el rbitro nico don Luis Humberto Arrese Orellana, a fin de que se declare la ineficacia del laudo arbitral de derecho contenido en la Resolucin de fecha 22 de setiembre de 2009, recada en el caso arbitral N 1487-119-2008, as como su inscripcin registral dispuesta por el mismo laudo, debindose ordenar que se retrotraigan las cosas al estado anterior, esto es antes de la expedicin del referido laudo, puesto que se estn afectando los derecho al debido proceso y a la tutela procesal efectiva.
Refiere el recurrente que el rbitro demandado no ha explicado o fundamentado debidamente por qu existe una incompatibilidad en la clausula Tercera del Contrato de Cesin Minera en cuanto al momento del inicio de la exploracin minera. Ms an el laudo se fundamenta en la invocacin de normas impertinentes para la interpretacin de la clausula referida. Asimismo la recurrente sostiene que el rbitro demandado no ha valorado debidamente los hechos y la prueba documentaria que obra en el expediente arbitral.
2. El Quinto Juzgado en lo Constitucional de Lima declara la improcedencia liminar de la demanda considerando que la sociedad recurrente no ha cumplido con agotar la va previa. La Sala Superior revisora confirma la apelada considerando que la demanda es improcedente en atencin a que existe el recurso de anulacin de laudo, constituyendo dicha va la satisfactoria a efectos de la proteccin de la pretensin solicitada.
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3. Entonces tenemos que el tema de la alzada trata de un rechazo liminar de la demanda (ab initio), en las dos instancias (grados) precedentes, lo que significa que no hay proceso y por lo tanto no existe demandado (emplazado). Por ello cabe mencionar que si el Superior no est conforme con el auto venido en grado debe revocarlo para vincular a quien todava no es demandado puesto que no ha sido emplazado por notificacin expresa y formal requerida por la ley. Lo que se pone en conocimiento es el recurso interpuesto y no la demanda. Por esto es que el Tribunal Constitucional al intervenir como tribunal de alzada debe limitarse al auto de rechazo liminar.
4. Debo manifestar que al concedrsele al actor el recurso extraordinario de agravio constitucional, el principio de limitacin aplicable a toda la actividad recursiva le impone al Tribunal Constitucional (Tribunal de alzada) la limitacin de slo referirse al tema de la alzada, en este caso nada ms y nada menos que el auto de rechazo liminar.
5. Debo sealar que el artculo 47 del Cdigo Procesal Constitucional en su ltimo pargrafo precisa ciertamente que si la resolucin que declara la improcedencia (auto de rechazo liminar evacuado por el Juez al calificar la demanda) fuese apelada, el juez pondr en conocimiento del demandado el recurso interpuesto. Este mandato tiene un sustento en la ms elemental lgica: el recurso de apelacin concedido y notificado al que debera ser considerado demandado si la sala superior revoca el auto cuestionado, produce efectos para ambas partes.
6. Por cierto si el Superior revoca el auto venido en grado, para vincular a quien todava no es demandado puesto que no ha sido emplazado por notificacin expresa y formal por no existir proceso y no ser l, por tanto, demandado, tiene que ponrsele en su co nocimiento el recurso interpuesto y no la demanda, obviamente.
7. En atencin a lo sealado es materia de la alzada el pronunciamiento del Tribunal Constitucional respecto del rechazo liminar, estando en facultad slo para pronunciarse por la confirmatoria del auto recurrido o por la revocatoria de ste, y excepcionalmente en cuando se trate de casos que
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amerite un pronunciamiento de emergencia por tutela urgente del derecho se podra ingresar al fondo del asunto controvertido.
8. Considero pertinente la ocasin para manifestar mi opinin respecto a expresiones emitidas por mis colegas en otros casos, puesto que he observado que el sustento para justificar el ingreso al fondo de la controversia pese al rechazo liminar de la demanda es el artculo III del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Constitucional. Qu nos dice el citado artculo? Este artculo nos refiere que:
Los procesos constitucionales se desarrollan con arreglo a los principios de direccin judicial del proceso, gratuidad en la actuacin del demandante, economa, inmediacin y socializacin procesales.
El Juez y el Tribunal Constitucional tienen el deber de impulsar de oficio los procesos, salvo en los casos expresamente sealados en el presente Cdigo.
Asimismo, el Juez y el Tribunal Constitucional deben adecuar la exigencia de las formalidades previstas en este Cdigo al logro de los fines de los procesos constitucionales. (subrayado agregado)
9. Respecto a ello es pertinente sealar que la expresin del artculado que refiere que se deben adecuar las exigencias de las formalidades previstas en este Cdigo al logro de los fines de los procesos constitucionales no justifica de ninguna manera el ingreso al fondo, puesto que la defensa del demandado no puede asumirse de modo alguno como una formalidad. Digo esto por qu? El proceso ha sido concebido como aquella va a la cual pueden recurrir las partes a efectos de que se resuelva una controversia suscitada en la sociedad. Tal participacin de ambas partes requiere de la admisin de la pretensin por parte del juzgador a efectos de que admitida la demanda se notifique al presunto agresor a efectos de vincularlo no solo al proceso sino a la decisin. Ya con la participacin de ambas partes, stas se someten al proceso, pero no solo se
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someten a las reglas del proceso sino que se someten a la determinacin final del juzgador. Es decir la presencia de ambas partes no solo implica que el juez tenga la obligacin de resolver conforme a la Constitucin y las leyes la controversia sino que las partes respeten su decisin. He ah donde encuentra legitimidad la decisin del juzgador, puesto que no puede concebirse una decisin emitida en un proceso judicial, cuando no ser respeta ni cumplida por alguna de las partes. Por ello considero que la exigencia de la participacin de ambas partes en un proceso se encuentra vinculada al derecho a la tutela judicial efectiva, ya que no puede exigirse el cumplimiento de una decisin arribada en un proceso judicial a una persona que no ha tenido participacin en el citado proceso, lo que implica que tal decisin es ineficaz, ya que no generara consecuencias respecto de quien no particip.
10. Los procesos constitucionales tienen una especial importancia, puesto que su finalidad es la vigencia efectiva de los derechos fundamentales y el respeto por la Constitucin del Estado, teniendo por ello que determinarse al presunto agresor de un derecho fundamental. Por ende, por tal relevancia, es que afirmo que con mayor razn no puede soslayarse la intervencin de la persona a la que se le acusa de la violacin de un derecho fundamental, puesto que la determinacin a la que arribe este Colegiado necesariamente va exigir determinada accin de dicho emplazado. Pero Cmo puede exigirse la realizacin de un acto o el cese del mismo si no ha participado en el proceso?, es decir cmo puede exigirse el cumplimiento de una decisin que no es legtima para ambas partes?. La respuesta es obvia, no puede exigirse el cumplimiento de una decisin en la que una de las partes desconoce totalmente la pretensin, no teniendo legitimidad ni vinculacin alguna para la persona que no particip. Claro est existen casos en los que es evidente que el presunto demandado si bien no ha sido emplazado con la demanda conoce del conflicto, como por ejemplo casos en los que la discusin se ha visto administrativamente, en los que, considero, que el Tribunal puede ingresar al fondo, pero solo si se verifica una situacin especial en la que se advierta que la dilacin del proceso convierta la afectacin en irreparable.
11. Es precisamente por ello que el artculo III del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Constitucional ha permitido la omisin de algunas formalidades para lograr el objeto del proceso
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constitucional, pero no puede considerarse que la defensa del presunto emplazado es una formalidad sino una exigencia que legitima el propio proceso. Por ello considero que tal afirmacin no solo es impropia sino tambin quebranta el proceso en el cual se pretende la defensa de los derechos constitucionales, lo que puede interpretarse que por la defensa de un derecho fundamental puede afectarse otro, lo que es incorrecto.
12. Asimismo si se observa con atencin el artculo III del Ttulo Preliminar del referido cdigo, se puede apreciar que cuando expresa a que () el Juez y el Tribunal Constitucional deben adecuar la exigencia de las formalidades previstas en este Cdigo al logro de los fines de los procesos constitucionales, parte de la premisa de que existe un proceso abierto, en el que se puede ser flexibles con algunos actos procesales, denominados as precisamente porque ha existido admisin a trmite de la pretensin y por ende emplazamiento, razn por la que dicho argumento no puede ser utilizado errneamente para justificar la emisin de una sentencia cuando el objeto del recurso es el cuestionamiento de un auto de rechazo liminar. De asumir dicha posicin implicara aceptar que a este Colegiado le es indiferente si la pretensin ha sido admitida a trmite o no, puesto que con proceso o sin l, siempre se encontrar en la facultad de emitir un pronunciamiento de fondo, rompiendo toda racionalidad del proceso, convirtiendo al proceso constitucional en aquel proceso sin garantas, en el que se afectan los derechos del que debiera ser emplazado. Con esto advierto que bajo esa lgica el Tribunal podra incluso resolver una demanda de amparo en instancia nica, puesto que al ser indiferente para este Colegiado la existencia del proceso, no sera exigible la admisin a trmite la demanda y por ende la participacin del demandado, por lo que podra resolver directamente la pretensin planteada.
13. Tal posicin del Tribunal es para m inaceptable y intolerable, razn por la que en reiteradas oportunidades he manifestado mi rechazo ante una decisin emitida con la participacin de una de las partes, puesto que no se tiene en cuenta que al no haber participado el emplazado no se encuentra vinculado con la decisin, puesto que para l no tendr legitimidad.
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14. Algunos constitucionalistas han querido justificar el ingreso al fondo de la controversia con la denominada autonoma procesal del Tribunal Constitucional. Tal autonoma ha sido concebida para la defensa cabal de los derechos fundamentales, buscando dar flexibilidad a actos procesales que pudieran ser innecesarios para el objeto del proceso constitucional. Sin embargo tal autonoma no puede ser concebida por el Tribunal Constitucional como un instrumento para desnaturalizar el proceso, y mucho menos para que el Tribunal haga lo quiera, puesto que ello constituira que no existiran reglas previamente impuestas sino que stas se crearan en el camino, obligando a las partes a someterse a ellas, aunque stas sean arbitrarias.
15. En tal sentido teniendo a la vista ambas posiciones y revisados los autos encuentro que efectivamente la demanda fue rechazada liminarmente, observndose que la empresa demandada ni siquiera se ha apersonado al proceso. Por ello afirmo que la empresa demandada no ha tenido participacin alguna, razn por la que propiamente se le ha vedado su participacin dentro del proceso, sin que exista algn argumento excepcional que pudiera justificar la emisin de dicha decisin.
16. Pero no solo advierto ello en el proyecto en mayora, sino tambin que en un caso en el que no existe proceso ni demandado se estn imponiendo reglas respecto a la admisin del proceso de amparo arbitral. La verdad es que considero en este voto un doble atrevimiento del tribunal cuando primero ingresa al fondo para rechazar definitivamente la demanda por infundada con una sentencia sin proceso y en contra de un auto de rechazo liminar, y segundo imponerle reglas a un demandado que por falta de conocimiento no ha sido escuchado en su defensa, siendo este el primer vinculado ante esa laguna procesal que se cierra.
17. Asimismo respecto a la imposicin de dichas reglas debo manifestar que, conforme este Colegiado ha manifestado, no pueden existir islas exentas de control constitucional, razn por la que no considero admisible expresar tajantemente que no procede el amparo contra laudos arbitrales, puesto que puede darse el caso de una flagrante afectacin de un derecho fundamental dentro de un proceso arbitral, lo que obligara a este Tribunal a ingresar al fondo de la causa a
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efectos de sancionar el presunto acto lesivo. Por ende considero que si bien he expresado que existen casos presentados por personas jurdicas con fines de lucro que no tienen asidero en el proceso constitucional, vale decir tambin que existen casos excepcionales que ameritan intervencin por parte de este Colegiado, situacin que podra presentarse incluso en un proceso arbitral.
18. Siendo ello as corresponde verificar si en el caso de autos existe una situacin de urgencia que amerite la intervencin de este Colegiado, y como consecuencia de ello la admisin a trmite de la demanda de amparo propuesta. En tal sentido tenemos que en el presente caso se presenta una demanda que cuestiona la validez de un laudo arbitral, argumentando que el rbitro demandado no ha fundamentado debidamente su resolucin, puesto que existe una incompatibilidad en la clausula tercera del Contrato de Cesin Minera en cuanto al momento de inicio de la exploracin minera, agregando adems que el laudo cuestionado se fundamenta en la invocacin de normas impertinentes. Revisada los autos no encontramos una situacin singular o excepcional que amerite que este Colegiado intervenga en la presente causa, debindose tener presente adems que la normativa pertinente brinda al actor la posibilidad de acudir al proceso de anulacin de laudo, de manera que la sociedad recurrente debe acudir a l.
19. Por lo expuesto considero que el auto de rechazo liminar debe ser confirmado, correspondiendo la desestimatoria de la demanda por improcedente.
Por estas consideraciones mi voto es porque se CONFIRME el auto de rechazo liminar, y en consecuencia se declare la IMPROCEDENCIA de la demanda de amparo propuesta.
Sr.
VERGARA GOTELLI
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Con el debido respeto a mis colegas magistrados considero pertinente emitir el presente fundamento de voto:
1. De acuerdo con la Duodcima Disposicin Complementaria del Decreto Legislativo que norma el Arbitraje (Decreto Legislativo N 1071), publicado en el Diario Oficial El Peruano el 28 de junio de 2008: "Para efectos de lo dispuesto en el inciso 2 del artculo 5 del Cdigo Procesal Constitucional, se entiende que el recurso de anulacin del laudo es una va especifica e idnea para proteger cualquier derecho constitucional amenazado o vulnerado en el curso del arbitraje o en el laudo". 2. Esta Disposicin introduce un cambio radical en el modo de concebir el recurso de anulacin regulado en los artculos 62 a 66 del Decreto Legislativo N 1071. Es decir, para el Legislador (delegado, en este caso), el recurso de anulacin debe considerarse una va idnea e igualmente satisfactoria y no una va previa cuando se trata de cuestionar actos de la jurisdiccin arbitral. Y es que, desde mi punto de vista, el mal llamado "recurso" de anulacin constituye en realidad un autntico proceso judicial de impugnacin del laudo arbitral.
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3. El Tribunal Constitucional ha reiterado en su jurisprudencia que la primera lnea de defensa de los derechos fundamentales corresponde a los jueces ordinarios por cuanto tambin ellos estn vinculados directamente a la Constitucin. En ese sentido, en el proceso judicial de impugnacin de laudo arbitral, los jueces ordinarios deben verificar y garantizar que los derechos fundamentales se hayan respetado en el procedimiento del arbitraje y en el momento de dictar el laudo arbitral.
4. De este modo el Tribunal Constitucional no abdica de su funcin de defensa de los derechos fundamentales en el mbito arbitral, sino que, por el contrario, permite que los jueces ordinarios acten tambin como jueces constitucionales; esto ltimo en el sentido que estn obligados a impedir o reparar la lesin de dichos derechos. Ms an, a mi juicio, el Decreto Legislativo que norma el Arbitraje, a lo largo de su articulado, prev diversas formas de garantizar los derechos fundamentales, como es fcil advertir de una lectura y anlisis integral del mencionado Decreto Legislativo.
5. Y es que, desde el momento mismo en que se prev y se regula el "recurso" de anulacin, es evidente que quien participa en un procedimiento arbitral no renuncia a sus derechos fundamentales de justicia, en tanto tiene la posibilidad de recurrir a la va judicial a travs, precisamente, del proceso de impugnacin del laudo arbitral. La intervencin judicial, a travs de un control posterior del arbitraje, elimina cualquier posibilidad de considerar al arbitraje como una isla desvinculada de los derechos fundamentales.
6. El propio Decreto Legislativo N 1071 (artculo 3.4) precisa que "[n]inguna actuacin ni mandato fuera de las actuaciones arbitrales podr dejar sin efecto las decisiones del tribunal arbitral, a excepcin del control judicial posterior mediante el recurso de anulacin del laudo (...)". Es errneo, por tanto, sostener que el arbitraje est exento
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de control judicial y, de otro lado, que no estn vinculados a los derechos fundamentales de justicia esenciales en un Estado constitucional y democrtico.
7. Dentro de este contexto pareciera que la intervencin de la jurisdiccin constitucional queda excluida. Ello no es as. La resolucin judicial que pone fin a la impugnacin del laudo arbitral puede, como es evidente, a tenor del artculo 200 inciso 2 de la Constitucin, dar lugar a un proceso de amparo contra una resolucin judicial, siendo exigible los presupuestos procesales para cuestionar la constitucionalidad de una decisin judicial.
8. El control constitucional de la resolucin que resuelve el proceso de impugnacin del laudo arbitral es, en mi opinin, verdaderamente excepcional, tanto por las garantas que ofrece para los derechos fundamentales el Decreto Legislativo N 1071, como por la previsin del control judicial posterior a travs del "recurso" de anulacin. El verdadero problema se ubica, sin embargo, en determinar cundo debe proceder el amparo contra resolucin judicial que resuelve el "recurso" de anulacin. 9. Pueden plantearse, como es obvio, diversos modelos de control. Considero, por mi parte, que son tres las exigencias elementales que debe cumplir quien recurre al amparo contra una resolucin judicial emitida en el proceso de impugnacin de laudo arbitral, a saber: (1) agravio manifiesto, lo cual quiere decir que el juez constitucional, sin necesidad de realizar un anlisis minucioso y sin requerir mayor actuacin probatoria, se convenza de que existe la vulneracin de un derecho fundamental; (2) carga de la prueba, segn la cual la demostracin del agravio manifiesto corresponde ntegramente a quien alega tal agravio; (3) relevancia constitucional del petitorio, lo que quiere decir que el amparo contra la decisin judicial que resuelve el "recurso" de anulacin, no puede contener como pretensin la resolucin de la
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cuestin objeto de controversia en el arbitraje, la modificacin del laudo, la valoracin de pruebas o la apreciacin de los hechos, entre otros.
10. Dichas exigencias se justifican por lo sealado en el fundamento 8 del presente voto, que intrnsecamente contiene la siguiente regla: cuanto ms garantas procesales y materiales contenga una ley que regula un procedimiento especfico y, adems, prevea la intervencin del juez ordinario, la intervencin de la jurisdiccin constitucional debe ser ostensiblemente menor. Con ello, como ya he sealado, la intervencin de la jurisdiccin constitucional debe ser verdaderamente excepcional y slo en casos claros de violacin de derechos fundamentales.
11. En la medida que el procedimiento arbitral se fundamenta en la autonoma de la voluntad de las Partes, los derechos de justicia no se despliegan con la misma intensidad como s lo hacen en los procesos judiciales. Existe, pues, una presuncin de legitimidad de los actos y decisiones de los rbitros. As como las leyes y las resoluciones judiciales, tambin las decisiones de los rbitros se presumen constitucionales. La contravencin de los derechos fundamentales debe ser, por tanto, cumplidamente probada. 12. De otro lado, el reconocimiento del control difuso arbitral exige tambin resaltar que los tribunales arbitrales deben ejercer esta facultad con especial prudencia, a fin de no desnaturalizar el fundamento del arbitraje (el convenio arbitral). As como una excesiva judicializacin del arbitraje puede llevar a desconocer su carcter clere y alternativo de solucin de conflictos sustentado esencialmente en la autonoma de la voluntad, una desvinculacin absoluta de los derechos fundamentales es irrazonable en el actual Estado constitucional democrtico.
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13. Con todo, los rbitros no deben perder de vista que, en cierta forma y sentido, son tambin "jueces constitucionales", en tanto no es posible que realicen su labor de espaldas a la Constitucin.
S. URVIOLA HANI
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