Bob George - Cristianismo Clásico

Por cada cristiano
vibrante y realizado /
parece haber nueve que
"hcen todo como es

debido" pero todava se
sienten atascados en el
lodo, atados oliquidados.

Qu est faltando?

Como muchos cristianos, Bob George inici suvida cristiana
"enamorado" desuSalvador, para al cabo dealgunos aos
hallarse decepcionado e insatisfecho ensuandar cristiano.
I
Con el conocimiento obtenido desus propias luchas y aos de
ensear y aconsejar, Bob vadirectamente al grano al enfrentm; "I
la cuestin deporqu muchsimos cristianos comienzan como
creyentes entusiastas y terminan meramente "marcando el paso;'
enlavida cristiana. En suestilo prctico, Bob George nos
seala el camino deregreso al cristianismo autntico
-lo que Cristo tena enmente cuando nos libert.
Qu significa que Cristo viva enm?
\ Cmo puedo experimentar el gozo del Seor diariamente?
-Si soy una nueva criatura, por qu batallo todava
con el pecado? .
\
Cristianismo clsico ayudar al cristiano sinceramente
interesado a encontrar denuevo el camino dela
vida abundante y genuina.
La vida esdemasiado breve para que uno pierda
loque ella tiene devalor!
Producto498446
Categora: Vidacristiana
ISBN 1-56063-522-3
111111111111111111111111
9 781560 635222
BOBGEORGE
Publicado por
Editorial Unilit
Miami, Fl. U.S.A.
Derechos reservados
Primera edicin 1994
Copyright 1989 por Harvest House Publishers
Ttulo original en ingls:
Classic Christianuy
Todos los derechos reservados. Este libro o porciones no
puede ser reproducido sin el permiso escrito de los editores.
Traducido al castellano por: Eliseo Mejas
Edicin: Moiss Ramos
Citas Bblicas tomadas de la versin Reina Valera,
Revisin 1960 Sociedades Bblicas Unidas,
usada con permiso.
Impreso en Colombia
Producto 498446
lSBN-I-56063-522-3
Printed in Colombia
CONTENIDO
PREFACIO
INTRODUCCION
1. Ocupado e infructoso
2. La verdad acerca del error
3. El hombre vivo! La mitad descuidada del evangelio
4. Perdonado para ser llenado
5. Poniendo las piezas en su lugar
6. Hacia una autoestima adecuada
7. Amados y aceptados
8. El gran intercambio
9. El ministerio de condenacin
10. Libre del yugo de la esclavitud
11. Viviendo por una ley superior
12. Libertad en dependencia
13. Creciendo en gracia
CONCLUSION
Qu ha sucedido con lo genuino?
5
7
13
25
39
53
65
77
91
103
117
129
143
159
175
191
ex libris eltropical
PREFACIO
Hay pocas cosas tan aburridas como ser religioso, pero no
hay nada ms emocionante que ser cristiano.
La mayora de las personas nunca han descubierto la dife-
rencia entre lo uno y lo otro, de manera que algunos tratan
sinceramente de vivir una vida que no tienen, y sustituyen a
Dios con la religin, a Cristo con el cristianismo, y la energa,
gozo, y poder del Espritu Santo con sus propios esfuerzos.
Ante la ausencia de realidad, se aferran a lo ritual, obstina-
damente defienden lo ltimo en la ausencia de lo primero,
para no quedarse sin ninguno de los dos.
Estas personas son como una lmpara sin aceite, o como
un auto sin gasolina, plumas sin tinta, frustrados ante su
propia impotencia y la ausencia de todo lo que puede hacer
al hombre funcionar; ya que l fue diseado por Dios de tal
manera que la presencia del Creador es indispensable para la
humanidad. Cristo se dio a s mismo por nosotros! SU
presencia coloca a Dios en el hombre! El vino para que
tuviramos vida -la vida de Dios.
Por otro lado, existen otras personas que tienen una vida y
nunca la viven. Han llegado a Cristo y le han dado las gracias
nicamente por lo que El hizo, pero no viven con el poder que
Elles da. Entre el Jess que "fue" y el Jess que "ser" se
hallan en un vaco espiritual, tratando de vivir para Cristo una
vida que solamente El puede darles, perpetuamente mendi-
gando lo que ya tienen en El.
Es para aquellos que tratan de vivir una vida que no tienen,
y para las personas que tienen una vida que no viven, que Bob
5
PREFACIO
George escribe estas pginas, vvidamente ilustradas con sus
propias experiencias y las de aquellas personas a las cuales l
ha aconsejado. Aqu est la verdad que hace al hombre libre.
Este es un libro lleno de discernimiento espiritual, sentido
comn, y fcil lectura. Estoy convencido de que muchas
personas cansadas de correr en vano, encontrarn en estas
pginas al Seor Jesucristo, quien es la respuesta final para
sus necesidades.
Alcalde W. Jan Thomas
"Torchbearers of the
Capernwray Missionary Fellowship"
INTRODUCCION
La palabra "clsico" significa "excelente, normativo, auto-
ritativo, establecido". Entre las muchas connotaciones de la
palabra encontramos "tener un estilo equilibrado, formal,
objetivo, regular, sencillo".
Este libro es mi bsqueda del "cristianismo clsico". Ni
Dios, ni su Palabra han menguado en poder. La Palabra de
Dios no es menos viva y activa "como espada de dos filos"
(Hebreos 4: 12) ahora que en el primer siglo, cuando los
seguidores de Cristo revolucionaron el mundo. El problema
siempre ha radicado, y radica, en nosotros. Nuestra tendencia
humana es transformar lo que debiera ser una relacin perso-
nal dinmica con Cristo en mera religin. A menudo nos
alejamos de los elementos bsicos, del primer amor, y aun
sustituimos lo mejor por lo bueno. Me sucedi a m tambin.
Este libro trata del peregrinaje de un hombre para descubrir
de nuevo "lo autntico".
Con ese deseo ardiente, en realidad, no difiero de un
sinnmero de creyentes que a travs de los siglos han dejado
de ser famosos y luego olvidados. Procedentes de docenas de
distintas culturas, siempre han existido hijos de Dios que han
buscado la realidad de Cristo, y han estado dispuestos a
"[estimar] todas las cosas como prdida en vista del valor de
ganar a Cristo Jess como [su] Seor" (Filipenses 3:8). Pero
hay un costo que se debe pagar. Miles de creyentes a travs
de los siglos perdieron sus vidas por ser considerados una
amenaza. Otros sufrieron rechazos, destierros y fueron tilda-
dos de personas raras. Pero finalmente encontraron lo que
estaban buscando.
7
8 \ CRISTIANISMO CLASICO
A. W. Tozer una vez escribi acerca de los escollos de tratar
de ser diferente:
La literatura cristiana, para ser aceptada y aprobada por
los lderes evanglicos de nuestros tiempos, debe seguir
muy de cerca el mismo tren de pensamiento, cierta clase
de "lineamientos" de los cuales pocas veces hay que
apartarse. Casi medio siglo de esta actitud en Norteamri-
ca nos ha hecho farisaicos y satisfechos de nosotros mis-
mos. Nos imitamos el uno al otro con devocin
esclavizante, y en nuestros esfuerzos sobrehumanos deci-
mos la misma cosa que estn diciendo los que nos rodean.
Apesar de que l escribi estas lneas en 1948, las cosas no
han cambiado mucho. Todava se corren grandes riesgos al
retar a las personas a reconsiderar sus creencias y tradiciones.
Desde el inicio, yo deseo aclarar que mis creencias son
perfectamente ortodoxas y fundamentales en todas las doctri-
nas y en la fe. Nada en este libro atacar las bases fundamen-
tales de ser cristiano, la deidad de Cristo, su nacimiento
virginal, su humanidad, la autoridad de la Palabra de Dios, la
salvacinpor gracia por medio de la fe en Cristo, o la segunda
venida de Cristo en gloria.
Lo que s cuestionar son algunas conclusiones comunes y
populares, y las aplicaciones de estas verdades a la vida
diaria. Algunas de ellas han llegado a ser aceptadas mental-
mente como si fuesen la palabra de Dios. Tales afirmaciones
necesitan ser cuestionadas. Como cristianos tenemos siste-
mticamente cierta tendencia a hablar tcitamente de las
cosas espirituales cuando suponemos que todos entienden lo
que queremos decir. Puesto que estn familiarizados con esa
jerga, ellos asienten como si supieran de qu se trata. Lamen-
tablemente, creo que con ello estamos meramente cubriendo
serios malentendidos.
Permtame mencionarle un ejemplo. Cuando he estado
frente algunos grupos les he preguntado: Qu es lo primero
que les viene a la mente cuando digo la palabra "tronco"?
INTRODUCCION19
Responden: "El tronco de un rbol", "El trax", "EL origen
de una familia", "Algo trunco", y "Un conducto o canal
principal del que nacen otros secundarios". Este es exacta-
mente el problema con tanta enseanza y discusin en mbi-
tos cristianos. Repetimos las frases y frmulas trilladas, y
mientras no expongamos sus connotaciones, la unidad y
acuerdo se mantienen, aunque en apariencia. Pero cuando
alguien empieza a hacer preguntas serias, los problemas
comienzan.
Nuestro ministerio de consejera es semejante a un taller de
reparacin de automviles. Los mecnicos examinan toda
clase de autos que les llevan, y trabajan en ellos, y la capaci-
dad de ellos depende del conocimiento que tengan de distin-
tos modelos. En el proceso, aprenden las caractersticas
buenas o malas de determinadas marcas. Un buen mecnico
nos podra aconsejar, dicindonos: "Tenga cuidado con tal
marca de auto, la transmisin le va a causar problemas muy
pronto". O bien: "Tal compaa fabrica buenos automviles,
pero la pintura no tiene buen acabado". El mecnico, a
diferencia del vendedor de automviles, no tiene ningn
inters personal; por lo tanto, hace sus juicios basado en su
experiencia de haber trabajado con autos.
Al igual que el mecnico, yo no tengo inters particular
alguno en determinada denominacin. No estoy a favor ni en
contra de ninguna de ellas. Sin embargo, como consejero me
he visto obligado a formular preguntas incmodas a fin de
descubrir cualquier malentendido que haya lastimado a las
personas que he aconsejado. Usted no puede hablar de gene-
ralidades cuando est cara a cara con el aconsejado, cuya vida
est en conflicto y acude a usted en busca de respuestas.
Deseo aclarar que si el libro le toca donde le duele, la
intencin no est dirigida a las personas, sino hacia el error
que les est causando dao.
Por otro lado, la amplia perspectiva que se da del cuerpo
de Cristo en este libro nos presenta otro problema. Para los
humanos es muy difcil enfocar seriamente los malentendidos
y errores que ellos nunca han enfrentado personalmente. Al
mencionarlos en nuestra conversacin, algunos responden:
"Yo nunca he odo eso", o bien: "Yo nunca he credo de esa
manera, jams he escuchado semejante enseanza". A esta
clase de creyentes les digo: "Entonces, den gracias a Dios
por la buena enseanza que han recibido! Pero las enseanzas
a las cuales me refiero prevalecen en nuestro medio, y causan
mucha confusin e innumerables problemas en la vida de
muchos cristianos. De tal manera que si usted no ha encarado
esos errores, entonces no tiene de qu preocuparse.
Pero no se imagine que otras personas no piensan de esa
manera. En distintas ocasiones he hablado con muchos pas-
tores que han declarado: "i Los creyentes en mi iglesia no
tienen problemas con esos errores, ellos entienden la buena
doctrina!" Pero cuando se les hace preguntas ms especficas,
ms all de las frases trilladas, su conocimiento ha demostra-
do ser muy dbil. Una cosa es haber recibido buena ensean-
za, y otra totalmente distinta poseer entendimiento. A
cualquiera se le puede ensear a responder con las respuestas
correctas; semejante proceso es muy diferente de lo que es
aprender a pensar por s mismo. Hay una gran diferencia entre
conocer lo que la Biblia dice, y saber lo que la Biblia quiere
decir.
Este libro intenta presentar "todo el cuadro" para exhortar
y corregir ciertas debilidades que yo creo existen en el cuerpo
de Cristo hoy. Por lo tanto, no es un esfuerzo por presentar
cada verdad relacionada con la vida cristiana. Este libro no
est escrito para tomar al creyente desde su nacimiento hasta
la muerte. El propsito es, ms bien, promover un examen de
los fundamentos y premisas que las personas utilizan para
vivir diariamente. Hoy en da no hay material de enseanza
acerca de reas especficas que no est al alcance de los
cristianos. Como digo en el primer captulo, "con todos los
recursos a nuestra disposicin yo creo que nos hemos olvida-
do de cmo vivir, y hemos olvidado la verdadera fuente de
nuestra vida" -Cristo mismo-o Si nos hemos alejado de
INTRODUCCION / 11
nuestro primer amor -nuestra relacin personal con Cristo
mismo-, entonces todas nuestras aplicaciones producen so-
lamente lo que Dios llama madera, heno y hojarasca.
Hay muchas historias de consejera en el libro, tanto de
encuentros personales como de llamadas por telfono a nues-
tro programa radial. Todas las historias son verdaderas, y he
usado muchas citas de las discusiones. En la mayora de los
casos, he cambiado el nombre de las personas involucradas
para proteger su reputacin, pero son personas reales que
podra presentrselas a usted hoy en da.
Finalmente, me gustara dar reconocimiento a dos personas
a quienes Dios ha usado de una manera significativa en mi
vida mediante su amistad y enseanza. Doy gracias a Dios
por el doctor Bill Bright, que me dirigi a Cristo, y al alcalde
Ian Thomas, que me ense el profundo significado de "Cris-
to en vosotros, la esperanza de gloria" (Colosenses 1:27). Lo
que enseo hoy, es el producto de mi estudio personal de la
Biblia, adems de las contribuciones de stos, y muchas otras
personas del pueblo de Dios. El contenido de este libro es una
parte tan ma que, en muchos casos, no s de dnde tom una
ilustracin o frase para describir una verdad. Si inconsciente-
mente he citado de uno de estos hombres o de otras fuentes,
les pido que lo acepten como el ms sincero reconocimiento
que puedo ofrecerles.
El apstol Pablo escribi hace 1900 aos: "Pero temo que
como la serpiente con su astucia enga a Eva, vuestros
sentidos sean extraviados de la sincera fidelidad a Cristo"
(2 Corintios 11:3). Pablo nos advierte que tengamos cuidado
con la tendencia humana a desviarse o alejarse. Elcristianis-
mo clsico ha sido olvidado, enterrado y descubierto de
nuevo innumerables veces a travs de los siglos. Pero siempre
han existido individuos con un sincero deseo de conocer la
realidad de Dios. Esa clase de cristianismo ha florecido! La
profunda oracin de mi corazn es que Dios use este libro
como parte de su movimiento para llamar a las personas a
regresar al cristianismo clsico en nuestro tiempo.
1
Ocupado e infructuoso
Era lunes por la maana y me diriga hacia el centro de
Dallas; el trnsito en la autopista estaba congestionado. Tena
muchsimas cosas que hacer. Una vez ms mis ojos se nubla-
ron con las lgrimas. Por qu me senta tan miserable? Por
qu eran las lgrimas mi experiencia de casi cada da?
Lo que me dejaba perplejo de esta situacin, era que yo
estaba haciendo "todas las cosas correctamente" segn lo que
el mundo cristiano deca que yo deba hacer.
Estudiaba la Biblia, memorizaba pasajes de las Escrituras,
testificaba de Cristo a toda persona que encontraba, y oraba
constantemente. Mi dedicacin a la iglesia era total: asista al
servicio de la maana y al de la noche; el lunes visitaba, y el
mircoles estaba de nuevo en la iglesia. Participaba en mu-
chas reuniones. No haba nada ms que pudiese hacer en la
iglesia.
Pero eso era slo el principio. Dedicaba todo mi tiempo al
servicio de Dios. Enseaba en una universidad cristiana y
serva como pastor de evangelizacin en una de las iglesias
ms grandes de los Estados Unidos. Era el presidente de un
ministerio que yo haba fundado. Escriba guas de estudio
bblico y tena un programa radial diario de quince minutos,
adems de ensear seminarios en Dallas y por todo el pas.
Que si estaba ocupado? Debe usted creerlo!
Mi frustracin no tena nada que ver con los deseos de los
bienes del mundo, yo haba probado todo eso haca mucho
13
14/ CRISTIANISMO CLASICO
tiempo en el mundo de los negocios. Durante toda mi vida
hasta la edad de treinta y seis aos, trabaj arduamente para
llegar a ser millonario, y buscaba el significado y propsito
de la vida en las cosas. Pero esos esfuerzos no me dejaron
satisfecho. Ms tarde llegu a ser el dueo de un negocio, con
la idea de ser mi propio jefe. Pero eso no cambi nada. Me
relacion con ciertas celebridades de Hollywood, pero me di
cuenta de que ellos estaban tan vacos como yo.
Fue entonces, mediante una serie de eventos dramticos,
que me di cuenta de que Jesucristo haba muerto por nuestros
pecados y haba resucitado para que yo pudiese experimentar
el poder de la nueva vida en Dios. En esos momentos, di mi
vida a Cristo. Or: "Seor Jess, si t puedes cambiarme,
entra en mi vida y hazlo. Yo necesito ser cambiado".
j y Ello hizo! Por primera vez en mi vida, descubr lo que
era experimentar amor. Dios tom un matrimonio casi deshe-
cho y nos uni de nuevo. Disfrut por primera vez del gozo
de ser padre -antes, siempre haba estado ocupado-o Yano
tena el mismo deseo de alcanzar el xito a toda costa. Mi
preocupacin era darle a los dems el mejor mensaje conoci-
do por el hombre y presentarles a otros el mismo Seor Jess
que haba cambiado mi vida. Cada da se convirti en una
aventura emocionante. Nunca haba estado tan feliz.
Pero eso sucedi hace casi ocho aos. Qu pas? Mis
lgrimas eran abundantes al escudriar mi vida. Pens en las
palabras de un canto de Andrs Crouch: "Seor, llvame a los
das en que te conoc". Mi corazn gema delante de Dios al
cantar suavemente esas palabras.
Aquella situacin no tena sentido. Mi vida cristiana aos
atrs era vibrante, y emocionante. Ahora se pareca al trnsito
lento que me rodeaba. Qu ha pasado?
Hoy me doy cuenta de que mi experiencia no era nica. Al
conversar con cristianos en distintos lugares del pas, escuch
de ellos la misma pregunta: "Qu ha pasado?"
Muchos de ellos estn haciendo las "cosas correctamente",
como lo hice yo, pero todava se sienten como si estuviesen
OCUPADO E INFRUCTUOSO \ 15
corriendo en un callejn sin salida, en una rutina espiritual.
Se encuentran muy activos pero sin llegar a ningn lugar.
Van de seminario en seminario, escuchan distintos mensa-
jes en casetes, tratando de encontrar el eslabn perdido que
les permitir hacer funcionar su vida cristiana. Nuestra gene-
racin tiene ms recursos cristianos para aprender que cual-
quier generacin en la historia. Pero me pregunto: Estamos
mucho mejor? Es nuestra experiencia con Dios y su amor
ms profunda?
Estas preguntas me hacen recordar una observacin que me
hizo el alcalde Jan Thomas:
Si una persona no creyente entrara en una librera cris-
tiana, vera los estantes llenos de libros que pretenden
ensear el "cmo" de un sinnmero de cosas --cmo
hacer funcionar un negocio cristiano, cmo dirigir una
clase de ejercicios, hasta cmo preparar una cena cristia-
na-o Su respuesta sera: "Acaso ustedes los cristianos no
saben hacer nada?"
Estoy de acuerdo con l. Creo que nos hemos alejado de
las prioridades reales de Dios para nosotros. Con todos esos
recursos nos hemos olvidado de cmo vivir. Nos hemos
olvidado de que la vida cristiana es Cristo, no solamente un
cambio en el estilo de vida. Pero cuando nos desviamos de
Cristo como nuestra vida, no nos queda otra opcin que
sustuirlo con actividad y servicio ferviente. Creo que hemos
llegado al punto en que para ser miembro de una iglesia no
es necesario pasar un examen doctrinal sino fsico. Esta ha
llegado a ser la medida para que alguien asuma una posicin
de liderazgo.
Dios comenz a captar mi atencin en una ocasin que no
olvidar. Mac, un hombre de negocios como de setenta aos,
haba sido miembro de una iglesia durante muchos aos. Un
mircoles por la noche, al escuchar mi testimonio, se dio
cuenta de que nunca haba recibido al Seor Jesucristo como
su Salvador. Aunque l haba estado involucrado en muchas
actividades religiosas, no tena ni la menor idea de lo que
significaba ser cristiano.
Tras pasar varios das considerando el asunto y hacindo-
me preguntas, Mac hizo su decisin. En el servicio de la
noche, en la iglesia, decidi pasar al frente para hacer pblica
su decisin de fe en Cristo. Yo estaba al frente como conse-
jero, y muy conmovido al ver a este hombre recibir a Cristo
en una forma tan difana. Ambos tenamos lgrimas en los
ojos al estar frente al pastor.
"Bob, esto es tremendo", exclam el pastor. "Mac es uno
de los hombres de negocios ms brillantes de la ciudad. Es
acaudalado y talentoso, de modo que necesitamos ponerlo a
trabajar muy pronto".
Nunca olvidar a Mac, con sus ojos llenos de lgrimas, que
deca con voz temblorosa: "Pastor, yo no necesito un trabajo.
Yo necesito a Cristo".
Cuando escuch su respuesta, yo saba que l estaba ha-
blando con mucha sabidura, de la cual quizs ni se daba
cuenta. Yo pens: "Tal vez eso es lo que est mal en m'.
Pensaba de mi vida cristiana ms como un trabajo que como
una relacin.
Tambin he escuchado esa triste afirmacin de muchos
otros cristianos. Algunos experimentan una conversin ge-
nuina en el Seor Jesucristo que resulta en cambios inmedia-
tos. Pero parece que de ese punto en adelante no saben cmo
vivir. Obedecen todos los mandatos que otros creyentes les
dan, y comienzan a servir como en un callejn sin salida. No
tardarn mucho en descubrir que ninguna cantidad de servi-
cio -por muy sincero que sea- les har espirituales. En su
desesperacin doblan sus esfuerzos, pero al igual que uno que
se halla en arena movediza, parece que mientras ms tratan
de salir ms se hunden.
Otros caen cautivos del miedo y el sentimiento de culpa, y
por ello se malogra su crecimiento personal. Por ejemplo,
Mara me escribi acerca de sus experiencias:
Yo crec en una denominacin muy estricta en la cual
aprend a tenerle miedo a Dios. He asistido a muchas
iglesias desde que nac de nuevo, he hablado con muchos
pastores, consejeros, psiquiatras y psiclogos. Pero no fue
hasta que aprend acerca de la gracia de Dios y su perdn
total que llegu a sentirme liberada.... Ahora ya no cargo
el peso de mi pecado sobre mis espaldas, mirando sobre
mi hombro para ver si Dios est persiguindome con su
vara.
Me he dado cuenta de que la experiencia descrita por Mara
es la de muchos creyentes. Al igual que los nios de padres
dspotas, esos creyentes viven constantemente inquietos, te-
miendo sufrir la aplicacin de la vara de Dios. Consciente o
inconscientemente, viven bajo una lista de reglas. Cuando las
cumplen, se sienten "bien"; cuando pasan por alto una de
ellas se sienten "mal". Como resultado, muchos cristianos ,
viven en una terrible esclavitud, preocupados de si estn
obedeciendo o siguiendo las reglas y las actividades correctas
para complacer a Dios. Una carga opresiva de culpa llega a
ser su experiencia diaria normaL
No es muy difcil reconocer que estas personas sufren
mucho. Por fuera sonren, repiten frases muy comunes entre
los cristianos, y realizan distintas funciones en la iglesia. Pero
por dentro, saben que simplemente estn desempeando un
papel teatral. A ellos les gustara liberarse de toda carga.
Ansan compartir sus temores, dolores y dudas, pero no lo
hacen por miedo a ser condenados. De modo que sufren su
propia condenacin, con duda en el corazn de que Dios los
acepte.
Recientemente estaba enseando una serie de estudios
bblicos acerca del temor y la ansiedad. Le ped a los alumnos
que escribieran sus respuestas a la pregunta: "Aqu le tiene
usted miedo?" Entre las mltiples respuestas, algunas eran
muy tristes. Una persona describi su ansiedad como "el
miedo de no hacer lo correcto delante del Seor y continuar
181 CRISTIANISMO CLASICO
viviendo una mentira". Despus de muchos aos de ser
consejero personal, le puedo asegurar que esta persona no es
un caso nico.
Es esto, entonces, lo que Jess tena en mente al hablar de
la "vida abundante"? [No! Pero si los individuos nunca han
experimentado algo diferente, aceptarn sus ideas como nor-
males.
Un ejemplo vvido de la infancia de mi esposa viene a mi
memoria. Amy creci en Rusia (Ucrania) durante el hambre
de los aos treinta. Ella nunca tuvo un par de zapatos hasta
los ocho aos de edad. Un da le dieron un par de zapatos
usados que eran muy pequeos para sus pies. "Cmo te
quedan?", le pregunt su mam.
"Muy bien", exclam Amy, muy agradecida de tener un par
de zapatos. Durante mucho tiempo, la definicin de la palabra
"zapatos" para ella sera algo as: "Los zapatos son cosas que
causan dolor en los pies, pero nos permiten jugar en el fro".
El da lleg cuando finalmente se puso un par de zapatos
del tamao adecuado. Para su sorpresa, ya los zapatos no le
causaban ningn dolor. Se dio cuenta de que los zapatos
pueden ser hechos de acuerdo al tamao de los pies y stos
sentirse cmodos.
Yo creo que esta historia ilustra la vida de muchos cristia-
nos. Es obvio que saber que vamos al cielo cuando morimos
es mejor que la incertidumbre y el temor del juicio. Pero
hemos llegado a esperar tan poco de la vida cristiana aqu en
la tierra, que nos conformamos con ser "cristianos de segunda
clase".
Cuando escucha todo acerca de lo que debiera estar expe-
rimentando pero no sucede, usted se ve entre la espada y la
pared: o admite la verdad y se siente avergonzado, o trata de
aparentar que se siente muy bien.
Si usted ha estado en este dilema, yo tengo buenas noticias.
La vida cristiana en realidad no es asunto de perfeccionar su
habilidad teatral. Puede ser algo real! Conozco su dolor, ya
que yo tambin lo he sufrido. Pero en este libro voy a
compartir con usted las verdades que Dios ha usado en mi
vida para liberarme. Me tom varios aos aprender estas
cosas. Mucho de lo que s ahora, lo aprend de la manera ms
difcil -a travs de mis fracasos personales-o Pero esas
lecciones son a menudo las que tienen ms valor en el resto
de la vida.
Fue justamente ese mismo da en que me hallaba varado en
medio del trnsito, que Dios comenz a dirigirme a las
respuestas que yo estaba buscando. Record las palabras de
Jess: "Y conoceris la verdad, y la verdad os har libres"
(Juan 8:32). Se me ocurri que si "la verdad nos libera"
entonces lo opuesto es cierto tambin: "el error esclaviza".
Identificar este principio fue un punto culminante para m. La
verdad os har libres; el error esclaviza.
i Mi mente rpidamente identific el hecho de que yo no
estaba libre! Haba una razn: Estaba viviendo de acuerdo al
error y no a la verdad. Me hice la siguiente pregunta: "En
qu reas de mi vida cristiana he cado en el error?" Record
los primeros das de mi vida cristiana: yo estaba fresco y lleno
de entusiasmo. Luego compar esos das con mi experiencia
actual. En muchas reas exista un marcado contraste.
Algunos de los asuntos implicados eran tan fundamentales
como mi actitud hacia el estudio bblico. Cuando recib a
Cristo a la edad de treinta y seis aos, me enfrasqu en la
lectura de la Biblia. Durante muchos meses, mi esposa pens
que yo ya casi tena cara de "cuero negro". Siempre metido
en la Palabra. Pero con el tiempo, mi amor sincero por Cristo
lleg a oscurecerse con el incremento del conocimiento teo-
lgico.
En mi preocupacin con la Palabra de Dios (que ciertamen-
te es una buena forma de comenzar) pas por alto algo
importante. Jess nunca dijo que la Palabra nos hara libres;
es la verdad de la Palabra lo que nos har libres. Jess dijo:
"Si permaneciereis en mi Palabra ... conocieris la verdad, y
la verdad os har libres" (Juan 8:31-32). Y luego dijo: "Si el
Hijo os libertare, seris verdaderamente libres" (Juan 8:36).
20 I CRISTIANISMO CLASICO
Hacia adnde nos dirige la Palabra? Al Hijo!
Yo conoca la Palabra al derecho y al revs, pero el cono-
cimiento por s solo, no cambi mi condicin. En mi expe-
riencia, Jess se perdi en la Biblia. Yo'record cmo El se
refiri a los fariseos:
"Escudriad las Escrituras; porque a vosotros os parece
que en ellas tenis la vida eterna; y ellas son las que dan
testimonio de m; y no queris venir a m para que tengis
vida" (Juan 5:39-40).
Yo recuerdo una frase muy popular en reuniones evange-
lsticas. Era la respuesta a un comn comentario no cristiano:
"No me gusta la religin". La respuesta: "El cristianismo no
es una religin; sino una relacin con Dios por medio de su
Hijo Jesucristo". Esta frase es totalmente verdadera. Pero vi
con asombro que mientras yo continuaba citndola al hablar
con algn inconverso, en mi propia vida me haba alejado de
mi relacin con Dios y estaba practicando una religin.
Yo extraaba el gozo que experimentaba durante los dos
primeros aos de mi vida cristiana. A menudo me levantaba
a las cuatro de la maana -generalmente no soy de los que
suelen madrugar- a estudiar la Biblia y disfrutar momentos
ntimos con mi Padre celestial. Nadie me orden que lo
hiciera. Yodeseaba hacerlo.
Durante esos dos primeros aos de mi vida cristiana era un
gozo vivir. Por primera vez, estaba descubriendo lo que
significaba amar a mi familia. Compart mi fe con hombres
de negocios. Ense estudios bblicos. A pesar de que en
algunas de mis ventas tena hasta $20.000 de ganancia, me
emocionaba ms hablarles a los clientes acerca de Jess.
Qu contraste con mis frecuentes lgrimas cuando mane-
jaba en la autopista unos aos ms tarde. Qu haba sucedi-
do? Pareca que toda la emocin haba desaparecido despus
que vend mi negocio y me dediqu por entero a servir a Dios.
Era e;idente que mi corazn no estaba en los negocios;
ademas, qu podra darme ms gozo? Pens que ya haba
logrado lo mejor de mi vida -una vida dedicadaal ministerio.
Pero, de algn modo, yo nunca tena la tranquilidad que
haba esperado tener. Continuaba enseando estudios bbli-
cos, y compartiendo mi fe. Pero en lugar de hacerlo porque
as lo deseaba, ms bien me senta obligado. Alguien tambin
me record que deba celebrar mi devocional cada maana.
Tena que escribir el reporte que indicaba con cuntas perso-
nas haba hablado acerca de Cristo y cuntos estudios bbli-
cos haba dirigido. Mi gozo se esfum, y esas actividades
llegaron a ser mecnicas. Los momentos ntimos que pasaba
con el Seor temprano en la maana comenzaron a ser menos
frecuentes, y otras cosas comenzaron a demandar mi aten-
cin. Despus de haber guiado a Cristo a cientos de personas
como hombre de negocios, comenc a perder inters en
hablarles a otros acerca de Cristo. No me malentienda, toda-
va experimentaba una tremenda emocin cada vez que al-
guien reciba a Cristo. Pero cuando usted ha perdido el gozo
de la salvacin, y empieza a compartir a Cristo en un espritu
de deber, competencia o hbito, ya no existe entusiasmo que
lo estimule a seguir. Despus de todo, qu podra decirles?
"Hganse cristianos, y sintanse miserables como yo".
Pens en el reto que me llev a dedicar todo mi tiempo a
servir a Dios: "Ven y aydame a cambiar el mundo". Yo
respond con entusiasmo. Pero no creo que el mundo cambi
mucho.
Despus de dos aos de servicio en el sur de California, fui
enviado a DalIas para dirigir un gran campaa evangelstica
que abarcaba toda la ciudad. Durante tres aos me dediqu
por completo a esta causa -ayudar a cambiar la ciudad de
Dallas-, pero cuando termin la campaa, tuve que admitir
que Dallas en realidad no haba cambiado. Despus de bas-
tante evaluacin, decid que lo que en realidad se necesitaba
era una campaa para ayudar a cambiar la iglesia desde
adentro. Comenc a adiestrar lderes para que entrenaran a
otros en la iglesia local. Llegu a ser el director de v n g l i ~
zacin de una de las iglesias ms grandes. Pero pronto me di
22 f CRISTIANISMO CLASICO
cuenta de que tampoco poda cambiar la iglesia. Era algo
ridculo pensar en cambiar todo a mi alrededor cuando yo no
poda cambiar.
Haba otro error que me esclavizaba. Al pensar en ello
detenidamente, me di cuenta de que Cristo no me llam a
cambiarlo todo, sino a proclamar la verdad! Con razn me
senta frustrado. Estaba siguiendo una meta que Dios nunca
me haba dado. Al perseguir esa meta, perd totalmente el
gozo de conocerle a El. Lo que antes era una experiencia
genuina del amor de Dios, lleg a ser slo un aspecto externo.
Estaba totalmente comprometido con el plan de Dios, pero
me haba alejado del Dios del plan. Poda negarlo por un
momento, pero deseaba experimentar lo real sin ninguna
clase de mscara, y sin el aplauso de los cristianos.
Al final, me cans de esto. Yo deseaba experimentar de
nuevo el gozo de mi salvacin. Al salir de la autopista, y
aproximarme a mi oficina, le dije al Seor en oracin:
Seor, no me importa lo que me ense la organizacin
en la cual yo estaba, como tampoco lo que me ha enseado
la iglesia donde estoy ahora, o la denominacin a la cual
pertenezco. Yodeseo que t me ensees de nuevo. Deseo
conocer la verdad que t prometiste que me libertara.
Estoy cansado de escuchar a la gente. Ahora estoy dis-
puesto a escucharte.
Hoy, aos ms tarde, le puedo decir que Dios es ms real
de lo que aun so. Ahora yo disfruto de una libertad genuina
al entender quin soy en Cristo. Mi relacin con Dios es ahora
ms emocionante que cuando comenc en 1969. Irnicamen-
te, estoy ms ocupado que antes. Pero el trabajo del ministerio
ya no es una carga; es un gozo. Ya no estoy tratando de
cambiar el mundo o algo ms. Estoy contento permitindole
a Dios que me use para obtener los resultados que El desee.
En este libro vaya compartir con usted lo que he aprendido.
Si ha sentido alguna vez que su vida cristiana parece ms un
trabajo que una aventura; o si ha dicho alguna vez: "Tiene que
haber algo ms en la vida cristiana que lo que yo estoy
experimentando", o si no es un cristiano, pero es alguien que
busca y est confundido por todas las denominaciones y
grupos, que se pregunta si hay "algo real", le invito a que se
una conmigo en este viaje. Es el mismo viaje que yo realic
a travs de las Escrituras y de las experiencias reales de la
vida. Una jornada para descubrir no slo las palabras de la
Biblia, sino para descubrir la verdad de esas palabras. Ms
que todo, yo deseaba conocer totalmente la persona de Jesu-
cristo, que la Biblia revela. Le doy gracias a Dios con todo
mi corazn por haberme permitido encontrar lo que estaba
buscando --el retorno al cristianismo clsico-o Es mi ora-
cin, que tambin usted descubra "lo autntico".
Quizs ya usted conozca los pasajes que vamos a examinar,
hasta de memoria. Lo que espero y por lo cual oro es que
usted encuentre en este libro la verdad de estos versculos,
que le liberar. Yooro para que sus ojos se abran y as pueda
ver todos los regalos divinos que Dios ha decidido dar a todos
los que le aman.
2
La verdad acerca del error
Tres aos haban transcurrido desde que habl con Pedro.
El era un alcohlico a quien trat de aconsejar durante cierto
tiempo. Pero l no quera responsabilizarse de sus problemas,
y finalmente dej de verme. Para mi sorpresa, una noche me
llam por telfono.
No fue una conversacin muy amena que digamos. Me
pidi un favor que yo no poda hacerle, ante lo cual respondi
con una vulgaridad. Reaccionando con calma, le dije:
"Pedro, t ests usando esa clase de lenguaje para asustar-
me, pero no vas a lograrlo. En un tiempo, yo us esas palabras
probablemente ms que t".
"Le odio", respondi l.
"Pedro esa es tu decisin. Pero yo te amo".
Esa expresin le caus ms clera. No es nada divertido
odiar a alguien cuando la otra persona no nos odia. Finalmen-
te Pedro grit:
"Me las va a pagar" .
La llamada telefnica no me molest. Se lo cont a mi
esposa Arny y le manifest que lo triste era que Pedro no
quera reconocer la verdad y disfrutar de la libertad que Cristo
deseaba darle. Yaera tarde, de modo que nos fuimos a acostar.
Quince minutos despus de haber apagado las luces, escuch
que un auto paraba repentinamente frente a mi casa. Me
levant y mir por la ventana. La puerta del vehculo se abri
y un hombre con una mirada salvaje, despeinado y con un
25
cuchillo en la mano sali de l. i Era Pedro!
Sent el corazn en la boca. Le grit a mi esposa que se
metiera en el clset.
Rpidamente corr al cuarto de mi hijo, le orden que se
metiera debajo de la cama, y enseguida agarr un bate de
bisbol de su clset. Luego corr al cuarto de mi hija y
tambin le dije que se escondiera debajo de la cama. Me par
detrs de la puerta y esper. Poda escuchar mi corazn latir
aceleradamente con cada segundo que transcurra, y mis
odos atentos a cualquier sonido.
Por momentos me senta seguro, ya que la puerta estaba
cerrada con llave. De repente, escuch una fuerte patada en
la puerta, luego otra, y la puerta se abri de par en par. Aquel
hombre de noventa y dos kilogramos entr a la casa enfure-
cido. Pero, yo estaba esperndole. Con todas mis fuerzas, le
descargu un tremendo batazo en la cabeza. La sangre man-
ch la pared y se desplom. Pero no par, continu asestn-
dole golpes una y otra vez, hasta dejarle inconsciente.
Luego mir horrorizado lo que haba hecho. Corr hacia la
cocina y llam a la polica... Todo sucedi en una sola noche
-en mi mente- mientras descansaba en la cama.
La llamada telefnica de Pedro haba sucedido en realidad.
El resto de la historia era slo mi imaginacin al interpretar
sus palabras: "Me las va a pagar", y viviendo todas las
posibilidades que parecan muy reales. Pedro nunca vino a mi
casa. No haba por qu temer. Pero mi corazn lata fuerte-
mente, .sudaba y temblaba con enojo al pensar en cmo
defender a mi familia.
Yo experiment todas estas cosas debido a una razn fun-
damental: nuestras emociones no pueden distinguir entre
realidad y fantasa. Mis emociones no saban que no exista
un peligro real. Ellas simplemente respondieron a los mensa-
jes enviados por mi cerebro. Era como si los eventos descritos
estuvieran sucediendo realmente. Ese es el peligro del error.
Cualquier cosa que coloquemos en la mente afectar nuestras
emociones.
LA VERDAD ACERCA DEL ERROR \ 27
Nuestras emociones siempre siguen a nuestros pensamien-
tos. Reaccionan. Si no lo cree, vea una pelcula de terror. Hace
aos vi una pelcula de Alfred Hichtkok: "Psicpata". Re-
cuerdo que lo que vi en la pantalla me asust a lo sumo. Me
imagino que usted ha tenido la misma experiencia.
No es eso ridculo? No exista ninguna clase de peligro
real para m, era solamente una pelcula. Pero mis emociones
no lo saban. Ellas creyeron que todo era real. Yo estaba
respondiendo a los mensajes enviados a travs de mis ojos y
de mis odos. De esa manera hemos sido creados. Lo que el
hombre piensa, determina lo que sentir.
Nosotros no podemos controlar nuestras emociones, pero
s los pensamientos. Hay una frase que usan los programado-
res de computadoras que est representada por las iniciales
GIGO. Eso significa: "basura que se encuentra, basura que se
saca". Por supuesto, lo opuesto tambin es verdad. Los pen-
samientos realistas producirn emociones realistas. Por esa
razn la Biblia continuamente apela a nuestras mentes, y no
a nuestras emociones. Por ejemplo, Pablo escribi en Filipen-
ses 4:8: "Por lo dems, hermanos, todo lo que es verdadero,
todo lo honesto, todo los justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo
digno de alabanza, en esto pensad". Los pensamientos con
los que constantemente alimentamos nuestra mente determi-
narn nuestras emociones y deseos, los cuales, a su vez,
determinarn nuestras acciones.
El hombre es libre de colocar lo que desee en su mente. Sus
emociones respondern a esos pensamientos. Si estoy teme-
roso, es porque mis pensamientos estn relacionados con el
temor. Si estoy enojado, es porque tengo pensamientos de ira.
Por lo tanto, es absolutamente crucial que desarrollemos
pensamientos verdaderos y no errneos. Es aun ms esencial
que aprendamos a vivir como Cristo nos ense -un da a
la vez-o El revisar el pasado constantemente una vez que
hemos aprendido sus lecciones, no hace ms que revivir
antiguas emociones. Proyectamos hacia el futuro, de igual
modo, suscita emociones que pueden paralizarnos en el pre-
sente. A propsito, esa es la razn por la que muchas de las
camas en el hospital estn ocupadas; muchos pacientes con
problemas psquicos han perdido la habilidad de enfrentar el
presente debido al error de estar obsesionados con el pasado
o con el futuro.
Una de las mejores ilustraciones grficas del poder del
pensamiento errneo y cmo ste afecta las emociones es la
experiencia de Doreen. Rafael y Doreen haban sido amigos
de nuestra familia durante muchos aos. Ellos decan lo que
pensaban y estaban muy involucrados en la iglesia. Social-
mente permanecan muy activos en su comunidad. Sus hijos
ya estaban en la universidad o a punto de comenzar sus
carreras. Las apariencias indicaban que esta familia haba
logrado cierta comodidad financiera.
Pero todos sabemos que las apariencias engaan. Yo no
saba que tenan serios problemas, hasta que un da un amigo
mo y mdico me llam para decirme que Doreen haba
ingresado en el hospital Baylor y estaba en una posicin fetal.
No se haba lavado el pelo, ni baado, ni haba dormido
durante das. Era alimentada por va intravenosa, y se encon-
traba en tal grado de depresin, que los doctores la enviaron
a un psiquiatra.
El doctor me dijo que su esposo Rafael no deseaba que su
esposa recibiera tratamiento psiquitrico. Sin embargo, Ra-
fael me llam para ver si poda ir a hablar con Doreen.
"Francamente, no pienso que suceda algo bueno, pero tam-
poco va a daarle. Podras venir a hablar con ella". Natural-
mente, yo acced. Al dirigirme al centro mdico, lo hice con
la seguridad de lo que Jess quiso decir en Juan 8:31-32, "Si
vosotros permaneciereis en mi palabra, seris verdaderamen-
te mis discpulos; y conoceris la verdad, y la verdad os har
libres".
Evidentemente Doreen estaba esclavizada --en la posicin
fetal-, incapaz de alimentarse o asearse por s misma. Segn
Jess, la razn por la cual ella estaba en esa situacin era el
error. Mi trabajo era identificar el error y sacarlo a la luz de
la verdad de Dios.
En su cuarto del hospital, comenc por preguntarle qu le
estaba causando el problema: "Qu est sucediendo en tu
vida que provoca esta depresin" .
"Desde que mi hija anunci su compromiso para casarse,
no hemos tenido ms que problemas. Ese no es el hombre
para ella. Se lo he dicho muchas veces, pero ella no quiere
escucharme. Y entonces ..."
Doreen procedi a explicarme que su hija no quera una
boda grande, sino pequea. Ella deseaba la recepcin en un
club y no en la iglesia, y quera que se sirviera champn.
Doreen siempre imagin una gran boda en la iglesia para
Robin y, conforme a las creencias de su denominacin, no
quera champn en la recepcin.
"Ahora, despus de todos los problemas que hemos tenido,
Robin no desea ni siquiera una boda en la iglesia. Se ha ido
de la casa y se mud a Oldahoma donde vive su novio".
"Eso sera suficiente para volver loco a cualquiera", le dije
despus de escuchar todas sus quejas. "Vamos a analizar esto
punto por punto, comenzando por la boda. De quin es esta
boda? Tuya o de tu hija?"
"De Robin", contest ella.
"Muy bien, ahora Doreen, conoces al seor?"
"S".
"Entonces, quin vive en ti?"
"Cristo".
"Y tu hija, conoce ella a Cristo?"
"S".
"y su novio?"
"El tambin es cristiano".
"De modo que los tres son cristianos. Los tres tienen a
Cristo en su ser. Sin embargo, ustedes no se llevan bien. Eso
no tiene mucho sentido, no es cierto? Permteme preguntar-
te: Qu sucede con este joven, que ests tan preocupada? El
conoce al Seor y Robin le ama. Por qu ests tan enojada
con este muchacho que tu hija ha elegido? Doreen no contest
mi pregunta, pero comenz a hablar del champn. "Por qu
insisten en tener champn en la recepcin?"
"Si ellos desean tener "champagne" en la boda, por qu no
permitirles que lo hagan? Si t no ests de acuerdo, por tus
convicciones, entonces djales a ellos la decisin. Despus
de todo, es su boda".
"Pero las personas de la iglesia... ser un escndalo".
"De modo que ese es el problema. T ests ms interesada
en lo que los miembros de la iglesia van a pensar que en los
deseos de tu hija". Doreen retrocedi con mis palabras. Rpi-
damente, la presion aun ms. "Djame decirte esto, al da
siguiente de la boda, la gente de la iglesia no va a estar
pensando en nada, pero tu hija s, y mucho. Pensar que sus
padres no respetaron la clase de boda que ella deseaba tener.
Esas ideas perdurarn en su mente durante muchos aos.
Olvdate de las otras personas. Como he dicho en otras
ocasiones: 'Si te preocupa lo que otras personas piensan de
ti, jolvdalo! a ellos no les preocupa'. La mayora estarn
pensando acerca de s mismos. As es la gente".
"S, pero qu del respeto que mi hija me debe? Ella est
enojada conmigo. Ha sido irrespetuosa con su padre y con-
migo".
"Doreen, eso puede ser cierto. Pero esa es responsabilidad
de ella. T no puedes controlar cmo ella se comporta conti-
go. T slo puedes controlar cmo t te comportas con ella".
"S, pero... "
Nuestro dilogo continu durante cuatro horas. Por cada
objecin que ella haca, yo intentaba exponer el error e
identificar la verdad. Finalmente, llegamos al meollo del
asunto.
"Doreen, el hecho es que tanto t como Rafael han estado
actuando como personas que no conocen al Seor. Ests
paralizada de miedo, y ests llena de justicia propia, y amar-
gura, y sentimientos duros en tu corazn hacia tu hija. Lo que
en el fondo ests diciendo es: 'Robin, no me interesa lo que
t deseas hacer. T vas a tener la clase de boda que nosotros
deseamos que tengas, no la que t quieres'. Doreen, eso es
puro egosmo. Al hacer esto vas a perder a tu hija, y todos los
detalles del mundo acerca de esta boda, no son comparables
a lo que significa perder a tu hija".
Doreen se sec las lgrimas, yasinti.
"Mi recomendacin es que la llames por telfono ahora
mismo y le digas que la amas, y que si este es el hombre que
ella ha escogido, entonces es el que t tambin has escogido,
y que l formar parte de tu familia y ustedes lo amarn igual
que la aman a ella. Y si ella desea una boda pequea, que as
lo harn. Y si ella desea la recepcin en el club, as se har.
Es su da. Qu te parece?"
"S, creo que es lo correcto".
Me levant para irme y, al dirigirme a la puerta, Doreen ya
haba tomado el telfono. Al detenerme por un momento, le
escuch decir:
"Robin es mam. Te amo mucho. Disclpame por la mane-
ra en que me he comportado todos estos das. Hemos actuado
como personas que ni siquiera conocen al Seor... " Las
lgrimas corran por sus mejillas, y se reconciliaron.
Doreen colg el telfono y, mirndome, me habl:
"La ltima cosa que Robin dijo fue: 'Mam ir pronto a
verlos, a ti y a pap' ".
Ella estaba muy cansada despus de nuestra discusin, de
modo que me desped para que descansara. Esa noche el
doctor me llam a la casa y me dijo:
"Bob, qu hiciste con Doreen?" Al principio por el tono
de su voz, me pregunt si Doreen haba cometido suicidio o
haba regresado a su posicin fetaL De modo que le contest:
"Espero que nada, por qu?"
El me explic: "Cuando visitaba a los pacientes, Doreen
estaba levantada. Se haba baado y arreglado el pelo, y haba
cenado bien, y maana por la maana le dar de alta".
Cinco aos ms tarde, Doreen tiene una relacin muy
ntima con su hija y su yerno. Realizaron la boda que su hija
deseaba. Todo sali bien.
Porqu estaba Doreen en el hospital con problemas emo-
cionales tan serios? No se deba a la realidad. Ms bien, ella
se imaginaba cmo iban a ser las cosas, basada en sus ideas
preconcebidas, no en hechos verdaderos. Francamente ese es
el problema con la mayora de las personas que estn muy
deprimidas. Se encuentran atrapadas en un error, y ese error
las esclaviza psquica y emocionalmente. Cmo podemos,
entonces, discernir entre el error y la verdad? Podramos
comparar el problema con el de un banquero que sabe que la
moneda falsificada est circulando, y desea ensear a sus
empleados a distinguir entre el dinero verdadero y el falso. El
mtodo que l escoge no es enfocar su atencin en los billetes
falsos, sino que les ensea una y otra vez la moneda verdade-
ra, de modo que cuando un billete falso pase por sus manos
lo descubran inmediatamente.
De igual manera, los cristianos poseen una defensa contra
el error. Esta defensa consiste en estar familiarizados con la
verdad como Dios la ha revelado en las Escrituras; as cuando
se enfrentan con el error, le es fcil reconocerlo. Pero si los
cristianos no estn cimentados en la verdad, quedan vulnera-
bles al error.
La guerra entre la verdad y el error ha existido durante
miles de aos. Cuando Adn y Eva pecaron en el huerto de
Edn, no cometieron adulterio. Tampoco robaron o quebran-
taron uno de los Diez Mandamientos. Todo comenz cuando
creyeron una mentira en lugar de la verdad. Dios le dio a Adn
un solo decreto: que no comiera del rbol del bien y del mal.
En conformidad con esa nica ley, Adn reconocera que
Dios, y nicamente Dios, tena la facultad de determinar lo
que era bueno y lo que era malo. El da que Adn escogi
comer de ese rbol, lleg a ser como Dios en el sentido de que
l determin para s mismo qu era lo correcto y lo incorrecto,
y lo malo y lo bueno. Desde el da de la cada, el hombre ha
continuado diciendo: "Dios, yo s ms que t acerca de loque
es cierto o errado, bueno o malo. No te necesito para que me
digas la verdad. Yopuedo descubrida por m mismo". Este es
el error fundamental -la mentira en contra de la verdad.
La meta de Satans es, como era en el huerto de Edn,
convencernos de que la mentira -lo falso- es la verdad.
Podramos ilustrarlo imaginndonos que usted vive cerca de
un campo verde y apacible. Vamos a suponer que uno de sus
vecinos es su enemigo y usted no lo sabe. Elle odia, y dedica
todos sus esfuerzos para destruirle. Su enemigo sabe que ese
hermoso terreno est en venta, y que adems de su belleza
natural tiene petrleo. El no puede comprar el terreno, pero
como le odia tanto, est determinado a hacer lo imposible
para impedir que usted lo compre. Lo logra durante un
tiempo, pero un da, usted descubre ese terreno y lo compra.
Su enemigo, por supuesto, est furioso porque usted adqui-
ri esa propiedad, pero carece de poder para alterar ese hecho.
Sin embargo, su odio es tan obsesivo que decide hacer lo
imposible para que usted nunca sepa que en ese terreno hay
petrleo. Una estrategia que usa es mantenerle ocupado con
toda clase de actividades. El cree que si usted est siempre
ocupado, nunca se dar cuenta de que hay petrleo bajo sus
pies. Si eso no funciona, entonces l tratar de desviar su
atencin con toda clase de regulaciones para que usted no
haga nada productivo con la tierra. Con cualquier mtodo que
use, si tiene xito, l enemigo habr hecho casi tanto dao
como si hubiera impedido que usted comprara la propiedad.
Eso es lo que Satans trata de hacer con nosotros. Cuando
llegamos a ser hijos de Dios, y la verdad ha llegado a ser
nuestra, Satans ha perdido la batalla ms importante. Ahora,
su nica arma es tratar de llenar nuestras mentes con error,
para que nunca descubramos las riquezas que hemos hereda-
do como hijos del Dios viviente. As como sucedi con
Doreen, el temor es una de sus tcticas. ADoreen le atemori-
zaba el futuro. Ella haba olvidado que "no nos ha dado Dios
espritu de cobarda, sino de poder, de amor y de dominio
propio" (2 Timoteo 1:7). A Satans le sacaron las uas y los
dientes en la cruz. Todo lo que l puede hacer es rugir y
apretarnos con las encas. La nica manera en que puede
atacarnos es por medio de la falsedad, creando temores infun-
dados con la mentira.
El usa cualquier mtodo para impedir que experimentemos
plenamente las riquezas de Dios. Cualquier error, no importa
si es grande o pequeo, sirve a sus propsitos. El usa las
filosofas que estn en boga en el mundo, versculos bblicos
fuera de contexto, personalidades carismticas que "aparen-
tan" ser sinceras y estar en lo correcto. El no pasa por alto
ningn mtodo en su intento de engaar a los hijos de Dios.
Satans dice: Busca el xito a cualquier precio. Dios dice:
"Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia; y todas
las dems cosas os sern aadidas" (Mateo 6:33).
Satans dice: Busca las riquezas a cualquier costo. Dios
dice: "No os hagis tesoros en la tierra oo. sino haceos tesoros
en el cielo" (Mateo 6:19-20).
Satans dice: Empuja a los dems para ser el primero. Dios
dice: "Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s
mismo" (Mateo 16:24).
Satans dice: si t no te cuidas a ti mismo, nadie ms lo va
a hacer. Dios ayuda a los que se ayudan a s mismos. Dios
dice: "Nada hagis por contienda o vanagloria; antes bien con
humildad '" no mirando cada uno por lo suyo propio, sino
cada cual tambin por lo de los otros" (Filipenses 2:3-4).
Satans dice: Yono puedo ser feliz a no ser que est casado
(o a no ser que est soltero). Dios dice: "He aprendido a
contentarme cualquiera que sea mi situacin" (Filipenses
4:11).
Satans dice: Bebe, come, y algrate porque maana mori-
remos. Dios dice: "No slo de pan vivir el hombre, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4).
Satans dice: Si te hace sentir bien, hazlo. Dios dice: "No
se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42).
Satans dice: Todo es relativo. Dios dice: "Tu Palabra es
verdad" (Juan 17:17).
Podramos seguir, pero el punto es claro. Debemos usar la
Palabra de Dios como una plomada para examinar las filoso-
fas, premisas y sugerencias que enfrentamos cada da. Un
albail no puede construir una casa sin plomada, si trata de
construirla "a ojo", guindose slo por lo que a la vista parece
bien, resultar una casa mal alineada. Por lo tanto, necesita
una norma inviolable. No importa cmo l se sienta, o cmo
sea la apariencia de la casa a medida que progresa, si se atiene
a la plomada, lograr una casa derecha.
As es con la vida. Debemos ver la Palabra de Dios como
la plomada con la cual todo es medido. Una mentira no es otra
cosa que una mentira contra la verdad. Sin la plomada de la
Escritura, no tenemos manera de saber qu es la verdad y qu
es error.
Cuando se identifica el error, la nica manera de destruirlo
es con la verdad --de la misma manera que las tinieblas
desaparecen con la luz.
Existe una gran diferencia entre saber lo que dice con saber
lo que verdaderamente significa. Millones de cristianos saben
lo que la Biblia dice. Pero muchos no saben lo que significa,
porque eso slo puede ser revelado por el Espritu. El orgullo
del hombre se revela contra la idea de que l no puede
entender la verdad espiritual con sus propios esfuerzos, pero
la Biblia dice claramente:
"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espritu de Dios, porque para l son locura, y no las puede
entender, porque [las mismas] se han de discernir espiri-
tualmente" (l Corintios 2:14).
La razn es muy sencilla. No hay ninguna persona que
pueda leer el pensamiento de otra persona, y si no podemos
leer lo que otros seres humanos piensan, mucho menos po-
dremos saber lo que Dios est pensando. Primera Corintios
2: 11, nos recuerda:
"Porque quin de los hombres sabe las cosas del hom-
bre, sino el espritu del hombre que est en l. As tampoco
nadie conoci las cosas de Dios, sino el Espritu de Dios".
Cmo puede Dios ensearnos sus pensamientos? "Noso-
tros no hemos recibido el espritu del mundo, sino el Espritu
que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha
concedido" (l Corintios 2: 12). El hombre no necesita el
ministerio de la iluminacin del Espritu Santo para entender
la ley; la ley fue dada especficamente para el hombre natural.
Nosotros necesitamos el Espritu Santo para que abra nues-
tras mentes a las cosas relacionadas con las riquezas de Su
amor y Su gracia, cosas que Dios nos ha otorgado gratuita-
mente. Estas verdades se describen en 1 Corintios 2:9 de la
siguiente manera: "Cosas que ojo no vio, ni odo oy, ni han
subido en corazn de hombre, son las que Dios ha preparado
para los que le aman".
Para entender las cosas que Dios desea ensearnos acerca
de su gracia, debemos ser humildes y dejarnos ensear,
porque "Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humil-
des" (Santiago 4:6). De la manera que el sol derrite la cera y
endurece el barro, el mismo mensaje de la gracia de Dios
suaviza el corazn del humilde, pero endurece el corazn del
orgulloso. Este no recibe gracia. El ofrecimiento de la gracia
es ofensiva al de corazn orgulloso. Es por eso que una
persona inculta pero humilde, recibir un conocimiento de
Dios ms genuino e ntimo, que algn telogo educado y
arrogante.
Cuando nosotros humildemente permitimos que el Espritu
Santo nos ensee, sabremos la verdad. Pero cuando estamos
muy ocupados en tantas actividades espirituales que ya no
escuchamos 10 que el Espritu nos dice, entonces somos
candidatos a caer en el error. Ese era mi problema. Yoestaba
tan ocupado en actividades espirituales --cosas buenas-, '
que no me di cuenta hasta que el error inund mi mente.
Necesitaba estar tranquilo para escuchar al Espritu.
Necesitaba regresar a la Palabra de Dios con un corazn
abierto, y escuchar 10 que Dios deca.
Entonces descubr la libertad gloriosa que tenemos como
cristianos. Hemos sido libertados para disfrutar la vida en
toda su plenitud. Esa libertad nos proporciona los medios
para alcanzar 10 que deseamos: llegar a ser personas santas
con corazones dispuestos para Dios. Con nuestras propias
fuerzas, nunca 10 lograremos. Todos nuestros esfuerzos hu-
manos terminan en frustracin.
Pero hay un camino que lleva a la vida, ste se halla en la
obra de Jesucristo, que va de su crucifixin a su resurreccin.
Examinemos, pues, la obra de Cristo y sus profundas impli-
caciones para nuestras vidas hoy en da. Es mi oracin que en
esta jornada, usted tambin experimente la libertad en Cristo,
y comience a disfrutar de la herencia que es suya como hijo
de Dios.
3
[Hombre vivo!
La mitad descuidada
del Evangelio
Una noche, cuando estaba casi a punto de dormirme, son
el telfono. Era una vecina que, diculpndose por lo tarde que
era, me peda ayuda. Yo le pregunt:
"En qu te puedo ayudar, Susana?"
"Es Stan", contest ella en voz baja, "se ha emborrachado
otra vez. Por favor venga y hblele".
Me levant y pens qu le podra decir esa noche. Ya le
haba dicho todo lo que yo saba.
En los dos primeros aos de mi vida cristiana, me involucr
rpidamente en toda clase de ministerios, desde la evangeli-
zacin, hasta la enseanza y la consejera. Vi cmo Dios hizo
cosas maravillosas en las vidas de las personas, pero Stan
segua siendo un misterio para m. Tena sesenta y cinco aos
de edad, y haba sido alcohlico desde que estudiaba en la
universidad. Siempre estuvo dispuesto a escuchar acerca de
Jess y su mensaje de perdn de pecados y una nueva manera
de vivir. Stan aun pas al frente en una iglesia local para hacer
profesin de fe en Cristo. Pero nada pareca ocurrir en l. Era
como si algo estorbaba que el mensaje obrara en l. Continua-
ba bebiendo como antes, con todos sus degradantes resultados.
En esos das, tuve muchas experiencias tremendas al com-
partir el mensaje de salvacin con cientos de personas, y
39
pareca que en la mayora de ellas se operaba un
inmediato. Pero con Stan no saba qu esperar, slo
el mensaje de esperanza. Su esposa, por otro lado, habla sido
liberada de la bebida al recibir a Cristo. Era un gozo verla
crecer en su fe, y disfrutar de paz como nunca antes. Cmo
era posible que dos personas semejantes
contrastes al haber credo el rmsmo mensaje? Esta pregunta
me intrigaba mientras me diriga a la casa Stan. he
dudado del poder o de la verdad del Evangelio. Lo habla VISto
en mi propia vida y en la vida de aquellos que gui a Cristo.
Me pareca que era como entrar al cuarto, tratar enc.ender
la luz y que nada sucediera. Nunca se me ocumo decir que
no hubiera electricidad. El uso de ella durante dcadas es una
prueba fehaciente de su poder. De tal manera que si la no
se enciende, es probable que haya una mala conexin en
alguna parte. .
"Seor", or, "yo no s cul es el problema de Stan, m
dnde empezar. Si voy a ayudarle esta noche, pon palabras
en mi boca y dame direccin". Dios iba a contestar mi oracin
esa noche y mucho ms. Aos ms tarde, l me record esta
situacin para ayudarme a juntar todas las piezas de mi vida.
Hoy escucho casi cada noche a individuos en nuestro progra-
ma radial nacional, De Persona a Persona, mediante llama-
das telefnicas, describir la misma experiencia, y estoy
agradecido de que ahora s la respuesta que les liberar.
Esa noche toqu a la puerta sin tener la menor idea de lo
que iba a decir. Susana abri la puerta, me agradeci la visita
y me indic que pasara adelante. All estaba Stan, un espec-
tculo que quebrantaba el corazn en su condicin ebria, con
la familiar expresin vaca, movimientos tambaleantes, y el
hablar gangoso. Me sent a hablar con l, dependiendo total-
mente del Seor para que me guiara.
Durante largo rato cubrimos el mismo territorio que haba-
mos discutido antes, sin lograr ningn progreso. Repentina-
mente, sin premeditacin le hice una pregunta que nunca
haba hecho. Le dije:
HOMBRE VIVO! LA MITAD DESCUIDADA... \ 41
"Cuando creste en Cristo, en cul Jess colocaste tu
confianza?"
"Qu quieres decir?, me dijo con expresin de asombro.
"Tenas en mente a un hombre honorable llamado Jess
de Nazaret que vivi hace 2.000 aos en Palestina? El
hombre histrico que realiz milagros, hizo al ciego ver, y al
sordo or? El hombre que ense a las personas a amarse los
unos a los otros, y luego muri en la cruz? En otras palabras,
Stan, aceptaste a Jess el hombre, o a Jesucristo el Dios que
se hizo hombre y se levant de entre los muertos, aquel que
es Seor y est vivo hoy, y que ofrece venir y vivir dentro de
ti para darte de su propia vida?"
Los ojos de Stan parecan un poco ms claros al mirarme
intensamente. El contest:
"Yo recib al Jess que vivi hace 2.000 aos".
"Entonces, la pregunta que te debes hacer esta noche es si
ests dispuesto a colocar toda tu confianza en Jess el Dios.
No slo aceptar que hubo un buen hombre el cual t deseas
imitar, sino aceptar el hecho de que El es el mismo Seor que
est vivo hoy y desea vivir en ti. Ests dispuesto a arrodi-
llarte conmigo ahora mismo, y aceptar al Cristo vivo, que
tiene poder para cambiar tu vida desde adentro? Stan inme-
diatamente respondi que s. Nos arrodillamos, y l, medio
ebrio, confi en el Cristo viviente. i Vi su cara y not un
hombre nuevo! Despus de cuarenta aos de alcoholismo,
Stan haba sido liberado de su dependencia esa noche. No
estoy diciendo que todos sus problemas terminaron instant-
neamente. Su vicio le haba costado su trabajo. Pero en medio
de las pruebas y tribulaciones, que seran suficientes para
desanimar a cualquiera, Stan continu confiando en Dios.
Pens en l a menudo, y en un viaje que hice a California me
llam para reunimos.
Me maravill al notar el poder divino de sanidad, al ver a
este hombre de setenta aos parado delante de m, derecho y
alto, comparado con el recuerdo del hombre quebrantado y
derrotado que conoc slo cinco aos antes.
La historia de este hombre es un ejemplo inolvidable de la
gracia y poder de Jesucristo, quien no slo le restaur espiri-
tualmente, sino que le capacit para llegar a ser el dueo de
un negocio prspero. Fue un verdadero milagro: la transfor-
macin de un hombre inseguro, temeroso y enojado y que
escapaba de la realidad en este hombre firme, apacible, feliz,
y de visin clara. Anteriormente era una carga para sus seres
queridos, ahora Stan era un esposo consecuente, amante y
dedicado a servir a los dems debido a su amor por Dios.
Pero haba otro aspecto de esta historia que me era difcil
de entender, una llave de alguna cerradura que yo no poda
identificar. Cinco aos antes de esa noche, aprend una lec-
cin en comunicacin. El arte de la comunicacin no es slo
lo que usted quiere decir; sino lo que la otra persona escucha.
Aunque Stan haba aprendido a hablar el lenguaje cristiano,
en realidad no haba escuchado el verdadero evangelio. El
mensaje que haba odo era algo as: Ser cristiano significaba
aceptar las enseanzas morales de un gran hombre que vivi
hace 2.000 aos, e imitarle. Cuando reconoc el error y lo
correg, l fue transformado. Pero no es fcil identificar ese
punto crtico. A menudo se debe probar de muchas maneras
hasta encontrar el error que es la piedra de tropiezo para el
entendimiento.
Unos aos ms tarde, al preguntarme qu pudo causar mis
lgrimas el da que iba por la autopista, me acord de Stan.
"Dnde ;toy perdiendo el mensaje?", me pregunt. "Dn-
de estoy fallando para no or lo que Dios dice?" Dios abri
mis ojos para ver la respuesta. En medio de esos das difciles,
en que corra de un lado a otro en el servicio a Dios, un
versculo comenz a golpear mi mente incesantemente. Era
Romanos 5: 10: "Porque si siendo enemigos, fuimos reconci-
liados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho ms, estando
reconciliados, seremos salvos por su vida".
Desde el da que recib a Cristo, Romanos haba sido uno
de mis libros de la Biblia favoritos. Lo le innumerables
veces. Pero este versculo adquira una nueva dimensin.
Qu tena que ver "vida" con todas las cosas?
Si usted me hubiese preguntado en los primeros diez aos
de mi vida cristiana cmo fui salvo, le habra contestado: "Por
medio de la muerte de Jesucristo en la cruz". He escuchado
las mismas palabras dichas por la mayora de los cristianos
que he conocido. Pregnteles: "Qu significa ser salvo?" Y
en casi todos los casos, escuchar algo como: "Jess muri
por mis pecados, de modo que tengo un lugar en el cielo".
Pregnte1es: "Cul es el significado de la muerte de Cristo
en la cruz?" Ellos rpidamente contestan: "El muri para el
perdn de mis pecados". Pregunte: "Qu es lo significativo
de la resurreccin de Cristo?" Y, de acuerdo con mi experien-
cia, en la mayora de los casos obtendr en respuesta un
silencio sepulcral.
En algunas ocasiones, alguien dir que la resurreccin
demostr que El es el Hijo de Dios, y esto es parcialmente
correcto. Pero pregnteles: "Cmo se aplica la resurreccin
a nuestras vidas?" Y usted encontrar que pocas personas
parecen saberlo. Como cristianos a veces somos genios que
pasamos por alto lo ms obvio. Cul es la ms obvia impli-
cacin de la palabra resurreccin? [La restauracin de VIDA!
Tal vez usted ha tenido la experiencia de que alguien le
seale una palabra por primera vez. De repente comienza a
encontrar la palabra de nuevo cuando lee el peridico, en
conversaciones, en carteleras -parece que est detrs de
cada rbol-o La palabra siempre ha estado all, solamente
que usted no se haba percatado de ella. Esa fue mi experien-
cia con la palabra "vida" en la Biblia. Me pareca como si
Dios hubiera escrito de nuevo la Biblia. El Evangelio de Juan,
especialmente, pareca estar repleto de la palabra "vida".
"Yohe venido para que tengan VIDA, y para que la tengan
en abundancia" (Juan 10:10). "El que oye mi palabra, y cree
al que me envi, tiene VIDA eterna; y no vendr a condena-
cin, mas ha pasado de muerte a VIDA" (Juan 5:24). Aun el
tan familiar Juan 3: 16 pareca nuevo: "Porque de tal manera
am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito, para
que todo aquel que en l cree, no se pierda mas tenga vida
eterna".
Cuando vi esto, surgieron varias otras preguntas en mi
mente. Jesucristo dijo que El vino para dar vida. Qu clase
de persona necesita vida? La respuesta es clara: Slo los que
estn muertos. Por ejemplo, Efesios 2: 1 dice: "Y El os dio
vida cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados".
Antes, si alguien me preguntaba cul es el problema de la
humanidad, yo siempre discuta acerca del pecado y la nece-
sidad del perdn de Dios. Por cierto, esto es verdad, pero
comenc a ver, por medio de las Escrituras que el problema
del hombre era mucho ms profundo. Desde el punto de vista
de Dios, el problema del hombre no es solamente que l es
un pecador con necesidad de perdn; su problema mayor es
que est muerto y necesita vida.
Pensando de nuevo en Stan, si hay algo que describe la
transformacin que vi en l fue precisamente esto. El no
necesitaba ms sinceridad, siempre haba sido sincero. No
necesitaba ms fuerza de voluntad. El haba tratado de cam-
biar con la misma determinacin que he visto en cualquier
hombre. El no necesitaba estar ms convencido de sus peca-
dos, Stan se odiaba a s mismo por lo que haba llegado a ser
a causa del alcohol. Lo que le haca falta a Stan, lo que Dios
le haba dado la noche que Sue me llam para que fuera a su
casa, era VIDA. Con razn nada le haba ayudado. Pero una
vez que Stan fue levantado a la vida, todo.cambi. Lo que vi
en l fue la diferencia entre un hombre vivo y uno muerto.
Este concepto me oblig a revisar mi entendimiento de
toda la Biblia, comenzando desde Gnesis con la creacin del
hombre.
En Gnesis 1:27 se nos dice: "Y cre Dios al hombre a su
imagen, a imagen de Dios lo cre; varn y hembra los cre".
Este era un versculo muy familiar para m, como lo es para
muchos cristianos, pero nunca me haba detenido a pensar en
su significado. La Biblia ensea que Dios es espritu, sin
cuerpo, o forma fsica. Por lo tanto, este versculo no puede
estar diciendo que nosotros nos parecemos a Dios.
Existen otras formas de vida que Dios cre. El reino
animal, por ejemplo, posee lo que la Biblia llama alma -una
vida consciente expresada por medio de la mente, las emo-
ciones y la voluntad. Qu hace al hombre diferente del
animal? Qu pudiera significar que el hombre fue creado a
imagen de Dios? Hall la respuesta en el aspecto espiritual
del hombre. El espritu humano es la parte del hombre que le
capacita para relacionarse con Dios y conocerle, y es la fuente
de sus impulsos internos para el amor, la aceptacin, el
significado y el propsito en la vida. El espritu del hombre
fue creado para tener eempeensme con el Espritu de Dios,
y originalmente fue el medio por el cual l disfrut de perfecta
comunin con Dios.
La existencia del espritu humano explica la diferencia
entre el hombre y el reino animal. Por ejemplo, tomemos un
perro. Qu hace al perro feliz? Dle un lugar para dormir,
comida yagua, y tal vez rascarle la espalda, y l se siente
satisfecho. Ha visto usted al perro con una mirada pensativa
preguntarse: "Por qu estoy aqu?, qu significa todo
esto?"? Lo ha visto deprimido, echar su hueso a un lado y
quejarse: "Tiene que haber algo ms en la vida"? Por supuesto
que no. Pero no hay nada ms humano que hacerse estas
preguntas. Porque tenemos cuerpos fsicos con necesidades
fsicas, existen ciertas similitudes, pero en algn momento en
su vida todo ser humano comienza a preguntarse: "Quin
soy? Porqu estoy aqu? Cul es el propsito de mi vida?"
Esto es obra del espritu humano.
Dios dese que su relacin con el hombre fuese de amor,
recibido y expresado para El por medio de lafe. Por lo tanto,
a diferencia del reino animal, que es dominado por un meca-
nismo interno llamado "instinto", al hombre se le tuvo que
dar el libre albedro, ya que el amor es posible solamente
cuando el hombre es libre para escoger.
Por medio de esta relacin libre -Dios y el hombre unidos
en vida espiritual-, Dios tena acceso al alma de Adn (al
instruir su mente, controlar sus emociones, y dirigir su volun-
tad) y de esta manera influenciaba su conducta en su totali-
dad. Como resultado de esta relacin, cada pensamiento,
emocin, palabra y obra de Adn y Eva eran la representacin
perfecta del Dios que les cre. As, ambos cumplan el pro-
psito divino en sus vidas: caminar en una dependiente
relacin de amor con su Creador y, mediante aquella relacin,
ser una representacin visible y plena del Dios invisible.
Esto, finalmente, explicaba en qu consista ser creado "a
la imagen de Dios". No era una imagen fsica, tampoco la
mera inteligencia, pero s la manifestacin de cierta clase de
vida -la vida de Dios-. Ynaturalmente, ya que Adn y Eva
no eran dioses, esa vida en ellos, estaba determinada por su
libre decisin de permanecer en esa relacin dependiente.
Imagnese que alguna criatura espacial e inteligente venga
de otro planeta a visitar la tierra con el propsito de saber
cmo es Dios. Cmo se puede ver un Dios invisible? La
mejor explicacin que recibira es que "el hombre ha sido
creado a imagen y semejanza de Dios. Vaya y observe a Adn
y Eva, y usted ver cmo es Dios". Si lo hiciera, nuestra
criatura imaginaria regresara a su casa con un conocimiento
verdadero de la naturaleza y carcter de Dios despus de
haber observado al hombre, quien ha sido creado a su imagen.
Como la relacin de Adn y Eva estaba basada en el amor,
tuvo que haber un punto de decisin ene! cual ellos demos-
traran que su amor a Dios era expresado libremente. Ese era
el significado de la nica prohibicin divina: "Mas del rbol
de la ciencia del bien y del mal no comers; porque el da que
de l comieres, ciertamente morirs" (Gnesis 2: 17). Satans,
en la forma de una serpiente, tent a Eva, dicindole:
No moriris; sino que sabe Dios que el da que comis
de l sern abiertos vuestros ojos, y seris como Dios,
sabiendo el bien y el mal (Gnesis 3:4-5).
Esta historia ha sido presentada en tiras cmicas, y tan
ridiculizada a travs de los aos, que con razn perd su
significado real; pero ella explica las necesidades ms pro-
fundas del hombre hoy en da. El-srgnificadrr de la tentacin
presentada a Adn y Eva est en la frase de la serpiente "el
da que comis de l ... seris como Dios". Se les ofreci la
oportunidad (la mentira) de dejar a un lado su relacin de fe
y dependencia de Dios, y asumir un estado independiente
-llegar-a ser su propIO dios, completamente autosuficientes.
En efecto, lo que Satans estaba diciendo era: "No necesi-
tas a Dios para ser hombre. Sed vuestros propios dioses. No
necesitis que alguien os diga lo que est bien o est mal, y
podis comenzar ahora mismo a afirmar vuestra inde-
pendencia" .
Dios haba dicho: "El da que de l comieres, ciertamente
morirs". La Biblia nos dice que Adn vivi 930 aos. Adn
y Eva no murieron fsicamente ese da, pero al creer en la
mentira de Satans, y llamar a Dios mentiroso, ellos murieron
espiritualmente. Dios honr su libre albedro y les quit Su
vida, dejndoles espiritualmente muertos.
Amenudo usted escuchar a las personas decir: "Todos los
hombres han sido creados a imagen de Dios", pero pensemos
en esa frase detenidamente. Adn fue creado a la imagen de
Dios, pero en Gnesis 5: 1,3 se declara:
Este es el libro de las generaciones de Adn. El da en
que cre Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo....
y vivi Adn ciento treinta aos, y engendr un hijo a su
semejanza, conforme a su imagen, y llam su nombre Set.
Dos padres espiritualmente muertos no pueden pasar a
otras generaciones lo que ellos no poseen: vida espiritual. La
ley de la reproduccin es: "Cada criatura engendra una ~
jante" y desde esa ocasin tanto los hombres como las muje-
res han nacido con los resultados trgicos de la decisin de
Adn: muertos espiritualmente.
Para ver hasta dnde ha cado el hombre, imagnese lo que
la criatura espacial descubrira si visitase la tierra hoy. Todo
lo que observara de la conducta humana sera para l una
expresin de lo que es Dios. Qu descubrira acerca de Dios
si l le siguiera a usted durante un da?
Al pensar en estas cosas, pasajes bblicos que antes me eran
muy familiares, pero no emocionantes, comenzaron a gol-
pearme como martillazos. Nubes de confusin comenzaron a
despejarse de mi mente. Por ejemplo, considerando la muerte
espiritual de Adn entend por primera vez por qu el naci-
miento virginal de Cristo era significativo. Esa era la nica
manera en que El poda nacer en este mundo espiritualmente
vivo. Si El hubiera nacido naturalmente de dos padres cados
habra heredado su muerte espiritual y su naturaleza pecami-
nosa. El tena que nacer espiritualmente vivo porque slo as
tendra una vida que ofrecer por la nuestra.
La clave en la salvacin es vida y muerte. Finalmente las
piezas del rompecabezas estn en su lugar. Jesucristo, espiri-
tualmente vivo, dio su vida por nosotros. Para qu? Para
darnos su vida. Por qu necesitbamos vida? Porque estba-
mos muertos espiritualmente: "Estabais muertos en vuestros
delitos y pecados" (Efesios 2: 1).
Me di cuenta de que por aos yo haba funcionado bsica-
mente con la mitad del evangelio. Yo saba cunto necesitaba
el perdn de pecados que Cristo provey, y 10 agradeca
profundamente. Aunque el mensaje del perdn por medio de
la cruz quita nuestra culpa y nos da seguridad de nuestro
destino al morir, no nos provee el poder para vivir aqu y
ahora. Es a travs de la resurreccin de Cristo que todo
hombre, mujer, nio o nia en el globo terrqueo que se
acerca a El por la fe, recibe la vida por medio del Espritu
Santo. As es como vivimos! Por 10 tanto, Efesios 2:4-5 10
declara de la siguiente manera:
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor
con que nos am, aun estando nosotros muertos en peca-
dos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos).
Por medio de estas verdades, yo descubr la razn por la
cual el servicio a Dios me estaba matando. Yo ya conoca
acerca del Espritu Santo. Haba enseado acerca de su mi-
nisterio en nuestras vidas. Siempre le asoci con poder; poder
para testificar de Cristo, poder para ensear y poder para
servir. Yo pasaba por alto el aspecto ms importante -que
por medio de El, recib la vida misma de Dios.
En tanto yo asociara el ministerio del Espritu solamente
con el poder, el nfasis recaa en m. Esta era mi oracin:
"Dios, aydame en esta actividad". Dios quizs provea la
ayuda, pero era yo quien lo haca. Al hacerlo de esa manera,
no disfrutaba de gozo, y a la larga terminaba agotado. Final-
mente, aprend que Cristo no vino a "ayudarme" a servir a
Dios, sino para vivir en m. Estoy convencido de que muchos
cristianos estn frustrados con sus vidas a causa de este error.
Por esa razn el apstol Pablo escribi:
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo
yo, mas vive Cristo en m, y lo que ahora vivo en la carne,
10 vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am y se
entreg a s mismo por m (Glatas 2:20).
Al no aferrarnos a estas verdades, nuestro mundo cristiano
ha llegado a ser tan frentico en su actividad, que me hace
recordar esta bien conocida definicin de un fantico: "Una
persona que redobla sus esfuerzos despus de perder de vista
sus metas". Una y otra vez hemos visto individuos pasar al
frente a dedicar sus vidas al Seor. Dedican sus vidas una y
otra vez, pero nada cambia. En el fondo estn diciendo:
"Dios, esta vez va en serio. Lo har aunque hacerlo me mate".
A ellos yo les digo: "No se preocupen, as suceder". Lo s
por experiencia personal. Tenemos que enfrentar la realidad
de que no es difcil vivir la vida cristiana. Vivir la vida
cristiana es imposible. Solamente Cristo puede vivirla. Y esa
es la razn por la cual la nica esperanza es aprender que
Jesucristo no vino slo para sacar al hombre del infierno y
enviarlo al cielo; El sali del cielo para habitar en el hombre.
En los llamamientos evagelsticos se les dice a las perso-
nas que pasen al frente y reciban el perdn de pecados -y
all se detienen-o A menudo es todo el mensaje que hemos
odo: "Jess muri por nuestros pecados. Vengan y reciban el
perdn". Por lo tanto, el mensaje que se escucha es: "Confe
en Jess para ir al cielo cuando usted muera. Mientras tanto
esfurcese". Ellas lo intentan, pero fracasan.
No me malentiendan. Yo no estoy diciendo que una perso-
na tiene que entender todas estas cosas en detalle para ser
salvo. Sabemos que somos salvos al colocar nuestra confian-
za en Jesucristo. Pero como consecuencia de que no compar-
timos el mensaje en su totalidad, continuamos formando
personas que son cristianas pero que no tienen ni la menor
idea de cmo vivir la vida cristiana. Muchas otras personas
batallarn Ca veces durante aos) con la seguridad de la
salvacin, y experimentarn temor y terrible sentimiento de
culpa.
Yo he conversado con muchos de ellos, cinco o diez aos
despus de su conversin, en mi oficina de consejera o en mi
programa de radio. Algunos estn divorcindose, sus familias
destruidas, y hastiados y cansados de la vida; a menudo muy
enojados con Dios. A veces me han dicho: "Yo ya soy salvo,
recib a Cristo, pero mi vida no ha cambiado para nada. Yo
no tengo realidad alguna en mi vida cristiana".
Muchos de ellos, si no encuentran respuesta, responden a
grupos extremistas que enfatizan las experiencias "espiritua-
les" espectaculares. Es fcil criticar la naturaleza extrabblica
de estas enseanzas y pasar por alto la tragedia real de estos
individuos. Sus necesidades son genuinas y sus deseos since-
ros. La vida cristiana debiera ser milagrosa. Pero como ellos
no sa?en acerca de la vida que Cristo nos ha dado y cmo
expenmentarla, se sienten atrapados entre dos extremos: ya
una ortodoxia religiosa fra y muerta, o bien una experien-
CIa electrificante. Al darle a escoger, una persona realmente
hambrienta preferir dicha experiencia a la ortodoxia fra.
Otras personas terminan dejando su fe atrs, y posiblemente
se unen a otros grupos como los "Fundamentalistas annimos" .
Lo primero que he aprendido a hacer en eSOS casos es,
hacerles un examen sencillo sobre su entendimiento del
Evangelio. Invariablemente, me he dado cuenta de que ellos
han escuchado todo acerca de la muerte de Cristo en sufavor,
pero estn en la oscuridad acerca de la vida de Cristo en ellos.
Por lo tanto, han estado viviendo la vida cristiana en sus
propios esfuerzos, con el fracaso como resultado.
Luego encontramos la historia de Roberto. El no conoca a
Cristo, a de haber estado expuesto a mucha enseanza
cristiana. Asista a la iglesia regularmente. Escuchaba y escu-
chaba, pero tal parece que nunca entendi. A propsito, su
experiencia se pareca mucho a la de Stan. En el proceso. de
recontar sus fracasos, l dijo: "Muchas veces le he pedido
ayuda a Dios". .
Yo le respond: "Roberto, un hombre muerto no necesita
ayuda. j Un hombre muerto necesita,vid.a!" Me mir ojos
muy abiertos, y, asombrado, escucho mIentras. le exphcab.a,lo
que Dios me haba enseado acerca ?e1 de salvacin,
La salvacin no es slo algo que Cnsto hIZO por nosotros, es
que Jesucristo viva en nosotros. Es el proceso de. pasar de
muerte a vida.
Esas son buenas nuevas! Roberto pronto recibi a Cristo,
y su vida no ha vuelto a ser la misma. Al igual que
cuando l transfiri un concepto vago de una persona hIStO-
rica que vivi hace 2.000 aos, al del Cristo vivo que se ocupa
en dar 'vida hoy en da, lo encontr todo. Pero "permitir que
Cristo viva a travs de nosotros" le suena un poco vago a
muchas personas. Cmo se hace? El resto del libro va a
guiarle en la respuesta a esa pregunta.
4
Perdonado para ser llenado
\
'1
Hace unos aos en Canad, al finalizar un seminario sobre
el perdn de Dios, se me acerc un hombre. Pareca tener
como sesenta aos de edad debido a su apariencia fsica
demacrada. Sus ojos estaban opacos y carecan de vida; su
cara, cubierta de pliegues profundos que llegaban a su laxa
boca; sus hombros, cados. Cuando habl, su voz sali en un
tono bajo y montono.
"George", me dijo, "yo realmente deseo creer que Dios me
perdona, pero me es difcil aceptarlo. Cmo puedo saber que
Dios perdon todos mis pecados?"
"Eduardo, he hablado durante ms de una hora del perdn
total de Dios en Cristo. Escuchaste mi conferencia?"
"S, o lo que usted dijo, pero yo no puedo creer que Dios
realmente me haya perdonado". Preguntndome a m mismo
si Eduardo realmente sera cristiano, dediqu algn tiempo a
averiguarlo. Me cont que haba recibido a Jesucristo como
su Seor y Salvador cuando era muy pequeo. Su entendi-
miento y sus respuestas eran slidos en cuanto a su fe perso-
nal en Cristo. El estaba completamente seguro de que Cristo
viva en l, y que pasara la eternidad en el cielo despus de
su muerte. La fuente de su duda tena que hallarse en otro
lugar.
"Desde cundo has estado batallando con estas dudas
acerca del perdn de Dios?", le pregunt.
"Desde que era nio", dijo Eduardo tristemente. "Es que a
53
temprana edad hice algo muy malo. Desde entonces cada da
he implorado a Dios que me perdone, pero me cuesta creer
que El ya lo haya hecho".
No poda creerlo. "Eduardo, cuntos aos tienes?"
"Sesenta y dos".
"Quieres decirme que has estado pidindole a Dios que te
perdone durante ms de cincuenta aos?"
Me mir a los ojos y, con expresin de impotencia, dijo:
"Yo debera haber servido a Dios durante esos cincuenta aos
pero he desperdiciado mi vida. Esa es la razn por la cual
estoy preguntndole si usted cree que Dios puede perdonarme".
En ese momento, pens que la historia de Eduardo era
nica. Pero desde esa ocasin he sabido que muchos cristia-
nos comparten la misma esclavitud. Han cometido algn
pecado que parece ser parte de su presente an cuando lo aos
pasan, est constantemente en sus mentes como nubes negras
extendidas sobre ellos. Despus de un tiempo, la culpa es
aceptada como parte de sus vidas. Perderla sera como perder
una preciosa reliquia familiar.
Un cristiano en esas circunstancias nunca madurar. Mien-
tras est retenido en los sentimientos de culpabilidad de un
pecado pasado, nunca experimentar todo lo que Cristo desea
que experimentemos por medio de Su vida que mora en el
creyente. Perrntame expresar esto de manera directa: Hasta
que usted descanse en la finalidad de la cruz no podr
experimentar la realidad de la resurreccin.
Segunda Pedro 1:3-9 es un pasaje que ilustra perfectamente
este principio. Comienza con noticias extraordinarias:
. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la
piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante
el conocimiento de aquel que nos llam por su gloria y
excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas
y grandsimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser
particpantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la
corrupcin que hay en el mundo a causa de la concupiscencia
(versculos 3-4).
PERDONADO PARA SER LLENADO \ 55
=
Muchos cristianos comienzan con Jesucristo, luego buscan
algo mejor, alguna clase de "cristianismo avanzado". Nos
desviamos por toda clase de tangentes buscando "algo mejor"
para transformar nuestra existencia aburrida en una realidad
espiritual. Algunas veces optamos por buscar algo "ms pro-
fundo". Pero 2 Pedro 1:3 nos dice que ya hemos recibido todo
lo que necesitamos para la vida y la santidad.
La madurez cristiana, no es comenzar con Jess y despus
graduarnos para mejor. La vida cristi.ana con
Cristo para luego pasar el resto de la etermdad descubrIendo
ms y ms de lo que ya tenemos en El, ms y ms de las
maravillas de Su persona "en quien estn escondidos todos
los tesoros de la sabidura y del conocimiento" (Colosenses 2:3).
Esta nueva vida, segn 2 Pedro 1:4 es traducida en nuestra
experiencia por la realidad de llegar a ser "participantes de la
naturaleza divina". En otras palabras, es por medio de la vida
resucitada de Cristo que ha sido dada a usted y a m: "Cristo
en vosotros, la esperanza de gloria" (Colosenses 1:27).
Un da, cuando enseaba acerca de esto, un radioyente me
hizo la siguiente pregunta: "Si es verdad que el creyente ha
recibido todo lo que necesita, por qu muchos cristianos no
lo experimentan, incluso cristianos que saben que Cristo vive
en ellos?" (Para ser especfico, alguien como Eduardo.)
Continuemos en el pasaje de 2 Pedro 1. Despus de ense-
arnos que como cristianos ya tenemos todo 10 que necesita-
mos en Cristo, Pedro exhorta a los lectores a esforzarse en el
proceso de la madurez, versos 5-8:
Vosotros tambin, poniendo toda diligencia por esto
mismo, aadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimien-
to; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio,
paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto frater-
nal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas
en vosotros, y abundan, no os dejarn estar OCIOSOS m sin
fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Seor Jesucristo.
56/ CRISTIANISMO CL:\SICO
Nadie obtiene estas cualidades de la noche a la maana.
Ellas son evidencias de la madurez y estaremos creciendo a
medida que aprendemos a vivir por fe en nuestro Seor
Jesucristo. Pero qu acerca de Eduardo? "Ineficaz" e "im-
productivo" son dos palabras que con precisin describen su
vida. Cul es el obstculo que no permite este proceso de
madurez? La respuesta aparece en el verso 9: "Pero el que no
tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo
olvidado la purificacin de sus antiguos pecados".
i Aqu est la respuesta! Esta es otra variacin del tema -si
la verdad os libertar, entonces, es el error el que esclaviza-o
En caso, no reconocer que el pecado entre usted y Dios
ha sido cancelado completamente, no estar confiado en ese
hecho, detendr su crecimiento espiritual en Cristo. Esto no
es algo realmente complicado. El proceso de madurez espiri-
tual es aprender por fe a entregar a Cristo ms y ms reas de
nuestras vidas. El pasado ya pas, el futuro no est aqu
todava. Por 10 tanto, vivir por fe slo puede efectuarse en el
presente.
Si Satans, por otro lado, nos puede mantener preocupados
con el pasado, sacando a la luz nuestros sentimientos de
por pecados pasados, entonces nunca podremos
estar confiar en Cristo mientras vivimos el presen-
Ademas, como podemos confiarle nuestras vidas a Cristo
SI estamos inseguros de su actitud hacia nosotros? A la
mayora de se nos ha enseado desde muy temprana
edad que DIOS es santo y "odia el pecado". Si he cometido
pecados, cmo puedo acercarme a El confiadamente?
La nica solucin es Un entendimiento de que Cristo hizo
todo. en la cruz y todo pecado ha sido cancelado, y una
total en ese hecho. Debemos llegar a la conviccin
bblica de que el perdn de nuestros pecados no es solamente
un de "contabilidad celestial" que nos permitir entrar
en el CIelo algn da; el perdn de Dios es una realidad
presente que nos capacita para vivir diariamente con un Dios
amante que nos acepta YI que desea vivir en nosotros. Efesios
1:7 dice: "En quien tenemos redencin por su sangre, el
perdn de pecados segn las riquezas de su gracia".
El perdn no es algo que podramos llegar a tener, o que
disfrutamos ciertos das y otros no. El perdn es la esfera en
la cual el cristiano vive continuamente, al igual que vivimos
en la atmsfera y respiramos. "En quien tenemos ... el perdn
de pecados". Eso est escrito en tiempo presente.
Qu tragedia mirar a un hombre como Eduardo, que crea
que haba desperdiciado toda su vida debido a un solo fracaso
en el pasado. El estaba esclavizado a causa del error, solamen-
te la verdad era la solucin.
"Eduardo, tienes hijos?", le pregunt.
"S, tres".
"Alguna vez alguno de ellos ha hecho algo malo?"
"S, muchas veces".
"y les perdonaste?"
"Por supuesto".
"Eduardo, si en alguna de las ocasiones en que tu hijo hizo
algo malo, y t le perdonaste, l rehus creerte, y cada da te
menciona ese detalle. 'Pap, ests seguro de que me perdo-
naste por lo que hice?' Cada da, sin cesar. 'Ests seguro de
que me perdonas pap? Ests seguro?' Dime Eduardo, t
como padre, cmo te habras sentido?"
Eduardo frunci el ceo con expresin dolorida.
"Me hubiera roto el corazn", dijo.
"Entonces, Eduardo, no crees que ya es tiempo de que t
decidas no lastimar el corazn de Dios? Recuerdas cmo
Juan el Bautista describi a Jess? 'He aqu el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo' (Juan 1:29). No te das
cuenta de que Dios permiti a su Hijo llevar tus pecados, para
que t llegases a ser justificado en El? No te parece que ya
es tiempo de que ceses de insultar al Espritu de Dios, que nos
ha dado docenas de promesas en la Biblia para ensearnos
que Dios ha perdonado todos nuestros pecados, de una vez y
por todas?"
58 / CRISTIANISMO CLASICO
Eduardo entorn los prpados e inclin su cabeza pensati-
vo. "Nunca haba pensado de esa manera".
"Eduardo, lee conmigo el pasaje de Colosenses 2:13-14:
Ya vosotros, estando muertos en pecados y en la incir-
cuncisin de vuestra carne, os dio vida juntamente con l,
perdonndoos todos los pecados, anulando el acta de los
decretos que haba contra nosotros, que nos era contraria,
quitndola de en medio y clavndola en la cruz.
"Segn este pasaje, hasta qu punto has sido perdonado
delante de Dios?"
"Totalmente", contest.
"Mantiene Dios alguna acusacin contra ti?"
"No
ll
.
"Sabes por qu? Es para que no te concentres en la otra
mitad del Evangelio, que 'Dios nos dio vida juntamente con
Cristo'. T has estado preocupado con algo que Dios ha
cancelado -tupecado-, con el resultado de que has descui-
dado completamente lo que Dios est tratando de hacer hoy
contigo -ensearte acerca de la vida".
"Ahora me doy cuenta de lo que he estado haciendo", dijo
Eduardo. "Me siento muy culpable por dudar de Dios de esta
manera".
"Por favor, no comiences de nuevo. Lo prximo que hars
ser azotarte porque te has estado sintiendo tan culpable".
Eduardo se ri. Era la primera vez que le vea sonrer.
"Eduardo, acaso no ves que cada uno de nosotros sera
destruido si no fuese por la infinita misericordia del Seor?
El tuvo que hacerlo porque nosotros estbamos totalmente
incapacitados para hacerlo por nosotros mismos. El conoce
todo lo referente a ti y tus fracasos ms profundos. Lo que El
desea es que descanses en lo que El ha hecho por medio de
la ~ z -que lo resuelvas de una vez por todas-, para que
corruences a experimentar lo que El ha hecho por medio de
la resurreccin.
Eduardo mir detenidamente en Colosenses 2: 13-14 en mi
Biblia. Finalmente, me dijo: "Quiero orar". Cerr los ojos, y
dijo: "Seor Jess, todos estos aos he pensado que t me
odiabas por mi fracaso. Yo te he pedido que me perdones
innumerables veces, y me he considerado un fracaso total.
Pero hoy voy a comenzar a confiar en tu promesa. Me has
escuchado confesar aquel pecado por ltima vez. No te insul-
tar a ti y tu gracia otra vez. Desde hoy en adelante, Seor,
ensame lo que significa que t vives en m. En los aos
que me quedan soy tuyo para ser usado como t quieras".
Nunca olvidar la oracin de Eduardo, ya que era una de
las primeras veces que vi el semblante de alguien literalmente
cambiar ante mis ojos. Cambi las lneas de legalismo en" su
cara por una expresin de gracia. Se vea ms joven, aun al
mirarme con sus ojos brillantes y llenos de lgrimas. Eduardo
fue liberado de la esclavitud de la culpa al confiar en la
totalidad de la obra de Cristo en la cruz. Como consecuencia,
l estaba libre para experimentar la vida de Cristo, la cual l
ya tena desde su conversin muchos aos antes. Su vida
ilustra perfectamente el principio bblico de 2 Pedro 1:9.
Hasta que uno descansa en la finalidad de la cruz, nunca
experimentar la realidad de la resurreccin.
Satans ha hecho un trabajo magistral para mantener al
cristiano preocupado con lo que Dios ya ha resuelto de una
vez y para siempre -el pecado-, e ignorantes de aquello en
que Dios desea que nos preocupemos -la vida-o Esto no
significa que debamos minimizar la obra de Cristo en la cruz.
Gracias a Dios por ese sacrificio! Pero solamente cuando
entendemos que la finalidad de la salvacin es la restauracin
de la vida, podemos apreciar el propsito y significado de la
muerte de Jesucristo por nosotros en la cruz.
El proceso de enlatado es una excelente ilustracin de las
dos partes del Evangelio. Vamos a suponer que usted va a
conservar melocotones. Qu es lo primero que debe hacer?
Esterilizar los envases. Cul es la razn del proceso de
esterilizacin? Para que los melocotones no se echen a perder.
Imagnese que el esposo llega a la casa, ve a su esposa en
la cocina hirviendo envases, y le pregunta:
"Qu ests haciendo, mi amor?"
"Esterilizando" .
"Por qu lo haces?"
"Porque me gusta que las envases estn limpios".
"Qu hars despus con los envases?"
"Guardarlos limpios".
La historia no tiene mucho sentido, verdad? Usted nunca
ha visto a alguien decorar su cocina con envases esterilizados.
No, la nica razn para esterilizarlos es que usted intenta
colocar algo dentro de ellos. Sera muy raro encontrar a una
persona que slo desea hacer la mitad del proceso de enlatar,
y slo limpia los envases. Pero hemos hecho lo mismo con el
evangelio. Hemos separado el proceso divino de esteriliza-
cin -la cruz- de su propsito final --que Cristo venga a
vivir en nosotros mediante su resurreccin.
El mundo cristiano, en cierto grado, ha sido culpable de
ensear slo medio evangelio -es decir, la cruz de Cristo que
nos trajo perdn de pecados-o Pero al separar el perdn de
pecados del mensaje de recibir la vida de Cristo, no slo
dejamos de experimentar dicha vida, sino que tambin per-
demos el propsito para el cual se nos dio el perdn. Dios
tuvo que tratar con el pecado de una vez y para siempre a fin
de que fusemos llenos de Cristo.
Apropsito, hay un paso final en el proceso de los envases.
Despus de esterilizados y llenados, los envases son sellados.
El sello conserva lo que se encuentra dentro y a la vez no
permite que cualquier cosa del exterior lo dae. Leemos en
Efesios 1:13:
En l tambin vosotros, habiendo odo la palabra de
verdad, el evangelio de vuestra salvacin, y habiendo
credo en l, fuisteis sellados con el Espritu Santo de la
promesa.
Limpiado, llenado y sellado: un retrato maravilloso de la
salvacin. Una vez que hayamos visto que el propsito de la
salvacin es levantar a los muertos a la vida, es muy fcil ver
la razn por la cual Cristo tena que tratar con el pecado una
vez para siempre. Esto es exactamente lo que el Nuevo
Testamento ensea de principio a fin. Por ejemplo, observe
los tres pasajes siguientes de tres escritores diferentes:
Porque en cuanto muri, al pecado muri una vez por
todas; mas en cuanto vive, para Dios vive (Romanos
6:10).
De otra manera le hubiera sido necesario padecer mu-
chas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la
consumacin de los siglos, se present una vez para
siempre por el sacrificio de s mismo para quitar de en
medio el pecado (Hebreos 9:26).
Porque tambin Cristo padeci una sola vez por los
pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios,
siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en
espritu (l Pedro 3: 18).
El mensaje del perdn total de Dios en Cristo ha sido un
tema controversial y espinoso durante casi 2.000 aos. Para
preparar el camino, Dios le dio a Israel la ley de Moiss con
su sistema sacrificial. Aunque tales sacrificios fueron ordena-
dos por Dios, nadie fue justificado delante de Dios por medio
de ellos. El sacrificio era una ilustracin de Cristo y su obra
a nuestro favor:
Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venide-
ros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los
mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada
ao, hacer perfectos a los que se acercan (Hebreos 10:1).
El perdn era diferente bajo la ley (llamada el antiguo
pacto). Era una situacin de buenas y malas noticias. Vamos
a suponer que usted es un israelita que vive bajo la ley.
Durante todo el ao Dios cuenta todas tus violaciones como
tambin las de la nacin. Todo el ao te sientes culpable de
tus pecados; vives bajo el temor del castigo divino, como
consecuencia de la transgresin de la ley. Pero el gran Da de
la Expiacin est a punto de acontecer. El da anual de ayuno
y oracin y confesin de pecados. El da cuando el becerro
perfecto era sacrificado por toda la nacin. La nica ocasin
en que un hombre mortal, en representacin de toda la nacin,
poda entrar en el recinto ms sagrado del templo, el Lugar
Santsimo, en la misma presencia de Dios. Con la sangre del
sacrificio, el sumo sacerdote entraba, temeroso, tras el velo,
y all rociaba la sangre que cubra los pecados de la nacin
-y los suyos- del ao previo.
Dos machos cabros eran sacrificados; uno en el altar, el
otro, llamado chivo expiatorio, era objeto de una ceremonia
especial. Los ancianos de la nacin colocaban las manos
sobre la cabeza del animal, hecho que simbolizaba la transfe-
rencia de los pecados de la nacin al animal. Entonces, ante
millares de testigos en las calles, el animal era conducido
fuera de la ciudad, al desierto, lo que simbolizaba la remocin
de los pecados. Usted con alivio y gratitud, mira el animal
que simblicamente lleva su culpa. [Qu alivio! Esas son las
buenas noticias.
Cules son las malas noticias? Maana los pecados co-
mienzan a acumularse de nuevo. El prximo ao se necesitar
otro sacrificio. Y as sucesivamente.
Dios en su gracia le dio a Israel este sistema como un medio
para que el hombre experimentara alivio de la culpa bajo la
ley. La clave en el Antiguo Testamento es "expiacin" que
significa cubrir. Las ofrendas sacrificiales cubran los peca-
dos, pero no los quitaban, "porque la sangre de los toros y de
los machos cabros no puede quitar los pecados" (Hebreos
10:4). Un hombre bajo la ley podra disfrutar la bendicin del
~ r n de Dios, pero el sistema en s no provea una solucin
fmal.. Era algo similar al uso de la tarjeta de crdito, la cual
perrrute a una persona disfrutar de la compra sin pagar con
dinero. Esas son las buenas noticias. Pero las malas noticias
son que alguien tendr que pagar la cuenta. La tarjeta de
crdito no pag en realidad, solamente transfiri la deuda a
una cuenta. Esa cuenta tendr que ser saldada. Dios, entonces,
en su perfecto plan, presenta a Jesucristo por medio de Juan
el Bautista: "He aqu el Cordero de Dios, que quita el pecado
del mundo" (Juan 1:29). De ese momento en adelante, el
sacrificio completo de Jesucristo es presentado en el Nuevo
Testamento en contraste con el antiguo sistema:
En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda
del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y
ciertamente todo sacerdote est da tras da ministrando y
ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nun-
ca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofre-
cido una vez para siempre un solo sacrificio por los
pecados, se ha sentado a la diestra de Dios (Hebreos
10:10-12).
Constantemente el Nuevo Testamento enfatiza el mensaje
de que Jesucristo se ofreci como el sacrificio una vez para
siempre. Cundo vamos a creerlo? En contraste con los
sacerdotes del antiguo pacto presentados "de pie" y haciendo
continuos sacrificios, Cristo es presentado sentado. Por qu
est sentado? Porque "Consumado es" (Juan 19:30). El escri-
tor de Hebreos llega al clmax de su argumento en Hebreos
10:14: "Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para
siempre a los santificados". Jesucristo ha hecho todo!
Encuentro que pocos cristianos pueden leer ese versculo
sin acobardarse y tratar de minimizar su significado. Es dema-
siadoclaro y las implicacionesson amenazadoras. Observe que
el versculo no dice que nosotros actuamos perfectamente;
sino ms bien est hablando de identidad. Pero la Biblia dice
que por medio de Jesucristo nosotros hemos sido hecho
aceptos completamente ante los ojos de un Dios santo.
Nunca olvidar una conversacin que tuve hace varios
aos con un pastor de cierta denominacin que ensea que
usted puede perder la salvacin. En nuestra conversacin
percib que l entenda la gracia de Dios, por lo menos
intelectualmente. Finalmente, le dije: "Jaime, t conoces la
palabra de Dios. Tambin conoces el gran sacrifico que hizo
la Yo creo que t sabes mucho para creer que
un cnstiano nacido de nuevo pueda perder su salvacin.
Una sonrisa avergonzada y esqui va apareci en su cara.
Entonces, l contest: "Tienes razn, Bob. Jesucristo lo ha
hecho todo. Nada ms queda por hacer, ni que se pueda hacer
para tratar con los pecados del hombre. Yos que cuando uno
nace de nuevo, no se puede 'desnacer'''. Entonces, en un tono
ms serio dijo: "Pero cmo podr mantener en lnea a los
cristianos si les enseo semejantes cosas? Ellos tomarn ese
mensaje como licencia para pecar. De modo que no lo enseo".
Me pregunto cuntos otros lderes en la historia de la
han hecho,lo mismo por temor a "lo que las personas
haran .La tragedia es que su temor es innecesario -si ellos
enseasen .todo el Evangelio, no slo la cruz y el perdn de
pecados, silla la cruz ms el regalo de la vida resucitada de
Cristo.
Dios dijo en el nuevo pacto: "Pondr mis leyes en las
mentes de ellos" (Hebreos 8: 10). Si la salvacin fuese sola-
mente el perdn de pecados sin un cambio de corazn
entonces probablemente la tomaramos como licencia para
pecar. Pero no cuando Cristo vive en nosotros. Cuando esta-
aprendiendo a experimentar la "vida abundante" que
ha prometido, nos preocupamos por nuestra relacin
diaria con El: el que nos am y dio su vida por nosotros para
poder darnos vida a nosotros. Pero tenemos que establecer en
mentes la finalidad de la cruz, o nunca podremos ser
libres para descubrir, experimentar y disfrutar la realidad de
la resurreccin -la VIDA real restaurada al hombre.
5
Poniendo las piezas
en su lugar
Despus de muchos aos de conversar con cristianos de
diferentes denominaciones y de diferentes partes del pas, a
mi parecer el entendimiento del cristiano promedio es muy
parecido a como era el mo: una persona con un gran rompe-
cabezas en una caja en el que cada pieza representa un
versculo bblico, un sermn, una ilustracin, o bien alguna
doctrina que le hayan enseado. Si usted ha sido cristiano
durante algn tiempo, probablemente habr acumulado una
coleccin de buen tamao. Especialmente los cristianos en
los Estados Unidos, de los cuales pienso que han recibido ms
educacin cristiana en el siglo veinte que cualquier otro grupo
en los ltimos 2.000 aos. Tantas piezas del rompecabezas..,
pero no sabemos cmo colocarlas.
Ha intentado alguna vez armar un rompecabezas sin la
cubierta de la caja, que muestra todo el cuadro? Usted toma
una pieza, tiene rojo, un poco de verde, y blanco, pero no tiene
la menor idea de lo que es. Luego toma otra pieza que tambin
tiene rojo, verde, y blanco. No se acoplan fcilmente, pero
con un poco de presin puede hacer que se adhieran. Lamen-
tablemente, la unin de ambas piezas an no se parece a algo
que se pueda reconocer.
Por otro lado, si tiene la cubierta de la caja para comparar
la pieza, fcilmente puede identificar el lugar de dicha pieza.
Usted dice: "Ahora veo. La parte roja de esta pieza forma
parte del granero, lo verde es de aquel rbol, y el blanco es
65
parte de la sbana que est en la tendedera. Oh! aqu est otra
parte del granero, y cabe as". [Qu fcil es identificar las
piezas pequeas cuando usted las coloca dentro de su contex-
to! Eso es exactamente lo que Dios hizo por m al abrir mi
entendimiento a la cuestin de vida y muerte de la salvacin.
Pude observar la Biblia con ojos de guila, lo cual me permi-
ti colocar ciertas piezas en sus lugares correspondientes. No
eran nuevos versculos. Todos los saba muy bien. Pero
finalmente me percat de dnde encajaban sin forzarlos.
Al tener el placer de ensear a miles de personas las mismas
verdades transformadoras, les he escuchado decir muchas
veces: "Por primera vez en mi vida, puedo entender la Bi-
blia". Siempre lo dicen con un aire de asombro. Esto demues-
tra que en sus corazones realmente haban perdido la
esperanza de entender la Palabra de Dios. Un amigo mo lo
expres de la siguiente manera: "Fue algo especial descubrir
que el cristianismo tiene sentido". Suena extrao, pero he
escuchado esto repetidamente.
Cuando a las personas se les anima por primera vez a
examinar su entendimiento del Evangelio, hay muchas pre-
guntas fciles de predecir que ellos formularn. El siguiente
relato presenta una discusin tpica.
Estaba impartiendo un seminario, cuando un hombre lla-
mado Don dijo:
"Bob, se me ha enseado que el cristiano puede perder la
salvacin. Yo s que Cristo muri por nuestros pecados
pasados, pero, qu acerca de los pecados futuros? Yo no
entiendo qu quieres decir cuando dices que Cristo tuvo que
perdonar todos los pecados".
Yo le contest as: "Don, tomemos tus preguntas en orden.
Primero, cuando Cristo muri por tus pecados cuntos de
ellos estaban en el futuro?"
Vacil por un momento y contest: "Todos".
"Por supuesto, a menos que tu edad fuese ms de 2.000
aos", dije y nos remos. "Don, el problema es que estamos
mirando las cosas desde la perspectiva del tiempo, y Dios las
PONIENDO LAS PIEZAS EN SU LUGAR \ 67
mira a travs de la eternidad, la cual transciende el tiempo y
el espacio. Nosotros vemos el paso de los das y los aos
como vemos los carros del ferrocarril, uno a la vez -pero
Dios ve todo el tiempo como una persona pudiera ver el tren
completo desde un avin.
"En la cruz, Dios tom cada pecado que el hombre cometi
o cometer, y los coloc en Cristo Jess. El Seor Jess carg
con el castigo de nuestros pecados en una sola accin. Es por
eso que 1 Juan 2:2 declara (cambiando las palabras): 'Y l es
el que satisface la justicia de Dios, pagando por nuestros
pecados; y no solamente por los nuestros, sino tambin los de
todo el mundo'. La palabra teolgica es 'propiciacin'. La
has escuchado?"
"Yo creo que no puedo ni pronunciarla", dijo Don. "Qu
significa?"
"Propiciacin significa que Dios el Padre estaba totalmente
satisfecho con el sacrificio hecho por su Hijo. En la cruz, Dios
vaci toda su ira y odio hacia el pecado que t y yo mereca-
mos para satisfacer su justicia; con la excepcin de que Cristo
la tom por nosotros. Por eso la Biblia dice: 'Con la mira de
manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que l sea el
justo, y el que justifica al que es de la fe de Jess' (Romanos
3:26). Es por eso que no existe esta ira contra ti".
Le puedo asegurar que el grupo se estaba esforzando mu-
cho en pensar.
"Reflexionemos juntos", continu. "Si t estuvieses ante el
tribunal de Dios hoy da en tu propia justicia, cul crees que
sera el veredicto?"
"Culpable", replic Don.
"Exacto, y a m me sucedera igual. Ahora, cul es el
castigo por el pecado?"
"La muerte, me imagino", contest Don.
"Correcto, Romanos 6:23 dice: 'Porque la paga del pecado
es muerte'. Y Cristo ya pag todo por ti. Por eso ya no existe
castigo para ti.
"A propsito, slo cit la primera parte de ese versculo.
Muchos de nosotros quizs pasamos por alto la segunda
parte: 'mas la ddiva de Dios es vida eterna en Cristo Jess,
Seor nuestro'. Ahora llegamos a la segunda parte de tu
pregunta: Por qu tuvo Cristo que tratar el asunto del pecado
de manera completa? Imaginmonos que un hombre ha muer-
to de una enfermedad --cncer, por ejemplo-o Don, si t
tuvieses el poder de salvar al hombre, cuntos problemas
tendras que resolver? Dos! Tendras que darle vida, pero
tambin tendras que curar su cncer, verdad?" Hice una
pausa para permitir que ellos reflexionaran.
"Por ejemplo, qu si curaste su cncer, pero no hiciste
nada ms?"
"El todava estara muerto", contest Don.
"Precisamente, el resultado sera un hombre saludable y
muerto". Don y yo nos remos y entonces prosegu. "Por otro
lado, qu sucedera si le trajeras a la vida sin curar su
cncer?"
Despus de una pausa, Don respondi: "Morira de nuevo".
"Esa es exactamente la condicin del hombre desde el
punto de vista de Dios, despus de la cada. Desde que Adn
pec, el mundo es la tierra de los muertos que caminan
-muertos espiritualmente. Cul es la enfermedad que mat
al hombre? Ya la hemos examinado, la paga del pecado es
muerte! Desde el punto de vista divino, la salvacin implica
levantar al hombre muerto a la vida. Pero antes de darle vida,
El tiene que erradicar totalmente la enfermedad que le caus
la muerte -el pecado-. De modo que la cruz fue el mtodo
para tratar con la enfermedad llamada pecado, y la resurrec-
cin de Cristo era y es el mtodo de darle vida a los muertos".
Don se qued pensativo por un minuto. "Est bien, creo
que empiezo a entender".
El resto del grupo, en silencio, escuchaba nuestro intercam-
bio, pero Lynn levant su mano.
"Yotodava no estoy segura de por qu no puedo perder la
salvacin", dijo ella.
"Muy bien, primero recordemos qu es la salvacin. A la
luz de nuestro estudio, cmo la explicaras?"
"Es cuando una persona confa en el Seor Jess y recibe
perdn por los pecados y Su vida", contest Lynn, "el espritu
de Dios viene a morar en uno".
"Est bien, ahora recordemos, Adn fue creado espiritual-
mente vivo, qu caus que Adn muriera espiritualmente?"
"Su pecado", respondi ella.
"Muy bien, Jesucristo en la cruz experiment la muerte
tambin, por qu muri El?"
El grupo esta vez mostraba ciertas dudas. Entonces, Don
dijo: "Yo me imagino que por la misma cosa -el pecado".
"Definitivamente, 2 Corintios 5:21 dice: 'Al que no cono-
ci pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fusemos hechos justicia de Dios en l'. De tal manera que
Adn muri como consecuencia de su pecado y Jesucristo
muri porque El lleg a ser pecado. Cmo podemos saber
que nunca moriremos espiritualmente otra vez, aunque como
cristianos todava cometemos pecados?"
"Porque la enfermedad ha sido quitada totalmente. Nues-
tros pecados han sido perdonados", afirm Don.
"Por lo tanto, cuando el Seor Jess nos imparte su vida
resucitada, es vida eterna, ya que lo nico que podra causarle
la muerte -el pecado- ha sido tratado completamente en la
cruz. Puedes saber que tu salvacin est segura para siempre.
Ahora, sabiendo que ests seguro en Cristo, quedas libre para
concentrarte en la prioridad divina ms grande: aprender a
experimentarla verdaderavida-queCristoviva a travs de ti".
Discusiones como sta pueden ser algo engorrosas a veces,
pero aportan muchos beneficios. Como cristianos, tenemos
la tendencia a generalizar mucho, y esto contribuye a que las
personas hablen el lenguaje "cristiano", sin que realmente
razonen -por s mismos, basndose en la Biblia- sobre lo
que creen. Hasta que tomemos lo que dice la Biblia y lo
llevemos hasta sus ltimas conclusiones no vamos a descu-
brir la experiencia que he mencionado en los primeros
captulos --donde el cristianismo tiene sentido y funciona en
la vida real, en el mundo real.
En muchos casos la comprensin de la salvacin no est
tan equivocada como limitada. Por ejemplo, la mayora de
las personas por lo menos estn familiarizadas con la palabra
"perdn", pero la Biblia tiene mucho ms que decir acerca de
nuestra salvacin adems del perdn. Uno de los trminos
bblicos que expresa la finalidad del pecado es "reconcilia-
cin", este se expresa en 2 Corintios 5:19: "Que Dios estaba
en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomndoles en
cuenta a los hombres sus pecados, y nos encarg a nosotros
la palabra de la reconciliacin".
El mundo entero ha sido reconciliado con Dios por medio
de la cruz. Le este versculo en mi programa de radio, y un
oyente llamado Bill nos llam para formularnos la siguiente
pregunta: "Bob, si todo el mundo est reconciliado con Dios,
significa que todo el mundo es salvo?"
"Bill, eso depende de la definicin que tengamos de la
salvacin. Si la salvacin es solamente la reconciliacin del
hombre con Dios, la respuesta sera s. Pero eso no es la
salvacin, verdad?"
Despus de reflexionar por un momento, Bill dijo: "La
salvacin es cuando alguien recibe al mismo Jesucristo; cuan-
do nace de nuevo".
"Correcto", respond. "La palabra reconciliacin significa
que la barrera entre Dios y el hombre --el pecado- ha sido
quitada. Un puente ha sido construido entre Dios y el hombre
ahora. Por lo tanto, la nica cosa que imposibilita a cualquier
hombre para el disfrute de la vida eterna es negarse a aceptar
la salvacin que Dios ofrece. La reconciliacin ha sido logra-
da para todo el mundo por medio de Jesucristo, pero esto solo
no es salvacin. Esa es solamente una cara de la moneda. La
razn por la cual Dios ha removido la barrera del pecado, es
para que cualquiera que llegue a Cristo por fe pueda obtener
la vida eterna. Colosenses 2: 13 combina los conceptos as: 'Y
a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisin
de la carne, os dio vida juntamente con l, perdonndoos
todos los pecados '.
"Por esa razn el nico pecado que enviar al hombre al
infierno es su incredulidad. Juan 3: 18 dice: 'El que en l cree,
no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado,
porque no ha credo en el nombre del unignito Hijo de Dios' .
Qu significa estar ya condenado? Que l permanece muer-
to. A causa de sus pecados? No, a causa de su incredulidad".
Este es un mensaje sorprendente. Muchos de nosotros
estamos acostumbrados a pensar en un Dios vengativo, furio-
so y listo para hacer desaparecer al hombre de la tierra. Pero
el Evangelio es en realidad el anuncio de un hecho ya reali-
zado. La obra de Dios de la reconciliacin ya se efectu. Y la
reconciliacin es algo que Dios hizo por iniciativa propia. El
no consult con nadie -simplemente lo hizo.
La gente habla sin reflexionar de que el hombre busque a
Dios. Pero el Evangelio es la historia de la iniciativa de Dios
en buscar al hombre. Ese es el mensaje maravilloso de
Romanos 5:6-10. El tema que se repite continuamente es que
Dios est tomando la iniciativa para reconciliar al hombre:
Porque Cristo, cuando an ramos dbiles, a su tiempo
muri por los impos.... Mas Dios muestra su amor para
con nosotros, en que siendo an pecadores, Cristo muri
por nosotros.... Porque si siendo enemigos, fuimos recon-
ciliados con Dios por la muerte de su Hijo... (Romanos
5:6,8,10).
Como he mencionado en otras ocasiones, nadie a los pies
de la cruz pidi al Seor Jess el perdn de sus pecados. Pero,
cul fue su peticin? "Padre, perdnalos, porque no saben lo
que hacen" (Lucas 23:34). Fue su accin por iniciativa
propia lo que logr el perdn para el hombre.
La conocida historia del hijo prdigo en Lucas 15:11-32
nos presenta un cuadro perfecto de la actitud de Dios desde
la cruz hacia el mundo perdido. El hijo prdigo tom su
herencia y la despilfarr, y avergonz a su padre y a su
familia. Necesitado, acepta el trabajo ms vil para un judo,
darle de comer a los cerdos, para mantenerse con vida. Haba
descendido hasta lo ms bajo. Pero, cul es la actitud del
padre? El, a pesar de todo, todava no ha olvidado a su hijo.
El padre no espera a su hijo con los brazos cerrados, mirando
hacia el camino y musitando toda clase de amenazas: "Cuan-
do l llegue, va a pagarme todas las que me hizo. Esperen a
que le ponga las manos encima". No, usted puede saber la
actitud del padre por la reaccin que tuvo cuando vio que su
hijo regresaba:
y levantndose, vino a su padre, y cuando an estaba
lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y
corri, y se ech sobre su cuello, y le bes (Lucas 15:20).
Lo prximo que l hizo fue preparar una fiesta para celebrar
el acontecimiento. Ahora piense por un momento. Cuando
ese joven todava estaba con los cerdos, qu le impeda
regresar a su padre? Nada en cuanto al padre! A propsito,
es fcil imaginarse a aquel padre siempre atisbando el hori-
zonte con una expresin de aoranza. "Tal vez regrese mi hijo
hoy". La nica cosa que mantena alejado a ese joven de su
padre era su propia decisin; quedarse con los marranos, o
regresar a su casa. Si hubiese un evangelista en esta historia,
su mensaje habra sido: "Por qu ests viviendo con los
cerdos? Tu padre te ama. No guarda ningn rencor contra ti.
El desea que t regreses a casa. Vey restaura tu relacin con l".
Hoy, Dios est llamando al hombre a regresar a casa, del
mismo modo que el padre ansiaba que el hijo prdigo regre-
sara. En el mismo captulo, Jess compara la actitud de Dios
la de un pastor que busca una oveja perdida de las cien que
tiene, y luego la compara a la mujer que barre toda la casa
hasta encontrar una sola preciosa moneda perdida. Las tres
historias concluyen con gran regocijo, y en Lucas 15:10Jess
resume la idea de la siguiente manera: "As os digo que hay
gozo .delante de los ngeles de Dios por un pecador que se
arrepiente'' .
Ese es el resultado de la obra de Cristo en la cruz; porque
El hizo todo lo necesario para remover la ofensa del pecado.
Cuando un pecador regresa a Dios, regresa a casa, y es
recibido con brazos abiertos, y hay gran gozo en el cielo. As
llega a descubrir la vida verdadera.
Para muchos, todo este nfasis en el perdn total y que
Cristo viva en uno, parece amenazador; porque temen que
inducir a las personas a vivir una vida cristiana de autocom-
placencia. Oyen la frase "viviendo por fe" e inmediatamente
piensan en personas perezosas, que se sientan a esperar que
algo suceda. Precisamente lo opuesto es lo cierto. Como lo
expliqu en el captulo anterior, es un nfasis en la cruz y el
perdn de pecados pero que excluye el concepto de la vida
resucitada de Cristo, lo que realmente induce a la autocom-
placencia.
Permtame compartir una ilustracin. Imaginmonos que
un rey dicta un decreto que establece que habr perdn
completo para todas las prostitutas. Seran stas buenas
noticias si usted fuese prostituta? Por supuesto. Ya usted no
tendra que vivir escondindose, con temor a la polica. Yano
tendra ninguna acusacin criminal, todas sus ofensas son
borradas de los libros. De modo que el perdn definitivamen-
te sera buenas noticias. Pero, habra alguna motivacin para
que usted cambiara su estilo de vida? No. Ninguna.
Llevemos la ilustracin mas all. Vamos a decir que no
solamente hay perdn extendido a todas las personas que
practiquen la prostitucin, pero, adems, el rey le ha pedido
que usted sea su esposa.
Qu sucede cuando una prostituta se casa con un rey? Ella
llega a ser la reina. Tendra ahora una razn muy especial
para cambiar su estilo de vida? [Absolutamente! No hay que
ser genio para saber que el estilo de vida de una reina es varias
veces superior al de una prostituta. Ninguna mujer en sus
cinco sentidos regresara a su vida anterior.
Mientras slo se ensee la mitad del evangelio, vamos a
producir cristianos muy agradecidos de que no van a ser
juzgados por sus pecados, pero carentes de motivacin propia
para cambiar de conducta. Esa es la razn por la cual ciertas
personas tienen que usar el mazo de la ley y sofocar la presin
del grupo para mantener a su congregacincontrolada.
Pero, cmo se le llama a la iglesia en el Nuevo Testamen-
to? La esposa de Cristo. El mensaje del Evangelio es, en
efecto, una proposicin matrimonial. Yas como la prostituta
llega a ser reina al casarse con un rey, de la misma manera
pecadores culpables llegan a ser hijos de Dios al identificarse
con Cristo. Es esa relacin y nuestra nueva identidad la
motivacin que nos impulsa a comportarnos de manera dife-
rente.
Llega a ser una nueva creacin, como la oruga que se
convierte en mariposa. Siendo originalmente una criatura que
se arrastra y limitada a la tierra, la oruga teje un capullo y
queda totalmente encerrada en el mismo. Entonces ocurre un
maravilloso proceso llamado metamorfosis. Al fin --emerge
una mariposa-o Antes, una criatura ligada a la tierra, ahora
puede volar por encima de la misma. Ahora puede ver la
perspectiva desde el cielo. De la misma manera, como una
nueva criatura en Cristo, usted debe comenzar a verse a s
mismo como Dios lo ve.
Si usted ve una mariposa, nunca se le ocurrira decir:
"Oigan!, vengan todos a ver este lindo gusano transforma-
do". Por qu no? Despus de todo era un gusano. Y fue
"convertido". No, ahora es nueva criatura, y usted no piensa
en l en trminos de lo que fue, sino que lo ve como es ahora,
una mariposa.
Igualmente, Dios le ve como su nueva criatura en Cristo,
aunque usted no acte siempre como una mariposa. Quizs
se pose sobre cosas que no debe, o bien se olvide de que es
mariposa y se arrastre con sus viejos amigos -lo cierto es
que usted nunca ms va a ser gusano.
Por eso la palabra usual en el Nuevo Testamento para uno
que est en Cristo es "santo", que significa "apartado". Pablo,
por ejemplo, en casi todas sus cartas se refiere a los ~ s t ~ n o s
como los "santos". Sin embargo, yo escucho a cnstianos
referirse a s mismos como "un pecador salvado por gracia".
No!, eso sera igual que llamarle "gusano convertido" a la
mariposa. Nosotros ramos pecadores, y fuimos salvos por
gracia, pero la palabra de Dios nos llama santos desde el
momento que nos identificamos con Cristo.
Algunas personas preguntan: "Pero yo todava cometo
pecados, no me hace esto un pecador?" .
Yo respondo: "Eso depende de si su identidad es determi-
nada por su conducta -lo que usted hace-, o por lo que
usted es delante de Dios". Se da cuenta de cmo nosotros
despus de ser cristianos hemos continuado haciendo lo que
el mundo hace, por determinar la identidad de una persona
basndonos en su conducta. La nica manera de librarnos de
esto es hacer lo que Pablo escribi en Colosenses 3:1-3:
Si, pues, habis resucitado con Cristo, buscad las cosas
de arriba, donde est Cristo sentado a la diestra de Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Porque habis muerto, y vuestra vida est escondida con
Cristo en Dios.
En todo el Nuevo Testamento, la motivacin dominante
para vivir vidas santas es el amor y la gracia de Dios. Efesios,
por ejemplo, es muy representativa de las cartas de Pablo y
del Nuevo Testamento como un todo. Toda la carta puede
resumirse en dos versculos clave. El primero es este: "Ben-
dito sea el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, que ~ o s
bendijo con toda bendicin espiritual en los lugares celestia-
les en Cristo" (Efesios 1:3). Los captulos del 1 al3 son un
comentario sobre este versculo, al describir la grandeza de
la misericordia de Dios hacia nosotros, y quines somos
como resultado. Despus, Pablo enfoca su atencin a la
motivacin y conducta: "Yopues, preso en el Seor, os r?eg.o
que andis como es digno de la vocacin con que fuisteis
llamados" (Efesios 4:1).
El resto de la carta, del captulo 4 al 6, expone las reas
prcticas en las cuales aplicar este versculo. En Efesios hay
mucha exhortacin a la accin, pero no pasemos por alto que
Pablo ha dedicado 3 captulos a establecer por qu debemos
vivir esta clase de vida.
Para m uno de los ejemplos de motivacin ms grandes y
concisos en el Nuevo Testamento, se encuentra en Efesios
5:8: "Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz
en el Seor; andad como hijos de luz". Una buena parfrasis
sera, "Usted antes era gusano, pero ahora es mariposa; vuele,
pues, como mariposa".
Si usted le preguntara al apstol Pablo, Por qu debo vivir
como hijo de luz? su respuesta sera sencilla y prctica:
"Porque eso, precisamente, es usted". Acaso no tiene senti-
do? S, si damos por sentado que usted sabe que es un hijo de
luz. Pero muchos cristianos viven la vida cristiana -tratando
de actuar como mariposas- mientras en su corazn piensan
que todava son gusanos.
La Biblia dice: "Si alguno est en Cristo nueva criatura es,
las cosas viejas pasaron, he aqu todas son hechas nuevas".
En los siguientes captulos, exploraremos esas "nuevas co-
sas" que Dios nos ha dado en su gracia--eomenzando con el
tema tan crucial de nuestra identidad con Cristo.
6
Hacia una autoestima
adecuada
El nio, casi de tres aos de edad, camin a travs de los
enormes corredores. Pas por el lado de varios policas bien
armados y despus cerca de varios empleados que le presta-
ron poca atencin, excepto por una ocasional sonrisa. Al
pasar cerca del escritorio de una secretaria, el pequeo nio
no se percat del saludo de ella, estaba muy interesado en
alcanzar su meta. Frente a la puerta estaba otro guardia
armado, pero ste no hizo ningn movimiento para detenerlo.
El nio abri la puerta y entr. Con una sonrisa, corri por la
alfombra de la Oficina Oval [la oficina del presidente de los
Estados Unidos en la Casa Blanca] y se fue a sentar en las
piernas del hombre ms poderoso del mundo. Miembros muy
importantes del gabinete tuvieron que esperar para continuar
su discusin, ya que el presidente JoOO F. Kennedy intercam-
biaba besos y abrazos con su hijo John-John.
Los aos en que J.F. Kennedy fue presidente son memora-
bles para m porque fue una de las pocas veces que han vivido
nios pequeos en la Casa Blanca. Recuerdo cuando vea en
las noticias cunto el presidente amaba a sus hijos y se
deleitaba en incluirlos en su programa del da, aun cuando
trataba asuntos que tenan que ver con el futuro y la seguridad
del mundo entero. El contraste siempre me llam la atencin:
el hombre ms poderoso del mundo, y el niito que poda
77
caminar por enfrente de secretarias, miembros del personal,
y guardias de seguridad sin ser detenido hasta los brazos de
su padre.
Se pueden imaginar que alguien se hubiese opuesto? "Un
momento, por favor, acaso no sabes quin es este hombre?
El es el presidente de los Estados Unidos, el lder de la nacin
ms grande de la tierra. T no puedes entrar aqu cuando se
te ocurra, y luego sentarte en sus piernas. Quin te crees que
eres'?" John-John habra mirado a su retador con una sonrisa
de confianza total, y le habra dicho: "El es mi pap". Usted
puede observar que John-John saba quin era su pap, y
saba quin era l mismo.
La tragedia de los cristianos hoy en da es la completa
ignorancia de quines somos en Cristo. Despus que Jesucris-
to ha hecho todo lo necesario para hacernos aceptables a un
Dios santo, e impartirnos Su vida para que la experimentemos
cada da, todava muchos de nosotros dudamos de que Dios
en realidad escuchar nuestras oraciones; de que seamos
dignos de servirle en el ministerio; o, simplemente, de que
Dios verdaderamente nos ame. "Lo que quiero decir es:
Cmo puede amarme Dios sabiendo como soy?", pensamos
en nuestros corazones.
S de primera mano que estas dudas aparecen en la vida de
un sinnmero de cristianos. Las he escuchado muchas veces
durante horas de consejera personal y estudios bblicos.
Cada noche en nuestro programa radial en vivo, nos hacen las
mismas preguntas y expresan las mismas dudas.
En algunos seminarios he repartido tarjetitas al pblico y
les he pedido que escriban su respuesta a una sola pregunta:
"Cmo piensa usted que Dios le ve ahora mismo?" Las
respuestas son tristes. He aqu algunos ejemplos reales: "Un
ser que es pecador, que trata de no pecar, pero que termina
pecando". "Dios me debe ver a menudo como hipcrita, ya
que he aprendido a hacer bien el papel de cristiano, pero en
mi corazn no he cedido a Dios genuina y completamente
cada rea de mi vida". "El me mira como un beb muy
HACIA UNA AUTOESTIMA ADECUADA \ 79
turbado y mal informado". "Yocreo que l se siente hastiado
cuando me mira; desazonado, disgustado". "El est harto de
'"
mi .
No es fcil para semejantes personas que piensan que Dios
los ve as, aplicar versculos tales como Hebreos 4: 16, que
dice: "Acerqumonos, pues, confiadamente al trono de la
gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro". A la raz de la necesidad de estos indivi-
duos, como en la confianza de John-John Kennedy, est la
cuestin de la identidad. Quin es usted? y, cmo usted
determina quin es?
Imagnese por un momento que vive en una isla desierta,
sin haber visto nunca otro ser humano. De repente, una voz
del cielo le pregunta: Quin eres t? Usted no tendra la
menor idea de cmo contestar. Pero, un barco aparece en el
horizonte y llega a la isla. Un hombre llega nadando hasta la
playa, corre hasta donde est usted y le abraza y grita, al fin
he encontrado a mi hijo perdido".
Usted le pregunta: "Quin es usted?"
"Soy Juan de los Palotes, y t eres mi hijo Perico".
De nuevo la voz del cielo pregunta: "Quin eres t?"
Ahora usted conoce la respuesta. "Yo soy Perico, hijo de
Juan de los Palotes".
Una persona no tiene identidad aparte de su relacin con
alguien o algo. Esa es la razn por la cual nos adherimos a
cualquier cosa en nuestra desesperante necesidad de descu-
brir quines somos. Las personas determinarn su identidad
por medio de su apariencia, ocupacin, habilidades, relacio-
nes familiares, amigos, afiliacin denominacional, y de mu-
chas otras maneras. El comn denominador de todos estos
intentos para descubrir la identidad es que todos ellos son
temporales -pueden cambiar con los vientos.
Una nia colorea un dibujo y se lo lleva a su mam, y sta
reacciona emocionada: "Susana, este dibujo es maravilloso,
eres un genio. Te apuesto a que sers artista algn,da".. .
Susana se retira pensado: Si a mi mam le gusto un dibujo
tan pequeo, ya me imagino cunto disfrutar con uno
grande en la pared. Y as lo hace, va y busca la pared ms
grande en su cuarto, y comienza su obra maestra.
Ms tarde escucha un grito: "Susana, nia tonta, qu
estabas pensando...?" Tal mensaje es muy confuso para un
nio. En un minuto es un genio, el siguiente es lo opuesto.
Al llegar a ser adultos probablemente hemos adquirido
suficiente experiencia para confirmar que las opiniones de
otras personas son una manera inestable para determinar
quines somos nosotros. Los atletas profesionales son un
ejemplo por excelencia. Si hacen una jugada extraordinaria,
las personas lo llaman hroe, pero si falla en la mismajugada,
se le juzgar el resto de su vida. Lo mismo sucede en el
matrimonio. Si alguien me preguntara: "Qu piensa su espo-
sa de usted?" Mi respuesta sera: "A qu hora?" Porque su
opinin puede cambiar en cualquier momento.
Muchas personas determinan su identidad por medio de su
profesin: "Soy un hombre de negocios". Pero qu sucede
si le despiden o se jubila? Quin es usted como consecuen-
cia? "Yo soy madre", dicen algunas mujeres. Pero, qu pasa
cuando los hijos crecen y se van de la casa para vivir sus vidas
como adultos? Quin es usted entonces? "Yo soy un atleta...
msico... o quizs modelo". A: determinar su identidad por la
apariencia o por la funcin de su cuerpo, seguramente est
construyendo su vida sobre la arena. Hay heridas y enferme-
dades que le pueden atacar. Hay competencia intensiva y
continua -quizs alguien mejor que usted aparece a la vuelta
de la esquina-o Por lo menos; el proceso de envejecimiento
es inevitable.
Solamente hay una manera de determinar su identidad que
es estable para siempre, un fundamento que nadie le puede
quitar: "Yo soy hijo de Dios". Ahora usted puede ser un hijo
de Dios que es un hombre de empresa, o una madre, o un
atleta. Pero la fuente central de su identidad es su relacin con
su Dios y Padre, no con las cosas que hace. Solamente de esta
manera puede llegar a descubrir una seguridad verdadera.
Todos nosotros llevamos cicatrices de pasadas experien-
cias. Por ejemplo, piense en los nios que juegan en el patio
de la escuela, y cmo se tratan los unos a los otros. Escuche
los apodos: Cerdito, Palo-de-escoba, Apestoso, Cabezn, Bu-
rro, Cara-de-pia, Retrasado. Piense en las clasificaciones:
"El es un aprendiz perezoso". Este mundo no es un lugar muy
"agradable" para vivir. Ymuchos de nosotros todava estamos
heridos y luchando con esos recuerdos aunque ya nos esta-
mos convirtiendo en abuelos.
No hace mucho tiempo, despus de un seminario que
ense, se me acerc un anciano muy emocionado que me
dijo: "Deseo expresarle mi agradecimiento, porque en este
seminario he aprendido por primera vez quin soy en Cristo".
Le pregunt acerca de su historia, y me dijo: "Tengo ochenta
y siete aos. Cuando era nio, los otros chicos me llamaban
'cara de mono' y se burlaban de m. Toda mi vida he luchado
contra el concepto que tengo de m mismo. Ahora puedo decir
que Cristo me ha libertado".
Usted quizs est preguntndose cmo era la cara de este
anciano. Pues era muy atractivo. Pero como vimos en el
Captulo 2, nuestras emociones siempre responden a lo que
est en nuestra mente, sin tener la capacidad de discernir entre
la verdad y el error. Pueden imaginarse a este hombre que
durante ms de ochenta aos haba tratado de escapar de
semejante estigma? Qu triste. Muchas personas comparten
la misma experiencia.
y como si las usuales batallas de identidad que todos
experimentamos fuesen pocas, a millones de personas se les
seala con una identidad que enfoca su debilidad ms grande.
Un da, vino un joven a mi oficina para consejera. Estaba
tambalendose y temblando. Era evidente que estaba bajo la
influencia de alguna droga. Se present de la siguiente mane-
ra: "Mi nombre es Jimmy. Soy paranoico, manitico-depresi-
va y esquizofrnico". Lo mir y le dije: "De veras, esa es una
autoestima maravillosa. Me imagino que te es difcil esperar
el da siguiente para verte en el espejo y decirte: 'Hola Jimmy,
paranoico, manitico-depresivo, esquizofrnico'. Quin te
dijo todo eso?" Despus de su sorpresa inicial, Jirnrny relat
su historia. El haba estado bajo tratamiento con psiquiatras
y psiclogos desde que tena dieciocho aos. Originalmente
su padre lo llev porque en aquel tiempo sufra de "depre-
sin". Pero con cada nuevo consejero, sus diagnsticos iban
aumentando en complejidad. Jirnrny vivi una vida llena de
tropiezos caracterizada por fracasos en el trabajo, en su
matrimonio y en la vida en general. Su dependencia de las
drogas aument cuando se resign a sus circunstancias.
"Jimmy, estoy de acuerdo en que has hecho algunas deci-
siones muy pobres en tu vida y vamos a trabajar en ellas. Pero
en este momento me preocupa lo que t piensas que eres.
Eres cristiano?"
"S".
"Vive Cristo en tu vida?"
"S".
"Entonces, vamos a determinar quin eres basndonos en
lo que Dios dice acerca de ti. Crees que si Dios estuviese
presentndote en el cielo como uno de sus hijos, El dira:
'Este es Jirnrny, el paranoico, manaco-depresivo, esquizofr-
nico'? No, Dios dira: 'Este es mi hijo amado Jirnrny'. Es que
cuando Dios te ve, El mira a un hijo completamente perdo-
nado y perfecto delante de El porque ests en Cristo y eres
habitado por el Espritu de Dios. Y te ve como una persona
que tambin ha efectuado algunas decisiones bastante malas,
y quien ha credo muchas mentiras que sebasan en la filosofa
de este mundo".
A este punto Jirnrny ya estaba despabilado. El dijo:
"Sabes, Bob, Dios me ha estado mostrando lo mismo
ltimamente al leer la Biblia en estos das, pero no saba cmo
expresarlo en palabras". Jirnrny y yo trabajamos arduamente
para examinar uno por uno todos los errores en su vida, pero
el asunto clave fue arreglar el asunto de su identidad. Estu-
diamos la Biblia fervorosamente, hasta que Jirnrny vio por s
mismo y por primera vez quin era l ante los ojos de Dios.
Luego, encontr a un doctor que le ayud a salir del vicio de
las drogas, y cada da comenz a mejorar visiblemente. Hoy,
Jimmy tiene una nueva familia y es un hombre saludable e
ntegro que est creciendo en el Seor.
Muchas otras personas se encuentran en una trampa como
la de Jimmy. Ellos se identifican a s mismos como, "Yo soy
Juan y soy alcohlico", o bien, "YosoyJorge y soyhomosexual".
Por qu no hacemos lo mismo con los otros pecados? A
veces yo lucho con la crtica. Por qu no digo: "Yo soy
George, y soy un criticn?" Les dir por qu. Simplemente
porque rehso definirme por mis fracasos. La verdad es lo
que Dios dice acerca de nosotros. Cuando alguien acepta una
clasificacin como una de estas, su identidad se cimenta en
su propia mente tal y como lo dicta su conducta. Por lo tanto,
es natural dar por sentado que la conducta nunca puede
cambiar. As las personas aceptan como inevitable y normal
una esclavitud de la cual Dios desea liberarles.
Pero cmo determina usted lo que Dios piensa acerca de
usted? Es sencillo? Desde la perspectiva de Dios, solamente
hay dos clases de personas en el mundo. Sus identidades,
como siempre, estn representadas en la Biblia con la persona
con la cual se identifican. 1 Corintios 15:22 declara: "Porque
as como en Adn todos mueren, tambin en' Cristo todos
sern vivificados". Las dos clases de personas que Dios ve,
son descritas como estar "en Cristo" o, "en Adn". Pero este
es un lenguaje extrao para nosotros. Qu significa "estar
en" alguien? Estar "en" alguien significa que es la cabeza de
nuestra familia. Como tal nos ha dado su nombre, su natura-
leza, una herencia, y un destino.
Para comenzar tomemos a Adn. Cada ser humano al nacer
en este mundo, nace "en" Adn. Eso implica que tenemos la
misma naturaleza, herencia y destino que Adn posee desde
la cada. Por lo tanto, nacemos espiritualmente muertos, con
naturaleza pecaminosa; a menos que haya un cambio, tal
descripcin ser eterna. Una vez, una persona le pregunt a
un lder prominente: "Qu debe hacer el hombre para ir al
infierno?" Su respuesta fue: "Absolutamente nada". El hom-
bre nace orientado en esa direccin. Esa es la herencia que
Adn nos dej. Pero la herencia que nos dej Jess es total-
mente diferente a la de Adn:
As que, corno por la transgresin de uno vino la conde-
nacin a todos los hombres, de la misma manera por la
justicia de uno vino a todos los hombres lajustificacin de
vida. Porque as corno por la desobediencia de un hombre
los muchos fueron constituidos pecadores, as tambin por
la obediencia de uno, los muchos sern constituidos justos
(Romanos 5: 18-19).
Por lo tanto, la pregunta ms importante que usted y yo
enfrentarnos es: Con quin estarnos identificados, con Adn
o con Cristo? Cmo podernos cambiar nuestra identidad? El
bautismo provee la respuesta.
Desde los primeros siglos de historia cristiana, ha existido
una furiosa controversia acerca del bautismo. Cmo se debe
hacer? Cunta agua debe usarse? Esas preguntas no son una
sorpresa. Satans ha cercado las verdades ms cruciales con
el intento de cegarnos a la verdad que nos libertar.
Nuestra confusin me recuerda cuando yo era nio. En
cierta ocasin estabajugando con una pelota y mi perro. Este
animalito era un gran cazador, pero a veces perda contacto
visual del lugar donde la pelota caa. Regresaba sin ella
moviendo la cola y jadeando.
"Rusty all, bscala all". Ha tratado usted de indicarle a
un perro adnde ir slo sealndole con el dedo? Simplemen-
te, no funciona. Lo que hizo el perro fue olerme el dedo. "No,
el dedo no, por all". Pero de nuevo el perro slo me ola el
dedo y lo lama. El perrito no entenda el significado de mi
mensaje.
Yo creo que hemos hecho la misma cosa con varias verda-
des bblicas. En lugar de enfocar nuestra atencin en lo que
Dios desea que conozcamos, hemos concentrado nuestra
atencin en los smbolos divinos (dedos que sealan), y aun
a los mismos smbolos los hemos hecho objetos de contencin.
El bautismo es uno de ellos.
El significado literal del bautismo es "sumergir". Los anti-
guos griegos lo usaban para describir el proceso de morir. El
significado clave detrs de la palabra bautismo es identifica-
cin total, y eso es lo que Dios est tratando de ensearnos.
Nacemos en Adn espiritualmente muertos, y por naturaleza
pecadores. Escucharnos entonces las buenas nuevas acerca de
Jesucristo, confiarnos en El corno Salvador y Seor; en ese
instante somos bautizados en el Espritu Santo! (l Corintios
12:13). Esto es algo que sucede instantneamente a cada
cristiano en el momento de nacer espiritualmente; el cristiano
est totalmente identificado con Cristo.
Si esto le ha sucedido a usted, entonces ya no est en Adn,
j est en Cristo! El es ahora cabeza de su familia. La muerte
ya no es su herencia: "Porque as corno en Adn todos
mueren, tambin en Cristo todos sern vivificados" (1 Corin-
tios 15:22). Ahora usted llega a "ser participante de la natu-
raleza divina" (2 Pedro 1:4). Ahora el cielo es su destino
eterno. Por qu obtiene estas cosas? Porque ahora est en
Cristo.
Cristo nos hace nuevas criaturas (2 Corintios 5: 17). Llegar
a ser nueva creacin no se refiere a nuestra conducta, sino a
nuestra identidad.
En mi caso, quin era yo antes? Bob George en Adn, sin
el Espritu de Dios, espiritualmente muerto, un pecador cul-
pable. Ese hombre est muerto y ya no existe; nunca existir
otra vez. Quin soy ahora? Bob George en Cristo, una
persona que posee el Espritu Santo, espiritualmente vivo y
totalmente perdonado. Ahora usted puede estar seguro de que
su cambio de identidad resultar en algunos cambios de
conducta. Esa es la razn por la cual Pablo pudo escribir:
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
mas Cristo vive en m; y lo que ahora lo vivo en la carne, lo
vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am y se entreg a
s mismo por m" (Glatas 2:20).
En nuestra sociedad hoy en da, desde educadores hasta
psiclogos y lderes cristianos, nos dicen que nuestro proble-
ma es una autoestima muy pobre. Se expresa con frecuencia
que cada persona necesita autoestima positiva. Pero la Biblia
nos dice exactamente lo contrario. Mientras que el mundo nos
dice que necesitamos amarnos ms, la Biblia dice que el
problema del hombre es que se ama demasiado. Eso es
orgullo, una manera distorsionada y exagerada de verse uno
a s mismo -la esencia del pecado-o La palabra de Dios
dice: "Acada cual que est entre vosotros, que no tenga ms
alto concepto de s mismo que el que debe tener" (Romanos
12:3), y "Nada hagis por contienda o por vanagloria; antes
bien con humildad, estimando cada uno a los dems como
superiores a l mismo" (Filipenses 2:3). Cmo se puede
combinar este versculo con la filosofa del mundo, que dice:
"Busca ser el nmero uno a toda costa"?
Nosotros no necesitamos una buena apariencia; necesita-
mos una apariencia apropiada -que est de acuerdo con la
Palabra de Dios-. Algunos dicen: "Yo soy feo y me odio a
m mismo". Esa es una contradiccin de trminos. Si usted
realmente se odiara, estara contento de ser feo. La razn por
la cual se enoja es que realmente se ama y, por lo tanto, desea
tener una mejor apariencia.
Al vivir en Cristo, somos perdonados y aceptados total-
mente por El, ahora usted puede decidir: se presentar delante
de El para que El viva Su vida a travs de usted, o se
presentar al pecado y la concupiscencia de la carne (Roma-
nos 6:11-13).
El alma humana es como un piano maravillosamente cons-
truido. Sin embargo, la calidad de la msica depende de la
persona que la ejecuta. Si es un concertista profesional,
escuchar una msica maravillosa. Pero permita a un gorila
el piano y el resultado ser diferente. Esa es su oportu-
nidad cotidiana. Se presentar a Cristo, el msico por exce-
o al pecado con la destruccin que produce? Cuando
Cnsto me controla, yo amo a Bob George. Cuando dejo que
el pecado ejerza su influencia, no lo soporto. Pero Dios desea
que sepamos que somos en Cristo y descansemos en ello:
hijos amados aun en medio de nuestros peores fracasos. Slo
de esta manera, tendremos la confianza de llegar a El en
tiempo de necesidad.
Un vivo ejemplo de la importancia de la identidad, es la
historia de Janet, una chica de veinte aos. Ella haba sido
hospitalizada por anorexia y bulimia. Estos son trminos
mdicos para cierto patrn de conducta que se encuentra
muchsimo ms en las mujeres que en los hombres. Una
persona anorxica, piensa que es gorda y se obsesiona con la
idea de perder peso. Se mata de hambre a s misma y se
engaa al pensar que todava es gorda, aun cuando ha llegado
al punto de parecer un cadver. La parte bulmica de la
conducta, es el patrn de perder control de la dieta. La
persona come demasiado, se siente culpable y luego vomita
para no ganar peso. Esto era lo que Janet tena.
Durante seis semanas estuvo recibiendo tratamiento en un
hospital de DalIas. Pero los profesionales que la trataron, no
consultaron lo que Dios ha dicho acerca de la naturaleza
humana. Su conclusin fue que ella tena un pobre concepto
de s misma el cual deba mejorarse. Por lo tanto, le aconse-
jaron tcnicas de meditacin hind "para agarrar la luz solar
y traerla a su cuerpo" y as tendra sanidad, fuerza y confianza
propia (algunos dicen que usted "debe poner la mente en
blanco" para ser cristiano). Todo esto me hace recordar lo que
Dios dice: "Profesandoser sabios se hicieronnecios" (Romanos
1:22).
Despus de esas semanas de fracaso, sus padres la trajeron
a mi oficina. Yo les dije: "Djenla unos das aqu con noso-
tros. Le daremos algn trabajo voluntario en la oficina y yo
la aconsejar". Una semana ms tarde, Janet regres a la casa,
libre de su conducta autodestructiva. Cmo sucedi? No
porque yo sea un superconsejero, sino, ms bien, porque la
verdad libera. En particular, la Biblia revel que los conseje-
ros en el hospital la tenan en el error. El problema de Janet,
no era de una autoestima pobre, sino una preocupacin
constante consigo misma. El remedio era desarrollar un con-
cepto bblico y equilibrado de persona: . .
'Juntos examinamos las Escnturas! Rpidamente nos di-
mos cuenta de que Janet era una cristiana tpica. Saba que al
morir ira al cielo, pero no tena la menor idea de cunto le
amaba Dios en la actualidad. Tampoco conoca acerca de la
vida de Cristo en ella. Sin un fundamento slido para deter-
minar su identidad en Cristo, se vio obligada a determinarla
se;snel mundo. Yqu dice el mundo? Bueno, vea y escuche
el mensaje que los medios de comunicacin presentan: Si
usted quiere ser admirado por los miembros de su propio sexo
y deseado por los miembros del sexo opuesto, necesita pare-
cerse a los modelos que presentan toda clase de anuncios
nocivos. Si tiene una onza ms de grasa, olvdelo, nadie le
querr.
Janet compr esa basura. Otras personas lo han hecho
tambin. Es una mentira. Janet se obsesion tanto para obte-
ner esa clase de aceptacin que el mundo ofrece siempre con
cierto "gancho". Le explicamos el error, y examinamos la
Biblia para ver lo que Dios deca acerca de ella. Estaba
maravillada, e inmediatamente respondi con gozo y gratitud
a Cristo. Enseguida atacamos su problema de conducta.
"Janet, qu dice Dios acerca de ti?"
"El dice que yo soy santa y amada por El".
"Por cuanto tiempo?"
"Para siempre".
"Crees que Dios saba lo que estaba haciendo cuando te
form? Crees que El pudo haberte hecho diferente si as lo
hubiese deseado?"
"Seguro".
"Entonces, qu sentido tiene que te sientes a pensar en
todas tus imperfecciones? Es como decirle a Dios: 'T no
sabes lo que ests haciendo. Hiciste el mundo muy bien, pero
te equivocaste cuando me hiciste a m'''.
"Eso es absurdo", puntualiz Janet.
Yoasent con mi cabeza. "Janet ningn hombre va a amarte
porque seas flaca como una escoba. Alguien va a amarte por
la clase de persona que eres. Si alguien te acepta o rechaza a
causa de tu cintura, entonces, su amor no tiene valor alguno.
Eso no es amor.
"Preocuparnos por nosotros mismos, slo nos hace mise-
rables. Jess dijo: 'Yo no vine para ser servido, sino para
servir'. Jams vamos a encontrar la felicidad por estar siem-
pre pensando en nosotros mismos. Descubrimos el significa-
do y propsito en la vida cuando aprendemos a servir a los
dems. T eres una mariposa Janet. Levntate y vuela".
Este proceso, no fue algo mgico e instantneo. Pero Janet
fue liberada, y el remedio fue hacerle ver que ella era santa y
una hija amada de Dios. Esa identidad es una verdad que las
opiniones de los dems no pueden cambiar. Cuando ella
aprendi a depender de Cristo, fue librada de su terrible
esclavitud.
La identidad del cristiano en Cristo no es algo de poca
consecuencia; es primordial poder experimentar la vida cris-
tiana genuina. Si no comprendemos bien este concepto, no
tendremos la confianza de acercamos a nuestro Dios y Padre
para que nos ayude cuando ms lo necesitamos. Pero si
aprendemos una leccin del niito llamado John-John y
descansamos en quines somos, podemos acercarnos con
confianza al trono de gracia y comenzar a descubrir las
riquezas y la libertad que ya poseemos en Cristo porque
somos hijos del Rey.
7
Amados y aceptados
Mi hijo Hobby, haba finalizado sus estudios en la univer-
sidad y se hallaba en el arduo proceso de buscar un trabajo.
La situacin laboral en DalIas en esos das era muy difcil. La
economa haba empeorado, y aun los hombres de empresa
de mucha experiencia estaban andando a la rebatia. Muchos
se hallaban sin trabajo. Obviamente, un joven acabado de
graduar de la universidad no estaba en la mejor de las posi-
ciones. Al notarle desanimado, le invit a desayunar para de
esa manera darle nimo y alguna palabra de consuelo.
Tuvimos una larga y beneficiosa conversacin acerca del
trabajo, el mundo de los negocios y las entrevistas, y tal
pareca que se estaba animando. Seguimos hablando de otras
cosas y disfrutamos un buen rato, slo por estar en compaa
el uno del otro. Casi al final de nuestra conversacin, Hobby
dijo:
"Muchas gracias pap por tu tiempo, de veras estaba desen-
cantado conmigo mismo, pero me has ayudado bastante.
"Sabes", dijo, "algo de lo que siempre he estado seguro es
de que me amas mucho. Me lo has demostrado en distintas
formas".
Me agrad lo que dijo, slo que me pareca incompleto.
Pens durante unos segundos, entonces Dios pareci darme
una nueva idea.
"Hobby, yo realmente te amo, siempre te he amado y
siempre te amar, pero djame hacerte una pregunta:
91
=
. Sabas t que siempre te he aceptado?"
parece que mi pregunta tom a Bobby de sorpresa.
Pregunt: "Qu decir?" . .
"Quiero decir que existe una diferencia entre amar y acep-
tar. T dices que ests confiado de que yo te amo, pero ser
aceptado es otra cosa. Sabas t, por ejemplo, que yo te
acepto tal y como eres? Que t de verdad me agradas?"
Bobby pens unos momentos. Luego, en un tono ms serio
dijo:
"No pap, yo creo que no. Yono creo haber sentido que t
me aceptas" .
Le supliqu que me lo explicara.
"Creo que siempre pens que te agradara si yo fuese ms
espiritual. T sabes, si leyera ms la Biblia, o participara en
ms actividades cristianas, o quizs si sirviera a Dios a tiempo
completo, as como lo has hecho t, en lugar de entrar en una
empresa".
Cuando Bobby me confi sus verdaderos sentimientos,
trajo a mi memoria muchos recuerdos que me hicieron cons-
ciente de mi deficiencia. Me acord de mis primeros das de
convertido. Bobby y mi hija Debbie tenan aproximadamente
ocho y diez aos respectivamente, y pronto los gui a Cristo.
Tengo mucha gratitud por haber tenido esa experiencia, pero
en esa ocasin, slo pude compartir lo que conoca: Con
mucho nfasis declaraba que Cristo Jess haba muerto en la
cruz para obtener el perdn de nuestros pecados, pero estaba
muy limitado referente al hecho de que El haba venido a vivir
en nosotros. Y es que se puede llevar a alguien slo hasta
donde uno mismo haya llegado.
Siendo un nuevo cristiano sumamente entusiasta, me dedi-
qu intensamente a la evangelizacin personal. Me daba
mucho orgullo presentar a Cristo con soltura. A veces era
inmaduro y torpe, pero mi celo era genuino. Desafortunada-
mente me dio por creer que mi estilo de vida era el patrn que
otros cristianos deban seguir. Presion a muchas personas,
usando mtodos sutiles y no tan sutiles que los haca sentir
AMADOS Y ACEPTADOS \ 93
culpables, para que fueran corno yo. Hice lo mismo con mis
hijos. Bobby entraba y deca que haba conocido a un nio
nuevo en el vecindario y que se haba divertido con l. Yo
miraba a Bobby directamente a los ojos y le responda: "Qu
bueno, Bobby. Le testificaste?
Uno de los episodios peores y ms embarazosos ocurri
unos dos aos despus. Ya yo estaba totalmente dedicado al
ministerio y asist a una conferencia de entrenamiento. Uno
de los oradores, que tena una gran reputacin como testigo
eficaz, habl de cmo haba llevado a sus hijos a testificar de
puerta en puerta. Cuando yo vi toda la atencin positiva que
l estaba recibiendo, pens: "Yo puedo hacer lo mismo".
Despus de todo yo era un testigo osado. No tena temor de
tocar a las puertas de personas desconocidas para compartir
mi fe. As que iba yo, con mi hijo tmido, susceptible, de once
aos de edad, caminando por los vecindarios, testificando de
Cristo a personas desconocidas -todo para impresionar a
otros cristianos, slo con el fin de recibir las mismas alaban-
zas que l otro hombre haba recibido- mientras que el pobre
Bobby estaba temblando de temor. Le pregunt a Bobby si
recordaba esa ocasin. Recordaba muy bien esto, y admiti
que en esa poca haba decidido que si eso era requisito para
ser un buen cristiano, l se mantendra en la periferia y no se
involucrara de manera muy profunda. Entonces, al pensar
que no viva a la altura de mis normas para que yo le aceptara,
y creyendo que yo le desaprobaba, lleg a ser ms reservado
conmigo ya alejarse ms y ms de m. Podra haberle dicho
diez mil veces cunto le amaba, y haberle dado miles de
abrazos y besos. Pero todas esas demostraciones de amor no
habran causado efecto alguno -porque l no crea que yo
le aceptaba.
Finalmente tuve la oportunidad de decirle que actu equi-
vocadamente, y pedirle perdn por mi necedad a travs de los
aos. De ms importancia an: pude decirle no slo que le
amaba y que siempre sera as, sino que le aceptaba tal y como
era, y que l no tena que hacer, ni llegar a ser, alguna otra
cosa para ganar mi aceptacin.
No haba "si" alguno adherido a mi aceptacin de l. Yo
simplemente lo aceptaba y l ya me agradaba a m. Nuestra
relacin fue renovada esa maana. De igual manera, aprend
una leccin invaluable: el amor prcticamente no tiene sen-
tido sin la aceptacin.
Habindome percatado de esta verdad, he descubierto des-
de entonces que muchos cristianos se relacionan con Dios
corno Bobby se relacionaba conmigo. La mayora pueden
recitar de memoria a Juan 3:16: "Porque de tal manera am
Dios al mundo..." Sin embargo, cada da viven corno si Dios
estuviese molesto con ellos corno consecuencia de sus fraca-
sos al no vivir de acuerdo a Sus principios divinos. Pero, a
menudo, no son principios divinos los que estn tratando de
guardar, sino ms bien regulaciones impuestas por ellos mis-
mos u otras personas.
Hay cierta mentalidad especialmente destructiva, llamada
el "cristiano fantasma". Ese cristiano es la persona imaginaria
con la cual a menudo nosotros nos compararnos. Es el hombre
superespiritual que se levanta cada maana a las cuatro para
orar durante cuatro horas. Luego pasa cuatro horas leyendo
la Biblia. Despus en su trabajo eficazmente testifica de
Cristo a cada persona que encuentra. Ensea varios estudios
bblicos, va a la iglesia cada vez que sus puertas se abren, y
sirve en varios comits. En la casa es un lder espiritual por
excelencia, un ejemplo brillante de padre y esposo amoroso
que todos los das dirige un tiempo devocional familiar
emocionante para su esposa de "Proverbios 31", Ysus hijos
perfectos.
Por supuesto, nadie pudiera alcanzar esas normas. Aun si
poseyera la habilidad, dicha persona necesitara cien horas al
da. Racionalmente, todos sabernos que el "cristiano fantas-
ma" es ridculo, pero el problema es que l nunca llega a
nuestro ser consciente. Es un fantasma vago que se sienta en
la parte trasera de nuestras mentes, y crea un sentido de
fracaso y nos dice que no estarnos alcanzando la norma. Esa
es la razn por la cual muchos cristianos viven con un
continuo sentimiento de culpa. A los que piensan que el
cristiano fantasma representa el requisito de Dios para la
aceptacin, les parece que Dios est a un milln de kilme-
tros, sentado en el cielo con sus brazos cruzados en seal de
desaprobacin. Ni siquiera se tornan el trabajo de orar, porque
piensan que Dios no les responder.
Los que viven en esta clase de servidumbre conocen bin
la enseanza bblica de que Dios les ama, pero claramente no
creen en sus corazones que Dios les acepta. Y a menos que
sepan que Dios les acepta, y descansen en ese hecho, Su amor
llegar a ser prcticamente sin sentido, y sin efecto en la vida
diaria. Amenudo he hablado del amor de Dios en las sesiones
de consejera y he visto a cristianos reaccionar de manera
agria a las palabras. "Y qu?", dicen ellos. "El ama a todos".
Lo que ellos quieren decir es que el nico amor que ellos
conciben que procede de Dios es un amor vago, universal e
impersonal.
En muchos casos, la herencia que tenernos en Cristo y
cmo Dios genuinamente nos acepta no se ensea. Sin em-
bargo, la ignorancia de la Palabra de Dios no es la nica causa
de esta situacin. Muchas personas que conocen bien las
Escrituras, experimentan la misma cosa. En cierta ocasin
estaba hablando a los estudiantes de un seminario teolgico.
Cuando discutirnos la identidad del cristiano en Cristo, les
formul una serie de preguntas; "Cuntos de ustedes son tan
justos y aceptables a la vista de Dios corno yo?" Todos los
presentes levantaron la mano. Pregunt de nuevo: "Cuntos
de ustedes son tan justos y aceptables ante Dios corno Billy
Graham?" Casi la mitad de ellos levantaron la mano. "Cun-
tos de ustedes son tan aceptables y justos a la vista de Dios
corno el apstol Pablo?" Casi el diez por ciento levantaron la
mano. Ahora esta pregunta es muy difcil: "Cuntos de
ustedes son tan aceptables y justos ante Dios corno Jesucris-
to?" Solamente tres manos se levantaron en un auditorio lleno
de estudiantes de seminario.
Tenga en mente que este no era un caso de ignorancia. Este
era un buen seminario. Cada persona en ese auditorio podra
haber defendido agresivamente la doctrina de la justificacin.
Ellos, sin duda, tenan la verdad en sus cerebros. Pero tenan
la verdad en sus corazones? Esto ilustra perfectamente que
una persona puede saber lo que dice la Biblia sin saber lo que
significa. Me pregunto, habra usted levantado la mano?
Finalmente comuniqu al grupo de estudiantes la admira-
ble verdad que le estoy exponiendo: "Les voy a decir esto de
manera directa para que no exista oportunidad de perder lo
que les voy a decir. Si usted es un verdadero cristiano,
entonces es tan justo y aceptable ante los ojos de Dios como
lo es Jesucristo. Si usted pudiera haber visto las caras que
algunos pusieron! Creo que algunos temieron que un rayo me
partira all mismo.
Cul es su reaccin? Si a usted esta verdad le causa la
misma sorpresa que les caus a muchos de los estudiantes,
entonces puede ser que no conozca quin es usted en Cristo.
Pueda ser que conozca mucha doctrina, pero su vida cristiana
diaria ms bien es una carga que una bendicin. Quizs haya
tratado de cambiar su vida de muchas maneras pero sin xito,
a pesar de todos los seminarios, libros, y casetes que haya
estudiado. Cualquiera que sea su situacin, tengo buenas
noticias para usted. Veamos la maravillosa herencia que ha
recibido en Cristo. Es mi oracin que nunca ms tenga que
batallar con dudas en cuanto a si Dios le acepta o no, para que
pueda descubrir las inmensurables maravillas de su amor.
La mayora de los cristianos entienden la idea general que
hay detrs del perdn: Dios tom nuestros pecados y se los
dio a Jess. Pero eso solamente es la mitad del evangelio.
Dios tambin tom la perfecta justicia de Cristo y nos la
entreg. Segunda Corintios 5:21 dice: "Al que no conoci
pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que fusemos
hechos justicia de Dios en l". Cmo pude yo pararme y
declarar que ante Dios soy tan justo y aceptable como Jesu-
cristo? Soy justo y aceptable delante de Dios por lo que
hago? De ninguna manera. Es a causa de lo que soy en Cristo.
La Biblia pone gran empeo en declarar que lajustificacin
es un regalo que el hombre recibe por fe. Romanos 5: 17 es
explcito:
"Pues, si por la transgresin de uno solo rein la muerte,
mucho ms reinarn en vida por uno solo, Jesucristo, los
que reciben la abundancia de la gracia y del don de la
justicia" (Romanos 5: 17).
La justicia (una posicin justa de total aceptacin delante
de Dios) es un regalo. Usted no obra para recibirla. No se la
gana. Ni la merece. Como cualquier regalo, todo lo que tiene
que hacer es aceptarlo o rechazarlo. Una vez que lo recibe, es
suyo.
Las personas a menudo me dicen: "No puedo concebir
cmo Dios me puede justificar". Yoles respondo: "Tengo una
mejor pregunta: Cmo pudo Dios hacer a Jesucristo peca-
do?" Sinceramente, tengo menos problemas en entender
cmo Dios me hizo justo, que en tratar de entender cmo Dios
pudo hacer pecado a su Hijo. Segunda Corintios 5:21 ensea
ambas cosas.
Los estudiantes del seminario, a pesar de defender tenaz-
mente la doctrina de la justificacin por fe, eran demasiado
tmidos para declarar que ellos eran justos como Jess. Pero
el decir una cosa es decir la otra. La palabra "justificado"
significa "ser declarado completamente justo". Lo que impi-
de que alguien que conoce lo que la Biblia ensea acerca de
la justificacin se aplique ese conocimiento es el concepto de
que nuestra justicia en Cristo solamente tiene que ver con el
lugar al cual vamos al morir, y que nuestra aceptacin presen-
te est basada en nuestro comportamiento. Mientras alguien
piense as, no podr experimentar ningn beneficio prctico
de saber que ya es justificado en Cristo; sino que continuar
tratando con Dios como si estuviera en un sistema de mritos
personales, y experimentar la misma clase de barrera emo-
cional entre l y Dios (aunque no exista ninguna barrera desde
la perspectiva divina) que experimentaba mi hijo Bobby
conmigo. La verdad es que Dios nos considera totalmente
aceptables yjustos ante sus ojos ahora mismo -nopor lo que
hacemos, sino por lo que El ha hecho por nosotros.
La primera actividad que nos revelar si creemos esa ver-
dad o no es la oracin. Cmo nos acercamos a Dios? La
manera en que oramos revela nuestra percepcin de la acep-
tacin divina y lo que pensamos que El desea de nosotros. Lo
que El desea, es que confiemos en El y en su Palabra -la
palabra que nos dice que Cristo ha hecho todo- y que en
virtud de ello nos acerquemos "confiadamente al trono de la
gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro" (Hebreos 4:16).
Note que Dios dice "para el oportuno socorro" Cundo
necesita usted ms Su socorro? No es cuando est fallando,
experimentando tentacin, o en las garras de algn pecado?
Pero si no confa que ha sido hecho totalmente aceptable ante
Dios, nunca tendr la osada de acercarse a El. Estar lejos
del trono del rey, tratando de encontrar una manera de ganar
el mrito suficiente para poder acercarse. El resultado es que
evitar acudir a su nica fuente de ayuda, Dios, cuando ms
lo necesita. Cundo podremos, usted y yo, ser suficiente-
mente "dignos" de acercarnos al trono de un Dios santo por
nuestros propios mritos? Nunca. Pero el Nuevo Testamento
contin a y enfticamente nos insta a que nos aprovechemos
en la oracin de lo que Dios ha hecho por nosotros por medio
de Cristo "en quien tenemos seguridad y acceso con confian-
za por medio de la fe en l" (Efesios 3: 12). Cmo obtenemos
seguridad y confianza? "Por medio de la fe en l". Todo se
halla vinculado a la frase "orar en el nombre de Jess".
A menudo le pregunto a los grupos: "Qu significa orar
en el nombre de Jess?" Nosotros hemos escuchado la frase
muchas veces. Finalizamos nuestras oraciones con ella. Pero
nadie parece saber el porqu. Probablemente la respuesta ms
sincera que he escuchado sea: "Es una manera de terminar
nuestras oraciones, como decir 'Ya termin, [adis!" No,
orar en el nombre de Jess es mucho ms que una manera de
concluir una oracin. Orar en el nombre de Jess significa
que estamos reconociendo dos cosas: primero, que aparte de
El, no hay manera en que podamos ser aceptados por un Dios
santo. Segundo, nosotros declaramos que en virtud de lo que
El es, y lo que ha hecho por nosotros, podemos ir a El en
cualquier momento con la confianza de que le hallaremos con
los brazos abiertos. No por nuestra justicia -ya no tenemos
ninguna-, sino en la de El. Glatas 3:27 dice: "Porque todos
los que habis sido bautizados en Cristo, de Cristo estis
revestidos". Porque estamos en El somos completamente
aceptables a Dios.
Ahora, recuerde que estoy hablando acerca de ser nosotros
aceptables ante Dios, no necesariamente de nuestras accio-
nes. En mi identidad, soy aceptable ante El por la eternidad,
pero eso no significa que todo lo que yo hago sea correcto.
Puede echarme el brazo al hombro (como decimos) y mos-
trarme la verdad acerca de algo en mi vida que est fuera de
lo correcto; una actitud, accin o hbito. Por qu? Para que
El pueda cambiar mi actitud incorrecta, lo que resulta en un
cambio de accin. Pero en ningn momento se cuestiona su
aceptacin de m. El nunca trata conmigo de otro modo que
en perfecto amor, aceptacin, sabidura y bondad. Ya que yo
soy un hijo de Dios, no hay ocasin en la vida cuando El no
atienda mi oracin ofrecida en fe -es decir, en el nombre de
Jess.
La oracin llega a ser la aplicacin clave inicial de nuestra
identidad en Cristo porque es inescapable. La Biblia dice que
debemos "[orar] sin cesar" (l Tesalonicenses 5: 17), y este es
exactamente el corazn de alguien en quien Cristo vive y que
experimenta Su amor y aceptacin. Pero al momento en que
nos disponemos a acercamos a Dios en oracin, el grado de
nuestra confianza en Su aceptacin inmediatamente entra en
accin. Qu tan seguros estamos de que sus odos estarn
abiertos a nosotros? Yono creo que muchos cristianos posean
seguridad al orar. Y es porque no sabemos quines somos.
Basado en mi experiencia de ensear y de aconsejar a miles
de personas, creo la ms en la
riencia humana es VIVlf bajo el amor y aceptacion condicio-
nales. Es decir, la actitud que dice: "Te amo si ..." Esto es
cierto en un plano puramente natural. Los que crecieron en
un hogar en el que el amor y la aceptacin de los padres tenan
que ganarse, siguen experimentando dolor y lucha el resto de
sus vidas. Por otro lado, los que han crecido en un ambiente
de amor y aceptacin sin condiciones, usualmente ven la vida
con ms confianza, y enfrentan los retos de la vida con una
actitud positiva. Pero esto es, vuelvo a decir, slo en el plano
natural.
El mismo principio opera y se intensifica en lo que atae a
la vida espiritual de la persona. Se ha preguntado por qu la
historia de la religin deja tanto que desear? Se ha dado
cuenta de que los religiosos pueden ser las personas ms
despreciables de la tierra? Es que la religin hace ruines a las
personas. Todas las formas de religin -el intento del hom-
bre de alcanzar a Dios- se basan en las obras del hombre
para ganarse la aceptacin de Dios o de "los dioses".
Solamente el cristianismo, puro y sin diluir, habla de un
Dios amante y dispuesto a aceptarnos que condescendi en
acercarse al hombre para ofrecerle vida y perdn.
Si es cierto que la fuerza ms destructiva en la experiencia
humana es el amor y la aceptacin condicionales, tambin lo
es que la fuerza ms poderosa que hay para transformar la
vida es el mensaje del amor y la aceptacin incondicionales
de Dios en Jesucristo. Un ejemplo inolvidable es la historia
de Juana.
Ella batall toda su vida de adulta. Se cas con un militar
ambicioso, y tuvo que vivir en muchas partes del mundo. Sin
embargo, en lugar de disfrutar de una vida emocionante,
sufra de una depresin continua. Las medicinas que le rece-
taban los mdicos a penas lograban el efecto de ayudarla a
sobrevivir. No haba manera alguna de proveerle alivio a su
depresin. Pero a menudo ni aun con estos medicamentos
obtena alivio de la depresin. En cuatro ocasiones diferentes
el dolor emocional llev a Juana a tratar de quitarse la vida.
En el ltimo intento, qued en coma durante cuatro das, entre
la vida y la muerte. Su esposo, cansado de lidiar con ella, la
dej y se divorci.
Despus de su cuarto intento de suicidio, qued tan atemo-
rizada que no se atrevi a intentarlo de nuevo. Se resign a
seguir viviendo, pero la depresin no la dej. Sola, Juana
regres a los Estados Unidos para tratar de imponerse algn
tipo de vida. All en Dallas, fue invitada a uno de los estudios
bblicos que yo enseaba. Inmediatamente respondi con
gozo a las buenas nuevas, y recibi a Jesucristo. Juana se
maravillaba al comenzar a descubrir lo que Dios deca acerca
de su persona en las Escrituras. Prestaba suma atencin a cada
versculo que tratara del amor y la aceptacin de Dios, y de
su nueva identidad en Cristo. Su apariencia deprimida, ner-
vios alterados y penosos movimientos, eran reemplazados
por ojos que sonrean alegremente, nimo apacible, y un
nuevo "bro" al andar. Su preocupacin de s misma fue
substituida por inters genuino en los dems. Pronto, de la
depresin slo quedaba el recuerdo.
Nunca olvidar el da que Juana me dijo con cara sonriente:
"Bob, toda mi vida he tratado de quitarme la vida y jfinai-
mente lo he logrado! Lo que o me dej desconcertado. Ella
se ri de la expresin de mi rostro, y explic: "Fui muy infeliz
por mucho tiempo, pero ahora he aprendido cunto me ama
Dios, y estoy aprendiendo ms cada da. La Juana antigua
est muerta y se ha ido. Ella muri con Jess en la cruz. Pero
la nueva Juana est viva y es amada perfectamente por El".
Sigui explicando: "Toda mi vida busqu a alguien que me
amara y aceptara tal cual soy. Trat de ganarme la aceptacin
de mi esposo, de mi familia, de hijos, y amigos. Y siempre
estaba tratando de ganarme el amor y la aceptacin de Dios.
Pero es terriblemente difcil lograr que otros te amen cuando
piensas que no puedes ser amada. Slo en Jess encontr
amor y aceptacin con los cuales puedo contar para siempre.
Pero lo maravilloso es que desde que dej de tratar de
conseguir que otros me amaran, he encontrado amor sin
lmites en los otros hijos de Dios".
Ms de cinco aos han pasado desde que conoc a Juana.
Ella ha estado absolutamente libre de la depresin en todo ese
tiempo. Hoy en da es una cristiana feliz, agradable, llena de
compasin y de amor. Es ahora una consejera fina, sabia y
comprensiva para los que se hallan en la misma trampa de
depresin de la cual ella escap por medio de Jesucristo.
Jess dijo en Juan 6:35: "Yosoy el pan de vida; el que a m
viene nunca tendr hambre, y el que en m cree, no tendr sed
jams". Cada ser humano que nace en este pobre mundo lleno
de pecado experimenta una fuerte hambre de amor y de
aceptacin incondicional. Cuando aprendemos a confiar to-
talmente en Jesucristo, nos damos cuenta de que El es lo que
ha prometido ser: la satisfaccin total para esa hambre y esa
sed. En El encontramos amor, aceptacin incondicional, pro-
psito, y significado en la vida. Toda bsqueda termina
cuando se le halla a El.
8
El gran intercambio
Para m una de las ilustraciones de la importancia del
conocimiento espiritual, es la historia verdadera de un hom-
bre apellidado Yates. Durante los aos de la gran depresin,
l posea mucha tierra en el oeste de Texas y criaba ovejas.
Viva en extrema pobreza, luchando para conseguir ropa y
comida para su familia.
Su situacin empeor casi al punto de perder todo lo que
tena por no poder pagar la pequea suma de los impuestos
de la tierra. Estaba al borde de la bancarrota cuando una
compaa petrolera le abord: "Creemos que hay petrleo en
su finca, nos permitira excavar?"
Considerando que no tena mucho que perder, les concedi
el permiso. La compaa inici las excavaciones y muy cerca
de la superficie descubrieron el yacimiento ms grande en el
continente norteamericano -un depsito que produca
80.000 barriles al da. De la noche a la maana este seor
lleg a ser multimillonario. Pero si usted piensa un momento,
ya lo era desde que adquiri la tierra. El petrleo haba estado
all, solamente que l no lo saba.
Esta es la misma situacin de los cristianos hoy da. La
Biblia nos dice que Dios "nos bendijo con toda bendicin
espiritual en los lugares celestiales en Cristo" (Efesios 1:3).
Pero al igual que el seor Yates, la mayora de nosotros
pasamos por alto las inmensurables riquezas que ya tenemos
en Cristo. De modo que vivimos en pobreza espiritual.
103
Como dije previamente, muchos tie?en un enten-
dimiento de la salvacin no necesanamente equivocado, pero
s muy limitado. Debido a ello Pablo ora por los .creyentes en
Efeso "para que el Dios de nuestro Seor Jesucnsto: Padre
de gloria, os d espritu de sabidura y de revelacin en
conocimiento de l, alumbrando los ojos de vuestro
miento, para que sepis cul es la esperanza a que el ha
llamado, y cules las riquezas de la gloria de su herencia en
los santos, y cul la supereminente grandeza de su poder para
con nosotros los que creemos, segn la operacin del poder
de su fuerza" (Efesios 1:17-19).
Estas son las mismas cosas a las cuales se refiere el apstol
Pablo en 1 Corintios 2:9. "Antes bien, como est escrito:
Cosas que ojo no vio, ni odo oy, ni han subido en corazn
de hombre, son las que Dios ha preparado para los que l.e
aman". 'Cun desesperadamente necesitamos ese conoc-
miento! 'Pero cuando Pablo dice que "los ojos de nuestro
entendimiento sean abiertos", se est refiriendo a algo ms
profundo que el intelecto, algo para lo cual Dios mismo tiene
que darnos el poder de entenderlo. Pablo est hablando de un
conocimiento verdadero de corazn de El y de su amor. Por
lo tanto, nosotros debemos acercarnos a la verdad divina con
una actitud humilde, enseable, y de dependencia. Este cono-
cimiento no nos llega a travs de nuestra propia inteligencia
y esfuerzo: "Pero Dios nos las revel a nosotros por el
Espritu" (1 Corintios 2: 10). Aunque no lo saba en esa
ocasin esa era mi oracin a favor de m mismo cuando
manejaba en la carretera con los ojos llenos de lgrimas.
Cuando digo que estas verdades transforman la vida, hablo
de mi experiencia personal: mi vida ha cambiado.
Lo mismo es cierto cuando hablo de la diferencia entre el
conocimiento de la palabra de Dios en la cabeza y ese cono-
cimiento en el corazn. Es una experiencia especial escuchar
las antiguas grabaciones de mis enseanzas. Hace doce aos
yo enseaba muchas de las mismas verdades, usando los
mismo versculos que presento hoy en da. Pero puedo decirle
EL GRAN INlERCAMBIO \ 105
que, en realidad, en mi corazn no entenda de qu estaba
hablando. Pero hoy en da mi experiencia del amor y de la
aceptacin de Dios es tan real que no la puedo describir. Por
eso la oracin de Pablo por los Efesios es la misma que hago
por usted. Que a medida que exploremos ms de nuestra
herencia, tenga los ojos abiertos para entender con el corazn
y con la mente las cosas "que Dios nos ha concedido" (1
Corintios 2:2) por medio de Jesucristo.
Cul es su herencia en Cristo y cmo se convierte ese
conocimiento en una vida cambiada? En respuesta, empece-
mos con el principio mayor que une todos los detalles: usted
nunca tendr una vida cambiada hasta que experimente la
vida intercambiada.
Los cristianos estn continuamente tratando de cambiar su
vida, pero Dios nos llama a experimentar esa vida intercam-
biada. El cristianismo no es un programa de mejoramiento
personal, o un proceso de reformacin. Es resurreccin! Es
nueva vida expresada en trminos de un intercambio de
identidad. Jesucristo se identific a s mismo con nuestra
muerte a fin de que nosotros pudiramos identificarnos con
El en su resurreccin. Nosotros le damos a Cristo todo lo que
ramos -pecadores culpables muertos espiritualmente-, y
Cristo nos da todo lo que El es -vida resucitada, perdn,
justificacin y aceptacin.
Tenemos aceptacin completa porque hemos experimenta-
do un intercambio total: "Al que no conoci pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fusemos hechos
justicia de Dios en l (2 Corintios 5:21). Vimos esta verdad
en el captulo anterior. Examinemos entonces algunos de los
resultados de haber recibido una posicin de aceptacin total
delante de Dios.
Estamos en paz con Dios: "Justificados, pues, por la fe,
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Seor
Jesucristo" (Romanos 5: 1). Este versculo no se refiere a un
sentimiento como "la paz de Dios", sino que habla de paz
como algo opuesto a la guerra. El libro de Romanos comienza
con una discusin acerca de la ira de Dios contra el gnero
humano a causa del pecado (Romanos 1:18). Ahora, habien-
do explicado las buenas nuevas, Pablo declara que tenemos
paz para con Dios -no hay ms hostilidad o divisin-o
Hemos sido reconciliados con El de una vez y para siempre.
Estamos protegidos contra la ira de Dios: "Pues mucho
ms, estando ya justificados en su sangre, por l seremos
salvos de la ira" (Romanos 5:9). Cmo podemos estar segu-
ros de que Dios no va a tratar con nosotros con ira a causa de
nuestros pecados? Porque Cristo llev toda la ira de Dios
sobre s mismo en la cruz del Calvario. Nosotros estamos
ahora en El, escondidos en su justicia.
Siempre me ha parecido extrao que en muchos grupos
cristianos las buenas nuevas de Jesucristo parecen estar reser-
vadas para el hombre perdido, mientras que los cristianos
viven con culpa, inseguridad, y temor de la ira divina. Usted
podra ser un asesino que mata con un hacha o un asesino a
sueldo para la Mafia y el mensaje sera: "Dios le ama y
Jesucristo muri por sus pecados. Todo 10 que necesita hacer
es recibir a Jesucristo por la fe y ser salvo". Exacto --cual-
quier hombre que viene a Jesucristo ser salvo no importa
cual sea su pasado-o Sin embargo, los creyentes reciben un
mensaje como el siguiente: "Manchado y carnal pecador,
debes arreglar tu vida o el castigo de Dios caer sobre ti".
Primero usted recibe las noticias buenas, despus de ser
cristiano recibe las malas.
Romanos 5:6-10 responde a esa clase de error. Una para-
frasis sera: "Si Dios demostr la grandeza de su amor hacia
vosotros, en que -aun cuando erais pecadores impos sin
esperanza, y enemigos de Dios- Cristo muri por vosotros,
cunto ms ahora -que sois miembros de la farnilia-
estaris exentos del temor de su juicio.
Hemos sido librados de toda condenacin (juicio, castigo):
"Ahora, pues, ninguna condenacin hay para los que estn en
Cristo Jess" (Romanos 8:1). Este versculo es tan claro
como el cristal. Un cristiano (uno que est en Crisrto Jess)
nunca enfrentar condenacin eterna a causa de sus pecados.
Cmo podemos estar seguros? Repito, porque Cristo llev
nuestrojuicio sobre s mismo sin dejamos nada del mismo, y
nosotros ahora estamos en El, habiendo recibido su justicia.
Hemos sido hechos perfectos para siempre: "Porque por
una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santifica-
dos" (Hebreos 10:14). A menudo ayudo a las personas a
examinar este versculo frase por frase para que reciban todo
el impacto que tiene. Recientemente en nuestro programa
radial tuve una conversacin con Karen, una joven que haba
vivido con sentimientos de culpa. Despus de leer Hebreos
10:14, le hice un pequeo examen.
"Karen, qu dice este versculo acerca de ti?"
"Que he sido hecha perfecta"
"Por cuanto tiempo?"
"Para siempre"
"Cmo fuiste hecha perfecta? Porque actas de una
manera perfecta?"
"No", ella se detuvo por un momento. "Dice: 'Por una sola
ofrenda'. Es por 10 que Jess hizo por nosotros".
"Entonces, Karen, si esto es verdad (y la Biblia as 10 dice)
Cmo te hace sentir?"
"Feliz... libre. Me anima a llegar a conocer a Dios mejor.
Me hace desear amarle ms".
Muchas personas se preguntan por qu encuentran tan
difcil amar a Dios, aunque creen que deben amarle. La
respuesta est en 1 Juan 4:10,18-19.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que l nos am a nosotros, y envi
a su Hijo en propiciacin por nuestros pecados.... En el
amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera
el temor; porque el temor lleva en s castigo. De donde el
que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros
le amamos a l, porque l nos am primero.
Una amiga ma muy querida, Bonnie, haba llegado a
pensar en el suicidio debido a la depresin. Ella se haba
esforzado hasta el punto del agotamiento tratando de ser
"suficientemente buena" para tener la aceptacin de Dios.
Entonces escuch cmo Dios la aceptaba en Cristo y de su
nueva identidad en El. Ella me dijo: "Yo trat por todos los
medios de amar a Dios. Me ensearon que tena que amar a
Dios, y yo pensaba que deba amarle. Pero me di cuenta de
que no poda. No estaba en m. Finalmente, descubr cmo
Dios me ama a m, y la batalla por amarle termin. De all en
adelante, amar a Dios lleg a ser la cosa ms natural en el
mundo.
Nosotros debemos recibir el amor de Dios y descansar en
su total aceptacin antes de poder corresponder al mismo.
Cuanto ms experimentemos del amor de Dios y aprendamos
del mismo diariamente, ms reaccionaremos en amor hacia
El, y hacia otras personas.
El Nuevo Testamento es tan claro y directo en su procla-
macin de nuestra identidad en Cristo, que puede hasta asom-
brarnos. Por algo es tan difcil de creer. Muchas personas
hallan necesario diluir y resistir el mensaje al expresar: "Lo
que la Biblia quiere decir realmente es ..." Pero no lo diluya.
La Biblia quiere decir lo que exactamente dice. Nosotros
hemos sido hechos perfectos. En nuestro propios ojos? No.
De acuerdo a nuestra conducta? No. Hemos sido hechos
perfectos y aceptables ante Dios.
Yo creo que tenemos dificultad con esto simplemente por-
que persistimos en vivir por vista en vez de por fe. Qu es
fe? La Biblia nos lo dice: "Es pues, la fe la certeza de lo que
se espera, la conviccin de lo que no se ve" (Hebreos 11:1).
Si visemos estas cosas, entonces no necesitaramos fe en
absoluto. La fe es escuchar una promesa de Dios y actuar
basados en ella, a pesar de lo que vemos.
Hemos sido hechos completos: "Porque en l habita corpo-
ralmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estis
completos en l" (Colosenses 2:9-lOa) Necesita usted aadir
EL GRAN INTERCAMBIO \ 109
a lo que est completo? No. No puede hacerse "ms completo".
En la regin del estado de Indiana en la que me cri,
abundaban los manzanos. Los muchachos solamos tomar las
manzanas cuando estaban tiernas -pequeas y duras como
piedras- y tener guerritas con ellas. Cuando yo le pegaba en
la cabeza a alguno de los nios, senta que haba logrado algo.
Eran esas manzanas perfectas en su naturaleza? S, absolu-
tamente. Todo lo que necesitaban, ya estaba en ellas. Esta-
ban maduras? No.
Nosotros los cristianos hemos sido hechos completos en
Cristo. Ya somos perdonados, redimidos, vivificados espiri-
tualmente, y permanecemos firmes en la justificacin de
Cristo, totalmente aceptados. Estamos ya perfectamente ma-
duros? No. Eso no suceder hasta el da de la resurreccin,
cuando recibamos nuestros nuevos cuerpos para acompaar
a nuestros espritus resucitados que ya poseemos.
Dios tiene mucho que construir y entrenar en nuestras
vidas. Nosotros debiramos vernos mutuamente con un cartel
invisible en el pecho que diga: "En construccin". Esto nos
hara ms tolerantes y perdonadores los unos hacia los otros.
Mientras tanto, podemos estar seguros de que Dios "que
comenz en vosotros la buena obra, la perfeccionar hasta el
da de Jesucristo" (Filipenses 1:6). A pesar de que algunas
veces estemos conscientes del difcil proceso de crecimiento,
El nos mira como si ya hubiramos llegado. Como le dije a
un radioescucha: "Dios nunca le amar o aceptar a usted una
onza ms o una onza menos de lo que le acepta en este mismo
momento". Esa es una verdad importante sobre la cual debe-
mos construir nuestras vidas.
Hemos sido hechos ciudadanos del cielo: "Mas nuestra
ciudadana est en los cielos, de donde tambin esperamos al
Salvador, al Seor Jesucristo" (Filipenses 3:20). La historia
de mi esposa ilustra esta verdad. Amy naci en Rusia y vivi
en Alemania despus de la guerra. Cuando yo estaba en el
ejrcito, me cas con ella y la traje a los Estados Unidos.
Ahora, como ciudadana norteamericana, ella no tiene ninguna
relacin con la doctrina comunista que escuch cuando era
nia. Tiene una ciudadana completa en un pas diferente.
Tiene una nueva identidad.
Digamos, no obstante, que los agentes rusos la persigan
constantemente y le digan: "T eres rusa. Tienes que hacer lo
que nosotros te digamos. No puedes cambiar lo que r ~ T
trabajas para nosotros". No hay razn para que se pierda
tiempo argumentando con ellos. Amy puede descansar en la
verdad. "Vyanse, yo no tengo ninguna clase de relacin con
ustedes, mi identidad ya no es de Rusia, ahora soy ciudadana
norteamericana. Ahora tengo los privilegios, derechos y leyes
de los Estados Unidos de Amrica. Vyanse, o llamar a la
polica".
As es como debemos tratar con las mentiras del diablo.
Todos hemos tenido la experiencia de desear ser todo lo que
Dios quiere que seamos, y fracasar en el intento. Ya conoce-
mos esa voz que susurra al odo: "Nunca lo logrars, eres un
cristiano miserable. Dios te ha olvidado. Eres inaceptable".
No pierda tiempo y esfuerzo discutiendo con l. Slo rechace
la mentira y descanse en la verdad que Dios dice acerca de
usted. "Yo soy hijo de Dios, si no te gusta algo acerca de m,
Satans, llvalo a Jess. El es mi Seor. Yo no tengo ninguna
relacin contigo".
Amy puede decir: "Yoya he muerto a Rusia, y ahora vivo
para los Estados Unidos. De la misma manera, nosotros
podemos decir: "Estoy muerto al pecado y a la paga del
mismo, y vivo para Dios". Romanos 6:3-410 expresa as:
no sabis que todos los que hemos sido bautizados
en Cristo Jess, hemos sido bautizados en su muerte?
Porque somos sepultados juntamente con l para muerte
por el bautismo, a fin de que como Cristo resucit de los
muertos por la gloria del Padre, as tambin nosotros
andemos en vida nueva.
Debido a que hemos experimentado un gran intercambio
divino, podemos entonces considerar el pasado como muerto,
y concentrarnos en andar en la nueva vida que hemos recibido.
Pablo escribi: "No me avergenzo del evangelio, porque
es poder de Dios para salvacin a todo aquel que cree"
(Romanos 1:16). Este es un mensaje de amor, de aceptacin,
de vida. No slo para que podamos ir al cielo al morir. Es
vida, y poder para vivir aqu ahora:
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo
yo, mas vive Cristo en m; y lo que ahora vivo en la carne,
lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am y se
entreg a s mismo por m (Glatas 2:20).
Hay muchas personas que encuentran este mensaje ofensi-
vo, y se enojan. Hay otro grupo que dice: "S, s. S que lo
que usted dice es verdad. Pero uno no puede quedarse sola-
mente con estas cosas; tiene que proseguir a la verdad prc-
tica". Escuche! No hay nada ms prctico que el mensaje de
amor y gracia, y la identidad del creyente en Cristo. La gente
siempre est buscando el poder de Dios, y ste consiste en lo
que acabo de mencionar.
A manera de prueba, tomemos una situacin realmente
difcil. Cmo aconsejara usted a alguien que practica la
homosexualidad? Tiene Jesucristo alguna respuesta para l?
Todos sabemos que la homosexualidad es algo incorrecto. El
mundo la denomina "enfermedad", "estilo de vida alternati-
va", "preferencia sexual". Pero nadie que acepte la Biblia
como Palabra de Dios puede llamarla otra cosa que pecado.
Pero simplemente aceptarla como pecado, probar que es
mala, no resuelve nada. Qu respuesta podramos darle al
hombre que se halla en esta clase de esclavitud? Yo slo s
de una: l necesita no slo un cambio de conducta, sino
tambin una nueva identidad.
Lee se hundi en una silla en mi oficina mientras me
relataba su historia. "He sido homosexual durante muchos
aos", dijo. Habl en voz baja. Estaba visiblemente deprimi-
do y cansado. "Entonces hace slo unos meses unos amigos
me hablaron de Cristo. Comenc a asistir a la iglesia, y cre
que ya todo haba cambia?o. Pero ~ o r hay un m u h ~ h o en
la iglesia por el cual me SIento atrado, y no puedo sacarmelo
de la mente". Su voz se quebr con emocin al hablar del
dolor de su corazn, y de cmo a pesar de todos sus esfuerzos
por cambiar se encontraba regresando a los mismos viejos
hbitos.
"Recapacitemos por un momento", dije, "y djame exponer
lo que es la salvacin". Le expliqu qu es el evangelio: la
muerte del Seor Jesucristo y cmo trat con el pecado, su
resurreccin por medio de la cual ahora puede darnos de su
vida. Le mostr que la salvacin no es nuestro esfuerzo para
cambiar nuestra conducta; sino, ms bien, que Dios nos hace
una nueva creacin. Mi primera meta era descubrir si Lee
realmente era cristiano.
Basado en sus respuestas, l haba nacido de nuevo. En
realidad haba recibido a Cristo, de modo que nuestro trabajo
tena que realizarse en otras reas. Qu hace usted si es
cristiano y est luchando con tentaciones y deseos que obvia-
mente son pecaminosos? En el caso de Lee, como en la
mayora de las situaciones en la consejera, haba temas que
necesitaban ser clarificados.
"Lee", le dije, "cuando t recibiste a Cristo, qu parte tuya
naci de nuevo?"
"Yo creo que mi espritu".
"Exacto. Cuando somos salvos, nuestros cuerpos no nacen
de nuevo. Yo poseo el mismo de antes y, en efecto, est
degenerndose ms y ms. Tampoco nuestras almas (mente,
emociones, y voluntad) nacen de nuevo. En otras palabras, es
posible que an t y yo pensemos las mismas ideas tontas,
tengamos los mismos deseos carnales, y hagamos las cosas
pecaminosas que hacamos antes de ser cristianos. Por eso la
Biblia dice: 'No os conformis a este siglo, sino transformaos
por medio de la renovacin de vuestro entendimiento' (Ro-
manos 12:2). Antes vivamos en completa oscuridad, bajo las
mentiras de Satans, pero ahora podemos ser liberados por
medio de la verdad. El Espritu de Dios vive en ti y desea
renovar tu mente. Adems, Jess prometi que la verdad nos
hara libres. Pero la renovacin de nuestra mente es un
proceso de toda la vida".
Habl con Lee de otras verdades en muchas reas, empe-
zando por el asunto de la identidad. Quin dijo ser Lee al
principio de nuestra conversacin? Un homosexual. Pero es
eso verdad? Es eso lo que Dios dice acerca de l? Por favor,
leamos 1 Corintios 6:9-10:
No sabis que los injustos no heredarn el reino de
Dios? No erris; ni los fornicarios, ni los idlatras, ni los
adlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni
los maldicientes, ni los estafadores, heredarn el reino de
Dios.
[Caramba! Qu difcil! Por qu comenzar en este pasaje?
Porque estamos comprometidos con la verdad. Y de acuerdo
con la Palabra de Dios, tengo que llamar la homosexualidad
como la Biblia la llama: pecado. Pero antes que cualquiera
comience a asumir una actitud farisaica, he de sealar que en
esa misma lista hay cosas come "avaros", y "maldicientes".
Cuntos de nosotros podramos decir que estamos libres de
toda avaricia? Cuntos podemos decir que nunca chismea-
mos? Si no fuese por la gracia de Dios en Jesucristo, esos
pecados -al igual que la homosexualidad- seran suficien-
tes para condenarnos.
A menudo, nos detenemos, al leer la Biblia, en el lugar
equivocado. Lee en realidad no necesitaba convencimiento
--l conoca sus pecados-o Lo que el necesitaba eran las
buenas nuevas que le libertaran, las cuales aparecen en el
prximo versculo: "Yesto erais algunos" (l Corintios 6: 11).
"Ves esa verdad Lee?", le pregunt. "T llegaste ac y me
dijiste que eres homosexual. Pero la Biblia dice que eso eras
antes. Esa no es tu identidad ahora! Permteme terminar de
leer el versculo: 'mas ya habis sido lavados, ya habis sido
santificados, ya habis sido justificados en el nombre del
Seor Jess, y por el Espritu de nuestro Dios'" (l Corintios
6: 11). Segu explicando. "Cuando Dios te ve, El no te mira
con una identidad de 'homosexual' . T eres hijo de Dios, Lee.
Eso es lo que eres". Luego estudiamos muchos otros pasajes
que hablan de la identidad del creyente en Cristo.
Despus de mucho tiempo de estudio y discusin, Lee
respondi de esta manera: "Bob, si estas cosas describen lo
que soy, entonces esa actividad pasada no tiene sentido". Ese
es precisamente el punto. Si la identidad de una persona es
"homosexual", lo ms lgico y natural que puede esperarse
de ella es actividad homosexual. Pero si su identidad es "hijo
de Dios" -santo, amado, justo ante los ojos de Dios-,
entonces esa conducta no tiene sentido, porque es totalmente
inconsecuente con lo que es. Lee entendi esa verdad, yeso
fue el comienzo del cambio en su vida.
Por supuesto haba ms. En el resto de 1 Corintios 6 se
expone la conducta razonable y lgica que debe resultar de la
verdad de quin uno es segn el versculo 11:
No sabis que vuestros cuerpos son miembros de Cris-
to? Quitar, pues, los miembros de Cristo y los har
miembros de una ramera? De ningn modo. O no sabis
que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella?
Porque dice: Los dos sern una sola carne. Pero el que se
une al Seor, un espritu es con l. Huid la fornicacin.
Cualquier otro pecado que el hombre cometa, est fuera
del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo
peca. O ignoris que vuestro cuerpo es templo del Esp-
ritu Santo, el cual est en vosotros, el cual tenis de Dios,
y que no sois vuestros? Porque habis sido comprados por
precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestroespritu,loscualessonde Dios (l Corintios6:15-20).
La repeticin de la frase "no sabis" martilla la verdad de
que si usted sabe quin es ahora en Cristo, entonces no tiene
sentidohacer otra cosa que ofrecersea Dios para que Elle use.
Comenzando con este fundamento, procedimos a trabajar
duro para identificar otros principios de verdad y error que
pudieran ayudar a Lee a escapar de la tentacin. "El primer
pecado de Adn y Eva fue su decisin de negar a Dios como
la nica fuente de verdad, y determinar por s mismos lo que
era bueno o malo. De modo que acusaron a Dios de mentiroso
y tomaron su propio camino. Cada uno de nosotros que nace
en este mundo desde entonces tiene la misma tendencia. Cada
tentacin nos llega envuelta en una mentira, como 'Esto es
algo natural', o 'Te har feliz', o 'Bien te lo mereces'. Dios
dice: 'No os ha sobrevenido ninguna tentacin que no sea
humana; pero fiel es Dios, que no os dejar ser tentados ms
de lo que podis resistir, sino que dar tambin juntamente
con la tentacin la salida, para que podis sorportar' (l
Corintios 10:13). Para rechazar la tentacin, por lo tanto,
nosotros tenemos que identificar la verdad en esa rea y
escoger la verdad mediante la dependencia de Cristo.
"Por ejemplo", segu diciendo, "Dios te hizo hombre. El
tambin cre a las mujeres y nos dise para ser atrados por
el sexo opuesto. Cada pecado es una perversin de la verdad,
yeso incluye la tentacin especfica que ests experimentan-
do. Pero todos nosotros podemos ser tentados en cualquier
cosa que sea contraria al testimonio claro de Dios. El hombre
funciona de esa manera toda su vida. T te desvas de una
manera; otros se desvan en otras direcciones. Cuando esco-
gemos la mentira, todos estamos diciendo lo mismo que
Adn: 'Dios t no sabes de qu ests hablando. Esta otra cosa
es ms divertida que la que que t dices'. Usualmente descu-
brimos despus cun trgicas pueden ser nuestras decisiones.
Hay placer por un rato, pero a la vez hay algo en nuestras
almas que comienza a corroer. Entonces empezamos a pagar
un alto precio en culpa, temor, depresin y odio a nosotros
mismos.
"Pero ahora, habiendo recibido la nueva vida en Cristo,
podemos adherirnos a El para experimentar sentido y prop-
sito genuinos. Podemos andar diariamente en su amor y su
aceptacin incondicionales. Podemos aprender la satisfaccin
de servir a otras personas Y de ver a Cristo usarnos en
provecho de sus vidas. .
"Si tomas una determinacin por fe en Cnsto, y
sometes tus experiencias diarias a El para evalue la
verdad y el error -y te atienes a ello-, descubnras que esos
deseos comienzan a morir. Ahora bien, hay que.
de que siempre habr la posibilidad de la tentacin, MIentras
vivas en este cuerpo, siempre tendrs batallas los
de la carne, de modo que tendrs que hacer decIsIones. sabias
para evitar tentaciones innecesarias. Con el paso del tIempo;
Dios ir renovando tu mente con su verdad, lo cual traera
emociones y deseos ms consecuentes con
realidad -una nueva criatura en Cristo-o Tu decisin diaria,
entonces, ser el aplicar Glatas 5: 16: 'Digo, pues: Andad en
el Espritu, y no satisfagis los deseos de
Yo he visto a Lee y muchos otros como el ser liberados de
terribles esclavitudes mediante este mensaje. La nica solu-
cin es un intercambio total. Primero, Lee tuvo que intercam-
biar una identidad basada en su conducta, por una identidad
basada en la verdad de Dios. Lee tuvo que reconocer que al
nacer de nuevo le haba dado todo lo que l era a Jess, y a
cambio haba recibido todo lo que Jesucristo es. Como dice
1 Pedro 2:24: "Quien llev l mismo nuestros pecados en su
cuerpo sobre el madero, para que nosotros,
a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya henda fuisteis
sanados". Lee necesitaba no slo aprender a decir "no" al
pecado sino tambin decir "s" al Seor que
en l' no slo considerarse "muerto al pecado, smo tambin
"vivd para Dios en Cristo Jess, Seor nuestro" (Romanos
6:11).
Para cualquier cosa con la cual usted o yo estemos
do, la respuesta es la misma. Es solamente mediante un
intercambio total que veremos el principio de los cambios
que deseamos.
9
El ministerio de condenacin
"Vayamos ahora a Louisville, Kentucky", dije al colocar en
el aire una de las voces en nuestro estudio radial. "Margarita,
usted est en el programa 'People to People' [De Persona a
Persona]".
"Yo slo quisiera saber si es posible para un cristiano
cometer suicidio y todava ir al cielo".
Si es de temer que lo pongan a uno en ese aprieto en
cualquier lugar, piense cunto ms cuando en todo el pas le
estn escuchando en la radio. Ajuzgar por el tono de su voz,
no caba duda de lo que ella quiso decir. Margarita no hizo la
pregunta por mera curiosidad. Ella estaba considerando qui-
tarse la vida. Los cristianos no son inmunes a semejantes
ideas y deseos. A propsito, su desespero puede ser ms
profundo debido a que se supone que han encontrado la
respuesta a los problemas de la vida. Cuando usted llega a
conocer a Dios y an no puede arreglar su vida, a quin ms
ha de recurrir?
Puede Dios fracasar? No. La respuesta al problema es la
misma que ya hemos discutido desde distintos ngulos: la
verdad libera, el error esclaviza. Mi tarea con Margarita era
descubrir y corregir los errores que haba en su mente, los
cuales estaban causando tal dolor.
En este caso, esa noche pude ayudar a que Margarita
comenzara a experimentar la solucin de sus problemas. Pero
tom tiempo: escuchar casetes, hacer estudios bblicos, y
117
recibir la ayuda personal de nuestros consejeros en Louisville.
Pero cmo es posible que un cristiano pueda llegar a tales
profunidades emocionales?
Margarita haba sido cristiana durante casi seis aos. En los
primeros das, haba experimentado un gozo continuo en el
Seor. Se sumergi en la adoracin en la iglesia, asisti a
muchos seminarios y, en sus propias palabras, asista a la
iglesia "cada vez que las puertas estaban abiertas". Haba un
gran nfasis en victoria en su iglesia, con una actitud que
Margarita describi como: "T y Jess pueden derrotar cual-
quier cosa" .
"El nico problema era que no funcionaba en mi caso.
Despus de los servicios sala muy fortalecida, pero el prxi-
mo da de nuevo los problemas me atormentaban. Mi vida
pareca un sube y baja constante: emocionada en la iglesia,
pero desecha en la casa y en el trabajo.
"Todos los predicadores enseaban que si uno tena un
problema que no poda vencer, era porque no estaba haciendo
las cosas correctamente. Sus implicaciones eran: 'Si usted
estudia la Biblia suficientemente, si usted ora y ayuna lo
suficiente, si ofrenda suficientemente, entonces Dios le librar
de todos sus problemas'. Pero yo estaba dando, estudiando,
orando, ayunando y buscando a Dios. Y aun as tena proble-
mas financieros. Todava era madre soltera que criaba a un
adolescente. An me senta sola. Todava luchaba con mi
peso. Estaba enojada. Qu era lo que estaba haciendo mal?
Me haban enseado que si haca todas las cosas correctamen-
te, entonces Dios me librara de todos mis problemas. Pero
El no lo hizo. La nica cosa que poda dar por sentado era que
El me rechazaba, que rehusaba ayudarme por alguna razn.
"Cuando les hablaba a mis maestros acerca de mis batallas,
ellos siempre me hacan responsable de las mismas. Me
respondan que tal vez estaba dando lugar a Satans en mi
corazn. De nuevo confesaba mi ira y mis hbitos de comer
en abundancia, y prometa a Dios que tratara de orar y ayunar
y buscarle ms" .
EL MINISTERIO DE LA CONDENACION \ 119
Su patrn cclico de trabajo, fracaso y depresin se ahon-
daron a tal extremo que ella dijo: "Estaba lista para colocar
una pistola a mi cabeza. Me levantaba para ir al trabajo, y en
el camino comenzaba a llorar incontrolablemente. Regresaba
a la casa, bajaba las cortinas, me tiraba en el sof, y all pasaba
el resto del da. Como tena temor de quitarme la vida, oraba
cada noche a Dios que no despertara a la maana siguiente.
Ya que pensaba que Dios me odiaba tanto, yo no vea razn
alguna para que El no contestara a lo menos esa oracin".
Mientras que Margarita lleg a un nivel de depresin y
desespero ms profundo que al que llegan la mayora de las
personas, la raz de su esclavitud es actualmente muy comn.
Es algo que yo mismo he experimentado, y he descubierto
que muchos cristianos hasta cierto punto estn enredados en
el mismo error. En efecto, este mismo error ha plagado al
mundo cristiano durante ms de 2.000 aos. Fue, precisamente,
este el asunto clave de la primera controversia que la iglesia
primitiva tuvo que enfrentar. La cuestin es la ley y la gracia.
Me he dado cuenta de que pocos cristianos estn familiari-
zados con este asunto. Aquellos que han escuchado de la
gracia y de la ley, tienden a colocarla en la categora de tema
teolgico seco. Nada podra estar ms lejos de la verdad. Ley
y gracia es algo que vivimos cada da, sepmoslo o no. El
asunto de la ley y la gracia tiene que ver con cmo vemos
nuestras vidas cristianas, y sus efectos son de mucho alcance
y profundos. Lo que usted puede observar en la historia de
Margarita es el resultado de una persona que trata de vivir
conforme a la ley. Ella es libre hoy porque aprendi lo que
significa vivir conforme a la gracia.
Clarifiquemos el asunto. En su manera ms simple, la
cuestin de la ley y de la gracia tiene que ver con esto: ley y
gracia se relacionan con la aceptacin por Dios. En otras
palabras, sobre qu bases es un hombre hecho aceptable ante
Dios? Solamente hay tres respuestas. El hombre es hecho
aceptable ante Dios (o se hace a s mismo aceptable) por la
ley, por la gracia, o por un tercer hbrido llamado galacianis-
mo. Examinemos cada uno.
1. Ley. El hombre es responsable de hacerse aceptable ante
Dios por sus obras. Uno es aceptado por Dios por lo que hace
o no hace. Usted fcilmente identifica la ley por la presencia
de una pequea palabra de dos letras: "si". "Si usted hace esto,
entonces Dios le aceptar". Evidentemente lo opuesto tam-
bin debe de ser cierto: "Si usted no lo hace, entonces Dios
no le aceptar". La relacin especial de Dios con la nacin de
Israel, llamado el antiguo pacto o la ley, comenz con esta
condicin:
Ahora, pues, si diereis odo a mi voz, y guardareis mi
pacto, vosotros seris mi especial tesoro sobre todos los
pueblos; porque ma es toda la tierra. Yvosotros me seris
un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las pala-
bras que dirs a los hijos de Israel (Exodo 19:5-6).
2. Gracia. Dios le da al hombre total aceptacin como un
regalo por medio de Jesucristo. Las obras del hombre no
contribuyen en manera alguna a su aceptacin delante de
Dios. Una vez se le pregunt a Jess: "Qu debemos hacer
para poner en prctica las obras de Dios?". Jess contest:
"Esta es la obra de Dios, que creis en el que l ha enviado"
(Juan 6:28-29). Porfe y lafe sola, un hombre recibe el regalo
de la justicia en Cristo: "Mas por l estis vosotros en Cristo
Jess, el cual nos ha sido hecho por Dios sabidura, justifi-
cacin, santificacin y redencin" (l Corintios 1:30).
Efesios 2:8-9 es una declaracin tan directa como pueda
hallarse en la Biblia: "Porque por gracia sois salvos por medio
de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por
obras, para que nadie se glorie".
3. Galacianismo. El intento de mezclar la ley y la gracia.
El galacianismo se expresa de muchas maneras, pero tarde o
temprano termina en una contradiccinsin sentido: "La gracia
de Dios ha hechoposiblequeel hombreobrepara suaceptacin
y perdn", o bien: "Dios nos ama incondicionalmente si
guardamos todas las reglas". La leyes la esfera de lo que
usted gana por su conducta. La gracia es la esfera en la cual
se recibe un regalo. Cmo pueden mezclarse las dos?
Imagnese que se le acerque un amigo un da y le diga: "Voy
a regalarte un automvil completamente gratis por slo
$1000.00".
"Un momento", dira usted, "Dijo que me iba a regalar un
auto, o que me lo va a vender en $1000.oo?"
"Exacto", dice l. "Se lo regalo por slo $1000.00".
Eso es un disparate. La palabra "gratis" por definicin
significa sin ninguna clase de pago. Usted no puede trabajar
para recibir un regalo, porque si lo hace, deja de ser regalo.
Aun el pago de $1.00 lo quita de la esfera de un regalo. Un
regalo no es regalo a menos que sea gratuito.
Un da, Katie, la hijita de siete aos de Tim Stevenson,
estaba ofreciendo a los nios de su vecindario un paseo gratis
en su carrito por 25 centavos. "Pero Katie", le dijo la mam,
"t no puedes decirles a tus amigos que es gratis si les cobras
algo". Katie contest: "Pero si no les digo que es gratis, nadie
querr un paseo". Me sonro al escuchar las tcticas de venta
de Katie, pero tristemente me hace recordar cmo a menudo
se presenta el Evangelio. Las personas son atradas a Cristo
por el mensaje de su amor total, su aceptacin, y la salvacin
por gracia; entonces una vez que ellos estn en la familia de
Dios, se ven derrotados por exigencias de conformidad y
conducta. Pero la Biblia dice que las obras y la gracia se
excluyen mutuamente: "Y si por gracia, ya no es por obras;
de otra manera la gracia ya no es gracia. Ysi por obras, ya no
es gracia; de otra manera la obra ya no es obra" (Romanos
11:6).
El problema no es nuevo. El apstol Pablo luch con esto
durante todo su ministerio. Cada vez que iba a una nueva
regin a compartir las buenas nuevas de Jesucristo, miles eran
salvos. Entonces despus de su partida otros maestros llega-
ban para "ayudar" a los nuevos creyentes y "corregan" su
entendimiento.
"Es bueno creer en Jess, pero eso no es suficiente, si usted
desea ser aceptable delante de Dios, debe circuncidarse con-
forme a la ley de Moiss. Tienen que guardar el sbado y otras
fiestas, y seguir las dietas de la ley". Estos maestros judaizan-
tes, tambin atacaban las credenciales del apstol Pablo,
poniendo en duda que fuera verdadero apstol. Fue precisa-
mente una situacin semejante lo que le motiv a escribir la
carta a los Glatas. Su respuesta fue tan sutil como un cuchillo
de carnicero (!):
Oh glatas insensatos! quin os fascin para no obe-
decer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue
ya presentado claramente entre vosotros como crucifica-
do? Esto solo quiero saber de vosotros: Recibisteis el
Espritu por las obras de la ley, o por el or con fe? Tan
necios sois? Habiendo comenzado por el Espritu, ahora
vais a acabar por la carne? (Glatas 3: 1-3)
El error de los Glatas ha sido la espina en la carne de la
iglesia desde el principio. En muchos lugares y tiempos ha
sido algo directo. "Usted no es salvo slo por la fe, sino por
la fe ms las buenas obras". En realidad, el error es fcil de
tratar si usted conoce la Biblia. El ms dificil, es el que llev
a Margarita a la desilusin. Este error es cometido por grupos
que ensean que una persona es salva por la gracia de Dios,
por medio de la fe y que no se puede hacer nada para
contribuir a su salvacin. En esta declaracin hay verdad. El
nico problema es que el uso que ellos hacen de la palabra
se limita al paso inicial de recibir a Cristo, y a ir al
CIelo despus de la muerte. Sin embargo, para lo que es ahora,
ensean que Dios le acepta sobre la base de su conducta con
ciertas reglas. Como dice un amigo mo, cuando usted es
bueno, recibe galletitas, cuando es malo, recibe garrote. Es
este retorno a la ley lo que Pablo tiene en mente con su
pregunta: "Habiendo comenzado por el Espritu, ahora vais
a acabar por la carne?" (Glatas 3:3).
Margarita me dijo: "Ellos me ensearon claramente que
uno es salvo slo por la fe en Cristo Jess. Pero nunca me
ensearon que, como cristiano, la fe es como uno vive. El
nfasis era siempre en lo que deba estar haciendo para Dios,
y nunca en lo que Dios ya haba hecho y ha prometido hacer
por m".
Esta parece ser la experiencia de la mayora de los cristia-
nos hoy. Como vimos en el captulo anterior, el amor no tiene
sentido sin la aceptacin. Como consecuencia de mezclar la
ley y la gracia, multitudes de cristianos estn absolutamente
seguros de que van al cielo al morir, pero viven en diario
temor, frustracin y culpa. En la creencia de que Dios se halla
lejos por no aprobar la conducta de ellos, nunca pueden
descubrir que Cristo vive en ellos y a travs de ellos.
La razn por la cual las personas persisten en tratar de traer
la ley a la vida cristiana, es que nunca han entendido el
propsito y significado real de la ley. Mientras que haba
algunos propsitos generales en la ley dada a Moiss, como
proveer ciertas leyes civiles sin las cuales ninguna sociedad
puede funcionar, su propsito principal es dirigir al hombre
a la salvacin.
Primero, la ley define el pecado Romanos 4: 15 dice: "Don-
de no hay ley, tampoco hay transgresin". En otras palabras,
usted no puede quebrantar una ley que no existe. La polica
no puede detenerle y ponerle una multa por ir a velocidad
excesiva si el estado no tiene leyes especficas en cuanto al
lmite de la velocidad. Por eso Romanos 5: 13 dice: "Pues
antes de la ley, no haba pecado en el mundo; pero donde no
hay ley, no se inculpa de pecado".
Segundo, la ley convence al hombre de su culpa y la
necesidad de salvacin. La pregunta es: Quin vendr al
Salvador? La respuesta: Solamente aquel que reconoce su
necesidad de ser salvo. El propsito principal por el cual Dios
dio la ley, fue convencer a los hombres de su condicin
perdida, para que estuvierandispuestos a aceptar a Jesucristo
como su Salvador.
Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los
que estn bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo
el mundo quede bajo eljuicio de Dios; ya que por las obras
de la ley ningn ser humano ser justificado delante de l;
porque por medio de la leyes el conocimiento del pecado
(Romanos 3:19-20).
Para muchos es sorprendente descubrir que el propsito de
la ley nunca fue hacer a un hombre recto delante de Dios.
Todo lo que la ley puede hacer es declarar una norma y
condenar a una persona por su fracaso. La leyes, pues, como
un espejo, el cual le puede mostrar a uno que tiene la cara
sucia, pero no se la puede lavar.
La leyes como los exmenes finales que nos hacan en la
escuela. En aquel entonces crea que era bueno tener esa clase
de exmenes: si obtena una calificacin superior a setenta
por ciento, aprobaba la asignatura. Pero en cuanto a la ley de
Dios, la nica calificacin aceptable es cien por cien. Es
cuestin de aprobar o quedar eliminado. Usted tiene que ser
perfecto, o ha fracasado y est condenado al juicio.
Nos gusta compararnos con otras personas. Hay otros que
son mejores, pero usted siempre se encontrar a alguien que
es peor. Pero Dios no nos compara los unos con los otros. Si
se nos mide de acuerdo a nuestro desempeo, slo hay una
medida: la perfeccin: "Porque cualquiera que guarde toda
la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos"
(Santiago 2: 10). Eso, amigo mo, significa durante toda su
vida.
En Glatas 3:10, Pablo lo expresa as: "Todos los que
dependen de las obras de la ley estn bajo maldicin, pues
escrito est: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas
las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas". El
resultado de la leyes maldicin! Por qu? Porque haya algo
malo en la ley? No. El problema est en nosotros. La norma
de la ley para ser aceptados es la perfeccin total: "todas las
cosas escritas en el libro de la ley". Una sola cosa que deje
uno de cumplir le pone bajo la maldicin.
Lo sorprendente es que Pablo se refiere aqu precisamente
a la ley escrita. Jesucristo en su ministerio de enseanza, fue
ms all de la ley escrita, al espritu real y al verdadero
significado que haba detrs de ella. El habl a una genera-
cin que pensaba que estaban bien por el simple hecho de ser
judos. Ellos crean que eran justos porque literalmente no
haban matado a nadie. Para sacudirles de esa autocompla-
cencia, Jess magnific el principio implicado en las deman-
das de la ley:
Osteis que fue dicho a los antiguos: No matars; y
cualquiera que matare ser culpable de juicio. Pero yo os
digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, ser
culpable de juicio (Mateo 5:21-22).
Hizo 10 mismo con el asunto del adulterio:
Osteis que fue dicho: No cometers adulterio. Pero yo
os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciar-
la, ya adulter con ella en su corazn (Mateo 5:27-28).
El prosigue con la discusin de otras muchas cuestiones,
siempre yendo ms all de la ley escrita a la intencin que
haba detrs de ella. Y resumi las demandas de la ley con la
declaracin: "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro
Padre que est en los cielos es perfecto (Mateo 5:48). Cristo
estaba tratando de enfatizar el mensaje de que si usted desea
ser aceptado por Dios basado en sus mritos, la norma es la
perfeccin, tanto en lo interno como en lo externo. No es de
asombrarse que cuando El termin estas palabras la gente
quedara admirada de su doctrina.
En 2 Corintios 3:6 se nos dice que la ley (aqu llamada "la
letra") mata. En el mismo pasaje, la ley se describe como el
"ministerio de muerte" (v.7), y el "ministerio de condena-
cin" (v.9). "Por qu Dios dio una ley que matara y conde-
nara al hombre?", me preguntan muchos. Yo contesto: "Lo
hizo para matar y condenar. Cuando la ley trae muerte y
condenacin, cumple su propsito. Eso es lo que se espera
que haga". Porque Dios es cruel? No. Porque es un ministe-
rio necesario para traemos a la salvacin dada mediante
Jesucristo. Glatas 3:23-24 lo expresa as:
Antes que viniese la fe, estbamos confinados bajo la
ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De
manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevamos a
Cristo, a fin de que fusemos justificados por la fe.
Nosotros nos miramos en el espejo de la ley y nos damos
cuenta de que hemos quebrantado la ley, y por lo tanto
estamos bajo su maldicin. Desesperadamente clamamos a
Dios: "Cmo puedo ser salvo?", y la respuesta es: "Cree en
el Seor Jesucristo, y sers salvo". Al llegar a este punto, qu
papel juega la ley en nuestras vidas? Ninguno. Yaha cumpli-
do su misin. Su propsito era llevamos a Cristo, y lo hizo.
"Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo" (Glatas 3:25),
ya no estamos bajo la supervisin de la ley.
Muchos preguntan: "Pero no se espera que todava guar-
demos los Diez Mandamientos?" Aun pasando por alto el
hecho de que nadie podra guardarlos, existe otro problema.
No hace mucho que un pastor me hizo esa pregunta. Le
contest con otra pregunta: "Qu hizo usted el sbado pasa-
do?" Un poco sorprendido, me dijo que haba recortado el
csped y despus se haba ido a pescar.
"Se da cuenta de que si los Diez Mandamientos todava
estuviesen en vigor, usted debera ser apedreado?" El manda-
miento es: 'Acurdate del da de reposo para santificarlo....
no hagas en l obra alguna'" (Exodo 20:8,10).
El se dio cuenta del punto. El domingo no es el sbado. El
verdadero sbado es desde la puesta del sol del viernes hasta
la puesta del sol del sbado. La iglesia deliberadamente no ha
adorado en sbado durante diecinueve siglos.
Hoy hemos olvidado la razn de esta tradicin, pero la
iglesia primitiva la conoca como la palma de su mano. Ellos
reconocieron que Dios ya haba abolido el sistema antiguo,
la ley, y establecido algo nuevo: un nuevo pacto, un nuevo
arreglo entre Dios y el hombre en el cual el tiempo y el lugar
de la adoracin ya no importan. Cada da es de descanso para
aquellos que estn unidos a Cristo Jess.
Recientemente, durante uno de nuestros seminarios, un
hombre llamado Miguel me pregunt: "Pero acaso no estn
los Diez Mandamientos repetidos en el Nuevo Testamento?
Adems, el Nuevo Testamento est repleto de mandamientos.
Cul es la diferencia entre stos y estar bajo la ley?"
"Buena pregunta", dije yo. "Debemos damos cuenta de que
una ley no es slo un mandamiento. Es siempre un manda-
miento asociado a un castigo. Por ejemplo, en los Estados
Unidos, la ley relacionada con la velocidad no es simplemen-
te: 'No manejars a ms de 55 millas por hora', sino: 'No
manejars a ms de 55 millas por hora, y si lo haces, tendrs
que pagar una multa hasta de $200' .
"Miguel, t tienes razn al decir que ves la misma morali-
dad del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento. Lo
bueno y lo malo siguen siendo lo bueno y lo malo, ya que la
moral refleja el carcter de Dios, y El no cambia. Pero la
diferencia es esta: Bajo la ley 'La paga del pecado es muerte'
(Romanos 6:23), pero 'ahora ninguna condenacin hay para
los que estn en Cristo Jess' (Romanos 8: 1).
"Esa es una razn por la cual los mandamientos en el
Nuevo Testamento no son leyes. La segunda razn es que
nosotros no estamos obedeciendo esos mandamientos neo-
testamentarios para ser aceptados por Dios.
"Bajo la ley, un hombre trabaja para ser aceptado por Dios.
Bajo la gracia, un hombre sirve porque ya ha sido aceptado
por Dios". La dificultad del hombre en entender los princi-
pios de la ley y la gracia, no son un fenmeno nuevo. Jess
enfrent las mismas controversias. En efecto, ese es el marco
de las respuestas que El dio a algunos crticos que le pregun-
taron por qu El y sus discpulos no observaban todas las
tradiciones legalistas tradicionales:
Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los
odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se
pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo
uno y lo otro se conservan juntamente (Mateo 9: 17).
En el proceso de hacer vino de aquellos tiempos, el jugo de
uva fresco se depositaba en un odre. Cuando el jugo se iba
transformando en vino por el proceso de fermentacin, se
expanda, y estiraba el cuero hasta sus lmites. Despus de
usar aquel vino, ese odre jams se volva a llenar con vino
nuevo. Ese cuero ya se haban estirado lo ms que poda. Si
lo hubiesen hecho, la fermentacin lo habra roto. Se habra
perdido el odre y tambin el vino.
Jess est tratando de que entiendan que el nuevo pacto que
Dios est inaugurando, no puede contenerse dentro de las
formas del antiguo pacto; es decir la ley. La ley y la gracia
son dos principios opuestos. No pueden ni deben ser mezcla-
dos. Si usted intenta hacerlo, ver como ambos se destruyen:
a la ley se le quita su terror y la condenacin; y a la gracia, su
libertad y gozo. Usted termina con una tierra de nadie media-
tizada en la cual ninguna de las dos puede producir aquello
para lo cual fueron creadas.
Es un asunto serio estar bajo la ley? Acurdese de Marga-
rita. La ley mata. La ley condena. No hay esperanza bajo la
ley. Pero no porque sea mala. Cuando ella hace estas cosas,
est haciendo precisamente lo que Dios quera que hiciera
-de modo que nuestros corazones estn preparados para Su
solucin-: "Porque el fin de la leyes Cristo, para justicia a
todo aquel que cree" (Romanos 10:4).
"Pero esta clase de mensaje va a hacer que la gente peque
ms" , objetan muchos. Otros preguntan: "Cmo Dios nos
gua, si no por la ley?" Vaya dar respuesta a estas interrogan-
tes en los prximos captulos. Baste por ahora este anuncio
de nuestra liberacin: "Porque el pecado no se enseorear
de vosotros; p_ufs no estis bajo la ley, sino bajo la gracia"
(Romanos 6: 14):
10
Libre del yugo de la esclavitud
Dondequiera que el mensaje puro del amor de Dios y
aceptacin en Jesucristo se ha dado, la gente presenta la
misma objecin: "Pero usted le est dando licencia a la gente
para pecar". En realidad, me he dado cuenta de que la gente
est pecando aun sin licencia, pero eso es otro asunto. Esta
objecin no es nada nuevo. Pablo la enfrent muchas veces.
En efecto, l mismo la presenta en su carta a los Romanos,
sabiendo como saba lo que pasaba por la mente de sus
oyentes al escuchar su explicacin del Evangelio: "Qu,
pues, diremos? Perseveraremos en pecado para que la gracia
abunde? .. Qu, pues? Pecaremos, porque no estamos bajo
la ley, sino bajo la gracia?" (Romanos 6:1,15).
En ambos casos, su respuesta es: "En ninguna manera". Es
como si dijese: "Qu pregunta ms absurda!" Ylo es cuando
usted comprende el amor y la gracia de Dios y conoce del
poder de Cristo viviendo en usted. A m me han hecho esa
pregunta muchas veces, y quiero contestarlacon una ilustracin.
Imagnese que usted es dueo de uno de los mejores
restaurantes. Un da escucha ruidos en la parte de atrs, donde
usted coloca la basura. Abre la puerta para ver qu sucede, y
halla a un hombre de aspecto lastimero --ese soy yo- que
pelea con algunos gatos callejeros por los desechos que hay
en el depsito de la basura. Yo soy virtualmente un esqueleto
viviente. Es obvio que estoy a punto de morir de hambre, y
probablemente he estado en esa condicin por mucho tiempo.
129
Nada hay en m de atractivo o que provoque sus afectos, pero
usted siente compasin.
"Hey seor, venga, no se coma esa basura. No soporto verlo
haciendo eso. Entre a mi restaurante y coma lo que deseee".
"Pero no tengo dinero".
"No importa, mis negocios estn bien y puedo hacerlo sin
problemas. Quiero que de aqu en adelante coma en este lugar
sin pagar un solo centavo".
Usted me toma del brazo y me lleva a sentarme a la mesa.
Yono puede creerlo. Nunca he visto un restaurante, ni comida
en tanta abundancia. Mis ojos contemplan, las carnes, los
vegetales, ensaladas, pasteles, frutas, pescado, gallina... Ni en
sueo jams haba imaginado que existieran todos esos man-
jares.
Le miro con intensidad y le pregunto: "Dice usted que
puedo comer cualquier cosa que desee?"
"Aj".
"En realidad, cualquier cosa que desee 1"
"S, cualquier cosa que desees".
Entonces, con un tono suave y con lgrimas en los ojos, le
pregunto: "Podra comer un poco de basura?"
Qu pensara usted de m? Que estoy loco, verdad? Con
toda la comida deliciosa delante de m, todo lo que se me
ocurre es preguntar si puedo comer basura. Pero as es exac-
tamente lo que pienso de la gente cuando me preguntan si
pueden pecar porque ya estn bajo la gracia.
Jesucristo dio su vida por nosotros para llevar, de una vez
por todas, nuestros pecados y culpa delante de un Dios santo.
Entonces nos dio Su vida para levantarnos de la muerte
espiritual. El nos dio su justicia, total aceptacin, y la condi-
cin de hijos en la familia de Dios. El nos ha hecho
linaje escogido, real sacerdocio, nacin santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciis las virtudes de
aquel que os llam de las tinieblas a su luz admirable
(1 Pedro 2:9).
LffiRE DEL YUGO DE LA ESCLAVITUD 1131
La vida que El nos ha dado es Su vida: que Jesucristo viva
en nosotros y a travs de nosotros, y cada da -la aventura
emocionante de ser usados por Dios para expresar su vida y
su amor a los que nos rodean-o y en vista del magnfico
"restaurante", que Jess llam "vida abundante" (Juan
10:10), todo lo que se le ocurre a una persona es: "Eso quiere
decir que uno puede salir y seguir pecando?"
El mundo cristiano est obsesionado con el pecado. Es de
lo que ms hablamos. Casi todo lo que predicamos y ensea-
mos va encaminado a lograr que la gente deje de pecar. Est
usted preparado para una declaracin impresionante? El
objetivo de la vida cristiana no es dejar de pecar! Para usar
la analoga del hombre hambriento, la mayora de la ensean-
za cristiana es como una persona que sigue al hambriento
dicindole constantemente: "No comas ms basura, sal de
ella". Pero el gran problema para una persona hambrienta es
que comer cualquier cosa, hasta basura.
Qu debe hacer usted? Yole prometo que si logra que ese
hambriento entre en su restaurante y comience a experimen-
tar lo que es comer alimento bueno y verdadero, no seguir
aorando la basura que hay detrs de su establecimiento.
Qu es lo que todo ser humano necesita? La vida de
Cristo! No meramente un recibimiento inicial de El en nues-
tras vidas; necesitamos experimentar diariamente la realidad
de conocer a Cristo y caminar con El en una relacin vibrante.
El Seor defini la vida eterna de esta manera: "Y esta es la
vida eterna: que te conozcan a ti, el nico Dios verdadero, y
a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17:3). Ese es el
verdadero objetivo de la vida cristiana! Conocer a Cristo!
Es slo en comparacin con las riquezas de conocer a
Cristo que el pecado comienza a perder su atractivo. Mientras
ms tiempo transcurre en mi vida cristiana, ms cuenta me
doy de que el pecado es no slo incorrecto, es del todo
estpido. Pienso que es muy absurdo que nos conformemos
con menos que experimentar la presencia de Jesucristo mis-
mo cada minuto. Por qu he de revolcarme todava en la
basura cuando el Seor ha puesto una mesa delante de m con
un suculento baanquete? Ysin embargo, todava la enseanza
cristiana est dirigida a que el cristiano salga de la basura. En
otras palabras, continuamos tratando de usar la ley para
producir vida cristiana.
Como vimos en el captulo anterior, al proceder as pasa-
mos por alto el hecho de que la ley no fue dada para poner al
hombre bien con Dios; fue dada para mostrar al hombre su
necesidad a fin de que acuda al Salvador, quien le har recto
ante Dios. Pero hay otros resultados devastadores de usar la
ley en la vida cristiana.
Primero, en realidad terminamos por producir lo que esta-
mos tratando de evitar --el pecado-o Primera Corintios
15:56 dice: "El aguijn de la muerte es el pecado, y el poder
del pecado, la ley ti. La ley no slo no nos detiene de pecar,
realmente estimula al pecado. Pablo describe su propia expe-
riencia de esta manera:
Porque tampoco conociera la codicia si la ley no dijera:
No codiciars. Mas el pecado, tomando ocasin por el
mandamiento, produjo en m toda codicia; porque sin la
ley el pecado est muerto (Romanos 7:7-8).
Supongamos que usted est caminando en la acera junto a
una cerca de madera. En la cerca hay un agujero, lo cual no
atrae su atencin: usted tiene otras cosas en que pensar. Pero
digamos que sobre el agujero haya un gran rtulo blanco con
las palabras, escritas en grandes letras rojas: "Por ningn
concepto se le permite a nadie mirar a travs de esta abertura".
Qu le ocurre ahora? Usted sabe lo que quiero decir. Repen-
tinamente nota en s un deseo irresistible --debe saber qu
hay del otro lado-. Todo su ingenio, creatividad e inteligen-
cia se inclinan hacia un propsito: "Cmo puedo yo ver lo
que hay ah sin que me pesquen?"
Esa es la experiencia de un corazn pecaminoso en contac-
to con la ley. La ley desata la rebelin en nosotros. El
problema no es la ley, somos nosotros. Si agita una capa roja
LffiRE DEL YUGO DE LA ESCLAVITUD 1133
delante de un toro y ste embiste, usted no cre ese instinto
en el animal; lo que hizo fue poner de manifiesto su natura-
leza taurina. De igual modo, cuanto ms trate de usar la ley
con el fin de lograr que las personas vivan la vida cristiana,
ms promueve en ellas sus deseos rebeldes pecaminosos.
La segunda razn por la que la ley no produce la vida que
Dios desea es que sta slo trata con lo externo. Dios, se nos
ha dicho, mira al corazn del hombre, pero la ley slo trata
con sus acciones. Si Dios solamente hubiera deseado modi-
ficar nuestras acciones, entonces los fariseos habran sido sus
favoritos. Pero Jess reserv sus comentarios ms duros para
ellos, que eran los que ms enfatizaban la justicia externa:
Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipcritas! porque
limpiis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro
estis llenos de robo y de injusticia.... sois semejantes a
sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se
muestran hermosos, mas por dentro estn.llenos de huesos
de muertos y de toda inmundicia. As tambin vosotros por
fuera, a la verdad, os mostris justos a los hombres, pero
por dentro estis llenos de hipocresa e iniquidad.
(Mateo 23:25,27-28).
Yeso es lo mejor que la ley puede producir.
Estos mismos fariseos, que se consideraban a s mismos
justos, estuvieron dispuestos a condenar y crucificar al Seor
Jesucristo con acusaciones falsas. En el mismo instante,
rehusaron entrar en el pretorio de Poncio Pilato por temor de
"contaminarse" y no poder observar la Pascua. Ese espritu
farisaico todava est con nosotros hoy. Es la actitud de que
ser un buen cristiano significa: "Yo no bebo, no fumo, no
masco tabaco, ni ando con las chicas que hacen estas cosas".
La Biblia nos dice que "sin fe es imposible agradar a Dios"
(Hebreos 11:6), y esa declaracin va ms lejos al afirmar que
"todo lo que no proviene de fe, es pecado" (Romanos 14:23).
Sin embargo, la Biblia hace esta clara distincin: "La ley no
es de lafe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivir por
ellas'" (Glatas 3: 12).
Una vida de fe y una basada en la ley son continuamente
presentadas en las Escrituras como exactamente opuestas.
Vivimos por fe? Qu es eso? Amamos a todos? Eso
qu importa?
Slo tienes que estar seguro de que andas en la lnea. Como
resultado, a los cristianos se les conoce ms por las cosas de
las que estn en contra que por aquellas de las que estn a
favor. Las personas ms antipticas y desamoradas de la tierra
son los legalistas. Ellos pueden creerse muy justos aun en el
acto mismo de apualar a su hermano por la espalda.
Nosotros hacemos todas las cosas "correctamente" (segn
nuestra propia definicin) y no hacemos las incorrectas, y por
eso creemos que somos buenos cristianos. Pero si usted
acepta esa filosofa, nunca podr descansar. El ingenio del
hombre para buscar nuevas y complicadas leyes es asombroso.
Marcos nos llam por telfono durante nuestro programa
radial. Deseaba saber qu significa ser libre en la gracia de
Dios. "No me han enseado prcticamente nada sino legalis-
mo", dijo. Uno de sus ejemplos fue este: "Me han dicho que
los domingos slo se pueden hacer algunos tiros a la canasta
con la pelota, pero no jugar al baloncesto".
"Marcos", contest yo, la Biblia dice que la ley incita al
pecado, y te dir lo que estoy pensando. Me pregunto si eso
se aplica a un juego de media cancha, o slo a baloncesto de
cancha completa. Qu en cuanto a jugar uno contra uno? 0,
qu de jugar sin llevar cuenta de los tantos? Yooigo una ley,
y enseguida comienzo a pensar en maneras de evadirla.
"Entiendes lo que quiero decir? Esto es como lo que
hacan los fariseos en el tiempo de Cristo. Ellos tenan las
leyes de Dios, pero eso no era suficiente. De modo que
inventaron unas cien ms de su propia iniciativa. En aquellos
tiempos, por ejemplo, estaba bien que se escupiera sobre una
roca, pero no sobre la tierra, porque eso formara barro, y
LIBRE DEL YUGO DE LA ESCLAVITUD/135
hacer barro era trabajar, y supuestamente el sbado no se
poda trabajar".
Hay una historia fascinante en el captulo 9 de Juan, en la
cual Jess san a un ciego por escupir en la tierra, frotar el
lodo sobre los ojos del hombre, e indicarle que fuese a lavarse
en cierto estanque. El Seor no necesitaba el lodo -El san
a muchas otras personas con slo tocarlas o decir una pala-
bra-, por eso me pregunt muchas veces por qu hizo esto.
Entonces descubr que la interpretacin de los fariseos de
escupir en la tierra era una violacin del sbado, yeso me dio
la respuesta. Aquel ciego fue sanado en un sbado. En mi
opinin, Jess emple este procedimiento especficamente
porque violaba la ley de los fariseos. Era un acto deliberado
dirigido a exponer lo absurdo dellegalismo de ellos.
La hipocresa de estos legalistas se manifiesta claramente
en su reaccin a la sanidad de este hombre. Se regocijan con
este hombre porque ya poda ver por vez primera? No.
Alaban a Dios por el milagro? No. Consideran las atribu-
ciones de Cristo como Hijo de Dios por haber El demostrado
su autoridad? No. Esas cosas no eran de su inters personal.
"Nosotros sabemos que este hombre [Jess] es pecador"
(Juan 9:24). Cmo lo saben? Porque de acuerdo a sus
tradiciones El viol el sbado. "No nos confunda con hechos
o milagros", dicen ellos. "Nuestrasdecisionesya estn hechas".
No es esto ridculo? Pero eso es lo que pasa exactamente
bajo la ley. Uno inmediatamente comienza a buscarle evasi-
vas, a tratar de encontrar excepciones, y comienza a tener que
hacerla cada vez ms complicada para que se aplique a todas
las situaciones. Entonces, una vez que uno ha creado este
sistema tan elaborado, se ve obligado a defenderlo ante
cualquier ataque. Aunque existan otros factores, la seguri-
dad de su oficio fue la motivacin de los que mataron a Jess.
Una vez aconsej a una joven llamada Lisa, que tena un
problema especial. Ella me relat que no poda ir de compras.
Le pregunt el porqu. "Me criaron en un grupo muy estricto
en el cual nunca se nos permita escuchar msica secular. En
efecto nos enseaban que el diablo inspiraba toda msica que
no hablara de Jess. Ellos nos decan que iramos al infierno
si escuchbamos durante largo rato cualquier msica, ya
fuese en la radio, o en discos, de modo que yo nunca lo hice.
"Pero el problema es que en casi todas las tiendas ponen
msica. Fui a una tienda de ropa el otro da y tenan sintoni-
zada una emisora de msica ranchera. Comenc a sudar y me
sent tan culpable que tuve que salir -aunque yo ya s que
Dios no ensea tal cosa".
Apesar de que Lisa, una mujer de 28 aos, haba llegado a
conocer a Jesucristo personalmente, todava le era muy difcil
sacudir de s todas esas restricciones. Puede usted imaginar-
se? Ni siquiera poder ir de compras a causa de sentimientos
de culpa tan profundos? i Seores, eso se llama esclavitud!
Yo nunca olvidar la ocasin en que fui a un retiro de
parejas. Haba en aquel campamento alrededor de ocho pare-
jas casadas, todos ellos buenos amigos, que se divertan en el
rea de la piscina, cuando apareci un hombre corriendo
hacia nosotros, el cual pareca muy enojado.
"[Todos fuera de la piscina!", grit. y le preguntamos cul
era el problema.
"No se permite natacin mixta en este lugar.
Camin hasta l y le pregunt: "Qu quiere usted decir por
'natacin mixta'?"
"No se permite que los hombres y las mujeres usen la
piscina al mismo tiempo", explic l. Le manifest que todos
ramos parejas casadas, pero el dijo que ese hecho no
importaba.
"Quiere usted decirme que puedo dormir con mi esposa
en este lugar, pero que no puedo nadar con ella?"
"Exacto", contest el.
Casi siempre, se dan explicaciones para ese tipo de regula-
ciones, que suenan lgicas y razonables. Pero el apstol
Pablo nos advirti severamente en contra de sometemos a
ellas, y aadi esta declaracin:
LillRE DEL YUGO DE LA ESCLAVITUD / 137
Tales cosas tienen a la verdad cierta reputacin de
sabidura en culto voluntario, en humildad y en duro trato
del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos
de la carne (Colosenses 2:23).
Hace cien aos, las mujeres usaban vestidos largos que
exponan solamente la cara y las manos. Hoy, en reas mu-
sulmanas muy estrictas, van mucho ms all. Ellos cubren a
la mujer completamente. Ahora le pregunto: Cree usted que
los deseos carnales han sido eliminados bajo esas circunstan-
cias? No. En efecto, esos deseos se incrementan. La imagina-
cin del hombre va mucho ms all de lo que sus ojos pueden
ver. Nosotros simplemente rehusamos enfrentar el hecho de
que nuestro problema con el pecado nace de nuestro propio
corazn. y la ley no puede hacer nada para cambiar un
corazn.
La tercera razn por la cual la ley no puede producir la vida
que Dios desea es que la ley est en la esfera de nuestros
propios esfuerzos. Esta es la leccin real de un famoso pasaje
de las Escrituras:
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que
quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.... As que, que-
riendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal est en
m. Porque segn el hombre interior, me deleito en la ley
de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se revela
contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley
del pecado que est en mis miembros (Romanos 7: 15,21-23).
La gente ha discutido durante varios siglos si este p ~ s j
describe la experiencia de Pablo como un hombre perdido o
como cristiano. Yo tengo mi propia opinin, pero eso no es el
punto. En la controversia, hemos pasado por alto que Pablo
describe la experiencia de un hombre que est tratando de
vivir conforme a la ley. La experiencia que el describe es el
resultado aparte de que uno sea cristiano o no.
Esta es la experiencia predecible y universal de cualquiera
que sinceramente trate de vivir de acuerdo a los patrones
divinos en sus propios esfuerzos. Ya sea antes o despus de
llegar a ser cristianos, no tenemos poder para guardar la ley
por nosotros mismos. Adems, es siempre a las personas ms
interesadas, las ms sinceras, que la ley destruye. Alguien que
es autocomplaciente y aptico puede sentarse y escuchar toda
clase de legalismos durante aos sin que le afecte mucho; le
entra por un odo y le sale por el otro. Pero el que desea
profundamente buscar a Dios y agradarle, y vive la vida
cristiana en sus propios esfuerzos, sufrir serios daos, como
Margarita, cuya historia les relat en el captulo anterior.
La ley siempre le llevar a la conclusin a que lleg el
apstol Pablo en Romanos 7:24: "[Miserable hombre de m!
quin me librar de este cuerpo de muerte?" Yla ley le dejar
en esa situacin.
Recuerde, la ley le muestra al hombre su necesidad, pero
no la solucin. Su propsito era llevar a la gente al conoci-
miento de su pecado y culpa para que se volviese a Cristo
como Salvador. Inmediatamente despus de decir "Quin
me librar?, Pablo se regocija con "Gracias doy a Dios, por
Jesucristo Seor nuestro" (Romanos 7:25).
Ahora que la ley ha cumplido su funcin de mostrarnos
nuestra total incapacidad para vivir de acuerdo a lajusticia de
Dios en nuestros propios esfuerzos, y nosotros hemos acudi-
do a Cristo en total dependencia de El, Dios no desea que
regresemos a la ley. "Pero venida la fe, ya no estamos bajo
ayo [supervisin de la ley]" (Glatas 3:25).
Si nosotros todava creemos que podemos ganar el favor
de Dios o vivir la vida cristiana en nuestras fuerzas, es una
seal de que la ley no ha completado realmente su trabajo en
nuestras vidas. Cada cristiano sabe que ha cometido pecados,
pero es otra cosa percatarse de que somos "hombres misera-
bles". Lo primero es una aceptacin de que hemos hecho
malas acciones; lo segundo es el descubrimiento de que el
problema es mucho ms profundo que simplemente el mal
LffiRE DEL YUGO DE LA ESCLAVITUD / 139
que hemos hecho; est en nosotros. La salvacin no es slo
una liberacin del castigo que merecemos; es realmente ser
rescatados de lo que somos. Es como el famoso argumento
de las tiras cmicas "Pogo": Hemos dado con el enemigo: es
nosotros. La cuestin de la ley y la gracia se reduce a una
simple decisin: Abrazaremos la definicin de Dios de los
verdaderos objetivos de la vida cristiana, o perseguiremos
nuestras propias definiciones de fabricacin humana de xito
en la vida cristiana? Es nuestro objetivo agradar a Dios, o a
los hombres?
Me doy cuenta de que todava no he formulado la pregunta:
"Si no hemos de vivir bajo la ley, cmo, pues, vivimos? El
prximo captulo tratar ese tema en particular. Pero hasta
que nosotros veamos que la ley no puede cumplir los deseos
de Dios en nuestras vidas, no estaremos dispuestos a abando-
narla y as recibir Su verdadera vida.
Cuando los cristianos estn viviendo bajo la ley, los resul-
tados son los mismos de siempre. Y no importa si usted est
tratando de vivir de acuerdo a las leyes divinas, leyes hechas
por hombres, o normas que usted mismo se ha impuesto. El
resultado ser temor, culpa, frustracin, y sentimientos de
condenacin. Experimentar una falta de capacidad para
amar a Dios y al hombre. Cmo puede usted amar a Dios a
quien est tratando de agradar pero que nunca puede lograrlo?
Y cuando contina experimentando culpa y condenacin,
cmo puede ser bondadoso y perdonador con otras perso-
nas? Cuando ellos aparentan estar bien, los envidia. Si fraca-
san, los juzga. Despus de todo, por qu te he de dejar quieto
cuando Dios me est martilleando cada vez que fallo? As
se piensa bajo la ley.
Bajo la ley usted nunca experimenta paz o descanso en la
vida cristiana. Por qu? Porque su obra nunca termina. "Una
inquietud espiritual" resulta, cuando usted siempre est bus-
cando ese "algo ms" que transformar su vida cristiana en
realidad. Siempre est alrededor de la esquina, en el prximo
seminario, o libro --nunca descansando plenamente en Cristo
mismo que vive en usted, y quien ya hizo todo, y le ha dado
todo lo que necesita.
Bajo la ley llegamos a ser hipcritas. Esa palabra proviene
del teatro griego. Un hipcrita no es una persona imperfecta;
sino ms bien un actor, alguien que trata de aparentar lo que
no es. Lo que hizo a los fariseos hipcritas no fueron sus
faltas, sino tratar de aparentar que eranjustos. Enseaban una
cosa pero hacan otra. Pero es lo que la ley siempre producir:
personas que siempre escondern lo que son en realidad,
siempre estarn fingiendo y tratando de aparentar, nunca
siendo genuinos.
Pero qu sucede cuando somos libertados por gracia? Uno
de los testimonios ms comunes que oigo es: "Por primera
vez en mi vida, soy libre para ser lo que soy, sin tener que
fingir".
La consecuencia final de vivir bajo la leyes la rebelin
abierta --cuando uno se da por vencido, ya que nunca puede
lograrlo---. No le puedo decir el nmero de ocasiones en que
me he sentado en mi oficina a aconsejar a alguien que ha
expresado: "Yo me he estado rebelando contra Dios durante
diez aos. Abandon el cristianismo, y ahora estoy enojado
con Dios".
Yo les digo: "Hbleme acerca del Dios contra el cual usted
se ha rebelado y con quien est enojado".
Cuando ellos lo describen, a menudo respondo: "Muy bien,
usted debe rebelarse contra ese dios y contra esa religin.
Ahora permtame hablarle acerca del Dios real y de su Hijo
real, Jesucristo. Acerca del Dios que le ama y le acepta
incondicionalmente".
Veztras vez, he visto a estas personas, que han sido tildadas
de rebeldes contra Dios y apstatas, reaccionar con gozo al
descubrir la maravillosa gracia, amor y aceptacin de Dios en
Jesucristo.
En todos mis aos como cristiano, nunca he escuchado a
alguien decir: "Basta ya, ya tuve suficiente, estoy harto del
amor y gracia de Dios y del amor que otros cristianos me
LIBRE DEL YUGO DE LA ESCLAVITUD1141
muestran. Renuncio a todo esto". No, nunca lo he escuchado.
Pero yo no podra decir cuntos cristianos que he conocido
se han dado por vencidos a causa de estar bajo la ley, que han
sido quebrantados por la carga aplastante de tratar de ser lo
suficiente buenos como para ganar la aceptacin de Dios, que
han sido destrozados por la competencia, el ser juzgados, y
las demandas de conformarse a las normas de determinados
grupos. "Nosotros le aceptaremos si usted camina, habla y
acta como nosotros". Y la implicacin siempre es: "Y Dios
tambin". De modo que, qu podemos hacer nosotros?
Primero, debemos aplicar la exhortacin de Pablo en G-
latas 5: 1: "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo
nos hizo libres, y no estis otra vez sujetos al yugo de
esclavitud". Cul es el "yugo de esclavitud"? La ley! Pablo
proclama que hemos sido libertados. No permitamos que se
nos coloque otra vez bajo la ley. Pedro se hace eco de estas
palabras en su respuesta a los judaizantes: "Ahora, pues, por
qu tentis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discpulos
un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido
llevar? (Hechos 15:10).
Jesucristo vino a libertarnos de la carga de la ley al llamar-
nos a a una vida unida a la suya:
Venid a m todos los que estis trabajados y cargados, y
yo os har descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y
aprended de m, que soy manso y humilde de corazn; y
hallaris descanso para vuestras almas; porque mi yugo es
fcil, y ligera mi carga (Mateo 11 :28-30).
Sin embargo, Pablo no termina con su exhortacin a per-
manecer firmes en la libertad a la cual hemos sido llamados.
Tambin emite una advertencia: "He aqu, yo Pablo os digo que
si os circuncidis, de nada os aprovecharCristo" (Glatas 5:2).
Esta es una declaracin sorprendente. Pablo, al inicio de la
carta, reconoci que los Glatas eran en verdad hijos de Dios.
En qu circunstancias podra uno decirle a un cristiano que
Cristo no sera de beneficio para l? La respuesta aparece en
el versculo 3: "Otra vez testifico a todo hombre que se
circuncida, que est obligado a toda la ley"..
Usted encontrar que una caracterstica de los legalistas es
que ellos siempre tratan de ."escoger ciertas leyes", sus favo-
ritas. Nadie trata de cumplirlas todas, solamente desean se-
guir sus preferidas. Pero P.ablo el.hecho de que uno
est o bien bajo la ley o bien bajo la gracia. No puede estar
bajo la gracia e intentar retener aun una ley.
sea de una sola ley a fin de ser aceptable a DIOS lo pondna
totalmente dentro de la esfera de la ley, comprometido con
todo el sistema legal. Esa es la razn por la cual Pablo dice:
"Un poco de levadura leuda toda la masa" (Glatas 5:9).
Con una sola ley destruimos toda la gracia. Usted no puede
confiar a la vez en lo que usted hace y lo que Cristo ha hecho.
Pablo finaliza su argumento con una estremecedora declara-
cin: "Los que por la ley os justificis; de la gracia habis
cado" (Glatas 5:4). Este versculo ha sido tomado fuera de
contexto en muchas ocasiones para amenazar a los cristianos
con que ellos pueden perder su salvacin si cometen muchos
pecados. Ese es un tremendo error.
Primero, la frase "caer de la gracia" no tiene nada que ver
con perder la salvacin. Usted puede notar que en su contexto
esta declaracin significa perder la libertad de la gracia para
colocarse de nuevo bajo la esclavitud de la ley.
Segundo, no son aquellos cristianos que han cometido
algunos pecados los que "han cado de la gracia". El versculo
dice que "los que por la ley os justificis" son los que han
cado de la gracia. En otras palabras, a los mismos que
sostenan que uno puede ganar la aceptacin de Dios por su
comportamiento o perderla por sus fracasos se refiere este
versculo. j Son los legalistas quienes han cado de la gracia!
Nosotros somos hijos de Dios amados y aceptados, que
hemos sido llamados a su "banquete" para la experiencia de
que Jesucristo viva en y a travs de nosotros cada da. La vida
abundante no es una teora nebulosa. Es real, y es nuestra con
slo recibirla por fe. No nos conformemos con nada menos.
11
Viviendo por una
ley superior
En un seminario, un joven llamado David me hizo una
pregunta: "Bob, no entiendo todava lo quie.res dec,ir
'legalismo'. Yo puedo verlo claramente SI alguien esta ana-
diendo condiciones para ser salvo, pero cmo identificarlo
en la vida cristiana diaria?" Luego elabor otras observacio-
nes: "Yo puedo ver cmo las personas pueden estar bajo}a
ley y estudiar la Biblia, testificar, ofrendar y otras cosas mas.
Pero el problema es este: Ciertamente [Dios desea. que haga-
mos estas cosas! Y El no quiere que robemos, mintamos, o
agredamos a nadie. Qu hace que algo sea o no legalista?"
.David hizo una pregunta excelente! A menudo usamos
1 '
trminos como "legalismo" sin definirlos. As e conteste:
"Hay dos reas principales que determinan si algo es legalista
o no. Primero que todo, el motivo de la accin. En otras
palabras, por qu ests haciendo o dejando de
Recuerda la ley y la gracia y la cuestin de la aceptacin por
Dios.
"Tomemos como ejemplo el testificar. Por qu lo haces?
Una persona testifica para obtener el favor de Dios. No desea
hacerlo, pero lo hace porque piensa que debe hacerlo. Otro
est hablando de Cristo tambin. Pero este segundo hombre
sabe que es aceptado por Dios por medio de Jesucristo, y est
testificando con un inters y amor genuinos por las almas. De
143
modo que tenemos a dos personas haciendo la misma activi-
dad exteriormente: el primer hombre est viviendo bajo la
ley; el segundo bajo la gracia. El motivo hace la diferencia".
Se ha dicho que la confesin es buena para el alma pero
dura para la reputacin, pero yo tengo que admitir que conoz-
co por experiencia personal lo que significa compartir a
Cristo en el poder de la carne. No le puedo decir cuntas veces
le habl de Cristo a alguien y con el rabo del ojo trataba de
ver si alguien me estaba observando y percatndose de cun
espiritual yo era. Aunque Dios us su palabra en esas situa-
ciones para dirigir muchas personas a Cristo, mi actitud no
era la que El deseaba.
"Te das cuenta de lo que quiero decir, David? El segundo
factor que hace que algo sea legalista o no es lafuente de la
vida. La ley pertenece a la esfera del esfuerzo propio. Una
vida bajo la gracia se caracteriza por la experiencia de que
Cristo resucitado vive en y a travs de uno".
Hay una ilustracin que compart con David ese da, la
cual, creo, explica la diferencia entre ellegalismo y el cristia-
nismo real. Imagnese que usted se halla en una casa enorme,
en la cual viven individuos que oyen bien y otros que son
sordos. Todos estn juntos, y usted no puede distinguirlos a
simple vista. En un saln hay un hombre sentado. Al verle,
usted se da cuenta de que lleva cierto ritmo con los pies y los
dedos de la mano. Usted sabe lo que est sucediendo. El est
escuchando msica, y obviamente la disfruta. Todo su cuerpo
est reaccionando a lo que sus odos estn percibiendo. No
hay nada misterioso o extrao al respecto.
Pero ahora, traigamos otra persona a la escena. Uno de los
sordos abre la puerta, entra en el saln. Inmediatamente ve al
primer hombre y camina hacia l y le saluda. El sordo le ve,
y piensa: "Este est disfrutando la vida". "Yotratar tambin
de hacerlo". De modo que el sordo se sienta junto al otro y
comienza a imitarle. Con un poco de prctica, el sordo tiene
casi el mismo ritmo. Se sonre y dice: "No tiene esa diversin,
pero est bien".
VIVIENDO POR UNA LEY SUPERIOR \ 145
Aadamos ahora el final de la historia. Un tercer hombre
entra en el saln. Qu ve l? Dos hombres, aparentemente
haciendo la misma cosa. Pero hay alguna diferencia? Por
supuesto que s! [Todala diferencia del mundo! Las acciones
del primer hombre son su respuesta natural a la msica que
l escucha. El sordo solamente est imitando esas acciones
exteriores -aunque no puede or ni una nota-o Esa es la
diferencia entre ellegalismo y el cristianismo real.
Cuando tomamos la vida cristiana en la forma que Dios
quiere, nuestras actitudes y acciones son una respuesta a la
"msica" que escuchamos. Esa msica es nuestra relacin
personal con el Cristo viviente que habita en nosotros. Es la
msica de andar en una relacin de confianza con un Dios y
Padre amoroso a quien estamos aprendiendo a amar ms y
ms cada da.
Por otro lado, a los legalistas no les importa si usted es
sordo a la gracia y el amor de Dios. Lo que a ellos les interesa
es que las personas chasquen los dedos y muevan los pies al
mismo ritmo de los dems. El legalista siempre dir que un
nfasis sobre la gracia conducir a que se peque ms. Pero no
es eso lo que la Biblia dice:
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salva-
cin a todos los hombres, ensendonos que, renunciando
a la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este
siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperan-
za bienaventurada y la manifestacin gloriosa de nuestro
gran Dios y Salvador Jesucristo (Tito 2: 11-13).
La gracia y el amor de Dios son la verdadera motivacin
para la vida cristiana -de acuerdo a la Biblia y no a la que
yo pienso-o Esa es la msica real, la cual debe ser la fuente
de nuestras vidas.
Los principales trminos bblicos que se refieren a este
principio son "andad en el Espritu" (Glatas 5: 16) y "sed
llenos del Espritu" (Efesios 5: 18). Pero es aqu donde mu-
chos creyentes se frustran. Les he odo exclamar: "Yo he
escuchado esas dos frases toda mi vida, pero no tengo idea de
lo que significan. Todos me dicen que lo haga, pero no me
indican cmo hacerlo". Entiendo su frustracin, porque yo la
viv tambin.
Despus que recib a Cristo, se me ense que la vida
cristiana diaria era por "apropiarnos el poder del Espritu
Santo". Me sonaba bien, pero a menudo preguntaba cmo se
haca. La respuesta era: "Dsted es lleno del Espritu por la fe".
Eso sonaba bien tambin. Despus de todo, todos sabemos
cun importante es la fe. As que, trat de hacerlo.
A veces sentado en mi oficina me daba cuenta de que no
haba pedido ser lleno del Espritu ese da. De modo que,
confesaba todos mis pecados que poda recordar, entonces
reclamaba la promesa de Dios de que El hara cualquier cosa
si le peda conforme a su voluntad (l Juan 5:14-15). Ya que
era su voluntad que yo fuese lleno del Espritu, le peda la
experiencia "por fe". De acuerdo a lo que haba aprendido,
ahora estaba lleno del Espritu, mi seguridad descansaba en
el hecho de que yo haba reclamado la promesa de Dios y
crea que El me haba dado la respuesta. Pero todava me
hallaba sentado en mi oficina y no senta nada diferente.
Mi experiencia no encajaba con la calidad de vida que se
describe en todo el Nuevo Testamento, particularmente en el
libro de los Hechos, en el cual muchas veces los apstoles y
otros creyentes fueron llenos del Espritu Santo. Adems,
haba mucha actividad de testificar en el libro de los Hechos.
Puesto que yo era un fiel y entusiasta evangelista -ms
debido a mi personalidad de vendedor que a la obra del
Espritu- supona que estaba lleno del Espritu tambin. De
modo que, echaba a un lado mis dudas.
Lo que me hizo recapacitar sobre este aspecto de mi vida
cristiana fue mi labor de escribir libritos de estudio bblico.
Haba escrito dos series -una sobre la deidad de Cristo y otra
sobre la autoridad de la Palabra de Dios- y estaba en el
proceso de comenzar la tercera acerca de la vida cristiana. Los
asuntos acerca de los que planeaba escribir eran la obra
consumada de Cristo en la cruz, el ministerio del Espritu
Santo, el conflicto entre, la carne y el Espritu, y otros. La
leccin final haba de ser'''Cmo amar". Yoesperaba terminar
esta serie rpidamente; despus de todo, escriba lo que haba
estado enseando en seminarios durante muchos aos.
Intentar escribir la ltima leccin lleg a ser una de las
experiencias ms frustrantes y crispadoras de nervios de mi
vida. Naturalmente, para escribir una leccin de estudio b-
blico uno tiene que definir trminos y tener un plan de accin
para ayudar al estudiante a entender el tema. Pero yo no poda
hacerlo. Mis bosquejos y explicaciones parecan vagar en
crculos sin llegar a lugar alguno. En algunas ocasiones
nuestro personal se reuni para discutir la leccin acerca del
amor, y tuvimos discusiones acaloradas para definir que es
amor! Yoestaba a punto de arrancarme los pelos.
Finalmente, creo que Dios coloc en mi cerebro el mensaje
que El haba estado tratando de comunicar: "Bob, no se te
ha ocurrido que la razn por la cual t no puedes escribir una
leccin acerca del amor es porque no sabes nada tocante al
amor". Dios tena razn. En realidad, yo no saba nada acerca
del amor, o a lo menos no tanto como yo crea. Pareca que
Dios estuviera diciendo: "Regresemos al primer paso y co-
mencemos todo de nuevo".
Volv a la primera leccin -La obra consumada de Cristo
en la cruz- y, en el proceso la investigacin y estudio
extensivo que era necesario, Dios comenz a ensearme de
su Palabra cun grande es su perdn total en Cristo Jess.
Comenc a aprender como nunca antes cun completa era su
obra para nuestra reconciliacin y perdn. Comenc a ver su
amor incondicional desde una profundidad que nunca so.
Estaba tan contento y lleno de gozo que mantuve al personal
de la oficina emocionado, al compartir con ellos todo lo que
Dios me estaba enseando.
Generalmente, he observado, Dios me permite ver una
verdad en su Palabra, y luego me muestra en una situacin de
la vida real lo que significa. Durante esos das tuve una de las
experiencias de aprendizaje ms vvidas de m existencia, un
incidente que me mostr cmo el amor y el perdn de Dios
obran en nuestras vidas.
Al prepararme para ir al trabajo una maana, le dije a mi
hija Dbora que recogiera los melocotones que haban cado
del rbol que tenamos en el patio. Cuando regres a la casa
esa tarde y me di cuenta de que ella no lo haba hecho, fui a
su cuarto a preguntarle por qu no lo haba hecho. Su respues-
ta fue: "Haba abejas".
Hasta el da de hoy no s por qu, pero esa respuesta me
pareci del todo irracional, y me llen de ira. Enfurecido con
mi hija, le grit e hice toda clase de gestos colricos.
'Unos minutos ms tarde, estaba en mi propio cuarto, aver-
gonzado y sintindome culpable. Qu poda hacer en esa
situacin? Bueno, me arrodill cerca de la cama para hacer lo
que siempre he hecho, y lo que me ensearon a hacer:
comenc a pedirle perdn a Dios. "Oh Seor, hoy si me he
portado como un estpido. Por favor, perdname".
Por alguna razn, aunque esta era una escena que haba
experimentado muchas veces antes, m oracin sonaba total-
mente hueca ese da. En mi corazn, era como si Dios me
estuviera diciendo: "Bob, yo ya te he perdonando. Qu
piensas que sucedi en la cruz hace 2.000 aos? A la luz de
lo que haba estado aprendiendo acerca de la finalidad de la
cruz, me di cuenta de que yo estaba pidiendo a Dios que
hiciera algo que El ya haba hecho de una vez para siempre.
Tom un ngulo diferente en mi oracin. "Pero Seor,
siento mucho haberme enojado locamente".
"De veras que lo sientes?, Bob".
"Seor, lo siento mucho"
"Entonces ve y dselo a Dbora"
Casi me desmayo. "Seor, no lo siento tanto como para
eso".
La batalla en mi corazn continu por un tiempo ms largo
de lo debido, pero finalmente capt de manera clara y convin-
cente lo que Dios me haba estado enseando durante muchos
meses. "No te das cuenta Bob, de que el problema no es
conmigo? T has insultado a mi hija Dbora, y ella est en su
cuarto llorando. El problema es entre t y ella. Si me amas,
entonces ve a reconciliarte con ella".
Ese da descubr lo que es el poder del Espritu. No necesit
poder alguno para ir a Dios y pedirle perdn -eso fue muy
fcil-o Pero necesit el poder del Espritu, varios ngeles, y
algunas mulas que me halaran, para ir a mi hija, a quien
realmente haba herido, para decirle que haba hecho algo
incorrecto y que me perdonara. Despus de mi lucha interna,
fui al cuarto de Dbora y le dije: "Dbora, lo siento. Actu
como un hombre que no conoce a Dios. Por favor perdname,
y permteme compartir contigo lo que Dios me ha enseado
con esta experiencia". Muy pronto los dos estbamos lloran-
do y abrazndonos. El problema no solamente fue resuelto,
sino que Dios nos uni ms que antes.
Todo esto ocurra slo unos meses despus de la oracin
desesperada que elev mientras conduca por la autopista
hacia mi trabajo. Yohaba orado: "Seor, llvame de nuevo a
los primeros das en que te conoc". Ahora, El estaba hacien-
do eso y mucho ms. Yla llave que abri la puerta fue ver el
amor de Dios por m. "Mas Dios muestra su amor para con
nosotros, en que siendo an pecadores, Cristo muri por
nosotros" (Romanos 5:8).
Al examinar mi vida cristiana pasada, esta ilustracin pa-
reca describirme: En esos das del principio de mi vida
cristiana, yo era como una rama nueva en la vid. No haba
crecido suficiente, ni era muy maduro, tampoco poda sopor-
tar mucho fruto, pero estaba lleno de la vida de la vid: el amor
de Cristo. Entonces comenc a crecer. Pero ese crecimiento
se caracterizaba por cosas como conocimiento, experiencia,
y ms conformidad con los creyentes que haba alrededor. Era
ms grande y aparentemente ms maduro, pero no haba
fruto. Me haba llenado de conocimiento en lugar de Cristo.
Antes, en las oportunidades evangelsticas, quizs fuera
inexperto, pero rebosaba del amor de Cristo y lo comparta
con sinceridad. Pero entonces comenc a compartir mi cono-
cimiento, lleno de ilustraciones brillantes y salidas ingenio-
sas, y me preguntaba adnde se haba ido el poder. Por qu
no vea los mismos resultados de antes, ahora que mi presen-
tacin haba llegado a ser ms refinada?
De nuevo era como si Dios me estuviese enviando un
mensaje: "T solas presentarme a m a las personas, Bob.
Ahora expones tus conocimientos". Al hallarme absorto en lo
que estaba aprendiendo acerca del amor y la gracia de Dios,
me di cuenta de que de nuevo presentaba a Cristo animada-
mente. Y comenc otra vez a ver los resultados.
Me di cuenta de que mis reacciones hacia otras personas
comenzaban a cambiar tambin. Yo siempre he sido un hom-
bre de negocios muy exigente y trabajador, cualidades que
haba trado conmigo a mi vida cristiana. Pero ahora descubr
afecto, perdn, y ternura hacia mi familia y el personal en la
oficina. En otras palabras, comenc a experimentar el amor
de Cristo en mi vida y hacia otras personas. La clase de amor
que se describe en 1 Corintios 13:
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia,
el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada
indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo
lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El
amor nunca deja de ser; pero las profecas se acabarn, y
cesarn las lenguas, y la ciencia acabar (1 Corintios
13:4-8).
Esta clase de amor no es un sentimiento --es una actitud
ejemplificada por ciertas acciones-o Pero aunque durante
aos haba reconocido el amor que presenta 1 Corintios 13
como la medida, nunca estuve cerca de esa experiencia. Pero
ahora me daba cuenta de que el amor estaba siendo algo real
en m -sin mucha batalla o esfuerzo consciente-o Cmo
sucedi? La idea que Dios me dio fue como el foco que
alumbra toda la casa. Vi que 1 Corintios 13 no solamente
describe el amor que debemos tener el uno por el otro; me di
cuenta de que esta es la descripcin de cmo Dios nos ama.
[Imagnese las implicaciones! Cmo le ama Dios? Ponga
"Dios es" en lugar de "el amor es" en el pasaje, y vea lo que
hace en su propio corazn.
Dios es siempre paciente contigo. Dios es siempre ama-
ble contigo. Dios no tiene envidia, no es jactancioso, El no
es arrogante. Dios no te trata con rudeza, El no busca lo
suyo, nunca se enoja fcilmente contra ti. Dios no mantie-
ne un registro de las cosas malas que has hecho. Dios no
se deleita en el mal, sino que se regocija en la verdad. El
siempre te protege, siempre confa en ti, siempre espera lo
mejor para ti, siempre est contigo. El amor que Dios te
tiene nunca falta.
Es esta una aplicacin vlida? [Absolutamente! La Biblia
dice, "Dios es amor" (I Juan 4:8). Yo he compartido esto con
muchos individuos en situaciones de consejera, y he visto
abrirse sus ojos maravillados. "Quiere decir usted que Dios
me ama de esa manera?, dicen ellos. Parece demasiado bueno
para ser verdad.
El estar aprendiendo del amor de Dios hizo que muchos
otros pasajes adquirieran nueva luz:
Un mandamiento nuevo os doy: Que os amis unos a
otros; como yo os he amado, que tambin os amis unos a
otros (Juan 13:34).
Por tanto, recibas los unos a los otros, como tambin
Cristo nos recibi, para gloria de Dios (Romanos 15:7).
Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdo-
nndoos unos a otros, como Dios tambin os perdon a
vosotros en Cristo (Efesios 4:32).
Puede ver el tema comn? Cmo hemos de amarnos,
aceptarnos y perdonarnos en el cuerpo de Cristo? [De la
misma manera que Dios en Cristo nos ha amado, aceptado, y
perdonado! Al ver esto, reconozco que esta es una ley de la
naturaleza humana. Ya sea que nos demos cuenta o no,
trataremos a otras personas con la misma medida de amor,
aceptacin, y perdn que nosotros pensamos (acertada o
equivocadamente) que hemos recibido de parte de Dios.
Nunca nos amaremos unos a otros con un grado de amor
superior al que pensamos que hemos recibido de Dios. En
otras palabras, si yo pienso que Dios me ama cuando hago
las cosas buenas pero me castiga cuando hago lo malo,
cmo cree usted que le voy a tratar? [Exactamente igual!
Yo creo que nunca he conocido a un cristiano que alguna
vez en su vida no haya preguntado: "Por qu no encontramos
ms amor en la iglesia?" Para m esto tiene una simple
respuesta: "La razn de que no haya ms amor en la iglesia
es la falta de entendimiento del amor de Dios en la iglesia".
Las personas religiosas pueden llegar a ser muy mezquinas
porque (en sus propias mentes) estn sirviendo a un Dios
mezquino. Esa es la razn por la cual defender el mensaje de
la gracia de Dios en contra dellegalismo no es ser demasiado
quisquilloso acerca de algunos pasajes de la Escritura. Nues-
tro concepto del amor y la gracia de Dios es un asunto que
nos afecta en cada rea de nuestras vidas, especialmente
nuestras relaciones. En mi oficina de consejera, he visto toda
clase de problemas familiares y personales relacionados con
un falso concepto del amor de Dios.
Gracias a estas ideas, y especialmente a Efesios 3: 14-21,
finalmente hall realizado mi empeo de entender 10 que
significa ser llenos del Espritu. En este pasaje, Pablo ora por
los Efesios para que Dios les conceda "el ser fortalecidos con
poder en el hombre interior por su Espritu" (v. 16). La
oracin por "poder" me llam la atencin, porque 10que dice
adelante es muy diferente de 10 que yo esperaba. Yo
siempre haba orado por poder para hacer las cosas. Pero
Pa?lo implica que nosotros necesitamos el poder para algo
mas:
[Oro] que habite Cristo por la fe en vuestros corazones,
a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seis
plenamente capaces de comprender ... cul sea la anchu-
ra, la longitud, la profundidady la altura, y de conocer el
amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que
seis llenos de toda la plenitud de Dios (Efesios 3: 17-19).
Para qu necesitamos el poder? j Para comprender el amor
de Cristo! Ycul es el resultado de conocer el amor de Cristo
que "excede a todo entendimiento"? Que seremos "llenos de
toda la plenitud de Dios"! Aqu hallaba, por fin, la respuesta
que yo estaba buscando, una explicacin prctica de 10 que
significa ser llenos del Espritu: Ser llenos del Espritu es ser
totalmente lleno del conocimiento del amor y gracia de Dios
en Jesucristo.
Cun prctico es! Sacado de su contexto, el mandamiento
en Efesios 5: 18 de ser "llenos del Espritu" suena mstico y
aun mgico. Pero dos captulos antes, Pablo nos dijo lo que
significaba. En 5: 18 la comparacin con estar borracho con
vino, como muchos 10 han expresado, muestra que estar
"llenos" significa estar bajo la influencia de algo al punto de
ser controlado por ello. Si usted est lleno de vino, qu le
controla? El vino. Si usted est lleno de ira, qu le controla?
La ira. Si usted est lleno del conocimiento de la gracia y el
amor de Dios, qu le controla? El amor de Dios! Y cuando
est lleno del amor de Dios no hay nada que le detenga de
derramarlo en otras personas.
El amor de Dios en nuestros corazones causa una reaccin
que es irresistible, como la msica a nuestros cuerpos. Pre-
sentar nuestras mentes y cuerpos a un Seor que mora en
nuestros cuerpos y que nos ama perfectamente, resulta un
gozo. La vida cristiana no se considera artificial cuando la
mente se llena de la gracia de Dios; resulta muy natural por
vez primera.
Esto no significa que no haya ninguna batalla o necesidad
de ejercitar nuestras voluntades. Todava "el deseo de la carne
es contra el Espritu, y el del Espritu contra la carne; y stos
se oponen entre s, para que no hagis lo que quisiereis"
(Glatas 5: 17). La carne contina enviando mensajes a nues-
tras mentes, apelando al temor, a la ira, a la concupiscencia,
y al egosmo, pero nosotros no debemos vivir en servidumbre
a estas cosas. Tambin se nos da la respuesta de Dios: "Digo,
pues: Andad en el Espritu, y no satisfagis los deseos de la
carne" (Glatas 5: 16).
Este versculo es tan importante por lo que no dice como
por lo que s dice. Note que no dice que los deseos de la carne
desaparecern. Mientras vivamos en cuerpos cados, senti-
remos esa influencia. Tampoco dice: "Limpiad la carne, y
entonces seris espirituales". Me parece que la inmensa
mayora de la enseanza cristiana dice esto mismo. Eso
nunca funciona.
Nmero uno, usted puede trabajar toda su vida y nunca
lograr limpiar la carne. Cristo no vino para mejorar la carne;
El vino para ejecutarla y darnos nueva vida. Tratar de limpiar-
nos sera regresar a la ley --el ejercicio mximo en la futili-
dad-o Nmero dos, (usando la ilustracin que present al
principio del captulo) este error de limpiarnos es como decir:
"Si usted zapatea y chasca los dedos adecuadamente, oir la
msica". No. Dios desea que escuchemos Su msica --el
mensaje de Su amor y aceptacin incondicionales- y que
entonces respondamos a lo que omos.
El amor de Dios al obrar en nuestros corazones trata con
nosotros en un nivel de sensibilidad que ni la ley ni la
disciplina personal pueden alcanzar. Una ilustracin que me
ense esto personalmente fue un incidente con mi hijo Bob,
cuando tena unos diez aos de edad.
Un da yo estaba leyendo la Biblia en mi oficina, y disfru-
tando de un buen tiempo con Dios. Cuando estaba orando por
algunas cosas, mentalmente le ped a Dios: "Seor, quiero ser
la clase de persona que t deseas que yo sea. Si hay algn rea
que est mal y de la cual no estoy consciente, por favor
mustramela. Me qued atnito por lo que vino a mi mente.
Cada domingo despus del servicio de la iglesia, tenamos
el hbito de familia de salir a almorzar. Cada semana, comen-
zaba como un ameno tiempo en familia. Pero pareca que
siempre terminbamos con alguna clase de tensin. Comenc
a preguntarme el porqu. Al pensar en esos almuerzos, me
imagin una escena que haba ocurrido muchas veces. Bobby
disfrutaba cuando bamos a los restaurantes. A l especial-
mente le gustaba ordenar cualquier cosa que fuese "de lujo".
Yeso a m me irritaba. Pareca que Bobby no poda ordenar
una hamburguesa sencilla; tena que pedir una de lujo. Por
supuesto, esa era la ms cara del men. Cada vez yo lo
regaaba, yeso creaba una atmsfera muy tensa en el grupo.
Esa fue una de las ocasiones en las que, aunque no haba
una voz audible, pareca que Dios y yo sostenamos una
conversacin en mi mente. El me pregunt: "Bob, cunto
quieres que Bobby gaste en el almuerzo? Con cunto te
contentaras?"
"Yo no s Seor, quizs $2.25".
"Bob, cunto vale la hamburguesa de lujo?"
"Bueno, ms o menos $2.75".
"Cuantas veces al ao salen a almorzar juntos?"
Yo pens. "Creo que unas cincuenta veces, si fusemos
cada semana".
"Por qu no calculas cunto es la diferencia?"
Lo hice. Tom un pedazo de papel y multipliqu la diferen-
cia por los almuerzos dominicales en el ao. Eran unos $25.
Me qued mirando fijamente el papel. Me sent avergonzado
y estpido. No necesitaba una voz audible para conocer el
meollo de esa conversacin.
"Bob, ests hiriendo los sentimientos de tu hijo, a quien
amas ms que cualquier cosa en el mundo, y arruinando tu
relacin con l por la bagatela de $25 al ao".
Sin vacilar, me levant y fui a la casa. Reun a Amy, Dbora
y Bobby en la sala. Les dije: "En mi devocional, Dios me ha
mostrado algunas cosas de las cuales les quiero hablar. Espe-
cialmente a ti, Bobby.
"T sabes el mal rato que te hago pasar cuando salimos
juntos a almorzar? Cmo te digo que 't no sabes para qu
es el lado derecho del men'?" El asinti con su cabeza.
"Bobby, cuando yo te grito porque seleccionas las cosas ms
caras en el restaurante, eso hiere tus sentimientos?" El no
dijo nada, pero grandes lgrimas salieron de sus ojos, y su
labio empez a temblar.
"Lo haba olvidado durante mucho tiempo, pero Dios me
record algo esta maana. Cuando yo tena tu edad, mi pap
me haca lo mismo. Yo tampoco saba para que serva el lado
derecho del men. Y me hera mis sentimientos tambin, y
aquellas comidas familiares no resultaban tan agradables
como se esperaba.
"Bobby, quiero que sepas que estoy arrepentido. Yo te amo
mucho, y te digo en este momento que si quieres una ham-
burguesa de lujo, puedes pedirla. Y ya no voy a molestarte
por eso". Nos abrazamos, y ese fue el final del asunto.
Estoy seguro de que para muchos, esta es una ilustracin
trivial. Qu importancia puede tener una decisin acerca de
una hamburguesa? Pero el problema no era la hamburguesa
o el men. Era una relacin de amor. Qu ley podra haber
resuelto esta situacin? Ninguna, excepto la ley del amor.
Cuando la Biblia dice que nosotros ya no estamos bajo la
ley, no significa que hemos quedado sin norma alguna. Real-
mente estamos bajo una norma superior, llamada en las
Escrituras "la ley de Cristo" (Glatas' 6:2) y "la ley de la
libertad" (Santiago 1:25).
Bajo la gracia, Dios nos dice por medio del apstol Pablo:
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llama-
dos; solamenmte que no usis la libertad como ocasin
para la carne, sino servos por amor los unos a los otros.
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amars
a tu prjimo como a ti mismo (Glatas 5:13-14).
Esta es nuestra norma, y es de veras una norma superior a
la de la conformidad exterior a reglamentos. Romanos 13: 10
lo resume: "El amor no hace mal al prjimo; as que el
cumplimiento de la leyes el amor.
Fue Cristo quien dijo: "No pensis que he venido para
abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino
para cumplir" (Mateo 5: 17). Y El cumpli la ley; no por lo
que no hizo, sino por lo que hizo -vivi una vida de amor
perfecto.
El Seor Jesucristo dijo: "En esto conocern todos que sois
mis discpulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Juan
13:35).
Hay slo una manera de que esto ocurra: debemos recibir
primero el amor y la gracia de Dios -sintonizar la "msi-
ca"- o no tendremos nada que dar. Pero si recibimos el amor
de Dios y somos canales de ese amor para otros, podemos
andar con la seguridad de que estamos cumpliendo el mayor
propsito de Dios en nuestras vidas diarias, porque El mismo
fue quien dijo: "Como yo os he amado, que tambin os amis
unos a otros" (Juan 13:34).
12
Libertad en dependencia
Jorge haba sido ciego la mayor parte de su vida debido a
su diabetes, cuando asisti a una de nuestras conferencias de
entrenamiento hace algunos aos. Haba sufrido varias ope-
raciones, y su delicada salud era siempre una carga, pero esa
no era la causa de su mayor batalla. Su mayor dolor era
emocional, por creer que Dios le haba rechazado.
"Por qu piensas de esa manera?", yo quise saber. Al
hablarme de su pasado y de las enseanzas que haba recibi-
do, me fue difcil contener la ira. El principio de "la verdad
os har libres pero el error esclaviza" no es cosa de juego. El
error estaba causndole terrible dolor a un joven sensible y
afectuoso que ya tena bastantes cargas reales en su vida, sin
que le aadieran a stas la enseanza falsa.
En su iglesia, me dijo, ponan un gran nfasis en la fe. "Si
usted tiene fe, puede hacer cualquier cosa", era la actitud
continuamente expresada. El pastor de Jorge al predicar deca
cosas como: "Si usted tiene cncer y muere, es por su propia
culpa! No tiene suficiente fe".
Pero ellos no se conformaban con pronunciamientos gene-
rales ridculos como esos. Cada semana cuando Jorge entraba
en la iglesia, alguien le colocaba un himnario en las manos.
No por error -deliberadamente!-. Vez tras vez, en tono
muy piadoso, le decan: "Quizs hoy, Jorge, tendrs suficien-
te fe para ver. Tal vez hoy tendrs fe para que Dios te sane".
Pero, por ms que Jorge tratara de tener fe, nunca fue sanado.
159
Tras "no tener suficiente fe" durante muchos aos, Jorge
era un hombre derrotado y sin esperanza. Despus de tO?O,
se le haba enseado que el tamao de lafe de uno deterrnma
si ha de conseguir lo que le est pidiendo a Dios. Si usted no
lo recibe, a quin tiene que culpar? Slo a usted mismo. Y
eso fue lo que l hizo. Obviamente, Dios deba de odiarle,
pens, porque l era "un hombre de poca fe". ,
. Es eso fe? No. Lo que a Jorge le ensearon no tema nada
u ~ ver con la fe. Pero l no es el nico. Miles de cristianos
estn atrapados en la misma enseanza errnea en que Jorge
estaba. Otros miles luchan, habiendo odo que "la vida cris-
tiana se vive por fe", pero no tienen la menor idea de cmo
hacerlo.
Yo batall con lo mismo durante aos, a pesar de haber
estado confiadamente enseando a otros acerca de la fe. A
menudo citaba Colosenses 2:6: "De la manera que habis
recibido al Seor Jesucristo, andad en l", y les preguntaba:
"Cmo recibieron a Cristo? Por fe. Por lo tanto, cmo
deben continuar caminando con El? De la misma manera: por
fe". Yo tena razn, pero, sinceramente, no entenda en reali-
dad lo que estaba diciendo.
Es imposible leer la Biblia, aun a la ligera, y pasar por alto
el hecho de que la fe es de crucial importancia ---especial-
mente cuando leemos declaraciones como: "Todo lo que no
proviene de fe, es pecado" (Romanos 14:23), y: "Sin fe es
imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6). De modo que
todos estamos de acuerdo en lo importante que es vivir por
fe. Pero permanecan las preguntas inquietantes: Qu signi-
fica vivir por fe?, y: Cmo usted lo hace?
Para comenzar, al igual que con otros temas, a menudo
conviene empezar con la falsificacin de lo que es la verdad,
en otras palabras, lo que no es fe.
La fe no es un sentimiento. Como vimos en el captulo 2,
las emociones son las reacciones a lo que estamos pensando.
Las emociones vienen y van. La Biblia habla muy poco
acerca de lo que debemos sentir, pero dice mucho acerca de
LmERTAD EN DEPENDENCIA \ 161
lo que debemos hacer. Muchos asocian con la fe la sensacin
de hormigueo que experimentan en un servicio de iglesia
inspirador. y es all donde tienden a hacer toda clase ~
resoluciones y compromisos con Dios. Pero cuando el serv-
cio finaliza, la msica termina, y regresan a la casa, vuelven
a la realidad. Ya que el estmulo no est all, los sentimientos
desaparecen tambin. El resultado de depender de los senti-
mientos religiosos es una experiencia de sube y baja que
conduce a la frustracin y la esclavitud. El ejercicio de la fe
podra resultar en sentimientos, pero el sentimiento mismo no
es fe.
Fe no es asentimiento intelectual a una doctrina. A veces
caemos en la trampa de simplemente tratar de que los cristia-
nos se adhieran a una la misma posicin doctrinal. Comenza-
mos, pues, a creer que la fe es un asunto del intelecto. Este es
precisamente el error a que Santiago se refiere en su carta:
"T crees que Dios es uno; bien haces. Tambin los demonios
creen, y tiemblan" (Santigo 2: 19). En un sentido [aun Satans
tiene buena doctrina! El sabe quin es Dios, conoce de la
Trinidad, y sabe que Cristo muri por nuestros pecados,
resucit, y est sentado a la diestra del Padre. Pero, s t ~ l
en buena relacin con Dios? De ninguna manera. Hay, CIer-
tamente, un aspecto intelectual en la fe -se necesita infor-
macin verdadera para ejercer fe-, pero asentimiento
intelectual no es en s mismo fe.
La diferencia entre la creencia intelectual y la fe verdadera
puede explicarse con una ilustracin que a menudo uso en la
enseanza. De pie detrs del podio, sealo a una silla y digo:
"Yo puedo decirles sinceramente que creo de todo corazn
que esa silla me sostendr si me siento en ella. Muy seriamen-
te, no hay indicio alguno de duda en mi mente de que esa silla
es digna de confianza. Esa es la verdad. Pero no estoy
ejerciendo lo que la Biblia llama fe en esa silla. La palabra
fe en la Biblia incluye los elementos de dependencia y con-
fianza. Aparte de lo que pienso intelectualmente, no estoy
haciendo lo que la Biblia llama fe hasta que me siento en la
silla". Por lo tanto la fe siempre implica una decisin de la
voluntad para actuar basado en lo que la mente cree que es
verdad. Creer que la silla puede sostenerme no es lo mismo
que sentarme en ella. La fe siempre responde a la verdad con
accin.
Lafe no es un poder para manipular a Dios. La historia de
Jorge es un ejemplo de este error. Lo que sus maestros
llamaban "fe" no era fe en manera alguna. Erapresuncin. La
diferencia es mayscula. En la fe verdadera Dios es siempre
el de la iniciativa, y el hombre el que reacciona. En otras
palabras, Dios dice que algo es verdad, o hace una promesa,
y yo respondo por actuar basado en ella, dependiendo de El
para los resultados. Sin embargo, en la presuncin el orden
es lo opuesto: El hombre asume el papel de iniciador y trata
de usar la "fe" como un poder para obligar a Dios a responder.
Las "banderas rojas" que le advertirn a usted de la presun-
cin son el nfasis en la fe como "poder" o el que se haga
hincapi en la cantidad de fe.
La verdad es que, no hay poder en lafe misma; el valor de
la fe se halla solamente en su objeto. La fe es como tragar.
Alguien podra decir: "Tragar le capacita para vivir", y eso
suena bien al principio. Pero usted tambin puede tragar y
morir. No es el tragar lo que le permite vivir; tragar alimento
s. Pero usted puede tragar veneno y morir, con el empleo del
mismo mecanismo que usa para tragar alimento y vivir. De la
misma manera, la fe no nos salva. Fe en el Seor Jesucristo
s salva.
Otra manera de verlo es por comparar la fe al pedal de un
automvil. Imagnese que usted sea dueo de un nuevo auto
deportivo, y me lleve a dar un paseo. All vamos, "dispara-
dos" por la autopista al hacer usted alarde de las condiciones
de su mquina maravillosa. Yo apenas puedo contenerme y
exclamo: "[No puedo creerlo! [Qu pedal! [Qu tremendo
pedal!"
Qu pensara usted de m? Que estoy chiflado, no es
cierto? No era de esperarse que yo admirara el pedal. Lo
LIBERTAD EN DEPENDENCIA \ 163
lgico era que el objeto de toda mi admiracin fuera el
potente motor. No hay poder alguno en el pedal; ste sola-
mente transfiere el poder del motor a las llantas. As es la fe.
No hay poder en la fe misma. El poder es Dios! Todo lo que
hace la fe es conectar el poder de Dios a nuestra humanidad.
Es por eso que el tamao de nuestra fe no es lo que importa.
La gente a menudo ve nuestro ministerio y dice cosas como:
"Usted debe de ser un hombre de una fe grande". Alo que yo
respondo: "Yo no tengo una fe grande, sino un Dios grande".
Cuando uno tiene un Dios grande, no necesita mucha fe-
sino la suficiente para confiar en Su Palabra. Por eso el Seor
Jesucristo ense: "Si tuvierais fe como un grano de mostaza,
podrais decir a este sicmoro: Desarrigate, y plntate en el
mar; y os obedecera" (Lucas 17:6).
El tamao de fe de alguno no es importante. Lo importante
es la voluntad de Dios. Lo que el Seor est diciendo es que
si es la voluntad de Dios (como el iniciador) que usted mueva
el rbol, todo lo que necesita para lograrlo (como el que
responde) es la fe para emitir la orden. La cuestin importante
siempre es: "Qu ha dicho Dios?" Nuestra fe debiera ser la
misma que ejemplific Abraham, quien estaba "plenamente
convencido de que era tambin poderoso para hacer todo lo
que [Dios] haba prometido" (Romanos 4:21).
En el error que Jorge estaba, Dios llega a ser prcticamente
como un genio en una botella, que har todo lo que el hombre
le diga con tal que sepa las frmulas precisas. La presuncin
realmente se aproxima ms a la magia que a la fe bblica.
Yo he estado colocando un entendimiento fundamental al
cual debemos adherimos fielmente aun para comenzar a
hablar acerca de lo que es vivir por fe. Pero para un ejemplo
de cmo llevar la fe verdadera a la vida prctica, no necesi-
tamos mirar ms all de nuestro Seor Jesucristo mismo. En
mi propia vida, llegar a entender esta verdad fue una de las
ms significativas "piezas que faltaban en el rompecabezas"
que Dios compagin por m.
Cuando acept a Cristo, y durante mucho tiempo despus,
la verdad dominante en mi mente era el hecho de que Jesu-
cristo es Dios. Esa verdad ha cambiado mi vida, y me he
aferrado a ella tenazmente. Sin embargo, haba cosas que no
poda explicar. Una noche, un par de testigos de Jehov
prcticamente me atraparon con objeciones tocante a la dei-
dad de Jess. Me hicieron preguntas como estas: "Si Jess era
Dios, a quin le oraba? Por qu se cans y tuvo hambre?
Cmo pudo morir? Hay versculos en los Evangelios en los
cuales Jess dice que el Padre es mayor que El, y lugares
donde dice que El no saba ciertas cosas. Por lo tanto, cmo
puede ser Dios?"
En esa ocasin, a pesar de que conoca las Escrituras
relacionadas con la deidad de Cristo, no pude contestar esas
preguntas. En mi celo por mantener esas verdades de la
deidad, dej de ver claramente (y me sent 1:1n poco amenaza-
do por) Su humanidad. Por ejemplo, 1 Corintios 15:45,47
dice:
As tambin est escrito: Fue hecho el primer hombre
Adn alma viviente; el postrer Adn, espritu vivificante....
El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo
hombre, que es el Seor, es del cielo.
Jess siempre ha sido, es y ser Dios. Su deidad no ha
disminuido ni una jota. Tena esa verdad bien establecida.
Pero pas por alto el hecho de que en la tierra El no vivi
como Dios. Durante sus treinta y tres aos, vivi como el
hombre perfecto, el segundo Adn. Por 10 tanto, desde el
punto de vista de Dios, Jesucristo fue el primer hombre
verdadero que viviera sobre la tierra desde que Adn cay.
Por qu? El posea vida espiritual. Yal estar vivo espiritual-
mente, vivi cada da en total dependencia de su Padre para
vivir por medio de El. Cada da Jess presentaba Su humani-
dad a su Padre como vehculo para expresar la vida de Dios
al mundo. Como resultado, poda decir: "El que me ha visto
a m, ha visto al Padre" (Juan 14:19). [Por primera vez en
miles de aos, Dios poda ser visto en un hombre!
Para alguien como yo que se haba especializado en la
deidad de Cristo (y debemos hacerlo), era un pensamiento
extrao que Cristo no viviera en esta tierra como Dios. Pero
escuche sus propias palabras:
Felipe le dijo: Seor, mustranos el Padre, y nos basta.
Jess le dijo: Tanto tiempo hace que estoy con vosotros,
y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a m, ha
visto al Padre; cmo, pues, dices t: Mustranos el Pa-
dre? No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en m?
Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia
cuenta, sino que el Padre que mora en m, l hace las
obras (Juan 14:8-10).
Sin negar jams su deidad, Jesucristo vivi en la tierra
exactamente de la misma manera que Dios quiere que cada
hombre viva. "Pero qu acerca de sus milagros?", muchos
preguntan. La respuesta, por muy extraa que suene al prin-
cipio, es que Jesucristo nunca hizo un milagro simplemente
porque El fuera Dios, aunque era Dios. Cada milagro ejecu-
tado por Cristo fue hecho por Dios el Padre obrando a travs
de El en su papel del hombre perfecto.
El testimonio y la actitud invariable de Jess fue: "No
puedo hacer nada por m mismo" (Juan 5:30). El habl de
"las obras que el Padre me dio para que cumpliese" (Juan
5:36). El explic: "Porque yo no he hablado por mi propia
cuenta; el Padre que me envi, l me dio mandamiento de lo
que he de decir, y lo que he de hablar" (Juan 12:49). Una y
otra vez enfatiz que estaba viviendo una vida de total de-
pendencia de su Padre.
Qu significa esto para usted y para m? La noche antes
de su crucifixin, Jess les dijo a sus discpulos que, despus
de su partida, les enviara el Espritu Santo:
y yo rogar al Padre, y os dar otro Consolador, para
que est con vosotros para siempre: el Espritu de verdad,
al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le
noce: pero vosotros le conocis, porque mora con voso-
y ;star en vosotros. No os dejar
a vosotros... porque yo vivo, vosotros tambin VIVlfeIS
(Juan 14:16-19).
El Seor les explic que por medio del Espritu Santo, El
vivira en y a travs de ellos de la misma manera que el Padre
haba vivido en El: "En aquel da vosotros conoceris que yo
estoy en mi Padre, y vosotros en m, y yo en vosotros" (v.
Jesucristo dio su vida por nosotros, a fin de que El pudiese
dar su vida a nosotros, y as vivir su vida a travs de nosotros.
Eso constituye todo el Evangelio expresado en pocas pala-
bras. Durante sus treinta y tres aos El demostr la vida de
dependencia (fe) para la cual Dios haba diseado al hombre.
Luego fue a la cruz, llevando sobre s mismo el castigo por
nuestros pecados y para quitar la culpa delante de un Dios
santo. Pero eso no es todo. Se levant de los muertos, y El
ahora le da a todo aquel que cree la misma vida resucitada,
con lo que restaura en el hombre [la habilidad de participar
de la la vida de Dios y expresarla!
La vida de Cristo en nosotros se manifiesta en nuestra
experiencia diaria cuando vivimos como El vivi, por fe
es, en total dependencia de Dios que vive en noso-
tros.- Pero "una vida de total dependencia" es un concepto
que a la gente le es difcil de comprender. La mejor explica-
cin que he escuchado fue expresada por el alcalde Ian
Thomas en lo que el llama el "triple engranaje". Una vida de
fe es nuestro amor por Dios, que resulta en dependencia de
Dios, lo cual a su vez resulta en obediencia a Dios.
Este patrn se ve claramente en la vida de Jesucristo. El
primero y grande mandamiento de la leyera: "Amars al
Seor tu Dios con todo tu corazn, y con toda tu alma, y con
toda tu mente" (Mateo 22:37). Solamente Cristo ha cumplido
ese mandamiento. Cada momento de su vida terrenal, Jess
am al Padre. Como resultado de ese amor, El vivi la vida
de total dependencia que ya hemos visto: "No puedo yo hacer
LIBERTAD EN DEPENDENCIA' 167
nada por m mismo" (Juan 5:30). Su actitud de perfecta
rendicin podra slo resultar en una vida de perfecta obe-
diencia, que lleg al clmax en el huerto de Getseman donde,
aun ante al horror de la cruz y la carga de nuestros pecados
que vea venir, El or: "Padre, si quieres, pasa de m esta copa;
pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42).
Como hijos amados, hemos sido llamados a vivir conforme
al mismo patrn del Seor Jess: amor por Dios, que resulta
en dependencia de Dios, que a su vez resulta en obediencia
a Dios. Slo cuando abrazamos la vida cristiana en este orden
experimentamos la verdadera libertad y vida que Dios ha
planeado para nosotros, y es la nica forma de obedecer a
Dios de acuerdo a su voluntad. Lamentablemente, mucha de
la enseanza cristiana a travs de la historia y en la actualidad
ha tenido el propsito de que los cristianos vivan obediente-
mente, mientras pasan por alto la necesidad de amor y de-
pendencia. Eso nunca dar resultado.
Aparte de un corazn que est aprendiendo a amar a Dios,
no tendremos otra motivacin para obedecer que abyecto
temor al castigo. Por otro lado, aparte de un entendimiento de
lo que significa vivir dependientemente decir, por fe-,
nunca tendremos habilidad alguna para vivir obedientemen-
te, y estaremos listos para la "experiencia de Romanos 7":
"No hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago"
(Romanos 7: 15). La falta de entendimiento en cualquiera de
estas reas -el amor como nuestra motivacin o la dependencia
como la fuente de poder- conduce inevitablemente a un
regreso a la ley. Si usted se ha preguntado alguna vez por qu
la vida y la moral de los cristianos en muchos casos no
superan el nivel del mundo, esta es la razn. Aparte del
de Dios, no tenemos motivacin o poder para la obediencia
verdadera.
Muy bien, pero entonces, cmo .aprendemos a a
Dios? De eso precisamente trata este libro. Como 10 he dicho
en distintas maneras, no tenemos habilidad en nosotros mismos
para producir amor por Dios; no importa cunto queramos, o
pensemos que es nuestro deber. La Biblia lo afirma claramen-
te: "En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino que El nos am a nosotros, y envi a su
Hijo para que apartara su ira por llevar nuestros pecados" (l
Juan 4: 10, traducido en otras palabras). Debemos recibir el
amor y aceptacin incondicionales de Dios antes que seamos
capaces de aprender a amarle en reciprocidad. "Nosotros le
amamos a l, porque l nos am primero" (l Juan 4: 19).
Este es el mensaje del amor y la gracia incondicionales de
Dios -perdn, justificacin, aceptacin, y vida completos-
que El nos da gratuitamente en Jesucristo y transforma nues-
tros corazones y vidas.
Pues si por la transgresin de uno solo [Adn] rein la
muerte, mucho ms reinarn en vida por uno solo, Jesu-
cristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del
don de la justicia (Romanos 5: 17).
Esa es nuestra motivacin.
De dnde proviene nuestro poder? Jess us una ilustra-
cin sencilla para describir nuestra vida en El: "Yosoy la vid,
los pmpanos; el que permanece en m, y yo en l,
este lleva mucho fruto; porque separados de m nada podis
hacer" (Juan 15:5). Jess dijo que El es la vid y nosotros los
prnpanos. Piense en la funcin del pmpano. Produce el
pampano fruto, o lo lleva? Lleva fruto! Si usted cortara un
de la vid y lo dejara en el suelo, cunto fruto dara?
Nmguno. No hay poder en el pmpano para producir el fruto.
Es un "portafrutos". Sin embargo, un pmpano puede llevar
tremenda cantidad de fruto al hacer aquello para lo cual fue
creado: permanecer en la vid y permitir que la vida de la vid
fluya a travs de l.
otras cosas acerca de los pmpanos que permanecen
en la,,:Id. Ellos no e,stn trabajando duro. No estn "quemn-
,tampoco estan a punto de "renunciar a su posicin en
la VId" A e
. . proposito, m SIquiera estn concentrndose en s
mismos, o en el fruto. De todos modos, de nada les valdra.
LffiERTAD EN DEPENDENCIA \ 169
Los pmpanos dependen totalmente de la vid para producir.
La nica preocupacin de un pmpano debe ser recibir mo-
mento tras momento la vida de la vid.
Qu le dice eso acerca de la vida cristiana? No es respon-
sabilidad de usted ni ma producir la vida cristiana! No
podemos producirla -solamente Cristo puede-o Nuestra
responsabilidad es mantener una actitud dependiente y recep-
tiva -la misma actitud de disponibilidad que Jess tuvo
delante de su Padre durante 33 aos-, y Cristo producir el
fruto de su vida en nosotros: las mismas cualidades descritas
como "el fruto del Espritu" en Glatas 5:22-23. Es la actitud
de decir: "Seor, yo no puedo, pero t s".
Los cristianos de todas las esferas estn de acuerdo en que
la obediencia a Dios es la meta anhelada. Son los medios para
obtener esa obediencia -la cuestin de "cmo va usted a
lograrlo"- lo que constituye el problema. Dios ha hecho
claro en su Palabra que la obediencia legalista sin un corazn
rendido carece de valor ante El. Dos veces Jess cita a Oseas
6:6: "Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conoci-
miento de Dios ms que holocaustos". En ambos casos era
una respuesta a aquellos que deseaban guardar la letra de la
ley, pero pasaban por alto el espritu de la misma. Por medio
del apstol Pablo, El nos dice el camino verdadero:
As que, hermanos, os ruego por las misericordias de
Dios, que presentis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No
os conformis a este siglo, sino transformaos por medio
de la renovacin de vuestro entendimiento, para que com-
probis cul sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta (Romanos 12:1-2).
Pablo describe una actitud de rendicin total. La motiva-
cin que l ofrece es "en vista de la misericordia de Dios".
Qu es eso? El amor y gracia de Dios que l ha estado
exponiendo en los once captulos anteriores! Ahora, dice l,
la cosa ms razonable y lgica que usted puede hacer es
ofrecerte sin reserva alguna al Dios que te ama ms all de lo
que puedes comprender.
Note por favor, que l no est hablando de compromiso.
Compromiso y entrega son dos cosas diferentes. Compromi-
so es lo que prometo hacer para Dios. Entrega es colocar mi
vida en sus manos para que El haga como desee. Es como
aquellas escenas de la Primera Guerra Mundial que se ven en
el cine: Un furioso combate se libra en las trincheras; las
bombas estallan y rugen los caones. Entonces, una banderita
blanca en lo alto de un palo se ve agitarse desde una trinchera.
"[Nos rendimos!", estn queriendo decir. "Hagan con noso-
tros lo que quieran. Estamos desesperados y cansados de estar
desesperados y cansados". Esa rendicin total de renunciar a
todo es de lo que Pablo est hablando. Pero nosotros no
estamos rindindonos a un enemigo! Nos rendimos a un Dios
amoroso, que toma nuestras vidas yen su sabidura y control
perfectos se encarga de ellas. Por qu hemos de vacilar, una
vez que hemos sabido del amor que El tiene por nosotros?
Despus de exhortarnos a adoptar esta actitud, la primera
cosa que el apstol menciona es: "Transformaos por medio
de la renovacin de vuestro entendimiento". En otras pala-
bras, permita que Dios comience a ensear Su verdad a la
mente de usted para que la verdad reemplace el error del
entendimiento natural. Basado en la palabra de Dios, comien-
ce a verse a s mismo y a la vida desde la perspectiva de Dios,
y no desde el punto de vista humano. Por eso he dedicado
tanto espacio a la identidad del creyente en Cristo. Saber
quin es usted es esencial. Debe saber que usted es "maripo-
sa" antes que tenga sentido alguno pensar en volar.
Una de las cosas ms fundamentales que rendimos a Cristo
es toda demanda de derechos personales. No me refiero a
nuestros derechos civiles, como el derecho a votar. Estoy
hablando de cosas que tendemos a demandar de la vida
-.tales como el derecho a la felicidad, a sobresalir, a que la
VIda sea ms justa, a ser apreciado, y el derecho a salirnos con
las nuestras:
Hay una razn muy sencilla para que esto sea as: Usted no
puede reclamar sus derechos ya la vez mantener un espritu
de gratitud. La esencia de una vida de fe es un corazn
agradecido. Ese es el hilo que corre a travs de toda la Biblia,
Antiguo y Nuevo Testamentos. Esto se expresa concisamente
en un solo versculo, 1 Tesalonicenses 5: 18: "Dad gracias en
todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en
Cristo Jess".
Muchas veces he aconsejado a algunos que experimentan
mucha ansiedad sobre una decisin. "Cul es la voluntad de
Dios para m en esta situacin?", me preguntan.
Yo les contesto: "No estoy seguro de cul sea la voluntad
de Dios en tu caso, pero una cosa s: Es la voluntad de Dios
que des gracias en esta situacin".
Por qu habr dicho Dios que demos gracias en todo, aun
en las circunstancias malas? Porque el hacerlo es una expre-
sin concreta de nuestra fe en Dios ---de que nuestras vidas
estn en sus manos, y de que confiamos en El para el cumpli-
miento de su promesa de Romanos 8:28: "Y sabemos que a
los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto
es, a los que conforme a su propsito son llamados"-. El
resultado de confiarle nuestra vida a Dios y de expresar esa
fe con acciones de gracias constituyen una libertad y una paz
que son sobrenaturales:
Por nada estis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oracin y ruego, con
accin de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardar vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jess (Filipenses 4:6-7).
El mayor ejemplo de los que yo he sido testigo referente a
esta verdad en accin es la historia de un joven matrimonio,
llamados Reed y Marian. Reed era uno de varios padres que
llevaban un grupo de nias a un campamento en Oldahoma.
Antes de salir de su casa en Dallas, su hija de 6 aos, Wendy,
pregunt: "Mam, Puedo ir en el otro vehculo con mi
amiguita? Ella no tiene quien la aconmpae". Marian le dio
permiso, y el grupo parti. Estaba lloviendo y las calles
estaban resbalosas. Antes que el grupo fuera muy lejos, el
vehculo en el cual iba Wendy perdi control. El conductor
trat de dominar la situacin, pero el remolque que llevaban
tir hacia un lado. Cruzando la lnea divisoria, se pasaron al
otro lado de la carretera en direccin opuesta al flujo del
trnsito. Milagrosamente, en el accidente de 26 vehculos, la
lesin ms grave fue la de una nia que se quebr un brazo;
es decir, exceptuando a Wendy. Wendy fue lanzada fuera del
automvil y muri instantneamente.
Slo unas semanas despus, yo viajaba con Reed en un
coche fnebre. Esta vez, l era uno de los portadores del
fretro de uno de sus amigos ms ntimos, Esteban, que haba
muerto de cncer a la edad de treinta y dos aos. Para sorpresa
ma, Reed, como de costumbre, estaba sonriente, y su habla
era suave como siempre, aunque sus ojos estaban llenos de
lgrimas. A pesar de todo, pareca que estaba muy bien.
"Bueno, Reed", le dije suavemente: "Me parece que has
tenido bastante de esto para que no lo olvides por largo
tiempo".
Reed se sonri y dijo: "Seguro que s".
"Dime", le pregunt: "Cmo la ests pasando? Cmo has
aprendido a enfrentar la muerte de tu hija Wendy?"
"Tehablar de eso", me dijo. "Marian y yo lo vemos de esta
manera: Qu si Dios hubiese venido a nosotros hace seis
aos y nos hubiera hecho una oferta?: 'Reed y Marian, yo
tengo una nia, hija ma, llamada Wendy. Ella solamente va
a estar en la tierra seis aos. Pero necesito quienes la amen,
la cuiden, y le enseen acerca de m esos seis aos. Despus
de ese tiempo la recoger para que est conmigo. De modo
que pregunto: Les gustara que yo se las diera, entendiendo
que esas son las condiciones?' Marian y yo habramos dicho:
'[Claro, Seor, la recibimos!'
"Yeso es lo que sentimos que Dios ha hecho. El siempre
supo que Wendy iba a estar con nosotros solamente seis aos.
LmERTADENDEPENDENCIA \ 173
De modo que, nosotros hemos escogido estar agradecidos por
cada uno de esos seis aos que Wendy enriqueci nuestras
vidas. La extraamos muchsimo. Hemos llorado, y s que
derramaremos muchas lgrimas an. Pero sabemos que la
veremos otra vez, y damos gracias a Dios por ello".
Qu actitud! Ante una gran prdida, un corazn agradeci-
do. Un corazn agradecido que ha rendido todos sus derechos
a un Dios soberano y amoroso. Acausa de su reaccin de fe,
esa joven pareja ha disfrutado de paz. Una tragedia? j S!
Pero ellos han descubierto la realidad de Romanos 8:38-39:
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida,
ni ngeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni
lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podr separar del amor de Dios, que es en
Cristo Jess Seor nuestro.
Compart esta historia con Jorge. El, tambin, hizo la
decisin de dar gracias, en total rendicin al Seor que le am
y prometi hacer que aun su ceguera resultara para su bien.
En esa conferencia Jorge encontr paz verdadera, y dieciocho
meses despus parti para estar con el Seor. Su madre me
escribi ms tarde. Jorge pensaba, dijo ella, que "los ltimos
dieciocho meses valieron la pena", debido a lo que l haba
aprendido acerca de la realidad de Cristo. Por depender
totalmente de Jesucristo, Jorge hall que El era todo lo que
dijo ser: la respuesta a toda necesidad del corazn humano.
13
Creciendo en gracia
Ha pasado ya ms de una dcada desde el da que yo estaba
en la autopista, con lgrimas sobre las mejillas, clamando a
Dios para que me restaurara el gozo de su salvacin.
Mi oracin en aquella ocasin era: "Seor llvame a los
das en que te conoc". Yo no tena ni la menor idea de cmo
Dios iba a contestar esa oracin. Lo divertido es que estoy
contento de que no hiciera lo que le ped! Hoy no quisiera
regresar. Ahora s tanto ms acerca de su amor y gracia y de
lo que significa estar vivo en Cristo, que no deseo regresar al
nivel en que estaba cuando era recin convertido. La solucin
no estribaba en ir al pasado, sino en moverme hacia adelante.
Esto me recuerda la historia de Israel despus que Moiss
les condujo a travs del mar Rojo. Nunca fue la intencin de
Dios que se quedaran en el desierto. El les dijo que fuesen
directamente a la Tierra Prometida, en la cual comeran el
fruto de rboles que no plantaron, y beberan agua de pozos
que no cavaron. Pero, a causa de su incredulidad, no entraron
en el descanso al que Dios les haba llamado. Temerosos de
continuar e incapaces de retomar a Egipto, el desierto con su
monotona, sequedad y aburrimiento era lo nico que les
quedaba. Cuando empezaron a entender la realidad de la
situacin en que se hallaban, el pueblo comenz a quejarse
del liderazgo de Moiss. Sorprendentemente, comenzaron a
aun aorar "los buenos das pasados" en Egipto! Moiss les
hizo recordar el hecho de que haban sido esclavos azotados
175
en Egipto, pero eso no tuvo ningn impacto en ~ l o s Aun la
esclavitud parece buena cuando se vive en el desierto.
Cuando como cristianos no estamos dispuestos a entrar en
el reposo de Dios --con pleno descanso en la verdad del amor
y la gracia incondicionales de Dios-, nos comportamos
como los israelitas. Somos cristianos, y como tales ya no
podemos regresar a la condicin de perdidos, ni pueden las
mariposas covertirse de nuevo en orugas. Tampoco queremos
seguir adelante, as que establecemos nuestra morada en el
desierto y nos conformamos con algo inferior a lo que pode-
mos legtimamente aspirar. Ahora bien, si se va a vivir en el
desierto, tambin podra hacerse lo ms cmodo y agradable
posible; y esto es precisamente lo que hemos hecho. .
El mundo cristiano que hemos creado, me recuerda una
ciudad real en el desierto: Las Vegas, Nevada. Si lo piensa
bien, no hay razn especial alguna para que Las Vegas siquie-
ra exista. Pero como las apuestas son legales en el Estado de
Nevada, la gente ha tomado ventaja de ello, y han convertido
la ciudad en una meca de vacacionistas. En lo que al mundo
concierne, han construido el ms deslumbrante y emocionan-
te campo de juego de Norteamrica -justamente en medio
del desierto, un lugar que de otra manera nadie pensara
visitar, mucho menos vivir en l. Si lo que se procura es
excitar y gratificar la carne, Las Vegas es probablemente el
sitio ms cmodo y divertido que pueda inmaginarse.
Como una "Las Vegas espiritual", el mundo cristiano ha
construido "una ciudad dorada en el desierto". En la superfi-
cie aparenta ser excelente, pero tiene catorce kilmetros de
largo y una pulgada de profundidad. Es deslumbrante, y a
veces emocionante, y le mantendr ocupado -por un tiem-
po-. Pero de vez en cuando una pequea voz en nuestros
corazones comienza a preguntar: "Es esto realmente lo que
Jess tena en mente cuando habl acerca de la 'vida abun-
dante'?" Por un tiempo, yo me complaca con el estilo bri-
llante y llamativo de vida cristiana que se aproximaba a la
manera de actuar de la farndula. Pero despus de un tiempo
CRECIENDO EN GRACIA \ 177
lleg a ser aburrido. Me convert en cnico y me agot, porque
todo lo que haca era una representacin teatral. Estoy agra-
decido porque Dios me permiti pasar por esa experiencia de
desierto hasta que llegu a estar cansado y hastiado de ella.
El entonces oy mi clamor y me dio nueva vida que nunca
pudiera haberme inmaginado.
Dios siempre ha tenido un remanente que ha dicho: "Seor,
yo no estoy satisfecho con lo mismo de siempre. Yono deseo
practicar una religin; deseo conocerte en una relacin real".
A los hambrientos, a los humildes, Dios siempre les respon-
der por guiarlos a la verdadera libertad. Jess nos dio esta
garanta: "Pedid, y se os dar; buscad, y hallaris; llamad, y
se os abrir" (Mateo 7:7). Y nosotros sabemos que podemos
hacer esto porque Dios "es poderoso para hacer todas las
cosas mucho ms abundantemente de lo que pedimos o
entendemos, segnel poderqueactaennosotros" (Efesios3:20).
El escritor de Hebreos describe esta vida como el "reposo
de Dios". En el principio, Dios cre todo en seis das, "y
repos el da sptimo de toda la obra que hizo" (Gnesis 2:2).
El significado espiritual de este principio se explica en (He-
breos 4:9-10): "Por tanto, queda un reposo para el pueblo de
Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, tambin ha
reposado de sus obras, como Dios de la suyas". En otras
palabras, Dios desea que por la fe nos apropiemos del hecho
de que Jesucristo lo ha hecho todo, y que no queda nada que
tengamos que hacer a fin de ser aceptados por Dios. Es decir,
"Dios ya hizo el trabajo; ahora usted descansa".
Sin embargo, note que "descansar" no es lo mismo que
estar inactivo. Yo no puedo pensar de uno ms activo que el
Seor Jesucristo, pero El siempre estaba en descanso. Ala vez
que descansamos en nuestros corazones, se nos insta a avan-
zar agresivamente y echar mano de todo lo que Dios ha
preparado para nosotros. Somos llamados a crecer en gracia!
La exhortacin a crecer en la gracia es un tema constante
en el Nuevo Testamento. Una vida de fe no es pasiva; requiere
una decisin firme de la voluntad y perseverancia creer en
Dios y su Palabra como la nica fuente de verdad y proceder
a aplicar la fe a la vida diaria. El apstol Pablo dijo: "Ocupaos
en vuestra salvacin con temor y temblor, porque Dios es el
que en vosotros produce as el querer como el hacer, por su
buena voluntad" (Filipenses 2: 12-13). Note que no dice "tra-
bajad para vuestra salvacin". Dice: "Ocupaos en vuestra
salvacin". Como el versculo 13 lo aclara, es Dios en noso-
tros quien inicia Su obra. Nuestro papel es de trabajar con
toda nuestra fuerza en lo que ya Dios est obrando.
Dios no necesita la habilidad de usted. El es el nico capaz.
El necesita la disponibilidad de usted; es decir, darle plena
facultad sobre nuestros cuerpos a Jesucristo as como Ello
hizo con el Padre hace 2.000 aos. Cuando aprendemos este
secreto, podemos trabajar ms arduamente que nunca sin
agotarnos. Recuerde que fue Cristo mismo quien dijo:
Venid a m todos los que estis trabajados y cargados, y
yo os har descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y
aprended de m, que soy manso y humilde de corazn; y
hallaris descanso para vuestras almas; porque mi yugo es
fcil, y ligera mi carga (Mateo 11 :28-30).
Nadie va a parar a la oficina de un consejero, ni llega a ser
fantico, o criticn por llevar el yugo de Cristo. Tomar su
yugo significa llegar a ser su discpulo dispuesto, es decir,
uno que va a aprender de El toda su vida. Eso significa confiar
plenamente en El toda la vida. Puede implicar dificultad,
enfrentar desprecio, mucho trabajo -pero no le agotar al
punto de fundirse-o El yugo de Cristo significa descanso,
paz, y realizacin en una vida vinculada con la de El.
La primera razn por la cual no nos "quemamos" es porque
no estamos actuando contrario a nuestra verdadera identidad,
sino viviendo de acuerdo a lo que somos: nuevas criaturas
en Cristo! "De modo que si alguno est en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu todas son hechas
nuevas" (2 Corintios 5: 17). Hemos llegado a ser "participan-
tes de la naturaleza divina" (2 Pedro 1:4). Y "tenemos la
mente de Cristo" (l Corintios 2: 16). No sentimos entonces un
conflicto con la actividad del Espritu en nuestras vidas
(aunque la carne pueda resistirle). Nuestras almas experimen-
tan la paz y la mayor armona cuando respondemos a las
demandas que Dios nos hace mediante el Espritu Santo.
La segunda razn por la cual no nos agotamos es porque
no estamos produciendo la vida con nuestro propio esfuerzo;
Cristo mismo produce Su vida en y travs de nosotros. "Para
lo cual tambin trabajo, luchando segn la potencia de l, la
cual acta poderosamente en m" (Colosenses 1:29). [Es en
verdad un estilo de vida milagroso! Un completo misterio
para el mundo, pero revelado y experimentado por el pueblo
de Dios, que ha recibido el extraordinario mensaje: "Cristo
en vosotros, la esperanza de gloria" (Colosenses 1:27). Que
Cristo viva a travs de nosotros es la nica solucin divina
para que el hombre sea restaurado al propsito inteligente
para el cual fue creado -ser un vehculo viviente para que
Dios exprese Su vida a toda la creacin!-. Que Cristo viva
en nosotros es lo nico que satisface la profunda necesidad
que existe en el corazn del hombre -la necesidad de signi-
ficado y propsito en la vida.
Imagnese usted que un da reciba una llamada del presi-
dente de su pas. "Cmo ests?", le pregunta a usted como
si fuesen viejos amigos, y platican durante un rato. "Aprop-
sito, pasado maana voy a estar en tu ciudad, y necesito usar
un automvil. Quiero saber si podra usar el tuyo".
Usted sabe cmo respondera. El siguiente da, lavara el
auto y le dara cera. Tambin limpiara con esmero el interior
del mismo. Si se encontrara con algunos amigos, quizs
tratara de introducir en la conversacin, como quien no
quiere las cosas, un comentario como: "No s si maana
podr salir de compras, porque el presidente de la nacin va
a usar mi carro..."
Llega el gran da en que el presidente de la nacin toma
prestado su auto -quizs el da de mayor orgullo para
usted-o Despus usted podra considerar su vehculo como
una reliquia. Tal vez mandara a hacer una placa especial de
bronce con la inscripcin: "El presidente de la Repblica
manej este automvil en la fecha tal". Si fuera posible
tratara de mantener el vehculo en excelente condicin, o
bien lo donara a algn museo.
S que estoy exagerando, pero presento esta ilustracin por
una razn. Creemos que sera un gran honor que por un da
el presidente de nuestro nacin usara nuestro automvil, y
ciertamente lo sera. Pero nosotros los cristianos rara vez
consideramos que Dios, que cre el universo, vive en noso-
tros y desea usar nuestros cuerpos cada da de nuestras
vidas. Pinselo bien. Si usted es cristiano, Dios vive en usted
y quiere producir fruto que dure para la eternidad a travs de
usted. "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jess
para buenas obras, las cuales Dios prepar de antemano para
que anduvisemos en ellas" (Efesios 2:10). Yo no puedo
pensar de una mejor razn para enfrentar la vida con un
entusiasmo contagioso.
A pesar del hecho de que est lleno de buenas noticias, el
cristianismo clsico es resistido y enfrentado con toda clase
de objeciones por muchos. Es aqu donde comenzamos con
los "peros", y "qu acerca de?": "Yo s que estamos bajo la
gracia, pero... " "Yo s que hemos sido perdonados totalmen-
te, pero... " "Yos que Cristo vive en nosotros, pero... "Todos
son peros. Sencillamente, tememos creer que Dios realmente
quiere decir lo que dice.
El estudio bblico y la oracin son dos cosas que nos sacan
a relucir vez tras vez. Recientemente, un hombre me pregun-
t: "Pero, si usted no mantiene a las personas bajo la ley,
cmo hacer para que estudien sus Biblias? Cmo hacer
para que oren?" El estaba sinceramente confundido. Yo supe
que en sus antecedentes haba mucho de estudios bblicos y
memorizacin de las Escrituras, pero para l stas eran "dis-
ciplinas". El pensaba que los cristianos no desean hacer estas
cosas, y que necesitan ser presionados firmemente para que
las hagan.
"Permtame hacerle una pregunta", le contest. "Ha reci-
bido usted en alguna ocasin una carta de una persona de
quien estuviera enamorado? Tuvo alguien que decirle que la
leyera? Si usted es como todos los que yo conozco, la leer
muchas veces, al derecho y al revs, y entre lneas! Cuando
uno est enamorado, nadie le tiene que decir que debe actuar
de esa manera. Es algo natural.
"Desde que me convert, y hasta el da de hoy, nadie me ha
tenido que decir que debo leer mi Biblia. Yodeseaba hacerlo.
Amo al Seor, y me es emocionante leer su 'carta de amor'
para m. Adems, no soportara la idea de vivir sin su Palabra,
ya que sta es mi alimento espiritual. Jess dijo: 'No slo de
pan vivir el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios' (Mateo 4:4). Yo leo mi Biblia por la misma razn
que como; porque tengo hambre!
"Le voy a hacer una ilustracin: Si yo fuera un mdico, y
alguien me dijera lo siguiente: 'Doctor, no tengo apetito
alguno'. Inmediatamente me dara cuenta de que algo anda
mal con este hombre. Las fluctuaciones en el apetito son
normales, pero la falta del mismo es una seal de enfermedad,
y yo tratara por todos los medios de averiguar lo que es. Y
as es como respondo al cristiano que me dice que no tiene
deseo alguno de leer la Biblia ---o que no tiene deseos de orar
o de reunirse con otros creyentes. Eso no es normal; es algo
anormal-, una seal de esclavitud a causa del error. De
modo que yo tratara de identificar el error para reemplazarlo
con la verdad de la Palabra de Dios.
"Como ocurre con mi apetito fsico, mi apetito espiritual
flucta. No es estable, y yo no me preocupo mucho si las
fluctuaciones no son extremas. Pero hay ocasiones, fsica-
mente, cuando me da gripe, y no tengo deseo alguno de
comida. Entonces me obligo a comer, sabiendo que necesito
mantenerme fuerte. De la misma manera, hay ocasiones
cuando no tengo deseos de la Palabra de Dios, y se debe a que
he comenzado a creer la mentira dellegalismo y las acusacio-
nes del Acusador. En esos momentos, aunque no tengo el
deseo me obligo a escudriar las Escrituras, simplemente
porque yo s que necesito renovar mi mente con la v e r ~
Pero no lo olvide, esos tiempos son anormales, no la condi-
cin normal de mi vida espiritual. Yo doy por sentado que
cuando uno entiende la plenitud del amor y la aceptacin de
Dios, querr leer la Palabra de Dios; querr pasar tiempo con
su Padre celestial en oracin; y querr reunirse con otros
creyentes para la alabanza y edificacin".
Tratar de aprender un nuevo enfoque en lo que respecta a
tomar decisiones tambin confunde a muchos. Realmente, se
confunden porque intentan hacerlo ms complicado de lo que
es. Cuando enfrento una situacin especfica en mi vida, me
doy cuenta de que las decisiones son muy simples cuando s
que "ya no vivo yo, mas vive Cristo en m" (Glatas 2:20).
Ya he hecho la mayor decisin, que se expresa en Romanos
12:1, de presentar mi cuerpo en sacrificio vivo a Dios. Yahe
rendido mi voluntad y mis derechos personales a Dios, y
adoptado la Palabra de Dios como mi autoridad y norma de
la verdad.
Por lo tanto, las decisiones son determinadas por la ley del
amor!
"Porque el amor de Cristo nos constrie, pensando esto:
que si uno muri por todos, luego todos murieron; y por
todos muri, para que los que viven, ya no vivan para s,
sino para aquel que muri y resucit por ellos" (2 Corin-
tios 5:14-15).
Por lo tanto, con la motivacin del amor de Cristo, la
decisin de presentarme a El para que me use, y el conoci-
miento por la Palabra de lo que es la voluntad de Dios en esta
situacin especfica, meramente hago porfe lo que la Biblia
dice, y le dejo a Ellos resultados.
Me preocupo por algn problema? Cuando entiendo que
Dios es soberano sobre todos los eventos, un problema se
convierte en una oportunidad para confiar en Dios. Yo no s
lo que suceder maana, pero una cosa s s: El mismo Jess
que est conmigo hoy estar conmigo maana! As que,
controlado por el amor de Cristo, reclamo la promesa de
Filipenses 4:6-7:
Por nada estis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oracin y ruego, con
accin de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardar vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jess.
Oro por el problema, doy gracias, y dejo el resultado a
Dios. El resultado es una paz sobrenatural que no depende de
circunstancias.
Estoy enojado y disgustado con alguno? La Biblia dice:
Qutense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritera
y malediciencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos
con otros, misericordiosos, perdonndoos unos a otros,
como Dios tambin os perdon a vosotros en Cristo
(Efesios 4:31-32).
Por lo tanto, controlado por el amor de Cristo, yo voy al
que he ofendido para tratar de reconciliarme y arreglar el
asunto. Cmo reaccionar l? No lo s. La Escritura dice:
"Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz
con todos los hombres" (Romanos 12:18). Los resultados
estn en las manos de Dios, pero motivado por su amor,
puedo actuar de acuerdo a su voluntad: "No seas vencido de
lo malo, sino vence con el bien el mal" (Romanos 12:21).
Estoy sin trabajo, y tentado a robar? Dios dice: "El que
hurtaba no hurte ms, sino trabaje, haciendo con sus manos
lo que es bueno, para que tenga qu compartir con el que
padece necesidad" (Efesios 4:28). Jess dijo: "Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas [vuestras necesidades] os sern aadidas" (Mateo
6:33). Por lo tanto, motivado por el amor de Cristo, confo
en que Dios cumplir esa promesa de suplir mis necesidades
al solicitar un nuevo empleo -no solamente obtener mi
sustento, sino tambin para servir a otros, proveer para mi
familia, y ayudar a perpetuar la obra de Dios con mis o ~ ~ n
das. Yo entro en accin, confiando en Su promesa de que mi
Dios, pues, suplir todo lo que os falta conforme a ~ u s
riquezas en gloria en Cristo Jess" (Filipenses 4: 19). La VIda
cristiana no es tan complicada como nosotros tratamos de
hacerla.
Una pregunta muy frecuente es: "No tomarn algunos
creyentes el mensaje de la gracia de Dios como licencia para
pecar?" Yoles contesto de esta manera: "Si su entendimiento
del Evangelio no va ms all del perdn de pecados,
probablemente s. Pero cuando usted entiende que Cristo no
solamente muri por el perdn de sus pecados, sino que
tambin resucit para vivir en usted, absolutamente no!"
Hay quienes, por inmadurez o rebelin, tratan de presumir en
la gracia por algn tiempo; pero todo el que intente vivir
conforme a la carne descubrir que la vida real y abundante
no se encuentra all --en efecto, probablemente su vida ser
ms miserable que cuando estaba perdido-. Si Cristo vive
en usted, usted no puede vivir una vida carente de principios
sin un conflicto interno tremendo. Si usted es mariposa,
nunca ser feliz viviendo con las orugas otra vez. Y ya que
Dios se ha propuesto conformar a sus hijos a la imagen de
Cristo, se puede esperar que aplique la disciplina apropiada
y amorosa para traerlos de nuevo al camino correcto.
Note que dije "disciplina" y no "condena". Se piensa a
menudo que estos trminos significan lo mismo, pero son
diferentes. La confusin de estos conceptos probablemente
se deriva de nuestros padres, quienes a menudo nos discipli-
naban en amor, pero a veces nos condenan con ira y frustra-
cin. Entonces nosotros proyectamos estas caractersticas
sobre Dios, y suponemos que El acta del mismo modo. Sin
embargo, nada puede estar ms lejos de la verdad. Este error
es uno de los ltimos baluartes del legalismo, que debe ser
corregido a fin de que las personas puedan descansar en la
gracia de Dios. Comencemos por establecer una definicin
correcta de los trminos.
Condena es la pena impuesta a un delincuente por un
crimen o mala accin. Tiene en vista la retribucin (darle a
alguien lo que merece) en vez de la correccin. La condena
mira hacia el pasado, a la ofensa; es impersonal y automti-
ca, y su finalidad es la administracin de la justicia. El
ejemplo ms simple de condena es que el polica detenga a
un conductor y le multe por manejar a mayor velocidad de la
establecida por la ley. Le ha ocurrido eso alguna vez? A m
me sucedi recientemente cuando conduca por una autopis-
ta. Yo no tena la intencin de ir a exceso de velocidad. Slo
estaba preocupado y no prestaba atencin al cuentakilme-
tros. Yo trato de ser un ciudadano que obedece las leyes. Le
expliqu todo eso al polica y, debo decir, l comprenda mi
caso y lo senta mucho... pero me puso la multa. Usted ve, al
polica no le interesa la razn por la cual usted conduca a
exceso de velocidad; si lo hizo o no a propsito; ni le importa
un bledo que le diga que entodos los otros das condujo como
establece el cdigo del trnsito. Todo lo que l entiende es
que usted viol la ley, y aqu tiene su condena. Usted tambin
notar que l no hizo nada para elogiar a cincuenta otros
conductores que vio conducir dentro de los lmites legales.
Slo estaba all, indiferente, hasta que not una vilacin;
entonces entr en accin. Eso es condena.
La disciplina, por otro lado, es totalmente diferente. La
disciplina es entrenamiento que desarrolla control propio,
carcter y habilidad. Es mirar hacia adelante a un resultado
beneficioso, es muy personal, y es un ejercicio continuo.
Cuando estuve en la escuela secundaria jugu en el equipo de
baloncesto. Tuve un entrenador que nos exiga bastante. Nos
haca correr con o sin pelota hasta el punto que mis piernas
ya casi no me sostenan. Por qu nos entrenaba de esa
manera? Porque deseaba que tuviramos xito. No lo haca
porqueestuvieraenojadoconnosotros; elpropsitodesemejantes /
ejercicios era que fusemos buenos jugadores y un equipo
bien preparado.
Una cosa que usted habr notado inmediatamente, espe-
cialmente si tuvo un entrenador como el mo, es que la
condena y la disciplina a veces se sienten igual para el que
la recibe. Pero se puede notar una marcada diferencia tanto
en la actitudcomo en la meta del que la administra. La actitud
que hay detrs de la condena es ira e indignacin, y su meta
es la justicia; la actitud que hay detrs de la disciplina es
amor, y su meta es el beneficio y desarrollo- de la persona.
i Un contraste total! Yla aplicacin crucial para nosotros es
saber que Dios, bajo el Nuevo Pacto, nunca trata con sus
hijos sobre la base de la condena. Toda la condena de Dios
para nuestros pecados fue totalmente recibida por Jesucristo
en la cruz. Ahora que somos hijos de Dios, El trata con
nosotros nicamente sobre la base de la disciplina, la cual,
una vez usted entiende la diferencia, es una verdad positiva.
El no trata con nosotros con ira, o demanda de justicia. El es
un Padre amante dedicado a que sus amados hijos crezcan en
gracia cada da.
Esta es una cuestin que debemos resolver, por dos razo-
nes. La primera, Cristo dijo: "En el mundo tendris afliccin"
(Juan 16:33). La segunda, porque, cuando enfrentamos las
tragedias y problemas de la vida, no hay tendencia humana
ms fuerte que preguntar el porqu. "Por qu sucedi esto?",
exclamamos. "Es este problema una seal de que Dios est
enojado conmigo?"
Una tremenda ilustracin de este principio fue la experien-
cia de Tim Stevenson cuando estaba corriendo en unos cami-
nos rurales. "Yo estaba muy entusiasmado acerca de un
recorrido que tena planeado", explica Tim. "Ira a Canad
para un viaje en canoa de una semana de duracin, a un rea
que haba visitado en ocasiones anteriores y que me gustaba
mucho. Estas no iban a ser vacaciones cmodas. Esa parte de
Canad es agreste, lo que haca del proyecto un gran desafo.
Por eso yo estaba dedicando muchas semanas a entrenarme
para ese viaje ---corriendo ms kilmetros de lo acostumbra-
do, y haciendo planchas, y otros ejercicios.
Ese da, la temperatura estaba alta en Texas, y el calor
irradiaba del pavimento. Haba completado casi mi carrera de
cinco kilmetros, estaba muerto de cansancio, cuando de
repente se me ocurri una idea. Si mi cuerpo hablara, pens,
dira: 'Pero qu es esto? Qu est pasando? Por qu me
ests haciendo esto? Ests enojado contra m? Hay algn
pecado no confesado en mi vida?'
Yo le habra contestado: 'Cuerpo, yo no estoy enojado
contra ti. Estoy haciendo esto porque te amo. Yo s el futuro
pero t no. Yo s que en seis semanas, vas a estar remando
durante toda una semana casi ocho horas diarias, vas a tener
que cargar con una canoa que pesa unos treinta y cinco
kilogramos, o caminar tramos de ms de un kilmetro y
medio con una mochila de cuarenta kilogramos a cuestas, y
quizs haya lodo en algunos trechos. Ahora si te preparas para
ello vas a disfrutarlo, pero si no, quizs mueras a causa del
esfuerzo.
"Me re a carcajadas al darme cuenta de que as es exacta-
mente como respondemos a Dios cuando nos vienen proble-
mas. Al igual que los paganos en la antigedad, siempre
estamos tratando de interpretar eventos. Cuando las cosas van
en nuestro favor, eso indica que los dioses estn contentos
con nosotros; cuando nos metemos en problemas, significa
que los dioses estn enojados con nosotros. As piensa el
hombre naturalmente, y esa actitud todava la traemos a la
vida cristiana. Todava se nos dificulta confiar en las buenas
intenciones de un Dios que ha hecho todo lo inconcebible
para demostrar su amor por nosotros.
Esta tendencia a dudar de Dios en tiempos de dificultad es
exactamente el significado de Hebreos 12:1-12, pasaje que
trata de la disciplina, y que a menudo es tomado fuera de
contexto. En este pasaje se nos dice: "Si soportis la discipli-
na, Dios os trata como a hijos; porque qu hijo es aquel a
quien el padre no disciplina?" (Hebreos 12:7). Nuestra
reaccin a este pasaje ser determinada por la claridad de
nuestro entendimiento de disciplina y condena. Los hebreos,
a quienes se dirige la carta, eran judos cristianos que estaban
enfrentando tremendas presiones y pruebas. Les vedaban el
acceso al templo y a las sinagogas, eran condenados al
ostracismo y amenazados, y muchos estaban flaqueando en
su fe. Estaban comenzando a hacerse las mismas preguntas
que nos formulamos hoy: "Por qu nos suceden estas co-
sas?" "Es esto seal de que Dios nos ha rechazado?" El autor
de esta carta escribi para animarles: "No, Dios no les ha
rechazado. No se den por vencidos. Sigan adelante".
Por eso se escribi el captulo 11 de Hebreos. Este ha sido
llamado "La galera de Dios de la fe". El escritor muestra
ejemplo tras ejemplo de individuos que confiaron en Dios a
travs de toda la historia bblica. El habla de aquellos
que por fe conquistaron reinos, hicieronjusticia, alcan-
zaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos
impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de
debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga
ejrcitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos
mediante la resurreccin (Hebreos 11:33-35).
Eso ciertamente emociona alleeerlo. Aquin no le gusta-
ra ser un hroe de fe si esos son los resultados? Pero lamen-
tablemente, nuestra tendencia es dejar de leer en el lugar
inadecuado. El pasaje contina:
mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate,
a fin de obtener mejor resurreccin. Otros experimentaron
vituperios y azotes, y a ms de esto prisiones y crceles.
Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos
a filo de espada; anduvieron de ac para all cubiertos de
pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltra-
tados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los
desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas
de la tierra" (Hebreos 11:35-38).
Algunos hroes de la fe ganaron batallas; otros fueron
matados; pero "todos stos, alcanzaron buen testimonio me-
diante la fe" (Hebreos 11:39).
En lugar de ser como los antiguos paganos que interpreta-
ban todas las experiencias negativas como evidencia del
desagrado de "los dioses", podemos ver las tribulaciones de
acuerdo a la verdad. Santiago escribi: "Hermanos mos,
tened por sumo gozo cuando os hallis en diversas pruebas"
(Santiago 1:2). Pablo dijo lo mismo y nos dio la razn:
Tambin nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo
que la tribulacin produce paciencia; y la paciencia, prue-
ba [carcter]; y la prueba [carcter], esperanza; y la
esperanza no avergenza; porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espritu Santo que
nos fue dado (Romanos 5:3-5).
Usted y yo vamos a enfrentar problemas en el futuro. Eso
es parte de la vida en este mundo cado. Dios no nos promete
que no tendremos tribulaciones, pero s nos promete que
estar con nosotros en medio de ellas. El promete que har
que "a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propsito son llamados"
(Romanos 8:28). S promete que si nos apartamos del camino
en nuestra vida cristiana, El aplicar disciplina correctiva
para restaurarnos. S promete que podemos experimentar su
paz y gozo en medio de las pruebas al confiar en El con accin
de gracias. Finalmente, El nos promete que cualquier cosa
que nos suceda no es seal de su rechazo. Podemos entonces
aceptar cualquier tribulacin como disciplina: una oportuni-
dad para que Dios edifique en nosotros cualidades del carc-
ter que son de valor eterno.
No importa qu le reserve el futuro, usted puede descansar
con la seguridad de que "el que comenz en vosotros la buena
obra, laperfeccionarhastael da de Jesucristo"(Filipenses 1:6).
Usted no sabe lo que le suceder maana, pero puede saber
que el mismo Cristo que le ama hoy estar con usted maana.
CONCLUSION
Qu ha sucedido con lo
genuino?
Sharon me llam cuando estbamos en el programa radial
"De Persona a Persona" una noche. "Su enseanza me ha sido
de mucho beneficio y estoy aprendiendo ms y ms acerca
del amor de Dios por m. Pero estoy en una situacin en la
cual no s qu hacer". Se detuvo y suspir.
"Tengo ahora 19 aos de edad, pero cuando estaba en mi
adolescencia cuatro de mis tos me molestaron sexualmente.
Desde entonces he llegado a conocer a Jess, y ya no los odio.
Les he perdonado. Pero el problema es que cuando tenemos
reuniones familiares les veo y no s cmo reaccionar".
Qu puede decirse en la radio a una pregunta como esa?
Todo lo que s es confiar en Dios y su Palabra. "Sharon, se
me parte el corazn por lo que te ha ocurrido. Es tan horrible...
que aun me es doloroso imaginar tal experiencia. Estoy muy
agradecido por saber que has llegado a conocer a Cristo, y
que El est sanndote del dolor y la amargura que es natural
sentir despus de una experiencia como la tuya".
Hice una pausa. "Despus de todo eso, Sharon, por mucho
que yo pueda compadecerme de ti, hay slo una cosa que
importa en el presente: qu vas a hacer hoy. Nada que t, yo
o cualquiera hiciera, podra cambiar el pasado. La cuestin
es: Qu hars hoy o en el futuro. Dios nos promete en
Romanos 8:28: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas
191
las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propsito son llamados". Ahora bien, el versculo no dice que
todas las cosas parecen buenas, o que todas las cosas le hacen
a uno sentirse bien, ni siquiera que todas las cosas son buenas.
Dice que Dios har que todas las cosas ayuden a bien. Yo s
que eso es difcil de entender, pero intentmoslo.
"Piensa en esto, Sharon", prosegu. "Crees que alguna vez
hallars otras mujeres que hayan pasado por experiencias
similares?"
"Seguro que s", contest suavemente, con voz que revela-
ba un esfuerzo por contener el llanto.
"Yotambin pienso lo mismo, Sharon. Cuntas crees que
podras hallar?"
"No s", respondi Sharon, "tal vez cientos".
"En este mundo pecaminoso y triste, eso probablemente
sea cierto. Sharon, la persona ms indicada para ministrarles
a esas mujeres con el amor y compasin de Jess es alguien
que haya pasado por esa experiencia. Ves, Sharon, nosotros
hemos sido llamados a ser siervos, como Cristo lo fue. Pero
para ser un siervo eficaz, debemos tener compasin. Cmo
aprendemos a compadecemos? Hay una sola manera, que yo
sepa: por pasar uno mismo por tribulaciones y pruebas. Por
eso leemos en 2 Corintios 1:3-4: 'Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Seor Jesucristo, Padre de misericordias [compa-
sin] y Dios de toda consolacin, el cual nos consuela en
todas nuestras tribulaciones, para que podamos tambin no-
sotros consolar a los que estn en cualquier tribulacin, por
medio de la consolacin con que nosotros somos consolados
por Dios'.
"Como puedes ver, hay una razn para que t apliques el
mandato de 'dad gracias en todo' (1 Tesalonicenses 5:18).
Sharon, t puedes tener un corazn agradecido hacia un Dios
que te ama, y que tomar aun experiencias tan terribles como
la tuya y las convertir en oportunidades para el bien, al ser
libre en tu propio espritu, y entonces extenderte hacia otros
y servirles con el mismo amor que has recibido de El".
,QUE HA SUCEDIDO CON LO GENUINO? \ 193
Sharon inmediatamente percibi la verdad de estas cosas.
Su paz y libertad de espritu eran una ilustracin vvida de los
resultados de permitir a Dios renovar nuestras mentes (Ro-
manos 12:2). La renovacin de nuestras mentes es mirarnos
a nosotros mismos y nuestras circunstancias desde la pers-
pectiva de Dios en lugar de la perspectiva humana, yeso
precisamente fue lo que Sharon hizo. Con sus circunstancias
y reacciones enfocadas propiamente, pasamos a considerar
cmo tratar con sus tos. "Sharon, t no puedes hacerte la idea
de que no sucedi nada, de modo que mi consejo para ti es
que trates con eso directamente. T podras acercarte a cada
uno de ellos y decirle: 'Usted y yo sabemos lo que sucedi en
el pasado. Pero deseo que sepa que Cristo Jess es ahora mi
Seor. El me ha perdonado mis pecados, El tambin ha
provisto para el perdn de los pecados de usted, y yo tambin
le perdono' .
"Alguno de tus tos conoce al Seor?" Dijo que no. Le
pregunt si ella saba cmo compartir el Evangelio, y de
nuevo contest que no. "Voy a decirte lo que har. Hemos
escrito un folleto que explica cmo llegar a conocer a Cristo;
te enviar uno inmediatamente. Es muy sencillo; todo lo que
tienes que hacer es leerlo con alguien". Sharon qued muy
entusiasmada con esa idea, y as concluimos nuestra conver-
sacin telefnica.
Tres das despus, Sharon nos llam. "El pasado fin de
semana, tuvimos otra reunin familiar, y el folleto del que
usted me habl no lleg a tiempo; sin embargo, hice lo que
usted me sugiri. Le habl a cada uno de mis cuatro tos
personalmente, y dos de ellos llegaron a o n ~ r a Cristo.
Qu milagro! Una pobre nia inocente, vejada de manera
degradante, que llega a ser una joven fuerte, compasiva y de
una visin clara. Tena todas las razones para aferrarse a la
autocompasin, el odio y la amargura por el resto de su vida,
y el mundo la habra animado a hacerlo. Pero, en lugar de ello,
se adhiri al Cristo viviente, y controlada por su amor;
decidi reaccionar ante la adversidad de acuerdo con la
voluntad de Dios. Ella poda haberse considerado una vcti-
ma, pero en vez de eso escogi verse a s misma como Dios
la vea: una hija de Dios que ya ha recibido "todo [10 que ella
necesita para] .., la vida y a la piedad" (2 Pedro 1:3). Sharon
experiment una vida cambiada porque experiment una
vida intercambiada en Jesucristo. Ahora ella es libre y ayuda
a otras personas a ver y entender la libertad que Cristo tiene
para ellos.
La vida de Sharon muestra el poder de un vida intercam-
biada. No basta con responder locuazmente a los problemas
que las personas afrontan. Algunas veces cuando no tenemos
compasin, llegamos a ser como mquinas. Alguien compar-
te un problema con nosotros, y, tzaz! lanzamos un versculo
bblico. Aun la verdad bblica como "dar gracias en todo"
puede ser daina cuando se comparte en el momento inopor-
tuno, o con un espritu impropio -particularmente cuando
se hace sin compasin-o A fin de aplicar los principios
bblicos para la vida, debemos tener elfundamento bblico de
entender el amor de Dios y Su aceptacin. Dar gracias en
tiempos de afliccin no tiene sentido a menos que nos veamos
a nosotros mismos y a nuestras vidas desde la perspectiva de
Dios.
Tampoco basta con decirle a la gente lo que debe dejar de
hacer. Por ejemplo, cmo podra Sharon simplemente poner
a un lado las muy naturales emociones de la amargura, el odio
y lstima propia? Slo hay una manera: por desarrollar una
mentalidad totalmente nueva, una nueva preocupacin. No
podemos soltar las cosas a menos que tengamos algo nuevo
a que aferramos.
Esto me recuerda a un niito que estaba en su corral
jugando con su osito de peluche. Trate de quitrselo y se
formar una buena pelea. Despus de todo, l ama su osito y
depende del mismo. Ese osito le provee comunin y consue-
lo,. y es un objeto para amar. As que, cmo puede usted
quitarle ese oso sin una conmocin? Muy sencillo: dle un
pemto. El perrito provee comunin y consuelo y mucho ms.
,QUE HA SUCEDIDO CON LO GENUINO? \ 195
Est vivo; no solamente le puede amar sino que tambin
corresponde al amor. A medida que el nio se relaciona con
el perrito, se olvidar de su osito de peluche, y usted podr
quitrselo sin que se d cuenta.
Esa es una simple ilustracin, pero nos da una importante
revelacin de cmo son los seres humanos. La manera de
quitarse un hbito o preocupacin es desarrollar un nuevo
hbito o preocupacin. El nuevo sacar al viejo, as como la
luz disipa las tinieblas, y la verdad al error. Como dice la
Biblia: "Sino vestos del Seor Jesucristo, y no proveis para
los deseos de la carne" (Romanos 13:14).El ha de ser nuestra
principal concentracin.
Por eso la Biblia continuamente dice no solamente lo que
no se debe de hacer, sino tambin lo que st debe hacerse: "El
que hurtaba, no hurte ms, sino trabaje". "Desechando la
mentira, hablad verdad". "Qutese de vosotros toda ... ira,
gritera.... antes sed benignos unos con otros, perdonndoos
unos a otros". Todo este se resume en Efesios 4:22-24:
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del
viejo hombre, que est viciado conforme a los deseos
engaosos, y renovaos en el espritu de vuestra mente, y
vestos del nuevo hombre, creado segn Dios en lajusticia
y santidad de la verdad.
Yo quisiera contar con ms espacio para relatar otras cien
historias como la de Sharon, de cmo-el mensaje de la gracia
de Dios cambia las vidas poderosamente, pero para ello se
requerira una biblioteca. Estos ejemplos demuestran que la
verdad liberta. Las gente continuar argumentando y "rajan-
do pelos" acerca de distintas cuestiones teolgicas, pero,
como dice un viejo refrn: "Para apreciar la calidad del pudn,
hay que comerlo". El poder del puro Evangelio para transfor-
mar las vidas no se puede explicar por medios naturales.
Si hay algn principio que ejemplifica la vida de libertad
bajo la gracia, para m es Glatas 5: 13: "Porque vosotros,
hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no
usis la libertad como ocasin para la carne, sino servos
por amor los unos a los otros". El Seor Jess dijo en cuanto
a su propia vida: "El Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por
muchos" (Mateo 20:28). Tambin dijo: "Ms bienaventurado
es dar que recibir" (Hechos 20:35). Pablo aadi: "Nada
hagis por contienda o por vanagloria; antes bien con humil-
dad, estimando cada uno a los dems como superiores a l
mismo" (Filipenses 2:3).
La seal inequvoca de que el cristianismo clsico est
echando raz en el corazn del hombre es que se vean los
inicios de la misma actitud que Cristo tuvo: "Yono estoy aqu
para ser servido, sino para servir". Nada es menos natural en
un ser humano que esa actitud. Slo el milagro del Evangelio
puede producirla. De qu otra manera puede explicarse la
actitud y las acciones de alguien como Sharon aparte de la
intervencin milagrosa de Dios?
El ttulo de este captulo es una pregunta: Qu ha sucedido
con lo genuino? La respuesta es: "Nada". Nada hay de malo
en el mensaje! Tampoco hay algo nuevo en cuanto al mensaje
de la gracia de Dios. Cuando se proclama directamente y en
toda su pureza, transforma vidas en la misma manera dram-
tica que lo hizo en los das que siguieron al Pentecosts. El
problema no est en el mensaje, est en nosotros. Nos hemos
desviado de la plenitud de Cristo hacia la religin y el
legalismo.
El mismo sol que endurece el barro, derrite la cera. De la
misma manera, el mensaje de la gracia de Dios endurece el
corazn del orgulloso, y suaviza el corazn del humilde.
"Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes"
(Santiago 4:6). Por qu la gracia de Dios est disponible slo
para el humilde? Porque nicamente l la recibir. El humil-
de siempre hallar que Dios es compasivo y lleno de gracia.
El abrir las compuertas de Su amor a todo hombre, mujer,
nio o nia que va a El con humilde fe. El Seor contina
dicindonos a usted y a m:
QUE HA SUCEDIDO CON LO GENUINO? \ 197
"He aqu, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi
voz y abre la puerta, entrar a l, y cenar con l, y l
conmigo" (Apocalipsis 3:20).
Escucha, abre la puerta de tu corazn, y descubre que el
cristianismo clsico es una persona: el Seor Jesucristo vi-
viente.

Bob George - Cristianismo Clásico

Cargado por

Copyright:

Bob George - Cristianismo Clásico

Cargado por

Información del documento

Derechos de autor

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Bob George - Cristianismo Clásico

Cargado por

Copyright:

Por cada cristiano

También podría gustarte