Lic Monica Navia
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Jorge de Los Cobos1 Las diferentes culturas del mundo estn hoy en da emparejadas con una preocupacin: cmo tener la mayor cantidad de cuartos, moneda, plata, pasta, efectivo, parn, etc. circulando dentro de sus economas. La pregunta es: hasta que cantidad el dinero ser necesario, y a qu precio, teniendo en cuenta que el ser humano slo necesita comida, agua y techo, que son sus necesidades bsicas para vivir? Se dice que el dinero no lo es todo. Ms all del afn de conseguir ms bienes, capital, finanzas, fondos, guita, metlico, pela, recurso, varo, hay algo ms. Lo que tiene ms importancia que los bienes materiales es, por ejemplo, el sentir que uno ofrece algo a cambio de algo, el querer interactuar, el interesarse por las personas y el demostrar amistad. Entonces as se podr llegar a una mayor felicidad social. Las comparaciones no me gustan, hacen sentir de ms o de menos algo que para mi percepcin es ficticio. En muchas culturas, como la vida es cara, la gente se preocupan slo por hacer dinero y dentro de ese fin se pierde de vista otro tipo de intercambios como el saludo al encontrarse. Es que lo corts no quita lo valiente. Al vivir en Bolivia como extranjero, a veces llego a un lugar y tengo la extraa sensacin de que no estoy haciendo bien algo que s hacer desde que nac. Con el pasar del tiempo, por medio de la interaccin con otros, esa misma forma de ser, se va adquiriendo. Pero tambin se van juntando formas de expresin de otras culturas, como lo es el lenguaje. Al principio de mi estada en Bolivia le pregunt a un taxista: Oiga, jefe, son Bs. 15, verdad?, esperando una respuesta afirmativa, ya que alguna vez el mismo trayecto haba sido de ese precio. Pero la reaccin no fue la que yo esperaba, el taxista me respondi: son Bs. 20. Con el pasar del tiempo y adquiriendo palabras locales logr economizar mi bolsillo. Ahora les digo: Oiga, son Bs. 15, no ve?, claro, despus de contarles alguna historia o hacerles preguntas y ser amigable. Entonces me responden: No, joven, son Bs. 10!. Menciono otras situaciones: en el texto No sern estpidos, pero, definitivamente estn un poco locos2, el autor menciona el caso de las respuestas muy escuchadas en Bolivia: maana, maana: muchas personas hacen promesas a pesar de saber que no las pueden cumplir. Me parece que por la vergenza de contradecir al otro se aplica la mentira piadosa, la salidita rapidita. Tal vez eso se haga para quedar bien. Tambin he escuchado el yo te llamo por telfono, promesa tampoco cumplida. Esto me permite concluir que, al haber diferentes culturas, se tiene que aprender a interactuar: al pas donde vayas haz lo que veas. Tal vez en un futuro, cuando retorne a mi pas me d cuenta de que estoy conversando amigablemente con un taxista o con la seora de la taquera. Entonces podra ser posible que, al vivir en mi propio pas nuevamente, tenga la extraa sensacin de que no estoy haciendo bien algo que supe hacer desde que nac.
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Estudiante de primer semestre de Administracin Turstica. Universidad Catlica Boliviana. Young, Rusty, Marching powder, a true story of friendship, cocaine and Southamericas strangest jail, 2003, New York: Saint Martins Press.
Marcos Roitman Rosenmann El rescate de los 33 mineros chilenos se ha convertido en un espectculo. Estamos presenciando el mejor ejemplo de periodismo infame. Nadie falt a la cita. Las agencias de prensa, los medios televisivos, los corresponsales extranjeros, reporteros, enviados especiales y desde luego las trasnacionales, ellas han financiado, en parte, con sus anuncios publicitarios, la fauna sedienta de sensacionalismo. En esta aventura, no haba que escatimar gastos. Millones de dlares se han invertido en cubrir la operacin. La forma en que fue construida la noticia supone un antes y un despus en la teora comunicativa. Las lecciones no pueden pasar desapercibidas para quienes tienen un poco de pudor. Una tragedia, un drama humano, acaba siendo una excusa para ganar dinero y mantener atentos a radioescuchas y telespectadores. As, se diluyen las causas y los responsables de tal desaguisado. De la noche a la maana se construye una historia de hroes. Una irresponsabilidad en las medidas de seguridad de una mina propiedad de una empresa privada, muta en un acontecimiento con ribetes de epopeya. Los informantes soslayan esta particularidad y se dan a la innoble tarea de relatar una ficcin. Mientras tanto, nadie entrevista a los dueos, para preguntarles como eran las condiciones de trabajo y por qu sucedi el derrumbamiento. Menos an se hace alusin a las demandas sindicales ni se da la voz a sus compaeros y dirigentes sindicales, hacerlo supondra poner al descubierto la cruda realidad. Mineros cobrando sueldos de miseria, sin seguros mdicos, trabajando en condiciones infrahumanas y sometidos a todo tipo de vejmenes legales. Contratos basuras, horarios interminables y chantaje de despido si denuncian a la empresa. Eso no es noticia, es desestabilizacin informativa. No aporta nada. Por ende, hay que desviar la atencin. Lo fundamental es falsear los hechos y reconstruirlos bajo una nueva perspectiva: emerge un melodrama. Primero las muestras de solidaridad. Polticos de todo el mundo, artistas, intelectuales, deportistas, en definitiva, los llamados famosos o personajes pblicos se hacen presentes, son la guinda del pastel. Todos los das se incorpora uno nuevo a la lista. As se mantiene viva la unidad mundial contra la desgracia. Una nueva muestra de humanidad humana. Canciones, raps, poemas, todo vale. Inclusive, en el propio campamento se han instalado distintas iglesias, la catlica, protestante, los testigos de Jehov y un sin fin de sectas, ofreciendo sus servicios de vigilia y rogando a Dios para que les proteja. Pero eso es una parte nfima del montaje. Para los clubes deportivos, las empresas hoteleras, las agencias de turismo, las marcas de electrodomsticos, aparatos electrnicos, etctera, es una ocasin de oro para promover sus marcas. Los responsables publicitarios han comprendido el tirn que supone tener una audiencia cautiva, millones de personas siguen las labores del rescate. Por consiguiente, un poco de publicidad gratuita no viene mal. Para llamar la atencin mutan sus intereses en acciones altruistas. Regalan camisetas de ftbol, ofrecen vacaciones pagadas a las islas griegas o les prometen cocinas, neveras, etctera. La noticia ya no est en el interior sino fuera de la mina. Tanta magnanimidad digna de elogio le hace pensar a uno que han ganado un concurso o les ha tocado la lotera. Incluso,
siendo mal pensado, siento envidia y creo, por un momento, que los mineros han provocado el derrumbamiento para entrar en el libro Guiness de los rcords y beneficiarse de los buenos samaritanos. Y por ltimo no faltan las ofertas para contar su experiencia. Revistas del corazn, prensa, televisin se disputan a los mineros. Ellos pagarn para que les den exclusivas. Pero tampoco les darn sumas millonarias, al fin de cuentas son mineros, ignorantes y pobres. Por eso deben estar agradecidos a los medios de comunicacin, no tendrn que seguir picando en la mina. Tendrn suficiente para vivir sin apuros, es cuestin que se administren. Tambin los bancos pueden utilizar sus caras para hacer anuncios. En realidad ellos son una mina de oro para tanto desaprensivo. Seguramente, estoy aguando la fiesta a quienes de manera sincera han cado en la trama urdida y se conforman con el relato oficial y hegemnico. Salvados los mineros, la operacin se considera un xito. Las cmaras abandonan el lugar, se desmantelan las unidades especiales ya no hay nada que contar. Las aguas vuelven a su cauce. Ahora es el momento de las plusvalas polticas. Los rditos comienzan a cotizar en bolsa. Piera, un golpista, empresario trasgresor de las leyes sindicales y los derechos de los trabajadores, emerge como un redentor de los mineros, responsable, una persona campechana y cercana. No los abandon en la desdicha. La mentira est servida. Ahora es cosa de mantenerla en el tiempo y para ello contar con el apoyo de aquellos que se dejan llevar por el final feliz del rescate. La imagen del presidente y de su gobierno y gabinete, mutan definitivamente. Son depositarios de la unidad de los chilenos, mientras otro Chile se ignora. En el norte todo es alegra, en el sur, el gobierno y las fuerzas armadas reprimen a los mapuches, se les aplica la ley antiterrorista y se olvida que una veintena de sus dirigentes llevan ms de dos meses en huelga de hambre. Tiempo superior al que los mineros pasaron bajo tierra. Pero eso no es noticia, a Sebastin Piera lo han convertido en un estadista. Los dueos de las minas no hay sido inculpados por ningn delito. El mundo al revs. Tras el rescate no hay de que alegrarse, era la obligacin sacar a los mineros con vida.
Referencia:
Roitman Rosenmann, Marcos (2010, octubre 17). Chile: los mineros del norte y los mapuches del sur. jornada.unam.mx. Obtenido el 27 de febrero de 2010 de: http://www.jornada.unam.mx/2010/10/17/index.php?section=mundo&article=021a1mun
Reflexiones acerca del amor romntico en China Por Gladys Nieto El amor como problema de anlisis ocupa un lugar privilegiado en la literatura y en disciplinas sociales como la psicologa. Sin embargo, en la antropologa ha sido desatendido a favor del estudio de las grandes cuestiones del parentesco y el matrimonio3. Tal desinters probablemente se deriva de la asuncin de que el amor romntico es inexistente en las denominadas sociedades primitivas y nicamente un producto histrico de la sociedad europea y/o de las clases acomodadas en sociedades no occidentales4. En tal sentido se considerara que la influencia de la pasin romntica definida como una intensa atraccin que idealiza al otro en un contexto ertico en las diversas organizaciones sociales histricas pasadas y presentes, constituye una rareza, ya que en ellas se ha privilegiado la alianza familiar, el carcter prctico y utilitario del matrimonio sobre otro tipo de consideraciones emocionales. En tal sentido habra que distinguir entre las relaciones de amor como una posibilidad psicosocial universal y la afirmacin de tales relaciones como deseables para el cortejo y el matrimonio, esto es, su incorporacin al patrn estructural de una sociedad en un contexto histrico dado. As, mientras algunas sociedades o grupos sociales veran la atraccin amorosa como ridcula, otros calificaran de vergonzoso el matrimonio sin amor5. Considerando la organizacin social en China durante la poca imperial podramos afirmar que en ella la institucionalizacin del amor romntico fue baja o casi nula. Segn la estructura de la familia tradicional, el matrimonio consista en un intercambio de mujeres con el fin de establecer alianzas y consolidar grupos de poder, y como un medio para asegurar la descendencia6. El matrimonio no era un acto personal sino familiar. Y su concertacin y arreglo corresponda a los patriarcas o jefes de familia, sin que se tuviese en cuenta la inclinacin amorosa entre los contrayentes. Prcticamente hasta 1949 y a pesar de la influencia de los movimientos liberales de principios de siglo, la gran mayora de los chinos no conoca a su pareja hasta el mismo da de su boda7. En la bibliografa especializada hay un consenso en vincular la institucionalizacin del amor romntico en Europa occidental a la emergencia de la modernidad. En otras palabras, el patrn del amor romntico se incorpora a la estructura social (equiparando matrimonio y amor) durante el ascenso de la burguesa, la creacin de los Estados nacionales, el avance de la secularizacin y la centralidad que va adquiriendo el individuo. La pasin romntica se
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Daniel Goleman, After Kinship and Marriage, Anthropology Discovers Love, The New York Times, 24 de noviembre de 1992. 4 William Jankowiak (ed.), Romantic Passion. A Universal Experience?, New York: Columbia University Press, 1995. 5 William J. Goode, The Theoretical Importance of Love, American Sociological Review, vol. 24, no. 1, (February 1959); pp. 38-47. 6 Flora Botton Beja y Romer Cornejo Bustamante, Bajo un mismo techo. La familia tradicional en China y su crisis, Mxico: El Colegio de Mxico, 1993. 7 Flora Botton Beja y Romer Cornejo Bustamante, Op. Cit.
vincular al proceso de subjetivacin al que la modernidad conduce, como componente de la intimidad, delimitando a la pareja conyugal como un espacio cargado de sentimientos a medida que los antiguos lazos comunitarios se quiebran8. En cierta manera, la modernidad instituye una nocin de amor como una relacin entre individuos desprovistos de cualquier referencia al mundo social, o incluso que se oponen a ese mundo9. En la China de la etapa reformista es factible identificar varios de los procesos de cambio social que han contribuido a la consolidacin moderna del amor romntico: el fortalecimiento del mbito privado, la ampliacin de espacios de decisin individual, el incremento de dominios de intimidad, entre otros. Actualmente los jvenes chinos ya no anteponen las necesidades del Estado sobre el individuo como era caracterstico del periodo maosta y manejan cdigos corporales muy distintos a los de la generacin de sus padres. Hace una dcada, la expresin abierta del afecto entre las parejas que hoy en da tiene lugar, era reprobada y poco ejercida en el espacio pblico. En contra de los preceptos de la piedad filial, muchos jvenes hacen valer sus elecciones amorosas sobre las decisiones paternas. Los medios de comunicacin refuerzan las evocaciones al amor en las novelas televisivas, el cine y la prensa sobre los comportamientos deseables y reprobables en torno a los sentimientos pasionales. Todo ello podra conducirnos a concluir que efectivamente la etapa post-maosta marca la emergencia del amor romntico. Sin embargo, hay quienes consideran que fue durante el colectivismo maosta (1958-1980) cuando las nociones del amor romntico hicieron aparicin, debido al aumento en la autonoma de los jvenes y la incorporacin de las mujeres como agentes activos de la poltica familiar10. Mientras otros ubican la emergencia del ideal romntico un concepto ni totalmente autctono ni ntegramente importado de Occidente a principios del siglo XX11. De all, el estudio del amor romntico en China no slo contribuira a restaurar a la antropologa el inters por esta temtica en sociedades no occidentales, sino que servira para sealar los elementos que han venido configurando los cambios en la vida cotidiana y la modernidad en ese pas.
Boda de 400 parejas en las afueras de Pekn durante las celebraciones previas a los JJOO de 2008
Esteban, Medina y Tvora, Por qu analizar el amor? Nuevas posibilidades para el estudio de las desigualdades de gnero, en Dez Mintegui y Gregorio Gil (coord.), Cambios culturales y desigualdades de gnero en el marco local-global actual, Sevilla: Fundacin El Monte, 2005. 9 Viveiros de Castro & Benzaquen de Araujo, Romeo e Julieta e a origem do Estado en Velho (comp.), Arte e Sociedade: Ensaios de Sociologa da Arte, Rio de Janeiro: Ed. Zahar, 1977. 10 Yan Yunxiang, Private Life Under Socialism. Love, Intimacy and Family Change in a Chinese Village 1949-1999, California: Stanford University Press, 2003. 11 Haiyan Lee, Revolution of the Heart. A Genealogy of Love in China 1900-1950, California: Stanford University Press, 2007.
Luis Carlos Snchez12 CIUDAD DE MXICO, 6 de agosto de 2010.- Miguel Hidalgo, Jos Mara Morelos, Emiliano Zapata y Francisco Villa han zarpado de China, con destino a Mxico, para participar en el festejo del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolucin. En forma de bustos de pasta, los hroes de las gestas independentista y revolucionaria, as como pequeas reproducciones de monumentos histricos, son elaboradas en el pas asitico e importadas al pas para comercializarse a propsito de las fiestas patrias. Pintadas a mano, las figuras histricas se ofrecen en conjuntos de diez piezas e incluyen las reproducciones de los iniciadores del movimiento independentista: Hidalgo, Morelos y Vicente Guerrero; de los hroes de la Revolucin, Francisco I. Madero , Carranza, Villa, Zapata y y de monumentos como la Columna de la Independencia, el de la Revolucin, as como de la Campana de Dolores. Por 149 pesos ms IVA, las figuras se venden como oferta de temporada en las 297 tiendas de la cadena Waldos Mart, un establecimiento que importa la mayora de sus productos y los ofrece a un mismo precio. Las figuras se venden dentro de una caja que imita el logotipo oficial de las fiestas del Bicentenario; sin embargo, de acuerdo con fuentes de la Comisin Nacional organizadora de los festejos, no se ha otorgado permiso alguno a empresas extranjeras para elaborar o comercializar productos relacionados con las gestas, ni para utilizar los logotipos del Bicentenario. En el empaque se especifica que la tienda comercializadora, con sede en Tijuana, Baja California, ha sido tambin la encargada de importar el producto desde el pas asitico y cada una de las piezas lleva una pequea etiqueta de color naranja en la que se lee: Made in China. La llegada de productos de manufactura asitica, relacionados con la cultura o historia mexicana, no es nueva. Desde que la industria china comenz su repunte a nivel internacional, organismos de artesanos y comerciantes mexicanos han denunciado la presencia de productos asiticos en los que se reproducen los smbolos patrios nacionales o los religiosos como la Virgen de Guadalupe.La Unin Nacional de Productores Artesanales denunci en 2005 que adornos, banderas, guirnaldas y colguijes relacionados con las fiestas decembrinas hechos en el pas, haban comenzado a ser desplazados por la invasin de productos chinos. El mismo caso se ha dado con otros productos de gran arraigo nacional como la virgen de Guadalupe o, incluso, con figuras de orfebrera zacatecana y diseos y tejidos de ropa tradicional como los sarapes de Saltillo. De acuerdo con Luis Arturo Flores, subdirector de Anlisis Econmico de Ixe Grupo Financiero, la llegada de estos productos al pas obedece principalmente a un tema de costos. Fabricar en China productos no especializados sale muy barato por la parte de los costos
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laborales, sobre todo; son tan baratos y hay tanta disponibilidad de mano de obra que compensa o supera los costos de transporte de traslado y de distancia. Traer productos del continente asitico a Mxico, apunt, es relativamente fcil, dado que China pertenece a la Organizacin Mundial de Comercio (OMC) desde 2001, aunque tambin depende del sector al que corresponde el producto. Las dificultades que podra enfrentar una empresa son bsicamente dos: la distancia y el idioma, dijo. A pesar del libre flujo mercantil que China tiene con otros pases, agreg, sigue habiendo restricciones sobre la reproduccin de smbolos de otras naciones o de productos cuyo derechos de autor estn protegidos. No es un tema exclusivo de Mxico, sino de varios pases, contra China; se ha pedido mayor proteccin a lo que se llama derechos de autor o de propiedad, es algo multilateral y, a nivel global, se han dado varias quejas dentro de la OMC en los que se han expuestos los casos de propiedad elemental, afirm Flores.
El amor romntico
Por Anthony Giddens - Extrado del texto Sociologia Ha estado enamorado alguna vez? Es prcticamente seguro que s. La mayora de la gente sabe desde la adolescencia qu es estar enamorado y, para muchos de nosotros, el amor y el romance aportan algunos de los ms intensos sentimientos de nuestra vida. Por qu se enamoran las personas? La respuesta, a primera vista, parece obvia. El amor expresa una atraccin fsica y personal que dos individuos sienten el uno por el otro. Hoy en da, podemos ser escpticos ante la idea de que el amor "es para siempre", pero solemos pensar que enamorarse es una experiencia que procede de sentimientos humanos universales. Parece del todo natural que una pareja que se enamora quiera realizarse personal y sexualmente a travs de su relacin, y quiz mediante el matrimonio. Sin embargo, esta situacin que hoy nos parece evidente es, de hecho, bastante inusual. Enamorarse no es una experiencia que tenga la mayora de los habitantes del mundo y, si la tienen, no suele vincularse al matrimonio. La idea del amor romntico no se extendi en Occidente hasta fecha bastante reciente y ni siquiera ha existido en la mayora de las otras culturas.
Slo en los tiempos modernos se ha considerado que el amor y la sexualidad estn ntimamente ligados. John Boswell, historiador del medioevo europeo, ha sealado hasta qu punto nuestra idea contempornea del amor romntico es inusual. En la Europa medieval casi nadie se casaba por amor. De hecho, exista entonces el siguiente dicho: "Amar a la propia esposa con pasin es adulterio". En aquellos das y durante siglos los hombres y las mujeres se casaban principalmente para mantener la propiedad de los bienes familiares o para criar hijos que trabajaran en sus granjas. Una vez casados, podan llegar a ser buenos amigos, sin embargo esto ocurra despus de las bodas y no antes. A veces la gente tena otras relaciones sexuales al margen del matrimonio pero stas apenas inspiraban las emociones que ahora relacionamos con el amor. El amor romntico se consideraba, en el mejor de los casos, una debilidad y, en el peor, una especie de enfermedad. Hoy da nuestra actitud es casi la contraria. Con razn habla Boswell de que "prcticamente [existe] una obsesin en la moderna cultura industrial" con el amor romntico: Los que estn inmersos en este "mar de amor" suelen darlo por hecho [ ... ] En muy pocas culturas premodernas o contemporneas no industrializadas se aceptara esta idea...- que no suscita polmica en Occidente- de que "el objetivo de un hombre es amar a una mujer y el de una mujer amar a un hombre". A la mayora de las personas de todas las pocas y lugares esta valoracin del ser humano les parecera bastante pobre. (Boswell, 1995, p. xix.). Por consiguiente, el amor romntico no puede considerarse como parte intrnseca de la vida humana sino que, en realidad, esta concepcin es fruto de muy diversas influencias sociales e histricas, que son el objeto de estudio de los socilogos. La mayora de nosotros vemos el mundo segn las caractersticas que tienen que ver con nuestra propia vida. La sociologa demuestra que es necesario utilizar un punto de vista ms amplio para saber por qu somos como somos y por qu actuamos de la forma en que lo hacemos. Nos ensea que lo que consideramos natural, inevitable, bueno o verdadero puede no serlo y que las "cosas dadas" de nuestra vida estn influidas por fuerzas histricas y sociales. Para el enfoque sociolgico es fundamental comprender de qu forma sutil, aunque compleja y profunda, la vida individual refleja las experiencias sociales.