Leyendas de Galicia, Asturias, Leon, Castilla
Leyendas de Galicia, Asturias, Leon, Castilla
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EL CALIZ DE LA XANA Voy a seguir la racha, otra de xanas vengadoras (esta es cortita) Una maana de San Juan, un joven que pasando por el monte vio un cliz de oro. Como vio que no haba nadie vigilando lo cogi y sali corriendo, al rato una xana (legitima propietaria del cliz) sali corriendo tras el con la sana intencin de recuperar su cliz y ya puestos matar un poquito a tan atrevido mozo. Cuando el hombre vio que le iba a alcanzar y que no podra escaparse grito con todas sus fuerzas "!Ay, San Juan que es para ti!". Y la xana desapareci. No he logrado averiguar si al final cumpli su promesa y regalo el cliz a alguna iglesia dedicada a San Juan, aunque me imagino que si. Una buena utilizacin de las reglas nuevas del Aquelarre para intervencin celestial no?. EL CUELEBRE Especie de dragn asturiano pero que, a diferencia de lo normal en la pennsula, son omnipresentes. Todava hoy, es muy raro encontrarse un municipio sin varias leyendas de cuelebres En la poblacin desde la que escribo, hay una leyenda que afirma que un cuelebre habitaba la regin. Los lugareos le daban todos los das un gran pan con la intencin de que el bicho no se comiera a su ganado (y a algn parroquiano, ya puestos). Hasta que un da, alguien tuvo una genial (y arriesgada) idea. El cuelebre sola ponerse debajo de un monte con las fauces abiertas, y desde arriban le tiraban el pan, as que lo que hicieron fue tirarle una roca calentada al rojo. El pobre bicho se trago la piedra inmediatamente y tuvo que ir hasta el mar (que por otro lado, estaba ah mismo) a beber para enfriar la piedra. No se lo que paso despus, aunque me imagino que el cuelebre debi ahogarse o algo as... mas que nada por que esta ciudad sigue existiendo :). En otras leyendas se dice que cuando entra agua en la herida de un cuelebre, este se muere. A lo mejor fue eso lo que le paso. TRES LEYENDAS SOBRE EL NUBERU Tiberio Sempronio Graco <tiberio_s_graco@teleline.es> SI VAS A TIERRA DE EGIPTO Cuentan que una vez, mientras el Nuberu contemplaba desde la eminencia de una roca la hermosura de un huerto que acababa de regar con beneficiosa lluvia, se le escaparon las nubes y tuvo que quedarse en tierra hasta la maana siguiente. Se dirigi a casa de un labrador rico y le pidi posada por una noche; el labrador le contesto que no admita mendigos en su casa. Despus fue a la de un labrador de humilde posicin y este le acogi cariosamente; claro es que ninguno de los dos labradores sabia que aquel hombre era nada menos que el rector de las tormentas. Este se levanto muy de maana y despus de dar las gracias a su husped, le dijo: -Si vas a tierra de Egipto pregunta por Juan Cabrito.
Y el nuberu se dirigi al pico mas alto de una montaa y cabalgando sobre una nube, agrupo a los redondos truenos, los llevo sobre las propiedades del labrador que le haba llamado mendigo, y hacindolos chocar unos contra otros se rompieron con gran estruendo, derramando con fuerza toda el agua que tenian dentro, en las tierras de su enemigo, arrasndolas por completo. Desde aquel da las tierras del labrador pobre empezaron a dar abundantes frutos, y las del labrador rico se convirtieron rpidamente en campos estriles. Sucedi que el labrador pobre, mozo valeroso y dispuesto a meterse en empresas, decidi ir a Jerusaln como escudero de un noble seor que fue a las cruzadas. All cayo prisionero y despus de muchas aventuras fue a dar con su cuerpo a Egipto. Pregunto que donde viva Juan Cabrito, y le contestaron asombrados de que se atreviera a nombrar a tan gran seor. El labrador averiguo que el Nuberu viva en una montaa y hacia all dirigi sus pasos caminando por un desfiladero. Al final de este apareca la roca cortada verticalmente y en el interior de ella tenia sus habitaciones el Nuberu. Sali un criado y le dijo al labrador: -Cmo tenis valor para acercaros a esta casa? Mi amo ha ido a tronar y no regresa hasta maana; adems, no recibe a nadie; marchad! Volvi nuestro labrador al otro da y le suplico al criado: -Decid a vuestro amo y seor que esta aqu un asturiano que desea saludarle. Inmediatamente fue introducido a la casa y el Nuberu le trato con atencin expresiva y cariosa; despus le dijo: -Vengo de romper unos truenos sobre tu pueblo; he regado tus tierras con mucho cuidado; tus cosechas son mas abundantes cada ao y tu familia esta bien. Ahora tengo que darte una mala noticia: tu mujer, creyndote muerto, se casa dentro de unos das, pero no te apures, maana llegaras a tu morada y tu esposa recibir mucha alegra. A mi no me volvers a ver porque marcho esta noche a tronar; levntate antes del amanecer y monta en un macho cabrio que estar esperndote a la puerta de esta casa; el te conducir a tu pueblo por el aire; no tengas miedo, nada malo te ocurrir, pero no te acuerdes de Dios, eh? que si no tirote. Y tal como le dijo el Nuberu as sucedi; el labrador llego a su casa en un abrir y cerrar de ojos y su mujer le recibi amorosamente entre sus brazos. SI VAS A LA CIUDAD DEL GRITO (una variante del anterior) Una vez, bajo el Nuberu por entre la niebla y pusose encima de un peasco. Estaba mirando el cielo, cuando paso por all un paisano, y al ver a aquel forastero le pregunto que de donde era y como haba podido sentarse en un sitio tan alto. -Soy de Egipto y vivo en la ciudad del Grito. Me sent aqu porque baje entre la niebla. -Y va usted a pasar ah la noche? -No, si tu me das posada.
-En mi pueblo no consentimos que nadie duerma encima de las peas, venga usted conmigo- y le hospedo en su casa. El Nuberu levantose muy de maana y dijo al paisano: -Tengo que irme antes de que se quite la niebla. No se como pagarte el favor que me has hecho, pero si vas a la ciudad del Grito, pregunta por Juan Cabrito. Paso el tiempo y el paisano fue con dos amigos a comprar una pareja de bueyes a la ciudad del Grito. Cuando llego a la ciudad llamo a la puerta de la mejor casa: -Deo Gracias -Quien?- respondi una mujer -Vive aqu Juan Cabrito? -Si, Juan Cabrito es mi marido, pero no esta en casa. Entra y espera un poco, luego vendr. El hombre entro. Y al poco tiempo llegaron los hijos del Nuberu y dijeron: -Madre: A cristianito nos huele, quien esta aqu? -Un hombre que pregunta por tu padre; sin duda son amigos, hay que respetarle. Coged los cuernos y los cencerros y vamos a la pea; se acerca la hora del grito; avisad a los vecinos. En el centro de la ciudad hay una pea muy alta y sobre ella se pusieron las mujeres y los nios y comenzaron a dar gritos y a tocar cuernos y cencerros para que el Nuberu se orientara entre la niebla. En medio de aquella gritera, baj el Nuberu y se dirigi a su casa. Sentose en el escao y dijo a su mujer: -Veno muy cansado; estuve sobre un pueblo de Asturias a las doce del da haciendo truenos para echar una nube sobre el trigo en flor. En cuanto romp dos truenos sali una mujer de una casucha y comenz a hacer cruces y mas cruces con pasta de pan sobre la pala del horno. Por causa de tantas cruces no pude echar el pedral abajo, volviose contra mi. Que cansado estoy! -Calle- Le dijo la mujer- que hay un aqu un hombre de ese pueblo. El Nuberu, enseguida que vio al hombre le reconoci y le dijo: -Qu te trae por aqu, buen asturiano? -Vine a comprar una pareja de bueyes y me acompaaron dos vecinos mos. -Tus vecinos habrn muerto entre la niebla, y en cuanto a los bueyes que has venido a comprar, yo te los regalo. Y el Nuberu le regalo una pareja de bueyes pintos.
QUE HACES AHI, PEDRO? Un da fueron varios vecinos de Vidiago, concejo de Llanes, al monte de Moreda a ver el ganado que tenan all veraneando. Entre ellos haba un viejo que se llamaba Pedro. Y como no podia caminar tanto como sus compaeros, quedose descansando al pie de la fuente de Joyubardal. Se puso a envolver un cigarrillo, y de pronto apareci el Nuberu dando saltos por el aire y le pregunto al viejo: -Que haces ah, Pedro? -Voy al monte a ver mi ganado. -Mejor das vuelta para tu casa, porque de ramas arriba voy a soltar una nube como no se ha visto otra, y te mojaras. Pedro dio la vuelta por su casa, y en cuanto llego a la arboleda que cubre la falda del monte, el Nuberu descargo una nube muy grande.
Akerbeltz-Txio <sjb@anit.es> Idea de aventura: * Los PJs van por un camino embarrado hacia Llanes tras una fuerte tormenta cuando se encuentran a un mendigo inconsciente en el suelo. Si los PJs lo auxilian, pronto descubren que el pobre hombre esta amnsico perdido. En realidad, es el Nuberu, quien, tras tener una fuerte discusin con un Renubero cantabro por la posesin de una tormenta (cosa de lindes ya se sabe), ha sido arrojado a la tierra por este, con tal mala fortuna de que al caer se ha golpeado la cabeza y ahora no recuerda quien es. Y ahora? Pues no se... supongo que la vida con el Nuberu debe ser interesante, sobre todo porque sus hijos, extraados por su tardanza, lo deben de andar buscando y porque el Renubero cantabro ha decidido "librarse de una vez por todas de ese advenedizo asturiano" y por lo tanto, ha bajado a la tierra con la poco sana intencin de acabar lo que ha empezado a golpe de hechizo de Goecia y le esta buscando. El viaje de los PJs promete ser por lo menos "interesante".
Ricard <riqy@eresmas.net> * Los amantes. Uno de los Pj se enamora de una chica misteriosa y guapsima... El problema es que es la hija de Juan Cabritu, el Nuberu, y ni l ni sus hijos estn de acuerdo en que un advenedizo mortal se le con su hijita pequea... As que perseguirn al tontolabas y a la chica, con todos los sucesos paranormales, rayos, truenos, granizos y tormentas que se puedan imaginar. Eso, por supuesto, puede hacer que la Fraternitas Vera Lucis se interese por el caso... la solucin? Si el Pj y la chica se casan, el poder del Nuberu se rompe. Y solamente hay un cura con suficientes coj... para hacer esa ceremonia, en la que seguro que se desatarn todas las cataratas del cielo: Atarrabi, el cura de Sara, el hijo de Mari y hermano de Mikelats, (que tambin controla las tormentas). En resumen, una aventura que empieza
enamorando y raptando a la hija del Nuberu, y prosigue con la persecucin de ste y la huda por media pennsula, hasta el Pas Vasco. LA FUENTE DE LA XANA (se sita en el s. VIII - IX, pero eso no tiene importancia). Reinaba el rey Mauregato en Asturias, el cual, para no enfrentarse con los musulmanes les haba prometido la entrega de cien doncellas cada ao, escogiendo para ello entre las ms bellas del lugar. Para "recoger" a las doncellas, el rey envi a sus soldados con rdenes de usar la fuerza si era necesario. Los soldados llegaron al pueblo de Ills (Avils) y pidieron alojamiento en la primera casa que encontraron a la entrada del pueblo, dando la casualidad de que los dueos de la casa tenan una hermosa hija llamada Galinda. La madre sospechando de las intenciones de los soldados pens en esconder a su hija, pero sta, sin sospechar nada entr en esos momentos en la casa cantando. La muchacha se dio cuenta en seguida de la situacin e intent distraer a los soldados ganndose su simpata cantando y bailando para ellos. Por la noche les ofreci bailar para ellos una danza que solo poda ser interpretada en el bosque a la luz de la luna, los soldados cmo no, aceptaron. Una vez en el bosque se alejo de ellos pretextando buscar un lugar adecuado para la danza y corri hasta una fuente donde pensaba esconderse. Al llegar a la fuente sta le habl y le propuso que fuese su xana, para ello slo deba beber del agua y as se librara de los soldados. La muchacha lo hizo y al ir a beber el agua de la fuente se separo en dos ofrecindole un lugar donde esconderse. Los soldados la buscaron por todas partes pero no la encontraron, as que volvieron a la casa a dormir. Al da siguiente salieron de nuevo a buscarla y al llegar cerca de la fuente oyeron a alguien cantar, cuando se acercaron vieron a una mujer de belleza sobrenatural que se peinaba junto a la fuente, era Galinda. Cuando se acercaron, la xana con una sola mirada los convirti en carneros. Al pasar los das y no recibir noticias, el rey envi nuevos soldados, que al llegar a la fuente solo vieron a la xana hilando lana y rodeada de carneros, al acercarse a ella tambin fueron convertidos en carneros. Finalmente el rey decidi trasladarse al pueblo con una guarnicin para ver que ocurra. Cuando lleg a Ills, tuvo noticia de la fuente y se dirigi a ella, all vio a la xana y le pregunt por sus soldados. La xana contest que el rey no haba mandado soldados sino corderos y que l poda ser su pastor... y lo convirti en pastor. El rey asustado pidi desencantara a sus soldados y que a l le devolviera sus atributos reales. La xana le puso como condicin que renunciara a pagar el tributo de las cien doncellas. El rey acept y la xana desencant a todos... FIN La historia es un poco simple, pero imaginad a una xana despechada y cabreada por vete tu a saber qu hecho del pasado y convirtiendo a todo PJ (varn, por supuesto) en carnero y no desencantndolo hasta obtener justa venganza...JE, JE, JE.
se lo preguntaba y le molestaba, su amor se convirti en odio y quiso causarle mal. Cuando los peregrinos queran irse, meti a escondidas una copa de su padre en la capa del joven. Por la maana cuando los peregrinos se haban marchado, la muchacha comenz a gritar dicindoles a sus padres que les haban robado la copa. El juez al escuchar esto, decidi mandar a sus ayudantes enseguida para que se trajesen a los peregrinos de vuelta, cuando todos les dieron alcance, la muchacha consciente de su delito se acerc al joven y le arranc la copa de su capa. Por ello como el robo quedaba demostrado, el muchacho fue llevado a un campo y fue ahorcado tras una condena injusta y siendo inocente. Los padres afligidos y llorando por su hijo, siguieron por el camino hacia Santiago, a donde llegaron. Despus de cumplir all su devocin, dieron gracias a Dios y regresaron. Al pasar de nuevo por el sitio donde estaba ahorcado su hijo, la madre que lloraba mucho, se acerc a l, aunque su marido le recomendaba que no lo hiciese. Y el hijo que la respetaba enormemente, le dijo: "Madre, no llores por m, por que estoy vivo, puesto que la madre de Dios y Santiago, me sostienen y me protegen. Ve, queridsima madre, a ver al juez que me conden y dile que aun estoy vivo por que soy inocente, para que me deje libre y pueda volver contigo". La madre emocionada se dio prisa y, llorando de alegra, fue a ver al juez que estaba sentado a la mesa e iba a cortar un gallo y una gallina asados que all tena. "Juez -le dijo-, mi hijo esta vivo, ordena que lo liberen, por el amor de Dios". Cuando el juez escuch esto pens que ella, por su amor de madre, lo haba soado y le respondi sonriendo: "Que es todo esto buena mujer? No te engaes: tu hijo est tan vivo como estas aves". Y nada ms decir esto, el gallo y la gallina salieron volando de encima de la mesa y el gallo cant. El juez asombrado, sali enseguida, llam a los clrigos y a los vecinos y juntos fueron todos a donde se encontraba el mozo ahorcado encontrndolo vivo y muy feliz. Se lo devolvieron a los padres y al volver a casa cogieron al gallo y a la gallina y los llevaron con gran solemnidad a la Iglesia. All encerrados son considerados como cosa milagrosa y seal de poder divino. All viven siete aos y antes de morir tienen un pollito y una pollita del mismo color y del mismo tamao. Esto sucede en esta iglesia cada siete aos. Tambin provoca gran admiracin el hecho de que todos los peregrinos que pasan por la ciudad y que son numerossimos, llevan una pluma de este gallo y de esta gallina y que estos nunca se quedan sin ellas. Yo soy testigo de ello por que lo vi y estuve all y tambin cog una pluma..." Ideas de aventura * Los PJs llegan al pueblo justo a tiempo para presenciar el retorno de los peregrinos apresados y la acusacin de la muchacha. Los padres de chico pueden pedir ayuda a los Pjs para demostrar la inocencia de su hijo. * Uno de los PJs puede ser "vctima" de la pasin no correspondida de la muchacha y verse l mismo metido en este pequeo lo y acusado de robo. Todos debern demostrar su inocencia o ayudarle a escapar. * Los Pjs llegan a un pueblo en el que hace un da un peregrino fue ahorcado acusado de robo. Ha aparecido la madre diciendo que se le ha aparecido su hijo vivo y el cuerpo del chico ha desaparecido del lugar del ahorcamiento. Aqu se abren diferentes posibilidades:
- el muchacho se ha convertido en un nima o un muerto viviente y ronda por la zona en busca de venganza. - La muchacha ha robado el cadver y pretende realizar un ritual profano para revivirlo y someterlo a su voluntad.
LEYENDAS DE GALICIA
EL ENAMORADO DE LAS FADAS Ricard <riqy@retemail.es> Cuentan por la Terrach que un mozo que estaba en el pastizal guardando las vacas oy risas y cantos de mujer que venan de un bosquecillo cercano. Se acerc a ver qu pasaba y se encontr tropez con un grupo de bonas fadas, que estaban juguetonas y de muy buen humor, como siempre. El mozo (que era muy guapo) fue muy bien recibido, y pasaron con l toda la tarde. Cuando ya se despedan, entre bromas y veras, le instaron a que se mirase en un espejito que llevaban consigo. El mozo volvi al casero muy contento de su aventura, y nada dijo, pues bien saba que los que tienen tratos con los del otro lado y hablan de ellos son castigados con la muerte. Pero el espejo, que era mgico, como todo lo que tocan las fadas, le haba robado el aliento, y el mozo empez a enflaquecer y a enfermar, para alarma de toda su familia. Ya en su lecho de muerte logr reunir fuerzas para susurrarle a su hermano mayor toda su aventura, explicndole adems que bien saba l que lo estaban matando las hadas, pues cada noche soaba que la parte retenida en el espejo se acostaba con ellas. Finalmente muri, y su hermano, ciego de ira y sin atender razones, fue al bosquecillo cercano al pastizal a insultar a las fadas. stas deberan sentirse culpables, ya que en lugar de maldecir al hermano, o matarlo (cosas que han hecho en otras historias, y por mucho menos) le arrojaron a los pies un puado de oro, para que se callase. Ideas de aventuras Evidentemente, los Pj pueden intentar salvarle la vida al "enamorado" intentando robar el espejo mgico antes de que el mozo muera. Romperlo puede acabar con el encantamiento. O quiz hallan de enfrentarse a las fadas, de las que se suele tener una visin muy romntica y que en este cuento (y en todas las tradiciones gallegas en general) no lo son tanto... Evidentemente, el enfrentamiento no debera limitarse a un simple reparto de golpes y hechizos... El Dj debera disear un mundo mgico, irreal y casi onrico (quiz estilo el mago de Oz?) en el que el grupo deber penetrar para salvar a su amigo. Y claro, se puede dar otra vuelta de tuerca... Pueden ser los Pj los que estn prisioneros del espejo. En ese caso, la aventura no consistir en entrar en el mundo mgico de las fadas para robar el espejo... sino en tratar de escapar de dicho mundo. Por otra parte, el espejo en cuestin puede ser un objeto mgico que d sabor a cualquier partida, ya sea en manos de algn brujo o mago poderosos o formando parte de algn tesoro.
EL ENANO DEL TESORO Mientras tanto, para abrir boca, os adjunto un delicioso cuento - leyenda de Alvaro Cunqueiro: Un tal Sergio de Moimenta, que hasta entonces haba hablado bien y seguido, sin prender en consonante alguna, se puso a tartamudear, a tatexar, como decimos en gallego. Prenda especialmente en las emes y en las tes. La cosa fue que pasando por el camino de Camba vio en una roca a un tipo sentado, pequeo, envuelto en una capa amarilla. -Bu... bu... buenas ta... ta... tardes! -dijo el enano. Y Sergio al responderle no tuvo ms remedio que responderle tatexando como l: -Bu... bu... buenas ta... ta... tardes! Y as fue el pasar a parlante tartamudo. La mujer de Sergio, que prenda algo en las pes, crea que el marido tartamudeaba por fastidiarla, pero la verdad es que Sergio era ya un perfecto tartamudo, y cada vez tartamudeaba ms. Se saba que en las peas de Camba, legua ms o menos al oeste, haba un tesoro moro, y que lo guardaba aquel enano de la capa amarilla. Sergio deca que el tal enano no tena porque haberle hecho a l aquella faena, pues era de los pocos vecinos de Moimenta que nunca se haba preocupado de buscar el tesoro. En la vecina aldea de Corbelle haba un tartamudo muy conocido, que se haba hecho un tipo iracundo porque no poda parrafear con las mozas, que se rean de l cuando lo vean con tantas dificultades de elocucin. Preparaba in mentis piropos y declaraciones de amor, pero no le salan, que se retrasaba cinco minutos en soltarse en la primera palabra. Se llamaba Antoln Pardeiro. Cuando se corri por la comarca la tartamudez de Sergio de Moimenta, una curandera del pas, que tena la ciencia del sinapismo, lo saba todo de hierbas y plantas medicinales; fue a casa de los Pandeiro de Corbelle a proponer un tratamiento para Antoln. La tesis de la curandera, la seora Jovita, era que el enano, que ya estaba aburrido de estar tantos aos guardando el tesoro, le gast una broma a Sergio, volvindole tartamudo, y que por la misma razn le quera gastar una broma a Antoln abrindole a la parla. Decidieron los Pardeiro que Antoln se fuese a pasar unos das a los montes de Camba, paseando por entre las rocas, sentndose aqu y all a merendar algo, para lo cual iba provisto de pan, queso, jamn, unos chorizos, huevos cocidos y una bota llena de vino de Chantada. Ya llevaba dos das Antoln en el monte, y fueron das de niebla y llovizna insistentes, cuando amaneci un da de sol, el cielo limpio, y en la roca ms alta, el enano tendiendo, para que se secase de las humedades pasadas, la capa amarilla. Siguiendo los consejos de la seora Jovita, Antoln salud al enano que lo estaba mirando. -Bu... bu... buenos das! No pudo llegar a decir das. El enano se ri y contest: -Buenos das! Y Antoln se sorprendi a s mismo respondiendo a su vez: -Buenos das!
Y en el instante aquel mismo dej de ser tartamudo. Se le llenaron los ojos de lgrimas y le ofreci el vino que le quedaba en la bota al enano del tesoro. Regres cantando a Corbelle, y el mismo da ya sali a parrafear con las mozas. El seor cura, don Rogelio, fue llamado a opinar: -Similis dimilinud vuisnyuntur!-dijo. Y aadi en gallego-: Ese enano o que , un con! LA PLAYA DE LOS CONTRABANDISTAS Ricard <riqy@retemail.es> Cerca de la torre de Hrcules hay una playa en la que la mar ha creado unas cuevas naturales. No se sabe de dnde sali la tradicin, pero era cosa tenida por cierta que esas cuevas estaban habitadas por brujas o mouras (que no se ponan de acuerdo) y que celebraban en ellas sus aquelarres y sus fiestas demonacas. Lo cierto es que muchos haban visto luces, como de antorchas, ciertas noches, por esos parajes. Y no andaban errados, si no es de entendimiento: Pues los que portaban las antorchas no eran sino raqueiros y contrabandistas, que usaban las cuevas como escondite para sus ilcitos botines. Las cosas se complicaron cuando un charlatn dijo ser brujo, y enga los crdulos afirmando que en esa playa maldita poda invocar al Maligno y conseguir de l favores para todos. Y se cre un coventculo secreto de satanistas, y empezaron a reunirse en las noches sin luna en la playa de los contrabandistas, realizando extraos rituales, como degollar una gallina negra, y dejar que gota a gota su sangre cayera sobre una hoguera, mientras se agitaba en el aire una vara de ciprs joven cortada por una virgen de no ms de quince aos... Todo ello mientras los oficiantes rezaban una letana formada por latinajos incomprensibles, vestidos con tnicas negras sin nada debajo (que muchos fueron los catarros que se cogieron por culpa del relente). Hartos de todo esto, finalmente los contrabandistas resolvieron su problema... no sin cierto sentido del humor: Una mala noche (para los aprendices a satanista) los contrabandistas salieron de las cuevas, disfrazados con tnicas de saco y las caras renegridas con holln, con cuernos de cabra atados en la frente y nudosos bastones en las manos. Dieron una paliza de muerte a todo el que no sali a tiempo por piernas, les despojaron de todos sus bienes, y a las mujeres que all estaban, tambin de su honra, si es que alguna vez la haban tenido. LENDA DA MEIGA E O PESCADOR Parece que tengo un ratito libre, as que ah os va una leyenda de la Costa da Morte, recogida por Jean markale. En Corcubin, non lonxe do cabo de Fisterra, al onde estn as extremidades do mundo, haba un pescador que era xove e fermoso e tdalas rapazas do pas queranse converter na sa dona. Pero o pescador non se daba prsa en casar. Levaba unha vida tranquila, traballando s para poder vivir honradamente e de modo algn pensaba en atesourar para asegura-la sa vellez.Un da que fora visitar a uns parentes nun casal alonxado, cando volva por un atallo, tropezou cunha meiga que estaba sentada nun tronco dunha rbore. Saudouna amablemente, como faca sempre que se atopaba cunha muller. Sen embargo, sabache ben que era unha meiga, pois tia os ollos demasiado claros para pertencer raza dos humanos. - Onde vas, gallardo rapaz?, dixo.
-Volto casa, respondeu. - Regresars ta casa cando eu queira, dixo a meiga. Primero hasme prometer casar comigo. Considerouna atentamente. Era xove e moi bela, pero era unha meiga. Sabache ben que non era posible casar cunha muller as. - Non che teo intencin algunha de casar, respondeu o marieiro, nin contigo nin con ningunha outra. -Ser comigo e con ningunha outra, dxolle ela. E se non me queres prometer tomarme algn da en matrimonio, heiche face-la vida imposible. -Non che hei prometer nada de todo, exclamou o pescador. E, sen esperar mis, retomou a marcha e voltou para a casa. Al tivo que prende-lo lume na lareira para prepara-la cea. Pero por moita lea seca que puxo e por moito golpe de chisqueiro, non foi quen de acendelo. Resignado, comeu fro e deitouse cedo. E da seguinte, ergueuse e preparouse para ir mar. Agarrou os aparellos, puxo os remos lombo e dirixiuse peirao. Desatou o seu bote e foise para pescar. a bo tempo e sopraba moi pouco vento. Pronto o pescador sentiu que un sono lle andaba a pesar na testa. Deixou de pescar e deitouse na barca, dicndose que un sonio faralle ben. Dormiu cseque todo o da. Despertou de golpe sentir que algun lle apalpaba as pernas e lle dica baixio: -Ou, que pernias tan boas! Despois sentiu que lle apalpaban as coxas. E a mesma voz murmuraba: -Ou, que coxias tan boas! Ergueuse, mais non viu a ningun. Estaba s no bote e o bote estaba ancorado nunha enseada rochosa, parte de todo. Non haba alma vivinte na ribeira, e o marieiro atopabase moi perplexo. De scato, ou a mesma voz dicir, moito mis forte: -Treme a machada para que lle corte as pernas e as coxas! O pescador suaba co medo, pero non soprou palabra. E sen embargo, a voz repeta: -Ou, que pernias tan boas! Ou, que coxias tan boas! E iso cada vez mis forte. E en breve, foi unha voz de trono quen berrou: -Trademe a machada!, trademe a machada! Nese momento, algo saltou fra do barco e pxose a nadar a grandes brazadas coma un peixe. O pescador non comprenda o que lle pasaba. Esperou sen se remexer e sen dcr palabra. Por fin, cando o barullo acalmou, el mesmo se deslizou fra do bote e acadou a costa. Xa nela regresou sa casa a todo meter, sen agardar a que o fenmeno se repetise.
Cando quedou curado, decidiu volver pesca. Pero en canto sau da casa, tropezou coa meiga. Estaba sentada sobre un penedo a beira do camio e mirabao con ollos escintilantes. -Bos das, meu rapaz, dixo. Tes reflexionado no que che pedn o outro da? Vasme prometer que casars comigo? -Eu non prometo nada de todo a ningun!, exclamou o pescador de mol mal xenio. E foi cara o peirao. Colleu o bote e foi pescar pola ra. Pero cando se abaixaba nun lugar para ver se haba peixes, vu, no fondo do mar, un vello bal estragado que ceibaba montns de pezas de ouro que faiscaban por todas partes. Sen perda de tempo, arriou o rizn e, despoxndose da roupa, mergullouse. Cando chegou onda as pezas de ouro que va, tendeu as mans e apaou dous puos completos. Entn, remontou axia deica o bote e depostou al o botn. Pero para espanto seu, vu que eran pedras as que se atopaban no barco. -Trabuqueime!, alporizouse. Coas prsas, recolln calquera cousa. Mirou debaixo no mar e vu inda o bal coas pezas de ouro que lle saan. Sumerxiuse outravolta, pero esta vez, tomara a precacin de levar un saco,que o tia no bote. De prsa, xa no fondo do mar encheu o saco e voltou a barca. Despois de se izar a bordo recuperou a respiracin e derramou o contido do saco no bote. Pero s eran croios Daquela escoitou unha voz que dica baixio, e logo cada vez mis forte: -Quen demasiado ambiciona sen nada queda!, quen demasiado ambiciona sen nada queda! Por mis que o pescador miraba no seu entorno, non haba ningun nos arredores. Estaba s naquela parte da costa, e unicamente asgaivotas se arremuiaban espera de recoller algns peixes que el pescara. Pero estaba tan decepcionado porque as pezas de ouro que vira non eran mis que pelouros, que lle subiu a febre e ficou quince das na cama doente. Cando curou, decidiu ir pasa-lo sern pousada. Sau da casa, e, na entrada da vila, atopouse coa meiga. Estaba sentada nun banco e era mis bonita que nunca. Pero o seus ollos eran tan brillantes que costaba traballo soste-la sa mirada de tanto que resplandeca e lastimaba. -Queres casar comigo?, preguntou a meiga. -Non casarei con ningun!, respostou o pescador. E foi dereito taberna. Al fartouse de beber cos amigos. E era xa moi tarde cande se quixo ir. A noite era moi escura. Felizmente, coeca perfectamente o camio que levaba sa casa. Pois ben, cseque chegara cando avistou unha fermosa luz que pareca surxir da terra. Acercouse e abaixouse para examina-lo que era. Entn viu un corredor que se abra baixoterra e que semellaba devir cada vez mis ancho. Intrigado, quixo saber mis. Meteuse polo furado, seguu o corredor e desembocou nunha vasta sala onde a luz surxa inexplicablemente de tdalas paredes. E sen embargo, na sala non haba nada, nin sequera o mis pequeno vestixio dunha lmpada que puidese provocar esa luz.
Andaba nestas cavilacins cando se sentiu agarrado polas pernas e polo brazo. Algo que non va termaba del e obrigbao a se deitar nochan. E unha voz dixo docemente: -Ou, que pernias mis boas! Outra voz pareceu responder: -Ou, que coxias mis boas! A primeira voz continuou: -Ou, que bracios tan bos! A segunda voz dixo anda: -Ou, que mancias tan boas! O pescador estaba aterrado. Trataba de se pr de p, pero non poda. Pegado como estaba chan por unhas mans que non va pero que asemellaban moi poderosas. Entn, unha terceira voz dixo cun ton moito mis forte: -Ou, que cabecia tan boa! Ou, que cabecia tan boa! Pero o que acrescentou o terror do pescador foi o ver unha machada pasendose polo ar e dirixndose cara el. A machada xiraba por riba das sas tempas e o ser invisible que a manexaba pareca querer cortarlla. -Auxilios!, saloucaba o pescador. Daquela viu como se aproximaba a meiga. Agarrou a machada coa sa man branca, e cando a tivo ben suxeita, a machada desapareceu. E o pescador sentiuse liberado das mans invisibles que o mantian no chan. Ergueuse e mirou meiga. Era mis bela que nunca e os seus ollos anda mis brillantes que as outras veces. Sorra e fitaba pescador con moita dozura. O pescador estaba aliviado ver que a meiga se atopaba al. Acababa de o librar dunha situacin atroz e tia a esperanza de que o axudara a sar deste estrao lugar onde endexamais debera ter entrado. -Queres casar comigo?, preguntou. O mareiro nin sequera se escoitou responder: -Si, dixo, con moito gusto. O xove casou coa meiga, polo que se conta, e deixou o traballo de pescador. Estableceuse coa sa dona nunha colina, no medio dos bosques e ningun soubo nunca de que viviron. Pero tiveron numerosos fillos, e, anda actualmente, son descendentes da meiga e mis do pescador aquelas a quen os homes atopan s veces, pola noite, cando a escuridade invade a terra. E esas mulleres sempre fan a mesma pregunta: -Queres casar comigo?
Jean Markale. "Contos e Lendas dos paises celtas" LA MEIGA Y EL PESCADOR En Corcubin, no lejos del cabo de Fisterra (Finisterre), all donde acaba el mundo, viva un joven pescador, tan guapo, que todas las mozas de la regin soaban con ser su mujer. Pero el pescador no tena prisa en casarse... Llevaba una vida tranquila, trabajando lo justo para poder vivir honradamente, sin pensar en ahorrar para su vejez. Un da que volva de visitar a unos parientes que vivan algo lejos, se tropez en un atajo del bosque con una joven sentada en el tronco de un rbol. La salud amablemente, como siempre haca con toda mujer que se encontraba. Pero al punto se dio cuenta que era una meiga, pues tena los ojos demasiado claros para ser humana. Dnde vas, buen mozo? Vuelvo a casa... Volvers a tu casa cuando yo te lo diga! Antes tendrs que prometerme que te casars conmigo... El pescador cavil un momento. Era joven y muy hermosa, pero era una meiga. Y bien saba que no saldra bien, un matrimonio as... No tengo intencin de casarme, ni contigo ni con nadie. Ser conmigo y con nadie ms! Y si no me juras casarte conmigo, te har la vida imposible! No pienso jurarte nada! -exclam el pescador. Y, sin esperar ms, sigui su camino, llegando a su casa sin ms aventuras. Pero al intentar encender el fuego para prepararse la cena, se encontr con que por ms lea seca que pusiera en la lareira, la llama no prenda, as que tuvo que resignarse a comer algo fro y acostarse. A la maana siguiente, ms animado, se levant bien temprano y se dispuso a ir a la mar. Haca muy buen tiempo y soplaba muy poco viento. Al poco de echar las redes el pescador empez a sentir la cabeza pesada, y dicindose que un sueecito no le hara ningn dao, se acost en el fondo de la barca. Al punto qued profundamente dormido, y durmi casi todo el da. Despert de golpe al sentir que alguien le palpaba las piernas mientras murmuraba por lo bajo: Ou, que pernias tan boas! Entonces sinti que le palpaban... ms arriba. Y que la misma voz murmuraba: Ou, que coxias tan boas! Se irgui brscamente, pero a nadie vio. Estaba solo en su barca, anclada en una ensenada rocosa y solitaria. No se vea un alma en toda la costa, as que el pescador suspir, perplejo. De repente, oy la misma voz decir, mucho ms alto: Treme a machada para que lle corte as pernas e as coxas! El pescador se puso a sudar de miedo, pero no dijo palabra. Y sin embargo, la voz repeta:
Ou, que pernias tan boas! Ou, que coxias tan boas! Y cada vez ms fuerte. Pronto, era una voz de trueno la que berreaba: Trademe a machada!, trademe a machada! Entonces, algo salt de la barca, alejndose a grandes brazadas. El pescador no comprenda nada, pero tuvo el buen juicio de esperar, sin moverse ni abrir la boca. Por fin, cuando el barullo se calm, se desliz despacito fuera de la barca. Una vez en la playa, sali corriendo hasta su casa, sin esperar a que el fenmeno se repitiese. Estuvo varios das malo, tanto por el susto como por la carrera, y cuando se cur, tuvo que volver a salir a pescar. Pero al salir de casa se encontr nuevamente con la meiga. Estaba sentada en un tocn al lado del camino, mirndolo fijamente con los ojos centelleantes: Buenos das, mozo mo. Has pensado en lo que te ped el otro da? Me vas a prometer que te casars conmigo? Yo no prometo nada a nadie! -exclam el pescador con muy mal genio. Y sin mirar atrs all la dej, recogi la barca y se fue a pescar por la ra. Pero, cuando oteaba en busca de bancos de peces vio, en el fondo del mar, un viejo cofre rebosante de piezas de oro. Sin perder un instante arri la vela y, quitndose la ropa, se zambull, buceando hasta el cofre y cogiendo dos buenos puados de monedas de oro. Pero al volver al bote y dejar su botn, vio chasqueado que no haba cogido ms que guijarros! Trabuqueime!, - exclam. Sin embargo, all, en el fondo, segua viendo el cofre y las monedas derramadas a su alrededor... As que se volvi a sumergir, pero esta vez se llev consigo un saco que tena en la barca. Lo lleny subi nuevamente a la superficie. Ya de vuelta en la barca derram el contenido del saco... que, evidentemente, no eran otra cosa que piedras... Mientras las miraba entre desesperado y boquiabierto oy una voz que deca bajito primero, y luego cada vez ms fuerte: Quen demasiado ambiciona sen nada queda!, Quen demasiado ambiciona sen nada queda! El pescador se puso a mirar alrededor, pero no haba nadie en las cercanas. Estaba solo en esa parte de la costa, y solamente las gaviotas revoloteaban esperando poder robarle alguno de los peces que pescara. Tan grande fue la decepcin de ver que las piezas de oro no eran otra cosa que guijarros, que le subi la fiebre, y hubo de guardar cama ms de quince das. Cuando pudo ponerse otra vez de pie, pens ir a la taberna, a animarse un poco. Sali de casa, y a la entrada de la aldea se encontr otra vez con la meiga. Estaba sentada en un banco, ms bonita que nunca, y con los ojos tan brillantes que costaba trabajo sostenerle la mirada, de tanto que resplandecan y lastimaban. taestaba solonadie Quieres casarte conmigo? - le pregunt la meiga No me casar con nadie! - respondi el pescador. Y se fue derecho a la taberna. All se hart de beber con los amigos, y ya era muy tarde cuando finalmente se fue. Se haba hecho de noche, y noche oscura, adems. Por suerte, conoca perfectamente el camino de vuelta a casa. Por eso se sorprendi tanto cuando vio una gran luz que pareca salir del suelo. Se acerc agachndose a ver qu era, y descubri un corredor que se hunda en la tierra, hacindose cada vez ms ancho. Intrigado, quiso saber ms, y metindose
por el agujero, baj por el corredor hasta llegar a una enorme sala donde la luz sala inexplicablemente de todas las paredes. Y sin embargo, no haba en la sala nada, ni el menor vestigio de una lmpara que pudiese provocar esa luz... En estas cavilaciones estaba cuando not que lo agarraban de brazos y piernas. Algo invisible lo aferr, y arrojandolo al suelo. Y una voz ya familiar le dijo al odo: Ou, que pernias mis boas! A lo que otra voz respondi: Ou, que coxias mis boas! Y continu la primera voz: Ou, que bracios tan bos! Y dijo entonces la segunda voz: Ou, que mancias tan boas! El pescador estaba aterrado. Luchaba por zafarse y ponerse en pie, pero no poda, pegado como estaba al suelo por esas fuertes manos invisibles. Entonces, una tercera voz dijo mucho ms alto: Ou, que cabecia tan boa! Ou, que cabecia tan boa! Pero lo que realmente aterroriz al pescador fue ver un hacha flotando en el aire, y dirigindose lentamente hacia l. El hacha empez a girar por encima de su cabeza, y el ser invisible que la manejaba pareca querer cortrsela. Socorro! -aull el pescador. Y entonces apareci la meiga. Rpidamente cogi el hacha con su blanca mano, y tras un corto forcejeo el hacha desapareci. Y al mismo tiempo el pescador se sinti libre de las manos que lo sujetaban. Se puso en pie de un salto y mir fijamente a la meiga. Estaba ms bonita que nunca, y sus ojos mucho ms brillantes que otras veces. Y sonrea al pescador con la mayor de las dulzuras. ste tambin le sonri, aliviado de tenerla al lado. Lo acababa de salvar, y tena la esperanza de que lo ayudara a salir de ese extrao lugar donde jams debera haber entrado Y la meiga le pregunt: Te quieres casar conmigo? Y el pescador no dud en responder: S, con muchsimo gusto! Y se cuenta que el joven pescador se cas con la meiga, y dej el oficio del mar. Se estableci con su mujer en una colina, entre dos bosques, y nadie saba de qu vivan. Pero tuvieron muchos hijos y an hoy en da, son las descendientes del pescador y de la meiga aquellas que los hombres se encuentran a veces, de noche, cuando la oscuridad invade la tierra. Y esas mujeres siempre hacen la misma pregunta: Queres casar comigo?
Ideas de aventuras: Muchas son los argumentos que pueden salir de esta deliciosa leyenda de Jean Markale. Lo siguiente son solamente algunos ejemplos: La primera, es la ms fcil. La leyenda le sucede a un Pj, o a un PnJ amigo del grupo, el cual tendr que enfrentarse a los maleficios y encantamientos de la meiga enamorada... Los Pj acuden en ayuda de la pareja, cercada por la Fraternitas Vera Lucis. Hasta aqu bien, si no fuera porque hay varias hijas casaderas de la pareja que no paran de preguntarle a los ms guapos del grupo si se quieren casar con ellas. La meiga solicita la ayuda de los Pj para enfrentarse a unos seres mgicos que tienen hechizado a un pescador tontolaba del que casualmente est enamorada... Y el muy memo se ha metido en uno de los palacios mgicos de los Mouros... Una lectura fcil de la leyenda parece desprender que la meiga es la culpable de las desgracias que le pasan al pobre pescador... Y si es otra meiga, rival de amores de la primera, simplemente enemiga suya, o quiz un mouro u otro ser mgico? ROLDN E AS TRES COSTUREIRAS DE PUXARES En tempos moi remotos, de cando viera o Roldn Espaa, din que haba en Vilanuide, do concello de Quiroga, tres costureiras que vivan xuntas e solias elas tres nun outeiro algo afastado da poboacin. E di a lenda que eran tres mozas moi ben feitas e xeitosas como hai ben poucas, e que o Roldn, un da que as viu pasar no seu cabalo, foi tan gustante delas, que, de al endiante, todo era vir a apresentarse p da casa do outeiro, pra as poder ver e falarlles. E disque que tanto era o seu namoramento que chegou a aguerlles moita cerimonia e regala, e ata a velalas polos camios cando tia ocasin. Pero elas vea a fuxir e dicir que non queran escuitalo, pois cran que o Roldn non haba vir con boas intencins, e que o que el pensaba era rirse delas e burlalas. Pero el non se apuraba por tan pouco, e todas as tardes via a facerlle-las beiras e namoralas pola porta, e Ave Mara, que ata lle ferva no maxn de levalas consigo s Francias. E entn elas, xa algo cansadas de velo rondar a casa da tras da, unha tarde que vian da sa aldea, que se chamaba Puxares, enfrontronse con el, e dixronlle que non se cansase mis en seguilas, que non haba de conseguir ren, que non queran leria ningunha con ningn francs, que liscase de al pr sa terra e as deixase en paz dunha vez. Mais el nunca se vos daba por vencido, e deu en porfiar en que, se non se lle entregaban polas boas, haba de ser polas malas, e anda tivo atrevemento pra lles preguntar cando poda vir buscalas. E van elas e rexubanlle: -Hemos de ir contigo s Francias cando vea o ro Xares por diante da nosa casa. E iso dixronllo elas porque coidaban que era cousa imposible que tal acontecese, que o ro Xares -que hoxe en da o Bibi- pasaba daquela por outro sitio moito mis pra diante. Pero o Roldn, ao sentirlles dicir aquilo, non perdeu os anceios, senn todo o contrario, pois o caso que, valndose de non sei que meigallo ou demo, foise pola noite, e tornou sen mis nin mis o curso do ro. E, al pola maancia, fronse decatando os vecios do que estaba a pasar, e vieron todos berrando mesmo ata a cancela das tres mozas.
-Costureiras de Puxares, vinde lava-las pernias s augas do ro Xares! E elas espertaron, e tomaron ben medo ao ver o ro pola sa porta, e, con esto, saron a fume de carozo, coma nimas en pena, sen que as vise o Roldn, que estaba a agardar por elas, e colleron por unhas congostras atallo, e salvronse de ser presas polos franceses ou polos mesmos vecios, e de teren de cumplir aquelo que tian prometido. E entn fronse a todo correr cara o Val de Valdeorras, a seis ou sete kilmetros de Vilanuide. E os soldados vironlle coas novas da fuxida Roldn, seu seor, que andaba todo contento no seu branco corcel. Inda non sentira ben aquelo, botou o "nombre del Padre", e foise a escape en seguimento delas, a canta presa lle deu o cabalo, e estbavos enrabechado abondo polo feito. A tanto, que cuspa el pola boca tantas fascas coma a besta polas ferraduras. Mais elas puideron pasa-lo ro, non se sabe se voando coma meigas ou se coa axuda do diao. E as o Roldn ficou nunha beira e elas na outra. E, pra mis, o cabaleiro francs, dende a sa banda, non saba que as tres costureiras seguan corre que corre cara s lugares que al haba, no que hoxe se chama a Ra. E, busca de aqu, busca de al, marchou s no seu cabalo branco, sen avistalas en ningures, e coidando que xa as habera de ter tragado o ro, ata que, fin, chegou altura de Valencia do Sil, e enxergounas lonxe, a uns tres kilmetros, e co ro Sil a bruar polo medio. Entn vai el, con tanta xenreira como lle dera de ver fuxir aquelas condenadas costureirias, e que non lle foran de lei e faltaran palabra dada, escomezou a esporear no seu corcel que daba xenio, e a arreminalo para saltar o ro, e, de repente, bumba!, o cabalo deu un chimpo tan grandsimo que se plantou namais que a uns cen metros das costureiras, de maneira que deixou pra sempre nas laxes as pegadas das ferraduras, que anda hoxe se poden ver, mesmo p dun camio que vai pr serra. Logo, as costureiras, que se viron perdidas sen remedio teren xa case enriba delas Roldn, btanse pr chan e escomezan a chamar polo demo, e pedirlle que antes queran ser convertidas en mrmores que verse conseguidas polo Roldn. E o demo acodiu de contado, e nuns intres, volveunas tres pedras coma tres cabezos nas barbas do Roldn, que daquela debeu de tolear pra sempre. E esas tres pedras anda hoxe da que se poden ver, anque estn xa desleixadas polas chuvias, e tamn polos rapaces que por al andan a xogar e a torna-lo gando. Ah queda eso. Para los gallegos, vale que no est normativizado al cien por cien, pero creo que slo me he saltado los "pra" por "para". adems, est tomado oralmente, y poco arreglado, cosa que se nota. A m me parece una delicia, qu quereis que os diga. Viene de los lmites entre Lugo y Ourense, en los lindes de la Ribeira Sacra (un sitio alucinante y que supongo que no olvidars, eh Ricard?) LOS GUARDIANES DEL TESTAMENTO Corra el mes de diciembre de 1224. Cerca de la iglesia de San Miguel, en Breamo, once hombres rodeaban en silencio una hoguera que les calentaba y calmaba algo de la tremenda humedad que la lluvia provocaba. Eran gente madura, de armas por las lanzas y espadones que portaban, de iglesia por las cruces que orlaban sus blancas capas. Eran caballeros del Temple, templarios venidos del Oriente a los que sus maestres haban destinado a estas tierras del
Finisterre. Haban sido luchadores contra musulmanes de Saladino. Haban sufrido derrota y haban huido contraviniendo las normas de su orden. Por eso estaban aqu. Tenan como misin guardar esta humilde iglesia. Estaba aqu, en ninguna parte, aislada, solitaria. Inmensa en la riqueza que contena. Aunque su aspecto no dejara adivinarlo. Su humildad externa era la mascara de su tesoro oculto. Siempre fueron los canteros templarios maestros en el labrado de la piedra y artesanos del acertijo. Tenan, adems de la misin de construir, la de anotar en las obras de piedra que componan los secretos que deban ocultar y luego transmitir. Eran sabios en cantera y maestros en misterios. Se deca de ellos que guardaban en sus cabezas los grandes secretos de los enormes tesoros de Tierra Santa y de los conocimientos sublimes de sus maestres. Y esto guardaban los once. Los signos sagrados que decoraban esta capilla. Los que eran el testamento de la humillada orden, la derrotada, la que haba pasado por la ignominia de saber perjuro a su Gran Maestre. Aqu se encontraba todo. La historia de lo ocurrido, la sabidura que no lo impidi, el escondite de sus riquezas. Se acercaba la noche y era de natividad. Carecan de todo estos monjes y guerreros. Solo tenan su soledad. Y la capilla que custodiaban. Cadas las primeras sombras se refugiaron en su interior. Por las estrechas y altas ventanucas, mas aspiles guerreras que miradores, penetraba breve luz de estrellas. Miraron al rosetn sobre la puerta. Once puntas. Una por caballero. As era desde que la construyeron. Por ella estaban all once. Uno por extremo. Poco a poco fueron mirando ms y ms a la roseta. Algo extrao ocurra en ella. No saban bien que. Algo era diferente en esta noche navidea. Al rato lo entendieron. Un poco por si mismo, otro poco por lo extrao, supieron que en esa noche la roseta no tena once puntas. Eran doce. Una ms. Un caballero ms. Y lo haba. En el centro de la nave, la humilde nave de San Miguel, un nio dorma apacible sobre las brezas ante el altar. Y as permaneci toda la noche. Hasta las primeras luces del alba. Hasta que amaneci. En ese momento el rosetn volvi a tener once puntas y el nio desapareci. Desde entonces, todas las noches de la Navidad, los que se aproximan a esta iglesia-capilla juran que el rosetn tiene doce puntas. Las cuentan y recuentan y siempre son doce. Hasta la maana. Hasta el Alba. Entonces, vuelven a ser once.
LEYENDAS DE LE N
EL ALCALDE RONQUILLO Despus de Villalar, los comuneros fueron perseguidos sin tregua por los imperiales y acosados en sus refugios para ser entregados a la justicia. Entre los principales comuneros se encontraba el obispo de Zamora, don Antonio Acua. Pero nadie estaba seguro de ello. As que un alcalde llamado Ronquillo, deseoso de ganar las mercedes que supuso le dara el descubrimiento de uno de los principales caudillos de las Comunidades, tom con gran inters el comprobar la verdad de los rumores que corran sobre el obispo de Zamora. Hizo las averiguaciones oportunas y, cuando tuvo la seguridad de que el obispo era culpable, no quiso formar la causa y enviarla al juez, pues tema que interviniesen las autoridades eclesisticas, librando al obispo, y perder con ello las recompensas que esperaba tener.
Un da, reuni a soldados y corchetes y fue a casa del obispo, simulando que iba a consultar ciertos negocios. Entr en casa de don Antonio y fue recibido por ste muy amablemente, pues no sospechaba las verdaderas intenciones de su visitante, a quien le ofreci asiento. Pero Ronquillo rehus y, en pie y paseando, empez a hablar de diversos asuntos. El obispo contestaba o comentaba con toda amabilidad. De pronto, Ronquillo se detuvo, y antes de que su acompaante pudiera defenderse, le ech al cuello una soga que traa y llam en su ayuda a los que le haban acompaado. Llegaron todos, y sujetando fuertemente al desdichado obispo, lo colgaron de una baranda de su casa, ante el terror de los que pasaban por la calle. El crimen se coment ampliamente en la ciudad. Pero como quiera que Ronquillo temiera nuevas averiguaciones, procur que se echase tierra al asunto, y as la cosa no pas de lo sucedido. Sin embargo, su conciencia no estaba tranquila, y su vida, desde aquel da, fue triste y amargada por numerosas contrariedades. Hasta que enferm y, al encontrarse cerca de la muerte, pidi confesin. Se la dieron, y despus recibi la santa comunin. Aun entonces no estaba tranquilo, y pidi que fueran criados suyos a suplicar a Felipe II que viniera a visitar a un antiguo ministro de su padre que, en trance de muerte, le quera consultar sobre un gravsimo asunto. El prncipe accedi al deseo del moribundo. ste le dijo que senta remordimientos por la forma con que haba quitado la vida al obispo de Zamora, excusndose con el deseo de servir a Su Majestad el Csar, y que suplicaba al Rey que tomase sobre su conciencia tal muerte y que lo disculpase a l, en trance de muerte, de cualquier culpa que pudiera recaerle por aquello. El Rey contest que si haba obrado llevado del sentimiento de justicia y con plena seguridad de que haba castigado a un culpable, su conciencia poda estar tranquila, pues haba cumplido como un fiel servidor de su padre; pero que si no haba sido as, no tena por qu cargar sobre la memoria del Csar la muerte del obispo, sino arrepentirse de ella como manda la Iglesia. El enfermo qued desconcertado con la contestacin del Rey. Y en medio de su confusin, no acert a decidir lo que debiera hacer, y le vino la muerte sin que declarara ante el tribunal de la penitencia su culpa. Su muerte fue espantosa y caus horror a cuantos asistieron a su agona. Los funerales y entierro fueron suntuosos. Se enterr al alcalde en un convento de franciscanos, en donde tena ya dispuesto un lujoso sepulcro de mrmoles ricamente labrados. Celebrronse las exequias, se deposit el catafalco en el monumento, se despidieron los asistentes, y la iglesia qued sola. El alcalde Ronquillo pareca tener el descanso ya. Pero cuando el da hubo pasado y lleg la noche, al caer las doce campanadas, unos golpes dados en la puerta principal del convento turbaron la tranquilidad de los buenos frailes. Levantose el portero, extraado de que alguien alborotase de esa manera, ya que para pedir los sacramentos haba una portezuela abierta a otra calle. As que, antes de abrir, mir por una ventanilla quines eran los que con tanta urgencia pedan que se les franquease la entrada. Vio a dos embozados, y al preguntar el fraile qu deseaban, contestaron: -Abrid, Padre, que es cosa urgente. El fraile dijo que le expusiesen sus deseos o necesidades, ya que era hora muy avanzada para dar entrada a nadie en el convento. Pero los desconocidos insistieron de nuevo, y el fraile fue a dar aviso al prior. Lleg ste a la puerta y pregunt, a su vez, qu deseaban los desconocidos. stos, con voz profunda y extraa, terminaron por decir:
-Abrid, padre, abrid, que venimos de parte de Dios a cumplir un mandato de su divina justicia. El prior y los frailes que a su lado estaban sintieron gran temor de lo que decan aquellos hombres. Vean que un hecho sobrenatural se ofreca a su vista y tuvieron miedo de que fuese por alguno de ellos. En esto, los desconocidos dieron nuevos golpes, tan fuertes, que pareca que iban a echar abajo las puertas, gritando al mismo tiempo: -Abran, o abriremos nosotros! El prior mand que se revistiera un fraile y que vinieran los aclitos con la cruz, y una vez que llegaron, la comunidad form en filas al lado de la cruz, y abrieron. Entraron los dos embozados, los cuales hicieron una reverencia ante la cruz, y dijeron al prior: -Nada tema vuestra paternidad ni ninguno de los que aqu estn. Vayamos a la iglesia, que en ella es donde tenemos que cumplir nuestra misin. Los acompaaron hasta all, y los desconocidos pidieron que se les mostrara el lugar en que estaba enterrado el alcalde Ronquillo. Se hizo as, y llegando al suntuoso monumento, dijeron a los frailes: -Levanten la piedra de la sepultura. Salieron dos frailes de las filas e intentaron levantar la losa; pero como era muy gruesa y pesaba mucho, no consiguieron ni moverla. Acudieron otros religiosos en ayuda de los primeros, pero tampoco pudieron mover la piedra. Al fin, los desconocidos se aproximaron, y sacando uno de ellos una varilla, toc el sepulcro, y la loza se levant sin esfuerzo alguno. Vieron el cuerpo del alcalde que estaba ya renegrido y putrefacto, mientras que el rostro se mantena fresco y rosado. Los desconocidos dijeron al prior que mandase traer un cliz, y as se hizo. Tomaron el cliz los desconocidos, y subiendo al sepulcro, cogieron la cabeza del difunto alcalde y le hicieron echar la sagrada forma, que no haba pasado de su garganta. Al momento, el rostro qued negro y con expresin de horror. Los frailes quedaron espantados de lo sucedido y comprendieron que algn pecado haba quedado sin confesar cuando el alcalde haba recibido la comunin. Los desconocidos dijeron: -Eso que pensis es cierto. Este hombre cometi un asesinato y no confes su culpa. No merece ser salvado por el santo sacramento. Y en aquel momento, cogiendo entre los dos el cuerpo del difunto, desaparecieron en medio de una humareda de olor de azufre que se elev de la abierta tumba. Cuando el apestante humo se desvaneci, nadie haba en el templo sino los frailes...
LEYENDAS DE CASTILLA
LA PEA DE LOS ENAMORADOS Mlaga Encantado de conocerte, viajero. Mi nombre es Ainxo de Sant; quiz ya me conozcas, pues se ha hablado mucho de mis historias a lo largo y ancho de toda Castilla. Yo no las invento: slo las cazo y guardo como la cornamenta de un ciervo altivo; no me acuses de mentiroso o de loco, pues todo cuanto digo se ha escuchado alrededor de hogueras, ha sido contado por viejas a sus
nietos, es susurrado an en noches oscuras. Son slo leyendas, es cierto: quin sabe si verdaderas o falsas, pero leyendas al fin y al cabo. Cmo dice vuesa merced? Deseis escuchar una de las muchas que reposan en mi Compendio? No me importar compartir un vaso de vino y un rato frente a la chimenea con vos, pues veo que vens de lejanas tierras, y necesitis saber de nuestras costumbres. Y no hay otra forma mejor que escuchando cuentos e historias, pues no se puede conocer la realidad sin aprender la mentira. Mas no me entretengo; no tenis tiempo que perder, pues quiz debis partir y contarla a otros muchos... Todo esto que os voy a contar pudo ocurrir hace siglos, o ayer, o quiz no ha ocurrido nunca u ocurra maana; lo que est claro es que es una historia cierta como la vida, como el sol que se levanta cada maana y el Dios que lo hace amanecer. Situemos pues la accin en un pasado, por colocarla en algn punto, y comencemos la narracin. Ah, feliz fue el da en la casa de los Aldonza en que, con el despuntar de la aurora, naca la nia ms hermosa que jams haya pisado tierra alguna. Un cuerpecito regordete, ojitos azules que miraban sorprendidos al nuevo mundo, que no derramaron ni una sola lgrima al nacer, pues estaba escrito que la nia no debera llorar hasta que se cumpliera su destino. La sombra de lo que ms tarde sera una larga melena rubia alumbraba su cabecita; los deditos, rechonchos y agarrando el aire, las piernecitas sacudindose juguetonas. Y la nia, sana y feliz, fue bautizada Aurora, pues naci con ella y con ella rivalizaba en hermosura. Pasaron los aos; tiempos de felicidad para Aurora y su familia, pues la hermosa chiquilla creci sin conocer jams la tristeza. Desde muy pequea estaba siempre riendo; nunca le falt de nada, siempre tuvo un amigo con el que jugar, un perro tras el que correr y un campo de trigo por el que revolcarse: todo lo que hace falta a un nio para ser feliz. Y era hermosa, sabe Dios cun bonita era: si al nacer ya despuntaba su belleza como un lucero en noche oscura, al crecer y convertirse en muchacha Aurora irradiaba y cegaba con su porte y galanura. Sus ojos eran ms azules y profundos que lagos, como un mar de melancola movido por el viento de la soledad; su pelo era el mismo oro del rey Salomn, tejido y trenzado por las hures del impo profeta moro para ponerlo en su cabeza. Su piel era suave y tersa, como una tela blanca de seda sobre la que se posaban los dos ptalos de rosa de sus labios. Sus dientes eran luna llena alumbrando el destino de los hombres; sus manos eran finas y delicadas, sus pechos se alzaban desafiantes, testigos y testimonios de juventud y hermosura. Sus caderas eran remanso, oasis, tregua de guerra; sus piernas, inacabables como una cascada de blanca espuma centelleante; su risa, que al corazn llama, ama y duele; su voz dulce y cantarina como la lira del mtico Orfeo. Si un troyano prncipe tuviera que elegir entre ella y dos diosas, sin duda comera Aurora a la noche manzanas de oro; si el sagrado Cristo no nos hubiera hecho olvidar las idolatras antiguas an correra Apolo tras esta ninfa de los hombres, y se convertira ella no en laurel sino en divina zarza, pues su belleza era tan inmensa que sus espinas de fuego daaban al corazn y adormecan la mente si la miraban mucho tiempo. Como ya haba dicho, pas su niez y su adolescencia, y Aurora se hizo mujer; pero de esto su padre nada se daba cuenta, pues segua viendo en ella una dulce chiquilla a la que abrazar y besar. Y no se dio cuenta el infeliz progenitor hasta que un da, por azar, mientras paseaba por sus tierras escuch unos cantos cruzar el silencio del atardecer; movido por la curiosidad se acerc sigiloso hacia donde sonaban. Vena la msica del pequeo torrente que caa de la montaa; sin hacer ruido apart unos arbustos para ver mejor, y all vio a su hija, la hermosa Aurora, bandose plcidamente. Comprendi de repente que los aos la haban cambiado; que ya no era una nia y que no poda mantenerla
a su lado por ms tiempo. Entristecido se march de all, llorando amargamente; durante dos das y dos noches se mantuvo encerrado en sus aposentos sin salir, sin tomar alimentos ni agua. Sali plido y demacrado; dbil, pero resuelto a tomar una decisin. Entregara a su hija en matrimonio; pero la entregara a un buen hombre, a alguien que l conociera y en quien confiara. Tena que ser rico y noble, como ellos... y haba uno, s!, un sobrino suyo, marqus de una regin cercana. un hombre de confianza! Templado en la guerra, alto, fuerte y de bellos rasgos! Dueo de tierras y de gentes! Respetado cortesano! No haba duda: la boda se celebrara sin ms tardanza en dos meses, lo justo para mandar emisarios por toda Castilla y hacer los preparativos. Pero resolvi no decrselo an a su hija, y no sabemos si hizo bien o mal as, pues el destino le tena preparado un desenlace diferente. Mas sigamos con la historia... qu ocurri con la hermosa Aurora, bandose sola en medio del monte? Quiso la suerte que otro hombre escuchara los cantos y se acercara, igual que el padre de la mujer, a ver de quin sala tan bella msica; y este otro hombre tambin se qued maravillado de su hermosura. Era un morisco, un hombre cuya familia haba quedado en Mlaga y conservado su fe, aun con todas las persecuciones que haban soportado. Un rabe alto, de pelo oscuro y rizado y ojos profundos e inquisidores, con la sombra del desierto en ellos, con la luz del espejismo. Un hombre, aunque extrao e impo, hermoso en cierta manera. Y era adems valiente, as que resolvi una argucia para ganar a la dama. Sali de su escondite dando grandes voces: -Bella seora, sois una visin enviada por ngeles o vuestra belleza cierta? le dijo. Y ella se turb, y corri hacia sus vestiduras para taparse; l fue ms rpido y se las arrebat ante sus narices. Contestadme o no os dar vuestras ropas... dijo en tono socarrn. -Cmo os atrevis? Dadme ahora mismo mi vestido, o...!- grit enfadada. -O qu? le respondi, y salt hacia una roca cercana. Vamos, venid a por l. la mujer subi. -Dmelo, maldito moro...! Dmelo! y, agarrndole de la capa que llevaba, comenzaron a forcejear; y en la disputa, perdieron el equilibrio, y cayeron los dos abrazados desde muy alto al agua del pequeo lago que haba abajo. En esto levanta el rabe la cabeza, y se ve la capa mojada, las ropas caladas, el intil guiapo que era el vestido de la mujer en la mano derecha; y mira a la dama y ve su cara de sorpresa y enfado a la vez, su mirada centelleante y la forma de gesticular las manos. Mir Aurora al otro, se miraron los dos, y no sabemos qu debieron ver, que estallaron en carcajadas ante semejante escena, y estuvieron riendo largo rato. Apagadas las risas, el morisco, de nombre Ahmed, devolvi el mojado vestido a Aurora; alis ella como pudo la empapada capa del otro, y cruzaron una mirada. Una sola mirada, y no ha habido jams ojos que se fijaran entre s de tal forma. Atados, unidos para siempre, durara cuanto durara ese siempre . El amor se pos en ellos; y all mismo, apasionadamente, tom posesin l del cuerpo de ella, y sellaron su cario, jurndose eterna fidelidad. Al da siguiente apareci Aurora en casa, calada de agua hasta los huesos. Su padre la encerr en su cuarto para que reposara, no fuera a ponerse enferma para su boda; y ese mismo medioda le comunic la noticia de su enlace. La hermosa mujer nada dijo: -Acaso no te alegra la noticia, hija ma? le pregunt su padre, sorprendido ante su reaccin.
-Mi boda... slo balbuceaba la chica, sorprendida. Y, encogido su corazn, se march corriendo a su cuarto. All pens, qu hacer? Poda huir con Ahmed, o quedarse y enfrentarse a su boda, olvidar la promesa hecha y el amor nacido. No, no hara eso. Jams. Se casara con su amado. Pero, cmo decirlo a sus padres? Cmo unirse en santo matrimonio con un rabe? Ella no abandonara a Dios y l tampoco a Al, de eso estaba segura. Pero deba decrselo a su padre; l lo entendera todo. l siempre la comprenda, y la quera como a nada; se lo dira y l sabra que hacer. Y as lo hizo. En mala hora confes su secreto; su padre, cuando supo que ella haba perdido la honra y adems con un morisco, agarr un palo de la chimenea, arrincon a la bella Aurora y la golpe salvajemente, mancillando, amoratando, rompiendo su cndida piel. Cuando sinti que ya haba suficiente, la dej marchar, pero le avis: Mancha mi nombre una vez ms; vuelve con ese hombre maldito, y no vers ms la luz del da. Corri en busca de su amante para contrselo todo. Cuando le encontr, en el mismo lugar en que se separaron, vio que l estaba tambin curndose numerosas heridas. -Qu te ha ocurrido? - le dijo Aurora. -Lo mismo que a ti, amada. Los mos no aprueban nuestro amor. dijo, entristecido. -Qu haremos ahora? -Si mantenemos este amor no podremos tener paz en ningn lugar de esta tierra. All donde haya un moro o un cristiano seremos expulsados o muertos. -Ya s lo que hacer. Ven conmigo. Era la noche ms oscura que jams se haya visto. Parece que Dios quera echar un manto de negrura sobre aquel amor prohibido e imposible, ese dolor desgarrador del que no puede conseguir aquello que ms desea. Y la marcha de aquellas dos enamoradas figuras no fue vista por nadie; ninguno pudo vislumbrar siquiera la difcil subida hacia lo ms alto de aquella pea, las manos que l le tenda, los nimos que ella le daba, el amor que ambos tenan. Tras horas de ascensin, llegaron arriba, y de lo que dijeron en aquellos momentos nada s, aunque dicen las mujeres que stas fueron sus palabras: -Ests seguro de que quieres hacerlo, amada ma? -No. No estoy segura. Pero es nuestro deber. -Nos perdonarn alguna vez? -No lo s. Y creo que su perdn ahora no importa; slo el de Dios. -Que Dios, sea el tuyo, el mo, sea el de quien sea, nos acompae. -Amn dijo. No s las palabras exactas que fueron pronunciadas en estos postreres momentos; s s que sta fue la nica vez que una plateada lgrima cay por la mejilla de Aurora, mujer que, por estar destinada a la felicidad, jams haba llorado.
Y se acercaron, abrazados, hasta el borde del acantilado; alzaron la mirada al cielo, se besaron una ltima vez, y se lanzaron hacia el vaco, hacia la muerte y el infinito, fundidos en el ms fuerte abrazo que nunca existi. Un desconsolado y arrepentido padre les encontr al da siguiente. Quiso separarlos para dar sepultura a su hija, mas ni siquiera el hombre ms fornido pudo romper aquella unin. Los enterr sin duelo, sin ceremonia y fuera de tierra santa, como se debe enterrar a un suicida. l solo, ante la tumba, cant el miserere; y l solo mir la pea que les vio morir. Han muerto por mi culpa. Les habr perdonado Dios en la otra vida? Me perdonar a mi alguna vez?Y ante sus ojos se obr el mayor milagro nunca visto. Un fuerte temblor sacudi la tierra, arranc rboles y enfureci el lejano mar hasta el punto de que se oa el fragor de las olas a cientos de kilmetros de distancia; y la mano de Dios golpe la pea, la transform, y le dio el aspecto que tiene ahora. El de dos cuerpos, fundidos en amoroso abrazo, y una cara que surge de la piedra y es el perfil de la montaa: la de la ms hermosa Aurora, inmortal para siempre, escrita en la piedra. Esta es la historia, viajero. No s qu pas tras su muerte; me gustara pensar que el milagro fue una seal de perdn, que el padre pudo vivir el resto de sus das, triste pero en paz con su alma. Pero no te lo puedo decir seguro: lo nico que s lo he contado, y est la pea como testimonio. Cuando vayas por el camino real hacia Castilla y veas desde lejos la forma de perfil de una hermosa mujer; recuerda esta leyenda, amigo mo. Y hblales a todos de la Pea de los Enamorados, y de los dos que la eligieron para sellar su amor para siempre. FIN ...ser polvo, mas polvo enamorado. Ideas de aventuras * Un ofendido padre contrata al grupo de PJs para que investiguen quin es el amante de su hija Aurora. Imaginis la escnica, que, andando por el monte, se topen con la costumbre de la jovenzuela de baarse desnuda en el torrente. Qu se le ocurrira hacer a los jugadores? (Si, total, la mozuela ya est desvirgada, no se va a notar...) X-D No, ya en serio. Les contratan, descubren toda la historia de amor, y los amantes (que les caen muy simpticos) les piden que distraigan a su padre la noche siguiente. Los ingenuos Pjs se cuidan bien de que el padre no salga, preocupado como est, a buscar a su hija desaparecida; cuando a la maana siguiente aparecen muertos, el padre se revuelve para matar a los que le impidieron atrapar a su hija (y le quitaron el gustazo de matarla l mismo). * En Rinascita, los jugadores encarnan un grupo de inquisidores, encargados de investigar historias sobre los fantasmas de un hombre y una mujer que vagan, desconsolados, por la zona. Llegan all (sin conocer la leyenda, claro), y descubren que una bruja, amiga de Aurora, ha decidido vengarla hacindole la vida imposible al padre. * Los PJ se encuentran una noche en una montaa. Pasan la noche tranquilamente, y a la maana viven en primera persona el milagro de la transformacin de la montaa. Ahora resulta que, despus de todo el rollo de sacudir la montaa, salen de los bosques, ofendidos, todos los bichos que se os ocurran, preguntando qu pasa; y entre esos bichos, qu tal el famossimo demonio Barbatos? X-D Qu divertido (para el DJ)!
* Y la ltima que se me ocurre, as a primeras, la ms dramtica y hermosa. Partida para un solo jugador, rabe y morisco. Os imaginis lo dems? Se enamora perdidamente de una bella dama, y va viviendo todos los tormentos que le hacen sufrir por su prohibido amor; hasta que todo termina tan trgicamente como ya he contado.
LEYENDAS DE EUSKADI
DE COMO ATARRABI PERDIO SU SOMBRA Akerbeltz-Txio <sjb@anit.es> El diablo haba establecido su ctedra en el infierno; en ella explicaba su ciencia mgica a varios discpulos, entre ellos asista don Juan de Atarrabi y el fraile de Bera. Durante cierto tiempo, les estuvo enseando gratuitamente, y cuando llegaron a estar bien instruidos, les pidi en pago de sus doctrinas que uno de ellos se quedase en el infierno. Para cumplir ese deseo, deberan ponerse de acuerdo y decidir quien era el que iba a quedarse. No sali ningn voluntario para vivir en el infierno, y todos alegaban la necesidad de volver a la tierra donde los esperaban sus deudos. Terminadas las clases, el diablo volvi a exigir que uno de ellos se quedase. Pero, hacindose los distrados, iban saliendo en fila del infierno por una estrecha puerta y el diablo, a la salida, los agarraba, preguntando a uno por uno: - Te quedas tu? Y todos le iban contestando muy alarmados: - Agarra al que viene detrs. Sali el ultimo (Atarrabi) y, al sentirse cogido por el diablo, le dijo como los anteriores: - Agarra al que viene detrs. El diablo, viendo una sombra y tomndola por otro estudiante, le clavo su espada, dejando fija en el suelo la sombra de Atarrabi en poder del demonio, mientras el escapaba sin ella. Atarrabi termino su carrera de sacerdote y fue enviado a desempear su misin a la parroquia de Gonyi. Pero continuaba sin sombra desde que se la dejo en los infiernos. nicamente la recuperaba cuando celebraba misa en el momento solemne de la consagracin; pero pasado ese momento, volva a quedar sin ella, lo que preocupaba enormemente a Atarrabi que no quera morir y presentarse sin sombra en el otro mundo. Idea de Aventura: * Este gancho es ideal como aventura en solitario, aunque tambin podra ser gracioso de jugarlo en grupo: Un Pj (o mas si se tercia), con conocimientos mgicos, se despierta a medianoche en su lecho. Ante el se yergue el mismsimo Agaliaretph, quien le informa que "le ha tocado una beca" para "unos estudios que completaran tu formacin". Si el Pj es mnimamente listo, sabr que no es muy inteligente contrariar a una criatura de semejante poder (si la consigue expulsar a base de rezos, vete sacando el parchs del altillo, como dira Ricard, asi que lo mas prudente ser seguirle la corriente por el momento.
Y as ser mgicamente teletransportado al infierno, donde se reunir con otros peculiares personajes, que pronto descubre que son el resto de los "estudiantes". NOTA: Aprovecha aqui para sacar futuros encuentros y regodearte en el hecho de que estn rodeados de malficos brujos musulmanes, vascones, castellanos, catalanes, etc. (los mas prometedores de cada regin por supuesto, "Aggy" no admite segundones). El resto de la noche ser una clase de magia negra de manos del propio Agaliaretph. Cuando se este acercando el amanecer sin embargo, comienza a hablar acerca del pago de sus enseanzas: uno de ellos deber quedarse en el infierno para siempre. Los alumnos no se ponen de acuerdo sobre quien sera y entonces alguien propone echarlo a suertes, con tan mala fortuna que le toca al pobre PJ. Los brujos comienzan a salir por la estrecha puerta de emergencia del infierno, mientras el demonio les va preguntando a ver quien se queda. Si el PJ es listo la escena se desarrollara como en la escena de Atarrabi, si no lo es... bueno, digamos que va a pasar muuucho calor. Si todo va bien, el PJ se despierta en su cama empapado en sudor, esta amaneciendo... no ser hasta mas tarde cuando descubra la perdida de su sombra.
Akerbeltz-Txio <sjb@anit.es> Que se me acaba de ocurrir, que la idea de aventura anterior, puede ser una forma fantstica de iniciar una campaa y de unir al grupo. * Otra idea para la primera aventura de una campaa: Los Pjs, que no se conocen de nada, son seleccionados por Agaliarepht para ser sus alumnos. La idea es que la cosa se desarrolle mas o menos igual, pero al salir del infierno, aparecen todos desnudos y tirados en un bosque cerca de un pueblo llamado Mageryt (en concreto en el lugar que hoy en da ocupa la estatua del ngel Cado en el Retiro y que decan que era una de las puertas al infierno. Pero el nico que ser capaz de recordar las oscuras enseanzas del demonio ser el PJ sin sombra (por eso de no cargar al grupo de magia). La vida del grupo promete ser muy interesante despus de haber estafado al demonio de la magia negra.
DONDE SE NARRA DE COMO ATARRABI SALVO AL PAPA Akerbeltz-Txio <sjb@anit.es> Supo un da Atarrabi, por inspiracin divina, que el Papa estaba en grave peligro tratando con unos malvados, y que necesitaba su ayuda. Atarrabi, con sus artes, convoco a tres demonios que habitaban en su parroquia para que se presentaran en su casa. Inmediatamente acudieron a su llamamiento y les pregunto cuanto tardaran en transportarlo a Roma.
El primero le contesto que le llevara un cuarto de hora, que al cura le pareci mucho tiempo; el segundo dijo que tardara cinco minutos y el sacerdote tampoco acepto, y el tercero dijo que le llevara en un minuto y se quedo con el. Le ofreci en pago del viaje la flor de su comida y al diablo le pareci bien. Atarrabi monto sobre el, que se remonto por los aires. Al pasar por encima del mar, el demonio pretendi arrojarlo al agua para que se ahogase y le dijo: - Cual es ese dulce nombre que pronunciis los cristianos? Atarrabi, conocedor gracias a su estancia en el infierno de las astucias de los demonios, por toda respuesta, dijo: - Arre, diablo! Llego a las puertas del palacio del pontfice; pero los guardianes no le dejaron entrar, por mucho que el insistio, y tuvo que contentarse con entregar una varita a un criado encargndole que con ella midiera la mesa del Papa. La varita tenia una cruz, y al entrar con ella en el aposento los personajes siniestros que eran demonios, desaparecieron. El Papa pregunto quien le haba dado aquella vara y mando que entrase el sacerdote. Pero cuando sali el criado para llamarle, ya Atarrabi se haba ido y estaba a medio camino de su aldea. Al llegar a su casa, se sacudi el manteo que llevaba lleno de nieve, y le dijo a su ama de cura que estaba nevando en los montes de Jaca. El ama no le crea y Atarrabi le dijo: - Es tan cierto como que cante el gallo asado que tienes por comida. Y al momento, el gallo que estaba en la cazuela empez a levantarse y a cacarear. El sacerdote mando a su ama que hiciera la comida con diez nueces y las cscaras se las dio al demonio en pago de haberlo llevado a Roma. * Idea de aventura: IMPOSIBLE MISSION Esta idea de aventura es apropiada para cualquier numero de PJs... mientras no pesen mas de 300 kg. La historia: una joven y lozana novicia que se encontraba de viaje hacia su convento, ha tenido la mala desgracia de caer en manos de los piratas berberiscos, quienes la han vendido como esclava a un rico potentado del norte de Marruecos, el cual, prendado por la belleza de la joven, la ha instalado en su serrallo y piensa hacerla suya esta misma noche... Es por eso, quizs, que los rezos de la fervorosa (lase estrecha) muchacha han sido escuchados. Invierno de 135... Los Pjs se encuentran hospedados en casa de Atarrabi. Llevan poco rato durmiendo cuando este les despierta preso de gran agitacin. Dice que ha tenido una visin divina y que una joven monja, se encuentra en grave peligro en la morera. As que pide ayuda a los PJs para que rescaten a la indefensa novicia.
La idea de Atarrabi es usar a Moschel, un silfo de mediano poder al que hace algun tiempo logro encerrar en una botella gracias a su astucia, para que les ayude a cumplir su misin, pues es el nico modo de llegar a tiempo de evitar el desastre. As pues, Atarrabi hace prometer al demonio que le servir durante una noche a cambio de liberarle de su encierro. Su misin sera llevarlos hasta su destino y traerlos de vuelta antes de que amanezca (momento en el que el "contrato" del silfo finaliza. Lgicamente, Atarrabi les advierte antes de partir que tengan cuidado con las tretas de Moschel, quien planea buscar una excusa (a la manera de la leyenda de arriba, pues sabe que si alguien pronuncia el sagrado nombre del hijo de Dios en su presencia, se vera obligado a regresar inmediatamente al Infierno) para desaparecer en mitad del vuelo y dar con los huesos del PJ o PJs elegidos para la misin en mitad del mar. Por cierto, el llegar a su destino es solo el comienzo de las dificultades pues la casa del potentado esta bien vigilada y te recuerdo que solo tienen una noche para ir y volver antes de que el demonio desaparezca, de nada. DE LA MUERTE DE ATARRABI Akerbeltz-Txio <sjb@anit.es> Sin embargo, viendo que no poda recuperar su sombra, Atarrabi pidi al sacristn que en el momento de la elevacin en la misa, lo matase. Y que le sacase el corazn y lo pusiera, pinchado en un palo, a la puerta de la iglesia. Si se lo llevaban unos cuervos era que estaba condenado, y si lo coga una paloma, seal de que se haba salvado. El sacristn cogi una gran maza y mientras el sacerdote deca misa, espero a que se proyectase su sombra en el suelo, y en ese critico momento descargo sobre su cabeza un fuerte golpe, dejndolo tendido y muerto. Despus, tal como le haba ordenado, le saco el corazn, lo clavo en un palo dejndolo a la puerta de la iglesia y se quedo observando all quien se lo llevara. Pronto llego una bandada de cuervos, que empezaron a dar vueltas por encima del corazn, trazando crculos. Pero al instante surgi una paloma pequea y blanqusima que se abalanzo sobre el llevndoselo por los aires, y aun pudo ver el sacristn como se remontaba hasta el cielo. Idea de aventura: Los PJs, espadas a sueldo en su mayora, son contratados por Atarrabi para que acaben con su vida durante la misa del domingo. Matar a un sacerdote es un acto extremadamente terrible y aunque Atarrabi esta dispuesto a ofrecer un pago sustancioso: curas a las enfermedades y achaques de los PJs u otro pequeo favorcillo mgico que pueda hacerles (pero nada de Magia Negra) y tengan el permiso del cura, los PJs deberan estar mas bien bastante acojonados por el sacrlego acto que van a cometer. Durante los das que Atarrabi necesita para hacer los amuletos y pociones, los PJs vivirn con el en su casa, lo que les permitir trabar a un PJ amistad con una joven y lozana aldeana llamada Lide de la cual el PJ quedara prendado (insertar aqu una celebracin de San Juan con escena romntica) y a la que podra cortejar... si no fuera por que es la hija de un campesino sobreprotector apodado "Zezena" ("el toro") con muy malas pulgas para con aquellos que se acercan demasiado a su hija.
El sbado, da anterior a la "accin", Atarrabi terminara de explicarles el plan a los PJs: debern esperar al momento de la consagracin (en el cual se har visible la sombra del cura) para matarle (a ver donde esconden las armas dentro de la iglesia) y luego llevarse su cuerpo hasta una pea cercana, sacarle el corazn y dejarlo sobre una roca plana que all se encuentra y ver si viene a recogerlo cuervos o palomas blancas. Es importante planificar bien la operacin porque por supuesto que no va a decirles nada a la gente del pueblo, pues sabe que no lo entenderan, as que el grupo va a tener que moverse muy rpido antes de los aldeanos salgan en su persecucin (liderados por el padre de Lide no lo dudes, y os aseguro que un grupo de vascones cabreados y en su terreno puede dar mucha guerra, si no me creis preguntadle a Roland). Esa misma noche, el PJ enamoradizo, recibe la visita de la hermosa Lide, quien le dice que esta dispuesta a fugarse con el y dejarlo todo por el PJ. Desde luego que este domingo los PJs no van a descansar mucho que digamos. EL BANQUETE DE LA MARQUESA DE FALCES Aker <sjb@anit.es> Despus de la toma de Navarra por Fernando el Catlico, se procedi a la destruccin sistemtica de sus castillos. La resistencia ofrecida por los navarros hizo desistir de continuar la demolicin, hasta que don Hernando de Villar, guerrero valeroso pero fiero y rudo, se ofreci para llevarla a cabo. Nada poda resistir la locura devastadora del que se haba convertido en terror de los navarros. Solamente una mujer, doa Ana de Velasco, castellana de Marcilla y marquesa de Falces, consigui detener la furia de don Hernando. Su figura legendaria se ha conservado desde entonces en la memoria de los Navarros. He aqu como cuenta la tradicin lo que sucedi: Al llegar al castillo de Marcilla la noticia de la aproximacin del fiero don Hernando, la marquesa ordeno hacer provisin de vveres y dispuso que se organizase la defensa. Todo se hizo encubiertamente, de manera que cuando don Hernando llego ante el castillo, nada delataba los preparativos que se haban hecho. El rudo guerrero se quedo sorprendido al ver que la misma marquesa, vestida con sus mas ricas galas, majestuosa y sonriente, sali a recibirle a la entrada del puente con gran acompaamiento. Se dejo conducir al interior del castillo, entre deslumbrado y atnito por tan brillante y amistoso recibimiento. All le esperaba el mayor festn que haba conocido en su vida. La marquesa le condujo del brazo a la mesa, y comenz el banquete mientras los satlites de don Hernando eran obsequiados con una excelente comida en un departamento aparte. Cuando, al final se sirvieron exquisitos vinos, la marquesa pregunto a su husped a que se deba su visita y en que le podan complacer. Don Hernando le comunico las ordenes terminantes que traa del gobernador de Castilla. Entonces, el gesto gracioso y amable de la marquesa se volvi orgullosos y fiero y exclamo con energa: - Podis volveros a Castilla. Sabed que con el terror nada se puede conseguir de los navarros.
Don Hernando respondi bruscamente que, en atencin al recibimiento magnifico que se le haba hecho, le conceda permiso para recoger todos sus objetos preciosos antes de abandonar el castillo con su servidumbre. - Y yo lo nico que os concedo es la vida - respondi, altiva, la marquesa. Inmediatamente despus, al grito de <A las armas!>, el jefe de la guarnicin penetro en la estancia al frente de vigorosos guerreros. A don Hernando no le quedo otro remedio que obedecer las ordenes de doa Ana y abandono el castillo mordindose los labios y sin decir palabra. Mientras tanto, sus soldados haban sido desarmados por los de la marquesa. Al atravesar el puente, vio las almenas coronadas de arcabuceros, prontos a disparar. Todo estaba dispuesto para la defensa. Villar y los suyos abandonaron Marcilla llenos de despecho y sin ganas de acometer nuevas demoliciones. Todava hoy se alza el castillo intacto, gracias la astucia de doa Ana que logro salvarlo de la destruccin. EL CASTILLO DE ACHORROZ Vivan en el castillo de Achorroz los seores de este nombre. Su dueo, don Gome Gonzlez Butron, era enemigo de la casa de Guevara de la que era jefe un tal don Pedro. Don Pedro de Guevara haba formado propsito de apoderarse de la ciudad de Mondragon y uso para ello hbiles medios, como el de enviar a su mujer, doa Constanza de Ayala, a explorar los nimos de aquellas gentes. Mas tarde, visto lo intil de su intento pacifico, determino caer sobre la ciudad y tomarla al asalto saquendola e incendiando sus casas. Temeroso estaba don Pedro de Guevara de que en su propsito pudiera surgir un fuerte enemigo: Gonzlez Butron, seor de Achorroz. Por ello, envo unos forajidos que recibieron orden la orden de esperarle en el camino de su residencia y darle muerte. El seor de Achorroz se diriga a su casa, cabalgando junto a dos escuderos, cuando le sali al encuentro un pastorcillo que le advirti del peligro en que se encontraba. Este joven rstico servia de enlace a la partida aquella de malhechores para avisarles cuando viera a aquel que esperaban, a quien no conocan, como extraos que eran en aquella tierra. Gome Gonzlez quiso pagarle el servicio antes de volver grupas y tomar nuevo camino. Pero el pastor se neg a admitir nada; solamente le prometio acudir a el si alguna vez necesitaba su ayuda y recibi de su prometido una cadena de oro por la que fcilmente podra ser identificado en cualquier momento. Debido a este contratiempo y, no contando con el, Guevara tuvo que enfrentarse con un enemigo fuerte y preparado, pues al de Achorroz le sirvi de aviso el descubrimiento de la trama del
atentado que le preparaban. Guevara y sus compaeros fueron hechos prisioneros y condenados por el rey Juan II a la pena capital, que les fue conmutada posteriormente por otras menores. Gome Gonzlez tenia una hija llamada Magdalena a la que quera unir en matrimonio a un sobrino suyo que se haba educado en la casa y que regresaba entonces de la guerra contra los infieles. La hija, sin embargo, senta cierta repugnancia por este enlace, y as lo dijo a su confesor que dio los pasos necesarios y hablo con el obispo para que no fuera concedida la correspondiente dispensa necesaria por su prximo parentesco. El seor de Achorroz sufri un acceso de clera cuando recibi la respuesta del obispado, negndole la gracia solicitada, en vista de los reparos que la joven Magdalena tenia. E igualmente le sucedi al primo que regresaba triunfante con un reciente titulo de conde con el que pretenda inflamar la vanidad de su buen to. Una noche, estando Magdalena encerrada en su habitacin, de la que solo haba una llave que tenia su padre, oy entre el ruido producido por una fuerte tormenta los aires de una cancin que la avisaban del peligro en que se encontraba dentro de su propia casa. Aquella voz era inconfundible y se iba acercando; era Jenaro, el amor puro y oculto de la doncella. Pareca que estaba en la misma ventana del aposento: tan cerca se oa su voz. Magdalena, en un arranque nervioso, fue a la ventana y la abri; por all sbitamente penetro en la estancia Jenaro que le anuncio el peligro. Su padre se haba procurado una llave igual ala de su padre, y de modo oculto pretenda sorprenderla de noche a fin de comprometerla y conseguir de ese modo su mano. En principio eran intiles todas las advertencias que le hacia Jenaro ya que Magdalena por nada del mundo se hallaba dispuesta a abandonar la casa de su padre. No tenia otro remedio que ingresar en Oate en un convento con una ta suya, pues supona que su padre nunca le dara permiso para casarse con Jenaro. Pero al fin, este la convenci de que se dejara conducir al convento desde donde podra escribir a su padre contndole lo sucedido. Y juntos, por una escalera de cuerda que llevaba Jenaro, bajaron los dos amantes. Mas en aquellos momentos, tal y como lo haba presentido Jenaro, el primo de Magdalena hizo su entrada en la habitacin valindose de la llave que posea. Viendo la estancia vaca e imaginando lo que ocurra, se dirigi a la ventana y con un cuchillo corto la cuerda de la escala. En la noche tormentosa se oy un largo lamento. La amorosa pareja haba encontrado la muerte en su violenta cada. El seor de Achorroz ala maana siguiente fue avisado por las gentes vecinas. En el suelo yacan su hija y un joven. Este llevaba al cuello la cadena de oro que en otra ocasin haba dado el al pastor que le salvo la vida. En el mismo sitio donde murieron mando poner una inscripcin: <<Jenaro. Magdalena. Rezad un padrenuestro por sus almas>>. Idea de aventura: Es noviembre, se acerca el invierno y los PJs, como buenos aventureros sin oficio ni beneficio, deberan molestarse en encontrar algn lugar donde resguardarse del fro por una temporada (que no es cuestin de andar siempre de aqu para all con el buche vaco). As que seguramente
agradecern su golpe de suerte cuando un noble seor les ofrezca trabajo como escolta y gentes de su casa durante el invierno, ya que esta a punto de regresar a sus posesiones en el campo y precisa de hombres diestros con las armas que le acompaen, que no estn los caminos como para recorrerlos en poca compaa. NOVIEMBRE: los Pjs, escoltan al noble por un paraje bastante inhspito cuando les sale al paso un pastor, que le avisa del peligro que le espera mas adelanten: un grupo de hombres emboscados para matarle. A partir de esto los PJs son muy libres de hacer lo que quieran, desde emboscar a los asesinos o simplemente evitarlos sigilosamente campo a travs (es el nico camino). La cuestin es que gracias a la intervencin del joven pastor salvan sus miserables vidas, lo que hace que el noble recompense al joven con la cadenita de marras. DICIEMBRE: los PJs estn al servicio del noble como hombres de armas y (si demostraron ser muy hbiles, incluso como squito personal). La casa del noble es como un blsamo para los cansados huesos del grupo (alguno incluso ya se ha hecho "amigo" de alguna de las criadas mas complacientes) y la verdad, no les importara pasar el resto de sus vidas aqu. Tambin es durante este mes cuando llegara a la casa el sobrino del seor, triunfante de la guerra con los moros, junto a sus hombres de confianza (estara muy bien desarrollar una rivalidad entre ambos grupos, digamos que son muy parecidos en competencia y numero al grupo de PJs). [Aqu estara bien jugar una historia de esas que nunca sabemos hacer casar bien dentro de una campaa aunque seria adecuado que la partida les llevase de visita a la cercana ciudad (situada fuera del feudo del seor) que mas tarde entrara en la historia y que al final, hubiesen llegado mucho mas alto ente los ojos de su seor... por ejemplo, ganando por la mano a los hombres del sobrino: no se, as de golpe se me ocurre la tpica peticin de ayuda del tpico campesino que viene pidiendo ayuda al seor porque han secuestrado a su tpica hija (en realidad, la hija ha sido llevada a la cercana ciudad donde ha entrado al servicio de un alquimista (en calidad de sacrificio ritual). ENERO: al da siguiente de ao nuevo, el malvado que envo al grupo de asesinos moviliza a sus mesnadas para tomar la cercana urbe por sorpresa. Los PJs, como hombres de armas mas o menos veteranos deben hacerse cargo de ayudar a organizar la defensa y el contingente que enva su seor en auxilio de la ciudad. una buena oportunidad de usar el sistema de combate de masas del Lilith (y esas reglas de asedio tan chulas que aparecieron en una Lder). La cosa no es tan sencilla pues al mismo tiempo debern enfrentarse a la traicin de uno de los miembros del concejo, al servicio del enemigo, que piensa abrir uno de los portillos de la muralla al enemigo durante la noche... (nota del narrador: por cierto, aprovechando que su padre y casi todos los habitantes de la casa estn ausentes, la noche de la batalla, la adolescente hija del noble se entrega a la pasin con su joven amante plebeyo en su alcoba (ambos tienen apenas 14 aos, si es que soy un porngrafo!! 8)). FEBRERO: una vez finiquitado el asunto de las reclamaciones la vida sigue en el feudo de forma mas o menos tranquila. Puedes comentarles lo de los problemas del seor para casar a su hija con su sobrino. Ser durante este mes cuando, aprovechando la ausencia de su padre (que ha ido al obispado a negociar la dispensa para el matrimonio acompaado de casi todos los PJs) el miembro del grupo que mas receptivo te parezca se habr torcido la mueca (que pasa?, los Pjs tambin se lesionan entrenando) y deber quedarse en la casa reposndola en vez de acompaar a su seor. En esto que se le acercara la hija del seor para solicitarle que la acompae en un paseo a caballo por un bosquecillo cercano (debe ir, la chica no puede salir sola y su "novio" no esta disponible ( tara de putas ). All se encontrara con su amante. Si la acompaa, al poco de entrar en el bosque, la chica picara espuelas e intentara perderle entre los rboles, cosa que seguramente lograra debido a que es una experta jinete. Despus de un rato buscndola, descubrir a su caballo junto a un arroyo, y a
la joven, que pasea en compaa de un pastor por la orilla. Justo cuando el PJ avance para intervenir, el PJ ser bombardeado por fuertes recuerdos y no podr sino maravillarse ante el "amor puro" entre estos dos donceles (y un cuerno! Que el zagal ya se la ha trajinado), pues le recordaran al PJ otros tiempos mas felices de su juventud y a un amor igual de puro e inocente que le fue arrancado por la plaga. Nota: Si el PJ se obstina en ignorar esos sentimientos o ataca al pastor, este huir. Si mas tarde le cuenta al padre de la joven lo que ha pasado, este, enfurecido, ordenara una batida para dar caza al pastor (aqu tienes otra posible partida persiguiendo a un pastor que conoce la zona como la palma de su mano) y recluir a su hija en sus habitacin. La cosa es que el pastor escapara pues debe estar libre para la ultima parte de este dramn. Nota: La idea es que al menos un miembro del grupo se oponga a los dems en este asunto ponindose de parte de la pareja y convirtindose en defensor del verdadero amor frente a la habitual visin "de ganancia" que muchas personas de esta poca (y de la nuestra!) siguen. Si lo logras habrs conseguido trasmitir al PJ los recuerdos de su amor de juventud.) MARZO: el final de la historia ya lo conoces: con o sin la ayuda de los PJs el pastor ira tarde o temprano a buscar a su amada para fugarse juntos, con el trgico desenlace que ya conoces y del que los PJs sern testigos pues antes de bajar. Los dos jvenes han atrancado la puerta y el sobrino del seor llamara a los PJs para que la derriben. Una vez dentro, y antes de que los PJs puedan detenerle, cortara la escala por la que huyen los amantes (o no, si lo que quieres es un final bonito pueden intentar evitar que corte la escala). A raz de la muerte de su hija y del joven pastor, el seor ordenara la colocacin de la cruz mencionada en la leyenda. Sin embargo, el seor no se recuperara, se negara a comer y en pocos das se ira consumiendo a ojos vista hasta morir de pena. El sobrino del seor lo heredada todo, y una de sus primeras medidas ser expulsar a los PJs de sus recin adquiridas posesiones. Los Pjs volvern al camino tal y como llegaron, o quizs no, quizs vuelvan con el corazn un poco mas pesado, pero tambin seguramente volvern un poco mas sabios. Y puede que mas ricos si lograron escatimarle algo de dinero al nuevo seor). EL GATO NEGRO. Uno de los poderes tpicos de los sorgin es el de convertirse en animales, preferentemente en gato negro... "Cuenta la leyenda como, en cierta ocasin, una mujer sola estar hilando en la cocina de su casa y todas las noches bajaba por la chimenea un gato negro, y la mujer se atemorizaba. Y cont al marido lo que le ocurra. Luego, pues, el hombre dijo a la mujer que el se pondra con vestido de seora... Cuando el hombre estaba hilando, vino el gato, pero el hombre tenia una larga barba y el gato (astuto el) se dio cuenta de que no era la seora de otros das, se acerco al hombre que continuaba hilando y le dijo: - Hilando, siendo hombre? Y el hombre le dice: - Hablando, siendo gato?
Y el hombre agarro el asador del hogar y mato al gato y despus lo tiro por la ventana de la cocina. Al da siguiente apareci muerta una mujer de la vecindad, justo bajo la ventana de la cocina..." Ideas de aventura * Los Pjs son contratados por un acaudalado comerciante para que expulsen de su casa a un gato que molesta a los criados y se empea en asustar a su mujer. El problema es que el gato parece endiabladamente astuto y ha conseguido evitar su captura hasta ahora. * Variante de la anterior, cuando por fin acorralan al gato en cuestin, este les suelta que es una joven hechizada por una malvada bruja y que necesita su ayuda para romper el embrujo. Naturalmente nada de esto tiene por que ser verdad. *Y si uno de los Pjs resultase de algn modo convertido en un gato? Mientras el resto del grupo intenta encontrar a alguien que pueda levantar la maldicin, este descubre que su nueva forma le permite entrar en muchos lugares y hacer muchas cosas que antes no poda (lase: colarse en las alcobas de damas que se baan, enterarse de los secretos de la gente, robar todo lo que quiera con impunidad...), pensad en Salem de "Sabrina"... el nico problema es que la transformacin es o bien temporal (con lo que volver a su forma natural - desnudo por supuesto - en el momento mas inoportuno posible) o que es progresiva (lo que quiere decir que su naturaleza felina ira tomando el control y su mitad humana dejara eventualmente de existir) con lo que la cuestin de encontrar a alguien que pueda levantar la maldicin adquiere una importancia capital... HIRU OLATUAK (Las tres olas) Hace muchos aos, haba un grumete de nombre Tomas que trabajaba en un barco de pesca en Deva. El capitn y propietario del pesquero, to paterno del muchacho, tambin se llamaba Tomas y haba tomado a este bajo su custodia a raz de la muerte de sus padres. El joven grumete acababa de cumplir los dieciocho aos y tenia por compaero de pesca a un muchacho de quince aos que responda al nombre de Bilinch. Tomas el capitn era un excelente marino que conoca todos los escollos, las resacas, las calas y los cabos de la costa. Rudo y duro, por otra parte, como viejo lobo de mar que era tenia el corazn mas noble y mas generoso que se pueda imaginar. En su juventud, haba contrado matrimonio con una muchacha a la que amaba profundamente y tenan una hija amable y buena como un ngel, cuya edad seria mas o menos que la de su sobrino. El ao de nuestro relato, Tomas y sus pescadores atravesaban una situacin de extraordinaria mala suerte. En vano se esforzaban por llegar los primeros a los caladeros, las redes solo capturaban peces muertos o demasiado pequeos y de escaso valor. Mientras que al lado de ellos, las otras embarcaciones se vean obligadas a arrojar por la borda todo el lastre para hacer sitio a la pesca. Si, para conjurar la suerte, partan los ltimos, vean luego volver a los dems barcos llenos hasta los topes mientras que el de Tomas y su gente danzaba y saltaba ligero al menor soplo de brisa. Y esto se repeta da tras da. Era intil emprenderla contra el barco, que no poda ser mejor, ni contra las redes, que haban sido seleccionadas con el mayor de los cuidados, ni contra la tripulacin, compuesta por los marinos mas aguerridos de la costa vasca. Todos estaban
desesperados, trabajaban tres veces mas que los dems y no dejaban de lado ningn banco de pesca. El patrn conoca la zona al detalle y acuda incluso a los caladeros marginales donde solo acudan los barcos franceses. Una noche, Bilinch y el grumete Tomas estaban en el muelle de Maspe preparndose para la salida del barco, que por lo comn se realizaba entorno a las tres de la maana. Al terminar la labor, se dieron cuenta de que todava les sobraba mucho tiempo y se tendieron sobre la cubierta. Tomas se durmi profundamente pero... de golpe fue despertado por Bilinch, que le tiraba del brazo con violencia y cuyo rostro reflejaba una terrible angustia. -Que sucede? - le pregunto Tomas con inquietud - No las has visto? No las has odo? - murmuro su compaero con los ojos desmesuradamente abiertos - Eran ellas..., ellas! - grito Bilinch - Pero Quienes? Quienes? - Mara y... la otra... Tomas, no las sigas mirando! Asustado mas all de lo imaginable y no comprendiendo nada de lo que oa, Tomas iba a pedirle a su amigo mas explicaciones cuando son la seal de partida para los pescadores. - Vaymonos! Vmonos Tomas que nos esperan!- chillo Bilinch -. Cllate Tomas y vamos que nos esperan. En efecto, las tripulaciones se apresuraban sobre el muelle, preparando las embarcaciones. Sbitamente, Bilinch salto a tierra y comenz a correr en direccin al pueblo, pero en el camino se topo con el capitn y los dems marineros, al verlos se arrojo al suelo chillando: - No puedo! No quiero! No ir a la mar! Un pescador lo levanto del suelo tirndole de la oreja, luego le llevo a rastras al barco y lo arrojo sobre cubierta. - Que sucede? - pregunto el patrn. - Sucede que este bribn hoy quiere ir a pescar pjaros - respondi el marinero. - Es eso posible, Bilinch? - Dice que el mar le hace mal y que quiere renunciar a este oficio... Tal vez quiera hacerse inscribir como candidato a un obispado! Mientras tanto, el pobre muchacho se retorca a los pies del capitn suplicando que lo dejaran volver a tierra. Los marineros, no viendo en su conducta mas que una comedia para no trabajar, comenzaron a burlarse de el preguntndole si haba enamorado el corazn de una gran dama o si esperaba la herencia de algn to rico. En ese momento, el grumete Tomas. todava impresionado por la extraa manera en que Bilinch haba interrumpido su sueo, se acerco a su to y le hablo en voz baja. El hombre, bueno y compasivo a pesar de su rudeza, impuso silencio a los marineros y dijo al muchacho: - Veamos chico, clmate y dinos porque no quieres salir con nosotros al mar como todos los das. - Oh, patrn! no puedo decrselo. Pero le aseguro que no puedo y no debo de acompaarles hoy.
- Lo que me dices no es suficiente, muchacho. Estas contratado para toda la temporada y no puedes ausentarte un solo da si no hay una buena razn para ello. - Tengo una, patrn... - Estoy dispuesto a creerte si nos dices cual es: Bilinch bajo la cabeza un momento antes de responder... - Me han dicho que si hoy salgo al mar, perecer ahogado... - Como? - ... a causa de un naufragio - Pero si tu te ahogas, toda la tripulacin morir contigo! - Ya lo se, por eso no debe permitir que el barco zarpe hoy. - Chico, chico, lo que dices no es serio. O te estas burlando de nosotros o es que sabes algo importante que tambin nos concierne a todos. En este ultimo caso debes decirnos quien te ha advertido y cuales son los peligros que nos acechan. - Eso es precisamente lo que no puedo decirle! - Bien. En ese caso debers de afrontar los mismos peligros que nosotros. - Por favor patrn! - Basta ya! Tu vida no vale mas que las nuestras. Y tomando el timn, el patrn dio la seal de partida con voz grave: - Tirad fuerte muchachos! Aurrera mutilak! Al instante, treinta remos atravesaron las aguas y el barco zarpo firmemente impulsado: cuando ya haba recorrido un buen tramo, Bilinch, que se haba quedado hecho un ovillo a los pies del capitn, le suplico que se detuviera, asegurando que lo contara todo. el capitn ordeno entonces que los hombres levantaran sus remos y la embarcacin se detuvo suavemente frente a Uranzadi. El patrn se sent y le dijo a Bilinch; que lloraba amargamente: - Vamos Bilinch, clmate y cuntanos lo que te ha pasado. Eso voy a hacer patrn, y quiera Dios que no nos suceda nada malo!... Anoche, Tomas y yo habamos empezado a preparar todo tal y como hacemos diariamente. Pronto habamos terminado. Entonces, nos acostamos sobre la cubierta y al cabo de algunos minutos, Tomas dorma profundamente. Yo no habra tardado en seguir su ejemplo si no hubiera sido despertado sbitamente por dos fantasmas que tenan aspecto de mujeres y que parecan haber descendido de las nubes. Me sent tan aterrorizado con esta aparicin que me quede mudo, inmvil y casi sin respirar. Esto fue lo que me salvo, pues luego de inclinarse sobre nosotros y observarnos detenidamente, me creyeron tan dormido como mi compaero y comenzaron a dar una extraa ronda en torno nuestro. Cuando estuvieron satisfechas, la de mayor edad dijo: - Djalos dormir! Eso nos conviene. Despertaran cuando yo quiera. Inmediatamente sent que la embarcacin se elevaba por los aires. Luego de haber volado durante cierto tiempo, descendimos suavemente, detenindonos finalmente sobre el espeso follaje de un inmenso olivo. Las dos mujeres se acercaron a nosotros y nos miraron atentamente durante algunos minutos, despus se arrojaron del barco y las perd de vista. A pesar del horrible espanto que se haba apoderado de mi, la curiosidad que senta era tan grande que no poda evitar abrir los ojos para mirar hacia donde ellas parecan estar, a juzgar por las voces y el ruido que llegaba a mis odos. Quise incorporarme, pero una rama me golpeo: como impeda mis movimientos la corte con cuidado y la escond entre unas tablas. Entonces
pude mirar hacia afuera y, pese a la oscuridad, me di cuenta de que nos encontrbamos en medio de un inmenso bosque de olivos, en el extremo del cual cre ver unas figuras que se deslizaban entre las sombras. Un baile de sorginak !, me dije y me di la vuelta hacia Tomas para despertarlo, pero en ese momento hoy ruido de pasos. Supuse que podan ser las dos mujeres y me acost nuevamente, quedndome inmvil. Efectivamente eran ellas. Despus de mirarnos cuidadosamente como antes, entraron en el barco, que se puso nuevamente en movimiento. Unos minutos despus ya habamos retornado al punto de partida, al muelle de Maspe. Despus de amarrar la embarcacin, la mas vieja le dijo a la otra: - Hija ma, digmosle adis para siempre. - Para siempre? No comprendo... - Para siempre, te digo! Jamas volvers a ver esta embarcacin ni a nadie de su tripulacin. Dentro de dos horas estarn todos en el fondo del mar. - Pero si el mar esta calmo como un lago de aceite! - Si, pero antes de que hayan doblado la punta de Arrangatzi har que se levanten tres olas gigantescas: la primera de leche, la segunda de lagrimas y la tercera de sangre. Tal vez puedan escapar de las dos primeras, pero nada los salvara de la tercera. - Cuanto odio les tienes! - Es mi destino! Los he perseguido durante todo el invierno, alejando la pesca de su ruta, mas como mi poder sobre ellos concluye maana por la noche, quiero darles muerte sepultndolos bajo las aguas. - Y no tendrs piedad de nadie? - De nadie. Absolutamente de nadie. Y no lo olvides, nuestra misin consiste en aborrecerlos a todos sin excepcin y principalmente a aquellos que mas nos quieren. - No contrariemos entonces nuestro destino! Pero, si por un casual no salieran ellos hoy a la mar... - Calla desgraciada! eso no es posible. Deben hacerlo. Zarparan y morirn. solamente hay un medio, uno solo, de que escapen a la suerte que les amenaza. Pero ellos no lo saben y nunca lo sabrn. - Cual es, madre? - Lanzar un arpn en medio de la ultima ola, la ola de sangre, que ser yo misma. Me ocultare bajo sus ondas, invisible a sus ojos, pero si el arpn alcanzara la ola, atravesara a la vez mi propio corazn. - Oh, madre! Si ellos lo supieran! - Eso no es posible, pues no hay nadie, excepto tu, que conozca el secreto, y estoy segura de que no hablaras. Todos ellos me pertenecern, todos! Y nadie podr presumir de un logro comparable al mo en nuestra prxima fiesta nocturna. Dichas estas palabras se volvi hacia la embarcacin chillando: - Ea, vosotros! Podis despertaros! Entonces ambas desaparecieron en medio de grandes estallidos de risa. Cuando me vi solo despert a Tomas para contarle lo que haba sucedido, pero en ese momento la campana comenz a repicar... El muchacho dejo de hablar y todos quedaron sumidos en un indescriptible estado de animo. Alguno de ellos; sin embargo, dijeron no creer ni una sola palabra, mientras otros pensaban que solo se trataba de un sueo del muchacho. Ante la opinin de estos ltimos, el argumento: - Alguno de vosotros conoce algn bosque de olivos por los alrededores?
Todos respondieron negativamente. Bilinch rebusco entre la tablazn del barco para sacar triunfalmente una rama de olivo, que blandi con aire triunfal, al tiempo que deca: - Mirad esto! Es la rama que corte para poder levantarme y ver lo que suceda mientras estbamos en el bosque. La haba ocultado aqu para que pudierais creer en mis palabras y os convencieseis de que las dos mujeres no son de ningn modo producto de mis sueos. Ahora que si alguno de vosotros quiere rerse de lo que digo, que me explique adonde podra haber ido yo a buscar una rama como esta durante el tiempo que Tomas estuvo dormido. Ese es el nico momento en que podra haberlo hecho, pues el resto de la noche el me vio trabajando a su lado. Nadie poda objetar una prueba tan decisiva, ya que no se sabia de un solo olivo en las cercanas del pueblo. La rama pasaba de mano en mano, en medio de un silencio total. Un terror supersticioso se apodero hasta del mas incrdulo y comenzaron a repetir con horror: - Una sorgina! Una sorgina! Despus de algunos momentos de confusin, durante los cuales una parte de la tripulacin quera regresar a tierra mientras otros proponan navegar mar adentro sorteando de este modo Arragatzi, en medio de los gritos y las voces de todos, el capitn se levanto y tomando el timn, grito con su grave vozarrn: - SILENCIO! En cuanto la calma se hubo restablecido, agrego, dndose la vuelta hacia su sobrino: - Tomas manejara el arpn!... A proa! Y abre bien los ojos! Mantn tu brazo firme, cuando te lo indique lo arrojaras con fuerza sobre las aguas... Y vosotros, a los remos! Adelante! Aurrera mutilak! Con el impulso de los remos, el barco surco las olas muy rpidamente. La temblorosa luz de la aurora sonrea sobre la lisa superficie del ocano, a la que no rizaba el menor soplo de viento, ni el menor movimiento de las olas, la embarcacin navegaba y sin embargo, no pareca que avanzara, sino que los rboles y matorrales de la costa huan de una manera extraa, adquiriendo a travs de la bruma matinal formas fantsticas y caprichosas. La embarcacin doblo la punta de las cruces y se aproximo a la barra, que pareca extraordinariamente en calma. De repente, algo llamo la atencin de los pescadores. No obstante, por ningn lado se perciban las seales de peligro... Sbitamente, y sin que nadie la hubiera visto formarse, a dos brazas de la embarcacin se levanto una enorme ola, alta como una montaa, blanca como la nieve. - Atencin! - exclamo el capitn, mirando a su sobrino. El muchacho cerro los ojos deslumbrado por la blancura del agua y, tal vez, por el temor. - Era verdad! - musito el capitn, cuya voz temblaba un poco - La ola de leche! - La ola de leche! - repitieron todas las gargantas. - Aurrera Mutilak! - grito el capitn. Los treinta remos atravesaron el agua al mismo tiempo y la embarcacin se lanzo sobre la ola. Durante unos instantes, la proa desapareci envuelta en una nube de espuma; pero antes de que los remos dieran un nuevo impulso, se levanto ante ellos una ola mas grande que la primera, clara y cristalina, de la que surga un vapor que quemaba los ojos.
Como haba sucedido antes, quedaron suspendidos brevemente sobre la cresta de la ola hasta que esta, una vez franqueada, corri rugiendo a romper sobre las arenas de Hondarbeltz. - La ola de lagrimas! - exclamo el patrn - Abre bien los ojos Tomas! Y luego, mirando a su tripulacin de nuevo. - Aurrera mutilak! La embarcacin se puso en movimiento nuevamente y, cuando el lugar fatal haba sido dejado atrs, vieron venir, abarcando todo el horizonte, la terrible ola de sangre. Tenia la forma de una horrorosa media luna y los atraa a su espantoso abrazo con una fuerza irresistible. Resulta imposible describir la enorme ansiedad, el espantoso terror que se apodero de cada uno de ellos en ese supremo momento. Solo se escuchaba, en medio de un ttrico silencio, la respiracin jadeante de los marineros y el batir regular de los remos. - En el centro, con firmeza! - grito el patrn a su sobrino, al tiempo que se persignaba. El muchacho, dudo durante un instante, luego cerro los ojos y lanzo el arpn con mano temblorosa en medio de la sangrienta ola... Un gemido hondo y lastimero subi del mar, mientras que la ola, dividida en dos por la quilla del barco, se precipitaba furiosa sobre la costa, cubriendo la orilla con una rojiza espuma. Aquel da, los brazos de los hombres se fatigaron de tanto vaciar las redes repletas y puede decirse que la pesca fue casi suficiente como para resarcir las perdidas del invierno. Todos estaban desbordantes de alegra y los agradecimientos y las felicitaciones llovieron sobre Bilinch, quien pese al enorme proeza lograda pareca apesadumbrado. Cuando volvieron a casa ya era muy tarde y se encontraron con el muelle lleno de personas que venan a felicitarles por su buena fortuna, avisados de lo sucedido por otros barcos, que haban regresado antes, con una carga mas pequea. El patrn y su sobrino buscaron en vano, entre la multitud, dos figuras amadas: ni la esposa ni la hija del primero estaban all. Intercambiaron una mirada inquieta. Al desembarcar, el to pregunto por su mujer y le respondieron que se encontraba enferma. - Me lo tema - murmuro y apret el paso en direccin a su hogar, seguido por su sobrino. Al entrar en la casa, corrieron a la habitacin de la mujer, que estaba acostada en su lecho, la cabeza vuelta hacia la pared. En cuanto los oy entrar la levanto y, lanzando a su marido una mirada cargada de odio implacable, grito con una espantosa expresin: - Maldito! Maldito! Luego se cubri el rostro con las sabanas y exhalo su ultimo suspiro con un terrible gruido. El desgraciado esposo se arrojo sobre el cadver, lo rodeo con sus brazos y trato de devolverlo a la vida a fuerza de besos y caricias. Este espectculo acongojo el corazn del sobrino que, hondamente afectado, sali de la casa. Cuando haba recorrido algunos metros se encontr con su prima. La transformacin que se haba operado en ella era indescriptible. Una horrible expresin de venganza y de rencor oscureca su antes anglica mirada. Vindola as, el muchacho comenz a temblar sin poder contenerse; no obstante, haciendo un esfuerzo sobrehumano, le pregunto:
- Que te sucede, Mara? - Maldito seas, asesino! - respondi esta con tono amenazador, desapareciendo luego de su vista. El joven lo comprendi entonces todo, pero negndose a admitir la cruel verdad, corri hasta el muelle de Maspe, donde todava se encontraba Bilinch, para preguntarle: - Quienes eran esas dos mujeres que viste la noche pasada? Bilinch sacudi la cabeza y guardo silencio. - Quienes eran? - repiti Tomas con impaciencia. - Mara y su madre! - respondi Bilinch en voz baja. El pobre patrn, profundamente afectado por la muerte de su esposa y la misteriosa desaparicin de su hija, cayo enfermo poco despus y muri, al cabo de algunos meses, a causa del dolor y las tristeza. Nuevamente hurfano, la vida en aquella tierra se hizo insoportable para Tomas. En la primera ocasin, se enrolo en un navo que patria hacia tierras distantes, volviendo mucho despus, pero esa ya es otra historia... LA ESPOSA BRUJA. "El joven Bidabe concert su matrimonio con la hermosa Kattalin. Su prometida tenia fama de sorgina, pero bruja o lamia, estaba decidido a casarse con ella, pues la quera entraablemente. Una tarde fue a visitar a su novia y a sus padres. Como regalo para Kattalin cogi un par de zuecos lindamente labrados y listos para terminar. Cogi las herramientas para terminarlos all: las palas, las correas, los clavitos de bronces amarillo, un martillo y una lezna (una especie de punzn). Permaneci con la familia algn tiempo, y se le hizo tarde. Como la noche estaba oscura, acordaron que durmiera en un arca de madera y se marchase al alba. All se echo y cayo en un tranquilo y ligero sueo. Justo a medianoche, un leve ruido le despert. No se movi, entorn los ojos y vio a Kattalin acercndose a la chimenea. La muchacha alzo una de las piedras del llar y saco una escudilla llena de algo que pareca aceite. Con este ungento unto su cuerpo, y desapareci en el acto chimenea arriba. "Ahora ya s la verdad sobre Kattalin", se dijo Bidabe. Cogi la misma escudilla, e igual que Kattalin engras su cuerpo y se larg por el mismo camino. Sin saber a donde iba, vol por el aire hasta ir a parar a una hermosa llanura, donde se encontraba reunida una asamblea de lo mas selecto que se pueda ver. Algunos amigos de Bidabe estaban all. Vio a Kattalin vestida de seda roja. Y permaneci oculto petrificado por el terror. Aprendi muchas cosas sobre el Akelarre de las brujas, y descubri, por ejemplo, la virtud que tiene la corteza del aliso, que se puede hacer con un palo de madera bendita y que enfermedades pueden ser curaras con sangre de topo. Supo tambin como puede un hombre pasar por el ojo de una cerradura para descubrir el mayor de los secretos. Quien sabe cuantas cosas pudo tan inesperadamente aprender? Mas Bidabe tuvo que callar todas estas horribles cosas por miedo a ser desollado vivo. Llego la hora de rendir especiales honras al maestro del Akelarre. Era un hombre grande, negro de cara, con enormes orejas como dos grandes hojas de col, largos dientes y frente estrecha. todas las brujas y brujos del Akelarre tenan el deber de besar sus cuartos traseros. Cuando Bidabe vio la
clase de salutacin que era aquello, comenz a rascarse la cabeza. No obstante, no se atrevi a echarse atrs. Con que lanzo un juramento tan grande como una montaa: - Que te lleven cien mil pares de carretillas repletas de diablos antes que recibas tal honor de mi! Cuando llego su turno, saco la lezna de su bolsillo y Zas!!, la hundi dentro del Rey de los brujos (supongo que os imaginis por donde). Aquel negro bicho lanzo un rugido que habra hecho estremecerse al desierto (joer, como pa no...) ; todas las luces se apagaron y las brujas desaparecieron. Bidabe se encontr en un soto de matorrales espinosos, en la quebrada de Kakueta, y pasaron ocho das antes de que pudiera salir de el. En su casero no se preocupo nadie, pues pensaron que habra ido a la taberna a beber con Gilgorri el tuerto (los vascos cuando salimos de fiesta, salimos de fiesta de verdad... XDDDD). Bidabe estuvo enfermo de miedo durante dos meses. Tan pronto como mejoro, se moviliz para buscar otra esposa. Y les aseguro que Maria, la que caso con el, no era bruja. -Akerbeltz. "In principio erat lur et lur erat Mari et Mari erat Omnia" "En el principio era la Tierra y la Tierra era Mari y Mari era todas las cosas" LA LAGUNA SUBTERRANEA Cuentan en Atan que en el monte Putxerri hay una laguna subterrnea y que quien cruce esa laguna se encontrar una puerta de hierro que cierra una mina abandonada (creo que era de oro). Al lado de la puerta an se pueden encontrar las herramientas de quienes solan trabajar la mina. Idea de Aventura Qu tal si esa mina de verdad existe y se encuentra habitada por un grupo de gnomos (una buena razn para abandonar la mina) desde haca ya ms de un siglo. Qu tal si la leyenda es relativamente conocida en el sector y varias personas han ido a probar fortuna, pero han sido atrapadas por los gnomos y esclavizadas por estos. En mi historia, la laguna estaba habitada por una gran serpiente marina (tal vez hay alguna conexin subterrnea con el mar?) a la que los gnomos alimentaban con los prisioneros que se portaban mal o con aquellos que ya estaban demasiado dbiles para seguir trabajando. A mis Pjs se les apareci un cortejo encabezado por un gran gnomo que tocaba una campana de oro macizo, con la que llamaban a la serpiente, y tras la aparicin de esta arrojaron framente al pobre esclavo a las aguas de la laguna. Naturalmente que la misin de los jugadores sera rescatar a los prisioneros y buscar la salida al mundo exterior.
LA LEYENDA DEL BUITRE Siglos ha viva en la zona alta de Venta-Berri un hombre y una mujer que tenan fama de brujos. En realidad eran dos farsantes que vivan a costa de la credulidad de las gentes del lugar, realizando mil y una supercheras. Una de sus mayores "hazaas" fue "predecir" que en la noche de un da de noviembre se vera una luz que surcara los cielos desde Ganekogorta hasta las peas de Lekanda. Esa luz sera presagio de grandes desgracias a no ser que los "brujos" realizaran ciertos rituales... En realidad lo que hicieron fue capturar un buitre joven de las peas de Lekanda, al que, por supuesto, soltaron de noche en el monte Ganekogorta, atndole una cuerda empapada con substancias que ardan lentamente. Este ingenioso fraude supuso su ruina, ya que pocas noches despus se les apareci el Diablo, entre nubes de azufre y muy, muy enfadado. Mientras la pareja se abrazaba muerta de miedo les explic que por culpa suya haba perdido un buen nmero de almas de pecadores que, al ver el prodigio de las llamas en el cielo, se haban arrepentido de sus pecados... Ningn mortal sabe qu sucedi aquella noche, pero a la maana siguiente la cabaa de los dos brujos estaba totalmente calcinada, y en su interior se encontraron los dos cuerpos en posturas horriblemente retorcidas, como si hubieran muerto presas del ms horrible de los tormentos. Y desde entonces se vio en el cielo, todos los aos, un gran buitre negro que lanzaba grandes gritos. Y los lugareos dicen que contiene las almas de la pareja, condenada a las penas del Infierno. Y aqul que desconocedor de la leyenda (o burlndose de ella) mate al buitre negro, ser posedo por los espritus de los dos brujos, condenndose a su vez a la perdicin del Infierno. Verdadero o falso, en el siglo XVIII hubo en Guezala un juicio por prctica de brujera, y se dijo que el acusado haba matado un buitre, siendo posedo por la pareja de brujos. El juicio termin con exorcismo, absolucin y penitencia, para alivio de todos (includo el acusado, por supuesto). Ideas de aventuras: Los Pj son unos pcaros y buscavidas que se dedican a estafar a las buenas (y crdulas) gentes con mil y un trucos... Sin saber que pueden (de rebote) desatar las iras del Infierno... Uno de esos Pj que se dedica a matar todo lo "matable", por diversin, aunque sea encantador o inofensivo, puede que un da elimine a uno de esos bichos malditos tan divertidos cuya alma condenada va a parar a su asesino... (consultar el tema de la posesin en la descripcin del hechizo "Invocacin de nimas". Supongamos que el hombre (o la mujer) logran escapar del castigo del Demonio... Y que ste lo/la busca, posiblemente con la ayuda de su cnyuge... Y supongamos que los Pj (para variar) aparecen por ah en medio... El grupo investiga la muerte de una pareja de viejos amigos, pcaros y buscavidas, que vivan a costa de la credulidad de las gentes... El incendio en la cabaa... Fue accidental o provocado? Ha intervenido el demonio... o el hombre? Los Pj se encuentran con un viejo enemigo... que se ha hecho el amo y seor de la comarca simulando unos poderes que no tiene. Sea como fuere, domina por completo a las gentes del lugar... y no tendr escrpulos en lanzarlos contra el grupo, para satisfacer su sed de venganza...
LA MISA DE MEDIANOCHE Aker <sjb@anit.es> En una cabaa en el bosque se hallaban reunidos unos pastores al calor de la lumbre despus de haber guardado sus rebaos en el aprisco, cuando se asomo uno de ellos a la puerta y vio en el interior de la iglesia de San Salvador una luz misteriosa. Sorprendido de que a esas altas horas de la noche hubiera algn culto en la iglesia, llam a los otros pastores y todos contemplaron largo rato la misteriosa luz comentando entre ellos el extrao suceso. Al da siguiente volvieron a verla y as todos los das durante una semana. Los pastores empezaron a alarmarse y era el tema de sus continuas conversaciones aquella rara luz que los obsesionaba. Alguno de ellos propuso alejarse de aquel paraje y buscar otras praderas donde llevar a pastar el ganado; mas siendo aquellos campos excelentes pastizales, les daba pena abandonarlos sin aclarar el enigma. Todos los pastores, acompaados de sus mastines, provistos de rosarios y escapularios y despus de santiguarse con agua bendita, echaron a andar armados de fuertes cayados en direccin a la iglesia de San Salvador dispuestos a resolver aquel misterio. Al acercarse, los perros empezaron a ladrar furiosos y los pastores, temblando de miedo, sentan solo deseos de huir; pero dominndose y, cogidos todos de las manos, se atrevieron a acercarse a la iglesia y mirar por el ojo de la cerradura. Vieron que en le altar estaban las velas encendidas y al pie de este un sacerdote en actitud de esperar a alguien para empezar la misa. Los pastores hicieron, sin querer, ruido en la puerta, y el sacerdote al orlo, volvi la cabeza y en el acto comenz a decir la misa parndose para que le contestasen. Uno de los pastores, que haba sido monaguillo, sin saber lo que hacia, iba contestando al sacerdote y as celebro la misa con toda la calma; tanto, que a los intrigados pastores les pareca interminable, si bien todo transcurra en medio de la mas profunda emocin. Cuando hubo terminado, el sacerdote descendi del altar, se dirigi a la puerta, la abri y hablo a los pastores. Estos, plidos y temblando de miedo, no se atrevan a mirar el rostro cadavrico del sacerdote que era en realidad un difunto. Con voz de ultratumba les dijo: - Benditos seis por lo que acabis de hacer. Durante muchos aos he esperado en vano decir esta misa que me era necesaria para ganarme el cielo; pero no tenia quien me ayudase a decirla hasta que hoy, gracias a vosotros, he podido celebrarla y con ella entrar en la gloria. Yo rogare desde all por vosotros. Y dicho esto, desapareci dejando atnitos a los pastores. Aquel ao fue de bendicin para sus ganados y los rebaos se multiplicaron con excelentes cras. Pero los pastores, que no lograban olvidar su susto, emigraron al fin a otros pastizales.
- Los Pjs estn acampados al calor de una fogata, cuando de repente se ilumina una iglesia cercana. Se trata de un Itzugarri (hay que leer el Jentillen, jejeje), el nima en pena de un sacerdote que haba echo el voto a la Virgen de ... y que ahora los Pjs deben cumplir por l. Por cierto, hay un proceso a seguir para hablar con l so pena de muerte antes de un ao, de nada. El aparecido es un cura que tras una vida dedicada al Seor cay en una crisis de fe en sus ltimos das. Sin embargo, por servicios prestados se le ha concedido una ltima oportunidad, deber completar una misa completa en una fecha concreta, curiosamente la que han elegido los Pjs para acampar. Lastima que el Maligno no este dispuesto a perder un alma que ya consideraba suya. El curita no est muerto, se trata de un avispado aspirante a sirviente de demonio superior (Silcharde, por ejemplo). Y su seor le ha impuesto una pequea prueba final. Ser el master capaz de hacer llevar a los pjs mediante un espectculo de magia y/o criaturas irracionales hasta un acto de fe tal que esten dispuestos a sacrificar graciosamente sus vidas, ante la alegra del propio demonio y el regocijo del propio master. LA PASTORA Y LA MUSICA Aker <sjb@anit.es> En una pequea aldea vasca viva una muchacha, hurfana de padre y madre, que tenia que ganarse la vida pastoreando el ganado. muy de maana recoga los rebaos y marchaba con ellos al monte; all elega una verde pradera para que pastasen, mientras ella sentada en la hierba, se entretena en fabricar con caas y trozos de boj, encina u otra madera, algn instrumento musical como flautas y silbatos con los que luego tocaba bellas melodas, pues senta una gran aficin. Imitaba con sus sones el canto de los pjaros que, satisfechos, acudan a su alrededor para hacerle coros con sus trinos (Viva Walt Disney!!). Era esta zagala muy devota. Rezaba el rosario a Maria Santsima todos los das mientras estaba en la pradera cuidando rebaos y no dejaba de invocar con un Avemara a la Virgen cada vez que llegaban hasta ella las campanadas de la lejana iglesia. Estaba un da rezando cuando se le apareci la Virgen y con voz dulce le dijo: - Hija ma, pdeme lo que quieras y te sea concedido. La pastorcilla repuso: - Yo quisiera, Divina Madre, un silbato con el que hacer bailar a todo aquel que lo oyese. La Virgen le entrego lo que peda desapareciendo al momento. Llena de jubilo comenz a tocarlo, y todas las ovejas y corderos del rebao empezaron a bailar al oirlo, y ello hizo la felicidad de la pastora que los contemplaba extasiada. Ocurri que el cura de la aldea haba salido a cazar por aquellos andurriales y estaba oculto en una choza que haba construido con troncos y ramajes para acechar desde all el paso de las liebres. El sacerdote al oir aquella msica, sin poder evitarlo ni resistirse, sinti enormes deseos de danzar y a ello se aplico sin demasiado descanso ni desmayo y continuaba bailando, aunque sus fuerzas al final se agotaron, sus vestidos estaban rasgados y su piel con heridas y sangrando
porque se haba rozado con alguna de las zarzas que recubran troncos y ramas; senta ya grandes dolores y no poda pararse a pesar de todos sus esfuerzos por estarse quieto, y as continuo hasta que la pastora dejo de tocar el silbato. Cuando termino, sali furioso y fue corriendo al pueblo para denunciarla diciendo que era una bruja. Fue detenida y llevada ante el tribunal de la Santa Inquisicin y condenada a muerte por brujera. Al da siguiente, al amanecer, iba a cumplirse la sentencia; la sacaron de la prisin y, seguida de todo el pueblo que estaba dividido en opiniones a favor y en contra de la condena, fue llevada hasta el patbulo donde la subieron. La pastora pidi que la desataran las manos porque las tenia doloridas por los cordeles. Le fue concedido el acto que peda. El sacerdote, al verla con las manos libres, pidi que le atasen fuertemente a el al eje de un martinete. La pastora saco rpidamente su silbato de la faltriquera y se puso a tocarlo sin tregua ni reposo y todos los espectadores se entregaron de inmediato a un frentico baile al son de aquella msica, y hasta los verdugos y el mismo sacerdote, a pesar de estar atado, bailaban y se rean a carcajadas. Cuando la pastora dejo de tocar, todos los vecinos del pueblo entusiasmados con aquella msica dulce y agradable, fueron a pedir el indulto de la muchacha, que fue concedido. Y desde entonces la zagala les amenizaba todas sus fiestas y solemnidades con la msica celestial de su silbato.
Esta leyendas es casi idntica a la que sali publicada en la 1 edicin del manual de AQ. en la parte de "Leyendas y Aventuras" que se llama: "La pastora y el clrigo curioso". En lo nico que difieren en que en la tuya, a la nia la Virgen Mara le concede el don, mientras que en la del manual se lo concede La Dama de Amboto. LAS SORGINAK. Un dicho popular vasco, asegura que existe todo aquello que tiene nombre... Segn cuenta la leyenda, en la localidad de Ataun (Guipuzkoa), entre varias costureras surgi una disputa acerca de si haba o no sorginak (brujas) en el mundo. Por fin todas se inclinaron por la opinin afirmativa, menos una, que siempre se mostr incrdula en este punto. Volva esta al anochecer a su casa, cuando de pronto se le aparece un grupo de brujas diciendo... - Ez geala, baio bagaitun: Mari ez beste guztik hemen gaitun (Que no somos, pero si somos: aqu estamos todas menos Mari). Diciendo esto, cada bruja le arranco de la cabeza un pelo. Aaden que la infeliz costurera se quedo sin un solo cabello; calclese cual seria el numero de brujas!!
NUESTRA SEORA DE BALZAGA Akerbeltz-Txio <sjb@anit.es> En Rigoitia (Vizcaya), exista en tiempos remotos un santuario dedicado a la Virgen. El edificio era sumamente reducido y conforme iba creciendo la devocin por Santa Maria, iban aumentando las dificultades nacidas de la falta de capacidad del santuario. Al mismo tiempo los devotos lo juzgaban poco rico y suntuoso. Y as se acord la construccin de un nuevo templo en un lugar algo alejado de donde se alzaba el primitivo. Se fueron amontonando piedras y vigas y todos los dems materiales, y cuando una maana los operarios se disponan a comenzar las obras al llegar al sitio ya marcado, observaron con absoluta estupefaccin que todo el material haba desaparecido. Fueron a dar cuenta a las autoridades y, cuando llegaron al santuario viejo, su sorpresa se hizo indescriptible al comprobar que al lado de aquel estaban los bloques de piedra, las vigas y los sacos de cal. Volvieron a acarrear todas las cosas al sitio designado y a la maana siguiente sucedi exactamente lo mismo: todo pareca haber volado hasta la vieja iglesia. Por tres veces tuvo lugar tan extrao y misterioso suceso. Hasta que los vecinos de Rigoitia acordaron elegir a doce de ellos para que, apostndose en el punto establecido al lado de los materiales, observasen lo que ocurra. As se hizo. Fueron elegidos los vigilantes, llegaron al sitio indicado y esperaron a que transcurriera la noche. Cuando del pueblo llegaban las doce campanadas, oyeron un ruido como de carro. Y en efecto, a los pocos instantes vieron aparecer una carreta de bueyes guiada por una hermossima muchacha. Esta aguijaba a uno de los animales exclamando: - Ea, idibalzaba! Ante los ojos de los asombrados guardianes, los materiales fueron cargados por si solos en el carro que desapareci al momento con aquellos y la doncella. Al da siguiente dieron cuenta de lo sucedido y el vecindario, entendiendo que la aparicin y todo lo sucedido era una prueba de que la Santa Virgen deseaba que no se construyera el nuevo santuario sino ser adorada en aquel mismo sitio, hicieron una ampliacin del edificio primitivo y all veneraron a la santa imagen de Nuestra Seora de Balzaga. Ideas de aventuras: * Los Pjs, hombres (y mujeres) curtidos en la lucha contra el maligno, son contratados por un maestro constructor para que descubran quien se dedica a jugar con los materiales por la noche. * Variante de la anterior: Los Pjs, necesitados urgentemente de dinero, se han contratado como peones en la obra de una iglesia que requiere cierta urgencia. Se supone que si no acaban la obra a tiempo no cobraran un chavo. Asi que cuando los materiales comienzan a desaparecer y la obra se retrasa, alguien con un par de coj... esto... viriles (los PJs) debe investigar tan misterioso suceso. En realidad todo es una treta del tacao del cura para no pagarles. Esta usando a un par de recios mozos del pueblo (sus sobrinos) para que acaben (los que se llevan los materiales por la noche) y as le sale todo mucho mas barato.
* Variante de la anterior: En realidad, todo es obra de un Iratxo (ver Bestiario Vasco en el Jentilen Lurra) cabroncete que se lo esta pasando en grande a cuenta de los PJs.
Ral Galve Valero <raul.galve@aidico.es> Otra : Unos gnomos viven en una entramada red de tneles bajo el santuario. No tienen ganas de ser molestados o descubiertos durante las obras, as que las estn saboteando (el material se lo llevan, en lugar de trasladarlo al viejo templo). Los PJs (obreros o contratados para resolver el misterio) debern descubrir la entrada secreta a la guarida de los gnomos y "convencerles" para que dejen proseguir las obras. Si son muy devotos y creyentes, un ngel se les podra presentar, pidindoles que expulsen a los demonios que amenazan el santuario.
Agustn Bermejo Pelayo <agus@metropoli2000.net> * El prroco se dedica a chorizar los materiales para hacerse una "pequea" ampliacin de su casa. Y atribuye la culpa a los demonios. Si los PJ hacen guardia y tal har lo posible por distraerles atrayndoles al bosque y as agenciarse un poco de material ms. Ahora, como le acusen este no dudar en excomulgarlos y echarles la culpa a ellos. Y la gente lo tiene por un tipo muuuy honrado.