L OSSERVATORE ROMANO - 04 Abril 2014
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LOSSERVATORE ROMANO
EDICIN SEMANAL
Unicuique suum
Ao XLVI, nmero 14 (2.359)
EN LENGUA ESPAOLA
Non praevalebunt
4 de abril de 2014
la multitud asombrada han visto el milagro y lo interrogan, luego los doctores de la ley; e interrogan tambin a sus padres. Al final, el ciego curado se acerca a la fe, y esta es la gracia ms grande que le da Jess: no slo ver, sino conocerlo a l, verlo a l como la luz del mundo (Jn 9, 5).
SIGUE EN LA PGINA 5
XXIII
y Juan Pablo
II
Bondad y oracin
El 27 de abril de este ao sern inscritos en el catlogo de los santos dos gigantescas figuras de Papas: Juan XXIII y Juan Pablo II. Pontfices muy queridos y populares, que permanecieron en el corazn de la gente y que con su genialidad operativa abrieron nuevos horizontes al camino de la Iglesia y tuvieron repercusiones en la historia del mundo. Dos Papas distintos por origen
y por formacin, pero ambos grandes por la nobleza de nimo, por la rica humanidad y por la extraordinaria espiritualidad e inteligencia..
GIOVANNI BATTISTA RE
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Servicio de misericordia
La Penitenciara apostlica es consciente de la centralidad del tema de la misericordia para la nueva evangelizacin. Lo afirm el cardenal Mauro Piacenza, penitenciario mayor, en su saludo al Papa Francisco al inicio de la audiencia que tuvo lugar en el aula de las Bendiciones. El tema de la misericordia, explic el purpurado, es fundamental para proponer a los hombres de nuestro tiempo un rostro creble de Dios. Precisamente porque los pecados que cada da llegan para ser examinados por la Penitenciara estn entre los ms graves que se pueden cometer dijo el cardenal experimentamos las entraas de misericordia del Seor, su continua pasin por el hombre y la fuerza sobrenatural de la Iglesia para ser siempre, y de una manera o de otra, madre de todos y maestra de misericordia y de vida. Al recordar que desde el inicio del pontificado, a partir del primer ngelus, el Papa Francisco hizo referencia al tema de la misericordia y al anuncio gozoso de la cercana de Dios a los hombres, el penitenciario mayor destac cmo este tema represent, y representa, un punto central del magisterio que usted nos ofrece diariamente. En efecto, aadi, la misericordia es el autntico y definitivo rostro de Dios, el rostro que Dios quiso mostrar a los hombres: Jesucristo crucificado y resucitado. El purpurado record tambin cmo el compromiso de los penitenciarios, en las baslicas papales, es continuo y ejemplar, animado por esa tierna caridad que es propia del buen pastor. Al destacar luego que el curso sobre el fuero interno lleg ya a su vigsima quinta edicin, el penitenciario mayor puso de relieve que esto responde a una precisa e invariada exigencia de los tiempos presentes. Incluso el alto nmero de participantes, en gran parte jvenes, que se asoman a la celebracin del sacramento de la reconciliacin, dice ciertamente acerca de las dificultades que se encuentran en el ejercicio de ese ministerio, pero al mismo tiempo es el hermoso signo de la exigencia de profundizacin y de formacin, de comprensin autntica de los pliegues del corazn humano, que se abre a la divina misericordia. El cardenal concluy su saludo deseando que el servicio prestado a la Iglesia por la Penitenciara apostlica sea cada vez ms fiel al mandato del Seor: A quienes les perdonis los pecados, les quedan perdonados (Juan 20, 23), a fin de que, a travs del servicio de la misericordia, se pueda anunciar que la alegra del Evangelio llena el corazn y la vida entera de los que se encuentran con Jess (Evangelii gaudium, 1).
ovejas que se han perdido; es como un padre que se olvida del hijo perdido y descuida esperarlo. Pero la misericordia es el corazn del Evangelio. No olvidis esto: la misericordia es el corazn del Evangelio. Es la buena noticia de que Dios nos ama, que ama siempre al hombre pecador, y con este amor lo atrae a s y lo invita a la conversin. No olvidemos que a los fieles a menudo les cuesta acercarse al sacramento, sea por razones prcticas, sea por la natural dificultad de confesar a otro hombre los propios pecados. Por esta razn es necesario trabajar mucho sobre nosotros mismos, sobre nuestra humanidad, para no ser nunca obstculo sino favorecer siempre el
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En la liturgia penitencial el Pontfice recuerda que la Cuaresma es una invitacin a cambiar de vida
El hombre nuevo
Revestirse del hombre nuevo y permanecer en el amor. Son los dos elementos para vivir la Cuaresma como tiempo de conversin indicados por el Papa Francisco el viernes 28 de marzo, por la tarde, durante la celebracin penitencial en la baslica vaticana. En el perodo de la Cuaresma, la Iglesia, en nombre de Dios, renueva la llamada a la conversin. Es la llamada a cambiar de vida. Convertirse no es cuestin de un momento o de un perodo del ao, es un compromiso que dura toda la vida. Quin entre nosotros puede presumir de no ser pecador? Nadie. Todos lo somos. Escribe el apstol Juan: Si decimos que no hemos pecado, nos engaamos y la verdad no est en nosotros. Pero, si confesamos nuestros pecados, l, que es fiel y justo, nos perdonar los pecados y nos limpiar de toda injusticia (1 Jn 1, 8-9). Es lo que sucede tambin en esta celebracin y en toda esta jornada penitencial. La Palabra de Dios que hemos escuchado nos introduce en dos elementos esenciales de la vida cristiana. El primero: Revestirnos del hombre nuevo. El hombre nuevo, creado a imagen de Dios (Ef 4, 24), nace en el Bautismo, donde se recibe la vida misma de Dios, que nos hace sus hijos y nos incorpora a Cristo y a su Iglesia. Esta vida nueva permite mirar la realidad con ojos distintos, sin dejarse distraer por las cosas que no cuentan y que no pueden durar mucho, por las cosas que se acaban con el tiempo. Por eso estamos llamados a abandonar los comportamientos del pecado y fijar la mirada en lo esencial. El hombre vale ms por lo que es que por lo que tiene (Gaudium et spes, 35). He aqu la diferencia entre la vida deformada por el pecado y la vida iluminada de la gracia. Del corazn del hombre renovado segn Dios proceden los comportamientos buenos: hablar siempre con verdad y evitar toda mentira; no robar, sino ms bien compartir lo que se posee con los dems, especialmente con quien pasa necesidad; no ceder a la ira, al rencor y a la venganza, sino ser dciles, magnnimos y dispuestos al perdn; no caer en la murmuracin que arruina la buena fama de las personas, sino mirar en mayor medida el lado positivo de cada uno. Se trata de revestirnos del hombre nuevo, con estas actitudes nuevas. El segundo elemento: Permanecer en el amor. El amor de Jesucristo dura para siempre, jams tendr fin porque es la vida misma de Dios. Este amor vence el pecado y dona la fuerza de volver a levantarse y recomenzar, porque con el perdn el corazn se renueva y rejuvenece. Todos lo sabemos: nuestro Padre no se cansa jams de amar y sus ojos no se cansan de mirar el camino que conduce a casa, para ver si regresa el hijo que se march y se perdi. Podemos hablar de la esperanza de Dios: nuestro Padre nos espera siempre, no nos deja slo la puerta abierta, sino que nos espera. l est implicado en este esperar a los hijos. Y este Padre no se cansa ni siquiera de amar al otro hijo que, incluso permaneciendo siempre en casa con l, no es partcipe, sin embargo, de su misericordia, de su compasin. Dios no est solamente en el origen del amor, sino que en Jesucristo nos llama a imitar su modo mismo de amar: Como yo os he amado, amaos tambin unos a otros (Jn 13, 34). En la medida en que los cristianos viven este amor, se convierten en el mundo en discpulos crebles de Cristo. El amor no puede soportar el hecho de permanecer encerrado en s mismo. Por su misma naturaleza es abierto, se difunde y es fecundo, genera siempre nuevo amor. Queridos hermanos y hermanas, despus de esta celebracin, muchos de vosotros sern misioneros que propondrn a otros la experiencia de la reconciliacin con Dios. 24 horas para el Seor es la iniciativa a la que se han sumado muchas dicesis en todas las partes del mundo. A quienes encontraris, podris comunicar la alegra de recibir el perdn del Padre y de reencontrar la amistad plena con l. Y les diris que nuestro Padre nos espera, nuestro Padre nos perdona, es ms, hace fiesta. Si t vas a l con toda tu vida, incluso con muchos pecados, en lugar de recriminarte hace fiesta: este es nuestro Padre. Esto debis decirlo vosotros, decirlo a mucha gente, hoy. Quien experimenta la misericordia divina,
se siente impulsado a ser artfice de misericordia entre los ltimos y los pobres. En estos hermanos ms pequeos Jess nos espera (cf. Mt 25, 40); recibamos misericordia y demos misericordia. Vayamos a su encuentro y celebremos la Pascua en la alegra de Dios.
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Callejeros de la fe
Promulgacin de decretos
El jueves 3 de abril de 2014, el Santo Padre Francisco recibi en audiencia privada al cardenal Angelo Amato, S.D.B., prefecto de la Congregacin para las causas de los santos. Durante la audiencia, el Santo Padre, tras acoger los informes del prefecto, inscribi en el catlogo de los santos y extendi a la Iglesia universal el culto litrgico en honor de los siguientes beatos: FRANCISCO DE LAVAL, obispo emrito de Quebec (Canad); naci en Montigny-sur-Avre (Francia) el 20 de abril de 1623 y muri en Quebec el 6 de mayo de 1708; JOS DE ANCHIETA, sacerdote profeso de la Compaa de Jess; naci en San Cristobal de La Laguna (Tenerife, Islas Canarias) el 19 de marzo de 1534 y muri en Reritiba (Brasil) el 9 de junio de 1597; MARA DE LA ENCARNACIN (en el siglo: Marie Guyart), fundadora del monasterio de las Ursulinas en la ciudad de Quebec; naci en Tours (Francia) el 28 de octubre de 1599 y muri en Quebec (Canad) el 30 de abril de 1672; Al mismo tiempo, el Santo Padre autoriz a la Congregacin a promulgar los siguientes decretos: un milagro atribuido a la intercesin del beato JUAN ANTONIO FARINA, obispo de Vicenza, fundador del instituto de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea Hijas de los Sagrados Corazones; naci en Gambellara (Vicenza, Italia) el 11 de enero de 1803 y muri en Vicenza el 4 de marzo de 1888; un milagro atribuido a la intercesin del beato CIRIACO ELAS CHAVARA, sacerdote, fundador de la congregacin de los Carmelitas de la Bienaventurada Virgen Mara Inmaculada; naci en Kainakary (Kerala, India) el 10 de febrero de 1805 y muri en Koonammavu (Kerala, India) el 3 de enero de 1871; un milagro atribuido a la intercesin del beato NICOLS DE LONGOBARDI (en el siglo: Giovanni Battista Clemente Saggio), oblato profeso de la Orden de los Mnimos; naci en Longobardi (Cosenza, Italia) el 6 de enero de 1650 y muri en Roma (Italia) el 3 de febrero de 1709; un milagro atribuido a la intercesin de la beata EUFRASIA DEL SAGRAD O CORAZN (en el siglo: Rosa Eluvathingal), religiosa profesa de la congregacin de las Hermanas de la Madre del Carmelo; naci en la aldea de Kattoor (Kerala, India) el 17 de octubre de 1877 y muri en Ollur (Kerala) el 29 de agosto de 1952; un milagro atribuido a la intercesin del venerable siervo de Dios LUIS DE LA CONSOLACIN (en el siglo: Luigi Bordino), naci en Castellinaldo (Cneo, Italia) el 12 de agosto de 1922 y muri en Turn (Italia) el 25 de agosto de 1977; las virtudes heroicas del siervo de Dios FRANCISCO SIMN RDENAS, de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, obispo titular de Echino, obispo emrito de Santa Marta (Colombia); naci en La Aparecida (Alicante, Espaa) el 2 de octubre de 1849 y muri en Masamagrell (Valencia, Espaa) el 22 de agosto de 1914; las virtudes heroicas del siervo de Dios AD OLFO BARBERIS, sacerdote diocesano, fundador del instituto de las Hermanas del Famulato Cristiano; naci en Turn (Italia) el 1 de junio de 1884 y muri all el 24 de septiembre de 1967; las virtudes heroicas del siervo de Dios MARA CLEMENTE (en el siglo: Joseph Staub), sacerdote profeso de la Congregacin de los Agustinos de la Asuncin, fundador de la congregacin de las Hermanas de Santa Juana de Arco; naci en Kaysersberg (Alsacia y Lorena, Francia) el 2 de julio de 1876 y muri en Sillery (Quebec, Canad) el 16 de mayo de 1936; las virtudes heroicas del siervo de Dios SEBASTIN ELORZA ARIZMENDI, laico profeso de la Orden de San Agustn; naci en Idiazbal (Espaa) el 31 de octubre de 1882 y muri en Santa Mara de La Vid (Espaa) el 8 de diciembre de 1942; las virtudes heroicas de la sierva de Dios MARA TERESA DE JESS EUCARSTICO (en el siglo: Dulce Rodrigues dos Santos), fundadora de la congregacin de la Pequeas Misioneras de Mara Inmaculada; naci en So Paulo (Brasil) el 20 de enero de 1901 y muri en So Jos dos Campos (Brasil) el 8 de enero de 1972; las virtudes heroicas de la sierva de Dios CLARA DE LA CONCEPCIN (en el siglo: Juana de la Concepcin Snchez Garca), monja profesa de la Orden de Santa Clara; naci en Torre de Cameros (Logroo, Espaa) el 14 de febrero de 1902 y muri en Soria (Espaa) el 22 de enero de 1973; las virtudes heroicas de la sierva de Dios MARA MAGDALENA DE JESS SACRAMENTAD O (en el siglo: Maria Giuseppina Teresa Marcucci), religiosa profesa de la Congregacin de la Pasin de Jesucristo; naci en San Gimignano-Ponte Moriano (Lucca, Italia) el 24 de abril de 1888 y muri en Madrid (Espaa) el 10 de febrero de 1960; las virtudes heroicas del siervo de Dios LUIGI RO CCHI, laico; naci en Roma (Italia) el 19 de febrero de 1932 y muri en Macerata (Italia) el 26 de marzo de 1979.
JORGE MILIA En la versin espaola de la Evangelii gaudium encontr una expresin que me sorprendi mucho: Qu bueno es que los jvenes sean callejeros de la fe, felices de llevar a Jesucristo a cada esquina, a cada plaza, a cada rincn de la tierra! (n 106). Callejeros de la fe ha sido traducido en la versin italiana con la expresin viandante y es, efectivamente, la expresin que ms se aproxima desde el punto de vista etimolgico a la palabra callejero. Hay que reconocer el mrito del traductor para encontrarle la vuelta a un vocablo tan difcil. Porque el trmino es en s muy rico y significativo: se refiere a los chicos que vagabundean por la calle. Por eso, cuando lo le me sorprend y acto seguido los recuerdos vinieron en banda a asaltar mi memoria. En nuestra infancia que a uno le dijeran callejero era poco alentador, porque callejero tena cierto sentido de abandono. Perros callejeros, pulgosos, echados de todas partes, pero libres. Un chico callejero es generalmente pobre y vagabundea por las calles sin hacer nada (cuando no delinque). An as, en esa carencia material y espiritual de los callejeros, todos sobamos con callejear al menos por media hora, hasta que sintiramos hambre o se hiciera de noche. Aunque las abuelas nos quisieran tener dentro de las casas y a nuestros padres les pareciera bien, nuestro nimo estaba afuera. Mirbamos a travs del vidrio y nuestra imaginacin nos llevaba donde se le ocurriera: a la vereda de enfrente o a la lnea jams trazada del horizonte. Cuando llegaba un poco desaliado, despeinado, con un poco de tierra y las rodillas peladas luego de jugar al ftbol con mis amigos, mi abuela Loge me deca: Jorgito, pareces un callejero! La adolescencia sera diferente. El Colegio que nos contena da a da, sera el mismo que nos llevara a callejear. Las misiones del ro Paran tenan un imn: el ro. All los alumnos de la Inmaculada salamos los mircoles y sbados por la tarde en botes de madera con seis remos y una vela latina a catequizar Alto Verde. Cruzar un ro siempre ha sido un
smbolo. En la literatura y en la vida. Uno pasa de una realidad a otra, de la orilla de la vida a la de la muerte, cruzar el Rubicn o la laguna Estigia. Nosotros tambin. Pasbamos de la ciudad de asfalto y costumbres al barrio fluvial de barro y pobreza. Cruzbamos de nuestra realidad a una periferia fsica y existencial. Y ramos callejeros aunque furamos chicos de la Inmaculada. Yo pensaba en qu dira mi abuela si me viera all. Pero no hubiera podido decir nada. Era el Colegio, eran los mismos jesuitas, quienes nos educaban en la misin, nos animaban a salir, a ponernos en marcha, hacindonos callejeros de la fe. Siempre estuve con dudas de los resultados de nuestra enseanza a esos nios nuestra breve enseanza del Catecismo a nias y nios de la zona trascenda la mecnica de preguntas y respuestas memorizadas no porque lo hiciramos mal sino porque nosotros ramos los que en realidad aprendamos ms de ellos. Quiz a eso nos enviaban los maestros jesuitas entre los cuales estaba Bergoglio: a aprender. A no dudar, lo nuestro era ms aprendizaje que enseanza. Pero por poco que fuera nuestro aporte, por dbil que fuera la semilla, all estaba. Que fructificase ya no dependa de nosotros sino de D ios. Cuando, luego, una ducha nos sacaba el olor a rancho, a humo, a pobreza, veamos nuestra cama, cmoda y bien abrigada, la realidad de ese callejero que habamos sido por algunas horas se nos vena encima. No es que nos creyramos mejor que nadie, pero por un momento nos reconciliaba con la realidad. Nadie nos peda entonces que abandonsemos nuestra vida, nuestra familia ni nuestra educacin, slo nos pedan que no ignorsemos las vidas ajenas. De este modo he aprendido que hacernos callejeros de la fe no es olvidar nuestra realidad personal sino aprender a conocer la del hermano que sufre. No podemos quedarnos encerrados en nuestras casas, sigue diciendo hoy Francisco, cuando tantas personas estn esperando el Evangelio, que alguien se anime a abrir la boca, salga a callejear y les anuncia la Palabra.
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De la exclusin al encuentro
Se necesita ser testigos del Evangelio para oponer a la cultura de la exclusin y del prejuicio la cultura del encuentro y de la esperanza. Lo dijo el Papa al dirigirse el sbado 29 de marzo, por la maana, a los miembros del Movimiento apostlico de ciegos y de la Pequea misin para los sordomudos, a quienes recibi en audiencia en el aula Pablo VI. Queridos hermanos bienvenidos! y hermanas, Testigos del Evangelio para una cultura del encuentro. Lo primero que observo es que esta expresin termina con la palabra encuentro, pero al inicio presupone otro encuentro, el encuentro con Jesucristo. En efecto, para ser testigos del Evangelio, se necesita haberlo encontrado a l, a Jess. Quien le conoce de verdad, se convierte en su testigo. Como la samaritana lemos el domingo pasado: esa mujer encuentra a Jess, habla con l, y su vida cambia; regresa con su gente y dice: Venid a ver a uno que me ha dicho todo lo que he hecho, quizs es el Mesas! (cf. Jn 4, 29). Testigo del Evangelio es aquel que ha encontrado a Jesucristo, que lo ha conocido, o mejor, se ha sentido conocido por l, re-conocido, respetado, amado, perdonado, y este encuentro lo ha tocado en profundidad, lo ha colmado de una alegra nueva, un nuevo significado para la vida. Y esto trasluce, se comunica, se transmite a los dems. He recordado a la samaritana porque es un ejemplo claro del tipo de personas que Jess amaba encontrar, para hacer de ellos testigos: personas marginadas, excluidas, despreciadas. La samaritana lo era en cuanto mujer y en cuanto samaritana, porque los samaritanos eran muy despreciados por los Pero lo significativo es que este hombre, a partir de lo que le sucedi, se convierte en testigo de Jess y de su obra, que es la obra de Dios, de la vida, del amor, de la misericordia. Mientras los jefes de los fariseos, desde lo alto de su seguridad, le juzgan a l y a Jess como pecadores, el ciego curado, con sencillez desarmante, defiende a Jess y al final El abrazo a Cyril Axelrod, sacerdote sudafricano profesa su fe en l, y sordo desde la infancia y ciego desde el ao 2000 comparte tambin su suerte: Jess es excluijudos. Pero pensemos en los mu- do, y tambin l es excluido. Pero chos que Jess ha querido encontrar, en realidad, ese hombre entr a forsobre todo, personas afectadas por mar parte de la nueva comunidad, la enfermedad y la discapacidad, para basada en la fe en Jess y en el sanarles y devolverles su dignidad amor fraterno plena. Es muy importante que justo estas personas se conviertan en testigos de una nueva actitud, que podemos llamar cultura del encuentro. Ejemplo tpico es la figura del ciego de nacimiento, que se leer maana en el Evangelio de la misa (Jn 9, 1-41). Ese hombre era ciego de nacimiento y era marginado en nombre de una falsa concepAqu estn las dos culturas opuescin que lo consideraba afectado por un castigo divino. Jess rechaza ra- tas. La cultura del encuentro y la dicalmente este modo de pensar cultura de la exclusin, la cultura que es un modo verdaderamente del prejuicio, porque se perjudica y blasfemo y realiza para el ciego la se excluye. La persona enferma y obra de Dios, donndole la vista. discapacitada, precisamente a partir de su fragilidad, de su lmite, puede llegar a ser testigo del encuentro: el encuentro con Jess, que abre a la vida y a la fe, y el encuentro con los dems, con la comunidad. En efecto, slo quien reconoce la propia fragilidad, por Cristo en el Bautismo, a fin de el propio lmite puede construir relacioque, como nos recuerda san Pablo, nes fraternas y solidarias, en la Iglesia podamos comportarnos como hijos y en la sociedad. de la luz (Ef 5, 9), con humildad, Queridos amigos, os doy las grapaciencia, misericordia. Estos doctocias por haber venido y os aliento a res de la ley no tenan ni humildad ni paciencia ni misericordia. seguir adelante por esta senda, en la que ya caminis. Vosotros del MoviOs sugiero que hoy, cuando volmiento apostlico de ciegos, hacienvis a casa, tomis el Evangelio de do fructificar el carisma de Maria Juan y leis este pasaje del captulo Motta, mujer llena de fe y de espri9. Os har bien, porque as veris tu apostlico. Y vosotros de la Peesta senda de la ceguera hacia la quea misin para los sordomudos, luz y la otra senda nociva hacia una en la estela del venerable don Giuceguera ms profunda. Preguntseppe Gualandi. Y todos vosotros, monos: cmo est nuestro coraaqu presentes, dejaos encontrar por zn? Tengo un corazn abierto o Jess: slo l conoce verdaderamenun corazn cerrado? Abierto o cerrado hacia Dios? Abierto o cerrate el corazn del hombre, slo l do hacia el prjimo? Siempre tenepuede liberarlo de la cerrazn y del mos en nosotros alguna cerrazn pesimismo estril y abrirlo a la vida que nace del pecado, de las equivoy a la esperanza. caciones, de los errores. No debemos tener miedo. Abrmonos a la Antes de impartir la bendicin a los luz del Seor, l nos espera siempresentes el Pontfice pronunci pre para hacer que veamos mejor, espontneamente las siguientes palabras. para darnos ms luz, para perdoY ahora miremos a la Virgen. En narnos. No olvidemos esto! A la ella se dio el primer encuentro: el Virgen Mara confiamos el camino encuentro entre Dios y la humanicuaresmal, para que tambin nosodad. Pidamos a la Virgen que nos tros, como el ciego curado, con la ayude a ir adelante en esta cultura gracia de Cristo podamos salir a del encuentro. Y nos dirigimos a la luz, ir ms adelante hacia la luz Ella con el Ave Mara. y renacer a una vida nueva.
Saludo al Movimiento apostlico de ciegos, que ha promovido este encuentro con ocasin de sus Jornadas de participacin; y saludo a la Pequea misin para los sordomudos, que ha comprometido muchas realidades de personas sordas en Italia. Agradezco las palabras que me han dirigido los dos responsables; y extiendo mi saludo a los miembros de la Unione italiana ciechi e ipovedenti que participan en este encuentro. Quisiera realizar con vosotros una breve reflexin a partir del tema
Mientras que el ciego se acerca gradualmente a la luz, los doctores de la ley, al contrario, se hunden cada vez ms en su ceguera interior. Cerrados en su presuncin, creen tener ya la luz; por ello no se abren a la verdad de Jess. Hacen todo lo posible por negar la evidencia, ponen en duda la identidad del hombre curado; luego niegan la accin de Dios en la curacin, tomando como excusa que Dios no obra en da de sbado; llegan incluso a dudar de que ese hombre haya nacido ciego. Su cerrazn a la luz llega a ser agresiva y desemboca en la expulsin del templo del hombre curado. El camino del ciego, en cambio, es un itinerario en etapas, que parte del conocimiento del nombre de Jess. No conoce nada ms sobre l; en efecto dice: Ese hombre que se llama Jess hizo barro, me lo unt en los ojos (v. 11). Tras las insistentes preguntas de los doctores de la ley, lo considera en un primer momento un profeta (v. 17) y luego un hombre cercano a Dios (v. 31). Despus que fue alejado del templo, excluido de la sociedad, Jess lo encuentra de nuevo y le abre
los ojos por segunda vez, revelndole la propia identidad: Yo soy el Mesas, as le dice. A este punto el que haba sido ciego exclam: Creo, Seor (v. 38), y se postr ante Jess. Este es un pasaje del Evangelio que hace ver el drama de la ceguera interior de mucha gente, tambin la nuestra porque nosotros algunas veces tenemos momentos de ceguera interior. Nuestra vida, algunas veces, es semejante a la del ciego que se abri a la luz, que se abri a Dios, que se abri a su gracia. A veces, lamentablemente, es un poco como la de los doctores de la ley: desde lo alto de nuestro orgullo juzgamos a los dems, incluso al Seor. Hoy, somos invitados a abrirnos a la luz de Cristo para dar fruto en nuestra vida, para eliminar los comportamientos que no son cristianos; todos nosotros somos cristianos, pero todos nosotros, todos, algunas veces tenemos comportamientos no cristianos, comportamientos que son pecados. Debemos arrepentirnos de esto, eliminar estos comportamientos para caminar con decisin por el camino de la santidad, que tiene su origen en el Bautismo. Tambin nosotros, en efecto, hemos sido iluminados
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El Papa pide a los obispos de Madagascar discernimiento en las vocaciones y vigilancia en el estilo de vida del clero
178). Os aliento, por lo tanto, a perseverar en la atencin que prestis a los pobres, sosteniendo, material y espiritualmente, a todos los que se dedican a ellos, en especial a las congregaciones religiosas, a quienes doy las gracias de todo corazn por su abnegacin y el testimonio autntico que dan del amor de Cristo por todos los hombres. Os invito tambin a interpelar sin temor a toda la sociedad malgache, y en especial a sus responsables, sobre la cuestin de la pobreza, debida en gran parte a la corrupcin y a una falta de atencin al bien comn. Tambin la educacin es para vosotros un campo que requiere considerables esfuerzos. Conozco todo el bien que hace la escuela catlica a los jvenes y a sus familias, a travs de su accin evangelizadora. La aportacin intelectual, cultural y moral que toda la sociedad de Madagascar recibe de ella es considerable. Es necesario, por lo tanto, tratar de que el mayor nmero posible de nios, comprendidos los de las familias ms modestas, pueda ser escolarizado, al mismo tiempo que, por dificultades econmicas, muchos padres ya no se lo pueden permitir. Del mismo modo, os invito a actuar a fin de que en los institutos pblicos se pueda garantizar una presencia cristiana. Que los cristianos com-
prometidos en el mundo de la educacin contribuyan en la formacin de los valores evanglicos y humanos en las jvenes generaciones, que sern, incluso, los dirigentes de la sociedad futura. En vuestro mensaje de clausura del Ao de la fe, os habis lamentado por la prdida de la autntica fihavanana, ese modo de vivir propio de vuestra cultura, que favorece la armona y la solidaridad entre los malgaches. Los valores que el Creador infundi en vuestra cultura se deben seguir transmitiendo iluminndolos desde dentro con el mensaje evanglico. As, la dignidad de la persona humana, la cultura de la paz, del dilogo y de la reconciliacin podrn volver a encontrar su lugar en la sociedad con vistas a un futuro mejor.
tre las comunidades y favorecer el bien comn. Os invito, sobre todo, a no dudar jams del dinamismo del Evangelio y tampoco de su capacidad de convertir los corazones a Cristo resucitado y conducir a las personas a lo largo del camino de la salvacin que esperan en lo ms profundo de s mismas. Por lo tanto, es necesario que la fe, que los cristianos testimonian, se viva en la cotidianidad. La vida deber ser coherente con la fe a fin de que el testimonio sea creble. Os invito tambin a suscitar en vuestras comunidades, a todos los niveles, un trabajo de profundizacin de la fe para vivirla de modo cada vez ms vigoroso. Esta invitacin se dirige sobre todo al clero y a las personas consagradas. El sacerdocio y
la vida consagrada no son instrumentos de ascenso social, sino un servicio a Dios y a los hombres. Una atencin especial se debe prestar al discernimiento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, tanto en las dicesis como en los diversos institutos de vida consagrada. La castidad y la obediencia se deben considerar con grandsima estima, y os corresponde a vosotros recordarlo constantemente. Estas virtudes deben ser presentadas y vividas sin ambigedad por los formadores en los seminarios y en los noviciados. Lo mismo vale para la relacin con los bienes temporales y la prudencia en su gestin. El antitestimonio en ese mbito es particularmente desastroso por el escndalo que provoca, sobre todo ante una poblacin que vive en la indigencia. Vosotros tenis tambin el deber de estar cerca y de prestar gran atencin a la vida y a la situacin de cada uno de vuestros sacerdotes, cuyas condiciones de vida son algunas veces muy duras a causa de la soledad, la falta de medios y la inmensidad de la tarea y estn especialmente expuestos. Les aseguro mi estima y mi aliento en su misin, a fin de que sean pastores segn el corazn de Dios, cercanos a los fieles y deseosos de anunciarles la Palabra de vida. Queridos hermanos en el episcopado, amad a vuestros sacerdotes y ayudadles a vivir en unin ntima con Cristo. La comunin entre vosotros y con vuestro presbyterium es fuente de alegra y de fecundidad en el anuncio del Evangelio. Que el Seor siga derramando sobre vosotros sus gracias de luz, valor y fuerza. Por mi parte os exhorto a vivir siempre en la esperanza que nos viene de la presencia del Resucitado y os reitero mi afecto fraterno. Confo a cada uno de vosotros, as como a todos vuestros diocesanos, a la proteccin y a la intercesin maternal de la Virgen Mara y os imparto de todo corazn la bendicin apostlica.
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ba mucho estas promesas y las buscaba incluso con el martirio. Saba que el Seor era fiel. La esperanza no defrauda nunca. Para ayudar a comprender mejor el valor de la confianza en las promesas del Padre, el Papa hizo referencia al episodio narrado por el Evangelio de san Juan (4, 43-54) proclamado poco antes, en el cual se habla del funcionario del rey que, al enterarse de la llegada de Jess a Can, va a su encuentro para pedirle que salve al hijo enfermo que estaba murindose en Cafarnan. Fue suficiente, record el Pontfice, que Jess dijera: Anda, tu hijo vive para que ese hombre creyese en su palabra y se pusiese en camino: Esta es nuestra vida: creer y ponerse en camino como hizo Abrahn, que confi en el Seor y camin incluso en momentos difciles, cuando, por ejemplo, su fe fue probada con la peticin del sacrificio del hijo. Incluso en esa ocasin l camin. Se fio del Seor destac el Pontfice y sigui adelante. La vida cristiana es esto: caminar hacia las promesas. Por ello la vida cristiana es esperanza. Sin embargo, se puede incluso no caminar en la vida. Y, de hecho apunt el obispo de Roma hay muchos, incluso cristianos y catlicos de comunidad, que no caminan. Est la tentacin de detenerse, de considerar ser un buen cristiano slo
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GIOVANNI BATTISTA RE El 27 de abril de este ao sern inscritos en el catlogo de los santos dos gigantescas figuras de Papas: Juan XXIII y Juan Pablo II. Pontfices muy queridos y populares, que permanecieron en el corazn de la gente y que con su genialidad operativa abrieron nuevos horizontes al camino de la Iglesia y tuvieron repercusiones en la historia del mundo. Dos Papas distintos por origen y por formacin, pero ambos grandes por la nobleza de nimo, por la rica humanidad y por la extraordinaria espiritualidad e inteligencia. Cul es el secreto de la incontenible simpata que el Papa Roncalli suscit en hombres y mujeres de toda nacin, de toda condicin y hasta de diferente origen religioso o poltico? El Papa nativo de Sotto il Monte fascin a grandes y pequeos con su desbordante bondad, manifestada incluso realizando gestos de afecto espontneos y conmovedores, como cuando la tarde de la apertura del Concilio dijo a la gente en la plaza de San Pedro que transmitiesen una caricia a sus nios, al volver a casa, y decirles que era la caricia del Papa. La humanidad tiene sed de bondad, de amor, de calor humano, y cuando encuentra estos valores vividos con la intensidad que fue caracterstica en el Papa Roncalli, la admiracin y la simpata irrumpen espontneas. La bondad con la que el Papa Juan XXIII conquist el mundo tuvo la ventaja de contar con un carcter alegre, sereno y optimista como era el suyo, pero no se debe olvidar que ese carcter era el resultado de un tesn y de un esfuerzo continuo de virtud personal, aprendido en la escuela del Evangelio. En otras palabras, su modo de ser y de vivir era fruto de una profunda vida de oracin y de esfuerzo asctico de mejorarse a s mismo, aprendido en la familia en los primeros aos y que luego madur y creci. Cuando era nuncio en Bulgaria, escriba a sus padres: Desde que sal de casa, a poco ms de 10 aos, he ledo muchos libros y aprendido muchas cosas que vosotros no podais ensearme. Pero esas pocas que aprend de vosotros son todava las ms preciosas y las ms importantes, y sostienen y dan valor a las otras muchas que he aprendido luego. La bondad del Papa Roncalli alcanz despus gran xito, porque iba acompaada de sabidura y buen sentido. Era una bondad iluminada por una inteligencia que siempre supo mirar lejos. Cuando Roncalli lleg a ser Papa, dio origen a iniciativas que conmovieron al mundo, primero de todo la convocatoria del concilio. l busc siempre mantener relaciones cordiales de amistad incluso con personas lejanas de la Iglesia y de la fe cristiana. En su vida fue ciertamente no un constructor de muros, sino de puentes. El Concilio Vaticano II es en realidad un gran puente tendido por l hacia el mundo moderno. Incluso sus dos memorables encclicas, Mater et magistra y Pacem in terris son dos especies de puentes hacia todos los hombres de buena voluntad sobre temas de economa, trabajo, justicia social y paz. Con su bondad Roncalli como nuncio apostlico, como patriarca de Venecia y luego como Papa logr resolver muchos problemas, porque su bondad abra las puertas al dilogo y eso ayudaba a encontrar las
Bo
nea del corazn la aclamacin: Honor y gloria a este Papa que abri el Concilio; bendito sea este Papa que dio al mundo la imagen de la bondad e indic a todos que la nica senda que conduce a un futuro mejor es el camino de la verdad, de la justicia, de la solidaridad y del amor. Bendito este Papa que ense al mundo que la humanidad necesita sobre todo amor y bondad. El mundo apreci tambin la figura gigantesca del Papa Juan Pablo II, sobre todo por lo que hizo en los 26 aos y medio de pontificado, porque este era el aspecto que ms sobresala. Sin embargo, la dimensin dominante en l fue sin duda alguna la oracin. Su larga vida fue una admirable sntesis de oracin y de accin, pero, en su alma y en su visin personal, la prioridad la tena la oracin. Desde su juventud Karol Wojtya am y dio un lugar de privilegio a la oracin, que formaba parte de su existencia. Podemos decir tambin que la oracin fue la autntica fuente de su dinamismo y de su incansable actividad apostlica, que fue tambin la raz de la eficacia de su testimonio. Trabajando cerca del Papa Juan Pablo II, muchas eran las cosas que conmovan. Su seguridad, ante todo: era un hombre de certezas. Y luego la profundidad de su pensamiento, la capacidad de hablar a las multitudes, la facilidad para los idiomas, la prontitud de palabra adecuada en cada situacin. Pero lo que siempre me impresionaba ms era la intensidad de su oracin, manifestacin de una profunda y viva unin con Dios. Impresionaba cmo se sumerga en la oracin: se notaba en l un arrebato que lo absorba como si no tuviese problemas y compromisos urgentes a los que dedicarse activamente. Su actitud en la oracin era de profundo recogimiento y, al mismo tiempo, de serena soltura: testimonio de una comunin con Dios intensamente radicada en su alma, expresin de una oracin convencida, gustada, vivida. Vindolo rezar cuando estaba solo, se intua cmo la unin con Dios era para l la
soluciones justas. l estaba convencido de que, por mucho que una persona humana estuviese inclinada al mal, permaneca en ella siempre un rayo de bondad y una componente de humanidad. En todo hombre y en toda mujer
deca hay algo de bueno, incluso en aquellos que parecen ms malos. Por esto l confiaba no slo en Dios, sino tambin en los hombres. Mientras que la Iglesia proclama santo al Papa Roncalli, brota espont-
Sant
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ondad y oracin
respiracin del alma y la fuente de su entrega. Conmova la facilidad y la prontitud con las que pasaba del contacto humano con la gente al recogimiento del coloquio ntimo con Dios. Tena una gran capacidad de concentracin. Cuando estaba recogido en oracin, lo que suceda a su alrededor pareca no tocarlo y no concernirle, en tal medida se sumerga en el encuentro con Dios. Durante la jornada, el paso de una ocupacin a otra estaba siempre marcada por una breve oracin. Cuando escriba, con su minuta caligrafa, el texto en polaco de sus discursos, de sus homilas o de los documentos magisteriales, iniciaba siempre con una breve invocacin u oracin en latn, en la parte derecha del folio, y que retomaba luego en la pgina sucesiva. Por ejemplo: Totus tuus ego sum y en el folio siguiente: et omnia mea tua sunt y as sucesivamente en los otros folios. Se preparaba para los diversos encuentros de la jornada o de la semana rezando. Alguna vez lo dijo expresamente. Por ejemplo cuando recibi a Gorbachov en 1989, el Papa inici el coloquio confiando a su interlocutor que se haba preparado para la cita rezando a Dios por su persona y por el encuentro. Todas las opciones importantes las maduraba en la oracin. Antes de cada una de las decisiones importantes Juan Pablo II rezaba en torno a ella largo tiempo, durante das y, a veces, durante semanas. Cuanto ms importante era la decisin, tanto ms prolongada era la oracin. En las opciones de cierto peso no decida nunca instintivamente. A sus interlocutores que le preguntaban o proponan algo, responda que deseaba reflexionar antes de decidir. En realidad, ganaba tiempo para escuchar algn parecer tena siempre muchos contactos pero sobre todo quera rezar sobre el tema y obtener luz de lo alto antes de decidir. Recuerdo ms de un caso, en los aos que fui sustituto en la Secretara de Estado, en los que me pareci que el Papa ya estaba claramente a favor de una determinada opcin. Le pregunt, por lo tanto, si se poda proceder a comunicarlo. La respuesta fue: Esperemos, quiero an rezar un poco por esta opcin antes de decidir definitivamente. Cuando se estaba estudiando una cuestin y no se lograba encontrar la solucin, el Papa conclua diciendo: An debemos rezar para que el Seor venga en nuestra ayuda. Juan Pablo II se confiaba a la oracin para encontrar claridad en el camino a seguir. Dos semanas despus de su eleccin a la sede de Pedro, fue al santuario de la Mentorella, a unos sesenta kilmetros de Roma, y habl de la oracin y afirm, entre otras cosas, que la primera tarea del Papa en relacin con la Iglesia y con el mundo era rezar. Dijo: La oracin (...) es tambin la primera tarea y como el primer anuncio del Papa, del mismo modo que es el primer requisito de su servicio a la Iglesia y al mundo. Aadi, tambin, que la oracin es la primera condicin de la autntica libertad de espritu... para escuchar la voz interior del Espritu divino. La oracin da un sentido a toda la vida en cada momento y en cualquier circunstancia (Homila en el santuario de la Mentorella, LOsservatore Romano, edicin en lengua espaola, 5 de noviembre de 1978, p. 11). La oracin era algo espontneo en l y, al mismo tiempo, estaba relacionada con las prcticas de piedad tradicionales, entre ellas la hora de adoracin cada jueves, el va crucis que haca cada viernes y el rosario diario. La Eucarista, el crucifijo y la Virgen eran los tres centros de su piedad. La misa era para l la realidad ms alta y ms sagrada: el corazn de cada uno de sus das. En un encuentro con los sacerdotes en 1995 dijo: La misa es en modo absoluto el centro de mi vida y de cada una de mis jornadas. Cuando estaba en casa y el horario le permita estar solo en la capilla, me han contado que le gustaba rezar incluso postrndose extendido en el suelo como los das de la ordenacin sacerdotal y episcopal. Con esa posicin quera expresar profunda adora-
la canonizacin de los dos Papas y en las redes sociales informaciones en tiempo real
cin y humilde imploracin ante la infinita grandeza de Dios. Con respecto al va crucis que Juan Pablo II haca cada viernes, el cardenal Innocenti me cont el siguiente episodio. Era nuncio en Madrid cuando el primer viaje a Espaa de Juan Pablo II. El Papa, el jueves de esa semana, haba tenido una jornada muy intensa, por lo que lleg a la cena a las 21.00. El programa del da siguiente prevea el desayuno a las 6.30 y luego la salida hacia Sevilla a las 7.00. El nuncio se despert temprano, un poco por la preocupacin de la visita pastoral del Papa, un poco porque haba cedido su cama y su habitacin al Papa por lo cual haba dormido en una cama pequea ubicada en el desvn. As, a las 5 de la maana ya se haba levantado. Baj al primer piso a las 5.30 convencido de que el Papa bajara una hora ms tarde. Not, sin embargo, que en la capilla de la nunciatura estaba encendida la luz. Pens que la noche anterior haban olvidado apagarla. Fue a abrir la puerta de la capilla y, con sorpresa, vio al Papa arrodillado en tierra, ante una de las estaciones del va crucis. La jornada estaba llena de compromisos pastorales en Sevilla y en Granada, pero el Papa ya estaba en la capilla a las 5.30 de la maana para hacer el va crucis. Acompa al Papa a Tierra Santa en el ao 2000. El viernes de esa semana, en el vuelo de Jerusaln al lago de Tiberades, el Papa, llevando en la mano un folleto, rez el va crucis tal como le fue posible hacerlo, en el helicptero. En el ao 2000 no tena la salud de antes, de lo contrario seguramente lo hubiese hecho de noche. Respecto a la oracin de peticin, respecto a la oracin de adoracin, de accin de gracias y de peticin de perdn, encontr interesante la respuesta que el Papa Juan Pablo II dio a Andr Frossard durante algunos coloquios que mantuvo con l en Castelgandolfo en 1982. Traduzco literalmente el prrafo del tomo publicado por Frossard en noviembre del mismo ao bajo el ttulo Nayez pas peur!: Hubo un tiempo en mi vida en el cual me pareca conveniente limitar la oracin de peticin (es decir, la oracin de intercesin en favor de una persona o de una situacin) para dejar ms espacio a la oracin de adoracin, de alabanza y de accin de gracias, juzgndola ms noble. Este tiempo ha pasado. Cuanto ms sigo adelante voy por el camino que la Providencia me ha indicado, ms siento con mayor fuerza en m la necesidad de recurrir a la oracin de peticin, y ms se ampla el crculo de las peticiones a D ios. Juan Pablo II con su oracin abrazaba a todo el mundo y en ms de una ocasin habl de geografa de la oracin, confiando que, mientras rezaba, daba idealmente la vuelta al mundo, detenindose en las naciones ms oprimidas y necesitadas. Su oracin de intercesin en favor de personas y de situaciones tena siempre una amplitud universal. No cabe duda de que Juan Pablo II fue un mstico. Un mstico, sin embargo, atento a las personas y a las situaciones. Un mstico que influy en el curso de la historia; un Papa que el mundo estim por el incontenible dinamismo, por los numerosos gestos, las innumerables iniciativas, los grandiosos viajes y que admir por la obra realizada a fin de que nuestro mundo abriese las puertas y el corazn a Cristo, redentor del hombre. Motivo inspirador de toda la actividad del Papa Juan Pablo II fue el deseo de acercar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo a Dios y de hacer entrar a Dios en nuestro mundo con plena ciudadana.
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COMUNICACIONES
Colegio episcopal
Monseor Aurelio Pesoa Ribera y Jorge ngel Saldas Pedraza, auxiliares de la arquidicesis de La Paz (Bolivia)
RENUNCIAS: El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la dicesis de esk Budjovice (Repblica Checa) que monseor JI PAOUR, O.F .M.CAP., le haba presentado en conformidad con el canon 401 2 del Cdigo de derecho cannico. Ji Padour, O.F.M.CAP., naci en Vrclav, dicesis de Hradec Krlov, el 4 de abril de 1943. Recibi la ordenacin sacerdotal el 21 de junio de 1975. Juan Pablo II le nombr obispo titular de Ausuccura y auxiliar de Praga el 3 de diciembre de 1996; recibi la ordenacin episcopal el 11 de enero de 1997. El mismo Papa le nombr obispo coadjutor de esk Budjovice el 23 de febrero de 2001. Pas a ser obispo de dicha sede el 25 de septiembre de 2002. El Papa ha aceptado la renuncia a la funcin de auxiliar de la archidicesis de Pozna (Polonia) que monseor ZDZISAW FORTUNIAK, obispo titular de Tamagrista, le haba presentado en conformidad con los cnones 411 y 401 1 del Cdigo de derecho cannico. Zdzisaw Fortuniak naci en Wieszczyczyn, archidicesis de Pozna, el 21 de febrero de 1939. Recibi la ordenacin sacerdotal el 26 de mayo de 1963. Juan Pablo II le nombr obispo titular de Tamagrista y auxiliar de Pozna el 10 de abril de 1982; recibi la ordenacin episcopal el 9 de mayo del mismo ao. EL PAPA
HA NOMBRAD O:
Curia romana
CONGREGACIN
PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA Y LAS SO CIEDADES DE VIDA APOSTLICA
te Jacob Nampudakam, rector general de la Sociedad del Apostolado Catlico; al seor Giorgio Mario Mazzola, presidente general del Instituto secular Cristo Rey; ha confirmado miembros a los cardenales: Nicols de Jess Lpez Rodrguez, Francis Eugene George, Wilfrid Fox Napier, Philippe Barbarin, Agostino Vallini, Sean Patrick O'Malley, Dominik Duka, Paolo Sardi, Giuseppe Versaldi; a los monseores: Thomas Menamparampil, Pierre Raffin; y al padre Adolfo Nicols Pachn, prepsito general de la Compaa de Jess. CONSEJO
PONTIFICIO PARA EL DILO GO INTERRELIGIOSO
El Santo Padre ha adoptado las siguientes disposiciones en la Congregacin para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostlica: ha confirmado prefecto al cardenal Joo Braz de Aviz; ha nombrado miembros a los cardenales: Norberto Rivera Carrera, arzobispo de Mxico; Oscar Andrs Rodrguez Maradiaga, S.D.B., arzobispo de Tegucigalpa (Honduras); George Pell, prefecto de la Secretara de asuntos econmicos; Marc Ouellet, P.S.S., prefecto de la Congregacin para los obispos; Luis Antonio G. Tagle, arzobispo de Manila (Filipinas); Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo pontificio para la cultura y de la Comisin pontificia de arqueologa sacra; Fernando Filoni, prefecto de la Congregacin para la evangelizacin de los pueblos; Domenico Calcagno, presidente de la Administracin del patrimonio de la Sede apostlica; los monseores: Francesco Cacucci, arzobispo de Bari-Bitonto (Italia); Leo Jun Ikenaga, S.J., arzobispo de Osaka (Japn); Francisco Chimoio, O.F.M.CAP., arzobispo de Maputo (Mozambique); Gianfranco Agostino Gardin, O.F .M.CONV., arzobispo, obispo de Treviso (Italia); Luis Gerardo Cabrera Herrera, O.F.M., arzobispo de Cuenca en Ecuador; Ricardo Blzquez Prez, arzobispo de Valladolid (Espaa); Joseph W. Tobin, C.SS.R., arzobispo de Indianpolis (Estados Unidos); Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre (Brasil); Jos Francisco Ulloa Rojas, obispo de Cartago (Costa Rica); Lucas Van Looy, S.D.B., obispo de Gante (Blgica); Vicente Jimnez Zamora, obispo de Santander (Espaa); Gregor Maria Hanke, O.S.B., obispo de Eichsttt (Alemania); John Corriveau, O.F .M.CAP., obispo de Nelson (Canad); Kieran O'Reilly, S.M.A., obispo de Killaloe (Irlanda); Eusebio Hernndez Sola, O.A.R., obispo de Tarazona (Espaa); al padre Enrique Figaredo Alvargonzalez, S.J., prefecto apostlico de Battambang (Camboya); a los superiores generales: dom Bruno Marin, abad presidente de la Congregacin Benedictina Sublacense Casinense; padre Bruno Cador, maestro general de la Orden de Frailes Predicadores; padre Mauro Jhri, ministro general de la Orden de los Frailes menores capuchinos; padre Enrique Snchez Gonzlez, superior general de los Misioneros Combonianos del Corazn de Jess; Fr. Emili Tur Rofes, superior general de los Hermanos Maristas de las escuelas; al sacerdo-
Obispo de Wichita (Estados Unidos) a monseor CARL ALLAN KEMME. Carl Allan Kemme naci en Effingham, dicesis de Springfield (Illinos, Estados Unidos), el 14 de agosto de 1960. Recibi la ordenacin sacerdotal el 10 de mayo de 1986. Ha sido vicario parroquial y prroco en diversas parroquias, administrador diocesano, vicario forneo, y, en el ltimo perodo, vicario general y moderador de la curia. Obispo de Amiens (Francia) a monseor OLIVIER LEBORGNE. Olivier Leborgne naci en Nantes (Francia) el 13 de noviembre de 1963. Recibi la ordenacin sacerdotal el 29 de junio de 1991, incardinado en la dicesis de Versalles. Se licenci en teologa en el Instituto catlico de Pars. En su ministerio ha desempeado los siguientes cargos: vicario parroquial y prroco;
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El Papa ha confirmado presidente del Consejo pontificio para el dilogo interreligioso al cardenal Jean Louis Tauran y secretario al padre Miguel ngel Ayuso Guixot, M.C.C.J. El Sumo Pontfice ha confirmado, hasta la conclusin de los respectivos mandatos, a los miembros y consultores del Consejo pontificio para el dilogo interreligioso, y ha nombrado miembro de dicho Consejo pontificio a Su Beatitud Louis
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Audiencias pontificias
EL SANTO PADRE
HA RECIBID O:
Sbado 29 de marzo Al cardenal Marc Ouellet, P.S.S., prefecto de la Congregacin para los obispos. Al cardenal Gerhard Ludwig Mller, prefecto de la Congregacin para la doctrina de la fe. Lunes, da 31 A monseor Mario Zenari, arzobispo titular de Zuglio, nuncio apostlico en Siria. Al presidente de la American Bible Society, Steven Todd Green, con su esposa y el squito. A monseor Lucas Van Looy, S.D.B., obispo de Gante (Blgica). Jueves 3 de abril A Su Majestad la Reina Isabel de Inglaterra, con Su Alteza real el duque de Edimburgo y el squito.
II
cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregacin para las causas de los santos.
S.D.B.,
Al
A los obispos de la Conferencia episcopal de Ruanda, en visita ad limina Apostolorum: Monseor Thadde Ntihinyurwa, arzobispo de Kigali. Monseor Philippe Rukamba, obispo de Butare, administrador apostlico sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis de Gikongoro. Monseor Servilien Nzakamwita, obispo de Byumba. Monseor Jean Damascne Bimenyimana, obispo de Cyangugu. Monseor Smaragde Mbonyintege, obispo de Kabgayi. Monseor Antoine Kambanda, obispo de Kibungo.
S.J.,
Enviado especial
El Papa ha nombrado enviado especial suyo al santuario de San Agustn de Hipona en Annaba (Argelia), recientemente restaurado, para la celebracin de su consagracin en el centenario de su elevacin a baslica, que tendr lugar el 2 de mayo prximo, al cardenal JEAN LOUIS TAURAN, presidente del Consejo pontificio para el dilogo interreligioso.
Al primer ministro de Cabo Verde, Jos Maria Pereira Neves, con el squito.
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Queridos hermanos, el bicentenario del nacimiento de don Bosco est ya a la puerta. Ser un momento propicio para volver a proponer el carisma de vuestro fundador. Mara Auxiliadora jams ha dejado faltar su ayuda en la vida de la congregacin, y ciertamente no la har faltar tampoco en el futuro. Que su intercesin maternal os alcance de Dios los frutos esperados y deseados. Os bendigo y rezo por vosotros, y, por favor, rezad por m.
do 26 de abril y sacerdotes disponibles para confesar en diversos idiomas; la segunda, un encuentro dedicado a los jvenes en San Juan de Letrn, el martes 22. Por ltimo, la Iglesia de Roma ha preparado la plataforma digital www.2papisanti.org que ofrecer informaciones logsticas y contenidos sobre la espiritualidad de los dos Pontfices. El cardenal vicario Agostino Vallini habl de una fiesta de la santidad, en una poca en la que hay necesidad de esperanza. Ofreciendo una lectura espiritual del acontecimiento, el purpurado destac en particular el estilo de cercana y de acogida que une a los dos Pontfices. Hay un hilo conductor dijo que los une: su fe como modelo de vida cristiana y humana. Ambos indicaron a todos los cristianos una meta: Roncalli con la convocatoria del Conci-
lio Vaticano II, llamando con gran valenta y fe a la Iglesia a renovarse; Wojtya comprometindose a lo largo de muchas sendas nuevas de la fe y de la pastoral. Durante el encuentro con los periodistas, al responder a sus preguntas, el director de la Oficina de prensa, padre Federico Lombardi, precis que no hay an previsiones o cifras precisas por parte de la Santa Sede, acerca del nmero de peregrinos que llegarn. Nosotros invitamos a todos a venir serenamente, sin miedos, aadi. Por lo que respecta, en cambio, a la presencia del Papa emrito, explic que Benedicto XVI ha sido invitado pero que, a un mes del acontecimiento, no hay ninguna seguridad. Por ltimo anunci que se est potenciando la estructura informativa para los numerosos medios de comunicacin que se estn acreditando.
neracin y los abonados accedern a la ceremonia en el canal Sky3D. El socio Nexo digital, por su parte, distribuir las imgenes en 500 cines del mundo, ms de 120 en Italia (la lista completa est en www.nexodigital.it), donde ser posible asistir gratuitamente a todo el evento. A Globecast, por ltimo, se le confa la transmisin de las seales, mientras que Eutelsat garantizar la cobertura global de la canonizacin con nueve satlites, ms de los que se utilizan para un mundial de ftbol o para una olimpiada. Radio Vaticana suministrar, como es costumbre, el audio, concluy el director, padre Federico Lombardi. Y sin precedentes ser tambin la cobertura social de la ceremonia: desde Facebook hasta Twitter y Youtube en todos los medios digitales se encuentran canales de comunicacin y de informacin referidos a la vida y a las obras de Roncalli y Wojtya y el acontecimiento que los ve protagonistas juntos en la plaza de San Pedro. Adems, despus de la activacin del sitio oficial www.2papisanti.org es inminente el lanzamiento del app gratuita santosubito para tableta y smartphone, que contiene indicaciones logsticas, material litrgico y noticias en tiempo real.
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Colegio episcopal
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Curia romana
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responsable diocesano para la pastoral juvenil; vicario episcopal y, en el ltimo perodo, vicario general de la dicesis de Versalles. Obispo de Derry (Irlanda) a monseor D ONAL MCKEOWN, hasta ahora obispo titular de Cell Ausaille y auxiliar de Down and Connor. Donal McKeown naci en Randalstown, dicesis de Down and Connor, el 12 de abril de 1950. Recibi la ordenacin sacerdotal el 3 de julio de 1977. Juan Pablo II le nombr obispo titular de Cell Ausaille y auxiliar de la dicesis de Down and Connor el 22 de febrero de 2001; recibi la ordenacin episcopal el 29 de abril del mismo ao. Obispo de Piazza Armerina (Italia) al presbtero ROSARIO GISANA. Rosario Gisana naci en Modica, dicesis de Noto, el 14 de abril de 1959. Recibi la ordenacin sacerdotal el 4 de octubre de 1986. Se licenci en ciencias bblicas en el Pontificio Instituto Bblico de Roma y se doctor en patrstica en el Augustinianum de Roma. Ha sido rector del seminario diocesano; miembro del consejo presbiteral, del colegio de consultores y de la comisin para el clero; director de la oficina diocesana de Catequesis; docente en diversas instituciones y vicario episcopal para la pastoral. Obispo titular de Leges y auxiliar de la arquidicesis de La Paz (Bolivia) al padre AURELIO PESOA RIBERA, O.F .M. Aurelio Pesoa Ribera, O.F.M., naci en Concepcin, vicariato apostlico de uflo de Chvez (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia) el 10 de octubre de 1962. Ingres en la Orden de Frailes Menores, donde recibi la ordenacin sacerdotal el 16 de abril de 1989. Se licenci en teologa dogmtica en la Pontificia Universidad Antonianum de Roma. Ha sido docente en diversas instituciones de su provincia franciscana; guardin y maestro de los profesos temporales; definidor provincial; presidente del Tribunal eclesistico de primera instancia en la arquidicesis de Santa Cruz, vicario parroquial y, en el ltimo perodo, ministro provincial. Obispo titular de Felbes y auxiliar de La Paz (Bolivia) al padre JORGE NGEL SALDAS PEDRAZA, O.P. Jorge ngel Saldas Pedraza, O.P., naci en Buena Visa-La Arboleda, Santa Cruz de la Sierra, el 13 de agosto de 1968. Ingres en la Orden de Predicadores (dominicos), donde recibi la ordenacin sacerdotal el 25 de mayo de 2001. Se licenci en teologa en el Instituto superior de estudios teolgicos de Cochabamba (ISET). En su ministerio ha sido vicario parroquial y vicario provincial de la viceprovincia dominicana de Bolivia; rector y prroco en diversas parroquias; miembro del consejo presbiteral; vicario episcopal de una vicara y juez del Tribunal eclesistico con sede en Santa Cruz de la Sierra.
Obispo titular de Vertara y auxiliar de Brasilia (Brasil) a monseor MARCONY VINCIUS FERREIRA. Marcony Vincius Ferreira naci en Brasilia el 3 de marzo de 1964. Recibi la ordenacin sacerdotal el 3 de diciembre de 1988. En su ministerio ha desempeado, entre otros, los siguientes cargos: prroco en diversas parroquias; coordinador diocesano de la pastoral y de la comisin litrgica; miembro del consejo presbiteral y del colegio de consultores; responsable de la formacin litrgica y doctrinal de ministros extraordinarios de la Comunin; docente en dos seminarios mayores de la archidicesis; vicario episcopal y, en el ltimo perodo, vicario general. Obispo titular de Vatarba y auxiliar de Miami (Estados Unidos) a monseor PETER BALDACCHINO. Peter Baldacchino naci en Sliema (Malta) el 5 de diciembre de 1960. Recibi la ordenacin sacerdotal el 25 de mayo de 1996, incardinado en la archidicesis de Newark (Estados Unidos). En su ministerio ha desempeado los siguientes cargos: vicario parroquial, prroco y canciller de la misin sui iuris en las islas Turcas y Caicos.
Raphal I Sako, patriarca de Babilonia de los caldeos (Irak). Su Santidad ha nombrado adems consultores del Consejo pontificio para el dilogo interreligioso a los monseores: Tomash Bernard Peta, arzobispo de Mara Santsima en Astana (Kazajistn); William Hanna Shomali, obispo titular de Lidda, auxiliar y vicario general del Patriarcato de Jerusaln de los latinos (Jerusaln); a monseor Franois Bousquet (Francia), rector del Colegio sacerdotal de San Luis de los franceses en Roma; a los sacerdotes Valentino Cottini, presidente del Pontificio Instituto de estudios rabes e islmicos (Italia); Clarence Devadass, secretario de la Comisin para el ecumenismo y el dilogo interreligioso (Malasia); a los padres: Claudio Monge, O.P., presidente de la Unin de los religiosos y religiosas de Turqua; Jos Manuel H. Arenas, S.J., secretario de la Comisin para el ecumenismo y el dilogo interreligioso (Chile); William Skudlarek, O.S.B., de la abada Saint Johns en Collegeville (Estados Unidos), secretario general del dilogo interreligioso monstico en Roma; la religiosa Carmen Sammut (Malta), superiora general de las Misioneras de Nuestra Seora de
frica (Hermanas Blancas); y la doctora Ilaria Morali, directora del departamento de misionologa en la Pontificia Universidad Gregoriana (Italia). CONSEJO
PONTIFICIO PARA LA CULTURA
El Santo Padre ha confirmado presidente del Consejo pontificio para la cultura al cardenal GIANFRANCO RAVASI; delegado a monseor Carlos ALBERTO DE PINHO MOREIRA AZEVED O, obispo titular de Belali; y secretario a monseor BARTHLEMY AD OUKONOU, obispo titular de Zama minore. El Sumo Pontfice ha confirmado adems, hasta la conclusin de los respectivos mandatos, a los miembros y consultores del Consejo pontificio para la cultura, y ha nombrado miembros del mismo Consejo pontificio a los cardenales: Bchara Boutros Ra, patriarca de Antioqua de los maronitas (Lbano); y Kazimierz Nycz, arzobispo de Varsovia, Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en Polonia y desprovistos de Ordinario del propio rito (Polonia); a los monseores: Denis James Hart, arzobispo de Melbourne (Australia); Arthur Roche, secretario de la Congregacin para el culto divino y la disciplina de los sacramentos; Alfonso Corts Contreras, arzobispo de Len (Mxico); Vctor Manuel Fernndez, arzobispo titular de Tiburnia, rector de la Pontificia Universidad Catlica Santa Mara de los Buenos Aires (Argentina); Paul-Andr Durocher, arzobispo de Gatineau (Canad); Filomeno Do Nascimento Vierra Dias, obispo de Cabinda (Angola); Cecilio Ral Berzosa Martnez, obispo de Ciudad Rodrigo (Espaa); Joaquim Giovanni Mol Guimares, obispo titular de Galtell, auxiliar de Belo Horizonte (Brasil); Franz-Josef O verbeck, obispo de Essen, Ordinario militar para la Repblica Federal de Alemania; Linus Lee Seong Hyo, obispo titular de Torre di Tamalleno, auxiliar de Suwon (Corea); Charles Morerod, O.P ., obispo de Lausana, Ginebra y Friburgo (Suiza); y al seor Rafael Vicua, profesor de biologa molecular en la Pontificia Universidad catlica de Santiago de Chile.
Lutos en el episcopado
Monseor PROSPERO N. ARELLANO, obispo prelado emrito de Libmanan (Filipinas), falleci el 1 de febrero. Haba nacido en Bombon, archidicesis de Cceres (Filipinas), el 17 de enero de 1937. Era sacerdote desde el 30 de marzo de 1963. Juan Pablo II le nombr obispo-prelado de la prelatura territorial de Libmanan el 9 de diciembre de 1989; recibi la ordenacin episcopal el 19 de marzo de 1990. Benedicto XVI acept su renuncia al gobierno pastoral de dicha sede el 19 de mayo de 2008. Monseor Carlos MARCIO CAMUS LARENAS, obispo emrito de Linares (Chile), falleci el 16 de marzo. Haba nacido en Valparaso el 14 de enero de 1927. Era sacerdote desde el 21 de septiembre de 1957. Pablo VI le nombr obispo de Copiap el 31 de enero de 1968; recibi la ordenacin episcopal el 3 de marzo sucesivo. El mismo Papa le traslad a la dicesis de Linares el 11 de diciembre de 1976. Juan Pablo II acept su renuncia al gobierno pastoral de dicha dicesis el 17 de enero de 2003. Monseor JOS DELICAD O BAEZA, arzobispo emrito de Valladolid (Espaa), falleci el 17 de marzo. Haba nacido en Almansa, dicesis de Albacete, el 18 de enero de 1927. Era sacerdote desde el 21 de julio de 1951. Pablo VI le nombr obispo de Tui-Vigo el 4 de agosto de 1969; recibi la ordenacin episcopal el 28 de septiembre de dicho ao. El mismo Papa le promovi a arzobispo de Valladolid el 18 de abril de 1975. Juan Pablo II acept su renuncia al gobierno pastoral de dicha archidicesis el 28 de agosto de 2002. Monseor GIUSEPPE AGOSTINO, arzobispo emrito de Cosenza-Bisignano (Italia), falleci el 24 de marzo. Haba nacido en Reggio Calabria el 25 de noviembre de 1928. Era sacerdote desde el 15 de julio de 1951. Pablo VI le nombr arzobispo de Santa Severina y obispo de Crotone y de Cariati el 21 de diciembre de 1973; recibi la ordenacin episcopal el 11 de febrero de 1974. Renunci al gobierno pastoral de la dicesis de Cariati el 4 de abril de 1979. Juan Pablo II le nombr arzobispo de Cosenza-Bisignano el 6 de junio de 1998; y acept su renuncia al gobierno pastoral de dicha sede el 18 de diciembre de 2004.
LOSSERVATORE ROMANO
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preocupan por salir para anunciar el Evangelio, personas anestesiadas. Una anestesia espiritual que lleva a la consideracin negativa de que es mejor no comprometerse para vivir as con esa acedia espiritual. Y la acedia es tristeza. Es el perfil de cristianos tristes en el fondo a quienes les gusta saborear la tristeza hasta llegar a ser personas no luminosas y negativas. Y esta, alert el Papa, es una enfermedad para nosotros cristianos. Tal vez vamos a misa todos los domingos pero tambin decimos por favor, no molestar. Los cristianos sin celo apostlico no sirven y no hacen bien a la Iglesia. Lamentablemente, dijo el Pontfice, hoy son muchos los cristianos egostas que cometen el pecado de la acedia contra el celo apostlico, contra las ganas de llevar la novedad de Jess a los dems; esa
novedad que me ha sido donada gratuitamente. El otro pecado indicado hoy por el Papa es el formalismo de los judos. Se la toman con el hombre que acababa de ser curado por Jess por llevar su camilla un da de sba-
ba desesperada. Junto a una organizacin americana: Cross catholic outreach, que colabor en la financiacin del proyecto, y la coordinacin de la nunciatura apostlica en Guatemala, que sigui los trabajos, hemos pensado reconstruir el barrio devastado. Junto a las casas se construy tambin una amplia capilla. Quisimos dar a la gente precis el cardenal un sitio de encuentro, de oracin, de dilogo, donde vivir sobre todo la dimensin cristiana de la vida. En junio el purpurado ir a Hait para la bendicin y la entrega de una gran escuela donde, mientras que los nios reciben una formacin, las madres tendrn la posibilidad de aprender un oficio. Luego se dedicar a las obras en Filipinas: donde se construir una casa para ancianos, una clnica y distintas obras anexas. Mucho trabajo por hacer incluso si la crisis sigue pesando fuertemente en la caridad. Esto, sin embargo, dijo confiado el cardenal, no nos impide dar el corazn a las personas. (Mario Ponzi)
do. La contestacin de los judos es seca: Aqu las cosas son as, se debe hacer esto. A ellos les interesaba slo las formalidades: era sbado y no se podan hacer milagros el sbado. La gracia de Dios no puede trabajar el sbado. Es la misma actitud de aquellos cristianos hipcritas que no dejan espacio a la gracia de Dios. Tanto que para esta gente la vida cristiana es tener todos los documentos en regla, todos los certificados. Actuando as cierran la puerta a la gracia de Dios. Y, aadi, tenemos muchos de ellos en la Iglesia. He aqu, por lo tanto, los dos pecados. Por una parte estn los del pecado de la acedia porque no son capaces de ir adelante con su celo apostlico y decidieron detenerse en s mismos, en las propias tristezas y resentimientos. Por otro lado estn los que no son capaces de llevar la salvacin porque cierran la puerta y se preocupan slo de las formalidades hasta el punto que no se puede!, es la palabra que usan con ms frecuencia. Son tentaciones que tambin tenemos nosotros y que debemos conocer para defendernos. Y ante estas dos tentaciones en ese hospital de campo, smbolo de la Iglesia hoy, con mucha gente herida, Jess ciertamente no cede ni a la acedia ni al formalismo. Sino que se acerca a ese hombre y le dice: quieres quedar sano?. Al hombre que responde slo s le da la gracia y se marcha. Jess, explic el Papa, no le soluciona la vida: le da la gracia y la gracia lo hace todo. Luego, relata el Evangelio, cuando poco despus se encuentra nuevamente con ese hombre en el templo, le dirige una vez ms la palabra para decirle mira, ests curado, no peques ms. Estas, afirm el Pontfice, son las dos palabras cristianas: quieres quedar sano? - No peques ms. Jess primero cura al enfermo y luego lo invita a no pecar ms. Es precisamente este el camino cristiano, la senda del celo apostlico para acercarnos a las numerosas personas heridas en este hospital de campo. Y tambin muchas veces heridas por hombres y mujeres de la Iglesia. Es necesario, por lo tanto, hablar como un hermano y una hermana, invitando a curarse y luego a no pecar ms. Y sin lugar a dudas estas dos palabras de Jess concluy el Papa son ms bonitas que la actitud de la acedia y la actitud de la hipocresa.
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El camino justo
Es menester pasar de la lgica de la necesidad a la dialctica de la libertad
Ms de quinientos entre parlamentarios y representantes del Gobierno italiano participaron en la misa que el Papa Francisco concelebr el jueves 27 de marzo, por la maana, en el altar de la Ctedra en la baslica de San Pedro. Al trmino de la celebracin eucarstica el Pontfice salud al obispo auxiliar de Roma Lorenzo Leuzzi, rector de la iglesia Las lecturas que la Iglesia nos ofrece hoy podemos definirlas como un dilogo entre los lamentos de Dios y las justificaciones de los hombres. Dios, el Seor, se lamenta. Se lamenta que no ha sido escuchado a lo largo de la historia. Es siempre lo mismo: Escuchad mi voz... Yo ser vuestro Dios... Os ir bien.... Pero no escucharon ni hicieron caso. Al contrario, caminaron segn sus ideas, segn la maldad de su obstide San Gregorio Nacianceno en Montecitorio, quien present a los presidentes del Senado de la Repblica y de la Cmara de diputados, Pietro Grasso y Laura Boldrini, y a Graziano Delrio, subsecretario de la presidencia del Consejo de ministros. Publicamos la homila que el Pontfice pronunci espontneamente. ve como ovejas sin pastor, as dice el Evangelio. Y va con los pobres, los enfermos, con todos, con las viudas, los leprosos, para sanarles. Y les habla con una palabra que provoca admiracin en el pueblo: Pero este habla como uno que tiene autoridad, habla diversamente de esta clase dirigente que se haba alejado del pueblo. Y estaba solamente interesado en sus cosas: en su grupo, en su partido, en sus luchas internas. Y el pueblo, all... Haban abandonado el rebao. Era pecadora esta gente? S. S, todos somos pecadores, todos. Todos nosotros que estamos aqu somos pecadores. Pero estos eran ms que pecadores: el corazn de esta gente, de este grupo, con el tiempo se haba endurecido tanto, tanto, que le era imposible escuchar la voz del Seor. Y de pecadores, cayeron, llegaron a ser corruptos. Es muy difcil que un corrupto pueda volver atrs. El pecador s, porque el Seor es misericordioso y nos espera a todos. Pero el corrupto est fijado en sus cosas, y estos eran corruptos. Y por ello se justifican, porque Jess, con su sencillez, pero con su fuerza de Dios, les daba fastidio. Y, paso a paso, terminan convencindose de que tenan que matar a Jess, y uno de ellos dijo: Es mejor que un hombre muera por el pueblo.
Y sucedi lo mismo con el Seor, con Jess. Algunos decan: Este es el Hijo de Dios, es un gran Profeta; otros, de los que habla hoy el Evangelio, decan: No, es un brujo que sana con el poder de Satans. El pueblo de Dios estaba solo, y esta clase de dirigentes los doctores de la ley, los saduceos, los fariseos estaba cerrada en sus ideas, en su pastoral, en su ideologa. Y esta clase es la que no escuch la Palabra
nado corazn. Me dieron la espalda y no la cara (Jer 7, 23-24). Es la historia de la infidelidad del pueblo de Dios. Y este lamento de Dios llega porque fue un trabajo muy, muy grande el del Seor para quitar la idolatra del corazn de su pueblo, para hacerlo dcil a su Palabra. Pero ellos seguan este camino por un poco de tiempo, y luego volvan atrs. Y as durante siglos y siglos, hasta el momento que lleg Jess.
del Seor, y para justificarse deca lo que escuchamos en el Evangelio: Por parte de Belzeb, el prncipe de los demonios, echa los demonios (Lc 11, 15). Es lo mismo que decir: Es un soldado de Belzeb o de Satans o de la camarilla de Satans, es lo mismo. Se justifican de que no han escuchado la llamada del Seor. No podan orla: estaban muy, muy cerrados, alejados del pueblo, y esto es verdad. Jess mira al pueblo y se conmueve, porque lo
todoxa y su rico patrimonio teolgico. Por ltimo, el organismo colabor tambin con la Biblioteca apostlica vaticana para la co-edicin de antiguos manuscritos griegos. El programa de los das de permanencia en Roma, del 21 al 26 de marzo, cont, entre otras cosas, con visitas a las baslicas papales de San Pedro y San Pablo Extramuros para venerar las tumbas de los dos apstoles y encuentros con el presidente del Consejo pontificio para la promocin de la unidad de los cristianos, el archivero y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana y los responsables de la Libreria Editrice Vaticana.
Estos se equivocaron de camino. Se resistieron a la salvacin de amor del Seor y as resbalaron de la fe, de una teologa de fe a una teologa del deber: Tenis que hacer esto, esto, esto.... Y Jess les dice ese adjetivo tan feo: Hipcritas! cargis muchos fardos pesados sobre los hombros del pueblo. Y vosotros? Ni siquiera los tocis con un dedo! Hipcritas!. Rechazaron el amor del Seor y este rechazo hizo que fueran por un camino que no era el de la dialctica de la libertad que ofreca el Seor, sino el camino de la lgica de la necesidad, donde no hay sitio para el Seor. En la dialctica de la libertad est el Seor bueno, que nos ama, nos ama mucho. En cambio, en la lgica de la necesidad no hay lugar para Dios: se debe hacer, se debe hacer, se debe... Llegaron a ser conductuales. Hombres de buenas maneras, pero de malos hbitos. Jess los llama, sepulcros blanqueados. Este es el dolor del Seor, el dolor de Dios, el lamento de Dios. Venid, adoremos al Seor porque l nos ama. Volved a m con todo el corazn nos dice porque soy misericordioso y compasivo. Estos que se justifican no comprenden la misericordia ni la piedad. En cambio, el pueblo que Jess tanto amaba tena necesidad de misericordia y compasin e iba al Seor a pedirla. En este camino de la Cuaresma nos har bien, a todos nosotros, pensar en esta invitacin del Seor al amor, en esta dialctica de la libertad donde est el amor, y preguntarnos, todos: estoy en este camino? Corro el riesgo de justificarme e ir por otro camino? Un camino coyuntural, porque no lleva a ninguna promesa... Y roguemos al Seor para que nos d la gracia de ir siempre por el camino de la salvacin, de abrirnos a la salvacin que slo viene de Dios, de la fe, no de lo que proponan estos doctores del deber, que haban perdido la fe y regan al pueblo con esta teologa pastoral del deber. Pidamos esta gracia: Dame, Seor, la gracia de abrirme a tu salvacin. La Cuaresma es para esto. Dios nos ama a todos: nos ama a todos! Hacer el esfuerzo de abrirnos: solamente nos pide esto. breme la puerta. El resto lo hago yo. Dejemos que l entre en nosotros, nos acaricie y nos d la salvacin. As sea.
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de Pedro. Las discordias entre los cristianos son el mayor obstculo para la evangelizacin. Favorecen el crecimiento de grupos que aprovechan la pobreza y la credulidad de las personas para proponerles soluciones fciles, pero ilusorias, a los problemas. En un mundo herido por numerosos conflictos tnicos, polticos y religiosos, nuestras comunidades deben ser autnticamente fraternas y reconciliadas, eso es siempre una luz que atrae (Evangelii gaudium, 100). Dios nos da la gracia, si sabemos acogerla, de hacer que la unidad prevalezca sobre el conflicto: No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno! (ib., n. 101).
Para que el anuncio del Evangelio d fruto, toda nuestra existencia debe ser coherente con el Evangelio que anunciamos. Me alegra constatar que esto, desde muchos puntos de vista, ya es una realidad viva en vuestras dicesis. Ante todo, pienso en los fieles laicos comprometidos en la pastoral y, en particular, en los catequistas que realizan un trabajo insustituible de evangelizacin y de animacin de las comunidades cristianas. Les doy las gracias de corazn. Habis abierto centros de formacin destinados a ellos, y no puedo dejar de invitaros a perseverar en
los esfuerzos realizados para garantizar la calidad de esta formacin. Tambin os exhorto a sostener a las familias, cuyo modelo cristiano debe proponerse y vivirse sin ambigedad, mientras la poligamia todava est difundida y los matrimonios mixtos son cada vez ms frecuentes. De igual modo tenis la tarea fundamental de invitar a los fieles a rezar y a vivir una autntica cercana a Dios, ya que de la calidad del amor a Dios deriva todo el dinamismo misionero (cf. Evangelii gaudium, 264). A travs de la celebracin digna de la Eucarista, los fieles pueden entrar en el misterio del Seor que da su vida por ellos, y encontrar all la alegra de la esperanza, el consuelo en la prueba y la fuerza para avanzar a lo largo del camino. Tambin os sugiero invitar a los laicos, en particular a los ms jvenes, a testimoniar su fe comprometindose ms en la sociedad, mostrando as el propio amor a su pas. En colaboracin con los diversos protagonistas de la vida social, han de ser siempre y por doquier artfices de paz y de reconciliacin, para luchar contra la pobreza extrema que debe afrontar Guinea. En esta perspectiva, a pesar de las dificultades encontradas, os aliento a profundizar las relaciones con vuestros compatriotas musulmanes, aprendiendo recprocamente a aceptar modos de ser, de pensar y de expresarse diferentes. Mi pensamiento se dirige tambin a los religiosos y religiosas que, en la diversidad de sus carismas, aportan al pueblo de Guinea la ofrenda insustituible de su oracin de adoracin, alabanza e intercesin. Viviendo a menudo en una situacin de gran pobreza, en colaboracin con algunos laicos, manifiestan la caridad de Cristo mediante sus obras de asistencia a la poblacin tanto en el campo sanitario, como en la educacin e instruccin. Les aseguro mi apoyo y mi oracin. Ellos llevan a
cabo una verdadera evangelizacin con las obras, y dan un testimonio autntico de la ternura de Dios por todos los hombres, en particular por los ms pobres y dbiles, testimonio que toca los corazones y arraiga firmemente la fe de los fieles. No obstante la escasez de medios y la inmensidad de la tarea, os invito a sostenerlos siempre, tanto espiritual como materialmente, para que perseveren con valenta en las obras de evangelizacin y de promocin social. El apostolado de los sacerdotes, dedicados generosamente a las tareas del ministerio, a menudo resulta difcil, en particular por su nmero muy exiguo. Les aseguro mi cercana y mi aliento. Sed para ellos padres y amigos que sostienen y guan con corazn y espritu fraterno. Tambin los sacerdotes deben vivir coherentemente lo que predican; est en juego la credibilidad misma del testimonio de la Iglesia. Es indispensable hacer todo lo posible para suscitar abundantes y slidas vocaciones sacerdotales. Me alegro de la reciente apertura del seminario mayor Benedicto XVI, acontecimiento lleno de esperanza para el futuro. Aprovechad, pues, esta pgina que se abre en la historia del clero guineano para suscitar un nuevo impulso en la vida sacerdotal. La formacin en el seminario debe ofrecer a los jvenes un camino serio de crecimiento intelectual y espiritual. Que se les proponga de modo autntico la santidad sacerdotal, comenzando por el ejemplo de sacerdotes que viven su vocacin con alegra; los futuros presbteros aprendern a vivir de manera verdadera las exigencias del celibato eclesistico, as como la relacin justa con los bienes materiales, el rechazo de la mundanidad y el arribismo puesto que el sacerdocio no es un instrumento de ascenso social, y tambin el compromiso real junto a los ms pobres. Queridos hermanos en el episcopado: os encomiendo a todos vosotros, as como a los sacerdotes, las personas consagradas, los catequistas y los fieles laicos de vuestras dicesis, a la proteccin de la Virgen Mara, Madre de la Iglesia, y os imparto de todo corazn la bendicin apostlica.
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LOSSERVATORE ROMANO
En la audiencia general del mircoles 2 de abril el Pontfice habla del matrimonio como imagen del amor de Dios
El matrimonio es la imagen del amor de Dios por nosotros, que hace de los dos esposos una sola carne y una sola existencia. Lo record el Papa Francisco en la audiencia general del mircoles 2 de abril, en la plaza de San Pedro, concluyendo el ciclo de catequesis dedicadas a los sacramentos. Queridos hermanos buenos das! y hermanas,
Dos en uno
Hoy concluimos el ciclo de catequesis sobre los sacramentos hablando del matrimonio. Este sacramento nos conduce al corazn del designio de Dios, que es un designio de alianza con su pueblo, con todos nosotros, un designio de comunin. Al inicio del libro del Gnesis, el primer libro de la Biblia, como coronacin del relato de la creacin se dice: Dios cre al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre, varn y mujer los cre... Por eso abandonar el varn a su padre y a su madre, se unir a su mujer y sern los dos una sola carne (Gn 1, 27; 2, 24). La imagen de Dios es la pareja matrimonial: el hombre y la mujer; no slo el hombre, no slo la mujer, sino los dos. Esta es la imagen de Dios: el amor, la alianza de Dios con nosotros est representada en esa alianza entre el hombre y la mujer. Y esto es hermoso. Somos creados para amar, como reflejo de Dios y de su amor. Y en la unin conyugal el hombre y la mujer realizan esta vocacin en el signo de la reciprocidad y de la comunin de vida plena y definitiva.
Cuando un hombre y una mujer celebran el sacramento del matrimonio, Dios, por decirlo as, se refleja en ellos, imprime en ellos los propios rasgos y el carcter indeleble de su amor. El matrimonio es la imagen del amor de Dios por nosotros. Tambin Dios, en efecto, es comunin: las tres Personas del Padre, Hijo y Espritu Santo viven desde siempre y para siempre en unidad perfecta. Y es precisamente este el misterio del matrimonio: Dios hace de los dos esposos una sola existencia. La Biblia usa una expresin fuerte y dice una sola carne, tan ntima es la unin entre el hombre y la mujer en el matrimonio. Y es precisamente este el misterio del matri-
monio: el amor de Dios que se refleja en la pareja que decide vivir juntos. Por esto el hombre deja su casa, la casa de sus padres y va a vivir con su mujer y se une tan fuertemente a ella que los dos se convierten dice la Biblia en una sola carne. San Pablo, en la Carta a los Efesios, pone de relieve que en los esposos cristianos se refleja un misterio grande: la relacin instaurada por Cristo con la Iglesia, una relacin nupcial (cf. Ef 5, 21-33). La Iglesia es la esposa de Cristo. Esta es la relacin. Esto significa que el matrimonio responde a una vocacin especfica y debe considerarse como una consagracin (cf. Gaudium et spes, 48; Familiaris consortio, 56). Es una consagracin: el hombre y la mujer son consagrados en su amor. Los esposos, en efecto, en virtud del sacramento, son investidos de una autntica misin, para que puedan hacer visible, a partir de las cosas sencillas, ordinarias, el amor con el que Cristo ama a su Iglesia, que sigue entregando la vida por ella, en la fidelidad y en el servicio. Es verdaderamente un designio estupendo lo que es connatural en el sacramento del matrimonio. Y se realiza en la sencillez y tambin en la fragilidad de la condicin humana. Sabemos bien cuntas dificultades y pruebas tiene la vida de dos esposos... Lo importante es mantener viva la relacin con Dios, que es el fundamento del vnculo conyugal. Y la relacin autntica es siempre con el Seor. Cuando la familia reza, el vnculo se mantiene. Cuando el esposo reza por la esposa y la esposa reza por el esposo, ese vnculo llega a ser fuerte; uno reza por el otro. Es verdad que en la vida matrimonial hay muchas dificultades, muchas; que el trabajo, que el dinero no es suficiente, que los nios tienen problemas. Muchas dificultades. Y muchas veces el marido y la mujer llegan a estar un poco nerviosos y rien entre ellos. Pelean, es as, siempre se pelea en el matrimonio, algunas veces vuelan los platos. Pero no debemos ponernos tristes por esto, la condicin humana es as. Y el secreto es que el amor es ms fuerte que el momento en que se rie, por ello aconsejo siempre a los esposos: no terminar la jornada en la que habis peleado sin hacer las paces. Siempre! Y para hacer las paces no es necesario llamar a las Naciones Unidas a que vengan a casa a hacer
las paces. Es suficiente un pequeo gesto, una caricia, y adis. Y hasta maana! Y maana se comienza otra vez. Esta es la vida, llevarla adelante as, llevarla adelante con el valor de querer vivirla juntos. Y esto es grande, es hermoso. La vida matrimonial es algo hermoso y debemos custodiarla siempre, custodiar a los hijos. Otras veces he dicho en esta plaza una cosa que ayuda mucho en la vida matrimonial. Son tres palabras que se deben decir siempre, tres palabras que deben estar en la casa: permiso, gracias y perdn. Las tres palabras mgicas. Permiso: para no ser entrometido en la vida del cnyuge. Permiso, qu te parece? Permiso, puedo? Gracias: dar las gracias al cnyuge; gracias por lo que has hecho por m, gracias por esto. Esa belleza de dar las gracias. Y como todos nosotros nos equivocamos, esa otra palabra que es un poco difcil de pronunciar, pero que es necesario decirla: Perdona. Permiso, gracias y perdn. Con estas tres palabras, con la oracin del esposo por la esposa y viceversa, con hacer las paces siempre antes de que termine la jornada, el matrimonio ir adelante. Las tres palabras mgicas, la oracin y hacer las paces siempre. Que el Seor os bendiga y rezad por m.
Una bicicleta especial presentada al Papa Francisco por jvenes con autismo