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L OSSERVATORE ROMANO - 04 Abril 2014

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LOSSERVATORE ROMANO
EDICIN SEMANAL
Unicuique suum
Ao XLVI, nmero 14 (2.359)

EN LENGUA ESPAOLA
Non praevalebunt

Ciudad del Vaticano

4 de abril de 2014

La invitacin de la Cuaresma a cambiar de vida

Una llamada que se renueva


El Papa Francisco de rodillas en la baslica vaticana, apoyado en el confesonario. Ante l un franciscano conventual que escucha su confesin. Fue ciertamente esta indita imagen la que dio una impronta significativa a la celebracin penitencial presidida por el Pontfice el viernes 28 de marzo en la baslica de San Pedro. Durante el rito, que tuvo lugar en presencia de numerosos fieles, el Pontfice confes a algunos penitentes. La reflexin propuesta por el Santo Padre a los presentes se centr en dos actitudes revestirse del hombre nuevo y permanecer en el amor necesarias para alcanzar esa vida nueva que permite mirar la realidad con ojos distintos sin ser ya distrados por las cosas que no cuentan y no pueden durar mucho tiempo, por las cosas que se acaban con el tiempo.
PGINA 3

ngelus del 30 de marzo

Quien no quiere ver la luz


El Papa Francisco alert a los cristianos acerca del riesgo de hundirse en la ceguera interior que cierra el corazn a la gracia y a la luz de Dios. Habl de ello el domingo 30 de marzo, en la plaza de San Pedro, al comentar el pasaje evanglico de la curacin del ciego de nacimiento. Queridos hermanos y hermanas, buenos das! El Evangelio de hoy nos presenta el episodio del hombre ciego de nacimiento, a quien Jess le da la vista. El largo relato inicia con un ciego que comienza a ver y concluye es curioso esto con presuntos videntes que siguen siendo ciegos en el alma. El milagro lo narra Juan en apenas dos versculos, porque el evangelista quiere atraer la atencin no sobre el milagro en s, sino sobre lo que sucede despus, sobre las discusiones que suscita. Incluso sobre las habladuras, muchas veces una obra buena, una obra de caridad suscita crticas y discusiones, porque hay quienes no quieren ver la verdad. El evangelista Juan quiere atraer la atencin sobre esto que ocurre incluso en nuestros das cuando se realiza una obra buena. Al ciego curado lo interroga primero

la multitud asombrada han visto el milagro y lo interrogan, luego los doctores de la ley; e interrogan tambin a sus padres. Al final, el ciego curado se acerca a la fe, y esta es la gracia ms grande que le da Jess: no slo ver, sino conocerlo a l, verlo a l como la luz del mundo (Jn 9, 5).
SIGUE EN LA PGINA 5

El Papa al captulo general de los salesianos

En vsperas de la canonizacin de Juan

XXIII

y Juan Pablo

II

Con los jvenes excluidos de la sociedad


Son esos setenta y cinco millones de jvenes sin trabajo aqu en Occidente lo que preocupa al Papa Francisco, y que denuncia su exclusin de una sociedad que tiende a marginarlos. Y confa en los hijos de san Juan Bosco para que se ocupen de ellos. Es el sentido del encuentro del lunes 31 de marzo, por la maana, con los participantes en el captulo general de la Sociedad salesiana de San Juan Bosco, a quienes recibi en audiencia en la sala Clementina.
PGINA 11

Bondad y oracin
El 27 de abril de este ao sern inscritos en el catlogo de los santos dos gigantescas figuras de Papas: Juan XXIII y Juan Pablo II. Pontfices muy queridos y populares, que permanecieron en el corazn de la gente y que con su genialidad operativa abrieron nuevos horizontes al camino de la Iglesia y tuvieron repercusiones en la historia del mundo. Dos Papas distintos por origen

y por formacin, pero ambos grandes por la nobleza de nimo, por la rica humanidad y por la extraordinaria espiritualidad e inteligencia..
GIOVANNI BATTISTA RE
EN PGINAS

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LOSSERVATORE ROMANO

viernes 4 de abril de 2014, nmero 14

Servicio de misericordia
La Penitenciara apostlica es consciente de la centralidad del tema de la misericordia para la nueva evangelizacin. Lo afirm el cardenal Mauro Piacenza, penitenciario mayor, en su saludo al Papa Francisco al inicio de la audiencia que tuvo lugar en el aula de las Bendiciones. El tema de la misericordia, explic el purpurado, es fundamental para proponer a los hombres de nuestro tiempo un rostro creble de Dios. Precisamente porque los pecados que cada da llegan para ser examinados por la Penitenciara estn entre los ms graves que se pueden cometer dijo el cardenal experimentamos las entraas de misericordia del Seor, su continua pasin por el hombre y la fuerza sobrenatural de la Iglesia para ser siempre, y de una manera o de otra, madre de todos y maestra de misericordia y de vida. Al recordar que desde el inicio del pontificado, a partir del primer ngelus, el Papa Francisco hizo referencia al tema de la misericordia y al anuncio gozoso de la cercana de Dios a los hombres, el penitenciario mayor destac cmo este tema represent, y representa, un punto central del magisterio que usted nos ofrece diariamente. En efecto, aadi, la misericordia es el autntico y definitivo rostro de Dios, el rostro que Dios quiso mostrar a los hombres: Jesucristo crucificado y resucitado. El purpurado record tambin cmo el compromiso de los penitenciarios, en las baslicas papales, es continuo y ejemplar, animado por esa tierna caridad que es propia del buen pastor. Al destacar luego que el curso sobre el fuero interno lleg ya a su vigsima quinta edicin, el penitenciario mayor puso de relieve que esto responde a una precisa e invariada exigencia de los tiempos presentes. Incluso el alto nmero de participantes, en gran parte jvenes, que se asoman a la celebracin del sacramento de la reconciliacin, dice ciertamente acerca de las dificultades que se encuentran en el ejercicio de ese ministerio, pero al mismo tiempo es el hermoso signo de la exigencia de profundizacin y de formacin, de comprensin autntica de los pliegues del corazn humano, que se abre a la divina misericordia. El cardenal concluy su saludo deseando que el servicio prestado a la Iglesia por la Penitenciara apostlica sea cada vez ms fiel al mandato del Seor: A quienes les perdonis los pecados, les quedan perdonados (Juan 20, 23), a fin de que, a travs del servicio de la misericordia, se pueda anunciar que la alegra del Evangelio llena el corazn y la vida entera de los que se encuentran con Jess (Evangelii gaudium, 1).

A la Penitenciara apostlica el Papa recomienda la presencia constante de confesores en las iglesias

Sacerdotes siempre disponibles


Conviene que en cada parroquia los fieles sepan cundo pueden encontrar a los sacerdotes disponibles para la confesin. Lo recomend el Papa Francisco dirigindose, el viernes 28 de marzo, por la maana, a los participantes en el curso sobre el fuero interno organizado por la Penitenciara apostlica. Queridos hermanos: Os doy la bienvenida con ocasin del curso anual sobre el fuero interno. Doy las gracias al cardenal Mauro Piacenza por las palabras con las que ha introducido este encuentro. Desde hace un cuarto de siglo la Penitenciara apostlica ofrece, sobre todo a los neopresbteros y a los diconos, la ocasin de este curso, para contribuir a la formacin de buenos confesores, conscientes de la importancia de este ministerio. Os agradezco este valioso servicio y os aliento a llevarlo adelante con compromiso renovado, teniendo en cuenta la experiencia adquirida y con sabia creatividad, para ayudar cada vez mejor a la Iglesia y a los confesores a desempear el ministerio de la misericordia, que es tan importante. Al respecto, deseo ofreceros algunas reflexiones. Ante todo, el protagonista del ministerio de la Reconciliacin es el Espritu Santo. El perdn que el sacramento confiere es la vida nueva transmitida por el Seor Resucitado por medio de su Espritu: Recibid el Espritu Santo; a quienes les perdonis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengis, les quedan retenidos (Jn 20, 2223). Por lo tanto, vosotros estis llamados a ser siempre hombres del Espritu Santo, testigos y anunciadores, gozosos y fuertes, de la resurreccin del Seor. Este testimonio se lee en el rostro, se oye en la voz del sacerdote que administra con fe y con uncin el Sacramento de la Reconciliacin. l acoge a los penitentes no con la actitud de un juez y tampoco con la actitud de un simple amigo, sino con la caridad de Dios, con el amor de un padre que ve regresar al hijo y va a su encuentro, del pastor que ha encontrado a la oveja perdida. El corazn del sacerdote es un corazn que sabe conmoverse, no por sentimentalismo o por mera emotividad, sino por las entraas de misericordia del Seor. Si bien es verdad que la tradicin nos indica el doble papel de mdico y juez para los confesores, no olvidemos nunca que como mdico est llamado a curar y como juez a absolver. Segundo aspecto: si la Reconciliacin transmite la vida nueva del Resucitado y renueva la gracia bautismal, entonces vuestra tarea es donarla generosamente a los hermanos. Donar esta gracia. Un sacerdote que no cuida esta parte de su ministerio, tanto en el tiempo que le dedica como en la calidad espiritual, es como un pastor que no se ocupa de las acercamiento a la misericordia y al perdn. Pero muchas veces sucede que una persona viene y dice: No me confieso desde hace muchos aos, he tenido este problema, he dejado la Confesin porque he encontrado a un sacerdote y me ha dicho esto, y en lo que cuenta la persona se ve la imprudencia, la falta de amor pastoral. Y se alejan, por una mala experiencia en la Confesin. Si se tiene esta actitud de padre, que viene de la bondad de Dios, esto no suceder jams. Es necesario evitar dos extremos opuestos: el rigorismo y el laxismo. Ninguno de los dos va bien, porque en realidad no se hacen cargo de la persona del penitente. En cambio la misericordia escucha de verdad con el corazn de Dios y quiere acompaar al alma en el camino de la reconciliacin. La Confesin no es un tribunal de condena, sino experiencia de perdn y de misericordia. Por ltimo, todos conocemos las dificultades que con frecuencia encuentra la Confesin. Son muchas las razones, tanto histricas como espirituales. Con todo, sabemos que el Seor quiso hacer este inmenso don a la Iglesia, ofreciendo a los bautizados la seguridad del perdn del Padre. Es esto: es la seguridad del perdn del Padre. Por ello es muy importante que, en todas las dicesis y en las comunidades parroquiales se cuide de manera especial la celebracin de este sacramento de perdn y de salvacin. Conviene que en cada parroquia los fieles sepan cundo pueden encontrar a los sacerdotes disponibles: cuando hay fidelidad, los frutos se ven. Esto vale de modo particular para las iglesias confiadas a las comunidades religiosas, que pueden asegurar una presencia constante de confesores. Encomendamos a la Virgen, Madre de Misericordia, el ministerio de los sacerdotes y cada comunidad cristiana, para que comprendan cada vez ms el valor del sacramento de la Penitencia. A nuestra Madre os encomiendo a todos vosotros y de corazn os bendigo.

ovejas que se han perdido; es como un padre que se olvida del hijo perdido y descuida esperarlo. Pero la misericordia es el corazn del Evangelio. No olvidis esto: la misericordia es el corazn del Evangelio. Es la buena noticia de que Dios nos ama, que ama siempre al hombre pecador, y con este amor lo atrae a s y lo invita a la conversin. No olvidemos que a los fieles a menudo les cuesta acercarse al sacramento, sea por razones prcticas, sea por la natural dificultad de confesar a otro hombre los propios pecados. Por esta razn es necesario trabajar mucho sobre nosotros mismos, sobre nuestra humanidad, para no ser nunca obstculo sino favorecer siempre el

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GIOVANNI MARIA VIAN


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Redaccin
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nmero 14, viernes 4 de abril de 2014

LOSSERVATORE ROMANO

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En la liturgia penitencial el Pontfice recuerda que la Cuaresma es una invitacin a cambiar de vida

El hombre nuevo
Revestirse del hombre nuevo y permanecer en el amor. Son los dos elementos para vivir la Cuaresma como tiempo de conversin indicados por el Papa Francisco el viernes 28 de marzo, por la tarde, durante la celebracin penitencial en la baslica vaticana. En el perodo de la Cuaresma, la Iglesia, en nombre de Dios, renueva la llamada a la conversin. Es la llamada a cambiar de vida. Convertirse no es cuestin de un momento o de un perodo del ao, es un compromiso que dura toda la vida. Quin entre nosotros puede presumir de no ser pecador? Nadie. Todos lo somos. Escribe el apstol Juan: Si decimos que no hemos pecado, nos engaamos y la verdad no est en nosotros. Pero, si confesamos nuestros pecados, l, que es fiel y justo, nos perdonar los pecados y nos limpiar de toda injusticia (1 Jn 1, 8-9). Es lo que sucede tambin en esta celebracin y en toda esta jornada penitencial. La Palabra de Dios que hemos escuchado nos introduce en dos elementos esenciales de la vida cristiana. El primero: Revestirnos del hombre nuevo. El hombre nuevo, creado a imagen de Dios (Ef 4, 24), nace en el Bautismo, donde se recibe la vida misma de Dios, que nos hace sus hijos y nos incorpora a Cristo y a su Iglesia. Esta vida nueva permite mirar la realidad con ojos distintos, sin dejarse distraer por las cosas que no cuentan y que no pueden durar mucho, por las cosas que se acaban con el tiempo. Por eso estamos llamados a abandonar los comportamientos del pecado y fijar la mirada en lo esencial. El hombre vale ms por lo que es que por lo que tiene (Gaudium et spes, 35). He aqu la diferencia entre la vida deformada por el pecado y la vida iluminada de la gracia. Del corazn del hombre renovado segn Dios proceden los comportamientos buenos: hablar siempre con verdad y evitar toda mentira; no robar, sino ms bien compartir lo que se posee con los dems, especialmente con quien pasa necesidad; no ceder a la ira, al rencor y a la venganza, sino ser dciles, magnnimos y dispuestos al perdn; no caer en la murmuracin que arruina la buena fama de las personas, sino mirar en mayor medida el lado positivo de cada uno. Se trata de revestirnos del hombre nuevo, con estas actitudes nuevas. El segundo elemento: Permanecer en el amor. El amor de Jesucristo dura para siempre, jams tendr fin porque es la vida misma de Dios. Este amor vence el pecado y dona la fuerza de volver a levantarse y recomenzar, porque con el perdn el corazn se renueva y rejuvenece. Todos lo sabemos: nuestro Padre no se cansa jams de amar y sus ojos no se cansan de mirar el camino que conduce a casa, para ver si regresa el hijo que se march y se perdi. Podemos hablar de la esperanza de Dios: nuestro Padre nos espera siempre, no nos deja slo la puerta abierta, sino que nos espera. l est implicado en este esperar a los hijos. Y este Padre no se cansa ni siquiera de amar al otro hijo que, incluso permaneciendo siempre en casa con l, no es partcipe, sin embargo, de su misericordia, de su compasin. Dios no est solamente en el origen del amor, sino que en Jesucristo nos llama a imitar su modo mismo de amar: Como yo os he amado, amaos tambin unos a otros (Jn 13, 34). En la medida en que los cristianos viven este amor, se convierten en el mundo en discpulos crebles de Cristo. El amor no puede soportar el hecho de permanecer encerrado en s mismo. Por su misma naturaleza es abierto, se difunde y es fecundo, genera siempre nuevo amor. Queridos hermanos y hermanas, despus de esta celebracin, muchos de vosotros sern misioneros que propondrn a otros la experiencia de la reconciliacin con Dios. 24 horas para el Seor es la iniciativa a la que se han sumado muchas dicesis en todas las partes del mundo. A quienes encontraris, podris comunicar la alegra de recibir el perdn del Padre y de reencontrar la amistad plena con l. Y les diris que nuestro Padre nos espera, nuestro Padre nos perdona, es ms, hace fiesta. Si t vas a l con toda tu vida, incluso con muchos pecados, en lugar de recriminarte hace fiesta: este es nuestro Padre. Esto debis decirlo vosotros, decirlo a mucha gente, hoy. Quien experimenta la misericordia divina,

se siente impulsado a ser artfice de misericordia entre los ltimos y los pobres. En estos hermanos ms pequeos Jess nos espera (cf. Mt 25, 40); recibamos misericordia y demos misericordia. Vayamos a su encuentro y celebremos la Pascua en la alegra de Dios.

Fiesta del perdn en la baslica vaticana


El Papa Francisco de rodillas, apoyado en el confesonario. Delante de l un franciscano conventual an incrdulo y sorprendido por la llegada del inesperado penitente que escucha su confesin. Una imagen nunca vista antes la del viernes 28 de marzo, por la tarde, y que en pocos instantes dio la vuelta al mundo. Un hecho fuera del programa, de algunos minutos, que caus asombro en los fieles presentes en la celebracin penitencial que tuvo lugar en la baslica de San Pedro. Estaba previsto que fuese el Pontfice quien la presidiese y tambin que confesase a siete penitentes, cuatro mujeres y tres hombres. Sin embargo, nadie hubiese podido imaginar el gesto espontneo del Papa, quien, antes de administrar el sacramento de la penitencia, quiso que quien acogiese su arrepentimiento fuese precisamente uno de los sacerdotes que pasan horas en los confesonarios de la baslica. Indudablemente la imagen del Papa que se confiesa en pblico, como cualquier humilde pecador, dio una impronta particular a las 24 horas para el Seor, iniciativa del Consejo pontificio para la promocin de la nueva evangelizacin, que inici precisamente con esta celebracin. La baslica de San Pedro se convirti en un gran confesonario: sesenta y un sacerdotes, entre ellos los penitenciarios de las cuatro baslicas papales San Pedro, San Juan de Letrn, Santa Mara la Mayor y San Pablo Extramuros, que estuvieron a disposicin de los fieles. Su presencia represent idealmente el momento conclusivo del vigsimo quinto curso sobre el fuero interno organizado por la Penitenciara apostlica. La participacin de los fieles no se hizo esperar: en poco tiempo se formaron largas filas ante los confesonarios de la baslica, pero tambin delante de los sacerdotes que en diversos puntos esperaban a los penitentes. Para facilitar la confesin, la Penitenciara, en colaboracin con la Oficina para las celebraciones litrgicas del Sumo Pontfice, puso a disposicin un folleto en seis lenguas italiano, ingls, francs, espaol, alemn y polaco con el esquema general para el examen de conciencia.

Con el Seor en todo el mundo


Confesonarios abiertos en las iglesias, conventos, seminarios, centros de asociaciones y movimientos, adems de peregrinaciones con miles de fieles, sobre todo jvenes: las 24 horas para el Seor hizo que se registraran adhesiones en todos los continentes. Muchas dicesis de todas las partes del mundo, destac el Papa Francisco, confirmaron el xito de la iniciativa promovida por el dicasterio para la nueva evangelizacin: un espacio dentro del itinerario cuaresmal dedicado a las confesiones. Desde el Consejo pontificio se inform acerca de iniciativas en toda Europa sobre todo en Italia y Espaa, pero tambin en Blgica, Alemania, Francia, Suiza e Inglaterra y en diversos pases de Amrica Latina (con Argentina y Mxico en primer lugar), adems de Estados Unidos y frica, y llegaron noticias de celebraciones y encuentros penitenciales en pases del continente asitico, como Filipinas e India. Slo en Roma, en las tres iglesias de Santa Mara en Trastvere, Santa Ins en Agone y de los Santsimos Estigmas que el viernes estuvieron abiertas hasta altas horas de la noche para la adoracin eucarstica y las confesiones se alternaron al menos un centenar de confesores en turnos de dos horas.

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LOSSERVATORE ROMANO Como habla Jorge Mario Bergoglio

viernes 4 de abril de 2014, nmero 14

Congregacin para las causas de los santos

Callejeros de la fe

Promulgacin de decretos
El jueves 3 de abril de 2014, el Santo Padre Francisco recibi en audiencia privada al cardenal Angelo Amato, S.D.B., prefecto de la Congregacin para las causas de los santos. Durante la audiencia, el Santo Padre, tras acoger los informes del prefecto, inscribi en el catlogo de los santos y extendi a la Iglesia universal el culto litrgico en honor de los siguientes beatos: FRANCISCO DE LAVAL, obispo emrito de Quebec (Canad); naci en Montigny-sur-Avre (Francia) el 20 de abril de 1623 y muri en Quebec el 6 de mayo de 1708; JOS DE ANCHIETA, sacerdote profeso de la Compaa de Jess; naci en San Cristobal de La Laguna (Tenerife, Islas Canarias) el 19 de marzo de 1534 y muri en Reritiba (Brasil) el 9 de junio de 1597; MARA DE LA ENCARNACIN (en el siglo: Marie Guyart), fundadora del monasterio de las Ursulinas en la ciudad de Quebec; naci en Tours (Francia) el 28 de octubre de 1599 y muri en Quebec (Canad) el 30 de abril de 1672; Al mismo tiempo, el Santo Padre autoriz a la Congregacin a promulgar los siguientes decretos: un milagro atribuido a la intercesin del beato JUAN ANTONIO FARINA, obispo de Vicenza, fundador del instituto de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea Hijas de los Sagrados Corazones; naci en Gambellara (Vicenza, Italia) el 11 de enero de 1803 y muri en Vicenza el 4 de marzo de 1888; un milagro atribuido a la intercesin del beato CIRIACO ELAS CHAVARA, sacerdote, fundador de la congregacin de los Carmelitas de la Bienaventurada Virgen Mara Inmaculada; naci en Kainakary (Kerala, India) el 10 de febrero de 1805 y muri en Koonammavu (Kerala, India) el 3 de enero de 1871; un milagro atribuido a la intercesin del beato NICOLS DE LONGOBARDI (en el siglo: Giovanni Battista Clemente Saggio), oblato profeso de la Orden de los Mnimos; naci en Longobardi (Cosenza, Italia) el 6 de enero de 1650 y muri en Roma (Italia) el 3 de febrero de 1709; un milagro atribuido a la intercesin de la beata EUFRASIA DEL SAGRAD O CORAZN (en el siglo: Rosa Eluvathingal), religiosa profesa de la congregacin de las Hermanas de la Madre del Carmelo; naci en la aldea de Kattoor (Kerala, India) el 17 de octubre de 1877 y muri en Ollur (Kerala) el 29 de agosto de 1952; un milagro atribuido a la intercesin del venerable siervo de Dios LUIS DE LA CONSOLACIN (en el siglo: Luigi Bordino), naci en Castellinaldo (Cneo, Italia) el 12 de agosto de 1922 y muri en Turn (Italia) el 25 de agosto de 1977; las virtudes heroicas del siervo de Dios FRANCISCO SIMN RDENAS, de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, obispo titular de Echino, obispo emrito de Santa Marta (Colombia); naci en La Aparecida (Alicante, Espaa) el 2 de octubre de 1849 y muri en Masamagrell (Valencia, Espaa) el 22 de agosto de 1914; las virtudes heroicas del siervo de Dios AD OLFO BARBERIS, sacerdote diocesano, fundador del instituto de las Hermanas del Famulato Cristiano; naci en Turn (Italia) el 1 de junio de 1884 y muri all el 24 de septiembre de 1967; las virtudes heroicas del siervo de Dios MARA CLEMENTE (en el siglo: Joseph Staub), sacerdote profeso de la Congregacin de los Agustinos de la Asuncin, fundador de la congregacin de las Hermanas de Santa Juana de Arco; naci en Kaysersberg (Alsacia y Lorena, Francia) el 2 de julio de 1876 y muri en Sillery (Quebec, Canad) el 16 de mayo de 1936; las virtudes heroicas del siervo de Dios SEBASTIN ELORZA ARIZMENDI, laico profeso de la Orden de San Agustn; naci en Idiazbal (Espaa) el 31 de octubre de 1882 y muri en Santa Mara de La Vid (Espaa) el 8 de diciembre de 1942; las virtudes heroicas de la sierva de Dios MARA TERESA DE JESS EUCARSTICO (en el siglo: Dulce Rodrigues dos Santos), fundadora de la congregacin de la Pequeas Misioneras de Mara Inmaculada; naci en So Paulo (Brasil) el 20 de enero de 1901 y muri en So Jos dos Campos (Brasil) el 8 de enero de 1972; las virtudes heroicas de la sierva de Dios CLARA DE LA CONCEPCIN (en el siglo: Juana de la Concepcin Snchez Garca), monja profesa de la Orden de Santa Clara; naci en Torre de Cameros (Logroo, Espaa) el 14 de febrero de 1902 y muri en Soria (Espaa) el 22 de enero de 1973; las virtudes heroicas de la sierva de Dios MARA MAGDALENA DE JESS SACRAMENTAD O (en el siglo: Maria Giuseppina Teresa Marcucci), religiosa profesa de la Congregacin de la Pasin de Jesucristo; naci en San Gimignano-Ponte Moriano (Lucca, Italia) el 24 de abril de 1888 y muri en Madrid (Espaa) el 10 de febrero de 1960; las virtudes heroicas del siervo de Dios LUIGI RO CCHI, laico; naci en Roma (Italia) el 19 de febrero de 1932 y muri en Macerata (Italia) el 26 de marzo de 1979.

JORGE MILIA En la versin espaola de la Evangelii gaudium encontr una expresin que me sorprendi mucho: Qu bueno es que los jvenes sean callejeros de la fe, felices de llevar a Jesucristo a cada esquina, a cada plaza, a cada rincn de la tierra! (n 106). Callejeros de la fe ha sido traducido en la versin italiana con la expresin viandante y es, efectivamente, la expresin que ms se aproxima desde el punto de vista etimolgico a la palabra callejero. Hay que reconocer el mrito del traductor para encontrarle la vuelta a un vocablo tan difcil. Porque el trmino es en s muy rico y significativo: se refiere a los chicos que vagabundean por la calle. Por eso, cuando lo le me sorprend y acto seguido los recuerdos vinieron en banda a asaltar mi memoria. En nuestra infancia que a uno le dijeran callejero era poco alentador, porque callejero tena cierto sentido de abandono. Perros callejeros, pulgosos, echados de todas partes, pero libres. Un chico callejero es generalmente pobre y vagabundea por las calles sin hacer nada (cuando no delinque). An as, en esa carencia material y espiritual de los callejeros, todos sobamos con callejear al menos por media hora, hasta que sintiramos hambre o se hiciera de noche. Aunque las abuelas nos quisieran tener dentro de las casas y a nuestros padres les pareciera bien, nuestro nimo estaba afuera. Mirbamos a travs del vidrio y nuestra imaginacin nos llevaba donde se le ocurriera: a la vereda de enfrente o a la lnea jams trazada del horizonte. Cuando llegaba un poco desaliado, despeinado, con un poco de tierra y las rodillas peladas luego de jugar al ftbol con mis amigos, mi abuela Loge me deca: Jorgito, pareces un callejero! La adolescencia sera diferente. El Colegio que nos contena da a da, sera el mismo que nos llevara a callejear. Las misiones del ro Paran tenan un imn: el ro. All los alumnos de la Inmaculada salamos los mircoles y sbados por la tarde en botes de madera con seis remos y una vela latina a catequizar Alto Verde. Cruzar un ro siempre ha sido un

smbolo. En la literatura y en la vida. Uno pasa de una realidad a otra, de la orilla de la vida a la de la muerte, cruzar el Rubicn o la laguna Estigia. Nosotros tambin. Pasbamos de la ciudad de asfalto y costumbres al barrio fluvial de barro y pobreza. Cruzbamos de nuestra realidad a una periferia fsica y existencial. Y ramos callejeros aunque furamos chicos de la Inmaculada. Yo pensaba en qu dira mi abuela si me viera all. Pero no hubiera podido decir nada. Era el Colegio, eran los mismos jesuitas, quienes nos educaban en la misin, nos animaban a salir, a ponernos en marcha, hacindonos callejeros de la fe. Siempre estuve con dudas de los resultados de nuestra enseanza a esos nios nuestra breve enseanza del Catecismo a nias y nios de la zona trascenda la mecnica de preguntas y respuestas memorizadas no porque lo hiciramos mal sino porque nosotros ramos los que en realidad aprendamos ms de ellos. Quiz a eso nos enviaban los maestros jesuitas entre los cuales estaba Bergoglio: a aprender. A no dudar, lo nuestro era ms aprendizaje que enseanza. Pero por poco que fuera nuestro aporte, por dbil que fuera la semilla, all estaba. Que fructificase ya no dependa de nosotros sino de D ios. Cuando, luego, una ducha nos sacaba el olor a rancho, a humo, a pobreza, veamos nuestra cama, cmoda y bien abrigada, la realidad de ese callejero que habamos sido por algunas horas se nos vena encima. No es que nos creyramos mejor que nadie, pero por un momento nos reconciliaba con la realidad. Nadie nos peda entonces que abandonsemos nuestra vida, nuestra familia ni nuestra educacin, slo nos pedan que no ignorsemos las vidas ajenas. De este modo he aprendido que hacernos callejeros de la fe no es olvidar nuestra realidad personal sino aprender a conocer la del hermano que sufre. No podemos quedarnos encerrados en nuestras casas, sigue diciendo hoy Francisco, cuando tantas personas estn esperando el Evangelio, que alguien se anime a abrir la boca, salga a callejear y les anuncia la Palabra.

nmero 14, viernes 4 de abril de 2014

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El Papa al Movimiento apostlico de ciegos y a la Pequea misin para los sordomudos

De la exclusin al encuentro
Se necesita ser testigos del Evangelio para oponer a la cultura de la exclusin y del prejuicio la cultura del encuentro y de la esperanza. Lo dijo el Papa al dirigirse el sbado 29 de marzo, por la maana, a los miembros del Movimiento apostlico de ciegos y de la Pequea misin para los sordomudos, a quienes recibi en audiencia en el aula Pablo VI. Queridos hermanos bienvenidos! y hermanas, Testigos del Evangelio para una cultura del encuentro. Lo primero que observo es que esta expresin termina con la palabra encuentro, pero al inicio presupone otro encuentro, el encuentro con Jesucristo. En efecto, para ser testigos del Evangelio, se necesita haberlo encontrado a l, a Jess. Quien le conoce de verdad, se convierte en su testigo. Como la samaritana lemos el domingo pasado: esa mujer encuentra a Jess, habla con l, y su vida cambia; regresa con su gente y dice: Venid a ver a uno que me ha dicho todo lo que he hecho, quizs es el Mesas! (cf. Jn 4, 29). Testigo del Evangelio es aquel que ha encontrado a Jesucristo, que lo ha conocido, o mejor, se ha sentido conocido por l, re-conocido, respetado, amado, perdonado, y este encuentro lo ha tocado en profundidad, lo ha colmado de una alegra nueva, un nuevo significado para la vida. Y esto trasluce, se comunica, se transmite a los dems. He recordado a la samaritana porque es un ejemplo claro del tipo de personas que Jess amaba encontrar, para hacer de ellos testigos: personas marginadas, excluidas, despreciadas. La samaritana lo era en cuanto mujer y en cuanto samaritana, porque los samaritanos eran muy despreciados por los Pero lo significativo es que este hombre, a partir de lo que le sucedi, se convierte en testigo de Jess y de su obra, que es la obra de Dios, de la vida, del amor, de la misericordia. Mientras los jefes de los fariseos, desde lo alto de su seguridad, le juzgan a l y a Jess como pecadores, el ciego curado, con sencillez desarmante, defiende a Jess y al final El abrazo a Cyril Axelrod, sacerdote sudafricano profesa su fe en l, y sordo desde la infancia y ciego desde el ao 2000 comparte tambin su suerte: Jess es excluijudos. Pero pensemos en los mu- do, y tambin l es excluido. Pero chos que Jess ha querido encontrar, en realidad, ese hombre entr a forsobre todo, personas afectadas por mar parte de la nueva comunidad, la enfermedad y la discapacidad, para basada en la fe en Jess y en el sanarles y devolverles su dignidad amor fraterno plena. Es muy importante que justo estas personas se conviertan en testigos de una nueva actitud, que podemos llamar cultura del encuentro. Ejemplo tpico es la figura del ciego de nacimiento, que se leer maana en el Evangelio de la misa (Jn 9, 1-41). Ese hombre era ciego de nacimiento y era marginado en nombre de una falsa concepAqu estn las dos culturas opuescin que lo consideraba afectado por un castigo divino. Jess rechaza ra- tas. La cultura del encuentro y la dicalmente este modo de pensar cultura de la exclusin, la cultura que es un modo verdaderamente del prejuicio, porque se perjudica y blasfemo y realiza para el ciego la se excluye. La persona enferma y obra de Dios, donndole la vista. discapacitada, precisamente a partir de su fragilidad, de su lmite, puede llegar a ser testigo del encuentro: el encuentro con Jess, que abre a la vida y a la fe, y el encuentro con los dems, con la comunidad. En efecto, slo quien reconoce la propia fragilidad, por Cristo en el Bautismo, a fin de el propio lmite puede construir relacioque, como nos recuerda san Pablo, nes fraternas y solidarias, en la Iglesia podamos comportarnos como hijos y en la sociedad. de la luz (Ef 5, 9), con humildad, Queridos amigos, os doy las grapaciencia, misericordia. Estos doctocias por haber venido y os aliento a res de la ley no tenan ni humildad ni paciencia ni misericordia. seguir adelante por esta senda, en la que ya caminis. Vosotros del MoviOs sugiero que hoy, cuando volmiento apostlico de ciegos, hacienvis a casa, tomis el Evangelio de do fructificar el carisma de Maria Juan y leis este pasaje del captulo Motta, mujer llena de fe y de espri9. Os har bien, porque as veris tu apostlico. Y vosotros de la Peesta senda de la ceguera hacia la quea misin para los sordomudos, luz y la otra senda nociva hacia una en la estela del venerable don Giuceguera ms profunda. Preguntseppe Gualandi. Y todos vosotros, monos: cmo est nuestro coraaqu presentes, dejaos encontrar por zn? Tengo un corazn abierto o Jess: slo l conoce verdaderamenun corazn cerrado? Abierto o cerrado hacia Dios? Abierto o cerrate el corazn del hombre, slo l do hacia el prjimo? Siempre tenepuede liberarlo de la cerrazn y del mos en nosotros alguna cerrazn pesimismo estril y abrirlo a la vida que nace del pecado, de las equivoy a la esperanza. caciones, de los errores. No debemos tener miedo. Abrmonos a la Antes de impartir la bendicin a los luz del Seor, l nos espera siempresentes el Pontfice pronunci pre para hacer que veamos mejor, espontneamente las siguientes palabras. para darnos ms luz, para perdoY ahora miremos a la Virgen. En narnos. No olvidemos esto! A la ella se dio el primer encuentro: el Virgen Mara confiamos el camino encuentro entre Dios y la humanicuaresmal, para que tambin nosodad. Pidamos a la Virgen que nos tros, como el ciego curado, con la ayude a ir adelante en esta cultura gracia de Cristo podamos salir a del encuentro. Y nos dirigimos a la luz, ir ms adelante hacia la luz Ella con el Ave Mara. y renacer a una vida nueva.

Saludo al Movimiento apostlico de ciegos, que ha promovido este encuentro con ocasin de sus Jornadas de participacin; y saludo a la Pequea misin para los sordomudos, que ha comprometido muchas realidades de personas sordas en Italia. Agradezco las palabras que me han dirigido los dos responsables; y extiendo mi saludo a los miembros de la Unione italiana ciechi e ipovedenti que participan en este encuentro. Quisiera realizar con vosotros una breve reflexin a partir del tema

Quien no quiere ver la luz


VIENE DE LA PGINA 1

Mientras que el ciego se acerca gradualmente a la luz, los doctores de la ley, al contrario, se hunden cada vez ms en su ceguera interior. Cerrados en su presuncin, creen tener ya la luz; por ello no se abren a la verdad de Jess. Hacen todo lo posible por negar la evidencia, ponen en duda la identidad del hombre curado; luego niegan la accin de Dios en la curacin, tomando como excusa que Dios no obra en da de sbado; llegan incluso a dudar de que ese hombre haya nacido ciego. Su cerrazn a la luz llega a ser agresiva y desemboca en la expulsin del templo del hombre curado. El camino del ciego, en cambio, es un itinerario en etapas, que parte del conocimiento del nombre de Jess. No conoce nada ms sobre l; en efecto dice: Ese hombre que se llama Jess hizo barro, me lo unt en los ojos (v. 11). Tras las insistentes preguntas de los doctores de la ley, lo considera en un primer momento un profeta (v. 17) y luego un hombre cercano a Dios (v. 31). Despus que fue alejado del templo, excluido de la sociedad, Jess lo encuentra de nuevo y le abre

los ojos por segunda vez, revelndole la propia identidad: Yo soy el Mesas, as le dice. A este punto el que haba sido ciego exclam: Creo, Seor (v. 38), y se postr ante Jess. Este es un pasaje del Evangelio que hace ver el drama de la ceguera interior de mucha gente, tambin la nuestra porque nosotros algunas veces tenemos momentos de ceguera interior. Nuestra vida, algunas veces, es semejante a la del ciego que se abri a la luz, que se abri a Dios, que se abri a su gracia. A veces, lamentablemente, es un poco como la de los doctores de la ley: desde lo alto de nuestro orgullo juzgamos a los dems, incluso al Seor. Hoy, somos invitados a abrirnos a la luz de Cristo para dar fruto en nuestra vida, para eliminar los comportamientos que no son cristianos; todos nosotros somos cristianos, pero todos nosotros, todos, algunas veces tenemos comportamientos no cristianos, comportamientos que son pecados. Debemos arrepentirnos de esto, eliminar estos comportamientos para caminar con decisin por el camino de la santidad, que tiene su origen en el Bautismo. Tambin nosotros, en efecto, hemos sido iluminados

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viernes 4 de abril de 2014, nmero 14

El Papa pide a los obispos de Madagascar discernimiento en las vocaciones y vigilancia en el estilo de vida del clero

Para un testimonio creble


Cercanos a los pobres, constructores de unidad, promotores de justicia social, atentos a la formacin incluso de los ms necesitados, defensores de la familia, protagonistas de una vida coherente con el Evangelio: todo esto deben ser los obispos y sacerdotes si quieren dar un testimonio creble. Es el Queridos hermanos en el episcopado: Es una alegra para m encontrarme con vosotros con ocasin de vuestra visita ad limina. Agradezco a monseor Dsir Tsarahazana, presidente de vuestra Conferencia episcopal, las cordiales palabras que me ha dirigido en vuestro nombre. A travs de usted transmito mi ms cordial saludo a los sacerdotes, a las personas consagradas, a los catequistas y a todos los fieles laicos de vuestras dicesis. Deseo que vuestra peregrinacin a las tumbas de los Apstoles sea para vosotros y para vuestras Iglesias locales la ocasin de una renovacin espiritual y misionera, y tambin un signo de vuestra comunin con el Sucesor de Pedro y la Iglesia universal. Deseo ante todo dar gracias con vosotros por la vitalidad de la Iglesia en Madagascar, y agradeceros vuestro valiente y perseverante trabajo de evangelizacin. Saber que en esta obra, que realizis en condiciones difciles, Dios tiene siempre la iniciativa, nos permite conservar la alegra en medio de una tarea tan exigente (Evangelii gaudium, n. 12). Esta alegra tiene su origen en el encuentro personal con Cristo y en la acogida de su mensaje de misericordia. Es una exigencia primaria para los evangelizadores que tienen la misin de favorecer este encuentro del Seor con los hombres y las mujeres a los cuales son enviados. Queridos hermanos, vuestro pas, desde hace muchos aos, atraviesa un perodo difcil y vive graves dificultades socio-econmicas. Vosotros habis exhortado a toda la sociedad a recobrar fuerzas con el fin de construir un futuro nuevo. No puedo dejar de alentaros a ocupar todo vuestro espacio en este trabajo de reconstruccin, dentro del respeto de los derechos y los deberes de cada uno. Es importante que mantengis relaciones constructivas con las autoridades de vuestro pas. Os corresponde a vosotros buscar la unidad, la justicia y la paz para servir mejor a vuestro pueblo, rechazando toda implicacin en disputas polticas en detrimento del bien comn. Que vuestra palabra y vuestros actos manifiesten siempre vuestra comunin profunda. En esta perspectiva, deseo alabar el compromiso insustituible de vuestras dicesis en las obras sociales. De hecho, existe una ntima conexin entre evangelizacin y promocin humana. Esta se debe expresar y desarrollar en toda la accin evangelizadora (cf. Evangelii gaudium, n. mandato confiado por el Papa a los obispos de la Conferencia episcopal de Madagascar, a quienes recibi en audiencia el viernes 28 de marzo, con ocasin de la visita ad limina Apostolorum. Publicamos la traduccin del texto entregado a los obispos malgaches. Vosotros habis puesto en prctica, en vuestras dicesis, un programa de formacin a la vida y al amor, ambicioso y muy dinmico. Os aliento a perseverar en este camino, incluso si ello parece ir a contracorriente respecto a la mentalidad actual. La preparacin al matrimonio, siempre que sea posible, se debe profundizar. Numerosas amenazas pesan sobre la familia, clula vital de la sociedad y de la Iglesia, por lo cual necesita ser protegida y defendida, para poder prestar a la sociedad el servicio que la misma espera de la familia, es decir, darle hombres y mujeres capaces de edificar un tejido social de paz y de armona (Africae munus, n. 43). Adems, las familias tienen ms necesidad que nunca de ser sostenidas en su camino de fe. Que puedan encontrar perseverancia y fuerza en la oracin, en la escucha de la Sagrada Escritura y en los sacramentos. Ante los nuevos desafos en mbito interreligioso, me parece urgente desarrollar, e incluso a veces impulsar, un dilogo lcido y constructivo, con el fin de mantener la paz en-

178). Os aliento, por lo tanto, a perseverar en la atencin que prestis a los pobres, sosteniendo, material y espiritualmente, a todos los que se dedican a ellos, en especial a las congregaciones religiosas, a quienes doy las gracias de todo corazn por su abnegacin y el testimonio autntico que dan del amor de Cristo por todos los hombres. Os invito tambin a interpelar sin temor a toda la sociedad malgache, y en especial a sus responsables, sobre la cuestin de la pobreza, debida en gran parte a la corrupcin y a una falta de atencin al bien comn. Tambin la educacin es para vosotros un campo que requiere considerables esfuerzos. Conozco todo el bien que hace la escuela catlica a los jvenes y a sus familias, a travs de su accin evangelizadora. La aportacin intelectual, cultural y moral que toda la sociedad de Madagascar recibe de ella es considerable. Es necesario, por lo tanto, tratar de que el mayor nmero posible de nios, comprendidos los de las familias ms modestas, pueda ser escolarizado, al mismo tiempo que, por dificultades econmicas, muchos padres ya no se lo pueden permitir. Del mismo modo, os invito a actuar a fin de que en los institutos pblicos se pueda garantizar una presencia cristiana. Que los cristianos com-

prometidos en el mundo de la educacin contribuyan en la formacin de los valores evanglicos y humanos en las jvenes generaciones, que sern, incluso, los dirigentes de la sociedad futura. En vuestro mensaje de clausura del Ao de la fe, os habis lamentado por la prdida de la autntica fihavanana, ese modo de vivir propio de vuestra cultura, que favorece la armona y la solidaridad entre los malgaches. Los valores que el Creador infundi en vuestra cultura se deben seguir transmitiendo iluminndolos desde dentro con el mensaje evanglico. As, la dignidad de la persona humana, la cultura de la paz, del dilogo y de la reconciliacin podrn volver a encontrar su lugar en la sociedad con vistas a un futuro mejor.

tre las comunidades y favorecer el bien comn. Os invito, sobre todo, a no dudar jams del dinamismo del Evangelio y tampoco de su capacidad de convertir los corazones a Cristo resucitado y conducir a las personas a lo largo del camino de la salvacin que esperan en lo ms profundo de s mismas. Por lo tanto, es necesario que la fe, que los cristianos testimonian, se viva en la cotidianidad. La vida deber ser coherente con la fe a fin de que el testimonio sea creble. Os invito tambin a suscitar en vuestras comunidades, a todos los niveles, un trabajo de profundizacin de la fe para vivirla de modo cada vez ms vigoroso. Esta invitacin se dirige sobre todo al clero y a las personas consagradas. El sacerdocio y

la vida consagrada no son instrumentos de ascenso social, sino un servicio a Dios y a los hombres. Una atencin especial se debe prestar al discernimiento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, tanto en las dicesis como en los diversos institutos de vida consagrada. La castidad y la obediencia se deben considerar con grandsima estima, y os corresponde a vosotros recordarlo constantemente. Estas virtudes deben ser presentadas y vividas sin ambigedad por los formadores en los seminarios y en los noviciados. Lo mismo vale para la relacin con los bienes temporales y la prudencia en su gestin. El antitestimonio en ese mbito es particularmente desastroso por el escndalo que provoca, sobre todo ante una poblacin que vive en la indigencia. Vosotros tenis tambin el deber de estar cerca y de prestar gran atencin a la vida y a la situacin de cada uno de vuestros sacerdotes, cuyas condiciones de vida son algunas veces muy duras a causa de la soledad, la falta de medios y la inmensidad de la tarea y estn especialmente expuestos. Les aseguro mi estima y mi aliento en su misin, a fin de que sean pastores segn el corazn de Dios, cercanos a los fieles y deseosos de anunciarles la Palabra de vida. Queridos hermanos en el episcopado, amad a vuestros sacerdotes y ayudadles a vivir en unin ntima con Cristo. La comunin entre vosotros y con vuestro presbyterium es fuente de alegra y de fecundidad en el anuncio del Evangelio. Que el Seor siga derramando sobre vosotros sus gracias de luz, valor y fuerza. Por mi parte os exhorto a vivir siempre en la esperanza que nos viene de la presencia del Resucitado y os reitero mi afecto fraterno. Confo a cada uno de vosotros, as como a todos vuestros diocesanos, a la proteccin y a la intercesin maternal de la Virgen Mara y os imparto de todo corazn la bendicin apostlica.

nmero 14, viernes 4 de abril de 2014

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Misa con el Santo Padre en Santa Marta


Regreso a casa
Si quieres conocer la ternura de un padre, prueba a dirigirte a Dios. Prueba, y despus me cuentas!. Es el consejo espiritual que el Papa Francisco dio en la misa que celebr el viernes 28 de marzo, por la maana, en la capilla de la Casa Santa Marta. Por ms pecados que hayamos cometido, afirm el Pontfice, Dios nos espera siempre y est dispuesto a acogernos y hacer fiesta con nosotros y por nosotros. Porque es un Padre que jams se cansa de perdonar y no tiene en cuenta si, al final, el balance es negativo: Dios no sabe hacer otra cosa que amar. Esta actitud, explic el Papa, se describe bien en la primera lectura de la liturgia, tomada del libro del profeta Oseas (14, 2-10). Es un texto que nos habla de la nostalgia que Dios, nuestro Padre, siente por todos nosotros que nos hemos ido lejos y nos hemos alejado de l. Sin embargo, con cunta ternura nos habla!. Y el Pontfice quiso remarcar precisamente la ternura del Padre. Cuando omos la palabra que nos invita a la conversin convertos!, quiz nos parezca algo fuerte, porque nos dice que tenemos que cambiar de vida, es verdad. Pero dentro de la palabra conversin est precisamente esta nostalgia amorosa de Dios. Es la palabra apasionada de un Padre que dice a su hijo: vuelve, vuelve, es hora de volver a casa!. Solamente con esta palabra podemos pasar muchas horas en oracin, afirm el Pontfice, notando cmo Dios no se cansa nunca: lo vemos en tantos siglos y con muchas apostasas del pueblo. Sin embargo, l regresa siempre, porque nuestro Dios es un Dios que espera. Y as tambin Adn sali del Paraso con una pena y tambin con una promesa. Y el Seor es fiel a su promesa, porque no puede negarse a s mismo, es fiel!. Por esta razn Dios nos ha esperado a todos nosotros, a lo largo de la historia. En efecto, es un Dios que nos espera siempre. Y, al respecto, el Papa invit a contemplar el hermoso icono del padre y del hijo prdigo. El evangelio de Lucas (15, 11-32) nos dice que el padre vio al hijo desde lejos, porque lo esperaba y todos los das iba a la terraza para ver si volva su hijo. El padre, pues, esperaba el regreso de su hijo, y as, cuando lo vio llegar, sali corriendo y se ech a su cuello. El hijo, en el camino de retorno, haba preparado incluso las palabras que iba a decir para presentarse de nuevo en casa: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Pero el padre no lo dej hablar, y con su abrazo le tap la boca. La parbola de Jess nos permite comprender quin es nuestro Padre: el Dios que nos espera siempre. Alguien podra decir: Pero padre, yo tengo tantos pecados que no s si l estar contento!. La respuesta del Papa es: Prueba! Si quieres conocer la ternura de este Padre, ve a l y prueba! Despus, me cuentas. Porque el Dios que nos espera es tambin el Dios que perdona: el Dios de la misericordia. Y no se cansa de perdonar; somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdn. Pero l no se cansa: setenta veces siete! Siempre! Adelante con el perdn!. Ciertamente, prosigui el Papa, desde el punto de vista de una empresa el balance es negativo, es verdad! l pierde siempre, pierde en el balance de las cosas. Pero gana en el amor, porque l es el primero que cumple el mandamiento del amor: l ama, no sabe hacer otra cosa!, como recuerda el pasaje evanglico de la liturgia del da (Mc 12, 28-34). Es un Dios que nos dice, como se lee en el libro de Oseas: Yo te sanar porque mi clera se ha alejado de ti. As habla Dios: Yo te llamo para sanarte!. Hasta tal punto que, explic el Pontfice, los milagros que Jess haca a muchos enfermos eran tambin un signo del gran milagro que cada da el Seor nos hace a nosotros cuando tenemos la valenta de levantarnos e ir a l. El Dios que espera y perdona es tambin el Dios que hace fiesta, pero no organizando un banquete, como aquel hombre rico en cuyo portal estaba el pobre Lzaro. No, esa fiesta no le agrada!, afirm el Santo Padre. En cambio, Dios prepara otro banquete, como el padre del hijo prdigo. En el texto de Oseas, explic, Dios nos dice que tambin t florecers como el lirio. Es su promesa: har fiesta por ti, hasta tal punto que brotarn tus retoos y tendrs el esplendor del olivo y la fragancia del Lbano. El Papa Francisco concluy su meditacin reafirmando que la vida de toda persona, de todo hombre y de toda mujer que tiene la valenta de acercarse al Seor, encontrar la alegra de la fiesta de Dios. De ah su deseo final: Que estas palabras nos ayuden a pensar en nuestro Padre, el Padre que nos espera siempre, que nos perdona siempre y que hace fiesta cuando volvemos. para nosotros: Yo creo cielos nuevos y tierra nueva.... No recordar ya el pasado, las fatigas... ser todo nuevo. Cre Jerusaln para la alegra..... Habr alegra. Es la promesa de la alegra. El Seor, explic el obispo de Roma, antes de pedir algo promete. Y por ello el fundamento principal de la virtud de la esperanza es precisamente fiarse de las promesas del Seor. Tambin porque esta esperanza asegur no defrauda; porque l es fiel y no falla. El Seor, continu, no pidi nunca a nadie ir, actuar, sin antes haberle hecho una promesa. Incluso Adn record al respecto cuando fue expulsado del Paraso recibi una promesa. Y este es nuestro destino: caminar en la perspectiva de las promesas, seguros de que llegarn a ser realidad. Es hermoso leer el captulo once de la Carta a los Hebreos, donde se relata el camino del pueblo de Dios hacia las promesas: cmo esta gente amaporque, precis, se forma parte de movimientos eclesiales y se sienten en ellos como en la propia casa espiritual, casi cansados de caminar. Contamos con muchos cristianos inmviles. Tienen una esperanza dbil. S, creen que existe el cielo pero no lo buscan. Siguen los mandamientos evidenci el Pontfice, cumplen los preceptos, todo, todo; pero estn inmviles. Y el Seor no puede sacar levadura de ellos para hacer crecer a su pueblo. Y esto es un problema: los inmviles. Luego aadi estn los otros, los que se equivocan de camino. Todos nosotros algunas veces nos hemos equivocado de camino. Pero el problema, precis, no es equivocarse de camino. El problema es no volver cuando uno se da cuenta de que se ha equivocado. Es nuestra condicin de pecadores lo que nos hace errar el camino. Caminamos, pero a veces cometemos esta equivocacin de camino. Se puede volver: el Seor nos da esta gracia, de poder regresar. Y hay otro grupo que es ms peligroso dijo porque se engaa a s mismo. Son los que caminan pero no hacen camino. Son los cristianos errantes: dan vueltas, dan vueltas como si la vida fuese un turismo existencial, sin meta, sin tomar en serio las promesas. Los que dan vueltas y se engaan porque dicen: Yo camino.... No; t no caminas, t das vueltas. En cambio el Seor nos pide que no nos detengamos, que no nos equivoquemos de camino y que no demos vueltas por la vida. Nos pide que miremos las promesas, que sigamos adelante con las promesas, como el hombre del Evangelio de Juan, que crey en las promesas de Jess y se puso en camino. Y la fe se pone en camino. La Cuaresma, dijo como conclusin, es un tiempo propicio para pensar si estamos en camino o si estamos demasiado inmviles y entonces debemos convertirnos; o bien si nos hemos equivocado de camino y entonces debemos ir a confesarnos para retomar el camino; o, por ltimo, si somos turistas teologales, como los que dan vueltas por la vida pero que nunca dan un paso hacia adelante. Pidamos al Seor la gracia esta fue la exhortacin del Papa Francisco de retomar el camino, de ponernos en camino hacia las promesas. Mientras pensamos en esto, nos har bien releer el captulo once de la Carta a los Hebreos, para comprender bien lo que significa caminar hacia las promesas que nos hizo el Seor.
SIGUE EN LA PGINA 13

Para no ser turistas existenciales


Ni cristianos errantes como turistas existenciales ni cristianos inmviles, sino testigos de una fe que camina siguiendo las promesas de Dios. Es la identidad cristiana as como la traz el Papa Francisco el lunes 31 de marzo en la misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. El Pontfice habl del valor que en la vida de un cristiano tiene la confianza en Jess que no defrauda nunca. Est escrito en el Evangelio y el Papa Francisco lo puso de relieve al comentar las lecturas de la liturgia. En la primera lectura comenz citando a Isaas (65, 17-21) est la promesa de Dios, lo que nos espera. Lo que Dios ha preparado

ba mucho estas promesas y las buscaba incluso con el martirio. Saba que el Seor era fiel. La esperanza no defrauda nunca. Para ayudar a comprender mejor el valor de la confianza en las promesas del Padre, el Papa hizo referencia al episodio narrado por el Evangelio de san Juan (4, 43-54) proclamado poco antes, en el cual se habla del funcionario del rey que, al enterarse de la llegada de Jess a Can, va a su encuentro para pedirle que salve al hijo enfermo que estaba murindose en Cafarnan. Fue suficiente, record el Pontfice, que Jess dijera: Anda, tu hijo vive para que ese hombre creyese en su palabra y se pusiese en camino: Esta es nuestra vida: creer y ponerse en camino como hizo Abrahn, que confi en el Seor y camin incluso en momentos difciles, cuando, por ejemplo, su fe fue probada con la peticin del sacrificio del hijo. Incluso en esa ocasin l camin. Se fio del Seor destac el Pontfice y sigui adelante. La vida cristiana es esto: caminar hacia las promesas. Por ello la vida cristiana es esperanza. Sin embargo, se puede incluso no caminar en la vida. Y, de hecho apunt el obispo de Roma hay muchos, incluso cristianos y catlicos de comunidad, que no caminan. Est la tentacin de detenerse, de considerar ser un buen cristiano slo

nmero 14, viernes 4 de abril de 2014

LOSSERVAT

GIOVANNI BATTISTA RE El 27 de abril de este ao sern inscritos en el catlogo de los santos dos gigantescas figuras de Papas: Juan XXIII y Juan Pablo II. Pontfices muy queridos y populares, que permanecieron en el corazn de la gente y que con su genialidad operativa abrieron nuevos horizontes al camino de la Iglesia y tuvieron repercusiones en la historia del mundo. Dos Papas distintos por origen y por formacin, pero ambos grandes por la nobleza de nimo, por la rica humanidad y por la extraordinaria espiritualidad e inteligencia. Cul es el secreto de la incontenible simpata que el Papa Roncalli suscit en hombres y mujeres de toda nacin, de toda condicin y hasta de diferente origen religioso o poltico? El Papa nativo de Sotto il Monte fascin a grandes y pequeos con su desbordante bondad, manifestada incluso realizando gestos de afecto espontneos y conmovedores, como cuando la tarde de la apertura del Concilio dijo a la gente en la plaza de San Pedro que transmitiesen una caricia a sus nios, al volver a casa, y decirles que era la caricia del Papa. La humanidad tiene sed de bondad, de amor, de calor humano, y cuando encuentra estos valores vividos con la intensidad que fue caracterstica en el Papa Roncalli, la admiracin y la simpata irrumpen espontneas. La bondad con la que el Papa Juan XXIII conquist el mundo tuvo la ventaja de contar con un carcter alegre, sereno y optimista como era el suyo, pero no se debe olvidar que ese carcter era el resultado de un tesn y de un esfuerzo continuo de virtud personal, aprendido en la escuela del Evangelio. En otras palabras, su modo de ser y de vivir era fruto de una profunda vida de oracin y de esfuerzo asctico de mejorarse a s mismo, aprendido en la familia en los primeros aos y que luego madur y creci. Cuando era nuncio en Bulgaria, escriba a sus padres: Desde que sal de casa, a poco ms de 10 aos, he ledo muchos libros y aprendido muchas cosas que vosotros no podais ensearme. Pero esas pocas que aprend de vosotros son todava las ms preciosas y las ms importantes, y sostienen y dan valor a las otras muchas que he aprendido luego. La bondad del Papa Roncalli alcanz despus gran xito, porque iba acompaada de sabidura y buen sentido. Era una bondad iluminada por una inteligencia que siempre supo mirar lejos. Cuando Roncalli lleg a ser Papa, dio origen a iniciativas que conmovieron al mundo, primero de todo la convocatoria del concilio. l busc siempre mantener relaciones cordiales de amistad incluso con personas lejanas de la Iglesia y de la fe cristiana. En su vida fue ciertamente no un constructor de muros, sino de puentes. El Concilio Vaticano II es en realidad un gran puente tendido por l hacia el mundo moderno. Incluso sus dos memorables encclicas, Mater et magistra y Pacem in terris son dos especies de puentes hacia todos los hombres de buena voluntad sobre temas de economa, trabajo, justicia social y paz. Con su bondad Roncalli como nuncio apostlico, como patriarca de Venecia y luego como Papa logr resolver muchos problemas, porque su bondad abra las puertas al dilogo y eso ayudaba a encontrar las

Bo
nea del corazn la aclamacin: Honor y gloria a este Papa que abri el Concilio; bendito sea este Papa que dio al mundo la imagen de la bondad e indic a todos que la nica senda que conduce a un futuro mejor es el camino de la verdad, de la justicia, de la solidaridad y del amor. Bendito este Papa que ense al mundo que la humanidad necesita sobre todo amor y bondad. El mundo apreci tambin la figura gigantesca del Papa Juan Pablo II, sobre todo por lo que hizo en los 26 aos y medio de pontificado, porque este era el aspecto que ms sobresala. Sin embargo, la dimensin dominante en l fue sin duda alguna la oracin. Su larga vida fue una admirable sntesis de oracin y de accin, pero, en su alma y en su visin personal, la prioridad la tena la oracin. Desde su juventud Karol Wojtya am y dio un lugar de privilegio a la oracin, que formaba parte de su existencia. Podemos decir tambin que la oracin fue la autntica fuente de su dinamismo y de su incansable actividad apostlica, que fue tambin la raz de la eficacia de su testimonio. Trabajando cerca del Papa Juan Pablo II, muchas eran las cosas que conmovan. Su seguridad, ante todo: era un hombre de certezas. Y luego la profundidad de su pensamiento, la capacidad de hablar a las multitudes, la facilidad para los idiomas, la prontitud de palabra adecuada en cada situacin. Pero lo que siempre me impresionaba ms era la intensidad de su oracin, manifestacin de una profunda y viva unin con Dios. Impresionaba cmo se sumerga en la oracin: se notaba en l un arrebato que lo absorba como si no tuviese problemas y compromisos urgentes a los que dedicarse activamente. Su actitud en la oracin era de profundo recogimiento y, al mismo tiempo, de serena soltura: testimonio de una comunin con Dios intensamente radicada en su alma, expresin de una oracin convencida, gustada, vivida. Vindolo rezar cuando estaba solo, se intua cmo la unin con Dios era para l la

soluciones justas. l estaba convencido de que, por mucho que una persona humana estuviese inclinada al mal, permaneca en ella siempre un rayo de bondad y una componente de humanidad. En todo hombre y en toda mujer

deca hay algo de bueno, incluso en aquellos que parecen ms malos. Por esto l confiaba no slo en Dios, sino tambin en los hombres. Mientras que la Iglesia proclama santo al Papa Roncalli, brota espont-

Brgamo y Roma para la canonizacin

En el signo de la caridad y la oracin


Obras de caridad que implican directamente a la Iglesia de Brgamo y su clero; y dos citas de oracin, entre las cuales una noche blanca de la misericordia, organizadas por el vicariato de Roma: son los signos elegidos para la canonizacin de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, presentados durante la conferencia que tuvo lugar el lunes 31 de marzo, por la maana, en la Oficina de prensa de la Santa Sede. A poco menos de un mes de la cita del 27 de abril, que ver en Roma a cientos de miles de fieles de todas las partes del mundo, se ilustr el camino de preparacin para la ceremonia presidida por el Papa Francisco en la plaza de San Pedro el domingo de la Divina misericordia. Los monseores Giulio Dellavite, secretario general de la curia diocesana de Brgamo, y Walter Insero, encargado de la oficina para las comunicaciones sociales del vicariato de Roma, informaron acerca de las iniciativas promovidas por las respectivas dicesis. Las de Brgamo siguen una triple direccin con otras muchas obras de caridad. La primera lnea se orienta hacia algunos proyectos: uno internacional para Hait, con una aportacin para una escuela; uno europeo, con la edificacin de una parroquia en Albania; y uno en casa, con la reestructuracin de un antiguo cuartel en desuso para transformarlo en una estructura en favor de los pobres. La segunda lnea se refiere al apoyo a las familias afectadas por la crisis econmica, a travs del aumento del fondo a su favor, obtenido con la venta de bienes de la dicesis y con el compromiso de los 900 sacerdotes del clero local a depositar el equivalente de un sueldo. La tercera, por ltimo, es socio-cultural y prev becas de estudio para los jvenes. En lo que respecta a Roma, el vicariato ha promovido dos citas de oracin y de testimonio: el primero, con la apertura nocturna de once iglesias del centro histrico el sbaSIGUE EN LA PGINA 11

Iniciativas del Centro televisivo vaticano para

Sant

TORE ROMANO En vsperas de la canonizacin del 27 de abril

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ondad y oracin
respiracin del alma y la fuente de su entrega. Conmova la facilidad y la prontitud con las que pasaba del contacto humano con la gente al recogimiento del coloquio ntimo con Dios. Tena una gran capacidad de concentracin. Cuando estaba recogido en oracin, lo que suceda a su alrededor pareca no tocarlo y no concernirle, en tal medida se sumerga en el encuentro con Dios. Durante la jornada, el paso de una ocupacin a otra estaba siempre marcada por una breve oracin. Cuando escriba, con su minuta caligrafa, el texto en polaco de sus discursos, de sus homilas o de los documentos magisteriales, iniciaba siempre con una breve invocacin u oracin en latn, en la parte derecha del folio, y que retomaba luego en la pgina sucesiva. Por ejemplo: Totus tuus ego sum y en el folio siguiente: et omnia mea tua sunt y as sucesivamente en los otros folios. Se preparaba para los diversos encuentros de la jornada o de la semana rezando. Alguna vez lo dijo expresamente. Por ejemplo cuando recibi a Gorbachov en 1989, el Papa inici el coloquio confiando a su interlocutor que se haba preparado para la cita rezando a Dios por su persona y por el encuentro. Todas las opciones importantes las maduraba en la oracin. Antes de cada una de las decisiones importantes Juan Pablo II rezaba en torno a ella largo tiempo, durante das y, a veces, durante semanas. Cuanto ms importante era la decisin, tanto ms prolongada era la oracin. En las opciones de cierto peso no decida nunca instintivamente. A sus interlocutores que le preguntaban o proponan algo, responda que deseaba reflexionar antes de decidir. En realidad, ganaba tiempo para escuchar algn parecer tena siempre muchos contactos pero sobre todo quera rezar sobre el tema y obtener luz de lo alto antes de decidir. Recuerdo ms de un caso, en los aos que fui sustituto en la Secretara de Estado, en los que me pareci que el Papa ya estaba claramente a favor de una determinada opcin. Le pregunt, por lo tanto, si se poda proceder a comunicarlo. La respuesta fue: Esperemos, quiero an rezar un poco por esta opcin antes de decidir definitivamente. Cuando se estaba estudiando una cuestin y no se lograba encontrar la solucin, el Papa conclua diciendo: An debemos rezar para que el Seor venga en nuestra ayuda. Juan Pablo II se confiaba a la oracin para encontrar claridad en el camino a seguir. Dos semanas despus de su eleccin a la sede de Pedro, fue al santuario de la Mentorella, a unos sesenta kilmetros de Roma, y habl de la oracin y afirm, entre otras cosas, que la primera tarea del Papa en relacin con la Iglesia y con el mundo era rezar. Dijo: La oracin (...) es tambin la primera tarea y como el primer anuncio del Papa, del mismo modo que es el primer requisito de su servicio a la Iglesia y al mundo. Aadi, tambin, que la oracin es la primera condicin de la autntica libertad de espritu... para escuchar la voz interior del Espritu divino. La oracin da un sentido a toda la vida en cada momento y en cualquier circunstancia (Homila en el santuario de la Mentorella, LOsservatore Romano, edicin en lengua espaola, 5 de noviembre de 1978, p. 11). La oracin era algo espontneo en l y, al mismo tiempo, estaba relacionada con las prcticas de piedad tradicionales, entre ellas la hora de adoracin cada jueves, el va crucis que haca cada viernes y el rosario diario. La Eucarista, el crucifijo y la Virgen eran los tres centros de su piedad. La misa era para l la realidad ms alta y ms sagrada: el corazn de cada uno de sus das. En un encuentro con los sacerdotes en 1995 dijo: La misa es en modo absoluto el centro de mi vida y de cada una de mis jornadas. Cuando estaba en casa y el horario le permita estar solo en la capilla, me han contado que le gustaba rezar incluso postrndose extendido en el suelo como los das de la ordenacin sacerdotal y episcopal. Con esa posicin quera expresar profunda adora-

la canonizacin de los dos Papas y en las redes sociales informaciones en tiempo real

tos en alta definicin


En casa o en una sala de cine, millones de personas en cada rincn del mundo podrn participar en la canonizacin de Juan XXIII y Juan Pablo II junto a los cientos de miles de fieles que estarn presentes en la plaza de San Pedro. Y gracias al uso de las ms avanzadas tecnologas, como la alta definicin, el 3D y el ultra HD, el prximo 27 de abril podrn participar en una experiencia audiovisual sin precedentes. Mrito sobre todo del Centro televisivo vaticano (CTV) que transmitir en directo el evento. Un esfuerzo titnico para cinco horas en directo, hecho posible por la colaboracin de importantes socios del sector. Por primera vez, en efecto, un acontecimiento de relevancia tan grande se realizar con la integracin de las tres diferentes tecnologas que representan el nivel ms avanzado en mbito televisivo. La iniciativa fue presentada el lunes 31 de marzo, por la tarde, durante la conferencia de prensa que tuvo lugar en el atrio del aula Pablo VI, donde, entre otras cosas, la Oficina de prensa de la Santa Sede montar un muy bien equipado media center para acoger a los cientos de periodistas, fotgrafos y cmaras acreditados para la ocasin. Queremos ofrecer dijo monseor Dario Vigan, director del CTV al presentar el proyecto por un lado una gran difusin de tipo inmersin a las personas que no podrn venir. Todo el mundo est implicado en el acontecimiento y haremos que los espectadores desde casa se sientan dentro de la celebracin, junto a los muchos que participarn personalmente, para rezar. Por otro lado aadi monseor Vigan sentimos la responsabilidad de custodiar la historia y por ello experimentamos la tecnologa 4K, que hoy es la frontera ms eficaz. La misma, en efecto, permite obtener imgenes sumamente ntidas, que se pueden archivar y conservar para el futuro. En la misma longitud de onda el arzobispo Claudio Maria Celli, presidente del Consejo pontificio para las comunicaciones sociales, para quien el desafo es precisamente hacer partcipes a nivel mundial a los hombres y mujeres de hoy que quieren estar presentes en este gran acontecimiento de la fe. Las nuevas tecnologas son, sobre todo, una ocasin de relacin, de conocimiento, de participacin. Las tomas en 4K las har el CTV junto al socio Sony, con el soporte tecnolgico de DBW communication. La transmisin en 3D ser, en cambio, coordinada por el CTV juntamente con la plataforma Sky. El 27 de abril se usarn trece cmaras 3D de ltima geSIGUE EN LA PGINA 11

cin y humilde imploracin ante la infinita grandeza de Dios. Con respecto al va crucis que Juan Pablo II haca cada viernes, el cardenal Innocenti me cont el siguiente episodio. Era nuncio en Madrid cuando el primer viaje a Espaa de Juan Pablo II. El Papa, el jueves de esa semana, haba tenido una jornada muy intensa, por lo que lleg a la cena a las 21.00. El programa del da siguiente prevea el desayuno a las 6.30 y luego la salida hacia Sevilla a las 7.00. El nuncio se despert temprano, un poco por la preocupacin de la visita pastoral del Papa, un poco porque haba cedido su cama y su habitacin al Papa por lo cual haba dormido en una cama pequea ubicada en el desvn. As, a las 5 de la maana ya se haba levantado. Baj al primer piso a las 5.30 convencido de que el Papa bajara una hora ms tarde. Not, sin embargo, que en la capilla de la nunciatura estaba encendida la luz. Pens que la noche anterior haban olvidado apagarla. Fue a abrir la puerta de la capilla y, con sorpresa, vio al Papa arrodillado en tierra, ante una de las estaciones del va crucis. La jornada estaba llena de compromisos pastorales en Sevilla y en Granada, pero el Papa ya estaba en la capilla a las 5.30 de la maana para hacer el va crucis. Acompa al Papa a Tierra Santa en el ao 2000. El viernes de esa semana, en el vuelo de Jerusaln al lago de Tiberades, el Papa, llevando en la mano un folleto, rez el va crucis tal como le fue posible hacerlo, en el helicptero. En el ao 2000 no tena la salud de antes, de lo contrario seguramente lo hubiese hecho de noche. Respecto a la oracin de peticin, respecto a la oracin de adoracin, de accin de gracias y de peticin de perdn, encontr interesante la respuesta que el Papa Juan Pablo II dio a Andr Frossard durante algunos coloquios que mantuvo con l en Castelgandolfo en 1982. Traduzco literalmente el prrafo del tomo publicado por Frossard en noviembre del mismo ao bajo el ttulo Nayez pas peur!: Hubo un tiempo en mi vida en el cual me pareca conveniente limitar la oracin de peticin (es decir, la oracin de intercesin en favor de una persona o de una situacin) para dejar ms espacio a la oracin de adoracin, de alabanza y de accin de gracias, juzgndola ms noble. Este tiempo ha pasado. Cuanto ms sigo adelante voy por el camino que la Providencia me ha indicado, ms siento con mayor fuerza en m la necesidad de recurrir a la oracin de peticin, y ms se ampla el crculo de las peticiones a D ios. Juan Pablo II con su oracin abrazaba a todo el mundo y en ms de una ocasin habl de geografa de la oracin, confiando que, mientras rezaba, daba idealmente la vuelta al mundo, detenindose en las naciones ms oprimidas y necesitadas. Su oracin de intercesin en favor de personas y de situaciones tena siempre una amplitud universal. No cabe duda de que Juan Pablo II fue un mstico. Un mstico, sin embargo, atento a las personas y a las situaciones. Un mstico que influy en el curso de la historia; un Papa que el mundo estim por el incontenible dinamismo, por los numerosos gestos, las innumerables iniciativas, los grandiosos viajes y que admir por la obra realizada a fin de que nuestro mundo abriese las puertas y el corazn a Cristo, redentor del hombre. Motivo inspirador de toda la actividad del Papa Juan Pablo II fue el deseo de acercar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo a Dios y de hacer entrar a Dios en nuestro mundo con plena ciudadana.

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LOSSERVATORE ROMANO

viernes 4 de abril de 2014, nmero 14

COMUNICACIONES
Colegio episcopal
Monseor Aurelio Pesoa Ribera y Jorge ngel Saldas Pedraza, auxiliares de la arquidicesis de La Paz (Bolivia)
RENUNCIAS: El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la dicesis de esk Budjovice (Repblica Checa) que monseor JI PAOUR, O.F .M.CAP., le haba presentado en conformidad con el canon 401 2 del Cdigo de derecho cannico. Ji Padour, O.F.M.CAP., naci en Vrclav, dicesis de Hradec Krlov, el 4 de abril de 1943. Recibi la ordenacin sacerdotal el 21 de junio de 1975. Juan Pablo II le nombr obispo titular de Ausuccura y auxiliar de Praga el 3 de diciembre de 1996; recibi la ordenacin episcopal el 11 de enero de 1997. El mismo Papa le nombr obispo coadjutor de esk Budjovice el 23 de febrero de 2001. Pas a ser obispo de dicha sede el 25 de septiembre de 2002. El Papa ha aceptado la renuncia a la funcin de auxiliar de la archidicesis de Pozna (Polonia) que monseor ZDZISAW FORTUNIAK, obispo titular de Tamagrista, le haba presentado en conformidad con los cnones 411 y 401 1 del Cdigo de derecho cannico. Zdzisaw Fortuniak naci en Wieszczyczyn, archidicesis de Pozna, el 21 de febrero de 1939. Recibi la ordenacin sacerdotal el 26 de mayo de 1963. Juan Pablo II le nombr obispo titular de Tamagrista y auxiliar de Pozna el 10 de abril de 1982; recibi la ordenacin episcopal el 9 de mayo del mismo ao. EL PAPA
HA NOMBRAD O:

Curia romana
CONGREGACIN
PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA Y LAS SO CIEDADES DE VIDA APOSTLICA

te Jacob Nampudakam, rector general de la Sociedad del Apostolado Catlico; al seor Giorgio Mario Mazzola, presidente general del Instituto secular Cristo Rey; ha confirmado miembros a los cardenales: Nicols de Jess Lpez Rodrguez, Francis Eugene George, Wilfrid Fox Napier, Philippe Barbarin, Agostino Vallini, Sean Patrick O'Malley, Dominik Duka, Paolo Sardi, Giuseppe Versaldi; a los monseores: Thomas Menamparampil, Pierre Raffin; y al padre Adolfo Nicols Pachn, prepsito general de la Compaa de Jess. CONSEJO
PONTIFICIO PARA EL DILO GO INTERRELIGIOSO

El Santo Padre ha adoptado las siguientes disposiciones en la Congregacin para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostlica: ha confirmado prefecto al cardenal Joo Braz de Aviz; ha nombrado miembros a los cardenales: Norberto Rivera Carrera, arzobispo de Mxico; Oscar Andrs Rodrguez Maradiaga, S.D.B., arzobispo de Tegucigalpa (Honduras); George Pell, prefecto de la Secretara de asuntos econmicos; Marc Ouellet, P.S.S., prefecto de la Congregacin para los obispos; Luis Antonio G. Tagle, arzobispo de Manila (Filipinas); Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo pontificio para la cultura y de la Comisin pontificia de arqueologa sacra; Fernando Filoni, prefecto de la Congregacin para la evangelizacin de los pueblos; Domenico Calcagno, presidente de la Administracin del patrimonio de la Sede apostlica; los monseores: Francesco Cacucci, arzobispo de Bari-Bitonto (Italia); Leo Jun Ikenaga, S.J., arzobispo de Osaka (Japn); Francisco Chimoio, O.F.M.CAP., arzobispo de Maputo (Mozambique); Gianfranco Agostino Gardin, O.F .M.CONV., arzobispo, obispo de Treviso (Italia); Luis Gerardo Cabrera Herrera, O.F.M., arzobispo de Cuenca en Ecuador; Ricardo Blzquez Prez, arzobispo de Valladolid (Espaa); Joseph W. Tobin, C.SS.R., arzobispo de Indianpolis (Estados Unidos); Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre (Brasil); Jos Francisco Ulloa Rojas, obispo de Cartago (Costa Rica); Lucas Van Looy, S.D.B., obispo de Gante (Blgica); Vicente Jimnez Zamora, obispo de Santander (Espaa); Gregor Maria Hanke, O.S.B., obispo de Eichsttt (Alemania); John Corriveau, O.F .M.CAP., obispo de Nelson (Canad); Kieran O'Reilly, S.M.A., obispo de Killaloe (Irlanda); Eusebio Hernndez Sola, O.A.R., obispo de Tarazona (Espaa); al padre Enrique Figaredo Alvargonzalez, S.J., prefecto apostlico de Battambang (Camboya); a los superiores generales: dom Bruno Marin, abad presidente de la Congregacin Benedictina Sublacense Casinense; padre Bruno Cador, maestro general de la Orden de Frailes Predicadores; padre Mauro Jhri, ministro general de la Orden de los Frailes menores capuchinos; padre Enrique Snchez Gonzlez, superior general de los Misioneros Combonianos del Corazn de Jess; Fr. Emili Tur Rofes, superior general de los Hermanos Maristas de las escuelas; al sacerdo-

Obispo de Wichita (Estados Unidos) a monseor CARL ALLAN KEMME. Carl Allan Kemme naci en Effingham, dicesis de Springfield (Illinos, Estados Unidos), el 14 de agosto de 1960. Recibi la ordenacin sacerdotal el 10 de mayo de 1986. Ha sido vicario parroquial y prroco en diversas parroquias, administrador diocesano, vicario forneo, y, en el ltimo perodo, vicario general y moderador de la curia. Obispo de Amiens (Francia) a monseor OLIVIER LEBORGNE. Olivier Leborgne naci en Nantes (Francia) el 13 de noviembre de 1963. Recibi la ordenacin sacerdotal el 29 de junio de 1991, incardinado en la dicesis de Versalles. Se licenci en teologa en el Instituto catlico de Pars. En su ministerio ha desempeado los siguientes cargos: vicario parroquial y prroco;
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El Papa ha confirmado presidente del Consejo pontificio para el dilogo interreligioso al cardenal Jean Louis Tauran y secretario al padre Miguel ngel Ayuso Guixot, M.C.C.J. El Sumo Pontfice ha confirmado, hasta la conclusin de los respectivos mandatos, a los miembros y consultores del Consejo pontificio para el dilogo interreligioso, y ha nombrado miembro de dicho Consejo pontificio a Su Beatitud Louis
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Audiencias pontificias
EL SANTO PADRE
HA RECIBID O:

Reunin de los jefes de dicasterio presidida por el Papa


El Santo Padre presidi el martes 1 de abril, en la sala Bolonia, una reunin de los jefes de dicasterio de la Curia romana. Tema de la reunin informa un comunicado de la Oficina de prensa de la Santa Sede fueron las reflexiones y las reacciones suscitadas en los diversos dicasterios por la exhortacin apostlica Evangelii gaudium y las perspectivas que se abren para su puesta en prctica. El encuentro inici a las 9.30 y concluy a las 12.00.

Sbado 29 de marzo Al cardenal Marc Ouellet, P.S.S., prefecto de la Congregacin para los obispos. Al cardenal Gerhard Ludwig Mller, prefecto de la Congregacin para la doctrina de la fe. Lunes, da 31 A monseor Mario Zenari, arzobispo titular de Zuglio, nuncio apostlico en Siria. Al presidente de la American Bible Society, Steven Todd Green, con su esposa y el squito. A monseor Lucas Van Looy, S.D.B., obispo de Gante (Blgica). Jueves 3 de abril A Su Majestad la Reina Isabel de Inglaterra, con Su Alteza real el duque de Edimburgo y el squito.
II

cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregacin para las causas de los santos.
S.D.B.,

Al

A los obispos de la Conferencia episcopal de Ruanda, en visita ad limina Apostolorum: Monseor Thadde Ntihinyurwa, arzobispo de Kigali. Monseor Philippe Rukamba, obispo de Butare, administrador apostlico sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis de Gikongoro. Monseor Servilien Nzakamwita, obispo de Byumba. Monseor Jean Damascne Bimenyimana, obispo de Cyangugu. Monseor Smaragde Mbonyintege, obispo de Kabgayi. Monseor Antoine Kambanda, obispo de Kibungo.
S.J.,

Enviado especial
El Papa ha nombrado enviado especial suyo al santuario de San Agustn de Hipona en Annaba (Argelia), recientemente restaurado, para la celebracin de su consagracin en el centenario de su elevacin a baslica, que tendr lugar el 2 de mayo prximo, al cardenal JEAN LOUIS TAURAN, presidente del Consejo pontificio para el dilogo interreligioso.

Al primer ministro de Cabo Verde, Jos Maria Pereira Neves, con el squito.

Monseor Alexis Habiyambere, obispo de Nyundo.

Monseor Vincent Harolimana, obispo de Ruhengeri.

nmero 14, viernes 4 de abril de 2014

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El Papa Francisco al captulo general de la Sociedad salesiana de San Juan Bosco

Con los jvenes excluidos de la sociedad


Ir al encuentro de los jvenes marginados y excluidos de la sociedad requiere valor, madurez humana y mucha oracin. Lo record el Papa al captulo general Queridos hermanos: Sois bienvenidos! Doy las gracias a don ngel por sus palabras. A l y al nuevo consejo general les deseo saber servir guiando, acompaando y sosteniendo a la congregacin salesiana en su camino. Que el Espritu Santo os ayude a percibir las expectativas y los desafos de nuestra poca, especialmente de los jvenes, e interpretarlos a la luz del Evangelio y de vuestro carisma. Imagino que durante el captulo que tuvo como tema Testigos de la radicalidad evanglica habis tenido siempre delante de vosotros a don Bosco y a los jvenes; y a don Bosco con su lema: Da mihi animas, cetera tolle. l reforzaba este programa con otros dos elementos: trabajo y templanza. Recuerdo que en el colegio estaba prohibido dormir la siesta... Templanza! a los salesianos y a nosotros. El trabajo y la templanza deca harn florecer la congregacin. Cuando se piensa en trabajar por el bien de las almas, se supera la tentacin de la mundanidad espiritual, no se buscan otras cosas, sino slo a Dios y su reino. Templanza, adems, es sentido de la medida, contentarse, ser sencillos. de la Sociedad salesiana de San Juan Bosco durante la audiencia del lunes 31 de marzo, por la maana, en la sala Clementina. razn es fundamental para acercarse y llegar a ser sus amigos. Es de gran importancia aqu la dimensin vocacional. A veces la vocacin a la vida consagrada se confunde con una opcin de voluntariado, y esta visin distorsionada no hace bien a los institutos. El prximo ao 2015, dedicado a la vida consagrada, ser una ocasin propicia para presentar su belleza a los jvenes. Es necesario evitar en cada caso visiones parciales, para no suscitar respuestas vocacionales frgiles y sostenidas por motivaciones dbiles. Las vocaciones apostlicas son ordinariamente fruto de una buena pastoral juvenil. El cultivo de las vocaciones requiere atenciones especficas: ante todo la oracin, luego actividades propias, itinerarios personalizados, la valenta de la propuesta, el acompaamiento y la implicacin de las familias. La geografa vocacional ha cambiado y est cambiando, y esto significa nuevas exigencias para la formacin, el acompaamiento y el discernimiento. Trabajando con los jvenes, vosotros encontris el mundo de la exclusin juvenil. Y esto es tremendo. Hoy es tremendo pensar que hay ms de 75 millones de jvenes sin trabajo, aqu, en Occidente. Pensemos en la vasta realidad de la desocupacin, con tantas consecuencias negativas. Pensemos en las dependencias, que lamentablemente son mltiples, pero que derivan de la raz comn de una falta de amor autntico. Ir al encuentro de los jvenes marginados requiere valor, madurez y mucha oracin. Y a este trabajo se deben enviar a los mejores, los mejores! Puede existir el riesgo de dejarse llevar por el entusiasmo, enviando a tales fronteras a personas de buena voluntad, pero no aptas. Por ello es necesario un atento discernimiento y un constante acompaamiento. El criterio es este: All van los mejores. Necesito a este para hacerlo superior de aqu, o para estudiar teologa.... Pero si tienes esta misin, mndalo all, a los mejores! Gracias a Dios vosotros no vivs y no trabajis como individuos aislados, sino como comunidad: y dad gracias a Dios por esto. La comunidad sostiene todo el apostolado. A veces las comunidades religiosas atraviesan tensiones, con el riesgo del individualismo y de la dispersin, en cambio se necesita una comunicacin profunda y de relaciones autnticas. La fuerza humanizadora del Evangelio es testimoniada por la fraternidad vivida en comunidad, hecha de acogida, respeto, ayuda mutua, comprensin, cortesa, perdn y alegra. El espritu de familia que os ha dejado don Bosco ayuda mucho en este sentido, favorece la perseverancia y crea atraccin por la vida consagrada. Que la pobreza de don Bosco y de mam Margarita inspire en cada salesiano y en cada una de vuestras comunidades una vida esencial y austera, cercana a los pobres, transparencia y responsabilidad en la gestin de los bienes. La evangelizacin de los jvenes es la misin que el Espritu Santo os ha confiado en la Iglesia. Esa misin est estrechamente unida a su educacin: el camino de fe se injerta en el camino de crecimiento y el Evangelio enriquece tambin la maduracin humana. Es necesario preparar a los jvenes para trabajar en la sociedad segn el espritu del Evangelio, como agentes de justicia y de paz, y a vivir como protagonistas en la Iglesia. Para ello vosotros os servs de las necesarias profundizaciones y actualizaciones pedaggicas y culturales, para responder a la actual emergencia educativa. Que la experiencia de don Bosco y su sistema preventivo os sostengan siempre en el compromiso de vivir con los jvenes. Que la presencia en medio de ellos se distinga por esa ternura que don Bosco llam demostracin de afecto, experimentando tambin nuevos lenguajes, pero sabiendo bien que el lenguaje del co-

Queridos hermanos, el bicentenario del nacimiento de don Bosco est ya a la puerta. Ser un momento propicio para volver a proponer el carisma de vuestro fundador. Mara Auxiliadora jams ha dejado faltar su ayuda en la vida de la congregacin, y ciertamente no la har faltar tampoco en el futuro. Que su intercesin maternal os alcance de Dios los frutos esperados y deseados. Os bendigo y rezo por vosotros, y, por favor, rezad por m.

Santos en alta definicin


VIENE DE LA PGINA 8

Brgamo y Roma para la canonizacin


VIENE DE LA PGINA 8

do 26 de abril y sacerdotes disponibles para confesar en diversos idiomas; la segunda, un encuentro dedicado a los jvenes en San Juan de Letrn, el martes 22. Por ltimo, la Iglesia de Roma ha preparado la plataforma digital www.2papisanti.org que ofrecer informaciones logsticas y contenidos sobre la espiritualidad de los dos Pontfices. El cardenal vicario Agostino Vallini habl de una fiesta de la santidad, en una poca en la que hay necesidad de esperanza. Ofreciendo una lectura espiritual del acontecimiento, el purpurado destac en particular el estilo de cercana y de acogida que une a los dos Pontfices. Hay un hilo conductor dijo que los une: su fe como modelo de vida cristiana y humana. Ambos indicaron a todos los cristianos una meta: Roncalli con la convocatoria del Conci-

lio Vaticano II, llamando con gran valenta y fe a la Iglesia a renovarse; Wojtya comprometindose a lo largo de muchas sendas nuevas de la fe y de la pastoral. Durante el encuentro con los periodistas, al responder a sus preguntas, el director de la Oficina de prensa, padre Federico Lombardi, precis que no hay an previsiones o cifras precisas por parte de la Santa Sede, acerca del nmero de peregrinos que llegarn. Nosotros invitamos a todos a venir serenamente, sin miedos, aadi. Por lo que respecta, en cambio, a la presencia del Papa emrito, explic que Benedicto XVI ha sido invitado pero que, a un mes del acontecimiento, no hay ninguna seguridad. Por ltimo anunci que se est potenciando la estructura informativa para los numerosos medios de comunicacin que se estn acreditando.

neracin y los abonados accedern a la ceremonia en el canal Sky3D. El socio Nexo digital, por su parte, distribuir las imgenes en 500 cines del mundo, ms de 120 en Italia (la lista completa est en www.nexodigital.it), donde ser posible asistir gratuitamente a todo el evento. A Globecast, por ltimo, se le confa la transmisin de las seales, mientras que Eutelsat garantizar la cobertura global de la canonizacin con nueve satlites, ms de los que se utilizan para un mundial de ftbol o para una olimpiada. Radio Vaticana suministrar, como es costumbre, el audio, concluy el director, padre Federico Lombardi. Y sin precedentes ser tambin la cobertura social de la ceremonia: desde Facebook hasta Twitter y Youtube en todos los medios digitales se encuentran canales de comunicacin y de informacin referidos a la vida y a las obras de Roncalli y Wojtya y el acontecimiento que los ve protagonistas juntos en la plaza de San Pedro. Adems, despus de la activacin del sitio oficial www.2papisanti.org es inminente el lanzamiento del app gratuita santosubito para tableta y smartphone, que contiene indicaciones logsticas, material litrgico y noticias en tiempo real.

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Colegio episcopal
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Curia romana
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responsable diocesano para la pastoral juvenil; vicario episcopal y, en el ltimo perodo, vicario general de la dicesis de Versalles. Obispo de Derry (Irlanda) a monseor D ONAL MCKEOWN, hasta ahora obispo titular de Cell Ausaille y auxiliar de Down and Connor. Donal McKeown naci en Randalstown, dicesis de Down and Connor, el 12 de abril de 1950. Recibi la ordenacin sacerdotal el 3 de julio de 1977. Juan Pablo II le nombr obispo titular de Cell Ausaille y auxiliar de la dicesis de Down and Connor el 22 de febrero de 2001; recibi la ordenacin episcopal el 29 de abril del mismo ao. Obispo de Piazza Armerina (Italia) al presbtero ROSARIO GISANA. Rosario Gisana naci en Modica, dicesis de Noto, el 14 de abril de 1959. Recibi la ordenacin sacerdotal el 4 de octubre de 1986. Se licenci en ciencias bblicas en el Pontificio Instituto Bblico de Roma y se doctor en patrstica en el Augustinianum de Roma. Ha sido rector del seminario diocesano; miembro del consejo presbiteral, del colegio de consultores y de la comisin para el clero; director de la oficina diocesana de Catequesis; docente en diversas instituciones y vicario episcopal para la pastoral. Obispo titular de Leges y auxiliar de la arquidicesis de La Paz (Bolivia) al padre AURELIO PESOA RIBERA, O.F .M. Aurelio Pesoa Ribera, O.F.M., naci en Concepcin, vicariato apostlico de uflo de Chvez (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia) el 10 de octubre de 1962. Ingres en la Orden de Frailes Menores, donde recibi la ordenacin sacerdotal el 16 de abril de 1989. Se licenci en teologa dogmtica en la Pontificia Universidad Antonianum de Roma. Ha sido docente en diversas instituciones de su provincia franciscana; guardin y maestro de los profesos temporales; definidor provincial; presidente del Tribunal eclesistico de primera instancia en la arquidicesis de Santa Cruz, vicario parroquial y, en el ltimo perodo, ministro provincial. Obispo titular de Felbes y auxiliar de La Paz (Bolivia) al padre JORGE NGEL SALDAS PEDRAZA, O.P. Jorge ngel Saldas Pedraza, O.P., naci en Buena Visa-La Arboleda, Santa Cruz de la Sierra, el 13 de agosto de 1968. Ingres en la Orden de Predicadores (dominicos), donde recibi la ordenacin sacerdotal el 25 de mayo de 2001. Se licenci en teologa en el Instituto superior de estudios teolgicos de Cochabamba (ISET). En su ministerio ha sido vicario parroquial y vicario provincial de la viceprovincia dominicana de Bolivia; rector y prroco en diversas parroquias; miembro del consejo presbiteral; vicario episcopal de una vicara y juez del Tribunal eclesistico con sede en Santa Cruz de la Sierra.

Obispo titular de Vertara y auxiliar de Brasilia (Brasil) a monseor MARCONY VINCIUS FERREIRA. Marcony Vincius Ferreira naci en Brasilia el 3 de marzo de 1964. Recibi la ordenacin sacerdotal el 3 de diciembre de 1988. En su ministerio ha desempeado, entre otros, los siguientes cargos: prroco en diversas parroquias; coordinador diocesano de la pastoral y de la comisin litrgica; miembro del consejo presbiteral y del colegio de consultores; responsable de la formacin litrgica y doctrinal de ministros extraordinarios de la Comunin; docente en dos seminarios mayores de la archidicesis; vicario episcopal y, en el ltimo perodo, vicario general. Obispo titular de Vatarba y auxiliar de Miami (Estados Unidos) a monseor PETER BALDACCHINO. Peter Baldacchino naci en Sliema (Malta) el 5 de diciembre de 1960. Recibi la ordenacin sacerdotal el 25 de mayo de 1996, incardinado en la archidicesis de Newark (Estados Unidos). En su ministerio ha desempeado los siguientes cargos: vicario parroquial, prroco y canciller de la misin sui iuris en las islas Turcas y Caicos.

Raphal I Sako, patriarca de Babilonia de los caldeos (Irak). Su Santidad ha nombrado adems consultores del Consejo pontificio para el dilogo interreligioso a los monseores: Tomash Bernard Peta, arzobispo de Mara Santsima en Astana (Kazajistn); William Hanna Shomali, obispo titular de Lidda, auxiliar y vicario general del Patriarcato de Jerusaln de los latinos (Jerusaln); a monseor Franois Bousquet (Francia), rector del Colegio sacerdotal de San Luis de los franceses en Roma; a los sacerdotes Valentino Cottini, presidente del Pontificio Instituto de estudios rabes e islmicos (Italia); Clarence Devadass, secretario de la Comisin para el ecumenismo y el dilogo interreligioso (Malasia); a los padres: Claudio Monge, O.P., presidente de la Unin de los religiosos y religiosas de Turqua; Jos Manuel H. Arenas, S.J., secretario de la Comisin para el ecumenismo y el dilogo interreligioso (Chile); William Skudlarek, O.S.B., de la abada Saint Johns en Collegeville (Estados Unidos), secretario general del dilogo interreligioso monstico en Roma; la religiosa Carmen Sammut (Malta), superiora general de las Misioneras de Nuestra Seora de

frica (Hermanas Blancas); y la doctora Ilaria Morali, directora del departamento de misionologa en la Pontificia Universidad Gregoriana (Italia). CONSEJO
PONTIFICIO PARA LA CULTURA

El Santo Padre ha confirmado presidente del Consejo pontificio para la cultura al cardenal GIANFRANCO RAVASI; delegado a monseor Carlos ALBERTO DE PINHO MOREIRA AZEVED O, obispo titular de Belali; y secretario a monseor BARTHLEMY AD OUKONOU, obispo titular de Zama minore. El Sumo Pontfice ha confirmado adems, hasta la conclusin de los respectivos mandatos, a los miembros y consultores del Consejo pontificio para la cultura, y ha nombrado miembros del mismo Consejo pontificio a los cardenales: Bchara Boutros Ra, patriarca de Antioqua de los maronitas (Lbano); y Kazimierz Nycz, arzobispo de Varsovia, Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en Polonia y desprovistos de Ordinario del propio rito (Polonia); a los monseores: Denis James Hart, arzobispo de Melbourne (Australia); Arthur Roche, secretario de la Congregacin para el culto divino y la disciplina de los sacramentos; Alfonso Corts Contreras, arzobispo de Len (Mxico); Vctor Manuel Fernndez, arzobispo titular de Tiburnia, rector de la Pontificia Universidad Catlica Santa Mara de los Buenos Aires (Argentina); Paul-Andr Durocher, arzobispo de Gatineau (Canad); Filomeno Do Nascimento Vierra Dias, obispo de Cabinda (Angola); Cecilio Ral Berzosa Martnez, obispo de Ciudad Rodrigo (Espaa); Joaquim Giovanni Mol Guimares, obispo titular de Galtell, auxiliar de Belo Horizonte (Brasil); Franz-Josef O verbeck, obispo de Essen, Ordinario militar para la Repblica Federal de Alemania; Linus Lee Seong Hyo, obispo titular de Torre di Tamalleno, auxiliar de Suwon (Corea); Charles Morerod, O.P ., obispo de Lausana, Ginebra y Friburgo (Suiza); y al seor Rafael Vicua, profesor de biologa molecular en la Pontificia Universidad catlica de Santiago de Chile.

Telegrama del Papa

Por el terremoto en Chile


Tras recibir la noticia del sesmo que azot el norte de Chile el martes 1 de abril, el Santo Padre envi un telegrama al cardenal Ricardo Ezzatti Andrello, S.D.B., arzobispo de Santiago de Chile y presidente de la Conferencia episcopal. Querido hermano: Hondamente apenado al conocer la noticia del sesmo que ha ocasionado vctimas y heridos, as como daos materiales y cuantiosos desplazados en ese amado pas, por tu medio deseo hacer llegar a todos los chilenos mi cercana y sentido afecto. Pido a Dios que otorgue el eterno descanso a los fallecidos, consuele a los afectados por tan lamentable desgracia e inspire en todos sentimientos de esperanza para afrontar dicha adversidad. Asimismo, ruego encarecidamente a las comunidades cristianas, instituciones civiles y personas de buena voluntad, que, en estos tristes momentos, presten una ayuda eficaz a los damnificados, con espritu generoso y fraterna caridad. Mientras invoco la amorosa proteccin de Nuestra Seora del Carmen, imparto mi bendicin como signo de cordial aprecio al noble pueblo chileno, tan presente en mi corazn.

Lutos en el episcopado
Monseor PROSPERO N. ARELLANO, obispo prelado emrito de Libmanan (Filipinas), falleci el 1 de febrero. Haba nacido en Bombon, archidicesis de Cceres (Filipinas), el 17 de enero de 1937. Era sacerdote desde el 30 de marzo de 1963. Juan Pablo II le nombr obispo-prelado de la prelatura territorial de Libmanan el 9 de diciembre de 1989; recibi la ordenacin episcopal el 19 de marzo de 1990. Benedicto XVI acept su renuncia al gobierno pastoral de dicha sede el 19 de mayo de 2008. Monseor Carlos MARCIO CAMUS LARENAS, obispo emrito de Linares (Chile), falleci el 16 de marzo. Haba nacido en Valparaso el 14 de enero de 1927. Era sacerdote desde el 21 de septiembre de 1957. Pablo VI le nombr obispo de Copiap el 31 de enero de 1968; recibi la ordenacin episcopal el 3 de marzo sucesivo. El mismo Papa le traslad a la dicesis de Linares el 11 de diciembre de 1976. Juan Pablo II acept su renuncia al gobierno pastoral de dicha dicesis el 17 de enero de 2003. Monseor JOS DELICAD O BAEZA, arzobispo emrito de Valladolid (Espaa), falleci el 17 de marzo. Haba nacido en Almansa, dicesis de Albacete, el 18 de enero de 1927. Era sacerdote desde el 21 de julio de 1951. Pablo VI le nombr obispo de Tui-Vigo el 4 de agosto de 1969; recibi la ordenacin episcopal el 28 de septiembre de dicho ao. El mismo Papa le promovi a arzobispo de Valladolid el 18 de abril de 1975. Juan Pablo II acept su renuncia al gobierno pastoral de dicha archidicesis el 28 de agosto de 2002. Monseor GIUSEPPE AGOSTINO, arzobispo emrito de Cosenza-Bisignano (Italia), falleci el 24 de marzo. Haba nacido en Reggio Calabria el 25 de noviembre de 1928. Era sacerdote desde el 15 de julio de 1951. Pablo VI le nombr arzobispo de Santa Severina y obispo de Crotone y de Cariati el 21 de diciembre de 1973; recibi la ordenacin episcopal el 11 de febrero de 1974. Renunci al gobierno pastoral de la dicesis de Cariati el 4 de abril de 1979. Juan Pablo II le nombr arzobispo de Cosenza-Bisignano el 6 de junio de 1998; y acept su renuncia al gobierno pastoral de dicha sede el 18 de diciembre de 2004.

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LOSSERVATORE ROMANO

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Misa con el Papa en Santa Marta


VIENE DE LA PGINA 7

Ms all de los formalismos


A los numerosos heridos que son acogidos en ese gran hospital de campo smbolo de la Iglesia uno se debe acercar sin acedia espiritual y sin formalismos. Es lo que recomend el Papa Francisco en la misa del martes 1 de abril en la Casa Santa Marta. Invit tambin a los cristianos a no vivir bajo anestesia y a superar las tentaciones de la resignacin, de la tristeza y del no implicarse. El agua explic al comentar las lecturas es el smbolo en la liturgia de hoy: el agua que cura, el agua que trae la salud. E hizo referencia sobre todo al pasaje del Evangelio de san Juan (5, 1-16): es la historia del hombre paraltico de treinta y ocho aos que estaba con otros muchos enfermos junto a la piscina en Jerusaln esperando ser curado. Y, as, cuando Jess vio a ese hombre le pregunt: quieres quedar sano?. Su respuesta est preparada: Claro Seor, estoy aqu para esto. Pero no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua se agita. Mientras estoy llegando al lugar, otro baja antes que yo. Exista la idea explic el Pontfice que cuando las aguas se agitaban era el ngel del Seor que vena a curar. La reaccin de Jess es una orden: Levntate, toma tu camilla y echa a andar. Y el hombre fue curado. Luego, continu el Papa, el apstol cambia el tono de la narracin y recuerda que ese da era sbado. As recoge las reacciones de los que rieron al hombre que fue curado precisamente porque llevaba su camilla un da de sbado, a pesar de la prohibicin. Un modo de actuar, afirm el Pontfice, que se refiere tambin a nuestra actitud ante las numerosas enfermedades fsicas y espirituales de la gente. Y en especial, destac, encuentro aqu la imagen de dos enfermedades fuertes, espirituales sobre las cuales nos har bien reflexionar. La primera enfermedad es la que aflige al hombre paraltico y que ya estaba como resignado y tal vez se deca a s mismo la vida es injusta, otros tienen ms suerte que yo. En su forma de hablar hay un tono de lamento: est resignado pero tambin amargado. Una actitud, destac el Papa, que hace pensar tambin en muchos catlicos sin entusiasmo y amargados que se repiten a s mismos yo voy a misa todos los domingos pero es mejor no comprometerse. Yo tengo fe para mi salud, pero no siento la necesidad de darla a otro: cada uno en su casa, tranquilo, tambin porque si en la vida t haces algo luego te reprochan: es mejor no implicarse. Precisamente esta es la enfermedad de la acedia de los cristianos, una actitud que es paralizante para el celo apostlico y que hace de los cristianos personas inmviles, tranquilas, pero no en el buen sentido de la palabra: personas que no se

preocupan por salir para anunciar el Evangelio, personas anestesiadas. Una anestesia espiritual que lleva a la consideracin negativa de que es mejor no comprometerse para vivir as con esa acedia espiritual. Y la acedia es tristeza. Es el perfil de cristianos tristes en el fondo a quienes les gusta saborear la tristeza hasta llegar a ser personas no luminosas y negativas. Y esta, alert el Papa, es una enfermedad para nosotros cristianos. Tal vez vamos a misa todos los domingos pero tambin decimos por favor, no molestar. Los cristianos sin celo apostlico no sirven y no hacen bien a la Iglesia. Lamentablemente, dijo el Pontfice, hoy son muchos los cristianos egostas que cometen el pecado de la acedia contra el celo apostlico, contra las ganas de llevar la novedad de Jess a los dems; esa

novedad que me ha sido donada gratuitamente. El otro pecado indicado hoy por el Papa es el formalismo de los judos. Se la toman con el hombre que acababa de ser curado por Jess por llevar su camilla un da de sba-

El viaje del cardenal Sarah a Guatemala

Dimensin espiritual de la caridad


Caritas Christi urget nos. Surge espontnea la referencia a las palabras de la segunda carta a los Corintios (5, 14) cada vez que uno se encuentra con el cardenal Robert Sarah, presidente del Consejo pontificio Cor Unum. Tras regresar hace unos das de Guatemala, se prepara para partir a Hait, mientras que su pensamiento se proyecta a Filipinas. Precisamente mirando a este horizonte el cardenal considera necesario que la caridad del Santo Padre se manifieste sobre todo con la presencia junto a quien pasa un momento de necesidad. El Papa Francisco nos dijo el purpurado insiste mucho en la proximidad. Y esta insistencia suya es un estmulo constante a salir, sobre todo en un momento como el actual, en el que poblaciones enteras estn devastadas por guerras o por graves fenmenos naturales. Es el momento de testimoniar que la Iglesia no est lejos de los pobres. Est claro que el concepto de la proximidad, y el Papa Francisco lo ensea, no implica slo una cercana material sino, y tal vez sobre todo, una proximidad espiritual. Y Cor Unum interpreta en esta dimensin su misin, es decir, presentar el Evangelio en plenitud, de modo concreto y real. Con este espritu, del 18 al 21 de marzo el presidente de Cor Unum, acompaado por el subsecretario monseor Segundo Tejado Muoz, visit Guatemala, en la diceis de Santa Rosa de Lima, para la entrega de un complejo de 19 unidades habitacionales completamente equipadas a un grupo de familias que haban perdido sus casas por las catstrofes naturales. Se trata de gente explic el cardenal que perdi todo y esta-

ba desesperada. Junto a una organizacin americana: Cross catholic outreach, que colabor en la financiacin del proyecto, y la coordinacin de la nunciatura apostlica en Guatemala, que sigui los trabajos, hemos pensado reconstruir el barrio devastado. Junto a las casas se construy tambin una amplia capilla. Quisimos dar a la gente precis el cardenal un sitio de encuentro, de oracin, de dilogo, donde vivir sobre todo la dimensin cristiana de la vida. En junio el purpurado ir a Hait para la bendicin y la entrega de una gran escuela donde, mientras que los nios reciben una formacin, las madres tendrn la posibilidad de aprender un oficio. Luego se dedicar a las obras en Filipinas: donde se construir una casa para ancianos, una clnica y distintas obras anexas. Mucho trabajo por hacer incluso si la crisis sigue pesando fuertemente en la caridad. Esto, sin embargo, dijo confiado el cardenal, no nos impide dar el corazn a las personas. (Mario Ponzi)

do. La contestacin de los judos es seca: Aqu las cosas son as, se debe hacer esto. A ellos les interesaba slo las formalidades: era sbado y no se podan hacer milagros el sbado. La gracia de Dios no puede trabajar el sbado. Es la misma actitud de aquellos cristianos hipcritas que no dejan espacio a la gracia de Dios. Tanto que para esta gente la vida cristiana es tener todos los documentos en regla, todos los certificados. Actuando as cierran la puerta a la gracia de Dios. Y, aadi, tenemos muchos de ellos en la Iglesia. He aqu, por lo tanto, los dos pecados. Por una parte estn los del pecado de la acedia porque no son capaces de ir adelante con su celo apostlico y decidieron detenerse en s mismos, en las propias tristezas y resentimientos. Por otro lado estn los que no son capaces de llevar la salvacin porque cierran la puerta y se preocupan slo de las formalidades hasta el punto que no se puede!, es la palabra que usan con ms frecuencia. Son tentaciones que tambin tenemos nosotros y que debemos conocer para defendernos. Y ante estas dos tentaciones en ese hospital de campo, smbolo de la Iglesia hoy, con mucha gente herida, Jess ciertamente no cede ni a la acedia ni al formalismo. Sino que se acerca a ese hombre y le dice: quieres quedar sano?. Al hombre que responde slo s le da la gracia y se marcha. Jess, explic el Papa, no le soluciona la vida: le da la gracia y la gracia lo hace todo. Luego, relata el Evangelio, cuando poco despus se encuentra nuevamente con ese hombre en el templo, le dirige una vez ms la palabra para decirle mira, ests curado, no peques ms. Estas, afirm el Pontfice, son las dos palabras cristianas: quieres quedar sano? - No peques ms. Jess primero cura al enfermo y luego lo invita a no pecar ms. Es precisamente este el camino cristiano, la senda del celo apostlico para acercarnos a las numerosas personas heridas en este hospital de campo. Y tambin muchas veces heridas por hombres y mujeres de la Iglesia. Es necesario, por lo tanto, hablar como un hermano y una hermana, invitando a curarse y luego a no pecar ms. Y sin lugar a dudas estas dos palabras de Jess concluy el Papa son ms bonitas que la actitud de la acedia y la actitud de la hipocresa.

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LOSSERVATORE ROMANO A un grupo de parlamentarios y representantes del Gobierno italiano

viernes 4 de abril de 2014, nmero 14

El camino justo
Es menester pasar de la lgica de la necesidad a la dialctica de la libertad
Ms de quinientos entre parlamentarios y representantes del Gobierno italiano participaron en la misa que el Papa Francisco concelebr el jueves 27 de marzo, por la maana, en el altar de la Ctedra en la baslica de San Pedro. Al trmino de la celebracin eucarstica el Pontfice salud al obispo auxiliar de Roma Lorenzo Leuzzi, rector de la iglesia Las lecturas que la Iglesia nos ofrece hoy podemos definirlas como un dilogo entre los lamentos de Dios y las justificaciones de los hombres. Dios, el Seor, se lamenta. Se lamenta que no ha sido escuchado a lo largo de la historia. Es siempre lo mismo: Escuchad mi voz... Yo ser vuestro Dios... Os ir bien.... Pero no escucharon ni hicieron caso. Al contrario, caminaron segn sus ideas, segn la maldad de su obstide San Gregorio Nacianceno en Montecitorio, quien present a los presidentes del Senado de la Repblica y de la Cmara de diputados, Pietro Grasso y Laura Boldrini, y a Graziano Delrio, subsecretario de la presidencia del Consejo de ministros. Publicamos la homila que el Pontfice pronunci espontneamente. ve como ovejas sin pastor, as dice el Evangelio. Y va con los pobres, los enfermos, con todos, con las viudas, los leprosos, para sanarles. Y les habla con una palabra que provoca admiracin en el pueblo: Pero este habla como uno que tiene autoridad, habla diversamente de esta clase dirigente que se haba alejado del pueblo. Y estaba solamente interesado en sus cosas: en su grupo, en su partido, en sus luchas internas. Y el pueblo, all... Haban abandonado el rebao. Era pecadora esta gente? S. S, todos somos pecadores, todos. Todos nosotros que estamos aqu somos pecadores. Pero estos eran ms que pecadores: el corazn de esta gente, de este grupo, con el tiempo se haba endurecido tanto, tanto, que le era imposible escuchar la voz del Seor. Y de pecadores, cayeron, llegaron a ser corruptos. Es muy difcil que un corrupto pueda volver atrs. El pecador s, porque el Seor es misericordioso y nos espera a todos. Pero el corrupto est fijado en sus cosas, y estos eran corruptos. Y por ello se justifican, porque Jess, con su sencillez, pero con su fuerza de Dios, les daba fastidio. Y, paso a paso, terminan convencindose de que tenan que matar a Jess, y uno de ellos dijo: Es mejor que un hombre muera por el pueblo.

Y sucedi lo mismo con el Seor, con Jess. Algunos decan: Este es el Hijo de Dios, es un gran Profeta; otros, de los que habla hoy el Evangelio, decan: No, es un brujo que sana con el poder de Satans. El pueblo de Dios estaba solo, y esta clase de dirigentes los doctores de la ley, los saduceos, los fariseos estaba cerrada en sus ideas, en su pastoral, en su ideologa. Y esta clase es la que no escuch la Palabra

nado corazn. Me dieron la espalda y no la cara (Jer 7, 23-24). Es la historia de la infidelidad del pueblo de Dios. Y este lamento de Dios llega porque fue un trabajo muy, muy grande el del Seor para quitar la idolatra del corazn de su pueblo, para hacerlo dcil a su Palabra. Pero ellos seguan este camino por un poco de tiempo, y luego volvan atrs. Y as durante siglos y siglos, hasta el momento que lleg Jess.

del Seor, y para justificarse deca lo que escuchamos en el Evangelio: Por parte de Belzeb, el prncipe de los demonios, echa los demonios (Lc 11, 15). Es lo mismo que decir: Es un soldado de Belzeb o de Satans o de la camarilla de Satans, es lo mismo. Se justifican de que no han escuchado la llamada del Seor. No podan orla: estaban muy, muy cerrados, alejados del pueblo, y esto es verdad. Jess mira al pueblo y se conmueve, porque lo

Audiencia del Papa a la Apostolik diakona

Una ocasin para relanzar el compromiso ecumnico


Una ocasin para relanzar el compromiso ecumnico y las relaciones de colaboracin con la Santa Sede: en este espritu tuvo lugar el lunes 24 de marzo, por la maana, la audiencia del Papa Francisco a una delegacin de la Apostolik diakona encabezada por el director general, el obispo Agathanghelos. Se trata del organismo ecumnico que se ocupa de la promocin de actividades pastorales, culturales y editoriales en nombre del Santo snodo de la Iglesia ortodoxa de Grecia. Proyectos de colaboracin a nivel cultural entre la Santa Sede y la Apostolik diakona se realizaron tras mejorar las relaciones a raz de la visita de Juan Pablo II a Atenas en 2001. Entre las ms importantes iniciativas de carcter ecumnico est el programa estival de aprendizaje del idioma neogriego y de la cultura ortodoxa, que se lleva a cabo en la capital helnica, donde cada ao se alojan gratuitamente estudiantes catlicos de las universidades pontificias. El verano prximo se tendr la dcima edicin y esto significa que ya algunos cientos de estudiantes catlicos han podido gozar de las becas de estudio que ofrece la Apostolik diakona. Adems, desde hace dos aos se inici en el Pontificio Instituto Oriental de Roma una ctedra de griego moderno, a cargo de un docente de lengua materna griega, con clases abiertas a todos los estudiantes de las universidades pontificias que desean aprender dicho idioma, para conocer mejor a la Iglesia greco-or-

todoxa y su rico patrimonio teolgico. Por ltimo, el organismo colabor tambin con la Biblioteca apostlica vaticana para la co-edicin de antiguos manuscritos griegos. El programa de los das de permanencia en Roma, del 21 al 26 de marzo, cont, entre otras cosas, con visitas a las baslicas papales de San Pedro y San Pablo Extramuros para venerar las tumbas de los dos apstoles y encuentros con el presidente del Consejo pontificio para la promocin de la unidad de los cristianos, el archivero y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana y los responsables de la Libreria Editrice Vaticana.

Estos se equivocaron de camino. Se resistieron a la salvacin de amor del Seor y as resbalaron de la fe, de una teologa de fe a una teologa del deber: Tenis que hacer esto, esto, esto.... Y Jess les dice ese adjetivo tan feo: Hipcritas! cargis muchos fardos pesados sobre los hombros del pueblo. Y vosotros? Ni siquiera los tocis con un dedo! Hipcritas!. Rechazaron el amor del Seor y este rechazo hizo que fueran por un camino que no era el de la dialctica de la libertad que ofreca el Seor, sino el camino de la lgica de la necesidad, donde no hay sitio para el Seor. En la dialctica de la libertad est el Seor bueno, que nos ama, nos ama mucho. En cambio, en la lgica de la necesidad no hay lugar para Dios: se debe hacer, se debe hacer, se debe... Llegaron a ser conductuales. Hombres de buenas maneras, pero de malos hbitos. Jess los llama, sepulcros blanqueados. Este es el dolor del Seor, el dolor de Dios, el lamento de Dios. Venid, adoremos al Seor porque l nos ama. Volved a m con todo el corazn nos dice porque soy misericordioso y compasivo. Estos que se justifican no comprenden la misericordia ni la piedad. En cambio, el pueblo que Jess tanto amaba tena necesidad de misericordia y compasin e iba al Seor a pedirla. En este camino de la Cuaresma nos har bien, a todos nosotros, pensar en esta invitacin del Seor al amor, en esta dialctica de la libertad donde est el amor, y preguntarnos, todos: estoy en este camino? Corro el riesgo de justificarme e ir por otro camino? Un camino coyuntural, porque no lleva a ninguna promesa... Y roguemos al Seor para que nos d la gracia de ir siempre por el camino de la salvacin, de abrirnos a la salvacin que slo viene de Dios, de la fe, no de lo que proponan estos doctores del deber, que haban perdido la fe y regan al pueblo con esta teologa pastoral del deber. Pidamos esta gracia: Dame, Seor, la gracia de abrirme a tu salvacin. La Cuaresma es para esto. Dios nos ama a todos: nos ama a todos! Hacer el esfuerzo de abrirnos: solamente nos pide esto. breme la puerta. El resto lo hago yo. Dejemos que l entre en nosotros, nos acaricie y nos d la salvacin. As sea.

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LOSSERVATORE ROMANO El Pontfice a los obispos de Guinea en visita ad limina

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Que la unidad prevalezca sobre los conflictos


En un mundo herido por numerosos conflictos tnicos, polticos y religiosos, las comunidades cristianas deben convertirse en ejemplos de convivencia fraterna. Es la recomendacin del Papa a los prelados de la Conferencia episcopal de Guinea, a quienes recibi en audiencia el lunes 24 de marzo, por la maana, con ocasin de su visita ad limina Apostolorum. Publicamos la traduccin del discurso que el Papa entreg a los obispos. Queridos hermanos en el episcopado: Sed bienvenidos con ocasin de vuestra peregrinacin a Roma para la visita ad limina! Habis venido a la tumba de los apstoles Pedro y Pablo, que aqu dieron testimonio de Cristo muerto y resucitado hasta entregar su propia vida. An hoy son los modelos de todos los pastores a quienes el Seor encomienda su pueblo. Podis apoyaros en ellos para iluminaros y sosteneros en el cumplimiento de vuestra misin. Agradezco a monseor Emmanuel Flmou, presidente de vuestra Conferencia episcopal, las palabras que me ha dirigido en vuestro nombre. A cada uno de vosotros, y a travs de vosotros a vuestros sacerdotes, a los religiosos y las religiosas, y a todos los fieles laicos de vuestras dicesis, quiero expresar mi profundo afecto. Permitidme mencionar tambin aqu al cardenal Robert Sarah, quien, despus de haber servido generosamente a la Iglesia en vuestro pas, es ahora uno de mis estimados colaboradores. Quiero expresaros adems mi alegra y mi gratitud por el buen trabajo de evangelizacin realizado en Guinea. Los discpulos de Cristo forman all un cuerpo vivo, que manifiesta la alegra del Evangelio mediante el entusiasmo de su fe, aunque las condiciones en las que se anuncia la buena nueva a menudo sean difciles. A los ojos humanos, los medios de evangelizacin podran parecer irrisorios. Lejos de desanimaros, no debis olvidar nunca que es obra de Jess mismo, ms all de todo lo que podamos descubrir y entender (cf. Evangelii gaudium, 12). Por lo dems, no estis solos, puesto que todo vuestro pueblo es misionero con vosotros (cf. ib., n. 119). As pues, debis tener mucha confianza y remar resueltamente mar adentro. Sin embargo, para que el Evangelio toque y convierta los corazones en profundidad, debemos recordar que slo si estamos unidos en el amor podemos dar testimonio de la verdad del Evangelio: Para que todos sean uno, para que el mundo crea (Jn 17, 21), nos dice Jess. La Iglesia tiene necesidad de la comunin entre vosotros y con el sucesor

de Pedro. Las discordias entre los cristianos son el mayor obstculo para la evangelizacin. Favorecen el crecimiento de grupos que aprovechan la pobreza y la credulidad de las personas para proponerles soluciones fciles, pero ilusorias, a los problemas. En un mundo herido por numerosos conflictos tnicos, polticos y religiosos, nuestras comunidades deben ser autnticamente fraternas y reconciliadas, eso es siempre una luz que atrae (Evangelii gaudium, 100). Dios nos da la gracia, si sabemos acogerla, de hacer que la unidad prevalezca sobre el conflicto: No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno! (ib., n. 101).

Para que el anuncio del Evangelio d fruto, toda nuestra existencia debe ser coherente con el Evangelio que anunciamos. Me alegra constatar que esto, desde muchos puntos de vista, ya es una realidad viva en vuestras dicesis. Ante todo, pienso en los fieles laicos comprometidos en la pastoral y, en particular, en los catequistas que realizan un trabajo insustituible de evangelizacin y de animacin de las comunidades cristianas. Les doy las gracias de corazn. Habis abierto centros de formacin destinados a ellos, y no puedo dejar de invitaros a perseverar en

los esfuerzos realizados para garantizar la calidad de esta formacin. Tambin os exhorto a sostener a las familias, cuyo modelo cristiano debe proponerse y vivirse sin ambigedad, mientras la poligamia todava est difundida y los matrimonios mixtos son cada vez ms frecuentes. De igual modo tenis la tarea fundamental de invitar a los fieles a rezar y a vivir una autntica cercana a Dios, ya que de la calidad del amor a Dios deriva todo el dinamismo misionero (cf. Evangelii gaudium, 264). A travs de la celebracin digna de la Eucarista, los fieles pueden entrar en el misterio del Seor que da su vida por ellos, y encontrar all la alegra de la esperanza, el consuelo en la prueba y la fuerza para avanzar a lo largo del camino. Tambin os sugiero invitar a los laicos, en particular a los ms jvenes, a testimoniar su fe comprometindose ms en la sociedad, mostrando as el propio amor a su pas. En colaboracin con los diversos protagonistas de la vida social, han de ser siempre y por doquier artfices de paz y de reconciliacin, para luchar contra la pobreza extrema que debe afrontar Guinea. En esta perspectiva, a pesar de las dificultades encontradas, os aliento a profundizar las relaciones con vuestros compatriotas musulmanes, aprendiendo recprocamente a aceptar modos de ser, de pensar y de expresarse diferentes. Mi pensamiento se dirige tambin a los religiosos y religiosas que, en la diversidad de sus carismas, aportan al pueblo de Guinea la ofrenda insustituible de su oracin de adoracin, alabanza e intercesin. Viviendo a menudo en una situacin de gran pobreza, en colaboracin con algunos laicos, manifiestan la caridad de Cristo mediante sus obras de asistencia a la poblacin tanto en el campo sanitario, como en la educacin e instruccin. Les aseguro mi apoyo y mi oracin. Ellos llevan a

cabo una verdadera evangelizacin con las obras, y dan un testimonio autntico de la ternura de Dios por todos los hombres, en particular por los ms pobres y dbiles, testimonio que toca los corazones y arraiga firmemente la fe de los fieles. No obstante la escasez de medios y la inmensidad de la tarea, os invito a sostenerlos siempre, tanto espiritual como materialmente, para que perseveren con valenta en las obras de evangelizacin y de promocin social. El apostolado de los sacerdotes, dedicados generosamente a las tareas del ministerio, a menudo resulta difcil, en particular por su nmero muy exiguo. Les aseguro mi cercana y mi aliento. Sed para ellos padres y amigos que sostienen y guan con corazn y espritu fraterno. Tambin los sacerdotes deben vivir coherentemente lo que predican; est en juego la credibilidad misma del testimonio de la Iglesia. Es indispensable hacer todo lo posible para suscitar abundantes y slidas vocaciones sacerdotales. Me alegro de la reciente apertura del seminario mayor Benedicto XVI, acontecimiento lleno de esperanza para el futuro. Aprovechad, pues, esta pgina que se abre en la historia del clero guineano para suscitar un nuevo impulso en la vida sacerdotal. La formacin en el seminario debe ofrecer a los jvenes un camino serio de crecimiento intelectual y espiritual. Que se les proponga de modo autntico la santidad sacerdotal, comenzando por el ejemplo de sacerdotes que viven su vocacin con alegra; los futuros presbteros aprendern a vivir de manera verdadera las exigencias del celibato eclesistico, as como la relacin justa con los bienes materiales, el rechazo de la mundanidad y el arribismo puesto que el sacerdocio no es un instrumento de ascenso social, y tambin el compromiso real junto a los ms pobres. Queridos hermanos en el episcopado: os encomiendo a todos vosotros, as como a los sacerdotes, las personas consagradas, los catequistas y los fieles laicos de vuestras dicesis, a la proteccin de la Virgen Mara, Madre de la Iglesia, y os imparto de todo corazn la bendicin apostlica.

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LOSSERVATORE ROMANO

viernes 4 de abril de 2014, nmero 14

En la audiencia general del mircoles 2 de abril el Pontfice habla del matrimonio como imagen del amor de Dios
El matrimonio es la imagen del amor de Dios por nosotros, que hace de los dos esposos una sola carne y una sola existencia. Lo record el Papa Francisco en la audiencia general del mircoles 2 de abril, en la plaza de San Pedro, concluyendo el ciclo de catequesis dedicadas a los sacramentos. Queridos hermanos buenos das! y hermanas,

Dos en uno

Hoy concluimos el ciclo de catequesis sobre los sacramentos hablando del matrimonio. Este sacramento nos conduce al corazn del designio de Dios, que es un designio de alianza con su pueblo, con todos nosotros, un designio de comunin. Al inicio del libro del Gnesis, el primer libro de la Biblia, como coronacin del relato de la creacin se dice: Dios cre al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre, varn y mujer los cre... Por eso abandonar el varn a su padre y a su madre, se unir a su mujer y sern los dos una sola carne (Gn 1, 27; 2, 24). La imagen de Dios es la pareja matrimonial: el hombre y la mujer; no slo el hombre, no slo la mujer, sino los dos. Esta es la imagen de Dios: el amor, la alianza de Dios con nosotros est representada en esa alianza entre el hombre y la mujer. Y esto es hermoso. Somos creados para amar, como reflejo de Dios y de su amor. Y en la unin conyugal el hombre y la mujer realizan esta vocacin en el signo de la reciprocidad y de la comunin de vida plena y definitiva.

Cuando un hombre y una mujer celebran el sacramento del matrimonio, Dios, por decirlo as, se refleja en ellos, imprime en ellos los propios rasgos y el carcter indeleble de su amor. El matrimonio es la imagen del amor de Dios por nosotros. Tambin Dios, en efecto, es comunin: las tres Personas del Padre, Hijo y Espritu Santo viven desde siempre y para siempre en unidad perfecta. Y es precisamente este el misterio del matrimonio: Dios hace de los dos esposos una sola existencia. La Biblia usa una expresin fuerte y dice una sola carne, tan ntima es la unin entre el hombre y la mujer en el matrimonio. Y es precisamente este el misterio del matri-

Audiencia del Papa a la reina de Inglaterra


El jueves 3 de abril el Papa Francisco recibi en audiencia a Su Majestad la reina Isabel II de Inglaterra, acompaada por su esposo, Su Alteza real el duque de Edimburgo. Lleg al Vaticano, proveniente del Quirinal, cerca de las 15.20, como informa un comunicado de la Oficina de prensa de la Santa Sede. En la plaza Juan Pablo II entre el aula Pablo VI y el palacio de la cannica fue acogida por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, acompaado por monseor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados, y monseor Antoine Camilleri, subsecretario para las Relaciones con los Estados. A la entrada del aula interna esperaba tambin el cardenal Cormac Murphy-OConnor, arzobispo emrito de Westminster. El Santo Padre acogi a Su Majestad la reina y al duque de Edimburgo en su estudio junto al aula Pablo VI para el coloquio privado, que dur unos veinte minutos. Al trmino, en el aula contigua, tuvo lugar la presentacin del squito y el intercambio de regalos. El regalo de Su Majestad fue una gran cesta con refinados productos comestibles mermeladas, bebidas, etc. provenientes de diversas colonias reales. El Papa regal a Su Majestad el facsmil de un precioso documento conservado en el Vaticano, en el que el culto a San Eduardo el Confesor antepasado de la familia real inglesa y fundador de la Abada de Westminster, donde est sepultado se extiende a la Iglesia universal, en 1679, por el Papa Inocencio XI. Adems, el Papa le regal, para el bisnieto de Su Majestad, el prncipe Jorge de Cambridge, un objeto artstico, formado por una esfera de lapislzuli con una cruz de San Eduardo en plata; y a Su Alteza real el duque de Edimburgo, el trptico de las medallas del Pontificado. El cortejo real dej el Vaticano poco antes de las 16.00.

monio: el amor de Dios que se refleja en la pareja que decide vivir juntos. Por esto el hombre deja su casa, la casa de sus padres y va a vivir con su mujer y se une tan fuertemente a ella que los dos se convierten dice la Biblia en una sola carne. San Pablo, en la Carta a los Efesios, pone de relieve que en los esposos cristianos se refleja un misterio grande: la relacin instaurada por Cristo con la Iglesia, una relacin nupcial (cf. Ef 5, 21-33). La Iglesia es la esposa de Cristo. Esta es la relacin. Esto significa que el matrimonio responde a una vocacin especfica y debe considerarse como una consagracin (cf. Gaudium et spes, 48; Familiaris consortio, 56). Es una consagracin: el hombre y la mujer son consagrados en su amor. Los esposos, en efecto, en virtud del sacramento, son investidos de una autntica misin, para que puedan hacer visible, a partir de las cosas sencillas, ordinarias, el amor con el que Cristo ama a su Iglesia, que sigue entregando la vida por ella, en la fidelidad y en el servicio. Es verdaderamente un designio estupendo lo que es connatural en el sacramento del matrimonio. Y se realiza en la sencillez y tambin en la fragilidad de la condicin humana. Sabemos bien cuntas dificultades y pruebas tiene la vida de dos esposos... Lo importante es mantener viva la relacin con Dios, que es el fundamento del vnculo conyugal. Y la relacin autntica es siempre con el Seor. Cuando la familia reza, el vnculo se mantiene. Cuando el esposo reza por la esposa y la esposa reza por el esposo, ese vnculo llega a ser fuerte; uno reza por el otro. Es verdad que en la vida matrimonial hay muchas dificultades, muchas; que el trabajo, que el dinero no es suficiente, que los nios tienen problemas. Muchas dificultades. Y muchas veces el marido y la mujer llegan a estar un poco nerviosos y rien entre ellos. Pelean, es as, siempre se pelea en el matrimonio, algunas veces vuelan los platos. Pero no debemos ponernos tristes por esto, la condicin humana es as. Y el secreto es que el amor es ms fuerte que el momento en que se rie, por ello aconsejo siempre a los esposos: no terminar la jornada en la que habis peleado sin hacer las paces. Siempre! Y para hacer las paces no es necesario llamar a las Naciones Unidas a que vengan a casa a hacer

las paces. Es suficiente un pequeo gesto, una caricia, y adis. Y hasta maana! Y maana se comienza otra vez. Esta es la vida, llevarla adelante as, llevarla adelante con el valor de querer vivirla juntos. Y esto es grande, es hermoso. La vida matrimonial es algo hermoso y debemos custodiarla siempre, custodiar a los hijos. Otras veces he dicho en esta plaza una cosa que ayuda mucho en la vida matrimonial. Son tres palabras que se deben decir siempre, tres palabras que deben estar en la casa: permiso, gracias y perdn. Las tres palabras mgicas. Permiso: para no ser entrometido en la vida del cnyuge. Permiso, qu te parece? Permiso, puedo? Gracias: dar las gracias al cnyuge; gracias por lo que has hecho por m, gracias por esto. Esa belleza de dar las gracias. Y como todos nosotros nos equivocamos, esa otra palabra que es un poco difcil de pronunciar, pero que es necesario decirla: Perdona. Permiso, gracias y perdn. Con estas tres palabras, con la oracin del esposo por la esposa y viceversa, con hacer las paces siempre antes de que termine la jornada, el matrimonio ir adelante. Las tres palabras mgicas, la oracin y hacer las paces siempre. Que el Seor os bendiga y rezad por m.

Una bicicleta especial presentada al Papa Francisco por jvenes con autismo

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28 MAR [10.28 AM] Todos tenemos que mejorar, que cambiar para ser mejor, la Cuaresma nos ayuda a luchar contra nuestros defectos 29 MAR [12.29 PM] Vivimos en una sociedad que pretende dejar de lado a Dios; y esto, da tras da, narcotiza el corazn 31 MAR [11.00 AM] La Cuaresma es el tiempo para cambiar de rumbo, para reaccionar ante el mal y la miseria 1 ABR [12.00 PM] Queridos padres, enseen a rezar a sus hijos. Recen con ellos 3 ABR [10.03 PM] No podemos acostumbrarnos a las situaciones de humillacin y de miseria que nos rodean. Un cristiano tiene que reaccionar

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