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Domingo Primero.

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DOMINGO PRIMERA SEMANA PRIMER SALMO: Sal 62, 2-9 El alma sedienta de Dios

Oh Dios, t eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma est sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.
3

-n el lecho me acuerdo de ti " velando medito en ti,


.

por&ue uiste mi au/ilio, " a la sombra de tus alas canto con +bilo;
0

Cmo te contemplaba en el santuario viendo tu uer!a " tu gloria#


$

mi alma est unida a ti, " tu diestra me sostiene. 1234ero los &ue buscan mi perdicin ba+arn a lo pro undo de la tierra;
22

%u gracia vale ms &ue la vida, te alabarn mis labios.


'

%oda mi vida te bendecir( " al!ar( las manos invocndote.


)

sern entregados a la espada, " echados como pasto a las raposas.


22

*e saciar( como de en+undia " de manteca, " mis labios te alabarn +ubilosos.

5 el re" se alegrar con Dios, se elicitarn los &ue +uran por su nombre, cuando tapen la boca a los traidores.6

CATEQUESIS DE JUAN PABLO II


2. -l salmo )2, &ue la Liturgia de las Horas nos propone para las 7audes del domingo en la semana primera, es el salmo del amor m8stico, &ue celebra la adhesin total a Dios, partiendo de un anhelo casi 8sico " llegando a su plenitud en un abra!o 8ntimo " perenne. 7a oracin se hace deseo, sed " hambre, por&ue implica el alma " el cuerpo. Como escribe santa %eresa de 9vila, :sed me parece a m8 &uiere decir deseo de una cosa &ue nos hace tan gran alta &ue, si nos alta, nos mata; < Camino de perfeccin, c. 20=. 7a liturgia nos propone las primeras dos estro as del salmo, centradas precisamente en los s8mbolos de la sed " del hambre, mientras la tercera estro a nos presenta un hori!onte oscuro, el del +uicio divino sobre el mal, en contraste con la luminosidad " la dul!ura del resto del salmo. 2. >s8 pues, comen!amos nuestra meditacin con el primer canto, el de la sed de Dios <c . vers8culos 2?$=. -s el alba, el sol est surgiendo en el cielo terso de la %ierra @anta " el orante comien!a su +ornada dirigi(ndose al templo para buscar la lu! de Dios. %iene necesidad de ese encuentro con el @eAor de modo casi instintivo, se podr8a decir : 8sico;. De la misma manera &ue la tierra rida est muerta, hasta &ue la riega la lluvia, " a causa de sus grietas parece una boca sedienta " seca, as8 el iel anhela a Dios para ser saciado por (l " para poder estar en comunin con (l. 5a el pro eta Berem8as hab8a proclamadoC el @eAor es :manantial de aguas vivas;, " hab8a reprendido al pueblo por haber construido :cisternas agrietadas, &ue no retienen el agua; <Br 2,23=.

Bess mismo e/clamar en vo! altaC :@i alguno tiene sed, venga a m8, " beba, el &ue crea en m8; <Bn ,,3,?3.=. -n pleno mediod8a de una +ornada soleada " silenciosa, promete a la samaritanaC :-l &ue beba del agua &ue "o le d(, no tendr sed +ams, sino &ue el agua &ue "o le d( se convertir en (l en uente de agua &ue brota para vida eterna; <Bn $,2$=. 3.Con respecto a este tema, la oracin del salmo )2 se entrela!a con el canto de otro estupendo salmo, el $2C :Como busca la cierva corrientes de agua, as8 mi alma te busca a ti, Dios m8o; tiene sed de Dios, del Dios vivo; <vv. 2?3=. >hora bien, en hebreo, la lengua del >ntiguo %estamento, :el alma; se e/presa con el t(rmino nefesh, &ue en algunos te/tos designa la :garganta; " en muchos otros se e/tiende para indicar todo el ser de la persona. -l vocablo, entendido en estas dimensiones, a"uda a comprender cun esencial " pro unda es la necesidad de DiosC sin (l alta la respiracin e incluso la vida. 4or eso, el salmista llega a poner en segundo plano la misma e/istencia 8sica, cuando no ha" unin con DiosC :%u gracia vale ms &ue la vida; <@al )2,$=. %ambi(n en el salmo ,2 el salmista repite al @eAorC :-stando contigo no hallo gusto "a en la tierra. *i carne " mi cora!n se consumenC Doca de mi cora!n, mi porcin, Dios por siempre# <...= 4ara m8, mi bien es estar +unto a Dios; <vv. 2'?2.=. $. Despu(s del canto de la sed, las palabras del salmista modulan el canto del hambre <c . @al )2,)?0=. 4robablemente, con las imgenes del :gran ban&uete; " de la saciedad, el orante remite a uno de los sacri icios &ue se celebraban en el templo de @inC el llamado :de comunin;, o sea, un ban&uete sagrado en el &ue los ieles com8an la carne de las v8ctimas inmoladas. Otra necesidad undamental de la vida se usa a&u8 como s8mbolo de la comunin con DiosC el hambre se sacia cuando se escucha la palabra divina " se encuentra al @eAor. -n e ecto, :no slo de pan vive el hombre, sino &ue el hombre vive de todo lo &ue sale de la boca del @eAor; <Dt .,3; c . *t $,$=. >&u8 el cristiano piensa en el ban&uete &ue Cristo prepar la ltima noche de su vida terrena " cu"o valor pro undo "a hab8a e/plicado en el discurso de Ca arnamC :*i carne es verdadera comida " mi sangre verdadera bebida. -l &ue come mi carne " bebe mi sangre permanece en m8 " "o en (l; <Bn ),''?')=. '. > trav(s del alimento m8stico de la comunin con Dios :el alma se une a (l;, como dice el salmista. Ena ve! ms, la palabra :alma; evoca a todo el ser humano. Fo por nada se habla de un abra!o, de una unin casi 8sicaC Dios " el hombre estn "a en plena comunin, " en los labios de la criatura no puede menos de brotar la alaban!a go!osa " agradecida. Gncluso cuando atravesamos una noche oscura, nos sentimos protegidos por las alas de Dios, como el arca de la alian!a estaba cubierta por las alas de los &uerubines. 5 entonces lorece la e/presin esttica de la alegr8aC :> la sombra de tus alas canto con +bilo; <@al )2,.=. -l miedo desaparece, el abra!o no encuentra el vac8o sino a Dios mismo; nuestra mano se estrecha con la uer!a de su diestra <c . @al )2,0=. ). -n una lectura de este salmo a la lu! del misterio pascual, la sed " el hambre &ue nos impulsan hacia Dios, se sacian en Cristo cruci icado " resucitado, del &ue nos viene, por el don del -sp8ritu " de los sacramentos, la vida nueva " el alimento &ue la sostiene. Fos lo recuerda san Buan Crisstomo, &ue, comentando las palabras de san BuanC de su costado :sali sangre " agua; <c . Bn 20,3$=, a irmaC :-sa sangre " esa agua son s8mbolos del bautismo " de los misterios;, es decir, de la -ucarist8a. 5 conclu"eC :HIeis cmo Cristo se uni a su esposaJ HIeis con &u( nos alimenta a todosJ Con ese mismo alimento hemos sido ormados " crecemos. -n e ecto, como la mu+er alimenta al hi+o &ue ha engendrado con su propia sangre " leche, as8 tambi(n Cristo alimenta continuamente con su sangre a a&uel &ue (l mismo ha engendrado; < Homila III dirigida a los nefitos, 2)?20, pssimC SC '3 bis, 2)3?2)2=.

Audien ia !ene"al del Mi#" $le% 2& de a'"il de 2(()

SE*UNDO: C+n,i $ de l$% ,"e% J-.ene% /Dn 0, &6-112


Toda la creacin alabe al Seor
',

Criaturas todas del @eAor, bendecid al @eAor, ensal!adlo con himnos por los siglos . '. >ngeles del @eAor, bendecid al @eAor;
'0 )3

,)

cuanto germina en la tierra, bendiga al @eAor. ,, *anantiales, bendecid al @eAor;


,. ,0

mares " r8os, bendecid al @eAor. Cetceos " peces, bendecid al @eAor;

cielos, bendecid al @eAor. >guas del espacio, bendecid al @eAor; e+(rcitos del @eAor, bendecid al @eAor. @ol " luna, bendecid al @eAor; astros del cielo, bendecid al @eAor. 7luvia " roc8o, bendecid al @eAor; vientos todos, bendecid al @eAor. Kuego " calor, bendecid al @eAor;

.3 .2

)2 )2

aves del cielo, bendecid al @eAor. Kieras " ganados, bendecid al @eAor, ensal!adlo con himnos por los siglos. .2 Mi+os de los hombres, bendecid al @eAor;
.3 .$

)3 )$

)' ))

bendiga Gsrael al @eAor. @acerdotes del @eAor, bendecid al @eAor;


.'

),

r8os " heladas, bendecid al @eAor. ). Doc8os " nevadas, bendecid al @eAor;
)0

siervos del @eAor, bendecid al @eAor. >lmas " esp8ritus +ustos, bendecid al @eAor;
.) .,

t(mpanos " hielos, bendecid al @eAor. ,3 -scarchas " nieves, bendecid al @eAor;
,2 ,2

noche " d8a, bendecid al @eAor. 7u! " tinieblas, bendecid al @eAor;

,3 ,$

ra"os " nubes, bendecid al @eAor. Lendiga la tierra al @eAor, enslcelo con himnos por los siglos. ,' *ontes " cumbres, bendecid al @eAor;

santos " humildes de cora!n, bendecid al @eAor. .. >nan8as, >!ar8as " *isael, bendecid al @eAor, ensal!adlo con himnos por los siglos. ? Lendigamos al 4adre " al Mi+o con el -sp8ritu @anto, ensalc(moslo con himnos por los siglos. ? ') Lendito el @eAor en la bveda del cielo, alabado " glorioso " ensal!ado por los siglos

CATEQUESIS DE JUAN PABLO II


2. :Criaturas todas del @eAor, bendecid al @eAor; <Dn 3,',=. -ste cntico, tomado del libro de Daniel, &ue la Liturgia de las Horas nos propone para las 7audes del domingo en las semanas primera " tercera, tiene una dimensin csmica. 5 esta estupenda plegaria en orma de letan8a corresponde mu" bien al dies Domini, al d8a del @eAor, &ue en Cristo resucitado nos hace contemplar el culmen del designio de Dios sobre el cosmos " sobre la historia. -n e ecto, en Nl, al a " omega, principio " in de la historia <c . >p 22,23=, encuentra su pleno sentido la creacin misma, puesto &ue, como recuerda san Buan en el prlogo de su evangelio, :todo ue hecho por (l; <Bn 2,3=. -n la resurreccin de Cristo culmina la historia de la salvacin, abriendo las vicisitudes

humanas al don del -sp8ritu " de la adopcin ilial, en espera de la vuelta del -sposo divino, &ue entregar el mundo a Dios 4adre <c . 2 Co 2',2$=. 2. -n este pasa+e, en orma de letan8a, se pasa revista a todas las cosas. 7a mirada se dirige al sol, a la luna, a los astros; se posa sobre la inmensa e/tensin de las aguas; se eleva hacia los montes; recorre las ms diversas situaciones atmos (ricas; pasa del calor al r8o, de la lu! a las tinieblas; considera el mundo mineral " el vegetal; se detiene en las diversas especies de animales. 7uego el llamamiento se hace universalC convoca a los ngeles de Dios, " llega a todos los :hi+os de los hombres;, pero implica de modo particular al pueblo de Dios, Gsrael, a sus sacerdotes, a los +ustos. -s un inmenso coro, una sin on8a en la &ue las diversas voces elevan su canto a Dios, Creador del universo " @eAor de la historia. Decitado a la lu! de la revelacin cristiana, se dirige al Dios trinitario, como la liturgia nos invita a hacer al aAadir al cntico una rmula trinitariaC :Lendigamos al 4adre " al Mi+o con el -sp8ritu @anto;. 3. -n cierto sentido, en este cntico se re le+a el alma religiosa universal, &ue percibe en el mundo la huella de Dios, " se eleva a la contemplacin del Creador. 4ero en el conte/to del libro de Daniel, el himno se presenta como accin de gracias elevada por los tres +venes israelitas ?>nan8as, >!ar8as " *isael? condenados a morir en un horno de uego ardiente, por haberse negado a adorar la estatua de oro de Fabucodonosor, pero milagrosamente preservados de las llamas. -n el ondo de este evento se halla a&uella especial historia de salvacin en la &ue Dios elige a Gsrael para ser su pueblo " establece con (l una alian!a. 4recisamente a esa alian!a &uieren permanecer ieles los tres +venes israelitas, a costa de su rir el martirio en el horno de uego ardiente. @u idelidad se encuentra con la idelidad de Dios, &ue env8a un ngel a ale+ar de ellos las llamas <c . Dn 3,$0=. De ese modo, el cntico se sita en la l8nea de los cantos de alaban!a de &uienes han sido librados de un peligro, presentes en el >ntiguo %estamento. -ntre ellos es amoso el canto de victoria recogido en el cap8tulo 2' del N/odo, donde los antiguos hebreos e/presan su accin de gracias al @eAor por a&uella noche en la &ue hubieran sido inevitablemente derrotados por el e+(rcito del aran si el @eAor no les hubiera abierto un camino entre las aguas, :arro+ando en el mar caballo " carro; <-/ 2',2=. $. Fo por casualidad, en la solemne Iigilia pascual, la liturgia nos hace repetir cada aAo el himno &ue cantaron los israelitas en el N/odo. -se camino abierto para ellos anunciaba pro (ticamente la nueva senda &ue Cristo resucitado inaugur para la humanidad en la noche santa de su resurreccin de entre los muertos. Fuestro paso simblico por las aguas del bautismo nos permite revivir una e/periencia anloga de paso de la muerte a la vida, gracias a la victoria sobre la muerte &ue Bess obtuvo en bene icio de todos nosotros. 7os disc8pulos de Cristo, al repetir en la liturgia dominical de las 7audes el cntico de los tres +venes israelitas, &ueremos ponernos en sinton8a con ellos e/presando nuestra gratitud por las maravillas &ue ha reali!ado Dios tanto en la creacin como, sobre todo, en el misterio pascual. -n e ecto, el cristiano descubre una relacin entre la liberacin de los tres +venes, de los &ue se habla en el cntico, " la resurreccin de Bess. -n esta ltima, los Mechos de los >pstoles ven escuchada la oracin del cre"ente &ue, como el salmista, canta con iadoC :Fo abandonars mi alma en el Mades ni permitirs &ue tu santo e/perimente la corrupcin; <Mch 2,2,; @al 2',23=. De erir este cntico a la Desurreccin es mu" tradicional. -/isten testimonios mu" antiguos de la presencia de este himno en la oracin del d8a del @eAor, 4ascua

semanal de los cristianos. 7as catacumbas romanas conservan vestigios iconogr icos en los &ue se ven los tres +venes &ue oran indemnes entre las llamas, testimoniando as8 la e icacia de la oracin " la certe!a de la intervencin del @eAor. '. :Lendito el @eAor en la bveda del cielo, alabado " glorioso " ensal!ado por los siglos; <Dn 3,')=. >l cantar este himno el domingo por la maAana, el cristiano no slo se siente agradecido por el don de la creacin, sino tambi(n por ser destinatario de la solicitud paterna de Dios, &ue en Cristo lo ha elevado a la dignidad de hi+o. Ena solicitud paterna &ue nos hace mirar con o+os nuevos la creacin misma " nos hace gustar su belle!a, en la &ue se vislumbra, como en iligrana, el amor de Dios. Con estos sentimientos san Krancisco de >s8s contemplaba la creacin " elevaba su alaban!a a Dios, manantial ltimo de toda belle!a. Iiene espontneo imaginar &ue las elevaciones de este te/to b8blico resonaran en su alma cuando, en @an Damin, despu(s de haber alcan!ado la cima del su rimiento en su cuerpo " en su esp8ritu, compuso el :Cntico del hermano sol; &ue aAadimos en esta versin in ormticaC >lt8simo, omnipotente, buen @eAor, tu"as son las alaban!as, la gloria " el honor " toda bendicin. > ti solo, >lt8simo, corresponden, " ningn hombre es digno de hacer de ti mencin. 7oado seas, mi @eAor, con todas tus criaturas, especialmente el seAor hermano sol, el cual es d8a, " por el cual nos alumbras. 5 (l es bello " radiante con gran esplendor, de ti, >lt8simo, lleva signi icacin. 7oado seas, mi @eAor, por la hermana luna " las estrellas, en el cielo las has ormado luminosas " preciosas " bellas. 7oado seas, mi @eAor, por el hermano viento, " por el aire " el nublado " el sereno " todo tiempo, por el cual a tus criaturas das sustento. 7oado seas, mi @eAor, por la hermana agua, la cual es mu" til " humilde " preciosa " casta. 7oado seas, mi @eAor, por el hermano uego, por el cual alumbras la noche, " (l es bello " alegre " robusto " uerte. 7oado seas, mi @eAor, por nuestra hermana la madre tierra, la cual nos sustenta " gobierna, " produce diversos rutos con coloridas lores " hierba. 7oado seas, mi @eAor, por a&uellos &ue perdonan por tu amor, " soportan en ermedad " tribulacin. Lienaventurados a&uellos &ue las soporten en pa!, por&ue por ti, >lt8simo, coronados sern. 7oado seas, mi @eAor, por nuestra hermana la muerte corporal, de la cual ningn hombre viviente puede escapar. >" de a&uellos &ue mueran en pecado mortal#C bienaventurados a&uellos a &uienes encuentre en tu sant8sima voluntad, por&ue la muerte segunda no les har mal. 7oad " bendecid a mi @eAor, " dadle gracias " servidle con gran humildad. 6 Audien ia !ene"al del Mi#" $le% 2 de 3a4$ de 2(()5

T$da la "ea i-n ala'e al Se6$" 2. -n el cap8tulo 3 del libro de Daniel se halla una hermosa oracin, en orma de letan8a, un verdadero cntico de las criaturas, &ue la liturgia de 7audes nos propone muchas veces, en ragmentos diversos. >hora hemos escuchado su parte undamental, un grandioso coro csmico, enmarcado por dos ant8 onas a modo de s8ntesisC :Criaturas todas del @eAor, bendecid al @eAor, ensal!adlo con himnos por los siglos. <...= Lendito el @eAor en la bveda del cielo, alabado " glorioso " ensal!ado por los siglos; <vv. ') " ',=. -ntre estas dos aclamaciones se desarrolla un solemne himno de alaban!a, &ue se e/presa con la repetida invitacin :bendecid;C ormalmente, se trata slo de una invitacin a bendecir a Dios dirigida a toda la creacin; en realidad, se trata de un canto de accin de gracias &ue los ieles elevan al @eAor por todas las maravillas del universo. -l hombre se hace portavo! de toda la creacin para alabar " dar gracias a Dios. 2. -ste himno, cantado por tres +venes +ud8os &ue invitan a todas las criaturas a alabar a Dios, desemboca en una situacin dramtica. 7os tres +venes, perseguidos por el soberano babilonio, son arro+ados a un horno de uego ardiente a causa de su e. 5 aun&ue estn a punto de su rir el martirio, se ponen a cantar, alegres, alabando a Dios. -l dolor terrible " violento de la prueba desaparece, se disuelve en presencia de la oracin " la contemplacin. -s precisamente esta actitud de abandono con iado la &ue suscita la intervencin divina. -n e ecto, como atestigua sugestivamente el relato de DanielC :-l ngel del @eAor ba+ al horno +unto a >!ar8as " sus compaAeros, empu+ uera del horno la llama de uego, " les sopl, en medio del horno, como un rescor de brisa " de roc8o, de suerte &ue el uego no los toc si&uiera ni les caus dolor ni molestia; <vv. $0?'3=. 7as pesadillas se disipan como la niebla ante el sol, los miedos se disuelven " el su rimiento desaparece cuando todo el ser humano se convierte en alaban!a " con ian!a, espera " esperan!a. -sta es la uer!a de la oracin cuando es pura, intensa, llena de abandono en Dios, providente " redentor. 3. -l cntico de los tres +venes hace des ilar ante nuestros o+os una especie de procesin csmica, &ue parte del cielo poblado de ngeles, donde brillan tambi(n el sol, la luna " las estrellas. Desde all8 Dios derrama sobre la tierra el don de las aguas &ue estn sobre los cielos <c . v. )3=, es decir, la lluvia " el roc8o <c . v. )$=. 4ero he a&u8 &ue soplan los vientos, estallan los ra"os e irrumpen las estaciones con el calor " el r8o, con el ardor del verano, pero tambi(n con la escarcha, el hielo " la nieve <c . vv. )'?,3 " ,3=. -l poeta inclu"e tambi(n en el canto de alaban!a al Creador el ritmo del tiempo, el d8a " la noche, la lu! " las tinieblas <c . vv. ,2?,2=. 4or ltimo, la mirada se detiene tambi(n en la tierra, partiendo de las cimas de los montes, realidades &ue parecen unir el cielo " la tierra <c . vv. ,$?,'=. -ntonces se unen a la alaban!a a Dios las criaturas vegetales &ue germinan en la tierra <c . v. ,)=, las uentes, &ue dan vida " rescura, los mares " r8os, con sus aguas abundantes " misteriosas <c . vv. ,,?,.=. -n e ecto, el cantor evoca tambi(n :los monstruos marinos; +unto a los cetceos <c . v. ,0=, como signo del caos acutico primordial al &ue Dios impuso l8mites &ue es preciso respetar <c . @al 02,3?$; Bb 3.,.? 22; $3,2'?$2,2)=. Iiene luego el vasto " variado reino animal, &ue vive " se mueve en las aguas, en la tierra " en los cielos <c . Dn 3,.3?.2=. $. -l ltimo actor de la creacin &ue entra en escena es el hombre. -n primer lugar, la mirada se e/tiende a todos los :hi+os del hombre; <c . v. .2=; despu(s, la atencin se concentra en Gsrael, el pueblo de Dios <c . v. .3=; a continuacin, vienen los &ue estn consagrados plenamente a Dios, no slo como sacerdotes <c . v. .$= sino

tambi(n como testigos de e, de +usticia " de verdad. @on los :siervos del @eAor;, las :almas " esp8ritus +ustos;, los :santos " humildes de cora!n; ", entre estos, sobresalen los tres +venes, >nan8as, >!ar8as " *isael, portavoces de todas las criaturas en una alaban!a universal " perenne <c . vv. .'?..=. Constantemente han resonado los tres verbos de la glori icacin divina, como en una letan8aC :bendecid;, :alabad; " :e/altad; al @eAor. -sta es el alma aut(ntica de la oracin " del cantoC celebrar al @eAor sin cesar, con la alegr8a de ormar parte de un coro &ue comprende a todas las criaturas. '. Ouisi(ramos concluir nuestra meditacin citando a algunos santos 4adres de la Gglesia como Or8genes, Miplito, Lasilio de Cesarea " >mbrosio de *iln, &ue comentaron el relato de los seis d8as de la creacin <c . Pn 2,2?2,$=, precisamente en relacin con el cntico de los tres +venes. Fos limitamos a recoger el comentario de san >mbrosio, el cual, re iri(ndose al cuarto d8a de la creacin <c . Pn 2,2$?20=, imagina &ue la tierra habla ", discurriendo sobre el sol, encuentra unidas a todas las criaturas en la alaban!a a DiosC :-n verdad, es bueno el sol, por&ue sirve, a"uda a mi ecundidad " alimenta mis rutos. *e ha sido dado para mi bien " su re como "o la atiga. Pime conmigo, para &ue llegue la adopcin de los hi+os " la redencin del g(nero humano, a in de &ue tambi(n nosotros seamos liberados de la esclavitud. > mi lado, conmigo alaba al Creador, conmigo canta un himno al @eAor, nuestro Dios. Donde el sol bendice, all8 bendice la tierra, bendicen los rboles rutales, bendicen los animales, bendicen conmigo las aves; <I sei giorni della creazione, @>-*O, G, *iln?Doma 20,,?200$, pp. 202?203=. Fadie est e/cluido de la bendicin del @eAor, ni si&uiera los monstruos marinos <c . Dn 3,,0=. -n e ecto, san >mbrosio prosigueC :%ambi(n las serpientes alaban al @eAor, por&ue su naturale!a " su aspecto revelan a nuestros o+os cierta belle!a " muestran &ue tienen su +usti icacin; <ib., pp. 233?23$=. Con ma"or ra!n, nosotros, los seres humanos, debemos unir a este concierto de alaban!a nuestra vo! alegre " con iada, acompaAada por una vida coherente " iel. Audien ia !ene"al del Mi#" $le% )( de 7uli$ de 2((2

TERCER SALMO: Sal )89


Alegra de los santos
2

>lelu"a# Cantad al @eAor un cntico nuevo, resuene su alaban!a en la asamblea de los ieles;
2

>labad su nombre con dan!as, cantadle con tambores " c8taras;


$

por&ue el @eAor ama a su pueblo " adorna con la victoria a los humildes.
'

&ue se alegre Gsrael por su Creador, los hi+os de @in por su De".

Oue los ieles este+en su gria " canten +ubilosos en ilasC

con v8tores a Dios en la boca " espadas de dos ilos en las manosC
,

su+etando a los re"es con argollas, a los nobles con esposas de hierro.
0

para tomar vengan!a de los pueblos " aplicar el castigo a las naciones,

-+ecutar la sentencia dictada es un honor para todos sus ieles.

CATEQUESIS DE JUAN PABLO II


2. :Oue los ieles este+en su gloria, " canten +ubilosos en ilas;. -sta invitacin del salmo 2$0, remite a un alba &ue est a punto de despuntar " encuentra a los ieles dispuestos a entonar su alaban!a matutina. -l salmo, con una e/presin signi icativa, de ine esa alaban!a :un cntico nuevo; <v. 2=, es decir, un himno solemne " per ecto, adecuado para los ltimos d8as, en los &ue el @eAor reunir a los +ustos en un mundo renovado. %odo el salmo est impregnado de un clima de iesta, inaugurado "a con el Aleluya inicial " acompasado luego con cantos, alaban!as, alegr8a, dan!as " el son de t8mpanos " c8taras. 7a oracin &ue este salmo inspira es la accin de gracias de un cora!n lleno de +bilo religioso. 2. -n el original hebreo del himno, a los protagonistas del salmo se les llama con dos t(rminos caracter8sticos de la espiritualidad del >ntiguo %estamento. %res veces se les de ine ante todo como hasidim <vv. 2, ' " 0=, es decir, :los piadosos, los ieles;, los &ue responden con idelidad " amor <hesed= al amor paternal del @eAor. 7a segunda parte del salmo resulta sorprendente, por&ue abunda en e/presiones b(licas. Desulta e/traAo &ue, en un mismo vers8culo, el salmo ponga +untamente :v8tores a Dios en la boca; " :espadas de dos ilos en las manos; <v. )=. De le/ionando, podemos comprender el por&u(C el salmo ue compuesto para : ieles; &ue militaban en una guerra de liberacin; combat8an para librar a su pueblo oprimido " devolverle la posibilidad de servir a Dios. Durante la (poca de los *acabeos, en el siglo GG a. C., los &ue combat8an por la libertad " por la e, sometidos a dura represin por parte del poder helen8stico, se llamaban precisamente hasidim, :los ieles; a la palabra de Dios " a las tradiciones de los padres. 3. Desde la perspectiva actual de nuestra oracin, esta simbolog8a b(lica resulta una imagen de nuestro compromiso de cre"entes &ue, despu(s de cantar a Dios la alaban!a matutina, andamos por los caminos del mundo, en medio del mal " de la in+usticia. 4or desgracia, las uer!as &ue se oponen al reino de Dios son ormidablesC el salmista habla de :pueblos, naciones, re"es " nobles;. > pesar de todo, mantiene la con ian!a, por&ue sabe &ue a su lado est el @eAor, &ue es el aut(ntico De" de la historia <v. 2=. 4or consiguiente, su victoria sobre el mal es segura " ser el triun o del amor. -n esta lucha participan todos los hasidim, todos los ieles " los +ustos, &ue, con la uer!a del -sp8ritu, llevan a t(rmino la obra admirable llamada reino de Dios. $. @an >gust8n, tomando como punto de partida el hecho de &ue el salmo habla de :coro; " de :t8mpanos " c8taras;, comentaC :HOu( es lo &ue constitu"e un coroJ <...= -l coro es un con+unto de personas &ue cantan +untas. @i cantamos en coro debemos cantar con armon8a. Cuando se canta en coro, incluso una sola vo! desentonada molesta al &ue o"e " crea con usin en el coro mismo; < narr. in !s. 2$0C CCL $3, ,, 2?$=. 7uego, re iri(ndose a los instrumentos utili!ados por el salmista, se preguntaC :H4or &u( el salmista usa el t8mpano " el salterioJ;. DespondeC :4ara &ue no slo la vo! alabe al @eAor, sino tambi(n las obras. Cuando se utili!an el t8mpano " el salterio, las manos se armoni!an con la vo!. -so es lo &ue debes hacer t. Cuando cantes el alelu"a, debes dar pan al hambriento, vestir al desnudo " acoger al peregrino. @i lo haces, no

slo canta la vo!, sino &ue tambi(n las manos se armoni!an con la vo!, pues las palabras concuerdan con las obras; <ib., .,2?$=. '. Ma" un segundo vocablo con el &ue se de inen los orantes de este salmoC son los ana"im, es decir, :los pobres, los humildes; <v. $=. -sta e/presin es mu" recuente en el @alterio " no slo indica a los oprimidos, a los pobres " a los perseguidos por la +usticia, sino tambi(n a los &ue, siendo ieles a los compromisos morales de la alian!a con Dios, son marginados por los &ue escogen la violencia, la ri&ue!a " la prepotencia. Desde esta perspectiva se comprende &ue los :pobres; no slo constitu"en una clase social, sino tambi(n una opcin espiritual. -ste es el sentido de la c(lebre primera bienaventuran!aC :Lienaventurados los pobres de esp8ritu, por&ue de ellos es el reino de los cielos; <*t ',3=. 5a el pro eta @o on8as se dirig8a as8 a los ana"imC :Luscad al @eAor, vosotros todos, humildes de la tierra, &ue cumpl8s sus normas; buscad la +usticia, buscad la humildad; &ui! encontr(is cobi+o el d8a de la clera del @eAor; <@o 2,3=. ). >hora bien, el :d8a de la clera del @eAor; es precisamente el &ue se describe en la segunda parte del salmo, cuando los :pobres; se ponen de parte de Dios para luchar contra el mal. 4or s8 mismos, no tienen la uer!a su iciente, ni los medios, ni las estrategias necesarias para oponerse a la irrupcin del mal. @in embargo, la rase del salmista es categricaC :-l @eAor ama a su pueblo, " adorna con la victoria a los humildes <ana"im=; <v. $=. @e cumple idealmente lo &ue el apstol san 4ablo declara a los CorintiosC :7o plebe"o " despreciable del mundo ha escogido Dios; lo &ue no es, para reducir a la nada lo &ue es; <2 Co 2,2.=. Con esta con ian!a :los hi+os de @in; <v. 2=, hasidim " ana"im, es decir, los ieles " los pobres, se disponen a vivir su testimonio en el mundo " en la historia. -l canto de *ar8a recogido en el evangelio de san 7ucas ?el #agnficat? es el eco de los me+ores sentimientos de los :hi+os de @in;C alaban!a +ubilosa a Dios @alvador, accin de gracias por las obras grandes &ue ha hecho por ella el %odopoderoso, lucha contra las uer!as del mal, solidaridad con los pobres " idelidad al Dios de la alian!a <c . 7c 2,$)? ''=. Audien ia !ene"al del Mi#" $le% 20 de 3a4$ de 2(()

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