Holt, Simon - Los Voradores 02 - Soulstice
Holt, Simon - Los Voradores 02 - Soulstice
Holt, Simon - Los Voradores 02 - Soulstice
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Simon Holt Grupo Pandemonium
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DEL FI N DEL MUNDO
Los Voradores Libro # 2
Simon Holt
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Prlogo
Mantuve los ojos cerrados mientras ola las palomitas con mantequilla y el algodn de
azcar y escuchaba el tintineo de los juegos de la feria. Senta el clido sol sobre mi piel.
Respir y abr los ojos, sonre, lista para el da fantstico que me esperaba.
Ya con los ojos abiertos, vi que la feria estaba vaca. Los olores y los sonidos estaban ah,
pero no haba quin los disfrutara. Estaba de pie sobre la plataforma de la rueda de la
fortuna. Las canastas giraban alrededor del amplio y colorido arco, atravesando el cielo,
pero no se vea ningn operador que se encargara del paseo.
El convoy azul descenda hacia la plataforma y pude ver una rosa sobre el asiento y,
atada a ella, una tarjeta con mi nombre escrito en el sobre. Avanc hacia l, ligera por el
entusiasmo y tom la rosa y el sobre. La flor tena un olor penetrante, pero cuando abr
la tarjeta me cort el dedo con el filo del papel y comenc a sangrar y gotear sobre el
piso. El dedo palpitaba y luego, para mi horror, de la arena empezaron a salir
sanguijuelas que succionaban la sangre, hacan ruido al sorber y dejaban un rastro de
baba negra por donde pasaban. Sent que algo me pellizc el hombro y rept: una de
ellas estaba sobre m, su boca succionaba mi piel y extraa la sangre de las venas.
Asqueada, le di un manotazo y la aplast, pero me dej marcas negras entrecruzadas
sobre el brazo. Las examin: como no me dolan volv a ver la tarjeta.
Nos vemos en el Canal del Amor..., pude leer. Mi corazn se hinch. Aplaud en
anticipacin y me apur a cruzar la feria.
El Canal del Amor no era ms que una lancha para dos personas que flotaba por un
riachuelo subterrneo; aunque, en realidad, el ro no era ms que un canal artificial
construido dentro de una de las casas de la feria. Pero era oscuro y silencioso, perfecto
para besarse, y l quera que yo lo viera ah.
La lancha esperaba en el muelle y estaba casi vaca, salvo por otra nota que estaba sobre
el asiento.
Zarpa, pronto estar contigo..., deca. Yo obedec. Sal con un empujn y me acomod.
La barcaza comenz a moverse hacia la oscuridad de la cueva metlica.
El agua delante se pintaba por los reflectores de color rosa. El lugar estaba colmado con
aroma de rosas. Mir a un costado de la lancha y vi que el agua estaba llena de ptalos de
rosas. Los haba dejado para m! Met la mano en el agua, saqu algunos y los acerqu a
mi nariz...
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Grit. No eran ptalos de rosas, de ninguna manera, eran orejas cercenadas, rojas de
sangre. Mis gritos hicieron eco en la caverna. No poda regresar, slo poda seguir de
frente, a travs de un mar brillante.
El ro torci frente a m y desapareci en la oscuridad. Llam a mi amor por su nombre,
pero no hubo respuesta. La lancha sigui adelante y el aire se torn abrasadoramente
fro. Poda ver mi aliento. El ro comenz a congelarse por encima. El miedo brot
dentro de m. No poda hacer nada ms que flotar y esperar lo que fuera que sucediera.
Escuch un ruido de agua corriendo ms adelante y, de repente, mi bote se inclin.
Empec a gritar y a caer, a caer por una cascada congelada.
El bote se deshizo cuando peg contra las olas de abajo y yo slo me hund bajo ellas,
como si tuviera piedras atadas a los tobillos. Me hund ms y ms. El agua glacial me
cortaba la piel y me congelaba los rganos.
Finalmente llegu al fondo. Ah estaba mi amor, atrapado entre algas, con la piel ms
blanca que la nieve, los labios ms azules que el cielo, los ojos muy abiertos y ms negros
que el espacio exterior. Sus rizos oscuros se mecan de un lado a otro frente a su, alguna
vez, cara perfecta. Tena la mirada fija, con la vista perdida, hacia el frente. Entonces, un
cangrejo sali caminando entre sus labios. Trat de nadar hacia la superficie, pero me
tom del pie. La presin de su mano era tan fuerte que la senta hasta el hueso. Ah
permanec atrapada, hasta que unos pececillos comenzaron a comerse mi piel y a
devorar mis ojos.
Gina se incorpor en la cama y jade buscando respirar.
Es el sueo, slo es ese sueo, se dijo, balbuceando. Se qued sentada tratando de
calmar su respiracin y de sacudirse las ansias del cuerpo. Los detalles de ese sueo
recurrente variaban a veces, pero el final siempre era el mismo.
Se restreg los ojos, cansada y frustrada. No saba cmo alejarlo. Se estir para prender
su lmpara de noche y tom un trago de agua. Su mirada cay en su cuaderno de
Historia, que estaba sobre el bur. Impulsivamente arranc una hoja de papel, destap
su pluma y garabate lo que acababa de soar.
Un ruido por la puerta la hizo levantar la mirada.
Quin est ah?
Soy yo dijo Henry, su hermano, y entr. Tena una pesadilla.
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Deben estar en el aire contest Gina. Anda, ven.
Henry se meti en la cama y se acurruc con Gina. Pronto se durmi de nuevo, pero
Gina estuvo despierta un buen rato ms, preguntndose si esas pesadillas acabaran
algn da.
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Captulo 1
Seis meses, pens Gina Halloway, el viernes en la maana, mientras el agua caliente de
la regadera caa sobre su piel fra: seis meses desde que el Quinn Waters, el nio de oro
del pueblo y objeto de su amor platnico e infantil, haba presentado su cara de
Vorador; seis meses desde que intent destruirla, pero acab ahogado en el Lago Cutter,
mientras la psique de Gina peleaba por el alma de Henry en la salida de miedos.
De cualquier forma, haban transcurrido seis meses desde que se top con un Vorador.
Esos monstruos son la esencia del miedo. Poseen los cuerpos de las personas en la
Noche de los Lamentos, la noche del solsticio de invierno. Envan a las almas humanas a
infiernos personales llamados salidas de miedos y viven las vidas de sus vctimas. Gina
se enter de ellos en un viejo diario. ste contena historias sobre las criaturas
ancestrales y malvolas que vean a los humanos ya como anfitriones de su esencia, ya
como juguetes para atormentar. Al principio crey que eran los delirios de una loca
llamada Macie Canfield, pero entonces uno de ellos se apoder de Henry. Gina tuvo que
aprender cmo derrotar al Vorador para rescatar a su hermano.
Como consecuencia, haba empezado a sospechar de todos en la calle: cualquiera poda
ser un Vorador. Comenz a escudriar cada rasgo y accin de las personas a su
alrededor, buscando aquellos detalles que los delataran. Los Voradores se confundan
muy bien entre las personas, no daban seales que pudieran traicionarlos. Odian el fro,
no pueden llorar y, a veces, cuando se lastiman o estn saliendo de un cuerpo, pueden
manifestarse como humo, o tambin lo hacen cuando, telepticamente, envan horribles
visiones a los humanos... cosa que hacen bastante seguido slo como diversin. Pero ella
no volvi a ver nada, por lo menos no desde enero.
Tal vez los Voradores haban decidido dejarla en paz, o quiz la suerte de poder entrar y
destruir la infernal salida de miedos era algo con lo que nunca se haban topado, quizs
ella los espant.
Vamos, Gina! su padre golpe la puerta del bao. Apresrate! Te necesito
afuera en diez minutos!
No tardo!
Se enjuag el cabello, que le colgaba apenas por debajo de la barbilla. Haba tenido que
cortarlo demasiado, despus de la chamuscada en el incendio del stano de Macie. Pero
ya estaba volviendo a crecer: sano, fuerte y, curiosamente, un poco ms oscuro.
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No era lo nico que estaba ms oscuro, cavilaba Gina. Un lento terror segua creciendo
sigilosamente como musgo negro sobre el corazn de Cutters Wedge. El pueblo no
dejaba de estar nervioso.
Quinn Waters tena diecisiete aos y haba sido el hijo predilecto de Cutters Wedge.
Era el tpico vecino adorable con hoyuelos, mariscal de campo estrella desde segundo de
prepa; llevaba un camino perfecto hacia la liga colegial. Sus calificaciones no eran lo
mximo, pero eran suficientemente buenas como para contar con opciones y becas para
estar en las mejores universidades del pas. Nadie sospechaba lo que Quinn era
realmente. Y cmo podran hacerlo? Quinn era perfecto: carismtico, amable, gentil y
muy guapo, tena a todos encantados. Y luego desapareci.
Aunque muy pocos se atrevan a decirlo en voz alta, la mayor parte del pueblo crea que
su joven hroe se haba topado con un juego sucio. Nadie descansara hasta que tuvieran
algunas respuestas y se encontrara su cuerpo. Gina, Aarn Cole, su mejor amigo, y su ex
mentor, Eben Bloch, saban que el cuerpo de Quinn estaba en el fondo del lago, pero ese
era un secreto oscuro que los tres planeaban llevarse a la tumba.
Un detective de homicidios de Wennemack lleg hasta Cutters Wedge a finales de
febrero, dos meses despus de la desaparicin, y estuvo al acecho desde entonces. Tras
cuatro meses de investigacin, que incluan docenas de entrevistas con estudiantes y
maestros de la preparatoria Cutter, el detective y la polica local no haban conseguido
progresar mucho y ni Quinn ni su Mustang rojo aparecan. En todo ese tiempo, nadie
entrevist a Gina o a Aarn.
Y por qu habran de hacerlo?, se pregunt Gina varias veces. No poda decirse que ella
y Aarn se movieran en el crculo de Quinn. Nada los conectaba con l. Nada, excepto el
coche...
Gina! la voz de Tom retumbaba ahora desde abajo, en la cocina. Date prisa!
Gina se puso sus tenis de lona color verde ejrcito, sin desamarrar, y baj trotando las
escaleras, vestida con jeans y una camiseta blanca lisa. Henry estaba de pie en la puerta
principal. Tena puesta una capucha roja desteida que le cubra hasta las orejas.
Puede que llegue hasta los 35 grados hoy le inform, mientras le daba unas leves
palmadas en la cabeza. Hace un poco de calor como para eso, no?
Henry se encogi de hombros.
Si alguien te dice algo, t diles que...
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Les digo que perd la oreja en un accidente trgico en un circo en el que haba un len
salvaje y un trapecista renegado, ya s replic Henry. Eso no me ayuda en nada,
Gina.
Henry, al diablo con Billy Persons y con cualquiera que sea tan estpido como l. Si te
vuelve a molestar, dile que su mam es una alcohlica perdida.
No vas a decir nada de eso su padre sali de la cocina, traa su cinturn de
herramientas colgado del hombro. Henry, hazme un favor, recoge el peridico del
jardn.
No puedes recogerlo t cuando vayas a trabajar?
Henry...!
Est bien.
El nio sali dando pisotadas por el zagun. Tom Halloway dej caer una pesada y
callosa palma sobre el hombro de su hija.
Gina.
Qu?
No seas imprudente. No con l, por favor.
Gina apart molesta la mano de su pap.
Estoy tratando de ayudar.
Ayudando a calumniar a la madre de otro nio?
Ayudndolo a defenderse, pap!
Eso no te toca a ti. Deja que el mdico se encargue.
S Gina acept de mala gana, enfilndose hacia la calle.
Gina, no voy...
Que tengas un buen da, pap.
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Gina y Henry se encontraron con Aarn dos cuadras antes de llegar al campus unificado
de las escuelas. Aarn de 15 aos haba crecido varios centmetros durante el ltimo ao
y su andar desgarbado sugera que su cuerpo no saba, bien a bien, cmo lidiar con el
estirn. Sus largas manos y sus pies, combinados con las camisetas y los pantalones de
pana que le colgaban de su delgado armazn, le daban una apariencia de cachorro que
todava est ajustndose a su piel.
Haca calor, y la humedad daba una sensacin de que todo era pegajoso: la promesa de
otro da sofocante se evaporaba sobre el asfalto. Las pesadas lluvias de la primavera
haban ocasionado inundaciones por todo el condado y an quedaban muchos sitios con
agua estancada. Los mosquitos pronto se apoderaron de los estanques y los charcos por
todo el pueblo y estaban en una incesante bsqueda de sangre.
ltima semana antes de los exmenes finales, Gina. Ests preparada?
No mucho.
Henry caminaba adelante, saltando sobre las grietas en la acera, con la capucha roja an
cubrindole las orejas. Aarn not la expresin de preocupacin en la cara de Gina, pero
no pregunt.
Entonces Aarn mat un mosquito en su cuello, Biologa.
No, por favor.
Anda, vamos a escuchar. Avispa, filo?
Gina suspir:
Filo: artrpodo; subfilo: miripodo; clase: insecto.
Estuviste cerca!; subfilo: hexpodo.
Carajo.
Te ir bien asegur Aarn, mientras mataba otro mosquito sobre su brazo.
Ya me resign al mar de mediocridad que es el 6.5 en la media final; que disfrutes tu
tope 9.0.
9.2, de hecho. Ya sabes, por el grupo de excelencia Aarn, avergonzado de su
propia presuncin, se detuvo ante la mirada de Gina. Est bien, perdn.
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No, deberas estar orgulloso. Adems, muchas personas han vivido vidas felices y
fructferas pensando que hexpodo es un tipo de sapo, o no?
Es ms que un hecho.
Llegaron a la esquina de esa cuadra y Henry se detuvo en el borde del inmenso csped
de la primaria. Miraba fijamente a la bandada de nios pequeos que jugaban frente a la
entrada principal de la primaria de Cutters Wedge. Se escuchaban gritos y risas, pero
haba algo que mantena a Henry alejado de la diversin. Algo ms que preocupacin
por su oreja. Gina lo observ, estuvo as desde que regres de la salida de miedos.
Gina se agach y le dio un apretoncito.
Que tengas un buen da Henry. Ve a jugar.
El cuerpo de Henry se puso tenso. Gina alz la vista y enfoc a un nio robusto con
cabello de zanahoria, persiguiendo a un par de nios ms pequeos; tacle a uno de
ellos y lo sostuvo contra la tierra.
A Gina no le pareci que eso fuera un juego.
Quisiera romperle las piernas para que no pudiera hacer eso murmur Henry.
Gina se alej, sorprendida.
No lo digas en serio. Mira, Billy Persons es el tpico gordo abusivo.
Aarn se acerc.
Y huele a col, igual que su hermano mayor.
Henry dej escapar una leve risa.
Gina lo apretuj ms fuerte.
No dejars que te afecte, verdad?
No Henry pate el suelo. Pap vendr a recogerme?
No, los viernes estar en la construccin en Wennemack, por un tiempo. Por eso
tuviste la cita ayer, recuerdas? Gina acarici la mano de su hermano. Yo vendr
por ti cuando salga de clases.
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Henry la abraz.
Ok, nos vemos.
Adis.
Gina vio a Henry dirigirse hacia el patio de la escuela. Entonces ella y Aarn se
encaminaron hacia la vereda que separaba la primaria de la preparatoria.
Cmo va con el doctor Unger? pregunt Aarn.
Bastante bien, creo. Yo no lo conozco, pero a Henry le cae bastante bien.
Hasta ese momento, Henry no recordaba nada de lo sucedido, de haber sido posedo por
un Vorador o de haber pasado varios das tormentosos en la salida de miedos, pero
haba estado sufriendo terribles pesadillas desde marzo. Su pap y los mdicos
relacionaron ese estado de Henry con el estrs por la partida de mam, y a ello se deban
las sesiones semanales de terapia.
Bien, Unger es el mejor terapeuta del estado para nios con traumas. Mi mam le
tiene mucha confianza. Estoy seguro que Unger lo ayudar, Gina. Henry se recuperar.
Lo s acept Gina, respirando profundo y pasndose los dedos por el cabello.
Entonces, slo una semana ms, no?
Sm una ms y podremos pasar nuestros das recostados junto a la alberca tomando
limonada. Ya sabes, si alguno de los dos tuviera alberca...
Y si yo no necesitara un trabajo.
Quiz puede haber trabajo en la librera. Puedo preguntarle a Eben...
No contest Gina, cortante. Ella no haba visto a Eben Bloch desde enero, cuando
renunci a la librera y Aarn tom su puesto.
Gina, ya sabes que Eben no comparte sus sentimientos, pero s que te extraa. Creo
que siente como si hubiera perdido a una hija. T eras su nica familia.
Las familias no se mienten.
En serio? T no has sido honesta con tu pap sobre lo que pas. No es que te culpe,
claro; de seguro l te encerrara. Pero Eben tiene sus razones para no haberte contado
que ya saba de los Voradores. Slo estaba tratando de protegerte.
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Gina se limpi algo de sudor de la frente.
Explcame otra vez cmo es que, ocultndome informacin importante, me protegi.
Atravesaron el patio. Por lo general, los estudiantes platicaban bajo los rboles o
recargados sobre los estacionamientos para bicis hasta el ltimo momento posible,
antes de tener que entrar a clases, pero la humedad opresiva haba metido hasta al ms
flojo de los jvenes dentro del edificio, antes de que sonara la campana. Gina vio que
haba una patrulla y un coche negro con vidrios oscuros en el estacionamiento.
Otra vez los policas seal, cundo irn a parar?
Cuando el caso de Quinn se cierre Aarn le abri la puerta a Gina y volte nervioso
a ver los coches, o cuando arresten a alguien.
Ambos entraron en la recepcin de la escuela, mientras se escuchaban lejanos truenos
en el cielo ensombrecido.
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Captulo 2
Gina se acomod en su escritorio de la clase de Literatura. Su espalda y cuello sudaban.
Se levant de nuevo la cola de caballo hmeda, pero la liga se revent y el cabello se
solt quedando como una maraa encrespada.
El resto de los estudiantes entraron al saln en fila cuando se escuch la campana. A
pesar de la continua presencia de la polica en la escuela, se respiraba un aire de
excitacin. Los jvenes hablaban y se rean como si, por lo menos por un rato, hubieran
sobrepasado la ansiedad y la melancola que haban marcado el ambiente por la
repentina y extraa desaparicin de Quinn. Las vacaciones de verano estaban por
comenzar, y todos lo sentan.
Nina Snow, perfectamente arreglada y segura de s misma, como siempre, tom su lugar
detrs de Gina. Su cabello era largo, oscuro y sin rizos, su cutis era como de porcelana.
Pareca ser la nica nia en la escuela a la que no le afectaba el calor. La nica novata
seleccionada para el equipo de porristas de Cutter. Nina fue la novia de Quinn desde la
fiesta de inicio de cursos. Ignoraba a la mayora de sus compaeras de cuarto de prepa,
pero Gina le haba llamado la atencin en diciembre, cuando se dio cuenta de que Quinn
coqueteaba con ella.
Oye, novia de Frankenstein increp Nina, no te va ese look; aunque, bueno creo
que no te va ninguno.
Gina no contest.
Por suerte, el profesor Machen hizo su entrada.
A ver, simios, tranquilcense.
Algunos estudiantes chillaron y se rascaron la cabeza y las axilas. Machen hizo una
sonrisita y neg con la cabeza.
Sigo siendo su guardin de zoolgico por una semana ms.
Machen era el maestro favorito de Gina, un sustituto que se qued con la plaza de
Literatura, despus de haber reemplazado haca algunos meses a la maestra Harter, a
quien fortuitamente le ofrecieron una beca para estudiar el trabajo de los dramaturgos
londinenses del siglo XIX. Machen, como de treinta y cinco aos, pero con el cabello tan
rubio que pareca casi blanco, era un apasionado de la literatura y era casi igual de
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experto en historia y mitologa. Se vesta con chaquetas de tweed que lo hacan parecer
el tpico profesor disperso, pero Gina pronto se dio cuenta de que era impecablemente
organizado y metdico.
Profesor, qu vendr en el examen final?
Tendrn que hacer dos ensayos de no menos de cuatro cuartillas completas cada uno.
Y no podrn usar lpiz, ni escribir slo con maysculas, ni usar dobles espacios.
La clase refunfu.
Yo, en lugar de ustedes me preparara para tres, a menos que quieran dejarlo a la
suerte, cosa que no recomiendo. Tienen preguntas?
Nina alz la mano.
Seorita Snow concedi Machen.
Podra, por lo menos, darnos uno de los temas por adelantado.
Y eso qu tiene de divertido?
La clase rog en coro.
Est bien, obviamente uno de los temas de ensayo ser Sueo de una noche de verano, que
ya todos terminaron de leer, como habamos acordado, para esta semana, cierto?
Machen alz una ceja mientras los alumnos sacaban en silencio sus copias marcadas de
Sueo de una noche de verano de Shakespeare.
Muy bueno, eso de que los exmenes sean justo una semana antes de la mitad del
verano: el solsticio. Cmo es esta poca del ao? Alguien sabe? Seor Cole.
Aunque las clases para graduarse con honores tenan a los mejores y ms aplicados,
Aarn siempre era el mejor para abrir las discusiones en clase. Poda darse por hecho
que no slo lea las obras, sino que las relea buscado referencias y, probablemente,
acostumbraba pertenecer a grupos de chat en Internet llamados algo as como Los
camaradas del bardo o oeces por el estilo.
Este Solsticio, del latn, significa sol detenido; el da ms largo del ao, cuando la
inclinacin del eje de la Tierra est orientada directamente hacia el Sol por lo que ste
alcanza sus extremos ms meridionales. Lo contrario es el solsticio de invierno, cuando
la menor cantidad de luz
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Gina poda ver cmo todos volteaban a ver a Aarn e interrumpi.
Tambin es tiempo de magia, cierto?; representada en la obra por el reino de las
hadas.
As es: magia, misterio, travesuras; todas estas cosas aparecen en la mejor comedia de
Shakespeare, que sucede durante el da ms largo del ao Machen asinti observando
a Gina, pero el solsticio de verano tambin representa el renacimiento, un despertar.
Prosigui muy entusiasmado, caminando de un lado a otro y citando el hechizo que
Nick Lanzadera, el tejedor, le canta a la reina de las hadas, Titania, mientras duerme. La
clase suspir con tranquilidad, sabiendo que una vez que Machen se encarrilaba, sera
raro que se detuviera a hacer preguntas que demostraran que la mayora no haba
terminado de leer la obra.
Gina trat de concentrarse, pero la distraa algo que pasaba afuera. Por la ventana, poda
ver cmo, del otro lado de la calle, un pequeo grupo de nios jugaba en las barras de la
jungla de la primaria. Una gruesa capa de nubes de color gris carbn se haba tragado la
maana, y un fuerte viento levantaba la maleza y pedazos de papel, sobre el pasto
principal. Ningn profesor con algo de cabeza hubiera sacado a los nios ante tan
amenazante clima. Adems, las clases apenas acababan de empezar. Las primeras
grandes gotas de lluvia pegaron contra las ventanas de lmina de vidrio.
Gina le dio la espalda al profesor, quien segua caminando de un lado a otro y
gesticulando dramticamente con su mano libre. Sus palabras se le resbalaban a Gina,
como si fueran una marea aburrida. Volvi a observar por la ventana y vio a un nio
pequeo con una capucha roja sobre la cabeza.
Henry.
Un nio ms grande lo estaba persiguiendo por entre los juegos.
Seorita Halloway, puede seguir desde donde me qued?
Yo Gina malabare con su libro hasta que cay al piso. Se agach a recogerlo.
Seorita Snow, por favor contine.
La lluvia caa ms fuerte ahora. Los relmpagos arqueaban y los truenos retumbaban en
la distancia. Gina brinc en su asiento, pero el resto de la clase pareci no haber notado
la tormenta rpidamente amenazante.
Me doy cuenta de su trampa, lo hacen para hacerme ver como un burro, para asustarme, ja, como si
pudieran
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Afuera, los nios brincaban en el patio, saltando en los charcos y deslizndose por las
resbaladillas mojadas. Todos, excepto dos, estaban jugando y riendo.
Billy Persons tena a Henry contra el lodo. No pareca haber ningn adulto afuera con
ellos.
pero, por ms que hagis, no me mover de aqu; voy a pasearme a mis anchas, y cantar felizmente,
para que se entienda que no tengo miedo
Gina se levant de un brinco.
Henry!
Nina dej de recitar y todos voltearon hacia Gina.
Seorita Halloway, todo est bien?
Susto y vergenza corrieron por sus venas.
Yo
Volvi a mirar por la ventana: los nios ya no estaban. Henry y Billy desaparecieron.
Gina volvi a sentarse, le faltaba el aliento y estaba nerviosa. Qu estaba pasando?
Seorita Halloway, por qu no retoma desde donde nos quedamos? Lea la respuesta
de Lanzadera, el tejedor, a la irracional profesin de amor de Titania.
Yo
A la mitad de la pgina 36, lnea 24.
Gina busc precipitadamente la pgina pasando el dedo tembloroso por el texto:
Me parece, seora, que no tenis motivo para amarme. Pero, a decir verdad, en el tiempo que vivimos, la
razn y el amor rara vez van juntos
Qu le est diciendo aqu, Lanzadera, el tejedor, a la reina de las hadas?
Gina volvi a mirar hacia afuera y dej escapar un grito de espanto entrecortado. Henry
estaba de pie, justo afuera de la ventana de su saln con la frente contra el vidrio. Sus
ojos, oscuros y amenazantes, la perforaban. La lluvia caa en cascada sobre su rostro, y
desde su nariz resbalaban horribles corrientes de agua puerca.
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Tena algo en la mano.
Henry
El nio lentamente alz una oreja cortada y la sostuvo contra el cristal; de ella goteaba
sangre que luego corra por el vidrio.
Gina grit y se abalanz desde su silla hacia la ventana, pero tropez con la mochila de
Nina, y se derrumb en el piso.
No ests orgullosa de m, Gina? la voz de Henry se escuchaba hueca y sus labios se
abran en una triste sonrisa, revelando dientes grises y encas negras. Me defend, no
era eso lo que queras?
Detrs de l, los rboles se doblaban con el viento hasta quedar casi en paralelo al piso.
La lluvia caa pesada y se cristalizaba en hilos de hielo sobre su cara. Un humo negro
sala de su nariz y boca, elevndose y arremolinndose en el aire como un cicln.
Entonces, avanz hacia la ventana.
Gina se cubri la cara conforme el vidrio explotaba y ste la lanz de espaldas contra el
piso. Poda sentir cmo penetraban los pedazos en sus brazos y mejillas. El dolor se
dispar por su piel y supo que estaba sangrando, y que su sangre se mezclaba y
encharcaba junto con la lluvia que entraba del exterior.
Grit y grit y grit.
Gina! Detente, Gina!
Poda escuchar voces, pero al principio estaban demasiado amortiguadas como para
descifrarlas. Gina tena una vaga nocin de que estaba recostada. El piso debajo de ella
estaba muy fro.
Aqu estoy, ests bien, soy yo.
Dej de gritar y se concentr en aquella voz conocida.
Aarn.
Me escuchas? Regresa.
Sinti sus manos en las mejillas. Le acurruc la cabeza y le quit el cabello de la cara.
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Estoy contigo, ests a salvo.
El rostro de Aarn pareca atento, estaba arrugado de preocupacin.
Los ojos de Gina se movieron de un lado a otro, observando las caras horrorizadas de los
compaeros que la rodeaban.
Aarn volte a mirarlos.
Podran darle algo de espacio?
Escuchen, por favor Machen los hizo a un lado con la voz temblorosadjenla
respirar.
Ya ests de regreso? le pregunt Aarn.
Gina alcanz a asentir y trat de sentarse. Machen se agach a un lado de ellos.
Llamar a la enfermera, Gina. Qudate quieta.
No, est bien, Aarn me llevar.
Machen acept. l y Aarn ayudaron a Gina a levantarse. Su mejor amigo la sostuvo
mientras la diriga hacia la puerta.
Mis cosas.
No te preocupes, ms tarde las recojo. Vamos.
Detrs de ellos se escuchaban pasos y cuchicheos nerviosos. Todos los de la clase
observaron asombrados y en silencio cmo Gina brinc de su asiento y golpe con los
puos contra la ventana. Haba pegado tan duro que uno de los inmensos cristales se
cuarte dejando una telaraa de vidrio. Luego cay al piso, sacudindose y gritndole a
absolutamente nada. Gina adivin lo que estaban pensando: se habra vuelto loca su
compaera?
Cuando Aarn llev a Gina, toda temblorosa, hacia la salida que llevaba al
estacionamiento de la escuela, haba ms estudiantes de lo normal en los corredores.
Todos ellos deberan haber estado en clase, preparndose para los exmenes finales o
ponindose al corriente, pero algo deba estar pasando y no poda ser precisamente el
episodio de Gina, pues el chisme no podra haber llegado tan rpido al resto de la
escuela.
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Grupos de estudiantes nerviosos estaban apiados de los casilleros, murmurando entre
ellos. Pedazos de las conversaciones llegaban a los odos de Gina.
Quinn
en un lago
un cuerpo?
no, coche
Aarn acerc a Gina hacia l.
Sigue caminando, Gina, vamos.
Cerca de la salida escucharon detrs de ellos el golpeteo de un par de tacones que se
acercaban a paso firme, pero rpido.
Aarn Cole.
Aarn y Gina se congelaron.
Seor Cole, por favor quite las manos de la joven y pngalas encima de la cabeza.
Gina y Aarn voltearon para ver a una detective del departamento de comicios de
Wennemack. Dos policas de Cutters Wedge la flanqueaban: uno de ellos sostena un
par de esposas abierto.
Jovencita, por favor aljese de l ahora.
Gina solamente los mir boquiabierta, pero Aarn dio un paso atrs.
No se mueva la detective le advirti con una calma inquietante, no queremos que
ocurra un accidente.
Qu pasa? pregunt Aarn con voz temblorosa.
Aarn Cole, lo estamos arrestando para interrogarlo respecto a la desaparicin de
Quinn Waters.
Qu?
Uno de los policas tom a Aarn alejndolo de Gina y lo jal hacia la entrada principal
de la escuela. El resto de los estudiantes en el pasillo miraban en estado de shock.
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No pueden hacer eso! reclam Gina, pero la detective pas airada a su lado,
ignorndola.
Por favor, siga mis instrucciones indic. Tendr derecho a llamar a un abogado
desde la estacin en Wennemack; pero, por ahora, le sugiero que coopere.
Aarn gir la cabeza hacia atrs.
Gina?
El polica le puso una mano carnosa sobre la cabeza y la gir hacia el frente. La detective
sigui a los dos policas mientras sacaban a Aarn por la puerta. Gina los sigui, pero la
enfermera de la escuela se puso enfrente. La seora Hoppins torca sus manos
ansiosamente.
Gina, necesito hablar contigo.
Seora Hoppins, por favor
Es tu hermanito, algo pas, tu pap ya est en camino
Qu pas? Est en la escuela?
S, pero sgueme, tenemos
Para entonces Gina ya haba salido por la puerta lateral y corra a travs del
estacionamiento en direccin al patio de la primaria.
Simon Holt Grupo Pandemonium
21
Captulo 3
Unas tijeras presionaban contra la piel suave y regordeta de la garganta del nio ms
grande. De su nariz escurran mocos y sangre que resbalaban hasta la mano de Henry;
pero l, el ms pequeo, pareca no darse cuenta de ello. Billy, golpeado y exhausto,
estaba desplomado de forma extraa sobre el piso, con las piernas abiertas y la cabeza
torcida hacia arriba. Haba dejado de llorar y, peridicamente, dejaba escapar quejidos.
Henry estaba en cuclillas detrs de l. Su plido y delgado brazo envolva el cuello de
Billy justo encima de las puntas de las tijeras. El patio de juegos ola a retazos de madera
mojada y llantas de hule. Detrs de ellos, varias caras asomaban desde los ventanales de
la escuela primaria; eran los estudiantes que observaban fijamente, con los ojos bien
abiertos de fascinacin, la tensa escena del exterior. Algunos haban empezado a llorar.
Henry? el doctor Heath, director de la escuela, se acerc lentamente, con sus
cuidadas manos extendidas de forma no amenazante. Henry? Escchame. Nadie va a
lastimarte. Suelta a Billy.
Por favor, corazn la seora Richards, maestra de tercero de Henry, le rogaba.
T no quieres hacerle dao a nadie, eres un buen nio.
No, no lo soy.
Henry! le grit Gina mientras corra sobre el tupido pasto hacia su hermano.
Sultalo!
Te dije que me dejaras en paz volvi a decir Henry, pero esta vez cuchicheando, de
manera que slo Billy lo escuchara. Por qu no pudiste dejarme en paz?
Henry Gina se detuvo a casi diez metros de llegar y se qued mirando. De verdad
estaba sucediendo esto o era slo otra visin? , qu haces?
La mano de Henry temblaba; lo mismo pasaba con las puntas de las tijeras sobre la piel
expuesta de Billy. Volte a ver suplicantemente a su hermana.
Qu es lo que soy, Gina?
Gina se acerc lentamente y se hinc en el piso a pocos metros de l. Billy lloraba;
sostena en un puo el gorro de Henry. La oreja deforme de Henry, aquella que casi
haba perdido congelada la noche del lago, estaba expuesta y todos podan verla.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Eres mi hermano, eres Henry se acerc lentamente de rodillas, slo eres mi
hermanito, Henry.
Veo cosas, Gina las tijeras temblaron en su pequea mano, cierro los ojos y veo
cosas horribles.
En los ojos de Gina se acumularon las lgrimas. Ella luch para evitar que se
precipitaran:
Lo s, yo tambin las veo.
De verdad?
S.
Puedes hacer que se detengan?
El director dio unos pasos, acercndose cuidadosamente hacia ellos.
Lo intentar lentamente, Gina estrech la mano y la pos suavemente sobre el
brazo de Henry. S que no quieres hacerle dao a nadie, as que sultalo.
Henry solloz y solt las tijeras. Billy liber su cabeza de un jaln y se arrastr a gatas
sobre los trozos de madera. El doctor Heath lo recogi como si fuera un beb y,
corriendo, se lo llev al interior del edificio. En ese momento lleg una patrulla volando
sobre el pasto con la torreta prendida. La camioneta de Tom Halloway vena atrs. La
seora Richards corri a saludar al primer polica que estaba saliendo de la patrulla con
una mano sobre la funda de la pistola.
Gina ignor el ruido y abraz con fuerza a Henry. l gimi sobre su hombro.
Qu me sucedi?
Lo siento mucho, Henry, esto es mi culpa, deb haberte dicho.
Haberme dicho qu?
Tom Halloway atraves el patio de juegos corriendo, pero se detuvo varios metros antes
de llegar con sus hijos.
Gina?
Llvanos a casa, pap.
Simon Holt Grupo Pandemonium
23
Qu demonios est pasando? Henry?...
Pap, por favor, llvanos a casa.
Sin embargo, la familia Halloway no se estacionara en su cochera hasta dentro de varias
horas. Tras el perturbador incidente, el jefe de la polica de Cutters Wedge, el equipo
mdico que presenci la escena y el supervisor del distrito de la escuela pidieron que se
evaluara a Henry, antes de dejarlo al cuidado de su pap.
El doctor Heath envi a casa al resto de los alumnos por ese da. Tambin llamaron al
doctor Unger, el psiclogo infantil del Hospital Psiquitrico de Thornwood, que haba
estado tratando a Henry durante los ltimos dos meses, y le pidieron que se presentara
en la primaria. Era ya casi de noche cuando autorizaron a Henry para regresar a casa con
su pap y con su hermana, siempre y cuando la familia completa se comprometiera a
asistir urgentemente a intensas sesiones de grupo, que empezaran al da siguiente. A
pesar de ello, el jefe de la polica dijo que sera la oficina del Fiscal del Distrito la que
decidira si se le presentaran oficialmente cargos a Henry por el intento de agresin y
conducta violenta.
Aunque quedaba menos de una semana para que comenzaran las vacaciones de verano,
el supervisor distrital no tena otra opcin que no fuera expulsar a Henry. El nio
necesitara una prueba psicolgica con resultados limpios, para que la junta distrital
pudiera siquiera considerar reinscribirlo en el sistema escolar pblico del pueblo.
Los adultos no hablaron de las repercusiones quiz ms graves y perjudiciales de lo que
sucedi ese da. Nadie habl en voz alta sobre demandas, pero Gina sospech que su
padre llamara a su abogado, a primera hora de la maana, el siguiente da. Para
entonces, ya haba avisado que saldran hacia Thornwood a las 9:30, para asistir a su
primera sesin de terapia familiar.
En el silencioso y tenso trayecto de regreso a casa, Gina trat de combatir los
pensamientos acerca de todos los problemas que le acarreara a su familia el ataque
violento que Henry le propin a Billy Persons, especialmente a la luz de los hechos
ocurridos en diciembre, y de su propio ataque de pnico enfrente de toda la clase ese
mismo da. Probablemente, maana llamaran a su pap de la prepa para reportarle el
incidente. Genial.
Tom carg a un adormecido Henry dentro de la casa. Gina los segua detrs, cerrando la
puerta tras de s. Tom volte a verla.
Quiero que permanezcas aqu, mientras acuesto a Henry.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Yo lo llevo, pap.
No, quiero que t
Pap? Henry levant la cabeza del hombro de Tom. Perdn por lo de hoy. S
que ests enojado.
No estoy enojado contigo, pequeo.
Si fui yo quien caus todo el problema, por qu ests enojado con Gina?
No lo estoy el pap se rasc su desaliada barbilla. Es algo complicado, Henry.
Gina y yo simplemente necesitamos hablar.
Henry gir el cuerpo y extendi sus brazos hacia Gina. Tom, muy a su pesar, permiti
que se lo llevara.
Qu brbaro, s que pesas!
El pap bes a Henry en la frente y luego puso su mano sobre el hombro de Gina.
Baja en cuanto termines.
S, seor.
Gina carg a Henry hasta su habitacin y lo baj sobre la cama. l se desliz dentro de
las sbanas y las jal sobre su pecho. Gina se sent a su lado.
Henry, qu fue lo que pas hoy?
Henry baj la cabeza a la almohada y cerr los ojos. Lenta y profundamente, tom aire y
los volvi a abrir.
Estoy empezando a recordar cosas, cosas horribles.
Los ojos de Henry parecieron hundirse un poco y observaron fijamente a lo lejos. Gina
vio cun viejos y oscuros parecan ahora sus ojos. Ya no eran jvenes e inocentes.
Una feria y un juego de disparos con cabezas y un payaso, ese de la pelcula que vi, en
la que tena un hacha por mano.
S.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Y un hospital con bebs demonios y fantasmas de nios muertos.
S.
Y mam.
No, Henry, esa no era mam de verdad.
Pero se vea como ella y hablaba como ella.
Pero no era ella.
Era el monstruo, el monstruo que traa adentro.
S Gina explicaba, quitndole el cabello despeinado de la cara a Henry, pero el
monstruo ya no est.
T lo mataste dijo Henry.
No, fuiste t.
Yo?
S.
Pero t estabas ah conmigo.
S.
Y me ayudaste.
Lo nico que hice fue ayudarte a que encontraras la fuerza que ya tenas. Tenas todo
el poder que necesitabas para destruir al monstruo dentro de ti. Yo slo te lo record.
Henry mir al otro lado del cuarto, donde estaba la jaula vaca del hmster.
Hoy, durante nuestro examen de Ortografa, Otto, el hmster de la clase, estaba
corriendo en su rueda y yo estaba tratando de concentrarme, pero la rueda rechinaba y
rechinaba y, entonces, record pestae que el General Rechinidos no se escap
como habas dicho, verdad?
No, no se escap.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Yo lo mat Henry sostuvo las manos frente a su cara y fij su mirada en ellas.
Siento como si hubiera sido un sueo, porque estaba en otro lugar; pero puedo recordar
cmo ocurri. Lo mat con mis propias manos. Escuch cmo tronaban sus huesos.
Gina tom las manos de Henry y las puso entre las suyas.
No, no fuiste t, el monstruo lo mat. Lo hizo porque era cruel, porque odiaba las
cosas que t amabas Gina tom aire. El monstruo que traas dentro era un Vorador,
como el del libro que te le. Eran reales y yo fui lo suficientemente estpida al permitir
que se poseyera de ti. Perdn, Henry, perdn.
Ambos lloraron. Al ver las lgrimas de Henry, Gina se sinti aliviada. Estaba triste, pero
animada. Las lgrimas eran algo humano, y un Vorador no podra llorar nunca.
Yo no quera lastimar a Billy.
Lo s.
Traa todas estas cosas horribles en la cabeza y entonces, en el patio, l comenz a
decir que yo era raro y que todos me tenan miedo, y me llam fenmeno. Y entonces,
sent que tena razn, soy un fenmeno, un monstruo. Slo quera que parara, no quera
que lo comentara con nadie.
Pero no eras t!
Henry par de llorar y ahora vea derecho hacia delante, pensativo y extraviado.
A veces puedo sentirlo, como si estuviera adentro. Ya no est en mi mente, pero de
todas formas
El monstruo ya se fue, yo lo vi morir Gina se sec los ojos. T amabas a
Rechinidos insisti, amas a pap y amas a mam, aunque ella nos haya hecho dao
y nos haya dejado creciendo solos. T puedes amar, Henry. Eso es algo que un Vorador
jams podr hacer.
Los ojos de Henry se cerraron y su respiracin se torn silenciosa y calmada. Gina
permaneci junto a l y escuch cmo se iba quedando dormido.
Te amo, Gina.
Y yo a ti.
Lo bes en la frente y luego camin hacia la puerta y apag la luz. Mientras volteaba a
verlo ah acostado, tranquilo en su cama, pens en la visin que tuvo en la maana y
Simon Holt Grupo Pandemonium
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empez a temblar. S, haba visto morir al monstruo, o eso crea, pero segua temiendo
que el Vorador estuviera en algn otro lugar dentro de su hermano, acechando,
esperando para volver a poseerlo.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Captulo 4
El cuarto de interrogatorios no era como los que Aarn haba visto tantas veces en los
programas de crmenes favoritos de su mam. No era una cmara Gessel con cristales de
espejo que dan al otro lado; ni estaba un polica bueno haciendo pareja con uno malo
para sacarle la verdad. Estaba sentado ah solo, en un cuarto gris, escuchando una
tubera con fugas que goteaba sin cesar del techo, atrs de l. Una cmara de video
montaba guardia sobre un tripi, desde el otro lado de la mesa.
La mujer que lo arrest de vez en cuando se asomaba por la ventanilla con barrotes de la
puerta. Era ms alta de lo normal y tena el cabello rubio, jalado hacia atrs, con una cola
de caballo. Vesta un traje negro y traa puestas botas de tacn afilado que golpeteaban
sobre el piso embaldosado cuando caminaba. Tena su estilo y era una desgraciada. Su
piel era casi gris y cada uno de sus rasgos faciales era anguloso y ttrico. Cuando lo
volteaba a ver, Aarn se imaginaba que era un guila buscando a su presa.
Cuando iban de camino, desde Cutters Wedge, ella le inform que su nombre era
Detective Gale y que lo estaba llevando a la estacin de polica de Wennemack. Eso fue
todo. Lo haba ignorado cuando pregunt por sus padres.
Senta como si lo hubieran tenido horas enteras ah solo en una seccin aislada de la
comisara. Aarn estuvo desarrollando en su cabeza posibles escenarios y trataba de
mantenerse calmado.
Si hubieran encontrado el cuerpo de Quinn, seguramente ya se lo habran hecho saber
para entonces; pero si slo tenan evidencias circunstanciales, era poco probable que le
imputaran cargos formales. Utilizaba este conocimiento para contener el pnico.
Adems, entre tanto relajo exista un hecho crucial que lo confortaba: la polica no
arrest a Gina junto con l. Aarn planeaba mantenerla a ella fuera de todo el asunto.
Plop, plop, plop!, sonaba la gotera detrs de l.
Finalmente, la puerta se abri rechinando y la Detective Gale entr. Puso su portafolio
sobre la mesa y activ la cmara de video. Una pequea luz roja se encendi, mientras
ella enfocaba la lente hacia Aarn.
Tengo algunas preguntas que hacerte dijo.
Dnde estn mis padres? Y quiero un abogado.
Simon Holt Grupo Pandemonium
29
Aqu slo estamos platicando, reljate. Podrs hacer la llamada cuando terminemos.
Qu tan bien conocas a Quinn Waters?
No mucho contest Aarn. l superestrella y yo oo: nuestras especies no se
llevan.
Pero le hacas favores, No es cierto? Hacas sus trabajos escolares.
Aarn frunci el ceo, alguien lo delat.
Por eso me arrestaron?
Contesta la pregunta.
A veces lo ayudaba, como tutor.
Pero te pagaba. T le escribas los trabajos y l los entregaba firmados con su nombre.
Tenan un negocio clandestino.
No, no era as
Gale interrumpi y junt las manos frente a ella.
Eres un chico listo, el mejor de la clase, aplicado, de camino a una gran universidad;
pero tienes otro lado, no es as?
No s qu quiere decir.
Tus padres, tus profesores, todos ven al Aarn Cole que obtiene las mejores
calificaciones, que toma las materias ms difciles, que est en el equipo de Maratn de
Conocimientos: al nio bueno explicaba Gale, pero est tambin el otro Aarn
Cole, el deshonesto, el tramposo.
Est tratando de asustarme con esto?
El que lleva una vida de fantasa morbosa insisti ella.
Qu? No, eso es slo un pasatiempo
Gale se inclin hacia enfrente.
Leer libros como La historia de la posesin demonaca y La enciclopedia de los asesinos en serie
es un pasatiempo?
Simon Holt Grupo Pandemonium
30
Aarn se retorci en el asiento, pero no dijo nada.
La detective Gale abri su portafolio y sac un sobre grande. De ah, extrajo una serie de
fotografas que acomod frente a Aarn. En ellas se vea un Mustang rojo, remolcado
fuera del agua por una gra. Adems de todo el dao probablemente causado por haber
estado hundido bajo el agua mucho tiempo, la parte trasera del auto estaba totalmente
abollada.
Sabes qu es esto? pregunt.
Parece el coche de Quinn Aarn trat de mantener la voz serena, pero de todas
formas se le quebr. Me podran dar un vaso de agua, o algo parecido?
En un segundo. Lo sacamos de uno de los lagos, all por Fredericks. A decir del
crecimiento de las plantas que encontramos en el coche, mis investigadores piensan que
estuvo sumergido cerca de seis meses explic. Qu opinas? Seis meses: ms o
menos el tiempo que lleva Quinn desaparecido.
Yo no s nada de eso.
La mayora de las veces, cuando un coche lleva tanto tiempo sumergido, todos los
rastros de evidencias han desaparecidos, pero a veces tenemos suerte.
Gale se detuvo un momento y cruz las manos, esperando ver alguna reaccin de Aarn.
l esperaba no haber mostrado alguna.
Continu.
Sabemos que algo grande y pesado impact la parte trasera de este coche, algo como
la camioneta de tu madre. Entonces comparamos el tamao y las formas de las marcas y
abolladuras en el Mustang con todas las camionetas que hay en el condado, y, bingo!,
encontramos la que encaja perfecto. Es ms, presentaba rayones de pintura en la
salpicadera; apenas pequeas cantidades de muestra, pero suficientes como para un
anlisis. Una Silvercube de General Motors. Bien, de todos los estudiantes que van a la
prepa Cutter, slo una de las familias tiene esa camioneta y del mismo color Gale
sonri. Adivina cul?
Todo terminaba, haba llegado el golpe que esperaba nunca llegara. No necesitaba
adivinar.
Quiero llamar a mis padres.
Qu pas, Aarn? Quinn te prometi algo ms que dinero, a cambio de los trabajos?
Estatus? Popularidad? No cumpli?
Simon Holt Grupo Pandemonium
31
No hubo nada de eso contest Aarn; creo que ya termin de contestar
preguntas.
Se arrepinti de sus promesas? Segua ignorndote en los pasillos? Te molestaba?
Quizs no lo soportaste ms.
Quiero hacer la llamada.
Ya llamamos a tus padres, vienen en camino; sin embargo, los caminos estn hechos
un desastre por la tormenta. Tambin hay una alerta de crecida del ro Gale hizo
gestos hacia el techo, desde donde el agua goteaba ahora por ms lugares. Mralo t
mismo, este cuarto tiene fugas como si fuera un coladero.
El temor de Aarn se transform en enojo.
Soy menor de edad. No puedes hacerme esto. Ests tratando de inculparme, pero no
te dar lo que quieres.
Yo creo que s.
Gale meti una mano en su bolsillo y sac un par de guantes de ltex. Se los puso y
estir el brazo hacia el portafolio. De ah sac una bolsa de plstico para guardar
evidencias, con una navaja dentro. Sac la navaja y, con un giro de la mueca, la hoja de
la navaja qued abierta. Aarn se congel.
Encontramos esto en el lago Cutter.
Gale sostena la misma navaja que l haba tomado de la guantera del coche de su
madre, la misma que us para cortarle los pies a Quinn: dos cortes rpidos que
enrojecieron la nieve con sangre e impidieron que el Vorador persiguiera a Gina.
Empezaba a gotear agua de todas partes del techo, cada vez ms rpido y constante.
Se encontraron rastros de la sangre de Quinn en la bisagra de esta navaja, Aarn.
Debieron de haberlo cortado bastante fuerte la puso sobre la mesa apuntando hacia
l. Te ir mejor si confiesas ahora. La Fiscala del Distrito est dispuesta a ofrecerte
un trato. Nadie quiere que a un nio promesa, como t, lo encierren por asesinato de
primer grado.
Las palabras lo golpearon como un hacha: asesinato en primer grado. Aarn quito la
vista de Gale. Senta que se le venan encima la mirada fra de la cmara y los ojos
escrutadores de la detective.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Su voz se hizo ms queda hasta volverse un ronroneo malvado.
Si encontramos ADN tuyo en esta cosa, no podremos hacer nada por ti. Te dar unos
minutos para que lo pienses.
Gale se incorpor y sali del cuarto. La cmara segua prendida, la luz roja brillaba.
Aarn se ech para atrs en la silla. Temblaba. Tena la boca seca. Todo se pona peor
por el incesante plop, plop, plop!, detrs de l, haca eco en su cabeza. Era ms fuerte
ahora, como una estampida de pensamientos: asesinato, culpable, crcel.
La navaja sobre la mesa brillaba dbilmente. Quiz Gale quera que intentara hacer algo
demente. Tal vez slo quera que pusiera sus huellas sobre la navaja. Ya no estaba
seguro de nada.
Algo toc su cabello. Volte hacia arriba y le cay encima una gota gorda que le salpic
la frente. La fuga se haba expandido por todo el techo. Una mancha de agua se dibujaba
por toda la superficie, como si fuera una prueba de Rorschach metamrfica. Empezaron
a caer gotas como regadera sobre la mesa y las baldosas, levantando roci al impactar.
Pronto las fotografas del Mustang estaban empapadas y comenzaron a combarse y
arrugarse.
Aarn mir confundido a su alrededor. El agua ahora bajaba ahora por las cuatro
paredes, formando charcos en el piso. Entonces sinti que el cuarto se mova, como si
estuviera temblando. Aarn brinc de la silla.
Qu est pasando? grit.
Chorros rojos corran desde la navaja y se expandan sobre la mesa, la sangre seca se
mezclaba con el agua. El cuarto no tena drenaje, por lo que el nivel del agua suba
rpidamente, y pronto le lleg hasta las espinillas. El agua era caf y sucia, llevaba el
xido de las tuberas y ola a moho y fierro. Aarn chapote hacia la puerta y empez a
golpearla.
Hay una fuga! Hey, djenme salir!
Aarn escuch un sonido de metal tronando; una tubera en el techo se revent,
abriendo un boquete en la mampostera. Sala agua oscura por la abertura. Aarn estaba
pegado contra la pared. El terror se apoder de l cuando vio que el agua sucia le llegaba
hasta los muslos.
Justo bajo la superficie algo se levantaba y se retorca con vida. Tambin sinti que algo
latigueaba alrededor de sus piernas, y junt las rodillas como reaccin. Pens que haba
visto unos ojos brillando en el agua turbia. La criatura subi hacia la superficie, era una
rata que le llegaba hasta la espinilla. Su pelaje era negro y grasoso, tena dientes como
Simon Holt Grupo Pandemonium
33
dagas y pataleaba en el agua con garras afiladas. Nad alrededor de Aarn solo una vez
y luego desapareci bajo la superficie.
Ahora, tena el agua hasta la cintura. Se levantaban olas en el cuarto de interrogacin y
seguan cayendo ratas desde las tuberas rotas. Aarn senta cmo chocaban contra l y
le lanzaban rasguos con las garras. Trat de alejarlas a patadas, pero entonces una
punzada de dolor lo recorri cuando un par de colmillos mordieron su muslo. Grit.
La cmara hizo un zumbido y se apag. Aarn trat de retomar el control de su mente y
alejar los terrores, pero los dientes seguan rasgndole las piernas, los brazos y el pecho.
Gimi hasta que la inundacin le lleg a la boca. El agua apestosa y su propia sangre lo
ahogaban en un mar infernal
La cmara de video transmita lo que ocurra en la sala de interrogacin del centro de
control de seguridad de la estacin. Algunos policas estaban ah de pie, observando el
perturbador comportamiento del chico de la prepa Cutter. Minutos antes, comenz a
pegar en la puerta y a araar las paredes, gritando algo acerca de una inundacin y un
ahogo y ratas. Pero la nica agua que haba ah era una pequea fuga en un rincn.
Supongo que va por la defensa de locura aventur uno de los policas, dndole un
sorbo al caf.
No yo creo que ese joven est loco de remate corrigi el otro. Gale va a tener
bastante que hacer con este enfermo mental.
Todos asintieron, pero ninguno de ellos vio, en la esquina de la pantalla, el video que
mostraba a la detective Gale de pie, detrs del cristal reforzado. Una sonrisa se dibujaba
sobre su permanentemente apagada y plida cara, mientras observaba intensamente
cmo Aarn se sumerga en la demencia. Aarn pudo darse cuenta, antes de que el lodo
lo cubriera por completo, antes de que se ahogara en el agua que en realidad no haba;
alcanz a verla del otro lado del vidrio y observ que una voluta de humo le sala por los
orificios nasales.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Captulo 5
Tom mezclaba su escocs con soda. Los hielos tintineaban suavemente contra el vaso,
mientras Gina entraba en su oficina.
Te quiere ms que a nadie dijo Tom sin voltear. El corazn de ese pequeo es tan
grande que apenas puedo creerlo, pero no s cmo ayudarlo.
Ests haciendo lo mejor que puedes.
Su padre dio un trago a su bebida
As lo crees? camin hasta el viejo sof de piel caf y se sent. Se vea
desgastado. No estoy tan seguro de eso.
Gina se detuvo bajo el marco de la puerta, incmoda y ansiosa. Haba visto a su padre
furioso e incluso irracional y, a pesar de que le molestaban esos momentos, nada la
pona tan nerviosa como el hecho de verlo desolado.
Hoy casi ahorca a un nio Tom tom otro trago y se frot los ojos. De dnde
viene esa violencia? Yo nunca les he levantado la mano.
Es cierto asinti Gina.
Por qu hace esto ahora? Pareca tan tierno. Est actuando? Se est volviendo un
monstruo?
Seis meses antes, el Vorador haba profanado silenciosamente la santidad de su hogar:
dorma bajo su techo y coma de su comida. Tom su oscuro y malfico lugar dentro de
un pequeo nio inocente y luego intent despedazar sus frgiles vidas lentamente.
Y Tom Halloway no haba sospechado nada en ningn momento!
No, pap, no es un monstruo.
Entonces, qu le est pasando, Gina?
Gina se sent en la silla giratoria que estaba al lado del restirador de su pap y se
acomod.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Es un buen nio, slo necesita nuestro amor y apoyo. Ha pasado por mucho, primero,
mam y luego aquel accidente.
Tom volte a ver a Gina y la mir fijamente a los ojos.
El accidente.
El cambio de tono de su pap le provoc escalofros.
Nunca hablamos acerca de lo que pas aquella noche.
Ya sabes qu pas repuso Gina.
No, no lo s. S lo que me contaste, pero te confieso que nunca le encontr sentido.
Gina, tu hermano perdi parte de la oreja debido a la hipotermia, qu demonios
estaban haciendo en el lago?
Gina se retorci en el asiento.
Empujando a mi hermanito posedo en el agua helada para debilitar al Vorador que
traa adentro, lo suficiente como para entrar en su salida de miedos, naturalmente: qu
otra cosa podra haber estado haciendo?, pens Gina.
Fuimos a patinar contest, ya te haba dicho.
Tom Halloway se incorpor hasta quedar sentado sobre el borde del sof. Sus largas y
duras manos presionaban contra sus rodillas con tanta fuerza que tena los nudillos
blancos.
Esas son estupideces.
La respuesta tom por sorpresa a Gina e, instintivamente, se empuj sobre la silla
giratoria alejndose de su pap.
Deja de mentirme!
No estoy mintiendo!
Su pap se puso de pie y se plant frente a ella.
Se nota en tu expresin, Gina!
Gina se levant de un brinco. Quera mantenerse firme frente a su padre, pero se senta
muy pequea a su lado.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Fue un accidente! Eso es todo, una estupidez. No debimos de haber estado ah, lo s,
pero
Era algo as como un pacto suicida?
Qu?
S, t y Aarn. Henry se meti en el camino?
No puede ser! Cmo se te ocurre pensar eso?
Gina trat de quitar a su pap del camino, pero l la tom del brazo.
Mrame a los ojos y dime que fue un accidente.
Gina sinti cmo palpitaba su corazn detrs de las costillas, pero fij la mirada en la de
su padre.
Fue un accidente.
Ambos estaban quietos mirndose el uno al otro. Gina poda ver cmo los ojos de su
pap escudriaban los suyos tratando de leerlos.
El timbre son y su pap parpade. Solt a Gina y dio unos pasos atrs. Su mirada de
enojo se suaviz hasta volverse de tristeza.
Slo quiero que me digas la verdad, Gina. Slo puedo ayudar si s lo que est
pasando, y quiero ayudar. Slo estamos los tres, tenemos que apoyarnos entre nosotros.
El timbre volvi a sonar. Tom sali de la oficina. Gina escuch que se abra la puerta
principal y la voz sorprendida de Tom.
Seor Bloch? Es un poco tarde puedo ayudarlo en algo?
Gina movi rpido sus pies y sali disparada hacia el pasillo. Le frunci el ceo a Eben,
quien estaba de pie en la puerta, recargado pesadamente sobre su bastn.
S Eben dio un pequeo paso adentro, s que es tarde. Disculpen la visita
inesperada, pero necesito hablar urgentemente con Gina.
Yo no tengo nada qu decirte.
Gina la voz de su pap son amenazante.
Simon Holt Grupo Pandemonium
37
Puedo? Eben dio otro paso hacia adelante.
S, s, adelante.
Gina cruz los brazos, pero no abri la boca en tanto Eben entraba. l le ofreci una
sonrisa cansada, que nada pudo hacer para ocultar su palpable nerviosismo.
Por favor, Gina, se trata de nuestro amigo.
Aarn! La piel le quem a Gina como carbn. Cmo poda habrsele olvidado, ms all
de todo lo que le pas esa maana despus de su arresto?
Aarn.
S murmur Eben, necesita de nuestra ayuda.
Gina volte a ver a su padre.
Cinco minutos dijo l y despus regreso a su oficina.
Eben arrastraba los pies, de lleno. Bajo la luz de la sala, Gina se dio cuenta que se vea
ms viejo y frgil que la ltima vez que lo haba visto. Su piel estaba plida y llena de
manchas. Tena los ojos hundidos y grises. Se vea extremadamente cansado. Estaba
encorvado, recargndose en su bastn mucho ms de lo que Gina recordaba.
Me quedara de pie, pero he estado muy cansado estos das cruz hasta el silln
reclinable y se sent.
Tenemos muy poco de qu hablar, si no es para que me digas que puedes sacar a
Aarn de la crcel Gina se paseaba con los brazos cruzados detrs del sof de la
sala y no parece que ests en forma como para organizar una fuga.
Merezco tu agresividad, Gina, lo s, pero odiarme no va a resolver ningn problema
en lo inmediato.
Gina dej de moverse.
No te odio, Eben, no exageres se dirigi al sof y se sent.
Quiero que me digas qu pas hoy pidi Eben.
Gina se frot la frente, la ansiedad de la maana estaba regresndole.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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La polica fue a la escuela. Llegaron y se llevaron a Aarn enfrente de todos para
interrogarlo haba rumores de que Gina pas saliva, de que encontraron el auto
de Quinn.
Esa parte ya la escuch. Quiero que me digas si algo ms pas hoy Eben hablaba
bajo, pero con intensidad. Gina se qued observndolo por un momento.
Cmo lo supiste?
Dime.
Gina le cont acerca de su visin a primera hora y del ataque de Henry en la escuela.
Cuando termin, Eben apret los dedos y guard silencio. Se qued pensando.
Qu haremos con Aarn? Gina pregunt finalmente. Esa detective s que daba
miedo.
Esa s da miedo reafirm Eben cortantemente o, ms bien, eso s da miedo.
Eso? Gina se aterr. Quieres decir que esa mujer es un Vorador?
Eben asinti con la cabeza.
Muchos cuerpos policacos estn llenos de ellos. A los Voradores les gusta infiltrarse
en lugares con autoridad, recuerdas? Les ayuda a conseguir sus objetivos ms
fcilmente y a que les cueste ms trabajo a alguien como yo llegar hasta ellos aadi
atribulado.
El miedo estremeci por dentro a Gina.
Pero Cul es su objetivo? Qu quieren? Cre que esto ya se haba acabado.
Cre que ya se haba acabado contigo reconoci Eben.
Gina salt para ponerse de pie.
Tenemos que sacar de ah a Aarn, antes de que le haga dao, o lo mate.
Dudo que lo mate. Eso llamara innecesariamente la atencin, pero va a tratar de
quebrantarlo.
Gina le extendi la mano a Eben.
Anda, vamos.
Simon Holt Grupo Pandemonium
39
No, Gina, no quiero que te acerques a esa comisara.
Pero
Eben tosi y Gina pudo escuchar de nuevo esa conocida y dolorosa aspereza. Por un
momento, pareci como si Eben fuera a soltar uno de sus incontrolables ataques de
espasmos que llegaron con el invierno pasado, aquellos que acababan con escupitajos de
sangre sobre un pauelo blanco.
Eben, no ests en condicin de hacerlo solo.
Sacar a Aarn de ah y los proteger a ti y a tu familia. Gina, necesito que me
prometas que no buscars problemas con los Voradores.
Eben, yo
Promtelo, no ms actos heroicos.
Gina sinti cmo le crean por dentro la rabia y el pnico. Para entonces, ya no poda
distinguir uno de otro.
No estaba tratando de hacer actos heroicos, pero t y tus secretos! No nos han
trado ms que sufrimiento y dolor. Por qu no me dices lo que sabes? Tal vez pudimos
haber evitado esto, si hubiramos trabajado en equipo. Tu secretismo no ha protegido a
nadie ms que a ti!
Gina sinti que le herva la cara y que estaba gritando suficientemente fuerte como para
que toda la casa se enterara, mas no le import.
Gina, s que eso parece, pero debes confiar en mi juicio
Y t, Por qu no puedes confiar en el mo? Gina se acerco a Eben. Dime lo que
sabes, dmelo!
Gina! su pap estaba de pie frente a la puerta, sorprendido. Ya basta, aljate del
seor.
Cruz el cuarto de tres zancadas y jal a Gina, alejndola de Eben. Despus ayudo al
hombre anciano a ponerse de pie.
Creo que es hora de que se vaya a casa, seor Bloch.
Simon Holt Grupo Pandemonium
40
Efectivamente Eben volte a ver a Tom y luego a Gina, quien todava respiraba con
fuerza. Levant la mano como si quisiera abrazarla, pero lo pens mejor y la volvi a
bajar, Aarn estar bien, Gina. Yo me ocupo de eso. Puedo salir yo solo.
Tras haber dicho eso, coje hasta la puerta principal y sali hacia la noche oscura.
Qu fue eso? pregunt Tom mientras le pona el seguro a la puerta.
Aarn se meti en problemas contest Gina, ya calmada. El asunto es que no
estamos de acuerdo en la forma de ayudarlo.
Comenz a subir por las escaleras, esperando a que su padre le dijera que regresara, para
que pudieran terminar la pltica, pero no sucedi tal cosa. En el descanso de arriba
volte a mirar a su padre sentndose en el sof y poniendo la cabeza entre las manos.
Gina abri la llave de la regadera y esper a que se calentara el agua. Haba estado ah,
apenas esta maana, sintindose normal otra vez y, ahora, el transcurso del da la haba
dejado sucia y asustada. Deseaba poder lavarlo todo, pero el jabn no era lo
suficientemente fuerte.
Despus de salir del bao se puso la pijama y se lav los dientes. Mantena su rutina de
la noche mientras el ansia por lo que se poda aproximar se extenda por sus
extremidades. Antes de irse a la cama revis su correo electrnico; slo tena uno
esperndola, era de eb@somethingwicked.com. De mala gana lo abri.
Gina, ten fe en m. Descansa esta noche. Cuando saque
a Aarn, esa cosa horrible habr dejado su marca en l.
l te necesitar ms que nunca cuando esto pase.
El sueo la cubri como un derrame de petrleo, denso y negro, e inund y envenen sus
sueos con tristeza y dolor. Nada se conformaba en imgenes: la negrura, el miedo, la
suspicacia y la malicia se mezclaban entre sus niveles inconscientes, como manchas de
cera derretida.
Despierta dormilona
La voz era un susurro, viajaba como brisa helada y soplaba por entre las vueltas y
retornos del extrao laberinto que era su mente. Se escuch a s misma quejndose en la
oscuridad.
Ay, esa es mi nia. Despierta, ya es hora
Gina ya haba experimentado algo as antes, pero no desde que era una nia pequea.
Simon Holt Grupo Pandemonium
41
Gina
La voz volvi a llamar; esta vez estaba segura de que la haba despertado, pero no poda
moverse. No poda sentir su cuerpo en el espacio. Slo senta la oscuridad, pesada como
plomo. Flotaba incierta en un estado entre el sueo y la vigilia.
La cosa que la llamaba daba pasos a su lado.
Gina
La voz estaba ahora junto a ella, se tornaba ms clara y ms familiar conforme la
oscuridad desapareca: humana.
Gina
Ms cerca ahora.
Vamos, ya
Encima
Pavor nocturnes
Terrores nocturnos.
Es hora de despertar
Empuj su mente a la superficie deseando que despertara. Se incorpor de un brinco en
la cama.
La silueta de una solitaria figura se sent sobre el borde de su cama. Un pinchazo de luz,
como de una pequea linterna, ilumin un pedazo de papel que la persona estaba
leyendo. Gina no poda distinguir ni un solo rasgo de la cara del intruso, pero reconoci
la risa contenida.
Despierta a una nueva vida
Gina se aterr y trat de alejarse resbalndose entre las sbanas. La figura en la
oscuridad solt una risita y, despus, dej caer la mano sobre la delgada sbana a la
altura de su rodilla.
Calladita preciosa. Haz un solo ruido y te corto el cuello. No, primero se lo corto a tu
pap y luego ser el turno del pequeo pedazo de mierda que es tu hermanito. A ti, te
dejar observar
Simon Holt Grupo Pandemonium
42
Esto deba ser otra visin de pesadilla. No era posible que hubiera sobrevivido. No poda
ser que estuviera vivo.
Sorprendida de verme? Pensaste que estaba muerto? Estoy bien, en serio.
Se ech para adelante unos cuantos centmetros.
El haz de luz de la linterna de bolsillo se meci hacia arriba e ilumin la cara del intruso.
Buh!
Gina grit y l se le ech encima, ponindole una mano sobre la boca y presionando su
cabeza contra la almohada. Mantuvo la linterna bajo su barbilla y volte a verla con ojos
amargos y locos.
Qu? Ya no te parezco guapo?
El lado derecho de la cara de Quinn Waters pareca normal, con sus largas pestaas y
sus rizos oscuros enmarcando sus esculturales mejillas y su quijada, aunque ms plidas
de lo que Gina recordaba, tan blancas que parecan talladas en mrmol; pero la mitad
izquierda A pesar de su horror, Gina la vea con fascinacin: tena venas, como
cicatrices negras, que se entrecruzaban sobre su mejilla y quijada, y sus labios eran de
un azul lnguido. Sus ojos, sin embargo, estaban aun ms brillantes que antes, letales y
escalofriantes.
S, lo s: arrglate, ponte maquillaje Quinn, sonri revelando una dentadura
perfectamente blanca. Pero todava los tengo como perlas, Cierto? T qu tal? La
vida ajetreada? Mova la mano hacia arriba y hacia abajo, forzando su cabeza para
asentir. Mmm, s es cierto, es semana de finales, pero ahora ya debes estar loca por la
carga, se acerc inclinndose. El aliento fro caa en su cara. Si te dejo levantar, nada de
gritos eh? De verdad no quiero que nos interrumpan
Le quit la mano de la boca.
Me extraaste? Pero qu digo, claro que me extraaste, Quinn sacudi el papel y
Gina se dio cuenta que era justo en el que escribi su pesadilla de la noche pasada. Eso
era lo que l estaba leyendo. No s si es conmovedor o pattico que todava ests
soando conmigo. No, espera, si s: es pattico, su tono era estremecedoramente
festivo.
Gina se sent, acomodndose contra la cabecera de la cama. Jal las sbanas hasta el
cuello y recogi sus rodillas hasta el pecho. Quinn mostr desaprobacin con la cabeza
y le quit de un jaln las sbanas, dejando expuestas sus piernas y pies. Ella
Simon Holt Grupo Pandemonium
43
frenticamente estrech su camisn sobre las rodillas tratando de cubrir la mayor
cantidad posible de piernas al aire.
Por lo menos te das cuenta de lo que te est llegando al inconsciente, continu Quinn.
Se estir hacia la mesita de noche y prendi la lmpara. Ya alumbrada, la blancura de su
piel pareca casi traslcida.
Gina temblaba al hablar:
Cmo?
Cmo es que sigo vivo? Quinn movi la cabeza y puso una sonrisita. Puedo
decirte una cosa, no es gracias a ti, ni al viejo ese, ni al oo de tu novio. Carajo! Cmo
tengo ganas de hacer polvo a ese idiota!
Me matars?
No, aunque me atrae mucho la idea, no vine aqu para eso, tengo otros asuntos.
Otros asuntos?
S. Yo ya no puedo estar aqu. T y tus amigos me arruinaron eso. Yo era uno de los
consentidos, sabes? Ms humano que lo humano. Pero ahora
Quinn apret una de las venas de su mejilla y de ah sali una voluta de humo negro.
Ahora slo soy un desastre, y a mi bando no le gustan los fracasados. Me han
desterrado.
Gina guardaba silencio. Despus de todo, el Vorador dentro de Quinn haba escupido
muchas mentiras en el pasado. Vivi dentro del cascarn de otro nio, desde quin sabe
hace cuntos aos, y todo lo que haba dicho, hecho o sido estuvo construido a base de
mentiras.
Qu te puedo decir, mueca? El cazador se ha vuelto presa.
Los otros Voradores quieren destruirte?
Hacer dao, mutilar, torturar y, luego, cuando hayan dejado de divertirse, s:
destruir para siempre.
Por m est bien confes Gina.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Quinn le dio unas palmaditas en el pie descalzo: su piel se escurri ante el toque.
Record el poder que l posea, la rara habilidad que tena para conjurar terribles y
paralizantes miedos cuando entraba en contacto con una vctima. Ella pate su mano
para alejarla.
Qu es lo que quieres?
Sencillo: venganza.
De m?
Quinn cubri su mejilla con la mano.
Eventualmente, quiz; pero no, no por ahora. Lo mo es con mis hermanos y necesito
tu ayuda.
Gina se lo sacudi de encima.
Nunca
No te ped tu opinin se desliz hacia adelante por la cama, como una serpiente
con los ojos bien abiertos. No me importa lo que quieras o lo que pienses.
Volvi a tocarle el pie. Gina no poda moverse.
Vas a darme exactamente lo que necesito, Gina; y, si lo haces, quiz le perdone la vida
a tu familia, a lo mejor te permito que conserves la cordura.
Le acarici la pantorrilla y ella sinti como si la recorrieran unas patas de araa.
Tal vez no.
Gina se estremeci y se quit la mano de Quinn de un manotazo. Quera gritar, quera
hacerle dao, antes de que l pudiera hacerles dao a los dems, pero sus msculos
solamente temblaban bajo su piel. El miedo se senta como una camisa de fuerza.
Quinn se levant y se estir.
No puedo creer que no veas la belleza de esta sociedad. Acabar con los Voradores es
tan buen negocio para ti como lo es para m.
Eres un bastardo maldito.
Simon Holt Grupo Pandemonium
45
Lo s Quinn camin hacia la puerta del cuarto, pero ahora tenemos un enemigo
en comn. Dulces sueos, princesa. Estar en contacto.
Simon Holt Grupo Pandemonium
46
Captulo 6
Gina estaba sentada a la cabeza de la cama echa un ovillo. Apenas si poda estirarse
sobre el colchn; ni pensar en dormir: as que prendi todas las luces.
Quinn estaba vivo y estuvo en su habitacin. Gina trat de sacudirse el terror de
encima.
Para cuando el sol estaba saliendo, ya haba ledo dos guas de estudio completas, una
revista y cuatro libros de historietas. Entonces decidi ponerse a limpiar su habitacin.
Finalmente, a las 8:30, pens que ya era muy tarde para llamar a la casa de los Cole.
La contestadora se activ despus de varios timbres, pero cuando Gina comenzaba a
dejar su mensaje escuch un clic y la voz de la madre de Aarn se escuch del otro lado
de la lnea.
Gina, cielos, eres t? Lo siento, pero hemos estado revisando las llamadas. Ha habido
algo de prensa.
Aarn se encuentra bien? Est en casa?
S, aqu est se escuchaba tensa la voz de la doctora Cole. Lo sacamos temprano
esta maana.
Puedo..., est bien si voy para all?
Gina poda escuchar cmo vacilaba.
Por favor rog Gina, solo un rato. Me gustara verlo, saber si hay algo que puedo
hacer.
Estoy segura de que le gustara verte contest la doctora Cole. Est bien.
Mientras Gina se pona los jeans, el recuerdo de los dedos de Quinn arrastrndose por
su pierna le revolvi el estmago. Trat, sin xito, de bloquearlo. Entonces, en vez de
eso, se pas la mayor parte de la caminata de quince minutos a la casa de Aarn
pensando cmo decirle a su amigo lo de Quinn, o si es que siquiera deba decrselo.
Simon Holt Grupo Pandemonium
47
Pero todos los pensamientos acerca de Quinn se desvanecieron cuando Gina daba la
vuelta a la esquina para tomar la cuadra en la que viva Aarn. La doctora Cole se qued
corta cuando dijo que haba algo de prensa.
Coches estacionados y camionetas de noticieros televisivos hacan fila frente a la acera
de la casa de los Cole. La polica contena a la muchedumbre, que se arremolinaba en el
borde del jardn frontal. Algunos camargrafos se instalaron del otro lado de la calle. Los
medios locales se enteraron de una posible nueva pista en el caso Quinn Waters. Gina
se imagin a una multitud de pueblerinos reunidos como los aldeanos enfurecidos de
Frankenstein; pero, en este caso, Aarn era el monstruo. Las tiendas del centro
probablemente aprovechaban en ese preciso momento una demanda inusual de
horquillas y antorchas.
Cort camino por algunos patios traseros vecinos, hasta llegar a la puerta posterior de la
casa de los Cole. El pap de Aarn abri. Tena la cara tensa de preocupacin, pero
sonri cuando se dio cuenta de que se trataba de Gina.
Hola, Gina. Cre que eras uno de esos reporteros. Pasa.
Oh, Gina! En cuanto la vio, la doctora Cole atrap a Gina con un abrazo de oso.
Tena los ojos hinchados por el llanto.
Si Gina haba hallado seguido consuelo con los Cole, se deba en gran medida a que los
paps de Aarn la trataban como a una hija. La doctora Cole era una terapeuta bastante
conocida localmente. Tena un programa semanal de radio en una emisora comunitaria.
El seor Cole era ingeniero. Eran amables e inteligentes: Gina aoraba la normalidad de
un hogar en el que las voces nunca se alzaban, las comidas eran caseras y se servan a
tiempo, y ambos padres estaban ah para darle un beso de buenas noches a su hijo.
Mir a su alrededor. La casa estaba impecable como siempre, pero todas las cortinas
estaban corridas y en el sistema de audio se escuchaba algo de jazz que apagaba el ruido
de afuera.
Cmo est?
Tiene los brazos llenos de heridas. A la polica de Wennemack se le va a venir encima
una demanda de miedo cuando acabe con ellos suspir la doctora Cole. Ha estado
en su cuarto desde que regresamos. No habla, no come... y t bien sabes que Aarn tiene
buen apetito. Est exhausto, pero no puede dormir.
A qu hora llegaron aqu?
Como a las dos contest el seor Cole. Pens que nos tendran ah toda la noche,
pero entonces lleg el tal seor Bloch.
Simon Holt Grupo Pandemonium
48
No s qu haya hecho ese hombre dijo la doctora Cole; pero diez minutos
despus de que lleg, ya estbamos firmando la salida de Aarn y metindolo en el
coche.
Con una advertencia de que no debe salir del pueblo, claro est agreg el seor
Cole.
Gina se pregunt exactamente qu cartas habra jugado Eben para mantener su
promesa de sacar a Aarn tan rpido.
Bueno, pues entonces creo que ir arriba e hizo un gesto solicitando permiso.
La doctora Cole le puso una mano sobre el hombro a Gina:
Nena, slo quiero que ests lista para cuando lo veas. Est en un estado
postraumtico. La Unidad de Salud Mental de la Regin quera meterlo al hospital. Por
suerte conozco a varios de los miembros del consejo..., y al doctor Unger, por supuesto
se mordi los labios y tom aire. Aarn va a estar bien, pero ahora est un poco
frgil.
No te preocupes solo quiero ver como est asinti Gina, pensando que la mam de
Aarn no tena ni idea sobre cuan fuerte era su hijo en realidad. Gracias.
Se dirigi al cuarto de Aarn. La puerta estaba cerrada, pero poda escuchar la radio y la
tele retumbando adentro. Toc fuertemente y grit, aunque no hubo respuesta.
Contrariada, Gina empuj suavemente la puerta y se asom al interior. Todas las luces
del cuarto estaban prendidas, al igual que los tres monitores de computadora, la tele y el
radio. El ruido era ensordecedor. El cuarto de Aarn nunca fue precisamente lo que se
puede llamar ''ordenado'', pero ahora era un verdadero desastre. Por el piso haba latas
de bebidas energizantes y un glaciar de hojas impresas estaba recargado contra el
escritorio. Estaban tirados, por todos lados, los restos de sobres de correo exprs hechos
jirones. Gina asumi que pertenecan a los libros amontonados por todas partes. Todos
los ttulos tenan que ver con fantasmas, mdiums, sociedades secretas, psicologa o
posesiones demonacas. El lugar alguna vez tuvo la apariencia del cuarto de un
adolescente oo fantico del terror y las computadoras. Ahora pareca ms la guarida
de un luntico obsesionado con el ocultismo.
Aarn estaba encorvado sobre una silla de oficina y cubierto con una cobija. Gina trat
de no fijar su mirada en l. Tena la cara ojerosa e hinchada y los ojos hundidos y
angustiados. Aunque la cobija le cubra las heridas de los brazos, Gina poda ver sus
uas rotas, cubiertas con costras de sangre, como si hubiera estado rascando paredes de
ladrillo. Se abrazaba a s mismo, mecindose hacia adelante y hacia atrs en su asiento.
Simon Holt Grupo Pandemonium
49
Gina se acerc y se hinc frente a l. Apenas entonces, l pareci darse cuenta de su
presencia.
Cuando me enter de que... de que ellos te tenan... se le parti la voz. Estaba tan
preocupada. Alarg los brazos para abrazarlo, pero l rehuy el contacto y neg con la
cabeza.
Disculpa su voz sonaba spera y cortada.
Qu te hicieron? le pregunt.
Lo que hacen, lo que suelen hacer siempre Aarn lade la cabeza. Gina casi poda
notar el esfuerzo que estaba haciendo por concentrarse. Luego cerr los ojos y se meci
nerviosamente. No puedo ver, Gina dijo con desesperacin, volviendo a mecerse,
no puedo ver ms all de mi cabeza.
La frente de Gina se arrug de terror. Ya haba visto a Aarn asustado antes, muchas
veces, pero nunca destrozado como ahora. Siempre pens que su mente tena una lgica
imbatible, pero los Voradores lo doblegaron. No era oportuno contarle lo de Quinn..., ni
hablar, casi, sobre ninguna cosa, por ahora. Hirvi de furia por dentro porque los
Voradores le haban hecho esto a l.
Ya, ya dijo, abrazndolo, a pesar de los espasmos. No fue real. Lo que sea que te
hayan mostrado fue una fantasa. Empuja, recuerdas? Empuja.
Gina sigui abrazndolo un rato, hasta que Aarn finalmente pareci tranquilizarse. Su
respiracin se regulariz un poco, mientras su mente luchaba por controlarse.
Todo est empezando de nuevo, no es as, Gina? pregunt.
No lo s contest ella.
Tienes miedo?
Gina solamente asinti.
Yo tambin.
Finalmente, Aarn cay en un sueo irregular. Gina sali del cuarto, pero dej el radio
retumbando. l pareca relajarse ms cuando poda ahogar sus pensamientos en ruido.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Despus de librar el circo de medios de afuera, Gina sac su telfono mvil, para ver la
hora, y advirti que tena tres llamadas perdidas..., y que haca media hora que tena que
estar en casa. Su pap le haba dicho, por lo menos quince veces, que saldran para ir a la
sesin de terapia familiar a las 9:30 y ya pasaban de las diez. Presion el botn de correo
de voz con terror.
Gina, nos vamos de aqu en diez minutos! Dnde ests?
Gina Halloway, ms vale que ests atravesando esa puerta en un minuto! Llmame
ahora.
Carajo, Gina! Te ped una sola cosa! Cmo se te ocurre dejar plantado a Henry as? T
y yo vamos a hablar muy seriamente cuando regrese.
El estmago de Gina se revolvi de culpa, mientras presionaba el botn de marcado
rpido de su casa. El telfono son cuatro veces antes de que entrara la contestadora.
Mierda! murmur, apresurando el paso, ya se fueron su nica oportunidad era
tomar el prximo camin hacia el Hospital Thornwood. No llegara a tiempo a la sesin,
pero pens que era una situacin de ms vale tarde, que nunca.
Gina corri la ltima cuadra y qued empapada en sudor para cuando lleg al caminito
del garaje. La camioneta de su padre no estaba ah. Sac sus llaves de la casa y, slo
hasta entonces, se dio cuenta de que, sobre el escaln de la entrada, haba una caja
blanca y alargada amarrada con un listn rojo.
Gina se asom para atrs, pero no vio a nadie en los alrededores. Mir la tarjeta que
tena la caja: Gina Halloway. Estaba escrito con tipografa florida color carmes. Con
mano temblorosa, la levant y la meti en la casa.
Gina puso la caja sobre la mesa de la cocina y la observ por unos minutos, como
esperando a que explotara o algo as. Finalmente, deshizo el nudo del listn y la abri.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Gina grit y alej la caja. Esta se tambale en el borde y cay, dispersando sobre el suelo
las flores rosas y blancas que haba adentro. Las flores estaban cubiertas con un viscoso
lquido rojo.
Corazones Sangrantes.
Gina se asom para ver horrorizada el ramo monstruoso. La sustancia roja se encharc
entre las baldosas. Era sangre de verdad? No quera saberlo.
Trajo un rollo de toallas de papel y el lquido limpiador, y comenz a limpiar el reguero,
tratando de controlar las nuseas. Cubrindose la mano con toallas de papel, levant
con cuidado las flores desperdigadas, tomndolas por los tallos, y las carg hasta el bote
de basura. Mientras haca esto, un pedazo de papel pegajoso cay revoloteando al piso.
Gina se agach y lo alz: era un boleto de cine de la Sala Charlestn, un lugar barato en
el que pasaban pelculas viejas.
Tal como ramos, 11:30 a.m., sbado 13 de junio, se lea. Dentro de una hora. Tena escrito
en la parte de atrs, con la misma letra roja que tena la tarjeta del ramo, la leyenda:
Asiste o te romper el corazn.
Gina se sinti enfermiza. Flores y una pelcula. Hubo algn tiempo en el que hubiera
dado lo que fuera por atraer la atencin de Quinn Waters de esa manera. Y l lo saba.
Se qued mirando el boleto fijamente, mientras sopesaba sus opciones, rock y lugar
complicado le vinieron a la mente.
Si ignoraba el citatorio de Quinn, todava podra llegar aunque fuera a una parte de la
sesin de terapia. Eso contentara a su padre o, por lo menos, disminuira su enojo y, por
otra parte, lo ms importante: Henry la necesitaba en esos momentos; pero Quinn haba
amenazado a su familia y ella saba que no estaba bromeando. Si no iba, quin sabe qu
hara Quinn.
Gina hablaba para s misma en voz baja mientras segua limpiando la porquera del piso:
Necesito sacarlo de la ecuacin, murmur. Es la nica forma en la que puedo proteger
a mi familia. Y slo conozco dos formas de hacerlo: destruir al Vorador y salvar al
verdadero Quinn, o...
Su voz se perdi mientras su mente terminaba la oracin:
...Matarlo.
No seas estpida, no puedes matarlo, se dijo. Ah dentro, en algn lugar, hay un
verdadero ser humano atrapado.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Sin embargo, otra parte de su cerebro, una que se escuchaba bastante parecido a Eben,
contest:
Pero ya viste lo que puede pasarle a un humano despus de que regresa de su salida de
miedos: mira a Henry. Mira lo que hizo ayer. Se va a recuperar completamente algn
da? Podr volver a llevar una vida normal?
Las preguntas incontestables comenzaban a salir:
Qu tal si el Vorador no estaba destruido de verdad?
Qu tal si todava exista en algn lugar dentro de l?
Qu tal si la prxima vez tomaba otra vida?
Incluso, si el monstruo estaba destruido, qu tal si era de ah de donde salan los
asesinos en serie? Como aquellos homicidas, violadores y todos los psicticos sobre los
que Aarn lea y estudiaba. Qu tal si haba otros, que han regresado de la salida de
miedos, como Henry, que nunca han podido olvidar los terrores que ah presenciaron,
que toleran el dolor del recuerdo haciendo sufrir a otros?
Qu tal si rescatar un alma de la salida de miedos era simplemente condenarla a un
infierno distinto, pero en el mundo real, y condenar a otras vctimas inocentes a esos
crmenes psicticos?
El corazn de Gina se tambaleaba. Poda sentir cmo las lgrimas se le iban
acumulando.
Pero es mi hermano, pens. Tengo que salvarlo.
Y justo era eso: Henry era su hermano, Quinn, no.
A lo mejor, ni siquiera haba conocido al verdadero Quinn. A lo mejor, haba sido
devorado desde hace tanto tiempo que ni siquiera exista forma de traerlo de regreso. E
incluso, si poda regresar, quiz segua siendo un monstruo, despus de haber vivido
tanto tiempo en un infierno?
Eran demasiados supuestos, demasiadas conjeturas.
Gina se forz por concentrarse en los hechos. Deshacindose de todas las
incertidumbres, se dio cuenta de que eran dos:
1. Si no lo ayudaba, Quinn lastimara a aquellos a los que ella ms amaba.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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2. Nunca, de ninguna manera, ella iba a ayudar a ese hijo de perra.
Entonces, slo quedaba una cosa por hacer.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Captulo 7
Gina pedale con fuerza, acelerando la bici para cruzar el pueblo. Le tom otros veinte
minutos idear un plan y juntar las provisiones que necesitaba. Ahora tema que Quinn
llegara antes que ella al cine. Tena que estar ah antes que l: su plan dependa de eso.
El cine Charleston se ubicaba en una zona destartalada de Cutters Wedge. Era un
teatro viejo, con cortinas andrajosas que se abran y cerraban frente a la pantalla, y con
asientos de palco en balcn. La entrada a cualquiera de las viejas pelculas que
estuvieran proyectando costaba dos dlares, mismos que daban derecho a un descanso
de dos horas del calor del verano en un oscuro cuarto con aire acondicionado. Sin
embargo, el aspecto lgubre del lugar mantena baja, por no decir inexistente, la
asistencia al Charleston.
Gina coloc su bicicleta en el estacionamiento para bicis que estaba fuera del cine, y le
puso el candado. Despus entr en la recepcin. Mir a su alrededor. La recepcin
estaba vaca, excepto por el viejecito andrajoso que estaba detrs del puesto de dulces.
Un refresco grande, por favor.
l asinti y arrastr sus pies hasta la fuente de sodas, tomndose las cosas con debida
calma. Gina sigui mirando el reloj de la pared de la entrada principal, en el que se poda
ver que eran las 11:20. Esperaba que Quinn entrara tras cada movimiento del segundero,
cosa que arruinara su plan.
Finalmente, el seor le entreg el refresco y tom el dinero correspondiente. Gina
arrebat la bebida del mostrador pero no entr directamente a la sala. En lugar de eso,
se dirigi al bao de mujeres.
Era un tocador a la antigua, con focos redondos delineando el espejo, aunque varios
estaban fundidos. Gina cerr la puerta con seguro y puso la bebida sobre el lavabo,
despus abri su morral.
Adentro traa un botecito con pastillas y un cuchillo para carne.
Con calma, Gina destap el bote de las pldoras para dormir de su padre y puso algunas
de ellas sobre el lavabo. Despus, tom el cuchillo y tritur las pastillas para que se
diluyeran ms rpido, usando el lado plano de la navaja. Finalmente, arrastr el polvo
del lavabo y se lo puso al refresco, revolviendo los grnulos en la bebida con el popote.
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Gina se dijo a s misma que, moralmente, poda aceptar matar a Quinn, un Vorador.
Tena que aceptarlo, pero traducirlo en acciones era algo muy distinto. El Vorador
desaparecera, pero un cuerpo humano, una vctima del juego sucio quedara ah. Una
investigacin por homicidio se abrira.
Gina pensaba que la muerte tena que parecer un accidente o suicidio. Al no maquinar
una manera de hacer que una muerte en un cine pareciera accidental, tena que apostar
por lo segundo. Quinn, como todos los Voradores, tena un profundo gusto por lo dulce,
por lo que ella contaba con que el dulce refresco lo tentara. Consideraba solamente
confiar en las pldoras para matarlo, pero no saba cuntas necesitara y no poda
arriesgarse a robar demasiadas del abastecimiento de su padre. Seguramente a l le
llamara la atencin encontrar el bote vaco.
Gina repas el plan en su cabeza otra vez.
Le dara la dosis suficiente como para incapacitarlo, para poder cortarle las muecas y
dejarlo que se desangrara. Limpiara el cuchillo y luego pondra la mano de Quinn
alrededor del mango, de manera que slo quedaran sus huellas sobre l, y lo dejara ah.
Luego se llevara el refresco y regresara a casa. Cuando analizaran el cuerpo, los
resultados de los exmenes de sangre indicaran que Quinn tena drogas en el sistema,
pero no tantas, segn esperaba Gina, como para descartar la posibilidad de que se las
hubiera tomado en un intento por aminorar el dolor del cuchillo.
Era un plan desesperado y lleno de huecos. Lo saba. Ms que nada, deseaba que Aarn
estuviera ah para ayudarla con los detalles, para sealarle las fallas y cmo arreglarlas.
Pero Aarn no estaba en condiciones de planear un asesinato, ni Gina quera ponerlo en
peligro de esa manera. No poda participar en esto; especialmente con la posibilidad de
que las cosas salieran mal. Adems, una vez que hallaran el cuerpo, Aarn quedara libre
de culpa. Con toda la prensa merodeando su casa, tendra una coartada firme.
Quit el seguro de la puerta del bao. Qu se sentir apualar a alguien?, se
preguntaba. Dejarlo morir? De verdad podra con eso?
A las 11:29 ya era demasiado tarde para pensarlo dos veces. Gina se arm de valor y
empuj la puerta de la sala de cine. Sus ojos se ajustaron a la oscuridad y vio que estaba
vaca. Con igual cantidad de alivio que de inquietud, se pos en un asiento de la ltima
fila, mientras el proyector cobraba vida. Palomitas animadas comenzaron a danzar en la
pantalla frente a ella, pero Gina no les puso atencin. Concntrate en el plan, se deca a
s misma. Concntrate.
Los minutos pasaban; los anuncios y los previos haban terminado. Empezaba la
pelcula, y Quinn todava no se haca presente. Dnde diablos estaba?
Simon Holt Grupo Pandemonium
56
Diez minutos, veinte, veinticinco: la ansiedad de Gina creca. Era una trampa? En serio
haba sido tan tonta como para ir ah sola?
Estaba a punto de levantarse cuando la puerta de la sala se abri un poco: un rayo de luz
proveniente de la recepcin alumbr una parte del pasillo.
Gina se acomod el morral sobre las piernas, desliz su mano hacia adentro y envolvi
el mango del cuchillo con el puo. Una figura con una chamarra de gorrito se recarg
pesadamente sobre la puerta, abrindola por completo, y entr renqueando.
Quinn la vio inmediatamente, se colaps en la silla de al lado y se ech para atrs el
gorrito. Viejos trapos, cafs y mugrientos de sangre, cubran su mano derecha, y tena
una enorme cortada bajo el ojo izquierdo, adems de las marcas en la piel que ella ya le
conoca. Gina lo mir con horror y Quinn se rio amargamente.
Se ve mal? Te ves ms asqueada que anoche su voz era rasposa y sala con pausas,
como si hasta hablar le doliera.
Qu te pas? le pregunt Gina con curiosidad, a pesar de todo.
Mis viejos amigos descubrieron mi escondite y decidieron darse una vuelta Quinn
tosa y se tocaba el pecho. Entonces vio el refresco grande. Por favor, dime que no es
de dieta lo arrebat, se puso el popote en los labios y sorbi la mitad de la bebida de
un trago. Ah!, as estoy mejor.
Gina lo mir mientras se limpiaba la boca. Mantena la mano sobre el cuchillo, an
escondido dentro del morral.
Entonces, fueron los Voradores? Por qu no te mataron?
Quin dice que no lo intentaron? Quinn acerc la bebida hasta sus ojos. Primero
jugaron un rato conmigo al saco de arena, luego, Keech sac las armas grandes o, ms
bien, el hacha grande. Me cort dos dedos, antes de que lograra escapar seal el
vendaje sangriento y sonri sarcsticamente. Yo creo que mi oportunidad de llegar al
saln de la fama ahora s se acab.
Keech? repiti Gina, y Quinn sonri. Sus ojos se vean agudos como los de un lobo,
incluso en la oscuridad.
S, Keech. Se est poniendo ms peligroso para m, y para ti. Me enter de que recibi
rdenes de acabar con los dos.
Y, entonces, todo esto se trataba de prevenirme? La prxima vez mndame un
mensaje de texto o algo as.
Simon Holt Grupo Pandemonium
57
La sonrisa de Quinn desapareci.
Supongo que la supervivencia saca mi lado dramtico. La nica manera como podra
sobrevivir es destruyendo a los Voradores y la nica forma de hacer eso es con tus
habilidades su voz se desvaneci y parpade.
Por qu ahora? presion Gina. Quera obtener la mayor cantidad de informacin
que pudiera antes de que las pastillas hicieran efecto por completo. Los Voradores
han guardado calma por meses, por qu perseguirme ahora?
As es, seis meses Quinn tom otro trago de refresco.
Qu pasa despus de la noche de los lamentos? pregunt Gina.
Ella no entendi al principio, pero despus record el discurso de Machen en la clase de
Literatura. Muy bueno eso de que los exmenes sean justo una semana antes de la mitad
del verano: el solsticio Y movi la cabeza como quien no puede creerlo.
El solsticio. Tambin en el solsticio de verano tienen poder los Voradores?
Por lo general no, pero este ao es distinto.
Por qu?
Este ao te tienen a ti Quinn nivel sus ojos con los de Gina. T cambiaste las
cosas, Gina, alteraste el balance. Cuando entraste en esa salida de miedos, todas las
reglas se rompieron.
La mente de Gina regres a aquella noche en la que fue sola a la vieja casa Canfield,
cuando atac a un Vorador y literalmente trag miedo. Haba ingerido una forma
slida del demonio, la haba incorporado a su organismo y esto le dio la habilidad para
entrar en las salidas de miedos de otras personas. As es como pudo salvar a su hermano.
Qu reglas?
La noche de los lamentos es una regla dijo Quinn. Su voz comenzaba a escucharse
ensoada. Slo podemos entrar al cuerpo de un humano en la Noche de los Lamentos:
una noche al ao. Se hace un trfico del infierno para salir de nuestro mundo y entrar en
ste.
Comenzaba a entender.
Simon Holt Grupo Pandemonium
58
Sin embargo, s los Voradores pudieran mudarse a cuerpos humanos cualquier da de
cualquier poca del ao aventur Gina.
Quinn asinti con pereza y se toc la nariz con el dedo.
Ding, ding, ding. Respuesta correcta. Desde que rompiste las reglas con Henry,
supongo que ellos han tratado de romper algunas tambin.
Y cmo los detengo?
Quinn suspir y sus prpados se desvanecieron:
Por eso Keech est persiguindote, para que no los puedas detener.
Pero, cul es su plan? Cmo le van a hacer?
Gina movi a Quinn del brazo, despertndolo. Su piel estaba fra al tacto y delgada
como un papel.
No s qu me pasa dijo bostezando, me siento volte a ver el refresco y luego
a Gina, y otra sonrisa volvi a formarse con toda la extensin de sus labios drogado.
Buena, Halloway. Deb darme cuenta, pero no pens que tuvieras tanta capacidad.
Gina sac el cuchillo del morral y lo puso contra la garganta de Quinn.
Cuntame cul es el plan de los Voradores.
Quinn estaba recostado sobre su asiento.
Sabes qu? Hazlo. Ser un descanso. No ms huir y esconderme. Y me da gusto que
seas t y no ellos. Te lo has ganado.
Gina titube, alzndose frente a l, el cuchillo entre los dos. Quinn le coquete con la
mirada. Incluso con las heridas, sus ojos seguan estando tan preciosos como la primera
vez que los vio.
S que no es fcil para ti prosigui Quinn, ya arrastrando las palabras, no es fcil
matar. Sin embargo, en la guerra, tienes que eliminar a tu enemigo, sin pruritos morales.
Somos generales, Gina, estamos por encima de
Su voz se fue apagando y su cabeza cay hacia un lado, su brazo resbal del descanso. El
vendaje se solt. Bajo la luz intermitente de la pantalla del cine, Gina observ los
muones del anular y del meique, cortados justo bajo los nudillos. La herida haba
vuelto a abrirse y de ah brotaba sangre. Gina se estremeci ante lo grotesco de la
Simon Holt Grupo Pandemonium
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escena. Quinn era un monstruo, pero an era vulnerable como un humano. Haba un
nio humano atrapado ah dentro en algn lugar.
Ahora estaba dbil: su plan funcionaba. Poda abrirlo de una tajada y dejarlo ah
muriendo.
Dej caer el cuchillo y ste hizo ruido al rebotar sobre el piso.
No quiero estar por encima de esto se dijo, esa es la diferencia entre t y yo.
Se detuvo entonces; pero, justo en ese momento, el proyector se apag dejando el teatro
en silencio y penumbra. La luz roja de los letreros de salida brillaba escalofriantemente.
Gina Halloway!, una voz maliciosa hizo eco en la sala de cine, lo lamento, estoy
interrumpiendo tu cita?
Un escalofro le pic a Gina por dentro: reconoci la voz de Keech Kassner. Ya estaban
ah.
Se colg el morral cruzado y busc el cuchillo tocando el piso. Las puntas de sus dedos
se cerraron alrededor del frio metal y, con la otra mano, fue tentando el camino,
arrastrndose sobre Quinn hacia el final de la fila de asientos. Jal la puerta de la sala,
pero estaba cerrada con seguro.
Por ah no, advirti Keech, y Gina se dio la vuelta, sosteniendo el cuchillo con su mano
temblorosa. No poda ver nada y no poda ubicar de dnde provena la voz. La
escuchaba por todos lados.
Ya sabes que de aqu no sales viva, la voz prosigui burlona. Los dos van a morir. Una
pena, de verdad. Se van a perder los fuegos artificiales
Qu fuegos artificiales? habl Gina en medio de la oscuridad. Su voz se escuchaba
entrecortada.
El fin del mundo. El veintiuno de junio. Te dira que lo anotaras en tu agenda, pero vas
a estar fuera de la ciudad o dos metros bajo ella, para ser ms precisos, Qu mal que no
hayas hecho caso de las advertencias de Quinn!
Gina regres a tropezones, por la misma fila de asientos en la que estaba Quinn
desmayado. No le gustaba la idea, pero tena que aceptar que esa era quiz su nica
esperanza para conocer los planes de los Voradores. Si es que podan ella y l escapar de
sta. As que le sacudi los hombros.
Quinn, despierta! le susurr.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Qu? Cmo? l se quej, movindose en el asiento.
Gina le vaci encima lo que quedaba de refresco y le dio unas bofetadas en la cara. La
sangre de sus heridas moj los dedos de Gina.
Despierta! le rog.
Quinn se sent derecho, aturdido:
Todava est oscuro, mam, todava no es hora de ir a la escuela
Gina lo levant del asiento y puso el brazo de Quinn sobre su hombro para darle apoyo.
Soy Gina, seguimos en el cine y Keech est aqu! murmur entre dientes.
La risa de Keech reson en la negrura.
Qu? No me digas que Quinn se qued dormido? Qu oportuno.
Quinn pareci entrar un poco en s:
Keech? Nos va a matar!
No me digas! Vamos, camina! Gina lo jalaba y lo arrastraba trabajosamente hacia
el pasillo. Sus pies tardaban en responder. Juntos, anduvieron a trompicones hacia el
frente de la sala en donde haba otro letrero rojo que indicaba la salida de emergencia.
Gina mantena las manos al frente, rezando porque no se encontraran directamente con
Keech. Llegaron a la puerta, pero tambin estaba cerrada.
Tampoco es por ah, dijo Keech.
Gina volte a ver a su alrededor desesperada. Estaban atrapados. Quinn estaba
desplomado sobre ella:
Gina, te gustaron las flores que te envi? pregunt adormilado.
No me ests ayudando! Gina dio un paso y choc contra el proscenio. Apoy a
Quinn contra ste. Tenemos que encontrar otra salida.
Escuch un ruido: un cerillo se encendi en la parte trasera de la sala. Detrs de la llama,
poda ver el contorno corpulento de Keech acercndose amenazante hacia ella.
No hay para dnde correr, dijo Keech.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Arrastr a Quinn hasta el otro pasillo; pero, entonces, otro cerillo se prendi y una
segunda figura, idntica a la de Keech en tamao y forma, camin hacia el frente. Era
Mitch, el hermano gemelo de Keech.
Gina se ech para atrs. El cerillo de Keech se apag y prendi otro. Gina poda ver que
grua; Mitch, en cambio, se vea estoico. Gina se estremeci ante su determinacin.
Entonces, con la poca luz de los cerillos, Gina la vio. Una escalera construida sobre la
pared de la sala que llevaba hasta los palcos. Estaban a slo unos metros de ella. Gina se
acerc sigilosamente hacia la escalera, remolcando a Quinn. No quera que los Kassner
se dieran cuenta de su plan. Seguan acercndose lentamente, saboreando la victoria, el
asesinato.
Quinn murmur quedamente entre dientes, sigues aqu?
Quinn alz la cabeza sobre su hombro y suspir.
S, aqu estoy. Hey, me gusta como se te ve el cabello as.
Gina puso los ojos en blanco y blandi el cuchillo.
Necesito que te concentres advirti, picndolo en el brazo con la punta del
cuchillo. Esto pareci despertar a Quinn finalmente.
Oye!
Gina lo empuj contra la pared.
Sube! le orden.
Keech inmediatamente se dio cuenta de lo que estaba tratando de hacer. Mitch y l
corrieron hacia ella. Gina onde el cuchillo frente a ellos.
Atrs!
Keech se rio. Son como un graznido.
No puedes con los dos al mismo tiempo, Halloway. Y acabas de sacrificarte por tu
archienemigo. Eres tan patticamente humana
Quinn, ignorando el dolor de la mano, lleg hasta arriba de la escalera y desapareci en
el palco. Gina sigui meciendo el cuchillo ante un contento Keech y un solemne Mitch,
Simon Holt Grupo Pandemonium
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pero su mente estaba en blanco por el terror. No haba forma de que subiera sin soltar
su nica arma. Si peleaba o hua, de cualquier forma la mataran.
Un estruendo y una luz llegaron de arriba. Los tres voltearon a ver cmo la enmohecida
cortina de terciopelo, que colgaba al lado del palco, se prenda en fuego. La tela seca
cruji y hume y cay en picada sobre ellos: era una bola de fuego gigante. Keech y
Mitch la esquivaron. Gina se trep en la escalera y subi con trabajo, tan rpido como
pudo, temiendo que una mano la tomara del tobillo y la arrastrara hasta abajo. Sus
brazos se movan violentamente, por el miedo, y el humo negro que se arremolinaba a su
alrededor la ahogaba y cegaba. De repente, sinti una mano sobre el hombro. sta la
levant y la recarg sobre el borde del palco. Se colaps en el piso, tosiendo; mientras,
Quinn guard su encendedor en el bolsillo. Se miraron el uno al otro por un momento y
luego Quinn la ayud a levantarse y salieron corriendo del palco hacia el aire fresco de la
recepcin.
Ahora me crees? gru Quinn, mientras salan veloces por la puerta de emergencia
del cine, hacia un callejn. Se puso la gorrita de la chamarra otra vez y se la ajust.
Gina no contest, estaba tratando de reestablecer su respiracin, despus de haber
inhalado todo el humo de la cortina en llamas. Su brazo izquierdo le arda de dolor. Vio
que tena una buena parte de piel bastante ampollada. En el apuro por escapar, la
cortina le haba quemado y ella ni siquiera lo sinti.
Tengo que llegar a casa carraspe.
S, de todas formas nos tenemos que separar asinti Quinn. Su habla era lenta y
ligeramente arrastrada: todava sufra los efectos de las pastillas para dormir. Sacudi su
cabeza para despertarse por completo. Dudo que vaya a buscarte a tu casa, no quiere
que lo vinculen con ningn crimen. Qudate ah o en espacios pblicos.
Las manos de Gina temblaban. Le estaba costando trabajo quitar el candado a la bici.
Quinn quit la llave impaciente y abri el candado. Luego jal la bici del
estacionamiento con su mano buena.
Y t qu vas a hacer? Gina se esforz por controlar su voz y le arrebat el
manubrio a Quinn. Estaba avergonzada de verse tan ansiosa frente a l.
Entrate de lo que soy capaz. Ahora que sabes cmo es el juego, quiz no se te vuelva
a ocurrir atacarme con pastillas y un cuchillo.
No ests tan seguro
Mientras ella se suba a la bici, Quinn llegaba, arrastrando los pies, hasta el final del
callejn.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Yo me pondr en contacto contigo! le grit de espaldas a ella.
S, y qu se supone que har mientras? Esperar a que llegue el fin del mundo?
Gina le grit, pero l ya no estaba ah.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Captulo 8
Mientras pedaleaba, Gina se sinti aliviada al ver que la cochera estaba vaca: eso quera
decir que Henry y su pap todava no haban regresado. Primero, se ba para quitarse
el holln y la mugre de la piel y el cabello; despus, avent la ropa sucia al cesto. Se puso
antisptico sobre la quemada. No tenan vendas suficientemente grandes en la casa
como para cubrir la herida, por lo que se puso encima un brazalete grueso de plstico,
que casi la cubra enteramente, aunque le produca dolor. No quera que su pap le
preguntara acerca de lo que le haba ocurrido.
Sac de la basura los corazones sangrientos y reemplaz la bolsa. Luego se sent en la
mesa de la cocina para esperar. Pens que era mejor estar ah cuando su padre llegara a
la casa, para que el drama surgiera de inmediato.
Tamborile con los dedos sobre la mesa. El solsticio de verano: el fin del mundo. Era
mucho en qu pensar, cuando deba estar estudiando para los finales.
Media hora despus, escuch la camioneta estacionndose. Cuando entraron, Henry vio
a Gina compasivamente, pero Tom fue directo al lavabo y se sirvi un vaso con agua. Dio
un trago largo y volvi a llenar el vaso.
Henry, por qu no subes a tu habitacin a jugar un rato? dijo Tom.
Henry asinti y sali de la cocina. Su pap se termin el segundo vaso y regres a la
mesa. Se sent pesadamente y slo entonces dej que sus ojos se concentraran en su
hija.
Necesitas un reloj nuevo? pregunt.
Gina se mir las manos.
Porque creo que fui muy claro esta maana acerca de la hora en la que saldramos, o
me equivoco?
No te equivocas, s fuiste muy claro.
Entonces, explcame por qu, a las nueve, entr a tu habitacin y encontr la cama
vaca y, despus, no pude contactarte en tu celular. Ese telfono es un privilegio, no un
derecho. Cuando te llame, t contestas.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Pap, fue una emergencia, Aarn...
Aarn? Aarn tuvo una emergencia? Y t escogiste... Tom apret los dientes.
Mira, s que tienes problemas conmigo, pero esta vez cre que..., como se trataba de
Henry, que estaras ah t tambin con l.
Pap, s quera ir, en serio. Fue un error, lo s. Las cosas se han puesto muy locas.
Las cosas siempre van a estar locas, Gina. As es la vida. Pero tu hermano tiene que ser
una prioridad su pap habla suave, pero firmemente, y Gina poda notar cmo estaba
tratando de mantener en calma su temperamento. Cuando haces cosas como sta, l
piensa que tienes cosas ms importantes que l.
Estoy tratando de protegerlo! Estoy tratando de protegerlos a todos ustedes! Gina
se sorprendi tanto como su pap ante su arrebato. Se mordi los labios y mantuvo la
cabeza gacha, tratando de contener las lgrimas.
Protegernos? Gina, contrlate. Mira, no te voy a castigar continu. Dios sabe
que eso no ha funcionado en el pasado. Necesito que te esfuerces y te comportes como
la nia sensata que eres. El doctor Unger mencion que probablemente ests
reaccionando ante una disciplina reservada para nios, por eso no lo har. Y, a cambio,
espero que te comportes como una adulta.
Eso mencion el doctor Unger? pregunt Gina con sarcasmo. Probablemente
fuera verdad en la mayora de los casos de nias adolescentes, pero Gina ya hace rato se
senta y comportaba como una adulta, a pesar de que era lo ltimo que quera ser.
Su pap tom una de las manos de Gina, la puso en la suya y la mir con una splica
sincera. Era un gesto raro, pues Tom no era propenso a mostrarle afecto fsico a su hija,
y ella no pudo sostenerle la mirada.
Gina, mi mximo temor es perderte, como perd a tu madre. Y me asusta verte
abandonndonos, como ella. Por favor, haz un esfuerzo: si no por m, hazlo por Henry.
No s si l pueda soportar que alguien ms lo abandone.
Tom solt las manos de Gina, puso las palmas sobre la mesa y se apoy, para levantarse
de la silla. Gina lo vio salir por el pasillo y escuch que la puerta de su oficina se cerraba.
Un minuto despus, la cabeza de Henry se asom por la puerta.
Escuch lo que dijo entr a la cocina y puso sus brazos sobre los hombros de Gina.
Henry, tienes que creerme: no quera perderme tu cita de hoy.
Simon Holt Grupo Pandemonium
66
Lo s Henry se separ. Gina vio preocupacin en sus ojos. Fueron los
Voradores?
Gina retorci los labios. No quera preocupar a Henry, pero tampoco quera mentirle.
Asinti.
Pero quiero que sepas que todo va a estar bien dijo.
Henry se qued en silencio un momento, jugando con el dobladillo de su camiseta. Sus
cejas se arquearon.
Qu pasa, Henry?
Henry entrecerr los ojos y arrug la frente, como sola hacer cuando trataba de sacar la
respuesta a un problema de matemticas.
Algo pas anoche, Gina confes finalmente. Despert a media noche y me sent
raro.
Raro?, cmo?, como si estuvieras enfermo?
No, mi piel se senta extraa, como si me estuvieran chupando todo el calor. Fue
irritable. Como si algo me estuviera jalando.
Gina frunci el ceo.
Te doli?
No, slo senta feo.
Ests seguro de que no estabas soando?
No, pens que a lo mejor tena algo en la piel, as que fui al bao para tratar de
lavarme; pero entonces, cuando estuve en el pasillo, lo sent ms fuerte, como un
zumbido de aire que me succionaba todo el calor. Qu, Gina? Qu pasa?
Gina estaba boquiabierta.
Nada, slo que es muy extrao, no crees? Platicar con Aarn de eso..., quiz l sabe
de qu se trata. Avsame si vuelves a sentirte as, est bien?
S. Hey, quieres jugar a la Guerra?
Simon Holt Grupo Pandemonium
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S, claro Gina se levant y sigui a su hermano por las escaleras, pero su mente no
estaba precisamente pensando en jugar.
Quinn haba estado ah arriba en su cuarto anoche, a unos cuantos metros de donde
Henry dorma. Los escalofros lo despertaron y se volvieron ms intensos en el pasillo,
cuando estuvo ms cerca de Quinn. Sera que Henry tena una especie de detector
fsico de Voradores dentro de l? Tal vez su experiencia en la salida de los miedos lo
volvi hipersensible a la presencia de estos monstruos.
No era una idea disparatada. Ms bien, Gina apreciaba las ventajas de poder reconocer
inmediatamente a sus enemigos, aunque no le gustaba la idea de exponer a Henry a la
cercana de ellos. Sin embargo, si tal habilidad exista, seguramente sera para bien de su
bando. Gina hizo una anotacin mental para recordar platicarle a Aarn sobre este
descubrimiento la prxima vez que lo viera.
Pero el domingo por la tarde, cuando Gina marc a la casa de los Cole, Aarn segua
dormido. La doctora Cole no quera despertarlo y le explic a Gina que Aarn faltara a
la escuela al da siguiente porque tena citas con doctores. Gina supuso que la doctora
Cole le program a su hijo citas con psiquiatras, para que lo ayudaran a manejar su
experiencia traumtica.
La jornada escolar transcurri lentamente de una forma terrible durante el lunes. A
Gina le cost muchsimo trabajo concentrarse en la clases de repaso para los exmenes.
El resto de los alumnos mantenan su distancia de ella, cuchicheaban y la sealaban
cuando pasaba cerca de ellos. Ser la mejor amiga del chico sobre el que recaan las
sospechas de la polica, respecto al caso de Quinn Waters, y la hermana del nio que
casi mata a un compaero, no contribua precisamente a subir su popularidad, sin
mencionar su ataque de pnico en clase...
A la hora del recreo, Gina estaba sentada sola bajo un rbol. Mientras masticaba
apticamente un sndwich de pavo, sus pensamientos regresaron a Aarn. No la
contactaba desde que fue a su casa y eso le preocupaba. Qu tal si los Voradores s
consiguieron infiltrarse en su mente? El solsticio de verano estaba a menos de dos
semanas de distancia. Si el acontecimiento del que Quinn le haba advertido era verdad,
tena que encontrar la forma de detenerlo.
Viste alguna buena pelcula este fin de semana? una voz spera se dirigi a ella y,
bajo el sol intenso, Gina sinti que la piel le picaba con escalofros. Keech y Mitcch
Kassner estaban de pie sobre la acera, frente a ella. Keech hizo una sonrisita, pero Mitch
se mantuvo atrs, mirando el pavimento. Gina se puso de pie apresuradamente.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Aljense de m busc en su morral el aerosol de pimienta que siempre cargaba con
ella.
Puede que te parezca un bobalicn, pero no soy tan estpido como para enfrentarte
delante de todas estas personas. Ah es donde tu hermanito se equivoc, lo sabes. Nunca
ataques a alguien en el patio de juegos. Debi esperar a que estuviera solo.
Cllate!
Por qu ests platicando con esa chica, Kassner? Ella se junta con ese chico, Cole
seal Rodney Prez, un tacle del equipo de ftbol, camin hasta ellos y se qued
mirando a Gina. Qu opina tu amiguito enfermo acerca de la inyeccin letal?
La campana son y la marejada de estudiantes que comieron fuera se dirigi a la entrada
de la escuela. Rodney ech una ltima mirada a Gina, y luego se volte y se incorpor al
resto.
Ests sola, Halloway dijo Keech, sonriendo irnicamente. Despus habl
guardando el aliento. Mas vale que te cubras la espalda.
l y Mitch corrieron para alcanzar a Rodney, dejando a Gina de pie, al lado del rbol.
Ella se dio cuenta de que exista algo que poda intentar, antes de que supiera algo de
Quinn de nuevo: hacerse cargo de la amenaza ms inmediata que tenan, esto es, de
Keech.
Su mente volvi a Eben. Despus de todo, l realiz una especie de milagro para sacar a
su amigo de la crcel. Debera incluirlo en todo lo que estaba pasando? Rpidamente
descart esa idea. l solamente tendra un mtodo para enfrentarse a Keech y, despus
de la experiencia en el cine, Gina prefera optar por seguir un camino distinto. No
necesitaba a Eben.
Necesitaba a Aarn.
Simon Holt Grupo Pandemonium
69
Captulo 9
Gina revis su telfono en el casillero al final del da y se sinti aliviada al leer el texto
del mensaje de Aarn.
Mcho tmpo encerrdo.En
Muddys a las 4? Trae ts librs.
Ke mi crebro est frto no kiere
dcir ke voy a dejr k repruebs bio.
Su humor de aliger. Si estaba bromeando, quera decir que deba sentirse mejor.
Aunque su inminente fracaso en biologa no le haca tanta gracia que digamos.
Cuando entr al Caf Muddys, veinte minutos despus, Aarn estaba al fondo, en un
gabinete, con una gorra de bisbol puesta en la cabeza, sus libros de texto y hojas con
anotaciones dispersas sobre la mesa. Su piel estaba plida pero su mirada pareca tan
intensa como siempre que sus ojos recorran las lneas de una pgina frente a l.
Hey! salud Gina, aventando su morral en la banca, frente a l. Cmo nos fue
con las citas hoy?
Aarn volte a verla con una leve sonrisa.
Pesado. Es difcil tratar de convencer a los psiquiatras de que no los necesitas.
Ests seguro de que ests listo para esto? Le pregunt Gina mientras se deslizaba
sobre el asiento de plstico vinlico. Podramos hacer esto en mi casa?
Necesito estar afuera, Gina. Puedo soportar las miradas y los chismes, pero ya no
aguanto las paredes de mi cuarto.
Bien, esa es la actitud.
Adems, esto no se trata de m. Estamos aqu para darte un empujoncito al
prestigioso nivel de los que sacan 9.8 en el Examen General de Conocimientos.
Gina instintivamente tom la mano de Aarn del otro lado de la mesa:
Y cmo ests?
Simon Holt Grupo Pandemonium
70
Sobrevivir. La polica hizo una declaracin formal a la prensa y me quit de encima
Las sospechas: el circo de los medios en mi jardn se termin.
Entonces, esto slo fue amedrentamiento? Sin cargos?
Nunca tuvieron evidencia sustancial. Todo era circunstancial y Gale lo saba. Creo
que los Voradores slo queran sacudirnos las jaulas. Me gustara saber por qu.
Gina dej que esto pasara por el momento. Tena que contarle a Aarn sobre Quinn y
Keech, pero quera hacerlo bien.
Pesadillas, visiones o algo por el estilo?
Aarn abri su cuaderno de Biologa.
Pues t qu crees, Gina murmur quedo. Cada vez que cierro los ojos y, a veces,
hasta cuando los tengo abiertos. Pero libr la situacin.
Gina sonri.
Necesitas que te sirvan ms caf?
S, vers, todava no descubro cmo hacerle para meterme la cafena directamente a
la sangre.
Gina fue al mostrador y pidi dos cafs helados grandes. Mientras pona las tazas de
Aarn frente a ambos, el brazalete en la mueca derecha se resbal, descubriendo su
quemada. Aarn tom su mano.
Qu es esto?
Es Gina pas saliva. ste no haba sido el mejor camino que ella haba imaginado.
Aarn entrecerr los ojos. Todo el buen humor despareci de sus ojos.
La ltima vez que apareciste con quemaduras como sta, habas ido sola a la casa de
Macie Canfield, donde Quinn casi te mata. Qu es lo que no me ests diciendo? y la
tom de la mano con ms fuerza.
Gina se apart y cubri de nuevo la quemada con el brazalete, pero Aarn segua
mirndola fijo.
El sbado confes en voz baja, despus de que me fui de tu casa, Keech Kassner
me atac.
Simon Holt Grupo Pandemonium
71
Aarn, l es un Vorador.
Por Dios, Gina! Estabas esperando hasta la segunda taza de caf para decrmelo?
No quera alterarte, no despus de
Dime todo lo que pas.
Gina se dispuso a contarle la historia pero dej a Quinn fuera de ella por el momento.
Quera que Aarn se acostumbrara a sus planes para deshacerse de Keech antes de darle
la sorpresa de que su archienemigo estaba de regreso.
Cuando termin, Aarn neg con la cabeza.
Nadie podra ser tan miserable de no ser, como es, una forma demonaca de vida.
Qu hay de Mitch? Tambin es?
Mitch estaba ah, pero no creo que sea un Vorador. Creo que slo lo estaba
obedeciendo. Caray, debe ser terrible para l.
O le gusta.
Aarn se mordi el interior de la mejilla. Gina saba que lo estaba procesando todo,
estaba sopesando las posibilidades y consecuencias de lo sucedido.
Qu ests pensando? le pregunt Gina.
Pues, el asunto del veintiuno de junio explica por qu todo el infierno se desat el
viernes pasado indic. Si esos psicpatas tienen algo grande planeado para ese da,
es probable que traten de neutralizar a quien sea que les represente una amenaza:
arrestarme, matarme, volver loco a Henry
Tpico de tus viernes de fiesta.
Leer todo lo que encuentre sobre el solsticio; sin embargo, Gina, slo faltan dos
semanas.
Ya s Gina respir profundo, por eso no podemos tener a nadie persiguindonos.
Te refieres a Keech?
Exacto.
Simon Holt Grupo Pandemonium
72
Aarn asinti.
Necesitamos sacarlo de la jugada. S que no es esto lo que quisieras escuchar, pero esa
es la especialidad de Eben. Juntos encontraremos una forma de eliminarlo.
Gina sinti un espasmo en el pecho.
No, Eben no. No quiero matar a Keech.
Aarn frunci el ceo, conforme se fue dando cuenta de las intensiones de Gina:
No, ni lo pienses. No vas a entrar a la salida de miedos de ese socipata.
Gina tom un trago de caf:
Lo he estado pensando, Aarn. He repasado todas las opciones. Necesitamos sacar a
Keech de la jugada y hay dos formas de hacerlo. No lo matar, y por eso no podemos
decirle a Eben. Ah dentro, en algn lugar, hay un nio que ha vivido en un terror
inenarrable por quin sabe cunto tiempo. Y yo ahora tengo una habilidad con la que
puedo salvarlo.
Aarn jal del cartoncillo que cubra su caf, apretujando el papel entre sus dedos.
Ja, todo gran poder conlleva grandes responsabilidades. Esa es la mierda que ests
tratando de venderme? Su voz era ruda, pero la mantena baja y controlada. Los
Voradores son pura maldad, disfrutan de la tortura y el tormento que pueden causar.
Merecen morir.
S, pero hay un ser humano que merece vivir insisti Gina. Y yo puedo salvarlo.
Ests segura de eso? No sabes qu hay adentro de esa salida de miedos. Para colmo,
ni siquiera sabes cunto tiempo lleva ah dentro. Por la forma en la que describiste el
escape de Henry, pareca que todava estaba formndose. Fue fcil, comparado con
otros que tendras que enfrentar y, de todas formas, aunque no fuera as, Henry es tu
hermano, lo entiendo, pero, arriesgaras tu vida por Keech Kassner?
Gina se esforz por mantener la calma. No poda culpara a Aarn por la frustracin que
senta.
El verdadero Keech Kassner es un nio asustado que vive un infierno, no el abusador
que conocemos. Cmo podra escoger salvar a uno y no al otro, slo porque no es mi
familiar? La humanidad es lo que nos separa de ellos. Es una lnea delgada, yo no quiero
estar del lado equivocado.
Simon Holt Grupo Pandemonium
73
El asa de cartn de caf estaba ya hecha jirones sobre la mesa.
Gina, alguna vez has pensado que quizs morir sera ms humano para ellos?
Slo escchate.
Cuando estuve en sa crcel ( las cosas que me hicieron ver, las que me hicieron
sentir), quera que todo se acabara, quera morir. Una salida de miedos debe ser mucho
peor. Quiz no est mal, Gina. Quiz es compasin.
No soy Dios y no representar ese papel. Y t tampoco.
Aarn dej caer las manos sobre la mesa y su taza salt, salpicando caf. Una mujer, en
la mesa de al lado, volte a mirarlos. Gina se apresur a limpiar el caf derramado con
una servilleta.
Mira, Aarn, hay algo ms que deberas saber.
No! Hay ms?
Se trata de Henry. Creo que adquiri una habilidad en su estancia en la salida de
miedos.
De qu tipo?
Creo que puede detectar a los Voradores o, por lo menos, sentirlos cuando estn
cerca.
Cmo?
Ahora era el momento, pens Gina: cuntale sobre Quinn en tu cuarto; cmo Henry
sinti ah su presencia; cmo era a travs de Quinn quiz podran descubrir lo que los
Voradores tramaban para el solsticio.
La otra noche empez a contar Gina, pero no pudo terminar. Aarn la miraba
expectante, con los ojos alertas y el cuerpo tenso. Apenas poda aceptar que era
necesario salvar a Keech, cmo, entonces, iba a lidiar con el hecho de que Quinn estaba
vivo y que Gina estaba considerando hacer equipo con l? Aarn no iba a entender que,
aunque Quinn era el enemigo, a lo mejor era su nica oportunidad Para detener a los
Voradores. La herida era demasiado grande, contena demasiada ira. A lo mejor hasta
trataba de matar a Quinn l mismo. No poda arriesgarse la otra noche, Henry me
dijo que se haba sentido raro en la escuela, justo antes de que empezara a recordar su
salida de miedos. Como si algo le estuviera chupando el calor. Creo que sinti la
presencia de un Vorador.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Guau! Eso est raro, Gina. Sabemos que buscan el calor pero nunca me hubiera
imaginado que literalmente lo succionaban de todo lo que est a su alrededor. Tal vez, el
haber hospedado a un Vorador dej su cuerpo muy sensible a la prdida de energa
fsica.
Algo as.
Podra ser til
No, Henry queda fuera de esto.
Los ojos de Aarn parecan adoloridos.
Ests totalmente segura de que no quieres decirle a Eben todo esto? Qu hay del
plan del solsticio? l podra saber algo al respecto. Podra ayudarnos.
No, porque nos dira que nos hiciramos a un lado y nos exigira que le dijramos de
dnde sacamos la informacin. Sabes que lo hara. Y luego matara a Keech. No, yo no
quiero jugar bajo sus reglas.
Est bien. Est bien. Lo entiendo. Entonces, qu quieres que haga?
Necesito encontrar una manera de entrar a la salida de miedos de Keech. Me
ayudars?
Aarn suspir.
No necesitas pedirlo.
Disfrutan su cita? Nina Snow lleg a su mesa y se plant frente a ellos. Mir con
odio a Aarn. Como si tuvieras el derecho de andar caminando por ah, cuando Quinn
est probablemente en el fondo de ese lago. Qu le hiciste?
Djalo en paz. l no le hizo nada Gina la enfrent.
S, claro, los policas slo queran hacerle preguntas sobre Shakespeare, no?
repuso Nina.
Le hicieron algunas preguntas, al igual que se las han hecho a muchos. Recuerdas?
Tambin a ti te las hicieron.
Acaso eres su representante? los ojos de Nina ardieron No puedes hablar por ti
mismo?
Simon Holt Grupo Pandemonium
75
No s por qu me llevaron los policas explic Aarn. Estn rastreando toda la
evidencia, pero no tena nada que ver conmigo. Yo no tuve nada que ver con Quinn.
l te pagaba para que le hicieras la tarea. Crees que no saba? Y siempre fue bueno
contigo! Te hablaba, a pesar de que nadie ms lo haca! Nina se estaba poniendo
histrica, todos saben que eres un fenmeno, Cole. Lees libros sobre asesinos en serie.
T mataste a Quinn?
Nina estaba gritando y todo el caf la observaba.
Qu le hiciste, esperpento? Qu le hiciste?
Gina brinc.
Suficiente! Djanos en paz.
Y t seguro le ayudaste! grit Nina y tom el caf helado de Gina y se lo vaci
encima. Gina cay hacia atrs sobre su asiento, en estado de shock. El lquido caf corra
por su cabello, caa sobre sus mejillas y su playera, se dispersaba sobre la banca y
goteaba en el piso.
Nina sali corriendo por la puerta, sollozando.
El lugar permaneci en silencio por un minuto.
Despus, un murmullo leve llen el espacio, conforme la gente volva a sus
conversaciones, tratando de aparentar como si no hubieran visto lo que acababa de
pasar. Un mesero se apresur a llevarles toallas para limpiar el caf derramado. Gina se
limpi la cara y la ropa.
Aarn empez a recoger sus cosas:
Cambi de opinin. Mejor s deberamos ir a estudiar en tu casa.
Los exmenes empezaban el mircoles; Gina trat de concentrarse en Francs y en
Geometra, pero Quinn no se haba puesto en contacto y ella no saba si poda confiar en
l. Esto haca que fuera imposible ponerse a pensar en conjugaciones verbales y
demostraciones de teoremas. Cuando no estaba estudiando, Gina y Aarn trataban de
encontrar una manera de llevar a Keech a un lugar fro y alejado, en donde Gina pudiera
Simon Holt Grupo Pandemonium
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entrar en su salida de miedos. Ahora era algo mucho ms difcil de conseguir que en
diciembre: no haba todava lagos congelados ni tormentas de nieve
El problema es deca Aarn la tarde del mircoles, mientras caminaban de regreso a
casa desde la escuela que no se trata slo de incapacitarlo, lo cual nos dara bastante
trabajo. Mitch est siempre a su lado, tenemos que luchar contra dos hombres de Cro-
Magnon.
Gina pate una piedra que estaba sobre la acera.
A lo mejor as es como podemos encargarnos de Keech aventur Gina.
Cmo? Secuestrar a su hermano gemelo y esperar a que lo busque?
No, intentar que Mitch nos ayude.
Qu? dijo Aarn con una risita. Creo que inhalaste demasiado plomo de esos
cuestionarios..
Escchame. El sbado, y tambin el otro da, estudi la forma en que Mitch acta.
Sigue a Keech y lo obedece, porque as tiene que ser. Es una simple
Vctima? Ests bromeando? repuso Aarn.
Puede ser nuestro aliado en esto. l conoce los horrores. No crees que l querra que
su hermano regresara ms que nadie?
Suena arriesgado... Aarn se cambi de hombro la mochila, arriesgado pero
factible.
No tenemos mucho tiempo, ni opciones. Esos dos son inseparables, en eso tienes
razn. Necesitamos hablar con Mitch por separado.
Creo que tengo una solucin para eso dijo Aarn, mientras daban la vuelta a la
esquina y llegaban a la entrada de la casa de Gina. Su pap estaba de pie, al lado de su
camioneta.
Solucin para qu? pregunt Tom.
Eh! Este titube Gina.
Para resolver un problema de matemticas en el examen final interrumpi Aarn.
Cierto. Sus exmenes empezaron hoy. Cmo les fue?
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Constructivos contest Gina.
Su pap abri la puerta del lado del piloto.
Tengo que recoger algo de lea en Wennemack, pero regreso antes de la cena.
Alguna peticin?
Despus de entregarle una pequea lista de compras a Tom, entraron a la casa y Aarn
comparti su plan con Gina. Ambos estaban de acuerdo en que era lo mejor que haban
convenido, sin embargo, tambin significaba que tenan que esperar hasta el final de la
semana. Todo el mundo saba que, cada viernes por la tarde, los gemelos Kassner tenan
que presentarse ante su agente de libertad condicional, en el centro juvenil que estaba
temporalmente ubicado a una cuadra de la estacin de polica de Cutters Wedge. As,
mientras Keech estuviera reportndose ante el oficial tendran oportunidad de hablar
con Mitch a solas, si es que conseguan que los escuchara.
El viernes lleg rpido y Gina present su ltimo final, la pavorosa Biologa. Mientras
caminaba hacia su casillero para vaciarlo, el seor Machen la detuvo afuera de su saln.
Gina, podras venir aqu un segundo?
Lo sigui hasta su oficina, en donde se sent y pas algunos libros azules. Sac aquel
que Gina identific como suyo, con su ensayo escrito con tinta morada.
Tu ensayo pues, digamos que me sorprendi.
Le pas el trabajo y ella por poco lo deja caer en el piso. Un 6 rojo estaba escrito sobre
toda la portada. Gina no saba qu decir.
Es slo que estoy acostumbrado a leer muy buenos trabajos tuyos prosigui
Machen. Despus del episodio del viernes pasado y lo que pas en la primaria, slo
quera asegurarme de que estuvieras bien.
Las cosas han estado un poco fuera de lugar ltimamente admiti Gina. De
verdad obtuve 6 en el trabajo de Literatura? Nunca antes haba sacado 6 en nada.
Supongo que no hay oportunidad de que repita el examen o algo as, no es cierto?
Machen neg con la cabeza.
Me temo que no, pero tu trabajo ha sido excelente todo el ao, as que esto slo
bajar a 8.5 tu calificacin semestral.
Adis al 9.8 mascull Gina.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Lo siento, Gina. Slo pens que sera bueno hablarlo contigo personalmente, para
que no te sorprendiera a la hora de recibir la boleta. Eres una excelente estudiante y una
chica muy inteligente. Bueno, no vas a meterte en problemas durante el verano, verdad?
Estoy a punto de meterme en problemas en unos momentos, de hecho, pens Gina,
pero neg con la cabeza ante su profesor.
Bueno, entonces que tengas bonitas vacaciones. Nos vemos en el otoo.
Gracias, seor Machen. Gran clase.
Gina regres al pasillo y se dirigi al casillero. Todava sostena el libro azul, hasta que
lo tir al bote de basura, con el resto de revoltijo de papeles, revistas y envolturas de
comida que se haba acumulado en el casillero durante los ltimos meses. Los dems
estudiantes hacan lo mismo a su alrededor. El ambiente era de disturbio, con gritos y
risotadas. Finalmente, llegaron las vacaciones de verano.
Y faltaba una semana para el solsticio.
Aarn se acerc por atrs.
Cuarto de prepa exclam, la libramos! Y con tan slo una posesin y una muerte
accidental a nuestra cuenta.
La clave est en sobrevivir hasta el prximo grado contest Gina. Su telfono son
y lo revis, no reconoci el nmero. Apret el botn para hablar y puso el auricular en
su odo.
Bueno?
Reunmonos ahora mismo.
Quinn.
Gina le sonri a Aarn y le levant un dedo.
Ahora no puedo explic, tratando de sonar casual.
Quieres saber qu va a pasar el prximo fin de semana? Tienes que escuchar de lo
que me enter. Ahora.
Est bien, est bien, entiendo.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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En el viejo puente frreo al lado del lago, el que ests por la ruta de bicicletas. Sabes
dnde?
S, ya s.
Quin era? pregunt Aarn.
Mmm, mi pap pretext Gina. Una sesin de terapia familiar para Henry. Falt
la vez pasada porque, bueno, t sabes. Tengo que ir.
Aarn se vea confundido y angustiado.
Amenaz con que, vendra a buscarme a la escuela si no iba para la casa.
Gina, no tendremos otra oportunidad para hacer esto.
Lo s, lo s Gina trat de pensar.
Ir yo solo.
No, ests loco, no puedo pedirte que hagas eso.
No me lo ests pidiendo: yo estoy decidiendo. Ir a hablar con Mitch
Podra lastimarte.
No, estar bien Aarn trat de parecer mas valiente de lo que se senta. Pero, no
te importa si me llevo tu aerosol de pimienta?
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Captulo 10
Contrastando con el aire acondicionado helado de la escuela, afuera el calor de la tarde
era sofocante. El aire hmedo se le pegaba a Gina como papel mojado. Haba muchos
carros en las calles, pero no eran demasiados. El camino en bici hacia Abernathy Flats, al
este, no era complicado. Pedale y, pasando el Lago Cutter, dio la vuelta para tomar la
ciclova que corra alrededor del ro Wampassee. Adelante, poda ver el puente frreo
que cruzaba sobre el agua. se era su destino.
Gina escondi su bicicleta detrs de un arbusto que estaba al lado de la va y anduvo a
gatas bordeando el ro, hasta que estuvo debajo del puente. El sol se colaba por entre los
durmientes de la va, formando un patrn alternado de luz y sombra. Estas vas de tren
ya no se usaban, estaban decomisadas desde hace setenta aos, cuando el depsito se
reubic en el centro de Cutters Wedge. La estructura completa qued en el olvido y se
encontraba en mal estado. Yacan pedazos de madera podrida, desparramados sobre el
piso. Los huecos en la va sobre la cabeza de Gina hacan pensar que le costara mucho
trabajo cruzar y se vea peligroso.
Sin embargo, Gina tena que admitirlo, era un excelente lugar para acampar en secreto.
Nadie, de no ser por algn ciclista o un corredor ocasional, pasara por ah. Los
cimientos del puente formaban un refugio hechizo, escondido de la vista tanto desde la
ciclova como desde las vas del tren. Era obvio que alguien haba estado ah: las latas
vacas de comida cubran la tierra y una lona hecha pedazos estaba tirada a un lado.
Cachos de piedras estaban acomodados en crculo, alrededor de la tierra quemada: Gina
supuso que se trataba de una hoguera. Se mordi el labio, estaba de frente a una
existencia lamentable.
Gina chec su reloj: eran las 3:45. La sesin de Keech con el oficial de libertad
condicional era de 4:00 a 4:30 p.m. Si poda acabar rpido con esto, a lo mejor todava le
daba tiempo de regresar para ayudar a Aarn.
Quinn, sin embargo, no estaba a la vista; as que se sent bajo el puente a esperarlo. Le
revoloteaban mariposas en el estmago, justo como sola pasarle cuando vea a Quinn
Waters cerca de su casillero o llegaba temprano al saln de lectura. No le gustaba ese
sentimiento.
Su cerebro estaba partido a la mitad: una mitad insista en que era una idiota por buscar
esa alianza, pero la otra mitad le conceda que no tena en realidad muchas otras
opciones que considerar. Se resista a aceptar que, quizs, estaba realmente preocupada
por Quinn, por no haber escuchado de l en varios das.
Simon Holt Grupo Pandemonium
81
Su ensoacin se interrumpi con un ruido del otro lado del agua. Enfoc la vista para
poder alcanzar hasta el otro lado del ancho ro. Se trataba de una motocicleta
revolucionada que corra en la orilla contraria. Delante de sta, una figura corra
cojeando en los hombros y volteaba continuamente para ver cmo la motocicleta lo iba
alcanzando. Tena marcas negras sobre una piel muy plida: era Quinn, y alguien lo
estaba persiguiendo.
Ninguno de los dos pareca haber notado que Gina estaba ah; as que esper en la
sombra, observando. Quinn lleg al ro y salt dentro. Su cuerpo temblaba
violentamente en el agua helada. sta le llegaba hasta el pecho. l trataba de mantener
en alto la mano mutilada que an traa vendada con trapos viejos. Aunque la corriente
no era demasiado fuerte, luch por vadear hacia adelante hasta la mitad del ro. Slo
entonces volte a ver a su perseguidor a la cara.
El motociclista se detuvo a la orilla del ro, para ver a Quinn. Luego se ech en reversa y
tom las vas del tren, acelerando para subir el puente. Terrones de polvo y races
saltaban al ro, mientras la moto aceleraba. El motociclista fren de nuevo a mitad del
puente y volte abajo para ver a Quinn, que segua pasando apuros en el agua.
Era Keech? Se preguntaba Gina. Vino para terminar el trabajo que le haban ordenado?
El fro ro le estaba cobrando cuota al cuerpo ya de por s dbil de Quinn. La piel que
rodeaba sus mltiples heridas y rajadas se estaba poniendo negra. La indecisin lo
estaba matando. Incluso desde su escondite, Gina poda ver cmo le castaeteaban los
dientes.
Quinn sigui vadeando hacia la ribera. Se mova lentamente. En cierto punto, el ro se
haca ms hondo y entonces el agua le lleg hasta el cuello. Se tambale y su mano se
sumergi. Quinn grit de dolor y se tropez hacia adelante. Para cuando llegara a la otra
orilla, ya estara demasiado dbil como para enfrentarse al motociclista.
ste pareca estar pensando lo mismo, por lo que no se movi hasta que Quinn estuvo a
menos de cinco metros de la orilla. Entonces revolucion su motocicleta y arremeti
sobre el resto del camino a travs del puente.
Gina no tena tiempo para pensar. Tom una piedra gruesa de la fogata y la lanz contra
los durmientes podridos, arriba de ella; as rompi uno y le llovieron astillas de madera,
dejando un hueco en las vas justo donde pasara la moto. La llanta delantera peg en el
hueco y se hundi, poniendo la motocicleta en alto total. El motociclista vol por el
frente y cay de cabeza, hacia uno de los lados de las vas del tren, sobre las piedras de
abajo y aterrizando slo a unos metro de Gina. No se mova.
Ella volte hacia atrs, para ver a Quinn saliendo del ro, titiritando, pero sonriendo. El
motor revolucionado de la moto se atasc arriba en el puente y dej de funcionar.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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No, no era mi intencin Gina tartamude.
Me da gusto que s Quinn se hinc al lado del motociclista inmvil. Gina
permaneci de pie mordindose las uas.
Est lo mat?
No es l Quinn le quit de un jaln el casco de la cabeza. El cabello rubio de la
detective Gale se desparram sobre las piedras. Gina dej escapar un suspiro entre los
labios.
Sobre las mejillas de Gale corra sangre. Sus ojos parpadearon hasta que se quedaron
viendo fijamente a Quinn. Abri la boca para hablar.
Shhh se adelant Quinn, mientras le acariciaba los costados de la cabeza. Luego
tir con sus manos hacia el lado y le tron el cuello.
Gina escuch el tronido y se tropez hacia atrs. Sinti que le suba la bilis por la
garganta y vomit sobre el suelo rocoso.
!Qu asco!, no te va a tocar el besito de las buenas noches advirti Quinn.
Por qu hiciste eso? le reclam, limpindose la boca con la manga ella estaba
Una Voradora. Vena a matarnos. De todas formas iba a morir. Lo hice rpido y sin
dolor, mejor de lo que se mereca dijo, sealando a Gale. Mira.
Humo negro sala de su boca, nariz, y ojos abiertos y perdidos, enfriando el aire en esa
zona. Se condens en una nube de negra oscuridad en ebullicin, que ondulaba a pocos
metros de su cuerpo destrozado. Gina qued paralizada de horror, cuando una de sus
columnas humeantes form una malfica cara humanoide. Oleadas de odio y maldad
latan en su mirada, reverberando, a travs de Gina, como si pasara un tren de carga. La
cosa esa hizo un zumbido siseante y luego sali flotando sobre el ro y desapareci.
As se mueren cuando los tomas por sorpresa explic Quinn. Toda clase de cosas
extraas ocurren. Por lo general, podemos salirnos del cuerpo antes de que falle, pero no
siempre.
Gina sinti que le daba vueltas la cabeza. Se sent de golpe sobre la tierra, llevndose las
palmas a las sienes.
No puedo creer que haya venido aqu.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Reljate dijo Quinn ponindose en cuclillas, cerca de la fogata, parece como un
accidente en motocicleta. Nadie sospechar nada.
Gina alz la cabeza inmediatamente.
No se trata de eso replic enfurecida. T, la mataste. Estaba dbil, poda haber
entrado en su salida de miedos. Pudimos haberla llevado hasta un hospital, pudimos
haberla salvado.
Quinn neg con la cabeza y sonri con lstima.
Por mucho que aprecie tu inclusivo uso del plural, simplemente no entiendes. Gale
era una Voradora poderosa, ms fuerte que yo. Te habra acabado. Pelea nada ms las
batallas que puedas ganar, Halloway.
Yo ayud a matarla.
Si hubiera llegado hasta ac, nos hubiera matado a los dos.
Quinn se quit la sudadera mojada y se sent sobre una piedra grande y caliente por el
sol. Gina no poda evitar mirarlo. Se sinti avergonzada por eso. Estaba delgado, por
tantos meses de vivir en el exilio, amoratado y lacerado por los recientes atentados
contra su vida, pero sus anchos hombros y pecho seguan siendo como los de un
boxeador y sus brazos estaban curvados por la musculatura. Bajo la clida luz, las
marcas negras que rodeaban sus heridas estaban comenzando a desaparecer bajo su
plida y fantasmagrica piel. Con cuidado, se quit los trapos empapados de la mano,
gesticulando de dolor cuando los jal por completo. Pareca como si trajera un guante
negro al que le faltaban dos dedos.
Se ve bien, como de Darth Vader, no? pregunt, sonrindole a Gina, pero ella
pudo ver que le estaba doliendo hasta los huesos.
Sanar? pregunt ella.
Pues ya veremos. Mira, creo que por all hay ropa seca y seal hacia el refugio,
bajo el puente frreo. Podras traerla?
Gina busc por el campamento hechizo, hasta que encontr un par de camisetas,
entonces regres con Quinn. l empez a romper una de ellas en tiras usando los
dientes y volvi a vendarse la mano.
Por qu te estaba buscando? Gina pregunt mientras l estaba curndose.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Encontr algo contest. Estaba investigando para encontrar informacin, en un
viejo complejo que usbamos como base de operaciones. Ya estaba casi vaco, pero no
completamente. El lugar se haba convertido en una bodega para papel reciclable. Slo
tuve que esperar el momento oportuno para entrar y luego para salir de ah.
Quinn estrech la mano de Gina y ella le amarr los extremos de las dos tiras, para
asegurar el vendaje. Mientras jalaba el nudo para apretarlo, l la tomo de la mueca con
su mano sana. Gina grit:
Oye! Sultame!
Pero Quinn haba tomado las manos de Gina y estaba examinando su antebrazo.
Pequeas cicatrices negras se intercalaban en la parte de abajo, cerca de la mueca.
Son como nuestras heridas explic l, sealando con gesticulaciones las
decoloraciones en su mejilla. Suavemente toc las marcas en su piel. Cmo te las
hiciste?
El cuerpo de Gina se puso tieso, pero no trat de zafarse:
Me cort en la salida de miedos de Henry. Algunas de las cicatrices no
desaparecieron.
Quinn la mir:
Eso es increble. Duelen?
Se ve peor de lo que se siente Gina finalmente jal su brazo de la presin de Quinn,
pero ste sigui mirndola fijamente.
Lo dudo mucho.
Se quedaron callados un momento. Quinn tembl cuando una nube cubri el sol:
Qu encontraste? pregunt Gina.
Pero la cabeza de Quinn se gir violentamente hacia el horizonte y sus ojos brillaron.
Silencio! Escucha.
Era el sonido de ms motocicletas.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Los gorilones de Gale. Tenemos que irnos Quinn tom de un manotazo la otra
camiseta y la meti en su mochila. Mir con lstima sus pantalones. Maldita sea, los
jeans mojados son lo peor.
Gina volteaba hacia adelante y hacia atrs. No le encantaba la idea de moverse con
Quinn a un lugar ms remoto, pero tampoco quera enfrentarse a una manada de
infernales Voradores. Levant su bici de atrs del arbusto y se mont en ella.
Anda, vmonos.
Quinn se apretuj en el asiento, atrs de ella, tomndola por la cintura. Sus brazos eran
fuertes, Gina poda sentirlo, y la apretaban con firmeza. Gina pedale por los dos
camino abajo.
Por favor, dime que tienes un lugar para escondernos dijo ella.
Hay una estacin de drenaje no muy lejos de aqu.
Gina sinti que le caan gotas de lluvia gordas sobre la cabeza y los brazos. Quinn
seal hacia dnde y ella vio el tnel, ms adelante, a un lado del ro. El sonido de las
mquinas se haca ms fuerte. Quinn baj de la bici en cuanto estuvieron cerca del
drenaje. Una reja con seguro protega la entrada.
Y ahora? pregunt Gina.
T confa en m Quinn sac una llave de su bolsillo y la meti en la cerradura.
Escucharon cmo se abra, al igual que la reja.
Me met al Departamento de Aguas una noche y rob copias de las llaves. Me he
escondido en todos los drenajes del pueblo en algn momento Quinn sostuvo abierta
la reja e hizo un gesto a Gina para que pasara.
T con las ratas. Muy apropiado contest Gina, rodando hacia adentro su bicicleta.
Quinn volvi a poner el seguro, justo cuando comenz a llover ms fuerte.
Unos minutos despus, escucharon las motocicletas. Se detuvieron en el camino, cerca
del drenaje, y uno de los motociclistas se baj y se acerc a la reja, su chamarra de cuero
brillaba por las gotas de lluvia. Gina y Quinn se echaron hacia atrs por el tnel en
penumbras y quedaron fuera de vista.
El motociclista trat de abrir la reja. sta retumb, mientras la agitaba hacia adelante y
hacia atrs, pero el seguro no cedi. Mir a sus acompaantes y se encogi de hombros,
entonces regres hasta su moto. Momentos despus, escucharon los motores
revolucionar y alejarse.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Gina solt un suspiro de alivio.
Est bien, tengo que salir de aqu. Abre la reja.
No te lo recomendara aclar Quinn. Van a estar dando unas cuantas vueltas
buscndonos. Mejor mantente quieta.
Eso est bien para ti dijo Gina, pero yo tena otros planes para la tarde.
Pues dalos por cancelados. Esto es ms importante.
Gina le ech un vistazo a su reloj, eran las cuatro y diez. De ninguna manera iba a llegar
hasta la estacin de polica a tiempo y menos con este clima.
El drenaje les ofreca un buen refugio para la lluvia, pero no era cmodo. Gina tena los
tobillos sumergidos en agua de desage que transportaba hojas, palos y otros desechos
hacia el ro.
Entonces, dime qu traes en esa bolsa le pidi ella.
Quinn sac un paquete de papeles de su mochila y sostuvo uno de ellos hacia la escasa
luz que llegaba desde la entrada del desage. Gina observ que era una especie de
radiografa.
Qu es eso? pregunt.
La resonancia de un cerebro aclar, entregndole una serie de pginas a Gina.
Algunas eran en pelcula fotogrfica y otras en diagramas a color, pero todas mostraban
imgenes del cerebro humano.
Las hoje confundida. Esto era algo ms como para las habilidades de Aarn que para
las suyas.
No entiendo lo que estoy viendo finalmente confes.
Yo tampoco s si realmente tengo idea repuso Quinn, pero s supongo algo. Y es
una larga historia.
Rfagas de viento aullaron por la entrada, mientras la tormenta arreciaba afuera.
Acaso ves que me retiro de aqu? contest sarcstica Gina.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Aarn tuvo que ir antes a su casa, para juntar algunas provisiones. Hace poco haban
dado las cuatro, cuando lleg en su bicicleta de diez velocidades hasta el callejn, entre
la tienda abandonada y el reciente reubicado centro juvenil. Poda ver las nubes de
lluvia a la distancia, pero el cielo arriba segua claro. Con suerte, ninguna tormenta
arreciara hasta que hubiera completado su misin. A la vuelta de la esquina, en el
estacionamiento lleno de vidrios del centro juvenil, Mitch estaba recargado contra la
puerta de Crown Victoria negro, fumando un cigarro.
Aarn pens en todas las veces que los Kassner lo haban atormentado: destruan sus
sombreros, le tiraban los libros de las manos, le metan el pie en el pasillo de la escuela.
Siempre tuvo la impresin de que lo mataran, tan slo por tener unos segundos de
diversin. En todos los aos que Aarn tena de conocerlos, nunca se les haba acercado
voluntariamente a ninguno de los dos. Hasta ahora.
Maldita sea, Gina se murmur a s mismo, pero saba que no tena muchas
opciones, aparte de hacerlo l solo. Los Kassner slo vean a su gente una vez a la
semana y no podan esperar una semana ms.
Aarn camin por el estacionamiento, con las rodillas temblorosas y la boca seca. Puso
su mano derecha dentro de su bolsillo delantero y sinti el pequeo cilindro de metal.
Si Mitch se dio cuenta de que iba hacia l, no lo estaba demostrando.
Hey! dijo Aarn en tono bajo, casi inaudible.
La gran cabeza de Mitch volte y trat de enfocarlo con la mirada. El cigarro le colgaba
del labio inferior.
Yo, este, quera preguntarte algo chirri Aarn.
Mitch lo mir con frialdad y luego le avent la ceniza. Las piernas de Aarn queran
alistarse y salir corriendo, pero se mantuvo firme.
Qu no sabes? pregunt, fumar te hace dao.
La mano de Aarn sali disparada, le quit el cigarro a Mitch de los labios y lo tir al
piso. Mitch estaba tan sorprendido que le tom un segundo responder, pero para
entonces, Aarn ya estaba camino al callejn. Corri tan rpido como pudo, como si de
ello dependiera su vida, cosa que probablemente era as. Detrs de l, poda escuchar los
pasos de las pesadas botas con casquillo de Mitch, acercndose cada vez ms. Aarn
aceler y se precipit al callejn.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Tena medio segundo para sacar el aerosol de gas pimienta de su bolsillo y voltear,
mientras Mitch daba vuelta a la esquina, rojo de rabia. Aarn apunt y mir hacia otro
lado rocindolo directo en la cara mientras ste chocaba contra l. Ambos se
trastabillaron y cayeron al piso. Mitch gritaba, mientras se sobaba los ojos. Trat de
levantarse, pero Aarn us las pocas fuerzas que le quedaban para patearlo en la
entrepierna. Mitch se hizo un ovillo sobre el asfalto. Aarn se colaps contra el basurero
que estaba a unos metro, exhausto y tembloroso.
Mir nervioso alrededor, pero el callejn estaba, como lo haba planeado, desierto.
Nadie vio lo que pas.
Sus manos temblaban, mientras sacaba la cinta adhesiva de su mochila, y le pegaba las
manos a Mitch por la espalda. Luego le puso otro pedazo de cinta en la boca. En cuanto
Mitch se dio cuenta de lo que estaba pasando, sus ojos rojos y llorosos brillaron con
malicia, pero Aarn alz el aerosol frente su cara, como advertencia. En vez de tener
miedo, Aarn se sinti esta vez extraamente poderoso.
No quiero hacerte ms dao, pero te juro por Dios que te torturar infernalmente
aqu mismo, ahora mismo, si te resistes. Tengo equipo en esta mochila que puede hacer
que hasta un tipo duro como t se haga pip en los calzones. Entiendes? Asiente si me
entiendes.
Los ojos de Mitch se entrecerraron, parecan un par de rendijas de maldad. Por un
momento se qued tan quieto que Aarn pens que se haba vuelto de piedra, como una
horrenda grgola. Entonces, lenta y deliberadamente asinti.
Bien, ahora hablar y t escuchars. Cuando acabe te quitar la cinta para dejarte
contestar. Y despus te soltar.
Aarn jal una de las tiras de su mochila, para que Mitch escuchara el sonido metlico
de las cosas que traa dentro.
Pero si, en cualquier momento, me haces dudar y siento que me atacars, te voy a
abrir entero y a tirar en el bote, para que te coman las ratas. Asiente si ests
entendiendo.
Otra vez hubo una pausa y luego un movimiento con la cabeza.
Bueno, ahora, lo que te dir puede sonar como una locura para la mayora de la gente,
pero apuesto que a ti no te sonar as. Creo que es algo que has estado viviendo. Estoy
seguro que sabes perfectamente a lo que me referir. Supongo que sabes todo lo que ha
pasado con tu hermano.
Simon Holt Grupo Pandemonium
89
Los ojos de Mitch se abrieron un poco ms. Aarn not una seal de alarma, pero
prosigui
Keech no es humano, cierto? Su cuerpo fue posedo por algo as como un demonio.
Esa cosa que est all adentro, hablando con el oficial de libertad condicional, se parece
a Keech y acta como si fuera l, pero no es l. Y t lo sabes, verdad?
El cuerpo entero de Mitch se tens y ste mir para otro lado. No hizo ruido, pero
Aarn sinti que dentro de esa cabeza de chorlito se desataba una batalla interna.
Mitch, quiero ayudarte dijo.
Mitch finalmente volte a verlo. Aarn observ lo que jams hubiera esperado: en esos
ojos atormentados haba tristeza, culpa.
Y terror.
Aarn lentamente alcanz la cinta que cubra la boca de Mitch.
Cuando te quite esto, vas a contarme lo que sabes; si haces movimientos extraos, te
lastimar mucho.
Aarn jal la esquina de la cinta, el adhesivo hmedo y pegajoso estiraba la piel
regordeta de abajo. Seguramente le dola, pero su expresin no mostraba signos de dolor
fsico.
Abri la boca y las palabras brotaron hacia afuera, como si hubieran estado encerradas
tras esos labios por muchos aos.
Hace ocho aos, tres das antes de la Navidad explic Mitch, desapareci. Algo
lleg por l en la noche. Lo escuch gritar y llorar. Cre que era otra pesadilla ms.
Siempre las tena, pero ahora era distinto. El cuarto se congel. Poda escuchar cmo
tronaba el hielo en el techo. Nunca vi nada, pero los poda sentir.
Mitch mir hacia abajo y se humedeci los labios. Aarn se dio cuenta, sorprendido, de
que nunca antes haba escuchado hablar a Mitch. Keech siempre se ocupaba de hablar
por los dos y siempre fro y cruel, en cambio la voz de Mitch era suave, queda y ,
extraamente, casi delicada. Aarn cay en la cuenta, por primera vez de los horrores
que seguramente haba estado viviendo el gemelo mayor y, aunque antes haba
solamente sentido furia hacia l, ahora tena compasin por el chico que sola
atormentarlo tan seguido.
Se llaman Voradores, Mitch. Cazan a los dbiles y asustados. Sobre todos a nios
Simon Holt Grupo Pandemonium
90
Ya s lo que son, Cole. Esa cosa que se apoder de mi hermano se asegur de que lo
supiera los ojos de Mitch, irritados y rojos por el aerosol, miraban aqu y all.
Todos los das pienso que sera mejor no saberlo.
Ha estado jugando con tu mente, te ha mostrado tus miedos y te ha asustado hasta
los huesos.
Mitch asinti
Cmo sabes de estas cosas? pregunt Mitch.
Me lo han hecho a m tambin.
Los ojos agitados de Mitch comenzaron a brillar.
Todas las noches, cada noche con las manos atadas atrs, Mitch trataba de
limpiarse las lgrimas con el hombro. Aarn tom aire y luego le arranc la cinta. Hizo
una mueca contrariada cuando vio que la apret tanto que le cort la piel, dejndole
delgadas lneas rojas. Mitch sob sus muecas.
Esa cosa que vive dentro de tu hermano, Qu quiere?
Hacer dao, destruir. Eso quiere. Eso es lo que siempre quiere.
Ha tratado de matarte alguna vez? pregunt Aarn.
Qu caso tendra. Adems, yo soy su protector contra los cazadores.
Aarn se acerco.
Cazadores? Qu cazadores?
Mitch se encogi de hombros.
Uno de ellos estuvo persiguindonos hace unos aos.
Y dnde est l ahora?
Ella Mitch volte a ver el cielo. Muerta.
Keech la mat? Aarn record haber escuchado murmuraciones, cuando los
gemelos se mudaron a Cutters Wedge, de que haban matado a alguien, pero siempre
crey que era otro chisme ms de la fbrica perpetua de chismes que era la preparatoria.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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No, no fue Keech.
Aarn entendi lo que quera decir. El monstruo usaba a un humano para hacer el
trabajo sucio. Mitch era su brazo ejecutor.
Lo siento, de verdad, lo lamento.
Mitch sorbi por la nariz.
Las cosas que he hecho, ya s que, cuando me muera, me ir al infierno, pero de
todas formas no puede ser peor que esta vida.
Puso una mano sobre el basurero y se levant. Ahora se vea dbil, no como el abusivo
que todos teman.
No deberas de haberte metido en todo esto, Cole. Puedes darte por muerto. Los dos
podemos darnos por muertos suspir. Aunque quiz sea lo mejor.
Yo s cmo detenerlos, Mitch.
Quieres que lo mate, verdad? de su nariz, escurran mocos que caan hasta su labio
superior. A veces, mientras duerme, lo pienso. Me imagino estrangulndolo en su
cama o apualndolo hasta morir; prendindole fuego y verlo quemarse y escucharlo
gritar. Lo he visto hacer eso a los animales. Algunos das, creo preferira la silla elctrica
que seguir viviendo con esa cosa. Pero no puedo hacerlo. No puedo matar a mi hermano.
Aarn se puso de pie con dificultad.
No tenemos que matarlo. Hay una forma de salvarlo.
Los ojos rojos e hinchados de Mitch se engancharon con los de Aarn.
Si stas mintindome, Cole, mejor mtame de una vez. Molstame con esto y te
partir en dos. No me importa lo que traigas en tu mochila, no ser suficiente para
salvarte.
Te estoy diciendo la verdad. Pero la nica forma en la que podemos salvarlo es que
ests de mi parte. Yo de ninguna manera puedo vencerlo solo y, si queremos encontrar al
verdadero Keech, necesitaremos poner vulnerable al Vorador aclar Aarn.
Fro.
Eso, exactamente. Todava le hace dao?
Simon Holt Grupo Pandemonium
92
Le hace cosas raras en su piel. Era peor cuando estbamos ms pequeos, pero
todava lo odia. Lo pone dbil inform Mitch.
Bien. Eso es bsico para que funcione.
Entonces, quieres que lo lleve a un lugar fro y lo atrape? Puedo hacer eso, pero, y
luego qu?
Si trato de explicrtelo ahora no vas a entender. Ni siquiera yo lo entiendo bien. Lo
nico que debes saber es que tengo una amiga que puede traer a tu hermano de regreso
le explic Aarn.
La chica Halloway.
Gina, se llama Gina. La chica que trataste de matar.
Mitch cerr los ojos:
No quera se parte de eso aclar, pero te lleva al punto en el que haras cualquier
cosa con tal que paren las pesadillas.
Lo s.
Keech est extra precavido ltimamente, por su culpa. No me quiere decir por qu,
pero definitivamente ella le preocupa.
Mitch dio dos pasos hacia adelante y se alz frente a Aarn, vindolo hacia abajo
amenazante.
Dame tu celular.
Qu?
T nmero. Llevar a Keech a un lugar fro y, cuando lo haga, te llamo.
Cundo? pregunt Aarn.
En cuanto pueda. Estn listos. T y tu chica.
Dnde?
Slo dame tu nmero y cllate Mitch se limpi los ojos y los entrecerr para ver el
sol matinal. Me quedan diez minutos antes de ver al oficial. Si Keech te ve aqu, sers
historia, as que lrgate y espera mi llamada.
Simon Holt Grupo Pandemonium
93
Aarn asinti, escribi su nmero en un pedazo de hoja de su cuaderno y se lo dio.
Luego tom su bicicleta, del otro lado del basurero.
Y escucha, Cole Mitch habl sin voltear, esto no quiere decir que seamos
amigos. Vuelves a tocarme y te mato.
Aarn asinti y pedale en direccin a la librera, justo cuando las primeras gotas de
lluvia comenzaban a marcar el asfalto.
Las inofensivas cucharas y tenedores que traa en la mochila tintineaban con cada bache
en el pavimento agrietado.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Captulo 11
Quinn se ech para atrs y se recarg contra la pared del desage.
Los Voradores han existido desde, pues desde siempre, hasta donde cualquiera de
nosotros ha podido investigar. He vivido en muchos cuerpos distintos, antes que en
ste. Djame ver He sido un sumerio antiguo, un arquitecto renacentista, un beatnik en
los cincuenta. En la Edad Media viv los peores siglos. No quisiera volver a vivir eso.
Pero el punto es que nadie, ni humano ni Vorador, realmente sabe de dnde vinimos,
cmo es que cobramos existencia o cmo es que podemos poseer cuerpos en la Noche
de los Lamentos. Sabemos que podemos, pero no por qu o cmo funciona el proceso.
T ya te lo has preguntado antes, Halloway: qu quieren los Voradores? Bueno, pues
sobre todas las cosas, por los siglos, hemos deseado tener las respuestas a esas
preguntas. Si supiramos eso, nadie nos podra detener.
Quinn hizo una pausa, pues se escuch de nuevo el rugido de las motocicletas volviendo
a pasar por afuera. Luego el ruido se desvaneci otra vez en la distancia.
Por muchos siglos continu, las respuestas parecieron estar en el misticismo:
magias blanca y negra (sobre todo negra), fe, religin, devocin a los demonios,
hechizos, todas esas tonteras. No encontrbamos nada mejor. Nuestra ciencia era la
misma que la de ustedes. Algunos de los ms grandes cientficos y lderes religiosos de la
historia han sido Voradores que estaban tratando de descifrar el enigma. Rasputn fue
uno de los ms famosos, aunque no hizo un buen trabajo porque no pudo ocultar su
origen.
Haces que suene como si fuera todo tan bueno dijo Gina, como doctores
tratando de hallar una cura para el cncer.
Gina se irrit.
Escucha, se te olvida que ustedes nos poseen a nosotros, como parsitos eh?
Quieres que contine o no? Yo slo te lo estoy explicando tal como es se contrari
Quinn y cuando Gina se call, l continu. Entonces, pues s, no fue hasta el ltimo
siglo, ms o menos, que empezamos a analizar posibilidades ms concretas. El cerebro
humano es una mquina ms compleja que cualquier otra cosa en la existencia. Los
cientficos empezaron a teorizar y decir que los Voradores y los humanos estaban
conectados fsicamente, qumicamente, y no slo psquicamente. Entonces pusieron
atencin al cerebro, a sus partes y sus funciones.
Simon Holt Grupo Pandemonium
95
Y qu encontraron? pregunt Gina.
La amgdala.
Ante la mirada inquisidora de Gina, Quinn seal dos puntos rojos en el centro de una
de las imgenes del cerebro.
Son enjambres de neuronas que ayudan a los humanos a identificar y recordar las
emociones, en particular el miedo. Cuando le temes a algo, es porque tu amgdala est
mandando seales de miedo a todas las partes de tu cuerpo. Las manos sudorosas, la
respiracin superficial, la piel de gallina, todas estas son respuestas detonadas por la
amgdala. Recuerda el miedo y le dice a tu cuerpo cmo tiene que reaccionar.
Pero, y eso qu tiene que ver con los Voradores? repuso Gina.
Hasta donde hemos podido ver, nuestro mundo es algo as como otro plano de
existencia paralelo a sta, como otra dimensin. De alguna manera, en la Noche de los
Lamentos podemos cruzar a esta dimensin. Cmo? Cul es la explicacin ms
popular que le da la ciencia ficcin al viaje interdimensional?
No s. Hoyos negros, tneles, portales
Exacto. Un portal. Pero no tiene que ser forzosamente una puerta material. Qu tal
si el portal es algo dentro del cerebro humano, algo que neurolgicamente vincula el
mundo de los Voradores con el humano? El miedo, despus de todo, es tan slo una serie
de impulsos nerviosos causados por estas agrupaciones neuronales. La amgdala es la
clave: es el portal.
Gina entrecerr los ojos:
Entonces, ests diciendo que toda esta investigacin voradora ha demostrado que
ustedes, monstruos, entran en nosotros por el cerebro? Eso s que suena a ciencia
ficcin.
Quinn solt una sonrisa.
Supongo que cuando a tu hermano lo tomaron y mandaron a la salida de miedos t
pensaste que se trataba de algo con una explicacin lgica. Vamos, Gina, t sabes que
tiene que haber teoras alternas acerca de estas cosas. La belleza de sta es que se basa
en brujera o vud o en el pecado original o algo por el estilo. Se trata de dejar que la
ciencia nos lleve a la respuesta.
Pero, y qu tiene que ver la Noche de los Lamentos con todo esto?
Simon Holt Grupo Pandemonium
96
Ese era el escollo. Ni siquiera me haba dado cuenta de que haban llegado a una
respuesta hasta que encontr estos. Nuevos avances en su equipamiento les han
permitido realizar mejores estudios y tomar mejores imgenes de la amgdala: mira esto.
Quinn empez a pasar algunos de los escaneos del cerebro. En la etiqueta de hasta
arriba se lea: Paciente B137.
Entonces, s te das cuenta de que todas estas son imgenes del mismo cerebro?
Gina asinti.
Fjate en las fechas.
Gina tom las imgenes y examin las fechas impresas en las esquinas: 21 de junio, 13 de
agosto, 31 de octubre, 21 de diciembre, 27 de febrero, 16 de abril. En la imagen de junio
los puntos rojos eran pequeos y casi no se vea; pero conforme iba pasando el verano y
entraban el otoo e invierno crecan en tamao e intensidad. Luego, conforme el
invierno terminaba y entraba la primavera, volvan a encogerse. De acuerdo con las
imgenes, la amgdala del Paciente B137 se encontraba en su apogeo el 21 de diciembre:
la noche del solsticio de invierno, la Noche de los Lamentos.
Por qu tendra que ver la poca del ao con el tamao de la amgdala? le pregunt
a Quinn.
No me preguntes, yo necesito clases de regularizacin de biologa contest. A lo
mejor tiene que ver con los ritmos circadianos o qu s yo, algo an inexplicable para la
ciencia de hoy. El punto es que los Voradores creen que sta es la llave. Mira stas.
Quinn le dio unas resonancias ms, todas de diferentes pacientes. No se parecan a las
del B137. La amgdala del L52 estaba comparativamente grande como para un escaneo
del 5 de abril; mientras que la del R255 estaba diminuta, el 16 de diciembre.
Qu significa esto? pregunt Gina Encontraron excepciones a la regla?
Ms bien crearon excepciones a la regla.
Gina contuvo el aliento.
Quieres decir que, como experimentos?
Quinn le quit las imgenes a Gina y las volvi a meter en su mochila.
Simon Holt Grupo Pandemonium
97
Te lo dije, muchos cientficos en la historia han sido Voradores. Y digamos que no
tienen muchos reparos ticos cuando se trata de experimentar con humanos. Lo que a
m me dicen estas resonancias es que los Voradores creen que el tamao de la amgdala
es la clave para que podamos apoderarnos de los humanos. Ahora estn tratando de
agrandarlas artificialmente para que podamos entrar cualquier da del ao y no
solamente en la Noche de los Lamentos.
Y cmo las estn agrandando?
No s, pero no me dan envidia aquellos a los que se los estn haciendo. Conociendo a
mi viejos congneres, apostara a que tiene que ver con inyectarles varios menjunjes,
alimentarlos con cosas, provocarles alucinaciones
Est bien, ya entend, pero, obviamente, todava no ha funcionado, porque no todas
andamos caminando por ah con un Vorador adentro.
En vista de su reciente expedicin para matarnos, yo dira que estn muy cerca de
encontrar la respuesta. Faltan pocos das para el solsticio de verano. Si pueden hacer
que funcione ese da, cuando solemos estar lo ms dbiles
Gina exhal lentamente. Aarn siempre hablaba de cmo los humanos usamos un
porcentaje tan pequeo del cerebro, de manera que habilidades como la percepcin
extrasensorial y la telequinesia podan ser posibles si tan slo las personas pudieran
aprender a llegar a esas partes de sus mentes. A lo mejor, el cerebro tambin albergaba
cosas ms oscuras, ms malficas
Y cmo podemos detenerlos?
Primero tenemos que encontrarlos contest Quinn. Donde sea que hayan
establecido su base. Yo no he podido hallarlos.
Los relmpagos alumbraron y los truenos estallaron, como la barriga de un gigante.
Gina y Quinn se quedaron callados cuando escucharon que las motos volvan a pasar.
Gina comenz a moverse de un lado a otro:
No tienes idea de dnde pueden estar? Alguna antigua guarida? No los puedes
olfatear o algo as?
Qu crees que he estado haciendo los ltimos das? Seguro han de haberse metido
bajo la tierra; pero, mira, estn haciendo experimentos. Eso quiere decir que estn en un
lugar con equipo, laboratorios tcnicos. Quiz estn en una clnica o en un hospital?
No s qu podramos hacer para checar en cada consultorio de la zona, antes de que
acabe la prxima semana. No es mucho, pero, por lo menos, es un punto desde el que
podemos empezar.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Gina dej de caminar.
Un psiquitrico dijo.
Qu es eso? pregunt Quinn.
Estn estudiando cerebros, podran estar en un hospital psiquitrico Gina sinti
que le temblaban las piernas. Oh, no! Thornwood!
Qu?
Donde llevan a Henry, donde trabaja su psiquiatra corri hacia la reja y la jal, pero
Quinn la tom por el brazo y la jal de regreso.
Ni lo pienses, siguen all afuera.
Necesito ver a mi hermano.
Est en Thornwood, ahora?
La cabeza de Gina comenz a acelerarse y le tom un minuto para pensar en las
respuesta correcta. Era viernes por la tarde no, ahora Henry vea a Unger los jueves.
No.
Entonces no tienes que salvarlo de nada en este preciso momento. Reljate. Vamos a
pensarlo bien.
Gina volvi a andar de un lado para el otro.
Thornwood sera al lugar ideal para los Voradores. Es un hospital privado en medio
de la nada.
Podra ser. Slo asegrate de que Henry no vuelva a ir hasta que no lo
inspeccionemos.
Obviamente!
Los rboles se mecan y azotaban con las rfagas de viento. Ninguno de los dos dijo nada
por varios minutos. Quinn estaba en cuclillas recargando la espalda en la pared. Gina lo
vea con sospecha.
Simon Holt Grupo Pandemonium
99
Y por qu ests haciendo esto? Por qu te interesa evitar que pase eso? Cuerpos
abiertos las veinticuatro horas del da, los siete das de la semana, suena como tu sueo
hecho realidad.
Quinn volvi a meter la mano en su bolsillo y sac dos paletas de dulce moradas.
Me encantan stas.
Le ofreci una a Gina, pero ella neg con la cabeza, as que l le quit la envoltura a las
dos y se las meti en la boca.
Nuestro mundo es un vaco de nada, sin calor, sin azcar, sin cosas divertidas
chup las paletas por un minuto, disfrutando el dulce sabor. La verdad es que, si
hubiera una puerta giratoria entre este mundo y el nuestro, probablemente echaramos
a perder ste completamente: haramos que aqu fuera como all. Perderamos todo
aquello que aoramos.
Y nosotros no querramos eso aclar Gina.
Quinn se puso de pie y la mir pensativo.
Sabes, Halloway, creo que te gusta tenerme cerca de ti.
Los ojos de Gina brillaron.
Lo siento, los demonios no son mi tipo.
Tienes razn, los oos que te siguen como perrito faldero son ms tu estilo, no?
Pues no, no lo creo. Por cierto, qu dice de m el tal don No Correspondido? Me
sorprende no haberlo visto por ah, armado con un tubo de plomo y una pala.
Gina enrojeci.
Deja a Aarn fuera de esto.
Las esquinas de la boca de Quinn se levantaron dando forma a una sonrisa de astucia.
Espera, ya entend, no le has dicho, verdad?
Despus de lo que ha pasado, esto lo distraera del objetivo principal aclar Gina.
Entonces, slo le dices lo que crees que necesita saber. Me gusta este lado tuyo,
Halloway. Es bastante intrincado.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Te matara si supiera que sigues vivo.
Yo creo que ms bien t me quieres slo para ti concluy Quinn.
Quinn se acerc ms a Gina. Ella poda oler su dulce aliento. Se acord del primer da
que habl con l en el pasillo de la escuela. Entonces, su corazn palpitaba en su pecho,
y lo haca ahora tambin. La rajada bajo su ojo haba empezado a sanar, pero siempre le
quedara ah una cicatriz, al igual que con las marcas negras en su mejilla. Sin embargo,
de alguna forma no era un esperpento. Haba perdido sus encantos antes, pero fueron
remplazados por algo oscuro y llamativo. Su exterior concordaba ahora con su
verdadero ser, su ser Vorador. Gina not que eso le pareca refrescante. Era honesto. No
haba ya pretensiones entre ellos, ni paredes ni mscaras. Era un alivio, pero tambin le
daba miedo.
Volte la cabeza para otro lado.
T entraste al infierno y sobreviviste le insisti Quinn suavemente. Eso deja
marcas le levant el antebrazo y toc delicadamente su piel, marcas ms profundas
que stas.
Van a sanar repuso Gina.
Por qu no me has preguntado eso que te ha estado matando de curiosidad desde
que me aparec por tu habitacin?
A qu te refieres?
A cmo se vive en la oscuridad. Soy el nico que entiende lo que pasaste, lo que es
parte de ti ahora.
Gina trat de alejarse, pero Quinn prosigui:
Sientes una sombra a tu alrededor, adentro de ti, creciendo, y te horroriza. Yo s a
qu es a lo ms le temes, Gina.
Detente
A volverte uno de nosotros.
Gina dio unos pasos para atrs, se encontraba ahora contra la pared. Quinn se acerc
ms, de manera que qued por encima de ella. Poda sentir su delgado pero fuerte
cuerpo contra el suyo. Se preguntaba si l se estara dando cuenta de cun fuerte estaba
respirando.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Alz la mano y la pas suavemente por su mejilla. Gina sinti que se le formaban
lgrimas en los ojos y trat de mirar para otro lado, pero Quinn le levant la cabeza por
la barbilla, de manera que sus ojos vieran directamente a los de l.
La oscuridad te da poder murmur l. Sus labios descoloridos estaban a
centmetros de los de ella. Ms poder del que tiene cualquier humano. No lo niegues,
salo. T y yo nos parecemos ms de lo que crees.
Gina se estremeci y lo empuj para atrs:
Nunca ser como t advirti con los dientes apretados. Me das asco corri
hasta el borde del desage, mientras las nubes parecan estarse disipando y la lluvia se
haba reducido a una llovizna. Haca rato que no se escuchaban las motocicletas. Jal la
reja. sta traquete hacia delante y hacia atrs, pero no se abri. Qutale el seguro.
No falt una sola palabra ms para que Quinn quitara el seguro y abriera la reja. Gina
arrastr su bicicleta fuera del desage. Quinn la mir en silencio, mientras andaba a
prisa por el camino en direccin al pueblo.
Simon Holt Grupo Pandemonium
102
Captulo 12
Cuando lleg a casa, Gina encontr a Henry jugando en su cuarto. Atraves el marco de
su puerta y lo envolvi con sus brazos en un gran abrazo de oso.
Gina, eso duele se quej.
Lo siento, es que estaba preocupada.
Por qu? Si estoy bien.
Gina se sent en el piso a su lado:
Henry, recuerdas de lo que me contaste la otra noche? Cuando sentiste algo raro
como si te estuvieran succionando el calor.
S.
Habas sentido eso antes?
No recuerdo haberlo sentido.
Nunca lo has sentido cuando ests en Thornwood? O cuando ests con el doctor
Unger?
Henry neg con la cabeza:
No. Por qu?
Gina suspir. La aliviaba que su hermano no hubiera sentido expresamente la presencia
de los Voradores en el hospital, aunque eso no era prueba suficiente de que an no se
hubieran infiltrado ah. No estaba segura de cundo haba desarrollado esa habilidad, a
lo mejor era algo relativamente nuevo.
Henry, no puedes seguir yendo a Thornwood, es muy peligroso.
Los ojos de Henry empequeecieron.
Qu paso?
Simon Holt Grupo Pandemonium
103
Todava nada. Es slo que me enter de unas cosas, puede que haya Voradores en
Thornwood.
Qu? Henry se fue hacia atrs y tir un barco pirata de juguete; las piezas
quedaron regadas por todas partes.
No, no quiero que te espantes! insisti Gina. Internamente se maldeca por revelar
ese tipo de informacin tan casualmente slo es algo que escuch. A lo mejor no es
cierto, pero no deja de ser arriesgado. Hablar con pap, inventar alguna excusa para
explicar por qu no puedes seguir yendo ah. Lo siento, Henry, s que el doctor Unger
te estaba ayudando. Ya encontraremos a alguien ms que sea muy bueno.
Gina se puso a recoger las piezas de plsticas del barco.
Por qu piensas que pude haber sentido esas cosas cuando estaba con Thornwood?
pregunto l.
Gina se sent sobre sus talones.
Qu?
Que me succionaban el calor. Por qu podra pasarme en Thornwood?
Gina titube. Le preocupaba que Henry, si es que en efecto tena un detector de
Voradores, pudiera asustarse demasiado al saberlo. A veces era una bendicin no saber
que cualquiera a tu alrededor podra ser un Vorador.
Quiero que me digas de qu se trata reclam Henry. No soy un beb, no me
asustar.
Gina volvi a agacharse sobre el piso.
Se que no eres un beb, Henry, pero stos son asuntos realmente impactantes y no
quiero que tengas que lidiar con ellos.
Pero ya estoy lidiando con ellos. A veces ni siquiera s qu es real y qu no.
Gina se mordi la ua del pulgar.
Lo s, lo siento mucho
No te lamentes insisti Henry, siempre todos se sienten apenados. Eso no me
hace ningn bien. Quiero saber qu es lo que realmente me est pasando.
Simon Holt Grupo Pandemonium
104
Henry
Me estoy volviendo Vorador de nuevo?
Qu? Gina alz la cabeza de un tirn.
Se me est escapando el calor porque me estoy volviendo Vorador otra vez?
Cielos, no! Gina lo jal y lo abraz, pero l permaneci quieto. No, por supuesto
que no. Ni siquiera lo pienses!
El rostro de Henry se mostraba ecunime, pero estaba respirando rpido y sus labios
temblaban.
Entonces de qu se trata? pregunt.
Vers, es que, est bienGina se sent manteniendo la mirada en contacto con la
de Henry. Mira, no estamos totalmente seguros, o algo parecido, pero Aarn y yo
creemos, estuvimos pensando que, tal vez esa sensacin que tienes es una seal, una
seal de que hay Voradores cerca, como una advertencia. Se hace ms fuerte conforme
se acercan ms.
Si, pero eso me pas la otra noche aqu en la casa!
Ya s! Gina intervino rpidamente. Debi haber habido un Vorador afuera, en
algn lugar, y t lo sentiste.
En serio? en la cara de Henry revolote el terror, pero mantuvo la calma.
No te preocupes, Henry continuo Gina, acaricindole un lado de la cabeza. No
tienes nada malo. De hecho, hasta es algo bueno, te ayudar a evitar a los Voradores.
Henry neg con la cabeza.
Pero, entonces, no crees que si hubiera Voradores en Thornwood ya los habra
sentido?
Puede que no sea tan sencillo. Quiz apenas est desarrollndose. Posiblemente,
todava no los has sentido en ese lugar, pero precisamente por eso no quiero que
regreses.
Henry subi las rodillas hasta la barbilla y se sent as, hecho bola, por varios minutos,
pensativo y en silencio. Gina lo miraba con ansiedad.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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No deb decrtelo asumi ella, es demasiado para procesar, y despus de lo que
ya pasaste
Puedo probar el jueves Henry la mir. Pap dijo que todos tenamos que ir a otra
sesin de terapia familiar, y te obligar a ir.
Qu? De ninguna manera. No quiero siquiera que te acerques a ese lugar y si vuelves
a sentir que absorben tu calor otra vez quiero que corras.
Ya me cans de tener miedo repuso Henry, con voz baja, siempre estaba
corriendo en la salida de miedos, huyendo de las cosas que me daban miedo. Se
levant y puso una mano sobre el hombro de Gina. T hiciste que las enfrentara,
recuerdas? Y as fue como salimos. Entonces, eso es lo que debemos hacer ahora.
Henry, no deberas involucrarte en esto.
Por qu no?Porque soy ms chico que t? Hemos visto las mismas cosas y ahora
quiero defenderme. As que iremos el jueves a Thornwood.
Henry cruz los brazos y mir severamente a Gina. Ella estaba sorprendida de ver en
Henry la misma expresin que haca su mam cuando se pona seria por algo.
Realmente era un buen plan, uno que probablemente podra ahorrar mucho tiempo.
Tanto ella como su padre estaran ah, Henry no estara en ningn tipo de peligro
innecesario. Ms que nada, estaba sorprendida por su resolucin y valenta. Ella no
tena ningn derecho a decidir lo que l poda o no poda hacer. Despus de todo, l ya
haba podido escapar de una salida de miedos.
El jueves?
A las diez.
Hagmoslo.
Aarn dej su telfono prendido y cerca de la almohada toda la noche, por si acaso
llamara Mitch, pero al amanecer segua sin saber nada ms de l. Aunque, tcnicamente,
era el primer da de vacaciones de verano, Aarn despert temprano y se dirigi a El
rincn del mal. l tena que abrir la librera esa maana, porque Eben tena algunos
pendientes que resolver en Fredericks. Aarn sospechaba que esos pendientes tenan
que ver con los Voradores, pero Eben se converta en una tumba cada vez que Aarn le
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preguntaba algo sobre eso. Si Aarn quera aprender algo acerca de la relacin de Eben
con estos monstruos, iba a tener que enterarse de maneras bastantes menos directas.
Una de las cosas que ms le gustaba a Aarn de trabajar con Eben era que su jefe no
crea en tareas intiles. Una vez empacados y enviados los pedidos por internet, y
recibidos y acomodados los libros que llegaban, Aarn poda ponerse a leer. En cada
turno, le quitaba el polvo a revistas pulp, a las reediciones de terror, a los textos
cientficos y a los libros de historia del terror. Los ltimos seis meses, tanto en casa
como en el trabajo, estuvo investigando obsesivamente todo acerca de monstruos. Antes
de la Noche de los Lamentos, Aarn siempre prefera los libros sobre crmenes reales,
antes de que las pesadillas de cuentos de hadas llamadas Voradores se transformaran en
historias verdaderas.
Esta vez, Aarn paso las horas buscando, volumen tras volumen, determinado a
descubrir algo til acerca de los monstruos y el vnculo que exista entre ellos y los
solsticios. Aunque la respuesta se encontrara en un mito, servira como punto de
partida; sin embargo, el avance fue lento y no encontr nada que le sirviera.
La librera era como una cueva oscura y fra. El aire acondicionado estaba al mximo,
para conservar los tomos envejecidos. Por lo general, a Aarn le gustaba ese ambiente,
sobre todo, comparado con el sofocante verano de afuera. Ahora que estaba solo, entre el
aroma a papel viejo y moho, los recuerdos del Vorador en su cabeza lo estaban
abrumando. Concentrarse en la investigacin y en la forma en que podra ayudar a Gina
era lo nico que mantena la obsesin bajo control. El tiempo se estaba agotando.
Estuvo leyendo detenidamente Cultos indescriptibles, hasta el cierre; pero slo
encontr ms de esos cuentos trillados: recuentos de charlatanes, dementes, adoradores
del demonio e invocadores de espritus oscuros. Nada de ello arrojaba ms luz sobre los
secretos de los Voradores.
La campana sobre la puerta tintine justo antes de las siete. Eben se sacudi el polvo de
los zapatos y entr. A Aarn le molestaba que Eben siguiera usando bastn, ya que lo
haba visto cun capaz era realmente. A veces, cuando cerraba los ojos, Aarn segua
escuchando aquel asqueroso tronido de las muecas de Quinn, segundos antes de que
Eben dejara que el monstruo se hundiera en el lago congelado. Cerr la puerta con
seguro y volte el letrero que colgaba de la ventana.
Haba mucho que temerle a este viejo hombre; pero, en el fondo, Aarn saba que lo
necesitaban, aunque Gina se negara a creerlo.
Encontr alguna primera edicin de Poe, patrn? Podemos retirarnos como
millonarios?
Deslizo el libro bajo el mostrador, detrs de la caja registradora.
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Nada ms que basura hoy, aunque el trayecto en coche fue bastante placentero. Est
tan verde todo en esta poca del ao
Eben camin detrs de la caja y colg su nombre. Se fij en el ttulo del libro que estaba
detrs de la caja registradora y, decepcionado, neg con la cabeza:
Despus de todo lo que han pasado siguen metiendo sus narices en lugares donde
pueden cortrselas? Ya djalo pasar nio.
Creme que eso quiero Aarn se acerc a Eben detrs de la caja. Me contars lo
que le hiciste a esa detective para que me dejara salir?
No.
Dulces? Flores?
Ya, es suficiente. Te lo he advertido demasiadas veces. Eben mir a Aarn.
Aunque no eres el nico al que tendra que estar previniendo verdad?
Aarn no contest nada. El viejo se inclin hacia l, sus ojos grises perforaban los suyos.
Qu est planeando?
No s.
Necesito que me digas.
Eben, yo no s nada.
Eres psimo para las mentiras, muchacho. Si la dejas correr peligro otra vez, podras
vivir con ello? Cuntame qu est planeando.
Aarn se mordi el labio y tom una decisin.
Hay un Vorador en la escuela y el otro da la persigui. Gina no quera que te contara,
pero confo en que puedas escuchar y no ponerte como loco.
Eben agarr del hombro a Aarn. Sus dedos se tensaron como almejas. Aarn se zaf,
contrariado por la presin del viejo.
O quiz no
Por qu no me contaste? rega Eben.
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Ella cree que lo puede salvar.
La cara de Eben perdi el color.
Y t qu crees?
Creo que es ms valiente que todos nosotros.
Es una tonta! Los dos son unos tontos!
Mira, no estoy diciendo que est de acuerdo con ella, pero
Entonces convncela de que es una decisin imprudente, peor, completamente
estpida! Es suicida!
Crees que no se lo he dicho, Eben? increp Aarn. No importa. Gina es la
herona en esta historia, no importa lo que t y yo pensemos al respecto. Eben lo mir
framente y Aarn senta como se le aceleraba el pulso. Alguna vez te has preguntado
por qu ella? Pues simplemente porque ella es mejor que nosotros. Ella prefiere pelear,
salvar a la vctima, aunque se ponga en riesgo. No me gusta, de hecho lo odio, pero eso
es lo que la hace la persona perfecta para pelear contra los Voradores. Y no hay nada que
t y yo podamos hacer, como no sea cubrirle la espalda.
Eben le volte la cara a Aarn de una cachetada. Aarn se tambale para atrs,
tomndose la mejilla, en shock.
sta no es una de tus novelas! le grit el viejo. El villano no puede ser derrotado
y el hroe no va ganar! Tom a Aarn por el cuello de la camisa. Hay destinos
muchos peores que la simple muerte. Entiendes? No dejar que se arriesgue a un
sufrimiento ms all de la comprensin humana, nada ms por la escasa probabilidad de
salvar extraos! T lo haras? Dejaras que su alma muera por esto?
Aarn se solt de la presin de los puos con nudillos blancos del viejo y lo empujo con
fuerza del pecho. Eben trastabill para atrs, tropez con una caja de libros y cay. Un
seco crujido rompi el aire cuando Eben peg contra el piso de madera.
De la delgada y manchada piel en la mueca de Eben sobresala un hueso, ennegrecido y
quebradizo, como un ala de pollo rostizada. Gotas de sangre oscura brotaban de la
herida.
Eben!
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Entonces el hombre se convulsion y empez a sufrir un espasmo de tos. Trataba de
jalar aire, pero se ahogaba con cierta humedad que se le formaba en la garganta y los
pulmones. Sus ojos se abrieron ms y trat de incorporarse, pero un riachuelo de lquido
espeso, rojo y gris sala por su boca y nariz.
Aarn se qued de pie, en shock, paralizado por la repugnancia.
Eben extendi su brazo roto hacia arriba y expector. Un flujo nocivo sala disparado
de su boca. Aarn agarr el telfono del mostrador y marc al 911, mientras se hincaba y
acurrucaba la cabeza de Eben. La operadora de emergencia contest al primer sonido.
Envi una ambulancia! Mi jefe
No! Aarn! balbuce Eben, manoteando el telfono.
Mi jefe se colapso, hay sangre
Por favor, no
En El rincn del mal, sobre Calle Central, enve a alguien. Por favor, envelos ahora.
Aarn solt el telfono y levant a Eben para ponerlo derecho. Trataba de ayudarlo a
controlar la tos. Trat de no ver, pero sus ojos se movan involuntariamente hacia el
hueso enfermo que le sala por la mueca.
Era asqueroso, no era normal, era repulsivo.
La tos sigui, aunque la respiracin de Eben se volvi un poco ms suave y el flujo de
toxinas sangrientas por su boca y nariz se volvi apenas un hilillo.
Eben, perdn, lo siento mucho
Eben cerr los ojos y neg con la cabeza. Haba algo que le dola ms que sus lesiones
fsicas.
Se acab todo, me han descubierto.
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Captulo 13
Repentinamente, Gina entr por la recepcin de la sala de emergencias de Cutters
Wedge. Todo el lugar ola como herida infectada y rociada con desinfectante. Cuando
Aarn le habl para informarle lo que haba pasado con Eben, todo su enojo se convirti
en aprensin por el hombre a quien alguna vez haba querido como a un segundo padre.
Gina puso las palmas contra el fro mostrador de mrmol. El empleado de la casta de
control tena mechones delgados de cabello gris amarillento y gruesos lentes que hacan
que sus ojos cafs parecieran de caricatura.
Puedo ayudarte?
Vengo a visitar a Eben Bloch. Una ambulancia lo trajo...
Los largos dedos de Aarn la tomaron del brazo:
Ven, est en el tercer piso.
Se dirigieron rpidamente hacia el elevador. La puerta estaba abierta y entraron
precipitadamente en tanto se cerraba. El pequeo lugar estaba alumbrado con focos
fosforescentes y se escuchaba msica de elevador saliendo de las bocinas. A Gina se le
eriz la piel porque la msica le record las escenas del hospital en la salida de miedos
de Henry: los pequeos demonios, los fantasmas cancerosos de nios muertos, el
cirujano monstruoso; todos los horrores viscerales se le vinieron encima. Hasta sinti la
quemazn cida de la aguja del cirujano en su cuello y, en las pantorrillas y en los
muslos, las mordidas de los colmilludos bebs zombies...
Gina? Ests bien?
S contest, es slo que no me gustan los hospitales.
Aarn la tom de la mano y la sostuvo, hasta que se detuvieron en el tercer piso y las
puertas se abrieron de nuevo con un campanazo.
Se acercaron a la central de enfermeras, donde una mujer joven estaba sentada,
escribiendo en uno de los muchos expedientes mdicos apilados detrs de ella.
Hola salud Aarn con nerviosismo, estamos aqu para visitar a Eben Bloch.
La enfermera neg con la cabeza y se puso de pie.
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El Dr. Kwan quiere que descanse. No recibir visitas esta tarde. Quiz maana a
primera hora. Lo siento.
Pero soy su hija minti Gina y Aarn se qued callado.
La enfermera ech un vistazo entre sus expedientes y examin de cerca uno.
Aqu dice que el seor Bloch no tiene familiares directos.
Hemos estado... algo separados tartamude Gina. Por favor, soy todo lo que
tiene.
La enfermera sigilosamente ech un vistazo alrededor baj el sujetapapeles y luego sali
de su estacin. Mir a Aarn.
T tendrs que quedarte aqu.
Aarn asinti respetuosamente.
Gracias Gina apret la mano de Aarn.
Tmate tu tiempo. Yo estar por aqu.
Gina respir profundo y sigui a la enfermera por el corredor. Dieron vuelta en la
esquina y siguieron hasta el ltimo cuarto de la unidad. Afuera de la puerta la enfermera
se detuvo y volte.
Ponte stos le dio a Gina un par de guantes de ltex y un cubre bocas. No te lo
quites por nada del mundo. A lo mejor, si los resultados son preocupantes, el Dr. Kwan
decidir poner a tu pap en cuarentena. No hemos... la enfermera se ator, nunca
haba visto estos sntomas en un paciente. No quiero asustarte, pero....
Entiendo. Gina se amarr el cubre bocas por atrs de la cabeza y se puso los
guantes en las manos. No tengo miedo.
La enfermera asinti y dej a Gina frente a la puerta. Ella entr en el cuarto, que pareca
ms una celda que un cuarto de hotel. El ambiente estaba copado por vibraciones y
chirridos de aparatos y respiraciones trabajosas. Detrs de una cortina verde olivo, una
voz ahogada llam:
Aarn?
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No, soy Gina su voz se escuch delgada en el cuarto esterilizado. Se dio cuenta de
que le aterrorizaba enfrentarse a Eben ah, sola. Escuch sus inhalaciones irregulares y
se estremeci bajo el cubre bocas.
Mira nada ms, Gina. Las cosas que tengo que hacer para que me visites.
Aarn me llam, me explic que estabas... enfermo. Los aparatos chiflaban y
zumbaban. Gina se detuvo frente a la cortina y mir para abajo hacia el linleo
despostillado. Qu te est pasando, Eben? La enfermera dijo...
Unos tosidos secos la interrumpieron.
Ay, dudo que la enfermera, o el doctor, o un equipo de cientficos puedan
diagnosticar esto aclar Eben carraspeando. Hay cosas que tengo que contarte,
Gina. Corre la cortina, anda. Est bien.
Gina tom con los dedos el enfermizo drapeado verde y lo jal hacia un lado. Los arillos
rasparon el tubo de metal. Detrs, un Eben Bloch arruinado volte a verla hacia arriba
desde la cama de hospital. Gina, quien nunca lo haba visto de manga corta, observ que
los brazos delgados no eran feos, sino tambin picados y marcados con cicatrices. Luca
como muerto viviente.
Todo remanente de enojo hacia l se evapor en ella, ante la vista de su plida figura.
Varios tubos y cables salan de sus brazos y pecho. Tena la mueca cubierta con un
yeso grueso. Haba equipo mdico colgando arriba de su cama. Gina le haba ocultado lo
que saba de los Voradores incluso cuando se haba apoderado de Henry; aunque, por
algn tiempo, haba sido muy bueno con ella..., y al fin de cuentas les haba salvado la
vida... a ella y a Henry. Una tristeza desesperada ocup el lugar de su amargura.
Por favor, no te mueras le rog.
Puede que eso no dependa de m contest. Yo necesito que sepas la verdad antes
de que sea demasiado tarde.
Le pidi con gestos que se acercara ms. Gina rod el banco del doctor hasta Eben y se
sent.
Tambin me pas a m comenz a explicar, se llevaron a mi hermana igual que a
Henry, pero ella nunca regres.
Gina le puso una mano sobre el hombro.
No necesitas decrmelo ahora, ests enfermo.
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S, s necesito tosi. En donde vivamos, creamos en la Noche de los Lamentos,
aunque en nuestro pueblo lo llambamos Kracun. Segn las historias, se supone que es
el da en el que los espritus malignos regresan a la tierra.
Gina pens que poda estar delirando por la enfermedad. Eben se dio cuenta. Su mirada
se aclar y su respiracin se calm.
Cuando era nio, en la noche del solsticio de invierno solamos prender fogatas en los
cruces de caminos y cementerios que estaban a las orillas del pueblo. La leyenda deca
que calentaba a los fantasmas, pero...
Alejaba a los Voradores de la gente concluy Gina, muy quedo, porque seguan el
calor y la luz.
Eben gimi con un pequeo gruido, exactamente.
Apagbamos las lmparas y nos escondamos en la oscuridad y el fro, todos
acurrucados y rezando por que llegara la maana. Por muchos aos pens que slo se
trataba de una tradicin local, una supersticin, pero luego todo cambi.
Eben mir ms all de Gina como queriendo recordar.
Un ao, mi hermana mayor, Alana, sali de cacera durante el solsticio. Haba sido un
invierno duro y estbamos hambrientos. Alana era una tiradora excelente, mejor que la
mayora de los hombres. Sali al amanecer, a medioda entr una tormenta de nieve y,
cuando se meti el sol, ella todava no haba regresado. Eben tom aire con
dificultad. Las personas estaban demasiado asustadas por los fantasmas como para
salir a buscarla. Mi pap me dijo que Alana vera las luces de las fogatas fuera del
pueblo, lo cual la guiara de regreso a casa. Entonces rec toda la noche para que
regresara, mas nunca lo hizo.
Pero algo que se pareca a ella lleg?
La cabeza de Eben asinti levemente.
Alana cabalg de regreso a la maana siguiente, pero haba cambiado. Ya no era
buena ni valiente, alegre ni graciosa. Se haba vuelto cruel, glotona. Era astuta en mala
forma: una bruja que saba lo que todos teman. Viv a su sombra por muchos aos,
soport horrores y visiones. Entonces, cuando tena los mismos aos que tienes t
ahora, yo... la voz de Eben sonaba desconcertantemente calmada. La liber. Ella me
llev al bosque para cortar madera y mantener vivo el fuego, yo llevaba cargando el
hacha. Y en ese bosque liber a Alana del Vorador. Entiendes?
S.
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Todos saban lo que haba hecho y me llevaron con el consejo del pueblo. Estaba
seguro de que me ahorcaran; en lugar de eso, me pusieron primero en un carruaje y me
exiliaron. Ms adelante, me subieron a un tren y luego me dejaron en un barco. Pareca
como si me estuvieran mandando al fin de la Tierra; pero una vez ah me ensearon a ser
un Rastreador.
Un qu? Rastreador?
Por siglos, los Rastreadores hemos encontrado a los Voradores y liberado a sus
vctimas de la nica manera en la que sabemos hacerlo. Nunca nos hemos cuestionado
lo que hay que hacer..., bueno, hasta ahora.
Gina estaba sorprendida.
De verdad existen los Rastreadores?
S Eben frunci el ceo, pero, cuntos y dnde? Eso no lo s. Slo soy un
soldado.
Una enfermera se asom por la ventana. Eben la alej moviendo la mano.
Por qu me dices esto ahora? pregunt Gina.
Aarn me cont algo hoy. Me hizo enojar, pero estuvo bien. Has elegido pelear, igual
que hice yo hace muchos aos, pero tu poder es algo que este mundo nunca haba visto.
Eres un nuevo tipo de soldado, Gina, y temo que tu lucha te cueste demasiado antes de
que termine.
Gina se agarr del barandal de la cama, mientras Eben segua.
Cuando un humano infectado muere, la esencia Voradora se escapa antes de
desaparecer. As se destruya o regrese a su mundo (no sabemos), esa sustancia que
vemos en forma de humos es un cncer de origen desconocido. He matado a cientos de
Voradores en mi poca y quin sabe cunto veneno he absorbido. Se ha acomodado en
mis pulmones, corrido por mis venas, quemando mis huesos... tom una servilleta de
la mesa de noche y tosi en ella, luego la alz para que Gina la viera: saliva negra
manchaba la blancura, esto es en lo que me he convertido.
Eben dobl la servilleta con cuidado y la coloc de regreso en la mesa. Gina se acord
del humo que haba salido del cuerpo de la detective Gale. Deseaba que el cubre bocas
escondiera el horror que senta.
No saba dijo.
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No quera que supieras contest Eben. Este es el destino del Rastreador, por lo
menos de aquellos que han vivido para contarlo. Un virus negro que lentamente te come
las entraas; como un castigo para la vida que llevamos, por los pecados que cometemos
en nombre del bien comn.
Pero yo no tengo que pelear igual que ustedes Gina insisti. Hay otra forma
ahora.
S, e imagino que tu mtodo es mucho ms peligroso. Si la esencia del Vorador puede
hacerme esto en este mundo, no me imagino lo que te pasar cuando irrumpes en el
suyo. Seal sus cicatrices. Temo que tu futuro sea mucho, pero...
Gina trat de pasar la saliva que se le haba acumulado en la garganta. La enfermera
entr nuevamente, y esta vez Eben no pudo alejarla.
Lo siento, querida, es hora de que tu pap duerma. Puedes regresar maana.
Gina puso su mano sobre la de Eben.
S, vendr maana.
La enfermera haba inyectado algo en el suero de Eben y, pronto, sus prpados
comenzaron a cerrarse. Gina se qued hasta que sinti su mano floja y not que su
respiracin bajaba de ritmo. Regres al pasillo y la enfermera la sigui, apagando las
luces y cerrando la puerta tras de s.
Aarn estaba cerrando su telfono cuando Gina lleg a la sala de espera.
Justo a tiempo. Era Mitch. Nos toca.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Captulo 14
Aarn y Gina bajaron de sus bicicletas, las dejaron tiradas, atrs de las gradas de futbol,
y caminaron los doscientos kilmetros que los separaban de la escuela. El sol se haba
metido y los mosquitos revoloteaban a su alrededor, buscando piel hmeda y sangre
fresca. Ambos caminaron en crculos, alrededor de los plidos estanques de luz, que
proyectaban los trmulos reflectores que iluminaban pedazos de ladrillos en la pared
del edificio. Por la noche, la escuela pareca una prisin severa y excluida.
Aarn encontr la ventana rota primero:
Ah. Direccin. Figuras.
Se escabull a travs del pasto mojado, entre los aspersores de agua, agachado de forma
extraa. Gina lo sigui.
Hay alarmas?
No, pero, despus de hoy Aarn sac dos pares de guantes de ltex de su
mochila y le dio uno a Gina. Despus sac una linterna y la us para remover los dientes
de vidrio que salan de los lados y de la base del cristal. Creo que sta ser la ltima
entrada sin permiso de los Kassner. No te vayas a cortar, Gina.
Aarn entr sigilosamente por la ventana, trep sobre la unidad de aire acondicionado
que bordeaba la pared posterior del cuarto y salt al piso. Le ofreci una mano a Gina,
para guiarla dentro de la oficina. Incluso en la oscuridad relativa, ella, poda anticipar la
carnicera: poda olerla.
Formaldehdo.
Le quit la linterna a Aarn y escane el cuarto con el fantasmagrico rayo de luz. Haba
animales del laboratorio desparramados sobre el piso, algunos de ellos estaban
masacrados, apelmazados en trozos. Dos cuerpos de rata sin cabeza cubran el
escritorio de roble del director Padian y haba sangre derramada sobre los retratos de su
familia que adornaban cada esquina. En el recipiente portalpices estaban las cabezas
decapitadas de los roedores ensartadas en la punta de finas plumas personalizadas. Una
rana disecada estaba clavada en el respaldo de la silla de piel con chinches azules y
amarillas. La carnicera no tena nada de ceremonia ritual o sacrificial, nada que sealara
que el sangriento desorden tuviera propsito. Era simple y brutal crueldad.
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Keech la escena le record bastante a Gina lo que el Vorador de Henry le haba
hecho a su hmster mascota.
Aarn observ las criaturas muertas desde una cmoda distancia, pero no dijo nada. El o
los asesinos se haban tomado su tiempo: lo haban disfrutado.
Vamos, Gina. No toques nada, no hay nada que podamos hacer aqu.
Gina camin al frente por el pasillo oscuro. Era una mina de destruccin: todas las
vitrinas estaban rotas, todas las piezas de arte estrelladas contra el piso de baldosas.
Cuando el Vorador que Henry traa adentro la haba aterrorizado el invierno pasado, la
capa de miedo haba aplacado su furia; pero ahora, con cada paso que daba sobre el
pasillo escolar destrozado, su sangre bombeaba ms fuerte y ms caliente ante tal
imprudencia.
Primero, el monstruo haba profanado su hogar, a su familia, y ahora derramaba su
malicia sobre el resto de su vida en Cutters Wedge. Sus destrozos malficos marcaban
el deterioro de su propio miedo y su empata. Entr acechante en la oscura cafetera,
dirigindose hacia las puertas dobles que llevaban hacia la cocina.
Hey!
Una figura corpulenta sali de la sombra y se qued de pie frente a las puertas.
Me preguntaba si llegaran.
Gina se detuvo y le ech la luz de la linterna en su cara grande. Lo haban golpeado. Su
labio inferior sangraba sin parar, su ojo derecho estaba hinchado. Sonri, dejando a la
luz sus dientes embadurnados de sangre.
Dnde est, Mitch? pregunt Aarn. Dnde est Keech?
Donde dije que estara. Me parti la cara un poco, pero lo atrap. Se limpi el labio
y frot la sangre entre sus dedos ndice y pulgar. No s cunto tiempo ms vaya a
aguantar.
Esperemos que aguante ms que esos pequeos animales Gina le escupi. T
tambin lo hiciste, no fue slo ese monstruo.
Tena que seguirle el juego; siempre tengo que seguirle el juego.
Aarn alejo a Gina.
Gina, olvdate de las malditas ratas. l atrap a Keech. Vamos a trabajar.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Gina trat de abrirse camino por donde estaba el gemelo Kassner, pero ste le bloque
el paso hacia la cocina.
Necesito que me digas cmo le haces. Antes de entrar ah y tratar de matar a esa cosa,
necesito que me digas. Tengo que saber.
Aarn se coloc frente de Gina. Pareca un nio al lado de un rbol.
No tiene que decirte nada, Mitch. Ella est aqu para hacer su trabajo. Si te mantienes
fuera de nuestro camino, quiz traiga de regreso lo que queda de tu hermano.
Lo voy a reconocer? Me reconocer? Cmo sabes que no fallarn?
Gina tom la llave y se qued mirndolo.
No fallar. Ahora, qutate de mi camino.
El muchacho tom aire y se hizo a un lado. Gina entr en la cafetera y vio la tenue luz
amarilla que sala del pequeo cuadrado cerca del techo del inmenso congelador. Los
bordes de la ventana estaban cubiertos de hielo y adentro se vean volutas de humo
negro revoloteando. Un candado colgaba de la barra que detena la puerta.
Se acerc y mir dentro del congelador levemente alumbrado.
El cuerpo de adentro pareca un cadver apenas animado. No traa ms que calzones. Su
piel estaba blanca de tan congelada. Estaba ms golpeado que su hermano. Tena
heridas oscuras en la cara y el torso. Bajo su nariz rota y achatada, la sangre haba
goteado y se haba congelado hasta formar cristales carmes. Estaba amordazado con
una tira de camiseta sangrienta. Las monstruosas venas negras que cubran su cuerpo
entero revelaban que se trataba de un monstruo inhumano.
Meti la llave en el candado, la gir y ste se abri.
Gina pidi Aarn en voz baja, detrs de ella, por favor ten cuidado. Si lo que
encuentras adentro
Voy a estar bien.
Gina retir el candado de la barra y levant la fra manilla. La puerta del congelador se
abri.
Regrsalo, Halloway el gemelo Kassner abri la puerta del congelador
completamente.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Gina le dio la linterna a Aarn y se meti. Mientras caminaba hacia la criatura
temblorosa, la cosa alz los ojos y la vio con reproche y pnico agotado. La vea a ella y
luego a Aarn detrs. Sus ojos se movan nerviosamente y su cabeza de lado a lado.
Voy por ti Gina sonaba severa y determinada.
Aarn sigui mirndolo, inspeccionando al bruto. Esas manos grandes y fornidas que
acostumbraban pegarle colgaban ahora flcidas a los lados del Vorador. Tena cortadas
y cicatrices rodendole las muecas.
Cortadas en sus muecas.
Un espasmo de miedo le quem por dentro a Aarn. Eran las cortadas de la cinta que
haba usado para amarrarlas en el callejn. ste no era Keech, era Mitch!
El Vorador los tena atrapados.
Entra! apur a Aarn. Creo que viene alguien.
Aarn permaneci quieto un segundo y su aliento congelado se dispers enfrente.
Entonces, con un grito se volte de un tirn y estrell la linterna en la cabeza de Keech.
El Vorador sorprendido cay como bulto sobre el piso. Aarn le cay encima como
animal salvaje. La furia que le herva por dentro le daba una fuerza extraa. Le peg una
y otra vez a Keech con la linterna, patendolo en las costillas, mientras ste se retorca
en el piso y trataba de escaparse.
Buen intento, pedazo de mierda! Aarn le solt un pisotn en la cara.
Aarn! Qu ests haciendo? Gina corri hacia l y lo tom del brazo, pero l la
empuj.
Crees que me importa un carajo si fuiste t o el monstruo que traes? A m me da
igual!
Aarn! Detente!
Es Keech, Gina! Se agach hacia el Vorador que jadeaba y tena la cara roja. ste
es Keech.
Mira que eres inteligente, Cole Keech tosi sangre y trat de incorporarse, pero
Aarn le estamp la linterna en la cabeza una ltima vez y con esa reventada final Keech
qued inconsciente.
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S, soy inteligente. Y t, t ests acabado, idiota.
Gina corri de regreso al congelador y le arranc la mordaza de la boca a Mitch. De
cerca pudo ver que las marcas haban sido dibujadas cruelmente en la piel congelada
con un marcador.
Ayuda
Te vamos a sacar de aqu, Mitch. Vas a estar bien.
Yo no.
El chico congelado y golpeado volte a ver a Gina a la cara. Tena lagrimas de cristal
bajo los ojos hinchado. Luego, su mirada se movi y se dirigi ms atrs, hacia el gemelo
inconsciente y sangrante que yaca fuera del congelador.
Aydalo.
Aarn arrastr del tobillo el cuerpo inconsciente de Keech dentro del congelador. Solt
la pierna bruscamente. Gina le desat las manos a Mitch y utiliz la cuerda helada para
atarle las manos por atrs a Keech. Luego ayud a Mitch a incorporarse.
Llvatelo, Aarn. Busca algo de ropa o una cobija.
Me asegurar de que no muera contest Aarn.
Su voz era montona. Gina lo tom de la mano, mientras ayudaba a Mitch a salir del
congelador.
Vaya que me impresionaste con eso. Y me salvaste. Ahora, djalo pasar.
l hizo una leve sonrisa y asinti.
Que tengas buena cacera dijo y ten cuidado aadi, mientras cerraba la
puerta del congelador, dejando a Gina a solas con el Vorador.
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Captulo 15
Gina se hinc a un lado de Keech y le dio unas palmaditas con la mano en la mejilla
sangrienta.
Quiero que ests despierto para esto. Levntate.
Los prpados de Keech aletearon y se abrieron. Mir hacia arriba y jade, finalmente
comenzaba a registrar conscientemente la sensacin del penetrante fro. Cuando dej
escapar el aliento, sali de entre sus labios una bocanada de humo negro que se dispers
hasta desaparecer, como si hubiera tosido un insecto.
As es, se acab el juego afirm Gina.
Adentro, el monstruo se turb y Gina sinti su malicia.
No, mi juego apenas comienza.
Gina movi la mano hasta la garganta de Keech y presion con su mente. Con Henry
haba aprendido que, para entrar en la salida de miedos, tena que estar en contacto con
el pulso de Vorador. Ahora, el de Keech lata contra las yemas de sus dedos. Los confines
del congelador se combaban y ondulaban. Cerr los ojos y empez a caer. El descenso la
envolvi y todo se torn negro.
Un eterno momento despus estaba sentada sobre una silla gigante excesivamente
rellenada. Un espacio largo con paredes muy inclinadas y techo bajo la encerraban.
Haba muebles bajo sbanas blancas como una multitud de fantasmas iluminados por
una sola ventana de luz crepuscular, y en la esquina distante se alzaba un armario con
frente de cristal. Montones de porqueras se alzaban por todos lados: el polvo comenz
a picarle la nariz y la garganta.
El sitio ms exterior de la salida de miedos de Keech era un viejo tico.
Entenda perfectamente que un lugar como ste asustara a un nio, pero para ella haba
resultado ms bien un alivio.
Esperaba algo ms sangriento y con tripas.
Como el Vorador lo haba posedo haca varios aos, la esencia de Keech seguramente
sufra en un lugar mucho ms siniestro, perdido en una esfera de miedo ms oscura que
sta. El polvo y el hedor de la decadencia marcaban un ambiente abandonado por la
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mente del nio: haca mucho que lo haban atrado a peores sitios. Sitios que ahora ella
visitara.
Pero, en estos momentos, lo que necesitaba era una forma de bajar.
Levant una hoja de papel de entre una pila de ropa apolillada y viejas cortinas. Era un
dibujo en crayn de dos nios, ambos con la misma playera roja y el mismo pantaln
azul, sonriendo, sobre el verde pasto y bajo un sol amarillo. El joven artista haba
firmado con raras letras maysculas: KEECH. La pintura era un pedazo de esperanza
que el nio haba dejado atrs. Haba encontrado smbolos similares dentro del escape
de miedos de Henry: un atesorado animalito de peluche, una fotografa de la familia.
Estos pequeos resabios de inocencia servan como migajas de pan emocionales dejadas
atrs por las vctimas de los Voradores, conforme giraban frenticamente en espiral, ms
y ms, cada vez, hacia el interior de la salida de miedos.
Gina dobl el dibujo del nio y lo meti en su bolsillo.
Los tablones del piso rechinaban, mientras pisaba montones de revistas viejas y
artculos deportivos. Cuando pas frente a un caballito mecedor de ojos rojos, ste se
balance hacia delante y hacia atrs y luego se detuvo. La cara del juguete estaba
retorcida en agona y Gina se dio cuenta horrorizada de que no era un juguete, sino un
caballo en miniatura, cuyas pezuas estaban clavadas en la madera de la base mecedora,
en tanto relinchaba lastimosamente. Gina estir la mano para acariciarle el hocico y
tratar de apaciguarlo, mientras l se restreg contra ella y luego lami su mano. Gina
grit y brinc hacia atrs. La saliva del caballo era parecida al cido y le quemaba la piel.
Se limpi la mano en el tapiz de la silla, pero el dao ya estaba hecho; la mitad de su
palma estaba quemada. No haba sangre, pero el agujero en su mano emanaba humo
gris.
Gina se concentr en la herida y absorbi el intenso dolor. Haba experimentado
lesiones igual de brutales en la salida de miedos de Henry; lesiones que, despus, ya en
el mundo real, aparecan como leves cicatrices negras. Las marcas se haban apaciguado
con el tiempo y dejaron poca huella (pero Quinn lo haba notado). Eso comprobaba que
entrar en la salida de miedos tena peligrosas repercusiones. De vez en cuando se haba
preguntado si dichas heridas podran curarse de verdad algn da.
De todos modos, en ese momento lo que necesitaba era encontrar una salida del tico.
Entre la tenue luz, detect el marco de una puerta secreta en el piso de madera. Haba
una manija de fierro y un pequeo ojo de cerradura al lado de sta. Gina estaba
buscando la llave por ah, cuando, del otro lado del cuarto, algo se movi en la vitrina.
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Conforme se acercaba, a travs de las puertas de cristal de la vitrina una veintena de
pequeas cabezas redondas volteaban a mirarla. Eran verdaderas filas de muecas de
porcelana con la cara blanca, que la miraban con sus pares de ojos azules y fros,
fijamente y formaban sonrisas rgidas con sus labios. Gina las observo detenidamente,
pero ninguna se mova.
Se agach y tom la manija de la puerta secreta. No importaba cun fuerte jalara porque
sta no ceda nada. Volte con un giro rpido, pues la estremeci algo que susurraba
detrs de ella. Las muecas estaban erguidas de pie, formaban hileras perfectas
mantenan los ojos sobre ella, atentamente, fijos, sin siquiera parpadear.
Volte a ver a su alrededor del cuarto, buscando algo que pudiera servirle como palanca
para levantar la puerta secreta y abrirla. Una risa aguda sali de la vitrina.
Gina volte lentamente la cabeza y suspir.
Detrs del vidrio, todas las muecas seguan firmes como antes, a excepcin de una. Era
una mueca de risos oscuros que colgaba de un dogal hecho de estambre y se meca
ligeramente hacia delante y hacia atrs.
Gina abri las puertas de la vitrina y descolg la mueca. En ese instante, los brazos de
todas las dems muecas se alzaron y apuntaron hacia Gina. Abrieron sus bocas con un
coro uniforme y comenzaron a gritar. Cuando el cristal se quebr. Gina se tap los odos
con las manos, pues no soport ese gemido penetrante.
El grito era tan estridente que haca que a Gina le dolieran y vibraran los dientes. Poda
sentir cmo se le acumulaba un lquido tibio y espeso dentro de los odos. En pocos
segundos, comenz a salirle sangre que se desparramaba por los lados de su cuello.
Gina brinc y tom a una de las muecas de la vitrina. Le arranc la cabeza y los ojos
azules que, muertos, giraron hacia atrs, como lo de un tiburn; sin embargo, en lugar
de acallar con eso ese chillido, aument para convertirse en un ruido infernal. Gina
tema que el sonido la volviera loca. Le sala sangre por la nariz y su visin se nubl
cuando comenzaron a salirle chorros de sangre por las comisuras de los ojos. Dentro de
su cabeza aument la presin que senta en el crneo. Mientras tanto, las uas de la
mueca, como agujas, le rasgaban el antebrazo, as que Gina le arranc el brazo y sali
humo negro por el hueco. Bot el brazo sobre el piso.
El brazo desmembrado se escabull por el suelo, reptando con sus dedos de porcelana
como un cangrejo. Gina avent la mueca desfigurada y tom la pequea mano. sta
trato de cortarle la mueca con las uas, pero Gina la mantuvo bajo control y meti uno
de los dedos en el ojo de la cerradura de la puerta secreta. Gir la mano de la mueca
una vez que el dedo estuvo suficientemente dentro y bot el seguro. La puerta se abri
hacia arriba.
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El chillido continu en tanto Gina vea la oscuridad sin fondo que haba abajo. Anduvo a
gatas por el tico juntando sbanas y cortinas, atndolas. De los odos y los ojos le salan
borbotones de sangre, ya estaba casi sorda y ciega, pero trabajaba frenticamente,
rezando por mantenerse consciente hasta que hubiera logrado lo necesario para hacer
un intento por descender en la oscuridad. At un extremo a una de las patas frontales
de la vitrina y solt quince metros de cuerda hechiza por la puerta secreta. Se limpi los
ojos por ltima vez, manchando sus manos de sangre, y comenz a descolgarse por la
cuerda: metro y medio, tres, seis.
Los gritos se desvanecan conforme iba bajando. Gina volvi a regresar en s. La sangre
dej de salir, sus odos dejaron de retumbar y su visin se clarific, en cuanto se limpi
la sangre de la cara con la sbana, alcanz a observar arriba una luz deslumbrante.
Otra mueca de porcelana estaba en el borde de la puerta secreta con un cerillo
encendido en su diminuta mano. Gina crey observar una sonrisita cuando la cosa solt
el cerillo y prendi fuego a la cuerda.
Gina trat de apurarse para descender, pero las llamas avanzaban con rapidez,
resbalaban alegremente por la escalera de tela. Arriba, la pequea mueca saludaba, el
fuego alcanzo los dedos de Gina. Esto provoc que se soltara y cayera en picada por el
negro abismo.
Aterriz con un sonido quebradizo y sordo de sus huesos, desparramada sobre un piso
arenoso. Un tramo de escalera desvencijada se alzaba sobre ella. Se sent quejndose, y
los alrededores comenzaron a cobrar forma en la penumbra.
Ahora estaba en un stano de estilo bostoniano muy a la antigua. Colgaban de las vigas
unos focos cubiertos de telaraas, proyectando una luz mugrienta por todo el cuarto.
Las paredes de piedra podridas se alzaban sobre un piso de polvo compactado. El
stano se extenda hacia una zona sombra y las escaleras llevaban hacia una oscuridad
inescrutable.
La voz de una viejecilla chillaba desde arriba:
Los pequeos mocosos deben quedarse ah abajo en la oscuridad! Estarn ah hasta
que hayan aprendido la leccin!
Se escuch bajar por la escalera el eco de un gozne que se cerraba. Gina se preguntaba
cul sera la leccin. Se detuvo.
Ese lugar era un calabozo. Cascadas de agua resbalaban por la pared y formaban charcos
en el piso. El estmago de Gina se revolvi ante la vista de unas araas rojas que se
desplazaban por sus telaraas hacia el techo. Haba soldados de plstico derretidos,
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cochecitos rotos y osos de peluche destripados que yacan por todo el suelo. Eran las
primeras vctimas de los nios.
Gina camin sobre ellos y trat se subir por la escalera, pero el primer escaln se
despedaz al contacto con su pie. Pronto la escalera entera cay en pedazos, ante la
vista de Gina. Tena que haber otra escapatoria; una salida distinta que la puerta secreta
al final de una escalera desintegrada.
Busc pistas para comprender de qu se trataba esta parte de la salida de miedos.
Frascos de conservas llenaban algunas estanteras dilapidadas. Tom uno y le limpi el
polvo, preparada para cualquiera que fuera el horror que contuviera. Para su sorpresa,
vio que contena brillantes duraznos anaranjados. Despus de quitarle el polvo,
soplando, a unos cuantos ms, encontr una variedad de apetecibles frutas y vegetales, y
trat de abrir uno de esos frascos, pero las tapa estaba perfectamente sellada.
Seguramente haban encerrado a Keech aqu por largos perodos de tiempo sin comida.
De pequeo habra podido alcanzar los frascos, ms no habra sido lo suficientemente
fuerte como para poder abrirlos, y si lo hubiese roto para obtener algo de comida,
probablemente recibira una severa golpiza.
Arroj el frasco contra la pared. Pedazos de vidrio volaron de regreso contra ella como
una metralla, pero los esquiv rpidamente. La fruta se estrell contra la piedra y se
revent como si fuera un rgano del cuerpo.
Una sangrienta mancha de desliz por la pared. El leve maullido de un gato emergi de
entre las oscuras sombras del stano. Otro le contest. El candente jadeo de un perro se
uni al coro, al igual que el croar de varias ranas. Grupos de ojos de animales, como si
fueran diminutos espejos amarillos, brillaron en la oscuridad mirando a Gina. Sus patas
y aletas, sus vientres de serpiente y alas de insecto se acercaron poco a poco de entre la
cochambrosa luz. stas parecan ser las segundas vctimas de los gemelos. En tanto se
aproximaban a Gina, cojeando, retorcindose y arrastrndose, aparecan las
consecuencias de los terribles juegos infantiles de los Kassner.
Un gato despellejado sali de entre las sombras, sus vrtebras parecan largas y blancas
orugas amarradas por un hilo aceitoso. Un cachorro que slo tena la parte inferior de la
quijada lo segua enceguecido y a trompicones; tena la parte superior de la cabeza
pulposa como un meln martillado. La lengua, floja desde la raz, le colgaba de un lado
sobre los dientes rotos, un mapache quemado, con cavidades oculares vacas y hmedas,
se asom desde atrs de un barril roto. Ranas y sapos con la piel incendiada, palomillas
de alas marchitas, gusanos cortados en partes y otras cosas torturadas se retorcan
dirigindose hacia ella.
Gina se pregunt si a los Voradores les gustaba la irona. Disfrutaban la brutalidad
evidentemente; sin embargo, algo haca pensar que los hermanos Kassner seguramente
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haban hecho tales atrocidades antes de que alguno de los dos cayera vctima de un
Vorador. Keech haba arremetido contra animales inocentes porque a l mismo lo
haban torturado de nio, y luego sus vctimas haban regresado para atormentarlo en
su salida de miedos.
Pobres criaturas murmur Gina.
El gato despellejado sise. Todos los ojos de los animales estaban prendidos con odio.
No era compasin lo que buscaban. Era venganza.
Gina se ech para atrs, tratando desesperadamente de encontrar otra salida.
De entre la mancha sangrienta en la pared, una manchita del tamao de una moneda de
diez centavos solt un destello frente a ella. Era un agujero por el que entraba luz desde
el otro lado. Los animales se arrastraban ms cerca ahora. Gina apret el puo y golpe
la pared tan fuerte como pudo.
Su puetazo cay solido en el pequeo hueco. Entre el brazo y el hombro le reverber el
dolor pero logr abrir una grieta de buen tamao desde el suelo hasta el techo. La
marejada de insectos lisiados y ranas destrozadas herva entre sus pies. El gato sin piel
se agazap, listo para saltar.
Gina se alej de la grieta, tom aire y carg contra la pared con el hombro. Cedi con el
crujido de un temblor justo en el momento en el que el gato brinc al aire con el pellejo
colgndole haca atrs; estuvo a punto de rasguarla. Cruz entre los escombros
polvorientos y se abri paso hasta la luz brillante.
Cuando miro hacia atrs, Gina ya no vio a ninguna de las criaturas de pesadilla. De
hecho, no haba rastros del stano. Una sbana brillante y dorada se extenda hasta el
horizonte. Bella pero inhspita, pareca el tipo de paisaje africano que haba visto en los
documentales de televisin, aunque en una versin mucho ms desolada. No haba
rboles que dieran sombra, ni bichos zumbando, ni aves volando con sus sonidos de
alharaca.
Gina escrut con cuidado la vasta nada llena de maleza que se expanda en todas
direcciones. El sol arda directamente arriba de su cabeza. Era un lugar hostil y solitario,
sin direccin ni confort.
Seguramente, cuando era pequeo, Keech vea as el mundo.
El incansable sol la golpeaba con fuerza. Su boca se sec, sus pies punzaban y el cido
de la lengua de un caballo le haba comido ya ms carne de la palma de la mano. Alz la
mano para cubrirse los ojos del sol y vio como la luz atravesaba la delgada membrana de
piel.
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El stano haba estado fro y hmedo. Pronto ansi aquella oscuridad. El calor era
torturante, pero ella no poda hacer ms que seguir adelante.
Eso era precisamente lo que el Vorador quera, exactamente as haba diseado la salida
de miedos. Una vez que la vctima quedaba atrapada adentro, no tena otra opcin ms
que dejar que el miedo y el dolor la fueran sumergiendo, ms y ms, hasta lo ms
profundo, en el cautiverio de su pesadilla.
A la distancia, un par de salientes de piedra color caf oscuro sobresalan entre la
llanura. No producan sombra alguna para ese pesado sol inmvil, pero al menos eran un
cambio en el paisaje. Gina camin con dificultad hacia las torres masivas y, conforme se
fue acercando, se dio cuenta de que eran idnticas. Estaban ah de pie, como un par de
gigantes de piedra gemelos. Pas en medio de ellas, mirando hacia arriba, buscando
cualquier peligro que pudiera acecharla desde sus cimas, pero no vio ms que el sol
deslumbrante.
La garganta le arda de sed y los primeros indicios de pnico comenzaron a dar vueltas
dentro de ella. Poda combatir con muecas de porcelana y animales deformes, pues
tenan un tamao y unas dimensiones que poda calcular, pero cmo poda luchar
contra un enemigo como la insolacin?
No haba escape del sol, ni un final previsible en ese desierto que exista en la mente de
Keech. Todo lo que Gina poda hacer era poner un pie delante del otro. Con la mano
lastimada sac de su bolsillo el dibujo en crayola. La solitaria brasa de esperanza no le
produca muchos nimos en este yermo y solitario lugar.
Aunque la salida de miedos de Henry haba sido terrorfica y peligrosa, los signos de
esperanza en su pesadilla se perciban de inmediato, como seales que guiaban hacia
una alma espantada que se haba adentrado en la salida de miedos apenas unas horas
antes de que ella llegara. Pero Keech haba desaparecido haca muchos aos y, por lo
menos, hasta donde Gina saba, haba perdido el camino en el desierto de sus miedos
mucho tiempo atrs.
Las torres de piedra se fueron perdiendo en la distancia detrs de ella, pero an no
apareca nada en el horizonte, slo haba arena, sol y un cielo vaco.
Hirviendo, sin esperanza, terrible y cruelmente sola.
Gina pronto comenz a delirar por el calor y la deshidratacin. Ya no importaba qu era
real y qu era pesadilla. Su cuerpo estaba reaccionando a las experiencias de su mente y
sta mora lentamente a medida que pasaba el tiempo. Volvi a levantar la mano herida.
El cido se haba comido ya lo que quedaba de piel, dejndole una cavidad en la carne
del tamao de una moneda grande. Gina no poda hacer otra cosa ms que intentar
ignorar el punzante dolor y repetirse, una y otra vez, que no era real lo que estaba
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experimentando. Se asom al hueco en su mano y vio algo diferente ahora. El cambio en
el paisaje era sutil, pero despus de la candente eternidad invariable, sinti un poco de
esperanza.
Los buitres negros volaban, a lo alto y en crculos, sobre un monte rocoso coronado con
dos rboles muertos. Gina se iba para adelante, tropezando con los peascos mientras
suba. Cuando finalmente lleg a la cima, sinti el hedor que haba atrado a los buitres
hacia la tumba.
El valle de abajo estaba repleto de cadveres: leones, rinocerontes, elefantes y muchos
otros que yacan en pilas inmviles que los buitres atacaban. Un viento ptrido sopl en
su cara y removi las cobijas de moscas que cubran a los muertos. Volte a su
alrededor, tratando de encontrar aquello que haba matado a esas bestias, pero no vio
movimiento bajo la brillante luz del medioda. Descendi con cautela.
Algunos de los cuerpos se haban inflado como globos debido al calor, mientras que
otros estaban repletos de gusanos. Mientras que Gina se haca camino entre los
animales en putrefaccin, se dio cuenta de que todos tenan una cosa en comn, pues
yacan en parejas y parecan haber muerto en la agona de una pelea: eran gemelos.
Pas al lado de un leopardo que tena las tripas fuera. Estaba podrido y tena las garras
enterradas en el cuello de otro leopardo. Dos us estaban tirados uno al lado del otro
con sus ojos abiertos, sus cuerpos estaban destrozados y sus cornamentas llenas de
sangre. Incluso un par de serpientes enredadas formaban un montoncito.
Examina el patrn, se dijo Gina a s misma. Resuelve el enigma y encuentra a Keech.
Haba rivalidad entre los hermanos? Uno tema destruir al otro? Los animales gemelos
muertos eran un misterio que a Gina se le escapaba. El sol inmvil cocinaba sus cuerpos
y la lengua de Gina estaba hinchada de sed. Volaban moscas a su alrededor, conforme
zigzagueaba entre los cuerpos.
Ms adelante, un brillo llam su atencin.
Unas enormes palmas se mecan sobre agua cristalina, y en la orilla susurraban juncos
altos y verdes. Se fue tambaleando por la arena hacia el oasis. Una brisa fresca sopl por
encima del agua. Gina se derrumb sobre las rodillas entre el fango, junt las manos en
forma de copa y bebi. Por su mano quemada se escurra el agua, pero con su lengua
recoga el agua suficiente como para sofocar el ardiente dolor en su garganta.
Las palmas se mecan arriba y los juncos susurraban. Se limpi la herida en la rodilla con
el agua cristalina. Gina no tena idea de lo que era ese lugar.
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Pens que tal vez el estanque haba atrado a los animales del valle; pero por qu venan
en parejas y luego se mataban uno al otro, era algo que no poda entender. Este oasis
pareca pacfico.
Gina mir hacia abajo la charca quieta y observ su reflejo, luego se ech para atrs de
un jaln. Su reflejo no se mova en sincrona con ella. En lugar de eso, se mantena
observndola fijamente, seria y sin moverse. Gina volte para un lado y luego para el
otro, pero su imagen en el reflejo se mantena paralizada, muy quieta.
De repente, la figura brot a la superficie del agua y la tom por la garganta. Gina cay
hacia atrs. La cara que siempre haba visto en el espejo era ahora horrenda y lasciva. Su
copia apret las manos sobre su cuello. Gina arremeti contra sta y le dio un golpe a su
doble en la barbilla. Algo de luz brillante centelle frente a sus ojos y sinti que le
explotaba un dolor en su propia quijada.
Las manos soltaron su garganta. Ambas se incorporaron torpemente.
Gina y su doble caminaron en crculo manteniendo las distancias. Cada detalle estaba
replicado: su bronceado reciente, su palma desfigurada, los rasguos de la mueca de
porcelana en sus brazos, todo. Su gemela maldita la vea de regreso con ojos de locura,
hinchados de sangre y con la boca gruendo un ruido seco. En la barbilla, ah donde
Gina le haba pegado, le estaba saliendo un moretn. Gina sinti tambin el dolor en su
propia cara.
Qu quieres? pregunt Gina.
La doble sali disparada y le solt un zarpazo a Gina en la cara. sta se hizo para atrs,
pero no lo suficientemente rpido. Las uas rasgaron su mejilla hasta la barbilla. Gina
sinti el ardor y vio cmo se reflejaban los rasguos de un rojo brillante en el rostro de la
doble.
Sus ojos giraron de un lado a otro, tratando de encontrar una ruta de escape. No haba
tal cosa, solamente el agua o el valle donde todos los dems haban muerto. Una piedra
ligeramente ms grande que su puo yaca cerca de la orilla a unos cuantos centmetros.
La atrap y la alz, como si fuera un martillo. Su doble se agach defensivamente
anticipando el ataque.
Gina no quera matar a su gemela, pero pareca ser la regla en este lugar: la
sobrevivencia del ms apto. Gina se lanz contra su doble y ambas rodaron uno metros,
rasgundose, arandose y mordindose. Gina ignor el ardor de las heridas y luch
contra su doble hasta tenerla contra el suelo apoyndose en las rodillas. Su reflejo la
mir con los ojos duros de furia pero sin decir nada. Gina sostuvo la piedra encima de
ella, preparndose para dejarla caer sobre la cabeza de su atacante.
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Entonces pens en las bestias muertas en el desierto, en los rasguos en la mejilla de su
doble y en el dolor en su propia quijada. Las lesiones que una le propiciaba a la otra las
sufran las dos. Si Gina le reventaba el crneo era probable que tambin explotara su
propio cerebro.
El antagonismo entre los gemelos los destrua a ambos. Era esa la raz de los miedos de
Keech?
Piensa, se dijo: rivalidad. Estas muertes se deban a rivalidades. No saba cmo haba
sido la relacin entre Mitch y Keech cuando eran nios, pero aqu cada gemelo estaba
enojado y quera vencer al otro.
Y aqu eso era imposible porque exista un lazo invisible entre ambos. Lastimar a uno
lastimaba al otro.
No necesitaba controlar a su doble, no poda. Necesitaban ser iguales, hermanas, no
enemigas.
Gina avent la piedra en el agua y levant las manos.
La doble aull y volvi a agarrar a Gina de la garganta. Pero Gina no pele, en vez de eso
se estir y la abrazo. Las manos de la gemela apretaron ms su cuello, pero Gina no
titube.
Para.
Las manos se soltaron. Gina suavemente acerc a la doble y la envolvi en un abrazo. Su
gemela se tens, pero luego se relaj y sonri una vez, antes de disiparse como vaho
entre el viento fro.
Gina se toc la mejilla. La cortada se cerr bajo sus yemas, aunque an poda sentir el
trazo de la cicatriz.
Volte para abajo y vio una pequea crayola verde cavada en la arena, la cera no se haba
derretido milagrosamente. Una segunda migaja se estaba acercando.
Gina levant la crayola y la guard junto con el dibujo.
Escuch un rugido y el lago comenz a girar, convirtindose en un remolino
descendiente, como si le hubieran quitado el tapn a una tina gigante. Pronto, un campo
de cieno era todo lo que quedaba de las aguas cristalinas.
Gina camino sobre el oasis drenado, Ah, en el centro haba una pequea reja metlica,
perfectamente circular. La levant como escotilla y qued expuesto un pasaje redondo
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de concreto que descenda de frente, hacia abajo. Peldaos de fierro salan de la pared,
an goteaba el agua. Gina descendi entre la oscuridad y el pasaje de la escalera se abri
ante una gran caverna.
Se solt desde el ltimo peldao, para caer sobre una saliente de piedra. En el centro de
la cueva haba una enorme jaula herrumbrosa, suficientemente grande como para que
cupiera un camin de mudanzas dentro.
En la pared, unas antorchas intermitentes proyectaban su luz sobre la enorme cosa que
dorma adentro. Acercndose con cuidado, rodeando los barrotes corrodos, observ
detenidamente al prisionero.
Era humanoide y dorma de lado con una mano sobre la cara. Por la manera en que
estaba echado dentro de la jaula, Gina consider que podra medir hasta ms de tres
metros, con sus fofos brazos y sus abultadas piernas que parecan hinchadas y
tumescentes. Gina pens que si lo picaba con un alfiler la criatura tronara como un
globo. Se pareca a un Kassner o, por lo menos, a una forma demonaca de uno de ellos,
pero con las expresiones faciales exageradas y finas y la piel manchada de negro. La
respiracin de aquella cosa se mantena profunda y constante, y a veces roncaba.
El monstruo se sacudi mientras ella rodeaba la jaula.
Una bola de piel dilatada y arrugada le creca en el amplio lomo. De la protuberancia, le
salan dos brazos flacuchos que se movan y agitaban y una cabeza deforme, con ojos
que parecan sellados tras los prpados ceidos.
Gina lo vea con asco, confundida ante tan lamentable abominacin.
Quin es Keech y quin es Mitch?
Slo haba una manera de saberlo.
Keech susurr Gina
Los prpados carnosos de la protuberancia se abrieron y sus ojos grises y acuosos se
abrieron grandes de terror. Gina se escurri entre los barrotes y camin de puntitas
hacia l.
Keech repiti, est bien, vamos a salir de aqu.
La pequea boca era un hoyo crudo que temblaba haciendo un sonido de sorbido
hmedo.
No, no me puedo ir sin el grandote.
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Gina se estir y toc su mano demacrada.
No necesitas a Mitch para sobrevivir, Keech.
Mitch
T eres fuerte, Keech, y parte de ti sigue siendo buena.
Los ojos pestaearon y su labio inferior se movi.
Malos, somos malos, por eso estamos encerrados en este lugar oscuro.
Puede que los nios buenos hagan cosas malas le explic , pero siempre pueden
reparar los daos. Gina meti la mano en su bolsillo y sac la hoja de papel doblada,
el alegre dibujo en crayola que haba encontrado en el tico. Se la acerc a Keech y
sonri. Es tuyo?
Me gusta dibujar.
Podras dibujarme algo?
Perd todas mis crayolas.
Encontr una Gina le dio la crayola verde y la protuberancia la observ con
sorpresa. La tom entre sus pequeas manos y la sostuvo, despus empez a colorear en
el aire con ella. Gina quedo maravillada ante las espirales que aparecan de la nada. Al
principio eran tenues, pero despus adquirieron vitalidad. Con cada Trazo de la crayola
la figura se vea ms infantil, hasta que slo lo una al horrible monstruo una delgada
capa de piel. El nio se vea un poco ms grande que Henry, vesta una playera de
bisbol y pantalones vaqueros. Gina lo tom de las manos.
Y entonces la corpulenta bestia se despert.
Mitch.
El monstruo se revolc para desperezarse y gir para enfrentar al intruso. Se escucharon
huesos tronar y cartlagos quebrarse. La bestia aull de agona y de furia. Atac a Gina,
pero ella lo esquiv y rod por el suelo hasta el otro lado de la jaula. El brazo derecho del
gigante se haba atorado entre dos barrotes oxidados de su prisin y ste luchaba por
soltarse.
Despertaste a mi yo malo dijo el nio. Vete, vete antes de que te haga dao como
les hago dao a todos.
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Habla con Mitch! Dile que se detenga!
Mitch no sta aqu. Slo soy yo. El nio estaba atemorizado. A l lo perd hace
mucho. Estoy solo aqu.
Y entonces Gina entendi.
El doble del oasis, las bestias idnticas atrapadas en golpes mortales, el vasto y vaco
desierto: esta salida de miedos no se trataba de ser el hermano ms dbil. El miedo ms
profundo de Keech no era su hermano.
Ms que nada, se tena miedo a s mismo.
De pequeo, su personalidad se haba dividido: su mitad oscura haba abierto una boca
negra dentro de l para que se tragara el dolor y el coraje, mientras que la mitad
iluminada se marchitaba como fruta podrida. En este lugar, todo lo bueno que tena el
nio se haba consumido.
Ya no ests solo dijo Gina. Vendrs conmigo.
Gina volvi a tomar las manos del nio y lo jal para atrs. La carne se raj y la piel que
una a la bestia con el nio quedo rota. El monstruo gruo en agona.
Vamos!
Gina y Keech se escabulleron entre los barrotes antes de que cayera sobre ellos un
pesado puo que acab por estrellarse contra la jaula, mecindola hacia adelante y hacia
atrs.
Keech qued paralizado de miedo ante su ser malvado que pegaba contra los barrotes y
bramaba. Los rugidos resonaban en toda la cueva moviendo cada una de las piedras.
Desde las paredes cayeron pedruscos y las estalactitas se precipitaban como lanzas
dentro del piso. El monstruo torci los barrotes de la jaula y se abri camino por la
apertura ensanchada. Keech simplemente se agach en el piso y se redujo a posicin
fetal.
Gina se agach a su lado.
Recuerdas tus dibujos? Su voz sonaba delgada como la brisa. Dibjanos algo.
Keech mir fijamente la crayola que sostena en la mano. La acerc a Gina.
Ten, dibuja t.
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El monstruo estaba libre y casi encima de ellos. Gina no volte a Verlo.
No puedo Gina le sonri con dulzura, no puedo hacerlo por ti. Dibuja lo que
quieras que pase.
El nio alz la crayola y dibuj un lazo en el aire. ste cay sobre la cabeza del
monstruo y entonces Keech lo apret. La criatura jade y perdi el balance. Cay y
aterriz resquebrajndose, y empez a salirle humo por la nariz. Se retorca
violentamente sobre el piso. Sus convulsiones enrgicas estaban tirando abajo los muros
de la cueva. Gina busc frenticamente la salida, pero no haba tal.
Keech, scanos de aqu.
Pens un momento, mientras el monstruo se arranc el lazo de la cabeza y lo avent
hacia un lado. Alz una garra sobre su mitad ms dbil. El nio se tambale y se estir
para atrs dejando caer la crayola al suelo, pero Gina lo sostuvo de la mano.
T puedes hacerlo! levant la crayola y la coloc entre los dedos de Keech, que
asinti de inmediato.
Dibuj un rectngulo en el aire y luego un crculo en medio. Tom el crculo y lo volte.
La perilla gir y la puerta fuera de ese infierno se abri revelando una luz del otro lado.
El monstruo aull y corri tras ellos. Gina cruz por la puerta, pero Keech dudaba.
Qu hay all? pregunt.
Ella lo tom de la mano.
Mitch.
Tomados de la mano, ambos cruzaron hacia la luz, mientras la caverna se colapsaba y el
resto de la salida de miedos desapareca en la nada.
Simon Holt Grupo Pandemonium
135
Captulo 16
Gina recobr, aturdida, la conciencia sobre el piso del congelador, tena la cabeza
recargada sobre el pecho de Keech. Por un momento, su mente exhausta le hizo pensar
que tena siete u ocho aos y que estaba despertando de una siesta sobre el sof, frente a
la televisin, que era una nia pequea que se haba quedado dormida sobre el regazo de
su pap.
Pero el fro penetrante y la spera respiracin dificultosa que sala de los pulmones de
Keech la llevaron a sentarse. El aire frgido y hmedo giraba frenticamente sobre su
cabeza, como un cicln, pero el vapor ya no era blanco tenue, pareca un cometa
repulsivo con cola aceitosa y con una mancha perturbadora en la cabeza que se
convulsionaba y transformaba.
Gina poda distinguir una imitacin de la cara de Keech, ms joven, entre las
pulsaciones errticas, como si el Vorador estuviera luchando por retener al nio
inocente que haba consumido desde hacia ya varios aos; pero no poda mantener las
caractersticas humanas, la cara flaqueaba y se dispersaba en forma de amibas. El
Vorador se aferraba a la existencia. Gina no sinti la satisfaccin que haba credo
sentira al verlo entrar en pnico y agonizante.
En un ltimo ataque de furia, el inestable monstruo creci y se estrell contra la cara de
Gina. El ptrido vaho se desintegr a los lados de su cabeza. Oli el miedo del Vorador
ante la muerte, tan ntido como la esencia de un animal recin atropellado. Record a
Eben y cerr los ojos y trat de contener el aliento, resistindose a inhalar el veneno.
Nuestra
La cosa hablaba con voz spera. Estaba deshecha, pero se mantuvo en el aire fro por un
tortuoso momento ms. La voz sala de todos y de ningn lado. Gina escuch un
antiguo coro de cosas malvolas haciendo eco en su cabeza.
Sers nuestra
Y luego desapareci. Sobre la piel desnuda de Gina qued un residuo de asquerosa
humedad, pero el monstruo ya no exista.
Keech tosi hueco y dbil al principio, luego ms fuerte y alto conforme el aire fro
refrescaba sus pulmones y el oxgeno flua hasta su cerebro: una mente liberada.
Keech
Simon Holt Grupo Pandemonium
136
Mitch, envuelto en toallas blancas de gimnasio, haba abierto la puerta del congelador y
tropezado dentro, tena heridas negras y profundas alrededor de los ojos, producto de la
violenta rotura de su nariz.
Aarn entr unos pasos atrs, hosco y callado. Mir inmediatamente a Gina y asinti.
Mitch se hinc conmovedoramente al lado de su hermano.
Keech, soy yo, puedes escucharme?
Los prpados de Keech se abrieron lentamente como los de un recin nacido. Haca
bizcos y parpadeaba repetidamente. Lami su labio cortado y trag, reseco y adolorido.
Toc la mejilla de su hermano.
Te conozco.
Se escuch sorprendido por el sonido de su propia voz desde las entraas.
Mitch coloc una mano callosa, pero cuidadosa, bajo la cabeza de su hermano y lo
ayud a sentarse. Despus lo puso en pie, absorbiendo todo el peso de su dbil hermano.
Mitch volte a ver a Gina, mientras Keech se recargaba en su hombro.
Gracias, te debo una.
Los gemelos salieron del congelador y entraron a la oscura cafetera. Maana habra ms
policas. La escuela, aunque hubiera terminado, estara cerrada y acordonada:
interrogatorios, los medios, otra investigacin.
Pero eso sera maana.
Ahora se reactivaban los sentidos y se haca presente el dolor producto de las heridas
que haba recibido en la salida de miedos. Las manos le dolan particularmente.
Examin su palma en donde el cido del caballo le haba quemado: un tejido grisceo y
cicatrizante estropeaba su piel y, cuando lo presionaba, le sala humo negro. De alguna
manera, era como reventar una ampolla. Aarn tom la mano de Gina y la examin.
Te duele?
No.
Gina, me preocupa esto, con lo que le pas a Eben, la tos y
Simon Holt Grupo Pandemonium
137
Ahora no, Aarn, por favor?
Asinti y le puso una toalla sobre los hombros. Salieron del congelador. l la sostena
mientras avanzaban lentamente por el pasillo.
Una silueta apareci al fondo del poco iluminado corredor.
Los finales ya acabaron, saban? Felicidades, los dos aprobaron. Y t, Gina, obtuviste
un diez por el trabajo extra de esta noche.
El profesor Machen prendi las luces del pasillo. De un lado sostena una pistola.
Qu carajos? Aarn cubri a Gina.
Oh, no Aarn!; es uno de ellos la mente de Gina estaba fatigada ms all de la
capacidad humana y la impactante aparicin de Machen era ms de lo que poda
soportar. Claro, en la clase, el que me provoc la visin, era un Vorador.
Aarn corri contra Machen, antes de que pudiera alzar el arma, pero el profesor de
Literatura sencillamente lo tom de las muecas y lo gir, tirndolo sobre el piso. Haba
usado la energa de Aarn en contra de ste mismo. Luego se rasc la sien con la pistola
y neg decepcionado con la cabeza.
Por favor, dame un poco ms de crdito. De verdad crees que me expondra como
Vorador despus de lo que hicieron en el congelador?
Entonces, qu eres?, polica?
No, no, yo opero fuera de ciertas leyes, de una manera muy diferente, como haca otro
conocido muy cercano a ustedes.
Espera, eres un rastreador?
Hay alguien en este pueblo que sea lo que supone ser? Aarn se levant y sob su
mueca. Le pusieron algo al agua o qu?
Tenemos mucho de qu hablar continu Machen, pero no aqu. Entrada a la
fuerza, animales asesinados; nada muy sutil que digamos. Sganme.
Por qu habramos de seguirle? pregunt Gina.
Machen ya estaba caminando a prisa rumbo al gimnasio. Sacudi la pistola en el aire,
pero no volte.
Simon Holt Grupo Pandemonium
138
Aarn mir a Gina:
Puede que tengan informacin sobre el solsticio, Gina. Deberamos escucharlo.
Bueno, pues supongo que de algo sirvi avisarle a mi pap que pasara la noche en tu
casa.
Aarn volvi a tomar la mano de Gina y la jal por el pasillo. Machen sostena abierta la
puerta de salida del gimnasio.
Apresrense, la polica est enfrente arrestando a los Kassner.
El corazn de Gina se hundi. No haba sido el gran reencuentro de hermanos que ella
esperaba.
Se escabulleron por el estacionamiento hacia el bosque atrs de la escuela. Las luces
azules y rojas pegaban contra las ramas y las hojas altas. Gina trataba de sacarse de la
cabeza a los Kassner. No haba nada que pudiera hacer en ese momento.
Una vez fuera del territorio escolar, Machen prendi la linterna que Aarn haba dejado
atrs y gui al par de adolescentes en lo profundo de la arboleda. Haba montado un
pequeo campamento con una tienda individual entre el espeso follaje. Era un escondite
discreto que haba usado para mantener la escuela en observacin.
Cmo sabas que vendramos aqu? pregunt Aarn.
Tu celular, Aarn, est intervenido. Es ms fcil interceptar celulares que cables, slo
hay que seguir la seal.
Como si no estuviera paranoico de por s.
Gina sigui a Machen.
Entonces, ya estoy aqu. Dime qu puedes hacer para ayudar, de lo contrario, lrgate
de aqu. No me importa a qu tipo de organizacin secreta pertenezcas, dame algo que
me ayude a destruir a esas cosas o yo misma llamar a la polica y les dir que hay un
pervertido, que se esconde en el bosque y espa a las nias menores de edad del
campamento de porristas.
Machen sonri.
No entiendes, Gina. Los rastreadores creyeron que saban todo lo que necesitaban
saber. Las personas se vuelven Voradores, nosotros los encontramos y los erradicamos.
Simon Holt Grupo Pandemonium
139
Simple y sencillo. Nuestra fraternidad lo ha estado haciendo por siglos. Pero ahora t
has puesto todo boca arriba. Eres el sanador de Cutters Wedge.
Qu quieres decir con que lo he puesto todo boca arriba? pregunt. Traje de
regreso a mi hermano y salv a Keech Kassner.
Y los de tu equipo los hubieran asesinado aadi Aarn.
No, asesinado no, exterminado.
Su mtodo ya no es admisible. Gina mir a Machen directo a los ojos. No habr
ms matanzas.
Hago lo que hace falta.
Ya no, yo
No se trata slo de ti, Gina. Estos monstruos han destruido vidas, comunidades,
civilizaciones enteras. No sabes a qu te ests enfrentando.
A quin perdiste? pregunt Gina.
No estoy aqu para
Un hermano? Hermana? Responde.
Machen se qued parado en silencio y, cuando finalmente habl, lo hizo sin
sentimiento, como si hubiera pasado a otro nivel de emociones.
Mi esposa, mis hijos. Cuando los Voradores se enteraron de que haban descubierto
su existencia, mataron a todos los que quera.
Lo siento.
Machen camin de un lado para otro, bajo sus botas tronaban ramas:
Eben les cont que lo expulsaron de los rastreadores?
No, yo ni siquiera saba que ustedes existan hasta hace apenas unas horas le
explic Gina.
Bueno, pues as es asinti Machen. Esto sucedi despus de que fall y no mat a
tu hermano.
Simon Holt Grupo Pandemonium
140
Qu? pregunt jadeando Aarn.
Gina no dijo nada.
Su trabajo era eliminar Voradores. Deba encargarse de Henry, pero no lo hizo, y por
eso lo sacaron de la fraternidad. Me enviaron como su reemplazo. No para matar a
Henry aadi rpidamente. Al parecer tu hermano ya se ha recuperado. Pero
adems de encargarme de cualquier amenaza, tengo la orden de observar e investigar
sobre el poder que tienes. Pero los Voradores se mantuvieron desapercibidos por seis
meses y por eso no dije nada. No hasta el viernes pasado, claro.
Entonces sabas lo que estaba pasando en clase reclam Gina.
Y de qu sirve que nos cuentes ahora? pregunt Aarn.
Vi algo que no esperaba ver nunca explic Machen, un humano posedo trado
de regreso y un Vorador destruido. Deberamos estar trabajando juntos, Gina, no lo
ves? Podramos ayudarnos.
Cmo?
Los voradores forman una red extensa, con muchos recursos, y t tienes una
perspectiva peculiar acerca de cmo operan los Voradores. Quiz, si trabajramos
juntos, podramos acabar con ellos para siempre.
Aarn torci los labios y se encogi de hombros.
Qu sabes acerca de los Voradores y el solsticio de verano? pregunt.
Machen pens la respuesta.
Casi nada. Los Voradores suelen estar ms quietos alrededor del solsticio. Sus
poderes alucinatorios son ms dbiles en esta poca del ao, aunque nadie sabe por qu,
pero se ve que han estado ms activos durante este verano.
Qu aguda observacin exclam Gina con frialdad.
Tenemos evidencia que sugiere que los voradores estn planeando algo grande para
este solsticio inform Aarn. Crees que tus recursos puedan echarle un vistazo a
eso?
Ver qu puedo averiguar. Mientras tanto, mantnganse en silencio. No ms
allanamientos. Si los encierran, no puedo ayudarlos. Para este pueblo yo no soy ms que
Simon Holt Grupo Pandemonium
141
un maestro de Literatura. Le pas su linterna a Aarn. Una pregunta, Gina. Qu
viste en tu visin de la clase?
Vi a mi hermano como asesino, mi miedo ms profundo.
Ten cuidado, Gina advirti Machen, dudo que sepas cul es tu miedo ms
profundo. Tu mente no te deja, pero estos monstruos van a tratar de encontrarlo. No lo
permitas.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Captulo 17
Gina estaba tan dolorida y cansada que el domingo no poda levantarse de la cama.
Machen haba manejado una hora, antes de dejarlos; haba interrogado a Gina sobre
todo lo que saba de los Voradores: cmo haban adquirido sus habilidades, cmo eran
los escapes de miedos y muchas otras preguntas sobre temas de los que Gina no tena
idea. Prometi reportarse con los Rastreadores y averiguar lo que pudiera sobre el
complot para el solsticio de los Voradores.
Al medioda, Gina regres al hospital pare ver a Eben como haba prometido que lo
hara, pero los mdicos le haban dado pastillas para dormir.
Tuvo un ataque epilptico esta maana le explic la enfermera.
Va a estar bien? pregunt Gina.
No sabra decirte, querida; pero le dir que viniste.
Esa tarde, Gina tom el telfono por lo menos seis veces, con la intencin de llamarle a
Aarn y contarle sobre Quinn. Keech estaba a salvo ahora y Aarn pareca recuperarse
de su terrible experiencia en la prisin. No debera ocultarle ese tipo de secreto a su
mejor amigo, su confidente, su comparsa en toda esta locura. Pero cada vez que lo
intentaba, pona el auricular de regreso en la base sin marcar.
Qu le iba a decir? Que ya haba hecho equipo con el monstruo que haba tratado de
matarlo en el lago, y que si, por favor, poda aceptar a Quinn como parte del equipo?
Haba algo ms. Gina saba que Aarn se sentira profundamente traicionado y con todo
derecho. Siempre estaba de su lado sin importar de qu se tratara, y ahora ella estaba
deliberadamente mantenindole en la oscuridad. Sinti que los hilos de su vida
comenzaban a girar en espiral y perda el control: la culpa se le revolcaba dentro. No
habia querido que las cosas llegaran hasta eso. El enojo, dolor y celos que Aarn sentira
cuando se enterara La perdonara por lo que haba hecho? Perdera de vista la escena
completa y saldra persiguiendo a Quinn? Se desatara un hilo de la trama que
indudablemente terminara con que alguno de los dos quedara muerto?
Vas a llamarle a alguien o slo ests checando constantemente que haya tono de
llamada? le pregunt su pap al entrar a la sala. Te juro que s pagu el telfono este
mes.
Gina volte sobresaltada. Sonri levemente y se incorpor.
Simon Holt Grupo Pandemonium
143
Ah, no, este, slo estaba pensando.
En qu?
Cosas.
Tom asinti severamente.
Espero que no ests planeando desaparecer el martes en la maana, antes de que
salgamos para Thornwood.
No, definitivamente no estaba pensando en eso. Aqu estar, pap.
Bien. Yo creo que sacars mucho provecho de esa visita, Gina. El doctor Unger es un
buen tipo.
O un monstruo sdico, pens Gina.
Tom se acerc a ella con curiosidad.
Qu es eso? pregunt. Tienes una marca en la cara.
La mano de Gina vol a su mejilla. Haba olvidado lo de la cicatriz de la salida de
miedos.
Y tu mano y tu brazos! Gina, de dnde salieron todas esas heridas?
Yo, pues, me ca, de la bici. Los caminos de regreso del hospital estaban
resbaladizos, pero no es nada grave.
Est bien Tom la mir dudoso. Sabes que me gustara que me contaras si es que
sucede algo malo; no importa lo que sea.
Lo s contest Gina.
El lunes era da libre de Aarn. Aprovecharon para pasar el tiempo investigando sobre la
teora de la amgdala. Gina le cont que era algo que haba estado pensando despus de
estudiar para el final de biologa.
Ja! Ya me supona que slo fastidiabas con eso de no hago ciencia. Esto es genial!
Aarn se entusiasm con la idea de que los Voradores entraban en los humanos va el
cerebro, justo como Gina lo haba imaginado; aunque para el anochecer todava no
haban encontrado nada que les sirviera.
Simon Holt Grupo Pandemonium
144
El martes amaneci soleado y hmedo, igual que los das anteriores. El Camino hasta
Thornwood estaba rodeado de perales en pleno florecimiento: explosiones hojosas de
ptalos blancos contra un teln de fondo de pastizales verdes para caballos. Gina, Tom
y Henry no haban dicho palabra alguna desde que se haban trepado a la camioneta.
Gina haba imaginado una edificacin mdica fra, de paredes blancas y metal. Por eso,
cuando salieron de la ltima curva del camino se sorprendi al ver una hermosa casa
seorial blanca, rodeada jardines y pastos bien cuidados. Algunos otros edificios,
incluyendo establos y graneros, estaban dispersos por la propiedad. Se pareca mucho
ms a un hostal en el campo que a una institucin psiquitrica. El escenario idlico slo
consigui que Gina se sintiera mucho ms incmoda.
Su padre estacion la camioneta y Henry sali fuera para guiar el camino hacia la puerta
y luego entraron, hasta la recepcin. Les pidieron que esperaran en una acogedora sala
con sillones cmodos, con mucho relleno, candelabros en las paredes y una chimenea.
Cuando la enfermera los encamin hasta la oficina del doctor Unger, no fue por pasillos
blancos y esterilizados, sino por un corredor de paneles de madera, decorado con
fotografas en blanco y negro de edificios histricos locales. Gina se dio cuenta de que,
lejos de ser un ambiente fro y estril, Thornwood pereca un hogar confortable y
placentero, ciertamente no un bastin de demoniacos cientficos locos.
El doctor Unger estaba sentado tras un gran escritorio de roble en su oficina: un estudio
amplio y lleno de luz, rodeado de estanteras y ms fotografas. En una esquina del
cuarto haba juguetes, material artstico y muebles para nios. Gina haba visto al
doctor Unger cuando haba ido a la primaria, pero an no se lo haban presentado
oficialmente. Era un hombre anciano, con una melena de cabello blanco y gafas de
armazn metlico, por las que se asomaban unos vivaces ojos azules. Tena cierto
parecido con Santa Claus, pero con una bata de laboratorio blanca en vez del traje de
terciopelo rojo.
En cuanto los Halloway entraron se levant de inmediato y se aproxim hacia ellos
afectuosamente.
Tom, excelente. Me da mucho gusto que hayamos podido armar esto. Me da gusto
verte de nuevo, Henry. Y t debes ser Gina le estrech la mano cordialmente.
Carlos Unger.
Hola Gina Tom su mano y salud. Se preguntaba si era un Vorador, si sentira
algo cuando lo tocara, si habra alguna seal, alguna chispa que lo delatara; pero
solamente sinti una mano rugosa y artrtica de un hombre viejo, solamente vio que sus
ojos amables les sonrean, le daban la bienvenida.
Por favor, Sentmonos todos invit, gesticulando hacia las sillas para nios.
Simon Holt Grupo Pandemonium
145
Durante la siguiente hora, el doctor Unger imparti una sesin familia. Gina trat de
responder a sus preguntas como una nia adolecente normal lo hara. No, no estaba
resentida con su padre, pero senta que estaba alejado de sus necesidades. Si, estaba
enojada con su mam y quiz estaba transfiriendo sus emociones hacia un mal
comportamiento con su pap y su hermano.
Dentro de todo, eran cosas normales de psiquiatra, pero Gina segua ansiosa, su mente
divagada pensando en los posibles horrores que se estaban llevando a cabo en ese
complejo, sin que nadie se diera cuenta.
Finalmente, Unger concluy la pltica con mucho tacto y les pidi cortsmente, a Gina
y Henry, que lo dejaron a solas con su pap durante unos diez minutos.
Y Gina, espero que la sesin te haya parecido fructfera. Creo que juntos vamos a
progresar bastante.
S, yo tambin lo creo sonri ella.
Gina estrech sus manos con las de Unger, y ella y Henry salieron de la oficina. Unger
cerr la puerta tras ellos, dejndolos en el corredor.
Qu tal, Henry. Sentiste algo?
Henry neg con la cabeza.
No, nada. No creo que el doctor Unger sea un Vorador, Gina.
Seguro?
Bueno eso creo.
Gina camin en sentido contrario al de la sala de espera.
Vamos a revisar el resto del edificio.
Pasaron frente a varias puertas cerradas. Gina haca que Henry se detuviera a cada una
de ellas, pero no sinti en ningn momento lo que haba sentido la noche que Quinn se
haba metido en su casa.
Qu pasar si alguien nos descubre? pregunt preocupado Henry
Decimos que nos perdimos.
Simon Holt Grupo Pandemonium
146
El corredor se abra en un atrio y luego segua por una escalera en un espiral. En el
segundo piso encontraron ms oficinas.
Nada? pregunt Gina esperanzadoramente.
Henry neg con la cabeza.
Me siento normal, nada ms.
Gina suspir y vio su reloj.
Pap probablemente se est preguntando dnde estamos.
Lo siento, Gina.
Gina le puso un brazo por encima de los hombros.
No es tu culpa. Supongo que me equivoqu respecto a este lugar.
Le sonri a Henry mientras iban bajando de regreso por la escalera, porque no quera
que se preocupara, pero lo nico en lo que pensaba era en los cuatro das y medio que
quedaban antes del solsticio. Thornwood no era el cuartel de los Voradores, entonces
dnde estaba?
Cuando llegaron al coche ya haba empezado de nuevo tormenta de rayos, al igual que
muchos de los das previos. Thornwood estaba en una zona baja, por eso el camino de
salida del edificio haba desaparecido casa completamente con la repentina inundacin.
Parece que hay un camino para camiones que sale por atrs hacia el bosque
coment Tom. No creo que la camioneta tenga problemas para pasar.
Subieron a la camioneta y se dirigieron hacia el camino trasero. La camioneta curveaba
por entre el denso bosque, y el golpeteo de las gotas de lluvia en las ventanas arrull a
Gina hasta que se qued dormida.
De repente Henry se estir desde el asiento trasero y le toc el hombro. Ella despert y
volte para atrs.
Lo siento, Gina insinu con los ojos bien abiertos, siento escalofros.
Apagar el aire acondicionado, amigo repuso Tom amablemente, mientras
alcanzaba el control de temperatura.
Simon Holt Grupo Pandemonium
147
Gina trat de memorizar la ubicacin, pero estaban en medio del bosque, cerca de nada.
Thornwood estaba por lo menos a kilmetro y medio atrs. Era la naturaleza, pero Gina
sinti una punzada de terrible emocin.
Los Voradores estaban all afuera.
Y ella estaba acercndose.
Aarn se senta intil.
Haba estado estudiando sitios de Internet y libros de ocultismo que haba encargado
por horas, pero nada pareca til en su bsqueda por aprender ms sobre los Voradores.
Gina estaba en Thornwood y, aunque haba prometido no hacer nada con precipitacin,
l estaba preocupado. Tena que hacer algo, encontrar algo que los ayudara a saber qu
hacer. Slo se le ocurra otro lugar en el que podra encontrar las respuestas que
necesitaba, pero significaba que tendra que traicionar la confianza de un amigo. Aarn
se puso sus tenis y baj volando la escalera. Rod su bici de diez velocidades fuera del
garaje y, unos minutos despus, ya estaba saliendo de su vecindario en direccin hacia el
pueblo.
El centro de Cutters Wedge se senta como si fuera un pueblo fantasma en la sofocante
tarde, despus de la torrencial lluvia. Aarn not los espejismos de vapor sobre el asfalto
justo cuando lleg a El rincn del mal y abra la puerta. Meti su bici en el cuarto
trasero y luego abri la gaveta donde Eben guardaba los registros fiscales y las facturas
de la tienda. En el estante que estaba hasta abajo haba una pequea caja de seguridad.
Haba visto a Eben abrirla muchas veces, sobre todo para reemplazar el poco efectivo
que guardaba ah. Estaba bastante seguro de la combinacin, pero no tanto de que Eben
supiera que l la conoca. Aarn mismo nunca haba sospechado que tendra la
necesidad de abrirla. Le llev algunos cuantos intentos, cambiaba los nmeros un
espacio a la izquierda o uno a la derecha, pero eventualmente el seguro son y la puerta
de la caja de seguridad se abri.
Removi la bolsa con efectivo y recibos y la puso a un lado. La caja contena el reloj
antiguo que Aarn saba que haba sido del pap de Eben, un juego de llaves de la casa y
un folder viejo y desgastado para los archivos.
Aarn sac las llaves, puso el sobre con dinero adentro y cerr la puerta de la caja. Con
las llaves en la mano camin por la inclinada escalera que estaba hacia el fondo de la
tienda y que llevaba al departamento de Eben.
Simon Holt Grupo Pandemonium
148
Aarn subi paso a paso, tentando el llavero de plata. Meti la llave en la cerradura, gir
el cilindro y abri. El nico sistema de alarma del departamento eran las bisagras
rechinantes.
Observ el desgastado, pero ordenado hogar de Eben. Ola a cuero viejo y a libros
usados, muy similar a la tienda. Aarn haba estado ah muchas veces, pero siempre
como invitado y con su jefe presente. Saba que el estudio de Eben estaba al fondo del
departamento y se dirigi ah primero. No saba qu era exactamente lo que estaba
buscando, pero confiaba en que, durante sus aos de rastreador de Voradores, Eben
podra haber juntado informacin que ahora resultara de utilidad.
Al lado de la computadora y el escritorio de Eben, haba filas de gavetas para archivar.
Aarn abri la primera. Estaba llena de flderes manila etiquetados alfabticamente.
Aarn sac uno que tena enfrente, etiquetado como: Abel, Hiram, y estampado como:
Caso cerrado. Lo hoje.
Era un dossier con referencias del tal Hiram Abel, que documentaba su vida desde los
ocho aos hasta los cuarenta y cinco. Haba fotografas, calificaciones escolares desde la
primaria hasta la universidad, ttulos de propiedad, registros de empleo de varias
agencias de turismo y varios recortes de peridico con su nombre marcado.
Aarn ley por encima los peridicos de todas partes del pas, eran principalmente
reportajes sobre suicidios trgicos. En uno de ellos, una madre con cuatro hijos se haba
ahogado en el lago; en otro, un adolecente se haba colgado del mstil de la bandera en
su escuela. En todos haban entrevistado a Hiram Abel como testigo: a veces como
amigo, a veces como vecino, otras veces slo como testigo casual .El ltimo artculo era
de La Gaceta de Macon, Georgia: reportaba a un mujer, Alma Abel, que se haba sacado
los ojos con un cuchillo de carnicero y se haba desangrado en el piso de la cocina. La
haba descubierto su hijo de nueve aos, Hiram. El artculo estaba fechado el 5 de marzo
de mil ochocientos ochenta y tres.
Aarn hizo una mueca. Abel debi haber sido atrapado cuando era nio por un Vorador
y su primer acto como tal fue volver loca a su madre hasta llevarla a la automutilacin.
El monstruo lo haba disfrutado tanto que haba pasado su vida adulta viajando por el
pas, aterrorizando mentalmente a extraos hasta que terminaban suicidndose. Ese
pudo haber sido el resultado, si Gina no hubiese destruido al Vorador dentro de Henry.
El artculo ms reciente era de 1919, un encabeza en un peridico de Pittsburg reportaba
la desaparicin de Hiram Abel y solicitaba a quien supiera algo del incidente lo
informara a la polica. Despus de esa fecha no haba informacin en el archivo. Aarn
sospech por qu. Abel haba sido uno de los objetivos de Eben y l, como buen
Rastreador, lo haba encontrado y matado en 1919.
Simon Holt Grupo Pandemonium
149
Aunque Eben haba dicho que se haba unido a los rastreadores cuando era adolecente.
Aarn hizo clculos en su cabeza, concluy que si Eben tena aproximadamente quince
aos cuando mat a Abel, eso significaba que actualmente tena ms de cien aos.
T s que no guardas pequeos secretos, verdad, Eben? Aarn mascull como si su
amigo an estuviera ah, mientras volva a colocar el archivo en su lugar y examinaba el
otro.
Todos contenan detalles de muchos hombres y mujeres del siglo pasado. Algunos
estaban sellados como caso cerrado y otros no; sin embargo, por lo que Arn podra
concluir, Eben haba liberado a cientos de almas durante su poca de Rastreador.
No haba nada, sin embargo, que pudiera servirles en ese momento a Aarn y Gina. Los
archivos tenan ms parecido con expedientes criminales que investigacin exhaustivas
sobre los monstruos. Aarn no encontr, por ningn lado algo sobre los solsticios o
sobre algn colectivo grande de Voradores. Cerr los cajones y examin el resto del
cuarto; haba quedado convencido de que ah no haba nada ms que buscar.
Despus fue al cuarto de Eben. Nunca antes haba entrado ah: era un cuarto espartano,
slo haba una cama individual con un edredn deshilachado y una mesita de noche,
sobre l haba una antologa de Poesa del siglo veinte. Aarn revis bajo la cama, pero
no slo encontr las pantuflas de cuero de Eben. Una puerta, del otro lado del cuarto,
llevaba a un clset grande donde colgaban las chaquetas de tweed y los pantalones
planchados de Eben. Aarn estaba a punto de salir de ese cuarto, cuando vio un bal
debajo de un montn de ropa.
Arrastr el bal en medio de un cuarto. Era de madera maciza, por lo que Aarn sud, a
pesar de que slo haban sido unos metros. Tena un pasador en la tapa, pero no tena
puesto un seguro. Aarn lo abri.
El bal estaba lleno de armas. Haba un par de pistolas y escopetas, varios cuchillos de
diversos tamaos, navajas, dagas e incluso un hacha grande. Aarn estuvo revisando el
armamento, examinando cada pieza con fascinacin. Pensando en aquello a lo que Eben
se haba dedicado todo su vida, Aarn supuso que tena sentido que tuviera todo este
equipo escondido. Pero ahora, viendo el metal brillante de las navajas, sosteniendo los
caones de las pistolas, lo increble se volva real.
Eben, el viejo, frgil y fiel Eben, era un asesino.
Aarn apret la quijada. Abri su mochila y empez a llenarla con un par de cuchillos y
dagas. Tambin tom en cuenta las pistolas, empac una nueve milmetros. Mientras
meta el resto de las armas de regreso en el bal not un paquete envuelto al fondo.
Dentro haba media docena de tubos con explosivos.
Simon Holt Grupo Pandemonium
150
Eben, qu gusto que ests preparado para lo que sea Aarn coment, mientras
guardaba los explosivos en su mochila y corra el cierre. Arrastr el bal de regreso al
clset y sali del departamento, esperando no haber dejado ninguna evidencia clara se
su presencia.
En casa, Gina no poda dejar de pensar en el bosque y en lo que significaba que Henry
hubiera sentido una presencia dbil. La lluvia haba parado y el sol empezaba a
ocultarse. Gina sali montada en su bicicleta con direccin al puente frreo al lado del
ro.
Cuando lleg vio evidencias que Quinn segua usando el lugar como escondite, pero no
haba seales de l. Esper diez minutos, aunque quera estar de regreso a casa antes de
que oscureciera y todava no saba dnde estaba. Encontr un pedazo de madera
carbonizada sobre el piso y le dej a Quinn una nota escrita es una de las torres de
cemento del puente.
Revisa el bosque detrs del Thornwood, porque quiz est ah el nuevo cuartel de los Voradores.
Slo rez para que no lloviera de nuevo antes de que regresara.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Captulo 18
EL viernes lleg. Veinte de junio. Gina sinti un gran peso en el corazn mientras se
levantaba de la cama. No haba odo nada acerca de Machen ni de Quinn y no saba nada
ms acerca del complot de sus enemigos para descarrilar a la humanidad. El solsticio de
verano era el da siguiente. Se senta una fracasada.
Ella y Aarn pasaron un par de horas en la biblioteca local, buscando divisiones
polticas, permisos de construccin y ttulos de propiedad en el rea de Thornwood.
Haban descubierto que el hospital era dueo de solamente una pequea parte del
terreno; el resto cerca de 32 hectreas de reserva ecolgica, perteneca y era
administrado por el estado de Massachusetts.
Podramos llevar a Henry a la mansin del gobernador, quiz le den escalofros
propuso Aarn, mientras caminaban de regreso a casa de Gina por la tarde. Mi pap
siempre ha dicho que ese hombre se ve sospechoso.
La plida y destellante luz de la tele iluminaba la ventana de la sala de su casa y una sola
luz brillaba en la habitacin de Henry. En la silenciosa tarde de verano, lucirnagas
dispersas titilaban por entre las sombras alargadas del jardn frontal. El mundo pareca
estar en calma, inconsciente de su inminente fin. Gina no tena idea de qu poda hacer
en ese momento. Quera contactar a Quinn, pero despus del ataque a la motocicleta
haba desaparecido como fantasma. Trag saliva amargamente. Ahora, en la vspera del
solsticio, tena puestas sus esperanzas en un Vorador. La mitad del verano haba
bastado para volver locos a todos.
Mira esto.
Aarn seal hacia un BMW beige aherrumbrado, parado a unos metros de la casa de
Gina. Ambos haban paseado en l antes.
Gina corri hacia el carro y se recarg en la ventana del piloto.
Dnde habas estado? le pregunt a Machen, quien estaba sentado en el asiento
del piloto.
Los he estado esperando horas. Tenan sus celulares apagados.
Ah, s nos encontrbamos en la biblioteca dijo Aarn, quin haba llegado y se
haba puesto atrs de Gina.
Simon Holt Grupo Pandemonium
152
Qu pasa? pregunt Gina.
Les explico en el camino. No queda mucho tiempo. Apresrense!
Gina ech un vistazo a la ventana de la sala y despus a la habitacin de Henry. Nadie la
haba visto todava. Se subi del lado del copiloto y Aarn se subi atrs. Luch para
quitarse los tirantes de la mochila mientras el coche adquira velocidad.
Nadie habl durante los primeros minutos. Gina pens que se incorporaran a la
carretera, pero Machen ignor la salida y, en vez de eso, dio vuelta mucho despus en un
camino rural.
A dnde vamos? pregunt Gina.
Tenemos mucho cuidado cuando nos reunimos todos explic Machen. Los
Voradores tienen espas por todos lados y no podemos arriesgarnos a que nos
embosquen. Les hara el ao si pudieran acabar con el Consejo de Rastreadores de un
solo golpe.
Entonces, vamos a conocer el Consejo? pregunt Aarn.
Machen asinti.
Esto es suficientemente importante como para merecer una reunin explic,
mirando de reojo a Gina. T eres razn suficiente.
Dijiste que no quedaba mucho tiempo repuso Gina. Me honra entrar al club de
Rastreadores, pero no podemos dejar para despus las presentaciones?
No te preocupes, estamos aqu para ayudarte Machen dio una vuelta pronunciada
hacia la izquierda sobre un camino de terracera.
Aarn no paraba de asomarse por la ventanilla y de morderse el labio inferior. A donde
fuera que estuvieran yendo, no pareca estar cerca de la civilizacin. Haban pasado por
una tienda de pesca que estaba a un lado del camino haca bastante tiempo y, desde
entonces, no haban visto ningn otro edificio. El coche serpente por la terracera que
cruzaba el bosque; sin embargo, poco a poco el bosque se haca menos denso y
desembocaba en tierras de labranza.
Eventualmente, Machen sala de una de las terraceras estrechas, para tomar un
caminito de grava que llevaba a una granja aparentemente abandonada. Gina record la
vieja casa de la loca Macie y la piel se le puso de gallina. Machen se estacion frente al
granero y apag el coche. A la fachada le urga ser pintada, el color rojo se haba
deteriorado hasta parecer rosa y estaba agrietada y polvorienta por todas partes.
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153
Los tres bajaron. La puerta del granero tena un gran candado en el pestillo. Aarn se
acerc y tir de l, pero no cedi.
No est como para una revista de decoracin dijo Machen, mientras sacaba una
llave de su cartera y quitaba el seguro de la puerta. sta se desliz y qued abierta.
Parece que somos los primeros en llegar observ Gina.
Machen mir su reloj.
S, esto est un poco raro. Se supone que los otros ya estaran aqu. Espero que no les
haya pasado nada. Despus de ustedes, muchachos.
Gina entr primero y luego Aarn. Adentro estaba totalmente oscuro.
Esperen, por aqu, en algn lugar, hay un interruptor explic Machen, tentando
por la pared. Ya, aqu est.
Focos tenues alumbraban el granero. De un lado haba espacios vacos para caballos y
del otro se alzaban cubos para granos. El lugar ola a paja enmohecida y pino.
Entonces, qu es lo que vamos a Gina volte y se fren.
Ella y Aarn, ambos miraron a Machen, quien les apuntaba con una pistola
semiautomtica. Sus ojos eran tristes, pero mantena firme la mano.
No espero que acepten mis disculpas les anunci, pero de verdad lo lamento.
No puede ser que seas uno de ellos! jade Gina.
Un Vorador? Claro que no neg con la cabeza, pero la pistola permaneci
apuntando hacia ella, es como te haba dicho, Gina. T tienes un poder que todava
nadie puede comprender. Si caes en manos equivocadas, en manos de los Voradores, por
ejemplo, podra significar el fin de todos.
De qu hablas? dijo Gina. Soy una amenaza para ellos. Si cayera en sus manos,
me estrangularan!
Ests equivocada repuso Machen, tu capacidad cambia el juego. Nosotros lo
sabemos y ellos lo saben. Van a tratar de ver si puedes servirles de alguna manera.
Cmo?
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154
Machen lade la pistola.
Gina vio una sombra moverse en la esquina detrs de l.
No sabes cmo? dijo Aarn. Nos matars por algo que quiz es verdad?
Recib rdenes la voz de Machen se tambale. El riesgo es demasiado grande.
Hacemos lo que tengamos que hacer para ganar esta guerra.
Por el bien comn.
Machen asinti.
Te das cuenta, verdad? No tengo opcin
Una figura se abri paso desde la oscuridad detrs de l: Quinn Waters le pas un trozo
de alambre por el cuello y lo tir al piso de un jaln. El hombre viejo azot contra el
piso, mientras la pistola se disparaba.
Quinn le pisote la mano a Machen, forzndolo a soltar la pistola y luego la alej de una
patada. Machen se ahogaba conforme el alambre se apretaba y comenzaba a cortarle la
piel del cuello. Le dio un codazo a Quinn en las costillas y se escuch un hueso tronar.
El Vorador se fue para atrs, perdiendo el agarre del alambre. Machen, jadeando y con
la cara morada, se puso de pie con un brinco. Se quit el alambre del cuello. Quinn pudo
levantarse justo a tiempo para recibir una patada salvaje entre las piernas. Se dobl del
dolor y Machen volvi a atacar, pero Quinn se alz y le peg en la cara con la parte
trasera del crneo. Machen comenz a sangrar por la nariz y la boca, Quinn se lanz
sobre l. Ambos forcejearon en medio del granero.
Demonios! grit Aarn. Quinn!
Machen y Quinn continuaron peleando, los dos sangraban bastante.
Gina! grit Aarn. Salgamos de aqu!
Gina levant la pistola del piso, la sostuvo a su lado y los observ pelear, sintindose
horrorizada y fascinada a la vez.
Haba llegado hasta el otro lado del granero, cerca del silo. Quinn tena atrapado a
Machen con sus dos brazos, pero Machen rpidamente le dio la vuelta al Vorador sobre
su hombro y lo avent al piso. Quinn qued en el piso por un segundo, haba perdido el
aliento. Machen le dio unas cuantas patadas slidas en la panza.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Es hora de terminar lo que Eben no pudo Machen estaba parado con un pie sobre
el cuello de Quinn, listo para acabar con l.
Pero no lo hizo. Gina y Aarn observaron cmo el pie de Machen temblaba y su cara se
pona fantasmagricamente plida. Levant los brazos al frente como si fuera de otro
cuerpo y los vio con terror.
S a qu le temes gru Quinn, y t tienes corazn de pollo.
La cara de Machen se contorsion de dolor y se agarr el brazo izquierdo. Sus piernas se
vencieron y cay pesado contra el suelo. Su cuerpo se empez a convulsionar. Quinn se
levant con apuros y le escupi a Machen. Sus ojos eran verdes y fros, bien abiertos y
aterradores, mientras se meta en la mente del Rastreador.
Detente! Gina corri hasta l.
Quinn no se dio cuenta. El laberinto de venas negras que tena por todo el cuerpo lata y
se hinchaba.
Disprale, Gina! grit Aarn.
Quinn se ri, aunque sus ojos nunca se separaron de la cara de Machen.
Cmo crees? Tu chica ya tuvo una oportunidad para matarme y no lo hizo.
Machen jadeaba y se retorca en el piso. Gina estir el brazo y le toc el brazo a Quinn.
Por favor, no sigas.
Finalmente, Quinn rompi el contacto ocular con su presa.
Est bien, pero slo porque lo pediste por favor.
Gina se hinc al lado de Machen y le sinti el pulso; era dbil, pero estaba respirando.
Se pondr bien.
Quinn se limpi la sangre de la nariz con el antebrazo y luego se sob la costilla rota.
Quieres salvarlo? Te iba a matar.
No merece morir dijo Gina.
Simon Holt Grupo Pandemonium
156
l no pensaba lo mismo de ti. Por cierto, ustedes dos: de nada! Cole, por favor,
puedes dejar de mirarme como si fuera el galn del mes?
Aarn se haba quedado parado como piedra observando a la cosa que pens haba
dejado muriendo haca meses. La visin que tena enfrente no entraba en su sistema
lgico.
Vamos afuera, al coche, les explicar en el camino. Gina tom a Aarn del brazo y
lo jal hacia su lado, para salir del granero.
Gina, qu est pasando? Por lo menos podramos dispararle en el muslo o algo as,
incapacitarlo hasta que lo llevemos a un lugar suficientemente fro como para entrar en
su salida de miedos.
Aarn, la situacin ahora es un poco distinta repuso Gina.
Cmo distinta? Lo matas o lo salvas, cierto?
No esta vez.
Quinn pas a su lado y abri la puerta del lado del conductor. Se desliz adentro y
alcanz las llaves que colgaban a un lado del volante del BMW.
Es hora de partir, nios. Tenemos una fecha lmite.
Gina tom la manija de la puerta del lado del copiloto.
Aarn, tenemos que irnos.
Con l? Eres tonta o qu?
Aarn cruz hacia el lado del piloto y abri la puerta.
Sal del coche.
Mmm, djame pensar, pues no.
Gina, psame la pistola Aarn mir fija y glacialmente a Quinn.
Gina se qued de pie, del otro lado del coche, y los miraba a uno y al otro.
Aarn, lo siento.
Ay, Gina, no puede ser que se alej del coche; la garganta empezaba a cerrrsele.
Simon Holt Grupo Pandemonium
157
Aarn, l tiene informacin que puede ayudarnos a detener todo esto. Sube al coche.
Tenemos que alejarnos de aqu se subi en el asiento delantero, pero Aarn no se
movi.
Soy un idiota, siempre se trat de Quinn las teoras del cerebro y Thornwood
Has estado hablando con l todo este tiempo verdad? Se le resec la boca. Cmo
pudiste confiar en l? Cmo no me dijiste?
Porque saba que ibas a ponerte as. Las palabras iban a dolerle, pero no haba
tiempo para tener tacto. Necesitaba tomar una decisin complicada y t estabas en
un estado que
Yo estaba en un estado? Aarn no crea nada. Volte con furia. O ms bien te
daba vergenza contarme la verdad?
Aarn Gina baj la voz, lo siento, pero necesitamos irnos.
O l o yo.
Lo necesitamos le asegur, aunque s que t no lo entiendes,
Entiendo perfectamente dijo amargamente Aarn. A lo mejor puedes contestar
esta pregunta: Cmo es que al ocultarme esto ibas a protegerme de verdad?
No exageres, Cole, necesitas un pauelo o un abrazo? Deja de lloriquear y sube al
coche ya orden Quinn o, si no, pide un aventn de regreso. Puede que pase un
camin de ganado en uno o dos das.
Aarn estaba enfurecido, pero subi al asiento trasero. Quinn encendi el coche. De
inmediato quedaron zigzagueando de regreso por los caminos de terracera, en
direccin a Cutters Wedge.
Te equivocaste en una cosa, Cole explic Quinn. No sospechaba de Thornwood,
hasta que Gina me dio la pista. Recib tu mensaje.
Y?
Pues s, s hay algo ah. Pero no es una casa en el rbol, hay toda una red de tneles y
cuevas subterrneas, definitivamente estn tramando algo raro. Vamos a tener que
darnos prisa para llegar a tiempo.
Entonces espero que sepas el camino de regreso dijo Gina, mientras vea hacia
delante el torcido camino. Cmo llegaste aqu?
Simon Holt Grupo Pandemonium
158
He estado siguiendo a ese tipo un rato contest. Saba que era un Vorador y esos
tipos siempre son mala noticia. Son bandada de maniacos homicidas.
Qu chistoso que t digas eso murmur Aarn.
S, bueno, l haba estado espiando tu casa todo el da Quinn prosigui ignorando a
Aarn y me hizo sospechar. Entonces, cuando fue a comprar un caf, abr la cajuela
con un fierro y me escond dentro.
Cmo pudiste hacer lo del granero? pregunt Gina. Machen estuvo a punto de
matarte.
Un ataque psquico. Baj la guardia y lo golpe con una pesadilla que ha tenido desde
pequeo: parras de rbol salen del suelo y se enredan por todo su cuerpo y bla, bla, bla.
Quinn manej hasta el vecindario de Gina y de Aarn.
No, a mi casa no pidi Gina, no puedo arriesgarme
No vamos a tu casa, vamos a la de l Quinn torci la cabeza para voltear a ver a
Aarn.
Qu? Por qu? pregunt.
Lamento reventar tu burbuja, pero no tienes el tipo de soldado. Por supuesto que s
sabes a qu me refiero, no? En esta ocasin ser mejor que te hagas a un lado.
Ni loco dejar que Gina vaya sola contigo.
Pero si Gina ha estado a solas conmigo muchas veces durante las ltimas dos
semanas No es cierto, Gina?
Gina simplemente vea por la ventanilla. Aarn apret los puos.
Sigues sin entender, verdad, Cole? continu Quinn, eres una responsabilidad. Si
vienes, pondrs en riesgo a Gina. Mir a Aarn por el espejo retrovisor, sus ojos
verdes brillaban radiactivamente. No tienes lo que se necesita para este tipo de
trabajo. Limtate al Internet y a tus libros. Esa es tu rea.
No lo es la cara de Aarn estaba roja del coraje. Puedo aguantar ms de lo que
crees. Acurdate del lago, Quinn. Puedo contigo.
Quinn se estacion y sali del coche.
Simon Holt Grupo Pandemonium
159
S, s claro abri la puerta de Aarn y lo sac jalndolo de un hombro.
De repente Aarn estaba flotando en medio del ocano sin tierra a la vista. Patale con
brazos y piernas tratando de mantenerse a flote, pero no poda mantener la cabeza por
encima de la superficie. Agua de mar se le meta por la boca con cada respiracin. Aletas
de tiburn, como navajas negras gigantes, giraban en torno suyo por el agua.
Se dijo que poda resistir, empujar a contracorriente, pero el agua segua ah, a su
alrededor. Trat de imaginar tierra firme bajo sus pies, sentir la solidez que saba estaba
debajo en la vida real, pero slo encontraba profundidades heladas. Un tiburn blanco
enorme con ojos negros y brillantes de Vorador rompa el agua entre las olas que tena
enfrente. La cueva de dientes del monstruo se cerr encima de l y grit mientras el
mundo se pona rojo
Lo ves?
Aarn estaba desparramado sobre el pasto de su patio delantero, agarrndose el pecho y
jadeando. Quinn estaba parado arriba de l, negando con la cabeza. Gina lo hizo a un
lado y se hinc al lado de su amigo. Aarn se dio cuenta que ella traa la pistola de
Machen metida en la cintura del pantaln.
Has hecho todo lo que has podido, Aarn. S que te sientes traicionado. No era mi
intencin que pasara esto. No quera que tuvieras que enfrentarte a esto, a l.
Tonteras jade Aarn, hablas igual que Eben.
Tena razn, ella se haba convertido en lo que no le gustaba, pero era demasiado tarde
para arrepentirse.
Si no regreso, t y Eben tienen que acabarlo.
No vas a regresar. Eres una tonta por confiar en l, Gina. No vayas sola, llvame
contigo Aarn trat de levantarse, pero segua demasiado dbil.
Ni siquiera puedes ponerte de pie, Aarn. Qu pasara si vinieras conmigo? No
puedes ayudarme en esta parte, lo siento.
Gina camin de regreso al auto y se subi del lado del copiloto. Quinn lo mir fijamente
desde su asiento y le gui el ojo. Luego revolucion el motor y el coche sali a gran
velocidad. Aarn qued atrs.
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Despus de haber recobrado algo de fuerza, Aarn pedale furiosamente su bicicleta, la
brisa fra pegaba contra su cara empapada en sudor. Todava le ardan los pulmones
debido al ahogamiento psquico que le haba ocasionado Quinn, y el coxis le lastimaba
por el aventn real que le haba dado el Vorador. En las ltimas horas del da, un
atardecer morado y dorado lastimaba el cielo. Tena su mochila, llena con las armas que
se haba robado, colgada de los hombros. Trataba de no agitarla demasiado.
No pensaba ms que en un lugar al que poda ir, en una sola persona que le poda
ayudar.
Aarn saba que los horarios de visita haban acabado en el hospital, por lo que subi y
baj en el elevador hasta que un grupo de mdicos baj en el tercer piso. Los sigui,
escondindose detrs de ellos, hasta que hubo pasado la central de enfermeras. Despus
sali disparado hacia la habitacin de Eben.
La luz en la habitacin era tenue y el viejo estaba dormido. Aarn se detuvo, de pie,
frente a l, impresionado por lo dbil que se vea, con todos los tubos entrando y
saliendo de su cuerpo. Sus labios y fosas nasales estaban manchados de negro. Daban la
impresin de que, sin querer, haba corrido tinta por su cara. Aarn dud, podra esta
cscara de guerrero realmente hacer algo para ayudarlo en estos momentos?
Los ojos de Eben se abrieron, parpadeando. No se vea sorprendido por ver a Aarn.
Viniste a ver cmo se ve un muerto viviente? pregunt.
Eben, yo
Oye, chico, ya dilo dijo Eben bruscamente.
Maldita sea. Gina acaba de hacer la cosa ms tonta de toda su vida. Y yo no pude
detenerla.
Le cont a Eben lo que haba pasado y, para cuando Aarn haba terminado, el viejo ya
se haba arrancado el tubo de oxgeno de la nariz y el suero del brazo. Trat de
incorporarse, pero no tena equilibrio y Aarn tuvo que sostenerlo.
S claro! Eben, no puedes ir a ninguna parte as!
Claro que s! A dnde fueron?
A la reserva del bosque, detrs del hospital Thornwood. Hay algo ah que es peor, no
estoy seguro de lo qu es
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Con eso basta. Dame mi ropa, por favor. Llegar ah con uno de estos disfraces sin
cobertura en la espalda no va a darles mucho miedo que digamos a nuestros enemigos.
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Captulo 19
Por encima de ellos, se entrelazaban rboles de corteza negra. Su gruesa capa de hojas
bloqueaba casi totalmente cualquier rastro de la luna. Conducan por un camino a
travs del bosque que corra a unos kilmetros de Thornwood. De vez en cuando, Gina
poda ver por entre los rboles el resplandor de las luces de hospital. Finalmente, la
espesura fue tal que Quinn detuvo el coche.
Tendremos que seguir a pie desde aqu dijo.
Gina asinti y sali del coche. Con una mano sostena la pistola, apuntando a Quinn y
con la otra la pesada linterna negra. Quinn alz las manos.
Ay, no! Vamos Halloway! Despus de todo esto sigues sin confiar en m?
Si quieres dime cautelosa contest, esperando que Quinn no notar que le haba
temblado la voz.
Solo no te tropieces y me mates por accidente.
Quinn gui por el camino entre la revuelta maleza. Iba maldiciendo las zarzas, mientras
Gina lo segua. Un inquietante ulular reson en la oscuridad. Gina saba que el bho
representaba sabidura para los antiguos griegos, pero los europeos del Medievo lo
consideraban como ave de mal agero. Se pregunt cul de los dos simbolismos aplicaba
en esta noche.
Los olmos y los robles fueron disminuyendo hasta dejarlos en un claro que estaba
rodeado por pedazos de reja herrumbrosos y cubiertos de enredaderas. Solamente
algunos brotes de rbol destacaban en el campo, bajo la luz de la luna. Entre las hierbas
estaban dispersas algunas piedras enmohecidas. Gina alumbr con la linterna una de
ellas y se dio cuenta de que se trataba de una losa sepulcral.
Qu es este lugar? pregunt.
El jardn Potter, donde los del manicomio solan enterrar los cuerpos de los pacientes
muertos que nadie reclamaba contest Quinn. La mitad de estas tumbas contienen
los restos de lobotomas sin xito.
En la esquina del prado haba un edificio arruinado e inclinado, poco ms grande que
una cabaa. Quinn se dirigi hacia ste:
Simon Holt Grupo Pandemonium
163
El punto de entrada es por ah.
Con que descubra que ests tramando algo raro, te disparar en la cabeza dijo
Gina, aunque rez por no tener que jalar el gatillo. La pistola de Machen era extraa y
pesaba demasiado, estaba diseada para una mano ms grande que la suya.
S, s, ya entend.
Aos de descuido haban hecho que el techo se cayera y que las barras de los ventanales
estuvieran cafs por la herrumbre. Entre los ladrillos haba liquen, y de las grietas en los
escalones sala pasto alto. Una puerta de tablas ya podridas estaba tirada en el piso. El
paso estaba libre y Quinn entr.
Gina dud. Senta que la estaban vigilando, como si hubiera alguien observndola desde
el camposanto abandonado. Mir por encima del hombro, pero slo vio las formas de las
tumbas y el bosque nocturno ms atrs.
Vienes? la llam Quinn.
En las pelculas de terror, pens Gina, ste sera el punto en el que ella le gritara a la
herona en la pantalla: disprale y chate a correr!. Pero ya haba llegado demasiado
lejos y muchas cosas estaban en juego.
Gina entr en el edificio que se estaba derrumbando y gir la linterna en todas
direcciones. El piso era de tierra y haba un charco asqueroso cubrindolo casi todo.
Una vieja y oxidada podadora estaba recargada contra la pared, detrs de algunos
rastrillos rotos y una guadaa casi desecha. Se puso tensa. Parte de ella estaba
esperando el momento en el que Quinn correra para agarrar uno de esos artefactos y la
atacara. No lo hizo.
Cerca de la pared, bajo una de las ventanas embarrotadas, Quinn se agach y corri el
pestillo de una puertecilla con bisagras que estaba en el piso. Jadeando y gruendo, jal
la tapa y la ech para atrs hasta que qued recargada verticalmente en los goznes.
Listo dijo Quinn, haciendo gestos haca el hoyo, bienvenida al infierno.
Gina camin cautelosamente hacia l y asom en el hoyo. Una escalera empotrada en
una de las paredes del tnel de concreto bajaba hacia la oscuridad. Le record la caverna
en la salida de miedos de Keech. Se estremeci.
No poda creerlo cuando lo encontr. Ah abajo hay kilmetros y kilmetros de
tneles de acceso: todo un laberinto bajo tierra Quinn explic, rascndose la
cabeza. Podras perderte y nunca volver a encontrar una salida.
Simon Holt Grupo Pandemonium
164
No estara mal que, por una vez en la vida, los cientficos locos hicieran sus
experimentos en la playa. Podra estar peleando contra los malos y al mismo tiempo
broncendome Gina vio el hoyo e hizo muecas. T primero. Estar detrs de ti,
para que no hagas nada estpido.
Yo creo que los dos estamos de acuerdo en que bajar por ah es bastante estpido de
cualquier forma contest Quinn, mientras empezaba a bajar por el hoyo.
Gina se dio cuenta de que no iba a poder bajar por la escalera sosteniendo la pistola y la
linterna al mismo tiempo, as que le puso el seguro a la pistola y se meti la linterna en
la cintura del pantaln.
Se apresur a seguirlo. Para mantenerse firme, bajaba apoyando la mueca de la mano
con la que sostena la pistola sobre los peldaos, mientras con la otra mano iba
constantemente sostenida. Estaba oscuro y se pona cada vez ms fro. Arriba de su
cabeza, la boca del pasaje era un crculo gris oscuro que se iba haciendo ms pequeo
conforme descenda.
Auch, mis dedos, ten cuidado! gru Quinn. Ests justo sobre m.
El aire se senta ms hmedo cada vez y los peldaos comenzaron a ponerse resbalosos
mientras se adentraban ms.
Cunto falta? pregunt Gina.
Como tres metros ms o menos explic Quinn, jadeando desde abajo. Odio este
lugar, est fro y hmedo se quej. Ya, ya llegu al fondo.
Gina pens que slo faltaban unos cuantos peldaos, pero entonces su bota resbal en
la escalera y se fue para atrs. Trat de sostenerse con la mano libre, pero la barra estaba
resbalosa y sus pies no pudieron encontrar el siguiente peldao. Sus dedos se soltaron y
cay al piso lastimndose la rodilla. La pistola se le solt de la mano y brinc por el
suelo. Escuch rer a Quinn, sus pasos hacan eco entre la oscuridad. Gina se apur a
levantarse.
Apunt con la linterna para todas partes, pero el haz de luz no llegaba muy lejos y
Quinn no estaba a la vista. Su respiracin se aceler. Un tnel de cemento en estado de
putrefaccin se extenda en ambas direcciones. De arriba, goteaba agua podrida que se
encharcaba en el suelo. Arriba se escuch un rechinido, seguido de un estruendo
retumbante. Gina alumbr con la linterna hacia arriba de la escalera. La puerta se haba
cado quedando cerrada de nuevo. Trat de convencerse de que haba sido una
casualidad y no que alguien la hubiera empujado.
Simon Holt Grupo Pandemonium
165
Un horror negro floreci en su pecho. Escuch un ruido y gir para dar la vuelta.
Apunt con la linterna hacia el tnel de la izquierda. Quinn estaba parado a tres metros
con la pistola en la mano apuntando hacia ella.
Haban tenido que esperar a que las enfermeras se distrajeran. Entonces Aarn ayud a
Eben a llegar al elevador. Estaba a punto de presionar el botn de la planta baja, pero
Eben lo detuvo.
Vamos al nivel del estacionamiento refunfu. Incluso con el bastn, tena que
recargarse en la pared para mantenerse en pie. Su brazo roto descansaba en un
cabestrillo.
Este, no llegaste aqu en tu coche, Eben. Tu coche est en tu casa.
Pero en el estacionamiento debe de haber un coche no crees? Cmo pensabas que
bamos a llegar a Thornwood? No se me facilita mucho subirme en la parte trasera de tu
bici.
Las puertas se abrieron y Eben sali cojeando. El estacionamiento no estaba lleno, pues
era de noche, pero haba un sedn negro estacionado cerca de la rampa, fuera de la vista
de la caseta de cobro.
Ese nos servir dijo Eben, mientras se apoyaba en el brazo de Aarn. Caminaron
lentamente hacia el coche.
Traes algo pesado en la mochila? pregunt Eben.
Aarn pas saliva culposamente.
Mmm pues
Ms rpido de lo que Aarn hubiera pensado que un hombre con solo un brazo
habilitado podra hacerlo, Eben tom la mochila y la abri. Neg con la cabeza viendo a
Aarn.
Eben, lo siento. Pens que tal vez algo en tu departamento podra servirnos y
Luego hablamos de eso dijo Eben cortante. Resulta que sta no fue la decisin
ms tonta que hayas tomado, por apenas un pequeo margen sac la nueve
milmetros, chec que el seguro estuviera puesto y revent la ventanilla de atrs del lado
Simon Holt Grupo Pandemonium
166
del piloto con la cacha de la pistola. La ventanilla se quebr y se escuch el ruidoso
repiqueteo de la alarma.
En un instante, Eben haba metido su mano lastimada por el orificio y quitado el seguro
de la puerta del piloto, luego se desliz con la misma velocidad por el asiento y arranc
de abajo del volante los cables de la alarma. El timbrar ces. Todo el procedimiento
haba durado como siete segundos.
Eben se ech para atrs sobre el asiento y mir por el retrovisor. No vea a nadie. Se
estir hacia abajo y empez a mover algunos cables, pronto el motor cobr vida.
Aarn estaba boquiabierto.
Un da me vas a ensear cmo hacer eso verdad?
Vamos, sube.
Quinn comenz a caminar hacia Gina con la pistola por delante. Gina estaba de pie,
totalmente quieta. Tena la quijada tensa. Iba a dispararle y ella se lo mereca por su
estupidez.
Pero entonces l tom la pistola con la otra mano, agarrndola por el can. Volvi a
sostenerla frente a ella, pero esta vez con la cacha apuntando hacia ella y la sacudi.
Anda, tmala.
Los ojos de Gina iban de arriba abajo. Era un truco? Se estir y tom la pistola,
esperando que Quinn se la quitara para molestarla, pero la solt en cuanto sus dedos la
envolvieron.
Te dije que podas confiar en m dijo. Ahora, dejemos de perder el tiempo.
Deben de estar por ac.
Comenz a caminar por el tnel y Gina lo sigui. El corazn palpitaba con fuerza.
El tnel giraba vertiginosamente bajo tierra y se bifurcaba constantemente. Cuando
llegaban a estas ramificaciones, Quinn echaba un vistazo en ambas antes de decidirse
por una. Gina haba perdido ya todo sentido de orientacin.
Cmo sabes cul camino tomar? pregunt, despus del cuarto o quinto camino
divergente. Puedes detectar otros Voradores?
Simon Holt Grupo Pandemonium
167
Puedo sentir el miedo contest Quinn, y estamos acercndonos a humanos
petrificados del horror.
Ests seguro de que no soy yo?, pens Gina, pero no lo dijo.
Ahora escuchaba nuevos ruidos, adems del constante goteo de agua, distantes quejidos
y lamentos. Poda ser el viento por los tneles o poda ser algo un poco ms vivo
Cunto ms?
No mucho, mira.
Quinn sealo y Gina pudo ver luces tenues saliendo de las paredes de la cueva. Quinn
puso la mano sobre la linterna cubriendo el haz de luz.
Mejor apgala.
Gina asinti y la apag. Siguieron adelante, pero ms lento ahora. Los quejidos se
escuchaban ms fuerte. Gina empez a asquearse con el aire: un nuevo y putrefacto olor
flotaba con aroma a humedad y moho. Era el olor a carne putrefacta.
De repente, el tnel angosto se ensanch y unos candelabros en las paredes proyectaban
una luz dbil e intermitente que produca sombras. En cuanto llegaron hasta una jaula
construida dentro de un lado del pasaje, la peste se volvi casi insoportable.
Esto es miedo puro Quinn sealo hacia la jaula y Gina se asom entre los barrotes,
tratando de no aspirar. No era necesario decirlo, el horror le haba cerrado la garganta.
En el piso, yaca una mujer madura con la ropa hecha harapos. Tena la cabeza rapada y
una cicatriz larga que le cruzaba por la frente hasta la coronilla. Pareca como si la
hubiesen cocido apresuradamente y de la herida sala pus verde. Se meca sobre la tierra
hmeda. Gina vio un tubo que le sala del brazo e iba hasta un suero que colgaba en la
pared. La bolsa estaba llena de una sustancia negra y lodosa que era bombeada hasta sus
venas. En donde estaba inyectada la aguja de su antebrazo, se extenda un sarpullido
negro por la piel.
Quinn estaba viendo un flder adjunto a las barras de la jaula.
Es su expediente mdico explic.
Qu le estn haciendo? pregunt Gina con voz ahogada.
La estn alimentando con, puf!..., esencia de Vorador.
Simon Holt Grupo Pandemonium
168
Estn qu?
Como esa cosa que comiste, para obtener tus poderes? Le estn dando una versin
lquida. Aunque, al parecer, no est dando los mejores resultados.
De repente, la mujer se incorpor y comenz a gritar incoherencias. Corri hacia los
barrotes de su jaula y, antes de que Gina pudiera echarse para atrs, la tom de las
manos y las apret fuerte. Gina intent zafarse, pero la presin de la mujer maniaca era
demasiado fuerte y gritaba abriendo la boca tan grande que pareca como si se le
hubiera zafado la quijada. Gina pudo ver que sus dientes y su lengua eran negros y que
lo blanco de los ojos pareca rayado con lneas negras. Trat de morder el pulgar de
Gina, pero Quinn la tom por los hombros y la quit de un jaln. Cayeron sobre el piso
y la mujer empez a azotar la cabeza contra los barrotes de hierro, tan fuertemente que
se lastimaba la piel. Con sangre derramndose por sus sienes, se colaps nuevamente
sobre el suelo.
Gina trat de recuperar el aliento mientras que Quinn se haba parado y trataba de
ayudarla a hacer lo mismo.
Supongo que eso le sucede a las personas que se han comido a un Vorador dijo.
Considrate realmente afortunada.
Siguieron por el tnel. Gina se dio cuenta de que era el corredor de una especie de
calabozo. Pasaron una celda tras otra. Todas estaban llenas de vctimas de la crueldad
voradora. Algunos tenan electrodos amarrados al cuerpo y reciban intermitentemente
descargas elctricas; otros, como la primera mujer, estaban siendo alimentados con
varias preparaciones de Vorador y otras toxinas. Muchos parecan haber sufrido una
lobotoma. Quinn ley un par de expedientes que mostraban imgenes de cerebros
humanos parcialmente reemplazados por los de los Voradores. Estos pacientes parecan
estar en estado catatnico, tirados, estupefactos. Sin embargo, Gina pudo observar
cmo sus ojos suban y bajaban detrs de sus prpados cerrados y se preguntaba qu
horrores, de los que no podan escapar, estaran viendo sus mentes.
Esto quiere decir que estn sacrificando Voradores tambin le dijo a Quinn.
Claro contest, omelettes con huevos, ya sabes. El bien comn.
Gina estuvo a punto de rer, aunque estaba lejos de ser algo cmico. El bien comn
tambin haba sido la excusa de Eben y de Machen para las atrocidades que haban
hecho.
Las jaulas se sucedan una a otra. Hombres, mujeres, viejos, jvenes estaban tan
hambrientos que algunos se haban comido sus propias lenguas. Todos olan a muerte.
Simon Holt Grupo Pandemonium
169
Gina quera cerrar los ojos, pero se forzaba por ver, se forzaba por saber de lo que era
capaz su enemigo y cun altos eran los riesgos, si llegaban a tener xito.
Cada jaula tena su propio expediente e imgenes del cerebro como las que Quinn le
haba enseado. En algunas, la amgdala segua pequea, en otras era ms grande, pero
ningunas de las que correspondan a fechas recientes se mostraba tan grande como en el
solsticio de invierno. Hasta ahora, todos los experimentos de los Voradores haban
fallado. Gina sinti un gran alivio al darse cuenta.
Pens que haba visto algo moverse por la esquina de su ojo y volte hacia la pared, que
daba la impresin de oscilar hacia adentro y hacia afuera, acercndose a ella y luego
alejndose. El efecto la mare y sinti que se meca. Vio venas y nervios brotando por los
lados del tnel, y el suelo se sinti blando bajo sus pies, como si estuviera caminando
por tejido muscular en lugar de tierra.
Extendi un brazo hacia Quinn para tranquilizarse.
Qu est sucediendo? pregunt.
Ests en el estmago de la bestia contest, Qu esperabas ver?
El corazn de Gina se tambale, su voz se escuchaba baja y siniestra, como cuando la
haba secuestrado en diciembre. Luch por alejar las visiones, para transformar el
esfago en el que estaba de vuelta en el sistema de tneles terrestres. Las venas se
empezaron a volver de piedra otra vez y el piso carnoso de nuevo en tierra. Entonces
Quinn la tom del brazo y la empuj hacia enfrente. Mientras caa en el suelo tuvo la
sensacin de que el cuarto se abra a su alrededor, escuch un sonido metlico.
Instantneamente la pesadilla se desvaneci y Gina vio que Quinn la haba encerrado en
una jaula.
Idiota grit Gina.
Idiota, t replic sonrindole con la misma mueca maliciosa que tan bien
recordaba. S que soy noble, pero incluso yo mismo dud si seras tan crdula.
Neg con la cabeza. Si te hace sentir mejor saberlo, al principio te busqu para que
me ayudaras, pero cuando me di cuenta de lo fcil que iba a ser lograr que confiaras en
m, supe que tendra la ltima carta para negociar mi regreso a la familia.
Y por qu no mejor me mataste?
Quinn se ri.
Simon Holt Grupo Pandemonium
170
Eso fue lo mejor de todo! Nunca te quisieron muerta! El asunto con Gale? Eso fue
puro espectculo. Por supuesto, no esperaban que la matara, pero result ser para tu
beneficio.
Y Keech? Keech tambin fue parte de todo?
Claro que no Quinn levant la mano a la que le faltaban dos dedos. Todava estaba
negra por el suceso en el ro. Crees que hubiera permitido que me hiciera esto? A
Keech le haban ordenado que me matara; sin embargo, despus de lo sucedido en el
cine supe que te tena. Y entonces hice mi trato: traerte aqu, viva y gritando. Y creme,
vas a gritar.
Todava tena la pistola en la mano. Gina la alz y apunt el can directo al pecho de
Quinn, que estaba del otro lado de los barrotes.
Una para ti y otra para m dijo. Me tendrn, pero muerta.
Jal el gatillo. La pistola chasque.
Trat otra vez, pero de nuevo no sali el disparo. Revis el seguro, y no estaba puesto.
La pistola se haba trabado.
Escucho la risita de Quinn y volte a verlo. Tena una palma extendida al frente y en ella
sostena los cartuchos.
Aficionada dijo gruendo.
Lejos, por el tnel, se escuchaban pesados sonidos sordos como las pisadas de un
ejrcito. Los ojos de Quinn centellaron.
Ya vienen.
Las velas se apagaron dejando la cueva en la oscuridad. Los pasos se escuchaban cada
vez ms fuerte. Entonces Gina sinti un dolor en el brazo. Las piernas se le pusieron
flojas y se desplom sobre el piso, con un sueo profundo.
Lo primero que sinti fue un tremendo dolor en la sien, como si tuviera un taladro
presionndole sobre la ceja izquierda. Luch por abrir los ojos, pero pasaron varios
segundos antes de que su visin se esclareciera. Trat de mover las manos y los pies,
pero no poda sentirlos. Fuera cual fuera la droga que le haban dado. La haba
paralizado del cuello hacia abajo.
Simon Holt Grupo Pandemonium
171
Gina iba orientndose lentamente. Ahora se encontraba en un espacio ms grande y
estaba amarrada a una losa de piedra inclinada en un ngulo se sesenta grados. Vio que
sus muecas quedaron amarradas con cuerda, tan fuerte que estaban sangrando, mas no
poda sentir nada.
Qu bueno que regresaste, querida, dijo una voz detrs de ella. Le pareci conocida,
pero no poda relacionarla. Trat de girar la cabeza; sin embargo, un dolor penetrante le
cruz de oreja a oreja. Por primera vez, se dio cuenta de que tena una aguja gigante
salindole por la frente. Sinti cmo la respiracin se le constrea, qu era esto?
Hey, ten cuidado ah continu la voz, te doler menos si permaneces quieta, seorita
Halloway.
Te conozco. Quin eres? dijo Gina con voz ronca. Senta las cuerdas bucales
dbiles y sus labios tenan problemas para pronunciar las palabras adecuadamente.
Soy alguien que te ha ayudado. Y ahora te toca a ti ayudarme una figura camin
alrededor de la losa hasta que su cara qued visible.
Doctor Unger! La mente confundida de Gina trat de medir lo que estaba viendo.
Era el doctor, pero no poda ser un Vorador. Henry haba estado muy seguro. No
entiendo, usted no es un
Uno de ellos? No, soy meramente humano.
No tengo el don de inspirar miedo telepticamente. Mis mtodos son mucho ms
crudos.
Entonces, por qu?
Por qu hacer todo esto? Soy cientfico, seorita Halloway. Y la existencia de
Voradores ha probado ser uno de los descubrimientos ms fascinantes en la historia del
mundo. Ellos quieren saber las mismas cosas que yo; es una sociedad nica entiendes?
Por qu no lo devoraron a usted? dijo Gina con voz ronca.
Creo que les ha parecido, cmo decirlo?, ventajoso, contar con algunos humanos de
la misma opinin entre sus filas. Los Rastreadores, por ejemplo, no me persiguen. Hasta
la ms meticulosa investigacin demostrara que soy humano. Puedo desarrollar mi
trabajo, nuestro trabajo, impunemente. Bueno, pero ya basta de charla. Se est haciendo
tarde y tenemos mucho qu hacer.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Unger aplaudi una vez y las luces de la caverna se hicieron ms brillantes. Gina poda
ver con mayor claridad ahora, estaba en un cuarto bajo tierra con forma de octgono,
haba losas de piedra, como en la que ella estaba, dispuestas en filas enfrente de ella.
Haba humanos comatosos amarrados a ellas, todos con agujas salindoles por la
cabeza, stas estaban conectadas entre s por medio de tubos y cables.
Gina sigui los cables con los ojos y vio que iban hacia su cama y que ella, a su vez,
estaba conectada a una serie de monitores de televisin. Cada monitor mostraba una
resonancia del cerebro en tiempo real.
Qu va a hacerme?
No se trata de lo que yo vaya hacerte, es lo que t vas hacerle a l.
Unger gesticul en direccin a la entrada de la caverna en donde dos ayudantes de
hospital entraban cargando un cuerpo.
Quinn! Nuestro soldado leal!
Los ayudantes llevaron a Quinn hasta Unger y Gina. Al principio, Gina pens que la luz
haba de estar jugndole un truco. La piel de Quinn se vea azul, casi morada y sus
pestaas y orificios nasales estaban cubiertos con pequeos cristales. Estaba tan dbil
que no poda mantenerse de pie.
Hijo-o-o-o d-e-e-e pe-e-e-e-rr-a-a-a-a! tartamude con los dientes
castaeteando d-ja-a-a-a-me-e-e en el co-o-o-o-o-o-ngelador-r-r-r
S, claro. De qu otra forma podra entrar la seorita Halloway en tu, cmo lo llama
ella? Salida de miedos?
Quinn trat de de echarse para atrs, pero los fornidos ayudantes no los soltaron.
P-p-p-or-r-r q-q-qu, si t-t-t-te ay-y-yud?
S, lo hiciste. Y ahora vas hacer el mximo sacrificio por el bien de los de tu clase. Van
a escribir sonetos acerca de ti, Quinn Por supuesto, si llegaran a quedar humanos que
sepan escribirlos.
Omelettes con huevos murmur Gina.
Los ayudantes ataron a Quinn sobre su propia piedra, al lado de Gina, y luego le
insertaron una aguja en la frente. Quinn aull de dolor y Gina se estremeci cuando
escuch que la punta tronaba el crneo. Pens en la aguja en su propia cabeza y sinti
Simon Holt Grupo Pandemonium
173
dolor. Pero, por qu queran que entrara a la salida de miedos de Quinn? Queran que
ella fallara y muriera? O queran que tuviera xito?
Unger pareca haber ledo sus pensamientos.
Hay algo especial en ti, querida. Haber ingerido ese veneno y no haberte vuelto
completamente loca No s cmo lo hiciste, pero s que eso te hace ser la clave. Tu
habilidad para pasar entre las dimensiones cuando quieres, uf!, es formidable. Los
Voradores han estado tratando de hacerlo durante aos. Ahora t nos vas a ensear
cmo.
Unger desat la cuerda que estaba alrededor de las manos inertes de Gina e hizo que sus
dedos presionaran la mueca de Quinn, justo en el pulso. Luego volvi a amarrar sus
manos para dejarlas en esa posicin y apret con fuerza. Ella no poda sentir la piel
congelada de Quinn, pero sus ojos empezaron a perder el enfoque mientras su mente se
precipitaba hacia el reino de las pesadillas.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Captulo 20
Y ella, Gina estaba de pie sobre una acera estrecha y agrietada, a poca distancia afuera
de la primaria de Cutters Wedge. Los campos de pasto que se extendan alrededor de la
verdadera escuela no existan en esta dimensin. En lugar de plantas y arbustos, el
edificio estaba rodeado de manchas densas e inmviles. No tenia patio con juegos ni
estacionamiento, tampoco estaba el bosquecillo de pinos altos a lo lejos, slo haba
capas de mugre gruesa y suave que parecan glaseado de pastel contaminado con plomo
fundido.
A un lado del camino, sobresala entre la mancha un largo tabln de madera con un
asiento rojo roto y un manubrio de plstico, pareca un utensilio en un frasco de miel
gris. Otras partes de los juegos haban quedado atrapadas en esa sustancia tambin: un
espiro, unos columpios, un tablero de basquetbol descolorido. Nada se mova.
Gina camino despacio por el sendero hasta la entrada frontal de la escuela. La acera de
concreto se haba vuelto una superficie musgosa bajo sus pies. Algo en la naturaleza de
este lugar era distinto de las capas exteriores de los escapes de Henry y de Keech. Gina
no sinti miedo inmediatamente. Haba aprendido suficientes de sus anteriores
excursiones a estos lugares olvidados como para confiar en sus instintos, pero en ese
momento su brjula psquica no responda. Esta regin extrema de esta salida de miedo
que Quinn pareca ya no estar operando.
Unas pequeas e incoloras salan de la sustancia viscosa, cerca de los escalones de
piedra que llevaban hasta las puertas frontales del edificio. Gina se agach frente a las
escaleras y vio los residuos de caras arremolinadas y congeladas, dentro de la extraa
materia, que parecan brochazos de pintura. Todo aqu haba quedado fuera de control,
se le haba ido de las manos.
Gina se estir y toc la materia gris del otro lado de la acera. Las puntas de sus dedos
perdieron el color y se entumecieron. Retir la mano y se la puso frente a los ojos. El
color regreso a las puntas y volvi a sentirlas.
Es como si se le hubiera olvidado este lugar.
Antes el sonido de su voz, un temblor apenas perceptible lati atreves de la acera. Una
de las manos pequeas hundidas en la sustancia babosa se movi. Se volvi a incorporar
con cuidado y subi los escalones, evitando los huecos por lo que la sustancia gris se
dejaba ver.
Simon Holt Grupo Pandemonium
175
Gina entr por la puerta. En esta versin de la primaria Cutters Wedge, el piso estaba
cubierto por baldosas grises. Parecan un negativo fotogrfico de la realidad con el
blanco y negro invertidos. Un estandarte monocromo colgaba al final del pasillo. Tena
bordada la cara gigante de Bucky, el pirata mascota que Gina recordaba de sus das de
estudiante ah.
El estandarte estaba adornado con hileras de smbolos irregulares e indescifrables, en
lugar de las consignas con el espritu de la escuela. Muy al fondo del pasillo estaban la
puerta doble del gimnasio. Las paredes del corredor pegosteadas de almbar y parecan
como si se estuvieran derritiendo. La misma materia extraa y gris las cubra, pero
dentro de la escuela no estaba totalmente suspendida.
Ninguno de los niveles de los escapes de miedos que haba visto hasta ahora se vea as,
ninguno produca esta sensacin de vaco detrs de las imgenes inmediatas. Gina se
preguntaba si haban pasado aos desde que el Vorador haba asustado al joven Quinn,
metindolo ms adentro del hoyo, y si estas capas se estaban degradando con el tiempo.
Un gruido silencioso hizo eco detrs de ella y volte.
La cabeza gigante de pirata degollada de Bucky, la mascota, flotaba por el pasillo en
direccin a ella, su barbilla estaba a unos metros por encima de las baldosas y la punta
de su sombrero apenas libraba el techo.
El parche del ojo de la cabeza gigante del pirata se haba cado y el enorme hueco sin ojo
se habra y cerraba como una boca primitiva. El efecto era casi comico, pero
seguramente habra mortificado a un nio de ocho o nueve aos y ese miedo crudo
seguramente le daba poder.
Corri agarrando y girando manijas de las puertas de los salones mientras pasaba. Cada
una se deshaca o se rompa en su mano. Una que estaba cerca del final del pasillo se
abri y Gina se apresur a entrar, dndose cuenta demasiado tarde de que no haba
saln del otro lado de la puerta.
En lugar de eso, el piso caa en un ocano gris. Gina se sostuvo del marco de la puerta,
justo a tiempo para frenar, justo al despearse el piso. Entonces, algo la tom del tobillo
derecho y la arrastr de regreso al pasillo.
Una criatura aceitosa, parecida a un gusano de tierra gigante, se deslizaba fuera del ojo
del pirata, sus dientes como alfileres comenzaron a morderle la pierna. Gina gir el torso
para enfrentar el gusano y le pate el hocico con el pie libre.
La cosa grasosa cedi y Gina zaf su pierna de la boca, sus pequeos dientes rasgaron el
tejido suave y tintinearon sobre las baldosas como recursos. Gina se arrastr hacia atrs,
se puso rpido de pie y corri hasta la prxima puerta sobre el pasillo.
Simon Holt Grupo Pandemonium
176
El espacio, del otro lado de la puerta abierta, era solido. Dio un paso sobre el pasto
fresco y hmedo. La puerta se azot a su espalda y desapareci.
Un gruido feroz hizo vibrar el aire y dos patas gigantes pisaban fuerte frente a ella.
Gina vio a un enorme oso parado en su mxima extensin. Su grueso y oscuro pelaje
estaba erizado y sus garras bien afiladas derramaban una sustancia viscosa y negra.
Una voz fantasmal pareca hacer eco en el cielo.
El grizzly occidental no muestra complacencia ante su presa. Prefiere, sobre todas las
dems, la carne humana, deca la voz. Gina la reconoca vagamente como la del
narrador de Animal planet. Le quita la piel del cuerpo a su vctima y se come el tejido
muscular, an vivo. Si hay cachorros, estos tambin se alimentan.
La bestia se lanz sobre ella. Gina rod para un lado, justo cuando las patas frontales del
oso chocaron contra el piso, y levantaron un pedazo de tierra. Gate hasta una tienda de
acampar deshilachada, era el nico objeto a la vista que podra servir como portal a una
regin mas profunda de la salida de miedos. El oso la persigui torpemente, pero lleg a
la tienda a tiempo y se meti por la sucia entrada de nailon.
Dentro, un nio pequeo estaba acurrucado en una esquina, envuelto en una cobija
rada con la cabeza agachada. Gina se agach y se aproxim a l.
Quinn?
Al sonido de su voz la cobija se levant, y lo que Gina haba pensado que era un nio
levant violentamente la cabeza para revelar una cara horrorosa. Dos brocas sobresalan
de donde deberan estar los ojos de la cosa esa y zumbaban en las cuencas desiguales.
Tena una sierra circular ajustada con correas de piel en ambos muones de las manos
desprendidas. De varios huecos en el pecho le salan pas oxidadas. En lugar de labios
tenia mandbulas de mosca gigante que se movan nerviosamente. Gina se llev una
mano a la boca y lentamente sali de la tienda.
El paisaje haba cambiado de nuevo, estaba de pie en una cmara con torsos humanos
descabezados y desmembrados a los que les haban sacado las tripas. Los haban
limpiado y colgados de ganchos para reses y colgados sobre cadenas que se dirigan
hacia la oscuridad. Maraas de moho se formaban sobre las manchas de sangre que
haba en el piso. La bodega era un hervidero nuboso de moscas; asquerosas patas y alas
le rozaban la piel.
Gina se abri camino frenticamente entre los trozos de carne colgantes, mientras el
nio-insecto la persegua abriendo y cerrando sus mandbulas, su espinosa boca de
insecto zumbaba. Enjambres de caros escurran alrededor de sus ojos y boca. La cosa
Simon Holt Grupo Pandemonium
177
soltaba mordidas, mientras se escurra para salir. La boca de mosca del monstruo se
ondulaba y las brocas en las cuencas de sus ojos giraban hacia la izquierda y hacia la
derecha mientras la persegua.
Lleg a un callejn sin salida y se dio la vuelta, justo cuando las sierras chirreaban en el
brazo del monstruo y cortaban el aire frente a ella; pero antes de que pudiera cortarla, el
oso apareci entre los dos y le solt un zarpazo al nio-cosa con su pata del tamao de
un mamut.
El oso destroz al insecto-cosa y salpic un lquido negro y grasoso del cuerpo
mutilado. El oso enseguida tom la cabeza decapitada del insecto y abri su enorme
boca y llena de saliva, para tragrsela completa.
En pocos segundos, la cara del animal se contorsion y solt un aullido desgarrador,
mientras se transformaba en una nueva entidad demoniaca. Las brocas salieron por las
cuencas de los ojos del oso produciendo estremecedores tronidos y zumbidos. Las
mandbulas claqueantes se ensancharon, rompiendo los huesos, y las garras de la bestia
se abrieron en dos para darle lugar a las sierras circulares que acabaron saliendo por sus
patas. La transformacin fue tan impresionante que Gina se qued paralizada por unos
segundos, antes de regresar corriendo por entre el denso bosque de partes de cuerpos,
tratando de no gritar.
Los escapes de miedo de Henry y de Keech haban sido espantosos, pero Gina haba
podido navegar por ellos encontrando un patrn, alguna lgica interna y perturbadora
que una los elementos.
Pero, qu sera eso?
Primero, un tiradero afuera de la escuela y ahora un nivel dentro del edificio con
imaginera realmente inconexa y elementos mutantes de canibalismo. La salida de
miedos estaba literalmente comindose a s misma.
Mientras la mutacin asesina la persegua, destrozando torsos de las cadenas en la
cacera de su nueva presa, le lleg la revelacin como un trueno.
Los miedos de Quinn se estn fusionando aqu.
La capa externa se haba atrofiado y haba dejado, sencillamente, de moverse.
Cualquiera que fuera el miedo que haba producido el ambiente en el patio de la escuela,
haca mucho que haba sido olvidado. Ahora este reino interno se estaba mezclando. No
estaba dentro de una sola capa, si no de muchas. Con el tiempo se haban salpicado
entre ellas igual que sola hacerlo la memoria humana. Aqu no haba una biologa una
lgica retorcida ni un demente sentido del orden. El cerebro de Quinn haba combinado
Simon Holt Grupo Pandemonium
178
diversas capas de su salida de miedos y creado una nueva variedad de terror, una
asolada por el caos absoluto.
Gina lleg hasta el bordo de la carnicera colgante y mir desesperada hacia la
destruccin total de Cutters Wedge. Edificios enteros estaban reducidos a montones
de piedras y metal que se quemaban a fuego lento. Los interiores de los coches estaban
en llamas y el cielo arriba brillaba con un profundo y aterrador color carmes.
Gina pens en las cosas que haba visto: el oso como elemento de un espantoso
espectculo de la naturaleza; un nio, cuyas partes haban sido reemplazadas con
herramientas peligrosas y violentas; un casillero de carne; una guerra.
Terrores reales que un nio pequeo haba tenido haca muchos aos y que aqu
convergan en una jungla de caos puro.
Poco ms de una docena de sobrevivientes andaban a tumbos por la calle, enfrente de
Gina. Hombres, mujeres y nios, todos parecan cadveres viandantes. La piel quemada
de sus cuerpos supuraba y goteaba sobre el asfalto cubierto de vidrios. Sus ojos ya se
haban derretido, tenan las cuencas sangrientas y llenas de pus: iban hacia Gina.
Aydenme
Por favor
De repente, el oso-cosa mutante cay sobre un coche en llamas atrs de ella. Gina corri
hasta el borde de la banqueta, mientras la bestia atacaba a la banda de muertos
vivientes. Arrebat a un nio y lo devor; sin embargo, antes de que pudiera tomar su
segundo plato, las otras vctimas le cayeron encima a golpes y lo derribaron. Gina no se
quedo a ver la masacre, o cul nueva abominacin saldra de ello.
Sali corriendo por la calle chamuscada y pronto encontr la puerta doble del gimnasio
frente a ella. Pareca ser el nico smbolo de una perversa continuidad.
Entra por esas puertas y encuentra una capa ms profunda de la salida de miedos.
Penetra an ms y estars ms cerca de Quinn.
Escuch pasos atrs, era la nueva mutacin, parte humana, parte oso, parte cierra
chirriando, iba hacia ella velozmente. Corra sobre patas cubiertas, en parte, por pelaje
y, en parte, por piel negra pelndose. Las manos de sierra girando y sus colmillos de oso
tronando. Gina abri de golpe las puertas y se lanz sobre el piso fro del gimnasio. Las
puertas se azotaron detrs de ella y, en ese momento, la nueva bestia se estamp contra
ellas. No poda entrar, haba llegado hasta una frontera invisible. Igual que el payaso
Simon Holt Grupo Pandemonium
179
asesino y el cirujano en la salida de miedos de Henry, los monstruos de las capas
exteriores del reino no podan romper sus ataduras fsicas y penetrar hasta otra parte.
Gina imagin que si fallaba en su intento por rescatar a Quinn, el gimnasio que ahora
ocupaba tambin se fusionara con las capas externas y se sumara al cuadro catico de
miedos mezclados.
Por ahora, ella era la nica que poda pasar y acababa de entrar a un nivel ms profundo
y definido.
Un tono sepia deslavado cubra todo el gimnasio. Nios regordetes y raros, vestidos con
uniformes que le quedaban grandes, daban vuelta a la cancha de basquetbol. Enormes
llaves para dar cuerda les salan por la espalda, giraban constantemente dentro de
profundas heridas rojas entre sus hombros.
Un hombre enorme, vestido con shorts de ciclismo color verde oscuro, zapatos de lucha
negros y un rompe vientos amarillo, estaba parado al centro del gimnasio, dando su
ancha espalda a Gina. Estaba parado en medio de una colchoneta azul para lucha,
cubierto de cientos de pequeos clavos afilados. Sopl un silbato alto y estridente y los
nios trotando se congelaron y se reunieron en el permetro de la vista.
Eagan! Lindsay! Muevan sus pequeos traseros hasta la colchoneta.
Gina reconoci la voz, aunque no poda ver su cara. El seor Banner haba sido el
profesor de deportes en la primaria de Cutters Wedge durante dcadas, hasta que lo
despidieron por darle una cachetada a un nio asmtico que se resista a correr. Gina
iba en primero cuando Banner haba sido despedido, apenas lo haba conocido. Quinn,
por su parte
Vamos!
Los nios se retorcieron ajetreados, antes de dejar salir de entre ellos a un par de
compaeros. Uno de ellos era de estatura baja, compacto y con el cabello rubio; el otro
desgarbado, plido, con las orejas grandes y los rizos castaos, enmaraados. El silbato
volvi a escucharse.
Muvanse! No me hagan volver a sacar la pelota medicinal, mocosos! Recuerdan lo
que le paso a Hyatt, verdad? El entrenador seal hacia un charco de fluido color
granate seco, que haba dejado manchada la duela bajo una de las canastas. Un cuerpo
desollado colgaba de cabeza desde el aro.
Muevan sus flojos traseros!
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Los dos nios caminaron hacia la colchoneta, intercambiando miradas nerviosas. El
entrenador se llev las manos a la cintura.
Ustedes dos son amigos, verdad? Amiguitos de juego, cierto? No crean que no los
veo rindose como niitas y jugando a tocarse las nalgas en clase. No me caen bien los
risueos y toca culos. Pnganse en posicin, nias. Eagan, abajo!
El nio delgado se puso de rodillas lentamente. Los clavitos de la colchoneta
presionaban contra sus rodillas. Mizo muecas y bajo las palmas despus; Gina escuch
ese asqueroso sonido de las puntas, penetrando en sus mano. Saba que los nios no
existan, que slo eran grotescos productos de la imaginacin de Quinn, pero que
estaban moldeados con la arcilla de su propia memoria. En algn lugar, en algn
momento, haba habido un Eagan de verdad, que haba sufrido los tormentos del
entrenado Banner, mientras Quinn y los dems observaban.
Lindsay, arriba. Pon tu culo fofo en posicin.
El nio obeso se hinc sobre una rodilla y puso el brazo izquierdo alrededor del
estmago del otro nio y su mano derecha en el codo derecho de su oponente.
A pelear nias! De eso se trata todo! Un deporte para hombres! Ahora cuando sople
por el silbato, ms vale que peleen con esfuerzo, hasta que uno de los dos haga un
punto, me escucharon? Si veo a alguno de los dos sobndole las nalgas al otro sobre mi
colchoneta, les quemar el trasero! Entendieron?
El silbato son por tercera vez y el nio regordete presion fuerte sobre el brazo del
nio flaco. El codo se dobl en un ngulo peligroso y distorsionado y el nio flaco se
inclinaba y colapsaba sobre un costado. Los clavos se enterraban en todo un lado de su
esculido cuerpo, y por las docenas de agujeros en sus costillas y cadera sala un reguero
de lquido viscoso y negro. El nio gordo dudaba.
Vamos, Lindsay! Mustranos que no eres un marica! el entrenador pate al nio
por atrs. Domnalo! Aplstale el esqueltico culo! Quieres ser atleta? Quieres ser
hombre?
Los labios del nio gordo temblaban.
Dnde demonios est Waters? Quinn Waters! Trae tu trasero hasta aqu y
ensales a estos oos cmo compite un campen!
Gina sinti cmo se le aceleraba el corazn desde su asiento, detrs de las gradas. De
verdad Quinn estaba cerca? El profesor de deporte, la colchoneta, la cancha, los nios de
la clase, todo pareca estar intacto, sugiriendo que haba suficiente esencia de Quinn en
Simon Holt Grupo Pandemonium
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algn lugar cercano. Su miedo presente alimentaba suficientemente esta escena como
para dejar que se repitiera una y otra vez en la salida de miedos. Pero Quinn no apareca.
Maldita sea! Se que puede orme, Waters! Maldito desertor! Igual que tu papa!
Todo el talento del mundo, pero nada de pelotas!
Gina sinti una punzada de lstima, ahora que se enteraba que Quinn Waters joven
haba sido presionado y empujado por los adultos a su alrededor para que tuviera xito
como atleta sin importar las consecuencias.
El entrenador camin hasta el otro lado de la colchoneta y empuj a Lindsay hacia un
lado. Luego levant el pie y lo dej caer sobre la cabeza de Eagan, aplastndola como si
fuera una sandia podrida. Se parti contra los clavos de metal y ms lquido negro
aceitoso se dispar por la colchoneta. No era sangre, pero tampoco era el humo que
Gina haba encontrado dentro de los nios en la versin de la salida de miedos de
Henry.
A lo mejor con el tiempo algunas capas se solidificaban ms que otras, quien sabe, se
pregunt Gina.
Banner volvi a levantar el pie para aplastar a Lindsay, pero Gina jade audiblemente y
el entrenador volte hacia las gradas. Para el horror y la repugnancia que le provocaba a
Gina, la cosa no tena cara. Pareca como si alguien hubiera tomado un escalpelo
quirrgico y le hubiera quitado el rostro completo a Banner, como si le hubieran cortado
la carne, los msculos y los huesos, y drenado toda la sangre y el moco, para despus
excavar el tejido y el cerebro, hasta que no quedara ms que un hueco vaco.
La nica cosa que haba dentro en ese momento era un silbato plateado y brillante,
sostenido entre una dentadura de piezas manchadas y empotradas en la carnosa parte
trasera de su rosa cabeza.
Parece que tenemos una espa aqu adentro, muchachos! los dientes se abrieron y
cerraron levemente, mientras el monstruoso profesor de deportes gritaba y caminaba a
grandes zancadas hacia las gradas. Unas rfagas de aire invisibles provocaban que el
silbato emitiera leves silbidos a cada paso. Ms vale que salgas, espa de mierda!
Pateo algunas de las tabillas de madera y escuch. Gina se mantuvo quieta como la
muerte.
Ese cascarrabias y acabado de Munson te envi a Wennemack para espiar a mi
equipo de este ao, verdad? No me extraa que ese viejo bastardo haga trampa. No
podr vencer nunca a un equipo Banner, no importa cuantas espas mande. Muchachos!
Encuentren a esa espa y les reducir las vueltas el resto del da.
Simon Holt Grupo Pandemonium
182
Los nios contentos se alborotaron.
Empiecen a buscar, nios, o los coser a la bola medicinal!
El tmido grupo de nios se dirigi con decisin hacia las gradas como una manada de
perros salvajes. Gina sali disparada desde las gradas hacia el pasillo, pero el camino que
haba tomado hacia el gimnasio haba desaparecido. No haba salida y los nios rean
mientras la rodeaban.
Corri como flecha, atravesando el centro de gimnasio, y los clavos de la colchoneta le
perforaron los pies. Un par de nios trataron de seguirla, pero tropezaron y cayeron
torpemente sobre los clavos y salpicaron sangre.
Esa nia les est dando clases, Tolin! Empieza a mover tu culo, muchacho! No dejes
que toque mi bola medicinal!
Gina lleg hasta el clset donde guardaban el equipo y lo encontr sin seguro. Azot la
puerta tras de s y la atranc, atravesando un palo de hockey sobre la manija. Los nios
empujaban contra la puerta. Solamente tena algunos segundos para encontrar una
salida antes de que estuvieran encima de ella. Gina busc desesperadamente algo que le
pudiera servir. Movi todo y busc en los carritos de basquetbol, entre las hileras de
conos anaranjados, las porteras encimadas de hockey y tom un bate de aluminio. Se
senta pesado y slido en su mano.
Los nios consiguieron entrar y Gina solt un swing. Se abrieron crneos y llenaron el
cuarto con lquido negro, antes de que los cuerpos desaparecieran en forma de nube de
humo. Pero los nios seguan atacndola, forzndola a retroceder hacia el fondo del
clset. Ah choc con algo caliente y suave, con algo hmedo. Gema.
Era la bola medicinal de Banner.
La esfera meda un metro de dimetro y estaba fabricada con una lona correosa hecha
con la piel de docena de nios jvenes que alguna vez haban sido alumnos torturados
en la clase de Banner. El mismo fluido negro y fresco goteaba desde las costuras y la
pelota mrbida se senta tortuosamente viva.
El silbato del entrenador son tan fuerte y estridente que las cabezas de los nios que
quedaban se reventaron en forma de humo y sus cuerpos cayeron de frente sobre el piso.
Banner acech dentro del closet. Su cabeza carnosa y cncava vibraba de coraje. Tena
atrapada a Gina.
Quita las manos de esa pelota, pequea!
Simon Holt Grupo Pandemonium
183
Tom un puck de hockey de uno de los estantes y lo arroj contra Gina. El puck choco
contra la pared del fondo e hizo un hoyo hasta el otro lado.
Entrgamela rodando de inmediato y te matar rpidamente.
Una luz suave se meti por la fisura de la pared atrs de Gina. Del otro lado estaba la
salida. Le peg con el puo, mientras Banner tomaba un palo de hockey que tena una
paleta brillante y afilada como una navaja.
Desobedece y te desgarrar lentamente.
Gina coloc ambas manos sobre la pelota. Docenas de rostros sufrientes, cosidos el uno
al otro, voltearon a verla. Ella sinti las pieles de los nios, latiendo calientes bajo las
puntas de sus dedos.
Levant la pelota por encima de su cabeza.
No! Bjala, maldita mocosa!
Gina la arroj contra la pared de atrs. La barrera se comb y hundi, antes de
colapsarse. Gina estaba baada por un brillo anaranjado intenso y el closet de
equipamiento se desvaneci. El profesor de deportes se parti en tiras de carne arcillosa
y lquido negro. Entonces Gina sinti que caa sin poder ver nada ms que la niebla a su
alrededor.
Cuando la bruma se abri, estaba de pie en el borde de un maizal silencioso que se
extenda hacia todas direcciones, hasta donde ella poda ver. Detrs no haba ms que
un remolino de neblina gris. Se qued mirando fijamente el terreno aparentemente
inocente que tena enfrente.
Entonces, qu secretos divertidos ocultas? le pregunt a las mazorcas. Elotes
asesinos con mayonesa? y se adentr al campo amarillo brillante.
Simon Holt Grupo Pandemonium
184
Captulo 21
Unger observaba, con un regocijo nada discreto, cmo los monitores de la televisin
comenzaban a emitir pitidos a partir de las ondas elctricas que salan de los cerebros
de Gina y Quinn. Por la pantalla corran datos y las imgenes del cerebro se prendan
con color cuando la sangre flua hacia ambas amgdalas. Quinn no paraba de quejarse y
moverse, aunque lo haca dbilmente, de manera que sus manos seguan en contacto.
Los centros neurales de Gina crecan cada segundo. Unger nunca haba visto nada igual.
Su respuesta emocional a lo que fuera que se estaba enfrentando en la salida de miedos
de Quinn no era normal, lo mismo que sus niveles de serotonina. Por si fuera poco, haba
reas de su cerebro, por lo general no funcionales en los seres humanos que se
encendan como rboles de navidad conforme las rutas neuronales se reacomodaban.
Unger estaba viendo actividad que ni siquiera haba pensado que pudiera existir.
Esta nia era el catalizador, estaba seguro de eso. Era como una batera que poda echar
andar un auto desde el motor de otro, slo que haba estado arrancando otros cerebros
humanos, sobrecargando sus amgdalas con la energa emocional que las reventara y
destruira. El portal que haba entre el mundo de los Voradores y el nuestro. Los
Voradores ahora podran cruzar en cualquier momento, cualquier da del ao.
Si suceder! grit por toda la caverna. Voradores de todas las edades, hacindose
pasar por hombres, mujeres, nios y nias comenzaron a pulular dentro del cuarto y se
distribuyeron entre los cuerpos humanos postrados. Sonrean diablicamente y le
aplaudan al doctor.
Lo has logrado por nosotros dijo uno.
Cundo van a pasar los dems? pregunt otro.
Pronto Unger camin hasta un interruptor al que estaba conectado el nexo de
cables, cuando los conecte, su poder prendera a todos los huspedes.
Apret el interruptor y un chispazo de electricidad corri por los cables hacindolos
chisporrotear. Las vctimas humanas inconscientes sufrieron espasmos cuando la
corriente los alcanz y los atraves. En los monitores, sus imgenes cerebrales
comenzaron a mostrar la misma actividad que Gina, aunque los disparos neurales no
eran tan intensos. Unger observaba atento a las pantallas.
Est funcionando. Conforme ella se hace ms fuerte en la salida de miedos, lo mismo
pasa con estos huspedes. En el momento en el que la salida de miedos haga implosin,
Simon Holt Grupo Pandemonium
185
la barrera se habr eclipsado exclam Unger, rindose. El poder de esta nia para
derrotar a los Voradores ser que los libere!
De repente una explosin, sacudi la caverna y una extensin del techo de tierra le cay
encima al grupo reunido. Bolas de fuego y tierra llovan desde arriba, amenazando con
prender todo el cuarto en llamas. Resonaron algunos disparos y dos de los Voradores
cayeron muertos al piso. Gases negros brotaron de sus labios y ojos y se mezclaron con
el humo del fuego.
Unger trat de cubrir a Gina y a Quinn con su cuerpo, mientras vea los cables que
tenan conectados al cerebro. No poda arriesgarse a que se quemaran, no cuando Gina
estaba tan cerca de conquistar la salida de miedos.
Una daga gir por el aire y le peg en el estomago a uno de los ayudantes. Unger dio un
brinco hacia atrs, mientras el Vorador caa doblado sobre el suelo.
Por toda la caverna brotaban llamas. Los Voradores se dispersaron. Algunos se
prendieron mientras intentaban escapar. Las nubes de humo negro ahogaban el cuarto
mientras llovan tierras y piedras desde arriba. Los nodos neuronales coloreados de rojo
seguan creciendo en las pantallas de televisin.
Ya casi, ya casi consign Unger.
Aljate de la chica ahora mismo Eben Bloch apareci por entre el humo y las
cenizas, con la pistola al frente apuntndole a Unger. Su cara, su ropa y su cabello
estaban negros por el holln y su brazo roto segua descansando en el cabestrillo, pero
poda caminar solo. Aarn lleg corriendo a su lado, sosteniendo un cuchillo manchado
de sangre.
Demasiado tarde! grit Unger.
Eben se lanz sobre Unger, antes de que Aarn pudiera detenerlo. Los dos viejos
cayeron al piso y la pistola se dispar.
El olor de las mazorcas y la sensacin de los tallos acariciando su piel parecan reales.
Gina saba que segua en la salida de miedos, pero el mar de matices amarillos tenues,
verdes y anaranjados eran innegablemente tranquilizadores. Con cada paso que daba
hacia adelante, la suavidad del maizal le bajaba la adrenalina. Su ritmo cardiaco, que se
haba estado acelerando desde que casi caa y se sostuvo del marco de la puerta del
pasillo, disminuyo lo suficiente como para que pudiera respirar profundo y con calma.
Poda seguir y seguir entre los suaves tallos por siempre y, justo en el momento en el que
Simon Holt Grupo Pandemonium
186
ese pensamiento penetr en su mente, Gina se pregunt si eso era lo que el Vorador
haba querido cuando haba construido este nivel del escape de Quinn.
Dio una vuelta lenta en el maizal y se dio cuenta de que cada centmetro a su alrededor
se vea idntico. Siete espigas de maz salan de cada tallo, tres a la izquierda y cuatro a
la derecha. Cada una tena el mismo nmero de hojas verdes, llegaba hasta la misma
altura y se encontraba equidistante de sus similares. Comenz a sentir un latido ansioso
dentro del pecho.
Pelea, Gina, se dijo en voz alta, quiere que te espantes, no lo dejes.
Sigui adelante. Ve derecho y no te detengas
Habiendo crecido en una comunidad rural como Cutter`s Wedge, los nios aprendan
ciertas cosas desde pequeos. Gina se saba el procedimiento. No cruces puentes
cuando el agua esta turbulenta, no juegues con el tractor de un granjero, sin permiso, y
nunca sientas pnico si llegas a perderte jugando en un maizal.
Si te adentras demasiado y pierdes el sentido de la direccin, camina derecho hasta que
salgas del otro lado. Incluso si estas a kilmetros de donde empezaste, nunca estars
realmente perdido.
Imagin que el pequeo y asustado Quinn saba eso tambin.
Las sombras de entre los tallos se hicieron ms oscuras y el aire se enfri conforme
segua adelante. Seguramente habra algo amenazante en el camino, pero que otra
opcin tenia. No haba vuelta atrs.
Finalmente, el patrn de los tallos empez a cambiar, pero apenas perceptiblemente.
Gina haba estado ah suficiente tiempo como para notar las sutiles diferencias: cuatro
mazorcas a la izquierda y tres a la derecha. Los tallos inadaptados la llevaron en zigzag
hasta un pequeo claro.
Un espantapjaros burdo estaba erguido y combado sobre un palo de madera. De una
playera de franela a cuadros azules y negros y de unos pantalones vaqueros deslavados y
viejos salan matas de paja seca. La cosa no se mova, pero Gina se acerc con cautela,
encorvndose para poder ver la cara escondida bajo el sombrero de ala ancha.
Por un breve momento sus pensamientos volvieron a la historia de Jeremiah, haba sido
una de las primeras que haba ledo en el diario que le haba introducido a los
Voradores. Muchas dcadas atrs, el padre borracho del nio lo haba amarrado en la
cruz de un maizal, como castigo. Su terror en la noche haba atrado a un Vorador en la
Noche de los Lamentos, y su hermanita, Macie, no lo haba podido salvar. Cuando
Jeremiah haba envejecido y se haba enfermado de cncer, Macie, ya para entonces era
Simon Holt Grupo Pandemonium
187
una anciana tambin. Lo encerr en una celda en el stano y esper a que muriera.
Cuando finalmente Jeremiah muri, el Vorador haba quedado atrapado, hasta que Gina
lo dej salir muchos aos despus y los destruy. Luego, devor los restos y desat un
poder inexplicable dentro de ella. Todo pareca como una terrible pesadilla, pero haba
sucedido en verdad y, ahora, estaba de pie en un maizal nada distinto de aquel en el que
Jeremiah haba sido sacrificado a la oscuridad.
Gina arranco una mazorca del tallo ms cercano y lo arroj contra el espantapjaros. La
mazorca peg en la cabeza del mueco y le tir el sombrero. La suave cabeza de
calabaza que estaba bajo ste se vino abajo y cay al piso con un golpe seco.
Pero no pas nada ms.
La cabeza no vomit gusanos que crecan y se volvan demonios feroces, ni los tallos se
desenraizaban y la atacaban. Solamente haba un inquietante y hueco silencio por todo
alrededor.
Gina levant la cabeza y mir a travs de los ojos tallados. Haba lago dentro.
Gina meti la mano por el agujero que tena la calabaza, hasta arriba, y sac un par de
pepitas arrugadas, junto con algunos hilos de pulpa seca y una tarjeta de beisbol, de
factura casera.
La examin. Una foto borrosa de un nio pequeo estaba pegado sobre un cartoncillo:
un estandarte dibujado a mano adornaba la parte de abajo. Tena un nombre escrito con
marcador azul oscuro.
3
a
B, Kenny Cullens.
Por qu le sonaba tan conocido ese nombre?
Gina volte la tarjeta y encontr ms informacin, tambin escrita a mano, dentro de los
cuadros dibujados cuidadosamente con un lpiz: el promedio de bateo, los
cuadrangulares, el slugging, las bases robadas, los put outs y el porcentaje de fildeos.
Hasta abajo, haba un pequea seccin en la que Gina pudo leer el detalle que
necesitaba.
Mejor amigo: Quinn Waters
Una migaja de pan.
l haba estado aqu y ella se estaba acercando. Ahora lo saba. Pero estaba escondido.
Simon Holt Grupo Pandemonium
188
Gina se meti la tarjeta en el bolsillo, coloc la cabeza de nuevo en el espantapjaros y
sigui el camino que marcaban los distintos tallos. Confiaba que pronto encontrara la
salida.
Se mova ms y ms rpido, pues ahora le era ms fcil distinguir los tallos sutilmente
diferentes. Vio que el campo se habra otra vez y entr a otro claro.
No, no era otro claro, era el mismo. Pero haba cambiado un elemento l espantapjaros
ya no estaba.
Al encontrar la tarjeta de beisbol; al descubrir, pues, la migaja, haba despertado a otro
de los monstruos nacidos de los miedos ms profundos de Quinn. Y el rastro que haba
seguido, creyendo que haba descubierto el secreto del maizal, tan slo la haba llevado
de regreso a donde ya haba estado.
Entonces, esta vez Gina cerr los ojos y solamente camin. El maz, antes suave y
suntuoso contra su cara, era ahora spero y duro como una lija. Las hojas le rallaban las
mejillas y le picaban la garganta, rajndole superficialmente la piel. Pero sigui
caminando y mantuvo los ojos cerrados. Ningn patrn falso, ningn falso sol creciente
o ponindose en cielo falso, ni cualquier dolor psquico alterara su andar.
Sintelo, se dijo Gina en voz alta, ponte en contacto. l est aqu afuera.
Escuch paja crujiente y el quedo roce de la franela, como susurrando detrs de ella.
Mira.
Una voz delgada y rasposa.
Mrame
El espantapjaros.
Apret los ojos cerrados y camin.
Camino equivocado.
Estaba justo detrs de ella.
Perdida muy perdida
Derecho, sigue andando derecho.
Simon Holt Grupo Pandemonium
189
Gina poda sentir a la cosa justo por encima de su hombro. Oli la paja y el olor de la
cabeza. Pero no corri ni vir. Derecho. Si caminas derecho por un maizal nunca estars
realmente perdida.
Eres ma.
Una hoja de tallo toc la parte trasera de su cuello desnudo y baj lentamente sobre sus
omplatos.
Nunca saldrs.
El aire se haca ms caliente, como si tuviera el sol en la cara.
No
La voz se escuchaba ms fuerte ahora y ms amarga.
Mrame!
Ya casi estaba afuera, pero no quiso mirar hasta que su cara y manos no sintieran ni un
tallo de maz a su al redor. Y entonces abri lentamente los ojos. Estaba de pie frente a
una escalera en un costado de un granero gigante en medio de una granja pacfica y
desierta. An senta el espantapjaros atrs de ella, pero ahora escuchaba algo ms, un
sonido distante en el cielo que se aproximaba.
El aleteo de muchas alas.
No debiste seguirme hasta aqu Gina vio su horrorosa sombra extendida sobre el
costado del granero. Era larga y quebradiza. Pero no volte.
Por qu?
A los cuervos les encanta la semilla de calabaza.
Los pjaros descendieron.
Gina agarr las escaleras y subi a trompicones mientras plumas, picos y garras le
llegaban en picada. Se avent por la abertura, cerca de la parte superior del silo, an
renuente a voltear a ver, aunque escuch extraos graznidos y pajas, tronando debajo de
ella.
Una vez adentro, qued instantneamente enterrada en granos y tierra. Alguna vlvula
oculta haba sido abierta y la haba succionado hasta otro portal. Los granos le llenaban
los pulmones ahogndola
Simon Holt Grupo Pandemonium
190
Despert boca abajo atrapada entre dos asientos estrujados en la parte trasera de un
camin de escuela, volteado y quemado. El marco del vehculo estaba hecho trizas, las
ventanas rotas y los asientos derretidos. El techo en fuego, ahora recargado sobre el
piso, estaba cubierto de gorras de beisbol y grapas. Aquello ola a cabello quemado y
chicle viejo.
Gina se zaf de entre los asientos y cay pesada sobre el techo del camin. Se sent y
sali por una ventana.
El asfalto y la tierra estaban marcados con manchas de sangre seca. Por la acera volaban
cenizas que se arremolinaban alrededor de montones de vidrios rotos y pilas de hule
encendido. Era la escena de un accidente de trfico fatdico.
Gina reconoci la geografa del viejo Cutter`s Wedge. Una seccin del pueblo que
apenas haca una dcada bulla con fbricas y tiendas. Cuando los tiempos difciles
haban llegado, muchos negocios quebraron o se mudaron del pueblo. Esa zona haba
quedado como un pueblo fantasmal.
Su corazn de llen de terror. No encontr ni cadveres ni sobrevivientes ah, nada con
vida. Nada en ese lugar le haca pensar a Gina que Quinn haba estado ah, o acaso
pasado cerca.
Se sorprendi al ver que no saba nada acerca del verdadero Quinn, acerca de quin era,
como ser humano. Se haba movido demasiado rpido dentro de esta salida de miedos?
Haba pasado por alto alguna pista?
Solamente haba recuperado un objeto simblico: la tarjeta de beisbol, de entre las capas
de la salida de miedos slo haba obtenido una migaja psquica. Se estara acercando al
nio que estaba encerrado aqu?
El tiempo que haba pasado con el Quinn Vorador slo haba resultado ser una
decepcin. Haba actuado como una tonta all afuera. Por qu no aqu adentro
tambin? No conoca a Quinn, slo conoca al monstruo.
Y se haba aliado con l, haba confiado en l.
Y haba dejado que la engaara, una y otra y otra vez. Estaba perdida. El aire con cenizas
haca que le ardiera la garganta mientras deambulaba por en medio de la calle desolada.
Quinn, Dnde ests? No s qu hacer. Se sent en la tierra. El olor a llanta
quemada y aceite se le meta en los pulmones. No s cmo encontrarte, aydame.
Una suave brisa que cargaba aroma a chicle sopl delicadamente contra su cara.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Quinn?
Nada.
Quinn? Puedes escucharme? Estoy aqu, para llevarte a casa.
Se escuch un sonido leve y fangoso atrs.
Se dio la vuelta de un giro.
Nada.
Quinn? Por favor deja que te lleve a casa.
El sonido fangoso se repiti y entonces Gina lo vio. Como una serpiente de agua,
deslizndose lentamente sobre la superficie de un pantano, un tramo gris de cuerdas
delgadas se despleg y desliz sobre el piso terroso en direccin a ella. Esper en
silencio a que la alcanzara.
Intestinos.
Pero, de quin?
Gina estir el brazo y tom suavemente el intestino. Este se desliz y enroll en su
mano y jal. Ella se detuvo y lo sigui.
Se fue revolviendo entre los coches incendiados, a travs del camin volteado y hacia
una esquina oscura de la salida de miedos, hasta que alcanz el borde de un precipicio
empinado. Ah se solt de su mano y se retrajo fuera de su vista, por un costado del
acantilado.
Para abajo.
Le hizo seas.
Dndole la espalda al aviso negro, Gina se puso de rodillas y empez a bajar por el
precipicio, dependiendo solamente del sentido del tacto que la guiaba en el descenso
peligroso.
Aarn corri hasta el lado de Eben, pero el viejo lo ahuyent.
Simon Holt Grupo Pandemonium
192
Los cables, desconctala del resto le gru.
Aarn le asinti y vol de regreso hacia Gina. Estaba acostada, tan tranquila, sobre la
losa de piedra en medio de un caos. Los tubos y cables conectados a la aguja vibraban
por la electricidad. Aarn se asegur de estar sosteniendo el cuchillo por el mango de
plstico y empez a cortar cables rompiendo la conexin con el resto de los cuerpos en
el cuarto.
Hubo un destello de luz y todos los monitores se fundieron. Los cuerpos humanos
comenzaron a retorcerse sobre sus losas, causndole una enorme pena a Aarn. Todas
estas muertes sin sentido
No! grit Unger.
El doctor sangraba del hombro en el que le haban disparado, pero haba podido
arrastrarse unos metros lejos de Eben, quien yaca jadeando y resollando sobre el piso.
Aarn vio que las manos de Gina y Quinn estaban amarradas, juntas. An con todo el
peligro que haba a su alrededor no poda arriesgarse a separarlos. Gina segua en la
salida de miedos, por lo que romper el contacto con l, ahora, podra atraparla para
siempre en una pesadilla viva.
Simon Holt Grupo Pandemonium
193
Captulo 22
Cientos de metros abajo, por el costado del acantilado y sobre un pequeo promontorio
de piedra, estaban dos nios en oscura soledad. Uno de ellos estaba desparramado, su
pequeo cuerpo estaba roto y retorcido sobre un montn tortuoso de piedras. Sus ojos
estaban cerrados y su cabeza yaca sobre el regazo del otro nio. Gina los reconoci a
los dos instantneamente.
Hola, Quinn.
No volte a verla. Miraba fijamente hacia el remolino gris que haba en el vasto cielo
detrs de la ladera.
Hola repuso, como si la hubiera estado esperando por algn tiempo.
Gina se agach a su lado.
Todo el abdomen de Kenny haba sido tajado por algo duro y con picos. Haba moscas
volando alrededor de la herida y miles de gusanos se movan dentro de la piel abierta.
Las entraas que haban guiado a Gina hacia abajo se haban enrollado de regreso
dentro del cuerpo terriblemente daado del nio. Pero no estaba muerto. Su respiracin
era poco profunda e irregular, pero segua vivo.
Estoy aqu para llevarte a casa le dijo Gina.
No quiero irme contest Quinn.
Me escuchaste. Contestaste. T me trajiste aqu.
No, no fui yo Quinn neg con la cabeza. Fue l.
No quieres irte?
No puedo, tengo que quedarme.
Gina observ la tarjeta de bisbol y casi se le quiebra el corazn. Algo realmente trgico
le haba pasado a este nio y Quinn lo haba presenciado. Su culpa era profunda y aqu
en este acantilado se haba estancado, descompuesto, podrido en el aire.
Kenny era tu mejor amigo, verdad? Gina se acerc un poco ms, pero Quinn se
movi hacia el borde del precipicio arrastrando al nio comatoso hacia l.
Simon Holt Grupo Pandemonium
194
Todava lo es dijo Quinn desafiante.
Lo siento: es tu mejor amigo Gina revis las estadsticas de la tarjeta. Tercera
base, verdad? Una esquina caliente, una posicin difcil.
S.
En verdad peg treinta y siete cuadrangulares?
Quinn solt una risita.
No, eso lo inventamos. Pero un da s lo iba a hacer. Apuesto a que s.
Lo habra hecho a menos qu...? pregunt Gina. Se coloc de manera que pudiera
saltar si Quinn trataba de aventarse desde el borde.
Si esto no hubiera pasado Quinn le toc el estmago a Kenny, sacudindole los
gusanos y espantndole las moscas, pero los gusanos regresaban en mayor cantidad y las
moscas volvan a posarse sobre las heridas. El esfuerzo era intil. Gina se estaba dando
cuenta de que el nio haba estado sentado en este precipicio por aos, cargando a su
amigo moribundo, esperando. Solamente esperando.
El Vorador mantena viva la pesadilla: haba encontrado la nica cosa que podra
mantener a Quinn paralizado y sin posibilidad de pelear para siempre. Verlo all,
perdido y desesperanzado, le record a Gina el momento en que haba descubierto a
Henry en el stano de la tienda departamental en su salida de miedos. Se haba portado
muy parecido. Igual que Keech, literalmente atrapado en la versin ms horrible de s
mismo.
Quinn estaba constreido por su propia culpa y por su miedo. No hacan falta llaves ni
candado; no, cuando haca mucho que se haba dado por vencido. La nica forma de
salvar a Quinn era que ahora l se salvara a s mismo.
Cuntame qu pas Gina se sent con las piernas cruzadas, qu ocurri en el
camin?
Quinn volte hacia Gina. Tena los ojos vidriosos y poco iluminados, despus de aos de
estar mirando hacia la nada.
No fue nuestra intencin dijo con tristeza, lo hicimos slo por diversin.
Una mosca se pase por el ojo izquierdo de Quinn, pero no se dio cuenta. Zumb ah un
momento y luego se alej volando.
Simon Holt Grupo Pandemonium
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Siempre llevaba paquetes de chicles, suficientes como para todo el equipo y, a veces,
de regreso de los partidos, jugbamos a las guerritas de chicles. Nada malo, pero el
entrenador y el chofer nos dijeron que no lo hiciramos. Una vez, despus de un partido
en Wennemack, Kenny me ret.
A qu te ret?
A lanzarle chicle al chofer. Me dijo que me iba a dar su tarjeta de Mayers, cuando era
novato, si lo haca. Al principio dije que no. Pero Damin y Greg tambin queran que lo
hiciera. Mascaron sus chicles y formaron un mazacote pegajoso. Y me retaron a que lo
lanzara. No quera que nada malo pasara...
Quinn trag saliva y mir hacia otro lado.
Se enoj tanto. Se le peg en el cabello y empez a gritar. Y el camin gir
bruscamente cuando volte a gritarnos. Estaba viendo su cara roja y tratando de
esconderme detrs del asiento, cuando el camin se volte. Despert sobre el techo del
camin. Lloraba y me tocaba la cabeza. Otros nios tambin lloraban. Greg estaba
sangrando por la nariz y gritando. Pero Kenny no estaba en el camin.
Dnde estaba?
Quinn no contest.
Lo encontraste?
S.
Dnde?
Afuera. Haba salido volando por la ventana a Quinn le temblaba la voz. Estaba
abierto, poda verle las tripas.
As lo encontraste Gina acarici la mejilla helada de Kenny con la mano. Quinn se
alej.
No lo toques, no quiero que muera.
Quinn? Gina le toc el cabello. Tena los mismos rizos suaves de nio. Quinn,
quiero que me escuches y me contestes, por favor. Kenny muri?
Quinn gimi y se rehus a ver a Gina o al nio moribundo sobre su regazo. Las tripas se
deslizaron hacia afuera del estmago de Kenny y agarraron a Gina del brazo. Apretaron
Simon Holt Grupo Pandemonium
196
fuerte, cuando Gina intent zafarse. Trepaban por su brazo y alrededor de su cuello,
conforme trataba de arrancrselas.
Quinn de nio haba sido consumido por el miedo inconsolable que le produca el
pensar que haba causado la muerte de su mejor amigo. El Vorador lo saba y, por ello,
estaba silenciando a Gina antes de que pudiera ayudar a Quinn a perdonarse a s mismo.
Quinn! Por favor!
El nio volte hacia ella con los ojos vacos.
No debiste haber venido aqu aclar.
La tarjeta de bisbol se le zaf de la mano a Gina, mientras luchaba, y cay dentro de la
abertura en la mitad del cuerpo de Kenny. Una mano rota y plida se estir para sacarla.
Quinn se qued mirando la foto.
Qu me pas?
Ests lastimado, Kenny dijo Quinn. Ests muy lastimado. Pero me voy a quedar
aqu hasta que te recuperes.
No quiero morirme, Quinn susurr el nio.
No morirs. Soy tu mejor amigo, Kenny, no lo permitir.
Las entraas apretaron ms fuerte el cuello de Gina. Ella observaba con los ojos bien
abiertos cmo Quinn y Kenny platicaban, de todo esto. Eran figuras bizarras del mundo
interior de la psique infantil de Quinn.
No me dejes, Quinn.
No lo har, Kenny, nunca.
El intestino creci, envolvindose con muchas vueltas alrededor de Gina, sostenindole
los brazos a los lados, para que no pudiera pelear.
Quinn dijo mientras se ahogaba. Ese no... es... tu amigo... las entraas jalaron a
Gina hacia el borde del acantilado. Se retorca con fuerza, pero el rgano filamentoso era
tan fuerte como un cable de hierro.
Quinn se recost sobre su amigo. El Vorador lo protega.
Kenny querra esto para ti? grit Gina.
Simon Holt Grupo Pandemonium
197
No s dijo Quinn.
Sabes dnde ests?
Cllala, Quinn interrumpi Kenny.
El intestino apret, pero ella luch en contra:
He estado tratando de encontrarte para rescatarte, Quinn! El oso, el nio-insecto, el
espantapjaros. He luchado en contra de todos ellos para encontrarte! Pero solamente
t puedes derrotar a ste! sta es tu pelea, no puedo pelearla por ti!
Quinn cambiaba la mirada de Gina hacia Kenny. Estaba confundido.
No puedo pelearme con Kenny dijo desesperado, l es...
No es tu amigo, es un monstruo!
Ella no pertenece aqu! dijo siseando estremecedoramente el Vorador. Deshazte
de ella. As podremos volver a estar solos los dos.
Las entraas jalaron a Gina un metro ms cerca de la cada.
T crees que Kenny querra que mataras? le pregunt Gina.
No...
Mira esa cosa. Realmente se parece a tu amigo?
Quinn observ la cara destrozada del nio, sta destellaba y soltaba chispazos como un
circuito descompuesto, mostrndole a Quinn vistazos del oso, del nio-insecto, del
espantapjaros.
T no eres l...
El intestino se amarr sobre la quijada de Gina, antes de que pudiera cerrar la boca y la
amordaz. Gimi y trat de escupirla. Saba a carne cruda y babosa, cubierta de
herrumbre y de polvo, pero se deslizaba haciendo ms presin, hasta que Gina ya no
pudo hablar. Sus talones colgaban unos centmetros fuera del borde del abismo, pero
Quinn estaba observando fijamente al nio. La piel de su cara se derreta revelando atrs
un crneo gris.
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198
T no eres Kenny respir Quinn y luego se puso de pie con un brinco. De
ninguna forma eres Kenny. Sultala! parpade. Djame ir!
El nio en el piso se revent en un enjambre de partculas de humo que salan
disparadas hacia Quinn, como abejas. l las aplastaba furioso.
Vyanse! grit. Vyanse!
El aliento le sali de la boca como un chorro de viento y barri con el humo hasta que
ste se disip en el ter. Los intestinos que tenan amarrada a Gina se aflojaron, la
soltaron y desaparecieron.
El paisaje a su alrededor se fue desvaneciendo, quedando reemplazado por un vaco de
blancura. Delante de ellos, apareci una caseta de bisbol, una abertura extraa y
solitaria en los espacios vacantes de la salida de miedos de Quinn.
se es el camino a casa dedujo Gina.
Dnde estamos? pregunt Quinn. Es real? Se siente real.
Me gustara en verdad saberlo dijo Gina. Una parte de esto est en nuestras
mentes, creo, pero nuestras mentes son algo poderoso.
Gina se sinti baada en alivio. Quinn ya estaba casi libre. Pero entonces seal hacia
arriba.
Qu es eso? pregunt. Su voz se escuchaba temblorosa otra vez. Gina volte hacia
arriba y slo pudo ver la blancura a su alrededor.
Qu es qu?
Eso.
Quinn, yo no veo nada.
Una espiral negra, como un camino, a lo lejos... No puedes verla?
Gina neg con la cabeza. Los ojos de Quinn brillaban con preocupacin.
Est bien dijo Gina atropelladamente. sta es la salida.
Mientras bajaba, para entrar a la caseta detrs de Quinn, Gina ech un ltimo vistazo
hacia atrs. Slo haba un blanco espacio vaco.
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Qu era lo que haba visto el nio?
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Captulo 23
Una enorme columna de humo sali estallando del cuerpo de Quinn, pareca estar
saliendo de cada poro, y una horripilante cara se form en la zona ms turbia. Sali
disparada contra Aarn, ste cerr los ojos con fuerza, mientras se deshaca sobre su
piel. Despus desapareci.
Gina segua recostada y no se mova, pero su respiracin era regular. Aarn se encogi al
verla, la mitad de su crneo estaba rasurada y tena electrodos pegados en el cuero
cabelludo. Examin la aguja que sala de su frente. Dud en jalarla, pues tema que al
hacerlo le causara daos irreparables en el cerebro, pero tenan que salir pronto de ah,
antes de que el lugar se derrumbara.
Tomando la aguja entre el pulgar y el ndice, Aarn la extrajo cuidadosamente de la
cabeza de Gina. Tuvo que jalar ms fuerte de lo que hubiera querido, pues haba
penetrado el hueso, pero finalmente consigui sacarla. Momentos despus, Gina se
movi sobre la piedra. Sus prpados revolotearon dejando los ojos abiertos.
Gina?
Trat de moverse, pero sus miembros estaban entumidos.
Ests de regreso?
S murmur. Me da gusto verte.
Tenemos que irnos.
Deshizo los amarres que tena en las muecas y las tiras alrededor de sus tobillos. Gina
se sujet de Aarn y la ayud a levantarse. Se bambole un segundo y luego dio un paso
al frente. La parlisis comenzaba a desvanecerse.
Eben se dej caer al lado del viejo. l volte a verla. De los labios le escurra baba
negra, necesitamos sacarte de aqu.
Quinn comenzaba a despertar.
Qudate quieto dijo Aarn, sacndole la aguja de la cabeza igual que haba hecho
con Gina. Quinn se estremeci, pero se qued callado. Sus ojos mostraban mareo,
parecan no reconocer nada. Aarn vio cmo las cicatrices negras en su mejilla parecan
empezar a desparecer.
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Otro temblor sacudi el cuarto.
Aarn tom el brazo de Quinn y se lo puso encima del hombro, para poder ponerlo de
pie. Lo arrastr hacia la salida de la cueva, por donde los Voradores afortunados haban
podido escapar.
Por aqu! le grit a Gina, quien haba ayudado a Eben a ponerse de pie y le
proporcionaba apoyo para moverse hacia adelante.
Contn el aliento le dijo al viejo, cuando el humo se interpuso en su camino.
Llegaron hasta un lugar en el que la tierra cada haba formado una rampa que sala
hasta el bosque abierto. Aarn y Gina pasaban apuros con sus cargas. Gina se senta
especialmente dbil. Segua adelante, slo por el impulso de la adrenalina. Finalmente
llegaron hasta arriba, dejando atrs el infierno. Una clida brisa veraniega les hizo
cosquillas en la piel y el cielo oscuro daba lugar al amanecer del solsticio.
No se dieron cuenta de que abajo, por las abrasadoras trincheras, el doctor Unger haba
desaparecido entre las sombras, del otro lado de la caverna, y escapaba por los tneles
bajo tierra. Sonrea, pues haba visto algo que los dems no.
Haba visto hacia dnde iba la esencia del Vorador de Quinn cuando haba salido del
cuerpo del chico, cosa que encontr sumamente interesante.
Sin lder, los Voradores se haban dispersado por el bosque.
Vamos dijo Aarn, guiando el camino. S dnde estacionaste el auto de Machen.
Creo que deberamos ir en ese, pues es ms prestado que robado.
Robado? pregunt Gina y Aarn asinti.
Apenas haba andado a trompicones una corta distancia, cuando Eben se colaps en un
terrible ataque de tos. Se dobl quedando a gatas y ech para afuera flema negra. El
sonido era tan inquietante que Gina pens que su garganta iba a abrirse en dos. Se
agach a su lado y le dio palmaditas suaves en la espalda. Aarn dej que Quinn se
hundiera en el pasto y se uni a Gina, al lado de Eben.
Finalmente, sus tosidos se calmaron y se sent recargado contra un rbol. Sus
inhalaciones eran irregulares. Cerr los ojos.
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Tenemos que seguir adelante dijo Gina delicadamente. La polica llegar pronto.
Te llevaremos de regreso al hospital de inmediato, Eben.
Una sonrisa se dibuj en los labios de Eben, neg con la cabeza.
Ni un hospital ms para m abri los ojos y mir alrededor, el sol empezaba a
asomarse entre los rboles, era una vela sobre un cielo con glaseado rosa. No creo que
ste sea el lugar indicado.
El lugar indicado para qu? pregunt Gina nerviosa.
Eben volte su gentil mirada hacia ella y la tom de la mano.
Gina, mi cuerpo ya dio muchos aos ms de lo que es sano para alguien, tantos que
yo, ya dej de contar. He seguido vivo gracias a un veneno que me devoraba, pero no me
arrepiento, porque estos ltimos aos me llevaron hasta ti. Eres un milagro, Gina
Halloway, y nunca me toc ver muchos de esos, a pesar de que los estuve buscando por
ms de un siglo.
Las lgrimas se acumularon en los ojos de Gina.
Eben, perdn por enojarme tanto. Fui una estpida, no quera decir las cosas
horribles que dije.
No te culpara, aunque hubiera sido as. A veces, nosotros los viejos perdemos
agudeza. Me equivoqu al no haberte contado la verdad desde hace mucho su voz
comenzaba a flaquear, pero no dejaba de ver a Gina con ilusin. Tu corazn es el que
te da el poder, Gina murmur, hazle caso, pelea con l y no podrs ser derrotada.
Con lo ltimo que le quedaba de fuerzas le apret la mano, luego se le cerraron los ojos y
su cabeza se inclin hacia un lado.
Adis, Eben Gina lo abraz y solloz silenciosamente sobre su hombro. Escuch su
dbil latido disminuyendo hasta que se detuvo por completo.
Aarn estaba de pie, por sus mejillas resbalaban lgrimas. El sol se haba levantado otros
treinta centmetros. Aarn pudo escuchar el sonido de las sirenas a la distancia. Toc a
Gina ligeramente en el hombro.
Vamos, Gina, tenemos que irnos.
Gina asinti y se sec los ojos. Ella y Aarn ayudaron a Quinn a llegar al coche. Pronto
estuvieron de camino a casa. En la carretera se cruzaron con una comitiva de patrullas.
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Finalmente, Gina pudo mirarse en el espejo lateral del auto. Lo que vio era impactante:
un agujero en medio de su frente, todo el cabello del lado izquierdo de su cabeza rapado
y, el resto, una maraa oscura. Su cuero cabelludo estaba cubierto de ronchas, debido a
los electrodos. Desliz sus dedos por el lado calvo de la cabeza.
Aarn le agarr la mano.
Te volver a crecer.
Estacion el coche en una calle cerrada desierta, cerca de casa de Gina. Quinn estaba
profundamente dormido. Su respiracin era lenta y pareja. Aarn y Gina se detuvieron
frente a la puerta trasera del BMW y se asomaron a verlo. Gina entr por la ventanilla
abierta y sinti el pulso dbil y agitado de Quinn.
Creo que slo est exhausto dijo Aarn.
Puede ser algo peor.
Por supuesto, pero no podemos llevarlo a urgencias en el hospital del pueblo y no
quiero arriesgarme a hacer llamadas locales replic Aarn. Lo llevar a Boston.
Eso est a dos horas de aqu. Adems, no podemos ir y botarlo en la ciudad...
Ya s, Gina suspir Aarn, lo llevar a un refugio o a una clnica para vagabundos
y luego llamar a la polica para reportar que se encuentra ah.
Y qu hay del auto?
Lo llevo al estacionamiento de la escuela? Est bien, yo me encargar. De momento,
t necesitas llegar a casa, ducharte y averiguar qu pasa con Henry.
Ella asinti y lo abraz, antes de que volviera a treparse al coche.
Aarn!
S?
Perdn..., por todo. Actu mal, fui muy tonta.
Bastante..., s.
Gracias otra vez, por salvarme la vida.
Aarn le sonri.
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Estoy volvindome un experto en eso, no? Te llamo maana, est bien? Trata de
descansar.
El coche arranc, levantando una nube de polvo. La maana ya dejaba escapar un calor
hmedo que se pegaba sobre la piel. Los gorriones y las urracas engarzaban su alharaca
entre las copas de los rboles.
Gina cort por el bosque y lleg hasta el patio trasero de su casa.
Pisando con cuidado, subi hasta el porche y abri la puerta de vidrio corrediza. No
tena seguro, gracias a Dios. Entr y la cerr detrs de ella, sin hacer un solo ruido. Con
suerte, su padre seguira dormido. Definitivamente tendra que hacer algo con su
apariencia. Tal vez su padre, ni siquiera se haba dado cuenta de que ella no se
encontraba en casa.
Camin de puntitas por la cocina y luego recorri el pasillo rumbo a las escaleras; sin
embargo, mientras pasaba por la sala, Tom la llam.
Gina.
Estaba sentado solo sobre el sof, con una luz muy tenue. Gina no tena otra opcin ms
que ir con l.
Has estado aqu toda la noche? pregunt Gina en forma resignada y sumisa.
S sus ojos se agrandaron cuando mir a su hija y se puso de pie de un brinco.
Gina, Dios mo! Tu cabeza! Qu te pas? Ests bien?
Gina se senta muy cansada y harta. Ya no le quedaban mentiras ni simulaciones. Se
hundi en el sof al lado de su padre y no pudo contener las lgrimas.
Tom la abraz.
Por favor, Gina, dime si alguien te hizo esto.
Asinti, sorbiendo la nariz.
Dime. Sea lo que sea, lo superaremos juntos.
Gina dud solamente un momento ms y acto seguido se lanz a contar la historia de
los Voradores, desde la primera vez que haba encontrado el diario de Macie hasta la
muerte de Eben, apenas haca unas horas. Tom escuchaba atentamente, asintiendo y
haciendo preguntas ocasionalmente, mientras ella desentraaba el cuento de la Noche
Simon Holt Grupo Pandemonium
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de los Lamentos y le platicaba del lado oscuro de Cutter's Wedge. Todo sali de un
tirn, un torrente de palabras, se senta tan bien al hablar finalmente con la verdad, que
no pudo detenerse!
Tom permaneci callado durante varios minutos despus de que Gina haba concluido
su relato.
Entonces, el Sr. Bloch est muerto?
La cara de Gina se hizo pequea.
S.
Y Henry?
Creo que estar bien, pap. l es fuerte.
Seguro que s, y t tambin.
No s qu vaya a pasar ahora dijo Gina. Es seguro que van a perseguirme de
nuevo. Esto no ha terminado. Ya no s cmo seguir peleando...
Tom jal a Gina para abrazarla y la sostuvo con fuerza.
Ay, Gina!, acaso no sabes que yo te ayudar a pelear?
Permanecieron as durante un rato. Gina sinti como si tuviera cinco aos otra vez,
corriendo a buscar a su pap despus de despertarse de una pesadilla. Saba que esta
pesadilla no se haba terminado; aunque tambin saba que, posiblemente, podran
vencerla todos juntos.
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Eplogo
Gina durmi todo el da. Su padre la haba ayudado a llegar a su habitacin para
acostarse y la haba estado checando todo el da hasta que, finalmente, cerca del
anochecer, le llev a su habitacin una bandeja con comida. La imagen de su hija ah
acostada, con cicatrices y devastada, casi lo desmorona. Se sent sobre su cama y Gina
abri los ojos lentamente.
Hola, pequea. Pens que estara bien que comieras algo. Te traje un poco de sopa.
Gina sonri y se sent para poder tomar la bandeja. El confortante aroma a consom de
pollo le llen la nariz.
Pudiste descansar? le pregunt Tom.
Gina asinti.
Dnde est Henry?
Est jugando en casa de un amigo Tom se qued en silencio, aunque pareca que
tena algo ms que quera decir.
Qu pasa, pap?
Gina, es que, lo lamento tanto. Todo esto es mi culpa. No saba lo que estaba
pasando.
No, esto no es tu culpa. No te puedes sentir as, los Voradores tienen a todos
engaados.
Tom entrelaz las manos.
No quiero que te preocupes. Vamos a conseguir la ayuda que necesitas.
Gina tom un poco de sopa y mir a su pap en forma inquisitiva.
Qu quieres decir?
S que tomaste mis pastillas para dormir, Gina dijo Tom tomndole la mano, y
mira tus muecas. Has estado cortndote. Y eso que hiciste con tu cabello Te has
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estado mutilando para llamar mi atencin. Perdn, por no haberme dado cuenta antes,
Gina. Estaba tan preocupado por Henry, caray, cmo no ibas a actuar as.
Gina quit la mano de la de su padre.
Pap, no, te dije. Esas pastillas eran para Quinn. Y lo de las muecas, fue por la
cuerda con la que me at el doctor Unger. Los Voradores son de verdad! Pap, tienes
que creerme!
S que lo crees cuestion su pap. Te ayudaremos a que te mejores, Gina, confa
en m.
Volte haca la puerta y Gina sigui su mirada. Un hombre y una mujer con el uniforme
de Thornwood estaban de pie afuera de su habitacin. Sonrieron amables. Gina sinti
que se le revolvan las tripas.
No! No! Brinc, derramando toda la sopa sobre la cama. Su pap la detuvo con sus
fuertes brazos y la acerc.
Estars bien, mi nia. Todo estar bien. Te lo dije, te ayudar a pelear contra esto.
Gina se resista y se revolcaba contra l. Los enfermeros de apoyo del hospital se
acercaron. La mujer sostena una jeringa.
Esto te va a tranquilizar, querida mientras Tom sostena a Gina la mujer la inyect
en el brazo.
Gina sinti cmo la medicina corra dentro de ella y sus miembros se entumecan. Mir
a su padre penetrantemente.
Por favor, no la hagas.
S que vas a odiarme por un tiempo, pero necesitamos que te alivies dijo Tom. Su
voz se escuchaba como si estuviera saliendo de otra habitacin.
Gina se puso floja y los ayudantes la bajaron por la escalera y la subieron en una camilla.
La rodaron hasta una ambulancia estacionada en la entrada. Ella gema y gritaba
incoherentemente. Sus lamentos rompan con la quietud de la calle por la tarde. Un
vecino, que haba salido a correr, los vio con sospechas y un hombre de apariencia
indigente con ropa andrajosa y cabello rubio blanquecino tropez en la acera contra
ellos.
No se preocupe, est bien Tom dijo dirigindose al vecino. Luego se qued
observando al vagabundo mientras se tambaleaba. ste tena una mirada de horror en la
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cara, y Tom vio que tena una rajada roja atravesndole el cuello. Ella est bien, amigo.
Sigue tu camino.
Los ojos desenfocados de Gina cayeron sobre el hombre. Lo conoca, pero de dnde?
Entonces supo.
Aydame! gru Gina. Mach
Antes de que pudiera decir algo ms, la subieron en la ambulancia. Su pap la bes y
cerraron las puertas. Vidrios polarizados llenaban la ambulancia de una luz gris
metlica y un suero colgaba sobre la cabeza de Gina. Se encaminaron en reversa para
tomar la calle. A travs de la ventana, Gina crey ver al hombre sacar un celular. ste se
qued mirando la ambulancia nerviosamente mientras se alejaba.
Los rastreadores carraspe Gina con lo ltimo que le quedaba de energa, ahora
saben. Machen sabe. Y Aarn sabr. Vendrn a recatarme.
Trata de relajarte le pidi un hombre. Se agach haca ella con otra inyeccin. Gina
luch por mantener los ojos abiertos y vio cmo vaciaba una hipodrmica con un
lquido negro y turbio en su brazo. Se senta fro y sucio en sus venas.
Alguien aydeme! grit Gina en su mente, pero sus labios no podan formar palabras.
Ya, ya la arrullaba una mujer. Slo es una pequea inyeccin. Por qu te
asustas?
Fin
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