Los pastores tambin son ovejas: por Jorge Atiencia

Todos somos ovejas. Pidamos al Espritu Santo que nos d gracia para apacentar a todo el
rebao con la totalidad de nuestra vida y la totalidad de la Palabra; que nos ayude a tener
presente que nosotros tambin somos ovejas y necesitamos ser pastoreados por otros.
En el libro de Hechos encontramos un hermoso cuadro de lo que quizs fue el primer
encuentro de formacin de lderes cristianos. Estando en Mileto, Pablo convoc a los
lderes de la iglesia en esa regin, desde Mileto hasta feso. Una vez reunidos, comparti
con ellos su experiencia personal y les dio recomendaciones para su labor (Hch 20.l8-27),
les anima a seguir adelante con la tarea pastoral (Hch 20.28-35) y se despide calurosamente
de ellos (Hch 20.36-38).
En ese emotivo encuentro, Pablo se refiri a tres ciclos de su propia vida para ayudar a este
grupo de lderes: hizo alusin a su pasado, a su presente y aun se refiri a su futuro. Una
vez puesto este fundamento, el apstol hizo un llamado. Podramos sintetizar su pedido en
una palabra: "apacentar".
Si la tarea de apacentar a otros es un aspecto importante en nuestro llamado y liderazgo, es
preciso que entendamos en qu consiste esta noble tarea. El ejemplo del apstol Pablo nos
ayudar a definir qu significa apacentar "el rebao de Dios.
La clave del significado de este trmino la encontramos en el v. 18. Apacentar no es slo
seguir instrucciones o realizar una tarea segn las indicaciones de un manual. Apacentar es,
segn Pablo describe su propia tarea, guiar y proveer ejemplo. El material didctico bsico
para formar y guiar a otros es nuestra propia vida.
Esta es la diferencia ms radical entre ser pastor y gerente. No estoy diciendo que la tarea
de un gerente o administrador sea inferior a la de un pastor; simplemente es diferente. En la
relacin entre pastores y ovejas hay un compromiso integral.
Tambin se indica que la tarea de apacentar no es una actividad individualista. La iglesia de
esta regin cuenta con un equipo de lderes: ancianos, obispos y pastores (vv. 18-28). Nos
advierte el apstol que, para asegurar la vida y madurez de una comunidad, se precisa un
equipo de lderes que cumplan su tarea como pastores.
Apacentar el rebao de la iglesia no es lo mismo que dirigir una masa como lo hace un
caudillo o manejar una empresa como un gerente. La iglesia se parece ms bien a un
cuerpo, una familia. En la iglesia, el trabajo de todos los lderes debe tener una intencin:
apacentar.
Est muy difundida, en Amrica Latina, la tesis de que son los lderes "caudillos" los que
hacen crecer la obra. El argumento que respalda esta teora es la evidencia de que detrs de
una iglesia de crecimiento numeroso se encuentra un caudillo. Tambin se argumenta que,
donde hay liderazgo en equipo y funcionamiento demo-crtico, la congregacin crece
menos. Este es un debate permanente entre lderes de orientacin caudillista y lderes de
estilo democrtico.
Es preciso reconocer que, al menos en Amrica Latina, detrs de los grandes movimientos y
de las iglesias numerosas hay por lo general un "caudillo". Sin embargo, esto no

necesariamente significa que haya una relacin directa entre el crecimiento que provoca un
caudillo y lo que la Palabra de Dios entiende por crecimiento.
Para un caudillo, el crecimiento se mide por el nmero y la sujecin de la masa. Para las
Escrituras, el creci-miento se evala por la madurez. Y en este sentido, tanto la Biblia como
la experiencia nos muestran que el liderazgo en equipo facilita la madurez. En el discurso
de Pablo a los lderes de la iglesia en la regin de feso, encontramos varias pautas que
pueden ayudarnos en la tarea de apacentar el rebao de Dios.
El modelo: la experiencia personal
El apstol comienza este "encuentro de formacin de lderes" hablando de su propia
experiencia. Los pastores se forman para su tarea siguiendo el ejemplo de otros pastores. En
el Antiguo Testamento, el modelo de Pastor era Jehov; en el Nuevo Testamento, el Seor
Jesucristo se presenta como el Buen Pastor. Aqu, el apstol se ofrece a s mismo como
ejemplo. No se trata de una actitud de soberbia sino de recurrir a la propia experiencia para
ayudar a otros en su aprendizaje.
A lo largo del pasaje, Pablo relata los sufrimientos y humillaciones que ha soportado con
humildad. Explica cmo se ha esforzado por trasmitirles toda la enseanza ("consejo", v.
27) de Dios. Les dice que depende totalmente del Espritu Santo para seguir adelante. Su
meta es acabar la carrera con gozo. Esta es una meta deseable para todos nosotros. Son
tantos los lderes que salen del ministerio con una nota de amargura final... Pero cuando nos
retiramos con amargura nunca nos vamos libres. El resentimiento ser como un fantasma
que nos perseguir toda la vida.
La descripcin que hace Pablo de su propia tarea muestra que apacent de una manera
integral, total. Toda su vida formaba parte del compromiso de capacitar a otros para el
liderazgo. Su entrega fue generosa: tiempo, afecto y aun dinero. Los apacent con la
totalidad de su vida.
Esta es la clase de lderes que necesitamos. El mundo se ha quedado sin modelos, pero
nosotros tenemos ejemplo para imitar. El tipo de compromiso que vemos en Pablo no slo
lo llev a cuidar del rebao, sino a formar lderes que lo reemplazaran cuando lleg el
momento. Ser pastor es cuidar de las ovejas y tambin formar a otros para que puedan
apacentar el rebao.
El rebao: la iglesia del Seor
El rebao se define aqu con el nombre de "la iglesia del Seor" (v. 28) Y se nos dice que
Jesucristo la gan por su propia sangre. En esta breve declaracin, el apstol nos da cuatro
rasgos del rebao.
En primer lugar, nos dice que su fundador es la Trinidad. La palabra Seor se traduce en
algunas versiones como Dios: el Padre es el fundador de la iglesia por medio de la sangre
de su Hijo Jesucristo; y es el Espritu Santo quien ha colocado a los lderes del rebao.
En segundo lugar, declara que el propsito de Dios fue fundar una "iglesia", con todo lo que
este concepto tiene de peculiar en el contexto bblico.

En tercer lugar, afirma que el instrumento creador de la iglesia fue la sangre de Jesucristo
en la cruz. No hubo ni podra haber habido otra forma de iniciar este rebao de Dios.
Y en cuarto lugar, el apstol comunica en este versculo el carcter de la relacin de
Jesucristo con su iglesia. Al utilizar la expresin "su propia", en griego idios, el apstol usa
un trmino que comunica afecto. Cuando el apstol afirma que Jesucristo gan la iglesia
por "su propia sangre", expresa que esa sangre fue vertida por afecto, por cario.
El rebao de Dios tiene un Dueo exclusivo; fue su propsito crearla y no ha transferido a
nadie sus derechos. Como fundador, slo l define la identidad de su proyecto y slo l
elige el recurso para que la iglesia se nutra y crezca: "su propia sangre". Esta descripcin de
lo que es el rebao de Dios imprime carac-tersticas peculiares a la tarea de apacentar, a la
diferencia del concepto de liderazgo que impera en el mundo.
Por un lado, el concepto que nos da el apstol determina quines per-tenecen al rebao: los
que pertenecen a la comunidad de Dios son aquellos que han sido lavados por la sangre de
Jesucristo. l, y no nosotros, incorpora miembros a su rebao. Este concepto de rebao
impone una exigencia al lder. Si reconocemos quin es el Dueo de la iglesia y
entendemos que slo l define el proyecto que quiere llevar adelante, nuestro primer
compromiso es ser fieles a ese propsito. Si lo que Dios desea es que su iglesia crezca con
las caractersticas de un cuerpo, cmo se logra esto? Cmo hacemos, de un conjunto de
personas heterogneas, una comunidad, un cuerpo? Creo que el secreto est en el mismo
versculo: es preciso dar lugar a la Trinidad.
La tarea: el cuidado mutuo
En Hechos 20.28, Pablo se refiere a dos aspectos en la tarea: "Mirad por vosotros, y por
todo el rebao." Cuidarse a s mismos es un aspecto importante en la tarea de los que
pastorean. En esencia, esto significa que ningn da de mi vida puedo olvidar que yo mismo
soy "oveja". En una ocasin convers con el doctor Kamaleson, de la India, quien se
desempea como vicepresidente de Visin Mundial. Parte de su tarea es coordinar los
encuentros internacionales de pastores. Kamaleson me coment que haba participado en
ms de 1200 encuentros de pastores. Qu riqueza le ha provisto esta experiencia! Le
pregunt cul es, en su opinin, el problema principal de los pastores a nivel mundial. Sin
pensarlo dos veces, me res-pondi inmediatamente: "Es uno slo: les resulta demasiado
difcil ser ovejas."
Este cuidado es personal y tambin es mutuo; los lderes deben aprender a cuidarse y
apacentarse unos a otros. Nos resulta difcil reconocer que somos "ovejas". Sin embargo, es
all donde comienza el proceso de cuidar a otros.
El otro aspecto de la funcin del pastor es apacentar a todo el rebao. En el contexto de las
Escrituras, se trata fundamentalmente de "conducir al rebao a pastos frtiles". En otras
palabras, ofrecerle alimentacin nutritiva y apetitosa. El que apacienta al rebao de Dios
debe aprender a ser tanto un "nutricionista" como un "chef". Es lamentable la "anorexia
espiritual" que vemos hoy. Los rebaos languidecen por falta de buen ali-mento. En el
proyecto de la iglesia de Jesucristo, apacentar es ensear a "comer" de la Palabra de Dios.
No se trata de proveer comida enlatada, pre-cocida; no basta que en la iglesia haya buena
msica, porque nadie vive slo de msica. Apacentar es guiar a alimento fresco, frtil,

nutritivo, de buen sabor; y aun si sabe amargo, el pastor sabe qu necesita su rebao. La
iglesia slo crece si se alimenta de toda la Escritura. No es cuestin de mantener meramente
contentas a las ovejas: lo importante es que estn bien nutridas.
Lamentablemente, mucho de la dieta que hoy se ofrece en las iglesias apunta a lo primero.
Por eso no vemos cuerpos bien desarrollados, armoniosos y fuertes. Algunas
congregaciones parecen barrigas gigantes con manos y pies diminutos. Otras son esqueletos
embellecidos con el cosmtico de las emociones. Otros grupos son slo orejas o slo ojos,
constantemente estudiando la realidad; otros grupos son slo bocas que estn permanentemente hablando, pero no saben escuchar. Quizs la mayor tristeza la producen esos
organismos que lucen esbeltos y hermosos; parecen extraor-dinariamente formados, listos
para un concurso de belleza, pero tienen una mente atrofiada y un corazn insensible. No
piensan ni reaccionan frente a la tragedia de la humanidad.
Si lo que el Espritu Santo nos pide es que el rebao que apacentamos sea un cuerpo y no
un fenmeno deforme, la solucin es nutrir a la congregacin con toda la Escritura. Por
mucho tiempo, las iglesias relegaron la lectura del Cantar de los Cantares; el tab de la
sexualidad y el concepto equivocado del cuerpo llevaron a omitir una parte de la enseanza
bblica. El resultado: una generacin con problemas en el rea de la intimidad sexual y en el
manejo de las relaciones romnticas. Por cada parte de las Escrituras que dejemos de lado,
veremos vacos en la espiritualidad de nuestros grupos. Hoy estn quedando bastante
relegados los libros de los profetas, menores y mayores. Hace unas dcadas los
privilegibamos a expensas de otras partes de la Biblia; hoy, porque han variado las
circunstancias polticas, suponemos que han dejado de ser necesarios. No es esa la manera
de alimentar a un rebao. La iglesia de Jesucristo necesita de toda la Palabra inspirada por
Dios, porque es la nica manera en que podr crecer hacia la plenitud.
El contexto de la tarea: el mundo
Adems de alimentar al rebao, el que apacienta debe estar atento al contexto en que se
desarrollan las ovejas. En Hechos 20 el apstol se refiere, en los versculos 29-30, a los
riesgos y amenazas que rodean a la iglesia: hay "lobos rapaces" que introducen ideas ajenas
y hablan de cosas perversas con el propsito de arrastrar tras de s a las ovejas.
El rebao es un grupo vulnerable a las sugerencias de afuera, a las corrientes de
pensamiento ms atrac-tivas que propone el mundo. El apstol no ahorra palabras para
describir a quienes intentan robar la fidelidad de las ovejas: son rapaces y perversos. Por
esta razn Pablo insta a los lderes a velar, a mantenerse despiertos y atentos a los peligros
que acechan al rebao.
El pastor necesita conocer el contexto en que desempea su tarea. De esa manera podr
evitar que penetre el error y la perversin en su rebao. Su enseanza estar orientada a
ayudar a las ovejas a reconocer y resistir las tendencias y tentaciones que reciben desde
afuera. Quisiera mencionar, y lo hago con mucho cuidado y sensibilidad, dos corrientes de
pensamiento que, a mi juicio, pueden producir distorsin en Amrica Latina cuando se las
acepta con una actitud acrtica.
La primera es la aceptacin absoluta del neolibera-lismo por parte de la iglesia. Cuando
esta corriente de pensamiento se infiltra en la iglesia, conduce a la teologa de la

prosperidad. Esta postura no es compatible con la enseanza completa de las Escrituras

acerca de las posesiones y la riqueza.
La segunda corriente de pensa-miento que, aceptada en forma irre-flexiva, puede producir
distorsin en la iglesia, es el espritu de la posmodernidad. Con su nfasis en la intuicin y
la emocin, esta corriente tiende a provocar en los creyentes una desenfrenada bsqueda de
experiencias espirituales. Insisto en que no todo el neoliberalismo ni todo el espritu de la
posmodernidad son negativos. Pero si se aceptan en forma absoluta pervierten el mensaje
bblico.
El neoliberalismo humilla la cruz porque coloca al xito por encima del servicio. El
posmodernismo distor-siona la fe si reduce el compromiso. Cuando la intuicin domina, la
fe se reduce a una bsqueda de sensacio-nes y experiencias personales. En el proyecto de
Dios, apacentar el rebao es orientarlo para que mantenga vivo el mensaje de Jesucristo. En
otras palabras, para que pueda nutrirse de toda la Palabra de Dios y aplicar el evangelio a la
realidad que vivimos hoy.
Los fundamentos de la tarea: Dios y su Palabra
El apstol declara que encomienda a los lderes del rebao a Dios y a su Palabra de gracia
(v. 32). Sobre qu se han de sostener los pastores para realizar su tarea de apacentar el
rebao? "Encomendar" es una palabra hermossima: significa poner algo en manos
confiables. Pablo elige lo ms confiable para respaldar la tarea de los pastores del rebao:
los pone en manos de Dios y de su palabra de gracia.
En otras palabras, los coloca sobre el fundamento de la Palabra y la intimidad con el Seor,
sobre el cual sern edificados. Sostenidos por el Seor y su Palabra, los pastores estarn
seguros y disfrutarn de las bendiciones que implica su tarea. Si estn en manos de Dios, no
estarn sometidos a ninguna depen-dencia humana. Tampoco sucumbirn a una tentacin
que asedia a los lderes: la codicia. Pablo dice que no ha codiciado plata ni oro ni vestido de
nadie. Es en la gracia de Dios donde radica la mejor herencia de los que apacientan al
rebao de la iglesia. As estarn libres de dependencia humana, y libres de toda codicia.
Pablo puede irse y dejar a los lderes a cargo del rebao; l no es indispensable, pero s lo es
este fundamento: Dios y su Palabra. Ese es el cimiento que necesitan los lderes para
construir su tarea sobre un fundamento inamovible.
Los recursos para la tarea
Cuando leemos los versculos 33-35, podemos imaginarnos al apstol hablando y
mostrando: "Estas manos me han servido para cubrir mis necesidades y las de otros." El
lugar de liderazgo no lo llev a buscar privilegios ni a descuidar el sustento cotidiano.
Apacentar es tambin ocuparse de lo necesario, tanto de lo nuestro como de lo de otros.
Slo manteniendo bajo control la tentacin de la codicia, es posible adoptar esta actitud de
libertad frente a las necesidades.
En este pasaje el apstol nos da varias pautas para el manejo del dinero. En primer lugar, no
parece ser indispensable para realizar la obra de Dios. En segundo lugar, donde no hay
recursos financieros es preciso generarlos y no necesariamente pe-dirlos. En tercer lugar, el
manejo de los bienes debe reflejar los valores del reino. Esto implica, por ejemplo, que los
que reciben el beneficio de los recursos deben ser en primer lugar las personas necesitadas

y no las estructuras u organizaciones. Al res-pecto, el comentarista Justo Gonzlez seala

que, para recoger la ofrenda, citamos el versculo 35 de este pasaje, pero para manejarla nos
olvidamos de l.
La culminacin de la tarea
En los versculos finales (36-38), percibimos la intensidad emocional del momento. Pablo
se puso de rodillas y or con todos los obispos y ancianos. Luego ellos lo acompaaron al
barco.
La tarea de un lder culmina cuando deja un equipo de lderes formados en la Palabra y
capacitados para cuidar de otros. Culmina cuando nos vamos, cuando "zarpamos en otros
barcos". Lo importante es que la partida no se deba a conflictos con el rebao o con otros
lderes, o porque anhelamos una promocin, sino por haber cumplido la tarea y porque el
Espritu Santo nos impulsa hacia nuevos compromisos.
Por dolorosa que sea la partida, y es natural que lo sea, vaymonos cuando llegue el
momento. Tomemos los nuevos barcos que el Espritu ha dispuesto para surcar otros mares
en la misin. La culminacin de la tarea de apacentar tiene este doble sabor agridulce. Por
un lado, brinda la satisfaccin de ver a un equipo de lderes que ya est en condiciones de
asumir la tarea de pastorear a la iglesia. Por otro lado, implica el dolor de dejarlos y partir.
Guardo especial gratitud hacia una persona que fue pionera de la obra estudiantil en Bolivia
y Chile. Delgada, sobria, slidamente fundada en la Palabra; callada, dulce, capaz de
soportar la soledad y el dolor; reflexiva; comprensiva y a la vez dispuesta a exhortar;
escritora y lectora; silenciosamente dedicada a formar a otros; amante de la buena msica y
de la naturaleza, se rea a carcajadas; viajera incansable en cualquier tipo de transporte;
viva con sencillez casi monstica; perdonaba y peda perdn; cultivaba la oracin y
comparta generosamente. Felicity Houghton dej tras de s dos movimientos estudiantiles
en Amrica Latina conducidos por equipos de lderes. Se fue sin pedir honores y se fue con
dolor, porque dej lo que amaba. Como ella, y como otros, nosotros tambin podemos
seguir el ejemplo de consagracin y humildad del apstol Pablo. Demos al rebao todo lo
que somos y tenemos. Apacentemos a las ovejas con toda la Palabra, para que el cuerpo de
la iglesia crezca fuerte y completo. Sirvamos a todos.
Hagmoslo en equipo, para que podamos apacentarnos unos a otros.
El llamado a apacentar implica riesgos, conflictos, y a veces fracasos. Necesitamos toda la
gracia y el poder de Dios para pastorear a otros y necesitamos, tambin, ser pastoreados.
Con frecuencia, los que ocupan roles de liderazgo sienten nostalgia de que alguien sea
pastor en su vida. Cuando existe ese vaco, en ocasiones los pastores se sienten limitados en
su tarea de pastorear a otros.Todos somos ovejas. Pidamos al Espritu Santo que nos d
gracia para apacentar a todo el rebao con la totalidad de nuestra vida y la totalidad de la
Palabra; que nos ayude a tener presente que nosotros tambin somos ovejas y necesitamos
ser pastoreados por otros. Que el Prncipe de los pastores nos gue a corrientes de agua y a
pastos frescos. Que Jess, el Buen Pastor, nos renueve y fortalezca.
El Dr. Atiencia, ecuatoriano, es pastor, psiclogo y conferencista internacional.
Secretario de Capacitacin de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evanglicos
(CIEE).

Tomado y adaptado del libro Cmo pastorear y ser pastoreados

Editorial Certeza Abua 1996.
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