Comentario de SALMOS 121-150
Comentario de SALMOS 121-150
Comentario de SALMOS 121-150
SALMO 121
Comentario
El segundo de los Cantos de las Subidas (Salmos 120-134), el Salmo 121 es una profesin elocuente de
fe en la providencia y proteccin de Dios. Las circunstancias del origen del Salmo son desconocidas. Al
advertir el significado militar de las montaas (v. 1; vase 1 Re 20.23), Anthony R. Cerescko propone
que el Salmo 121 pudo haberse originado como una oracin o profesin de un guerrero, y que fue reledo
como un salmo de peregrinacin cuando lleg a ser parte de la coleccin de subidas o ascensos (vase la
Perspectiva general de los Salmos 120-134). James Limburg, por otro lado, sugiere que el salmo se
origin como una liturgia de despedida, en la cual los vv. 1-2 deberan escucharse como palabras de
alguien que est a punto de partir y los vv. 3-8 constituyen la respuesta de uno que se est quedando
atrs. De cualquier manera, el Salmo 121 se halla en una posicin favorable, si, como es posible, los
Salmos 120-134 forman una coleccin que utilizaron los peregrinos en su camino a o en su arribo a
Jerusaln. Su lenguaje y analoga son fcilmente comprensibles en trminos de un viaje el ver montaas
a distancia (v. 1), la preocupacin por las cadas y la seguridad en general (vv. 3-4), la necesidad de
proteccin del calor del sol y de los peligros de la oscuridad (vv. 5-6) y la mencin de las salidas y las
entradas (v. 8). Incluso es posible que la secuencia de los Salmos 120-122 tenga la intencin de recrear el
movimiento de la dispersin (120.5-7) a la manera de un viaje (Salmo 121) a las puertas de Jerusaln
(122.1-2). El carcter de dilogo del Salmo 121 lo habra convertido en apropiado para un intercambio
entre el sacerdote y el peregrino a su arribo a Jerusaln o quizs en la preparacin de la salida del hogar.
De cualquier manera, los vv. 7-8 expanden el concepto de viaje a la totalidad de la vida. Con eso, la
utilidad del Salmo 121 ha trascendido las circunstancias de su origen al igual que su rol antiguo como un
canto del peregrino (vanse las Reflexiones ms adelante).
La estructura del Salmo 121 es discutible. Pocos eruditos estn de acuerdo en dividirlo en tres
secciones: vv. 1-2, vv. 3-5, vv. 6-8. La mayora prefiere cuatro secciones de dos versos. Una caracterstica
estilstica prominente es la repeticin escalonada o gradual que aparece en los vv. 1-2, vv. 3-4 y 7-8
(vase el Comentario sobre el Salmo 120, especialmente la discusin de los vv. 5-7). Este patrn es
especialmente apropiado para un salmo acerca de un viaje, que en tiempos antiguos habra procedido
literalmente paso por paso. An ms prominente quizs es la sxtuple aparicin de la palabra guardar
( shamar, vv. 3, 4, 5, 7ab, 8). La fuerza penetrante de esta palabra clave casa bien (se equipara) con la
fuerza penetrante de la presencia protectora de Dios.
121.1-2. El verso 1 a veces se traduce como una declaracin, pero es mejor traducirla como una
pregunta que se responde en el v. 2. El referente exacto de montes no es claro. Montes podra indicar
simplemente un destino inespecfico, como en el idioma contemporneo, cabeza de montes. Si el que
habla estuviera de viaje, montes podra hacer referencia a un terreno elevado en la distancia que quizs
promete un escalar difcil y un posible peligro. En el contexto de los Cantos de las Subidas, los montes
de la distancia podran estar incluyendo al Monte Sin, un smbolo no de peligro, sino de ayuda divina
(vase Deut 33.7, 26, 29; Sal 22.19; 33.20; 54.4; 63.7; 70.1, 5; 115.9-11, 124.8), toda vez que es el lugar
donde el Dios csmico (vase el v. 2b) se sienta en un trono terrenal (vase Sal 48.1-2; 125.1-2; 132.8,
13-14). El Salmo 123 tambin comienza con la elevacin de los ojos del salmista, y all lo hace
especficamente al Dios csmico. La similitud entre 121.1 y 123.1 puede apoyar la conclusin de que
deberamos elaborar 121.1 como una indicacin de que el salmista est viendo hacia Sin. De cualquier
manera, es significativo que el Seor es identificado tanto de manera muy personal mi ayuda as
como de manera csmica. La frase Hacedor del cielo y de la tierra anticipa tanto la conclusin extensa
para el salmo en los vv. 7-8 adems de proveer una de las conexiones de unidad para la coleccin (vase
Sal 124.8; 134.3; vase anteriormente lo que se dice sobre Sal 115.15).
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121.3-4. La imagen en el v. 3a es obviamente apropiada para una persona que viaja a pie. El viajero
podra literalmente resbalarse, pero la imagen tambin funciona metafricamente. Por ejemplo, la
misma imagen utilizada en Sal 66.9b en paralelo con la actividad de Dios para preservar al pueblo entre
los vivos (vase tambin movido/ conmovido en Sal 16.8; 55.22; 62.2, 6; 112.6). El verbo
movido ( mot) vuelve a aparecer en Sal 125.1b, donde comunica la estabilidad del Monte de Sin, el
cual ha de ser un smbolo de la seguridad del pueblo (vase 125.1a, 2). Los vnculos verbales entre los
Salmos 121 y 125 incrementan la posibilidad de que montes en 121.1 debera entenderse como que
incluye al Monte Sin (comprese 12.8 con 125.2c). El verso 3b contiene la primera aparicin de
guardar (shamar). Esta palabra recuerda la proteccin de Dios de todo el pueblo despus del xodo
durante el viaje a la tierra prometida (vase Nm 6.24; Jos 24.17). Tanto ese verbo como el verbo
dormitar ( num) crea una repeticin escalonada en los vv. 3-4, que afirma la vigilancia eterna de
Dios. La adicin de dormir ( yashen) en el v. 4 intensifica la promesa. Dios definitivamente no har
lo que el pueblo a veces teme que Dios podra estar haciendo (vase Sal 44.23).
121.5-6. Ceresko seala que el v. 5a va precedido y le sigue exactamente el mismo nmero de slabas
y que es el centro del salmo. Con eso la estructura sirve para reforzar la repeticin de guardar para
hacer nfasis en la afirmacin teolgica central del salmo. No es de sorprenderse que el sujeto
Yahveh se halle en la posicin enftica. El verso 5b introduce otra metfora, que aparece en Sal 91.1
(vase sombra), otro salmo que celebra la presencia protectora de Dios (ntese tambin que guardar
en Sal 91.11 es el mismo verbo que se traduce como guardar en el Salmo 121; vase tambin da y
noche en Sal 91.5; 121.6; as como pie en 91.12; 121.3). La metfora de Dios como sombra aparece
ms a menudo en la frase sombra de tus alas (vase Sal 17.8; 36.8; 57.1; 63.7), una imagen que puede
derivarse de las criaturas aladas que decoraban el arca en el Templo. Con eso el v. 5b puede aludir al
destino del viaje de los peregrinos Jerusaln aunque afirma al mismo tiempo que el Dios que reside en
Sin tambin est presente en el viaje. Especialmente para el viajero caminante, el sol podra ser mortal
(vase Isa 49.10) y el pueblo de la antigedad aparentemente crea que la luz de la luna era peligrosa, una
nocin evidente en Mateo 4.24; 17.15, donde epilptico(s) significa literalmente aturdido o
luntico (la palabra espaola luntico se deriva de la palabra latina para luna). De cualquier manera,
los vv. 5-6 de nuevo afirman la vigilancia constante de Dios. Dios siempre est en una posicin para
ayudar (vase mano derecha en Sal 109.31).
121.7-8. Cada uno de estos versos comienza con el sujeto Yahveh en posicin enftica,
recordando con eso al v. 5. El carcter enftico y expansivo de los vv. 7-8 tambin lo comunican las otras
tres apariciones de guardar, cada una de ellas ampla el campo de accin de la proteccin de Dios. El
verso 7a indica que los vv. 3-7 han sido meramente ilustrativos. Dios proteger de todo mal, debido a
que la misma vida del salmista es el objeto real del cuidado de Dios. El verso 8 culmina este movimiento
al aclarar que el viaje real en el que el salmista se ha embarcado es el viaje de la vida. Cada salida y
arribo ser bajo el cuidado de Dios (vase Deut 28.6) ahora y siempre (vase Sal 125.2; 131.3). Ningn
lugar ni tiempo ni circunstancia ser capaz de separar al salmista del cuidado amoroso de Dios (vase
Rom 8.38-39). La direccin de los vv. 7-8 apunta a la adaptabilidad del Salmo 121 a una variedad de
situaciones y provee un fundamento textual para el uso presente del salmo a lo largo del viaje humano de
muchos siglos.
Reflexiones
1. Aunque breve en extensin, el Salmo 121 ha sido grande en influencia. Ha contribuido a una frase del
Credo de los Apstoles (v. 2b; vase tambin Sal 115.5; 124.8; 134.3) y, a excepcin del Salmo 23, con el
cual comparte el mismo mensaje fundamental, el Salmo 121 es probablemente recitado de memoria tan a
menudo como cualquier otro del salterio cuando la gente de fe busca palabras de promesa y seguridad en
medio de tribulaciones y turbulencias de su viaje en esta vida. Al igual que un canto folklrico, que se
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mueve de tiene todo el mundo en sus manos de Dios a me tiene a m y a ti, a mi hermana/hermano, en
sus manos de Dios, el Salmo 121 afirma que el gobernador soberano del cosmos tiene una preocupacin
personal para las vidas de todo el pueblo de Dios (v. 2).
2. En armona con lo que fue quizs su uso original, el Salmo 121 ha seguido siendo un salmo para
los viajeros. En la maana de su partida de Inglaterra para llevar a cabo la obra misionera en frica,
David Livingstone se dice que haba ledo el Salmo 121. Pero el Salmo 121 finalmente tiene ante su
vista toda la vida como un viaje. Por eso, es apropiado que haya sido tradicionalmente utilizado en la
iglesia luterana evanglica como parte de la liturgia bautismal y que lo utilicen varias tradiciones en los
servicios fnebres. Desde el nacimiento hasta la muerte y ms all de ella, el Salmo 121 es un salmo para
el viaje de la vida.
3. James Limburg denomina al Salmo 121 Un Salmo para los Residentes. Este ttulo no slo
explica por qu el Salmo 121 habra sido particularmente significativo para las generaciones postexlicas dispersas (vase anteriormente los que se dice sobre Sal 119.19, 54, 57, 11; 120.5-7), sino que
tambin sirve para recordar a cada generacin del pueblo de Dios que mientras la tierra sea nuestro
hogar, porque Dios la hizo, es nuestra casa de cada uno de nosotros slo temporalmente (vase Sal
39.12). Esta realidad no es una excusa para apropiarse de todos los gustos que podamos obtener de lo
nuestro de una vez por todas (vase Lucas 12.13-21), sino una invitacin a vivir plenamente en el
presente sobre la base de una promesa. Al igual que Abrahn y Sara, somos llamados a vivir como
residentes, como pueblo que siempre est de viaje (vase Gn 47.9; Heb 11.9-10). Con buenas razones, la
iglesia primitiva fue conocida como el Camino (vase Hechos 9.2; 19.23; 22.4; 24.22). En el Evangelio
de Marcos, ser discpulo significa seguir a Jess en el camino (vase Marcos 8.27; 9.33; 1052). Jess
caracteriza su propia existencia como la de un residente temporal en vez de una existencia estable (vase
Lucas 9.57-62) y las instrucciones de Jess a aquellos que l envi no les permiti implementos o
provisiones de una existencia estable (vase Marcos 6.7-13). Aunque esta orientacin puede tener una
estocada de otro-mundo, no se presenta a s misma como un castillo en el aire y con el tiempo un
escapismo. Para Jess, la no residencia que l defenda condujo a un socavamiento radical de los arreglos
sociales que apoyaban el poder y el privilegio y que sus contemporneos procuraban mantener
demandando la sancin divina. Con eso el viaje de Jess condujo finalmente a una cruz, pero las buenas
nuevas es que Dios estaba all tambin, cuidando su vida. Y mientras seguimos a Jess en ese camino
(Marcos 8.34), Dios es nuestro guardador tambin.
SALMO 122
Comentario
El Salmo 122, el tercero de los Cantos de Subidas o Ascensos (vase la Perspectiva general sobre los
Salmos 120-134), es el nico salmo de la coleccin que explcitamente es un salmo de peregrinacin. No
obstante, la secuencia de los Salmos 120-22 puede ser intencional. La secuencia mueve al salmista de la
dispersin (120.5-7) por medio de un viaje (Salmo 121) a Jerusaln (122.1-2). Debido a que ubica al que
habla en Jerusaln, o al meno enfoca la atencin del lector firmemente sobre Jerusaln, el Salmo 122
usualmente se categoriza como un canto de Sin (vanse los Salmos 46; 48; 76; 84; 87). Su atencin a las
caractersticas arquitectnicas de la ciudad es particularmente una reminiscencia del Salmo 48 (vase la
casa de Yahveh en los vv. 1, 9; puertas en el v. 2; tronos en el v. 5; murallas y torres en el v. 7).
Los eruditos proponen varios bosquejos estructurales para el Salmo 122, pero la mayora favorece la
triple divisin que siguen la NVI y la NRSV. Los versos 1-2 describen la situacin. A estos le siguen dos
secciones, cada una de ellas comienza con una referencia a Jerusaln y contiene cuatro lneas poticas.
La atencin a las dems caractersticas del salmo, no obstante, admite una divisin diferente y es legtimo
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analizar la estructura y movimiento del salmo a ms de un nivel. por ejemplo, las referencias a la casa
de Yahveh rodean al salmo (vv. 1, 9), es como decir que el principio y el fin, la motivacin y el destino,
del ascenso a Jerusaln es el Templo, la casa de Dios. Al mismo tiempo, se enfoca la atencin en el
centro del salmo por medio de una estructura quistica (vase la introduccin) y la repeticin de la
palabra casa:
A vv. 1-2 el salmista, su acompaante (yo/ nosotros) y la casa de Yahveh
B vv. 3-4 Jerusaln
C. v. 5 casa de David
B vv. 6-7 Jerusaln
A vv. 8-9 el salmista, sus acompaantes y la casa de Yahveh
Haba dos casas en Jerusaln la casa de Yahveh y la casa de David as como Jerusaln era
conocida tanto como la ciudad de Dios as como tambin la casa de David. La estructura del Salmo
122 llama la atencin respecto a ambas casas. Aunque la casa de David es central, su posicin en el
salmo y con ello su autoridad se ven rodeados por la casa de Yahveh. En otras palabras, el poder de la
casa davdica es derivado. Las tres apariciones de la palabra clave casa (vv. 1, 5, 9) recuerdan la
narrativa de 2 Samuel 7 en la cual la palabra clave es casa. 2 Samuel 7 aclara que David no edific a
Dios una casa (esto es, un templo); ms bien, Dios le edific a David una casa (esto es, una dinasta).
Con eso el reino de la casa davdica no es sino una agencia del reino de Dios, y el propsito fundamental
de la administracin davdica implica encarnar el propsito fundamental del gobierno de Dios: la justicia
(v. 5; vase Sal 48.11). Los salmos que explcitamente proclaman el reino de Dios tambin describen la
poltica regia de Dios como justicia (vase Sal 96.10, 13; 97.2, 8; 98.9; 99.4); vase tambin 82.1-3, 8).
La estructura del Salmo 122 indica lo que otros salmos tambin indican: el reino davdico ha de
manifestar el reino de Dios (vanse Salmos 2; 72). Experimentar Jerusaln es a fin de cuentas
experimentar la realidad del reino de Dios y los propsitos de Dios para el mundo (vase Sal 123.1).
122.1-2. Estos versos aclaran que la peregrinacin a Jerusaln de hecho era una experiencia especial.
El verso 1 aparentemente refleja la invitacin tpica para una peregrinacin (vase 1 Sam 14.11; Isa 2.3;
Jer 31.6) y el v. 1 parece implicar el sentido de gozo y excitacin que habra acompaado el arribo de los
peregrinos. Toda vez que el verbo en el v 2 se traducira ordinariamente con el tiempo pasado (eran en
lugar de son2), no obstante, algunos eruditos concluyen que el Salmo 122 ve retrospectivamente toda la
experiencia despus que el peregrino ha retornado a casa. Aunque esto es posible, los vv. 6-9 tambin
implican una inmediatez que indica la presencia del que haba en Jerusaln. Pero la cuestin cronolgica
no es decisiva; lo central de Jerusaln es evidente de cualquier manera.
122.3-4. La palabra Jerusaln termina el v. 2 e inicia el v. 3, representando otro caso de repeticin
escalonada que caracteriza a los Cantos de las Subidas (vase Sal 120.5-7; 121.1-4, 7-8). La traduccin y
sentido del v. 3 sos problemticos. Tanto la NVI como la NRSV indican una observacin concerniente a
la cualidad arquitectnica de Jerusaln, y esto tiene buen sentido en el contexto de una peregrinacin que
implica la celebracin de ese lugar particular (vase el Comentario sobre el Salmo 48, esp. la discusin
de los vv. 12-14). La palabra que se traduce como ligada/ compactada ( habar), no obstante, jams
se utiliza en otras partes para hablar de construcciones. Ms bien, se utiliza para hablar de convenios o
alianzas (vase aliado en Sal 94.20). Por eso es posible que no sea tanto la arquitectura de Jerusaln la
que se est alabando, sino la capacidad de Jerusaln de reunir a las personas. Por eso la NEV traduce el v.
3b: donde las personas llegan a unirse. Esto tambin tiene buen sentido, especialmente a la luz del v. 4,
que describe la reunin de las tribus (comprese Ex 23.14-17; Deut 16.16; 1 Re 12.28). Es posible que la
ambigedad sea propositiva como un juego de los posibles sentidos del verbo. De cualquier modo, el v. 4
sigue enfocndose en Jerusaln. El ellos de la NRSV literalmente es all ( sham), un palabra que
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aparece regularmente en los cantos de Sin (vase Sal 48.6; 76.3; 87.4; 132.17; 133.3). La repeticin de
tribus contina el patrn escalonado.
122.5. Aunque ciertas caractersticas del salmo apuntan a la centralidad del v. 5, tambin es verdad
que el v. 5 no ha de separarse abruptamente de los vv. 3-4. La palabra all aparece de nuevo en el v. 5,
la mencin del nombre de Yahveh en el v. 4 quizs anticipe el v. 5 y su enfoque en la justicia, un
atributo central del nombre o carcter de Dios. La expresin plural repetida de tronos ( kisot),
otro ejemplo del patrn escalonado, ha sido enigmtico para los comentaristas. Probablemente sea un
manera figurada de decir que la casa davdica y su burocracia eran responsables de la justicia en la
ciudad y a por todo el pas (vase 2 Sam 8.15; 15.2-6; Isa 1.21-23; Miq 3.9-12).
122.6-9. La justicia, que la casa davdica haba de encarnar de acuerdo con el reino de Dios, se
supona que resultara en shalom, paz (vase Sal 29.10-11; 72.3, 7), la cual es la palabra clave de los
vv. 6-8. Continuando el patrn escalonado, aparece a veces en cada verso; la raz hebrea tambin es un
componente del nombre Jerusaln, que puede significar posesin de paz o fundamento de paz. La
palabra hebrea para orar ( shaal, v. 6) y la palabra que se traduce como seguro/ seguridad (
shalv, v. 7) contienen ambas las primeras dos consonantes de la raz de la palabra paz. Esto sirve a lo
que probablemente sea el ejemplo ms impresionante de la aliteracin en todo el salterio; el efecto es
para hacer nfasis incluso mayor en el concepto de paz.
La invitacin del salmista en el v. 6a es su oracin por Jerusaln y por aquellos que viven en ella (vv.
6b-7) implica claramente que Jerusaln no es pacfica. De hecho, Jerusaln siempre ha sido una de las
ciudades ms combativas y conflictivas del mundo. Especialmente en la era post-exlica, durante la cual
se coleccionaron posiblemente los Cantos de las Subidas, Jerusaln vivi en cualquier situacin menos
en seguridad (v. 7b; vase prosperar en Lam 1.5; vase tambin Neh 1.3; Jer 15.5). Es ms, para los
peregrinos que experimentan conflictos fuera de Jerusaln (vase Sal 120.5-7), Jerusaln es el signo y
smbolo consumados de paz. Cmo puede darse esto? Se halla el salmista nostlgicamente recordando
la gloria primera de los tiempos davdicos y salomnicos, o simplemente se est involucrando el salmista
en un pensamiento patritico anhelante? De esa manera alguien podra llegar a concluir pero a un nivel
ms profundo, las oraciones del salmista por la paz de Jerusaln, as como el compromiso de buscar su
bienestar (v. 9), son indicaciones del reconocimiento del reino de Dios y del intento de vivir bajo el
gobierno de Dios. Tal reconocimiento y compromiso no representan un optimismo fcil o meramente un
pensamiento patritico anhelante. Ms bien, la motivacin y conviccin del salmista son escatolgicas.
Para el salmista, entrar en Jerusaln realmente significa entrar a un nuevo mundo. El gozo es real (v. 1).
Vivir para Dios (v. 9) y para bien de los dems (v. 8) significa experimentar, encarnar y extender la
justicia que Dios pretende como soberano del mundo. Este estilo de vida, este compromiso, es una
realidad. Con seguridad, las mismas as llamadas realidades antiguas estarn presentes odios y guerra
(vase Sal 120.5-7), problemas y disturbios (vase Neh 1.3) pero ya no ms sern determinantes. Entrar
a Jerusaln, reconocer el reino de Dios y comprometerse personalmente a vivir bajo l significa ser
transformado y capacitado para vivir de una manera extraordinaria en el mundo ordinario de la realidad
diaria que se refleja frecuentemente en los Cantos de las Subidas (vase la Perspectiva general sobre los
Salmo 120-134 y las Reflexiones ms adelante). La transformacin del peregrino se puede representar
con el movimiento del v. 1 a los vv. 8-9. Aunque el salmista expresa en el v. 1 el beneficio que Jerusaln
puede tener sobre la persona, el enfoque de los vv. 8-9 se pone en lo que el salmista puede hacer en
beneficio de los dems y de Dios.
Reflexiones
1. Dada la intranquilidad del Medio Oriente y la preocupacin por la paz de acuerdo a lo que se ha
alcanzado, la invitacin del salmista en el v. 6a es sorprendentemente contemporneo en su sentido
literal. Es ms, incluso en la medida en que oramos por la paz en Jerusaln, es decisivo darse cuenta de
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que Jerusaln representa en los salmos no slo un lugar sino un smbolo de la presencia de Dios en
espacio y tiempo. Irnicamente, mucha de la controversia actual respecto a Jerusaln proviene de la falla
para comprender su funcin simblica; la ciudad a menudo ha sido vista slo como un lugar que ha de
poseerse en lugar de un smbolo de la presencia concreta en el mundo de un Dios que no puede a fin de
cuentas ser posedo y cuya presencia ciertamente no se puede limitar a un lugar particular (como lo
proclama el Salmo 121!). Entrar a Jerusaln a fin de cuentas significa experimentar la realidad del
reinado de Dios y ser transformado para representar precisamente los propsitos de Dios en el mundo de
Dios. En resumen, entrar a Jerusaln significa vivir escatolgicamente, debido a que la demanda de Dios
y los propsitos de Dios siempre estn en oposicin (vase el Comentario sobre los Salmos 48; 84).
Lo que significa entrar en Jerusaln, vivir escatolgicamente, vivir bajo el reino de Dios, lo ilustra
poderosamente uno de los personajes de Walker Percy, Will Barret, en la novela The Second Coming. El
padre de Will se haba suicidado cuando Will era joven, y la vida personal de Will ha sido una persistente
batalla con una voz interior en l (quizs la voz de su padre) que le dice que haga lo mismo. La voz sabe
a qu se parece el as llamado mundo real:
Ven, qu otra cosa hay (excepto el suicidio)? Qu otro fin si t tienes control sobre el fin? Realiza tu
propio fin brillante en la oscuridad de este mundo agonizante, este lugar necio e incompetente, donde
t sabes igual que yo que nada realmente funciona, que t jams seras alguna vez t mismo y jams
sers o l mismo o ella misma y ciertamente jams alguna vez nosotros mismos juntos. Ven, cerca e
ellos afuera antes que ello te cierra la salida porque creme la vida no funciona mejor con la muerte
que con la vida. Acerca hacia afuera. A menos que puedas hacer eso, no slo no pierdes sino que
ganas, con un ltimo esplndido gesto vence a la totalidad del mundo necio e incompetente.
La respuesta de Will a la voz es un simple no, basado en una experiencia de genuino amor entre l y otro
ser humano, lo que l toma como una seal de que el Seor est aqu.
Lo que el salmista vio en Jerusaln fue, en efecto, una seal de que el Seor est aqu, en medio de
la oscuridad, de las realidades cotidianas de un mundo agonizante, un mundo frustrante donde nada
funciona realmente jams de manera completamente bien y donde jams todos nosotros podemos somos
todo lo que podemos ser. Walker Percy no considera el relato de Will Barret ms all de su
descubrimiento de una seal, sino que el lector supone que Will no contina en su fantica bsqueda de
la segunda venida de Cristo y comienza a vivir en el nuevo mundo creado por las buenas nuevas de que
el Seor est aqu. Al igual que para el salmista, estas buenas nuevas tambin es transformadora,
porque capacita a la gente a vivir de una manera extraordinaria entre las realidades cotidianas oscuras y
difciles del mundo.
2. El Salmo 122 se utiliza apropiadamente en la iglesia en la temporada de Adviento. Adviento tiene
un enfoque dual en la segunda venida de Cristo y en la primera venida de Cristo su nacimiento y de
esa manera celebra efectivamente las buenas nuevas de que el Seor est aqu y estar aqu para
siempre. De hecho, para los escritores del Evangelio, Jess representa lo que el Tempo ha simbolizado;
Jess es el nuevo enfoque de la revelacin de Dios en espacio y tiempo (vase Marcos 13.1-2; 14.58;
15.29). Por cuanto este es el caso, el lector cristiano no puede ayudar a escuchar el Salmo 122 a la luz de
la reaccin de Jess como lo hizo al final de la peregrinacin a Jerusaln. Cuando Jess vio la ciudad,
llor por ela, debido a que era evidente para l por su propia recepcin de que la gente no reconoci
las cosas que conducen a la paz! (Lucas 19.41-42 NRSV). Expresivamente Jess se movi
directamente al Templo, donde l lo declara un medio para evadir la justicia en lugar de promover los
propsitos justos del reino de Dios (Lucas 19.45-46). Como concluye Mays respecto a una manera
cristiana de escuchar el Salmo 122:
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Cuado retornamos al salmo desde esta escena de Lucas tenemos que leer lo y cantar guiados por las
preguntas de Jess. Mientras oramos por la paz de la iglesia y la ciudad, hemos reconocido lo que
conduce a la paz? Sabemos a menos que vayamos con l la peregrinacin hacia la paz no hallaremos
Jerusaln?
Con eso, como lo hacen las buenas nuevas, el Salmo 122 nos deja un desafo que es apropiado para
Adviento y para todas las temporadas.
SALMO 123
Comentario
El cuarto de los Cantos de las Subidas (vase la Perspectiva general de los Salmos 120-134), el Salmo
123 es la primera oracin completa de la coleccin (vase Sal 120.2, una breve peticin caracterstica de
las oraciones para pedir ayuda; porciones de 122.6-8 tambin se podran elaborar como oracin). La
profesin inicial de confianza comienza en primera persona de singular (v. 1a), pero concluye en plural
(v. 2b) y la peticin que le acompaa (v. 3a) y la queja (vv. 3b-4) tambin se hallan en plural. Con eso el
Salmo 123 se categoriza tradicionalmente como un lamento/queja comunal o como oracin para pedir
ayuda.
El cambio de singular a plural tiene sentido en el contexto de una peregrinacin (vase el Comentario
sobre los Salmos 120; 121; 122), durante la cual los individuos o grupos pequeos de viajeros llegaron a
formar parte de un grupo mayor en su arribo a Jerusaln. Los Salmos 120-122 parecen formar una
secuencia intencionada, moviendo la peregrinacin de la dispersin (120.5-7) a manera de un viaje
(Salmo 121) a Jerusaln (Salmo 122). El Salmo 123 tiene sentido como la culminacin de esta secuencia;
esto es, si Sal 120.5-7 describe las circunstancias conflictivas de aquellos que residen en la dispersin,
entonces tiene sentido que la primera cosa que haran a su arribo a Jerusaln (Sal 122) sera acudir a Dios
(123.1-2) y pedir ayuda (123.3-4). De hecho, la queja de los vv. 3.-4 describe una situacin similar a la
descrita en 120.5-7, aunque no existan vnculos verbales. Como observan varios eruditos, la situacin
ciertamente suena como la de la era post-exlica (vese, por ejemplo, Neh 2.19; 4.4, donde ridiculizado
y despreciado traducen a la misma raz de la palabra hebrea que despreciar en Sal 123.3-4; burlarse
en 123.4 tambin aparece en Neh 2.19; 4.1 como burlaban). Esto significa que el Salmo 123 es
consistente con el carcter V, el cual desde el inicio (Sal 107.2-3) parece ser una respuesta a la crisis
teolgica y a la necesidad de ayuda que persisti incluso despus del regreso del exilio (vase el
Comentario sobre los Salmos 107; 108; 111; 118; 120; Introduccin).
123.1. La NRSV preserva el orden de las palabras hebreas del v. 1a. La frase a ti se halla en una
posicin enftica, indicando con ello la completa orientacin del salmista a Dios. Levantar los ojos puede
indicar arrogancia (vase 2 Re 19.22; comprese Sal 131.1), pero no es este el caso precisamente aqu
(vase Sal 141.8). Ms bien, a Dios se le ve y se dirige a l como un soberano csmico (v. 1b; vase se
sienta/ entronizado en Sal 2.4; 9.7; 20.10; vase tambin 11.4; 115.3). Con eso, Sal 123.1 refuerza la
direccin que se halla implcita en el Salmo 122; entrar a Jerusaln significa reconocer la soberana de
Dios y comprometerse personalmente a vivir bajo el gobierno de Dios.
123.2. Las dos metforas del v. 2 claramente describen la dependencia humilde que caracteriza el
acercamiento del salmista a Dios. Debido a que Dios es soberano (v. 1), el pueblo de Dios se halla en la
posicin de siervos (vase Sal 34.22; 69.35-36; 79.2, 10; 86.2, 4, 16; 90.13, 16; 113.1; 116.16) de su
seor o seora. La palabra que se traduce como seor ( adn) se utiliza frecuentemente para
referirse a Dios en otras partes (usualmente se traduce como Seor; vase Sal 97.5b), pero la imagen
femenina de Dios aqu es impresionante, aunque no sin precedente (vase Isa 66.13; Oseas 11.4; vase
105
tambin el Comentario sobre el Salmo 131). La repeticin de ojos ( enayim), que aparece en cada
una de las cuatro lneas poticas de los vv. 1-2, es otro ejemplo del patrn escalonado que caracteriza a los
Cantos de las Subidas (vase Sal 120.5-7; 121.1-4, 7-8; 122.2-5). Este patrn de repeticin tambin
atraviesa las dos secciones del Salmo 123; la palabra misericordia del final del v. 2 aparece dos veces
ms en el v. 3a.
123.3. La doble peticin ten misericordia ( hanan), v. 3a) tiene el efecto literario enftico de
asediar al Seor con peticiones de ayuda. La peticin es una peticin frecuente en los salmos, a menudo
se traduce como s gracioso (vase Sal 4.1; 6.2; 9.13; 25.16; 26.11; 27.7). Aunque puede implicar la
necesidad especfica y el deseo de perdn, generalmente es ms una indicacin de que el salmista o el
pueblo depende de Dios para la vida misma. El verbo hebreo recuerda a xodo 34.6 (vase tambin
xodo 33.19), donde Dios se revela a s mismo como fundamentalmente lleno de gracia. En este caso, la
gracia de Dios s incluye especficamente perdn (vase xodo 34.7), pero incluye de manera ms amplia
la disposicin a estar presente con el pueblo para hacer la vida posible (vase xodo 34.9).
123.4. en el Salmo 123 la necesidad se establece en trminos de la experiencia de desprecio (vv. 3b,
4b) y ridiculizar (v. 4a). La situacin particular no se conoce con precisin, pero tiene sentido escuchar
la queja en el contexto de la narrativa del libro post-exlico de Nehemas (Neh 2.19; 4.1, 4). Quejas
similares tambin aparecen en otros salmos, donde los salmistas o el pueblo son vctimas de desprecios
(Sal 31.18; 119.22; orgullo en Sal 31.18 tambin procede de la misma raz que altivo, gan, de
123.4b) y ridiculizar (vase Sal 22.7; 44.13; 79.4). La similitud de la queja en Sal 123.3-4 con la de
44.13; 79.4 es particularmente sugestiva, toda vez que el Salmo 79 lamenta la destruccin de Jerusaln y
debido a que el Salmo 44 tambin es una queja comunal que sigue a una oracin que aparentemente
pertenece a una persona que est ausente de Jerusaln (Sal 42) y que manifiesta su intencin de hacer una
peregrinacin a Jerusaln (Salmo 43). De esa manera la similitud del Salmo 123 con los Salmos 44; 79
apoyara escuchar el Salo 123 en un contexto post-exlico. El orgulloso/ arrogante tambin aparecen
como oponentes de Dios y/o del salmista en Sal 94.2; 140.5. No debe sorprendernos que la queja contine
el patrn escalonado de repeticin (vase soport mucho en los vv. 3b, as como desprecio en los vv.
3b, 4b).
Como sucede ms comn mente con las quejas comunales que con las quejas individuales, el Salmo
123 termina con la queja misma. Aunque la frase se haya implcita y verdaderamente expresada en los vv.
1-2, no hay un movimiento concluyente en esta direccin. Lo que falta en el Salmo 123, sin embargo, el
Salmo 124 lo suplir.
Reflexiones
1. Aunque el Salmo 123 tiene sentido en el contexto histrico de la era post-exlica, tambin tiene
afinidades con las oraciones para pedir ayuda que se originaron y utilizaron en circunstancias que
simplemente no se pueden determinar. Esto por s mismo indica lo apropiado del Salmo 123 para una
variedad de situaciones. Juan Calvino, por ejemplo, incapaz de determinar la paternidad literaria y las
circunstancias histricas que subyacen al Salmo 123, concluy que su verdadera importancia es que
demanda de nosotros que recurramos a Dios, cuando quiera nos persigan los malvados injusta y
altivamente, no slo uno o dos fieles, sino la totalidad del cuerpo de Cristo. En otras palabras, el Salmo
123 puede ser una oracin del pueblo de Dios en cada generacin.
2. Los cristianos norteamericanos en particular puede ser que jams hayan sufrido persecucin o
desprecio debido a su fe. En este caso particular, se debe a que no hemos proclamado y encarnado
fielmente las buenas nuevas radicales de que Dios am tanto a todo el mundo y desea que se ordene
correctamente para todos puedan conocer la vida y la paz (vase el Comentario sobre los Salmo 31; 120).
Se debi a que precisamente l proclam estas buenas nuevas que Jess termin en una cruz y l llama a
la gente a que le siga (Marcos 8.34). Hasta donde sea fiel, la iglesia no se ganar concursos de
106
popularidad juzgados por los estndares del mundo. Aunque la iglesia es llamada a estar en el mundo,
jams puede ser del mundo (vase Juan 17.14-18). Con ello el Salmo 123 llama a la iglesia al tipo de
servicio humilde que vive en verdadera dependencia del Dios soberano (vanse los vv. 1-2) y que
inevitablemente ser como el servicio sufriente de Jess (vase el Comentario sobre el Salmo 44).
Paradjicamente, slo hasta el momento en que conozcamos el desprecio del mundo podremos conocer la
gracia y la paz que vence al mundo (vase Juan 16.33). El Salmo 123 ora precisamente por esta paz. Y
por el hecho de hacerlo as, puede comenzar a ensearnos a nosotros gente centrada en nosotros mismos a
salirnos de nosotros mismos a suficiente distancia para que podamos ser capaces de decir que nuestros
ojos se dirigen a Yahveh nuestro Dios (v. 2).
SALMO 124
Comentario
El Salmo 124 es el quinto de los Cantos de las Subidas (vase la Perspectiva general sobre los Salmos
120-134). Aunque su posicin despus del Salmo 123 puede ser coincidencial, la secuencia es algo
favorable. El Salmo 123 es una oracin para pedir ayuda ante la hostilidad y la oposicin, en tanto que el
Salmo 124 reporta liberacin de los enemigos y pblicamente proclama que la ayuda procede de Yahveh
(v. 8). De hecho, el v. 8 representa toda la afirmacin del pueblo de lo que un viajero individual se haba
propuesto en Sal 121.2, indicando la posibilidad de que la secuencia de los Salmos 120-124 sea
intencional. De cualquier manera, la secuencia en su forma actual parece decir que la fe individual que se
profesa en Sal 121.2 se ve confirmada en el arribo de del(a) peregrino(a) a Jerusaln, donde su voz se une
a la de todo Israel (vase 124.2). En otras palabras, as como el Salmo 123 recuerda al Salmo 120, as
tambin el Salmo 124 recuerda al Salmo 121. En medio de la oposicin, el Salmo 124 habra sido una
respuesta efectiva ante las realidades de la era post-exlica. De esa manera se halla en armona con la
aparente intencin del Libro V (vase el Comentario sobre los Salmos 107; 108; 111; 120; Introduccin).
El Salmo 124 consiste de tres secciones. Los versos 1-5 consisten de lo que se puede traducir como
una larga sentencia condicional con dos clusulas con si (vv. 1-2) y tres clusulas con entonces (la
NRSV conlleva ms apropiadamente el hecho de que cada uno de los vv. 3-5 comienza con la misma
palabra hebrea). Los versos 6-7 ofrecen alabanza por la liberacin descrita en los vv. 1-5, aunque al
mismo tiempo ofrecen otra metfora para la liberacin. El verso 8 concluye con una profesin de
confianza.
124.1-5. Los versos 1a, 2a se pueden traducir de manera ms literal como: Si Dios no hubiera estado
por nosotros. Tanto la sintaxis como el contenido recuerdan a Sal 94.17, y la frase particular por
nosotros recuerda a Sal 118.6. El verso 2b se puede traducir de manera ms literal como: cuando los
humanos se levantaron contra nosotros (vase levantarse en Sal 3.1 NVI). En resumen, los vv. 1-2
plantean un contraste entre el poder de Dios y el poder de los seres humanos, un contraste que tambin se
halla presente en Sal 118.6 (vase la expresin mortales de la NRSV; vase tambin Sal 9.19-20; 56.4,
11). El asunto esencial es la ayuda ( ezer). La ayuda de quin es efectiva? A la presente respuesta de
los vv. 1-5 y de los vv. 6-7 se le da una memorable expresin en el v. 8 (ntese ayuda tambin en Sal
94.17; 118.7; vase tambin el Salmo 3; aunque la palabra hebrea que sella detrs de ayuda en 3.2
difiere de la que aparece en Sal 94.17; 118.7; 124.8). Como se indic anteriormente, la invitacin
aparentemente litrgica del v. 1b tiene sentido en el contexto de una reunin festiva a la que asisten
peregrinos (vase tambin Sal 129.1b).
Sin la ayuda de Dios, las acciones hostiles de los dems humanos habran resultado en la defuncin
del pueblo. Los versos 3-5 no identifican especficamente el desastre que habra ocurrido. El verbo
tragar ( bal) se utiliza en Jer 51.34 para describir la derrota de Babilonia sobre Sin (vase Jer
107
51.35). Los versos 3-5 ciertamente tienen buen sentido como una descripcin de lo que el exilio
babilnico bien pudo haber sido. Si tal especificidad es intencional aqu, no obstante, no es claro. El
verbo tragar se utiliza en una variedad de otros contextos tambin (vase Ex 15.12; Nm 16.30, 32, 34;
Jons 1.17). De manera similar, la analoga del agua en los vv. 4-5 se utiliza para describir la amenaza a
Jerusaln (vase Isa 28.17, donde abruma es la misma palabra que arrasar de Sal 124.4a) y el profeta
del exilio promete que las aguas no abrumarn (Isa 43.2 NRSV) al pueblo a su retorno de Babilonia a
Jerusaln. Pero de nuevo, el verbo particular en 4a y la imagen general se utiliza en otras partes de
amenazas del caos inespecficas o claramente diferentes (vse Sal 42.7; 69.1-2; Jons 2.3, 5); la soberana
de Dios sobre las aguas caticas tambin se afirma en otras partes (vase Sal 74.12-15; 89.9-10; 93.3-4).
El nosotros ( nefesh) de los vv. 4b, 5 traducen una palabra hebrea que usualmente se traduce como
alma, pero parece tener originalmente el significado de nuca, una traduccin que habra sido
apropiada aqu (vase Sal 69.1). La NRSV preserva la estructura potica quistica (vase la Introduccin)
de los vv. 4-5; visualmente representa la amenaza, mientras las dos apariciones de aguas (vv. 4a, 5b)
rodean a las dos apariciones de nosotros (vv. 4b, 5a).
124.6-7. El verso 6a ofrece alabanza a Dios por estar por nosotros (vase bendecir en Sal 28.6;
31.21; 103.1-2, 20-22; 104.1, 35; 115.18) y el v. 6b introduce otra imagen para la liberacin (vase Job
29.17; Sal 3.8; 57.4; 58.6). As como la estructura quistica de los vv. 4-5 representaban la amenaza, as
tambin la estructura quistica del v. 7 visualmente representa el escape. Las dos apariciones de hemos
escapado (vase Isa 49.25) rodean a las dos apariciones de trampa (vase Sal 64.5; 91.3; 140.5; 141.9).
El pueblo ya no ms es atrapado. Ms bien, como Kraus tradujo la frase final del v. 7, somos libres! El
nosotros que da inicio al v. 7 traduce al nosotros/ nuestra nuca que estaban rodeados en los vv. 4-5,
y el nosotros en la frase final del v. 7 es el pronombre enftico. De esa manera la estructura potica, el
patrn de repeticin y la eleccin efectiva del pronombre personal se combinan para reforzar las buenas
nuevas: Somos libres!
124.8. Este verso afirma climticamente la respuesta a la pregunta implcita de los vv. 1-2: Dnde se
halla y quin es nuestra ayuda? No es meramente un mortal apegado a la tierra, sino un soberano csmico
que hizo los cielos y la tierra (vese Sal 121.2; 134.3; vase tambin 115.15; 146.6).
Reflexiones
La afirmacin del v. 8 quizs se ha hecho tan familiar por su uso tradicional que no llegamos a
comprender sus implicaciones profundas y radicales. Profesar que Dios es nuestra ayuda fundamental
significa profesar que no somos suficientes para crear y asegurar nuestras propias vidas y futuros. En
resumen, necesitamos ayuda. Por supuesto, esto es algo que la mayora de la gente vacila en decir o
incluso admitir, porque socaba uno de los principios esenciales que parece manejar nuestras vidas as
como nuestras instituciones sociales y econmicas es decir: Dios ayuda a quienes se ayudan a s
mismos. El Salmo 124 ensea precisamente lo opuesto; Dios ayuda a quienes no pueden ayudarse a s
mismos (vase el Comentario sobre el Salmo 3). Independientemente de esta enseanza, no es posible
hablar con alguna integridad acerca de lo que se halla en el centro del mensaje bblico: la gracia de Dios
(vase Sal 123). De hecho, el discipulado y el servicio (vase Sal 123.2) realmente comienzan con la
profesin de que nuestras mismas vidas se las debemos a Dios (vase Marcos 8.34-35).
La confianza fundamental de que Dios asegura nuestras vidas y futuros que Dios est por nosotros
(vv. 1-2) y es nuestra ayuda (v. 8) es lo que ha fortalecido a Israel para afirmar el rol del siervo
sufriente en la era post-exlica (vese el Comentario sobre el Salmo 44); es lo que ha llenado de fuerzas a
Jess para llevar una cruz como un siervo sufriente; y es lo que ha llenado de fuerzas, llena de fuerzas y
llenar de poder a la iglesia para continuar sirviendo an cuando esto signifique sufrimiento en manos de
aquellos que se oponen al reino y a la voluntad de Dios (v. 2). Como lo dijo el apstol Pablo con sus
108
palabras y encarn con sus sufrimientos: Si Dios est de nuestra parte, quin puede estar en contra
nuestra? (Rom 8.31 NVI)
SALMO 125
Comentario
El Salmo 125 es el sexto de los Cantos de las Subidas (vase la Perspectiva general sobre los Salmos 120134). Aunque no es posible demostrar de manera concluyente que la secuencia es intencional, es posible
detectar un patrn en los salmos iniciales de la coleccin. Los primeros tres salmos tienen el efecto del
movimiento de un peregrino individual desde la dispersin (Salmos 120) por la va de un viaje seguro
(Salmo 121) hasta Jerusaln (Salmo 122). Los prximos tres salmos se aproximan a este mismo
movimiento, pero lo hacen de la misma manera pero en plural. El Salmo 123 expresa el desdn que fue
evidente en Sal 120.5-7; el Salmo 124 expresa confianza en la ayuda de Dios, as como lo hace el Salmo
121 (comprese 121.2 y 124.8, as como 121.8 y 124.2); y al igual que el Salmo 122, el Salmo 125 se
enfoca en Jerusaln y concluye con una peticin dirigida al establecimiento de la paz. Con seguridad, este
patrn puede ser coincidencial, pero al menos sugiere que el Salmo 125 se ubica de manera confortable
en los Cantos de las Subidas. Esto significa decir que tiene sentido concluir que originalmente fue
utilizado por los peregrinos en el camino a o al arribo a Jerusaln.
Al igual que el Salmo 123, el Salmo 125 usualmente se clasifica como un lamento/queja u oracin
para pedir ayuda comunales y comienza con una expresin de confianza (vv. 1-2). El verso 3 contina con
la expresin de confianza pero concluye con una clusula que implica queja y peticin. La peticin es
explcita en el v. 4. El verso 4 retorna a la confianza en forma de una advertencia y el salmo concluye con
una declaracin de paz. Los eruditos frecuentemente indican, especialmente en base al v. 3, que el Salmo
125 refleja la dominacin del pueblo de parte de las naciones en la era post-exlica. Esto tiene sentido y
tambin hace que el Salmo 125 sea congruente con su contexto inmediato en los Cantos de las Subidas y
con el contexto mayor del Libro V (vanse los Salmos 107-108; 111; 118; 120; Introduccin); no
obstante, la utilizacin del Salmo 125 y su capacidad de hablar por y al pueblo de Dios no se limitan a
una situacin antigua. Contina reflejando tanto la fe como la lucha del pueblo de Dios en cada
generacin (vense las Reflexiones ms adelante).
125.1-2. Aunque la palabra confianza ( bataj) no ha aparecido en los Cantos de las Subidas hasta
Sal 125.1a, el concepto ya se ha descrito claramente en los salmos anteriores (vase Sal 121.1-8; 123.1-2;
124.1-5, 8). De hecho, el v. 1b explcitamente recuerda a Sal 121.3 (vase Sal 16.8; 55.22) y la estabilidad
de aquellos que encomiendan sus vidas a Dios es un tema central a travs de todo el salterio (vase
confianza en Sal 4.5; 9.10; vase el tema relativo al refugio en Sal 2.12; Introduccin). El uso de la
analoga geolgica tambin es caracterstica del salterio. La metfora de Dios como roca puede derivarse
de la prominencia de Sin (vase anteriormente los que se dice sobre Sal 18.2, 46; 31.2), pero aqu Sin
es un smil para la estabilidad el pueblo, la cual, por supuesto, se deriva de Dios (v. 2). El verso 2 facilita
ver el cuadro de los peregrinos en Jerusaln asomndose a las montaas de alrededor (vase Sal 121.1) y
luego interpretar la vista panormica como una metfora para la eterna proteccin de Dios (vase Sal
121.8; 131.3). La repeticin de rodea(n) contina el patrn escalonado que caracteriza a los Cantos de
las Subidas (vase Sal 120.5-7; 121.1-4, 7-8; 122.4-8; 123.1-2).
125.3. La partcula hebrea ( ki) con la cual inicia este verso probablemente debera traducirse como
seguramente en lugar de porque (ntese que la NVI simplemente la omite). Aunque el v. 3 contina la
expresin de confianza, parece hallarse aparte de los vv. 1-2. Carol Bechttel Reynolds incluso sugiere que
todo el salmo parece depender de este verso, la conclusin del cual debera traducirse con la KJV: no
sea que los justos apliquen sus manos a la iniquidad. En otras palabras, el v. 3 implica que los malvados
109
s ejercen autoridad en la tierra y que su persistente influencia tienta a los justos a adoptar sus caminos
(vase Sal 73.10). Debido a que la palabra hebrea que se traduce como tierra asignada aparece
frecuentemente en el libro de Josu mientras se est asignando la tierra (vase Josu 15.1; 17.1), los
eruditos frecuentemente concluyen que el v. 3 refleja la situacin de la era post-exlica, cuando el pueblo
y la tierra fueron dominados por las dems naciones. Esta es una conclusin lgica, especialmente debido
a que otros Cantos de las Subidas parecen reflejar la misma situacin (vase Sal 120.5-7; 123.3-4). El
significado interpretativo del v. 3, no obstante, no debera limitarse a la situacin antigua. El efecto del v.
3, especialmente a la luz de la peticin del v. 4, es para darle al salmo una orientacin escatolgica; indica
que el pueblo de Dios siempre vive en medio de circunstancias que dan la impresin de que los malvados
tienen el control (vase el Comentario sobre los Salmos 2; 93; 96; 97; 98; 99; Introduccin).
125.4-5. La realidad de la iniquidad hace necesaria la peticin del v. 4. El hacer el bien de parte de
Dios en todas partes se asocia con la posesin del pueblo y con la prosperidad en la tierra, de esa manera
el verbo puede reforzar la conclusin de que el Salmo 125 se origin en medio de la opresin de la era
post-exlica (vase Deut 8.16; 28.63; 30.5; vase tambin Miq 2.7). Pero en armona con la amplia
relevancia del Salmo 125, debera advertirse el contraste entre el justo/ el bueno / el ntegro y el
malvado / aquellos que se desvan / los malechores que se introduce en el Salmo 1 e invade todo el
salterio. El asunto esencial es ste: Quin gobierna el mundo? Aunque parece que los malvados
gobiernan (ntese que cetro o vara en el v. 3 aparece a menudo en contextos donde el tema es la
soberana, como en Jueces 5.14; Sal 2.9; 45.6; Isa 14.5), las expresiones de confianza de los vv. 1-2, 3a, 5
indican la conviccin del salmista de que Dios reina. Con eso es apropiado que la lnea final del salmo
declare Paz, la cual describe las condiciones que prevalecen cuando el gobierno soberano de Dios es
reconocido y decretado o ejecutado (vase Sal 29.10-11; 72.3, 7). En el anhelo por la paz (Sal 120.7), en
la oracin por la paz (Sal 122.6-7), en la declaracin de la paz (Sal 122.8; 125.5; 128.6), los salmistas se
identifican personalmente como ciudadanos fieles del reino de Dios.
Reflexiones
La paz que se deriva del servicio (vase Sal 123.2) bajo la soberana de Dios no es una paz ordinaria.
Sobrepasa a todo entendimiento (vase Fil 4.7) y es ms grande de lo que el mundo siquiera pueda dar
(vase Juan 14.27). Al igual que la paz que Jess dej a sus discpulos, as la paz que el salmista declara
se experimenta en medio de la oposicin del mundo, de la aparente soberana de los malvados (v. 3). Con
eso, como el NT tambin aclara, la fe del pueblo de Dios (v. 1) es inseparable de la esperanza (vase Rom
8.24-25; Heb 11.1). En resumen, el pueblo de Dios siempre vive escatolgicamente, proclamando el
gobierno de Dios ante la iniquidad, intentando encarnar la paz que Dios ofrece en medio de un mundo
hostil (vase el Comentario sobre los Salmos 2; 31; 120; Introduccin).
La oposicin al gobierno de Dios es tan evidente en la era contempornea como lo fue en la era postexlica. Con eso el Salmo 125 contina hablando a y por el pueblo de Dios. Es su ensayo Tenemos
miedo a la paz? Elie Wiesel maneja la oposicin actual ante la paz que Dios quiere para el mundo:
Aunque temporal en naturaleza, la guerra parece durar para siempre. En el servicio de la muerte, se
burla de los vivos. Permite que los hombres hagan cosas que en tiempos normales ellos no tendran
derecho a hacerlo: ser indulgentes con la crueldad. Como una gratificacin colectiva as como
individual de impulsos inconscientes, la guerra puede ser con mucho una parte de la conducta
humana que ha de eliminarse para siempre.
En una direccin similar, Reinhold Niebuhr nos recuerda que las personas morales estn mucho ms
inclinadas a hacer cosas inmorales como la indulgencia en la crueldad en el nombre de su sociedad o
nacin. Y los personajes en las novelas del novelista Walker Percy constantemente confrontan al lector
110
con la observacin de que los seres humanos no parecen tolerar demasiado lo ordinario de la vida diaria:
La guerra es mejor que el Lunes en la maana.
Dadas estas valoraciones incisiva y realistas de la naturaleza humana, podemos comenzar a apreciar
la profunda importancia de Sal 125.3. Debido a que la dinmica del mal parece tener una manera sutil de
tentar a los justos, es del todo ms importante que la hostilidad y la crueldad humanas sean identificadas,
llamadas por su nombre y rechazadas. Es decisivo que el pueblo de Dios, que conoce un camino ms
excelente, sea tan fielmente determinado como el salmista de que el mal no prevalece (v. 3a), que ellos
oran por la bondad de Dios (v. 4) y que ellos exhiben el valor confiado del salmista al declarar una paz
que se opone a la declaracin de guerra y a cualquier otro impulso hacia la crueldad (v. 5; vase Sal
120.5-7).
SALMO 126
Comentario
El Salmo 126 es el sptimo de los Cantos de las Subidas (vase Una visin ms completa de los Salmos
120-134). Dadas las caractersticas unificadoras de la coleccin y aun las posibilidades del arreglo
intencional de los salmos 120-125 (vase el Comentario sobre el Sal 125), no es sorprendente que el
Salmo 126 refleje la perspectiva de los salmos precedentes esto es, el pueblo ha experimentado la
liberacin de Dios en el pasado (Sal 126.1-3; vase 120.1; 124.1-7), pero ahora confrontado con otra
crisis en el presente, ellos piden a Dios por ayuda (Sal 126.4-5; vase 120.2; 122.6-7; 123.3-4; 125.4) y
profesan su confianza en la ayuda de Dios (Sal 126.6; vase 121.1-8; 123.1-2; 124.8; 125.1-2, 5). Por
supuesto que esta construccin del salmo depende de la traduccin similar a la que ofrece la NVI y la
NRSV y la traduccin de los tiempos verbales en Sal 126 es a menudo discutida. Por ejemplo, algunos
traducen todos los verbos de los versos 1-3 (como tambin los de los versos 5-6) en tiempo futuro,
convirtiendo as el salmo de una manera consistente en una oracin para pedir ayuda. Otros traducen
todos los verbos de los versos 4-6 (como tambin los verbos de los versos 1-3) en tiempo pasado,
convirtiendo al salmo de manera consistente en un canto de accin de gracias. Tales estrategias parecen
ser intentos forzados para remover la tensin entre los versos 1-3 y los versos 4-6, pero es precisamente
esta tensin la que se refleja en los Salmos 120-125 y que da al Sal 126 su continua relevancia teolgica
para el pueblo de Dios en todas las generaciones.
Histricamente hablando, la tensin entre los versos 1-3 y los versos 4-6 tiene muy buen sentido en
la era post-exlica. La semejanza de un origen post-exlico del Sal 126 se ve reforzada con la aparicin de
la frase que la NRSV traduce como restaur la fortuna en el v. 1a. Mientras este sentido ms general
sea preferible, es ms posible que la frase se refiera al regreso de los exiliados de Babilonia a Jerusaln
(Deut 30.3; Jer 30.3, 18; 32.44; Ez 39.25). Esta gloriosa peregrinacin tropieza con difciles realidades
histricas. La visin de Isaas 40-55 no se concretiz, y pronto el pueblo desilusionado se hall a s
mismo de nuevo en la necesidad de restauracin (vase el libro de Esdras; Nehemas; Ageo; y Zacaras).
La misma frase que aparece en Sal 126.1, 4 tambin aparece en Sal 85.1 (vase tambin el verbo en
85.4); los Salmos 85 y 126 comparten el mismo movimiento y con razn se pueden entender en el mismo
contexto histrico (vase Comentario sobre el Sal 85). An as, no es necesario entrelazar
inextricablemente el Sal 126 con una ocasin histrica especfica. La frase restaur la fortuna puede
referirse ms generalmente a cualquier revocacin del juicio de Dios y es claro que el Sal 126 ha
continuado hablando a y por el pueblo de Dios a travs de los siglos (vanse Reflexiones ms adelante).
126.1-3: Es fcil imaginarse cmo el regreso de los cautivos de Babilonia habra sido como un sueo
convertido en realidad (v. 1b), especialmente a la luz de la interpretacin exaltada de este evento por
Isaas 40-55 como un segundo xodo: las nuevas cosas de Dios (Isa 43.19). Mientras haya apoyo en las
111
versiones antiguas para una lectura alternativa del v. 1b (vase la nota de la NVI), el hebreo tiene buen
sentido (vase Isa 29.7-8; Joel 2.28; Hech 12.9). El regreso a Jerusaln fue tambin una fuente de gran
gozo (v. 2ab) y el gozo llega a ser una nota dominante del Salmo (vase cantos de gozo, , en los vv.
2, 5-6). No es sorprendente que la raz hebrea de cantos de gozo aparezca frecuentemente en Isaas 4055 para describir la respuesta apropiada al regreso del exilio (vase Isa 44.23; 48.20; 49.13), pero
tambin se usa con mayor regularidad para describir grficamente la emocin apropiada al acercarse a la
casa de Dios (vase Sal 42.4) y para la adoracin en respuesta a la salvacin divina (vase Sal 47.1;
118.15). El tono gozoso se ve reforzado por la mencin de la alegra (v. 2a; vase Job 8.21) y del verbo
regocijarse en el v. 3b (la raz es diferente de la raz de cantos de gozo). De acuerdo a Isaas 40-55, el
regreso del exilio haba de ser universalmente proclamado (vase Isa 41.1; 48.20), de hecho, fue
realizado mediante el uso de otras naciones por parte de Dios (vase Isa 45.1-7) para que el pueblo de
Dios pudiera llegar a convertirse en luz de las naciones (Isa 42.6 NRSV). De nuevo este trasfondo
ayuda para que lo que las naciones dicen en el v. 2 cd tenga sentido, especialmente a partir del hecho de
que se describe a las naciones como diciendo algo diferente (vase Sal 79.10; 115.2; vase lo que se dice
anteriormente sobre Sal 120.5-7; 123.3-4). Continuamente los patrones de repeticin de las andanzas que
caracterizan a los Cantos de las Subidas, es el eco de la gente lo que las naciones han observado (vase
Joel 2.20-21).
4-6. La mirada retrospectiva de los versos 1-3 es dejada atrs en los versos 4-6, la cual tiene la
necesidad presente en la mira. El recuerdo del v. 1a en el v. 4a hace ms intenso el contraste entre el
pasado y el presente, como lo hace la aparicin de las lgrimas (v. 5) y el llanto como antnimos de
cantos de gozo (vv. 5-6; vase v. 2). Pero el presente no se presenta sin esperanza. La imagen de los
torrentes del Negueb (v. 4b) comunica tanto las necesidades como su confianza en Dios. Aunque a
menudo est seco, an hoy estos causes de torrentes pueden repentinamente convertirse en torrentes
abundantes y corrientes cuando aparecen las lluvias de temporada. De esta manera el smil que se usa
aqu funciona para describir no slo la aridez comn del pueblo, sino tambin su expectacin por la
liberacin de Dios que otorga la vida. En Sal 42.1, tambin, la necesidad de Dios se representa en
trminos del deseo por los torrentes de agua; Joel 3.18 describe la salvacin futura por medio del uso
de la misma imagen.
La imagen cambia a la siembra y cosecha en los versos 5-6 (vase Ams 9.13-15; donde la imagen
agrcola similar describe la futura salvacin). El que el pueblo siembre con lgrimas y salga llorando
se interpreta a menudo como una reflexin de rituales de lamento por la muerte de un dios de la fertilidad
del antiguo Cercano Oriente, cuyo funeral era representado por la siembra de la semilla en la tierra.
Aunque un trasfondo de esta naturaleza es posible, es muy importante observar que la siembra es siempre
un acto de anticipacin y esperanza. La mencin de las lgrimas y el llanto en este caso puede
simplemente hacer hincapi en la urgencia de la necesidad ya enunciada claramente en el v. 4, y con eso
el fervor de la esperanza del pueblo. Apela a la ayuda de Dios que se pide en todas partes en el AT con
lgrimas y llanto (vase 2 Re 20.5; Sal 39.12; 42.3; 56.8; Jer 9.1, 8; 13.17; 31.16; Lam 1.16; 2.18;
Joel 2.17). Precisamente as como la necesidad del pueblo es real, de igual manera tambin su esperanza
es real. Como el v. 6, el v. 5 puede tambin traducirse con fuerza de indicativo. La repeticin de cantos
de gozo en los vv. 5-6 es enftico; habr una cosecha gozosa.
Reflexiones
Aunque el Salmo 126 tiene buen sentido a la luz del trasfondo de la era post-exlica, su relevancia y uso
son mucho ms amplios. En relacin a la frase clave: restaur la fortuna, Kraus sostiene que se puede
entender propiamente como expresin de un giro histrico hacia un nuevo estado de todas las cosas.
En otras palabras, el v. 1 explica claramente el recuerdo de una liberacin pasada que produce alegra y
gozo entre el pueblo de Dios. De manera parecida, la oracin en el v. 4 es perpetuamente apropiado para
112
los fieles tanto para individuos como para la totalidad del pueblo. No importa cun a menudo
proclamemos que Dios ha hecho grandes cosas por nosotros (v. 3; vase tambin v. 2), nosotros nos
encontraremos an necesitados de la ayuda y de la renovada liberacin de Dios (vase Comentario sobre
Sal 123; 125). De esta manera el Salmo 126 nos recuerda que vivimos esperando la ayuda de Dios,
siempre recordando lo que Dios ha hecho en el pasado (vv. 1-3; vase tambin Sal 124) y siempre
anticipando lo que Dios har en el futuro (vv. 4-6; vase Isa 43.19; 65.17; Rev 21.5; vase el Comentario
sobre los Salmos 2; 93; 96; 97; 98; 99; y la Introduccin).
Dadas las similitudes entre el Salmo 126 y el libro de Joel (en adicin a las referencias citadas
anteriormente; vase Sal 126.1, 4 con Jol 3.1), Walter Beyerlin sostiene que el autor del Salmo 126
realmente us el libro de Joel como una fuente con la intencin de dirigir las circunstancias frustrantes
que prevalecieron en Jud despus del regreso del exilio. An sin esta posible conexin histrica, sin
embargo, es instructivo leer el libro de Joel al lado del Salmo 126. Al igual que el salmo, Joel se mueve
desde una explicacin clara de la necesidad (1.2-2.17) hasta la promesa de la respuesta de Dios (2.183.21). De esta manera el Salmo 126 y Joel se unen en la proclamacin de las buenas nuevas de que Dios
finalmente proveer para el pueblo. Este tema, juntamente con la imagen de la cosecha, convierte al
Salmo 126 en una lectura apropiada para el da de Accin de Gracias.
El Salmo 126 se ha asociado apropiadamente con las pocas de Adviento y Cuaresma, debido a que
comunica la realidad de que el pueblo de Dios siempre vive tanto del recuerdo como de la esperanza.
Durante el Adviento y la Cuaresma, recordamos la humildad y las circunstancias humildes del
nacimiento y de la muerte de Jess; aunque lo hacemos as con la esperanza gozosa representada por su
resurreccin y la promesa de la renovacin de todas las cosas. El tenor gozoso y de esperanza del Salmo
126 indica la posibilidad de que el sueo del v. 1 implique no simplemente una respuesta incrdula a la
accin divina de liberacin, sino la suposicin de que cualquier acto de liberacin divina produce una
visin gozosa del futuro como resultado del cual el pueblo de Dios vive (vase Joel 2.28 y su uso en
Hechos 2.17). El tono gozoso del himno Trayendo las gavillas, basado en el Salmo 126, indica o
insina el efecto de vivir como un visionario, a travs del cual el gozo anticipado llega a ser una realidad
presente an a pesar de las circunstancias penosas que nos llevan a orar Restaura nuestra fortuna,
Seor. En otras palabras: Bienaventurados los que lloran, porque ellos sern consolados (Mt 5.4).
SALMO 127
Comentario
El Salmo 127 es el octavo de los Cantos de las Subidas (vase la Perspectiva general sobre los Salmos
120-134). La posicin octava representa la mitad de la coleccin, pero no es claro de cunta importancia
se le debera adjudicar a la forma de la coleccin. No obstante, parece ser el caso de que aunque expresa
confianza en la ayuda de Dios (Salmos 121; 124), los Salmos 120-126 expresan principalmente la
necesidad en curso del pueblo en un ambiente hostil (vase Salmos 120.5-7; 122.6-9; 123.3-4; 125.3-5;
126.4-6). Aunque el Salmo 127 contina expresando la importancia de la confianza en Dios y la vida en
dependencia en Dios (vase especialmente los vv. 1-2), introduce la posibilidad de la felicidad (v. 5). Este
vocabulario es retomado en Sal 128.1-2, el cual parece tambin ofrecer seguridad en la respuesta a la
peticin de 125.4 (Haz el bien en Sal 125.4 y que te vaya bien en 128.2 traducen a la misma raz
hebrea). El Salmo 128 tambin introduce el concepto de bendicin como aplicado a la humanidad (v. 5),
un concepto que no aparece en este sentido en los Salmos 120-126 (comprese Sal 126.6) sino que
reaparece varias veces en los salmos subsecuentes (Sal 129.8; 132.15; 133.3; 134.3). Los Salmos 130-131
fomentan la esperanza (130.7; 131.3) y el Salmo 132 es una palabra alentadora acerca de Jerusaln.
Entonces, de todo en todo, el tono de los Salmos 128-134 es ms optimista que el de los Salmos 120-126,
113
y los oponentes del pueblo raras veces estn a la vista (vase slo el Salmo 129). Si hay algo que amenaza
Al pueblo son sus propias prioridades mal colocadas (127.1-2), la pecaminocidad (130.3) y el orgullo
(131.1). De ah que el Salmo 127 parece representar algo de un punto de retorno. Su funcin en este
respecto puede marcarse por la atribucin nica del salmo a Salomn.
Las generaciones anteriores de eruditos tuvieron dificultad para percibir la unidad del Salmo 127, y a
menudo concluan que estaba compuesto de dos dichos de sabidura independientes (vv. 1-2 y vv. 3-5). La
erudicin reciente ha detectado una unidad entre las dos partes en base a un nivel estructural y conceptual.
Por ejemplo, a nivel estructural, el verbo construye ( ban) en el v. 1 inicia con las mismas dos letras
hebreas que forman la palabra hijos ( banim) de los vv. 3-4, indicando con ello una unidad. A nivel
conceptual, edificar una casa puede hacer referencia no slo literalmente a la construccin fsica de un
edificio, sino tambin figurativamente al establecimiento de una familia. Este ltimo sentido est a la
vista en los vv. 3-5; tanto en los vv. 1-2 como en los vv. 3-5, la realizacin ltima pertenece a Dios.
Los versos 1-2 exhiben el patrn escalonado de repeticin que es caracterstico de los Cantos de las
Subidas (vase Sal 120.5-7; 121.1-4, 7-8; 123.1-2), mientras se repiten las palabras o frases A menos que
el Seor, construya, guarde y en vano. Hay tres actividades que se describen como vanas esto
es, a fin de cuentas sin propsito e indignas sin la participacin de Dios. Como se sugiere anteriormente,
la edificacin de una casa podra incluir varias cosas, desde la construccin fsica de una casa (Gn 33.17;
Deut 8.12) o el Templo (2 Sam 7.13) hasta el tener hijos (Deut 25.9; Ruth 4.11). Cuando Dios construye
una casa, la referencias es al establecimiento de una dinasta sacerdotal o regia (vase 1 Sam 2.35; 2 Sam
7.27), una direccin que apunta hacia los vv. 3-5. El guardar o cuidar es una actividad caracterstica de
Dios (vase Nm 6.24; Sal 25.20; 34.20; 86.2; 97.10; 116.6; 121.3-5, 7-8). Patrick D. Miller seala que la
referencia a la ciudad es ricamente ambigua. Puede ser Jerusaln, o puede ser cualquier ciudad, esto
es, la ciudad de aquellos que cantan el canto. La tercera actividad implica excesivo trabajo, que
acompaa a la ansiedad innecesaria. Aunque el sentido del v. 2d no es completamente claro (vase las
notas de la NVI y de la NRSV), el mensaje es que Dios a fin de cuentas provee lo que necesitan los
humanos sin sus esfuerzos excesivos. Aunque la palabra dormir ( shena) est bien atestiguada (vase
Sal 3.5; 4.8), J. A. Emerton sugiere una enmienda que produce una palabra que significa gloria u
honor o riqueza. De cualquier manera, el sentido es que la provisin para la vida humana es el
resultado, no del esfuerzo humano extraordinario, sino de la gracia de Dios. Como sugiere Miller,
deberan escuchar en el v. 2 un echo de Gn 3.17-19, aunque el v. 2 es realmente una contra-palabra de
Gn 3.17-19, por el hecho de que promete provisin ms all de lo que los seres humanos pueden lograr
producir.
Incluso si la edificacin de la casa (v. 1) no se escuchara en el sentido de establecer una familia,
existe una conexin entre los vv. 1-2 y los vv. 3-5. Todas las actividades citadas son necesidades
ordinarias de la vida el dar seguridad a un hogar (v. 2ab), el establecimiento de una vecindad segura (v.
1cb), trabajar para vivir (v. 2), tener nios (vv. 3-5). Cada actividad puede, por supuesto, realizarse
simplemente en trminos de esfuerzo y realizacin humanos, pero el salmista insiste en que cada una ha
de verse en relacin con Dios. En el caso de los hijos, ellos son un regalo de Dios. La palabra herencia
( najal) a menudo hace referencia al don de la tierra de parte de Dios (vase heredar en Jos 14.3),
lo que representa el acceso a la vida y al futuro. Aqu, los hijos representan mucho de lo mismo, y es Dios
quien los concede (vase Gn 15.1, donde recompensa implica la promesa de hijos en el futuro de
Abrahn; vase tambin Gn 30.2, donde el fruto del vientre es prerrogativa de Dios darlo). Representan
la fuerza (v. 4) y aparentemente una seguridad que procede de los miembros directos, aunque el sentido
preciso del v. 5 no es claro (la expresin ellos de la NVI traduce a la palabra hebrea de manera
adecuada). La puerta de la ciudad funcionaba como una corte o juzgado (vase Deut 21.19; 25.7; Ams
5.12) y quizs como una persona con una larga familia que haba garantizado aliados en disputas
establecidas.
114
Dada la posicin central del Salmo 127 en los Cantos de las Subidas, es probable que su contexto
afectara la manera en que la comunidad escuchaba y construa casa, ciudad e hijos. Como cantos de
peregrinacin (vase la vase la Perspectiva general sobre los Salmos 120-134), los Salmos 120-134
muestran particular inters en el Templo (vase Sal 122.1, 9; 134.1), Jerusaln (vase Sal 122.2-3, 6-9;
125.1-2; 126.1; 129.5; 132.13) y la dinasta davdica (Sal 122.5; 132.1-5, 10-12). Con eso es probable que
la casa (v. 1) fue construida como el Templo o quizs la dinasta davdica, que la ciudad (v. 1) se
entenda que haca referencia a Jerusaln y que los hijos (vv. 3-4) haban de tomarse como los
descendientes regios. Quizs Sal 127.2 fue escuchado incluso a la luz de las palabras atribuidas a David
en Sal 132.3-5; esto es, el intento determinado de David de edificar a Dios una casa realmente result en
la edificacin de Dios a David de una casa (vase 2 Samuel 7). De cualquier manera, esta lectura del
Salmo 127 probablemente cuenta para la atribucin del Salmo 127 a Salomn, quien llev a cabo varios
proyectos, incluyendo al Templo (vase 1 Re 3.1-2; 7.1-11; 8.13; 9.1). Dado que las motivaciones de
Salomn pudieron no haber sido muy puros l invirti trece aos edificando su propio palacio y slo
siete aos en el Templo (vase 1 RE 6.38; 7.1) y que sus polticas condujeron a la divisin del reino
(vase 1 RE 5.13; 12.1-16), es quizs apropiado ver a Salomn en cierto sentido como un ejemplo
negativo. Por ello, sin la intervencin de Dios, los esfuerzos y realizaciones humanos, incluso aquellos
tan grandes como los de Salomn, son finalmente efmeros y vacos.
Reflexiones
1. Dado que los Salmos 120-134 son probablemente una coleccin de peregrinacin, no nos sorprende
que varios salmos reflejen las realidades de la vida diaria, tales como el trabajo y la familia (vanse lo
Salmo 122; 127; 133). El efecto de basar tales realidades en la voluntad de Dios y de construirlos a fin de
cuentas como la obras de Dios es dar a las realidades ordinarias de la vida un significado extraordinario.
Esto significa decir que Dios tiene cuidado de los as llamados asuntos rutinarios, tales como el hogar, la
comunidad, el trabajo y la familia.
Aunque hace esta afirmacin, el Salmo 127 tambin es un desafo insistente a una lectura puramente
secular de la experiencia humana. Aunque algunas personas necesitan recordar que el hogar, la
comunidad, el trabajo y la familia no son simplemente necesidades que han de tolerarse, otras personas
necesitan recordar que tampoco estos reinos de la experiencia son la razn de ser y el fin en s mismo de
la existencia humana. El tener una bonita casa puede ser parte del sueo americano, pero no
necesariamente cumple la voluntad de Dios (vase Lucas 9.57-62). El tener un vecindario libre de crimen
hace poco bien si no tenemos para vivir excepto nuestras posesiones, y hacer vida no significa nada si no
sabemos qu es lo que significa la vida (vase Lucas 12.15). La familia puede llegar a ser un medio
idoltrico de escapar de la voluntad de Dios si se define demasiado estrechamente (vase Marcos 3.31-35;
vase tambin el Comentario sobre el Salmo 133). Como concluye Miller: La palabra del salmo es que a
menos que tales empresas lleguen a ser empresas de Dios como las de aquellos que construyen, vigilan y
laboran buscan la voluntad y el camino de Dios e invocan la presencia de Dios y su propsito en estas
actividades, entonces hay un vaco en ellas. O algo peor, existe un lado demoniaco y destructivo para
ellas cuando estas actividades se convierten en medios de expresar auto-suficiencia en lugar de
dependencia en Dios (vase el Comentario sobre los Salmos 1; 121) y medios de lograr avaricia en lugar
de generosidad. En el anlisis final, el Salmo 127 funciona como una invitacin a confiar nuestras vidas a
Dios y de esa manera no estar ansiosos respecto a nuestras vidas, sino en lograr la demanda de Dios sobre
nosotros y luchar hasta encarnar la voluntad de Dios (vese Mt 6.25-34).
2. La construccin corporativa del Salmo 127, indicada por la atribucin a Salomn, nos recuerda que
lo que se aplica a nuestras vidas individuales tambin se aplica a nuestras vidas como comunidad de
pueblo de Dios. Como concluye Mays: A menos que Yahveh edifique a la iglesia, trabajarn en vano
quienes la edifican. Es completamente apropiado que el Salmo 127 se utilice ampliamente en las
liturgias de dedicacin de los nuevos edificios de la iglesia. La sutil tentacin es a convertir incluso en la
115
iglesia edificios en monumentos de realizacin humana. El Salmo 127 se opone a la tentacin penetrante
de atribuirse crdito personal por las actividades de Dios entre nosotros.
SALMO 128
Comentario
El Salmo 128 es el noveno de los Cantos de las Subidas (vase la Perspectiva General sobre los Salmos
120-134). Aunque los eruditos continan discutiendo si existe alguna intencionalidad para la forma de la
coleccin, parece que el Salmo 127 representa una clase de punto de retorno. De cualquier manera, es
claro que el Salmo 128 debera escucharse como un acompaante del Salmo 127. Los dos salmos estn
vinculados por las apariciones de feliz (en 127.5 y 128.1-2; los vnculos verbal tambin resaltan el
hecho de que ambos salmos tratan con los temas del trabajo (vase comer/ comida en el 127.2; 128.1)
y de la familia (vase hijos / nios en 127.3-4; 138.3, 6). Ambos salmos afirman que la fructificacin
de la familia (vase 127.3; 128.3; fruto en 128.3 es una palabra diferente) y del trabajo se derivan de
Dios.
La NVI sigue una divisin estructural usual del Salmo 128; vv. 1-4 y vv. 5-6. En esta perspectiva, la
palabra temor(es) sirve para marcar el inicio y el final de la primera seccin. Allen divide el salmo en
vv. 1-3 y vv. 4-6, indicando que el principio de cada seccin est marcada por la palabra temor(es) y
que ambas secciones exhiben el mismo movimiento de la tercera persona (vv. 1, 4) a la manera directa de
dirigirse (vv. 2-3, 5-6) mientras repite el concepto principal de cada seccin (vase feliz en los vv. 1-2,
bendicin en los vv. 4-5). La NRSV ofrece incluso otra propuesta; vv. 1-2, vv. 3-4, vv. 5-6. Es esta
perspectiva, los vv. 1-2 se enfocan en la felicidad derivada del trabajo; los vv. 3-4 se enfocan en las
bendiciones de la familia; y los vv. 5-6 coloca a ambas en el contexto de la bendicin de Dios que procede
de Sin (vase prosperidad en los vv. 2, 5 NVI y nios en los vv. 3, 6 NRSV). En resumen, se pueden
justificar varias propuestas estructurales, dependiendo de cul clave uno considera ms importante.
128.1. El Salmo comienza con una bienaventuranza que es muy similar a Sal 112.1 y recuerda a Sal
1.1-2. No obstante, al igual que el Salmo 112, el Salmo 128 parece indicar que la felicidad consiste
ampliamente de la recompensa material los beneficios del trabajo de uno (v. 2) y de una gran familia (v.
3) el asunto no es tan simple ni superficial. El temor al Seor significa fundamentalmente reconocer la
soberana de Dios y confiar la vida y futuro a Dios (vase Sal 112.1; 115.1, 13; 118.4). Significa orientar
toda la vida de uno a los caminos de Dios y lugar de seguir los propios caminos (v. 1b; vase Deut 8.6;
10.12, donde el caminar en los caminos de Dios est en paralelo con el temor de Dios; vase tambin Sal
119.3). Aunque el salmista propiamente sostiene que tal orientacin de la vida de uno afecta lo que uno
experimenta en la vida, l o ella no pretenden defender un sistema mecanicista de recompensas o castigo,
como lo aclara el contexto literario del Salmo 128 (vase Sal 120.5-7; 123.3-4; 126.4-6). Ms bien, como
en el caso de los Salmos 1-2, la felicidad, a fin de cuentas, la conexin de la vida de uno con la verdadera
fuente de la vida: Dios.
128.2-4. La incapacidad para gozar del fruto de la propia labor de uno era un signo tradicional del
desfavor de Dios (vase Deut 28.33; Sal 78.46; 109.11), como lo era la esterilidad (vase Gn 30.1-2; 1
Sam 1.5). De manera similar, el fruto del trabajo (v. 1) y de la familia (v. 3) se entenda como bendicin
de Dios (v. 4; vase Sal 115.13). Los salmos regularmente aclaran que la fidelidad a Dios no garantiza
tales bendiciones de una manera mecanicista (vase Sal 3.1; 34.19). Por ejemplo, la peticin en Sal 125.4
(haz el bien traduce ala misma raz hebrea que bien, tob, en 128.2) implcitamente indica que el
fiel frecuentemente se halla en necesidad. An as, Sal 128.1-4 anima al fiel a ver los as llamados
beneficios diarios ordinarios de la vida en relacin con Dios. Aquellos que temen a Dios conocern una
condicin de bendicin que dura en todas las circunstancias.
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128.5-6. Estos versos a veces se formulan como una bendicin sacerdotal (vase Nm 6.24-26; Sal
134.3). Aunque es fcil imaginar la bendicin del pueblo de parte de un sacerdote dentro del contexto de
una peregrinacin a Jerusaln (vase la Perspectiva General sobre los Salmos 120-134), la situacin
antigua del Salmo 128 sigue siendo incierta. Lo que es ms claro en que la mencin de Sin en el v. 5
vincula al Salmo 128 a su contexto literario (vase Sal 122.1-2, 6-9; 125.1-2; 126.1; 129.5; 132.13;
134.3), como lo hace el tema de la bendicin (vase Sal 129.8; 122.6-9; 125.5). La proclamacin de la
paz es apropiada de parte de aquellos que temen a Dios, que viven bajo el gobierno de Dios, toda vez que
describe las condiciones que prevalecen cuando se reconoce la soberana de Dios y se pone en prctica
(vase anteriormente lo que se dice sobre Sal 125.5).
Reflexiones
Claus Westermann distingue entre la actividad de Dios en la salvacin los momentos extraordinarios que
implican liberacin de la muerte a la vida y la actividad de Dios en bendecir la provisin en curso de
Dios para las necesidades ordinarias de la vida diaria. Aunque esta distincin se puede llevar demasiado
lejos, tambin puede se de ayuda. Y en estos trminos, el Salmo 128 expresa una teologa de bendicin
mientras celebra los reinos del trabajo y la familia cotidianos como dones de Dios. En este respecto, es
similar al Salmo 127. Juntos, los dos salmos resisten nuestra persistente tendencia a ver el mundo
puramente en trminos seculares (vase el Comentario sobre el Salmo 127).
El peligro posible de una teologa de la bendicin es que la gente se vea tentada a cambiarla en un
sistema mecanicista de recompensa y castigo. El contexto literario inmediato del Salmo 129 y su contexto
cannico ms grande resisten esta tendencia. Por ejemplo, cuando el Salmo 128 se escucha juntamente
con el Salmo 125 (comprese Sal 125.5 con 128.6), la proclamacin de la paz se debera entender
escatolgicamente; la paz siempre existe en medio de la hostilidad de aquellos que no temen al Seor
(vase el Comentario sobre el Salmo 125). Esto no lo hace en menos real, pero la paz que Dios da
sobrepasa todo entendimiento humano (vase Fil 4.7), porque no es como el mundo la da (Juan 14.27
NRSV). En este contexto, la experiencia de la bendicin y de la paz de Dios no debe ser causa de autocongratulacin sino de gratitud (vase el Comentario sobre los Salmos 50; 67).
SALMO 129
Comentario
El Salmo 129 es el dcimo de los Cantos de las Subidas (vase la Perspectiva General sobre los Salmos
120-134). Los eruditos lo han categorizado de varias maneras lamento/queja comunal, accin de gracias
comunal y canto de seguridad comunal. De cualquier manera, la invitacin para la participacin del
pueblo en el v. 1 recuerda a Sal 124.1 (vese tambin Sal 118.2-4) y los comienzos de los dos salmos
relatan una historia similar de amenaza y liberacin (atacado en 124.1-2 y 129.1-2 traducen a dos
palabras hebreas diferentes). El patrn de una voz individual que se une a las voces de la comunidad tiene
sentido si los Cantos de las Subidas lo utilizaron originalmente los peregrinos en el camino a o a su arribo
a Jerusaln (vase el Comentario sobre los Salmos 120; 124). Al hacerlo as se enfoca en Sin (v. 5), lo
cual es frecuente en la coleccin (vase Sal 122.6-9; 125.1-2; 126.1; 132.13; 134.3).
La NVI sigue la divisin usual del salmo en dos secciones toscamente iguales. Varios eruditos indican,
no obstante, una divisin en vv. 1-3 y vv. 4-8, toda vez que la perspectiva de la primera persona se
extiende slo hasta el v. 3 (ntese que la NRSV incluye los vv. 1-3 en las marcas de citas, aunque no
indica para divisiones estructurales). Por supuesto, sera posible extender la cita al menos hasta el v. 4.
Allen, por ejemplo, indica que los vv. 2-4 se pueden entender como el discurso de una Sin personificada.
117
Halla apoyo para esta propuesta en la profeca de Miqueas de que Sin ser surcada (vase Miq 3.12) y
advierte que una Sin personificada tambin habla en otras partes (vese Isa 49.14; Jer 4.31; Lam 1.9). En
resumen, como sucede siempre, la estructura y movimiento del Salmo 129 se puede describir en ms de
un nivel, dependiendo de que clave se tome como la ms importante (vase el Comentario sobre el Salmo
128).
129.1-4. Una comparacin de la NVI con la NRSV muestra que el adverbio al principio de los vv. 1-2
se puede elaborar para indicar tanto la frecuencia de la oposicin como su severidad. De cualquier modo,
los vv. 1-2 recuerdan las apariciones del mismo adverbio utilizado anteriormente en la coleccin, donde
tambin sugiere tanto la extensin como la severidad de la oposicin (vase Sal 120.6; 123.4). Con ello
los vv. 1-2 expresan la realidad de la oposicin persistente, que ha experimentado y est experimentando
el pueblo de Dios y el cual se describe figurativamente en el v. 3 (vase Isa 51.23). Incluso de esa manera,
el pueblo ha continuado existiendo (v. 2b); como lo indica el v. 4a, su actual existencia es el testimonio no
de su propia realizacin sino de la justicia de Dios (vase Sal 7.9, 11; 11.7). La atribucin de la justicia a
Dios aparece a menudo en el contexto de la proclamacin de la soberana de Dios (vase Sal 9.7-8; 96.13;
97.2; 98.9; 99.4); la mencin de cuerdas en el v. 4b tambin plantea la cuestin de la soberana (vase
Sal 2.3; vase tambin 46.9, donde Dios corta la lanza). La afirmacin de la soberana de Dios (v. 4) en
el contexto de la persistente oposicin (vv. 1-3) significa que el Salmo 129 comparte la perspectiva
escatolgica que caracteriza a los Cantos de las Subidas (vase el Comentario sobre los Salmo 120; 123;
124; 126) y que invade al salterio (vase el Comentario sobre los Salmo 2; 46; 93; 96; 97; 98; 99;
Introduccin).
129.5-8. La mencin de Sin en el v. 5 probablemente recuerde la situacin de la peregrinacin
original del Salmo 129. Tambin es una reminiscencia de que la oposicin al pueblo de Dios significa
oposicin a Dios, toda vez que Sin era la residencia de Dios (vase el Comentario sobre los Salmo 46;
48; 76; 84; 87; 122). Los versos 5-8 se pueden elaborar como un deseo o como una oracin, en cuyo caso
ellos recuerdan las peticiones de Salmos 123.3; 125.4; 126.4-6. Por otro lado, los verbos se pueden
traducir con un sentido indicativo, en cuyo caso los vv. 5-8 tendran el carcter tanto de una profeca
respecto al futuro de Sin o de una mejor expresin de confianza en la soberana de Dios (vase el v. 4;
Sal 121.3-4; 124.8; 125.5). De cualquier manera, la perspectiva sigue siendo escatolgica, porque supone
la existencia de aquellos que odian a Sin y que constantemente atacan al pueblo de Dios (vv. 1-2). No es
claro cmo elaborar el v. 8. La NVI y la NRSV incluyen tanto el v. 8b como el v. 8c en la cita del dicho,
la cual los malvados no escucharn; no obstante, es posible que el v. 8c debera escucharse como una
bendicin a manera de conclusin ofrecida por o para el pueblo de Dios (vase Sal 128.6; 134.3).
Reflexiones
Desde los primeros hasta sus ltimos captulos desde los conflictos de los patriarcas y matriarcas hasta
las generaciones combativas de la era post-exlica la historia del pueblo de Dios es una de persistente
oposicin. Esta realidad, por supuesto, es otra manera de expresar una perspectiva escatolgica; la
soberana de Dios siempre recibe oposicin. Con eso el pueblo de Dios experimenta la oposicin dirigida
a Dios. Inevitablemente, Israel vivi tanto por el recuerdo como por la esperanza (vanse los Salmos 77;
126). Tambin Jess invit a sus seguidores a vivir escatolgicamente, a entrar al reino de Dios (Marcos
1.14-15) por medio de tomar su cruz (vase Marcos 8.34). Siempre ser as. As como ellos encarnan
fielmente la demanda y derecho de Dios, el pueblo de Dios experimentar la hostilidad del mundo (vase
Juan 17.11-19; vase tambin el Comentario sobre los Salmos 31; 120; 125).
La yuxtaposicin de los Salmo 129 y 130 es afortunada. Para que el pueblo de Dios no sea tentado a la
auto-justicia por su sufrimiento por causa de Dios, el Salmo 130 es un recuerdo elocuente de que la
oposicin a Dios es interna as como externa. La historia de Israel puede ser una de singular narrativa de
pasin, pero tambin es una singularmente marcada por la falla y desobediencia persistente de Israel
118
(vase el Comentario sobre los Salmos 51; 78; 106). El pueblo de Dios vive a fin de cuentas por la gracia
del amor inmutable de Dios, quien est dispuesto a soportar la oposicin desde todos los ngulos,
incluyendo a Israel y a la iglesia (vase Salmos 130.7-8).
SALMO 130
Comentario
El Salmo 130 es el onceavo de los Cantos de las Subidas (vase la perspectiva general sobre los Salmos
120-134). Aunque no es cierto que el arreglo de la coleccin sea intencional (vase el Comentario sobre el
Salmo 127), la yuxtaposicin de los Salmos 129 y 130 sirve a un propsito importante: dirigir cualquier
tentacin contra la auto-justicia por medio de recordarle al pueblo de que, aunque ellos sufren por causa
de Dios en manos de los opresores (vase Sal 129.1-2), tambin tienen que confrontar sus propias
iniquidades (Sal 130.3, 8; vanse las Reflexiones sobre el Salmo 129). Es completamente apropiado
que el Salmo 131 comience con una profesin de humildad; no es coincidencia que Sal 131.3 recuerde a
Sal 130.7.
Al Salmo 130 se le categoriza usualmente como un lamento/queja individual o como una oracin para
pedir ayuda. Comienza de una forma tpica (vv. 1-2), pero la pregunta del v. 3 aclara que las
profundidades tienen que ver con la propia pecaminosidad del salmista (Sal 32; 51). La afirmacin en el
v. 4 responde a su propia pregunta. Tambin prepara para la profesin de fe de los vv. 5-6, la cual no se
dirige directamente a Dios. El cambio prepara para la manera directa del salmista de dirigirse a Israel (v.
7a), a la cual le sigue otra profesin de fe (vv. 7b-8) que se enfoca claramente en el carcter esencial de
Dios y se considera nada menos una proclamacin de las buenas nuevas que se halla en el centro de toda
la Biblia. Aunque los vv. 7-8 a menudo se han visto como una adicin posterior a una porcin anterior del
salmos, estn vinculados a los vv. 1-6 por la repeticin de iniquidades (vv. 3, 8) y de esperanza (vv. 5,
7), al igual que por los usos sintcticos similares de la preposicin con (vv. 4, 7), cada aparicin de ellas
comunica un aspecto decisivo del carcter esencial de Dios. Adems, el movimiento de la perspectiva
individual a la comunal es caracterstico de los Cantos de las Subidas (vanse los Salmos 121-124; 129;
131).
137.1-4. En un sentido real, la frase inicial memorable del Salmo 130 expresa la ubicacin y
condicin de los cuales surgen todos los lamentos; el salmo a menudo se conoce simplemente por la
lectura latina de esta frase: de profundis. La palabra profundidades ( maamaquim) menciona las
fuerzas caticas que confronta la vida humana como destruccin, devastacin y muerte, y que
regularmente se simbolizan por medio del agua (vase la NRSV, aguas profundas en Sal 69.2, 14). El
xodo se describe como evocado por el clamor del pueblo hacia Dios (vase Ex 3.7, 9) y el profeta del
exilio recuerda al xodo como la accin de Dios de hacer que las aguas profundas del mar fueran una
manera para que los redimidos cruzaran (Isa 51.10 NRSV). Dado este modelo, es decisivo que el
salmista clame a Dios, pidiendo una suerte de xodo personal y quizs exhortando a Israel a anticipar un
nuevo xodo tambin (vanse los vv. 7-8). La repeticin de voz (vv. 1-2) demuestra el patrn
escalonado que es caracterstico de los Cantos de las Subidas (vase Sal 120.5-7; 121.1-4, 7-8; 122.4-5, 68; 123.1-4). La palabra final en el v. 2 ( tahann) puede significar ms generalmente splicas, pero
como indica la NVI, la raz contiene el significado de misericordia. Este significado es particularmente
apropiado aqu, toda vez que el v. 3 aclara que las fuerzas destructoras que confronta el (la) salmista a de
atribuirse en parte a su propia pecaminosidad (vase tambin el v. 8).
En perfecto acuerdo con el vocabulario de los vv. 3-4 y los vv. 7-8, pedir misericordia en el v. 2
recuerda la auto-revelacin de Dios a Moiss en xodo 34, un episodio que lleva a una culminacin el
relato de la desobediencia del pueblo al fabricar el becerro de oro (vase Ex 32.1-14). All Dios revela el
119
ser de Dios como lleno de gracia (Ex 34.6; la misma raz que subyace a la expresin pedir
misericordia en Sal Sal 1302) y abundante en amor inmutable (Ex 34.6 NRSV; vase Ex 34.7; Sal
130.7) y estos atributos se manifiestan concretamente en el perdn de Dios (vase Ex 34.8; Sal 130.4 de
la iniquidad del pueblo (Ex 34.7, 9; vase el plural en Sal 130.3, 8). La disposicin de Dios para
perdonar hace posible la renovacin del pacto y con ello la continuacin de las cosas asombrosas que
Dios har con el pueblo de Dios (Ex 34.10; el nifal de la misma raz hebrea, yar, aparece en Sal 130.4
como puede ser reverenciado). Con ello la peticin del salmista (vase Sal 143.2) y la respuesta en los
vv. 3-4 constituye una elocuente afirmacin del carcter esencial de Dios y la resonancia de xodo 34
prepara para la manera directa de dirigirse de Israel en el v. 7. Aparentemente debido a la forma inusual
del verbo en el v. 4b, pero quizs debido a que los traductores tenan un texto diferente, los LXX del v. 4b
leen: de acuerdo a tu ley. Esta lectura contiene la comprensin teolgica profunda de que la ley de Dios
es a fin de cuentas gracia; tambin podra servir para llamar mejor la atencin a la alusin de xodo 34,
que es parte de la ley, o de la Torah. Sin embargo, ha de preferirse el hebreo.
130.5-6. La sintaxis de estos versos es inusual. Por ejemplo, el v. 6a no tiene verbo, y la palabra
espera ha suplirse del v. 5. Adems, la aparente redundancia del v. 6bc lleva a ciertos traductores a
omitir el v. 6c. La repeticin en el v. 6bc, no obstante, se sale de la lnea potica; con ello reproduce
literalmente el efecto de espera (vase Sal 5.3, aunque el verbo que la NRSV traduce como vigilar
difiere). Adems, este patrn escalonado de repeticin es caracterstico de los Cantos de las Subidas
(vase anteriormente lo que se dice sobre los vv. 1-2) y es evidente tambin en la repeticin de espera
( kav, v. 5) y mi alma (vv. 5a, 6a). El salmista puede ver (v. 6bc) con anticipacin, debido a que
Dios no ve las iniquidades (v. 3, traduccin del autor). Este caso de repeticin llama la atencin con ello
de nuevo al carcter esencial de Dios. La espera del salmista est basada en la conviccin de que Dios es
fundamentalmente lleno de gracia y perdonador. Esperar es la persistente postura de los siervos de Dios
(ntese la relacin siervo-seor implcita por la manera de dirigirse a Dios como Seor en los vv. 1b,
3b, 6a), cuya pecaminosidad personal parece desmentir la soberana de Dios y quien experimenta tambin
los efectos destructores de la pecaminosidad de los dems (vase Sal 129.1-2). En resumen, la espera del
salmista expresa la perspectiva escatolgica que invade a todo el salterio, el cual regularmente proclama
la soberana de Dios en medio de personas y en circunstancias que parecen negarlo (vanse los Salmos 2;
13; 93; 96-99, 126; Introduccin). En medio de sus problemas, auto-impuestos o infligidos por los dems,
los salmistas esperan y animan a los dems a esperar tambin (vase Sal 25.3, 5, 21; 27.14; 37.34; 52.9;
vase tambin la nota de la NRSV). El verbo esperar ( yahil) es sinnimo de esperar (vase Isa
51.5, donde aparecen juntos; vase tambin Sal 31.24; 33.18, 22; 71.14; Lam 3.21, 24). Debido a que la
Palabra de Dios se relaciona con la gracia y la representa, esperar en la Palabra de Dios significa esperar
en Dios, como lo indicar el v. 7 (vase Sal 119.74, 81, 114, 147).
130.7-8. Como en otras partes, la fe y la esperanza del salmista lo impulsan a animar a los dems a
ser fieles y a esperar (v. 7a; vase Sal 22.22-23; 27.14; 31.23-24; 32.8-11; 34.3, 5, 8-14; 51.13-14; 131.3).
La repeticin de esperanza vincula la conclusin del salmo con los vv. 5-6, y la recurrencia de la
preposicin con ( im) vincula la profesin de fe con la anterior del v. 4, aunque al mismo tiempo
indica que la experiencia del perdn de Dios y el amor y redencin no es otra cosa que experimentar la
propia presencia de Dios (el v. 4, por ejemplo, se puede elaborar con el significado de que el pueblo
experimenta el perdn cuando ellos estn contigo). Como se ha indicado anteriormente, el enfoque se
halla en el carcter esencial de Dios. El futuro de Israel no depende de su propio mrito o capacidad para
salvarse, sino del amor fiel de Dios y de su capacidad de redimir. Las palabras amor inmutable (v. 7) e
iniquidades (v. 8) recuerda a xodo 34, que narra estas mismas buenas nuevas. El salmista
regularmente celebra el amor inmutable de Dios en los cantos de alabanza (vase Sal 33.5, 18, 22; 98.3;
100.5; 103.4, 8, 11, 17, 117.2) y apela al amor inmutable de Dios en las oracin para pedir ayuda (vase
Sal 24.6-7; 31.7, 16, 21; 32.10; 51.1; Introduccin).
120
Puede ser una coincidencia, pero la palabra grande ( harbeh) del v. 7 se traduce de la misma
raz hebrea que grandemente de Sal 129.1-2. Aunque fuera una coincidencia, este vnculo verbal
aconseja una lectura secuencial de los dos salmos y sugiere que la grandeza de la oposicin contra Israel
es ms que superada por la grandeza de la voluntad de Dios y de su capacidad para redimir. La repeticin
de redimir, al igual que el adjetivo todos (v. 8), hace que la profesin final sea impresionantemente
comprehensiva (vese Sal 25.22, y ntese esperar en 25.3, 5, 21). Ningn pecado o revs ser
profundidad suficiente para separar al pueblo de Dios de la gracia maravillosa de Dios y de su amor fiel
(vase Ro, 8.38-39).
Reflexiones
1. El poder del Salmo 130 ha sido evidente a travs de los siglos de uso. Dada su honesta confrontacin
de la pecaminosidad (vv. 3, 8) y de las profesiones humildes del salmista de dependencia en la
misericordia de Dios (vv. 4-8), es incomprensible que el Salmo 130 llegara a ser en el siglo quinto uno de
los siete salmos penitenciales de la iglesia (vanse los Salmos 6; 32; 38; 51; 102; 143), una agrupacin
eclesistica que quizs se origin con Agustn. No es de sorprenderse que el Salmo 130 fuera uno de los
favoritos de Martn Lutero; uno de los himnos ms conocidos de Lutero es su versin mtrica de este
salmo. Otro de los primeros reformadores, Teodoro Beza, se dice que haba muerto con las palabras de
Sal 130.4 en sus labios. Tambin se dijo que Juan Wesley escuch al Salmo 130 ejecutado como un
antema en Mayo 24 de 1738, en la Catedral de San Pablo. De acuerdo a R. E. Prothero, el salmo fue una
de las influencias afin su corazn (el de Wesley) para recibir la seguridad de la salvacin por fe, la cual
la noche del mismo da lo llev a l al cuarto de la Calle Adersgate. Por la propia descripcin de Wesley,
su corazn estaba extraamente inflamado, no diferente quizs que aquellos dos discpulos del camino
de Emas, que sintieron que sus corazones ardan dentro de ellos en la medida en que Jess les
interpretaba lo que estaba escrito acerca de l en la ley de Moiss, los profetas y en los salmos (Lucas
24.32, 44 NRSV).
2. Esto no significa decir que los salmos sean predicciones de Jess, sino que los salmos como el 130
ciertamente s testifican de la clase de Dios cuya presencia en las profundidades se expresara a fin de
cuentas por la muerte de Jess en una cruz. Despus de todo, lo realmente impresionante acerca del
Salmo 130 es la conviccin del Salmista de que Dios est presente de alguna manera en las
profundidades, o al menos al alcance del odo. sta es la paradoja de la oracin, toda vez que las
profundidades representan las fuerzas de todo lo que se opone a Dios y debido a que la propia retirada del
salmista de Dios es al menos parcialmente responsable de su presente desesperacin. Las buenas nuevas
es que Dios no ser tan fcilmente rechazado; la presencia y el poder de Dios pueden ser, o deberan ser
tomados en cuenta en toda experiencia humana incluso en las profundidades, incluso en la cruz! En este
punto, puede servir el distinguir, como lo hace Terence Fretheim, entre las varias intensificaciones de la
presencia de Dios. Como lo dice: El lenguaje de la ausencia del Antiguo Testamento (esto es, esconder,
retirarse, abandonar, etc.) siempre implica la presencia a cierto nivel de intensificacin, aunque
reducida. De cualquier manera, el llanto del salmista desde las profundidades a Dios expresa la
conviccin que condujo a Israel a clamar desde la esclavitud en Egipto y desde el exilio en Babilonia, y es
lo que condujo a Jess a clamar a Dios desde la cruz ningn lugar o circunstancia est ms all del
alcance de la presencia y del poder perdonadores, amorosos y redentores de Dios (vase el Comentario
sobre los Salmos 13; 22; 69; 139).
3. La conviccin tiene profundas implicaciones para la comprensin de Dios y de nosotros mismos.
Como indica Miller, significa que Dios es el sujeto que est siendo conmovido, que responde y es
afectado por los clamores humanos desde las profundidades. Este tipo de Dios abre el ser divino a la
vulnerabilidad del ser en la relacin con una humanidad pecadora. La soberana de Dios, por tanto, no
puede ser el ejercicio de fuerzas puras, sino del poder del amor comprometido. Para el pueblo de Dios,
121
significa que no viviremos slo con los efectos destructores de nuestra propia pecaminosidad (vv. 3, 8),
sino tambin con el sufrimiento que experimentamos de los dems cuando realmente intentamos ser fieles
y obedientes (vase Sal 129.1-2). En otras palabras, la vida fiel inevitablemente implica esperar en el
Seor y esperar en la palabra de Dios. Debido a que el poder de Dios se perfecciona en la debilidad (2
Cor 12.9 NRSV), nosotros, llenos del poder por la fe y por la esperanza, somos capaces de decir con el
apstol Pablo: Cuando soy dbil, entonces soy fuerte (2 Cor 12.10 NRSV; vase Isa 40.30-31).
SALMOS 131
Comentario
El Salmo 131 es el doceavo de los Cantos de las Subidas (vase la Perspectiva general sobre los Salmos
120-134). La repeticin de la exhortacin a esperar (Sal 130.7; 131.3) indica que los Salmos 130 y 131
deberan de leerse juntos. Adems, el Salmo 130 demanda una postura de humildad que Sal 131.1-2
elocuentemente expresa. La metfora de un nio con su madre no es inesperada en una coleccin que se
pudo haber derivado de o pudieron haber utilizado grupos de peregrinos en su camino a Jerusaln (vase
la Perspectiva general sobre los Salmos 120-134) y que se describe en otras partes una preocupacin por
las familias y los hijos (vase Sal 122.8; 127.3-5; 128.3, 6; 133.1). An en ese caso, el v. 2 es
impresionante, debido a que una traduccin directa del v. 2c (vase la NRSV) sugiere que el salmista casi
con certeza es una mujer. Varios eruditos sugieren incluso que el Salmo 131 pudo originalmente haberse
pronunciado por una mujer mientras llevaba a su pequeo en el camino a Jerusaln, quizs mientras suba
hacia el Templo. Aunque es difcil ser demasiado confiado respeto a tales propuestas especficas, es claro
que la imagen del v. 2 implica la experiencia de una madre con su hijo; lo ms probable es que el autor del
salmo fuera una madre sobre la base de su propia experiencia de consolar a sus hijos. Por supuesto que
otros cantos y oraciones fueron escritos y pronunciados por mujeres en varios contextos (vase Ex 15.2021; 1 Sal 1-10; Judit 16.1-7; Lucas 1.47-55).
131.1. El Salmo comienza con una serie de tres negativas que evitan el orgullo y la arrogancia. La
palabra corazn ( leb, que se podra traducir como mente) en la primera clusula indica asuntos
internos; el salmista est libre del orgullo destructor y de los pensamientos altaneros (vase 1 Sam 2.3; 2
Cro 26.26; 32.25; Sal 101.5; 138.6; Prov 16.5; 18.12; Eze 26.2, 5, 7; Oseas 13.6). La palabra ojos (
enaim) del v. 1b sugiere asuntos externos; ojos altivos o altaneros se asocian en Prov 6.16-19 con
conductas destructoras (vase Prov 21.4; Isa 2.11; 5.15). En otras palabras, el salmista afirma que tanto en
pensamiento como accin, ella ha sido humilde. Las palabras que la NVI traduce como grandes
desmedidas y cosas demasiado maravillosas originalmente se utilizan para designar la bsqueda
arrogante y centrada en s misma que el salmista ha evitado apropiadamente. sta puede ser una
interpretacin correcta, peo Miller seala que esta palabras hacen referencia en otras partes
exclusivamente a las grandes y maravillosas obras de Dios. Por tanto, l sugiere que la tercera clusula del
v. 1 puede indicar muy bien lo inapropiado de parte de la mujer y madre el que se preocupe o sea
importante para ella la teologa, y considera posiblemente que el v. 1 sea una indicacin de las
restricciones del rol que tena la mujer en la estructura patriarcal de la sociedad israelita. De hecho, esta
restriccin puede contar, al menos en parte, para el conflicto implcito en el v. 2 esto es, la necesidad de
la mujer de hallar tranquilidad de alma, un paz de mente y corazn, que la situacin social le niega a ella.
131.2. la mujer halla paz en su aceptacin y en su dependencia en Dios. La construccin gramatical
que comienza el v. 2 es enftica. A pesar de las circunstancias de restriccin las que produjeron la
humildad tanto como la coercin como la eleccin la salmista afirma que ela realmente ha hallado cierto
equilibrio (el verbo del v. 2 parece significar literalmente estar en paz estar a mano, estar a salvo)
y seguridad con Dios, al igual que su hijo pequeo (por supuesto, un miembro de otra clase devaluada del
122
mundo antiguo as como del mundo moderno) la ha hallado con ella. El pequeo no es un infante, sino un
hijo destetado. El hallar a veces aceptacin y satisfaccin (la raz hebrea de hijo destetado, gamal,
significa fundamentalmente trabajar plenamente con) y alimento en el pecho de su madre, el nio
destetado retorna para consuelo y seguridad a los brazos amorosos de la madre.
131.3. Como seala Mays: El verso 2 prepara e interpreta al verso 3. Resumiendo, la imagen de la
madre amorosa y consoladora que abraza a su hijo necesitado describe la esperanza de Israel (vase Deut
1.31; Isa 66.13; Jer 31.20; Oseas 11.1-9). El Dios vulnerable (vase el Comentario sobre el Salmo 130),
cuyas decisiones se ven restringidas por la posicin rebelde de los malvados (vase Sal 129.1-2) y por las
iniquidades del propio pueblo de Dios (vase Sal 130.3, 8), finalmente no harn otra cosa que el abrazo
amoroso de los hijos de Dios, incluyendo tanto a las vctimas del dolor como a quienes por sus iniquidades
han causado dolor a otras personas y a Dios. Tal amor incomprensible y gracia maravillosa constituyen la
esperanza de Israel y del mundo (vase Sal 130.7) entonces, ahora y por siempre (vase Sal 121.8;
125.2).
Reflexiones
1. Extraordinario por su belleza y brevedad, el Salmo 131 realiza el servicio valioso de ensanchar
elocuentemente el cmulo de metforas que la gente utiliza para comprender a Dios Dios es una madre
amorosa, compasiva, consoladora, quien, an cuando regularmente es golpeado y agraviado y fatigado por
sus propios hijos, les da la bienvenida a sus brazos y los levanta para llevarlos junto a l en un camino
difcil (vase anteriormente lo que se dice sobre Sal 25.6). En lo que respecta al lado humano, el Salmo
131 demanda el estilo de vida que los salmos regularmente describen como justo y feliz verdadera
confianza y dependencia infantil en Dios para la vida y futuro (vase el Comentario sobre los Salmos 1;
2). Por eso, para el lector cristiano, el Salmo 131 no puede ayudarle a ser un recuerdo de que Jess
desempeo el rol de madre del Salmo 131 cuando tom a los nios en sus brazos y los recomend como
modelo para la entrada al reino de Dios (Mateo 18.1-4; Marcos 9.33-37; 10.13-16).
2. Considrese adems la probabilidad de que como una mujer en una sociedad patriarcal, la humildad
de la salmista en cierto sentido era forzada en ella (vase anteriormente lo que se dice sobre el v. 1). Que
la experiencia de la opresin de la salmista la impuls a ella a buscar y hallar consuelo con Dios no
debera tomarse en ningn sentido como justificacin para la opresin. Ms bien, el Salmo 131 nos da un
vislumbre de los inicios de la experiencia de igualdad de la mujer a los ojos de Dios. No es una
coincidencia el que cuando l proclam y encarn el reino de Dios, Jess rpidamente acept y fue amigo
de las mujeres y de los nios (vase Marcos 9.33-37; 10.13-16; 15.40-41; Juan 20.11-18). Por tanto, no
debe sorprendernos que en un reverso extraordinario de las prcticas sociales en el antiguo mundo del
Cercano Oriente, las mujeres se hallaran entre los lderes de la iglesia primitiva (vase Hechos 18.26; Rom
16.1, 3; 1 Cor 16.19). En resumen, cuando ella experiment la aceptacin liberadora de Dios, la humilde y
humillada salmista experiment las buenas nuevas revolucionarias y esperanzadoras de que ser liberadas
por Dios significa que jams ser una esclava de nuevo de un amo humano. El nico amo apropiado de los
humanos es Dios, el reconocimiento de su soberana crea, no patrones de dominacin humana, sino una
comunidad de hermanas y hermanos que son mutuamente siervos, uno del otro (vese Marcos 10.41-45;
Gl 3.28).
SALMO 132
Comentario
El dcimo tercero de los Cantos de las Subidas (Salmos 120-134), el Salmo 132 se halla fuera de lugar en
la coleccin debido a que es notablemente ms extenso que los dems. Su extensin parece ser una seal
123
de su importancia especial. Los Cantos de las Subidas probablemente en su origen servan como la
coleccin que utilizaban los peregrinos en el camino a o al arribo a Jerusaln (vase la Perspectiva General
sobre los Salmos 120-134) y el Salmo 132 expresa de manera impresionante el fundamento teolgico para
realizar la peregrinacin es decir, Sin es el lugar escogido por Dios (vv. 13-14; vase Sal 122.1-2, 9;
125.1-2; 126.1; 128.5; 129.5; 133.3; 134.3) as como el sitio del trono davdico (vase el Comentario
sobre el Salmo 122; especial. los vv. 4-5).
La conexin que existe entre Sin y la dinasta davdica est implcita en el Salmo 122 y quizs en el
Salmo 127 (vase el sobreescrito) pero el Salmo 132 claramente expresa la conexin (vase tambin Sal
78.67-72). Por esta razn, el Salmo 132 recuerda especialmente a 2 Sam 6.1-19, el relato de la
transportacin del arca de parte de David a Jerusaln (vase Sal 132.1-10), y 2 Samuel 7, el anuncio de
Natn de que Dios le edificara una casa a David (vase Sal 132.11-12, 17-18). La relacin precisa entre 2
Samuel 6-7 y el Salmo 132 no es clara, y las opiniones varan ampliamente. Algunos eruditos concluyen
que el Salmo 132 es muy antiguo, que se podra fechar en el tiempo de Salomn. En resumen, sugieren
que el relato del cronista del uso de Salomn de Sal 132.8-9 (vase 2 Cro 6.41) en la dedicacin del
Templo es esencialmente apropiado histricamente, en cuyo caso el Salmo 132 sera anterior a la forma
final de 2 Samuel 6-7. El relato del cronista es un recuento post-exlico del relato de Israel, no obstante, y
el uso del cronista del Salmo 132 puede indicar su origen tardo. Por eso algunos eruditos concluyen que
el salmo tuvo su origen como una traduccin potica de la esperanza expresa para las generaciones postexlicas.
El punto de vista posterior es ms probable, especialmente si se considera el lugar del Salmo 132 en el
salterio. El Salmo 89, el salmo final del Libro III, hace referencia ampliamente al rechazo de la dinasta
davdica; los Libros IV-V parece haberse elaborado para responder a la crisis del exilio y a lo que sigui
de l, lo cual inclua la prdida subsecuente de la monarqua (vase el Comentario sobre los Salmos 89;
90; 107; Introduccin). En este respecto, todas las dificultades (v. 1) de David pueden hacer referencia
no slo a los problemas que l tuvo para rescatar al arca, sino tambin el aparente rechazo de la dinasta
davdica, relatada en el Salmo 89. Adems, los vv. 17-18 parecen indicar que ningn rey se halla presente
en el lugar; quizs no sea una coincidencia que la palabra desgracia ( boshet) en 132.18a recuerde a
Sal 89.45, donde la desgracia que pertenece a David y la declaracin concerniente a la corona de David
en 132.18b revierten la realidad establecida en Sal 89.39. De cualquier manera, el Salmo 132
eventualmente se habra comprendido en el contexto de las realidades de la era post-exlica, y estas
realidades se expresan muy bien en el contexto inmediato de los Cantos de las Subidas esto es, la
subyugacin del pueblo de Dios por sus enemigos (vase Sal 123.3-4; 126.4-6; 129.1-2) y la aguda
conciencia del pueblo de sus propias iniquidades (vase Sal 130.3, 8). Como indica Allen, la ubicacin del
Salmo 132 anima al lector a escucharlo como una expresin de la esperanza que se demanda en Sal 130.7;
131.3. Con eso las referencias a David han de escucharse mesinicamente; constituyen una manera de
simbolizar concretamente la esperanza para el futuro del pueblo de Dios.
La estructura del Salmo 132 es la de una oracin (vv. 1-10) y de una respuesta a la oracin (vv. 11-18).
El contenido y el movimiento de la primera seccin estn en paralelo en la segunda. Los versos 1-5
constituyen un voto de David a Dios, en tanto que los vv. 11-12 expresan el voto de Dios a David (vase
jurar en los vv. 2, 11). Despus que los vv. 6-7 reportan el descubrimiento del arca, el v. 8 parece invitar
al Seor a que acompae al arca a tu lugar de descanso. Los versos 13-15 corresponden a los vv. 6-8 en
la medida en que reportan la aceptacin del Seor de la invitacin y de la bendicin de Dios a Sin (vase
lugar de descanso en los vv. 8, 14). La oracin por el sacerdote y el pueblo en el v. 9 recibe respuesta en
el v. 16 y la oracin por David en el v. 10 es respondida en los vv. 17-18. La repeticin representada por la
expresin dar la espalda (v. 10) y revocar (v. 11) sirve como una bisagra entre las dos secciones
principales.
132.1-10. El recordar en imperativo ( sekar) del v. 1 recuerda a Sal 89.47, 50 donde la persona
ungida rechazada hace la misma peticin. La palabra hebrea que se traduce como dificultades tambin
124
recuerda al Salmo 89. La misma palabra aparece en la promesa de que ninguno oprimir (v. 22) al
ungido, pero Sal 132. 1 parece suponer, de acuerdo con Sal 89.38-51, que el ungido ya ha sido oprimido.
Como indica la NVI, el v. 1 no debera vincularse tanto con el v. 2; esto es, la palabra dificultades (
unot) indica algo ms severo que los esfuerzos de David descritos en los vv. 3-5.
El voto registrado en los vv. 3-5 no aparecen en ninguna otra parte. Estos versos parecen constituir una
traduccin potica con imaginacin de la clase de sentimientos que David expresa en 2 Sam 7.1-2; sin
embargo, el resto del salmo no muestra inters en la preocupacin especfica de David, la cual es tan
evidente en 2 Samuel 7 esto es, la edificacin de una casa para el Seor. De hecho, los vv. 6-7 aluden
ms claramente a 2 Samuel 6, el relato de la transportacin del arca a Jerusaln. El sentido preciso de los
vv. 6-7, no obstante, es evasivo. Por ejemplo, no es claro cul se supone que es el antecedente de ello.
Es el carca (vase el v. 8); o es el juramento de David (vv. 3-5)? Adems, no es completamente claro que
Efrata y Jaar pretendan designar lugares geogrficos especficos; an cuando fueran, las ubicaciones
precisas son desconocidas. La conclusin ms frecuente es que el primer trmino hace referencia a los
alrededores de Beln, la casa de David y la segunda es una designacin potica de Kiriat-jearim. Con eso
los vv. 6-7 parece tener en mente el movimiento de David de Kiriat-jearim a Jerusaln (comprese 1 Sam
7.1 y 2 Sam 6.3). Pero a quin se refiere el nosotros del v. 7? Tambin esto es incierto, pero la
sugerencia ms precisa la ofrece Elizabeth F. Huwiler, quien concluye que los vv. 6-7 recuerdan tanto el
relato de David pero tambin expresan la experiencia actual de los adoradores en Jerusaln por ejemplo,
los peregrinos que se hallaban en camino a o que han arribado a Jerusaln (vase la Perspectiva General
sobre los Salmo 120-134). Ella lo dice de esta manera: El nosotros, la voz de la comunidad de
adoradores, funciona no slo para traer el relato de David del pasado histrico al presente litrgico sino
para transportar a los congregantes de la situacin de la adoracin en curso al mismo pasado histrico.
En otras palabras, los vv. 6-7 pueden indicar que los peregrinos a Jerusaln entendan su viaje como un
viaje anlogo al viaje anterior de David a Jerusaln con el arca; tambin a ellos los acompaaba la
presencia de Dios (vase el Salmo 121). Al mismo tiempo, por supuesto, ellos estaran conscientes de que
Dios ya haba levantado la residencia divina de Jerusaln (vase Sal 99.5; 122.1).
El verso 8 tambin se puede entender tanto como una alusin al pasado como una peticin presente.
Con un ojo en el pasado, el v. 8 se habra escuchado como una invitacin potica a Dios a unirse a David
en el viaje a Jerusaln. La construccin gramatical del v. 8 realmente hace que este sentido sea
improbable, sin embargo (no hay y fue o y vino en el hebreo del v. 8a); de ah que desde la
perspectiva de los adoradores presentes, Dios ya est presente en Sin, el v. 8 tambin se puede escuchar
como una peticin para que Dios proteja o libre a Sin. ste es el sentido ms usual de levntate (
cum, v. 8a; vase Sal 3.7). El verso 8a se podra traducir de esa manera como: Levntate, oh Seor, por
causa de tu lugar de descanso. Esta construccin tambin sera congruente con el rol frecuente del arta en
la proteccin y liberacin del pueblo de Dios (vase Nm 10.35). Tambin sita a la peticin del v. 8 ms
en la lnea de aquellas de los vv. 9-10, especialmente el v. 10, que suena como una splica por proteccin
o liberacin. Las referencias en los vv. 1, 10 a David y a la necesidad aparente de David provee una
estructura envolvente para la primera seccin.
132.11-18. Como se indic anteriormente, el juramento de David a Dios (vv. 2-5) se equipara al
juramento de Dios a David (vv. 11-12). En trminos generales, los vv. 11-12 de nuevo recuerdan a 2
Samuel 7, pero con las evidentes acepciones. Por ejemplo, la palabra clave en 2 Samuel 7 casa (vase
el Comentario sobre el Salmo 122) hace falta en el Salmo 132. Adems, 2 Samuel 7 no utiliza la palabra
pacto ( berit) para describir la promesa a David. Esta palabra recuerda ms claramente al Salmo 89
(vanse los vv. 3, 28, 34, 39). Sal 132.11-18 habra tenido sentido especialmente a la luz del exilio y de lo
que le sigui, durante el cual la monarqua permaneci extinta, pero Sin fue recuperada. La sentencia
condicional en el v. 12 habra servido para explicar la desaparicin de la monarqua los descendientes
davdicos desobedecieron a Dios. Los versos 13-16 se enfocan en los aspectos de la era pre-exlica que
fueron recuperados Jerusaln (incluyendo un Templo reconstruido), el sacerdocio y una identidad como
125
pueblo de Dios. De particular inters resulta el nfasis claro sobre la iniciativa de Dios. Dios, no David,
ha escogido a Sin (v. 13); la repeticin de deseado (vv. 13b, 14b) refuerza el punto. En el v. 15, Dios
promete hacer lo que David mismo hizo en 2 Samuel 6.19.
As como las referencias a David envuelven los vv. 1-10, as tambin las promesas a David proveen
una envoltura para los vv. 11-18 (vanse los vv. 11-12, 17-18). El lenguaje del v. 17 implica fuertemente
que la monarqua ya no existe ms (vase Eze 29.21, donde la imagen de un cuerno que est brotando
indica la restauracin de algo que ha sido destruido; vase tambin 2 Sam 2.17, donde la lmpara
representa la posibilidad de un futuro). De esa manera el salmo concluye con una nota de esperanza, pero
es lo suficientemente abierta para que se hubiera entendido de varias formas en la medida en que se
desarrollaba la era post-exlica. Sin duda, algunos sealaban a una restauracin literal de la monarqua
davdica. Otros parecan haber aplicado la ideologa davdica al pueblo como una totalidad (vase Sal
105.15; 149.5-9; Isa 55.3). Incluso ms tarde, los cristianos primitivos afirmaran ver en Jess de Nazareth
el cumplimiento no slo de la esperanza davdica, sino tambin de la teologa de Sin. Con eso Jess sera
proclamado tanto como un hijo de David (vase Mateo 1.2) as como alguien a quien Dios haba elegido
para la habitacin divina (vase Juan 1.14).
Reflexiones
1. Debido a su enfoque tanto en David como en Sin, el Salmo 132 tradicionalmente ha sido clasificado
sea como un salmo regio o como un canto de Sin (o ambos). Al igual que otros salmos regios (vanse los
Salmos 2; 18; 20-21; 45; 72; 89; 110; 144; Introduccin) y cantos de Sin (vanse los Salmos 46; 48; 76;
84; 87; 122; Introduccin), el Salmo 132 expresa la conviccin de que el gobierno de Dios se hallaba
manifiesto concretamente en el mundo de la gente, espacio y tiempo (vanse las Reflexiones sobre los
salmos antes mencionados). El uso tradicional del Salmo 132 en el Domingo que celebra el Reino de
Cristo es una reminiscencia de que el cristianismo no ha abandonado el escndalo particularmente de los
salmos regios y de los cantos de Sin, o la conexin inevitable entre David y Sin. Ms bien, Jess ha sido
proclamado preeminentemente como el hijo regio (vase Sal 2.7), quien no slo proclam sino que
encarn concretamente la justicia y el juicio de Dios (vase Sal 72.1). Adems, la encarnacin de Jess lo
presenta a l como el sucesor de lo que simboliza Sin el lugar terrenal de la presencia y del poder de
Dios (vase Marcos 13.1-2; 14.58; 15.29; vase tambin el Comentario sobre los Salos 48; 122).
2. Como indica Mays, Sal 132.1 es particularmente digno de notarse a la luz de un contexto cannico
mayor. l advierte que donde la NVI y la NRSV traducen todas las dificultades, la Sociedad de
Publicacin Juda traduce su gran auto-negacin. l observa luego adems:
La auto-negacin (de David) sirvi a la residencia de Yahveh en medio de su pueblo. Una resonancia
que se inserta en otro poema que habla de uno que tom la forma de siervo, y, estando en forma
humana, se humill a s mismo, y en su obediencia hasta la muerte (Fil 2.6-8) ha llegado a ser Dios con
nosotros y Dios para nosotros, la presencia y poder del reino de Dios. La necesidad de un Mesas que
cumpliera el pacto y la promesa de un cuerno y una lmpara para David que se aparezcan en Sin se
cumplen en l.
SALMO 133
Comentario
El Salmo 133 es el catorceavo de los Cantos de las Subidas (Salmos del 120-134). Dado el probable
origen y uso de la coleccin de parte de los peregrinos en su viaje a o a su arribo a Jerusaln (vase las
Perspectiva General sobre los Salmos 120-134), no es sorprendente que el Salmo 133 sea parecido a
varios de los otros Cantos de las Subidas en el uso que hace de la imagen de la familia (v. 1; vanse Sal
126
122.8; 127.3-5; 128.3, 6; 131.2). Pero como en los dems, las preocupaciones por la familia forman parte
de un conjunto dentro de un contexto mayor de todo el pueblo de Dios (v. 3; vanse Sal 122.6-8; 128.3-6;
131.2-3). Adele Berlin sostiene incluso que el tema principal del Salmo 133 es la reunificacin del pas
esto es, el roco de Hermn, que representa al pueblo del reino del norte, ha de descender sobre Sin, el
centro del reino del sur. Aunque no hay certeza absoluta, es claro que el punto esencial del Salmo 133 es
finalmente no las familias locales, sino que se halla en Sin (v. 3), el cual es el punto de reunin y el lugar
donde se congrega la familia ms grande de Dios (vase Sal 122. 4; 125.1-2; 126.1). Los peregrinos se
congregaban all para recibir la bendicin de Dios (v. 3). No es coincidencia que sean precisamente los
temas climticos de Sin y de la bendicin los que vinculan al Salmo 133 de manera estrecha con el
Salmo 132 (vase vv. 13-15) y 134 (vase v. 3).
El verso 1 pudo haber circulado en algn tiempo como un dicho proverbial. De cualquier manera,
introduce el concepto de unidad o armona; el v. 1 mismo s ve la familia a un nivel local. La nica otra
ocasin en que aparece la expresin cuando el pueblo (parentela) vive unidos es Deut 25.5, donde la
preocupacin recae en las responsabilidades concomitantes sobre los miembros de una familia extensa
para proveer y para perpetuar a la familia. Como aclara Deut 25.5-10, y como todos saben por experiencia,
la armona no siempre permanece dentro de las familias extensas. Cuando sucede afirma el verso 1 es
bueno y placentero (vase Sal 135.3, donde los mismos dos adjetivos describen a Dios; Sal 147.1, donde
describen lo que parece alabar a Dios; vase tambin Sal 128.2, 5).
El efecto de los smiles del aceite y del roco en los vv. 2-3 es ampliar significativamente el enfoque
del v. 1. La repeticin hebrea representada por bueno ( tob, v. 1) /precioso (tob, v. 2) vincula a los
vv. 1 y 2. El patrn escalonado es caracterstico de los Cantos de las Subidas (vase Sal 120.5-7; 121.1-4,
7-8; 122.6-8). Un ejemplo incluso ms notable es evidente en los vv. 2-3, donde el verbo descender (
yarad) aparece tres veces en una forma idntica (NVI, va descendiendo, dos veces en el v. 2, y va
descendiendo en el v. 3). Esta repeticin re-crea literal y visualmente el efecto del aceite y del roco que
fluye lentamente hacia abajo, como lo hace la repeticin de barba ( zacn). Por supuesto que la
pregunta sigue en cuanto qu es lo que pretenden comunicar los smiles. El derramar aceite sobre la
cabeza parece haber sido un acto de hospitalidad, indicando gozo y afinidad (vase Sal 23.5; 92.10;
141.5), al igual que un acto oficial de consagracin de reyes y sacerdotes. Ambos sentidos seran
apropiados aqu, pero la mencin de Aarn especialmente trae a la mente a los ltimos (vase Ex 28.41).
En lo que respecta a que el v. 2 ve hacia atrs al v. 1 (ntese la repeticin en los vv. 1-2), el mensaje sera
que la unidad de la familia es algo gozoso, incluso santo.
Sin embargo, es probable que el poeta pretendiera que el v. 2 viera hacia adelante al v. 3 tanto o ms
que hacia atrs al v. 1 (ntese la repeticin de va descendiendo / va descendiendo). La alusin a la
consagracin de Aarn ya ha servido para dar comienzo a la ampliacin del enfoque ms all de la familia
local extendida, y la mencin de Sin en el v. 3 va incluso ms lejos en esta direccin. El Monte Hermn,
localizado al norte unos 200 kilmetros de Jerusaln, era conocido por su abundante roco. En otras
palabras, la abundancia de reas externas propiamente pertenece a Sin. Aunque esto puede ser, como
Berlin indica, una apelacin a la unidad nacional, sirve claramente tambin para cambiar el enfoque de la
familia local a todo el pueblo. El cambio se completa con la expresin all Sin del v. 3. La palabra
bendicin (vase Sal 128.4-5; 132.15; 134.3) retoma el significado de la frase bueno y delicioso del v.
1, pero por el final del poema es claro que la bondad ltima que Dios quiere es la reunin de la familia
mayor de Dios, todo el pueblo de Dios. Cuando el pueblo de Dios se rene en Jerusaln, el lugar de Dios,
ellos experimentan su verdadera familia y verdadero hogar, porque estn en contacto con la verdadera
fuente de su vida la presencia de Dios. Como concluye Mays: sta es vida abundante, que Israel puede
recibir slo en unidad, y slo de la Presencia en este lugar que es el summum bonum (esto es, el mayor de
los bienes; vase el v. 1). La vida que el Seor da a este pueblo en su unidad es el supremo valor
familiar.
127
Reflexiones
1. El Salmo 133 refleja una preocupacin obvia en el Israel antiguo que es una preocupacin perenne en
toda cultura: los valores familiares. La familia es una institucin decisiva. Afecta a todos, para bien o para
mal. Por su misma naturaleza puede ser el lugar donde uno experimenta y aprende intimidad, amor y
crecimiento, o puede ser el lugar donde uno experimenta y aprende resentimiento, abuso y conducta
destructora. Claramente el v. 1 ensalza lo primero, pero la perspectiva expansiva de los vv. 2-3 sitan la
consideracin de los valores familiares en el contexto mayor de la relacin entre Dios y el pueblo de Dios.
El efecto es relativizar la importancia de la familia individual; no puede ser en ningn sentido
incondicional la ms importante institucin en una sociedad.
Las enseanzas y acciones de Jess se mueven en la misma direccin como lo hace el Salmo 133, y
sirve para enfocarse en las implicaciones radicales de esta direccin. En el Evangelio de Marcos, por
ejemplo, cuando la madre y hermanos de Jess lo vienen a ver, l ve a quienes se hallan alrededor de l y
dice: He aqu mi madre y mis hermanos! Cualquiera que hace la voluntad de Dios es mi hermano y mi
hermana y mi madre (Marcos 3.35-36 NRSV). En resumen, la esfera ms importante de parentesco o
intimidad se define como la familia mayor del pueblo de Dios (vase tambin Lucas 11.27-28; 12.51-53).
John Dominic Crossan capta elocuentemente las implicaciones radicales de las palabras y acciones de
Jess, mismas que estn en armona con la direccin del Salmo 133:
La familia es la sociedad en miniatura, el lugar donde aprendemos primero y de manera ms profunda
cmo amar y ser amado, odiar y ser odiado, ayudar y ser ayudado, abusar y ser abusado. No slo es un
centro de serenidad domstica; toda vez que implica poder, invita al abuso del poder y es en ese punto
preciso que la ataca Jess. Su grupo ideal es, contrario al Mediterrneo y ciertamente a la realidad ms
humana, uno abierto e igualmente accesible a todos bajo Dios. Es el reino de Dios, y niega ese terrible
abuso de poder que es el espectro oscuro del poder y la sombra letal.
Como Crossan reconoce correctamente, la realidad familiar ms humana no ha considerado la crtica de
Jess del Salmo 133. En otras palabras, un enfoque en la familia bien puede servir para hacer nada ms
que reforzar los patrones culturales que regularmente explotan a las mujeres y marginan a los nios (vase
el Comentario sobre el Salmo 131). De hecho, si la discusin de los valores de la familia comienza y
termina con la familia individual, independientemente de la visin y experiencia de la familia mayor de
Dios, abierta y accesible a todo, entonces tales valores inevitablemente promovern la explotacin y el
abuso.
2. La utilizacin de parte de la iglesia del Salmo 133 ha elevado la descripcin de la familia de Dios
que hace el salmo como la verdadera definicin de la realidad familiar y de la verdadera fuente de la
bendicin y de la vida. Aunque Agustn con seguridad sobresimplific el asunto, l atribuye el origen de
los monasterios y de sus hermandades al Salmo 133. Con seguridad, stas rdenes familiares engendraron
sus propios problemas, pero estaban fundadas en la afirmacin de una estructura familiar que trasciende a
la de la familia biolgica. La asociacin tradicional del Salmo 133 con la Santa Cena hace la misma
afirmacin, porque la Santa cena rene a todo el pueblo de Dios en una mesa familiar donde todos
profesan su indignidad y todava todos son bienvenidos. Algunas tradiciones tambin indican el uso del
Salmo 133 en servicios de unidad cristiana, en los cuales el salmo es un testimonio de que Dios est en
accin edificando a la familia que trasciende a todas las barreras dadas e instituidas que separan y reducen
la vida. El Salmo 133 afirma que la vida se deriva a fin de cuentas de las ordenanzas y bendicin de Dios
y en comunin con todo el cuerpo del pueblo de Dios. Esta profesin radicalmente mina nuestra tendencia
dominante de concluir que la vida se deriva del esfuerzo y realizacin humanos y que podemos
exitosamente manejarla por nosotros mismos (vase el Comentario sobre los Salmos 1; 2). El Salmo 133
es, por tanto, un salmo apropiado para el tiempo de Pascua, durante la cual celebramos especialmente la
128
realidad del poder dador de vida que no slo trasciende sino que transforma los esfuerzos humanos y las
estructuras humanas: la resurreccin de Jess. Profesar la resurreccin de Jess significa asumir nuestro
lugar en la familia de Dios, y con ello recibir una identidad que evita el que hagamos un dolo de la
realidad familiar humana y de alguna de sus varias formas culturales.
SALMO 134
Comentario
El Salmo 134 es el ltimo de los Cantos de las Subidas (Salmos 120-134). Dado el probable origen y uso
de la coleccin entre los peregrinos en su viaje o despus de arribar a Jerusaln (vase la Perspectiva
General sobre los Salmos 120-134), es evidente que el Salmo 134 constituye una conclusin apropiada.
Despus de que el Salmo 133 ha celebrado la unidad del pueblo de Dios reunido en Sin, el Salmo 134 se
dirige a la congregacin reunida, invitndolos a hacer lo que haban venido a hacer a Jerusaln: adorar al
Seor (vv. 1-2). Luego entonces, el verso 3 tiene el carcter de bendicin, la cual habra efectivamente
enviado al pueblo a expresar con lo que ellos haban venido a Jerusaln a recibir: la bendicin de Dios.
Aunque la situacin cltica sigue siendo una especulacin, es claro que el Salmo 134 tiene estrechas
conexiones con su contexto literario, incluyendo tanto los Cantos de las Subidas precedentes as como los
siguientes salmos, especialmente el Salmo 135. Por ejemplo, la congregacin es descrita en otras partes
como bendiciendo al Seor (vase Sal 124.6); es descrita anteriormente ubicada en la casa del Seor
(vase Sal 122.1-2). La bendicin de Dios hacia el pueblo tambin es un tema de los Cantos de las Subidas
(vase Sal 128.5, donde la bendicin tambin procede de Sin; 132.15 y 133.3, donde la bendicin se
halla all en Sin), y a Dios se le describe dos veces antes como Hacedor de los cielos y la tierra (v.
3; vase tambin Sal 121.2; 124.8). La posibilidad de que los Salmos 135-137 formen un apndice de los
Cantos de las Subidas se ha sugerido por el hecho de que Sal 135.1-2 tambin se refiere al pueblo como
siervos de Yahveh mientras estn en la casa de Yahveh. La conclusin del Salmo 135 (vv. 19-21)
tambin recuerda al Salmo 134 cuando invita a todo el pueblo a Bendecid a Yahveh! y en tanto que
repite la frase desde Sin (aunque esta vez es el Seor quien es bendecido desde Sin; comprese Sal
134.3).
El verbo bendecir ( barak) aparece en tres de las cuatro lneas poticas del Salmo 134. Los dos
imperativos de bendecir (vv. 1a, 2b), estn dirigidos a toda la congregacin, en forma de una envoltura
para los vv. 1-2, que estn estructurados en forma quistica (vse la Introduccin) esto es, los dos
imperativos rodean a las dos referencias al Templo (vv. 1b, 2a). El pueblo de esa manera rodea a Dios con
bendiciones. La lnea potica repite la palabra bendecir, pero la direccin se invierte de Dios al pueblo.
La repeticin claramente expresa la mutualidad de la bendicin, y esta mutualidad apunta a la demanda
teolgica extraordinaria del salmo (vanse la Reflexiones ms adelante).
La raz hebrea que la NRSV regularmente traduce como bendecir (barak) originalmente significa
ms literalmente arrodillarse, como rindiendo homenaje a un superior (vase anteriormente lo que se
dice sobre Sal 95.6; vase tambin Sal 16.7; 26.12; 34.1; 63.4; 103.1-2, 22; 115.18; 135.19-20; 145.1, 10).
Con ello la caracterizacin de los adoradores reunidos como siervos es especialmente apropiada en este
contexto (vase Sal 31.16; 34.22; 35.27; 113.1; 135.1, 14); no es necesario ver el imperativo como
dirigido exclusivamente a los sacerdotes. La elevacin de las manos podra indicar un gesto de alabanza
(vase Sal 63.4, donde el mismo gesto tambin se halla en paralelo con bendecir); pero tambin podra
indicar el gesto de una oracin intercesora (vase Sal 28.2; Lam 2.19). De cualquier manera, la postura
indica lealtad y dependencia en Dios.
En trminos de la posible situacin original y uso del Salmo 134, el verso 3 tiene buen sentido como
una bendicin sacerdotal (vase Nm 6.23-25; Deut 21.5; 2 Sam 2.20; Sal 118.26), pronunciada mientras
129
los peregrinos se preparan para dejar Jerusaln en la noche antes de salir (vase Isa 30.29). En s, recuerda
la afirmacin de la soberana csmica de Dios que los peregrinos quizs expresaban en el viaje a (vase
Sal 121.2) y en su arribo a Jerusaln (vase Sal 124.8, donde la afirmacin tambin sigue a la bendicin de
Dios de parte del pueblo). Sin embargo son ms significativas las implicaciones teolgicas de la
mutualidad de las bendiciones entre Dios y el pueblo, una mutualidad que revela la relacin estrecha
(parentesco) entre Dios y el pueblo, basado a fin de cuentas en el amor redentor de Dios (vase Sal 130.78).
Reflexiones
El doble llamado a bendecir a Yahveh, la caracterizacin del pueblo como siervos y la descripcin de
Dios como hacedor de los cielos y la tierra expresan claramente la conviccin del pueblo de la soberana
de Dios y con ello su dependencia en Dios (vase el Comentario sobre los Salmos 1; 2). Se esperaba que
el pueblo se arrodillara ante Dios esto es, bendijera a Dios. Sin embargo lo que es impresionante es la
mutualidad de la bendicin que se anticipa en el v. 3. Con eso existe un sentido en el cual Dios se
arrodillar ante el pueblo! en otras palabras, Dios voluntariamente asumir el rol de siervo que le
pertenece propiamente al pueblo. Esta mutualidad, que a fin de cuentas significa la disposicin de Dios de
ser vulnerable, resulta de la eleccin riesgosa de Sin de parte de Dios (vase Sal 132.13-14) y de la
decisin de Dios de asumir la responsabilidad de proveer para el pueblo de Sin (vase 132.15-18). Lo
que promete la bendicin para el pueblo de Dios promete sufrimiento para Dios, porque el mismo pueblo
que se compromete a bendecir a Dios regularmente termina agobiando a Dios con sus iniquidades (vase
Sal 130.3, 8). En resumen, la mutualidad entre Dios y el pueblo de Dios significa a fin de cuentas que
Dios revela el carcter divino de ser esencialmente perdonador e inmutablemente amoroso (vase Sal
130.4,7). Tal amor explica cmo un pueblo que peca persistentemente puede atreverse a anticipar que el
Dios csmico los bendecir desde Sin. Un amor tal, en otras palabras, es la nica esperanza de ellos
(vase Sal 130.7; 131.3), una esperanza que los cristianos profesan como sellada en la encarnacin de
Dios en Jess en la forma de un siervo (vase Fil 2.5-11).
SALMO 135
Comentario
Aunque los Cantos de las Subidas concluyen con el Salmo 134, es como si los editores del salterio
reservaran a que los Salmo 135-136 expresaran la alabanza a la que invita Sal 134.1-2. Por ejemplo, al
igual que Salmo 134.1, Sal 135.1 se dirige a los adoradores como siervos, y la expresin se halla de
Sal 135.2 tambin recuerda a Sal 134.1. Adems, Sal 135.19-21 utiliza la palabra clave bendecir (
barak) del Salmo 134. Temas y preocupaciones similares conectan a los Salmo 135 y 136 (comprese
135.5 con 136.2-3; 135.8-12 con 136.10-22), y esto ha impulsado a varios eruditos a sugerir que los
Salmos 135-136 (y quizs Sal 137, toda vez que caracteriza a Sin, al igual que los Cantos de las Subidas)
forman un apndice de los Cantos de las Subidas.
Quizs no sea una coincidencia que los Salmos 135-136 tambin recuerden a los Salmo 111-118, que
preceden al Salmo 119 y a la coleccin de las Subidas. Por ejemplo, la expresin alelu-yah inicial y final
del Salmo 135 tambin aparece en Sal 111.1; 112.1; 113.1, 9; 115.18; 116.19; 117.2. Y en varios puntos, el
Salmo 135 claramente recuerda al Salmo 115 (comprese 135.6 con 115.3; 135.15-18 con 115.4-8;
135.19-20 con 115.9-11). En lo que respecta al Salmo 136, el verso 1 es idntico a Sal 118.1, 29. El tema
central del Salmo 135 la soberana universal de Dios, especialmente sobre los dioses es congruente con
el propsito aparente de los Libros IV-V para responder a la crisis del exilio y de lo que sigui al exilio
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(vase el Comentario sobre los Salmos 90; 93; 95; 97; 98; 99; 107; Introduccin). En este respecto, puede
ser especialmente significativo que el Salmo 135 aluda a varios textos decisivos del Pentateuco
(comprese Sal 135.5 con Ex 18.11; v. 13 con Ex 3.15; v. 14 con Deut 32.36) y resume en los vv. 7-12 el
movimiento desde la creacin hasta el xodo y luego hasta la entrada a la tierra. En resumen, a pesar de la
apariencias en sentido contrario, Dios gobierna al mundo.
El Salmo 135 es un himno o canto de alabanza, pero su estructura se puede bosquejar de varias
maneras. La divisin quntuple de la NVI y de la NRSV es obligatoria. Como ha sealado Allen, los
elementos son concntricos; esto es, los vv. 1-4 corresponden a los vv. 19-21 (invitaciones a y razones
para la alabanza) y los versos 5-7 corresponden a los vv. 15-18 (polmica contra los dolos y la soberana
de Dios). El efecto es enfocarse en los vv. 8-14 como la seccin central; ilustra la soberana divina (vv. 57, 15-18) que hace que la alabanza y bendicin a Dios sea la respuesta apropiada (vv. 1-4, 19-21).
135.1-4. El imperativo alabad aparece tres veces en el v. 1 y una vez en el v. 3. Connotando
reputacin o carcter, llega a ser la palabra clave en el Salmo 135, y aparece de nuevo en el v. 13. En
esencia, todo el salmo es una defensa del carcter o reputacin de Dios, especialmente contra los dioses
(vanse los vv. 5, 15-18). Dios es fundamentalmente bueno (vase Sal 100.5; 106.1; 107.1; 118.1, 29).
La sintaxis del v. 3b es ambigua, pero es sintcticamente posible construir el adjetivo como una
descripcin de Dios (vase la misma ambigedad en Sal 147.1). Como el v. 4 sugiere, la identidad de Dios
y con ello su reputacin estn ligadas a la eleccin de Israel de parte de Dios (vase Ex 19.5; Deut 7.7-11).
De esa manera el movimiento de los vv. 1-3 al v 4 anticipa el movimiento del v. 13 al v. 14. Conforme al
carcter divino (v. 13), Dios pondr en orden las cosas para el pueblo escogido de Dios (v. 14), en total
oposicin a quienes hacen y confan en los dolos (v. 18).
135.5-7. El verso 5 recuerda la profesin de fe de Jetro en el Seor a la luz del xodo (Ex 18.11). La
cuestin planteada por la esclavitud en Egipto era Quin es el soberano? El xodo revel la Soberana
del Seor (vase Ex 15.18). No es sorprendente que Dios sea frecuentemente descrito como grande en
contextos que explcitamente proclaman el reinado de Dios (vase Sal 47.2; 95.3; 96.4; 99.2). El ttulo
Seor tambin expresa soberana; su correlato: siervos aparece en los vv. 1, 14. La esfera de la
soberana de Dios es ilimitada, abarcando toda dimensin del universo de tres pisos como era descrito en
la cosmologa del Cercano Oriente cielos, tierra, abismos (v. 6; vase Ex 19.16; Jer 10.13; 51.16; vase
tambin el Comentario sobre el Salmo 29). El control de estos fenmenos se atribua regularmente al dios
canaanita Baal, por eso el v. 7 es claramente polmico. Es decir, es otra manera de afirmar que nuestro
Seor est por encima de todos los dioses (v. 5). La expresin hace de la NRSV en el v. 6 y la segunda
hace en el v. 7 traducen a la misma raz hebrea ( as), que vuelve a aparecer como trabajar y
hacer en el v. 18. Esta repeticin tiene como propsito contrastar incluso de manera ms aguda al
verdadero Dios que hace cosas en oposicin a los dolos, que son hechos por los humanos.
135.8-14. El vocabulario del v. 5 y ha aludido al xodo, cuya culminacin incluy el viento de Dios
(v. 7; Ex 14.21; 15.10) replegando los mares y las profundidades (v. 6; vase x 14.21-22; 15.4, 8,
10), para que Dios pudiera conducir al pueblo al Sina, donde las nubes y relmpagos les aguardaban
(v. 7; vase Ex 19.16; vase tambin el Comentario sobre los Salmos 19; 33; 65; 66 para ms informacin
sobre la importancia de la compresin de una unidad entre la creacin y el xodo). En resumen, los vv. 5-7
han preparado ampliamente el enfoque especfico sobre la plaga climtica del v. 8 (vase Ex 13.29-32; Sal
78.51; 105.36; 136.10) y luego para el sumario de las acciones de Dios contra Faran en el v. 9 (vase Ex
4.8-9, 21; Deut 4.34; 26.8; Sal 78.43; 105.27). El pueblo de Faran son denominados siervos (v. 9),
recordando al verso 1 y anticipando al v. 14, agudizando con ello el enfoque en la cuestin de la soberana.
El verbo derrib ( nacah) se repite en el v. 10 (vase Sal 136.17) en tanto que los vv. 10-11 continan
el recital que culmina con la posesin de Israel de la tierra (v. 12; vase tambin Sal 136.21-22). La
derrota de dos personas que se identifican con el ttulo de rey de parte de Dios (v. 11ab; vase Sihn y
Og en Nm 21.21-35; vase tambin Sal 136.17-20) y ciertamente la derrota de todos los reinos de
Canan de parte de Dios (v. 11c), hacen nfasis adems en el reino de Dios. La seccin central del salmo
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culmina en los vv. 13-14. El xodo y las victorias subsecuentes demuestran el nombre y renombre
eterno de Dios (vase Ex 3.15, donde aparecen los mismos dos sustantivos). En resumen, las acciones de
Dios revelan el contenido del carcter de Dios como alguien que pondr en orden las cosas para los
oprimidos y tendr compasin del pueblo (vase Deut 32.36).
135.15-18. En impresionante contraste con la actividad maravillosa de Dios, los dolos no hacen
absolutamente nada (ntese la serie de negaciones en los vv. 16-17; vase tambin Sal 115.4-7). Los
versos 15-17 estn estructurados por las apariciones de trabajar (v. 15) y hacer (v. 18), que recuerdan
las expresiones hace y realiza de los vv. 6-7. Los dolos no crean, debido a que ellos han sido creados.
La negacin final (v. 17b) incluye aliento y viento, recordando con ello al v. 7. El viento sirve al
mandato de Dios, pero los dolos no tiene aliento no poder vital. Como lo indica el v. 18, la cuestin
decisiva es confiar (vase Sal 115.8-11). Aquellos que confan sus vidas a la nada experimentarn
vaciedad, en tanto que aquellos que encomiendan sus vidas al soberano Dios participarn del futuro eterno
de Dios (vv. 12-14).
135.19-21. Por eso es apropiado que el pueblo de Dios bendiga a Yahveh! (Vv. 19-21. La palabra
bendecir (barak) parece que originalmente tiene el significado de arrodillarse como reconocimiento
de la soberana de otro (vase anteriormente lo que se dice sobre Sal 134.1-12). La repeticin logra el
objetivo efectivamente: Dios eminentemente merece la lealdad y alabanza del pueblo. Las designaciones
diferentes en los vv. 19-20 pueden indicar diferentes grupos de adoradores (tales como sacerdotes en el v.
19c, el personal del templo en el v. 20a), o todas ellas pueden ser designaciones para toda la asamblea
(vase anteriormente lo que se dice sobre Sal 115.9-11; 118.2-4). La frase desde Sin en el v. 21
recuerda a Sal 134.3, pero la bendicin aqu se mueve en direccin opuesta. Con ello los Salmos 134-135
juntos describen la mutualidad de la bendicin que ya es evidente en el Salmo 134. Al final del Salmo 135,
el movimiento ha sido desde la alabanza (vv. 1-4) a la alabanza (vv. 19-21); ntese especialmente el
halelu-yah inicial y el final), la respuesta apropiada a Dios que est por encima de todos los dioses (v. 5)
y cuyo nombre permanece para siempre (v. 13).
Reflexiones
El Salmo 135 expresa de nuevo la conviccin que invade a todo el libro de los Salmos: Dios reina! Esta
conviccin, por supuesto, se halla ntimamente vinculada a los primeros dos de los Diez Mandamientos
ningn otro dios y, en particular, ningn dolo hecho por hombres (vase Ex 20.3-4). Esta conviccin
siempre es polmica y siempre es pertinente. la inclinacin inmediata de Israel era precisamente a fabricar
un dolo y a adorar a otros dioses (vese Ex 32.1-6) y esta inclinacin parece ser una tendencia humana
inevitable. Con seguridad, las formas contemporneas de idolatra pueden ser ms sutiles pero difcilmente
menos crasas (insensatas). La idolatra a fin de cuestas es una elevacin de la persona humana al estatus de
Dios, y somos maestros de ese arte. La palabra seores caracteriza la manera en que tendemos a vernos a
nosotros mismos. En virtud de nuestro sofisticado conocimiento cientfico y de nuestros increbles logros
tecnolgicos, sos vemos inclinados a vernos a nosotros mismos como seores del universo en lugar de
siervos de un Dios universal.
Esta conclusin es algo peligrosa, de hecho algo mortal, porque poner nuestra ltima confianza en
nosotros mismos significa consignar nuestro destino a la nada o vaciedad (v. 18). Despus de todo, Qu
hemos de completar o realizar con nuestros maravillosos descubrimientos cientficos y deslumbrantes
logros tecnolgicos? Hemos creado una situacin en la cual parece que el futuro de la civilizacin humana
pende de un delicado balance nuclear y ecolgico. Si no podemos ingenirnoslas para escapar del desastre
por nosotros mismos repentinamente, parecemos estar en peligro de envenenar lentamente la tierra y a
nosotros mismos hasta la muerte. La irona es que entre ms poderosos seamos, menos seguro parece estar
el futuro humano.
La situacin ac6tual es obviamente compleja y no habr soluciones simples. De hecho, no habr
soluciones para nada independientemente de nuestra renuncia del manejo aparentemente inevitable de ser
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los seores del universo. Dada la historia de la humanidad, la antigua y la moderna, hay poco lugar para el
optimismo respecto a esto. Pero la Biblia, incluyendo al Salmo 135, se atreve a afirmar que hay lugar para
la esperanza no en nosotros mismos, sino en Dios. La esperanza para el mundo no comenzar con el
conocimiento cientfico, sino con lo que el salmista sabe: Yahveh es grande... sobre todos los dioses (v.
5), incluso sobre nosotros mismos. Esa clase de conocimiento comienza y termina donde el Salmo 135
comienza y termina: con alabanza, la rendicin del ser humano a Dios en la liturgia y en la vida. Alabar a
Dios (vv. 1-3), bendecir a Dios (vv. 19-20), significa que no seremos dueos del universo, sino siervos de
un seor universal. Implicar considerar primero no lo que deseamos, sino lo que le agrada a Yahveh (v.
6) sea hecha tu voluntad.
El estado de peligro actual de la tierra y de sus pueblos es un recordatorio de que la proclamacin del
reino de Dios es escatolgico; siempre se hace en medio de circunstancias del pueblo (incluyndonos a
nosotros mismos) que lo niegan. Con eso la soberana de Dios es lo que el mundo considera una forma
extraa de poder, no una fuerza pura, sino la fuerza del amor sufriente. Alabar al Seor significa elegir,
como lo mostr Jess, ser un siervo sufriente. Significa que viviremos por fe, no confiando en nosotros
mismos (v. 18), sino encomendando la vida y futuro al Dios cuyo nombre permanece para siempre (v. 3)
vase el Comentario sobre los Salmos 8; 100; 104; 115).
SALMO 136
Comentario
El Salmo 136 est claramente relacionado con el Salmo 135, con el cual parece formar un apndice de los
Cantos de las Subidas (vase el Comentario sobre el Salmo 135). Ambos son cantos de alabanza, y ambos
inician citando la bondad del Seor como la razn bsica para la alabanza (135.3; 136.1). Adems, Sal
136.2-3 recuerda a Sal 135.5 y Sal 136.5-9 se puede ver como una versin ampliada de 135.8-12. Debido
a su recital extenso de las grandes maravillas de Dios (v. 4), el Salmo 134 a menudo se ha categorizado
juntamente con los Salmos 78; 105-106 como un salmo histrico. Esta etiqueta es de ayuda mientras que
sea claro que estos salmos no son meramente ensayos objetivos de la historia de Israel. Cada uno de estos
cuatro salmos destaca la palabra hebrea que se traduce como maravillas ( niplaot) en 136.4
(aunque las traducciones de esa palabra difieren; vase Sal 78.4, 11-12, 32; 105.2, 5M 106.7, 22).
Brueggemann toma prestado la reflexin de Martin Buber sobre esta palabra y sugiere que los salmos
histricos han de verse bajo la rbrica del asombro permanente. Su enfoque no es tanto en el pasado
como en el presente mientras ellos buscan provocar una respuesta de obediencia, peticin, gratitud y
nueva posibilidad poltica. En resumen, el Salmo 136 expresa la demanda de Dios sobre el mundo, y
demanda la respuesta del lector (vase el Comentario sobre los Salmos 78; 105; 106).
La caracterstica ms obvia del Salmo 136 es el refrn idntico con el cual concluye cada verso. Salmo
136.1 mismo forma un breve himno que aparece varias veces en otras partes (vase 1 Cro 16.34; Sal
106.1; 107.1; 118.1, 29). Casi idnticas, pero ms breves las formulaciones aparecen en 2 Cro 5.13; 7.3;
20.21 y Esdras 3.11, donde el contexto indica que la congregacin las utiliz como respuestas litrgicas
durante los servicios de adoracin. Con ello las porcin final de una frmula litrgica aparentemente
estndar forma el refrn del Salmo 136, que lleva la marca consecuentemente de una liturgia responsorial.
Esto es, la congregacin probablemente cantaba el refrn en respuesta al canto de la primera parte del
verso de parte del lder. Aunque no hay certeza absoluta, el Salmo 136 ms que cualquier otro salmo
demuestra la probabilidad del uso litrgico responsorial. La situacin precisa de su uso antiguo sigue
siendo incierta.
Cuando el Salmo 146 es considerado como el producto literario en su ubicacin actual dentro del
salterio, el efecto del refrn es dar una dimensin teolgica explcita a este recital del relato de Israel.
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Como se sugiri anteriormente, el ensayo no significa que sea objetivo. Ms bien, por medio del refrn, el
salmista afirma que cada aspecto y momento de la historia de Israel desde la creacin (vv. 5-9) hasta el
xodo (vv. 10-15) luego al viaje por el desierto (vv. 16-20) hasta la posesin de la tierra (vv. 21-22) y
luego al momento presente (vv. 23-24), incluyendo el alimento diario (v. 25) est invadido por y depende
del amor inmutable de Dios. Como han indicado varios eruditos, los vv. 23-24 parecen llevar el relato ms
all del exilio hasta el retorno de Babilonia. Esto hace que el Salmo 136 sea congruente con la perspectiva
de los Cantos de las Subidas y con el propsito visible de los Libros IV-V que responde a la crisis del
exilio y a lo que sigue de l (vase el Comentario sobre los Salmos 90; 107; 120; Introduccin). De
cualquier manera, la respuesta fundamental de Israel ha de ser la gratitud (vv. 1-3; 26; vense las
reflexiones ms adelante).
Aunque es obvio que el refrn es la caracterstica estructural ms importante del Salmo 136, los
eruditos estn en desacuerdo en su comprensin de un bosquejo del salmo. Como se ha indicado
anteriormente, las dimensiones estructurales se pueden elaborar por el contenido (la creacin, el xodo,
etc.). La atencin a las formas gramaticales, no obstante, resulta en un bosquejo diferente. Por ejemplo,
siguiendo los imperativos introductorios (vv. 1-3), se introducen las razones subsecuentes para la alabanza
en varias lneas por medio de una preposicin seguida de un participio. Si este patrn marca las divisiones
estructurales, seran como siguen: vv. 4, 5, 6, 7-9. 10-12, 13-15, 16, 17-22. Un patrn diferente existe en
los versos 23-25 antes que el v. 26 retorne a un imperativo. Tal irregularidad bien puede representar la
irregularidad de la historia de Israel; sin embargo, muchos eruditos estn interesados en hallar una
estructura ms simtrica. Por ejemplo, varios proponen cuatro secciones principales. Cada una de las
primeras dos, vv. 1-9 y vv. 10-18, consiste de tres triadas de versos y las dos secciones finales, vv. 19-12 y
los vv. 23-26, consisten de cuatro versos cada uno. Jacob Bazak incluso sugiere que los patrones
geomtricos regulares estn formados por las divisiones ms pequeas as como la totalidad. Obviamente,
las propuestas de los eruditos difieres marcadamente. Debido a que atienden a diferentes criterios en cada
caso, no tienen que considerarse mutuamente excluyentes. Ms significativo en cada caso, son el refrn y
su demanda de que el origen y la historia del mundo y la de Israel estn inextricablemente vinculados al
amor de Dios.
136. 1-9. Los ttulos par Dios de los vv. 2-3 (vase tambin el v. 26) recuerdan a Sal 135.3. de nuevo,
el tema es la soberana, y la soberana exclusiva se reserva al Dios de Israel (vase el Salmo 82). Slo el
Dios de Israel hace grande maravillas (v. 4) que se enumeran en los vv. 5-22. A diferencia de otros
salmos histricos, las maravillas de Dios es este caso incluyen a la creacin (vv. 5-9). En otras palabras,
como en el Pentateuco, Israel aqu profesa que su historia comienza con la creacin. La afirmacin es
decisiva, porque sugiere que el relato especfico de Israel es parte del propsito maravilloso y
comprehensivo de Dios para todo el cosmos. El amor inmutable de Dios subyace y cuenta para el origen
del mundo. Realmente, el recital no concluye realmente hasta el v. 25, que regresa a la perspectiva
creacional de los vv. 5-9. Esta envoltura conceptual significa que el recital de la historia de Israel est
rodeada por las afirmaciones del amor de Dios para el mundo y para todas sus criaturas. Esto es, el amor
inmutable de Dios tambin es responsable de la providencia de Dios para toda la creacin (vase Sal 33.5;
36.5-9). Dios tiene todo el mundo en sus manos1 (Vase el Comentario sobre el Salmo 19; vanse
tambin los Salmos 33; 65-66; 135; 145-146, que tambin insisten en que la creacin del mundo y el
origen de Israel forman parte de la misma historia.)
El verso 4 est vinculado a los vv. 5-9 por medio de la repeticin del verbo hace/ realiza ( as,
vv. 4-5, 7; vase tambin Sal 135.6-7, 15, 18). El verbo aclara que el carcter esencial de Dios, cuya
esencia es el amor inmutable, se da a conocer por la actividad creadora, redentora y sustentadora de Dios.
El verso 5 trae a la mente Prov 3.19 y, por supuesto, este verso y los vv. 6-9 son una reminiscencia de
Gnesis 1. El verbo extender ( rak, v. 6) aparece como sustantivo expansin en Gn 1.14-15, 17
(vase Isa 42.5). Tambin las grandes lumbreras (v. 7) se mencionan en Gn 1.16, donde su funcin
tambin se describe de manera similar a Sal 136.8-9 (sin embargo, Gn 1.16 no los denomina sol y luna;
134
vase tambin Sal 148.3-4). El efecto de los vv. 5-9 es afirmar que la sabidura de Dios y el poder de Dios
estn a fin de cuentas motivados por y son manifestaciones del amor de dios.
136.10-22. En un sentido, el enfoque se reduce en los vv. 10-22 (vase Ex 12.29-15.21; Nm 21.21-35;
Josu 12.1-6; Sal 78.12-16, 23.30, 51-55; 105.26-45; 106.8-12; 135.8-12), pero el refrn efectivamente
comunica que en otro sentido decisivo el enfoque sigue siento tan amplio como lo fue en los vv. 5-9. En
otras palabras, la historia de la liberacin de Israel de Egipto (esto es, de la muerte) y la entrada a la tierra
(esto es, en la vida) todava sigue siendo la historia del cumplimiento de los propsitos creacionales de
Dios. Con seguridad, la particularidad es escandalosa, y muchas personas hallan particularmente
problemtico que Dios derribara grandes reyes (v. 17) y matara a reyes famosos (v. 18) como Sihn y
Og (vv. 19-20; vase Sal 135.10-11). Para mucha gente, esto no parece ser muy amoroso, pero el rudo
realismo indica que el amor de Dios no es simplemente sentimental. Los propsitos creacionales de Dios,
la voluntad de Dios de conceder vida a los amenazados y a los desposedos (vanse los vv. 23-24)
finalmente no puede estar en oposicin a la impunidad. Egipto y Faran hallaron esto excepcional (vv. 1720); otros reyes famosos hallaron esto excepcional (vv. 17-20); y, poniendo esta dinmica en una
perspectiva apropiada, el propio pueblo de Dios y sus reyes hallaron esto excepcional tambin el exilio
vio la destruccin de la monarqua, la muerte de muchas personas y la dispersin del pueblo de Dios
(vase el Salmo 137).
136.23-26. Aunque es posible que los vv. 23-24 hagan referencia simplemente al xodo y a los eventos
subsecuentes que se vuelven a contar en los vv. 10-12, es probable que llevaran el relato ms lejos por
medio de la reflexin del retorno del exilio. Con seguridad, habran sido entendidos ciertamente de esta
manera en la era post-exlica. En otras palabras, ni la oposicin de los grandes y famosos reyes ni del
propio pueblo de Dios podra impedir los propsitos del amor inmutable de Dios. Dios sigue trabajando,
haciendo lo que Dios ha echo previamente cambiando las cosas para los oprimidos (vase Ex 2.24). A
menos que la actividad sea percibida de manera muy estrecha, el v. 25 es un recuerdo de que la obra de
Dios es para el beneficio de toda carne (vese anteriormente lo que se dice sobre los vv. 5-9; vase
tambin Sal 104.14-15, 27-28; 145.15-16; 146.7; 147.9). Dios ama al mundo de tal manera.
A la luz del hecho de que los vv. 10-22 en particular describan la obra de Dios en la tierra, es
significativo que el v. 26 se dirija a Dios como el Dios de los cielos (vanse los vv. 5, 7-9). Con ello el v.
26, que recuerda a los vv. 1-3, es un recuerdo final de que Israel profesa que su Dios es el gobernador
csmico del universo.
Reflexiones
1. Como Bratcher y Reyburn sealan, la palabra amor inmutable es la palabra que ms expresa que
cualquiera otra la actitud de Yahveh hacia su pueblo. Pero ms que esto, de acuerdo al Salmo 136, el
amor inmutable caracteriza la actitud de Dios hacia todo el cosmos, incluyendo a la tierra y todas sus
caractersticas y a todas sus criaturas. Pueden no haber buenas nuevas ms profundas que stas que la
actitud de Dios hacia el mundo y la motivacin de Dios para la accin que resume el amor inmutable. Este
concepto, por supuesto, es decisivo a travs de todo el libro de los salmos y de cualquiera otra parte del AT
(vase por ejemplo, Exo 34.6-7; Sal 5.7; 13.5; 23.6; 25.6-7, 10; 33.5, 18, 22; 103.4, 8, 11, 17;
Introduccin). Como Ex 34.6-7 aclara de manera eminente, el amor inmutable implica inevitable la gracia
de Dios. Con ello el Salmo 136 a fin de cuentas afirma que el origen, la continuidad y destino del cosmos
dependen de la gracia de Dios.
2. Esta profesin de fe efusiva es decisiva para la elaboracin de la particularidad escandalosa de los
vv. 10-22, para que estos versos no se vean descartados simplemente como propaganda nacionalista o se
mal usen para apoyar la nocin de que Dios es parcial a un grupo particular de gente. Particularmente es
necesario y deseable, pero cualquier construccin de la voluntad de Dios es malograda si falla en tomar en
cuenta el amor de Dios para toda la creacin (vv. 5-9) y la intencin de Dios de proveer para toda carne
135
(v. 25). En otras palabras, el Salmo 136 proclama que Dios gobierna al mundo. Con ello se suma a los
dems salmos histricos en la medida en que determinaba los desafos a la autonoma de la razn y de la
autonoma del poder. La gratitud a la cual Sal 136.1-3, 26 nos invita asumir la forma de sumisin
humilde de nuestras voluntades a la voluntad de Dios. Nuestras vidas y la vida del mundo ser recibida
como dones amorosos y graciosos de Dios. El Salmo 136 nos llama a vivir dependiente no de nosotros
mismos, sino de Dios (vase el Comentario sobre los Salmos 1; 2).
3. El uso del Salmo 136 en la Vigilia de Pascua es una ilustracin de la realidad de que este salmo
histrico contina hablando a la gente en y respecto al presente. Su uso en este contexto litrgico tambin
afirma la conviccin cristiana de que el amor inmutable de Dios continu y contina siendo manifestado
en la vida, muerte y resurreccin de Jess. Al igual que el Salmo 136, Jess anunci la demanda de Dios
sobre todo el mundo, e invit a la gente a entrar en el reino de Dios (vase Marcos 1.14-15). Jess
proclam, represent y encarn la gracia maravillosa de Dios y la incomparable buenas nuevas de que
ama y provee inmutable y eternamente para el mundo (vase Juan 3.16-17). Al notar el movimiento del
Salmo 136 de la creacin de Dios del cosmos (vv. 5-9) a la provisin de Dios del pan cotidiano (v. 25),
May concluye:
Que baja el relato a toda comida y convierte la recitacin de las obras poderosas de Yahveh en un
prefacio de toda bendicin que se pronuncia sobre el alimento que comemos. Lleva a ser visible aqu el
porqu nuestro Seor nos ense a orar por la venida del reinado de Dios y por el don del pan cotidiano
en una oracin breve. Ambos forman parte del continuo de las obras poderosas de Dios. Toda la historia
y cada da de vida estn contenidos en el relato del amor inmutable de Yahveh.
SALMO 137
Comentario
H. J. Kraus llama al Salmo 137 el nico salmo del salterio que se puede fechar confiablemente. Si no
fue compuesto en Babilonia durante el exilio (587-539), debi haber tenido su origen poco despus del
retorno a Jud, cuando la pena del exilio an estaba fresca en las mentes y corazones del pueblo. Es
completamente posible que haya sido escrito por un miembro de la comunidad levtica, que era
responsable de la msica y del cano en el Templo (vase 2 Cro 25.1-8; Esdras 2.40-42).
La combinacin de las voces en la primera persona del plural y singular, el enfoque en Jerusaln e
incluso la amplitud del salmo lo hacen similar a los Cantos de las Subidas (Salmos 120-134). Dadas las
similitudes entre los Salmos 134 y 135, as como de los Salmos 135 y 136, es probable que los Salmos
135-137 formaran parte de un apndice de los Cantos de las Subidas (vase el Comentario sobre los
Salmos 135; 136). A la luz de Sal 135.12 y 136.21-22, el sentido de prdida y dolor expresados por el
Salmo 137 es de lo ms agudo. La perspectiva claramente exlica o poco despus del exilio del Salmo 137
es congruente con el propsito visible de los Cantos de las Subidas y de los Libros IV-V para responder a
la crisis del exilio y de lo que sigui a l (vase el Comentario sobre los Salmos 90; 107; Introduccin).
La estructura del Salmo 137 es discutida, pero la mayora de los eruditos sugiere tres divisiones. Los
sugeridos por la NVI y la NRSV son aceptables, pero probablemente sea mejor combinar el v. 4 con los
vv. 1-3. De acuerdo a esta perspectiva del Salmo, los vv. 1-4 expresan la pena del exilio, y los vv. 7-9
expresan la rabia del exilio y el deseo de venganza. En medio de ambos, en el corazn literario y
conceptual del poema, los vv. 5-6 se enfocan en la actividad decisiva del recuerdo. El concepto central
vincula los vv. 5-6 con los vv. 1-4, en el cual los exiliados recuerdan a Jerusaln (v. 1), y a los vv. 7-9, en
los cuales se le pide al Seor que recuerde a Jerusaln tambin (v. 7). De esa manera la importancia de la
memoria o recuerdo es penetrante, tanto literal como conceptualmente. Para los exiliados, recordar a Sin
136
significa fidelidad al lugar de Dios y a los propsitos en curso de Dios. Es un acto de resistencia; en una
tierra extraa (v. 4), ellos no podran cantar, pero ellos podran y deberan recordar y lo hicieron.
137.1-4. Babilonia no se pareca en nada al hogar para los exiliados, y el salmista expresa la realidad
penosa de recordar a Sin en los vv. 1-4. La extraeza geogrfica de la tierra, con su sistema de canales
entre el Tigris y el ufrates los ros de Babilonia pudo haber exacerbado la pena cuando se recordaba a
Jerusaln. Por supuesto, las cosas slo empeoraban ante la invitacin sarcstica de sus opresores (v. 3), el
efecto del cual era preguntar: Dnde est tu Dios? (vase Sal 42.3, 10, 79.10). No haba otra cosa que
hacer sino llorar, porque el canto estaba fuera de lugar en su presente ubicacin (vv. 2, 4; vase Lam 1.2,
16, donde la Jerusaln personificada llora por la devastacin del exilio, y ntese Lam 17, donde Jerusaln
tambin recuerda ; vase tambin Sal 42.3). El canto de Yahveh2 (v. 4) quizs ha sido uno de los
gozosos cantos de Sin (v. 3; vase el Comentario sobre los Salmos 46; 48; 76; 84; 87; 122). Se
pudieron haber cantado slo en Jerusaln, la casa del Seor, y no en Babilonia.
137.5-6. Aunque el pueblo no poda cantar en Babilonia, ellos tambin recordaban su lugar de
nacimiento. La estructura quistica de los vv. 5-6a hace nfasis sobre esta actividad decisiva:
A Si me olvido de ti, Oh Jerusaln,
B Que se seque mi mano derecha!
B Que mi lengua se pegue en mi paladar,
A Si no me acuerdo de ti,
El dirigirse a Jerusaln en forma personificada como t en los vv. 5-6, la voz individual afirma que
Jerusaln no es recordada, entonces la msica y canto llegarn a ser imposible para siempre. La mano
derecha seca no ser capaz de rasgar las cuerdas del arpa (vase el v. 2) y la lengua paralizada no ser
capaz de cantar. As de penoso es para el pueblo recordar Jerusaln (v. 1), pero ser ms penoso para ellos
no recordar, porque estos recuerdos ofrecen esperanza, de hecho vida, en medio de la vida (vv. 1-4) y
devastacin del exilio (vv. 7-8).
137.7-9. La peticin del pueblo para que Dios se acuerde de ellos (v. 7) es una splica para que Dios
participe en su sufrimiento. Aunque el salmista expresa esa peca como dolor en los vv. 1-4, el salmista da
voces a esa pena como ira y coraje en los vv. 7-9. La ira est dirigida primero contra Edom (v. 7), quien
aparentemente tom ventaja del infortunio de Jerusaln en manos de los babilonios (vase el Libro de
Abdas, esp. los vv. 10-14; Eze 35.5-15; vase tambin Lam 1.20-22; 3.64). No es sorprendente toda vez
que fueron los babilonios quienes destruyeron a Jerusaln y llevaron al pueblo al exilio, el salmo concluye
dirigindose a Babilonia personificada (comprese la personificacin de Jerusaln en los vv. 5-6). Aunque
los vv. 8-9 ofenden nuestras sensibilidades, y legalmente as es, es necesario sealar que expresan
meramente un sentimiento que la mayora de los americanos demandara; esto es claro en el v. 8. La
conquista babilnica de Jud ciertamente implic la muerte de muchos de Judea, incluyendo nios, que
representaban el futuro de un pueblo. El verso 9 sugiere que los babilonios merecen lo mismo. Como
Kraus indica respecto al v. 9, debera entenderse no slo como la expresin de un individuo particular,
sino tambin como una referencia a la crueldad de la guerras antiguas en general, las prcticas tpicas de
ello se refleja en 2 Re 8.12; Isa 13.16; Oseas 10.14; Nah 3.10 (vase tambin Apo 18, esp. los vv. 6, 20-24,
para otra expresin del deseo de venganza contra Babilonia). Con ello, en vista del contexto cultural, el
deseo expresado en los vv. 8-9 representa un principio que la mayora de los americanos rutinariamente
adoptan: el castigo debe corresponder al crimen. Aquellos que han privado a otros de un futuro no
merecen futuro (vase el Comentario sobre el Salmo 109).
Reflexiones
137
1. Quizs debido a que es un salmo acerca del canto (cantos / canto se utilizan cinco veces en los vv.
3-4), el Salmo 137, con la omisin de los vv. 7-9, a menudo se le ha puesto msica y se ha utilizado en
servicios de adoracin. Sin embargo, el salmo en su totalidad, incluyendo su conclusin espantosa, tiene
mucho que ensearnos acerca de la oracin, acerca de nosotros mismos y acerca de Dios. Una cosa que
nos ensea, por ejemplo, es la leccin de que en situaciones extremas, el dolor y la ira son inevitables e
inseparables. La peor respuesta posible ante el mal monstruoso es no sentir nada. Lo que debera sentirse
por las vctimas y en favor de las vctimas son dolor, rabia, coraje. En la ausencia de estos sentimientos,
el mal llega a ser algo aceptable. En otras palabras, olvidar significa sucumbir ante el mal, secarse y morir;
recordar significa resistir, ser fiel y vivir de nuevo.
Desde esta perspectiva, la explosin de ira del salmista en los vv. 8-9 es tanto una necesidad
psicolgica como teolgica. El salmista est motivado hacia la venganza por lealtad a Jerusaln de
hecho, lealtad a Dios! John Bright dice del salmista: No sera mucho decir que l odiaba as debido a
amaba as. es ms. No hay evidencia de que el salmista llevar a cabo el deseo expresado de venganza.
Ms bien, el salmista expresa estos sentimientos a Dios en oracin (v. 7) y aparentemente los lleva a Dios.
Con ello el ciclo de violencia se rompe por la honestidad del salmista con Dios (vase el Comentario sobre
el Salmo 109).
El Salmo 137 como una totalidad, entonces, es una invitacin a un tipo de oracin que es apasionada
en su honestidad expresa. Orar significa ofrecernos a nosotros mismos y nuestros deseos ira lo mismo
que dolor a Dios y saber que Dios nos ama como somos. Este aspecto del Salmo 137 representa un viaje
a la encarnacin, Dios decide revelarse a travs de un pueblo de las mismas pasiones como las
nuestras. Deberamos reconocer que nosotros no somos menos vengativos de lo que era el salmista. Pero
las buenas nuevas es que Dios nos ama y decide usarnos de cualquier manera. Con ello el Salmo 137
apunta a fin de cuentas al perdn. Incluso es posible que la expresin catrtica del salmista de venganza
represente un primer paso hacia el perdn de los victimarios. De manera similar, despus de proclamar el
perdn de los pecados de parte de Dios que los llev al exilio (Isa 40.1-2), Isaas proclama la palabra de
Dios de que la misin del Israel de el exilio y del post-exilio es ser una luz a las naciones, que mi
salvacin pueda alcanzar el fin del muno (Isa 49.6 NRSV). El deseo de venganza da paso a una misin
para salvar. El odio ha reemplazado por la esperanza.
2. En nuestro tiempo, el Salmo 137 no puede ayudarnos a recordar acerca del Holocausto, la
vitimizacin monstruosa del pueblo judo durante la II Guerra Mundial. El sobreviviente del Holocausto
Elie Weisel ha dedicado su vida a asegurar de que el mundo recuerde lo que pas. Weisel dice
frecuentemente que l puede tolerar el recuerdo del silencio, pero no el silencio del recuerdo. En otras
palabras, el Holocausto se puede recordar con horror indecible el silencio. Pero debera ser recordado. El
recuerdo es penoso; el dolor siempre es penoso. El recuerdo es inquietante; la ira siempre inquieta. Pero
recordar tambin significa resistir las mismas cosas que sucedieron otra vez. Recordar significa escoger
vivir y ser fiel al propsito de Dios de vida para todo el pueblo.
Dada la mencin de los pequeos en el v. 9, es especialmente revelador considerar la preocupacin
especial de Elie Weisel por los nios. Quizs, es una clava de la ltima direccin y significado del
recuerdo en el Salmo 137 esto es, el dolor y la rabia dan energa a la memoria que eventualmente asume
la forma de compasin. Aunque no es explcito, podemos suponer que la sumisin de la ira del salmista a
Dios contrarresta la venganza en curso sobre los enemigos. Al menos es confortante pensar que la vida de
Weisel apoya esta presuposicin. Su recuerdo de victimizacin, un recuerdo sostenido ciertamente por el
dolor y la ira, ahora se expresa como compasin por los vulnerables y como fidelidad al propsito de vida
de Dios para todos los hijos de Dios. Considera las propias palabra de Weisel:
Cuando veo un nio, cualquier nio, derramo lgrimas en mis ojos (vase Sal 137.1). Especialmente
los mos, especialmente los nios judos, pero cualquier nio. Nosotros (los sobrevivientes del
138
Holocausto) queremos cuidar a los nios 24 horas al da. Queremos abrigarlos, no mostrarles otra cosas
que gozo y belleza. Y aunque queremos que ellos sepan...
Cuando habla de la vida, quiero decir nios. Para m, nada es ms sagrado, nada es ms divino que la
vida de los nios. Hay dos absolutos, la vida y la muerte. Yo escojo la vida.
Para los sobrevivientes de la victimizacin, antiguos o modernos, expresar la pena y el coraje significa
vivir. si la vida de Weisel se puede tomar como evidencia, tal expresin es un primer paso necesario en un
proceso de toda la vida de recuerdo, que a fin de cuentas se convierte en una compasin por los dems que
est fundada en la compasin de Dios para todos.
3. Un salmo acerca del recuerdo que expresa tanto la pena de la muerte como el albergar la esperanza
de vida no puede ayudar a los cristianos a recordar la Santa Cena y las palabras de Jess: Haced esto en
memoria de m (Lucas 22.19). Recordar el sacrificio de Jess es penoso, porque tiene que recordar su
muerte. Pero en el recuerdo hay esperanza, por proclamis la muerte del Seor hasta que l venga (1
Cor 11.26). El verso final de la parfrasis mtrica del Salmo 137 de Ewald Bash capta este sentido de
esperanza:
Que tu cruz sea bendicin
Para hombres atados a la tirana:
Por el poder de la resurreccin
Libralos a ellos de la cautividad.
El recuerdo, que se halla en el centro del Salmo 137, tambin se hala en el centro de la fe cristiana. En un
sentido profundo, el Salmo 137 puede ser una oracin cristiana. Se puede orar como un acto de honestidad
acerca de nuestra venganza. Se puede orar por las vctimas, por aquellos que estn en cautividad y por
nosotros mismos, toda vez que sabemos lo que en inevitable para las vctimas y victimarios. Mientras
oramos y reflexionamos sobre el Salmo 137, recordamos y se nos vuelve a ensear la pena del exilio, el
horror de la guerra, la verdad acerca de nosotros mismos, el terror de la desesperanza y de la muerte, la
soledad de una cruz. Pero mientras oramos y reflexionamos sobre el Salmo 137, se nos ensea a someter
nuestra fragilidad y finitud a Dios; comenzamos un viaje que transforma el dolor y la ira en compasin;
afirmamos que la vida es vivida y prometida en medio de la muerte; y anticipamos y celebramos un poder
de una resurreccin que no libera de la cautividad.
SALMO 138
Comentario
Al Salmo 138 tradicionalmente se le ha clasificado como un canto individual de accin de gracias, y el v.
2 a menudo se ha tomado como elemento clave de su situacin y uso originales. Despus de haber sido
liberado de la afliccin (v. 3), el salmista ha ido al Templo a ofrecer alabanza (vv. 1-2), quizs juntamente
con un sacrificio de accin de gracias. Aunque esta propuesta es plausible, no cumple completamente lo
distintivo del Salmo 138 ni explica la ambigedad fundamental; parece que el salmista ya ha sido liberado
(v. 3a), pero el salmista contina orando por liberacin. Esta ambigedad deja abierto el camino a una
aproximacin teolgica del Salmo 138 (vanse las reflexiones ms adelante).
El intento de comprender la situacin y el uso original del Salmo 138 tambin falla en tomar en cuenta
el posible significado de su presente ubicacin literaria. Una de las caractersticas distintivas del Salmo
138 la ofrenda de alabanza del salmista no simplemente ante Israel, sino tambin ante los dioses (v.
1) recuerda a Sal 135.5 y a 136.2-3. Existen vnculos adicionales con los Salmos 135-136 tambin. Por
139
ejemplo, la alabanza del salmista est dirigida al nombre de Dios (v. 2; Sal 135.1, 3), y ambos salmos
proclaman la grandeza de Dios (vase 135.5; 138. 5). Adems, al dar gracias a Dios (vv. 2-3), el salmista
hace precisamente lo que Sal 136.1-3, 26 invita, y el salmista est agradecido por el amor inmutable de
Dios (vv. 2, 8; el v. 8 recuerda especialmente el refrn del Salmo 136). Dadas las conexiones entre el
Salmo 138 y los Salmo 135-136 y considerando tambin la inmersin del Salmo 137, es razonable
concluir con Mays que el Salmo 138 se puede entender como un canto de alabanza general de parte de la
comunidad restaurada en el periodo post-exlico, escrito bajo la influencia de los profetas cuyas palabras
fueron recopiladas en Isaas 40-66 (vase ms adelante para las similitudes con Isaas 40-66).
Especialmente en su presente contexto literario, entonces, el mensaje del Salmo 138 est en armona
con los propsitos visibles de los Libros IV-V para manejar la crisis del exilio y de lo que sigui de l
(vase el Comentario sobre los Salmos 90; 107; 120; Introduccin). Aunque no es posible una prueba
concluyente, parece que el Salmo 138 sirve como una clase de transicin entre los Cantos de las Subidas
(Salmos 120-134), incluyendo su apndice (Salmos 135-137) y la subsecuente coleccin davdica (Salmos
138-145). Esta coleccin llega a su fin con un salmo que parece sonar como la alabanza (vase 144.1-10)
y oracin (vase 144.11-15) de la comunidad post-exlica. El Salmo 145 entonces recuerda al Salmo 138
como si explcitamente afirmara la soberana de Dios y celebrar el amor inmutable de Dios. Entre los
Salmos 138 y 144-145 son cinco salmos los que se caracterizan por la queja y peticin por liberacin del
malvado. Esta ubicacin del los Salmos 139-143 en el Libro V, incluyendo su estructura por los Salmos
138 y 144-145, exhorta a una lectura corporativa de estos salmos de parte de la comunidad post-exlica.
Aunque estos salmos pudieron haberse originado como oraciones individuales, ciertamente fueron capaces
de hablar de la crisis del exilio y de lo que sigui de l en armona con la respuesta del Libro V (vase el
Comentario sobre los Salmos 107; 108; Introduccin).
Las divisiones estructurales indicadas por la NRSV han de preferirse. En los vv. 1-3, el salmista
describe su propia aproximacin a y su relacin con Dios. El enfoque cambia a los reyes de la tierra en
los vv. 4-6, aunque, como sugiere la NVI, es posible relacionar el v. 6 ms ntimamente con los vv. 7-8.
Quizs es prepositivo que sea transicional. De cualquier manera, los vv. 7-8 claramente se enfocan de
nuevo en el salmista y en Dios.
138.1-3. La primera seccin el salmo comienza con la presentacin del salmista de todo su ser a Dios
en accin de gracias con todo mi corazn (v. 1a; vase 1 Re 8.23; Sal 9.1; 119.2, 10, 34, 58, 69, 145;
Jer 3.10; 24.7). El nico v. 1b tiene un tono polmico, el cual se capta mejor por una traduccin literal que
resulta en el idioma contemporneo en tu rostro, ante ti. El salmista ofrece alabanza ante los dioses,
casi negndoles a ellos con desdn la soberana (vase Sal 58.1-2; 82.1). Para el salmista doblegarse
hacia tu santo templo (lugar) significa profesar que slo Dios es soberano, el nico proveedor de su vida
(v. 2a; vase tambin el v. 7).
El salmista es capaz de presentar toda su vida a Dios, debido a que el salmista confa que el carcter de
Dios es para manifestar el amor inmutable ( hesed) y la fidelidad ( Emet, v. 2v; la palabra
nombre puede connotar carcter o reputacin). Estas dos palabras se utilizan para la auto-revelacin de
Dios a Moiss (Ex 34.6-7) y llegaron a formar parte de una profesin bsica de la fe de Israel (vase la
Introduccin). Se aparean frecuentemente en los salmos como la base para una peticin de ayuda a Dios
(vase 40.11-14; 115.1-2) o como una profesin de confianza (vase 57.2; 85.10-13). El que se pueda
depender de Dios tambin se recalca en el v. 2c. El hebreo es difcil (vase la nota de la NRSV), pero
quizs se podra traducir de manera interpretativa como tus promesas sobrepasan incluso tu fama (NJB).
Sin embargo la palabra de Dios est elaborada generalmente como revelacin de Dios o como
promesas de Dios en forma escrita (vase Sal 119.11, 38, 41) se percibe aparentemente de parte del
salmista como una manera muy personal de dirigirse (v. 3a). De nuevo, el v. 3b es difcil, pero parece ser
la afirmacin del salmista que l o ella es fortalecido(a). La palabra de Dios da vida (vase Deut 8.3; Mt
4.4).
140
138.4-6. La seccin segunda del salmo (vv. 4-6) indica que la experiencia del salmista es universal
(vase la NRSV como opuesta a la NVI, que elabora los vv. 4-5 como peticin). De alguna manera, todos
los reyes de la tierra han sido alcanzados por las palabras de Dios ( Imr, v. 4; vase palabra en el
v. 2) y ellos se unen al salmista para dar gracias a Dios (alabanza en el v. 4 traduce el mismo verbo
hebreo que dar gracias en los vv. 1-2). El verso 5a afirma que los reyes rinden su soberana en
reconocimiento de la soberana de Dios (vase Isa 49.7; 52.5). Ellos celebran los caminos de Yahveh en
vez de ejercer su propia voluntad. Esto es precisamente lo que el Salmo 2 al principio del salterio
amonesta a los reyes de la tierra a realizar para no perecer (2.10-12). Para los reyes de la tierra como para
el salmista, la palabra de Dios da vida.
No debe sorprendernos que gloria ( kabod, v. 5b) en todas partes se asocie con el reconocimiento
y celebracin del reinado de Dios (vase Isa 6.1-8; Sal 24.7-10; 29.1-3, 9-11; 97.1, 6; 145.10-13; vase
tambin Isa 40.5), as como la palabra grande ( gadol; vase Sal 47.2; 48.1; 95.3; 135.5; la misma
raz hebrea aparece tambin en 138.2 como exaltado). Para que los reyes de la tierra o cualquier otro no
malentienda, no obstante, la naturaleza de la soberana extraa de Dios se aclara en el v. 6, que es una
reminiscencia de 1 Sam 2.1-10 y Sal 1134-9 (vase tambin Isa 57.15). El verso 6 expresa con ello los
valores en desorden (invertidos) que prevalecen en el reino de Dios (vase ms adelante las Reflexiones).
138.7-8. Como lo indica la divisin del salmo de la NVI, el v. 6 al menos prepara para el retorno a la
situacin personal del salmista en los vv. 7-8. Aquellos que abandonan la auto-suficiencia y se someten
personalmente al reino de Dios indudablemente experimentarn problemas y tendrn enemigos (v. 7). El
salmista afirma que Dios me da vida en medio del problema, no despus de l.
Liberacin/salvacin/vida (vase Sal 3.2, 7-8) no slo es una realidad presente sino que es algo que
todava espera el cumplimiento (v. 8a; vase Sal 57.2-3, donde se hace la misma afirmacin en el contexto
de confianza en el amor inmutable y en la fidelidad de Dios). Como en el v. 2, la capacidad del salmista de
encomendar su vida y futuro a Dios est fundamentado en el amor inmutable de Dios (v. 8b). La
dimensin del todava node la liberacin es evidente en la peticin final (v. 8c). La palabra hebrea que
se traduce como dejar ( rap) significa ms literalmente dejar caer, caer, un significado que es
probable en un contexto que hace referencia a las manos tres veces (vv. 7-8). Por ello la peticin afirma la
confianza del salmista de que l o ella estn en la manos de Dios. Las obras de tus manos (v. 8 c)
ciertamente incluye al salmista (vase Job 14.15, donde una persona individual se designa as). Pero la
frase tambin se podra entender de manera ms inclusiva, especialmente a la luz de la afirmacin de la
soberana de Dios en los vv. 4-5. En trminos de la forma en que se escuchaba el salmo en el post-exilio,
la frase puede designar a todo el pueblo (vase Isa 64.8) y las obras de Dios en otras partes incluye a
todas las criaturas, y de hecho, a toda la creacin (vase Sal 104.24). Dios y no los dioses (v. 1)
gobierna al mundo.
Reflexiones
1. La peticin final del Salmo 138 implcitamente afirma lo que los cristianos afirman con el canto de un
canto popular bien conocido: tiene a todo el mundo en sus manos de Dios. Al igual que el salmista,
hacemos esta afirmacin en medio de toda clase de problemas, oposicin y de la aparente evidencia de lo
contrario. En otras palabras, la proclamacin de que Dios gobierna al mundo es escatolgica (vase el
Comentario sobre los Salmos 2; 65; 66; 93; 95; 96; 97; 98, 99; Introduccin). En medio del todava no
de nuestras vidas y de nuestro mundo, es nuestra manera de profesar nuestra confianza de que Dios llevar
a cabo los propsitos de Dios para nosotros y para nuestro mundo.
La perspectiva escatolgica del Salmo 138 significa que siempre viviremos en medio de la
ambigedad fundamental que caracteriza al salmo. Esto implica decir que siempre nos hallaremos
simultneamente a nosotros mismos profesando la liberacin de Dios y orando por la liberacin de Dios
(v. 8c) tuyo es el reino y venga tu reino. La aparente ambigedad es realmente una representacin
141
de la realidad de la vida de fe. Como pueblo fiel, sabemos que las experiencias de gracia no alteran nuestra
necesidad esencial y perpetua. El Salmo 138 a fin de cuentas con ello nos ensea acerca de la dependencia
en Dios y nos llama a ella. Tal dependencia en Dios en lugar de depender en nosotros mismos o en los
dioses de nuestras obras (vase v. 1b) nos capacita para vivir en el presente con seguridad (v. 7; vase Sal
23.4), ofreciendo todo nuestro ser y vida a Dios (v. 1a).
2. El verso 6 es un recuerdo particular de que conocer el reinado de Dios y vivir en dependencia en
Dios significa una transformacin de qu valor tiene el mundo y para quin. El canto de Ana (1 Sam 2.110), que recuerda el v. 6, es retomado por Mara en anticipacin del nacimiento de Jess (vase Lucas
1.46-55, esp. los vv. 51-53). Jess encarn la soberana extraa de Dios y los valores que transforman el
mundo, distancindose a s mismo del orgulloso y del poderoso en favor del humilde. Jess nos mostr lo
que significa vivir en dependencia fundamental en Dios, el ofrecer todo el corazn agradecido de uno a
Dios.
3. La profesin de que Dios gobierna al mundo claramente es apropiado para el tiempo de Epifana,
con el cual se asocia el Salmo 138. Al igual que todas las proclamaciones del gobierno de Dios, el Salmo
138 nos llama a la decisin. Nos invita a unirnos al salmista y a los reyes de la tierra en la alabanza a Dios
y a ofrecernos a nosotros mismos a Dios con todo nuestro corazn.
SALMO 139
Comentario
La palabra clave en el Salmo 139 es conoce/conocimiento (vv. 1-2, 4, 6, 14, y dos veces en v. 23).
Pudiera ser meramente coincidencia que ocurriera siete veces el nmero que significa plenitud o algo
completo pero tal patrn refuerza apropiadamente el mensaje que el salmista es plena y completamente
conocido por Dios. Este mensaje penetra los primeros dieciocho versos del salmo y sirve como
fundamento para las peticiones y afirmaciones de los vv. 19-24. Los eruditos con frecuencia sugieren que
estos versos finales ofrecen una clave para el origen del Salmo 139. Es posible que el salmista hubiera
sido acusado de idolatra y que la apelacin en los vv. 23-24 sirve como la afirmacin del salmista de
inocencia (vea Salmos 7; 17; 26). De todas maneras, la seguridad del salmista de ser conocido por Dios y
de pertenecer inseparablemente a Dios trasciende las circunstancias particulares del origen del salmo. Ha
comunicado buenas nuevas a personas en todos los lugares y tiempos. De hecho, la posicin literaria del
Salmo 139 sugiere la posibilidad de que sirviera para expresar la seguridad y los deseos de la comunidad
post-exlica (vea Comentario en Salmo 138; Introduccin).
Aunque el Salmo 139 ha sido analizado estructuralmente en una variedad de formas, la conclusin
ms simple es aquella representada por la NRSV. Los versos 1-6 se enfocan en el conocimiento de Dios de
las acciones, pensamientos y palabras del salmista. La pregunta en el v. 7 introduce una nueva seccin y
la respuesta en los vv. 8-12 afirma el conocimiento de Dios del salmista en la forma de una presencia
ineludible. Los versos 13-18 trazan el conocimiento ntimo de Dios del salmista hasta la actividad
creadora de Dios. El cambio que toma lugar en el v. 19 se seala por medio de la introduccin: al impo
y sanguinarios que son los enemigos del salmista y de Dios; los vv. 19-24 efectivamente contrastan el
comportamiento rebelde de aquellos enemigos con la lealtad del salmista a Dios.
139:1-6. La primera palabra misma del salmo es el nombre divino Yahveh y la primera palabra
misma del v. 2 es el pronombre hebreo enftico t. Aunque los vv. 1-6 a menudo son descritos como una
declaracin de la omniciencia de Dios, lo que realmente le importa al salmista sobre Dios es que el t
divino me conozca. Cuatro de las siete ocurrencias de la palabra conocer ( yada) estn en los vv.
1-6 y ambos verbos del v. 1 ocurren de nuevo en el v. 23, indicando que el salmista desea ser y es
plenamente conocido por Dios. Como Patrick D. Miller lo expone: Desde el principio hasta el fin es yo
142
y t.1 Los versos 2-4 aclaran que Dios conoce al salmista por completo hechos (vv. 2a, 3; vase
camino(s) en vv. 3, 24), pensamientos (v. 2b) y palabras antes de que estas sean expresadas (v. 4). Tal
conocimiento, que el salmista describe como demasiado maravilloso (v. 6); vase Sal. 131:1),
fcilmente se pudiera concebir como una amenaza. De hecho, tal parece que hay una ambigedad en la
mente del salmista. Por ejemplo, el verbo en la frase me rodeaste ( sur, v. 5) puede tener el sentido
de sitiar, reducir a un lugar, o proteger. Se puede entender la ambigedad, porque es riesgoso
desprenderse del rodeo engaoso bajo el cual la mayora de los hombres se refugian, como Juan Calvino
describe la postura del salmista. 2 Ser plenamente conocido es ser completamente vulnerable, pero en su
totalidad, ciertamente el salmista celebra como buenas nuevas la realidad maravillosa y misteriosa de que
su vida est accesible a Dios en cada forma y en cada momento.
139:7-12. Desde el principio de la Biblia, la palabra espritu ( ruah, o viento/ aliento) es una
manera de indicar la presencia de Dios (vase Gn. 1:2; vase tambin la proximidad de espritu y
presencia, o ms literalmente rostro, en Is. 63:9-10). En realidad, la mencin de cielo, alba, y
mar recuerdan la actividad creadora de Dios (vea ms abajo sobre vv. 13-14). Aunque los vv. 7-12 a
menudo se elaboran como una declaracin de la omnipresencia de Dios, el asunto decisivo para el salmista
es que la presencia de Dios es ineludible. De nuevo, el yo y t son prominentes; adems, existe una
posible ambigedad. Por ejemplo, la palabra huir ( barah, v. 7) generalmente indica un intento de
huir (vase Ams 9:2-4, que es similar a los vv. 7-12 y donde la ineludible presencia de Dios es
claramente malas noticias). Pero de nuevo, la conviccin de la presencia de Dios es fundamentalmente
buenas nuevas para el salmista (vase Job 23:8-10), quien est convencido de que Dios me guiar... y me
sostendr (v. 10; vase Sal. 73:23-24). En un caso de alcance potico entusiasta (vea arriba sobre Sal.
22:29-31; 49:15), el salmista afirma que Dios est all aun en el Seol (v. 8), una afirmacin que
contradice el punto de vista ms comn de que el Seol es una esfera ms all del alcance de Dios (vea Job
17:12-16; Sal. 6:5; 30:3, 9; 88:3-7). Parece haber un trasfondo mtico detrs del v. 9, pero de cualquier
manera, la imagen comunica una situacin extrema. La palabra tiniebla(s) ( hoshek), que aparece
cuatro veces en los vv. 11-12, se asocia en otras partes con las fuerzas del caos y la muerte (vase Job
12:22; 17:12-13; Sal. 23:4; 88:6, 12, 18). Pero las fuerzas de las tinieblas son dispersadas por la luz de
Dios (vea Juan 1:5). La luz en otras partes est asociada con la presencia o rostro / faz de Dios, as
los vv. 11-12 recuerdan al v. 7 (vase tambin Nm. 6:25-26; Sal. 4:6; 27.1, 8-9; 44:3; 89:15). Pero aparte
de aludir a otros textos, los vv. 11-12 expresan por medio de la belleza potica la penetracin brillante de
la presencia de Dios.
139:13-18. Al igual que el v. 2, el v. 13 principia con el pronombre hebreo enftico t. En pocas
palabras, se recalca la actividad de Dios y los vv. 13-18 constituyen una elocuente presentacin del punto
de vista bblico de que la vida humana no es simplemente natural o una ocurrencia biolgica, sino el
resultado de la voluntad y obra de un Creador benvolo. El verbo traducido formaste ( qana) en el v.
13 se usa en otras partes para hablar de la actividad de la gracia de Dios en la formacin de todo el pueblo
(Ex. 15:16; Sal. 74:2; Deut. 32:6). La creacin de Israel por Dios tambin es proclamada en otras partes
como una de las obras maravillosas de Dios (v. 14; vase Ex. 3:20; 15:11; Sal. 77:11, 14). El hecho de que
el mismo lenguaje se use aqu para describir la creacin de Dios de un ser humano individual afirma el
cuidado amoroso de Dios por cada persona (vase Sal 138:8; Mt 6:26). Con respecto al modo de creacin,
el salmista no usa la imagen ms familiar de Dios como alfarero (vase Gn. 2:7; Jer. 18:11) sino la
metfora poco comn de Dios como un tejedor. El salmista ha sido tejido (v. 13; vase Job 10:11).
Los versos 15-16a parecen moverse en una direccin diferente en la medida en que parece que
describe a Dios como un observador de un proceso, los detalles de lo cual no son claros. Es posible que
1Patrick D. Miller, Jr., Interpreting the Psalms (Philadelphia: Fortress, 1986), 144.
2John Calvin, Commentary on the Book of Psalms, Calvin Translation Society, 5 vols. (Grand Rapids:
Baker, 1981) VI:5:206.
143
las profundidades de la tierra (v. 15b) fuera una metfora para la matriz, o quizs el v. 15 aluda al
material mtico del antiguo Cercano Oriente en el cual los seres humanos se originaban desde abajo de la
tierra. Si es as, de acuerdo al v. 16, Dios finalmente tiene el control aun de este proceso. Sin embargo,
otra alternativa es que el poeta intenta decir que Dios no slo es un observador. Mas bien, siguiendo la
imagen del tejedor del v. 13, Dios es el que ha entretejido ntimamente (v. 15) al salmista. No hay
mucha certeza en esto. La palabra hebrea que la NRSV traduce como mi substancia no formada (
golmi) aparece slo aqu en el AT. La NVI propone una traduccin ms especfica y algunos traductores
inclusive usan la palabra embrin. Tal especifidad probablemente desve, ya que no sabemos el
trasfondo preciso de la imagen en los vv. 15-16a o el verdadero significado de la palabra. De todas
maneras, es claro que el lenguaje potico evocativo de los vv. 15-16a no responde a la clase de pregunta
que a menudo se propone en los debates contemporneos sobre el aborto esto es, cundo principia la
vida humana?
Al mismo tiempo, la afirmacin fundamental de los vv. 13-18 ciertamente es relevante a cualquier
consideracin de preguntas ticas. En otras palabras, tanto el v. 13 como los vv. 15-16a son congruentes
con la afirmacin del v. 14a, en donde el salmista dice que l o ella es formidable y maravillosa [es] tu
obra. El salmista sabe (v. 14b; comprese la RSV, que lee la conclusin del v. 14 como otra declaracin
de que Dios conoce al salmista) que cada vida humana pertenece a Dios en todo aspecto el pasado (vv.
13-16a; vase Jer. 1:5) y el futuro (v. 16b; sobre el libro de Dios, vea Ex. 32:32-33; Sal. 69:28; Mal.
3:16), al igual que el presente (vase ms adelante lo que se dice sobre vv. 23-24a). Aunque Dios conoce
los pensamientos humanos (v. 2), los humanos no pueden ni siquiera principiar a comprender los
pensamientos de Dios (v. 17). Debido a que el verbo hebreo en el v. 18b significa despertar ( qis),
algunos eruditos proponen que el salmista pas la noche en el Templo como proteccin de los acusadores
o esperando una respuesta a la oracin (vase el Comentario sobre el Salmo 73). Aunque esto es posible,
finalmente no es importante. Lo que importa es que el salmista se da cuenta que l o ella est siempre
contigo (vea Sal. 73:23a). De esa manera, el v. 18 sirve para resumir la afirmacin de los vv. 7-12,
mientras que el v. 17 recuerda a los vv. 1-6 (vase esp. el v. 6). El origen y el destino del salmista estn
con Dios.
139:19-24. Aunque en el v. 14 el salmista propiamente responde con gratitud a la actividad creadora
de Dios (el verbo traducido como alabar es el mismo que se traduce como dar gracias en Sal. 138:1,
3), su respuesta en los vv. 19-22 parece completamente diferente. Los comentaristas a menudo han
concluido que estos versos realmente no pertenecen a los vv. 1-18; el uso litrgico del salmo a menudo ha
omitido estos versos, aparentemente a causa de su peticin directa de venganza. En la presente situacin,
sin embargo, los vv. 19-22 se unen a los vv. 23-24 como la culminacin del salmo. Expresan la manera en
que las cosas siempre son; la gente que pertenece a Dios (vv. 1-18) y trata de vivir como Dios intenta (vv.
23-24) siempre recibirn la oposicin de aquellos que se oponen a Dios (vase Sal. 26:9; 55:23; 59:2).
Aunque los vv. 19-20 inevitablemente suenan como una peticin de venganza personal, su contribucin es
mucho ms amplia y profunda; ellos piden que Dios ponga en orden las cosas en el mundo; en otras
palabras, sea hecha tu voluntad. Como en otros salmos que contienen peticiones de venganza, el asunto
es aparentemente confiado y dejado a Dios en lugar de tomar las cosas en sus propias manos (vase el
Comentario a Salmos 58; 109; 137). De igual manera, el odio expresado en los vv. 21-22 no es
simplemente un asunto de sentimiento personal sino la manera del salmista de decir que l o ella se opone
a aquellos que se oponen a Dios, de hecho, Yo estoy al lado del SEOR (vea Sal. 26:5; 31:6; 119:158).
El juramento de lealtad del salmista se sella con los vv. 23-24 donde en lenguaje que recuerda a los vv.
1-3, el salmista se abre al examen de Dios. Habiendo sido examinado (v. 1), el salmista quiere que sea
continuamente examinado. Habiendo sido conocido (vv. 1-2, 4), el salmista quiere que se le conozca
continuamente. Habiendo sido visto (v. 16), el salmista quiere que sea visto continuamente. Habiendo
experimentado la direccin de Dios (vase el v. 10), el salmista quiere ser continuamente guiado. En pocas
palabras, al final del salmo, ya no hay seas de ambigedad. El salmista confa plenamente su vida a
144
Dios, por ahora (vv. 23-24a) y para siempre (v. 24b), seguro con la conviccin que l o ella ha sido, est
siendo y ser plenamente conocido (1 Cor 13:12).
Reflexiones
1. Los intrpretes del Salmo 139, a menudo aplican los conceptos explcitamente teolgicos como
omniciencia y omnipresencia. Casi inevitablemente estos trminos fallan en hacer justicia al salmo, ya que
el salmista no intenta expresar sistemticamente una doctrina de Dios. Mas bien, el salmista afirma que
Dios me conoce y que Dios est conmigo. De igual manera, la discusin del Salmo 139 en trminos de la
doctrina de la predestinacin inevitablemente mal guiar si esta doctrina se escucha en su sentido clsico;
sin embargo, la palabra predestinacin se puede propiamente aplicar al Salmo 139 si se entiende
fundamentalmente como una afirmacin de que nuestras vidas se derivan de Dios, pertenecen a Dios y
encuentran su verdadero destino en los propsitos de Dios. En Romanos, el apstol Pablo sugiere que ser
predestinado (8:29) significa esencialmente que nada en toda la creacin, ser capaz de separarnos del
amor de Dios en Cristo Jess Seor nuestro (8:39 NRSV). Aunque es obvio que el mensaje a travs de
Jesucristo no fue apropiado como lo hizo Pablo, el salmista conoca esencialmente las mismas buenas
nuevas de Dios. Aunque incapaz de comprender los pensamientos de Dios (vv. 17-18), el salmista est
seguro de una cosa: estoy contigo (v. 18b). Esta seguridad de que Dios es Emmanuel (Dios-connosotros; vase Mt. 1:23; 28:20) capacita al salmista a confiar su vida y futuro a Dios, invitando a la
mirada examinadora de Dios (v. 23) en una apertura al camino eterno de Dios (v. 24). Tal confianza
significa, en efecto, que el salmista muestra lo que el Salmo 1 llama bienaventurado una apertura a la
instruccin de Dios que se deriva de la seguridad de que Dios conoce el camino de los justos (1:6a RSV;
vase el Comentario sobre Salmos 1; 2).
2. No es sorpresa entonces que el Salmo 1 afirme exactamente lo que el salmista ora en 139:19: El
camino de los malos perecer (1:6b). La afirmacin y oracin son evidencia de que la perspectiva del
salterio es penetrantemente escatolgica; afirma el derecho de Dios sobre el mundo (vea Salmos 2, 93; 9599; 145-146; 148) y sobre cada vida individual al mismo tiempo que reconoce la existencia del malo y su
oposicin a Dios y al pueblo de Dios (vv. 19-20). Esta perspectiva significa que el fiel en todo tiempo y en
todo lugar se encontrar haciendo lo que el salmista hace en el Salmo 139 profesando que pertenecen a
Dios, confiando sus vidas y futuros a Dios sobre la base de la experiencia de la presencia penetrante de
Dios, y orando a Dios a que ponga en orden las cosas. Por esta razn, sin duda, el Salmo 139 es un
recurso teolgico profundamente importante, aunque, como Miller sugiere, se puede traducir en la
expresin potica del Galgo del Cielo de Francis Thompson tan fcil o mejor que en una expresin
teolgica sistemtica.3 En pocas palabras, Dios activamente nos sigue y no nos dejar irnos (vase
anteriormente lo que se dice sobre Salmos 23:6). La presencia de tal amor invita a una fiera lealtad (vv.
19-22) y a una dulce entrega (vv. 23-24).
SALMO 140
Comentario
Al Salmo 140 ordinariamente se le ha categorizado como una oracin para pedir ayuda o como un
lamento/ queja individual. Las apariciones de la expresin Selah despus de los vv. 3, 5 y 8 indican una
divisin cudruple del salmo, pero los eruditos a menudo concluyen que los vv. 12-13 deberan separarse
de los vv. 9-11. Incluso otros prefieren una divisin triple (vv. 1-5, 6-11, 12-13) o una estructura cudruple
diferente (vv. 1-5, vv. 6-8, vv. 9-11, vv. 12-13). Como seala Allen es ciertamente posible que haya ms
3Miller, Interpreting the Psalms, 144.
145
de un esquema artstico en el salmo. Por ejemplo, l detecta un arreglo quistico (vase la Introduccin)
de trminos en los vv. 1-11, como sigue:
v. 1 malhechores, violentos
v. 3 labios
v. 4 malvado
v. 8 malvado
v. 9 labios
v. 11 mal, violento
El efecto es enfocar la atencin hacia el centro, que Allen identifica como los vv. 6-7. l tambin seala
que la frase en el da de la batalla (v. 7) recuerda a la expresin guerras cada da del v. 2. Al mismo
tiempo, la expresin cabeza del v. 7 anticipa a la expresin cabezas del v. 9. De nuevo, el efecto es
enfocar la atencin hacia el centro del salmo. De esa manera las peticiones del salmista por proteccin en
contra y por liberacin del violento (vv. 1-5, 8-11) rodea la profesin de confianza del salmista en Dios
(vv. 6-7). Esta profesin tambin anticipa y est vinculada conceptualmente a la conclusin del salmo (vv.
12-13).
En un intento de llegar al origen y uso antiguo del Salmo 140, los eruditos a menudo sugieren que el
salmista fue falsamente acusado y que l o ella vinieron al Templo a buscar vindicacin y ayuda de Dios
(vase el Comentario sobre los Salmos 5; 7; 139). Aunque esto es posible, no hay mucha seguridad en
ello. En la situacin literaria presente, las peticiones de Sal 139.19-22 (vase Sal 139.19; 140.4, 8) y la
seguridad expresada en el Salmo 140 corresponde a Sal 139.1-18 (vase Sal 139.7; 140.13; ntese tambin
el pronombre enftico t en Sal 139.2, 13; 140.6). El Salmo 140 se anticipa a las oraciones similares de
los Salmos 139-143 (vase el Comentario sobre el Salmo 141) y los Salmos 139-143 estn estructurados
por los salmos que tiene buen sentido como testimonio y peticin ofrecida de parte de la comunidad postexlica (Salmos 138; 144-145). Esta estructura pudo haber provisto la exhortacin literaria a la comunidad
post-exlica a escuchar las expresiones individuales de peticin y profesin de los Salmos 138-145 como
pertinentes a toda la comunidad. Si as fuera, entonces los Salmos 138-145 seran congruentes con el
propsito del Libro V para manejar la crisis en curso del exilio de lo que sigui a l (vase el Comentario
sobre los Salmos 107-108; 111; 118; Introduccin).
140.1-5. Las peticiones iniciales son tpicas de las oraciones para pedir ayuda (vase Sal 6.4; 25.21;
40.11), as como son las descripciones de los perpetradores (vase la primera, lit., un hombre de mal, en
Sal 10.15; vase violento/ violencia en Gn 6.11, 13; Sal 7.16; 11.5; 55.9; 72.14; 73.6). La descripcin
adicional del violento en el v. 2a recuerda a Sal 35.4, 20, donde la expresin plan y concebirde la
NRSV traducen al verbo hebreo que se traduce como plane ( hashab) en Sal 140.2, 4. El verbo 2b es
una reminiscencia de Sal 56.6; 59.3; 120.7. Tres de las cuatro palabras del v. 3a contienen un sonido sh,
creando con ello el efecto onomatopyico de un silbido de una serpiente (vase Sal 58.4). La mencin de
lengua (vase el v. 11) y labios (vase el v. 9) en el v. 3 sugiere violencia verbal (vase Sal 57.4; 64.3;
73.8).
El abuso verbal es una parte inevitable de un patrn mayor de actividad destructora, y estos se indica
en los vv. 4-5. La palabra manos ( yadayim) en el v. 4a connota dominio poder (vase Sal 82.4).
El verso 4b repite al v. 1b; el violento no se limita al abuso verbal. Ellos han planeado (v. 4c; vase
tambin el v. 2) derribar al salmista. La traduccin de la NVI del v. 4c es ms literal y da indicaciones de
cmo la analoga del v. 4 se extiende al v. 5, que tambin indica que el discurso violento (v. 3) est
acompaada por la accin violenta (vase Sal 9.15; 10.9; 31.4; 7.6; 63.5; 141.9; 142.3). El verso 5 tambin
introduce otra designacin de los enemigos (el orgulloso o arrogante (vase Sal 94.2; 123.4).
140.6-7. Aunque parecera a la luz de los vv. 1-5 que el violento tiene el control, el salmista afirma en
la seccin central del salmos (vv. 6-7) que Dios es soberano. El ttulo Seor en el v. 7 indica un seor
146
soberano, y la raz hebrea que se traduce como fuerte ( oz) regularmente se asocia con el reino de
Dios (vase Sal 29.1; 93.1; 96.6-7; 99.4). En xodo 15.2, como aqu, aperece juntamente con la actividad
salvfica de Dios (vese salvacin2 en xodo 15.2; la frase en Sal 140.8 literalmente se traduce mejor
como fortaleza de mi salvacin); el canto en xodo 15 tambin culmina con la proclamacin del reino
de Dios (v. 18). Adems, el Dios soberano es mi Seor (v. 7) y mi Dios (v. 6). La aparicin del
pronombre hebreo t en el v. 6 recalca el punto. Al igual que el salmo como una totalidad, que
yuxtapone la peticin y la profesin, as lo hacen los vv. 6-7. A la peticin del v. 6b le sigue la profesin
del v. 7b (vase Sal 5.11 y 91.4, donde Dios tambin cubre al salmista). En resumen, el salmista
simultneamente celebra y ora por la liberacin; la perspectiva es escatolgica (vanse las Reflexiones
ms adelante).
140.8-11. La peticin se resume en el v. 8. Los deseos de los malvados incluyen violencia, opresin
y destruccin (vanse los vv. 1-5, 9, 11; vase tambin Sal 10.3; 112.10) esto es, la anttesis de justicia
(v. 12). Su conducta se describe mejor en los vv. 8-11 como un complot malvado (v. 8b; vase Gn 11.6;
Sal 31.13; 37.12), malicia (v. 9b; vase Sal 7.14, 16; 10.7; 55.10) y calumnia (vv. 11a; lit. un hombre
de lengua, recordando al v. 3). La oracin del salmista en los vv. 8-11 no es una peticin de venganza
personal. Ms bien, el salmista le pida a Dios que ponga en orden todas las cosas. Por supuesto, la
justicia por el pobre (v. 12) necesariamente significar juicio sobre los victimarios. Al repetir las palabras
maldad (vanse los vv. 1-2) y violento (vase los vv. 1, 4), el v. 11b pide simplemente que el violento
experimente los resultados que ellos pretenden infligir en los dems. De nuevo, el tema no es la venganza,
sino la justicia (vase el Comentario sobre los Salmos 109; 137; 139).
140.12-13. Estos versos establecen positivamente lo que el salmista ha pedido en oracin en los vv. 811. Los versos 6-7 han afirmado la soberana de Dios y los vv. 12-13 presentan la poltica regia que Dios
quiere y pone en prctica la justicia. La palabra que la NRSV traduce como causa ( din) del v. 12a
aparece en otras partes en contextos que proclaman explcitamente el gobierno de Dios (vase Sal 9.4 en
el contexto de 9.7; 96.10). As lo hace la palabra justicia/ juzgar ( mishpat; vase Sal 96.13; 97.2;
98.9; 99.4; vase tambin presencia de Yahveh en 98.9). Los beneficiarios de la justicia de Dios son
aquellos que son las vctimas de los violentos: los pobres y los necesitados (vase el Comentario
sobre los Salmos 9; 10; 82; 109). Estas mismas personas tambin se pueden llamar los justos (vase el
Comentario sobre el Salmo 1) o los ntegros (vase Sal 33.1; 111.1; 112.2, 4). Ellos dependen para vivir
no de s mismos sino de Dios. Con ellos su postura fundamental es de gratitud a Dios (v. 13a; vase Sal
138.1-2) y su salvacin (v. 7) consiste en vivir en tu presencia (v. 13b, vase Sal 23.6; 27.4; 73.28).
Reflexiones
Al igual que el caso de todo el libro de lo Salmos, la yuxtaposicin de la peticin y de la profesin de fe
en el Salmo 140 crea una perspectiva escatolgica. Esto es, el reino de Dios se proclama en medio de
circunstancias que parecen negarlo (vase el Comentario sobre los Salmos 2; 13; 22; 138; Introduccin).
Por supuesto que no fue diferente para Jess, cuya proclamacin y encarnacin del reino de Dios (vase
Marcos 1.14-15) lo llev a la cruz.
1. Aunque el Salmo 140 representa un perspectiva teolgica que invade a todo el salterio, y de hecho, a
toda la Biblia, mucha gente podra cuestionar lo apropiado del Salmo 140 como una oracin cristiana
tomando en cuenta las peticiones de los vv. 8-11. Como se ha indicado anteriormente, sin embargo, el
asuno de los vv. 8-11 no es la venganza personal, sino la justicia para las vctimas. Si no somos vctimas
hasta el punto de que sintiramos la necesidad de orar como lo hace el salmista en el Salmo 140, entonces
deberamos orar con el Salmo 140 en favor de los dems que son vctimas (vanse las Reflexiones sobre el
Salmo 109). Si oramos con el Salmo 140 en favor de los dems, quizs recordemos acerca de algunas de
las duras realidades de nuestra cultura la frecuencia del abuso sobre la esposa y sobre los nios, por
147
ejemplo. En nuestro medio, existen millones que necesitan diariamente orar literalmente: Protgeme de
aquellos que son violentos (vv. 1b, 4b)2. Pero hay una dimensin mayor para el uso del Salmo 140 como una oracin contempornea. En
Rom 3.13, Pablo cita a Sal 140.3b para apoyar su afirmacin de que toda la gente est bajo el poder del
pecado (Rom 3.9 NRSV). Desde esta perspectiva, el Salmo 140 nos fuerza a considerar que todos
nosotros somos victimarios. Por ejemplo, la mayora de las personas contemporneas aprueban al menos
implcitamente una cultura que no hace otra cosa que glorificar la violencia. Incluso los nios ven la
violencia diariamente en la televisin y la violencia es el producto principal del entrenamiento de los
adultos. Cuando buscamos soluciones a los problemas domsticos e internacionales, aquellas soluciones
frecuentemente incluyen el combate de la violencia con la violencia. En resumen, la violencia no es slo
un problema para y con otras gentes; es un problema para y con todos nosotros (vase el Comentario
sobre el Salmo 109). Muchos filsofos de manera convincente sostienen que la violencia, la hostilidad y la
guerra son realidades humanas inevitables, porque la paz simplemente es demasiado aburrida y demasiado
costosa en el as llamado mundo real (vase el Comentario sobre los Salmos 120; 125). Ante tales
conclusiones, el Salmo 140 es a fin de cuentas un recuerdo de que, como pueblo de Dios, profesamos que
el mundo real es el mundo del reino de Dios (vv. 6-7) y es una confirmacin de la fidelidad del eslogan
contemporneo si quieres paz, trabaja por la justicia. La violencia jams ser combatida efectivamente
con la violencia. Slo se podra responder a ella con la justicia que Dios quiere y trata de implementar
(vanse los vv. 12-13).
SALMO 141
Comentario
Al igual que los Salmos 140 y 142, con los cuales tiene varias similitudes, al Salmo 141 ordinariamente se
le clasifica como un lamento/queja individual o como una oracin para pedir ayuda. Como es tpico, el
salmista ora por liberacin de las amenazas especficas (v. 9), pero menos tpicamente, el salmista tambin
ora por la liberacin de la tentacin que representa la misma existencia de los malvados y su aparente
prosperidad (vv. 3-5).
Aunque el origen y el uso antiguo del Salmo 141 son inciertos, es evidente que contina el enfoque
sobre los malvados que se halla presente en los Salmos 139-140. En este respecto, los vnculos verbales
entre los Salmos 140 y 141 son significativos vase malvados en Sal 140.4, 8 y 141.4, 10 (vase
tambin 139.19), justos en 140.13 y 141.5; guardar en 140.4 y guardar/ mantener en 141.3, 9 ;
labios en 140.3, 9 y 141.3; maldad en 140.1-2, 11 y 141.4, 5; mi Seor en 140.7 y 141.8; y
trampa(s), red(es) y lazos en 140.5 y 141.9-10. El Salmo 141 tambin anticipa al Salmo 142,
especialmente por la manera en que repite la palabra importante refugio ( has) en 141.8 y 142.5
(vase tambin voz en 141.1 y 142.1; justos en 141.5 y 142.7; trampa en 141.9 y 142.3). En
resumen, perece que los Salmos 140-142, o quizs 139-142, forman el centro de la coleccin davdica, que
incluye a los Salmos 138-145. Estructurada por los Salmos 138 y 144-145, esta coleccin davdica tiene
sentido especialmente a la luz del trasfondo de la era post-exlica (vanse los Salmos 138-140; 144). Con
ello el Salmo 141 participa en la respuesta del Libro V a la crisis en curso del exilio y de lo que sigui a l
(vase el Comentario sobre los Salmos 107; 108; 111; 118; 140; Introduccin). Esta crisis inclua no slo
la necesidad de proteccin contra los enemigos poderosos (vase el Salmo 140), sino tambin la
persistente tentacin a concluir, en efecto: Si no puedes vencerlos, nete a ellos. No es sta la tentacin
que el Salmo 141 est manejando particularmente (vase el Comentario sobre el Salmo 125, esp. la
discusin del v. 3). Por supuesto, el poder seductor del mal es una tentacin perenne, por eso el Salmo 141
sigue siendo una oracin apropiada para el pueblo de Dios (vanse las Reflexiones ms adelante).
148
El Salmo 141 es bosquejado por los eruditos en una gran variedad de formas. La variedad se deriva en
parte de las dificultades textuales de los vv. 5-7 (vanse las notas de la NRSV). Despus de sealar que los
vv. 5-7 se han entendido y traducido en las formas ms diversas posibles, Bratcher y Reyburn concluyen
que estos versos son extremadamente oscuros, por no decir ininteligibles. Artur Weiser incluso decide
dejar sin traducir los vv. 5c-7 sobre la base de que son finalmente incomprensibles (vase ms adelante
para una traduccin literal). De cualquier manera, la NVI y la NRSV ofrecen dos diferentes divisiones
cudruples del salmo. Algunos eruditos prefieren una divisin en dos secciones (vv. 1-5, vv. 6-10), aunque
otros sugieren tres (vv. 1-2, vv. 3-6, vv. 7-10). En base al contenido, tambin es posible dividir al salmo en
los vv. 1-2, vv. 3-7, vv. 8-10. En los vv. 1-2, el salmista demanda ser escuchado. Los versos 3-7 se enfocan
en el salmista y en los malvados. Los versos 3-5b piden ayuda para oponerse a la tentacin, aunque los vv.
5c-7 pueden ser una confesin de confianza en la justicia de Dios o quizs una queja. Los versos 8-10
comienzan con una profesin de confianza, a la cual le sigue una peticin por liberacin.
141.1-2. El lenguaje del v. 1 es tpico. El llamar a Dios indica oracin (vase Sal 4.1, 3), que se
menciona especficamente en el v. 2. Las dos apariciones de yo llamo rodean a dos splicas ms ven
rpidamente (vase Sal 22.19; 38,.22; 40.13) y presta odo (vase Sal 55.1; 86.6; 143.1). El verso 2b
describe (pinta) una postura de oracin (vase Sal 26.2; 63.4; 134.2). Este verso puede indicar una
situacin cltica original, pero a menudo se toma como una indicacin de la espiritualizacin del sacrificio
(sobre sacrificio de la tarde, vase 2 RE 16.15; Esdras 9.4-5; Dan 9.21). En Esdras 9.5, sin embargo,
Esdras ora inmediatamente despus del sacrificio de la tarde, una secuencia que tendra sentido en
trminos del v. 2. De cualquier manera, no hay suficiente evidencia aqu para indicar un movimiento que
remplace el sacrificio por una oracin (vase el Comentario sobre el Salmo 50). Como Mays concluye de
manera sucinta: Palabra y sacramento no estn reidos aqu.
141.3-5b. El vocabulario de estos versos recuerda al Salmo 140. Mientras que el Salmo 140 contiene
la oracin del salmista por liberacin de los labios destructores de los malvados (vv. 3, 9), aqu el (la)
salmista ora para que sus propios labios sean guardados de la conducta destructora (v. 3b). Mientras que
el salmista or en el Salmo 140 por la liberacin del mal (vanse los vv. 1-2), aqu la oracin es para que
l o ella sea preservado para no unirse a los malvados en su maldad (v. 4). El salmista desea ser contado
entre los justos (v. 5a), aun cuando esto signifique ser disciplinado por la disciplina de ellos (v. 5b). La
traduccin de la NVI del v. 5a es ms literal, y la palabra traducida como bondad es la misma palabra
que la NRSV ordinariamente traduce como amor inmutable. En resumen, el (la) salmista dar la
bienvenida a la correccin amorosa de sus hermanos o hermanas. La NVI tambin intenta una traduccin
ms literal del difcil v. 5b, conectndolo ms ntimamente al v. 5a de lo que lo hace la NRSV (vase la
nota de la NRSV). Aunque la fidelidad es claramente un tema de discurso apropiado en el v. 3, el asunto es
ms amplio en el v. 4 e incluye incluso lo que se come. Aunque el vocabulario difiere, el v. 4 recuerda a
Daniel 1, donde la fidelidad de Daniel tambin es una cuestin de negarse a comer la comida regia del rey
(vase Dan 1.8-18). Aunque el Salmo 141 no debera vincularse histricamente con el libro de Daniel,
Daniel 1 s ofrece una ilustracin narrativa de la lgica de Sal 140.4; tambin puede ilustrar cmo el
Salmo 141 habra sido un recurso importante para enfrentar la crisis en curso de la era post-exlica. De
cualquier manera, la peticin del v. 4 fundamentalmente es igual a lo que Jess ense a sus discpulos a
orar. No nos metas en tentacin, ms lbranos del mal.
141.5c-7. Aunque el v. 5c es de nuevo difcil (vase la nota de la NRSV), parece ser que la afirmacin
del salmista de que su intencin es congruente con lo que el salmista ya ha pedido en oracin en los vv. 35b. Las dificultades textuales son mltiples en los vv. 6-7, los cuales se leen literalmente:
v. 6Sus jueces fueros derribados en las manos de la roca, ellos escucharon mis palabras, porque ellas
eran agradables
v. 7Como uno que limpia y ara la tierra, nuestros huesos has sido diseminados en la boca del Seol
149
Aunque estos versos parecen no tener sentido, las propuestas de los eruditos parecen un poco ms que
especulacin. Se pueden elaborar tan bien para tratar de que tengan sentido en el hebreo como parece.
Aunque ciertamente es imposible, los vv. 6-7 pueden ser una queja altamente potica. Esto es, aquellos
que pudieran haber servido para castigar a los malvados (v. 6a) y para recompensar al salmista por sus
palabras agradables (v. 6b; agradables, naem, proceden de la misma raz que delicadezas del v. 4)
han sido tratados brutalmente (v. 6a). Con eso el salmista y su acompaante han sido efectivamente
arrojados al suelo (v. 7a) y son peor que muertos (v. 7b; vase Seol en Sal 30.3; 55.15; 116.3). En
contraste con este intento de un lectura literal, la NVI y la NRSV convierten los vv. 6-7 en la afirmacin
del salmista de que Dios a fin de cuentas tendr que ver con los malvados, en cuyo caso los vv. 6-7
anticipan al v. 10. Sin embargo, si se elaboran los vv. 6-7 como un queja, parece tener ms sentido la
partcula hebrea al inicio del v. 8, la cual tanto la NVI como la NRSV traducen en un sentido adversativo.
141.8-10. En otras palabras, a pesar del trato brutal de aquellos que buscan justicia (v. 6) y a pesar del
resultante retraso expresado por el salmista (v. 7), el salmista afirma: Pero mis ojos se han vuelto hacia
ti (v. 8a; vase Sal 123.1). Aunque parece que los malvados son soberanos, el salmista se dirige a Dios
como mi Seor (v. 8a; vase Sal 140.7). Aunque los malvados parecen prosperar y promover el mal con
impunidad (v. 6), el salmista se niega a unirse a los malvados y escoge en lugar de ello buscar refugio en
Dios (v. 8b). Esto es, el salmista resiste a la tentacin seductora de la maldad y profesa vivir en
dependencia de Dios (vase Sal 2.12; 5.11; Introduccin). La peticin del v. 8b se podra traducir ms
literalmente no dejes que mi vida quede desnuda. La desnudez en otras partes es una indicacin del
castigo e incluso recuerda la condicin difcil de Jerusaln destruida (vase Lam 1.8; Eze 16.37; 23.10,
29). La peticin contina en el v. 9 (vase Sal 140.5; 142.3) y el corolario de la defensa de Dios del
vulnerable es la destruccin de los malvados (v. 10; vase Sal 1.6). Al igual que otras peticiones en favor
de la destruccin de los malvados (vase Sal 7.9-11, 15-16; 12.3-4; 17.13-14; 58.6-9; 109.6-19; 137.8-9;
139.19-22), el v. 10 es la manera en que el salmista le pide a Dios que ponga en orden las cosas, en efecto,
una manera de orar: Sea hecha tu voluntad.
Reflexiones
Debido a la referencia a un sacrificio de la tarde en el v. 2, el Salmo 141 ha sido utilizado desde los
tiempos cristianos primitivos como una oracin vespertina, y todava se utiliza as. Su uso contemporneo
es apropiado, incluso muy apropiado, en una cultura que nos rodea tanto con tentaciones sutiles as como
evidentes a hacer lo malo. Se ha enseado a la gente a utilizar el discurso como un arma para intimidar,
como una herramienta en manos de los que anuncian sus productos que quieren convencernos a comer...
sus delicias (v. 4) o beber sus bebidas ms fras o a manejar el carro ms veloz. En resumen, somos
bombardeados diariamente con mensajes que subliminalmente o de manera abierta de que la vida
realmente consiste de la abundancia de las posesiones (vase Lucas 12.15) y que la felicidad consiste en
obtener lo que uno quiere y lograr lo que deseamos. El sueo americano significa esencialmente tener el
poder y los recursos como para no dar cuentas a nadie sino a nosotros mismos.
En trminos bblicos, sin embargo, sta es la esencia de la maldad, de la cual el salmista pide en
oracin ser liberado (vv. 3-5b; vase el Comentario sobre los Salmos 1; 2). Para el salmista, la bsqueda
de la felicidad implica no la abundancia material o el desenfrenado carcter seguro o dominante (vv. 3-4)
sino la orientacin fundamental de la vida a Dios (v. 8a). Al rechazar las tentaciones de los malvados y su
prosperidad externa, el salmista ora por y aparentemente halla la fortaleza para vivir en humilde
dependencia en Dios (v. 8b). Con eso el salmista puede expresar la intencin de vivir como parte de una
comunidad de disciplina amorosa (v. 5a), en lugar de vivir como una persona aislada. Incluso as, es
revelador que el salmista contine orando para pedir ayuda (vv. 8b-10), incluyendo la peticin de que l o
ella no sea expuesto a tentaciones abrumadoras de los malvados (v. 8b). El ejemplo del salmista es
150
instructivo, y refuerza la instruccin de Jess de que sus discpulos tienen que orar constantemente: Sea
hecha tu voluntad;... no nos metas en tentacin, mas lbranos del mal.
SALMO 142
Comentario
Como un lamento/queja individual u oracin para pedir ayuda, el Salmo 142 est vinculado verbalmente
al Salmo 141. Su vocabulario tambin anticipa al Salmo 143 (vase splica(s) en Sal 142.1; 143.1; el
espritu se acobarda en 142.3; 143.4; slvame en 142.6; 143.9; persigue en 142.6; 143.3; y quizs
refugio en 142.5; 143.9; pero vase la nota de la NRSV). Tiene sentido ver al Salmo 142 como parte de
la parte central de la coleccin davdica (Salmos 139-143) que tiene como estructura los Salmos 138 y
144-145, lo cual habra sido especialmente apropiado para la comunidad post-exlica. Con ello el Salmo
142 participa en la respuesta del Libro V a la crisis en curso del exilio y a lo que sigui de l (vase el
Comentario sobre los Salmos 107; 108; 111; 118; 138; 140; 141; Introduccin).
El hecho de que el Salmo 142 se haya originado como una respuesta al exilio o a la situacin del postexilio no es muy claro, toda vez que el origen y el uso antiguo del Salmo 142 son desconocidos. Lo que es
ms claro es que el Salmo 142 habra sido una oracin exlica o post-exlica apropiada, aunque su utilidad
no se puede limitar a esa situacin (vanse las Reflexiones ms adelante). Ciertamente, el sobre-escrito
sugiere un contexto narrativo dentro de la vida de David como trasfondo para escuchar el Salmo 142
(vase 1 Sam 22.1; 24.3-4). Recuerda al sobre-escrito del Salmo 57, el cual tambin resalta el concepto de
refugio (vase el v. 1). El sobre-escrito no debera entenderse histricamente, sino como ilustracin de
un contexto narrativo para escuchar el salmo (vase el Comentario sobre los Salmos 3; 7; 18; 34; 51; 52;
56; 57). La aparicin en el Libro V de una coleccin davdica, especialmente una que incluya un salmo
regio (Salmo 144), refuerza la necesidad de reinterpretar la teologa davdica tradicional (vase el
Comentario sobre los Salmos 89; 110; 132; 144; Introduccin).
La estructura del Salmo 142 se puede elaborar de varias maneras, como lo indica la diferencia entre la
NVI y la NRSV. Allen sugiere una divisin entre los vv. 1-4 y los vv. 5-7; basado en el patrn de
repeticin entre estas dos secciones (vase yo clamo en los vv. 1, 5; el pronombre enftico t, at,
en los vv. 3, 5; y m, nefesh, en los vv. 4, 7). Incluso existe otra posibilidad de dividir el salmo en los
vv. 1-3a, vv. 3b-5, vv. 6-7. En este caso, cada seccin comienza con una queja o peticin y luego se mueve
hacia la seguridad (vv. 3a, 5, 7b). En resumen, como sucede siempre, varias propuestas se pueden
justificar, dependiendo de los criterios que uno elija hacer nfasis. Es posible que la estructura y
movimiento operen a ms de un nivel, de esa manera no es necesario considerar a las varias propuestas
como mutuamente excluyentes.
142.1-3a. Aunque la raz hebrea que se traduce como clamar ( zaaq) de los vv. 1, 5 no aparece a
menudo en los salmos (vase Sal 22.5; 107.13, 19), es una palabra teolgica importante. Por ejemplo,
recuerda el xodo (vase xodo 2.23); es una parte decisiva del patrn en el libro de Jueces (vase Jue 3.9,
15; 6.6-7); de hecho, se lleg a entender como un elemento tpico del trato de Dios con el pueblo de Dios
(vase Neh 9.28). El mismo acto de clamar a Dios indica la confianza de que Dios escucha y que Dios
tiene cuidado de; esta confianza es evidente en el movimiento hacia la seguridad en cada una de las tres
secciones del Salmo 142. Esta confianza era particularmente necesaria durante lo que sigui al exilio, y es
significativo que la palabra clamar aparezca dos veces en el Salmo 107 (vase Sal 107.13, 19; una
variante casi idntica tambin aparece en Sal 107.6, 28), el primer salmo del Libro V. Como lo indica la
NVI, el verbo en el v. 1b se deriva de una raz que significa ser misericordioso, ser lleno de gracia
(vase Sal 4.1; 6.2; 9.13). Es la misericordia de Dios de la que depende el (la) salmista y su seguridad la
comunica de manera efectiva la estructura quistica del v. 2. Las dos apariciones de la frase preposicional
151
ante l (lit. ante su rostro) rodea a las dos palabras que describen la situacin del salmista queja
(vase Sal 55.2; 64.1; y el sobre-escrito del Salmo 102, donde aparecen tambin las palabras derramar y
desmayarse) y problemas. En otras palabras, el problema del salmista est rodeado de la presencia de
Dios y esta seguridad se establece explcitamente en el v. 3a. Aunque necesitado y dbil (vase Sal 61.1;
77.3; 107.5; 143.4; Lam 2.12), el salmista est seguro de la presencia de Dios. El t del v. 3 b es
enftico; el salmista est seguro de que Dios sabe. Tal conocimiento no es simplemente de informacin,
sino de relacin (vase Sal 139.1-2, 4, 23).
142.3b-5. La queja se vuelve especfica en la segunda seccin del salmo. El salmista es el blanco de
los enemigos (v. 3b; vase Sal 140.5; 142.9) y no hay nadie en la posicin de transicin que pueda ayudar
a mano derecha (v. 4a; vase Sal 109.6, 31). En la lucha contra los enemigos, el salmista no tiene a
quien volverse (v. 4b, 4d) y ningn lugar para esconderse (v. 4c). El verso 4c lee literalmente: un refugio
perece para m; esta misma expresin tambin aparece en Job 11.20; Jer 24.35; y en Ams 2.14; en
resumen, la situacin parece no tener esperanza.
Pero para el salmista, la fe es la conviccin de lo que no se ve (Heb 11.1 NRSV; vase 142.4a). De
esa manera el salmista dice significativamente a Dios: T eres mi refugio (v. 5b). La presencia del
pronombre hebreo recuerda al v. 3a. Las palabras hebreas que se traducen como refugio difieren en los
vv. 4 y 5 ( mans, v. 4; mahseh, v. 5). La ltima es la que se utiliza ms frecuentemente y se halla
presente desde el principio del salterio. En la peor circunstancia posible, el salmista puede afirmar lo que
Sal 2.12 presenta como felicidad verdadera: el confiar la vida y el futuro completamente a Dios (vase Sal
5.11; 7.1; 141.8; Introduccin). Aunque no se vea, la ayuda de Dios es tan confiable y tangible como la
porcin de tierra que se pretendi que representara a cada divisin territorial del israelita en la vida y en
el futuro (v. 5c; vase Nm 18.20; Sal 16.5; 73.26; 119.57; Lam 3.24). El salmista se enfrenta con la
muerte, pero Dios ofrece vida (vase Sal 27.13).
142.6-7. El principio de la seccin final del salmo nuevamente retorna a la peticin y a la queja. A la
peticin a ser escuchado (v. 6a; vase Sal 5.1) le acompaa la queja (v. 6b; vase Sal 79.8; 116.6), como
en la primera peticin por liberacin (v. 6cd; vase Sal 18.17). Se hace una segunda peticin por
liberacin en el v. 7a. El acto de sacar es lo que Dios hizo al liberar al pueblo de Egipto (vase xodo
18.1; 20.2) y del exilio (vase Eze 20.34, 41; 34.13). El salmista busca un xodo personal de la prisin.
Con seguridad, algunos comentaristas toman esta palabra literalmente y encuentran en ella una clave para
la situacin original del salmo (vase Lev 24.12; Nm 15.34), pero es probable que la palabra debera
escucharse metafricamente y con certeza lleg a entenderse de esa manera. En Isa 42.7, parece designar
al exilio (vase tambin Sal 88.8; Lam 3.7); esta dimensin de significado sera especialmente apropiada
para la ubicacin del Salmo 142 en el Libro V. Mientras que la segunda peticin por liberacin estaba
acompaada por la queja, la segunda est apoyada por la promesa del salmista de alabar a Dios (v. 7b).
Quizs no sea coincidencia que la expresin recuerde a Sal 138.1-2, el principio de la coleccin davdica.
En vista de la queja del v. 4 de completa ausencia de ayuda, es apropiado que el salmista establezca la
seguridad final en los vv. 7cd en trminos de estar rodeado por los justos (vase Sal 1403; 141.5). Esta
compaa de amigos, ayudadores y compaeros en la adoracin ser una seal del trato bondadoso de
Dios del salmista (vase Sal 13.6; 116.7; 119.17). Similares reuniones se describen en las conclusiones de
otras oraciones para pedir ayuda o cantos de accin de gracias (vase Sal 22.22-26; 116.14, 17-19).
Reflexiones
Al igual que las dems quejas y oraciones para pedir ayuda, el Salmo 142 describe la simultaneidad del
problema y de la seguridad. De esa manera es otro recuerdo de la inseparabilidad de la queja y de la
alabanza; traducirlo en trminos explcitamente cristianos, el Salmo 142 representa la inseparabilidad de la
cruz y la resurreccin (vase el Comentario sobre los Salmos 13; 22; 69). Jess invit a sus seguidores no
slo a tomar sus cruces, sino a salir llenos de poder por la resurreccin (vase Mt 16.24; 28.19-20). stas
152
no son invitaciones separadas. Ms bien, la resurreccin ofrece tanto seguridad para las presentes
dificultades como promesa para el futuro. Por tanto, inevitablemente al igual que el salmista, los cristianos
viven por un poder que no podemos ver (vase el v. 4) vivimos por la fe y por la esperanza (vase Rom
8.24-25; Heb 11.1). Vivimos en fundamental dependencia en Dios, y de esa manera, a pesar de la
apariencias, jams estaremos solos (Juan 14.18-19).
Vivir por un poder que no se puede ver (v. 4) significa que los cristianos tienen una nica
epistemologa, una nica manera de conocer (vase el Comentario sobre los Salmos 111; 119). Para el
mundo y quizs especialmente en nuestra cultura cientficamente orientada, ver implica creer. Pero para
nosotros, como para el salmista, lo opuesto es verdad creer significa ver! Al confiar en Dios, conocemos
y experimentamos el mismo poder de Dios (vase Juan 20.29). Por eso las cosas no son como parecen. La
debilidad visible es fortaleza (vase 1 Cor 1.25; 2 Cor 12.9), por ejemplo, y para aquellos que no tienen
medios visibles de ayuda realmente tienen un refugio siempre-presente en Dios (v. 5) y en la comunidad
del pueblo de Dios (v. 7).
Sin embargo, esta seguridad no significa una escusa simplemente para despedir al necesitado con los
recuerdos piadosos de que su ayuda se halla en Dios (vase Santiago 1.14-17). La mayora de los
cristianos son lo suficientemente afortunados como para tener suficiente poder y recursos a su disposicin
para que jams tengan que orar como el v. 4 literalmente. Pero este verso debera ser un recuerdo para
nosotros de que el dolor del mundo, especialmente en lugares donde la abundancia de personas se reduce
al estatus de no-personas. El Salmo 142 afirma que Dios escucha a las personas a quien ningn hermano
escucha y que Dios cuida a quien nadie parece cuidar (v. 4d) los desheredados, los destituidos, los pobres
y los despreciados. En una declaracin casi incomprensible para la mayora de nosotros, Jess incluso
dijo: felices sois vosotros los destituidos, porque de vosotros es el reino de Dios (Lucas 6.20; traduccin
del autor). Esto no es el romanticismo de la pobreza. Ms bien, es una afirmacin poderosa de lo que el
Salmo 142 tambin afirma: Dios ayuda a quienes no pueden ayudarse a s mismos (vase el Comentario
sobre el Salmo 3)! Desde esta perspectiva, el Salmo 142 es a fin de cuentas una advertencia para los ricos,
los privilegiados y para los auto-suficientes. Aunque pueda parecer que ellos no tienen quien abogue a su
diestra (vase el v. 4a), el necesitado encuentra que Dios se halla a su diestra (vase Sal 109.21). Esto
es lo que saba precisamente el (la) salmista (v. 5) y su conocimiento nos llama a renunciar a la autosuficiencia para depender en Dios, y con ello a renunciar a dejar aislado al necesitado para solidarizarnos
con el necesitado (que ahora nos incluye a nosotros!). En resumen, el Salmo 142 nos llama a nosotros
gentejusta a rodear y dejarnos rodear por nuestros hermanos y hermanas necesitados como una seal
de nuestra mutua dependencia en la generosidad de Dios (v. 7cd).
SALMO 143
Comentario
Vinculado literariamente con el Salmo 142, el Salmo 143 se une a los Salmos 139-142 como el centro de la
coleccin davdica, rodeada en su estructura por los salmos 138 y 144-145. Su ubicacin actual significa
que el Salmo 143 participa de la respuesta del Libro V al exilio y a lo que sigui de l (vase el
Comentario sobre los salmos 107; 108; 138; 140; Introduccin), pero esto no significa decir que tuvo su
origen con ese propsito en mente. Aunque el Salmo 143 se puede clasificar como un canto/queja
individual o como una oracin para pedir ayuda, las circunstancias de su origen y uso original son
desconocidos. Debido a la referencia a maana en el v. 8, algunos eruditos han sugerido que el salmo se
utiliz como oracin que era parte de un ritual que inclua que el salmista pasara la noche en el Templo
esperando la respuesta de Dios. Sin embargo, esto sigue siendo especulacin, y es posible que la apertura
de la analoga contribuyera al uso del Salmo 143 en una variedad de formas y circunstancias a travs de
todas las generaciones (vanse las Reflexiones ms adelante).
153
Como Allen ha sealado, el patrn de parte de la repeticin del Salmo 143 sugiere una divisin en dos
secciones principales: vv. 1-6 y 7-12. Por ejemplo, la palabra respuesta aparece en el v. 1 y de nuevo en
el v. 7; la expresin no aparece en los vv. 2, 7; ante ti/ tu rostro (la misma palabra en hebreo)
tambin aparece en los vv. 2, 7; en tu justicia se halla en los vv. 1, 11; y tu siervo aparece en los vv. 2,
12. Como la NVI y la NRSV sugieren, estas secciones principales se pueden subdividir. Los versos 1-6 se
mueven de la peticin (vv. 1-2) a la queja (vv. 3-4) y luego a una suerte de profesin de lealtad y deseo por
Dios (vv. 5-6). Los versos 7-12 forman una serie extensa de peticiones. Se pueden tratar como una sola
unidad o se pueden dividir en tres partes (NRSV) o en dos partes (vase la pausa despus del verso 10).
Incluso otra alternativa sera construir el enftico t en el v. 10 y el enftico yo del v. 12 como una
estructura envolvente, en cuyo caso las subdivisiones son los vv. 7-9 y los vv. 10-12.
143.1-2. Las peticiones a ser escuchado en el v. 1ab son tpicas (vase escucha mi oracin en Sal 4.1;
vase da odo en Sal 5.1; 86.6; 2140.6; 141.1). Pedir gracia o misericordia ( hann) en el v. 1b
(vase Sal 28.2, 6; 31.22) ya indica que la peticin del salmista est basada en el carcter esencial de Dios.
La raz hebrea que subyace aqu aparece como gracioso en Ex 34.6 la auto-revelacin de Dios a
Moiss como sucede con la raz de fidelidad ( amn). La frase en tu justicia del v. 1c anticipa no
slo el v. 12 sino tambin el v. 2. Las palabras justicia/justo y juicio (el v. 2 se lee lit.: No entre en
juicio) a menudo aparecen en el mismo contexto para indicar el carcter esencial de Dios en accin la
voluntad soberana de Dios (vase Sal 89.14; 96.13; 97.2). Lo que es impresionante acerca del v. 2a es que
el salmista no quiere juicio! Lo que ella o l necesita es misericordia, debido a que ningn viviente es
justo (v. 2b). La implicacin teolgica es clara: En su intento de poner en orden las cosas entre los seres
humanos, la voluntad de Dios debe manifestarse a fin de cuentas como gracia. En las oraciones de queja
por los perseguidores, es ms frecuente que suceda que el salmista proclame inocencia o justicia (vanse
los Salmos 17; 26). Pero no sucede as en el v. 2, al cual Kraus caracteriza como de lo ms
extraordinario. De manera interesante, el v. 2b no es la confesin personal de pecado que uno pudiera
esperar como continuacin del v. 2a, sino una apelacin a la pecaminosidad de toda la humanidad (vase
Sal 39.11; comprese 39.7; vase tambin 130.3). Ms tarde eso sirve muy bien para el argumento de
Pablo en Rom 3.20 (vase tambin Gl 2.16; Reflexiones ms adelante).
143.3-4. El verso 3 introduce dos trminos ms que se han repetido por todo el salmo: enemigo/
enemigos ( oyeb; vanse los vv. 9, 12) y mi/ mo ( nepesh, vv. 3, 11-12; alma en los vv. 6, 8),
que significa fundamentalmente vitalidad, vida. A la luz del v. 2, parece que la injusticia general de la
humanidad se manifiesta cuando ciertas personas (los enemigos) amenazan las vidas de los dems (en
este caso, el salmista). El (la) se ha identificado a s mismo(a) como siervo(a) (v. 3; vase tambin el v.
12) y el v. 3 aclara que el salmista es un siervo sufriente (perseguido; vase Sal 142.6) y, al igual que el
siervo sufriente del libro de Isaas, agobiado (vase Isa 53.5, 10; vase tambin Sal 94.5; Lam 3.34). La
frase en tinieblas tambin describe la condicin del pueblo en el exilio en Isaas 40-55 y Lamentaciones
(vase Isa 42.16; Lam 3.6), como lo hace el verbo se desmaya (vase Lam 2.11-12, 19; vase
anteriormente lo que se dice sobre Sal 142.3). Como se ha indicado anteriormente, esto no significa que el
Salmo 143 tuviera su origen como una respuesta al exilio o a las condiciones de la era post-exlica, pero s
sugiere que la comunidad post-exlica pudo haber hallado fcilmente en el Salmo 143 el lenguaje para
expresar su queja.
143.5-6. El lenguaje de los vv. 5-6 recuerda claramente al Salmo 77, en el cual el salmista tambin se
queja de que mi espritu desfallece (Sal 77.3; 143.4) y extiende sus manos a Dios en la postura de
oracin (Sal 77.2; 143.6; vase tambin Ex 9.29, 33; Sal 141.2; Lam 1.17). Tambin all recuerda el
salmista (77.3; 11 NVI) y medita (77.12 NVI) y considera (77.3, 12; la traduccin es medit en el v. 3
NVI); como en el Salmo 143, estas actividades estn dirigidas a los das de antao (77.5; vase Isa 63.9,
11) y a las obras de Dios (77.12) y a lo que Dios ha hecho/ realiza (Sal 77.14; 143.5). Las alusiones
que se hacen lo ms probable es que sean al xodo. De esa manera el anhelo del salmista en el v. 6 b (vase
154
Sal 63.1) es de una liberacin anloga de las amenazas mortales, y su oracin habra sido y se ha hallado
que es apropiada en medio de una variedad de crisis, personal y de grupo.
143.7-9. La primera splica en el v. 7 recuerda al v. 1 iniciando de esa manera la segunda seccin
principal, y la expresin espritu recuerda al v. 4 (vase cae en Sal 31.10; 73.26). Aunque el salmista se
da cuenta de que ninguna persona viva es justa ante Dios (v. 2; ante ti), ella o l tambin suplica que
Dios no esconda su rostro (vase Sal 13.1; 22.24; 27.9; 69.17; 88.14; 102.2), para que ella o l no muera
(vase Sal 28.1; 30.3). En otras palabras, el salmista obviamente confa en que Dios ama con amor
inmutable, un atributo que significa que Dios muestra compasin por los afligidos y la disposicin de
perdonar al pecador (vase Ex 34.6-7; Sal 5.7; 13.5; 25.6-7, 10; 86.5, 13, 15; 138.2, 8; Introduccin). De
esa manera, aunque es pecador (v. 2) al igual que afligido (vv. 3-4), el salmista puede depositar
confiadamente la totalidad de su ser a esta clase de Dios. La splica porque Dios me ensee (v. 8) es una
indicacin de la total dedicacin de la persona del salmista a Dios, como sucede en la declaracin que
concluye el v. 8. El verbo que se traduce como elevar ( nas) se utiliza en otras partes para hablar de
los sacrificios de ofrendas y la declaracin se podra traducir como a ti te ofrezco mi vida. La misma
formulacin aparece tambin en Sal 25.1; 86.4; as como en Sal 143, as tambin en los salmos 25 y 86 el
salmista apela al amor inmutable de Dios (25.6-7, 10; 86.5, 13, 15) y ora para ser enseado por Dios (25.45; 86.11). La misma profundidad de confianza se expresa en el v. 9, en el cual a la peticin le sigue
nuevamente una declaracin de inocencia. El v. 9b en la NVI intenta que se lea el hebreo de una manera
ms literal (vase la nota de la NRSV), aunque la expresin refugio de la NRSV tiene varios manuscritos
que lo apoyan y sera apropiado ciertamente en este contexto (vase Sal 2.12, 5.11; 141.8; 142.5);
Introduccin).
143.10-12. Como se indic anteriormente, estos versos se ponen de relieve por las afirmaciones
complementarias en los vv. 10b y 12c (vase Sal 86.2, 16). El verso 10 comienza con otra peticin de la
enseanza de Dios (los verbos hebreos difieren en los vv. 8 y 10; como lo indica la NVI). Debido a que el
salmista pertenece a Dios, ella o l desea conocer la voluntad de Dios (vase Sal 40.8; 103.21) y
experimentar la direccin (vese Sal 23.3; 31.3; 73.24; 139.10) del buen espritu de Dios (vase Neh
9.20, donde el buen espritu tambin juega un rol educacional) hacia terrenos planos (vase Sal 26.12;
27.11). Como el inicio del v. 11 indica de nuevo, el asunto es fundamentalmente algo del carcter de Dios
(vase Sal 23.3; 25.11). Dios es justo (v. 11b) y de amor inmutable (v. 12), atributos que ya se han
mencionado de tal manera como para demostrar que implican la gracia de Dios (vanse los vv. 2, 8). Como
lo indican los vv. 11-12, el que Dios ponga en orden las cosas implicar tanto la vida para el salmista (v.
11a; vase Sal 80.18; 119.37, 77) como la destruccin de los enemigos (v. 12; vase Sal 1.6; 54.7; 73.27;
94.23; 101.5, 8). La splica del salmista no es cuestin de venganza personal, sino de la voluntad de Dios
de justicia y juicio. Los opresores no se rinden a s mismos como siervos de la voluntad de Dios como lo
hace el salmista (vanse los vv. 2, 10, 12). De esa manera, el xodo personal del salmista (vase me sac
en el v. 11; Ex 18.1; 20.2) necesariamente incluir el mismo trato de los opresores como en el xodo de
Israel de Egipto esto es, la decisin de ellos de separarse de Dios y de la voluntad de Dios significar para
ellos a fin de cuentas que ellos escojan su propia destruccin (vase el Comentario sobre los Salmos 58;
94; 139; 141).
En el anlisis final, el Salmo 143 demuestra la tensin que invade al salterio y a toda la Biblia: Dios
demanda la sumisin a la voluntad de Dios, pero finalmente es lleno de gracia (vase el Comentario sobre
los Salmo 99; 103). Aunque el salmista est bien consciente de que ella o l no encarna completamente la
voluntad de Dios (v. 2), el salmista afirma al menos que ella o l pertenece a Dios (v. 8) y est abierto a la
voluntad de Dios y a su gua (vv. 8, 10). En una palabra, el salmista se ve a s mismo no como el seor de
su propio destino, sino como siervo de Dios (v. 12c). Ser siervo de Dios implica profesar vivir
finalmente por la gracia del Seor.
Reflexiones
155
1. Aunque las circunstancias de su origen y uso original son desconocidos, el Salmo 143 aporta un
comentario apropiado y una oracin para el uso de parte del Israel post-exlico. Despus de todo, el exilio
se entendi como resultado de la propia pecaminosidad del pueblo (vase el v. 2a). Pero los profetas
proclamaron que los pecados de Israel haban sido perdonados (vase Isa 40.1-4). Con ello el sufrimiento
descrito del pueblo en la era post-exlica se haba visto en trminos de desobediencia de las naciones, como
evidencia de la injusticia general de la humanidad (v. 2b). Es claro que el exilio y lo que sigui de l forz
a Israel a repensar muchas cosas, incluyendo la naturaleza del sufrimiento y el pecado y su interrelacin
compleja (vase el Comentario sobre los Salmos 44; 89).
2. Aunque el Salmo 143 parece que ha ayudado a Israel a repensar y a expresar su teologa en la era
post-exlica, claramente sirvi a un propsito tal para el apstol Pablo. En Rom 3.20, Pablo cita a Sal 143.2
para apoyar su conclusin de que todos estn bajo el poder del pecado (Rom 3.9 NRSV). Por tanto, para
Pablo como para el salmista, la actividad de Dios de poner en orden todas las cosas incluyendo la
justificacin de la humanidad es finalmente una manifestacin de la gracia de Dios. La comprensin de
Pablo, por supuesto, condujo a una radical re-forma de la imagen del pueblo de Dios. No es de
sorprenderse que el Salmo 143 ms tarde se convirtiera en uno de los Salmos Penitenciales de la iglesia,
una agrupacin que puede quizs remontarse hasta Agustn (vanse los Salmos 6; 32; 38; 51; 102; 130).
Aunque el Salmo 143 no contiene una confesin personal directa de pecado, claramente afirma la
pecaminosidad de la humanidad. Tambin expresa elocuentemente las bases para la penitencia: la
conviccin de que Dios ama de manera inmutable y que podemos por tanto nosotros ofrecer nuestras vidas
a Dios (v. 8). Tal confianza conduce a las vidas transformadas que se viven en apertura a la instruccin de
Dios (vv. 8, 10) y que manifiestan concretamente los frutos del arrepentimiento. De nuevo no es de
sorprenderse que la escucha fresca de Martn Lutero de los Salmos, de Pablo y Agustn contribuyera
poderosamente a otra re-formacin radical de la imagen del pueblo de Dios en el siglo dcimo sexto y
despus de l.
3. El Salmo 143 se ha asignado para el uso litrgico como parte de la vigilia de Pascua. En esta
situacin, el ejemplo del salmista de servidumbre sufriente puede ser un recuerdo apto y poderoso de la
vida, ministerio, muerte y resurreccin de Jess, as como un recuerdo del llamado de Jess para los
discpulos a seguirlo tomando sus cruces. Esta clase de discipulado ser posible, sin embargo, slo en la
medida en que confiemos en el poder definitivo de Dios que se manifiesta como amor fiel y perdonador.
Como una encarnacin del poder de Dios, y de hecho, del mismo carcter y ser de Dios, Jess revel la
profundidad del amor de Dios y hasta dnde est dispuesto a ir Dios para bien de la humanidad pecadora.
Las buenas nuevas es que Dios es a fin de cuentas el ejemplo de una servidumbre sufriente!
Ante un amor semejante, quizs podamos hallar la motivacin y el coraje para confrontar nuestra
propia pecaminosidad y la pecaminosidad corporativa de la humanidad. Ambas dimensiones son
importantes, pero en nuestro tiempo y lugar, lo ltimo es decisivo. Como Douglas John Hall seala: La
mayora de la gente en las iglesias, a pesar de un medio siglo de serias y crticas reflexiones sobre el tema,
parece pensar todava acerca del pecado en trminos an ms crudamente moralista spara ser explcitos,
en trminos de moralidad privada, con especial nfasis en la moralidad sexual privada. Hall llama a la
iglesia a re-examinar su tradicin de pensamiento acerca del pecado, incluyendo el descubrimiento de la
conciencia de las dimensiones corporativas y trgicas de la pecaminosidad humana. Nuestro salmista
ciertamente saba acerca de sus defectos (v. 2a), pero el salmista tambin saba acerca del pecado
corporativo de la humanidad (v. 2b). Quizs la oracin del salmista puede comenzar a ponernos en
contacto con la terrible verdad acerca de nosotros mismos para que podamos, como el salmista, depositar
nuestra causa en la maravillosa verdad acerca de Dios y de la maravillosa gracia de Dios (vase el
Comentario sobre los Salmos 32; 51).
156
SALMO 144
Comentario
El Salmo 144 ha probado ser completamente un enigma para los crticos de formas. Debido a las
numerosas similitudes con el Salmo 18 (comprese vv. 1-2 con Sal 18.1-2, 34, 46-47; el v. 5 con Sal 18.9;
el v. 6 con Sal 18.14; el v. 7 con Sal 18.16, 44-45; y el v. 10 con el sobre-escrito del Salmo 18), el Salmo
144 ha sido catalogado tradicionalmente como un salmo regio. Al mismo tiempo, sin embargo, los crticos
de formas han reconocido que esta etiqueta no es apropiada. En particular, el cambio del que habla en
singular al plural en los vv. 12-14 es anmalo si el Salmo 144 se pretendiera utilizar como una liturgia
para los reyes.
Lo que es enigmtico y problemtico desde la perspectiva de la crtica de formas, sin embargo, tiene
ms sentido cuando uno considera la ubicacin del Salmo 144 dentro del salterio. Mientras el final de la
coleccin davdica dentro el salterio (Salmos 138-145) toca a su fin, el Salmo 144 ofrece, en efecto, una
re-lectura del Salmo 18. Es significativo que esta re-lectura refleje las realidades del exilio y lo que sigui
de l. Esto sucede principalmente en los vv. 12-14, pero esta perspectiva se ve reforzada por el hecho de
que Sal 144.5-7 ha transformado las afirmaciones de Sal 18.9, 14, 16, 44-45 en peticiones. Es
particularmente notable que los extraos ( bene-necar, vv. 7, 11) con quienes Dios ha tenido que
ver en favor del rey en Sal 18.44-45 son precisamente el problema en el Salmo 144. De nuevo, esa
situacin describe con propiedad la realidad perenne de la era post-exlica (vase el mismo trmino hebreo
en Neh 9.2; Isa 56.3, 6; 60.10; 61.5; 62.8; Eze 44.7, 9). Como concluye Mays respecto al uso en el Salmo
144 de Sal 18.44-45: El compositor del Salmo 144 debi haber hallado en estos versos una promesa para
su propio tiempo... por el hecho de volver a orar de la misma manera que el Salmo 18 en una nueva
versin, l apelaba a Yahveh a realizar para su pueblo lo que Yahveh ya haba hecho por su siervo David.
Como lo deja implcito Mays, y como Allen tambin afirma, el Salmo 144 refleja una situacin en la cual
la monarqua davdica haba desaparecido y en la cual las promesas que inicialmente se unan a la
monarqua haban sido transferidas al pueblo como una totalidad (vase Isa 55.3-5 y el Comentario sobre
los Salmo 105; 110; 132; 149; Introduccin).
La perspectiva del Salmo 144 por esa razn es congruente con la de los Libros IV-V, que responde a la
falla de la alianza davdica que se expresa en el salmo que concluye el Libro III, el Salmo 89 (vase
anteriormente lo que se dice sobre los Salmos 89; 90; 107; Introduccin). Ante la falla de los monarcas
humanos, el pueblo se dio cuenta de que la verdadera y ltima esperanza se hallaba en la soberana de
Dios. De esa manera, no es sorprendente que la frase canto nuevo en el v. 9 recuerde a los Salmos 96 y
98, ambos salmos explcitamente proclaman el reino de Dios. Pero el v. 9 incluso de manera ms clara
recuerda a Sal 33.2b-3. Adems, el v. 15b recuerda a Sal 33.12a. El Salmo 33 tambin afirma el derecho
soberano de Dios sobre todo el mundo y sobre sus gentes; y en vista de la re-lectura del Salmo 18 en el
Salmo 144, no ha de sorprendernos hallar estas recolecciones de otros salmos del Libro I. De hecho, existe
al menos una indicacin ms clara de que el salmista estaba re-leyendo el Libro I esto es, el v. 3 recuerda
a Sal 8.4. La respuesta en el v. 4 a la pregunta del v. 3 obviamente parte del manejo del Salmo 8, pero se
halla ms en armona con las expresiones exlicas y post-exlicas de la consciencia de la transitoriedad de
la vida humana (vase Isa 40.6-8). Quizs no sea coincidencia que Sal 89.47-48 tambin exprese una
consciencia de la transitoriedad humana como el preludio a una apelacin a la ayuda de Dios. El mismo
movimiento se halla presente en Sal 144, donde a los vv. 3-4 le siguen las peticiones de los vv. 5-8.
A la afirmacin implcita de la soberana de Dios en Sal 144 le sigue la afirmacin explcita en Sal
145.1, que se dirige a Dios como Rey. Con eso, parece que los Salmos 144-145 forman un par que
participa con los Salmos 138 en estructurar las oraciones de los Salmos 139-143 que forman el centro de
la coleccin davdica final en el Salterio (vase anteriormente lo que se dice sobre el Salmo 138). El efecto
157
es resaltar lo apropiado de las oraciones individuales en los Salmos 149-143 para expresar la situacin
difcil de las eras exlica y post-exlica.
144.1-11. Como se ha indicado anteriormente, el cambio de personas en el v. 12 sirve para dividir el
Salmo 144 en dos secciones principales (vase la NRSV). Como la NRSV indica, tiene sentido que dividir
adems los vv. 1-11 en secciones de alabanza (vv. 1-2), reflexin (vv. 3-4), peticin (vv. 5-8) y ms
alabanza y peticin (vv. 9-10). La NVI y la NRSV no estn de acuerdo con la construccin hipottica del
rol del v. 11. Como he indicado, la NRSV lo toma como una conclusin de la primera seccin principal;
pero la NVI interpreta el v. 11 como una peticin que inicia la segunda seccin principal del salmo. La
construccin hipottica de la NVI aparentemente se imagina al que habla en los vv. 11-14 como un
descendiente davdico imaginario (vase anteriormente lo que se dice sobre Sal 89.46-51). De cualquier
manera, la situacin que se presupone todava es una que prevalece en la era post-exlica.
Como se ha indicado anteriormente, los vv. 1-2 recuerdan a Sal 18.1-2, 34, 46-47. La principal
desviacin del vocabulario del Salmo 18 es la primera palabra del v. 2 mi amor inmutable ( hesed;
vase la nota de lla NRSV). La NVI permanece fiel al hebreo en este punto, pero la NRSV ha escogido
armonizar Sal 144.2 con Sal 18.2. Esta decisin es comprensible, pero es preferible la NVI. Despus de
todo, el uso de parte del salmista del Salmo 18 no es textual. La palabra amor inmutable representa una
desviacin creativa del Salmo 18; y recuerda no slo las apariciones de amor inmutable en el Salmo 138
(vv. 2, 8) sino que anticipa la aparicin en el Salmo 145 (v. 8). Con eso, los tres salmos que conforman la
estructura central de la coleccin davdica (Salmos 139-143) contienen todos ellos la palabra amor
inmutable (vase tambin Sal 143.8, 12), vinculando efectivamente la coleccin con el principio del
Libro V (vase Sal 107.1, 8, 15, 21, 31, 43; 108.4; 109.12, 16, 21, 26; Introduccin). La palabra refugio
en el v. 2 vincula el Salmo 144 con el corazn de la coleccin davdica (vase Sal 141.8; 142.5) y
representa tambin cul es la palabra clave desde el principio y por todo el Salterio (vase Sal 2.12;
Introduccin). El Salmo 2 tambin es un salmo regio que proclama la soberana de Dios sobre los
pueblos (Sal 2.1).
Pero el Salmo 2 tambin reconoce que los pueblos y sus gobernadores son rebeldes y la transicin de
los vv. 1-2 a los vv. 3-4 del Salmo 144 indica que los pueblos rebeldes claramente han llegado a dominar.
Los versos 3-4 no recuerdan al Salmo 2, sino al Salmo 89, otro salmo regio, pero uno que vuelve a contar
el rechazo de la lnea davdica (vase Sal 89.38-51, especialmente los vv. 46-48). Con ello, las
afirmaciones que se hallan incluso en otro salmo regio, el Salmo 18, se han convertido en peticiones en
Sal 144.5-7 (comprese Sal 18.9, 14, 16, 44-45). Las alusiones al Salmo 18 en Sal 144.5-7 son tomados de
la seccin de teofana (Sal 18.7-15) y de las descripciones de la liberacin del rey de la amenazas, incluso
de los extranjeros o extraos (Sal 18.44-45; comprese 144.7, 11). En efecto, el Salmo 144 pide una
nueva aparicin divina y una nueva liberacin, ante la cual la respuesta apropiada ser un nuevo canto
(v. 9). Los versos 9-10 indican que la comunidad post-exlica no ha renunciado o desistido de la soberana
de Dios, a pesar del dominio de aquellos que son sus enemigos y los enemigos de Dios. Como sucede
desde el principio y a travs de todo el salterio, la perspectiva es escatolgica; esto es, la soberana de Dios
se afirma y se confa en ella en medio de circunstancias que parecen negarla (vase anteriormente lo que
se dice sobre los Salmos 2; 65-67; 93; 95-99; 138; Introduccin).
144.12-15. El pueblo ha sido abandonado a la espera, anticipando el cumplimiento descrito en los vv.
12-14 (vase Deut 8.12-13; 28.4). El verso 15 refuerza la conclusin que se ha sugerido anteriormente de
que el Salmo 144 representa una re-lectura del Salmo 18 que aplica a todo el pueblo las promesas que se
aplicaron anteriormente a la dinasta davdica. El verso 15 tambin indica que la felicidad es una
posibilidad presente incluso cuando el pueblo espera la liberacin, porque la felicidad a fin de cuentas
implica pertenencia a Dios. No es coincidencial que el Salmo 33, al cual alude Sal 144.15 (comprese
144.15b con 33.12a), tambin deja al pueblo esperando y aguardando (vase 33.18-22), as como orando
por el amor inmutable de Dios (33.22; vase Sal 144.2). La doble bienaventuranza del v. 15 tambin
158
recuerda a Sal 1.1; 2.12. En medio de la existencia de la aparente prosperidad de los malvados, la
verdadera felicidad implica una apertura a Dios que busca y halla refugio en el Dios soberano.
Reflexiones
1. Aunque el Salmo 144 habra tenido especial relevancia en la comunidad post-exlica, describe la
posicin que el pueblo de Dios perpetuamente ocupa. Al igual que el salmista, Jess acompa su
proclamacin del reino de Dios con el anuncio de que incluso ahora la felicidad pertenece a los pobres y a
los perseguidos (vase Mateo 5.3-12). Tal felicidad consiste fundamentalmente en reconocer la soberana
de Dios y aceptar la invitacin a vivir en el nuevo mundo del reino de Dios esto es, en pertenecer a Dios.
Continuamos anunciando el derecho de Dios sobre el mundo en medio de circunstancias de parecen
negarlo. En resumen, nosotros vivimos escatolgicamente en espera.
2. El proceso de composicin del Salmo 144 tiene significado teolgico. Como concluye Mays
respecto al Salmo 144:
Este salmo, entonces, es una ilustracin de la prctica de utilizar salmos para componer himnos y
oraciones, combinando material antiguo en nuevas composiciones para nuevas necesidades... la
revisin del material de los Salmos para nuevos himnos y oraciones es una prctica que contina hasta
este da. Por medio de eso el poder y la belleza del material de los salmos continuamente hace una
contribucin cannica a la adoracin.
El salmo 144 es con ello una invitacin para tratar a los Salmos no como artefactos histricos, sino como
palabras vivas que pueden continuar no slo relacionndonos con el derecho de Dios sobre nuestras vidas
y nuestro mundo, sino que pueden expresar nuestras esperanzas y temores, nuestras alabanzas y oraciones.
SALMO 145
Comentario
El Salmo 145 es el nico salmo que se identifica por su sobre-escrito como alabanza (NRSV). Esta
caracterstica nica es apropiada, toda vez que el Salmo 145 concluye la coleccin davdica del Salterio
(vase anteriormente lo que se dice sobre el Salmo 138). Incluso es posible que el salterio originalmente
terminara con el Salmo 145. Pero incluso como se halla ahora el Salterio, el Salmo 145 es en palabras de
Gerald Wilson el clmax del quinto libro del Salterio, con el hallel final (Sal 146-150) que toma su
mpetu de 145.21. Dada la aparente intencin del Libro V de manejar la crisis del exilio y de lo que
sigui de l (vase anteriormente lo que se dice sobre los Salmos 107-108; Introduccin) y dada la
perspectiva post-exlica reflejada en el Salmo 144, es especialmente significativo que este salmo climtico
destaque desde el principio el reinado del Seor (vase NVI que traduce el v. 1a de manera ms precisa).
Al hacerlo as, no slo recuerda el centro teolgico del salterio en el Libro IV (vase anteriormente lo que
se dice sobre los Salmos 93-99; Introduccin); sino que tambin como Wilson sugiere anticipa la
proclamacin explcita del reino de Dios en Sal 146.10; 149.2. En vista de la desaparicin de la monarqua
y de la crisis teolgica que le acompa, es altamente significativo que este salmo davdico climtico
afirme la soberana comprehensiva de Dios de una manera enftica tal.
La proclamacin de la soberana de Dios se vuelve enftica por la cudruple repeticin de la raz
hebrea de rey ( melek, v. 1) en los vv. 11-13. De hecho, en el orden de la palabra hebrea, la palabra
reinado ( malkut) aparece tres veces en sucesin una vez al final del v. 12 y dos veces al principio
del v. 13. Esta repeticin es particularmente notable debido a que aparece cerca del centro del poema. De
hecho, Barnabas Lindars sugiere que los vv. 10-13 forman el panel central del Salmo 145 (vase ms
159
adelante). Esto significa que los vv. 11, 12 y 13a constituyen las lneas poticas centrales. Si se lee de
abajo hacia arriba, las primeras letras hebreas de cada una de estas lneas poticas se combinan para
deletrear (melek), la raz hebrea de donde se derivan las palabras rey (melek) y reinado (malkut).
Aunque esta circunstancia puede ser coincidencial, probablemente fue intencionado de parte del poeta
avisado que estructur cuidadosamente el Salmo 145. Su efecto es para recalcar mejor el mensaje de que
Dios es rey.
El que el poeta quera estructurar el Salmo 145 cuidadosamente tambin lo sugiere su patrn acrstico
(vase anteriormente lo que se dice sobre los Salmos 25; 34; 37; 111; 112; 119). La principal tradicin
textual hebrea no contiene una lnea potica que comience con la letra nun (, n, una circunstancia que
habra llamado la atencin a la secuencia de melek mencionada anteriormente), pero tanto la NVI como
NRSV han suplido la lnea que falta como v. 13a sobre la base de evidencias fuertes de manuscrito,
incluyendo la aparicin de la lnea con nun en un texto hebreo de Qumrn (vase las notas de la NVI y de
la NRSV). El patrn acrstico tambin sirve para reforzar el mensaje del Salmo 145. Sugiere algo
completo o comprehensivo, y con ello es apropiado para un salmo que proclama y alaba la soberana
comprehensiva de Dios. En este respecto tambin, es significativo que la palabra todo/ cada uno
aparezca diecisiete veces!
Aunque el patrn acrstico es la caracterstica estructural ms obvia del Salmo 145, es posible que
tambin existan otras caractersticas que sirven para dividir el salmo en secciones. La observacin
tradicional ha sido que el Salmo 145 est compuesto de cuatro secciones: vv. 1-3, vv. 4-9, vv. 10-13a, vv.
13b-21. En esta perspectiva, las primeras tres secciones consisten de anuncios de alabanza (vv. 1-2, 47,
10-12) seguidos por descripciones del carcter esencial de Dios (vv. 3, 8-9, 13a). La seccin final invierte
este patrn. A una descripcin extensa del carcter de Dios (vv. 13b-20) le sigue un anuncio breve pero
climtico de alabanza (v. 21). Esta propuesta tiene la ventaja de identificar claramente la alternancia entre
alabanza y razones para la alabanza, y tambin llama la atencin a la progresin expansiva en las primeras
tres secciones de la alabanza del salmista individual (vv. 1-2) a la alabanza de Todas tus obras (v. 10
NRSV). Este movimiento se ve resaltado tambin en el v. 21, que combina la perspectiva de lo individual
con la de toda carne (NRSV).
Sin embargo, la atencin a otras caractersticas del Salmo 145 produce una propuesta estructural
diferente. Lindars, por ejemplo, advierte la repeticin que vincula los vv. 1-2, 21 (vease bendecir en los
vv. 1-2, 21 NRSV; alabar en los vv. 2, 21 NRSV; por siempre y siempre en los vv. 1, 21) y concluye
que estos versos se hallan aparte como una estructura para el salmo. El verso 3 entonces est vinculado a
los vv. 4-6, y las palabras Grande (v. 2) y grandeza (vv. 3, 6 NRSV) forman una envoltura para esta
seccin. Las palabras bondad (v. 7) y bueno (v. 9) hacen lo mismo para los vv. 7-9. La seccin central
consiste de los vv. 10-13; se halla vinculada por una doble envoltura (vanse las expresiones obras/
hechos de la NRSV, que traduce a la misma palabra hebrea; vase tambin fiel en el v. 10 y lleno de
gracia en el v. 13 NRSV, que traduce a la misma raz hebrea). El principio de la seccin central est
vinculada a la estructura del poema por medio de la repeticin de bendecir (NRSV) y esta seccin
resalta el concepto de reinado que se introduce en el v. 1 (vase anteriormente). De acuerdo a Lindars, los
vv. 14-16 forman una seccin de tres lneas que corresponden a los vv. 7-9 y los vv. 17-20 forman una
seccin de cuatro lneas que corresponde a los vv. 3-6, proveyendo con ello simetra para el poema y
enfocando su atencin hacia el centro. La propuesta de Lindars y la propuesta tradicional no tienen que
considerarse mutuamente excluyentes. Ms bien, es posible ver la estructura y el movimiento del Salmo
145 a ms de un nivel. Cada propuesta resalta diferentes aspectos, pero igualmente importantes, del
poema.
145.1-6. La palabra alabanza ( tehila) en el ttulo pone el tono para todo el salmo (vanse los vv.
2-3, 21). Mientras el salmista se dirige a mi Dios el Rey (v. 1 NVI), l o ella anuncia tres acciones, cada
una de ellas comunica el reconocimiento de la soberana de Dios: exultar/ exaltar (vase Ex 15.2 en
relacin a 15.18; Sal 99.5, 9), bendecir (NRSV; vase Sal 96.2 en relacin a 96.10), y alabar (vese
160
Sal 22.26 en relacin a 22.28 donde la expresin dominio de la NRSV procede de la misma raz que
Rey/ reinado en 145.1, 11-13). La mencin del nombre de Dios en los vv. 1-2 anticipa la atencin
que se dirigir subsecuentemente al carcter esencial de Dios (vv. 3, 8-9), incluyendo la actividad de Dios
(vase obras/ hizo/ acciones/ hechos en los vv. 4, 9, 10, 13, 17 NRSV; cumple en el v. 19
tambin traduce a la misma raz hebrea).
El atributo de grandeza regularmente se asocia con el reino de Dios (vv. 3, 6; vase Sal 47.2; 95.3; 99 y
especialmente 48.1; 96.4). Al igual que las palabras en la frase esplendor glorioso de tu majestad en el v.
5 (vanse los vv. 11-12; las mismas tres palabras aparecen en Sal 96.6-7 como honor, majestad y
gloria NRSV). Aunque la grandeza de Dios es inescrutable (NRSV; vase Job 5.9; 9.10; 36.26; Isa
40.28), hay mucho que se puede ver y comprender las obras de Dios (vv. 4, 9, 10, 13, 17, 19; vase
anteriormente), los actos portentosos (vase poderoso y actos portentosos en los vv. 11-12 NVI; y
vase Sal 106.2; 1502), las obras maravillosas (v. 5 NRSV; vase xodo 3.20; 15.11; Sal 9.1; 26.7;
77.11, 14; 78.4; 106.22) y las aciones temibles (v. 6 NRSV; vase xodo 15.11; Sal 47.2; 66.3, 5; 68.35;
76.7; 106.22). Como sucede siempre, la realidad del reino de Dios son buenas nuevas que deben ser y son
comunicadas (vase la expresin declarar NRSV en el v. 4; meditar, que tambin puede connotar
contar, en el v. 5; decir en los vv. 6, 11 NVI; proclamar en el v. 6 NVI; hablar en los vv. 11, 21 NVI;
dar a conocer en el v. 12 NRSV):
145.7-9. La actividad de Dios revela el carcter de Dios, al cual los vv. 7-9 dirigen la atencin. La
fama NRSV (v. 7) literalmente es ms recuerdo; se asocia en otras partes con la actividad y el carcter
de Dios (vase la expresin nombre NRSV en Sal 30.4; 97.12; reconocer en 111.4). Como en la
revelacin de Dios a Moiss, as aqu la bondad de Dios (vv. 7, 9; vase xodo 33.19; Sal 25.7; 27.13;
100.5; 106.1; 107.1; 118.1) asume la forma de gracia, misericordia/compasin y amor inmutable (vv. 8-9;
vase xodo 34.6-7; Sal 25.6-7; 86.15; 103.8; Introduccin). En resumen, es el amor gracioso de Dios el
que finalmente produce rectitud (v. 7), una de las marcas distintivas del reino de Dios (vase Sal 89.14;
96.13; 97.2; 98.9; 99.4). La repetida compasin de los vv. 8-9 (NVI) subraya el mensaje sorprendente
el poder de Dios se manifiesta como amor maternal (vase anteriormente lo que se dice sobre los Salmos
25; 131). Las dos apariciones de todo en el v. 9 anticipa la perspectiva expansiva de los vv. 10-21, que
contiene catorce apariciones ms de todo/ cada uno (vase anteriormente).
145.10-13. El salmista y las generaciones estn unidas por todas tus obras al expresar alabanza
agradecida (v. 9; hecho en el v. 9 y obras en el v. 10 son la misma palabra hebrea). La experiencia del
amor gracioso de Dios produce testimonios de la soberana de Dios, de una manera particular de ejercitar
el poder de parte de Dios. La palabra reinado aparece cuatro veces en los vv. 11-13. La soberana de
Dios es central tanto estructural como teolgicamente (vase anteriormente). Su alcance espacial y
temporal es ilimitado (vv. 12-13a; vase Dan 4.3). Su carcter es firme (inconmovible); en palabra y en
accin, el poder de Dios se manifiesta como amor fiel (v. 13b; la expresin fiel y lleno de gracia de la
NRSV representa a la misma raz que se halla del par de palabras amor inmutable y fidelidad en xodo
34.6; vase la Introduccin).
145.14-20. Estos versos proveen ilustraciones concretas de la actividad divina que revela la gracia, la
compasin y el amor de Dios. En este sentido, Lindars est en lo correcto al correlacionar los vv. 14-16
con los vv. 7-9 y los vv. 17-20 con los vv. 3-6; sin embargo, los vv. 14-20 carecen de claves verbales que
pudieran claramente distinguir los vv. 14-16 de los vv. 17-20. Pero Lindars admite que a travs de todo el
Salmo 145, las secciones se traslapan. En este caso, por ejemplo, los vv. 14-16 y los vv. 18-20 parecen
rodear al v. 17 central, en el cual justo (NVI) recuerda al v. 7 y amoroso (NVI) recuerda a los vv. 8, 10
y 13b. De cualquier manera, los vv. 14-17 afirman que Dios muestra amor inmutable al levantar y sostener
a los amenazados (v. 14a; vase Sal 3.5; 37.17, 24; 54.4), al exaltar a los oprimidos (v. 14b; vase Sal
146.8) y al proveer para todas las criaturas (vv. 15-16; vase Sal 104.27-28). Sin contradecir esta
perspectiva universalista, los vv. 18-20 se enfocan ms estrechamente en aquellos que explcitamente
reconocen la soberana de Dios aquellos que claman (v. 18), temen (v. 19a; vase 22.23; 25.12, 14;
161
102.11, 13, 17; 112.1), lloran a (v. 19b, vase xodo 2.23; Sal 18.6; 34.15; 39.12; 40.1) y aman a Dios
(v. 20a; vase Sal 21.23; 116.1). Ellos experimentarn la presencia (v. 18; vase Sal 34.18; 75.1), la
provisin (v. 19) y la proteccin (v. 20a; vase el guardar de la NRSV en Sal 121.3-5, 7-8) de Dios.
En resumen, aquellos que reconocen la soberana de Dios experimentan salvacin o vida (v. 19b; vase
anteriormente lo que se dice sobre 3.2, 7-8), mientras que los malvados son destruidos (v. 20b). El verso
20b en particular parece contradecir al v. 9 y a la perspectiva universalista de los vv. 10-17. La aguda
distincin entre los malvados y aquellos que aman a Dios recuerda al Salmo 1, y lo que se aplica al Salmo
1 se aplica al Salmo 145 tambin. Esto es, la felicidad o prosperidad de los justos (vase Sal 1.1, 3) no es
tanto una recompensa como lo es su experiencia de estar conectado a la verdadera fuente de la vida Dios.
De manera similar, la destruccin de los malvados no es tanto un castigo como lo es el resultado de su
propia decisin de separarse de la fuente de la vida. El Dios compasivo no quiere destruir al malvado
(vase Sal 145.9), sino su propia autonoma que conduce a su ruina (vase anteriormente lo que se dice
sobre los Salmos 1-2).
145.21. La decisin del salmista es clara. Ella o l expresar la alabanza del Seor (v. 21a NRSV;
vase el sobre-escrito y los vv. 2-3). Es la vocacin que el salmista contempla para toda carne (v. 21
NRSV). Con eso el v. 21 prepara para el crescendo de la alabanza que sigue en los Salmos 146-150,
culminado en el verso similar con el que concluye el Salterio (150.6). Alabar a Dios esto es, reconocer la
propia insuficiencia de uno y la soberana de los propsitos amorosos de Dios es a fin de cuentas la nica
manera de ser que verdaderamente constituye la vida (vase el Comentario sobre los Salmos 8; 100; 103104).
Reflexiones
Como seal Mays respecto al Salmo 145: El Talmud mostr su estimacin de lo apropiado del salmo al
decir: Cada uno que repita el Tehilah de David tres veces en un da puede estar seguro de que l es un hijo
del mundo venidero (Berakot, 4b). Repetir el Salmo 145 implica confesar la insuficiencia de la persona y
la soberana de Dios. Es, en un sentido real, vivir en un mundo diferente no en un sentido escapista, sino
en el sentido de que las demandas, valores y prioridades de Dios inevitablemente nos ponen en ria con
una cultura prevaleciente que promueve la autonoma (vase el Comentario sobre los Salmos 1; 2). En
otras palabras, el Salmo 145 nos invita a vivir en el mundo del reino de Dios, el mundo donde la realidad
fundamental y el poder abrumador es el amor gracioso, compasivo y fiel de Dios. Es a vivir en este mundo
a lo que Jess invita a sus seguidores, recordndoles que la decisin de entrar implica arrepentimiento
(Marcos 1.14-15) y la negacin del yo para experimentar la verdadera auto-realizacin (Marcos 8.34-35).
Como Jess le record a sus seguidores, y como el Salmo 145 tambin afirma, el mundo del reino de Dios
es un mundo patas arriba donde los pobres y perseguidos son felices, donde el humilde es exaltado, y
donde los ltimos son primeros (vase Sal 145.14-20; Mateo 5.3-11; Marcos 8.33-37; 10.41-45; Lucas
18.9-14). Vivir en este mundo significa vivir escatolgicamente (vase el Comentario sobre los Salmos 2;
93; 95; 96; 97; 98; 99), en medio de los malvados y de su oposicin a Dios (vase el v. 20a), aquellos que
aman a Dios se atreven a vivir bajo la demanda de Dios, bajo el cuidado vigilante de Dios y en el futuro
prometedor de Dios.
No slo las fuentes judas clsicas reconocen el valor del Salmo 145, sino que tambin lo hacen las
fuentes cristianas. Por ejemplo, Agustn inicia sus Confesiones citando Sal 145.3 (vase tambin Sal 48.1;
96.4). En su prrafo inicial, Agustn afirma que debido a que los seres humanos son creacin de Dios, no
pueden experimentar contentamiento independientemente de alabar a Dios: debido a que t nos hiciste
para ti y nuestros corazones no hallan paz hasta que descansan en ti. Como reconoci Agustn, el salmista
conoca esta gran verdad; y el Salmo 145 nos invita y a toda carne a conocerlo tambin. Es ms, el
Salmo 145 nos invita a vivir a la luz de esta verdad, y a unirnos a toda la creacin para dar a conocer a
todo el mundo las buenas nuevas de que el poder de Dios se manifiesta en amor gracioso y compasivo (vv.
162
7-13; vase Mateo 28.18-20; Juan 17.20-23; y anteriormente lo que se dice sobre los Salmos 8, 100, 103104, 117).
SALMO 146
Comentario
El salmo 146 es el primero de una serie de himnos o cantos de alabanza (Salmos 146-150), todos inician y
terminan con Alabad a Yahveh! (Alelu-yah), eso lleva al libro de los Salmos a una conclusin con un
crescendo de alabanza. El Salmo 145, especialmente el v. 21, hace los preparativos para los Salmos 146150, incluyendo la anticipacin de varios temas que se presentan en el Salmo 146 al igual que en los
Salmos 147-150. Por ejemplo, lo mismo que el Salmo 145 recuerda tanto el principio del salterio (Salmos
1-2) como el corazn teolgico del salterio (Salmos 93; 95-99). En particular, el Salmo 146 es
explcitamente instruccional, y recuerda al Salmo 1, el cual orienta al lector a or toda la coleccin como
torah, instruccin (Sal 1.2; NIV y NRSV, ley). El contenido de la instruccin del Salmo 146 es
esencialmente el mismo que el del Salmo 2: Confia en Dios, no en los soberanos humanos. Debido a que
los soberanos humanos y sus planes perecen (v. 4; vase tambin Sal 1.6; 2.12), son bieaventurados
quienes confan sus vidas a Dios (v. 5; vase tambin Sal 1.1; 2.11). El mensaje del Salmo 2 anticipa el
corazn teolgico del salterio: El Seor reina (vanse los Salmos 93; 95-99; Introduccin); de esa manera
no es de sorprenderse que este mensaje resuene claramente en la conclusin del salterio, incluyendo Sal
146.10 (vase tambin Sal 145.1, 11-13; 149.2). El contraste entre los justos (v. 8) y la senda de los
malvados (v. 9) tambin recuerda explcitamente Sal 1.5-6. Este contraste invade al salterio (vase
Comentario sobre los Salmos 1-2; Introduccin), y de nuevo, no hay que sorprenderse de que resuene
claramente en la medida en que el salterio vaya concluyendo (vase tambin Sal 145.20; 147; y el mismo
contraste presentado en diferentes trminos en 149.5-9).
Las divisiones de la NIV reflejan el anlisis estructural tradicional del Salmo 146. Despus del aleluyah, los vv. 1-2 introducen el salmo no slo con la invitacin a la alabanza sino con el anuncio de la
alabanza. Los versos 3-4 ofrecen instruccin concerniente a lo que significa la alabanza: exclusivamente
lealtad y confianza en Dios y no en los soberanos humanos. La bienaventuranza del v. 5 inicia una seccin
que contina con una serie extensa de frases en participio (vv. 6-9a) y se completa con un retorno a los
verbos en infinitivo del v. 9bc. La divisin de la NRSV entre el v. 7ab y el v. 7c establece el punto donde
los participios comienzan a acompaarse de un sujeto: Yahveh (vv. 7c-9a). Retornando al lenguaje
poltico de los vv. 3-4 (vase prncipes), el v. 10 ofrece una conclusin climtica del reino eterno de
Dios, seguido por el alelu-yah final.
John Kselman propone un anlisis estructural alternativo. Si se le pone especial atencin a la
dimensin didctica del salmo, l propone una estructura quistica en la cual los vv. 1-2 corresponden al v.
10; los vv. 3-4 corresponden a los vv. 8c-9, a ambos Kselman los clasifica como sabidura; y los vv. 58b forman la seccin central, la cual Kselman denomina: Dios Creador y Redentor. La propuesta de
Kselman tiene la ventaja de resaltar el propsito instruccional del Salmo 146 (vv. 3-4, 8c-9). Dada la serie
de participios de los vv. 6-9a, parece improbable que se tuviera que hacer una divisin entre el v. 8b y el v.
8c; sin embargo, las palabras justos ( sadikim) del v. 8c y malvados ( reshaim) del v. 9c
forman una envoltura conceptual que da apoyo al anlisis de Kselman. En el anlisis final, no es necesario
ver la propuesta tradicional y la propuesta de Kselman como que se excluyen mutuamente. Como sucede a
menudo, la atencin a los criterios estilsticos variantes produce propuestas alternativas que pueden ser
igualmente legtimas y tiles en llamar la atencin a las varias caractersticas de un poema.
146.1-4. Como es tpico de un canto de alabanza, el v. 1 comienza con una invitacin en imperativo,
aunque es inusual que est dirigido a mi alma. Esto sucede en otras partes slo en Sal 103.1, 22 y en
163
104.1, 35. Quizs no sea concidencial que el v. 2 constituya tambin una reminiscencia del Salmo 104
(vase v. 33), una salmo que describe elocuentemente la soberana csmica de Dios sobre los cielos (v.
2), la tierra (v. 4) y el mar (v. 25). Estas mismas tres afirmaciones sern mencionadas en Sal 146.6. La
alabanza la ofrenda de todo el ser a Dios en la adoracin y en el trabajo es la vocacin de toda la vida de
la creatura humana como respuesta a la soberana csmica de Dios y de esa manera ante el derecho
comprehensivo de Dios sobre la vida humana y sobre la vida del mundo (vanse las Reflexiones; vanse
tambin los Salmos 8; 100; 103; 104; 145; 150).
La anttesis de la alabanza a Dios es la confianza en uno mismo o la confianza en las agencias e
instituciones humanas en lugar de ponerla en Dios. Es precisamente contra esto que el salmista est
advirtiendo en el v. 3 (vase Sal 118.8-9; Jer 17.5-7; vase tambin Sal 9.10; 25.2; Introduccin). De esa
manera, mientras que todos los cantos de alabanza son implcitamente instruccionales, el Salmo 146 es
muy explcitamente as (vase lo que se dice antes sobre Sal 100.3). El juego de palabras hebreas de los
vv. 3-4 hacen hincapi en la transitoriedad de la vida humana y de la ayuda humana (v. 3b); esto es:
mortales ( adam, v. 3) pronto regresan a la tierra ( adam, v. 4). Como lo indica la NIV, la
ayuda de la NRSV a menudo es traducida como salvacin o liberacin. Esta palabra es clave en el
Salmo 3 (vanse los vv. 2, 7-8), y de esa manera el Salmo 146 recuerda al Salmo 3 al igual que a los
Salmos 1-2. Como se indic anteriormente, perecer (v. 4) recuerda a Sal 1.6; 2.12, donde el camino de
los malvados (1.6; vase 146.9) y el camino de quienes se niegan a servir a Yahveh (2.11) perecern.
En el libro de los Salmos y en la Biblia como totalidad, la maldad es esencialmente un asunto de
confianza. Implica la decisin de confiar en alguien o en algo en lugar de confiar en Dios, y los resultados
son vanos y destructivos, como lo indican los vv. 4, 9 (vase anteriormente lo que se dice sobre la
propuesta estructural de Kselman, el cual establece una correspondencia entre los vv. 3-4 y los vv. 8c-9).
Dado el recuerdo del Salmo 104 en los vv. 1-2, no es de sorprenderse que el v. 4 sea una reminiscencia de
Sal 104.29. Esta caracterstica comn de los vv. 1-2 es otro vnculo entre el Salmo 146 y el Salmo 145, en
el cual los vv. 15-16 recuerdan a Sal 104.27-28 (vase ms adelante lo que se dice sobre Sal 147.8-9).
146.5-10. En Sal 40.4, como en Sal 146, la felicidad es tambin una cuestin de en quin confa uno
(vase Jer 17.7). En Sal 33.20-21, la confianza en la ayuda de Dios est expuesta como confiar (vase
tambin la bienaventuranza en Sal 33.12). De esa manera, la bienaventuranza del v. 5 no espera. De hecho,
como la bienaventuranza final del salterio, resume efectivamente todas las otras (vanse 1.2; 2.12;
Introduccin). Como el recorrido completo del salterio lo aclara, la felicidad no es la ausencia de dolor o
problemas sino la presencia de Dios que tiene cuidado del dolor humano y que acta en favor de los
afligidos y oprimidos. La serie de frases en participio de los vv. 6-9a describen precisamente a un Dios
semejante. El verso 6 cita las tradiciones bsicas de Israel, las que finalmente son inseparables (vase
Comentario sobre los Salmos 33; 65; 66) Dios es Creador (v. 6a; vase Gnesis 1-2; Salmos 8; 104) y
Dios es Salvador (v. 6b; vase Ex 34.6, la auto-revelacin de Dios que conforma la culminacin verdadera
del relato del xodo). El verso 7a representa lo que Brueggemann denomina la principal reivindicacin
de Yahveh (vase Sal 103.6, donde la reivindicacin casi idntica es el elemento climtico de una serie de
participios). No es de sorprenderse que el v. 7a ofrezca el concepto de justicia, el cual en todas partes
caracteriza la lnea de accin regia o voluntad del Dios soberano (vanse Sal 89.14; 96.13; 97.2; 98.9;
99.4). El recuerdo de la serie principal cuenta cmo Dios ejerce la soberana es decir, por el servicio
amoroso en favor de personas necesitadas. Los versos 7b-9a ofrecen ilustraciones concretas que incluyen
a quienes Dios ayuda al hambriento (vase Sal 107.9; Isa 58.7), a los prisioneros (vase Isa 61.1), a
los ciegos (vase Isa 42.7), a los agobiados (vase Sal 145.14), a los extranjeros (vase Ex 23.9; Sal
94.6; Jer 7.6). Mientras que aparentemente los justos (v. 8) no pertencen a esta serie, debemos recordar
que son precisamente los justos en el salterio quienes son asediados, asaltados y oprimidos (vase Sal
34.19). El verso 9bc retorna al uso de los verbos en infinitivo, pero la afirmacin es la misma: Dios ayuda
al necesitado (vanse Sal 68.5; 94.6; Jer 7.6; 22.3) y se opone al camino de los malvados (vase Sal 1.6;
145.20; 147.6).
164
A la luz del v. 10, el cual afirma explcitamente el reinado eterno de Dios (vase Ex 15.18; Sal 29.10;
96.10; 97.1; 99.1; 145.1, 13), los vv. 6-9 entran en el enfoque de todo lo ms claramente como una
aseveracin poltica del reinado de Dios. El Dios soberano est a favor de y trabaja por la justicia, no
simplemente como un principio abstracto, sino como un realidad personificada provisin para las
necesidades bsicas, liberacin de la opresin, habilitacin para los privados de sus derechos y de los
desposedos. Mientras que en el v. 1 el salmista se invita a s mismo (misma) a alabar a Dios, el salmista
se dirige a Sin en el v. 10. La respuesta correcta individual y corporativamente a la demanda soberana
de Dios sobre el mundo simplemente es sta: Alabad a Yahveh!
Reflexiones
1. Debido a que introduce la coleccin final del salterio, es apropiado que el Salmo 146 haga memoria de
los Salmos 1-3 de tal manera que resuma el mensaje fundamental del libro. Al igual que el Salmo 1, el
Salmo 146 declara bienaventurados a aquellos cuyas vidas estn completamente orientadas a Dios. Lo
mismo que el Salmo 2, el Salmo 146 afirma el derecho soberano de Dios sobre el mundo. Al igual que el
Salmo 3, el Salmo 146 aclara que la ayuda de Dios no implica una existencia despreocupada para los
justos. En otras palabras, por el hecho de caracterizar a los justos como oprimidos y hambrientos y
prisioneros y as sucesivamente (vv. 7-9), el Salmo 149 transmite la perspectiva escatolgica del salterio:
el reino de Dios es proclamado en medio de circunstancias que parecen negarlo (vanse los Salmos 2; 93;
95-99; Introduccin).
2. La proclamacin escatolgica del reino de Dios llama a la decisin. Para usar un trmino clave
empleado por el Salmo 146, el problema es ste: En quin confiaremos? La pregunta es tan oportuna
como decisiva ahora como siempre ha sido. Confiar en prncipes y en mortales constituye una
tentacin perenne y dominante, especialmente en una sociedad totalmente secularizada como la nuestra.
La ayuda humana parece tan apremiante, inmediata y efectiva. Los esquemas de esfuerzo propio abundan,
y el credo de nuestra cultura ha llegado a ser virtualmente: Dios ayuda a quienes se ayudan a s mismos
(vase el Comentario sobre el Salmo 3). Un credo tal, sin embargo, resulta inevitablemente no en alabanza
a Dios, sino alabanza a uno mismo. Los resultados son devastadores (v. 9c). Como Claus Westermann lo
dice: La alabanza a Dios ocupada por Israel es realmente el lugar donde la fe (esto es, confianza) en Dios
es la posicin para nosotros. La direccin de esta alabanza a un hombre, a una idea o a una institucin
puede perturbar y finalmente destruir la vida misma.
3. El salmo 146 constituye, por tanto, un urgente llamado a la alabanza de hecho, un llamado a vivir
(vase el Comentario sobre el Salmo 100). En trminos bblicos, alabar a Dios es vivir, y vivir es alabar a
Dios. Por esto alabanza es tanto liturgia como estilo de vida; los dos son inseparables. Brueggemann
aclara esto en la medida en que reflexiona sobre el Salmo 146, tomando cantad alabanza del v. 2 como
punto de partida:
Israel tomaba la alabanza en contraste con la fuerza permanente poderosa de los soberanos de este
siglo, y jams sabremos qu poder santo es liberado en tales cantos, Israel canta, y no sabremos nunca
qu imaginacin humana autoriza tal canto. Una razn de por qu no podemos cantar es que tal
esperanza es intelectualmente fantstica. Otra razn de que no podemos cantar es que una alternativa
tal es demasiado subversiva. Pero la Iglesia e Israel cantan! este canto es nuestra vocacin, nuestra
obligacin, y nuestro deleite. Anunciamos este nombre asombroso y el mundo se abre de nuevo,
especialmente para aquellos a quienes ha estado cerrado de una manera mortal a los prisioneros, los
ciegos, los extranjeros, la viuda, el hurfano. El mundo es una obertura cantada. Contra esta Persona
Santa y contra este canto, la muerte no se puede cerrar al mundo en injusticia de nuevo.
165
4. Por medio de este llamado a la alabanza (v. 1) y de su instruccin (vv. 3-4) y proclamacin del reino
de Dios (v. 10), el Salmo 146 se anticipa a la predicacin de Jess del reino de Dios (vase Mr 1.14-15), al
igual que a la enseanza de Jess acerca de las bienaventuranzas (vase Mt 5.3-11) y a su promulgacin
de la voluntad de Dios en un ministerio de justicia, alimentacin, liberacin, sanidad y compasin (vase
Mt 11.2-6; Lc 4.16-21). En la medida en que la iglesia enfrenta el mismo tipo de oposicin a los valores y
lneas de accin de Dios que Jess enfrent, el Salmo 146 es una exhortacin para que el pueblo de Dios
cante y ore como Jess ense, afirmando tuyo es el reino al mismo tiempo que oramos: venga tu
reino, sea hecha tu voluntad en la tierra como en el cielo.
SALMO 147
Comentario
El Salmo 147 es un himno o canto de alabanza que forma parte de una coleccin final en el salterio
(Salmos 146-150), cada uno de los salmos que comienza y termina con alelu-ya. De diversas formas el
Salmo 147 sigue muy bien al Salmo 146. De hecho, el verso 1 parece servir tanto como una evaluacin de
los salmos precedentes as como de introduccin del resto del Salmo 147 (vase 142.6; 147.1). Adems,
Sal 147.6 recuerda a Sal 146.9, y de manera ms general, el Salmo 147 se enfoca alternativamente a dos
esferas conceptualmente distintas pero a fin de cuentas inseparables que se introducen en Sal 146.6: la
creacin y la liberacin (vase el Comentario sobre el Salmo 146 y ms adelante en la estructura del
Salmo 147). Adems de recordar al Salmo 146, el Salmo 147 tambin anticipa a los Salmos 148 y 149,
cada uno de los cuales se concentrar en una de las dos esferas alternativas del Salmo 147. El Salmo 148
invita a toda la creacin a alabar a Dios, mientras que el Salmo 149 extiende la invitacin a Israel (vase
esp. 149.2, 5).
Dado el establecimiento de la perspectiva del post-exilio desde el principio del Libro V (vase Sal
107.2-3), no es sorprendente que la coleccin final tambin exprese claramente esta perspectiva. En
particular, Sal 147.2-3, 12-14 transmite las mismas buenas nuevas que se anunciaron en las eras del exilio
y del post-exilio. Las tradiciones textuales griegas y latinas asocian al Salmo 147 con Ageo y Zacaras,
aunque los eruditos estn ms inclinados a vincularlo con el tiempo de Nehemas. El salmo tiene
afinidades tambin con el material de Isaas 40-66. Todo esto sugiere el origen post-exlico de este salmo,
aunque no es posible la precisin. De cualquier manera, su ubicacin refuerza la conclusin de que el
Libro V se form como respuesta a la crisis en curso de la era post-exlica (vanse los Salmos 17; 108;
111; 120; 137; 138; 149; Introduccin).
El Salmo 147 se divide usualmente en tres secciones: vv. 1-6, vv. 7-11, vv. 12-20. El inicio de cada
seccin est marcado por un imperativo. En las tradiciones griegas y latinas, los vv. 12-20 realmente
constituyen un salmo separado; algunos comentaristas incluso han sugerido que se han unido tres salmos
separados para formar el Salmo 147. Pero la unidad del Salmo 147 es evidente. No slo est unido por el
alely-ya, sino tambin cada seccin da atencin tanto a la creacin (vv. 4-5; 8-10, 15-18) como a la
liberacin (vv. 2-3, 6, 11, 13-14, 19-20). De hecho, la primera y la ltima secciones muestran un patrn
similar liberacin (vv. 2-3, 6 y los vv. 13-14, 19-20) que acompaa a la creacin (vv. 4-5 y vv. 15-18).
Con ello la yuxtaposicin ms notable de los vv. 18-19, marcada por la repeticin de la expresin
palabra, es simplemente el ejemplo climtico de un patrn que caracteriza a todo el poema (vese Sal
146.6-7).
147.1-6. Despus del alelu-ya inicial, el v. 1 ofrece una observacin acerca de la frase que es inusual
pero no completamente nica (vase Sal 92.1). Como lo puede indicar una comparacin de la NVI con la
NRSV, la conclusin del v. 1 es ambigua. El adjetivo apropiada ( nav) ciertamente parece describir
el acto de alabar a Dios (vase Sal 33.1), pero el adjetivo gracioso/ agradable ( naim) describe a
166
Dios o al acto de alabar a Dios? La misma ambigedad se halla presente en Sal 135.3; todo parecido, es
intencional. James Kugel incluso sugiere que el v. 1 es un ejemplo de extraamiento o rareza esto es,
la utilizacin de un lenguaje de una manera inusual para efectos especiales y para plantear un desafo
interpretativo. Por eso es apropiado que se ofrezcan diferentes posibilidades para construir el v. 1.
Las razones para la alabanza siguen en los vv. 2-6. El verso 2 en particular sugiere un perspectiva
exlica o post-exlica. En estas eras, Jerusaln fue reconstruida (v. 2a, vase Neh 12.27) y los exiliados o
parias o sin patria fueron congregados (v. 2b; vase Deut 30.4; Neh 1.9; Isa 11.12; 56.8; Jer 30.17; Eze
34.16; Miq 4.6). El lenguaje y la analoga del v. 3 tambin son utilizados en otras partes para hablar del
manejo redentor de parte de Dios de los exiliados, que se caracterizan en otras partes como corazones
quebrantados (vase Isa 61.1), a quienes Dios sana (vase Sal 107.20, Isa 57.18-19; Jer 0.17) y
venda (Isa 61.1; Eze 34.16). Lo mismo se puede decir del v. 6a (vase tambin Isa 61.1). Los versos 23, 6 envuelven a los vv. 4-5, que citan la actividad creadora de Dios como razn para la alabanza. Una
yuxtaposicin de la actividad creadora y redentora de Dios se halla frecuentemente en Isa 40-66 (vase Isa
40.28; 41.14; 45.18-21), que se puede fechar en las eras exlicas al principio de la post-exlica. De hecho,
los vv. 4-5 son muy similares a Isa 40.26. La palabra grande ( gadol) en 5a es una expresin de
soberana (vase Sal 48.1; 95.3; 96.4; 99.2; Jer 10.6-7), como lo es la palabra poder ( koah; vase Ex
9.16; Sal 29.4; Jer 10.10-12). Ante las realidades severas de las eras exlica y post-exlica incluyendo la
prdida de la dinasta davdica el profeta del exilio proclamaba la soberana de Dios (vase Isa 52.7). El
libro de los Salmos parece haber sido conformado para ofrecer la misma respuest
a (vase el Comentario sobre los Salmos 2; 89; 90; 93; 94; 95, 96; 97, 98; 99; 107; Introduccin) y es
apropiado que la coleccin final retorne explcitamente a esta proclamacin (vase Sal 146.10; 149.2). La
expresin nmero (v. 4a) de la NRSV y medida (v. 5b) traducen a la misma raz hebrea ( sapar),
proveyendo con ello una estructura envolvente para estos dos versos y haciendo nfasis en el mensaje de
que el entendimiento de Dios excede a la comprensin humana (vase Isa 40.28; vase la idea similar en
Sal 139.17-18, donde contar en el v. 18a representa a la misma raz hebrea que nmero y medida en
147.4-5).
147.7-11. El retorno a los imperativos en el v. 7 marca el inicio de la segunda seccin. El verbo que se
traduce como cantar ( anah) es inusual en los salmos (vase slo Sal 119.172). Su misma
infrecuencia puede llamar la atencin a la liberacin de Israel de Egipto, toda vez que se utiliza para
introducir el canto de Mara en respuesta al cruce del mar (Ex 15.21), un canto que sigue inmediatamente
a la proclamacin del reino de Dios en Ex 15.18. Cantar con accin de gracias es una respuesta
apropiada a la soberana de Dios (vase el ttulo y el v. 4 del Salmo 100). El segundo imperativo,
componed melodas, tambin indica una respuesta apropiada a la soberana de Dios (vase Sal 149.3;
vase tambin el v. 1; Sal 47.6-7; 98.5). La lira est especficamente implicada en tales respuestas en Sal
98.5; 149.3; (vase tambin Sal 33.2). Como sucede a menudo, la afirmacin de la soberana de Dios en
los vv. 8-9 es al menos implcitamente polmica (vase Sal 96.5; 97.7). Aqu Dios hace lo que los
canaanitas rutinariamente atribuan a Baal enviar lluvia que permita el crecimiento de las plantas y
alimento para los animales (vase el Comentario sobre los Salmos 29; 104). Los versos 8-9 recuerdan
especialmente al Salmo 104 (vase Sal 145.5, 15-16; 146.1-2, 4), proveyendo de esa manera un mejor
vnculo entre los Salmos 145-147 e incrementando la posibilidad que estos salmos finales sean
relativamente tardos y que fueron escritos en parte como antologas artsticas de los primeros salmos. En
este respecto, el v. 10 recuerda Sal 33.16-17 y el v. 11 incluso recuerda ms claramente a Sal 33.18. Dios
no requiere de demostraciones impresionantes de poder humano; ms bien, Dios est contento cuando las
personas se someten a s mismos al gobierno divino (vase Sal 25.12, 14; 33.18; 103.11, 13, 17). Debido a
que la soberana de Dios consiste del poder del amor fiel (vase Sal 5.7; 245.6-7, 10; 33.5, 18, 22; 103.4,
8, 11, 17; Introduccin) en vez de pura fuerza, el pueblo de Dios vivir inevitablemente de la esperanza y
de la espera (vase Sal 25.3, 5, 21; 33.18, 22). La repeticin de placer en los vv. 10b 11a anticipa a Sal
149.4 y tambin recuerda otro texto del exilio, Isa 42.1.
167
147.12-20. Los dos imperativos del v. 12 marcan el principio de la seccin final. La mencin de
Jerusaln recuerda al v. 2, como lo hace el contenido del v. 13a (vase Neh 3.3, 6). Jerusaln era el lugar
donde se buscaba la bendicin de Dios (v. 13b; vase Sal 129.8; 132.15; 133.3; 134.3) y se anticipaba la
paz (v. 14a; vase Sal 125.5; 128.6; Isa 60.17). El verso 14b recuerda a Sal 81.16. El verso 15 introduce la
palabra que provee la unidad conceptual al resto del poema: la palabra de Dios (vanse los vv. 18-19;
vase tambin Sal 33.4, 6; 107.20). Como en la conclusin a la seccin anterior (vv. 10-11), los vv. 15-20
parece que se vieron influidos por el Salmo 33 (vase esp. 33.4-9), en el cual la palabra de Dios tambin
indica y encarna la soberana de Dios (vase tambin Gn 1; Isa 40.8; 55.10-11). Dios es soberano de la
tierra (v. 15a; vase Sal 146.6; 148.7-10) y de todas las fuerzas que todava son impresionantes para la
gente moderna, pero que habran sido especialmente impresionantes e importantes a los pueblos antiguos
la nieve y las heladas (v. 6; vase Job 38.29; Isa 55.10), el granizo (v. 17a; vase Job 37.10; 38.29) y el
fro (v. 17b, Job 37.9). La mencin de la palabra de Dios en el v. 18a aclara que estos fenmenos no se
pueden incluir simplemente bajo la categora de la meteorologa. Para el salmista, debido a que Dios
gobierna al mundo, incluso el clima es un asunto teolgico! Por eso, aunque viento en el v. 18b es una
traduccin apropiada, deberamos ver en l otro significado. La palabra (ruaj), a menudo se traduce
como espritu. Como en el caso de Gn 1.2 y Ex 14.21, el viento no es simplemente un fenmeno
meteorolgico. Contiene e incluye el poder, la presencia y el propsito del Dios personal de Israel. El
verso 19 revela la dimensin personal de la palabra divina. La palabra de Dios primeramente dirigida a la
nieve y al granizo y al viento ahora se dirige a Israel. Conocer la palabra de Dios significa conocer la
voluntad de Dios, de hecho, la misma persona de Dios. Las ordenanzas de la NRSV ( mishpatim,
vv. 19b, 20b) se podran traducir literalmente como justicias o juicios, y el establecimiento de la
justicia de Dios es la marca distintiva del reino de Dios (vase Sal 89.14; 96.13; 97.2; 98.9; 99.4; 146.7;
149.9). La palabra que Dios emite la demanda soberna de Dios sobre la tierra y sobre todo lo que hay en
ella (vv. 15-18; vase Sal 148.7-8), incluyendo a Israel (vv. 19-20) y a fin de cuenta a todos los gobiernos
y pueblos de la tierra (vase Sal 148.11-12).
Reflexiones
Los versos 15-20, especialmente la yuxtaposicin de los vv. 18-19, expresan de una manera
particularmente clara una comprensin teolgica decisiva: la inseparabilidad ltima de la creacin y la
redencin. Por expresar el asunto en trminos ligeramente diferentes, el trato de Dios con un pueblo
particular Israel y la iglesia es para el cumplimiento de los propsitos de Dios para toda la creacin.
Con seguridad, esta conviccin no es nica del Salmo 147. Es evidente en la eleccin de Israel que
comience su historia con la creacin en lugar de que comience con el xodo, y es evidente en el recorrido
del testimonio bblico desde el AT hasta el NT en la direccin de un nuevo cielo y una nueva tierra (Apo
21.1 NRSV) y en la salud de las naciones (Apo 22.2 NRSV). Adems, esta comprensin est incluida en
varios otros salmos tambin (vase el Comentario sobre los Salmos 19, 33; 65; 66; 96; 97; 98; 99).
An as, el Salmo 147 expresa esta conviccin de una manera impresionante que trae a casa su
significado impresionante. La fuerza que controla al universo, que produce lluvia y nieve y calor y fro
(vv. 15-18), no es slo algo que observamos y experimentamos, sino que es alguien que conocemos (vv.
19-20). En el corazn de la fe bblica se haya la declaracin extraordinaria de que el poder que mantiene el
curso de las estrellas (v. 14) es el mismo poder que o mejor, de quien sana a los quebrantados de
corazn (v. 3), levanta a los cados (v. 6) y declara una palabra inteligible, personal y dadora de vida a
Israel (vv. 19-20). En resumen, nuestra confianza de hecho, nuestra nica esperanza es que el poder que
se halla detrs del universo tiene un rostro personal que se vuelve hacia nosotros como amor inmutable
(v. 11b). Aunque esta palabra no se utilizar hasta el NT, el Salmo 147 expresa la encarnacin de la
palabra de Dios (vase Juan 1.1, 14). El Dios csmico est personal, ntima e inextricablemente
involucrado en las vidas y futuros de los seres humanos. Por buenas razones, el Salmo 147 regularmente
168
se utiliza durante los periodos de Navidad, el Festival de la Encarnacin. La nica respuesta apropiada y
adecuada ante las buenas nuevas del involucramiento encarnacional de Dios con el mundo significa estar
en temor (v. 11a) y cantar las palabras que expresan la ofrenda agradecida de nuestras vidas: Alabad al
Seor! o Alabad a Yahveh!
SALMO 148
Comentario
El Salmo 148 es el tercero de una coleccin de himnos o cantos de alabanzas, cada uno vinculado con el
haleluya, que concluye el salterio (vase el Comentario sobre el Salmo 146). De las dos esferas
alternantes de la actividad de Dios el Salmo 148 se enfoca en la primera en la medida en que llama a
toda la creacin a alabar a Dios. slo en el v. 14 realmente el Salmo 148 se vuelve a la esfera de
liberacin, anticipando con eso el enfoque del Salmo 149 (vase 148.14; 149.1, 5, 9). Aun cuando ni el
Salmo 147 ni el Salmo 148 contiene la palabra reino o rey, estn vinculados por dos salmos que lo
hacen (vase Sal 146.10; 149.2), y el efecto ambos Salmos 147 y 148 es expresar la soberana de Dios
(vase ms adelante lo que se dice sobre el v. 13). Con eso el Salmo 148 participa del recuerdo del
corazn teolgico del salterio de la coleccin final: Dios reina (vase el Comentario sobre los Salmos
93, 95, 96, 97, 99; Introduccin). Y con ello contribuye a la respuesta de los Libros IV-V a la crisis
teolgica de las eras del exilio y del post-exilio (vase el Comentario sobre los Salmos 90; 107;
Introduccin).
En cierto sentido, el Salmo 148 exhibe la estructura tpica de un canto de alabanza invitacin a la
alabanza seguida por las razones para la alabanza. Pero en este caso, la invitacin se elabora
grandemente, anticipando con ello al Salmo 150. Cada mitad de lnea del salmo hasta el v. 4a, por
ejemplo comienza con un imperativo que llama a la alabanza. La invitacin se resume en el v. 5a con
una forma verbal yusiva (que alaben), y luego las razones para la alabanza que siguen en los vv. 5b-6.
El retorno al imperativo en el v. 7a marca el principio de la segunda seccin del poema. Mientras que los
vv. 1-6 se enfocan en la alabanza desde los cielos (v. 1), los vv. 7-14 se enfocan en la alabanza desde
la tierra (v. 7). Como en la primera seccin, una invitacin a la alabanza en yusivo (v. 13a, que es
idntico al v. 5a) precede inmediatamente a las razones para la alabanza en los vv. 13b-14. La final del
salmo, la palabra alabanza ( hillel) ha aparecido once veces como verbo y una vez como sustantivo
(v. 14). Esta repeticin impresionante por s misma es indicacin de lo inclusivo de la alabanza, a la cual
el Salmo 148 invita. La intencin de ser inclusivo ciertamente, universal se refuerza con las frases
preposicionales de los vv. 1, 7 (vase tambin la NRSV, por encima de la tierra y los cielos del v. 13) y
con la repeticin de todos en los vv. 2-3, 7, 9-11, 14. Luego, por supuesto, existe una lista real de seres
(celestiales y terrenales) y de cosas (animadas e inanimadas) que son invitados a alabar a Dios. El efecto
de la estructura y caractersticas estilsticas del Salmo 148 es an ms inclusiva que el verso final
climtico del salterio, porque en el Salmo 148 no es slo un asunto de todo lo que respire alaba a Dios
(150.6). Ms bien, tambin es un asunto de que todo lo que es alaba a Dios.
148.1-6. En la primera seccin, Dios ha de ser alabado desde los cielos (v. 1) por los seres y
objetos que habitan los cielos (vv. 2-3), as como por los cielos mismos (v. 4a, lit., cielos de los cielos;
vase Sal 19.1). As como suceder en la segunda seccin, se invita a la alabanza tanto de las esferas
animadas como de las inanimadas ngeles (v. 2; vase Sal 103.20) as como al sol y a la luna y las
estrellas (v. 3; vase Sal 8.3; 19.4-6; 136.8-9; 147.4). La lista es una reminiscencia de Gn 1-2 cielos
(vase Gn 1.1; 2.1; ejrcitos (vase Gn 2.1), estrellas (vase Gn 1.16). Todos los seres y cuerpos
celestiales han de alabar el nombre de Dios (vv. 5a, 13) esto es, el carcter esencial y los propsitos
de Dios, que representan al mismo ser de Dios (vase Sal 8.1, 10; 23.3; 29.2; 135.1, 3, 13). El carcter y
169
los propsitos de Dios son revelados en lo que Dios ha hecho como Creador, y ese es el enfoque de las
razones para la alabanza en los vv. 5b-6. El verbo creado ( bar) recuerda a Gn 1.1-2.4, aunque el
verbo mandar ( tsav) no aparece en Gn 1.1-2.4 (vase tambin Job 23.10; Sal 33.6-9; 104.5-9;
Prov 8.29).
148.7-13. La segunda seccin invita a la alabanza desde la tierra por medio de seres, objetos y
elementos de este reino, tanto animados como inanimados. No inesperadamente, el v. 8 recuerda a Sal
147.15-18, tanto en los trminos de los elementos de la creacin implicados como del poder creador de
la palabra de Dios. La lista de nuevo es una reminiscencia de Gnesis 1-2 tierra (vase Gn 1.1; 2.1,
4; la frase tierra y cielos aparece slo en Gn 2.4b y en Sal 147.13); monstruos marinos (vase Gn
1.21); abismos (vase Gn 1.2); rboles frutales (vase Gn 1.11); animales salvajes y ganado, cosas
que se arrastran y aves que vuelan (vase Gn 1.21, 24-25). Como en Gnesis 1, el enfoque culminante
en el Salmo 148 no se halla en la humanidad (vanse los vv. 11-12). Aquellos a quienes los seres
humanos reconocen como soberanos han de reconocer la soberana definitiva de Dios (v. 11), as como
todas las categoras generales de pueblos (v. 12). El verso 11 recuerda a Sal 2.1-2, 10-12, que al
principio del salterio demanda el reconocimiento de la soberana de Dios (vase tambin Sal 149.5-9).
De manera totalmente apropiada, las razones para la alabanza del v. 13b proclama la soberana de Dios.
La palabra exaltado ( sagab) aparece en todas partes en el contexto de la proclamacin del reinado
de Dios (vase Isa 33.5 en el contexto de 33.17-22), y la palabra gloria ( hod) regularmente describe
la realeza, tanto humana (vase Sal 21.5; 45.3) como divina (vase Sal 96.6; 145.5). En armona con las
dos divisiones del salmo , el v. 13b afirma que la soberana de Dios es por encima de la tierra y los
cielos. En resumen, Dios gobierna el cosmos.
148.14. Este verso contina con las razones para la alabanza, pero se mueve en una direccin
diferente. El Dios csmico ha decidido llevar a cabo los propsitos divinos a travs de un pueblo
particular. Exaltar un cuerno parece significar proteger o llenar de fuerzas (vase Sal 75.10; 89.17, 24;
92.10; 112.9). Las dos apariciones de esta imagen en Sal 89 concluye el Libro III con una prueba de la
falla del pacto davdico, al cual los Libros IV-V ofrecen una respuesta (vase el Comentario sobre los
Salmo 89; 90; 107; Introduccin). El hecho de que la coleccin final del Libro V retorne a esta imagen
puede ser ms que coincidencial. Es como si Sal 148.14 afirmara una reinstalacin no del reino
davdico, no obstante (vase Sal 89.24), sino de todo el pueblo, todos sus fieles (vase Sal 89.17). De
manera interesante en este respecto, los fieles juega un rol clave en el Salmo 149, que reserva para
ellos el rol asignado al rey en el Salmo 2 (vase ms adelante lo que se dice sobre 149.5-9). Con ello los
Salmos 148-19 ofrecen una mejor garanta para concluir que la teologa davdica se transfiri en la era
post-exlica a todo el pueblo (vase el Comentario sobre los Salmos 105; 110; 132; 144; Introduccin).
No es claro que quiere decir la frase alabanza para todos sus fieles en el v. 14. En vista del lugar
del Salmo 148 en el Libro V, parece indicar, juntamente con la analoga del cuerno precedente, la
reinstalacin del pueblo de Dios representado por el retorno del exilio y la reocupacin de Jerusaln
(vase Sal 147.2-3, 12-14). Pero el sustantivo alabanza no puede servir de ayuda para recordar las
ocho apariciones verbales que han precedido en los vv. 1-13. En resumen, Israel es uno entre muchos
participantes en la alabanza csmica a Dios; su nico rol, quizs, sea el de expresar de manera
inteligente la alabanza no expresada del resto de la creacin (vase Sal 19.14-). Terence Fretheim indica,
aunque el significado exacto es confuso, que el v. 14 recuerda a Sal 22.3 y que quizs debera elaborarse
como sigue:
Dios ha hecho al pueblo de Dios fuerte, ciertamente los ha constituido en una alabanza en la tierra,
para los propsitos de la alabanza universal de Dios... As como las otras variadas criaturas muestran
ms adelante la alabanza de Dios por el hecho de ser lo que ellos son como criaturas de Dios, as
Israel habiendo sido creado como es ahora por Dios, muestra ms adelante la alabanza de Dios por el
hecho de ser lo que ellos son, el pueblo redimido de Dios... el pueblo de Dios en cada era son
170
llamados a continuar mostrando en adelante la alabanza de Dios debido a que ellos han sido creados
por Dios. De esta manera ellos se unirn con ese vasto coro de criaturas no humanas de Dios en la
honra a Dios y en el testimonio de Dios.
Debido a que Dios gobierna al cosmos, la alabanza de Dios es incompleta sin la participacin de todas
las voces, humanas y no humanas, en los cielos y en la tierra y en toda la creacin.
Reflexiones
1. Aunque los cantos de alabanza se extienden hasta la universalidad (vase Sal 67.1-7; 100.1; 103.2022; 117.1; Introduccin), el Salmo 148 lleva la inclusividad hasta el lmite, sobrepasando incluso al
verso final del salterio (150.6). Lo inclusivo de la invitacin a la alabanza a Dios tiene profundas
implicaciones que demuestran lo inseparable de la teologa y la ecologa (vase el Comentario sobre los
Salmos 8; 96; 98; 104). Nosotros los seres humanos, nosotros pueblo de Dios, somos socios en la
alabanza de Dios con un multitud de otros seres vivos y de cosas inanimadas tambin. Por esta razn, el
Salmo 148 recuerda no slo Gn 1.1-2.4; sino tambin a Gn 9. En Gnesis 9 el pacto despus del diluvio
se establece no slo con No y sus descendientes (Gn 9.9), sino tambin con todo criatura viva (Gn
9.10, 12, 15-16), ciertamente, con la tierra (Gn 9.13). Este pacto, juntamente con la invitacin del
todo-inclusiva a la alabanza en el Salmo 148, indica que la vocacin humana de dominio (Gn 1.26,
28) no slo incluye una mayordoma de la creacin, sino una sociedad o colaboracin con la creacin.
Francisco de Ass estaba en lo correcto cuando, en base al Salmo 148, compuso su Canticle of the Sun,
en el cual el se dirige al sol y al viento y al fuego como hermanos, y a la luna y a las aguas como
hermanas. El Salmo 148 no es un llamado al pantesmo, sino en base al Salmo 148, debemos hablar de
una simbiosis en la alabanza que incluye a los humanos y a la naturaleza; podemos escuchar en el
Salmo 148 un llamado implcito a los seres humanos a relacionarse con los rdenes naturales de tal
manera que la alabanza de la naturaleza puede mostrarse con mayor claridad. En resumen, los seres
humanos son llamados a ejercer su dominio dado por Dios o soberana de la misma manera en que
Dios ejerce su poder: como un siervo. Cumplir de esa manera nuestra vocacin significa alabar a Dios
por la imitacin de Dios.
2. Varios otros himnos que proclamas el reino de Dios tambin invitan a los cielos y a la tierra y a los
seres y los objetos con ellos a alabar a Dios (vase Sal 29.1; 96.11-12; 97.1; 98.4, 7-8). De hecho, el
movimiento del Salmo 148 es similar al del Salmo 29; la alabanza de los seres celestiales (Sal 29.1-2, 9;
148.2-4) se ve acompaado por una oracin por o la afirmacin del fortalecimiento o bendicin de parte
de Dios del pueblo de Dios (Sal 29.11; 2148.14). El mismo movimiento tambin se halla en Lucas 2.1314, donde los seres celestes proclaman la gloria de Dios y la paz en la tierra. El canto de los ngeles
expresa la conviccin de Lucas de que el nacimiento de Jess representa la entronizacin de Dios, la
soberana csmica de Dios. Su movimiento paralelo con el Salmo 148 indica lo apropiado del Salmo 148
para el tiempo de Navidad. La iglesia afirma que Jess el Cristo no slo anunci, sino tambin encarn
el reinado csmico de Dios en un ministerio de servicio sufriente. Pero por esta misma razn, Jess ha
de ser exaltado, para que en el nombre de Jess se doble toda rodilla, en el cielo y en la tierra y debajo
de la tierra (Fil 2.10; NRSV; comprese 148.13). Uno de los himnos navideos predilectos de la iglesia,
Al Mundo Paz, es una parfrasis del Salmo 98, otro himno que proclama el reino de Dios e invita al
reconocimiento universal en la alabanza. Saludar a Jess como Seor significa reconocer el derecho
soberano de Dios sobre nuestras vidas y sobre todo el orden creado, y significa comprometernos a
nosotros a ejercer la soberana dada por Dios sobre la tierra como Dios demostr la soberana divina en
Jess el poder del servicio sufriente. Con eso el Salmo 148 es un salmo para Navidad y para Semana
Santa y para todos los tiempos.
171
SALMO 149
Comentario
El Salmo 149 es el cuarto de una coleccin de himnos o cantos de alabanza, que estn vinculados por el
haleluyah, que concluye el salterio (vase el Comentario sobre el Salmo 146). El salmo comienza como
un canto de alabanza tpico invitacin a la alabanza (vv. 1-3), seguido de las razones para la alabanza
(v. 4). La renovada invitacin a la alabanza en el v. 5 tampoco es inusual, pero luego los vv. 6-9 ofrecen
una separacin sin paralelo de la forma tpica. Estos versos han sido un enigma para los eruditos y en
alguna manera difciles para los lectores que se ofenden por el llamado a la venganza de parte del
salmista. La unicidad del Salmo 149 ha dado lugar a una variedad de propuestas para comprender su
origen y uso antiguo, incluyendo la sugerencia de que los vv. 6-9 indican que su uso se dio con el
acompaamiento de una danza de espadas en una celebracin de la victoria o quizs una celebracin
cltica del reinado de Dios (vanse los vv. 2-3). Sin embargo, si se leen de manera figurada, los vv. 6-9
representan con ello un llamado radical a los fieles a realizar y encarnar el reino de Dios, el cual se
celebra en los vv. 1-4, con ello convierte al Salmo 149 en un salmo particularmente apropiado para el
uso en el Da de Todos Santos (vanse las Reflexiones ms adelante).
El hecho de que una separacin sin paralelo caracterizara al penltimo salmo probablemente no
sea coincidencia. En resumen, la unicidad del Salmo 149 invita a una consideracin cuidadosa de su
ubicacin dentro del libro. Por ejemplo, los vv. 6-9 recuerdan al Salmo 2, donde se halla la preocupacin
con respecto a las naciones y pueblos (Sal 2.1; comprese 149.7) y reyes (Sal 2.2, 10; comprese
149.8) rebeldes. El Salmo 2 a fin de cuentas es una afirmacin de la soberana de Dios (vase el
Comentario sobre el Salmo 2, especialmente la discusin de los vv. 10-12; Introduccin) y as es el
Salmo 149. Ambos afirman que aquellos que intentan ejercer su propia soberana (vase Sal 2.3) sern
llamados a dar cuentas (Sal 2.8-12; 149.7-9; ntese la expresin hierro en 2. 8; 149.8). Con ello,
mientras que el Salmo 2 anticipa el corazn teolgico del salterio, el Salmo 149 lo recuerda claramente
es decir, Salmos 93; 95-99 y su afirmacin del reinado de Dios (vase la Introduccin). La invitacin en
Sal 149.1 a cantar un nuevo canto es un eco de Sal 96.1; 98.3; 97.1; 99.4).
El Libro IV, del cual los Salmos 93-99 forman el corazn responde a la crisis del exilio que se
expresa en el Salmo 89. Como lo aclara el Salmo 89, un aspecto principal de esta crisis fue la
desaparicin de la monarqua davdica. Adems de la proclamacin del reinado de Dios (vase el
Comentario sobre los Salmos 90; 93; 95; 96; 97; 98; 99), la respuesta del Libro IV se mueve en la
direccin de la transferencia de la teologa davdica de la monarqua a todo el pueblo (vase el
Comentario sobre el Salmo 105). Con ello los salmos regios llegan a ser apropiados mesinicamente
esto es, como afirmacin de la soberana de Dios que se manifiesta y se manifestar mediante todo el
pueblo en lugar de la monarqua davdica (vase la Introduccin). La clase de apropiacin es
especialmente clara en el salmo regio final del salterio, el Salmo 144 (vase tambin los Salmos 100;
132 en el Libro V), con el cual se vincula el Salmo 149 por medio de la repeticin de nuevo canto
(144.9; 149.1). En un sentido real, entonces, el Salmo 149 completa el momento de transferencia de la
teologa davdica a todo el pueblo, toda vez que despus que se afirma la soberana de Dios (vv. 1-3),
asigna al fiel la tarea de implementar concretamente la soberana de Dios en el mundo, una tarea que
el Salmo 2 asigna a la monarqua. No es sorpresa que en el Salmo 149 se dirija al fiel en trminos regios
(vase ms adelante lo que se dice sobre 4-5, 9).
Aunque el Salmo 149 se anticipa plenamente en la respuesta del salterio a la crisis de las eras exlicas
y post-exlicas, tampoco es sorprendente que tenga muchas afinidades con Isaas 40-66 (vase el
Comentario sobre los Salmos 96; 98). En particular, Allen cita seis vnculos verbales entre el Salmo 149
e Isaas 61: humilde/ oprimido (Sal 149.4; Isa 61.1); placer/ favor (Sal 149.4; Isa 61.2);
172
venganza (Sal 149.7; Isa 61.2); coronas (Sal 149.4), que aparece dos veces en Isa 61.3 como
corona de belleza y esplendor (NVI); Sin (Sal 149.2; Isa 61,3) y juicio/ justicia (Sal 149.9;
Isa 61.8). Adems, l ve paralelos entre el Salmo 149 e Isa 45.14; 46.13; 60.1-3, 9, 11-12, 14; 66.14-16,
18-21. Al defender que los Salmos 96; 98 comparten la misma tradicin que Isa 40-66, Allen concluye:
Es difcil evitar la conclusin de que al igual que los Salmos 96-98 este salmo se construye sobre los
motivos o temas de la futura victoria de Yahveh sobre las naciones y de la exaltacin de Israel. El salmo
parece haber emanado de una tradicin similar como la de los Salmos 96-98 y para desarrollar sus
temas. Como sugiere Allen, mientras haya una dimensin futura implcita, el Salmo 149 es escatolgico
en ms de un sentido fundamental; proclama la soberana presente de Dios en medio de la oposicin en
curso de parte de las naciones y de sus reyes (vase el Comentario sobre los Salmos 2; 93; 96; 97; 98;
99; Introduccin).
Los eruditos no han logrado el consenso respecto a la estructura del Salmo 149. Algunos sugieren
una divisin triple: vv. 1-3, vv. 4-6, vv. 7-9. Pero la mayora favorece una divisin en dos secciones, con
pausas que aparecen tanto entre los vv. 4 y 5 o entre los vv. 5 y 6 (vase la NVI). De manera interesante,
el Salmo 149 es uno de los pocos salmos para el cual la NRSV no sugiere divisiones. Observando que el
v. 5 parece casar igualmente bien con los vv. 1-4 o con los vv. 6-9, Anthony R. Ceresco sostiene que el v.
5 debera entenderse como un pivote o bisagra. Adems, el verso 5 es precisamente la lnea potica
central, y juntamente con los vv. 1 y 9, contiene una de las tres apariciones de la expresin fiel,
proveyendo con ello un marca adicional de simetra.
Ceresko sostiene de manera convincente que la unidad conceptual del Salmo 149 se halla en sus
alusiones a los dos eventos histricos decisivos: el xodo (vv. 1-4) y la posesin de la tierra (vv. 6-9).
Por ejemplo, Hacedor ( oseh) en el v. 2 probablemente haga referencia no a la creacin sino a la
formacin de Israel de parte de Dios como un pueblo (vase Sal 95.6; 100.3) y el evento constitutivo fue
el xodo (la raz hebrea de Hacedor aparece en xodo 15.1-21). Otro vnculo verbal hace que esta
interpretacin sea viable: alabanza (Sal 149.1; xodo 15.11), danzar y pandero (Sal 149.3; xodo
15.20) y victoria (Sal 149.4; xodo 15.2). Adems, la palabra reinar ( malk) en xodo 15.20
procede de la misma raz hebrea que Rey (melek) en Sal 149.2. En resumen, tanto el Canto del Mar en
xodo 15 como el nuevo canto al cual se llama en Sal 149.1 son celebraciones de la soberana de
Dios.
149.1-4. Aunque estos versos son una reminiscencia del xodo, la afirmacin del salmista de la
soberana de Dios en un nuevo contexto tambin recuerda a Isaas, el profeta del exilio (vase Isa 43.15;
52.7; vase anteriormente sobre los otros paralelos con Isaas 40-66). El profeta interpret el
compromiso en curso de Dios con el pueblo como un nuevo xodo (vase Isa 43.1-7), una cosa nueva
(Isa 43.19; vase tambin Isa 42.9; 48.6). La respuesta apropiada sera por ello un nuevo canto (Sal
1491; Isa 42.10). La afirmacin de que Dios se complace en el pueblo (v. 4a; vase Sal 147.10-11)
recuerda adems a Isa 42.1, donde el siervo quien debera casi con certeza entenderse como todo el
pueblo tiene una misin de establecer justicia entre las naciones (vase tambin Isa 42.3-4, 6; vase
ms adelante sobre lo que se dice en Sal 149.9). Al igual que los vv. 6-9, la misin del siervo en Isa 42.19 se otorga a todo el pueblo el rol primeramente asignado a la monarqua. En este respecto, es
significativo que el v. 4b afirme que Dios corona al humilde. La raz hebrea que subyace a la palabra
corona ( paar) se asocia en otras partes con la realeza (vase xodo 8.9; Ester 1.4), incluyendo a la
monarqua davdica (vase Zac 12.7). Incluso es ms significativo que aparezca como verbo en Isa 55.5
para describir lo que Dios ha hecho para todo el pueblo; el hecho de que esta aparicin venga
inmediatamente despus de Isa 55.3 indica la transferencia de la promesa davdica a todo el pueblo
(vase tambin Isa 60.9). En resumen, el v. 4b es una evidencia mayor para la transferencia de la
teologa davdica a todo el pueblo.
149.5. Lo mismo se puede decir del v. 5a, donde la palabra gloria tambin es una palabra que se
asocia regularmente con la soberana, tanto humana (vase Sal 8.5; 21.5a) como divina (vase Sal 24.7173
10; 29.1-2, 9; 96.3, 7-8). Con seguridad, el v. 5a invita a un reconocimiento de la soberana de Dios
(vase Sal 96.4), por eso gloria podra hacer referencia principalmente a la gloria de Dios. Sin
embargo, en vista del v. 9, parece que la gloria al menos la comparte el pueblo, una interpretacin que la
NVI hace ms explcita. El cantar con gozo (v. 5b) tambin describe en otras partes a la respuesta
apropiada al reino de Dios (vase Sal 96.12; 98.8). Lo que significa para el pueblo celebrar el gobierno
de Dios sobre sus camas no es claro. A menudo se han ofrecido varias enmiendas, pero ningn
manuscrito las apoya. La frase a veces se toma como evidencia de que los adoradores antiguos pasaban
la noche en el Templo (vase Sal 27.4; 139.18) o que ellos eran llamados a postrarse como un acto de
reverencia. Otra posibilidad es que el v. 5b exhorte al pueblo a reconocer la soberana de Dios en cada
una de las esferas de su existencia, tanto pblica como privada (vase en sus camas en Miq 2.1).
149.6-9. Estos versos continan invitando al reconocimiento del reinado de Dios (v. 6a) sugieren al
igual la participacin del pueblo en el reinado de Dios (vv. 6b-9). La expresin alabanzas elevadas (v.
6a) procede de una raz que en otras partes describe la respuesta a la soberana de Dios (vase Sal 99.5,
9; 145.1). El verso 6b comienza, sin embargo, sugiriendo la participacin del pueblo. La venganza
ordinariamente pertenece a Dios (vase Deut 32.35; Sal 94.1), pero el v. 7 indica el rol del pueblo. Ahora
a ellos se les asigna la parte que desempearon los reyes davdicos (vv. 7-8; comprese Sal 2.9). Esta
participacin en la representacin o realizacin del reinado de Dios para establecer justicia (v. 9a; vase
tambin Sal 96.13; 97.2; 98.9; 99.4; 146.7) es la gloria del pueblo (v. 9b). De esa manera el v. 9b
recuerda al v. 5a, aunque las dos palabras que la NRSV traduce como gloria difieren. La palabra que
en el v. 9b tambin se asocia con la soberana, incluyendo la soberana de Dios (vase Sal 29.4; 96.6).
Sin embargo, lo ms interesante aqu es que los fieles poseen la gloria que antes se reserv a los reyes
davdicos (vase Sal 21.5; 45.3). Son ellos quienes comparten la responsabilidad por la justicia no los
reyes davdicos (comprese Sal 72.1-2).
En la NVI y en la NRSV, es casi inevitable que los vv. 6b-9 suenen a triunfo, quizs de manera
peligrosa (vanse las Reflexiones ms adelante). Es importante recordar que en el libro de los Salmos, la
venganza siempre sirve al propsito de la justicia (vase por ejemplo los Salmos 94; 109). Una
traduccin diferente del v. 9a tambin ayudar a desviar las tendencias triunfalistas. Por ejemplo, el v.
9a se podra traducir como realizar la justicia entre ellos que est escrita. Esta traduccin significa que
las acciones del pueblo de Dios jams pueden llegar a ser de autoservicio o simplemente punitivas, sino
que sirve de manera ms constructiva para el establecimiento de la justicia (vase Isa 42.1-4). La
traduccin propuesta plantea la pregunta, por supuesto, de qu es precisamente la justicia escrita. En
trminos de forma del libro de los Salmos, bien puede hacer referencia a las afirmaciones que se hallan
anteriormente en el libro de que el Dios soberano quiere justicia y juicio (vase Sal 96.13; 97.2; 98.9;
99.4). La justicia y el juicio de Dios siempre incluyen a todo el pueblo y, ciertamente, a todas las cosas,
como lo indican los Salmos 96-99 y como lo han aclarado los salmos que preceden inmediatamente
(vase esp. Sal 145.10-13; 146.7; 140.11-12). Cuando el Salmo 149 se escucha en este contexto literario,
los vv. 6-9 pueden incluso asumir un tono irnico, especialmente cuando el Salmo 149 recuerda al
Salmo 2. Esto significa decir que todo el pueblo ha desplazado a los reyes como socios de la soberana
de Dios, debido a que sus propios reyes han sido ajusticiados! Es decir, la monarqua desapareci con el
exilio (vase Sal 89).
En el contexto cannico mayor, la justicia escrita puede hacer referencia a las tradiciones antiguas,
quizs al libro de Jueces, de acuerdo con la sugerencia de Ceresko de que los vv. 6-9 aluden a las
narrativas de la posesin de Israel de la tierra. En esta perspectiva, los vv. 6-9 recuerdan a Jueces 3.1623, donde Ehud utiliza una espada de doble filo (Jue 3.16-23 NVI) para matar al Rey Egln de Moab
como parte de la consolidacin de su establecimiento en la tierra (vase tambin Nm 31,2.3, otro
episodio de la posesin de la tierra). Si el Salmo 149 realmente alude al libro de los Jueces, uno debera
notar que Jueces acredita la victoria de Israel a Dios y no a Israel ni a sus lderes. Al igual que el libro de
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los Jueces, entonces, el Salmo 149 a fin de cuentas es una afirmacin de la soberana de Dios slo Dios
es rey (vase Jue 9.7-20).
Reflexiones
1. Como se indic en el Comentario, los vv. 6-9 pueden sonar peligrosamente triunfalistas un llamado a
la violencia contra los enemigos de Dios. De hecho, el Salmo 149 se ha utilizado para promover la
violencia. Prothero seala que el Salmo 149 fue citado por Caspar Schopp, mientras llamaba a los
prncipes catlicos romanos a una guerra santa contra los protestantes; el resultado fue la Guerra de los
Treinta Aos. Y Toms Mntzer apel al Salmo 149 para incitar a los campesinos alemanes a rebelarse.
No hay duda de que la analoga militar de los vv. 6-9 es problemtica e incluso positivamente peligrosa
si se toma literalmente como un llamado a las armas.
Pero los vv. 6-9 no deberan tomarse literalmente. Ms bien su estocada teolgica es afirmar la
soberana universal de Dios e invitar al pueblo de Dios a unirse a Dios en la obra de Dios en el mundo.
Esa obra, como todo el libro de los Salmos aclara, consiste fundamentalmente de justicia (vase el v. 9)
y juicio (vanse los Salmos 96-99), el resultado de ello es la paz (vase Sal 72.3, 7). Con eso, de nuevo
cuando se entienden de manera figurada, los vv 6-9 constituyen un llamado profundamente teolgico al
discipulado. Con seguridad, la analoga militar siempre requerir de interpretacin cuidadosa, pero su
valor consiste en conducir a la realidad de que los fieles siempre enfrentarn oposicin en cuanto a que
ellos realmente representan y trabajan para establecer la justicia y el juicio de Dios en el mundo (vase
Efesios 6.10-17). En resumen, la proclamacin de la soberana de Dios es escatolgica; siempre se hace
en medio de la oposicin y de circunstancias que parecen negarlo (vanse los Salmos 2; 3; 96-99;
Introduccin).
Debido a que la proclamacin del reinado de Dios siempre es escatolgica, el llamado al discipulado
es un llamado a llevar la cruz (Marcos 8.34). Entrar en el reino de Dios invita a la oposicin, como la
vida y muerte de Jess lo demuestran. La vida fiel siempre implicar una lucha, una batalla. En este
sentido, el pueblo de Dios siempre sern soldados cristianos, pero ellos siempre estarn emprendiendo
la paz en lugar de la guerra (vase Efesios 6.15). Como Juan Calvino concluye respecto al Salmo 149,
citando a Efesios 6.17: Como para la iglesia colectiva, la espada que ahora se pone en nuestras manos
es de otra clase, la de la palabra y el espritu. Proclamar que Dios gobierna al mundo implica invitar a
la oposicin de aquellos que quieren reclamar el poder para ellos mismos, como Israel saba, y como los
cristianos primitivos los saban, y como todava es verdad hoy da. Como Hauerwas y Willimon sealan,
vivimos en un mundo (el cual) que ha declarado la guerra contra el evangelio de la manera ms sutil.
La batalla significar para nosotros lo que signific para el Israel del exilio y del post-exilio, que
descubri su identidad como siervo (vase anteriormente lo que se dice sobre Isaas 42.1-9) y lo que
signific para Jess: sufrimiento. Las buenas nuevas es que tal sufrimiento es nuestra gloria (Sal
149.9; vase Rom 8.17).
2. No es sorpresa, toda vez que surgi en una situacin en la cual la iglesia estaba siendo
perseguida por el imperio romano, que el Apocalipsis de Juan haga uso de muchos conceptos presentes
en el Salmo 149 y en los pasajes relacionados, tales como los Salmos 96; 98 e Isa 40-66. Aunque pareca
que Roma gobernaba al mundo y que Csar era Seor, la iglesia se atrevi a proclamar que Dios todava
era el soberano (vase Apo 11.15). Debido a que Dios gobierna al mundo, los fieles pueden cantar un
nuevo canto (vase Apo 5.9; 14.3). El Apocalipsis es menos una visin del futuro de lo que es una
profesin de fe acerca del presente Dios reina. Y como en el Salmo 149, el autor est convencido de
que los fieles reinan con Dios (vase Apo 4.10; 22.5) hasta el fin del cumplimiento del propsito de Dios
de ganar la cooperacin de todas las naciones y pueblos y reyes (vase Apo 21.24-24; 22.2) y de hecho
de toda la creacin (vase Apo 21.1). Qu mayor gloria podra haber para nosotros que Dios nos
permita participar en la realizacin de la justicia, el juicio y la paz entre todos los pueblos y naciones,
175
que Dios quiere para todas las criaturas y para toda la creacin? La nica respuesta posible de todos los
santos es Alabad al Yahveh!
SALMO 150
Comentario
Con una invitacin vehemente e ininterrumpida a la alabanza, el Salmo 150 concluye la coleccin final
del Salterio (Salmos 146-150) y el salterio mismo. Cada mitad de lnea comienza con una forma del
imperativo del verbo alabar ( hillel), excepto la lnea final, que coloca al sujeto primero todo lo
que respira y cambia a una forma yusiva del verbo (que todo... alabe). La unicidad del Salmo 150 es
apropiada para su ubicacin. El verso 6 no slo recuerda a Sal 145.21 y provee con ello una envoltura
csmicamente orientada alrededor de la coleccin final, sino que tambin sirve al salmo como una
doxologa apropiada para concluir el Libro V (vase Sal 41.13; 72.19; 89.52; 106.48) y a todo el salterio.
As como el Salmo 149 es una contraparte apta para el Salmo 2 (vase el Comentario sobre el Salmo
129), as tambin lo es el Salmo 150 para los Salmos 1 y 2. Desde el inicio, el salterio ha demandado
apertura a la instruccin de Dios (Salmo 1) y el reconocimiento de la soberana de Dios (Salmo 2). La
alabanza es la ofrenda de toda la vida y del ser de uno a Dios y el Salmo 150 es una invitacin entusiasta
a todas las criaturas a rendirse a s mismos a Dios (vase tambin el Salmo 148). Con ello todo el
salterio se mueve hacia su crescendo climtico de los salmos del haleluya (los Salmos 146-150) y el
Salmo 150 constituye el final, una nota soberbia y excelsa. Aunque las oraciones para pedir ayuda
realmente sobrepasan en nmero a los cantos de alabanza a lo largo del camino, el libro de los Salmos es
apropiadamente reconocido en hebreo como (tehilim, Alabanzas).
Los eruditos a menudo dividen el Salmo 150 en los vv. 1-2, vv. 3-5 y v. 6. Lo que sita en un lugar
aparte al Salmo 150 es el hecho de que el llamado aqu al menos implica lo que es usualmente una
caracterstica explcita de los cantos de alabanza esto es, las razones para la alabanza. Los versos 3-5
estn unificados por sus referencias a los instrumentos musicales y el v. 6 sirve de conclusin. En otras
palabras, el Salmo 150 dice quin ha de ser alabado (v. 1), por qu Dios es alabado (v. 2), cmo es
alabado Dios (vv. 3-5) y quin ha de ofrecer la alabanza (v. 6).
150.1-2. Estos versos sugieren las razones para alabar a Dios por la forma de su vocabulario, el cual
en otras partes del salterio se asocia con el reino de Dios. La soberana de Dios es la afirmacin
fundamental que invade al salterio (vanse los Salmos 2; 5; 93; 95-99; Introduccin) y es especialmente
prominente en los Salmos 145-149 (vase 145.1, 11-13; 146.10; 149.2). Aunque la raz hebrea para
reinar o ser rey ( malak) no aparece en el Salmo 150, el vocabulario de los vv. 1-2 afirman el
gobierno de Dios. Por ejemplo, el santuario (v. 1) en otras partes designa donde Dios habita como rey.
El trono de Dios se halla all (vase Sal 11.4, donde santo procede de la misma palabra que
santuario aqu), y Dios es explcitamente saludado como mi rey mientras entra en el santuario (Sal
68.24). No es claro si el santuario aqu debera entenderse como residencia celestial de Dios o como el
Templo terrenal. Quizs se pretenda ambos sentidos (comprese Sal 11.4; 68.24). Como Kraus sugiere:
en el lugar santo el cielo y la tierra se tocan uno al otro. La palabra firmamento ( raqua) sugiere
el cielo, pero no es claro si el v. 1a y el v. 1b deberan construirse como paralelos completamente.
Las races hebreas que subyacen a las palabras poderoso ( oz) y obras portentosas (
gebur, v. 2a) aparecen juntas como la frase fuerte y poderoso en Sal 24.8 para describir a Dios como
Rey de gloria. La palabra poderoso aparece a menudo en el contexto de la proclamacin del reino de
Dios (vase Sal 99.4; vase fuerza en 29.1; 93; 96.6 NRSV), como lo hace la raz que subyace a
grandeza ( gadal, v. 2b; vase Sal 47.2; 48.1; 95.3; 99.2; vase tambin 147.5). En resumen, todas
las criaturas son llamadas a alabar a Dios, debido a que Dios gobierna al mundo.
150.3-5. La alabanza incluye todos los aspectos y esferas de la vida, incluyendo a la liturgia. En esta
seccin, se halla representada la adoracin de Dios en el Templo est a la vista y la msica. Cada seccin
176
de la orquesta trompetas, cuerdas, flautas, percusin es invitada a unirse en una sinfona de alabanza.
Dada la direccin del vocabulario de los vv. 1-2 a la cual apunta esto es, hacia la proclamacin de la
soberana de Dios es significativo que en otras partes el sonido de la trompeta anuncie el reino de Dios
(vase Sal 47.5-7; 98.6). Adems, varios de los instrumentos de los vv. 3-5 estn incluidos en la liturgia
de 2 Samuel 6, donde el arca en la cual se halla Dios entronizado (v. 2) es llevada a Jerusaln (vase
por ejemplo, 2 Sam 6.5; 1 Cro 13.8; 15.28; 2 Cro 5.13; Neh 12.27; Sal 33.2-3; 68.24-25; 149.3). Como
sucede todava hoy en los arreglos sinfnicos ms contemporneos, el sonido del toque de los tambores
marca el momento climtico. La repeticin de tambores en el v. 5a es para hacer nfasis, y prepara el
camino para la mencin en el v. 6 de la nica cosa que puede sobrepasar la alabanza de toda la orquesta
del templo: la voz exaltada de todas las criaturas!
150.6. Adems de su posicin final, el cambio de sintaxis y la forma verbal convierte a este verso en
enftico. Como lo aclara, la sinfona de alabanza debera a fin de cuentas incluir a todas las criaturas.
Los cantos de alabanza regularmente propugnan hacia la universalidad, invitando a todas las naciones
(Sal 11.1) y a toda la tierra (Sal 100.1) y de hecho a todo el cielo y a la tierra (Sal 148) a alabar a Dios.
Juntamente con Sal 145.21 y el Salmo 148, el v. 6 es la ltima extensin de esa invitacin. La palabra
respire ( neshm) recuerda a la creacin del mundo y de la vida humana (Gn 2.7) as como al
relato del diluvio, en el cual el destino de la vida humana y animal era torcida (Gn 7.22). A la luz de este
trasfondo, el Salmo 150 proclama que la meta apropiada de cada una de las criaturas es la alabanza la
vida conformada por el derecho y demanda de Dios y vivida bajo el gobierno de Dios. Como seala
Mays: ningn otro uso de aliento pudo ser ms correcto y verdadero para la vida que la alabanza de
Yahveh. Ningn otro sonido podra expresar mejor la gratitud de la vida que la alabanza a Yahveh. El
verso final del salterio es un recuerdo elocuente del mensaje que invade al libro: Alabar a Dios significa
vivir y vivir significa alabar a Dios (vase el Comentario sobre los Salmos 8; 100; 103; 104; 145).
Reflexiones
El Salmo 150 claramente indica que las alabanzas del pueblo de Dios son con la intencin de ser
cantadas con acompaamiento de los instrumentos musicales. De hecho, Israel y la iglesia siempre han
cantado y todava cantan los salmos al igual que otros cantos de alabanza y oracin. Como Mays dice
acerca del Salmo 150: es un testimonio del poder de la msica, su potencial increble para evocar
belleza y sentimiento y para llevar la visin ms all del rango de las palabras en el reino de la
imaginacin. El hecho de que cantemos la alabanza a Dios no es una costumbre accidental.
Una ilustracin concreta del poder de la msica es la versin del Salmo 150 realizada por Duke
Ellington. El historiador del jass, Stanley Dance describe la respuesta a la entrega de Ellington:
En Barcelona, en la antigua iglesia de Santa Mara del Mar, el entusiasmo era tal que la congregacin
irrumpi en los pasillos para participar en el final: Alabad a Dios y danzad (Sal 150). La msica y
el mensaje del concierto parecan trascender las barreras del lenguaje sin dificultad.
El comentario de la danza alude a dos conceptos complementarios que son importantes en la reflexin
del Salmo 150: la msica y el mensaje. Precisamente debido a que la msica es poderosa y puede
trascender las barreras sin dificultad, es un medio apropiado para transmitir el mensaje acerca de la
soberana de Dios, cuya demanda trasciende a todas las barreras que separan a los pueblos entre los
humanos y de las otras criaturas y de toda la creacin (vase Sal 148). En virtud de su vocabulario, que
alude ricamente al reino de Dios (vv. 1-2), por su demanda del acompaamiento musical entusiasta (vv.
3-5) y por su invitacin final a cada una de las criaturas (v. 6), el Salmo 150 expresa un auto-abandono
lrico, una sumisin expresa del ser, sin inters, clculo, deseo o agenda oculta establecidos.
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Tal auto-abandono lrico es precisamente lo que Jess demand en respuesta al reino de Dios
(vase Marcos 1.14-15; 8.34-36). La resurreccin es la validacin de la demanda de Jess de que la
prdida de la vida por causa del evangelio es para salvarla (Marcos 8.35). Por eso el uso del Salmo 150
durante el tiempo de Pascua nos pone en contacto con la demanda de Jess. En concierto con la vida,
muerte y resurreccin de Jess, el Salmo 150 y el salterio en su totalidad invita y demanda un autoabandono lrico en la liturgia y en cada momento de la vida (vase Sal 1.1-2). De hecho, Dios quiere
que nuestra adoracin y trabajo lleguen a ser inseparables, expresiones sinfnicas de nuestra respuesta a
la simple, pero profundamente maravillosa invitacin Alabad a Yahveh!
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