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Familias Marginales

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FAMILIAS MARGINALES

Lic. Horacio Serebrinsky


... Desde el momento en que se seala el lmite, se abre
el espacio de una transgresin siempre posible...
Michel Foucault

Introduccin:
El objetivo de esta presentacin es el de examinar el concepto Familias
Marginales a travs del anlisis de las ideas e imgenes que definen dicho
concepto como una categora especial dentro del espectro clnico y asimismo
mediante una discusin de los rasgos descriptivos y funcionales de tales familias.
En la primera parte, por ende, se discutir la nocin de margen en particular, sus
connotaciones en trminos espaciales y su aplicacin a este tipo de familias.
Luego revisaremos el tipo de estructura familiar y los juegos interaccionales
caractersticos, para finalmente ejemplificarlos a travs de un caso clnico y
aventurar algunas conclusiones.
Es claro que al momento de emprender este anlisis es difcil soslayar el
antecedente de los trabajos pioneros de Salvador Minuchin con familias jvenes
delincuentes (1). Los conceptos de familia enredada y familia apartada que l
utiliz para describirlas sin duda son de utilidad para pensar el tipo de
organizacin que las une. Asimismo como apunta Lynn Hoffman en
Fundamentos de la Terapia Familiar- el uso de metforas espaciales en los
trabajos de Minuchin, como ser fronteras, mapas, territorio o estructuras
result de mucha conveniencia para su aplicacin en este contexto. Adems de
los trabajos de Minuchin, las ideas de fusin e indiferenciacin de autores como
Murray Bowen o Ivn Boszormenyi Nagy, como veremos luego, nos permitieron
entender muchos de los fenmenos que observamos en el campo clnico.
Como marco conceptual de este trabajo y como complemento a estas ideas
previas sobre familias marginales- es nuestra intencin hacer hincapi en el modo
en que se instalan los dilogos en las mismas y en el tipo de relaciones a que
stas dan origen.
Finalmente, antes de dar por terminada esta introduccin me gustara deslizar un
pequeo apunte personal que surgi mi mente cuando trataba de explicar, y
quizs de explicarme, qu es lo que me llev a investigar este tipo de familias.
Ustedes tienen aqu un cantautor, J. M. Serrar, que en uno de sus versos dice:
mis amigos son unos atorrantes. Creo que no conoci a los mos, pues
realmente esa bella poesa se queda corta, porque se rean de la muerte, se rean
tambin de la vida, pero no podan escapar de esa mirada triste. Creo que aqu no
puedo dejar de mencionar mi barrio, donde pude conocer las primeras familias que
me inspiraron esto que hoy yo quiero definir como familias marginales.

Familias marginales

Lic. Horacio Serebrinsky

EL CONCEPTO DE MARGEN
Cuando hablamos de individuos con conductas sociopticas dentro de las cuales
podramos incluir las mentiras, las adicciones, los robos y otras conductas
delictivas, entre otras muchas- tendemos a pensarlas como fenmenos de la
marginalidad, esto es, como conductas de margen. Pensar en el margen, en
efecto nos remite a una nocin espacial, pues en s mismo indica la presencia de
por lo menos dos espacios, cuando no de tres: un espacio x circunscripto por
determinados lmites y sujeto a una determinada organizacin (por ejemplo, una
familia) y un espacio exterior a su lado que logra definirse a partir del anterior y
que a su vez funciona como lmite del mismo. El propio margen es difcil de
precisar en trminos espaciales, ya que no termina de definirse ni como un
adentro, ni como un afuera.
Ahora bien, la familia, entendida como una organizacin de miembros guiados por
objetivos comunes, no est alojada en un espacio, sino que ella misma es un
espacio dentro del cual cada uno puede estar con otros. En otras palabras, la
familia es un espacio, un interior. En dicho contexto, las conductas adictivas y
delictivas pueden ser entendidas como conductas-margen de ese interior familiar y
que someten al individuo a la continua tensin entre un adentro y un afuera que
cuesta definir. Estas conductas marginales no pueden ser entendidas si no
recurrimos a la comprensin de lo que pasa en la organizacin del interior familiar.
Desde el punto de vista del individuo, podemos comprender a las conductas
marginales como un sntoma: como tal revelan un conflicto y en s mismas
tambin representan un intento de solucin. Pero este individuo no puede
pensarse en forma aislada, pues se hace a s mismo, se co-construye en el
ejercicio de mltiples interacciones dialgico-lingsticas y conductuales. Entre las
cuales las que se dan en el interior familiar se reconocen como las ms fuertes y
primitivas. Por este motivo, tendemos a considerar el sntoma en su aspecto
relacional como emergente de una peculiar forma de interaccin en el interior de la
familia.
LAS FAMILIAS MARGINALES
Es claro que la conducta marginal implica una transgresin a una norma o ley
social y tambin a una ley, pacto o mandato familiar. La transgresin consiste en
efectuar un acto que no coincide con lo consensuado a travs de la palabra:
aparece una incongruencia entre la palabra y el acto. Y como consecuencia, la
palabra pierde valor y credibilidad, y por lo tanto el tema de la verdad se convierte
en una verdadera cruzada para la familia. En cierta forma, la familia viene a la
terapia queriendo saber cul es la verdad, acusando al paciente identificado por
sus actos delictivos, pero sin entender el porqu, ni las circunstancias que lo
llevaron a cometer estos actos. Los padres se preguntan en dnde fallaron, qu es
lo que falt pregunta que podemos entender segn el doble significado de la
palabra falta, el de la falta de algo y el de la transgresin -.

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Familias marginales

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As buscan un juez que los alivie en esta constante culpa de no entender, le piden
al terapeuta que diga cul es la verdad, que ponga palabras que sentencie el acto
delictivo: culpables o inocentes. Se lanzan a bucear en la historia buscando el
porqu incansable de los hechos, para nunca creerlo sin entender que de
cualquier manera que se defina la verdad, sta implica el acuerdo del sujeto con
los otros.
Si volvemos a la idea de transgresin, el desafo es pensar en cmo se ha
instalado la ley, cmo han construido los miembros de esa familia, a partir de sus
mutuas relaciones e interacciones, la significacin de conceptos tales como
mentira, traicin, transgresin, soledad, estafa, dolor, etc.
Las familias en las cuales aparecen uno o ms miembros con conductas
marginales tienden a establecer un estilo de relacin basado en la confusin. Las
jerarquas (que implican la posibilidad de hacer respetar y cumplir la ley) son
difusas, poco claras, y estn puestas al servicio de la incertidumbre. Lo que est
bien y lo que est mal, lo que est permitido y lo que est prohibido, no ya desde
lo social, sino desde lo familiar, variar segn quin lo proponga, a quin y delante
de quin.
Siguiendo esta lnea, entonces, hablamos de familias marginales pensando en el
modo en que se instalan los dilogos y el tipo de relacin a que dan origen:
dilogos que se dan al margen de otros dilogos o al margen de alguien y
relaciones que se dan al margen de otras relaciones o dejando en el margen a
otras. Este enfoque se aparta del uso habitual y social del trmino ya que la
familia como grupo no comete el acto marginal, sino que lo hacen uno o varios de
sus miembros.
Lo importante en estos casos ser conocer qu es lo que se coloca al margen y de
qu o de quienes, pues esta dinmica da lugar a los juegos de exclusininclusin
caractersticos de estas relaciones. La confusin que se da en estos casos puede
ser leda como fusin con, es decir, estar pegado a algo: a un mandato a un
miembro de la familia o a un lugar. Pero si miramos ms detenidamente nos
damos cuenta que el sujeto marginal no se encuentra pegado estrictamente al
entorno familia porque de ser as acatara el mandato de los padres,
especialmente el del padre- pero es un hecho que tampoco puede salir, y por eso
decimos que se encuentra al margen.
Es un claro ejemplo de esta situacin la interaccin entre pacientes adictos y sus
familias como respuesta a ciertas intervenciones teraputicas que le proponen a la
familia que no deje entrar al miembro adicto a su casa si ste ha consumido, y al
paciente tambin se le dice que no vaya porque no lo vana dejar entrar. Es muy
comn que en la prxima sesin el paciente identificado no hayan podido cumplir
diciendo: me prometi que es la ltima o no pude estaba slo, me peda ayuda,
etc.

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Cuando la confusin abarca muchos niveles de la relacin se genera un estado de


tensin e incertidumbre, de insatisfaccin y de dolor, que conduce a la bsqueda
de un alivio rpido para escapar de ella (alivio que puede presentarse en la forma
de la droga o el acto delictivo). Este estado de confusin relacional genera
tambin un sentimiento enorme de soledad, ya que nadie sabe con claridad quin
es el otro y qu espera el otro de cada uno. Las conductas marginales en general
implican la asociacin a un grupo que funciona por momentos como un grupo de
pertenencia y como grupo de referencia: esta respuesta a la confusin de su grupo
de origen repite la misma modalidad: fusionarse con o pegarse a. El individuo
escapa de la soledad que le genera la insercin en su familia y recurre al grupo. El
paciente sintomtico vive entonces en dos mundos sin vivir claramente en
ninguno. Navega entre la fidelidad y la traicin a su familia o a su grupo de pares.
Navega entre dos culturas.
Las conductas marginales, en su intento de resolver un conflicto, permiten sacar a
la luz varios juegos, familiares que se mantienen ocultos o ininteligibles incluso
para los propios miembros, como ser el de la inclusin-exclusin al que hacamos
referencia con anterioridad. La pertenencia al grupo familiar est puesta en duda:
el robo o la conducta adictiva colocan a los padres o a quienes ocupen su lugar en
la disyuntiva de expulsarlo o apoyarlo. Es claro que llevar el apellido de nuestro
padre es una situacin de pertenencia casi gentica- pero distinto es el deseo de
este padre, el mandato o el mito que ste deposita sobre su hijo, y entonces la
ruptura aparece cuando los actos del hijo le hacen entender que ste no es el hijo
que esperaba... Suele suceder que la expulsin es sostenida por uno de los
progenitores y el apoyo por otro: La familia se divide. Pero esta divisin no
aparece a raz de las conductas del paciente sintomtico sino que son originarias
del sistema familiar. La ruptura de lo que debera ser un frente comn entre los
padres, por ejemplo, para resolver problemas familiares es en realidad histrica y
ha contribuido al clima de confusin imperante. Tambin se navega entre dos
culturas dentro de la familia. Dicho de otra forma, dentro del espacio de lo familiar
emerge algo perturbador, pero no se trata de algo perturbador por ser ajeno o
extrao a la estructura en la que emerge. Por el contrario, lo que lo vuelve
realmente atemorizante es la vivencia de que la estructura depende efectivamente
de ese elemento extrao por ejemplo, la droga, la cual sirve a los fines de la
homeostasis familiar y ocupa el lugar que dejan vacantes otros mecanismos
correctores funcionales para la familia como ser el dilogo entre padres e hijos.
Se hace patente, entonces, que el sistema est constituido en su estructura misma
por las fuerzas que parecen desestabilizarlo y se hace evidente la imposibilidad de
instalar el dilogo en la familia y dada la fuerza del discurso acusatorio es difcil el
corrimiento, no del paciente solamente, sino de las pautas del dilogo en sesin:
se entra fcilmente en escalada, no se puede entender, no se puede
metacomunicar, no se puede aceptar al otro como diferente. Lo que sigue es un
ejemplo clnico de estas ideas.

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UN CASO CLNICO
Robo, Mentira y Rock and Roll

La familia est integrada por el padre, Hctor, de 58 aos quien se define como un
buenudo, hincha de Boca, segn sus palabras vive para la familia, es sentimental
y una de sus grandes ilusiones y decepciones al cabo- era que su hijo fuera el
arquero de Boca.
La madre, Beatriz, de 51 aos es directora de un colegio primario; se muestra
fuerte, sus definiciones son redondas, se maneja con certeza, salvo en lo que
respecta a su hijo mayor: Pedro. El es el rebelde y peleador de la familia; fue
partcipe de varias estafas, estuvo preso, y actualmente tiene varias causas
pendientes en la justicia. Estuvo casado hasta noviembre de 1996, tras lo cual
regresa ala casa de los padres, donde empiezan los problemas de convivencia
que operaron como motivo de consulta.
El hermano de Pedro se llama Carlos; tiene 20 aos, es silencioso y padece una
enfermedad denominada neurofibromatosis y que cursa con deformaciones
fsicas; su aspecto impresiona y usa una larga cabellera para cubrirse parte de la
cara.
Pedro, el paciente identificado, no encuentra su lugar en este regreso a la casa de
sus padres, tiene discusiones repetidas con su madre y se escapa. El denuncia
constantemente el comportamiento de su madre, los malos tratos de ella hacia su
padre y las amenazas constantes de separacin. Su padre observa en silencio,
pero como avalando con la mirada la pelea, hasta que, Pedro lo va a buscar, para
tener ms fuerza en esta discusin, el padre lo rechaza.
Pedro se encuentra slo, sin entender quien es, con una mirada perdida. Se
encuentra todo el tiempo pidiendo ayuda. No paran de acusarlo, de pedirle, la
verdad de las estafas, de los robos, de las mentiras, etc.
Es interesante una escena de una sesin en la que llegan a un acuerdo; no le van
a dar ms dinero ni lo van a dejar que entre a su casa; hasta su hermano dice que
no quiere compartir la habitacin con l. Pero en la prxima sesin volvieron a
dejarlo entrar, volvieron a darle dinero, con la promesa de que es la ltima vez.
Por su parte, el padre sin decirlo explcitamente le hace notar que el ftbol era un
gran proyecto para l. El no fue el jugador de ftbol que el padre le pidi, ni aquel
chic que se comporta normalmente como dira la madre. A raz de su enfermedad
todas las miradas convergieron en su hermano por el peligro de muerte que corra.
Su casamiento fue otro intento de buscar un lugar o de encontrar una historia
nueva que fracasa. La posible separacin de sus padres hace que regrese para
que su padre no se quede slo, pero luchando a la vez con todos sus medios para
que no se separen. La madre sostiene que hasta que no se arreglen los

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problemas de Pedro no se van a separar. Yo advierto que esa semana l va a


generar ms problemas. Efectivamente, rob a su hermano su equipo de msica.
Hay otros eventos significativos que aparecen en constante dilogo durante la
sesin. Pedro tena una excelente relacin con su abuelo materno; segn sus
palabras, era el nico que lo comprenda. El da en que Pedro cumpli 21 aos, su
abuelo muri en forma sbita. El fin de esta relacin implic un perodo de soledad
entendida como falta, y a partir de ah tambin empiezan las faltas de moral, a
las leyes, etc...
El suicidio de la madre de Hctor llev a ste ltimo a una tremenda tristeza, a una
gran culpa, y tambin a una falta, que Pedro trat de cubrir con todos sus actos.
Pedro llevaba a cabo robos muy inocentes; todos se daban cuenta con claridad
que se trataba de l. Casi dejaba sus documentos, pero de igual forma discuta a
muerte su autora...
En cierta medida, la nica manera de ser en esta familia para Pedro era ser un
delincuente, palabra que us en sesin para diagnosticar a este paciente y para
detener las constantes preguntas de qu le pasa a este chico. Un delincuente con
una banda atrs.
CONCLUSIONES
Como pudimos observar en este ejemplo clnico, la bsqueda de la identidad y la
lucha por la pertenencia son elementos comunes en las familias marginales, en el
marco de una confusin estructural caracterstica y de dilogos basados en los
juegos de exclusin-inclusin. El paciente identificado se encuentra as oscilando
en el margen del sistema y el acto marginal es una forma de buscar
reconocimiento y a la vez una fuga del mismo as el grupo de pares aparece
como una opcin para escapar de su soledad en el sistema familiar.
Sin embargo, el paciente identificado no termina de despegarse de la familia ni
ste se decide a expulsarlo. El discurso acusatorio que surge en este contexto
enmascara la dificultad en estas familias para aceptar las diferencias individuales y
el apartamiento de los hijos de los ideales de los padres.
Creo que una de las tareas del terapeuta es encontrar a este discurso acusatorio
de la familia sobre el paciente y ubicar a ste en un lugar definido para que la
propia familia comience a darse cuenta de sus movimientos.

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Lic. Horacio Serebrinsky

BIBLIOGRAFIA
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