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1- El hombre, imagen de Dios en Cristo.
Al leer los relatos de la creacin del Gnesis llama poderosamente la
atencin la extremada diferencia entre la creacin del universo material y la creacin humana. Como si un silencio o un redoble de tambores acompaara al momento decisivo en el que Dios crea al hombre a su Imagen y semejanza. Tras la cada por el pecado original y la prdida de la amistad con Dios, la sabidura divina traz un plan para rescatar al hombre y elevarlo a la dignidad de hijo de Dios. Con su encarnacin Jesucristo comunica a la humanidad su propio modo de existir en la Trinidad, que es el de la filiacin. Jesucristo es el unignito del padre y su misin redentora pasa por hacernos hermanos suyos e hijos de Dios por adopcin. Por eso se puede decir que somos hijos en el hijo. En la medida que en que un cristiano lucha por identificarse con Cristo, lucha por ser imagen del hijo unignito del padre o ms bien, lucha por dejar que el Espritu Santo lo moldee a imagen de Jesucristo. Jesucristo es el modelo y es quien nos enva el espritu santo que nos hace clamar Abba Pater, es decir quin nos permite llamar padre a Dios mediante la oracin que el propio hijo nos ense. 2- El hombre como Persona Santo Toms define persona como un subsistente individual de naturaleza racional. Se ve clara la influencia Boeciana y su fundamentacin trinitaria. Posteriormente la modernidad pas a generar un autntico caos sobre el concepto de persona. El surgimiento del pensamiento personalista en el siglo XX (herencia de la fenomenologa de Husserl) permiti clarificar la idea de persona como una forma de ser sujeto espiritual y relacional, puesto que solo en el t hallamos cabida para el yo. 3- El hombre en cuanto pecador Como deca Chesterton el dogma del pecado original es una de las pocas evidencias palpables en la humanidad. La desobediencia a Dios, la aversin a Dios y la conversin a las criaturas, el deseo de ser como dioses en el conocimiento del bien y del mal son una realidad en la naturaleza humana: creada buena de por s, pero daada por el pecado de origen y por los sucesivos pecados personales. De ah que la naturaleza humana necesite de la gracia Divina (no como afirmaba Pelagio) aunque esa gracia tambin requiera la colaboracin humana para fructificar (no como deca Lutero) Entre las herencias del pecado vemos el oscurecimiento de la inteligencia, el debilitamiento de la voluntad, la falta de dominio sobre las pasiones, etc. Pero todos estos males son superados por la Gracia que la Redencin obrada por Cristo nos gana. En Alicante a 23 de Febrero de 2015, mrtir Tejero, Raimundo Ramis Garca