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Avances 2009
en Psicologa Clnica y de la Salud
Coordinacin:
Isabel C. Salazar T. y Vicente E. Caballo
COMIT CIENTFICO
Isabel C. Salazar T., Universidad de Granada, Espaa
Vicente E. Caballo, Universidad de Granada, Espaa
Arturo Prieto Comeln, Chile
Fernando Urra Silva, Chile
Luis Joaqun Garca-Lpez, Universidad de Jan, Espaa
M Jess Irurtia Muiz, Universidad de Valladolid, Espaa
Vanetza Quezada Schollz, Chile
Graciela Rozas Caamao, Chile
COMIT ORGANIZADOR
Fernando Urra Silva, Chile
Arturo Prieto Comeln, Chile
Vanetza Quezada Schollz, Chile
Carmen Gloria Daz, Chile
Paula Muoz, Chile
Mara Isabel Concha, Chile
Vicente E. Caballo, Espaa
Isabel C. Salazar T., Espaa
EDITA
ACTAS DEL
VI Congreso Iberoamericano de Psicologa Clnica y de la Salud
IMPRESIN
Cyan Impresores Limitada
Santiago, Chile
ISBN: 978-84-692-6267-2
NDICE
PGINA
1. PROGRAMA .......................................................................................................................... 13
Talleres pre-congreso ...........................................................................................................13
Congreso ..............................................................................................................................14
2. RESMENES ......................................................................................................................... 20
Taller 01M. Formulacin clnica de casos complejos .........................................................20
Taller 02M. Terapia cognitivo conductual en pacientes con intento de suicidio.................20
Taller 03M. Salud en contextos universitarios: evaluacin y modificacin de estilos de
vida.......................................................................................................................................20
Taller 04M. Terapia de las disfunciones sexuales y los problemas de pareja .....................21
Taller 05M. Personalidad, emociones y salud .....................................................................21
Taller 06M. Autoconcepto y autoestima: anlisis como variables intervinientes en el
proceso teraputico ..............................................................................................................21
Taller 07M. Intuiligencia e instuintos en hipnosis clnica ...................................................22
Taller 01T. Descripcin y tratamiento cognitivo conductual de los trastornos de la
personalidad .........................................................................................................................22
Taller 02T. Usando las tcnicas de debate cognitivo en la prctica clnica:
oportunidades y obstculos ..................................................................................................23
Taller 03T. Evaluacin e intervencin del acoso: acoso escolar (bullying) y acoso
laboral (mobbing) .................................................................................................................23
Taller 04T. Evaluacin y tratamiento de la fobia social en jvenes ....................................23
Taller 05T. Evaluacin de la calidad de vida .......................................................................24
Taller 06T. Neurociencia en la formacin del psiclogo .....................................................24
Taller 07T. Psicologa hospitalaria: relato de experiencias con xito en Brasil ..................25
Conferencia 1. Anlisis funcional de casos clnicos: principios y mtodos ........................25
Conferencia 2. La violencia en las relaciones de noviazgo en jvenes ...............................25
Conferencia 3. Estilos parentales: nuevos desafos en el entrenamiento a padres ...............26
Conferencia 4. Demanda curricular de la formacin profesional del psiclogo ..................26
Conferencia 5. Aportes de la teora social cognitiva a la psicologa clnica........................27
Conferencia 6. ltimos avances en la evaluacin y el tratamiento de la fobia social .........27
Conferencia 7. El acoso en la sociedad actual: desde la escuela al trabajo .........................28
Conferencia 8. Ms all de la cognicin: psicoterapia integrativa ......................................28
Conferencia 9. Paradigmas culturais e habilidades sociais: sade e educao ....................29
Conferencia 10. Treinamento de habilidades sociais e efeito placebo: questes
metodolgicas e prticas ......................................................................................................30
Conferencia 11. Psicobiologa del orgasmo.........................................................................30
Conferencia 12. Cardiologa conductual en Brasil: avances recientes ................................31
Conferencia 13. Apego y salud mental en la infancia temprana: un estudio en salas
cuna chilenas ........................................................................................................................31
Conferencia 14. Representaciones de la tica en la psicologa chilena: hallazgos,
transiciones y desafos para la formacin y la prctica en psicologa clnica y de la
salud .....................................................................................................................................32
Simposio 1A. Aspectos cognitivos de los trastornos psiquitricos......................................32
Constructos personales en pacientes psiquitricos ..........................................................32
Estrategias cognoscitivas en pacientes con bulimia nerviosa ..........................................33
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1. PROGRAMA
TALLERES PRE-CONGRESO
27 DE OCTUBRE
EN LA MAANA (9:00-13:00)
Taller 01M.
Taller 02M.
Taller 03M.
Taller 05M.
Taller 06M.
EN LA TARDE (14:30-18:30)
Taller 01T.
Taller 04T.
Taller 05T.
Taller 06T.
Taller 07T.
CONGRESO
28 DE OCTUBRE
8:30 8:30
8:30 9:00
INAUGURACIN
Saln principal
9:00 10:00
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29 DE OCTUBRE
9:00 10:00
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17
30 DE OCTUBRE
9:00 10:00
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2. RESMENES
Isabel C. Salazar
(Colombia)
En las ltimas cuatro dcadas, el reconocimiento de los estilos de vida como uno de los
determinantes de la salud abri un campo interesante para la actuacin de los psiclogos de la salud.
Los estilos de vida son uno de los aspectos modificables que inciden en el bienestar de los individuos
y de las comunidades, y pueden ser abordados a lo largo de todo el proceso de salud y enfermedad. En
los mbitos escolares y universitarios suele tratarse sobretodo como parte de las acciones de
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bienestar psicolgico. Sin embargo, no parecen ser consideradas explcitamente como recurso para
promover cambios. El presente taller tiene por objetivo, por una parte, exponer la conceptualizacin
actual de la autoestima como una faceta de la personalidad ligada al s mismo (self) y su
manifestacin a travs de las conductas y, por otra, que los participantes puedan tener una experiencia
personal de cmo se puede vivenciar o tomar conciencia de los elementos constituyentes de la propia
autoestima y cmo pueden ser utilizados o integrados en el trabajo teraputico. En forma adicional, se
entregar a los participantes un ejemplar del Cuestionario de autoestima de Coopersmith, en su
versin para adultos, con su correspondiente hoja de respuestas, plantilla de correccin y normas
chilenas.
E-mail: hbrinkma@udec.cl
Vicente E. Caballo
Universidad de Granada (Espaa)
Los trastornos de la personalidad constituyen uno de los diagnsticos favoritos de los
profesionales de la salud mental de hoy da. Es frecuente que, aparte del trastorno clnico
correspondiente, los pacientes carguen con el diagnstico de algn trastorno de la personalidad. No
obstante, esta rea de conocimiento est plagada de numerosos problemas, desde la dificultad de una
descripcin diferenciada, pasando por la inespecificidad de la evaluacin, hasta la falta de tratamiento
con base emprica. As, es difcil diferenciar, con frecuencia, distintos trastornos de la personalidad,
confusin que es agravada por las dificultades para disponer de instrumentos de evaluacin sensibles
y fiables que capturen la esencia de cada trastorno. Por otra parte, el tratamiento con base emprica de
los trastornos de la personalidad se encuentra en sus comienzos, de modo que nos queda un largo
camino para que est rea de la salud mental se site el mismo nivel que otros problemas clnicos ms
conocidos, como los trastornos de ansiedad o los trastornos depresivos. El taller que aqu se presenta
aborda una breve descripcin diferenciadora de los distintos trastornos de la personalidad,
presentando algunos instrumentos de utilidad para su evaluacin y diagnstico y la descripcin de
algunos casos, especialmente a travs de breves fragmentos de vdeo. Finalmente, se consideran las
tcnicas de tratamiento cognitivo conductuales que se han utilizado con algunos trastornos, haciendo
especial hincapi en las caractersticas y el tratamiento del trastorno lmite de la personalidad. Se
plantea tambin algunas recomendaciones y sugerencias para la investigacin futura en esta
controvertida rea de la salud mental.
E-mail: vcaballo@ugr.es
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conductuales, stos fueron los desarrollados por los equipos de Deborah Beidel y Anne Marie Albano
en un contexto clnico estadounidense tambin durante ese periodo de tiempo. A todo ello se suma el
hecho de que no es hasta hace menos de 10 aos cuando se han diseado por una parte, instrumentos
especficos para esta poblacin en poblacin de lengua espaola, y por otra parte, se han desarrollado
protocolos de tratamiento manualizados para ser utilizados ms all del contexto clnico y para poder
ser aplicados en nuevos contextos de tratamiento. Durante este taller, el asistente conocer y
aprender a utilizar las herramientas de evaluacin con mayor peso emprico as como podr adquirir
formacin tanto en los programas considerados empricamente validados como especficamente
formarse en los pasos para la adaptacin de los protocolos de intervencin para la ansiedad social en
nuevos contextos de aplicacin y ante diversas modalidades de intervencin. Todo ello permitir a los
asistentes, tanto clnicos e investigadores por ambas partes, a poder detectar, evaluar y tratar a jvenes
con ansiedad social. Especialmente teniendo en cuenta que en muchos casos debido a las
caractersticas de esta poblacin, de otro modo difcilmente se beneficiaran de la posibilidad de
recibir un protocolo adecuado de evaluacin y tratamiento.
E-mail: ljgarlo@cop.es
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arrojado que en los patrones de convivencia, la violencia psicolgica es considerada por los jvenes
como una prctica "normalizada", tomando la forma de: a) actitudes de hostilidad; b) dominar o
intimidar a la pareja; c) degradar al otro y, d) control restrictivo. Partiendo de esta base y ante la
escasez de trabajos en nuestro pas, hemos realizado un estudio dirigido a analizar la presencia de
comportamientos violentos de carcter fsico y psicolgico en las relaciones de noviazgo en una
muestra de 1.886 jvenes universitarios espaoles de ambos sexos, con edades comprendidas entre los
18 y los 27 aos. Los resultados obtenidos sealan la importancia de considerarlos no slo como datos
aislados propios de jvenes adultos, sino entenderlos tambin dentro de un continuo de violencia,
fuertemente asociado a las creencias y actitudes aprendidas y generadas en las primeras etapas
evolutivas; las cuales, necesariamente, deben ser detectadas tempranamente y modificadas a travs de
estrategias preventivas que puedan llegar a ser una verdadera alternativa de solucin.
E-mail: marina.munoz@uam.es
el perfil de egreso del profesional, debe ser cada vez ms acorde a los requerimientos de una sociedad
sometida a procesos de cambios vertiginosos. El delta, cada vez mayor, que se genera entre el perfil
de ingreso y el perfil de egreso, debe ser resuelto por el proceso formativo. Las tendencias
internacionales han tratado de entregar una respuesta a esta problemtica a travs de la instalacin de
la cultura de la formacin continua, dejando para el pregrado, la formacin generalista y para los
postgrados, la formacin especializada. Por otra parte, el desarrollo y diversificacin que ha
experimentado la psicologa durante los ltimos cincuenta aos, como disciplina y profesin, ha sido
enorme. El desafo que se intenta asumir a travs de este trabajo es proponer un modelo de formacin
que, atendiendo a las caractersticas del estudiante, incorporando los avances de la disciplina y la
profesin, sea capaz de dar respuesta satisfactoria a los requerimientos que la sociedad hace al
profesional de la psicologa. Se incluyen en el anlisis las variables de validacin epistemolgica,
disciplina bsica, sus aplicaciones al quehacer profesional, el diseo de la formacin a travs del
tiempo, las metodologas ms eficaces para producir el aprendizaje y los procedimientos de
verificacin de los resultados del aprendizaje.
E-mail: pmarassi@uamericas.cl
Vicente E. Caballo
Universidad de Granada (Espaa)
La fobia social es uno de los trastornos psicolgicos ms frecuentes en la sociedad occidental. En un
tiempo olvidado, hoy da podemos encontrar un amplio abanico de trabajos sobre dicho trastorno. No
obstante, existen importantes deficiencias en ese campo que la investigacin debera abordar con
urgencia. Si bien existen abundantes instrumentos de evaluacin sobre la fobia social, prcticamente
todos tratan con la fobia social generalizada, olvidndose de la fobia social especfica o no
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generalizada. Por otra parte, no est claro si la fobia social es un constructo unidimensional o
multidimensional. Aunque hay defensores de ambas perspectivas, la literatura no aclara
definitivamente ninguna posicin. La investigacin que nuestro equipo comenz hace aos y se ha
dirigido a esclarecer algunos de estos puntos conflictivos. A partir de esas investigaciones hemos
encontrado que la fobia social es un constructo multidimensional, compuesto por varias dimensiones
con una relacion moderada entre ellas. Esa misma investigacin ha elaborado una nueva medida de
autoinforme para la fobia social centrada en la deteccin de individuos con fobia social especfica.
Adems, el instrumento se ha elaborado partiendo de muestras latinoamericanas y se ha validado para
numerosos pases de Latinoamrica, Portugal y Espaa. En esta ponencia se presentan algunos de los
principales datos obtenidos en dicha investigacin transcultural a lo largo de varios aos, datos de
aplicacin en los contextos clnicos de esos pases. Finalmente, se plantea la aplicacin de la medida
de autoinforme a otros pases distintos a los participantes en el estudio, as como diversas sugerencias
para ser aplicadas en el mbito de la intervencin cognitivo conductual de la fobia social.
E-mail: vcaballo@ugr.es
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Mara Pa Santelices
Pontificia Universidad Catlica de Chile
En el campo de las intervenciones tempranas en apego se han realizado numerosas
investigaciones que muestran que intervenir oportunamente en la infancia temprana promueve el
desarrollo socioemocional y previene el surgimiento de comportamientos problemticos en etapas
posteriores del nio. En este contexto, se presentarn los resultados preliminares de una investigacin
aplicada en el contexto de salas cuna, asociada al proyecto FONDECYT 1070839, en la cual se
evaluaron los resultados de una intervencin orientada a promover una mayor respuesta sensible en el
personal educativo y un apego ms seguro en nios de 0 a 2 aos que asisten regularmente a salas
cuna. Se discutirn las implicancias de este tipo de intervenciones y los desafos futuros.
E-mail: msanteli@uc.cl
Nota: Esta conferencia forma parte del proyecto FONDECYT 1070839, en el cual son co-investigadoras las
psiclogas Chamarrita Farkas y Marcela Aracena.
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sndrome orgnico consideraron tener mayores elementos para enfrentarse a su medio en su yo actual
e ideal, puesto que antes de ser recluidos les era difcil tomar decisiones y acciones con respecto a su
situacin. En conclusin, durante el proceso de reclusin los pacientes esquizofrnicos ven invalidada
su autoconstruccin, mientras que para los de sndrome orgnico, la reclusin favorece la
reconstruccin de su self.
E-mail: rociobc2003@yahoo.com.mx, claudiarociobu@gmail.com
Ignacio Ibez, Rosario Cubas, Nayra Rodrguez, Irina Rodrguez y Luca Lackov
Universidad de la Laguna (Espaa)
El modelo cognitivo-conductual de Dugas y colaboradores posee una base terica y emprica y
claras implicaciones para su tratamiento (Dugas, Gagnon, Ladouceur y Freeston, 1998; Sexton y
Dugas, 2009). Los principales componentes del modelo son: la intolerancia hacia la incertidumbre, las
creencias sobre la preocupacin, la orientacin negativa al problema y la evitacin cognitiva. Para
este modelo la incertidumbre es un factor clave y de vulnerabilidad cognitiva causal que est
relacionada con la preocupacin-rasgo y el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) (Greneir y
Ladouceur, 2004; Koerner y Dugas, 2008), y se define como una caracterstica disposicional que
resulta de un sistema de creencias negativas sobre incertidumbre y sus implicaciones (Dugas y
Robichaud, 2007, p. 24). En la presente comunicacin se trata de contrastar este modelo en una
muestra de 205 personas (64,9% mujeres) de la poblacin general, entre 18 y 66 aos (M= 32,30; DT=
12,71), donde la variable criterio es el TAG, evaluado mediante el Cuestionario de preocupacin y
ansiedad (CPA; Worry and Anxiety Questionnaire, WAQ; Dugas, Freeston, Lachance, Provencher y
Ladouceur, 1995), que hemos validado en espaol (Ibez et al., 2000), y las variables predictoras son
los factores de los procesos cognitivos de intolerancia hacia la incertidumbre, orientacin negativa al
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problema, metacreencias y evitacin cognitiva. Los resultados del modelo predictivo muestran una
explicacin de la varianza del 50%, donde tres de los cuatro procesos propuestos por el modelo entran
en la ecuacin de regresin (transformacin de imgenes mentales en pensamientos verbales y
substitucin de pensamientos angustiantes; orientacin negativa al problema y bsqueda de seguridad,
dudas y preocupacin), quedando fuera las metacreencias e incertidumbre como caracterstica
disposicional. Los resultados se discuten atendiendo a las implicaciones de los procesos para su
tratamiento cognitivo-conductual y metacognitivo.
E-mail: mgonzaro@ull.es
Nota: Este trabajo es parte de los resultados preliminares de un proyecto sobre tratamientos cognitivoconductuales y de regulacin emocional del TAG, subvencionado por la Fundacin Canaria de Investigacin y
Salud (FUNCIS) del Gobierno Autnomo de Canarias, nmero de proyecto 39/08.
Piedad Liliana Lpez Bustamante, Janna Alexia Yepes Valencia, Julia Adriana Valds Soto y Kelly
Samanta Yepes Valencia
Universidad Pontificia Bolivariana, Medelln (Colombia)
El estudio tuvo como propsito describir las ideas irracionales y los esquemas desadaptativos
tempranos presentes en adultos con indicadores de trastorno de somatizacin. La muestra se form
con 139 personas (79% mujeres y 20,9% hombres), con edades entre 18 y 60 aos (M= 31; DT= 13)
residentes en Medelln (Colombia). Los participantes rellenaron una lista de los sntomas del trastorno
de somatizacin ajustado al DSM IV, el Cuestionario de ideas irracionales modificado (Irrational
Beliefs Test Modified, IBT-M; Ellis, 1988) y el Cuestionario de esquemas de Young (Young Schema
Questionnaire; YSQ, 1990). Para conocer los esquemas desadaptativos tempranos de mayor presencia
se tom como punto de corte el lmite superior establecido. El esquema de mayor predominio fue el
autosacrificio (31,65%), es decir centrarse excesivamente en suplir las necesidades de los otros a
expensas de la propia gratificacin. Los esquemas con un predominio para el 25% fueron
vulnerabilidad al dao y estndares inflexibles, caracterizando la creencia de que la calamidad o el
desastre estn a punto de golpearlo y no ser capaz de protegerse. El esquema de menor prevalencia
fue aislamiento social, creencia relacionada con sentirse aislado del resto del mundo. Las idea
irracionales predominantes para ms de un 25% fueron influencia del pasado, siendo el pasado
determinante para los eventos actuales; culpar a otros considerando que las personas son gente mala y
actan de forma inmoral por lo que deben ser castigados; e irresponsabilidad emocional, en el que
creen que lo que los hace infelices es el resto de la gente y los acontecimientos externos y si estos
cambiaran no se sentiran tan abatidos.
E-mail: pllopez67@yahoo.com
Piedad Liliana Lpez, Carolina Agudelo O., Marcela Castao H. y Manuela Posada I.
Universidad Pontificia Bolivariana, Medelln (Colombia)
El estudio tuvo como propsito describir los productos cognitivos (pensamientos automticos
positivos (PAP) y negativos (PAN) en personas adultas con indicadores del trastorno de somatizacin.
La muestra estuvo formada por 139 pacientes (79% mujeres; 20,9% hombres) entre 18 y 60 aos (M=
31; DT= 13) de Medelln (Colombia). Los participantes rellenaron dos cuestionarios, un Listado de
sntomas del trastorno de somatizacin ajustado al DSM IV y el Cuestionario de pensamientos
automticos revisado (Automatic Thoughts Questionaire; Kendall Howard y Hays, 1989). Los
resultados muestran cmo el grupo de pacientes obtuvo puntuaciones medias en PAP (M= 35,29; DT=
7,4) y en PAN (M= 54,43; DT= 16,7). Se tom como punto de corte para la presencia de PAP y PAN
la media ms una desviacin tpica. Se identific que el 20% present un predominio de PAN, lo cual
es ms bajo de lo esperado, y slo el 14% tuvo un predominio de PAP. En conclusin, los pacientes
con indicadores del trastorno de somatizacin no se caracterizan por la presencia de PAN, pero
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tampoco por la presencia de PAP, planteando que los productos cognitivos no influyen de manera
activa en la prevalencia de este trastorno, ya que al no ser alta la presencia de PAN no se pueden
determinar como un factor de riesgo que lleve a que las personas somaticen sus pensamientos y los
sentimientos que estos les producen; pero tampoco la presencia de PAP es un factor protector en la
aparicin de indicadores del trastorno de somatizacin.
E-mail: pllopez67@yahoo.com
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proteccin. Sin embargo, el 62,3% no realizaba conductas de prevencin y se identific que los
principales temores relacionados con el futuro fueron: no tener profesin (19,5%), a la soledad
(12,3%), morirse (9,2%), a la enfermedad (6,2%), y no tener trabajo (5,1%). En conclusin, se
identific que los alumnos contaban con un adecuado conocimiento sobre la epidemia H1N1, se
preocupaban por su estado de salud fsica y mantenan las conductas de proteccin y prevencin
adecuadamente dentro del plantel educativo. Sus principales temores se relacionaban con enfermar o
morir por causa de la influenza.
E-mail: gcervantes@redudg.udg.mx
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Mara Cristina Quijano Martnez, Carolina Sthepanie Giraldo, Diana Catalina Gonzlez
y Diana Marcela Ramrez
Pontificia Universidad Javeriana, Cali (Colombia)
El objetivo del estudio fue identificar los cambios en la calidad de vida de pacientes con trauma
craneoenceflico (TCE) con alteraciones en la atencin, que asistieron al programa de rehabilitacin
de la atencin diseado por Cuervo y Rincn (2007). La muestra incluye a tres pacientes con TCE (2
hombres; 1 mujer), con media de edad de 28 aos, escolaridad promedio de 9,3 aos, sin antecedentes
psiquitricos o neurolgicos previos a la lesin y con alteraciones en la atencin. Se realiz una
prueba de cribado con la Evaluacin neuropsicolgica breve en espaol (Neuropsi; Ostrosky, 1999).
La evaluacin pre y post se hizo con el Test de clasificacin de tarjetas del Wisconsin (Wisconsin
Card Sorting Test, WCST; Heaton, Chelune, Talley, Kay y Curtiss, 1993), el Test del trazo, formas
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A y B (Trail Making Test A y B, TMTA-TMTB; Lezak, 1995), el Test de Stroop (Stroop Test,
STROOP; Golden, 1994), el Test de cancelacin de letras (Letter Cancelation Test, Talland y
Schwab, 1964) y un cuestionario ad hoc sobre calidad de vida. Adicionalmente, se llev un diario de
campo para identificar los cambios cognitivos, emocionales y sociales posteriores a la intervencin. El
anlisis de los datos pre y post no fueron estadsticamente significativos. Sin embargo, el anlisis
cualitativo muestra cambios en la atencin, en los tiempos de reaccin y el nmero de errores en las
pruebas neuropsicolgicas. En cuanto a la calidad de vida, se encontr que los pacientes
implementaron las estrategias propuestas en el programa generando cambios en las tres dimensiones
evaluadas. Esto corrobora la importancia de la intervencin neuropsicolgica y sus implicaciones en
la calidad de vida del paciente, apoyando tambin la hiptesis sobre la validez ecolgica del programa
de rehabilitacin de la atencin debido a su impacto en la calidad de vida de los pacientes con TCE.
E-mail: mcquijano@javerianacali.edu.co
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M Dolores Zamarrn Cassinello, Emilia Cabras, M ngeles Molina, Roco Schetini, Lluis Trraga
y Roco Fernndez-Ballesteros
Universidad Autnoma de Madrid (Espaa)
En estudios anteriores se ha comprobado que existe plasticidad cognitiva en las personas mayores
incluso en aquellas diagnosticadas de deterioro cognitivo ligero (DCL) o que estn cursando una
demencia tipo Alzheimer en fase leve (EA). Por otra parte, el tiempo que transcurre desde un
diagnstico DCL a demencia vara mucho entre los sujetos e, incluso, en algunos casos no llega a
producirse. Los tests tradicionales no han mostrado suficiente sensibilidad a la hora de predecir dicho
cambio de diagnstico. El objetivo del presente trabajo ha sido analizar en qu medida la plasticidad
cognitiva predice la evolucin del deterioro cognitivo ligero a la demencia. Para comprobarlo se ha
utilizado el Test de potencial de aprendizaje verbal (Auditory Verbal Learning Test, AVLT-LP;
adaptado de Rey, 1964) y el Test de potencial de aprendizaje de fluidez verbal (Verbal Fluency
Learning Test, VFLT: adaptado de Fernndez-Ballesteros, 1968). Cincuenta y siete sujetos, 31
hombres y 25 mujeres (M= 76,1 aos; DT= 5,31), diagnosticados de DCL segn los criterios
diagnsticos de Petersen (2000), se han seguido con un intervalo de un ao entre evaluaciones. Al
cabo de un ao han cambiado de diagnstico 12 sujetos (21,4%) y han permanecido con el
diagnstico de DCL 45 sujetos (78,6%). Los sujetos que no han cambiado de diagnstico tienen
mejores puntuaciones en la mayora de las pruebas de potencial de aprendizaje que los que s han
evolucionado a una demencia, aunque estas diferencias no siempre son significativas. Aunque estos
resultados son preliminares, ya que el intervalo de tiempo transcurrido es muy corto, si muestran una
sensibilidad de las pruebas de potencial de aprendizaje a la hora de discriminar la evolucin de los
DCL a la demencia. En prximas evaluaciones esperamos conseguir resultados ms concluyentes.
E-mail: loles.zamarron@uam.es
Cristbal Guerra Vio, Alma Mjica Platz, Adela Nahmias Bermdez y Nelly Rojas Vidal
Universidad del Mar (Chile)
Se describe el examen psicomtrico de la Escala de conductas de autocuidado para psiclogos
clnicos (EAP; Guerra, Morales, Rodrguez y Betta, 2008), diseada para medir la frecuencia de
emisin de conductas de autocuidado en psiclogos clnicos. En el estudio de validacin inicial la
EAP mostr adecuados ndices de consistencia interna y de validez de constructo (factorial y
convergente) ya que adopt una estructura unifactorial y correlacion inversamente con los niveles de
estrs traumtico secundario y de depresin de los participantes. En esta investigacin, que amplia los
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resultados iniciales, 159 psiclogos clnicos chilenos respondieron la EAP y una batera de
instrumentos destinados a evaluar la validez convergente de la escala. Se aplic la subescala de
satisfaccin en actividades generales del Cuestionario sobre calidad de vida: satisfaccin y placer
(Endicott, Nee, Harrison y Blumenthal, 1993), el Inventario del sndrome del quemado (Maslach
Burnout Inventory, MBI; Maslach y Jackson, 1981) adaptado a Chile por Barra (2002), la Escala de
estrs traumtico secundario (Secondary Traumatic Stress Scale, STSS; Bride, Robinson, Yegidis y
Figley, 2004) adaptada a Chile por Guerra y Saiz (2007) y la subescala de Ansiedad-estado del
Inventario de ansiedad estado-rasgo (State-Trait Anxiety Inventory, STAI; Spielberger, Gorsuch y
Lushene, 1986). La EAP revel ser un instrumento fiable y vlido. Obtuvo adecuados ndices de
consistencia interna y adopt una estructura unifactorial coherente con la teora y con el estudio de
validacin inicial. Adems, mostr validez convergente al correlacionar del modo esperado con las
tres dimensiones del MBI, con el ndice de satisfaccin, con los niveles de ansiedad y con los niveles
de estrs traumtico secundario de los participantes. Se concluye que la escala puede utilizarse como
herramienta de apoyo en la medicin del autocuidado en psiclogos clnicos y como un instrumento
til en la implementacin de estrategias de autocuidado dirigidos a esta poblacin.
E-mail: cguerravio@yahoo.es
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Ignacio Ibez, Irina Rodrguez, Nayra Rodrguez, Rosario Cubas, Luca Lackov y Manuel Gonzlez
Universidad de la Laguna (Espaa)
El modelo cognitivo-conductual y metacognitivo del trastorno de ansiedad generalizada elaborado por
Dugas, Gagnon, Ladouceur y Freeston (1998) posee una base terica y emprica. En esta comunicacin
presentamos las estructuras factoriales y propiedades psicomtricas de la adaptacin al espaol de los
siguientes instrumentos: 1) el Cuestionario de evitacin cognitiva (CEC) (Cognitive Avoidance
Questionnaire, CAQ; Sexton y Dugas, 2008); 2) el Cuestionario Por qu preocuparse-II? (PP-II?)
(Why Worry-II Questionaire; Gosselin, Ladouceur, Langlois, Freeston, Dugas y Bertrand, 2003), y 3)
el Inventario de intolerancia hacia la incertidumbre (III) (Intolerance of Uncertainty Inventory, IUI;
Gosselin, Ladouceur, Evers, Laverdire, Routhier y Tremblay-Picard, 2008). Este inventario consta de
dos partes, la parte A mide la tendencia a considerar la incertidumbre como inaceptable (IU-A) y la
parte B que mide las manifestaciones cognitivas y conductuales de estar en incertidumbre (IU-B). La
muestra estuvo constituida por 205 personas, entre 18 y 66 aos (M= 32,30; DT= 12,71). El 64,9%
son mujeres y el 35,1% hombres. As, el CEC asla dos factores, frente a los seis propuestos por los
autores (factor 1: = 0,94; factor 2: = 0,89). El PP-II, asla tres factores, frente a los cinco propuesto
por los autores (factor 1 = 0,93; factor 2: = 0,88; factor 3: = 0,85). El IU-A, asla dos factores,
frente a los tres de los autores (factor 1: = 0,92; factor 2: = 0,89). El IU-B, tambin asla dos
factores, frente a los seis propuestos por los autores (factor 1: = 0,95; factor 2: = 0,94). En lneas
generales, los trabajos publicados sobreestiman el nmero de factores de las pruebas por el uso de
procedimientos poco adecuados. La fiabilidad de las escalas aqu aisladas es muy alta tanto por su
homogeneidad (entre 0,63 y 0,71) como por su consistencia interna (entre 0,88 y 0,97).
E-mail: mgonzaro@ull.es
Nota: Este trabajo es parte de los resultados preliminares de un proyecto sobre tratamientos cognitivoconductuales y de regulacin emocional del TAG, subvencionado por la Fundacin Canaria de Investigacin y
Salud (FUNCIS) del Gobierno Autnomo de Canarias, nmero de proyecto 39/08.
AMENAZAS A LA VALIDEZ EN ESTUDIOS DE EFICACIA PSICOTERAPUTICA: REACTIVIDAD AL PRETEST Y EXPECTATIVAS DEL EXPERIMENTADOR
Leonardo Medrano
Universidad Nacional de Crdoba (Argentina)
Desde el controvertido artculo de Eysenck (1952) sobre la eficacia de la psicoterapia, se han
desarrollado una gran cantidad de estudios tendientes a evaluar de manera emprica las tcnicas y
tratamientos utilizados en psicologa. As, mediante estudios de eficacia y eficiencia se apunta a
alcanzar una psicologa basada en la evidencia que oriente a los profesionales hacia una adecuada
prctica psicoteraputica (Fernndez Herminda y Prez lvarez, 2001). Los estudios de eficacia
refieren a resultados de tratamientos obtenidos en condiciones controladas, mientras que los de
eficiencia son estudios desarrollados en escenarios clnicos y sin procedimientos de control (Kazdin,
2001). Aunque los estudios de eficacia se caracterizan por su rigurosidad, debe considerarse que las
mismas condiciones de control pueden amenazar la validez del estudio. En el presente trabajo se
examinaron dos amenazas comunes a la validez: la reactividad a las medidas pre-test y las
expectativas del experimentador. Para ello se llev a cabo un estudio experimental con tres grupos, el
primero recibi un programa de entrenamiento en habilidades sociales acadmicas (N= 45), el
segundo grupo recibi las clases habituales por profesionales que conocan la condicin de control del
grupo (N= 52) y el tercer grupo recibi las clases por profesionales que ignoraban que estaban
participando en un experimento (N= 40). Sumado a ello, se dividi aleatoriamente a los grupos en
dos, se administr a una mitad la Subescala de autoeficacia social acadmica (Olaz, 2008) y la
Escala de manifestaciones cognitivas de ansiedad (Furln, Cassady, Prez y Daniele, 2007), mientras
que la otra mitad no respondi a ninguna escala. Los resultados demostraron que los estudiantes que
recibieron la medida pre-test exhibieron mayores creencias de autoeficacia social acadmica (t=1,60;
p<0,05). Por otra parte, los participantes del grupo control n 1 mostraron menor rendimiento
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acadmico y mayores niveles de ansiedad que el resto de los grupos (F=3,22; p<0,05), verificando as
las hiptesis planteadas.
E-mail: leomedpsico@gmail.com
Fabin O. Olaz
Universidad Nacional de Crdoba (Argentina)
En las ltimas dcadas, la Teora social cognitiva (TSC) de Albert Bandura se ha transformado en
uno de los movimientos psicolgicos ms prominentes. Esa teora constituye un marco conceptual til
para explicar el comportamiento humano en los ms diversos mbitos. La TSC representa un enfoque
cognitivo por la concepcin del aprendizaje como adquisicin de conocimientos por medio de
procesamiento de informacin, y social, por su nfasis en el origen social de los pensamientos y las
acciones humanas. La teora propone un modelo interactivo para la explicacin del comportamiento
humano, que considera el papel de las variables ambientales, las caractersticas personales y las
interacciones entre ellas. Desde sus orgenes, la TSC ha sido uno de los sistemas conceptuales de
mayor importancia en la explicacin del comportamiento, y sus principios apoyan, en gran medida,
las estrategias de evaluacin e intervencin del campo de las habilidades sociales, exponiendo la
necesidad de crear un modelo social-cognitivo de la competencia social. Se exponen los fundamentos
conceptuales de la TSC para la comprensin de las habilidades y la competencia social, explicitndose
la visin de naturaleza humana propuesta por la teora, en la cual las personas son vistas como agentes
proactivos que autorregulan su comportamiento y modifican activamente su entorno social. Tambin
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Nicolle Alamo, Mariane Karuse, Carola Prez, Victoria Cuadra, Francisca Montenegro, Caridad Pea,
Diana Vega, Fabiola Melo, Consuelo Undurraga, Paula Bedregal y Marcela Aracena
Pontificia Universidad Catlica de Chile
El objetivo de esta investigacin fue describir algunos efectos y/o consecuencias de la maternidad
adolescente en la salud mental y bienestar psicosocial de la madre, el desarrollo socioemocional y de
lenguaje del nio y la calidad de la relacin que se establece entre ambos; as como tambin analizar
algunas relaciones entre las variables del estudio. El diseo utilizado fue de tipo correlacional
transversal. La muestra estuvo constituida por 90 dadas madre adolescente-hijo, de nivel
socioeconmico bajo, residentes en la Regin Metropolitana de Chile y cuyos hijos tenan en
promedio 24 meses de vida al momento de la evaluacin. Los instrumentos utilizados fueron: el
Cuestionario de salud mental (General Health Questionnaire, GHQ-12, Goldberg, 1978); la
Encuesta para la madre (Equipo de investigacin proyecto Fondecyt N 1070836); la Escala de
lenguaje preescolar (Preschool Language Scale 3, PLS-3, Zimmerman, Steiner & Pond, 1992); el
Inventario de desarrollo Battelle (subescala personal/social) (versin hispana de la Fundacin
Catalana para el Sndrome de Down, 1989); y la Pauta de observacin de la relacin madre-hijo
(Equipo de investigacin del proyecto). Se encontr que el 69,4% de las madres no presenta riesgo de
enfermedad mental (sintomatologa ansiosa-depresiva), mientras que el 30,6% s lo presentara. En el
caso de los nios, el 70,3% presenta un desarrollo del lenguaje normal, mientras que el 29,7% se
encuentra retrasado o en rezago; en el rea socioemocional, el 91,9% presenta un desarrollo normal,
mientras que el 8,1% est retrasado o en rezago. Al analizar la salud mental de la madre como
variable predictora, sta resulta significativa para el desarrollo socioemocional del nio (B= -0,390;
ET= 0,184; p= 0,034; OR= 0,677), no as para el lenguaje. Esto significa que, a medida que aumenta
el riesgo de que la madre presente enfermedad mental, disminuye la probabilidad del nio de tener un
desarrollo socioemocional normal.
E-mail: nalamo@uc.cl
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Es frecuente la preocupacin entre los clnicos por la baja sensibilidad de los instrumentos para
detectar bajos niveles de afecto negativo. Este estudio evalu la capacidad del Inventario de
depresin estado-rasgo (IDER; Spielberger, Buela-Casal y Agudelo, 2008), el Inventario de
depresin de Beck (Beck Depression Inventory, BDI-II; Beck, Steer y Brown, 1996) y el
Cuestionario bsico de depresin (CBD; Peate, 2001) para detectar bajos niveles de afecto
negativo. Se trabaj con una muestra de 741 adultos colombianos entre 18 y 80 aos (M= 35,8; DT
=11,9). Los resultados indican que el IDER con sus subescalas Distimia y Eutimia, es el instrumento
que mejor explica la inclusin de los participantes en el grupo normal o subclnico, con coeficientes
estandarizados para la funcin discriminante entre 0,57 y -0,97. Al analizar los datos asumiendo
igualdad de probabilidades previas de pertenencia a cada grupo se encuentra que se clasifican
correctamente cerca del 91,0% de los casos, 45,7% en el grupo normal y 43,8% en el subclnico. Al
asumir diferencias en la probabilidad de pertenencia a los grupos reencuentra que se clasifican
correctamente el 95,0% de los casos 47% en el normal y 48% en el subclnico. Es importante indicar
que se trabaj con una muestra no clnica y que la prevalencia de puntuaciones significativas para
trastornos de ansiedad y depresin en el contexto colombiano es de 19% y 15% respectivamente,
segn datos del Ministerio de Proteccin Social (2005); con lo cual los datos parecen ajustarse de
manera adecuada. Asimismo, es de indicar que la pregunta filtro empleada preguntaba de manera
general por la presencia de algn diagnstico de ansiedad o depresin sin diferenciar entre ellos, lo
cual podra explicar tambin por qu una de las escalas que mejor explica la funcin es la subescala
de distimia la cual evala un patrn compartido entre la ansiedad y la depresin.
E-mail: diana.agudelo@upbbga.edu.co
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Adela Celis Barros, Jahel Tatiana Pallares Caro, Olga Hernndez Cantero, F. Robert Ferrel Ortega y
Guillermo A. Ceballos Ospino
Universidad del Magdalena (Colombia)
El objetivo de la investigacin fue identificar los niveles de depresin en un grupo de
universitarios y las variables sociodemogrficas que se relacionan con ellos. La muestra fue
representativa y la formaron 190 estudiantes (35,8% hombres y 64,2% mujeres, M= 20,4 aos y DT=
2,7) de cuarto y quinto semestre de los programas de psicologa, medicina, odontologa y enfermera
de la Facultad de Ciencias de la Salud, de una universidad pblica del Departamento del Magdalena
(Colombia). Se aplic el Inventario de depresin de Beck (Beck Depression Inventory, BDI; Beck,
Rush, Shaw y Emery, 1979) y se registraron los datos sociodemogrficos necesarios. Se encontr que
el 52% de la poblacin universitaria estudiada sufre de algn grado de depresin, el 8% present
sntomas de depresin grave, el 19% present depresin moderada y el 25% depresin leve. En cuanto
a los factores sociodemogrficos asociados se encontr que presentaron un mayor porcentaje de
depresin los estudiantes de Medicina (5,7%), Odontologa (1,5%) y Enfermera (0,5%). En
Psicologa no se present ningn caso. Hay una mayor presencia de la enfermedad en mujeres
(30,4%) que en hombres (21,4%), sin embargo, los hombres tienen mayor presencia de depresin
grave en una proporcin superior a casi la tercera parte que las mujeres. Tambin se encontr que los
niveles de depresin grave se concentran ms en los estratos 1 y 2, y que la depresin prevalece en
mayor medida entre los jvenes de 18 a 24 aos que en los de mayor edad. Se concluye que existe una
tendencia a presentar trastornos depresivos en esta poblacin, la cual puede llevar al ausentismo,
desercin o suicidio, confirmado por estudios de otros autores, por lo que se recomienda el diseo y la
implementacin de programas de prevencin en la Universidad, al tiempo que continuar con otros
estudios.
E-mail: roferrel@yahoo.com
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El estudio tuvo como objetivo calcular la prevalencia de ansiedad, depresin e ira en 1148 adultos
entre 18 y 80 aos (M= 36,5; DT= 12,4), de la poblacin general de Bogot, Medelln y Bucaramanga
(Colombia). Se aplic el Inventario de depresin estado-rasgo (IDER; Spielberger, Buela-Casal y
Agudelo, 2008), el Inventario de depresin de Beck (Beck Depression Inventory, BDI-II; Beck,
Steer y Brown, 1996), el Cuestionario bsico de depresin (CBD; Peate, 2001), el Inventario de
ansiedad estado-rasgo (State-Trait Anxiety Inventory, STAI; Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1970) y
el Inventario de expresin de ira estado-rasgo II (State-Trait Anger Expression Inventory II,
STAXI-II; Spielberger, 2005). La prevalencia para ansiedad estado fue de 18,29% y 14,42% para
ansiedad rasgo, siendo un poco ms baja que la informada en el estudio de Salud mental en Colombia
para los trastornos de ansiedad (19,3%; Minproteccin, 2005). La prevalencia promedio para
depresin fue de 16,5%, siendo este valor ms alto que el informado para los trastornos afectivos
(15%; Minproteccin, 2005). La depresin estado con el IDER fue de 18,84% y con el BDI II de
16,05%. El CBD detect la prevalencia ms baja 15,0%. La depresin rasgo fue de 16,29%, siendo
ms baja que la prevalencia de depresin estado. Adems la prevalencia de ira estado fue 13,42% y
17,87% de ira rasgo. Para la ansiedad y la depresin los valores en estado fueron ms altos que los de
rasgo y para la variable ira se evidenci lo contrario. La depresin y la ansiedad (en todas las escalas)
fueron mayores en las mujeres (superior al 60%) que en los hombres. En ira se presenta esta misma
distribucin para rasgo y para estado. Los datos son cercanos a los obtenidos en la encuesta nacional
de salud mental, aunque el estudio slo incluye tres ciudades.
E-mail: pllopez67@yahoo.com
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investigacin La odisea de navegar en el sistema de salud de las mujeres con cncer de mama. En el
2007, el programa fue premiado por la American Cancer Society a la Excelencia Latina - modalidad
educativa.
E-mail: funcancer1@hotmail.com
Aime Edith Martnez Basurto, Cinthya Arzate Mireles, Mara Hayde Cruz Nieto, Gabriel Escorza
Fragoso, Csar Garduo Zavala, Cristina Sierra Aviles y Juan Jos Snchez Sosa
Universidad Nacional Autnoma de Mxico
El objetivo del estudio fue analizar los efectos de la terapia cognitivo conductual (TCC) y la
retroalimentacin biolgica (RAB) sobre la ansiedad, la depresin y la calidad de vida en pacientes
con cncer de mama. Participaron 97 mujeres con media de edad de 48,11 aos (DT= 8,76). Se aplic
el Inventario de calidad de vida y salud (InCaViSa; Riveros, Snchez-Sosa y del guila, 2009), la
versin mexicana del Inventario de ansiedad de Beck (Beck Anxiety Inventory, BAI; Beck, Brown,
Epstein y Steer, 1988) adaptado por Jurado, Mndez y Villegas (2007) y del Inventario de depresin
de Beck (Beck Depression Inventory, BDI; Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979) adaptado por Varela y
Villegas (2007). Los resultados revelaron que todas las pacientes se beneficiaron por ambas
intervenciones; sin embargo la TCC fue significativamente ms eficaz que la RAB en reducir la
depresin (t [51] 7,181= p< 0,001). La mejora en ansiedad revel que ambas intervenciones fueron
eficaces, con una ligera ventaja para la TCC (TCC t [51] 7,631= p< 0,001, RAB t [51] 4,000= p<
0,001). Las reas de la calidad de vida que mejoraron de manera similar con la TCC y la RAB fueron:
el aislamiento, las funciones cognitivas, la actitud ante el tratamiento, el tiempo libre, la vida
cotidiana, la familia, las redes sociales y la relacin con el mdico. Dado que ambas intervenciones
generaron mejora en ansiedad y calidad de vida se analizaron las diferencias en la magnitud del
cambio. La TCC tuvo un mayor impacto estadsticamente significativo (p< 0,001), tanto en la
ansiedad como las diferentes reas de la calidad de vida. Se concluye que ambas intervenciones son
eficaces para tratar la ansiedad y aumentar la calidad de vida, sin embargo para tratar la depresin
resulta ser ms conveniente la TCC.
E-mail: aimedith@yahoo.com.mx
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teraputico, lo que implica a su vez trabajar con conceptos de tica, valores, creencias y mitos que
tambin deberan encontrar un punto de equilibrio en ese complicado mundo adulto.
E-mail: shdm_50@hotmail.com
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Mara Elena Flores Villavicencio, Samuel Romero Valle, Aurora Ramos Zepeda y Mara Guadalupe
Vega Lpez
Universidad de Guadalajara (Mxico)
En los ltimos 25 aos en Guadalajara, Jalisco (Mxico) ha presentado un crecimiento alarmante
de sus urbes, debido al incremento poblacional y a la multiplicacin de nuevos hbitats urbanos
horizontales o verticales (vecindades modernas). El objetivo de este trabajo fue evaluar la calidad
de vida y los estados emocionales de la poblacin anciana que habita en viviendas modernas en la
zona metropolitana de Guadalajara. Se evaluaron 333 ancianos de las unidades habitacionales
modernas, cuyas edades oscilan entre 60 y 95 aos (M= 69,2; DT= 8,1). Se aplic el Cuestionario de
calidad de vida de la OMS (WHO Quality of Life-BREF, WHOQOL-BREF; OMS, 2000), el
Cuestionario general de salud (General Health Questionnaire; Goldberg, 1996), el Inventario de
depresin rasgo-estado (Grau, Martn, Ramrez, 1989), el Cuestionario de ansiedad cognitivosomtica (Domnguez y Valderrama, 1990) y un instrumento que evalu las condiciones de la
vivienda. Se hall que el 78,3% de los ancianos manifestaba una buena calidad de vida y slo el
21,6% informaba sobre una muy buena calidad de vida; el 13,2% estaba insatisfecho en relacin a las
condiciones de su vivienda y de su salud, el 22,3% presentaba enfermedades respiratorias, el 55,4%
tena hipertensin, el 11,4% mostraba sntomas de ansiedad cognitiva y el 64,6% puntuaba con
depresin alta, especialmente ms mujeres (67,7%) que hombres (54,0%). El dilema actual es valorar
integralmente las condiciones de la construccin con relacin a los problemas de la bsqueda de la
salud fsica y mental y a la calidad de vida de las personas mayores. Se requiere buscar con urgencia
soluciones institucionales, polticas y gubernamentales para el desarrollo de viviendas adecuadas
pensadas para el sector de la poblacin anciana.
E-mail: marlencilla27@hotmail.com
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Manuel Gonzlez, Luca Lackov, Ignacio Ibez, Nayra Rodrguez, Irina Rodrguez y Rosario Cubas
Universidad de la Laguna (Espaa)
Los estudios recientes sobre las emociones como entidades causales de diversas psicopatologas
han influido en la conceptualizacin y el tratamiento cognitivo conductual de ellas. Por ejemplo, el
modelo de desregulacin de las emociones de Mennin enfatiza que las emociones pueden desempear
un papel relevante en el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) y no slo el de meramente
relacionada con la preocupacin. Sugiere que un dficit en la regulacin de las emociones es el
predictor ms importante del TAG (Mennin et al., 2004) y que la falta de regulacin de las emociones
puede estar causada por: 1) elevada intensidad de las emociones, 2) pobre comprensin de las propias
emociones, 3) reactividad negativa al estado emocional, y 4) dificultades en el manejo de las
experiencias emocionales y el uso de estrategias para evitarlas. Por otra parte, Borkovec y Newman
(1998) han investigado las relaciones entre los procesos interpersonales y la preocupacin. Este
trabajo pretende contrastar el modelo antes sealado, donde la variable criterio es el TAG, evaluado
mediante el Cuestionario de preocupacin y ansiedad (CPA; Worry and Anxiety Questionnaire,
WAQ; Dugas, Freeston, Lachance, Provencher y Ladouceur, 1995) que hemos validado en espaol
(Ibez et al., 2000) y las variables predictoras son los factores emocionales e interpersonales. La
muestra fue de 205 personas (64,9% mujeres) de la poblacin general, entre 18 y 66 aos (M= 32,30;
DT= 12,71). Los resultados muestran que seis son las variables que entran a formar parte de la
prediccin del TAG, explicando una varianza comn del 56%. Esas variables son: miedo a la
ansiedad, acceso limitado a estrategias de regulacin, intruso/necesitado, dominancia/control (con
signo negativo), miedo a la depresin y no asertivo/demasiado acomodado. Los resultados se discuten
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0,73) (Moya, Expsito y Padilla, 2006). Los resultados sealan que los hombres muestran ms sexismo
tanto hostil como benvolo que las mujeres, aunque ellas tambin apoyan el sexismo benvolo, lo cual
constituye un riesgo para la manifestacin de la violencia de gnero. Se discuten los resultados en
trminos del desarrollo de programas para la construccin de la igualdad y la prevencin de la violencia.
E-mail: cayala@uady.mx
RELACIN DEL APOYO SOCIAL Y EL ESTADO DE SALUD MENTAL EN MUJERES QUE VIVEN
VIOLENCIA CONYUGAL
Gloria Margarita Gurrola Pea, Sandra Torres Becerril, Patricia Balczar Nava y Martha Patricia
Bonilla Muoz
Universidad Autnoma del Estado de Mxico
En el caso de la mujer maltratada se ha encontrado que el agresor intenta mantener a su pareja en
un estado de dependencia y control, lo que coloca a la mujer en un estado de aislamiento, con lo cual
no slo no se beneficia de los efectos saludables del apoyo social sino que el afrontamiento con la
situacin de maltrato le ser aun ms estresante. Esta investigacin tuvo como objetivo establecer la
relacin entre el apoyo social y la salud mental en mujeres que viven situacin de violencia conyugal.
Se trabaj con una muestra no probabilstica de tipo intencional compuesta por 25 mujeres que viven
en relacin de violencia conyugal y que acuden a los servicios de atencin psicolgica de la unidad de
atencin a vctimas del delito del Estado de Mxico. Se aplic el instrumento de Redes de apoyo en
violencia conyugal, el cual mide el tamao de la red de apoyo, los tipos de apoyo recibido y la
satisfaccin general con el apoyo recibido. Los resultados indican que existe una correlacin positiva
entre el apoyo instrumental y el apoyo emocional, con la exhibicin de sntomas en el rea de
ansiedad fbica. La satisfaccin con el apoyo muestra una correlacin negativa con los sntomas de
psicoticismo. Y por ltimo se encontraron diferencias estadsticamente significativas entre los grupos
de mujeres que han mantenido el tamao de su red de apoyo, las que la han aumentado y las que la
han disminuido, siendo estas ltimas las que muestran mayores ndices de miedo-hostilidad. Se
concluye que el apoyo social posee un carcter diferencial como factor de proteccin de la salud
mental ya que el tipo de apoyo, la satisfaccin con el mismo y el tamao de la red impactan diferentes
reas del bienestar de las mujeres participantes en la investigacin.
E-mail: mgurrolaunid@hotmail.com
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Z= -1,841). Se puede concluir que el programa tuvo un efecto positivo en los pacientes debido al
aumento de la adherencia y del locus de control de su salud, as como la disminucin de la
vulnerabilidad al estrs y del locus de control externo (otros-poderosos).
E-mail: psicologalli@yahoo.com
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problema y Autoeficacia para la actividad fsica discriminan la conducta de inicio del programa,
mientras que las variables Hostilidad y Afrontamiento emocional no mostraron capacidad
discriminativa entre los grupos.
E-mail: dguerrarosas@hotmail.com
Mariantonia Lemos Hoyos , Carolina Bernal Trujillo1, Sara Cuartas Yepes1, Luis Eduardo Medina1,
Jorge Hernn Ospina2 y Yolanda Torres de Galvis1
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Universidad CES; 2Universidad de Antioquia (Colombia)
Los padecimientos cardiovasculares en el mundo occidental son la primera causa de muerte,
siendo la hipertensin arterial (HTA) uno de sus factores de riesgo principales (Yusuf et al., 2004). El
hecho de tener hipotensin se ha considerado como un factor de proteccin contra estos
padecimientos; sin embargo, hoy en da esta se ha relacionado con sntomas somticos y psicolgicos
(Hildrum, Mykletun, Stordal, Bjelland, Dahl y Colmen, 2007). Estudios recientes proveen evidencia
epidemiolgica para una relacin causal entre la enfermedad cardiaca y los factores psicosociales
(Kuper, Marmot y Hemingway, 2002; Yusuf et al., 2003). Adems, investigaciones desde hace 90
aos evidencian la relacin de las emociones con la respuesta del sistema nervioso autnomo y por
ende la respuesta hemodinmica, poniendo de manifiesto la relacin entre la psique y la funcin
fisiolgica (Wilson y Carrol, 1919). Todo lo anterior lleva a que la bsqueda de la fisiopatologa de
las alteraciones en la presin arterial con respecto a aspectos psicolgicos se justifique. Por esto se
dise una investigacin de casos y controles que buscaba analizar las estrategias de afrontamiento y
la presencia de ansiedad y depresin clnica en ambos grupos. Se evaluaron 106 pacientes (34%
hombres, 66% mujeres, con una media de edad de 46,7 aos [DT= 13,6]), de los cuales el 56% fueron
hipotensos y 44% hipertensos. En estos se encontr que existan diferencias en las estrategias de
afrontamiento, la solucin de problemas tuvo un mayor uso por parte de los hipertensos (p< 0,05) y la
bsqueda de apoyo profesional (p< 0,05) y la reevaluacin positiva (p< 0,01) fue mayor en
hipotensos. Igualmente se encontr una asociacin entre la hipotensin y la depresin (OR= 4,20; IC
1,89 - 9,36; p= 0,002). Estos resultados confirman la existencia de una unidad de respuesta fsicafisiolgica y psicolgica en el ser humano.
E-mail: mlemos@ces.edu.co; mariantonialemos@gmail.com
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medicin, los pacientes con FM presentaron una mayor intensidad de dolor, mientras que los de AR y
OA presentaron mediciones similares (intensidad) a las iniciales. En cuanto a la calidad de vida, un
nmero menor de pacientes, en la segunda medicin, mantuvo niveles similares de percepcin de la
calidad de vida. Estos resultados son interesantes para un manejo integral del paciente.
E-mail: amog50@yahoo.com
Patricia Aliste, Constanza Batarce, Roxana Hellman, Carla Ramos, Javiera Vsquez, Kevin Villegas
y Denis Villegas
Universidad Las Amricas (Chile)
Este trabajo presenta la relacin entre ideacin suicida y factores sociodemogrficos en
adolescentes chilenos. La ideacin suicida es uno de los factores que permite predecir las conductas
suicidas (Maris y Silverman, 2000) y se enmarca dentro de una serie de comportamientos
autodestructivos, como son autoagresiones, autolesiones, beber en exceso, conducir en estado de
ebriedad, consumo de drogas, entre otros. El suicidio se empina hoy como una de las principales
causas de muerte en adolescentes, por lo tanto se convierte en un tema relevante cuando se piensa en
el factor de irradiacin y todas las personas que se ven afectadas cuando una persona se suicida (p.
ej., familiares, compaeros de estudios o trabajo, entre otros). Esta situacin se torna especialmente
dramtica cuando el suicida es un adolescente, que se encuentra comenzando a vivir y con la
concerniente prdida de aos potenciales de vida perdidos (Moyano, 2006). La muestra fue de 804
adolescentes (49,1% hombres y 50,9% mujeres) con una media de edad de 15 aos (DT= 1,9), de 23
establecimientos municipales y particulares subvencionados de la Provincia de Chilln (Chile). Se
aplic la Escala de ideacin suicida para adolescentes ISO-30 (Adolescent Inventory of Suicide
Orientation-30; King y Kowalchuk, 1994) adaptada para poblacin chilena, que mostr adecuados
ndices de fiabilidad (alfa de Cronbach= 0,89). Se encontraron relaciones significativas entre ideacin
suicida y sexo, tipo de establecimiento, aspiraciones a futuro, nivel educativo del apoderado, trabajar
adems de estudiar, con quin vive el adolescente y estado civil del apoderado. Se concluye que es
posible determinar la presencia de ideacin suicida en adolescentes, estando la presencia de esta
asociada a una serie de determinantes sociales, demogrficos y psicolgicos, pudiendo llegar a
establecerse un perfil de riesgo, que permitira la realizacin de intervenciones focalizadas sobre
poblaciones con mayor tendencia a presentar ideacin y conductas suicidas.
E-mail: denisvillegas@hotmail.com
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el impacto emocional de tales eventos, con el estrs percibido y con el nimo depresivo, no existiendo
relacin entre los problemas de salud y el apoyo social percibido. Respecto a las relaciones
prospectivas, el anlisis de regresin mostr que de las diversas variables medidas en T1, el nimo
depresivo y en menor grado el nmero de eventos estresantes eran los principales predictores de los
problemas de salud medidos en T2. Adems se verificaron diferencias de gnero significativas a favor
de las adolescentes mujeres en todas las variables consideradas, excepto en el nmero de eventos
estresantes experimentados. Tales diferencias eran especialmente acentuadas en nimo depresivo,
problemas de salud informados y estrs percibido.
E-mail: ebarra@udec.cl
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factores culturales que pueden estar operando en el perfeccionismo. Por otro lado, aunque no se hall
relacin estadsticamente significativa entre la dimensin del perfeccionismo y el pensamiento de
suicidio, es conveniente que futuras investigaciones se encarguen de estudiar cmo operan estas dos
variables en nuestro medio. Adicionalmente se discute sobre la adaptabilidad del perfeccionismo y se
sealan futuras implicaciones tericas y prcticas de este tema.
E-mail: luchoravar@gmail.com
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ponderacin efectuada por los profesionales tras la evaluacin en profundidad de los casos, usando la
NCFAS (con 53% maltrato fsico, 79% maltrato emocional, 68% negligencia parental, 49% violencia
intrafamiliar y 9% de abuso sexual); en ambas distribuciones coexisten mltiples formas de maltrato
para un mismo nio. Aproximadamente 3 de cada 4 cuidadores muestran indicadores de alto riesgo
para el maltrato infantil o negligencia, tanto en la NCFAS como en el CAPI, especialmente en su
salud mental. Es necesario potenciar la investigacin en este tipo de programas de prevencin
secundaria del maltrato y la negligencia infantil, si hemos de contar con comunidades, familias y
sistemas profesionales de ayuda, que efectivamente ofrezcan una proteccin de calidad a los nios,
nias y adolescentes.
E-mail: egomez@protectora.cl; eagomez@uc.cl
Jovita Ocampo Contreras , Jos Luis Valds Medina1, Norma Ivonne Gonzlez1,
Arratia Lpez-Fuentes y Patricia Andrade Palos2
1
Universidad Autnoma del Estado de Mxico; 2Universidad Nacional Autnoma de Mxico
El cncer en Mxico, se ha convertido en un grave problema de salud pblica y representa una de
las principales causas de invalidez y muerte prematura (Instituto Nacional de Estadstica Geografa e
Informtica, 2006). Por ello, la presente investigacin fue realizada con el propsito de conocer las
caractersticas de resistencia (resilience) en nios oncolgicos y sus cuidadores, que son
derechohabientes del Instituto se Seguridad Social del Estado de Mxico y Municipios en Toluca
(Mxico). Se realizaron cuatro entrevistas en profundidad a los cuidadores de nios de 4 a 11 aos de
edad que padecen leucemia y fue realizada una tcnica proyectiva de juego en los nios, mediante el
cuento del patito feo. El total de los nios, a travs del cuento, proyectaron el amor, apoyo y cario de
la madre (quien tiene el rol de cuidadora) y observaron caractersticas de autoestima elevada,
autonoma y proyeccin a futuro. La fortaleza interior de los cuidadores (mams) tiene una relacin
directa con el sentido de vida que manifiestan los nios. En todas las familias, la enfermedad gener
mayor cohesin y adems se ha formado un equipo con mdicos y enfermeras para sobrellevar la
enfermedad. En dos casos, se observ un avance sorprendente de los nios, los mdicos lo atribuyen a
la constancia en el tratamiento, el amor y cuidados de la familia y que disfrutan plenamente su vida a
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pesar de la enfermedad. Es decir, los datos anteriores confirman la existencia de factores protectores
que favorecen la resistencia en los nios y sus cuidadores ante la enfermedad.
E-mail: psicojovita@yahoo.com.mx
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Mnica Cassaretto B.
Pontificia Universidad Catlica de Per
El presente estudio tiene como objetivo analizar las posibles relaciones entre la personalidad y el
afrontamiento en estudiantes preuniversitarios. Participaron 342 estudiantes (52,92% hombres y
47,08% mujeres), entre 16 y 20 aos (M= 17,36; DT= 0,93), quienes se encontraban en el semestre de
verano preparndose para postular a una universidad privada de Lima. Se utilizaron los siguientes
instrumentos: a) Ficha sociodemogrfica, b) el Inventario de personalidad NEO Revisado (NEO PIR; Costa y McCrae, 1992) y, c) el Inventario de estimacin del afrontamiento (COPE; Carver,
Scheier y Weintraub, 1989). Analizando los rasgos de personalidad en la muestra se encontr que las
escalas con mayor puntuacin fueron extraversin (E), conciencia (C) y apertura (O) y las de menor
puntuacin fueron agradabilidad (A) y neuroticismo (N). En trminos del afrontamiento, encontramos
que el estilo centrado en el problema fue el utilizado con mayor frecuencia por los participantes,
seguidos por el estilo centrado en la emocin, siendo los estilos desadaptativos (evitativos) los menos
usados. Las estrategias de mayor uso en la muestra fueron reinterpretacin positiva, bsqueda de
soporte social por motivos instrumentales y planificacin y las estrategias menos usadas fueron
desentendimiento conductual, negacin y acudir a la religin. Se hallaron varias asociaciones
estadsticamente significativas entre los rasgos de personalidad y los estilos de afrontamiento. Existe:
a) una relacin positiva entre el neuroticismo y el uso de los estilos desadaptativos; b) una relacin
directa entre extraversin y el estilo centrado en la emocin; c) una relacin positiva entre conciencia
y el estilo centrado en el problema y; d) una relacin negativa entre conciencia y el uso de los otros
estilos. En conclusin, estos jvenes muestran varios recursos personales y las asociaciones halladas
entre los rasgos de personalidad y afrontamiento muestran su capacidad de ajuste ante el momento de
transicin en que se encuentran.
E-mail: mcassarucp.edu.p
Vania Martnez, Paul Vhringer, Alejandro Figueroa, Viviana Guajardo, Sergio Barroilhet, Rosemarie
Fritsch, Alejandro Gmez, Flix Cova, Ricardo Araya y Graciela Rojas
Hospital Clnico de la Universidad de Chile (Chile)
La depresin es una enfermedad comn que puede tener graves consecuencias en la vida de los
adolescentes. Un ensayo clnico randomizado, que actualmente se est llevando a cabo en 22 colegios,
evala la eficacia de una intervencin psicolgica para prevenir la depresin en adolescentes de 1
medio (9 grado) de bajo nivel socioeconmico. El objetivo de este trabajo es presentar las
caractersticas de esta intervencin, la cual consiste en 12 sesiones de frecuencia semanal, de 90
minutos de duracin, dirigida en cada sala de clases por tres profesionales entrenados (psiclogos y
terapeutas ocupacionales) que son supervisados semanalmente. Se utilizan tcnicas cognitivoconductuales, principalmente de reconocimiento y desafo de pensamientos automticos y de solucin
de problemas. El trabajo es participativo, con presentaciones en multimedia, representacin de
papeles, trabajos grupales, trabajos individuales y plenarios. El multimedia incluye trozos de pelculas
chilenas, cortos de un programa humorstico de la televisin chilena y videos creados especialmente
para el programa. El grupo control recibe las clases usuales. Para la evaluacin pre y postintervencin se utilizan el Inventario de depresin de Beck-II (Beck Depression Inventory II, BDI
II; Beck, Steer y Brown, 1996), el Cuestionario de pensamientos automticos para nios (Children
Automatic Thoughts Questionnaire, CATS; Schniering y Rapee, 2002) y el Inventario de solucin de
problemas sociales en su forma corta revisada (Social Problem Solving Inventory-Revised Short
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Form, SPSI-RS; DZurilla, Nezu y Maydeu-Olivares, 1998). En la sesin 5 se utiliza una versin
corta y adaptada del Inventario de alianza de trabajo (Working Alliance Inventory, WAI; Horvath y
Greenberg, 1989). Las caractersticas de este programa fueron ajustadas a partir de una aplicacin
piloto con cuatro clases, 181 alumnos (51,9% mujeres), entre 14 y 16 aos (M= 14,5; DT= 0,05), que
fue evaluada cualitativamente como factible de implementar, til y bien aceptada por los alumnos.
E-mail: vmartinezn@med.uchile.cl
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muestran que el 35,2% de la muestra total tendra ansiedad social no generalizada (ASNG), mientras
que el 8,3% presenta ansiedad social generalizada (ASG). La poblacin femenina duplica a la
masculina en el diagnstico de ASG (10,9% y 5% respectivamente), mientras que las diferencias se
acortan en la ASNG (37,2% de las mujeres y 32,7% de los hombres). Al analizar los grupos de
edades, encontramos que los jvenes de hasta 29 aos tienen una mayor prevalencia de ASNG que el
grupo de 30 o ms aos (38,9% y 33,1% respectivamente), mientras que los resultados en ASG son
inversos, los mayores tienen una mayor prevalencia de ASG (9,7%) que los ms jvenes (5,9%). En
cuanto a las dimensiones, la que punta ms alto con un 21,3% es la Expresin asertiva de molestia,
desagrado o enfado. El CASO-A30 tuvo un alto nivel de fiabilidad (alfa de Cronbach= 0,905). En
conclusin, la ansiedad social presenta una alta prevalencia entre la poblacin general evaluada y el
CASO-A30 ofrece algunas ventajas para la evaluacin, ya que ayudar a discriminar el subtipo de
ansiedad social, los tipos de situaciones sociales temidas y es sensible a las diferencias de sexo y edad.
Se requerira continuar con los trabajos de investigacin.
Email: macri@gmx.net, monica@dedicado.net.uy
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Colombia, con base en el CASO-A30. Participaron 5649 sujetos de la poblacin general (54,5%
mujeres; 45,5% hombres), con una media de edad de 25,87 (DT= 9,80). La prevalencia de ansiedad
social generalizada (ASG) fue de 5,9% y de ansiedad social no generalizada (ASNG) fue de 23%. Las
mujeres tuvieron una mayor prevalencia para la ASG (51,35%) y la ASNG (52,60%). Al comparar las
medias de las cinco dimensiones del cuestionario, las mujeres puntuaban significativamente ms alto
que los hombres (p= 0,000). Segn la edad, los dos subtipos de ansiedad social tienen una mayor
prevalencia en el grupo de 16-24 aos y se encontraron diferencias significativas (p< 0,05) entre los
grupos de edad, principalmente al comparar el de 16-24 aos con los otros tres grupos. Los resultados
confirman las tendencias encontradas en otros estudios del campo, respecto a la mayor prevalencia de
la ansiedad social y de la intensidad del miedo en las mujeres, as como en los grupos ms jvenes de
la poblacin general.
E-mail: isalato@correo.ugr.es
Notas: El equipo CISO-A Colombia est formado por M. Arias, L. Ariza, D. Barreto, C. Benavides, G. Cajiao,
C. Carmona, F. Coconubo, . David, P. Daz, C. Duarte, N. Estupin, V. Gmez, P. Hoyos, M. Lemos, R.
Mazo, A. Meneses, . Orozco, M. Ortega, L. Rocha, M. Varela, D. Villa-Roel.
Este trabajo hace parte de una lnea de investigacin que fue inicialmente financiada por el Ministerio de
Ciencia y Tecnologa de Espaa (referencia del proyecto: BSO2003-07029/PSCE) y el Fondo Europeo de
Desarrollo Regional (FEDER). Actualmente, tiene apoyo parcial de la Fundacin para el Avance de la
Psicologa Clnica Conductual (Espaa).
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son lo esperado. El presente trabajo refiere el caso de A, un nio de 8 aos de edad que estudia el
segundo ao de primaria. El motivo de consulta de acuerdo a la madre es que se encuentra
acelerado y es un nio que en vez de caerte bien te cae mal. La evaluacin incluy entrevistas con
la madre, el nio y el juego diagnstico. Para A hacer las cosas ms rpido es mejor. A se queja de
que su padre nunca tiene tiempo de jugar con l. En el consultorio su juego es brusco y agresivo,
desestructurado y sin lgica, rechaza las intervenciones del terapeuta y no acata normas ni lmites. Por
los criterios observados e informados la impresin diagnostica obtenida se relaciona con el trastorno
negativista desafiante. En el trabajo teraputico primeramente se marcaron lmites, se programaron
entrevistas de orientacin con la madre. En el consultorio se comenz con actividades en las cuales se
le sealaba al nio que no estaba siguiendo las reglas en el juego, sobretodo cuando el juego
implicaba la competencia y deba resultar ganador, esto con el fin de fomentar la regulacin de su
propia conducta y ayudarle a comprender las consecuencias de sus actos. Este proceso facilit el
trabajo de sus propias emociones, el trabajo con la bsqueda de solucin de problemas y el
entrenamiento de habilidades sociales. A actualmente muestra una mayor tranquilidad y ha adquirido
la habilidad de identificar y expresar emociones de manera adecuada, reflejndose en su conducta en
la relacin con sus padres y sus iguales.
E-mail: choms322@hotmail.com
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Tabagistas que tentam mudar comportamento aditivo tm uma alta possibilidade de no ter
sucesso, tornando-se necessrio estudar variveis relacionadas a isto. Neste artigo, estuda-se fatores
de mudana preditivos em duas formas de interveno: cognitivo-comportamental grupal (grupo
experimental, GE) e abordagem de interveno mnima intensiva (grupo controle, GC). Os
instrumentos utilizados foram: questionrio scio-demogrfico, Escala de avaliao da mudana da
Universidade do Rhode Island (University of Rhode Island Change Assessment Scale, URICA-24;
Szupszynski e Oliveira, 2008) adaptado por Oliveira, Ludwig, Moraes, Rodrigues e Fernandes (2009),
"Test do Fagerstrm para a dependncia nicotina" (Fagerstrm Test for Nicotine Dependence,
FTND; Carmo e Pueyo, 2002), "Entrevista breve para diagnstico de transtornos mentais/ MINI
(Mini-International Neuropsychiatric Interview, MINI; Amorin, 2000; Sheehan e Lecrubier, 1998) e
rgua de prontido para mudana. Participaram 140 pacientes, 70 no GE (64,28% mulheres, entre 24 e
73 anos) e 70 no GC (65,71 % mulheres, entre 20 e 70 anos). Para o GC realizou-se encontro com
durao de uma hora para aplicao dos questionrios. O GE recebeu interveno psicoterpica de
oito encontros semanais, e apresentou 12,09 (p< 0,0001) mais chances de estar abstinente aos 90 dias
ps - tratamento em relao ao controle. O grupo com 12 anos de estudo ou mais teve 4,21 (p= 0,015)
mais chances de ter sucesso no tratamento em relao a quem estudou de 5 a 8 anos. Pacientes que
fumavam 20 ou mais cigarros, quando comparados aos que fumavam at 19 por dia, apresentavam
85% de chances a menos de estar sem fumar aos 90 dias. Os que buscaram atendimento
voluntariamente tiveram 73% chances a menos de estar abstinente 90 dias ps - tratamento. Os
resultados reforam a importncia do tratamento baseado na TCC permitindo inferir a relevncia do
apoio social na motivao e na cessao.
E-mail: marthaludwig@hotmail.com
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tendencia hacia una afectividad lbil e inestable, con propensin hacia un bajo repertorio conductual
emptico y una vinculacin ms bien inmadura (signos clnicos de Rorschach disminuidos p< 0,05);
con intentos por lograr un adecuado control de los impulsos, pero surge el sobrecontrol y la rigidez
emocional (signos clnicos de Rorschach aumentados p< 0,05). En conclusin, las caractersticas de
las madres de nios con D.A. podran empobrecer el desarrollo emocional del nio y dada la
hiperreactividad de los sistemas nervioso central e inmune propias del infante con D.A., potenciar o
exacerbar, eventualmente, la sintomatologa. Se proponen talleres para las madres orientados hacia la
promocin de un vnculo seguro.
E-mail: paola.ag@gmail.com
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realidad, estos sistemas se han ido consolidando a travs de sus primeras experiencias relacionales y
son expuestos mediante sus patrones narrativos y metafricos. Las cogniciones y emociones
experimentadas por las madres al momento de conocer el diagnstico de su nio se clasificaron en
primarias (reaccin inmediata) y secundarias (cuando se inicia la etapa de aceptacin), de manera que
inicialmente experimentan emociones de rechazo, inhibicin y desconcierto y pensamientos de
desorientacin, incapacidad, negacin e ineficacia, que posteriormente se replantean para dar paso a
sentimientos y pensamientos de adaptacin, aceptacin y afrontamiento. Estas dimensiones internas
median la interaccin afectiva que la madre establece con su hijo.
E-mail: linitae.g0408@hotmail.com
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el 26% mujeres, entre 35 y 75 aos. Se aplicaron la Escala de depresin del centro de estudios
epidemiolgicos (The Center for Epidemiologic Studies Depression Scale, CES-D; Radloff, 1977), el
Inventario de ansiedad de Beck (Beck Anxiety Inventory, BAI; Beck, Brown, Epstein y Steer, 1988),
el Inventario de depresin de Beck II (Beck Depression Inventory, BDI-II; Beck, Steer y Brown,
1996), el Inventario de ansiedad estado-rasgo (State-Trait Anxiety Inventory, STAI; Spielberger,
Gorsuch y Lushene, 1970) y el Inventario de expresin de ira estado-rasgo II (State-Trait Anger
Expression Inventory II, STAXI-II; Spielberger, 2005). Los resultados indican que hubo diferencias
estadsticamente significativas entre los grupos (p0,001). Los pacientes del grupo control
presentaron mayores niveles de ansiedad (20%) en el momento de la intervencin quirrgica que los
del grupo experimental (10%). Los pacientes con mayores puntuaciones en ansiedad, ira y depresin
en el pretest y que no recibieron la intervencin psicolgica presentaron mayor tiempo de estancia
hospitalaria (5,4 das) y mayor dificultad para la recuperacin, expresada en mayores quejas
somticas, mayor resistencia a incorporarse a la vida laboral y mayores temores frente a la
recuperacin. Los resultados sugieren la pertinencia de la intervencin psicolgica y el efecto del
estado de nimo sobre la recuperacin de los pacientes sometidos a ciruga coronaria.
E-mail: sonia.gelvez@correo.upbbga.edu.co
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que las mujeres histerectomizadas con menor edad presentan mejor recuperacin en comparacin con
mujeres mayores, esto a su vez en consecuencia del tipo de ciruga donde se evidencia que la
histerectoma abdominal presenta menor complicacin por ser realizada a mujeres jvenes. Asimismo
el nivel educativo mostr relacin con los niveles de recuperacin, siendo mayor en las mujeres con
estudios superiores. En la misma lnea se encontraron diferencias en funcin del estado civil, siendo
percibida una mayor calidad de vida en las mujeres que tienen pareja y perciben apoyo social de su
grupo primario de apoyo. Los resultados muestran que en cuanto a la calidad de vida las dimensiones
ms comprometidas fueron el dolor corporal y la salud mental del SF-36 y el deseo sexual y el
orgasmo del IFSF, lo cual permite indicar que la afectacin a nivel de la calidad de vida y la
satisfaccin sexual aparecen ms en el plano de la percepcin emocional y el deseo sexual, lo cual
confirma la importancia de la educacin en salud para desmitificar la percepcin acerca de la
satisfaccin sexual en mujeres despus de procedimientos como la histerectoma.
E-mail: caritos96@hotmail.com
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estudio fue identificar las diferencias en el consumo de tabaco en funcin de la edad, el sexo y el pas
de origen de los adolescentes centroamericanos. Las preguntas se obtuvieron de la ltima Encuesta
mundial de tabaquismo juvenil aplicada en cada pas de Centroamrica. Los adolescentes
centroamericanos presentan patrones similares a los mundiales, fumando ms los hombres que las
mujeres y, registrndose una escalada en el nmero de das que fuman a partir de los 12 aos. Sin
embargo, hay diferencias en los patrones de consumo: Honduras y Nicaragua registran el mayor
porcentaje de jvenes que han probado cigarrillos (47% y 45%), mientras que Panam registra el
menor porcentaje (26,6%). En Belize y Panam esta conducta se inicia ms tempranamente que en
Honduras y Nicaragua, cuyo inicio es el ms tardo de la regin. La edad de prueba ha ido
descendiendo, aumentando el nmero de jvenes (menores de 11 aos) que presentan esta conducta.
Costa Rica y Nicaragua presentan el mayor nivel de consumo y Guatemala el menor. La mayor
necesidad de fumar por la maana evidencia del inicio de una adiccin y se acenta en Nicaragua,
sobretodo en los varones. Estos resultados indican que, a pesar de compartir una misma regin
geogrfica, los adolescentes centroamericanos difieren significativamente en los patrones de consumo
de cigarrillos. A partir de estos hallazgos, se constata y se discute la importancia de las diferencias del
contexto en la construccin de polticas pblicas, orientadas a la prevencin en el consumo de tabaco,
sobretodo en poblaciones vulnerables, como este grupo etreo.
E-mail: malfarosifontes@yahoo.com
Jennifer Lira Mandujano, Mara Rosales Garca, Cecilia Salas Gonzlez, Pedro Moreno Urbina,
Sandra Guilln Snchez, Ana Teresa Espino y Sosa y Leticia Garca Valenzuela
Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo (Mxico)
El tabaquismo es un problema de salud pblica que est asociado con enfermedades crnico
degenerativas, irreversibles, incapacitantes y letales. Existe evidencia de que el 26,4% de las personas
entre 12 y 65 aos de la poblacin urbana de Mxico y el 14,3% de la poblacin rural fuman. En
diferentes investigaciones se ha demostrado que las tcnicas cognitivo conductuales para dejar de
fumar son ms eficaces que las terapias sustitutivas como la goma de mascar, los parches o los
inhaladores con nicotina. Otros autores sealan que la combinacin de una intervencin psicolgica
con alguna terapia farmacolgica incrementa la probabilidad de xito para dejar de fumar, sin
embargo, los resultados no son concluyentes. El presente trabajo tiene como propsito presentar los
resultados preliminares de un ensayo clnico en el que se evala la eficacia de un modelo de
intervencin breve cognitivo conductual dirigido a fumadores (PIBMF) solo y combinado con
vareniclina. Participaron 30 fumadores, con edades de 19 a 60 aos (M= 38,6; DT= 19,3). Los
participantes fueron asignados aleatoriamente a una de tres condiciones experimentales: 1) aplicacin
del programa de intervencin breve motivacional para fumadores (PIBMF), 2) aplicacin del PIBMF
combinado con vareniclina, y 3) vareniclina. El patrn de consumo, el nivel de ansiedad, el nivel de
depresin y el nivel de disposicin al cambio se obtuvieron antes, durante el tratamiento y a los seis
meses se seguimiento. Los resultados obtenidos en las diferentes fases de la investigacin muestran
que al final del tratamiento existieron diferencias significativas en el patrn de consumo entre el
PIBMF combinado con vareniclina con respecto a los grupos en el que se emple slo vareniclina y el
grupo en el que se aplic el PIBMF. Sin embargo dichas diferencias ya no fueron significativas en el
seguimiento a los seis meses.
E-mail: liramandujano@msn.com
La adolescencia es una etapa crtica donde gran cantidad de jvenes inician el consumo de
cigarrillos. Lograr determinar predictores significativos que contribuyen a este inicio temprano es una
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de las principales tareas de los profesionales de la salud. El objetivo de este trabajo es examinar los
predictores del consumo adolescente de cigarrillos en cada uno de los 7 pases de la regin
Centroamericana (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Belize, Costa Rica y Panam) y
hacer una comparacin de estos predictores por pas. Se utilizaron las bases de la Encuesta mundial
de tabaquismo juvenil, aplicada en cada uno de los aos correspondientes a dichos pases. Los
principales hallazgos indican que el acceso a los cigarrillos (facilitar su compra a pesar de ser menores
de edad y tener fuentes disponibles a cigarros) es el predictor ms importante que determina los das y
la cantidad de cigarrillos consumida por los jvenes en seis de estos pases (p< 0,03 mnimo). Para el
consumo futuro (a 1 y 5 aos plazo) los predictores principales fueron el acceso y tener amistades que
fuman pero, sobretodo, que ofrecen. El sexo y la edad resultaron significativos, excepto en Honduras.
Ser hombre y de ms edad son predictores del consumo actual en cuatro pases; tener menos edad es
un predictor del consumo futuro (a 5 aos) en tres de ellos. Estos hallazgos muestran semejanzas en
los predictores para los pases centroamericanos y sealan la necesidad de crear programas
preventivos y polticas de salud pblica focalizadas en estos aspectos claves.
E-mail: mlizano@uc.cl, marcelizano@yahoo.com
Mara Rosales Garca, Jennifer Lira Mandujano, Guadalupe Nallely Salgado Serrano, Leticia
Berenice Mora Yez, Pedro Moreno Urbina, Sandra Guilln Snchez, Cecilia Salas Gonzlez y
Ana Teresa Espino y Sosa
Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo (Mxico)
El consumo tabaco es un grave problema de salud pblica. Se han generado diversos tipos de
intervenciones farmacolgicas y psicolgicas, sin embargo, no todas han sido eficaces debido a la
presencia de mltiples factores que favorecen la dependencia. Se ha sugerido que la impulsividad es
un factor importante en el consumo y mantenimiento de diferentes adicciones (Ros, 2008), sin
embargo, hay pocos estudios realizados en tabaquismo. El objetivo del presente trabajo fue establecer
si existe impulsividad en personas con diferentes niveles de dependencia al tabaco. Se evalu a 20
fumadores de ambos sexos, entre 18 y 65 aos (M= 38,6; DT= 16,3). Para evaluar la dependencia al
tabaco se utiliz el Test de Fagerstrm de dependencia a la nicotina (Fagerstrm Test for Nicotine
Dependence, FTND; Fagerstrm, 1991), el Cuestionario breve de confianza situacional (Ayala,
1998) y la Escala de disposicin al cambio (SOCRATES; Miller y Tonigan, 1996 validada por
Cuevas, Luna, Vital y Lira, 2005). Para evaluar la impulsividad se aplic el Test del trazo (Trail
Making Test, TMT; Jarvis y Barth, 1994), la Figura de Rey (Rey, 1987), el Test de clasificacin de
tarjetas del Wisconsin (Wisconsin Card Sorting Test, WCST; Heaton, Chelune, Talley, Kay y
Curtiss, 2001) y la Escala de impulsividad de Barratt (Barratt Impulsiveness Scale, BIS; Barrat,
1995). Se encontraron diferencias significativas entre el grupo de dependencia baja y el de
dependencia alta en la Escala de impulsividad de Barratt (1995), en el nmero de errores y el tiempo
de realizacin del TMT, el nmero de categoras realizadas y perseveraciones en el Wisconsin.
Determinar si la impulsividad es un factor asociado a diferentes niveles de dependencia a la nicotina
es de gran relevancia para que los programas de intervencin incluyan tcnicas personalizadas de
control de impulsos que mejoren las tasas de abstinencia a largo plazo.
E-mail: marynpsic@yahoo.com.mx
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scores in patients in comparison to controls. Anxiety-sensitivity indexes were also significant between
groups and predicted chronic pain. No significant alterations in ACR were found in chronic pain
participants. Cortisol secretion across the day was found to be significantly lower in the pain
participants (p< .03). Further analysis showed similar pattern of low cortisol secretion in the patients
group, which may suggest an allostatic load of the HPAA due to a long-term exposure to stress. The
results showed similar cortisol patterns as those occurring in fibromyalgia pain, highlighting the
importance of further research to investigate specific differences between different types of chronic
pain.
E-mail: leonardo.silva@pucrs.br
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Alegre (Brasil). Os instrumentos utilizados para a coleta foram: Ficha de dados sociodemograficos e
situao clinica; Instrumento de avaliao da qualidade de vida (World Health Organization
Quality of Life, WHOQOL-HIV Bref; OMS 2002); Questionrio para a avaliao da adeso ao
tratamento antiretroviral (Cuestionario para la evaluacin de la adhesin al tratamiento
antiretroviral, CEAT-VIH; Remor, Moskovics y Preussler, 2007); Inventrio de depresso do Beck
(Beck Depression Inventory, BDI; Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979) e Escala de suporte social para
pessoas vivendo com HIV/aids (Seidl y Trccoli, 2006). Os resultados apontaram que os
participantes apresentam nvel de depresso leve. Em relao ao suporte social foi observado que a
maior mdia foi no fator 1- suporte social emocional. Em relao ao grau de adeso, os participantes
apresentaram 47,6% baixa/insuficiente, 31,7% boa/adequada e 20,6% estrita. O domnio fsico,
psicolgico, de relaes sociais e de meio ambiente tiveram e correlao altamente significativa em
relao adeso. O suporte social emocional e instrumental apresentaram correlao altamente
significativa em relao adeso. A partir dos dados obtidos nesta pesquisa pode-se inferir que o
suporte social protetor para a adeso ao tratamento de pessoas que vivem com HIV/aids. Alm
disso, este aspecto torna-se destaque em proposta de modelo de interveno voltado para esta
populao.
E-mail: grazygio@hotmail.com
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Margareth da Silva Oliveira, Sabrina Rusch, Juliana Pureza, Renata Ramos e Marcia Monteiro
Pontifcia Universidade Catlica do Rio Grande do Sul (Brasil)
No servio da clnica-escola da Pontifcia Universidade Catlica do Rio Grande do Sul (Brasil)
implantou-se um programa voltado para desenvolver habilidades interpessoais populao
acadmica. A interveno foi conduzida em 10 sesses, incluindo avaliao inicial e reavaliao.
Estes encontros tinham periodicidade semanal e durao de 120 minutos. Em cada encontro, um tema
relativo s habilidades sociais era abordado, fazendo com que os participantes aprendessem a
desenvolver cada aspecto relativo s habilidades sociais, de modo a melhorar seu desempenho
interpessoal, social e acadmico. Os grupos foram realizados com medidas antes e depois da
interveno. Os instrumentos empregados foram: o Questionrio de ansiedade social para adultos
(Cuestionario de ansiedad social para adultos, CASO-A30; Caballo, Salazar, Irurtia, Arias y Equipo
de Investigacin CISO-A, 2008), Inventrio de ansiedade do Beck (Beck Anxiety Inventory, BAI;
Beck, Brown, Epstein y Steer, 1988), Inventrio de depresso do Beck II (Beck Depression
Inventory, BDI-II; Beck, Steer y Brown, 1996) e Escala de ansiedade social de Liebowitz
(Liebowitz Social Anxiety Scale, LSAS; Liebowitz, 1987). Participaram deste programa 22 estudantes
universitrios de diversos cursos (73% mulheres), a mdia de idade foi de 27,05 (minima 17 anos e
mximo 50 anos), estudando entre o quarto e o ltimo semestre de graduao. Os resultados do
programa demonstraram mudanas importantes nas pontuaes dos instrumentos, houve diminuio
no CASO-A30 a mdia da pontuao antes foi 104,23 e depois da interveno foi de 83,75, na escala
Leibowitz a mdia foi de 69,09 e na reavaliao foi de 47,25 no BDI-II foi 15,86 e na reavaliaao foi
de 8,50, no BAI a mdia foi de 17,64 e na reavaliaao foi de 10,88. A participao no programa pode
possibilitar maiores habilidades sociais aos participantes, e, conseqentemente, chances de em
mudanas no seu desempenho social, e, quem sabe, acadmico.
E-mail: marga@pucrs.br
Ao longo dos anos tem-se observado junto aos trabalhadores da rea da sade a necessidade de
interferir na problemtica vivenciada pela equipe multiprofissional no que diz respeito aos
relacionamentos interpessoais, quer seja com os colegas ou mesmo com os prprios pacientes. A
partir desta necessidade buscou-se parceria de uma Unidade Bsica de Sade de Maring-PR (Brasil),
junto a profissionais e alunos de psicologia que propuseram desenvolver grupos de apoio as equipes
de enfermeiros, auxiliares de enfermagem e agentes comunitrios de sade. Os objetivos do trabalho
realizado com as referidas equipes foram: abordar temas relevantes e conflitantes pertinentes a
realidade dos profissionais, tais como: trabalho, motivao, assertividade, sensibilizao,
autoconhecimento; promover uma maior interao entre as equipes; contribuir para o crescimento
pessoal; incentivar o trabalho em equipe; conhecer atravs de dilogos a realidade e as dificuldades
dos profissionais no dia-a-dia do atendimento a populao. Foram realizados 16 encontros com cada
equipe, tendo a participao de um psiclogo formado e um grupo de alunos do quarto ano do curso
de psicologia. Nesses encontros foram abordados temas que visam o desenvolvimento humano, pois o
ser humano biopsicossocial, e acredita-se que se atingida uma pequena parte desse todo, o restante
ir alterar-se tambm. Para atingir o objetivo proposto, foram desenvolvidas atividades nas quais se
utilizaram algumas tcnicas de dinmicas de grupo, recursos udio- visuais (filmes) e artsticos
(atividades artesanais) para que assim fossem trabalhados diferentes aspectos. Cada encontro possua
91
a sua temtica prpria que contribua para o objetivo. O resultado obtido foi satisfatrio, promovendo
mudanas que se integravam tanto na vida pessoal como na profissional. Esta conquista foi gradativa,
j que o processo de mudana e crescimento pessoal foi paulatino, ocasionando ainda margem para
outras mudanas internas. Alm disso, com este trabalho observou-se nitidamente uma melhora na
integrao entre os profissionais.
E-mail: karenszu@yahoo.com.br
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informa sobrecarga intensa. Las estrategias de afrontamiento ms utilizadas por los cuidadores son:
evitacin, utilizacin de alcohol y drogas, conversacin con amigos y colusin. Se analizan
correlaciones entre las estrategias de afrontamiento y las subescalas de sobrecarga, encontrndose
correlaciones significativas entre resignacin y sobrecarga (r= 0,596; p 0,001) y evitacin y
sobrecarga (r= 0,527; p 0,001). En conclusin, existen similitudes en la utilizacin de determinadas
estrategias de afrontamiento por parte de los cuidadores de pacientes con esquizofrenia de pases
desarrollados y aquellos en vas de desarrollo. Esto ltimo, a pesar de las limitaciones de recursos
econmicos, sanitarios y comunitarios que se presentan en Chile. Futuras intervenciones debern
fomentar el uso de estrategias ms adaptativas que logren potenciar la relacin cuidador-paciente y de
esta forma mejorar los niveles de calidad de vida.
E-mail: acaqueo@uta.cl
EL ABORDAJE FAMILIAR DEL PACIENTE CON TRASTORNO MENTAL A TRAVS DEL MODELO DE
PSICOTERAPIA RELACIONAL
M Altagracia Santoyo Medina, Rubn Bucio Ramos, Eunice Figueroa Hernndez y Martha del
Carmen Barajas Barragn
Secretara de Salud del Estado de Michoacn (Mxico)
Selvini (2004) plantea que la gnesis de las perturbaciones mentales graves es multifactorial
(biolgica, familiar y social). El modelo de psicoterapia relacional ha sido considerado como
propuesta de intervencin en el campo de la salud mental. Los objetivos de este trabajo fueron evaluar
la eficacia del modelo de psicoterapia familiar relacional en el proceso de rehabilitacin del paciente
con trastorno mental; identificar la estructura y dinmica familiar; y detectar pautas de
comportamiento comunes en las familias. La metodologa fue longitudinal descriptiva con un enfoque
cualitativo. Participaron ocho familias con un integrante con trastorno mental (p. ej., esquizofrenia,
trastorno mental orgnico y del comportamiento secundario a disfuncin cerebral, con trastorno
mental y del comportamiento debido al uso de mltiples drogas y de otras sustancias psicoactivas),
que acuden al departamento de hospital parcial del hospital psiquitrico Dr. Jos Torres Orozco, en
Morelia (Mxico). Se llevaron a cabo 12 sesiones con cada familia. Los resultados muestran que son
familias rgidas, predomina la violencia encubierta, son hostiles y al mismo tiempo sobreprotectoras,
no permiten la individuacin de sus integrantes, negadoras del conflicto con distorsiones significativas
de comunicacin (doble vnculo). El paciente identificado ocupa la centralidad en el sistema familiar.
Las manifestaciones de depresin, ansiedad, baja autoestima y psicosomticas, estn presentes. La
conciencia de enfermedad es prcticamente nula, en la mayora de las familias existe el antecedente
de problemas neurolgicos y/o psiquitricos y adicciones a sustancias psicoactivas. Predomina la
ausencia del padre (por muerte, abandono o distancia afectiva) y un sobreinvolucramiento con la
madre. El modelo de psicoterapia familiar resulta til como parte de la instrumentacin social. La
realidad presentada por las familias respecto a la enfermedad del paciente identificado se vio
transformada en un problema relacional, permitiendo con ello iniciar la autonoma de sus integrantes.
E-mail: asantoyom@hotmail.com
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18 aos (M= 15,6; DT= 1,2), de un colegio pblico de Bogot (Colombia). Los dos tipos de
motivacin fueron evaluados mediante el Cuestionario de autorregulacin para el tratamiento
(Treatment Self Regulation Questionnaire, TSRQ; Ryan y Connell, 1989). Los resultados de esta
intervencin piloto muestran que la motivacin autnoma no tuvo cambios estadsticamente
significativos despus de la intervencin, mientras que la motivacin controlada si los present y de
manera significativa (z= -2,07, p< 0,05), sugiriendo que la intervencin promovi este tipo de
regulacin hacia el consumo moderado, expresada en trminos de controles externos, tales como, las
influencias normativas sobre el consumo de alcohol y la aprobacin social que proviene del consumo
moderado. Por lo tanto, la EM es una tcnica promisoria para la intervencin con adolescentes
colombianos al relacionarse con los tipos de motivacin planteados por la teora de la
autodeterminacin (Ryan y Deci, 2000), especficamente con las regulaciones externas. Estos
resultados preliminares son la base de estudios cuasiexperimentales en curso que permitirn sustentar
que la EM tiene efectos cuantificables sobre los diversos tipos de motivacin. Es importante que a
futuro se consideren las diferencias individuales, el gnero y la edad con respecto a los estilos de
motivacin (controlado vs. autnomo) en una muestra mayor.
E-mail: carolcastellanos@gmail.com
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esta investigacin se utiliz una ficha de datos generales para conocer las caractersticas generales del
consumo de las personas encuestadas y el Inventario situacional de consumo de alcohol (ISCA;
Annis, 1982) para medir las categoras de situaciones personales y situaciones con otros. Estos
instrumentos fueron aplicados a 406 adolescentes entre 12 y 17 aos 59.6% hombres, 30.4% mujeres)
pertenecientes a los estratos socioeconmicos 4 y 5, en cinco localidades de la divisin administrativa
de Bogot. Se encontr que las situaciones personales se establecan como factores de mayor riesgo
para los adolescentes que aquellas que implicaban una interaccin con otros, los iguales son las
personas con quien ms consumen alcohol y el sitio donde se renen son las casas de los amigos y la
bebida preferida es la cerveza. Estos escolares inician el consumo desde los 11 aos. Como
conclusin, es preocupante el consumo de alcohol en los estudiantes escolares sobre todo teniendo en
cuenta que son menores de edad y conociendo las consecuencias que trae a nivel fisiolgico, social y
personal el consumo a tempranas edades.
E-mail: lmunoz@javeriana.edu.co
Liliana Muoz Ortega, Lucia Carolina Barbosa Ramrez, Margaret Mndez, Mnica Mara Novoa
Gmez, Gloria del Pilar Cardona Gmez, Luisa Fernanda Ruiz Eslava, Jorge Hernn Botero Castro,
Jairo Enrique Hernndez Rodrguez y Julin Octavio Chaparro Romero
Pontificia Universidad Javeriana, Bogot; Secretaria Distrital de Salud;
Universidad La Salle (Colombia)
La presente ponencia presentar una sistematizacin de las reflexiones desarrolladas a partir del
trabajo realizado en la lnea de investigacin de psicologa y salud de la Facultad de Psicologa de la
Universidad Javeriana (Bogot, Colombia), en la que se sistematizarn las lecciones aprendidas de
tres investigaciones realizadas con jvenes universitarios (dos finalizadas y una en curso) buscando
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VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO
Gloria Margarita Gurrola Pea, Patricia Balczar Nava, Martha Patricia Bonilla Muoz
y Rosario Arellano Flores
Universidad Autnoma del Estado de Mxico
La violencia durante el noviazgo a pesar de que representa un importante riesgo para los
adolescentes y un atentado contra los derechos humanos, no se encuentra tipificada como delito y es
muy reciente su reconocimiento como un problema social que afecta a los adolescentes. El presente
estudio tuvo como objetivo explorar las caractersticas de la violencia relacional en el noviazgo.
Participaron en el estudio 400 parejas de estudiantes preuniversitarios quienes tienen como mnimo
seis meses de relacin y que no viven juntos, cuyas edades se encuentran comprendidas entre 16 y 20
aos. Se utiliz la Escala de evaluacin de la violencia en el noviazgo (EEVN) diseada y validada
por los autores, la cual mide tipo de violencia, direccionalidad y repercusiones de la misma.
Adicionalmente consta de 14 tems que exploran los actos de violencia fsica. Los resultados indican
que el 100% de las parejas ha vivido violencia en su relacin. El mayor porcentaje de incidencia se
refiere a la violencia emocional mientras que los ms bajos corresponden a la violencia econmica.
Cabe resaltar que los intentos de violencia tambin presentan porcentajes muy significativos. En
cuanto a la violencia fsica, los mayores porcentajes corresponden a jalones de brazo y bofetadas
mientras que los menores se refieren a golpes con el puo y palizas severas. En cuanto a cmo se
perciben los participantes en la relacin se observan porcentajes muy similares en cuanto a las
personas que se ven como vctimas y los que se ven como perpetradores de la violencia. Se concluye
que la violencia en el noviazgo se ha tornado en un grave problema relacional que por su carcter
psicolgico y simtrico ha pasado desapercibido.
E-mail: mgurrolaunid@hotmail.com
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Mara Nieves Gonzlez Valles, Mara Elena Vidaa Gaytn, Alberto Castro Valles, Patricia Vzquez
Ramrez y Sara Lidia Prez Ruvalcaba
Universidad Autnoma de Ciudad Jurez y Universidad de Colima (Mxico)
El objetivo de la investigacin fue la identificacin de las fuentes generadoras de estrs, la
sintomatologa asociada y las estrategias de afrontamiento del estrs ms utilizadas por los estudiantes
universitarios. La muestra se form con 1463 alumnos (57% mujeres), entre 17 y 50 aos (M= 21;
DT= 3,9), de la Universidad Autnoma de Ciudad Jurez (Mxico). Se aplic el Cuestionario de
fuentes, sntomas y estrategias de afrontamiento al estrs (FUSIES; Prez-Ruvalcaba, Crdenas y
Solorio, 2007). La consistencia interna (alfa de Cronbach) se estim por reas y los valores oscilaron
entre 0,56 y 0,91. El alfa total fue de 0,95. Los resultados indican que los alumnos experimentan con
frecuencia niveles elevados de estrs provenientes de fuentes relacionadas con el mbito acadmico,
laboral y del medio ambiente fsico. La sintomatologa presentada en el rea emocional como
consecuencia de dichos eventos estresantes se presenta en forma de preocupaciones, cansancio y
desesperacin. En la salud fsica se manifiestan como tensin en la espalda, cuello, hombros y dolores
de cabeza. Se identificaron sntomas fsico-conductuales como mover los pies, tronarse los dedos y
sudoracin, entre otros. En relacin a las estrategias de afrontamiento que utilizan, se identificaron
algunas que se pueden considerar con un alto grado de eficacia, ya que el alumno emplea mecanismos
dirigidos a la solucin del problema, tales como meditar, buscar la solucin, etc.; otras con un
mediano grado de eficacia donde no se enfrenta de manera directa a la problemtica y pareciera que lo
posterga o evade por un tiempo, tales como dormir, baarse y descansar, entre otros. Un menor
nmero de estrategias utilizadas se refieren a aquellas que pueden considerarse como desadaptativas y
el afrontamiento que el estudiante realiza tiene que ver con consumo de drogas, alcohol y prdida del
control de los impulsos, entre otros.
E-mail: mgonzale@uacj.mx
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Esta investigacin tuvo como propsito analizar cules son las situaciones consideradas ms
estresantes, los sntomas y las formas de afrontamiento, segn estas fueran auditivas, visuales o
kinestsicas, en un grupo de 284 estudiantes universitarios (189 de ltimo ao de pregrado y 95 de
postgrado), de los cuales 67,96% eran mujeres y el 32,04% eran varones, con una media de edad de
26 aos. Se les aplicaron las escalas Sitestres, Sintoestrs y Afrontaestrs diseadas por las
autoras de la investigacin y sometidas al estudio tcnico respectivo, aportando indicadores de
fiabilidad promedio de 0,83; 0,81 y 0,71, respectivamente. Los resultados mostraron que ambos
grupos de estudiantes fueron equivalentes en cuanto a las situaciones que les estresan (Mpre= 93,71
[DT= 14,44]; Mpost= 93,54 [DT= 14,11]). Sin embargo, los estudiantes de pregrado indicaron mayores
sntomas (Mpre= 121,45 [DT= 5,37]; Mpost= 10,15 [DT= 5,46]; t= 3,39, p<0,001) que los de postgrado
y utilizan ms estrategias de afrontamiento (Mpre= 16,04 [DT= 6,36]; Mpost= 14,48 [DT= 7,65]), las
cuales preferentemente son auditivas y visuales. Al analizar los estudiantes por sexo, se encontr que
los hombres y las mujeres fueron equivalentes en Sitestrs y Afrontaestrs, diferencindose en
Sintoestrs, siendo las mujeres quienes indicaron mayores sntomas. Al comparar las medias en el tipo
de estrategias utilizadas, se observ una tendencia en los hombres a hacer mayor uso de estrategias
kinestsicas, mientras las mujeres prefieren las visuales y auditivas. En la generacin de grupos
extremos con base en los datos de Sitestres, se observ que los sujetos con alto estrs tenan mayores
puntuaciones en Sintoestrs y Afrontaestrs, respecto a sus contrapartes. Estos datos apoyan que el
estrs tiene efectos negativos en la salud y deben desarrollarse programas de intervencin que ayuden
a los estudiantes al manejo del estrs, fortaleciendo las estrategias de afrontamiento preferidas por
ellos.
E-mail: mercedesmantilladegil@hotmail.com
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Sara Lidia Prez Ruvalcaba, Lourdes Galeana de la O., Csar Bustos y Claudia Leticia Yaez Velasco
Universidad de Colima (Mxico)
El dolor es producido por hiperestimulacin de vas nociceptivas con gran liberacin de
neuropptidos, neurotransmisores y prostaglandinas capaces de mantener estimulados nociceptores
perifricos y centrales, crear contracturas musculares reflejas, crculos viciosos y alteraciones
vasomotoras simpticas (Gonzlez de Meja, 2005). Es multidimensional, afecta la calidad de vida,
nos pone bajo estrs por falta de control y vulnerabilidad. Intervenciones psicosociales son
importantes en su tratamiento multimodal, donde tcnicas cognitivo-conductuales proporcionan
mejores resultados (Mir, 2003; Tatrow y Montgomery, 2006). La realidad virtual potencia la
capacidad de imaginacin (Difeede y Hoffman, 2002) y por sus resultados en el campo de la salud
parece adecuado investigar alternativas de autorregulacin del dolor con sta tcnica. Este trabajo
presenta un estudio preliminar sobre la utilidad de la realidad virtual para el manejo del dolor como
sntoma de estrs acadmico. A 18 estudiantes de licenciatura, con una media de edad de 23,1 aos,
con estrs acadmico, se entren en autorregulacin del estrs con relajacin, biofeedback, y
expresin emocional ante escenarios virtuales en el Laboratorio Realidad Virtual de la Universidad de
Colima (Mxico), con capacidad para 30 personas. Se hall que el 16,7% elimin el dolor evaluado
inicialmente con 4 en una escala Likert (1= nulo a 5= extremo) y el 27,7% lo redujo de 3 a 1. Esto es,
el 44,4% que autorregularon el dolor, durante el examen real, manejaron el dolor experimentado
(cuello, cabeza y estmago), permitiendo su concentracin y reduccin de la preocupacin por el paso
del tiempo (evento estresante pre-intervencin). Resultados que la prueba de Wilcoxon demuestra que
son estadsticamente significativos (p asinttica de 0,003). Se concluye que la realidad virtual permite
trasladar las sensaciones percibidas desde su inmersin hasta su realidad, aspecto que permite el
entrenamiento en autorregulacin del dolor como sntoma de estrs acadmico, en su modalidad
grupal.
E-mail: sallypr@ucol.mx
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Ariel Cesar Nuez Rojas, Sergio Tobn, Jonny E. Serna Nuez y Diana Arias Henao
Universidad de Manizales (Colombia)
Se expone una reflexin terica con fines de aplicacin en la prctica clnica, fundamentados en
Nuez y Tobn (2005) y Nuez, Tobn, Arias, Vinaccia y Fernndez (2007). Se plantea la necesidad
de una intervencin clnica articulada, tomando como referente el modelo procesual de salud mental
(MPSM). El MPSM implica un amplio pero riguroso esquema cientfico para comprender los
procesos de salud y el cambio logrado, mediado por la intervencin clnica articulada, en la cual cointervienen aspectos cognitivos-afectivos, comportamentales y bioculturales en distintos frentes y
niveles. El MPSM busca un carcter terico, epistemolgico y metodolgico que soporte una labor
profesional cientfica y coherente. De acuerdo con lo anterior, los componentes esenciales de una
intervencin clnica articulada tendran los siguientes criterios: 1) un modelo terico de articulacin,
el cual el MPSM, 2) epistemologa en perspectiva compleja, 3) una estructura transdiciplinaria, 4)
mecanismos de diagnstico como ejes dinmicos de la auto-organizacin que implican la
participacin activa de la persona o comunidad en los procesos de cambio, 5) tcnicas de intervencin
e instrumentos de evaluacin diferencialmente pertinentes, y 6) competencias del interventor
psicolgico que evidencien una comprensin sistmica pero diferenciada de la relacin psicologa y
procesos de salud y enfermedad.
E-mail: arielnunez@umanizales.edu.co, arielnunezrojas@gmail.com
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Sandra Leal Calais, rika Ptaro Marsola y Maria Mrcia Pereira Sartori
Universidade Estadual Paulista (Brasil)
Em profisses de risco, a possibilidade de ter de se lidar com situaes estressoras bem maior do
que para outras profisses, pois o trabalho geralmente envolve sofrimento de outras pessoas e a
atuao desses profissionais , muitas vezes, a garantia de vida do outro. Esta responsabilidade
associada s cenas dramticas enfrentadas pode lev-los a desenvolver respostas de stress, ansiedade,
stress postraumtico e depresso. O objetivo desse estudo foi fazer um levantamento dessas respostas
em um grupo de 20 homens, policiais militares bombeiros, no incio de sua carreira, com idade entre
22 e 32 anos, em uma cidade do Estado de So Paulo (Brasil), para se verificar se o tempo de
corporao concorre para a apresentao de sintomas desadaptativos. Foram acompanhados, durante
cinco anos, por meio de entrevista estruturada, aplicao da Escala de avaliao de sintomas de stress
postraumtico (Calais, 2002), Inventrio de sintomas de stress para adultos de Lipp (ISSL; Lipp,
2000), Inventrio de depresso de Beck (Beck Depression Inventory, BDI; Beck, Rush, Shaw y
Emery, 1979) verso em portugus da Cunha (2001) e Inventrio de ansiedade trao-estado (StateTrait Anxiety Inventory, STAI; Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1970). A aplicao foi realizada no
local de trabalho, dentro do turno de cada participante. Nos resultados, encontraram-se diferenas
estatsticas (p< 0,005) da escala de stress postraumtico com o ISSL e com o BDI e tambm do ISSL
com o BDI. Nas entrevistas surgiram os seguintes eventos de vida: casamento; nascimento do 1 ou 2
filho; aquisio de casa prpria; alteraes na renda familiar; morte/doena familiar; trabalhos extras;
divrcio; sada da casa paterna. Os estressores citados foram: rotina diria; qualidade do sono;
mudana de funo; contaminao no trabalho; atendimento a pessoas prximas. Novos estudos
longitudinais podem corroborar os achados deste trabalho e estimular intervenes preventivas para
garantir maior qualidade de vida aos profissionais que trabalham em servios de emergncia.
E-mail: scalais@fc.unesp.br
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Paulina Barrios, Juana Gonzlez, Mara Paz Gonzlez, Maritza Lizama, Jeannyra Ortiz,
Kevin Villegas y Denis Villegas
Universidad Pedro de Valdivia (Chile)
El objetivo de la investigacin fue identificar los factores sociodemogrficos y psicolgicos
relacionados con la presencia de acoso escolar (bullying) en adolescentes. Al hacer referencia a
situaciones violentas se debe considerar el amplio espectro de fenmenos sociales que se dan en
entornos escolares, como las llamadas pandillas, peleas en tiempos libres, acoso, ataques verbales, lo
que se configura bajo el nombre de bullying, trmino anglosajn que se traduce como violencia
entre iguales por abuso de poder (Olweus, 1993). Cuando se aborda el fenmeno, los autores sealan
que caractersticamente se presentan tres elementos esenciales: una vctima que es atacada por un
agresor o agresores, desigualdad de poder y que la accin agresiva debe ser repetitiva en el tiempo. La
muestra qued formada por 682 alumnos de los niveles 7 bsico a 4 medio, en un rango etreo de 12
a 18 aos (M= 13,99; DT= 1,60), pertenecientes a 21 establecimientos municipalizados, particulares
subvencionados y particulares de la comuna de Chilln (Chile). El instrumento de medicin utilizado
es la adaptacin para poblacin chilena de la Escala de agresin entre iguales para adolescentes
(Bullying, Figthing and Victimization, Bosworth y Espelage, 1995), que mostr adecuados ndices de
fiabilidad (alfa de Cronbach= 0,88). Se encontraron relaciones significativas entre la variable
presencia de acoso escolar y las variables socio demogrficas: gnero, curso, edad, estado civil del
apoderado y dinmica de interaccin familiar, forma de castigo utilizada por el apoderado y
aspiraciones a futuro. Con todo esto, se puede afirmar que existiran determinantes sociodemogrficos
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serie de vietas alusivas a una situacin tpica de maltrato entre iguales y se apoya en una entrevista
semi-estructurada clnica piagetiana. La muestra estuvo formada por 155 estudiantes de instituciones
educativas de la ciudad de Barranquilla, 101 nias y 54 nios, cuyas edades oscilaban entre los 7 y 17
aos (M= 12,2; DT= 3,2). Los resultados muestran que la comprensin de la situacin como acoso
escolar aparece claramente en los sujetos de 13 aos en adelante. En cuanto a los sentimientos
asociados a los actores del conflicto, los estudiantes identificaron para el caso de las vctimas,
culpabilidad y tristeza; en el caso de los agresores, felicidad y orgullo; y en el caso de los testigos, no
se les atribuyen sentimientos y son percibidos ms como espectadores pasivos carentes de
responsabilidad. En cuanto a las estrategias de solucin, los sujetos del estudio consideran que ser
asertivos y apoyarse en los adultos son mecanismos adecuados para solucionar este tipo de problemas,
sin considerar el apoyo entre iguales como una opcin de afrontamiento. De acuerdo con los
resultados encontrados es importante que las acciones dirigidas a solucionar este tipo de conflicto,
pongan especial nfasis en el reconocimiento de los testigos como actor clave para evitar o detener
situaciones de maltrato. Adicionalmente, es pertinente involucrar a toda la comunidad educativa en
pro de la no tolerancia a la agresin y a favor de la sana convivencia.
E-mail: ohoyos@uninorte.edu.co
Cristina Isabel Carmona Portocarrero, Javier Cely, Mabel Aydee Camacho Mndez, Martha
Echeverra, Nancy Gmez, Diana Judith Manrique, Ral Nemeguen, Carina Ordez, Sandra
Ordez, Catalina Rozo, William Sanabria y Ana Mara Silva Rosero
Universidad Manuela Beltrn (Colombia)
El objetivo del trabajo fue realizar un protocolo de intervencin cognitivo conductual para la
elaboracin del duelo en adultos colombianos. Se hizo con base en 10 historias clnicas con motivo de
consulta por prdida de pareja y cinco por muerte de un ser querido. La primera gua de atencin
teraputica fue evaluada por colegas expertos y, posteriormente, se inici la fase de aplicacin en
instituciones especializadas. Los resultados parciales han mostrado que: 1) la prdida desestructura la
identidad personal, 2) los filtros cognitivos prevalentes son falacia de cambio,
maximizacion/minimizacion y abstraccin selectiva; 3) las conductas caractersticas son: bsqueda
del ser amado, alianzas familiares, rediseo de rutinas y proyecto de vida, disminucin del
autocuidado, declarativas de los errores cometidos, evitacin de acciones que formalicen la ruptura; 4)
es necesario descartar comorbilidad con ansiedad, depresin y trastorno de personalidad por
dependencia; 5) en la formulacin debe tenerse en cuenta: la descripcin detallada de la relacin,
identificacin de estmulos discriminativos que aumentan el dolor, atribuciones frente al evento de la
prdida, autoeficacia percibida frente a la posibilidad de continuar la vida, indagar por la influencia de
imaginarios culturales asociados al deber ser de las relaciones interpersonales, revisar la historia de
aprendizaje asociada a la confrontacin de las prdidas, sistema de creencias alrededor de la
separacin, la muerte o la enfermedad; 6) en la intervencin es importante rescatar la empata
teraputica, la identificacin del sujeto perdido, la descongestin emocional y las guas deliberativas
sobre esquemas de segundo orden. Se concluye que es importante prestar atencin al lenguaje, pues
ste seala las atribuciones disfuncionales que debern ser intervenidas, especialmente a nivel
emocional (p. ej., la culpa, el miedo, los rtulos de incapacidad). Los esquemas de segundo orden,
principalmente motivacionales, asociados al sentido de vida deben ser contemplados como parte
fundamental del tratamiento.
E-mail: isabel.carmona@umb.edu.co cristinacarmona20019@gmail.com
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Hctor Burgos , Christian Cofr1, Nelson Ortiz1, Eyleen Pedreros1, Andrs Escrate1, Pamela Olgun1,
Jhenifel Schultze1, Jonathan Martnez1, Amparo Castillo2, Leire Cosgaya2, Alejandro Hernndez3,
Ral Riquelme4 y Luis Constandil3
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Universidad de Las Amricas; Universidad Autnoma de Chile; 3Universidad de Santiago de Chile;
4
Universidad de Chile
Modafinilo es un activador del sistema nervioso central. Se prescribe mdicamente para trastornos
de hipersomnia, narcolepsia, dficit cognitivos y de atencin. Existen resultados favorables en
procesos dependientes de la corteza frontal y control cognitivo, relacionados con desempeo de tareas
de corto plazo, ms que de largo plazo. Se utilizaron ratas Sprague Dawley a las que se administr
400mg/kg/18 das (i.p.) de modafinilo. Diferidamente, ocho ratas con modafinilo y ocho controles
fueron evaluadas en un programa de aprendizaje complejo en una caja Skinner. La rata desarroll una
secuencia de tareas encadenadas: operar una palanca omnidireccional que activa el encendido de una
luz; luego, debe presionar una barra que expende el pellets hacia un comedero. Paralelamente, ocho
ratas con modafinilo fueron evaluadas en el laberinto radial octogonal de Olton, segn protocolo que
discrimina memoria de corto (MCP) y largo plazo (MLP) vs. ocho ratas controles. En la caja de
Skinner se contabilizan los aciertos y nmero de respuestas totales. En el laberinto de Olton se
contabilizan los errores y el tiempo de recorrido en dos etapas: con 4 brazos cerrados por un mximo
de 5 minutos y con los 8 brazos abiertos totalizando 10 minutos en laberinto. Los resultados muestran
que las ratas con modafinilo disminuyen significativamente sus aciertos y nmero de respuestas
exploratorias respecto al control en la secuencia compleja de tareas en la caja de Skinner. No obstante,
en el laberinto de Olton disminuyen errores y tiempo de recorrido en MLP, especialmente en las
ltimas sesiones. Se discuten posibles sistemas neuromoduladores que pudieran explicar el efecto de
modafinilo en el deterioro del desempeo en aprendizaje de tareas complejas, contrariamente al
mejoramiento del desempeo visuoespacial de largo plazo, a considerar en temticas relacionadas al
uso de frmacos en salud mental.
E-mail: hburgos@uamericas.cl
Agradecimientos: Fondecyt 1070028; Escuela de Psicologa Universidad de Las Amricas, Santiago de Chile.
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cercana o no de las escuelas a predios agrcolas que utilizan plaguicidas. Los resultados indicaron con
un 95% de confianza que el nivel socioeconmico, la ubicacin geogrfica y la dependencia de la
escuela influyen en el aprendizaje de los estudiantes, sin embargo, si se controlan dichas variables, las
escuelas cercanas a predios agrcolas presentan rendimientos ms bajos en pruebas de comprensin
del medio. Adems se observ una relacin entre las comunas con escuelas cercanas a predios
agrcolas y estudiantes matriculados con discapacidad intelectual. Como conclusin, se plantea la
necesidad de indagar sobre la exposicin y los efectos de plaguicidas en los estudiantes rurales, con el
fin de generar acciones y polticas de intervencin atingentes a las comunidades que habitan.
E-mail: mtmunoz@ucm.cl
Carmen Paz Tapia Gutirrez, July Saavedra Muoz y Sandra Becerra Pea
Universidad Catlica de Temuco (Chile)
Este trabajo tuvo por objetivo comprender las habilidades sociales relevantes que favorecen el
aprendizaje y la convivencia escolar desde la perspectiva de los jvenes de la comuna de Temuco
(Chile). Con un diseo metodolgico basado en un enfoque descriptivo y cualitativo se utiliz la
tcnica de redes semnticas naturales, para evaluar el significado de las habilidades sociales por parte
de los sujetos de la investigacin. La muestra se form de modo intencionado con 108 estudiantes
(63% mujeres y 37% hombres), entre los 13 y 18 aos con un promedio de 15 aos de edad, de
educacin secundaria de dependencia municipal, subvencionada y particular. Los principales
resultados permiten reconocer que los adolescentes identifican cuatro categoras de habilidades
sociales: (i) habilidades conversacionales, como la expresin de ideas y la habilidad de escucha; (ii)
empticas y solidarias, que alude a las habilidades sociales para comprender y ayudar al otro; (iii) de
autoafirmacin, relativo a la defensa y respeto de derechos en s mismo y en los dems; y (iv)
habilidades para compartir, orientadas a las habilidades para hacer amigos y que promueven la sana
convivencia. Los resultados discutidos muestran que los jvenes revelan habilidades sociales en
coherencia con los requerimientos que se deben promover en los estudiantes del siglo XXI, estudios
internacionales refieren competencias de comunicacin y colaboracin, competencias ciudadanas, de
pensamiento crtico y solucin de problemas, entre otras, necesarias para tener xito tanto en la vida
personal como profesional (CCSSO, 2007). Por tanto, se deja en evidencia la relevancia de potenciar
en el aula las habilidades sociales sealadas por los adolescentes en pro de la salud mental individual
y de la sana convivencia en el contexto educativo.
E-mail: ctapia@uct.cl, hesaavedra@uct.cl
Nota: Este trabajo hace parte del Proyecto DIUCT N 2005-5-02 Un aporte a la gestin educativa en tiempos
de innovacin: significados e instrumentos de medicin en habilidades sociales, liderazgo y clima.
caractersticas del nio, sus intereses, motivaciones y los problemas sociales que presentan, la edad y
la situacin familiar, escolar y social. Las caractersticas que rene nuestro programa cognitivo
conductual, se centra en la enseanza de comportamientos motores como el contacto visual y la
conducta verbal, incluye componentes afectivos como la expresin de la clera o enojo, el amor y la
gratitud, y aspectos cognitivos como el seguimiento de instrucciones y autoinstrucciones positivas.
E-mail: emperatriztorres@hotmail.com
Cecilia Brahm
Grupo DBT Chile
Existen pocos tipos de pacientes psiquitricos ms difciles de tratar, y a la vez ms habituales en
hospitales y consultas, que los pacientes diagnosticados con trastorno lmite de la personalidad (TLP).
La Terapia dialctica conductual (Dialectical Behavior Therapy, DBT) desarrollada por la psicloga
norteamericana Marsha Linehan (1993) fue diseada en principio para tratar pacientes adultos
suicidas y parasuicidas con este trastorno. Dado sus buenos resultados, avalados en numerosas
investigaciones, se ampli el espectro adaptando el tratamiento para otros trastornos complejos y
difciles de tratar, como adolescentes suicidas y sus padres, los trastornos alimentarios, adicciones y
otros. Se expondrn los fundamentos de la DBT que integra elementos de la terapia cognitivoconductual, la filosofa dialctica y la prctica de mindfulness, as como algunas estrategias de
aceptacin radical y cambio para equilibrar las conductas polares de estos pacientes, sin invalidarlos y
fragilizarlos ms de lo que ya ha hecho la interaccin del medio con ellos. Se mostrar la forma de
realizar la terapia, que combina sesiones individuales, donde se trabajan las crisis, con sesiones
grupales en las cuales se ensean habilidades para modular los comportamientos. Se trabaja en los
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modulos grupales con ejercicios de mindfulness (conciencia plena, vivir el presente) y validacin,
como modular emociones, como ser eficaz en las relaciones interpersonales, formas de tolerar la
angustia y poder caminar entre dos polos opuestos dialcticos. En los mdulos grupales de los
adolescentes, uno de los padres participa en todas las sesiones como uno ms del grupo, slo el
adolescente va a terapia individual. Se presentarn las ltimas investigaciones publicadas acerca de la
eficacia de DBT, lo cual la constituye hoy como el gold standard para el manejo de los intentos de
suicidio crnicos.
E-mail: ceciliabrahm@gmail.com
Jimena Quijada
Grupo DBT Chile
El tratamiento de personas con dficit de regulacin emocional e intentos de suicidio crnicos (p.
ej., trastorno lmite de la personalidad) suele ser un desafo para todos quienes participan. La
experiencia clnica muestra la utilidad de los psicofrmacos en el manejo de algunas dimensiones
sintomticas. Sin embargo, el rol de la psicoterapia contina siendo central en lograr una modificacin
a largo plazo de los patrones conductuales. La evidencia disponible sugiere que la terapia conductual
dialctica tiene muy buenos resultados en la modificacin de las conductas suicidas, necesidad de
hospitalizaciones e intensidad sintomtica. Esta terapia basada en la teora biosocial de la
personalidad es realizada por un equipo coordinado de terapeutas: individual, terapeutas grupales y
farmacoterapeuta. La comprensin de los factores que desencadenan, refuerzan y mantienen en el
tiempo las conductas de riesgo, a travs de anlisis conductuales repetidos, es central en determinar
cmo manejar los factores ambientales, incluida la necesidad de hospitalizar y en qu condiciones.
Adicionalmente, estos pacientes tienden al pensamiento dicotmico y a la idealizacin/devaluacin, lo
que suele dificultar el trabajo del equipo al polarizar en terapeuta bueno/terapeuta malo. Las crisis
suicidas y las intensas emociones que estos pacientes sienten y provocan a su alrededor suelen
tambin ser fuente de desgaste en los equipos de tratamiento. Por esto la coterapia farmacolgica
requiere ser coordinada de acuerdo a la comprensin de cada caso, en una relacin cercana y
horizontal con los dems terapeutas. El manejo de estos aspectos suele ser difcil en el contexto
habitual de nuestros centros de salud, donde los roles de farmacoterapeuta y psicoterapeuta suelen
estar delimitados y las decisiones relacionadas con frmacos y hospitalizaciones suelen estar slo a
cargo de los psiquiatras. El trabajo en equipo sostenido en el tiempo con estos pacientes nos ha
permitido capitalizar una experiencia que consideramos enriquecedora en relacin a cmo manejar
estas cuestiones.
E-mail: jquijadap@yahoo.es
115
modo social de representarse al sujeto adicto. Es posible, entonces, que a partir de la judicializacin
del consumo de drogas, se fundamente un saber sobre el drogadicto y se justifiquen acciones
teraputicas que refuercen la intencin normativa y disciplinaria del control impuesto. Para abordar
esta problemtica, la ponencia presenta los principales resultados de un anlisis descriptivo de las
representaciones sociales que psiclogos insertos en programas de prevencin, tratamiento y
rehabilitacin portan sobre el consumo de drogas, el adicto y los tratamientos de drogas. Estos
resultados hacen referencia a una distincin de cuatro tipos distintos de consumidores de drogas, que
se corresponden a cuatro modos de intervencin. El anlisis de estas tipologas muestra cmo el
discurso psicolgico reproduce una lgica normativa que combina imperativos de control con
imperativos de cura. La experiencia clnica de ambos expositores con pacientes adictos, permite
reflexionar acerca de la construccin psicopatolgica de la adiccin, la cual responde a criterios que
se ajustan menos a un inters fenomenolgico del consumo de drogas que a lineamientos
administrativos y de control, produciendo un alineamiento entre el discurso y prcticas tcnicasprofesionales con las disposiciones polticas e ideolgicas.
E-mail: manuaros@gmail.com
116
situacin estudiada es sobre un adolescente consumidor de drogas. La muestra estuvo constituida por
138 chilenos (64 hombres y 74 mujeres) con una media de edad de 29,4 aos (DT= 12,7), quienes
juzgaron el grado de aceptabilidad de 64 escenarios propuestos. Los escenarios son el resultado de la
combinacin de 6 factores que la literatura considera importante: Especialista, Tipo de familia,
Intencin de realizar un tratamiento, Tipo de droga, Tiempo de consumo y Edad del
adolescente. Esta investigacin, esta basada en la teora funcional de la integracin de la informacin
de Anderson (1981), lo que permiti estudiar las interacciones entre estos factores. Mediante el
anlisis de varianza obtuvimos que todos los factores estudiados tuvieron un rol sobre el juicio de
aceptabilidad de la ruptura de la confidencialidad. Se concluye que la mayora de los participantes son
influenciados por los factores situacionales estudiados al momento de emitir su juicio de
aceptabilidad.
E-mail: colivari@ucm.cl
que les produce un tipo particular de estrs llamado sndrome de quemarse por el trabajo (sndrome de
burnout), descrito en la dcada del 70 (Freudenberger, 1975). Este sndrome se caracteriza por altos
niveles de despersonalizacin, agotamiento emocional y prdida de realizacin personal. El propsito
del estudio fue describir y comparar el sndrome de quemarse por el trabajo en profesores de colegios
privados y de liceos tcnicos de la regin metropolitana, Santiago de Chile. Se analizan los resultados
obtenidos por 114 profesores de enseanza bsica y media (primaria y secundaria). De los
participantes, un total de 60 pertenecen a liceos de educacin tcnica-comercial y 54 de ellos
pertenecen a establecimientos educativos privados de educacin cientfico-humanista. En cuanto a la
distribucin por sexo 51 (44%) son varones y 63 (56%) son mujeres. En cuanto a la edad, la media fue
de 41,7 aos y la desviacin tpica de 5,049 (mximo, 62 aos y mnimo, 25 aos). En ambos tipos de
establecimientos se aplic el Inventario de burnout (Maslach Burnout Inventory, MBI; Maslach y
Jackson, 1986) a todos los sujetos. No se encontr presencia del sndrome en los profesores evaluados
ni tampoco diferencias significativas entre docentes de establecimientos educativos privados en
comparacin con los profesores de los liceos tcnicos, salvo en algunas dimensiones. Estos resultados
sugieren indagar cualitativamente sobre factores personales, grupales y organizacionales, para as
poder planificar las estrategias de prevencin y aportar al mejoramiento de la salud mental y de la
calidad de vida de los profesionales.
E-mail: jdarrigrande@uamericas.cl
118
estaba puesta principalmente en los trastornos del eje I del Manual diagnstico y estadstico de los
trastornos mentales (DSM) de la Asociacin Estadounidense de Psiquiatra (American Psychiatric
Association) y no tanto por los que se incluyen en el eje II. Es as como los conceptos de personalidad,
rasgos y estilos comienzan a tomar relevancia y son considerados en el momento de planear una
estrategia teraputica. Adicionalmente, en toda intervencin es importante la relacin que se conforma
en el contexto teraputico, pero en los trastornos de la personalidad, el vnculo adquiere una
dimensin diferente y se transforma en una herramienta ms dentro de la estrategia del tratamiento.
Hacer hincapi en el vnculo es de fundamental importancia. En este sentido se cuenta con
publicaciones y opiniones de expertos en trastornos de la personalidad, que coinciden en afirmar que
el primer paso a dar en la intervencin es formar un vnculo que aumente las probabilidades de xito
psicoteraputico, a travs de fomentar la alianza y la cooperacin en la psicoterapia. Por tanto, el
objetivo de esta presentacin ser explicar qu vnculos podran ser los ms adecuados para establecer
con el paciente segn el trastorno de la personalidad y sus mltiples combinaciones. Un buen vnculo
fomenta como ya se dijo la alianza y la confianza con el paciente, asegurando adherencia al
tratamiento, as como la eficacia consecuente en los resultados de la intervencin.
E-mail: suamoc@suamoc.com.uy
119
tendientes a mejorar el desempeo sexual, sin la integracin de los dems aspectos. Partiendo del
concepto de la multiplicidad de factores intervinientes en el mantenimiento y vulnerabilidad de las
disfunciones sexuales, este trabajo trata de reflexionar sobre las caractersticas del terapeuta que
repercuten positivamente en el tratamiento, considerando las diferencias de gnero. Las habilidades y
el perfil psicolgico del terapeuta son facilitadores en la relacin con el paciente, tanto como los
aspectos tcnicos que estn implicados. Se abordan las caractersticas del terapeuta que impactan en la
eficacia del tratamiento como: la competencia, la flexibilidad, el conocimiento de s mismo, el
positivismo y los valores. En suma, de acuerdo con Semerari (2000), los terapeutas debemos
considerar que tanto los procesos cognitivos, como las estrategias de intervencin y la relacin
terapeuta-paciente, constituyen un todo inseparable, y que, todos juntos, hacen al cambio.
E-mail: suamoc@suamoc.com.uy
Araceli Hernndez Valds, Carmen Liliana Escutia de la Pea, Patricia Balczar Nava,
Gloria Margarita Gurrola Pea, Martha Patricia Bonilla Muoz y Julieta C. Garay Lpez
Universidad Autnoma del Estado de Mxico
La depresin es un sentimiento persistente de inutilidad, prdida de inters por el mundo y falta
de esperanza en el futuro. En tiempos pasados se pensaba que cuanta ms edad mayor era el riesgo de
padecer depresin; no obstante, en la actualidad se ha detectado con mayor frecuencia entre poblacin
infantil (Daz, 2002). Ligado a la anterior, una de las reas de inters en la psicologa es la destinada a
elaboracin y adaptacin de instrumentos de evaluacin, mismos que deben contar con criterios de
validez, fiabilidad y normas adaptadas a grupos a los que se pretendan aplicar. El objetivo de esta
investigacin fue obtener la validez de constructo y las normas del Inventario de depresin infantil
(Children's Depression Inventory, CDI; Kovacs, 1981), integrado por 27 tems que evalan la
presencia o no de depresin en gradaciones de 1 a 3 puntos y que indican la intensidad de la
depresin. Esta escala se aplic a 1000 participantes (50% hombres y 50% mujeres), entre 8 y 12 aos
(M= 9,82; DT= 0,99) del Estado de Mxico, que cursan de cuarto a sexto grado de primaria. Los
resultados del anlisis factorial indican que de los 27 tems originales, 25 de ellos se agruparon en dos
factores, Disforia y Autoestima negativa, que en su conjunto explican el 31,922% de la varianza
explicada, con un alfa total de 0,7338. El anlisis de los datos indica que la configuracin de la escala
es similar en su estructura a la propuesta por la autora. Se obtuvieron adems, los percentiles para la
muestra en general y para cada uno de los sexos, lo cual hace del CDI una prueba vlida, fiable y
adaptada para utilizarse en muestras similares.
E-mail: pbalcazarnava@hotmail.com
120
indica poca relacin entre los diferentes aspectos medidos por la prueba, lo cual demuestra
heterogeneidad de estos elementos. Se construy un baremo local y se obtuvieron las normas de
interpretacin para la poblacin mencionada. La informacin producida es de gran relevancia,
tomando en cuenta las consecuencias de los resultados en el futuro profesional de los aspirantes. De
ah, la importancia de indagar sobre los instrumentos de medicin que se utilizan en el proceso de
seleccin. Se concluye que el test de la figura humana tiene fiabilidad y validez, sus resultados son
consistentes y el instrumento mide el constructo que se pretende medir, por lo cual se recomienda su
aplicacin en el contexto educativo para evaluar a aspirantes a la mencin, utilizando las normas
obtenidas para la interpretacin de los resultados.
E-mail: marsanchezg@cantv.net
SESIN DE PSTERS 1
observa que para el 87,34% de los sujetos la aplicacin del RSM al conjunto de tems permite explicar
convenientemente los patrones de respuestas, por lo que es posible concluir que la escala es til para
medir la hiperactividad en poblaciones con las caractersticas de la muestra seleccionada. Por otra
parte, los tems se ordenaron de forma homognea y jerrquica a lo largo del continuo de la variable
latente, sin excesivos saltos, distribuyndose los tems segn su precisin desde regiones medias-bajas
de la variable, hasta regiones altas del continuo. Por ltimo, la regin de la variable donde la prueba es
ms precisa (funcin de informacin ms alta) se encuentra entre 0,5 y 1 logits, lo que indica que la
prueba es maximamente discriminativa en regiones altas de la variable latente (correspondientes a
centiles entre 95 y 97).
E-mail: vbarias@uemc.es
M Teresa Crespo1, M Jess Irurtia1, Benito Arias1, Sixto Olivar1, Laura Gmez1, Mercedes
Martnez1, Vctor Arias2, Inmaculada Calleja1, Tasio Ovejero1 y Vicente Caballo3
1
Universidad de Valladolid; 2Universidad Europea Miguel de Cervantes; 3Universidad de Granada
(Espaa)
El inters por la resistencia (resilience) desde diferentes mbitos y profesionales de la psicologa
de la salud y la educacin, ha cobrado inters durante los ltimos aos y aunque no disponemos de
una definicin consensuada sobre este constructo, podemos definirla como un proceso dinmico que
abarca la adaptacin positiva dentro del contexto de una adversidad significativa (Masten, 2001). Hay
adems, toda una serie de conceptos relacionados, que en ocasiones se han equiparado a ella o bien
son considerados como centrados en la misma (p. ej., competencia, afrontamiento, vulnerabilidad,
dureza -hardiness-, recuperacin, factores de riesgo y proteccin y psicologa positiva, entre otros); y
aunque se trata de un fenmeno o proceso que no puede medirse directamente, s puede hacerse
indirectamente con base en los dos constructos que subyacen a la misma (la adaptacin positiva a
122
123
Para ello, se aplic a una muestra representativa, seleccionada mediante un diseo muestral
estratificado, de 75 drogodependientes (81,3% varones) con una media de edad de 35,65 (DT= 11,45),
que acudan a algn tipo de servicio social en Catalua. Los datos obtenidos permiten concluir que la
escala, para este colectivo, presenta una adecuada consistencia interna (que supera en algunos casos la
obtenida para la muestra general formada por todo tipo de usuarios de servicios sociales) y, por
consiguiente, una alta fiabilidad. Asimismo, se aportan evidencias de su validez para evaluar la
calidad de vida en este colectivo basadas en su estructura interna.
E-mail: lauragomez@psi.uva.es
124
las teoras atraccin interpersonal revisadas para este estudio. Es importante destacar que despus de 2
meses de interaccin entre las parejas, un alto porcentaje de miembros estaba dispuesto a tener una
cita real con la otra persona. Por lo tanto, podemos concluir que nos encontramos ante una
herramienta altamente eficaz en la formacin de redes sociales y que mejora la salud de las personas.
E-mail: lgonzaga@ujaen.es
125
la adolescencia la intencin de consumo de drogas puede ser explicada principalmente por factores
sociales, como las creencias y el autoconcepto.
E-mail: gabiarc@hotmail.com
126
127
128
SESIN DE PSTERS 2
Mara Isabel Comeche1, Miguel ngel Daz-Sibaja2, Alberto Machado2, Luca Prez-Portas2
y Leticia Mencheta2
1
Universidad Nacional de Educacin a Distancia, Madrid; 2Unidad de Salud Mental Comunitaria,
Algeciras (Espaa)
El objetivo de este estudio fue disear, poner en prctica y validar el programa de tratamiento
cognitivo-conductual en formato grupal y protocolizado que lleva por ttulo Aprendiendo a ser
feliz. si me esfuerzo (Daz-Sibaja y Comeche, 2009). Un total de 22 pacientes de la USMCAlgeciras (Espaa), diagnosticados de depresin mayor o distimia, fueron distribuidos en dos grupos:
control (8 personas) y experimental (14 personas). El programa de tratamiento cognitivo-conductual
constaba de 15 sesiones con una periodicidad semanal. Las tcnicas incluidas en el programa son:
informacin de la depresin, programacin de actividades, relajacin muscular progresiva, higiene de
sueo, autoestima, reestructuracin cognitiva, tcnicas de distraccin y entrenamiento en habilidades
sociales. En la evaluacin pre y post-tratamiento los participantes cumplimentaron: el Inventario de
depresin de Beck (Beck Depresion Inventory, BDI; Beck, 1961), la Escala de calidad de vida para
la depresin (Quality of Life in Depression Scale, QLDS; Hunt y McKenna, 1992) y el Cuestionario
de ansiedad-estado rasgo (State-Trait Anxiety Inventory, STAI; Spielberger, Gorsuch y Lushene,
1968). Los resultados mostraron una mejora clnica y estadsticamente significativa en los pacientes
del grupo experimental, en las variables BDI (p=0,016), QLDS (p=0,008) y Ansiedad estado
(p=0,025), mientras que en el grupo control no se observaron diferencias significativas en ninguna de
las variables analizadas. Las diferencias entre ambos grupos, tras la intervencin, son significativas en
la Escala de calidad de vida (p=0,05). Por todo ello puede concluirse que el programa de tratamiento
Aprendiendo a ser feliz.si me esfuerzo es eficaz para disminuir la sintomatologa depresiva, el
impacto de sta en la calidad de vida y reducir la ansiedad estado en personas con trastornos del
estado de nimo en este grupo de pacientes.
E-mail: mcomeche@psi.uned.es
129
tratamiento. Por todo ello puede concluirse la eficacia del programa para mitigar los problemas
emocionales asociados a la fibromialgia y para mejorar la percepcin de autoeficacia en el manejo de
la enfermedad.
E-mail: mcomeche@psi.uned.es
130
segundo caso, las estrategias ms utilizadas son intento desarrollarme como persona (87,7%) e
intento conseguir apoyo emocional de amigos o familiares (84,1%). Adems, el 25,3% de alumnos
tiene una puntuacin >1000 en el SEE considerada de riesgo para la salud segn Labrador (1992). Los
resultados muestran que los estudiantes de enfermera reaccionan de manera adecuada al estrs, ya
que utilizan en su afrontamiento tanto estrategias cognitivas centradas en el problema, como
emocionales (regulacin emocional). Sin embargo, el hecho de que el 25% de participantes tengan
niveles de estrs elevados hace suponer que, ms que entrenamiento en estrategias de afrontamiento,
necesitan formacin especfica en tcnicas de reduccin del estrs.
E-mail: joana.fornes@uib.es
131
presentados tienen grandes implicaciones prcticas para las futuras campaas de sensibilizacin. En
primer lugar, encontramos un alto porcentaje de mujeres que se autodesignan como maltratadas,
indicador preocupante de la situacin actual. Que un alto porcentaje de la muestra no identifique pasar
miedo y/o estar atrapada con el maltrato indica la necesidad de ofrecer nuevas herramientas
conceptuales a las jvenes para capacitarlas en deteccin temprana del maltrato.
E-mail: jalocebo@us.es
132
pareja/solo y antigedad en el puesto). Estos datos confirman la alta prevalencia de la violencia contra
los profesionales del DCCU, especialmente, hacia las mujeres.
E-mail: gloriapsicologaclinica@yahoo.es
Nota: Este proyecto est financiado por el FISS 07/0440.
Gloria Roldn, Juan M Ramos, Laura Garrido, Isabel C. Salazar, M Angustias Ramos
y Rosala Guardia
Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada y Dispositivo de Cuidados Crticos y
Urgencias del Distrito Sanitario Granada (Espaa)
Diversos estudios han sealado la importancia del entrenamiento en asertividad como factor
protector de la salud mental. El trabajo en los servicios de urgencias mantiene a los profesionales en
una tensin crnica, acontecen sucesos vitales intensos y extraordinarios. La literatura seala este
perfil profesional como altamente vulnerable para presentar trastornos emocionales. El objetivo de
este estudio fue evaluar la asertividad en los profesionales que trabajan en los Dispositivos de
Cuidados Crticos y Urgencias (DCCU) de la provincia de Granada (Espaa) y relacionarla con el
sndrome del desgaste profesional y las manifestaciones ansiosas y depresivas. La muestra qued
constituida por 289 profesionales (34% mdicos, 31% enfermeros, 35% celadores y conductores) que
trabajan en los DCCU. Se utilizaron: el Inventario de asertividad de Gambrill y Richey (GambrillRichey Assertion Inventory, GRAI; Gambrill y Richey, 1975), el Inventario de burnout de Maslach
(Maslach Burnout Inventory, MBI; Maslach y Jackson, 1986), el Inventario de depresin de Beck
(Beck Depression Inventory, BDI; Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979) y el Inventario de ansiedad de
Beck (Beck Anxiety Inventory, BAI; Beck, Brown, Epstein y Steer, 1988). A partir del anlisis
estadstico se encontr que el 27,3% de los profesionales presenta problemas de asertividad. Los
profesionales que son asertivos presentan menor desgaste profesional (p= 0,003), menor
sintomatologa ansiosa (p= 0,002) y menor clnica depresiva (p= 0,011). Los asertivos presentan bajo
nivel de agotamiento emocional (78,7%; p= 0,000) y de despersonalizacin (81,6%; p= 0,005), siendo
stos, adems, los que presentan un mayor sentimiento de realizacin personal en el trabajo (80,8%;
p= 0,002). Se concluye que en los profesionales que trabajan en el DCCU, la asertividad es un factor
que se relaciona con un menor desgaste profesional y una menor presencia de problemas emocionales
como la ansiedad y la depresin.
E-mail: gloriapsicologaclinica@yahoo.es
Nota: Este proyecto est financiado por el FISS 07/0440.
Gloria Roldn, Juan M Ramos, Laura Garrido, Isabel C. Salazar, M Angustias Ramos y
Rosala Guardia
Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada y Dispositivo de Cuidados Crticos y
Urgencias del Distrito Sanitario Granada (Espaa)
El sanitario es uno de los sectores laborales de mayor riesgo de sufrir agresiones (Chapell y Di
Martino, 1998). La violencia dirigida a los profesionales tiene consecuencias devastadoras para la
salud que unido a las propias caractersticas estresantes del trabajo, puede aumentar el sndrome del
desgaste profesional. El objetivo de este trabajo es conocer la prevalencia de los profesionales de
Dispositivos de Cuidados Crticos y Urgencias (DCCU) que se sienten agredidos y estudiar su
relacin con las tres dimensiones del desgaste profesional (agotamiento emocional,
despersonalizacin y realizacin personal en el trabajo). La muestra se form con 300 profesionales
(35% mdicos, 30% enfermeros, 35% celadores y conductores) que trabajan en DCCU en la provincia
de Granada (Espaa). Se aplic el Inventario de burnout de Maslach (Maslach Burnout Inventory,
133
MBI; Maslach y Jackson, 1986). Se elabor y administr una entrevista semiestructurada, donde se
registraban las variables sociodemogrficas (edad, categora profesional, antigedad en el puesto de
trabajo, etc.), nmero, tipo de agresiones y consecuencias. Se encontr que el 84,4% de los
profesionales se ha sentido agredido alguna vez en su trabajo. Los profesionales que menos se han
sentido agredidos presentan menor desgaste profesional (p= 0,001), bajos niveles de agotamiento
emocional (p= 0,000), menos sntomas de despersonalizacin (p= 0,041) y alta realizacin personal en
el trabajo (p= 0,046) en comparacin con aquellos que se han sentido agredidos con frecuencia
durante el ejercicio de su labor profesional. Los profesionales que estn desgastados profesionalmente
han sufrido o presenciado un mayor nmero de agresiones (p= 0,006) y adems las valoran como ms
graves (p= 0,006). Este estudio muestra que la violencia es un factor que est altamente relacionado
con las tres dimensiones que hacen parte del sndrome del desgaste profesional de quienes trabajan en
los DCCU.
E-mail: gloriapsicologaclinica@yahoo.es
Nota: Este proyecto est financiado por el FISS 07/0440.
CEVJU-R: UNA NUEVA MEDIDA DE AUTOINFORME PARA LOS ESTILOS DE VIDA DE LOS
UNIVERSITARIOS COLOMBIANOS
Isabel C. Salazar1, M Teresa Varela2, Julin A. Tamayo2, Luisa F. Lema2, Carolina Duarte2
y Equipo CEVJU Colombia3
1
Universidad de Granada (Espaa); 2Pontificia Universidad Javeriana Cali (Colombia);
3
Diversas Universidades de Colombia
A pesar de la relevancia que hoy en da se concede a los estilos de vida (EV) como determinantes
de la salud, su evaluacin ha resultado difcil debido a la complejidad del tema. Desde hace algunos
aos estamos trabajando en la posibilidad de tener un cuestionario que incluya diferentes reas y
aspectos (p. ej., cognitivos, motivacionales y conductuales) considerados como parte del EV. Por
tanto, el objetivo de este trabajo es presentar un nuevo instrumento de autoinforme, el Cuestionario
de estilos de vida de jvenes universitarios (CEVJU-R; Salazar, Varela, Lema, Tamayo y Duarte,
2009). En nuestro ltimo estudio participaron 1811 estudiantes (55,8% mujeres y 44,2% hombres),
entre 15 y 24 aos (M= 19,6; DT= 2,0), de diferentes carreras universitarias de cuatro ciudades
colombianas (37,1% Cali; 24,4% Bogot; 19,5% Manizales; 19,0% Tulu). Los datos permitieron
definir el CEVJU-R como un instrumento que evala ocho dimensiones del EV: Afrontamiento,
Estado emocional percibido, Consumo de alcohol, cigarrillo y drogas ilegales, Tiempo de ocio,
Actividad fsica, Sueo, Habilidades interpersonales y Alimentacin. En cada una se
incluyen prcticas (40 tems), motivos para hacer y no hacer dichas prcticas (16 tems), grado de
satisfaccin con las prcticas (8 tems) y los recursos (propios y externos) con los que contara el
estudiante para realizar las prcticas (8 tems). Los ndices de fiabilidad obtenidos para las subescalas
de las prcticas estn entre 0,55 y 0,71 y los ndices de bondad de ajuste para este modelo muestran
que es adecuado (RMSEA= 0,051; RMR= 0,049). En conclusin el CEVJU-R es actualmente una
alternativa fiable y vlida para la medicin de los EV en los universitarios, construida no slo
mediante las aportaciones de los expertos del campo de la salud sino con base en datos empricos que
le apoyan. Queda por probar su aplicacin en otras ciudades del pas.
E-mail: isalazar@javerianacali.edu.co
Nota: El equipo CEVJU Colombia est formado por M. Salcedo (Pontificia Universidad Javeriana, Cali); E.
Colina, M. Escobar, L. Lpez, E. Pea, M. Pico (Universidad de Caldas, Manizales); X. Palacios (Universidad
del Rosario, Bogot); A. Castillo, P. Mina (Universidad Central del Valle, Tulu); M. Correa, C. Rosero
(Universidad del Valle, Cali).
Este estudio ha sido subvencionado en su mayora por el grupo de investigacin Salud y Calidad de Vida de la
Pontificia Universidad Javeriana, Cali (Colombia) y ha contado con el apoyo de las personas y las dems
universidades que componen el Equipo CEVJU Colombia.
134
SESIN DE PSTERS 3
Sandra A. Anguiano Serrano, Cynthia Zaira Vega Valero, Carlos Nava Quiroz y Roco Soria Trujano
Universidad Nacional Autnoma de Mxico, FES Iztacala
Entre los factores de riesgo de inicio al consumo de alcohol se encuentra el dficit en habilidades
sociales. En esta investigacin se realiz un anlisis de habilidades sociales en tres muestras distintas
de poblacin: universitarios, adolescentes y alcohlicos en recuperacin (AA). Se utilizaron los
siguientes instrumentos: Escala de expresin cognitiva (EMES-C, Caballo, 1987) que evala las
habilidades sociales cognitivas y la Escala de expresin motora (EMES-M, Caballo, 1987) que
evala las habilidades sociales motoras. Se encontraron diferencias significativas entre algunas
subescalas y los diferentes grupos de referencia, pero las mayores diferencias se encontraron en las
habilidades sociales de corte cognitivo. Comparando los grupos, hubo diferencias significativas entre
los adolescentes y los AA, mostrando los alcohlicos una mayor puntuacin en las subescalas que
indican temor o preocupacin en ciertas situaciones sociales. En la escala de: preocupacin por
la expresin de los dems en la manifestacin de sentimientos, se encontraron diferencias
significativas entre adolescentes y alcohlicos y entre universitarios y alcohlicos, pero no entre
universitarios y adolescentes, en esta escala nuevamente los alcohlicos mostraron una mayor
puntuacin que los otros dos grupos, lo cual indica mayor preocupacin. En cuanto a la subescala
de temor a la defensa de derechos personales, se encontraron diferencias significativas entre
adolescentes y alcohlicos y entre universitarios y alcohlicos, pero no entre adolescentes y
universitarios, lo cual indica que los alcohlicos muestran un mayor temor que los otros dos grupos
para defender derechos personales. En cuanto a la subescala de Asuncin de posibles carencia
propias, se encontraron diferencias significativas entre alcohlicos y universitarios, los alcohlicos
135
obtuvieron una mayor puntuacin, lo que indica que stos presentan una mayor facilidad para asumir
carencias propias que los universitarios. Se discuten estos resultados y las implicaciones de stos para
el tratamiento y prevencin del alcoholismo.
E-mail: sandraaa@unam.mx
Claudia Cruzat, Cristhian Prez, Macarena Daz, Marcela Rodrguez, Jean Paul Goffard L., Gino
Cortez, Roco Arcas y Roco Cerda
Universidad del Desarrollo (Chile)
Se presentan los resultados de un estudio cualitativo que tuvo como objetivo general comprender
las temticas, significados y vivencias subjetivas de las pginas de Internet que promueven la
anorexia y bulimia nerviosa. Ambos trastornos alimentarios son patologas complejas en relacin a su
entendimiento y tratamiento; los sntomas son egosintnicos y existe una baja conciencia de
enfermedad. La mayora comienza en la adolescencia, cuando los jvenes suelen tener acceso
ilimitado a Internet, donde se difunden ideales de belleza y mtodos y estrategias para bajar de peso.
Debido a esto, surge la importancia de conocer cules son las temticas repetitivas en las pginas
Promia y Proana en Internet y cules son las inquietudes y vivencias difundidas por sus usuarios,
sobre todo porque no estaran contaminados por la deseabilidad social, lo que permitira identificar
lineamientos que orienten la prevencin, deteccin precoz e intervencin. Para el presente estudio se
utiliz un diseo descriptivo analtico, de carcter cualitativo basado en los procedimientos de la
Grounded Theory, a travs del cual se analizaron foros cuya temtica principal fuese Proana y/o
Promia (que presentan contenidos a favor de las conductas propias de la anorexia y la bulimia,
respectivamente), en espaol y de acceso abierto. Se analizaron todos los comentarios, incluyendo
comentarios a favor y en contra de los trastornos. Los resultados muestran una visin idealizada de la
136
prdida de peso y de sus consecuencias para la propia vida; una fuerte nocin de identidad grupal
entre las participantes a los foros; la personificacin de Ana, la anorexia, en una figura acogedora y
comprensiva reconocida por la mayora de las participantes, y la formacin de redes de apoyo
emocional e instrumental con una relativa estructuracin a travs de estas interacciones virtuales para
persistir en las conductas anorxicas y bulmicas.
E-mail: ccruzat@udd.cl
Jos P. Espada, Tania B. Huedo-Medina, Mireia Orgils, Roberto Secades, Rafael Ballester,
Eduardo Remor, Jos A. Piqueras y Fina A. Antn
Universidad Miguel Hernndez (Espaa)
The aim of this study was to analyze the differences in the level of knowledge about HIV/Aids in
a large sample of adolescents according to their risk sexual behaviors, and determine whether the
level of information may predict behaviors associated with the HIV transmission. The sample
consisted of 1216 Spanish adolescents (53.9% girls, 43.1% boys), high school students with ages
ranging between 15 and 18 (M= 15.83, SD= .78). Two questionnaires were administered, one
composed of open questions on sexual habits, the frequency of intercourse, age of onset, or the use of
methods of protection. The second, HIV/AIDS Knowledge Scale (HIV-KS; Espada et al., 2009),
consisting of 10 dichotomous items. Sexually active adolescents showed a higher overall level of
knowledge about Aids (M= 5.12) than non-active (M= 4.81). Regression analysis indicated an OR=
0.93. However, the level of knowledge did not differ significantly between those who had had sex
recently (last 6 months) and those not. The comparison between the knowledge among adolescents
who had used condoms at first intercourse and those who did not was not significant. There were no
differences between those who used condoms in all their intercourses and no, in the level of
information. The correlation between knowledge and other risky behaviors were also analyzed, while
the level of information that is not associated with age at onset of sexual intercourse, the number and
the frequency of intercourses. The most important conclusion of this study is that knowledge is
different between those adolescents who have sexual risk behavior and those who does not. Thus
more work is needed in order to improve that knowledge which together with other factors such as
motivation and appropriate skills, they will prevent sexual risk behavior.
E-mail: jpiqueras@umh.es
137
situaciones. Estos hallazgos estn en la lnea de lo obtenido por otros autores y arrojan luz acerca del
debate sobre las discrepancias entre padres e hijos de cara a la evaluacin de estos ltimos.
E-mail: ljgarlo@cop.es
138
139
a la especificidad situacional y cultural de las HHSS de cada poblacin, lo cual permitira a su vez el
desarrollo de la investigacin experimental para evaluar la eficacia de las estrategias de entrenamiento
en habilidades sociales utilizadas.
E-mail: prytznilsson@hotmail.com, anabelensuarez@hotmail.com, fabidelarenta@gmail.com
140
poblacin de habla hispana que padece tal enfermedad, aunque siendo conservadores en cuando a la
generalizacin de los resultados, es deseable una evaluacin psicomtrica en estadios posteriores.
E-mail: psigalindo@yahoo.com.mx
Lorena Zapata Barrera , Cintia Avalos Rendn1, Humberto Madera-Carrillo1,2 y Daniel Zarabozo2
Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Occidente; 2Universidad de Guadalajara (Mxico)
Esta investigacin se realiz en un centro penitenciario del estado de Jalisco (Mxico), con una
muestra de 73 internos varones, con una media de edad de 35,03 aos (DT= 8,42). Se les aplic un
cuestionario de datos generales y criminolgicos y el Inventario multifsico de personalidad de
Minnesota 2 (The Minnesota Multiphasic Personality Inventory 2, MMPI-2; Hathaway y Mcklinley,
1995), versin electrnica. Se realizaron tres comparaciones: a) perfil de personalidad del interno
penitenciario (muestra total) vs. perfil de poblacin normativa (Lucio y Len, 2003) (IP vs. N); b)
perfil del primodelincuente vs. reincidente (PD vs. R); y c) perfil de sentenciados por delitos violentos
vs. sentenciados por delitos no violentos (V vs. NV). Se aplic t de Student y posteriormente un ajuste
de Bonferroni sobre las puntuaciones de las escalas bsicas, considerando significativas las
diferencias con p< 0,05. Se encontraron elevaciones en el perfil IP en las escalas F, 1-Hs, 9-Ma, 4-Dp
y 6-Pa, pero slo las dos ltimas alcanzaron niveles de interpretacin clnica de trastorno. El perfil
penitenciario refleja mayor elevacin estadstica que el perfil normativo. b) Tanto el perfil P como el
R se encuentran en la zona de elevacin clnica moderada en 4-Dp, pero R obtuvo mayor elevacin
(estadstica). c) El grupo V puntu ms alto (estadstica) en la escala K, mientras que el grupo NV
puntu ms alto en las escalas 4-Dp y 9-Ma (clnica y estadsticamente). En conclusin, la elevacin
de la escala 4-Dp es la caracterstica ms notoria de la personalidad de quien delinque, misma que
puede deber su elevacin a las reiteradas estancias en prisin y su interaccin con personas que
delinquen (grupo R), as como a la consecucin de una mayor frecuencia y gama de delitos (grupo
NV). Lo anterior indica un mayor desprecio por la normatividad social y por ende, mayor desviacin
psicoptica.
E-mail: lore_zapatita@hotmail.com
MESAS REDONDAS
141
142
3. NDICE DE AUTORES
Abelln, P., 68
Acosta Galvn, S., 77
Agudelo O., C., 34, 82, 83, 84
Agudelo, D. M., 17, 47, 48, 49
Aguilar Garca, L., 97
Alamo, N., 45, 46
Alfaro Sifontes, M., 84, 85
Alfaro Urrutia, J., 120
Aliste, P., 63
Almendros, C., 54, 68
lvarez, M., 82
Andrade Palos, P., 51, 66
Andretta, I., 78, 89
ngel, K., 125
Angelucci, L., 125, 135
Anguiano Serrano, S., 134
Antn, F. A., 136
Antua Bellern, M. ., 130
Aparicio Serrano, J. A., 108
Aracena, M., 15, 45, 46
Arango Lasprilla, J. C., 57
Arango Panesso, Y., 49
Araya Cuadra, C., 68
Araya, R., 71
Arcas, R., 135
Arellano Flores, R., 98
Arias Henao, D., 104, 105
Arias Merino, E., 36
Arias, B., 73, 121, 122, 123
Arias, V., 121, 122
Aros Nadal, M., 19, 115
Arratia Gopegui, P., 80
Arzate Mireles, C., 50
Avalos Rendn, C., 140
Balczar Nava, P., 14, 32, 35, 59, 98, 108, 119
Ballester, R., 136
Barajas Barragn, M. C., 94
Baranda-Seplveda, J., 61
Barbosa Ramrez, C., 95, 96
Barra Almagi, E., 13, 21, 63
Barrios, P., 107
Barroilhet, S., 71
Batarce, C., 63
Becerra Pea, S., 113, 116
Bedregal, P., 45, 46
Bernal Trujillo, C., 62
Blanco, M., 135
Bonilla Muoz, M. P., 32, 35, 55, 59, 98, 108,
119
Botero Castro, J. H., 96
Brahm, C., 114
Bravo Gonzlez, M. C., 126
Triana, Y., 83
Turner-Cobb, J., 87
Undurraga, C., 45, 46
Uribe Rodrguez, A. F., 36
Urza, A., 14, 24, 72
Valadez Ramrez, A., 126
Valderrama Orbegozo, L., 36
Valds Medina, J. L., 51, 66
Valds Soto, J. A., 34
Valega Mackenzie, S. J., 108
Vallejo, M. ., 128
Vallejo Samudio, A. R., 107
Vaquero Czares, J. E., 126
Varela, M. T., 133
Vsquez, J., 63
Vzquez Ramrez, P., 100
Vega Lpez, M. G., 54
Vega Nelson, I. A., 134
Vega Valero, C. Z., 134
Vega, D., 45, 46
Veloso-Besio, C., 110, 111
Verdugo, M. A., 121, 123
Vernet M., O. A., 127
Vidaa Gaytn, M. E., 100
Villegas, D., 63, 107
Villegas, K., 63, 107
Vrseda Heras, J. A., 32
Vivas, E., 57
Viveros Riquelme, M. J., 111
Vhringer, P., 71
Wagner, M. F., 74
Winkler, M. I., 19, 32
Yaez Velasco, C. L., 102
Yepes Valencia, J. A., 34
Yepes Valencia, K. S., 34
Zamarrn Cassinello, M. D., 39, 70
Zapata Barrera, L., 140
Zarabozo, D., 140
Zavarce, L. A., 127
147
Ao
Vol.
Juego patolgico
1993
1994
1995
Neuropsicologa clnica
1996
Entrenamiento a padres
1997
1998
1998
1999
2000
Trastornos de la personalidad
Tratamientos psicolgicos para los trastornos interiorizados en nios y
adolescentes
Fobia social: avances en la descripcin, evaluacin y tratamiento
2001
2002
10
2003
11
Trastornos de la alimentacin
2004
12
2005
13
2006
14
2007
15
2008
16
2009
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