Boletin MP N18
Boletin MP N18
Boletin MP N18
INDICE
Pg.
PROLOGO
I. FALLOS
Juzgados de Garanta
Condena al acusado a la pena de tres aos de presidio menor en su grado medio y accesorias
legales como autor del delito de robo con fuerza en las cosas en lugar destinado a la habitacin.
Juzgado de Garanta de Loncoche, veinticinco de abril del ao dos mil tres
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Condena al acusado a la pena de medio Ingreso Mnimo por el delito de tenencia ilegal de arma de
fuego, a la pena de medio Ingreso Mnimo por el delito de porte ilegal de arma de fuego, al comiso
del revlver y los cartuchos y al pago de las costas de la causa. Juzgado de Garanta de Pucn,
ocho de Mayo del dos mil tres.
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Condena a los acusados a la pena de cien das de presidio menor en su grado mnimo, multa de
5 U.T.M. y costas de la causa como autor del delito de receptacin. Juzgado de Garanta de Pucn,
seis de Junio del dos mil tres.
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Condena a los acusados a la pena de multa de dos U.T.M. como autores del delito de hurto, suma
que incluye las costas de la causa. Juzgado de Garanta de Constitucin, quince de enero de dos
mil cuatro.-
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Condena al acusado a la pena de diez aos y un da de presidio mayor en su grado medio, accesorias legales, al pago de las costas de la causa y a la prdida de la patria potestad y todos los
derechos que la ley le confiere respecto de los bienes y persona de su hija como autor del delito de
violacin. Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Talca, treinta y uno de diciembre de dos mil tres.
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Condena a los acusados a la pena de tres aos y un da de presidio menor en su grado mximo, al
pago de una multa de 11 U.T.M., accesorias legales y al pago solidario de las costas de la causa
como autores del delito de estafa. Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Curic , doce de enero
de dos mil cuatro.
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Corte de Apelaciones
Acoge recurso de apelacin interpuesto, declarando admisible la querella por abusos sexuales
presentada por el SENAME. Corte de Apelaciones de Talca, nueve de diciembre de dos mil tres.
71
Acoge recurso de nulidad presentado por la Fiscala, declarando la nulidad del fallo recurrido.
Corte de Apelaciones de Arica, veintitrs de enero de dos mil cuatro.
74
En voto dividido rechaza apelacin contra la resolucin que decret el fin de la prisin preventiva.
Corte de Apelaciones de La Serena, diecisiete de febrero de dos mil cuatro.
88
Rechaza recurso de nulidad interpuesto por la Defensa por una presunta aplicacin errnea del
derecho. Corte de Apelaciones de Puerto Montt . veintids de marzo de dos mil cuatro.
91
Corte Suprema
Rechaza recursos de nulidad interpuestos por las Defensas de los imputados alegando ilegalidad
de la prueba. Corte Suprema, cinco de Junio de dos mil tres .
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Rechaza recurso de queja interpuesto por la Defensa. Corte Suprema, veintids de diciembre de
dos mil tres.
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Actuando de oficio en virtud de lo establecido en el artculo 541 del Cdigo Orgnico de Tribunales,
la Corte revoca resolucin del Tribunal de Garanta. Corte Suprema, dieciocho de marzo de dos mi
cuatro. dieciocho de marzo de dos mi cuatro.
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Acoge recurso de amparo presentado por el Ministerio Pblico, ordenando reponer la causa al
estado de ejercer la Fiscala el derecho que le confiere el artculo 248 del Cdigo Procesal Penal.
Corte Suprema , veinticinco de marzo de dos mil cuatro.
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Reserva Judicial de Identidad en delitos comunes. Fallo de recurso de nulidad en Caso RUC N
0200070382-9
Diego Villa Vega
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III. ARTCULOS
La Libertad de Informacin y la Reserva de Identidad de los Imputados. Informe en Derecho.
Miguel ngel Fernndez
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Control Judicial anterior a la Formalizacin de la Investigacin (Art. 186 del Cdigo Procesal Penal).
Marta Herrera Seguel
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PROLOGO
Luego de un nmero de transicin, el Boletn del Ministerio Pblico llega hasta sus lectores en un nuevo
formato, que vara sus caractersticas grficas, materializando de esta forma uno de los anunciados cambios en nmeros anteriores. Pretendemos que esta publicacin resulte ms atractiva a sus destinatarios,
facilite su lectura, y permita mejores condiciones de conservacin, entre otros objetivos relevantes. Queremos que la grfica del Boletn de cuenta de un instrumento dinmico y moderno, que se ocupa de recopilar
y difundir los avances y logros de un nuevo sistema que participa de esas caractersticas.
Paralelamente, hemos seguido trabajando en la incorporacin de contenidos actualizados, que permitan
extender hacia la comunidad jurdica general el desarrollo jurisprudencial y doctrinario de los diversos institutos procesales en el contexto de la reforma. Hemos puesto un nfasis importante en destacar los fallos
de los tribunales superiores de justicia que, transcurridos ms de tres aos desde la entrada en vigencia del
nuevo proceso penal, se han pronunciado sobre un nmero importante de cuestiones jurdicas del sistema
de enjuiciamiento, pero que tambin han abordado aspectos propios del derecho penal sustantivo, en cuya
valoracin se aprecian ciertos matices dados por la especial perspectiva que aporta esta manera diferente
de conocer y juzgar los ilcitos penales. El presente Boletn incluye, entonces, siete fallos de la Corte Suprema, destacando cuatro de ellos dictados durante el mes de marzo recin pasado.
Como es costumbre, esperamos que los contenidos de este nmero del Boletn sea til a sus receptores,
agradecemos los comentarios, aportes y sugerencias recibidas y continuamos a disposicin de ustedes
para la difusin de los temas jurdicos de inters.
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JUZGADOS DE GARANTA
Condena al acusado a la pena de tres aos de presidio menor en su grado medio y accesorias legales como autor del delito de robo con fuerza en las cosas en lugar destinado a la
habitacin.
Tribunal: Juzgado de Garanta de Loncoche.
Resumen:
La Fiscala acus al imputado como autor del delito de robo con fuerza en lugar destinado a la
habitacin. El acusado reconoci cada uno de los hechos, as como los antecedentes de la investigacin, procedindose conforme a las reglas del procedimiento abreviado. La Defensa solicit el
reconocimiento de las atenuantes del artculo 11 N 6 y 9 del Cdigo Penal, y por ende una rebaja
de dos grados en la pena, as como el beneficio de la remisin condicional de la pena. Aleg,
tambin, una vulneracin de garantas porque el acusado fue detenido por la polica antes de
haberse dictado la orden judicial respectiva, declarando ante stos sin abogado asesor. El Tribunal seal que esta ltima alegacin debi ser hecha en la audiencia respectiva, aclarando, adems, que se haba procedido de acuerdo a lo dispuesto en el artculo 85 del Cdigo Procesal
Penal. Agreg que declarar ante la presencia de funcionarios de carabineros no implica por s
misma una presin. Acogi las atenuantes alegadas en virtud de su extracto de filiacin y por
haber declarado an antes de ser detenido, ayudando en el esclarecimiento de los hechos de
manera sustancial por cuanto la restante prueba de cargo no era suficiente para una condena.
Finalmente, rechaz la teora de la Defensa de encontrarse tcitamente derogado el informe
presentencial y aclar que al momento de elaborarse el imputado contaba con asesora jurdica,
por lo que concurri informado a la entrevista.
Texto completo:
LONCOCHE, veinticinco de abril del ao dos mil tres
VISTOS Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que ante el Juzgado de Garanta de Loncoche, se ha tramitado el presente juicio, RUC 0100042521-0, 676-2001, segn las normas del procedimiento abreviado de los artculos
406 y siguientes del Cdigo Procesal Penal. La intervencin del Tribunal se inici con una solicitud
de entrada y registro a la que el Tribunal no dio lugar, luego se solicit la detencin del acusado, el
cual fue puesto a disposicin del Tribunal para el
control de la legalidad de la detencin y posterior
formalizacin de la investigacin realizada por la
Fiscala Local de Loncoche. En dicha oportunidad,
el Ministerio Pblico comunic formalmente que realizaba una investigacin respecto del imputado
CARLOS ALBERTO PINCHEIRA MARDONES, chileno, 19 aos de edad, RUN 15.252.597-4, soltero,
pintor, domiciliado en calle Federico Errzuriz N
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gan todas las normas procesales penales incompatibles con la Constitucin y el Cdigo Procesal
Penal, por lo que atentando el artculo 15 de la ley
18.216 a garantas fundamentales ste se entendera derogada. Asimismo, discurre que el informe
presentencial elaborado por funcionarios de
Gendarmera Chile no es vinculante para el Tribunal y atenta contra las normas del artculo 303 del
Cdigo Procesal Penal, toda vez, que deben ser
advertidos los imputados por parte de los profesionales que realizan los informe que no son de su
confianza y pueden declarar en su contra en juicio,
asimismo, no se advierte de su derecho a guardar
silencio. Todas estas infracciones sirve de base para
estimar derogada la necesidad de contar de informes de libertad vigilada. Seala que los antecedentes que deben ser tendidos en vista para aplicar la
libertad vigilada son los antecedentes anteriores y
posteriores del acusado, y en la especie, goza de
irreprochable conducta anterior y posteriormente al
hecho punible no ha sido objeto de nuevas
formalizaciones.
NOVENO: Que respecto de la alegacin
formulada por al defensa en el sentido que el acusado fue detenido por personal de Carabineros antes de proceder a la detencin por orden de ste
Tribunal, cumple sealar que no corresponde despus de casi ao y medio despus de ocurridos
los hechos alegarlo, pues ello debi haber sido
formulado en la audiencia de control de la detencin o cuando llegase a conocimiento de la Defensa; adems, segn el artculo 85 del Cdigo
Procesal Penal se permite a la polica a proceder a control de la identidad cuando existieren
indicios de la participacin en un delito el que
nunca ha de exceder de 6 horas, cuestin que en
la especie no ha ocurrido.
Con relacin a que se viol garantas
bsicas, cuales son a su juicio, que debe contar con
abogado defensor desde las primeras actuaciones
del procedimiento, y haberse tomado declaracin
ante personal de Carabineros, lo implica necesariamente presin o coaccin para obtener determinada confesin. Al respecto cumple sealar que a
juicio de ste tribunal, la presin o coaccin alegada no resulta acreditada, pues no basta la sola presencia de carabineros para presumir que una persona pueda ver vulnerada su voluntad en tal grado
para autoincriminarse en la comisin de un ilcito,
razn para estimar vlida y ausente de vicios la
declaracin prestada por el acusado.
como requisito para otorgar el beneficio de la libertad vigilada el informe elaborado por Gendarmera
de Chile por violarse normas bsicas del Cdigo
Procesal penal, a juicio de ste tribunal, el informe
pericial o documento en el escriturado, no puede
ser objeto de tal objecin, pues respecto de tal diligencia no se obliga al imputado a participar, y si
ella se practica en una etapa de la investigacin en
la que cuenta con abogado defensor que debe asesorarlo respecto de lo que debe hacer, si pese a
ello concurre a la entrevista respectiva y habla de
su participacin en los hechos por los que se le acusa, se estima que hay una renuncia libre e informada del derecho a guardar silencio.
DECIMO TERCERO: Que entonces concurriendo 2 circunstancias atenuantes, y siendo el
delito en grado consumado, y considerando la entidad de las circunstancias atenuantes esgrimidas,
el hecho que las especies fueron recuperadas y,
sobre todo considerando la conducta anterior y posterior del acusado al hecho punible que se evidencia con la colaboracin prestada por el acusado al
prestar declaracin voluntaria an antes de la detencin judicial y formalizacin, que implica a juicio
de este tribunal una adecuacin al derecho y un
conocimiento de lo ilcito y sancionable de su actuar, este Tribunal en uso de sus facultades proceder a la rebaja en dos grados a la pena inicialmente impuesta, pudiendo para aplicarla recorrer
toda la extensin.
De sta forma y concurriendo en la especie los requisitos del artculo 4 de la ley 18.216
corresponde ser beneficiado el sentenciado con el
beneficio de la remisin condicional de la pena.
Y teniendo presente lo dispuesto por los
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Condena al acusado a la pena de medio Ingreso Mnimo por el delito de tenencia ilegal de
arma de fuego, a la pena de medio Ingreso Mnimo por el delito de porte ilegal de arma de
fuego, al comiso del revlver y los cartuchos y al pago de las costas de la causa.
Tribunal: Juzgado de Garanta de Pucn.
Resumen:
La Fiscala acus al imputado como autor de los delitos de porte y tenencia ilegal de arma de
fuego. El acusado acept los hechos materia de la acusacin. La Defensa solicit el sobresemiento
atendido que el arma no estaba destinada a alterar el orden pblico. En subsidio aleg que se
trataba de un solo delito, pues la figura de la posesin quedara subsumida en el porte. El Tribunal
rechaz las alegaciones de la defensa declarando que se trata de figuras penales distintas, tanto
as que el porte de arma de fuego requiere una autorizacin distinta y especial respecto de la tenencia de sta. Atendido que no se acredit que el fin del arma haya sido alterar el orden pblico, atacar
a la polica o las FFAA, o para otro delito, conden slo a una pena pecuniaria, rechazando la solicitud de absolucin porque el acusado pretendi cruzar la frontera sin declarar el arma.
Texto completo:
Pucn, ocho de Mayo del dos mil tres.
VISTOS Y TENIENDO PRESENTE:
PRIMERO: Que ante este Juzgado de Letras y Garanta de Pucn el Fiscal del Ministerio Pblico de
Villarrica seor Francisco Ljubetic Romero, ha deducido acusacin en contra de EDGARDO ALONSO
BASTIAS ABELLO, chileno, natural de Huepil, director de radiodifusora, 35 aos, soltero, sin apodos con domicilio en Callejon Bello N 461, San
Martn de los Andes, Argentina, sin antecedentes,
Cdula Nacional de Identidad N 9.981.738-0. La
acusacin por los delitos de porte y tenencia ilegal
de arma de fuego la funda en los hechas ocurridos
el da 9 de diciembre del ao 2002, da en que el
acusado cruzaba la frontera por el Complejo Fronterizo Puesco, ingresando en un vehculo particular, el que al ser revisado de acuerdo a la disposiciones generales de Aduanas fue encontrado en su
interior, bajo el asiento del conductor, un revlver
calibre 32 corto, sin marca, serie N 23357, con la
cantidad de 4 cartuchos sin percutar y un cartucho
percutado. De esta arma y su municin no se hizo
declaracin previa de porte.
Lo anterior a juicio del Fiscal, tipifica el delito de
porte ilegal de armas y e tenencia ilegal de armas
contemplados en los articulo 9 y 11 de la Ley sobre
Control de Armas, pidiendo una pena de 61 das de
.presidio menor en su grado mnimo respecto de
cada uno de los ilcitos as como tambin pide el
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de leyes, sino que se trata de dos tipos penales distintos que sancionan, conductas diferentes.
En todo caso, cabe recalcar que se advierte una
deficiente tcnica legislativa en la normativa en comento, por resultar confuso que el artculo 11 que
sanciona. el porte ilegal de arma de fuego, en su inciso segundo aluda a posesin o porte como si
fueran trminos sinnimos, en. circunstancias que es
una norma, distinta la que sanciona la posesin en
forma independiente como ya se ha fundamentado.
OCTAVO: Que no existen antecedentes en la investigacin en orden a acreditar que el porte y la posesin del arma de fuego y de los cartuchos hayan
estado destinados a alterar el orden pblico, atacar
a las Fuerzas Armadas o a las de Orden y Seguridad Pblica o a perpetrar a otro delito, por ello cabe
dar acogida a .la solicitud de la defensa de aplicar
una sancin pecuniaria y no privativa de libertad.
Sumando a lo anterior, el hecho de existir antecedentes que acreditan la conducta anterior irreprochable del acusado se aplicar una pena de multa
en los trminos establecidos en los artculos 9 inciso segundo parte final y 11 inciso segundo parte
final, como se dir en lo resolutivo de la sentencia.
NOVENO: Que si bien las normas precedentemente citadas establecen la facultad de absolver inclusive al acusado, peticin que ha formulado la defensa, se entiende que dicha hiptesis se plantea
para situaciones excepcionales en que los antecedentes personales del imputado lo justifiquen, y en
este caso particular obra en su contra la omisin en
que incurri en el Paso Fronterizo de hacer declaracin del arma, no siendo atendible el olvido al que
aludi en su intervencin final.
DECIMO: Que as las cosas, como se expres, constando que el porte y tenencia ilegal de armas no
estaban destinados ni a alterar el orden pblico ni
atacar las fuerzas armadas o a las de orden o
segundad pblica ni a perpetrar otros delitos, ejercer el Tribunal la facultad de aplicar nicamente la
pena de multa, segn ya se ha esbozado.
Por estas consideraciones y teniendo adems, presente lo establecido en los artculos 1,3, 11 N 6,
14 N 1, 15 N 1, 18, 24, 29, 50 y 70 del Cdigo
Penal; 47, 297, 406, 407, 409, 410, 411, 412, 413
del Cdigo Procesal Penal; y artculos 2, 4, 6, 9, 11
y 15 de La Ley sobre Control de armas se declara:
I Que se CONDENA a EDGARDO ALONSO
BASTIAS ABELLO, ya individualizado, como autor
del delito de tenencia ilegal de arma de fuego y del
delito de porte ilegal de arma de fuego, cometidos
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Condena a los acusados a la pena de cien das de presidio menor en su grado mnimo, multa
de 5 U.T.M. y costas de la causa como autor del delito de receptacin.
Tribunal: Juzgado de Garanta de Pucn.
Resumen:
La Fiscala acus a los imputados como autores del delito de receptacin, admitiendo los acusados responsabilidad en los hechos. La Defensa solicit una pena nica de multa en aplicacin del
artculo 395 del Cdigo Procesal Penal, solicitud que el Tribunal rechaz argumentando que se
trataba de un simple delito con una pena mayor. Aplicar slo una multa implicara transgredir el
artculo 50 del Cdigo Penal y darle a la norma del Cdigo Procesal Penal un carcter sustantivo.
Atendidas las circunstancias econmicas de uno de los inculpados, hecho pblico y notorio, rebaj la pena pecuniaria.
Texto completo:
Pucn, seis de Junio del dos mil tres.
VISTOS:
1 Que ante este Juzgado de Letras y Garanta de Pucn, presidido por la Juez Titular doa
Marcela Alejandra Robles Sanguinetti, con la asistencia del Ministerio Pblico representado por el fiscal de Villarrica don Francisco Ljubetic Romero,
domiciliado en OHiggins 125 de esta ciudad, de los
imputados Csar Osvaldo Gatica Krauser, chileno, natural de Pucn, 28 aos de edad, casado,
constructor, rol nico nacional N 13.608.745-2,
domiciliado en Fresia esquina Per N 229 de
Pucn, sin antecedentes; y Eladio Norambuena
Olate, chileno, natural de Pucn, 18 aos de edad,
soltero, obrero, rol nico nacional N 15.554.002-8,
domiciliado en Per nmero 260 de Pucn, alias
Garrincha, asistidos por su defensor, el abogado
de la Defensora Penal Pblica don Carlos Mora
Jano, domiciliada en Ansorena N 260 de Pucn,
se llev a efecto el presente juicio oral en procedimiento simplificado por el delito de receptacin.
2 Que el fiscal requiri a los imputados porque el da 20 de Junio del 2002 el requerido Gatica
fue sorprendido por personal policial teniendo en su
poder una radio cassette digital marca samsung color
negro, serie 13UBAO1116 y un cable alargador de
corriente color negro, las que entreg voluntariamente a la polica. Posteriormente el da 24 de julio portaba una cmara fotogrfica marca Nikon, modelo N4004 AF, lente 24 por 70 milmetros. Especie reconocida por su dueo, quien haba denunciado su sustraccin desde su domicilio. Todas las especies las
haba comprado al requerido Norambuena. Olate,
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En efecto, dar cabida a la tesis de la defensa significa transgredir el tenor de lo dispuesto en el artculo 50 del Cdigo Penal, en cuanto a que a los autores de delito se les impondr la pena que para ste
se hallare sealada en la ley.
No puede entenderse que la, aceptacin
de responsabilidad en los hechos modifica la ley
penal sustantiva pues ello implica darle carcter
sustantivo a una norma que no lo tiene, por ser de
carcter adjetivo.
Por estas consideraciones y de conformidad, adems, con lo dispuesto en los artculos 1,
11 N 6, 14 N 1. 15 N 1, 24, 30, 40, 47, 50, 60, 62,
68, 69, 70, 456 Bis A del Cdigo Penal; 1, 295, 296,
297, 342, 388, 389, 390, 395 del Cdigo Procesal
Penal; se declara:
l. Que se CONDENA a CESAR OSVALDO
GATICA KRAUSER, ya individualizado, como AUTOR del delito de RECEPTACION, cometido el 20
de junio y 24 de julio del 2002, en esta comuna; a la
pena de CIEN DAS de presidio menor en su grado
mnimo y MULTA de CINCO UNIDADES TRIBUTARIAS MENSUALES, y al pago de las costas de la
causa. La multa la podr pagar parceladamente, en
dos cuotas de una unidad tributara mensual, con
vencimiento el da 30 de junio y 31 de julio, bajo el
apercibimiento del articulo 70 del Cdigo Penal.
Si el sentenciado no pagare la multa impuesta, sufrir por va de sustitucin y apremio un da de prisin por cada quinto de unidad tributara, mensual
a que haya sido condenado, no pudiendo exceder
de seis meses.
II. Que reunindose los requisitos del articulo 8 de la Ley N 18.120, se beneficiar al condenado con la medida de reclusin nocturna por un
lapso igual al de la pena, computndose una noche
por cada da de privacin de libertad. Debiendo presentarse al centro de detencin Preventiva de
Villarrica u otro que procediere, a las 22 horas del
da siguiente en que quede ejecutoriado este fallo.
La pena empezar a contrsele desde que se presente o sea habido, sin abonos, por no haber estado privado de libertad por esta causa.
III. Que se CONDENA a ELADIO
NORAMBUENA OLATE, ya individualizado, como
AUTOR del delito de RECEPTACIN, cometidos en
das indeterminados de junio y julio del 2002, en
esta comuna; a la pena de SESENTA Y UN DAS de
presidio menor en su grado mnimo y MULTA de UNA
UNIDAD TRIBUTARIA MENSUAL y al pago de las
costas de la causa.
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Condena a los acusados a la pena de multa de dos U.T.M. como autores del delito de hurto,
suma que incluye las costas de la causa.
Tribunal: Juzgado de Garanta de Constitucin.
Resumen :
Los imputados fueron detenidos luego de un procedimiento de control de identidad por encontrarse con una orden de detencin pendiente. En la audiencia de control de detencin correspondiente, la Defensa solicit se declarara la nulidad del control de identidad, as como la ilegalidad de la
detencin, atendido que la primera no se habra ajustado a lo dispuesto en el artculo 85 del Cdigo Procesal Penal, y que la segunda excedi el plazo de 24 horas. El Tribunal rechaz el incidente
de nulidad, sealando que el mentado artculo 85 ejemplifica planteando situaciones que ameritan
un control de identidad, sin que sea una enumeracin, y en el caso en cuestin el procedimiento
policial cumpli con los requisitos legales de la norma por cuanto sta haba sido alertada por la
presencia de dos personas sospechosas. Respecto de la ilegalidad de la detencin, declar que
se haba transgredido el artculo 131 del Cdigo Procesal Penal y por tanto que la detencin se
practic en forma ilegal. Resueltos los incidentes dict condena en procedimiento simplificado por
el delito de hurto.
Texto completo:
AUDIENCIA DE CONTROL DE DETENCIN Y JUICIO SIMPLIFICADO
En Constitucin, a quince de enero de dos
mil cuatro, siendo las 11:16 horas, ante este Juzgado de Garanta, presidido por el Juez Titular, Sr.
GONZALO FIGUEROA EDWARDS, se da inicio a
la audiencia, con la asistencia del Fiscal, don Jos
Luis Gonzlez Araya; el Defensor Penal Pblico,
don Alfredo Grandn Lagunas; e
IMPUTADO 1: Karen Soraya Salinas Venegas, domiciliada en calle 10 oriente 3 y 4 sur N867, Talca.
IMPUTADO 2: Dany Antony lvarez Lagos, domiciliado en calle 10 oriente 3 y 4 sur N867, Talca.
Los imputados confieren patrocinio y poder al Defensor.TRIBUNAL:
TNGASE PRESENTE patrocinio y poder
conferido.El Ministerio Pblico, seala que los imputados, fueron sorprendidos en horas de la madrugada de ayer, por personal de Carabineros de
Chile, en la va pblica de Copiap, en el sector del
Terminal de Buses, les efectu un control de identidad, los imputados andaban sin su documentacin,
corroboraron la identidad de ellos, se percataron
de que tenan orden de detencin pendiente del Juzgado de Garanta de Constitucin, ambos, y que
adems, Karen Salinas, tiene una orden de detencin pendiente del Juzgado de Garanta de Arica.
Se comunicaron con la Fiscal de turno, en la ciudad
de Copiap, quien dispuso que se cumpliera la orden de detencin y que se comunicaran con el Juzgado de Garanta de esta ciudad. Esto ocurri ayer
en horas de la maana. Se enviaron va fax las rdenes de detencin.
El Tribunal pregunta a los detenidos si les
informaron que tenan una orden de detencin dependiente y si les informaron sus derechos.
Los detenidos contestan afirmativamente.
El Tribunal consulta si saben por qu estn detenidos.
Los detenidos sealan que no lo tiene claro.
El Tribunal les informa que la orden de detencin est pendiente por un eventual delito de
hurto simple que habran cometido en la ciudad de
Constitucin.
El Tribunal consulta si tienen alguna queja
que formular.
El detenido Dany Antony lvarez Lagos,
seala que el trato no fue bueno, puesto que lo tuvieron en un calabozo, sin polera, durante horas,
las esposas bien apretadas, les dieron de comer en
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o de otra ndole, no puedan los detenidos ser puestos a disposicin del juez que emiti la orden de
detencin, debe ser controlada su detencin dentro
de 24 horas en el Juzgado de Garanta ms cercano, es decir, no es procedente lo que sealan los
imputados, respecto a que estuvieron en calabozos
del Juzgado de Garanta de Copiap, sin que algn
magistrado de Copiap, haya controlado la detencin; tena la obligacin legal de hacerlo, a menos
que los imputados fueran puesto, dentro de las 24
horas, a disposicin del Juzgado de Garanta de
Constitucin, y como sabemos, la distancia de ms
de 1000 kilmetros, hace razonable que se controlara la detencin de all. Un Fiscal tena que haber
puesto a disposicin a las personas ante un Juzgado de Garanta. Hay un oficio del Juzgado Garanta, que ordena que se pongan a disposicin los
detenidos, pero ello no se cumpli dentro de las 24
horas. Otro punto es que no se les seal el motivo
de su detencin. La Defensa solicita se declare la
ilegalidad de la detencin.
El Ministerio Pblico, no ve qu efecto
prctico pueda producir la declaracin de nulidad
de control de identidad. Es procedente el control de
identidad realizado por Carabineros, puesto que, le
efectuaron una llamada denunciando que haban
dos personas merodeando el sector del Terminal,
sealando que les parecieron sospechosas las personas, supuestamente de la propia Central del Terminal de Buses. El hecho de que hayan estado tomando en el lugar, no es impune, es una falta, as
es que la actitud de Carabineros obedece al llamado del propio Terminal de Buses de Copiap, se
acercan a estas personas, y les consultan sobre su
identidad. Esta es la nica forma, en que personas
que tienen orden de detencin pendiente, puedan
ser realmente capturadas, y llevadas a la Justicia,
sea para que se les aplique el castigo, o para que
sean notificadas a la resolucin que corresponda.
De otra manera, habra que esperar a que cometan
un nuevo delito para siempre estar en situacin de
flagrancia respecto de un nuevo delito. Es necesario un control de identidad El control de identidad
se aplica en casos fundados. Uno de stos es el
hecho a personas respecto de las cuales existen
antecedentes de que puedan estar cometiendo un
delito o que lo van a cometer, o tienen intenciones
de cometerlo o incluso respecto de testigos que se
mantiene igual la situacin en casos fundados. Es
decir, es un asunto que la polica debe valorar. Personas que anden en una actitud sospechosa, vale
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Resumen:
La Fiscala acus a los imputados como autores del delito de robo con homicidio, y a la imputada
de haberles brindado proteccin y auxilio para esconderse. Las Defensas de los acusados plantearon, principalmente, que no existi coautora respecto del homicidio, sino slo en un robo con
intimidacin. Se plante, tambin, que habra una falta de congruencia entre la acusacin y lo
sostenido por la Fiscala en estrados. Para el Tribunal la cuestin central estuvo en analizar el
traslado de la culpabilidad en el delito complejo de robo con homicidio a los distintos copartcipes.
Al efecto estim demostrado el concierto previo, el que se tradujo en el reparto de las armas y las
funciones para asaltar a mano armada, as como el hecho de haberse explicitado verbalmente la
orden de matar, sin que alguno intentara impedir las perniciosas consecuencias, lo que implic a lo
menos un dolo eventual comn en cada uno de ellos que los hizo responsables del delito de robo
con homicidio. Hacindose cargo de una supuesta falta de congruencia, el Tribunal seal que la
acusacin slo da un marco, siendo en definitiva los jueces quienes determinan y fijan los hechos.
Respecto de las circunstancias modificatorias de responsabilidad penal, estim que los perjudicaba la agravante del artculo 456 bis N 3 del Cdigo Penal, porque haber actuado en grupo implic
un peligro mayor para las vctimas, as como una mayor seguridad para los hechores. Tambin
estim concurrente la atenuante del artculo 11 N 6 del Cdigo Penal, pese a que uno de ellos
presentaba anotaciones en su extracto, por cuanto no const que las sentencias anteriores hayan
estado ejecutoriadas al momento de ocurrir los hechos de esta causa. Rechaz, en cambio, la
concurrencia de la agravante del artculo 12 N 16 del Cdigo Penal, y la atenuante del artculo 11
N 9 del mismo cdigo, porque no se cumplan sus requisitos. Finalmente, absolvi a la imputada
por los cargos de encubridora, porque no se acredit suficientemente.
Texto completo:
La Serena, veintitrs de diciembre de dos mil tres.
VISTOS Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que con fecha quince,
diecisis y diecisiete de diciembre de dos mil tres,
ante esta tercera sala del Tribunal de Juicio Oral
en lo Penal de La Serena, constituida por la juez
presidente Liliana Mera Muoz e integrada por los
magistrados Caroline Turner Gonzlez y Jaime
Meza Sez, se llev a efecto el juicio oral de los
autos rol N 94-2003, seguidos en contra de PEDRO ANTONIO DIAZ HERNANDEZ, alias El Peyo,
chileno, cdula de identidad N 14.191.053-1, soltero, sin oficio, nacido en Santiago el 12 de enero
de 1981, domiciliado en Los Carrera 3318, Lo Es-
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Espejo, Santiago y GRACIELA DE LAS MERCEDES HERNANDEZ BRAVO, chilena, cdula de identidad N 8.852.457-8, nacida en Santiago el 29 de
octubre de 1963, soltera, peluquera, domiciliada
en Pasaje Los Carrera N 3318, Lo Valledor Sur, Lo
Espejo, Santiago.
Representaron al Ministerio Pblico
en el presente juicio los Fiscales adjuntos de
Coquimbo Sergio Vsquez Daz y Enrique Labarca
Corts.
Fue parte querellante en el presente
juicio, teniendo adems la calidad de actor civil don
Alex Mauricio Cruz Barraza, representado por los
abogados Marcia Cecilia Gallardo Gonzlez y Alex
Landsberger Varela.
La defensa de los acusados Pedro Antonio Daz Hernndez, Gabriel Renato Alarcn Roa,
Jaime Andrs Oteiza Oteiza, y Graciela de las Mercedes Hernndez Bravo, estuvo a cargo del abogado Romn Zelaya Ros, en tanto el acusado Antonio Muoz Pinto fue representado por el abogado
Diego Falcone Salas, ambos de la Defensora Penal Pblica.
SEGUNDO: El Ministerio Pblico dedujo acusacin en contra de Pedro Antonio Diaz
Hernndez, Gabriel Renato Alarcn Roa, Jaime Andrs Oteiza Oteiza, y Antonio Muoz Pinto como
coautores del delito de robo con homicidio previsto
y sancionado en el artculo 433 N 1 del Cdigo
Penal, en grado de consumado, y en contra de
Graciela de las Mercedes Hernndez Bravo, en calidad de encubridora del mismo ilcito, conforme lo
dispone el artculo 17 N 3 del Cdigo Penal, fundada en que el da veinticuatro de noviembre de
2001, a las 00:30 horas aproximadamente, los acusados Pedro Antonio Daz Hernndez, Gabriel
Renato Alarcn Roa, Jaime Andrs Oteiza Oteiza,
y Antonio Muoz Pinto, junto al imputado rebelde
John Velsquez Snchez, previamente concertados
para la ejecucin de un robo y premunidos de armas de fuego, llegaron hasta la estacin de servicio YPF, ubicada en la ruta 5, sector La Herradura
de esta ciudad. Como previamente se acordara,
Velsquez Snchez, en compaa de Muoz Pinto
se dirigieron hacia los dependientes que atienden
la estacin de servicio, y apuntndoles con las armas de fuego los intimidaron para sustraerles la
suma aproximada de $105.000, mientras los otros
acusados ingresaban al lugar de comidas de la estacin de servicios, conocido como AM/PM.
Alarcn Roa, apuntando con un revolver, grit a los
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dos que los llevaron, se encontraban dentro del local. Escuch disparos adentro y ms tarde afuera.
La testigo Jhoanna Flores, dependienta del local de
comidas, expresa que el da de los hechos escuch
decir que eso era un asalto, que se tiraran al suelo
y que pedan las billeteras. Agreg que uno de los
asaltantes deca mtalo huevn y luego escuch
un disparo. Se par y pudo ver que los cigarros no
estaban en la caja registradora, los que reconoce
al serle exhibida por la fiscala la evidencia numero
quince del auto de apertura. Sus dichos concuerdan con los del cajero del mismo local Alfredo
Snchez, quien seala que unos sujetos ingresaron al local, donde haba clientes y gritaron que era
un asalto ordenndoles tirarse al suelo, sujetos a
quienes previamente haba visto en actitud sospechosa, media hora antes, cuando concurrieron a
comprar papas fritas. Uno de los asaltantes portaba una pistola negra grande. Ya en el suelo escuch un forcejeo, entre un asaltante y un cliente que
no se lanz al suelo como lo ordenaron, y luego
gritar a uno de ellos mtalo huevn, mtalo o disprale, y posteriormente disparos al interior del local. Agreg que los sujetos huyeron del interior del
local todos juntos, en un lapso de unos segundos.
Explic que antes de los disparos vio a una de las
personas detrs del mostrador sacando dinero, y
luego de ocurridos los hechos pudo constatar que
la caja se encontraba abierta y faltaba dinero as
como los cigarros que se guardaban abajo, los que
reconoce al serle exhibida la evidencia nmero 15
del auto de apertura de juicio oral. El testigo Alfredo
Garca, quien se encontraba en el local junto a unos
amigos, entre ellos la vctima Rubn Cruz, escuch
gritar esto es un asalto, al suelo, vio un revolver
apuntando el que reconoce por su forma ya que tena algo redondo atrs. Se lanz al suelo como
los dems a excepcin de la vctima, a quien un
sujeto le dijo trate al suelo o te mato adems de
garabatos y groseras. Uno de los sujetos se acerc a Rubn Cruz y lo golpe en la cabeza al parecer con la empuadura de un arma, sinti adems
caer el cargador de una pistola. Cruz se incorpor
y comenz a forcejear con su agresor, escuchndose un disparo interior y luego de treinta segundos o un minuto otros disparos en el exterior, explicando que not la diferencia.
Los imputados que declaran en la audiencia Pedro Antonio Diaz Hernndez, Jaime Andrs
Oteiza Oteiza, y Antonio Muoz Pinto, reconocen
haber concurrido al local de YPF, junto a Gabriel
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Alarcn y John Velsquez, agregando que este ltimo distribuy tres armas entre ellos. Sin embargo
alegaron no tener participacin en el homicidio, sealando Pedro Daz que huy del local junto a
Alarcn y Oteiza mientras Muoz peleaba con una
de las personas que se encontraba al interior del
local de expendio de comidas, quien se neg a lanzarse al suelo, agregando que mientras corra, afuera, escuch tres disparos, aclarando que no escuch disparos al interior del local. Por su parte Oteiza
no reconoce en un principio la existencia de un balazo al interior del local, para luego, al ser confrontado con sus dichos prestados en presencia del fiscal, manifestar que al escuchar un balazo que
impact en la pierna de la vctima, todos salen corriendo, agregando que no supo lo que ocurri despus. En tanto Muoz declara que cuando golpeo a
un cliente con la empuadura de su arma y el cargador de esta cae, ya todos sus coimputados haban salido corriendo del local y que cuando l sale
afuera con un cliente, John se devuelve, sindicando al acusado rebelde como el nico autor de disparos a la vctima.
Sin perjuicio de que los acusados Pedro Antonio Daz Hernndez, Jaime Andrs Oteiza
Oteiza y Antonio Muoz Pinto niegan haber participado en un delito de robo con homicidio, reconociendo slo haberlo hecho en el delito de robo con
violencia o intimidacin, conjuntamente con Gabriel
Alarcn Roa, esto resulta desvirtuado con los dichos de los testigos Rodrguez Bustos, quien escuch determinadamente decir mtalo, mtalo y sacarle la madre, cuando an todos los asaltantes se
encontraban dentro del local. Adems escuch disparos en el interior, testigo que en la fiscala seal que luego de escuchar disparos cuatro asaltantes
huyeron, quedando en el local uno de ellos peleando con la vctima, como se demostr al exhibrsele
esa declaracin, de acuerdo a lo dispuesto en el
artculo 332 del Cdigo Procesal Penal; de la testigo Jhoanna Flores, quien seal que escuch a uno
de los asaltantes decir mtalo huevn y luego escuch un disparo, del testigo Alfredo Snchez, quien
seal que escuch decir al interior del local, luego
que ingresaran los asaltantes, mtalo huevn mtalo o disprale. Agreg el testigo que luego de ello
escuch disparos, sealando que los asaltantes
huyeron todos juntos, en un lapso de segundos. Finalmente, Alfredo Garca relat que el da de los
hechos mientras se encontraba en el interior del
restaurante del servicentro YPF, luego que ingresa-
ron los asaltantes al lugar y ordenaron a los presentes que se lanzaran al suelo, Rubn Cruz no
obedeci y escuch entonces que uno de los sujetos dijo trate al suelo, si no te voy a matar adems de garabatos. Despus de ello Cruz fue golpeado, comenz un forcejeo entre ste y su agresor y luego se sinti un disparo. Como 30 segundos
o un minuto despus escuch otros disparos. Como
es dable apreciar, al menos cuatro de los testigos
presenciales escucharon la orden homicida al interior del local, y al menos un disparo en el interior. Si
bien Ercio Prez expres que escuch el balazo
cuando ya no quedaba nadie en el interior del recinto y agreg que el disparo fue casi en la puerta
del local y que luego escuch que alguien afuera
gritaba que lo ayudaran, que mataran a ese concha de su madre, de los dichos de los testigos presenciales ya mencionados, de los funcionarios
policiales que se constituyeron en el lugar, Jaime
Rojo y Vctor Rojas, y del hecho de encontrarse rastros de sangre en el sector de las mesas del local,
gotas que llegan hasta la puerta del mismo, segn
se aprecia de las fotografas tomadas por el perito
fotgrafo Vctor Pulgar, contenidas en el set fotogrfico 309 e incorporadas como prueba, resulta
evidente que al menos uno de los disparos debi
ser en el interior del mismo y no en el sector de la
puerta, sino que en el de las mesas, ya que todos
coinciden que ste fue mientras la vctima y uno de
los asaltantes forcejeaban, los que justamente comenzaron la pelea en el sector de las mesas y se
dirigieron luego hacia la puerta, disparo que hiri a
Rubn Cruz en la pierna, como se acredit en el
juicio. Ninguno de los dems testigos presenciales seal haber escuchado amenazas afuera del
recinto, todos sealaron que ello ocurri en el interior, pareciendo entonces a estos sentenciadores que
el testigo Ercio Prez se encuentra confundido en
cuanto a la secuencia de los hechos en el tiempo.
Se acredit adems que el da de los
hechos fueron disparadas dos armas distintas, en
el interior del local, un revlver con municin .32 y
en el exterior una pistola 9 mm, con el testimonio
del testigo Alfredo Snchez, quien vio al interior
del local a uno de los asaltantes portando una pistola negra grande, en tanto Alfredo Garca describi claramente en estrados un revolver, lo que concuerda con el relato hecho por los acusados en orden a la distribucin de las armas entre ellos. Pedro Daz seal que l portaba un revolver, John
Velsquez una pistola 9 mm y Antonio Muoz una
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es ser dos o ms los malhechores, comprobada latamente con los elementos de juicio expuestos en
los considerandos precedentes, teniendo adems
presente que a juicio de estos sentenciadores para
configurar la agravante no resulta necesario que los
imputados tengan antecedentes penales, por cuanto el peligro mayor para la vctima y la mayor seguridad con que obran los hechores amparados en su
nmero est siempre presente al haber multiplicidad de partcipes en un hecho delictual.
SEPTIMO: Que no perjudica al sentenciado Pedro Daz Hernndez, contrariamente a
lo sostenido por la fiscala, la circunstancia agravante del artculo 12 N 16 del Cdigo Penal, esto
es ser reincidente en delito de la misma especie,
por cuanto a juicio del tribunal no basta para configurarla el slo mrito de su extracto de filiacin,
habindose acompaado en estrados slo una sentencia relativa a la causa RUC 0100019874-5, del
Juzgado de Garanta de la Serena, en la que consta que su dictacin es posterior a la fecha de acaecimiento de los hechos que motivaron este juicio,
no constando en todo caso que se encuentre
ejecutoriada. Respecto de las restantes anotaciones prontuariales no existe constancia acerca del
momento, la fecha en que dichas sentencias quedaron ejecutoriadas, por lo que no se dan los requisitos para acogerla.
OCTAVO: Que no beneficia al sentenciado Jaime Oteiza Oteiza, la circunstancia atenuante de colaboracin substancial al esclarecimiento
de los hechos, contemplada en el artculo 11 N 9
del Cdigo Penal, por cuanto a juicio de estos
sentenciadores la exigencia para configurarla es
muy alta, debe determinarse previamente si este
prest colaboracin al esclarecimiento de los hechos y si esta puede ser calificada como substancial. Al incorporar el legislador esta atenuante en
reemplazo de la anterior, que exiga que no existiera otro antecedente que su espontnea confesin,
disposicin incompatible con los principios del nuevo sistema penal y que hacan necesaria su adecuacin, mantiene la alta exigencia de la antigua
norma, necesitndose que la contribucin del acusado sea sustancial para el esclarecimiento vocablo que entre otras acepciones, significa en el Diccionario de la Real Academia Espaola, Que constituye lo esencial y ms importante de algo.
En estrados el acusado neg haber
proporcionado los nombres de sus coimputados a
la polica, manifestando slo haber entregado sus
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Hernndez dio autorizacin voluntaria para el ingreso a su domicilio, y accedi a declarar voluntariamente, acompandolos a la unidad policial, lugar
donde recibi un llamado sealando estoy con los
ratis, qudate ah no ms huevn y cort. Posteriormente se acredit en la audiencia con los dichos
de Oteiza, que el fue el quien efectu el llamado,
desconociendo haber manifestado lo ltimo. Este
polica seala que esto ocurri alrededor de las
cuatro de la maana del da de los hechos. Seala
adems que en el inmueble, en un dormitorio producto del registro encontr una bolsa con monedas
de $100, las que reconoce en la audiencia y son
incorporadas como prueba por la fiscala.
DUODECIMO: Como es dable apreciar ha
resultado acreditado en la audiencia que existi un
registro en el inmueble de la acusada, sin necesidad de orden judicial previa, y luego concurri a la
unidad policial a declarar, sin encontrase detenida,
donde permaneci desde la madrugada hasta la
tarde del da de los hechos. El que se encontraran
especies en su domicilio, no implica su participacin es este delito, desde que al menos algunos de
los hechores vivan all, segn ella misma relat en
estrados. No se acredit que le haya sealado a
Oteiza qudate ah no ms huevn, cuando este
la llam por telfono, horas despus de los hechos, cuando ella se encontraba en el cuartel
policial, ya que al respecto slo existe el dicho
del funcionario policial, pues la acusada slo dijo
haberle sealado que estaba en el cuartel policial lo que tambin declar Oteiza, situacin que
era efectiva, accin que este tribunal estima insuficiente para proporcionar la fuga a los imputados. A mayor abundamiento es dable pensar
que ella pudo estimar, al hablar con Oteiza, que
ste se encontraba acompaado de su hijo, caso
en el cual, estara amparada por la exencin de
responsabilidad contemplada en el inciso final del
artculo 17 del Cdigo Penal, toda vez que segn aparece del certificado de nacimiento acompaado como prueba, sta es madre de Pedro
Daz Hernndez.
Atendido lo razonado y teniendo presente lo dispuesto en el artculo 340 del Cdigo Procesal Penal y no habiendo adquirido este tribunal la
conviccin ms all de toda duda razonable de que
Graciela Hernndez participara como encubridora
en el hecho punible objeto de la acusacin, estndar
de prueba que no se logr, se dictar sentencia
absolutoria en favor de la imputada.
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Resumen:
La Fiscala acus al imputado como autor del delito de violacin en contra de su hija menor de 12
aos, alegando la agravante especial del artculo 368 del Cdigo Penal. La Defensa sostuvo la
inocencia del acusado, y en subsidio solicit el rechazo de la agravante del artculo 368 del Cdigo
Penal, porque los ascendientes no estn nombrados expresamente en l. El Tribunal dio por acreditados tanto la ocurrencia del ilcito como la participacin del acusado, desechando los alegaciones de la Defensa respecto de supuestas irregularidades administrativas en el peritaje legista,
tanto ms atendidas las condiciones en que el Servicio Mdico Legal debe funcionar, especialmente en las ciudades pequeas. Asimismo, dio valor al testimonio de la sicloga tratante de la
menor contra lo planteado por la Defensa, por cuanto ella declar respecto del relato prestado por
la vctima antes de iniciar el tratamiento sicolgico, y en su calidad de experta. Respecto de la
agravante invocada por el Ministerio Pblico, la acogi por estimar que concurran los presupuestos para su procedencia. Ello porque el acusado viva con su hija y se encontraba encargado por
cualquier ttulo, especficamente por mandato legal, del cuidado de sta .
Texto completo:
Talca, treinta y uno de diciembre de dos mil tres.
Vistos:
El da veintinueve de diciembre de dos mil
tres, ante esta Segunda Sala del Tribunal de Juicio
Oral en lo Penal de Talca, integrada por los Jueces
don Rodrigo Cerda San Martn, don Wilfredo Urrutia
Gaete y doa Mara Isabel Gonzlez Rodrguez,
se llev a efecto la audiencia de juicio oral relativa
a los autos rol interno N 69-2003, por el delito de
violacin en menoscabo de la menor M.C.B.O., seguido en contra de JUAN ALFONSO BERROCAL
PEREZ, chileno, natural de Curacautn, cdula de
identidad N 7.614.996-8, de cuarenta y ocho aos
de edad, soltero, obrero, domiciliado en OHiggins
sin nmero de la comuna de Empedrado , nunca
antes condenado.
El Ministerio Pblico, representado por la
Fiscal, doa Mnica Cnepa Lobos, fue la parte
acusadora en este juicio, cuyo domicilio se encuentra en calle Montt N 155, de Constitucin.
La defensa del acusado estuvo a cargo del
Defensor Penal Pblico, don Alfredo Grandn Lagunas, domiciliado en Portales N 429, de Constitucin.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que los hechos materia de la
acusacin, segn el auto de apertura de juicio oral ,
ocurrieron entre el mes de diciembre de 2001 y el
mes de marzo de 2002, perodo en el que, en reiteradas ocasiones, el acusado accedi carnalmente
por va vaginal a su hija de seis aos de edad,
M.C.B.O., en el domicilio que el acusado comparta
con la ofendida, ubicado en OHiggins sin nmero,
de Empedrado.
La Fiscala calific estos hechos como
constitutivos del delito de violacin de persona menor de doce aos, previsto y sancionado en el artculo 362 del Cdigo Penal, en grado de consumado, y estima que en ellos le ha correspondido participacin, en calidad de autor, a Juan Alfonso
Berrocal Obreque.
El Ministerio Pblico estima que en su favor concurre la circunstancia atenuante de irreprochable conducta anterior establecida en el artculo
11 N 6 del Cdigo Penal y que le perjudica la agravante establecida en el artculo 368 del mismo cuerpo legal, por ser el padre de la ofendida y vivir junto
a ella. Solicita se le imponga la pena de diez aos y
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Valds, quien carece de objetividad por ser la profesional que realiza sicoterapia a la menor. Agreg
que el peritaje del mdico legista, quien no es gineclogo y por ello no tiene la experticia que se requiere, fue realizado con infraccin a las normas
que lo regulan y sus reglamentos; porque no se
encontraba presente un familiar adulto de la menor
y tampoco otro profesional del rea de la salud. Tampoco consult en su entidad, no fue firmado por otro
perito que lo avalara y no puede determinarse, como
lo afirm el mdico, que las lesiones ocurrieron tres
meses antes del examen porque tambin pudieron
haber sido causadas en un perodo anterior.
En lo relativo a una prenda de ropa interior femenina, -un calzn- , presentado como
evidencia material por el Ministerio Pblico, estima que no constituye prueba del ilcito ni que el
relato de M. B. O. sea veraz, porque habra sido
extrado, tiempo despus de la poca en la que
habran ocurrido los hechos, de un bao que no
fue resguardado debidamente por los funcionarios policiales, que comparte la familia de la ofendida con otras y que no fue reconocido por la
madre de la menor.
En subsidio, para el evento que la decisin sea condenatoria, rechaza que concurra en
contra de su representado la agravante que plantea el Ministerio Pblico, por cuanto en el artculo
368 del Cdigo Penal, -se considere injusto o no- ,
no aparecen mencionados los ascendientes y guardador es un concepto jurdico que no es asimilable
a aqul.
TERCERO: Que, an cuando se le ofreci
la palabra, el acusado se asil en su derecho a guardar silencio durante la audiencia.
CUARTO: Que es un hecho no controvertido, por constituir una convencin probatoria segn el auto de apertura de juicio oral, que el extracto de filiacin y antecedentes del acusado no registra anotaciones penales.
QUINTO: Que, habindose ponderado legalmente la prueba rendida durante el juicio, este
tribunal tendr por acreditadas las siguientes proposiciones de hecho:
1) Que en el mes de marzo de 2002,
en dos oportunidades, Juan Alfonso Berrocal
Prez accedi carnalmente a M.C.B.O., introduciendo su pene en la vagina de la segunda, mientras se encontraban en el hogar que ambos compartan, ubicado en OHiggins sin nmero, de
Empedrado.
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II.a) Declaracin de la ofendida: En cuanto indic que los hechos ocurrieron en el interior de
su domicilio y que, con el objeto de ejecutar los
hechos materia de la acusacin, su padre la subi
en una banca ubicada en el comedor de la vivienda. En otra oportunidad, habra sido objeto de agresin sexual en la cama de su hermano.
II.b) Declaracin de Mara Guillermina
Obreque Pino y Pa Mndez Seplveda: Ambas manifestaron que la menor seal lo indicado en el prrafo anterior y expresaron que el inmueble est compuesto por tres dependencias; un comedor cocina,
un dormitorio donde se encuentra la cama matrimonial y otro donde estn las camas de los nios. Agregaron que en el sitio existe una caseta de madera
con una ducha y otra con un pozo negro.
II.c) Fotografas numeradas del 1 al 13, exhibidas durante la audiencia: Tales pruebas fueron
realizadas por la perito fotgrafo de la Polica de
Investigaciones, Paula Castro Arellano, quien las
reconoci y seal que las capt en el marco de la
investigacin de los hechos por los que se acusa a
Berrocal Prez y que concurri al domicilio con la
polica Pa Mndez Seplveda.
Las mismas fueron exhibidas a la ofendida, su madre y a la inspectora de Investigaciones
Pa Mndez Seplveda. Fueron reconocidas por
stas, como el domicilio donde habran ocurrido los
hechos, siendo particularmente importantes las numeradas como 2, 3, 4 y 5, que muestran la habitacin destinada a cocina y comedor y la banca, que
segn la menor, fue el lugar donde su padre la subi para agredirla sexualmente. Las nmero 9 a 13,
corresponden a una vista general de la caseta destinada a bao y, en detalle, el pozo negro que se
utiliza como tal, donde fue encontrado el calzn presentado como evidencia por la Fiscala, segn lo
seal, tambin el Carabinero que inici la cadena
de custodia de aqul, Juan Cabrera Celis.
III.- En lo referente a la poca en que ocurrieron los hechos motivo de la acusacin, este tribunal los fija en el mes de marzo de 2002 apreciando conjuntamente los dichos de la vctima, de su
madre y de la polica Pa Mndez Seplveda. En
efecto, la ofendida indic que los hechos descritos
en el I.- de este motivo ocurrieron cuando su madre
no estaba porque haba ido a una reunin; la segunda, que recuerda las agresiones sexuales ocurrieron cuando su hija M. C. B. O. cursaba primer
ao bsico y que la nia le mencion que su padre
aprovech que estaban solos para cometer tales
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Resumen:
La Fiscala acus a los imputados como autores de los delitos de estafa, de receptacin y del
artculo 196 A bis letra e) de la Ley de Trnsito. La Defensa aleg que siendo la venta de cosa
ajena vlida los hechos de la causa no eran sino un problema de ndole civil. Aleg, tambin, que
no se cumplan los elementos del tipo de estafa, por cuanto falt el error no vencible y consecuencia directa del dolo de los actores. Finalmente aleg la incompetencia del Tribunal, porque la compra del auto chatarra, y por tanto el principio de ejecucin, fue en Santiago. El Tribunal desech los
argumentos de la Defensa y tuvo por acreditada la concurrencia de cada uno de los elementos del
tipo penal: el engao en la compra de un auto chatarra que cambian por uno robado en buen
estado y que ponen en venta en una automotora; el error en la creencia del adquirente de haber
comprado un auto legtimo, y que no slo sufri ste, sino tambin el dueo de la automotora y
aquellos funcionarios que practicaron dos revisiones tcnicas; la disposicin patrimonial y el perjuicio en el pago del precio y la adquisicin de un auto robado. Respecto del delito de receptacin,
el Tribunal seal que esta figura penal fue el medio necesario para cometer la estafa, y por tanto
quedaba subsumida en sta. Tambin desech la alegacin de incompetencia, por cuanto la compra de un auto chatarra es un acto lcito. El primer acto de preparacin se dio entre la fecha del
robo del vehculo (30 de noviembre de 2001) y su posterior puesta en venta en la automotora de
Curic (22 de diciembre del mismo ao). Finalmente, respecto del ilcito de la Ley de Trnsito,
seal que ste se refiere al fin de transitar, y en este caso fue para defraudar, por lo que lo
desestim.
Texto completo:
Curic, doce de enero de dos mil cuatro.
VISTO, OIDO Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que con fecha seis y siete de enero del ao en curso, ante esta Segunda Sala del
Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Curic, presidida por la magistrado doa Paulina Rodrguez
Rodrguez, e integrada por doa Graciela Carvajal
Herrera y por don Hernn Garca Mendoza, se llev a efecto la audiencia de juicio oral en la causa
rol interno N 43-2003, por el delito de estafa, perpetrado en esta ciudad el 02 de enero de 2002, en
perjuicio de don Mario Gonzlez Palavecino, seguido en contra de NAYIDE DEL CARMEN TOLEDO
ARAVENA RUN N 10.681.733-2, fecha de nacimiento el 30 de abril de 1963, 40 aos de edad,
duea de casa, sin apodos, con domicilio en La Laguna, sin nmero, Teno, y JORGE ALEJANDRO
TOLEDO ARAVENA, RUN N 11.369.148-4, fecha
de nacimiento el 06 de diciembre de 1968, 35 aos
de edad, sin apodos, casado, comerciante, con domicilio en La Montaa sin nmero de Teno, ambos
sin antecedentes penales anteriores, segn consta
de sus extractos de filiacin y antecedentes exentos de anotaciones penales pretritas, acompaados a la audiencia por el Ministerio Pblico como
documentos N 1 y 2.
Fue parte acusadora en el presente juicio el
Ministerio Pblico de Curic, con domicilio en Avenida Manso de Velasco N 701 de esta ciudad, representado por el fiscal Vinko Fodich Andrade. En tanto,
el abogado Julio Herrera Rosales actu como acusador particular por el querellante Mario Gonzlez
Palavecino, solicitando ser notificado al fono fax
319185 o al correo electrnico julioadoc@tie.cl
La defensa de los acusados estuvo a cargo del abogado Sergio Aguilera Jara de la
Defensora Penal Pblica de Curic, con domicilio
en Argomedo N 280 de esta ciudad.
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SEGUNDO: Que, segn el auto de apertura de juicio oral, el Ministerio Pblico de Curic dedujo acusacin en contra de los acusados Nayide
del Carmen Toledo Aravena y Jorge Alejandro Toledo
Aravena como coautores del delito de estafa, en
grado de consumado, tipificado en el artculo 468
del Cdigo Penal y sancionado en el artculo 467
N 1 del Cdigo Penal, en relacin con el artculo
68 inciso segundo del Cdigo Penal, sealando que
el da 14 de junio de 2001 los acusados concurrieron a la ciudad de Santiago, donde adquirieron el
vehculo patente SE-4651 de color negro, marca
Nissan V-16, el que por instrucciones de la Compaa de Seguros se remataba por prdida total del
vehculo ya que ste haba participado en un accidente de trnsito quedando totalmente destrudo,
dicho accidente de trnsito estaba siendo investigado por el 21 Juzgado del Crimen de Santiago
causa rol N 59-05-2001, se realiz el remate de
rigor y se emiti la factura del vehculo a nombre de
Nayide del Carmen Toledo Aravena, en la suma de
$900.000.-, posteriormente, a fines del mes de diciembre del 2001, los acusados Toledo Aravena
concurrieron a la Automotora Cordillera de esta ciudad ubicada en calle Carmen N 447 de Curic donde entregan en consignacin el referido vehculo
para su venta con la misma patente ya indicada pero
con una caracterstica bastante peculiar, ya no era
el vehculo totalmente destruido sino que se trataba de un vehculo que no tena ningn tipo de choque ni dao, se encontraba completo, de color blanco, mismo modelo y marca, pero tena el nmero
de motor y chasis adulterado, luego se estableci
que este nuevo vehculo, que figuraba con la patente del vehculo rematado, haba sido robado el
da 30 de noviembre de 2001, correspondiendo en
definitiva al vehculo patente PN-5698 de propiedad de don Luis Toro Hernndez, se realiz esta
entrega en la Automotora Cordillera y se procedi a
su venta el da 04 de enero de 2002 a don Mario
Gonzlez Palavecino quien lo adquiri en la suma
de $3.000.000.- con toda su documentacin al da;
una vez realizados todos los trmites de inscripcin
don Mario Gonzlez quera utilizar el vehculo para
trabajarlo como taxi, concurri a la Secretara Regional de Transportes de Talca, donde solicita se
autorice a ste cambiar de color, de blanco a negro
a fin de trabajarlo como taxi, se encuentra con que
este vehculo ya tena el color negro y autorizacin
para trabajar como taxi, fue por esta razn que
Gonzlez Palavecino concurre a las dependencias
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tculo 374 letra a) del Cdigo Procesal Penal establece que son nulos los juicios y por tanto las sentencias que se dictan por tribunal incompetente. Finalmente la defensa solicita la absolucin de sus
representados, y como gozan de una irreprochable
conducta anterior hacer aplicables los beneficios de
la Ley N 18.216.
En su alegato de clausura, la defensa agreg algunos conceptos sostenidos en su alegato de
apertura, y aadi que respecto de la seora Nayide
Toledo Aravena el nico antecedente que hay es
que firm una adquisicin de un vehculo, hizo cambio de color del vehculo al igual que la vctima, pero
no se ha acreditado por ningn medio procesal que
ella haya tenido un conocimiento ms all del que
la vctima alega tener, el hecho de firmar la adquisicin de un documento no hace partcipe de la
ilegalidades del hecho, la acusada dio una explicacin muy razonable, es su hermano, ha prestado
firmas, facilit su RUT, su nombre, su persona, pero
los hechos tuvieron su principio de ejecucin en
Santiago, se adquiri todo en Santiago, el negocio
fue hecho por su hermano, ella no tiene nada que
ver en esta causa, su actividad no es punible, porque el requisito sine qua non de todo delito de estafa es un conocimiento, un dolo directo, aqu no existe
el cuasidelito de estafa, tiene que tener un conocimiento real y acabado de los hechos que se estaban fraguando, y haber firmado un documento, haber prestado su nombre, no la hace responsable del
delito que se le imputa, por tal razn la defensa
seala que debe dictarse sentencia absolutoria, tenemos clara conciencia que el dueo real era la otra
persona porque la inscripcin de vehculos motorizados no es requisito, garanta ni prueba del dominio, es una solemnidad exigida por va de publicidad. Respecto del ilcito, el vehculo sustrado es
un Nissan Sentra y el vehculo enajenado es un V16, modelos diametralmente opuestos y distintos, y
el dueo del vehculo robado nos dijo V-16, pero
los Carabineros, el peritaje, el documento, todo, indica que es un Sentra, modelo diferente, tenemos
un modelo o un chasis que no corresponde a la
apariencia externa del vehculo. Agrega que la chatarra que se compr en Santiago es un V-16 negro,
completamente destrudo, 75% destruccin, y vimos
un V-16 blanco, el dueo dijo V-16 pero el documento dice Sentra, ni l sabe lo que se le rob.
Considera la defensa que si el Ministerio Pblico lo
que pretende para exacerbar la pena son los delitos conexos y las relaciones de hecho, el vehculo
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crito ante el Notario Pblico, el que reconoce sealando que es su firma la que aparece en dicho instrumento, la fecha que se indica es el 4 de enero de
2002, incorporado por el Ministerio Pblico como
documento N 5. Interrogada por el acusador particular seala que no recibi los tres millones, seguramente su hermano recibi el dinero.
d) Fotocopia de recibo de dinero por compraventa del vehculo marca Nissan V-16, patente
SE-4651, ao 1998, inscrito a nombre de Nayide
del Carmen Toledo Aravena, en que se consiga que
la Automotriz Cordillera recibi de Mario Eugenio
Gonzlez Palavecino la suma de $3.350.000.-, de
fecha 02 de enero de 2002, vendedor Julio Faras,
incorporado a la audiencia por el Ministerio Pblico
como prueba documental N 6.
4 Que con posterioridad a la compra del
automvil patente SE-4651-7, realizada por Mario
Gonzlez Palavecino, se estableci que este tena las placas patentes, el nmero de motor y
chasis adulterados.
Circunstancia que se encuentra establecida con los siguientes elementos de prueba:
a) Dichos de Mario Eugenio Gonzlez
Palavecino, quien seala que luego de comprar el
vehculo Nissan V-16, patente SE-4651-7, como pretenda darle un uso de taxi colectivo, lo pint de color
negro, le sac la revisin tcnica y el seguro, pero
en Talca es rechazada su solicitud toda vez que ya
haba sido otorgada dicha patente para taxi colectivo, lo pinta nuevamente de color blanco, lo que le
signific un nuevo gasto. Asertos que se encuentran en armona con la fotocopia de dos certificados de seguro obligatorio del automvil patente SE4651-7, pagados por su propietario don Mario
Gonzlez Palavecino, indicndose en el primero que
corresponde a un taxi colectivo y su fecha de vigencia es desde el 26 de febrero de 2001 al 31 de
mayo de 2002, en tanto en el segundo se seala
que corresponde a un automvil cuya fecha de vigencia del seguro es desde el 01 de mayo de 2002
al 31 de marzo del 2003; y con la fotocopia del certificado de revisin tcnica clase B y anlisis de
gases del referido vehculo patente SE-4651-7, de
fecha 22 de marzo de 2002, probanzas incorporadas a la audiencia por el Ministerio Pblico como
documentos N 11 y 12. Aade el testigo que cuando fue a poner al da la revisin tcnica que le venca el 30 de abril, la persona que revis el mvil
llam a su jefe y juntos le explicaron que en el chasis haba algo malo, el empleado de la planta le
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Santiago documento N 20-, posteriormente el acusado Jorge Toledo Araneda entrega para su venta a
fines del mes de diciembre de 2001 a la Automotriz
Cordillera el auto robado das antes a Luis Toro
Hernndez, pero con las placas patentes de la chatarra adquiridas en el mes de junio, la SE-4651, y
finalmente el 02 de enero del 2002 dicho mvil es
vendido en la Automotriz Cordillera a la vctima
Mario Gonzlez Palavecino, con lo que se cierra el
crculo de la mise en scene de la estafa; el error en
la vctima, segundo elemento del tipo, es decir, una
falsa representacin de la realidad, se presenta claramente en Mario Gonzlez Palavecino cuando
cree, firmemente y de buena fe, haber adquirido un
vehculo legtimo, en circunstancias que lo que estaba comprando era un auto robado, habiendo desplegado la conducta que se le exige a un buen padre de familia, error idneo que alcanza a las dems personas que tuvieron acceso al vehculo, tanto as que el dueo de la Automotriz Cordillera, quien
tiene una larga experiencia en la venta de vehculos, no se dio cuenta del ardid, pasando, luego de
adquirido por la vctima, dos revisiones tcnicas sin
que ningn mecnico se percatara de la adulteracin, como consta de la fotocopia de la revisin tcnica de 22 de marzo de 2002 que indica que el vehculo fue aprobado con ninguna objecin, acompaada al juicio por la Fiscala como documento N
12, y slo el 30 de abril en una revisin tcnica posterior un empleado se da cuenta de que hay algo
raro y lo manda a Carabineros, y slo el 2 de mayo
Carabineros de Talca, luego de efectuar un anlisis
minucioso de la placa adherida del chasis concluyen, tanto en la falsificacin de las placas patentes,
como de su nmero de chasis y motor, le informan
al afectado cul es la verdadera identidad del vehculo y su legtimo propietario, como qued demostrado en el juicio oral principalmente con los atestados de la propia vctima Gonzlez Palavecino, del
dueo de la Automotriz Cordillera Julio Faras
Gonzlez y de los funcionarios de Carabineros
Troncoso Romero y Piva Valds; en cuanto a los
otros elementos del tipo penal de la estafa, esto es,
la disposicin patrimonial y el perjuicio, esta falsa representacin de la realidad en la vctima Mario
Gonzlez Palavecino, hace que ste disponga voluntariamente parte de su patrimonio, esto es,
$3.350.000.-, para adquirir un vehculo robado con
sus placas patentes adulteradas, gaste adems en
revisiones tcnicas y en cambios de color del mvil, segn consta, en especial, de la declaracin de
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la propia vctima Gonzlez Palavecino y del contrato de compraventa celebrado entre ste y la acusada Nayide Toledo Aravena documento N 5-, perjuicio patrimonial que no fue reparado, configurndose
as los ltimos dos elementos del tipo indicados.
NOVENO: Que la participacin culpable que
en calidad de autores les cupo a los acusados
Nayide del Carmen Toledo Aravena y Jorge Alejandro Toledo Aravena, en los trminos prescritos en
el artculo 15 N 1 del Cdigo Penal, en los hechos
descritos en las proposiciones fcticas contenidas
en el razonamiento sexto de esta sentencia, relativos al delito de estafa perpetrado el 02 de enero de
2002 en Curic, en perjuicio de Mario Gonzlez
Palavecino, se encuentra acreditada en especial con
las declaraciones de la propia acusada Nayide del
Carmen Toledo Aravena quien reconoce haber firmado ante Notario Pblico el contrato de compraventa del vehculo adulterado y haber concurrido al
Registro Civil a solicitar cambio de color del mvil;
los dichos de Carlos Hernndez Vergara, quien
indic haber vendido, el 14 de junio del 2001, el
mvil chatarra a un seor de apellido Toledo; los
asertos del vendedor y dueo de la Automotriz Cordillera Julio Faras Gonzlez, quien relat en audiencia haber recibido del acusado Jorge Toledo
Aravena el auto Nissan V-16, patente SE-4651, para
su venta, y que el contrato de compraventa lo firm
en la Notara De Rodt la acusada Nayide Toledo
Aravena; con los testimonios de oidas de Jaime
Troncoso Romero y Benjamn Piva Valds, quienes confirman lo expuesto; y con los documentos
consistentes en la factura extendida por la casa de
remates Marticorena y Cia. Ltda., el giro y pago del
impuesto a la transferencia de vehculos motorizados en que aparece como compradora del vehculo
patente SE-4651 la acusada Nayide Toledo Aravena,
el contrato de compraventa del referido vehculo en
que aparece vendiendo esta ltima, y la solicitud
de inscripcin ante el Registro Nacional de Vehculos Motorizados, N 47, de la compraventa del vehculo en cuestin que seala como actual propietaria a la acusada y como adquirente a la vctima
Gonzlez Palavecino, incorporados por el Ministerio Pblico como prueba documental N 17, 16, 5 y
9, respectivamente.
DECIMO: Que, respecto de la acusada
Nayide del Carmen Toledo Aravena, su participacin en el hecho investigado es clara, toda vez que
tratndose de una persona mayor de edad, empresaria en actividades comerciales de transporte, ha-
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ciones penales anteriores, los que fueron incorporados al juicio por el Ministerio Pblico como documentos N 1 y 2.
DECIMOQUINTO: Que se rechazar la circunstancia agravante de responsabilidad penal invocada por el querellante y acusador particular, contenida en el artculo 12 N 5 del Cdigo Penal, esto
es, en los delitos contras las personas, obrar con
premeditacin conocida o emplear astucia, fraude
o disfraz, por cuanto la estafa corresponde a un
delito contra la propiedad, estando al efecto incluido en el Ttulo IX del Libro Segundo del Cdigo
Penal, intitulado Crmenes y Simples Delitos contra
la Propiedad y, asimismo, por aplicacin del principio non bis in idem, consagrado en el artculo 63
del cdigo punitivo, que prescribe que no producen
el efecto de aumentar la pena aquellas circunstancias agravantes de tal manera inherentes al delito
que sin la concurrencia de ellas no puede
cometerse.
Por estas consideraciones, y VISTO, adems lo dispuesto en los artculos 1, 3, 11 N 6, 14
N 1, 15 N 1, 18, 21, 24, 29, 47, 49, 63, 68, 75, 467
N 1 y 468 del Cdigo Penal; artculos 1, 45, 46,
47, 295, 296, 297, 325 y siguientes, 333, 340, 341,
342, 344, 346, 348 y 468 del Cdigo Procesal Penal; artculos 14 y 15 de la Ley N 18.216, SE DECLARA:
I.- Que se CONDENA a la acusada NAYIDE
DEL CARMEN TOLEDO ARAVENA, ya
individualizada, a sufrir la pena de TRES AOS Y
UN DA de presidio menor en su grado mximo, al
pago de una multa de ONCE UNIDADES TRIBUTARIAS MENSUALES, a las accesorias de inhabilitacin absoluta perpetua para derechos polticos y la
de inhabilitacin absoluta para cargos y oficios pblicos durante el tiempo de la condena, y al pago
solidario de las costas de la causa, como autora del
delito de estafa, en grado de consumado, en perjuicio de Mario Gonzlez Palavecino, perpetrado el 02
de enero de 2002 en la ciudad de Curic.
II.- Que se CONDENA al acusado JORGE
ALEJANDRO TOLEDO ARAVENA, ya
individualizado, a sufrir la pena de TRES AOS Y
UN DA de presidio menor en su grado mximo, al
pago de una multa de ONCE UNIDADES TRIBUTARIAS MENSUALES, a las accesorias de inhabilitacin absoluta perpetua para derechos polticos y la
de inhabilitacin absoluta para cargos y oficios pblicos durante el tiempo de la condena, y al pago
solidario de las costas de la causa, como autor del
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Dictada por la Segunda Sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Curic, presidida por la
magistrado doa Paulina Rodrguez Rodrguez,
e integrada por los magistrados doa Graciela
Carvajal Herrera y don Hernn Garca Mendoza.
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Resumen:
La Fiscala acus al imputado como autor de los delitos de robo con fuerza en lugar destinado a la
habitacin, tenencia ilegal de arma de fuego y trfico ilcito de estupefacientes. Adems aleg la
concurrencia de la agravante del artculo 12 N 16 del Cdigo Penal en el segundo de los delitos.
Respecto del delito de robo la Defensa seal que se trat de un hurto porque el escalamiento no
se habra acreditado. En cuanto a los delitos de tenencia ilegal de arma de fuego y trfico ilcito de
estupefacientes, sostuvo que toda la evidencia recogida y acompaada en el juicio era prueba
ilcita, porque se obtuvo con infraccin de garantas constitucionales. En concreto, no se habra
respetado la norma del artculo 215 del Cdigo Procesal Penal. El Tribunal estim que se haba
configurado el delito de robo con fuerza en lugar destinado a la habitacin, y que en este ilcito el
acusado tuvo participacin en calidad de autor. Argument que fue la huella del imputado la que se
encontr en la habitacin, as como fue en su poder que se encontr una de las especies sustradas. As, an cuando hubiese sido otro el que escal, al menos hubo una convergencia de voluntades y la conciencia de una participacin en un hecho comn. En lo relativo a la alegacin de
haberse obtenido ilegalmente la prueba, la rechaz porque la norma que corresponda aplicar en
este caso es el artculo 187 del Cdigo Procesal Penal. Ello en ejercicio de la facultad del artculo
83 letra b), del mismo cuerpo legal, por haberse tratado de delitos flagrantes, de acuerdo a lo
dispuesto por el artculo 130 del mismo cdigo. Ello tanto ms que tanto la tenencia ilegal de arma
de fuego como el trfico ilcito de estupefacientes son delitos que se configuran con la sola posesin. Finalmente, acogi la agravante alegada por el Ministerio Pblico debido a que haba sido
condenado anteriormente por el mismo delito, siendo irrelevante que el cumplimiento de la condena haya sido en atencin al mayor tiempo que estuvo privado de libertad.
Texto completo:
La Serena, tres de marzo de dos mil cuatro.
VISTOS:
PRIMERO: Que con fecha 26 y 27 de febrero del presente ao, ante esta Segunda Sala del
Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de la ciudad de
La Serena, constituida por el juez seor Nicanor
Alberto Salas Salas, quien presidi la audiencia, y
los jueces seores Jorge Pizarro Astudillo y Jorge
Fernndez Stevenson, se llev a efecto la audiencia del Juicio Oral relativa a los autos rol N 042004, seguido contra LUIS FELIPE CORTES
GODOY, chileno, soltero, cdula de identidad n
15.910.135-5, cuya profesin u oficio se ignora, domiciliado en calle Gabriel Gonzlez Videla N 3170,
Vista Hermosa, La Serena.
Fue parte acusadora en el presente juicio
el Ministerio Pblico, representado en la oportunidad por el fiscal adjunto de La Serena, don Marcelo
Sanfeli Gerstner, domiciliado en calle Gandarillas
N 810, La Serena.
La defensa del acusado Luis Felipe Corts
Godoy estuvo a cargo del abogado de la Defensora
Penal Pblica don Christian Rodrguez Villalobos,
domiciliado en Avenida El Santo N 1160, La Serena.
SEGUNDO: Que la acusacin deducida por el ministerio pblico en este juicio se fundamenta en los
siguientes hechos:
Hecho N 1: El da 22 de Febrero de 2003 en horas de la tarde, el acusado Luis Felipe Corts
Godoy en compaa de otra persona no identificada ingres al inmueble, que en ese momento se
encontraba sin moradores, ubicado en calle Lidia
Urrutia N 3140, Poblacin Figari, comuna de La
Serena, mediante el escalamiento de un portn de
madera, para ingresar posteriormente al interior
de dicho inmueble y sustraer con nimo de lucro y
contra la voluntad de su dueo, distintas joyas que
fueron avaluadas por su propietaria Rosa Eugenia
Soler Gonzlez, en dos millones de pesos, para
posteriormente darse a la fuga con las especies
en su poder.
Hecho N 2: El da 01 de marzo de 2003 y con
ocasin de una entrada y registro e incautacin
autorizada judicialmente al domicilio del acusado Luis Felipe Corts Godoy, ubicado en calle
Gabriel Gonzlez Videla N 3170, Vista Hermosa, La Serena, se le encontr en su interior un
revlver empavonado con empuadura color caf,
marca Taurus, calibre 38 especial, serie N
1327450, con veinticuatro (24) cartuchos del mismo calibre sin percutar, ms veintinueve (29) cartuchos calibre 380 9 milmetros corto, sin
percutar, todo sin la autorizacin legal correspondiente para su tenencia, ni tampoco tener inscrita el arma sealada a su nombre.
Hecho N 3: El da 01 de marzo de 2003 y con
ocasin de una entrada y registro e incautacin
autorizada judicialmente al domicilio del acusado
Luis Felipe Corts Godoy, ubicado en calle Gabriel
Gonzlez Videla N 3170, Vista Hermosa, La Serena, se encontr que posea en su interior para
traficar 68 envoltorios de papel contenedores de
cannabis sativa, con un peso neto de 30,67 gramos; 7 envoltorios de papel contenedores de
cannabis sativa, con un peso neto de 41,80 gramos; 1 envoltorio de papel contenedor de cannabis
sativa, con un peso neto de 48,29 gramos, sin contar con la autorizacin competente y sin estar destinada a un tratamiento mdico ni a su uso o consumo personal exclusivo y prximo en el tiempo.
Los hechos precedentemente descritos, en
concepto del ministerio pblico, constituyen los siguientes delitos:
Delito N 1: El hecho N 1, el delito de robo con
fuerza en lugar destinado a la habitacin, previsto y
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de casa y el portn de madera tambin permanecen siempre cerrados, este ltimo incluso con un
candado que se encuentra por la parte posterior; y
que la puerta de la cocina si bien se mantiene tambin cerrada, queda sin llave, por lo que se puede
abrir libremente. En relacin al portn, la testigo
agreg que el mismo conduce a un pasillo, donde
caben 2 autos, el cual no est completamente techado, sino que tiene en su inicio un espacio de 1
metro aproximado, siguiendo a continuacin el techo. Aadi que escalar, saltar el portn e ingresar
por el sealado espacio resulta fcil y posible de
efectuar, lo que le consta, pues en una oportunidad
en que se qued sin sus llaves de ingreso a la casa,
le pidi a un hijo que lo saltara, lo que ste hizo,
afirmndose en la perilla del mismo. La testigo procedi tambin a reconocer una gargantilla que le
fue exhibida por el ministerio pblico -y que se refiere en el N 12, bajo el acpite otros medios de
prueba del auto de apertura-, como una de sus
especies que guardaba en el sealado cajn y que
le fuera sustrada. Finalmente, termin sealando
la declarante que posteriormente fue a hacer una
denuncia a Investigaciones, ya que en la tapa del
cajn se observaba la huella de una mano as como
tambin, en el segundo cajn, la de una zapatilla.
Declar tambin en el juicio Eugenia
Yasmina Calonge Soler, hija de la ofendida, quien
seal que el fin de semana correspondiente al 22
de febrero del ao 2003, salieron de vacaciones con
su familia al campamento Tamelcura, al interior de
Ovalle. La testigo procedi a reconocer la fotografa N 1 del informe pericial N 41 que se le exhibi,
correspondiente al domicilio de sus padres, indicando que siendo aproximadamente las 13:30 a 14:00
horas, al proceder a cargar la camioneta, se percat de la presencia del acusado en las inmediaciones, el cual se encontraba con otro joven, de nombre Sebastin, como a seis casas hacia la derecha
de la fotografa, lugar donde vive el padre de este
ltimo. Agreg que al salir todo qued cerrado, y en
lo referido al portn de madera, indica que ste tiene una cerradura con un candado por el interior.
Continu sealando la testigo que el da sbado
recibi una llamada del padre de su hija quien le
inform que haban entrado a robar a casa de sus
padres y que los hechores se haban llevado diversas joyas, lo que les fue tambin comunicado por
su abuelo que tambin les avis de la misma situacin. Ante ello, y por lo tarde de la hora, decidieron
retornar slo al da siguiente, percatndose al lle-
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Estos hechos constituyen el delito de tenencia ilegal de arma de fuego, previsto y sancionado
en el artculo 9 de la Ley N 17.798, sobre control
de armas de fuego.
UNDECIMO: Que la participacin que en el
presente ilcito se atribuye al acusado Luis Felipe
Corts Godoy, se acredit con los mismos testimonios de los funcionarios policiales y los dems antecedentes ya referidos en el fundamento noveno
anterior, que determinan que el revlver marca
Taurus, serie 1327450, apto para ser utilizado como
arma de fuego, ms 24 cartuchos correspondientes
a esta arma y otra cantidad de 29 cartuchos calibre
380 fue encontrado en la habitacin del acusado,
escondido dentro de un puff, todo ello sin que registrara inscripcin legal a su nombre ni permiso de
porte de arma de fuego.
En cuanto al delito de trfico ilcito de estupefacientes
DUODECIMO: Que en relacin a este hecho punible, declar el inspector de la polica de
investigaciones Luis Durn Gonzlez, quien expuso que en virtud de la orden verbal de entrada, registro e incautacin emitida por el Juzgado de Garanta de esta ciudad debido a las sospechas que
existan en contra del acusado, el da 1 de marzo
del ao 2003 se concurri hasta su domicilio ubicado en calle Gabriel Gonzlez Videla N 3170 de esta
ciudad, ingresando l junto al inspector Cristin
Montoya al dormitorio del imputado. Agreg que el
inspector Montoya, en un mueble ubicado a la entrada de la habitacin encontr la suma de
$112.000.- aproximados en billetes de diverso valor, y consultado el acusado sobre el origen del mismo, seal que l no estudiaba ni trabajaba, y que
el dinero se lo daba su abuela. Aadi el testigo
que continuando el registro, en el entretecho ubicado sobre la cama del acusado encontr 8 paquetes envueltos en papel de diario, contenedores de
una hierba de color verde que impresionaba como
marihuana, por lo que llamaron a la brigada
antinarcticos a fin de que se realizaran los peritajes correspondientes. Agreg el testigo que interrogado el acusado sobre este punto, indic que la
sustancia la tena para su consumo. Continu sealando el declarante que momentos ms arde, la
detective Carola Videla le comunic que haba encontrado otros 67 o 68 envoltorios de marihuana comnmente denominados mquinas- que tambin el acusado seal tener para su consumo, y
ante la evidencia encontrada, se determin detener
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gencia, al igual que los trozos de papel contenedores de la droga, acompaados como prueba en los
N 4, 5 y 6 bajo el acpite de otros medios de prueba del auto de apertura. Seal la testigo igualmente que la prueba de campo efectuada a la hierba encontrada dio coloracin positiva para el gnero cannabis sativa, y termin reconociendo el acta
de recepcin N 86/03, que da cuenta de la entrega
que ella hizo de la droga en el Servicio de Salud de
Coquimbo.
Depuso tambin a este respecto el testigo
Carlos Molina Vsquez, subinspector de la polica
de investigaciones, quien seal que el da sbado
1 de marzo del ao 2003 a peticin de la brigada de
robos, le correspondi efectuar un anlisis de una
hierba que se haba encontrado en un domicilio, la
cual estaba contenida en 68 envoltorios pequeos
y otros 8 paquetes grandes, toda la cual, una vez
efectuados los peritajes correspondientes dio coloracin positiva para la presencia de cannabinoles,
presentes en la cannabis sativa. El testigo procedi
a reconocer a continuacin las fotografas del informe N 50 que se le exhibieron, en particular las N
10, 11, 13, 14, 15 y 16, correspondientes a la hierba incautada y respecto de la cual practic su peritaje, indicando que se trataba de una cantidad total
bruta de 254,12 gramos. Reconoci el testigo igualmente las pruebas N 4, 5 y 6 del acpite otros
medios de prueba, correspondientes a los trozos
de diario contenedores de la droga.
Se acompa al juicio por el ministerio pblico igualmente a este respecto acta de recepcin N
86/03 que da cuenta de la entrega en la seccin
Farmacia del Servicio de Salud de la cantidad neta
de 120.76 gramos de hierba, correspondientes a
30,67 gramos de hierba molida caf; 41,80 gramos
de hierba verde; y 48,29 gramos de hierba verde,
todas de nombre presunto marihuana.
Depuso tambin el perito Francisco Godoy
Nez, bioqumico, a quien correspondi efectuar
el anlisis de la hierba incautada en el procedimiento policial, sealando que efectuadas las pericias
respectivas, se determin que ella corresponda a
cannabis sativa, comnmente denominada marihuana. Reconoci el perito el acta de recepcin N 86
a que ya se hiciera referencia, as como los informes N 86 A, B y C que elabor, donde consigna
los resultados de su anlisis, y que fueron igualmente acompaados al juicio.
Finalmente, se incorpor al juicio por la fiscala, informe sobre trfico y accin del cannabis
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petrar otro delito, lo que con las pruebas reunidas en el juicio no se puede establecer, especialmente en lo referido a otro delito. Por lo anterior, slo procedera, a lo ms, la aplicacin de
una multa. Por ltimo, la defensa indica que no le
perjudica al acusado la agravante del artculo 12 N
16 que hace valer el ministerio pblico, pues para
que ella opere se requiere el cumplimiento efectivo
de la pena, el cual debe ser producto de la condena,
y no como resultado de abonos derivados de un perodo de privacin de libertad a raz de un procesamiento o formalizacin.
DECIMOSEXTO: Que el tribunal desestimar las alegaciones de la defensa, estimando que
los artculos 187 y 215 invocados, no se oponen,
ni se trata tampoco de una normativa general por
sobre otra particular, sino que configuran ambas
situaciones diversas. En efecto, de la lectura de
las dos disposiciones citadas aparece que el artculo 215 regula la situacin ocurrida durante la
prctica de una diligencia de registro , en que se
descubren objetos o documentos que permiten
sospechar la existencia de un hecho punible distinto del que constituye la materia del procedimiento en que se libr la orden de registro que se practica. Es decir, se trata de elementos o antecedentes que no constituyen o configuran por s mismo
un ilcito , sino que tal como la sealada disposicin lo indica, slo permiten sospechar del acaecimiento de uno, esto es, aprehender o imaginar
algo por conjeturas fundadas en apariencias o visos de verdad, tal como dicho concepto es definido por el Diccionario de la Real Academia Espaola de la Lengua. Resulta evidente, en tal hiptesis, la exigencia de una nueva orden judicial para
proceder a su incautacin, pues bien puede suceder que tales sospechas no se concreten en definitiva en un ilcito, con grave afectacin, en tal
caso, del derecho de propiedad, lo que resulta
concordante con lo sealado por el artculo 9 del
Cdigo Procesal Penal que requiere autorizacin
judicial previa en toda actuacin del procedimiento que prive al imputado o a un tercero de los derechos que la Constitucin asegura, o los restrinja
o perturbe.
Diversa es la situacin del artculo 187 del
Cdigo Procesal Penal, el que faculta para proceder a la incautacin inmediata de los objetos, documentos e instrumentos hallados en poder del imputado respecto de quien se practicare detencin en
ejercicio de la facultad prevista en el artculo 83 le-
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III.- Que no reunindose los requisitos legales, no se conceder al condenado Luis Felipe
Corts Godoy, ninguno de los beneficios contemplados en la Ley 18.216, por lo que deber cumplir
real y efectivamente las penas corporales que respectivamente le han sido impuestas, comenzando
por la ms grave, penas que se contarn desde el
da 1 de marzo de 2003, fecha desde la cual se
encuentra ininterrumpidamente privado de libertad
con motivo de esta causa.
IV.- Una vez ejecutoriada el presente fallo, remtanse los antecedentes pertinentes al Juez
de Garanta correspondiente para los efectos del
cumplimiento de esta sentencia.
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CORTE DE APELACIONES
Acoge recurso de apelacin interpuesto, declarando admisible la querella por abusos sexuales
presentada por el SENAME.
Tribunal: Corte de Apelaciones de Talca.
Resumen:
El SENAME interpuso una querella por el delito de abusos sexuales contra menores de edad, la
cual fue declarada inadmisible por el Tribunal de Garanta por haber sido interpuesta por una
persona no autorizada por la ley. Ello, principalmente, en virtud de lo dispuesto en el artculo 111
del Cdigo Procesal Penal. La Corte revoc la resolucin del Tribunal de Garanta sealando que,
de acuerdo a lo dispuesto por los artculos 111 y 53 del Cdigo Procesal Penal, cualquier persona,
sin distincin de ser natural o jurdica, est facultada para parecer en juicio por delitos que afectan
intereses sociales relevantes, como justamente son los intereses superiores del nio.
Texto completo:
En Parral a catorce de noviembre de dos mil tres.
Vistos:
1 Que el Servicio Nacional de Menores a
travs de su director Regional present querella en
esta causa aduciendo para ello las facultades conferidas por el decreto ley N 2.465 y los artculos 3 y
19 de la Convencin Internacional de Derechos del
Nio, indicando que el inters procesal en el ejercicio de la accin penal y su legitimidad activa adems se basara en el artculo 5 de la Constitucin
Poltica del Estado, los artculos 53 inciso 2 y 111
inciso 3, toda vez que los delitos cometidos contra menores constituyen en si mismos intereses sociales relevantes.
2 Que en la presente causa se formaliz
la investigacin calificando los hechos como abusos sexuales contra menores de edad.
3 Que el Cdigo Procesal Penal en su
artculo 111 seala expresamente Que la querella
podr ser impuesta por la vctima, su representante
legal o su heredero testamentario As el Servicio
Nacional de Menores como persona jurdica, no puede encontrarse en la calidad de vctima segn lo dispone el artculo 108 del Cdigo Procesal Penal.
4 Que de acuerdo a lo anterior no cabe
que una persona jurdica presente querella, ya que
72
cia a lo que la doctrina moderna seala como intereses colectivos o difusos, es decir, aquellas figuras tpicas que atenten contra bienes jurdicos como
la salud pblica, la seguridad colectiva o el medio
ambiente. Esta interpretacin no parece antojadiza
teniendo en cuenta la historia fidedigna de la ley en
la cual tanto el proyecto de ley enviado por el ejecutivo as expresamente lo sealaba como la discusin que se dio en la cmara alta del Congreso
Nacional en torno a este articulado.
7 Que la interpretacin que se da a la
norma en cuestin est dada por tres factores:
a) La territorialidad (cualquier persona domiciliada en la provincia o en la regin) No
es un capricho0 para el legislador toda vez
que se ha reconocido por la doctrina como
requisito para ser catalogado un inters
de carcter difuso, una radicacin y una
dimensin territorial,. Es decir que vincule a sujetos reunidos o reunibles en una
dimensin territorial.
b) La visin que se debe tener del Cdigo
Procesal Penal. Asunto que est en conflicto con el rasgo fundamental de la cultura legal de nuestro pas constituido por
su acendrado formalismo que conduce
fcilmente al aspecto ms bien lingstico
de las reglas, olvidando el sentido pblico
y poltico que las anima y en muchas
ocasiones los propsitos de reforma poltica que subyacen a las reglas (Profesor
Carlos Pea Gonzlez, presentacin del
Libro de Introduccin al nuevo Proceso
Penal, U. Diego Portales, 29 de julio de
2002). Esta proposicin se hace patente
en esta norma por cuanto no parece que
tenga ningn sentido prctico ni cause
efecto alguno la exigencia del domicilio en
un territorio poltico administrativo determinado sino es en el sentido de considerarle como proteccin penal de un inters
colectivo.
c) El inters social relevante al que alude el
Servicio Nacional de Menores pone nfasis en la distincin entre la moral y el derecho. Esto porque sin duda es relevante
para la sociedad desde un punto moral las
acciones de carcter sexual emprendidas
en contra de nios y as lo recoge el derecho a travs de las figuras tpicas que re-
sin jurisdiccional, situacin jurdica ya superada por el nuevo orden como lo indica claramente
la ley adecuatoria N 19.806, que haciendo la
excepcin a la regla general del artculo 111, autoriz de manera expresa al Consejo de Defensa
del Estado, al Servicio de Impuestos Internos y
al Servicio Nacional de Aduanas, para querellarse
en el nuevo proceso penal utilizando para ello la
frmula del actual artculo 162 del Cdigo Tributario: El denunciante (Consejo de Defensa del
Estado o Directamente el Servicio de Impuestos
Internos) ejercer los derechos correspondientes
a las vctimas de conformidad al Cdigo Procesal Penal.
Y visto lo dispuesto en los artculos 80 A de
la Constitucin Poltica de la Repblica; 53, 108,
111 y 114 letra e) del Cdigo Procesal Penal; Ley
N 19.806, y 4 del Cdigo de Procedimiento Civil,
se resuelve:
Que se declara inadmisible la querella presentada por el Servicio Nacional de Menores en
contra del imputado en esta causa por cuando se
dedujo por persona no autorizada por la ley.
Notifquese al peticionario por fax y a los
intervinientes de acuerdo a lo solicitado.
RIT: 1159-2003 RUC: 0300166017-8.
DICTADO POR DON CRISTIAN SOTO
GALDAMES, JUEZ DE GARANTA TITULAR DE
PARRAL.
Talca, nueve de diciembre de dos mil tres.
VISTO, OIDO Y CONSIDERANDO:
1 Que el artculo 111 del Cdigo Procesal
Penal faculta para deducir querella a cualquier
persona capaz de parecer en juicio domiciliada en
la regin, respecto de delitos cometidos en la misma que afectaren intereses sociales relevantes o
de la colectividad en su conjunto, disposicin legal
que resulta aplicable en la especie.
2 Que, a su vez, el inciso segundo del artculo 53 del Cdigo antes citado dispone que se
concede siempre accin penal para la persecucin
de los delitos cometidos contra menores de edad,
circunstancia la anterior que responde a considerar
73
aquellos delitos como conductas que afectan intereses sociales relevantes, como es el inters superior del nio.
3 Que cuando el legislador en el artculo
111 del cdigo en referencia usa la expresin cualquier persona, no la est restringiendo a las personas naturales, pudiendo deducir querella tanto las
personas naturales como las jurdicas y, en este
caso, con mayor razn aquella que por mandato
legal debe velar no solo por el bienestar de los menores, sino que por sus derechos, entre los cuales
est la de instar a la intervencin judicial.
4 Que equivoca el juez de la causa al estimar que admitir la querella del Servicio Nacional
de Menores constituya una infraccin a la igualdad
de armas, toda vez que el Ministerio Pblico representa los intereses de la sociedad en su conjunto,
que no necesariamente coinciden con los de la vctima. Aplicando, justamente, dicho principio, parece prudente admitir la querella del Servicio Nacional de Menores, toda vez que ste tiene la defensa
de los derechos de los menores.
Conforme a lo razonado, disposiciones legales citadas, y lo dispuesto en los artculos 112,
115, 352, 358 y 360 del Cdigo Procesal Penal, se
REVOCA la resolucin apelada de catorce de noviembre de este ao que se lee de fojas 24 a 25
vuelta de esta carpeta y, en su lugar se declara
ADMISIBLE la querella, aparejada a fojas 11 de esta
carpeta, interpuesta por el Servicio Nacional de
Menores, en contra de JOS MIGUEL URRA
NAVARRETE, en consecuencia, se la admite a tramitacin, debiendo el Juez de Garanta de Parral
remitirla al Ministerio Pblico de Parral.
Insrtese en el acta de lectura.
Redaccin del Presidente de la Segunda
Sala, ministro don Rodrigo Biel Melgarejo.
Regstrese y devulvase.
Rol n 1.179
PONUNCIADO POR EL PRESIDENTE DE
LA SEGUNDA SALA DON RODRIGO BIEL
MELGAREJO. MINISTRO DON VICTOR STENGER
LARENAS Y ABOGADO INTEGRANTE SEOR
JENARO BOBADILLA BRIONES.
74
Acoge recurso de nulidad presentado por la Fiscala, declarando la nulidad del fallo recurrido.
Tribunal: Corte de Apelaciones de Arica.
Resumen:
La Fiscala acus al imputado como autor del delito de trfico ilcito de estupefacientes. El Tribunal
de Juicio Oral en lo Penal estim, en voto dividido, que el imputado slo haba actuado en un delito
de conspiracin para el trfico ilcito de sustancias estupefacientes. Ello, porque la nica entrega
de droga que tuvo por acreditada, fue una simulacin de la polica por medio de la cual se entreg
droga que sta ya haba incautado, transformando as la accin del imputado en un delito imposible. El Ministerio Pblico interpuso un recurso de nulidad argumentando que se haba hecho una
errnea aplicacin del derecho que haba influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. La Corte acogi el recurso sealando que en el juicio celebrado se haba acreditado que no slo se acord,
sino que tambin se haba llevado a cabo una infraccin objetiva que haba implicado un traslado de
ms de un kilo de droga, lo que constituye un delito de trfico ilcito de estupefacientes.
Texto completo:
Arica, cinco de diciembre de dos mil tres.
VISTOS:
PRIMERO: Que, con fecha primero de
diciembre del ao en curso, ante este Tribunal
de Juicio Oral en lo Penal de Arica, presidido por
don Jorge Quiones Garat y constituido por los
jueces don Julio Aguilar Fuentes y doa Mara
Vernica Quiroz Fuenzalida, se llev a efecto la
audiencia del juicio oral en la causa Rol Unico
0300005448-7 y Rol Interno del tribunal N 25/
2003, seguida en contra de Cristbal Barrios
Poma, 45 aos, peruano, cdula de identidad N
14.584.812-1, natural de Puno, domiciliado en
Pasaje Martn Bravo N 1423, poblacin Frei de
esta ciudad, sastre, actualmente en prisin preventiva en el Complejo Penitenciario Acha, con
antecedentes penales
Sostuvo la acusacin el Ministerio Pblico representado por los fiscales adjuntos seores
Fernando Pinto Miranda y Miguel Palacios
Henrquez, ambos domiciliados en calle Manuel
Rodrguez N 363
La defensa estuvo a cargo de la
Defensora Penal Pblica, representada por los abogados Carlos Verdejo Galleguillos y Consuelo Gil
Bessolo, ambos con domicilio en Baquedano 792
oficina 5, de esta ciudad.
SEGUNDO: Que los hechos materia de la
acusacin, segn se lee en el auto de apertura de
juicio oral, son los siguientes: que el 9 de enero de
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gado por el fiscal, aclara que peda $700.000 porque si bien el kilo de droga costaba $ 650.000, habra mandado ms de dicha cantidad; despus se
retira el teniente, no sin antes dejar dinero para
pagar la cuenta; contina su relato sealando que
una vez que l se va, concurre a la unidad donde
se vuelve a encontrar con Andrades, y se tom la
determinacin de devolverle la droga a Poma;
para eso el teniente lo llam por telfono, y en la
plaza frente al Terminal Rodoviario, alrededor de
las 19:30 horas, l se la devuelve, ah Poma conversa con el teniente y l se retira del lugar, no
sabe que pas mas adelante .A continuacin, el
deponente manifiesta que hace cinco aos que
trabaja como informante y, finalmente, reconoce
al acusado como la persona que le solicit le buscara un comprador para la droga. Contra interrogado por la defensora, refiere que estuvo condenado en el ao 1991 por un robo con escalamiento, sali con la dominical en 1993, la que
quebrant durante cuatro aos y diez meses,
obteniendo su libertad el 30 de diciembre del ao
2.000; seala, adems, que luego que l devolvi la droga a Barrios, llam al cuartel y all le
dijeron que concurriera a ese lugar, pues queran
ver su pieza, lo que hicieron junto al fiscal, no
encontrando nada all.
b) Concurri tambin a estrados el testigo protegido N 1, quien actu en el procedimiento como
agente encubierto, sealando que el 09 de enero
del ao en curso, se entrevist con un informante
reclutado del O.S.7., quien le manifest que conoca a un peruano que tena la cantidad de doce
kilos de droga y deseaba un comprador; le comunica este hecho al fiscal Jorge Valladares a quien le
pide autorizacin para actuar como agente encubierto en el procedimiento y con la anuencia de ste,
concurre en compaa del informante al Terminal
Internacional, en donde conoce a Cristbal Barrios
Poma, quien le ofrece venderle doce kilos de pasta
base de cocana en $650.000 el kilo, sealndole
que el negocio poda llevarse a cabo al da siguiente. Agrega que el 10 de enero, alrededor de las
17:30 horas ante un requerimiento de Barrios, va
nuevamente con el informante a reunirse con aqul
al segundo piso del Shopping, manifestndole Barrios que la venta no la poda efectuar ese da porque la droga an no era bajada por los burreros
desde Tacna, quedando de acuerdo de realizar el
negocio al da siguiente, para lo cual el acusado
deba entregarle el aparato celular al informante
para mantener siempre la comunicacin entre ambos; agrega que al Shopping concurri el sargento
segundo Carlos Campos Montero, quien protegiendo su integridad, a unos metros observaba su entrevista con Cristbal Barrios Poma, adems del
conductor que permaneci siempre en el vehculo.
El 11 de enero, como estaba pendiente la reunin
con el informante, concurre alrededor de las 14:00
horas al cuartel y le consulta a la persona que all
estaba, no recordando quien era, si lo haban llamado por telfono, le dicen que no, y se retira a su
domicilio; all recibi una comunicacin telefnica
del sargento segundo Elas Jara Osses, quien le
dice que anteriormente recibi una llamada del informante dicindole que Cristbal Barrios le haba
hecho entrega de un kilo y medio de pasta base,
para que se la entregara a l en seal de confianza; a raz de ello, concurre inmediatamente al cuartel, donde se entrevista con el informante y luego le
efectan una fijacin fotogrfica a la droga, le realizan la prueba de campo, confeccionan un acta de
incautacin y da aviso de inmediato al fiscal de esta
situacin tan atpica; luego sale del cuartel, y del
frontis de este llama a Cristbal Barrios y l le solicita su concurrencia al frontis del Terminal Internacional, quedando ambos de encontrarse all junto
al informante, alrededor de las 16 horas; all lleg
Barrios acompaado de dos peruanas a quienes las
present como sus primas y se dirigieron al segundo piso del rodoviario, en una shopera, donde se
sentaron los cinco, la conversacin siempre vers
sobre la droga, nadie ocup un coa para simular,
en un momento dado, Barrios le dice que atendida
la muestra de confianza que l le haba dado al
enviarle la droga, deba adelantarle $700.000 para
que sus primas le cancelaran a los burreros, a lo
que l se neg; refiere que dicha reunin dura una
hora aproximadamente y siempre tuvo la cobertura
del sargento Jara; despus se dirige al cuartel donde lleg don Jorge Valladares, manda a buscar al
informante quien indic el domicilio de Barrios
Poma; agrega que reunidos los oficiales y el fiscal
en el cuartel, deciden hacer una simulacin de entrega de la droga de la misma forma como l se la
enva con el objetivo de desbaratar la organizacin
completa y lograr la incautacin de la totalidad de
la droga; refiere que una vez tomada la resolucin
de devolver la droga, recibe una llamada telefnica
de Barrios, en la cual el declarante le expresa que
no va a efectuar el negocio, pues le haba ofrecido
doce kilos y l le haba mandado una menor canti-
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dos peruanas, posteriormente lleg el agente encubierto con el informante, donde vieron cuando
ste le entreg una bolsa nailon negro, posteriormente el imputado cruz y lleg a un paradero de
locomocin colectiva, y antes de subirse a una micro
fue detenido por ellos; una vez que revisaron la
bolsa, evidencia que ambos reconocen y describen,
refieren que llevaron a Barrios a la plaza donde
detuvieron a las mujeres y trasladaron a todos a la
unidad; all el cabo Romero incaut la droga que
Elizondo entreg al cabo Jara, para que la llevara
al Servicio de Salud; despus fueron a allanar el
domicilio del acusado, lo llevaron a la unidad y ah
Barrios se acogi al artculo 33, diciendo que deba
ir a la playa Las Machas a buscar la droga, fueron
all en la noche, estuvieron como una hora sin resultado positivo, luego el acusado dijo que lo fueran a buscar a la crcel de Acha, lugar al cual concurrieron el domingo, pero Barrios se neg a ir al
lugar. Finalmente, ambos declarantes reconocen al
acusado como la persona a quien el informante le
hizo entrega de la droga y el cabo Elizondo describe y reconoce las fotos del sitio del suceso que le
son exhibidas por el Ministerio Pblico, las que fueron legalmente incorporadas al juicio.
h) Compareci tambin al juicio Rafael Hernn
Aspee lvarez, funcionario del Ministerio Pblico,
quien reconoce las evidencias que fueron incorporadas por dicha entidad al juicio, las que describe
pormenorizadamente, sealando que ellas se encuentran en el mismo estado que las recepcion del
cabo segundo de carabineros Elas Segundo Jara
Osses.
II.- PERITOS:
a) Compareci Margarita Ugalde Rojas,
Qumico Farmacutico del Servicio de Salud Arica,
quien manifiesta que es la encargada de recibir la
droga que le es entregada por la polica de acuerdo
a las normas sealadas por el Instituto de Salud
Pblica y de tomar las muestras y contra muestras,
enviando las primeras a dicha institucin para su
anlisis, de quien recibe despus el resultado del
mismo, y las segundas, se guardan en custodia por
dos aos. Manifiesta que recibe la droga en idnticas condiciones en que es incautada por la polica,
es decir, en los mismos envases, en este caso se
trataba de un solo paquete, luego ella sac la droga, la que estaba muy hmeda, la pes y tom las
respectivas muestras y contra muestras a que hizo
referencia anteriormente; precisa que en este caso
se recepcionaron 1.263 gramos de una sustancia
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que result ser cocana base con un 35% de pureza, segn lo informado por el Instituto de Salud
Pblica, resultado del cual ella dio cuenta al fiscal
mediante el reservado 233, que ratifica; reconoce,
asimismo, las actas de recepcin y destruccin de
la sustancia por ella recepcionada. A continuacin,
el Ministerio Pblico incorpora al juicio el informe
ya reseado.
b) Concurri tambin Rosa Vsquez Moya, Qumico Farmacutico del Instituto de Salud Pblica
quien, declarando a travs del sistema de video
conferencia desde la ciudad de Iquique, expone que
recibi para su anlisis del Servicio de Salud Arica,
la muestra N 6118, la que dio como resultado cocana base con un 35%, que para realizar el anlisis se practica un test de coloracin para identidad,
y luego cromatografa en capa fina. Refiere que la
muestra periciada dio resultado positivo a la presencia de fenacetina, el cual es un antipirtico, cuya
venta est prohibida en Chile por los daos renales
que produce, pero s tiene conocimiento que est
permitida en Per y Bolivia, lo cual nos puede dar
un indicio del origen del alcaloide. A continuacin
explica el procedimiento administrativo que se realiza en el Instituto de Salud Pblica, haciendo especial hincapi en que ella, al momento de practicar la pericia, ignora absolutamente el origen de la
muestra; posteriormente la Fiscala incorpor el
referido informe.
III.- DOCUMENTAL:
1.- Acta de recepcin N 07 de 13 de enero de
2003,suscrita por Margarita Ugalde Rojas y Elas
Jara Osses, la que da cuenta que el Servicio de
Salud Arica, recepcion 1.290 gramos bruto y 1.263
neto de una sustancia presuntamente cocana base.
2.- Acta de destruccin de droga N 5 de 13 de enero de 2003, extendida por el Servicio de Salud
Arica, Subdireccin Mdica, Asesora de Farmacia,
la que da cuenta de haberse destruido mediante el
mtodo de dilucin 1.258 gramos de una sustancia
presumiblemente cocana base.
3.- Conjunto de 12 fotografas correspondiente al
sitio del suceso y droga incautada.
4- Ordinario N 01.01.01/ 2110/2003 de 7 de mayo
de 2003, sobre cumplimiento de condena del imputado Cristbal Barrios Poma, emanado del Jefe del
Complejo Penitenciario de Arica, don Jorge Ojeda
Lagos.
5.- Copia autorizada de la sentencia recada en
causa Rol N 31.378-93, seguida ante el Tercer Juzgado del Crimen de Arica en contra del acusado
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acusado desconoca, comunic lo anterior a la polica, la que luego de solicitar las autorizaciones respectivas, dispuso que uno de sus miembros se infiltrara en la operacin actuando como agente encubierto, teniendo ste la misin de simular ser el
presunto comprador del alcaloide, quien tambin
depuso en el juicio en calidad de testigo protegido
N 1, manifestando ambos declarantes haber sostenido reuniones con el acusado; la primera de ellas,
el 09 de enero del ao en curso, la cual tuvo por
objeto que el testigo protegido N 2 presentase a
los otros dos intervinientes, conviniendo en ella que
el acusado le vendera doce kilos de droga al testigo N 1, quien le pagara $ 650.000 por kilo de la
misma, quedando de efectuar la entrega al da siguiente, pero al juntarse nuevamente los mismos
partcipes el 10 de enero con el fin de llevar a efecto la operacin que previamente haban acordado,
el acusado les expres no tener la totalidad de la
droga, en su poder razn por la cual el negocio
deba postergarse para el da siguiente, de modo
que la existencia de las reuniones antedichas se
encuentra plenamente acreditada en el juicio, no
slo con los testimonios ya referidos, sino que ella
se halla corroborada con las deposiciones de los
cabos de carabineros Elas Segundo Jara Osses y
Carlos Alejandro Campos Montero, quienes manifestaron en estrados haber visto desde cerca cuando el acusado junto a los testigos protegidos ya
sealados, se junt en dos oportunidades en el Terminal Rodoviario, pues su misin en el procedimiento consisti precisamente en prestarle cobertura
tanto al agente encubierto como al informante, partcipes del mismo, acotando adems, que ellos estaban en conocimiento del objetivo de tales tertulias, antecedentes todos ellos, que apreciados libremente, y sin contradecir los principios de la lgica y mximas de experiencia, permiten concluir que
Cristbal Barrios Poma se confabul con un tercero para la comisin de un posible delito de trfico
ilcito de estupefacientes, participando de una manera inmediata y directa en las reuniones que se
efectuaron para llevar a cabo la perpetracin de dicho ilcito, confabulacin sta que el legislador sanciona en el artculo 24 de la Ley N 19.366, denominndola conspiracin, de modo que al referido acusado le ha correspondido una participacin en calidad de autor, en los trminos del artculo 15 N 1
del Cdigo Penal, en el delito de conspiracin para
el trfico ilcito de estupefacientes contemplado en
la disposicin recientemente anotada.
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contenidas en la ley primeramente citada y, al efecto, deber entrar a cumplir efectivamente la sancin corporal anteriormente impuesta y en tal virtud
le servir de abono el tiempo que ha permanecido
ininterrumpidamente privado de libertad, esto es,
desde el 11 de enero del ao en curso, segn consta del auto de apertura del juicio oral.
4- Se decreta el comiso del telfono celular marca Nokia incautado, el que en su oportunidad deber ponerse a disposicin del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, para los efectos previstos en los artculos 27 y 28 de la Ley N 19.366.
Devulvanse los documentos y evidencias
materiales acompaados por los intervinientes en
el juicio, salvo las bolsas contenedoras de la droga, las que sern destruidas.
En su oportunidad, cmplase por el Juzgado de Garanta de esta ciudad con lo dispuesto
en el artculo 468 del Cdigo Procesal Penal en relacin con el artculo 113 del Cdigo Orgnico de
Tribunales.
Se previene que el Juez don Jorge
Quiones Garat fue del parecer de calificar los hechos establecidos como un delito consumado de trfico ilcito de estupefacientes, teniendo presente
para ello lo siguiente:
Que, por la circunstancia de haberse producido la entrega de la droga que hizo el acusado al
informante [testigo protegido 2], cuya veracidad no
cuestiona, por guardar debida concordancia con los
dems antecedentes del juicio, el delito qued consumado. En efecto, consta de los dichos de los testigos protegidos 1 [agente encubierto] y 2 [informante], cuyas actuaciones estn confirmadas por los
atestados de los testigos Carlos Campos Montero
y Elas Segundo Jara Osses, quienes estn contestes en aseverar que el da 10 de enero fueron al
segundo piso del Shopping, en avenida Portales,
donde se hara la entrega, se ubicaron a cierta distancia para proteger la seguridad [cobertura] del
agente encubierto y del informante en la entrevista
que all tuvieron con el acusado y dos mujeres de
nacionalidad peruana, para ponerse de acuerdo en
la entrega de la droga, la reunin dur alrededor de
una hora y, luego que se retiraron, se enteraron en
el cuartel por el agente encubierto que ese da no
se hara la entrega, pues an no haban llegado los
burreros con la droga, por lo que se reuniran al da
siguiente para recibirla; pero al da siguiente lleg
a la unidad policial el informante trayendo un paquete con pasta base de cocana que le haba en-
85
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El recurso expresa que se efectu una aplicacin errnea de la Ley, pues se calific de simple
delito de conspiracin una actividad que corresponde a un crimen con penalidad mayor, toda vez que
en la especie es imposible hablar de conspiracin,
porque haba entrado a la escena el objeto material
del mismo, en una cantidad de 1.263 gramos con
una pureza de 35 %, situacin que excluye, por s
sola la teora de la conspiracin.
El recurso agrega en apoyo de su tesis,
que en la causa actu una sola persona, el imputado, cuya responsabilidad se investig y ste responde a ttulo personal del ilcito, por cuanto el agente encubierto y el informante, de acuerdo a lo dispuesto en el artculo 34 de la Ley 19.366 no pueden ser considerados como participes del delito,
razn por la cual es inadecuado que se hubieran
concertado con el acusado para llevar a cabo un
delito de trfico de estupefacientes.
Segundo: Que son hechos establecidos
en el considerando quinto de la sentencia en alzada los siguientes:
a)
Que un sujeto requiri a otro, el que result
ser informante, para que le buscara un comprador
de 12 kilos de droga;
b)
Que el informante comunic a la Polica esta
circunstancia, quien a su vez, previa autorizacin
del Fiscal, dispuso que uno de sus funcionarios interviniera como agente encubierto;
c)
Que el da 9 de enero del ao 2003, tuvo
lugar una primera reunin, en la cual participaron
el presunto vendedor, el agente encubierto y el informante, fijando como fecha para la entrega del
estupefaciente el da 10 del mismo mes y ao, pero
nuevamente reunidos en tal ocasin, el presunto
vendedor qued en entregar la droga al da siguiente, porque hubo dificultades, mas otra vez en dicha
reunin el tercero present la droga por no tenerla
en su totalidad;
d)
Que el 11 de enero, a las 11 horas, el tercero concurre sorpresivamente, donde el informante
y le entrega 1.263 gramos de pasta de cocana, con
35 % de pureza. Esta droga el receptor la pone en
manos de la Polica, la cual, a la vez, realiza un
operativo, y la entrega al informante, quien la devulvela tercer vendedor (imputado), el que es detenido con la droga.
Tercero: Que los sentenciadores han calificado los hechos reseados como un delito de
conspiracin para el trfico ilcito estupefacientes.
Ahora bien, esta figura est definida en el artculo
87
en tal aserto hay una resolucin manifestada o externa de carcter verbal entre los concurrentes, no
hay una objetividad lesionada, pues no se trata de
actos de tipo material;
Quinto: Que, por lo tanto, aparece que la
sentencia en anlisis se ha separado de la estructura de la conspiracin, en los trminos del artculo
8, inciso 2, del Cdigo Penal y 24 de la Ley N
19.366, y aplicando errneamente el derecho de una
manera que esto influya substancialmente en lo dispositivo de la misma, al tomar y castigar aisladamente al imputado Cristbal Barrios Poma, sin establecer la conducta punible de los copartcipes
necesarios para configurar la conspiracin que requiere como ncleo la convergencia de dos o mas
personas en el asunto;
Sexto: Que el mismo quebrantamiento,
fluye del hecho que la conspiracin como actividad
verbal (Jimnez de Aza y Enrique Cury) no se traduce en ninguna manifestacin externa de los conspiradores, no hay una infraccin externa de los conspiradores, no hay una infraccin a la objetividad jurdica; en cambio, en la especie, se produjo un traslado de 1.263 gramos de pasta base, cuya entidad
fue comprobada por los peritos Margarita Ugalde
Rojas y Rosa Vsquez Moya, ambas comprendidas
en el prrafo segundo del considerando tercero de
la sentencia. Frente a la materialidad de la droga,
el concepto de conspiracin pierde vigencia, se
podr ahondar en otras posibilidades, como el movimiento que experiment el estupefacientes de
mano del informante a la Polica y de sta al imputado, para as detenerlo, pero nunca encuadrando
las cosas dentro de la conspiracin que es una
manifestacin de voluntas de los concertados.
Lo dispuesto en los artculos 372, 373, letra b), 384 y 386 del Cdigo Procesal Penal, se acoge el recurso de nulidad, formalizado por el Fiscal
Adjunto en fojas 1, y se declara la nulidad del fallo
dictado por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de
esta ciudad, con fecha cinco de diciembre de dos
mil tres, dictada en el Registro N 25-2003 quedando la causa en estado de pasar al subrogante legal
para la realizacin de un nuevo juicio y sentencia.
88
En voto dividido rechaza apelacin contra la resolucin que decret el fin de la prisin preventiva.
Tribunal: Corte de Apelaciones de La Serena.
Resumen:
89
En suma, se entiende, en esta lnea que la prolongacin excesiva de la detencin preventiva, adems de lesionar el derecho a la libertad personal,
transgrede tambin el derecho a la presuncin de
inocencia, del cual goza toda persona que se encuentre involucrada en un proceso de investigacin
penal. Su reconocimiento, previsto en las normas
internacionales sobre derechos humanos y los textos constitucionales de la regin, obliga al Estado a
tratar al imputado de forma tal que las restricciones
a sus derechos se reduzcan al mnimo necesario
para el desarrollo de los fines del proceso penal. 4
8) A estas alturas del anlisis, la pregunta pertinente es, cmo ha de resolverse la alternativa ineludible presentada por el artculo 7.5, esto es, el
derecho del imputado a ser juzgado dentro de un
plazo razonable o a ser puesto en libertad, sin perjuicio de que contine el proceso?
La misma Corte ha sostenido que no puede fijarse
abstractamente un plazo a considerarse razonable
en general respecto de la duracin de los procesos, sino que, muy por el contrario, es necesario
pronunciarse en cada caso especfico, tomando en
consideracin entre otros parmetros, la complejidad del caso, actividad procesal del interesado y
conducta de las autoridades involucradas en la persecucin penal.
Este caso se refiere a un ilcito contemplado en la
ley de drogas en que se ha detenido al imputado en
flagrancia el 30 de abril de 2003 e incautado, a sus
resultas, 11 gramos de pasta base de cocana y 55
gramos de marihuana, datos que no lo hacen parecer, en un primer anlisis, un caso de mayor complejidad y que por lo mismo dio lugar a que se fijara, en su oportunidad, a propuesta de la defensa y
sin oposicin del Ministerio Pblico un plazo de seis
meses para el cierre de la investigacin, que contribuye para nuestros efectos, a proporcionar un
parmetro de razonabilidad respecto de la duracin
de este proceso.
9) As las cosas, la alternativa planteada por el artculo 7.5 de la Convencin Americana ha de ser
resuelta a favor del imputado, pues el tiempo que
ha permanecido sometido a encarcelamiento previo a la sentencia desborda, con creces, el plazo
2
3
90
91
Rechaza recurso de nulidad interpuesto por la Defensa por una presunta aplicacin errnea
del derecho.
Tribunal: Corte de Apelaciones de Puerto Montt.
Resumen:
La Fiscala acus al imputado como autor de un hurto falta. La Defensa solicit la absolucin
alegando que la falta qued en grado de frustrado al no cumplirse el principio de disponibilidad o
nuevo poder autnomo de disposicin. El Tribunal de Garanta estim que la falta s se haba
consumado, por cuanto la especie sali de la esfera de custodia de su dueo, cumplindose con el
tipo legal que slo exige una apropiacin y no un aseguramiento de la especie por parte del actor.
La Defensa interpuso un recurso de nulidad argumentando que se haba hecho una errnea aplicacin del derecho que haba influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. La Corte rechaz
el recurso. Al efecto declar que desde el momento en que el actor cruz las cajas, se traspas la
ltima esfera de resguardo del dueo de la especie consumndose la falta.
Texto completo:
PUERTO MONTT, seis de febrero de dos mil cuatro.
VISTOS Y TENIENDO PRESENTE:
PRIMERO: Que ante este TRIBUNAL DE
GARANTIA, el seor Fiscal del Ministerio Pblico
de Puerto Montt, Nain Lamas Caamao, presenta
requerimiento, en contra de Don J.G.M.S., RUN N
15.138.588-5, domiciliado en Los Canarios N 411,
Poblacin La Paloma 1, comuna de Puerto Montt,
por su responsabilidad como autor de la falta de
hurto, prevista en el artculo 494 N 19 del Cdigo
Penal, fundado en que el da 22 de diciembre de
2003 aproximadamente a las 19:00 horas, fue sorprendido J.G.M.S, por el guardia de seguridad Milton
Maldonado Villarroel, cuando traspasaba las cajas
registradoras del supermercado Lider, ubicado en
Avenida Parque Industrial N 400 de Puerto Montt,
con el producto que ocultaba entre sus vestimentas, una corbata marca Vicenzo, de $1.999, sin haber pagado su valor comercial. Que estima que estos hechos constituyen la falta de hurto contemplada en el artculo 494 N 19 del Cdigo Penal, y solicita se aplique al requerido una multa de una Unidad Tributaria Mensual.
SEGUNDO: Que, informado los antecedentes del requerimiento en la audiencia a los
intervinientes, imputado, Fiscala y Defensora, no
se arrib a ninguna salida alternativa, y previo ejercicio del derecho de opcin y legalmente advertido
el imputado solicita la realizacin de juicio oral simplificado.
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SEXTO: Que los testigos presentados por la Fiscala son crebles por cuanto se trata de testigos presenciales, guardias de seguridad del supermercado en donde se habra perpetrado el ilcito, quienes
narraron en estrados, hechos apreciados por sus
propios sentidos y atendida la seguridad con que
fueron prestadas sus declaraciones, efectuando un
relato coherente sin titubear o contradecirse en
momento alguno, en lo que dice relacin con el hecho, causaron en esta sentenciadora al verlos y
escucharlos, la conviccin requerida por la ley.
La circunstancia de que un testigo no se recuerde
la fecha exacta del hecho y otro no sepa la direccin precisa del establecimiento, no les resta credibilidad o mrito a sus testimonios, pues las dems
circunstancias que relatan guardan coherencia con
el requerimiento y tambin entre s y por otra parte,
solo existe un supermercado Lider en Puerto Montt.
SEPTIMO: Que valorando la prueba, y atento lo dicho en el artculo 297 en relacin con el 340 y 389
del Cdigo Procesal Penal, el Tribunal tiene por probado que el 22 de diciembre de 2003 a las 19:00
horas aproximadamente, fue sorprendido por el
guardia de seguridad Milton Maldonado Villarroel,
cuando J.G.M.S traspasaba las cajas registradoras
del supermercado Lider, ubicado en Avenida Parque Industrial N 400 de Puerto Montt, con el producto que ocultaba entre sus vestimentas , una corbata marca Vicenzo de un valor de $ 1.999, sin haber pagado su valor comercial, hechos contenidos
en el requerimiento y que se encuentran probados
con la declaracin testimonial precedentemente
reproducida y analizada.
OCTAVO: Que acorde con el principio de libertad
de prueba , que es uno de aquellos en que se
cimenta el nuevo proceso penal oral y de conformidad con lo que prescriben los artculo 295 y 326 del
Cdigo Procesal Penal, el Ministerio Pblico ha introducido adems como evidencia la fotografa
signada con el N 1, donde se aprecia una corbata
a rayas, cuyo color de fondo es oscuro y las lneas
que la cruzan de tonos mas claros, la cual fue exhibida legalmente y luego reconocida por el testigo
Juan Milton Maldonado Villarroel , quien adems
agrega que es de propiedad del supermercado
Lider. Al ser contrainterrogado por la defensa seala, que la corbata era de colores que no se recuerda los colores y que era con lneas.
NOVENO: Que el imputado ha declarado que el da
de los hechos hizo varias compras en el supermercado Lider y que al momento de pasar por las ca-
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pecie, el hecho de que el autor no estuvo en posibilidad cierta de disponer del bien hurtado, pues fue
sorprendido en los instantes que abandonaba el
sector de cajas, a la sazn 20 metros ms all, es
una condicin apreciada de esa forma por la defensa, pues si mediaron unos instantes entre el traspaso de la lnea de cajas y la aprehensin, tambin
podra estimarse que dicho autor podra haber dispuesto de la misma, destruyndola o entregndola
a un tercero, entre otra multiplicidad de alternativas
que pertenecen al campo de la especulacin, del
que no corresponde hacerse cargo.
Los argumentos de la defensa miran ms bien al
terreno del agotamiento del ilcito, el cual se perfeccion y lo que ocurra despus de ello, mediante
la intervencin de los guardias o dispositivos de
seguridad, es una contingencia que queda fuera del
mbito del iter criminis.
DECIMOCUARTO: Que la prueba ha sido valorada
en forma libre y de acuerdo a los principios de la
lgica, mximas de la experiencia y los conocimientos cientficamente afianzados, pues esta juez ha
adquirido la conviccin, ms all de toda duda razonable, que los hechos han ocurrido en la forma
asentada en el fallo.
DECIMOQUINTO: Que de esta forma, esta
sentenciadora concluye ms all de toda duda razonable, que a J.G.M.S le cupo participacin en
calidad de autor en la falta de hurto perpetrada en
perjuicio del supermercado Lider el 22 de diciembre de 2003.
DECIMOSEXTO: Que invitadas las partes a debatir
sobre una eventual suspensin de la imposicin de
la condena y sus efectos, al tenor de lo que prescribe el artculo 398 del Cdigo Procesal Penal, la
defensa solicita se decrete sta, por cuanto el imputado no cuenta con antecedentes penales anteriores, adems tiene domicilio conocido y cuenta con
trabajo estable y al efecto adjunta un certificado de
la empresa Europharma, suscrito por el mdico veterinario Jorge Seplveda Inostroza, que da cuenta
que se encuentra trabajando en dicha empresa desde el 16 de enero de 2004 y que ella est ubicada
en Isla Magdalena, Puerto Cisnes.
Agrega la defensa que no es posible no dar lugar a
esta suspensin, atendido a que el imputado no
acept responsabilidad conforme al artculo 395 del
Cdigo Procesal Penal y finalmente que el objeto
de la pena es la reinsercin social y que se logra
mayormente ella, cuando el sujeto no cuenta con
antecedentes penales anteriores.
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CORTE SUPREMA
Rechaza recursos de nulidad interpuestos por las Defensas de los imputados alegando ilegalidad de la prueba.
Resumen:
La Fiscala acus a los imputados por el delito de trfico ilcito de estupefacientes. Las Defensas
solicitaron la absolucin de sus representados alegando la ilegalidad de la actuacin del agente
encubierto, principal prueba en su contra, por cuanto ella signific la vulneracin de derechos
constitucionales de sus representados. El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal rechaz, en voto
dividido, las alegaciones de las Defensas, condenando por el delito de trfico ilcito de estupefacientes. En representacin de los imputados se interpusieron sendos recursos de nulidad fundados en los artculos 373 letra a) y 374 letra f) del Cdigo Procesal Penal. La Corte Suprema rechaz los recursos declarando que los derechos de los acusados no fueron vulnerados. Al efecto
aclar que el Tribunal Oral slo valora la prueba rendida, no siendo competente para pronunciarse
respecto de la improcedencia de una prueba, por cuanto ello es atribucin del Tribunal de Garanta. Analizando en el fondo la prueba cuestionada, declar que sta cumpli con todos los requisitos que el artculo 34 de la Ley 19.366 exige, no vindose, en consecuencia, vulnerados los derechos de los acusados.
Texto completo:
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cida el agente encubierto simul tener contactos para adquirir droga, ya que segn
se lo manifest el acusado Eduardo Flores
Soza, el provea de drogas a diversos restaurantes y hoteles de esa localidad.
3. El da jueves 4 de Julio del ao 2.002,
Eduardo Flores Soza se comunic
telefnicamente con el Agente Encubierto, ofrecindole concretar una transaccin
de la cantidad de 2 kilos de pasta base, a
razn de $2.000.000 cada uno, ofrecimiento que el Agente acept de forma inmediata, acordando que la transaccin se
efectuara el da sbado 6 de Julio de
2.002 en San Pedro de Atacama. al acceder este a la compra y convenir el lugar
de la entrega, Flores Soza se contact con
un tercero, quien result ser JUAN FLORES SOZA quien en definitiva, fue la
persona que le entreg 2 paquetes envueltos en tela adhesiva siendo interceptado ste en ese momento por funcionarios policiales y minutos despus detenido Eduardo Flores Soza , constatando los
Policas que los paquete retirados contenan una sustancia de olor caracterstico
a la pasta base de cocana la que analizada posteriormente arroj un peso de peso
neto de 1.819,3 gramos
NOVENO: Prueba considerada para establecer los hechos. Que para el establecimiento
de los hechos antes referidos el Tribunal tuvo en
consideracin las siguientes pruebas incorporadas
en la audiencia de juicio oral con las consideraciones que se dirn en su caso:
I.- Testimonial por el Ministerio Pblico.
1.- Declaracin del testigo del Ministerio Pblico Julio Seplveda Riffo, Carabinero, cdula de
identidad N 12.553.712-K, domiciliado en Avenida
Chorrillos esquina 1 Oriente de Calama declara quien
fue designado por sus superiores con conocimiento
y del Ministerio Publico bajo la figura del Agente Encubierto en localidad de San Pedro de Atacama ya
que con antecedentes investigativos policiales que
dispona el Sidrocar OS7 de Carabineros de Chile
una organizacin estara operando en ese lugar.
Viajo a dicha localidad y, bajo el nombre supuesto
de Juan Carlos, tom contacto y trabaj parte del
mes de febrero del 2002 en calidad de Junior en
una pensin de Propiedad de Eduardo Flores Soza.
Una vez establecida la confianza necesaria dicho
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sujeto le indic que provea de droga a diversas restaurantes y hoteles por lo que l, simul tener futuros compradores para el referido estimulante, sin que
nada ocurriera durante su trabajo en aquel lugar.
Al trmino de esa relacin laboral que se
produjo el 25 de febrero del ao 2003, mantuvo alrededor de cinco contactos telefnicos espordicos
con el acusado Eduardo Flores Soza, ya que este
le haba quedado debiendo dinero por el trabajo realizado en su pensin, y el da 4 de Julio del ao
2.002, recibi un llamado de Flores Soza quien le ,
ofreci venderle la cantidad de 2 kilos de pasta base,
a razn de $2.000.000 cada uno, ofrecimiento que
acept de forma inmediata, acordando que la transaccin se efectuara el da sbado 6 de Julio de
2.002 en San Pedro de Atacama.
Posteriormente recibe un llamado del
acusado Eduardo Flores Soza ya sealado, indicndole que la droga la tena su hermano Juan
Flores Soza -en la localidad de Toconao, lugar al
que l se rehus a ir aduciendo que tema ser
objeto de una quitada del dinero que portaba
En horas de la noche del mismo 6 de Julio, recibi una nueva llamada de parte de Eduardo Flores Soza, quien indic que su hermano Juan haba llegado con la droga desde Toconao y se encontraba en una casa de la Poblacin Licancabur,
acordando en definitiva que la entrega de la droga se efectuara en las inmediaciones de la sede
vecinal de la Poblacin Licancabur por este ultimo. En el lugar ya sealado se present el acusado Juan Flores, quien le indic que la droga
no la llevaba sino que esta se encontraba en un
domicilio del sector y que deberan dirigirse a dicha casa para retirar la misma, a lo que l nuevamente se neg por las mismas razones que
haba sealado anteriormente, retirndose Juan
Flores, quien tras unos 5 minutos regres entregndole, 2 paquetes envueltos en tela adhesiva ,
procediendo este a revisarla a fin de comprobar
la mercadera y al verla y olerla entendi que se
trataba de Pasta Base de Cocana, motivo por el
cual activ su celular, avisando al resto de la patrulla de la existencia , motivo por el cual se procedi a la detencin de Juan Flores Soza, , adems y de forma inmediata se procedi a la detencin del acusado Eduardo Flores Soza,
adoptndose en consecuencia por los funcionarios
aprehensores el procedimiento de rigor.
2) La declaracin anterior se ve ratificada en lo
pertinente, por las aseveraciones de don Nelson
Acta de recepcin N 183 del 2002, mediante el cual la Unidad de Qumica y Farmacia del Servicio de Saluda de
Antofagasta recepcion el Parte Policial
N 2232 de fecha 07 de julio del ao 2002
de la Primera Comisara de Carabineros
de Chile, Prefectura El Loa, dirigido a la
Fiscala Local de Calama mediante el oficio N 280 de fecha 07 de julio del ao
2002 de dicha Unidad Policial al citado
servicio de salud, mediante el cual se remiti la droga encontrada en poder de los
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que fue sorprendido en posesin de una de las substancias estupefacientes mencionadas en el artculo
1 de la ley 19.366 (1.819,3 gramos de pasta base
de cocana) que estaba destinada al trfico ilcito,
por cuanto no contaba con la competente autorizacin, no es notorio ni justific que estuviese destinada exclusivamente a la atencin de un tratamiento
mdico o a su uso personal y prximo en el tiempo,
sin perjuicio de que la cantidad encontrada, evidencian que no tena esas finalidades. Del mismo
modo en ningn instante la defensa aleg el desconocimiento de este acerca del contenido de los
paquetes que portaba o ausencia de dolo en el trfico cometido.
II.- Participacin del acusado Eduardo Flores
Soza
Que la participacin de Eduardo Flores Soza se acredit con los dichos y el reconocimiento del agente
encubierto Julio Seplveda Riffo, quien sealo que
la transaccin de droga fue realizada con este va
telefnica y que fue esta persona con la cual convino
el precio, lugar y forma de la transaccin, y a quien
adems reconoce en la audiencia como aquella persona, la que conoca con anterioridad por haber trabajado en el establecimiento comercia de ste.
Que en estas condiciones , el aporte de
Eduardo Flores Soza se advierte absolutamente
fundamental en la ejecucin del plan para la transferencia ilcita de la droga, ya que sin l el agente encubierto jams hubiera podido efectuar la transaccin pues no cabe sino deducir que fue Eduardo Flores Soza quien contacto a su hermano, Juan Flores
Soza para que este entregar la droga al supuesto
comprador. Lo anterior se acredita, adems, por del
hecho de que nunca Juan Flores Soza tomo contacto con el agente encubierto hasta el momento mismo
de la entrega, lo anterior no hace sino concluir a
este voto de mayora que Eduardo Flores Soza era
el individuo que suministraba la droga si se sigue el
desarrollo natural de los hechos.
Que en relacin a la conducta de Eduardo
Flores Soza, esto es, la venta indirecta a travs de
un intermediario sin que por sus manos haya pasado , dinero ni droga, queda comprendida, a lo
menos, en la figura de la persona que facilita o promueve el consumo . De acuerdo a la figura genrica de inducir, promover o facilitar el consumo de
la parte final del inc. 1 del artculo 5 de la ley de
Drogas, es posible afirmar que quin por precio
vende la droga y pone en contacto al compradores
con el tenedor de la misma, facilita el consumo
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tribucin de funciones de dicha cuerpo. En consecuencia solo con meras sospechas vagas se design tal agente para inmiscuirse en la intimidad de
EDUARDO FLORES SOZA, sin que se haya sealado que funcin cumplira esta persona como integrante de esta organizacin, Estamos frente a un
organismo que puede decretar medidas tan intrusivas
como un agente encubierto sin que tengan claros los
requisitos establecidos por la ley para realizar esa
designacin. Durante la permanencia de Julio
Seplveda Riffo en la pensin de Eduardo Flores
Soza hasta el 25 de febrero del ao 2002 este nada
pudo observar en cuanto a algn ilcito , terminando
su funcin, es decir desde esa fecha y el 4 de julio no
sigue operando, sin embargo reasume sin una nueva designacin el 4 de julio y posteriormente se procede a la detencin de los acusado el 6 de julio, vulnerando de esa forma el requisito establecido en la
ley, de que las designaciones de este tipo de agentes nunca deben ser permanente.
Por las razones antes dichas, solicita que
esta prueba se excluya, por ser ilcita, peticin que
si bien se hizo en la audiencia de preparacin de
juicio oral, no se dio lugar a ella por no existir antecedentes para ello en cuanto a la designacin de
agente encubierto, por lo tanto la nica forma de
develar la irregularidad en esa designacin era en
el juicio oral, a travs de los interrogatorios del
agente encubierto y su superior jerrquico, por lo
tanto las herramientas para desestimar la prueba
era esta oportunidad y evidentemente se ha probado que desde el comienzo se ha estado en una investigacin ilcita, al margen del Art. 34 que no se
compadece con la naturaleza de una organizacin
delictual en los trminos del Art. 22 de la Ley de
drogas, estamos en presencia de un agente encubierto que opera cerca durante siete meses sin las
razones necesarias para designarlo, y adems con
carcter permanente sin cumplir, adems, con la
propia resolucin que lo eligi, procedindose a
la incautacin de drogas y a la detencin de los
acusados. Hay un inicio de una investigacin ilcita
que ha tornado la prueba ilcita y sus derivados
tanto en el desempeo del agente encubierto, su
declaracin en el juicio, la incautacin de la droga
y el anlisis de drogas hecho por el perito del Instituto de Salud Pblica. Por estas razones la defensa considera que no existe y no puede considerarse esta prueba para la dictar sentencia, por
repugnar a un estado de derecho, por infringir las
garantas constitucionales al introducirse en la in-
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De esta manera, ante la cada vez ms alarmante proliferacin del trfico ilcito de sustancias
estupefacientes y drogas alucingenas, el legislador se ha visto en la urgente obligacin de poner
en marcha todo tipo de armas legales que puedan
hacer frente a estas actividades por el evidente peligro para la salud pblica.
El funcionario de Carabineros Julio
Seplveda Riffo, que en el caso Sub lite se constituy como Agente Encubierto, cumpli con los requisitos establecidos en la ley para ello, y que son
los siguientes :
1. Autorizacin de un superior
Jerarquico : Fue debidamente autorizado por sus
superiores, segn consta del documento acompaado por la fiscalia, Resolucin N 2 de fecha 4 de
febrero del ao 2002, para que ocultando su identidad de polica, investigara el trfico de estupefacientes que en la localidad de san Pedro de Atacama
que ejecutaban terceros. La individualizacin de los
autores como su nmero y su operacin, no se consigna, ya que precisamente ese era el objeto de investigacin encomendada, para lo cual el designado, simul ser comprador de aquella, detenindose
a dos personas autores de trafico, impidindose su
llegada a consumidores cumpliendo as, con el objeto de esta nueva tcnica policial, cuyo xito depende del sigilo empleado en el cometido
2.- Que no haya provocado o instigado
el delito : Segn el factum, fue el acusado Eduardo
Flores Soza quien ofreci la venta de droga a cambio de dinero al agente encubierto en ningn caso
hubo instigacin engaosa por parte del polica por
lo que no puede reputarse provocacin para cometer el delito, la accin de aceptar la supuesta venta
y el operativo dispuesto para su captura, tampoco
lo es, ya que no supuso al nacimiento en el acusado de una voluntad de delinquir traficando con sustancias txicas, sino que se limita a poner al descubierto un delito que ya se estaba cometiendo,
como lo es la tenencia previa con destino al trfico
de una importante cantidad de droga, que fue ofrecida por una alta cantidad de dinero, lo que revela,
a lo menos conocimiento de la ilcita actividad que
realizaba.
Toda la actividad realizada por el agente
encubierto fue hecha bajo el amparo legal, por cuanto no se afecto la intimidad del Hogar de Eduardo
Flores Soza, ya que el funcionario policial comenz
a trabajar bajo contrato verbal, en la casa de este
que tambin funciona como pensin, y es dentro de
ese mbito cuando el citado Flores Soza le comunica que, vende droga a otros locales comerciales,
y fue l mismo quien le ofreci vender droga al
agente no existiendo trasgresin alguna de las
garantas individuales que al acusados le reconoce el ordenamiento jurdico.
3. Que se introduzca en Organizaciones
Delictivas : En cuanto a la pretensin de la defensa de que la designacin del agente encubierto,
seria ilegal, ya que para esos efectos debe existir
una organizacin criminal entendindola como un
grupo de muchas personas , dotados de una organizacin interna jerarquizada, con un Jefe debiendo contar adems con capital de operacin, vehculos y propiedades. Resulta a juicio de los jueces
de mayora inadmisible, toda vez que tratndose de
una organizacin criminal, la cual obviamente por
encontrarse fuera de la ley no poseen un carcter
formal ,por ende se desprende su definicin de sus
propios actos y en el caso en estudio existe un modus operandi dentro del cual se encuentran personas que forman una red concertados para llegar a
la transaccin final. Esta figura no depende del
mayor o menor nmero de personas que la integren,
ni tampoco de reglas estatutarias preestablecidas,
ni de siglas o nominaciones expresas, ni de cualquier otro formalismo constituyente.
Es decir, tal concepto abarca una serie
amplia de posibilidades dentro de un gran abanico
en el que caben todos los supuestos en los que dos
o ms personas programen el propsito de desarrollar una idea criminal aceptada y consentida fuera, desde luego, del mero concierto ocasional. Para
llegar a la conclusin anterior se debe recurrir en
primer termino como mtodo de interpretacin legal, al elemento gramatical. El Diccionario de la
Real Academia de la Lengua Espaola la define
como conjunto de personas con los medios adecuados que funcionen para alcanzar un fin determinado. A su vez, define la palabra conjunto como
: aliado, unido a otro por un vinculo de parentesco
o amistad. De lo relacionado se desprende que
una organizacin puede estar constituida por dos
o mas personas con los medios adecuados, y estos
medios necesariamente estn dados por la realidad
fctica en donde se llevan a cabo las operaciones
de la organizacin, es evidente en San Pedro de
Atacama, lugar pequeo y de condicin rural ,el
solo cumplimiento de las formalidades que seala
la defensa para que esta exista la delatara, ya que
es consubstancial a la existencia de una red de
narcotrfico en ese tipo de localidades pasar desapercibida, atendido el origen tnico de sus habitantes, los limitados medios de vida con que cuentan atendido el entorno fsico en donde en donde
conviven, de manera tal que cualquiera ostentacin de medios materiales sera sospechosa, sin
ser posible exhibir de cuantiosos medios econmicos, como exige la defensa.
4) Que el nombramiento no sea permanente: Finalmente, en relacin a que no se cumplira el requisito de que el nombramiento del agente encubierto no puede ser permanente, tambin se la desechar por cuanto, si bien este fue efectuado con fecha 4
de febrero, no termino su designacin en el momento en que dej de trabajar en casa de Eduardo Flores Soza, sino, que concluy en el momento en que
se descubri el delito y se detuvo a los participes.
5.- Identificacin de los partcipes del delito o
las pruebas que servirn de base al proceso penal, Lo que se logr conforme al resultado de a
investigacin, recogimiento de las pruebas necesarias y la detencin de los autores.
En consecuencia, la prueba de cargo en su origen
fue lcita y se muestra bastante para alcanzar la
conclusin condenatoria.
DECIMO SEXTO: Resolucin sobre absolucin. Que, en virtud de las conclusiones a que
los sentenciadores han arribado en los fundamentos precedentes, no es posible ni procedente acceder a la peticin de su defensa, en cuanto pretende
la absolucin de sus representados de la acusacin
de autos, puesto que, como se ha demostrado con
los razonamientos all vertidos, tanto el hecho que
se les imput como su participacin en calidad de
autores, han quedado debidamente comprobados
con la prueba aportada en juicio.
DECIMO SEPTIMO: Circunstancias personales del acusado. Para acreditar circunstancias
personales del acusado Juan Flores Soza la defensas incorpor las siguientes probanzas:
I. Informe de Peritos
Asertos de la Asistente Social Vernica
Valenzuela Fuenzalida, quien manifest que despus de efectuar una evaluacin social al acusado
y su grupo familiar, puede concluir que este tiene
una precaria situacin econmica, siendo los ingresos insuficientes para la manutencin del grupo familiar.
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Que el Tribunal apreciando con libertad la prueba referida en el apartado anterior ha podido establecer que el acusado contrajo matrimonio hace 27
aos atrs y de cuya relacin han nacido 8 hijos, de
los cuales a la fecha hay dos menores de edad que
se encuentran estudiando en la localidad de Talabre.
Actualmente la familia del imputado vive solamente
de la ganadera y de lo que produzca la agricultura,
lo que le alcanza slo para sobrevivir, adems del
escaso aporte de dos hijos mayores, que igualmente tienen familia.
En cuanto a su situacin econmica es posible
determinar que se trata de una persona de escasos
recursos los que son insuficientes para una adecuada
satisfaccin de sus necesidades bsicas, por lo que
no est en condiciones de satisfacer en su totalidad
las multas establecidas para el delito que se juzga.
DECIMO OCTAVO circunstancias personales
de Eduardo Flores Soza Para acreditar circunstancias personales del acusado Eduardo Flores Soza.
la defensas incorpor las siguientes probanzas
I.Testimonial
La declaracin de don Hernn Plaza Condori,
Concejal de San Pedro de Atacama, domiciliado en
el Municipalidad de San Pedro de Atacama, quien
seala conocer a don Eduardo Flores Soza, cerca
de 15 aos a la fecha y adems por la relacin que
tiene por su trabajo en la municipalidad con la comunidades de la zona por lo que muchas veces han
sesionado en Talabre lugar de residencia del Sr.
Flores Soza, asistiendo ste a dichas reuniones
como lugareo. Dentro del tiempo que lo conoce ha
podido observar que se desempeaba en diversas
actividades propias del lugar, tales como la artesana y la agricultura y que nunca tuvo ste, nunca
tuvo problemas con la justicia
II.Documental.
Informe social de la Asistente Social Vernica
Valenzuela Fuenzalida, que fuera acompaado en
la audiencia de determinacin de pena.
Que el Tribunal apreciando con libertad la prueba referida, y que al igual que el otro acusado, concluye que se trata de una persona de escasos recursos, que mantiene una convivencia de diecisiete aos con doa Dominga Soza Mamani, y de cuya
relacin nacen dos hijos menores de edad. Actualmente el grupo familiar depende exclusivamente del
trabajo de la pareja del acusado ya que este no
puede generar ingresos propios por lo que no est
en condiciones de satisfacer en su totalidad las
multas establecidas para el delito que se juzga.
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deba estar en curso. Tan imprecisos eran esos antecedentes que el encubierto al iniciar su cometido ni
siquiera contaba con la direccin del acusado Juan
Flores, pues su primera labor consisti en localizar
su domicilio para aproximarse de alguna manera a
l. De todo lo anterior se colige que no existan antecedentes de la comisin de un delito de aquellos que
justificaran la actuacin mediante la actividad
investigativa intromisiva del agente encubierto.
El agente deba intentar infiltrase en una
organizacin delictiva lo que tampoco ocurri durante el tiempo que actu como encubierto en el
interior de la casa del acusado Juan Flores. Reconocen tanto el agente como su superior que durante los 11 das que trabaj en la pensin de propiedad de uno de los acusados no conoci al otro acusado, ni an de nombre, pero como fue el que entreg la droga, supone que eran socios. Tampoco
se apreciaron transacciones de droga ni se pudo
comprobar la participacin en actividades sospechosas con otros sujetos. Fue el agente encubierto
quin si deba tener un socio en Rancagua interesado en la compra de droga - cuestin que le seal al acusado para ganar su confianza luego que
supuestamente el acusado le ofreciera droga para
la venta -. El hermano, supuesto segundo integrante o ejecutor en esta organizacin familiar dedicada al trfico, slo se presenta por las exigencias
que realiz el polica de no recibir o retirar directamente la droga para evitar una mexicana, cuestin que motiv las distintas llamadas para coordinar la entrega de la droga a travs de Juan Flores
Soza. No se pudo realizar labor de infiltracin porque no exista la organizacin que se supona investigada. Se concuerda con el Fiscal en que exigir
que la organizacin de la que se trate tenga una
estructura establecida permanente, bienes y medios
materiales para realizar sus fines, podra hacer inoperante esa figura legal para nuestra realidad. Sin
embargo, piensa esta juez que entre un cartel de la
droga y un par de hermanos respecto de uno de los
cuales se tena conocimiento informal y no confirmado que se dedicaba al trfico, existe un nivel intermedio de asociacin para delinquir que justifique
la autorizacin para actuar bajo la forma de agente
encubierto.
La ausencia de antecedentes del supuesto delito que deba investigarse as como de organizacin en la que deba involucrase el polica tambin puede colegirse de las operaciones que se realizaron durante la vigencia de la designacin. El ofi-
cial a cargo seal que el agente llevaba instrucciones de localizar a determinadas personas, pero
como esas no se encontraban en la localidad se opt
porque se abocara a buscar a otro de los que se
nombraban. El carabinero Seplveda explic que
sus instrucciones consistieron en intentar infiltrarse, mantener al mando informado y abortar la misin en caso de riesgo personal. Tan clara es que
la inexistencia de una supuesta organizacin, as
como de antecedentes que justificaran que se cometa un delito que avalara la intervencin mediante esta herramienta de investigacin, que el Teniente
Arancibia reconoce que como la infiltracin no arroj
resultado positivos la misin termin el da que al
agente encubierto lo despidi el acusado. No obstante los resultados originales, los policas concuerdan que la operacin fue positiva porque se logr
concretar una operacin de venta el 6 de julio de
2002, de 2 kilos de pasta base y la detencin de los
hermanos involucrados, agotndose en ese acto la
investigacin de la supuesta organizacin criminal.
Se podra decir que el agente encubierto
se identifica particularmente con la figura del funcionario polica adiestrado en la lucha contra la
criminalidad compleja u organizada, quin en su
labor investigadora utiliza una identidad falsa o supuesta, y que desde su posicin velada se aboca a
descubrir el entramado criminal, el delito y la responsabilidad penal de los involucrados en la organizacin. Esta herramienta junto a otras del diseo
de modernas polticas criminales e instrumentos
penales estn destinadas a facilitar la persecucin
de las conductas vinculadas a la
narcocriminalidad, reconocida por mltiples legislaciones principalmente a partir del Convenio
de Viena de las Naciones Unidas de 1988 sobre el
trfico ilcito de estupefacientes y sustancias
psicotrpicas. sta institucin junto a los cooperadores eficaces, informantes y procedimientos de
entregas controladas se encuentra principalmente bajo la tutela del rgano persecutor, quedando
algunas de ellas inclusive al margen del control
jurisdiccional durante la investigacin, cuestin
que las vuelve elementos especiales o no ordinarios de represin criminal. Es la naturaleza extraordinaria del referido medio, la que impone que a su
respecto se satisfagan plenamente los presupuestos legales para su procedencia, lo que en este
caso no ha ocurrido.
QUINTO: Opinando quin disiente que no
se encontraba justificada la procedencia de la in-
113
tervencin de un agente encubierto para el presente caso, corresponde ahora hacerse cargo de la forma como se estima que dicha designacin devino
en la afectacin de las garantas consagradas constitucionalmente para los acusados.
La autorizacin de tipo administrativa
permiti al agente policial ser tolerado en el domicilio del acusado Eduardo Flores Soza, el que
era ocupado no tan solo por l, sino tambin por
todo su grupo familiar y por los pensionistas que
en l moraron ese mes de febrero. Si bien no
dorma en el referido domicilio pasaba el da en
el hogar del acusado Eduardo Flores, entrometindose en su vida domstica y en la de su familia, escuchando sus comunicaciones, todo ello
tolerado por el dueo de casa quin le permiti
su acceso en la conviccin de que se trataba de
un trabajador dependiente.
De esta manera se vieron infringidos el
respeto y la proteccin a la vida privada, a la honra
de la persona y de la familia, la inviolabilidad del
hogar y de toda forma de comunicacin privada que
consagran el artculo 19 N 4 y 5 de la Constitucin
Poltica de la Repblica, pues la actuacin inmotivada del agente encubierto en la casa del acusado
Eduardo Flores Soza constituy una limitacin a su
derecho fundamental a la vida privada y el desarrollo de su vida familiar personal e ntima.
La restriccin a las referidas garantas es
permitida por el ordenamiento jurdico slo bajo resolucin motivada fundada y proporcional al derecho afectado, o bien por el ejercicio legtimo de otro
de los derechos contenido en el catlogo del captulo III de la Carta Fundamental. Aplicando de manera analgica los principios contenidos a propsito del tratamiento de las nulidades procesales penales puede concluirse que el solo impedimento al
ejercicio pleno de las referidas garantas hace presumir la existencia de un perjuicio para el acusado
Eduardo Flores Soza que habilitara a desestimar
el valor de los medios de cargo que se obtuvieron
por la accin del agente encubierto, no compartiendo de tal manera las alegaciones del Fiscal quin
seal que era menester que la defensa rindiera
prueba de la forma de afectacin de las garantas
constitucionales.
SEXTO: Las pruebas de cargo que present el Ministerio Pblico resultan todas emanadas de
la intervencin del agente encubierto de manera tal
que realizando un ejercicio de supresin mental hipottica no existen evidencias independientes al
114
Apelaciones contra el rechazo de pruebas que provengan de diligencias declaradas nulas o hayan
sido obtenidas con inobservancia de las garantas
fundamentales. De esta forma se evita que el tribunal oral tome conocimiento de estas pruebas y
se forme un juicio con elementos que despus no
podr valorar . (Diario de Sesiones del Senado.
Historia de la ley 19.696; compilacin de textos
oficiales del debate parlamentario, pgina 646).
Claramente la idea es que el tribunal del juicio solo
debe abocarse al asunto principal evitando situaciones que prejuzguen su juicio, as como tambin
les estara vedado formarse un juicio con elementos de prueba que importen vulneracin a los derechos fundamentales. Siendo este el caso, ya no
por la va de la exclusin si no por su valoracin
es que no puede arribarse a una sentencia condenatoria en el presente juicio. Concluir que el tribunal
del juicio no tiene competencia para estimar que la
prueba result obtenida con inobservancia a los derechos fundamentales y que la misma no puede ser
cuestionada en cuanto a su aptitud para fundar la
conviccin de absolucin o condena, pone en riego
el sistema de garantas sobre el que se erigi como
pilar la reforma procesal penal y transformara a esos
jueces del fondo en elementos simplemente decorativos en el proceso, tanto como los derechos consagrados por el texto constitucional.
Redactada por el Juez FRANCO
REPETTO CONTRERAS y el voto disidente por su
autora.
Regstrese, comunquese en su oportunidad al Juzgado de Garanta de Calama para su cumplimiento, hecho archvese.
Pronunciada por los jueces Seor Franco
Repetto Contreras, Jaime Medina Jara y Doa Carla
Troncoso Bustamante. No firma la presente sentencia la Juez Carla Troncoso Bustamante, no obstante haber concurrido al acuerdo, por encontrarse
ausente, en conformidad a lo prevenido por el Artculo 37 del Cdigo Procesal Penal.
Santiago, cinco de Junio de dos mil tres.
VISTOS:
En estos antecedentes Rol nico
0200081656-9 del Juzgado Oral de Calama el Ministerio Pblico representado por el Fiscal don
Cristin Aliaga Ayarza present requerimiento en
contra de Juan Flores Soza y Eduardo Flores Soza
por la comisin del delito de trfico de estupefacientes, previsto en el artculo 5 de la ley 19.366 y sancionado en el artculo 1 inciso 1 de dicha ley, perpetrado el da 6 de Julio de 2002, llevndose a cabo
la audiencia del juicio oral con fecha 1 de Abril de
2003 relativa a los autos Rol Interno N 4-2003;
despus de realizada la audiencia oral, con fecha 6
de Abril de 2003 se dict sentencia condenatoria
en contra de ambos imputados, condenndose a
cada uno de ellos a la pena de tres aos y un da
de presidio menor en su grado mximo, a las accesorias legales correspondientes, eximindoseles del
pago de la multa que contempla el artculo 1 de la
referida ley 19.366, pero condenndoseles al pago
de las costas de la causa, negndoseles, asimismo, beneficios de la ley 18.216 atendido a lo dispuesto por el artculo 40 de la ley de drogas. Consta asimismo, por la certificacin correspondiente,
que con la misma fecha del fallo, se realiz la audiencia de lectura de sentencia.
En contra de este fallo la defensa del imputado Eduardo Flores Soza dedujo recurso de nulidad basado en el artculo 373 letra a) del Cdigo
Procesal Penal, esto es, en cuanto en la tramitacin del juicio o en el pronunciamiento de la sentencia se hubieren infringido substancialmente derechos o garantas asegurados por la Constitucin
o por los tratados internacionales ratificados por
Chile que se encuentren vigentes.
A su vez, en contra de la sentencia del Tribunal Oral la defensa del imputado Juan Flores Soza
tambin dedujo recurso de nulidad, el primero fundado en la causal del artculo 373 letra a) del Cdigo Procesal Penal, y el segundo, subsidiariamente,
sustentado en la causal del artculo 374 letra f) del
Cdigo Procesal Penal, esto es, cuando la sentencia se hubiere dictado con infraccin de lo prescrito
en el artculo 341 de igual texto.
A fs 100 y 101, con fecha 17 de Abril de
2003, se concedieron los recursos de nulidad y por
resolucin de esta Corte de fecha 13 de Mayo pasado se declararon admisibles, verificndose la
audiencia pblica el da 19 de Mayo del ao en curso, con los alegatos de los defensores de ambos
imputados y del Ministerio Pblico.
Concluido el debate, se cit a los recurrentes para or sentencia a la audiencia del da 5
de Junio de 2003.
TENIENDO PRESENTE.
En cuanto al recurso de nulidad de
Eduardo Flores Soza.
115
116
titucin Poltica de la Repblica, esto es, el respeto y proteccin a la vida privada y pblica y la
inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicacin privada.
13.- Que en orden a la infraccin de la primera garanta sealada en el acpite precedente,
esto es, haber aportado al juicio oral una prueba
ilegtima e ilcita en relacin con la actuacin del
Agente Encubierto, pues no se habran cumplido con
las exigencias que establece el artculo 34 de la ley
19.366, este tema ya se ha resuelto en las consideraciones 2) a 6) precedentes, donde se demostr
que el accionar del funcionario policial cumpli con
todas las exigencias establecidas por la normativa
legal, y que ste en ningn momento actu como
agente provocador.
14.- Se agrega, adicionalmente, que el Tribunal Oral debi haberse hecho cargo de la alegacin de la ilicitud de la prueba, pero como se ha analizado en el motivo 2) de este fallo, corresponda al
Juez de Garanta hacer la declaracin que seala la
defensa del imputado, ya que al primero solo le corresponda valorar la prueba rendida en conformidad
con lo establecido en el artculo 297 del Cdigo Procesal Penal y no declarar la ilicitud de una prueba ya
aprobada por el Juez de Garanta, por lo que este
motivo de nulidad debe rechazarse.
15.- Que en cuanto a la segunda alegacin sobre la misma causal, en el sentido de haberse infringido las garantas constitucionales sealadas en los nmeros 4 y 5 del artculo 19 de la
Carta Fundamental, no existe ninguna explicacin
de que manera pudo ella producirse, ya que como
aparece de la sentencia Juan Flores Soza no era
conocido del Agente Encubierto, tena su domicilio y residencia en el pueblo de Toconao y el Agente
supo de su existencia cuando Eduardo Flores Soza
le informa que la droga la tena su hermano en la
localidad ya sealada y que deba ir a retirarla
desde ese lugar, a lo que el Agente se neg por
temor a una quitada del dinero que portaba. Posteriormente, en horas de la noche, nuevamente
Eduardo Flores Soza se comunica con l, informndole que su hermano haba llegado con la droga desde Toconao y que deban encontrarse en
las inmediaciones de la sede vecinal de la Poblacin Licancabur, y presentndose Juan Flores en
117
118
Resumen:
La Fiscala interpuso un recurso de nulidad en contra de la sentencia que en procedimiento simplificado absolvi al imputado. Fund su recurso en la letra b) del artculo 373 del Cdigo Procesal
Penal, por cuanto, al tenor del artculo 395 del mismo cdigo, al haber admitido responsabilidad el
acusado slo proceda dictar una sentencia condenatoria. La Corte de Apelaciones acogi el recurso haciendo suyos los argumentos del Ministerio Pblico, dictando la correspondiente sentencia de reemplazo. La Defensa interpuso un recurso de queja en contra de las sentencias dictadas
por la Corte de Apelaciones. La Corte Suprema declar que el recurso era improcedente en virtud
de los dispuesto en los artculos 387 del Cdigo Procesal Penal y 545 del Cdigo Orgnico de
Tribunales.
Texto completo:
Coyhaique, diecinueve de Noviembre de dos mil
tres.
VISTOS:
En estos antecedentes RIT 353-2002,
RUC N 0300076600-2, procedimiento simplificado
por delito de receptacin, don Alfonso Javier Daz
Cordero Fiscal Adjunto del Ministerio Pblico, deduce recurso de nulidad en contra de la sentencia
dictada de fecha 25 de Septiembre de 2003 por el
Juez de Garanta don Maro Enrique Devaud Ojeda,
mediante la cual absuelve al imputado Paulo Andrs Medina Hinostroza del cargo formulado en su
contra de ser autor del delito de receptacin de especies de propiedad de don Alfredo Jara Escobedo
perpetrado el 28 de Mayo de 2003 en esta ciudad.
Invoca como causal del recurso la errnea
aplicacin del derecho, que al concurrir a alegar en
estrados puntualiza en la letra b) del artculo 373
del Cdigo Procesal Penal, esto es, errnea aplicacin del artculo 395 del Cdigo Procesal Penal.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el recurrente sostiene que
el error de derecho consiste en que el Juez absolvi al imputado de ser autor del delito de receptacin
previsto en el artculo 456 bis A) del Cdigo Penal
no obstante haber ste admitido responsabilidad en
los hechos contenidos en el requerimiento efectuado en procedimiento simplificado, en circunstancia
que de acuerdo con el artculo 395 del Cdigo Procesal Penal, aplicable al caso, debi dictar sentencia condenatoria ya que tal disposicin legal, aten-
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121
122
Resuelve la cuestin de competencia, en voto dividido, estableciendo que el Tribunal competente para conocer del porte de armamento prohibido es el Juzgado Militar.
Tribunal: Corte Suprema.
Resumen:
En el marco de una investigacin por los delitos de robo con violencia y homicidio frustrado en los
que se utiliz armamento prohibido (artculo 3 de la Ley 17.798), el Fiscal Adjunto de Ovalle remiti los antecedentes referidos al armamento al Segundo Juzgado Militar de Santiago. El Juez Militar declin la competencia en virtud de lo dispuesto por el artculo 18 letra d) de la Ley 17.798. El
Fiscal insisti en su incompetencia, porque si bien el artculo mencionado por el Juez Militar establece una excepcin, la letra e) del mismo artculo establece una contraexcepcin que establece
la competencia de los juzgados militares en el conocimiento de las causas originadas en el uso de
armas prohibidas. La Corte Suprema acord, en votacin dividida, que la competencia le corresponda al Juzgado Militar. El voto de minora estim que, en virtud de lo establecido en el artculo
18 letra d) de la Ley 17.798, el competente para investigar era el Fiscal.
Texto completo:
Ovalle, lunes 24 de noviembre del 2003.
Teniendo presente:
123
124
MINISTERIO PUBLICO
FISCALIA REGIONAL
IV REGION COQUIMBO
RESOLUCIN. N _____573_______/
ANT.: Oficio N487 de 17 de junio de 2003
MAT:Causa Rol 1399-2002 por Daos.
LA SERENA, 24 de julio de 2003
DE:
VCTOR
HUGO
VILLARROEL
VALENZUELA
FISCAL REGIONAL DE COQUIMBO
A:
1.- Se ha recibido en esta Fiscala Regional oficio en referencia, mediante el cual ha enviado
a esta Fiscala Regional la carpeta de los antecedentes de la causa Rol N1399-2002 instruida en averiguacin del delito de Daos Fiscales imputados a
Vctor Guerra Arellano, fundado en la resolucin dictada por el Segundo Juzgado Militar de Santiago que
con fecha 15 de Mayo de 2003 se declar incompetente para seguir conociendo, fundado en que el vehculo daado objeto de la investigacin no corresponde a aquellas especies a que se refiere el artculo 353 del Cdigo de Justicia Militar.
la Repblica y artculo 191 inciso 3 del Cdigo Orgnico de Tribunales, se declara que es competente para conocer de estos autos el II Juzgado Militar
de Santiago, a quien debern remitrsele los antecedentes. Comunquese lo resuelto a la Fiscala
Regional del Ministerio Pblico de la IV Regin de
Coquimbo. Regstrese y devulvase.
Rol N 117-04.
125
126
El Juzgado Mixto de Collipulli, en la audiencia de preparacin del juicio oral, orden la eliminacin
de ciertos prrafos de las acusaciones presentadas por el Ministerio Pblico y el querellante. Ambos interpusieron recursos de queja en su contra, recursos que fueron declarados inadmisibles
por la Corte de Apelaciones de Temuco. De esta inadmisibilidad apelaron ante la Corte Suprema,
recurso que tambin fue declarado inadmisible, pero los autos se trajeron en relacin con el fin de
analizar el uso de las facultades del artculo 541 del Cdigo Orgnico de Tribunales. La Corte
Suprema estim que de acuerdo al artculo 270 del Cdigo Procesal Penal el Juez de Garanta
slo tiene la facultad de ordenar corregir vicios formales, los cuales se refieren a la ausencia de
algunas de las menciones del artculo 259 inciso primero del mismo cdigo, as como en lo que se
refiere a la congruencia en los hechos y personas incluidos en la formalizacin de la investigacin.
Pero esta atribucin en modo alguno lo autoriza para calificar la pertinencia o el sentido de los
contenidos, o su posible calificacin jurdica, pues stos son de competencia del Tribunal del Juicio Oral. Al ordenar la eliminacin de ciertos prrafos de las acusaciones el juez incurri en un
abuso grave, pues se inmiscull en facultades del Ministerio Pblico y del querellante.
Texto completo:
Santiago, dieciocho de marzo de dos mi cuatro.
Vistos y teniendo presente:
1) Que en los autos Rol 626-03 y 618-03 de la
Corte de Apelaciones de Temuco, sobre apelacin
de recurso de queja, ingresados en esta Corte con
los N 5259-03 y 5261-03, y que inciden en los antecedentes RUC 0100086954-2, RIT 23-2003, del
Juzgado Mixto de Collipulli, sobre incendio terrorista, la parte querellante Forestal Mininco SA., y
la Fiscal Regional del Ministerio Pblico de la
Araucana, apelaron de las resoluciones dictadas
por dicha Corte, en los autos referidos, que declar inadmisibles tales recursos.
2) Que, en su oportunidad, los apelantes
interpusieron sendos recursos de queja ante la Corte de Apelaciones de Temuco, en contra de la Sra.
Juez del Juzgado Mixto de Collipulli impugnando
la resolucin de 17 de octubre de 2003, dictada en
los antecedentes sobre preparacin de juicio oral
de que conoce la Juez del Juzgado Mixto de dicha
ciudad, RUC 0100086954-2, RIT 23-2003, seguidos por el Ministerio Pblico en contra de Jos
Benicio Huenchulln y otros por el delito de incendio
terrorista, por la cual dispuso, hacindose cargo de la
peticin de los defensores en orden a la correccin
de vicios formales, se subsanen los mismos, a travs de la eliminacin de prrafos de las respectivas
acusaciones para lo cual les concedi el plazo que
en ella se contiene.
3) Que, los referidos recursos, fueron declarados admisibles por la Corte de Apelaciones ya
sealada, disponindose la vista conjunta de los
mismos, luego de lo cual se trajeron en relacin y tras
escuchar a las partes sobre la admisibilidad de los
mismos, los declar inadmisibles, mediante resoluciones de 17 de noviembre del ao pasado, segn se
lee a fojas 20 y 88 de los autos, por no ser la resolucin impugnada de aquellas contempladas en el artculo 545 del Cdigo Orgnico de Tribunales.
4) Que, las resoluciones ya mencionadas
fueron apeladas tanto por el Ministerio Pblico cuanto por la parte querellante y este Tribunal mediante
decisiones de 5 de enero del ao en curso, de fojas
30 y fojas 114, de los autos, los admiti a tramitacin, para luego, ante sendas reposiciones formuladas por la Defensora Penal Pblica, estimar, con
fecha 14 de enero del ao en curso, de fojas 42 y
128, que resulta legalmente improcedente el recurso de apelacin, sin perjuicio de lo cual trajo los
autos en relacin para analizar la posibilidad de
hacer uso de las facultades establecidas en el arti-
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Resumen:
En la Audiencia de Control de Detencin, y ante una peticin de la Defensa, el Juzgado de Garanta orden oficiar a Carabineros a fin de ser comunicada telefnicamte cualquier existencia de
detenidos tanto al Ministerio Pblico como a la Defensora. La Corte Suprema dej sin efecto la
orden emitida a Carabineros, declarando que, en virtud de lo establecido en el artculo 87 del
Cdigo Procesal Penal, dictar instrucciones generales y futuras encaminadas a determinar el modo
en que la Polica debe cumplir sus funciones es atribucin del Ministerio Pblico. Al Juez de Garanta, de acuerdo al artculo 80 del mismo cdigo, le est permitido expedir mandatos especficos
en casos concretos.
Texto completo:
El Magistrado: apercibi a los intervinientes de conformidad con lo dispuesto en el artculo 26 del C.P.P.
CALBUCO, Diecinueve de Diciembre de dos mil tres.
Siendo la 10:30 horas se da inicio a la
presente audiencia, presidida por el Magistrado
Titular, don Juan Carlos Silva Opazo, con la asistencia del Fiscal, don Jorge Martnez Rodrguez,
domiciliado en calle Ernesto Riquelme N185, 2
piso, Calbuco y de los imputados Miguel Angel
Gonzlez Muoz, Rut N12.122.609-K, domiciliado en Camino El Tepual, Km.2 S/N, Puerto Montt;
Yornes Alexis Paredes Milln, Rut N15.650.2499, domiciliado en Villa Michael, Casa N1 Poblacin Modelo Puerto Montt, asistidos por su Abogado Defensor don Germn Claudio Echeverra
Ramrez, domiciliado en calle Benavente N959,
Puerto Montt y del imputado Vctor Alexis
Sandoval Villegas, Rut N15.904.409-2, domiciliado en Poblacin Modelo, calle Anbal Pinto
N371, Puerto Montt y asistido por su Abogado
Defensor don Francisco Geisse Grae, domiciliado en calle Benavente N959, Puerto Montt.
El Fiscal: solicita que las notificaciones se le efecten por Va Fax al fono 462761 Calbuco, con confirmacin telefnica, los Defensores solicitan que las
notificaciones se le efecten por Va fax al fono
311021 de Puerto Montt.
El Fiscal: seala que los imputados fueron detenido el da de hoy aprox. A las 00:10 horas, fueron
sorprendidos por dos funcionarios de Carabineros conduciendo en una camioneta doble camioneta la que en su interior transportaba aproximadamente 800 kgs. de especies salmondeas las
cuales se encontraban en el interior en cajas plsticas, cubierta de una lona. Los imputados no
portaban ningn tipo de documentacin que acreditara ni su legtima adquisicin ni tampoco el
transporte de estas especies y al ser consultado
tampoco dieron explicacin alguna respecto de
su procedencia siendo presumiblemente especies
obtenidas producto de un robo de salmones. Carabineros se comunic en forma inmediata con
este Fiscal aprox. A las 00:15 horas quien a su
vez procedi a comunicarse en forma inmediata
con su Ssa. Para solicitar la orden de detencin
respectiva, orden que en su oportunidad fue enviada via fax y en forma posterior la detencin
fue comunicada a cada uno de los imputados informndole conjuntamente en presencia del Fiscal la lectura de sus derechos, el motivo de la
detencin, lo que consta en acta que se encuentra debidamente firmada y acompaada en carpeta de investigacin.
130
Consultados los imputados sealaron que se les exhibi la orden y se les dio a conocer sus derechos.
Defensora: No objeta la detencin de sus representados sin embargo seala que al consultar a los Carabineros respecto a la existencia de detenidos esto le
fue negado por lo que solicita se oficie a la Polica de
Carabineros a fin de remediar esta situacin a futuro.
Fiscal: Seala que lo anterior es efectivo en cumplimiento de la forma respectiva del C.P.P. que autoriza la reserva de la investigacin realizada por el
Ministerio Pblico.
TRIBUNAL RESUELVE:
Vistos:
Atendido lo expuesto de los intervinientes y tomando en consideracin especialmente la norma del
Artculo 8 del C.P.P. que expresamente seala de
que cualquier imputado tiene derecho asistido por
un Abogado letrado para que le proporcione una
defensa tcnica y certera desde el primer momento
en que el procedimiento se dirige en su contra y
que este primer momento debe entenderse no solo
del momento de la Formalizacin de la Investigacin sino de cualquier tipo de actuacin del Ministerio Pblico, dirigida en contra de tales imputados,
principio que no solo recogido por nuestro Cdigo
Procesal Penal sino tambin por nuestra Constitucin Poltica y por los Tratados Internacionales, cuyo
rango es constitucional este Tribunal cuya funcin
principal es velar y cautelar los derechos de los
imputados, principalmente su derecho es una defensa tcnica y letrada resuelve lo siguiente:
Se ordena oficiar al Mayor de Carabineros de la Comisara de Calbuco a fin de que en el evento de
existir detenidos en dicha dependencia comunique
dicha situacin no solo al Ministerio Pblico de
Calbuco sino tambin a la Defensora Regional de
Puerto Montt para cuyos efectos se les proporcionar los nmeros de telfonos de dicha Defensora
Pblica, toda vez que este Tribunal estima que con
la sola comunicacin de existir detenidos en la Comisara de Calbuco no se vulnera para nada el secreto o la reserva de las investigaciones, toda vez
que es solamente la comunicacin a la Defensora
de que existe imputado que tiene derecho a ser
asistido legalmente.
AMPLIACIN DE LA DETENCIN:
Fiscal: solicita la ampliacin de la detencin de los
imputados en atencin a que existen diligencias precisas y determinadas que hacen necesaria dicha
ampliacin como son: el reconocimiento de una bodega y la identificacin de las especies sustradas.
Defensor: Se opone en razn de que el hecho no
se encuentra suficientemente establecido en cuanto a su tipicidad, adems de ser hechos de bajo
compromiso se afectara la libertad de los imputados, acarreando perjuicios de los imputados y nos
es estrictamente necesaria para las diligencias de
investigacin, adems los hechos no ameritan la
ampliacin de la detencin igualmente ha existido
colaboracin por parte de los imputados.
EL TRIBUNAL RESUELVE:
Atendido lo expuesto por intervinientes y teniendo
especialmente presente de cualquier medida
cautelar debe ser de ltimo ratio, es decir para asegurar los fines del procedimiento y no para diligencia de investigacin que debe llevar a efectos el Fiscal y que la presuncin de inocencia no puede ser
desvirtuada sino hasta que exista sentencia
ejecutoriada en su contra, se estima en que este
caso no proceden los requisitos del artculo 132 para
ampliar la detencin de los imputados, por lo que
se rechaza la solicitud de ampliacin de la detencin de los mismos.
FORMALIZACION DE LA INVESTIGACIN:
Fiscal: viene en formalizar la investigacin en contra de los imputados MIGUEL ANGEL MUOZ,
YORNES PAREDES GUZMN y VICTOR ALEXIS
SANDOVAL VILLEGAS, por los hechos expuestos
al principio de esta Audiencia, los cuales a juicio
del Ministerio Pblico son constitutivos del delito de
Receptacin, previsto y sancionado en el artculo
456 bis A) del Cdigo Penal, atribuyndoles a los
mismos la calidad de autores en grado de consumado, fundado en los siguientes hechos: los imputados que fueron detenidos el da de hoy aproximadamente a las 00:10 horas fueron sorprendidos por
dos funcionarios de Carabineros, conduciendo una
camioneta doble cabina, la que en su interior transportando aproximadamente 800 Kgs. de especies
salmondeas las cuales se encontraban en el inte-
131
MEDIDAS CAUTELARES:
PLAZO DE CIERRE DE LA INVESTIGACIN:
Fiscal: solicita que apliquen a los imputados las siguientes medidas cautelares personales del artculo 155 del C.P.P. letra c) y e) respecto de todos los
imputados; y la de la letra f) respecto del imputado
Vctor Alexis Sandoval .
Defensor: Se opone a la Medida Cautelar de la letra f), toda vez que la forma en que solicita el Fiscal se excede del marco establecido en dicha norma, constituyendo una verdadera pena la prohibicin
del imputado de concurrir a la ciudad de Calbuco,
con el fin de asegurar el resultado de la investigacin llevada a cabo por el Ministerio Pblico.
TRIBUNAL RESUELVE:
Atendido el mrito de lo expuesto, de los
intervinientes y concurriendo los presupuestos materiales de procediendo de las medidas cautelares
solicitadas, en cuanto existen antecedentes suficientes para la realizacin de una investigacin que
pueda dar lugar a la realizacin del procedimiento
que tenga como finalidad la dictacin de una sentencia definitiva. En cuanto a la necesidad de cautela, atendido ste como el peligro de fuga y tambin entorpeciendo de los actos del procedimiento, el Tribunal estima que procede este requisito
igualmente. En cuanto a la medida cautelar de la
letra e) del Artculo 155, habiendo existido cooperacin por parte de los imputados desde el comien-
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134
Acoge recurso de amparo presentado por el Ministerio Pblico, ordenando reponer la causa
al estado de ejercer la Fiscala el derecho que le confiere el artculo 248 del Cdigo Procesal
Penal.
Tribunal: Corte Suprema.
Resumen:
decidiera el 22 de enero pasado el cierre de la investigacin en causa RIT N 145, seguido contra
Jos Humberto Galindo por el delito de abuso
sexual. En efecto indica que una vez cerrada la investigacin, la Defensa del imputado solicit al Tribunal ordenara la reapertura de la investigacin para
instruir al Ministerio Pblico, una serie de diligencias. El Tribunal acogi la solicitud, valindose para
ello de lo dispuesto en el artculo 257 del Cdigo
Procesal Penal, precepto que resulta improcedente, pues slo es aplicable cuando el Fiscal ha solicitado el sobreseimiento o ha ejercido la facultad
de no perseverar en la investigacin, cuyo no es el
caso.
As el Tribunal de Puerto Natales, fuera de
las atribuciones asignadas por la Ley, orden al Ministerio Pblico que dentro de un plazo determinado, hasta el treinta de marzo de dos mil cuatro, deba realizar las diligencias sealadas, adems de
tomar declaracin a otros dos testigos.
Explica, que al poner en conocimiento de
las personas la prctica de las diligencias ordenadas por el Tribunal, manifestaron su negativa a brindar su consentimiento para participar en tales dili-
135
de los hechos que haban sido solicitadas en diciembre de dos mil tres, reiteradas en enero de dos mil
cuatro y denegadas por el Ministerio Pblico.
En esa audiencia la Fiscal del Ministerio
Pblico, solicit el rechazo de la pretensin, pues
en su concepto de acuerdo a lo dispuesto en el artculo 183 del Cdigo Procesal Penal, ante la negativa de practicar diligencias se deba recurrir ante
el Fiscal Regional, estimando adems, impertinentes las diligencias solicitadas.
En definitiva se acogi la solicitud de la
Defensa, por cuanto el artculo 183, slo contiene
una norma meramente facultativa, pues se emplea
la expresin se podr reclamar. Luego y atendido
lo dispuesto en el artculo 257 del Cdigo Procesal
Penal, se orden la prctica de las diligencias solicitadas, en los trminos que indica. Resolucin que
qued firme pues el Ministerio Pblico no dedujo
recurso alguno en su contra. As pues, ejecutoriada
la resolucin y ante el incumplimiento, la misma
Defensa solicit la realizacin de una audiencia
para que le Tribunal adoptara las medidas tendientes al cumplimiento de las mismas. Fue as como
en la audiencia de veintisis de febrero de este ao
y acorde al espritu que informa al Cdigo Procesal
Penal, en cuanto a que el imputado tiene derecho a
formular planteamientos y alegaciones y que corresponde al Juez de Garanta cautelar las garantas
individuales, debiendo adoptar las medidas necesarias para su legtimo ejercicio, se apremi a los amparados en los trminos de los artculos 238 y 240
del Cdigo Procesal Penal, teniendo para ello especialmente presente, lo dispuesto en el artculo 10 del
Cdigo Procesal Penal, que autoriza al Tribunal, para
adoptar las medidas necesarias a fin de permitir el
ejercicio de las garantas del imputado.
A fojas 18, se trajeron los autos en relacin.
A fojas 21, se dicta como medida para
mejor resolver, se oficie a la recurrida en los trminos que se expresan.
Con lo relacionado y considerando .
1 .- Que el recurso de amparo es una
accin que da origen a un procedimiento autnomo que tiene por objeto proteger de inmediato la
libertad individual cuando ella se encuentra amenazada, coartada o suprimida en cualquier forma
en virtud de una orden ilegtima o de un acto arbitrario;
2 .- Que la resolucin que la parte recurrente estima que amenaza, coarta o suprime la libertad individual de las personas por las que recu-
136
Alvarado Barrientos, dejando sin efecto la resolucin pronunciada por el tribunal de Puerto Natales
el pasado veintisis se Febrero;
3.- que informando la seora Juez recurrida a fs. 8 y siguientes, expresa las razones legales que tuvo para decretar, el treinta de enero de
este ao, las diligencias solicitadas por la defensa
del imputado; que dicha resolucin quedo afirme por
cuanto no fue objeto de recurso alguno por parte
del Ministerio Publico y que la Defensora Penal
Publica solicit una audiencia para que el tribunal
adoptara las medidas tendientes al cumplimiento de
lo dispuesto expresando en esa oportunidad que
los seores Cataln, Barrientos y Crcamo estaban
incurriendo en delito de desacato ya que se han negado a cumplir una orden del Tribunal y pueden
arriesgar, segn el Artculo 240 del Cdigo de Procedimiento Civil, penas o multas segn lo dispuesto en el Artculo 238 del mismo cuerpo legal, expresando en esa oportunidad el Ministerio Publico que
esa Fiscala no poda obligar a esas personas a
cumplir las diligencias ordenadas porque vulneraria
sus derechos y que, en consecuencia, tratndose
de una peticin que buscaba el ejercicio de la garanta constitucional de defensa del imputado, para
lo cual el articulo 10 del CPP. La autoriza adoptar
de oficio o a peticin de parte las medidas necesarias para permitirlo, y considerando que el artculo
52 del mismo cdigo permite aplicar el artculo 238
del Cdigo de Procedimiento Civil, que
imperativamente dispone que el Juez de la causa
debe dictar las medidas tendientes al cumplimiento
de las resoluciones judiciales, dict la que motiv
este recurso. Complementando su informe a fs. 22
expresa que en la audiencia a que se refiere la recurrente apercibi a las personas que seala la resolucin en los trminos del artculo 238 del Cdigo de Procedimiento Civil, sin que emitiera pronunciamiento respecto a una u otra modalidad, de las
all previstas;
4 .- Que el examen de la resolucin que motiva este recurso se desprende que la
seora Juez apremia a las personas que indica a
objeto de que cumplan con las diligencias decretadas por el tribunal, en los trminos de los artculos
238 y 240 del Cdigo de Procedimiento Civil ponindoles un plazo para su cumplimiento;
5 .- Que el artculo 238 del referido Cdigo dispone que tratndose del cumplimiento de resoluciones no comprendidas en los artculos anteriores entre las cuales no se encuentra la
137
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RUC N: 0400037980-3
RIT N: 21/2004
JUEZ TITULAR: GERMAN OLMEDO DONOSO
FISCAL ADJUNTO: PAMELA VERONICA LOBOS
SAAVEDRA, domiciliada en Godofredo Mera N 22,
San Jos de la Mariquina, notificacin por fax N
453504 y correo electrnico Plobos@minpublico.cl
DEFENSOR: PAULINA HERNANDEZ BADILLA, domiciliada en General Alberto Montecinos 2688,
Valdivia, notificacin por correo electrnico
phernandez@defensoriapenal.cl con copia al correo
electrnico varratia@defensoriapenal.cl
IMPUTADO: JUAN RODRIGO NAHUELCOY
ELGUETA, Cdula de Identidad N 13.038.775-6,
27 aos de edad, carpintero, domiciliado en Sector
Ciruelos, Predio Mailef, San Jos y Pob. Francisco
Hoch, Calle Nueva N 1, N633, La Unin
DELITO: Violacin de morada.
FECHA: 02 de Febrero de 2004
ENCARGADA DE ACTA: Vivianne Gloria
Rademacher Flndez.
Siendo las 15:01 horas se lleva a efecto la
presente audiencia de Control de la Detencin y
Formalizacin de la Investigacin, respecto del
imputado, ya individualizado, por el presunto delito
de Violacin de morada.
Se tiene presente Patrocinio y por conferido
Poder.
Se apercibe a los intervinientes conforme a lo
dispuesto en el artculo 26, inciso 2 del Cdigo
Procesal Penal.
CONTROL DE LA DETENCIN:
El Fiscal da cuenta al Tribunal de los
antecedentes de la detencin del imputado.
144
145
Comentario:
I ANALISIS DE LA AUDIENCIA DE CONTROL DE DETENCIN Y FORMALIZACIN
1.- Antecedentes
Con fecha 2 de febrero del ao en curso, se realiz audiencia de control de detencin y formalizacin
de la investigacin, en causa por delito de violacin de morada, ante el Juez de Garanta de San Jos de La
Mariquina, a la que concurri la fiscal adjunta Pamela Lobos Saavedra.
La detencin del imputado se declara ajustada a Derecho. Acto seguido la Fiscala formaliza
investigacin en contra del imputado por delito de violacin de morada en su calidad de autor, en grado
de consumado.
Habindose consultado al imputado si entenda los trminos de la formalizacin, a su respuesta afirmativa,
se tiene presente la formalizacin de la investigacin y se procede a la solicitud de medidas cautelares,
a cuya aplicacin se opuso la defensa.
Luego de ello, el tribunal resolvi en atencin a lo dispuesto en los Arts. 54 y 166 del Cdigo
Procesal Penal, tener por no formulada la formalizacin y por ende no dar lugar a las medidas cautelares.
Se da orden de libertad al imputado y se pone trmino a la audiencia.
2.- Anlisis de la Resolucin
Las situaciones jurdicas planteadas a raz de esta audiencia son las siguientes:
2.1
2.2
El Juez de Garanta ha invocado, a nuestro entender, errneamente, los artculos 54 y 166 del
Cdigo Procesal Penal para tener por no formulada la formalizacin. .
Ambas disposiciones se refieren a los delitos de accin pblica previa instancia particular y fijan
el mbito de accin del Ministerio Pblico a su respecto.
En efecto, el Art. 54 del C.P.P. requiere para la actuacin posterior del Ministerio Pblico,
que exista, a lo menos, denuncia por parte del ofendido, denuncia que no es necesaria cuando se
est en el supuesto del inciso 4 de la misma norma como ocurre en la especie, tratndose de una
mujer que sufre retardo mental profundo y que se encuentra imposibilitada de realizar libremente la
denuncia-.
146
Por su parte, el artculo 166 inciso final del C.P.P. faculta al Ministerio Pblico, en los
casos de no haberse efectuado denuncia por el ofendido en delito de accin pblica previa instancia particular, a proceder slo para realizar los actos urgentes de investigacin o los absolutamente necesarios para impedir o interrumpir la comisin del delito.
Esta ltima norma, en caso alguno, excluye la aplicacin del inciso 4 del Art. 54 del
C.P.P.. sino que, ms bien, complementa el mbito de accin del Ministerio Pblico en casos de
delitos flagrantes y aquellos en que no se puede posponer diligencias investigativas.
La norma del inciso final del Art. 166 del C.P.P., no distingue en su referencia expresa al
Art. 54, entre los diversos supuestos del mismo, por lo que, si es aplicable para los casos en que
el ofendido puede realizar libremente su denuncia, con ms razn ser aplicable para aquellos en
que la vctima se encuentre imposibilitada de efectuarla.
3.- Conclusin:
De lo dicho anteriormente se concluye que la actuacin del Juez de Garanta del caso en comento
incurri durante la audiencia en las siguientes situaciones agraviantes a las pretensiones de la Fiscala que
motivaron el recurso de apelacin interpuesto.
-
Haber declarado como no formulada la formalizacin, siendo que sta ya se haba concretado y, no obstante la ley no lo requiere, ya se haba tenido por formulada.
Haber efectuado tal declaracin en circunstancias de que ya se encontraba en la etapa de
discusin de medidas cautelares, con lo cual retrotrajo la discusin a un punto que no admite
discusin alguna.
Resolver, no slo contra ley, sino tambin contra instrucciones precisas de su superior jerrquico ( acuerdo ya citado), invadiendo la rbita de las atribuciones propias del Ministerio Pblico.
Invocar en su resolucin dos disposiciones legales que, interpretadas analgica y
sistemticamente hacan admisible la actuacin de la Fiscala.
147
Respecto del rechazo de las medidas cautelares solicitadas, estima la Iltma. Corte que habiendo desaparecido el fundamento del rechazo ( tener por no formulada la formalizacin), debe efectuar el Juez de Garanta un nuevo pronunciamiento.
En la parte resolutiva revoca la resolucin apelada, tiene por formulada la formalizacin y ordena
al Juez de Garanta pronunciarse respecto de las medidas cautelares solicitadas por el Ministerio Pblico.
Si bien la resolucin del tribunal de alzada rescata la tesis sostenida por el Ministerio Pblico en
cuanto a que uno de los mbitos de atribuciones exclusivas del rgano persecutor es la formalizacin de la
investigacin, omite pronunciarse respecto del fondo de los argumentos invocados por el Magistrado en
cuanto a la aplicacin e interpretacin de los artculos 54 y 166 del Cdigo Procesal Penal en lo referente
a la actuacin del Ministerio Pblico en delitos de accin pblica previa instancia particular.
Por otra parte, nos parece acertada la resolucin en cuanto ordena retrotraer la causa al estado
de que el Juez a quo se pronuncie respecto de las medidas cautelares, ya que habiendo declarado la Iltma.
Corte que se tena por formulada la formalizacin, se haca necesario un nuevo pronunciamiento por el
mismo Juez que conoce de la causa y ante quien se ventilaron los argumentos fundantes de la solicitud.
3.- Conclusin:
Ha de entenderse, por tanto, - y en el mismo sentido lo declara la resolucin en el numeral 2 de
los vistos- que, en lo que dice relacin con la formalizacin, de considerar el imputado que sta hubiere
sido arbitraria, la nica va de impugnacin ser la establecida en el inciso final del Art. 232 del C.P.P., ya
que a los Jueces de Garanta les est vedado pronunciarse a su respecto.
III ANTECEDENTES ACOMPAADOS
Se acompaan al presente informe los siguientes documentos:
Acta de audiencia de control de detencin y formalizacin de la investigacin ante el Juez de
Garanta de San Jos de la Mariquina
Escrito de apelacin
Minuta de alegato
Acta de audiencia para la vista de la causa en la Iltma. Corte de Apelaciones de Valdivia
Resolucin de la Iltma. Corte de Apelaciones de Valdivia
148
pena superior a la que legalmente corresponde. Ambos defensores, reiteraron los planteamientos efectuados en sus respectivos escritos de nulidad. Por
su parte el Ministerio Pblico, refirindose
someramente a los hechos, sostuvo que la premeditacin estaba claramente establecida y que la sentencia cumpla con todos los requisitos legales. En
el debate, cada parte mantuvo sus planteamientos
y se dej la causa en acuerdo para dictar la sentencia con posterioridad.
TENIENDO PRESENTE:
PRIMERO: Que Esteban Cofr Sandoval
como defensor pblico de Gerardo Enrique Moreno
Astorga, ha interpuesto recurso de nulidad en contra de la sentencia dictada por el Tribunal del Juicio
Oral en lo Penal de Antofagasta el 28 de agosto de
2003, pidiendo su nulidad y la correspondiente de
reemplazo, para que se aplique una condena como
autor de homicidio simple inferior a la impuesta.
Funda su recurso en que el sentenciador incurri
en la causal de la letra b) del artculo 373 del Cdigo de Procesal Penal, al pronunciar la sentencia con
un error en la aplicacin del derecho que influy
sustancialmente en lo dispositivo del fallo, porque
dio por probado que su representado actu con premeditacin conocida, que no es definida en el Cdigo, pero que a la luz de lo expresado por la doctrina, no puede presumirse por el slo empleo de
ciertos medios ejecutivos o el transcurso del tiempo, entre el momento de la idea del delito y su perpetracin, estima que en el proceso debe encontrarse acreditado los hechos o actos que traduzcan la reflexin preliminar y la efectiva persistencia de la decisin. Explica, que el sentenciador dio
por acreditada la premeditacin conocida, sobre
la base de declaraciones de testigos estableciendo que se idearon un plan de accin, se provey
los medios para llevarlo a cabo y finalmente ejecutarlo, demostrando con ello una persistencia re-
149
150
plan e hicieron una calculada programacin, constituyen expresiones que se avienen con los hechos
expresados en la acusacin y en la formalizacin,
para ello debe tenerse en cuenta que la imputacin
en las mismas, no necesariamente debe ser precisa y determinada en todos los hechos, circunstancias esenciales y no esenciales, si no que debe estar
efectuada en la forma que permita entender la imputacin y defenderse de ella. En este caso, se trataba de cuatro sujetos que llegaron en un taxi disparando contra Edwin Carmona para luego retirarse amenazndolo con volver a hacerlo, lo que se
produjo horas despus con disparos a corta distancia que le ocasion la muerte, todo lo dems corresponde a la evolucin propia del proceso, sea
en su fase de investigacin o durante el desarrollo
del juicio oral, por lo tanto, los jueces que integran
el Tribunal Oral en lo Penal pueden libremente establecer los hechos sobre el marco ya sealado,
permitiendo claro est un debate sobre cada una
de estas circunstancias.
Por estas consideraciones y visto adems
lo dispuesto en los artculos 372 y siguientes del
Cdigo Procesal Penal, SE RECHAZA, con costas,
los recursos de nulidad interpuesto por los abogados, Esteban Cofr Sandoval en representacin del
imputado Gerardo Enrique Moreno Astorga y el letrado Justiniano Santos Martnez en representacin
de Juan Pablo Moreno Astorga y Manuel Alejandro
Oliver Miranda en contra de la sentencia definitiva
pronunciada por el Tribunal del Juicio Oral en lo
Penal de Antofagasta, de fecha veintiocho de agosto del presente ao, escrita a fojas 1 y siguientes
de estas compulsas en Rol nico 0200070382-9.
Regstrese y devulvanse.
Rol 323-03
Redaccin del Ministro Titular Oscar Clavera
Guzmn.
151
Comentario:
Con fecha 13 de octubre de 2003, la Corte de Apelaciones de Antofagasta dict fallo respecto de dos recursos de nulidad, interpuestos a favor de los imputados Manuel Alejandro Oliver Miranda, Juan Pablo Moreno
Astorga y de Gerardo Enrique Moreno Astorga.
Los dos primeros imputados haban sido condenados por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de la causa
a una pena de 20 aos de presidio mayor en su grado mximo como coautores del delito de homicidio
calificado, mientras que el ltimo fue condenado a diez aos de presidio mayor en su grado mnimo, como
autor del delito de homicidio simple.
Para los efectos de esta minuta se estudiarn por separado ambos recursos.
I.- Recurso de Nulidad Interpuesto por el abogado Justiniano Santos Martnez.
En la presentacin efectuada por el defensor particular don Justiniano Santos Martnez, en representacin
de los imputados Oliver Miranda y Juan Pablo Moreno Astorga, se solicita se dicte sentencia de reemplazo
que condene a sus defendidos como autores del delito de homicidio simple, sealando que se haba condenado a sus representados a una pena mayor que la que legalmente corresponda.
Las causales en las que se funda este recurso son tres principales y una subisidiaria:
1. En primer lugar, que se ha impedido al defensor el ejercicio de las facultades que la ley otorga (invocando
la causal absoluta de nulidad del artculo 374 letra c) del CPP);
2. En segundo lugar, que se ha condenado a sus defendidos por hechos o circunstancias no contenidos en
la acusacin del Ministerio Pblico, por lo que existira una incongruencia entre dicha acusacin y la condena (invocando la causal absoluta de nulidad del artculo 374 letra f) en relacin con el artculo 341, ambos
del CPP);
3. En tercer lugar, el recurso de nulidad se funda en que la sentencia ha omitido alguno de los requisitos
previstos en las letras c), d) y e) del artculo 342 del CPP (invocando causal absoluta de nulidad de la letra
e) del artculo 374);
4. Finalmente y en subsidio de las anteriores causales, se invoca como causal el hecho de que la sentencia
se pronunci con errnea aplicacin del derecho que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo
(causal del artculo 373 letra b) del CPP).
La Corte de Apelaciones desestim todas las causales invocadas por este recurso, efectuando los
siguientes razonamientos al respecto:
1. Respecto de la primera causal, la Corte seal que caba rechazar el recurso por vicios formales, puesto
que de ser efectivo lo reclamado no caba solicitar slo una sentencia de reemplazo, como se seala en el
libelo, sino que era necesario un nuevo juicio.
Sin perjuicio de lo anterior, el Tribunal de Alzada se pronunci sobre el fondo de lo planteado en esta causal,
que consista en la incapacidad del defensor para ejercer los derechos de defensa por existir testigos cuya
identidad era reservada y la inclusin de peritajes escritos como medios de prueba.
Respecto de la reserva de identidad, la Corte plantea que el defensor en la prctica si lleg a conocer la
identidad de los imputados, por lo que su alegacin de que habra estado privado del ejercicio de su derecho
152
al contra interrogatorio en cuanto forma de desacreditar un medio de prueba no tendra fundamento. Adems,
cita la opinin expuesta por la fiscala que, segn el texto del considerando cuarto de la sentencia, seal:
La existencia de testigos protegidos o cuya individualizacin no debe entregarse para asegurar su
integridad fsica y psquica, se corresponde con una sociedad en donde la declaracin de los testigos,
puede ser perjudicial para personas que, en orden a evitar el testimonio, adopten presiones ilegales o
amedrentamientos que amenacen la vida o la integridad fsica y psquica, incluso la afecten, como se ha
conocido en otros pases. Desde este punto de vista, es perfectamente posible que los testigos no
presenten la identidad frente a los imputados o sus abogados, porque ello no constituye un elemento
sustancial de la defensa tcnica, pues ella debe referirse al contenido, anlisis y ponderacin de lo que
ste declare, aspecto del cual no debe existir limitacin alguna. Esto es, un testigo debe declarar acerca
de todas y cada una de las circunstancias que digan relacin con los hechos investigados, pero tiene el
pleno derecho de omitir cualquier dato que pudiere identificarlo, por un fin mucho mayor, que ya no es
averiguar la verdad sino conservar la vida y la integridad fsica y psquica de una persona, por lo tanto,
sin perjuicio de que la defensa tuvo acceso finalmente a la identidad, en este caso concreto, no puede
constituir el secreto de la individualizacin de los deponentes una causal de nulidad de la sentencia,
porque no se ha impedido al defensor ejercer las facultades legales.
Respecto del segundo aspecto alegado por el defensor al esgrimir esta primera causal, esto es, la introduccin de informes periciales escritos como medio de prueba, la Corte seala que es claro, tanto por el tenor
de la sentencia como del registro de audio de la audiencia de juicio, que los miembros del tribunal de juicio
oral valoraron la informacin brindada por los peritos durante la audiencia, por lo que no se habran valorado los informes como prueba documental independiente de las declaraciones de quienes los efectuaron.
Por las razones previamente expuestas, la Corte resuelve desestimar esta primera causal.
2. Respecto de la segunda causal, esto es, la contravencin al principio de congruencia entre los hechos de
la acusacin y aquellos que se tuvieron por probados al momento del fallo, se reitera que en este aspecto el
recurso debe ser desechado por motivos formales, puesto que slo se solicit la dictacin de una sentencia
de reemplazo y de ser acogida esta causal debera anularse el juicio.
La alegacin de la defensora a este respecto consista en que el Tribunal dio por probado que en la especie
se habra cometido un homicidio calificado, en circunstancias que los hechos que formaban parte de la
acusacin slo servan para sustentar la tesis de un homicidio simple.
Al resolver sobre el fondo de esta alegacin, la Corte seala que se trata de un problema de calificacin
jurdica y que el principio de congruencia jams podr referirse a la calificacin jurdica, que es funcin
exclusiva y excluyente de los tribunales de justicia, en tanto organismos llamados por la Constitucin y la ley
a ejercer en forma exclusiva la Jurisdiccin, sin perjuicio del deber de abrir debate si se desea recalificar sin
que haya existido discusin previa al respecto. A lo anterior agreg que lo que interesa respecto del principio de congruencia es que el defendido tenga pleno conocimiento de los hechos que permiten efectuar una
persecucin penal en su contra, para que de ese modo pueda preparar debidamente su defensa. Por estas
razones, se rechaz el recurso en lo que respecta a su segunda causal.
3. Respecto de la tercera causal, la Corte la desestim por cuanto consider que el fallo efectuaba una
enunciacin clara, lgica y completa de los hechos y circunstancias que dio por probados.
4. Respecto de la causal subsidiaria de error de derecho, se estim igualmente que este error no haba
ocurrido en la especie, puesto que se trata de la facultad que tiene el Tribunal para calificar jurdicamente
los hechos, sin perjuicio de que deba existir debate acerca de cada una de las circunstancias que se den por
probadas y que formen parte del cuadro que el Tribunal se arma respecto del contexto situacional en que tuvo
lugar la comisin del delito, por lo que igualmente se desech la cuarta y ltima causal esgrimida por la defensa.
153
II. Recurso de Nulidad interpuesto por el defensor penal pblico Esteban Cofr Sandoval.
Este segundo recurso fue interpuesto por el referido defensor penal pblico en favor de Gerardo Enrique
Moreno Astorga, debido a que, en opinin del recurrente, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal haba fallado
dando por acreditada la existencia de la agravante de premeditacin conocida en perjuicio de su defendido,
en circunstancias de que no se verificaban en la especie todos los elementos exigidos por la doctrina para
dar por configurada dicha circunstancia modificatoria de responsabilidad. Por lo anterior, el recurrente solicita la anulacin del fallo y la consiguiente dictacin de una sentencia de reemplazo.
La causal en la cual el defensor sustenta su recurso es:
Que se ha pronunciado la sentencia con infraccin de ley que ha influido sustancialmente en lo dispositivo
del fallo (artculo 373 letra b) del CPP).
La Corte de Apelaciones desestim la causal invocada por este recurso, efectuando el siguiente razonamiento al respecto:
Que los antecedentes fcticos de la premeditacin constituyen un pronunciamiento exclusivo de los Jueces
del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, porque se trata de la ponderacin de los hechos que han estimado
comprobados sobre la base del principio de inmediacin y concentracin, durante el desarrollo del juicio
oral y ,por lo mismo, a los jueces que conocen el recurso de nulidad les est impedido modificar los hechos
establecidos en la sentencia..
III. Comentario.
El aspecto que parece de mayor inters respecto de esta sentencia es el debate producido sobre la incorporacin en juicio de testimonios prestados por personas cuya identidad se mantiene bajo reserva. Lo anterior,
a pesar de que en la prctica los defensores tuvieron acceso a dicha informacin.
Parece claro que mantener en reserva la identidad de un testigo implica una afeccin al derecho de defensa, porque el imputado y su defensor se ven impedidos de extender el contra interrogatorio al control de la
credibilidad del deponente.
Lo anterior, puesto que el defensor no sabe quien es el testigo y tampoco puede efectuar preguntas destinadas a la averiguacin de dicha informacin, por lo que no podra cuestionar los vnculos que ste eventualmente tenga con la vctima o los intereses que podran llevarlo a declarar en favor de la acusacin.
De all que, por regla general, el Cdigo Procesal Penal no autoriza la reserva de identidad de un testigo
durante el juicio oral.
Ahora bien, la afeccin del derecho del imputado a contra interrogar no necesariamente constituye una
vulneracin de ese derecho que impida la adopcin de la medida de reserva de identidad, as lo ha entendido el legislador, al establecer expresamente la facultad de adoptar esta medida en casos de delitos de
trfico de estupefacientes, lavado de dinero o calificados como terroristas.
Lo expuesto nos lleva a pensar, entonces, que el legislador ha valorado la necesidad de aplicar medidas de
proteccin ms intensas en la medida que los derechos fundamentales de las personas que deban deponer
como testigos en juicio se encuentren ante riesgos de afeccin tambin ms intensos.
Ello nos hace plantearnos un triple cuestionamiento, referido a la validez del racionamiento efectuado por el
legislador al tratar este asunto en la legislacin especial, a los requisitos que debieran cumplirse para efec-
154
tuar la reserva de identidad en un caso concreto y a definir si es posible extender la aplicacin de la medida
de proteccin de reserva judicial de identidad al mbito de los delitos comunes.
Respecto del primer aspecto, es importante revisar si esta medida es compatible con el sistema de garantas fundamentales que informan el nuevo proceso penal, en especial, aquellas consagradas en los tratados
internacionales sobre derechos humanos.
En el sistema interamericano, la letra f) del inciso segundo del artculo 8 de la Convencin Americana de
Derechos Humanos, o pacto de San Jos de Costa Rica, contiene una referencia expresa al derecho de la
defensa a contra interrogar los testigos de cargo, al asegurar el derecho de la defensa de interrogar a los
testigos presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas
que puedan arrojar luz sobre los hechos.
Por otra parte, en el sistema universal, la letra e) del inciso tercero del artculo 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Polticos consagra el derecho del acusado a interrogar o hacer interrogar a los testigos
de cargo y a obtener la comparecencia de los testigos de descargo.
Las disposiciones precitadas se refieren expresamente al derecho al contra interrogatorio como una garanta propia del derecho a defensa, por lo que en virtud de lo dispuesto en el inciso segundo del artculo 5 de
nuestra Constitucin Poltica parece vedado al Estado de Chile efectuar prcticas o consagrar normativas
legales que atenten contra esta garanta.
Ahora bien, como sabemos, la limitacin respecto de la consagracin de normativa que afecte las garantas
fundamentales reconocidas en la Constitucin se refiere a la prohibicin de afectar la sustancia o esencia de la
garanta o derecho en cuestin, como nos lo recuerda el nmero 26 del artculo 19 de nuestro folleto constitucional. Cabe preguntarse, entonces, si el contra interrogatorio dirigido a restar crdito al deponente forma parte
de la esencia del derecho al contra interrogatorio, esto es, si puede o no ser limitado legalmente.
Sobre esta materia, parece claro que el aspecto central de todo testimonio es la adquisicin de material probatorio, por lo que el ncleo del contra interrogatorio estara vinculado al anlisis, ponderacin y desacreditacin
del contenido de lo declarado por el testigo, tal como lo hace ver la fiscala en la especie. Lo anterior significa
que el descrdito no ya del material probatorio en s, sino del sujeto que incorpora esa informacin al proceso,
constituye parte importante, aunque accesoria, del derecho a contra interrogar, por lo que el legislador ha
podido consagrar legtimamente la medida de proteccin consistente en la reserva de identidad.
Pasando ahora a nuestro segundo cuestionamiento, corresponde revisar cuales son los requisitos para
que sea legtimo hacer uso de la reserva de identidad en un caso concreto. Al respecto, cabe tener
presente que las limitaciones legales al ejercicio de un derecho tienen el deber constitucional de ser
racionales, como se colige contrario sensu de la lectura de la regulacin de la accin constitucional de
proteccin. Dicha racionalidad, en este caso, est de la mano con la aplicacin de dos principios, el de
necesidad y el de proporcionalidad.
De esta forma, es necesario que las condiciones de riesgo en que se encuentra el sujeto de cuya proteccin
se trata obliguen al Estado a brindarle un mecanismo de proteccin que afecte parcialmente los derechos
del imputado, lo que slo ser posible cuando dicho riesgo consista en antecedentes concretos que permitan temer un atentado contra la vida, integridad o seguridad del testigo. En ese caso la medida se volver
necesaria, siempre que adems, el resto de las medidas de proteccin que puedan adoptarse se muestren
o estimen fundadamente como ineficaces.
Sobre el particular, es necesario recordar que la Convencin Americana de Derechos Humanos plantea en
el inciso segundo de su artculo 32 que Los derechos de cada persona estn limitados por los derechos de
los dems, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien comn, en una sociedad democrtica.
155
Asimismo, resulta de particular inters la opinin emitida, sobre esta materia, por la Corte Europea de Derechos
Humanos, al conocer del caso Doorson, en cuyos considerandos nmero 70 y 71 razona del siguiente modo:
70. Ciertamente, el art. 6 no exige explcitamente que los intereses de los testigos en general, y
de las vctimas citadas a declarar en particular, sean tomados en consideracin. De todas maneras, pueden verse su vida, su libertad o su seguridad, como intereses relevantes incluidos, de un
modo general, en el art. 8 de la Convencin. Tales intereses de testigos y de vctimas son protegidos,
en principio, por otras disposiciones de la Convencin que exigen a los Estados que organicen el
procedimiento penal de modo que dichos intereses no sean puestos en peligro. Sentado esto, los
principios del proceso equitativo exigen igualmente que, en los casos necesarios, los intereses de la defensa sean ponderados con los de testigos o vctimas citados a declarar .
71. Tal como lo precisara la Corte de Apelaciones de msterdam, su decisin de no revelar a la defensa
la identidad de Y.15 e Y.16 se basaba en la necesidad, constada por ella, de obtener sus testimonios
protegindolos contra posibles represalias de la parte requirente. Se trataba, evidentemente, de un
motivo pertinente para autorizarlos a conservar el anonimato. Queda por ver si era suficiente.
No obstante que, segn el requirente nadie jams haba confirmado que Y.15 e Y.16 hayan sido
nunca objeto de amenazas de su parte, la decisin de mantener el anonimato no puede en s
estimarse irrazonable. Debe tenerse presente el hecho, establecido por los tribunales internos y
no controvertido por el seor Doorson, que los traficantes de droga recurren frecuentemente a
amenazas o a la violencia efectiva en perjuicio de personas que declaran en contra de ellos. En
este sentido, las declaraciones hechas por los testigos mencionados ante el juez de instruccin
muestran que uno de ellos haba sufrido, segn dijo, en el pasado, violencias de parte de un
traficante de droga contra quien haba declarado, mientras que el otro haba sido amenazado.
En suma, haba motivos suficientes para mantener el anonimato de Y.15 e Y.16.7
Respecto ahora de la proporcionalidad de la medida, ella lo ser cuando se aplique slo en la extensin mnima
necesaria para mantener la vigencia de los derechos cuya vulneracin se pretende evitar y slo si la desproteccin
de tales derechos del testigo se tradujere en una probable privacin del futuro ejercicio de los mismos.
Adems, debe precaverse que el procedimiento penal compense al imputado por la afeccin parcial de su
derecho, mediante el aseguramiento de que el Tribunal si conozca los antecedentes propios de la identidad
de los sujetos, de modo tal que pueda eventualmente valorarlos al razonar sobre su credibilidad.
Como ltima prevencin respecto de los requisitos para la aplicacin de la medida de reserva de identidad
en un caso concreto, cabe sealar que, a pesar de las compensaciones procesales que se puedan establecer para cautelar las garantas de los imputados, el material probatorio incorporado mediante la declaracin
de testigos con identidad reservada no puede servir como nica o fundamental pieza para la formacin de
conviccin de condena, puesto que en dicho caso, el contra interrogatorio dirigido al descrdito de la prueba
adoptara un rol procesal decisivo para la debida defensa.
Los puntos tratados en los dos prrafos anteriores se ven reflejados tambin en el razonamiento efectuado
por la Corte Europea de Derechos Humanos en el caso Doorson, cuyos considerandos 72 y 76 sealan:
Sentencia emitida por la Corte europea de Derechos humanos con fecha 26 de marzo de 1996. Cita contenida en: Rojas, Sonia
y ROJAS, Luis, La Proteccin de los Testigos en la Reforma Procesal Penal, artculo contenido a su vez en: MINISTERIO
PBLICO, DIVISIN NACIONAL DE ATENCIN A LAS VCTIMAS Y TESTIGOS, La Vctima y el Testigo en la Reforma Procesal Penal, Editorial Fallos del Mes, Santiago de Chile, 2003, pg. 170, la negrilla y la cursiva son nuestras.
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72. El mantenimiento de este anonimato plantea dificultades a la defensa que normalmente no debieran presentarse en el marco de un proceso penal. No obstante, no puede constatarse ninguna violacin
del art. 6 pr. 1 en conjunto con el art. 6 pr. 3 d) (art. 6-1+6-3-d) de la Convencin, si se establece que
el procedimiento seguido ante las autoridades judiciales ha compensado suficientemente los obstculos que aquejaron a la defensa (ver, mutatis mutandis, el caso Kostovski citado, p. 21, pr. 43).
76. En fin, es menester recordar que, incluso en los procedimientos que compensan suficientemente los obstculos que perjudican a la defensa, una condena no puede fundarse nicamente, ni
en una medida determinante, en testimonios annimos. En todo caso, esto no ocurre en la especie: aparece suficientemente que la Corte de Apelaciones no ha fundado su conviccin de culpabilidad nicamente, ni en una medida determinante, en los testimonios de Y.15 e Y.16.
De otra parte, es menester tratar con extrema prudencia las declaraciones obtenidas de testigos
en condiciones tales que los derechos de la defensa no puedan garantizarse en la medida normalmente exigida por la Convencin. La Corte se ha persuadido que se ha obrado as en el procedimiento penal que ha logrado la condena del requirente; la Corte de Apelaciones declar explcitamente haber tratado las declaraciones de Y.15 e Y.16 con la prudencia y detencin requerida. 8
Visto lo anterior, y dado lo expuesto por la Corte en el considerando cuarto de la sentencia pronunciada
sobre los recursos de nulidad interpuestos en la especie 9, parece claro que la Fiscala tuvo suficiente cuidado de precisar que en el caso en comento se cumplen los criterios que permiten aplicar la medida de reserva
de identidad en un caso concreto.
Sin embargo, al tratarse de un delito comn, no es posible sostener que existe autorizacin legal expresa
para practicar dicha medida.
Es por ello que cabe ahora pasar revista a si es posible en Chile hacer uso del mecanismo de la reserva de
identidad en juicios seguidos por delitos comunes, esto es, que no cuentan con autorizacin expresa de ley
especial para ello, pero en que si existen los antecedentes de riesgo que hacen aconsejable aplicar la
medida en un caso concreto.
Al respecto, como ya dijimos, parece claro que el Cdigo Procesal Penal no contempla esta medida para los
delitos comunes, mxime si regula, como nica excepcin al sealamiento de los datos personales del testigo, la
autorizacin para reservar el domicilio, en virtud de lo estatuido por los incisos segundo y tercero del artculo 307.
Se suma a lo expuesto la historia fidedigna del establecimiento del mismo artculo 307, en que consta que la
intencin del legislador era prohibir el uso de este mecanismo de proteccin. Al respecto, el Primer Informe
de la Comisin de Constitucin, Legislacin y Justicia de la Cmara de Diputados seala:
El artculo 213, relativo a la individualizacin del testigo, en cuanto establece el secreto
de la identidad de un testigo, cuando pudiere significar peligro para ste o para otra persona, fue cuestionado, porque la experiencia ha demostrado que los testigos secretos se prestan para venganzas personales.
Si se est actuando en un procedimiento oral y abierto, en donde el juez puede optar por otras medidas, por
ejemplo, impedir ingreso al pblico, no parece razonable mantener el secreto de la identidad del testigo,
porque afecta la transparencia e induce al abuso de la norma.
Hoy en da, el secreto de la identidad del testigo dura exclusivamente hasta el trmino del sumario.
Suponer que se mantendr la validez del testimonio de una persona que se niega a identificarse y dar a
conocer su identidad en el juicio oral final pudiera significar una indefensin absoluta hacia el afectado.
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En la legislacin procesal penal, lo que el juez toma en cuenta es la calidad del testigo. Los testigos
se pesan, no se suman; por lo tanto, lo que vale es la calidad del testimonio. Si se le han restado la
identidad y sus antecedentes como elementos de la calidad al testigo, se presta para que dos personas, bajo el pretexto de la identidad falsa, se pongan de acuerdo para acusar a una persona de un
hecho y sta nunca podr desvirtuarlo, lo cual excede con creces los objetivos del secreto del testigo. El inculpado tiene pleno derecho a saber quin lo est acusando, con todos sus antecedentes.
El derecho a defenderse es un principio consagrado en la Constitucin.
Se aprob el artculo con la supresin de sus incisos tercero, cuarto y quinto.
Lo anterior no obsta, por aplicacin del inciso final, a que el tribunal, en casos graves y calificados,
pueda disponer medidas especiales destinadas a proteger la seguridad del testigo que lo solicite.
Sin perjuicio de ello, debe recordarse, adems, que por imperativo constitucional, al Ministerio Pblico le corresponde la adopcin de medidas para proteger a los testigos, idea que se recoge en el
texto aprobado.10
Lo recin visto nos lleva a concluir que es muy difcil sostener en Chile la aplicacin de la medida de reserva
de identidad en un caso seguido por delito comn.
Sin embargo, cabe tener presente que, si bien de ordinario ser en los casos de delitos terroristas, ligados
al trfico de drogas o al lavado de dinero, cuando nos encontremos con los niveles ms elaborados y complejos de criminalidad, es posible que en delitos calificados como comunes por nuestra legislacin exista
una organizacin criminal o un grupo organizado de autores de delitos que cuenten con los medios y la
oportunidad para exponer a vctimas y testigos de sus acciones a un riesgo severo de ser vctimas de un
nuevo delito como consecuencia de su participacin en el proceso penal.
Ello nos llevara a pensar que, si en un caso concreto se dan todos los supuestos de proporcionalidad y
necesidad que permiten la aplicacin de la reserva de identidad, la no aplicacin de dicha medida por el
slo hecho de la falta de legislacin expresa sobre la materia nos llevara a un cuadro de vulneracin de las
garantas constitucionales de la vctima o testigo de cuya proteccin se trata (arts. 19 N 1 7, en relacin
con el art. 19 N 2 y 3, todos de la CPR).
Lo anterior, puesto que dichos sujetos tienen derechos constitucionales que la misma Carta Fundamental
ordena al Ministerio Pblico proteger, y habida consideracin, adems, de la existencia de normas legales
que autorizan al Ministerio Pblico y a los tribunales a brindar medidas de proteccin a favor de los derechos fundamentales de vctimas y testigos.
Es por lo expuesto que creemos que, aun cuando se trate de una materia debatible, sera posible sostener
la primaca del derecho constitucional a la vida, integridad o seguridad por sobre el artculo 307 del CPP, lo
que podra llevar a construir una justificacin para aplicar la medida de reserva de identidad en juicios
seguidos por delitos comunes, en virtud de lo dispuesto por el artculo 308 del CPP, si se dieren los supuestos de necesidad y proporcionalidad sealados con anterioridad.
Todo lo comentado nos permite finalmente sostener que, en el caso de la especie, debido a que la Fiscala
habra valorado debidamente los requisitos de proporcionalidad y necesidad, la adopcin de la reserva
judicial de identidad se encontrara justificada.
10 Informe emitido en primer trmite constitucional por la Comisin de Constitucin, Legislacin y Justicia de la Cmara de
Diputados, boletn 1630-07, pgina 82.
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I. INTRODUCCION
El Fiscal Nacional del Ministerio Pblico me ha planteado diversas dudas de constitucionalidad
en relacin a la peticin formulada por la Defensora Penal Pblica, en algunos casos acogida por los
Tribunales de Garanta, en la audiencia de control de detencin, en orden a que se decrete la reserva de
identidad de los imputados por los intervinientes en el Proceso Penal y que se disponga prohibicin de
informar a los medios de comunicacin social acerca de dicha identidad.
A raz de ello, el Fiscal Nacional, mediante Memo FN N 045, de fecha 6 de noviembre de 2003, me
ha indicado que interesa analizar desde el punto de vista constitucional y luego legal, los siguientes puntos:
a) Si la garanta de la libertad de informacin, Artculo 19 N 12 de la Constitucin, se ve
afectada por la decisin de los tribunales de prohibir la revelacin de la identidad de los imputados.
b) Si existe alguna norma legal en el Cdigo Procesal Penal o en otra ley que pudiera fundamentar la restriccin de la libertad de informacin que se ha sealado.
c) Si los fiscales, como intervinientes del nuevo proceso penal pueden ejercer recursos procesales o constitucionales para impugnar la decisin de un tribunal de garanta en el sentido sealado .
Con el objeto de absolver las consultas que me han sido formuladas, resumir, en primer lugar, el
sentido y alcance de la libertad de emitir opinin y de informar sin censura previa, que la Carta Fundamental asegura a todas las personas, haciendo hincapi en que dichas libertades sirven de fundamento
constitucional al principio de publicidad de los actos estatales y tornan en excepcin los casos de reserva o secreto que contemple el ordenamiento jurdico, dentro del cual se inserta el Cdigo Procesal Penal. En
seguida, abordar la presuncin de inocencia, pues ha sido invocada para justificar la prohibicin de revelar
la identidad de los imputados. Por ltimo, sobre esas bases, me har cargo de los problemas planteados por
el Fiscal Nacional, as como de los medios de impugnacin de aquella decisin judicial.
II. LIBERTAD DE EMITIR OPININ Y DE INFORMAR SIN CENSURA PREVIA
La Constitucin, en su artculo 19 N 12, asegura a todas las personas la libertad de omitir
opinin y de informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio.
La primera de esas libertades consiste en formular un juicio de valor sobre un problema formulado por quien, poseyendo un conocimiento intermedio entre la ignorancia y la ciencia, se pronuncia ante
una audiencia sobre sus posibles causas y soluciones de manera atendible o plausible 12 . Por su parte,
mediante el ejercicio de la libertad de informar se dan a conocer o se transmiten hechos, acontecimientos,
11 Existe un primer Informe en Derecho sobre la materia, realizado por Olga Feli de Ortzar, el cual se encuentra publicado en
Boletn del Ministerio Pblico N 17 de diciembre de 2003.
12 Jos Luis Cea Egaa: Tratado de la Constitucin de 1980 ( Santiago, Ed. Jurdica de Chile, 1988 ) p. 93.
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datos, mensajes o noticias, con lo cual surge ntido que el asunto que me ha sido consultado incide,
directamente, en esta segunda libertad y no en la de opinin.
Ahora bien, la Constitucin asegura el ejercicio de las libertades de emitir opinin y de informar,
que sirven de fundamento al principio de publicidad de los actos estatales, sin censura previa, esto es, sin
que para la difusin o transmisin de la opinin o de la informacin se requiera de una autorizacin dada
con anticipacin o sin que el titular de aquellas libertades pueda ser objeto de molestias, impedimentos o
prohibiciones que conduzcan a privarlo, perturbarlo o amenazarlo en el legtimo ejercicio de una u otra de
esas libertades.
En nexo con la censura previa tiene que ser advertido, pues se vincula con los asuntos consultados, que nuestros Tribunales han sustentado, regularmente, un concepto amplio de censura previa, en
trminos tales que cualquier impedimento a la libre difusin de opiniones e informaciones es constitutivo
de tal censura y, por ende, se halla constitucionalmente proscrito, ya que incluye cualesquiera medidas
limitativas de la elaboracin o difusin de una obra del espritu 13 .
Sin embargo, a partir del 15 de junio de 1993, la Corte Suprema, en ciertos casos, ha restringido
el concepto de censura previa, de lo cual deriv, v. gr., que se prohibiera la internacin y comercializacin
en Chile del libro Impunidad Diplomtica, por cuanto consider que aquella medida constitua el instrumento idneo para evitar que se concretara, en forma flagrante, la violacin de diversos derechos fundamentales invocados por los recurrentes 14 .
La nueva tesis, tendiente a comprimir el alcance de la censura previa y, al mismo tiempo, proclive
a dotar de eficacia a los preceptos constitucionales que permiten cautelar o proteger preventivamente los
derechos fundamentales amagados por el ejercicio abusivo de la libertad de expresin, encontr fundamento en parte de la doctrina15 , sin perjuicio de otra que la ha controvertido:
la accin jurisdiccional o tutela preventiva por amenaza de derechos esenciales ( honor o privacidad
), derivadas del ejercicio del derecho a la libertad de expresin o informacin est prohibida considerando
el bloque de constitucionalidad de la libertad de opinin e informacin, mientras forme parte de dicho
bloque el artculo 13 de la Convencin Americana de Derechos Humanos 16 .
En efecto, dicho precepto internacional seala, en su prrafo 2, que el ejercicio de la libertad de
informar no puede estar sujeto a previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben
13 Considerando 6 de la sentencia pronunciada por la Corte Suprema el 11 de junio de 1984, reproducida en Fallos del Mes N
307, pp. 238 - 242. En el mismo sentido, lase el considerando 7 de la sentencia de por esa misma Magistratura, pronunciada
el 12 de junio de 1986, contenida en LXXXIII Revista de Derecho y Jurisprudencia, 2 p., S. 5, p. 50.
Tal fue tambin la tesis sostenida bajo el imperio de la Constitucin de 1925, como puede leerse en los diversos fallos citados
por Enrique Lpez Bourasseau: Jurisprudencia Constitucional 1950 - 1979 ( Santiago, Ed. Jurdica de Chile, 1984 ) pp. 30 37. Asimismo, el Tribunal Constitucional de Espaa en su sentencia N 52 de 1983, reproducida por Francisco Rubio Llorente:
Derechos Fundamentales y Principios Constitucionales ( Barcelona, Ed. Ariel, 1995 ) p. 207.
14 Considerando 7 de la sentencia pronunciada por la Corte de Apelaciones de Santiago el 31 de mayo de 1993, confirmada por
la Corte Suprema el 15 de junio de 1993, reproducida en Fallos del Mes N 415, pp. 349 - 360. El mismo criterio sera
reiterado, a propsito de La ltima Tentacin de Cristo, como consta del considerando 14 de la sentencia pronunciada por
la Corte de Apelaciones de Santiago el 20 de enero de 1997 ( Rol 4.079 - 96 ), confirmada por la Corte Suprema el 17 de junio
de 1997.
15 Jos Luis Cea Egaa: Misin Cautelar de la Justicia Constitucional en XX Revista Chilena de Derecho N 2 - 3 (Santiago,
Facultad de Derecho de la Universidad Catlica, 1993 ) p. 403.
16 Humberto Nogueira Alcal El Derecho a la Libertad de Informacin sin Censura Previa en el Contexto del Ordenamiento
Jurdico Interamericano y Chileno , en XXX Jornadas de Derecho Pblico ( EDEVAL, Valparaso, 1999 ) p. 279. En el mismo
sentido, Lucas Sierra: Pluralismo y Comunicacin Social: Libertad de Expresin y Dos Conceptos de Libertad en Revista de
Derecho ( Valdivia, Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales de la Universidad Austral de Chile, 1997 ) pp. 17 - 26; y David P.
Currie: Introduccin a la Constitucin de Estados Unidos( Buenos Aires, Zavalia ed., 1983 ) pp. 109 - 120.
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estar expresamente fijadas por ley y ser necesarias para asegurar el respeto a los derechos o a la
reputacin de los dems, o la proteccin de la seguridad nacional, el orden pblico o la salud o la
moral publica . Advirtase, en consecuencia, que la Convencin Americana no admite forma alguna de
censura previa, sino slo perseguir las responsabilidades que se deriven del ejercicio de la libertad de
informar y esto ltimo, slo en los casos expresamente previstos en la ley, los cuales pueden fundarse nada
ms que en las razones taxativas que contempla la norma.
Por ello, la prohibicin de exhibir La ltima Tentacin de Cristo fue objeto de un proceso, en contra
del Estado de Chile, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual concluy condenando a
nuestro pas17 , al punto que fue necesario modificar el artculo 19 N 12 inciso final de la Constitucin para
eliminar la censura previa en materia cinematogrfica 18 , en cumplimiento de la decisin adoptada por aquel
Tribunal Internacional.
A raz de lo expuesto, resulta menester comprender que el conflicto entre la libertad de informar y
las consecuencias que se deriven de su ejercicio, respecto de otros derechos constitucionales, no se resuelve privilegiando aquella libertad o esos derechos, para dejar sin eficacia a una u otros, mxime cuando,
atendidos los avances en el desarrollo de los medios de comunicacin global, resulta prcticamente imposible darle eficacia a medidas prohibitivas de la libertad de informar:
Con todo, es un hecho incuestionable que, en la actualidad, las limitaciones o restricciones
sobrevinientes, cualquiera sea la autoridad -judicial o legislativa- que las imponga y sean preventivas o no,
resultan ms bien tericas.
En efecto, el fenmeno de la globalizacin, que he definido como un proceso inevitable de produccin,
acceso y transferencia de informacin, que se acrecienta, en forma ms acelerada y sistemtica, conforme
avanza el desarrollo tecnolgico 19 , torna prcticamente imposible mantener cautivas las expresiones.
Si algo quiere ser difundido, por ms resguardos que se adopten u obstculos que se pongan, habr de
conocerse, sea que pueda calificarse esa difusin como legtima o no.
Sin desconocer que los Tribunales, en aplicacin directa de la Convencin o de la Constitucin y para
proteger preventivamente los derechos humanos, pueden adoptar medidas preventivas o cautelares, resulta indispensable, en trminos prcticos, configurar adecuadamente el derecho a la libertad de expresin, elaborando criterios, parmetros u orientaciones que permitan perseguir, aunque slo sea en el mbito de la reparacin civil, a quien, aduciendo o escudndose en el falso ejercicio de esa libertad, vulnere
derechos fundamentales 20 .
En ese contexto, la cuestin cardinal estriba, entonces, en detectar el mbito legtimo de la
libertad de informar y configurar adecuadamente las limitaciones que sean, a la vez, protectoras del ejercicio de aquella libertad, pero tambin que garanticen el respeto a los dems derechos fundamentales, pues
la prohibicin de difundir una informacin, con la finalidad de salvaguardar preventivamente el ejercicio
de otros derechos fundamentales, slo puede ocurrir cuando se ha abusado de la libertad de informar,
pues, de lo contrario, el acto prohibitivo se constituir indefectiblemente en censura previa:
17 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Serie C: Resoluciones y Sentencias N 73, pronunciada el 5 de febrero de
2001.
18 Ley N 19.742, publicada en el Diario Oficial el 25 de agosto de 2001.
19 Miguel Angel Fernndez Gonzlez: Globalizacin: Rol del Derecho Pblico y Transformacin del Estado en Revista Chilena
de Derecho Santiago, (Facultad de Derecho de la Universidad Catlica, Nmero Especial, 1998 ) p. 46.
20 Miguel ngel Fernndez Gonzlez: Libertad de Expresin, Censura Previa y Proteccin Preventiva de los Derechos Fundamentales , publicado en XXVIII Revista Chilena de Derecho (Santiago, Facultad de Derecho de la Universidad Catlica,
2001) p. 395..
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para el adecuado ejercicio y la oportuna defensa de los derechos fundamentales; y, finalmente, porque la confidencialidad constituye la excepcin, ya que cuando el Poder Constituyente ha querido
dotar a un acto pblico con el carcter de secreto o reservado, as lo ha sealado especial y expresamente, por lo que -mutatis mutandi- la regla general es la publicidad de los actos estatales 22 .
Clarificando que el principio general en esta materia es el de la publicidad, la doctrina ha sealado que:
Durante muchos aos el problema de la publicidad en los actos de la Administracin del Estado, o los actos administrativos propiamente tales, o en trminos ms genricos, el problema de todo tipo de
actos estatales, no fue abordado difanamente desde el punto de vista de la publicidad del mismo. Sin
embargo, debemos partir de una base muy clara. Si los particulares, o en trminos ms especficos con
relacin a nuestra disciplina, los administrados, tienen derecho a saber lo que el Estado hace, y lo que de
mayor o menor manera se proyecta respecto de ellos, ya generndoles derechos, ya crendoles obligaciones, es indudable que para los efectos de que tales particulares puedan hacer uso de los derechos
que legtimamente contempla la ley para que puedan reclamar de la eventual ilegitimidad de tales
actos, es evidente que puedan conocerlos en su oportunidad. De all es pues que la publicidad de los
actos del Estado entr en los ltimos aos a ser reconocida claramente como una garanta de la
esencia de un Estado de Derecho...
As es como, hace algunos aos, una reunin de connotados especialistas celebrada en Pars
lleg a la conclusin de que los actos administrativos y en general los actos estatales, como norma
general deban ser pblicos...
De todo lo cual se deduce, en especial de los dos preceptos preinsertos ( el artculo 19 N 12
incisos 1 y 2 de la Constitucin ), que la publicidad est muy directamente vinculada con la libertad de
opinin, y, desde otro punto de vista, la publicidad en s entraa el que para que esa libertad de
opinin prospere, y para quienes tiene derecho a materializarla en rgano, o para quienes van a ser
los beneficiarios de esta libertad de opinin, para que todo esto prospere, es necesario que el acto
sea pblico, vale decir, que exista el derecho por parte de esos rganos transmisores de la libertad
de opinin, de dar publicidad, de dar a conocer los actos de que se trata, cualesquiera que sean las
circunstancias que motivan esos actos, claro est, que se trate de actos que legtimamente puedan
ser publicitados.
...Lo que queremos sealar y destacar aqu es que existe, por as llamarlo, el derecho a la publicidad, es
decir, el derecho a que la Administracin del Estado, o en trminos ms amplios, los rganos que integran
el Estado, sean stos del campo administrativo, legislativo o judicial, no pueden operar sobre la base del
secreto como norma general, porque, a la inversa, lo que respeta y consagra la Constitucin de la
Repblica es precisamente el concepto de publicidad 23 .
El principio de publicidad de los actos estatales queda confirmado, a mayor abundamiento, porque
cada vez que el Poder Constituyente ha querido conferir carcter secreto o reservado a alguno de
22 Miguel Angel Fernndez Gonzlez: El Principio de Publicidad Administrativa en la obra colectiva La Administracin del
Estado de Chile ( Santiago, Ed. Conosur, 2000 ) p. 730; y del mismo autor: El Principio de Publicidad de los Actos Estatales
y de los Documentos y Antecedentes en que se fundan en Felipe Gonzlez ( editor ): Litigio y Polticas Pblicas en Derechos Humanos ( Santiago, Escuela de Derecho Universidad Diego Portales, 2002 ) pp. 187 - 199.23 Enrique Silva Cimma:
Derecho Administrativo Chileno y Comparado. Principios Fundamentales del Derecho Pblico y Estado Solidario (
Santiago, Ed. Jurdica de Chile, 1996 ) pp. 133 - 135.
23 Enrique Silva Cimma: Derecho Administrativo Chileno y Comparado. Principios Fundamentales del Derecho Pblico y
Estado Solidario ( Santiago, Ed. Jurdica de Chile, 1996 ) pp. 133 - 135.
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24 En el caso de actos de particulares a los cuales el Poder Constituyente les confiere carcter secreto o reservado, lase el
artculo 15 inciso 1 de la Constitucin, donde se contempla el nico caso en que la Carta Fundamental ha conferido,
directamente, el carcter secreto a un acto, el cual, por lo dems, no emana de un rgano pblico, sino de los ciudadanos,
pues establece que en las votaciones populares, el sufragio ser personal, igualitario y secreto... .
A su turno, un principio de reserva existe en el artculo 19 N 5, pero tampoco es a propsito de los rganos del Estado,
sino tambin de particulares, pues all se asegura a todas las personas la inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicacin privada. El hogar slo puede allanarse y las comunicaciones y documentos privados interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas determinados por la ley .
Un tercer ejemplo de secreto en la Constitucin, tambin respecto de entidades no estatales, se encuentra en el artculo 19
N 15 inciso 5, cuando precepta que la nmina de los militantes de los partidos polticos se registrar en el servicio
electoral del Estado, el que guardar reserva de la misma, la cual ser accesible a los militantes del respectivo partido .
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cin, debe evitarse que este juicio oral pierda su virtualidad o se empae su imagen externa, como puede
suceder si el juez acude a l con imprecisiones o prejuicios nacidos de la instruccin o si llega a crearse con
cierto fundamento la apariencia de que esas impresiones y/o prejuicios existan.
La consecuencia prctica de esta doctrina no poda ser otra que estimar inconstitucional la acumulacin
en un mismo juez de las funciones de investigar y juzgar (o intervenir en la sentencia) 30 .
Situndose ahora, concretamente, en el Cdigo Procesal Penal, el carcter bsico y rector del
principio de publicidad, queda de manifiesto desde su artculo 1, cuando se consagra el derecho de
toda persona a un juicio previo, oral y pblico, confirmndose que los casos de secreto son excepcionales:
En general las disposiciones sobre secreto son escasas, lo cual es una buena seal porque
de esta manera se puede observar cmo nuestro legislador se ha ido modernizando y colocndose a la
altura de las legislaciones avanzadas en materia procesal penal, donde se respeta la publicidad como
derecho fundamental para resguardar la defensa del sujeto procesal pasivo 31.
A partir de las consideraciones generales expuestas, las excepciones a la publicidad en el
nuevo proceso penal, que han sido o puedan ser invocadas para sostener la prohibicin de informar acerca de la identidad del imputado, se encuentran principalmente en los artculos 92, 182 y 289 del Cdigo
Procesal Penal.
En efecto, el artculo 92 seala que los funcionarios policiales no podrn informar a los medios de comunicacin social acerca de la identidad de detenidos, imputados, vctimas, testigos, ni de
otras personas que se encontraren o pudieren resultar vinculadas a la investigacin de un hecho punible .
Desde luego, surge ntido que la prohibicin all dispuesta alcanza nada ms que a los funcionarios policiales, sin que pueda extenderse o aplicarse por analoga a otros intervinientes en el proceso
penal, como el Ministerio Pblico, y menos a los medios de comunicacin social, pues no cabe la interpretacin extensiva o analgica cuando se trata de aplicar preceptos excepcionales, como son los que
contemplan la confidencialidad que, a mayor abundamiento, son limitaciones al ejercicio de derechos asegurados en la Constitucin y en tratados internacionales.
Con todo, el artculo 92 no constituye un caso de reserva o secreto, sino que una regla de
actuacin de los funcionarios policiales en aras, como seala la excepcin contemplada en el artculo 8
prrafo 5 de la Convencin Americana, de preservar los intereses de la justicia:
En cuanto a la prohibicin a los intervinientes y sus defensores de entregar informacin y formular declaraciones a los medios de comunicacin social, no apunta a guardar reserva, porque el juicio es
pblico, sino a evitar que alguno de los intervinientes pueda manipular las decisiones judiciales presionando travs de la opinin pblica para sacar ventajas de sus contrincantes32 .
El principio general que se consagra es la publicidad general, es decir, tanto interna como
externa 33 .
30 Faustino Cordn Moreno: Las Garantas Constitucionales del Proceso Penal ( Navarra, Ed. Aranzadi, 2002 ) pp. 115 - 166.
31 Beatriz Alejandra Palma Alonso: Publicidad y Secreto en el Nuevo Cdigo Procesal Penal ( Santiago, Memoria de Grado
Universidad de Los Andes, 2002 ) p. 38.
32 Informe de la Comisin de Constitucin, Legislacin, Justicia y Reglamento del Senado, contenido en Anexo de Documentos,
sesin 5, celebrada el 20 de junio de 2000, pp. 1.347 - 1.348.
33 Beatriz Alejandra Palma Alonso citada en supra nota 20, pp. 56 - 57.
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El mbito acotado de los sujetos obligados por el artculo 92, as como su objetivo -ajeno al secreto y conectado con la preservacin de la labor de los tribunales- impide que se pueda buscar amparo en l
para decretar prohibiciones de informar a los medios de comunicacin social o a otros intervinientes en el
proceso penal, como queda en evidencia de la historia oficial de la norma:
En la Cmara de Diputados se hizo presente que esta disposicin apareca como contradiccin con el
proyecto sobre libertad de prensa, lo que haca necesario precisar qu es lo que se quiere evitar que se
conozca.
Se aclar que el objeto de la disposicin es impedir que los funcionarios policiales proporcionen
informacin a la prensa antes de que la conozca el fiscal o el tribunal. La originalidad del proyecto es
que no existe ya el secreto de sumario; todo es pblico en estos procesos, por lo que, en principio, no
habra ninguna razn para que la polica est impedida de proporcionar la informacin a la que tienen
acceso las partes. No tendra sentido tener un juicio oral abierto si se prohibe informar.
Se agreg, adems que el material del proceso penal, estrictamente, desde el punto de vista del pblico,
sigue siendo de acceso restringido, mientras no sea transformado en actuaciones judiciales formales y
bilaterales, que son pblicas. Su acceso est limitado a los intervinientes, en atencin a la proteccin del
honor y de los intereses de aquellos que estn amparados en el principio de inocencia
Se puso de relieve que efectivamente uno de los ejes del nuevo Cdigo era, obviamente, la publicidad
que consagra, pero que sta era creciente a medida que avanza el proceso.
Se puede definir, grficamente, en tres etapas. 1. La etapa de mxima restriccin en cuanto a la publicidad es la de la investigacin, en que hay dos entes trabajando. Claramente, la publicidad tiene que ser
diferente. Cuando el fiscal tome conocimiento, conjuntamente con las partes, de ciertos hechos que le
traiga la polica, si las partes quieren darlos a conocer, o el fiscal cree procedente que se les d publicidad, podrn hacerlo. Lo que no es posible es que la polica en su investigacin est dando a conocer
aquellos hechos que est investigando y en los que hay incipientes sospechas respecto de la culpabilidad
de una persona. 2. La publicidad ser creciente en la medida en que avance el procedimiento y exista
conviccin sobre la comisin del delito y las personas involucradas. 3. La etapa de mayor publicidad
es el juicio, que es oral, pblico y con la mayor transparencia. Los testigos, los inculpados y la defensa
estn frente al pblico y podrn entrar los periodistas. La preocupacin expresada dice relacin a la forma
como se entera la sociedad de lo que ocurre dentro de ella
La norma general es la libre circulacin de informacin de todo orden. Segn el proyecto sobre ley de
prensa, todo es pblico. Evidentemente, hay grados de publicidad y cierta capacidad para manejar la
informacin, pero no hay prohibicin de informar, como tampoco la hay para llegar a la fuente
El Senado estuvo de acuerdo en que le da mayor transparencia a la gestin policial el hecho que
sus actividades sean conocidas, siempre que exista la debida coordinacin con el fiscal a cargo del
caso o est prevista dentro de las instrucciones generales que sean aplicables, con el objeto de evitar
que se vea afectada la investigacin. Record que, cuando se aprob el artculo 64 de la Ley Orgnica Constitucional del Ministerio Pblico, que impide a los fiscales emitir opiniones acerca de los casos
que tuvieren a su cargo, dej constancia que ello, no les vedaba la posibilidad de informar sobre
ellos 34 .
34 Emilio Pfeffer Urquiaga: Cdigo Procesal Penal Anotado y Concordado ( Santiago, Ed. Jurdica de Chile, 2001 ) pp. 113 - 114.
171
Por ello, es equivocado invocar el artculo 92 para prohibir que se informe acerca de la identidad del imputado en el proceso penal, tanto porque aquella disposicin obliga slo a los funcionarios
policiales cuanto porque ella no habilita al Tribunal para extenderla ms all de sus destinatarios legalmente establecidos y del objeto preciso que all se ampara. Por ende, si un Tribunal se fundara en el
artculo analizado, para evitar que se difundiera la identidad del imputado, estara atribuyndose potestades que no le han sido expresamente conferidas, con lo cual vulnerara el artculo 7 de la Constitucin
y su decisin adolecera de Nulidad de Derecho Pblico.
El segundo precepto en que se podra buscar sustento para la prohibicin de informar acerca de la
identidad del imputado es el artculo 182 del Cdigo Procesal Penal, en virtud del cual las actuaciones
de investigacin realizadas por el ministerio pblico y por la polica sern secretas para los terceros
ajenos al procedimiento 35 .
Trtase de una prohibicin que se establece por el solo ministerio de la ley, sin que ella pueda,
por lo tanto, ser extendida para que un Tribunal tambin la decrete y menos para que lo haga respecto de
un objeto distinto del que la norma declara confidencial, pues y como ya se explic propsito del artculo
92, ello implicara que el juez se estara atribuyendo una potestad que el artculo 182 no le concede, lo
cual tornara su decisin en nula de nulidad absoluta, mxime cuando vulnerara derechos fundamentales.
Por otra parte, los destinatarios de la prohibicin contenida en el artculo 182 son el Ministerio
Pblico y la polica, sin que ella pueda aplicarse, v.gr., a los medios de comunicacin social ni a los
dems intervinientes en el proceso penal, pues la explicacin de aquella norma es la misma que ya se dio a
propsito del artculo 92, esto es, no se contempla en ella, realmente, un caso de secreto o reserva,
sino que persigue preservar los intereses de la justicia, en armona con la Convencin Americana, al
evitar que, difundiendo las actuaciones de investigacin, se manipulen las decisiones judiciales.
Por ello, el objeto sobre el cual recae la prohibicin son las actuaciones que desarrollen el Ministerio Pblico y la polica durante la etapa de investigacin, es decir, todas las diligencias que sean conducentes al xito de las indagaciones, tendientes a determinar los hechos constitutivos de delitos y la participacin punible o inocencia de los imputados, conforme se desprende de lo preceptuado en el artculo 80 A
de la Constitucin en relacin con el artculo 77 del Cdigo Procesal Penal, lo cual no alcanza, v. gr., a la
identidad del imputado.
En consecuencia, tanto porque se impone por el solo ministerio de la ley -sin que la puedan
decretar los jueces- cuanto por sus destinatarios y objeto, la prohibicin de informar contenida en el artculo
289 del Cdigo Procesal Penal, no da cobertura a una eventual resolucin judicial que prohba, especialmente a los medios de comunicacin social y a los dems intervinientes en el proceso, informar acerca de la
identidad del imputado.
35 Los incisos 2 y siguientes de dicho precepto sealan:
El imputado y los dems intervinientes en el procedimiento podrn examinar los registros y los documentos de la investigacin fiscal y policial.
El fiscal podr disponer que determinadas actuaciones, registros o documentos sean mantenidas en secreto respecto del
imputado o de los dems intervinientes, cuando lo considerare necesario para la eficacia de la investigacin. En tal caso
deber identificar las piezas o actuaciones respectivas, de modo que no se vulnere la reserva y fijar un plazo no superior a
cuarenta das para la mantencin del secreto.
El imputado o cualquier otro interviniente podr solicitar del juez de garanta que ponga trmino al secreto o que lo limite, en
cuanto a su duracin, a las piezas o actuaciones abarcadas por l, o a las personas a quienes afectare.
Sin perjuicio de lo dispuesto en los incisos anteriores, no se podr decretar el secreto sobre la declaracin del imputado o
cualquier otra actuacin en que hubiere intervenido o tenido derecho a intervenir, las actuaciones en las que participare el
tribunal, ni los informes evacuados por peritos, respecto del propio imputado o de su defensor.
Los funcionarios que hubieren participado en la investigacin y las dems personas que, por cualquier motivo, tuvieren conocimiento de las actuaciones de la investigacin estarn obligados a guardar secreto respecto de ellas .
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Por ltimo, se ha intentado sustentar la prohibicin de revelar la identidad del imputado en lo dispuesto en el artculo 289 letra c) del Cdigo, al tenor del cual:
La audiencia del juicio oral ser pblica, pero el tribunal podr disponer, a peticin de parte y por
resolucin fundada, una o ms de las siguientes medidas, cuando considerare que ellas resultan necesarias para proteger la intimidad, el honor o la seguridad de cualquier persona que debiere tomar parte en el
juicio o para evitar la divulgacin de un secreto protegido por la ley:
c) Prohibir al fiscal, a los dems intervinientes y a sus abogados que entreguen informacin o formulen
declaraciones a los medios de comunicacin social durante el desarrollo del juicio.
Los medios de comunicacin social podrn fotografiar, filmar o transmitir alguna parte de la audiencia que el tribunal determinare, salvo que las partes se opusieren a ello. Si slo alguno de los intervinientes
se opusiere, el tribunal resolver .
Como se desprende del claro tenor de la norma transcrita, la prohibicin de informar que se establece
slo puede ser declarada por el Tribunal. Sin embargo, ella no puede afectar a los medios de comunicacin
social, sino que, nica y exclusivamente al fiscal, a los intervinientes en el proceso y a los abogados.
La fundamentacin de aquella atribucin judicial se encuentra en que la prohibicin de informar
resulte necesaria para proteger la intimidad, el honor o la seguridad de cualquier persona que deba
tomar parte en el juicio o para evitar que se divulgue un secreto protegido por la ley.
Empero, se comprende, pues lo seala expresamente el artculo 289, que aquella prohibicin
slo puede ser declarada por el Tribunal durante el desarrollo del juicio oral, esto es, mientras se lleva
a cabo la audiencia respectiva, tal y como lo seala con nitidez absoluta, el ttulo del mismo artculo, el que
se encuentra ubicado, a mayor abundamiento, en el prrafo dedicado a los principios del juicio oral,
dentro del Ttulo III del Libro II del Cdigo Procesal Penal, todo lo cual torna inaplicable aquella atribucin
durante la etapa de investigacin por el Juez de Garanta.
En consecuencia, de las disposiciones legales analizadas resulta inconcuso que en ninguna
de ellas, o en otras conexas, se habilita al Tribunal de Garanta para prohibir que se informe acerca de
la identidad del imputado, ms cuando la difusin de aquella informacin constituye ejercicio legtimo de la
libertad que se asegura a todas las personas en el artculo 19 N 12 de la Constitucin, as como en el
artculo 13 de la Convencin Americana. No resulta, entonces, constitucionalmente admisible que se
impida difundir aquella informacin.
VI. PRESUNCIN DE INOCENCIA
Atendido lo anterior, es decir, la inexistencia de una disposicin legal que autorice, expresamente,
al Juez de Garanta para prohibir que se revele la identidad del imputado, se ha argumentado que darla a
conocer sera atentatorio en contra de la presuncin, de inocencia, pues menoscabara su honra y afectara su vida privada, lo cual exige, para completar el anlisis jurdico de las consultas que me han sido
formuladas, revisar el significado y extensin de ella y, por ende, examinar si confiere sustento constitucional a la decisin prohibitiva aludida.
Cabe recordar, primeramente, que el artculo 4 del Cdigo Procesal Penal seala que ninguna
persona ser considerada culpable ni tratada como tal en tanto no fuere condenada por una sentencia firme
, pero el asunto tiene que ser revisado desde el nivel constitucional, pues el artculo 19 N 3 inciso 6 de
la Carta Fundamental seala que la ley no podr presumir de derecho la responsabilidad penal , sin
consagrar all la presuncin de inocencia.
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Cierto es, como se recordar, que, en el Anteproyecto de Nueva Constitucin, se estipulaba que
toda persona tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe judicialmente su
culpabilidad en conformidad a la ley. Esta no podr presumir de derecho la responsabilidad penal 36 . Sin
embargo, el Consejo de Estado, en su Proyecto, elimin el inciso propuesto por la Comisin de Estudio, en atencin al siguiente debate:
Con respecto al inciso sexto de este nmero, don Julio Philippi seala que la norma contenida en l
puede producir efectos no deseados en una serie de materias, ya que existen delitos como la usura en
los que es innecesario probar la culpabilidad, pues ella se produce por el mero hecho de cobrarse un
inters superior al legal, o sea, de manera matemtica; por otra parte, hay infracciones meramente mecnicas en los sistemas aduanero y tributario, en las que tampoco se precisa demostrar la culpabilidad.
El seor Ortzar aclara que la finalidad del precepto es la de que el legislador no pueda presumir de
derecho la responsabilidad penal, en forma que las personas siempre puedan probar que no han tenido intencin de ejecutar un hecho aparentemente delictuoso. La Comisin tuvo muy particularmente en
cuenta -aade- el hecho de que, mientras no se pruebe judicialmente que alguien es culpable de un delito,
debe presumirse su inocencia.
El seor Philippi insiste en sus observaciones, sosteniendo que en la actualidad hay muchos sistemas
penales que resultaran alterados con la disposicin en estudio, especialmente en materia de aduanas. No
le parece adecuado consagrar en la Constitucin un principio de derecho tan fundamental , cuando
los tribunales disponen de diversos mecanismos para impedir la comisin de injusticias.
Puesto en votacin el inciso, se lo rechaza, con los votos en contra de los Consejeros seores Ortzar y
Carmona 37 .
Con todo, la Junta de Gobierno restituy el precepto aprobado por la Comisin de Estudio,
aunque slo en su segunda frase y no incluyendo la presuncin de inocencia, pues as permita las
presunciones simplemente legales de responsabilidad penal, las cuales habran sido tambin contrarias
a la Carta Fundamental de haberse consagrado el derecho general a la presuncin referida.
La jurisprudencia comparada ha explicado el sentido y alcance de la presuncin de inocencia
que, entonces, en nuestro ordenamiento jurdico, est reconocida slo a nivel legal:
...el artculo 24.2 de la Constitucin ( que consagra el derecho a la presuncin de inocencia ) significa
que se presume que los ciudadanos no son autores de hechos o conductas tipificados como delito y
que la prueba de la autora y la prueba de la concurrencia de los elementos del tipo delictivo, corresponden a quienes, en el correspondiente proceso penal, asumen la condicin de parte acusadora, sin
que pueda imponerse al acusado o procesado una especial actividad probatoria, que depender siempre de
la libre decisin que se adopte al respecto de su defensa, pues la Constitucin le reconoce tambin al
acusado el derecho a no declarar contra s mismo. Significa, adems, la presuncin de inocencia que en
los procesos en que se enjuician acciones delictivas debe existir una prueba de cargo suficiente, realizada a travs de medios de prueba que merezcan un enjuiciamiento favorable desde el punto de vista de su
legitimidad constitucional 38 .
36 Comisin de Estudio: Proposiciones e Ideas Precisas en VIII Revista Chilena de Derecho Ns 1 - 6 ( Enero - Diciembre de 1981 ) p. 187.
37 Actas del Consejo de Estado, sesin 58, celebrada el 12 de diciembre de 1978, pp. 4 - 5.
38 Sentencia del Tribunal Constitucional de Espaa N 105 de 1988, citada por Francisco Rubio Llorente: Derechos
Fundamentales y Principios Constitucionales ( Barcelona, Ed. Ariel, 1995 ) p. 356.
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En coherencia con ello, el artculo 5 de la Ley N 19.640, Orgnica Constitucional del Ministerio Pblico, confiere accin judicial para reclamar la indemnizacin por los perjuicios que ocasionen las
conductas injustificadamente errneas o arbitrarias del Ministerio Pblico, as como, tratndose de los Tribunales, cabe acudir al derecho asegurado en el artculo 19 N 7 letra i) de la Constitucin:
la idea de justicia impone que el derecho de la sociedad a defenderse contra el delito sea conjugado
con el del individuo sometido a proceso, en forma que ninguno de ellos sea sacrificado en aras del otro
no olvidar la situacin procesal de la vctima en el proceso penal, sin expropiarle el proceso y su
acotada legitimacin, figura que vuelve a redimensionarse en el siglo XX, sobre todo luego de las dos
Guerras mundiales, y en donde el sujeto pasivo de las violaciones de derechos humanos cobra un
lugar de realce, claro es que asegurando, naturalmente, la necesaria observancia del equilibrio entre los
intereses del Estado, en la represin y las garantas del acusado.
La otra concierne a la ardua ladera de los lmites de esas garantas a fin de impedir precipitarnos en
un exceso de proteccin, disvalor al cabo, que reviste como una forma anmala y disfuncional, al sobreactuar
la tutela constitucionalmente debida
As aun ante la impunidad generalizada y la decepcin actual de la sociedad ( y no slo entre nosotros
y en especial en las grandes urbes ) respecto al Servicio de Justicia, y en la dimensin presente de las
escalas ingobernables que plantea la criminalidad moderna, fundamentalmente las ms graves: La violencia en banda o en comando, los delitos de lesiones y homicidios, los delitos econmicos, la corrupcin, el
narcotrfico y el terrorismo, porque sobre ese particular debe reconocerse con absoluta honestidad intelectual que nuestro sistema legal no est en condiciones de enmarcar el control y juzgamiento, eficaz
y rpido -agregamos, observando las garantas ( as en plural ) que asisten a los sujetos del proceso justoy de las aludidas manifestaciones que producen las organizaciones (desde la patota a la empresa delictiva
transnacional) de gran envergadura 41 .
Precisamente, reflexionando en torno del dilema que se ha expuesto, entre la libertad de informar
y la presuncin de inocencia, y recurriendo a una regla de equilibrio aportada por la jurisprudencia alemana, que resulta inaplicable en Chile como se explicar ms adelante, se ha advertido que:
Las normas transcritas dicen relacin con un mbito de especial tensin entre dos derechos fundamentales: el derecho a la informacin y el derecho a la honra En efecto, la sociedad tiene derecho a ser
informada del modo en que se ejerce la accin penal pblica y la administracin de justicia penal. Este derecho est vinculado al principio de publicidad del procedimiento, factor democrtico de control sobre el
mismo, y al de transparencia en la actuacin de los rganos vinculados a la persecucin penal de los
delitos. Pero, asimismo, debe tenerse en cuenta que con la mera imputacin de un delito se est afectando la imagen y honra de una persona, pudiendo derivarse de ello graves y mltiples perjuicios para la misma.
La jurisprudencia alemana ha solucionado este conflicto por la va de ponderacin. Ella ha establecido
que, por regla general, prevalece el inters pblico de la informacin en el supuesto de personajes pblicos ( v.gr., polticos de gran prestigio ) o en el caso de delitos graves y, por tanto, en dichos supuestos estara
permitida la identificacin de imputado y una mayor informacin acerca de las circunstancias de la imputacin. Por el contrario, en los supuestos de criminalidad leve o mediana, la regla es el anonimato
A nuestro juicio, la norma contenida en el artculo 182 Cdigo Procesal Penal se refiere a las concretas
actuaciones de investigacin, a su contenido y circunstancias especficas 42 .
41 Augusto Mario Morello: Constitucin y Proceso ( Buenos Aires, Ed. Abeledo Perrot, 1998 ) pp.197 - 198.
42 Mara Ins Horvitz Lennon y Julin Lpez Masle citados en supra nota 29, pp. 503 - 504.
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Es efectivo, yendo al contenido de la presuncin de inocencia, que ella tiene una doble finalidad:
Por una parte, desde el punto de vista probatorio, implica que debe acreditarse, sin asomo de duda y por
los medios de prueba legales, la participacin punible del imputado en un delito; y, de otra, que el imputado no puede ser tratado como culpable durante la secuela del proceso penal.
En esta segunda finalidad de la presuncin de inocencia se fundan algunos para sustentar la
prohibicin de revelar la identidad del imputado. Sin embargo, este razonamiento no es correcto y menos constitucionalmente sustentable.
Desde luego, una forma simple, aunque incompleta, de resolver la pugna entre la libertad de
informar y la prohibicin de revelar la identidad, sobre la base de la presuncin de inocencia, sera sostener que aquella libertad no puede ceder ni verse menoscabada o siquiera afectada por esta presuncin
dado la libertad referida posee jerarqua o rango constitucional, en el artculo 19 N 12 inciso 1 de la
Constitucin, mientras que la presuncin solo nivel de ley, conforme al artculo 4 del Cdigo Procesal
Penal. Obrar dando preferencia a la presuncin de inocencia por sobre un derecho que se asegura en la
Carta Fundamental, sera vulnerar el principio de supremaca constitucional, contenido en el artculo 6
inciso 1 del Cdigo Poltico.
Empero, ello no es suficiente, porque al reconocerse la misma presuncin en tratados internacionales vigentes en nuestro pas, sea porque se los considere de jerarqua constitucional o porque Chile
no pueda vulnerarlos ni desconocerlos unilateralmente, exige entrar en el conflicto sustantivo que deriva
de prohibir que se revele la identidad del imputado, sobre la base de la presuncin de inocencia, de frente a
la libertad de informar.
El punto de partida, para resolver el aparente conflicto radica en reconocer que revelar la identidad
del imputado constituye ejercicio legtimo de la libertad de informar y que no puede evitarse todo menoscabo a las personas respecto de las cuales de atribuye esa calidad. Es ms, esas personas pueden ser
objeto, incluso, de medidas cautelares, sin perjuicio del derecho que les reconoce el ordenamiento jurdico
para obtener reparacin fiscal por los daos que se le causen, sea que los haya provocado el Ministerio
Pblico o los Tribunales.
Con todo y para disipar cualquier duda, resulta til acudir, ms all de las disposiciones
particulares previstas en el Cdigo Procesal Penal y que no dan sustento, como se ha comprobado, a la
prohibicin de revelar la identidad del imputado, a la disposicin legal clave o fundamental en esta
materia, contenida en la Ley N 19.733 43 , la cual vino a derogar la antigua Ley N 16.643, sobre Abusos
de Publicidad de 1967, que, en su artculo 25, facultaba a los Tribunales para prohibir la divulgacin, por cualquier medio de difusin, de informaciones concernientes a los juicios criminales de
que estaban conociendo.
Pues bien y, precisamente, en consonancia con tratados internacionales, la nueva Ley N 19.733
elimin, del todo y sin excepciones, aquella disposicin, la cual tena como sujetos obligados a los
medios de comunicacin social, lo cual no ocurre -para ser consistente ambas normativas- con ninguna
de las disposiciones del Cdigo Procesal Penal que establecen casos de reservas o secreto. Conviene,
para advertir la dimensin y consecuencias de aquella derogacin, en la materia precisa, transcribir los
resultados concretos del ter legislativo:
43 Ley sobre Libertades de Opinin e Informacin y Ejercicio del Periodismo, publicada en el Diario Oficial el 4 de junio de
2001.
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44 Jaime Herrera Ramrez: Evolucin Temtica del Proyecto de Ley sobre Las Libertades de Opinin, Informacin y Ejercicio del
Periodismo (sin publicar).
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Cdigo de Procedimiento Penal, porque en dicha normativa ser el fiscal el que llevar adelante la
investigacin, no el juez
El seor Hamilton.- Seor Presidente, tuvimos varias razones en la Comisin para rechazar -por mayora- la indicacin en debate cuando en su oportunidad se present.
La primera parte del sumario -tal como establece el actual Cdigo de Procedimiento Penal- es secreta, y
corresponde a los jueces velar para que el secreto del mismo se respete. Si trasciende el contenido del
sumario, o se entregan copias de l, ello es responsabilidad del juez. Pero es innecesaria una disposicin
-con razn, el seor Senador que me antecedi en el uso de la palabra seal que en muchas oportunidades se ha abusado de ella- para establecer una prohibicin de informar sobre determinados hechos
que interesan a la sociedad, en contra de la libertad de opinin.
En segundo lugar, en el nuevo Procedimiento Penal una de las caractersticas fundamentales es que
el proceso propiamente tal pasa a ser pblico, no necesariamente la investigacin. De manera que no
tendra cabida en el nuevo Cdigo una norma de naturaleza tal que permitiera a los jueces prohibir la
divulgacin de una determinada diligencia o resolucin
El seor Fernndez.- Seor Presidente, en su oportunidad formul indicacin ( fue aprobada en el primer
informe ) para eliminar la norma actualmente en vigor, que posibilita restringir informaciones a travs de
resoluciones judiciales.
Sealamos en dicha ocasin -no es del caso entrar ahora a repetir la argumentacin- que corresponde al
tribunal adoptar todas las medidas pertinentes para los efectos de evitar que las diligencias decretadas en
el sumario sean conocidas; que el hecho de prohibir informar genera una suerte de rumores, de desconocimiento o desinformacin de la poblacin, lo cual puede ser mucho ms grave que la publicacin
misma; y, adems, que normalmente los verdaderos interesados o las personas vinculadas a la materia en que recae el intento de prohibicin pueden tener conocimiento de ella, independiente de lo que
resuelvan los tribunales. Por eso, expresamos que no era conveniente mantener desinformado al pas si
la informacin se obtiene a travs de los medios legtimos que corresponden.
Nos parece que, si el tribunal quiere que una gestin judicial no sea divulgada, debe adoptar todas
las medidas adecuadas para evitar su difusin. Pero, si llega a conocimiento de alguna persona, quiere
decir que ha fallado el sistema existente para mantener la reserva del sumario y que nada se obtiene con
procurar impedir la publicacin.
Por ello, en su momento solicit rechazar la norma actualmente en vigor. As ocurri, y por eso no se
incluy en el primer informe.
Ahora se pretende restablecer la facultad en comento mediante la indicacin en anlisis, la cual, a mi
juicio, presenta los mismos inconvenientes -y probablemente mayores- que tiene la legislacin actual
El seor Larran.- Seor Presidente, la prohibicin de informar existe hoy en nuestra legislacin. A raz de
ella, en numerosos procesos se adoptan medidas de tal ndole, que duran semanas, meses y, en algunos
casos, aos.
Es evidente que para algn trmite o instancia especfica puede ser conveniente tomar una medida
precautoria adicional. Pero la forma como se ha ejercido la disposicin pertinente ha sido atentatoria
contra la libertad de informacin y ha generado, en definitiva, males mayores que los que se ha tratado de
evitar. Porque -como se seal- los rumores o la manera en que se pretende informar, por vas no regulares,
resulta peor para los efectos de proteger la investigacin.
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En consecuencia, parece ms razonable preocuparse de que al interior de los tribunales haya un debido
control de los procesos; de que el sumario efectivamente sea secreto -o como fuere el procedimiento en el
futuro-, y de que por esa va se cautele que los procedimientos judiciales mantengan la reserva indispensable para el xito de las gestiones pertinentes.
En ese sentido, la disposicin propuesta, al ampliar, quizs, la legislacin vigente, en nada ayuda; por el
contrario, tiende a perpetuar una norma que ha sido grave para el objetivo de la libertad de informacin y que no ha servido en modo alguno para mejorar el funcionamiento de los tribunales
El seor Fernndez.- Seor Presidente, complementando lo que aqu se ha sealado, debo agregar que
el precepto sugerido -como lo hace la disposicin en vigor- colocara en situacin desigual a los medios
de comunicacin nacionales respecto de los extranjeros, pues la globalizacin de la informacin
hara imposible su cumplimiento por los medios forneos, sobre todo diarios y revistas, e incluso televisin u otros, ya que la informacin llegara a travs de ellos y los medios nacionales, los radicados en el
pas, se hallaran impedidos de difundirla. Porque, obviamente, no se podra pretender aplicar tambin la
norma a los extranjeros, toda vez que ello resulta fsicamente imposible.
El seor Silva.- Seor Presidente, slo deseo agregar a las razones aqu dadas (las comparto plenamente)
que hace muy pocos das aprobamos normas sobre publicidad de los actos del Estado que seran
absolutamente contradichas con la disposicin que ahora se nos propone, con la agravante de que
se tratara de un precepto discrecional en manos del juez.
La verdad es que, en los casos en que han existido normas de esta ndole, no siempre se ha probado que
esa discrecionalidad haya resultado conveniente
El seor Brunner ( Ministro Secretario General de Gobierno ).- Seor Presidente, en la Comisin apoyamos la posicin de mayora, que es contraria a la indicacin en debate, simplemente porque en los das en
que discutimos esta materia hizo crisis en la prctica su aplicacin. Justamente en esa fecha se pudo
observar cmo la internacionalizacin de los medios (a lo que se refiri recin el Senador seor
Fernndez) permiti que, dictada por un juez una prohibicin de informar, los medios nacionales informaran a travs de Internet en el exterior y, por esta misma va, en Chile, por un lado; y, por otro, que
las seales de televisin por cable tomaran la informacin y la reprodujeran en nuestro pas, lo cual, efectivamente, genera una discriminacin en el derecho de informar, que termina afectando a los medios
locales que no cuentan con capacidad de transmitir a travs de Internet
Por lo tanto, creo que, incluso tcnicamente, hoy da dicha medida es insostenible
El seor Zurita.- Seor Presidente, a pocos aos de entrar al procedimiento basado en los fiscales y en
el juicio oral, no parece pertinente insistir en mecanismos como la incomunicacin de los inculpados
o el secreto del sumario, que, segn un viejo Ministro de la Corte Suprema, era confundido por los jueces
con el misterio del sumario .
En verdad, el secreto del sumario es otra de las grandes mentiras: no hay nada secreto en el sumario.
Yo pregunto a Sus Seoras: si los llamasen a declarar en un juicio y a la salida un periodista les consultara sobre qu los interrogaron, estaran obligados a guardar el secreto o el misterio del sumario y a no
contar qu les pregunt el juez ? Y con dos o tres interrogaciones a inculpados o a testigos, el periodista
tiene armado todo el puzzle
Por ende, creo que la indicacin debe ser rechazada, pues no podemos frenar lo que es irrefrenable .
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Finalmente, conviene traer a colacin, para completar la secuencia legislativa de la Ley N 19.733,
lo expresado por el Presidente de la Repblica, con motivo de las observaciones que formul al proyecto,
donde propuso derogar la Ley N 16.643, ya que ello implicar, adems, la eliminacin de la facultad
que tienen hoy los tribunales de decretar la prohibicin de informar respecto de causas ante ellos
pendientes 45 . Como es bien sabido, ambas Ramas del Congreso Nacional aprobaron la derogacin
propuesta.
En consecuencia, no admite duda ni controversia el espritu y ntida intencin del ordenamiento jurdico chileno completo en la materia analizada, pues la Constitucin, los tratados internacionales, el
Cdigo Procesal Penal y la Ley N 19.733 no admiten, sobre la base de la presuncin de inocencia u otras
razones, afectar la libertad de informar, salvo en los casos expresamente contemplados en aquel Cdigo, ninguno de los cuales sirve para sustentar la prohibicin de informar acerca de identidad del
imputado decretada por el Juez de Garanta. Lo anterior queda confirmado, adicionalmente, por lo
preceptuado en el artculo 33 de la Ley N 19.73346 y en los artculos 17 y 66 de la Ley N 19.80647 que
contiene normas adecuatorias del Sistema Legal Chileno a la Reforma Procesal Penal.
Finalmente y para despejar dudas en todos los mbitos, no se olviden las Pautas contenidas en
el Dictamen N 15, evacuado por el Consejo de tica de los Medios de Comunicacin Social el 25 de
Junio de 1997, segn el cual, tratndose de la inculpacin de delitos:
a.- El medio deber contar con fuentes seguras para responsabilizar a una persona aunque sea
presuntamente, de un delito penal. Ni siquiera las versiones informales recogidas en la polica o en el
tribunal podrn utilizarse sin cotejos y ponderaciones.
b.- El medio no identificar por su nombre o imagen a personas detenidas por sospechas, salvo que
se trate de un suceso de trascendencia pblica y que la identificacin provenga de fuentes oficiales.
c.- El medio deber evitar la identificacin de los parientes o amigos de stas, salvo su consentimiento
expreso .
45 Oficio del Presidente de la Repblica que consta del Diario de Sesiones de la Cmara de Diputados, sesin 28, celebrada
el mircoles 16 de agosto de 2000, p. 49.
46 Este precepto prohbe la divulgacin, por cualquier medio de comunicacin social, de la identidad de menores de edad
que sean autores, cmplices, encubridores o testigos de delitos, o de cualquier otro antecedente que conduzca a ella. No se
olvide, asimismo, que el artculo 33 de la misma ley considera como hechos de inters pblico los consistentes en la
comisin de delitos o participacin culpable en ellos, a propsito de lo cual el artculo 2 letra g) de la Ley N 19.628, sobre
Proteccin de la Vida Privada, publicada en el Diario Oficial el 28 de agosto de 1999 y sus reformas, no incluye, dentro de
los datos sensibles, la situacin procesal del interesado.
47 Publicada en el Diario Oficial el 31 de mayo de 2002. El primero de esos artculos fue el nico que modific la Ley N 19.733 ,
sin incidencia alguna en los asuntos que motivan este Informe en Derecho. Por su parte, el artculo 66 derog todas las
normas procesales penales especiales incompatibles con el Captulo VI A de la Constitucin y con las Leyes N. 19.640,
19.665, 19.708 y con el Cdigo Procesal Penal, disponiendo, en texto expreso, que, en sustitucin de ellas, se aplicarn
los preceptos de ese Cdigo.
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absolutoria y sta quedara ejecutoriada o se pusiera trmino al proceso penal mediante otras figuras alternativas que excluyeran de toda responsabilidad al imputado. Es ms, podra llegar a sostenerse, por ejemplo en delitos de accin privada, que resultara admisible ocultar permanentemente la identidad incluso del
condenado, respecto de terceros ajenos al proceso. Jams, en otras palabras, cabra revelar la identidad del
imputado, lo cual es contrario a la libertad de informar y a la publicidad del Nuevo Proceso Penal y, en general,
de las actuaciones de los rganos del Estado, como el Ministerio Pblico y los Tribunales de Justicia.
Existe y no puede evitarse un nivel mnimo de afectacin de la honra de una persona cuando se le
atribuye la calidad de imputado, lo cual permite cumplir con las finalidades de la persecucin penal, en aras
del inters de la justicia, como lo permite la Convencin Americana. Se trata, ciertamente, de no abusar de
aquella afectacin para transformarla en lesin frontal e irreparable, pero en estos casos el Cdigo Procesal
Penal y la Ley Orgnica Constitucional del Ministerio Pblico contemplan los mecanismos reparatorios de
cualquier dao que cause aquella atribucin de responsabilidad. Incluso ms, el derecho a ser indemnizado, cuando el perjuicio proviene de los Tribunales, se encuentra directamente asegurado en el articulo 19
N 7 letra i) de la Constitucin.
De lo contrario, el secreto de la identidad del imputado se torna en obstculo insalvable para
que el Ministerio Pblico cumpla sus funciones, el Tribunal desempee las suyas, los intervinientes hagan
valer sus derechos y la opinin pblica, a travs de los medios de comunicacin social, dote de transparencia y, al fin y al cabo, de legitimidad el obrar de los rganos estatales en la persecucin penal.
Por lo mismo, estima el suscrito que no aparece plausible ni constitucionalmente sostenible aplicar
en nuestro pas la doctrina alemana que admite revelar la identidad de imputados cuando se trata de personajes pblicos o de procesos de envergadura, manteniendo en secreto la de aquellos que son atribuidos de
responsabilidad penal en procesos de menor cuanta.
Cmo establecer aquella diferenciacin sin incurrir en discriminacin odiosa o arbitraria ?
Cules son los criterios objetivos, de general aplicacin y abstractos que permitiran instaurar aquel trato
distinto, sin que pueda tachrselo de caprichoso, injusto o inmotivado ? Sern elementos como la entidad
de la pena, el impacto meditico del delito, la extensin de la investigacin o del proceso, la reiteracin del
ilcito, la cantidad de imputados o, en fin, el celo de las Fiscalas y del Tribunal, los que permitan establecer
tan injustificada diferencia ? Un delito que, en un lugar del pas, puede ser de regular ocurrencia en otra
localidad puede producir un impacto enorme; o aquel que no admite severo reproche por la comunidad
local, en otro lugar genera las ms duras reacciones del entorno social, haciendo que distinguir, como lo ha
hecho alguna jurisprudencia comparada sea violatorio o de la Constitucin, particularmente en su artculo 19 numerales 2 y 3.
No parece posible, entonces, sin incurrir en discriminacin y, por ende, sin ser inconstitucional,
introducir la divisin alemana, en cuanto a aceptar la reserva de identidad para ciertos delitos y no considerarla en otros.
Pero ms todava que la prohibicin de revelar la identidad del imputado no slo lesiona, en su
mdula, la libertad de informar, sino que ella tambin es constitutiva de discriminacin, pues, en los
hechos, terminar afectando slo a algunos medios de comunicacin y no a otros, como qued constancia en la historia oficial de la norma en su lugar transcrita, pues aquellos medios que, en la prctica,
queden situados fuera del alcance del Tribunal que decret la prohibicin, informarn abiertamente acerca
de aquella identidad y otros, que puedan ser alcanzados por sanciones, habrn de acatar la orden judicial,
entendiendo el actual estado de avance de los medios de comunicacin:
En efecto, el ejercicio exclusivo de una actividad con el dominio o influencia consiguientes
que, tradicionalmente, ha correspondido al Estado -no slo al Gobierno-, particularmente en cuanto al
183
monopolio de la informacin queda destruido por la globalizacin. Cuando se advierte que la prohibicin
de informar decretada por un juez, en conformidad al artculo 25 de la Ley Sobre Abusos de Publicidad,
respecto de un proceso criminal, es formalmente cumplida por los medios de comunicacin, pero anulada por
esos mismos medios a travs de su pgina web en internet, entonces no queda ms que rendirse ante la
evidencia de un mundo en que la s potestades -pblicas y privadas- que antes se ejercan sin lmite respecto
de los gobernados en un Estado determinado deben ahora conjugarse con la globalizacin de las comunicaciones, la masificacin de la informacin y el desarrollo tecnolgico de los medios de masas.
Podr el estado, a travs de sus rganos estatales, continuar actuando como lo ha venido haciendo
por siglos, especialmente en cuanto a las potestades de regulacin, fiscalizacin y sancin ? Quin, ante qu
Tribunal y conforme a qu procedimiento habr de perseguir la violacin de la orden judicial que prohiba
informar ? Sern competentes los tribunales chilenos y deber accionarse en contra del director responsable
del medio o la jurisdiccin quedar radicada en la ciudad de Nueva York, donde se produjo la pgina web que
vulner la prohibicin ? Cmo habr de regularse la libertad de expresin, si es que ella debe ser regulada ?
Qu valor tendrn, en trminos prcticos y de eficacia persuasiva, las sanciones impuestas por las autoridades administrativas y judiciales cuando las conductas sancionadas se contina cometiendo a miles de kilmetros de distancia, pero a sus efectos se accede por medio de la televisin satelital ? 48.
En consecuencia, la prohibicin de revelar la identidad de imputado, decretada por el Juez de
Garanta, es inconstitucional, ya que vulnera la libertad de informar de que son titulares los medios de
comunicacin social y los intervinientes en el proceso penal y configura una discriminacin o diferencia
arbitraria. Aquella decisin no encuentra asidero en disposicin legal alguna. Antes y al contrario, el
Cdigo Procesal Penal y la Ley N 19.733 confirman, en su historia oficial, texto, contexto y espritu, que
aquella prohibicin no puede adoptarse, salvo en el caso del artculo 289 del Cdigo, durante la audiencia del juicio oral, la que no puede ser aplicada por analoga, durante la investigacin, por el Juez
de Garanta, dado que es una limitacin al ejercicio de un derecho fundamental que debe ser interpretada y aplicada restrictivamente. Y, en todo caso, nunca alcanza a los medios de comunicacin social,
salvo para fotografiar, filmar o transmitir parte de la audiencia, pero, en caso alguno, para que no puedan
difundir la identidad del imputado.
VIII. MEDIOS DE IMPUGNACIN
Finalmente y habindose explicado que la resolucin en virtud de la cual un Juez de Garanta
prohbe informar acerca de la identidad del imputado es contraria a la Constitucin, a tratados internacionales vigentes en Chile, al Cdigo Procesal Penal y a la Ley N 19.733, se me consulta si los fiscales, como
intervinientes del nuevo proceso penal, pueden ejercer recursos constitucionales o legales para impugnar dicha decisin.
1. Recursos Constitucionales
La respuesta, en el nivel constitucional, resulta indudable, desde que se puede acudir al recurso de proteccin para solicitar a la Corte de Apelaciones respectiva que deje sin efecto aquella prohibicin,
por lesionar el legtimo ejercicio del derecho que la Constitucin asegura a todas las personas en su artculo
19 N 12 inciso 1 en relacin con los numerales 2 y 22 que proscriben las discriminaciones o diferencias arbitrarias.
Desde luego, el recurso puede ser deducido por los medios de comunicacin social, directamente afectados por la resolucin judicial inconstitucional, que prohbe revelar la identidad del imputado o
48 Miguel Angel Fernndez Gonzlez citado en supra nota 8, p. 49.
184
por cualquier persona, entre ellos los Fiscales del Ministerio Pblico, sea en favor de aquellos medios de
difusin, en su propio beneficio o en el de los dems intervinientes en el proceso penal, todos lesionados en
su derecho a la libertad de informar.
No omite el suscrito, en este mbito, que alguna jurisprudencia de nuestros Tribunales Superiores declar, en un tiempo, inadmisible recursos de proteccin deducidos en contra de resoluciones
judiciales, por cuanto se estimaba que la va procesal idnea para impugnar aquellas resoluciones estaba
radicada en los recursos contemplados en el procedimiento donde ellas haban sido expedidas. Sin embargo, esa jurisprudencia, ciertamente errada como lo ha escrito el informante49 , fue abandonada y, aunque
reimpuesta parcialmente en el ltimo tiempo, termina provocando que la Corte Suprema, de oficio, invalide
siempre la decisin judicial inconstitucional:
A catorce aos de ese instante ( 1986 ), es posible sealar que no solamente se han establecido ya
firmemente esos logros, sino que otros ms se han ido agregando a ese listado, amplindose a muchos
otros campos la tutela proteccional que los Tribunales Superiores de Justicia han dio concretando
respecto de los derechos fundamentales.
Sin nimo de exhaustividad, valga indicar a ttulo meramente ejemplar, y entre los nuevos logros la
tutela frente al agravio producido por resoluciones judiciales
se ha restringido al mximo en estos ltimos dos aos la procedencia de la proteccin frente a resoluciones judiciales, no obstante que con anterioridad haba habido un prudente realismo frente a los casos
concretos, ya que es evidente que tambin los jueces pueden cometer y cometen arbitrariedades y
pueden vulnerar la Constitucin y las leyes. Pareciera cundir la idea de que los jueces no agravian, y si se
equivocan, pueden las partes en el mismo proceso obtener enmienda; sostener esto como principio puede
tener algo de verdad, pero para quien ejerce activamente ante los tribunales de justicia -especialmente de
primera instancia- ello no deja de ser sino buenos deseos , o meramente palabras. A partir de los aos 83 / 84
adelante, la Corte Suprema muy sensatamente comprendi la realidad, y han sido numerosos los casos
en que se admiti la proteccin frente a agravios de jueces, e incluso de Cortes de Apelaciones. Sin embargo, los aos 1999 y 2000 nos muestran una restriccin marcada, lo que lleva en ocasiones a rechazar la
proteccin, pero luego, a actuar de oficio revocando la resolucin judicial impugnada en proteccin y as,
de este modo excepcional, enmendar el desaguisado notorio cometido por un magistrado 50.
Sin embargo y aun admitiendo aquella jurisprudencia ms restrictiva, de lo que no cabe duda es
que, cuando el afectado por la resolucin judicial, que lesiona un derecho fundamental de que es titular,
no es parte en el proceso donde aquella resolucin se pronunci, como los medios de comunicacin
social en el proceso penal donde se haya dictado la prohibicin de informar acerca de la identidad del
imputado, resulta plenamente admisible que acuda al recurso de proteccin:
Que la resolucin recurrida constituye un acto ilegal y arbitrario, por cuanto al interesado no se le
respetaron sus derechos y se decret el lanzamiento de la propiedad arrendada mediante resolucin
49 En 1996 escrib Procedencia del Recurso de Proteccin a propsito de una Contienda de Competencia publicada en VII
Revista de Derecho ( Valdivia, Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales de la Universidad Austral de Chile, 1996 ) pp. 50 -51,
donde expuse:
En cambio, y por el contrario, considero plenamente procedente el Recurso de Proteccin
en general, en contra de aquellos actos que importan el ejercicio de funciones jurisdiccionales, salvo lo prescrito en el
artculo 83 inciso 1 de la Constitucin, ya sealado, y las sentencias firmes o ejecutoriadas, en virtud del efecto de la cosa
juzgada Dicha potestad es siempre recurrible de proteccin .
50 Eduardo Soto Kloss: El Recurso de Proteccin , en la obra colectiva 20 Aos de la Constitucin Chilena 1981 - 2001 (
Santiago, Ed. Conosur, 2001 ) p. 434.
185
judicial en un litigio en que nunca fue parte, jams se le emplaz y, en consecuencia, no le empecen las
resoluciones adoptadas en un juicio ajeno; es ms se le priv arbitrariamente de su derecho de propiedad
sobre una cosa incorporal consagrado en los artculos 19 N 24 de la Constitucin Poltica de la Repblica
y artculo 583 del Cdigo Civil, que son las prerrogativas legales que posee como arrendatario del inmueble, segn contrato que se encuentra vigente y que no fue objetado 51.
Con todo y dado que, como se ver en seguida, el rgimen de recursos contemplado en el Cdigo
Procesal Penal no es suficiente garanta para asegurar el respeto de los derechos fundamentales en dicho
proceso, de frente a la prohibicin analizada, los Tribunales Superiores deben admitir, conocer y resolver el recurso de proteccin, an cuando haya sido deducido por los intervinientes en ese proceso, ya
que no se produce la situacin que, a juicio de la antigua jurisprudencia, llevara a excluirlo. As, por lo
dems, ha obrado ya la jurisprudencia en el Nuevo Proceso Penal:
Antes de examinar la sentencia precisa que se me ha pedido comentar, resulta indispensable situar
normativamente los asuntos all debatidos, en el mbito de los preceptos pertinentes del Cdigo Procesal
Penal. Asimismo, la sentencia permite indagar en torno de las autonomas constitucionales. Ello, claro est,
sin perjuicio de mostrar cmo el recurso de proteccin, en su amplio despliegue de amparo respecto de
los derechos fundamentales, puede tambin invocarse para cautelarlos en el mbito del nuevo procedimiento penal 52 .
2. Recursos en el Cdigo Procesal Penal
Menester resulta, finalmente, acudir al Cdigo Procesal Penal y al sistema de impugnacin de las
actuaciones judiciales que all se contemplan, con el objeto de verificar si los afectados disponen de medios
para que se deje sin efecto la resolucin lesiva de la libertad de informar y discriminatoria, consistente en
que se prohba informar acerca de la identidad del imputado, especialmente, considerando que aquella
decisin, cuando es adoptada por el Juez de Garanta, no encuentra sustento legal, como se ha demostrado.
En esta perspectiva, tiene que acudirse, en primer lugar, al Ttulo VII del Libro I del Cdigo Procesal Penal donde se contemplan las nulidades procesales, pues su artculo 159 seala que slo podrn
anularse las actuaciones o diligencias judiciales defectuosas del procedimiento que ocasionaren a
los intervinientes un perjuicio reparable nicamente con la declaracin de nulidad. Existe perjuicio
cuando la inobservancia de las formas procesales atenta contra las posibilidades de actuacin de
cualquiera de los intervinientes en el procedimiento .
Pero el artculo 160 aclara que se presumir de derecho la existencia del perjuicio si la
infraccin hubiere impedido el pleno ejercicio de las garantas y de los derechos reconocidos en la
Constitucin, o en las dems leyes de la Repblica , las cuales, como no poda ser de otra manera, son
insubsanables, al tenor de lo preceptuado en el artculo 164. En estos casos, adems, el artculo 163
precisa que el Tribunal podr declarar la nulidad de oficio.
El artculo 161 regula el procedimiento para impetrar esta nulidad, la cual slo puede ser solicitada por el interviniente perjudicado con el vicio que no haya concurrido a causarlo 53 , lo cual debe hacerse,
en forma fundada y por escrito, incidentalmente, dentro de los cinco das siguientes a aquel en que el
51 Considerando 6 de la sentencia pronunciada por la Corte Supremo el 28 de mayo de 1996, reproducida en XCII Revista de
Derecho y Jurisprudencia ( N 3, 1996 ).
52 Miguel Angel Fernndez Gonzlez: Recurso de Proteccin y Nuevo Proceso Penal , publicado en Ius Publicum ( Santiago,
Escuela de Derecho Universidad Santo Toms, 2003 ) N 10, p. 194.
53 Artculo 162. Recurdese que, al tenor del artculo 12 del Cdigo, para los efectos regulados en este Cdigo, se considerar intervinientes en el procedimiento al fiscal, al imputado, al defensor, a la vctima y al querellante, desde que realizaren
cualquier actuacin procesal o desde el momento en que la ley les permitiere ejercer facultades determinadas .
186
perjudicado hubiere tomado conocimiento fehaciente del acto cuya invalidacin persiguiere, a menos que el vicio se hubiere producido en una actuacin verificada en una audiencia, pues en tal caso
deber impetrarse verbalmente antes del trmino de la misma audiencia .
Por ltimo, til resulta tener en consideracin que, conforme a lo dispuesto en el artculo 165
inciso 4, la solicitud de nulidad constituir preparacin suficiente del recurso de nulidad para el
caso que el tribunal no resolviere la cuestin de conformidad a lo solicitado .
Resulta evidente, del tenor de las normas transcritas, que la resolucin judicial que prohbe
revelar la identidad del imputado, adoptada por el Juez de Garanta en la audiencia de control de detencin o en cualquier otro momento de la etapa de investigacin, es nula y causa a los intervinientes, como
el Ministerio Pblico, un perjuicio que slo puede repararse con la declaracin de nulidad. Ms an, la
resolucin aludida se encuadra, perfectamente, en el artculo 160, ya que ella impide el ejercicio de un
derecho reconocido por la Constitucin, con lo cual se presume de derecho la infraccin que fuerza al
Ministerio Pblico y a los dems intervinientes en el proceso a impetrar la nulidad, sin perjuicio que el
Tribunal pueda declararla de oficio.
La nulidad procesal y, an antes el Recurso de Proteccin, sobre todo porque los medios de comunicacin social no pueden impetrar aquella nulidad, dado que no son parte en el proceso, adquiere cardinal
importancia, como se constatar en seguida, ya que los recursos contemplados en el Cdigo Procesal
Penal, salvo que se efecte una interpretacin a fortiori -que es dudosa- no permiten impugnar la decisin
inconstitucional en orden a prohibir que se revele la identidad del imputado.
En efecto, avanzando ahora al Libro Tercero del Cdigo Procesal Penal, dedicado a los recursos,
debe comenzar el suscrito aclarando que el principio rector se encuentra en el artculo 352, en virtud del
cual podrn recurrir en contra de las resoluciones judiciales el ministerio pblico y los dems
intervinientes agraviados por ellas, slo por los medios y en los casos expresamente establecidos en
la ley , esto es, los recursos de reposicin, apelacin y nulidad.
El primero de ellos, procede en contra de las sentencias interlocutorias, de los autos y de los
decretos dictados fuera de audiencias, -lo cual excluye la impugnacin de la resolucin que prohbe
revelar la identidad del imputado-, debiendo pedirse, fundadamente, ante el mismo tribunal que haya pronunciado la resolucin impugnada, dentro de tercero da 54 . En cambio, cuando se trate de reponer resoluciones pronunciadas durante audiencias orales, como ha ocurrido con las que han decretado la prohibicin de revelar la identidad del imputado, deber promoverse tan pronto se dictaren y slo sern admisibles cuando no hubieren sido precedidas de debate. La tramitacin se efectuar verbalmente, de
inmediato, y de la misma manera se pronunciar el fallo , segn expresa el artculo 363.
Sin embargo, este recurso tampoco ser procedente, en los hechos, pues lo usual, sobre todo a
partir de los Oficios N 463 y 526, emanados del Fiscal Nacional el 6 de octubre y el 5 de noviembre de
2003, y del memo N 046, tambin del Fiscal Nacional, fechado el 7 de noviembre de 2003, se provocar el
debate que har improcedente el recurso de reposicin.
Tratndose, en segundo lugar del recurso de apelacin, el Cdigo slo lo admite en contra de
las resoluciones dictadas por el juez de garanta 55 en los siguientes casos:
187
188
Si ello no resulta posible, total o parcialmente, en la estructura del proceso penal contenida en el Nuevo
Cdigo, entonces, habrn de perfeccionarse las disposiciones respectivas y, mientras ello no ocurra, se
incurre en inconstitucionalidad por omisin. El Cdigo Procesal Penal, tal vez por razn imposible de
superar, cae, en este caso, en el mismo defecto del Antiguo Cdigo de Procedimiento, en cuanto a la imposibilidad de establecer un proceso cabalmente racional y justo, v. gr., porque se carece de los recursos
econmicos para implementarlo.
Pero aquella deficiencia endmica no impide sostener que debe formar parte de aquella estructura, en
primer lugar, la existencia de recursos expeditos, sencillos y de fcil procedencia en contra de lo actuado,
sobre todo en la sentencia definitiva, por el juez de primer grado; y, en segundo lugar, la competencia del
Tribunal de Alzada tiene que ser lo ms amplia posible y slo puede ser restringida cuando resulte indispensable, en aras de otros principios de semejante entidad constitucional.
En esta perspectiva, no cabe justificar compresiones mayores que las descritas, como excesivo formalismo o rigidez en los recursos o restricciones severas al Tribunal de Alzada, en la oralidad e inmediacin del
tribunal de primera instancia, pues ello lleva a exacerbar aquellos valores, excediendo su propio mbito instrumental, al fin y al cabo- y vulnerando el debido proceso 57 .
Finalmente, el recurso de nulidad, previsto en los artculos 372 a 387 del Cdigo Procesal Penal,
se concede para invalidar el juicio oral y la sentencia definitiva o slo esta ltima por las causales previstas en la ley. Entre estas causales, la nica que podra vincularse con la resolucin que impide revelar la
identidad imputado es la que se contempla en el artculo 373 letra a) del Cdigo al tenor del cual:
Proceder la declaracin de nulidad del juicio oral y de la sentencia:
a) Cuando, en la tramitacin del juicio o en el pronunciamiento de la sentencia, se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantas asegurados por la Constitucin o por los tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes .
Sin embargo y esto no requiere mayor argumentacin, no parece proporcional y menos idneo
y oportuno que se impugne ntegramente el juicio oral o la sentencia definitiva por el agravio causado con
motivo de la prohibicin de revelar la identidad del imputado, la cual, probablemente, haya quedado sin
efecto durante su desarrollo.
En conclusin y salvo la nulidad procesal, circunscrita a los intervinientes agraviados, no existen
recursos en el Cdigo Procesal Penal para impugnar la resolucin del Juez de Garanta que prohbe revelar la identidad del imputado, con lo cual se torna indiscutida la plena procedencia del Recurso de Proteccin, dado que aquella resolucin lesiona, en su esencia, la libertad de informar que la Constitucin y los
tratados internacionales aseguran a todas la personas, entre ellas, los medios de comunicacin social y los
intervinientes en el proceso penal, con carcter discriminatorio y constituye, asimismo, una atribucin de
potestades por parte del Juez de Garanta que no le ha sido expresamente conferida por la Constitucin ni
la ley. Antes y al contrario, el Ordenamiento Jurdico Chileno, interno e internacional, se configura sobre la
base de principios y reglas contrapuestas con una decisin de esa naturaleza.
Santiago, 27 de noviembre de 2003
Miguel Angel Fernndez Gonzlez *
57 Miguel Angel Fernndez Gonzlez: Cuestiones Constitucionales en torno del Cdigo Procesal Penal (Santiago, Universidad de Los Andes, Documento de Trabajo N 57, abril de 2003) pp. 95, 105 - 107.
* El autor es abogado; Magster en Derecho Pblico por la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Catlica de Chile;
Profesor de Derecho Poltico y Constitucional en la Universidad Catlica de Chile, en la Universidad de Chile, en la Universidad de Los Andes y en la Universidad Alberto Hurtado. Es miembro de la Asociacin Chilena de Derecho Constitucional.
189
El juez de garanta puede ordenar al fiscal que informe acerca de los hechos que fueren objeto de
investigacin.
2.
El juez de garanta tambin puede fijarle un plazo al fiscal para que formalice la investigacin.
No obstante y aun cuando pueda resultar obvio, parece del todo relevante destacar que existe una tercera opcin que, a nuestro juicio, debiera constituir la regla general - consistente en que el rgano jurisdiccional, ante el reclamo que una persona efecte en conformidad al artculo 186, decida no adoptar
ninguna de las vas que dicha norma legal contempla dado que la misma contiene la forma verbal podr. La necesidad de acentuar esta posibilidad dice relacin con un punto que abordaremos ms adelante referido a la excepcionalidad de la disposicin legal en comento y el riesgo que conlleva que, una
situacin que debiera resultar excepcional sea transformada en la regla general, al igual que lo que
actualmente ocurre con los plazos judiciales para el cierre de las investigaciones formalizadas59 .
Por otra parte, entendemos que las alternativas que contempla la norma legal citada no son incompatibles
entre s desde que utiliza la expresin tambin. Vale decir, es posible que el juez de garanta ordene al
58
Nota del editor: El presente trabajo contiene alusiones al concepto de imputado en un sentido distinto del expresado en el
Instructivo General N 4, del Fiscal Nacional del Ministerio Pblico.
59 El epgrafe del artculo 247 del CPP reza Plazo para declarar el cierre de la investigacin , constituyendo el plazo legal y que,
por tanto, debiera ser la regla general para el cierre de la investigaciones. Sin embargo, es por todos conocida la situacin
actual en orden a que los jueces de garanta utilicen el artculo 234 del mismo cuerpo legal como regla general, fijando plazos
judiciales considerablemente menores para el cierre de las investigaciones.
190
fiscal que informe acerca de los hechos que son objeto de investigacin y, adems, le fije un plazo para que
formalice la investigacin, o bien, que slo eche mano de uno de los dos mecanismos.
Sin embargo, como primera aproximacin al asunto nos parece correcto advertir que la primera posibilidad
que la norma contempla, es decir, la posibilidad de que el juez ordene al fiscal que informe acerca de los
hechos que son materia de investigacin constituye la regla general en lo que significa este control judicial
previo a la formalizacin de la investigacin. El agregado de (...)Tambin podr el juez fijarle un plazo para
que formalice la investigacin , pareciera constituir una solucin subsidiaria a la anterior, segn se desprende del propio tenor literal de la norma.
2. Historia fidedigna de su establecimiento en el Cdigo Procesal Penal:
El anteproyecto de Cdigo de Procedimiento Penal y el mensaje con que ste se remiti al Congreso Nacional no contemplaba esta norma. Ella fue introducida a proposicin de la Comisin como artculo 266 del
Proyecto correspondiente a la Cmara de Diputados que, en lo pertinente, sealaba que (...) Tambin
podr el juez fijarle un plazo para que formalice la acusacin o cierre la investigacin. Esta orientacin fue
modificada en el Senado donde se dej constancia que la facultad del juez de garanta se refiere a fijar un
plazo para que se formalice la investigacin pero que una vez formalizada, se aplican las reglas generales
concernientes a su duracin que se prevn oportunamente en el mismo cuerpo legal. 60
Esta aclaracin de que da cuenta la historia legislativa, si observamos bien, constituy un cambio radical del
sentido de la norma. En efecto, el Proyecto de la Cmara no se refera a la formulacin de cargos (primitiva denominacin de la actual formalizacin de la investigacin) sino directamente a la formulacin de la
acusacin o al cierre de la investigacin, situaciones que tenan lugar tratndose de investigaciones ya
judicializadas. Si bien la inclusin de esta norma legal no gener debate en el seno de la Comisin, la
aclaracin del Senado es importante en el sentido de dejar claro que la facultad concedida al rgano jurisdiccional en esta materia se limita solamente, entendemos, a la fijacin de un plazo para formalizar la investigacin, pero que no puede referirse a situaciones propias que tendran lugar una vez que la investigacin
haya sido formalizada y que competen nicamente al rgano persecutor, como el cierre de la investigacin
y que son materia de regulacin especfica en otros preceptos del mismos cuerpo legal.
No obstante, de la historia legislativa podemos concluir que los problemas derivados de la normativa, concretamente, los originados como consecuencia de la inobservancia por parte del Ministerio Pblico de
dicho plazo judicial, no fueron advertidos en su oportunidad por el legislador procesal penal.
3. Titular de la solicitud a la que hace referencia la norma
La disposicin se refiere a Cualquier persona que se considerare afectada por una investigacin que no se
hubiere formalizado judicialmente(...). En esta materia la duda que debe dilucidarse dice relacin con la
persona a quien cabe extender la titularidad en el ejercicio de esta peticin.
Sin duda la norma legal citada contempla una situacin excepcional que, por lo mismo, amerita una interpretacin restrictiva. Si bien no emana de la historia fidedigna de su establecimiento ni de su ubicacin
dentro de las disposiciones del Cdigo del ramo, podemos ciertamente advertir que esta norma se fundamenta en razones de orden garantista, bsicamente, el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable,
sin dilaciones indebidas y a que pueda ejercerse cabalmente un adecuado derecho a defensa.
60
FACULTAD DE DERECHO UNIVERSIDAD DE CHILE. Varios autores. Coordinacin de Cristin Maturana Miquel. Reforma
Procesal Penal. Gnesis, Historia Sistematizada, Concordancias. Tomo II. Editorial Jurdica de Chile. Santiago, 2003. Pgina
100-101.
191
Desde esta perspectiva, sin duda alguna, el nico titular de la solicitud en cuestin, en concordancia con el
artculo 7, es aquella persona a quien se atribuye responsabilidad en un hecho punible desde la primera
actuacin del procedimiento dirigido en su contra.
No existe posibilidad de interpretar la norma con mayor laxitud en este sentido ya que la misma habla de la
persona afectada por una investigacin lo que no permite incluir a otros intervinientes del procedimiento
como, por ejemplo, podra ser el querellante. En efecto, este ltimo si bien puede estar involucrado en la
etapa de investigacin de un respectivo procedimiento penal y verse interesado en sus consecuencias, no
est afectado por ella. Insistimos, cualquier otro interviniente, lase vctima o querellante, podrn estar
interesados en los resultados que arroje una determinada investigacin pero no se encuentran afectados
por la misma. De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Espaola, afectado significa 1. adj. Que
adolece de afectacin. 2. adj. Aquejado, molestado, mientras que afectar significa, en su acepcin ms
apropiada 5. tr. Menoscabar, perjudicar, influir desfavorablemente y en un contexto jurdico 8. tr. Der.
Imponer gravamen u obligacin sobre algo, sujetndolo el dueo a la efectividad de ajeno derecho.
En conclusin y, sin lugar a dudas, estamos hablando nica y exclusivamente del sujeto procesal imputado y su respectivo representante en esta materia, vale decir, su defensor. Cualquier manifestacin que
provenga de otro sujeto procesal debera ser rechazada de plano por el rgano jurisdiccional y a ello deberan instar los fiscales del Ministerio Pblico.
4. Carcter excepcional de la disposicin
Como ya hemos adelantado, si bien la historia fidedigna del establecimiento de esta disposicin legal no
aporta elementos relativos a la intencin del legislador procesal penal al incorporarla, resulta sencillo advertir que la introduccin de la misma en el Cdigo obedece a fines de carcter garantstico. As, las garantas de ser juzgado en un plazo razonable y sin dilaciones indebidas y la de posibilitar un adecuado derecho
a defensa parecen, a primera vista, estar nsitas dentro de la disposicin legal en comento.
Sabemos que el gran problema del proceso penal, en general, pasa por lograr un equilibrio respecto de la
conocida antinomia eficacia garantas 61 , sin embargo, este equilibrio no se logra exacerbando al mximo
las disposiciones legales que establecen garantas respecto de los justiciables. Se debe partir del supuesto
que, en el fondo, todo proceso penal implica una afeccin a los derechos del sujeto pasivo del mismo pero
no por ello el Estado debe renunciar a su poder deber de ejercer la persecucin penal y llevar a cabo,
eventualmente, su pretensin punitiva. Entender lo contrario podra acarrear, en definitiva, que todos los
hechos delictivos queden impunes a fin de evitar el riesgo de afectar los derechos de las personas eventualmente involucradas.
La necesidad de eficacia en el ejercicio de la persecucin penal y de la pretensin punitiva estatal es una
realidad dentro de todo Estado de Derecho, por ello, a lo que deben apuntar los sistemas procesales penales es a lograr establecer una razonable paridad entre tales contrapuestos intereses.
Resulta innegable la evolucin experimentada en nuestro nuevo sistema procesal penal en el marco del
reconocimiento y proteccin de los derechos y garantas propias de los intervinientes, particularmente del
imputado y tambin respecto de la vctima, esto ltimo como una novedad de la actual regulacin.
61
En 1851, Karl Mittermaier planteaba la necesidad de fundar un sistema de enjuiciamiento criminal que garantizara los intereses de la sociedad en la misma medida que los intereses de la libertad individual, generando seguridad en todos los buenos
ciudadanos, al mismo tiempo que inspirando un terror saludable a todos los enemigos del orden pblico. Citado por BINDER,
Alberto. Introduccin al Derecho Procesal Penal . Editorial jurdica Ad Hoc, Buenos Aires, 2002.
192
La proteccin de los derechos y garantas que debe amparar al sujeto pasivo de la persecucin penal debe ser
capaz de responder equitativamente frente a la magnitud que representa todo el aparato estatal de persecucin y sancin de los delitos. Vale decir, esta tendencia dentro del sistema se preocupa por establecer un
rgimen de garantas o resguardos frente al uso de la fuerza estatal, evitando que esa fuerza se convierta en
un hecho arbitrario. Su objetivo es, esencialmente, proteger la libertad y la dignidad de la persona.62
Es en este contexto que, entendemos, debe ser interpretada la norma contenida en el artculo 186 del
Cdigo Procesal Penal, es decir, respondiendo a las siguientes interrogantes cul o qu tan intensa es la
afeccin de garantas de la persona que se encuentra en la situacin descrita en la disposicin legal
citada?No es acaso slo la inherente a todo proceso penal?. La respuesta a esta ltima interrogante pareciera ser positiva. En este estado preliminar de cosas no nos encontramos ante un imputado que se encuentre vulnerado en su derecho a la libertad individual, que claramente pareciera el valor resguardado con un
eficiente sistema de garantas. Tampoco, por regla general, se encontrar afectado su derecho a la honra,
ya que lo normal ser que todas estas indagaciones preliminares se lleven en el ms absoluto secreto por
parte del organismo persecutor.
En este estado de cosas, vale decir, en caso de que el imputado no tenga ms afeccin a sus derechos que
los propios de toda persecucin penal, es preciso cuestionarse la necesidad de que se adopte alguna de las
soluciones que seala el artculo 186, interfiriendo en las labores absolutamente exclusivas del rgano
investigador mediante la fijacin de un plazo para formalizar. No se logra apreciar dicha necesidad e interpretar la norma en un sentido contrario implica que se produzca un fuerte desequilibrio entre los intereses
de eficiencia y garanta que debe tratar de lograr todo proceso penal, pudiendo generar efectos realmente
negativos en la persecucin penal slo con la finalidad de evitar consecuencias perjudiciales que, en realidad, resultan difciles de apreciar concretamente.
Concluyendo, creemos que slo la persona que se encuentre verdaderamente afectada por una investigacin que an no ha sido formalizada, vale decir, que se encuentre menoscabada, perjudicada o gravada con
la misma ms all de lo connatural a toda investigacin penal, puede obtener del rgano jurisdiccional una
pronunciamiento en conformidad a la norma legal citada. Para ello deber argumentar y demostrar ante
dicha magistratura en qu se traduce dicha afeccin o perjuicio. Si bien se podra argumentar que la carga
probatoria recae sobre el ente estatal encargado de la persecucin penal, ello se refiere al estado normal de
las cosas, vale decir, a la acumulacin de material probatorio que el Ministerio Pblico debe realizar, como
objetivo de la investigacin, a efectos de preparar su acusacin y poder acreditar, en el juicio oral63 , el
hecho punible y la participacin del imputado. Esta situacin es distinta ya que implica una intervencin del
rgano jurisdiccional en materias que no le son propias, por tanto, dicha intervencin deber ser justificada
a la luz de lo expuesto y acreditado por el supuesto afectado.
Es claro que el juez de garanta tiene como principal funcin velar por las mismas respecto de todos los
intervinientes pero ello no implica, a nuestro juicio, dar pie a cada solicitud infundada de alguno de stos,
mxime si tal asentimiento implica, insistimos, intromisin en labores propias de la investigacin.
Como ejemplo concreto de aplicacin correcta de esta norma podramos citar el caso de una persona que
est siendo investigada por el Ministerio Pblico por la comisin de un hecho que reviste caracteres de
delito y tal hecho ha salido a la luz pblica por razones absolutamente ajenas a la labor de la fiscala (y, por
supuesto, de la propia defensa ya que nadie puede alegar su propia torpeza). Creemos que en la medida en
que esta situacin implique efectivamente un menoscabo para el investigado el juez debera pensar en la
aplicacin de esta disposicin.
62
63
193
Por otro lado, resulta indispensable destacar que la fijacin de un plazo para formalizar parece doblemente
excepcional: en efecto, estimamos que cada vez que una persona concurra ante el rgano jurisdiccional
porque se encuentra afectada por una investigacin no formalizada por el Ministerio Pblico deber argumentar y demostrar concretamente en qu se traduce dicha afeccin que, insistimos, no basta slo con que
sea la inherente a todo proceso penal. Si logra demostrar tal circunstancia, el juez podr ordenar al fiscal
que informe acerca de los hechos que son materia de investigacin. Esta es la situacin que debiera constituir la regla general en los casos en que efectivamente tenga aplicacin la disposicin legal en estudio.
La informacin que los fiscales debieran proporcionar en este punto debe revestir, a nuestro juicio, slo
carcter bsico y necesario para cumplir con la finalidad propuesta, no es posible que esta situacin se
convierta en una formalizacin de la investigacin encubierta por esta va. Entendemos que dicha informacin debe estar acorde con el carcter absolutamente preliminar de la investigacin y la escasa afeccin de
garantas que en este estado podra darse.
La fijacin de un plazo para formalizar, a la luz de lo anteriormente expuesto, debiera constituir la situacin ms excepcional dentro de esta hiptesis. No slo por el propio tenor literal de la norma que pareciera atribuir un carcter subsidiario a esta posibilidad (...)Tambin podr el juez fijarle un plazo para que
formalice la investigacin sino porque ello implica una intromisin mucho mayor en las facultades que
son propias, exclusivas y excluyentes del ente encargado de la investigacin de los delitos, segn disposicin de la propia Carta Fundamental, ratificado por normas legales de rango constitucional y tambin
simplemente legales 64 .
Respecto de la garanta que tiene todo justiciable de ser juzgado dentro de un plazo razonable y sin dilaciones indebidas, lo que constituye uno de los componentes del debido proceso, Carocca afirma que (...)
sobre la extensin de estas garantas, la del debido proceso tambin se extiende a los actos de persecucin
penal y de preparacin del juicio oral, aunque no estn a cargo de un juez, sino de otras agencias pblicas
como son el Ministerio Publico y las policas, en cuanto tales actuaciones importarn restricciones a los
derechos fundamentales de las personas por parte de agentes estatales encargados de la persecucin
penal, tales como a la libertad personal, el secreto en las comunicaciones, etc. 65
Por otra parte, Lpez seala que esta garanta ha tenido un desarrollo considerable en los Estados Unidos
bajo la frmula del derecho a un juicio rpido reconocida en la Enmienda VI. La Jurisprudencia norteamericana ha afirmado que esta garanta est destinada a proteger tres valores inherentes al sistema angloamericano de justicia criminal: 1) evitar indebida y opresiva encarcelacin antes del juicio; 2) minimizar la
ansiedad y preocupacin que genera una acusacin pblica y 3) limitar las posibilidades de que una dilacin extensa menoscabe la capacidad del acusado para defenderse. 66
La Corte Interamericana, siguiendo a la europea ha empleado el anlisis global del procedimiento para
efectos de determinar la razonabilidad del plazo y, en tal sentido, ha computado el plazo desde la aprehensin del imputado hasta la dictacin de sentencia definitiva y firme en el asunto. 67
64
Artculos 80 A CPR, 1 LOC N 19.640, Orgnica Constitucional del Ministerio Pblico, 77, 80, 180 del Cdigo Procesal Penal,
entre otras.
65 CAROCCA, Alex. Las garantas constitucionales en el nuevo sistema procesal penal , en la obra colectiva Nuevo Proceso
Penal. Editorial Jurdica Conosur. Santiago, 2000. Pp. 56. El destacado es nuestro.
66 LPEZ, Julin HORVITZ, Ma. Ins. Derecho Procesal Penal Chileno. Tomo I. Editorial Jurdica de Chile. Santiago, 2002. Pp.
72-73. El destacado es nuestro a objeto de enfatizar que, de acuerdo al desarrollo de la jurisprudencia norteamericana a que
hace referencia este autor, la garanta en cuestin guarda estricta relacin con la vulneracin de otros derechos o aspectos
que, en el caso del artculo 186 no se veran, por regla general, afectados.
67 Ibd. El destacado es nuestro.
194
Finalmente Chiesa, refirindose a la materia seala El aspecto fundamental del derecho constitucional a
juicio rpido es, justamente, la proteccin contra dilacin irrazonable para la celebracin del juicio. Una vez
se activa el derecho con la detencin o el inicio de la formulacin de cargos el imputado debe ser
sometido a juicio sin dilacin innecesaria. sta es la esencia de la proteccin. 68
En conclusin, podemos preliminarmente afirmar que la garanta de ser juzgado dentro de un plazo
razonable adquiere plena vigencia desde la formalizacin de la investigacin ya que est estrechamente ligada a la vulneracin de los derechos fundamentales que puede darse en dicha etapa del
procedimiento penal, bsicamente, el derecho a la libertad individual.
En sntesis, por todo lo anteriormente expuesto, bsicamente la escasa perturbacin que, como regla general conlleva la situacin expuesta y, por otra parte, la formalizacin de la investigacin como una facultad
exclusiva del organismo persecutor que slo excepcionalmente podra verse de algn modo influida por otro
rgano del Estado, se estima que los fiscales del Ministerio Pblico deberan oponerse a la aplicacin de la
norma legal en comento, sobre la base de las argumentaciones que puedan desprenderse de las lneas
anteriores.
5. Hiptesis contempladas por el art. 186.
5.1 Posibilidad de que el juez ordene al fiscal que informe acerca de los hechos que son objeto de
investigacin:
Si bien se trata de la hiptesis menos intrusiva respecto de las atribuciones propias del Ministerio Pblico,
consideramos que tambin constituye una situacin excepcional que, para que proceda, deber justificar su
necesidad a la luz de la afeccin sealada por la propia norma.
En efecto, los perjuicios que esta resolucin judicial puede acarrear para los efectos de la eficacia en
la persecucin penal pueden ser bastantes severos considerando, por ejemplo, delincuencia de alta
complejidad como materias relacionadas con el crimen organizado, el lavado de dinero o el narcotrfico.
Obviamente se trata de situaciones que ameritan estrategias de persecucin penal diferentes al resto
de los delitos, las que no debieran verse entorpecidas por una incorrecta interpretacin del tantas
veces citado art. 186.
En tal sentido, la orientacin que podra darse a los fiscales es que, en primer lugar, argumenten a favor de
la no aplicacin de la norma fundados en las exigencias propias de su estrategia de persecucin. En caso
de que la resolucin sea dictada, la informacin aportada deber ser mnima puesto que, como se adelant,
ello no constituye una previa formalizacin de la investigacin.
5.2 Posibilidad de que el juez fije al fiscal una plazo para que formalice la investigacin:
En este evento los fiscales deberan oponerse a tal resolucin sobre la base de cuanto se ha venido sealando y, adems, por el hecho de considerarse que constituye una solucin subsidiaria frente a la anterior.
Es decir, ante la eventualidad de que el juez fije un plazo, los fiscales deberan abogar porque el tema se
solucione con el informe al que alude la primera parte de la disposicin, sealando que, para una adecuada
preparacin del derecho a defensa, dicha salida resulta suficiente.
68
195
En efecto, esta Fiscala Nacional ha tenido conocimiento al menos de dos casos en que, transcurrido el plazo fijado por el juez
para formalizar investigacin ello no ha ocurrido y la situacin no ha acarreado ninguna consecuencia perjudicial para los
intereses del Ministerio Pblico. As, por ejemplo, la causa RUC 020014494-1 por delito de lesiones graves agrupada con la
causa RUC 03100007192-2 por lesiones menos graves, de la Fiscala Local de La Serena. Lo mismo respecto de una causa
seguida por la Fiscala Local de Antofagasta.
196
Considerando que en los procesos no hablamos de derechos y obligaciones sino en forma excepcional, y
que, la regla general ser que nos encontremos ante cargas, posibilidades y expectativas, debera estimarse que la fijacin de un plazo para formalizar la investigacin otorgado al fiscal por el juez de garanta,
constituira para el primero una carga procesal, es decir, un imperativo jurdico de actuacin cuya inobservancia slo ocasionara perjuicios a la misma parte.
La nica forma de estimar que el vencimiento de este plazo tendra una consecuencia negativa para los
intereses del Ministerio Pblico salvo, obviamente, que dicha consecuencia hubiese sido establecida expresamente en la misma ley sera considerar que la atribucin exclusiva del ente persecutor consistente
en la formalizacin de la investigacin constituye una carga procesal. Creemos que no puede ser tal el
sentido que se atribuya a la formalizacin de la investigacin dado que ello implicar trastocar la estructuracin
misma del sistema. En efecto, sabemos que la propia Constitucin Poltica en su artculo 80 A y, en los
mismos trminos, el artculo 1 de la Ley N 19.640, entregan la direccin de la investigacin, en forma
exclusiva, al Ministerio Pblico. Es evidente que esta facultad autnoma de formalizar investigaciones que
posee el organismo persecutor se enmarca dentro del monopolio en la direccin estatal de la investigacin
de los hechos punibles que, por propio texto de la Carta Fundamental le corresponde. Sabemos que la
formalizacin de la investigacin se diferencia del antiguo auto de procesamiento en cuanto la primera se
establece con fines de garanta, de modo que el imputado tenga la posibilidad de ejercer un adecuado
derecho de defensa conociendo el contenido mismo de la imputacin, adems de la congruencia fctica
requerida entre imputacin, acusacin y fallo. Sin embargo, no por ello se puede desconocer que la
formalizacin de la investigacin constituye una institucin trascendente dentro del marco de la direccin de
la investigacin que slo a la fiscala le corresponde, de cuya existencia depende la continuacin misma del
proceso penal y, por ende, la posibilidad de sancin a quienes resulten responsables de la comisin de un
delito. Razones que nos conducen a pensar en la imposibilidad de catalogar esta institucin como un imperativo de actuacin cuya inobservancia slo perjudique a la propia parte 70 .
Resulta importante insistir en el punto de que la formalizacin de la investigacin, constituye una institucin de
resorte exclusivamente fiscal, que corresponde a una atribucin privativa del organismo persecutor acorde con
un sistema de separacin de funciones de investigacin, acusacin y juzgamiento por lo que la intervencin del
rgano jurisdiccional en la materia debe ser mnima y expresamente sealada en al ley. Si bien en este caso se
seala una ingerencia por parte del mismo, no se sealan las consecuencias que la situacin puede acarrear
siendo imposible, por la naturaleza misma de la institucin, interpretarla otorgando al rgano jurisdiccional
facultades, en materia de investigacin, que no le han sido especficamente concedidas.71
Si bien en materias propias de direccin de la investigacin, el artculo 247 del Cdigo Procesal Penal, a propsito de su cierre contempla la posibilidad de actuacin del juez de garanta dictando
sobreseimiento definitivo en la causa en caso de que el fiscal, transcurrido el plazo legal para el
70
Ello, sin siquiera entrar a analizar la situacin del sujeto procesal vctima en esta materia. En efecto, el concepto de carga
procesal elaborado por James Goldschmidt a propsito de su Teora del Proceso como Situacin Jurdica define ste como un
imperativo jurdico de actuacin cuya inobservancia slo acarrea consecuencias perjudiciales para la propia parte. Si estimamos que la formalizacin de la investigacin constituye una carga procesal y que, por lo tanto, de no verificarse en el plazo
judicial fijado al efecto precluira dicha facultad, resulta solamente perjudicado el Ministerio Pblico?, claramente la respuesta es negativa. El concepto de carga parece fundarse en un proceso propiamente en marcha, con plena vigencia del principio
de igualdad de las armas. En la etapa de investigacin el Ministerio Pblico es el director de la misma y no slo un interviniente
ms, por lo que no todas sus actuaciones pueden ser interpretadas conforme a la Teora General del Proceso y, dentro de este
contexto, a todas luces la formalizacin de la investigacin no corresponde a una carga procesal.
71 La oportunidad en que se formaliza una investigacin es una decisin autnoma del Ministerio Pblico, sin perjuicio sin perjuicio de que existan diligencias, actuaciones o resoluciones que exigen una formalizacin previa de la instruccin art. 230
inciso segundo; art. 245, etc.-). En tales expresos trminos se manifiesta en el inciso primero del artculo 230 CPP: El fiscal
podr formalizar la investigacin cuando considere oportuno formalizar el procedimiento por medio de la intervencin judicial
(el destacado es nuestro).
197
72
En este sentido disentimos absolutamente de lo afirmado por HORVITZ, Ma. Ins, quien refirindose al artculo 186 parte final
sostiene que (...) De este modo se obliga al Ministerio Pblico a realizar una actuacin que, a su turno, conlleva el efecto de
ponerle un plazo mximo para finalizar su investigacin en Derecho Procesal Penal Chileno , Editorial Jurdica de Chile,
Santiago, 2002, pg. 465. El destacado es nuestro.
73 Ibd.
74 DUCE, Mauricio - RIEGO, Cristin. Introduccin al Nuevo Sistema Procesal Penal. Ediciones Universidad Diego Portales.
Santiago, 2002.
198
186. Los tres primeros son por todos conocidos: si el fiscal requiere la prctica de una diligencia de investigacin que requiera de una autorizacin judicial previa, si no formaliza, no podr obtener que dicha diligencia investigativa se lleve a cabo; en segundo lugar, en caso de que deba recibirse prueba anticipada, si no
formaliza, el fiscal no podr obtener la rendicin de dicha prueba que puede resultar fundamental para los
resultados del juicio; en tercer lugar, en caso de que se requiera la concesin de una medida cautelar, si el
fiscal no formaliza no lograr que se decrete ninguna de estas medidas. Pero, qu pasa si no se formaliza
dentro del plazo fijado judicialmente?. Las tres primeras hiptesis son perfectamente lgicas y se refieren al
efecto que produce la falta de formalizacin en determinadas actuaciones. En este sentido, la formalizacin
de la investigacin podra responder al concepto de carga: si no se formaliza no se puede recibir la prueba
anticipada a modo de ejemplo - ocasionando dicha conducta un perjuicio a los propios intereses del
Ministerio Pblico.
En definitiva, tratndose de las tres primeras hiptesis pareciera mucho ms correcto hablar de que la
formalizacin constituye un requisito para la obtencin de una determinado pronunciamiento judicial en
vez de referirse a una obligacin. Ahora, ellas tienen establecido un efecto para el evento de que no se
formalice, no obstante, no ocurre lo mismo respecto del citado artculo 186 y los mencionados autores no se
pronuncian por una consecuencia.
A nuestro juicio, en el mismo error incurre Nez Vsquez quien establece, a propsito de la norma legal en
comento, que (...) En esta eventualidad, la ley lo faculta al afectado por una investigacin no formalizada
- para recurrir al juez de garanta para que ordene al fiscal informarle acerca de los hechos de que se trate,
o que disponga que el ministerio pblico formalice la investigacin 75
Si se concluyera que la correcta interpretacin de la norma legal implica una obligacin para el fiscal, es
decir, que ste pueda verse constreido por el rgano jurisdiccional a ejercer una facultad que le es propia
de manera exclusiva y excluyente como lo es la formalizacin de la investigacin, podra dar cabida a
estudiar la posibilidad de intentar un recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto de dicha
disposicin ya que, como sabemos y hemos venido reiterando, la direccin de la investigacin corresponde,
en forma exclusiva, al Ministerio Pblico y la formalizacin de la investigacin es, claramente, una actividad
enmarcada dentro de dicho mbito.
Insistimos que, tambin a nuestro entender el artculo 186 en lo relativo al establecimiento de un plazo para
formalizar debi ser introducido al Cdigo con una intencin especfica, sin embargo, dicho reconocimiento
no es suficiente para crear sanciones no establecidas en la ley o aplicarlas por analoga. Nos encontramos
ante una materia respecto de la cual existe un vaco legal y mientras ste no sea solucionado por el propio
legislador no es dable al intrprete atribuir sanciones que exceden el marco legal al no estar contempladas
especficamente y ni siquiera derivar de las normas generales del Derecho Procesal.
6.2 Posibilidad de contemplar la conducta del fiscal como constitutiva del delito de desacato
Si bien se concluye que no existe sancin para la inobservancia de este plazo judicial para formalizar
y, sin que en caso alguno implique una adherencia a dicha posicin, podra algn juez de garanta
estimar que el fiscal, con su conducta, ha incurrido en el delito de desacato. Como adelantbamos,
dicha solucin nos parece errada dado que no todo incumplimiento de una resolucin judicial implica
la comisin del tipo penal citado. Por lo dems, estimamos que el fiscal que no formalice no ha incumplido la resolucin judicial sino que ha inobservado un plazo establecido por el rgano jurisdiccional para la verificacin de una actuacin.
75
NEZ VSQUEZ, J. Cristbal. Tratado del Proceso Penal y del Juicio Oral . Editorial Jurdica de Chile. Tomo II. Santiago,
2002. Pg. 41. El destacado es nuestro.
199
En efecto, la figura delictiva sanciona al que quebrante lo ordenado a cumplir, por lo que se referir a
resoluciones judiciales que establezcan obligaciones o condenas especficas. En este caso, no existe una
obligacin de formalizar sino slo la fijacin de un marco temporal para que esta actuacin se realice si, en
opinin del fiscal respectivo y en uso de las atribuciones exclusivas que a este respecto le corresponden,
existen antecedentes suficientes que justifiquen su verificacin.
Estimar que una resolucin judicial que, incluso podra estimarse se refiere a la marcha misma del procedimiento y que no contiene obligacin alguna sino slo, insistimos, la determinacin temporal para el cumplimiento de una actuacin podra dar lugar a la figura penal del desacato, no reviste fundamento alguno.
Por otro lado y como ya se refiri, concluir que el juez de garanta tiene la facultad de obligar al fiscal a que
formalice atenta contra principios fundamentales de nuestro actual sistema de carcter acusatorio.
En caso de que dicha situacin tuviera lugar, es decir, que el juez de garanta pusiera en conocimiento del
Ministerio Pblico la comisin de un supuesto delito de desacato cometido por uno de sus fiscales al incurrir
en la ya mencionada hiptesis, se estima que es procedente la accin constitucional de amparo establecida
en el artculo 21 de la Carta Fundamental si el fiscal se ha visto vulnerado en su derecho a la libertad
individual (como en el caso el artculo 238 del Cdigo de Procedimiento Civil). Ahora, si no se produce una
afeccin a este derecho fundamental, ser el propio organismo encargado de la investigacin quien desestime la posibilidad de comisin de este ilcito.
A la misma conclusin puede arribarse si se consideran los artculos 80 H y 78 de la Constitucin Poltica de
la Repblica y el Informe en Derecho del Profesor Jos Luis Cea contenido en Instructivo General N 58 de
20 de Abril de 2001, en el que se manifiesta el carcter excepcional de una privacin de libertad que pueda
afectar a un fiscal adjunto.
6.3 Posibilidad del juez de garanta de decretar el sobreseimiento definitivo de la causa.
De acuerdo a la informacin obtenida, al parecer en los casos en que se ha producido la situacin descrita,
ha sido una prctica relativamente frecuente por parte de la defensa solicitar, luego del apercibimiento
respectivo, el sobreseimiento definitivo de la causa.
Descartamos absolutamente dicha posibilidad. Esta Fiscala Nacional efectivamente ha sostenido que la
formalizacin de la investigacin no resulta indispensable para que se decrete el sobreseimiento definitivo
de la causa, puesto que pueden proceder todos los requisitos de ste y la causa haber sido judicializada por
una va distinta de la formalizacin de la investigacin, quedando vedada de esta forma la aplicacin de
otros mecanismos que puede adoptar autnomamente el fiscal.76
No obstante, ello no excluye que el sobreseimiento definitivo s deba cumplir con ciertos requisitos indispensables para su dictacin que son:
1 Que se encuentre agotada la investigacin
2 Que concurra una causal legal
Respecto al primer requisito y si bien el nuevo cdigo no contiene una norma similar al artculo 413 del antiguo
Cdigo de Procedimiento Penal (El sobreseimiento definitivo no podr decretarse sino cuando est agotada la
investigacin...), tal requisito se puede desprender de la denominacin del prrafo en que estn ubicadas las causales
del sobreseimiento definitivo (prrafo 7 del T. I del L. II del Cdigo Procesal Penal: Conclusin de la investigacin).
76
200
77
Efectivamente, al margen de los casos en que deben seguirse las reglas generales del sobreseimiento establecidas en los
artculos 250 y siguientes del Cdigo Procesal Penal, cada situacin en que esta resolucin jurisdiccional puede tener lugar
est expresamente establecida en el mismo cdigo, as, los artculos 10 y 171 a propsito del sobreseimiento temporal y
artculos 270 y 271, adems del ya mencionado artculo 247 en lo relativo al sobreseimiento definitivo. La aplicacin a casos
no regulados en forma expresa slo puede responder a los requisitos generales de la institucin.
78 MATURANA MIQUEL, Cristin. Apuntes correspondientes a exposicin sobre El sobreseimiento en el proceso penal en
Diplomado sobre Anlisis del Nuevo Proceso Penal U. de Chile, ao 2002.
79 Al respecto, conviene tener presente tambin el principio de legalidad, que orienta la actuacin del Ministerio Pblico y que le
obliga a promover la persecucin penal, sin que pueda suspender, interrumpir o hacer cesar su curso, salvo en los casos
especialmente previstos en la ley. Tal principio, que haya su fundamento en la igualdad ante la ley, se vera totalmente burlado
si los rganos jurisdiccionales interpretaran las normas procesales penales, de oficio o a peticin de la defensa, de modo de
crear casos de suspensin o trmino del procedimiento, fuera de las hiptesis expresamente previstas en la ley, de un modo
objetivo y general.
201
imputado, simplemente porque, en el plazo que ha fijado el Tribunal, el Ministerio Pblico no ha podido
formalizar la investigacin.
La defensa tambin podra plantear al Tribunal de Garanta que ste pronunciara el sobreseimiento definitivo,
no ya basado en alguna de las causales especficas del artculo 250, como adelantamos, sino como simple
sancin al Ministerio Pblico por el hecho de que ste no haya formalizado en el plazo judicial fijado en virtud
del art. 186 CPP, invocando el derecho a ser juzgado en un plazo sin dilaciones indebidas. Pero este planteamiento pareciera ser insostenible, pues el nico caso que contempla el cuerpo procesal en que el sobreseimiento
es una sancin en perjuicio del Ministerio Pblico por el incumplimiento de apercibimientos judiciales o por la
omisin de actuaciones frente a determinados plazos, est previsto en el ya citado artculo 247.
En suma, el nico sobreseimiento definitivo que podra decretar el juez de garanta, vencido que sea el
plazo que ha fijado en virtud del artculo 186, sera uno fundado en alguna de las seis causales del artculo
250 y basado en antecedentes concretos y serios, proporcionados por el Ministerio Pblico o la defensa.
Respecto a la posibilidad de decretar el sobreseimiento nos parece absolutamente acertada la resolucin
de la Corte de Apelaciones de Temuco que, con fecha 28 de noviembre de 2003 y conociendo de un recurso
de apelacin interpuesto por el Ministerio Pblico en contra de la resolucin del juez de garanta que acogi
la peticin de la defensa en orden a decretar el sobreseimiento definitivo de la causa, negando lugar al
ejercicio, por parte del fiscal, de su facultad de no perseverar en el procedimiento una vez que se haba
cumplido el plazo fijado por el juez para formalizar la investigacin en conformidad al citado artculo 186,
revoc tal resolucin dejando sin efecto el sobreseimiento definitivo, teniendo por formulada la decisin del
Ministerio Pblico en cuanto a no perseverar en la investigacin.
En lo pertinente la resolucin del tribunal ad quem seala:
3 Que para una adecuada decisin del asunto materia del recurso, cabe considerar que la
norma prevista en el Art. 186 del cdigo antes referido, y que permite el control judicial de la
investigacin an antes de la formalizacin pidiendo el imputado al juez de garanta que se
ordene al fiscal informarle de los hechos objeto de la investigacin, o que le fije un plazo para
formalizarla, situacin esta ltima que ocurri en autos- tiene por fin que la persona investigada
pueda ejercer los derechos que la ley consagra al imputado; principalmente, para que prepare
sus medios de defensa y, en su caso, para ser juzgado en un plazo razonable. Sin embargo,
tampoco puede perderse de vista que la decisin de formalizar o no la investigacin es atribucin exclusiva del Ministerio Pblico, por cuanto solo a l pertenece la direccin de aquella, de
tal modo que si arriba a la conclusin que no hay antecedentes suficientes para ello, habiendo
vencido el plazo que tena al efecto, debe proceder a su cierre; 4 Que puestas las cosas en el
escenario anterior, y sin que a juicio del Fiscal tampoco concurran los presupuestos para solicitar el sobreseimiento de la causa, ni para acusar ms an cuando, como en la especie, no hubo
formalizacin de la investigacin-, necesario es concluir que ste conserva la facultad de comunicar la decisin de no perseverar en el procedimiento que prev la letra c) del Art. 248 del
Cdigo Procesal Penal. Pero el uso de dicha facultad, como tambin la de cerrar la investigacin sin haber formalizado, no puede significar que como erradamente concluye la juez a-quodeba procederse al sobreseimiento definitivo por la causal que se ha esgrimido, ni por cualquier
otra. En efecto, al no haber existido formalizacin de la investigacin dentro del plazo fijado por
el tribunal, no puede estimarse que hubiese precludo el derecho del Ministerio Pblico para
ejercer la facultad que prev el Art. 248 letra c) del cdigo citado; y su ejercicio no vulnera
derecho alguno del imputado. Ms bien, y por el contrario, la comunicacin de no perseverar
favorece a ste, del momento que cesa la incertidumbre de una investigacin an no formalizada, y, en todo caso al no haberse formalizado- no se produjo interrupcin alguna de la prescripcin de la accin penal por el delito que se le imputa, de modo tal que una vez trascurrido el
202
plazo respectivo, podr ordenarse el sobreseimiento definitivo, pero ahora por este ltimo motivo; 5 Que por las razones antes sealadas, y teniendo adems presente que no existe disposicin legal alguna que prevenga, como efecto de la no formalizacin de la investigacin dentro
del plazo judicial que establece el Art. 186 del estatuto de enjuiciamiento penal, la extincin de
la responsabilidad penal, es procedente la revocacin de la resolucin en alzada (...) 80
En este caso, la causal de sobreseimiento esgrimida y acogida por el tribunal a quo, consista en que,
habindose fijado un plazo para formalizar sin que se hubiera verificado dicha actuacin, haba precludo la
facultad del Ministerio Pblico para hacerlo y deba aplicarse el artculo 247 del Cdigo Procesal Penal
norma, segn sabemos, relativa al cierre de la investigacin y, por ende, no aplicable al caso en cuestin.
La resolucin en comento nos parece muy ilustrativa en esta materia desde los siguientes puntos de vista:
1.
Seala que la facultad del Ministerio Pblico no precluye por la inobservancia del plazo
fijado en conformidad al artculo 186 del CPP.
2.
3.
Seala que no existe disposicin alguna que prevenga, como efecto de la inobservancia
del plazo fijado, la extincin de la responsabilidad penal, por lo que no puede tener lugar
dicha consecuencia. De este ltimo razonamiento podemos colegir que, dado que la ley no
ha sealado este efecto ni ningn otro a la situacin en comento, ella carece de sancin en
el estado actual de cosas, mxime considerando que no resultaran aplicables reglas generales en cuanto a los plazos si la propia resolucin descarta la posibilidad de la preclusin.
En caso que, erradamente, el juez de garanta estime que el efecto de la inobservancia del plazo del artculo
186 consiste en la dictacin del sobreseimiento definitivo de la causa, ello debiera ser impugnado va recurso de apelacin segn lo prescribe expresamente el artculo 253 del Cdigo Procesal Penal.
Por ltimo, lo afirmado respecto al sobreseimiento definitivo resulta tambin aplicable al sobreseimiento
temporal.
7. Actuacin del Ministerio Pblico ante la fijacin de un plazo para formalizar la investigacin por parte del
juez de garanta.
Si, pese a la oposicin manifestada por el Ministerio Pblico el rgano jurisdiccional, en conformidad al
precepto legal en comento, fijara un plazo para formalizar la investigacin, no obstante todo lo anteriormente expuesto y la conviccin de que la inobservancia, por parte del Ministerio Pblico, del plazo fijado por el
rgano jurisdiccional para formalizar la investigacin no acarrea sancin alguna, no resultara recomendable que los fiscales adoptaran una actitud de absoluta pasividad en la audiencia respectiva. Por ello, se
estima que debera analizarse muy bien la hiptesis en que cada uno se encuentre, en directa relacin con
el avance de su investigacin.
As, podemos distinguir preliminarmente las siguientes situaciones:
a)
La primera situacin que puede acontecer es que, vencido el plazo que el juez fij para formalizar,
el Ministerio Pblico contine en la misma posicin inicial, vale decir, no cuenta con antecedentes
80 El destacado es nuestro.
203
suficientes para formalizar una investigacin pero tampoco se encuentra en condiciones de adoptar una temprana decisin de trmino respecto de dicho caso. En tal eventualidad, los fiscales
deberan solicitar una prrroga del plazo fijado judicialmente para los efectos de formalizar la
investigacin, alegando una justa causa a este respecto y haciendo presente, en todo momento, el
carcter excepcional que implica dicha situacin al envolver una contradiccin de las funciones
propias de cada rgano dentro del sistema de enjuiciamiento criminal (persecutorio y jurisdiccional). La prrroga debera pedirse y podra decretarse cuantas veces fuera necesario mantenindose esta situacin por causas ajenas a la propia labor del Ministerio Pblico.
b)
Si vencido el plazo fijado para formalizar la investigacin (sea el primero o los prorrogados que
correspondan) el Ministerio Pblico ha recabado indicios de la existencia de un hecho punible y de
la participacin del imputado, debera proceder a efectuar la comunicacin a que se refiere el
artculo 229 del cdigo, es decir, formalizar la investigacin, hiptesis que no presenta problema
alguno, pues el procedimiento penal seguira su curso normal y las facultades de la Institucin en
orden a dirigir en forma exclusiva la investigacin no sufriran ninguna alteracin.
c)
Una situacin que puede presentarse consiste en que, en el plazo que el juez dio para formalizar,
el Ministerio Pblico compruebe que concurren los presupuestos para que se dicte el sobreseimiento
definitivo, por cualquiera de las causales del artculo 250 del Cdigo Procesal Penal. En tal caso,
el fiscal debera cerrar la investigacin en la audiencia respectiva y solicitar al juez de garanta
que decrete dicho sobreseimiento, basado en los antecedentes concretos y serios que ha logrado
recabar.
d)
En la hiptesis de que sea la defensa quien presente los antecedentes a los que se alude en la
letra anterior, debera distinguirse: por una parte, si ellos por s solos son suficientes para tener
por totalmente acreditada alguna de las causales de sobreseimiento que la ley contempla, caso en
el cual ser el propio fiscal quien acte en conformidad a lo dispuesto precedentemente (cerrar y
solicitar sobreseimiento). Si, por el contrario, los antecedentes son significativos pero no decidores,
el fiscal debera solicitar una prrroga del plazo, en este caso especfico, con el objeto de verificar
los antecedentes allegados.
e)
La situacin evidentemente conflictiva est constituida por aquella en la cual el fiscal no ha alcanzado a obtener antecedentes que constituyen indicios de la existencia del hecho punible y de la
participacin, sin embargo, existe alguna posibilidad de recabar tales indicios si la investigacin
se prolonga por ms tiempo, no obstante el tribunal de garanta ha negado lugar a la prrroga del
plazo. Este caso, a su vez, puede presentar dos vertientes:
Si la probabilidad de que el fiscal pueda recopilar antecedentes a fin de establecer el
hecho punible y atribuir responsabilidad preliminar a una persona es muy baja, debera
optar por hacer uso de su facultad para no perseverar en el procedimiento. 81
81 Respecto del ejercicio de esta facultad autnoma del Ministerio Pblico es preciso concordar la materia con lo dispuesto en el
Oficio N 556 de 18 de noviembre de 2003. De acuerdo al mismo, el mecanismo de la facultad de no perseverar en el procedimiento debe ser utilizado en forma adecuada y plenamente ajustada a derecho de modo de evitar crticas relativas a que su aplicacin
obedecera a la necesidad de ampliar los plazos de investigacin mediante su ejercicio y posterior reapertura. Por lo dems, debe
ejercerse una vez que haya solicitado las prrrogas que correspondan y dejando de manifiesto que tal proceder por parte del
organismo persecutor no involucra un reconocimiento tcito a la imposicin de una sancin que, a nuestro juicio, no corresponde.
Por lo dems, no debemos olvidar que la postura relativa a que el ejercicio de la mencionada facultad no implica que la investigacin no pueda volver a iniciarse no es unnime en la doctrina nacional en este sentido, HORVITZ, Ma. Ins. O. Cit. Pp. 586 y ss.
- por lo tanto existe el riesgo de que algn juez pudiera adherir a dicha postura impidiendo que, eventualmente, dicha investigacin pudiera ser reabierta. En conclusin, el ejercicio de la facultad de no perseverar, en estos casos, deber proceder cuando
realmente se estime que tal salida es la adecuada para el caso en cuestin y no con la sola finalidad de ampliar un plazo judicial.
204
Si la investigacin preliminar ha experimentado algn grado de avance, que permite avizorar un posible xito futuro, el fiscal debera optar por formalizar la investigacin aun
cuando no cuente con todos los antecedentes que idealmente le permitiran hacerlo.
f)
Finalmente es preciso sealar que los criterios previamente sealados pueden no resultar aplicables a cierta categora de delitos respecto de los cuales la caracterstica de desformalizacin de la
investigacin constituya la estrategia propia de dicha persecucin penal82 . Se trata de hiptesis
que debern revisarse caso a caso y, tal vez en esa eventualidad, la defensa de la formalizacin
de la investigacin y la oportunidad en que sta se lleve a cabo, como una atribucin exclusiva del
organismo encargado de la persecucin penal deba ser ms frrea y arriesgada logrando un pronunciamiento del tribunal superior sobre la base de la respectiva apelacin (sea por preclusin o
sobreseimiento).
Conclusiones:
1.
El nico titular de la solicitud a que se refiere el artculo 186 del Cdigo Procesal Penal es
aquella persona en contra de quien se dirige la investigacin penal, lo que podemos desprender de la misma norma que se refiere a la persona afectada por una investigacin sin que
sea posible hacer extensible dicha facultad a personas que poseen un legtimo inters en el
resultado de la investigacin pero que no se ven afectadas, en estricto trmino, por la misma.
2.
La disposicin contenida en el artculo 186 tiene carcter excepcional puesto que implica una
intromisin del rgano jurisdiccional en una actividad que se enmarca dentro de la direccin
exclusiva de la investigacin que corresponde al Ministerio Pblico, atentando contra el diseo del nuevo sistema procesal penal y su correcta separacin de funciones. Por tal motivo,
para que resulte aplicable algunas de las hiptesis que establece la disposicin legal en comento, la situacin concreta que afecta al titular debe revestir un fundamento plausible que
justifique tal aplicacin.
3.
De acuerdo con lo anterior y con el tenor mismo de la norma, para que el rgano jurisdiccional
adopte una decisin en conformidad a la misma es preciso que se encuentre ante una persona efectivamente afectada por una investigacin desformalizada del Ministerio Pblico y, dicha afeccin no puede ser slo la inherente a todo proceso penal porque ello implicara,
desde ya, desconocer absolutamente la existencia de investigaciones desformalizadas.
4.
Si el fundamento que pretende esgrimirse para fijar un plazo para formalizar la investigacin
radica en la garanta de ser juzgado dentro de un plazo razonable y sin dilaciones indebidas,
es preciso tener en consideracin que dicha garanta se predica tras la formalizacin de la
investigacin ya que se encuentra en estrecha relacin con la vulneracin de derechos y el
gravamen que puede conllevar un proceso penal (bsicamente medidas cautelares personales que restrinjan la libertad de las personas).
5.
Por los motivos expuestos anteriormente, los fiscales del Ministerio Pblico deberan oponerse a cualquiera de las dos vas que pretenda adoptar el rgano jurisdiccional en conformidad
a dicha disposicin. No obstante lo anterior, los fiscales, ante la insistencia del tribunal de
82 Pensando, por ejemplo, en la criminalidad ms compleja a la que se haca alusin con anterioridad, como narcotrfico, lavado
de dinero o crimen organizado.
205
garanta, deberan allanarse a informar acerca de los hechos que son materia de investigacin ya que dicha solucin parece ser la principal y no subsidiara, como lo sera la fijacin de
un plazo y, adems, porque implica una menor intromisin del rgano jurisdiccional en las
labores propiamente persecutorias.
6.
Si se ordena al fiscal que informe acerca de los hechos que son materia de investigacin, se
estima que tal comunicacin debe ser bsica de modo de no encontrarnos ante una
formalizacin de la investigacin previa y encubierta y, adems, proteger los intereses propios de la persecucin penal en ciertos complejos casos.
7.
La fijacin de un plazo por parte del juez de garanta para que el fiscal formalice una investigacin, en conformidad al artculo 186 parte final del Cdigo Procesal Penal, no implica una
carga procesal para el organismo encargado de la persecucin penal pues no responde a la
definicin de esta institucin procesal sino que se trata de una facultad propia del Ministerio
en su carcter de Director exclusivo de la investigacin y no de interviniente propiamente tal.
8.
Atendido lo anterior, la inobservancia de dicho plazo por parte del Ministerio Pblico no implica ningn efecto preclusivo respecto de su facultad de formalizar una investigacin.
9.
Al descartarse el efecto preclusivo, cualquier resolucin jurisdiccional que estime lo contrario, vale decir, que implique que la facultad exclusiva de formalizar que tiene el Ministerio
Pblico ha precludo, sera recurrible de apelacin segn lo dispuesto en el artculo 370 letra
a).
10. Si la resolucin del rgano jurisdiccional que seala un plazo para formalizar no implica para
el fiscal una carga procesal, menos an podemos hablar de una obligacin respecto de
una facultad que compete exclusivamente al rgano encargado de la persecucin penal por
lo que, no existiendo una norma expresa que establezca una consecuencia o una situacin
diferente, no es facultad del rgano jurisdiccional inmiscuirse en tales aspectos.
11. Si la resolucin que el rgano jurisdiccional dicte en conformidad a la citada disposicin legal
no contiene obligacin alguna que deba cumplir el Ministerio Pblico sino slo la determinacin de un marco temporal en que la actividad debiera verificarse, no podemos hablar de
desacato en caso de que el fiscal respectivo no observe el plazo fijado.
12. La posibilidad de estimar como consecuencia de dicha inobservancia la dictacin de un
sobreseimiento definitivo nos parece del todo errada desde que no se cumplen los requisitos
legales para que ello proceda: no se encuentra agotada la investigacin ni concurre causal
legal que justifique la adopcin de esta decisin jurisdiccional. Menos an resulta concebible
la posibilidad de aplicacin del sobreseimiento como sancin si ello no est expresamente
contemplado en la ley. En caso de que dicha situacin se presentare, los fiscales deberan
recurrir de apelacin.
13. No resulta conveniente, sin embargo, que vencido el plazo para formalizar la investigacin
los fiscales mantengan una actitud completamente inactiva, lo que podra ser interpretado
como una falta de eficiencia por parte del organismo persecutor. En tal sentido, la primera
orientacin que podra darse a los fiscales es que, en tanto se mantenga la situacin de no
contar con antecedentes suficientes para formalizar pero tampoco con aquellos que le permitan
adoptar una decisin temprana de trmino del caso (por razones ajenas a su propia actividad, la
que deber ser exhaustiva en estos eventos), deberan solicitar la prrroga del plazo judicial
tantas veces como sea necesario, cumpliendo con los requisitos legales para ello.
206
14. En el evento de que dicha prrroga no sea concedida, debera procederse al anlisis de los
antecedentes de investigacin que han logrado recabarse y realizar una evaluacin de las
posibilidades de xito en la obtencin de futuros antecedentes. En la medida de que dicha
evaluacin sea principalmente negativa, debera optarse por comunicar la facultad de no perseverar en el procedimiento. Por el contrario, si tal evaluacin es mayormente positiva, debera procederse a formalizar la investigacin.
15. Por supuesto en el evento de que existan antecedentes, ya sea recabados por el propio
Ministerio Pblico, ya sea allegados por la defensa, que permitan configurar algunas de la
causales de sobreseimiento que establece el legislador, los fiscales deberan proceder a
cerrar la investigacin y solicitar al tribunal que decrete el sobreseimiento definitivo de la
causa.
207
208
OFICIO FN N
209
083 /
DE
Con motivo de la publicacin en el Diario Oficial el da 13 de noviembre de 2003, de la Ley N 19.906, que
modifica la Ley N 18.314 sobre Conductas Terroristas, introduciendo un nuevo artculo 8, que tipifica y
sanciona la Financiacin del Terrorismo, en conformidad a lo dispuesto por el Convenio Internacional para
la Represin del Terrorismo, se ha estimado conveniente elaborar el presente oficio, a fin de difundir y
explicar sus principales contenidos y alcances.
83 Si bien en el Mensaje no se menciona, creemos importante citar tambin las Ocho Recomendaciones Especiales contra el
Financiamiento de Terrorismo, del GAFI (Grupo de Accin Financiera Internacional sobre el Blanqueo de Capitales) aprobadas por el Plan de Accin de GAFISUD contra el Financiamiento del Terrorismo, en el seno del 1er. Consejo de Ministros
Altas Autoridades de GAFISUD (Grupo de Accin Financiera Internacional sobre el Blanqueo de Capitales de Sudamrica), en
el ao 2001, entre las que se destacan las siguientes:
i. Tipificacin y ejecucin de los instrumentos de las Naciones Unidas, en especial, el Convenio Internacional para la Represin
de la Financiacin del Terrorismo y la Resolucin N 1.373 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
ii. Tipificacin de la financiacin del terrorismo y el blanqueo asociado.
iii. Congelamiento y decomiso de activos terroristas.
iv. Informe de transacciones sospechosas relativas al terrorismo.
v. Cooperacin internacional.
210
a. El Convenio Internacional para la Represin de la Financiacin del Terrorismo, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 9 de diciembre de 1999, y suscrito por Chile el 2 de mayo de 2001 84 .
El artculo 2 establece dos tipos penales, sealando que comete delito el que, por el medio que fuere,
directa o indirectamente, ilcita y deliberadamente, provea o recolecte fondos con la intencin que se
utilicen, o a sabiendas que sern utilizados, en todo o parte, para cometer alguno de los delitos calificados
como terroristas.
Adems, el artculo 4 establece el deber de cada Estado parte de tipificar y sancionar el delito de financiamiento
terrorista en l descrito, todo ello de acuerdo con la legislacin nacional respectiva85 .
b. La Resolucin N 1.373, de 20 de septiembre de 2001, del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas, la cual fue emitida fundamentalmente con motivo de los atentados terroristas ocurridos en Estados
Unidos el 11 de septiembre de 2001, por todos conocidos. Este instrumento, en su parte pertinente, dispone
que todos los Estados debern:
i.
ii.
iii.
84 Este acuerdo fue promulgado el 3 de julio de 2002 y publicado en el Diario Oficial el 13 de septiembre del mismo ao.
85 Artculo 4: Cada Estado parte adoptar las medidas que sean necesarias para:
a) Tipificar como infraccin penal, con arreglo a su legislacin interna, los delitos enunciados en el artculo 2;
b) Sancionar esos delitos con penas adecuadas en las que se tenga en cuenta su carcter grave.
86 En este sentido, el Diputado Seor Burgos, durante la Sesin N 54 de la Cmara de Diputados, al presentar este proyecto de
ley en su calidad de Diputado informante de la Comisin de Constitucin, Legislacin y Justicia, afirm lo siguiente: ...Por ello,
todo parece indicar que las legislaciones internacional e interna deben ser capaces de tipificar ciertos hechos antijurdicos
para adelantarse a la comisin de estos ilcitos, ms all de que en un pas, el terrorismo -como ocurre en Chile-, se bata en
retirada, aunque nunca es bueno declararlo fenecido .
i.
ii.
211
A ttulo de autor, de conformidad a lo dispuesto por el nmero 3 del artculo 15 del Cdigo Penal,
el que sanciona a los que concertados para su ejecucin, facilitan los medios con que se lleva a
cabo el hecho. En este caso, se dara lo que en doctrina se ha denominado autor cooperador,
categora que requiere de un concierto previo y de una cooperacin efectiva. Respecto de la expresin medios, el profesor Etcheberry ha sealado que esta ...debe ser entendida en un sentido
amplio, tanto con relacin a los instrumentos materiales que se faciliten (armas, etc.), como al
modo o manera de comisin (abrir una puerta, indicar el sitio en que esta oculto el dinero) 87.
Como cmplice, aplicando lo establecido en el artculo 16 del Cdigo Penal, el cual sanciona
a los que, sin estar comprendidos en el artculo 15 (que establece las hiptesis de autora),
cooperan a la ejecucin del hecho por actos anteriores o simultneos.
b. La provisin de fondos para una asociacin ilcita terrorista: El artculo 294, en concordancia con lo
dispuesto en los artculos 292 y siguientes del Cdigo Penal y el artculo 2 N 5 de la ley N 18.314,
sanciona a los otros individuos que hubieren tomado parte en la asociacin y los que a sabiendas y voluntariamente hubieren suministrado medios o instrumentos para cometer los crmenes o simples delitos, alojamiento, escondite o lugar de reunin.
En este caso, sin perjuicio de la responsabilidad que le pueda corresponder al financista por algn delito
terrorista en especifico, este slo podr ser sancionado cuando participe en el delito de asociacin ilcita
terrorista, ya sea perteneciendo a sta o bien ayudando, a sabiendas y voluntariamente, con medios o
recursos para la comisin del delito.
Del estudio de los dos casos mencionados, podemos constatar que la ley chilena cubra parcialmente el
delito de financiamiento terrorista establecido por el Convenio Internacional para la Represin de la Financiacin del Terrorismo. Esto, en razn de que este ilcito resultaba sancionable slo cuando la provisin de
fondos pudiera vincularse a un delito terrorista en especifico o bien cuando estuviramos en presencia de
una asociacin ilcita terrorista, requiriendo en ambos casos de un financiamiento efectivo, no estando
consideradas en nuestro ordenamiento jurdico penal las siguientes situaciones:
a. La provisin de fondos no vinculable a una asociacin ilcita terrorista o a un delito terrorista
determinado.
b. La mera recoleccin o recaudacin de fondos.
En razn de lo anterior, se haca indispensable no slo la suscripcin del citado Convenio, sino que la
adopcin de medidas legislativas a nivel interno para regular dicha situacin, lo que dio lugar a este nuevo
artculo 8, que modific la ley N 18.314, sobre conductas terroristas.
Cabe tener presente que en el proyecto originario se planteaba la inclusin de un inciso final dentro del
artculo 7, cuestin que fue modificada durante el primer trmite constitucional, sugiriendo la diputada Sra.
Mara Pa Guzmn la creacin de un nuevo artculo 7 bis, por la importancia del ilcito en estudio. Finalmente, el tema fue resuelto por el Senado, crendose un nuevo artculo 8, zanjando definitivamente la discusin de este punto.
Por ltimo, es importante sealar que, de conformidad a lo previsto por el artculo 9 de la Constitucin
Poltica de la Repblica de Chile, la regulacin de las conductas terroristas y su penalidad debe estar fijada
por una ley de qurum calificado, lo que de acuerdo al artculo 63 del mismo cuerpo constitucional, requiere
de la mayora absoluta de los diputados y senadores en ejercicio para su aprobacin.
87 ETCHEBERRY ALFREDO, Derecho Penal, Parte General, tomo II, tercera edicin, Editorial Jurdica, 1999, pgs. 94 a 96.
212
II.-
1.-
Texto legal
El da 13 de noviembre de 2003, se public la citada ley N 19.906, que modifica la ley N 18.314, sobre
conductas terroristas, agregando un nuevo tipo penal en el artculo 8, cuyo texto dispone lo siguiente:
Artculo 8.- El que por cualquier medio, directa o indirectamente, solicite, recaude o provea fondos
con la finalidad de que se utilicen en la comisin de cualquiera de los delitos terroristas sealados en
el artculo 2, ser castigado con la pena de presidio menor en sus grados mnimo a medio, a menos
que en virtud de la provisin de fondos le quepa responsabilidad en un delito determinado, caso en el
cual se le sancionar por este ltimo ttulo, sin perjuicio de lo dispuesto en el artculo 294 bis del
Cdigo Penal.
2.-
Anlisis
2.1.-
Aspectos Generales
De la sola lectura de la norma, aparece de manifiesto que el tipo penal propuesto persigue solucionar las
imperfecciones y vacos legales que existan en nuestra legislacin penal en esta materia, procurando cubrir un ms amplio espectro de situaciones que pueden ser incardinadas en l, para lo cual introduce dos
ideas bsicas:
2.2.-
Conductas Tpicas
2.3.-
213
Verbos rectores
2.4.
Concepto de Fondos
Para individualizar el objeto de la solicitud, recaudacin o provisin, la ley emple el trmino fondos, el
cual est tomado en un sentido amplio, aludiendo o todo tipo de bienes, sean muebles o inmuebles, corporales o incorporales, etc.
La afirmacin anterior se confirma por el hecho que, durante la tramitacin parlamentaria, se seal en un
principio que este concepto podra dar a entender que solamente se refiere a dinero, siendo ese caso
claramente insuficiente para cubrir todas las posibles formas de financiamiento, como por ejemplo, prestar
una casa o un auto.
A fin de solucionar el problema anterior se propuso por el senador Sr. Hernn Larrain su reemplazo por el de
recursos, expresin que comprendera no slo dinero, sino tambin cualquier otro tipo de bienes que
puedan entregarse con esa finalidad
Finalmente, se opt por no modificar la norma en esta parte, en base a dos argumentos:
214
a. Dejar expresa constancia en la historia fidedigna de la ley que la expresin fondos, implica tambin
recursos .
b. Igual constancia se produce al citar la definicin de fondos establecida en el artculo 1 del Convenio
Internacional para la Represin de la Financiacin del Terrorismo, la cual esta formulada en trminos bastante amplios, sealando que: Por fondos se entender los bienes de cualquier tipo, tangibles o intangibles,
muebles o inmuebles, con independencia de cmo se hubieran obtenido, y los documentos o instrumentos
legales, sea cual fuere su forma, incluida la forma electrnica o digital, que acrediten la propiedad u otros
derechos sobre dichos bienes, incluidos, sin que la enumeracin sea exhaustiva, crditos bancarios, cheques de viajeros, cheques bancarios, giros, acciones, ttulos, obligaciones, letras de cambio y cartas de
crdito 88 .
De esta manera, se dej claramente establecido que esta expresin se utiliza de manera genrica, refirindose tanto a dinero como a otro tipo de bienes, no siendo necesaria su alteracin.
2.5.-
Finalidad
En cuanto al elemento subjetivo, la solicitud, recaudacin o provisin de fondos debe realizarse con la
finalidad que estos se utilicen para la realizacin de actos terroristas, entendiendo por tales los comprendidos en el artculo 2 de la ley N 18.314, sobre Conductas Terroristas.
El dolo en este caso se traduce en el conocimiento que los fondos van a ser utilizados para cometer un acto
terrorista, siendo innecesario que se sepa el delito terrorista en particular que se pretende cometer.
Sobre el contenido del artculo 2 de la ley N 18.314, que define lo que se entiende por conductas terroristas, nos remitimos a la completa exposicin de la materia que realiza el Oficio N 244, del 20 de mayo de
2003, del Ministerio Pblico.
2.6.-
a. Regla General: El nuevo artculo 8 de la ley N 18.314, sobre conductas terroristas, sanciona a los
sujetos que incurran en este ilcito con la pena de presidio menor en sus grados mnimo a medio.
Al respecto, cabe sealar que para fijar esta pena se tuvo como marco de referencia la base de la conducta
menos significativa de participacin concebida en la ley. En este sentido, cualquier vinculacin con el delito
concreto, y an cuando ste no haya comenzado a ejecutar (hay que recordar que el artculo 7 de la ley N
18.314 sanciona la conspiracin para cometer un delito terrorista), va a alterar radicalmente el marco penal
aplicable, sancionndose por ste ltimo.
Las razones que se esgrimieron durante la discusin parlamentaria para fijar esta penalidad, fueron que la
sancin fijada aparece justificada en cuanto ella no debe superar las penas que puedan imponerse por el
financiamiento de un delito terrorista concreto. En este sentido, no parece lgico que aquel que ignora que
delito terrorista financia reciba una pena superior a la de presidio menor en su grado medio, pena que
podra corresponder, por ejemplo, al que financia unas lesiones menos graves terroristas o una destruccin
terrorista de vas frreas, conforme lo disponen los artculos 3 y 3 bis de la ley N 18.314, en relacin con
los artculos 399 y 323 del Cdigo Penal, el que ser castigado por el tipo penal respectivo y no por el
artculo 8 como se ver a continuacin.
88 Esta definicin fue citada expresamente por el diputado Sr. Marcelo Forni durante la Sesin N 54 de la Cmara de diputados,
realizada el 11 de marzo de 2003.
215
b. Clusula de subsidiariedad: La segunda parte del artculo dispone que, si en virtud de la provisin de
fondos le cabe al financista responsabilidad en un delito determinado, se le sancionar por este ltimo
ttulo, sin perjuicio de lo dispuesto en el artculo 294 bis del Cdigo Penal 89.
Con esta clusula, se cumplen dos objetivos:
i.
ii.
Rechazar la posibilidad de una doble incriminacin (non bis in idem). Esto, en razn de que
se podra sancionar por el delito de provisin de fondos para la realizacin de un delito terrorista y posteriormente sancionar al mismo sujeto por el delito de asociacin ilcita terrorista o
por el delito terrorista cometido.
En la misma situacin anterior, deja claramente establecido que en el caso de existir un concurso material de delitos, se sancionar al sujeto por su participacin en el delito terrorista o
en la asociacin ilcita terrorista y no por la mera provisin de fondos para la comisin de
dichos ilcitos. Con ello, queda claro que no se trata de un figura privilegiada, ya que en el
caso expuesto se va sancionar al sujeto por el delito ms grave.
Es importante precisar que esta clusula solamente opera cuando estemos en presencia del delito de provisin de fondos con la finalidad de financiar actos terroristas, y no en el caso de la mera recaudacin de
fondos.
Esto, debido a que de la aplicacin de las normas generales, se desprende que al que slo recauda pero no
provee de fondos, no le puede caber responsabilidad en ningn delito terrorista determinado, y por lo tanto,
no es procedente que se le aplique esta regla especial.
***********************************
El presente oficio deber ser distribuido a los fiscales adjuntos, asesores jurdicos de las Fiscalas Regionales y ayudantes de fiscales, para su conocimiento y orientacin en las materias que aqu se tratan.
Las dudas y observaciones que surjan del estudio del presente oficio debern ser canalizadas por intermedio de los Fiscales Regionales.
GPR/mfm/xma/agc
89 Cabe sealar que en la discusin del proyecto de ley, esta clusula fue rechazada durante el primer trmite constitucional. Se
argument por el diputado Sr. Jorge Burgos que resultaba innecesaria su inclusin en virtud de la existencia de las reglas
generales, que llevaran a la jurisprudencia a aplicar las normas sobre concurso aparente de leyes penales y condenar nicamente por el delito lesivo. No obstante lo anterior, fue repuesta por el Senado y aprobada finalmente.
216