CAZANGA O. - REYES MEZA J. Educación Cultura y Humanismo
CAZANGA O. - REYES MEZA J. Educación Cultura y Humanismo
CAZANGA O. - REYES MEZA J. Educación Cultura y Humanismo
EDUCACION, CULTURA V
HUMANISMO
Osvaldo Cazanga M.
Juan Reyes Meza
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mencionar por ahora, contribuyen a hacer dei hombre el animal creador" por
excelencia.
La especie humana, ai transmitir por herencia biolgica esta estructura
orgnica superior, ha podido transmitir culturalmente una superior capacidad
para adaptarse ai media natural. Estas circunstancias han permitido a la
humanidad avanzar en el control y en el domino de lo natural y han sido,
asimismo, las que han hecho de cada hombre y de la humanidad en su conjunto,
seres en proceso de llegar a ser, es decir, seres perfectibles. En tal proceso, el
propio hombre ha vacilado ante la magnitud de la tarea y ha postulado distintas
expresiones de creadores superiores, omniscientes y todopoderosos, en los
cuales descarga a veces las frustraciones y desesperanzas que le provocan sus
limitaciones. Sin embargo, no siempre todos los hombres han renunciado a la
perspectiva humana para entender su historia; y en uno u otro momento, una y
otra vez, el hombre vuelve sobre su propia problemtica con el fin de com prender
su mundo y as ser capaz dei r definindolo, imperfectamente casi sempre, pero,
por lo mismo, con una humana dimensin y responsabilidad.
En definitiva, y despus de milenios, el choque con la naturaleza en el afn
vital por sobrevivir hizo surgir la esencia de la especie, lo que define ai ser humano
y a la humanidad: el trabajo, esto es, la capacidad propia solo dei hombre de
aplicarsu energa vital, fsica y mental, a la transformacin de la naturaleza, para
crear artefactos, instrumentos, ideas y conceptos, para conseguir un mejor
dominio sobre su media ambiente. La capacidad para rehacer la naturaleza, para
ser arquitecto de su mundo, le otorga ai hombre la esencia que lo define como
ser inteligente y creador.
Pasar revista ai proceso por el que la humanidad, a partir de la simple
actividad recolectora, ha culminado en nuestra poca en la etapa superior de la
comprensin racional de la naturaleza mediante la formulacin de hiptesis y de
teoras cientficas y su aplicacin a la construccin de extraordinarios ingenios
tecnolgicos que le han dado virtualmente el contrai sobre la naturaleza, significa
simplemente hacer la historia de la humanidad.
La especie humana, ya no determinada por su adaptacin a la naturaleza
sino por su adaptacin ai grupo social, ha venido transmitiendo una herencia
cultural que no es sino la viva expresin dei trabajo dinmico y creador dei hombre
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a travs dei espaco y dei tiempo. Diversas teoras han tratado de explicar el
fenmeno de la cultura y su desarrollo a travs de la historia. Una de las tantas
acepciones la define como: el conjunto de los valores, comportamientos e
instituciones de un grupo humano, que es aprendido, compartido y transmitido
socialmente. Comprende todas las creaciones humanas, desde las cosmogo
nias hasta los mitos, pasando por los modos de pensamiento y de produccin,
las costumbres, la religin, los valores y los smbolos, adems de las creaciones
materiales como la tecnologa, las instituciones sociales, la ciencia y el folklore
(cit. por: Perrot y Preiswerk, 1979, pp. 3940).
Esta definicin, por lo amplia, resulta muy imperfecta, pero tiene sus
ventajas. Permite obviar e! problema de la valoracin de las culturas de
sociedades distintas en el tiempo o en el espacio y tomar una clara distancia de
aquellas concepciones cu\turales elitistas que reducen la cultura a la actividad
intelectual y artstica que desarrolla una sociedad o, a veces, a los objetos
simblicos producidos por sus miembros cultos.
No hay duda de que la cultura es el producto de las relaciones entre los
hombres y, por lo tanto, ella refleja toda la intrincada trama que una sociedad
humana desarrolla a travs de la historia. La cultura mantiene la dimensin
humana, aunque muchas de sus actuales manifestaciones adquieran para el
propio hombre dimensiones enajenadas.
Las teoras idealistas afirman que la cultura es autnoma con respecto dei
resto de las actividades humanas y que depende de las elites de una sociedad.
La superestructura cultural sera independiente de la base econmica. Con esto
se quiere decir, por una parte, que una sociedad cualquiera podra conseguir un
gran desarrollo filosfico o cientfico ai margen dei tipo de econom a en vigencia,
con tal que solo contara con una elite intelectual que se lo propusiera. Las teoras
naturalistas, tambin de races burguesas, afirman que la cultura es el resultado
de la accin de factores naturales, como el clima, el medio geogrfico, biolgico
o socioeconmico, actuando mecnicamente (Suchodolski, 1977, p. 86). As, un
clima tropical propiciara una cultura con determinadas caractersticas, por sobre
el quehacer humano. Sin embargo, la historia ha demostrado que no hay un
determinismo geogrfico para explicar la inmensa tarea de adaptar la naturaleza
ai servicio dei hombre. Adems, estas teoras afrman en su base la naturaleza
metafsica de! hombre, como un ser que trae en su "esencia" un propsito que
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ducativo. Hay aspectos de la cultura que envejecen antes que otros y se hacen
bsoletos; sobre todo en nuestra poca, los conocimientos se renuevan a gran
elocidad y con ellos cambian tambin los valores que orientan las grandes
ecisiones sociales. Los logros de la tecnologa contempornea han maravillado
la humanidad, pero, ai mismo tiempo, le han quebrantado sus formas de vida
modos de produccin. La tecnologa ha trastocado la propia percepcin que el
ombre ha tenido de s mismo. A partir de los grandes acontecimientos y logras
e la Revolucin Cientfico-Tecnolgica, la educacin y su rgano especializado,
L escuela, son cuestionadas radicalmente.
La crisis de la cultura de nuestra poca puede ser entendida a partir dei
arcter dinmico de ella misma, y de las resistencias que la sociedad ofrece
iempre a los cambias verdaderos y necesarios. La educacin sistemtica y las
1reas dei educador se inician con el anlisis de la cultura de una sociedad; el
rimer aspecto de importancia es la identificacin de los elementos educativos
e una cultura y la denuncia de aquellos otros que han perddo su validez y que,
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que deba darse en e! cuadro de la humanidad, esto es, el hombre deba ser
educado en y por su propia realidad; por tat razn, en !a historia de la educacin
Comenio es reconocido como realista en sus ideas pedaggicas.
Junto a Comenio, se debe mencionar a Pestalozz; que vive en la segunda
mitad dei siglo XVIII, en plena Revolucin Industrial. Pretendia formar hombres
para la humanidad,, y creia en "el perfeccionamiento de lo humano en el hombre,,
y en el desarrollo armonioso de la cabeza, el corazn y la mano (Luzuriaga,
1960, p. 100). Si a Comenio sele considera como uno de los precursores de la
moderna escuela unificada democrtica, a Pestalozzi sele debe estimar como
un adelantado de la escuela activa y de la escuela primaria popular. Estas dos
personalidades, en sus concepciones y prcticas pedaggicas pueden relacio
narse con la vivencia de los fenmenos que orientan la Revolucin 1ndustrial y sus
consecuencias sobre los intelectos ms lcidos de la poca. Adems, de sus
aportes ai desarrollo de la educacin primaria de los sectores sociales ms
necesitados, el valor de sus concepciones adquiere notable significacin en el
problema de definir los fines de la educacin. Por primera vez, es posible asignar
a la educacin finalidades que se resuelven en el mismo hombre y en la misma
sociedad.
EI sigla XVIII, con el auge de la actividad productiva de base burguesa y
capitalista, vio agudizarse las contradicciones entre el individuo y la funcin social
que le haba sido !mpuesta por el orden social en crisis; entre el individuo y la
comunidad, en !a medida en que los instrumentos de produccin se complican,
Se extrema la divisin dei trabajo y se separan y recaen en distintos indivduos
la actividad intelectual y fsica, las distracciones y el trabajo, la produccin y el
consumo (Suchodolski, 1977, p. 67).
La filosofa de la llustracin se preocupar de esta circunstancia a travs
de algunos de sus ms destacados exponentes, como Voltaire y Rousseau, en
su obra La Europa dei Antiguo Rgimen, David Ogg apunta sobre las ideas
educativas dei siglo XVIII: Desde el momento en que los hombres se consideran
iguales en el. momento dei nacimiento, en capacidad moral e intelectual y
diferentes como adultos solamente por sus impresiones procedentes de los
sentidos y dei entorno, entonces resultaba que mucho se poda hacer para
garantizar una mayor felicidad por la educacin y la eliminacin de cosas
artificiales, como la distincin de clases. Esa fue la idea revolucionaria dei sigla
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XVIII (Ogg, 1974, p. 79). Este argumento nos permite afirmar que ya durante
esa poca la educacin empieza a ser considerada como vehculo de promocin
social.
Voltaire puede ser considerado como uno de los representantes de la
renovacin educacional en la Europa dei siglo XVIII. En su opinin, la vida era
un trmino medio entre la felicidad y la miseria. De espritu eclctico, encontraba
elementos positivos y negativos en todas las creencias y reconoca que el estudio
de la historia no era simple crnica, sino un estudio de las fuerzas socia!es e
intelectuales que componen la vida de una nacin. Rousseau, cuya vida ocupa
gran parte dei siglo XVIII, dej la impresin de ser ms radical que Voltaire en sus
ideas. No solamente se opuso a la sociedad de su poca, sino a su civilizacin.
EI Contrato Social, que le dio gran prestigio, es un libro que expone ideas
contradictorias. EI hombre nace libre y en todas partes est encadenado,
afirma, para enseguida postular: ccSe debiera sustituir el cristianismo, que
solamente te ensena servidumbre, por una religin civil, con dogmas morales
simples, junto con una declaradn de la santidad dei contrato y de las leyes. EI
soberano debera desterrar a todo aquel que se negase a aceptar la religin
estatal y podra tambin matar a quien, habiendo jurado pblicamente su
asentimiento ai contrato, acte de forma no conforme con las mximas de dicha
religin oficial.
Por otro lado, Rousseau expresa las insatisfacciones de la clase burguesa
frente ai orden feudal en el plano educacional y, justamente por eso, ai igual que
otros intelectuales de su poca, no opina sobre la educacin entendida como un
proceso social, sino que reduce su reflexin acerca de cmo formar ai hombre
entendido como individualidad. As, en su libra Emilio, que !e ha labrado un
prestigio de educador a menudo exagerado, traza un plan completo para el
desarrollo de la individualidad, lo que estaba en consonancia con la nueva escala
de valores agitada por la emergente burguesia, en su lucha contra el feudalismo,
la nobleza y el clero. EI hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe. EI
educador debe comenzar por estudiar el nino. Debe tomar en cuenta, lo primem
de todo, los caracteres genricos de la humandad, esas caractersticas que se
manifiestan diversamente en las disposiciones o inclinaciones (cit. por: Boyd y
King, 1975, p. 267).
En el proceso mismo de la Revolucin Francesa, ninguno de sus idelogos
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pertenece a la Repblica: ld mataria no debe salir nunca dei molde, pues todo
lo que debe componer la Repblica debe ser metido en el molde republicano,,
(Larroyo, 1969, p. 459).
Otro aporte pedaggico de importancia fue el de Jos Lakanal, que dej en
una ley que !leva su nombre, dei 17 de noviembre de 1794, su ideario vinculado
preferentemente con la educacin primaria y con la formacin de profesores para
ella. Para la ensenanza elemental propuso un plan de estudios que comprenda
aspectos tan importantes como: Leer y escribir, Declaracn de los Derechos
dei Hombre y la Consttucin, lnstrucciones elementales de moral republicana,
Elementos de lengua francesa, Regias de clculo simple y de agrimensura,
lnstrucciones sobre los principales fenmenos y las ms comunas producciones
de la naturaleza y una recopilacin de acciones heroicas y de los cantos
triunfales. Con tales contenidos, el nino se preparaba para ser aceptado e
incorporado a la nueva socedad, cuya ideologa se construye a partir dei carcter
sacrosanto de la propiedad privada de los medias de produccin. Lakanal apoy
estas ideas con una iniciativa legislativa tendiente a establecer las Escuelas
Normales para la formacin de maestros de educacin primaria. Estos deberan
recibir una formacin general y profesional estrictamente adecuada a su msin,
por cuenta y bajo la vigilancia dei Estado, y seran los encargados de legitimar en
la conciencia de los futuros ciudadanos, el Estado burgus y, naturalmente, los
valores de esa sociedad.
Si estas iniciativas pueden servir para afirmar que las teoras pedaggicas
que afloran en el ambiente revolucionaria de 1789 responden a los intereses de
la clase emergente con algunos rasgos de extremismo, las ideas de Mirabeau no
dejan lugar a dudas de esta aseveracin. En nombre de una concepcin
abstracta de la libertad, rechaz los principias de obligatoriedad y de gratuidad
de la ensefianza y se pronunci en favor de la libertad de ensenanza, entendida
como el derecho concedido a cualquier individuo para establecer escuelas,,
(Larroyo, 1969, p. 456}. An ms claro en sus planteamientos burgueses resulta
ser Condorcet en cuanto ai papel dei Estado en la educacin; as afirma que uel
poder pblico no puede establecer un cuerpo de doctrina que deba enseiiarse
exclusivamente. Ningn poder pblico debe tener autoridad ni aun crdito para
impedir el desarrollo de verdades nuevas, la enseiianza de teorias contraras a
su poltica particular o a sus intereses dei momento. La libertad de conciencia
debe ser respetada no slo desde el puntode vista religioso, sino tambin social ...
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No podra quedar fueia de una sntesis sobre los grandes pedagogos dei
siglo XIX la figura de Juan Federico Herbart, considerado por muchos como el
fundador de la pedagogia cientfica. Este filsofo es uno de los primeros que
fundamenta la pedagogia sobre la psicologia y centra el fin superior de la educacin en
la formacin dei carcter. Liga as la Etica.
:- ...
que sefiala los fines educacionales, con la
Psicologia, que sefala los medios para llel '
gar a esos fines, y de esta manera, se
establecen las bases para que la Pedagogia
se convierta en una ciencia completa. Herbart concibe la educacin como un proceso
de construccin o de formacin humana.
cuyo fin supremo es la moralidad, lo que
significa cumplir con la tarea de hacer dei
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\
1
hombre un ser consciente de su responsabilidad; el nino o el joven educados desarrollan su voluntad para llegar a ser un
1 :
hombre libre, responsable de su libertad. En
! '
tal sentido, Herbart se adelanta a la idea de
la educacin como un proceso de sociali1
zacin que ms tarde desarrollarn con ms
.\
propiedad los positivistas de fines de sigla.
1
I~;
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trata de la formacin dei hombre, de su constante superacin, dei perleccionamiento de la vida social; en tal sentido, la educacin contempornea est sumida
en una profunda crisis, mejor an, no ha sido capaz de dar respuesta a las
exigencias de la crisis en que est nmersa. Las nuevas condiciones ereadas por
la Revolucin Cientfica y Tecnolgica han planteado a la educacin un nuevo
reto; como ha sido comprendida hasta ahora, la educacin sistemtica aparece
hoy como incapaz de asimilar estas condiciones y por todas partes se oyen las
crticas a los sistemas educacionales de los pases latinoamericanos. Las
consecuencias de la Aevolucin Cientfica y Tecnolgica son de tal significado,
que para responder a este desafo, la educacin latinoamericana debera
replantearse desde puntos de vistas totalmente nuevos. Esta parece difcil, por
lo menos hasta ahora, puesto que la reflexin fosfico-educacional ha perdido
prestigio en nuestra poca o simplemente no existe; esta afirmacin tiene
especifica validez para nuestro continente, que no ha logrado la plena expresin
de su identidad cultural ni dar muestras todavia de su autenticidad histrica.
La historia contempornea ha colocado ai hombre frente a la necesidad de
repensarse, para desde ah reformularsus proyectos de vida. Asimismo, la crisis
de la educacin en nuestros das exige un esfuerzo por revitalizar su reflexin
pedaggica. Para Amrica Latina, esta necesidad resulta imperiosa. Para el
siglo XXI, o los latinoamericanos somos capaces de reconocernos como distintos
a otras entidades histricas o corremos el riesgo de perder para siempre nuestra
capacidad para comprender nuestro mundo existencial y para participar como
sujetos histricos.
En esta tarea, le corresponde un importante papel ai educador Jatinoamericano. Coincidimos con Pablo Freire cu ando afirma que .. en un orden consagrado, la educacin es el mecanismo ms eficiente de contrai social. Sin perjuido
de su dimensin universal, el educador de nuestro tiempo debe ser, ms que
nunca, el hombre lcido por su conocimiento de la realidad y por su reflexin
filosfica acerca dei mundo y de su propia condicin existencial sociohistrica;
esta es la exigencia dei humanismo pedaggico contemporneo. Slo un
educador realmente comprometido con su realidad podr actuar como un
humanista comprometido con su labor educativa, en la difcil y delicada tarea de
formar tambin hombres lcidos, con proyectos de vida social y capaces de
participar consciente y responsablemente en la construccin dei mundo dei
ma nana.
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