INT Clase 10 Tradición Juánica
INT Clase 10 Tradición Juánica
INT Clase 10 Tradición Juánica
Los estudios que anteriormente se han hecho de las fuentes del evangelio (y
todos los evangelios), revelan algo de las tradiciones pre-evanglicas de las
Los evangelios como tal, ofrecen medios limitados para la reconstruccin del
ministerio y el mensaje del Jess histrico.
Desde esta perspectiva se pueden reconocer cuatro etapas o fases de la historia junica,
que marcan o determinan de alguna manera la vida de la comunidad. Estas fases a saber
son:
1. Primera Fase 50-80 d.C.
Esta corresponde a la fase pre-evanglica (antes del evangelio), y muestra los
orgenes de la comunidad y la relacin con el judasmo del primer templo, que
supuso la expulsin de la comunidad de la sinagoga juda tras la destruccin de
ste (Juan 11, 48), debido a lo que stos proclamaban acerca de Jess. Esta
expulsin refleja la situacin del judasmo de los ltimos veinticinco aos del
siglo I, un judasmo ya concentrado en Jamnia de manera docente y que ser ya
un judasmo predominantemente de signo fariseo, ya no tan pluralista como
antes del ao 70. Como argumento para fechas esta primera fase se relaciona con
una reformulacin de las dieciocho bendiciones judas (shemonh esrh)
recitadas en la sinagoga; la reformulacin de la bendicin 12 incluy entonces
una maldicin contra los minm o disidentes que probablemente incluan a los
cristianos.
2. Segunda Fase 80-90 d.C.
Comprende la forma de vida de la comunidad en la poca en que se escriba el
evangelio. Al decir esto Raymond E. Brown reconoce al menos dos personas
detrs de la composicin del evangelio (el evangelista y un redactor), contrario a
Senn Vidal que dir que por lo menos hay cuatro personas involucradas en la
composicin y redaccin final. Ya haba pasado la expulsin de la sinagoga pero
la persecucin contra la comunidad continuaba (Juan 16, 2-3), quedando
cicatrices muy marcadas en la mente de la comunidad junica. La insistencia en
alta cristologa que, que se hizo ms aguda, afect de manera significativa las
relaciones que la comunidad mantena con otros grupos cristianos cuya
valoracin o compresin acerca de Jess era inadecuada para la comunidad del
cuarto evangelio.
3. Tercera Fase 90-100 d.C.
Esta fase comprende la forma de vida en el momento que se escriben las cartas,
que ya haba sufrido la comunidad las divisiones al interior de la comunidad
junica. Estas luchas que generaron las divisiones (1 Juan 2, 19) van a surgir
por la manera de interpretar el evangelio, ya que el mismo evangelio lo
interpretaban de manera diferente en materia de cristologa, tica, escatologa y
pneumatologa. El temor del autor presupone un xito de los disidentes (1 4, 5)
advierte la llegada de falsos maestros, sintiendo que ha llegado la ltima hora (1
Juan 2, 18)
4. Cuarta Fase despus del 100 d.C.
La cuarta y ltima fase vivi la disolucin de los dos grupos (la comunidad
original y los disidentes), despus de que se escribieron las cartas. Los
secesionistas no estaban ya en comunin con la fraccin ms conservadora de la
comunidad junica, y de forma probable se orientaron muy pronto en el siglo II
largo del evangelio. La cohesin de la comunidad es muy fuerte de tal manera que se
sienten hermanos, hay un sentido de familia muy fuerte, existiendo una profunda
comunin (1 Juan 1, 3); de tal manera que todos los que estn fuera de la comunidad,
estn ensombrecidos por las tinieblas. El mandamiento principal es que se amen unos a
otros (13, 34; 15, 12) y este amor produce a la comunidad alegra y paz a los que
comparten la misma visin de Jess (14, 27; 15, 11)
El evangelio de Juan provoca a la comunidad junica a que tenga una comprensin ms
profunda de Jess; y desafa al oyente (y al lector tambin) a travs de su complejo
vocabulario teolgico, su dualismo bien marcado, los conflictos con los dems grupos,
la cristologa muy alta, la falta de entendimiento de los que se conversan con Jess, es
decir convencerlos a que se hagan cristianos junicos.
3.2. Grupos no creyentes dentro del cuarto evangelio.
Anteriormente se dijo que existen o se perciben dentro del evangelio de Juan
aproximadamente grupos incluyendo la comunidad junica. El autor del evangelio va a
considerar como no creyentes a algunos que dicen creer en Jess. Dentro de este
apartado se incluyen los que muestran tal pretensin: El mundo, los judos y los
discpulos del Bautista.
3.2.1. El mundo.
El mundo segn la experiencia propia de la comunidad junica no es aquella tierra vaca
sedienta por escuchar el mensaje de Jess (4, 35), ms bien hay una hostilidad hacia
dirigida por el prncipe de este mundo, haciendo que la comunidad se frustrara porque
entendi muy pronto que nos solo su pueblo rechazo a Jess (1, 11), si no que los
hombres en general prefieren las tinieblas que a la luz (3, 16.19). De esta manera el
mundo tendr siempre un significado negativo para la comunidad junica, la presencia
de Jess es juicio para el mundo (9, 39), el mundo odia a Jess (7, 7), Jess rehye orar
por el mundo (17, 19). Esta creciente hostilidad hizo que la comunidad fuera rechazada
y odiada por diferentes grupos, llegando incluso a matar a los cristianos junicos de
manera indirecta al denunciarlos contra las autoridades locales (16, 2). La comunidad
junica en el momento que se escribe el evangelio (feso, 95 100 d.C.) haba tenido
suficientes controversias con los no judos como para entender que no estaban
dispuestos a aceptar el mensaje de Jess, que el trmino mundo denota precisamente el
trmino ms adecuado para abarcar toda esa oposicin.
3.2.2. Los judos.
La disputa dominante entre la comunidad junica y el judasmo, se debi a su alta
cristologa que les llev a concluir que Jess era divino; originalmente esto inicia la
hostilidad del judasmo y que se agudiza despus de la destruccin del templo con el
surgimiento del judasmo rabnico ortodoxo tras el concilio de Jamnia, que llevara a la
expulsin de los cristianos junicos de la sinagoga juda. Con razn el cuarto evangelio
va a presentar su ataque de manera hostil contra las principales autoridades y sacerdotes
de la sinagoga que haban seguido el liderazgo de Jamnia. El que Jess insista de decir a
los judos que no es posible llegar a creer, si eso no es otorgado por Dios (6,
37.39.44.65), es una seal que en la comunidad junica no exista la esperanza de que el
judasmo los aceptara a ellos y su mensaje, mas sin embargo existan al interior de la
sinagoga personas que crean en Jess de forma no abierta, y la comunidad abrigaba el
serio deseo de motivarles a confesar a Jess, aunque eso implicara ser expulsados de la
sinagoga.
Estas iglesias estaban formadas por discpulos de Jess que abandonaron las sinagoga
por si mismos o que fueron expulsados de ellas para formar sus propias comunidades
cristianas, y que sin embargo Juan mantuvo una actitud hostil hacia estos grupos al final
del primer siglo. Estos eran judos discpulos o creyentes en Jess, que le seguan de
manera pblica, pero que para el autor del evangelio la real de ellos va a ser condenada
por considerarla insuficiente. Podemos citar entre ellos al menos tres grupos distintos:
Iglesias que siguen a Jess por sus seales.
La fe de estas comunidades no logra comprender de forma plena la persona de
Jess, su pretensin divina de ser el pan vivo bajado del cielo, as como la no
comprensin y rechazo de la eucarista junica, les convierte en cristianos judin
que no son verdaderos creyentes para el autor del evangelio (6, 60-66); ya que este
deseo de ver seales milagrosas es una seal de falta de fe.
Las iglesias formada por los hermanos de Jess.
La crtica a Jess por parte de sus hermanos a que suba a Jerusaln para que exhiba
sus milagros (7, 3-5), porque no crean en l, ser no solo un recuerdo histrico si
no tambin una polmica que lleva el sentido de ser definitivo contra la iglesia de
Jerusaln, presidida por Santiago (1 Corintios 5, 7; Glatas 1, 19. 2, 9; Hechos
15, 21) el hermano del Seor, y a quin otros hermanos del Seor le sucedieron
despus de su martirio en los aos 60. Los parientes de Jess fueron considerados
figuras prominentes en las iglesias de Palestina an en el siglo II.
Otros grupos de cristianos de fe inadecuada.
Estos judos cristianos bien pueden ser un grupo que se sienten ofendidos por
aquella comunidad junica a quienes van a sealar como una mescolanza de judos
y samaritanos y por lo tanto la rechazan, aunque bien en el fondo del debate real se
encuentra el escndalo y blasfemia de la alta cristologa de la comunidad junica
que considera que Jess es antes de Abraham, y ms an se presente como el Yo
Soy. Por esta razn deciden matar a Jess. En la visin junica el rechazo y la
negativa de aceptar este verdadero carcter de Jess, significa que creyeron, pero
sin superar el judasmo de su tiempo.
3.3.3. Los cristianos de las iglesias apostlicas.
Debemos volver al relato de la institucin de la eucarista junica, en el cap. 6 de Juan, y
recordar como uno de los grupos de discpulos de Jess le abandona. El otro
representado por los doce, y cuyo portavoz es presentado, es descrito por el evangelista
como quienes han comprendido el tema en cuestin. Este grupo de Pedro y los doce
representara a un grupo de cristianos distintos a los mencionados anteriormente y que
va a estar contrapuesto de manera explcita (representado por Pedro) a la comunidad
junica (representada por el discpulo amado) a lo largo de todo el evangelio (13, 23-26;
18, 15-16; 20, 2-10; 21, 7; 21, 20-23).
Juan tuvo establecer de forma deliberada, es decir intencional este contraste entre el
discpulo amado y la figura ms representativa de la iglesia apostlica. La actitud del
cuarto evangelio hacia la cristiandad apostlica sugiere una actitud fundamentalmente
favorable: la presencia de los doce en la ltima cena (13, 6) significa que los cristianos
apostlicos estn entre los suyos (13, 1), guardaron la palabra de Jess (17, 6), vieron a
Jess resucitado (20, 19.24) y su figura ms prominente glorifica a Dios con su muerte
en el seguimiento de Jess (21, 19).
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en que las comunidades cristianas se reunan en la iglesias domsticas, que sin duda no
daran cabida a muchos hermanos, es probabe que existieran varias iglesias junicas en
una misma poblacin o ciudad. De esta manera Gayo y Ditrefes aunque viviendo en la
misma ciudad pudieran ser lderes de diferentes iglesias junicas, y que el presbtero
lograra conseguir hospitalidad en una iglesia, depues de habersele negado en otra. Debi
existir un importante lugar metropolitano (feso?) dnde juntamente pudieran existir
diferentes grupos de cristianos: apstolicos, junicos, judeocristianos y hasta discpulos
de Juan el Bautista, y que sera el escenario desde dnde se present la lucha entre el
autor y los sececionistas.
4.2.2. La formacin de la escuela junica.
La comunidad junica parece prestar muy poca atencin a las estructuras eclesisticas
que se fueron configurando a finales del primer siglo y al principios del segundo. De tal
manera que la palabra presbitero significara el ms anciano sin ms, no aludiendo al
oficio de presbitero que ya era considerado en ese tiempo como parte de una
organizacin eclesial, cosa que no parece existir en la comunidad junica. En este
sentido la palabra presbtero va a designar la generacin de maestros que van a
suceder a los testigos oculares, que pueden ensear con autoridad porque han visto y
odo a otros, que a su ves haban visto y odo a Jess. Para los cristianos junicos el
maestro por excelencia era el Parclito; el discipulo amado y los maestros humanos,
servan nicamente como los que dan testimonio de la tradicin que interpreta el
Paraclito (19, 35; 1 Juan 2, 27). As los cristianos junicos entendian que el Paraclito
era el que actuaba detrs de la interpretacin de la tradicin tal como era transmitida por
el discpulo amado. Despus de la muerte del discpulo amado la comunidad entendi
que la obra del Parclito continuaba en los discpulos del discpulo amado. La escuela
junica estara formada por aquellos que se sentan tan cerca del discpulo amado que
procura transmitir su tradicin a travs de una forma escrita. A este grupo pertenecen
entonces el autor del evangelio, el redactor del evangelio y el autor de las cartas.
4.2.3. el cisma intra-junico.
El autor de la carta hace una afirmacin de que hay un grupo que se ha separado de la
comunidad (1 Juan 2, 19), pero debemos aclarar que miramos a este grupo disidente
desde la perspectiva del autor cuando les llamamos adversarios. Segn la misma carta se
da a entender que este grupo lleg a ser mas numeroso que la comunidad del autor (1
Juan 4, 5). Este grupo posea ideas contrarias a las del autor, y el autor va utilizar las
cartas para tratar de corregir este pensamiento y para evitar que ms miembros de sus
comunidad puedan pasar al grupo de los disidentes. Estas ideas que el autor de las cartas
va a atacar no tienen una influencia externa, de afuera; si no que precisamente se forma
al interior de la comunidad y precisamente con la intepretacion diferente que los
adversarios van a hacer del evangelio de Juan. Ambos grupos, los del autor y el de los
disidentes, conocieron el evangelio en su forma tal y cual lo conocemos hoy nosotros.
En la tradicin del cuarto evangelio haban textos para una y otra postura, cada grupo
pretendia demostrar que la interpretacin que ellos hacan era la correcta.
4.2.3.1. las reas del conflicto.
Los principales puntos de conflicto entre el autor de las cartas y sus oponentes, es al
parecer en la interpretacin cerca de la cristologa, tica, y pneumatologa. Como se
ver ms adelante se puede deducir cuales son las enseanzas que quiere corregir el
autor de las cartas.
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a) La cristologa.
Una cristologa muy alta era el punto central de las luchas histricas de la comunidad
junica con los judos y con otros cristianos. El nfasis en la divinidad de Jess y su
preexistencia, oscureca y relativizaba la trayectoria humana de Jess descrita por el
evangelio, por parte de los secesionistas, de tal manera que el autor va a decir que el
que niegue que Jess es el Cristo y ha venido en la carne es embustero (1 Juan 2,
22) y anticristo (1 Juan 4, 2-3). Los secesionistas entonces negaban la importancia
de que Jess viniera en carne, porqu era importante que Jess viniera en carne? Y
de qu manera lo negaban? Es probable que los secesionistas creyeran que la
existencia humana de Jess, aunque real, no era importante en el plan salvfico.
Esto podra deberse a la imagen de Jess presenta en el evangelio, que hasta cierto
punto relativiza su humanidad. El Jess apenas si come y bebe, y cuando habla de
esto (pan y agua) lo presenta como smbolos o realidades espirituales (4, 32; 6,33),
ama a Lzaro con un amor que no refleja la simpata humana (11, 5-6), conoce todas
las cosas (16, 30), no presenta angustia ante la muerte (12, 27-28). El otro argumento
de los secesionistas podra ser que elacto salvfico de Dios en Jess estaba en su
envo a este mundo (17, 3.8), mas que en cualquier actividad o tipo de vida aqui en
la tierra.
El autor de las cartas va a refutar en primer lugar estas afirmaciones
recordando la tradicin de su comunidad, lo que era desde el principio, lo que vieron,
oyeron y palparon tocante al verbo de vida, dndo nfasis a este principio de la vida
terrena, antes que al principio de la existencia (1 Juan 1, 1-2). En segundo lugar va
a recordar el marco salvfico temporal del ministerio de Jess desde el inicio con su
bautismo, hasta su muerte con la cruxificcin, es decir si era importante que viniera
al mundo, pero su salvacin supona tambin su bautismo y su muerte.
b) La tica.
Al partir de las refutaciones del autor de las cartas hacia los secesionistas se deja en
evidencia al menos tres posturas de los adversarios, en cuyas conclusiones estaba
implicada de alguna manera la cristologa.
La intimidad con Dios y la ausencia del pecado.
Los oponentes miraban la ausencia del pecado como una realidad cumplida al
hacerse hijos de Dios y que no hay juicio alguno sobre ellos, de tal manera que el
que est limpio no necesita lavarse, si no solo los pies (8, 46; 3, 18; 13, 10). Contra
la postura de los oponentes el autor no ve la ausencia de pecado y la intimidad con
Dios como una realidad cumplida sin ms, si no un esfuerzo del cristiano (1 Juan
2,1)
El cumplimiento de los mandamientos.
Los oponentes no van a poner mucho nfasis en el cumplimiento de los
mandamientos, ya que su salvacin depende de su intimidad con Dios. De esta
manera no le dan ninguna importancia salvfica a la conducta tica (producto de su
interpretacin cristolgica), aunque el autor no los acusa de ningn pecado en
especial, si considera la tica cristiana como evidencia del aspecto salvfico (1 Juan
2, 4.6; 3, 3.7).
El amor fraterno.
El mandamiento ms grande dentro de la comunidad junica es el amarse los unos a
los otros, sobre el que se va a insistir a travs de todo el evangelio, de este
mandamiento dependen todos los dems mandamientos (13, 35; 15, 12). Al parecer
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los secesionistas tenan el mismo sentido de comunidad que el autor de las cartas,
sin embargo en la perspectiva del autor la verdadera comunidad era la de l y no de
la de los disidentes, de tal manera que ellos haban roto la comunin (1 Juan 4, 20)
y al marcharse haban demostrado que no amaban a sus hermanos (la comunidad
del autor y los que estaban en comunin con ellos y aceptaban su interpretacin del
evangelio)
c) La pneumatologa
Debemos de recordar el pensamiento junico acerca del Espritu, es el Maestro por
excelencia, quien verdaderamente acta detrs de los maestros que ensean la
tradicin, de tal manera que los cristianos junicos no necesitan que nadie les
ensee, porque tienen la uncin del Santo (1 Juan 2, 27) y advierte que muchos
falsos profetas se han surgido en el mundo y se deben examinar las manifestaciones
del Espritu, para saber si el espritu que reflejan pertenece a Dios (1 Juan 4, 1).
Esto permite suponer que los secesionistas se han proclamado tambin maestros
y profetas con una posesin especial del Espritu, en este sentido la refutacin que
hace el autor como quin asume la interpretacin correcta es favorable para s
mismo, ya que se puede conocer quien de verdad tiene el Espritu: todo Espritu que
confiese que Jess ha venido en carne es de Dios, pero todo Espritu que no confiese
a Jess, ese no es de Dios (1 Juan 4, 2-3).
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