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Normalidad y Anomalía Marco Teorico

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Normalidad y anomalía [editar]

De acuerdo con ello, la Teoría Queer (TQ) rechaza la clasificación de los individuos en
categorías universales como "homosexual", "heterosexual", "hombre" o "mujer",
sosteniendo que éstas esconden un número enorme de variaciones culturales, ninguna
de las cuales sería más fundamental o natural que las otras. Contra el concepto clásico
de género, que distinguía lo "heterosexual" socialmente aceptado (en inglés straight) de
lo "anómalo" (queer), la Teoría Queer afirma que todas las identidades sociales son
igualmente anómalas.

Contra las clasificaciones tradicionales [editar]


La Teoría Queer critica las clasificaciones sociales de la psicología, la filosofía, la
antropología y la sociología tradicionales, basadas habitualmente en el uso de un solo
patrón de segmentación —sea la clase social, el sexo, la raza o cualquier otra— y
sostiene que las identidades sociales se elaboran de manera más compleja como
intersección de múltiples grupos, corrientes y criterios. (Papalia, 2001)

Historia [editar]
Antecedentes [editar]

Magnus Hirschfeld [editar]

Un precursor de los conceptos de la TQ fue el médico alemán Magnus Hirschfeld,


cuyos trabajos de comienzos del siglo XX estuvieron dedicados a despejar la dicotomía
entre homo y heterosexualidad desde una perspectiva biológica; a partir de 1908 publicó
un Zeitschrift für Sexualwissenschaft en el que por primera vez le dio forma a la idea de
travestismo, y estudió las diferentes articulaciones de los roles sexuales en la sociedad
de su época.

Los orígenes del movimiento queer son, por otra parte, diversos. El movimiento de gays
y lesbianas, que podrían considerarse los más cercanos a los queers, no ha
proporcionado ni los antecedentes teóricos ni el modelo de un compromiso político. Es
quizá más correcto afirmar que el movimiento queer viene de la teoría queer y que ésta
es heredera del feminismo.

Margaret Mead [editar]

Desde la antropología, estudios como el célebre ensayo de Margaret Mead Sex and
Temperament in Three Primitive Societies (Sexo y temperamento en tres sociedades
primitivas), en el que la división sexual del trabajo y las estructuras de parentesco se
analizan para explicar los distintos papeles de género de las etnias arapesh,
mundugumor y tchambouli, ayudan a proporcionar material empírico que cuestionase la
rígida diferenciación entre caracteres "femeninos" y "masculinos", documentando
culturas en las que hombres y mujeres compartían por igual prácticas consideradas
exclusivamente viriles en Occidente (como la guerra) y aún otras en que la distribución
de las tareas domésticas y de los hábitos suntuarios eran exactamente inversas a las
occidentales. Sus descripciones de los varones tchambouli, excluidos de las tareas
prácticas y administrativas, y a los que se reservaban los hábitos del maquillaje y la
decoración personal, fueron recibidos con escándalo por la sociedad de su época, al
igual que su desmitificación de la pureza femenina a través de estudios de las prácticas
sexuales infantiles y adolescentes de las arapesh.

Postestructuralismo [editar]

Sin embargo, el principal impulso para la TQ vendría de los estudios filosóficos y


literarios, a través del grupo de autores asociados al llamado movimiento
postestructuralista. La noción del decentramiento del sujeto -es decir, la idea de que las
facultades intelectuales y espirituales del ser humano no son parte de su herencia
biológica, aunque se funden en condiciones biológicas, sino el resultado de una
multiplicidad de procesos de socialización, a través de los cuales se constituyen de
manera sumamente diferenciada las nociones del yo, del mundo y las capacidades
intelectuales para operar abstractamente con éste- proporcionó el impulso para estudiar
no sólo los roles sociales de varón o mujer, sino también el reconocimiento que los
individuos tienen de su propia condición masculina o femenina como productos
histórico-sociales.

La mayor influencia en este sentido fue la monumental Historia de la Sexualidad, que


Michel Foucault dejó inconclusa a su muerte, en la que se trataban críticamente
hipótesis muy extendidas acerca de los impulsos sexuales, como la distinción entre la
supuesta libertad concedida al deseo en el estado de naturaleza y la represión sexual
ejercida en las civilizaciones avanzadas.

Por su parte, los estudios literarios -en especial los de Roland Barthes, Jacques Derrida,
Julia Kristeva y sus seguidores- exploraron extensamente las formas en que una
determinada distribución de tareas, atributos y roles entre los sexos se difunde a través
de textos que simulan proporcionar nada más que una descripción de facto; la distinción
que da nombre a la teoría, por ejemplo, opone tácitamente una forma "normal" de
sexualidad -la pareja heterosexual estable- a otras consideradas anormales, sugiriendo
que estas últimas son inadecuadas o perjudiciales.

Evolución hacia el fenómeno queer: feminismo, lesbianismo [editar]

Otra diferencia entre los movimientos queer y el movimiento LGBT (Lesbianas, Gays,
Bisexuales y Transexuales) es que aquél no ha tenido precedente en el siglo XIX. Era,
pues, necesario para los militantes gays y lesbianas elegir un modelo para su nuevo
movimiento. Por una parte, el éxito de los movimientos de los negros americanos les ha
resultado atractivo. Por otra, aun cuando los queers están en general más próximos a los
gays y lesbianas que a las feministas, muchas de sus raíces ideológicas se encuentran
también en el feminismo americano de los años 80. Antes de esa fecha, el feminismo,
como otros movimientos similares, esperaba que el progreso social se produciría por un
cambio de legislación.

Los argumentos para la aprobación de legislaciones progresistas se han fundado siempre


en la comparación entre el grupo minoritario en cuestión y el ciudadano universal, es
decir, el hombre rico y blanco. Por motivos diversos, varios movimientos han
comenzado, desde los años 70, a oponerse a esta imagen de ciudadano universal, y a
valorizar su propia capacidad de actuación o realización. Esta tendencia (marcadamente
postmodernista) ha acelerado la ruptura entre el hombre y la mujer y ha esencializado lo
que ha venido a constituirse en feminismo. Aparece, sobre todo, en el The Feminine
Mystique, de Betty Friedan, creadora de NOW (Organización Nacional para Mujeres),
que ha sido sin embargo acusada de ignorar a todas las mujeres que no eran blancas o de
una clase social acomodada.

Esta ola de feminismo se situaba, pues, en la noción de diferencia, ya fuera la diferencia


entre hombres y mujeres, ya fuera la conceptualización del sujeto y del objeto de varios
fenómenos sociales (el discurso, el arte, el matrimonio, etc.). Sin embargo, este
movimiento radical de la segunda ola del feminismo ha sido alterado por dos fenómenos
ideológicos, ambos relacionados con cuestiones de sexualidad y de género. El primero
fue la cuestión de las guerras de sexos (Sex Wars), que dividieron a las teóricas y
militantes sobre el papel de la pornografía en la opresión de las mujeres.

La otra fisura se refiere a la presencia de lesbianas en las filas feministas y se conoce


como Lavender Menace, nombre de un grupo informal de feministas lesbianas formado
para protestar por la exclusión de lesbianas y reivindicaciones lesbianas del movimiento
en el Segundo Congreso para la Unidad de las Mujeres, celebrado en mayo de 1970 en
Nueva York.

Del mismo modo que los enemigos del feminismo utilizaban (y utilizan) con frecuencia
contra sus argumentos la argumentación-acusación (evidentemente homofóbica) de
lesbianismo (práctica conocida en inglés como lesbian baiting), una gran parte de las
militantes mostraban su propia homofobia y se negaban a aceptar que algunas de ellas
eran lesbianas.

Las lesbianas de la lavender menace manifestaban que ellas eran más feministas gracias
a su alejamiento de los hombres, mientras que las feministas heterosexuales aducían que
los papeles masculino/femenino (butch/fem) de las parejas lesbianas no eran sino copias
del matrimonio heterosexual. Así pues, la homofobia atribuida a la segunda ola, su
atención a las práctica sexuales, y sobre todo la división que todo ello produjo, condujo
al nacimiento de la TQ a comienzo de los años 90.

Sobre la definición de la teoría [editar]


La TQ parte de la consideración del género como una construcción y no como un hecho
natural y establece ante todo la posibilidad de repensar las identidades desde fuera de
los cuadros normativos de una sociedad que entiende el hecho sexual como constitutivo
de una separación binaria de los seres humanos; dicha separación estaría fundada en la
idea de la complementariedad de la pareja heterosexual.

El adjetivo queer [editar]

La TQ, con su interés por las implicaciones de sexualidad y género se ha dedicado sobre
todo a la exploración de estas implicaciones en téminos de identidad. La naturaleza
provisional de la identidad queer implica una amplia discusión sobre la definición del
adjetivo queer. Eve Kosofsky Sedgwick ha explorado esta dificultad de definición y
señalado que, si bien el término cambia su significado según se aplique a uno mismo o a
otro, "tiene la virtud de ofrecer, en el contexto de la investigación académica sobre la
identidad de género y la identidad sexual, una novedad que implica etimológicamente
un cruce de los límites sin referirse a nada en particular, lo cual deja la cuestión de sus
denotaciones abierta a la controversia y la revisión" (Epistemology of the Closet).

La autodesignación de la identidad [editar]

Gracias a esa naturaleza efímera, la identidad queer, pese a su insistencia sobre la


sexualidad y el género, podría aplicarse a todas las personas que alguna vez se han
sentido fuera de lugar ante las restricciones de la heterosexualidad y de los papeles de
género. Así, si una mujer se interesa en el deporte o un hombre en las labores
domésticas, pueden ser calificados como queers. Por este motivo la mayor parte de los
teóricos queer insiste en la autodesignación de la identidad. Junto al género, la identidad
compone uno de los temas principales de la teoría, y eso incluye la investigación sobre
la prostitución, la pornografía, las zonas oscuras de la sexualidad, etc. El vocablo,
cuando se aplica a las prácticas sexuales, ofrece muchas más innovaciones que otros
términos, como lesbiana o gay.

Cuando alguien se define como queer, es imposible deducir su género. Teresa De


Lauretis, que fue la primera en emplear esa palabra para describir su proyecto teórico,
esperaba que tuviera aplicaciones iguales para la sexualidad y la raza, la clase y otras
categorías. Sin embargo, fuera de los ámbitos universitarios, cuando el término queer se
refiere a la sexualidad, es más frecuentemente un sinónimo de gay y lesbiana, a veces
de gay, lesbiana y bisexual y con menos frecuencia de gay, lesbiana, bisexual y
transexual.

La cuestión transexual [editar]

La exclusión habitual de los transexuales de este uso popular puede deberse al hecho de
que un transexual manifiesta unas relaciones desviadas respecto al género y la
sexualidad. Muchos transexuales, inspirándose en la TQ en los niveles sexual y
genérico, prefieren distinguirse de los transexuales tradicionales (los FtM y MtF, siglas
inglesas de Female to Male y Male to Female, literalmente Hembra a Macho y Macho
a Hembra, expresiones que reafirman el binarismo del género al cambiar de sexo sin
otra reivindicación) utilizando las expresiones género queer y FtN o MtN (sustituyendo
la segunda parte de la expresión por el adjetivo neutro). Las investigaciones queer sobre
el género abarcan sobre todo las opciones desviadas del género (los transgéneros, los
género-queer y los travestidos), así como la separación de género y sexo biológico.
Partiendo de la afirmación de Simone de Beauvoir "no se nace mujer, se llega a serlo",
Judith Butler ha sido la primera teórica queer en abordar esta separación entre género y
sexo.

El miedo de la ciencia y la resistencia [editar]

La bióloga Anne Fausto-Sterling señala que el miedo a la confusión de los géneros


impulsó a la ciencia y la medicina a buscar criterios irrefutables que establecieran el
sexo anatómico y el género psicológico. Su trabajo cuestiona las intervenciones médicas
que pretenden curar la disforia (malestar, inquietud) de género y el hermafroditismo.
Además, la TQ se interesa en el parentesco y en las reivindicaciones identitarias en
general. Judith Butler ha explorado el parentesco en su libro Antigone's Claim (La
reivindicación de Antígona) y la identidad en The Psychic Life of Power (La vida
psíquica del poder), en donde se ha propuesto explicar por qué se insiste en una
reivindicación identitaria que puede poner a algunas personas en peligro (por provocar
una violencia psíquica o física). Casi todos los trabajos que se proclaman queers
comparten una resistencia teórica al esencialismo y a las pretensiones totalizadores, lo
cual hace a la TQ y al término queer difíciles de describir.

Grietas en la teoría: universidad y anti-universidad


[editar]

La práctica y el compromiso político desempeñan un papel mucho más importante en el


trabajo que se produce fuera de la universidad. Al contrario de las teorías feministas, la
TQ universitaria se interesa menos por las actitudes militantes, lo cual ha supuesto
rupturas. La producción de textos queers no universitarios es abundante. Los zines y los
blogs son abundantes en un movimiento que privilegia la auto-afirmación y la
importancia de contar la propia historia. Los blogs han multiplicado el acceso de la
audiencia transexual a las informaciones (e imágenes) precisas de los que se puede
esperar de una transformación quirúrgica. Los textos más influyentes en la población
queer desde los años 90 son, no obstante, los que provienen del medio popular.

En Queer Theory, Gender Theory (Teoría Queer, Teoría de Género), Riki Wilchins,
transexual, elabora una refutación categórica de la teoría universitaria sobre los queers,
señalando que trabaja siempre al estilo bottom-up y que los universitarios han robado la
TQ a los queers populares. Esta opinión se extiende cada vez más entre los queers, que
sienten que en los círculos universitarios se habla de ellos, pero no comprenden lo que
se dice. Es posible que esa separación se deba al lenguaje muy elaborado de los teóricos
queers universitarios (se acusa a Judith Butler de utilizar una escritura incomprensible),
debido, según algunos, a un deseo de compensación de su estatus inferior dentro del
mundo académico.

La autobiografía Stone Butch Blues, escrita por Leslie Feinberg, ha sido quizá la
primera de un transexual. Este texto, muy influyente, no es solamente el relato del
cambio de sexo de una persona: Feinberg muestra toda una ambivalencia hacia las
identidades masculinas y femeninas y se mueve siempre en el espacio liminar del
género y de la representación. En Trans Warriors, el mismo autor examina las
percepciones corporales que se utilizan para determinar el género de una persona,
incluidos los vestidos y las estructuras sociales que históricamente han estado abiertas o
cerradas a la variación de género.

En un lenguaje muy claro y eficaz, Kate Bornstein utiliza un cuaderno de ejercicios (My
Gender Workbook) para ayudar al lector a deconstruir sistemáticamente sus nociones de
los papeles masculino y femenino, y ha sido el primer transexual en proponer el
establecimiento de una categoría que reivindique la identidad queer o transexual en
lugar de la del sexo adoptado.

Pat Califia, escritor y psiquiatra, ha publicado textos diversos, entre ellos novelas
pornográficas, de ciencia ficción y una historia de transgéneros. Califia defiende la
pornografía en la ciencia ficción, dos géneros criticados con frecuencia, en su opinión, a
causa de las posibilidades que ofrecen en tanto que resistentes a la normativa sexual y
genérica. Su trabajo Sex changes estudia la historia de los cambios de género a través de
la biología, el psicoanálisis, la sociología y la política.

El papel de la biología [editar]


Categorías biológicas versus construcciones sociales [editar]

Algunos críticos de la TQ sostienen que algunas pruebas fisiológicas, genéticas y


sociológicas, muestran que la orientación sexual y la clasificación sexual no pueden ser
consideradas construcciones sociales y que varias características biológicas (algunas de
las cuales son hereditarias) desempeñan un papel importante en la formación de la
conducta sexual. En el presente, no parecen existir pruebas concluyentes en uno u otro
sentido, si bien la comunidad científica parece esperar que el estudio del genoma
humano y de otras especies aporte más luz al respecto.

Distintos comentaristas responden a estas afirmaciones haciendo ver que no todos los
individuos son fácilmente clasificables como hombre o mujer, incluso atendiendo a
fundamentos estrictamente biológicos. Por ejemplo, los cromosomas sexuales (X e Y)
pueden existir en combinaciones atípicas (como en el síndrome de Klinefelter [XXY]).
Esto obstaculiza el uso de los genotipos como medio para definir dos géneros
exactamente distintos. Los individuos intersexuados pueden tener características
sexuales ambiguas por distintas razones biológicas.

La cuestión de hasta qué punto la identidad sexual y la orientación sexual están


fundamentadas en la biología es importante no sólo en la teoría queer, sino también, por
ejemplo, en sexología.

Actualmente está bien aceptado que en la orientación sexual influyen determinantes


ambientales y genéticos, aunque sean sólo de carácter correlacional, sin embargo no es
posible aún discernir ninguna característica cualitativa o cuantitativa de este
determinante genético. Esto pudiera interpretarse a favor de teorías ambientalistas como
la TQ, especialmente en referencia a los estudios de antropología donde la sexualidad
representa dinámicas sociales de poder al margen de la reproducción.

El doctor Money y el caso Reimer [editar]

En los primeros trabajos de la Universidad John Hopkins, el investigador John Money


indicó que quedó impresionado por el argumento de que la identidad sexual es una
conducta socialmente establecida, y utilizó para probarlo a David Reimer, de pocos
meses, quien había sufrido una circuncisión mal practicada. En el experimento se le
asignó una identidad femenina y una operación de adecuación de sexo, y bajo el nombre
de Brenda fue criado por sus padres bajo esta nueva identidad. El experimento fue un
completo fracaso. A los 20 años, después de años de terapia y varios intentos de
suicidio, Brenda/David fue informado de todo y decidió realizarse una nueva
intervención quirúrgica (esta vez una faloplastía). Finalmente, se suicidó antes de los
cuarenta años.

Este caso ha dado lugar a muchos debates dentro de la teoría queer centrados tanto por
su descripción de la reasignación del funcionamiento del género como por su calidad de
tratamiento desastroso (y completamente innecesario) de un niño tan sólo porque sus
genitales no se acomodaban a la idea "normal" de genitales. Se suele utilizar como
ejemplo de cómo no tratar a personas con variaciones sexuales o de género.

En proyectos posteriores, Money desarrolló importantes matices sobre los casos que
conllevan una investigación acerca de la formación de la identidad de género de
cualquier persona, aunque no ha vuelto a hablar del caso Reimer tras haberse sabido que
durante años no lo había denunciado.

El porvenir de la teoría [editar]


Con la crítica de la teoría de la realización propuesta por Butler en Gender Trouble y el
apaciguamiento de los grupos provocadores y de drag queens y drag kings, muchos
teóricos se encuentran actualmente en un período de búsqueda de nuevos análisis de la
resistencia queer

La mayor parte de ese trabajo se produce en ámbitos literarios, psicoanalíticos y


lingüísticos, pero también en los dominios de la biología y de las ciencias sociales
(incluso si, a causa de la ruptura entre la universidad y los ambientes populares, hay a
priori prejuicios hacia los investigadores sociales).

Lee Edelman y otros ponen en relación la TQ y el psicoanálisis examinando las


nociones lacanianas de construcción identitaria a través de la adquisición del lenguaje y
el estadio del espejo. Según ellos, la conciencia de uno mismo procede más de la cultura
y del lenguaje que de la biología. En su texto No future, Edelman se apoya también
sobre el concepto foucaultiano del Bíopoder para examinar la resistencia de los queers a
los sistemas sociales de reproducción (el matrimonio, la producción de niños). Anna
Livia ha publicado un trabajo lingüístico (Pronoum Envy) sobre el uso queer del género
gramatical en la literatura francesa.

Tras un decenio de elaboración de una teoría crítica, parece que una identidad queer
comienza a asentarse. Existen, sin embargo, desacuerdos entre los teóricos que priman
el estudio del género y los que se interesan más específicamente en la sexualidad, y
entre los universitarios y anti-universitarios. Otra grieta, en fin, aparece entre las
comunidades queers y las feministas llamadas de la segunda ola, la cual, con sus
rupturas múltiples, ha mantenido sus fieles, aunque algunas reivindican una tercera ola
del feminismo, mientras que otras afirman que la TQ ha provocado un post-feminisno.

Personalidades [editar]
El término "queer" aparece en textos teóricos desde por lo menos "Borderland/La
Frontera" de Gloria Anzaldúa, de 1987. Ya el término "Teoría Queer" debe su primer
uso a Teresa de Lauretis. Sin embargo, en 1994, ésta criticó la teoría queer
estableciendo que no era más que una estrategia de márketing que "se había convertido
rápidamente en un concepto vacío producto de las compañías publicitarias". Destacan
como influencias históricas de la TQ (entre otros): Gloria Anzaldúa, Audre Lorde,
Monique Wittig, Jonathan Katz, Ester Newton, Andy Warhol, Roland Barthes, Jacques
Lacan, Louis Althusser, Jacques Derrida. Pero los primeros que desarrollaron la teoría
fueron Gayle Rubin, Kaja Silverman, D.A. Miller, Sue-Ellen Case, Douglas Crimp,
John D'Emilio, Lee Edelman, Michel Foucault, Joan Scott, Simon Watney, Judith
Butler, Eve KosofskySedgwick, Leo Bersani, David Halperin, Michael Moon,
MichaelWarner y muchos otros.

Activismo y teoría [editar]


Se puede decir que hay dos vertientes de la teoría queer: el ámbito teórico y el activista,
con grupos como ACT UP o Queer Nation. La influencia que ha tenido esta teoría en el
mundo académico estadounidense es grande. En España se conocieron grupos como
LSD o la Radikal Gai en los años noventa. Con la llegada del nuevo milenio surgen
prácticas políticas que superan la política institucional de los grupos LGTB, el FAGC[1]
(Front d'Alliberament Gai de Catalunya ['Frente de Liberación Gay de Cataluña']),
EHGAM (Euskal Herriko Gay-les Askapenerako Mugimendua ['Movimiento de
Liberación de Gays y Lesbianas de Euskal Herria']), Maribolheras Precarias (Galicia),
Queer Ekintza (Euskadi), El grupo QK [2] (Alacant), y Liberacción (Madrid) forman
parte de la red contra la homofobia, y sus luchas van más allá de una reivindicación
exclusiva para la comunidad LGTB cada vez más mercantilizada; la lucha contra la
precariedad o la guerra forman parte de su ideario político, todo ello a través de la
reivindicación festiva, buscando espacios autónomos donde poder reinventar la vida. La
teoría queer comienza a abrirse paso también en el ámbito académico.

Movimiento Queer en España [editar]


En la España de principios de los 1990 ocurre lo mismo a comienzos de lo mismo que
había pasado con el término anglosajón queer, ciertos grupos como Lesbianas Sin Duda
(LSD) o la Radical Gai adoptan palabras como bollera o maricón, anteriormente sólo
despectivas, para autodefinirse y para crear una militancia diferente que no se dirige al
Estado pidiendo subvenciones, leyes o regulaciones, sino que trabaja en otras líneas
políticas independientes y reacias a la buena imagen y a la integración en el sistema
heterosexual dominante.

El movimiento no ha dejado de trabajar y extenderse dando origen a comienzos de este


siglo diversos grupos queer, principalmente de lesbianas, organizan los primeros talleres
drag king, producen porno alternativo, documentales, libros, festivales de cine,
performances, conferencias etc. Existen debates y alianzas respecto a diversas
realidades políticas: la regulación del trabajo sexual, la posibilidad de otra pornografía,
un nuevo feminismo no lesbófobo y no transfóbico, la inmigración, el acceso libre a
hormonas, despenalización de las drogas, el heterocentrismo en escuelas y medios de
comunicación, cómo se construyen el sexo y el género, las problemáticas de la
prevención del sida, etc. Grupos como Mambo , Girlswholikeporno, Grupo de Trabajo
Queer-GTQ, Zona de Intensitat, Medeak, Post Op, O.R.G.I.A, Corpus Delicti,
Maribolheras precarias, entre otros, ejercen actualmente diversas militancias queer en
diferentes zonas de España y han creado vínculos con otros grupos en Europa y
América Latina.

También en el ámbito de la cultura y el arte ha habido una amplia producción cultural


feminista y queer desde los años 80, que continúa en la actualidad con numerosas
exposiciones y seminarios sobre artistas y culturas queer. La universidad; desde hace
unos años existen en diversas universidades españolas seminarios, cursos de posgrado,
tesis doctorales y conferencias sobre las culturas queer. La Universidad Nacional de
Educación a Distancia organizó entre 2003 y 2005 dos ediciones de un curso de teoría
queer, y en otras universidades de Espana se pueden encontrar recientes ejemplos de
programas y cursos sobre estas culturas. Paralelamente desde finales de los 90 se vienen
publicando en España libros sobre prácticas, militancias y teorías queer, traducciones,
así como numerosos blogs, webs, y foros, para el intercambio de información y la
creación de proyectos comunes.

Bibliografía [editar]
• Pablo Pérez Navarro (marzo de 2008). Del texto al sexo. Judith Butler y la
performatividad. ISBN: 978-84-88052-62-9.
• Javier Sáez (Diciembre de 2004). Teoría Queer y Psicoanálisis.. ISBN 84-9756-
182-1.
• Obra colectiva (Editores: David Córdoba, Javier Sáez y Paco Vidarte
(Diciembre de 2005). Teoría Queer. Políticas bolleras, maricas, trans,
mestizas.. ISBN 84-95346-99-0.
• Obra colectiva (Introducción, edición y traducción: Carmen Romero Bachiller,
Silvia García Dauder y Carlos Bargueiras Martínez (Grupo de TRabajo Queer))
(2005). El eje del mal es heterosexual. Figuraciones, movimientos y prácticas
feministas queer.. ISBN 84-96453-04-9.
• Ver la introducción que hace la traductora María A. Oliver-Rotger al respecto en
Sexualidades transgresoras: una antología de estudios queer, compilado por
Rafael Mérida Jiménez.
• Beatriz Preciado (2002). Manifiesto contrasexual.
• José Antonio Nieto (1990). Transexualidad, transgenerismo y cultura.
• Butler, J. (1990). Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity.
ISBN 0-415-90043-3.
• Soble, A. (1998). The Philosophy of Sex and Love: an introduction. ISBN 1-
55778-716-6.
• Juan Vicente Aliaga (2004). Arte y cuestiones de género..
• Paco Vidarte (2007). Ética Marica..
• Beatriz Preciado (2008). Testo yonqui..

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