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Incertidumbres Tácticas

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INCERTIDUMBRES TCTICAS

Ensayos sobre democracia,


populismo y ciudadana

Fernando Mayorga

INCERTIDUMBRES TCTICAS
Ensayos sobre democracia, populismo
y ciudadana

Fernando Mayorga

PIEB- CIUDADANIA-Plural editores

Septiembre, 2014

El Conejo Blanco se puso las gafas.


-Por dnde debo empezar, con la venia de Su Majestad? -pregunt.
- Empieza por el principio -dijo el Rey con gravedad- y sigue hasta
llegar al final; all te paras.
Las aventuras de Alicia en el Pas de las Maravillas

NDICE
Prlogo
Presentacin
Introduccin
1. La construccin minimalista- del Estado Plurinacional
2. Estilo de gobierno decisionismo presidencial o insuficiencias
del modelo decisional?
3. Cambios en el campo de la oposicin Hacia una nueva fase en
el sistema de partidos?
4. Democracia intercultural y organizaciones polticas
5. Autonomas, democracia intercultural y representacin poltica
6. Ciudadana en tiempos de transicin estatal
7. Democracia, ciudadana y exclusin en la regin andina
8. Populismo y democracia en Amrica Latina. Regmenes
refundacionales y liderazgos carismticos

PRLOGO
El libro de Fernando Mayorga es parte de una coleccin que se
inici en el 2003 y es a la vez la culminacin de 10 aos de trabajo de
investigacin y reflexin sobre la dinmica poltica boliviana
contempornea. Constituye, desde mi punto de vista, un referente
fundamental para quien desee entender las transformaciones que
ocurren en un pas que sobresale en el contexto internacional por su
creatividad sociocultural y poltica.
Tambin, como corresponde a un trabajo serio, es un texto
problemtico que plantea lmites y dudas sobre la realidad estudiada.
Posiblemente por esto, el mismo Fernando titul sus libros como:
Avatares, Encrucijadas, Antinomias, Dilemas e Incertidumbres. Se
trata de un proceso analtico por los corredores y laberintos de la
nueva realidad poltica; y de la soledad del analista, tambin.
Dnde anida el sentido del cambio poltico? Es una de las
preguntas fundamentales que recorre el texto. Para el autor parece ser
que en la formacin de una democracia intercultural. Esta sera la
respuesta a la crisis de la democracia liberal que gener el proceso
poltico boliviano. Respuesta tanto a la crisis e inflexin histrica
nacional, como a la crisis generalizada a escala global de la
democracia representativa. Desde Estados Unidos y Europa hasta
Amrica Latina, con la honorable excepcin del Uruguay, en todas
partes los partidos polticos tienen serios problemas de representacin
y de legitimidad.
La va democrtica boliviana es una experiencia novedosa,
polmica y polemizante. Mayorga analiza cmo se vinculan una
democracia comunitaria con otra representativa, otra participativa y
yo agregara otra plebiscitaria. Parece un laberinto institucional
complicado.
Lo que aspiro en este Prlogo breve es a problematizar el libro
desde una perspectiva ms sociolgica, consciente de que todo es
poltica pero tambin de que la poltica no es todo.

Cules seran los fundamentos sociolgicos de los cambios


polticos en curso?
Tratar de colocar tres reflexiones derivadas de los
planteamientos de Fernando Mayorga. La primera se refiere a la tesis
sobre la continuidad y el cambio en el tiempo histrico, y tratar de
indagar sobre los sujetos del cambio. La segunda, al modelo
boliviano de desarrollo emergente. La tercera reflexin es sobre el
lugar de Bolivia en la globalizacin.
Para entender la experiencia actual, parece fundamental situarla
en el largo plazo. Tiene que ver con Charcas, la dominacin colonial
y los levantamientos de la poca, pero tambin con la larga, diversa,
complicada y conflictiva construccin social de la institucionalidad
de la nacin boliviana y de sus mltiples nacionalidades en el espacio
original de Charcas. El actual Estado Plurinacional de Bolivia es un
pas con historicidad intensa y extraa. Las Fuerzas Armadas, por
ejemplo, nacen de las guerrillas regionales de la Independencia, y
Juana Azurduy de Padilla fue primero guerrillera y luego coronela a
medias. O sea, en Bolivia la sociedad hace las instituciones y
probablemente all radique tanto su fortaleza como su debilidad.
Fortaleza, porque muestra la capacidad de accin y creacin colectiva.
Debilidad, porque las instituciones no alcanzaron a ser eficaces y
legtimas con la propia sociedad que les dio origen. En nuestro pas,
la ley difcilmente se cumple, hubo demasiados golpes de estado
frustrados a lo largo de la historia y predomina una cultura poltica
para-institucional. La ausencia de minoras consistentes explica en
gran medida los lmites institucionales del pas, pero tambin las
experiencias de explotacin y dependencia que vivi. Pas con la
Revolucin del 52 y tambin con la democracia reiniciada hace 30
aos, para mencionar slo dos hitos recientes.
En este mbito hay problemas constantes como la estratificacin
de clase de origen colonial o la persistente cultura de la negacin del
otro. Son cuestiones que se han ido modificando y parece que hoy
resultan fundamentales para auscultar las genuinas chances de una
democracia intercultural.

A este propsito hace aos concluimos con Jorge Dandler y


otros colegas (ver La fuerza histrica del campesinado, CERESUNRISD, 1984) la tesis de que el campesinado boliviano y andino era
un sujeto de cambio poltico y cultural, que sus prcticas histricas no
slo haban modificado sus propias condiciones sino la de otros
actores sociales y del propio Estado, e insistamos en que su papel en
el futuro sera fundamental. Es sobre esa experiencia histrica y
cultural que estara asentado el crucial protagonismo de campesinos,
pueblos indgenas y originarios que impulsan el proceso de cambio
actual. Pero, qu caractersticas y probabilidades tienen y cmo
entenderlos en una sociedad predominantemente urbana y global? Me
parece que en vincular este tipo ideas descansan las chances genuinas
de una democracia intercultural novedosa, proceso a veces confuso
que slo recin comienza.
Pero, cul es la actual matriz de actores sociales que impulsan
el cambio? Qu opciones de desarrollo son congruentes con esta
bsqueda democrtica y cun sustentables son en una sociedad global
del riesgo?
Deseara detenerme slo en un actor por el carcter estratgico
que tiene en el proceso de cambio: los campesinos colonizadores,
particularmente del Chapare en la Amazona boliviana. Sin ellos no
se explica ni la asincrona del proceso de cambio ni el liderazgo de
Evo Morales.
Los colonizadores son el resultado del agotamiento del
minifundio en el occidente del pas as como de las polticas
impulsadas por el Estado del 52. Se trata de migrantes, sobre todo
campesinos, de distintos mbitos culturales y sociales andinos, de
regiones con importantes rasgos de comunidad, como el Norte de
Potos, o de regiones donde la pequea propiedad agraria tena ya una
larga persistencia histrica, como la de los valles cochabambinos.
Pero tambin son el resultado de las crisis y los fracasos econmicos
en distintos momentos histricos, como por ejemplo la crisis del
estao y las reformas estructurales de los 80, y de la atraccin inercial
que ejercen la economa y el precio de la coca. Como sea, en su

diversidad, son fundadores de una nueva configuracin multicultural


y social. Sus capacidades de sobrevivencia y desarrollo se inician con
el acto mismo de su insercin tropical. Tienen que enfrentar una
naturaleza dura y agresiva en condiciones muy precarias y producir
arroz, pltanos, coca, etc. Al principio se supona que en la diversidad
productiva estaba la victoria econmica y con ellos se tena que
enfrentar la agresividad de los mercados y de los intermediarios. Con
el tiempo slo la coca fue rentable y les permiti sobrevivir y a veces
acumular al precio de la semi-legalidad y de enfrentamientos con el
Estado y con la DEA. Las diversas polticas alternativas relativamente
fracasaron. Y todo ello, como se sabe, est asociado con el poder del
mercado internacional de la cocana y de unas sociedades
desarrolladas consumistas y en alguna medida en decadencia moral.
Sin embargo, lo que deseo resaltar es que con todas estas
experiencias se form un espritu estoico y astuto, una clase dura,
forjada en la resistencia de todo tipo; no una clase social lquida,
sino slida, y que se organiz en sindicatos como forma de vida local
y, ms adelante, gracias a la Ley de Participacin Popular, municipal.
La unidad y la creatividad permitieron la sobrevivencia.
A diferencia del sindicalismo minero de masa aislada, el
sindicalismo campesino colonizador es ms abierto y plural, sus
relaciones con el exterior estn sustentadas en relaciones campesinas
de complementariedad con las comunidades de origen y en algunos
casos, como en los valles de Cochabamba, con economas familiares
diversificadas y complementarias. Sus relaciones con comunidades
indgenas originarias de la Amazona han sido a menudo
ambivalentes y mutuamente suspicaces. Su presencia poltica en las
calles de Cochabamba y La Paz fueron cruciales en el proceso poltico
boliviano reciente. Se trata, pues, de una clase y un sindicato duros,
con orientaciones ideolgicas campesinistas y revolucionarias
radicalizadas pero con prcticas concretas flexibles, con alta
capacidad y habilidad para articular demandas maximalistas con
resultados especficos. Es posible conjeturar que sobre ellos descansa,
aunque no nicamente, la fuerza poltica del Movimiento al

Socialismo (MAS), las alianzas sociales diversas y mutantes, la fuerza


poltica del gobierno y la del propio Presidente Morales. Quin
hubiese pensado que campesinos pobres migrantes iban a hacer
complejas alianzas sociales, entre otras, con intelectuales de clase
media, con organizaciones vecinales de la ciudad de El Alto y con
empresarios cruceos, as como negocios y sociedades con
transnacionales del gas y el petrleo? La vida te da sorpresas,
sorpresas te da la vida, como dice la salsa caribea.
La cuestin es si este actor, sus aliados y las nuevas elites
polticas, con su identidad, sus conflictos y orientaciones, podrn
plasmar una democracia intercultural como la que argumenta
Mayorga.
En relacin con el modelo de desarrollo que sustentara la
democracia intercultural tengo la hiptesis de que la conjugacin
entre una orientacin estatal y otra comunitarita, que predomin en
los primeros aos y que deriv en una nueva Constitucin, ahora se
inclina hacia la primaca de la primera sobre la segunda. El modelo
tiene cada vez ms como epicentro el Estado, el Ejecutivo y el rol
carismtico del Presidente Morales. Desde all se articulan sus
componentes bsicos: por una parte, una gestin macro y
microeconmica eficaz y eficiente, acorde con las prcticas
internacionales, con niveles de ahorros extraordinarios y planes de
inversin nunca antes vistos en la historia econmica del pas. Por
otra parte, una poltica econmica cada vez ms desarrollista que
descansa en una economa de exportaciones primarias y fuertes
inversiones en la integracin nacional desde infraestructuras de
diverso tipo (camineras, de equipamiento, etc.) hasta inversiones en
comunicacin satelital. La presentacin que hizo el Ministro de
Finanzas en 2005 ante financiadores internacionales contempl
planes de inversin hasta de 35.000 millones de dlares. Finalmente,
tanto la gestin econmica como las polticas desarrollistas se
complementan con polticas populistas de integracin y legitimidad
nacional-popular en base a inversiones sociales y movilizaciones
polticas. No se baj solamente los niveles de pobreza, sino que se

foment el empoderamiento y la autoestima de mayoras indgenas y


comunitarias tradicionalmente discriminadas y negadas por el poder
social y cultural prevaleciente en largos perodos de dominacin,
aunque no en todos.
Es en este mbito que se plantean las posibilidades de una
democracia intercultural que para Mayorga, con razn, supone una
comunidad de ciudadanos. Sin negar importantes avances, y dada la
diversa y compleja realidad boliviana, es lcito preguntarse si sta
tiene las chances de ser plenamente abarcativa. Cmo se integran a
ella las diversas minoras, que no son pocas? Cmo se incluyen las
libertades personales? El anlisis que hace Fernando del conflicto del
TIPNIS (Territorio Indgena Parque Nacional Isiboro Scure) es
particularmente revelador de tensiones, debilidades y ambigedades
que acompaan este proceso poltico-cultural.
Por otro lado, si bien la legitimidad electoral es evidente, cun
evidente es la calidad de la representacin del sistema de partidos?
No ser que el MAS es legtimo porque descansa en la figura
carismtica del lder y que ms bien se experimenta una curiosa
coincidencia entre legitimidad electoral subordinada a la legitimidad
del lder, por lo menos hasta el momento?
La poltica contina con fuerza en las calles. Bolivia es uno de
los pases con mayor nivel de conflictos sociales en la regin. Parece
que hoy se experimenta una pugna distribucionista vinculada a una
revolucin de expectativas que el mismo proceso gener y que los
partidos de gobierno y de la oposicin no alcanzan a procesar
institucionalmente.
En sntesis, da la impresin que la interculturalidad democrtica
descansara en una suerte de contradiccin entre pluralismo poltico y
hegemona estatal.
El pluralismo poltico intercultural necesariamente es
conflictivo e inclusivo, pero tambin inconcluso, pues toda
democracia necesita renovarse constantemente. No es solamente
responsabilidad del gobierno y la oposicin, sino de la sociedad toda,

de su capacidad de accin y autonoma; ella es la nica garanta de


una interculturalidad democrtica sostenible. En este sentido, la nica
hegemona democrtica posible en un pas como Bolivia sera la de
un pluralismo poltico que, a mi juicio, es tambin la mejor pero no la
ms fcil manera de progresar democrticamente. En este marco, las
nociones de vivir o convivir bien o la de comunidad de
ciudadanos cobraran un sentido diferente. Claro est, por otra parte,
que as como la sociedad boliviana registra una notable fuerza
creativa y deliberativa entre diferentes que buscan la igualdad,
tambin tiene rasgos facciosos, clientelares y paternalistas, que
limitan, cuando no destruyen, los mismos procesos de cambio que
crearon.
Respecto a la situacin de Bolivia en las dinmicas regionales e
internacionales me parece fundamental asumir que los cambios
experimentados son parte de una enorme y compleja mutacin de los
procesos de globalizacin y que afecta de distinta manera al conjunto
de la regin. En alguna medida la crisis del modelo neoliberal
latinoamericano fue un antecedente de la crisis global actual que, por
cierto, incluye una crisis de la convivencia multicultural. Hoy ms que
nunca resulta fundamental pensar globalmente. Por ejemplo, los
cambios en la economa y la poltica en China tienen ya un impacto
directo en la economa y poltica regional y nacional. Un orden
multipolar est emergiendo con probables transformaciones
importantes en la institucionalidad internacional. Cmo situarse
frente ese orden parece ser una cuestin crucial.
Mayorga empieza a analizar esta nueva complejidad. Analiza
comparativamente el sistema y el rgimen poltico boliviano en
relacin con los pases andinos y all desliza comparaciones y
conclusiones importantes. Sin embargo, a mi parecer, en la dinmica
poltica y socioeconmica boliviana esos pases son tan importantes
como los del cono sur, particularmente Brasil y Argentina. En buena
medida la interdependencia con estos ltimos pases y sus respectivos
procesos polticos son cruciales para la dinmica poltica y econmica

boliviana. Sus conflictos y cambios afectarn con ms fuerza que en


el pasado.
Cul es el futuro posible de la democracia intercultural? La
verdad es que no se sabe. Lo que se sabe y se vislumbra en las
argumentaciones de Fernando Mayorga es que el futuro de la
democracia intercultural depender de si se expande hacia un
pluralismo poltico o si se profundiza hacia una lgica estatista que
reedite, finalmente, formas de dominacin patrimonial y corporativa.
El futuro nunca se supo de antemano, pero recordemos a Borges
cuando deca: Ya somos el pasado que seremos.
J. Fernando Caldern G.
Buenos Aires, 20 de mayo 2014

PRESENTACIN
Este libro forma parte de un esfuerzo de inteleccin del proceso
poltico boliviano en el transcurso de una dcada y se encadena a
cuatro publicaciones que intentaron con sus ttulos dar cuenta de
los rasgos centrales de cada fase histrica o coyuntura crtica entre
2003 y 2013: avatares, encrucijadas, antinomias y dilemas. En el
camino escrib Grita la hinchada, grita la hinchada que relata las
peripecias futboleras de Aurora, el equipo del pueblo, pero esa es otra
historia.
Hace diez aos publiqu Avatares (Ensayos sobre poltica y
sociedad en Bolivia, CESU-UMSS, Cochabamba, 2013) que indagaba
sobre las vicisitudes que viva la democracia boliviana a principios
del siglo XXI. Esos avatares una sucesin de acontecimientos felices
o desgraciados, como los define el inevitable Larousse condujeron
el proceso poltico a una encrucijada en los dos sentidos que se
entiende esa circunstancia: lugar en donde se cruzan dos o ms
caminos, situacin difcil en que no se sabe qu conducta seguir.
Siguiendo esa veta, en 2007 publiqu Encrucijadas (Ensayos sobre
democracia y reforma estatal en Bolivia, Gente Comn, La Paz,
2007) para evaluar las transformaciones en la democracia en un
contexto de crisis estatal. Las pugnas polticas no cesaron y
condujeron al pas por el laberinto de la polarizacin en pleno proceso
constituyente. As, un par de aos despus sali Antinomias (El
azaroso camino de la reforma poltica, CESU-UMSS/Asdi,
Cochabamba, 2009) con el objetivo de analizar la crisis poltica y la
transicin estatal que se desplegaban en medio de paradojas,
contradicciones, antagonismos, conflictos, oposiciones, disputas,
discordias, controversias. A fines de la dcada pasada se consolid el
proyecto del Movimiento al Socialismo (MAS) y el partido de
gobierno enfrent varias disyuntivas en el ejercicio de gobierno y
caracteric el estado de situacin del proceso poltico como un
dilema, es decir una situacin difcil o comprometida en que hay
varias posibilidades de actuacin y no se sabe cul de ellas escoger

porque ambas son igualmente buenas o malas. As, en 2011 se


public Dilemas (Ensayos sobre democracia intercultural y Estado
Plurinacional, CESU-UMSS/Plural Editores, La Paz, 2011) con la
finalidad de evaluar los resultados y perspectivas de la reforma
constitucional y la implementacin del nuevo modelo de Estado
prestando atencin a los rasgos de la democracia.
Entre 2010 y 2013 se puso en marcha la implementacin del
nuevo orden constitucional y la construccin del modelo estatal en
curso, y en su trayecto se enfrent al espejo del proyecto original y al
peso de la historia. Los ensayos que evalan ese trayecto destacan los
giros programticos, las continuidades histricas y las decisiones
pragmticas que, a mi juicio, caracterizan la segunda gestin
gubernamental de Evo Morales y por eso se apilan bajo el ttulo de
Incertidumbres tcticas. Ensayos sobre democracia, populismo y
ciudadana. De manera convencional, la incertidumbre expresa el
grado de desconocimiento de una condicin futura y puede tener
varios tipos de origen; por su parte, y siempre acudiendo al Larousse,
la tctica remite a un mtodo utilizado para conseguir un fin. Esta
combinacin de trminos que, en primera instancia, se contradicen
pretende dar cuenta de una articulacin relativamente comn en la
poltica, en el ejercicio del poder. Hace ms de dos dcadas, en mi
libro Max Fernndez. La poltica del silencio (UMSS/ILDIS, la Paz,
1991) acu la expresin: incertidumbre estratgica y flexibilidad
tctica para caracterizar las pautas del funcionamiento de los partidos
polticos durante una fase poltica que fue definida como democracia
pactada y que implic la formacin de cinco gobiernos entre 1985 y
2003. Con la mirada puesta en Unidad Cvica Solidaridad (UCS),
aquel original partido fundado por Max Fernndez, escrib: la
carencia de un elemento bsico el proyecto histrico o formulacin
principista se traduce, precisamente, en una incertidumbre
estratgica que no es otra cosa que la ausencia de horizonte
programtico o ideolgico que otorgue sentido a las acciones
susceptibles de desarrollarse en el futuro, puesto que se confa
simplemente en la experiencia emprica y en la capacidad intuitiva
para afrontar los diversos problemas o desafos cuando estos se

presenten como tales. Y, paradjicamente, esta carencia programtica


en vez de ser un obstculo para el comportamiento poltico se
convierte en una panacea para el desarrollo de una flexibilidad tctica
que le permite [a UCS] propiciar alianzas postelectorales con fuerzas
polticas de diversa naturaleza con la nica finalidad de obtener
victorias parciales en el sistema poltico y creciente credibilidad en la
sociedad civil.
Ese estilo no era exclusividad de esa organizacin poltica sino
que caracterizaba al espectro partidista de esos aos puesto que un
rasgo comn del sistema poltico es la escasa vigencia de referentes
ideolgicos desplazados indudablemente a un plano secundario que
ha provocado que las relaciones entre los distintos partidos
polticos estn matizadas por el pragmatismo; esta actitud
pragmtica, empero, si bien es resultado de la dispersin del voto
ciudadano que obliga al establecimiento de inevitables pactos es
utilizada por los diversos partidos polticos como un simple recurso
de acceso al gobierno o a parcelas del poder estatal y no como
manifestacin de una peculiar manera de percibir y encarar la
dinmica conflictiva del mbito poltico. Despuntaba la dcada de
los noventa pero, despus del interregno que supuso la vigencia plena
del neoliberalismo democrtico entre 1989-1997, el pragmatismo se
manifest de manera patente en la conformacin de la
megacoalicin que respald la presidencia de Hugo Banzer y Jorge
Quiroga (1997-2002) y en la alianza entre los partidos que formaron
el segundo gobierno de Gonzalo Snchez de Lozada (2002-2003). La
crisis del esquema poltico asentado en la democracia representativa
y en el neoliberalismo econmico estall en octubre de 2003 y
empezaron a forjarse los principios hegemnicos de un nuevo
proyecto estatal.
En los aos transcurridos desde la primera victoria electoral de
Evo Morales en 2005 se fue disipando la incertidumbre estratgica
porque se impuso una tendencia centrpeta en el campo poltico
merced a la capacidad hegemnica del proyecto de Estado
Plurinacional impulsado por el MAS. Un proyecto asentado en el

retorno del protagonismo del Estado, en la centralidad de las


demandas indgenas y en la participacin poltica de los sindicatos
campesinos. Un proyecto que se despliega en el transcurso de los
ltimos diez aos y que define el escenario poltico, las visiones de
futuro, las alternativas de desarrollo. La incertidumbre programtica
fue desplazada por la certeza estratgica pero se reproduce y se
refuerza la flexibilidad tctica; no obstante esa elasticidad asume
otros rasgos y nuevas caractersticas puesto que el despliegue del
modelo estatal sigue una ruta sinuosa; no se trata de la materializacin
de una frmula programtica esbozada en un proyecto original sino
que es un resultado contingente de la relacin de fuerzas polticas y
de los nexos cambiantes entre las decisiones gubernamentales y las
demandas y prcticas sociales. Es dable afirmar que la intuicin
predomina sobre el clculo racional, la tctica sobre la estrategia y,
finalmente, la incertidumbre marca es un decir sus resultados. Se
trata de incertidumbres tcticas.
Estos ensayos contienen argumentos y conjeturas sobre el
decurso del denominado proceso de cambio con nfasis en la segunda
gestin gubernamental del MAS transcurrida entre 2010-2014,
tambin exponen reflexiones sobre el caso boliviano en perspectiva
comparada con Ecuador y Venezuela respecto a la relacin entre
democracia y populismo enfocando la mirada en los liderazgos
carismticos de Rafael Correa, Hugo Chvez y Evo Morales,
asimismo abordan la temtica de ciudadana en Bolivia y en la regin
andina.
Una entrevista y un texto periodstico impulsaron las reflexiones
que recorren las pginas de este libro. En diciembre de 2006 realic
una entrevista a Fernando Caldern para Tinkazos, la revista del
Programa de Investigacin Estratgica en Bolivia (PIEB). Una frase
de Fernando Caldern, socilogo boliviano y profesor emrito de la
Universidad Mayor de San Simn de Cochabamba, resume el
contenido de ese dilogo: Sin idea de continuidad histrica no hay
idea de ningn tipo de nacin. Desde entonces, esa nocin de
continuidad histrica orient mis indagaciones sobre el proceso

poltico boliviano. Esa entrevista fue el inicio de innumerables


conversaciones con Fernando Caldern en Buenos Aires,
Cochabamba, Mxico y (casi) Pars que me inspiran para reflexionar
sobre la realidad boliviana sin dejar de mirar Latinoamrica, tambin
prestando atencin a la globalizacin. Por eso le invit a escribir el
prlogo de este libro, para seguir platicando.
Seis aos despus de esa entrevista, en una columna periodstica
esboc de manera superficial algunas ideas que orientaron mis
investigaciones sobre la poltica boliviana, ideas acompaadas con las
fotografas de cuatro estampillas de correo que celebran la posesin
presidencial de Evo Morales. Un par de estampillas utilic en 2007 en
la portada de uno de mis libros para ilustrar los desafos que
enfrentaba el MAS en su indita experiencia gubernamental. Cinco
aos despus se emitieron otras estampillas de conmemoracin de la
segunda investidura presidencial de Evo Morales y qued convencido
de la pertinencia de mis sospechas; entonces decid seguir esas pistas
para escribir algunos ensayos de este libro. Por ese motivo transcribo
ese texto periodstico publicado el 16 de septiembre de 2012 en La
Razn, y tambin incluyo los sellos postales porque esas imgenes
valen como suele decirse ms que mil palabras.
Estampillas
En la repeticin est el gusto. Eso dicen. Soy repetitivo en algunos
temas, sobre todo cuando encuentro nuevas pistas que me llevan a
recorrer los senderos de siempre, mis temas favoritos. Entonces
transito los meandros conocidos pero con ojos distintos. Tambin
repito la ceremonia de acercamiento a un problema de investigacin
cuando me encuentro con pruebas que respaldan mis intuiciones,
aunque las pruebas sean tan ftiles como mis percepciones. En este
caso, las pruebas pueden ser banales pero, como no he perdido anmi capacidad de asombro me parecen dignas de tomar en cuenta. Me
refiero a la edicin de estampillas de correo referidas a las dos
posesiones de mando del presidente Evo Morales. En 2006, como
Presidente de la Repblica; en 2010, como Presidente del Estado
Plurinacional. En la repeticin est el gusto. Eso dicen.

En este caso la repeticin es doble, si vale el trmino. Porque se


emitieron dos estampillas en cada ocasin. Una que retrata a Evo
Morales con atuendo indgena y bastn de mando en Tiahuanaco.
Otra que muestra al presidente con chaqueta de mandatario, banda
tricolor y medallas. Hace varios aos que utilizo estas estampillas
para referirme a las tendencias o visiones que caracterizan el estilo
de gobierno del MAS, en particular el estilo de Evo Morales. Una
estampilla invoca y representa al indigenismo; la otra figura denota
y expresa el nacionalismo, empero se trata de la misma persona
porque el lder articula ambos significados, representa las dos
tendencias y las sintetiza. Su gobierno transita por ambos carriles,
empero el peso especfico de cada visin vara en la definicin de las
polticas pblicas y en los diversos momentos de la gestin
gubernamental. Existen mltiples diferencias entre la primera y la
segunda gestin del MAS a las cuales no me voy a referir por falta de
espacio (tpica coartada), solamente me interesa resaltar algunos
problemas en la conjugacin de nacionalismo e indigenismo que, por
ejemplo, salieron a relucir a propsito del conflicto en torno al
Territorio Indgena Parque Nacional Isiboro Scure (TIPNIS).

Este conflicto es interpretado de varias maneras, por ejemplo, como


una contradiccin entre extractivismo y pachamamismo,
supuestos modelos de desarrollo. A m me interesa resaltar una faceta
anloga, aquella referida a la discordancia entre el ejercicio de la
soberana del Estado y la vigencia de los derechos colectivos de los
pueblos indgenas. Es decir, entre el nacionalismo (estatista) y el
indigenismo (plurinacional). No obstante, no se trata de una
contradiccin que se resuelve a travs de la anulacin de uno de los

polos, sino de su articulacin contingente de acuerdo a los temas en


cuestin. Por esos caminos discurre, a mi juicio, la consulta previa
en el TIPNIS y la propia construccin del Estado Plurinacional. Por
ahora, la balanza se inclina hacia el nacionalismo en desmedro del
indigenismo. Y tengo las pruebas que confirman este aserto.
Pruebas banales, pero demostrativas. En ocasin de la primera
posesin presidencial, la estampilla de Evo indgena era levemente
ms cara que la nacionalista, con una diferencia de 6 Bs. a 5 Bs. En
cambio, en la conmemoracin de la posesin del segundo mandato,
la relacin se invierte y la diferencia es ntida: la estampilla de Evo
nacionalista vale 9 Bs., la otra la indgena- solamente cuesta 1,50
Bs. Como se dice, una imagen vale ms que mil palabras. Cuando, en
el correo central de Cochabamba, le pregunt a la gentil seora que
me vendi las estampillas las razones de la variacin en los precios,
su respuesta me desconcert: eso decide una comisin. Al salir
pens que, simplemente, se trata de la consabida astucia de la razn.
Los ensayos compilados en este volumen fueron publicados en
libros y/o expuestos en encuentros acadmicos y sesiones de
intercambio con intelectuales y polticos en diversos pases. Algunas
versiones preliminares circularon en libros colectivos, a sus
promotores agradezco por la deferencia y el apoyo.
Amrica Latina del neoliberalismo al neodesarrollismo? Libro
coordinado por Antonio Aranbar y Benjamn Rodrguez,
PAPEP/PNUD, Siglo XXI editores, Argentina, 2013.
Revista Andamios. Publicacin del Proyecto de Fortalecimiento
Democrtico del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo,
PNUD, La Paz, nmero 6, julio-octubre de 2012.
Y nos llaman ciudadanos. Libro publicado por el Programa de Apoyo
a la Democracia Municipal, PADEM, La Paz, 2012.
Quin responde por los derechos humanos de las poblaciones ms
pobres en Amrica Latina y El Caribe? Democracia vs. Desigualdad
(2007-2011). Libro publicado por el Instituto Interamericano de
Derechos Humanos, IIDH, San Jos de Costa Rica, 2012.

Varios eventos fueron fructferos para dar cuerpo a otros


ensayos; entre la diversidad de actividades destaco las reuniones del
Grupo de Trabajo sobre Ciudadana, organizaciones populares y
representacin poltica del Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales (CLACSO) que me honro en coordinar desde hace un ao
continuando la labor de Isidoro Cheresky, su promotor. A esas
sesiones se suman:
Segundo Encuentro Nacional La democracia en Bolivia: balance y
perspectivas. Los desafos del Estado Plurinacional, organizado por
el Proyecto de Fortalecimiento Democrtico del Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, Cochabamba, diciembre
de 2011.
Tercer Encuentro Nacional Estado Plurinacional y democracia
intercultural, organizado por el Proyecto de Fortalecimiento
Democrtico del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), Santa Cruz, diciembre de 2013.
Seminario Taller Fundamentos para la discusin de una nueva Ley
de Organizaciones Polticas, organizado por rgano Electoral
Plurinacional, IDEA Internacional, Fundacin Friedrich Ebert,
Fundacin Boliviana por la Democracia Multipartidaria (FBDM) y
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), La Paz,
octubre de 2012.
Simposio internacional Relaciones Estado-sociedad en Amrica
Latina de la era postneoliberal, organizado por Center for Integrated
Area Studies, Universidad de Kyoto, Japn, marzo de 2013.
Seminario Internacional Gobernabilidad democrtica y sociedad
civil en Venezuela: Nuevos marcos de actuacin y agendas para la
concertacin social, organizado por el Instituto Venezolano de
Estudios Sociales y Polticos (INVESP), Caracas, 14 de marzo de
2013.
Seminario Internacional La construccin de un Estado
Democrtico, organizado por la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales, FLACSO, Sede Ecuador, Quito, abril de 2013.

Conferencia Estado Plurinacional y democracia intercultural en


Maison Par L Amerique Latine, organizado por Equipe EMHIS
Socits, savoirs et reprsentations de la Universit Paris-Est Marnela-Valle , coordinado por Cristine Dekfour, Pars, enero de 2013.
Coloquio Crtica en Crisis, organizado por la Universidad Nacional
de San Martn (UNSAM), Buenos Aires, mayo de 2013.
Seminario y Coloquio Internacional Hacia una mutacin de la
democracia?, organizado por el equipo de investigacin Las nuevas
formas polticas del Instituto de Investigacin Gino Germani,
Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires (IGGUBA), Buenos Aires, junio de 2013.
Seminario Internacional El Estado en Amrica Latina, organizado
por el Grupo de Trabajo sobre Estado, polticas y educacin:
perspectivas desde Amrica Latina y El Caribe del Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Buenos Aires,
julio de 2013.
XI Congreso Nacional de Ciencia Poltica, organizado por la
Sociedad Argentina de Anlisis Poltico (SAAP), Paran, Argentina,
julio de 2013.
A estas actividades se suman mis sesiones semanales en el Caf
Molino Blanco con Cachn Antezana desde hace un par de aos y los
fructferos dilogos con Daniel Moreno y Gonzalo Vargas de
CIUDADANIA, Comunidad de Estudios Sociales y Accin Pblica,
con Alfonso Ferrufino y Carolina Floru de IDEA Internacional, con
Carlos Camargo, Fernando Garca Yapur y Alberto Garca del
Proyecto de Fortalecimiento Democrtico del PNUD, con Armando
Ortuo y Francisco Canedo del Programa de Anlisis Poltico y
Escenarios Prospectivos (PAPEP), con mis colegas del Directorio de
Programa de Investigacin Estratgica en Bolivia (PIEB), en
particular con Godofredo Sandoval, su director ejecutivo. Y ni qu
decir de mis conversaciones nocturnas, cigarritos y whisky de por
medio, con la Jackie, a quien le dedico todas y cada una de las pginas
de este libro.

A propsito de Incertidumbres tcticas. Ensayos sobre


democracia, populismo y ciudadana
Estampas nacionales

Andrs Laguna Tapia


Quiero comenzar agradeciendo a todos por su presencia y atencin,
pero en especial quiero agradecer a Fernando Mayorga por
invitarme a comentar su Incertidumbres tcticas. Ensayos sobre
democracia, populismo y ciudadana. Tal vez est dems decir que
es un honor y un placer tener la oportunidad de reflexionar en torno
a la obra de uno de los intelectuales ms importantes y lcidos del
pas, pero creo que vale la pena recalcarlo.
A lo largo de mi vida profesional y acadmica mis preocupaciones
esenciales y mis mayores esfuerzos han sido dedicados a reflexionar
sobre el cine y la literatura, con especial nfasis en las obras
realizadas en Bolivia. A travs de la lectura de ciertas expresiones
culturales lo que he pretendido ha sido entender mnimamente a
nuestro complejo y contradictorio pas. Guardando las grandes
distancias, intuyo que ese es uno de los gestos que me une a
Fernando Mayorga y que justifican mi presencia esta noche. Ambos
le hemos dedicado nuestra vida profesional y acadmica a intentar
dilucidar qu es lo boliviano, esa pregunta que todo boliviano que
1

se considera boliviano debera intentar resolver parafraseando a


Jaime Senz-.
Tal vez algn desorientado podra asegurar que hay una distancia
importante que divide a los fenmenos polticos del arte. De ser as,
cabra recordar que en nuestro pas la gran mayora de las
expresiones creativas estn contaminadas por lo poltico. Esa
afirmacin puede extenderse a todos los aspectos de nuestra vida
cotidiana. Es casi una obviedad, hasta un lugar comn: En nuestro
pas, casi todo el mundo fundamentalmente habla de dos cosas:
ftbol y poltica. Pero muy pocos lo hacen como Fernando Mayorga.
Lamentablemente, por cuestiones de tiempo, espacio y coherencia
no har gran referencia del ftbol, aunque seguramente no podremos
evitar que su espectro se manifieste. Especficamente, hoy
corresponde compartir mis reflexiones sobre Incertidumbres
tcticas, sobre un texto que trata diferentes aspectos de la
democracia boliviana contempornea.
Sabemos que Fernando Mayorga ha investigado las dinmicas
sociopolticas del pas desde hace muchsimos aos y, basta con leer
el subttulo de la obra, para deducir que esta es la continuacin de
su valorado trabajo de largo aliento. Incertidumbres tcticas se
concentra en un periodo que todava ha sido poco estudiado con
rigor y ecuanimidad: la segunda gestin de Evo Morales y del
Movimiento al Socialismo. Es decir, sobre la reconfiguracin del
2

pas despus de la Asamblea Constituyente, sobre la dramtica


transformacin de las relaciones entre el Estado y los pueblos
indgenas, sobre la democracia intercultural, sobre la ciudadana
intercultural y sobre el curioso proceso de autodestruccin de las
fuerzas opositoras al gobierno (con ese prolongado harakiri que en
la ms reciente campaa electoral lleg a tener proporciones
hilarantes).
Haciendo uso de su carcter de intelectual completo, como lo hizo
en su libro Encrucijadas. Ensayos sobre democracia y reforma
estatal en Bolivia, Fernando Mayorga vuelve a utilizar imgenes que
parecen fruto de lo casual para explicar al pas. Las estampillas, los
sellos postales, le sirven como gran barmetro de los movimientos
ideolgicos del Movimiento Al Socialismo, valga la redundancia.
Hubo un tiempo en el que la estampita con la imagen de Evo
Morales ataviado de indgena vala ms que la otra, en la que viste
alta costura andina y la banda presidencial. En las nuevas versiones,
los precios han cambiado de manera radical. Eso es signo, en la
lectura de Mayorga, de que el peso del nacionalismo se ha impuesto
al del indigenismo. Jugando con el bello verso de Mallarm, me
animo a asegurar: una tirada de estampillas jams abolir el azar.
Pero, sin dudas, en ellas encontramos pautas para entender los
tiempos que estamos viviendo. Fernando Mayorga apunta algo
absolutamente lcido, el MAS domin, articul, los dos ejes
3

discursivos del campo poltico que constituyen el sustento del nuevo


modelo estatal: Por un lado, el nacionalismo como antpoda del
neoliberalismo y expresado en el retorno de la centralidad estatal en
la economa. Por otro lado, el indigenismo como rechazo a la
homogeneizacin cultural y que se manifiesta en la inclusin de
identidades y la representacin de las demandas- indgenas y
campesinas del Estado Plurinacional (Mayorga, 2014: 34-35).
Eso dos ejes discursivos, como seala Fernando, se vieron
gravemente cuestionados en las grandes crisis que ha vivido el
gobierno de Evo Morales hasta la fecha, desencadenadas por el
decreto del gasolinazo en diciembre de 2010-, por las protestas en
torno al TIPNIS y por las elecciones judiciales, ambos hechos de
2011. Es decir, a partir de esos momentos, se comenzaron a
generalizar algunas ideas problemticas. Primero, el nacionalismo
del MAS es fundamentalmente desarrollista y lo que est
construyendo es una suerte de capitalismo de Estado. Segundo, lo
que es ms grave, su distancia de los pueblos indgenas es
manifiesta. Por primera vez, ese sujeto plurinacional que nos
promete la nueva Constitucin se plantea como la gran
imposibilidad nacional, pues, como lo seala Fernando Mayorga,
implica un conglomerado de naciones originarias, pueblos
indgenas y campesinos, condiciones que un sujeto solo es incapaz
de contener.
4

Si el objetivo de textos como Incertidumbres tcticas es despertar


dudas y cuestionamientos en los lectores, en el prrafo anterior
radican las que ms me acosan. Fernando hace referencia a la
deconstruccin del movimiento indgena por parte del Estado,
encarnado por el segundo gobierno de Evo Morales. Entendiendo
que para el autor este es un gesto de deshacer, de desarticular, de
desarmar, de desmontar al hecho poltico. En ese sentido, la
concepcin de la deconstruccin que nos propone el texto, ms que
a la de Jacques Derrida, se prxima a la nocin de destruccin, de
demolicin de lo erguido para construir sobre los escombros un
nuevo proyecto. Esto hace que me plantee ciertas preguntas de
difcil respuesta: Hay, en el segundo gobierno del MAS, un intento
de reconstruccin del movimiento indgena que complete al gesto
de la deconstruccin? Es decir, se pretende una reescritura del
movimiento indgena nacional? Dnde est la tica en la relacin
entre el gobierno y los movimientos indgenas? Cuando Fernando
Mayorga hace referencia a una deconstruccin del movimiento
indgena, de lo que est hablando es de una paulatina, disimulada,
estratgica, tctica, pero genuina destruccin. Lo que me interesa
recalcar es que Fernando Mayorga sugiere que la construccin de un
Estado Plurinacional, que se entiende tiene su razn de ser en la
condicin multitnica del pas, ha terminado llevando al MAS a

divorciarse de los movimientos indgenas y a desarticularlos, a


eliminarlos como sujetos polticos de relevancia.
En otro pasaje del libro se lee, que el: estilo poltico de Evo Morales
combina retrica radical y decisiones moderadas (Mayorga, 2014:
70). Eso no me parece muy grave, tiene algo del folclore nacional.
Lo verdaderamente preocupante es cuando tiene un discurso
polticamente correcto pero acta desde la realpolitik. Justamente,
una de las cuestiones centrales de Incertidumbres tcticas est
relacionada con esta cuestin. Fernando ensaya una definicin de la
democracia intercultural: una propuesta de ampliacin y
combinacin de diversas formas institucionales de representacin y
participacin que se gestaron en el transcurso de la historia y en
determinados espacios socio-culturales para cumplir una meta del
desempeo del Estado para responder a las necesidades y demandas
de la sociedad (Mayorga, 2014: 99). En principio, el concepto
parece a prueba de balas, quin podra cuestionar la pertinencia de
algo como la democracia intercultural. Justamente, gente como
Fernando. Pues adems de sealar sus consabidas dificultades
administrativas a la hora de ser aplicada, el gran peligro de la
democracia intercultural radica en que esta puede devenir en otra
forma

de

homogenizacin,

de

normalizacin.

Aqu

mis

preocupaciones personales se exacerban, pues cuando el Estado


recurre a las mismas artimaas que United Colors of Bennetton, uno
6

debe comenzar a sospechar. Cuando lo que se busca es construir un


discurso en el que de manera manifiesta se dice que a pesar de que
somos diferentes, en el fondo, en esencia, somos iguales, lo que se
est buscando es asimilar a las distintas singularidades culturales del
pas al discurso unificador del Estado. Ese principio liberal,
totalizante, que reza que todos somos iguales ante la ley, puede ser
un arma de doble filo para un Estado que en principio quera
reconstruirse a partir del reconocimiento, no de la asimilacin de las
diferencias. Ese slogan de la unidad en la diversidad queda muy
bien en un letrero o como mensaje subliminal de una campaa
publicitara, pero resulta preocupante y problemtico como discurso
reconfigurador del Estado.
Despus de la lectura de Incertidumbres tcticas, no estoy seguro de
que ese haya sido la intencin de Fernando, mis reparos hacia la
democracia y a la ciudadana con rasgos multiculturales cada vez
son mayores, pues me resultan estrategias, tcticas, de las dinmicas
de dominacin de parte del Estado. Y eso me lleva a confirmar que
todo ejercicio de poder poltico implica una violencia, a veces
velada, a veces explcita. Volviendo a lo que apuntaba antes,
principalmente, los bolivianos hablamos de ftbol y poltica dos
actividades mediadas por diferentes tipos de violencia. Lo que no
quiere decir que no sean actividades esenciales para nuestra vida,
que son apasionantes, por eso mismo son pistas para entendernos.
7

Siguiendo esa misma senda, tampoco creo que sea casual que el
ttulo de este libro incluya en plural la palabra tctica, que viene
del griego taktike: arte de disponer y maniobrar las tropas. Es un
arte para la guerra, para la violencia. Est dems recordar la
importancia que tiene la tctica en el ejercicio poltico as como para
la prctica del ftbol. Lo que no debera sorprender es que un
amante de uno sea un gran lector del otro. Y viceversa.
Con frecuencia la vertiginosidad de las dinmicas sociales, de las
que hacemos parte, impide que reflexionemos sobre ella, sobre sus
complejos elementos, que leamos de manera crtica las
incertidumbres tcticas del poder y de los poderosos. Felizmente,
hay gente como Fernando Mayorga que lo hace, con el mayor rigor,
gran generosidad y lucidez. Con tctica y, seguramente, con
incertidumbres. Pues, supongo, la mejor estrategia para leer a la
sociedad es intentar ser un maestro de la duda. Aunque lo que ms
agradecemos los lectores es que el texto nos invite a intentar ser
maestros de la duda nosotros mismo. Misin cumplida, seor
Mayorga.

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