EL Milagro Mas Grande Del Mundo
EL Milagro Mas Grande Del Mundo
EL Milagro Mas Grande Del Mundo
MILAGRO
MS GRANDE
DEL MUNDO
OG MANDINO
CAPTULO 1
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en donde se enrollaba en el cuello de un viejo basset cuyas orejas se
hundan profundamente en la acumulacin de blancura que haba
estado cayendo desde ayer en la tarde. Mientras observaba al viejo, su
cara se ilumin con una sonrisa y empez a platicar con los pjaros. En
silencio sacud compasivamente la cabeza y as la manija de la puerta.
El recorrido de cincuenta y ocho kilmetros de mi casa a la oficina
haba requerido tres horas, medio tanque, de gasolina y casi toda mi
paciencia. Mi fiel 240-Z, con la trasmisin emitiendo una constante y
montona queja en primera velocidad, corri a travs de un terreno
irregular rebasando un sinnmero de camiones y autos descompuestos
a lo largo de Willow Road, Edens ExpressWay, Touhy Avenue, Ridge, la
parte este de Devon y la interseccin de Broadway hasta el
estacionamiento de la calle Winthrop.
Haba sido una locura de mi parte hacer el intento de llegar al trabajo
esa maana. Pero, durante las tres ltimas semanas haba estado
viajando por Estados Unidos promoviendo mi libro, El vendedor ms
grande del mundo, y despus de haber dado cuarenta y nueve
audiencias, para radio y televisin, adems de dos docenas de
entrevistas para los peridicos, en donde dije que la perseverancia era
uno de los secretos ms importantes del xito, no me quise dejar
vencer ni siquiera por esa bruja enojada que es la madre naturaleza.
Ms an, haba una junta de directores programada para el prximo
viernes. Como presidente de la revista Success Unlimited necesitaba,
este lunes y todos los dems das de la semana, para revisar lo
realizado el ao anterior y los proyectos para el prximo con cada uno
de los jefes de departamento. Quera estar preparado, como siempre lo
he estado, para contestar cualquier pregunta inesperada que se me
hiciera una vez que estuviera de pie ante la cabecera de esa enorme
mesa de la sala de juntas.
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estacionarse, se depositaban cincuenta centavos en la ranura de una
caja metlica blanca desportillada, se esperaba a que la barra se
elevara despus de ser movida electrnicamente por las monedas, y
entonces se conduca hacia el interior. Para salir, se necesitaban otras
dos monedas de veinticinco centavos cada una... a menos que se
poseyera una llave especial que poda rentarse mediante veinte dlares
al mes. Las llaves se introducan en una caja amarilla especial para
activar la barra, tanto para entrar como para salir.
Cuando dej de observar al samaritano que alimentaba a los pjaros,
encontr mi llave de la barra en el compartimiento para guantes,
empuj la nieve acumulada que sobrepasaba considerablemente la
parte inferior de la puerta del auto, y me ergu cuidadosamente en el
exterior. De inmediato me percat de la incompetencia de un hombre
maduro tan tonto como para usar zapatos de goma en un da como
este.
El viejo dej de alimentar a los animales durante un lapso suficiente
como para voltear a verme y saludar. El perro ladr una vez y despus
fue callado por medio de unas palabras ininteligibles de su amo. Inclin
la cabeza hacia l e intent una dbil sonrisa. Mi "buenos das" son
extrao y apagado por la interferente nieve.
Su respuesta, en la voz ms profunda que jams haya odo, pareci
reverberar en los edificios de alrededor. Una vez, Cuando Danny
Thomas conoci al comentarista de radio, Paul Harvey, dijo:
-Es mejor que usted sea Dios porque suena igual que l.
Esta voz hizo que mi amigo Paul sonara como la de un tmido nio de
coro.
-Le saludo en un bello da como ste!
No tena ni la fuerza ni el deseo de contradecir sus palabras. Vir la
llave dentro de la caja amarilla hasta que escuch que se activaba el
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Las profundas arrugas de sus ojos y boca se curvaron en la sonrisa
ms clida y amable que jams he visto en un ser humano, mientras
haca un ademn hacia la barra recalcitrante.
-No ser difcil. Vuelva a darle la vuelta a su llave. Cuando la barra se
eleve me parar debajo, la detendr con los brazos hasta que su auto
pase por debajo. Despus la dejar caer.
-Es una barra muy pesada.
Su risa reson en el lote.
-Soy viejo, pero muy fuerte. Adems vale la pena intentarlo para
resolver su problema. Carlyle escribi que todas las tareas nobles
parecen imposibles al principio.
-Carlyle?
-S, Carlyle. Thomas. Ensayista ingls del siglo diecinueve.
No poda creerlo. Me encontraba bajo una tormenta de nieve, el aire
helado me laceraba la cara, tena los pies empapados y congelndose,
me estaba convirtiendo en un hombre de nieve... mientras que un
hippie de pelo largo, de setenta aos, me daba un minidiscurso de
literatura inglesa.
Qu ms poda hacer? Creo fervientemente que deben considerarse
las opciones, pero tambin he aprendido que existen veces y
situaciones en las que no se tienen ninguna. Mascull un gracias y
esper hasta que el viejo tir cariosamente de su basset hacia la
barda, en donde se quit la cuerda de la mueca y la amarr a la
cadena. Entonces regres a mi lado y asinti. Obedec su silenciosa
orden casi hipnticamente y di la vuelta a la llave. La barra cruji al
subir. Entonces el viejo se par debajo y asi firmemente el fro metal
justo cuando empezaba a descender.
No estoy muy seguro de lo que pas durante los siguientes minutos,
aun cuando lo he pensado con frecuencia. Posiblemente el desayuno
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encontraba solo y fatigado, tanto fsica como mentalmente.
Me sent frente a mi escritorio escuchando el suave tic tac de mi reloj,
temeroso del largo viaje hasta mi casa en medio del pesado trnsito.
Aun a esta hora Edens Expressway estara atestado. Una vez ms
irrumpieron en mi mente esas molestas y recurrentes preguntas.
Por qu ests trabajando tan duro?
Creste que iba a ser ms sencillo una vez que fueras el nmero
uno?
Por qu no renuncias? Las regalas de tus libros son cuatro veces
mayores que tu salario.
Qu ests tratando de probar ahora que la revista es todo un xito?"
"Por qu no vas a algn lugar pacfico y tranquilo y escribes todos
esos libros que viven en tu interior?"
El hbito y mi propio orgullo parecan ser la nica respuesta lgica
para todas estas preguntas. Haba sacado a la revista Success Unlimited
de una circulacin mensual de 4000 ejemplares que contaba con slo
tres empleados, para convertirla en una de 200,000 realizada por un
grupo de treinta y cuatro empleados. Adems, an haba 120,000,000
millones de suscriptores potenciales en nuestro pas y era un reto tratar
de convencerlos. Entonces trat de recordar quin haba escrito: "El
comienzo del orgullo est en el cielo; la continuidad del orgullo, en la
tierra; el fin del mismo, en el infierno". No tuve suerte. Mi memoria es
mala.
Guard los anteojos en el portafolios; tom el saco y el abrigo; apagu
las luces, y cerr la oficina. La nica luz que se vislumbraba era la del
farol de la esquina de Broadway y Devon; todo estaba oscuro mientras
caminaba lentamente hasta pasar por la ventana de los fotgrafos Root,
al cruzar la entrada del callejn que se encuentra detrs de nuestra
oficina, debajo del puente del tren y a travs del pequeo espacio
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y una vez firm mi trabajo como AUG. Despus de que la escrib decid
ser diferente y firm fonticamente... OG. Esto le encant a todos.
-Es un nombre raro. No creo que haya muchos Ogs en el mundo.
-He odo decir que uno es demasiado.
-Sigue escribiendo?
-S.
-Qu tipo de escritos?
-Libros, artculos.
-Se han publicado sus libros?
-S, cinco de ellos.
-Eso es maravilloso. Quin podra esperar conocer a un autor aqu,
entre botellas de vino vacas?
-Me temo que es precisamente aqu donde podra conocer a muchos
autores, Simon.
-S, triste pero cierto. Yo tambin escribo un poco... pero slo como
pasatiempo y para satisfacer mi ego.
El viejo se acerc ms como para estudiar mi cara.
-Se ve cansado, seor Mandino... o mejor, creo que puedo llamarlo
seor Og.
-S, estoy cansado. Ha sido un da largo... una semana larga.
-Es larga la distancia que tiene que conducir hasta su casa?
-Cuarenta y dos kilmetros, aproximadamente.
Simon Potter se volvi y seal con su largo brazo hacia el edificio de
cuatro pisos de ladrillos marrn que se encontraba frente al
estacionamiento.
-Yo vivo ah. En el segundo piso. Antes de emprender su largo viaje
venga a tomar conmigo una copa de jerez. Lo relajar.
Empec a negar con la cabeza; pero al igual que en la nieve, aquel da,
me encontr a m mismo queriendo obedecerle. Abr la portezuela de
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puse junto a la suya. Los bordes chocaron con una nota suave en la
habitacin.
-Por nuestra amistad -dijo Simon-; porque sea larga y provechosa.
-As sea -contest.
-Qu piensa de mi biblioteca? -dijo, sealando con su copa hacia los
libros.
-Es una magnfica coleccin. Me gustara tenerlos. Usted tiene amplios
intereses.
-En realidad no es as. Son una acumulacin de muchos aos de horas
de esparcimiento en tiendas de libros de segunda mano. Adems todos
tienen un tema en comn que hace que cada volumen sea muy
especial.
-Especial?
-Si. Cada uno trata y explica a su modo algn aspecto del milagro ms
grande del mundo; por eso los llamo los "libros de la mano de Dios".
-La mano de Dios?
-Me cuesta trabajo explicarlo con palabras... estoy completamente
seguro de que ciertas piezas musicales, determinadas obras de arte y
ciertos libros y ensayos fueron creados, no por el compositor, artista,
autor o escritor, sino por Dios, y a aquellos a los que hemos reconocido
como los creadores de estas obras fueron slo instrumentos empleados
por Dios para comunicarse con nosotros. Qu pasa, seor Og?
Aparentemente sus palabras me haban sobresaltado. Solamente dos
semanas antes, en la ciudad de Nueva York, Barry Farber, un popular
comentarista de radio, haba utilizado esas palabras exactas: la mano
de Dios", cuando describa mi libro a su pblico durante mi aparicin
dentro de su programa.
-Quiere decir que cree que Dios se sigue comunicando con nosotros
como lo haca con los antiguos profetas judos?
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-Qu ley decreta que caer al piso?
-La ley de la gravedad?
-Exacto.
Entonces, sin ninguna advertencia, dej que el pisapapeles cayera de
su mano. Instintivamente lo pesqu antes de que tocara el suelo.
Simon dobl las manos y me mir sonriendo con autosatisfaccin.
-Se da cuenta de lo que acaba de hacer, seor Og?
-Cog su pisapapeles.
-Hizo mucho ms. Su accin suspendi temporalmente la ley de la
gravedad. Sea cual sea la definicin de un milagro, usted acaba de
realizar uno. Ahora, cul cree usted que sera el milagro ms grande
que jams se haya realizado en la Tierra?
Lo pens durante varios minutos.
-Probablemente seran esos casos en los que un muerto
supuestamente ha regresado a la vida.
-Estoy de acuerdo, como seguramente lo estara el total de la opinin
mundial.
-Pero, en qu forma est esto relacionado con esos libros que tiene
amontonados? Seguramente no contienen ningn mtodo secreto sobre
cmo regresar de la muerte.
-Pues s, seor Og. La mayora de los seres humanos estn muertos, en
uno u otro grado. De una u otra forma han perdido sus sueos, sus
ambiciones, su deseo de una vida mejor. Han perdido su lucha por su
autoestimacin y han comprometido su gran potencial. Se han
establecido en una vida de mediocridad, das de desesperacin y
noches de lgrimas. No son ms que muertes vivientes confinadas a
cementerios de su eleccin. Adems necesitan salir de ese estado.
Pueden resucitar de su lamentable condicin. Cada uno puede realizar
el milagro ms grande del mundo. Todos pueden regresar de la
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-Los dos han muerto.
Cerr los ojos y asent nuevamente. Sus siguientes palabras apenas
fueron un susurro.
-Dachau, mil novecientos treinta y nueve.
Cuando abr los ojos, el viejo tena la cabeza inclinada y las dos
enormes manos detenan con fuerza la frente. Despus, como
avergonzado de haber expuesto momentneamente su tristeza frente a
un extrao, se enderez y forz una sonrisa.
Cambi la conversacin.
-Qu hace usted, Simon? Tiene un empleo?
El viejo vacil unos segundos. Despus, volvi a sonrer, abri las
manos con un ademn retrado y dijo:
-Soy trapero, seor Og.
-Crea que los traperos haban desaparecido junto con los comedores
de beneficencia y las marchas de hambre de la dcada de mil
novecientos treinta.
Simon se levant, camin hacia m, puso su mano sobre mi hombro y
lo apret cariosamente.
-Por definicin, seor Og, un trapero es alguien que recoge trapos y
otros materiales de desperdicio de las calles y basureros para ganarse
la vida. Me imagino que esa clase de traperos casi ha desaparecido de
la escena norteamericana durante estos aos de empleo, pero
podramos verlos nuevamente si cambiaran las condiciones.
-Lo dudo. Nuestro porcentaje de crmenes parece decirnos que hemos
descubierto formas ms rpidas y fciles de echarle el guante a un
dlar... como los asaltos, los robos y las rateras.
-Me temo que lo que usted dice es verdad, seor Og. En estos das en
que los precios del papel y los metales se elevan desmesuradamente,
me imagino que un trapero o un basurero puede subsistir. Sin embargo,
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-Cuando tuvo ahorrados mil dlares renunci a ambos empleos, meti
a su familia dentro de su viejo Plymouth y se fue hacia Arizona. Ahora
tienen una tienda a la vera del camino, a las afueras de Scottsdale, y
est empezando a ganar mucho dinero con sus artesanas de madera.
De cuando en cuando me escribe, siempre agradecindome por haberle
dado el valor que necesitaba para cambiar de vida. Actualmente es un
hombre feliz y satisfecho... no rico, pero s ms contento. Vea, seor Og,
la mayora de nosotros construimos prisiones para nosotros mismos y
despus de vivir ah por algn tiempo nos acostumbramos a sus
paredes y aceptamos la premisa falsa de que estamos encarcelados
para siempre. Tan pronto como esta creencia se posesiona de nosotros,
abandonamos la esperanza de hacer algo ms con nuestras vidas o de
alguna vez darle la oportunidad de lograr nuestras ilusiones. Nos
convertimos en muecos y empezamos a sufrir una muerte viviente.
Puede ser loable y noble sacrificar su vida por una causa o un negocio o
la felicidad de otros, pero si se es miserable y vaco en esa forma de
vida, a sabiendas, entonces permanecer as es una hipocresa, una
mentira y un rechazo de la fe puesta en uno por su creador.
-Simon, disclpeme, pero nunca se le ha ocurrido que posiblemente
no debera intervenir en la vida de las personas o que no tiene derecho
de hacerlo? Despus de todo, ellos no lo buscan. Usted debe
encontrarlos y convencerlos de que pueden tener una nueva vida si
estn deseosos de intentarlo. No est tratando de jugar a ser Dios?
Las facciones del viejo se suavizaron con una mirada de simpata y
compasin por m aparente falta de percepcin y entendimiento. Su
respuesta fue breve... y clemente.
-Seor Og, no estoy jugando a ser Dios. Lo que usted aprender, ms
tarde o ms temprano, es que Dios juega con frecuencia a ser hombre.
Dios no har nada sin el hombre y siempre que hace un milagro lo hace
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CAPTULO 3
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Seal hacia su apartamento.
-Esta noche... antes de irse a casa?
Asent nuevamente.
Sonri y grit:
-Tendr listo su jerez.
Hice con la mano una seal de aprobacin, cerr el auto y me dirig
hacia los problemas del da.
-Simon Potter, quin eres t?
-Simon Potter, qu eres t?
-Simon Potter, por qu eres t?
Me encontr a mi mismo repitiendo silenciosamente estas tres
preguntas como si se tratara de una de aquellas tonadillas de mi
juventud, al mismo tiempo que me diriga hacia la oficina.
Haba sido incapaz de dominar mis sentimientos sobre el viejo y esto
me incomodaba. Ejerca una especie de fascinacin sobre m... y, por
alguna razn inexplicable, me aterraba. Tanto su apariencia como su
comportamiento llenaban mis nociones preconcebidas de cmo
debieron ser los profetas y msticos bblicos, y pensaba en l en los
momentos ms extraos, a la mitad de una reunin en la que se
hablaba sobre el presupuesto, al leer la presentacin de un artculo,
cuando lea la crtica de un libro. Su cara, su voz, su forma carismtica
se introducan en lo que estaba pensando y absorban
momentneamente mi concentracin. Quin era? De dnde vena?
Qu haca este Isaas de la actualidad en mi vida? Posiblemente
obtendra algunas respuestas esta noche. As lo esperaba para mi
tranquilidad mental.
A media tarde le ped a Pat Smith, mi secretaria, que encargara una
copia de mi libro, El vendedor ms grande del mundo, al departamento
de inventario. Se detuvo en la puerta de mi oficina despus de dejar el
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ocurrira si, y abr el libro para autografirselo a Simon. Qu poda
escribir en el libro que fuera adecuado para este hombre con apariencia
de santo? Por alguna razn las palabras adecuadas eran importantes
para m. Qu pensara un experto en Gibrn, Plutarco, Platn, Sneca y
Eiseley sobre m pequeo libro despus de leerlo? Eso era importante.
Para m.
Empec a escribir...
Para Simon Potter, el mejor trapero de Dios con afecto,
Og Mandino.
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sentido.
-La mente es un mecanismo sumamente extrao, seor Og.
-Simon, ni siquiera podra empezar a imaginar cuntos libros y revistas
he ledo acerca de la mente los ltimos diez aos, para posible uso en
mi revista. Adems, mientras ms leo ms cuenta me doy qu tan poco
sabemos sobre ese misterio que est en nuestro interior... o hasta
dnde se localiza.
El viejo se frot las manos contra las mejillas y dijo:
-El doctor Karl Menninger escribi que la mente humana es mucho ms
que el cofrecillo de trucos del cerebro. Es ms bien toda la personalidad
formada por los instintos, hbitos, recuerdos, rganos, msculos y
sensaciones humanos, todo pasando por un proceso constante de
cambio.
-Conozco al doctor Menninger.
-En persona? De verdad?
-Si.
-Qu clase de persona es?
-Es un gigante, casi de su tamao, un hombre encantador, al igual que
usted... y cuando habla siempre tiene un destello en los ojos.
-Hay en mis ojos, como lo llam, un "destello", seor Og?
-Algunas veces, Simon. Algunas veces.
Sonri tristemente.
-Me gusta ms lo que escribi Milton acerca de la mente. "La mente
est en su propio lugar, y puede hacer por si misma un paraso del
infierno, o un infierno del paraso". Seor Og, nuestra mente es la
creacin ms grande de la Tierra y puede crear la ms sublime de las
felicidades para su propietario... o puede destruirle.. Sin embargo, a
pesar de que se nos ha dado el secreto para gobernarla, para felicidad y
beneficio, seguimos ignorando sus potencialidades, como los ms
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estpidos animales.
-El secreto de cmo gobernar la mente en beneficio propio...?
Simon seal hacia los estantes.
-Todo se encuentra ah. Uno slo tiene que estudiar los tesoros que
permanecen, expuestos, a nuestro alrededor. Durante incontables siglos
el hombre compar su mente con un jardn. Sneca dijo que la tierra,
sin importar qu tan rica fuera, no poda ser productiva si no se cultiva;
nuestra mente tampoco podra serlo. Sir Joshua Reynolds escribi que
nuestra mente es slo tierra infecunda, acabada e improductiva, a
menos de que se cultive continuamente con nuevas ideas. Y James
Allen, en su obra clsica monumental. As A Man Thinketh, escribi que
la mente del hombre es como un jardn que debe ser cultivado
inteligentemente o permitrsele que crezca como la selva, pero ya sea
que se cultive o descuide, producir. Si no se plantan semillas tiles,
entonces caer sobre la tierra una abundancia de semillas
improductivas, y los resultados sern equivocados, intiles, peligrosos y
sucios. En otras palabras, sea lo que se a que permitamos que entre en
nuestra mente, siempre obtendr frutos.
Encend un cigarrillo y estuve pendiente de cada una de sus palabras.
-Actualmente el hombre compara su mente con una computadora,
pero sus conclusiones son las mismas que las de Sneca y otros. Las
personas que trabajan con computadoras tienen una frase, en realidad
siglas, DADA (desperdicios adentro, desperdicios afuera). Si se alimenta
informacin equivocada a una computadora, se obtendrn respuestas
equivocadas. Lo mismo ocurre con nuestra mente... ya sea que se
piense en trminos de un jardn o de una computadora IBM Tres
Sesenta. Alimenta material negativo... y eso mismo recoger. Por otro
lado, si programa, o planta pensamientos e ideas positivos, hermosos y
correctos, eso cosechar. Como ve es muy sencillo. En realidad puede
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convertirse en lo que piensa. Lo que un hombre piense en su corazn,
eso es l. Allen escribi: "El hombre es hecho o deshecho por s mismo;
en la armona del pensamiento forja las armas con las que se destruye;
tambin modela las herramientas con las que construye para s mismo
mansiones celestiales de felicidad, fuerza y paz. Con la eleccin
correcta y la aplicacin de la verdad del pensamiento el hombre se
eleva hasta la perfeccin divina". Seor Og, recuerde estas palabras:
"con la eleccin correcta". Son la piedra angular para una vida feliz y,
posiblemente, algn otro da, me permitir explicarlo ms
detalladamente.
-En otras palabras, Simon, lo que est diciendo es que podemos
programar nuestras mentes. Pero, cmo?
-Es muy sencillo. Podemos hacerlo personalmente u otros lo harn por
nosotros. Simplemente, al escuchar o leer repetidamente un
pensamiento o una afirmacin, ya sea que constituya una verdad o la
ms vil de las mentiras, al fin nuestra mente imprimir ese
pensamiento y se convertir en una parte permanente de nuestra
personalidad, tan fuerte que hasta actuaremos de acuerdo a eso sin
siquiera considerar o reflexionar en el futuro. Como puede recordar,
Hitler hizo esto a un pas entero, y la frase "lavado de cerebro"
constituye algo que nos es familiar despus de las muchas experiencias
tristes que tuvimos con nuestras tropas en el Oriente.
-Nos convertimos en lo que pensamos?
-Siempre!
Esta pareca ser una buena oportunidad para intentarlo, y la
aprovech.
-Simon, hbleme de usted mismo. Le importa?
Sacudi la cabeza, puso la copa de vino sobre la mesilla, sus manos
sobre el regazo y las observ mientras hablaba.
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-Diez.
-Qu clase de mercanca importaba y exportaba?
-En su mayora eran artculos que tenan algn valor o rareza.
Acabados de lana o lino, cristalera fina, piedras preciosas, las
alfombras ms finas, algunos artculos de piel, papel tapiz...
-Dijo usted que su compaa era grande?
-Era la ms grande de su tipo en el mundo. Nuestro volumen anual de
ventas, an durante la depresin, en mil novecientos treinta y seis
exceda los doscientos millones de dlares estadounidenses.
-Y usted era el presidente de la compaa?
Simon baj la cabeza tmidamente.
-No es difcil ser presidente de una compaa cuando se es el nico
propietario y fundador y... -tom mi libro y seal el titulo- y tambin el
vendedor ms grande de la compaa.
Mi anfitrin se levant y volvi a llenar mi copa. Beb la mitad de su
contenido y lo estudi a l cuidadosamente. Estaba disimulando frente
a m? Finalmente tom su brazo y le di la vuelta cariosamente de
modo que poda ver directamente hacia sus ojos.
-Simon, dgame la verdad, ha ledo mi libro?
-Perdneme, seor Og, pero jams haba visto una copia de su libro
antes de esta noche. Por qu?
-El vendedor ms grande del mundo tiene lugar en el tiempo de Cristo.
Narra la historia de un joven camellero, Hafid, que quera convertirse en
vendedor para ganar la parte de oro que le corresponda y que vea era
el fruto de los esfuerzos de otros vendedores de la caravana.
Finalmente, despus de muchas negativas, el dueo de todo le da un
manto a Hafid, para que lo vendiera en la villa ms cercana, llamada
Beln, para probar si era buen vendedor. En lugar de esto, despus de
tres humillantes das en los que no puede vender el manto, el joven lo
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cinco, decid hacer algo para cambiar mi vida. Hice planes cuidadosos
para el futuro. Decid trabajar muy duro hasta mil novecientos cuarenta,
y entonces tomara del negocio lo suficiente para que mi familia y yo
viviramos cmodamente durante el resto de nuestra vida. Cuando
llegara ese momento les proporcionara el control de la compaa a
quienes me haban sido leales a lo largo de los aos...
Volv a interrumpirle... y esta vez mi voz se quebr.
-Simon, cuando lea mil libro ver que mi vendedor, Hafid, finalmente
les dio su negocio y la mayor parte de sus riquezas a aquellos que le
haban ayudado a crearlo.
El viejo frunci el entrecejo mientras sacuda la cabeza.
-No puede ser! No puede ser!
-Usted mismo lo leer. Qu pas con su familia?
-Para entonces, Hitler haba subido al poder. Yo, al igual que la mayora
de los hombres de negocios, ignoraba la clase de monstruo al que
habamos permitido asumir el gobierno de nuestro pas. Mi esposa era
juda y mientras yo me encontraba en uno de mis viajes a Damasco, fui
visitado, un da, por uno de los agentes de Hitler. Este me notific
tranquilamente que tanto mi esposa como mi hijo se encontraban bajo
lo que l llam "custodia de proteccin" y que solamente seran
liberados si yo firmaba en favor del Partido Nacional Socialista la
posesin de toda mi compaa y sus utilidades. Firm sin vacilar.
Despus vol de inmediato hacia Francfort, en donde fui arrestado en el
aeropuerto por la polica secreta. Pas todos los aos de la guerra
yendo de un campo de concentracin a otro. Me imagino que el no
haber sido judo salv mi vida.
-Y su esposa e hijo?
-Nunca volv a verlos.
Empec a decir: "lo siento", pero me contuve.
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-Y su negocio?
-Se acab. Los nazis confiscaron todo. Despus de la guerra pas casi
cuatro aos tratando de encontrar alguna pista sobre mi familia. Tanto
los norteamericanos como los ingleses fueron sumamente cooperativos
y compasivos. Finalmente supe, a travs del servicio de informacin
norteamericano, que tanto mi esposa como mi hijo haban sido
asesinados y cremados en Dachau casi inmediatamente despus de
haber sido capturados.
Era penoso continuar. Me senta un cruel inquisidor que forzaba al viejo
a revivir recuerdos que probablemente haban sido empujados hasta lo
ms profundo de su mente desde haca mucho tiempo con el fin de
conservar su cordura. Sin embargo, continu:
-Cmo lleg a este pas?
-En mis buenos tiempos contaba con amigos muy finos en Washington.
Uno de ellos intercedi por m ante las autoridades correspondientes de
inmigracin, quienes olvidaron mi falta de pasaporte. Otro me prest
dinero para el pasaje. Haba visitado Chicago en mil novecientos treinta
y uno y me haba gustado por su vitalidad, por lo que vine ac.
-Qu ha estado haciendo durante todos estos aos?
Se encogi de hombros y mir al techo.
Qu puede hacer un ex millonario presidente de una compaa, cuyas
ambiciones haban muerto en una cmara de gas? Trabaj en un
centenar de lugares insignificantes, con la nica intencin de
sobrevivir... de portero de un club nocturno, de cocinero, en la tarea
sanitaria de la ciudad, en construccin... en cualquier cosa. Saba que
contaba con el conocimiento, la experiencia y la capacidad necesarias
para empezar un nuevo negocio propio, pero no deseaba hacerlo. No
exista una razn por la cual desear el xito o adquirir riquezas, por lo
que no me esforc. Finalmente pas los exmenes de la ciudad y
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trabaj de portero de una escuela de la avenida Foster. Ese empleo me
sirvi mucho. Me encontraba rodeado de pequeos que rean todo el
da. Muy bueno. Y de cuando en cuando poda ver algn chico que me
recordara a mi Eric. Era un empleo fino y decente. Me retir al cumplir
sesenta y cinco aos, y la ciudad me empez a dar una pequea
pensin suficiente para vivir... y leer.
-Qu le hizo decidirse a ser lo que usted llama trapero?
Simon sonri y se recost en su silln, mirando al techo nuevamente,
como si tratara de recordar detalles de un suceso que haba
permanecido dormido entre sus recuerdos durante largo tiempo.
-Tan pronto como me retir me cambi a este departamento. Lzaro,
yo y mis libros. El que cada maana caminramos Lzaro y yo alrededor
de la manzana se convirti en un ritual. Una maana, al salir del edificio
volte hacia la entrada del estacionamiento, en donde lo vi a usted por
primera vez; ah se encontraba una joven dama que pareca estar en
dificultades. Su auto estaba estacionado en la entrada, la barra perma-
neca en posicin horizontal, y ella sacuda enojadamente la caja de
metal que acepta las monedas que activan la barra. Camin hacia ella
y le pregunt si poda ayudarle. Estaba llorando, y entre sollozos me
dijo que haba introducido en la caja sus dos ltimas monedas y la barra
no se haba elevado. Ms an, deba estar en clase, en la Universidad
de Loyola, en menos de diez minutos, ya que tena un examen final.
Hice lo que cualquier persona hubiera hecho. Saqu dos monedas del
bolsillo de mi pantaln, las introduje por la ranura y esta vez la barra si
se elev. Despus de esto prosegu mi paseo con Lzaro.
Para entonces el viejo caminaba por la habitacin.
-No habamos caminado mucho cuando escuch unos pasos
apresurados detrs de m. Me volv para observar que la bella joven se
diriga hacia m, todava con los ojos llenos de lgrimas, pero sonriente.
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Antes de que me diera cuenta de lo que la joven hacia, sta puso sus
brazos alrededor de mi cuello, me jal hacia ella y me bes en la
mejilla... la primera vez que me abrazaba una mujer desde la muerte de
mi esposa. La joven no dijo nada... solamente fue un abrazo y el beso...
y despus se esfum. Ese incidente trivial fue lo que dio a mi vida un
nuevo sentido y direccin, seor Og. Resolv dejar de ocultarme en mi
pequeo departamento, dejar de lamentarme por lo que me haba
deparado la vida, y empezar a dar algo de mi ser a otros despus de
todos esos aos de autocompasin. Como ve, en realidad fue una
decisin egosta, ya que la sensacin que tuve, cuando esa agraciada
joven me bes, me fue desconocida durante muchos aos. Era la
sensacin que se tiene cuando se ha ayudado a otro sin pensar en
algn beneficio personal. Desde entonces soy un trapero.
Me sent cansado. Las preguntas y respuestas me haban agotado. Sin
embargo, haba algo ms que tena que saber.
-Simon, usted dijo que el nombre de su hijo era Eric. Cul era el de su
esposa?
-Seor Og, mi esposa tena un nombre tan encantador como su alma...
Lisha.
Lo nico que pude hacer fue suspirar y murmurar:
-Simon, por favor, pseme mi libro.
El viejo caballero puso el libro en mi regazo. Pas apresuradamente las
primeras pginas y par en la catorce.
-Simon, vea! Aqu... donde estoy sealando, a la mitad de la pgina...
este es el nombre que le di a la esposa de Hafid, el vendedor ms
grande del mundo. Lalo!
Un medio sollozo, un medio grito de angustia escap de los labios del
hombre mientras observaba la pgina impresa. Despus me mir,
incrdulo, mientras se formaban en sus inolvidables ojos unas grandes
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lgrimas.
- No puede ser, no puede ser!
Tom el libro con sus enormes manos, mientras observaba
resueltamente la pgina. Finalmente la elev hasta su mejilla, la
recarg cariosamente contra su barba y murmur suavemente una y
otra vez:
-Lisha Lisha... Lisha.
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-Sabia que no estaba aqu, seor Og. Todos los das me asomaba por la
ventana para ver su pequeo auto caf. Nada... ni auto, ni seor Og. Y
entonces, esta maana ah estaba. Me sent tan contento. Quera verlo
y al mismo tiempo no quera molestarlo. Tard todo el da en armarme
de valor para venir a verle.
-Me alegro de que lo hiciera. De todas formas yo hubiera ido a buscarle
para decirle las noticias sobre el libro.
-Son buenas?
-Todava no estoy seguro de lo que me esta pasando.
El viejo asinti y me dio unas orgullosas palmadas en el hombro.
Despus condujo a Lzaro hasta el perchero, en donde lo amarr. El
perro enterr la nariz en la alfombra y cerr los ojos.
-Se ve maravillosamente, Simon. Jams lo haba visto de traje y
corbata.
Mi visitante toc tmidamente la solapa de su arrugado saco Con sus
enormes dedos y murmuro:
-No poda visitar al presidente de una compaa pareciendo un
vagabundo, o s?
-Por que no? Supongo que ustedes, los traperos, trabajan con
disfraces de todos tipos y probablemente se han infiltrado en un mayor
nmero de vidas que la CIA. Son ngeles sin portafolios.
El comienzo de una sonrisa se evaporo repentinamente cuando dije la
palabra "ngeles". Despus se repuso y forz una irnica sonrisa.
-Solo un escritor podra lograr una descripcin tan aguda. Sin embargo,
nosotros los traperos carecemos de recursos. Adems existe una
explosin demogrfica de basureros humanos tan vasta que no somos
suficientes para hacer el trabajo adecuadamente. Me pregunto si el
editor de su revista, el seor W. Clement Stone, es trapero.
Los dos volteamos hacia el retrato de mi jefe que me miraba
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clidamente desde la pared que se encuentra a la derecha de mi
escritorio.
-Debe serlo, Simon. l me sac de un basurero, hace diecisis aos,
cuando estaba acabado, solo y bebiendo con frecuencia. Es gracioso,
pero parece ser que ustedes los traperos tienen una poltica de silencio
en cuanto a sus buenas obras. Debido a que me encuentro cerca de l
he tenido la oportunidad de conocer a algunas de las personas a las que
ha ayudado el seor Stone y, sin embargo, muy pocas de sus acciones
como buen samaritano se publican en los peridicos.
Simon movi la cabeza en seal de aprobacin.
-Esto se debe a que los traperos tratamos de seguir la ley bblica que
Lloyd Douglas hizo famosa en su libro Magnificent Obsession.
-O sea, hacer el bien y... callarse.
Su explosiva risa llen la habitacin.
-Eso es lo que quise decir, aunque nunca haba odo que lo dijeran de
esa misma forma. Creo que sigo prefiriendo el mandato original de
Jess, como lo escribi Mateo.
-Simon, saba usted que cuando se public el libro Magnificent
Obsession la venta de Biblias se elev increblemente en todo el
mundo?
-Por que, seor Og?
-Porque todos empezaron a buscar el pasaje bblico que dio origen a
dicho libro, y Douglas, con un rasgo de ingenio, jams lo seal
especficamente en su libro. El buscar el pasaje casi lleg a convertirse
en el pasatiempo ms popular en este pas durante un ao, o ms,
haciendo de Magnificent Obsession un best seller. Adems, aquellos que
encontraron dicho evangelio, o captulo lo conservaron como un secreto
al que poda aspirarse slo si se descubra personalmente.
-Podramos utilizar ese truco actualmente, seor Og.
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conoce?
-Le conoc hace muchos aos. Yo era bombardero de su grupo B-24
durante la Segunda Guerra Mundial.
-Stewart era valiente?
-Muy valiente. Termin su viaje de combate mucho antes de que
hubiera escolta para proteger a nuestros bombarderos. Adems poda
beber ms que ninguno de nosotros.
-Bien. Bien.
Simon prosigui con el, inventario de mi oficina, probablemente
comparndola con la decoracin de su antigua oficina presidencial en
Damasco. Un leve olor a alcanfor emanaba de su traje de corte severo
y, sin embargo, lo llevaba con una dignidad y estilo que permitan
imaginarlo detrs de un enorme escritorio de caoba, dando consejos
cuando estos eran necesarios y tambin ponindose difcil cuando
alguien lo mereca.
Finalmente dej la tasa de caf y dijo:
-No puedo esperar ms tiempo. Dgame sus buenas nuevas, seor Og.
-Usted me trajo buena suerte, Simon; estoy seguro de ello. Debe existir
mucho de duende debajo de esa fachada de trapero suya. Recuerda
esa ltima noche, en su casa, cuando descubrimos todas esas
sorprendentes coincidencias entre el hroe de mi libro y usted?
-Cmo puedo olvidarla?
-Bien, cuando llegu a mi casa encontr un mensaje de mi editor,
Frederick Fell. Cuando le llam me dijo que una gran editora de
ediciones de bolsillo quera una cita con l, su vicepresidente, Charles
Nurnberg, y conmigo, el lunes, para discutir la posible compra de los
derechos de reimpresin de mi libro. Por lo tanto, la noche de ese
domingo viaj hacia Nueva York.
-Estaba preocupado, nervioso?
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novecientos cuarenta estbamos pasando por una poca difcil.
Entonces muri... y yo entre a la Fuerza Area de la Armada.
-Nunca fue a la universidad?
-No.
El viejo volvi a observar mi oficina y sacudi la cabeza.
-Sorprendente. Qu ms sucedi en esa iglesia?
-Nada ms. Finalmente domin mis emociones, y para entonces ya
casi era hora de nuestra cita, por lo que sal de la iglesia, cruc la calle
y entre al edificio. Cuando sal del elevador en el piso veintisis, me
encontr a m mismo caminando a lo largo de un gran corredor tapizado
con fotografas de algunos de los escritores ms famosos del mundo,
cuyos libros haban sido publicados por esa compaa. Lo nico que
poda pensar era. "Mam, lo logramos. Estamos aqu junto a lo mejor!"
-Y su reunin con los ejecutivos de la compaa?
-Fue extraordinariamente bien. Una gran mesa de juntas, una gran
habitacin, muchos nombres, muchas caras. Como supimos despus, ya
haban decidido comprar los derechos de reimpresin. Lo que queran
saber era si mi persona era adecuada para la promocin y el mercado
junto con el libro.
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verano y el invierno, por lo que estuve de acuerdo en salir en viaje de
promocin para la radio y la televisin durante tres semanas. He estado
en catorce ciudades, he sido entrevistado ms de noventa veces... esta
empezando a gustarme... aun hasta las sesiones de autgrafos en las
libreras.
-Estoy muy feliz y orgulloso por usted, seor Og.
Permanecimos sentados durante un rato, ramos dos camaradas
compartiendo una victoria. Platicamos un poco antes de que tuviera el
valor suficiente para preguntarle:
-Simon, tuvo oportunidad de leer mi libro?
-Por supuesto. La misma noche que me lo regal. Es hermoso. Los de
la edicin de bolsillo vendern millones de copias. Seor Og, el mundo
necesita su libro.
Eso era adecuado para m. Podan hacer todas las dems crticas del
libro que quisieran. Simon se levant y dijo:
-Venga. Debemos celebrar, con un jerez, su buena suerte.
Acept.
Despus de habernos instalado en las sillas acostumbradas y de que
Simon haba servido el jerez, resumi nuestra conversacin en la
oficina.
-Seor Og, las asombrosas similitudes entre su gran vendedor y mi
vida me han dado muchas noches de insomnio. Y las extraezas
posibles, despus de todas las dems coincidencias, como es que tanto
la esposa de Hafid como la ma se llamaran Lisha, deben estar ms all
de la capacidad de clculo de una computadora.
-He tratado de olvidarme de todo, Simon. Creo que las personas que
estudian la percepcin extrasensorial llaman precognicin a este tipo de
cosas. O puede no serlo. Escrib el libro antes de conocerle, pero usted
vivi esos sucesos antes de que yo escribiera el libro. No se cmo
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llaman a esto, pero me aterra pensarlo. Usted cree que slo se trata de
una coincidencia?
El viejo suspir y sacudi la cabeza.
-Coleridge escribi que la casualidad es solamente un seudnimo de
Dios para esos casos particulares en los que l escoge no aparecer de
modo abierto mediante su firma.
-Me gusta eso. Y si este es uno de los secretos de Dios no creo que
haya mucho que podamos hacer... por lo tanto no voy a profundizar en
ello. Ni siquiera lo he discutido con alguien. Quien me creera?
-Es una suerte que nos tengamos el uno al otro, seor Og.
Bebimos nuestro jerez en medio de una tranquilidad que solamente
puede, ser experimentada por dos personas que verdaderamente se
relacionan entre s, una paz que no necesitaba ser molestada con
palabras sencillamente para reforzar la amistad. No saba lo que Simon
pensaba, pero yo estaba tratando de armarme del valor suficiente para
hacerle una sugerencia, una que me haba venido a la cabeza mientras
volaba desde Nueva York despus de mi reunin con los editores.
Una cosa que aprend en Nueva York era que un buen esfuerzo propio
y una inspiracin al escribir eran de primordial importancia. Pareca ser
que ya se tratara del estado de la nacin, o slo otro ciclo publicitario,
todas las editoriales estaban buscando otro Wake Up And Live
(Despierte y viva) o The Power Of Positive Thinkins (El poder del
pensamiento positivo) o How to Win Friends and Influence People (Cmo
ganar amigos y como influir en las personas). Cada vez que nuestro
pas va de pique parece ser que los libros sobre esfuerzo propio llegan
al mximo de ventas y la mayora de los editores tratan de adelantarse
al futuro, y aparentemente el pas se diriga hacia otra "baja". Pens
que Simon era una persona con talento innato. Me aventur.
-Simon, a cuantas personas cree haber ayudado en su papel de
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trapero?
No vacil.
-En los trece ltimos aos... cien.
-Exactamente?
-Si.
-Cmo lo sabe? Ha llevado algn tipo de diario?
-No. Al principio de mi aventura mis intenciones eran buenas pero mis
mtodos para tratar de ayudar constituan un intento y un error...
principalmente un error. Me temo que hice ms dao que bien a esos
primeros casos que descubr, ya que les saqu parcialmente de su
muerte viviente y despus, a causa de mi ignorancia, les dej caer
nuevamente. Trataba de ayudar de diferente manera a cada uno de
acuerdo con su personalidad individual. Gradualmente me di cuenta
que debido a que somos diferentes (cada uno nico en su forma),
nuestra falta de dignidad que origin nuestro fracaso, es una
enfermedad universal producida siempre por un complejo de ansiedad,
culpabilidad o inferioridad... los tres niveles de los problemas
emocionales aceptados por la mayora de los estudiantes de siquiatra.
Como no saba mucho sobre esta materia, tuve que aprenderlo en la
forma ms difcil... en la calle y en los basureros, y despus en mis
libros.
-Y cuando descubri este comn denominador hizo algo para
uniformar su sistema de ayuda?
-S. El hombre ha estado tratando de resolver el reto de su escurridiza
dignidad desde que empez a caminar erguido, y los sabios han escrito
sobre la enfermedad y su cura durante varios siglos... cada uno ha dado
una solucin similar, la cual, claro est, seguimos ignorando. Cuando
esta verdad se me present claramente, dediqu varios meses
encerrado en este departamento a la lectura de mis libros, extrayendo y
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digo que le voy a proporcionar un documento muy especial que
contiene un mensaje de Dios. Le digo que lo nico que quiero son
veinte minutos de su tiempo todos los das, para que lea el mensaje que
Dios le mand... justamente antes de ir a dormir. Y que eso tiene que
ser durante cien noches consecutivas. A cambio de esos veinte minutos
diarios, que es un precio muy reducido, especialmente para quienes el
tiempo ya no tiene mucho valor, aprender cmo salir del basurero y
realizar el milagro ms grande del mundo. Resucitar de su muerte
viviente, literalmente, y al fin lograr todas las verdaderas riquezas de
la vida con las que ha soado. En otras Palabras, el mensaje de Dios,
absorbido da a da por su subconsciente ms profundo, que nunca
duerme, les permite convertirse en su propio trapero. Su esfuerzo
propio al mximo!
-Un mensaje de Dios. No le asusta eso? Especialmente porque usted
parece una fotografa de Dios. Su barba, su figura, su forma de ser, su
altura, su voz...
-Seor Og, se esta olvidando de algo. Yo empuj a estas personas
fuera de sus propios infiernos. De su mente ya han abandonado esta
vida. Estn completamente seguros de que nada puede ayudarles y por
eso estn deseosos de asirse a cualquier mano que se les tienda. Es un
poco de esperanza.
-Esperanza?
-S. Conoce la historia del famoso fabricante de perfumes al cual se le
pidi durante la comida que ofreci el da de su retiro que explicara el
secreto de su xito? Le record al pblico que el xito no haba surgido
por las finas fragancias o los envases o los mtodos de mercado que
haba utilizado con tanto ingenio. Haba triunfado debido a que era el
nico fabricante de perfumes que se haba dado cuenta de que lo que
estaba vendiendo a las mujeres no era aromas exticos o glamour o
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por la cual haba sacado a relucir todo esto. En parte, para mi mismo,
murmur:
-Un memorndum de Dios?
Simon me escuch y seal hacia sus libros.
-Por que no? Me ha odo exponer, suficientes veces, mis teoras
acerca de que Dios estaba involucrado en la escritura de muchos libros.
Yo slo extraje la esencia, suprim a los mediadores humanos, y escrib
un mensaje que proviene directamente de Dios.
-Querido amigo, ciertamente no soy un experto en dicha materia,
pero no podran llamar a esto una blasfemia algunas personas?
El viejo sacudi la cabeza en esa forma tan especial que hace uno
cuando trata con un nio que obviamente esta teniendo problemas para
entender algo que le parece tan sencillo a un adulto.
-Por que razn va a ser una blasfemia? La blasfemia se relaciona con
asuntos de Dios tratados de una forma profana o burlona. Lo que yo he
hecho ha sido realizado con amor y respeto sin pensar obtener algn
beneficio personal, y... funciona!
-Cmo funciona, Simon? No me esta diciendo que simplemente por
leer un memorndum de veinte minutos, proveniente de Dios o de
cualquier otro, una persona puede cambiar su vida por otra mejor.
Puede tener la lectura de cualquier clase algn tipo de influencia sobre
alguien... ya sea para bien o para mal? Recuerdo haber ledo hace poco
tiempo un informe de la comisin contra el crimen, en el cual uno de los
miembros de esa comisin dijo, que no exista una relacin directa entre
la pornografa y el crimen y que, por lo que saba, nadie haba
concebido ni se haba enfermado por leer un libro sucio.
-Seor Og, la persona que hizo esa declaracin debe ser muy estpida
e ingenua. Recuerde lo que le dije sobre los pensamientos que posee un
individuo y como afectan sus acciones y su vida. Estoy de acuerdo en
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leyera el original del "Memorndum de Dios" y viera si llena lo que
debera ser su destino... su destino preordenado.
-Cmo?
-Al final de su libro, su vendedor ms grande del mundo, entonces un
viejo como yo, pasa sus diez pergaminos del xito a una persona muy
especial. No sera posible que, despus de todas esas misteriosas
coincidencias entre el hroe de su libro y mi persona, tuviramos una
ms... la ltima coincidencia?
-Lo siento, Simon, pero no le entiendo.
-Si quisiera, si aceptara... me gustara proporcionarle el original del
"Memorndum de Dios" a una persona muy especial... usted! Si le
agrada, si se convence de que puede ayudar a otros como yo le
aseguro que puede, cuenta con mi autorizacin para incluirlo en uno de
sus futuros libros, si as lo desea, y de esta manera ser conocido por el
mundo y beneficiar a miles -posiblemente a millones- de personas.
De que mejor forma puede un viejo trapero multiplicarse a s mismo?
Haba ledo mi pensamiento? Se trataba d otra imposible
coincidencia el que el me ofreciera su escrito este da, y todos los das
en los que haba estado planeando pedrselo?
-No se qu decirle, Simon. Me siento honrado de que usted pueda
considerarme su instrumento de trasmisin.
-Usted sera lo ideal. Pero no tome una decisin apresurada sobre esto.
Considrelo durante varias noches. Todava hay tiempo. Y, por
supuesto, si acepta el "Memorndum de Dios" debo pedirle un pequeo
pago por mi trabajo, como lo hara cualquier autor que se respetase a si
mismo.
-Pago? De acuerdo.
-No, no... no me entiende. No estoy hablando de dinero. Si el
"Memorndum de Dios" pasa a sus manos, es necesario, en primer
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No volvimos a hablar del "Memorndum de Dios" durante el verano, y
el otoo mientras que nuestra amistad se converta gradualmente en
un afecto especial. El ir al departamento de Simon casi todas las
noches, y pronto tambin a la hora de la comida se convirti en lo ms
importante de mi semana. La sobria morada de Simon se convirti en
un oasis de paz y ecuanimidad durante todos los das de trabajo, y los
fines de semana parecan ser tortuosamente interminables por no poder
estar con el. Adems, por razones que todava no entiendo, jams se los
mencion ni a mi familia ni a nadie de Success Unlimited.
Simon se convirti en mi padre adoptivo, en mi profesor, mi consejero
de negocios, mi camarada, mi rabino, mi sacerdote, mi ministro, mi
guru... mi orculo de Delfos. Cancel invitaciones de negocios y escap
de funciones sociales para estar con el, y literalmente comenc a
sentarme a sus pies para escuchar mientras daba una conferencia a su
clase de un integrante, o sea, yo.
Demostrando tener una cantidad sorprendente de conocimientos y
experiencia, poda hablar, en periodos que parecan ser demasiado
breves, sobre el amor, la poltica, la religin, la literatura, la siquiatra,
la naturaleza y aun hasta de temas mucho ms exticos como, por
ejemplo, la percepcin extrasensorial, la astrologa y el exorcismo. En
ocasiones le estimulaba mediante una pregunta o una afirmacin
perfectamente bien calculada para mantenerle hablando o para
introducir un nuevo tema en el que quera saber su opinin. La
profundidad de sus conocimientos, especialmente sobre filosofa y el
comportamiento humano, nunca dejaron de sorprenderme.
En una ocasin interrumpi su pltica, mientras se encontraba
profundamente metido en la violenta condena de la actitud de
complacencia, falta de orgullo, y niveles de mediocridad que estaba
convencido se haban convertido en la forma de vida de nuestro mundo,
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una vez, a esta situacin. Parece ser que el gran general iba a dirigir a
sus hombres contra un fuerte enemigo cuyos hombres sobrepasaban en
nmero a los suyos. Debido a la diferencia entre unos y otros, sus
hombres mostraban poco entusiasmo con respecto a la lucha, pues
pensaban que se dirigan hacia su fin. Cuando Alejandro hubo
desembarcado a sus hombres en la costa enemiga, expidi una orden
para que fueran quemadas todas sus naves. Mientras estas se hundan
lentamente en llamas, Alejandro mand llamar a sus hombres, y les
dijo: "Observan como se queman sus barcos, ven como se convierten
en cenizas que flotan en el mar? Esa es la razn por la cual debemos
vencer, ya que ninguno puede abandonar esta despreciable tierra a no
ser que salgamos victoriosos en la batalla. Caballeros, cuando
regresemos a casa lo haremos en los barcos de los otros!"
Simon no crea que una persona debiera continuar en un empleo que
le hiciera desdichado o miserable. Cit a Faulkner para reforzar su
argumento, tratando de imitar el acento sureo del gran escritor:
-"Una de las cosas ms tristes de la vida es que la nica cosa que
podemos hacer durante ocho horas diarias, da tras da, es el trabajo.
No podemos comer durante ocho horas al da, ni tampoco beber, ni
hacer el amor durante ocho horas diarias... todo lo que podemos hacer
durante ocho horas es el trabajo. Esta es la razn por la cual el hombre
es miserable y desgraciado". Entonces, para resumir esa conferencia en
particular, volvera a recalcar que debera abandonarse el empleo que
hiciera que nos sintiramos desdichados. Seor Og, no es cierto que la
piedra que rueda no cra moho. Una piedra que rueda puede criar
moho y mucho ms!
Present a Mark Twain para ilustrar su creencia de que la experiencia
era por lo general una cualidad sobrestimada. Casi pude observar al
viejo Samuel L. Clemens, con su arrugado traje blanco, mientras deca:
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de que pudiera escapar, fue alcanzado por un tiro.
Simon me observara y dira:
-Seor Og, cuando empiece a sentirse apenado por usted mismo,
recuerde esta copla: "Me senta triste... porque no tena zapatos... hasta
que en la calle... encontr a un hombre que no tena pies".
Siempre estaba definiendo palabras abstractas mediante analogas
llenas de color. En una ocasin, cuando le ped que describiera el amor,
me dijo:
-Hace algunos aos, en la carrera de Indianpolis, el auto de un fino
corredor, llamado Al Unser, derrap y se estrell contra la barda.
Solamente estuvo unos segundos dentro de su auto, que se quemaba,
cuando otro auto derrap y se detuvo junto a el. Entonces, mientras
que los dems automviles pasaban peligrosamente cerca del segundo
auto, sali de este un joven llamado Gary Bettenhausen, quien corri
hasta el auto de Unser y empez a sacarlo de entre las llamas. El seor
Bettenhausen se olvid por completo de que estaba en una carrera y
que haba gastado una fortuna y muchos meses de preparacin para
ganarla. Ese acto era, para Simon, lo que constitua el amor.
Simon tena otro favorito dentro del mundo de, las carreras de
automviles, Stirling Moss. Despus de citar el axioma de Thoreau que
dice que los hombres nacen para triunfar, no para perder, el viejo
imitara con precisin el acento britnico de Moss para subrayar que el
hombre puede alcanzar cualquier meta si est deseoso de pagar por
ello. Repetira la frase celebre de Moss:
-"Se me ense que cualquier cosa puede alcanzarse si se esta
preparado para entregarse, para sacrificarse a fin de lograrlo, Sea lo
que sea que quiera llevar a cabo, puede hacerlo, si se desea lo
suficiente... y yo realmente lo creo. Creo que si yo quisiera correr un
kilmetro en cuatro minutos, lo hara. Tendra que dejar a un lado todo
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esto: Para maana por la noche, a esta misma hora, ms de
novecientos cincuenta individuos tratarn de suicidarse en este pas!
Piense en eso! Y sabe que? Ms de cien tendrn xito!
Golpeara el brazo de su silln y continuara:
-Eso no es todo. Tendremos cuarenta nuevos adictos a la herona en las
prximas veinticuatro horas. Treinta y siete personas morirn debido al
alcoholismo... y casi cuatro mil individuos desafortunados tendrn su
primer colapso nervioso para maana a esta misma hora. Despus
piense en las otras formas en las que demostramos que tan poco
apreciamos la sorprendente creacin que somos. En las prximas
veinticuatro horas aproximadamente, seis mil individuos sern
arrestados por encontrarse ebrios y trastornados, y ms de ciento
cincuenta que tan poco valoran sus preciosas vidas al manejar
demasiado rpidamente, ocasionando su propia muerte o la de otros.
Seor Og, sabe usted por que razn sucede esto, y por qu aumenta
rpidamente aqu y en todo el mundo?
Simplemente negara con la cabeza y esperara.
-Debido a que todos nosotros sabemos que podemos ser mejores de lo
que somos. Oh, es verdad que la mayora de los seres humanos no
pueden traducir este sentimiento en palabras, pero ha habido algo que
le aleja, por completo, del reino animal. Y ese algo, prcticamente una
segunda conciencia, contina recordndonos durante los momentos
ms inesperados de nuestra estpida vida que no estamos viviendo al
mximo. Por lo tanto, esto solamente es lgico si sabemos que
podemos ser mejores y no lo intentamos; si sabemos que podemos
obtener ms bienes mundanos y no lo hacemos; si sabemos que
podemos realizar un trabajo ms difcil y mejor pagado y no tratamos...
entonces no pensamos mucho acerca de este fracaso que se pasea por
ah llevando nuestro nombre. Gradualmente aumenta nuestro odio
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que la nica vez que haba encontrado personas sin problemas fue
cuando se encontraba paseando en un cementerio. No, la felicidad no
es la cura para todo, es un antdoto... algo que nos permitir tratar y
hacer frente a nuestros problemas y aun as mantener nuestra dignidad
para que no renunciemos a la raza humana... y la ultima forma de
renuncia es, por supuesto, el suicidio.
-Por que diablos no podemos lidiar adecuadamente con nuestros
problemas, Simon? Por que todos somos tan desdichados aun cuando
los ingredientes para ser felices se encuentran a nuestro alrededor? Es
esta otra maldicin, como el pecado original, solamente que peor?
-Por que no somos felices? Lo repetir para usted. Somos desdichados
debido a que ya no poseemos dignidad. Somos desdichados debido a
que ya no creemos ser un milagro especial, una creacin especial de
Dios. Nos hemos convertido en ganado, en cifras, en tarjetas
perforadas, en esclavos, en habitantes de ghettos. Nos observamos en
el espejo y ya no vemos las cualidades divinas que una vez fueron tan
evidentes. Hemos perdido la fe en nosotros mismos. Realmente nos
hemos convertido en el mono desnudo del que habl Desmond Morris.
-Cuando comenz todo esto?
-No estoy completamente seguro. Pero, por supuesto tengo una
hiptesis. Creo que comenz con Copernico.
-Coprnico? El astrnomo polaco?
-Si. En realidad era mdico. La astronoma era slo un pasatiempo.
Antes de Copernico, el hombre realmente pensaba que viva en el
centro absoluto del universo de Dios, aqu en la tierra, y que todas esas
pequeas luces de arriba estaban ah sencillamente para deleitarlo,
entretenerlo e iluminarlo. Entonces, Copernico prob que nuestro
planeta no era el centro de ninguna cosa y que constitua solamente
otra pequea luz redonda de polvo y piedra que se mova en crculos en
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todo lo que necesitbamos. Ahora tenamos el permiso de uno de los
doctores ms brillantes del mundo para hacer cualquier cosa que
deseramos para nosotros mismos... y para los dems. Ya no
necesitbamos una explicacin racional acerca de nuestras actividades.
Slo actuar... y echarle la culpa de todo a nuestros padres.
-Simon, deje asegurarme de que he comprendido lo que esta diciendo.
Su postura es que el hombre, en una poca, posiblemente mediante
una comunicacin ms intima con su dios, crey que realmente era una
creacin maravillosa, un ser superior hecho a imagen de Dios. Despus
empez a hacer descubrimientos que gradualmente destruyeron la alta
opinin que tena de s mismo, hasta que finalmente lleg a pensar: "Si
no somos seres semejantes a Dios; si no vivimos en el centro del mundo
de Dios; si en realidad slo somos animales, y si no podemos controlar y
explicar muchas de nuestras acciones, entonces no somos de mayor
trascendencia que la maleza de nuestro jardn. Si en verdad no somos
mucho ms que cualquier cosa, entonces, cmo podemos estar
orgullosos de nosotros mismos? Y si no estamos orgullosos de lo que
somos, cmo podemos apreciarnos a nosotros mismos? Y si no nos
apreciamos, quien va a querer vivir con esa clase de personas...? por
lo tanto... librmonos de nosotros mismos. Manejemos demasiado
aprisa, o bebamos y comamos demasiado, o hagmonos los tontos a
propsito para que nos despidan del trabajo y podamos meternos en un
rincn a chuparnos el dedo y nos digamos a nosotros mismos que de
cualquier forma no tenemos ningn valor, as que se vaya todo al
diablo. Es eso?
-Exacto.
Ahora me tocaba hablar a m.
-Permtame aadir lo que puede ser otro clavo en el atad de la
dignidad, Simon, siempre y cuando se pruebe que es correcto. Ha odo
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aprender que es lo que controla dicho hilo, ms all, y entonces
cortarlo, porque de otra forma nunca alcanzaremos totalmente nuestro
potencial ni volveremos a obtener nuestra dignidad.
-Me agrada su profesor, seor Og. Ahora, si usted ha crecido y se ha
educado con las posibilidades que dicen que solamente es un grano de
arena con un poco de dominio si no es que nada sobre su destino, y
despus se ve expuesto, cada da, a sucesos que agotan su
individualidad, y esta inmerso constantemente en la basura negativa
arrojada por los peridicos, la radio, la televisin, el cine y el teatro y
combina todo eso con el inters por su propia seguridad, sus ahorros, el
bienestar de su familia, su futuro y despus aade a esto el miedo
acerca de que el mundo se est convirtiendo en un lugar inmundo de
contaminacin o puede brotar por si mismo un da de florecimiento,
cmo puede realmente mantener un grado de dignidad cuando debe
pasar la mayor parte de su tiempo, y esfuerzo sencillamente tratando
de sobrevivir? Para que pensar que se es algo grande? Qu puede
haber agradable en usted? Que tiene de maravilloso esta vida? Quien
llam a esto un paraso?
-Viejo amigo, de alguna forma me esta pidiendo respuestas retricas.
Simon frunci el entrecejo y sus hombros se hundieron
momentneamente por la debilidad de su descubrimiento.
Posteriormente una amplia sonrisa desfigur su rostro, sus ojos se
abrieron al mximo, y subi el volumen de la voz.
-La respuesta paradjica, seor Og, es que a pesar de todas las fuerzas
arregladas en contra nuestra an seguimos queriendo estar orgullosos
de nuestra vida. Seguimos deseando, con todo el corazn, alcanzar el
mximo de nuestro potencial, y esto se debe solo a la pequea llama de
esperanza que sigue encendida dentro de nuestro ser y que sacude la
vergenza de nuestro fracaso y nuestro descenso gradual hasta la
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sinnimos.
-Lo s. Pero aunque sea triste, es la realidad.
-Y cuando trato de explicar frente a las cmaras que el libro tiene muy
poco que ver con una ganancia financiera y mucho con paz mental o
felicidad, con frecuencia consigo que se ran de mi y me hagan una
serie de preguntas sumamente difciles de contestar.
-Me podra dar un ejemplo, seor Og?
-S. Me dicen, por ejemplo, que es muy fcil hablar acerca de la
felicidad y la paz espiritual, pero cmo consigue que sonra un hombre
sin empleo y que tiene que alimentar cinco bocas y no tiene nada en el
refrigerador? Cmo tranquiliza la mente y el alma de una joven madre
de un ghetto que ha sido arrastrada por su medio mientras lucha para
sostener a sus tres hijos sin padre? Como convence a un agonizante
que todava puede disfrutar lo poco que le queda de vida? Que le dice
a una ama de casa convencida de que esta condenada a una vida de
platos sucios y camas deshechas?
-Ninguno de los problemas que mencion son fciles de resolver; sin
embargo, djeme recordarle, una vez ms, que cada uno de esos
individuos y todos en este mundo siguen poseyendo su propia luz
dentro de su ser. Puede haber disminuido en algunos, pero le digo que...
nunca, nunca se extingue! Mientras exista un aliento de vida habr
esperanza... y aqu es donde entramos los traperos. Slo denos una
oportunidad y nosotros podemos suministrar el combustible que ser
absorbido por cualquier luz sin importar que tan dbil sea. Un ser
humano, amigo mo, es un organismo adaptable y sorprendente, capaz
de resucitarse a si mismo de su muerte viviente, muchas veces, si se le
da la oportunidad y se le muestra el camino.
-Es ah en donde trabajan ustedes los traperos? Entre los muertos en
vida... entre los perdedores de la humanidad?
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trapero. Los mrtires no fracasan cuando su corazn deja de latir. Si
hubieran fallado, usted y yo no estaramos aqu sentados discutiendo la
posibilidad de llevar a la prctica su meta comn de hacer de ste
mundo un lugar mejor en el cual puedan vivir todas las criaturas de
Dios!
El viejo regres a su silln, y pos una de sus manos en mi rodilla.
-Seor Og, por qu no tratar de cambiar al mundo? Por que no
ensearles a otros que pueden realizar un milagro en sus vidas? Que
importancia puede tener para el hombre no vivir en el centro del
universo si puede crear su propio mundo hermoso? Por que debe
preocuparse el hombre por haber descendido del reino animal una vez
que se da cuenta de que posee poderes que ningn otro animal tiene?
Y por que preocuparse de que algunos de sus actos sean causados por
impresiones de su juventud enterradas en su subconsciente cuando aun
tiene la fuerza para dominar su mente y as ordenar su destino ltimo?
Solo el hombre, a su modo, tiene la ltima decisin sobre como vivir su
vida.
Haba dicho tantas cosas profundas y con importancia que yo tena
que interrumpir nuestra discusin o, por lo menos, alivianar el estado
de nimo para tener tiempo de digerir todos sus comentarios. Por lo
tanto, prend un cigarrillo y trat de hacer que picara el anzuelo.
-Simon, los astrlogos no tomaran muy en cuenta sus comentarios
acerca del hombre pudiendo controlar su propio destino.
Asinti con la cabeza, con tristeza, y sonri.
-Los videntes, los astrlogos, los mdicos, quienes leen la mano, los
numerologos, los squicos... cada era tiene muchas frazadas de
seguridad.
El viejo me despein.
-Conoce algo de Shakespeare, seor Og?
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-Un poco.
-La falta, querido Bruto, no esta en nuestras estrellas, sino en
nosotros mismos...
CAPTULO 6
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libro, con la cual iba a intentar la prxima primavera.
El viejo insisti en que jams le haba fallado la plantacin de geranios
ni en su jardn de Damasco ni en el de Sachsenhausen. Una vez me
describi con lujo de detalles como desenterraba sus plantas favoritas
antes de la primera helada, como las pona a secar en una base y como
las volva a plantar en la primavera... uno de sus primeros triunfos para
ayudar a que las cosas vivientes empezaran una nueva vida. Algunos
de sus geranios tenan ms de veinte aos. Pero no en Chicago. Simon
culp a la contaminacin.
-Cmo puede sobrevivir algo en esta lluvia de muerte proveniente de
arriba y de los monstruos de gasolina de la calle? Observe el exterior,
seor Og. Hoy es noche de luna llena. Puede verla? Por supuesto que
no puede! Estamos rodeados por nuestro propio rechazo. Nos baamos
en l. Respiramos en el. Comemos en l. Hasta el agua con la que riego
mis plantas contiene productos qumicos que mataran a una
cucaracha. Actualmente solo las plantas y las aves mueren. Maana,
quien sabe? An as tengo fe en que finalmente podr criar un geranio
y en que la raza humana despertar a tiempo para prevenir que su
mundo se convierta en un gigantesco basurero.
-Va a ser necesario que intervenga un ejrcito de traperos para lograr
esto, Simon.
-Para que este planeta sobreviva va a ser necesario que finalmente
cada ser humano se convierta en su propio trapero. No debe depender
de su vecino para salvarse. Crame, seor Og, esto pasar.
En Field's haban envuelto mi regalo con el papel ms extravagante del
mundo, y cuando abr la puerta y deposit la gran caja dorada en sus
manos y dije simplemente: Felicidades, viejo amigo, tom la caja,
abri la boca sin poder articular palabra. Despus brotaron de sus ojos
unos lagrimones que se deslizaron por sus mejillas. Deposit
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y esperanza que ha compartido conmigo. Feliz cumpleaos... y le deseo
otros setenta y nueve ms. Para entonces se haba puesto de pie,
llevando la planta de un lugar a otro, buscando el lugar perfecto para
ella. La deposit en la mesilla del caf, se alej, estudi la situacin por
algunos minutos, sacudi la cabeza en seal de desaprobacin y la
quit de ah. Despus la coloc sobre el aparato de televisin. Tampoco.
Despus la coloc en la mesa, detrs de las fotografas de su familia. Se
vea mejor. Pero no era el lugar adecuado.
Al observar su nerviosidad mientras mova su regalo de un lado a otro,
tuve repentinamente una inspiracin.
-Simon, existe slo un lugar perfecto para el geranio.
Hizo una pausa, de mala gana, como si le estuviera echando a perder
su diversin.
-Dnde, seor Og?
-Bien, es de vidrio, as que la contaminacin no lo daar. Por que no
lo planta en el exterior, en el macetero de la ventana? Quin ms, en
toda la ciudad, tendr un geranio en su ventana floreciendo en
noviembre... y diciembre... y enero, y todos los meses del ao?
-Eso fue un toque de ingenio, seor Og. Adems puede estar all para
desearle los buenos das, cada maana, mientras maneja hacia el
interior del estacionamiento. Lo har. Pero... usted debe llevar a cabo la
ceremonia.
-La ceremonia? Que quiere decir?
-Debe plantarlo por mi. Espere... espere... Traer mi pala.
Y as, entre los dos, plantamos nuestro geranio de vidrio de noventa y
cinco dlares. Luchamos contra la ventana de la sala hasta que se
movi de mala gana y mientras unas rfagas de los vientos prematuros
de invierno casi cortaron mi respiracin, me asom e hice un agujero en
la tierra casi congelada del macetero. Simon me pas la planta y
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habra suficientes cerebrosy talentos para que este funcionara.
-Pero, seor Og, Ford no dijo eso hasta que haba pasado los cincuenta.
Y entonces, por supuesto, estaba de moda el comentario del
humorista alemn del siglo dieciocho, Ritcher. Lo sabe?
-Saba que me superara. Adelante.
-Ritcher dijo: "Como un sueo de la maana, la vida se vuelve ms
brillante mientras ms vivimos, y la razn de todas las cosas aparece
ms clara. Lo que nos ha preocupado antes nos parece menos
misterioso, y las sendas tortuosas parecen ser ms rectas cuando nos
aproximamos al fin".
Como si un imn gigantesco me atrajera repentinamente, me levant
de mi asiento, me dirig hacia Simon y me sent a sus pies. Levant la
cabeza hacia su hermosa cara y dije:
- El "Memorndum de Dios". Creo que estoy listo para leerlo.
Considerara un honor y un privilegio que me lo diera y le
prometo que har todo lo que este en mis manos para entregarlo al
mundo. No puedo acordarme de ninguna poca desde que empez
nuestra relacin en la cual lo haya necesitado ms que ahora.
El viejo suspir suavemente; en su cara haba una expresin de
descanso abrumadora.
-Tema que hubiera rechazado mi oferta o, que con el paso de los
meses, la hubiera olvidado. Su aceptacin es un regalo aun mayor que
el geranio. Sin embargo, he pensado algunas cosas desde que le hice
mi Ofrecimiento.
-Simon, lo que quiere decir es que ha cambiado de opinin.
-No, no... no es eso. Slo que he pensado que las personas pueden no
tomar en serio su mensaje, seor Og, ya que es sencillo, corto y bsico.
Actualmente parece ser que mientras ms complicadas, resonantes y
costosas se hagan las instrucciones para la propia ayuda, ms personas
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rescatarse a s misma de su muerte en vida, por el alcoholismo, hasta
que finalmente aprendi a decir las dos palabras ms difciles que
jams pronunci. Dichas palabras eran "necesito ayuda". Usted mismo
me dijo que el mejor momento para ayudar a las personas era cundo
haban perdido toda esperanza y ya no contaban con nadie en quien
apoyarse. Simon, si se pone a escuchar, casi podr or un coro de
millones de personas de toda clase, posicin y profesin en el mundo,
pidiendo ayuda. La necesidad de su mensaje ahora, es tan grande que
posiblemente nunca la llenaremos tan bien como deberamos. Rico o
pobre, blanco o negro, bello o feo, solitario o no... todos necesitan
ayuda. Existen millones que piensan que la vida, su vida, no ha sido el
paraso, en cambio s un infierno... en la tierra.
Simon haba inclinado la cabeza y estaba tan pendiente de mi
conversacin como generalmente yo lo estaba de la suya. No hizo
ningn comentario, as que continu.
-El segundo ingrediente para asegurar el xito es que el
Memorndum obtenga una buena distribucin. Ni siquiera lo he ledo,
pero le prometo esto: har del Memorndum de Dios parte de mi
prximo libro y tambin escribir sobre usted... y llamar al libro El
milagro ms grande del mundo. Le mostraremos al mundo cmo
realizar ese milagro... cmo reciclar su propia vida y a regresar de su
muerte en vida.
-Hara usted eso por mi?
-Por usted, por supuesto... pero tambin por todos aquellos seres
humanos que desean una oportunidad para vivir y ni siquiera se dan
cuenta de que sta los est esperando.
De repente toda la habitacin se llen con su risa.
-Seor Og, como recuerdo de mis das como presidente, la mayor parte
de los memorndums tenan copias al carbn que pasaban a diversos
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CAPTULO 7
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escritorio ese lunes que jams olvidar.
Haba estado de viaje nuevamente en lo que estaba convencido que
sera el ltimo viaje de promocin de mi libro. Este aburrido viaje haba
tomado dos semanas, doce vuelos, diez ciudades, diez camas de
hoteles extraas, diez llamadas tempraneras para despertarme... y la
misma serie interminable de preguntas y respuestas desde Nueva
Orlens hasta Monterey.
Llegu temprano a la oficina esperando poder adelantar el trabajo
acumulado en la canastilla de entradas. El olor del caf recin hecho
impregnaba el lugar. Solamente Vi Noramzyk, quien haba llegado
temprano desde siempre, se me haba adelantado.
Tom el sobre marrn y observ la cuidadosa escritura europea del
anverso con una combinacin de horror y pnico. En la esquina superior
izquierda, en donde generalmente se escribe el remitente, se
encontraban las siguientes palabras:
Un regalo de despedida
de parte de un viejo trapero.
Sr. Og Mandino,
Presidente de la revista
Sucess Unlimited
6355 Broadway
Chicago, Illinois 60660
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-Est bien. No se preocupe. Gracias.
Deposit el sobre en mi escritorio. Tom mi sobretodo y sal corriendo
de mi oficina. La acera estaba empezando a volverse blanca debido a la
primera nevada de Chicago, y vagamente recuerdo haberme resbalado,
y haber cado varias veces mientras corra hacia el estacionamiento;
atravesaba la calle Winthrop y me adentraba en el edificio donde viva,
Simon. No me molest en tocar la campana y sub apresuradamente las
escaleras hasta llegar al segundo piso. Cuando llegu, empec a
golpear la puerta del apartamento de Simon.
Finalmente se abri la puerta y me encontr a mi mismo observando la
cara de una mujer cuyo cabello estaba lleno de rizadores, y que
sostena a un pequeo entre sus brazos. Otro mugriento nio se
abrazaba fuertemente a la bata rosa de la mujer. Pens que Simon
deba estar involucrado en otra de sus misiones de caridad.
-El seor Potter, por favor.
-Quin?
-El seor Potter. El viejo. l vive aqu.
-Aqu no vive nadie con ese nombre.
-De qu est hablando? l ha vivido aqu durante aos. Dgale que Og
Mandino est aqu.
-Mire, Mac, mi nombre es Johnson. He vivido aqu durante cuatro aos
y tengo que saber que aqu no hay nadie llamado Potter.
Empez a cerrar la puerta pero lo imped con el brazo y entr al
departamento.
-Vamos, seora, no juegue conmigo. Yo he estado en este
departamento ms de cien veces durante este ao. Un viejo llamado
Simon Potter vive aqu. En dnde est?
Antes de que la mujer pudiera responder, mis ojos revisaron el
departamento, y mientras lo haca sent cmo se me enchinaba la piel.
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Entonces, tuve una idea. Baj las escaleras corriendo, pas el
vestbulo, y sal disparado hacia el stano. En el ltimo extremo poda
observar una luz y poda escuchar el zumbido del calentador de
petrleo. Una figura ligeramente sombreada estaba recostada en el
respaldo de una silla debajo de la nica lmpara.
-Es usted el portero?
-S, seor, s, seor.
-Ha estado aqu mucho tiempo?
-Toda la noche.
-No. no... quiero decir, cunto tiempo ha trabajado en este lugar?
-En febrero cumplir once aos.
-Existe algn Simon Potter registrado como propietario de un
departamento de este edificio? Alto, de piel oscura, pelo largo. Barba.
Se parece mucho a Abraham Lincoln. Tiene un perro, un bassett.
-En este edificio no estn permitidos los perros.
-Conoce al hombre que le describ?
-No, seor.
-Ha visto alguna vez al hombre que le he descrito,, ya sea aqu o
afuera, en la calle?
-No, seor. Conozco a todos los que viven en el edificio y
prcticamente a todos los del vecindario, y cerca de aqu en los ltimos
once aos y jams he visto al hombre que dice, se lo aseguro.
Est seguro?
-Completamente seguro.
Sub los escalones corriendo, atraves la calle hasta el
estacionamiento y abr el auto. Finalmente me encontr en la estacin
de polica de la avenida Foster, aunque sigo sin recordar cmo llegu
hasta ah. Estacion mi auto entre dos autos patrulla y corr hasta la
estacin. Esper impacientemente frente a la ventanilla alambrada
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oscuro. Y barba. Alto. Posea un perro... un perro bassett.
El sargento encendi un cigarrillo y me estudi detenidamente durante
algunos segundos Despus se volvi sin decir absolutamente nada y se
introdujo en una oficina posterior. Posiblemente pasaron unos quince
minutos antes de que reapareciera.
-No hemos recogido a nadie que tenga ese nombre o responda a la
descripcin de su amigo, por lo menos en las tres ltimas semanas.
Pero nos encontramos en una enorme ciudad. Por qu no va a echar un
vistazo al hospital Cook County?
-Est bien.
-Y a otro lugar.
-A dnde?
-A la morgue de la calle Polk.
Me dirig hacia el hospital. Ah fueron considerados y pacientes
conmigo y revisaron los registros de los ltimos catorce das. No haba
nadie que tuviera el nombre de Simon o respondiera a su descripcin,
que hubiera sido trado para algn tipo de tratamiento. Tambin ellos
sugirieron que fuera a la morgue. Hacia all fui. Me trataron
desconsideradamente... como si se tratara de alguien que estuviera
llenando una queja en una tienda de departamentos. Obviamente
haban escuchado historias similares, hora tras hora, sobre padres,
hijos, hermanos, hermanas, amantes perdidos. Revisaron
metdicamente sus archivos microfilmados y al final se me acerc un
joven que sostena en la mano un expediente.
-Seor, tenemos a un no identificado quien responde a la edad y
descripcin general. Quiere echarle un vistazo?
Asent con la cabeza y le segu. Mientras caminbamos a lo largo del
iluminado corredor que ola a antisptico, toc mi brazo y dijo:
No permita que la impresin le sobrecoja. Todava no han inventado un
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-s, a una cuadra de aqu, aproximadamente.
-Cada maana, cuando viene hacia aqu, corta por el
estacionamiento?
-S.
-Ha visto alguna vez a un viejo extrao caminando por el
estacionamiento? Tiene el cabello largo y barba, y anda con l un
bassett. Usa ropa chistosa y generalmente est alimentando a las
palomas.
Pat pens por algunos segundos y sacudi su cabeza.
-Generalmente hay algunos borrachos por ah, pero ninguno es como
el que describe.
-Nunca ha visto a ese hombre? Es muy alto y muy viejo. Algunas
veces lleva un crucifijo de madera colgando de su cuello.
-Nunca. Qu pasa, Og? Cul es el problema?
-Est bien, Pat. Despus le cuento. Gracias. Oh... detenga mis llamadas
hasta que le diga.
Despus que cerr la puerta trat de poner en orden mis
pensamientos... cazando mariposas alusivas y efmeras de imgenes
irracionales... tratando de pasar por alto el dolor que senta en la
cabeza... y en la boca del estmago. Estaba enloqueciendo? Era as
como llegaba a su punto mximo una depresin con la incapacidad de
relacionar un pensamiento racional con otro? Es esto de lo que
advierten todos los seminarios para ejecutivos y libros que le pasar si
presiona a su cuerpo y cerebro hasta ms all de sus lmites, al tratar
de comprimir varias vidas en una por el loco intento de triunfar?
Finalmente el cerebro se confunde de canal en usted y le fuerza a
participar de una tierra de fantasa de actos y conversaciones con
personajes sacados de algn cuento infantil ya olvidado? Es este el
ltimo escape cuando las presiones y responsabilidades se hacen
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CAPTULO 8
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existencia.
Debido a que s que usted es un hombre impetuoso, estoy seguro de
que mucho antes de haber llegado hasta este punto de mi carta ya ha
estado buscndome en vano, y ahora se siente atormentado por la
pena y La preocupacin por mi bienestar. No tema. Borre toda
preocupacin de su mente. Con las palabras de otro trapero le pido
ahora que no se apene ms... ya que a donde voy no puede seguirme
ahora, pero algn da lo har.
No olvide que usted y yo tenemos un contrato. El "Memorndum de
Dios" est ahora en su posesin y deseo que lo comparta, finalmente,
con el mundo, pero slo despus de que haya aplicado sus principios a
su propia vida, de acuerdo con mis instrucciones.
Recuerde que las tareas ms difciles son consumadas, no por una
explosin repentina de energa o esfuerzo; sino por la aplicacin diaria y
constante de lo mejor que tiene dentro de su ser.
Para cambiar la propia vida para bien, para resucitar el propio cuerpo y
mente de la muerte viviente, se requiere de muchos pasos positivos,
uno enfrente del otro, con la vista siempre puesta en sus metas.
El "Memorndum de Dios" solo es su pasaje, hacia una vida mejor. No
har nada por usted a menos que usted abra su mente y su corazn
para recibirlo. Por s mismo no le mover ni una sola pulgada hacia
ninguna direccin. Los medios de trasporte y las fuerzas para romper su
inercia deben ser generados por fuerzas dormidas desde hace mucho
tiempo, pero que an estn vivas dentro de su ser. Siga estas normas y
sus fuerzas se autoimpulsarn:
1. Primero, marque este da en su calendario. Despus cuente hasta
que llegue al da nmero cien y mrquelo. Esto establecer la duracin
de su misin sin tener necesidad de contar cada da que pasa.
2. En seguida, en este sobre encontrar un alfiler de seguridad, al cual
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se le ha aadido una pequea pieza de tela blanca en forma de cuadro.
Esta combinacin de alfiler y tela, dos de los materiales ms comunes y
poco atractivos del mundo, constituyen un amuleto secreto de trapero.
selo en un lugar visible como un recuerdo constante durante los
prximos cien das, de que usted est tratando de vivir de acuerdo con
el Memorndum de Dios. Su alfiler y tela son smbolos... signos de
que se encuentra en el proceso de cambiar su vida de alfileres y trapos
de fracasos por los tesoros de una vida nueva y mejor.
3. Por ningn motivo y bajo ninguna circunstancia divulgue el
significado de su amuleto a quienes pudieran preguntarle durante su
misin de cien das.
4. Lea el x| antes de acostarse, cada da, durante cien noches... y
despus duerma en paz, mientras el mensaje que ha ledo penetra
gradualmente hasta lo ms profundo de su mente, que nunca duerme.
No permita que ninguna razn o excusa interfiera con la lectura diaria
de este documento, ni una sola noche.
Gradualmente, mientras los das se convierten en semanas, notar
grandes cambios en su vida... al igual que los notarn quienes lo
rodean. Al llegar el da nmero cien... usted ser un milagro viviente...
una persona nueva... llena de belleza, maravillas, ambicin y
capacidad.
Entonces, y slo entonces, encuentre a alguien, que, al igual que su
antigua persona, necesite ayuda. Dele a esa persona dos cosas: su
amuleto secreto de trapero... y el "Memorndum de Dios".
Y dle algo ms... al igual que yo se lo di a usted... dle amor.
Puedo ver el da en que observaremos a miles y miles de individuos
usando nuestros amuletos de traperos. Las personas se encontrarn en
los mercados, en la calle, en los templos, en las plazas pblicas, en sus
escuelas, y en sus trabajos y observarn los alfileres y telas de los otros
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Algn da, cuando el mundo se le cierre, como suceder de cuando en
cuando, srvase una copa de jerez y piense acerca de su viejo trapero.
Mis bendiciones le acompaarn siempre, y mi nica peticin es que
contine escribiendo sin importar las circunstancias que le rodeen.
Todava tiene mucho que decir. El mundo lo necesita. Los traperos lo
necesitan. Yo lo necesito.
Uno de mis amigos ms queridos, Scrates, dijo, al final de su vida: "La
hora de mi partida ha llegado, y seguimos nuestro camino... yo muero,
y t vives. Qu es mejor, slo Dios sabe".
Seor Og, yo s qu es mejor.
Vivir... es mejor.
Viva feliz... y con una paz duradera.
Con amor, Simon.
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nunca seran los mismos, ahora que l haba puesto sus manos sobre
ellos...?
CAPTULO 9
Memorndum de Dios
Para: Ti
De: Dios
Pide consejo.
Escucho tu lamento.
ste atraviesa la oscuridad, se filtra entre las nubes, se mezcla con la
luz de las estrellas, y encuentra su camino hacia mi corazn montado
en un rayo del sol.
Me he angustiado al escuchar el lamento de una liebre atrapada en el
cepo, por el gorrin que ha cado de su nido, por un nio que yace en
una charca, o por el hijo que derrama su sangre en una cruz.
Sabe tambin que te escucho. Est en paz. Est tranquilo.
Tengo consuelo para tu pena, ya que conozco su causa... y su cura.
Lloras por todos tus sueos infantiles que se han desvanecido con los
aos.
Lloras por tu dignidad que ha sido corrompida por el fracaso.
Lloras porque tu potencialidad ha sido cambiada por seguridad.
Lloras por toda su individualidad que ha sido pisoteada por la gente.
Lloras por todo tu talento que ha sido desperdiciado por el mal uso.
Te consideras desgraciado y te volteas aterrado a causa de la imagen
que ves en el estanque. Quin es esta mofa humana que te observa
con insensibles ojos de vergenza?
En dnde esta la gracia de tus modales, la belleza de tu figura, tu
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agilidad de movimientos, tu claridad de pensamiento, el esplendor de tu
conversacin? Quien se rob tus bienes? Conoces la identidad del
ladrn, como la conozco yo?
En una ocasin posaste la cabeza en una almohada de hierba en el
campo de tu padre y observaste una catedral de nubes y supiste que, a
su tiempo, todo el oro de Babilonia sera tuyo.
En una ocasin leste muchos libros y escribiste muchas cuartillas,
convencido, sin temor a equivocarte, que igualaras y superaras toda la
sabidura de Salomn.
Y las estaciones desembocaran en los aos hasta la eternidad; seras
el rey supremo en tu propio paraso.
Recuerdas quien implant en tu ser aquellos planes, sueos y
semillas de esperanza?
No puedes recordarlo.
No recuerdas ese momento en el cual emergiste del vientre de tu
madre y pos mi mano sobre tu suave frente.
Y el secreto que, murmure en tu pequeo odo cuando te conced mis
bendiciones?
Recuerdas nuestro secreto?
No puedes recordarlo.
El paso de los aos ha destruido tus recuerdos, ya que ha llenado tu
mente con el miedo, la duda, la ansiedad, el remordimiento, el odio,
porque no hay lugar para los recuerdos agradables en donde habitan
estas bestias.
No llores ms. Estoy contigo... y este momento es la lnea divisoria de
tu vida. Todo eso que ha tenido lugar antes no fue ms que un lapso
parecido al que pasaste durmiendo en el vientre de tu madre. Lo
pasado est muerto. Permite que los muertos entierren a sus muertos.
En este da regresas de tu muerte viviente.
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Este da, al igual que Elas con el hijo de la viuda, me extiendo sobre ti
tres veces y te devuelvo la vida.
En este da, al igual que Eliseo, con el hijo de la sunamita, pongo mi
boca sobre la tuya, mis ojos sobre los tuyos y mis manos sobre tus
manos, y tu carne recobra el calor.
En este da, al igual que Jess en la tumba de Lzaro te ordeno que
salgas de tu sepultura para empezar una nueva vida.
Este es tu aniversario. Esta es tu nueva fecha de nacimiento. Tu
primera vida, al igual que en una obra de teatro era solamente un
ensayo. Esta vez el teln est subido. Esta vez el mundo observa y
espera para aplaudir. Esta vez no fallars. Enciende tus velas. Comparte
tu pastel. Sirve el vino. Has renacido,
Al igual que una mariposa al salir de su crislida, volars... vuela tan
alto como desees, y ni las avispas ni las liblulas ni las cadenas de la
humanidad obstaculizarn tu misin o bsqueda de las verdaderas
riquezas d la vida.
Siente mi mano sobre tu cabeza.
Atiende a mi sabidura.
Djame compartir contigo, otra vez, el secreto que escuchaste a la
hora de tu nacimiento y que has olvidado.
T eres el milagro ms grande.
Eres el milagro ms grande del mundo.
sas fueron las primeras palabras que escuchaste. Despus lloraste.
Todos lloran.
Entonces no me creste... y nada que corrija tu incredulidad ha pasado
en los aos intermedios. Cmo podras ser un milagro cuando te
consideras un fracaso hacia las tareas ms sencillas? Cmo puedes ser
un milagro cuando tienes poca confianza para manejar la ms trivial de
las responsabilidades? Como es posible que seas un milagro cuando
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llega a estremecerte la duda y permaneces alerta sobre cmo obtener
el alimento de maana?
Es suficiente. La leche que se derrama es amarga. Sin embargo,
cuntos profetas, cuntos sabios, cuantos poetas, cuantos artistas,
cuntos compositores, cuntos cientficos, cuntos filsofos y
mensajeros he enviado para que te hablaran de tu divinidad, de tu
potencialidad para asemejarte a m, y los secretos para lograrlo? Cmo
les trataste?
Sin embargo, te sigo amando y estoy contigo ahora a travs de estas
palabras, para cumplir con el profeta que anuncia que el Seor posar
nuevamente su mano, por segunda ocasin, para recuperar los indicios
de su pueblo.
He posado mi mano nuevamente.
Esta es la segunda vez.
Eres mi indicio.
Es intil preguntar, no sabas, no escuchaste, no se te dijo desde el
principio? No entendiste la creacin de la Tierra?
No has sabido; no has escuchado; no has entendido.
Se te ha dicho que eres una divinidad en desgracia, un dios que juega
a hacer el tonto.
Se te ha dicho que eres una pieza especial del trabajo, noble en razn,
infinito en facultades, expreso y admirable en forma y movimiento igual
que un ngel en accin, como un dios encarcelado.
Se te ha dicho que eres la sal de la tierra.
Se te dio hasta el secreto para mover montaas, para realizar lo
imposible.
No le creste a nadie. Quemaste tu mapa de la felicidad; abandonaste
tu derecho a tener paz mental; apagaste las velas que haban sido
colocadas a lo largo de tu ruta hacia la gloria, y despus vacilaste,
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alentar al vencido, ensear al ignorante... y decir te amo. Anota otro
don.
Ests paraltico? Ocasiona tu invalidez que te despojen de tu tierra?
No. Te puedes mover. No eres un rbol condenado a una pequea
porcin de tierra, mientras el mundo y el viento abusan de ti. Puedes
pasear, correr, bailar y trabajar, ya que dentro de tu ser he diseado
quinientos msculos, doscientos huesos y siete mil nervios que estn
sincronizados para obedecerte. Anota otro don.
Ni amas ni te aman? Te oprime la soledad da y noche?
No. Jams. Ahora conoces el secreto del amor, que consiste en que
para recibir amor debe entregarse sin reciprocidad. Amar por
satisfaccin u orgullo, no es amar. El amor es un regalo por el cual no se
exige nada a cambio. Ahora sabes que el amar sin egosmo es su
recompensa. Y aun cuando el amor no sea devuelto no est perdido, ya
que el amor que no es recproco regresar a ti y ablandar y purificar
tu corazn. Anota otro don. Cuenta doble.
Es dbil tu corazn? Tiene que luchar y esforzarse para mantenerte
con vida?
No. Tu corazn es fuerte. Pon tu mano sobre el pecho y siente su ritmo,
bombeando hora tras hora, da y noche, treinta y seis millones de
latidos al ao, ao tras ao, despierto o dormido, impulsando la sangre
a travs de cien mil kilmetros de venas, arterias, y que llevan... ms
de dos millones de litros de sangre al ao. El hombre jams fue creado
como una mquina. Anota otro don.
Estas enfermo de la piel? Las personas se vuelven horrorizadas
cuando te acercas?
No. Tu piel esta limpia y es una maravillosa creacin que solo necesita
que la cuides con jabn, aceite, cepillo y cario. Con el tiempo todas las
armaduras se oxidarn y aherrumbrarn, no as tu piel. Finalmente,
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que los recuerdes. Y, para ayudar a tu cerebro en el gobierno de tu
cuerpo, he dispersado en tu organismo cuatro millones de estructuras
sensibles al dolor, quinientos mil detectores tctiles y ms de
doscientos mil detectores de temperatura. Ninguna nacin protege sus
reservas de oro mejor de lo que t estas protegido. Ninguna de sus
antiguas maravillas est mejor protegida que tu.
T eres mi creacin ms fina.
Dentro de tu ser existe la suficiente fuerza atmica para destruir
cualquiera de las grandes naciones de tu mundo... y para reconstruirla.
Eres pobre? No posees oro ni plata?
No. Eres rico! Hemos contado juntos tu riqueza. Analiza la lista. Vuelve
a contar. Tasa tus bienes!
Por que te has traicionado? Por que gritaste que, todos los dones de
la humanidad te haban sido negados? Por que te engaaste pensando
que eras dbil para cambiar tu vida? Careces de talento, sentidos,
capacidades, placeres, instintos, sensaciones y orgullo? Por que te
arrastras en las sombras, Como un gigante derrotado, esperando slo el
trasporte hacia la vaca y hmeda bienvenida del infierno?
Tienes demasiadas cosas. Tus dones se derraman de tu copa.. y t has
sido negligente con ellos, como un nio echado a perder por los lujos,
debido a que los he implantado en ti con regularidad y generosidad.
Contstame.
Contstate a ti mismo.
Qu hombre rico, viejo o joven, retardado o intil no cambiara todas
sus riquezas por los dones que t has tratado tan a la ligera?
Conoce entonces el primer secreto de la felicidad y el xito... que
posees an ahora, todos los dones necesarios para obtener la gran
gloria. Esos son tus tesoros, tus herramientas con las cuales construir,
empezando hoy, la base para una nueva y mejor vida.
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Por lo tanto, haz como te digo; cuenta tus dones y est consciente de
que eres mi creacin ms grande. sta es la primera ley que debes
obedecer para realizar el milagro ms grande del mundo, el regreso de
tu humanidad de la muerte viviente.
Y agradece las lecciones aprendidas de la pobreza. El pobre no es el
que tiene poco, sino el que desea mucho... y la verdadera seguridad
descansa no en las cosas que uno posee sino en las cosas que puede
hacer sin ellas.
Dnde estn los defectos que ocasionaron tu fracaso? Slo existen en
tu mente.
Cuenta tus dones.
Y la segunda ley se parece a la primera. Ten conciencia de tu
individualidad.
Te has condenado a una fosa comn, y ah permaneces, incapaz de
perdonar tu propio error, destruyndote con odio hacia tu ser,
autoincriminacin, repulsin hacia los crmenes que has cometido
contra ti y contra otros.
No estas perplejo?
No te preguntas por que soy capaz de perdonar tus faltas, tus
trasgresiones, tu vergonzoso comportamiento... aun cuando, t no
puedes perdonarte?
Ahora me dirijo a ti por tres razones. Me necesitas. No eres una horda
de destruccin dentro de una masa gris de mediocridad. Y... eres una
gran rareza.
Analiza una pintura de Rembrandt, o un bronce de Degas o un violn de
Stradivarius o una obra de Shakespeare. Son de mucho valor por dos
razones: sus creadores eran maestros y son pocos en cantidad. Sin
embargo, existe ms de uno en cada especialidad,
Siguiendo este razonamiento, eres el tesoro ms valioso en la
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superficie de la tierra, pues sabes quien te cre y no hay nadie como tu.
Nunca ha habido entre los setenta mil millones de seres humanos que
han caminado sobre el planeta desde que este fue creado, un ser que
haya sido exactamente igual a ti.
Nunca, hasta el fin del mundo, habr otro igual a ti.
No has mostrado conciencia o aprecio de tu individualidad.
Ms, eres una creacin nica en el mundo.
De tu padre emanaron en su momento de amor supremo, un
sinnmero de semillas de amor, ms de cuatrocientos millones. Todas
ellas, mientras nadaban dentro de tu madre, entregaron el alma a Dios
y murieron. Todas, excepto una! Tu.
Slo tu perseveraste dentro del amoroso calor del cuerpo de tu madre,
buscando tu otra mitad, una sola clula de tu madre, tan pequea que
se necesitaran ms de dos millones de estas para llenar una bellota.
Sin embargo, a pesar de las imposibilidades, y el vasto ocano de
oscuridad y desastre, Perseveraste, encontraste la clula infinitesimal,
te uniste a ella y empez una nueva vida. Tu vida.
Llegaste, trayendo contigo, como lo hacen todos los nios, el mensaje
que dice que no me he desilusionado del hombre. Dos clulas, ahora
unidas en un milagro. Dos clulas, cada una con veintitrs cromosomas
y en cada cromosoma cientos de genes que regirn cada caracterstica
tuya, desde el color de tus ojos hasta el encanto de tus modales y el
tamao de tu cerebro.
Con todas las combinaciones bajo mi gobierno, empezando por ese
espermatozoide solitario de entre cuatrocientos millones, de tu padre,
hasta los cientos de genes en cada uno de los cromosomas de tus
padres podra haber creado trescientos billones de seres, siendo cada
uno diferente.
Pero, a quien cree?
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A ti! nico en su clase. nico entre los nicos. Un premio sin precio,
poseedor de cualidades en mente, habla, movimiento, apariencia y
acciones que nunca tuvo otro ser que haya vivido, viva o viviere.
Por que te has valorado en centavos cuando tu valor es comparable a
la riqueza de un rey?
Por que escuchaste a quienes te menospreciaron?... y, peor aun, por
que les creste?
Recuerda. No sigas escondiendo tu individualidad en la oscuridad.
Scala. Mustrala al mundo. Esfurzate por no caminar como tu
hermano, ni a hablar como habla tu dirigente, ni a trabajar como
trabaja el mediocre. Nunca hagas lo que otro. Nunca imites a nadie.
Como ya sabes, no debes imitar al malo, pues el que lo imita, siempre
lo supera, mientras que quien imita al bueno siempre se queda corto...
No imites a nadie. S t mismo. Muestra al mundo tu individualidad y l
te baar en oro. sta es, pues, la segunda ley.
Proclama tu individualidad.
Y ahora has recibido dos leyes.
Cuenta tus dones! Proclama tu individualidad!
No tienes trabas. No eres mediocre.
Haces una seal afirmativa. Fuerzas una sonrisa. Admites tu propia
decepcin.
Y tu prxima queja? La oportunidad nunca te busca?
Acepta el consejo, y esto pasar, ya que ahora te doy la ley del xito
en todo. Hace muchos siglos se dio esta ley a tus antepasados desde la
cima de una montaa. Algunos siguieron la ley y se salvaron; sus vidas
estaban llenas con el fruto de la felicidad, el cumplimiento, el oro y la
paz mental. La mayora no escuch, ya que buscaba medios mgicos,
rutas tortuosas, o esper a que el demonio llamado suerte le mandara
las riquezas de la vida. Esper en vano... igual que t esperaste, y
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despus llor, del mismo modo que t, culpndome por su falta de
suerte.
Esta ley es sencilla. joven o viejo, mendigo o rey, blanco o negro,
hombre o mujer... todos pueden utilizar el secreto en provecho propio,
ya que de todas las normas, plticas y escritos sobre el xito y cmo
lograrlo, solamente un mtodo nunca ha fallado... si alguien te pide que
le acompaes a caminar un kilmetro... acompalo dos.
Entonces, esta es la tercera ley... el secreto que producir riquezas y te
proyectar ms all de tus sueos. Sigue adelante otro kilmetro!
El nico medio cierto de triunfar es rendir ms y mejor de lo que se
espera de ti, sin importar de que se trate. ste es un hbito seguido por
todas las personas de xito desde el principio de los tiempos. Por lo
tanto, te digo que el camino ms seguro para condenarte a la
mediocridad es realizar solamente el trabajo por el que se te paga.
No pienses que te estn engaando si rindes ms de lo que se te paga,
ya que hay un pndulo para toda la vida y lo que trabajes, si no te es
recompensado ahora, lo ser maana multiplicado por diez. El mediocre
nunca camina otro kilmetro, ya que piensa que no vale la pena seguir
adelante. Pero t no eres mediocre. Caminar otro kilmetro es un
privilegio del que debes apropiarte por iniciativa propia. No puedes, no
debes evitarlo. El descuido de slo hacer lo que hacen los dems, y la
responsabilidad de tu fracaso son nicamente tuyos.
Ya no puedes servir recibiendo solamente la compensacin que en
principio ser entregada, sin sufrir la prdida de la recompensa. La
causa y el efecto, medios y fines, semilla y fruto, no pueden estar
separados. El efecto es la causa, el fin preexiste en los medios y el fruto
est siempre en la semilla.
Camina otro kilmetro.
No te preocupes por ti mismo, ya que as serviras a un amo
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descuidado que hace experimentos en el laboratorio de la vida. No eres
un esclavo de fuerzas que no puedes comprender. Eres una
manifestacin libre de m ser, de mi amor. Fuiste creado con un
propsito.
Siente mi mano. Escucha mis palabras.
Me necesitas... y yo te necesito.
Tenemos un mundo que reconstruir... y si se necesita de un milagro,
que es eso para nosotros? Ambos somos milagros y ahora nos
tenemos el uno al otro.
Jams he perdido la fe en ti desde aquel da en que por primera vez te
salv de la ola gigantesca y te arroj desamparado sobre la playa. De la
forma en que mides el tiempo, esto tuvo lugar hace ms de quinientos
millones de aos. Hubo muchos modelos, muchos cortes, muchas tallas
antes de que alcanzara la perfeccin en ti, hace ms de treinta mil
aos. No he hecho un esfuerzo posterior para mejorarte a ltimas
fechas.
Pues cmo voy a mejorar un milagro? Eras una maravilla que
contemplar y me senta satisfecho. Te di este mundo y el dominio sobre
el. Despus, para que fueras capaz de alcanzar el mximo de tu
potencial, pos mi mano sobre ti, una vez ms, y te dot de poderes
desconocidos para todas las dems criaturas, del universo, aun hasta
hoy.
Te di el poder de pensar.
Te di el poder de amar.
Te di el poder de determinar.
Te di el poder de rer.
Te di el poder de imaginar.
Te di el poder de crear.
Te di el poder de planear.
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Te di el poder de hablar.
Te di el poder de rezar.
Mi orgullo es que no conocas ataduras. Eras mi creacin ltima, mi
mayor milagro. Un ser vivo completo. Uno que puede adaptarse a
cualquier clima, a cualquier trabajo pesado, a cualquier desafo. Uno
que puede crear su propio destino sin ninguna interferencia por mi
parte. Uno que puede traducir cualquier sensacin, o percepcin, no por
el instinto, sino mediante el pensamiento y el anlisis en cualquier
accin que sea mejor para l y para toda la humanidad.
As pues, llegamos a la cuarta ley del xito y la felicidad... ya que te di
un poder ms, un poder tan grande que ni los ngeles lo poseen.
Te di... el poder de eleccin.
Con este regalo te situ por encima de mis ngeles... ya que los
ngeles no son libres para escoger el pecado. Te di dominio total sobre
tu propio destino. Te dije que determinaras por ti mismo tu propia
naturaleza de acuerdo, con tu propia voluntad. No siendo ni divino ni
terrestre por naturaleza fuiste libre de modelarte en la forma en que
prefirieras. Poseas el poder de eleccin para degenerar en la forma
ms baja de vida, pero tambin tenas el poder, fuera del juicio de tu
alma, de renacer en la forma ms elevada, que es divina.
Nunca te he quitado tu gran poder, o sea, el de eleccin.
Qu has hecho con esta tremenda fuerza? Mrate. Piensa en las
elecciones que has hecho en tu vida y recuerda, ahora, aquellos
amargos momentos en los que caeras de rodillas si tan slo tuvieras la
oportunidad de elegir nuevamente.
Lo pasado, asado esta... y ahora conoces la cuarta gran ley para la
felicidad y el xito... Usa sabiamente tu poder de eleccin.
Elige amar... en lugar de odiar.
Elige rer... en lugar de llorar.
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Elige crear... en lugar de destruir.
Elige perseverar... en lugar de renunciar.
Elige alabar... en lugar de criticar.
Elige curar... en lugar de herir.
Elige dar... en lugar de robar.
Elige actuar... en lugar de aplazar.
Elige crecer... en lugar de consumirte.
Elige bendecir... en lugar de blasfemar.
Elige vivir... en lugar de morir.
Ahora sabes que tus desventuras no eran mi voluntad, ya que todos
los poderes empleados sobre ti, y el monto de acciones y pensamientos
que te situaron en el rechazo de la humanidad eran lo que t hacas, no
yo. Mis regalos de poder eran demasiado grandes para tu pequea na-
turaleza. Ahora te has vuelto grande y sabio, y los frutos de la tierra
sern para ti.
Eres algo ms que un ser humano, eres un ser humano digno.
Eres capaz de realizar maravillas. Tu potencialidad es ilimitada. Cul
otra de mis criaturas ha dominado al fuego? Cul otra de mis criaturas
ha conquistado la gravedad; ha caminado por los cielos; ha dominado la
enfermedad, la peste y la sequa?
Nunca menosprecies nuevamente a tu persona!
No te rebajes por las cosas insignificantes de la vida! Nunca ocultes
tus talentos, de ahora en adelante!
Recuerda al nio que dijo: "Cuando sea un nio grande". Pero que es
eso? Los nios grandes dicen: "Cuando crezca". Y los adultos dicen:
"Cuando me case". Pero, despus de todo, que es estar casado? El
pensamiento entonces cambia a: "Cuando me jubile". Y entonces, llega
la jubilacin y observa el panorama de lo hecho; un viento helado pasa
sobre eso y de alguna forma lo ha perdido y se ha ido.
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CAPTULO 10
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una pelea sobre el derecho de introducirse en un automvil y matarse o
matar a un inocente. Ya se. He actuado de esa misma forma estpida
un par de veces... hace algn tiempo.
Ms an, el "tinto espumoso" deja huellas permanentes en las
alfombras de la oficina que son imposibles de limpiar por completo.
Cada ao, tomo la decisin, generalmente el primer da de trabajo
despus de Navidad, de que al ao siguiente no habr fiesta en nuestra
oficina. En su lugar daremos ese dinero gastado tontamente, a algn
fondo para familias necesitadas. Y cada ao, cuando se empiezan a
formar comits para planear "la fiesta" me debilito, pido que "no se
discuta" y permito que vuelva a suceder.
As pues... tom un par de copas y trat de sonrer durante el tonto
intercambio de regalos mientras que, un tocadiscos emita una versin
aburrida y montona de Blanca Navidad. Despus camin por la oficina,
dando palmadas en los hombros y besando mejillas, sintindome como
un detective casero, asegurndome constantemente de que todos
deberan irse directamente hasta sus casas sin paradas en los moteles
o violaciones de trnsito.
Finalmente se termin el vino y la oficina se vaci rpidamente,
dejando a su paso una coleccin de desperdicios que slo sera limpiada
si dejaba un billete de veinte dlares para el encargado de la limpieza.
Esta suma ya se encontraba junto con una tarjeta de navidad sobre el
escritorio de Pat con el fin de que no pasara desapercibido.
Llev a mi oficina mi ltima copa de vino y ca fatigado sobre un silln,
depositando mi copa sobre un cenicero. Me encontr a m mismo
observndolo, prcticamente hipnotizado. Simon. Todas esas copas de
jerez que llenamos y vaciamos juntos. Simon. Simon. En dnde est?
Repentinamente tome una decisin y me dirig hacia mi escritorio.
Presion la letra F de mi agenda telefnica y encontr el nmero de
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-Con los mismos trminos que el anterior?
-Perfecto.
-Qu fecha fijo para la entrega del manuscrito?
-Fjela para el... treinta y uno de enero de mil novecientos setenta y
cinco.
-Eso ser dentro de un ao y un mes. Necesita tanto tiempo?
-S.
-Muy bien. Tmelo como un hecho. Que relacin tenemos! Me
pregunto cuntos editores ms llevan a cabo contratos como ste, aun
sin siquiera saber lo que estn adquiriendo.
-Mailer, Wallace, Updyke, Fowles, Michener, Herriot...
-Feliz Navidad, Og.
-Igualmente, Fred. Le aprecio.
-Y yo a usted
Cuando dej la oficina estaba muy oscuro y segua nevando y a todo lo
largo del estacionamiento podan verse huellas d pisadas. Sent un
vaco interior que me quemaba, y conoca perfectamente el porque.
Ms all del estacionamiento poda observar la oscura sombra del
departamento en el que haba pasado tantas horas felices, su
estructura se dibujaba aqu y all con cuadros de luz que brillaban a
travs de la nieve que caa.
Justamente en ese momento podramos estar desendonos Feliz
Navidad, brindando, y su hermosa voz me estremecera mientras abra
cualquier regalo tonto que le hubiera dado. Simon. Simon.
-Le extrao. Le extrao mucho.
Le estaba hablando en voz alta... al viento y a la nieve. Entonces
empec a luchar contra unos sollozos que parecan provenir de lo ms
profundo de mi garganta. Me sent absolutamente solo... y perdido.
Finalmente me forc a mi mismo para terminar con eso. Tena que
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llegar a casa, Todava tena que hacer unas compras. La vida sigue
adelante.
Busqu torpemente las llaves del auto y lo abr. Mientras daba vuelta a
la llave de encendido sent la necesidad apremiante de tomar otra copa.
Pero saba lo que poda suceder: puede continuarse hasta la copa
numero veinte... y no importaba en cuantas cantinas buscara a Simon,
no le encontrara.
Conduje el auto directamente hacia la salida mientras las llantas
crujan sobre la nieve recin cada. Baj la ventanilla e introduje la llave
en la caja que activaba la barra. Esta rechin y se elev con lentitud
hacia el cielo. Puse la velocidad y aceler lentamente al pasar sobre el
tope de asfalto. La parte delantera de mi auto seal hacia arriba
ligeramente al pasar por la parte ms alta del tope y los faros del auto
baaron con su luz la ventana del departamento del segundo piso, que
estaba a oscuras.
Me frot los ojos y sacud la cabeza. Volv a observar. Los faros del auto
haban convergido en una sola luz sobre el macetero.
Dios mo!
En el macetero haba una planta... se mova cariosamente entre la
nieve que caa...
...Una planta muy hermosa!
...Una flor aristcrata!
...Un geranio rojo de cristal.
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