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* Sacerdote jesuita, telogo Trabajo y ciudadana estn estrechamente ligados, sobre todo
y politlogo. Miembro desde la Revolucin Industrial. La economa contempornea
de la Academia Pontificia tiene, ciertamente, una tendencia a separarlos, pero nosotros
de Ciencias y consultor debemos admitir esta separacin? Este ser el principal punto
del Consejo Pontificio de que tratar a continuacin.
Justicia y Paz. Catedrtico En primer lugar me pregunto: el trabajo haca al ciuda-
del Centro Svres de Pars dano en la Edad Media? Bastante poco, pienso; podemos
(Francia) y la Universidad de tomar como ejemplo al campesino, siervo atado a su seor y
Georgetown (EE.UU.). Preside a la tierra. O bien su relacin poltica y no verdaderamente
el Foro Ecumnico Social una relacin de ciudadana que consista precisamente en
de la Argentina. Public el vnculo feudal, lo ms importante para el hombre de esa
Necesidad del trabajo y Una poca. El artesano era a menudo ms independiente. Su
tica para nuestra sociedad status social contribua a su ciudadana. Las corporaciones
en transformacin, entre tenan un rol y gozaban, en principio, de reconocimiento en
otros. las ciudades e incluso en las aldeas: ah entonces, los hom-
bres estaban presentes por su trabajo, por su profesin, no
como ciudadanos abstractos o en s. (El campesino no era
nadie fuera del vnculo con el seor).
El trabajo asumido y protegido por la ciudadana del siglo XX, el trabajo dej de ser un asunto
Con la Revolucin Industrial el trabajador se meramente privado o contractual.
convirti, en gran medida, en asalariado, con-
tratado en la fbrica por un sueldo pero no era El trabajo constitutivo de la ciudadana
miembro de la realidad social determinante: la Correlativamente el trabajo se convirti en un
sociedad de capitales. De esta forma se institu- factor decisivo de ciudadana. En ms de un
y la gran divisin entre capital y trabajo que rgimen socialista, evidentemente y hasta no
han analizado y denunciado los socialistas, hace mucho tiempo, un ciudadano no poda no
especialmente Marx. Al mismo tiempo haba ser un trabajador: era ciudadano en tanto que
nacido la sociedad poltica democrtica exce- trabajador. Incluso fuera de regmenes socia-
diendo a los antiguos regmenes feudales o listas, pienso, en Francia por ejemplo y en las
monrquicos: la sociedad de ciudadanos, to- disposiciones constitucionales adquiridas en ese
dos miembros; iguales al menos en un princi- mismo pas desde 1945: el trabajo se convirti
pio. De esta forma el trabajo, frgil y precario, en una obligacin ciudadana, como regla corre-
va encontrando poco a poco demasiado poco lativa el Estado tiene el deber de buscar y ofrecer
al principio pero pronto, mayor proteccin a todos un trabajo mientras pueda hacerlo. El
en la ciudadana. El amplio derecho del traba- texto constitucional declara: Chacun a le devoir
jo deriv de esta. Principalmente a principios de travailler et le droit dobtenir un emploi.1
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Por otro lado, se ha hablado mucho de ci- La reciente oposicin
vilizacin del trabajo, para significar que el No hace mucho tiempo se discuti, incluso con
trabajo es un factor central de la civilizacin ms vigor que como lo hiciera Hannah Aren-
y que tambin, si tenemos en cuenta el lazo dt, la idea de un carcter central del trabajo: a
existente entre civilizacin y ciudadana (pen- partir de la gran crisis que sufri el empleo a
sando en el civis del latn), es un factor decisivo mediados de los aos 70 luego de la repentina
de ciudadana. Segn la visin de un famoso suba del precio del petrleo. Jim Rifkin anunci
telogo, el Padre Marie-Dominique Cheng en ese momento el fin del trabajo. Otros lle-
(1955), la civilizacin humana no puede, al garon ms lejos y dijeron haberse equivocado
menos actualmente, ser ms que una civiliza- largamente al reconocer tanto significado al
cin del trabajo centrada en la participacin de trabajo, ms que nada una significacin mayor
cada uno en su trabajo. de ciudadana. Es perfectamente posible, dije-
Por supuesto, se discuti esta visin y se la ron, ser un ciudadano sin hacer ningn aporte
denunci por tener un carcter excesivo, de- laboral remunerado a la sociedad. Y se podra
mostrando que hay otras dimensiones esen- asegurar a todos los ciudadanos un sueldo
ciales para la existencia humana: la obra y bsico allocation universelle [un subsidio
la accin, dijo Hannah Arendt por ejemplo universal] incluso si nadie asume un trabajo
(principalmente en la Condicin Humana). remunerado. Jean-Marc Ferry (1995), partidario
Adems existe el peligro de no ver en el hom- de este subsidio universal escribi palabras
bre ms que un trabajador, un faber, productor muy duras sobre el carcter represivo del tra-
material de bienes que desaparecen con su bajismo, entendamos por esto la sociedad que
consumo, casi un simple instrumento entre impone a todos, en la medida de lo posible, el
los instrumentos. Esto no impide que se de- deber de trabajar y busca garantizar la ocasin
fienda un cierto carcter central del trabajo en [para hacerlo]. Este sistema tendra como efecto
la ciudad, reconocindole un significado ms y objetivo someter a los hombres, impedir
profundo que la sola significacin metablica que surjan sus iniciativas, convertirlos casi en
que le reconoca Hannah Arendt. Para Marx, una dcil manada.
en El Capital, y para muchos otros tambin, Al mismo tiempo y oponindose, Juan Pa-
el trabajo es una extraordinaria impresin blo II deca:
del espritu humano en su materia natural.2
El Papa Juan Pablo II escribi toda una carta Yo me rehso a creer que la humanidad contem-
encclica sobre el trabajo ms que nada sobre pornea, realizadora de tan prodigiosas proezas
el trabajador (Laborem exercens, son la palabras cientficas y tcnicas, no sea capaz, con esfuerzo
latinas que abren el texto), donde consider de creatividad inspirado por la naturaleza misma
al trabajo como una dimensin esencial de del trabajo humano y por la solidaridad que une
la existencia humana. Adems remarc que a todos los seres, de encontrar soluciones justas y
actualmente se juzga a la sociedad incluida eficaces al problema esencialmente humano del
la ciudad poltica por la manera en que all se trabajo agregando [...] La conviccin de la exis-
trata, e incluso se remunera el trabajo. tencia de un lazo esencial entre el trabajo de cada
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aun con mayor firmeza que en los aos 80 o verdadera sustancia. Y es, entre otras cosas,
90 del siglo pasado, que no se puede justificar aportando realmente los unos a los otros, con
por ninguna razn de teora econmica o so- sus trabajos sobre todo tambin por toda la
ciolgica el desinters por el empleo efectivo obra de cultura, que los hombres son con-
de las personas. Esto fue lo que quise expresar ciudadanos (no por la sola declaracin de sus
en mi libro Ncessit du travail. Disparition derechos ciudadanos!). En la reciente evolucin
dune valeur ou redfinition?: de las cosas hay una suerte de confirmacin
negativa de lo que Marx haba observado, sin
A raz del crecimiento demogrfico excesivo a profundizar, acerca de la ciudadana que no
escala mundial, la humanidad permanece, an podra ser simple abstraccin, sin modificar
hoy, en general, bajo una fuerte necesidad que en nada la situacin concreta de los hombres
obliga apuntando progresivamente a soltar miembros de la ciudad, sino que debe penetrar
el resorte a buscar la participacin del mayor su situacin de seres de la sociedad civil.
nmero posible en el trabajo [] Para la persona- No se dice con eso que es conveniente que un
lizacin misma, por otra parte, en nuestra actual Estado d trabajo de manera artificial, no im-
situacin y sin prejuzgar a largo plazo, el acceso porta qu trabajo, por ejemplo el trabajo de fun-
al trabajo dentro del sistema mismo del trabajo, cionario, para que el ciudadano no permanezca
que es el nuestro dentro de la sociedad industrial sin trabajo (es decir asistido). Hace falta ms
resulta en la mayora de los casos una necesidad. bien que se ocupe de crear el nuevo trabajo del
En esta sociedad, en efecto, el aspecto antropo- futuro, trabajo de relacin interpersonal muy a
lgico de formacin, de disciplina y cultura del menudo, que an hoy pena por encontrar su
hombre, que el pensamiento moderno asoci al sitio a causa de varios prejuicios y actitudes
trabajo, solo puede ser honrado por el trabajo en heredadas y que puede y debe ser promovido
su sentido comn, en el seno de la gran organiza- mucho ms vigorosamente. El trabajo poco
cin del trabajo, ya que no existen muchas otras automatizable es y ser muy necesario o til,
ocasiones para el desarrollo creativo personal por otra parte. Un trabajo exigente, aunque
(Calvez, 1997). de manera diferente de lo que fue el trabajo
industrial de gran esfuerzo fsico. Hoy algunos
Actualmente no puedo dejar de persistir en le temen justamente al trabajo de relacin in-
este sentimiento. terpersonal, suponiendo sensibilidad hacia el
prjimo, incluso respeto por los otros, grandes
No se trata de una simple resistencia a la virtudes sociales por consiguiente. Sin embar-
cultura del placer go, es nuestro futuro y un verdadero progreso
No se trataba de eso, y no siempre se trata de humano est puesto en tela de juicio all.
una conclusin moralista o represiva ni de una
resistencia a la cultura del placer. Se trataba, y La ciudadana por su parte recurrir a un
se trata an hoy ms que nada, de reconocer trabajo ms social
que la ciudadana no puede ser slo una per- Y creo poder agregar que, por su lado, todo
tenencia formal, [sino] que debe incluir una progreso de la ciudadana de otro origen y por
Notas
1
[Cada uno tiene el deber de trabajar y el derecho de obtener un empleo] Estas lneas pertenecen al
Prembulo de la Constitucin del 27 de octubre de 1946, constitucin de la Cuarta Repblica. La
Constitucin de la Quinta Repblica, 4 de octubre de 1958, mantienen en vigencia las disposiciones
del mencionado Prembulo.
2
Hannah Arendt se equivoc al utilizar solo una cita de Marx sobre el trabajo comprendido en el gran
metabolismo de la naturaleza.
3
Juan Pablo II, mensaje en la Confrence Internationale du Travail, 1982.
Bibliografa
Calvez, Jean-Yves, Ncessit du travail. Disparition dune valeur ou redfinition? Pars, De LAtelier, 1997. [En
espaol, Necesidad del trabajo. Desaparicin o redefinicin de un valor? Buenos Aires, Losada, 1999].
Chenu, Marie-Dominique, Pour une thologie du travail. Pars, Du Seuil, 1955.
Ferry, Jean-Marc, Lallocation universelle. Pars, ditions du Cerf, 1995.
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