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Cartas Misioneras Del Padre Aznar

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Religiosidad popular y misin

El problema consiste en que la religin que tenan los indios se la hemos quitado; y la
religin nuestra no se la hemos dado; y lo que es ms grave, no podemos drsela, porque es
una religin abstracta, evolucionada, individualista y refinada y estos tienen mentalidad
primitiva.
Ensele su excelencia a los 900 mozos del 17 de infantera esta primera pregunta del
catecismo nico de la Republica Argentina: Dios Nuestro Seor, es el Ser ms excelente y
admirable que se puede decir o pensar, infinitamente sabio, bueno, poderoso, justo, principio
y fin de todas las cosas. Y, puede ser que la retengan de memoria por unos das los mas
duchos, pero puede su excelencia estar seguro que en punto a religin se han quedado
enteramente igual que antes.
Suerte de la Virgen del Valle! !Suerte, la ciega y apasionada adhesin de esta raza tan
amable y tan abandonada al tradicional culto a la Madre del Dios Humanado, que recogen en
su niez como el ltimo hilo que los sujeta a la religin cristiana y al sentimiento patrio! Hilo
de oro, pero que puede romperse, si no se le aade el hilo de acero de la completa educacin
religiosa. Y si se rompe, el chicotazo ser bravsimo.
La nica solucin es el aumento de sacerdotes y la vuelta a los mtodos antiguos
misioneros. La evangelizacin de la Argentina ha sido interrumpida tres veces: por la
expulsin de los jesuitas en 1769, por la clausura de los seminarios por Rivadavia en 1826 y
por las leyes laicas de 1880. Hay que retomar el tejido en las tres partes donde fue
desgarrado, como un poncho hecho a pala. Cuando dije aumento de sacerdotes no quera
aludir solamente a la cantidad, aunque esta tambin sin duda es necesaria; quera decir ms
bien aumento de sacerdocio. Hay que mandar misioneros que se queden un mes o tres meses
o diez meses en cada pueblito chico de las costas del Velazco, con todos los gastos pagos por
las grandes ciudades. Hay que unir el oficio de maestro normal junto al de capelln en los
pueblitos pobres con capillas todos la tienen !y que capilla a veces! que no podran
sostener un prroco. Hay que dejar a un lado la religin palabrera y abstracta y bajar a la
religiosidad instintiva de ellos para informarla paulatinamente con la moral y el dogma, como
hace el padre Aznar en Crdoba. Que hagan procesiones con tambor y quena, que veneren
sus muertos, que dancen danzas sagradas, que reverencien sus nios alcaldes y sus viejas
imgenes, que se vistan de blanco o de purpura, que hagan de rodillas el camino de la cruz,
que canten con guitarra cantares teolgicos, que se expresen con sus medios propios,
velando por limpiar eso de todo lo que sea indecencia, supersticin o a ello tienda. Esto
hicieron los jesuitas con los guaranes y el resultado fue admirable, aunque trunco.
Convierta a los indios, mi presidente campesino, sin excluir los indios blancos de las
grandes ciudades, que son los peores de todos.

Leonardo Castellani. Las Canciones de Militis, Carta del


obispo de Crdoba Mamerto Esqui al presidente Ramn
S. Castillo. Buenos Aires, 1977. P.p. 256-7

Semblanzas Misioneras:
La Huella del Cura Brochero (publicadas en la Revista Jauja, nmeros varios)

Esperamos ser de provecho a nuestros benvolos


lectores la siguiente carta de un misionero jesuta que da
a conocer vvidamente un rincn de nuestra patria poco
conocido. El P. Aznar es un varn increble; tiene 71 aos
con innumerables trabajos, accidentes, enfermedades,
operaciones, cadas una actualmente. Su vida ha sido
siempre como esta carta la revela por transparencia.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 1


...Quiero ya hacerle un resumen de las 2 Misiones pasadas.
PRIMERA MISIN de ms de 2 meses, en OJO DE AGUA de RUMIHUASI, Dto. Minas.

Est el paraje de Rumihuasl en lo ltimo ya de Crdoba, a ms de 260 kilmetros.


Existe una capillita all, que levantaron los de la zona. Todos los vecinos aportaron. Es
menuda, pero en la capacidad se parece a lo de la acorden. Entran en ella y parece se va
agrandando y siguen teniendo lugar para otros ms. Est a ms de mil metros de altura. El
paraje hermossimo y ms hermosas y lindas las almas. Pero all ninguna otra cosa se halla.
De una brea brota un gran ojo de agua. De ah toma el nombre el lugar. Pocas casas y
aisladas mucho. Sus techos de paja y al estilo de ranchos. Para conocerse los puestos o
puntos de poblacin toman diversos nombres: El Aguilita, Burro Muerto, Caadita, La Loma, el
Carancho muerto, Burra muerta, La quebrada, Mua, Los Molles, Las Totoritas...
Yo haba de madrugar e ir pronto a llenar en el Ojo de Agua varios baldes para
abastecerme todo el da. Salido el sol van llegando los animales a! arroyo y lo enturbian y
ensucian. Ya no se puede alzar ms agua para beber.
Me haca yo la comida como siempre acostumbro en misiones. Pero he de aumentar a
veces la olla y guardar para algn viejito o anciana ya enfermos y que no pueden ser
atendidos por vecinos. Me viera cmo aqu despus de comer recorra unas lomitas con la
ollita en la mano hasta el rancho de una enferma, la Tapia. Decan que estaba tsica. En
realidad a penas se la oa cuando hablaba. Se pareca a esqueleto. Daba miedo por sus
facciones indias. Pero con el caldo de una gallinita que me obsequiaron, las presas de! avecita
y otras carnes con papas, fideos, pelones se revivi en forma, que se vino a la capilla y
confes y comulg. Lo que tena era hambre y miseria. Se pasmaron los de la zona de esa
resurreccin. Para que no quedara en el desamparo despus de la Misin, la requer se fuera a
vivir con un sobrino de otro puesto, en que vivan tambin unas sus primas. As se realiz y
fuese muy contenta. Las gentes sencillas dijeron que el misionero la cur con lo que traa en
la olla.
Hube de emplear 3 semanas en preparar a los chicos. Los que acudan a la escuelita.
Gast otras 2 semanas para otros de lejos. Muy inteligentes. Si viera con qu destreza y
habilidad aran aun los menuditos, y van sembrando los muy pequeos detrs de! que hace el
surco. Los chicos son los que preparan los campitos, y hacen las siembras. Mientras, sus
madres llevan el hogar, y los varones grandes y padre trabajan en minas, hornos de cal y
cercos. Por ello cuando despus de lluvias est sazonada la tierra y dispuesta no acuden a la
escuela. Tambin en la cosecha. He de hablar en otra narracin de ellos; pues tienen hechos
muy lindos y frases encantadoras.
Pobrsimos y sencillos son pero muy comedidos, como los de la regin. Los
matrimonios hasta con 14 hijos. Otros con 9, 7, 8, 5. Numerosos. Apenas hall en la zona un
solo hijo natural. Para confesarse entraba primero el padre y la madre. Despus el padre iba
sealando al hijo varn que le tocaba acercarse a la confesin. La madre haca otro tanto con
las hijas.
Haca 10 aos que ah haba yo misionado. Ah cumpl ahora los 70. Ningn otro ha ido
a atender. Triste que a gente tan de buena voluntad y tan pobre no puedan acudiras.
Hubo Domingo que pasaron de 100 las comuniones. Acudan hasta de muchos
kilmetros, a caballo, en burros, en bicicletas, en sulkis y muy muchos caminando. Viejitas de
ms de 80 aos, que se vinieron de a pie cerca de 2 horas de camino.
En conjunto pasaron de 1.000 las comuniones. De donde acudan muchos era de las
Toforitas. Lugar muy lejano. De camino hay como 1 hora y media. Se venan de ah ancianos
de mucha edad. Los chicos de ese lugar acuden cada da caminando a la escuelita de Ojo de
Agua.
Yo no quise ser menos. Hube de ir a bendecirles los ranchos. Supe haba all un
anciano, don Sinforoso, de 107 aos, enfermo. Tom por gua a un muchachito menudo, que
me hizo la primera comunin. A penas lo segua yo caminando. Ese da entre ida y vuelta y
recorrido de aquella ranchera Las Totoritas gast unas 5 horas de caminar.
Pero tuve el consuelo de bendecirles los ranchos. Creo haba unos 23. Confes al viejo
de 107 aos. A otro de 99 que haca mucho no confesaba. Tena los ojos mirando siempre
para arriba, y si se excitaba, se le movan retorcidos. No sala de! ranchito. Se confes una

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 2


cieguita. Otro impedido y una viejita de 109 aos. Pero esta almita buena, no quera recibir
ah a! Seor. Quiso la llevaran sobre mua a la capillita y or Misa antes de morir. Se la subi
pues, sobre mua muy mansa y el nietito de 11 aos la llev a Ojo de Agua. Ah asisti al acto
de la Misin y la puse a la maana delante de todos los nios y oy la Misa y comulg. Ya
despus se hizo llevar para su rancho. Ms de dos horas de andanza sobre mua.
Entre los de Las Totoritas repart casi todas las bolsas de ropitas que llev. Fueron 9. Lo
que no tuve para darles fue tela blanca y de cotn para hacerse colchones. Tampoco frazadas.
Tuve gran consuelo en esa ida. Pero aquel da fue vsperas de tempestad y de rayos de
sol abrasadores. Volv todo empapado en sudor y sin haberme podido secar. As pas al acto
de la noche. Lo cierto que se me mojaron y reblandecieron las cicatrices sobre la orina. Se
rasgaron y ya formaron llagas. Por ese inconveniente y estorbo desist de pasar a Rumiaco,
terminada la Misin. Jams en Rumiaco se ha misionado. Habr de ir as se mitiguen los
calores.
Acud cerca de Rumiaco a unos 35 kilmetros hasta Rodeo Grande. Me busc - e\.
padre de un joven epilptico al cual yo le; confes unos meses antes. Empeor ese joven que
soportaba esa enfermedad desde chiquito. Era un ngel. Su padre subi la mua y se vino,
pues su preocupacin era que su hijo se salvara. Se puso en muchos gastos en razn de que
le preparara al hijo y muriera en la gracia de Dios. Busc a un amigo y le dio muy buen pago
para que con su coche me llevara.
Cuando yo volva de asistir ai hijo, l an andaba sobre la mua, camino de su casa. Lo
vi triste y apenado y se acerc llorando y me pregunta: y morir en gracia de Dios mi hijo?
Pues, claro que est en gracia de Dios e ir al cielo! Ese hombre cambi el rostro, y sonri
con un gozo y alegra que nos conmovi al que llevaba el coche y a m. Toda esa familia la
conoc cuando acuda yo a los Ejercicios en Brochero. Hasta all iban a! retiro. Ms de 100
kilmetros de distancia.
Estando en Ojo de Agua les llovi bastante y llenos de gozo empezaron sus siembras
de maz. Revestido todo de verdor y remozados los rboles, eran de verse los pajaritos b ras i
tas de fuego sobre ramitas. Abundan las palomitas todas blancas y los picaflores de larga
cola. Se pobl de golondrinas y nidos de cotorras y loros. Las chuas se vean por doquier.
Arrullaban como con gemido las palomas grandes montaraces, Los chorlitos negros en
bandadas y los amarillos jilgueros y cabecitas negras, alegraban con sus trinos y gorjeos.
Hermossimas aquellas lomitas y campitos. Nada extrao que diga el libro santo escribiendo
de la Sabidura de Dios: "La beldad y lindeza de los campos est en m". Lo cual se aplica
tambin a la Humanidad de Cristo y a la Virgen Mara.
Un tanto me cost salir despus por los vados deshechos y algn pantano en el bajo.
Hacia los postreros das de Misin entr en la red el pez mayor, que se pareca a tiburn. Era
un rico almacenero que decan haca unos 20 aos no se confesaba. Larga es y de tiempo su
conversin. Har despus su historia en que aparece la obra de Dios. Baste ahora decir, que
se confes primero que su seora e hijos, que asistieron a la Misa por sus finados.
Tuvimos la fiesta de ios chicos y su Comunin. El acto del Va Crucis; actos de alegra y
magia con tteres y los monos msicos. En el da de las confirmaciones todos los padrinos y
madrinas de los confirmados, confesaron y comulgaron para recibir tambin ellos al Espritu
Santo junto con sus ahijados.
Cuando volva de Las Totoritas pregunt en el camino al chico que me acompaaba, de
13 aos: cundo volvera a confesarse? Me dijo con sencillez: No, no me voy a poder
confesar. No hago ya ningn pecado. Pienso y no tengo ninguno. Pero, siquiera alguna
mentirita, le digo, o retos a los animales? Nada, nada de eso; ni desobedecer.
Al fin, ya de vuelta para Crdoba, hube de soportar la gran tribulacin y desventura en
lo humano. Se haba roto el elstico delantero de la base del coche. Se rompi cortndose el
chasis, por debajo de donde me siento. Salt el paragolpes de delante. Se rajaron
guardabarros. Salt el cap o cubierta del motor. Qued colgando la bocina. Se rompi y abri
la puerta de atrs y cayeron baldes y cacerolas... Slo estaban sanas ruedas y engranajes y el
magnfico motor del Foresto A... del 1929... y me apur en llegar a Crdoba antes que se
deshiciera dei todo ei coche. Ya antes de la ida a Rumihuasi, haba hecho cambiar los palieres
y los gemelos de sustentacin. TODO: por los malos caminos de piedra ya limpia y lavada...; y
!de tan reviejo el cochecito! Lo que ms me apura es, que la direccin baila un tanto, de tan
gastadas las piezas. Suyo hermano y siervo en Jesucristo:

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 3


Antonio Aznar S. J.

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MISIN DE CUATRO MESES EN LOS MOGOTES DE GUASAPAMPA


Ya en el Dto. Minas, camino de Los Mogotes de Guasapampa, hube de pasar por
Ninalqun. Haca dos aos que no haba estado en ese lugar. Llegu ahora hasta la capilla.
Advirtieron los chicos de i.a escuela que me detena, y dos de ellos corrieron hacta la entrada
de la capilla donde me hallaba. Despus de besado el Sto. Cristo, el ms menudo, con mirada
franca y que radiaba gozo, me dice por todo saludo: Padre; dende que hice la Comunin no he
cometido ningn pecado! "Pero siquiera habrs dicho alguna mentirita? desobedecido?
"No, nada". Su primito mayorcito, ms sosegado, dice entonces: "Yo tampoco he cometido".
Entramos los tres a la capilla y teniendo los dos chiquitos a la derecha, nos hincamos y
rezamos al Sagrado Corazn, el Patrn tutelar de Ninalqun. Tambin a la Virgen Mara. Me
desped de los chiquitos, y besado el Santo Cristo, segu camino hacia Los Mogotes. Los dos
nios pertenecan al puesto de Piedras Anchas.
Aquel encuentro delicioso con los inocentes, me pareci augurio de que los ngeles de
la guarda de los chicos de la zona donde me diriga, me iban a ayudar y favorecer^ Y en
aquel sentir no me equivoqu.

LOS MOGOTES DE GUASAPAMPA


Es el paraje hermossimo y vistoso. Lomi-tas repletas de palmas silvestres,
entreveradas con algunos algarrobos y con matorrales de retamas y jarillas. Lugar agreste de
zorros y leones.
Por el bajo corre un arroyito. Del un lado, aparece un frondoso bosque de garabatos y
algarrobos, en que anidan las chuas e infinidad de pjaros, cardenales amarillos. Cerca tuve
la pieza en un gran rancho que me cedieron. El cuarto ms espacioso lo convert en capilla. La
campana la puse colgando de un algarrobo.
Pronto experiment la proteccin de los ngeles de los nios. Entre los de a escue-lita
y otros que acudan, llegaron a ms de 100 los que durante tres semanas asistan a su
doctrina. En Domingos, terminado su acto, jugaban los nios con las pelotas; las nias con las
sogas. La fiesta y Comunin de los chicos fue lucidsima. Las comuniones en ese da pasaron
de 140.

LOS RANCHITOS
Haba empezado ya la recorrida de los ranchitos, bendicindolos. Advert uno muy
pintoresco. Imagnese sobre una lomita de palmas un rancho compuesto de tronquitos de
palmas silvestres. Slo ajuntados unos a otros sin pulirlos; y as, con resquicios las paredes
del rancho. Los techos de palmas tambin y por puerta unas ramas de espi-nillos. El fro
arreciaba. All alcanza a 12? bajo cero.
Pareciera que el potico rancho de palmas sera albergue de cabritos. Pues viva all
una viejita con 5 chicos y 3 perros. La madre se hallaba cosechando e! maz en zona lejana. El
padre trabajaba en canteras cerca de Soto.
Ni en desgracia de perder un ojo o una pierna, o brazos, ni la vida en los trabajos de
canteras y hornos, existe por all ninguna indemnizacin. Y los jornales son de 100 pesos!
Para otros dichosos de 150...; y los que mucho ganan 250 pesos, aun siendo camioneros o
mecnicos en las minas de cal. Impresiona ver a un hombre sin el ojo derecho, ni brazo hasta
el hombro. Otro ciego. Otros contrahechos por efecto del trabajo en las minas y hornos.
Cerca de donde tena yo la piecita, viva en un ranchito una pobre mujer con 5 hijos, el
mayor, de 14 aos, le ganaba a veces 50 pesos en cargar la bosta de los corrales hasta un
gran camin de carga. Y no siempre tena esa ayuda. El padre haba sido un buen hachero y
guapo para las minas. Un da el tiro del cartucho le llev mano y brazo derecho. As ha
quedado manco. El pobre hombre no halla dnde ocuparse. La esposa suele irse con el
chiquito y ayuda a vecinas, que compasivas la ocupan en plancharles ropas y llevar as algn

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 4


pan al hogar. Se estaba un da planchando en rancho cercano y se cay desmayada de
debilidad.
En el tiempo de los 4 meses que mor en la zona, los fui ayudando. Una muy chiquita
de ese rancho, cuando los apremiaba el hambre sola venirse muy de maanita hasta donde
yo estaba y me traa un ra mito compuesto con hojas de acelga. Sin decirme palabra me lo
entregaba. All esperaba en silencio mirndome. Llenaba yo entonces unos paquetes con maz
molido, polenta, trigo, azcar, yerba mate o harina, y atndolos bien se los cargaba. As casi
cada da por medio. Pero un da recibido el paquete, se qued mirndome con ternura y me
dice: "Dnos una colchita, que nos hace mucho fro". Y esper.
Se dice que los de esas regiones se acostumbran al fro. Lo ignoro. Lo que conozco es,
que hay noches en que lloran los chicos de algunos ranchos, por no poder conciliar el sueo
de tanto dolor pon el fro. En tales noches hasta los cabritos y corderitos balan y mueren.
Aparece sobre un caballo una chiqu'ta descalcita, y desde cerca con vocecita finsima
me dice: "Que su padre se fue a trabajar y no saben de l y en su rancho ya no tienen qu
comer".
Otra viejita que atenda a dos nietitas haca mucho que no coma otra cosa sino
zapallo. En otro rancho una seora viuda haba de buscarse para los 5 hijos, tres de los cuales
eran muditoos.
Los hogares de ah tienen a gloria saber rezar el Rosario. Las comuniones suman ms
de 1.600. Muy sentido y solemne fue el acto del Va Crucis en un Domingo. Se gozaron en
otras fiestas con 3 sesiones de.Tteres y de Magia.
En aquel lugar y zona parece hallarse "la verdadera Iglesia de los pobres". Vi mucha
caridad y compasin mutua.

DON LUIS
Don Luis es un vecino ya canoso, de bastante edad y que ha soportado dos
operaciones. El no precisa para s, pues posee campos y animalitos. Cierto que no es rico y
anda con bastantes achaques y dolencias. A veces se pone a trabajar de pen en cosechas de
maz y aun cercos. Advert que se enfermaba con eso. El me dijo el por qu de su trabajar as
y ganar unos jornales.
A unos 3 kilmetros viven dos viejitos, ya en el faldeo. Ella es cieguita y el viejo su
hermano imposibilitado. Lo que gana don Luis lo pasa ntegro a esos dos desvalidos ancianos,
en su ayuda.
Yo procur imitarlo. Mas un da le dije: Hay ciudades en que se propone un premio al
que con ms esmero y herosmo practica la caridad. En estas soledades nadie siquiera conoce
el bien que hacemos!"
Don Luis me mir entonces como con asombro y me dice: "Pero lo ve mi Dios. Y basta.
S que El se agrada!" fueron sus frases.
Baj los ojos y dije en mi corazn: Gracias, Seor, por haberme trado hasta aqu para
que yo sacerdote aprenda siquiera a ser buen cristiano.
Lo he visto yo, que don Luis se va caminando hasta donde viven retirados esos
ancianitos, y all les lleva sus ganancias y con ellas el aliento y delicadezas de su corazn.
No son los de aquella zona desidiosos. Hasta los chicos cuando se ven libres de la
escuela como en las fiestas, se emplean con sus hermanos mayores en recorrer de a caballo
los cercos e irlos reparando. Y son chicos que ni siquiera gozan de un poco de leche. Dignos
de toda compasin y amor. Por all todos trabajan y mucho. Y a pesar de mostrarse tan
hacendosos, nunca salen de las penalidades de la pobreza.

EL SOBRE DEL SACRIFICIO


Me estaba un da a la puerta de la capilla y un buen hombre conocido se me acerca y
me dice entrecortndose: "Padre; le estamos muy agradecidos porque se queda entre
nosotros y nos acompaa en nuestros sufrimientos". Se ech a llorar e hincndose dentro de
la capilla rezaba y lloraba.
Me acerco y le digo: Hijo, yo solo no los acompao. Hay quien aun desde lejos los
acompaa con su sacrificio. Le refiero entonces lo acaecido con un doctor bienhechor. Ese
buen seor amigo me dijo un da: "Antes de partir para sus misiones, pase
a verme".

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 5


As lo hice. Por despedida me dice: "Padre, aprecio su sacrificio y quisiera acompaarlo.
Quisiera practicar semejante sacrificio. Pero mis ocupaciones no me lo permiten. Entonces
poniendo en mis manos un sobrecito, aade: "Ah va mi sacrificio de no fumar. Son mis
ahorros." Desde entonces siempre antes de partir a misionar m,e entrega su sacrificio.
El hombrecito que segua hincado me escuchaba como absorto y exclam: "Qu buen
corazn debe tener ese seor". Baj otra vez la cabeza y rezaba.
Querido amigo: He de hacerle ya en este punto un pedido y splica de todo corazn.
Por qu de entre los colchoncitos y frazadas que se le van poniendo viejos y apenas sirven,
no me escoge los ms averiados y me los obsequia para que ayude yo a los pobrecitos de
all, que nunca han tenido la dicha de descansar sobre un colchn? Yo ios recoger y har que
hasta all lleguen.
Qu gozoso se pondr el Buen Jess de sentirse as recrear en la persona de sus
pobres! Es cierto que esa obra buena no se la van a publicar; pero tambin es cierto que
sobre usted y colegio vendr aquella bendicin que anuncia Isaas en la Misa de San Pedro
Claver: "Entonces amanecer tu luz cual aurora, y nacer al punto tu salud; delante de ti irn
tus buenas obras y detrs de ti la gloria de! Seor. Entonces invocars ai Seor y El te
escuchar; clamars y El te dir: aqu me tienes!"
Estando an en Los Mogotes vi bajar a un chico del Ichiguasi o sea del corazn de las
sierras. Como jams haba visto ese muchacho a ningn sacerdote, se entr en un rancho
vecino y desde ah observaba y segua mis actitudes y movimientos.
Pregunt, qu haca aquel chico all escondido, y don Robledo me respondi
sonriendo: Pues, es uno de tantos que viven all arriba y jams vio a sacerdotes. Lo est
mirando a usted lleno de asombro". Ese chico tena ya 13 aos.
i Cunto, pues, me dije, hay que recorrer antes de morir! \Evangelizar a esos
echiguasis, corazones de las sierras!

DESDE LOS MOGOTES


Desde ese lugar de Los Mogotes se ve a
lo lejos una loma, y detrs se halla la quebrada de los nidos. Quizs as se apellide por
los muchos nidos que los cachalotes tienen en los arbolitos.
Ah existen muchas entradas y cuevas. Las habitaban los indios primitivos. Ms arriba
se descubri su cementerio. Se han desenterrado grandes ollas de barro virguiado o sea
cocido a fuego como los ladrillos. Llevaban sus tapas. Dentro ponan el cadver con viandas y
grasas. Se han hallado varias
cercanas entre s y conteniendo esqueletos con restos de comida, al estilo de ios
Kchuas. Dentro de las cuevas se desenterraron tambin hachas y las conanas o mazas con
que molan los maces en morteros de piedra.
Parece que los primeros en catequizar a esos indios fueron los jesuitas, que salan de
expedicin evangelizadora desde Candelaria. Siguieron despus atendindolos. Pues detrs
de! cementerio de La Playa existi la primera capilla. Ah llevaron una imagen de la Virgen
parecida a la de Candelaria, la cual an se conserva. Est la imagen de la Virgen sentadita y
con el Nio. Es de vestir y tiene su manita derecha, como la del Nio, entreabierta, juntando
los dedos para sostener la velita.
Es probado que los jesuitas de Candelaria se venan de all tan lejos para atenderla.
Est antes de la estancia grande La Merced que perteneca a los de Candelaria, camino de
Tuclame. En 4 jornadas hacan su recorrido sobre mua desde el lugar de salida hasta las
capillas de La Playa, Cerro Bola y casa de Retiros del valle de la Villa de! Trnsito.
"Aquellos jesutas celosos, escribe su contemporneo P. Muriei, venan a enterrar sus
grandes talentos con su ciencia e ingenio, en estos lugares tan apartados para el bien de los
indios".
Es, dice, que aquellos varones virtuosos slo estudiaban para honrar a Dios y salvarle
las almas. Por eso, cuando vean el resplandor del brillo de alguna imagen de Dios, corran
all presto para rescatarla y devolverla al Seor. Aunque esa imagen se hallase en el pecho
de algn indio pobrecito"!
Adis, querido Padre.
Tuus frater ac servus in Christo
Antonio Aznar S. J.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 6


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LA MISIN EN TOTORAGUASI
Es una quebrada impresionante el paraje llamado TOTORAGUASI .Esa quebrada
largusima de varios kilmetros, recibe las aguas del valle de Guasapampa, del riachuelo
lejano desde el POCCA de Pocho, y del volcn HIERBA BUENA. Tambin de los montes
altsimos de VOZNO.
Por regarse el hondo de la quebrada con esas aguas abundosas, en sus remansos
crecen las espadaas o juncos llamados TOTORA GUASI en el idioma aborigen significa:
"abrigo" o "albergue". As que TOTORAGUASI viene a traducirse por el lugar y albergue de las
espadaas o juncos. CHANCANI se dice cuando el lugar es bajo.
Desde ese hondn se precisa alzar la vista para llegar a ver y columbrar
lo ms encumbrado y alto de las si mas montaosas de TOZNO. All entre los huecos de
los picachos anidan los cndores. Con frecuencia se los contempla en sus vuelos majestuosos,
en que trazando como arcos y contenencias, vienen tambin a permanecer estticos en las
alturas, sin apenas mover las alas.
El lugar donde se estableci la capilla es alindado y aun potico. Una pieza larga que
sirvi en otros tiempos para escuelita. Sus techos, como el de los ranchos y casitas de la
quebrada, son pajizos. En una rama de un algarrobo colgu una campana. Cercando los
terrenos de atrs aparecen lozanas hasta treinta y siete higueritas.
Para llegar a ese puesto tan bello, se ha de bajar por caminos agrestes y peligrosos
desde las alturas del valle de Guasapampa, por ms de tres cuartos de hora.
Es cierto que en todo sera el paraje hermossimo y muy grato, si en realidad corrieran
las aguas y se hallara revestido de las lozanas de los yuyos y matorrales, y del verdor de los
mistoles y algarrobos. Mas ahora se est viviendo all entre penalidades y muy duras
privaciones. Los regados de antes no existen y la sequa viene ya de algunos aos. En ste,
an no ha cado all una sola gotita de agua. S en una noche se form una aterradora
tempestad, en que retumbaban las quebradas por los truenos y se sucedan los chasquidos y
relumbres de las centellas y rayos. Pero en el CHANCAN no llovi. Los ardores del sol en
esos hondos de las barrancas requeman y no se halla yuyito que no aparezca reseco y
agostado. Los poquitos habitantes no s si llegan ya a doscientos. Son los ms chicos y
mujeres viejas. Las jvenes y varones se alejaron en busca de trabajo. Pocos son los hombres
que quedaron. Y en todos se advierte el aspecto del decaimiento y falta de buena salud.
Hasta aparecen ranchos desamparados, con puertas abiertas y medios cados sus
techos. Abundan all las negruzcas vinchucas, de que se plagan los ranchos a las noches. Es
lugar de vboras y zorros que se ceban en los pollos y gallinas. Apenas hay quien posea
alguna. Los leones pumas, que bajan del TOZNO, merman a las pocas cabras y corderos que
quedan.

DOS VIEJITAS INSIGNES


He llegado en este lugar a preparar hasta once viejitas, que viven en ranchos
acompaadas solamente de algn nio entenadito o chica.
De estas ancianitas alguna se ha llegado poco a poco y con fatiga hasta el lugar que
serva de capilla. A otras, las he ido a llevar los consuelos en sus ranchitos. Pero todas once
han quedado bien preparaditas con la Confesin y Comunin. No me detendr en narrar,
como en otro escrito, nmeros extraordinarios de confesiones y comuniones, ni actos de
virtud y religiosidad de todos aquellos habitantes sencillos y pobres hasta la miseria. Pondr
los ojos y har mencin de lo que me parece algo excepcional. y extraordinario entre los de
TOTORAGUASI: Doa Rita, la duea del local donde se tenan los actos, es el apstol celoso
que hace de sacerdote en la enfermedad y muerte de los de la zona, Vive ya viejita y viuda
con una chica, a la que atiende y educa como a hija.
Cuando hay un enfermo a ella se le avisa. Pronto acude a su cabecera. Puestas las
gafas, se la ve leerle en un libro y lo va preparando para el ltimo trance. Ella le hace repetir
actos de contricin y jaculatorias.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 7


Se sabe doa Rita muchas oraciones en verso. Las ensea con preferencia a los
-chiquitos de la quebrada. Mi viejita, al salirse de la cama en clareando el da ya repite:
"D ESTA CAMA ME LEVANTO, PONGO LOS PIES EN EL SUELO; AS DIOS PONGA MI ALMA
CUANDO ME MUERA, EN EL CIELO. OH JESS CRUCIFICADO DADME GRACIA SINGULAR
PARA QUE PUEDA PASAR ESTE DIA SIN PECADO!"
Confieso que la razn y motivo que ms me movi para bajar otra vez hasta las
quebradas de TOTORAGUASI y misionarlas, fue el de alentar a esa alma fuerte y
extraordinaria. A ella debo el primer informe, as, que llegu, de que otra ancianita
desamparada, doa Margarita, se hallaba gravemente enferma. Vive esa viejita en un
ranchito de lo ms alto de TOTORAGUASI, en la subida hacia las pampas, All se halla solita
con una nietita ya grandecita.
Hasta ese lugar lleg doa Rita para asistirla en su ltima enfermedad Pero la anciana
Margarita se ha mejorado. Varias veces la visit y le llev hasta all algunas bolsas de ropas
para que ella y la nietita se escogieran las que les acomodara. Tambin la obsequi con
otra bolsa de papas, paquetes de fideos y cajas de mermeladas. En otras idas las confes y
les llev la Santa Comunin.
A quien no he podido ya visitar es a la anciana doa Mara. Largos aos vivi en otro
rancho mucho ms apartado y lejano. Esta viva solita. Se deca que esa anciana sufra de
eczemas. Pero lo que en realidad tena era el mal de lepra.
Mientras he estado ausente en tres aos, la ha llamado el Seor. Con sencillez me
explic doa Rita cmo fueron las ltimas horas de aquella anciana soltera, que vivi siempre
como ngel. All a su cabecera acudi doa Rita. La acompaaba Gumersinda. "Se iba poco a
poco, dice, acabando. Al ltimo le iba leyendo yo la Pasin y Muerte del Seor. Advert que
doa Mara tena una fatiga grande y estaba con los labios y la boca resecos y con ahogos.
Interrump la lectura, y tomando un tarrito con agua que haba sobre una madera de tronco,
se lo acerqu para que lo bebiera.
Ms doa Mara me adelant su mano, rechazndome el agua. Apenas tuvo voz para
decirme: "El Seor muri teniendo sed". No la quiso beber. Le di entonces un Cristito a besar,
y cerr los ojos. Ya qued como dormidita".
No s qu sentir el lector ante la narracin de tanta sencillez y piedad de esas dos
viejitas. Yo baj los ojos y dije en mi corazn: Seor, tened piedad de m. Que en mi ltima
hora tenga yo semejantes sentimientos de delicadeza para con Vos, como aquella tu
pobrecita".
Ah en aquellos rinconcitos de la quebrada se vive por muchos vida angelical.
Admirable cmo sin sacerdote se conservan con sencillez en la fe, y con fidelidad de rezos y
costumbres cristianas, aun en la del Rosario diario.
Una maanita se vino del punto ms lejano de la quebrada la viejita Valenzuela. A
penas poda respirar. "Padre, creo es la ltima vez que me podr confesar y comulgar. Vengo
a despedirme. Entiendo no lo ver ms". Yo creo que ser as porque es viejsima. Oy
despus Misa y confes y comulg. Hurfana ya de joven, siempre ha atendido a otros dos
hermanos, ahora ya viejos. Viven los tres solos. Expeditos cazadores de pumas. Honestsimos.
Cerca a su rancho vive otra hermana soltera, la Gumersinda. Se alimenta de solo higos
pasas, que cosecha y de maicito. Alguna vez gusta de la carne de sus cabritos. Seca y
delgada se parece en su candor a una nia. Dos veces se vino a confesar.

LA OBRA DE LOS ANTIGUOS JESUITAS


Es cierto que por aquellas gargantas e impresionantes desfiladeros transit a veces el
Apstol Cura Brochero, para bajar hasta Serresuela. Era unos de los caminos. Tambin viejitos
del punto cercano de AGUA DE RAMN practicaron los Ejercicios en vida del Cura Apstol; en
su casa del Trnsito. Pero es claro tambin que la fe y costumbres tan hondas y arraigadas de
vida cristiana, no datan slo del tiempo de Brochero. Tienen ms hondo y anterior
fundamento.
Y AS, YA NADA EXTRAO, que an despus de cien aos del destierro de los Jesuitas
por Carlos III, llegando el apstol Brochero con su celo ardoroso hasta las ms apartadas
zonas, removiera las cenizas que albergaban en su rescoldo las brasas del fuego de la
religiosidad.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 8


BROCHERO
Esas brasas se manifestaron pronto en llamaradas vivas de entusiasmo al estrenarse
en 1877 la Casa de Ejercicios del seor Brochero en Villa del Trnsito. A ella acudieron hasta
700 hombres para participar del Retiro, en la primera tanda. Prendi el entusiasmo y fervor
entre los paisanos de los puestos ms retirados de los departamentos, y en nmero de 900
hombres se presentaron para la ltima tanda.
Desde esa poca, el viejito Tobares de la Cinaga encabez cada ao una cabalgata de
hombres de la zona, para tomar parte de los Ejercicios del Trnsito. Se pona el anciano
delante de todos, llevando sobre el animal una antigua imagencita de San Ignacio. Seguanle
siempre ms de un centenar de hombres hacindole escolta. As hacan su camino hasta la
Casa de Ejercicios. En tres das de jornada hacan el recorrido.
Aquellas muchas imagencitas antiguas de San Ignacio y de los Santos de la Compaa
an el Novicio San Estanislao, que en hogares serranos se conservan, son pruebas de la
religiosidad e instruccin y devociones que los Jesuitas les legaron. El canto del "ALABADO" en
tono sentimental y criollo y el del "PADRE NUESTRO" es antiqusimo y de origen jesutico.

CONCLUSIN
Todo cuanto hasta aqu he expresado, no mengua en nada el valor del apostolado de
Brochero y de su insigne Obra espiritual realizada. Al contrario, la encumbra y al mismo
celoso y sacrificado apstol lo enaltece. Pues, se sirvi de la religiosidad latente de los
serranos para por medio de los Ejercicios llevar a centenares y miles de sus feligreses a servir
a Dios hasta con perfeccin. Digno ello del sincero amador de Jesucristo y sus almas, y del fiel
seguidor del espritu de San Ignacio. La OBRA de Brochero en los departamentos serranos fue
en realidad regeneradora y slidamente duradera.

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MISIN en RUMI - YACO


Terminada la Semana Santa, part para misionar en RUMI-YACO. Est ese lugar lejano
entre los lmites de las tres parroquias de Serresuela, Soto y San Carlos Minas, Jams ah se
mision desde la poca de Brochero. Los habitantes de la zona, siempre se sintieron como
olvidados.
Desde TUCLAME va el coche subiendo unos veinte kilmetros por entre lomas, hasta
cerca de. las alturas y picachos del altsimo Tozno. Son frondosidades impresionantes las de
aquellas lomas de serranas, tupidas de algarrobos, quebrachos y matorrales. Esa zona si no
estuviera tan alejada resultara deliciosa para los cazadores, pues es lugar de chuas, zorros y
leones pumas. Aunque tambin se hace sentir duramente la puna.
Cerca del Tozno se deja el camino y se entran unos senderos anchos para unas
barrancas y quebradas. A esa. frondosa hondonada se llama el RUMI-YACO. En ese lugar
aparecen tres casas y una escuela. Pasada la quebrada y barrancas est una gran casa de
paredes de piedra con dos amplias habitaciones, donde, donde puse la capilla y se mision.
A las noches principalmente se oyen explosiones subterrneas con algunos temblores.
Es paraje volcnico. El paisaje es fantstico, pero lo de la puna me hizo sufrir bastante. Se me
aadieron recios calambres en piernas y msculos que a la noche me impedan reposar.
A pesar de eso tuve el consuelo al otro da de la llegada, el Domingo, de admirar en ese
escondite del desierto a infinidad de hombres que, llegaron de a caballo. Mujeres y nios
muchsimos. Hubo ya 39 Comuniones.
Fuera de un gran rancho a unas cuadras, los que ms cerca habitaban, era a tres
kilmetros. Pero se venan de mucho ms lejos. De a 5, de a 7, 9 y 11 kilmetros, y hasta de
las Pichanas que se hallan a 22. Emocionaba contemplar bajar por las lomas a ancianos hasta
de ms de 80 aos y chicos y mozas seoritas. Los ms llegaban caminando. Algunos en
cabalgaduras y barritas.
Fuera de unos pocos que poseen algunos animales y majada de cabras, todos son'
pobrsimos. Con decir que en el recorrido que hice de bendecir hogares, hall que: el que
llevaba las car tas de a caballo hasta el TOZNO, con ser guapo hachador y siempre trabajar,

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 9


en su ranchito tena para su esposa y tres hijos slo un tarro vaco de duraznos al natural, que
le serva de olla 'para hacer su comida. Ni usaban all platos sino unas latas vacas, ni de
palangana para lavarse. Cada da sus dos nias grandes se venan casi descalcitas por la
barranca caminando hasta la escuela, recorriendo 7 kilmetros, con slo tomar al salir de
casa un mate cocido sin pan. As se volvan. El caballo de que el joven esposo se serva, era
prestado. Ni eso posea.
Son aquella gente tan religiosa como pobre. Con decir: que as se levantan, despus de
unas oraciones, rezan todos el santo Rosario. Y a la noche antes de acostarse, rezan otro
Rosario.
Son por all los jvenes aun casaderos, honestsimos y puros. Las mozas honestas,
recatadas y sencillas. Verdadero vergel de lirios y azucenas. Pero en los cuerpos tienen
facciones y miembros bien formados y hermosos. Sus ojos son grandes, expresivos y lindos.
As tambin los de los nios y nias inocentemente sencillos. Eso s toda aquella gente es
llana y sin pretensiones. A pesar de tanta hermosura y bondad natural, conocen claro y se
sienten olvidados. La zona se halla muy aislada. Las mujeres honestas y trabajadoras.
Los hombres cuidan hacienda ajena y los escasos animalitos que poseen. Trabajan
adems en hachar. Mas ganan muy poco. Ah vi cumplido lo que expresaba San Ligorio:
"Entonces sern buenas las mujeres, cuando hayamos convertido a los hombres, y sean ellos
buenos".
Son aquellos hombres modelos de hogares pobres. Por ello la esposa e hijos toman el
buen camino y siguen el ejemplo de su padre. Cuando andaba, yo en lo de la obra de
Ejercicios del seor Brochero, de esa zona y el RUMI-YACO se venan hasta de a 25 kilmetros
de a caballo hasta la Higuera. Desde ah los alzaba en un mnibus, en que caban sentados 62
y los llevaba a los Ejercicios. Se reunan por aquellos aos en alguna tanda hasta ms de 400
hombres. Muy muchos procedan de la zona aludida: el RUMI-YACO. Estos hombres repetan a
los hijos algunas instrucciones odas en el Retiro y las enseaban inculcando la sincera
piedad. Llevaban libros de buenas lecturas y devociones a su hogar. Acostumbraron a
descubrirse ante el sacerdote y besarle la mano por saludo. Tales costumbres an perduran
en todos.
En todo el tiempo que estuve en RUMI-Yaco siempre encontr llena la capilla y hasta
paisanos parados desde la puerta hasta debajo de los naranjos. En mes y medio de misin,
hubo all 1.349
Comuniones. Hube de Confirmar. Los padrinos todos confesaron y Comulgaron, pues
queran recibir tambin la gracia del Espritu Santo. Casi todos los confirmados fueron jvenes
varones de
16 y ms aos y mozas hasta de 20. Una casada se confirm. Los pequeos, slo los que
prepar para la santa Comunin. Fueron los confirmados cincuenta y uno.

HOMBRES GAUCHOS PERO PIADOSOS


Ni se crea que aquellos hombres tan a lo gaucho y esbeltos, se dejen llevar de respetos
humanos. Son valerosos para mostrarse religiosos en pblico.
Les anunci en qu Domingo tendramos el Va Crucis, Llev en 2 bolsones las 14
capillas de los pasos de la pasin hasta el del santo entierro. Cada estandarte contiene el
paso en colores.
Me emocion en el da anunciado, al ver tantos hombres y an ancianos que se vinieron
de a caballo para asistir a ese acto de piedad. Todos en traje de gala y sonando sus mejores
espuelas antiguas, calzados de altas botas.
Catorce llevaron las capillas estandartes. Los otros acompaaban y todos con
recogimiento de retiro de Ejercicios rezaban con voz entonada, sin respetos algunos. Las
mujeres, jvenes y chicos, acompaaron. Ah acude la gente para sinceramente rezar. Jams
se ve lo que en ciudades, en las que con frecuencia contemplamos que se asiste a funerales
slo por respeto a cumplir con la amistad. Son all los hombres los que delante de la esposa e
hijos besan primeros la mano al sacerdote, confiesan y comulgan.
Un vecino del RUMI-YACO adems de su rancho posea otra casita en el bajo, donde
cultivaba el algodn y zapallos. El joven mayor del hogar les atenda aquella posesin. Ya al
mes les

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 10


requiri a sus padres, que lo dejaran venirse hasta RUMI-YACO a confesarse y or Misa y
Comulgar. Hubo de irse el hermano a cuidar en el bajo y el mozo gozoso se lleg de a caballo
hasta la capilla. Ah oy Misa y Comulg durante varios das.
Parece que la religin y sus prcticas les llenan el corazn. Ni se cansan en la Misa que
se les celebre con sosiego, con oraciones y cantos. Si se celebraban dos, los que oyeron la
primera ah quedaban gozando de la otra. Cuntas veces pens all, que ms bien me estaban
haciendo aquellos paisanitos a m, que yo a ellos!

PEDRITO
Las mujeres diligentes en sus quehaceres y muy del hogar. Con mucha familia. Una de
ellas ha tenido 20 hijos. Casi todos le viven. Esa buena mujer sigue yendo cada ao a los
Ejercicios de Brochero. En das de fiesta sola bajar desde Rodeo el grande, 9 kilmetros
caminando con los hijos. El padre lo haca de a caballo.
Cierto da despus de la Misa y acto de la maana, se me acerc otra mujer, que hace
aos conoc en Ejercicios. Entonces era joven soltera. Ahora ya casada qued viuda.
Me refiere con sencillez la historia de su chiquito Pedrito de nueve aos. Qued viuda,
me dijo, con el varoncito y dos chicas mayorcitas. Cuando falleci el esposo, mi Pedrito ya de
9 aos me haca las compras y cuidaba los animalitos. Tena hecha la primera Comunin.
Yendo de a caballo por unas breas resbal el animal. Mi Pedrito dio de cabeza. Parece
se le form adentro un tumor. Eran fuertes los dolores que senta en la cabeza y lleg a veces
a desmayarse. Pero nunca grit y slo lloraba. Lo llev a Crdoba al hospital de nios. Me
deca antes del viaje: "Mamita, los mdicos no me van a saber sanar. Nuestro Seor y la
Virgen quieren que yo sufra mucho y acompae a Jess* en su agona. La Virgen me llevara
pronto al cielo". Yo callaba. Lo cierto ha sido que tres veces le abrieron el crneo y sacaban
como tumorcitos. Pero el mal segua en mi Pedrito. Cuando le apuraba el dolor, tomaba el
Cristito que tena cerca sobre la almohada y lo besaba. Lo apretaba abrazndolo al pecho. En
silencio le le caan las lgrimas. Cada da recibi, la santa Comunin. Nunca jams se quej.
Yo creo que es santito. Siempre me repeta: El Seor me dice, que quiere que sufra. La
Virgen me lleva pronto. Mamita: Desde el cielo la voy a ayudar. Acercaba su carita, que arda,
a la ma. Me besaba entonces y volva a abrazarse a su pecho el santo Cristito. As un da
besando el Cristito qued como dormido. Creo que mi Pedrito est ya en los cielos. Yo me
encomiendo a l y le pido siempre que me ayude. Me ha acontecido que tuve que llevar las
dos chicas a Crdoba a ver si me las reciban en algn colegio de monjas y me las educaban.
Pero mi apuro era pensar cmo yo pobre podra pagar esa educacin. Peda a mi Pedrito que
me ayudara desde el cielo. Entr con las chicas a unas monjitas. La Superior a las vio y
examin. Yo le dije con ansia: cunto haba de pagar para que me las' enseen y eduquen?
Su respuesta fu, decirme sonriendo: Djelas aqu con confianza. Se las educaremos y
ensearemos. Vaya se tranquila, Usted no pagar nada.
Yo de ah me fui a una iglesia y di gracias a Dios y a mi Pedrito.

DOLORES LA TULLIDA
Siendo pequea Dolores se fue quedando en las piernas como secas y ya no pudo
caminar. Contrahecha, se acostumbr a andar a gatas, y con habilidad con una mano mueve
una pierna y la coloca adelante, y con la otra apoya en el suelo, y as echada anda hasta con
presteza.
Siempre fue muy querida por su bondad y religiosidad. Tuvo 5 hijas, mas el esposo la
dej. Tres hijas lindsimas, se le casaron, menos las dos menores que viven con ella. Pero es
pobrsima. Nada tiene sino laboriosidad. Teje alfombritas admirables. Dignas de exposicin. Se
hizo hacer un rancho grande con lo que ganaba. Vive a unos 12 kilmetros d el RUMI YACO.
Con frecuencia asista a la Misin. Las dos hijas venan caminando y ella sobre la burrita. Es
de verla, cmo se agarra a las soguitas que cifren al animal, y trepa y se asienta encima.
Enterneca verla entrar en la capilla arrastrndose aunque con habilidad. Yo le tena
siempre preparada una sillita baja en lugar preferente. Se entraba echada en el suelo y se
sentaba. La distingua dndole primero a ella la santa Comunin. Siempre que acuda
comulg.
Por ser tan pobre que nada tena la obsequi con dos bolsas de ropas y telas para
sbanas. Una de las bolsas para las hijas que con ella viven. Religiossima, en su casita se

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 11


rezan cada da los dos Rosarios. Tan sencilla es y de buen corazn, que al saber que yo me
haca la comida y precisaba carne: se present un da con dos kilos de ella. Como conoca yo
que careca ella de animales, le pregunt dnde haba ido a comprarla? Me confes que a un
viejo a 15 kilmetros quien carne.
Le hice juicio ante los que all estaban y por parecer de todos le devolv la carne
aquella y le regal la que otros vecinos me haban trado.
Es tradicin all, que descienden los del RUMI-YACO de una tribu de quchuas. Que los
Padres jesutas los evangelizaron e instruyeron muy bien y los hicieron muy religiosos. Que les
enseaban a ser comedidos y practicar la caridad mutua. As en realidad son all. Son pero
muy atentos y serviciales.
Otra mujer para ayudarme mat un pavo que posea. Qued con medio para la familia.
A m me envi por medio de una nia que asista a la escuela, la otra mitad. Cre se sentira si
se lo; devolva. Pero lo cocin y llev a una familia que tena aquel da necesidad.
Encargndoles no llegara a saber la pobre del regalo, que eran otros los que lo haban comido.
As seguira refiriendo de quienes de muy lejos se venan trayndome una botellita de
miel, una gallina ya preparada, unas naranjas. Un viejito de a 15 kilmetros me remiti dos
gallinas vivas por medio del chico que acuda a la escuela. Se las devolv con el mismo chico,
obsequindolo de mi parte con telas y ropas. Supe que el viejito reprendi al chico que se
volviera a casa con las aves.

VIEJOS Y ENFERMOS
La fiesta de la Comunin de los chicos tuvo una segunda parte muy simptica. Les di
a todos, juguetes y libros de cuentos conforme al nmero de las asistencias. Jams haban
visto juguetes ni libros decorados en colores ni posedo una pelota.
Poco a poco haba vestido a los ms, y en ese da di a todos telas blancas para
guardapolvo y a muchos frazadas. Contentsimos partieron en aquel da de su Comunin.
Aquellos chicos son inteligentes para aprender, y gustan de or, escuchando
atentsimos. Los rezos todos y explicaciones me los saban a las mil maravillas. Mas despus
de esa fiesta, me dediqu a recorrer los ranchos donde haba viejitos o impedidos. Les dejaba
ropitas y telas.
En esas visitas era sabrossimo or hablar a las viejitas en su sencillez. Una me refiri
del nietito, que sola acompaarme a las casas, como gua: que cuando el chiquito sufri del
mal de "Pata Cabra", que estaba por morir pero que con paciencia ella lo fue curando con el
caldito de la mazamorra.
Aadi entonces la hermana mayor del chico, que ste tena en la espaldita marcada
la patita de la cabra, y junto al hueso de atrs del cuello, se le vea ya rojita la pezua de la
cabra, que le apuntaba.

EL MANCO CIRILO
Cirilo es un joven que siempre se muestra alegre. No tiene manos. Cuando niito lo
dej su madre en el cajoncito y fuese al campito cercano a sacar maz. Mientras, un chancho
entr y se le comi las manitas al chiquito.
El joven Cirilo aprendi despus a valerse sin ellas. Con los dos extremos de las
muecas y el trozo de hueso saliente que le quedan en ellas se sirve como de una mano. As
toma el sombrero y se lo pone. Apareja al caballo y subido, toma las riendas. Aprendi a
manejar el cuchillo largo de monte y hachar.
Lo he visto en el da de la procesin a la Virgen, que entre los dos extremos de los
brazos sostena una de las varas de las andas de la Virgen de Ftima. Me enterneci su
piedad. Cirilo vive muy lejos y cuida de sus dos padres ya ancianos. Viven de limosna. Pero
recogieron a una nia y la ha preparado para la comunin. Es religiossimo y siempre sonre
contento y jams muestra queja por la desgracia que le sobrevino.

FIESTA Y REGOCIJO
En el Domingo, en que obsequi con "Magia o Brujeras", como aquella gente deca, se
llen de hombres venidos aun de las PICHANAS de a 22 kilmetros.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 12


Terminadas todas las pruebas de ilusionismo, aun la de la caja vaca en que aparece y
desaparece una calavera; los orden para sacarles una foto. Los hombres buscaban a los
chicos y seoras para salir juntos. Uno tena al chiquito levantndolo.
Con seriedad sin igual estando yo subido sobre una silla, apret el botn en la mquina
y sali volando un culebrn de pao verdoso de a tres metros. Vino a caer sobre los jvenes.
Sorprendidos se corrieron de un lado para el otro. Pero advirtiendo en la broma les sobrevino
la risa. Fue el nmero ms sabroso y sonado, y del que ms gustaron: que el misionero as lo
hubiera bromeado.
En das no cesaron los comentarios y risas por aquella zona. Al otro Domingo se tuvo
teatro de Tteres, terminada la Misa y acto de la maana.

LOS GUARDAPOLVOS
Estaba atareado cargando las cosas todas en el furgoncito Ford A, para irme al
CINAGO del CENTRO DE GUASAPAMPA; cuando me llamaron con apuro de la escuela.
Queran despedirme. Hube de acudir unos minutos.
Con sorpresa aparecieron todos los chicos vestidos con los trajes que les di y sobre el
traje su guardapolvo blanco. Los haban confeccionado de las telas que les regal. La maestra
ms joven a muchos les haba hecho el cortado y aun el cosido del guardapolvo.
Martn el chico ms agraciado en ropas y telas tena en sus manos un rollo de
cartulina. Ese chico ya de 13 aos pero quizs ms sencillo e inocente, es tambin el ms
pobre. Rubiecito es de muy buen parecer. La seora directora pronunci unas palabras de
agradecimiento al misionero. Les dije entonces sinceramente: que el bienhechor no era yo ni
mereca aquel pergamino; que el que les dio todas aquellas preciosas telas, era un seor, que
hace aos me enva fardos de ellas para ayudarme en las misiones. Que ese pergamino se lo
pasar a l con el agradecimiento de todos y el mo, y todas nuestras oraciones, Misas y
Comuniones. Se lo merece ese seor, sincero catlico que hasta all lejos dilata su caridad. Y
ese es siempre el regalo ms apreciado por todos los pobres de las zonas que recorro: SUS
TELAS. El pergamino de agradecimiento iba con las firmas de todos los chicos y el
ofrecimiento de "oraciones y actos de virtud".
As termin, dijo la Directora al chico Martn: Dle al Padre ese rollito de
agradecimiento. El chico se acerc con cierta timidez y me lo entreg. Dle ahora un besito al
misionero, le aadi. El chico no acertaba a hacerlo. Yo entonces se lo di con caricias. Dselo
t, insisti la Directora. Martn indeciso acerc por fin su rostro. Y retirado otra vez, hizo
entonces un sonido fuerte con los labios.
Al ver no saba besar le dije: Martn no das besos a tu mam? Acerc Martn sus labios
a mi odo y dijo bajito: "Nunca". Pero ella a ti te da besos?, le dije. Ms fuerte y que todos
oyeron respondi: Nunca; nunca! Pero s la quieres, digo. S la quiero!
Bajaron los ojos las dos maestras conmovidas; y todos los chicos miraban a Martn con
compasin. Nunca su madre le daba besos... nunca reciba caricias de su madre! Supe
despus que aquella mujer pobrsima estaba trastornada. Tiene Martn otros hermanos
mayores quienes todos vinieron a confesarse y comulgar. Son todos buenos como Martn. A su
hermana mayor le di una bolsa de ropas y varios pares de zapatos nuevos. Esos grandes
cuidan de su madre. Pobres hasta la miseria viven a unos 11 kilmetros. Recorrido que hace
Martn dos veces al da de a caballo.
Antes de partir tres hombres me ayudaron a dejar las arboledas y frutales regados. Al
irme me abrazaron y besaron. Se echaron a llorar.
En forma aquellos del RUMI - YACO, tan pobres y tan hijos de Dios me ganaron el
corazn, que les promet que antes de terminar el ao les comprara la posesin y casas
donde mision y la convertira en capilla.
Tiene la casa de paredes de piedra dos piezas junto a lo largo. Unindolas por un arco,
tendr de largo la capilla 15 metros. De ancho 6. Linda capilla abriendo ventanas y
decorndola. Cuenta cerca con otras 3 piezas pequeas. Con buen pozo de agua para el
riego. En aquel como vergel hay naranjos, y mandarinos con duraznos e infinidad de higueras.
Habl con el dueo de la posesin que vive en Soto, y por todo he de darle 100 mil
pesos. Las reformas y arreglos costarn otros 70 mil.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 13


Empec ya a reunir la plata. Y es mi sincera voluntad, que antes de empezar otra
ninguna misin, de ocuparme en realizar esa buena obra y tener terminada antes del fin de
ao la nueva CAPILLA, y entregarla a mis queridos pobres del RUMI - YACO.

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TRES MESES DE MISIN POR EL CINEGO DE GUASAPAMPA

Recorrido ya el valle todo de GUASAPAMPA, cortando hacia la izquierda por camino un


tanto angosto, que desemboca en barrancas-y arroyo estrecho; se llega por fin al rido
"Cinego". All entre breas y piedras sueltas, aparecen unos ranchos grandes y alargados
con sus techos de paja brava y abiertas galeras. Abundan los matorrales de jarilla. Las aguas
son de pozo, saladas.
Mas al transitar por el camino que ah nos lleva, se advierte en bosques tupidos de
rboles garabatos, entreverados con unos pocos algarrobos. No es el rbol garabato de vista
alindada y escogida. Por su color terroso y casi sin hojas y unos espinos alargados que se
retuercen, tiene cierto aire y aspecto feo y poco atractivo. Al incauto, que alarga su brazo
metindolo entre las ramas para alcanzar alguna de sus ralas florecitas, queda como
apresado por aquellos retorcidos salientes espinosos.
Quin dijera, que en el solitario y austero bosque se halla lo ms encantador y alindado
de toda la zona de GUASAPAMPA! All anidan infinidad de los llamados pjaros cardenales
amarillos del copetn rojo. Revolotean los picaflores de cola larga, con multitud de (las
palomitas blancas de la Virgen. Hasta por los claros del camina se ve en lo alto del cielo a la
ALONDRA, que en medio de su vuelo, en que queda como esttica, larga su canto de trinos,
para volverse a bajar con rapidez e internarse de nuevo en el bosque espeso. El eco de
arrullos y gemidos de la paloma torcaz rompe el montono silencio. Cunta hermosura y
belleza entre lo que parece austero y aun feo!
As tambin, entre los harapos y aun miseria de muchos de los que habitan en el extenso
Cinego, se descubren almas hermossimas y alindadas por virtudes finas y heroicas, que slo
Dios justo e infinito, que penetra lo que es verdadera-mente apreciable, sabe valorar.

PARTE PRIMERA
"Doa Teodosia"
Debe de habitar cerquita del Cinago. A pocos das de llegado a la zona, me encamin al
rancho por m conocido de las hijas de doa Teodosia.
Esa mujer singular ya finada, fue clebre por sus dichos sentenciosos entre los de la
regin. Era sencilla e inteligente, y sus palabras eran odas como orculos. Se la escuchaba
con gusto y en su rusticidad y sencillez, se apreciaban siempre el sentido moral y cristiano
que reflejaban sus aserciones.

Cierto da hablaba sobre los peligros que nos ofreceran los rusos gente, deca, de muy
poca religin y as de muy poca conciencia. Son de mucho orgullo, aada; y yo me temo que
algn da despechados por no poderse apoderar de la luna, por no tener ni religin ni
conciencia, ya en su locura la vayan a caonear y la hagan trozos. Y como dicen que es tan
grande, nos caiga esos pedazos, que no aplaste a todos y paguemos justos por pecadores
Pues esa mujer soltera y honestsima, era tambin religiosa muy y llena de singular
caridad. Aunque sin grandes posesiones sino la de terrenitos con algunas cabras y vacas,
recogi a tres nias hurfanas y a su modo en todo proceder. Por llamarse doa Teodosia
Mura, se apellidan ellas "Las Mura". Al morir doa Teodosia, habiendo recibido durante
varios das la comunin, que yo le llevaba y puesto al cuello un gran Rosario, les leg hijas,
adems de la recta educacin, todo cuanto ella tena.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 14


Las tres pobres mujeres poco a poco han venido a comerlo todo, quedando nada. Slo
poseen ahora la virtud de la laboriosidad y el corazn lleno cristiana, como su madre
Teodosia.
Hace poco que aunque pobrsimas han recogido a un chiquito de de otra mujer ms
pobre que ellas, que vive en el Ischiguasi, o sea, en el corazn de las sierras.

La ollita y el chiquito
De dos aos ac que apenas ha llovido. Todo ha quedado como reseco y agostado. Los
habitantes se ven privados hasta de un poquito de maz. La ms edad, vi que llevaba por
vestido unas ropitas que se deshilaban. Alta y seca con el rostro de sufrimiento y hambre, es
la que hace de madre de las ms jvenes la que suele llevar en brazos al chiquito recogido.
Sabe Dios cunto afanar para alimentar a esa criaturita!
Es el chiquito lindo y tostadito. Sus ojitos negros y brillosos como dos aceitunitas
riojanas.
Esa Mura mayor se vino a verme trayendo en brazos al chiquito, parece que ese da no
tenan en ese da qu comer.. Era medio da y iba yo con una ollita para limpiarla. Al
saludarme, extenda el brazo derecho al chiquito para tomrselo. Pero l se retir
abrazndose a la Mura. Alc entqnces la mano e la ollita, y mostrndosela se la hice sonar.
El chiquito sonri y alarga los bracitos se ech en los mos. Junt su carita a la ma y repeta:
"OLLITA...
Dej la ollita en el suelo; entregu al chico y entr en la pieza. Cort un buen trozo de
pan y lo unt con miel, que me haba obsequiado una viejita.
Se la acerqu al chiquito y tomndolo pareca devorar con ansias la
Miel. Pronto termin. Me present el pancito ya limpio y otra vez le puse
miel; y otra vez el chico la pas toda. Me present de nuevo el pan. Qu hambre deba
traer la criaturita! Se vino a mis brazos y junt de nuevo su ma, apretndose.
Me pareca sentir el calorcito de la carita de Jess Nio, y que pobre que me lo trajo era
la Virgen Mara.
Un verso que compuse y remit a un muy rico, pidindole limosna se me vena a la
fantasa:

"Entre rosas y claveles


Un nardo fragante vi;
Y se lo escogi la Virgen
Para su hermoso jardn.
Ese nardo tan precioso
El ALMA del pobre es;
Mas si el POBRE es un CHIQUITO,
JESUSITO viene a ser".

Qu devocin y ternura me daba sentir el calorcito de la carita de aquel Jesusito en la


ma! Tuve miedo que la mucha miel le sentara ms al chiquito de los ojitos de aceitunas
negras, y a l y a la Mura, les di lo que me guardaba yo para la cena. A ella la obsequi con
vestidos. Le entregu ropitas para el chiquito y calzadito.
Mrtires
Fui al otro da al rancho muy largo y encalado en lo ms alto del Cinego. De all bajaba
una chica muy delgadita y sin color y a poco se desmayaba. Para su desayuno slo tomaba un
poco de (mate cocido sin pan y sin azcar. All vi a sus hermanos. Son la ltima expresin del
ser humano. Cada chico se parece a una cerilla. Tan raquticos y flaquitos y sin carnes
aparecen.
Su madre estaba enferma. All en aquel rancho slo haba un catre y sobre l unas
pielitas. La madre dorma en medio; y de un lado con ella las dos chicas ya de ms de 16
aos. Del otro lado se acomodaban, apretndose los dos chicos varones.
Carecan de frazadas. Alcanc a darles tres. Me encargu de pasarles limosnas para que
se trajeran del almacn qu comer. Ella, la madre, caminaba renga, arrastrando una pierna
paralizada. Reseca, amarilla, pona compasin. Los chicos raquticos como asonsaditos. Las
nias delgadsimas ms despiertas.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 15


Su vida era la de mrtires verdaderos. Su conducta limpia y santa. Tenan padre. Ese
seor monstruo en lo humano, en 18 aos de casado no les aport nunca nada. Cuanto
ganaba era para beber.
Si alguna vez vena al rancho a dormir era de beodo. Con frecuencia se presentaba
garrote en mano y a gritos los apaleaba. Huan entonces al bosque donde permanecan
escondidas aun toda la noche, hasta que advertan se haba desaparecido el padre.
La madre lavaba ropas, que le buscaba la chica mayor. La otra serva por casas vecinas.
Los nios varones iban a la escuela. Esa era su vida.
Me propuse ayudarlos y en todo el tiempo de los meses que he pasado en la zona, nada
les ha faltado. Tambin los vest. A la madre la confes y comulgu en su casa.
Conmovida esa mujer y agradecida me ha querido hacer un obsequio. Tena en un
cajoncito, hecha ya trozos, una imagen pequea de la Virgen Mara. La historia de la imagen
me interes.
Los padres jesuitas de la Reduccin de la Candelaria llegaban sobre mua hasta ese lugar
del Cinego de GUASAPAMPA. A los antepasados de la casa les trajeron una imagen de la
Virgen sin mancilla o Inmaculada. Fue la imagen que los pobladores del lugar tuvieron como a
madre y protectora. Pero con el trascurso de los aos y despoblndose la zona, la imagen se
fue deteriorando y rompiendo. La recib de manos de la seora, que me la obsequi, en varios
trozos. Los brazos estaban pegados con cera. El pelo lo tena rado. Llevaba corona de plata,
con cruz.
Junta las manitas ante el pecho. Es de vestir. A los pies de la Virgen aparecen labrados
en la misma madera, tres cabecitas de angelito con alitas. Es seal sta de ser antiqusima y
de pertenecer a los antiguos jesuitas. Las cabe-citas de angelito con alitas, a los pies de la
Virgen, son indicio y seal de antigedad y ser propias de las esculturas que labraron los
jesuitas antiguos. Es la imagen en madera dura y de una sola pieza. Le he recompuesto ya y
aadido el cabello negro y fino y vestido con el blanco y azul del manto. Queda lindsima. Los
ojos son labrados y pintados.
Don Ramn
No son los pocos hombre que habitan la zona, como el del rancho del alto. Al contrario.
Vino el viejo don Ramn a que le dijera Misa para sus padres finados. Tiene su rancho muy
lejos, a la par de las Cortaderas. Se present con la mujer vieja, y la hija casada que trajo a
las dos criaturas. Esos chiquitos siguen mucho al "agelo".
Don Ramn es la misma bondad e inocencia. Pero su aspecto y rostro pone miedo. Si
entrara en concurso de fealdad, se ganara el premio. Tostado el color y dientudo. Con bigotes
cados y ojos saltones.
Se le oye; y all entonces se entrev entre sus frases, el alma ingenua. Es tan pobre que
no tiene pero nada. En su rancho no se halla ni una gallina. No hay all sillas sino trozos de
tronco cortados. Nq posee ninguna cabra ni vaca. Apenas tiene qu comer ni aun vestir. Don
Ramn traa pantalones remendados con infinidad de trozos de telas.
Salud y fuerzas las tiene. Es muy guapo hachador. Se ocupa en hachar todo el ao desde
el clarear hasta cerca de la noche. No fuma, no bebe vino ni juega. Y a pesar de eso, es
pobrsimo. Al verlo tan rebueno e ingenuo, le preguntan: por qu .esa su mala suerte? Ser,
quizs, dice, que no he robado nunca ninguna cabra ni cosa ajena.
Otros veo que tienen.
Pero la razn de que siendo tan honrado y trabajador y a pesar de eso siempre anda
falto de plata, no est ah. Lo he averiguado. Es que los dueos de los camiones de la lea y
contratistas hachadores son de ciudad. Vienen de lejos hasta de Cruz del Eje y La Falda.
Observan ellos que don Ramn rio sabe leer ni aun firmar. No conoce lo que son cuentas ni
nmeros. Hasta ignora el valor y la nomenclatura de la moneda. Y aprovechndose de la
bondad de tan sencillo hombre y rstico trabajador, lo confunden engandolo en lo que gan
sin que caiga l en la cuenta. Por ello siempre lo que recibe de pago, nunca le alcanza para
las necesidades de la vida. En claro: lo roban con felona los que compadecindose lo
debieran proteger y ayudar con justicia, por ser el ms fiel y guapo trabajador de la zona.
En el rancho de don Ramn se reza a la maana el Rosario y se vuelve a rezar otra vez
antes de irse a dormir. Dicen los de aquel paraje haber odo de sus abuelos que los padres
que los civilizaron, a la maana reunan a los hombres y hacan que trajeran las palas e

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 16


instrumentos de labranza, haciendo el camino cantando a la Virgen o rezando el Rosario. De
vuelta del campo los acostumbraron tambin a rezar.
En aquel rancho de don Ramn no dudo asegurar, que jams entr el pecado venial
deliberado. Viven angelicalmente. Realmente que en la soledad del campo habita el Seor.
Anda muy cerquita de aquellos sencillos pobres! A don Ramn le di unos pantalones nuevos
con camisa y saco. A la viejita e hija y chiquitos otras ropas.
Del mismo* lugar vino una viejita trayendo a su nieto ya varoncito grande para que se lo
preparara y confesara. Me dijo al presentrmelo: "Este chico es an inocente. Por aqu, padre,
no tenemos nada. Ni siquiera hay con qu poder ofender a Dios. Este chico siempre ha vivido
slito conmigo. Los otros chicos que van a la escuela son parecidos a mi nieto".

PARTE SEGUNDA
"Viejitas donosas"

La viejita doa Mara se vena cada da con dos chicas, que cra y educa. Pero vive muy
lejos. Su rancho est all en el faldeo cerca del Ischiguasi. Trae a las chicas muy limpitas. Ya
han hecho la Comunin. Es pobrsima.
Por ello un da le pregunt, si alguna vez quedaban esas nias sin comer? Y
detenindose a reflexionar me contesta: No recuerdo que haya acontecido eso nunca. Porque
yo me prevengo y para que nunca falte a ellas, a veces yo paso sin comer. Qu fina caridad
la de la viejita!
Otra, doa Luisa, tiene en su casa a dos chicas que recogi de niitas. Son hurfanas.
Adems estn tambin con ella otros cinco chicos de su hijo casado. Recibe del hijo para
alimentar y vestir a las criaturas. Mas a aquella zona no siempre llegan a tiempo los envos.
Pues esa viejita previsora, tiene siempre guardada alguna bolsa del mistol que se
cosecha. Esa frutilla es de un rbol y llegada la madurez se cae o se la varea y cimbra a las
ramas y en paos puestos al pie del rbol se recoge. Se parece en el color rojizo y tamao, al
man ya desgranado. Es de gusto agradable y alimenta. Hasta los animalitos lo rebuscan y lo
comen.
Cuando doa Luisa no halla qu dar a tanto chico, les da entonces un buen puados de
los mistles y as los trae a los chicos gorditos.
Otra ya muy vieja doa Ramona, vive sola con una nietita. Es la nia crecida. Tan
pobremente viven que me confesaba, que a veces slo comen fideos hervidos con slo agua y
sal. ^
Ha estado en cama muy enferma. Pero supo un da que se carneaba lejos. All se fue
aun con fiebre, y ayud en todo, recibiendo en pago las achuras de la panza. Ese fue el
alimento para varios das. Al vecino que tiene una vaca le rog le diera un vaso de leche.
Doa Ramona no permite que la nietita vaya por as colocndose para ganar algo. Mira
por la moralidad de la nieta, que es alindadita. Ella vieja, va sola a ayudar en amasar el pan,
recoger lea, lavar, y as entre hambres y miseria, se desarrolla su vida de hogar.
Otra viejita, Carmen, con frecuencia se procura sangre de los que carnean, En un tarrito
la hierve entreverndole palitos de poleo con algo de sal. En su ranchita la come con los
chicos. Andan de buen color y gorditos.
Si es cierto que entre las viejitas del Cinego, que cran entenaditos y chicos, reina la
delicadeza en la caridad; as tambin lo es, que los chicos de aquella zona retornan con la
misma moneda del cario y amor a las agelitas.
Suelo en Crdoba ir a una fbrica de galletitas a pedir a los dueos de las que se rompen
o salen sin la presentacin que exige el pblico comprador. Me suelen esos buenos seores de
la fbrica llenar siempre una bolsa.
Ya en marcha la Misin, en las fiestas y domingos, reno a la tarde a los chicos y procuro
jueguen los varones a la pelota ftbol. A las nias les cedo una pelota grande y sogas para
que salten.
Terminado el juego y antes de despedirlos los hago sentar y les reparto de las galletitas.
Observ en el Cinego, que los nios varones educados por ancianita, no coman de las
galletitas que les daba. Las guardaban para entregrselas a la agela y que se las repartiera
entre los de la casa. De las nias, ya ms cariosas y de ms buen corazn, como mujer citas,

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 17


ninguna coma all. Las llevaban para repartirlas entre^ sus hermanitos. Qu gozo para los
del rancho verse con ese regalo!
Dichosos los seores dueos de la fbrica, que con su donacin de galletitas saben
hacer felices por unos ratos a los nios pobres serranos del Cinego y valle de GUASAPAMPA!

PARTE TERCERA
La gripe
El Seor se ha complacido este ao en probar a aquella apartada zona, ya en s
pobrsima. De dos aos que viene la seca. En todo ese tiempo apenas ha llovido. Hasta los
pozos de agua empezaron a secarse. Maz, apenas se cosech. As que la base del alimento
en aquellos parajes agrestes, que suele ser la mazamorra, no se ha gozado en este ao. El
maz que se coma era trado de otras regiones.
Y con eso empez a cundir la gripe. Haba rancho en que todos estaban con fiebre y en
cama. Lo ms de sentir era, que en las ms de las viviendas, slo haba ancianas y viejitos
con chicos y algunas mujeres. Las nias grandes se van a la ciudad a ocuparse como
sirvientas. Los hombres y jvenes ya mozos se alejan a trabajar en camiones, en los hornos y
caleras. Casi todas las minas del departamento se pararon. As las canteras. Los animales
vacunos y aun majadas se empobrecieron. Para conservar y atender una pocas cabras y
animales grandes, les bastan los que quedaron. Nada extrao, pues, que en muchas viviendas
slo se ve a alguna mujer o viejita con chicos.
Apret en forma la gripe, que se hubo de cerrar la escuela. Rancho en que todos estaban
en cama, Pero lo ms serio, que la gripe les ocasionaba dolores en la garganta y pecho e
impeda la respiracin. A todos les paralizaba los intestinos y no podan mover el vientre. El
remedio y alivio para este mal, son las enemas. Mas para toda la zona slo se hallaba un
aparato para esa finalidad. Estaba en la piecita a donde suele acudir el mdico del Estado una
vez a la semana por unos ratos.
'Para aliviarse en los ardores y dolor de garganta era difcil. Ni rebuscando se hallaba un
solo limn en toda la zona. Tampoco ni frutas ni verduras. Se han de traer de Soto o Cruz del
Eje.
Apuros
Hube de recorrer a la continua los hogares. En el ahogar de doa Luisa prodigu de mis
fondos para que le trajeran inyecciones. Estaba en lo ltimo. La nia mayor se iba de a
caballo a buscarlas hasta el lugar donde reside el mdico del Estado. A unas tres leguas. La
viejita se mejor. Todos los chicos sanaron.
Al rancho de doa Ramona hube de llevar la frazada ms grande de mi cama. Ella y la
nieta estaban con alta fiebre en una misma cama y slo tenan por abrigo las sbanas que les
obsequi. All les llevaba cuanto yo tena para hacerse la comida.
Logr recibir de Crdoba muy a tiempo unas verduras. Nos sirvieron para aliviarnos.
Hasta repart kerosene para alumbrarnos con farolitos. El Seor con todo no nos desampar.
Todos sanaron.
Como no tenamos a mano el aparato para enemas, les iba dando unos ts con boldo
hervido y pichanilla. Pona tambin en el hervido unas hojitas de jarilla, que contiene yodo. .
Maravillas
Y fue de admirar las maravillas que obr el Seor por medio de esos yuyos. Un viejito se
estuvo 14 das sin poder mover el vientre. Lo visit el mdico y ni purgas ni aun enemas le
obraron. Lo prepar y confes dndole la Comunin y la santa Uncin. Pero le hice preparar el
t con el hervido del boldo y la retamilla con jarilla. Al siguiente da del remedio larg todos
los males y a muy poco san perfectamente.
Otra enferma tullida, que tambin haca das estaba paralizada en los intestinos, la
confes y comulgu, dndole despus del prodigioso hervido de los yuyos. Al rato de tomar el
remedio de los yuyos, ya le obr. As fue en todos los que tomaron ese remedio. Les haca
tambin hervir el agua de la jarilla, dentro la pieza y evitaba el contagio. El vapor de la jarilla
desinfectaba el cuarto y evitaba la infeccin. Y no slo a los enfermos de gripe, si no aun a
otros males los sana esa composicin de yuyos. La de Moreta tena unos eczemas muy feos
con granulaciones que le reventaban. Andaba su rostro con manchones casi amoratados. Ni
sala de casa. Viaj a Crdoba y la vieran especialistas. Ha gastado muy mucho y siempre le

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 18


ha quedado el mal. Tom la preparacin en e hervido de los referidos yuyos y a los 15 das no
tena ni rastro de lo pasado. As sigue ahora sana y contenta.

Como no es del caso referir muchas y muy varias curaciones de hinchazones que
atribuan al corazn, vmitos incurables y otros achaques y eczemas con reumas, sigo con lo
de la GRIPE.
En uno de los ranchos se estaban en cama los 7 chicos Valenzuela y la madre
desamparada. En el de Olga haba 4 chicos y su madre enfermos. En otro rancho adems de
la gripe de todos los nios y madre, la 'hija mayor padeca de ataques epilpticos. Hice pedir
a Crdoba de las pastillas que previenen los ataques y se alivi la jovencita.
En la familia donde hay tres chicos muditos, todos estuvieron en cama. El Seor fue
visitando a todos con la prueba. Hasta hube de llegarme a la Playa donde se hallaba grave
por la gripe la viejita Ramona de Romero. Esta anciana es tres veces casada. Su aspecto
donoso, y ella muy hbil y hacendosa. Muy querida y respetada. Pero la gripe entr en su
rancho. A ella y al viejito esposo, los llevaron en camin hasta Soto. De ah dieron vuelta y los
trajeron de nuevo para morir. Son del bajo de Totoraguasi. Los subieron desde TOTORAGUASI
hasta la Playa a casa de uno de los hijos.
As tuve noticia de ello, los fui a ver. Confes a los dos. Era de tarde. Al otro da volv y
les di la santa Comunin y Uncin. He ah que a los dos das se levant ya sana la anciana.
Los resfros
Lo que ms acobarda en la zona del Cinego son los fros recios. Del fro se levantan de
dormir los nios, como entumecidos y viven enfermizos y asonsaditos. Mucho contribuye a su
poca salud su desnutricin. Raros son los que pueden tomar leche antes de irse a la escuela.
Los ms beben una taza de mate cocido sin pan ni azcar. Los abrigos y frazadas les
escasean.
A pesar de la falta de abrigos, se industrian para no sentir los fros en las heladas. Don
Elseo es un viejo de mucha edad. Slo tiene para dormir un catre de caizos. Un montoncito
de lana. Pues, esa lana la hila y deshila y as deshecha la pone en el catre y con ella se
envuelve, sin sacarse el vestido. Dice que aisla as del aire helado. Como las pvejas.
Otros usan lo que llaman por all entubarse. Extienden la colcha o sbana y si tienen
frazada y se la arrollan del extremo. Van dando vueltas y quedan ajustados y entubados. Se
hacen doblado en los pies y esconden por fin los brazos y manos en el tubo.
Hay quien tiene un hoyo grande en el suelo con paja. As haca una mujer pobre a sus
chicos, colocndolos en ese hueco pajizo.
Frutos espirituales
Lo cierto que en tres meses de 'misin, he venido a gastar esta vez, cerca de 50 mil
pesos. Visit, ayudando a 19 impedidos, a quienes confes y comulgu. Comuniones primeras
fueron 21. En el da de su fiesta comulgaron ms de 79 chicos. Son en suma: 1.740
Comuniones.
Repart ropas nuevas, que me obsequiaron de B, Aires, a los pobres como por valor de
300 mil pesos. A los nios de dos escuelas en todo los vest, incluso con guardapolvos. A
viejos pobres di pantalones y camisas nuevas. A muchos, calzados nuevos.
CONVERSIONES muchas. Viejo que desde que se cas no se haba confesado. En una de
las casas del Cinego se ejerca el esperitismo por una joven santiaguea. Con las hablas de
los finados, que finga la joven hablaban, trajo alborotada a toda la zona. Se ha reparado el
mal. Ella pues, y los dueos de la casa, se han confesado varias veces y comulgado.
Sorpresa
El Seor me regal con un gozo singular. De aos que atiendo a una anciana que padeca
de lepra. Por los eczemas y ceguera viva retirada y nunca sala. Le tui a obsequiar ropas y la
confes y comulgu. Es ella muy sufrida y de paz. Pero quise antes de volverme irla a
confesar de nuevo y darle la Comunin. Le quera pedir oraciones, que preciso, a esa alma
escogida de Dios.
Qued sorprendido al verla; observando que no se pareca a la enferma conocida. Haba
recobrado la vista. Me vea y caminaba sin tantear. Su color ya limpio y blanquecino de
anciana. Desaparecieron los tuberos y eczemas. Hermosa viejita.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 19


Espero edificar, agrandando lo que sirve de Oratorio en GUASAPAMPA, y la llevar a la
fiesta de la inauguracin.
Ruego a los que leen esta narracin
Tengo en GUASAPAMPA un Oratorio reducido para cuando paso a misionar. El tal Oratorio
consta de dos piezas, comunicadas por un arco. Pero slo tiene de largo 9 metros. En domingo
y fiestas he de celebrar en la galera.
Por all los vientos fros y fuertes nos congelan. Es intolerable celebrarles la Misa en tales
condiciones. Aun sin fondos he propuesto agrandar el Oratorio edificando a su continuacin
otro saloncito de 10 metros de largo. Sern unos 19 metros de capilla, y todos podremos estar
debajo de techo.
Paira su edificacin se precisan ms de 500 mil pesos. Empec ya a reunir de limosnas
esa cantidad. An no llegu a recibir, ni siquiera la mitad de lo que, se precisa. Y al fin de
enero empezar la obra.
PIDO pues a los que leen este escrito, que en bien de los pobres de GUASA-PAMPA nos
quieran favorecer con su limosna. El Seor retribuidor les retornar con prosperidad y
bendiciones a cuantos nos compadezcan y nos ayuden. AQUELLA OBRA DE CARIDAD no nos la
alabarn los que viven en ciudad. Slo en aquellas soledades la estar siempre contemplando
Dios, y SE COMPLACERA. All sus hijos escogidos, rogarn por nosotros. ESO NOS BASTE!

ANTONIO AZNAR, S. J.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani.

Cartas del Padre Antonio Aznar al Padre Leonardo Castellani. 20

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