Cartas Misioneras Del Padre Aznar
Cartas Misioneras Del Padre Aznar
Cartas Misioneras Del Padre Aznar
El problema consiste en que la religin que tenan los indios se la hemos quitado; y la
religin nuestra no se la hemos dado; y lo que es ms grave, no podemos drsela, porque es
una religin abstracta, evolucionada, individualista y refinada y estos tienen mentalidad
primitiva.
Ensele su excelencia a los 900 mozos del 17 de infantera esta primera pregunta del
catecismo nico de la Republica Argentina: Dios Nuestro Seor, es el Ser ms excelente y
admirable que se puede decir o pensar, infinitamente sabio, bueno, poderoso, justo, principio
y fin de todas las cosas. Y, puede ser que la retengan de memoria por unos das los mas
duchos, pero puede su excelencia estar seguro que en punto a religin se han quedado
enteramente igual que antes.
Suerte de la Virgen del Valle! !Suerte, la ciega y apasionada adhesin de esta raza tan
amable y tan abandonada al tradicional culto a la Madre del Dios Humanado, que recogen en
su niez como el ltimo hilo que los sujeta a la religin cristiana y al sentimiento patrio! Hilo
de oro, pero que puede romperse, si no se le aade el hilo de acero de la completa educacin
religiosa. Y si se rompe, el chicotazo ser bravsimo.
La nica solucin es el aumento de sacerdotes y la vuelta a los mtodos antiguos
misioneros. La evangelizacin de la Argentina ha sido interrumpida tres veces: por la
expulsin de los jesuitas en 1769, por la clausura de los seminarios por Rivadavia en 1826 y
por las leyes laicas de 1880. Hay que retomar el tejido en las tres partes donde fue
desgarrado, como un poncho hecho a pala. Cuando dije aumento de sacerdotes no quera
aludir solamente a la cantidad, aunque esta tambin sin duda es necesaria; quera decir ms
bien aumento de sacerdocio. Hay que mandar misioneros que se queden un mes o tres meses
o diez meses en cada pueblito chico de las costas del Velazco, con todos los gastos pagos por
las grandes ciudades. Hay que unir el oficio de maestro normal junto al de capelln en los
pueblitos pobres con capillas todos la tienen !y que capilla a veces! que no podran
sostener un prroco. Hay que dejar a un lado la religin palabrera y abstracta y bajar a la
religiosidad instintiva de ellos para informarla paulatinamente con la moral y el dogma, como
hace el padre Aznar en Crdoba. Que hagan procesiones con tambor y quena, que veneren
sus muertos, que dancen danzas sagradas, que reverencien sus nios alcaldes y sus viejas
imgenes, que se vistan de blanco o de purpura, que hagan de rodillas el camino de la cruz,
que canten con guitarra cantares teolgicos, que se expresen con sus medios propios,
velando por limpiar eso de todo lo que sea indecencia, supersticin o a ello tienda. Esto
hicieron los jesuitas con los guaranes y el resultado fue admirable, aunque trunco.
Convierta a los indios, mi presidente campesino, sin excluir los indios blancos de las
grandes ciudades, que son los peores de todos.
Semblanzas Misioneras:
La Huella del Cura Brochero (publicadas en la Revista Jauja, nmeros varios)
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LOS RANCHITOS
Haba empezado ya la recorrida de los ranchitos, bendicindolos. Advert uno muy
pintoresco. Imagnese sobre una lomita de palmas un rancho compuesto de tronquitos de
palmas silvestres. Slo ajuntados unos a otros sin pulirlos; y as, con resquicios las paredes
del rancho. Los techos de palmas tambin y por puerta unas ramas de espi-nillos. El fro
arreciaba. All alcanza a 12? bajo cero.
Pareciera que el potico rancho de palmas sera albergue de cabritos. Pues viva all
una viejita con 5 chicos y 3 perros. La madre se hallaba cosechando e! maz en zona lejana. El
padre trabajaba en canteras cerca de Soto.
Ni en desgracia de perder un ojo o una pierna, o brazos, ni la vida en los trabajos de
canteras y hornos, existe por all ninguna indemnizacin. Y los jornales son de 100 pesos!
Para otros dichosos de 150...; y los que mucho ganan 250 pesos, aun siendo camioneros o
mecnicos en las minas de cal. Impresiona ver a un hombre sin el ojo derecho, ni brazo hasta
el hombro. Otro ciego. Otros contrahechos por efecto del trabajo en las minas y hornos.
Cerca de donde tena yo la piecita, viva en un ranchito una pobre mujer con 5 hijos, el
mayor, de 14 aos, le ganaba a veces 50 pesos en cargar la bosta de los corrales hasta un
gran camin de carga. Y no siempre tena esa ayuda. El padre haba sido un buen hachero y
guapo para las minas. Un da el tiro del cartucho le llev mano y brazo derecho. As ha
quedado manco. El pobre hombre no halla dnde ocuparse. La esposa suele irse con el
chiquito y ayuda a vecinas, que compasivas la ocupan en plancharles ropas y llevar as algn
DON LUIS
Don Luis es un vecino ya canoso, de bastante edad y que ha soportado dos
operaciones. El no precisa para s, pues posee campos y animalitos. Cierto que no es rico y
anda con bastantes achaques y dolencias. A veces se pone a trabajar de pen en cosechas de
maz y aun cercos. Advert que se enfermaba con eso. El me dijo el por qu de su trabajar as
y ganar unos jornales.
A unos 3 kilmetros viven dos viejitos, ya en el faldeo. Ella es cieguita y el viejo su
hermano imposibilitado. Lo que gana don Luis lo pasa ntegro a esos dos desvalidos ancianos,
en su ayuda.
Yo procur imitarlo. Mas un da le dije: Hay ciudades en que se propone un premio al
que con ms esmero y herosmo practica la caridad. En estas soledades nadie siquiera conoce
el bien que hacemos!"
Don Luis me mir entonces como con asombro y me dice: "Pero lo ve mi Dios. Y basta.
S que El se agrada!" fueron sus frases.
Baj los ojos y dije en mi corazn: Gracias, Seor, por haberme trado hasta aqu para
que yo sacerdote aprenda siquiera a ser buen cristiano.
Lo he visto yo, que don Luis se va caminando hasta donde viven retirados esos
ancianitos, y all les lleva sus ganancias y con ellas el aliento y delicadezas de su corazn.
No son los de aquella zona desidiosos. Hasta los chicos cuando se ven libres de la
escuela como en las fiestas, se emplean con sus hermanos mayores en recorrer de a caballo
los cercos e irlos reparando. Y son chicos que ni siquiera gozan de un poco de leche. Dignos
de toda compasin y amor. Por all todos trabajan y mucho. Y a pesar de mostrarse tan
hacendosos, nunca salen de las penalidades de la pobreza.
LA MISIN EN TOTORAGUASI
Es una quebrada impresionante el paraje llamado TOTORAGUASI .Esa quebrada
largusima de varios kilmetros, recibe las aguas del valle de Guasapampa, del riachuelo
lejano desde el POCCA de Pocho, y del volcn HIERBA BUENA. Tambin de los montes
altsimos de VOZNO.
Por regarse el hondo de la quebrada con esas aguas abundosas, en sus remansos
crecen las espadaas o juncos llamados TOTORA GUASI en el idioma aborigen significa:
"abrigo" o "albergue". As que TOTORAGUASI viene a traducirse por el lugar y albergue de las
espadaas o juncos. CHANCANI se dice cuando el lugar es bajo.
Desde ese hondn se precisa alzar la vista para llegar a ver y columbrar
lo ms encumbrado y alto de las si mas montaosas de TOZNO. All entre los huecos de
los picachos anidan los cndores. Con frecuencia se los contempla en sus vuelos majestuosos,
en que trazando como arcos y contenencias, vienen tambin a permanecer estticos en las
alturas, sin apenas mover las alas.
El lugar donde se estableci la capilla es alindado y aun potico. Una pieza larga que
sirvi en otros tiempos para escuelita. Sus techos, como el de los ranchos y casitas de la
quebrada, son pajizos. En una rama de un algarrobo colgu una campana. Cercando los
terrenos de atrs aparecen lozanas hasta treinta y siete higueritas.
Para llegar a ese puesto tan bello, se ha de bajar por caminos agrestes y peligrosos
desde las alturas del valle de Guasapampa, por ms de tres cuartos de hora.
Es cierto que en todo sera el paraje hermossimo y muy grato, si en realidad corrieran
las aguas y se hallara revestido de las lozanas de los yuyos y matorrales, y del verdor de los
mistoles y algarrobos. Mas ahora se est viviendo all entre penalidades y muy duras
privaciones. Los regados de antes no existen y la sequa viene ya de algunos aos. En ste,
an no ha cado all una sola gotita de agua. S en una noche se form una aterradora
tempestad, en que retumbaban las quebradas por los truenos y se sucedan los chasquidos y
relumbres de las centellas y rayos. Pero en el CHANCAN no llovi. Los ardores del sol en
esos hondos de las barrancas requeman y no se halla yuyito que no aparezca reseco y
agostado. Los poquitos habitantes no s si llegan ya a doscientos. Son los ms chicos y
mujeres viejas. Las jvenes y varones se alejaron en busca de trabajo. Pocos son los hombres
que quedaron. Y en todos se advierte el aspecto del decaimiento y falta de buena salud.
Hasta aparecen ranchos desamparados, con puertas abiertas y medios cados sus
techos. Abundan all las negruzcas vinchucas, de que se plagan los ranchos a las noches. Es
lugar de vboras y zorros que se ceban en los pollos y gallinas. Apenas hay quien posea
alguna. Los leones pumas, que bajan del TOZNO, merman a las pocas cabras y corderos que
quedan.
CONCLUSIN
Todo cuanto hasta aqu he expresado, no mengua en nada el valor del apostolado de
Brochero y de su insigne Obra espiritual realizada. Al contrario, la encumbra y al mismo
celoso y sacrificado apstol lo enaltece. Pues, se sirvi de la religiosidad latente de los
serranos para por medio de los Ejercicios llevar a centenares y miles de sus feligreses a servir
a Dios hasta con perfeccin. Digno ello del sincero amador de Jesucristo y sus almas, y del fiel
seguidor del espritu de San Ignacio. La OBRA de Brochero en los departamentos serranos fue
en realidad regeneradora y slidamente duradera.
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PEDRITO
Las mujeres diligentes en sus quehaceres y muy del hogar. Con mucha familia. Una de
ellas ha tenido 20 hijos. Casi todos le viven. Esa buena mujer sigue yendo cada ao a los
Ejercicios de Brochero. En das de fiesta sola bajar desde Rodeo el grande, 9 kilmetros
caminando con los hijos. El padre lo haca de a caballo.
Cierto da despus de la Misa y acto de la maana, se me acerc otra mujer, que hace
aos conoc en Ejercicios. Entonces era joven soltera. Ahora ya casada qued viuda.
Me refiere con sencillez la historia de su chiquito Pedrito de nueve aos. Qued viuda,
me dijo, con el varoncito y dos chicas mayorcitas. Cuando falleci el esposo, mi Pedrito ya de
9 aos me haca las compras y cuidaba los animalitos. Tena hecha la primera Comunin.
Yendo de a caballo por unas breas resbal el animal. Mi Pedrito dio de cabeza. Parece
se le form adentro un tumor. Eran fuertes los dolores que senta en la cabeza y lleg a veces
a desmayarse. Pero nunca grit y slo lloraba. Lo llev a Crdoba al hospital de nios. Me
deca antes del viaje: "Mamita, los mdicos no me van a saber sanar. Nuestro Seor y la
Virgen quieren que yo sufra mucho y acompae a Jess* en su agona. La Virgen me llevara
pronto al cielo". Yo callaba. Lo cierto ha sido que tres veces le abrieron el crneo y sacaban
como tumorcitos. Pero el mal segua en mi Pedrito. Cuando le apuraba el dolor, tomaba el
Cristito que tena cerca sobre la almohada y lo besaba. Lo apretaba abrazndolo al pecho. En
silencio le le caan las lgrimas. Cada da recibi, la santa Comunin. Nunca jams se quej.
Yo creo que es santito. Siempre me repeta: El Seor me dice, que quiere que sufra. La
Virgen me lleva pronto. Mamita: Desde el cielo la voy a ayudar. Acercaba su carita, que arda,
a la ma. Me besaba entonces y volva a abrazarse a su pecho el santo Cristito. As un da
besando el Cristito qued como dormido. Creo que mi Pedrito est ya en los cielos. Yo me
encomiendo a l y le pido siempre que me ayude. Me ha acontecido que tuve que llevar las
dos chicas a Crdoba a ver si me las reciban en algn colegio de monjas y me las educaban.
Pero mi apuro era pensar cmo yo pobre podra pagar esa educacin. Peda a mi Pedrito que
me ayudara desde el cielo. Entr con las chicas a unas monjitas. La Superior a las vio y
examin. Yo le dije con ansia: cunto haba de pagar para que me las' enseen y eduquen?
Su respuesta fu, decirme sonriendo: Djelas aqu con confianza. Se las educaremos y
ensearemos. Vaya se tranquila, Usted no pagar nada.
Yo de ah me fui a una iglesia y di gracias a Dios y a mi Pedrito.
DOLORES LA TULLIDA
Siendo pequea Dolores se fue quedando en las piernas como secas y ya no pudo
caminar. Contrahecha, se acostumbr a andar a gatas, y con habilidad con una mano mueve
una pierna y la coloca adelante, y con la otra apoya en el suelo, y as echada anda hasta con
presteza.
Siempre fue muy querida por su bondad y religiosidad. Tuvo 5 hijas, mas el esposo la
dej. Tres hijas lindsimas, se le casaron, menos las dos menores que viven con ella. Pero es
pobrsima. Nada tiene sino laboriosidad. Teje alfombritas admirables. Dignas de exposicin. Se
hizo hacer un rancho grande con lo que ganaba. Vive a unos 12 kilmetros d el RUMI YACO.
Con frecuencia asista a la Misin. Las dos hijas venan caminando y ella sobre la burrita. Es
de verla, cmo se agarra a las soguitas que cifren al animal, y trepa y se asienta encima.
Enterneca verla entrar en la capilla arrastrndose aunque con habilidad. Yo le tena
siempre preparada una sillita baja en lugar preferente. Se entraba echada en el suelo y se
sentaba. La distingua dndole primero a ella la santa Comunin. Siempre que acuda
comulg.
Por ser tan pobre que nada tena la obsequi con dos bolsas de ropas y telas para
sbanas. Una de las bolsas para las hijas que con ella viven. Religiossima, en su casita se
VIEJOS Y ENFERMOS
La fiesta de la Comunin de los chicos tuvo una segunda parte muy simptica. Les di
a todos, juguetes y libros de cuentos conforme al nmero de las asistencias. Jams haban
visto juguetes ni libros decorados en colores ni posedo una pelota.
Poco a poco haba vestido a los ms, y en ese da di a todos telas blancas para
guardapolvo y a muchos frazadas. Contentsimos partieron en aquel da de su Comunin.
Aquellos chicos son inteligentes para aprender, y gustan de or, escuchando
atentsimos. Los rezos todos y explicaciones me los saban a las mil maravillas. Mas despus
de esa fiesta, me dediqu a recorrer los ranchos donde haba viejitos o impedidos. Les dejaba
ropitas y telas.
En esas visitas era sabrossimo or hablar a las viejitas en su sencillez. Una me refiri
del nietito, que sola acompaarme a las casas, como gua: que cuando el chiquito sufri del
mal de "Pata Cabra", que estaba por morir pero que con paciencia ella lo fue curando con el
caldito de la mazamorra.
Aadi entonces la hermana mayor del chico, que ste tena en la espaldita marcada
la patita de la cabra, y junto al hueso de atrs del cuello, se le vea ya rojita la pezua de la
cabra, que le apuntaba.
EL MANCO CIRILO
Cirilo es un joven que siempre se muestra alegre. No tiene manos. Cuando niito lo
dej su madre en el cajoncito y fuese al campito cercano a sacar maz. Mientras, un chancho
entr y se le comi las manitas al chiquito.
El joven Cirilo aprendi despus a valerse sin ellas. Con los dos extremos de las
muecas y el trozo de hueso saliente que le quedan en ellas se sirve como de una mano. As
toma el sombrero y se lo pone. Apareja al caballo y subido, toma las riendas. Aprendi a
manejar el cuchillo largo de monte y hachar.
Lo he visto en el da de la procesin a la Virgen, que entre los dos extremos de los
brazos sostena una de las varas de las andas de la Virgen de Ftima. Me enterneci su
piedad. Cirilo vive muy lejos y cuida de sus dos padres ya ancianos. Viven de limosna. Pero
recogieron a una nia y la ha preparado para la comunin. Es religiossimo y siempre sonre
contento y jams muestra queja por la desgracia que le sobrevino.
FIESTA Y REGOCIJO
En el Domingo, en que obsequi con "Magia o Brujeras", como aquella gente deca, se
llen de hombres venidos aun de las PICHANAS de a 22 kilmetros.
LOS GUARDAPOLVOS
Estaba atareado cargando las cosas todas en el furgoncito Ford A, para irme al
CINAGO del CENTRO DE GUASAPAMPA; cuando me llamaron con apuro de la escuela.
Queran despedirme. Hube de acudir unos minutos.
Con sorpresa aparecieron todos los chicos vestidos con los trajes que les di y sobre el
traje su guardapolvo blanco. Los haban confeccionado de las telas que les regal. La maestra
ms joven a muchos les haba hecho el cortado y aun el cosido del guardapolvo.
Martn el chico ms agraciado en ropas y telas tena en sus manos un rollo de
cartulina. Ese chico ya de 13 aos pero quizs ms sencillo e inocente, es tambin el ms
pobre. Rubiecito es de muy buen parecer. La seora directora pronunci unas palabras de
agradecimiento al misionero. Les dije entonces sinceramente: que el bienhechor no era yo ni
mereca aquel pergamino; que el que les dio todas aquellas preciosas telas, era un seor, que
hace aos me enva fardos de ellas para ayudarme en las misiones. Que ese pergamino se lo
pasar a l con el agradecimiento de todos y el mo, y todas nuestras oraciones, Misas y
Comuniones. Se lo merece ese seor, sincero catlico que hasta all lejos dilata su caridad. Y
ese es siempre el regalo ms apreciado por todos los pobres de las zonas que recorro: SUS
TELAS. El pergamino de agradecimiento iba con las firmas de todos los chicos y el
ofrecimiento de "oraciones y actos de virtud".
As termin, dijo la Directora al chico Martn: Dle al Padre ese rollito de
agradecimiento. El chico se acerc con cierta timidez y me lo entreg. Dle ahora un besito al
misionero, le aadi. El chico no acertaba a hacerlo. Yo entonces se lo di con caricias. Dselo
t, insisti la Directora. Martn indeciso acerc por fin su rostro. Y retirado otra vez, hizo
entonces un sonido fuerte con los labios.
Al ver no saba besar le dije: Martn no das besos a tu mam? Acerc Martn sus labios
a mi odo y dijo bajito: "Nunca". Pero ella a ti te da besos?, le dije. Ms fuerte y que todos
oyeron respondi: Nunca; nunca! Pero s la quieres, digo. S la quiero!
Bajaron los ojos las dos maestras conmovidas; y todos los chicos miraban a Martn con
compasin. Nunca su madre le daba besos... nunca reciba caricias de su madre! Supe
despus que aquella mujer pobrsima estaba trastornada. Tiene Martn otros hermanos
mayores quienes todos vinieron a confesarse y comulgar. Son todos buenos como Martn. A su
hermana mayor le di una bolsa de ropas y varios pares de zapatos nuevos. Esos grandes
cuidan de su madre. Pobres hasta la miseria viven a unos 11 kilmetros. Recorrido que hace
Martn dos veces al da de a caballo.
Antes de partir tres hombres me ayudaron a dejar las arboledas y frutales regados. Al
irme me abrazaron y besaron. Se echaron a llorar.
En forma aquellos del RUMI - YACO, tan pobres y tan hijos de Dios me ganaron el
corazn, que les promet que antes de terminar el ao les comprara la posesin y casas
donde mision y la convertira en capilla.
Tiene la casa de paredes de piedra dos piezas junto a lo largo. Unindolas por un arco,
tendr de largo la capilla 15 metros. De ancho 6. Linda capilla abriendo ventanas y
decorndola. Cuenta cerca con otras 3 piezas pequeas. Con buen pozo de agua para el
riego. En aquel como vergel hay naranjos, y mandarinos con duraznos e infinidad de higueras.
Habl con el dueo de la posesin que vive en Soto, y por todo he de darle 100 mil
pesos. Las reformas y arreglos costarn otros 70 mil.
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PARTE PRIMERA
"Doa Teodosia"
Debe de habitar cerquita del Cinago. A pocos das de llegado a la zona, me encamin al
rancho por m conocido de las hijas de doa Teodosia.
Esa mujer singular ya finada, fue clebre por sus dichos sentenciosos entre los de la
regin. Era sencilla e inteligente, y sus palabras eran odas como orculos. Se la escuchaba
con gusto y en su rusticidad y sencillez, se apreciaban siempre el sentido moral y cristiano
que reflejaban sus aserciones.
Cierto da hablaba sobre los peligros que nos ofreceran los rusos gente, deca, de muy
poca religin y as de muy poca conciencia. Son de mucho orgullo, aada; y yo me temo que
algn da despechados por no poderse apoderar de la luna, por no tener ni religin ni
conciencia, ya en su locura la vayan a caonear y la hagan trozos. Y como dicen que es tan
grande, nos caiga esos pedazos, que no aplaste a todos y paguemos justos por pecadores
Pues esa mujer soltera y honestsima, era tambin religiosa muy y llena de singular
caridad. Aunque sin grandes posesiones sino la de terrenitos con algunas cabras y vacas,
recogi a tres nias hurfanas y a su modo en todo proceder. Por llamarse doa Teodosia
Mura, se apellidan ellas "Las Mura". Al morir doa Teodosia, habiendo recibido durante
varios das la comunin, que yo le llevaba y puesto al cuello un gran Rosario, les leg hijas,
adems de la recta educacin, todo cuanto ella tena.
La ollita y el chiquito
De dos aos ac que apenas ha llovido. Todo ha quedado como reseco y agostado. Los
habitantes se ven privados hasta de un poquito de maz. La ms edad, vi que llevaba por
vestido unas ropitas que se deshilaban. Alta y seca con el rostro de sufrimiento y hambre, es
la que hace de madre de las ms jvenes la que suele llevar en brazos al chiquito recogido.
Sabe Dios cunto afanar para alimentar a esa criaturita!
Es el chiquito lindo y tostadito. Sus ojitos negros y brillosos como dos aceitunitas
riojanas.
Esa Mura mayor se vino a verme trayendo en brazos al chiquito, parece que ese da no
tenan en ese da qu comer.. Era medio da y iba yo con una ollita para limpiarla. Al
saludarme, extenda el brazo derecho al chiquito para tomrselo. Pero l se retir
abrazndose a la Mura. Alc entqnces la mano e la ollita, y mostrndosela se la hice sonar.
El chiquito sonri y alarga los bracitos se ech en los mos. Junt su carita a la ma y repeta:
"OLLITA...
Dej la ollita en el suelo; entregu al chico y entr en la pieza. Cort un buen trozo de
pan y lo unt con miel, que me haba obsequiado una viejita.
Se la acerqu al chiquito y tomndolo pareca devorar con ansias la
Miel. Pronto termin. Me present el pancito ya limpio y otra vez le puse
miel; y otra vez el chico la pas toda. Me present de nuevo el pan. Qu hambre deba
traer la criaturita! Se vino a mis brazos y junt de nuevo su ma, apretndose.
Me pareca sentir el calorcito de la carita de Jess Nio, y que pobre que me lo trajo era
la Virgen Mara.
Un verso que compuse y remit a un muy rico, pidindole limosna se me vena a la
fantasa:
PARTE SEGUNDA
"Viejitas donosas"
La viejita doa Mara se vena cada da con dos chicas, que cra y educa. Pero vive muy
lejos. Su rancho est all en el faldeo cerca del Ischiguasi. Trae a las chicas muy limpitas. Ya
han hecho la Comunin. Es pobrsima.
Por ello un da le pregunt, si alguna vez quedaban esas nias sin comer? Y
detenindose a reflexionar me contesta: No recuerdo que haya acontecido eso nunca. Porque
yo me prevengo y para que nunca falte a ellas, a veces yo paso sin comer. Qu fina caridad
la de la viejita!
Otra, doa Luisa, tiene en su casa a dos chicas que recogi de niitas. Son hurfanas.
Adems estn tambin con ella otros cinco chicos de su hijo casado. Recibe del hijo para
alimentar y vestir a las criaturas. Mas a aquella zona no siempre llegan a tiempo los envos.
Pues esa viejita previsora, tiene siempre guardada alguna bolsa del mistol que se
cosecha. Esa frutilla es de un rbol y llegada la madurez se cae o se la varea y cimbra a las
ramas y en paos puestos al pie del rbol se recoge. Se parece en el color rojizo y tamao, al
man ya desgranado. Es de gusto agradable y alimenta. Hasta los animalitos lo rebuscan y lo
comen.
Cuando doa Luisa no halla qu dar a tanto chico, les da entonces un buen puados de
los mistles y as los trae a los chicos gorditos.
Otra ya muy vieja doa Ramona, vive sola con una nietita. Es la nia crecida. Tan
pobremente viven que me confesaba, que a veces slo comen fideos hervidos con slo agua y
sal. ^
Ha estado en cama muy enferma. Pero supo un da que se carneaba lejos. All se fue
aun con fiebre, y ayud en todo, recibiendo en pago las achuras de la panza. Ese fue el
alimento para varios das. Al vecino que tiene una vaca le rog le diera un vaso de leche.
Doa Ramona no permite que la nietita vaya por as colocndose para ganar algo. Mira
por la moralidad de la nieta, que es alindadita. Ella vieja, va sola a ayudar en amasar el pan,
recoger lea, lavar, y as entre hambres y miseria, se desarrolla su vida de hogar.
Otra viejita, Carmen, con frecuencia se procura sangre de los que carnean, En un tarrito
la hierve entreverndole palitos de poleo con algo de sal. En su ranchita la come con los
chicos. Andan de buen color y gorditos.
Si es cierto que entre las viejitas del Cinego, que cran entenaditos y chicos, reina la
delicadeza en la caridad; as tambin lo es, que los chicos de aquella zona retornan con la
misma moneda del cario y amor a las agelitas.
Suelo en Crdoba ir a una fbrica de galletitas a pedir a los dueos de las que se rompen
o salen sin la presentacin que exige el pblico comprador. Me suelen esos buenos seores de
la fbrica llenar siempre una bolsa.
Ya en marcha la Misin, en las fiestas y domingos, reno a la tarde a los chicos y procuro
jueguen los varones a la pelota ftbol. A las nias les cedo una pelota grande y sogas para
que salten.
Terminado el juego y antes de despedirlos los hago sentar y les reparto de las galletitas.
Observ en el Cinego, que los nios varones educados por ancianita, no coman de las
galletitas que les daba. Las guardaban para entregrselas a la agela y que se las repartiera
entre los de la casa. De las nias, ya ms cariosas y de ms buen corazn, como mujer citas,
PARTE TERCERA
La gripe
El Seor se ha complacido este ao en probar a aquella apartada zona, ya en s
pobrsima. De dos aos que viene la seca. En todo ese tiempo apenas ha llovido. Hasta los
pozos de agua empezaron a secarse. Maz, apenas se cosech. As que la base del alimento
en aquellos parajes agrestes, que suele ser la mazamorra, no se ha gozado en este ao. El
maz que se coma era trado de otras regiones.
Y con eso empez a cundir la gripe. Haba rancho en que todos estaban con fiebre y en
cama. Lo ms de sentir era, que en las ms de las viviendas, slo haba ancianas y viejitos
con chicos y algunas mujeres. Las nias grandes se van a la ciudad a ocuparse como
sirvientas. Los hombres y jvenes ya mozos se alejan a trabajar en camiones, en los hornos y
caleras. Casi todas las minas del departamento se pararon. As las canteras. Los animales
vacunos y aun majadas se empobrecieron. Para conservar y atender una pocas cabras y
animales grandes, les bastan los que quedaron. Nada extrao, pues, que en muchas viviendas
slo se ve a alguna mujer o viejita con chicos.
Apret en forma la gripe, que se hubo de cerrar la escuela. Rancho en que todos estaban
en cama, Pero lo ms serio, que la gripe les ocasionaba dolores en la garganta y pecho e
impeda la respiracin. A todos les paralizaba los intestinos y no podan mover el vientre. El
remedio y alivio para este mal, son las enemas. Mas para toda la zona slo se hallaba un
aparato para esa finalidad. Estaba en la piecita a donde suele acudir el mdico del Estado una
vez a la semana por unos ratos.
'Para aliviarse en los ardores y dolor de garganta era difcil. Ni rebuscando se hallaba un
solo limn en toda la zona. Tampoco ni frutas ni verduras. Se han de traer de Soto o Cruz del
Eje.
Apuros
Hube de recorrer a la continua los hogares. En el ahogar de doa Luisa prodigu de mis
fondos para que le trajeran inyecciones. Estaba en lo ltimo. La nia mayor se iba de a
caballo a buscarlas hasta el lugar donde reside el mdico del Estado. A unas tres leguas. La
viejita se mejor. Todos los chicos sanaron.
Al rancho de doa Ramona hube de llevar la frazada ms grande de mi cama. Ella y la
nieta estaban con alta fiebre en una misma cama y slo tenan por abrigo las sbanas que les
obsequi. All les llevaba cuanto yo tena para hacerse la comida.
Logr recibir de Crdoba muy a tiempo unas verduras. Nos sirvieron para aliviarnos.
Hasta repart kerosene para alumbrarnos con farolitos. El Seor con todo no nos desampar.
Todos sanaron.
Como no tenamos a mano el aparato para enemas, les iba dando unos ts con boldo
hervido y pichanilla. Pona tambin en el hervido unas hojitas de jarilla, que contiene yodo. .
Maravillas
Y fue de admirar las maravillas que obr el Seor por medio de esos yuyos. Un viejito se
estuvo 14 das sin poder mover el vientre. Lo visit el mdico y ni purgas ni aun enemas le
obraron. Lo prepar y confes dndole la Comunin y la santa Uncin. Pero le hice preparar el
t con el hervido del boldo y la retamilla con jarilla. Al siguiente da del remedio larg todos
los males y a muy poco san perfectamente.
Otra enferma tullida, que tambin haca das estaba paralizada en los intestinos, la
confes y comulgu, dndole despus del prodigioso hervido de los yuyos. Al rato de tomar el
remedio de los yuyos, ya le obr. As fue en todos los que tomaron ese remedio. Les haca
tambin hervir el agua de la jarilla, dentro la pieza y evitaba el contagio. El vapor de la jarilla
desinfectaba el cuarto y evitaba la infeccin. Y no slo a los enfermos de gripe, si no aun a
otros males los sana esa composicin de yuyos. La de Moreta tena unos eczemas muy feos
con granulaciones que le reventaban. Andaba su rostro con manchones casi amoratados. Ni
sala de casa. Viaj a Crdoba y la vieran especialistas. Ha gastado muy mucho y siempre le
Como no es del caso referir muchas y muy varias curaciones de hinchazones que
atribuan al corazn, vmitos incurables y otros achaques y eczemas con reumas, sigo con lo
de la GRIPE.
En uno de los ranchos se estaban en cama los 7 chicos Valenzuela y la madre
desamparada. En el de Olga haba 4 chicos y su madre enfermos. En otro rancho adems de
la gripe de todos los nios y madre, la 'hija mayor padeca de ataques epilpticos. Hice pedir
a Crdoba de las pastillas que previenen los ataques y se alivi la jovencita.
En la familia donde hay tres chicos muditos, todos estuvieron en cama. El Seor fue
visitando a todos con la prueba. Hasta hube de llegarme a la Playa donde se hallaba grave
por la gripe la viejita Ramona de Romero. Esta anciana es tres veces casada. Su aspecto
donoso, y ella muy hbil y hacendosa. Muy querida y respetada. Pero la gripe entr en su
rancho. A ella y al viejito esposo, los llevaron en camin hasta Soto. De ah dieron vuelta y los
trajeron de nuevo para morir. Son del bajo de Totoraguasi. Los subieron desde TOTORAGUASI
hasta la Playa a casa de uno de los hijos.
As tuve noticia de ello, los fui a ver. Confes a los dos. Era de tarde. Al otro da volv y
les di la santa Comunin y Uncin. He ah que a los dos das se levant ya sana la anciana.
Los resfros
Lo que ms acobarda en la zona del Cinego son los fros recios. Del fro se levantan de
dormir los nios, como entumecidos y viven enfermizos y asonsaditos. Mucho contribuye a su
poca salud su desnutricin. Raros son los que pueden tomar leche antes de irse a la escuela.
Los ms beben una taza de mate cocido sin pan ni azcar. Los abrigos y frazadas les
escasean.
A pesar de la falta de abrigos, se industrian para no sentir los fros en las heladas. Don
Elseo es un viejo de mucha edad. Slo tiene para dormir un catre de caizos. Un montoncito
de lana. Pues, esa lana la hila y deshila y as deshecha la pone en el catre y con ella se
envuelve, sin sacarse el vestido. Dice que aisla as del aire helado. Como las pvejas.
Otros usan lo que llaman por all entubarse. Extienden la colcha o sbana y si tienen
frazada y se la arrollan del extremo. Van dando vueltas y quedan ajustados y entubados. Se
hacen doblado en los pies y esconden por fin los brazos y manos en el tubo.
Hay quien tiene un hoyo grande en el suelo con paja. As haca una mujer pobre a sus
chicos, colocndolos en ese hueco pajizo.
Frutos espirituales
Lo cierto que en tres meses de 'misin, he venido a gastar esta vez, cerca de 50 mil
pesos. Visit, ayudando a 19 impedidos, a quienes confes y comulgu. Comuniones primeras
fueron 21. En el da de su fiesta comulgaron ms de 79 chicos. Son en suma: 1.740
Comuniones.
Repart ropas nuevas, que me obsequiaron de B, Aires, a los pobres como por valor de
300 mil pesos. A los nios de dos escuelas en todo los vest, incluso con guardapolvos. A
viejos pobres di pantalones y camisas nuevas. A muchos, calzados nuevos.
CONVERSIONES muchas. Viejo que desde que se cas no se haba confesado. En una de
las casas del Cinego se ejerca el esperitismo por una joven santiaguea. Con las hablas de
los finados, que finga la joven hablaban, trajo alborotada a toda la zona. Se ha reparado el
mal. Ella pues, y los dueos de la casa, se han confesado varias veces y comulgado.
Sorpresa
El Seor me regal con un gozo singular. De aos que atiendo a una anciana que padeca
de lepra. Por los eczemas y ceguera viva retirada y nunca sala. Le tui a obsequiar ropas y la
confes y comulgu. Es ella muy sufrida y de paz. Pero quise antes de volverme irla a
confesar de nuevo y darle la Comunin. Le quera pedir oraciones, que preciso, a esa alma
escogida de Dios.
Qued sorprendido al verla; observando que no se pareca a la enferma conocida. Haba
recobrado la vista. Me vea y caminaba sin tantear. Su color ya limpio y blanquecino de
anciana. Desaparecieron los tuberos y eczemas. Hermosa viejita.
ANTONIO AZNAR, S. J.