Volviendo A Nuestras Raíces
Volviendo A Nuestras Raíces
Volviendo A Nuestras Raíces
“Un Indígena del barrio de la Asunción fue a traer leña seca del cerro de
Pantzingo, había ya terminado de cortarla, cuando empezó a escuchar el
tañido de una campana hacia la cumbre del cerro. Admirado se preguntaba
qué podía ser aquello, cuando de pronto una paloma detuvo su vuelo a
unos cuantos pasos de él, quiso agarrarla pero la hermosa avecilla dando
saltitos empezó a internarse en el bosque. El indio la fue siguiendo hasta el
nacimiento del “ojo de agua”, allí en el tronco de un encino viejo y seco, se
metió la paloma por la hendidura. Apresuradamente tapó el indio el
agujero y regreso por el hacha. Llego con ella y la levantó para dejarla caer
con fuerza sobre el tronco, pero antes de tocarlo se abrió éste y en su
centro apareció radiante de belleza la virgen de la Concepción.
2- Lectura del acta de nacimiento del volcán Paricutín por el profesor Juan Daniel Vega
Torres.
Toro de carnaval
Fiesta profana no muy bulliciosa, que tenía su arraigo principalmente, entre los
cargueros de la capilla del Hospital y otras gentes que tenían relación con las
pindecuas desarrolladas en el curso de esta fiesta, que se caracterizaba de una
manera especial en una costumbre semi-salvaje, pero atractiva entre el pueblo.
Las vestiduras de los toros estaban hechas de un armazón de maderas
resistentes, principalmente de guías de bejuco, forrado con la piel disecada de
una res; por el frente remataba con una encornadura pulida y fuertemente ligada
al armazón y por la parte trasera una flamante cola de la misma bestia.
El paseo de esos toros humanos, por calles y plaza de toros en el jaripeo de la
fiesta al compás de la música de viento entonando “El torito” eran dignos de
observarse; los toros eran toreados con un machete por las mujeres cargueras,
ataviadas con sus mejores galas con banderolas hechas a propósito.
Los toros pertenecían: uno al Mandón o Mayordomo y el otro al Vaquero.
Además los tablajeros presentaban el día del carnaval, su tradicional “toro de
carnaval” jugando y toreando en calles y plaza principal.
6- Danza “Torito de carnaval”por algunos compañeros de la zona escolar 051
Los habitantes de San Juan Parangaricutiro abandonaron su lugar de
origen, para que el volcán siguiera su curso.
Lumbre, más lumbre; piedras, más piedras, es lo que arrojo la fiera.
Parece ser que nada ni nadie podrán detener sus explosiones. Se
calcula que para el año 1946 el total de lava que había arrojado era,
más o menos, unos 530 millones de metros cúbicos en roca maciza.
Por fin el 4 de marzo de 1952 el volcán suspendió sus fumarolas, sus
castillos nocturnos y dejó de aterrorizar a todos los habitantes que
aún quedaban en esa región. Su duración total fue 9 años 11 días y 10
horas.
10- Refrigerio “El Paricutín y Yo” Dra. Ana Lourdes López de la facultad de Bellas
Artes de la UMSNH