Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Sobre La Autoridad Pedagogica

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 6

INSTITUTO SUPERIOR DE FROMACION DOCNETE Y TENCICA N 20

CARRERA PSICOPEDAGOGIA
FICHA DE CATEDRA
AUTOR: Lic. MARIEL DI MASTROGIROLAMO
AGOSTO DE 2008

SOBRE LA AUTORIDAD PEDAGOGICA

Conceptualizando la autoridad
Parece poco probable definir por s misma a la autoridad, como concepto aislado de otros.
Generalmente se asocia a dominio, poder, fuerza, obediencia, disciplina. Sin embargo,
encuadramos el concepto de autoridad en una relacin entre dos o ms sujetos. Una
relacin asimtrica, y que uno sin el otro dejaran sin efecto a la autoridad. Si algo hace a la
autoridad es que se dirige a otros. Otros que a su vez deben reconocer esta autoridad, que
garantizan un vnculo consentido, a cambio de la satisfaccin de necesidades grupales o
sociales. Es as como el hacer crecer (del francs augere), ubica a la autoridad en un
papel donde ejerce un beneficio a otros, que le otorga reconocimiento, porque le provee, lo
cuida, lo asiste, lo protege, y en sentido educativo, le ensea. Es un proceso de creacin, no
puede duplicarse, no puede recetarse, por eso se va amasando en el uno a uno de cada
relacin que es nica e intransferible.
El reconocimiento de la autoridad es lo que hace que alguien sea autoridad. Requiere de
ser mirado como tal por otros, para que pueda ejercerse. Uno sin el otro, - la autoridad sin
el reconocimiento - , seria un ejercicio en el vaco, gestos o acciones que no se dirigen a
nadie y en consecuencia le quitan su sentido. Autoridad y reconocimiento de la autoridad
son partes de un mismo movimiento, y reconocer significa otorgar legitimidad, aceptar
aquello que la autoridad dispone o determina, sin oponerse y teniendo la posibilidad de
reaccionar en su contra.

Sobre la autoridad pedaggica


La autoridad del maestro, condicin necesaria para el aprendizaje, no existe como cualidad
innata, se expresa en una relacin, es decir, en una construccin permanente en la que
intervienen el docente y el alumno y que vara segn el contexto y las pocas.
La autoridad pedaggica debe poder articular tres aspectos intrnsecamente relacionados
que se conjugan en un ejercio de conocimientos, prcticas, normativas y vinculos:
- Un saber pedaggico: la formacin y la capacitacin permiten al docente referenciar
sus prcticas en marcos que articulen la teora con la prctica. Una sin la otra no
acreditan la autoridad pedaggica.
- Un sostn en la normativa: La autoridad pedaggica se ejerce desde un puesto de
trabajo que tiene un encuadre en cuanto a derechos y obligaciones, garantizando la
igualdad de oportunidades en la trayectoria del sistema educativo.
- Una vinculacin con los otros: que permita proyectarse e interpretar los signos y los
sentidos de los dems, de un estar para comunicar y dejar que se comuniquen, en un
hacer inteligente.
La responsabilidad de los educadores no es cumplir mecnicamente con un mandato sino
analizar cul es la transmisin cultural que debe tener lugar hoy, con qu contenidos, con
qu formas de autoridad; y dejar espacio para crear pedagogas nuevas. Transmitir pero
habilitando a los otros, para que el legado sea recrado, y asi se enriquezca el mundo comn
que habitamos adultos y jovenes.
Hablar de autoridad es tambin hablar de lazos, de relaciones, de dos o ms de dos y de lo
que entre ellos ocurre en el espacio de vivir juntos. Pensar a la autoridad en una trama de
encuentros, all donde al menos dos en relacin asimtrica entrelazan sus subjetividades en
un tiempo y un espacio cultural, histrico, social en comn, para perpetuarlos y recrearlos.
El ejercicio de la autoridad supone una renuncia a la omnipotencia, a la totalidad, al control
del otro, a capturar y cambiarlo segn los propios deseos.
La funcin pedaggica desde el lugar de la asimetra tiene la responsabilidad de sostener el
espacio para que circule la palabra, y los saberes entren en juego. La responsabilidad de la
funcin pedaggica es habilitar el conocimiento, abrir la puerta a los otros, a los recin
llegados, a los que se incluyen en el sistema educativo, a los que asisten a la escuela para
educarse, y por lo tanto es funcin pedaggica ensear.
El docente debe hacerse cargo de su ineludible ejercicio de autoridad para la concrecin
del acto educativo, y la escuela debe volverse un lugar autorizado, pero no autoritario,
que no disuelva las asimetras sino que las vuelva motor de trabajo y las ponga en dilogo
y friccin con las otras formas de relacin (igualdad, diferencia, autonoma) entre alumnos
y maestros.
La autoridad pedaggica en los tiempos actuales
En el mbito educativo, se dificulta educar a partir de una autoridad devaluada o una
ausencia de autoridad, que esta vapuleada socialmente y que el docente no puede
reposicionar.
El maestro no puede ser un funcionario competente para aplicar un programa curricular y
un reglamento. Tampoco sirve capacitarse para dar rdenes e imponer un orden. Como
mediador eficaz entre las nuevas generaciones y la cultura debe tener la sabidura necesaria
para motivar, movilizar, interesar y hasta para cautivar y seducir a sus alumnos.
Slo una profunda reforma de la formacin intelectual y moral y de las condiciones de los
docentes podr contribuir a encontrar una respuesta a los nuevos desafos de la
escolarizacin.
En este sentido puede y debe ser puesta en cuestin la autoridad docente, en el decir de
Greco, criticada, revisada y pensada de otra manera. Invitando a partir de esto a imaginar a
una autoridad por venir. Una autoridad pedaggica que se haga cargo de la recepcin de las
nuevas generaciones, del trabajo de inscribir, nombrar y reconocer, proteger la vida y
autorizar lo nuevo. Una autoridad que sostenga y delimite lugares, trace continuidades
entre generaciones y produzca las interrupciones necesarias de ordenes injustos, en el
terreno de lo singular y de lo poltico.
Sin autoridad no hay garantas de que se instale la ley simblica, se requiere de una
autoridad pedaggica que cuide el objeto de conocimiento, para que pueda ensear a otro,
para que pueda hacerlo circular. Hay que volver a autorizar el lugar adulto de transmisin
de la cultura, afirmando que sin transmisin no hay sociedad, no hay inscripcin de las
nuevas generaciones en los relatos que las preceden y que las habilitan para ocupar sus
lugares, que son otros lugares, los lugares de otros.
Hassoun sostiene que una transmisin lograda es una transmisin interrumpida en algn
punto, una transmisin que deja aparecer la diferencia, y que permite que la generacin
siguiente recree ese legado de una forma original y nica.
La autoridad pedaggica y cultural en el espacio escolar tiene una corporacin fundamental
en los docentes. La escuela es el lugar por excelencia donde actan los significantes
sociales, y es aquella que convierte al sujeto en un sujeto social, porque participa de la
formacin de una lgica, donde se instalan las normas para que devenga la estructuracin
del pensamiento que ser alterado si se altera la posibilidad de alterar la autoridad.
La escuela pblica no tiene hoy la fuerza de otras pocas, ya que no cumple con las
expectativas sociales y no satisface las demandas complejas relacionadas con la
socializacin y la formacin de las subjetividades libres y progresivamente autnomas.
Hoy la escuela es una institucin sobredemandada y subdotada, perdiendo autoridad
pedaggica paulatinamente. Ensear en los contextos actuales, responder a las nuevas
culturas escolares, supone un desafo. El contexto no registra al docente desde un lugar
profesional, y el mismo docente presenta dificultades para posicionarse en ese lugar de
autoridad.

La importancia de reinstalar la autoridad pedaggica


Estos nuevos contextos demandan repensar el por qu y el para qu de la autoridad. Es as
que la autoridad pedaggica permite:
Comprender el ejercicio de autoridad como una relacin entre diferencias, entre
dos que han recorrido diversos caminos en la vida y en el mundo del
conocimiento.
Confiar en la eficacia simblica de gestos, acciones y modos de palabras cuando
stos instauran un lugar de reconocimiento para el otro.
Hacer buenas lecturas de lo que demandan nios y adolescentes de una autoridad.
Hacer experiencia con la palabra, desarticulando lo ya sabido, ya hecho, ya pensado
para que lo no sabido, no hecho, no pensado an, aparezca como posibilidad en s
misma y en los otros (instituciones, relaciones pedaggicas, relaciones entre pares
docentes).
Armar dispositivos educativos diferentes (tiempos, espacios, propuestas) o volver a
pensar los ya existentes.
Dar lugar a lo nuevo, garantizar, sostener, fortalecer lo frgil que nace.
Desplazarse de la autoridad a la autorizacin, habilitando a los nios y jvenes a
buscar sus propias formas de organizarse, establecer normas, redefinir tiempos y
espacios, debatir problemas, proponer soluciones, discutir modalidades de trabajo.

Poco se considera la posibilidad de desarrollar otra autoridad posible.


Autoridad que como construccin o reconstruccin en cada nuevo escenario permite
encontrar sustento en:
La coherencia entre lo que se sabe, lo que se hace, lo que se cree y lo que se dice.
Un trabajo de resignificacin de los espacios cotidianos.
Un proceso de construccin con otros, donde se habilite un espacio para el
crecimiento y la circulacin de saberes.
La originalidad en cada circunstancia de bsqueda y en ocasiones en que el
docente se propone estar all para ensear.
Instalar nuevas lgicas para mirar la realidad, y repensar cmo ser maestro de otra
manera.
Pensar colectivamente modos de organizacin escolar, que estructuren espacios de
aprendizaje.
Reinstalar asimetras, recuperando lazos sociales.
Desplegar posibilidades a travs de una confianza instituyente

La autoridad basada en el vnculo afectivo, en la contencin, en el afecto genuino. La


autoridad basada en la solvencia acadmica, la que permite descubrir el mundo, dar
apertura a nuevas emociones. La autoridad basada en la capacidad de convocar, de formar
grupalidad, de reunir de acercar. Distintas formas de hacer autoridad, que son tambin
distintas formas de hacer escuela.

La autoridad por venir


An as, advertimos que otra autoridad est por construirse, muchos maestros/profesores lo
intentan en el cotidiano escolar, trabajando consigo mismos, en el espacio de su
singularidad y en el compartir colectivo con sus colegas. Hay experiencias que dan cuenta
de nuevas formas de autoridad que reinventan su lugar, haciendo lugar a su vez, a las
nuevas generaciones.
Los adultos en las escuelas pueden elegir si la decisin es singular y colectiva: sosteniendo
nuevas posiciones, arriesgando la mirada, interrumpiendo la queja, haciendo visible otras
relaciones. Las nuevas generaciones an no pueden elegir, en este tiempo dependen de
nuestras imaginaciones.
Las condiciones contemporneas en las que vivimos y trabajamos nos demandan,
reconocer este tiempo de transformacin, intentar detener la insignificancia e inventar
nuevos espacios de subjetivacin. La continuidad de una transmisin que nos incluye
puede garantizarse desplegando lo que no esta dado an, lo indito, lo por venir. Para ello
contamos con los espacios de las instituciones, el encuentro cotidiano con quienes la
habitan, su espera y esperanza de que el adulto est all.
Generar instancias para pensar la autoridad docente hoy, nos remite a reflexionar sobre el
ser docente. Y a partir de ello, abrir nuevos interrogantes, buscar respuestas en conjunto
para ampliar los marcos desde donde proyectamos esta autoridad.-

Referencias Bibliogrficas:
Dutchasky, Silvia, Maestros Errantes, 2007.Paidos.Buenos Aires
Greco, Mara Beatriz; La autoridad (pedaggica) en cuestin; 2.007. Homo Sapiens
Ediciones. Rosario. Santa Fe.
Hassoun, Jacques; Los contrabandistas de la memoria, 1.996, Ed. De la Flor, Buenos
Aires.
Ministerio de Educacin- UNSAM, Observatorio de Violencias en las escuelas:
Conferencias de Mario Goldenberg (2007) y Silvia Bleichmar (2006).

Nota: Esta ficha de ctedra se autoriza para la socializacin en la ctedra Psicopedagoga de la Diversidad
del 3 ao de Psicopedagoga. Prohibida su reproduccin sin expresa autorizacin del autor.

También podría gustarte