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Dios Nos Cuida PDF

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Dios nos cuida

Ellen G. White

1991

Copyright 2012
Ellen G. White Estate, Inc.
[1]

Informacin sobre este libro

Vista General
Este libro electronic es proporcionado por Ellen G. White Estate. Se incluye
en el ms amplio de libertadLibros online Coleccin en el sitio de Elena G. De
White Estate Web.

Sobre el Autor
Ellen G. White (1827-1915) es considerada como el autor ms traducido de
Amrica, sus obras han sido publicadas en ms de 160 idiomas. Ella escribi
ms de 100.000 pginas en una amplia variedad de temas espirituales y prcticos.
Guiados por el Espritu Santo, que exalt a Jess y se refiri a las Escrituras
como la base de la fe.

Otros enlaces
Una breve biografa de Elena G. de White
Sobre la Elena G. White Estate

Licencia de Usuario Final


La visualizacin, impresin o la descarga de este libro le concede solamente
una licencia limitada, no exclusiva e intransferible para el uso exclusivamente
para su uso personal. Esta licencia no permite la republicacin, distribucin,
cesin, sublicencia, venta, preparacin de trabajos derivados, o cualquier otro
uso. Cualquier uso no autorizado de este libro termina la licencia otorgada por
la presente.

Para ms informacin
Para obtener ms informacin sobre el autor, los editores, o cmo usted
puede apoyar este servicio, pngase en contacto con el Elena G. de White en
mail@whiteestate.org. Estamos agradecidos por su inters y comentarios y les
deseo la bendicin de Dios a medida que lee.

I
Al lector

Este es el decimosexto devocional compilado de los escritos de Elena G.


de White. El primero en esta serie, Radiant Religion(Religin radiante), fue
publicado en 1946 para usarse el siguiente ao. Tres aos ms tarde se lo sigui
con With God at Dawn(Con Dios al amanecer). Los materiales para estas dos
matutinas fueron tomados en su totalidad de libros impresos de Elena G. de
White.
Comenzando con My Life Today, publicada en 1952 e impresa en espaol
con el ttulo de Meditaciones matinales, se ha recurrido consistentemente a
la abundancia de materiales inditos en los archivos de manuscritos y cartas
de Elena G. White. Los ttulos y los aos de publicacin en espaol de estos
devocionales (con excepcin de los primeros dos) son como sigue: Radiant
Religion, 1946
With God at Dawn, 1949
Meditaciones matinales, 1953
La fe por la cual vivo, 1959
Nuestra elevada vocacin, 1961
A fin de conocerle, 1965
En los lugares celestiales, 1968
Conflicto y valor, 1971
La maravillosa gracia de Dios, 1974
Maranata: el Seor viene!, 1976
Hijos e hijas de Dios, 1978
Cada da con Dios, 1979
Alza tus ojos, 1982
Reflejemos a Jess, 1985
Exaltad a Jess, 1988
Los registros de la Review and Herald revelan un aumento en la venta de
estos libros con el correr de los aos. En la dcada de los cincuenta, se vendieron
24.000 ejemplares de Meditaciones matinales(My Life Today); de Hijos e hijas
de Diosse vendieron 33.000. En la dcada de los sesenta, A fin de conocerley
En los lugares celestiales tuvieron ventas superiores a los 63.000 ejemplares.
De varias de las matutinas ms recientes se han vendido ms de 90.000 copias.
Muchos de estos libros han tenido ventas cuantiosas en espaol, portugus y
otros idiomas.
Una encuesta informal de los miembros de iglesia revela que en general se
[4] desconocen los ricos materiales que se publicaron en las matutinas ms antiguas.
Se ha publicado este libro para remediar esta situacin. Consiste de selecciones
de doce de los libros mencionados arriba: un libro por cada mes de 1992.

II
Elena de White declara que el tema favorito de Cristo era el carcter
paternal y el amor abundante de Dios.Testimonies for the Church 6:55. Este
tambin parece ser el tema de Elena de White. Por esa razn los compiladores
han escogido el tema Dios nos cuida(Our Father Caresen ingls). El ttulo tiene
un doble significado. No slo se han seleccionado lecturas sobre el tema del
gran amor de Dios y del inters que tiene por nosotros, sino que tambin reflejan
el hecho de que Dios se interesa por cada aspecto de nuestra vida cotidiana.
Se interesa en nuestra salud, nuestros hogares, nuestro estudio de la Palabra,
nuestra victoria sobre el pecado, nuestra preparacin para su segunda venida.
Tambin anhela que estemos con l en su reino, que pronto ser establecido
sobre la tierra. Cunto nos cuida!
Lo invitamos a leer la meditacin para cada da con ambos aspectos del
inters de Dios en mente, confiando en que, al meditar en cada pasaje, usted
llegue a apreciar ms que nunca cunto Dios lo ama y lo cuida.

Los Fideicomisarios de la Corporacin Editorial Elena G. de White.


[5]
La autora*

Elena Gould Harmon de White, cofundadora de la Iglesia Adventista del


Sptimo Da, escritora, conferenciante y consejera y alguien a quien se concedi
el don de profeca, segn las creencias adventistas, naci en Gorham, Maine, el
26 de noviembre de 1827. Elena era una de los ocho hijos de Roberto y Eunice
Harmon.
Durante los setenta aos de servicio activo que le dedic a la iglesia, encontr
tiempo para escribir profusamente. Cuenta en su haber con la escritura de cien
mil pginas de manuscritos. Este legado extraordinario que le dej a la iglesia
pudo haber ocupado la vida entera de Elena de White, si no hubiera dedicado
su tiempo a otra cosa que a escribir.
Sin embargo, el servicio que le rindi a su iglesia abarca muchsimo ms que
su produccin literaria. Sus diarios revelan la extensin de sus trabajos pblicos,
sus viajes, su labor personal, hospedaje, relacin con sus vecinos, adems de
sus tareas de madre y esposa. Dios la bendijo abundantemente en la realizacin
de estas actividades. Sus ambiciones y su preocupacin, sus satisfacciones y
alegras, sus tristezastoda su vidase concentraban en la causa que amaba.
De todos los autores en la historia norteamericana, Elena G. de White tiene
el honor de ser la autora cuyas obras se han traducido a ms idiomas que las de
ningn otro. Por ejemplo, su libro El camino a Cristo se encuentra traducido en
ms de cien idiomas.
Despus de vivir una vida entera dedicada al servicio de Dios y de sus
prjimos, muri el 16 de julio de 1915, confiando totalmente en Aquel en quien
[6] haba credo.
[7]

*
Tanto Esta Pagina Como Las Notas Biogrficas De Elena G. De White Que Figuran En El
Apndice Se Han Tomado Del Libro. The Upward Look, 7-13.
IV
ndice general
Informacin sobre este libro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I
Al lector . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I I
La autora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I V
Enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Llamados hijos de Dios, 1 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Seamos puros como Cristo, 2 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Llegamos a ser sus hijos, 3 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Cerca de los que lo invocan, 4 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
La fe en l es vida eterna, 5 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Nos da sabidura e inteligencia, 6 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Sirven a los salvos, 7 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
La fe obra por el amor, 8 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Dependencia de Dios, 9 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Un corazn renovado, 10 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Meditemos en Dios, 11 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Acerqumonos confiadamente, 12 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Regocijmonos en sus tesoros, 13 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
La plenitud de Dios, 14 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Transformados de gloria en gloria, 15 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
En amor por los dems, 16 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Vencedores como l, 17 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Ms unido que un hermano, 18 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Los buenos hbitos y la salud, 19 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Sabidura divina, 20 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Estudie las escrituras, 21 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Para caminar por su senda, 22 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Cristo atrae a todos, 23 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Reconciliados con Dios, 24 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Se comienza en el hogar, 25 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Tratemos bien a nuestros vecinos, 26 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Unmonos como hijos de Dios, 27 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Nos alegramos en el seor, 28 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Llenad la mente de la verdad, 29 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
Como rbol junto a las aguas, 30 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Heredaremos todas las cosas, 31 de enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Entrego mi corazn, 1 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
V
VI Dios nos Cuida

Oracin matinal, 2 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49


La Biblia infunde nueva vida, 3 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Me har saber ms de Cristo, 4 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
Iluminar toda la tierra, 5 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
La paz est en Cristo, 6 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Amar como Cristo am, 7 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
Alabo al seor, 8 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Jehov da gracia y gloria, 9 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Los talentos y su recompensa, 10 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Nuestro cuerpo es un templo, 11 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
La alegra es buena medicina, 12 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Accin de gracias y alabanza, 13 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
El amor mutuo, 14 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
La palabra adecuada, 15 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
Jess y sus amigos, 16 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Dad el agua de vida, 17 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
Los miembros de la iglesia, 18 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
La hermosura de Jehov, 19 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
Participamos de su naturaleza, 20 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Reverencia en la casa de Dios, 21 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Dios cuida de m, 22 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Cristo es mi hermano mayor, 23 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
Los ngeles me guan, 24 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
La fortaleza de Cristo, 25 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Reformemos nuestro entendimiento, 26 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Aseguro mi llamamiento, 27 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Cristo reserva coronas, 28 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Libre comunin con Dios, 29 de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
Marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Una mesa preparada delante de m, 1 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
Preparacin para el da santo, 2 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
El don de Dios a la raza humana, 3 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
El creador encarnado, 4 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Las salvadoras providencias de Dios, 5 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
Un salvador desde la eternidad, 6 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
La fe anula la obediencia? 7 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
El poder salvador de Jess, 8 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Paz por medio de la cruz, 9 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Llenos de su justicia, 10 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
El justo vivir por fe, 11 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
La verdadera confesin es indispensable, 12 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . 89
ndice general VII

Se necesita un cambio de corazn, 13 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90


Santidad de vida, 14 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
La saeta de la muerte, 15 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Dolor con esperanza, 16 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Eterna salvacin para sus hijos, 17 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
Los pecados borrados, 18 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Artimaas de Satans, 19 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Depositando en el banco del cielo, 20 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
Qu clase de herencia? 21 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
El da ms importante, 22 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Bienvenida al hogar celestial, 23 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
Quines recibirn el sello de Dios? 24 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Jess, nuestro ejemplo de humildad, 25 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
Constructores y no destructores, 26 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Lgrimas y conflictos, 27 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
Seguridad nicamente en la obediencia, 28 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Una corona para cada santo, 29 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
El eterno peso de gloria, 30 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
No habr ms muerte, 31 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
Abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Cercados con la misericordia de Dios, 1 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
Esperanza para el desesperanzado, 2 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
Disfrutando de la verdad, 3 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
Jess es nuestro gua, 4 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
El amor con Cristo, 5 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
El privilegio de la seguridad, 6 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Dios pide nuestros mejores afectos, 7 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
Por encima de la niebla de la duda, 8 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Cmo mantener la integridad, 9 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Venid a m, 10 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
Tiempo para la meditacin, 11 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Buscad a Dios de todo corazn, 12 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
La oracin humilde y perseverante, 13 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
La obra de guardar el corazn, 14 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
La corte de la vida santa, 15 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
Las sonrisas de Dios, 16 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
Con los ojos de la fe, 17 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
Como crecer en la gracia, 18 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
Grande a la vista de Dios, 19 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
Mantened en alto la norma, 20 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Seales de nuestro hogar celestial, 21 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
VIII Dios nos Cuida

El templo sagrado del cuerpo, 22 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131


La hermosura de la semejanza con Cristo, 23 de abril . . . . . . . . . . . . . . . 132
El cielo es barato a cualquier precio, 24 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Dejad brillar vuestra luz, 25 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
Una joya o un guijarro? 26 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
Arraigados en Cristo, 27 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
No una religin de remiendo! 28 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Para poseer la riqueza inescrutable de Cristo, 29 de abril . . . . . . . . . . . . . 138
Casi hemos llegado! 30 de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
No es suficiente un conocimiento superficial, 1 de mayo . . . . . . . . . . . . . 142
Nuestro divino redentor, 2 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
Tierno, amante, compasivo, 3 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
El Espritu Santo es nuestro ayudador, 4 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Despreciado y desechado, 5 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146
Un abogado revestido con nuestra naturaleza, 6 de mayo . . . . . . . . . . . . . 147
La perla preciosa, 7 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
Provisiones para cada emergencia, 8 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Una fe que purifica la vida, 9 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
Hijos, no siervos, 10 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
Permaneciendo en Cristo, 11 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
Una vida de fortaleza, 12 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
Jess nuestro todo, 13 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
La venida del consolador, 14 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
Edificndoos los unos a los otros, 15 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
Abriendo los misterios de la redencin, 16 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
Verdades que transforman, 17 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
Un refugio seguro, 18 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
Una fe progresiva, 19 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
El poderoso libertador, 20 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Como librarse de la culpa, 21 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162
El nico camino seguro, 22 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
La marcha hacia la victoria, 23 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
Venid vosotros aparte, 24 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
La preciosidad de la oracin secreta, 25 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
El motivo de la obediencia, 26 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Llenos de toda plenitud, 27 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
Ejemplo de los fieles, 28 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
Trabajando con nuestros talentos, 29 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
Exaltando al hombre del Calvario, 30 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Veremos su rostro, 31 de mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172
ndice general IX

Junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
Aprendiendo de Dios mediante sus obras, 1 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . 174
No para condenar sino para salvar, 2 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
La eleccin celestial, 3 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176
Nuestro fundamento seguro, 4 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
La gente ms feliz, 5 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
Pidmosle a Dios, 6 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
Nada es demasiado pequeo, 7 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180
Nuestro intercesor personal, 8 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
ngeles en el hogar, 9 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
El acto de fe, 10 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
Una fe que obra, 11 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
Nuestro ejemplo en la obediencia, 12 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
La cultura ms elevada, 13 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186
Cristo en todos nuestros pensamientos, 14 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
El oro del carcter cristiano, 15 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188
Palabras bondadosas y amables, 16 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
La prueba del apetito, 17 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190
Manteniendo vivo el amor, 18 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
La voz del deber, 19 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192
El vivir para otros, 20 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
Ninguno est libre de la tentacin, 21 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194
Fortaleza para hoy, 22 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
Miembros de la familia de Dios, 23 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196
Tened siempre presente vuestra elevada vocacin, 24 de junio . . . . . . . . 197
Nuestra misin en el mundo, 25 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198
El argumento ms poderoso, 26 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
Nuestras obligaciones hacia los pobres, 27 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . 200
Una obra de preparacin, 28 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
Si Cristo viniera hoy, 29 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
Junto al rbol de la vida, 30 de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
Julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205
Una equivocacin muy cara, 1 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206
De nuevo al hogar! 2 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Una puerta abierta, 3 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208
Adentro estars salvo, 4 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
Un hogar que Dios pueda bendecir, 5 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210
Eligiendo una esposa, 6 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
Poder garantizado, 7 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212
Viendo al invisible, 8 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
Nube y fuego, 9 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214
X Dios nos Cuida

Por qu esperar? 10 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215


La nica manera de vencer, 11 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216
Demasiados soldados, 12 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
Las generaciones unidas, 13 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 218
Preparndose para dirigir, 14 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
Envejecer airosamente, 15 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220
Tardo despertar, 16 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
Una voz en el desierto, 17 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222
Canto de batalla, 18 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
Todo en el altar, 19 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224
Profeta renuente, 20 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225
Jeremas, el portavoz de Dios, 21 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
La fe y las promesas de Dios, 22 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227
Daniel, embajador de Dios, 23 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228
El conocimiento requiere accin, 24 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
Ninguno era perfecto, 25 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230
La fe tiene que ser personal, 26 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
Nada es demasiado costoso, 27 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232
El discpulo amado, 28 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
De Saulo a Pablo, 29 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234
Hacia la meta, 30 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
Hasta aqu nos ha ayudado Jehov, 31 de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236
Agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
El reino de Dios en el corazn, 1 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238
Como la levadura, 2 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239
El manto real, 3 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240
Dios con nosotros, 4 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
Hijos e hijas adoptivos, 5 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242
Las bendiciones producto de la obediencia, 6 de agosto . . . . . . . . . . . . . . 243
En el lugar santsimo, 7 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244
Fuente de compasin y misericordia, 8 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245
Para atraernos a Dios, 9 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246
Las clusulas del pacto, 10 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247
Escrita en el corazn, 11 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248
El eterno compromiso de Dios, 12 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
Soledad indescriptible, 13 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250
Los pecados del mundo, 14 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
Tan costoso y sin embargo gratuito! 15 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252
Un consolador semejante a Jess, 16 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253
Un poder vivificador y purificante, 17 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254
La lluvia tarda, 18 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
ndice general XI

Toma tiempo, 19 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256


Lograremos la perfeccin ahora? 20 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257
Aguarda a que pidamos, 21 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 258
Refuerzos de ngeles, 22 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259
La influencia del cristiano, 23 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260
Condiciones del crecimiento, 24 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
En bondad, 25 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262
Una receta divina, 26 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263
Unin con Cristo, 27 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 264
Alabado sea Dios! 28 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265
Mientras esperamos, 29 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 266
Que recompensa! 30 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
Mirad hacia arriba! 31 de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268
Septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269
El conflicto ha terminado, 1 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270
Instrumentos del cielo, 2 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271
Como causar profunda impresin, 3 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272
Para los temerosos, desfallecientes y dbiles, 4 de septiembre . . . . . . . . 273
La nica seguridad, 5 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274
Abramos las ventanas del alma, 6 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275
Seguros gracias a nuestro sustituto, 7 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . 276
El fiador celestial, 8 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
Vivamos la nueva vida, 9 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 278
Los fundamentos de la salvacin, 10 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . 279
Vivos para Dios, 11 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 280
El cristiano compasivo, 12 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281
Rendicin incondicional, 13 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282
Punto de vista, 14 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283
La verdad triunfar, 15 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 284
Amor incomparable, 16 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
Un pronto auxilio, 17 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 286
El divino sustituto, 18 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
Cultivemos la ternura en el hogar, 19 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . 288
Echen mano de la fortaleza divina, 20 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . 289
En el mundo, pero sin ser del mundo, 21 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . 290
La gracia divina es nuestra mayor necesidad, 22 de septiembre . . . . . . . 291
El banquete de la palabra de Dios, 23 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . 292
La batalla final, 24 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293
Lo que hace la oracin, 25 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294
Ventajas presentes y beneficios futuros, 26 de septiembre . . . . . . . . . . . . 295
El Espritu Santo, el mayor de los dones, 27 de septiembre . . . . . . . . . . . 296
XII Dios nos Cuida

La filosofa del seor, 28 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297


Cuando la verdad controla la vida, 29 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . 298
Caminemos en las huellas de Jess, 30 de septiembre . . . . . . . . . . . . . . . 299
Octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301
La necesidad de una reforma, 1 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 302
Soy un hijo de Dios, 2 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303
Seguridad infalible, 3 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 304
Los planes de Dios son perfectos, 4 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305
Cristo vivi una vida de humilde obediencia, 5 de octubre . . . . . . . . . . . 306
El ministerio de los ngeles, 6 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307
Podemos vencer como Cristo venci, 7 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 308
Esforzndonos por la santificacin, 8 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 309
El amor de Cristo une los corazones, 9 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 310
Cosas que no conoces, 10 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
Nuestra gua es la palabra de Dios, 11 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 312
Cristo demanda unidad, 12 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
Est preparndose para el cielo? 13 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 314
Cristo intercede por nosotros, 14 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315
La mano de Dios en el timn, 15 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316
Permitan que Dios obre en ustedes, 16 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317
El inconmensurable amor de Cristo, 17 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 318
Vivamos por principios, 18 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 319
Nuestra doctrina sobre el santuario, 19 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 320
Comamos las hojas del rbol de la vida, 20 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . 321
Slo una luz para iluminar la senda, 21 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 322
Cristo tiene poder para nosotros, 22 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
Ayuda prometida para el conflicto, 23 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 324
El servicio a Dios comienza en la tierra, 24 de octubre . . . . . . . . . . . . . . 325
El significado de la comunin con Dios, 25 de octubre . . . . . . . . . . . . . . 326
El cielo: el verano del cristiano, 26 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 327
Bendita seguridad, 27 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328
Dejemos el yo en las manos de Dios, 28 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . 329
Qu significa perfeccin cristiana? 29 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330
Resplandecer con brillo viviente, 30 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331
Somos objeto del amor infinito, 31 de octubre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332
Noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 333
La ilimitada compasin de Cristo, 1 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 334
Cristo, ejemplo perfecto para todos, 2 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . 335
Jess provee un modelo de carcter, 3 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . 336
Los verdaderos seguidores obedecen la ley de Dios, 4 de noviembre . . . 337
ndice general XIII

Por medio de la justicia de Cristo podemos guardar la ley de Dios, 5


de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 338
El pecador arrepentido es aceptado en Cristo, 6 de noviembre . . . . . . . . 339
Las almas justificadas andan en la luz, 7 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . 340
Santificados por la fe y la obediencia, 8 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . 341
Una fe que obra, 9 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 342
La verdadera religin promueve la salud, 10 de noviembre . . . . . . . . . . . 343
Iluminado hasta el pleno resplandor, 11 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . 344
El templo de Dios, 12 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 345
Un argumento que los incrdulos no pueden resistir, 13 de noviembre . . 346
El culto familiar no debe descuidarse, 14 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . 347
Las familias han de reflejar la bondad de Dios, 15 de noviembre . . . . . . 348
Ser uno como Cristo y el padre son uno, 16 de noviembre . . . . . . . . . . . . 349
El camino hacia una mayor vida espiritual, 17 de noviembre . . . . . . . . . 350
Reflejemos la luz del sol de justicia, 18 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . 351
La alabanza a Dios tiene un poder irresistible, 19 de noviembre . . . . . . . 352
Jess era amigo de todos los seres humanos, 20 de noviembre . . . . . . . . 353
Cumplir la voluntad de Dios al advertir a los perdidos, 21 de noviembre354
La eterna recompensa del trabajo por otros, 22 de noviembre . . . . . . . . . 355
La estricta integridad caracteriza al cristiano, 23 de noviembre . . . . . . . . 356
Hemos de reflejar el amor de Cristo, 24 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . 357
El carcter es poder, 25 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 358
Jess nos muestra cmo vivir, 26 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
La abundante cosecha de un pequeo acto, 27 de noviembre . . . . . . . . . . 360
Los que regresan a las sendas antiguas, 28 de noviembre . . . . . . . . . . . . . 361
Dios cuida tiernamente de su pueblo, 29 de noviembre . . . . . . . . . . . . . . 362
Los cristianos deben reflejar la luz del cielo, 30 de noviembre . . . . . . . . 363
Diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365
La nota tnica de las escrituras, 1 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 366
Reinar para siempre, 2 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367
Jess, el centro de todo, 3 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 368
Los juicios de Dios sobre la tierra, 4 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369
Una norma elevada, 5 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 370
Gigantes o enanos espirituales? 6 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371
Enfrentamos una crisis, 7 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 372
Enseando de casa en casa, 8 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373
Un carcter que el mundo reconozca, 9 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . 374
Probad todas las cosas, 10 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375
Alistmonos, 11 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 376
Preparacin para lo que nos espera, 12 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . 377
Alivio del sufrimiento fsico, 13 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 378
XIV Dios nos Cuida

La corrupcin de la verdad, 14 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 379


El tiempo del zarandeo, 15 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 380
El sellamiento y la lluvia tarda, 16 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 381
Aqu y ahora, 17 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 382
Alcancemos un elevado nivel espiritual, 18 de diciembre . . . . . . . . . . . . . 383
Quines reciben el sello? 19 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 384
Tiempo de angustia cual nunca fue, 20 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . 385
Protegidos por los ngeles, 21 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 386
La liberacin del pueblo de Dios, 22 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 387
Se anuncia el da y la hora, 23 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 388
La resurreccin general de los justos, 24 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . 389
Nos reconoceremos unos a otros, 25 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 390
Las familias se reunirn, 26 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391
Bienvenidos a la ciudad de Dios, 27 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . 392
Pensad en las cosas del cielo, 28 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 393
El nico recuerdo del pecado, 29 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 394
La herencia inmortal, 30 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 395
El mayor honor de nuestro salvador, 31 de diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . 396
Apndice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397
Los primeros aos, 1827-1860 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397
Aos del desarrollo de la iglesia, 1860-1868 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
Los aos de los congresos, 1868-1881 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400
La dcada de 1881-1891 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 401
Los aos en Australia, 1891-1900 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403
Los aos en Elmshaven, 1900-1915 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 404
Enero
Llamados hijos de Dios, 1 de enero

Mirad cul amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos
de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoci a l. 1
Juan 3:1.

Mientras Juan pensaba en el amor de Cristo, se sinti impulsado a exclamar:


Mirad cul amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de
Dios.
La gente considera un gran privilegio ver a un personaje de la familia real, y
miles viajan grandes distancias para contemplar a uno de ellos. Cunto mayor
es el privilegio de ser hijos e hijas del Altsimo! Qu prerrogativa ms grande
se nos podra conferir que la de permitirnos formar parte de la familia real?
A fin de llegar a ser hijos e hijas de Dios, debemos separarnos del mundo.
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Seor,... y ser a vosotros Padre,
y vosotros me seris a m hijos e hijas.
Hay un cielo delante de nosotros, una corona de vida que ganar. Pero slo
se dar la recompensa al vencedor. El que gane el cielo debe entrar revestido
del manto de justicia. Y todo aquel que tiene esta esperanza en l, se purifica a
s mismo, as como l es puro. 1 Juan 3:3. En el carcter de Cristo no haba
desarmona de ninguna especie. Y sta debe ser nuestra experiencia. Nuestra
vida debe estar dominada por los principios que regan la suya.
Por medio de la perfeccin del sacrificio hecho en favor de la raza culpable,
los que creen en Cristo, al venir a l, pueden ser salvados de la ruina eterna...
Que nadie sea engaado de tal manera por el enemigo como para pensar que
es una condescendencia para algn hombre, por talentoso o culto o digno que
sea, la aceptacin de Cristo. Cada ser humano debe mirar al cielo con reverencia
y gratitud, y exclamar con asombro: Mirad cul amor nos ha dado el Padre,
[10] para que seamos llamados hijos de Dios.*

*
Ao bblico: Gnesis 1-3.
16
Seamos puros como Cristo, 2 de enero

Y todo aquel que tiene esta esperanza en l, se purifica a s mismo, as


como l es puro. 1 Juan 3:3.

Cristo elevar y refinar la mente del hombre, purificndola de toda escoria


a fin de que pueda apreciar el amor incomparable.
Por medio del arrepentimiento, la fe y las buenas obras, l puede perfeccionar
un carcter justo, y reclamar, por los mritos de Cristo, los privilegios de los
hijos de Dios. Los principios de la verdad divina, recibidos y atesorados en el
corazn, nos elevarn a alturas de excelencia moral que no nos hubiera sido
posible pensar que alcanzaramos... Y todo aquel que tiene esta esperanza en
l, se purifica a s mismo, as como l es puro.
La santidad de corazn y la pureza de vida eran los grandes temas de las
enseanzas de Cristo. En su Sermn del Monte, despus de especificar lo que
se debe hacer a fin de ser benditos, y lo que no se debe hacer, dice: Sed, pues,
vosotros perfectos, como vuestro Padre que est en los cielos es perfecto. La
perfeccin, la santidad, nada menos que eso, les otorgar el xito en la aplicacin
de los principios que les ha dado. Sin la santidad, el corazn humano es egosta,
pecaminoso y vicioso. La santidad har que su poseedor sea fructfero y que
abunde en buenas obras. Nunca se cansar del bien hacer, ni tratar de escalar
posiciones en este mundo, sino que esperar ser elevado por la Majestad del
cielo cuando exalte a sus santificados en su trono... La santidad de corazn
producir actos rectos.
As como Dios es puro en su esfera, el hombre ha de ser puro en la suya. Y
ser puro si Cristo se forma en su interior, la esperanza de gloria; porque imitar
la vida de Cristo y reflejar su carcter.
La dignidad principesca del carcter cristiano brillar como el sol y los rayos
de luz del rostro de Cristo se reflejarn sobre aquellos que se han purificado a s
mismos como l es puro.
La pureza del corazn conducir a la pureza de vida.* [11]

*
Ao bblico: Gnesis 4-7.
17
Llegamos a ser sus hijos, 3 de enero

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12.

La filiacin divina no es algo que obtenemos por nosotros mismos. Slo a


los que reciben a Cristo como su Salvador se les da la facultad de llegar a ser
hijos e hijas de Dios. El pecador no puede librarse del pecado por ningn poder
inherente. Para el logro de este resultado, debe buscar un poder superior. Juan
exclam: He aqu el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Slo
Cristo tiene poder de limpiar el corazn. El que busque perdn y aceptacin
slo puede decir: Nada traigo en mi mano; slo me aferro a la cruz. Pero la
promesa de la filiacin se brinda a todos aquellos que creen en su nombre.
Todo el que venga a Jess con fe, recibir perdn.
La religin de Cristo transforma el corazn. Convierte a un hombre mundano
en espiritual. Bajo su influencia el egosta se convierte en abnegado, porque tal
es el carcter de Cristo. El hombre deshonesto y maquinador se convierte en
recto, y llega a ser una segunda naturaleza para l hacer a los dems lo que le
agradara que le hicieran. El profano pasa de la impureza a la pureza. Adopta
hbitos correctos, porque el Evangelio de Cristo ha llegado a ser para l un
sabor de vida para vida.
Dios habra de manifestarse en Cristo, reconciliando consigo al mundo. El
hombre haba sido degradado tanto por el pecado que era imposible para l, en s
mismo, entrar en armona con Aquel cuya naturaleza es pureza y bondad. Pero
Cristo, despus de redimir al hombre de la condenacin de la ley, poda impartir
poder divino que se unira al esfuerzo humano. As, por el arrepentimiento
para con Dios y la fe en Cristo, los hijos cados de Adn podran nuevamente
convertirse en hijos de Dios.
[12] Cuando un alma recibe a Cristo, recibe poder para vivir la vida de Cristo.*

*
Ao bblico: Gnesis 8-11.
18
Cerca de los que lo invocan, 4 de enero

Cercano est Jehov a todos los que le invocan, a todos los que le invocan
de veras. Salmos 145:18.

Dios se complace cuando mantenemos el rostro orientado hacia el Sol de


justicia... Cuando estamos en dificultades y oprimidos por la ansiedad, el Seor
est cerca de nosotros, y nos insta a que depositemos toda nuestra solicitud en
l, porque l cuida de nosotros...
Se acerca a todos sus hijos en su afliccin. Es su refugio en tiempo de peligro.
Les ofrece su gozo y consuelo cuando estn dolientes. Nos apartaremos del
Redentor, la fuente de agua viva, para cavarnos cisternas rotas que no pueden
detener agua? Cuando se aproxime el peligro, buscaremos la ayuda de los
que son tan dbiles como nosotros, o acudiremos al que es poderoso para
salvar? Sus brazos estn abiertos ampliamente y formula esta invitacin llena
de gracia: Venid a m todos los que estis trabajados y cargados, que yo os
har descansar...
No es la manifestacin de su gracia, terrible majestad y poder incomparable
lo que nos dejar sin excusa si le rehusamos nuestro amor y nuestra obediencia.
Es el amor, la compasin, la paciencia, la longanimidad que ha manifestado, lo
que testificar en contra de aquellos que no han ofrecido el servicio voluntario de
sus vidas. Los que se convierten a Dios con corazn, alma y mente, encontrarn
en l apacible seguridad...
El conoce justamente lo que necesitamos, justamente lo que podemos so-
portar, y nos dar gracia para soportar toda prueba que sobrevenga. Mi oracin
constante es que nos acerquemos ms a Dios.
Se ha hecho toda provisin para satisfacer las necesidades de nuestra natu-
raleza espiritual y moral... Luz e inmortalidad son tradas por medio del Seor
Jesucristo. Jess ha dicho que ha puesto delante de nosotros una puerta abier-
ta, y nadie puede cerrarla. La puerta abierta est delante de nosotros, y por
la gracia de Cristo, rayos de luz misericordiosa dimanan desde los portones
entreabiertos.* [13]

*
Ao bblico: Gnesis 12-15.
19
La fe en l es vida eterna, 5 de enero

El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Juan 3:36.

Cuando el alma se entrega a Cristo, un nuevo poder se posesiona del nuevo


corazn. Se realiza un cambio que ningn hombre puede realizar por su cuenta.
Es una obra sobrenatural, que introduce un elemento sobrenatural en la natu-
raleza humana. El alma que se entrega a Cristo. llega a ser una fortaleza suya,
que l sostiene en un mundo en rebelin, y no quiere que otra autoridad sea
conocida en ella sino la suya. Un alma as guardada en posesin por los agentes
celestiales, es inexpugnable a los asaltos de Satans.
Cristo est dispuesto a impartir todas las influencias celestiales. Conoce
todas las tentaciones que asaltan a los humanos y la capacidad de todo instru-
mento humano. Mide su fortaleza. Ve el hoy y el maana, y presenta ante la
mente las obligaciones que debe cumplir, e insta para que no se permita que las
cosas comunes y terrenales absorban las eternas de tal modo que se pierdan de
vista.
Los dones de su gracia mediante Cristo son gratuitos para todos. No hay
eleccin, excepto la propia, por la cual alguien haya de perecer. Dios ha expuesto
en su Palabra las condiciones de acuerdo con las cuales se elegir a cada alma
para la vida eterna: la obediencia a sus mandamientos, mediante la fe en Cristo.
Dios ha elegido un carcter que est en armona con su ley, y todo el que alcance
la norma requerida, entrar en el reino de la gloria.
Qu posicin exaltada la de ser identificados con uno en quien se centra toda
perfeccin, quien es verdaderamente la Majestad del cielo, pero quien, aunque
cados, nos am tanto que las palabras no pueden expresarlo! Por nosotros l
depuso su manto real, descendi del trono del cielo y condescendi hasta vestir
su divinidad de humildad y lleg a ser como uno de nosotros, pero sin pecado,
para que su vida y carcter sean el modelo que todos copien, y para que puedan
[14] tener el precioso don de la vida eterna.*

*
Ao bblico: Gnesis 16-19.
20
Nos da sabidura e inteligencia, 6 de enero

Y reposar sobre l el Espritu de Jehov; espritu de sabidura y de


inteligencia, espritu de consejo y de poder, espritu de conocimiento y de
temor de Jehov. Isaas 11:2.

Mientras el Espritu Santo os abra la verdad, atesoraris las experiencias


ms preciosas, y desearis hablar a otras personas sobre las enseanzas conso-
ladoras que se os han revelado. Cuando os juntis con ellas, les comunicaris
un pensamiento nuevo sobre el carcter o la obra de Cristo. Tendris nuevas
revelaciones del amor compasivo de Dios para hacerlas a los que le aman y a
los que no le aman.
Dad, y se os dar, porque la Palabra de Dios es una fuente de huertos,
pozo de aguas vivas, que corren del Lbano. El corazn que prob el amor
de Cristo, anhela incesantemente beber de l con ms abundancia, y mientras
lo impartimos a otros, lo recibiremos en medida ms rica y copiosa. Cada
revelacin de Dios al alma aumenta la capacidad de saber y de amar. El clamor
continuo del corazn es: Ms de ti, y a l responde siempre el Espritu:
Mucho ms. Dios se deleita en hacer mucho ms abundantemente de lo que
pedimos o entendemos. A Jess, quien se entreg por entero para la salvacin
de la humanidad perdida, se le dio sin medida el Espritu Santo. As ser dado
tambin a cada seguidor de Cristo cuando le entregue su corazn como morada.
Nuestro Seor mismo nos orden: Sed llenos del Espritu, y este mandamiento
es tambin una promesa de su cumplimiento. Era la voluntad del Padre que en
Cristo habitase toda la plenitud; y vosotros estis completos en l.
Dios ha derramado su amor sin escatimar, al igual que las lluvias que
refrescan la tierra. El dice: Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen
la justicia; brase la tierra, y prodzcanse la salvacin y la justicia; hganse
brotar juntamente... De su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
Isaas 45:8; Juan 1:16.* [15]

*
Ao bblico: Gnesis 20-22.
21
Sirven a los salvos, 7 de enero

No son todos espritus ministradores, enviados para servicio a favor de


los que sern herederos de la salvacin? Hebreos 1:14.

Dios tiene ngeles cuya nica obra consiste en atraer a los que sern herede-
ros de la salvacin... La obra de los ngeles consiste en retener los poderes de
Satans.
La obra de estos seres celestiales consiste en preparar a los habitantes de
este mundo para que lleguen a ser hijos de Dios, puros, santos e incontaminados.
Pero los hombres, a pesar de que profesan ser seguidores de Cristo, no se
ponen en tal situacin que puedan comprender este ministerio, y de esta manera
dificultan la labor de estos mensajeros celestiales. Los ngeles, que siempre
contemplan el rostro del Padre en el cielo, preferiran permanecer junto a Dios,
en la atmsfera pura y santa del cielo; pero debe hacerse una obra que consiste
en traer la atmsfera celestial a las almas que estn tentadas y probadas, para
que Satans no las descalifique para el lugar que Dios quiere que llenen en las
cortes celestiales. Los principados y las potestades en lugares celestiales se
combinan con estos ngeles en su servicio en favor de los que sern herederos
de la salvacin.
Los ngeles, que harn por vosotros lo que no podis hacer por vosotros
mismos, esperan vuestra cooperacin. Esperan que respondis a la atraccin
de Cristo. Acercaos a Dios y el uno al otro. Mediante vuestros deseos, vuestras
oraciones silenciosas, vuestra resistencia a los instrumentos satnicos, poned
vuestra voluntad de parte de la de Dios. Mientras tengis el deseo de resistir
al diablo, y oris sinceramente diciendo: Lbrame de la tentacin, tendris
fortaleza para el da. La obra de los ngeles consiste en acercarse a los probados,
tentados y sufrientes. Trabajan mucho tiempo e incansablemente para salvar a
las almas por las cuales Cristo muri. Y cuando las almas aprecian sus avances,
aprecian la asistencia celestial que se les enva, responden a la obra del Espritu
Santo a su favor; cuando colocan su voluntad de parte de la voluntad de Cristo,
[16] los ngeles llevan las noticias al cielo... y hay gozo en el ejrcito celestial.*

*
Ao bblico: Gnesis 23-25.
22
La fe obra por el amor, 8 de enero

Porque en Cristo Jess ni la circuncisin vale algo, ni la incircuncisin,


sino la fe que obra por el amor. Glatas 5:6.

Cuando presentis vuestras peticiones al Seor, debis hacerlo humilde-


mente, sin vanagloriaros de dotes superiores, sino con verdadera hambre del
alma por las bendiciones de Dios. Cristo siempre sabe lo que atesora el cora-
zn. Debemos venir con fe en que el Seor oye y responde nuestras oraciones;
porque todo lo que no es de fe, es pecado. La fe genuina es la que obra por
el amor, y purifica el alma. Una fe viviente ser una fe que obre. Si furamos
al jardn y encontrramos que no hay savia en las plantas, ni frescura en las
hojas, ni brotes ni pimpollos de flores, ni ninguna seal de vida en los troncos
y las ramas, diramos: Las plantas estn muertas. Desarraigadlas del jardn,
porque son fealdad para el suelo. Lo mismo ocurre con los que profesan el
cristianismo y no tienen espiritualidad. Si no hay seales de vigor religioso, si
no se ponen en prctica los mandamientos del Seor, es evidente que Cristo, la
Vid viviente, no mora all.
La fe y el amor son los elementos esenciales y poderosos que obran en el
carcter cristiano. Los que los poseen son uno con Cristo, y estn cumpliendo
su misin. Debemos sentarnos a los pies de Cristo como alumnos constantes
y obrar con sus dones de fe y amor. Entonces llevaremos el yugo de Cristo, y
llevaremos sus cargas, y Cristo nos reconocer como uno con l; en el cielo se
dir: Son colaboradores de Cristo. Recordar nuestra juventud que sin fe es
imposible agradar a Dios? Y debe ser la fe que obra por amor y purifica el alma.
No podemos sobreestimar el valor de una fe sencilla y una obediencia
confiada. El carcter obtiene perfeccin siguiendo el camino de la obediencia
con una fe sencilla.* [17]

*
Ao bblico: Gnesis 26-27.
23
Dependencia de Dios, 9 de enero

Porque separados de m nada podis hacer. Juan 15:5.

La primera leccin que debe ensearse... es la leccin de la dependencia


de Dios... Como la flor del campo tiene su raz en el suelo, y debe recibir aire,
roco, lluvia y luz del sol, as debemos recibir de Dios lo que debe sostener la
vida del alma.
La presencia de Dios es una garanta para el cristiano. Esta Roca de fe
es la presencia viviente de Dios. El ms dbil puede depender de ella. Los
que se creen ms fuertes pueden convertirse en los ms dbiles a menos que
dependan de Cristo como su eficiencia y su dignidad. Esta es la Roca sobre la
cual podemos edificar con xito. Dios est cerca en el sacrificio expiatorio de
Cristo, en su intercesin, su amor, su tierno poder guiador en la iglesia. Sentado
junto al trono eterno, los observa con intenso inters. Mientras los miembros
de la iglesia obtengan savia y alimento de Jesucristo por medio de la fe, y no
de las opiniones, las invenciones y los mtodos de los hombres; si tienen una
conviccin de la cercana de Dios en Cristo, y ponen su entera confianza en
l, tendrn una relacin vital con Cristo, como la rama tiene una relacin con
el tronco. La iglesia no est fundada sobre teoras de hombres, sobre formas
y planes vacos de significado hace ya tiempo. Depende de Cristo, su justicia.
Est edificada sobre la fe en Cristo y las puertas del infierno no prevalecern
contra ella...
La fortaleza de toda alma reside en Dios y no en el hombre. La quietud
y la confianza han de ser la fuerza de todos los que dediquen su corazn a
Dios. Cristo no manifiesta un inters casual en nosotros; el suyo es ms fuerte
que el de una madre por su hijo... Nuestro Salvador nos ha comprado por
medio de sufrimientos y penas, por insultos, reproches, abuso, burlas, rechazo y
muerte. El te est mirando, tembloroso hijo de Dios. El te dar seguridad bajo
su proteccin... Nuestra dbil naturaleza humana no impedir nuestro acceso al
[18] Padre celestial, porque l [Cristo] muri para interceder por nosotros.*

*
Ao bblico: Gnesis 28-30.
24
Un corazn renovado, 10 de enero

Un mandamiento nuevo os doy: Que os amis unos a otros; como yo os he


amado, que tambin os amis unos a otros. Juan 13:34.

Jess dice: Como yo os he amado, que tambin os amis unos a otros. El


amor no es simplemente un impulso, una emocin transitoria que depende de
las circunstancias; es un principio viviente, un poder permanente. El alma se
alimenta de las corrientes del puro amor que fluyen del corazn de Cristo, una
fuente que nunca falla. Oh, cmo se vivifica el corazn, cmo se ennoblecen
sus motivos, cmo se profundizan sus afectos, mediante esta comunin! Bajo
la educacin y la disciplina del Espritu Santo, los hijos de Dios se aman
mutuamente, lealmente, sinceramente y sin afectacin, sin incertidumbre ni
hipocresa. Santiago 3:17. Y esto porque el corazn est enamorado de Jess.
Nuestros afectos mutuos surgen de una comn relacin con Dios. Somos una
familia y nos amamos los unos a los otros como l nos am. Cuando se compara
este afecto verdadero, santificado y disciplinado, con la cortesa ampulosa del
mundo, las expresiones carentes de significado de la amistad efusiva son como
paja de la era.
Amar como Cristo am significa manifestar abnegacin en todo momento y
lugar, mediante palabras amantes y un continente agradable... El amor genuino
es un precioso atributo que se origina en el cielo, y cuya fragancia crece en
proporcin a la forma en que se lo dispensa a los dems...
El amor de Cristo es profundo y ferviente y fluye como una corriente
irresistible para todos los que lo aceptan. No hay egosmo en su amor. Si este
amor de origen celestial es un principio que mora en el corazn, se manifestar,
no slo a aquellos que amamos ms dentro de una relacin sagrada, sino a
todos con los que entramos en contacto. Nos guiar a otorgar pequeos actos de
atencin, a hacer concesiones, a ejercer acciones bondadosas, a hablar palabras
tiernas, verdaderas y animadoras. Nos conducir a simpatizar con aquellos
cuyos corazones tienen sed de simpata.* [19]

*
Ao bblico: Gnesis 31-33.
25
Meditemos en Dios, 11 de enero

Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; ser exaltado entre las
naciones; enaltecido ser en la tierra. Salmos 46:10.

Los cristianos debieran... cultivar amor por la meditacin, y atesorar el


espritu de devocin. Muchos parecieran tener repugnancia por los momentos
dedicados a la meditacin, como si la investigacin de las Escrituras y la oracin
fueran tiempo perdido. Yo quisiera que todos vosotros vierais estas cosas en la
luz en que Dios quiere que las veis, porque entonces harais del reino de los
cielos lo ms importante. El mantener el corazn en el cielo dar vigor a todas
vuestras facultades, y pondr vida en todos vuestros deberes. El disciplinar la
mente para que se espacie en las cosas celestiales pondr vida y fervor en todo
vuestro comportamiento.
Que todo el que desee participar de la naturaleza divina aprecie el hecho
de que debe huir de la corrupcin que est en este mundo a travs de la con-
cupiscencia. Debe haber una lucha del alma, constante y ferviente, contra los
malos pensamientos. Debe haber una resistencia decidida contra la tentacin a
pecar en pensamiento o acto. El alma debe mantenerse libre de toda mancha,
por fe en Aquel que es capaz de guardaros sin cada. Debemos meditar en las
Escrituras, pensando con sobriedad y candidez en las cosas que se refieren a
nuestra eterna salvacin. La infinita misericordia y el amor de Jess, el sacrificio
hecho en nuestro favor, requieren la ms seria y solemne reflexin. Debiramos
espaciarnos en el carcter de nuestro querido Redentor e Intercesor. Debemos
tratar de comprender el significado del plan de salvacin. Debemos meditar
sobre la misin de Aquel que vino a salvar a su pueblo de sus pecados. Al con-
templar constantemente los temas celestiales, nuestra fe y amor se fortalecern.
Nuestras oraciones sern ms y ms aceptables para Dios, porque estarn ms y
ms mezcladas con fe y amor. Sern ms inteligentes y fervientes.
Cuando la mente est llena de este modo... el creyente en Cristo ser capaz
[20] de sacar sus tesoros del almacn del corazn.*

*
Ao bblico: Gnesis 34-36.
26
Acerqumonos confiadamente, 12 de enero

Acerqumonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar


misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4:16.

Jess conoce las necesidades de sus hijos y le gusta escuchar sus oracio-
nes. Que sus hijos se aparten del mundo y de todo lo que pudiera apartar los
pensamientos de Dios, y que sientan que estn solos con el Seor, que su ojo
contempla lo ms profundo del corazn y lee los deseos del alma, y que pueden
hablar con Dios. Con fe humilde, podis pedir el cumplimiento de sus promesas
y sentir que aunque no tenis nada en vosotros mismos que pudiera serviros
para suplicar el favor de Dios, debido a los mritos y la justicia de Cristo podis
acercaros confiadamente al trono de la gracia, para hallar socorro en el momento
oportuno. Nada puede fortalecer tanto al alma para resistir las tentaciones de
Satans en el gran conflicto de la vida, como buscar a Dios en humildad, y
presentar delante de l vuestra alma en toda su indigencia, a la espera de que l
ser vuestro Ayudador y Defensor.
Con la fe confiada de un niito, hemos de acudir a nuestro Padre celestial,
contndole todas nuestras necesidades. Siempre est listo para perdonarnos y
ayudarnos. La fuente de sabidura divina es inagotable, y el Seor nos anima a
sacar abundantemente de ella. El anhelo que podramos tener de bendiciones
espirituales se describe en estas palabras: Como el ciervo brama por las co-
rrientes de las aguas, as clama por ti, oh Dios, el alma ma. Necesitamos una
profunda hambre espiritual por los ricos dones que el cielo puede concedernos.
Debemos tener hambre y sed de justicia.
Oh, que podamos tener un deseo consumidor de conocer a Dios por expe-
riencia, para llegar hasta la cmara de audiencia del Altsimo, extendiendo la
mano de fe, y vaciando nuestras almas impotentes sobre Aquel poderoso para
salvar. Su bondad amante es mejor que la vida.
El desea conceder a los hijos de los hombres las riquezas de una herencia
eterna. Su reino es un reino eterno.* [21]

*
Ao bblico: Gnesis 37-39.
27
Regocijmonos en sus tesoros, 13 de enero

Y te alegrars en todo el bien que Jehov tu Dios te haya dado a ti y a tu


casa, as t como el levita y el extranjero que est en medio de ti.
Deuteronomio 26:11.

Debiera manifestarse gratitud y alabanza a Dios por las bendiciones tem-


porales y por todo consuelo que nos conceda. Dios desea que toda familia que
se est preparando para habitar en las mansiones celestes, le d gloria por los
ricos tesoros de su gracia. Si los nios, en la vida de hogar, fueran educados y
preparados para ser agradecidos al Dador de todo bien, veramos manifestarse
la gracia celestial en nuestras familias. Se vera alegra en la vida de hogar, y al
proceder de tales hogares, los jvenes llevarn con ellos un espritu de respeto y
reverencia al aula y a la iglesia. Habr atencin en el santuario donde Dios se
rene con su pueblo, reverencia por todos los servicios del culto, y se ofrecern
alabanzas y accin de gracias por todos los dones de su providencia...
Toda bendicin temporal ser recibida con gratitud, y toda bendicin espiri-
tual llegar a ser doblemente preciosa debido a que la percepcin de tal miembro
del hogar, se ha santificado por la Palabra de verdad. El Seor Jess est muy
cerca de aquellos que aprecian de ese modo sus dones de gracia, que descubren
el origen de todos sus bienes en un Dios benevolente, amante y cuidadoso, y que
reconocen en l a la gran Fuente de toda consolacin, la vertiente inagotable de
la gracia.
Si expresramos ms nuestra fe y nos regocijramos ms en las bendiciones
que sabemos que tenemosla gran merced y amor de Dios, tendramos ms
fe y mayor gozo. Ninguna lengua puede expresar, ninguna mente finita puede
concebir, la bendicin que resulta de la apreciacin de la bondad y el amor de
Dios. Aun en la tierra podemos tener gozo como vertiente, que nunca deja de
[22] fluir, porque se alimenta de la corriente que surge del trono de Dios.*

*
Ao bblico: Gnesis 40-42.
28
La plenitud de Dios, 14 de enero

Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Juan 1:16.

Cristo trat de salvar al mundo, no conformndose a l, sino revelndole el


poder transformador de la gracia de Dios que modela el carcter humano de
acuerdo con la semejanza del de Cristo.
Satans presentaba a Dios como un ser egosta y opresor, que lo peda todo
y no daba nada, que exiga el servicio de sus criaturas para su propia gloria, sin
hacer ningn sacrificio para su bien. Pero el don de Cristo revela el corazn
del Padre... Declara que aunque el odio que Dios siente por el pecado es tan
fuerte como la muerte, su amor hacia el pecador es ms fuerte que la muerte.
Habiendo emprendido nuestra redencin no escatimar nada, por mucho que
le cueste, de lo que sea necesario para la terminacin de su obra. No se retiene
ninguna verdad esencial para nuestra salvacin, no se omite ningn milagro
de misericordia, no se deja sin empleo ningn agente divino. Se acumula un
favor sobre otro, una ddiva sobre otra. Todo el tesoro del cielo est abierto a
aquellos a quienes l trata de salvar. Habiendo reunido las riquezas del universo,
y abierto los recursos de la potencia infinita, lo entrega todo en las manos de
Cristo y dice: Todas estas cosas son para el hombre. Usalas para convencerlo
de que no hay mayor amor que el mo en la tierra o en el cielo. Amndome
hallar su mayor felicidad.
El Padre aprecia cada alma que su Hijo ha comprado con la ddiva de su
vida. Se ha tomado toda medida para que recibamos el poder divino que nos
permitir vencer la tentacin. El alma es preservada para vida eterna por medio
de la obediencia a todos los requisitos de Dios.
Dios tiene un cielo lleno de bendiciones que quiere otorgar a aquellos que
buscan seriamente la ayuda que slo el Seor puede proveer.* [23]

*
Ao bblico: Gnesis 43-45.
29
Transformados de gloria en gloria, 15 de enero

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo


la gloria del Seor, somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espritu del Seor. 2 Corintios 3:18.

Cuando recibe la iluminacin del Espritu de Dios, el creyente contempla la


perfeccin de Jess, y al considerarla, se regocija con gozo inexpresable. En el
yo ve pecado y desesperanza; en el Redentor ve un carcter inmaculado y un
poder infinito. El sacrificio que Cristo hizo a fin de poder impartirnos su justicia,
es el tema en el cual podemos meditar con entusiasmo ms y ms profundo. El
yo no vale nada; Jess es supremo...
El poder transformador de la gracia puede hacer de m un participante de la
naturaleza divina. En Cristo ha resplandecido la gloria de Dios, y al contemplar a
Cristo, contemplamos su abnegacin recordando que en l mora toda la plenitud
de la Divinidad corporalmente, y el creyente se acerca ms y ms a la Fuente de
poder...
Cun esencial es que tengamos la iluminacin del Espritu de Dios porque
slo de esa manera podemos ver la gloria de Cristo, y al contemplarlo, nuestro
carcter se transforma debido a nuestra fe en Cristo y por medio de ella... [El]
tiene gracia y perdn para toda alma. Al mirar por la fe a Jess, nuestra fe
atraviesa las sombras, y adoramos a Dios por su maravilloso amor al dar a Jess
el Consolador...
El pecador puede llegar a ser un hijo de Dios, un heredero del cielo. Puede
levantarse del polvo y permanecer revestido con la vestimenta de la luz... Con
cada paso que da, ve nuevas bellezas en Cristo, y se asemeja ms y ms a l en
carcter.
El amor que se manifest hacia l en la muerte de Cristo despierta una
respuesta de amor agradecido, y como una contestacin a la oracin sincera
el creyente es conducido de gracia a gracia, de gloria en gloria, hasta que al
[24] contemplar a Cristo, sea cambiado a la misma imagen.*

*
Ao bblico: Gnesis 46-47.
30
En amor por los dems, 16 de enero

Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor,


como tambin Cristo nos am, y se entreg a s mismo por nosotros,
ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Efesios 5:1-2.

Debis seguir a Dios como hijos amados, ser obedientes a sus requerimien-
tos, caminar en amor como l nos am y se dio por nosotros, una ofrenda y
sacrificio a Dios en olor suave. El amor era el ambiente en el cual Cristo se
mova, caminaba y trabajaba. Vino a rodear al mundo con los brazos de su
amor...
Hemos de seguir el ejemplo presentado por Cristo y hacer de l nuestro
modelo, hasta que tengamos el mismo amor por el prjimo que l manifest
por nosotros. Trata de impresionarnos con la profunda leccin de su amor... Si
vuestro corazn se ha dado al egosmo, que Cristo lo llene de su amor. Desea que
lo amemos plenamente, y nos anima, y an ms, nos manda que nos amemos los
unos a los otros de acuerdo con el ejemplo que nos ha dado. Ha hecho del amor
la insignia de nuestro discipulado... Esa es la medida que debis alcanzar: Que
os amis los unos a los otros, como yo os he amado. Qu amor ms alto, ms
profundo y ms ancho! Este amor no debe abarcar solamente a unos cuantos
favoritos, sino que debe llegar hasta la ms baja y humilde de las criaturas de
Dios. Jess dice: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos ms
pequeos, a m lo hicisteis...
El amor y la simpata que Jess quisiera que brindramos a los dems no
tiene sabor a sentimentalismo, que es una trampa para el alma; es un amor
de origen celestial, que Jess practic por precepto y ejemplo. Pero en lugar
de manifestar ese amor, nos sentimos separados y enajenados los unos de los
otros... El resultado es una separacin de Dios, una experiencia malograda, el
menoscabo del crecimiento cristiano.
El amor de Jess es un principio activo que une corazn con corazn en
lazos de comunin cristiana. Cada persona que entre en el cielo habr sido
perfeccionada en amor en la tierra; porque en el cielo los objetos de nuestro
inters lo sern el Redentor y los redimidos.* [25]

*
Ao bblico: Gnesis 48-50.
31
Vencedores como l, 17 de enero

Estas cosas os he hablado para que en m tengis paz. En el mundo


tendris afliccin; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33.

Satans lanz ataques ms poderosos contra Cristo que los que nunca lanzar
contra nosotros. Del triunfo de Cristo o de l dependan consecuencias mucho
ms importantes. Si Cristo resista sus ms poderosas tentaciones, y Satans no
poda obtener xito en su intento de inducirlo a pecar, sabra que haba perdido
su poder y que finalmente sera castigado con eterna destruccin. Por lo tanto
Satans obr con mucho poder para inducir a Cristo a cometer un acto errneo,
porque entonces obtendra ventaja sobre l... Nunca podis ser tentados en
forma tan decidida y cruel como lo fue nuestro Salvador. Satans estuvo en su
senda en cada momento.
Se aferrar el hombre del poder divino, y resistir con determinacin y
perseverancia a Satans, tal como Cristo le ha dado ejemplo en su conflicto
con el enemigo en el desierto de la tentacin? Dios no puede salvar al hombre
contra su voluntad del poder de los artificios de Satans. El hombre debe
obrar con todo su poder humano, ayudado por el poder divino de Cristo, para
resistir y conquistar a toda costa. En resumen, el hombre debe vencer como
Cristo venci. Entonces, gracias a la victoria que tiene el privilegio de obtener
mediante el todopoderoso nombre de Jess, puede convertirse en heredero de
Dios y coheredero con Jesucristo. Este no sera el caso si Cristo solo obtuviera
la victoria. El hombre debe hacer su parte; debe ganar la victoria por s mismo,
por medio de la fortaleza y la gracia que Cristo le da. Debe ser colaborador de
Cristo en la obra de vencer, y entonces participar con l en su gloria.
El Salvador venci para mostrarle al ser humano cmo puede vencer. Cristo
venci todas las tentaciones de Satans con la Palabra de Dios. Confiando en
las promesas de Dios, recibi poder para obedecer los mandamientos de Dios, y
[26] el tentador no pudo obtener ventaja.*

*
Ao bblico: xodo 1-4.
32
Ms unido que un hermano, 18 de enero

Y amigo hay ms unido que un hermano. Proverbios 18:24.

Tendris desilusiones, pero siempre tened en mente que Jess, el Salvador


viviente y resucitado, es vuestro Redentor y Restaurador. El os ama, y es mejor
compartir su amor que sentarse con prncipes y estar separado de l...
Venid diariamente a Jess, quien os ama. Abridle francamente vuestro
corazn. No hay desilusiones en l. Nunca encontraris otro consejero mejor, y
un gua ms seguro o una defensa ms tierna.
En medio de todas vuestras tribulaciones... habis tenido un amigo que
nunca falla, que os ha dicho: Yo estoy con vosotros todos los das, hasta el fin
del mundo.
Pero cun a menudo se desprecia al Seor persiguiendo la sociedad de otros,
y cosas sin valor!... No nos atrevamos a permitir que su nombre languidezca
en nuestros labios, y que su amor y su memoria mueran en nuestro corazn.
Biendice el fro y formal profeso cristiano, esto equivale a humanizar
demasiado a Cristo. Pero la Palabra de Dios nos insta a tener esas ideas. Es
la carencia de estas concepciones prcticas y definidas acerca de Cristo lo que
impide a muchos tener una genuina experiencia en el conocimiento de nuestro
Seor y Salvador Jesucristo. Esta es la razn por la cual muchos temen, dudan
y estn de duelo. Sus ideas acerca de Cristo y el plan de salvacin son vagas,
tristes y confusas.
Si alguna vez hubo un momento cuando los hombres necesitaron la presencia
de Cristo a su diestra es ahora, de manera que cuando el enemigo llegue como
una inundacin, el Espritu del Seor levante un estandarte contra l.
La comunin con Cristo, qu indescriptiblemente preciosa! Si la buscamos,
es nuestro privilegio gozar de tal comunin.
Tendris la eterna seguridad de que poseis un amigo ms unido que un
hermano.* [27]

*
Ao bblico: xodo 5-8.
33
Los buenos hbitos y la salud, 19 de enero

Mas yo har venir sanidad para ti, y sanar tus heridas, dice Jehov.
Jeremas 30:17.

La mente no se desgasta ni sucumbe tan a menudo por causa del empleo


diligente y el estudio constante, como debido a que se comen alimentos inade-
cuados y en momentos no apropiados, y al descuido de las leyes de la salud...
Las horas irregulares para comer y dormir minan las fuerzas mentales. El aps-
tol Pablo declara que quien quiera tener xito en su propsito de alcanzar una
elevada norma de piedad, debe ser temperante en todas las cosas. El comer,
el beber y la vestimenta tienen una influencia directa sobre nuestro progreso
espiritual.
La salud es una bendicin que pocos aprecian... Muchos comen a toda hora
sin considerar las leyes de la salud. Entonces la mente se cubre de lobreguez.
Cmo puede el hombre ser honrado con iluminacin divina cuando es tan
descuidado en sus hbitos, tan desatento a la luz que Dios le ha dado con
respecto a estas cosas?... La vida es un cometido sagrado que slo Dios puede
capacitarnos para conservar, y para usar en tal forma que lo glorifique. Pero el
que form esta maravillosa estructura del cuerpo, tendr especial cuidado de
mantenerlo en orden si el hombre no interfiere en sus propsitos.
La salud, la vida y la felicidad son el resultado de la obediencia a las leyes
fsicas que gobiernan nuestro cuerpo. Si nuestra voluntad y nuestros mtodos
estn en armona con la voluntad y los mtodos de Dios; si hacemos lo que al
Creador le place, l mantendr el organismo humano en buenas condiciones, y
restaurar las facultades morales, mentales y fsicas, a fin de poder obrar por
medio de nosotros para su gloria... Si cooperamos con l en esta obra, la salud y
la felicidad, la paz y la utilidad sern el resultado seguro.
El no muri por nosotros para que nos convirtamos en esclavos de hbitos
malignos, sino para que nos convirtamos en hijos e hijas de Dios, sirvindole a
l con cada poder de nuestro ser.
Mis queridos amigos jvenes, avancen paso a paso, hasta que todos sus
[28] hbitos estn en armona con las leyes de la vida y la salud.*

*
Ao bblico: xodo 9-11.
34
Sabidura divina, 20 de enero

Porque mejor es la sabidura que las piedras preciosas; y todo cuanto se


puede desear, no es de compararse con ella. Proverbios 8:11.

Si Adn y Eva nunca hubieran tocado el rbol prohibido, el Seor les hubiera
impartido sabidura, sabidura sin mancha de pecado, sabidura que les habra
proporcionado alegra eterna. El nico conocimiento que obtuvieron por su
desobediencia fue el del pecado y sus resultados...
A travs de los siglos, la curiosidad ha inducido a los hombres a buscar
el rbol de la sabidura, y a menudo piensan que estn cosechando los frutos
ms esenciales, cuando, a semejanza de la investigacin de Salomn, descubren
que todo es completa vanidad, en comparacin con la ciencia de la verdadera
santidad que les abrir los portales de la ciudad de Dios. La ambicin humana
ha estado buscando esa clase de sabidura que brindar gloria, exaltacin propia
y supremaca. De ese modo obr Satans sobre Adn y Eva, hasta que las
restricciones de Dios fueron dejadas de lado, y comenz su educacin bajo el
maestro de mentiras, a fin de que pudieran tener el conocimiento que Dios les
haba rehusado.
La verdadera sabidura es un tesoro tan duradero como la eternidad. Muchos
de los que el mundo llama sabios lo son slo en su propia estima. Contentos con
las adquisiciones de la sabidura mundanal, nunca entran en el jardn de Dios,
para llegar a relacionarse con los tesoros de sabidura contenidos en su Santa
Palabra. Considerndose sabios, son ignorantes con respecto a la sabidura que
todos deben tener para alcanzar la vida eterna... El hombre ignorante, si conoce
a Dios y a Jesucristo, tiene una sabidura ms duradera que la del hombre ms
sabio que desprecia la instruccin de Dios.
La sabidura divina ha de ser una lmpara a sus pies... Todo lo que pueda ser
sacudido, lo ser; pero arraigado y basado en la verdad, usted podr mantenerse
con aquellas cosas que no pueden ser conmovidas.* [29]

*
Ao bblico: xodo 12-13.
35
Estudie las escrituras, 21 de enero

Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseanza se


escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolacin de las
Escrituras, tengamos esperanza. Romanos 15:4.

Este santo Libro ha resistido los asaltos de Satans, quien se ha unido con
hombres malignos para que todo lo que tenga carcter divino resulte rodeado
de nubes y tinieblas. Pero el Seor ha preservado este santo Libro, mediante su
propio poder milagroso, en la forma en que lo encontrarnos actualmente, a saber,
como un mapa o gua para mostrar a la familia humana el camino que conduce
al cielo... Dios encomend la preparacin de su Palabra divinamente inspirada
a hombres finitos. Esta Palabra... es el texto gua de los habitantes de un mundo
cado, legado a ellos para que al estudiarlo y obedecer sus indicaciones nadie
pierda el camino que conduce al cielo.
Nunca hubo una poca como ahora en la que fuera tan importante que los
seguidores de Cristo estudiaran la Biblia. Encontramos influencias engaosas a
todos lados y es esencial que recibis consejo de Jess, vuestro mejor Amigo...
David declara: En mi corazn he guardado tus dichos, para no pecar contra
ti. Cuntos han sido traicionados y han cado en pecado debido a que no han
comprendido, mediante el estudio de la Palabra de Dios, con oracin, la peca-
minosidad del pecado, ni han descubierto cmo podan resistirlo firmemente.
Cuando la tentacin los asalta, parece que no estn en guardia, y que estn igno-
rantes de las trampas del enemigo. Estamos viviendo en tiempos peligrosos, y a
medida que nos acerquemos al fin de la historia de la tierra, no habr seguridad
para los que no se familiarizan con la Palabra de Dios... Todo lo que pueda
ser sacudido, lo ser... Los hijos de Dios han alcanzado la parte ms difcil de
su peregrinacin porque las redes y trampas del enemigo estn a cada lado.
Sin embargo, con la conduccin del Seor, con aquello que ha sido claramente
revelado en su Palabra, podemos caminar seguros y sin tropiezos... Una voz del
cielo se dirige a nosotros desde sus pginas.
La obediencia a la Palabra de Dios es nuestra nica salvaguardia contra los
[30] males que estn arrastrando el mundo a la destruccin.*

*
Ao bblico: xodo 14-15.
36
Para caminar por su senda, 22 de enero

El camino de Jehov es fortaleza al perfecto; pero es destruccin a los


que hacen maldad. Proverbios 10:29.

Si desde el principio hubiramos caminado de acuerdo con el consejo de


Dios, miles ms se hubieran convertido a la verdad presente. Pero muchos han
avanzado por senderos tortuosos. Hermanos mos, que vuestra senda sea recta,
no sea que el cojo se aparte de su camino. Que nadie siga una senda torcida
que haya hecho otro antes, porque de ese modo no slo os desviaris vosotros,
sino que haris ms fcil caminar por esa senda torcida a algn otro prjimo.
Decidos que en lo que os concierne, caminaris en la senda de la obediencia.
Aseguraos de que estis bajo el amplio escudo del Omnipotente. Comprended
que las caractersticas de Jehov deben revelarse en vuestra vida, y que debe
realizarse en vosotros una obra que modelar vuestro carcter de acuerdo con la
semejanza divina. Someteos a la direccin del que es Cabeza sobre todos...
Estamos haciendo nuestro trabajo para el juicio. Seamos aprendices de
Cristo. Necesitamos su direccin en todo momento. A cada paso debemos
preguntar: Es esta la voluntad del Seor? y no, Es esta la voluntad de mi
superior? Slo debemos preocuparnos por si estamos caminando en el camino
del Seor.
Dios honrar y elevar a todo corazn leal, a toda alma ferviente que est
tratando de caminar ante l en la perfeccin de la gracia de Cristo. Nunca
abandonar a un alma humilde y temblorosa. Creeremos que obrar en nuestro
corazn? Creeremos que si se lo permitimos, nos har puros y santos, y median-
te su rica gracia nos habilitar para ser obreros juntamente con l? Podremos
apreciar, con percepcin aguda y santificada, la fortaleza de sus promesas, y
podremos apropiarnos de ellas, no porque somos dignos, sino porque mediante
una fe viviente pedimos la justicia de Cristo?
No hay nada tan grande y poderoso como el amor de Dios por sus hijos.* [31]

*
Ao bblico: xodo 16-17.
37
Cristo atrae a todos, 23 de enero

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraer a m mismo. Juan


12:32.

Nunca antes se tuvo un conocimiento ms amplio de Cristo, que cuando


pendi de la cruz. Fue levantado de la tierra para atraer a todos a s mismo. La luz
de la verdad haba de brillar en el corazn de muchos de los que contemplaban
la escena de la crucifixin, y oan las palabras de Cristo. Proclamaran con Juan:
He aqu el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. All estaban los
que no descansaran hasta que, despus de escudriar las Escrituras y comparar
versculo con versculo, vieran el significado de la misin de Cristo. Vieron que
Aquel cuya tierna misericordia abarcaba todo el mundo, proporcionaba amplio
perdn. Leyeron las profecas relativas a Cristo, y las promesas tan generosas y
amplias, que sealaban una fuente abierta en favor de Jud y de Jerusaln.
El sacrificio de Cristo como expiacin del pecado es la gran verdad en
torno a la cual se renen todas las otras. Para poder comprender y apreciar
correctamente toda verdad de la Palabra de Dios, desde el Gnesis hasta el
Apocalipsis, deben ser estudiadas a la luz que fluye de la cruz del Calvario, en
relacin con la extraordinaria verdad central de la expiacin efectuada por el
Salvador. Los que estudian el maravilloso sacrificio del Redentor, crecen en
gracia y conocimiento.
Os presento el grandioso monumento de misericordia y regeneracin, salva-
cin y redencin: el Hijo de Dios levantado en la cruz del Calvario. Este debe
ser el tema de todo discurso.
Jess est invitando y atrayendo hacia s mismo por medio del Espritu Santo
los corazones de jvenes y ancianos... Cuando se predica a Cristo crucificado se
demuestra el poder del Evangelio por la influencia que ejerce sobre el creyente.
En lugar de permanecer muerto en sus errores y pecados, se despierta.
Colocad al Hombre del Calvario en alto y aun ms alto; hay poder en la
[32] exaltacin de la cruz de Cristo.*

*
Ao bblico: xodo 18-20.
38
Reconciliados con Dios, 24 de enero

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte


de su Hijo, mucho ms, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Romanos 5:10.

La cruz est revestida con un poder que el lenguaje no puede expresar. El


sacrificio de Cristo en favor de la raza humana avergenza nuestros pobres
esfuerzos y mtodos para alcanzar y elevar a la humanidad, para ayudar a
hombres y mujeres pecadores a encontrar a Jess.
La obra de los hijos e hijas de Dios debe ser de un carcter distinto al
manifestado por un gran nmero de personas. Si aman a Jess, tendrn ideas
ms amplias acerca del amor que se ha manifestado por el hombre cado, que
requiri la provisin de una ofrenda tan costosa para salvar a la especie humana.
Nuestro Salvador pide la cooperacin de cada hijo e hija de Adn que ha llegado
a convertirse en hijo o hija de Dios... Nuestro Salvador declara que trajo del
cielo el don de la vida eterna. Haba de ser levantado en la cruz del Calvario
para atraer a todos los hombres a s mismo. Cmo trataremos entonces la
herencia adquirida por Cristo? Debiera manifestrsele ternura, aprecio, bondad,
simpata y amor. Entonces podremos trabajar para ayudar y bendecir a los
dems. Tenemos la exaltada compaa de los ngeles celestiales. Cooperan con
nosotros en la obra de iluminar a los encumbrados y a los humildes.
Habiendo emprendido la obra, la admirable obra de nuestra redencin, Cristo
decidi en el concilio con su Padre que no haba de escatimarse nada, por ms
costoso que fuera, no haba que guardar nada, por ms alto que se lo estimara,
para rescatar al pobre pecador. El dara todo el cielo para esta obra de salvacin,
para restaurar la imagen moral de Dios en el hombre... Ser hijo de Dios significa
ser uno con Cristo y bendecir a las almas que perecen en sus pecados. Debemos
comunicarles lo que Dios nos ha comunicado a nosotros.* [33]

*
Ao bblico: xodo 21-23.
39
Se comienza en el hogar, 25 de enero

Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los


mandamientos y ordenanzas del Seor. Lucas 1:6.

Al establecer una relacin con Cristo, el hombre renovado no hace sino


volver a la relacin con Dios que ya se le haba sealado... Su primer deber
es hacia sus hijos y sus parientes ms cercanos. Nada puede excusarle por
descuidar el crculo de sus ms allegados para atender el crculo externo ms
amplio. En el da del ajuste final de cuentas... se les preguntar a los padres y
a las madres qu hicieron para asegurar la salvacin de las almas de los que
ellos se hicieron responsables trayndolos al mundo. Descuidaron sus corderos
dejndolos al amparo de extraos?... Una gran cantidad de bien realizado en
favor de otros no cancelar la deuda que tenis ante Dios de cuidar a vuestros
hijos. El bienestar espiritual de su familia est en primer lugar.
En entrenar correctamente y moldear las mentes de sus hijos, se les ha
confiado a las madres la misin ms importante dada alguna vez a los mortales.
Siempre que cumplamos con el deber que tenemos ms a mano, Dios nos
bendecir y escuchar nuestras oraciones. Hay demasiadas personas que realizan
obra misionera fuera del hogar, mientras que en su propia casa no se hace nada
en ese sentido, y como consecuencia de ese descuido, su hogar va a la ruina...
El primer trabajo misionero consiste en cuidar de que el amor, la luz y el gozo
reinen en el hogar. No tratemos de realizar alguna gran campaa en favor
de la temperancia, o alguna gran empresa misionera, antes de cumplir con
los deberes hacia nuestro hogar. Cada maana debiramos pensar: Qu acto
bondadoso puedo realizar hoy? Qu palabra tierna puedo pronunciar? Las
palabras bondadosas en la intimidad del hogar se asemejan a los rayos del sol.
El esposo necesita de ellas, como tambin las necesitan la esposa y los nios...
Cada corazn debiera aspirar a conseguir que exista aqu abajo tanto del cielo
como sea posible.
Un alma salvada en su propio crculo familiar o en su propio vecindario,
gracias a su labor paciente y esmerada, traer tanto honor al nombre de Dios, y
brillar tanto en su corona, como si hubiese encontrado esa alma en la China o
[34] la India.*

*
Ao bblico: xodo 24-27.
40
Tratemos bien a nuestros vecinos, 26 de enero

No te niegues a hacer el bien a quien es debido. Proverbios 3:27.

Tan dispuesto y ansioso est el corazn del Salvador a recibirnos como


miembros de la familia de Dios, que incluso en las primeras palabras que
debemos emplear para acercarnos a Dios, l expresa la seguridad de nuestra
relacin divina: Padre nuestro.
Al llamar a Dios nuestro Padre, reconocemos a todos sus hijos como nuestros
hermanos. Todos formamos parte del gran tejido de la humanidad; todos somos
miembros de una sola familia. En nuestras peticiones hemos de incluir a nuestros
prjimos tanto como a nosotros mismos. Nadie ora como es debido si solamente
pide bendiciones para s mismo.
Estis unidos al Seor por los lazos ms fuertes, y la manifestacin del amor
de nuestro Padre debiera despertar el afecto ms filial y la gratitud ms ardiente.
Las leyes de Dios se fundan en una inmutable rectitud, y han sido conformadas
para promover la felicidad de los que las obedecen...
En la leccin de fe que Cristo ense en el monte se revelan los principios
de la verdadera religin. La religin conduce al hombre a una relacin personal
con Dios, pero no exclusivamente con l; porque los principios del cielo han de
vivirse de manera que puedan ayudar y bendecir a la humanidad. Un verdadero
hijo de Dios lo amar con todo su corazn, y amar a su prjimo como a s
mismo. Se interesar en sus semejantes. La verdadera religin es el resultado de
la obra de la gracia en el corazn, que hace que la vida fluya en forma de buenas
obras, como lo hace una fuente alimentada de corrientes vivas. La religin no
consiste meramente de meditacin y oracin. La luz del cristiano se manifiesta
en buenas obras, y as lo reconocen los dems. No habr de divorciarse la
religin de la vida de los negocios. Debe penetrar y santificar sus compromisos
y empresas. Si un hombre est verdaderamente conectado con Dios y el cielo, el
espritu que mora en el cielo influir en todas sus palabras y acciones. Glorificar
a Dios en sus obras y conducir a otros a honrarle.* [35]

*
Ao bblico: xodo 28-29.
41
Unmonos como hijos de Dios, 27 de enero

Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jess. Glatas 3:26.

Nunca encontramos a dos personas exactamente iguales. Entre los seres


humanos como en las cosas del mundo natural existe la diversidad. La unidad
en la diversidad entre los hijos de Dios, la manifestacin de amor y tolerancia, a
pesar de las diferencias de disposicin, ste es el testimonio de que Dios envi
a su Hijo al mundo para salvar a los pecadores.
La unidad que existe entre Cristo y sus discpulos no destruye la personalidad
de uno ni otro. Son uno en mente, propsito y carcter, pero no en persona. El
hombre, al someterse a la ley de Dios y participar de su Espritu, llega a ser
participante de la naturaleza divina. Cristo conduce a sus discpulos a una unin
viva consigo mismo y con el Padre. El hombre se completa en Cristo Jess
mediante la obra del Espritu Santo en su mente. La unidad con Cristo establece
un vnculo de unin de los unos con los otros. Esta unidad es para el mundo la
prueba ms convincente de la majestad y la virtud de Cristo, y de su poder para
quitar el pecado.
Los poderes de las tinieblas tienen poca ocasin contra los creyentes que se
aman mutuamente como Cristo los am, que rehsan crear desunin y contienda,
que permanecen juntos, que son bondadosos, corteses y compasivos, fomentando
la fe que obra por amor y purifica el alma. Debemos poseer el Espritu de Cristo,
o no somos suyos.
En la unidad est la fortaleza; en la divisin est la debilidad.
Mientras ms ntima sea nuestra unin con Cristo, ms ntima ser nuestra
unin con el prjimo. La discordia y el desafecto, el egosmo y el orgullo, estn
luchando por la supremaca. Estos son los frutos de un corazn dividido y
abierto a las sugerencias del enemigo de las almas. Satans se goza cuando
puede sembrar las semillas de la disensin.
En la unidad hay una vida, un poder, que no puede obtenerse de ninguna
[36] otra manera.*

*
Ao bblico: xodo 30-31.
42
Nos alegramos en el seor, 28 de enero

Dulce ser mi meditacin en l; yo me regocijar en Jehov. Salmos


104:34.

Descanse plenamente en los brazos de Jess. Contemple su gran amor, y


mientras medite en su abnegacin, su sacrificio infinito hecho en nuestro favor
para que creysemos en l, su corazn se llenar de gozo santo, paz serena y
amor indescriptible. Mientras hablemos de Jess y lo busquemos en oracin, se
fortalecer nuestra confianza de que l es nuestro Salvador personal y amante,
y su carcter aparecer ms y ms hermoso... Debemos gozarnos con ricos
festines de amor, y mientras ms plenamente creamos que somos suyos por
adopcin, tendremos un goce anticipado del cielo.
Esperemos con fe en el Seor. El impulsa al alma a la oracin, y nos imparte
el sentimiento de su precioso amor. Nos sentimos cerca de l, y podemos
mantener una dulce comunin a su lado. Obtenemos un panorama claro de su
ternura y compasin, y nuestro corazn se abre y enternece al considerar el
amor que se nos concede. Sentimos en verdad morar a Cristo en el alma...
Nuestra paz es como un ro, ola tras ola de gloria ruedan hacia el interior del
corazn, y verdaderamente cenamos con Jess y l con nosotros. Sentimos que
comprendemos el amor de Dios, y descansamos en su amor. Ningn lenguaje
puede describirlo; est ms all del entendimiento. Somos uno con Jess; nuestra
vida se esconde con Cristo en Dios. Tenemos la seguridad de que cuando l,
que es nuestra vida, aparezca, entonces tambin apareceremos con l en gloria.
Con toda confianza podemos decir que Dios es nuestro Padre. Ya sea que
vivamos o muramos, pertenecemos al Seor. Su Espritu nos hace semejantes
a Cristo Jess en temperamento y disposicin, y representamos a Cristo ante
los dems. Cuando l mora en el alma, no es posible ocultar este hecho, porque
es como una fuente de aguas que mana vida eterna. No podemos dejar de
representar la semejanza de Jess en nuestro carcter, y nuestras obras, nuestro
comportamiento, producen en otros un amor profundo y permanente hacia Jess,
y manifestamos... que somos conformados a la imagen de Jesucristo.* [37]

*
Ao bblico: xodo 32-33.
43
Llenad la mente de la verdad, 29 de enero

Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandsimas promesas,


para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina,
habiendo huido de la corrupcin que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia. 2 Pedro 1:4.

Llenar la mente de la verdad divina es el deber de cada hijo de Dios; y


mientras ms lo haga, tendr ms fortaleza y claridad de mente para captar
las cosas profundas de Dios. Y en la medida que los principios de verdad se
desarrollan en su vida diaria, ser hecho cada vez ms serio y vigoroso.
Lo que bendecir a la humanidad es la vida espiritual. El que est en armona
con Dios, depender constantemente de l para obtener fortaleza. Sed vosotros
perfectos, como vuestro Padre que est en los cielos es perfecto. La obra
de nuestra vida debera consistir en avanzar constantemente para alcanzar la
perfeccin del carcter cristiano, esforzndonos siempre por conformarnos a la
voluntad de Dios. Los esfuerzos iniciados en la tierra continuarn por toda la
eternidad. Los adelantos hechos aqu nos pertenecern cuando entremos en la
vida futura.
Los que son participantes de la humildad, la pureza y el amor de Cristo, se
gozarn en Dios, y esparcirn luz y alegra a todo su alrededor. El pensamiento
de que Cristo muri para conseguirnos el don de la vida eterna, basta para poner
de manifiesto en nuestro corazn la gratitud ms sincera y ferviente, y obtener
de nuestros labios la alabanza ms entusiasta. Las promesas de Dios son ricas,
plenas y gratuitas. Cualquiera que, en la fortaleza de Cristo, cumpla con los
requisitos, podr reclamar estas promesas con toda su riqueza de bendicin como
propias. Y al recibir abundante provisin del almacn de Dios, podr, en el viaje
de la vida, andar como es digno del Seor, agradndole en todo, bendiciendo
a sus semejantes y honrando a Dios con su ejemplo piadoso. Mientras nuestro
Salvador previene a sus seguidores con la advertencia: Sin m nada podis
hacer, ha unido a ella para nuestro estmulo la grata seguridad de que el que
[38] est en m, y yo en l, ste lleva mucho fruto.*

*
Ao bblico: xodo 34-36.
44
Como rbol junto a las aguas, 30 de enero

Ser como rbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en


su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperar. Salmos 1:3.

Los peligros obstruyen todo sendero, y aquel que resulta vencedor tambin
tendr una cancin triunfante para cantar en la ciudad de Dios. Algunos tie-
nen fuertes rasgos de carcter que necesitarn reprimir constantemente. Si se
someten a la direccin del Espritu de Dios, esos rasgos sern una bendicin;
pero si no lo hacen, resultarn una maldicin. Si los que ahora se encuentran
en la cresta de la ola de la popularidad no se marean, ser un milagro de la
misericordia. Si se apoyan en su propia sabidura, como muchos en su misma
situacin lo han hecho, sta les resultar insensatez. Pero mientras se entreguen
abnegadamente para hacer la obra de Dios, no apartndose en lo ms mnimo
de los principios, el Seor extender alrededor de ellos su brazo eterno y llegar
a ser su poderoso ayudador...
Esta es una poca peligrosa para todo hombre que tenga talentos valiosos
susceptibles de ser empleados en la obra de Dios, porque Satans est acosando
constantemente con sus tentaciones a toda persona, y siempre tratando de
llenarlas de orgullo y ambicin. Y cuando Dios podra usarlas, es muy frecuente
el caso que hayan llegado a considerarse independientes, a llenarse de suficiencia
propia, y a creerse capaces de permanecer firmes por su cuenta...
Oracin y esfuerzo, esfuerzo y oracin, debe ser la ocupacin de vuestra
vida. Deberais orar como si la eficiencia y la alabanza fueran slo de Dios,
y deberais trabajar como si el deber fuese slo de vosotros. Si deseis poder,
podis tenerlo; est esperando que vayis en su busca. Creed slo en Dios,
aferraos a su Palabra, obrad por fe, y las bendiciones llegarn... Dios acepta
y escucha la oracin de aquellos que tienen un corazn humilde, confiado
y contrito; y cuando Dios ayuda, todos los obstculos sern vencidos... Las
bendiciones del cielo, obtenidas por la suplicacin diaria, sern como el pan
de vida para el alma y causarn un aumento en la fortaleza moral y espiritual,
como un rbol plantado junto a corrientes de aguas.* [39]

*
Ao bblico: xodo 37-38.
45
Heredaremos todas las cosas, 31 de enero

El que venciere heredar todas las cosas, y yo ser su Dios, y l ser mi


hijo. Apocalipsis 21:7.

Para heredar todas las cosas, debemos resistir y vencer el pecado.


Podremos gozarnos en el Seor si guardamos sus mandamientos. Si nuestra
ciudadana es ciertamente celestial, y si aspiramos a una herencia inmortal, una
propiedad eterna, tendremos esa fe que obra por el amor y purifica el alma...
Somos miembros de la familia celestial, hijos del Rey del cielo, herederos de
Dios y coherederos con Cristo. Cuando l venga [Cristo] poseeremos la corona
de vida que no se marchita.
El Monarca del cielo deseara que poseyerais todo lo que puede ennoblecer,
expandir y exaltar vuestro ser, y que disfrutarais de ellos, para prepararos con
el propsito de morar con l eternamente, con una existencia que se mida
con la vida de Dios. Qu perspectivas encierra la vida venidera! Cuntos
encantos posee! Cun amplio, profundo e inconmensurable es el amor de Dios
manifestado al hombre!
Los privilegios concedidos al hijo de Dios son ilimitados: vincularse con
Jesucristo, quien, en todo el universo del cielo y de los mundos no cados, es
adorado por cada corazn, y sus alabanzas entonadas por cada lengua; ser hijo
de Dios, llevar su nombre, llegar a ser un miembro de la familia real; alistarse
bajo el estandarte del Prncipe Emanuel, el Rey de reyes y Seor de seores.
El Hijo de Dios era el heredero de todas las cosas, y a l se le prometieron
el dominio y la gloria de los reinos de este mundo... As como Cristo estuvo en
el mundo, deben estarlo sus seguidores. Son los hijos de Dios, y coherederos
con Cristo; y el reino y el seoro les pertenece.
En lugar del mundo l le dar, a cambio de una vida de obediencia, el reino
bajo todo el cielo. Le dar un eterno peso de gloria y una vida tan permanente
[40] como la eternidad.*

*
Ao bblico: xodo 39-40.
46
Febrero
Entrego mi corazn, 1 de febrero

Dame, hijo mo, tu corazn, y miren tus ojos por mis caminos. Proverbios
23:26.

El Seor os dice a cada uno de vosotros: Dame, hijo mo, tu corazn. El


ve vuestra confusin. El sabe que vuestra alma est enferma de pecado, y desea
deciros: Tus pecados te son perdonados. El Gran Mdico tiene un remedio
para cada dolencia. El entiende tu caso. Sean cuales fueren tus errores, l sabe
cmo arreglarlos. No te encomendars a l?
La bendicin de Dios reposar sobre cada alma que se consagre plenamente a
l. Cuando busquemos a Dios de todo corazn, lo encontraremos. Dios tiene celo
por nosotros, y quiere que hagamos una obra cabal para la eternidad. El volc
todo el cielo en un don, y no hay razn para dudar de su amor. Contemplemos
el Calvario...
Dios te pide que le des tu corazn. Tus facultades, tus talentos, tus afectos,
todo debes consagrarle para que pueda obrar en ti el querer y el hacer su voluntad
y te haga apto para la vida eterna.
Cuando Cristo mora en el corazn, el alma est llena de su amor, del gozo de
su comunin, que se une a l; y pensando en l, se olvida de s misma. El amor
de Cristo es el mvil de la accin. Aquellos que sienten el constructivo amor
de Dios no preguntan cunto es lo menos que pueden darle para satisfacer los
requerimientos de Dios; no preguntan cul es la ms baja norma aceptada, sino
que aspiran a una vida de completa conformidad con la voluntad de su Salvador.
Con ardiente deseo entregan todo, y manifiestan un inters proporcionado al
valor del objeto que buscan.
Lo que Dios quiere es el espritu sumiso, susceptible de enseanza. Lo que
otorga a la oracin su excelencia es el hecho de que emana de un corazn
[41] amante y obediente.*

*
Ao bblico: Levtico 1-4.
48
Oracin matinal, 2 de febrero

Oh Jehov, de maana oirs mi voz; de maana me presentar delante de


ti, y esperar. Salmos 5:3.

La primera aspiracin del alma por la maana debe ser la de acudir a la


presencia de Jess. Sin mdice Cristonada podis hacer. Jess es lo que
necesitamos: su luz, vida y espritu deben ser nuestros constantemente. Lo
necesitamos cada hora. Y por la maana debemos pedir en oracin que tal como
el sol ilumina la campia y llena el mundo de luz, el Sol de justicia brille en los
recintos de la mente y el corazn, y nos haga todo luz en el Seor. No podemos
vivir un momento sin su presencia. El enemigo sabe cundo empezamos a hacer
a un lado a nuestro Seor, y all est l, listo para envenenar nuestra mente con
sus malvadas sugestiones para que perdamos la firmeza; pero el Seor desea
que momento tras momento moremos en l, y as en l seremos plenos...
Dios tiene el propsito de que cada uno de nosotros sea perfecto en l, para
que podamos presentar ante el mundo la perfeccin de su carcter. El quiere que
nos libertemos del pecado, que no defraudemos al cielo, que no contristemos
a nuestro divino Redentor. El no desea que profesemos el cristianismo, y que
luego no nos apropiemos de la gracia que nos podr hacer perfectos, para que
no seamos hallados faltos.
La oracin y la fe harn lo que ningn poder en la tierra podr hacer.
Raramente nos encontramos dos veces en la mismsima situacin. Tenemos que
atravesar continuamente por nuevas situaciones y pruebas, donde la experiencia
pasada no puede ser gua suficiente. Debemos tener la luz continua que viene
de Dios. Cristo manda continuamente mensajes a los que escuchan su voz.
Forma parte del plan divino el sernos concedido en respuesta a la oracin
de fe lo que no nos sera dado de otro modo.* [42]

*
Ao bblico: Levtico 5-7.
49
La Biblia infunde nueva vida, 3 de febrero

Siendo renacidos... por la palabra de Dios que vive y permanece para


siempre. 1 Pedro 1:23.

En la Biblia se revela la voluntad de Dios. Las verdades de la Palabra de


Dios son la expresin del Altsimo. El que convierte esas verdades en parte de su
vida llega a ser en todo sentido una nueva criatura. No recibe nuevas facultades
mentales; en cambio, desaparecen las tinieblas que debido a la ignorancia y
el pecado entenebrecan su entendimiento. Te dar un corazn nuevo quiere
decir: Te dar una mente nueva. Al cambio de corazn acompaa siempre una
clara conviccin del deber cristiano, y la comprensin de la verdad. El que con
oracin da atencin estricta a las Escrituras tendr conceptos claros y juicios
sanos, como si al volverse hacia Dios hubiera alcanzado un plano superior de
inteligencia.
La Biblia contiene los principios que cimentan la verdadera grandeza, la
verdadera prosperidad, se trate del individuo o del pas. La nacin que permite
la libre circulacin de las Escrituras brinda oportunidades para que la mente de
la gente se desarrolle y ample. La lectura de las Escrituras hace brillar la luz en
medio de las tinieblas. Cuando se escudria la Palabra de Dios, se encuentran
verdades vivificadoras. En la vida de aquellos que siguen sus enseanzas habr
una corriente invisible de felicidad que beneficiar a todos aquellos con quienes
lleguen a relacionarse.
Millares de personas han sacado agua de esas cisternas de vida, sin embargo
el caudal no ha disminuido. Millares han tomado al Seor como ejemplo, y al
contemplarlo han sido transformados a su imagen. Su espritu arde en su interior
cuando hablan de su carcter y revelan lo que Cristo hizo por ellos y cunto
significan para l... Miles ms pueden entregarse a la tarea de escudriar los
misterios de la salvacin... Cada nueva bsqueda revelar algo de ms profundo
[43] inters que lo que hasta entonces se haba descubierto.*

*
Ao bblico: Levtico 8-10.
50
Me har saber ms de Cristo, 4 de febrero

El me glorificar; porque tomar de lo mo, y os lo har saber. Juan 16:14.

Con estas palabras Cristo declara la obra culminante del Espritu Santo.
El Espritu glorifica a Cristo convirtindolo en el supremo objeto de estima, y
el Salvador llega a ser la delicia y el regocijo del elemento humano en cuyo
corazn se obra esa transformacin...
El arrepentimiento frente a Dios y la fe en Jesucristo son los frutos del poder
renovador de la gracia del Espritu. El arrepentimiento representa el proceso por
medio del cual el alma trata de reflejar la imagen de Cristo ante el mundo.
Cristo les da el aliento de su propio espritu, la vida de su propia vida. El
Espritu Santo despliega sus ms altas energas para obrar en el corazn y la
mente. La gracia de Dios ampla y multiplica sus facultades, y toda perfeccin
de la naturaleza divina los auxilia en la obra de salvar almas. Por la cooperacin
con Cristo, son completos en l, y en su debilidad humana son habilitados para
hacer las obras de la Omnipotencia.
La obra de la vida de un cristiano debera ser vestirse de Cristo y asemejarse
ms perfectamente a l. Los hijos de Dios deben progresar en su obra de
asemejarse a Cristo, nuestro modelo. Deben contemplar diariamente su gloria e
incomparable excelencia.
Ah, si el bautismo del Espritu Santo descendiera sobre vosotros, para
que fuerais impregnados del Espritu de Dios! Entonces, da tras da os irais
asemejando cada vez ms a la imagen de Cristo, y cada accin de vuestra
vida encerrara la pregunta: Glorificar esto al Maestro? Haciendo el bien
paciente y constantemente, buscaris la gloria y el honor, y recibiris el don de
la inmortalidad.* [44]

*
Ao bblico: Levtico 11-12.
51
Iluminar toda la tierra, 5 de febrero

Despus de esto vi a otro ngel descender del cielo con gran poder; y la
tierra fue alumbrada con su gloria. Apocalipsis 18:1.

Se acerca el fin de todas las cosas. Dios se acerca a cada entendimiento


que se abre para recibir las impresiones de su Santo Espritu. Est enviando
mensajeros con la misin de amonestar cada localidad. Dios est poniendo a
prueba la devocin de sus iglesias, y su disposicin a obedecer las indicaciones
del Espritu. Aumentar el conocimiento. Se ver a los mensajeros del cielo
que corrern de aqu para all, tratando, por todos los medios posibles, de
advertir a la gente respecto al juicio venidero, y de presentar las alegres nuevas
de salvacin por medio de nuestro Seor Jesucristo. Se exaltar la norma de
justicia. El Espritu de Dios se acercar a los corazones de los hombres, y los
que respondan a su influencia se convertirn en luces para el mundo. Por todas
partes se los ver ir de un lado al otro para transmitir a los dems la luz que
habrn recibido, tal como ocurra despus del derramamiento del Espritu Santo,
en el da de Pentecosts. Y al dejar brillar su luz, recibirn cada vez ms poder
del Espritu. La tierra se iluminar con la gloria de Dios.
Este mensaje culminar con poder y fortaleza que excedern en mucho
al clamor de medianoche. Los siervos de Dios, dotados de poder de lo alto,
iluminados sus rostros, irradiando santa consagracin, saldrn a proclamar el
mensaje del cielo.
Muchos alababan a Dios. Los enfermos eran sanados y se efectuaban otros
milagros. Se adverta un espritu de oracin como lo hubo antes del gran da de
Pentecosts. Vease a centenares y miles de personas visitando las familias y
explicndoles la Palabra de Dios. Los corazones eran convencidos por el poder
del Espritu Santo, y se manifestaba un espritu de sincera conversin. En todas
partes las puertas se abran de par en par para la proclamacin de la verdad. El
[45] mundo pareca iluminado por la influencia divina.*

*
Ao bblico: Levtico 13-14.
52
La paz est en Cristo, 6 de febrero

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se


turbe vuestro corazn, ni tenga miedo. Juan 14:27.

Siempre hubo y habr dos clases de personas hasta el fin del mundo: los que
creen en Jess y los que lo rechazan. Los pecadores, por impos, abominables y
corruptos que sean, por fe en l sern purificados y quedarn limpios al cumplir
su Palabra... Los que rechazan a Cristo y se niegan a creer la verdad se llenarn
de amargura contra los que aceptan a Jess como Salvador personal. Pero los
que reciben a Cristo se quebrantan y se dejan subyugar por la manifestacin de
su amor y humillacin, y por el hecho de que sufri y muri por ellos...
La paz que Cristo dej a sus discpulos y por la cual oramos, es la paz
que proviene de la verdad, que no se puede apagar a causa de las divisiones.
Afuera puede haber guerras y rencillas, envidias, celos, odio y revueltas; pero
la paz de Cristo no es la que el mundo da o quita. Puede permanecer en medio
de la persecucin de los espas y la ms enconada oposicin de los enemigos
de Dios... Cristo no trat nunca de conseguir la paz traicionando sagrados
cometidos. No se podra lograr la paz transigiendo con los principios... Es un
grave error el que cometen los hijos de Dios cuando pretenden salvar el abismo
que separa a los hijos de la luz de los hijos de las tinieblas, apartndose de los
principios y transigiendo con la verdad. Eso sera perder la paz de Cristo para
hacer la paz o fraternizar con el mundo. Hacer la paz con el mundo abandonando
los principios de la verdad es un sacrificio demasiado caro para los hijos de
Dios... Los seguidores de Cristo deben afirmar en su mente la decisin de que
nunca transigirn, ni cedern en un pice sus principios para atraerse el favor
del mundo. Tienen que aferrarse a la paz de Cristo.* [46]

*
Ao bblico: Levtico 15-16.
53
Amar como Cristo am, 7 de febrero

En esto conocern todos que sois mis discpulos, si tuviereis amor los
unos con los otros. Juan 13:35.

Si deseamos ser verdaderas luces en el mundo, debemos manifestar el


espritu bondadoso y compasivo de Cristo. Para amar como Cristo am debemos
poner en prctica el dominio propio. Tenemos que revelar abnegacin en todo
momento y lugar. Debemos emplear palabras amables y tener una expresin
agradable. Todo esto no cuesta nada al dador, y sin embargo al pasar deja
una deliciosa fragancia. No es posible estimar la influencia benfica que esas
acciones ejercen. Son una bendicin no solamente para el favorecido, sino
tambin para el dador; porque se reflejan sobre este ltimo. El amor genuino es
un valioso atributo de origen celestial, que se vuelve ms fragante a medida que
se entrega a los dems...
Dios desea que sus hijos recuerden que, para glorificarle, deben depositar su
afecto en aquellos que ms lo necesitan. No se debe descuidar a ninguna persona
con quien nos relacionemos. No debemos manifestar egosmo ante nuestros
semejantes por palabra, accin ni con nuestra mirada, sean stos ricos o pobres,
humildes o poderosos. El amor que dirige palabras bondadosas a unos pocos,
pero trata a otros con frialdad e indiferencia, no es amor, sino egosmo. Nunca
obrar para el bien de las almas o la gloria de Dios. No debemos concentrar
nuestro amor en uno o dos objetos del mismo.
Los que reciben el resplandor de la justicia de Cristo, pero se niegan a
transmitirlo a la vida de los dems, pronto perdern los dulces y esplendorosos
rayos de la gracia celestial, que reservaban egostamente para prodigarlos sobre
unos pocos... No se debe permitir que el yo rena unos pocos escogidos junto
a s, sin dejar nada para los que necesitan ms ayuda que nadie. No debemos
reservar nuestro amor para un grupo especial. Quebremos el frasco, y el aroma
[47] saturar toda la casa.*

*
Ao bblico: Levtico 17-19.
54
Alabo al seor, 8 de febrero

El que sacrifica alabanza me honrar; y al que ordenare su camino, le


mostrar la salvacin de Dios. Salmos 50:23.

Acercaos a Jess tal como sois, pecaminosos, dbiles y necesitados, y l os


dar el agua de la vida. Necesitis una fe que atraviese las tinieblas infernales que
Satans tiende sobre vuestro sendero. El archienemigo se dedica activamente
a inventar diversiones y modas que absorban la mente de los hombres de tal
manera que stos no dispongan de tiempo para la meditacin. Ensead a vuestros
nios a glorificar a Dios y no a satisfacer sus propios deseos. Ellos son hijos
del Seor, por la creacin y por la redencin. Enseadles a apartarse de las
diversiones y locuras de esta poca corrupta. Mantened sus mentes limpias y
puras a la vista de Dios... Alabad a Dios. Permitid que vuestra conversacin,
msica y cantos alaben al que hizo tanto por vosotros. Alabad a Dios en este
mundo, y luego estaris preparados para uniros al coro celestial al entrar en la
ciudad del Seor. Entonces echaris vuestras coronas resplandecientes a los
pies de Jess, tomaris las arpas de oro, y henchiris el cielo de melodas. Lo
alabaremos con lenguaje inmortal.
Al conducirnos nuestro Redentor al umbral de lo infinito, inundado con la
gloria de Dios, podremos comprender los temas de alabanza y accin de gracias
del coro celestial que rodea al trono, y al despertarse el eco del canto de los
ngeles en nuestros hogares terrenales, los corazones sern acercados ms a
los cantores celestiales. La comunin con el cielo empieza en la tierra. Aqu
aprendemos la clave de su alabanza.
Alabad al Seor; hablad de su bondad; dad a conocer su poder. Embelleced
el ambiente que rodea vuestra alma... Alabad con vuestra voz, alma y corazn,
al que es el salvamento delante de ti, el Salvador y Dios tuyo.* [48]

*
Ao bblico: Levtico 20-22.
55
Jehov da gracia y gloria, 9 de febrero

Porque sol y escudo es Jehov Dios; gracia y gloria dar Jehov. No


quitar el bien a los que andan en integridad. Salmos 84:11.

Hay muchos que no crecen en la gracia porque no cultivan la religin en el


hogar.
Los miembros de la familia deben demostrar que se encuentran en constante
posesin de una fuerza recibida de Cristo. Deben mejorar todos sus hbitos y
prcticas para demostrar que constantemente tienen presente lo que significa
ser cristiano.
Los que son cristianos en el hogar lo sern tambin en la iglesia y en el
mundo.
La gracia puede prosperar nicamente en el corazn que constantemente
est preparndose para recibir las preciosas semillas de verdad. Las espinas del
pecado crecen en cualquier terreno; no necesitan cultivo; pero la gracia debe
ser cuidadosamente cultivada. Las espinas y las zarzas siempre estn listas para
surgir, y de continuo debe realizarse la obra de purificacin.
Lo que lograr que el carcter sea encantador en el hogar tambin conseguir
que lo sea en las mansiones celestiales. Para que seis... la luz del mundo, sta
debe brillar en vuestro hogar. Estis aqu para dar ejemplo de las virtudes cris-
tianas, y para manifestar amor, paciencia, bondad y firmeza... Constantemente
debis tratar de adquirir la cultura ms elevada del espritu y el alma... Como
humilde hijo de Dios, aprended en la escuela de Cristo; tratad constantemente
de mejorar vuestras facultades, para que podis efectuar la obra ms perfecta
y cabal en vuestro hogar, por precepto y ejemplo... Permitid que la luz de la
gracia celestial ilumine vuestro carcter, para que podis ser el sol del hogar.
La calidad de vuestro cristianismo se mide por el carcter de la vida que
reina en vuestro hogar. La gracia de Cristo capacita a sus poseedores para
[49] transformar el hogar en un lugar feliz, lleno de paz y serenidad.*

*
Ao bblico: Levtico 23-25.
56
Los talentos y su recompensa, 10 de febrero

Y su seor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondr; entra en el gozo de tu seor. Mateo 25:21.

Dios nos ha dado talentos a fin de que los usemos para su gloria. A uno le
concede cinco talentos, a otro, dos; a un tercero, uno. El que tiene un solo talento
no lo debe esconder de Dios. El Seor sabe dnde est oculto. Sabe que no est
haciendo nada por l. Cuando venga, el Seor preguntar a sus siervos: Qu
habis hecho con los talentos que os encomend? Y cuando los que recibieron
cinco y dos le cuenten que duplicaron la cantidad mediante varias transacciones,
l les dir: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondr; entra en el gozo de tu seor. Lo mismo le dir al que haya comerciado
con el talento que se le prest...
Al que tiene un solo talento le dir: Sabas que un solo talento, bien usado
y aprovechado, dar al Seor otros cien? Cmo es posible?, preguntis. Usad
vuestro don para convertir a un hombre inteligente, que comprende lo que Dios
significa para l, y lo que debera significar l para Dios. Al ponerse de parte
del Seor, y al impartir luz a los dems, se podrn llevar almas al Salvador.
Mediante el uso correcto de un talento, cien almas pueden recibir la verdad. No
son los que poseen mayor cantidad de talentos los que escuchan el Bien, buen
siervo, sino los que con sinceridad y fidelidad han usado sus dones para gloria
del Maestro...
Hay una gran obra que hacer en nuestro mundo, y se nos pedir cuenta por
cada rayo de luz que brilla sobre nuestra senda. Impartid esa luz, y recibiris
ms luz para seguir impartiendo. Gran bendicin descender sobre los que usan
debidamente sus talentos.* [50]

*
Ao bblico: Levtico 26-27.
57
Nuestro cuerpo es un templo, 11 de febrero

No sabis que sois templo de Dios, y que el Espritu de Dios mora en


vosotros? 1 Corintios 3:16.

Dios os ha dado una morada que debis cuidar y conservar en la mejor


condicin posible para su servicio y gloria. Vuestros cuerpos no os pertene-
cen... No sabis que sois templo de Dios, y que el Espritu de Dios mora en
vosotros?
La salud es una bendicin cuyo valor pocos aprecian... La vida es un sagrado
cometido; y slo Dios puede capacitarnos para conservarla y usarla para su
gloria. Pero el que form la maravillosa estructura del cuerpo tendr especial
cuidado de mantenerla en buenas condiciones si los hombres no se ponen en
pugna con el divino proceder. El nos ayudar a aprovechar cada talento que se
nos ha encomendado y a usarlo de acuerdo con la voluntad del Dador.
La juventud es la poca en que se deben establecer buenos hbitos, corregir
las malas costumbres ya contradas, adquirir y conservar el dominio propio, y
confeccionar el plan futuro y acostumbrarse a ordenar todos los actos de la vida
con relacin a la voluntad de Dios.
Hay que mantener puro y sin contaminacin el sagrado templo del cuerpo,
para que el Santo Espritu de Dios pueda morar en l. Debemos conservar
fielmente la propiedad del Seor, porque cualquier exceso que cometamos con
nuestras facultades acortar el tiempo en que nuestra vida pueda ser usada para
gloria de Dios. Tened presente que debemos consagrar todo, alma, cuerpo y
espritu, a Dios. Todo es la propiedad que l ha adquirido, y debemos usarla
con discernimiento, a fin de conservar el talento de la vida. Al usar nuestras
facultades en forma conveniente y al mximo con un propsito til, al conservar
sanos nuestros rganos, al mantener nuestro organismo en buenas condiciones
de manera que la mente, los tendones y los msculos trabajen en armona,
podemos rendir valiossimo servicio al Seor.
Cuando hacemos cuanto est de nuestra parte para estar bien de salud,
podemos esperar benficos resultados, y podemos pedir a Dios con fe que
[51] bendiga nuestros esfuerzos por conservar la salud.*

*
Ao bblico: Nmeros 1-3.
58
La alegra es buena medicina, 12 de febrero

El corazn alegre es una buena medicina. Proverbios 17:22 (VM).

La relacin que existe entre la mente y el cuerpo es muy ntima. Cuando


la primera est afectada, el otro simpatiza con ella. La condicin de la mente
influye en la salud mucho ms de lo que generalmente se cree. Muchas de las
enfermedades que padecen los hombres son resultado de la depresin mental.
Penas, ansiedad, descontento, remordimiento, sentimiento de culpabilidad, des-
confianza, todo esto menoscaba las fuerzas vitales, y lleva al decaimiento y a la
muerte.
La enfermedad es muchas veces originada y reagravada por la imaginacin.
Muchos hay que llevan vida de invlidos cuando podran estar bien si pensaran
que lo estn...
El valor, la esperanza, la fe, la simpata, el amor: todas estas cosas fomentan
la salud y alargan la vida. Un espritu satisfecho y alegre es como salud para el
cuerpo y fuerza para el alma.
El agradecimiento, la alegra, la benevolencia, la confianza en el amor y en
el cuidado de Dios, son otras tantas incomparables salvaguardias de la salud.
Se debera mostrar el poder de la voluntad, y la importancia del dominio
propio, tanto en la conservacin como en la recuperacin de la salud, el efecto
depresivo y hasta ruinoso de la ira, el descontento, el egosmo, o la impureza, y,
por otra parte, el maravilloso poder vivificador que se encuentra en la alegra, la
abnegacin, y la gratitud.
Hay en la Escritura una verdad fisiolgica que necesitamos considerar: El
corazn alegre es una buena medicina.
Los verdaderos principios del cristianismo abren ante todos nosotros una
fuente de inestimable felicidad.
Deberamos cultivar un estado de nimo alegre, optimista y apacible; porque
nuestra salud depende de ello.* [52]

*
Ao bblico: Nmeros 4-6.
59
Accin de gracias y alabanza, 13 de febrero

Entrad por sus puertas con accin de gracias, por sus atrios con
alabanza; alabadle, bendecid su nombre. Salmos 100:4.

Si consagrramos corazn y mente al servicio de Dios, e hiciramos la obra


que l nos encomend y siguiramos las huellas de Jess, nuestros corazones
se convertiran en arpas sagradas, y todas sus cuerdas vibraran para elevar
alabanzas y acciones de gracias en honor del Cordero enviado por Dios para
quitar el pecado del mundo...
Cristo quiere que nuestros pensamientos se concentren en l... Apartad
vuestra mirada de vosotros y contemplad a Jesucristo, esencia de toda bendicin
y gracia, esencia de todo lo que es precioso y valioso para los hijos de Dios...
El Seor Jess es nuestra fortaleza y felicidad; es el gran depsito del cual
los hombres pueden sacar fortaleza en cualquier ocasin. Al analizarlo, al hablar
con l, nos ponemos en mejores condiciones de contemplarlo: al apropiarnos
de su gracia y recibir las bendiciones que nos prodiga, tenemos algo con lo
que podemos ayudar a los dems. Llenos de gratitud, transmitimos a los dems
las bendiciones que se nos dieron gratuitamente. Al recibir e impartir de esa
manera, crecemos en gracia; y un constante himno de alabanza y gratitud fluye
de nuestros labios; el dulce espritu de Jess enciende el reconocimiento en
nuestro corazn, y el alma adquiere elevado sentido de seguridad. La infalible e
inagotable justicia de Cristo se convierte en nuestra justicia por fe.
Que las frescas bendiciones de cada nuevo da despierten la alabanza en
nuestros corazones por estas seales de su cuidado amoroso. Al abrir vuestros
ojos por la maana, dad gracias a Dios por haberos guardado en la noche. Dadle
gracias por la paz con que llena vuestro corazn. Que por la maana, a medioda
y por la noche suba vuestro agradecimiento hasta el cielo cual dulce perfume.
Los ngeles de Dios, millares sobre millares y millones de millones, son
comisionados para atender a los que han de ser herederos de la salvacin. Nos
guardan del mal y repelen las fuerzas de las tinieblas que procuran destruirnos.
No tenemos motivos de continuo agradecimiento, aun cuando al parecer nuestro
[53] camino est sembrado de dificultades?*

*
Ao bblico: Nmeros 7-8.
60
El amor mutuo, 14 de febrero

Amados, ammonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel


que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 1 Juan 4:7.

Desde el punto de vista del cristiano, el amor es poder. Este principio


involucra fuerza intelectual y espiritual. El amor puro tiene especial eficacia
para hacer el bien, y no puede hacer sino bien. Acaba con la discordia y la
miseria y reporta la felicidad ms genuina. La riqueza a menudo corrompe y
destruye; la fuerza puede daar; pero la verdad y la bondad son propiedades del
amor puro.
Un hombre que est en paz con Dios y sus semejantes no puede sentirse
miserable. La envidia no entrar en su corazn; las malas sospechas no hallarn
cabida all, ni podr existir el odio. El corazn que est en armona con Dios se
eleva por encima de los disturbios y las pruebas de esta vida.
Lo que Satans siembra en el alma: envidia, celos, sospechas, maledicencia,
impaciencia y prejuicios, egosmo, codicia y vanidad, debe ser desarraigado.
Si se permite que esas cosas malas permanezcan en el alma, darn frutos que
podran corromper a muchos. Ah, cuntos cultivan las plantas venenosas que
matan los preciosos frutos del amor y mancillan el alma!
Solamente el amor que fluye del corazn de Cristo puede sanar. Slo aquel
en quien fluye ese amor, como la savia en el rbol, o la sangre en el cuerpo,
puede restaurar al alma herida.
Los agentes del amor tienen poder maravilloso, porque son divinos. La
respuesta suave que aparta el enojo; el amor que es sufrido y benigno; el
amor que cubre una multitud de pecados; si aprendiramos esta leccin de
qu poder sanador seran dotadas nuestras vidas! La vida sera transformada y
la tierra llegara a ser la misma semejanza y el goce anticipado del cielo.* [54]

*
Ao bblico: Nmeros 9-11.
61
La palabra adecuada, 15 de febrero

Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene.


Proverbios 25:11.

Cuando asista a una fiesta, Cristo dominaba la conversacin e imparta


muchas lecciones valiosas. Los presentes lo escuchaban; acaso no haba sanado
a los enfermos, consolado a los afligidos y llevado a los nios en sus brazos?
Los publicanos y pecadores se sentan atrados hacia l; y cuando hablaba,
clavaban su atencin en el Seor.
Cristo les ense a sus discpulos a conducirse en compaa de otros. Les
ense las obligaciones y reglas de la verdadera vida social, que son las mismas
que aparecen en la ley del reino de Dios. Por medio de su ejemplo, les ense
a sus discpulos que cuando asistieran a cualquier reunin pblica no tendran
necesidad de quedarse sin palabras. Su conversacin en medio de una fiesta
difera decididamente de la que se sola escuchar en los banquetes. Cada palabra
que pronunciaba tena sabor de vida para vida. Hablaba con claridad y sencillez.
Sus palabras eran como manzanas de oro con figuras de plata.
Qu inexpresable valor el de la comunin con Cristo! Y hoy tenemos
el privilegio de gozar de una comunin tal... Cuando oyeron las palabras de
Cristo, los primeros discpulos sintieron cunto lo necesitaban. Lo buscaron, lo
hallaron, y lo siguieron. Estaban con l en la casa, a la mesa, en la cmara, en el
campo. Andaban con l como los alumnos con el maestro, recibiendo lecciones
de santa verdad de sus labios. Lo miraban como siervos a su amo... Le servan
con regocijo y alegra.
Las compaas tienen gran importancia. Podemos formar muchas amistades
agradables y provechosas; pero ninguna es tan valiosa como la que se forma
cuando el hombre finito se relaciona con el Dios infinito. Cuando estamos unidos
a l de esa manera, las palabras de Cristo moran en nosotros... El resultado se
revelar en un corazn purificado, una vida sobria, un carcter inmaculado. Pero
slo merced al trato y asociacin con Cristo podemos asemejarnos a l, ejemplo
[55] nico e impecable.*

*
Ao bblico: Nmeros 12-14.
62
Jess y sus amigos, 16 de febrero

Y amaba Jess a Marta, a su hermana y a Lzaro. Juan 11:5.

Haba un hogar que [Jess] se deleitaba en visitar: la casa de Lzaro, Mara


y Marta; porque en la atmsfera de fe y amor, su espritu hallaba descanso.
Entre los ms constantes discpulos de Cristo se contaba Lzaro de Betania.
Desde la primera ocasin en que se encontraron, su fe en Cristo haba sido
fuerte; su amor por l, profundo, y el Salvador lo amaba mucho. En favor de
Lzaro se realiz el mayor de los milagros de Cristo. El Salvador bendeca
a todos los que buscaban su ayuda. Ama a toda la familia humana; pero est
ligado con algunos de sus miembros por lazos peculiarmente tiernos. Su corazn
estaba ligado con fuertes vnculos de afecto con la familia de Betania, y para un
miembro de ella realiz su obra ms maravillosa.
Jess hallaba con frecuencia descanso en el hogar de Lzaro. El Salvador
no tena hogar propio; dependa de la hospitalidad de sus amigos y discpulos; y
con frecuencia, cuando estaba cansado, sediento de compaa humana, le era
grato refugiarse en este hogar apacible, lejos de las sospechas y los celos de los
airados fariseos. All encontraba una sincera bienvenida, y amistad pura y santa.
All poda hablar con sencillez y perfecta libertad, sabiendo que sus palabras
seran comprendidas y atesoradas.
Nuestro Salvador apreciaba un hogar tranquilo y oyentes que manifestasen
inters. Senta anhelos de ternura, cortesa y afecto humanos. Los que reciban la
instruccin celestial que l estaba siempre listo para impartir, eran grandemente
bendecidos... Las multitudes eran duras de entendimiento, y en el hogar de
Betania, Cristo hallaba descanso del pesado conflicto de la vida pblica. All
abra ante un auditorio apreciativo el libro de la providencia. En estas entre-
vistas privadas, revelaba a sus oyentes lo que no intentaba decir a la multitud
heterognea. No necesitaba hablar en parbolas a sus amigos.* [56]

*
Ao bblico: Nmeros 15-16.
63
Dad el agua de vida, 17 de febrero

Mas el que bebiere del agua que yo le dar, no tendr sed jams; sino que
el agua que yo le dar ser en l una fuente de agua que salte para vida
eterna. Juan 4:14.

En su conversacin con la samaritana, en vez de desacreditar el pozo de


Jacob, Cristo le present algo mejor... El dirigi la pltica al tesoro que tena
para regalar, ofreciendo a la mujer algo mejor de lo que ella posea: el agua de
vida, el gozo y la esperanza del Evangelio.
Cunto inters manifest Cristo en esta mujer! Qu fervientes y elocuentes
fueron sus palabras! Despus de escucharlas, la mujer dej el cntaro, y se fue
a la ciudad dicindoles a todos cuantos encontraba: Venid, ved a un hombre
que me ha dicho todo cuanto he hecho. No ser ste el Cristo? Sabemos, por
haberlo ledo, que muchos samaritanos de esa ciudad creyeron en l. Y quin
puede estimar la influencia que esas palabras ejercieron para salvar almas en
los aos que pasaron desde entonces?
Jess se relacionaba personalmente con los seres humanos. El no se alejaba
ni apartaba de los que necesitaban su ayuda. Entraba en las casas de los hom-
bres, confortaba a los tristes, sanaba a los enfermos, instigaba al descuidado e
iba haciendo bienes. Y si seguimos sus pasos, debemos hacer lo que l hizo.
Debemos brindar a los hombres la misma ayuda que l les extenda.
El Seor desea que su palabra de gracia penetre en toda alma. En gran
medida esto debe realizarse mediante un trabajo personal. Este fue el mtodo de
Cristo. Su obra se realizaba mayormente por medio de entrevistas personales.
Dispensaba una fiel consideracin al auditorio de una sola alma. Por medio de
esa sola alma a menudo el mensaje se extenda a millares... Hay multitudes que
[57] nunca recibirn el Evangelio a menos que ste les sea llevado.*

*
Ao bblico: Nmeros 17-19.
64
Los miembros de la iglesia, 18 de febrero

As que, segn tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y


mayormente a los de la familia de la fe. Glatas 6:10.

En cierto sentido especial, Cristo ha impuesto a su iglesia la obligacin de


velar por los miembros necesitados de la misma. El permite que sus pobres
estn dentro de los lmites de cada iglesia. Estos siempre estarn entre nosotros,
y Cristo nos impone la responsabilidad personal de velar por ellos. Tal como
los miembros de una familia se cuidan unos a otros, atendiendo a los enfermos,
sosteniendo a los dbiles, enseando al ignorante, adiestrando al inexperto, los
de la familia de la fe deben velar por los hermanos necesitados y desvalidos.
Cada iglesia tiene la obligacin de hacer arreglos cuidadosos y juiciosos
para atender a los pobres y enfermos de la misma.
Cualquier muestra de negligencia de parte de los que pretenden ser seguido-
res de Cristo, o cualquier descuido en lo que respecta a aliviar las necesidades
de un hermano o hermana que lleva el yugo de la pobreza o afliccin, se registra
en el libro de los cielos como si hubiera sido una afrenta hecha a Cristo en la
persona de sus santos. Qu arreglo de cuentas har el Seor con muchos, mu-
chsimos que presentan las palabras de Cristo a los dems, pero no manifiestan
tierna compasin y consideracin por un hermano en la fe que tiene menos
suerte y xito que ellos mismos!
Un verdadero cristiano es amigo de los pobres. Trata con su hermano
atribulado y desventurado como si fuera una planta delicada y sensible. Dios
quiere que sus obreros procedan como mensajeros de su amor y misericordia
entre los enfermos y afligidos. El nos mira para ver cmo nos tratamos entre
nosotros, para ver si reflejamos a Cristo en nuestra conducta con los dems,
sean stos encumbrados o humildes, ricos o pobres, libres o siervos.
No hay discusin en lo que respecta a los pobres del Seor. Hay que ayu-
darlos en cualquier caso que tienda a su beneficio.* [58]

*
Ao bblico: Nmeros 20-21.
65
La hermosura de Jehov, 19 de febrero

Y sea la hermosura de Jehov nuestro Dios sobre nosotros. Salmos 90:17


(VM).

Dios ama lo hermoso, pero lo que ms le agrada es un carcter bello... La


hermosura de carcter no perecer, sino que perdurar a travs de los infinitos
siglos de la eternidad.
El gran Artfice Maestro pens en los lirios, hacindolos tan hermosos que
superan la gloria de Salomn. Cunto mayor inters ha de tener por el hombre,
que es la imagen y gloria de Dios! Anhela ver a sus hijos revelar un carcter
segn su semejanza. As como el rayo del sol imparte a las flores sus variados y
delicados matices, imparte Dios al alma la hermosura de su propio carcter.
Todos los que eligen el reino de amor, justicia y paz de Cristo, considerando
sus intereses superiores a todos los dems, estn vinculados con el mundo
celestial, y son dueos de toda bendicin necesaria para esta vida. En el libro de
la providencia divina, el volumen de la vida, se nos da a cada uno una pgina.
Esa pgina contiene todo detalle de nuestra historia. Aun los cabellos de nuestra
cabeza estn contados. Dios no se olvida jams de sus hijos.
La ostentacin mundana, por imponente que sea, carece enteramente de valor
a los ojos de Dios. Por encima de lo visible y temporal, l aprecia lo invisible y
eterno. Lo primero no vale sino para expresar lo segundo. Los productos ms
escogidos del arte no tienen belleza comparable con la del carcter, que es el
fruto de la obra del Espritu Santo en el alma... Cristo vino a la tierra, y se
present ante los hijos de los hombres con el amor acumulado de la eternidad, y
ste es el tesoro que, por medio de nuestra unin con l, hemos de recibir para
manifestarlo y comunicarlo...
Hemos de quedar distinguidos del mundo porque Dios imprimi su sello
[59] sobre nosotros, y porque l manifiesta en nosotros su propio carcter de amor.*

*
Ao bblico: Nmeros 22-24.
66
Participamos de su naturaleza, 20 de febrero

Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandsimas promesas,


para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina,
habiendo huido de la corrupcin que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia. 2 Pedro 1:4.

Cada promesa que se encuentra en el libro de Dios nos alienta indicndonos


que podemos ser participantes de la naturaleza divina. Tal es la posibilidad:
confiar en Dios, creer en su Palabra, hacer sus obras; todo esto podemos hacerlo
cuando nos aferramos a la divinidad de Cristo. Esta posibilidad vale ms para
nosotros que todas las riquezas del mundo. No hay nada en la tierra que pueda
comparrsele. Cuando de esa manera nos asimos del poder que se nos ofrece,
recibimos una esperanza tan poderosa que nos permite confiar plenamente en
la promesa divina; y aferrndonos a las posibilidades que hay en Cristo, nos
convertimos en hijos de Dios...
Aquel que cree plenamente en Cristo llega a ser un participante de la na-
turaleza divina, y el poder as recibido le servir para hacer frente a cualquier
tentacin. No caer en la tentacin ni ser derrotado por falta de ayuda. En los
momentos de prueba podr valerse de las promesas y por medio de ellas escapar
de la corrupcin que hay en el mundo a causa de la concupiscencia...
Para hacernos participantes de la naturaleza divina, el cielo entreg su tesoro
ms valioso. El Hijo de Dios se quit su manto real y su corona y descendi a la
tierra en la forma de un nio. Resolvi vivir una vida perfecta desde la infancia
hasta la madurez. Se comprometi a permanecer como representante del Padre
en un mundo cado. Y hasta morira en beneficio de la raza cada. Qu obra
maravillosa sta!... No s cmo presentar estas verdades; son tan maravillosas,
tan maravillosas...
Por su vida de sacrificio y muerte vergonzosa consigui que nos fuera
posible participar de su divinidad y escapar de la corrupcin que est en el
mundo a causa de la concupiscencia... Si sois participantes de la naturaleza
divina, da tras da os iris capacitando para aquella vida que se asemeja a la de
Dios. Da tras da purificaris vuestra confianza en Jess y seguiris su ejemplo
y creceris a su semejanza hasta que os presentis perfectos ante l.* [60]

*
Ao bblico: Nmeros 25-27.
67
Reverencia en la casa de Dios, 21 de febrero

Mis sbados guardaris, y mi santuario tendris en reverencia: Yo


Jehov. Levtico 19:30 (RVA).

Dios es santo y sublime; y para el alma humilde y creyente, su santuario


terrenal, el lugar donde su pueblo se rene para adorarlo, es una puerta del cielo.
El canto de alabanza, las palabras pronunciadas por los ministros de Cristo,
son los elementos que Dios ha destinado a la preparacin de un pueblo para la
iglesia del cielo, y para el culto superior.
Cuando los adoradores entran en el lugar de la reunin, deben hacerlo
con decoro, pasando quedamente a sus asientos... La conversacin comn, los
cuchicheos y las risas no deben permitirse en la casa de culto, ni antes ni despus
del servicio. Una piedad ardiente y activa debe caracterizar a los adoradores.
Si algunos tienen que esperar unos minutos antes de que empiece la reunin,
conserven un verdadero espritu de devocin meditando silenciosamente, man-
teniendo el corazn elevado a Dios en oracin, a fin de que el servicio sea
de beneficio especial para su propio corazn, y conduzca a la conviccin y
conversin de otras almas. Deben recordar que los mensajeros celestiales estn
en la casa. Todos hemos perdido mucha dulce comunin con Dios por nuestra
inquietud, por no fomentar los momentos de reflexin y oracin...
Elevad la norma del cristianismo en la mente de vuestros hijos; ayudadles a
entretejer a Jess en su experiencia; enseadles a tener la ms alta reverencia
por la casa de Dios, y a comprender que cuando entran en la casa del Seor,
deben hacerlo con corazn enternecido y subyugado por pensamientos como
stos: Dios est aqu; sta es su casa. Debo tener pensamientos puros y los ms
santos motivos... Este es el lugar donde Dios se encuentra con su pueblo y lo
bendice...
Los padres no deben slo ensear, sino ordenar a sus hijos que entren en el
santuario con seriedad y reverencia.
[61] Practicad la reverencia hasta que sta se convierta en parte de vuestro ser.*

*
Ao bblico: Nmeros 28-30.
68
Dios cuida de m, 22 de febrero

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios


que te esfuerzo; siempre te ayudar, siempre te sustentar con la diestra
de mi justicia. Isaas 41:10.

El Seor se mantiene en activa comunicacin con cada parte de sus vastos


dominios. Se lo representa inclinndose hacia la tierra y sus habitantes. El
escucha cada palabra que se pronuncia y oye cada gemido; presta atencin a
cada oracin; observa los movimientos de cada ser...
Dios siempre ha velado por su pueblo... Cristo ense a sus discpulos que
la medida de atencin divina concedida a cualquier objeto o ser depende de la
jerarqua que le corresponde dentro de la creacin de Dios. Les seal los pja-
ros, y les dijo que ni siquiera un gorrin cae en tierra sin que el Padre celestial
lo advierta. Y si Dios se preocupa por un gorrioncillo, con toda seguridad las
almas por las cuales Cristo muri son de inmenso valor para l. El valor del
hombre, la estima en que Dios lo tiene, se revela en la cruz del Calvario...
La misericordia y el amor de Dios hacia la raza cada no han dejado de
multiplicarse, ni han cambiado de direccin.
Es cierto que sufriremos chascos y que nos aguardan tribulaciones; pero
debemos encomendar todo, sea grande o pequeo, a nuestro Dios. A l no lo
aturden la multitud de nuestros sinsabores, ni lo abruma el peso de nuestras
cargas. Su proteccin se extiende a todos los hogares y vela por cada individuo.
A l le preocupan todos nuestros negocios y pesares. El anota cada lgrima; se
conmueve al advertir nuestras debilidades. Todas las aflicciones y pruebas que
nos sobrecogen son permitidas a fin de que obren los divinos propsitos de amor
en nuestro beneficio, para que recibamos su santificacin, y as participemos
de la plenitud del gozo que se halla en su presencia.* [62]

*
Ao bblico: Nmeros 31-32.
69
Cristo es mi hermano mayor, 23 de febrero

Por lo cual deba ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser
misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para
expiar los pecados del pueblo. Hebreos 2:17.

El Hermano mayor de nuestra raza est junto al trono eterno. Desde all mira
a toda alma que vuelve su rostro hacia l como al Salvador. Sabe por experiencia
lo que es la flaqueza humana, lo que son nuestras necesidades, y en qu consiste
la fuerza de nuestras tentaciones; pues fue tentado en todo segn nuestra
semejanza, pero sin pecado. Hebreos 4:15. Est velando sobre ti, tembloroso
hijo de Dios. Eres tentado? Te librar. Eres dbil? Te fortalecer. Eres
ignorante? Te iluminar. Ests herido? Te curar. Jehov cuenta el nmero de
las estrellas; y no obstante l es tambin el que sana a los quebrantados de
corazn, y venda sus heridas. Salmos 147:3-4.
Cualesquiera que sean tus angustias y pruebas, expnlas al Seor. Tu espritu
encontrar sostn para sufrirlo todo. El camino te ser despejado para que puedas
librarte de todo enredo y aprieto. Cuanto ms dbil y desamparado te sientas,
ms fuerte sers con su ayuda. Cuanto ms pesadas tus cargas, ms dulce y
benfico tu descanso, al echarlas sobre Aquel que se ofrece a llevarlas por ti.
Las circunstancias pueden separar a los amigos; las aguas intranquilas del
amplio mar pueden agitarse entre nosotros y ellos. Pero ninguna circunstancia,
ninguna distancia pueden separarnos del Salvador. Dondequiera que estemos,
l est siempre a nuestra derecha, para sobrellevar, conservar, sostener y animar.
Ms grande que el amor de una madre por su hijo, es el amor de Cristo por sus
rescatados. Es nuestro privilegio descansar en su amor y decir: En l confiar;
pues dio su vida por m.
El amor humano puede cambiar; el de Cristo no conoce mudanza. Cuando
clamamos a l por auxilio, su mano se extiende para salvar.
El desea que comprendamos que l regres al cielo como Hermano mayor
nuestro y que ha puesto a nuestra disposicin el inconmensurable poder que se
[63] le confiri a l.*

*
Ao bblico: Nmeros 33-34.
70
Los ngeles me guan, 24 de febrero

He aqu yo envo mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino,


y te introduzca en el lugar que yo he preparado. xodo 23:20.

Todo el cielo est empeado en la obra de preparar un pueblo que perma-


nezca firme en el da del Seor. Es evidente que la relacin que hay entre el
cielo y la tierra es muy estrecha...
Los seres celestiales aguardan con fervor casi impaciente la oportunidad de
hacernos conocer a Dios, para que podamos colaborar con ellos al presentar a
Jess, el Redentor del mundo, lleno de gracia y de verdad...
La primera lgrima de arrepentimiento crea gozo entre los ngeles de los
atrios celestiales. Los mensajeros anglicos estn listos para volar a socorrer al
alma que busca a Jess...
Grandes y gloriosas cosas ha preparado Dios para quienes lo aman. Los
ngeles esperan con ansiosa expectativa el momento en que se decidir el
triunfo definitivo del pueblo de Dios, ocasin en que los serafines y querubines y
millones de millones elevarn los himnos de los bienaventurados y celebrarn
los triunfos de las hazaas mediadoras que permitieron la restauracin del
hombre.
Jess calcul el costo de la salvacin de cada hijo e hija de Adn. Tom
generosas medidas a fin de que, en caso de estar dispuestos a cumplir las
condiciones impuestas, nadie tuviera que perecer, sino que pudiera poseer la
vida eterna... Cada ser celestial labora como agente del Seor en la tarea de
ganar al hombre para Dios.
Los ngeles de gloria hallan su gozo en dar... amor y cuidado incansable a
las almas que estn cadas y destituidas de santidad. Los seres celestiales desean
ganar el corazn de los hombres; traen a este oscuro mundo luz de los atrios
celestiales; por un ministerio amable y paciente, obran sobre el espritu humano,
para poner a los perdidos en una comunin con Cristo aun ms ntima que la
que ellos mismos pueden conocer.* [64]

*
Ao bblico: Nmeros 35-36.
71
La fortaleza de Cristo, 25 de febrero

O forzar alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; s, haga paz


conmigo. Isaas 27:5.

El enemigo no puede vencer al humilde alumno de Cristo, al que ora y anda


en presencia del Seor. Cristo se interpone entre ambos como un escudo, un
refugio, para desviar los ataques del malo. Se ha prometido lo siguiente: Porque
vendr el enemigo como ro, mas el Espritu de Jehov levantar bandera contra
l...
Se le permiti a Satans que tentara al confiado Pedro, tal como se le haba
permitido que tentara a Job; pero una vez terminada su obra, tuvo que retirarse.
Si a Satans se le hubiera permitido cumplir su propsito, no habra habido
esperanza para Pedro. Su fe habra naufragado. Pero el enemigo no se atrevi a
excederse de la jurisdiccin que se le haba asignado. No hay poder en todo el
ejrcito satnico que pueda desarmar al alma que confa, con sencilla fe, en la
sabidura que desciende de Dios.
Cristo es la torre de nuestra fortaleza, y Satans no tiene poder sobre el
alma que anda con Dios con humildad de espritu. El dijo: O forzar alguien
mi fortaleza? Haga conmigo paz; s, haga paz conmigo. En Cristo, el alma
tentada encuentra ayuda perfecta y completa. Los peligros acechan en todos los
senderos, pero todo el universo celestial se mantiene en actitud de alerta para
no permitir que nadie sea tentado ms de lo que puede soportar. Algunos tienen
rasgos muy fuertes de carcter, que tendrn que ser reprimidos constantemente.
Si se los mantiene bajo el dominio del Espritu de Dios, esas caractersticas sern
una bendicin; en caso contrario, resultarn una maldicin... Si nos entregamos
generosamente a la tarea, sin desviarnos en lo ms mnimo de los principios, el
Seor nos circundar con sus brazos eternos, y se revelar como un poderoso
ayudador. Si miramos a Jess como el Ser en quien podemos confiar, jams nos
[65] abandonar en ninguna situacin apremiante.*

*
Ao bblico: Deuteronomio 1-3.
72
Reformemos nuestro entendimiento, 26 de febrero

No os conformis a este siglo, sino transformaos por medio de la


renovacin de vuestro entendimiento, para que comprobis cul sea la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2.

Nada puede apartaros de Dios fuera de la voluntad rebelde.


La voluntad es el poder que domina en la naturaleza humana. Si se afirma
la voluntad debidamente, todo el resto del ser quedar bajo su dominio. La
voluntad no es el gusto o la inclinacin, sino la capacidad de elegir y decidir,
la capacidad suprema, que obra en los hijos de los hombres para obedecer o
desobedecer a Dios.
Estaris en constante peligro hasta que comprendis cul es el verdadero
poder de la voluntad. Podris creer y prometer todo, pero vuestras promesas y
fe no tendrn valor a menos que usis la voluntad como se debe. Si luchis la
batalla de la fe con vuestra fuerza de voluntad, sin duda venceris.
Lo que os corresponde es volcar vuestra voluntad en el bando de Cristo.
Cuando le entregis vuestra voluntad, l inmediatamente toma posesin de
vosotros, y obra en vosotros el querer y el hacer por su buena voluntad. Entonces
vuestra naturaleza queda sometida a su Espritu. Hasta vuestros pensamientos
quedan sujetos al Seor. Si no podis dominar vuestros impulsos y emociones
como deseis, a lo menos podis dominar la voluntad, de modo que se efecte
un gran cambio en vuestra vida. Cuando entregis vuestra voluntad a Cristo,
vuestra vida queda escondida con Cristo en Dios. Hace alianza con el poder
que supera a todos los principados y las potestades. Tenis fuerza divina que
os mantiene asidos a su fortaleza; y se abre ante vosotros la posibilidad de una
nueva vida, la vida de la fe.
Jams lograris elevaros a menos que vuestra voluntad est de parte de
Cristo, y colabore con el Espritu de Dios. No creis que no podis vencer; en
cambio, decid: Puedo y quiero. Y Dios se ha comprometido a concederos su
Santo Espritu para ayudaros cuando empeis vuestro decidido esfuerzo.* [66]

*
Ao bblico: Deuteronomio 4-6.
73
Aseguro mi llamamiento, 27 de febrero

Por lo cual, hermanos, tanto ms procurad hacer firme vuestra vocacin


y eleccin; porque haciendo estas cosas, no caeris jams. 2 Pedro 1:10.

Aqu se nos ofrece un seguro de vida que nos garantiza la vida eterna en el
reino de Dios. Os ruego que estudiis estas palabras del apstol Pedro. Cada
clusula encierra entendimiento e inteligencia. Al asirnos del Dador de vida,
que se entreg por nosotros, recibimos la vida eterna.
Cada uno de nosotros decide su destino eterno, y de nosotros depende
en absoluto que alcancemos la vida perdurable. Viviremos las enseanzas
encerradas en la Palabra de Dios, que es el incomparable libro de texto de
Cristo? Este es el libro ms grandioso aunque el ms sencillo y comprensible
de todos cuantos se han escrito para dar instrucciones respecto a la conducta
apropiada en lo que a modales, lenguaje y sentimientos se refiere. Es el nico
libro que puede preparar a los seres humanos para la vida que se compara con
la vida de Dios. Y los que estudien diariamente esta Palabra sern los nicos
que merecern el diploma que les dar derecho para educar y preparar a los
nios para entrar en la escuela superior, donde sern coronados como triunfantes
vencedores.
Cristo Jess es el nico que puede juzgar si los seres humanos estn en
condiciones de recibir la vida eterna. Los portales de la santa ciudad se abrirn
ante los que hayan sido humildes, mansos y sencillos seguidores de Cristo, ante
los que aprendieron sus lecciones y recibieron el seguro de vida de Jess por
haber formado caracteres segn la divina semejanza.
Cuando los rescatados sean redimidos de la tierra, la ciudad de Dios se
abrir ante vosotros... Entonces recibiris el arpa, y elevaris vuestra voz para
entonar himnos de alabanza en honor de Dios y del Cordero, cuyo sacrificio os
hizo participantes de su naturaleza y os brind una herencia inmortal en el reino
[67] de Dios.*

*
Ao bblico: Deuteronomio 7-8.
74
Cristo reserva coronas, 28 de febrero

Por lo dems, me est guardada la corona de justicia, la cual me dar el


Seor, juez justo, en aquel da; y no slo a m, sino tambin a todos los
que aman su venida. 2 Timoteo 4:8.

Antes de entrar en la ciudad de Dios, el Salvador confiere a sus discpulos


los emblemas de la victoria, y los cubre con las insignias de su dignidad real.
Las huestes resplandecientes son dispuestas en forma de un cuadrado hueco en
torno de su Rey, cuya estatura sobrepasa en mucho en majestad a la de los santos
y de los ngeles, y cuyo rostro irradia sobre ellos lleno de amor benigno. De un
cabo a otro de la innumerable hueste de los redimidos, toda mirada est fija en
l, todo ojo contempla la gloria de Aquel cuyo aspecto era tan desfigurado ms
que cualquier hombre, y su forma ms que los hijos de Adn. Sobre la cabeza
de los vencedores, Jess coloca con su propia diestra la corona de gloria. Cada
cual recibe una corona que lleva su propio nombre nuevo, y la inscripcin:
Santidad a Jehov. A todos se les pone en la mano la palma de la victoria y el
arpa brillante. Luego que los ngeles que mandan dan la nota, todas las manos
tocan con maestra las cuerdas de las arpas, produciendo dulce msica en ricos
y melodiosos acordes. Dicha indecible estremece todos los corazones, y cada
voz se eleva en alabanzas de agradecimiento: Al que nos am, y nos lav de
nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su
Padre, a l sea gloria e imperio por los siglos de los siglos!
Ah, qu gozo inenarrable el de ver al que amamos, el de ver la gloria de
Aquel que nos am tanto que se entreg por nosotros, el de contemplar cmo se
extienden para bendecirnos y acogernos esas manos que fueron horadadas para
lograr nuestra redencin!
Los que... se entregan en las manos de Dios... vern al Rey en su hermosura.
Contemplarn su incomparable encanto, y, pulsando las ureas arpas, henchirn
el cielo de exquisita msica y harn or los cantos del Cordero.* [68]

*
Ao bblico: Deuteronomio 9-10.
75
Libre comunin con Dios, 29 de febrero

Y no vi en ella templo; porque el Seor Dios Todopoderoso es el templo


de ella, y el Cordero. Apocalipsis 21:22.

El pueblo de Dios tiene el privilegio de comunicarse directamente con el


Padre y el Hijo. Ahora vemos oscuramente como por medio de un espejo.
Nosotros vemos la imagen de Dios reflejada como en un espejo en las obras
de la naturaleza y en su modo de obrar para con los hombres; pero entonces
le veremos cara a cara sin velo que nos lo oculte. Estaremos en su presencia y
contemplaremos la gloria de su aspecto.
Podemos dirigirnos al Seor usando la cariosa expresin: Padre nuestro,
que es muestra del afecto que profesamos y una garanta de su tierna preocupa-
cin y amistad hacia nosotros. Y el Hijo de Dios, al contemplar a los herederos
de la gracia, no se avergenza de llamarlos hermanos. La relacin de stos
con Dios es ms sagrada aun que la de los ngeles que nunca pecaron.
Todo el amor paterno que se ha manifestado en el curso de todas las ge-
neraciones a travs del corazn humano, todos los manantiales de ternura que
surgieron en el alma de los hombres, no son ms que un fino arroyuelo compa-
rado con un ocano ilimitado, frente al amor infinito e inagotable de Dios.
El cielo consiste en acercarse incesantemente a Dios por Cristo. Cuanto
ms tiempo gocemos de este cielo de bienaventuranza, tanto ms de la gloria se
abrir ante nosotros; y cuanto ms conozcamos a Dios, tanto ms intensa ser
nuestra felicidad.
Y cul ser la dicha del cielo sino ver a Dios? Qu gozo mayor podran
gozar los pecadores salvados por la gracia de Cristo que el de contemplar el
rostro de Dios y conocerlo como Padre suyo?
Qu consuelo infunde contemplarlo con el ojo de la fe, de manera que
contemplndolo nos asemejemos a l! Y cunto mayor ser el gozo de contem-
[69] plarlo tal cual es, sin que se interponga un velo nublador entre nosotros!*

*
Ao bblico: Deuteronomio 11-12.
76
Marzo
Una mesa preparada delante de m, 1 de marzo

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le


resucitar en el da postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi
sangre es verdadera bebida. Juan 6:54-55.

Recibir los elementos vitales de las Escrituras y hacer la voluntad de Dios,


traen vida eterna. Esto es lo que significa comer la carne y beber la sangre del
Hijo de Dios. Todos tienen el privilegio de participar del pan del cielo al estudiar
la Palabra, y de este modo obtener nervios y msculos espirituales.
Cada cual puede apropiarse de la bendicin para beneficio de su propia
alma, de lo contrario no se alimentar... Sabis que no podrais alimentaros
por el solo hecho de contemplar una mesa bien preparada y ver a otros comer.
Languideceremos si no participamos del alimento fsico; del mismo modo,
perderemos nuestra fuerza y vitalidad espirituales si no nos alimentamos del
pan espiritual...
La mesa ha sido preparada, y Cristo nos invita a la fiesta. Permaneceremos
alejados rechazando su generosidad y declarando: Esto no se refiere a m?
Hay un himno que describe una fiesta donde la familia feliz se rene para
participar de los generosos manjares que ofrece el padre. Mientras los nios
alegres rodean la mesa, hay una hambrienta niita mendiga que se ha detenido
en el umbral. Se la invita a entrar, pero con tristeza se retira exclamando: Mi
padre no est all. Asumiris vosotros esta actitud ante la invitacin de Jess?
Oh, si tenis un Padre en las cortes celestiales, os suplico que lo manifestis!
El quiere haceros participantes de sus riquezas y bendiciones. Todos los que
acudan con el amor confiado de un niito, hallarn a un padre all.
Venid al agua de vida y bebed. No os mantengis apartados y quejndoos
de sed. El agua de vida es gratis para todos.
Aquellos que coman y digieran su Palabra, hacindola parte de cada accin
y cada atributo de carcter, se harn fuertes en la fortaleza de Dios. Esto dar
un vigor inmortal al alma, perfeccionando la experiencia y produciendo goces
[70] que permanecern para siempre.*

*
Ao bblico: Deuteronomio 13-16.
78
Preparacin para el da santo, 2 de marzo

Acurdate del da de reposo para santificarlo. xodo 20:8.

Al mismo comienzo del cuarto mandamiento el Seor dijo: Acurdate.


El saba que en medio de la multitud de cuidados y perplejidades el hombre se
vera tentado a excusarse de satisfacer todo lo requerido por la ley, o se olvidara
de su importancia sagrada. Por lo tanto dijo: Acurdate del da de reposo para
santificarlo.
Cuando el sbado es as recordado, no se permitir que lo temporal usurpe
lo que pertenece a lo espiritual. Ningn deber que pertenece a los seis das
hbiles ser dejado para el sbado. Durante la semana nuestras energas no
sern agotadas de tal manera en el trabajo temporal que, en el da en que el
Seor descans y fue refrigerado, estemos demasiado cansados para dedicarnos
a su servicio...
Termnense el viernes los preparativos para el sbado. Cuidad de que toda la
ropa est lista y que se haya cocinado todo lo que debe cocinarse... El sbado no
ha de destinarse a reparar ropas, a cocinar alimentos, a los placeres o a ningn
otro empleo mundanal. Antes de que se ponga el sol debe ponerse a un lado todo
trabajo secular y todos los peridicos de ese carcter deben ser puestos fuera
de la vista. Padres, expliquen su trabajo y su propsito a sus hijos, y permitan
que ellos compartan en su preparacin para guardar el sbado conforme al
mandamiento.
Hay otra obra que debe recibir atencin en el da de la preparacin. En este
da todas las diferencias entre los hermanos, sean en la familia o en la iglesia,
debern dejarse a un lado. Expulsemos del alma toda amargura, furia o malicia.
En un espritu de humildad, confesad vuestras faltas los unos a los otros y orad
los unos por los otros.
Antes de la puesta del sol congrguense los miembros de la familia para leer
la Palabra de Dios y para cantar y orar.
Debemos cuidar celosamente las extremidades del sbado. Recordemos que
cada momento es tiempo santo y consagrado.* [71]

*
Ao bblico: Deuteronomio 17-19.
79
El don de Dios a la raza humana, 3 de marzo

Porque de tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo


unignito, para que todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna. Juan 3:16.

El corazn de Dios suspira por sus hijos terrenales con un amor ms fuerte
que la muerte. Al dar a su Hijo nos ha vertido todo el cielo en un Don.
Es por medio del don de Cristo que recibimos toda bendicin. Por medio de
este don desciende sobre nosotros da tras da sin interrupcion el raudal de la
bondad de Jehov. Todas las flores, con sus delicados tintes y fragancia, nos son
dadas para nuestro deleite por medio de este nico Don. El sol y la luna fueron
hechos por l. No hay una sola estrella que embellezca el cielo que l no haya
hecho. Cada gota de lluvia que cae, cada rayo de luz derramado sobre nuestro
ingrato mundo, testifica del amor de Dios en Cristo. Todo nos es suministrado
por medio del nico Don inefable, el unignito Hijo de Dios. Fue clavado en la
cruz para que todas estas mercedes corrieran hacia la creacin de Dios.
Al tomar nuestra naturaleza, el Salvador se vincul con la humanidad por
un vnculo que nunca se ha de romper. A travs de las edades eternas, queda
ligado con nosotros... Para asegurarnos los beneficios de su inmutable consejo
de paz, Dios dio a su Hijo unignito para que llegase a ser miembro de la familia
humana, y retuviese para siempre su naturaleza humana. Tal es la garanta
de que Dios cumplir su promesa. Un nio nos es nacido, hijo nos es dado;
y el principado sobre su hombro. Dios adopt la naturaleza humana en la
persona de su Hijo, y la llev al ms alto cielo... El cielo est incorporado en la
humanidad, y la humanidad envuelta en el seno del Amor Infinito.
Cristo se postr en humildad incomparable, para que al ser exaltado al trono
de Dios, tambin pudiese exaltar a aquellos que creen en l a un asiento con l
[72] sobre su trono.*

*
Ao bblico: Deuteronomio 20-22.
80
El creador encarnado, 4 de marzo

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue


manifestado en carne, justificado en el Espritu, visto de los ngeles,
predicado a los gentiles, credo en el mundo, recibido arriba en gloria. 1
Timoteo 3:16.

La encarnacin de Cristo es el misterio de todos los misterios.


Cristo era uno con el Padre, y sin embargo estuvo dispuesto a descender de
la exaltada posicin de quien era igual a Dios.
Para poder cumplir su plan de amor para la raza cada, l se convirti en
hueso de nuestro hueso y carne de nuestra carne.
Habra sido una humillacin casi infinita para el Hijo de Dios revestirse
de la naturaleza humana, aun cuando Adn posea la inocencia del Edn. Pero
Jess acept la humanidad cuando la especie se hallaba debilitada por cuatro
mil aos de pecado. Como cualquier hijo de Adn, acept los efectos de la gran
ley de la herencia. Y la historia de sus antepasados terrenales demuestra cules
eran aquellos efectos. Mas l vino con una herencia tal para compartir nuestras
penas y tentaciones, y darnos el ejemplo de una vida sin pecado.
Qu tremendo contraste entre la divinidad de Cristo y el impotente niito
nacido en el pesebre de Beln... Y sin embargo, el Creador de los mundos,
Aquel en quien habitaba la plenitud de la divinidad corporalmente, se mani-
fest en el desvalido beb del pesebre... La divinidad y la humanidad estaban
misteriosamente combinadas y el hombre y Dios se fusionaron.
Aquellos que aseveran que no era posible que Cristo pecara, no pueden creer
que l verdaderamente tom sobre s la naturaleza humana. Pero acaso Cristo
no fue tentado, no slo en el desierto por Satans, sino a travs de toda su vida,
desde la niez hasta su edad adulta?
Nuestro Salvador tom la humanidad con todos sus riesgos. Se visti de la
naturaleza humana, con la posibilidad de ceder a la tentacin. No tenemos que
soportar nada que l no haya soportado.* [73]

*
Ao bblico: Deuteronomio 23-25.
81
Las salvadoras providencias de Dios, 5 de marzo

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propsito son llamados. Romanos 8:28.

El hecho de que somos llamados a sufrir pruebas muestra que el Seor Jess
ve en nosotros algo precioso, que l quiere desarrollar. Si no viera en nosotros
nada con que glorificar su nombre, no perdera tiempo en purificarnos. El no
echa piedras intiles en su hornillo. Lo que l purifica es metal precioso.
Dios no gua jams a sus hijos de otro modo que el que ellos mismos
escogeran, si desde un principio pudieran ver el desenlace, y discernir la gloria
del designio que estn cumpliendo como colaboradores de Dios.
Todo lo que nos ha dejado perplejos de las providencias de Dios nos ser
aclarado en el mundo futuro. Las cosas difciles de entender entonces encontra-
rn explicacin. Los misterios de la gracia se revelarn ante nosotros. Donde
nuestras mentes finitas descubrieron slo confusin y promesas quebrantadas,
veremos la armona ms bella y perfecta. Conoceremos que el amor infinito
prescribi las experiencias que parecieron ms angustiosas.
El que est lleno del Espritu de Cristo mora en Cristo. El golpe que se le
dirige a l, cae sobre el Salvador, que lo rodea con su presencia. Todo cuanto le
venga, viene de Cristo. No tiene que resistir el mal, porque Cristo es su defensor.
Nada puede tocarle sino con el permiso de nuestro Seor; y todas las cosas
que son permitidas a los que aman a Dios,... les ayudan a bien.
Nuestro Padre celestial tiene mil maneras de proveer a nuestras necesidades,
las cuales ignoramos completamente. Los que aceptan el nico principio de
hacer del servicio de Dios el asunto supremo, vern desvanecerse sus apuros y
extenderse delante de sus pies un camino despejado.
Como nios, confiad en la direccin de Aquel que guarda los pies de sus
santos.
[74] Si le encomendamos nuestros caminos, l dirigir nuestros pasos.*

*
Ao bblico: Deuteronomio 26-28.
82
Un salvador desde la eternidad, 6 de marzo

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, que nos bendijo
con toda bendicin espiritual en los lugares celestiales en Cristo, segn
nos escogi en l antes de la fundacin del mundo, para que fusemos
santos y sin mancha delante de l. Efesios 1:3-4.

Desde la cada del hombre, el Seor ha estado llevando a cabo sus designios
en el plan de la redencin, un plan por el cual procura restaurar en el hombre
su perfeccin original. Gracias a la muerte de Cristo en la cruz, Dios recibe y
perdona a cada alma arrepentida.
Mientras el divino Doliente penda de la cruz, los ngeles lo rodeaban, y
mientras lo contemplaban y oan su clamor se preguntaban con intensa emocin:
No lo salvar el Seor Jehov...? Entonces se pronunciaron las palabras: El
Seor ha jurado y no se arrepentir. El Padre y el Hijo han jurado cumplir los
trminos del pacto eterno. De tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unignito, para que todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.
Cristo no estaba solo al consumar el gran sacrificio. Este era el cumplimiento
del pacto convenido entre l y su Padre desde antes de la fundacin del mundo.
Se haban estrechado la mano al pronunciar la solemne promesa de que Cristo
llegara a ser el fiador de la raza humana si sta era vencida por las sofisteras
de Satans.
La salvacin de la raza humana siempre ha sido el objeto de los concilios
celestiales. El pacto de misericordia fue hecho antes de la fundacin del mundo.
Ha existido desde toda la eternidad y se lo llama el pacto eterno. Tan cierto
como que nunca hubo un momento en que Dios no existiese, as de seguro
nunca hubo un momento en que manifestar su gracia a la humanidad no fuese
la delicia de la mente eterna.
Cuanto ms consideramos este tema, ms profundo lo hallamos, y an hay
profundidades que no podemos alcanzar al estudiar la gloria del Redentor... Los
ngeles mismos desean mirar dentro de este tema misterioso y maravilloso, la
redencin de la raza humana.* [75]

*
Ao bblico: Deuteronomio 29-31.
83
La fe anula la obediencia? 7 de marzo

Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que


confirmamos la ley. Romanos 3:31.

La fe no es un narctico, sino un estimulante. El mirar al Calvario no


adormecer al alma en el cumplimiento de su deber, sino que despertar una fe
que obra purificando el alma de todo egosmo.
La fe en Cristo que redime el alma no es lo que muchos representan que
es. Creed, creed, es su clamor; slo creed en Cristo y seris salvos. Eso es
todo lo que tenis que hacer. Mientras que la verdadera fe confa totalmente
en Cristo para la salvacin, conducir a una perfecta conformidad con la ley de
Dios.
Hay dos errores contra los cuales los hijos de Dios, particularmente los que
apenas han comenzado a confiar en su gracia, deben especialmente guardarse.
El primero... es el de fijarse en sus propias obras, confiando en alguna cosa que
puedan hacer, para ponerse en armona con Dios. El que est procurando llegar
a ser santo mediante sus propios esfuerzos por guardar la ley, est procurando
una imposibilidad...
El error opuesto y no menos peligroso es que la fe en Cristo exime a los
hombres de guardar la ley de Dios; que puesto que solamente por la fe somos
hechos participantes de la gracia de Cristo, nuestras obras no tienen nada que
ver con nuestra redencin.
Pero ntese aqu que la obediencia no es un mero cumplimiento externo, sino
un servicio de amor. La ley de Dios es una expresin de su misma naturaleza; es
la personificacin del gran principio del amor, y, en consecuencia, el fundamento
de su gobierno en los cielos y en la tierra... En vez de la fe eximir al hombre de
la obediencia, es la fe y slo la fe, la que lo hace participante de la gracia de
Cristo, y lo capacita para obedecerle.
Lo que Cristo fue en la naturaleza humana, Dios espera que sean sus disc-
pulos. Con su fuerza hemos de vivir la vida de nobleza y pureza que el Salvador
[76] vivi.*

*
Ao bblico: Deuteronomio 32-34.
84
El poder salvador de Jess, 8 de marzo

Y me ha dicho: Bstate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la


debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriar ms bien en mis
debilidades, para que repose sobre m el poder de Cristo. 2 Corintios 12:9.

Nuestro precioso Salvador nos ha invitado a unirnos a l, y unir nuestra de-


bilidad con su fortaleza, nuestra ignorancia con su sabidura, nuestra indignidad
con su virtud.
La precisin rgida en la obediencia a la ley no dar el derecho a ningn
hombre a entrar en el reino de los cielos.
Es necesario un nuevo nacimiento, una mente nueva por la operacin del
Espritu de Dios que purifique la vida y ennoblezca el carcter. Esta relacin
con Dios prepara al hombre para el glorioso reino de los cielos.
Debe haber un poder que obre en el interior, una vida nueva de lo alto, antes
de que el hombre pueda convertirse del pecado a la santidad. Ese poder es Cristo.
Solamente su gracia puede vivificar las facultades muertas del alma, y atraerlas
a Dios, a la santidad... La idea de que solamente es necesario desarrollar lo
bueno que existe en el hombre por naturaleza, es un engao fatal. El hombre
natural no percibe las cosas que son del Espritu de Dios, porque para l son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 1
Corintios 2:14. De Cristo est escrito: En l estaba la vida, y la vida era la luz
de los hombres, el nico nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos. Juan 1:4; Hechos 4:12.
El apstol Pablo... ansiaba la pureza, la justicia que no poda alcanzar por s
mismo, y dijo: Miserable de m! quin me librar de este cuerpo de muerte?
Romanos 7:24. La misma exclamacin ha subido en todas partes y en todo
tiempo, de corazones sobrecargados. No hay ms que una contestacin para
todos: He aqu el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1:29.* [77]

*
Ao bblico: Josu 1-4.
85
Paz por medio de la cruz, 9 de marzo

Ahora, pues, ninguna condenacin hay para los que estn en Cristo
Jess, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espritu.
Romanos 8:1.

Si los pecadores pudieran ser inducidos a dirigir una ferviente mirada a


la cruz y pudieran obtener una visin plena del Salvador crucificado, com-
prenderan la profundidad de la compasin de Dios y la pecaminosidad del
pecado.
A medida que vuestra conciencia ha sido vivificada por el Espritu Santo,
habis visto algo de la perversidad del pecado, de su poder, su culpa, su mise-
ria; y lo miris con aborrecimiento... Ansiis ser perdonados, ser limpiados y
libertados. Qu podis hacer para obtener la armona con Dios y la semejanza
a l?
Lo que necesitis es paz: el perdn, la paz y el amor del cielo en el alma.
No se los puede comprar con dinero, la inteligencia no los puede obtener, la
sabidura no los puede alcanzar; nunca podis esperar conseguirlos por vuestro
propio esfuerzo. Mas Dios os los ofrece como un don, sin dinero y sin precio.
Isaas 55:1...
Id pues a l, y pedidle que os limpie de vuestros pecados, y os d un corazn
nuevo. Creed que lo har porque lo ha prometido... Es nuestro privilegio ir a
Cristo para que nos limpie, y subsistir frente a la ley sin culpa o remordimiento.
Cuando al pie de la cruz el pecador mira al que muri para salvarlo, puede
regocijarse con pleno gozo; porque sus pecados son perdonados. Al postrarse
con fe junto a la cruz, ha alcanzado el ms alto lugar que pueda alcanzar el
hombre.
Agradeced a Dios por el don de su Hijo amado y pedid que no haya muerto
en vano por vosotros. El Espritu os invita hoy. Venid con todo vuestro corazn
a Jess y podis reclamar su bendicin.
Al leer las promesas, recordad que son la expresin de amor y misericordia
inexplicables... S, slo creed que Dios es vuestro ayudador. El desea restaurar su
imagen moral en el hombre. Al acercarnos a l con confesin y arrepentimiento,
[78] l se acercar con misericordia y perdn.*

*
Ao bblico: Josu 5-8.
86
Llenos de su justicia, 10 de marzo

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos


sern saciados. Mateo 5:6.

La justicia es santidad, semejanza a Dios; y Dios es amor. 1 Juan 4:16.


Es conformidad a la ley de Dios, porque todos tus mandamientos son justicia
(Salmos 119:172); y el cumplimiento de la ley es el amor. Romanos 13:10.
La justicia es amor, y el amor es la luz y la vida de Dios. La justicia de Dios se
incorpora en Cristo. Al recibirle a l, recibimos la justicia.
No es por conflictos penosos ni por rudo trabajo, ni aun por dones o sacrifi-
cios, como se obtiene la justicia; sino que se concede gratuitamente a toda alma
que tiene hambre y sed de recibirla. A todos los sedientos: Venid a las aguas; y
los que no tienen dinero, venid, comprad y comed... sin dinero y sin precio.
Isaas 55:1. Su salvacin de m vendr, dijo Jehov. Este ser su nombre con
el cual le llamarn: Jehov, justicia nuestra. Isaas 54:17; Jeremas 23:6.
No hay agente humano que pueda facilitar lo que satisfaga el hambre y la
sed de justicia. Pero dice Jess: Yo soy el pan de vida; el que a m viene, nunca
tendr hambre; y el que en m cree, no tendr sed jams. Juan 6:35.
Cuanto ms conocemos a Dios, tanto ms alto ser nuestro ideal de carcter,
y tanto ms ansioso nuestro deseo de reflejar su imagen. Un elemento divino se
une con lo humano cuando el alma busca a Dios, y el corazn anheloso puede
decir: Alma ma, en Dios solamente reposa, porque de l es mi esperanza.
Salmos 62:5.
El llamamiento continuo del corazn es, Ms de ti, y siempre viene la
respuesta del Espritu, Mucho ms. Romanos 5:9-10... Era el buen deseo del
Padre que en Cristo habitase toda plenitud, y vosotros estis completos en
l. Colosenses 1:19; 2:10.
Cristo es el gran depsito de la justicia que justifica y la gracia que santifica.
Todos pueden venir a l y recibir de su plenitud.* [79]

*
Ao bblico: Josu 9-13.
87
El justo vivir por fe, 11 de marzo

Por tanto, de la manera que habis recibido al Seor Jesucristo, andad en


l. Colosenses 2:6.

Nuestro crecimiento en la gracia, nuestro gozo, nuestra utilidad, todo de-


pende de nuestra unin con Cristo. Solamente estando en comunin con l
diariamente, a cada hora permaneciendo en l, es como hemos de crecer en
la gracia. El no es solamente el autor sino tambin el consumador de nuestra
fe. Cristo es el principio, el fin, el todo. Estar con nosotros no solamente al
principio y al fin de nuestra carrera, sino en cada paso del camino...
Preguntaris, tal vez: Cmo permaneceremos en Cristo? Del mismo
modo en que lo recibisteis al principio. De la manera que habis recibido al
Seor Jesucristo, andad en l. Colosenses 2:6. El justo vivir por [la] fe.
Hebreos 10:38. Os entregasteis a Dios para ser completamente suyos, para
servirle y obedecerle, y aceptasteis a Cristo como vuestro Salvador. No podais
por vosotros mismos expiar vuestros pecados o cambiar vuestro corazn; pero
habindoos entregado a Dios, cresteis que por causa de Cristo, el Seor hizo
todo aquello por vosotros. Por la fe llegasteis a ser de Cristo, y por la fe tenis
que crecer en l, dando y tomando a la vez. Tenis que darle todo: el corazn,
la voluntad, la vida, daros a l para obedecer todos sus requerimientos; y debis
tomar todo: a Cristo, la plenitud de toda bendicin, para que habite en vuestro
corazn, y para que sea vuestra fuerza, vuestra justicia, vuestra eterna ayuda, a
fin de que os d poder para obedecerle.
Consgrate a Dios todas las maanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu
oracin: Tmame oh Seor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes
a tus pies. Usame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha
en ti. Este es un asunto diario. Cada maana consgrate a Dios por ese da.
Somete todos tus planes a l, para ponerlos en prctica o abandonarlos segn te
lo indicare su providencia. Sea puesta as tu vida en las manos de Dios, y ser
[80] as cada vez ms semejante a la de Cristo.*

*
Ao bblico: Josu 14-17.
88
La verdadera confesin es indispensable, 12 de marzo

Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonar nuestros


pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9.

El apstol dice: Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por
otros, para que seis sanados. Santiago 5:16. Confesad vuestros pecados a
Dios, quien slo puede perdonarlos, y vuestras faltas unos a otros. Si has dado
motivo de ofensa a tu amigo o vecino, debes reconocer tu falta, y es su deber
perdonarte libremente. Debes entonces buscar el perdn de Dios, porque el
hermano a quien has ofendido pertenece a Dios, y al perjudicarlo has pecado
contra su Creador y Redentor.
La verdadera confesin es siempre de un carcter especfico y declara peca-
dos particulares. Pueden ser de tal naturaleza que solamente puedan presentarse
delante de Dios. Pueden ser errores que deban confesarse individualmente a los
que hayan sufrido dao por ellos; pueden ser de un carcter pblico, y en ese
caso debern confesarse pblicamente. Toda confesin debe ser definida y al
punto, reconociendo los mismos pecados de que seis culpables.
Muchsimas confesiones no debieran ser pronunciadas jams ante odos
mortales; porque los resultados son tales que ningn juicio limitado y finito de
los seres humanos puede anticipar... Dios ser glorificado mejor si confesamos
la corrupcin secreta e innata del corazn a Cristo solamente, en vez de abrir sus
cmaras secretas ante el hombre finito y errante, que no puede juzgar justamente
a menos que su corazn est continuamente imbuido con el Espritu de Dios...
No confiis a odos humanos aquello que slo Dios debiera or.
La confesin que brota de lo ntimo del alma sube al Dios de piedad infinita.
Tus pecados podrn parecer montaas delante de ti; pero si humillas tu
corazn y confiesas tus pecados, confiando en los mritos de un Salvador
crucificado y resucitado, l te perdonar y te limpiar de toda injusticia... Desead
la plenitud de la gracia de Cristo. Permitid que vuestro corazn se llene con un
anhelo intenso por su justicia.* [81]

*
Ao bblico: Josu 18-21.
89
Se necesita un cambio de corazn, 13 de marzo

Respondi Jess y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no


naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3.

Nicodemo ocupaba un puesto elevado y de confianza en la nacin juda...


Como otros, haba sido conmovido por las enseanzas de Jess... Las lecciones
que haban cado de los labios del Salvador le haban impresionado grandemente,
y quera aprender ms de estas verdades maravillosas.
Nicodemo haba venido al Seor pensando entrar en una discusin con l,
pero Jess descubri los principios fundamentales de la verdad. Dijo a Nico-
demo: No necesitas conocimiento terico tanto como regeneracin espiritual.
No necesitas que se satisfaga tu curiosidad, sino tener un corazn nuevo. Debes
recibir una vida nueva de lo alto, antes de poder apreciar las cosas celestiales.
El cambio de corazn representado por el nuevo nacimiento puede realizarse
nicamente por la obra efectiva del Espritu Santo... El orgullo y el amor propio
resisten al Espritu de Dios; cada inclinacin natural del alma se opone al cambio
que transforma la altivez y el orgullo en la mansedumbre y humildad de Cristo.
Pero si hemos de caminar en la senda de la vida eterna no debemos prestar
odo al susurro del yo... Al recibir la luz divina y cooperar con las inteligencias
celestiales, nacemos de nuevo, liberados de la corrupcin del pecado por el
poder de Cristo.
El tremendo poder del Espritu Santo obra una transformacin entera en
el carcter del agente humano, convirtindolo en una nueva criatura en Cristo
Jess... Las palabras y acciones expresan el amor del Salvador. No hay compe-
tencia por el lugar ms alto. Se renuncia al yo. El nombre de Jess est escrito
en todo lo que se dice y hace.
No es la renovacin del hombre el mayor milagro que puede hacerse? Qu
[82] no puede hacer el agente humano que por fe se aferra del poder divino?*

*
Ao bblico: Josu 22-24.
90
Santidad de vida, 14 de marzo

Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie ver al Seor.
Hebreos 12:14.

No es una evidencia concluyente de que un hombre sea cristiano el que


manifieste xtasis espiritual bajo circunstancias extraordinarias. La santidad
no es arrobamiento; es una entrega completa de la voluntad a Dios; es vivir de
toda palabra que sale de la boca de Dios; es hacer la voluntad de nuestro Padre
celestial; es confiar en Dios en las pruebas y en la oscuridad tanto como en la
luz; es caminar por fe y no por vista; y fiarse de Dios con confianza que no
vacile, y descansar en su amor.
Nadie puede ser omnipotente, pero todos pueden limpiarse de la impiedad
de la carne y del espritu, perfeccionando la santidad en el temor del Seor. Dios
requiere que cada alma sea pura y santa. Tenemos tendencias hereditarias hacia
el mal. No necesitamos continuar con ellas a cuestas. Es una debilidad humana
abrigar el egosmo porque es un rasgo natural del carcter. Pero a menos que
desechemos todo egosmo, a menos que crucifiquemos el yo, jams llegaremos
a ser santos como Dios es santo. En la humanidad hay una tendencia a imaginar
sospechas, a las que las circunstancias se encargan de dar un crecimiento acele-
rado. Si se le da rienda suelta a este rasgo, echa a perder el carcter y arruina el
alma.
Dios requiere en todo la perfeccin moral. Los que han recibido luz y
oportunidades como mayordomos de Dios debieran perseguir la perfeccin
y jams rebajar la norma de justicia a fin de acomodarla a sus tendencias
heredadas y cultivadas hacia el mal. Cristo tom sobre s nuestra naturaleza y
vivi nuestra vida para mostrarnos que es posible para nosotros ser semejantes a
l... Debiramos ser santos tal como Dios es santo; y cuando comprendemos el
significado total de esta declaracin, y disponemos nuestro corazn para hacer
la obra de Dios, para ser santos como l es santo, nos acercaremos a la norma
establecida para cada individuo en Cristo Jess.* [83]

*
Ao bblico: Jueces 1-3.
91
La saeta de la muerte, 15 de marzo

Ojal fueran sabios, que comprendieran esto, y se dieran cuenta del fin
que les espera! Deuteronomio 32:29.

El Seor no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.


Lamentaciones 3:33. Como el padre se compadece de los hijos, se compadece
Jehov de los que le temen. Porque l conoce nuestra condicin; se acuerda de
que somos polvo. Salmos 103:13-14. El conoce nuestro corazn, porque lee
cada secreto del alma... Conoce el fin desde el principio. Muchos bajarn al
reposo antes de que la rigurosa prueba de fuego de los ltimos das caiga sobre
el mundo...
Si Jess, el Redentor del mundo, or diciendo: Padre mo, si es posible,
pase de m esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como t (Mateo 26:39),
cun conveniente es que los mortales finitos se sometan de la misma manera a
la sabidura y la voluntad de Dios.
No podemos contar sino con una vida muy breve, y no sabemos cundo
la saeta de la muerte nos atravesar el corazn. Tampoco sabemos cundo
tendremos que desprendernos del mundo y de todos sus intereses. La eternidad
se extiende ante nosotros. El velo est a punto de descorrerse. Unos pocos
aos ms, y para cada uno de nosotros, contado en el nmero de los vivos, ha
de consumarse el mandato: El que es injusto, sea injusto todava;... y el que
es justo, practique la justicia todava; y el que es santo, santifquese todava.
Apocalipsis 22:11.
Estamos preparados? Nos hemos familiarizado con Dios, el Gobernador
de los cielos, el Legislador, y con Jesucristo a quien mand al mundo por repre-
sentante suyo? Cuando la obra de toda nuestra vida haya terminado podremos
decir, como Cristo nuestro ejemplo dijo: Yo te he glorificado en la tierra; he
acabado la obra que me diste que hiciese... he manifestado tu nombre? Juan
17:4-6.
Los ngeles de Dios procuran desviarnos de nosotros mismos y de las cosas
[84] terrenales. No permitis que laboren en vano.*

*
Ao bblico: Jueces 4-5.
92
Dolor con esperanza, 16 de marzo

Tampoco queremos, hermanos, que ignoris acerca de los que duermen,


para que no os entristezcis como los otros que no tienen esperanza. 1
Tesalonicenses 4:13.

A los atribulados quiero decirles: consolaos en la esperanza de la maana de


la resurreccin. Las aguas que habis bebido son tan amargas a vuestro paladar
como eran las aguas de Mara para los hijos de Israel cuando viajaban por el
desierto, pero Jess puede endulzarlas con su amor...
Dios ha provisto un blsamo para cada herida. Hay blsamo en Galaad,
hay un Mdico all. No estudiaris como nunca antes las Escrituras? Buscad
al Seor pidindole sabidura en cada emergencia. En cada prueba rogad a
Jess que os muestre un camino a travs de vuestras dificultades; entonces
vuestros ojos sern abiertos para ver el remedio y para aplicar en vuestro caso
las promesas sanadoras que se registran en su Palabra. De este modo el enemigo
no podr conduciros al desaliento y la incredulidad; en cambio tendris fe,
esperanza y valor en el Seor. El Espritu Santo os dar claro discernimiento
para ver y apropiaros de cada bendicin que obrar como un antdoto para
el dolor, como una rama sanadora para cada sorbo amargo que es acercado a
vuestros labios. Cada sorbo amargo se mezclar con el amor de Jess y en vez
de lamentaros con amargura comprenderis que el amor y la gracia de Jess
estn de tal manera mezclados con el dolor que ste se ha transformado en gozo
santificado, sumiso y glorioso...
Cuando nuestro hijo mayor Enrique estaba a las puertas de la muerte, dijo:
El lecho de dolor es un lugar precioso cuando contamos con la presencia de
Jess. Cuando nos vemos obligados a beber de las aguas amargas, apartmonos
de lo amargo y contemplemos lo precioso y brillante. Cuando el alma humana
est sometida a pruebas, la gracia puede proporcionarle seguridad, y cuando
estamos junto al lecho de muerte y vemos cmo el cristiano puede soportar el
sufrimiento y pasar por el valle de muerte, reunimos fuerza y valor para trabajar,
y no flaqueamos ni nos desanimamos en la tarea de conducir las almas a Jess.* [85]

*
Ao bblico: Jueces 6-8.
93
Eterna salvacin para sus hijos, 17 de marzo

Mas ste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio


inmutable; por lo cual puede tambin salvar perpetuamente a los que por
l se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Hebreos
7:24-25.

Se ha hecho toda provisin para nuestras flaquezas, se nos ofrece todo nimo
para que acudamos a Cristo.
Cristo ofreci su cuerpo quebrantado para comprar de nuevo la herencia
de Dios, a fin de dar al hombre otra oportunidad. Cristo intercede por la raza
perdida mediante su vida inmaculada, su obediencia y su muerte en la cruz del
Calvario. Y ahora, no como un mero suplicante intercede por nosotros el Capitn
de nuestra salvacin, sino como un Conquistador que reclama su victoria. Su
ofrenda es completa, y como Intercesor nuestro ejecuta la obra que l mismo
se seal, sosteniendo delante de Dios el incensario que contiene sus mritos
inmaculados y las oraciones, las confesiones y las ofrendas de agradecimiento
de su pueblo. La ofrenda se hace completamente aceptable, y el perdn cubre
toda transgresin.
Cristo se entreg a s mismo para ser nuestro sustituto y nuestra seguridad,
y no descuida a nadie. Aquel que no poda ver a los seres humanos expuestos
a la ruina eterna sin derramar su alma hasta la muerte en su favor, mirar con
misericordia y compasin cada alma que advierte que no puede salvarse por s
misma.
El no mirar a ningn suplicante tembloroso sin levantarlo. El que mediante
su propia expiacin provey para el hombre un caudal infinito de poder moral, no
dejar de emplear ese poder en nuestro favor. Podemos llevar nuestros pecados
y tristezas a sus pies, pues l nos ama... El conformar y modelar nuestro
carcter de acuerdo con su propia voluntad.
Todas las fuerzas satnicas no tienen poder para vencer a un alma que con fe
sencilla se apoya en Cristo. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas
[86] al que no tiene ningunas. Isaas 40:29.*

*
Ao bblico: Jueces 9-10.
94
Los pecados borrados, 18 de marzo

El que venciere ser vestido de vestiduras blancas; y no borrar su


nombre del libro de la vida, y confesar su nombre delante de mi Padre, y
delante de sus ngeles. Apocalipsis 3:5.

A medida que los libros de memoria se vayan abriendo en el juicio, las vidas
de todos los que hayan credo en Jess pasan ante Dios para ser examinados
por l. Empezando con los primeros que vivieron en la tierra, nuestro Abogado
presenta los casos de cada generacin sucesiva y termina con los vivos. Cada
nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente investigado. Habr nombres
que sern aceptados, y otros rechazados. En caso de que alguien tenga en los
libros de memoria pecados de que no se haya arrepentido y que no hayan sido
perdonados, su nombre ser borrado del libro de la vida, y la mencin de sus
buenas obras ser borrada de los registros de Dios...
A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y que
hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se
les ha inscrito el perdn al lado de sus nombres en los libros del cielo;... sus
pecados les sern borrados, y ellos mismos sern juzgados dignos de la vida
eterna... El divino Intercesor aboga porque a todos los que han vencido por la fe
en su sangre se les perdonen sus transgresiones...
Mientras Jess intercede por los que participan de su gracia, Satans los
acusa ante Dios como transgresores...
Jess no disculpa sus pecados, pero muestra su arrepentimiento y su fe, y,
reclamando el perdn para ellos, levanta sus manos heridas ante el Padre y los
santos ngeles, diciendo: Los conozco por sus nombres. Los he grabado en
las palmas de mis manos. Sus nombres estn escritos en el libro de la vida, y
acerca de ellos se escribe: Andarn conmigo en vestiduras blancas, porque son
dignos. Apocalipsis 3:4.
Los cristianos pueden cultivar su fe diariamente contemplando a Aquel que
se ha comprometido a defenderlos, su misericordioso y fiel sumo sacerdote.* [87]

*
Ao bblico: Jueces 11-12.
95
Artimaas de Satans, 19 de marzo

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como len


rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. 1 Pedro 5:8.

No es seguro el confiar en sentimientos o impresiones: estos son guas


indignos de confianza. La ley de Dios es la nica norma correcta de conducta.
El carcter ha de juzgarse por esta ley. Si uno que busca la salvacin preguntara:
Qu debo hacer para heredar la vida eterna?, los maestros modernos de la
santificacin le responderan: Slo cree que Jess te salva. Pero cuando a
Cristo se le hizo esta pregunta, l dijo: Qu est escrito en la ley? Cmo
lees? Y cuando el que preguntaba contest: Amars al Seor tu Dios con
todo tu corazn,... y a tu prjimo como a ti mismo, Jess le dijo: Bien has
respondido; haz esto, y vivirs. Lucas 10:26-28.
No se da ningn valor a una mera profesin de fe en Cristo; slo el amor
que se muestra en las obras se tiene por amor genuino... El egosmo escondido
de los hombres aparece en los libros del cielo... Harto tristes son los apuntes
que los ngeles llevan al cielo. Seres inteligentes que profesan ser discpulos de
Cristo estn absorbidos por la adquisicin de bienes mundanos, o por el goce de
los placeres terrenales. El dinero, el tiempo y las energas son sacrificados a la
ostentacin y al egosmo; pero pocos son los momentos dedicados a la oracin,
al estudio de las Sagradas Escrituras, a la humillacin del alma y a la confesin
de los pecados.
Satans inventa medios sinnmero para distraer nuestras mentes de la obra
en que precisamente deberamos estar ms ocupados. El archiseductor aborrece
las grandes verdades que hacen resaltar ms la importancia de un sacrificio
expiatorio y de un Mediador todopoderoso. El sabe que para l todo est en
distraer las mentes de Jess y de su obra.
Los que desean participar de los beneficios de la mediacin del Salvador, no
deberan consentir en que nada interfiera para impedirles cumplir con su deber
[88] de perfeccionarse en la santificacin en el temor de Dios.*

*
Ao bblico: Jueces 13-16.
96
Depositando en el banco del cielo, 20 de marzo

La religin pura y sin mcula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a


los hurfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha
del mundo. Santiago 1:27.

Las tiernas simpatas de nuestro Salvador se suscitaron a favor de la huma-


nidad cada y sufriente. Si ustedes desean ser sus seguidores, deben cultivar la
compasin y la simpata... La viuda, el hurfano, el enfermo y el moribundo
siempre necesitarn ayuda. Aqu hay una oportunidad para proclamar el Evange-
lio, para elevar a Jess, la esperanza y el consuelo de todos los hombres. Cuando
se ha aliviado al cuerpo sufriente,... se abre el corazn y se puede derramar
dentro el blsamo celestial.
Un grupo de creyentes puede ser pobre, sin educacin y desconocido; sin
embargo, estando en Cristo puede hacer en el hogar, el vecindario y la iglesia, y
aun en regiones lejanas, una obra cuyos resultados sern tan abarcantes como la
eternidad.
Debido a que esta obra es descuidada, muchos jvenes discpulos no pasan
nunca ms all del mero alfabeto de la experiencia cristiana. Ayudando a los
menesterosos, podran haber mantenido viva la luz que resplandeci en su
corazn cuando Jess les dijo: Tus pecados te son perdonados. La inquieta
energa que es con tanta frecuencia una fuente de peligro para los jvenes, podra
ser encauzada en conductos por los cuales fluira en raudales de bendicin.
Las horas que con tanta frecuencia se dedican a las diversiones que no
refrigeran ni el cuerpo ni el alma, debieran dedicarse a visitar a los pobres, los
enfermos y los dolientes, o a ayudar a algn necesitado.
Cada oportunidad de socorrer a un hermano necesitado o de ayudar a la
causa de Dios en la promulgacin de la verdad, es una perla que enviis de
antemano al cielo para ser depositada en el banco celestial donde es guardada
con toda seguridad.
El amor, la cortesa, la abnegacin, nunca se pierden... Por los mritos de
la justicia imputada de Cristo se conserva para siempre la fragancia de tales
dichos y hechos.* [89]

*
Ao bblico: Jueces 17-19.
97
Qu clase de herencia? 21 de marzo

Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, cmo debe ser
la manera de vivir del nio, y qu debemos hacer con l? Jueces 13:12.

Las palabras habladas a la mujer de Manoa contienen una verdad que las
madres actuales haran bien en estudiar.
Los hbitos de la madre influirn en el nio para bien o para mal. Ella misma
debe regirse por buenos principios y practicar la temperancia y la abnegacin,
si procura el bienestar de su hijos.
Si antes del nacimiento de su criatura ella es inestable, si es egosta, malhu-
morada y exigente, la disposicin de su prole llevar las marcas de su proceder
errneo... Pero si ella se adhiere a la verdad sin desviarse, si es amable, tierna y
desinteresada, le dar a su hijo estos rasgos de carcter.
Tanto los padres como las madres estn comprendidos en esta responsabili-
dad. Ambos padres transmiten a sus hijos sus propias caractersticas, mentales
y fsicas, su temperamento y sus apetitos... La pregunta de todo padre y madre
debe ser: Cmo obraremos con el nio que nos ha de nacer? Muchos han
considerado livianamente el efecto de las influencias prenatales; pero las ins-
trucciones enviadas por el cielo a aquellos padres hebreos... nos indican cmo
mira nuestro Creador el asunto.
La madre si ha de ser una maestra idnea para sus hijos, antes del nacimiento
de stos debe formar hbitos de abnegacin y dominio propio; porque ella
les transmite sus propias cualidades, sus propios malos o buenos rasgos de
carcter. El enemigo de las almas entiende mejor este asunto que muchos
padres. Presentar tentaciones a la madre sabiendo que si ella no lo resiste,
el nio ser afectado por esto. La nica esperanza de la madre est en Dios.
Debe buscar en l gracia y fortaleza. No buscar en vano esta ayuda; Dios la
capacitar para transmitir a sus descendientes cualidades que les ayudarn a
[90] tener xito en esta vida y a ganar la vida eterna.*

*
Ao bblico: Jueces 20-21.
98
El da ms importante, 22 de marzo

Y santificad mis sbados, y sean por seal entre m y vosotros, para que
sepis que yo soy Jehov vuestro Dios. Ezequiel 20:20 (RVA).

El sbado debiera hacerse tan interesante para nuestras familias que su


regreso cada semana sea recibido con gozo. La escuela sabtica y la reunin
del culto ocupan slo una parte del sbado. La parte que queda para la familia
puede ser hecha la ms sagrada y preciosa de todas las horas del sbado.
En la mente de los nios, el solo pensamiento del sbado debera estar
ligado al de la belleza de las cosas naturales... Felices los padres que pueden
ensear a sus hijos la Palabra escrita de Dios con ilustraciones sacadas de las
pginas abiertas del libro de la naturaleza; que pueden reunirse bajo los rboles
verdes, al aire fresco y puro, para estudiar la Palabra y cantar alabanzas al Padre
celestial.
En el tiempo agradable, paseen los padres con sus hijos por los campos
y huertos. En medio de las cosas hermosas de la naturaleza, hblenles de la
razn de la institucin del sbado. Descrbanles la gran obra creadora de Dios.
Dganles que cuando la tierra sali de su mano era santa y hermosa. Cada flor,
cada arbusto, cada rbol, responda al propsito de su Creador... Mostradles que
fue el pecado lo que mancill la obra perfecta de Dios; que las espinas y los
cardos, la tristeza y el pesar y la muerte, son todos resultados de la desobediencia
a Dios. Invitadlos a ver cmo la tierra, aunque estropeada por la maldicin del
pecado, todava revela la bondad de Dios.
Si podemos cultivar dentro nuestro una belleza del alma correspondiente
a la belleza de la naturaleza que nos rodea, habr una mezcla de las agencias
divinas y humanas.
Al bajar el sol, que la voz de la oracin y el himno de alabanza sealen el
fin de las horas sagradas, e invitad a Dios a acompaaros... en los cuidados de
la semana de trabajos.
As los padres pueden hacer del sbado, como debe ser, el da ms gozoso
de la semana. Pueden hacer que sus hijos lo consideren como una delicia, el da
mejor de todos, el santo del Seor, el da honorable.* [91]

*
Ao bblico: Rut
99
Bienvenida al hogar celestial, 23 de marzo

Abrid las puertas, y entrar la gente justa, guardadora de verdades.


Isaas 26:2.

La vida en la tierra es el comienzo de la vida en el cielo.


Somos hijos del Rey celestial, miembros de la familia real, herederos de Dios
y coherederos con Cristo. Las mansiones que Jess ha ido a preparar recibirn
nicamente a los que son veraces y puros, a los que aman y obedecen su
Palabra... Si hemos de disfrutar de la eterna bienaventuranza, debemos cultivar
la religin en el hogar... Deben cultivarse persistentemente cada da la paz, la
armona, el afecto y la felicidad hasta que estas preciosas virtudes se arraiguen
en los corazones de los miembros de la familia.
Aquello que har el carcter agradable en el hogar, es lo que lo har agrada-
ble en las mansiones celestiales.
Si manifestamos aqu el carcter de Cristo, guardando todos los mandamien-
tos de Dios, seremos alegrados y bendecidos con destellos del placentero hogar
que tendremos en las mansiones que Jess ha ido a preparar.
Que todo lo que es bello en nuestro hogar terrenal nos recuerde a nuestro
hogar celestial: el ro de cristal y los campos verdes, los rboles ondulantes y las
fuentes vivas, la ciudad brillante y el coro de vestiduras blancas, a ese mundo
de belleza que ningn artista puede pintar, ni lengua humana describir.
All hallarn aplicacin ms dulce y verdadera el amor y las simpatas que
Dios ha implantado en el alma. La comunin pura con seres celestiales, la
armoniosa vida social con los ngeles bienaventurados y los fieles de todas las
pocas, el sagrado compaerismo que une toda la familia en los cielos y en la
tierra, se cuentan entre los incidentes del ms all... Con delicia inexpresable
entraremos en el gozo y la sabidura de los seres no cados.
Es el privilegio de los padres llevar a sus hijos con ellos a las puertas de
la ciudad de Dios y decir: He tratado de ensear a mis hijos a amar al Seor,
hacer su voluntad y glorificarlo. Delante de los tales la puerta se abrir y padres
[92] e hijos entrarn.*

*
Ao bblico: 1 Samuel 1-3.
100
Quines recibirn el sello de Dios? 24 de marzo

Vi tambin a otro ngel que suba de donde sale el sol, y tena el sello del
Dios vivo; y clam a gran voz a los cuatro ngeles, a quienes se les haba
dado el poder de hacer dao a la tierra y al mar, diciendo: No hagis
dao a la tierra, ni al mar, ni a los rboles, hasta que hayamos sellado en
sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Apocalipsis 7:2-3.

El sello del Dios viviente ser colocado nicamente sobre los que tengan un
carcter semejante a Cristo.
As como la cera toma la impresin del sello, as el alma debe recibir la
impresin del Espritu de Dios y retener la imagen de Cristo.
El sello de la ley de Dios se halla en el cuarto mandamiento. Es el nico de
los diez que presenta el nombre y el ttulo del Legislador. Lo declara Creador
de los cielos y la tierra y de ese modo demuestra su derecho a la reverencia y la
adoracin. Fuera de este mandamiento no hay nada en el Declogo que revele
por autoridad de quin se da la ley.
Los israelitas colocaron una seal de sangre en los dinteles de sus puertas
para demostrar que eran la propiedad de Dios. Del mismo modo los hijos de
Dios llevarn el signo que Dios ha sealado. Se pondrn en armona con la
santa ley de Dios. Se coloca una marca sobre cada uno del pueblo de Dios tan
ciertamente como se coloc una marca sobre las puertas de los hebreos para
librar al pueblo de la destruccin general. Dios declara: Y diles tambin mis
sbados, que fuesen por seal entre m y ellos. Ezequiel 20:12 (RVA).
Tan pronto como el pueblo de Dios sea sellado en sus frentesno es un
sello o marca que puede verse, sino un asentamiento en la verdad, intelectual
y espiritualmente, de modo que no pueden ser movidos, tan pronto como
el pueblo de Dios sea sellado y preparado para el zarandeo, ste vendr. De
hecho, ya ha comenzado; los juicios de Dios ya estn sobre la tierra,... para que
sepamos lo que se avecina.* [93]

*
Ao bblico: 1 Samuel 4-6.
101
Jess, nuestro ejemplo de humildad, 25 de marzo

Pues si yo, el Seor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros


tambin debis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he
dado, para que como yo os he hecho, vosotros tambin hagis. Juan
13:14-15.

Hay en el hombre una disposicin a estimarse ms que a su hermano, a


trabajar para s, a buscar el lugar ms alto; y con frecuencia esto produce malas
sospechas y amargura de espritu. El rito que precede a la Cena del Seor, est
destinado a aclarar estos malentendidos, a sacar al hombre de su egosmo, a
bajarle de sus zancos de exaltacin propia, a la humildad de corazn que le
inducir a servir a su hermano.
El rito del lavamiento de los pies ilustra muy enrgicamente la necesidad de
verdadera humildad. Mientras los discpulos discutan por la posicin ms alta
en el reino prometido, Cristo se ci a s mismo y efectu la labor de un siervo
al lavar los pies de aquellos que lo llamaban Seor.
Habiendo lavado los pies de los discpulos, dijo: Ejemplo os he dado,
para que como yo os he hecho, vosotros tambin hagis. Cristo institua un
servicio religioso. Por el acto de nuestro Seor, esta ceremonia humillante fue
transformada en rito consagrado que deba ser observado por los discpulos, a
fin de que recordasen siempre sus lecciones de humildad y servicio.
La reconciliacin mutua de los hermanos es la obra para la cual se estableci
el rito del lavamiento de los pies... Cuandoquiera que se celebre, Cristo est
presente por medio de su Santo Espritu. Es este Espritu el que trae conviccin
a los corazones.
Al celebrar Jess este rito con sus discpulos, la conviccin se apoder de
todos, menos de Judas. As tambin nos poseer la conviccin mientras Cristo
hable a nuestros corazones... Los pecados que han sido cometidos aparecern
con mayor distincin que nunca antes; pues el Espritu Santo los traer a nuestro
[94] recuerdo.*

*
Ao bblico: 1 Samuel 7-10.
102
Constructores y no destructores, 26 de marzo

Y los tuyos edificarn las ruinas antiguas; los cimientos de generacin y


generacin levantars, y sers llamado reparador de portillos,
restaurador de calzadas para habitar. Isaas 58:12.

No tiene Dios una iglesia viva? Tiene una iglesia, pero es la iglesia mili-
tante, no la iglesia triunfante. Nos sentimos apenados de que haya miembros
defectuosos... Mientras el Seor trae dentro de su iglesia a los que estn verda-
deramente convertidos, al mismo tiempo Satans trae a personas que no estn
convertidas. Mientras Cristo siembra la buena semilla, Satans siembra la cizaa.
Hay dos influencias opuestas que obran continuamente en los miembros de la
iglesia. Una influencia obra la purificacin de la iglesia, y la otra, la corrupcin
del pueblo de Dios...
Aunque hay males existentes en la iglesia, y los habr hasta el fin del
mundo, la iglesia de los ltimos das debe ser la luz de este mundo corrompido
y desmoralizado por el pecado...
Hay slo una iglesia en el mundo que actualmente est reparando los por-
tillos y restaurando las calzadas; y cualquier persona que est llamando la
atencin del mundo y de otras iglesias hacia esta iglesia y denuncindola como
Babilonia, est haciendo una obra en armona con aquel que es llamado el
acusador de sus hermanos... El mundo entero est lleno de odio hacia los que
proclaman que la ley de Dios est en vigencia, y la iglesia leal a Jehov debe
sostener un conflicto no comn... Los que en algn sentido se den cuenta de
lo que significa esta guerra, no volvern sus armas contra la iglesia militante,
sino que con todas sus facultades lucharn junto al pueblo de Dios contra la
confederacin del mal.
Los que proclaman un mensaje bajo su propia responsabilidad individual,
y mientras pretenden ser enseados y guiados por Dios, hacen una obra que
consiste especialmente en derribar lo que Dios ha estado construyendo por aos,
no estn haciendo la voluntad de Dios. Estos hombres estn de parte del gran
engaador. No les creis.* [95]

*
Ao bblico: 1 Samuel 11-13.
103
Lgrimas y conflictos, 27 de marzo

Sirviendo al Seor con toda humildad, y con muchas lgrimas, y pruebas


que me han venido por las asechanzas de los judos. Hechos 20:19.

Desde los das de Adn hasta los nuestros, el gran enemigo ha ejercitado
su poder, oprimiendo y destruyendo. Se est preparando actualmente para su
ltima campaa contra la iglesia.
Para disfrazar mejor su carcter y encubrir sus verdaderos propsitos, se ha
hecho representar de modo que no despierte emociones ms poderosas que las
del ridculo y del desprecio. Le gusta que lo pinten deforme o repugnante, mitad
animal mitad hombre.
Si Satans fue tan astuto en el principio, cmo ser ahora, despus de
adquirir la experiencia de muchos miles de aos? No obstante, Dios y los santos
ngeles, y todos los que viven en obediencia a toda la voluntad de Dios, son
ms sabios que l.
Todos los que estn activamente empeados en la obra de Dios, tratando de
desenmascarar los engaos del enemigo y de presentar a Cristo ante el mundo,
podrn unirse al testimonio de San Pablo cuando habla de servir al Seor con
toda humildad y con lgrimas y tentaciones... El tentador no tiene el poder de
gobernar la voluntad o de obligar al alma a pecar. Puede angustiar, pero no
contaminar. Puede causar agona pero no corrupcin.
Satans no puede leer nuestros pensamientos, pero puede ver nuestras accio-
nes, or nuestras palabras; y por su antiguo conocimiento de la familia humana,
da a sus tentaciones la forma necesaria para sacar partido de los puntos dbiles
de nuestro carcter. Y con cunta frecuencia le hacemos saber el secreto de
cmo obtener mejor la victoria sobre nosotros. Ojal pudiramos dominar
nuestras palabras y acciones!
Satans asalt a Cristo con sus tentaciones ms fieras y sutiles; pero fue
rechazado en cada conflicto. Esas batallas se pelearon a favor nuestro; esas
victorias hacen posible que nosotros venzamos. Cristo le dar fuerza a todos los
[96] que la busquen.*

*
Ao bblico: 1 Samuel 14-16.
104
Seguridad nicamente en la obediencia, 28 de marzo

Porque los ojos del Seor estn sobre los justos, y sus odos atentos a sus
oraciones; pero el rostro del Seor est contra aquellos que hacen el mal.
1 Pedro 3:12.

Nadie que no ore puede estar seguro un solo da o una sola hora. Deberamos
sobre todo pedir al Seor que nos d sabidura para comprender su Palabra.
En ella es donde estn puestos de manifiesto los artificios del tentador y las
armas que le pueden ser opuestas con xito. Satans es un experto citando las
Escrituras, colocando su propia interpretacin en los pasajes, por medio de lo
cual espera causarnos una cada. Debemos estudiar la Biblia con humildad de
corazn, nunca perdiendo de vista nuestra dependencia de Dios. Y mientras
estemos siempre en guardia contra los engaos de Satans, deberamos orar con
fe diciendo: No nos metas en tentacin.
Cuando Balaam, tentado por la promesa de ricos regalos, recurri a encan-
tamientos contra Israel, y quiso por medio de sacrificios ofrecidos al Seor,
invocar una maldicin sobre su pueblo, el Espritu de Dios se opuso a la mal-
dicin que Balaam trataba de pronunciar, vindose ste obligado a exclamar:
Por qu maldecir yo al que Dios no maldijo? Nmeros 23:8...
En aquel tiempo el pueblo de Israel era fiel a Dios; y mientras segua
obedeciendo a su ley, ningn poder de la tierra o del infierno hubiese prevalecido
contra l. Pero la maldicin que no se le permiti a Balaam pronunciar contra
el pueblo de Dios, l al fin consigui lanzarla arrastrndolo al pecado. Israel,
al quebrantar los mandamientos de Dios, se separ de l y fue abandonado al
poder del destructor.
Satans sabe bien que el alma ms dbil que mora en Cristo es ms poderosa
que los ejrcitos de las tinieblas... Slo podemos estar seguros cuando confiamos
humildemente en Dios y obedecemos todos sus mandamientos.
Que ninguno se engae a s mismo con la creencia de que Dios lo perdonar
y bendecir mientras que atropella uno de sus requerimientos. La comisin
intencionada de un pecado conocido calla la voz atestiguadora del Espritu y
separa el alma de Dios.* [97]

*
Ao bblico: 1 Samuel 17-19.
105
Una corona para cada santo, 29 de marzo

Bienaventurado el varn que soporta la tentacin; porque cuando haya


resistido la prueba, recibir la corona de vida, que Dios ha prometido a
los que le aman. Santiago 1:12.

Vi un gran nmero de ngeles que traan de la ciudad gloriosas coronas,


una corona para cada santo, con su nombre escrito encima. Cuando Jess peda
las coronas, los ngeles se las presentaban, y con su propia mano derecha,
el amante Salvador las colocaba sobre las cabezas de los santos. Del mismo
modo, los ngeles trajeron arpas y Jess se las entreg a los santos. Los ngeles
directores dieron primeramente la nota, y entonces todas las voces se elevaron
en agradecida y alegre alabanza y todas las manos pulsaron hbilmente las
cuerdas de las arpas arrancando de ellas una msica melodiosa de tonos ricos y
perfectos...
Dentro de la ciudad haba todo lo que poda deleitar la vista. Se poda
contemplar doquiera la esplendorosa gloria. Entonces Jess contempl a sus
redimidos; sus rostros estaban radiantes de gloria; y mientras fijaba en ellos sus
ojos amantes, dijo con voz sonora y musical: Contemplo el trabajo de mi alma
y estoy satisfecho. Esta gloria esplendorosa es vuestra para que la disfrutis
eternamente. Vuestros pesares han terminado. Ya no habr muerte, ni dolor, ni
llanto, ni enfermedad...
Luego vi que Jess conduca a su pueblo hacia el rbol de la vida... En
el rbol de la vida haba hermossimos frutos, de los cuales los santos podan
servirse libremente. En la ciudad haba un trono sumamente glorioso, del que
manaba un ro puro de agua viva, clara como el cristal. A cada lado del ro
estaba el rbol de la vida, y en las mrgenes haba otros hermosos rboles que
daban frutos...
El lenguaje humano es demasiado pobre para intentar la descripcin del
cielo. Cuando la escena aparece delante de m, me abruma el asombro. Arrobada
por ese resplandor insuperable y esa excelsa gloria, dejo caer la pluma y exclamo:
Oh, qu amor, qu maravilloso amor! Las palabras ms sublimes no alcanzan
a describir la gloria del cielo ni las incomparables profundidades del amor del
[98] Salvador.*

*
Ao bblico: 1 Samuel 20-23.
106
El eterno peso de gloria, 30 de marzo

Porque esta leve tribulacin momentnea produce en nosotros un cada


vez ms excelente y eterno peso de gloria. 2 Corintios 4:17.

Se me mostr la gloria del cielo y los tesoros que esperan a los fieles. Todo
era bello y esplendente. Los ngeles entonaron una hermosa cancin, luego
cesaron de cantar y tomando las coronas de sus frentes las depositaban a los
pies del amante Jess y con voces melodiosas cantaban: Gloria, aleluya. Me
un a sus cantos de alabanzas y honor al Cordero, y cada vez que abra los labios
para alabarlo me embargaba una inexplicable sensacin de la gloria que me
rodeaba. Era un excelente y eterno peso de gloria. El ngel dijo: El pequeo
remanente que ama a Dios y guarda sus mandamientos y permanece fiel hasta
el fin, disfrutar de esta gloria y estar para siempre en la presencia de Jess y
cantar con los santos ngeles.
Luego mis ojos se apartaron de la gloria y se me hizo contemplar el rema-
nente sobre la tierra. El ngel les dijo:... Preparaos, preparaos. Debis adquirir
una mayor preparacin de la que ahora tenis, porque el da del Seor se acerca
con ira y gran enojo para poner la tierra en soledad y raer de ella a los pecadores.
Sacrificad todo a Dios. Poned todo sobre su altar: el yo, las propiedades y todo
lo que tenis como un sacrificio vivo. Entrar en la gloria costar la entrega de
todo. Haceos tesoros en el cielo... Debis ser participantes de los sufrimientos
de Cristo aqu si queris ser participantes de su gloria en el ms all.
El cielo resultar muy barato aun si lo obtenemos por medio del sufrimiento.
Debemos negarnos a nosotros mismos a lo largo del camino... y mantener
siempre en vista su gloria.
La obra de la salvacin no es juego de nios, para tomarla cuando se quiere
y abandonarla cuando nos plazca. Lo que ganar la victoria finalmente, ser
la firme determinacin, el esfuerzo incansable. Es el que persevera hasta el fin
el que ser salvo. Son aquellos que pacientemente continan haciendo el bien
quienes tendrn la vida eterna y la recompensa inmortal.* [99]

*
Ao bblico: 1 Samuel 24-27.
107
No habr ms muerte, 31 de marzo

Enjugar Dios toda lgrima de los ojos de ellos; y ya no habr muerte, ni


habr ms llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Apocalipsis 21:4.

En el hogar de los redimidos no habr ms lgrimas, ni cortejos fnebres, ni


manifestaciones de duelo. No dir el morador: Estoy enfermo; al pueblo que
more en ella le ser perdonada la iniquidad. Isaas 33:24. Una rica corriente de
felicidad fluir y se profundizar a medida que transcurra la eternidad...
Consideremos ms fervientemente las bendiciones del ms all. Que nuestra
fe atraviese todas las nubes de oscuridad y contemple al que muri por los
pecados del mundo. El ha abierto las puertas del paraso para todos los que lo
reciben y creen en l... Permitamos que las aflicciones que tan angustiosamente
nos duelen, se conviertan en lecciones instructivas que nos impulsen a avanzar
hacia el premio de nuestra soberana vocacin en Cristo. Que seamos alentados
por el pensamiento de que el Seor viene pronto. Que esta esperanza alegre
nuestros corazones...
Estamos de regreso al hogar. Aquel que nos am tanto que muri por
nosotros, nos ha edificado una ciudad. La nueva Jerusaln es nuestro lugar de
descanso. No habr tristeza en la ciudad de Dios. Jams se oirn gemidos de
dolor, ni endechas por las esperanzas desvanecidas y afectos sepultados. Muy
pronto los vestidos de tristeza se cambiarn por la vestidura de boda. Pronto
seremos testigos de la coronacin de nuestro rey. Aquellos cuyas vidas estn
escondidas en Cristo, los que en esta tierra han peleado la buena batalla de la fe,
brillarn con la gloria del Redentor en el reino de Dios.
No pasar mucho hasta que veamos a Aquel en quien se centran nuestras
esperanzas de vida eterna. Y en su presencia, todas las pruebas y sufrimientos de
esta vida sern como nada... Mirad hacia arriba, mirad hacia arriba, y permitid
que vuestra fe aumente continuamente. Que esta fe os gue a lo largo del estrecho
sendero que conduce a travs de las puertas de la ciudad de Dios hacia el gran
[100] ms all, el futuro de gloria, amplio y sin lmites, que es para los redimidos.*

*
Ao bblico: 1 Samuel 28-31.
108
Abril
Cercados con la misericordia de Dios, 1 de abril

Muchos dolores habr para el impo; mas al que espera en Jehov, le


rodea la misericordia. Salmos 32:10.

Con frecuencia pensamos que aquellos que sirven a Dios, tienen muchas
ms dificultades que el incrdulo, y que la senda que se les ha dado para recorrer
es spera... Pero, goza impunemente el pecador de su placer mundano? Oh, no.
Hay ocasiones cuando el pecador est terriblemente perturbado. Teme a Dios,
pero no lo ama.
Estn los malos libres de chascos, perplejidades, prdidas terrenas, po-
breza y dificultades? Muchos de ellos sufren una prolongada enfermedad, y
sin embargo no tienen a un Ser poderoso en quien confiar; no tienen la gracia
fortalecedora de un poder de lo alto para sostenerlos en su debilidad. Confan en
su propia fuerza. No tienen consuelo al contemplar el futuro, sino una terrible
incertidumbre que los atormenta; y as cierran sus ojos en la muerte, sin encon-
trar ningn placer al mirar hacia la maana de la resurreccin, porque carecen
de una esperanza gozosa que les d la seguridad de tener parte en la primera
resurreccin...
El cristiano est sujeto a la enfermedad, a los chascos, a la pobreza, a los
vituperios y a las dificultades. Sin embargo, en medio de todo esto, ama a Dios,
elige hacer su voluntad, y ninguna cosa aprecia tanto como su aprobacin. En
las pruebas contradictorias y escenas cambiantes de esta vida, l sabe que hay
un Ser que conoce todas las cosas; un Ser que escuchar con odos atentos el
clamor de los afligidos y perturbados; un Ser que puede simpatizar con toda
tristeza, y mitigar la penetrante angustia de todo corazn...
En medio de toda esta afliccin, el cristiano tiene un poderoso consuelo. Y
si Dios permite que sufra una enfermedad larga y perturbadora, antes de cerrar
los ojos en la muerte, puede soportar todo con gozo... Contempla el futuro con
satisfaccin celestial. Un corto reposo en la tumba, y luego el Dador de la vida
romper los sellos del sepulcro, libertar al cautivo y lo levantar de su lecho de
polvo, vestido de inmortalidad, para nunca ms sufrir dolor, tristeza o muerte.
Oh, cun admirable es la esperanza del cristiano! Quiero que esta esperanza
[101] del cristiano sea la ma. Que tambin sea la vuestra.*

*
Ao bblico: 2 Samuel 1-4.
110
Esperanza para el desesperanzado, 2 de abril

Deje el impo su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vulvase


a Jehov, el cual tendr de l misericordia, y al Dios nuestro, el cual ser
amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros
pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehov. Isaas
55:7-8.

Usted piensa que sus errores y transgresiones han sido tan gravosos al Seor,
que l no... lo salvar. Cuanto ms se acerque a Jess, tanto ms culpable apare-
cer ante sus propios ojos, porque su visin ser ms clara, y sus imperfecciones
sern vistas en un contraste ms ntido con su perfecta naturaleza. Pero no se
desanime. Esta es una evidencia de que los engaos de Satans han perdido su
poder; de que la influencia vivificante del Espritu de Dios est surgiendo en
usted, y que su indiferencia y despreocupacin estn desapareciendo.
Ningn amor profundo por Jess puede morar en el corazn de aquellos que
no ven ni comprenden su propia pecaminosidad. El alma que es transformada
por la gracia, admirar su carcter divino; pero si no vemos nuestra propia
deformidad moral, es una evidencia inequvoca de que no hemos tenido una
visin de la belleza y excelencia de Cristo. Cuanto menos cosas de estima
veamos en nosotros mismos, tanto ms veremos para apreciar en la infinita
pureza y amor de nuestro Salvador. Una visin de nuestra propia pecaminosidad
nos conduce hacia Aquel que puede perdonar...
Dios no trata con nosotros de la manera en que un hombre finito trata
con otro. Sus pensamientos son pensamientos de misericordia, amor y tierna
compasin... El dice: Yo deshice como una nube tus rebeliones... Isaas 44:22.
Mire hacia arriba, usted que est en dificultades, tentado y desanimado. Mire
hacia arriba. Siempre es seguro mirar hacia arriba; mirar hacia abajo resulta
fatal. Si mira hacia abajo, la tierra vacila y se bambolea; debajo suyo ninguna
cosa es segura. Pero el cielo, por encima de usted, est en calma y es seguro, y
hay ayuda divina para todo aquel que sube. La mano del Infinito se extiende
desde las almenas del cielo para asir la suya en un fuerte apretn. El poderoso
ayudador est cerca para bendecir, levantar y animar a los que ms yerran, a los
ms pecadores, si ellos quieren contemplarlo por fe. Pero el pecador debe mirar
hacia arriba.* [102]

*
Ao bblico: 2 Samuel 5-7.
111
Disfrutando de la verdad, 3 de abril

Ensame, oh Jehov, tu camino; caminar yo en tu verdad; afirma mi


corazn para que tema tu nombre. Salmos 86:11.

Decid de todo corazn: Andar en tu verdad. Toda resolucin expresada


en el temor de Dios, le dar fortaleza al propsito y a la fe. Tender a estimular
y a humillar, a fortalecer y a confirmar... La verdad merece nuestra confianza,
ms an cuando el mundo est inundado de fbulas. La circulacin del error y
de la falsedad, indica nicamente que en alguna parte est la verdad, la verdad
genuina...
Para nosotros no basta nicamente escuchar la verdad. Dios requiere que
la obedezcamos. Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y
la guardan. Lucas 11:28. Si sabis estas cosas, bienaventurados seris si las
hiciereis. Juan 13:17.
Debemos andar gozndonos en la verdad. No debe ser para nosotros un
yugo de esclavitud, sino un consuelo, un mensaje de buenas nuevas de gran
gozo que anime nuestros corazones, y nos haga cantar melodas en honor a Dios.
A travs de la paciencia y el consuelo de las Escrituras, tenemos esperanza. La
esperanza cristiana no es sombra, sin consuelo. Oh, no, no. No nos encierra
en una prisin de dudas y temores. La verdad nos hace libres a aquellos que la
amamos y somos santificados mediante ella. Andamos en la gloriosa libertad de
los hijos de Dios.
Nosotros, que pretendemos creer la verdad, debiramos revelar sus frutos en
nuestras palabras y carcter. Debemos estar muy avanzados en el conocimiento
de Jesucristo, en la recepcin de su amor a Dios y a nuestros semejantes, a fin de
tener la luz del cielo brillando en nuestra vida diaria. La verdad debe alcanzar
hasta los lugares ms recnditos del alma, y limpiar de ella todo lo que no sea
semejante al espritu de Cristo; y el vaco debe ser llenado por los atributos de
su carcter, que es puro y santo y sin contaminacin, para que todas las fuentes
del corazn sean como flores, fragantes con perfume, un olor suave, un sabor
de vida para vida.
La verdad entronizada en el alma es lo que lo convierte a uno en un hombre
[103] de Dios.*

*
Ao bblico: 2 Samuel 8-10.
112
Jess es nuestro gua, 4 de abril

Jess le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al


Padre, sino por m. Juan 14:6.

Oh, si pudiramos nosotros, que somos peregrinos y extranjeros en este pas


extrao, que buscamos un pas mejor, un pas celestial, comprender a Cristo, el
Camino, la Verdad y la Vida. El dice: Nadie viene al Padre, sino por m. El
camino que l ha sealado es tan claro y evidente, que el ms pecador, cargado
con sus culpas, no necesita perderlo. Ningn tembloroso buscador necesita
fracasar en la bsqueda del camino verdadero, y en caminar en la luz pura y
santa, porque Jess es el Gua en el camino.
El camino es tan estrecho, tan santo, que no puede tolerarse en l el pecado,
y sin embargo, el acceso al camino ha sido posibilitado para todos, y ni una sola
alma abatida, dudosa y temblorosa necesita decir: Dios no se preocupa por
m. Toda alma es preciosa para su vista... Cuando Satans triunfaba como el
prncipe de este mundo, cuando reclamaba este mundo como su reino, cuando
estbamos todos manchados y corrompidos por el pecado, Dios mand a su
mensajero desde el cielo, a su Hijo amado para proclamar a todos los habitantes
del mundo: He encontrado un rescate. He preparado un camino de escape para
todos los que perecen. Tengo a vuestra disposicin los documentos de vuestra
emancipacin, sellados por el Seor del cielo y de la tierra.
No es porque haya algn defecto en el ttulo que ha sido comprado para
vosotros, que no lo aceptis. No es porque la misericordia, la gracia, el amor
del Padre y del Hijo, no sean amplios, y no hayan sido derramados libremente,
que vosotros no os regocijis en el amor perdonador... Si os perdis, es porque
no queris acudir a Cristo, para que tengis vida.
Dios espera para derramar la bendicin del perdn de los pecados, del
perdn de la iniquidad, del don de la justicia sobre todos los que quieran creer
en su amor, y aceptar su salvacin. Cristo est listo para decirle al pecador
arrepentido: Mira que he quitado de ti tu pecado... Zacaras 3:4-7. Cristo es el
eslabn que conecta a Dios con el hombre. La sangre de Jesucristo es la splica
elocuente que habla en favor de los pecadores.* [104]

*
Ao bblico: 2 Samuel 11-12.
113
El amor con Cristo, 5 de abril

Porque tal sumo sacerdote nos convena: santo, inocente, sin mancha,
apartado de los pecadores, y hecho ms sublime que los cielos. Hebreos
7:26.

El carcter de Cristo tuvo una excelencia sin parangn, conteniendo todo lo


que fuera puro, verdadero, amable y deseable. En ninguna parte encontramos
que haya visitado una reunin de placer o un saln de baile, y sin embargo era el
ejemplo perfecto de una conducta amable y corts. Cristo no era ningn novicio;
se distingua por las elevadas facultades intelectuales que posea, aun desde
el comienzo de su vida. Su juventud no fue desperdiciada en la indolencia, y
tampoco fue desperdiciada en placeres sensuales, indulgencia propia, o malgas-
tada en cosas sin provecho. Ninguna de sus horas de la niez a la virilidad fue
malgastada, ninguna fue malversada...
Jess no tena pecado, y no tema las consecuencias del pecado. Con esta
excepcin, su condicin era como la vuestra. Vosotros no tenis una dificultad,
que no haya gravitado con el mismo peso sobre l, no tenis una tristeza que
su corazn no haya experimentado. Sus sentimientos podan ser heridos, por
el descuido y la indiferencia de sus amigos profesos, tan fcilmente como los
vuestros. Es espinoso vuestro camino? El de Cristo lo fue diez veces ms.
Estis angustiados? Tambin l lo estuvo. Con cunta propiedad Cristo puede
ser nuestro ejemplo!...
El registro inspirado dice de l: Y Jess creca en sabidura y en estatura, y
en gracia para con Dios y los hombres. Lucas 2:52. A medida que aumentaba
en aos, tambin creca en conocimiento. Viva temperantemente. Sus horas
preciosas no fueron malgastadas en placeres disipadores. Tena un cuerpo
verdaderamente saludable y verdaderos poderes mentales. Las facultades fsicas
y mentales podan expandirse y desarrollarse como las vuestras, o como las de
cualquier otro joven. Su estudio era la Palabra de Dios, como debiera ser el
vuestro.
Tomad a Jess como vuestra norma, imitad su vida. Enamoraos de su ca-
rcter. Andad como Cristo anduvo. Vuestras facultades intelectuales recibirn
un refuerzo, vuestros pensamientos se ampliarn cuando pongis vuestras fa-
cultades en vigoroso contacto con las cosas eternas, que son intrnsecamente
[105] grandiosas.*

*
Ao bblico: 2 Samuel 13-14.
114
El privilegio de la seguridad, 6 de abril

Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros


corazones delante de l. 1 Juan 3:19.

Quisiera impresionar a nuestros jvenes y seoritas con la necesidad de


hacer segura nuestra vocacin y eleccin. Os ruego que no hagis una obra
casual o incierta, cuando vuestros intereses eternos estn implicados. Si hacis
as perdis la felicidad, la paz, el consuelo y la esperanza en esta vida, y perdis
tambin vuestra herencia inmortal.
Jvenes amigos, estis destinados al juicio, y mediante la gracia de Cristo
debis rendir obediencia a los mandamientos de Dios, y diariamente obtener
fortaleza de carcter, de modo que no fallis o seis desanimados. Abundante
gracia divina ha sido provista para cada alma, para que cada uno pueda entrar
en el conflicto, y salir victorioso. No seis perezosos; no os hagis la ilusin de
que podis ser salvos andando de acuerdo con los rasgos naturales de vuestro
carcter; que podis dejaros arrastrar por la corriente del mundo, y gratificar y
agradar al yo, y todava ser capaces de soportar las fuerzas del mal en tiempo
de crisis, y salir victoriosos cuando la batalla arrecia... Debis aprender cada
da a obedecer las rdenes del Capitn de la hueste celestial.
Mis jvenes amigos, oris? Os estis educando para ofrecer peticiones en
demanda de pensamientos puros, aspiraciones santas, con un corazn puro y
manos limpias? Estis educando vuestros labios para cantar alabanzas a Dios,
y estis buscando hacer la voluntad divina? Esta es la clase de educacin que
ser de mayor valor para vosotros. Ella os guiar en la formacin de un carcter
semejante al de Cristo.
No os sentis en la cmoda silla de Satans, y no digis que de nada vale
que os esforcis, que no podis dejar de pecar, y que no hay poder en vosotros
para vencer. No hay poder en vosotros cuando estis alejados de Cristo, pero
tenis el privilegio de tener a Cristo morando en vuestro corazn por fe, y l
puede vencer el pecado en vosotros cuando cooperis con sus esfuerzos... Podis
ser epstolas vivas, conocidas y ledas por todos los hombres. No debis ser
cartas muertas, sino cartas vivas, que testifiquen ante el mundo que Jess puede
salvar.* [106]

*
Ao bblico: 2 Samuel 15-17.
115
Dios pide nuestros mejores afectos, 7 de abril

Ninguno puede servir a dos seores; porque o aborrecer al uno y amar


al otro, o estimar al uno y menospreciar al otro. No podis servir a Dios
y a las riquezas. Mateo 6:24.

Muchos estn en el terreno encantado del enemigo. Cosas de ninguna impor-


tancia: necias fiestas sociales, el canto, las chanzas, las bromas, monopolizan sus
mentes, y sirven a Dios con un corazn dividido. No se escucha la declaracin
de Cristo: Ningn hombre puede servir a dos seores.
Una de las caractersticas ms notables de los habitantes de la tierra que
vivieron en los das de No, era la de su intensa mundanalidad. Ellos hicieron
del comer y del beber, del comprar y del vender, del casarse y del darse en
casamiento, el supremo objeto de su vida. El comer y el beber no son una cosa
pecaminosa, sino la satisfaccin de una necesidad, si aquello que es lcito no se
lleva a un exceso... Dios mismo instituy el matrimonio cuando le dio Eva a
Adn. Las leyes de Dios estn maravillosamente adaptadas para satisfacer la
naturaleza del hombre. El pecado de los antediluvianos consisti en pervertir
lo que en s mismo era lcito. Corrompieron los dones de Dios al usarlos para
satisfacer sus deseos egostas...
El excesivo amor y devocin hacia aquello que en s mismo es lcito, ha
resultado en la ruina de miles y miles de almas. A menudo se le concede a cosas
sin importancia la potencia del intelecto, que debiera dedicarse ntegramente
a Dios. Siempre debemos precavernos contra el peligro de llevar a un exceso
aquello que, correctamente usado, es legtimo. Muchas almas se pierden por
dedicarse a aquellas cosas que, manejadas con propiedad, son inofensivas, pero
que, pervertidas y usadas desaprensivamente, se convierten en pecaminosas y
desmoralizadoras.
Si estamos continuamente pensando en las cosas que son de esta vida, y
esforzndonos por poseerlas, no podemos mantener nuestros pensamientos fijos
en las cosas del cielo. Satans est procurando apartar nuestras mentes de Dios
y centrarlas en las modas, las costumbres y las exigencias del mundo, que
producen enfermedad y muerte...
Dios quiere que empleemos todas nuestras facultades para ayudar y bendecir
a nuestros semejantes. El pide nuestros mejores afectos, nuestras facultades ms
[107] elevadas.*

*
Ao bblico: 2 Samuel 18-19.
116
Por encima de la niebla de la duda, 8 de abril

Esforzaos todos vosotros los que esperis en Jehov, y tome aliento


vuestro corazn. Salmos 31:24.

Aun los cristianos de larga experiencia, son asaltados a menudo con las ms
terribles dudas y desnimos... No debis considerar que, a causa de vuestras
tentaciones, vuestro caso es desesperado... Confiad en Dios, esperad en l y
descansad en sus promesas.
Cuando el diablo viene con sus dudas e incredulidades, cerrad la puerta
de vuestro corazn. Cerrad vuestros ojos para no espaciaros en sus sombras
infernales. Alzad vuestra vista a donde podis contemplar las cosas que son
eternas, y encontraris fuerzas para cada hora. La prueba de vuestra fe es mucho
ms preciosa que el oro... Os hace valientes para pelear la batalla del Seor...
Satans se relaciona con todo aquel que desea relacionarse con l. Si puede
posesionarse de aquellos que han tenido cierta experiencia en religin, los con-
vierte en sus agentes ms efectivos para llegar hasta otros hombres, y rodear sus
almas con la incredulidad. No podis permitiros abrigar dudas en vuestra mente.
No halaguis al diablo hablando de las terribles cargas que estis llevando. Cada
vez que lo hacis as, Satans se re porque su alma puede controlaros y porque
habis perdido de vista a Jesucristo, vuestro Redentor...
Debemos manifestar a Aquel que nos ha llamado de las tinieblas a su
luz admirable. Es mediante la fe viva como podemos descansar en esa luz.
Es mediante la fe viva como cada da podemos regocijarnos en esa luz. No
debemos hablar de nuestras dudas y pruebas, porque se hacen ms grandes cada
vez que hablamos de ellas. Cada vez que hablamos de ellas, Satans gana la
victoria; pero cuando decimos: Encomendar el cuidado de mi alma a l, como
a un testigo fiel, testificamos entonces de que nos hemos entregado a Cristo
sin ninguna reserva, y entonces Dios nos concede luz, y nos regocijamos en l.
El alma que ama a Dios, se eleva por encima de la niebla de la duda; gana una
experiencia brillante, amplia, profunda y viva, y se hace humilde y semejante a
Cristo. Su alma es confiada a Dios, escondida con Cristo en Dios.* [108]

*
Ao bblico: 2 Samuel 20-21.
117
Cmo mantener la integridad, 9 de abril

As tambin vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para


Dios en Cristo Jess, Seor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro
cuerpo mortal, de modo que lo obedezcis en sus concupiscencias.
Romanos 6:11-12.

Algunos consideran el pecado como un asunto tan liviano, que quedan sin
defensa contra su complacencia o sus consecuencias...
Si suponis por un momento que Dios tratar livianamente al pecado, o har
provisiones, o excepciones, para que podis seguir cometiendo pecados, sin que
el alma sufra la penalidad por su conducta, estis bajo un terrible engao de
Satans. Cualquier violacin voluntaria de la recta ley de Jehov expone vuestra
alma a los abundantes asaltos de Satans.
Cuando perdis vuestra integridad consciente, vuestra alma se convierte en
un campo de batalla para Satans; abrigis dudas y temores, suficientes para
paralizar vuestras energas y conduciros al desnimo...
Recordad que la tentacin no es pecado. Recordad que no importa cun
angustiosa sea la circunstancia en la cual un hombre est colocado, ninguna cosa
puede realmente debilitar su alma, mientras no ceda a la tentacin y mantenga su
propia integridad. Los intereses ms vitales para vosotros individualmente, estn
bajo vuestro propio cuidado. Nadie puede daarlos sin vuestro consentimiento.
Todas las legiones satnicas no pueden haceros dao, a menos que abris vuestra
alma a las artes y dardos de Satans. Vuestra ruina nunca puede ocurrir a menos
que vosotros consintis. Si no hay contaminacin de vuestra mente, toda la
contaminacin que os rodea no puede mancharos.
Debemos considerar la vida eterna por encima de todo, o no valdr nada para
nosotros. Solamente aquellos que desplieguen esfuerzos perseverantes y celo
incansable, con intenso deseo de apropiarse del valor del objeto que persiguen,
obtendrn esa vida que se mide con la vida de Dios...
Tenemos el ejemplo de Adn y Eva, y el resultado de su transgresin debe
conducir a cada alma a evitar el pecado, a aborrecerlo como la cosa odiosa que
es, y a pensar que, en vista de los sufrimientos que causa el pecado, es mejor
perder todas las cosas, que apartarse en lo ms mnimo de los mandamientos de
[109] Dios.*

*
Ao bblico: 2 Samuel 22-24.
118
Venid a m, 10 de abril

Venid a m todos los que estis trabajados y cargados, que yo os har


descansar. Mateo 11:28.

Muchos que oyen esta invitacin, mientras anhelan reposo, prosiguen transi-
tando por los speros senderos, manteniendo sus cargas estrechamente apegadas
al corazn. Jess los ama, y anhela llevar sus cargas, y a ellos mismos tambin
en sus fuertes brazos. El quiere suprimir los temores y las incertidumbres que
los privan de la paz y el reposo, pero primero ellos deben acudir a l y contarle
las secretas aflicciones de su corazn...
Algunas veces derramamos nuestras dificultades en los odos humanos, y
les contamos nuestras aflicciones a aquellos que no pueden ayudarnos, y nos
olvidamos de confirselo todo a Jess, quien puede cambiar nuestra pena en
gozo...
El se propone ser nuestro amigo y caminar junto a nosotros en todos los
speros caminos de la vida. El nos dice: Yo soy el Seor tu Dios, camina
conmigo, y yo llenar de luz tu senda. Jess, la Majestad del cielo, se propone
elevar al compaerismo consigo a aquellos que acudan a l con sus cargas, sus
debilidades y sus cuidados...
La invitacin que nos hace es un llamamiento a una vida pura, santa y
felizuna vida de paz y reposo, de libertad y amor, y a una rica herencia en
lo futuro, la vida inmortal... Es nuestro privilegio tener cada da un recorrido
sereno, ntimo y feliz con Jess.
El descanso se encuentra cuando se abandona toda justicia propia, todo
razonamiento hecho desde un punto de vista egosta. El reposo perfecto en su
amor, est en una entrega completa y en la aceptacin de sus caminos... Haced lo
que l os ha pedido, y estad seguros de que Dios har todo lo que ha prometido...
Habis acudido a l, renunciando a vuestros pretextos, a vuestra incredulidad
y a vuestra justicia propia? Id tal como sois, dbiles, desvalidos y listos para
morir.
Cul es el descanso prometido? Es la conciencia de que Dios es fiel, de
que nunca chasquea a quien acude a l. Su perdn es pleno y gratuito, y su
aceptacin significa descanso para el alma, reposo en su amor.* [110]

*
Ao bblico: 1 Reyes 1-2.
119
Tiempo para la meditacin, 11 de abril

En la ley de Jehov est su delicia, y en su ley medita de da y de noche.


Salmos 1:2.

Vuestro ltimo pensamiento de la noche, y vuestro primer pensamiento de


la maana, debieran dirigirse a Aquel en quien se centra vuestra esperanza de
vida eterna.
Pareciera que muchos rehyen los momentos pasados en meditacin, en
la bsqueda de las Escrituras y en la oracin, como si el tiempo empleado
de esa manera fuera perdido. Yo quisiera que todos vosotros vierais estas
cosas a la luz en que Dios quiere que las veis, porque entonces le darais la
primera importancia al reino de los cielos... As como el ejercicio aumenta el
apetito y vigoriza y le da salud al cuerpo, tambin los ejercicios devocionales
aumentarn la gracia y el vigor espiritual. Los afectos debieran centrarse en Dios.
Contemplad su grandeza, su misericordia y excelencia. Dejad que su bondad,
su amor y perfeccin de carcter cautiven vuestro corazn. Conversad acerca
de sus encantos divinos y de las mansiones celestiales que l est preparando
para los fieles. Aquel cuya conversacin se refiere al cielo es un cristiano de
provecho para quienes le rodean. Sus palabras son tiles y refrescantes. Ejercen
un poder transformador sobre quienes las escuchan, y ablandarn y subyugarn
el alma.
Hay una constante necesidad de comunin privada con Dios. Debemos
apropiarnos del Espritu de Cristo, si queremos impartirlo a otros. No podemos
hacer frente a las agencias humanas y satnicas combinadas, a menos que
pasemos mucho tiempo de comunin con la Fuente de todo poder. Debiramos
tener algn momento para alejarnos de los sonidos, de los quehaceres terrenos
y de las voces humanas, y escuchar la voz de Jess en algn lugar apartado. As
podemos probar su amor y ser imbuidos de su Espritu. As aprenderemos a
crucificar el yo. Esta conducta puede parecer imposible para la mente humana.
Podis decir: No tengo tiempo. Pero cuando consideris el asunto tal como
es, no perdis tiempo, porque cuando os aseguris el poder y la gracia que
provienen de Dios, vosotrosno cumpls esta tarea. Jess es el verdadero obrero.
Separados de mdice Cristonada podis hacer. Juan 15:5... La reflexin y
[111] la oracin ferviente inspirarn a un santo esfuerzo.*

*
Ao bblico: 1 Reyes 3-4.
120
Buscad a Dios de todo corazn, 12 de abril

Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy tambin os


anunci que os restaurar el doble. Zacaras 9:12.

Necesitamos educar el alma para que tome y retenga las ricas promesas de
Dios. El Seor Jess sabe que no es posible para nosotros resistir las muchas
tentaciones de Satans sin recibir el poder divino que Dios nos da. El sabe que
si confiamos en nuestra propia fortaleza humana, fracasaremos. Por lo tanto, ha
sido hecha toda provisin, para que en cada emergencia y prueba acudamos a la
fortaleza... Hemos recibido la promesa de labios que no mienten... Debemos
tener fe individualmente para recibir de l las cosas que ha prometido.
Dios ser para nosotros todo lo que le permitamos ser. Nuestras oraciones
lnguidas y sin entusiasmo no tendrn respuesta del cielo. Oh, necesitamos
insistir en nuestras peticiones! Pedid con fe, esperad con fe, recibid con fe, rego-
cijaos con esperanza, porque todo aquel que pide, encuentra. Seamos fervientes.
Busquemos a Dios de todo corazn. La gente empea el alma y pone fervor en
todo lo que emprende en sus realizaciones temporales, hasta que sus esfuerzos
son coronados por el xito Con intenso fervor, aprended el oficio de buscar
las ricas bendiciones que Dios ha prometido, y con un esfuerzo perseverante y
decidido tendris su luz, y su verdad, y su rica gracia.
Clamad a Dios con sinceridad y alma hambrienta. Luchad con los agentes
celestiales hasta que obtengis la victoria. Poned todo vuestro ser, vuestra alma,
cuerpo y espritu en las manos del Seor, y resolved que seris sus instrumentos
vivos y consagrados, movidos por su voluntad, controlados por su mente, e
imbuidos por su Espritu.
Contadle a Jess con sinceridad vuestras necesidades. No se requiere de
vosotros que sostengis una larga controversia con Dios, o que le prediquis
un sermn, sino que, con un corazn afligido a causa de vuestros pecados,
digis: Slvame, Seor, o perecer. Para estas almas hay esperanza. Ellas
buscarn, pedirn, golpearn y encontrarn. Cuando Jess haya quitado la carga
del pecado que quebranta el alma, experimentaris la bendicin de la paz de
Cristo.* [112]

*
Ao bblico: 1 Reyes 5-6.
121
La oracin humilde y perseverante, 13 de abril

Elas era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y or


fervientemente para que no lloviese, y no llovi sobre la tierra por tres
aos y seis meses. Y otra vez or, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo
su fruto. Santiago 5:17-18.

En la experiencia de Elas se nos presentan importantes lecciones. Cuando


en la cumbre del monte Carmelo or pidiendo lluvia, su fe fue probada, pero l
persever presentando su pedido delante de Dios.
El siervo observaba mientras Elas oraba. Seis veces volvi de su puesto de
observacin diciendo: No hay nada, ninguna nube, ninguna seal de lluvia. Pero
el profeta no cej en su intento ni se desanim. Continu repasando su vida,
para descubrir dnde haba dejado de honrar a Dios. A medida que escudriaba
su corazn, cada vez disminua su valor ante sus ojos y ante la vista de Dios.
Le pareca que no era nada, y que Dios lo era todo; y cuando lleg al punto
de renunciar al yo mientras se aferraba al Salvador como su nica fortaleza y
justicia, lleg la respuesta. Apareci el siervo y dijo: Yo veo una pequea nube
como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. 1 Reyes 18:44.
Tenemos un Dios cuyo odo no est cerrado a nuestras peticiones, y si
probamos su palabra, l honrar nuestra fe. El quiere que entretejamos todos
nuestros intereses con los suyos, y luego podr bendecirnos sin peligro, porque
entonces no nos apoderaremos de la gloria cuando seamos bendecidos, sino
que le daremos toda la alabanza a Dios. Dios no siempre contesta nuestras
oraciones la primera vez que acudimos a l, porque si lo hiciera as, nosotros
daramos por sentado que tenemos derecho a todas las bendiciones y favores que
l derrama sobre nosotros. En lugar de escudriar nuestros corazones para ver si
abrigbamos algn mal, si accedamos al pecado, nos tornaramos descuidados
y dejaramos de comprender nuestra dependencia de l...
Elas se humill a s mismo, hasta que estuvo en una condicin tal que no
se atribuira la gloria a s mismo. Esta es la condicin bajo la cual Dios oye
la oracin, porque entonces le daremos a l la alabanza... nicamente Dios es
[113] digno de ser glorificado.*

*
Ao bblico: 1 Reyes 7-8.
122
La obra de guardar el corazn, 14 de abril

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazn; porque de l mana la vida.


Proverbios 4:23.

La diligente proteccin del corazn es esencial para el saludable crecimiento


en la gracia. El corazn en su estado natural es una morada para los pensamien-
tos no santificados y las pasiones pecaminosas. Cuando es puesto en sujecin a
Cristo, debe ser limpiado por el Espritu de toda contaminacin. Pero esto no
puede realizarse sin arrepentimiento de parte de la persona.
Cuando el alma ha sido limpiada, es el deber del cristiano protegerla contra la
contaminacin. Muchos piensan que la religin de Cristo no exige el abandono
de los pecados diarios, la supresin de hbitos que han mantenido el alma en
esclavitud. Renuncian a algunas cosas condenadas por la conciencia, pero dejan
de representar a Cristo en la vida diaria. No llevan la semejanza de Cristo al
hogar. No manifiestan cuidado en la eleccin de sus palabras. Demasiado a
menudo se pronuncian palabras impacientes, palabras que despiertan las peores
pasiones del corazn humano. Los tales necesitan la presencia permanente de
Cristo en el alma. nicamente en su fortaleza pueden mantener vigilancia sobre
las palabras y las acciones.
En la obra de guardar el corazn debemos ser insistentes en la oracin,
no cansarnos de rogar al trono de la gracia por ayuda. Aquellos que toman
el nombre de cristianos debieran acudir a Dios con sinceridad y humildad,
pidiendo ayuda... El cristiano no siempre puede estar en una posicin adecuada
para la adoracin, pero sus pensamientos y sus deseos siempre pueden dirigirse
hacia arriba.
El mantenimiento de vuestro corazn en el cielo vigorizar todos vuestros
dones y vivificar todos vuestros deberes. El disciplinar la mente para que se
espacie en las cosas celestiales, pondr vida y sinceridad en todos nuestros
empeos. Nuestros esfuerzos son lnguidos y corremos con lentitud la carrera
cristiana, y manifestamos indolencia y flojedad, porque avaluamos en tan poco
el premio celestial. Somos enanos en realizaciones espirituales. Es el privilegio
y el deber del cristiano llegar a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios, a un varn perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Efesios 4:13.* [114]

*
Ao bblico: 1 Reyes 9-10.
123
La corte de la vida santa, 15 de abril

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nacin santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciis las virtudes de aquel que os llam
de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2:9.

La iglesia de Cristo en la tierra est en medio de la oscuridad moral de un


mundo desleal, que est pisoteando la ley de Jehov. Pero su Redentor, que ha
comprado su rescate mediante el precio de su propia sangre preciosa, ha hecho
todas las provisiones para que su iglesia sea un cuerpo transformado, iluminado
con la Luz del mundo, que posea la gloria de Emanuel. Los brillantes rayos del
Sol de justicia, resplandeciendo a travs de su iglesia, reunirn en el aprisco a
todas las ovejas perdidas y descarriadas que vayan a l y encuentren refugio en
l. Hallarn paz, luz y gozo en Aquel que es paz y justicia por siempre.
Los miembros de la iglesia debieran mantener individualmente la luz del
amor de Dios brillando en sus almas, y hacerla brillar tambin para otros.
Tenemos mucho en juego para permitir que el letargo espiritual nos cubra.
Cuidmonos de fomentar la aversin por los servicios religiosos y los deberes
religiosos. Luchemos resueltamente contra esa inactividad del alma, que es tan
fatal para el crecimiento y aun la vida del cristiano. La iglesia cuyos miembros
se esfuercen activamente y en forma personal por hacer bien a otros y por salvar
a las almas, ser saludable y prspera. Este ser un constante incentivo para toda
buena obra. Tales cristianos trabajarn para asegurar su propia salvacin. Las
energas adormecidas despertarn, toda el alma ser inspirada por una invencible
determinacin de lograr la aprobacin del Salvador: Bien hecho, y llevar la
corona de la victoria.
Cristo hace de su iglesia un hermoso templo para Dios. Donde estn dos o
tres congregados en mi nombredeclara, all estoy yo en medio de ellos.
Mateo 18:20. Su iglesia es la corte de la vida santa, llena de diversos dones, y
dotada del Espritu Santo. El cielo asigna deberes apropiados a cada miembro
de la iglesia en la tierra, y todos deben encontrar su felicidad en la felicidad de
[115] aquellos a quienes ayudan y bendicen.*

*
Ao bblico: 1 Reyes 11-12.
124
Las sonrisas de Dios, 16 de abril

La bendicin de Jehov es la que enriquece, y no aade tristeza con ella.


Proverbios 10:22.

Ninguna cosa puede proporcionarnos verdadero bien sin la bendicin de


Dios. Lo que Dios bendice, est bendito. Por lo tanto mejor es lo poco del justo,
que las riquezas de muchos pecadores. Salmos 37:16. Poco con la bendicin
de Dios, resulta ms eficiente y se extender ms. La gracia de Dios har que
un poco vaya hasta una gran distancia. Cuando nos consagramos a los asuntos
del reino de Dios, l tendr en cuenta nuestros asuntos.
El Seor nos ha concedido preciosas bendiciones en las sencillas flores de
los campos, en la fragancia tan grata para nuestros sentidos. El ha dotado a
cada flor de hermosura, porque es el gran Artista maestro. El que ha creado las
hermosas cosas de la naturaleza, realizar cosas aun mayores por el alma. Dios
es amante de lo bello, y l adornar nuestros caracteres con sus propias ricas
gracias. El quiere que nuestras palabras sean tan fragantes como las flores del
campo. El nos ha dado bendiciones en la provisin diaria para nuestra necesidad
fsica. El pan que comemos tiene sobre s la imagen y la inscripcin de la cruz.
Son realmente bendecidos nicamente aquellos cuya principal preocupacin
consiste en asegurar las bendiciones que alimentarn el alma y perdurarn para
siempre. Nuestro Salvador nos dice: Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os sern aadidas. Mateo 6:33. Dios nos
tiene en consideracin y no se olvida de derramar sus bendiciones temporales
sobre nosotros. Nuestro bien terrenal no escapa a la preocupacin de nuestro
Padre celestial. El sabe que tenemos necesidad de estas cosas... Cuando Dios
sonre sobre nuestros esfuerzos, eso vale ms que cualquier ganancia terrenal.
Toda liberacin, toda bendicin que Dios ha concedido a su pueblo en el
pasado, debieran mantenerse frescas en la memoria, como una segura promesa
de futuras bendiciones ms ricas y abundantes que l otorgar.
No hay lmites a las bendiciones que es nuestro privilegio recibir.* [116]

*
Ao bblico: 1 Reyes 13-14.
125
Con los ojos de la fe, 17 de abril

Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepis cul es la


esperanza a que l os ha llamado, y cules las riquezas de la gloria de su
herencia en los santos. Efesios 1:18.

La ms elevada calificacin de la mente no reemplazar, no puede reempla-


zar, el lugar de la verdadera sencillez y de la piedad genuina. La Biblia debe
estudiarse como debiera estudiarse una rama de la ciencia humana; pero su
hermosura, la evidencia de su poder para salvar el alma que cree, es una leccin
que nunca podr aprenderse de esta manera. Si no se manifiestan en la vida las
cosas prcticas de la Palabra, entonces la espada del Espritu no ha herido el
corazn natural. Se ha escudado con una fantasa potica. El sentimentalismo
lo ha rodeado de tal manera que el corazn no ha sentido suficientemente la
agudeza de su filo, horadando y cortando los altares pecaminosos donde se
adora el yo...
Los ojos de los entendidos deben ser iluminados, y el corazn y la mente
puestos en armona con Dios, quien es verdad. Quien contempla a Jess con los
ojos de la fe no ve ninguna gloria en s mismo, porque la gloria del Redentor se
refleja en la mente y el corazn. Comprende la expiacin lograda por su sangre,
y el perdn de los pecados conmueve su corazn con gratitud.
Siendo justificado por Cristo, el que recibe la verdad es constreido a realizar
una entrega completa a Dios, y se lo admite en la escuela de Cristo para poder
aprender de Aquel que es manso y humilde de corazn. Conoce ampliamente
el amor de Dios y exclama: Oh, qu amor! Qu condescendencia! Posesio-
nndose de la ricas promesas por la fe, se convierte en un participante de la
naturaleza divina. Su corazn se vaca del yo, y las aguas de la verdad entran
en l; la gloria del Seor muestra su brillo. Contemplando perpetuamente a
Jess, lo humano es asimilado por lo divino. El creyente es transformado a su
semejanza... El carcter humano es cambiado en divino.
Cristo contempla a su pueblo en su pureza y perfeccin como una recom-
pensa de todos sus sufrimientos, su humillacin y su amor, y el suplemento de
[117] su gloria: Cristo el gran centro, del cual irradia toda gloria.*

*
Ao bblico: 1 Reyes 15-16.
126
Como crecer en la gracia, 18 de abril

Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Seor y


Salvador Jesucristo. A l sea gloria ahora y hasta el da de la eternidad.
Amn. 2 Pedro 3:18.

Cmo es posible que crezcamos en la gracia? Es posible hacerlo nica-


mente si vaciamos nuestros corazones del yo y los presentamos al cielo para
ser moldeados a la semejanza divina. Debemos tener una conexin con el canal
viviente de la luz; debemos ser refrescados por el roco celestial, y hacer que
las lluvias del cielo desciendan sobre nosotros. Cuando nos apropiemos de las
bendiciones de Dios estaremos en condiciones de recibir medidas ms grandes
de su gracia.
Debemos sentarnos, como niitos, a los pies de Jess para aprender de l. No
debemos permitir que pase un solo da sin obtener un aumento de conocimiento
en las cosas temporales y espirituales. No debemos plantar estacas que no
estemos dispuestos a retirar para plantarlas ms adelante, ms cerca de las
alturas a que esperamos ascender. La educacin ms elevada debe encontrarse
en la preparacin de la mente para que avance da a da. El final de cada
da debiera encontrarnos a un da de marcha ms cerca de la recompensa del
vencedor. Nuestro entendimiento debe madurar da a da. Da a da debemos
obtener conclusiones que proporcionarn una rica recompensa en esta vida y
en la vida venidera. Contemplando diariamente a Jess en lugar de contemplar
lo que nosotros mismos hemos hecho, realizaremos un decidido avance en el
conocimiento temporal tanto como en el espiritual.
El fin de todas las cosas se est acercando. Lo que hemos hecho no ha de
poner punto final a nuestra obra. El Capitn de nuestra salvacin dice: Avanzad.
La noche viene, en la cual ningn hombre puede obrar. Debemos aumentar
constantemente nuestra utilidad. Nuestras vidas siempre deben estar bajo el
poder de Cristo. Nuestras lmparas deben mantenerse brillando ardientemente...
El que se coloca en un lugar donde Dios puede iluminarlo, avanza de la oscuridad
parcial del amanecer hasta el pleno resplandor del medioda.
Debemos poner en tensin todo nervio y msculo espirituales... Dios... no
desea que sigan siendo novicios. El desea que usted alcance el peldao ms
alto de la escalera, y despus pase de all al reino de nuestro Seor y Salvador
Jesucristo.* [118]

*
Ao bblico: 1 Reyes 17-19.
127
Grande a la vista de Dios, 19 de abril

El que es fiel en lo muy poco, tambin en lo ms es fiel; y el que en lo muy


poco es injusto, tambin en lo ms es injusto. Lucas 16:10.

La vida no est hecha nicamente de cosas grandes; son las cosas pequeas
las que forman la suma de la felicidad de la vida o de sus miserias. Son las
pequeas cosas de la vida las que revelan el verdadero carcter de una persona.
Oh, si todos los jvenes y los adultos pudieran ver, como yo he visto, el espejo
de la vida de las personas que se presenta delante de ellas, consideraran con
ms seriedad los pequeos deberes de la vida. Cada error, aunque parezca
sin importancia, deja una cicatriz en esta vida y una mancha en los registros
celestiales.
La vida est llena de quehaceres que no son agradables, pero todos estos
deberes ingratos sern hechos agradables cuando se ejecutan gozosamente
porque es lo correcto. Si se toma inters en las obligaciones que se deben
cumplir, y uno se esfuerza por hacerlas con el corazn, se tornarn placenteras
hasta las ms fastidiosas.
Hay muchos que desdean los pequeos acontecimientos de la vida, los
pequeos actos que deben realizarse cada da; pero estas cosas no debieran
considerarse insignificantes, porque toda accin se realiza para el beneficio o
el dao de algn otro... Nos ponemos en el lado correcto nicamente obrando
de acuerdo con los principios de la Palabra de Dios que rigen las pequeas
transacciones de la vida. Somos probados por estos pequeos incidentes, y se
estimar nuestro carcter por lo que fuere nuestra obra.
Lo que le proporciona a la vida la mayor belleza y lo que da el xito es la
concienzuda atencin a lo que el mundo llama cosas pequeas.

Pequeas obras de caridad,


pequeas palabras de bondad,
pequeos actos de abnegacin,
un sabio aprovechamiento de las oportunidades,
un diligente cultivo de los pequeos talentos,
hacen a los hombres grandes a la vista de Dios.*
[119]

*
Ao bblico: 1 Reyes 20-21.
128
Mantened en alto la norma, 20 de abril

Alzad pendn a los pueblos. Isaas 62:10.

La Palabra de Dios no slo establece los grandes principios de la verdad y


el deber que debieran gobernar nuestra vida, sino que tambin presenta, para
nuestro nimo, la historia de muchos que han ejemplificado tales principios.
Hombres sujetos a semejantes pasiones que nosotros, han luchado contra la
tentacin, y vencido en la fortaleza del Ayudador todopoderoso...
Fuera del Modelo perfecto, en las pginas sagradas no figura un persona-
je ms digno de admiracin que el profeta Daniel. Estando expuesto en su
juventud a todos los engaos de la corte real, se convirti en un hombre de
integridad inconmovible y de ferviente devocin a Dios. Estuvo sujeto a las
fieras tentaciones de Satans; sin embargo, no vacil, y tampoco cambi su
conducta. Fue firme donde muchos habran cedido; fue verdadero donde ellos
habran sido falsos; fue fuerte donde ellos habran sido dbiles. Daniel fue un
alto cedro del Lbano... Ojal que la fe, la integridad, y la devocin del profeta
Daniel pudieran vivir en los corazones del pueblo de Dios de hoy. Nunca se
necesitaron tanto como ahora esas nobles cualidades...
En la historia de aquellos que han obrado y sufrido por el nombre de Jess,
no hay ninguno que brille con un esplendor ms puro y refulgente que el nombre
de Pablo, el apstol a los gentiles. El amor de Jess, brillando en su corazn, lo
hizo olvidarse de s mismo y ser abnegado. Haba visto al Cristo resucitado, y
la imagen del Salvador se haba impreso en su alma y brillaba en su vida. Con
fe, valor y fortaleza, para no ser amedrentado por el peligro o retrasado por los
obstculos, anduvo de un pas a otro difundiendo el conocimiento de la cruz...
Estn los profesos seguidores de Cristo ejemplificando de esta manera los
principios de su fe? Dnde estn las profundas, vivientes y santas experiencias
que los hombres de Dios solan contar? Se ha rebajado la norma del cristianis-
mo?... No; esa norma permanece donde Dios la puso. Los hombres santos de
pocas pasadas debieron abandonarlo todo por Cristo, para fomentar su espritu
e imitar su ejemplo. El no aceptar nada menos que esto ahora. Cuando seamos
llamados a darlo todo por Cristo, quin soportar la prueba?* [120]

*
Ao bblico: 1 Reyes 22; 2 Reyes 1.
129
Seales de nuestro hogar celestial, 21 de abril

T solo eres Jehov; t hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo
tu ejrcito, la tierra y todo lo que est en ella, los mares y todo lo que hay
en ellos; y t vivificas todas estas cosas, y los ejrcitos de los cielos te
adoran. Nehemas 9:6.

Hay hermosura en la pavorosa grandeza del valle, en las solemnes y macizas


rocas agrietadas; hay majestad en las montaas que parecen tocar el cielo. Ah
estn los elevados rboles con sus hojas delicadamente formadas; las briznas
de hierba, el capullo que comienza a abrir y las flores abiertas, los rboles del
bosque, todos los seres vivientes. Todos orientan la mente hacia el Dios grande
y viviente. Cada facultad de nuestro ser testifica de que hay un Dios vivo, y
podemos aprender del libro abierto de la naturaleza las lecciones ms preciosas
respecto del Seor del cielo.
En este estudio la mente se expande, se eleva y se torna deseosa de conocer
ms acerca de Dios y de su majestad. En nuestro corazn se despiertan senti-
mientos no slo de reverencia y pavor, sino de amor, de fe, de confianza y de
completa dependencia de Aquel que es el dador de todo bien. Y cuando con-
templo sus maravillosas obras y veo las evidencias de su poder, instintivamente
pregunto: Qu es el hombre, para que tengas de l memoria, y el hijo del
hombre, para que lo visites? Salmos 8:4.
Toda la grandeza y la gloria de estas maravillosas cosas que hay en la casa
de Dios pueden apreciarse tal como son, en la mente, asociadas con Dios y
el futuro hogar que l est preparando para aquellos que le aman... Mientras
hablamos abundantemente de otros pases, por qu hemos de ser reticentes
respecto del pas celestial y de las casas que no son edificadas con mano, que
estn en los cielos? Este pas celestial es de ms importancia para nosotros
que cualquier otro pas del globo, por lo tanto deberamos pensar y hablar de
este pas celestial. Y por qu no habramos de conversar ms sinceramente,
y con nuestra mente orientada por lo celestial, acerca de los dones de Dios
manifestados en la naturaleza?... Estas cosas han de mantener a Dios en nuestro
recuerdo, elevar nuestros corazones de las cosas sensuales, y atarlos con vnculos
[121] de amor y de gratitud a nuestro Creador.*

*
Ao bblico: 2 Reyes 2-3.
130
El templo sagrado del cuerpo, 22 de abril

O ignoris que vuestro cuerpo es templo del Espritu Santo, el cual est
en vosotros, el cual tenis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habis
sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y
en vuestro espritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:19-20.

Esa perfeccin de carcter que el Seor requiere es la preparacin de todo


el ser como un templo para la morada del Espritu Santo. Dios no aceptar
nada menos que el servicio de todo el organismo humano. No basta poner en
accin algunas partes de la maquinaria viviente. Todas las partes deben trabajar
en armona perfecta, o el servicio ser deficiente. As es como el hombre es
calificado para cooperar con Dios representando a Cristo ante el mundo. As
Dios desea preparar a un pueblo que est delante de l puro y santo, para poder
introducirlo en la sociedad de los ngeles celestiales.
Se nos ha confiado el mensaje ms solemne dado alguna vez al mundo, y
el objeto que debe mantenerse clara y distintamente ante nuestras mentes es la
gloria de Dios. Cuidemos de no hacer nada que debilite nuestra salud fsica,
mental o espiritual, porque Dios no acepta un sacrificio manchado, enfermo y
corrompido. Debemos ejercer cuidado en el comer, en el beber y en el trabajar,
para no rebajar nuestra eficiencia...
Es nuestro deber adiestrar y disciplinar el cuerpo a fin de rendir al Maestro
el servicio ms elevado posible. No debemos dejarnos controlar por las incli-
naciones. No debemos dejarnos dominar por el apetito, ni consentir en el uso
de aquello que no es para nuestro bien, simplemente porque halaga el gusto;
tampoco hemos de procurar vivir segn un plan de inanicin, con la idea de que
as nos haremos espirituales, y de que Dios ser glorificado. Debemos emplear
la inteligencia que Dios nos ha dado a fin de perfeccionar nuestro cuerpo, alma
y espritu para que podamos tener un carcter simtrico, tanto como una mente
equilibrada, y hacer una obra perfecta para el Maestro.
El sagrado templo de nuestro cuerpo debe mantenerse puro y sin contami-
nacin, para que el Espritu Santo de Dios more en l.* [122]

*
Ao bblico: 2 Reyes 4-5.
131
La hermosura de la semejanza con Cristo, 23 de abril

No defraudando, sino mostrndose fieles en todo, para que en todo


adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. Tito 2:10.

Todo aquel que nombra el nombre de Cristo debe adornar la doctrina de


Cristo nuestro Salvador mediante una vida bien llevada y un comportamiento
piadoso, y tambin el adorno de un espritu manso y sereno... Si poseis esto,
tendris favor con Cristo y con los hombres.
Las palabras pronunciadas con apresuramiento hieren y magullan las almas
y la herida ms profunda se produce en el alma del que las pronuncia. El que no
puede equivocarse declara que el don de Cristo, el adorno de un espritu manso y
sereno, es de gran valor. Todos debemos descubrir su valor por nosotros mismos
pidindolo a Dios. No importa cmo nos estimen los hombres, si llevamos este
adorno, llevamos la seal de nuestro discipulado con Cristo. Somos apreciados
por el Altsimo, porque el adorno que llevamos tiene gran valor ante su vista.
Debemos buscar esta preciosa gema...
Cada alma tendr que hacer frente a cosas que provocan, que despiertan la
ira, y si no estn bajo el pleno control de Dios, sern provocados cuando ocurran
estas cosas. Pero la mansedumbre de Cristo cambia el espritu exasperado,
controla la lengua, pone todo el ser bajo sujecin a Dios. As aprendemos a tener
paciencia con la censura de los dems. Seremos juzgados mal, pero el precioso
adorno de un espritu manso y sereno nos ensea cmo soportar, cmo tener
piedad con aquellos que pronuncian palabras apresuradas y desconsideradas.
Cualquier manifestacin de un espritu desagradable seguramente despertar
al demonio de la pasin que mora en los corazones que no estn vigilados.
Al enojo impo no hay que fortalecerlo, sino someterlo. Es una chispa que
encender fuego a la naturaleza humana indomada. Evitad pronunciar palabras
que promovern dificultades. Es mejor soportar el mal que hacer el mal. Dios
quiere que cada uno de sus seguidores, hasta donde sea posible, viva en paz con
todos los hombres...
Debemos ser semejantes a Cristo. Esforcmonos por hacer que nuestras
vidas sean lo que Cristo quiere que sean. Plenas de la fragancia del amor a Dios
y a nuestros semejantes, llenas del Espritu divino de Cristo, llenas de santas
[123] aspiraciones hacia Dios, ricas en la hermosura de la semejanza a Cristo.*

*
Ao bblico: 2 Reyes 6-8.
132
El cielo es barato a cualquier precio, 24 de abril

Y el que no lleva su cruz y viene en pos de m, no puede ser mi discpulo.


Lucas 14:27.

Es demasiado cierto que la gran masa que posee habilidad y talento no


elige viajar por el camino cristiano. Son su talento y su habilidad demasiado
preciosos para dedicarlos al Dador, al Seor del cielo y la tierra?...
Muchos seran seguidores de Cristo si l descendiera de la cruz y se pre-
sentara ante ellos en la forma en que ellos desean. Si viniera con riquezas y
placeres, muchos lo recibiran alegremente, y se apresuraran a coronarlo como
el Seor de todo. Si slo pusiera a un lado su humillacin y sus sufrimientos y
exclamara: El que quiere venir en pos de m, agrdese a s mismo y goce del
mundo y ser mi discpulo, multitudes creeran en l.
Pero el bendito Jess no vendr a nosotros en ninguna otra forma, sino
como el manso y humilde crucificado. Debemos participar de su abnegacin y
sufrimientos aqu, si queremos tomar la corona en el ms all...
La Palabra de Dios no ha ensanchado el camino angosto, y si las multitudes
han encontrado un camino donde pueden llevar una forma de piedad y no
llevar la cruz o sufrir tribulacin, han encontrado un camino por donde nuestro
Salvador no anduvo y siguen otro ejemplo que no es el que Cristo nos dej. No
es suficiente que Jess haya dejado la felicidad y la gloria del cielo, que haya
llevado una vida de pobreza y de profunda afliccin, y que haya muerto de una
muerte cruel y vergonzosa para proporcionarnos los gozos de la santidad y el
cielo? Y podra ser que nosotros, los objetos indignos de una condescendencia
y un amor tan grandes, busquemos una parte mejor en esta vida de la que se le
dio a nuestro Redentor?
Cun fcil sera el camino que lleva al cielo si no exigiera la abnegacin
o la cruz! Cmo se apresuraran los mundanos a correr hacia el camino, y
cmo viajaran los hipcritas por l en nmero incontable! Gracias a Dios por
la cruz y por la abnegacin. La ignominia y la vergenza que nuestro Salvador
soport por nosotros no son demasiado humillantes para aquellos salvados por
la redencin de su sangre. Verdaderamente el cielo resulta barato.* [124]

*
Ao bblico: 2 Reyes 9-11.
133
Dejad brillar vuestra luz, 25 de abril

As alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras
buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que est en los cielos. Mateo
5:16.

A toda alma nacida en el reino de Cristo se le dar una solemne comi-


sin: Dejad que vuestra luz brille delante de los hombres, para que ellos, al
ver vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que est en los cielos.
Derramad sobre vuestros vecinos los abundantes rayos de luz recibidos del Sol
de justicia; dirigid sobre vuestros amigos en el mundo las brillantes gemas de
luz y verdad que os fueron abundantemente impartidas desde el trono de Dios.
Esto es negociar con los talentos confiados. Pasad de la luz a una luz mayor.
Apoderaos ms y ms de los brillantes rayos que proceden del Sol de justicia y
brillad cada vez ms hasta llegar al da perfecto.
Jess no le pide al cristiano que se esfuerce por brillar, sino que deje que su
luz brille con rayos claros y distintos ante el mundo. No cubris vuestra luz. No
retengis pecaminosamente vuestra luz. No dejis que la bruma, la neblina y la
malaria del mundo oculten vuestra luz. No la ocultis bajo la cama o bajo un
almud, sino ponedla en el candelero para que ilumine a todos los que estn en
la casa... Dios os pide que brillis y que penetris en la tinieblas morales del
mundo.
Muchos no saben qu les sucede. Quieren luz y no ven ningn rayo. Llaman
pidiendo ayuda y no oyen ninguna respuesta. Se perpetuarn la duda y la
incredulidad porque yo no reno los rayos de luz divina que proceden de
Jesucristo y no los hago brillar sobre otros?...
Las grandes luchas de mi propia alma contra las tentaciones, los sinceros
anhelos de mi mente y corazn por poseer a Dios y a Jesucristo como mi
Salvador personal, y por tener seguridad, paz y reposo en su amor, me inducen
cada da a desear colocarme donde los rayos del Sol de justicia puedan brillar
sobre m. Sin esta experiencia, seguramente tendr grandes prdidas, y todos
aquellos con quienes me relaciono quedarn afectados por la prdida de la luz
que yo debiera estar recibiendo de la Fuente de toda luz y consuelo, y que
debiera estar reflejando en su camino. Ser una luz para el mundo, o una
[125] sombra de tinieblas?*

*
Ao bblico: 2 Reyes 12-14.
134
Una joya o un guijarro? 26 de abril

En aquel da, dice Jehov de los ejrcitos, te tomar, oh Zorobabel hijo de


Salatiel, siervo mo, dice Jehov, y te pondr como anillo de sellar;
porque yo te escog, dice Jehov de los ejrcitos. Hageo 2:23.

Los cristianos son las joyas de Cristo. Deben brillar esplendorosamente


para l, y esparcir la luz de su hermosura. Su lustre depende del pulimento que
reciban. Pueden elegir ser pulidos o permanecer sin pulir. Pero cada uno que es
considerado digno de ocupar un lugar en el templo de Dios debe someterse al
proceso de pulimento. Sin el pulimento que el Seor da no pueden reflejar ms
la luz que un guijarro comn.
Cristo le dice al hombre: Eres mo. Te he comprado. Ahora eres apenas
una piedra spera, pero si te colocas en mis manos yo te pulir, y el lustre con
el cual brillars har honor a mi nombre. Ningn hombre te sacar de mi mano.
Te har mi tesoro peculiar. El da de mi coronacin sers una joya en mi corona
de regocijo.
El Obrero divino emplea poco tiempo en un material sin valor. El pule
nicamente las piedras preciosas a semejanza de las de un palacio, cortando
todas las esquinas speras. Ese proceso es severo y penoso; hiere el orgullo
humano. Cristo corta profundamente cuando el hombre en su suficiencia ha
considerado completa su experiencia, y extrae del carcter el ensalzamiento
propio. Corta la superficie que sobresale, y colocando la piedra a la rueda de
pulir, la presiona para que se desgaste toda aspereza. Luego, levantando la joya
ante la luz, el Maestro ve en ella un reflejo de s mismo, y la considera digna de
ocupar un lugar en su corona.
En aquel da, dice Jehov de los ejrcitos, te tomar,... y te pondr como
anillo de sellar; porque yo te escog, dice Jehov de los ejrcitos. Bendita sea
la experiencia, aunque sea severa, que le da un nuevo valor a la piedra, y la hace
brillar con un vivo esplendor.
Dios no dejar que uno de sus obreros sinceros quede solo para luchar contra
los grandes males y sea vencido. El preserva como una piedra preciosa a cada
uno cuya vida est oculta con Cristo en Dios.* [126]

*
Ao bblico: 2 Reyes 15-17.
135
Arraigados en Cristo, 27 de abril

El justo florecer como la palmera; crecer como cedro en el Lbano.


Salmos 92:12.

El cristiano es comparado al cedro del Lbano. He ledo que este rbol hace
ms que enviar unas pocas races a la tierra blanda. Implanta profundamente en
la tierra sus fuertes races, y cada vez las extiende ms lejos en busca de una
posicin todava ms fuerte. Y cuando se desata la fiera tempestad, permanece
firme, sostenido por su raigambre. Tambin el cristiano se arraiga profundamente
en Cristo. Tiene fe en su Redentor. Sabe en quin ha credo. Est plenamente
persuadido de que Jess es el Hijo de Dios y el Salvador de los pecadores...
Las races de la fe se extienden cada vez ms. Los cristianos genuinos, como el
cedro del Lbano, no crecen en una tierra blanda y superficial, sino que estn
arraigados en Dios, asegurados en las grietas de las rocas de la montaa.
Si el cristiano quiere florecer y prosperar, debe hacerlo entre personas que
son extraas a Dios, entre burladores, sujeto al ridculo. Debe permanecer
erguido como la palmera en el desierto. El cielo puede ser como bronce, la
arena del desierto puede golpear las races de la palmera, y apilarse en montones
alrededor de su tronco. Sin embargo, el rbol permanece vivo, fresco y vigoroso
en medio de las quemantes arenas del desierto. Quitad la arena hasta que lleguis
a las raicillas de la palmera y descubriris el secreto de su vida; se extiende
profundamente bajo la superficie, hacia las aguas secretas ocultas en la tierra.
As como la palmera, que obtiene su alimento de las fuentes del agua de
viva, permanece verde y florida en medio del desierto, tambin el cristiano
puede extraer ricas provisiones de gracia de la fuente del amor de Dios, y
puede conducir a las almas cansadas, llenas de inquietud, y listas a perecer en
el desierto del pecado, a esas aguas donde puedan beber y vivir. El cristiano
siempre est dirigiendo a sus semejantes hacia Jess, quien invita: El que tiene
sed, venga a m y beba. Esta fuente nunca nos falla; podemos extraer de ella
[127] una vez y otra.*

*
Ao bblico: 2 Reyes 18-19.
136
No una religin de remiendo! 28 de abril

Mas el que persevere hasta el fin, ste ser salvo. Mateo 24:13.

La religin edificada sobre el yo no tiene valor, porque Dios no transige con


los egostas...
La religin de Cristo es una tela firme, compuesta de innumerables hilos,
tejidos juntos con tacto y habilidad. Podemos tejer esta tela nicamente mediante
la sabidura que Dios da. Cuando confiamos en nosotros mismos, ponemos en
ella hilos de egosmo, y la tela queda arruinada.
Hay muchas clases de tela que al principio tienen una hermosa apariencia,
pero no soportan la prueba. Los colores no son firmes. Se destien. Con el calor
del verano se decoloran y desaparecen. Esta clase de tela no puede soportar un
trato rudo, y tiene muy poco valor.
As sucede con la religin. Cuando la trama y la urdimbre de la religin
no soportan la prueba de las dificultades, el material de que est compuesta
no tiene valor. Y el esfuerzo por remendar la tela vieja con un trozo nuevo, no
mejora las condiciones de las cosas, porque el material gastado se rompe cuando
lo unen al nuevo, y deja la abertura ms grande que antes. Los remiendos no
sirven. El nico camino a seguir consiste en desechar el vestido viejo y buscar
uno nuevo. La religin del yo, compuesta de hilos que se decoloran y ceden
bajo la presin de la tentacin, debe ser desechada para ser reemplazada por la
religin tejida por Aquel en cuya vida el egosmo no encontr lugar. El plan de
Cristo es el nico seguro. El declara: He aqu, yo hago nuevas todas las cosas.
Apocalipsis 21:5. Si alguno est en Cristo, nueva criatura es. 2 Corintios 5:17.
El Seor no anima a nadie a pensar que l aceptar una religin de remiendos.
Tal religin no tiene valor ante su vista. Al principio puede parecer que hay
algo de yo y algo de Cristo; pero pronto se ver que no hay nada de Cristo. Los
remiendos del egosmo aumentan hasta que todo el vestido queda cubierto de
ellos...
Una religin formada segn el modelo divino es la nica que perdurar. ni-
camente esforzndonos por vivir la vida de Cristo aqu, podremos prepararnos
para vivir con l a travs de los siglos eternos.* [128]

*
Ao bblico: 2 Reyes 20-21.
137
Para poseer la riqueza inescrutable de Cristo, 29 de abril

Que os d, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con


poder en el hombre interior por su Espritu. Efesios 3:16.

Los temas de la redencin son temas importantes, y slo aquellos que


estn orientados espiritualmente pueden discernir su profundidad y significado.
Encontramos nuestra seguridad y gozo al espaciarnos en las verdades del plan de
salvacin. La fe y la oracin son necesarias para poder contemplar las profundas
cosas de Dios. Nuestras mentes estn tan atadas por ideas estrechas que apenas
tenemos una visin limitada de la experiencia que es nuestro privilegio tener...
Por qu es que muchos que profesan tener fe en Cristo no tienen fuerza para
resistir a las tentaciones del enemigo? Es porque no son fortalecidos con poder
por su Espritu en el hombre interior. El apstol ora: A fin de que, arraigados
y cimentados en amor, seis plenamente capaces de comprender con todos los
santos cul sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer
el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seis llenos de toda
la plenitud de Dios. Efesios 3:17-19. Si tuviramos esta experiencia, conoce-
ramos algo de la cruz del Calvario. Sabramos qu significa ser participantes
con Cristo en sus sufrimientos. El amor de Cristo nos constreira, y aunque no
furamos capaces de explicar cmo el amor de Cristo alienta nuestros corazones,
manifestaramos su amor en una fervorosa devocin a su causa.
Pablo abre ante la iglesia de Efeso, con el lenguaje ms comprensivo, el
maravilloso poder y conocimiento que podan poseer como hijos e hijas del
Altsimo. Ellos podan ser fortalecidos con poder, podan ser arraigados y
cimentados en amor, podan conocer el amor de Cristo, que excede a todo
conocimiento...
Jehov Emanuel, en l estn ocultos todos los tesoros de sabidura y conoci-
miento. Ser puestos en simpata con l, poseerlo, a medida que el corazn se
abre cada vez ms para recibir sus atributos: conocer su amor y poder, poseer la
riqueza inescrutable de Cristo... sta es la herencia de los siervos de Jehov, y
[129] su salvacin de m vendr, dijo Jehov. Isaas 54:17.*

*
Ao bblico: 2 Reyes 22-23.
138
Casi hemos llegado! 30 de abril

Y si me fuere y os preparare lugar, vendr otra vez, y os tomar a m


mismo, para que donde yo estoy, vosotros tambin estis. Juan 14:3.

Han pasado ms de mil ochocientos aos desde que el Salvador dio la


promesa de su venida. A travs de los siglos sus palabras han llenado de nimo
el corazn de sus fieles. La promesa todava no se ha cumplido... pero, no por
eso es menos segura la palabra que ha sido hablada.
Cristo vendr en su propia gloria, en la gloria del Padre, y en la gloria de
los santos ngeles. Millones de millones y millares de millares de ngeles,
los hermosos y triunfantes hijos de Dios, que poseen una inconmensurable
hermosura y gloria, lo escoltarn en su camino. En lugar de la corona de
espinas, l llevar una corona de gloria: una corona dentro de una corona. En
lugar de ese antiguo manto de prpura, estar vestido con un ropaje del blanco
ms puro, tanto que ningn lavador en la tierra los puede hacer tan blancos.
Marcos 9:3. Y en su vestido y en su muslo habr escrito un nombre: Rey de
reyes y Seor de seores. Apocalipsis 19:16.
Cristo ha sido para estos fieles seguidores un compaero de cada da, un
amigo familiar. Han vivido en una estrecha y constante comunin con Dios.
Sobre ellos ha aparecido la gloria del Seor. En ellos se ha reflejado la luz
del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo. Ahora se
gozan en los refulgentes rayos del brillo y la gloria del Rey en su majestad.
Estn preparados para la comunin del cielo, porque tienen el cielo en sus
corazones. Con las cabezas levantadas, con los brillantes rayos del Sol de
justicia refulgiendo sobre ellos, regocijndose porque su redencin est cerca,
salen en busca del Esposo, diciendo: He aqu, ste es nuestro Dios, le hemos
esperado, y nos salvar...
El tiempo de la demora casi ha terminado. Los peregrinos y extranjeros que
durante tanto tiempo han buscado un pas mejor, ya casi han llegado... Por lo
cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser
hallados por l sin mancha e irreprensibles, en paz. 2 Pedro 3:14.* [130]

*
Ao bblico: 2 Reyes 24-25.
139
140 Dios nos Cuida
Mayo
No es suficiente un conocimiento superficial, 1 de mayo

A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este


misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de
gloria. Colosenses 1:27.

Hay muchos misterios en la Palabra de Dios que no comprendemos, y


muchos nos contentamos deteniendo nuestra investigacin cuando tan slo
hemos comenzado a recibir algo de conocimiento concerniente a Cristo. Cuan-
do comienzan a desplegarse un poco ante la mente los propsitos divinos y
comenzamos a obtener un leve conocimiento del carcter de Dios, quedamos
satisfechos y pensamos que hemos recibido prcticamente toda la luz que hay
para nosotros en la palabra de Dios. Pero la verdad de Dios es infinita... Jess fue
bien claro cuando dijo a sus discpulos escudriadlas Escrituras. Juan 5:39.
Escudriar significa comparar texto con texto y cosas espirituales con cosas
espirituales. No debiramos satisfacernos con un conocimiento superficial.
No comprendemos ni la mitad de lo que Dios est dispuesto a hacer por su
pueblo... Nuestras peticiones, mezcladas con fe y contricin, debieran ascender
a Dios en procura de un entendimiento de los misterios que Dios quiere hacer
conocer a sus santos... La pluma de un ngel no podra describir toda la gloria del
plan revelado de la salvacin. La Biblia dice cmo llev Cristo nuestros pecados
y carg con nuestros dolores. Aqu se revela cmo se unieron la misericordia
y la verdad en la cruz del Calvario, cmo se besaron la justicia y la paz, cmo
puede ser impartida al hombre cado la justicia de Cristo. All se desplegaron
infinita sabidura, infinita justicia, infinita misericordia e infinito amor. Las
profundidades, las alturas, las longitudes y las anchuras del amor y la sabidura,
que sobrepasan al entendimiento, se han dado a conocer en el plan de salvacin.
El Espritu de Dios descansar sobre el diligente escudriador de la verdad.
El que desee la verdad en su corazn, que anhele la obra de su poder en la vida
y el carcter, ciertamente la tendr. Dice el Salvador: Bienaventurados los que
[131] tienen hambre y sed de justicia, porque ellos sern saciados. Mateo 5:6.*

*
Ao bblico: 1 Crnicas 1-3.
142
Nuestro divino redentor, 2 de mayo

El cual, siendo en forma de Dios, no estim el ser igual a Dios como cosa a
que aferrarse. Filipenses 2:6.

Debido a que nicamente la Divinidad poda ser eficaz en la restauracin del


hombre de la ponzoosa herida de la serpiente, Dios mismo, en su Unignito,
tom la naturaleza humana, y en la debilidad de la naturaleza humana mantuvo
el carcter de Dios, vindic su santa ley en todo respecto, y acept la sentencia
de ira y de muerte para los hijos de los hombres. Qu pensamiento es ste!
El que haba sido uno con el Padre antes de que fuera hecho el mundo, tuvo
tal compasin para el mundo perdido y arruinado por la transgresin, que dio
su vida como rescate por l. El que era el resplandor de la gloria del Padre,
la expresa imagen de su persona, llev nuestros pecados en su cuerpo en el
madero, sufriendo el castigo de la transgresin del hombre hasta que se satisfizo
la justicia y no se requiri ms. Cun grande es la redencin que se ha efectuado
para nosotros! Tan grande que el Hijo de Dios muri la cruel muerte de la cruz
para darnos vida e inmortalidad por la fe en l.
Este admirable problema, cmo poda Dios ser justo y, sin embargo, ser el
justificador del pecador, est ms all de la percepcin mental humana. Cuando
tratamos de sondearlo, se ampla y profundiza ms all de nuestra comprensin.
Cuando miramos hacia la cruz del Calvario con el ojo de la fe, y vemos nuestros
pecados colocados sobre la vctima que all pende en debilidad e ignominia,
cuando comprendemos el hecho de que ste es Dios, el Padre eterno, el Prncipe
de paz, somos impulsados a exclamar: Mirad cul amor nos ha dado el Padre.
1 Juan 3:1...
Cuando el hombre pueda medir el excelso carcter del Seor de los ejrcitos,
y distinguir entre el Dios eterno y el hombre finito, sabr cun grar de ha
sido el sacrificio del cielo para sacar al hombre de donde estaba cado por la
desobediencia para formar parte de la familia de Dios... La divinidad de Cristo
es nuestra seguridad de vida eterna... El, quien llev los pecados del mundo, es
nuestro nico medio de reconciliacin con un Dios santo.* [132]

*
Ao bblico: 1 Crnicas 4-6.
143
Tierno, amante, compasivo, 3 de mayo

Mas t, Seor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande


en misericordia y verdad. Salmos 86:15.

Cuando nos sobrevienen grandes dolores, Dios ha ordenado que debemos


consolarnos mutuamente con ternura y amor. Nadie vive para s. Nadie muere
para s. Tanto la vida como la muerte significan algo para cada ser humano...
Dios ordena a sus agentes humanos que comuniquen el carcter de Dios, que
testifiquen de su gracia, sabidura y benevolencia, manifestando su amor refi-
nado, tierno, misericordioso. Est escrito que sus misericordias [estn] sobre
todas sus obras. Salmos 145:9...
Nuestra obra es la de restaurar la imagen moral de Dios en el hombre
mediante la abundante gracia que nos es dada por Jesucristo. Por doquiera
encontraremos almas listas para morir, y cun esencial es que Cristo nos d su
compasin, a fin de que nunca coloquemos a un alma en oposicin obstinada, por
no manifestar amplia tolerancia y tierna compasin... Pregunto, aprenderemos
alguna vez la dulzura de Cristo?...
Cristo nos invita a ir a l no slo para refrigerarnos con su gracia y presencia
durante unas pocas horas, y luego apartarnos de su luz para que nos alejemos
de l con tristeza y lobreguez. No, no. Nos dice que debemos morar en l
y l con nosotros. Dondequiera que se deba hacer su obra, l est presente:
tierno, amante y compasivo. Ha preparado, para ti y para m, un lugar donde
morar permanentemente en l. Es nuestro refugio. Nuestra experiencia debiera
ampliarse y profundizarse. Jess ha abierto toda la divina plenitud de su amor
inexpresable, y te declara: Somos colaboradores de Dios. 1 Corintios 3:9.
Oh, qu significado tienen estas palabras: Permaneced en m (Juan 15:4),
Llevad mi yugo sobre vosotros! Mateo 11:29. Lo llevaremos?, porque la
promesa es, hallaris descanso para vuestras almas. Hay descanso, descanso
[133] pleno en permanecer en Cristo.*

*
Ao bblico: 1 Crnicas 7-9.
144
El Espritu Santo es nuestro ayudador, 4 de mayo

Porque todos los que son guiados por el Espritu de Dios, stos son hijos
de Dios. Romanos 8:14.

Mediante el ministerio de los ngeles, el Espritu Santo puede obrar en la


mente y el corazn del ser humano y atraerlo a Cristo... Pero el Espritu de Dios
no interfiere con la libertad del ser humano. El Espritu Santo se da como un
ayudador a fin de que el hombre pueda cooperar con la Divinidad, y es dado
para que Dios pueda atraer al alma, pero nunca para forzar su obediencia.
Cristo est pronto a impartir toda la influencia celestial. Conoce cada ten-
tacin que sobreviene al hombre y las facultades de cada uno. Pesa su fuerza.
Ve el presente y el futuro y presenta delante de la mente las obligaciones a las
que har frente y la insta para que las cosas vulgares terrenales no lleguen a
ser tan absorbentes que las cosas eternas queden fuera de cmputo. El Seor
tiene plenitud de gracia para conferir a cualquiera que reciba el don celestial. El
Espritu Samo pondr en el servicio de Cristo las facultades confiadas por Dios,
y modelar y dar forma al ser humano de acuerdo con el Modelo divino.
El Espritu Santo es nuestra suficiencia en la obra de edificar el carcter,
de formarlo de acuerdo con la semejanza divina. Cometemos un grave error
cuando pensamos que somos capaces de modelar nuestra propia vida. Nunca
podemos por nosotros mismos vencer la tentacin. Pero los que tienen una fe
genuina en Cristo sern movidos por el Espritu Santo. El alma en cuyo corazn
habita la fe, crecer constituyendo un bello templo para el Seor. Ser dirigida
por la gracia de Cristo. Crecer en la misma proporcin en que dependa de las
enseanzas del Espritu Santo.
La influencia del Espritu Santo es la vida de Cristo en el alma. No vemos
a Cristo ni le hablamos, pero su Espritu Santo est tan cerca de nosotros
en un lugar como en otro. Obra dentro y por medio de todo el que recibe a
Cristo. Aquellos que conocen la morada interna del Espritu, revelan el fruto
del Espritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe.* [134]

*
Ao bblico: 1 Crnicas 10-12.
145
Despreciado y desechado, 5 de mayo

Despreciado y desechado entre los hombres, varn de dolores,


experimentado en quebranto; y como que escondimos de l el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos. Isaas 53:3.

Cun pocos son los que tienen un concepto de la angustia que desgarr el
corazn del Hijo de Dios durante sus treinta aos de vida en la tierra. La senda
desde el pesebre al Calvario fue ensombrecida por el dolor y la pena. Fue el
varn de dolores y soport tal quebrantamiento de corazn que ningn lenguaje
humano puede describir. Podra haber dicho en verdad: Mirad, y ved si hay
dolor como mi dolor que me ha venido. Lamentaciones 1:12. Su sufrimiento
fue la ms profunda angustia del alma; y qu hombre pudo haber simpatizado
con la angustia del Hijo del Dios infinito? Odiaba el pecado con perfecto odio,
y sin embargo atrajo sobre su alma los pecados de todo el mundo al recorrer la
senda del Calvario, sufriendo el castigo de los transgresores. Sin culpa, llev el
castigo de los culpables; inocente, sin embargo se ofreci a s mismo para llevar
el castigo por las transgresiones de la ley de Dios. El castigo de los pecados
de cada alma fue llevado por el Hijo del Dios infinito. La culpabilidad de cada
pecado hizo sentir su peso sobre el alma divina del Redentor del mundo. El que
no conoci pecado se hizo pecado por nosotros para que pudiramos ser hechos
justicia de Dios en l. Al tomar la naturaleza humana, se coloc a s mismo
donde fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados, a
fin de que por su llaga pudiramos ser curados.
En su humanidad, Cristo fue probado por tentaciones tanto ms grandes
y con tanta mayor energa persistente de lo que es probado el hombre por el
maligno, as como su naturaleza es superior a la del hombre. Esta es una verdad
misteriosa, profunda, que Cristo est unido a la humanidad por las simpatas
ms sensitivas. Las malas obras, los malos pensamientos, las malas palabras
de cada hijo e hija de Adn oprimieron su alma divina. Los pecados de los
hombres determinaron que se lo castigase a l, porque haba llegado a ser el
sustituto del hombre y tom sobre s los pecados del mundo. Llev los pecados
de todo pecador, porque todas las transgresiones se le imputaron... Cmo
escaparemos nosotros, si descuidamos una salvacin tan grande?. Hebreos
[135] 2:3.*

*
Ao bblico: 1 Crnicas 13-16.
146
Un abogado revestido con nuestra naturaleza, 6 de mayo

Hijitos mos, estas cosas os escribo para que no pequis; y si alguno


hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
1 Juan 2:1.

Son ilimitados los decretos y ddivas de Dios en nuestro favor. El mismo


trono de gracia est ocupado por Aquel que nos permite que lo llamemos Padre...
Ha colocado a su diestra a un Abogado revestido con nuestra naturaleza. Como
nuestro Intercesor, la obra de Cristo es presentarnos ante Dios como a sus hijos
e hijas. Intercede a favor de los que lo reciben. Con su propia sangre ha pagado
el precio de su rescate. Por virtud de sus propios mritos les da poder para llegar
a ser miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. Y el Padre demuestra
su infinito amor por Cristo al recibir y dar la bienvenida a los amigos de Cristo
como a sus amigos. Est satisfecho con la expiacin efectuada. Es glorificado
con la encarnacin, la vida, la muerte y la mediacin de su Hijo.
Nuestras peticiones ascienden al Padre en el nombre de Cristo. El interce-
de en nuestro favor, y el Padre abre todos los tesoros de su gracia a nuestra
disposicin para que los disfrutemos y los impartamos a otros...
Cristo es el vnculo entre Dios y el hombre... Coloca toda la virtud de su
justicia del lado del suplicante. Ruega por el hombre, y el hombre que necesita
ayuda divina suplica por s mismo en la presencia de Dios, usando la influencia
de Aquel que dio su vida por la vida del mundo. Cuando reconocemos delante
de Dios nuestro aprecio por los mritos de Cristo, se aade fragancia a nuestras
intercesiones. Cuando nos acercamos a Dios mediante la virtud de los mritos
del Redentor, Cristo nos coloca muy cerca de su lado, rodendonos con su
brazo humano, mientras su brazo divino se aferra del trono del Infinito. Pone
sus mritos, como dulce incienso, en el incensario de nuestras manos a fin de
animar nuestras peticiones...
S, Cristo se ha convertido en el intermediario de la oracin entre el hombre
y Dios. Tambin se ha convertido en el intermediario de bendicin entre Dios y
el hombre.* [136]

*
Ao bblico: 1 Crnicas 17-20.
147
La perla preciosa, 7 de mayo

Tambin el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca


buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendi
todo lo que tena, y la compr. Mateo 13:45-46.

Esta buena perla representa el inapreciable tesoro de Cristo, as como tam-


bin el tesoro oculto en el campo. En Cristo tenemos todo lo que necesitamos
para nosotros en esta vida, y lo que constituir el gozo del mundo venidero.
Todo el dinero del mundo no comprar el don de la paz, el descanso y el amor.
Recibimos estos dones por la fe en Cristo. No podemos comprarlos de Dios; no
tenemos nada con qu comprarlos. Somos la propiedad de Dios; pues la mente,
el cuerpo y el alma han sido comprados por el rescate de la vida del Hijo de
Dios...
Entonces, con qu se ha de comprar el tesoro eterno? Sencillamente, devol-
vindole a Jess lo que le pertenece, recibindolo en el corazn por fe. Significa
cooperacin con Dios; llevar el yugo con Cristo; sostener sus cargas... El Seor
Jess puso a un lado su corona real, abandon su puesto de alto mando, revisti
su divinidad con humanidad a fin de que por medio de la humanidad pudiera
elevar a la raza humana. De tal modo apreci las posibilidades de la raza huma-
na, que se convirti en el sustituto y seguridad del hombre. Coloca sus propios
mritos sobre el hombre y as lo eleva en la escala de valor moral con Dios.
Cristo es el sacrificio expiatorio. Dej la gloria del cielo, abandon sus
riquezas, puso a un lado su honra, no con el propsito de crear amor e inters
para el hombre en el corazn de Dios, sino para ser un exponente del amor que
exista en el corazn del Padre; pag el precio de todas sus riquezas, asumi
la humanidad, condescendi a una vida de pobreza y humillacin, para poder
buscar y salvar lo que se haba perdido.
Por la gracia de Cristo podemos ser fortalecidos y madurados para que, aun-
que somos imperfectos, podamos llegar a ser completos en l. Nos hipotecamos
a Satans, pero Cristo vino a rescatarnos y redimirnos... No podemos comprar
nada de Dios. Somos salvados nicamente por gracia, el don gratuito de Dios
[137] en Cristo.*

*
Ao bblico: 1 Crnicas 21-24.
148
Provisiones para cada emergencia, 8 de mayo

Cmo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvacin tan grande?


La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Seor, nos fue
confirmada por los que oyeron. Hebreos 2:3.

El divino Autor de la salvacin no dej nada incompleto en el plan; cada una


de sus fases es perfecta. El pecado de todo el mundo fue colocado sobre Jess,
y la Divinidad prodig en Jess su ms alto valor a la humanidad doliente, para
que todo el mundo pudiera ser perdonado por fe en el Sustituto. El ms culpable
no necesita tener temor de que Dios no lo perdone, porque ser remitido el
castigo de la ley debido a la eficacia del sacrificio divino. Mediante Cristo,
puede volver a su obediencia a Dios.
Cun maravilloso es el plan de la redencin en su sencillez y plenitud! No
slo proporciona el perdn pleno al pecador, sino tambin la restauracin del
transgresor, preparando un camino por el cual puede ser aceptado como hijo de
Dios. Por medio de la obediencia puede poseer amor, paz y gozo. Su fe puede
unirlo en su debilidad con Cristo, la Fuente de fortaleza divina; y mediante los
mritos de Cristo puede hallar la aprobacin de Dios porque Cristo ha satisfecho
las demandas de la ley, e imputa su justicia al alma penitente que cree...
Qu maravilloso amor fue desplegado por el Hijo de Dios!... Cristo toma
al pecador en su ms profunda degradacin y lo purifica, refina y ennoblece.
Contemplando a Jess tal como es, se transforma el pecador y es elevado a la
misma cumbre de la dignidad, llegando aun a sentarse con Cristo en su trono...
El plan de la redencin responde a cada emergencia y a cada necesidad
del alma. Si fuera deficiente en alguna forma, el pecador podra hallar excusa
que defienda el descuido de sus requisitos, pero el Dios infinito conoca cada
necesidad humana y ha hecho amplia provisin para suplirla... Qu, pues,
podr decir el pecador en el gran da del juicio final sobre por qu se neg a
brindar atencin, concienzuda y ferviente, a la salvacin que se le ha ofrecido?* [138]

*
Ao bblico: 1 Crnicas 25-27.
149
Una fe que purifica la vida, 9 de mayo

Mas t, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la


piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena
batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste
llamado, habiendo hecho la buena profesin delante de muchos testigos. 1
Timoteo 6:11-12.

Muchos ensean que lo nico necesario para la salvacin es creer en Jess.


Pero, qu dice la Palabra de verdad? La fe sin obras est muerta. Santiago
2:26. Hemos de pelear la buena batalla de la fe, echar mano de la vida
eterna, tomar la cruz, negarnos a nosotros mismos, luchar contra la carne y
seguir diariamente en las pisadas del Redentor...
Es un error fatal pensar que no hay nada que debis hacer para obtener la
salvacin. Habis de cooperar con los seres celestiales... Hay una cruz que debe
levantarse en el sendero, una muralla que escalar antes de que entris en la
ciudad eterna, una escalera que subir antes de llegar a la puerta de perlas; y
cuando comprendis vuestra incapacidad y debilidad y clamis pidiendo ayuda,
desde los bastiones celestiales oiris una voz que diga: Echa mano... de mi
fortaleza. Isaas 27:5 (VM).
El conflicto reido entre Cristo y Satans se renueva en cada alma que
abandona el negro estandarte del prncipe de las tinieblas para marchar bajo el
estandarte teido de sangre del Prncipe Emanuel. El maligno presentar las
ms sutiles tentaciones para apartar de su fidelidad a los que debieran ser leales
al cielo, pero debemos rendir todos los poderes de nuestro ser al servicio de
Dios, y entonces se nos guardar de caer en las trampas del enemigo...
Cualquier proceder que debilite vuestras facultades fsicas o mentales, os
incapacita para el servicio de vuestro Creador. Hemos de amar a Dios de
todo nuestro corazn y si nuestro ojo fuere sincero para su gloria, comeremos,
beberemos y nos revestiremos de su divina voluntad. Todo aquel que comprenda
lo que significa ser cristiano, se purificar a s mismo de todo lo que debilite
y manche. Todos sus hbitos se pondrn en armona con los requisitos de la
Palabra de verdad, y l no slo creer sino que obrar su propia salvacin con
[139] temor, mientras se somete al amoldamiento del Espritu Santo.*

*
Ao bblico: 1 Crnicas 28-29.
150
Hijos, no siervos, 10 de mayo

As que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y


mediante ella sirvamos a Dios agradndole con temor y reverencia.
Hebreos 12:28.

Hay muchos que profesan ser seguidores de Cristo, y sin embargo no son
hacedores de su Palabra. No saborean esa Palabra porque les indica servicio que
no les es agradable. No les gustan los sanos e ntimos reproches, las fervientes
exhortaciones. No aman la justicia, pero son dominados despticamente por sus
propios impulsos humanos caprichosos.
Significa una enorme diferencia la forma en que servimos a Dios. El mu-
chacho que estudia a regaadientes sus lecciones porque tiene que aprenderlas,
nunca ser un verdadero estudiante. El hombre que pretende guardar los man-
damientos de Dios porque piensa que debe hacerlo, nunca entrar en el gozo de
la obediencia.
La esencia y sabor de toda obediencia es la manifestacin externa de un
principio interno: el amor a la justicia, el amor a la ley de Dios. La esencia de
toda justicia es lealtad a nuestro Redentor, hacer lo correcto porque es correcto.
Cuando la Palabra de Dios es una carga porque corta directamente a travs de
las inclinaciones humanas, entonces la vida religiosa no es una vida cristiana,
sino un esfuerzo penoso y tirantez, una obediencia forzada. Se han puesto a un
lado toda la pureza y la piedad de la religin.
Pero la adopcin en la familia de Dios nos hace hijos y no esclavos. Cuando
el amor de Cristo entra en el corazn, nos esforzamos por imitar el carcter
de Cristo... Mientras ms estudiamos la vida de Cristo dispuestos a obedecer,
ms semejantes a Cristo nos volvemos. El Espritu Santo infunde claro en-
tendimiento en el corazn de cada verdadero hacedor de la Palabra. Mientras
ms crucificamos las prcticas egostas impartiendo nuestras bendiciones a
otros y ejerciendo nuestras facultades recibidas de Dios, ms se fortalecern las
gracias celestiales y aumentarn en nosotros. Creceremos en espiritualidad, en
paciencia, en fortaleza, en humildad, en delicadeza... Los carros en un tren no
slo estn conectados a la locomotora; recorren la misma va. A quin estamos
siguiendo?* [140]

*
Ao bblico: 2 Crnicas 1-4.
151
Permaneciendo en Cristo, 11 de mayo

Permaneced en m, y yo en vosotros. Como el pmpano no puede llevar


fruto por s mismo, si no permanece en la vid, as tampoco vosotros, si no
permanecis en m. Juan 15:4.

Permaneced en m son palabras de gran significado. Permanecer en Cristo


significa una fe viviente, ferviente, refrigerante que obra por el amor y purifica
el alma. Significa una recepcin constante del espritu de Cristo, una vida de
entrega sin reservas a su servicio. Donde exista esta unin, aparecern las buenas
obras. La vida de la vid se manifestar en fragantes frutos en las ramas. La
continua provisin de la gracia de Cristo os bendecir y os convertir en una
bendicin, hasta que podis decir con Pablo: Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m. Glatas 2:20.
La sagrada unin con Cristo unir a los hermanos con los ms afectuo-
sos vnculos del compaerismo cristiano. Sus corazones sern tocados con la
compasin divina mutua... La frialdad, la discordia, la contienda, estn comple-
tamente fuera de lugar entre los discpulos de Cristo. Han aceptado la fe nica.
Se han unido para servir a un Seor, para soportar la misma contienda, para
esforzarse en procura del mismo objetivo, y para triunfar en la misma causa.
Han sido comprados con la misma sangre preciosa, y han salido para predicar
el mismo mensaje de salvacin.
Los que continuamente estn recibiendo fuerza de Cristo, poseern su es-
pritu. No sern descuidados ni en palabras ni en conducta. Descansar sobre
su alma una permanente comprensin de lo que ha costado su salvacin en el
sacrificio del amado Hijo de Dios. Como una fresca y vvida representacin, se
presentarn ante su mente las escenas del Calvario, y se someter su corazn y
se enternecer por esta maravillosa manifestacin del amor de Cristo en ellos.
Considerarn a otros como comprados por su sangre preciosa, y los que estn
unidos con Cristo les parecern nobles y elevados y sagrados, debido a esa
relacin. La muerte de Cristo en el Calvario deber conducirnos a apreciar a las
almas tal como l. Su amor ha magnificado el valor de cada hombre, mujer y
[141] nio.*

*
Ao bblico: 2 Crnicas 5-7.
152
Una vida de fortaleza, 12 de mayo

Me es necesario hacer las obras del que me envi, entre tanto que el da
dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Juan 9:4.

La vida cristiana no consiste meramente en el ejercicio de la humildad, la


paciencia, la mansedumbre y la bondad. Uno puede poseer estos preciosos y
amables rasgos, y sin embargo faltarle nervio y espritu, y ser casi intil cuando
la obra es difcil. A tales personas les falta una actitud positiva, energa, solidez
y fortaleza de carcter que las capacitaran para resistir el mal y las convertiran
en un poder en la causa de Dios.
Jess fue nuestro ejemplo en todas las cosas, y fue un trabajador ferviente y
constante. Comenz su vida de utilidad en la niez. A los doce aos ya estaba
ocupado en los negocios de su Padre. Entre los doce y los treinta aos, antes
de que comenzara su ministerio pblico, vivi una vida de activa laboriosidad.
Jess nunca estuvo ocioso en su ministerio. Dijo: Debo obrar las obras del que
me envi. Los dolientes que iban a l nunca eran despedidos sin alivio. Conoca
cada corazn y saba cmo ministrar a sus necesidades. De sus labios salan
amantes palabras para consolar, animar y bendecir, y los grandes principios del
reino de los cielos fueron presentados delante de las multitudes en palabras tan
simples que todos podan entenderlas.
Jess era un trabajador silencioso y abnegado. No procuraba fama, riquezas,
ni aplausos; ni tampoco tena en cuenta su comodidad y placer... No rehua los
cuidados y responsabilidades como lo hacen tantos de sus profesos seguidores...
Las demandas de Cristo con respecto a nuestro servicio son nuevas cada
da. No importa cun completa haya sido nuestra consagracin cuando nos
convertimos, no nos valdr de nada a menos que la renovemos diariamente,
pero una consagracin que abarca realmente lo presente es fresca, genuina y
aceptable a Dios. No tenemos semanas y meses para estar a los pies del Seor, el
maana no es nuestro, porque no lo hemos recibido todava, pero hoy podemos
trabajar para Jess. Hoy podemos rendir nuestros planes y propsitos ante l
para su inspeccin y aprobacin... Este es el da de Dios, y usted es su jornalero.* [142]

*
Ao bblico: 2 Crnicas 8-9.
153
Jess nuestro todo, 13 de mayo

Mas por l estis vosotros en Cristo Jess, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabidura, justificacin, santificacin y redencin. 1 Corintios 1:30.

El crecimiento en el conocimiento del carcter de Cristo es lo que santifica


el alma. Discernir y apreciar la maravillosa obra de la expiacin, transforma
al que contempla el plan de salvacin. Contemplando a Cristo, se transforma
a la misma imagen de gloria en gloria, como por el Espritu del Seor. La
contemplacin de Jess llega a ser un proceso ennoblecedor y refinador... La
perfeccin del carcter de Cristo es la inspiracin del cristiano...
Cristo nunca debera estar fuera de la mente. El ngel dijo acerca de l:
Llamars su nombre Jess, porque l salvar a su pueblo de sus pecados.
Mateo 1:21. Jess, precioso Salvador! En l se encuentra todo: seguridad,
ayuda y paz. El es quien despeja todas nuestras dudas; las arras de todas nuestras
esperanzas. Cun precioso es el pensamiento de que ciertamente podemos ser
participantes de la naturaleza divina, por la cual podemos vencer como venci
Cristo! Jess es la plenitud de nuestra expectativa. Es la meloda de nuestros
himnos, la sombra de una gran roca para los cansados. Es agua viviente para el
alma sedienta. Es nuestro refugio en la tormenta. Nuestra justificacin, nuestra
santificacin, nuestra redencin.
El poder de Cristo ha de ser el consuelo, la esperanza, la corona de gozo de
todos los que siguen a Jess en sus conflictos, en sus luchas en la vida. El que
ciertamente sigue al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, puede
exclamar mientras avanza: Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra
fe. 1 Juan 5:4.
Qu clase de fe es la que vence al mundo? Es la que hace de Cristo
vuestro Salvador personal, la fe que, reconociendo vuestra impotencia, vuestra
completa incapacidad de salvaros a vosotros mismos, se aferra del Ayudador
que es poderoso para salvar, como de vuestra nica esperanza. Es fe que no ser
desanimada, que escucha la voz de Cristo que dice: Confiad, yo he vencido
al mundo, y mi fortaleza divina es vuestra... He aqu yo estoy con vosotros
[143] todos los das.*

*
Ao bblico: 2 Crnicas 10-13.
154
La venida del consolador, 14 de mayo

Y yo rogar al Padre, y os dar otro Consolador, para que est con


vosotros para siempre: el Espritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocis, porque
mora con vosotros, y estar en vosotros. Juan 14:16-17.

Cristo estaba por irse a su hogar celestial, pero asegur a sus discpulos
que enviara al Consolador que habitara con ellos para siempre. Todos pueden
confiar implcitamente en la direccin de ese Consolador. Es el Espritu de
verdad; pero el mundo no puede ver ni recibir esa verdad...
Cristo quera que sus discpulos comprendieran que no los dejara hurfanos.
No os dejar hurfanos, declar; vendr a vosotros. Juan 14:18. Preciosa y
gloriosa seguridad de vida eterna! Aunque Cristo iba a estar ausente, la relacin
de ellos con l haba de ser como la de un hijo con su padre...
Las palabras dirigidas a los discpulos nos llegan a travs de las palabras
de ellos. El Consolador es nuestro tanto como de ellos, en todos los tiempos y
en todos los lugares, en todos los dolores y en todas las aflicciones, cuando las
perspectivas parecen oscuras y confuso el futuro, y nos sentimos desvalidos y
solos. Entonces es cuando el Consolador ser enviado en respuesta a la oracin
de fe.
No hay consolador como Cristo, tan tierno y tan leal. Est conmovido por
los sentimientos de nuestras debilidades. Su Espritu habla al corazn. Las cir-
cunstancias pueden separarnos de nuestros amigos; el amplio e inquieto ocano
puede agitarse entre nosotros y ellos. Aunque exista su sincera amistad, quiz
no puedan demostrarla haciendo para nosotros lo que recibiramos con grati-
tud. Pero ninguna circunstancia ni distancia puede separarnos del Consolador
celestial. Doquiera estemos, doquiera vayamos, siempre est all, Alguien que
est en el lugar de Cristo para actuar por l. Siempre est a nuestra diestra para
dirigirnos palabras suaves y amables, para apoyar, sostener, defender y animar.
La influencia del Espritu Santo es la vida de Cristo en el alma. Este Espritu
obra dentro y por medio de cada uno que recibe a Cristo. Aquellos que conocen
la morada interna del Espritu, revelan el fruto del Espritu: amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe.* [144]

*
Ao bblico: 2 Crnicas 14-16.
155
Edificndoos los unos a los otros, 15 de mayo

As que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los
dbiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Romanos 15:1.

Dios no quiere que nos coloquemos en el tribunal y nos juzguemos unos


a otros... Cuando vemos errores en otros, recordemos que tenemos faltas ms
graves, quiz, a la vista de Dios, que la falta que condenamos en nuestro her-
mano. En vez de publicar sus defectos, pedid a Dios que lo bendiga, y ayudadlo
a vencer su error. Cristo aprobar este espritu y proceder, y abrir el camino
para que hablis una palabra de sabidura que fortalecer y ayudar al que es
dbil en la fe.
La tarea de edificacin mutua en la santsima fe es una obra bendita; pero
la tarea de derribar es una obra llena de amargura y dolor. Cristo se identifica
a s mismo con sus hijos dolientes; pues dice: En cuanto lo hicisteis a uno
de estos mis hermanos ms pequeos, a m lo hicisteis. Mateo 25:40... Cada
corazn tiene sus propios dolores y desengaos, y debemos procurar aliviarnos
mutuamente las cargas manifestando el amor de Jess a los que nos rodean.
Si nuestra conversacin fuera sobre el cielo y las cosas celestiales, pronto las
malas conversaciones dejaran de atraernos...
En vez de encontrar faltas en otros, examinmonos a nosotros mismos. La
pregunta de cada uno de nosotros debiera ser: Es recto mi corazn delante
de Dios? Glorificar a mi Padre celestial este proceder? Si habis fomentado
un mal espritu, desterradlo del alma. Vuestro deber es desarraigar del corazn
todo lo que contamine; debiera arrancarse cada raz de amargura, para que otros
no se contaminen con su perniciosa influencia. No permitis que quede en el
terreno del corazn ninguna planta venenosa. Arrancadla esta misma hora, y
plantad en su lugar la planta del amor. Entroncese a Jess en el alma.
Cristo es nuestro ejemplo. El fue haciendo bienes. Vivi para bendecir a
otros. El amor embelleci y ennobleci todas sus acciones, y se nos ordena que
[145] sigamos sus pisadas.*

*
Ao bblico: 2 Crnicas 17-20.
156
Abriendo los misterios de la redencin, 16 de mayo

Entonces les abri el entendimiento, para que comprendiesen las


Escrituras. Lucas 24:45.

El Seor desea que tengamos una experiencia ms profunda y rica en el


conocimiento de nuestro Seor y Salvador Jesucristo. Quiere que aumente
nuestro conocimiento, no en cosas terrenas sino en las celestiales que conducen
a Cristo, nuestra Cabeza viviente. Cun elevado, cun grande ha de ser este
conocimiento? Debe ser de tal naturaleza que nos haga alcanzar la plena estatura
de hombres y mujeres en Cristo Jess. No podemos crecer demasiado, no
podemos juntar demasiado de los preciosos rayos de luz que Dios nos enva...
Sabemos que falsedades se acercan como una rpida corriente, y esa es
precisamente la razn por la que deseamos cada rayo de luz que Dios tiene para
nosotros, para poder permanecer de pie entre los peligros de los ltimos das...
Cmo anhela Cristo abrirnos los misterios de la redencin! Quera hacerlo
por sus discpulos cuando vivi con ellos, pero ellos no haban progresado lo
suficiente espiritualmente para comprender sus palabras. Tuvo que decirles:
An tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podis sobrellevar.
Juan 16:12. Cunto mejor habran podido soportar la terrible prueba por la
que tuvieron que pasar en su juicio y crucifixin, si hubieran progresado y sido
capaces de comprender las instrucciones de Cristo! No permitiremos que Jess
abra nuestro entendimiento?...
Estamos en los bordes del mundo eterno, y debemos dar un testimonio con
el cual todo el cielo debe concordar.
El Seor viene y debemos estar preparados! Cada momento deseo tener
su gracia, deseo el ropaje de la justicia de Cristo. Debemos humillar nuestras
almas delante de Dios como nunca antes, acudir a postrarnos a los pies de la
cruz, y l pondr en nuestras bocas palabras para dar testimonio de l y dar
alabanza a nuestro Dios. El nos ensear un acorde del canto de los ngeles,
aun accin de gracias a nuestro Padre celestial. No podemos hacer nada por
nosotros mismos, pero Dios desea tocar nuestros labios con un carbn vivo del
altar. Quiere santificar nuestra lengua, quiere santificar todo nuestro ser.* [146]

*
Ao bblico: 2 Crnicas 21-23.
157
Verdades que transforman, 17 de mayo

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y ms cortante que toda


espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espritu, las
coyunturas y los tutanos, y discierne los pensamientos y las intenciones
del corazn. Hebreos 4:12.

Las verdades de la Biblia, atesoradas en el corazn y la mente, y obedecidas


en la vida, convencen y convierten el alma, transforman el carcter y consuelan
y elevan el corazn... La Palabra hace humilde al orgulloso, hace manso y
contrito al perverso, al desobediente lo torna obediente. Los hbitos pecaminosos
naturales para el hombre estn entretejidos en la prctica diaria. Pero la Palabra
corta y desecha la concupiscencia, discierne los pensamientos y las intenciones
de la mente. Divide las coyunturas y los tutanos, quitando los deseos de la
carne, haciendo que los hombres estn dispuestos a sufrir por su Seor.
El servicio por Cristo es algo celestial, santo y bendito. Hay que escudriar
diligentemente la Palabra, porque el ministerio de la Palabra revela las imper-
fecciones de nuestro carcter y nos ensea que la santificacin del Espritu es
una obra ideada por el cielo, y presenta en Cristo Jess la verdadera perfeccin
que, si se mantiene, llegar a ser un todo perfecto en beneficio de cada alma.
Si sois cristianos inteligentes, mantendris la vitalidad religiosa y no seris
desanimados por las dificultades... Obraris las obras de Dios en la penum-
bra tanto como en la gloria, en la sombra tanto como a la luz del sol, en la
prueba como en la paz. Debis atesorar la verdad en vuestros corazones como
tambin incorporarla en el ser, para que ninguna tentacin o argumento os
induzca a ceder a los engaos o artimaas de Satans. La verdad es preciosa.
Ha provocado cambios importantes en la vida y el carcter, y ha ejercido una
influencia dominadora sobre las palabras, el comportamiento, los pensamientos
y la experiencia. El alma que estima la verdad vive bajo su influencia y siente
la tremenda realidad de las cosas eternas. No vive para s misma, sino para
Jesucristo que muri por ella. Para ella, Dios vive y conoce perfectamente sus
[147] palabras y acciones.*

*
Ao bblico: 2 Crnicas 24-25.
158
Un refugio seguro, 18 de mayo

Por nada estis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante
de Dios en toda oracin y ruego, con accin de gracias. Filipenses 4:6.

No es la voluntad de Dios que sus hijos estn abrumados por las preocu-
paciones. Pero nuestro Seor no nos engaa. No nos dice: No temis; no
hay peligro en vuestra senda. Sabe que hay pruebas y peligros, y no trata de
ocultarlos. No se propone sacar a su pueblo de un mundo de pecado y maldad,
pero les seala un refugio seguro...
Cmo podemos permanecer en la duda, preguntndonos si Jess nos ama,
pecadores como somos, y llenos de flaquezas? Se entreg por nosotros para
redimirnos de toda iniquidad y purificarnos como pueblo suyo peculiar, celoso
de buenas obras. Vino al mundo en forma de hombre, para familiarizarse con
las aflicciones y las tentaciones que asedian la senda humana, y para saber
cmo ayudar al cansado con su ofrecimiento de descanso y paz. Pero miles
y miles rehsan su ayuda, y nicamente se aferran con ms firmeza de sus
preocupaciones. El va junto a los afligidos y les ofrece suavizar su afliccin y
curar su angustia... A los chasqueados, los incrdulos y los desventurados les
ofrece contentamiento mientras les seala las mansiones que est preparando
para ellos... Jess, nuestro precioso Salvador, debera ocupar el primer lugar
en nuestros pensamientos y afectos, y deberamos depender de l con toda
confianza...
Cada da deberamos enfrentar sus pruebas y tentaciones con el poder de
Jess. Si fallamos un da aumentamos la carga del siguiente y tenemos menos
fuerza. No deberamos anublar el futuro por nuestro descuido en el presente;
pero realizando cuidadosamente los deberes de hoy debemos prepararnos para
hacer frente a las emergencias del maana.
Necesitamos cultivar un espritu de alegra... Siempre miremos el lado
brillante de la vida y seamos esperanzados, llenos de amor y buenas obras,
regocijndonos siempre en el Seor. Y la paz de Dios gobierne en vuestros
corazones... y sed agradecidos. Colosenses 3:15.* [148]

*
Ao bblico: 2 Crnicas 26-28.
159
Una fe progresiva, 19 de mayo

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se


acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Hebreos 11:6.

Ha llegado el tiempo cuando hemos de esperar abundantes bendiciones del


Seor. Debemos ascender a una norma ms elevada en lo que concierne a la fe.
Tenemos demasiado poca fe. La Palabra de Dios es nuestra garanta. Debemos
recibirla creyendo con sencillez cada palabra. Con esta seguridad podemos
pedir cosas grandes, y se nos concedern segn sea nuestra fe...
La obra de la fe significa ms de lo que nos imaginamos. Significa una
confianza genuina en la Palabra de Dios tal como es. Por nuestras acciones
debemos mostrar que creemos que Dios har lo que ha dicho. Las ruedas de la
naturaleza y de la providencia no pueden retroceder ni estarse quietas. Debemos
tener una fe progresiva y eficaz, una fe que obre por amor y purifique el alma
de todo vestigio de egosmo. No debemos depender de nosotros, sino de Dios.
No debemos albergar incredulidad. Debemos tener esa fe que acepta la Palabra
de Dios como veraz...
La verdadera fe consiste en hacer lo que Dios ha ordenado, y no las cosas que
no ha prescripto. Los frutos de la fe son la justicia, la verdad y la misericordia.
Necesitamos andar en la luz de la ley de Dios; las buenas obras sern el fruto
de nuestra fe, las obras de un corazn renovado diariamente. El rbol debe ser
hecho bueno antes de que su fruto pueda ser bueno. Debemos estar enteramente
consagrados a Dios. Nuestra voluntad debe corregirse antes de que su fruto
pueda ser bueno. No debemos tener una religin antojadiza. Hacedlo todo para
la gloria de Dios. 1 Corintios 10:31.
Oh qu campo se abre ante m! Nuestro pueblo necesita la obra profunda
del Espritu de Dios cada da. Debe tener una fe que obra por el amor, una fe
que emana de Dios. No debe existir ni una fibra de egosmo entretejida en la
tela. Cuando nuestra fe obra por amor, un amor tal como el que Cristo revel
en su vida, tendr una textura firme; ser el fruto de una voluntad doblegada.
Pero Cristo no puede habitar en nosotros sino hasta que muere el yo. No es sino
hasta que muera el yo que podremos poseer una fe que obra por amor y purifica
[149] el alma.*

*
Ao bblico: 2 Crnicas 29-31.
160
El poderoso libertador, 20 de mayo

Extend mis manos todo el da a pueblo rebelde, el cual anda por camino
no bueno, en pos de sus pensamientos. Isaas 65:2.

El Seor Dios, mediante Cristo, extiende su mano durante todo el da invi-


tando al necesitado. Recibir a todos. Da a todos la bienvenida. No rechaza a
ninguno. Se glora en perdonar al ms empedernido de los pecadores. Quitar
la presa al valiente y librar a los cautivos; arrebatar el tizn del fuego. Har
descender la cadena dorada de su misericordia a las mayores profundidades de
la desdicha humana y de la culpa, y levantar al alma envilecida, contaminada
por el pecado. Pero el ser humano debe querer aproximarse y colaborar en la
obra de salvar su alma, utilizando las oportunidades que Dios le da. El Seor no
fuerza a ninguno. El inmaculado vestido de bodas de la justicia de Cristo est
preparado para cubrir al pecador; pero si ste lo rehsa, debe perecer.
El registro del pasado puede borrarse con la sangre de Cristo, y la pgina
puede quedar limpia y blanca. Venid luego, dice Jehov, y estemos a cuenta: si
vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve sern emblanquecidos; si
fueren rojos como el carmes, vendrn a ser como blanca lana. Isaas 1:18.
Las palabras pronunciadas por Jess: Tus pecados te son perdonados
(Mateo 9:2), tienen un inmenso valor para nosotros. El dijo: He llevado tus
pecados en mi propio cuerpo en la cruz del Calvario. El ve vuestras aflicciones.
Su mano se posa sobre la cabeza de cada alma contrita, y Jess se convierte en
nuestro Abogado delante del Padre, y nuestro Salvador. El corazn humillado y
contrito recibir una gran bendicin con el perdn...
Podemos repetir a otros su tierna compasin, a otros que vagan en el labe-
rinto del pecado. Debemos revelar tiernamente a otros la gracia de Cristo que
nos ha sido manifestada. El alma se llenar de una gran ternura y compasin por
seres humanos que todava estn bajo el control de Satans. Cristo se multipli-
car en cada hombre y mujer que cree en l, porque habrn de vivir nuevamente
la vida de Cristo al bendecir, iluminar y brindar esperanza, paz y gozo a otros
corazones.* [150]

*
Ao bblico: 2 Crnicas 32-33.
161
Como librarse de la culpa, 21 de mayo

Qu Dios como t, que perdona la maldad, y olvida el pecado del


remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se
deleita en misericordia. Miqueas 7:18.

Me alegro porque nuestros sentimientos no son evidencia de que no somos


hijos de Dios. El enemigo os tentar para que pensis que habis hecho cosas
que os han separado de Dios, y que l ya no os ama ms, pero nuestro Seor
todava nos ama...
Apartad la vista de vosotros y mirad la perfeccin de Cristo. No podemos
fabricar una justicia por nosotros mismos. Cristo tiene en su mano los puros
mantos de justicia, y los pondr sobre nosotros. Hablar dulces palabras de
perdn y promesa. Presenta a nuestra alma sedienta fuentes de agua viva para
refrescarnos. Nos pide que acudamos a l con todas nuestras cargas, todas
nuestras aflicciones, y nos dice que hallaremos reposo...
Jess ve la culpa del pasado, y perdona, y no debemos deshonrarlo dudando
de su amor. Este sentimiento de culpa debe colocarse a los pies de la cruz
en el Calvario. El sentimiento de pecaminosidad ha envenenado las fuentes
de la vida y de la verdadera felicidad. Ahora Jess dice: Echadlo todo sobre
m. Yo tomar vuestros pecados; os dar paz. No sigis despreciando vuestro
respeto propio, porque os he comprado con el precio de mi propia sangre. Me
pertenecis. Fortalecer vuestra dbil voluntad, y quitar vuestro remordimiento
por el pecado. Entonces, volved hacia l vuestro corazn agradecido, temblando
por la incertidumbre, y apoderaos de la esperanza que se os da. Dios acepta
vuestro corazn quebrantado y contrito, y os concede perdn gratuito. El ofrece
adoptaros en su familia, con su gracia para ayudar vuestra debilidad, y el querido
Salvador os conducir paso a paso, al colocar vuestra mano en la suya y permitir
que l os gue.
Buscad las preciosas promesas de Dios. Si Satans interpone amenazas
ante vuestra mente, volveos de ellas y aferraos de las promesas, y permitid que
vuestra alma sea aliviada por su brillo. La nube es oscura en s misma, pero
cuando se llena con la luz, se transforma con el brillo del oro, porque la gloria
[151] de Dios est sobre ella.*

*
Ao bblico: 2 Crnicas 34-36.
162
El nico camino seguro, 22 de mayo

Entonces tus odos oirn a tus espaldas palabra que diga: Este es el
camino, andad por l; y no echis a la mano derecha, ni tampoco torzis a
la mano izquierda. Isaas 30:21.

S que los seres humanos sufren mucho porque salen de la senda que Dios
ha elegido para ellos. Caminan a la luz de las chispas del fuego que ellos mismos
han encendido, y el resultado inevitable es la afliccin, la intranquilidad y el
pesar, males que habran podido evitar, si hubieran sometido su voluntad a la
de Dios, y le hubieran permitido dirigir sus pasos. Dios considera necesario
contradecir nuestra voluntad y proceder, y poner bajo sujecin nuestra voluntad
humana.
Cualquiera que sea la senda que Dios ha escogido para nosotros, cualquiera
que sea el camino que ordena para nuestros pies, se es el nico camino de
seguridad. Diariamente debemos manifestar el espritu de sumisin infantil,
y orar para que nuestros ojos sean ungidos con el colirio celestial, a fin de
que podamos discernir las indicaciones de la voluntad divina, para que no
se confundan nuestras ideas a causa de la omnipotencia de nuestra propia
voluntad. Con los ojos de la fe, con una sumisin infantil como hijos obedientes,
debemos mirar a Dios, seguir su direccin, y as desaparecern las dificultades.
La promesa es: Te har entender, y te ensear el camino en que debes andar;
sobre ti fijar mis ojos. Salmos 32:8...
Si acudimos a Dios con una disposicin humilde y deseos de aprender, sin
llevar preparados nuestros planes antes de pedirle consejo, y dispuestos segn
nuestra propia voluntad, sino con sumisin, dispuestos a ser enseados, con
fe, ser nuestro privilegio reclamar las promesas cada hora del da. Debemos
desconfiar de nosotros mismos y vigilar nuestras propias fuertes tendencias e
inclinaciones, para no actuar segn nuestras propias ideas y planes y pensar que
estamos haciendo la voluntad del Seor...
Nuestro Padre celestial es nuestro Gobernador, y debemos someternos a su
disciplina. Somos miembros de su familia. El tiene derecho a nuestro servicio, y
si uno de los miembros de su familia persistiera en seguir sus propios caminos,
persistiera en hacer justamente aquello que desea hacer, ese espritu producira
un estado de cosas desordenado y confuso. No debemos estudiar para lograr
nuestro propio camino, sino el camino de Dios y la voluntad de Dios.* [152]

*
Ao bblico: Esdras 1-3.
163
La marcha hacia la victoria, 23 de mayo

Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de
nuestro Seor Jesucristo. 1 Corintios 15:57.

La vida cristiana es una vida de lucha, de conflicto constante. Es una batalla


y una marcha. Pero cada acto de obediencia a Cristo, cada acto de abnegacin
por amor a l, cada prueba bien soportada, cada victoria obtenida sobre la
tentacin, es un paso ms en la marcha hacia la gloria de la victoria final.
Si tomamos a Cristo como nuestro Gua, nos conducir a salvo a lo largo
del camino estrecho. El camino puede ser spero y espinoso; la pendiente puede
ser abrupta y peligrosa; puede haber trampas a la derecha y a la izquierda;
podemos tener que soportar penalidades en nuestro viaje; cuando estemos
cansados, cuando anhelemos descanso, quiz tengamos que seguir adelante;
cuando desmayemos, quiz tengamos que seguir luchando; cuando estemos
desanimados, quiz se nos pida que confiemos; pero con Cristo como nuestro
Gua, no perderemos la senda que lleva a la vida inmortal, no dejaremos de
alcanzar finalmente el cielo deseado.
Cristo mismo recorri el spero camino antes que nosotros, y suaviz el
camino para nuestros pies. El camino estrecho de la santidad, el camino desti-
nado para los redimidos del Seor, est iluminado por Aquel que es la Luz del
mundo. Al seguir en sus pasos, su luz brillar sobre nosotros; y al reflejar la luz
tomada de la gloria de Cristo, el camino se tornar ms y ms brillante hasta
alcanzar la luz del medioda.
Al principio podr parecernos agradable practicar el orgullo y la ambicin
mundana; pero su resultado es dolor y tristeza. Los planes egostas pueden
ofrecer promesas halagadoras y dar una esperanza de placer; pero descubriremos
que nuestra felicidad est envenenada y nuestra vida amargada por esperanzas
centralizadas en el yo. Estaremos a salvo siguiendo a Cristo, porque l no dejar
que los poderes de las tinieblas daen un solo cabello nuestro. El guardar
aquello que se le encomienda, y seremos ms que vencedores por medio de
[153] Aquel que nos am.*

*
Ao bblico: Esdras 4-6.
164
Venid vosotros aparte, 24 de mayo

Aguarda a Jehov; esfurzate, y alintese tu corazn; s, espera a Jehov.


Salmos 27:14.

Ninguna vida fue tan llena de trabajo y responsabilidad como la de Jess,


y, sin embargo, cun a menudo se le encontraba en oracin. Cun constante
era su comunin con Dios... Como uno de nosotros, participante de nuestras
necesidades y debilidades, dependa enteramente de Dios, y en el lugar secreto
de oracin, buscaba fuerza divina, a fin de salir fortalecido para hacer frente
a los deberes y las pruebas. En un mundo de pecado, Jess soport luchas y
torturas del alma. En la comunin con Dios, poda descargarse de los pesares
que lo abrumaban. All encontraba consuelo y gozo.
En Cristo, el clamor de la humanidad llegaba al Padre de compasin infinita.
Como hombre, suplicaba al trono de Dios, hasta que su humanidad se cargaba
de una corriente celestial que conectaba a la humanidad con la divinidad. Por
medio de la comunin continua, reciba vida de Dios a fin de impartirla al
mundo. Su experiencia ha de ser la nuestra.
Venid vosotros aparte (Marcos 6:31), nos invita. Si tan slo escuchsemos
su palabra, seramos ms fuertes y ms tiles... Si hoy tomsemos tiempo para ir
a Jess y contarle nuestras necesidades, no quedaramos chasqueados; l estara
a nuestra diestra para ayudarnos...
En todos los que reciben la preparacin divina, debe revelarse una vida
que no est en armona con el mundo, sus costumbres o prcticas; y cada uno
necesita tener experiencia personal en cuanto a obtener el conocimiento de la
voluntad de Dios. Debemos orle individualmente hablarnos al corazn. Cuando
todas las dems voces quedan acalladas, y en la quietud esperamos delante de
l, el silencio del alma hace ms distinta la voz de Dios. Nos invita: Estad
quietos, y conoced que yo soy Dios. Salmos 46:10. Solamente all puede
encontrarse verdadero descanso. Y esta es la preparacin efectiva para todos
los que laboran para Dios. En medio del apresurado tropel y la tensin de las
intensas actividades de la vida, el alma que es as refrescada ser rodeada de una
atmsfera de luz y paz. La vida exhalar fragancia y revelar un poder divino
que alcanzar el corazn de los hombres.* [154]

*
Ao bblico: Esdras 7-10.
165
La preciosidad de la oracin secreta, 25 de mayo

Esperad en l en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de l vuestro


corazn. Salmos 62:8.

Un profundo sentido de nuestra necesidad y un gran deseo de recibir las co-


sas que pedimos deben caracterizar nuestras oraciones, de lo contrario no sern
odas. Pero no debemos cansarnos y dejar de pedir porque nuestras oraciones
no reciban una respuesta inmediata. El reino de los cielos sufre violencia, y los
violentos lo arrebatan. Mateo 11:12. Aqu se entiende por violencia un santo
fervor, como el que manifest Jacob. No necesitamos procurar ponernos en un
estado de intensa excitacin, sino que debemos presentar nuestras peticiones
calmada pero persistentemente delante del trono de la gracia. Nuestra obra
consiste en humillar nuestra alma delante de Dios, en confesar nuestros pecados
y en acercarnos con fe a Dios... El propsito de Dios es manifestarse a s mismo
en su providencia y en su gracia. El objeto de nuestras oraciones debe ser la
gloria de Dios y no la glorificacin de nosotros mismos.
Dios nos ha honrado mostrndonos cunto nos valora. Fuimos comprados
por la sangre preciosa del Hijo de Dios. Cuando su heredad siga conscientemente
la palabra del Seor, su bendicin descansar sobre ella como respuesta a
sus oraciones. Por eso pues, ahora, dice Jehov, convertos a m con todo
vuestro corazn, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazn, y no
vuestros vestidos, y convertos a Jehov vuestro Dios; porque misericordioso
es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del
castigo. Joel 2:12-13.
El alma, mediante la oracin secreta, debe abrirse a la inspeccin del ojo de
Dios... Cun preciosa es la oracin secreta por medio de la que el alma entra en
comunin con Dios. La oracin secreta debe ser escuchada nicamente por el
odo de Dios. Ningn odo curioso debe recibir la carga de peticiones. Calmada,
pero fervientemente, el alma deber dirigirse a Dios, y dulce y permanente ser
la influencia que emana de Aquel que ve en secreto, cuyo odo est abierto a
la oracin que brota del corazn. El que en fe sencilla mantiene comunin con
Dios, allegar para s divinos rayos de luz para fortalecerlo y sostenerlo en el
[155] conflicto con Satans.*

*
Ao bblico: Nehemas 1-4.
166
El motivo de la obediencia, 26 de mayo

Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus


mandamientos no son gravosos. 1 Juan 5:3.

Es la observancia de los mandamientos de Dios lo que lo honra y glorifica


en sus elegidos. Por lo tanto, cada alma a quien Dios le ha dado la facultad
de razonar est bajo la obligacin de escudriar la Palabra para averiguar todo
lo que l nos ha ordenado como posesin adquirida. Deberamos procurar
comprender todo lo que la Palabra requiere de nosotros en el sentido de la
obediencia y la observancia de sus preceptos. No podemos manifestar ms
honor a nuestro Dios, a quien pertenecemos por creacin y redencin, que
dando evidencia ante los seres celestiales, los mundos no cados y los hombres
cados, de que atendemos diligentemente todos sus mandamientos, que son los
principios que gobiernan su reino.
Necesitamos estudiar asiduamente para conocer los preceptos de Dios. C-
mo podemos ser sbditos obedientes si dejamos de comprender los principios
que gobiernan el reino de Dios? Abrid, entonces, vuestras Biblias, y buscad todo
aquello que os ilumine respecto a los preceptos de Dios; y cuando discernis un
as dice Jehov, no pidis la opinin de los hombres, sino que, cualquiera que
sea el costo para vosotros, obedeced gozosamente. Entonces descansar sobre
vosotros la bendicin de Dios y lo glorificaris...
Preguntad a menudo en oracin: Seor, qu quieres que haga? Estoy
desatendiendo en alguna forma los preceptos divinos? Estoy colocando de
alguna manera mi influencia del lado del enemigo? Estoy descuidando los
mandamientos de Dios? Estoy dispuesto a tomar el yugo con Cristo, a levantar
la carga y a colaborar con l? Estoy inventando posibles excusas por desobede-
cerle? Estoy arriesgndome al desobedecer los preceptos de Jehov claramente
revelados, porque no estoy dispuesto a salir del mundo y ser distinto? Tendr
el temor a los hombres una mayor influencia sobre m que el temor a Dios?
Rendos vosotros mismos a Dios, diciendo: He aqu, Seor, me entrego a m
mismo; esto es todo lo que puedo hacer. No ser encontrado en desobediencia a
vuestra ley, porque esto me colocara en las filas del enemigo.* [156]

*
Ao bblico: Nehemas 5-8.
167
Llenos de toda plenitud, 27 de mayo

Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para


que seis llenos de toda la plenitud de Dios. Efesios 3:19.

Muchos piensan que es imposible escapar del poder del pecado, pero se nos
ha prometido que seremos llenos de toda la plenitud de Dios. Apuntamos dema-
siado bajo. La meta est mucho ms alta. Nuestra mente necesita expandirse
para poder comprender el significado de la provisin de Dios. Debemos reflejar
los atributos ms elevados del carcter de Dios. Deberamos estar agradecidos
porque no se nos ha dejado abandonados a nosotros mismos. La ley de Dios es
la norma exaltada que debemos alcanzar... No debemos andar segn nuestras
propias ideas,... sino debemos seguir en los pasos de Cristo.
La obra de vencer est en nuestras manos, pero no debemos vencer en nues-
tro propio nombre o fortaleza, porque no podemos guardar los mandamientos
por nuestras propias fuerzas. El Espritu de Dios debe ayudar nuestras flaquezas.
Cristo es nuestro sacrificio y garanta. Se hizo pecado por nosotros, para que
nosotros furamos hechos justicia de Dios en l. Mediante la fe en su nombre,
l nos imputa la justicia y sta se convierte en un principio viviente en nuestra
vida... Cristo nos imputa su carcter sin pecado, y nos presenta delante del Padre
en su propia pureza.
No podemos proveernos por nuestra cuenta el ropaje de la justicia, porque el
profeta dice: Todas nuestras justicias [son] como trapo de inmundicia. Isaas
64:6. No hay nada en nosotros con qu cubrir el alma para que no se vea su
desnudez. Debemos recibir el ropaje de justicia tejido en el telar del cielo, el
ropaje puro de la justicia de Cristo. Debemos decir: El muri por m. El llev la
desgracia de mi alma para que yo venza en su nombre y sea exaltado hasta su
trono.
Los hijos de Dios tienen el privilegio de estar llenos de toda la plenitud
de Dios. A Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho ms
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, segn el poder que acta en
nosotros, a l sea gloria en la iglesia en Cristo Jess por todas las edades, por
[157] los siglos de los siglos. Amn. Efesios 3:20-21.*

*
Ao bblico: Nehemas 9-11.
168
Ejemplo de los fieles, 28 de mayo

Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvacin a todos los


hombres, ensendonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos
mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Tito
2:11-12.

Si queremos heredar la vida eterna, tenemos que realizar una gran obra.
Debemos negar la impiedad y las concupiscencias mundanas, y vivir una vida
de justicia... No hay salvacin para nosotros fuera de Jess, porque mediante
la fe en l recibimos poder para ser hijos e hijas de Dios; pero no se trata de
una fe pasajera, sino que es una fe que hace las obras de Cristo... La fe viva
se manifiesta mostrando un espritu de sacrificio y devocin hacia la causa
de Dios. Los que la poseen estn bajo el estandarte del Prncipe Emanuel,
y luchan exitosamente contra los poderes de las tinieblas. Estn listos para
cumplir cualquier orden dada por su Capitn. Cada uno es exhortado para que
sea ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espritu, fe y pureza
(1 Timoteo 4:12); porque debemos vivir sobria, justa y piadosamente en este
mundo malo, exponiendo el carcter de Cristo y manifestando su espritu...
Los que estn relacionados con Jess estn en unin con el Hacedor y
Sustentador de todas las cosas. Tienen un poder que el mundo no puede darles
ni quitarles. Pero mientras se les dan grandes y sealados privilegios, no deben
nicamente gozarse en esas bendiciones. Como mayordomos de las mltiples
gracias de Dios, deben convertirse en bendiciones para otros. Se les ha dado
una gran verdad, porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se
le demandar. Lucas 12:48. Grandes responsabilidades descansan sobre todos
los que han recibido el mensaje para este tiempo. Deben ejercer una influencia
que atraer a otros a la luz de la Palabra de Dios... Somos guardas de nuestro
hermano...
Si somos creyentes verdaderos en Jess, reuniremos rayos de gloria y arro-
jaremos luz en el camino tenebroso de los que nos rodean. Revelaremos el
bondadoso carcter de nuestro Redentor, y muchos sern atrados por nuestra
influencia a contemplar el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Juan 1:29.* [158]

*
Ao bblico: Nehemas 12-13.
169
Trabajando con nuestros talentos, 29 de mayo

Pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y
otro de otro. 1 Corintios 7:7.

Dios les da ms que dinero a sus mayordomos. Vuestro talento de impartir


es un don. Qu comunicis de los dones de Dios mediante vuestras palabras
y tierna simpata?... El conocimiento de la verdad es un talento. Hay muchas
almas en tinieblas que podran recibir luz con ayuda de vuestras palabras fieles
y verdaderas. Hay corazones que anhelan simpata y que perecen alejados de
Dios. Vuestra simpata puede ayudarlos. El Seor necesita vuestras palabras,
dictadas por el Espritu Santo...
La primera tarea de todos los cristianos consiste en escudriar las Escrituras
con ferviente oracin, para que tengan esa fe que obra por amor y purifica el
alma de cualquier rasgo de egosmo. Si se recibe la verdad en el corazn, obra
como buena levadura hasta que toda facultad queda sometida a la voluntad de
Dios. Entonces no podris dejar de brillar, como tampoco lo puede el sol...
Todos los dones naturales deben ser santificados como dotes preciosas.
Deben consagrarse a Dios para que sirvan al Maestro. Todas las ventajas sociales
son talentos. No deben dedicarse a la complacencia propia, a la diversin o a la
complacencia personal... El don del ejemplo correcto es una gran cosa. Pero
muchos rodean su alma con una atmsfera pestilencial...
Los dones del habla, del conocimiento, de la simpata y el amor, comunican
un conocimiento de Cristo. Todos estos talentos deben convertirse a Dios. El
Seor los necesita; los pide. Todos deben desempear una parte en la preparacin
de su propia alma y las almas de otros para que dediquen sus talentos a Dios.
Cada alma, cada don, deben ponerse al servicio de Dios. Todos deben colaborar
con Dios en la obra de salvar a las almas. Los talentos que poseis os los ha
dado Dios para haceros colaboradores eficientes con Cristo. Hay corazones que
anhelan simpata y que perecen porque les falta la ayuda que vosotros habis
[159] recibido de Dios para darles.*

*
Ao bblico: Ester 1-4.
170
Exaltando al hombre del Calvario, 30 de mayo

Y como Moiss levant la serpiente en el desierto, as es necesario que el


Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en l cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:14-15.

Os sealo la cruz del Calvario. Os ruego considerar el sacrificio infinito


realizado por vosotros, para que mediante la fe en Cristo no perezcis sino
que tengis vida eterna... Os sealo a Jess. Estis seguros al confiarle los
pensamientos ms ntimos de vuestra mente. El Seor os ha adquirido a un
precio infinito. Podis encomendar a Jess el cuidado de vuestra alma. Podis
confiar en l como vuestro Consejero... Acercaos constantemente a Dios. El os
ayudar.
Estad seguros de que recibs vuestra luz de la Fuente de toda Luz. El es la
gran Luz central del universo celestial y la gran Luz del mundo. El iluminar a
cada hombre que viene al mundo. No alcancis una norma inferior y comn.
Cultivad la dulzura de Cristo. Aseguraos las realizaciones ms elevadas, y
obtened de Cristo vuestra inspiracin. El es vuestro Amigo. Siempre podris
depender de l y hallarlo fiel y verdadero. Cuando necesitis su simpata en
vuestra mayor perplejidad, heridos y magullados, l no os pasar de largo.
Podis acudir a l con la sencillez de los nios. Podis acudir a l con gozo y
alegra. Ante cualquier cosa que halague vuestras esperanzas, ante todo xito
que logris en vuestros esfuerzos en el Seor, contemplad a Jess y depositad
todo honor a sus pies. Todo depende de que procedis con humildad ntima.
Escribid el nombre de Cristo en vuestro estandarte y nunca lo deshonris.
Todo el cielo nos ha sido dado en Cristo Jess, y el Seor os ama a pesar
de que lo habis deshonrado... Honrad a Jess rindindole los mejores y ms
santos servicios del corazn. El dio su vida por vosotros. Quin hizo esto? El
Hijo unignito de Dios, el que era uno con el Padre antes de que el mundo fuese.
Levantad vuestro estandarte; levantadlo bien alto. Nunca permitis que se
arrastre en el polvo. Exaltad a Jess. Levantadlo, al Hombre del Calvario, ms
alto y aun ms alto.* [160]

*
Ao bblico: Ester 5-7.
171
Veremos su rostro, 31 de mayo

Y vern su rostro, y su nombre estar en sus frentes. Apocalipsis 22:4.

Ahora no podemos ver la gloria de Dios. Lo veremos cara a cara nicamente


si ahora lo recibimos. Dios quiere que mantengamos los ojos fijos en l, para
que perdamos de vista las cosas de este mundo. No tenemos que perder tiempo
en lograr la preparacin que nos permitir ver el rostro de Dios. Debemos ser
como Cristo aqu, y conocerlo como un Salvador actual y personal...
Slo contemplando a Jess, el Cordero de Dios, y siguiendo en sus pasos,
podis prepararos para encontraros con Dios. Seguidlo, y un da andaris por
las calles ureas de la ciudad de Dios, y veris al que se despoj de su ropaje
real y de su corona regia, y, vestido con la humanidad, vino a nuestro mundo
y llev nuestros pecados, para elevarnos y revelarnos su gloria y majestad. Lo
veremos cara a cara si ahora nos dejamos modelar por l y preparar para ocupar
un lugar en el reino de Dios.
Los que consagran sus vidas al servicio de Dios vivirn con l durante los
siglos interminables de la eternidad. Dios mismo estar con ellos como su
Dios. Apocalipsis 21:3.
Entregaron a Dios su mente en este mundo; le sirvieron con su corazn e
intelecto, y ahora l puede colocar su nombre en sus frentes. No habr all ms
noche;... porque Dios el Seor los iluminar; y reinarn por los siglos de los
siglos. Apocalipsis 22:5. No van a rogar por un lugar en el cielo, porque Cristo
les dice: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros
desde la fundacin del mundo. Mateo 25:34. Los toma como a sus hijos y
les dice: Entrad en el gozo de vuestro Seor. En la frente de los vencedores se
coloca la corona de inmortalidad. Las toman y las arrojan a los pies de Jess, y
pulsando sus ureas arpas, llenan el cielo con hermosos cantos de alabanza al
[161] Cordero. Entonces vern su rostro, y su nombre estar en sus frentes.*

*
Ao bblico: Ester 8-10.
172
Junio
Aprendiendo de Dios mediante sus obras, 1 de junio

Bueno es Jehov para con todos, y sus misericordias sobre todas sus
obras. Te alaben, oh Jehov, todas tus obras, y tus santos te bendigan.
Salmos 145:9-10.

Nos gusta contemplar el carcter y el amor de Dios en sus obras creadas.


Qu evidencias ha dado a los hijos de los hombres tanto de su poder como de
su amor paternal! Ha adornado los cielos y ha hecho grande y bella la tierra.
Oh Jehov, Seor nuestro, cun glorioso es tu nombre en toda la tierra!...
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que t formaste,
digo: Qu es el hombre, para que tengas de l memoria, y el hijo del hombre,
para que lo visites? Te alaben, oh Jehov, todas tus obras, y tus santos te
bendigan. Salmos 8:1, 3-4; 145:10.
Si nuestro mundo hubiese sido formado con una superficie perfectamente
nivelada, la monotona habra fatigado la vista y cansado los sentidos. Dios
ha adornado nuestro mundo con grandes montaas, colinas, valles y cadenas
de montaas. Las desnudas montaas de spero granito, tambin las montaas
adornadas con vegetacin frondosa y siempre verde, y los valles con su serena
hermosura hacen del mundo un espejo de la belleza. Por doquiera se manifiestan
la bondad, la sabidura y el poder de Dios. En montaas, rocas, colinas y valles
veo la accin del poder divino. Nunca me siento solitaria mientras contemplo el
gran escenario de la naturaleza. Viajando por planicies y montaas he tenido
sentimientos de la ms profunda reverencia y temor reverente al contemplar el
precipicio que sobresalta y las alturas de las montaas revestidas de nieve.
Las montaas, colinas y valles debieran ser para nosotros como escuelas
en las cuales estudiar el carcter de Dios en sus obras creadas. Las obras de
Dios que podemos ver en las escenas siempre variadas: en montaas, colinas
y valles, en rboles, arbustos y flores, en cada hoja y cada brizna de hierba,
debieran ensearnos una leccin de la habilidad y del amor de Dios, y de su
poder infinito.
Los que estudian la naturaleza no pueden sentirse solitarios. Aman las horas
tranquilas de meditacin pues sienten que son colocados en ntima comunin
[162] con Dios mientras descubren su poder en sus obras creadas.*

*
Ao bblico: Job 1-2.
174
No para condenar sino para salvar, 2 de junio

Porque no envi Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino


para que el mundo sea salvo por l. Juan 3:17.

Hay almas que estn trmulas en sus dudas. Preguntan: Cmo puedo saber
que Dios se ha reconciliado conmigo? Cmo puedo estar seguro de que me ama
y perdona? No depende de vosotros, queridos jvenes, el que os justifiquis
con Dios. Jess os invita a ir a l con todas vuestras cargas y perplejidades...
Dice: Venid a m, aprended de m, creed en m. Aceptad la promesa y la
provisin que ha hecho Dios... Apartad vuestra vista del yo y contemplad a
Jess, porque el carcter del Padre es revelado en Cristo. La sangre de Cristo,
en su permanente eficacia, es nuestra nica eficacia; pues slo mediante sus
mritos tenemos perdn y paz.
El carcter de Dios, tal como se revela en Cristo, invita nuestra fe y amor;
pues tenemos un Padre cuya misericordia y compasin no fallan. En cada paso
de nuestra jornada hacia el cielo estar con nosotros para guiarnos en cada
perplejidad, para ayudarnos en cada tentacin.
Vuestra razn e imaginacin deberan ser enternecidas por el poder de Cristo,
para que reciban la impresin del molde de la belleza y la verdad. Hay grandes
y preciosas verdades que demandan vuestra contemplacin, a fin de que podis
tener un fundamento firme para vuestra fe teniendo un correcto conocimiento
de Dios. Ojala supiera el superficial y vano buscador de la verdad que el mundo
por su sabidura, no importa cunta hubiera adquirido, no conoci a Dios.
Es propio procurar aprender todo lo posible de la naturaleza, pero no dejis
de llevar la vista de la naturaleza a Cristo para la representacin completa del
carcter del Dios viviente. Mediante la contemplacin de Cristo, por medio de
la conformidad con la semejanza divina, se expandirn vuestros conceptos del
carcter divino y se elevarn, refinarn y ennoblecern vuestra mente y vuestro
corazn. Que los jvenes apunten bien alto, sin confiar en la sabidura humana,
pero viviendo cada da como si vieran al Ser invisible y llevando a cabo su
obra como si estuviesen en presencia de las inteligencias celestiales... El que
depende constantemente de Dios con fe sencilla y confianza acompaada de
oracin, estar rodeado por los ngeles del cielo. Aquel que vive por la fe en
Cristo, ser fortalecido y sostenido, capacitado para pelear la buena batalla de
la fe, y aferrarse de la vida eterna.* [163]

*
Ao bblico: Job 3-5.
175
La eleccin celestial, 3 de junio

Por lo cual, hermanos, tanto ms procurad hacer firme vuestra vocacin


y eleccin; porque haciendo estas cosas, no caeris jams. 2 Pedro 1:10.

Esta es la nica eleccin de la cual habla la Biblia. Cados en el pecado,


podemos participar de la naturaleza divina y alcanzar un conocimiento muy
superior a cualquier conocimiento cientfico. Participando de la carne y la sangre
de nuestro Seor crucificado, ganaremos vida eterna. Leemos en el captulo
sexto de Juan: El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna... El
espritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os
he hablado son espritu y son vida. Juan 6:54-63.
Nadie necesita perder la vida eterna. Todo el que elige diariamente aprender
del Maestro celestial asegurar su vocacin y eleccin. Humillemos nuestro
corazn delante de Dios y continuemos conociendo a Aquel cuyo conocimiento
correcto es vida eterna.
Procurad hacer firme vuestra vocacin y eleccin; porque haciendo estas
cosas, no caeris jams. Porque de esta manera os ser otorgada amplia y
generosa entrada en el reino eterno de nuestro Seor y Salvador Jesucristo. 2
Pedro 1:10-11.
Aqu est vuestro certificado de seguro de vida. Esta no es una pliza de
seguro cuyo valor algn otro puede recibir despus de su muerte; es una pliza
que le asegura a usted una vida que se mide con la vida de Dios: vida eterna.
Qu seguridad! Qu esperanza! Revelemos siempre al mundo que estamos
buscando una patria mejor, celestial. El cielo ha sido hecho para nosotros, y
queremos una parte en l. No podemos permitir que nada nos separe de Dios
y del cielo. En esta vida debemos ser participantes de la naturaleza divina.
Hermanos y hermanas, tenis slo una vida que vivir. Que sea una vida de
virtud, y est oculta con Cristo en Dios.
En unidad, hemos de ayudarnos mutuamente a ganar la perfeccin de ca-
rcter. Con este propsito, hemos de cesar en toda crtica. Adelante y siempre
adelante podemos avanzar hacia la perfeccin, hasta que al fin nos sea suminis-
[164] trada una entrada abundante al reino celestial.*

*
Ao bblico: Job 6-7.
176
Nuestro fundamento seguro, 4 de junio

Porque nadie puede poner otro fundamento que el que est puesto, el
cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata,
piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se har
manifiesta; porque el da la declarar, pues por el fuego ser revelada; y
la obra de cada uno cul sea, el fuego la probar. 1 Corintios 3:11-13.

As como el fuego revela la diferencia entre el oro, la plata y las piedras


preciosas, y la madera, el heno y la hojarasca, el da del juicio probar los
caracteres, mostrando la diferencia entre los caracteres formados a semejanza
de Cristo y los caracteres formados a semejanza del corazn egosta. Todo rasgo
egosta y toda falsa religiosidad aparecern tal cual son. El material sin valor
ser consumido; pero el oro de la fe verdadera, sencilla y humilde nunca perder
su valor...
Cada persona puede ser exactamente lo que haya escogido. El carcter no se
obtiene recibiendo determinada educacin. No se obtiene amasando riqueza o
ganando honores mundanos. No se obtiene haciendo que otros peleen la batalla
de la vida por nosotros. Debe buscrselo, debe trabajarse en procura de l, hay
que pelear por l; y requiere un propsito, una voluntad, una determinacin.
Formar un carcter que Dios pueda aprobar requerir un esfuerzo perseverante.
Exigir una resistencia continua a los poderes de la tinieblas... el tener nuestros
nombres conservados en el libro de la vida. No vale mucho ms la pena tener
nuestros nombres registrados en ese libro, inmortalizados entre los ngeles
celestiales, que orlos celebrar en alabanza a travs de toda la tierra?
En el tiempo de gracia que se nos concede aqu, cada uno de nosotros est
construyendo un edificio que deber pasar por la inspeccin del Juez de toda la
tierra. Esta obra es la edificacin de nuestros caracteres. Cada acto de nuestra
vida es una piedra en ese edificio, cada una de nuestras facultades es un obrero,
cada golpe que se da lo es para el bien o para el mal. Las palabras de inspiracin
nos advierten que seamos cuidadosos cmo construimos, para ver que nuestro
fundamento es seguro. Si construimos sobre la roca slida, obras puras, nobles
y derechas, la estructura se levantar hermosa y simtrica, un templo adecuado
para la morada interna del Espritu Santo.* [165]

*
Ao bblico: Job 8-10.
177
La gente ms feliz, 5 de junio

Me mostrars la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo;


delicias a tu diestra para siempre. Salmos 16:11.

No pensis que cuando caminis con Cristo debis andar en la sombra.


Las personas ms felices del mundo son las que confan en Jess y ejecutan
alegremente sus rdenes. De las vidas de los que lo siguen estn ausentes el
desasosiego y el malestar... Pueden encontrarse con pruebas y dificultades, pero
sus vidas estn llenas de gozo; porque Cristo camina a su lado y su presencia
alumbra el sendero.
Cuando os levantis de maana, hacedlo con alabanzas a Dios en vuestros
labios, y cuando vais a vuestro trabajo, id con una oracin a Dios pidiendo
ayuda...
Esperad una hoja del rbol de la vida. Esto os aliviar y os refrigerar y
llenar vuestro corazn de paz y gozo. Poned vuestros pensamientos en el
Salvador. Apartaos del tumulto del mundo y sentaos bajo la sombra de Cristo.
Luego, entre el estrpito del trajn y el conflicto diarios, vuestra fuerza ser
renovada. Es positivamente necesario que a veces nos sentemos y pensemos
en cmo el Salvador descendi del cielo, del trono de Dios, para mostrar a los
seres humanos qu pueden llegar a ser si unen su debilidad con la fuerza divina.
Habiendo obtenido el renuevo de la fuerza mediante la comunin con Dios,
podremos seguir gozosos nuestro camino, alabndolo por el privilegio que nos
da de llevar la luz del amor de Cristo a las vidas de los que nos rodean. Aquellos
con quienes nos relacionamos sern beneficiados al entrar en la esfera de nuestra
influencia...
Los seres celestiales estn esperando para colaborar con los instrumentos
humanos, para mostrar al mundo lo que los seres humanos pueden llegar a ser
mediante la unin con lo divino. Los que consagren el cuerpo, el alma y el
espritu al servicio de Dios recibirn constantemente una nueva provisin de
poder fsico, mental y espiritual. Las provisiones inagotables del cielo estn a
su disposicin. Cristo les da la vida de su vida. El Espritu Santo dispone sus
energas ms elevadas para obrar en la mente y corazn. Por medio de la gracia
que nos ha sido dada, podemos obtener victorias que, debido a nuestros defectos
de carcter y la pequeez de nuestra fe, pueden habernos parecido imposibles.
A todo aquel que se ofrece al Seor para servirle, sin reservarse nada, se le
[166] da poder para que logre resultados incalculables.*

*
Ao bblico: Job 11-14.
178
Pidmosle a Dios, 6 de junio

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabidura, pdala a Dios, el cual da a


todos abundantemente y sin reproche, y le ser dada. Santiago 1:5.

Es el privilegio de cada creyente hablar primero con Dios en su intimidad,


y luego, como vocero de Dios, hablar con otros. Para tener algo que impartir,
debemos recibir diariamente luz y bendiciones. Hombres y mujeres que tienen
comunin con Dios, que tienen a Cristo morando en ellos, que estn circundados
de santa influencia porque colaboran con santos ngeles, son los que se necesitan
en este tiempo. La causa necesita a los que tienen poder de trabajar con Cristo,
poder de expresar el amor de Dios en palabras de nimo y simpata.
Cuando el creyente se inclina en splica ante Dios, y en humildad y contri-
cin ofrece su peticin con labios no fingidos, pierde todo pensamiento egosta.
Su mente se llena del pensamiento de qu debe poseer para poder formar un
carcter semejante a Cristo. El ora: Seor, si debo ser un canal a travs del cual
tu amor debe fluir da tras da y hora tras hora, reclamo por la fe la gracia y el
poder que t has prometido. Se aferra firmemente de la promesa: Si alguno
de vosotros tiene falta de sabidura, pdala a Dios..., y le ser dada.
Cunto se agrada el Maestro con esta dependencia! Cmo se deleita en or
la splica ferviente e incesante!... Con gracia maravillosa y ennoblecedora el
Seor santifica al humilde que ruega, dndole poder para cumplir con las ms
pesadas responsabilidades. Todo lo que se emprende se hace para el Seor, y
esto eleva y santifica la peticin ms insignificante. Reviste de nueva dignidad
cada palabra, cada acto, y une al ms humilde obrero, al ms pobre de los siervos
de Dios... con el mayor de los ngeles de las cortes celestiales...
Los hijos y las hijas de Dios tienen que hacer una gran obra en el mundo.
Deben aceptar la Palabra de Dios como su consejera y han de impartirla a
otros. Deben hacer brillar la luz... En su conversacin y en su comportamiento
mostrarn que gozan de una conversin diaria a los principios de la verdad.
Tales creyentes sern un espectculo al mundo, a los ngeles y a los hombres, y
Dios ser glorificado en ellos.* [167]

*
Ao bblico: Job 15-17.
179
Nada es demasiado pequeo, 7 de junio

Bueno es Jehov a los que en l esperan, al alma que le busca.


Lamentaciones 3:25.

Hay pocos que realmente aprecian y aprovechan el precioso privilegio de la


oracin. Deberamos ir a Jess y contarle todas nuestras necesidades. Podemos
llevarle nuestras cargas y problemas, pequeos y grandes. Todo lo que pueda
causarnos dificultades, deberamos llevarlo al Seor en oracin.
Perdemos muchas preciosas bendiciones al dejar de llevar nuestras necesida-
des, problemas y pesares a nuestro Salvador. El es el admirable Consejero. Vela
sobre su iglesia con intenso inters, y con un corazn lleno de tierna simpata.
Entra en la profundidad de nuestras necesidades. Pero nuestros caminos no son
siempre sus caminos. El ve el resultado de cada accin y nos pide que confiemos
con paciencia en su sabidura, no en los supuestamente sabios planes de nuestra
propia hechura.
No cesis de orar. Si la respuesta se tarda, esperadla. Poned todos vuestros
planes a los pies del Redentor. Asciendan vuestras oraciones importunas a Dios.
Si es para la gloria de su nombre, oiris las confortantes palabras: Sea hecho
conforme a tu palabra.
No podemos cansar a Cristo con fervientes splicas. No dependemos de
Dios tanto como debiramos. Dejemos sin pronunciar toda palabra de queja.
Hablemos de fe y de nimo mientras esperamos a Dios... Tened temor de la
duda para que no llegue a ser un hbito que destruya la fe. El proceder del
Padre celestial puede parecernos oscuro, misterioso e inexplicable, sin embargo
debemos confiar en l.
Oh, cun precioso es Jess para el alma que confa en l! Pero muchos
caminan en tinieblas porque entierran su fe en la sombra de Satans... Nunca, ni
por un instante debemos permitir que Satans piense que su poder para afligir y
mortificar es mayor que el poder de Cristo para sostener y fortalecer...
Toda oracin sincera que se eleva es mezclada con la eficacia de la sangre
de Cristo. Si la respuesta tarda es porque Dios desea que mostremos una santa
osada en reclamar la palabra que l empe. Fiel es el que prometi. Nunca
[168] abandonar al alma que se entrega plenamente a l.*

*
Ao bblico: Job 18-19.
180
Nuestro intercesor personal, 8 de junio

Quin es el que condenar? Cristo es el que muri; ms aun, el que


tambin resucit, el que adems est a la diestra de Dios, el que tambin
intercede por nosotros. Romanos 8:34.

El Seor Jess es su intercesor personal... Repita una y otra vez, muchas


veces, durante el da: Jess muri por m. Me vio en peligro, expuesto a
la destruccin, y derram su vida por salvarme. El no contempla sin sentir
compasin al alma postrada a sus pies como un temeroso suplicante, y no dejar
de alzarme. El lleg a ser el Abogado del hombre. Ha levantado a los que creen
en l y ha puesto un tesoro de bendiciones a su disposicin. Los hombres no
pueden conceder una sola bendicin a sus semejantes, no pueden quitar una sola
mancha de pecado. Lo nico que en verdad vale son los mritos y la justicia
de Cristo, pero esto nos es acreditado con rica plenitud. Podemos acercarnos a
Dios en cualquier momento. Al hacerlo l contesta: Heme aqu.
Cristo mismo se proclama nuestro Intercesor. El quisiera hacernos saber que
se comprometi bondadosamente a ser nuestro Sustituto. El pone sus mritos en
el incensario de oro para ofrecerlos con las oraciones de sus santos, de manera
que stas se mezclen con los fragantes mritos de Cristo y asciendan al Padre
en la nube de incienso.
El Padre oye cada oracin de sus hijos contritos. La voz de splica de la
tierra se une con la voz de nuestro Intercesor que implora en el cielo, cuya voz el
Padre siempre oye. Asciendan, pues, continuamente a Dios nuestras oraciones.
No suban ellas en el nombre de algn ser humano, sino en el nombre de Aquel
que es nuestro Sustituto y Garanta. Cristo nos ha dado su nombre para que lo
usemos. El dice: Pedid en mi nombre...
Jess lo recibe y le da la bienvenida como su amigo personal. El lo ama
y ha prometido abrir para usted todos los tesoros de su gracia para que sean
suyos. Le dice: En aquel da pediris en mi nombre..., pues... habis credo
que yo sal de Dios. Juan 16:26-27. Virtualmente est diciendo: Haced uso de
mi nombre, y esto ser vuestro pasaporte al corazn de mi Padre, y a todas las
riquezas de su gracia.* [169]

*
Ao bblico: Job 20-21.
181
ngeles en el hogar, 9 de junio

Pues a sus ngeles mandar acerca de ti, que te guarden en todos tus
caminos. En las manos te llevarn, para que tu pie no tropiece en piedra.
Salmos 91:11-12.

Los ngeles de Dios estn velando sobre nosotros. En esta tierra hay miles y
decenas de miles de mensajeros celestiales enviados por el Padre para impedir
que Satans obtenga alguna ventaja sobre aquellos que se niegan a caminar en
el sendero del mal. Y estos ngeles que guardan a los hijos de Dios en la tierra
estn en comunicacin con el Padre en el cielo. Mirad que no menospreciis a
uno de estos pequeosdijo Cristo; porque os digo que sus ngeles en los
cielos ven siempre el rostro de mi Padre que est en los cielos. Mateo 18:10.
Difcilmente nos damos cuenta de que hay ngeles a nuestro alrededor;
y esos preciosos ngeles, que ministran a aquellos que sern herederos de
salvacin, nos estn salvando de muchsimas tentaciones y dificultades. Toda la
familia del cielo est interesada en las familias de la tierra; y cun agradecidos
deberamos ser por este inters manifestado hacia nosotros da y noche.
Las palabras impacientes y poco bondadosas que pronunciamos en nuestros
hogares son odas por los ngeles; queris encontrar en los libros del cielo
el registro de las palabras impacientes y apasionadas que habis expresado en
vuestra familia? La impaciencia trae al enemigo de Dios y del hombre a vuestra
familia y echa a los ngeles de Dios. Si estis viviendo en Cristo, y Cristo en
vosotros, no podis hablar palabras airadas. Padres y madres, os suplico por el
amor de Cristo que seis bondadosos, tiernos y pacientes en vuestros hogares.
Entonces entrar la luz y la claridad del sol en vuestras casas y sentiris que
los rayos brillantes del Sol de justicia estn realmente brillando en vuestros
corazones.
La ausencia de las gracias del Espritu de Dios deja al hogar lleno de
tinieblas e infelicidad. Vuestro hogar debera ser un santuario bendito donde
Dios pueda acudir y donde sus ngeles santos puedan ministraros. Si manifestis
impaciencia y aspereza el uno hacia el otro, los ngeles no podrn ser atrados
hacia vuestro hogar; pero donde moran el amor y la paz, estos seres celestiales
[170] se deleitan en venir y traer aun ms de la santa influencia del hogar de arriba.*

*
Ao bblico: Job 22-24.
182
El acto de fe, 10 de junio

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la conviccin de lo que no se


ve. Hebreos 11:1.

La fe no es la base de nuestra salvacin, pero es la gran bendicin: el ojo


que ve, el odo que oye, los pies que corren, la mano que aferra. Es el medio, no
el fin. Si Cristo dio su vida para salvar a los pecadores, por qu no habr yo de
recibir esa bendicin? Mi fe la aferra, y as mi fe es la certeza de las cosas que
se esperan, la conviccin de lo que no se ve. As confiando y creyendo, tengo
paz para con Dios por el Seor Jesucristo.
La fe, la fe salvadora... es el acto del alma por el cual el ser entero es
entregado a la custodia y la direccin de Jesucristo. El mora en Cristo y Cristo
mora en el alma por la fe suprema. El creyente confa su alma y su cuerpo a
Dios, y puede decir con certeza: Cristo puede guardar lo que yo le he confiado
para aquel da. Todos los que hagan esto sern salvados para vida eterna. Habr
una seguridad de que el alma est lavada en la sangre de Cristo y vestida de su
justicia, y es preciosa a la vista de Jess.
Recuerde que el ejercicio de la fe es el nico medio de preservarla. Si usted
se queda sentado siempre en una misma posicin, sin moverse, sus msculos
perdern su fuerza y sus miembros la capacidad de moverse. Lo mismo ocurre
en cuanto a su experiencia religiosa. Debe tener fe en las promesas de Dios...
La fe se perfeccionar en el ejercicio y en la actividad.
Es de la mayor importancia el que rodeemos al alma con la atmsfera de
la fe. Cada da estamos decidiendo nuestro destino eterno en armona con
la atmsfera que rodea al alma. Somos individualmente responsables por la
influencia que ejercemos, y nuestras palabras y acciones producirn resultados
que no vemos.
Si Dios estaba dispuesto a salvar a Sodoma por amor a diez justos que
vivieran en ella, cul no sera la influencia benfica que podra ejercerse como
resultado de la fidelidad del pueblo de Dios, si cada uno que profesa el nombre
de Cristo estuviera igualmente vestido con su justicia?* [171]

*
Ao bblico: Job 25-28.
183
Una fe que obra, 11 de junio

Y ser hallado en l, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino


la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe. Filipenses
3:9.

Una cosa es leer y ensear la Biblia, y otra cosa es tener mediante la prctica,
injertados sus principios de vida y de santidad en el alma... Por gracia sois
salvos por medio de la fe. Efesios 2:8. La mente debera educarse para que
ejerza la fe y no para que abrigue la duda, la suspicacia y los celos. Estamos
demasiado inclinados a considerar los obstculos como imposibles de superarse.
El tener fe en las promesas de Dios, el avanzar por fe sin dejarse dominar por las
circunstancias es una leccin dura de aprender, y sin embargo es una necesidad
impostergable para cada hijo de Dios el aprender esta leccin. Debe cultivarse
siempre la gracia de Dios mediante Cristo porque nos es dada como la nica
manera de acercarnos a Dios...
La fe mencionada en la Palabra de Dios exige una vida en la cual la fe en
Cristo sea un principio activo y viviente. Es la voluntad de Dios que la fe en
Cristo se perfeccione por las obras. El une la salvacin y la vida eterna de los
que creen con estas obras, y mediante stas provee para que la luz de la verdad
vaya a toda nacin y pueblo. Este es el fruto de la operacin del Espritu de
Dios.
Mostramos nuestra fe en Dios obedeciendo sus rdenes. La fe siempre se
expresa en palabras y acciones. Produce resultados prcticos, porque es un
elemento vital de la existencia. La vida que est modelada por la fe desarrolla
un propsito de avanzar, de ir adelante siguiendo las pisadas de Cristo.
Hemos sido tomados como piedras speras de la cantera del mundo por
medio de la cuchilla de la verdad y colocados en el taller de Dios. Aquel que
tiene una fe genuina en Cristo como su Salvador personal, encontrar que la
verdad logra una obra definida para l. Su fe es una fe que obra... No podemos
crear nuestra fe, pero podemos colaborar con Cristo en la tarea de promover el
crecimiento y el triunfo de la fe.
La fe que obra por el amor y purifica el alma produce frutos de humildad,
[172] paciencia, tolerancia, longanimidad, paz, gozo y obediencia voluntaria.*

*
Ao bblico: Job 29-31.
184
Nuestro ejemplo en la obediencia, 12 de junio

Pues para esto fuisteis llamados; porque tambin Cristo padeci por
nosotros, dejndonos ejemplo, para que sigis sus pisadas; el cual no hizo
pecado, ni se hall engao en su boca. 1 Pedro 2:21-22.

Ante nosotros est la maravillosa posibilidad de ser obedientes como Cristo


a todos los principios de la ley de Dios. Pero somos extremadamente incapaces
de alcanzar por nosotros mismos esa condicin. Todo lo que es bueno en el
hombre le llega mediante Cristo. La santidad que la Palabra de Dios dice que
debemos tener antes de poder ser salvados es el resultado de la obra de la gracia
divina cuando nos sometemos a la disciplina y a la influencia moderadora del
Espritu de verdad.
La obediencia del hombre puede ser hecha perfecta slo por el incienso
de la justicia de Cristo que llena de fragancia divina cada acto de verdadera
obediencia. La parte del cristiano consiste en perseverar en la tarea de vencer
toda falta. Debe orar constantemente al Salvador para que sane las dolencias de
su alma enferma. No tiene la sabidura y la fuerza sin las cuales no puede vencer.
Estas pertenecen al Seor quien las concede a aquellos que con humildad y
contricin lo buscan pidiendo ayuda.
La obra de transformacin que lleva de la profanidad a la santidad es una
obra continua. Da tras da Dios labora por la santificacin del hombre, y el
hombre ha de colaborar con l haciendo esfuerzos perseverantes en el cultivo
de hbitos correctos.
Dios har ms que cumplir las ms elevadas expectativas de los que confan
en l. Desea que recordemos que si somos humildes y contritos estaremos donde
l puede y quiere manifestarse a nosotros. Se complace cuando le presenta-
mos sus mercedes y bendiciones del pasado como una razn por la cual debe
concedernos bendiciones mayores y ms abundantes. Es honrado cuando lo
amamos y damos testimonio de la sinceridad de nuestro amor guardando sus
mandamientos... No hay nada tan grande y poderoso como el amor de Dios por
los que son sus hijos.* [173]

*
Ao bblico: Job 32-34.
185
La cultura ms elevada, 13 de junio

Bienaventurado el hombre que halla la sabidura, y que obtiene la


inteligencia. Proverbios 3:13.

El temor del Seor es el principio de la sabidura, y el hombre que accede a


ser modelado y plasmado a la semejanza divina, es el ejemplar ms noble de la
obra de Dios...
El conocimiento experimental de la verdadera piedad, en la consagracin y
el servicio diarios a Dios, asegura la cultura ms elevada de la mente, el alma y
el cuerpo... La recepcin del poder divino honrar nuestros sinceros esfuerzos en
busca de sabidura para el uso concienzudo de nuestras facultades ms elevadas
para honra de Dios y bendicin de nuestros semejantes. Como estas facultades
son derivadas de Dios y no autocreadas, deberan ser apreciadas como talentos
de Dios para ser empleados en su servicio.
Las facultades mentales que el cielo nos da deben ser tratadas como los
poderes ms elevados para gobernar el reino del cuerpo. Los apetitos y las
pasiones naturales deben ser puestos bajo el control de la conciencia y los
afectos espirituales...
La religin de Jesucristo nunca degrada a quien la recibe, nunca lo hace
rudo o torpe, descorts o presumido, apasionado o duro de corazn. Al contra-
rio, refina el gusto, santifica el juicio, purifica y ennoblece los pensamientos
llevndolos en cautividad a Jesucristo.
El ideal de Dios para sus hijos excede el ms elevado pensamiento humano.
El Dios viviente ha dado en su santa ley un trasunto de su carcter. El mayor
Maestro que el mundo haya conocido alguna vez es Jesucristo. Y cul es
la norma que ha dado para que la alcancen todos los que creen en l? Sed,
pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que est en los cielos es perfecto.
Mateo 5:48. As como Dios es perfecto en su elevada esfera de accin, el hombre
puede ser perfecto en su esfera humana. El ideal del carcter cristiano es la
semejanza con Cristo. Ante nosotros se abre una senda de progreso continuo.
Tenemos un objeto que alcanzar, una norma que lograr la cual incluye todo lo
que es bueno, puro, noble y elevado. Debe haber una lucha continua y progreso
[174] constante hacia adelante y hacia arriba, hacia la perfeccin de carcter.*

*
Ao bblico: Job 35-37.
186
Cristo en todos nuestros pensamientos, 14 de junio

Examname, oh Dios, y conoce mi corazn; prubame y conoce mis


pensamientos; y ve si hay en m camino de perversidad, y guame en el
camino eterno. Salmos 139:23-24.

Pocos se dan cuenta que es un deber ejercer control sobre los pensamientos
y la imaginacin. Es difcil mantener la mente no disciplinada fija en temas
provechosos. Pero si los pensamientos no son empleados en forma apropiada,
la religin no puede florecer en el alma. La mente debe estar ocupada en cosas
sagradas y eternas, o acariciar pensamientos triviales y superficiales. Deben
disciplinarse las facultades tanto intelectuales como morales, porque as se
fortalecern y mejorarn por el ejercicio.
Para comprender correctamente este asunto debemos recordar que nuestros
corazones son depravados por naturaleza y que somos incapaces por nosotros
mismos de seguir un camino correcto. Solamente podremos ganar la victoria
por la gracia de Dios combinada con nuestro mayor esfuerzo. El intelecto, tanto
como el corazn, debe consagrarse al servicio de Dios. El tiene derecho sobre
todo lo que hay de nosotros.
Pocos creen que la humanidad est tan hundida o que sea tan plenamente
mala, tan desesperadamente opuesta a Dios como lo es... Cuando la mente no
est bajo la influencia directa del Espritu de Dios, Satans puede moldearla
a su voluntad. Depravar todas las facultades racionales que pueda controlar.
El se opone completamente a Dios en sus gustos, puntos de vista, preferencias,
aversiones, eleccin de las cosas y propsitos; no hay gusto por las cosas que
Dios ama o aprueba, sino un deleite en aquellas cosas que l desprecia...
Si Cristo mora en el corazn, estar en todos nuestros pensamientos. Nues-
tros pensamientos ms profundos sern de l, de su amor, su pureza. El llenar
todas las cmaras de nuestra mente. Nuestros afectos se centrarn en Jess.
Todas nuestras esperanzas y expectativas estarn relacionadas con l. El gozo
ms elevado del alma consistir en vivir la vida presente con fe en el Hijo de
Dios, aguardando y amando su advenimiento. El ser la corona de nuestro gozo.
Nuestros corazones reposarn en su amor.
Aquellos que han entrenado la mente para deleitarse en ejercicios espiri-
tuales son los que pueden ser trasladados sin ser anonadados por la pureza y la
gloria trascendente del cielo.* [175]

*
Ao bblico: Job 38-42.
187
El oro del carcter cristiano, 15 de junio

De ms estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y la buena


fama ms que la plata y el oro. Proverbios 22:1.

Los hombres pueden aspirar al renombre. Pueden desear poseer un nombre


grande. Para algunos la suma de su ambicin consiste en la posesin de casas,
terrenos y abundancia de dinero, las cosas que los harn grandes a la vista del
mundo. Desean colocarse en un lugar desde el cual puedan mirar hacia abajo
con un aire de superioridad a los que son pobres. Todo esto es construir sobre
la arena, y su casa caer de improviso. La superioridad en la escala social no
constituye la verdadera grandeza. Lo que no aumenta el valor del alma no tiene
verdadero valor en s mismo. Lo nico que vale la pena alcanzar es la grandeza
de alma a la vista del cielo. Quiz nunca conozcis la verdadera y elevada
naturaleza de vuestro trabajo. Slo podis medir el valor de vuestro propio ser
por el de la Vida que fue dada para salvar a todos los que quieran recibirla.
Todo hombre tendr una estimacin de su propio valor cuando llegue a ser
colaborador de Cristo, cuando haga la obra que Cristo hizo, llenando el mundo
de la justicia de Cristo, cumpliendo un cometido del Altsimo... El cometido
dado a los discpulos se da a todos los que estn relacionados con Cristo. Deben
hacer cualquier sacrificio por el gozo de ver salvadas a las almas que estn
pereciendo sin Cristo...
El honor ms elevado que pueda conferirse a seres humanos, ya sean jvenes
o ancianos, ricos o pobres, es permitirles levantar a los oprimidos y consolar a
los dbiles. El mundo est lleno de dolientes. Id y predicad el Evangelio a los
pobres; sanad a los enfermos. Esta es la obra que debe hacerse en relacin con
el mensaje evanglico... Los colaboradores de Dios deben llenar el espacio que
ocupan en el mundo con el amor de Jess... El amor de Cristo en el corazn
se expresa en las acciones. Si el amor por Cristo est empaado, el amor por
aquellos por quienes Cristo muri se degenerar...
Las riquezas verdaderas son la fe y el amor genuinos. Estas completan el
carcter en Cristo. Si hubiese ms fe, una fe sencilla y confiada en Jess, habra
[176] amor, amor puro, el cual es el oro del carcter cristiano.*

*
Ao bblico: Salmos 1-9.
188
Palabras bondadosas y amables, 16 de junio

Jehov el Seor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al


cansado; despertar maana tras maana, despertar mi odo para que
oiga como los sabios. Isaas 50:4.

Cada cristiano debera ser lo que Cristo fue en su vida en esta tierra. El es
nuestro ejemplo, no solamente en su pureza inmaculada, sino en su paciencia,
cortesa y disposicin amigable. Era firme como una roca en lo que ataa a
la verdad y al deber, pero era invariablemente bondadoso y corts... Su vida
fue una perfecta ilustracin de la verdadera cortesa. Tena siempre una mirada
amable y una palabra de consuelo para los necesitados y los oprimidos.
Su presencia llevaba una atmsfera ms pura al hogar y su vida era como
levadura que obraba entre los elementos de la sociedad. Inocente y sin conta-
minacin caminaba entre los indiferentes, los rudos, los descorteses; entre los
injustos publicanos, los impos samaritanos, los soldados paganos, los rudos
campesinos y la multitud heterognea.
Hablaba una palabra de simpata aqu, una palabra all, al ver a los hombres
cansados y obligados a llevar pesadas cargas. Comparta sus cargas y les repeta
las lecciones que haba aprendido de la naturaleza, del amor, de la misericordia
y de la bondad de Dios. Trataba de inspirar esperanza en los ms rudos y poco
promisorios, poniendo ante ellos la seguridad de que podan llegar a ser sin
tacha y sin culpa, alcanzando un carcter que los hara aparecer como hijos de
Dios...
Jess se sent como husped honrado en la mesa de los publicanos, mostran-
do por su simpata y benevolencia que reconoca la dignidad de la humanidad,
y los hombres anhelaban llegar a ser dignos de su confianza. Sus palabras caan
sobre sus almas sedientas con poder bendito y vivificante. Se despertaban nue-
vos impulsos y se abra la posibilidad de una vida nueva ante esos parias de la
sociedad...
La religin de Jess ablanda todo lo que haya de duro y spero en el
temperamento, y suaviza las asperezas y las agudezas de los modales. Esta
es la religin que hace las palabras amables y el comportamiento atractivo...
Un cristiano bondadoso y corts es el argumento ms poderoso en favor del
Evangelio.* [177]

*
Ao bblico: Salmos 10-17.
189
La prueba del apetito, 17 de junio

Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que


habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. 1
Corintios 9:27.

Despus de su bautismo, el Hijo de Dios fue al desierto funesto donde


sera tentado por el diablo. Por cerca de seis semanas soport las agonas del
hambre... Conoci el poder del apetito sobre el hombre, y en beneficio del
hombre pecaminoso soport la prueba ms dura posible en este punto. All se
gan una victoria que pocos pueden apreciar. El poder dominador del apetito
depravado y el ignominioso pecado de complacerlo slo pueden entenderse por
la longitud del ayuno que nuestro Salvador soport para quebrantar su poder...
La intemperancia est en la base de todos los males morales conocidos
del hombre. Cristo comenz la obra de redencin en el mismo lugar donde
haba comenzado la ruina. La cada de nuestros primeros padres se debi a la
complacencia del apetito. En la redencin, la negacin del apetito fue la primera
obra de Cristo.
El Hijo de Dios vio que el hombre no poda por s mismo vencer esta
poderosa tentacin... Vino a la tierra para unir su poder divino con nuestros
esfuerzos humanos, para que mediante la fuerza y el poder moral que l imparte
podamos vencer por nosotros mismos. Oh! qu incomparable humillacin
para el Rey de gloria venir a este mundo para soportar los dolores del hambre
y las fieras tentaciones de un artero enemigo para poder ganar una victoria
infinita para el hombre. Aqu est el amor sin paralelo. Sin embargo, esta gran
humillacin es apenas oscuramente comprendida por aquellos para quienes fue
hecha...
No fueron slo los corrosivos dolores del hambre lo que hicieron los su-
frimientos de nuestro Redentor tan indeciblemente severos. Fue el sentido de
culpa que haba resultado de la indulgencia del apetito, que haba trado un mal
tan terrible al mundo, lo que haca una presin tan pesada sobre su alma divina...
Con la naturaleza del hombre y con la terrible carga de los pecados pesando
sobre l, nuestro Redentor hizo frente al poder de Satans en esta gran tentacin
inicial que pone en peligro las almas de los hombres. Si el hombre poda vencer
[178] esta tentacin, poda triunfar en cualquier otro punto.*

*
Ao bblico: Salmos 18-22.
190
Manteniendo vivo el amor, 18 de junio

Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Seor.


Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seis speros con ellas.
Colosenses 3:18-19.

Cuntos sinsabores y qu marea de ayes e infelicidad se evitara si los hom-


bres, y tambin las mujeres, siguieran cultivando la consideracin, la atencin
y las bondadosas palabras de aprecio y las pequeas cortesas que mantuvo
encendido el amor y que ellos consideraban necesarias para conquistar a los
compaeros de su eleccin. Si el marido y la mujer siguieran cultivando esas
atenciones que alimentan el amor, seran felices en la compaa mutua y tendran
una influencia santificadora sobre sus familiares. Tendran en ellos mismos un
pequeo mundo de felicidad y no desearan salir de ese mundo a buscar nuevas
atracciones y nuevos objetos de amor...
Muchas mujeres anhelan palabras de amor y ternura y las atenciones y las
cortesas comunes que les deben sus maridos, quienes las han elegido como
compaeras de la vida... Son estas pequeas atenciones y cortesas lo que hacen
la suma de la felicidad de la vida...
Si conservramos la ternura del corazn en nuestras familias, si hubiera una
noble y generosa deferencia hacia los gustos y las opiniones mutuas, si la esposa
buscara oportunidades de expresar su amor en actos de cortesa hacia su esposo,
si ste manifestara la misma consideracin y bondadosos miramientos hacia la
esposa, los hijos participaran del mismo espritu. La influencia penetrara el
hogar, y qu marea de miseria se evitara en las familias!...
Cada pareja que une sus intereses de la vida debera tratar de hacer la vida
del otro tan feliz como sea posible. Lo que apreciamos tratamos de conservarlo
y de hacerlo ms valioso, si podemos. En el contrato matrimonial los hombres
y las mujeres han realizado un convenio, una inversin para toda la vida, y
por lo tanto deberan hacer todo lo posible por controlar sus expresiones de
impaciencia y de mal humor, con ms cuidado an del que ponan antes de su
casamiento, porque ahora su destino est unido durante toda la vida como esposo
y esposa, y cada uno es valorado en proporcin exacta a la cantidad de esfuerzo
esmerado que dedica a retener y mantener fresco el amor tan ansiosamente
buscado y atesorado antes del matrimonio.* [179]

*
Ao bblico: Salmos 23-30.
191
La voz del deber, 19 de junio

Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo segn tus fuerzas.
Eclesiasts 9:10.

La voz del deber es la voz de Dios: un gua innato dado por el cielo. Ya
sea placentero o no, debemos realizar la tarea que se ha puesto directamente
en nuestro camino. Si el Seor deseara que llevramos un mensaje a Nnive,
no le agradara que furamos a Jope o a Capernam. Dios tiene razones para
enviarnos al lugar hacia el cual nuestros pies son dirigidos...
Las zorras pequeas son las que echan a perder las vias; las pequeas
negligencias, las pequeas deficiencias, las pequeas faltas de honradez, las
pequeas desviaciones de los principios, [son] las que enceguecen el alma y la
separan de Dios.
Las pequeas cosas de la vida son las que desarrollan el espritu y determinan
el carcter. Aquellos que descuidan las cosas pequeas no estn preparados
para sobrellevar duras pruebas cuando stas les sobrevengan. Recordad que la
edificacin del carcter no finaliza mientras no termina la vida. Cada da se
coloca un buen o un mal ladrillo en su estructura. Lo mismo podis edificar
en mala forma, o con exactitud y correccin levantar un hermoso templo para
Dios. Por lo tanto, al buscar hacer grandes cosas, no desperdiciis las pequeas
oportunidades que os llegan cada da. Aquel que desprecia las cosas pequeas,
y no obstante se ilusiona de que est listo para hacer cosas maravillosas para
el Maestro, est en peligro de perderlo todo. La vida no est hecha de grandes
sacrificios o de maravillosas proezas, sino de cosas pequeas.
Todo lo que le venga a la mano para realizar, hgalo con [todas] sus fuerzas.
Realice su tarea gozosamente con cantos de alabanzas. Si tiene un registro
limpio en los libros del cielo, nunca se enfadar ni irritar. Haga que su oracin
diaria sea: Seor, aydame a hacer lo mejor que pueda. Ensame cmo
realizar mejor mi trabajo. Dame energa y gozo. Aydame a participar [con
otros] en el servicio del amante ministerio del Salvador.
Considere cada deber, por humilde que sea, como sagrado porque es parte
del ministerio divino... Lleve a Cristo en todo lo que haga. Entonces sus vidas se
llenarn de brillo y gratitud. Harn lo mejor posible, marchando hacia adelante
[180] alegremente en el servicio del Seor, sus corazones llenos con su gozo.*

*
Ao bblico: Salmos 31-35.
192
El vivir para otros, 20 de junio

El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar
su vida en rescate por muchos. Mateo 20:28.

No debemos vivir para nosotros mismos. Cristo vino a este mundo para vivir
por otros: no para ser servido sino para servir. Si os esforzis para vivir como l
vivi, estaris diciendo al mundo: Contemplad al Hombre del Calvario. Por
precepto y por ejemplo estaris conduciendo a otros en el camino de la rectitud.
El pecado ms difundido que nos separa de Dios y provoca tantos trastornos
espirituales contagiosos, es el egosmo. No se puede volver al Seor excepto
mediante la abnegacin. Por nosotros mismos no podemos hacer nada; pero si
Dios nos fortalece, podemos vivir para hacer bien a otros, y de esta manera rehuir
el mal del egosmo. No necesitamos ir a tierras paganas para manifestar nuestros
deseos de consagrarlo todo a Dios en una vida til y abnegada. Debemos hacer
esto en el crculo del hogar, en la iglesia, entre aquellos con quienes tratamos y
con aquellos con quienes hacemos negocios. En las mismas vocaciones comunes
de la vida es donde se ha de negar el yo y mantenerlo en sujecin.
Pablo poda decir: Cada da muero. 1 Corintios 15:31. Es esa muerte diaria
del yo en las pequeas transacciones de la vida lo que nos hace vencedores.
Debemos olvidar el yo por el deseo de hacer el bien a otros. Con muchos hay
una decidida carencia de amor por otros. En vez de cumplir su deber fielmente,
buscan ms bien su propio placer.
Dios impone positivamente a todos sus seguidores el deber de beneficiar a
otros con su influencia y recursos... Al obrar por los dems, se experimentar
una dulce satisfaccin, una paz ntima que ser suficiente recompensa... Esto les
proporcionar algo ms que una recompensa terrenal; porque todo cumplimiento
fiel y abnegado del deber es notado por los ngeles, y resplandece en el registro
de la vida. En el cielo nadie pensar en s mismo, ni buscar su propio placer;
pero todos, a causa de un amor puro y genuino, buscarn la felicidad de los
seres celestiales a su alrededor.
Si deseamos disfrutar de la sociedad celestial en la tierra renovada, debemos
ser gobernados aqu por los principios celestiales.* [181]

*
Ao bblico: Salmos 36-39.
193
Ninguno est libre de la tentacin, 21 de junio

Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la
salvacin que est preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
En lo cual vosotros os alegris, aunque ahora por un poco de tiempo, si es
necesario, tengis que ser afligidos en diversas pruebas. 1 Pedro 1:5-6.

No pensemos que la vida cristiana est exenta de la tentacin. Las tentacio-


nes vendrn sobre cada cristiano. El cristiano y el que no acepta a Cristo como
su gua tendrn pruebas. La diferencia est en que el ltimo est sirviendo a
un tirano, haciendo sus viles tareas, mientras que el cristiano est sirviendo a
Aquel que muri para darle vida eterna. No consideremos la prueba como algo
extrao, sino como el medio por el cual somos purificados y fortalecidos. Te-
ned por sumo gozo cuando os hallis en diversas pruebas, Santiago amonesta,
sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Santiago 1:2-3.
En la vida futura comprenderemos las cosas que aqu nos dejaron gran-
demente perplejos. Nos daremos cuenta qu poderoso ayudador tuvimos y
cmo los ngeles de Dios fueron comisionados para guardarnos a medida que
seguamos el consejo de la Palabra de Dios.
A todos aquellos que lo reciben, Cristo les dar poder para llegar a ser hijos
de Dios. El es una ayuda presente en todo tiempo de necesidad. Avergoncmo-
nos de nuestra fe vacilante. Aquellos que son vencidos slo pueden culparse a
s mismos por su fracaso al resistir al enemigo. Todos los que deseen pueden
venir a Cristo y encontrar la ayuda que necesitan.
Est entre vosotros el poderoso Consejero de los siglos, invitndoos a colocar
vuestra confianza en l. Nos alejaremos de l hacia los indecisos seres humanos
que estn tan enteramente necesitados de Dios como nosotros?... No hemos
sido culpables de esperar tan poco que ni hemos pedido lo que Dios est
anhelando dar?
De las misericordias de Jehov har memoria, de las alabanzas de Jehov,
conforme a todo lo que Jehov nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios
hacia la casa de Israel... Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no
mienten; y fue su Salvador. En toda angustia de ellos l fue angustiado, y el
[182] ngel de su faz los salv... Isaas 63:7-9.*

*
Ao bblico: Salmos 40-45.
194
Fortaleza para hoy, 22 de junio

Y meter en el fuego a la tercera parte, y los fundir como se funde la


plata, y los probar como se prueba el oro. El invocar mi nombre, y yo le
oir, y dir: Pueblo mo; y l dir: Jehov es mi Dios. Zacaras 13:9.

Por la prueba el Seor examina la fortaleza de sus hijos. Est fuerte el


corazn para soportar? Est la conciencia libre de ofensa? Tolera el Espritu
el testimonio de nuestro espritu de que nosotros somos los hijos de Dios? Esto
averigua el Seor probndonos. En el horno de la afliccin nos purifica de toda
escoria. Nos enva pruebas, no para causar dolor innecesario, sino para llevarnos
a contemplarle, para fortalecer nuestra paciencia, para ensearnos que si no nos
rebelamos, sino ponemos nuestra confianza en l, veremos su salvacin...
El amor de Cristo por sus hijos es tan fuerte como tierno. Es un amor ms
fuerte que la muerte, pues l muri por nosotros. Es un amor ms verdadero
que el de una madre por sus hijos. El amor de la madre puede cambiar, pero el
amor de Cristo es inmutable. Por lo cual estoy segurodice Pablode que ni
la muerte, ni la vida, ni ngeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni
lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podr
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jess Seor nuestro. Romanos
8:38-39.
En cada prueba tenemos consolacin eficaz. No se conmueve nuestro
Salvador al comprender nuestras debilidades? No ha sido tentado en todo
como nosotros? Y no nos ha invitado a llevarle cada prueba y perplejidad?
Entonces no nos aflijamos por las cargas de maana. Valerosa y alegremente
llevemos las cargas de hoy. Hoy tenemos que tener confianza y fe. No estamos
invitados a vivir ms que un da a la vez. Quien da fortaleza para hoy, dar
fortaleza para maana...
Nada hiere tanto el alma como los agudos dardos de la incredulidad. Cuando
la prueba viene, como indudablemente vendr, no os angustiis o lamentis. El
silencio en el alma hace ms clara la voz de Dios. Luego se alegran, porque
se apaciguaron. Salmos 107:30. Recordad que debajo de vosotros estn los
brazos eternos. Guarda silencio ante Jehov, y espera en l. Salmos 37:7. El
os est guiando a un refugio de experiencias benignas.* [183]

*
Ao bblico: Salmos 46-50.
195
Miembros de la familia de Dios, 23 de junio

As que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los


santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento
de los apstoles y profetas, siendo la principal piedra del ngulo
Jesucristo mismo. Efesios 2:19-20.

El Seor Jess est realizando experimentos en los corazones humanos


por medio de la manifestacin de su misericordia y abundante gracia. Est
realizando transformaciones tan sorprendentes que Satans... se detiene para
mirarlas como una fortaleza inexpugnable ante sus sofismas y engaos. Son para
l un misterio incomprensible. Los ngeles de Dios... contemplan con asombro
y gozo cmo hombres cados, una vez hijos de la ira, estn desarrollando por la
enseanza de Cristo, caracteres a la semejanza divina, para ser hijos e hijas de
Dios, para desempear una parte importante en las ocupaciones del cielo.
El Seor ha provisto a su iglesia de capacidades y bendiciones para que
presente ante el mundo una imagen de su propia suficiencia, y para que su
iglesia sea completa en l, una constante representacin de otro mundo, el
mundo eterno, regido por leyes superiores a las terrenas. Su iglesia ha de ser un
templo erigido a la semejanza divina...
Cristo ha dado a la iglesia amplias facilidades, para que l pudiera recibir
una gran recompensa de gloria de su posesin redimida y comprada. La iglesia
al ser dotada de la justicia de Cristo, se convierte en el repositorio del Seor, en
el cual la riqueza de su misericordia, su amor, su gracia, ha de aparecer en su
plena y final manifestacin. La declaracin de su oracin intercesora, de que
el amor del Padre es tan grande hacia nosotros como hacia l mismo, el Hijo
unignito, y que nosotros estaremos con l donde l est, hechos uno con Cristo
y el Padre para siempre, es una maravilla para la hueste angelical y constituye
su gran gozo. El don de su Espritu Santo, rico, completo y abundante, ha de
ser para su iglesia como un muro de fuego que la circunde, contra el cual no
prevalezcan las potencias del infierno. En su inmaculada pureza y perfeccin
impecable, Cristo mira a sus hijos como la recompensa de sus sufrimientos, su
humillacin y su amor, y el suplemento de su gloria: Cristo, el gran centro del
[184] cual irradia toda gloria.*

*
Ao bblico: Salmos 51-55.
196
Tened siempre presente vuestra elevada vocacin, 24 de junio

Por esto, yo no dejar de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros


las sepis, y estis confirmados en la verdad presente. 2 Pedro 1:12.

No importa cunto tiempo podemos haber estado viajando en el camino de


la vida eterna, necesitamos a menudo recordar las mercedes que nuestro Padre
celestial manifiesta hacia nosotros, y obtener esperanza y valor de las promesas
de su Palabra... Pedro reconoci el valor de la vigilancia constante en la vida
cristiana y se sinti impelido por el Espritu Santo a impresionar a los creyentes
con la importancia de ejercitar gran cuidado en la vida diaria...
Recordaros siempre. Oh, si tan slo mantuviramos en nuestros pensa-
mientos las cosas que ataen a nuestro bienestar eterno, no nos ocuparamos de
ninguna conversacin trivial o vana! La obra de toda nuestra vida est delante
de nosotros. Nos corresponde ser cuidadosos en la tarea de asegurar nuestra vo-
cacin y nuestra eleccin, obedeciendo los sencillos conocimientos contenidos
en la santa Palabra de Dios...
Hay muchas cosas errneas que permitimos que pasen inadvertidas cuando
por nuestra piadosa conversacin podemos establecer un ejemplo de bien hacer,
que podra ser un constante reproche para los perversos. No podemos permitir
que nuestro ejemplo parezca que sanciona la maldad. Hay un cielo que ganar
y un infierno que evitar. En las iglesias con muchos miembros... existe el
peligro de rebajar las normas. Cuando muchos se congregan, algunos estn ms
expuestos a volverse descuidados e indiferentes que si ellos estuvieran aislados
y tuvieran que valerse por s mismos. Pero aun bajo circunstancias adversas,
podemos velar en oracin y establecer un ejemplo de una conducta piadosa, que
ser un poderoso testimonio de justicia.
El Seor desea que seamos fervorosos. No podemos permitirnos el hablar
palabras que puedan desanimar a nuestros compaeros de peregrinaje, en la
senda cristiana. Cristo ha dado su vida para que podamos vivir con l en gloria...
Ahora nos estamos preparando para la vida eterna futura, y pronto, si somos
fieles, veremos las puertas de la ciudad de nuestro Dios girar sobre sus brillantes
goznes para que las naciones que han guardado la verdad puedan entrar a poseer
su herencia eterna.* [185]

*
Ao bblico: Salmos 56-61.
197
Nuestra misin en el mundo, 25 de junio

Como t me enviaste al mundo, as yo los he enviado al mundo. Juan


17:18.

La separacin del mundo, en obediencia a la orden divina, nos inhabilitar


para la obra que el Seor nos ha dejado? Nos estorbar de hacer el bien en
nuestro derredor? No. Cuanto ms firme sea nuestro asidero en el cielo, tanto
mayor ser nuestro poder para ser tiles. Debemos estudiar el Modelo, para
que el espritu que habit en Cristo pueda morar en nosotros. Al Salvador no
se lo hall entre los eminentes y honorables del mundo. No emple su tiempo
entre los que buscaban su propia comodidad y deleite. Trabaj para ayudar a
los que necesitaban ayuda, para salvar a los perdidos y a los que perecan, para
levantar a los cados, para romper el yugo de opresin de los que estaban en
cautiverio, para sanar a los afligidos y hablar palabras de simpata y consolacin
a los angustiados y tristes. Se nos pide que sigamos este ejemplo. Cuanto ms
participemos del espritu de Cristo, tanto ms buscaremos hacer por nuestros
semejantes. Bendeciremos al necesitado y confortaremos al afligido...
El tiempo de gracia est por finalizar... El enemigo est jugando el juego
de la vida por cada alma. Trabaja para quitar de nosotros todo lo que sea
de naturaleza espiritual, y en lugar de las gracias preciosas de Cristo, desea
amontonar en nuestros corazones los rasgos malignos de la naturaleza carnal:
el odio, las crticas, los celos, el amor al mundo, el apego al yo, el amor a los
placeres y la soberbia de la vida. Necesitamos fortalecernos contra el enemigo
que se aproxima, que obra con toda clase de engao de iniquidad para los que
se pierden; porque, a no ser que velemos en oracin, estos males entrarn en el
corazn y desarraigarn todo lo que es bueno.
Cun grande es la responsabilidad depositada sobre los discpulos de Cristo!
Cun imperativo el deber de reflejar la luz del cielo sobre un mundo envuelto
en tinieblas! Cuanto ms cerrada sea la oscuridad circundante, tanto ms potente
[186] debiera ser la luz de la fe y el ejemplo cristianos.*

*
Ao bblico: Salmos 62-67.
198
El argumento ms poderoso, 26 de junio

Yo, yo Jehov, y fuera de m no hay quien salve... Vosotros, pues, sois mis
testigos, dice Jehov, que yo soy Dios. Isaas 43:11-12.

De sus seguidores genuinos el Seor dice: Este pueblo he creado para m;


mis alabanzas publicar. Isaas 43:21. Ellos son mis testigos, mis representantes
escogidos en un mundo apstata...
Dios pide nuestra cooperacin. Sus demandas son razonables... Cuando
tomamos el nombre de Cristo, nos comprometemos a representarlo. Para que
seamos leales a nuestro voto, Cristo debe ser formado en nosotros como la
esperanza de gloria. La vida diaria debe llegar a ser ms y ms semejante a la
vida de Cristo. Debemos ser cristianos en hecho y en verdad. Cristo no comulga
con el fingimiento. El dar la bienvenida a las cortes celestiales slo a aquellos
cuyo cristianismo sea genuino. La vida de los profesos cristianos que no viven
la vida de Cristo es una burla a la religin.
Dios no nos pide que compremos su favor mediante algn costoso sacrificio.
nicamente pide el servicio de un corazn humilde y contrito que ha aceptado
su don gratuito con gozo y gratitud. Quien recibe a Cristo como su Salvador
personal es poseedor de la salvacin provista por Cristo. Y nunca olvidar que
as como recibi gratuitamente, gratuitamente ha de impartir.
Comprendis vuestro valor a la vista de Dios? El dice: Sois colaboradores
juntamente conmigo. Estis permitiendo que vuestra luz brille en rayos claros
para un mundo cado? Estis buscando ejercitar toda facultad y todo poder que
Dios os ha dado? Tal vez no seis ministros, pero podis ser testigos. Puede ser
que no seis oradores elocuentes, pero podis ser elocuentes en vivir a Cristo y
en dejar que vuestra luz brille ante los hombres.
Un cristiano verdadero y amante es el argumento ms poderoso que se puede
ofrecer en favor de la verdad de la Biblia. Un hombre tal es el representante
de Cristo. Su vida es la evidencia ms convincente que puede darse del poder
de la gracia divina. Cuando el pueblo de Dios introduzca la justicia de Cristo
en la vida diaria, los pecadores se convertirn y se ganarn victorias sobre el
enemigo.* [187]

*
Ao bblico: Salmos 68-71.
199
Nuestras obligaciones hacia los pobres, 27 de junio

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de


beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis;
enfermo, y me visitasteis; en la crcel, y vinisteis a m. Mateo 25:35-36.

Aunque el mundo necesita simpata, aunque necesita las oraciones y la


ayuda del pueblo de Dios, aunque necesita ver a Cristo en la vida de los que
le siguen, los hijos de Dios necesitan igualmente oportunidades que atraigan
sus simpatas, hagan eficaces sus oraciones y desarrollen en ellos un carcter
semejante al Modelo divino.
Para proporcionar estas oportunidades, Dios coloc entre nosotros a los
pobres, los infortunados, los enfermos y los dolientes. Son el legado de Cristo
a su iglesia, y han de ser cuidados como l los cuidara. De esta manera, Dios
elimina la escoria y purifica el oro, dndonos la cultura del corazn y del carcter
que necesitamos.
El Seor podra llevar a cabo su obra sin nuestra cooperacin. No depende de
nuestro dinero, nuestro tiempo, nuestro trabajo. Pero la iglesia es muy preciosa a
su vista. Es el estuche que contiene sus joyas, el aprisco que encierra su rebao,
y anhela verla sin mancha, tacha ni cosa semejante. Siente por ella anhelos
de amor indecible. Esta es la razn por la cual nos ha dado oportunidades
de trabajar para l, y acepta nuestras labores como prueba de nuestro amor y
lealtad.
Al poner entre nosotros los pobres y los dolientes, el Seor nos prueba para
revelarnos lo que hay en nuestros corazones. La cultura de la mente y el corazn
se lleva a cabo con ms facilidad cuando experimentamos una tierna simpata
por los dems, la que nos impulsa a ofrecerles nuestros recursos y privilegios
para aliviar sus necesidades...
Las buenas obras nos cuestan un sacrificio, pero es en este mismo sacrificio
que proveen disciplina. Estas obligaciones nos producen conflicto con senti-
mientos y propensiones naturales, y al cumplirlas ganamos victoria tras victoria
sobre los rasgos objetables de nuestros caracteres.
El mundo se convencer no tanto por lo que el plpito ensea como por lo
que la iglesia vive. El predicador anuncia la teora del Evangelio, pero la piedad
[188] prctica de la iglesia demuestra su poder.*

*
Ao bblico: Salmos 72-77.
200
Una obra de preparacin, 28 de junio

Estando persuadido de esto, que el que comenz en vosotros la buena


obra, la perfeccionar hasta el da de Jesucristo. Filipenses 1:6.

Una seria obra de preparacin ha de ser hecha por los adventistas del sptimo
da si desean permanecer firmes en las angustiosas pruebas que tienen ante ellos.
Si se mantienen leales a Dios en la confusin y la tentacin de los ltimos das,
deben buscar al Seor con humildad de corazn para obtener sabidura a fin de
resistir los engaos del enemigo.
Siempre hemos de tener presente el solemne pensamiento del pronto regreso
del Seor, y en vista de ello reconocer la obra individual que debe hacerse. Me-
diante la ayuda del Espritu Santo hemos de resistir las inclinaciones naturales y
las tendencias al mal, y desarraigar de la vida todo elemento que no se asemeje
a Cristo. As prepararemos nuestros corazones para la recepcin de la bendicin
de Dios, la que nos impartir gracia y nos pondr en armona con la fe de Jess.
Para esa obra de preparacin se le han concedido a este pueblo grandes ventajas
en la luz que se le ha otorgado, en los mensajes de advertencia e instruccin,
enviados por medio de la operacin del Espritu de Dios.
Debido al creciente poder de las tentaciones de Satans, los tiempos en que
vivimos estn llenos de peligro para los hijos de Dios, y necesitamos aprender
continuamente del gran Maestro, para que podamos dar cada paso con seguridad
y rectitud. Escenas extraordinarias se presentan ante nosotros, y en este tiempo
se ha de evidenciar un testimonio viviente en la vida del profeso pueblo de
Dios, para que el mundo pueda ver que en esta poca en que el mal reina por
doquiera, hay an un pueblo que pone a un lado su voluntad y busca hacer
la voluntad de Dios, un pueblo en cuyo corazn y vida est escrita la ley de
Dios. Nos esperan fuertes tentaciones y pruebas severas. El pueblo de Dios que
guarda los mandamientos debe prepararse para este tiempo de prueba, mediante
una experiencia ms profunda en las cosas de Dios y un conocimiento prctico
de la justicia de Cristo... Las palabras Buscad a Jehov mientras puede ser
hallado, llamadle en tanto que est cercano no fueron habladas slo para los
no creyentes, sino para los miembros de iglesia.
Permitid que vuestras vidas diarias den testimonio de la fe que profesis.* [189]

*
Ao bblico: Salmos 78-80.
201
Si Cristo viniera hoy, 29 de junio

Velad, pues, en todo tiempo orando que seis tenidos por dignos de
escapar de todas estas cosas que vendrn, y de estar en pie delante del
Hijo del Hombre. Lucas 21:36.

Cristo nos ordena que velemos para que seamos tenidos por dignos de esca-
par de las cosas que han de sobrevenir en la tierra. Es de la mayor importancia
que atendamos esta advertencia. El enemigo de toda justicia sigue tras nuestros
pasos, procurando llevarnos al olvido de Dios.
Debiramos llenarnos de gozo al pensar en la inminente venida de Cristo.
Para los que la amen, l vendr sin pecado para salvacin. Pero si nuestra mente
est llena de pensamientos relacionados con cosas terrenales, no podemos
aguardar con gozo su venida.
Si supiera que Cristo vendr dentro de pocos aos, dice uno, vivira
en una forma diferente. Pero si slo creemos que ha de venir, viviremos tan
fielmente como si supiramos que ha de aparecer dentro de pocos aos. No
podemos ver el fin desde el principio, pero Cristo ha provisto suficiente ayuda
para cada da del ao.
Todo lo que tenemos que hacer se refiere al da de hoy. Hoy hemos de ser
fieles a nuestro cometido. Hoy hemos de amar a Dios con todo el corazn y a
nuestro prjimo como a nosotros mismos. Hoy hemos de resistir las tentaciones
del enemigo y obtener el triunfo mediante la gracia de Cristo. As estaremos
velando y esperando la venida de Cristo. Debiramos vivir cada da como si
fuera el ltimo de nuestra existencia en esta tierra. Si supiramos que Cristo
viene maana, no diramos hoy todas las palabras bondadosas y realizaramos
todos los actos abnegados que pudiramos? Deberamos ser pacientes, gentiles
y extremadamente fervorosos, y hacer todo lo posible por ganar almas para
Cristo...
Os exhorto a que apartis vuestros pensamientos de las cosas mundanas y
los centris en las cosas eternas. Cristo ha puesto la vida eterna a vuestro alcance
y ha prometido daros ayuda en todo tiempo de necesidad... Nunca debemos
estar satisfechos con los logros presentes. Si ponemos mente y corazn en
la obra de alcanzar el ideal de Dios para nosotros, si acudimos a Cristo, el
poderoso ayudador, por auxilio, nos dar la verdadera ayuda que necesitamos.
Nos otorgar el poder necesario que nos permitir ser victoriosos en la batalla
[190] contra el mal.*

*
Ao bblico: Salmos 81-85.
202
Junto al rbol de la vida, 30 de junio

Y cantaban un nuevo cntico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de


abrir sus sellos; porque t fuiste inmolado, y con tu sangre nos has
redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nacin.
Apocalipsis 5:9.

Esperamos llegar al cielo al fin y unirnos al coro celestial? Como descen-


dimos a la tumba as saldremos, en cuanto concierne al carcter... Ahora es el
momento de lavar nuestras ropas y emblanquecerlas en la sangre del Cordero...
Juan vio el trono de Dios rodeado de una compaa y pregunt: Quines
son stos? La respuesta fue: Son los que... han lavado sus ropas, y las han
emblanquecido en la sangre del Cordero. Apocalipsis 7:14. Cristo los lleva a
las fuentes de aguas vivas, y all est el rbol de la vida y el precioso Salvador.
Se nos presenta aqu una vida que se mide con la vida de Dios. All no hay
dolor, pena, enfermedad o muerte. Todo es paz, armona y amor...
Ahora es el momento de recibir gracia, fortaleza y poder para combinarlos
con nuestros esfuerzos humanos a fin de que podamos formar caracteres para la
vida eterna. Cuando hagamos esto, descubriremos que los ngeles de Dios nos
ministrarn, y seremos herederos de Dios y coherederos de Cristo. Y cuando
suene la ltima trompeta, y los muertos sean llamados de su prisin y transfor-
mados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, se colocarn las coronas
de gloria inmortal sobre la cabeza de los vencedores. Las puertas perlinas se
abrirn para dejar entrar a las naciones que han guardado la verdad. El conflicto
ha terminado.
Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros
desde la fundacin del mundo. Mateo 25:34. Deseamos esta bendicin? Yo s,
y creo que vosotros tambin. Dios os ayude para librar las batallas de esta vida,
ganar diariamente la victoria y al fin estar entre los que arrojarn sus coronas a
los pies de Jess, pulsarn las arpas de oro y llenarn el cielo con la msica ms
dulce. Quiero que amis a mi Jess. Dad a Jess lo que l ha comprado con su
propia sangre. No rechacis a mi Salvador, porque l pag un precio infinito
por vosotros. Veo en Jess encantos incomparables, y deseo que vosotros veis
estos encantos.* [191]

*
Ao bblico: Salmos 86-89.
203
204 Dios nos Cuida
Julio
Una equivocacin muy cara, 1 de julio

Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.


Eclesiasts 7:29.

El libro de Gnesis ofrece una resea muy clara de la vida social e individual,
y a pesar de ello no tenemos noticia de que un nio naciera ciego, sordo, lisiado,
deforme o imbcil. No se registra un caso de muerte natural en la infancia,
la niez o la temprana edad viril. No hay relato alguno referente a hombres y
mujeres que muriesen de enfermedad. Las noticias necrolgicas del libro de
Gnesis dicen: Y fueron todos los das que vivi Adn novecientos treinta aos;
y muri, y fueron todos los das de Set novecientos doce aos; y muri...
Dios dot originalmente al hombre de una fuerza vital tan grande que le
ha permitido resistir la acumulacin de enfermedad atrada sobre la especie
humana como consecuencia de hbitos pervertidos, y ha subsistido por espacio
de seis mil aos. Este hecho es de por s suficiente para evidenciarnos la fuerza
y energa elctrica que Dios dio al hombre en ocasin de su creacin... Si Adn,
al tiempo de su creacin, no hubiese sido dotado de una vitalidad veinte veces
mayor que la que los hombres tienen actualmente, la especie, con sus presentes
hbitos de vida que violan la ley natural, se habra extinguido...
Dios no cre a la humanidad en su dbil condicin presente. Este estado
de cosas no es obra de la Providencia sino del hombre; ha sido ocasionado por
hbitos errados y abusos, por la violacin de las leyes que Dios estableci para
regir la existencia del hombre.
Dios cre al hombre para su propia gloria, para que despus de la prueba
la familia humana pudiera ser una con la familia celestial. Era el propsito de
Dios repoblar el cielo con la familia humana, si se mostraban obedientes a su
Palabra.
A Eva le pareci de poca importancia desobedecer a Dios al probar el
fruto del rbol prohibido y al tentar a su esposo a que pecara tambin; pero su
pecado inici la inundacin del dolor sobre el mundo. Quin puede saber, en
[192] el momento de la tentacin, las terribles consecuencias de un solo mal paso?*

*
Ao bblico: Salmos 90-99.
206
De nuevo al hogar! 2 de julio

Porque as como en Adn todos mueren, tambin en Cristo todos sern


vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias;
luego los que son de Cristo, en su venida. 1 Corintios 15:22-23.

Entre las oscilaciones de la tierra, las llamaradas de los relmpagos y el


fragor de los truenos, el Hijo de Dios llama a la vida a los santos dormidos... Los
muertos oirn esa voz; y los que la oigan vivirn. Y toda la tierra repercutir bajo
las pisadas de la multitud extraordinaria de todas las naciones, tribus, lenguas y
pueblos...
Todos salen de sus tumbas de igual estatura que cuando en ellas fueran
depositados. Adn, que se encuentra entre la multitud resucitada, es de soberbia
altura y formas majestuosas, de porte poco inferior al del Hijo de Dios. Presenta
un contraste notable con los hombres de las generaciones posteriores; en este
respecto se nota la gran degeneracin de la raza humana. Pero todos se levantan
con la lozana y el vigor de eterna juventud...
Todas las imperfecciones y deformidades quedan en la tumba. Reintegrados
en su derecho al rbol de la vida, en el Edn perdido desde hace tanto tiempo,
los redimidos crecern hasta alcanzar la estatura perfecta de la raza humana en
su gloria primitiva...
Cuando se da la bienvenida a los redimidos en la ciudad de Dios, un grito
triunfante de admiracin llena los aires. Los dos Adanes estn a punto de
encontrarse. El Hijo de Dios est en pie con los brazos extendidos para recibir
al padre de nuestra raza: al ser que cre, que pec contra su Hacedor, y por cuyo
pecado el Salvador lleva las seales de la crucifixin. Al distinguir Adn las
cruentas seales de los clavos, no se echa en los brazos de su Seor, sino que
se arroja humildemente a sus pies, exclamando: Digno, digno es el Cordero
que fue inmolado! El Salvador lo levanta con ternura, y lo invita a contemplar
nuevamente la morada ednica de la cual ha estado desterrado por tanto tiempo...
Presencian esta reunin los ngeles que lloraron por la cada de Adn y
se regocijaron cuando Jess, una vez resucitado, ascendi al cielo despus de
haber abierto el sepulcro para todos aquellos que creyesen en su nombre. Ahora
contemplan el cumplimiento de la obra de redencin y unen sus voces al cntico
de alabanza.* [193]

*
Ao bblico: Salmos 100-105.
207
Una puerta abierta, 3 de julio

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado,


porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de
haber agradado a Dios. Hebreos 11:5.

Cuando aprendamos a andar por fe y no por sentimientos, recibiremos ayuda


de Dios precisamente cuando la necesitemos, y su paz entrar a nuestro corazn.
Tal fue la vida sencilla de obediencia y confianza que Enoc vivi. Si aprendemos
esta leccin de sencilla confianza, ser nuestro el testimonio que l recibi: que
agrad a Dios.
Debis agradar a Dios en todos los aspectos de la formacin de vuestro
carcter. Podis hacerlo, pues Enoc agrad al Seor aunque viva en una poca
degenerada. Y en nuestros das tambin hay Enocs.
Durante trescientos aos Enoc haba estado buscando la pureza de corazn,
a fin de estar en armona con el cielo. Durante tres siglos haba andado con
Dios. Da tras da haba anhelado una unin ms ntima; la comunin se haba
vuelto ms y ms cercana, hasta que Dios lo tom a s mismo. El haba estado
en los umbrales del mundo eterno, haba mediado tan slo un paso entre l y
la tierra de los bienaventurados; y ahora se abrieron los portales; el andar con
Dios, practicado por tanto tiempo en la tierra, continu, y l pas por las puertas
de la santa ciudad: el primer hombre en entrar all.
Teniendo la Palabra de Dios en la mano, todo ser humano, cualquiera sea su
suerte en la vida, puede gozar del compaerismo que escoja. Por medio de sus
pginas puede tener comunin con lo mejor y ms noble de la especie humana,
y escuchar la voz del Eterno que habla con los hombres... Puede morar en esta
tierra en la atmsfera del cielo, e impartir a los afligidos y tentados de la tierra
pensamientos de esperanza y anhelos de santidad... como aquel que antao
anduvo con Dios, acercndose cada vez ms al umbral del mundo eterno, hasta
que los portales se abran y pueda entrar. No se sentir como un extrao. Lo
saludarn las voces de los santos que, invisibles, eran sus compaeros en la
tierra, voces que l aprendi a distinguir y amar aqu. El que por medio de la
Palabra de Dios ha vivido en compaerismo con el cielo, se sentir como en su
[194] casa en medio de la compaa celestial.*

*
Ao bblico: Salmos 106-110.
208
Adentro estars salvo, 4 de julio

Dijo luego Jehov a No: Entra t y toda tu casa en el arca; porque a ti he


visto justo delante de m en esta generacin. Gnesis 7:1.

No haba seguido fielmente las instrucciones que haba recibido de Dios.


El arca se termin en todos sus aspectos como Dios lo haba mandado, y fue
provista de alimentos para los hombres y las bestias. Y entonces el siervo de
Dios dirigi su ltima y solemne splica a la gente. Con anhelo indecible,
les rog que buscasen refugio mientras era posible encontrarlo. Nuevamente
rechazaron sus palabras, y alzaron sus voces en son de burla y de mofa. De
repente rein el silencio entre aquella multitud escarnecedora. Animales de
toda especie, desde los ms feroces hasta los ms mansos, se vean venir de las
montaas y los bosques, y dirigirse tranquilamente hacia el arca. Se oy un ruido
como un fuerte viento, y he aqu los pjaros que venan de todas direcciones
en tal cantidad que oscurecieron los cielos, y entraban en el arca en perfecto
orden. Los animales obedecan la palabra de Dios, mientras que los hombres la
desobedecan.
Cuando vieron a las bestias venir de los bosques hacia la puerta del arca, y a
No llevarlas adentro, haban resistido y negado por tanto tiempo el mensaje
que Dios les haba dado, que... su conciencia ya no reaccionaba.
La misericordia dej de suplicar a la raza culpable. Las bestias de los campos
y las aves del aire haban entrado en su refugio. No y su familia estaban en el
arca: Y Jehov le cerr la puerta... La maciza puerta, que no podan cerrar los
que estaban dentro, fue puesta lentamente en su sitio por manos invisibles. No
qued adentro y los que haban desechado la misericordia de Dios quedaron
afuera. El sello del cielo fue puesto sobre la puerta; Dios la haba cerrado, y
slo Dios poda abrirla. Asimismo, cuando Cristo deje de interceder por los
hombres culpables, antes de su venida en las nubes del cielo, la puerta de la
misericordia ser cerrada. Entonces la gracia divina ya no refrenar ms a los
impos, y Satans tendr dominio absoluto sobre los que hayan rechazado la
misericordia divina. Ellos pugnarn por destruir al pueblo de Dios. Pero as
como No fue guardado en el arca, los justos sern escudados por el poder
divino.* [195]

*
Ao bblico: Salmos 111-118.
209
Un hogar que Dios pueda bendecir, 5 de julio

Porque yo s que mandar a sus hijos y a su casa despus de s, que


guarden el camino de Jehov, haciendo justicia y juicio. Gnesis 18:19.

Un hombre es a la vista de Dios lo que es en su familia. La vida de Abrahn,


el amigo de Dios, estuvo sealada por el estricto cumplimiento de la palabra
de Jehov. Cultivaba la religin del hogar. El temor de Dios llenaba su casa. El
era el sacerdote de su hogar. Consideraba su familia como un depsito sagrado.
Su casa constaba de ms de mil miembros, y los diriga a todos, padres e hijos,
hacia el Soberano divino. No soportaba que hubiese opresin paterna por un
lado, ni desobediencia filial por el otro. Mediante la influencia combinada del
amor y la justicia, gobern su casa en el temor de Dios y el Seor dio testimonio
de su lealtad.
El mandar... a su casa. No haba descuido pecaminoso en poner freno a
las malas propensiones de sus hijos, ni favoritismo indulgente, necio y dbil, o
renuncia a la conviccin del deber a causa de un afecto mal entendido. Abrahn
no slo daba la instruccin apropiada, sino que mantena la autoridad de las
leyes justas y correctas.
Cun pocos hay en nuestros das que siguen este ejemplo. De parte de
demasiados padres hay un sentimentalismo ciego y egosta, que se manifiesta
dejando a los hijos con sus juicios deformados y pasiones indisciplinadas, bajo
el dominio de su propia voluntad. Esta es la peor crueldad que se le puede hacer
a la juventud y un gran mal para el mundo. La indulgencia de los padres causa
desorden en las familias y en la sociedad. Reafirma en la juventud el deseo de
seguir las inclinaciones, en vez de someterse a los requerimientos divinos.
Padres e hijos por igual pertenecen a Dios y deben someterse a su gobierno.
Abrahn gobern su casa mediante el afecto y la autoridad combinadas. La
palabra de Dios nos ha dado reglas para que nos sirvan de gua. Estas reglas
forman la norma de la que no debemos desviarnos para seguir su camino. La
voluntad del Seor debe ser suprema. La pregunta que debemos hacer no es:
Qu han hecho otros? Qu pensarn mis familiares? o, Qu dirn si sigo este
camino? sino, Qu ha dicho Dios? Ni padres ni hijos pueden verdaderamente
[196] prosperar en camino alguno que no sea el camino del Seor.*

*
Ao bblico: Salmos 119.
210
Eligiendo una esposa, 6 de julio

No tomars para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los
cuales yo habito; sino que irs a mi tierra y a mi parentela, y tomars
mujer para mi hijo Isaac. Gnesis 24:3-4.

La fe habitual de Abrahn en Dios y su sumisin a la voluntad divina se


reflejaban en el carcter de Isaac; pero el joven era de afectos profundos, y de
naturaleza benigna y condescendiente. Si se una con una mujer que no temiera
a Dios, se vera en peligro de sacrificar sus principios en aras de la armona. Para
Abrahn elegir esposa para su hijo era asunto de suma importancia y anhelaba
que se casara con quien no le apartase de Dios...
Abrahn haba notado los resultados que desde los das de Can hasta su
propio tiempo dieran los casamientos entre los que teman a Dios y los que no le
teman. Tena ante los ojos las consecuencias de su propio matrimonio con Agar
y las de los lazos matrimoniales de Ismael y de Lot. La falta de fe de Abrahn y
de Sara haba dado lugar al nacimiento de Ismael, mezcla de la simiente justa
con la impa. La influencia del padre sobre su hijo era contrarrestada por la
de los idlatras parientes de su madre, y por la unin de Ismael con mujeres
paganas...
La esposa de Lot era una mujer egosta e irreligiosa, que ejerci su influencia
para separar a su marido de Abrahn. Si no hubiera sido por ella, Lot no habra
quedado en Sodoma, privado de los consejos del sabio y piadoso patriarca...
Nadie que tema a Dios puede unirse sin peligro con quien no le teme.
Andarn dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? Ams 3:3. La felicidad
y la prosperidad del matrimonio dependen de la unidad que haya entre los
esposos; pero entre el creyente y el incrdulo hay una diferencia radical de
gustos, inclinaciones y propsitos. Sirven a dos seores entre los cuales la
concordia es imposible. Por puros y rectos que sean los principios de una
persona, la influencia de un cnyuge incrdulo tender a apartarla de Dios... El
mandamiento del Seor dice: No os unis en yugo desigual con los incrdulos.
2 Corintios 6:14.* [197]

*
Ao bblico: Salmos 120-134.
211
Poder garantizado, 7 de julio

Porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Gnesis
32:28.

Si Jacob no se hubiese arrepentido antes por su pecado de tratar de conseguir


la primogenitura mediante un engao, Dios no habra podido or su oracin ni
conservarle bondadosamente la vida. As ser en el tiempo de angustia. Si el
pueblo de Dios tuviera pecados inconfesos que aparecieran ante ellos cuando los
torturen el temor y la angustia, seran abrumados; la desesperacin anulara su
fe, y no podran tener confianza en Dios para pedirle su liberacin. Pero aunque
tengan un profundo sentido de su indignidad, no tendrn pecados ocultos que
revelar. Sus pecados habrn sido borrados por la sangre expiatoria de Cristo, y
no los podrn recordar...
Todos los que traten de ocultar o excusar sus pecados, y permitan que
permanezcan en los libros del cielo inconfesos y sin perdn, sern vencidos por
Satans. Cuanto ms elevada sea su profesin, y cuanto ms honorable sea la
posicin que ocupen, tanto ms grave ser su conducta ante los ojos de Dios, y
tanto ms seguro ser el triunfo del gran adversario.
Sin embargo, la historia de Jacob es una promesa de que Dios no desechar
a los que fueron arrastrados al pecado, pero que se han vuelto al Seor con
verdadero arrepentimiento. Por la entrega de s mismo y por su confiada fe,
Jacob alcanz lo que no haba podido alcanzar con su propia fuerza. As el
Seor ense a su siervo que slo el poder y la gracia de Dios podan darle
las bendiciones que anhelaba. As ocurrir con los que vivan en los ltimos
das. Cuando los peligros los rodeen, y la desesperacin se apodere de su alma,
debern depender nicamente de los mritos de la expiacin... Nadie perecer
jams mientras haga esto...
Jacob prevaleci porque fue perseverante y decidido... Este es el tiempo
en que debemos aprender la leccin de la oracin que prevalece y de la fe
inquebrantable. Las mayores victorias de la iglesia de Cristo o del cristiano no
son las que se ganan mediante el talento o la educacin, la riqueza o el favor
de los hombres. Son las victorias que se alcanzan en la cmara de audiencia
con Dios, cuando la fe fervorosa y agonizante se ase del poderoso brazo de la
[198] omnipotencia.*

*
Ao bblico: Salmos 135-139.
212
Viendo al invisible, 8 de julio

Por la fe dej a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo


como viendo al Invisible. Hebreos 11:27.

Moiss tena un profundo sentido de la presencia personal de Dios. No


miraba solamente a travs de los siglos esperando que Cristo se manifestase
en la carne, sino que vea a Cristo de una manera especial acompaando a
los hijos de Israel en todos sus viajes. Dios era real para l, siempre presente
en sus pensamientos. Cuando se le interpretaba errneamente, cuando estaba
llamado a arrostrar peligros y soportar insultos por amor de Cristo, los sufra sin
represalias. Moiss crea en Dios, como en Aquel a quien necesitaba, y quien le
ayudara por causa de su necesidad. Dios era para l un auxilio presente.
Mucha de la fe que vemos es meramente nominal; escasea la fe verdadera,
confiada y perseverante. Moiss realiz en su propia experiencia la promesa
de que Dios ser galardonador de aquellos que le buscan diligentemente. Tena
respeto por la recompensa del galardn. En esto hay otro punto de la fe que
deseamos estudiar: Dios recompensar al hombre de fe y obediencia. Si esta
fe se lleva a la experiencia de la vida, habilitar a cada uno de los que temen y
aman a Dios para soportar pruebas. Moiss estaba lleno de confianza en Dios,
porque tena una fe que se apropiaba de sus promesas. Necesitaba ayuda y oraba
por ella, se aferraba a ella por la fe, y entreteja en su experiencia la creencia de
que Dios lo cuidaba. Crea que Dios rega su vida en particular. Vea y reconoca
a Dios en todo detalle de su vida, y senta que estaba bajo el ojo del que lo ve
todo, que pesa los motivos y prueba el corazn. Miraba a Dios, y confiaba en
que l le dara fuerza para vencer toda tentacin... La presencia de Dios bastaba
para hacerle atravesar las situaciones ms penosas en las cuales un hombre
pudiera ser colocado.
Moiss no pensaba simplemente en Dios; lo vea. Dios era la constante
visin que haba delante de l; nunca perda de vista su rostro. Vea a Jess
como su Salvador, y crea que los mritos del Salvador le seran imputados.
Esta fe no era para Moiss una suposicin; era una realidad. Esa es la clase de
fe que necesitamos: la fe que soportar la prueba. Oh, cuntas veces cedemos a
la tentacin porque no mantenemos nuestros ojos puestos en Jess!* [199]

*
Ao bblico: Salmos 140-144.
213
Nube y fuego, 9 de julio

Extendi una nube por cubierta, y fuego para alumbrar la noche. Salmos
105:39.

Y Jehov iba delante de ellos de da en una columna de nube, para guiarlos


por el camino; y de noche en una columna de fuego para alumbrarles... El
estandarte de su invisible caudillo estaba siempre con ellos. Durante el da la
nube diriga su camino, o se extenda como un dosel sobre la hueste. Serva de
proteccin contra el calcinante sol, y con su sombra y humedad daba grata fres-
cura en el abrasado y sediento desierto. A la noche se converta en una columna
de fuego, que iluminaba el campamento, y les aseguraba constantemente que la
divina presencia estaba con ellos.
En uno de los pasajes ms hermosos y consoladores de la profeca de Isaas,
se hace referencia a la columna de nube y de fuego para indicar cmo custodiar
Dios a su pueblo en la gran lucha final con los poderes del mal: Y crear
Jehov sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre los lugares de sus
convocaciones, nube y oscuridad de da, y de noche resplandor de fuego que
eche llamas; porque sobre toda gloria habr un dosel, y habr un abrigo para
sombra contra el calor del da, para refugio y escondedero contra el turbin y
contra el aguacero. Isaas 4:5-6.
En el tiempo de prueba que nos espera, Dios pondr garanta de seguridad
sobre todos aquellos que hayan guardado la palabra de su paciencia. Cristo dir
a sus fieles: Anda, pueblo mo, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas;
escndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignacin.
Isaas 26:20. El Len de Jud, tan temible para los que rechazan su gracia,
ser el Cordero de Dios para los obedientes y fieles. La columna de nube que
significa ira y terror para el transgresor de la ley de Dios, ser luz, misericordia
y liberacin para los que hayan guardado sus mandamientos. El fuerte brazo que
hiere a los rebeldes, ser fuerte para librar a los leales. Cada fiel ser ciertamente
recogido. Y enviar sus ngeles con gran voz de trompeta, y juntarn a sus
escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
[200] Mateo 24:31.*

*
Ao bblico: Salmos 145-150.
214
Por qu esperar? 10 de julio

Subamos luego, y tomemos posesin de ella; porque ms podremos


nosotros que ellos. Nmeros 13:30.

Fue la fe de Caleb en Dios la que le infundi valor, la que... le permiti


ponerse firme y resueltamente de parte de la verdad. De la misma fuente excelsa,
el poderoso General de los ejrcitos del cielo, todo verdadero soldado de la
cruz de Cristo debiera recibir fuerza y valor para vencer los obstculos que
frecuentemente parecen insalvables... Los que quieran cumplir su deber deben
estar listos para hablar las palabras que Dios les indica, y no palabras de duda,
desaliento y desesperacin.
Mientras los que dudan hablan de imposibilidades, mientras tiemblan ante
el pensamiento de altos muros y fuertes gigantes, que los fieles Calebs, que
tienen otro espritu, pasen al frente. La verdad de Dios, que trae salvacin, se
anunciar a la gente si los ministros y creyentes profesos no ponen una valla en
su camino, como lo hicieron los espas desleales.
En esta obra deben emplearse agentes humanos. Deben intensificarse el
celo y la energa; los talentos que se estn herrumbrando a causa de la inaccin
deben ser usados con poder en el servicio. La voz que dice: Espera, no permitas
que te impongan cargas, es la voz de los espas cobardes. Hacen falta Calebs
que se apresuren a pasar al frente, jefes en Israel que con palabras valientes
presenten un informe enrgico a favor de la accin inmediata. Cuando el pueblo
egosta, amante de lo fcil, presa de pnico, temeroso de altos gigantes y de
muros inaccesibles, clame por la retirada, que la voz de los Calebs se escuche,
aun cuando los cobardes permanezcan con sus piedras en las manos, listos a
derribarlos por su fiel testimonio.
Se llama a los fieles Calebs en un momento cuando los incrdulos desprecian
la Palabra de Dios. Entonces es cuando han de permanecer firmes en el puesto
del deber, sin ostentacin y sin vacilar a causa de los vituperios. Los espas
incrdulos estaban listos para destruir a Caleb. Este vio las piedras en las manos
de los que haban llevado un informe falso, pero no se atemoriz; tena un
mensaje y lo dara. Aquellos que hoy son fieles a Dios manifestarn ese mismo
espritu.* [201]

*
Ao bblico: Proverbios 1-3.
215
La nica manera de vencer, 11 de julio

Nunca se apartar de tu boca este libro de la ley, sino que de da y de


noche meditars en l, para que guardes y hagas conforme a todo lo que
en l est escrito; porque entonces hars prosperar tu camino, y todo te
saldr bien. Josu 1:8.

Si los hombres caminan en el sendero que Dios les ha sealado, tendrn un


consejero cuya sabidura est por encima de toda sabidura humana. Josu era
un general sabio porque Dios era su gua. La primera espada que Josu us fue
la espada del Espritu, la Palabra de Dios...
Debido a que Josu tendra que hacer frente a las influencias ms fuertes
que se levantaran en contra de sus principios de justicia, el Seor misericor-
diosamente le encomend que no se apartara ni a diestra ni a siniestra. Deba
seguir un camino de estricta integridad... Si no hubiera habido peligro delante
de Josu, Dios no le hubiera repetido una y otra vez que fuese valiente. Pero en
medio de todas sus inquietudes, Josu tena su Dios para guiarle.
No hay mayor engao para un hombre que suponer que en cualquier di-
ficultad puede encontrar un gua mejor que Dios, un consejero ms sabio en
cualquier emergencia, una defensa ms fuerte bajo cualquier circunstancia.
El Seor tiene una gran obra para ser hecha en este mundo. La obra de
Dios ha sido dada a cada hombre para que la realice. Pero el hombre no debe
hacer del hombre su gua, para que no sea conducido por el mal camino; esto es
siempre inseguro. Mientras la religin de la Biblia incluye los principios de la
actividad en el servicio, al mismo tiempo est la necesidad de pedir sabidura
diariamente de la Fuente de toda sabidura. Cul fue la victoria de Josu?
Meditars en la Palabra de Dios de da y de noche. La palabra del Seor lleg a
Josu precisamente antes que pasara el Jordn... Este era el secreto de la victoria
de Josu. Hizo de Dios su gua.
Los que ocupan cargos de consejeros debieran ser hombres generosos,
hombres de fe, hombres de oracin, hombres que no se atrevern a depender de
su propia sabidura humana, sino que buscarn diligentemente luz e inteligencia
para comprender cul es la mejor manera de desempear su cometido. Josu,
el dirigente de Israel, escudri diligentemente los libros en los cuales Moiss
haba anotado fielmente las instrucciones impartidas por Dios: sus requisitos,
[202] amonestaciones y restricciones, para no actuar imprudentemente.*

*
Ao bblico: Proverbios 4-7.
216
Demasiados soldados, 12 de julio

Y Jehov dijo a Geden: El pueblo que est contigo es mucho para que
yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel
contra m, diciendo: Mi mano me ha salvado. Jueces 7:2.

Se haba hecho ley en Israel que antes de que el ejrcito saliera a la batalla,
se le hiciese la siguiente proclamacin: Quin ha edificado casa nueva, y no
la ha estrenado? Vaya, y vulvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y
algn otro la estrene. Y quin ha plantado via, y no ha disfrutado de ella?
Vaya, vulvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algn otro la disfrute.
Y quin se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vulvase a
su casa, no sea que muera en la batalla, y algn otro la tome. Y adems los
oficiales deban decir al pueblo: Quin es hombre medroso y pusilnime?
Vaya, y vulvase a su casa, y no apoque el corazn de sus hermanos, como el
corazn suyo. Deuteronomio 20:5-8.
Debido a que el nmero de sus soldados era muy pequeo en comparacin
con los del enemigo, Geden se haba abstenido de hacer la proclamacin de
costumbre. Se llen de asombro al or que su ejrcito era demasiado grande.
Pero el Seor vea el orgullo y la incredulidad que haba en el corazn de
su pueblo. Incitado por las conmovedoras exhortaciones de Geden, se haba
alistado de buena gana; pero muchos se llenaron de temor al ver las multitudes
de los madianitas. No obstante, si Israel hubiera triunfado, aquellos mismos
miedosos se habran atribuido la gloria en vez de adjudicarle la victoria a Dios.
Geden obedeci las instrucciones del Seor, y con el corazn oprimido
vio marcharse para sus hogares a veintids mil hombres, o sea ms de las dos
terceras partes de su ejrcito.
El Seor est ansioso de hacer grandes cosas para nosotros. No obtendremos
la victoria porque seamos un pueblo numeroso, sino mediante la entrega com-
pleta del alma a Jess. Debemos avanzar con su fuerza, confiando en el poderoso
Dios de Israel. Hay una leccin para nosotros en el ejrcito de Geden... El
Seor tiene ahora el mismo anhelo de trabajar a travs de esfuerzos humanos y
de realizar grandes cosas mediante dbiles instrumentos.* [203]

*
Ao bblico: Proverbios 8-11.
217
Las generaciones unidas, 13 de julio

El joven Samuel ministraba a Jehov en presencia de El. 1 Samuel 3:1.

Aunque era muy joven cuando se le trajo a servir en el tabernculo, Samuel


tena ya entonces algunos deberes que cumplir en el servicio de Dios, segn su
capacidad. Eran al principio muy humildes, y no siempre agradables; pero los
desempeaba lo mejor que poda, con corazn dispuesto...
Si se les enseara a los nios a considerar el humilde ciclo de deberes diarios
como la conducta que el Seor les ha trazado, como una escuela en la cual han
de prepararse para prestar un servicio fiel y eficiente, cunto ms agradable y
honorable les parecera su trabajo! El cumplimiento de todo deber como para el
Seor, rodea de un encanto especial aun los menesteres ms humildes, y vincula
a los que trabajan en la tierra con los seres santos que hacen la voluntad de Dios
en el cielo.
La vida de Samuel desde su temprana niez haba sido una vida de piedad
y devocin. Haba sido puesto bajo el cuidado de El en su juventud, y la
amabilidad de su carcter le granje el clido afecto del anciano sacerdote.
Era bondadoso, generoso, diligente, obediente y respetuoso. El contraste entre
la vida del joven Samuel y la de los hijos del sacerdote era muy marcado, y
El hallaba reposo, consuelo y bendicin en la presencia de su pupilo. Era
cosa singular que entre el principal magistrado de la nacin y un simple nio
existiera tan clido afecto. Samuel era servicial y afectuoso, y ningn padre
am alguna vez a su hijc ms tiernamente que El a ese joven. A medida que los
achaques de la vejez le sobrevenan a El, senta ms profundamente la conducta
desanimadora, temeraria, licenciosa de sus propios hijos, y buscaba consuelo y
sostn en Samuel.
Cun conmovedor es ver a la juventud y la vejez confiando la una en la
otra, a los jvenes buscando consejo y sabidura en los ancianos, a los ancianos
buscando ayuda y simpata en los jvenes. As debiera ser. Dios quisiera que
los jvenes poseyesen tales cualidades de carcter, que encontraran deleite en la
amistad de los ancianos, para que puedan estar unidos por los fuertes lazos del
[204] cario con aquellos que se estn aproximando a los bordes del sepulcro.*

*
Ao bblico: Proverbios 12-15.
218
Preparndose para dirigir, 14 de julio

Cuando vena un len, o un oso, y tomaba algn cordero de la manada,


sala yo tras l, y lo hera, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra
m, yo le echaba mano de la quijada, y lo hera y lo mataba. 1 Samuel
17:34-35.

David creca en favor ante Dios y los hombres. Haba sido educado en los
caminos del Seor, y ahora dedic su corazn ms plenamente que nunca a
hacer la voluntad de Dios. Tena nuevos temas en que pensar. Haba estado en
la corte del rey, y haba visto las responsabilidades reales. Haba descubierto
algunas de las tentaciones que asediaban el alma de Sal, y haba penetrado en
algunos de los misterios del carcter y el trato del primer rey de Israel. Haba
visto la gloria real ensombrecida por una nube oscura de tristeza, y saba que
en su vida privada, la casa de Sal distaba mucho de tener felicidad. Todas
estas cosas provocaban inquietud en el que haba sido ungido para ser rey de
Israel. Pero cuando se senta absorto en profunda meditacin, y atribulado
por pensamientos de ansiedad, echaba mano a su arpa y produca acordes que
elevaban su mente al Autor de todo lo bueno, y se disipaban las nubes oscuras
que parecan entenebrecer el horizonte del futuro.
Dios estaba enseando a David lecciones de confianza. Como Moiss fue
educado para su obra, as tambin el Seor preparaba al hijo de Isa para hacerlo
gua de su pueblo escogido. En su cuidado de los rebaos, aprenda a apreciar
en forma especial el cuidado que el gran Pastor tiene por las ovejas de su prado.
En las colinas solitarias y las hondonadas salvajes por donde vagaba David
con sus rebaos haba fieras en acecho. A menudo sala algn len de los
bosquecillos que haba al lado del Jordn, o algn oso de su madriguera en las
colinas, y enfurecidos por el hambre venan a atacar los rebaos. De acuerdo
con las costumbres de su tiempo, David slo estaba armado de su honda y su
cayado; pero no tard en dar pruebas de su fuerza y su valor al proteger a los
animales que custodiaba...
Su experiencia en estos asuntos prob el corazn de David y desarroll en
l valor, fortaleza y fe.* [205]

*
Ao bblico: Proverbios 16-19.
219
Envejecer airosamente, 15 de julio

No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no


me desampares. Salmos 71:9.

David rog al Seor que no lo desamparara en su vejez. Y por qu or as?


Observ que la mayora de los ancianos a su alrededor eran desdichados porque
los rasgos desafortunados de su carcter empeoraban con la edad. Si haban sido
por naturaleza avaros y codiciosos, lo eran en forma mucho ms desagradable en
los aos maduros. Si haban sido celosos, irritables e impacientes, manifestaban
especialmente esos defectos cuando ancianos.
David senta gran angustia al ver que los reyes y los nobles que parecan
haber temido a Dios mientras gozaban de la fuerza de su virilidad, se ponan
celosos de sus mejores amigos y parientes cuando llegaban a viejos. Teman de
continuo que fuesen motivos egostas los que inducan a sus amigos a manifestar
inters por ellos. Escuchaban las sugestiones y los consejos engaosos de los
extraos respecto a aquellos en quienes debieran haber confiado. Sus celos
irrefrenados ardan a veces como llamas, porque no todos concordaban con su
juicio decrpito. Su avaricia era horrible. A menudo pensaban que sus propios
hijos y deudos deseaban que muriesen para reemplazarlos, poseer sus riquezas
y recibir los homenajes que se les concedan. Y algunos estaban de tal manera
dominados por sus sentimientos celosos y codiciosos que llegaban a destruir a
sus propios hijos.
David notaba que aunque haba sido recta la vida de algunos mientras
disfrutaban de la fuerza de la virilidad, al sobrevenirles la vejez parecan perder
el dominio propio. Satans intervena y guiaba su mente, volvindolos inquietos
y descontentos...
David qued profundamente conmovido; y se angustiaba al pensar en su pro-
pia vejez. Tema que Dios le abandonase y que, al ser tan desdichado como otras
personas ancianas cuya conducta haba notado, quedara expuesto al oprobio
de los enemigos del Seor. Sintiendo esta preocupacin, rog fervientemente:
No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me
[206] desampares.*

*
Ao bblico: Proverbios 20-24.
220
Tardo despertar, 16 de julio

Mir yo luego todas las obras que haban hecho mis manos, y el trabajo
que tom para hacerlas; y he aqu, todo era vanidad y afliccin de
espritu, y sin provecho debajo del sol. Eclesiasts 2:11.

Por su propia amarga experiencia, Salomn aprendi cun vaca es una vida
dedicada a buscar las cosas terrenales como el bien ms elevado. Erigi altares
a los dioses paganos, pero fue tan slo para comprobar cun vana es su promesa
de dar descanso al espritu. Pensamientos lbregos lo acosaban da y noche.
Para l ya no haba gozo en la vida ni paz espiritual, y el futuro se le anunciaba
sombro y desesperado.
Sin embargo, el Seor no lo abandon. Mediante mensajes de reprensin y
castigos severos, procur despertar al rey y hacerle comprender cun pecaminosa
era su conducta... A la postre, el Seor envi a Salomn, mediante un profeta,
este mensaje sorprendente: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado
mi pacto y mis estatutos que yo te mand, romper de ti el reino, y lo entregar
a tu siervo. Sin embargo, no lo har en tus das, por amor a David tu padre; lo
romper de la mano de tu hijo.
Despertando como de un sueo al or esta sentencia de juicio pronunciada
contra l y su casa, Salomn sinti los reproches de su conciencia y empez
a ver lo que verdaderamente significaba su locura. Afligido en su espritu, y
teniendo la mente y el cuerpo debilitados, se apart cansado y sediento de las
cisternas rotas de la tierra, para beber nuevamente en la fuente de la vida...
No poda esperar que escapara a los resultados agostadores del pecado; no
podra nunca librar su espritu de todo recuerdo de la conducta egosta que haba
seguido; pero se esforzara fervientemente por disuadir a otros de entregarse a
la insensatez...
El verdadero penitente no echa al olvido sus pecados pasados. No se deja
embargar, tan pronto como ha obtenido paz, por la despreocupacin acerca de
los errores que cometi. Piensa en aquellos que fueron inducidos al mal por
su conducta, y procura de toda manera posible hacerlos volver a la senda de
la verdad. Cuanto mayor sea la claridad de la luz en la cual entr, tanto ms
intenso es su deseo de encauzar los pies de los dems en el camino recto.* [207]

*
Ao bblico: Proverbios 25-27.
221
Una voz en el desierto, 17 de julio

Entonces Elas tisbita... dijo a Acab: Vive Jehov Dios de Israel, en cuya
presencia estoy, que no habr lluvia ni roco en estos aos, sino por mi
palabra. 1 Reyes 17:1.

Entre las montaas de Galaad, al oriente del Jordn, moraba en los das de
Acab un hombre de fe y oracin cuyo ministerio intrpido estaba destinado a
detener la rpida extensin de la apostasa en Israel. Alejado de toda ciudad
de renombre y sin ocupar un puesto elevado en la vida, Elas el tisbita inici
sin embargo su misin confiando en el propsito que Dios tena de preparar el
camino delante de l y darle abundante xito. La palabra de fe y de poder estaba
en sus labios, y consagraba toda su vida a la obra de reforma. La suya era la
voz de quien clama en el desierto para reprender el pecado y rechazar la marea
del mal. Y aunque se present al pueblo para reprender el pecado, su mensaje
ofreca el blsamo de Galaad a las almas enfermas de pecado que deseaban ser
sanadas...
A Elas fue confiada la misin de comunicar a Acab el mensaje relativo al
juicio del cielo. El no procur ser mensajero del Seor; la palabra del Seor
le fue confiada. Y lleno de celo por el honor de la causa de Dios, no vacil
en obedecer la orden divina, aun cuando obedecer era como buscar una presta
destruccin a manos del rey impo...
Fue tan slo por su fe poderosa en el poder infalible de la palabra de Dios
como Elas entreg su mensaje. Si no le hubiese dominado una confianza impl-
cita en Aquel a quien serva, nunca habra comparecido ante Acab. Mientras
se diriga a Samaria, Elas haba pasado al lado de arroyos inagotables, colinas
verdeantes, bosques imponentes que parecan inalcanzables para la sequa. Todo
lo que se vea estaba revestido de belleza. El profeta podra haberse preguntado
cmo iban a secarse los arroyos que nunca haban cesado de fluir, y cmo
podran ser quemados por la sequa aquellos valles y colinas. Pero no dio cabida
a la incredulidad. Crea firmemente que Dios iba a humillar al apstata Israel, y
que los castigos induciran a ste a arrepentirse. El decreto del cielo haba sido
dado; la palabra de Dios no poda dejar de cumplirse; y con riesgo de su vida,
[208] Elas cumpli intrpidamente su comisin.*

*
Ao bblico: Proverbios 28-31.
222
Canto de batalla, 18 de julio

Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a


Jehov, vestidos de ornamentos sagrados, mientras sala la gente armada,
y que dijesen: Glorificad a Jehov, porque su misericordia es para
siempre. 2 Crnicas 20:21.

Era una manera singular de ir a pelear contra el ejrcito enemigo, eso de


alabar a Jehov con cantos y ensalzar al Dios de Israel. Tal era su canto de
batalla. Posean la hermosura de la santidad. Si hoy se alabase ms a Dios,
aumentaran constantemente la esperanza, el valor y la fe. No fortalecera esto
las manos de los soldados valientes que hoy defienden la verdad?
Alabaron a Dios por la victoria, y cuatro das despus el ejrcito regres a
Jerusaln cargado con los despojos de sus enemigos, entonando alabanzas por
la victoria obtenida.
Cuando apreciemos ms profundamente la misericordia y la longanimidad
de Dios, lo alabaremos ms en lugar de quejarnos. Hablaremos de la amante
vigilancia del Seor, de la tierna compasin del buen Pastor. El idioma del
corazn no sern la murmuracin y la queja egosta. La alabanza, como una
corriente clara y que fluye, brotar de los verdaderos creyentes en Dios...
Por qu no despertamos la voz del himno espiritual en los das de nuestro
peregrinaje?... Necesitamos estudiar la Palabra de Dios, necesitamos meditar y
orar. Entonces tendremos visin espiritual para discernir los atrios interiores del
templo celestial. Percibiremos los acordes de accin de gracia entonados por el
coro celestial alrededor del trono. Cuando Sin se levante y resplandezca, su
luz ser ms penetrante, y se escucharn himnos de alabanza y gratitud en la
asamblea de los santos. Las pequeas desilusiones y dificultades se perdern de
vista.
El Seor es nuestro ayudador... Nadie confi jams en Dios en vano. Nunca
chasquea a quienes ponen su confianza en l. Si tan slo hiciramos la obra
que el Seor quisiera que hicisemos, siguiendo las pisadas de Jess, nuestros
corazones se convertiran en arpas sagradas, y cada uno de sus acordes emitira
alabanza y accin de gracias a Aquel que fue enviado por Dios a quitar el pecado
del mundo.* [209]

*
Ao bblico: Eclesiasts 1-4.
223
Todo en el altar, 19 de julio

Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrs, es apto


para el reino de Dios. Lucas 9:62.

No se nos pide a todos que sirvamos como sirvi Eliseo, ni somos todos
invitados a vender cuanto tenemos; pero Dios nos pide que demos a su servicio
el primer lugar en nuestra vida, que no dejemos transcurrir un da sin hacer algo
que haga progresar su obra en la tierra. El no espera de todos la misma clase
de servicio. Uno puede ser llamado al ministerio en una tierra extraa; a otro
se le pedir tal vez que d de sus recursos para sostener la obra del Evangelio.
Dios acepta la ofrenda de cada uno. Lo que resulta necesario es la consagracin
de la vida y de todos sus intereses. Los que hagan esta consagracin oirn el
llamamiento celestial y lo obedecern...
Lo que al principio se requera de Eliseo no era una obra grande, pues los
deberes comunes seguan constituyendo su disciplina. Se dice que derramaba
agua sobre las manos de Elas, su maestro. Estaba dispuesto a hacer cualquier
cosa que el Seor indicase, y a cada paso aprenda lecciones de humildad y
servicio... La vida de Eliseo, despus que se uni a Elas, no fue exenta de
tentaciones. Tuvo l muchas pruebas; pero en toda emergencia confi en Dios.
Estuvo tentado a recordar el hogar que haba dejado, pero no prest atencin a
esto. Habiendo puesto la mano al arado, estaba resuelto a no volver atrs, y a
travs de pruebas y tentaciones demostr que era fiel a su cometido...
Mientras Eliseo acompaaba al profeta... su fe y su resolucin fueron proba-
das una vez ms. En Gilgal y tambin en Betel y en Jeric, el profeta le invit a
que se volviera atrs... Pero... no iba a dejarse desviar de su propsito... Elas
dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de
ti.
Eliseo no solicit honores mundanales ni algn puesto elevado entre los
grandes de la tierra. Lo que l anhelaba era una gran medida del Espritu que
Dios haba otorgado tan liberalmente al que estaba a punto de ser honrado por la
traslacin. Saba que nada que no fuese el Espritu que haba descansado sobre
Elas, podra hacerle idneo para ocupar en Israel el lugar al cual Dios le haba
llamado; de modo que pidi: Te ruego que una doble porcin de tu espritu sea
[210] sobre m. 2 Reyes 2:9.*

*
Ao bblico: Eclesiasts 5-8.
224
Profeta renuente, 20 de julio

Levntate y ve a Nnive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella;


porque ha subido su maldad delante de m. Jons 1:2.

A pesar de lo impa que Nnive haba llegado a ser, no estaba completamente


entregada al mal. El que vio a todos los hijos de los hombres. Salmos 33:13...
percibi que en aquella ciudad muchos procuraban algo mejor y superior... Dios
se les revel en forma inequvoca, para inducirlos, si era posible, a arrepentirse.
El instrumento escogido para esta obra fue el profeta Jons... Si el profeta
hubiese obedecido sin vacilacin, se habra ahorrado muchas experiencias
amargas, y habra recibido abundantes bendiciones. Sin embargo, el Seor no
abandon a Jons en su hora de desesperacin. Mediante una serie de pruebas
y providencias extraas, deba revivir la confianza del profeta en Dios y en su
poder infinito para salvar...
Una vez ms se encarg al siervo de Dios que fuera a dar la advertencia
a Nnive... Al entrar Jons en la ciudad, comenz en seguida a pregonarle el
mensaje: De aqu a cuarenta das Nnive ser destruida. Iba de una calle a la
otra, dejando or la nota de advertencia.
El mensaje no fue dado en vano. El clamor que se elev en las calles de la
ciudad impa se transmiti de unos labios a otros, hasta que todos los habitantes
hubieron odo el anunci sorprendente. El Espritu de Dios hizo penetrar el
mensaje en todos los corazones, e indujo a multitudes a temblar por sus pecados,
y a arrepentirse en profunda humillacin... Su condenacin fue evitada; el
Dios de Israel fue exaltado y honrado en todo el mundo pagano, y su ley fue
reverenciada. Nnive no habra de caer hasta muchos aos ms tarde, presa de
las naciones circundantes, porque se olvid de Dios y manifest un orgullo
jactancioso...
Esto constituye una leccin para los mensajeros que Dios enva hoy, cuando
las ciudades de las naciones necesitan tan ciertamente conocer los atributos y
propsitos del verdadero Dios, como los ninivitas de antao... La nica ciudad
que subsistir es aquella cuyo artfice y constructor es Dios... El Seor Jess
invita a los hombres a luchar con ambicin santificada para obtener la herencia
inmortal.* [211]

*
Ao bblico: Eclesiasts 9-12.
225
Jeremas, el portavoz de Dios, 21 de julio

Bueno es esperar en silencio la salvacin de Jehov. Lamentaciones 3:26.

Entre los que haban esperado que se produjese un despertar espiritual


permanente como resultado de la reforma realizada bajo la direccin de Josas,
se contaba Jeremas, llamado por Dios al cargo proftico mientras era todava
joven...
En el joven Jeremas, Dios vea a alguien que sera fiel a su cometido, y que
se destacara en favor de lo recto contra gran oposicin... El Seor orden a
su mensajero escogido: No digas: Soy un nio; porque a todo lo que te enve
irs t, y dirs todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo
estoy para librarte. Jeremas 1:7-8.
Durante cuarenta aos iba a destacarse Jeremas delante de la nacin como
testigo por la verdad y la justicia. En un tiempo de apostasa sin igual, iba a
representar en su vida y carcter el culto del nico Dios verdadero. Durante los
terribles sitios que iba a sufrir Jerusaln, sera el portavoz de Jehov.
Siendo de naturaleza tmida y sosegada, Jeremas anhelaba la paz y la tran-
quilidad de una vida retrada, en la cual no necesitase presenciar la continua
impenitencia de su amada nacin. Su corazn quedaba desgarrado por la angus-
tia que le ocasionaba la ruina producida por el pecado...
Lo experimentado por Jeremas durante su juventud y tambin durante los
aos ulteriores de su ministerio, le ense la leccin de que el hombre no
es seor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.
Aprendi a orar as: Castgame, oh Jehov, mas con juicio; no con tu furor,
para que no me aniquiles. Jeremas 10:23-24.
Cuando fue llamado a beber la copa de la tribulacin y la tristeza, y cuando
en sus sufrimientos se senta tentado a decir: Perecieron mis fuerzas, y mi espe-
ranza en Jehov, recordaba las providencias de Dios en su favor, y exclamaba
triunfantemente: Por la misericordia de Jehov no hemos sido consumidos,
porque nunca decayeron sus misericordias... Mi porcin es Jehov, dijo mi
[212] alma; por tanto, en l esperar. Lamentaciones 3:18, 22-24.*

*
Ao bblico: Cantares 1-4.
226
La fe y las promesas de Dios, 22 de julio

He aqu que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por
su fe vivir. Habacuc 2:4.

En el tiempo en que Josas empez a reinar, y durante muchos aos antes,


los de corazn fiel que quedaban en Jud se preguntaban si las promesas que
Dios haba hecho al antiguo Israel se iban a cumplir alguna vez...
Estas preguntas llenas de ansiedad fueron expresadas por el profeta Habacuc.
Considerando la situacin de los fieles en su tiempo, dio voz a la preocupacin
de su corazn en esta pregunta: Hasta cundo, oh Jehov, clamar, y no
oirs? Y luego, como su fe se extenda hasta ms all de las perspectivas
penosas del futuro inmediato y confiaba en las preciosas promesas que revelan
el amor de Dios hacia sus hijos que manifiestan confianza, el profeta aadi:
No moriremos. Con esta declaracin de fe, entreg su caso y el de todo
israelita creyente, en las manos de un Dios compasivo...
La fe que fortaleci a Habacuc y a todos los santos y justos de aquellos
tiempos de prueba intensa, era la misma fe que sostiene al pueblo de Dios
hoy. En las horas ms sombras, en las circunstancias ms amedrentadoras, el
creyente puede afirmar su alma en la fuente de toda luz y poder. Da tras da, por
la fe en Dios, puede renovar su esperanza y valor. El justo por su fe vivir...
Debemos apreciar y cultivar la fe acerca de la cual testificaron los profetas
y los apstoles, la fe que echa mano de las promesas de Dios y aguarda la
liberacin que ha de venir en el tiempo y de la manera que l seal. La segura
palabra proftica tendr su cumplimiento final en el glorioso advenimiento de
nuestro Seor y Salvador Jesucristo, como Rey de reyes y Seor de seores...
Con el profeta que procur alentar a Jud en un tiempo de apostasa sin parangn,
declaremos con confianza: Jehov est en su santo templo; calle delante de
l toda la tierra. Habacuc 2:20. Recordemos siempre el mensaje animador:
Aunque la visin tardar an por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no
mentir; aunque tardare, espralo, porque sin duda vendr. Habacuc 2:3.* [213]

*
Ao bblico: Cantares 5-8.
227
Daniel, embajador de Dios, 23 de julio

Entonces los gobernadores y strapas buscaban ocasin para acusar a


Daniel en lo relacionado al reino; mas no podan hallar ocasin alguna o
falta, porque l era fiel, y ningn vicio ni falta fue hallado en l. Daniel
6:4.

Siendo Daniel primer ministro del mayor de los reinos terrenales, fue al
mismo tiempo profeta de Dios y recibi la luz de la inspiracin celestial. Aunque
era hombre de iguales pasiones que las nuestras, la pluma inspirada lo describe
como sin defecto. Cuando las transacciones de sus negocios fueron sometidas
al escrutinio ms severo de sus enemigos, se comprob que eran intachables.
Fue un ejemplo de lo que todo hombre de negocios puede llegar a ser cuando
su corazn est convertido y consagrado, y cuando sus motivos son correctos a
la vista de Dios...
Inquebrantable en su fidelidad a Dios, inconmovible en su dominio del
yo, Daniel fue tenido, por su noble dignidad y su integridad inquebrantable,
mientras era todava joven, en gracia y en buena voluntad por el oficial pagano
encargado de su caso...
Se elev aceleradamente al puesto de primer ministro del reino de Babilonia.
Durante el reinado de varios monarcas sucesivos, mientras caa la nacin y se
estableca otro imperio mundial, su sabidura y sus dotes de estadista fueron
tales, y tan perfecto su tacto, su cortesa y la genuina bondad de su corazn,
as como su fidelidad a los buenos principios, que aun sus enemigos se vieron
obligados a confesar que no podan hallar ocasin alguna o falta, porque l era
fiel.
Mientras los hombres lo honraban confindole las responsabilidades del
Estado y los secretos de reinos que ejercan dominio universal, Daniel fue
honrado por Dios como su embajador, y le fueron dadas muchas revelaciones de
los misterios referentes a los siglos venideros. Sus admirables profecas, como
las registradas en los captulos siete al doce del libro que lleva su nombre, no
fueron comprendidas plenamente ni siquiera por el profeta mismo; pero antes
que terminaran las labores de su vida, recibi la bienaventurada promesa de que
en el tiempo del finen el perodo final de la historia de este mundose le
permitira ocupar otra vez su lugar...
Podremos, como Daniel y sus compaeros, vivir por lo que es verdadero,
noble y perdurable. Y al aprender en esta vida a reconocer los principios del
reino de nuestro Seor y Salvador... podremos estar preparados en ocasin de
[214] su venida para entrar con l a poseerlo.*
*
Ao bblico: Isaas 1-4.
228
El conocimiento requiere accin, 24 de julio

Esdras... era escriba diligente en la ley de Moiss, que Jehov Dios de


Israel haba dado. Esdras 7:6.

Han trascurrido ms de dos mil aos desde que Esdras aplic su corazn a
la bsqueda de la ley de Jehov y a su prctica, pero el transcurso del tiempo
no ha disminuido la influencia de su ejemplo piadoso. A travs de los siglos,
la historia de su vida de consagracin inspir a muchos la determinacin de
buscar y practicar esa misma ley. Esdras 7:10.
Los motivos de Esdras eran elevados y santos; en todo lo que haca era
impulsado por un profundo amor hacia las almas. La compasin y la ternura que
revelaba hacia los que haban pecado, fuese voluntariamente o por ignorancia,
debe ser una leccin objetiva para todos los que procuran realizar reformas...
Es imposible debilitar o reforzar la ley de Jehov. Tal como fue, subsiste.
Siempre ha sido, y siempre ser, santa, justa y buena, completa en s misma. No
puede ser abrogada ni cambiada. Hablar de honrarla o deshonrarla no es
sino usar un lenguaje humano...
Los cristianos deben prepararse para lo que pronto ha de estallar sobre el
mundo como sorpresa abrumadora, y deben hacerlo estudiando diligentemente
la Palabra de Dios y esforzndose por conformar su vida con sus preceptos. Los
tremendos y eternos resultados que estn en juego exigen de nosotros algo ms
que una religin imaginaria, de palabras y formas, que mantenga a la verdad en
el atrio exterior...
Si los santos del Antiguo Testamento dieron tan brillante testimonio de leal-
tad, no debern aquellos sobre quienes resplandece la luz acumulada durante
siglos dar un testimonio an ms sealado con respecto al poder de la verdad?
Permitiremos que el ejemplo de Esdras nos ensee cmo debiramos usar
nuestro conocimiento de las Escrituras? La vida de este siervo de Dios debiera
ser una inspiracin para nosotros para servir al Seor con corazn, mente y
fuerza. Necesitamos primero dedicarnos a conocer los requerimientos de Dios, y
luego a practicarlos. Entonces podremos sembrar semillas de verdad que lleven
fruto para vida eterna.* [215]

*
Ao bblico: Isaas 5-7.
229
Ninguno era perfecto, 25 de julio

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del
poder sea de Dios, y no de nosotros. 2 Corintios 4:7.

Todos los discpulos tenan graves defectos cuando Jess los llam a su
servicio. Aun Juan, quien vino a estar ms ntimamente asociado con el manso
y humilde Jess, no era por naturaleza manso y sumiso. El y su hermano
eran llamados hijos del trueno. Aun mientras andaba con Jess, cualquier
desprecio hecho a ste despertaba su indignacin y espritu combativo. En el
discpulo amado haba mal genio, espritu vengativo y de crtica. Era orgulloso
y ambicionaba ocupar el primer puesto en el reino de Dios. Pero da tras da, en
contraste con su propio espritu violento, contempl la ternura y la tolerancia
de Jess, y fue oyendo sus lecciones de humildad y paciencia. Abri su corazn
a la influencia divina y lleg a ser no solamente oidor sino hacedor de las obras
del Salvador. Ocult su personalidad en Cristo y aprendi a llevar el yugo y la
carga de Cristo.
Jess reprenda a sus discpulos. Los amonestaba y precava; pero Juan y
sus hermanos no lo abandonaron; prefirieron quedar con Jess a pesar de las
reprensiones. El Salvador no se apart de ellos por causa de sus debilidades y
errores. Ellos continuaron compartiendo hasta el fin sus pruebas y aprendiendo
las lecciones de su vida. Contemplando a Cristo, lleg a transformarse su
carcter...
Como representantes suyos entre los hombres, Cristo no elige ngeles que
nunca cayeron, sino a seres humanos, hombres de pasiones iguales a las de
aquellos a quienes tratan de salvar...
Habiendo estado en peligro ellos mismos, conocen los riesgos y dificultades
del camino, y por esta razn son llamados a buscar a los dems que estn en
igual peligro. Hay almas afligidas por la duda, cargadas de flaquezas, dbiles
en la fe e incapacitadas para comprender al Invisible; pero un amigo a quien
pueden creer, que viene a ellos en lugar de Cristo, puede ser el vnculo que
corrobore su temblorosa fe en Cristo.
Hemos de colaborar con los ngeles celestiales para presentar a Jess al
[216] mundo.*

*
Ao bblico: Isaas 8-10.
230
La fe tiene que ser personal, 26 de julio

Porque deca dentro de s: Si tocare solamente su manto, ser salva.


Mateo 9:21.

Era una pobre mujer la que pronunci estas palabras, una mujer que por
espacio de doce aos vena padeciendo una enfermedad que le amargaba la
vida. Haba gastado ya todos sus recursos en mdicos y medicinas, y estaba
desahuciada. Pero al or hablar del gran Mdico, le renaci la esperanza... Ella
haba procurado en vano una y otra vez acercarse a l.
Haba empezado a desesperarse, cuando, mientras l se abra paso por entre
la multitud, lleg cerca de donde ella se encontraba... Pero entre la confusin
no poda hablarle, ni lograr ms que vislumbrar de paso su figura. Con temor de
perder su nica oportunidad de alivio, se adelant con esfuerzo, dicindose: Si
tocare solamente su manto, ser salva. Y mientras l pasaba, ella extendi la
mano y alcanz a tocar apenas el borde de su manto; pero en aquel momento
supo que haba quedado sana. En aquel toque se concentr la fe de su vida, e
instantneamente su dolor y debilidad fueron reemplazados por el vigor de la
perfecta salud.
Con corazn agradecido, trat entonces de retirarse de la muchedumbre;
pero de repente Jess se detuvo... El Salvador poda distinguir el toque de la
fe del contacto casual de la muchedumbre desprevenida. Una confianza tal
no deba pasar sin comentario... Hallando que era vano tratar de ocultarse,
ella se adelant temblorosa y se ech a los pies de Jess. Con lgrimas de
agradecimiento, relat la historia de sus sufrimientos y cmo haba hallado
alivio. Jess le dijo amablemente: Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz. El no
dio oportunidad a que la supersticin proclamase que haba una virtud sanadora
en el mero acto de tocar sus vestidos. No era mediante el contacto exterior con
l, sino por medio de la fe que se aferraba a su poder divino, como se haba
realizado la curacin...
As es tambin en las cosas espirituales. El hablar de religin de una manera
casual, el orar sin hambre del alma ni fe viviente, no vale nada. Una fe nominal
en Cristo, que lo acepta simplemente como Salvador del mundo, no puede traer
sanidad al alma... No es suficiente creer acerca de Cristo; debemos creer en l;
la nica fe que nos beneficiar es la que lo acepta a l como Salvador personal;
que nos pone en posesin de sus mritos.* [217]

*
Ao bblico: Isaas 11-14.
231
Nada es demasiado costoso, 27 de julio

Porque el amor de Cristo nos constrie. 2 Corintios 5:14.

Cristo se deleit en el ardiente deseo de Mara de hacer bien a su Seor.


Acept la abundancia del afecto puro mientras que sus discpulos no lo com-
prendieron ni quisieron comprenderlo. El deseo que Mara tena de prestar este
servicio a su Seor era de ms valor para Cristo que todo el ungento precioso
del mundo, porque expresaba el aprecio de ella por el Redentor del mundo.
El amor de Cristo la constrea. La excelencia sin par del carcter de Cristo
llenaba su alma. Aquel ungento era un smbolo del corazn de la donante. Era
la demostracin exterior de un amor alimentado por las corrientes celestiales
hasta que desbordaba.
El acto de Mara era precisamente la leccin que necesitaban los discpulos
para mostrarles que la expresin de su amor a Cristo le alegrara. El haba sido
todo para ellos, y no comprendan que pronto seran privados de su presencia,
que pronto no podran ofrecerle prueba alguna de gratitud por su grande amor.
La soledad de Cristo, separado de las cortes celestiales, viviendo la vida de los
seres humanos, nunca fue comprendida ni apreciada por sus discpulos como
debiera haberlo sido...
Su comprensin posterior les dio una verdadera idea de las muchas cosas
que hubieran podido hacer para expresar a Jess el amor y la gratitud de sus
corazones... Cuando ya no estaba con ellos... empezaron a ver cmo hubieran
podido hacerle atenciones que hubieran infundido alegra a su corazn. Ya
no cargaron de reproches a Mara, sino a s mismos. Oh, si hubiesen podido
recoger sus censuras, su presentacin del pobre como ms digno del don que
Cristo! Sintieron el reproche agudamente cuando quitaron de la cruz el cuerpo
magullado de su Seor.
La misma necesidad es evidente en nuestro mundo hoy. Son pocos los que
aprecian todo lo que Cristo es para ellos. Si lo hicieran, expresaran el gran
amor de Mara, ofrendaran libremente el ungento, y no lo consideraran un
derroche. Nada tendran por demasiado costoso para darlo a Cristo, ningn
acto de abnegacin o sacrificio personal les parecera demasiado grande para
[218] soportarlo por amor a l.*

*
Ao bblico: Isaas 15-19.
232
El discpulo amado, 28 de julio

Nosotros le amamos a l, porque l nos am primero. 1 Juan 4:19.

Juan se distingue de los otros apstoles como el discpulo a quien amaba


Jess. Juan 21:20... Recibi muchas pruebas de la confianza y el amor del
Salvador. Juan era uno de los tres a los cuales les fue permitido presenciar la
gloria de Cristo sobre el monte de la transfiguracin, as como su agona en el
Getseman, y fue a l a quien nuestro Seor confi la custodia de su madre en
aquellas ltimas horas de angustia sobre la cruz.
La naturaleza de Juan anhelaba el amor, la simpata, el compaerismo. Se
acercaba a Jess, se sentaba a su lado, se apoyaba en su pecho. As como una
flor bebe del sol y del roco, as l beba de la luz y la vida divinas.
La profundidad y fervor del afecto de Juan hacia su Maestro no era la causa
del amor de Cristo hacia l, sino el efecto de ese amor. Juan deseaba llegar a
ser semejante a Jess, y bajo la influencia transformadora del amor de Cristo,
lleg a ser manso y humilde. Su yo estaba escondido en Jess. Sobre todos sus
compaeros, Juan se entreg al poder de esa maravillosa vida... Juan conoci al
Salvador por experiencia propia. Las lecciones de su Maestro se grabaron sobre
su alma. Cuando l testificaba de la gracia del Salvador, su lenguaje sencillo era
elocuente por el amor que llenaba todo su ser.
A causa de su profundo amor hacia Cristo, Juan deseaba siempre estar cerca
de l. El Salvador amaba a los doce, pero el espritu de Juan era el ms receptivo.
Era ms joven que los dems y con mayor confianza infantil, abri su corazn a
Jess. As lleg a simpatizar ms con Cristo, y mediante l, las ms profundas
lecciones espirituales de Cristo fueron comunicadas al pueblo...
Juan pudo hablar del amor del Padre como no lo pudo hacer ningn otro
de los discpulos. Revel a sus semejantes lo que senta en su propia alma,
representando en su carcter los atributos de Dios... La belleza de la santidad
que lo haba transformado brillaba en su rostro con resplandor semejante al de
Cristo. En su adoracin y amor contemplaba al Salvador hasta que la semejanza
a Cristo y el compaerismo con l llegaron a ser su nico deseo, y en su carcter
se reflej el carcter de su Maestro.* [219]

*
Ao bblico: Isaas 20-23.
233
De Saulo a Pablo, 29 de julio

El, temblando y temeroso, dijo: Seor, qu quieres que yo haga? Y el


Seor le dijo: Levntate y entra en la ciudad, y se te dir lo que debes
hacer. Hechos 9:6.

En la admirable conversin de Pablo, vemos el poder milagroso de Dios...


Jess, cuyo nombre l odiaba y despreciaba ms que cualquier otro, se revel
a Pablo con el propsito de detener su loca aunque sincera carrera, a fin de
hacer de ese instrumento nada promisorio un vaso escogido para proclamar
el Evangelio a los gentiles... La luz de la iluminacin celestial le haba hecho
perder la vista a Pablo; pero Jess, el Gran Mdico de los ciegos, no se la
restaura. Contesta a la pregunta de Pablo con estas palabras: Levntate y entra
en la ciudad, y se te dir lo que debes hacer. No slo podra Jess haber curado
a Pablo de su ceguera, sino que podra haberle perdonado sus pecados, haberle
explicado cul era su deber y haberle trazado su conducta futura. De Cristo haba
de fluir toda potestad y misericordia; pero no dio a Pablo, cuando se convirti a
la verdad, una experiencia independiente de su iglesia recin organizada en la
tierra.
La luz admirable dada a Pablo en esta ocasin lo asombr y confundi.
Estaba completamente subyugado. Esa parte de la obra no poda hacerla algn
hombre en favor de Pablo; pero quedaba todava una obra que cumplir que
los siervos de Cristo podan hacer. Jess le indica a Pablo que recurra a sus
agentes de la iglesia para conocer mejor su deber. As autoriza y sanciona su
iglesia organizada. Cristo haba hecho la obra de la revelacin y conviccin, y
ahora Pablo estaba en condicin de aprender de aquellos a quienes Dios haba
ordenado que enseasen la verdad. Cristo envi a Pablo a sus siervos escogidos,
y en esta forma lo puso en relacin con su iglesia.
Los mismos a quienes se propona matar deban instruirlo en la religin que
l haba despreciado y perseguido...
Un ngel fue enviado a hablar con Ananas, para indicarle que fuese a cierta
casa donde Saulo estaba orando para recibir instruccin con respecto a lo que
deba hacer... En lugar de Cristo, Ananas toca los ojos de Saulo, para que reciba
la vista, coloca sus manos sobre l, y mientras ora en el nombre de Cristo, Saulo
[220] recibe el Espritu Santo.*

*
Ao bblico: Isaas 24-26.
234
Hacia la meta, 30 de julio

Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrs, y


extendindome a lo que est delante, prosigo a la meta, al premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jess. Filipenses 3:13-14.

Pablo haca muchas cosas. Era un sabio maestro. Sus muchas cartas estn
llenas de lecciones instructivas que exponen principios correctos. Trabajaba
con sus manos, porque era fabricante de tiendas, y de esta manera ganaba el
pan de cada da. Senta una pesada responsabilidad por las iglesias. Luchaba
muy fervientemente para mostrarles [a los miembros] sus errores, a fin de que
pudieran corregirlos y no ser engaados y alejados de Dios. Siempre trataba de
ayudarlos en sus dificultades; y sin embargo declara: Una cosa hago... Las
responsabilidades de su vida eran muchas, sin embargo siempre mantena frente
a l esa una cosa. La sensacin constante de la presencia de Dios lo obligaba
a mantener su vista mirando siempre a Jess, el Autor y Consumador de su fe.
El gran propsito que lo constrea a avanzar ante las penalidades y dificul-
tades, debe inducir a cada obrero cristiano a consagrarse enteramente al servicio
de Dios. Se le presentarn atracciones mundanales para desviar su atencin del
Salvador, pero debe avanzar hacia la meta, mostrando al mundo, a los ngeles
y a los hombres que la esperanza de ver el rostro de Dios es digna de todo el
esfuerzo y sacrificio que demanda el logro de esta esperanza.
El discpulo ms humilde de Cristo puede llegar a ser un habitante del cielo,
un heredero de Dios con derecho a una herencia incorruptible y que no se
desvanece. Oh, si cada uno pudiera elegir el don celestial, convirtindose en
heredero de Dios de esa herencia cuyo ttulo est a salvo de todo destructor,
mundo sin fin! No elijis el mundo, sino la herencia mejor! Apresurad, acelerad
vuestro camino hacia la meta para recibir el premio de vuestra elevada vocacin
en Cristo Jess.
Pronto presenciaremos la coronacin de nuestro Rey. Aquellos cuya vida
qued escondida con Cristo, aquellos que en esta tierra pelearon la buena batalla
de la fe, resplandecern con la gloria del Redentor en el reino de Dios.* [221]

*
Ao bblico: Isaas 27-29.
235
Hasta aqu nos ha ayudado Jehov, 31 de julio

Alabad a Jehov, invocad su nombre; dad a conocer sus obras en los


pueblos. Cantadle, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas.
Salmos 105:1-2.

El trato de Dios con su pueblo debe mencionarse con frecuencia. Cun a


menudo levant el Seor hitos en el camino en su trato con el antiguo Israel! A
fin de que no olvidasen la historia pasada, orden a Moiss que inmortalizase
esos acontecimientos en cantos, a fin de que los padres pudiesen enserselos a
sus hijos. Haban de levantar monumentos recordativos bien a la vista. Deban
esmerarse para conservarlos, a fin de que cuando los nios preguntasen acerca
de esas cosas, les pudiesen repetir toda la historia. As eran recordados el trato
providencial y la sealada bondad y misericordia de Dios en su cuidado y
liberacin de su pueblo. Se nos exhorta a traer a la memoria los das pasados,
en los cuales, despus de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de
padecimientos. Hebreos 10:32. El Seor ha obrado como un Dios realizador
de prodigios en favor de su pueblo en esta generacin... Necesitamos relatar a
menudo la bondad de Dios y alabarle por sus obras admirables.
No perdis pues vuestra confianza, sino tened firme seguridad, ms firme
que nunca antes. Hasta aqu nos ha ayudado Jehov! (1 Samuel 7:12, VM),
y nos ayudar hasta el fin. Miremos los monumentos conmemorativos de lo
que Dios ha hecho para confortarnos y salvarnos de la mano del destructor.
Tengamos siempre presentes todas las tiernas misericordias que Dios nos ha
mostrado: las lgrimas que ha enjugado, las penas que ha quitado, las ansiedades
que ha alejado, los temores que ha disipado, las necesidades que ha suplido,
las bendiciones que ha derramado, fortificndonos as a nosotros mismos, para
todo lo que est delante de nosotros en el resto de nuestra peregrinacin.
No podemos menos que prever nuevas perplejidades en el conflicto venidero,
pero podemos mirar hacia el pasado tanto como hacia el futuro, y decir: Hasta
aqu nos ha ayudado Jehov! Segn tus das sern tus fuerzas. La prueba no
exceder a la fuerza que se nos d para soportarla. As que sigamos con nuestro
trabajo dondequiera lo hallemos, sabiendo que para cualquier cosa que venga l
[222] nos dar fuerza proporcionada a la prueba.*

*
Ao bblico: Isaas 30-33.
236
Agosto
El reino de Dios en el corazn, 1 de agosto

He aqu el reino de Dios est entre vosotros. Lucas 17:21.

El gobierno bajo el cual Jess viva era corrompido y opresivo; por todos
lados haba abusos clamorosos: extorsin, intolerancia y crueldad insultante.
Sin embargo, el Salvador no intent hacer reformas civiles, no atac los abusos
nacionales ni conden a los enemigos nacionales. No intervino en la autoridad ni
en la administracin de los que estaban en el poder. El que era nuestro ejemplo
se mantuvo alejado de los gobiernos terrenales. No porque fuese indiferente
a los males de los hombres, sino porque el remedio no consista en medidas
simplemente humanas y externas. Para ser eficiente, la cura deba alcanzar a los
hombres individualmente, y deba regenerar el corazn.
Algunos de los fariseos haban venido a Jess y le haban preguntado
cundo haba de venir el reino de Dios. Haban pasado ms de tres aos
desde que Juan el Bautista diera el mensaje que a manera de toque de trompeta
haba repercutido por el pas: Arrepentos, porque el reino de los cielos se ha
acercado. Mateo 3:2. Y sin embargo los fariseos no vean seal alguna del
establecimiento del reino...
Jess contest: El reino de Dios no vendr con advertencia [manifestacin
exterior, VM], ni dirn: Helo aqu, o helo all; porque he aqu el reino de Dios
est entre vosotros. No busquis aqu o all manifestaciones de poder terrenal
que sealen su comienzo.
Las obras de Cristo no slo declaraban que era el Mesas sino que ma-
nifestaban cmo iba a establecerse su reino... El reino de Dios no viene con
manifestaciones externas. Viene mediante la dulzura de la inspiracin de su
Palabra, la obra interior de su Espritu, y la comunin del alma con Aquel que
es su vida. La mayor demostracin de su poder se advierte en la naturaleza
humana llevada a la perfeccin del carcter de Dios...
Cuando Dios dio a su Hijo a nuestro mundo, dot a los seres humanos de
riquezas imperecederas, en cuya comparacin nada valen los tesoros humanos
acumulados desde que el mundo es mundo. Cristo vino a la tierra, y se present
ante los hombres con el atesorado amor de la eternidad, y este es el tesoro
que, por medio de nuestra unin con l, hemos de recibir para manifestarlo y
[223] distribuirlo.*

*
Ao bblico: Isaas 34-37.
238
Como la levadura, 2 de agosto

El reino de los cielos es semejante a la levadura que tom una mujer, y


escondi en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado. Mateo
13:33.

En la parbola del Salvador la levadura se usa para representar el reino de


los cielos. Ilustra el poder vivificante y asimilador de la gracia de Dios...
La gracia de Dios debe ser recibida por el pecador antes que pueda ser
hecho apto para el reino de gloria. Toda la cultura y la educacin que el mundo
puede dar, no podrn convertir a una criatura degradada por el pecado en un
hijo del cielo. La energa renovadora debe venir de Dios... Como la levadura,
cuando se mezcla con la harina, obra desde adentro hacia afuera, tal ocurre con
la renovacin del corazn que la gracia de Dios produce para transformar la
vida...
La levadura escondida en la harina trabaja en forma invisible para hacer
que toda la masa se halle bajo el proceso del leudamiento; as la levadura de
la verdad trabaja secreta, silenciosa, invariablemente para transformar el alma.
Las inclinaciones naturales son mitigadas y sometidas. Nuevos pensamientos,
nuevos sentimientos, nuevos motivos son implantados. Se traza una nueva
norma del carcter: la vida de Cristo. La mente es cambiada; las facultades son
despertadas para obrar en nuevas direcciones... La conciencia se despierta...
El corazn de aquel que recibe la gracia de Dios desborda de amor a Dios
y a aquellos por los cuales Cristo muri. El yo no lucha para ser reconocido...
Es amable y considerado, humilde en la opinin que tiene de s mismo, y sin
embargo lleno de esperanza, y siempre confa en la misericordia y el amor de
Dios...
La gracia de Cristo ha de dominar el genio y la voz. Su obra se revelar en
la cortesa y la tierna consideracin mostradas por el hermano hacia el hermano,
con palabras bondadosas y alentadoras. Existe una presencia angelical en el
hogar. La vida despide un dulce perfume que asciende a Dios como sagrado
incienso. El amor se manifiesta en la bondad, la gentileza, la tolerancia y la
longanimidad. El semblante cambia. Cristo que habita en el corazn, brilla en
el rostro de aquellos que le aman y guardan sus mandamientos... Y mientras se
efectan estos cambios, los ngeles rompen en himnos arrobadores, y Dios y
Cristo se regocijan sobre las almas transformadas a la semejanza divina.* [224]

*
Ao bblico: Isaas 38-40.
239
El manto real, 3 de agosto

Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y


resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Apocalipsis 19:8.

La parbola del vestido de bodas (Mateo 22:1-14) representa una leccin del
ms alto significado... El vestido de boda de la parbola representa el carcter
puro y sin mancha que poseern los verdaderos seguidores de Cristo... El lino
fino, dice la Escritura, son las acciones justas de los santos. Apocalipsis 19:8.
Es la justicia de Cristo, su propio carcter sin mancha, que por la fe se imparte
a todos los que lo reciben como Salvador personal.
La ropa blanca de la inocencia era llevada por nuestros primeros padres
cuando fueron colocados por Dios en el santo Edn. Ellos vivan en perfecta
conformidad con la voluntad de Dios... Una hermosa y suave luz, la luz de Dios,
envolva a la santa pareja... Pero cuando entr el pecado, rompieron su relacin
con Dios, y la luz que los haba circuido se apart. Desnudos y avergonzados,
procuraron suplir la falta de los mantos celestiales cosiendo hojas de higuera
para cubrirse.
No podemos proveernos por nuestra cuenta del ropaje de la justicia, porque
el profeta dice: Todas nuestras justicias [son] como trapo de inmundicia.
Isaas 64:6. No hay nada en nosotros con qu cubrir el alma para que no se vea
su desnudez. Debemos recibir el ropaje de justicia tejido en el telar del cielo, el
ropaje puro de la justicia de Cristo.
Dios ha hecho amplia provisin para que podamos comparecer perfectos
en su gracia, sin que nos falte nada, aguardando la aparicin de nuestro Seor.
Ests listo? Ests ataviado con el vestido de bodas? Esa vestimenta nunca
cubrir el engao, ni la impureza, ni la corrupcin, ni la hipocresa. El ojo de
Dios est sobre ti. Discierne los pensamientos y las intenciones del corazn.
Podemos ocultar nuestros pecados de los ojos de los hombres, pero no podemos
ocultar nada de nuestro Hacedor.
Que a los jvenes y nios pequeos se les ensee a escoger por s mismos
el manto real tejido en el telar del cielo: el lino fino, limpio y resplandeciente
que vestirn los santos de la tierra. Este manto, el mismo carcter inmaculado
de Cristo, se le ofrece gratuitamente a cada ser humano. Pero todos los que lo
[225] reciban, lo recibirn y vestirn aqu.*

*
Ao bblico: Isaas 41-44.
240
Dios con nosotros, 4 de agosto

Y llamars su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.


Mateo 1:23.

Desde los das de la eternidad, el Seor Jesucristo era uno con el Padre; era
la imagen de Dios, la imagen de su grandeza y majestad, el resplandor de
su gloria. Vino a nuestro mundo para manifestar esa gloria. Vino a esta tierra
oscurecida por el pecado para revelar la luz del amor de Dios, para ser Dios
con nosotros...
Nuestro pequeo mundo es un libro de texto para el universo. El maravilloso
y misericordioso propsito de Dios, el misterio del amor redentor, es el tema en
el cual desean mirar los ngeles, y ser su estudio a travs de los siglos sin fin.
Tanto los redimidos como los seres que nunca cayeron hallarn en la cruz de
Cristo su ciencia y su cancin. Se ver que la gloria que resplandece en el rostro
de Jess es la gloria del amor abnegado. A la luz del Calvario, se ver que la ley
del renunciamiento por amor es la ley de la vida para la tierra y el cielo; que el
amor que no busca lo suyo tiene su fuente en el corazn de Dios...
Jess podra haber permanecido al lado del Padre. Podra haber conservado
la gloria del cielo y el homenaje de los ngeles. Pero prefiri devolver el cetro a
las manos del Padre, y bajar del trono del universo, a fin de traer luz a los que
estaban en tinieblas, y vida a los que perecan...
Este gran propsito haba sido anunciado por medio de figuras y smbolos.
La zarza ardiente, en la cual Cristo apareci a Moiss, revelaba a Dios... El
Dios que es todo misericordia velaba su gloria en una figura muy humilde, a
fin de que Moiss pudiese mirarla y sobrevivir. As tambin en la columna de
nube de da y la columna de fuego de noche, Dios se comunicaba con Israel,
les revelaba su voluntad a los hombres, y les imparta su gracia. La gloria de
Dios estaba suavizada, y velada su majestad, a fin de que la dbil visin de los
hombres finitos pudiese contemplarla. As Cristo haba de venir en el cuerpo
de la humillacin nuestra (Filipenses 3:21), hecho semejante a los hombres...
Su gloria estaba velada, su grandeza y majestad ocultas, a fin de que pudiese
acercarse a los hombres entristecidos y tentados.* [226]

*
Ao bblico: Isaas 45-48.
241
Hijos e hijas adoptivos, 5 de agosto

Habindonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de


Jesucristo, segn el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria
de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. Efesios 1:5-6.

Antes de que se pusieran los fundamentos de la tierra se estableci el pacto


de que todos los que fueran obedientes, todos los que por medio de la abundante
gracia provista llegaran a ser santos en carcter y sin mancha delante de Dios
para apropiarse de esa gracia, fueran hijos de Dios.
Lo debemos todo a la gracia, gracia gratuita, gracia soberana. Gracia en el
pacto orden nuestra adopcin. Gracia en el Salvador efectu nuestra redencin,
nuestra regeneracin y nuestra adopcin a la posicin de herederos con Cristo.
Al creer plenamente que somos suyos por adopcin, podremos tener un
goce anticipado del cielo... Estamos cerca de l y podemos mantener una dulce
comunin con l. Logramos vislumbres de su ternura y compasin, y nuestros
corazones se quebrantan y se ablandan al contemplar el amor que nos ha sido
dado. Sentimos ciertamente que Cristo mora en el alma. Habitamos en l, y nos
sentimos en casa con Jess... Sentimos y comprendemos el amor de Dios, y
reposamos en su amor. No hay lengua que pueda describirlo; est ms all del
conocimiento. Somos uno con Cristo, nuestra vida est escondida con Cristo
en Dios. Tenemos la seguridad de que cuando l, que es nuestra vida, aparezca,
nosotros tambin apareceremos con l en gloria. Con fuerte confianza podemos
llamar a Dios nuestro Padre.
Todos los que han nacido en la familia celestial son en un sentido especial
los hermanos de nuestro Seor. El amor de Cristo liga a los miembros de su
familia, y dondequiera que se hace manifiesto este amor se revela la filiacin
divina...
El amor hacia el hombre es la manifestacin terrenal del amor hacia Dios. El
rey de gloria vino a ser uno con nosotros a fin de implantar este amor y hacernos
hijos de una misma familia. Y cuando se cumplan las palabras que pronunci al
partir: Que os amis unos a otros, como yo os he amado (Juan 15:12), cuando
amemos al mundo como l lo am, entonces se habr cumplido su misin para
con nosotros. Estaremos listos para el cielo, porque lo tendremos en nuestro
[227] corazn.*

*
Ao bblico: Isaas 49-51.
242
Las bendiciones producto de la obediencia, 6 de agosto

El hacer tu voluntad, Dios mo, me ha agradado, y tu ley est en medio de


mi corazn. Salmos 40:8.

Qu Dios es el nuestro! El gobierna sobre su reino con diligencia y cuidado;


y en derredor de sus sbditos ha erigido una valla: los Diez Mandamientos, para
preservarlos de los resultados de la transgresin. Al requerir que se obedezcan
las leyes de su reino, Dios da a su pueblo salud y felicidad, paz y gozo. Les
ensea que la perfeccin del carcter que l desea puede alcanzarse nicamente
familiarizndose con su Palabra.
El verdadero buscador, que lucha para ser semejante a Jess en palabra,
vida y carcter, contemplar a su Redentor y, al observarlo, ser transformado
a su imagen, porque anhela tener la misma disposicin y la misma mente que
hubo en Cristo Jess... Tiene anhelos de Dios. La historia de su Redentor, el
inconmensurable sacrificio que l realiz, llega a estar pleno de significado para
l. Cristo, la majestad del cielo, se hizo pobre, para que nosotros, por su pobreza,
llegramos a ser ricos; no ricos solamente en dotes, sino ricos en logros.
Estas son las riquezas que Cristo fervientemente anhela que sus seguidores
posean. Cuando el verdadero buscador de la verdad lee la Palabra y abre su
mente para recibir la Palabra, anhela la verdad con todo su corazn. El amor, la
piedad, la ternura, la cortesa, la amabilidad cristiana, que sern los elementos
caractersticos de las mansiones celestiales que Cristo ha ido a preparar para
los que le aman, toman posesin de su alma. Su propsito es firme. Est
determinado a colocarse del lado de la justicia. La verdad se ha abierto camino
a su corazn, y est implantada all por el Espritu Santo, quien es la verdad.
Cuando la verdad toma posesin del corazn, el hombre da una evidencia segura
de esto convirtindose en un mayordomo de la gracia de Cristo.
Cada mayordomo tiene su propia obra especfica que debe hacer para pro-
mover el reino de Dios... Los talentos del habla, la memoria, la influencia, las
propiedades, deben amontonarse para la gloria de Dios y la promocin de su
reino. El bendecir el uso debido de esos dones.* [228]

*
Ao bblico: Isaas 52-55.
243
En el lugar santsimo, 7 de agosto

Jehov est en su santo templo; calle delante de l toda la tierra. Habacuc


2:20.

Vi un trono, y sobre l se sentaban el Padre y el Hijo. Me fij en el rostro de


Jess y admir su hermosa persona. No pude contemplar la persona del Padre,
pues le cubra una nube de gloriosa luz. Pregunt a Jess si su Padre tena forma
como l. Dijo que la tena, pero que yo no poda contemplarla, porque dijo: Si
llegases a contemplar la gloria de su persona, dejaras de existir...
Vi al Padre levantarse del trono, y en un carro de llamas entr en el lugar
santsimo, al interior del velo, y se sent... Despus de eso, un carro de nubes,
cuyas ruedas eran como llamas de fuego, lleg rodeado de ngeles, adonde
estaba Jess. El entr en el carro y fue llevado al lugar santsimo, donde el Padre
estaba sentado. All contempl a Jess, el gran Sumo Sacerdote, de pie delante
del Padre.
Dos hermosos querubines estaban de pie en cada extremo del arca con las
alas desplegadas sobre ella, y tocndose una a otra por encima de la cabeza
de Jess, de pie ante el propiciatorio. Estaban los querubines cara a cara, pero
mirando hacia el arca, en representacin de toda la hueste anglica que con-
templaba con inters la ley de Dios. Entre los querubines haba un incensario
de oro, y cuando las oraciones de los santos, ofrecidas con fe, suban a Jess y
l las presentaba a su Padre, una nube fragante suba del incienso a manera de
humo de bellsimos colores. Encima del sitio donde estaba Jess ante el arca,
haba una brillantsima gloria que no pude mirar. Pareca el trono de Dios.
Nuestro crucificado Seor implora por nosotros en presencia del Padre ante
el trono de la gracia. Podemos invocar su sacrificio expiatorio para nuestro
perdn, justificacin y santificacin. El Cordero inmolado es nuestra nica
esperanza. Nuestra fe lo contempla, se aferra de l como del nico que puede
salvar hasta lo sumo, y la fragancia de la ofrenda toda suficiente es aceptada
por el Padre. La gloria de Cristo est implcita en nuestro buen xito. Tiene un
[229] inters comn por toda la humanidad. Es nuestro simpatizante Salvador.*

*
Ao bblico: Isaas 56-58.
244
Fuente de compasin y misericordia, 8 de agosto

Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de


tu reino. Salmos 45:6.

Aunque ascendi a la presencia de Dios y comparte el trono del universo,


Jess no ha perdido nada de su naturaleza compasiva. Hoy el mismo tierno y
simpatizante corazn est abierto a todos los pesares de la humanidad. Hoy las
manos que fueron horadadas se extienden para bendecir abundantemente a su
pueblo que est en el mundo...
En todas nuestras pruebas, tenemos un Ayudador que nunca nos falta. El no
nos deja solos para que luchemos con la tentacin, batallemos contra el mal,
y seamos finalmente aplastados por las cargas y tristezas. Aunque ahora est
oculto para los ojos mortales, el odo de la fe puede or su voz que dice: No
temas; yo estoy contigo. Yo soy el que vivo, y estuve muerto; mas he aqu que
vivo por los siglos de los siglos. Apocalipsis 1:18.
Los que expulsan la iniquidad de sus corazones y extienden las manos en
ferviente splica a Dios, recibirn la ayuda que slo Dios puede darles. Se ha
pagado un rescate por las almas de los hombres, para que pudieran tener la
oportunidad de escapar de la esclavitud del pecado y obtener perdn, pureza y el
cielo. Los que frecuentan el trono de la gracia, para ofrecer peticiones sinceras
y fervientes en procura de sabidura y poder divinos, no dejarn de ser siervos
de Cristo activos y tiles. Puede ser que no posean grandes talentos, pero con
humildad de corazn y firme confianza en Jess podrn hacer una buena obra al
traer almas a Cristo...
Miles tienen falsos conceptos de Dios y sus atributos... Dios es un Dios
de verdad. Justicia y misericordia son los atributos de su trono. Es un Dios de
amor, de piedad y tierna compasin. As est representado en su Hijo, nuestro
Salvador. Es un Dios de paciencia y longanimidad. Si el Ser a quien adoramos y
cuyo carcter tratamos de asimilar tiene estas caractersticas, estamos adorando
al verdadero Dios.
Si seguimos a Cristo, sus mritos, que nos son imputados, ascienden ante
el Padre como dulce perfume. Y las gracias del carcter de nuestro Salvador,
implantadas en nuestros corazones, esparcirn a nuestro alrededor una preciosa
fragancia.* [230]

*
Ao bblico: Isaas 59-62.
245
Para atraernos a Dios, 9 de agosto

Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongu mi misericordia.


Jeremas 31:3.

El Seor de la vida y la gloria visti su divinidad de humanidad para mostrar


al hombre que Dios, mediante el don de Cristo, quiere unirnos con l. Sin estar
en comunin con Dios, a nadie le es posible ser feliz. El hombre cado ha de
aprender que nuestro Padre celestial no puede estar satisfecho hasta que su amor
circunde al pecador arrepentido, transformado por los mritos del inmaculado
Cordero de Dios.
A este fin tiende la obra de todos los seres celestiales. Tienen que trabajar,
bajo las rdenes de su General, para la restauracin de aquellos que por la
transgresin se han separado de su Padre celestial. Se ha ideado un plan por el
cual se revelarn al mundo la maravillosa gracia y el amor infinito de Cristo.
El amor de Dios se revela en el precio infinito pagado por el Hijo de Dios
para el rescate del hombre. Este glorioso plan de redencin es amplio en sus
provisiones para salvar al mundo entero. El hombre pecador y cado puede ser
hecho completo en Jess mediante el perdn del pecado y la justicia imputada
de Cristo.
En todos los actos llenos de gracia que Jess realiz, trat de imprimir en
los hombres los atributos paternales y benvolos de Dios... Jess quiere que
comprendamos el amor del Padre, y trata de acercarnos a l presentndonos
su gracia paterna. Quiere que todo el campo de nuestra visin est lleno de la
perfeccin del carcter de Dios... Solamente al vivir entre los hombres poda
revelar la misericordia, la compasin y el amor de su Padre celestial; porque
slo mediante actos de bondad poda manifestar la gracia de Dios.
Cristo vino para manifestar el amor de Dios al mundo, para atraer el corazn
de los hombres hacia l... El primer paso hacia la salvacin es responder a la
atraccin del amor de Cristo... Cristo atrae a los hombres mediante la manifes-
tacin de su amor para que puedan comprender el gozo del perdn, la paz de
Dios. Si responden a su atraccin, entregando su corazn a la gracia divina, los
[231] guiar paso tras paso a un conocimiento pleno de Dios, y esto es vida eterna.*

*
Ao bblico: Isaas 63-66.
246
Las clusulas del pacto, 10 de agosto

Si diereis odo a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seris mi especial


tesoro sobre todos los pueblos. xodo 19:5.

En el principio Dios dio su ley a la humanidad como medio de alcanzar


felicidad y vida eterna.
Los Diez Mandamientos, hars, no hars, son diez promesas seguras para
nosotros si prestamos obediencia a la ley que gobierna el universo. Si me
amis, guardad mis mandamientos. Juan 14:15. He aqu la suma y la sustancia
de la ley de Dios. Las bases de la salvacin para cada hijo e hija de Adn se
encuentran bosquejadas aqu...
La ley de los diez preceptos del mayor amor que se le pueda presentar
al hombre, es la voz de Dios procedente del cielo que formula al alma esta
promesa: Haz esto y no estars bajo el dominio y la direccin de Satans. No
hay puntos negativos en esa ley, aunque as lo parezca. Es HAZ y vivirs.
La condicin para alcanzar la vida eterna es ahora exactamente la misma
de siempre, tal cual era en el paraso antes de la cada de nuestros primeros
padres: perfecta obediencia a la ley de Dios, perfecta justicia. Si la vida eterna
se concediera con alguna condicin inferior a sta, peligrara la felicidad de
todo el universo. Se le abrira la puerta al pecado con todo su squito de dolor y
miseria para siempre.
Cristo no disminuye las exigencias de la ley. En un lenguaje inconfundible,
presenta la obediencia a ella como la condicin de la vida eterna: la misma
condicin que se requera de Adn antes de su cada... El requisito que se ha de
llenar bajo el pacto de la gracia es tan amplio como el que se exiga en el Edn:
la armona con la ley de Dios, que es santa, justa y buena.
La norma de carcter presentada en el Antiguo Testamento es la misma
que se presenta en el Nuevo Testamento. No es una medida o norma que no
podamos alcanzar. Cada mandato o precepto que Dios da, tiene como base la
promesa ms positiva. Dios ha hecho provisin para que podamos llegar a ser
semejantes a l, y cumplir esto en favor de todos aquellos que no interpongan
una voluntad perversa y frustren as su gracia.* [232]

*
Ao bblico: Jeremas 1-3.
247
Escrita en el corazn, 11 de agosto

Despus de aquellos das, dice Jehov: Dar mi ley en su mente, y la


escribir en su corazn... Perdonar la maldad de ellos, y no me acordar
ms de su pecado. Jeremas 31:33-34.

La misma ley que fue grabada en tablas de piedra es escrita por el Espritu
Santo sobre las tablas del corazn. En vez de tratar de establecer nuestra propia
justicia, aceptamos la justicia de Cristo. Su sangre expa nuestros pecados. Su
obediencia es aceptada en nuestro favor. Entonces el corazn renovado por el
Espritu Santo producir los frutos del Espritu. Mediante la gracia de Cristo
viviremos obedeciendo la ley de Dios escrita en nuestro corazn. Al poseer el
Espritu de Cristo, andaremos como l anduvo.
Hay dos errores contra los cuales los hijos de Dios, particularmente los que
apenas han comenzado a confiar en su gracia, deben especialmente guardarse.
El primero... es el de fijarse en sus propias obras, confiando en alguna cosa que
puedan hacer, para ponerse en armona con Dios. El que est procurando llegar
a ser santo mediante sus propios esfuerzos por guardar la ley, est procurando
una imposibilidad...
El error opuesto y no menos peligroso es que la fe en Cristo exime a los
hombres de guardar la ley de Dios; que puesto que solamente por la fe somos
hechos participantes de la gracia de Cristo, nuestras obras no tienen nada que
ver con nuestra redencin... Si la ley est escrita en el corazn, no modelar
la vida?... En vez de que la fe exima al hombre de la obediencia, es la fe, y
slo ella, la que lo hace participante de la gracia de Cristo y lo capacita para
obedecerlo...
Donde no slo hay una creencia en la Palabra de Dios, sino una sumisin de
la voluntad a l; donde se le da a l el corazn y los afectos se fijan en l, all
hay fe, fe que obra por el amor y purifica el alma. Mediante esta fe, el corazn
se renueva conforme a la imagen de Dios. Y el corazn que en su estado carnal
no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede, se deleita despus en sus santos
preceptos, diciendo con el salmista: Oh, cunto amo yo tu ley! Todo el da
es ella mi meditacin. Salmos 119:97. Y la justicia de la ley se cumple en
nosotros, los que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espritu.
[233] Romanos 8:1.*

*
Ao bblico: Jeremas 4-6.
248
El eterno compromiso de Dios, 12 de agosto

Se acord para siempre de su pacto; de la palabra que mand para mil


generaciones. Salmos 105:8.

Dios respalda toda promesa que ha hecho. Con la Biblia en la mano, decid:
He hecho como t dijiste. Presento tu promesa: Pedid, y se os dar; buscad, y
hallaris; llamad, y se os abrir... Mateo 7:7.
El arco iris que rodea el trono nos asegura que Dios es fiel; que en l no
hay mudanza ni sombra de variacin. Hemos pecado contra l y no merecemos
su favor; sin embargo, l mismo pone en nuestros labios la ms admirable
de las splicas: Por amor de tu nombre no nos deseches, ni deshonres tu
glorioso trono; acurdate, no invalides tu pacto con nosotros. Jeremas 14:21.
El se ha comprometido a prestar odo a nuestro clamor cuando acudimos a l y
confesamos nuestra indignidad y pecado. El honor de su trono nos garantiza el
cumplimiento de su palabra.
A todo aquel que se ofrece a s mismo al Seor para servir, sin reservarse
nada, se le da poder para lograr resultados inconmensurables. El Seor Dios se
ha obligado por un eterno compromiso a suplir poder y gracia a todo aquel que
sea santificado por medio de la obediencia a la verdad.
Nehemas se acerc a la presencia del Rey de reyes, y gan para s un poder
que puede desviar los corazones como se desvan las aguas de los ros. Vase
Nehemas 1 y 2.
La facultad de orar como or Nehemas en el momento de su necesidad es
un recurso del cual dispone el cristiano en circunstancias en que otras formas
de oracin pueden resultar imposibles. Los que trabajan en las tareas de la
vida, apremiados y casi abrumados de perplejidad, pueden elevar a Dios una
peticin para ser guiados divinamente... En momentos de dificultad o peligro
repentino, el corazn puede clamar por ayuda a Aquel que se ha comprometido a
acudir en auxilio de sus fieles creyentes cuando quiera que le invoquen. En toda
circunstancia y condicin, el alma cargada de pesar y cuidados, o fieramente
asaltada por la tentacin, puede hallar seguridad, apoyo y socorro en el amor y
el poder inagotables de un Dios que guarda su pacto.* [234]

*
Ao bblico: Jeremas 7-9.
249
Soledad indescriptible, 13 de agosto

He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie haba conmigo. Isaas


63:3.

Durante su niez, su juventud y su edad viril, Jess anduvo solo. En su


pureza y fidelidad, pis solo el lagar, y ninguno del pueblo estuvo con l. Llev
el espantoso peso de la responsabilidad de salvar a los hombres. Saba que a
menos que hubiese un cambio definido en los principios y los propsitos de la
familia humana, todos se perderan. Era esto lo que pesaba sobre su alma, y
nadie poda apreciar esa carga que descansaba sobre l.
Durante toda su vida, su madre y sus hermanos no comprendieron su misin.
Ni aun sus discpulos lo comprendieron. Haba morado en la luz eterna, siendo
uno con Dios, pero deba pasar en la soledad su vida terrenal. Como uno
de nosotros, deba llevar la carga de nuestra culpabilidad y desgracia. El Ser
sin pecado deba sentir la vergenza del pecado. El amante de la paz deba
habitar con la disensin, la verdad deba morar con la mentira, la pureza con la
vileza. Todo el pecado, la discordia y la contaminadora concupiscencia de la
transgresin torturaban su espritu.
Deba hollar la senda y llevar la carga solo. Sobre Aquel que haba depuesto
su gloria y aceptado la debilidad de la humanidad, deba descansar la redencin
del mundo. El lo vea y senta todo, pero su propsito permaneca firme. De su
brazo dependa la salvacin de la especie cada, y extendi su mano para asir la
mano del Amor omnipotente.
La soledad de Cristo, separado de las cortes celestiales, viviendo la vida
de los seres humanos, nunca fue comprendida ni apreciada por sus discpulos
como debiera haberlo sido... Cuando ya no estaba con ellos y se sintieron en
verdad como ovejas sin pastor, empezaron a ver cmo hubieran podido hacerle
atenciones que hubieran infundido alegra a su corazn...
La misma necesidad es evidente en nuestro mundo de hoy. Son pocos los
que aprecian todo lo que Cristo es para ellos. Si lo hicieran, expresaran el gran
amor de Mara, ofrendaran libremente el ungento, y no lo consideraran un
derroche ver. Mateo 26:6-13. Nada tendran por demasiado costoso para darlo a
Cristo, ningn acto de abnegacin o sacrificio personal les parecera demasiado
[235] grande para soportarlo por amor a l.*

*
Ao bblico: Jeremas 10-13.
250
Los pecados del mundo, 14 de agosto

El herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el


castigo de nuestra paz fue sobre l, y por su llaga fuimos nosotros
curados. Isaas 53:5.

Algunos tienen opiniones limitadas acerca de la expiacin. Piensan que


Cristo sufri tan slo una pequea parte de la penalidad de la ley de Dios;
suponen que, aunque el amado Hijo soport la ira de Dios, l tena, a travs de
sus dolorosos sufrimientos, la evidencia del amor y la aceptacin del Padre; que
los portales de la tumba se iluminaron delante de l con radiante esperanza, y
que tena evidencias constantes de su gloria futura. Este es un gran error. La
ms punzante angustia de Cristo provena de que l comprenda el desagrado
de su Padre. La agona que esto le causaba era tan intensa que el hombre puede
apreciarla tan slo dbilmente.
Para muchos, la historia de la condescendencia, la humillacin y el sacrificio
de nuestro Seor, no despierta inters ms profundo... que la historia de la
muerte de los mrtires de Jess. Muchos sufrieron la muerte por torturas lentas;
otros murieron crucificados. En qu difiere de estas muertes la del amado Hijo
de Dios?... Si los sufrimientos de Cristo consistieron solamente en dolor fsico,
entonces su muerte no fue ms dolorosa que la de algunos mrtires. Pero el
dolor corporal fue tan slo una pequea parte de la agona que sufri el amado
Hijo de Dios. Los pecados del mundo pesaban sobre l, as como la sensacin
de la ira de su Padre, mientras sufra la penalidad de la ley transgredida. Fue
esto lo que abrum su alma divina...
El inocente Varn que sufra en el Calvario comprendi y sinti plena y
hondamente la separacin que el pecado produce entre Dios y el hombre. Fue
oprimido por las potestades de las tinieblas. Ni un solo rayo de luz ilumin las
perspectivas del futuro para l... Fue en aquella terrible hora de tinieblas, en
que el rostro de su Padre se ocult mientras lo rodeaban legiones de ngeles
malignos y los pecados del mundo estaban sobre l, cuando sus labios profirieron
estas palabras: Dios mo, Dios mo, por qu me has desamparado?...
En comparacin con la empresa de la vida eterna, todo lo dems se hunde
en la insignificancia.* [236]

*
Ao bblico: Jeremas 14-16.
251
Tan costoso y sin embargo gratuito! 15 de agosto

Por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificacin de vida.


Romanos 5:18.

El dinero no puede comprarla, ni el intelecto discernirla, ni el poder mandar-


la; mas Dios concede generosamente su gracia a todos los que quieran aceptarla.
Pero los hombres deben sentir su necesidad y, renunciando a toda dependencia
propia, aceptar la salvacin como un don. Los que entren en el cielo no escalarn
sus muros mediante su propia justicia, ni se abrirn sus portales para ellos como
consecuencia de costosas ofrendas de oro o plata, sino que obtendrn entrada
en las mansiones de la casa del Padre por medio de los mritos de la cruz de
Cristo.
Para el hombre pecador, el ms grande consuelo, la mayor causa de regocijo,
es que el cielo ha dado a Jess para que sea el Salvador del pecador... Se ofreci
para recorrer el terreno donde Adn tropez y cay; para hacer frente al tentador
en el campo de batalla, y para vencerlo en favor del hombre. Contempladlo
en el desierto de la tentacin. Ayun durante cuarenta das y cuarenta noches,
soportando los ms fieros embates de los poderes de las tinieblas. Pis solo el
lagar, y de los pueblos nadie hubo a su lado. Isaas 63:3. No fue para s mismo,
sino para quebrantar la cadena que mantena a la raza humana esclavizada a
Satans.
As como Cristo en su humanidad buscaba fuerza de su Padre para poder
soportar la prueba y la tentacin, tambin debemos hacerlo nosotros. Debemos
seguir el ejemplo del inmaculado Hijo de Dios. Necesitamos diariamente ayuda,
gracia y poder de la Fuente de todo poder. Debemos echar nuestras impotentes
almas sobre el Unico que est pronto a ayudarnos en todo momento de necesidad.
Demasiado a menudo nos olvidamos del Seor. Cedemos a nuestros impulsos y
perdemos las victorias que deberamos ganar.
Si somos vencidos, no dilatemos en arrepentirnos y en aceptar el perdn que
nos pondr en posicin ventajosa. Si nos arrepentimos y creemos, ser nuestro
el poder purificador de Dios. Su gracia salvadora se ofrece gratuitamente. Su
perdn se otorga a todos los que quieran recibirlo... Con cada pecador que se
arrepiente, los ngeles de Dios se regocijan con cantos de gozo. Ni un pecador
[237] necesita perderse. El don de la gracia redentora es pleno y gratuito.*

*
Ao bblico: Jeremas 17-19.
252
Un consolador semejante a Jess, 16 de agosto

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me


fuere, el Consolador no vendra a vosotros; mas si me fuere, os lo enviar.
Juan 16:7.

El Consolador que Cristo prometi enviar despus de su ascensin al cielo,


es el Espritu en toda la plenitud de la Divinidad, que pone de manifiesto el
poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en l como
Salvador personal.
El Espritu Santo mora con el obrero consagrado de Dios dondequiera que
est. Las palabras habladas a los discpulos son tambin para nosotros. El
Consolador es tanto nuestro como de ellos.
No hay consolador como Cristo, tan tierno y tan leal. Se conmueve con
los sentimientos de nuestras debilidades. Su Espritu habla al corazn. Las cir-
cunstancias pueden separarnos de nuestros amigos; el amplio e inquieto ocano
puede agitarse entre nosotros y ellos. Aunque exista su sincera amistad, quiz
no puedan demostrarla haciendo para nosotros lo que recibiramos con grati-
tud. Pero ninguna circunstancia ni distancia puede separarnos del Consolador
celestial. Doquiera estemos, doquiera vayamos, siempre est all. Alguien que
est en el lugar de Cristo para actuar por l. Siempre est a nuestra diestra para
dirigirnos palabras suaves y amables; para asistirnos, animarnos, apoyarnos y
consolarnos. La influencia del Espritu Santo es la vida de Cristo en el alma.
Ese Espritu obra en, y por medio de todo aquel que recibe a Cristo. Aquellos
en quienes habita este Espritu revelan sus frutos: amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe.
El Espritu Santo siempre mora con los que buscan la perfeccin del carcter
cristiano. El Espritu Santo proporciona la pureza de motivos que sostiene
al alma creyente, que lucha en toda emergencia y frente a toda tentacin. El
Espritu Santo sostiene al creyente en medio del odio del mundo, la hostilidad
de los parientes, el desengao, el descubrimiento de la imperfeccin, y las
equivocaciones de la vida. La victoria es segura para los que miran al Autor
y Consumador de nuestra fe... El llev nuestros pecados, para que por medio
de l, pudiramos tener excelencia moral y alcanzar la perfeccin del carcter
cristiano.* [238]

*
Ao bblico: Jeremas 20-23.
253
Un poder vivificador y purificante, 17 de agosto

Crea en m, oh Dios, un corazn limpio, y renueva un espritu recto


dentro de m. Salmos 51:10.

El Seor purifica el corazn de la misma manera como nosotros ventilamos


una habitacin. No cerramos las puertas y las ventanas e introducimos alguna
sustancia purificadora en ella; sino que la abrimos ampliamente y dejamos
que entre la atmsfera purificadora del cielo... Las ventanas del impulso, del
sentimiento, deben abrirse hacia el cielo, y el polvo del egosmo y de lo terreno
debe ser expulsado. La gracia de Dios debe invadir las cmaras de la mente, la
imaginacin debe contemplar temas celestiales, y todo factor de la naturaleza
debe ser purificado y vitalizado por el Espritu de Dios.
El que vive conforme a los principios de la religin bblica, no ser hallado
dbil en poder moral. Bajo la influencia ennoblecedora del Espritu Santo,
los gustos e inclinaciones se volvern puros y santos. Nada se posesiona tan
fuertemente de los afectos, nada penetra tan hondamente en los motivos ms
profundos de la accin, nada ejerce tan potente influencia sobre la vida, ni da
tan grande firmeza y estabilidad al carcter como la religin de Cristo. Impulsa
a su seguidor siempre hacia arriba, inspirndole nobles propsitos, ensendole
dignidad de porte e impartiendo conveniente dignidad a toda accin.
La iglesia es el objeto del ms tierno amor y cuidado de Dios. Si los miem-
bros se lo permiten, revelar su carcter por medio de ellos. El les dice: Vosotros
sois la luz del mundo. Mateo 5:14. Los que caminan y conversan con Dios
practican la mansedumbre de Cristo. En sus vidas, la paciencia, la mansedumbre
y el dominio propio estn unidos al santo fervor y a la diligencia. A medida que
avanzan hacia el cielo, se borran los rasgos duros de su carcter y se deja ver
la santidad. El Santo Espritu, lleno de gracia y poder, obra en la mente y el
corazn.
El corazn en el cual Cristo hace su morada ser vivificado, purificado,
guiado y gobernado por el Espritu Santo, y el agente humano har enrgicos
esfuerzos para poner su carcter en armona con Dios. Evitar todo lo que sea
[239] contrario a la voluntad revelada y a la opinin de Dios.*

*
Ao bblico: Jeremas 24-26.
254
La lluvia tarda, 18 de agosto

Pedid a Jehov lluvia en la estacin tarda. Jehov har relmpagos, y os


dar lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno. Zacaras
10:1.

Bajo la figura de la lluvia temprana y tarda que cae en los pases orientales
al tiempo de la siembra y la cosecha, los profetas hebreos predijeron el derrama-
miento de la gracia espiritual en una medida extraordinaria sobre la iglesia de
Dios. El derramamiento del Espritu en los das de los apstoles fue el comienzo
de la lluvia temprana, y gloriosos fueron los resultados... Pero cerca del fin de
la siega de la tierra, se promete una concesin especial de gracia espiritual, para
preparar a la iglesia para la venida del Hijo del hombre. Este derramamiento del
Espritu se compara con la cada de la lluvia tarda; y en procura de este poder
adicional, los cristianos han de elevar sus peticiones al Seor de la mies en la
estacin tarda.
As como Cristo fue glorificado en el da de Pentecosts, ser glorificado de
nuevo al terminar la obra del Evangelio, cuando ha de preparar a un pueblo que
soportar la prueba definitiva en el conflicto final de la gran controversia.
Se ver a muchos... corriendo de un lado a otro constreidos por el Espritu
de Dios para llevar la luz a los dems. La verdad, la Palabra de Dios, es como
fuego en sus huesos, que los llena del ardiente deseo de iluminar a los que
se hallan en tinieblas. Muchos, aun entre los indoctos, proclaman ahora las
palabras del Seor. El Espritu Santo impulsa a los nios a salir y presentar
el mensaje del cielo. El Espritu se derrama sobre todos los que ceden a su
influencia y... proclamarn la verdad con el poder del Espritu.
Pero a menos que los miembros de la iglesia de Dios hoy tengan una relacin
viva con la fuente de todo crecimiento espiritual, no estarn listos para el tiempo
de la siega. A menos que mantengan sus lmparas aparejadas y ardiendo, no
recibirn la gracia adicional en tiempo de necesidad especial.
La gracia divina se necesita al comienzo, se necesita gracia divina a cada
paso de avance, y slo la gracia divina puede completar la obra. No hay lugar
para el descanso en una actitud descuidada... Por medio de la oracin y la fe
hemos continuamente de buscar ms del Espritu.* [240]

*
Ao bblico: Jeremas 27-29.
255
Toma tiempo, 19 de agosto

Yo Jehov la guardo, cada momento la regar; la guardar de noche y de


da, para que nadie la dae. Isaas 27:3.

La mente de un hombre o de una mujer no desciende en forma abrupta


de la pureza y la santidad a la depravacin, la corrupcin y el crimen. Toma
tiempo transformar de lo humano a lo divino, o degradar a los que han sido
formados a la imagen de Dios al nivel de lo brutal o lo satnico. Por contemplar
nos transformamos. Aunque formado a la imagen de su Hacedor, el hombre
puede educar su mente de tal manera que el pecado que una vez le pareci
repugnante le resulte placentero. Al dejar de velar y orar, abandona la guardia
de la ciudadela: el corazn... Se debe mantener una guerra constante contra la
mente carnal; y debemos ser ayudados por la influencia refinadora de la gracia
de Dios, que atraer la mente hacia lo alto y la habituar a meditar en las cosas
puras y santas.
El carcter no se adquiere por casualidad. No queda determinado por un
arranque temperamental, por un paso en la direccin equivocada. Es la repeticin
del acto lo que lo convierte en hbito y moldea el carcter para el bien o para el
mal. Los caracteres rectos pueden formarse nicamente mediante el esfuerzo
perseverante e incansable, utilizando para la gloria de Dios cada talento y
capacidad que l ha dado.
Dios espera que edifiquemos nuestros caracteres de acuerdo con la norma
que l nos ha dado. Debemos colocar ladrillo sobre ladrillo, aadiendo gracia
sobre gracia, descubriendo nuestros puntos dbiles y corrigindolos de acuerdo
con la direccin dada.
Dios nos da fortaleza, razonamiento y tiempo, a fin de que edifiquemos
caracteres que l pueda aprobar. Quiere que cada uno de sus hijos edifique un
carcter noble, realizando obras puras y nobles, para que al final pueda presentar
una estructura simtrica, un hermoso templo, honrado por el hombre y Dios...
El que quiera transformarse en un hermoso edificio para el Seor, debe
cultivar cada facultad de su ser. nicamente empleando debidamente los talentos
es posible desarrollar armoniosamente el carcter. De esa forma introducimos en
el fundamento aquello que se representa en la Palabra como oro, plata, piedras
[241] preciosas: material que resistir la prueba del fuego purificador de Dios.*

*
Ao bblico: Jeremas 30-32.
256
Lograremos la perfeccin ahora? 20 de agosto

Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que est en los cielos es
perfecto. Mateo 5:48.

Cuando Dios dio a su Hijo al mundo hizo posible para hombres y mujeres
que fueran perfectos por el empleo de cada facultad de su ser para gloria de
Dios. Les dio en Cristo las riquezas de su gracia, y un conocimiento de su
voluntad. Al vaciarse de s mismos y al aprender a andar en humildad, confiando
en la direccin de Dios, los hombres seran capacitados para cumplir el elevado
propsito de Dios para ellos.
La perfeccin del carcter se basa en lo que Cristo es para nosotros. Si
dependemos constantemente de los mritos de nuestro Salvador, y seguimos en
sus pisadas, seremos como l, puros e incontaminados.
Nuestro Salvador no requiere lo imposible de ninguna alma. No espera nada
de sus discpulos para lo cual no est dispuesto a darles gracia y fortaleza a
fin de que puedan realizarlo. No les pedira que fueran perfectos, si junto con
su orden no les concediera toda perfeccin de gracia a aquellos sobre los que
confiere un privilegio tan elevado y santo...
Nuestra obra es esforzarnos para alcanzar, en nuestra esfera de accin, la
perfeccin que Cristo en su vida terrenal alcanz en cada aspecto del carcter. El
es nuestro ejemplo. En todas las cosas, hemos de esforzarnos para honrar a Dios
en carcter... Debemos depender completamente del poder que ha prometido
darnos.
Jess no revel cualidades ni ejerci facultades que los hombres no pudieran
tener por la fe en l. Su perfecta humanidad es lo que todos sus seguidores
pueden poseer si quieren vivir sometidos a Dios como l vivi.
Nuestro Salvador es un Salvador para la perfeccin del hombre en su to-
talidad. No es Dios slo de una parte del ser. La gracia de Cristo obra para
disciplinar toda la textura humana. El la hizo toda. El lo ha redimido todo. Ha
hecho participante de la naturaleza divina a la mente, la energa, el cuerpo y el
alma, y todos son su posesin adquirida. Hay que servirle con toda la mente, el
corazn, el alma y las fuerzas. Entonces el Seor ser glorificado en sus santos
incluso en las cosas comunes y temporales con las que se relacionan. Santidad
al Seor ser la inscripcin colocada sobre ellos.* [242]

*
Ao bblico: Jeremas 33-35.
257
Aguarda a que pidamos, 21 de agosto

Pedid, y recibiris, para que vuestro gozo sea cumplido. Juan 16:24.

La oracin es el medio ordenado por el cielo para tener xito en el conflicto


con el pecado y desarrollar el carcter cristiano. Las influencias divinas que
vienen en respuesta a la oracin de fe, efectuarn en el alma del suplicante
todo lo que pide. Podemos pedir perdn por el pecado, el Espritu Santo, un
temperamento semejante al de Cristo, sabidura y poder para realizar su obra, o
cualquier otro don que l ha prometido; y la promesa es: Se os dar.
Jess es nuestro ayudador; debemos vencer en l y mediante l. La gracia
de Cristo est esperando que la pidis... El os dar gracia y fortaleza a medida
que la necesitis y se la pidis... La religin de Cristo atar y restringir toda
pasin no santificada, estimular hacia la energa, hacia la disciplina propia y
el trabajo, aun en las cuestiones hogareas de la vida diaria, y nos conducir
a aprender economa, tacto, abnegacin y a soportar aun las privaciones sin
murmurar. El Espritu de Cristo en el corazn ser revelado en el carcter, en
el que desarrollar cualidades nobles y capacidades. Bstate mi gracia (2
Corintios 12:9) dice Cristo.
Haced cuanto podis para que haya una comunin continua entre Jess
y vuestra alma... Debemos tambin orar en el crculo de nuestra familia; y
sobre todo no descuidar la oracin privada, porque sta es la vida del alma. Es
imposible que el alma florezca cuando se descuida la oracin. La sola oracin
pblica o con la familia no es suficiente. En medio de la soledad abrid vuestra
alma al ojo penetrante de Dios. La oracin secreta slo debe ser oda por el
que escudria los corazones: Dios. Ningn odo curioso debe recibir el peso
de tales peticiones. En la oracin privada el alma est libre de las influencias
del ambiente, libre de excitacin... Por una fe sencilla y tranquila el alma
se mantiene en comunin con Dios y recoge los rayos de la luz divina para
fortalecerse y sostenerse en la lucha contra Satans...
Orad en vuestro gabinete; y al ir a vuestro trabajo cotidiano, levantad a
menudo vuestro corazn a Dios. De este modo anduvo Enoc con Dios. Esas ora-
ciones silenciosas llegan como precioso incienso al trono de la gracia. Satans
[243] no puede vencer a aquel cuyo corazn est as apoyado en Dios.*

*
Ao bblico: Jeremas 36-38.
258
Refuerzos de ngeles, 22 de agosto

He aqu os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda


fuerza del enemigo. Lucas 10:19.

El hombre cado es el cautivo legtimo de Satans. La misin de Cristo


consisti en rescatarlo del poder de su gran adversario. El hombre se inclina por
naturaleza a seguir las sugestiones de Satans, y no puede resistir con xito a un
enemigo tan terrible, a menos que Cristo, el poderoso Vencedor, more en l, gue
sus deseos y lo fortalezca. Slo Dios puede limitar el poder de Satans... Satans
conoce mejor que los hijos de Dios el poder que ellos pueden tener sobre l
cuando su fuerza est en Cristo. Cuando el ms dbil creyente en la verdad
solicita humildemente ayuda al poderoso Vencedor, confiando firmemente en
Cristo, puede repeler con xito a Satans y toda su hueste.
Satans llamar en su ayuda legiones de sus ngeles para oponerse a los
progresos hasta de un alma, y si fuese posible, la arrebatara de las manos de
Cristo... Pero si el que est en peligro persevera, y en su impotencia se aferra a
los mritos de la sangre de Cristo, nuestro Salvador escucha la ferviente oracin
de fe, y enva refuerzos de ngeles poderosos en fortaleza para que lo libren.
Satans no puede soportar que se recurra a su poderoso rival, porque teme y
tiembla ante su fuerza y majestad. Al sonido de la oracin ferviente, toda la
hueste de Satans tiembla.
Slo la amante compasin de Cristo, su divina gracia, su poder omnipotente
pueden capacitarnos para desbaratar al implacable enemigo y someter nuestros
propios corazones rebeldes. Cul es nuestra fuerza? El gozo del Seor. Que el
amor de Cristo llene nuestros corazones y estaremos preparados para recibir el
poder que l tiene para nosotros...
Al contemplar a Cristo con el propsito de llegar a ser semejante a l, el
buscador de la verdad ve la perfeccin de los principios de la ley de Dios, y
ya no se satisface con nada que no sea la perfeccin... Debe librar una batalla
contra los rasgos que Satans ha estado fortaleciendo para poder emplearlos...
El Salvador lo fortalecer y lo ayudar cuando se acerque suplicando gracia y
eficiencia.* [244]

*
Ao bblico: Jeremas 39-41.
259
La influencia del cristiano, 23 de agosto

Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho ms


abundantemente de lo que pedimos o entendemos, segn el poder que
acta en nosotros. Efesios 3:20.

El Seor est esperando para manifestar por medio de su pueblo su gracia y


su poder. Pero requiere de los que se han alistado a su servicio que mantengan
la mente siempre dirigida hacia l. Cada da debieran disponer de tiempo para
leer la Palabra de Dios y para orar...
Debemos caminar y hablar con Dios individualmente; entonces la sagrada
influencia del Evangelio de Cristo en todo lo que tiene de precioso aparecer en
nuestras vidas.
Hay en la vida tranquila y consecuente de un cristiano puro y verdadero una
elocuencia mucho ms poderosa que la de las palabras. Lo que un hombre es
tiene ms influencia que lo que dice.
Los emisarios enviados a Jess volvieron diciendo que nadie haba hablado
antes como l. Pero esto se deba a que jams hombre alguno haba vivido como
l. De haber sido su vida diferente de lo que fue, no hubiera hablado como
habl. Sus palabras llevaban consigo un poder que convenca porque procedan
de un corazn puro y santo, lleno de amor y simpata, de benevolencia y de
verdad.
Nuestro carcter y experiencia determinan nuestra influencia en los dems.
Para convencer a otros del poder de la gracia de Cristo, tenemos que conocer
ese poder en nuestro corazn y nuestra vida. El Evangelio que presentamos
para la salvacin de las almas debe ser el Evangelio que salva nuestra propia
alma. Slo mediante una fe viva en Cristo como Salvador personal nos resulta
posible hacer sentir nuestra influencia en un mundo escptico. Si queremos
sacar pecadores de la corriente impetuosa, nuestros pies deben estar afirmados
en la Roca: Cristo Jess.
El smbolo del cristianismo no es una seal exterior, ni tampoco una cruz
o una corona que se lleven puestas, sino que es aquello que revela la unin
del hombre con Dios. Por el poder de la gracia divina manifestada en la trans-
formacin del carcter, el mundo ha de convencerse de que Dios envi a su
Hijo para que fuese su Redentor. Ninguna otra influencia que pueda rodear
el alma humana ejerce tanto poder sobre ella como la de una vida abnegada.
El argumento ms poderoso en favor del Evangelio es un cristiano amante y
[245] amable.*

*
Ao bblico: Jeremas 42-44.
260
Condiciones del crecimiento, 24 de agosto

Esto pido en oracin, que vuestro amor abunde aun ms y ms en ciencia


y en todo conocimiento, para que... seis... llenos de frutos de justicia que
son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. Filipenses
1:9-11.

Donde hay vida, habr crecimiento y fructificacin; pero a menos que


crezcamos en la gracia, nuestra espiritualidad se empequeecer, ser enfermiza,
estril. Slo mediante el crecimiento y la fructificacin podemos cumplir el
propsito de Dios para nosotros. Cristo dijo: En esto es glorificado mi Padre,
en que llevis mucho fruto. Juan 15:8. A fin de llevar mucho fruto, debemos
aprovechar al mximo nuestros privilegios. Debemos usar cada oportunidad que
se nos concede para fortalecernos.
A cada ser humano le ha sido preparado un carcter puro y noble con
todas sus majestuosas posibilidades. Pero hay muchos que no tienen un anhelo
ferviente de tal carcter. No estn dispuestos a apartarse del mal para poder
tener el bien... Descuidan el aferrarse de las bendiciones que los pondran en
armona con Dios... No pueden crecer.
La dadivosidad es uno de los planes divinos para el crecimiento. El cristiano
ha de ganar fortaleza fortaleciendo a otros. El alma generosa ser prosperada; y
el que saciare, l tambin ser saciado. Proverbios 11:25. Esta no es meramente
una promesa. Es una ley divina, una ley por la cual Dios establece que los arroyos
de benevolencia fluyan continuamente de vuelta hacia su fuente, como las aguas
de lo profundo se mantienen en constante circulacin. En el cumplimiento de
esta ley encontramos el secreto del crecimiento espiritual...
Si acudimos a Dios con fe, nos recibir y nos dar fortaleza para ascender
hasta la perfeccin. Si vigilamos cada palabra y acto, para no hacer nada que
deshonre a Aquel que ha confiado en nosotros, si mejoramos cada oportunidad
que se nos concede, creceremos hasta llegar a la plena estatura de hombres y
mujeres en Cristo.
Cristianos, se revela Cristo en nosotros? Estamos haciendo todo lo que
est a nuestro alcance para ganar un cuerpo que no se enferma fcilmente, una
mente que mira ms all de s misma a la causa y efecto de cada movimiento,
que puede luchar con problemas difciles y conquistarlos, una voluntad que es
firme para resistir el mal y defender lo correcto? Estamos crucificando el yo?
Estamos creciendo para llegar a la plena estatura de hombres y mujeres en
Cristo, preparndonos para soportar incomodidades como buenos soldados de
la cruz?* [246]
*
Ao bblico: Jeremas 45-48.
261
En bondad, 25 de agosto

Vestos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entraable


misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de
paciencia. Colosenses 3:12.

Que la ley de bondad est sobre vuestros labios y el aceite de la gracia


en vuestro corazn. Esto producir maravillosos resultados. Seris tiernos,
simpatizantes, corteses. Necesitis todas estas gracias. El Espritu Santo debe ser
recibido e implantado en vuestros caracteres; entonces ser como un fuego santo,
que producir incienso que se elevar hacia Dios, no de labios condenatorios,
sino como blsamo para las almas de los hombres. Vuestro rostro reflejar la
imagen de lo divino... Al contemplar el carcter de Cristo os transformaris
a su imagen. La gracia de Cristo solamente puede cambiar vuestro corazn
y entonces reflejaris la imagen del Seor Jess. Dios nos pide que seamos
semejantes a l, a saber, puros, santos y sin contaminacin. Debemos llevar la
imagen divina.
El Seor Jess es nuestro nico ayudador. Por medio de su gracia aprende-
remos a cultivar el amor, a educarnos a nosotros mismos para hablar bondadosa
y tiernamente. Por medio de su gracia nuestros modales fros y speros sern
transformados. La ley de bondad estar en nuestros labios, y los que estn bajo
la preciosa influencia del Espritu Santo no considerarn evidencia de debilidad
llorar con los que lloran, y regocijarse con los que se regocijan. Debemos cul-
tivar las excelencias celestiales del carcter. Debemos aprender qu significa
manifestar buena voluntad hacia todos los hombres, el sincero deseo de ser un
rayo de sol y no una sombra en la vida de los dems.
Aprovechad toda ocasin de trabajar por aquellos que os rodean y compartid
con ellos vuestros afectos. Las palabras amables, las miradas de simpata, las
expresiones de aprecio seran para muchos de los que luchan a solas como un
vaso de agua fresca para el sediento...
Vivid en el resplandor del amor del Salvador. Entonces vuestra influencia
beneficiar al mundo. Que el Espritu de Cristo os controle. Que la ley de la
bondad est siempre en vuestros labios. La indulgencia y el altruismo caracteri-
zan las palabras y acciones de aquellos que han nacido de nuevo para vivir una
[247] vida nueva en Cristo.*

*
Ao bblico: Jeremas 49-50.
262
Una receta divina, 26 de agosto

El nombre de nuestro Seor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y


vosotros en l, por la gracia de nuestro Dios y del Seor Jesucristo. 2
Tesalonicenses 1:12.

Muchos anhelan crecer en la gracia; oran al respecto, y se sorprenden de que


sus oraciones no reciban respuesta. El Seor les ha encomendado una obra que
los ayudar a crecer. De qu vale orar cuando hay que efectuar cierta obra? Lo
que interesa es lo siguiente: Se afanan por salvar las almas por quienes Cristo
muri? El crecimiento espiritual depende del hecho de que transmitamos a los
dems la luz que Dios nos ha dado a nosotros. Tendris que empear vuestros
mejores pensamientos en labor activa para hacer el bien, y solamente el bien, en
la familia, en la iglesia y el vecindario.
En vez de afligiros con la idea de que no estis creciendo en gracia, cum-
plid cada obligacin que se os presente, llevad el peso de las almas en vuestro
corazn, y tratad de salvar a los perdidos por todos los medios imaginables.
Sed bondadosos, corteses y compasivos; hablad con humildad de la bendita
esperanza; hablad del amor de Jess; dad a conocer su bondad, su misericordia y
justicia; dejad de preocuparos y pensar si crecis o no. Las plantas no crecen nu-
tridas por algn esfuerzo consciente... La planta no se angustia constantemente
acerca de su crecimiento. No hace ms que crecer bajo la vigilancia divina.
Si consagrramos corazn y mente al servicio de Dios, e hiciramos la obra
que l nos encomend y siguiramos las huellas de Jess, nuestros corazones
se convertiran en arpas sagradas, y todas sus cuerdas vibraran para elevar
alabanzas y acciones de gracias en honor del Cordero enviado por Dios para
quitar el pecado del mundo...
El Seor Jess es nuestra fortaleza y felicidad; es el gran depsito del cual
los hombres pueden sacar fortaleza en cualquier ocasin. Al analizarlo, al hablar
con l, nos ponemos cada vez en mejores condiciones de contemplarlo: al apro-
piarnos de su gracia y recibir las bendiciones que nos prodiga, tenemos algo con
lo que podemos ayudar a los dems. Llenos de gratitud, comunicamos a otros
las bendiciones que nos han sido dadas libremente. Recibiendo e impartiendo
as, crecemos en gracia.* [248]

*
Ao bblico: Jeremas 51-52.
263
Unin con Cristo, 27 de agosto

Vestos del Seor Jesucristo, y no proveis para los deseos de la carne.


Romanos 13:14.

Dios emplea diversos instrumentos para salvar a los hombres. Les habla
por medio de su Palabra y de sus ministros, y por medio de su Espritu les
enva mensajes de amonestacin, reprensin e instruccin. Estos medios tienen
como propsito iluminar el entendimiento de la gente, para revelarle su deber y
sus pecados, y las bendiciones que pueden recibir; para despertar en ellos una
sensacin de necesidad espiritual a fin de que puedan ir a Cristo y encontrar en
l la gracia que necesitan...
Todo individuo, por decisin propia, se aparta de Cristo al no albergar su
Espritu y seguir su ejemplo, o entra en una unin personal con Cristo por la
renuncia propia, la fe y la obediencia. Cada uno de nosotros debe elegir por s
mismo a Cristo, puesto que l nos eligi primero. Esta unin con Cristo debe ser
realizada por aquellos que estn naturalmente enemistados con l. Es sta una
relacin de total dependencia, en la que debe entrar un corazn orgulloso. Es
una obra minuciosa y muchos de los que profesan ser seguidores de Cristo no
saben nada de ella. Nominalmente aceptan al Salvador, pero no como el nico
gobernante de sus corazones...
Renunciar a su propia voluntad, tal vez a los objetos preferidos de afecto
y empeo, requiere un esfuerzo, y muchos vacilan, abandonan y retroceden.
Pero esta batalla debe ser librada por cada corazn verdaderamente convertido.
Debemos luchar con las tentaciones externas e internas. Debemos obtener la
victoria sobre el yo, crucificando los afectos y las concupiscencias; y entonces
comienza la unin del alma con Cristo... Despus que esta unin se ha producido,
se la puede conservar slo mediante esfuerzo permanente, ferviente y penoso.
Cristo ejerce su poder para preservar y guardar este sagrado vnculo, y el pecador
dependiente e indefenso debe hacer su parte con incansable energa, o en caso
contrario, Satans, mediante su poder cruel y astuto, lo separar de Cristo...
Vuestro nacimiento, vuestra reputacin, vuestra riqueza, vuestros talentos,
vuestras virtudes, vuestra piedad, vuestra filantropa,... no formarn un lazo de
unidad entre vuestra alma y Cristo. Vuestra conexin con la iglesia... no ser de
alguna consecuencia a menos que creis en Cristo. No basta creer acerca de l.
[249] Debis creer en l. Debis descansar plenamente en su gracia salvadora.*

*
Ao bblico: Lam.
264
Alabado sea Dios! 28 de agosto

De las misericordias de Jehov har memoria, de las alabanzas de


Jehov, conforme a todo lo que Jehov nos ha dado, y de la grandeza de
sus beneficios hacia la casa de Israel. Isaas 63:7.

Cuando un sentimiento de la benignidad de Dios refrigere constantemente


el alma, se reflejar en el rostro mediante una expresin de paz y gozo. Se
manifestar en palabras y en obras. Y el generoso Espritu Santo de Cristo, al
obrar sobre el corazn, comunicar a la vida una influencia convertidora sobre
los dems.
No tenemos razones para hablar de la bondad de Dios y de su poder?
Cuando nuestros amigos son bondadosos con nosotros, consideramos que es un
privilegio agradecerles por su bondad. Cunto mayor debera ser nuestro gozo
por agradecer al Amigo que nos ha dado todo bien y don perfecto! Cultivemos,
pues, en cada iglesia el agradecimiento a Dios. Eduquemos nuestros labios para
alabar a Dios en el crculo de la familia... Nuestras ddivas y ofrendas deben
declarar nuestra gratitud por los favores que recibimos diariamente. En todo
deberamos revelar el gozo del Seor y dar a conocer el mensaje de la gracia
salvadora de Dios.
David declara: Amo a Jehov, pues ha oido mi voz y mis splicas; porque
ha inclinado a m su odo; por tanto, le invocar en todos mis das. Salmos
116:1-2. La bondad de Dios al escuchar y responder nuestras oraciones nos
pone bajo la imponente obligacin de expresar nuestro agradecimiento por los
favores que se nos han concedido. Debemos alabar a Dios mucho ms de lo que
lo hacemos. Las bendiciones recibidas en respuesta a la oracin deberan ser
rpidamente reconocidas...
Contristamos al Espritu de Cristo mediante nuestras quejas y murmuracio-
nes. No debiramos deshonrar a Dios mediante la fnebre relacin de pruebas
que nos parecen opresivas. Todas las pruebas aceptadas como medios para
perfeccionar nuestros caracteres producirn regocijo. Toda la vida religiosa ser
elevadora, ennoblecedora, y poseer la fragancia de las palabras buenas y las
buenas obras.
Reine la paz de Dios en vuestra alma. Entonces tendris fuerzas para soportar
todos los sufrimientos, y os gozaris en el hecho de que poseis gracia para
resistir. Alabad al Seor; proclamad su bondad; hablad de su poder. Dulcificad
la atmsfera que rodea vuestra alma... Alabad con alma, voz y corazn al que
sostiene vuestra vida, vuestro Salvador y vuestro Dios.* [250]

*
Ao bblico: Ezequiel 1-3.
265
Mientras esperamos, 29 de agosto

Estn ceidos vuestros lomos, y vuestras lmparas encendidas; y vosotros


sed semejantes a hombres que aguardan a que su seor regrese. Lucas
12:35-36.

Ahora es el momento de prepararnos para la venida de nuestro Seor. La


preparacin para salir a su encuentro no puede lograrse en un momento. En
preparacin para esta solemne escena, debiramos esperar en actitud vigilante y
velar, combinando todo ello con trabajo ferviente. As glorifican a Dios sus hijos.
En medio de las agitadas escenas de la vida, se oirn sus voces pronunciando
palabras de nimo, fe y esperanza. Todo lo que tienen y son est consagrado al
servicio del Maestro...
Cristo nos dice cundo ser introducido el da de su reino. No nos dice que
todo el mundo ser convertido, sino que ser predicado este evangelio del reino
en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendr el
fin. Mateo 24:14. Al dar el Evangelio al mundo, tenemos la posibilidad de
apresurar la venida del da de Dios. Si la iglesia de Cristo hubiera llevado a cabo
la obra sealada tal como el Seor lo mand, todo el mundo ya hubiera sido
amonestado y el Seor Jess hubiera venido a la tierra en poder y gran gloria.
Gran poder debe asistir al mensaje de la segunda aparicin de Cristo. No
debemos descansar hasta ver muchas almas convertidas a la bendita esperanza
del regreso del Seor. En los das de los apstoles el mensaje que ellos llevaron
produjo una verdadera obra, convirtiendo las almas de los dolos para servir al
Dios viviente. La obra que tenemos que realizar hoy es igualmente real, y la
verdad es igualmente verdadera; slo que ahora debemos dar el mensaje con
mucho ms fervor ya que la venida del Seor est ms cerca... El mensaje para
este tiempo es positivo, sencillo y de la ms profunda importancia. Debemos
obrar como hombres y mujeres que lo creemos. Esperar, vigilar, trabajar, orar,
amonestar al mundo: he aqu nuestra obra.
Me he sentido profundamente impresionada por las escenas que reciente-
mente han pasado ante m en horas de la noche. Pareca que un gran movimien-
toun reavivamientose produca en muchos lugares. Nuestros hermanos
estrechaban filas en respuesta al llamado. Hermanos mos, el Seor nos est
hablando. No escucharemos su voz? No acondicionaremos nuestras lmparas,
[251] y actuaremos como hombres que estn esperando que su Seor venga?*

*
Ao bblico: Ezequiel 4-7.
266
Que recompensa! 30 de agosto

Si permaneciere la obra de alguno... recibir recompensa. 1 Corintios


3:14.

Gloriosa ser la recompensa concedida cuando los fieles obreros se renan


en derredor del trono de Dios y del Cordero. Cuando, en su estado mortal, Juan
contempl la gloria de Dios, cay como muerto; no pudo soportar la visin. Pero
cuando los hijos de Dios hayan recibido la inmortalidad, lo vern como l es.
1 Juan 3:2. Estarn delante del trono, aceptos en el Amado. Todos sus pecados
habrn sido borrados, todas sus transgresiones expiadas. Entonces podrn mirar
sin velo la gloria del trono de Dios. Habrn participado con Cristo en sus
sufrimientos, habrn trabajado con l en el plan de la salvacin, y participarn
con l del gozo de ver las almas salvadas en el reino de Dios, para alabar all a
Dios durante toda la eternidad...
En aquel da los redimidos resplandecern en la gloria del Padre y del Hijo.
Tocando sus arpas de oro, los ngeles darn la bienvenida al Rey y a los trofeos
de su victoria... Se elevar un canto de triunfo que llenar todo el cielo. Cristo
habr vencido. Entrar en los atrios celestiales acompaado por sus redimidos,
testimonios de que su misin de sufrimiento y sacrificio no fue en vano...
Hay mansiones para los peregrinos de la tierra. Hay vestiduras, coronas de
gloria y palmas de victoria para los justos. Todo lo que nos dej perplejos en las
providencias de Dios quedar aclarado en el mundo venidero. Las cosas difciles
de entender hallarn entonces su explicacin. Los misterios de la gracia nos
sern revelados. Donde nuestras mentes finitas discernan solamente confusin y
promesas quebrantadas, veremos la ms perfecta y hermosa armona. Sabremos
que el amor infinito orden los incidentes que nos parecieron ms penosos.
A medida que comprendamos el tierno cuidado de Aquel que hace que todas
las cosas obren conjuntamente para nuestro bien, nos regocijaremos con gozo
inefable y rebosante de gloria.
Os ruego que os preparis para la venida de Cristo en las nubes de los cielos...
Preparaos para el juicio, para que cuando Cristo venga para ser admirado por
todos los que creen, podis estar entre aquellos que lo recibirn en paz.* [252]

*
Ao bblico: Ezequiel 8-10.
267
Mirad hacia arriba! 31 de agosto

Consolaos, consolaos, pueblo mo, dice vuestro Dios. Hablad al corazn


de Jerusaln; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su
pecado es perdonado. Isaas 40:1-2.

En los das ms sombros de su largo conflicto con el mal, le fueron dadas


a la iglesia de Dios revelaciones del propsito eterno de Jehov. Se permiti
a sus hijos que mirasen ms all de las pruebas presentes hacia los triunfos
futuros, al tiempo cuando, habiendo terminado la lucha, los redimidos entrarn
en posesin de la tierra prometida. Estas visiones de gloria futura, cuyas escenas
fueron dibujadas por la mano de Dios, deben ser apreciadas por su iglesia hoy,
cuando se est acercando rpidamente el fin de la controversia secular y se han
de cumplir en toda su plenitud las bendiciones prometidas.
A nosotros que estamos a punto de ver su cumplimiento, de cunto signi-
ficado, de cun vivo inters, son estos delineamientos de las cosas por venir,
acontecimientos por los cuales, desde que nuestros primeros padres dieron la
espalda al Edn, los hijos de Dios han estado velando y aguardando, anhelando
y orando!
Compaeros de peregrinacin, estamos todava entre las sombras y la agita-
cin de las actividades terrenales; pero pronto aparecer nuestro Salvador para
traer liberacin y descanso. Contemplemos por la fe el bienaventurado ms all,
tal como lo describi la mano de Dios. El que muri por los pecados del mundo
est abriendo de par en par las puertas del Paraso a todos los que creen en l.
Pronto habr terminado la batalla y se habr ganado la victoria. Pronto veremos
a Aquel en quien se cifran nuestras esperanzas de vida eterna. En su presencia
las pruebas y los sufrimientos de esta vida resultarn insignificantes. De lo que
existi antes no habr memoria, ni ms vendr al pensamiento. Isaas 65:17.
No perdis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardn; porque os es
necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengis
la promesa. Porque an un poquito, y el que ha de venir vendr, y no tardar.
Hebreos 10:35-37. Israel ser salvo... con salvacin eterna; no os avergonzaris
ni os afrentaris, por todos los siglos. Isaas 45:17.
Alcemos los ojos y dejemos que nuestra fe aumente de continuo. Dejemos
que esta fe nos gue a lo largo de la senda estrecha que ha de llevarnos por las
puertas de la ciudad al gran ms all, al amplio e ilimitado futuro de gloria que
[253] espera a los redimidos.*

*
Ao bblico: Ezequiel 11-13.
268
Septiembre
El conflicto ha terminado, 1 de septiembre

Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una
jota ni una tilde pasar de la ley, hasta que todo se haya cumplido. Mateo
5:18.

Cuando Cristo inici su campaa, Satans le sali al encuentro y le dispu-


t cada centmetro de terreno, ejerciendo al mximo su poder para vencerlo.
Muchas cosas estaban implicadas en ese conflicto. Intereses vitales estaban en
juego. Los interrogantes que haba que responder eran: Es imperfecta la ley
de Dios y es necesario enmendarla o abrogarla? O, en cambio, es inmutable?
Es estable el gobierno de Dios, o necesita algunas rectificaciones? No slo
en presencia de los que vivan en la ciudad de Dios haba que responder a esas
preguntas, sino ante los habitantes de todo el universo celestial...
Desde el pesebre hasta la cruz Satans persigui al Hijo de Dios. Las
tentaciones se acumularon sobre l como una tempestad. Pero cuanto ms fiero
era el conflicto, ms se familiarizaba con las tentaciones que asedian a los
hombres, y ms preparado estaba para socorrer a los tentados.
La dureza de la prueba por la cual tuvo que pasar Cristo guardaba proporcin
con el objeto que haba que ganar o perder mediante su xito o su fracaso. No
estaba en juego slo el inters de un mundo. Este planeta era el campo de batalla,
pero todos los mundos que Dios ha creado se veran afectados por el resultado
del conflicto... Satans trat de causar la impresin de que estaba trabajando
por la libertad del universo. Incluso cuando Cristo estaba en la cruz, el enemigo
decidi imprimir a sus argumentos tal alteracin, tanto engao, un carcter tan
insidioso, que todos se convencieran de que la ley de Dios es tirnica. El mismo
traz todo plan, ide todo mal, encendi toda mente para causar afliccin a
Cristo. El mismo instig las falsas acusaciones que se lanzaron contra Aquel
que slo haba obrado el bien. El mismo inspir los crueles actos que aadieron
sufrimientos al puro, santo e inocente Hijo de Dios.
Mediante su conducta, Satans forj una cadena con la cual l mismo ser
encadenado. El universo celestial ser testigo de cun justo es Dios al castigarlo.
El cielo mismo vio lo que el cielo hubiera llegado a ser, si Satans hubiera
estado en l...
No slo en las mentes de unas pocas criaturas finitas que habitan este mundo,
sino en las de todos los habitantes del universo celestial, ha quedado establecida
[254] la inmutabilidad de la ley de Dios.*

*
Ao bblico: Ezequiel 14-17.
270
Instrumentos del cielo, 2 de septiembre

Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amndoos


fraternalmente, misericordiosos, amigables. 1 Pedro 3:8.

Cunta necesidad hay de cultivar la ternura y la gentileza. Nadie debera


avergonzarse por manifestar un espritu tierno y compasivo con los que yerran;
porque los que piensan que no cometen errores estn muy lejos de no tener
falta alguna delante de Dios. Nadie piense que al manifestar compasin est
haciendo algo de lo cual se debera avergonzar...
Cuando sobreviene una crisis en la vida de un alma, y alguien intenta
aconsejarla, ese consejo slo tendr el peso de la influencia para bien que pueda
ejercer el ejemplo del consejero. Es la vida consecuente, la revelacin de un
inters sincero y cristiano por las almas en peligro, lo que le dar eficacia al
consejo para persuadir y lograr que dicha alma retorne a la senda segura. Los
que se apresuran a censurar a los dems, los que pronuncian palabras que cortan
y maltratan al alma herida, estn haciendo la obra de Satans y cooperan con el
prncipe de las tinieblas...
Recuerden las almas tentadas y probadas que cuando cae sobre ellas el
castigo, se debe a que el Seor los quiere salvar de la muerte. Recuerden las
almas que son reprendidas que yo reprendo y castigo a todos los que amo.
Apocalipsis 3:19.
El instrumento humano, imbuido del Espritu de Cristo, velar por las almas
como quien tiene que dar cuenta. Estamos a las rdenes de Cristo y debemos
comprender cul es nuestro deber y cumplirlo en el temor a Dios, con la mira
puesta en su gloria, y no ser infieles. No alberguemos pensamientos egostas ni
sentimientos que silencien nuestros labios. Hablen sin temor. Con el corazn
lleno de ternura y amor por las almas, adviertan, exhorten y supliquen.
No dejen de trabajar por las almas mientras haya un rayo de esperanza.
Hay palabras que pueden herir el corazn. Oh! Sean cuidadosos entonces, y
revstanse del amor y la ternura de Jess. El amor y la simpata deben suavizar
el tono de la voz... As como tratan a los dems, as como juzgan a otros, as
los tratar y juzgar el Seor. Quien pretenda ser hijo de Dios debe poner en
prctica las lecciones de Cristo. Si cree que tiene que herir, sintase obligado a
curar tambin. Siempre hay que comunicar la verdad con amor, con el Espritu
de Cristo en el alma.* [255]

*
Ao bblico: Ezequiel 18-20.
271
Como causar profunda impresin, 3 de septiembre

Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran


hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocan que
haban estado con Jess. Hechos 4:13.

Cuando Cristo estuvo en la tierra, no aconsej a los pescadores que dejaran


sus redes y barcas y que fueran a los maestros judos con el fin de obtener
una preparacin para el ministerio evanglico. Andando Jess junto al mar de
Galilea, vio a dos hermanos, Simn, llamado Pedro, y Andrs su hermano, que
echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de
m, y os har pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las
redes, le siguieron. Pasando de all, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de
Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban
sus redes; y los llam. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le
siguieron. Mateo 4:18-22.
Esta rpida obediencia, que no hace preguntas, que no espera un salario,
parece extraordinaria. Pero las palabras de Cristo constituan una invitacin que
implicaba realmente todo lo que l quera dar a entender. Sus palabras tenan
una influencia impelente. No contenan largas explicaciones, pero lo que deca
tena una fuerza de atraccin...
Cristo hara instrumentos de esos humildes pescadores, al relacionarlos
consigo mismo, para lograr que los hombres abandonaran el servicio de Satans
y, al hacer de ellos creyentes en Cristo, les enseara todo lo concerniente al
reino de Dios. Al hacer esta obra llegaran a ser sus ministros, pescadores de
hombres...
Cristo eligi lo insensato del mundo, a los que ste consideraba indoctos e
ignorantes, para confundir a los sabios. Los discpulos no conocan las tradicio-
nes de los rabinos, pero con el ejemplo de Cristo, su Maestro, obtuvieron una
educacin de primer orden, porque tenan ante s un Ejemplo divino. Cristo les
fue presentando las verdades ms elevadas.
A los que Dios emplea en su servicio, los prepara a su manera con el fin de
que lo sirvan. Los que predican a Cristo deben aprender de l diariamente, para
comprender el misterio de salvar y servir a las almas por las cuales l muri...
Deben seguir su ejemplo en todo, para compartir con otros su tierna compasin,
[256] y su decidida oposicin a toda obra mala.*

*
Ao bblico: Ezequiel 21-23.
272
Para los temerosos, desfallecientes y dbiles, 4 de septiembre

Confa en Jehov, y haz el bien; y habitars en la tierra, y te apacentars


de la verdad. Salmos 37:3.

Cun dispuestos estamos a hablar de nuestras dificultades y pruebas! Apa-


recen tantos problemas innecesarios, nos explayamos en tantos temores, damos
a conocer un cmulo tan grande de ansiedades que se podra suponer que no
disponemos de un Salvador amante y piadoso, listo para escuchar nuestras
plegarias y para ser nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Algunos estn continuamente albergando temores y cargndose de proble-
mas. Cada da estn rodeados de las manifestaciones del amor de Dios, cada da
gozan de las bondades de su providencia, pero pasan por alto estas bendiciones.
Sus mentes se espacian continuamente en algo desagradable que temen pueda
sobrevenir; o pueda ser que exista realmente alguna dificultad que, aunque
pequea, no les permite ver las muchas cosas que demandan su gratitud. Las
dificultades que encuentran, en lugar de conducirlos a Dios, la nica fuente
de auxilio, los separarn de l, porque les sugieren inquietud y los inducen a
quejarse.
Hermanos y hermanas: Hacemos bien en ser tan incrdulos?... Jess es
nuestro amigo. Todo el cielo est interesado en nuestro bienestar; y nuestra
ansiedad y nuestro temor entristecen al Santo Espritu de Dios. No debemos
permitir que nos embarguen preocupaciones que slo nos desgastan y nos
cansan, y que no nos ayudan a sobrellevar las dificultades. No debiramos dar
lugar a esta desconfianza en Dios que nos induce a descuidar la preparacin
necesaria para cumplir en el futuro el principal propsito de la vida, como si
nuestra felicidad dependiera de las cosas terrenales, y pudiramos lograrlas
mientras ignoramos el hecho de que Dios controla todo.
Los negocios pueden sumirlos en perplejidad; las perspectivas pueden ser
cada vez ms oscuras e incluso pueden enfrentar la amenaza de alguna pr-
dida financiera. Pero no se desanimen; depositen en Dios sus preocupaciones
y permanezcan tranquilos y alegres. Comiencen cada da con una ferviente
oracin, sin olvidarse de alabar y dar gracias. Pidan sabidura para administrar
sus asuntos con discrecin, para que no experimenten prdidas ni desastres.
Hagan todo lo posible para lograr resultados favorables. Jess ha prometido
ayuda divina, pero no sin el concurso del esfuerzo humano.* [257]

*
Ao bblico: Ezequiel 24-26.
273
La nica seguridad, 5 de septiembre

T hablars a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros


guardaris mis das de reposo [sbado]; porque es seal entre m y
vosotros por vuestras generaciones, para que sepis que yo soy Jehov
que os santifico. xodo 31:13.

Cada cual busque al Seor por s mismo. La eternidad est delante de


nosotros. Usted no puede permitirse dejar pasar un da ms sin ponerse del lado
del Seor. No har la parte que Dios le ha asignado para los momentos finales
de la historia de esta tierra?
Es imposible dar una idea de la experiencia del pueblo de Dios que estar en
la tierra cuando se unan las angustias del pasado con la gloria celestial. Camina-
rn en medio de la luz que procede del trono de Dios. Por medio de los ngeles
habr comunicacin constante entre el cielo y la tierra. Y Satans, rodeado de
ngeles malos, pretender ser Dios, obrar toda clase de milagros para engaar
si fuera posible aun a los escogidos. El pueblo de Dios no encontrar seguridad
en los milagros, porque Satans puede falsificar cualquier milagro que se logre
hacer. El probado pueblo de Dios encontrar su seguridad y su poder en la seal
mencionada en. xodo 31:12-18. Deben ponerse de parte de la Palabra de vida,
es a saber, de un Escrito est. Es el nico fundamento sobre el cual puede
estar seguro. Los que hayan violado su pacto con el Seor se encontrarn en
aquel da sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Los adoradores de Dios se distinguirn especialmente por su observancia
del cuarto mandamiento, puesto que sta es la seal de su poder creador y el
testimonio de su derecho a recibir la reverencia y el homenaje de los hombres.
Los malvados se distinguirn por sus esfuerzos para derribar este monumento
del Creador, para exaltar el da instituido por Roma. Cuando el conflicto cul-
mine, la cristiandad estar dividida en dos grandes clases: los que guardan los
mandamientos de Dios y tienen la fe de Jess, y los que adoran a la bestia y a
su imagen, y reciben su marca...
El pueblo de Dios tendr que enfrentar tremendas pruebas. El espritu de
la guerra est conmoviendo las naciones de un extremo al otro de la tierra.
Pero en el medio del tiempo de angustia que est por venirun tiempo de
angustia que no tendr paralelo desde que existe nacin, el pueblo de Dios
permanecer inconmovible. Satans y sus ngeles no lo podrn destruir, porque
[258] ngeles sumamente fuertes los protegern.*

*
Ao bblico: Ezequiel 27-29.
274
Abramos las ventanas del alma, 6 de septiembre

Buscad a Jehov y su poder; buscad su rostro continuamente. 1 Crnicas


16:11.

Ahora, justamente ahora, tenemos la oportunidad de abrir las ventanas del


alma hacia el cielo y cerrar las ventanas que estn orientadas hacia la tierra.
Ahora es el momento cuando cada miembro de iglesia debe decir: Cerrar mi
corazn a todo lo que estorbe mi comunin con Cristo, y abrir hacia el cielo
las ventanas de mi alma para comprender las cosas espirituales.
Los creyentes necesitan hablar con Dios con respecto a su necesidad indi-
vidual del Espritu Santo. La Palabra de Dios debe ser su seguridad. Todo el
cielo nos est invitando a recibir en nuestras vidas los brillantes rayos del Sol
de justicia. Si hablamos de fe, esperanza y valor, nuestras almas se fortalecern,
y aumentarn nuestra esperanza, nuestro valor y nuestra fe. Busquemos el gran
don del Sol de justicia, para que por medio de nosotros pueda resplandecer
sobre los dems. Busquemos al Seor para aprender a hacer sus obras en el
mundo. Esto har de nosotros prsperos misioneros, capaces de ayudar a otros
a lograr una experiencia llena de esperanza y valor.
Al servir al Maestro no pasemos por alto las cosas pequeas. Cada ser
humano tiene una tela de la vida que tejer, y si al final completa y perfecciona el
modelo que se le ha dado, cada hebra debe ser trabajada cuidadosa y fielmente.
La gracia de Cristo nos capacitar para bordar bien y diestramente. Cada da
debemos hacer esfuerzos diligentes para mejorar. Cada da debemos emplear
nuestra inteligencia cristiana para fortalecer al dbil y animar al desalentado.
Cada alma tendr que pasar por una gran prueba. Entonces, no trabajaremos,
velaremos, oraremos y alabaremos al Seor? Gracias a esto nuestra experiencia
ser sumamente preciosa. Muchos creyentes han sufrido una gran prdida
porque no han buscado fervientemente al Seor con una fe que no puede ser
negada.
Las palabras pronunciadas y las tareas realizadas en forma sencilla, humilde
y valerosa infundirn fe en otros corazones. El Seor viene pronto, y el corazn
natural se debe convertir cada da. Debemos aprender a hablar con la manse-
dumbre de Cristo; nuestras obras y nuestro espritu deben dar testimonio de que
estamos sirviendo al Seor.* [259]

*
Ao bblico: Ezequiel 30-32.
275
Seguros gracias a nuestro sustituto, 7 de septiembre

El cual se dio a s mismo por nuestros pecados para librarnos del presente
siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre. Glatas 1:4.

Al dar su vida por la vida del mundo, Cristo franque el abismo abierto por el
pecado, para unir esta tierra maldita con el universo celestial. Dios escogi este
mundo para que fuera el escenario de sus poderosas obras de gracia. Mientras la
sentencia condenatoria penda sobre l a causa de la rebelin de sus habitantes,
mientras nubes de ira se iban acumulando debido a la transgresin de la ley de
Dios, se escuch una voz misteriosa en el cielo que deca: He aqu, vengo... El
hacer tu voluntad, Dios mo, me ha agradado. Salmos 40:7-8.
Nuestro sustituto y seguridad vino del cielo para declarar que haba trado
con l el inmenso e incalculable don de la vida eterna. Se ofrece perdn a todos
los que quieran volver a ser leales a la ley de Dios. Pero hay quienes rehsan
aceptar un As dice Jehov. No reverencian ni respetan su ley. Promulgan
rigurosas leyes humanas que se oponen a un As dice Jehov, y por precepto
y ejemplo inducen a pecar tanto a hombres, como a mujeres y nios. Exaltan
las leyes humanas por encima de la ley divina.
Pero la condenacin y la ira de Dios penden sobre los desobedientes. Ya
se estn juntando las nubes de la justicia de Dios. Por siglos y siglos se han
estado acumulando los materiales destructivos, y sin embargo sigue aumentan-
do la apostasa, la rebelin y la deslealtad contra Dios. El pueblo remanente
de Dios, los que guardan sus mandamientos, comprendern las palabras de
Daniel: Muchos sern limpios, y emblanquecidos y purificados; los impos
procedern impamente, y ninguno de los impos entender, pero los entendidos
comprendern. Daniel 12:10.
Satans ha declarado que este mundo es su territorio. Aqu est su trono, y
considera suyos a todos los que no quieren guardar los mandamientos de Dios
y rechazan un claro As dice Jehov. Estn bajo el estandarte del enemigo,
porque hay slo dos bandos en el mundo. Todos estn bajo el estandarte de los
obedientes o bajo el de los desobedientes.
Jess est enviando ahora su mensaje a un mundo cado. Se complace en
tomar elementos aparentemente sin esperanza, que han sido instrumentos de
Satans, para someterlos a la influencia de su gracia. Se regocija al librarlos de
[260] la ira que caer sobre los desobedientes.*

*
Ao bblico: Ezequiel 33-35.
276
El fiador celestial, 8 de septiembre

Pedid, y se os dar; buscad, y hallaris; llamad, y se os abrir. Mateo 7:7.

Oh, si cada cual conociera por experiencia propia cunto del descanso
prometido por el cielo puede lograr el alma ahora mismo mediante la oracin
sincera! Si alguien no ha aprendido esta leccin, es mejor que no trate de
aprender ninguna de las otras lecciones de la vida hasta que aprenda sta en la
escuela de Cristo.
Como cristianos necesitamos una experiencia nueva y viva cada da. Necesi-
tamos aprender a confiar en Jess, a creer en l y a hacer de l nuestro confidente
en todo. Jacob, que era un hombre con defectos y debilidades, lleg a ser un
prncipe de Dios por medio de la fe y la oracin. El Seor es omnipotente.
El hombre es finito. Al conversar con Dios le podemos confiar las cosas ms
secretas del alma, porque l lo sabe todo, pero no al hombre...
No se descuide ni se separe de la Fuente de su fortaleza. Vigile sus pensa-
mientos y palabras, y en todas las cosas que quiera hacer, trate de glorificar a
Dios. Mientras ms nos acerquemos al pie de la cruz, ms claramente veremos
el incomparable encanto de Jess y el amor sin igual que l ha manifestado por
el hombre cado...
No permita que las presiones del trabajo lo separen de Dios, porque si alguna
vez necesita consejo, buen juicio e ideas claras, eso ocurre cuando tiene mucho
trabajo entre manos. Entonces necesita usted dedicar tiempo a la oracin, para
tener ms fe y una confianza inquebrantable en el consejo del Mdico jefe.
Pdale que le ayude. Cuando sus tareas lleguen a un punto crtico, ore ms.
Oh, qu tema para considerar es el hecho de que el hombre, depravado y
perdido en su condicin natural, puede ser renovado y salvado por la miseri-
cordiosa ayuda que Cristo le da por medio del Evangelio! El amor de Jess en
el alma expulsar al enemigo que est tratando de tomar posesin del hombre.
Cada prueba soportada con paciencia, cada bendicin recibida con gratitud, cada
tentacin fielmente resistida, har de usted un hombre fuerte en Jesucristo...
Afrrese del poder de lo alto. Aun Jess, cuando se preparaba para hacer
frente a una gran prueba, acuda a la soledad de las montaas y pasaba la noche
orando a su Padre.* [261]

*
Ao bblico: Ezequiel 36-38.
277
Vivamos la nueva vida, 9 de septiembre

As que, todas las cosas que queris que los hombres hagan con vosotros,
as tambin haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
Mateo 7:12.

Cristo vino a ensearnos no solamente lo que debemos saber y creer, sino


tambin lo que debemos hacer al relacionarnos con Dios y nuestro prjimo.
La regla de oro de la justicia requiere que hagamos con los dems lo que
quisiramos que nos hicieran a nosotros: Han sido adquiridos con la sangre
del Salvador; han sido comprados por precio.
En toda nuestra relacin con nuestros prjimos, ya sean creyentes o no,
debemos tratarlos como Cristo los tratara en nuestro lugar. Si es para nuestro
bien presente y eterno obedecer la ley de Dios, ser para su bien presente y eterno
que lo hagan tambin. Nuestra meta ms alta debe consistir en que seamos para
ellos obreros mdico-misioneros de acuerdo con la orden de Cristo...
Todos los que entren por las puertas de perla en la ciudad de Dios, debern
haber manifestado a Cristo en todas sus actividades. Esto es lo que los convierte
en mensajeros de Cristo, en sus testigos. Deben dar un testimonio claro y
definido contra todo mal proceder, y sealar al Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo. El da poder, a todos los que lo reciben, de ser hijos de Dios.
La regeneracin es la nica senda por medio de la cual podemos llegar a la
ciudad santa. Es angosta, y estrecha la puerta de entrada, pero por ella debemos
guiar a hombres, mujeres y nios, ensendoles que para ser salvos deben
tener un nuevo corazn y un nuevo espritu. Los antiguos rasgos de carcter
hereditarios deben ser vencidos. Los deseos naturales del alma deben cambiar.
Se debe renunciar a todo engao, toda falsificacin y toda maledicencia. Hay
que vivir una vida nueva, que hace de hombres y mujeres seres semejantes a
Cristo. Debemos nadar, por as decirlo, contra la corriente del mal.
El camino que conduce al cielo es angosto, cercado por la ley divina de
Jehov. Los que lo siguen deben negarse constantemente a s mismos. De-
ben obedecer las enseanzas de Cristo... No confiemos en el hombre, sino en
[262] Jesucristo, que muri para que pudiramos obtener justicia.*

*
Ao bblico: Ezequiel 39-41.
278
Los fundamentos de la salvacin, 10 de septiembre

Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Seor;
andad como hijos de luz. Efesios 5:8.

El que mand que la luz resplandeciera en medio de las tinieblas, arroja


luz sobre la mente de todos los que quieran considerarlo como corresponde,
amndolo supremamente, y manifestando una fe y una confianza inquebran-
tables en l. Su luz alumbra las cmaras de la mente y el templo del alma. El
corazn se llena con la luz del conocimiento de la gloria que brilla en el rostro
de Jesucristo. Y con esa luz viene el discernimiento espiritual...
Al ceder voluntariamente a la evidencia de la verdad, y al caminar en la
luz que alumbra nuestra senda, recibimos an ms luz. Mediante el poder de
la manifestacin de la gloria divina, constantemente progresamos en nuestra
comprensin espiritual...
El conocimiento de la verdad que tena Cristo era directo, positivo, sin
sombras. Mientras ms conozca el hombre a Jesucristo, ms cuidadoso ser
para tratar con respeto, cortesa y correccin a sus semejantes. Ha aprendido
de Cristo y sigue su ejemplo en palabra y accin. Por fe est unido con Cristo.
Nosotros somos colaboradores de Dios. 1 Corintios 3:9.
Cristo or para que se manifestara unidad entre sus seguidores. Esta unidad
es la evidencia que debe convencer al mundo de que Dios envi a su Hijo
para salvar a los pecadores. Servimos a Cristo al manifestar un amor mutuo
verdadero, puro y santo. Los que han sido elegidos para relacionarse con las
instituciones del Seor, deben ser hombres consagrados, abnegados, con espritu
de sacrificio, que vivan no para complacerse a s mismos, sino al Maestro. Estos
son los hombres que honrarn las instituciones del Seor.
Un conocimiento de Dios y de Cristo es positivamente esencial para la
salvacin. Perdemos mucho cada da si no aprendemos ms de la mansedumbre
y la humildad de Cristo. Los que aprenden de Cristo obtienen la educacin ms
elevada. Por medio de la fe y la dependencia de la gracia salvadora de Cristo,
crecen en conocimiento y sabidura. Aman y alaban al Seor...
Los que lleguen a ser salvos deben preocuparse en esta vida de que cada da
reciban la gracia de Dios, no para atesorarla con egosmo, sino para impartirla a
fin de que sea bendicin para los que se relacionan con ellos, para ayudarlos a
educarse en las cosas espirituales.* [263]

*
Ao bblico: Ezequiel 42-44.
279
Vivos para Dios, 11 de septiembre

A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo tambin le


confesar delante de mi Padre que est en los cielos. Y a cualquiera que
me niegue delante de los hombres, yo tambin le negar delante de mi
Padre que est en los cielos. Mateo 10:32-33.

Cmo es esto? Estamos confesando a Cristo cada da en nuestra vida? Lo


confesamos mediante nuestra vestimenta, al ataviarnos con adornos sencillos
y modestos? Es nuestro arreglo el de un espritu tranquilo y apacible que es
de gran valor a la vista de Dios? Estamos tratando de promover la causa del
Maestro? Es definido el lmite que existe entre ustedes y el mundo, o estn
intentando seguir las modas de esta poca degenerada? No hay diferencia entre
ustedes y los mundanos?...
Si somos cristianos, seguiremos a Cristo, aunque la senda por la que tenga-
mos que caminar no concuerde con nuestras inclinaciones naturales. No vale la
pena que yo les diga que no deben usar esto o aquello, porque si el amor a estas
cosas vanas est en el corazn de ustedes, el abandono de estos adornos ser lo
mismo que cortarle las hojas a un rbol. Las inclinaciones del corazn natural
volvern por sus fueros. Ustedes deben tener su propia conciencia.
Oh, si nos acordramos que Cristo se hizo pobre para que por su pobreza
llegramos a ser ricos! No trataramos de honrar su nombre y promover su
causa? Debemos permanecer en l como los pmpanos permanecen en la vid.
Jess dice: Yo soy la vid, vosotros los pmpanos; el que permanece en m, y
yo en l, ste lleva mucho fruto; porque separados de m nada podis hacer...
En esto es glorificado mi Padre, en que llevis mucho fruto, y seis as mis
discpulos. Juan 15:5, 8.
Si cumpliramos esta orden de nuestro Seor, la situacin de nuestras igle-
sias sera completamente distinta, y sabramos qu significa la obra ntima del
Espritu de Dios. Lo que necesitamos es que el hacha est puesta junto a la raz
del rbol. Queremos morir al mundo, morir al yo y vivir para Dios. Nuestra vida
debe estar escondida con Cristo en Dios, de manera que cuando l aparezca,
nosotros tambin podamos aparecer con l en gloria. Necesitamos acercarnos
a Cristo para que los hombres puedan saber que hemos estado con l y hemos
aprendido de l... Mantengan sus ojos puestos en Cristo. Con humildad tratemos
de acercarnos a Dios. Mediante las palabras, la conducta y la vida, confesemos
[264] a Cristo.*

*
Ao bblico: Ezequiel 45-48.
280
El cristiano compasivo, 12 de septiembre

Porque viene el prncipe de este mundo, y l nada tiene en m. Juan 14:30.

Mediante todos sus hbitos de vida el Salvador dio un ejemplo de lo que


Dios espera que sea su iglesia en la tierra. Dile esto a la gente. Cristo quiere
presentar su iglesia ante el Padre sin mancha ni arruga.
Los primeros aos de la vida del Salvador fueron aos de pobreza. Los
das de su niez los pas trabajando. Al trabajar en el banco del carpintero, al
asumir las responsabilidades que recaan sobre l como miembro de la familia,
a menudo se cansaba. Viva en una era corrompida. Sin embargo, el mal que lo
rodeaba no lo contamin, ni influyeron sobre l los caracteres de aquellos que
eran de personalidad artificial y malvada. En los amplios campos y en medio
de los paisajes de la naturaleza, encontraba descanso del trabajo y alimento
para su vida espiritual. Al mirar ms all de la superficie, logr acumular un
conocimiento de los misterios de la naturaleza que lo llenaba de paz y alegra.
Durante los aos de su ministerio pblico, el Salvador sufri constantemente
el escrutinio de hombres arteros e hipcritas. Continuamente iban espas tras
l para tratar de captar algo de sus labios con el fin de usarlo para suscitar
prejuicios en su contra. Una y otra vez trataron de que pareciera culpable o
que estaba en el error. Hubo oportunidades cuando tendieron trampas delante
de l presentndole preguntas cuyas respuestas esperaban usar para provocar
su condenacin por parte del pueblo. Pero en cada caso se vieron obligados a
retirarse confundidos; sus acciones aparecieron en su verdadero carcter como
resultado de las respuestas de Cristo. Los discursos del Salvador presentaban
la verdad con poder ante las multitudes que lo escuchaban. Hasta los hombres
enviados a espiar sus actos se vieron obligados a volver para dar este informe a
los que los mandaron: Jams hombre alguno ha hablado como este hombre!
Juan 7:46...
Tu conversacin sea llena de gracia, porque Cristo escucha las palabras
que pronuncias. La compasin est presente en todo lo que dices: entonces se
manifestar en ti el carcter de Cristo. Los modales de Jess eran amables y
discretos. Nosotros, como sus seguidores, debemos participar de su naturaleza.
Cada da debemos aprender del gran Maestro, para que la atmsfera que rodea
el alma se llene de vida espiritual.* [265]

*
Ao bblico: Daniel 1-3.
281
Rendicin incondicional, 13 de septiembre

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo
en m; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el
cual me am y se entreg a s mismo por m. Glatas 2:20.

Dios no aceptar nada menos que una rendicin incondicional. Los cristianos
medio convertidos y pecadores nunca entrarn en el cielo. All no encontra-
ran felicidad; porque no saben nada de los principios elevados y santos que
gobiernan a los miembros de la familia real.
El verdadero cristiano mantiene las ventanas del alma orientadas hacia el
cielo. Vive en comunin con Jess. Su voluntad est de acuerdo con la de Cristo.
Su mayor deseo consiste en asemejarse cada vez ms al Seor...
Debemos luchar ferviente e incansablemente para alcanzar el ideal de Dios
para nosotros. No debemos hacerlo a ttulo de penitencia, sino como la nica
manera de lograr la verdadera felicidad. El nico modo de conseguir paz y
alegra consiste en mantener una relacin viviente con el que dio su vida por
nosotros, que muri para que pudiramos vivir, y que vive para unir su poder
con los esfuerzos de los que estn luchando para lograr la victoria.
La santidad consiste en estar permanentemente de acuerdo con Dios. No
lucharemos para ser lo que Cristo tanto desea que seamos, es a saber, cristianos
en hechos y en verdad, para que el mundo pueda ver en nuestras vidas una
revelacin del poder salvador de la verdad? Este mundo es nuestra escuela pre-
paratoria. Mientras estemos aqu tendremos que enfrentar pruebas y dificultades.
El enemigo de Dios tratar continuamente de apartarnos de nuestra lealtad al
Seor. Pero mientras nos aferremos al que se entreg por nosotros, estaremos
seguros.
El abrazo de Cristo abarca a todo el mundo. Muri en la cruz para destruir
al que tena el poder de la muerte, y para erradicar el pecado de toda alma
creyente. Nos invita a ofrecernos en el altar del servicio como holocausto
viviente. Debemos consagrar sin reservas a Dios todo lo que tenemos y somos.
En esta escuela primaria de la tierra debemos aprender las lecciones que nos
han de preparar para ingresar en la escuela superior, donde nuestra educacin
proseguir bajo la direccin personal de Cristo. Entonces l nos explicar el
[266] significado de su Palabra.*

*
Ao bblico: Daniel 4-6.
282
Punto de vista, 14 de septiembre

As como Cristo am a la iglesia, y se entreg a s mismo por ella... a fin


de presentrsela a s mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha
ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Efesios
5:25, 27.

Llevamos el nombre de cristianos. Seamos fieles a ese nombre. Ser cristia-


nos significa ser semejantes a Cristo. Significa seguir a Cristo en abnegacin,
llevando en alto su estandarte de amor, honrndolo por medio de palabras y
actos desinteresados. En la vida del verdadero cristiano el yo no existe: est
muerto. No hubo egosmo en la vida que Cristo vivi en esta tierra. Aunque
asumi nuestra naturaleza, vivi una vida plenamente dedicada al bien de los
dems...
Los seguidores de Cristo deben ser puros y leales en palabras y en hechos.
En este mundo, un mundo de iniquidad y corrupcin, los cristianos deben
manifestar los atributos de Cristo. Todo lo que hagan y digan debe estar libre de
egosmo. Cristo desea presentarnos ante el Padre sin mancha ni arruga ni cosa
semejante, purificados por su gracia y llevando su semejanza.
Por su gran amor, Cristo se entreg a s mismo por nosotros. Lo hizo para
satisfacer las necesidades de las almas que luchan contra el mal. Debemos
entregarnos a l. Cuando esta entrega es completa, Cristo puede terminar la obra
que comenz en nuestro favor al entregarse a s mismo. Entonces nos puede
restaurar totalmente.
Cristo se entreg a s mismo por la redencin de la especie, para que todos
los que creen en l puedan tener vida eterna. Todos los que aprecien este gran
sacrificio reciben del Salvador el ms precioso de todos los dones: un corazn
limpio. Obtienen una experiencia ms valiosa que el oro, o la plata o las piedras
preciosas. Se sientan con Cristo en lugares celestiales, para gozar en comunin
con l la alegra y la paz que slo l puede dar. Lo aman con el corazn, la
mente, el alma y las fuerzas, pues comprenden que son su herencia adquirida
con sangre. Su visin espiritual no est distorsionada por los procedimientos y
los propsitos mundanos. Son uno con Cristo as como l es uno con el Padre.
No creen acaso que Cristo valora a los que viven plenamente para l? No
creen que visita a los que como el amado Juan se encuentran en dificultades por
su causa? El acude junto a sus fieles, y tiene comunin con ellos para animarlos
y fortalecerlos.* [267]

*
Ao bblico: Daniel 7-9.
283
La verdad triunfar, 15 de septiembre

No andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la


manifestacin de la verdad recomendndonos a toda conciencia humana
delante de Dios. 2 Corintios 4:2.

No se deben minar las verdades fundamentales que el Seor nos ha revelado


mediante tantas evidencias milagrosas. Se debe escuchar una voz que apoye
definidamente la verdad, y contrarreste el escepticismo y las falacias que nos
estn llegando de parte del enemigo de la verdad. Se producirn reformas,
y la obra de los principios de la verdad divina se manifestar mediante un
crecimiento en la gracia, porque los instrumentos divinos son eficientes para
iluminar y santificar el entendimiento humano.
La verdad tal como es en Jess, tal como fue proclamada por l cuando se
hallaba envuelto por la nube resplandeciente, es la misma verdad en nuestros
das, y renovar ciertamente del mismo modo la mente de quien la reciba ahora,
as como lo hizo en lo pasado. Cristo declar: Si no oyen a Moiss y a los
profetas, tampoco se persuadirn aunque alguno se levantare de los muertos.
Lucas 16:31.
Como pueblo, debemos preparar el camino del Seor, bajo la direccin
predominante del Espritu Santo, para la diseminacin del Evangelio en toda
su pureza. La corriente de agua viva debe profundizarse y ampliarse a medida
que avanza. En todos los territorios, de lejos y de cerca, se llamar a hombres
de detrs del arado y de las actividades comerciales ms comunes y que ms
distraen la mente, para que sean educados junto a hombres de experiencia que
comprenden la verdad. Mediante las obras maravillosas de Dios, se movern
montaas de dificultades y se las arrojar al mar. Trabajemos como quienes
hemos experimentado el poder de la verdad...
Los que predican la verdad se esforzarn por demostrarla mediante una vida
ordenada y una piadosa conversacin. Y al hacerlo, llegarn a ser poderosos
para proclamar la verdad y darle la aplicacin acertada que Dios le ha dado...
Se debe proclamar la invitacin: Hijo, ve hoy a trabajar a mi via. Cuando
esta invitacin sea aceptada, ser odo y entendido el mensaje que significa
tanto para los moradores de la tierra. Los hombres sabrn qu es la verdad. La
obra avanzar cada vez ms. Y los notables acontecimientos de la Providencia
se vern y se reconocern tanto en juicios como en bendiciones. La verdad
[268] arrebatar la victoria.*

*
Ao bblico: Daniel 10-12.
284
Amor incomparable, 16 de septiembre

La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, as como
nosotros somos uno. Yo en ellos, y t en m, para que sean perfectos en
unidad, para que el mundo conozca que t me enviaste, y que los has
amado a ellos como tambin a m me has amado. Juan 17:22-23.

Oh, qu amor, qu amor incomparable! Los cados seres humanos pueden


llegar a estar tan ntimamente unidos con Cristo que sean glorificados con l.
Han seguido sus pisadas en esta tierra, trabajando como l por las almas por
las cuales muri, y cuando venga a buscar a los suyos entrarn en su gozo, y
se sentarn junto a su mesa en su reino. Donde yo estuvieredice l, all
tambin estar mi servidor. Juan 12:26...
Qu maravilloso pensamiento es que nosotros, pobres y cados pecadores,
podemos llegar a ser uno con Cristo, participantes de su naturaleza divina,
refinados, purificados y glorificados! Podemos vencer y sentarnos con Cristo.
Seremos hechos a su imagen. Nos ama, y nos ayudar. Debemos ser pasivos en
sus manos.
Tenemos su promesa. Disponemos de los ttulos de propiedad en el reino
de gloria. Jams fueron redactados ttulos de propiedad tan estrictamente de
acuerdo con la ley, o ms cuidadosamente firmados, que los que le dan derecho al
pueblo de Dios a las mansiones celestiales. No se turbe vuestro corazndice
Cristo; creis en Dios, creed tambin en m. En la casa de mi Padre muchas
moradas hay; si as no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar
para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendr otra vez, y os tomar a
m mismo, para que donde yo estoy, vosotros tambin estis. Juan 14:1-3...
Todos los que quieren pueden acogerse a las promesas del pacto. Enorme es
el precio que se pag por nuestra redencin: la sangre del unignito Hijo de Dios.
Cristo fue puesto a prueba mediante aguda afliccin. Su naturaleza humana fue
probada al mximo. Carg con la pena de muerte que mereca la transgresin
del hombre. Se convirti en la garanta y el sustituto del pecador. Es capaz de
mostrar el fruto de sus sufrimientos y su muerte mediante su resurreccin de
entre los muertos. Desde el sepulcro abierto de Jos resuena esta proclama: Yo
soy la resurreccin y la vida. Los que creen en m, y hacen las obras de justicia
que yo hago, son justificados, santificados, emblanquecidos y probados. Han
obtenido piedad y vida eterna.* [269]

*
Ao bblico: Oseas 1-4.
285
Un pronto auxilio, 17 de septiembre

Jehov es bueno, fortaleza en el da de la angustia; y conoce a los que en


l confan. Nahm 1:7.

Tenemos ricas promesas en la Palabra de Dios, si slo creemos y confiamos


en l. Estamos en peligro de confiar en nuestros pobres esfuerzos humanos,
y no poner nuestra confianza en Dios. Todos los que tengan algo que hacer
en esta gran preparacin de la obra de Dios para estos ltimos das, deberan
acercarse al Seor. Cuando Dios enva a sus obreros para que cumplan un
cometido especial, ha prometido que ser uno con ellos si estn dispuestos a
ser uno con l. Pero si se apartan de Dios, y tratan de hacer la obra mediante
sus propias fuerzas, enfrentarn dificultades y desnimo a cada paso. Aqu
tenemos la promesa de que al trabajar para el Seor l estar a nuestra diestra
para ayudarnos y trabajar con nosotros.
Sera la mayor insensatez del mundo si alguno se acreditara el xito que
podemos tener. Mientras ms humildemente caminemos con Dios, ms se
manifestar l para ayudarnos. El Seor nunca quiso enviar a sus siervos a fin
de que trabajaran para l frente a la oposicin de Satans y los ngeles impos
sin proporcionarles ayuda divina. La razn por la cual no tenemos ms xito
en la obra consiste en que dependemos de nuestros propios esfuerzos en lugar
de confiar en la ayuda que Dios nos quiere dar. Tenemos el privilegio de sentir
nuestra debilidad, nuestra indignidad, y entonces solicitar la ayuda que Dios
ha provisto para nosotros. Podemos recurrir a la Palabra en medio de nuestra
angustia, y mientras sentimos el peso de las almas sobre nosotros, podemos
decir: Aqu, Seor: T lo has prometido y yo creo en tu Palabra!
Debemos aprender a acudir a nuestro Padre celestial tal como un nio lo
hace con sus padres terrenales. Nos dice: Qu hombre hay de vosotros, que
si su hijo le pide pan, le dar una piedra? O si le pide un pescado, le dar una
serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabis dar buenas ddivas a vuestros
hijos, cunto ms vuestro Padre que est en los cielos dar buenas cosas a los
que le pidan? Mateo 7:9-11...
Aunque cada obrero de Dios debe cultivar sus facultades al mximo posible,
no debe poner su confianza en ellas. Hagan de ustedes mismos todo lo que sea
[270] posible hacer, pero confen el resto al Seor.*

*
Ao bblico: Oseas 5-9.
286
El divino sustituto, 18 de septiembre

Al que no conoci pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fusemos hechos justicia de Dios en l. 2 Corintios 5:21.

A otros salv, a s mismo no se puede salvar. Marcos 15:31. Precisamente


porque Cristo no se quiso salvar, el pecador tiene esperanza del perdn y el
favor de Dios. Si al tratar de salvar al pecador Cristo hubiera fallado o se hubiera
desanimado, habra concluido la ltima esperanza de cada hijo e hija de Adn.
Toda la vida de Cristo estuvo sealada por la abnegacin y el sacrificio, y
la razn por la cual hay tan pocos cristianos a carta cabal se debe a que la
complacencia propia ocupa el lugar de la abnegacin y el sacrificio.
Oh, qu ansias tena Cristo de salvar a los perdidos! El cuerpo crucificado
en la cruz no claudic de su divinidad, de su poder de salvar por medio del
sacrificio humano a todos los que aceptaran su justicia. Al morir en la cruz,
transfiri la culpa de la persona del transgresor a la del divino Sustituto si
aqul ejerca fe en l como su Redentor personal. Los pecados de un mundo
culpable, que en figura se presentan de color carmes, fueron imputados al divino
Representante...
La divinidad haca su obra mientras la humanidad sufra el odio y la repre-
salia de un pueblo que odiaba a Dios porque Cristo se haba presentado como
Hijo del Altsimo. Slo l pudo responder al pobre y sufrido ladrn. Slo l
era libre para extender la garanta en favor del culpable criminal. El Redentor
a punto de morir vio que el ladrn era mucho menos culpable que los que lo
haban condenado a muerte, mucho menos culpable que los sacerdotes, escribas
y dirigentes que haban tomado parte activa en reclamar la muerte del Hijo de
Dios.
Qu fe tena aquel ladrn que estaba por morir en la cruz! Acept a Cristo
cuando en apariencia era totalmente imposible que fuera el Hijo de Dios, el
Redentor del mundo. En la oracin del pobre ladrn se escuchaba una nota
diferente de la que estaba resonando por todas partes: era una nota de fe que
lleg hasta Cristo. La fe del condenado era dulce msica para los odos de Jess.
Escuch la alegre nota de la redencin y la salvacin en medio de su agona.
Dios fue glorificado en su Hijo y por medio de l.* [271]

*
Ao bblico: Oseas 10-14.
287
Cultivemos la ternura en el hogar, 19 de septiembre

Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrir
multitud de pecados. 1 Pedro 4:8.

El joven que acudi a Jess le pregunt acerca de qu poda hacer para


heredar la vida eterna. Jess le dijo que guardara los mandamientos y enumer
varios preceptos de la ley. El joven replic: Todo esto lo he guardado desde mi
juventud. Qu ms me falta? Mateo 19:20. Los cuatro primeros mandamientos
sealan el deber del hombre de amar a Dios sobre todas las cosas, y los ltimos
seis presentan el requisito de amar a nuestro prjimo como a nosotros mismos.
Cuntos lo estn haciendo verdadera y sinceramente, y de todo corazn?
El Seor vendr pronto, pero, estamos cumpliendo los deberes que nos
impone la justicia? El amor es la base de la piedad. Nadie ama a Dios, no
importa cun religioso pretenda ser, a menos que ame desinteresadamente a
su hermano. Puesto que Dios nos am antes que nosotros lo amramos a l,
amaremos a todos aquellos por quienes Cristo muri. No dejaremos que esa
alma que est en gran peligro y padece mucha necesidad se vaya sin amonestar,
sin que trabajemos ni nos preocupemos por ella. No abandonaremos a los que
yerran, ni seremos criticones ni exigentes, ni los dejaremos para que se hundan
en mayor desgracia y desnimo, ni que caigan en el campo de batalla de Satans,
porque Dios nos tratar tal como trata a nuestros hermanos o a los miembros
menores de la familia del Seor.
Cultiven la ternura del corazn; rodeen su vida de hogar con la atmsfera
del amor. El espritu que ha prevalecido por mucho tiempo en la iglesia ofende
a Dios. Pero todos los que se han sentido libres de condenar, descorazonar y
desanimar a su prjimo, todos los que han dejado de manifestar ternura, bondad,
simpata y compasin a los tentados y probados, verificarn por experiencia
propia que se los llevar al terreno donde otros ya pasaron, y sufrirn ellos
mismos las consecuencias de su dureza de corazn. Padecern lo que otros han
sufrido por causa de su falta de simpata, hasta que aborrezcan la dureza de su
corazn y abran la puerta para que Jess pueda entrar.
El poder de Dios, que es capaz de convertir, debe entrar en cada alma que
tiene alguna relacin con la obra y la causa del Seor, para que cada cual sea
lleno del amor y la compasin de Cristo, pues en caso contrario algunos nunca
[272] vern el reino de los cielos.*

*
Ao bblico: Joel
288
Echen mano de la fortaleza divina, 20 de septiembre

Entonces hablaste en visin a tu santo, y dijiste: He puesto el socorro


sobre uno que es poderoso. Salmos 89:19.

El Seor los ama. El Seor es tierno y compasivo. Su promesa es la siguiente:


Acercaos a Dios, y l se acercar a vosotros. Santiago 4:8. Cuando el enemigo
se aproxime como una inundacin, el Espritu del Seor levantar bandera contra
l y en favor de ustedes. Recuerden que Jesucristo es nuestra esperanza. En
medio de las circunstancias tristes y desanimadoras que les pueden sobrevenir
en cualquier momento, Cristo les dice: Haga[n] conmigo paz; s, haga[n] paz
conmigo. Isaas 27:5.
La tarea de ustedes consiste en echar mano de la fortaleza que es tan firme
como el trono eterno. Crean en Dios. Confen en l. Mantnganse alegres en
toda circunstancia. Aunque sufran pruebas, sepan que Cristo padeci estas
aflicciones en favor de su herencia. Nada es tan querido para Dios como su
iglesia. El Seor mira el corazn. Sabe quines son los suyos. Probar a toda
alma viviente. Muchos sern limpios, y emblanquecidos y purificados; los
impos procedern impamente, y ninguno de los impos entender, pero los
entendidos comprendern. Daniel 12:10.
Entonen himnos de alabanza y gratitud los que aman a Dios y obedecen su
Palabra, en lugar de pronunciar acusaciones, de criticar y murmurar. El Seor
bendecir a los pacificadores.
Confen en el Seor. No permitan que los depriman ni los sentimientos,
ni los discursos, ni las actitudes de ningn ser humano. Tengan cuidado que
ni sus palabras ni sus actos les den a los dems la ventaja de herirlos. Man-
tengan la vista fija en Jess. El es la fortaleza de ustedes. Al contemplarlo, se
transformarn a su semejanza; ser la salud del rostro de ustedes, y su Dios.
La iglesia los necesita, y ustedes necesitan suavizar y someter sus propios
sentimientos por causa de Cristo. El quiere que su Santo Espritu obre en ustedes.
Entonces estarn en condiciones de impartir vida y consuelo a la iglesia. Elijan
bien sus palabras de manera que sean una bendicin para ella. No se aflijan
por las inconsecuencias de los dems. Preocpense de ustedes mismos, y sean
consecuentes en todo.* [273]

*
Ao bblico: Ams 1-4.
289
En el mundo, pero sin ser del mundo, 21 de septiembre

Oh almas adlteras! No sabis que la amistad del mundo es enemistad


contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se
constituye enemigo de Dios. Santiago 4:4.

El gran da del Seor est cerca. Cuando Cristo aparezca en las nubes de
los cielos, los que no lo han buscado de todo corazn, los que han permitido
que se los engae, ciertamente perecern. Nuestra nica seguridad consiste en
ser hallados en Cristo por medio del arrepentimiento y la confesin y debido a
que nuestros pecados han sido borrados. Los que quieran buscar hoy al Seor
fervientemente, dispuestos a humillar sus corazones ante l, y a abandonar sus
pecados, sern preparados para formar parte de la familia real y ver al Rey en
su hermosura, por medio de la santificacin de la verdad...
Cualquiera sea su nivel de educacin, slo el que comprende su responsabi-
lidad ante Dios, y se deja conducir por el Espritu Santo, puede ser un maestro
eficiente o tener xito en ganar para Dios a los que se encuentran bajo su in-
fluencia. Se podr reconocer como dirigentes en las instituciones de Dios a
los que no prestan atencin al consejo divino? De ninguna manera. Cmo se
puede considerar guas seguros a los que manifiestan un espritu de incredulidad
y que, mediante sus palabras y su carcter, dejan de poner en evidencia una
verdadera piedad?
De cierto os digo, que si no os volvis y os hacis como nios, no entraris
en el reino de los cielos. Mateo 18:3.
El yo tiene que ser sometido al yugo de Cristo. El gran Maestro invita a
todos a aprender de l... El Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se
haba perdido. Mateo 18:11. Pero los que quieran ser salvados deben estar
dispuestos a hacerlo de acuerdo con el mtodo del Seor, y no con el propio. La
gratuita gracia de Dios es la nica esperanza del hombre. Dios se interesa en
cada uno de nosotros...
Hemos sido invitados a ser el pueblo especial del Seor en un sentido mucho
ms elevado de lo que muchos comprenden. El mundo yace en maldad y el
pueblo de Dios tiene que salir de l y mantenerse separado. Tiene que estar
libre de las costumbres y los hbitos mundanos. No debe concordar con los
sentimientos del mundo; por el contrario, los suyos deben ser distintos, como
pueblo peculiar del Seor que es, manifestando fervor en todos sus servicios.
[274] No tiene que comulgar con las obras de las tinieblas.*

*
Ao bblico: Ams 5-9.
290
La gracia divina es nuestra mayor necesidad, 22 de
septiembre

Pues si anunci el evangelio, no tengo por qu gloriarme. 1 Corintios 9:16.

La conversin genuina nos pone cada da en comunin con Dios. Habr


tentaciones que enfrentar y una fuerte tendencia a apartarnos de Dios para
sumirnos en nuestra antigua indiferencia y en un pecaminoso olvido del Seor.
No hay corazn humano que pueda permanecer fuerte desprovisto de la gracia
divina. Nadie podr seguir siendo convertido a menos que se cuide y que el
Maestro lo cuide. A menos que el corazn se aferre firmemente de Dios, y Dios
se aferre firmemente de l, asumir confianza propia y se exaltar, y ciertamente
tropezar y caer. El poder de Dios recibido por fe era la confianza de Pablo.
Ya no vivo yodeclar con humildad, mas vive Cristo en m. Glatas
2:20. As que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera
peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a
ser eliminado. 1 Corintios 9:26-27.
Pablo tena constantemente el temor de que sus malas inclinaciones logra-
ran la supremaca. Por eso estaba continuamente combatiendo y resistiendo
firmemente los apetitos y pasiones que trataban de manifestarse. Si el gran
apstol temblaba al considerar sus debilidades, con qu razn nos vamos a
sentir nosotros confiados y dispuestos a vanagloriarnos?...
Nuestra nica defensa segura contra los pecados que nos asedian es la
oracin, la oracin de cada da y de cada hora. No debemos estar un da llenos
de celo para sumirnos el siguiente en la negligencia, sino como resultado de
la vigilancia y el fervor debemos revitalizarnos gracias a nuestra comunin
con Dios. La oracin es necesaria, y no debiramos esperar que se manifiesten
los sentimientos sino orar, fervorosamente, ya sea que sintamos algo o que no
sintamos nada. El cielo est abierto para recibir nuestras oraciones. La oracin
es el canal que conduce hasta el trono de Dios nuestra gratitud y los ardientes
deseos de nuestra alma por recibir la bendicin divina, y que nos llega en
retribucin como la lluvia refrescante de la gracia divina... Oh, cunto deseo
que dediquemos ms tiempo a permanecer sobre nuestras rodillas, y menos a
planificar por nosotros mismos y a pensar que podemos hacer grandes cosas!* [275]

*
Ao bblico: Abd.; Jon.
291
El banquete de la palabra de Dios, 23 de septiembre

Yo soy el pan vivo que descendi del cielo... y el pan que yo dar es mi
carne, la cual yo dar por la vida del mundo. Juan 6:51.

La nica seguridad para cualquiera de nosotros consiste en plantar firme-


mente nuestros pies sobre la Palabra de Dios y estudiar las Escrituras, para
hacer de ellas nuestra constante meditacin. Dganle a la gente que no acepten
las opiniones de nadie con respecto a los Testimonios, sino que los lean y los
estudien por s mismos, y entonces verificarn que concuerdan con la verdad. La
Palabra de Dios es la verdad. Acerca del hombre bueno el salmista afirma: En
la ley de Jehov est su delicia, y en su ley medita de da y de noche. Salmos
1:2. Quien aplique la mente y el corazn a esta tarea obtendr una experiencia
slida y valiosa. El Espritu Santo est en la Palabra de Dios. Aqu encontramos
el elemento viviente e inmortal presentado en forma tan definida en el sexto
captulo de Juan...
Creamos en la Palabra de Dios. Quien se alimente de ese modo del Pan del
cielo, y se nutra as todos los das, sabr qu significan las palabras: No necesita
que nadie le ensee. Disponemos de lecciones puras procedentes de los labios
de nuestro Dueo, que nos ha comprado por el precio de su propia sangre.
La preciosa Palabra de Dios es un fundamento slido sobre el cual podemos
construir. Cuando aparezcan los hombres con sus suposiciones, dganles que el
gran Maestro les ha dejado su Palabra, que es de incalculable valor, y que ha
enviado un Consolador en su propio nombre, es a saber, el Espritu Santo. El
os ensear todas las cosas, y os recordar todo lo que yo os he dicho. Juan
14:26.
Aqu se nos presenta un rico banquete, del cual pueden participar todos los
que creen que Cristo es su Salvador personal. Es el rbol de la vida para todos
los que sigan alimentndose de l...
Todos los que estudian estas preciosas declaraciones recibirn gran con-
suelo. Si desean participar del banquete de la Palabra de Dios, obtendrn una
experiencia del ms alto valor. Vern que en comparacin con la Palabra de
Dios, la del hombre es como paja con respecto al trigo.
La Palabra de Dios me dice que sus promesas son para m y para cada
hijo del Seor. El banquete est servido delante de nosotros. Se nos invita
a alimentarnos de la Palabra de Dios, que fortalecer msculos y tendones
[276] espirituales.*

*
Ao bblico: Miqueas 1-4.
292
La batalla final, 24 de septiembre

He aqu, yo vengo como ladrn. Bienaventurado el que vela, y guarda sus


ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergenza. Apocalipsis 16:15.

Un terrible conflicto est delante de nosotros. Nos acercamos a la batalla


del gran da del Dios todopoderoso. Lo que est bajo control ahora, entonces
quedar suelto. El ngel de la misericordia est plegando sus alas, preparndose
para retirarse del trono de oro, para dejar el mundo bajo el dominio de Satans,
el rey que ste se ha escogido, asesino y destructor desde el principio.
Los principados y potestades de la tierra estn en amarga revuelta contra el
Dios del cielo. Estn llenos de odio contra todos los que sirven a Dios, y pronto,
muy pronto, se librar la ltima gran batalla entre el bien y el mal. La tierra
ser el campo del combate: el escenario del final conflicto y de la victoria final.
Aqu, donde por tanto tiempo Satans ha dirigido a los hombres contra Dios, la
rebelin ser extirpada para siempre.
Cristo vino a esta tierra en forma humana para poder ser el Capitn de
nuestra salvacin, de manera que no furamos vencidos por el poder de Satans.
Y cuando pareca que el enemigo estaba ganando victorias sealadas contra la
justicia, Dios estaba obrando con misericordia y poder para contrarrestar sus
designios.
Decidido a borrar la imagen de Dios en el hombre, Satans trabaja con
intenso esfuerzo para ocultar al Seor. No obra abiertamente, sino en secreto,
mezclando lo humano con lo divino, lo espurio con lo genuino, para tratar de
introducir confusin y calamidades. Pero la misericordia divina se manifiesta
con poder proporcional para contrarrestar esa obra impa, y para desenmascarar
los ocultos propsitos del enemigo. El pueblo de Dios ha de dar un decidido
testimonio en favor de la verdad, por medio de la pluma y la voz, para poner en
evidencia los propsitos del Seor. Ha de proclamar de lugar en lugar el mensaje
de la Palabra de Dios, para que los hombres y mujeres puedan comprender la
verdad...
Hay una consistencia innegable en la sana doctrina. No es un vapor que se
disipa. La luz debe emanar de la Palabra de Dios. El Seor invita a su pueblo
para que se acerque a l. Nadie debe interponerse entre l y su pueblo. Cristo
est llamando a la puerta del corazn para solicitar entrada. Lo dejarn entrar
ustedes?* [277]

*
Ao bblico: Miqueas 5-7.
293
Lo que hace la oracin, 25 de septiembre

Acerqumonos con corazn sincero, en plena certidumbre de fe. Hebreos


10:22.

No puede haber verdadera oracin sin verdadera fe. Sin fe es imposible


agradar a Dios. Hebreos 11:6. La oracin y la fe son los brazos por medio de
los cuales el alma se abraza del amor infinito, y se toma de la mano del poder
celestial. Dios no acepta hijos mudos, en lo que a su experiencia con respecto a
la verdad se refiere. La fe es un poder activo y dinmico. La fe en Cristo, cuando
comienza a manifestarse, se revela mediante la oracin y la alabanza. La oracin
es un alivio y un consuelo para el alma perturbada. El alma sincera y humilde
que suplica ante el trono de la gracia, puede saber que est en comunin con
Dios por medio de los instrumentos divinamente sealados, y tiene el privilegio
de comprender qu es Dios para el creyente. Debemos entender cules son
nuestras necesidades. Debemos tener hambre y sed de la vida en Cristo y por
medio de Cristo. Entonces acudiremos a l con humildad y sinceridad, y nos
otorgar la fe que obra por el amor y purifica el alma...
Cristo se entreg a s mismo voluntaria y alegremente para cumplir el
propsito de Dios hacindose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 2:8. En vista de que ha hecho todo esto, nos costar mucho negarnos
a nosotros mismos? Evitaremos participar de los sufrimientos de Cristo? Su
muerte debiera sacudir cada fibra de nuestro ser, disponindonos a consagrar a
su obra todo lo que tenemos y somos.
Al pensar en lo que ha hecho por nosotros, nuestros corazones se debieran
llenar de gratitud y amor, y debiramos renunciar a todo egosmo y pecado.
Qu deber podra dejar de cumplir el corazn, si toma en cuenta la influencia
constrictiva del amor a Dios y a Cristo? Con Cristo estoy juntamente crucifica-
do, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m; y lo que ahora vivo en la carne, lo
vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am y se entreg a s mismo por m.
Glatas 2:20.
Relacionmonos con Dios mediante una obediencia sealada por la abnega-
cin y el sacrificio. La fe en Cristo siempre conduce a una obediencia voluntaria
y alegre. Muri para redimirnos de toda iniquidad, y purificar para s mismo un
pueblo peculiar, celoso de buenas obras. Debe haber perfecta conformidad en
pensamientos, palabras y obras, a la voluntad de Dios. El cielo es slo para los
[278] que han purificado su alma mediante la obediencia a la verdad.*

*
Ao bblico: Nah.
294
Ventajas presentes y beneficios futuros, 26 de septiembre

Puestos los ojos en Jess, el autor y consumador de la fe, el cual por el


gozo puesto delante de l sufri la cruz, menospreciando el oprobio, y se
sent a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2.

Siempre debiramos albergar sentimientos de gratitud por los que nos han
hecho favores en momentos de necesidad. Pero esos sentimientos que con tanta
prontitud expresamos ante la amabilidad y el desinters de nuestros amigos,
debieran responder al amor y la compasin de nuestro bondadoso Amigo celes-
tial... La amistad manifestada por el ms cercano y querido pariente o amigo,
es tan insignificante si la comparamos con la revelacin de Jesucristo, que se
reduce a una manifestacin muda e inexpresiva...
Permtanme llevarlos al escenario de la crucifixin y mostrarles al Hijo de
Dios mientras muere en lugar de ust des. No despierta sentimientos de gratitud
el espectculo de la cruz de Cristo? No disipa la frialdad y la indiferencia que
endurecen los sentidos hacia el sacrificio realizado en nuestro favor?...
Satans, el adversario de las almas, trabaja constantemente con sus argucias
y encantamientos, para adormecer los sentidos y anestesiar los sentimientos
que tienen que ver con nuestros ms altos intereses. Para todas las cosas insig-
nificantes de la vida los afectos ejercen plena libertad, pero para los intereses
eternos estn trabados, atados, como si lo fuera por cuerdas mgicas...
Hay muchos que padecen privaciones y se someten a grandes sacrificios para
emprender algo que les promete ventajas en el futuro. Cambian la comodidad
del presente por una futura ganancia, pero aqu Jess nos presenta la vida eterna
como recompensa de la obediencia, y si las cosas insignificantes de las ganancias
terrenales pueden ser sacrificadas para obtener cosas mejores en el futuro, con
cunta mayor razn podemos sacrificar la comodidad, el placer y las actuales
ventajas que nos ofrece el mundo, por las incomparables riquezas y la gloria de
la futura vida inmortal. No permitamos que el hechizo de los encantos terrenales
aparte nuestros afectos de Dios, y endurezca nuestro corazn para los intereses
eternos. Miremos las cosas que no se ven. Entronicemos a Jess en el corazn.
Ammoslo con toda el alma.* [279]

*
Ao bblico: Hab.
295
El Espritu Santo, el mayor de los dones, 27 de septiembre

Y estando en la condicin de hombre, se humill a s mismo, hacindose


obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:8.

La exaltacin de Cristo ser directamente proporcional a su humillacin.


Para poder ser el Salvador, el Redentor, tena que pasar primero por el sacrificio.
Qu misterios encontramos en la piedad de Cristo! Despus de magnificar la
ley y engrandecerla, al aceptar sus condiciones para salvar a un mundo de la
ruina, Cristo se apresur a ir al cielo para perfeccionar su obra y cumplir su
misin al enviar el Espritu Santo a sus discpulos. De ese modo asegur a sus
creyentes que no los haba olvidado, aunque se encontrara ahora en la presencia
de Dios, donde hay plenitud de gozo para siempre.
El Espritu Santo deba descender sobre los que amaban a Cristo en este
mundo. De ese modo se los capacitara, por medio de la glorificacin de Aquel
que era su cabeza, para recibir todo don necesario para el cumplimiento de
su misin. El Dador de la vida posea no slo las llaves de la muerte, sino un
cielo lleno de ricas bendiciones. Todo el poder del cielo y de la tierra estaba
a su disposicin, y al tomar su lugar en las cortes celestiales poda prodigar
esas bendiciones a todos los que lo recibieran. Cristo dijo a sus discpulos: Os
conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendra a
vosotros; mas si me fuere, os lo enviar. Juan 16:7. Este era el mayor de los
dones. El Espritu Santo descendi como el tesoro ms precioso que el hombre
poda recibir. La iglesia fue bautizada con el poder del Espritu. Los discpulos
fueron preparados para salir y proclamar a Cristo primero en Jerusaln, donde
se haba llevado a cabo la vergonzosa obra de deshonrar al verdadero Rey, y a
partir de all deban ir hasta los confines de la tierra...
Cun plenas y amplias son las bendiciones que se derraman sobre los que
quieren acudir a Dios en nombre de su Hijo! Si estn dispuestos a cumplir
las condiciones sealadas en su Palabra, les abrir las ventanas de los cielos y
derramar sobre ellos bendicin hasta que sobreabunde... Si el pueblo de Dios
est dispuesto a santificarse mediante la obediencia a sus preceptos, el Seor
obrar en su medio. Regenerar las almas humildes y contritas para que sus
[280] caracteres sean puros y santos.*

*
Ao bblico: Sof.
296
La filosofa del seor, 28 de septiembre

A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les


ha amanecido. Isaas 8:20.

La filosofa del Seor, claramente bosquejada en su Palabra, debe ser la


regla de nuestra vida. Todo el ser debe estar bajo la direccin de Aquel que
conoce el fin desde el principio. La Biblia y slo la Biblia debe ser nuestra
gua. Debemos seguir y obedecer los principios vivificadores del cielo, no
slo nuestras inclinaciones. La sabidura y el poder de Dios, al obrar sobre
el corazn susceptible, pone la mente y el carcter en armona con las leyes
y los requerimientos del cielo. Cada uno de nosotros debe estar sometido a
la direccin del Espritu Santo para comunicar al mundo los grandes hechos
relativos a la verdad y la justicia...
Se nos intima a que toquemos alarma para que el pueblo oiga. Los vigas
no deben fallar ahora. Deben velar y orar, para poder tener una clara nocin de
sus obligaciones hacia Aquel que, aunque era el unignito de Dios, vino a este
mundo para librar a hombres y mujeres de la direccin de Satans.
Debemos instruir y guiar a las almas para que vean en Cristo su ejemplo, y
comprendan sus obligaciones hacia Aquel a quien pertenecen por creacin y por
redencin. El es Dueo de todo hombre, mujer y nio que viene a este mundo.
Lleg a serlo cuando pag el precio de la redencin. Si los seres humanos cados
quieren llegar a ser hijos e hijas de Dios mediante su obediencia voluntaria,
sern uno con Cristo. El Salvador los ha comprado al dar su vida para pagar
la deuda del pecado... Los que estn verdaderamente convertidos revelarn la
gracia salvadora de Cristo al trabajar por esas almas enceguecidas por Satans.
Los obreros de Dios deben manifestar mediante su propia vida el poder de la
verdad y la justicia. El mundo pronto tendr que comparecer delante del gran
Legislador para responder por el quebrantamiento de su ley...
Tenemos que enarbolar el estandarte que lleva esta inscripcin: Los man-
damientos de Dios y la fe de Jess. Este es el gran asunto. No lo perdamos de
vista. Debemos luchar para despertar a los miembros de la iglesia y a los que
no hacen profesin de fe, para que vean los requerimientos de la ley del cielo y
los obedezcan. Tenemos que magnificar la ley y engrandecerla. Tenemos que
despertar a los que estn sumidos en un sopor espiritual.* [281]

*
Ao bblico: Hag.
297
Cuando la verdad controla la vida, 29 de septiembre

El que me sigue, no andar en tinieblas, sino que tendr la luz de la vida.


Juan 8:12.

El Seor Jess asumi la forma del hombre pecador, y revisti su divinidad


con humanidad. Pero era santo, tal como Dios es santo. Si no hubiera sido sin
mancha de pecado, no podra haber sido el Salvador de la humanidad. Era el
Portador del pecado; no necesitaba expiacin. Puesto que era uno con Dios
en pureza y santidad de carcter, poda presentarse como propiciacin por los
pecados de todo el mundo.
Cristo es la luz del mundo. Por medio de l la luz resplandece entre las
tinieblas morales. Si no fuera la luz, las tinieblas no se notaran, porque la luz
las pone de manifiesto. Mientras ms clara es la luz, ms ntidamente se percibe
el contraste que existe entre la luz y las tinieblas. Si eliminamos la luz, todo lo
que queda es tinieblas.
Cristo ha declarado cul es su posicin. El que me sigue, no andar en
tinieblas, sino que tendr la luz de la vida. Es la estrella resplandeciente de la
maana. Es el Sol de justicia, el resplandor de la gloria del Padre. Es la luz
verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo. Juan 1:9. Como
mdico, vino a restaurar en el hombre la imagen moral de Dios, que se haba
perdido debido a la transgresin.
Cuando Cristo mora en el alma por la fe, hace del que lo ama una luz para
el Seor. Es verdad que muchos de los que dicen que creen la verdad slo
tienen una fe nominal. No son hacedores de la Palabra. Profesan creer, pero su
profesin de fe no los convierte...
Cuando Cristo mora en el corazn, su presencia es evidente. Mediante
palabras y actos buenos y agradables, manifiestan el espritu de Cristo. Ponen
en evidencia suavidad de carcter. No hay ira, ni testarudez ni malas sospechas.
No hay odio en el corazn porque... los dems no aceptan ni aprecian... sus
ideas y mtodos...
Cuando la verdad controla la vida, hay pureza y liberacin del pecado. La
gloria y la plenitud del plan evanglico se cumplen en la vida. La luz de la
[282] verdad irradia desde el templo del alma. El entendimiento se aferra de Cristo.*

*
Ao bblico: Zacaras 1-4.
298
Caminemos en las huellas de Jess, 30 de septiembre

A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme
a su capacidad. Mateo 25:15.

Estudiemos las instrucciones que se encuentran en. Mateo 25:14-46. Com-


paremos esas instrucciones con el registro de nuestra vida. Cada cual debe dejar
a un lado la vanagloria...
Caminemos en las huellas de Cristo con toda la humildad de la fe verdadera.
Pongamos a un lado la confianza propia, consagrndonos al Salvador da tras
da y hora tras hora, para recibir e impartir constantemente su gracia. Ruego a
los que profesan creer en Cristo que caminen humildemente delante de Dios.
El orgullo y la exaltacin propia lo ofenden. Si alguno quiere venir en pos de
m, niguese a s mismo, y tome su cruz, y sgame. Mateo 16:24. Slo a los
que obedecen esta orden reconocer l como sus creyentes. A todos los que le
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de
Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de
voluntad de varn, sino de Dios. Juan 1:12-13.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habit entre nosotros. Vers. 14. Qu ma-
ravillosa condescendencia! El Prncipe del cielo, el Comandante de las huestes
celestiales, abandon su elevada posicin, depuso su atuendo real y su corona, y
revisti su divinidad de humanidad para convertirse en Maestro divino de todos
los hombres, y para vivir entre los hombres una vida libre de egosmo y pecado,
con el fin de dar un ejemplo de lo que podran llegar a ser mediante su gracia.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habit entre nosotros (y vimos su glo-
ria, gloria como del unignito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Vers.
14. Alabemos a Dios por esta maravillosa declaracin. Las posibilidades que
presenta nos parecen demasiado grandes para que las podamos entender, y
nos avergenzan por nuestra debilidad y nuestra incredulidad. Alabo a Dios
porque por fe puedo ver a mi Salvador. Mi alma se apropia de ese gran don.
Nuestra nica esperanza en esta vida consiste en levantar la mano de la fe para
estrechar la mano extendida para salvar. He aqu el Cordero de Dios, que quita
el pecado del mundo. Juan 1:29. Si quisiramos apartar nuestra vista del yo
para enfocarla en Jess, con el fin de hacer de l nuestro Gua, el mundo vera
en nuestras iglesias un poder que ahora no ve.* [283]

*
Ao bblico: Zacaras 5-8.
299
300 Dios nos Cuida
Octubre
La necesidad de una reforma, 1 de octubre

Mas ahora que habis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,
tenis por vuestro fruto la santificacin, y como fin, la vida eterna... en
Cristo Jess Seor nuestro. Romanos 6:22-23.

Necesitamos estar convencidos de la malignidad de una enfermedad antes


de sentir la necesidad de ser curados. Aquellos que no captan la pecaminosidad
del pecado no estn en condiciones de apreciar el valor de la expiacin y la
necesidad de ser limpiados de todo pecado. El pecador se mide a s mismo por
s mismo y por aquellos que, como l, son pecadores. No contempla la pureza
y la santidad de Cristo. Pero, cuando la ley de Dios impone conviccin a su
corazn, dice con Pablo: Y yo sin la ley viva en un tiempo; pero venido el
mandamiento, el pecado revivi y yo mor. Romanos 7:9...
Dios cre al hombre para su gloria. No soportar, no puede soportar la
presencia del pecado en su dominio. Si en la iglesia hay individuos que estn
pecando voluntariamente contra Dios, hay que echar mano de todo medio
posible para llevarlos al arrepentimiento. Si no se hace esto se deshonra el
nombre de Dios. El es demasiado puro para aprobar la iniquidad...
El pecado de Adn podra ser considerado por las iglesias de hoy como
un simple error, que debera ser perdonado inmediatamente y no pensarse ms
en l. Pero la norma de Dios es elevada y su Palabra inmutable, y por eso
todas las prcticas egostas y codiciosas son una abominacin ante su vista. Los
corazones de los creyentes necesitan ser purificados, santificados, refinados,
ennoblecidos...
Miren hacia arriba, mis hermanos. Ha perdido el Evangelio su poder para
impresionar los corazones? Es debido a que la influencia regeneradora del
Espritu de Cristo ha muerto, que los corazones no son purificados, santificados
y preparados por el Espritu Santo? No, la espada del Espritu, la Palabra del
Dios viviente, est todava con nosotros; pero debe ser esgrimida con ahnco.
Usmosla como lo hicieron antao los santos de Dios...
El Seor nos invita a realizar una reforma en nuestras vidas... Cuando la
iglesia despierte, se harn cambios decididos. Los hombres y las mujeres se
convertirn y estarn de tal manera llenos del Espritu de Dios que irn de
pas en pas, de ciudad en ciudad, proclamando el mensaje de verdad. Con
los corazones rebosando de ferviente amor por las almas abrirn sus Biblias y
[284] presentarn la Palabra.*

*
Ao bblico: Zacaras 9-11.
302
Soy un hijo de Dios, 2 de octubre

Y si hijos, tambin herederos; herederos de Dios y coherederos con


Cristo, si es que padecemos juntamente con l, para que juntamente con
l seamos glorificados. Romanos 8:17.

Recordemos continuamente que el manso y humilde Jess tuvo el espritu


y la ambicin de un conquistador. Los vastos dominios sobre los cuales los
potentados terrenales ejercen seoro no constituyen un escenario adecuado para
el ejercicio de su gracia, la expresin de su amor y la manifestacin de su gloria.
Quien ama al Seor Jesucristo en verdad y con sinceridad, amar a aquellos por
los cuales Cristo muri para salvarlos, y aprovechar toda oportunidad de servir
a Cristo en la persona de sus discpulos.
Debemos considerarnos hijos e hijas de Dios, obreros juntamente con Jesu-
cristo, que vivimos con un propsito noble. Somos representantes de Cristo en
carcter y debemos servirle con afectos indivisos. No solamente revelaremos
que amamos a Dios, sino que, en armona con su carcter santo, viviremos vidas
puras y perfectas. Debemos vivir la perfeccin puesto que al contemplar a Jess
vemos en l la encarnacin de la perfeccin; y el gran Centro sobre el cual
converge nuestra esperanza de vida y felicidad eterna nos conducir a la unidad
y a la armona...
La vida que ahora vivimos debemos vivirla por la fe en Jesucristo. Si somos
seguidores de Cristo nuestras vidas no consistirn en pequeas y superficiales
acciones espasmdicas de acuerdo con las circunstancias y el ambiente: acciones
intermitentes, que revelan que los sentimientos son el amo, indulgencia al dar
rienda suelta a pequeas irritaciones, una envidiosa bsqueda de faltas, celos
y vanidad egosta. Estas cosas nos colocan a todos en discrepancia con la
armoniosa vida de Jesucristo, y no podremos llegar a ser vencedores si retenemos
estos defectos...
Cuando se vea expuesto a las diversas circunstancias de la vida, y se hablen
palabras que estn calculadas para zaherir y lastimar el alma, dgase a s mismo:
Soy un hijo de Dios, un heredero con Cristo, un colaborador de Dios. No debo
tener, por lo tanto, una mente vulgar que se ofende fcilmente, no debo pensar
siempre en m, porque esto producir un carcter falto de armona. Es indigno
de mi noble vocacin. Mi Padre celestial me ha encomendado una obra, por lo
tanto ser digno de su confianza.* [285]

*
Ao bblico: Zacaras 12-14.
303
Seguridad infalible, 3 de octubre

Los entendidos resplandecern como el resplandor del firmamento; y los


que ensean la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua
eternidad. Daniel 12:3.

Muchos, muchsimos, sern terriblemente sorprendidos cuando el Seor


venga sbitamente como ladrn en la noche. Velemos y oremos, no sea que
venga de repente y nos encuentre durmiendo...
La salvacin de las almas debiera ser nuestro primer inters. Me siento per-
turbada cuando veo a muchos regocijndose en la prosperidad temporal, porque
los que poseen el tesoro mundanal raramente buscan con fervor asegurarse el
celestial. Estn en peligro de caer en tentacin y trampa, y en muchas codicias
necias y daosas que hunden al hombre en la destruccin. A los que buscan el
tesoro celestial se les presenta una perspectiva ms gozosa y animadora...
Necesitamos desarrollar una firme confianza en el As dice el Seor.
Cuando la tengamos, no confiaremos en los sentimientos ni seremos gobernados
por ellos. Dios nos pide que descansemos en su amor. Es nuestro privilegio
conocer la Palabra de Dios como gua confiable y probada, una seguridad
infalible. En este asunto pongmonos del lado de la fe. Creamos, confiemos y
expresmonos en trminos de fe, de esperanza y valor. Que la alabanza de Dios
est en nuestros corazones y en nuestros labios ms a menudo. El que sacrifica
alabanza me honrar. Salmos 50:23...
Es nuestro privilegio descansar en una fe activa y viviente en Cristo como
dador de la vida. Es nuestro privilegio comprender con todos los santos cul
sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y conocer el amor de
Dios que excede a todo conocimiento y ser llenos de toda la plenitud de Dios.
Contemplemos a Cristo como el Unico en quien habita toda la plenitud. Contem-
plndole como nuestro Salvador apreciaremos el valor de su gracia salvadora.
Debiramos pensar en Jess ms de lo que lo hacemos. Debiramos permitir
que su alabanza est en nuestros corazones. Debiramos hablar del amor que
se ha expresado tan abundantemente por nosotros. Ciertamente tenemos toda
razn para alabar a Dios con corazn, alma y cuerpo, diciendo: Alabar al Seor
por el gran amor con el cual me ha amado...
Ensalcen al Cristo del Calvario, elvenlo de tal forma que el mundo pueda
contemplarlo. Hablen de su bondad, canten de su amor y tribtenle el agradeci-
[286] miento de sus corazones.*

*
Ao bblico: Malaquas 1-2.
304
Los planes de Dios son perfectos, 4 de octubre

Por la fe habit como extranjero en la tierra prometida como en tierra


ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma
promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo
arquitecto y constructor es Dios. Hebreos 11:9-10.

Jess ascendi al Padre como representante de la raza humana, y Dios


har que aquellos que reflejan su imagen lo contemplen y compartan con l
su gloria. Hay hogares para los peregrinos de la tierra. Hay mantos para los
justos, coronas de gloria y palmas de victoria. Las providencias de Dios que
ahora nos producen perplejidad sern entonces aclaradas. Las cosas difciles de
comprender encontrarn una explicacin. Los misterios de la gracia se abrirn
delante de nosotros. Donde nuestras mentes finitas descubrieron solamente
confusin y propsitos frustrados, veremos la armona ms perfecta y hermosa.
Sabremos que un amor infinito orden las experiencias que nos parecieron ms
penosas y difciles de sobrellevar. Al comprender el tierno cuidado de quien
hace que todas las cosas obren para nuestro bien, nos regocijaremos con un
gozo indescriptible y pleno de gloria.
El dolor no puede existir en la atmsfera del cielo. En el hogar de los
redimidos no habr lgrimas, cortejos fnebres ni smbolos de luto. No dir
el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le ser perdonada la
iniquidad. Isaas 33:24. Una rica corriente de felicidad fluir y se profundizar
a medida que la eternidad transcurra. Piensen en esto; dganselo a los que sufren
y estn tristes, y estimlenlos a regocijarse en la esperanza. Cuanto ms nos
acerquemos a Jess, tanto ms claramente veremos la pureza y grandeza de
su carcter, y menos inclinados nos sentiremos a exaltar al yo. El contraste
entre nuestros caracteres y el suyo conducir a la humillacin del alma y a
un profundo escudriamiento del corazn. Cuanto ms amemos a Jess, ms
cabalmente nos humillaremos y nos olvidaremos del yo...
El manso de espritu, el que es ms puro y ms semejante a un nio, ser
fortalecido para la batalla con poder por medio del Espritu de Dios en el hombre
interior...
Nuestro Dios es una ayuda siempre presente en tiempo de necesidad. Conoce
los pensamientos ms secretos de nuestros corazones y todas las intenciones y
los propsitos que abrigan nuestras almas. Cuando estamos en perplejidad, aun
antes que le contemos nuestras angustias, l est tomando las providencias para
nuestra liberacin.* [287]

*
Ao bblico: Malaquas 3-4.
305
Cristo vivi una vida de humilde obediencia, 5 de octubre

Y aunque era Hijo, por lo que padeci aprendi la obediencia; y


habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvacin para
todos los que le obedecen. Hebreos 5:8-9.

Cristo vino a nuestro mundo y vivi en un hogar de aldeanos. Visti las me-
jores ropas que sus padres pudieron proveerle, pero fueron ropas de campesino.
Anduvo por speros senderos y escal las pronunciadas laderas de las colinas y
montaas. Cuando caminaba por las calles estaba aparentemente solo, porque
los ojos humanos no podan contemplar a sus asistentes celestiales. Aprendi el
oficio de carpintero, para poder sealar como honorable y ennoblecedora toda
labor honesta realizada por los que trabajan con la mira puesta en la gloria de
Dios...
Cristo, el Seor de toda la tierra, fue un humilde artesano. No fue compren-
dido, y se lo trat con desdn y desprecio. Pero haba recibido su comisin y
autoridad del poder ms elevado, del Soberano del cielo. Los ngeles fueron
sus servidores, porque Cristo estaba ocupado en los negocios de su Padre tanto
cuando trabajaba junto al banco de carpintero como cuando realizaba milagros
para las multitudes. Pero ocult el secreto de la vista del mundo. No antepuso
ttulos elevados a su nombre a fin de que su posicin fuera comprendida, sino
que vivi la ley real de Dios. Su obra comenz al ennoblecer el humilde oficio
del artesano que deba esforzarse por lograr su pan cotidiano... Si la vida de
Cristo hubiera transcurrido entre los grandes y los ricos, el mundo de los que
deban trabajar duramente se habra visto privado de la inspiracin que el Seor
quera que tuviera.
La vida de Cristo fue mansa y humilde. Eligi esa vida a fin de poder ayudar
a la familia humana. No se coloc sobre un trono como el Comandante de toda
la tierra. Dej a un lado su manto real, se quit la corona regia para ser uno de
los componentes de la familia humana. No tom sobre s la naturaleza de los
ngeles. Su obra no fue el oficio sacerdotal de acuerdo con las designaciones
de los hombres. Era imposible para stos comprender su exaltada posicin a
menos que el Espritu Santo la hiciera conocer. En nuestro favor revisti su
divinidad con humanidad y descendi del trono real. Renunci a su posicin de
Comandante de las cortes celestiales... De esta manera, ocult su gloria bajo
la apariencia de la humanidad para poder tocar a la humanidad con su poder
[288] divino y transformador.*

*
Ao bblico: Mateo 1-4.
306
El ministerio de los ngeles, 6 de octubre

Y or Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehov, que abras sus ojos para que vea.
Entonces Jehov abri los ojos del criado, y mir; y he aqu que el monte
estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de
Eliseo. 2 Reyes 6:17.

Cun pocos consideran la obra de los agentes invisibles! Los hombres


desempean su parte en favor de Dios o de Satans; del Prncipe de la luz
o del prncipe de las tinieblas. Todo el cielo est intensamente interesado en
los seres humanos que parecen estar llenos de actividad, pero que no dedican
pensamiento alguno a las cosas invisibles. Sus pensamientos no se centran en
la Palabra de Dios y en sus instrucciones. Si se compenetraran de las Sagradas
Escrituras, se asombraran al comprender que hay agentes invisibles, tanto
buenos como malos, que observan cada palabra y accin. Estn presentes en
toda reunin donde se realizan transacciones comerciales, en concilios y en
reuniones dedicadas a la adoracin a Dios. Hay ms oyentes en esas asambleas
pblicas que los que pueden ser vistos con los ojos, y todo hombre tiene una
obra para hacer. Estos instrumentos invisibles colaboran con Dios o con Satans,
y actan ms poderosa y constantemente de lo que lo hace el hombre...
Esos seres son ngeles ministradores que frecuentemente se presentan bajo
la forma de seres humanos. Como si fueran extraos, conversan con quienes
estn ocupados en la obra de Dios. En lugares solitarios han sido compaeros
de un viajero en peligro. En barcos sacudidos por la tempestad, ngeles bajo la
forma humana han dirigido palabras de nimo para disipar el temor e inspirar
esperanza en la hora de peligro, y los pasajeros pensaron que se trataba de
alguno de ellos con quien no haban hablado antes.
Muchos, bajo diferentes circunstancias, han escuchado las voces de los habi-
tantes de otros mundos que vinieron a desempear una parte en esta vida. Estos
seres han hablado en asambleas; han realizado obras que hubiera sido imposible
que las hicieran instrumentos humanos. Vez tras vez se desempearon como
generales de ejrcitos. Fueron enviados para eliminar pestilencias. Comieron
en las mesas de familias humildes. A menudo se presentaron como viajeros
cansados que necesitaban abrigo para pasar la noche.
Necesitamos comprender mejor de lo que lo hemos hecho la obra de estos
visitantes angelicales.* [289]

*
Ao bblico: Mateo 5-7.
307
Podemos vencer como Cristo venci, 7 de octubre

Fue tentado en todo segn nuestra semejanza, pero sin pecado. Hebreos
4:15.

Cristo asumi la humanidad a un costo infinito mediante un proceso penoso


y misterioso tanto para los ngeles como para los hombres. Ocultando su
divinidad y dejando a un lado su gloria, naci como un nio de Beln. En carne
humana vivi la ley de Dios, a fin de condenar el pecado en la carne, y confirmar
ante las inteligencias celestiales que la ley fue establecida para proporcionar
vida y asegurar la felicidad, la paz y el bien eterno de todos los que obedecen...
Este es el misterio de la piedad, que alguien igual al Padre revistiera su
dignidad con humanidad, y colocando a un lado toda la gloria correspondiente
a su oficio como Comandante del cielo, descendiera paso a paso en el sendero
de la humillacin, soportando un oprobio cada vez mayor. Sin pecado ni conta-
minacin, compareci ante el tribunal para ser juzgado, para que su caso fuera
investigado y sentenciado por la misma nacin a la cual haba venido a librar de
la esclavitud. Se rechaz y conden al Seor de la gloria, y an ms, se escupi
sobre l. Manifestando desprecio por lo que consideraban ser pretensiones, hubo
hombres que lo golpearon en el rostro...
Pilato declar a Cristo inocente, manifestando que no haba encontrado falta
en l. Con todo, a fin de agradar a los judos, orden que lo azotaran y entonces
lo entreg, lastimado y sangrante, para sufrir la cruel muerte por crucifixin.
La Majestad del cielo fue conducida como cordero al matadero, y entre burlas,
escarnio y acusaciones ridculas y falsas, fue clavado en la cruz. La multitud,
en cuyos corazones el sentimiento de humanidad pareca haber muerto, trat
de agravar los crueles sufrimientos del Hijo de Dios mediante injurias. Pero as
como una oveja permanece muda delante de sus trasquiladores, de la misma
manera l no abri su boca. Estaba dando su vida por la vida del mundo, para
que todo aquel que creyera en l no pereciera...
Cristo carg sobre s los pecados del mundo entero. Soport nuestro castigo,
la ira de Dios contra la transgresin. Su prueba implic la tremenda tentacin
de pensar que Dios lo haba abandonado. Su alma se sinti torturada por el peso
del horror de una gran oscuridad... No podra haber sido tentado en todas las
cosas como el hombre es tentado si no hubiera existido la posibilidad de que
cayera. Fue un agente libre, puesto a prueba, tal como lo fue Adn y como lo es
[290] el hombre.*

*
Ao bblico: Mateo 8-10.
308
Esforzndonos por la santificacin, 8 de octubre

Por tanto, yo te aconsejo que de m compres oro refinado en fuego, para


que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la
vergenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo
reprendo y castigo a todos los que amo; s, pues, celoso, y arrepintete.
Apocalipsis 3:18-19.

Nuestra conciencia debe ser purificada de obras muertas a fin de servir al


Dios viviente. La santificacin significa amor perfecto, obediencia perfecta,
conformidad plena con la voluntad de Dios. Si nuestras vidas estn en armona
con la vida de Dios, si nuestras vidas son semejantes a la vida de Cristo me-
diante la santificacin de la mente, el alma y el cuerpo, nuestro ejemplo tendr
una influencia poderosa sobre el mundo. No somos perfectos, pero es nuestro
privilegio separarnos de los enredos con el yo y el pecado, y avanzar hacia la
perfeccin...
Al alcance de todo aquel que tiene fe verdadera hay grandes posibilidades,
logros elevados y santos. No ungiremos nuestros ojos con el colirio celestial a
fin de poder discernir las cosas maravillosas colocadas delante de nosotros? Por
qu no avanzamos hacia adelante y hacia arriba, con fervorosa perseverancia,
cumpliendo esta oracin del Seor, a fin de alcanzar la norma de la santidad?...
Al Seor no le agrada vernos espiritualmente dbiles. Porque Dios, que
mand que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeci en
nuestros corazones, para iluminacin del conocimiento de la gloria de Dios
en la faz de Jesucristo. 2 Corintios 4:6. Tenemos que enfrentar conflictos y
pruebas pero no necesitamos fracasar ni desanimarnos...
Dios es honrado slo cuando los que profesan creer en l son amoldados
a su imagen. Debemos representar ante el mundo la belleza de la santidad,
porque nunca entraremos a travs de las puertas de la ciudad de Dios hasta que
perfeccionemos un carcter como el de Cristo. Si nosotros, con confianza en
Dios, nos esforzamos por lograr la santificacin, la recibiremos. Entonces, como
testigos de Cristo, daremos a conocer lo que la gracia de Dios ha producido en
nosotros.
Lo que puede causarnos ms desasosiego es la falta de certidumbre. La
aceptacin de las bendiciones de Dios trae justicia y paz. El fruto de la justicia
es quietud y seguridad para siempre. Debemos tener la sencillez y sinceridad de
Dios. Debemos tener esa sabidura que desciende de lo alto. Nuestra experiencia
cristiana debe ser reanimada por medio de la piedad e impulsada por la vida
divina.* [291]
*
Ao bblico: Mateo 11-13.
309
El amor de Cristo une los corazones, 9 de octubre

Con toda humildad y mansedumbre, soportndoos con paciencia los unos


a los otros en amor. Efesios 4:2.

Dios es amor. El amor del Padre y del Hijo es atributo de cada creyente. La
Palabra de Dios es el canal a travs del cual el amor divino llega al hombre. La
verdad de Dios es el medio por el cual se alcanza el intelecto humano. Se da
el Espritu Santo al instrumento humano que trabaja en cooperacin con los
instrumentos divinos. Transforma la mente y el carcter, capacitando al hombre
para poder contemplar a Aquel que es invisible. El amor perfecto solamente
puede ser gozado mediante la aceptacin de la verdad y la recepcin del Espritu
Santo...
Cristo or para que sus discpulos pudieran darse cuenta de la importancia
del amor que l haba expresado al dar su vida por el mundo. Anhel que
comprendieran algo en relacin con su sacrificio infinito. Si ellos hubieran
entendido ms plenamente su amor abnegado, nunca se habran trabado en
lucha y desunin.
Insto a todos los que pretenden creer la verdad presente que practiquen esa
verdad. Si lo hacen, tendrn una influencia ms fuerte y poderosa para el bien.
El mundo ver que el amor expresado por los creyentes es el principio central
controlador en los seguidores de Cristo. Un amor como el de Cristo une corazn
con corazn. La verdad atrae a los hombres entre s. Introduce armona y unidad
en todos los que tienen una fe ferviente y viva en el Salvador. Es el plan de
Cristo que aquellos que creen en l se desarrollen y lleguen a ser fuertes al
unirse el uno con el otro...
Aunque un grupo de cristianos que actan en una iglesia no tienen todos los
mismos talentos, sin embargo, cada uno tiene el deber de trabajar. Los talentos
difieren, pero a cada hombre se asigna su tarea. Todos deben depender de Cristo
en Dios. El es la Cabeza gloriosa de todos los niveles y clases de personas que
se asocian mediante la fe en la Palabra de Dios. Vinculados por una creencia
comn en los principios celestiales, todos dependen del Autor y Consumador
de su fe. El es quien cre los principios que producen unidad universal, amor
universal. Sus seguidores debieran meditar en su amor. No debieran contentarse
con alcanzar un nivel inferior al que est colocado delante de Dios. Si se viven
los principios del cristianismo, stos producirn armona universal y perfecta
[292] paz.*

*
Ao bblico: Mateo 14-16.
310
Cosas que no conoces, 10 de octubre

Clama a m, y yo te responder, y te ensear cosas grandes y ocultas que


t no conoces. Jeremas 33:3.

No siempre nos damos cuenta de que la santificacin, que tan fervorosamente


deseamos y por la cual oramos tan fervientemente, se produce mediante la
verdad, y por la providencia de Dios, en la manera que menos esperamos.
Cuando buscamos gozo, he aqu tristeza. Cuando esperamos paz, frecuentemente
tenemos desconfianza y duda debido a que nos encontramos sumergidos en
tribulaciones que no podemos evitar. En estas pruebas estamos recibiendo
las respuestas a nuestras oraciones. A fin de ser purificados, el fuego de la
afliccin debe encenderse sobre nosotros, y nuestra voluntad debe ser puesta en
conformidad con la voluntad de Dios...
Las oraciones en las que pedimos semejanza a la imagen de Cristo pueden
no ser contestadas exactamente como quisiramos. Puede ocurrir que seamos
examinados y probados, porque Dios puede ver que lo mejor es colocarnos bajo
una disciplina que es esencial para nosotros antes que seamos sbditos idneos
de las bendiciones que anhelamos. No debiramos desanimarnos ni dar lugar
a la duda ni pensar que nuestras oraciones no han sido advertidas. Debemos
descansar ms seguramente sobre Cristo y dejar nuestro caso con Dios para
que l responda nuestras oraciones en la forma que crea ms conveniente. Dios
no ha prometido otorgar sus bendiciones a travs de los medios que nosotros
establecemos. Dios es demasiado sabio para equivocarse y demasiado solcito
por nuestro bien como para permitirnos elegir por nosotros mismos.
Los planes de Dios son siempre los mejores aunque no siempre podamos
discernirlos. La perfeccin del carcter puede obtenerse solamente mediante
trabajo, conflicto y abnegacin...
Cun inestimablemente preciosos son los dones de Dioslas gracias de su
Esprituy cmo debiramos desechar la idea de huir del proceso de examen
y prueba, no importa cun penoso o humillante nos resulte. Qu fcil sera el
camino al cielo si no fuera por la abnegacin o la cruz! Cmo correran los
mundanos por ese camino y cmo lo transitaran en innumerable cantidad los
hipcritas! Gracias a Dios por la cruz, por la abnegacin. La ignominia y la
vergenza que nuestro Salvador soport por nosotros no es de ningn modo
demasiado humillante para los que son salvados por su sangre.* [293]

*
Ao bblico: Mateo 17-20.
311
Nuestra gua es la palabra de Dios, 11 de octubre

Lmpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. Salmos


119:105.

Dejad de hacer el mal; aprended a hacer el bien. Esta es la leccin que


todos debiramos aprender da tras da. Nuestra preparacin personal est en
primer lugar. La influencia que ejerce una vida de estricta integridad constituir
una enseanza continua para otros. Los que son controlados y guiados por los
principios morales y religiosos claramente establecidos en la Palabra de Dios,
caminan en armona con la mente y la voluntad de Dios, quien es demasiado
sabio para equivocarse y demasiado bueno para hacernos dao.
Si usted quiere caminar sabiamente, transite en los caminos de los manda-
mientos de Dios. Mantenga la Palabra de Dios a su alcance, al alcance de su
mano. Esta Palabra es tan clara que nadie tiene por qu extraviarse a menos que
permita que sus tendencias heredadas y cultivadas lo lleven a hacer el mal. Su
Redentor enfrent los arteros ataques con las palabras: Escrito est, y con el
mandato imperativo: Vete, Satans. Le aconsejo que con mansedumbre reciba
la Palabra injertada, que es capaz de salvar su alma. La Palabra de Dios es su
refugio. Es una torre de fortaleza, en la que puede refugiarse y estar seguro...
El investigador ferviente y sincero de la verdad no confundir la verdad con
el error... El error es falsedad y engao. Los que participan de l deben sufrir
las consecuencias, como ocurri con Adn y Eva en el Edn. Es privilegio de
todos escudriar la verdad con oracin y vido inters. La verdad es el rbol de
vida, cuyas hojas pueden ser comidas por la familia humana para vivir. Los que
tratan de interpretar la Palabra de acuerdo con sus propias ideas, los que la leen
ajustndola a sus propias opiniones, nunca vern la verdad y morirn en sus
pecados. Los que comen del rbol prohibido aceptan los engaos de Satans en
lugar del as dijo el Seor, y a menos que se arrepientan, nunca ganarn esa
vida que se mide con la vida de Dios...
Estamos viviendo en medio de los solemnes acontecimientos del juicio.
Nuestras almas debieran estar llenas de temor reverente, porque estamos con-
tinuamente en la presencia de Dios. Cada uno debe decidir por s mismo si
obedecer y vivir o desobedecer y perecer.
Para los que obedecen, la Palabra de Dios es el rbol de la vida. Es la palabra
[294] de salvacin, que se recibe para vida eterna.*

*
Ao bblico: Mateo 21-23.
312
Cristo demanda unidad, 12 de octubre

Para que todos sean uno; como t, oh Padre, en m, y yo en ti, que


tambin ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que t me
enviaste. Juan 17:21.

Todos necesitamos la ayuda que podemos recibir de otros. Dios obrar en


otras mentes adems de las nuestras. Los diversos dones entregados a diferentes
individuos deben combinarse para perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para la edificacin del cuerpo de Cristo. Efesios 4:12...
El Seor Jess sanar nuestras flaquezas y debilidades. Somos pertenencia
suya. Somos suyos por creacin y por redencin. Todos debemos estar unidos a
l. Es la nica Fuente de sanidad. Todo poder restaurador procede de l... No
confiemos en nosotros mismos, sino en Jess.
Siempre habr obstculos delante de nosotros pero hemos de seguir a nuestro
Lder y enfrentar nuestras dificultades en forma unida, tomados de la mano. Hay
un solo camino al cielo. Debemos caminar en las huellas de Jess, haciendo sus
obras en la misma forma en que l hizo las obras de su Padre. Debemos estudiar
sus caminos, no los caminos del hombre; debemos obedecer su voluntad, no la
nuestra; debemos caminar cuidadosamente. No se adelanten a Cristo. No hagan
ningn movimiento sin consultar a su Comandante. Pidan humildemente en
oracin y recibirn. El es el camino, y la verdad, y la vida. Juan 14:6.
Lean y estudien cuidadosamente la oracin que Cristo elev justamente
antes de su enjuiciamiento, y que se registra en el captulo 17de San Juan. Sigan
sus enseanzas y obtendrn la unidad. Nuestra nica esperanza de alcanzar el
cielo est en ser uno con Cristo. Entonces, y a travs de Cristo, lograremos la
unidad. Ninguno es llamado a caminar solo. En Cristo salen a luz la vida y la
inmortalidad. El abri el camino al reino de los cielos a los que creen en l, pero
no asigna a nadie un sendero diferente de aquel que todos deben transitar. De-
manda unidad y debemos tener unidad. Dios nos pide que sumerjamos nuestro
yo en Cristo. Para el hombre natural esto no es fcil. Pero mediante el poder de
la encarnacin de CristoDios manifestado en la carnela fortaleza de Dios
se revela en bondad y belleza. A todos los que le recibieron... les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12. Mediante este poder podemos vencer
nuestras malas tendencias y modificar as nuestras disposiciones imperfectas,
de tal manera que la voluntad de Dios pueda cumplirse en nosotros.* [295]

*
Ao bblico: Mateo 24-26.
313
Est preparndose para el cielo? 13 de octubre

Cosas que ojo no vio, ni odo oy, ni han subido en corazn de hombre,
son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9.

Qu obra tenemos por delante. Necesitamos una fe mayor en Cristo y en el


Padre. Ciertamente, debemos tenerla, de otro modo seremos contados entre los
no creyentes. Vemos grandes oportunidades y una gran cantidad de trabajo por
realizar. Deseamos que el Espritu Santo nos santifique. No podemos permitirnos
el lujo de errar el blanco del galardn del supremo llamamiento en Cristo Jess...
Unidos con la Fuente de todo poder, perseverando en el deber, aumentando
la comprensin del amor de Dios demostrado en Cristo Jess, llegarn a ser uno
con Cristo, hasta que sean perfeccionados con Cristo en Dios.
Las glorias que esperan a los fieles vencedores estn por encima de cualquier
descripcin. El Seor los honrar y exaltar grandemente. Crecern como el
cedro y su entendimiento sin duda ir en aumento. Y a medida que vayan
avanzando en las etapas del conocimiento, sus expectativas quedarn por debajo
de la realidad. Cosas que ojo no vio, ni odo oy, ni han subido en corazn
de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios
2:9. Nuestra tarea ahora es alistarnos para aquellas mansiones que Dios est
preparando para los que lo aman y guardan sus mandamientos...
El tiempo es corto. Use el poco tiempo que tiene para su bien presente y
eterno por medio del servicio cristiano activo, haciendo todo el bien posible.
Redima el tiempo que ha perdido; busque primero el reino de Dios y su justicia.
Entonces tendr algo para impartir en buenas obras, en una influencia alegre y
consagrada...
Qu preparacin ha hecho usted para el futuro mundo eterno?... Usted
desea algo ms elevado y mejor de lo que tiene actualmente. Debe ejercer una
influencia consciente e inconsciente en favor del bien. Dios merece algo mejor
de usted como sbdito, que lo que usted le ha dado. Considere cuidadosamente
esto: Se encuentra bajo la bandera del Prncipe Emanuel o bajo la bandera negra
del prncipe de las tinieblas? Sobre usted descansa la obligacin de devolver la
influencia y el dinero que le ha sido prestado por el Seor para el avance de su
causa y para glorificar su nombre.
[296] El Seor lo llama: Dame, hijo mo, tu corazn. Proverbios 23:26.*

*
Ao bblico: Mateo 27-28.
314
Cristo intercede por nosotros, 14 de octubre

Tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sent a la diestra del trono de la


Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero
tabernculo que levant el Seor, y no el hombre. Hebreos 8:1-2.

El ojo natural no puede nunca contemplar la gracia y la belleza de Cristo. La


iluminacin interior, obra del Espritu Santo, que revela al alma su real impoten-
cia, su condicin desesperada, desprovista de la misericordia y el perdn del que
carg con el pecadode la total suficiencia de Cristo, es lo nico que puede
capacitar al hombre para discernir la infinita misericordia, el inconmensurable
amor, la benevolencia y la gloria de Jess.
Jams vino alguien al mundo con un mensaje de gracia, de infinita compa-
sin y de amor inefable como el de nuestro Salvador; y nunca recibi alguien
un tratamiento tal de manos del hombre cado. No sois vuestros;... habis
sido comprados por precio. Vase 1 Corintios 6:19-20. Somos de Cristo por
creacin, somos suyos por redencin. El es el nico ser sin pecado que soport
por nosotros el sufrimiento, la vergonzosa humillacin y el rechazo...
Por lo tanto, cmo deberan conducirse delante del universo celestial aque-
llos que han llegado a ser nuevas criaturas en Cristo, salvados por sus mritos?
Se quejarn? Se acusarn el uno al otro? No sera mucho ms apropiado ma-
nifestar un espritu manso y sumiso? Aprended de mdijo el gran Maestro,
que soy manso y humilde de corazn; y hallaris descanso para vuestras almas;
porque mi yugo es fcil, y ligera mi carga. Mateo 11:29-30. Revelaremos
este espritu en nuestros caracteres? Llevaremos su yugo, sostendremos sus
cargas?...
Si todos pudieran ver a Cristo delante del trono, esperando sus oraciones,
anhelando que le entreguen su voluntad, que cesen en la rebelin y que retornen
a su alianza con Dios, oraran al Padre con profundo arrepentimiento, pidin-
dole perdn por la transgresin de su ley y por la influencia que ejercieron al
hacer que otros la despreciaran. Las confederaciones del ejrcito del enemigo
triunfan por la dilacin de ellos. Continuarn an por ms tiempo bajo la
condenacin de la ley o permanecern en el bando de Cristo para ayudar con su
influencia y experiencia personal a la raza traicionada y rebelde? Llegarn a
ser colaboradores con Cristo, quien intercede personalmente en su favor ante el
Padre?* [297]

*
Ao bblico: Marcos 1-3.
315
La mano de Dios en el timn, 15 de octubre

Por lo dems, hermanos mos, fortaleceos en el Seor, y en el poder de su


fuerza. Efesios 6:10.

El futuro est delante de nosotros y ocurrirn hechos imprevistos que cam-


biarn el estado actual de las cosas del mundo. La lujuria y la codicia estn
luchando para lograr la supremaca. Se ejercern opresin y odio con propsitos
destructivos. Inspirados por un poder maligno, los instrumentos de Satans obra-
rn activamente para cumplir su voluntad. Los impos procedern impamente,
y ninguno de los impos entender, pero los entendidos comprendern. Daniel
12:10. Cada alma verdaderamente convertida se revestir con toda la armadura
de Dios y enfrentar con bravura al enemigo invisible. Los siervos de Dios
comprendern la necesidad de participar de la naturaleza divina...
Vivimos en tiempos de peligro. Nuestra nica seguridad est en caminar
en las huellas de Cristo y llevar su yugo. Tiempos turbulentos estn delante
de nosotros. En muchos casos los amigos se enemistarn. Sin causa alguna
los hombres llegarn a ser nuestros enemigos. Los motivos del pueblo de Dios
sern tergiversados no solamente por el mundo, sino tambin por los propios
hermanos. Los siervos del Seor sern colocados en situaciones difciles. A fin
de justificar la conducta egosta e injusta de los hombres, se har una montaa
de una insignificancia.
La obra que los hombres han hecho fielmente ser desacreditada y des-
estimada, debido a que sus esfuerzos no son acompaados por una aparente
prosperidad. Por medio de tergiversaciones estos hombres sern vestidos con
los oscuros ropajes de la deshonestidad debido a que circunstancias que estn
ms all de su control, confundieron su obra. Se los sealar como hombres
en quienes no se puede confiar. Y esto lo harn los miembros de la iglesia.
Los siervos de Dios deben armarse con la mente de Cristo. No deben esperar
que escaparn del insulto y la tergiversacin. Se los tildar de excntricos y
fanticos. Pero nadie debe desanimarse. La mano de Dios est sobre el timn
de su providencia, guiando su obra para la gloria de su nombre.
Dios exhorta a su pueblo a ser una brillante luz en el mundo; una luz que
brille en medio de las tinieblas del pecado. Vivir la vida del Dador de la vida
tiene su recompensa. El anduvo haciendo bienes. Esto es lo que har todo
verdadero seguidor de Cristo, imbuido de un sentido sagrado de lealtad a Dios
[298] y de deber hacia sus prjimos.*

*
Ao bblico: Marcos 4-6.
316
Permitan que Dios obre en ustedes, 16 de octubre

Y el Dios de paz... os haga aptos en toda obra buena para que hagis su
voluntad, haciendo l en vosotros lo que es agradable delante de l por
Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amn. Hebreos
13:20-21.

Estudiando la Palabra de Dios y practicando sus preceptos en todas sus


transacciones comerciales, los hombres pueden discernir claramente el espritu
que controla las acciones. En lugar de seguir los impulsos humanos y la inclina-
cin natural, pueden aprender, mediante un estudio diligente, los principios que
debieran controlar a los hijos e hijas de Adn.
La Biblia es el Libro Gua que debe resolver los muchos problemas difciles
que aparecen en las mentes dominadas por el egosmo. Es un reflejo de la
sabidura de Dios, y no solamente proporciona principios grandes e importantes,
sino que tambin provee lecciones prcticas para la vida y la conducta del
hombre en su relacin con su prjimo. Da detalles precisos que determinan
nuestra relacin con Dios y del uno para con el otro. Es una revelacin completa
de los atributos y de la voluntad de Dios en la persona de Jesucristo, y en ella se
especifica la obligacin del instrumento humano de rendir a Dios un servicio de
todo corazn, y de preguntarse a cada paso: Es ste el camino del Seor?...
La voluntad de Dios expresada en su Palabra debe ser introducida hasta lo
ms recndito del alma. Si as lo queremos, Dios identificar su voluntad con
todos nuestros pensamientos y propsitos, armonizando de tal manera nuestros
corazones y mentes con su Palabra, que cuando obedezcamos su voluntad
estaremos tan slo ejecutando nuestros propios impulsos. Los tales no poseern
una disposicin no santificada y egosta, lista para llevar a cabo sus propios
deseos, sino que manifestarn un celo ferviente y decidido por la gloria de Dios.
No querrn hacer nada con sus propias fuerzas, y se guardarn estrictamente
contra el peligro de promover el yo.
Todos los que quieran perfeccionar el carcter cristiano debern llevar el
yugo de Cristo. Si han de sentarse en los lugares celestiales con Cristo Jess,
deben aprender de l mientras estn sobre esta tierra. Nuestra naturaleza necesita
disciplina. Debe conformarse a la naturaleza de Jess, a fin de que l pueda
cumplir el bien que quiere hacer por todos aquellos que se someten para ser
modelados, mediante la entrega de su naturaleza a su autoridad. El gran Maestro
se unir en yugo con toda alma que est dispuesta a llevar el yugo suyo.* [299]

*
Ao bblico: Marcos 7-9.
317
El inconmensurable amor de Cristo, 17 de octubre

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ngeles, ni


principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podr separar del amor de
Dios, que es en Cristo Jess Seor nuestro. Romanos 8:38-39.

Cristo podra haberse apartado de nosotros a causa de nuestra culpabilidad.


Pero en vez de hacerlo, vino y habit entre nosotros, lleno de toda la plenitud
de la Deidad, para ser uno con nosotros, a fin de que por medio de su gracia
pudiramos obtener la perfeccin. Por medio de una muerte de vergenza y
sufrimiento pag el rescate del hombre. Qu amor abnegado! Descendi de la
excelsitud, revisti su divinidad con humanidad, y fue bajando paso a paso a
las profundidades mismas de la humillacin. No hay sonda que pueda medir la
profundidad de este amor.
Cristo nos mostr cunto puede amar Dios y cunto sufri nuestro Redentor
para asegurar nuestra completa restauracin. Desea que sus hijos revelen su
carcter y ejerzan su influencia a fin de que otras mentes puedan ser puestas en
armona con su mente.
Cristo, nuestro Salvador, en quien moraba la perfeccin absoluta, fue hecho
pecado en favor de la raza cada. No cometi falta alguna, pero llev el terrible
peso de la culpabilidad de todo el mundo. Lleg a ser nuestra propiciacin, a
fin de que todos los que lo recibieran pudieran llegar a ser hijos de Dios. Se
levant la cruz para salvar al hombre. La elevacin de Cristo sobre la cruz fue
el medio ideado por el cielo para despertar en el alma arrepentida el sentido de
la pecaminosidad del pecado. Mediante la cruz, Cristo trata de atraer a todos a
s mismo. Muri como la nica esperanza de salvacin para los que, por causa
del pecado, estaban en la hiel de amargura. Mediante la obra del Espritu Santo
haba de introducirse un nuevo principio de poder mental y espiritual en el
hombre, para que, mediante la asociacin con la divinidad, llegara a ser uno con
Dios...
Me asombro de que quienes profesan ser cristianos no echan mano de los
recursos divinos; de que no ven con ms claridad la cruz como el medio de
misericordia y perdn, el medio de poner al corazn orgulloso y egosta del
hombre en contacto directo con el Espritu Santo a fin de que las riquezas
de Cristo puedan ser derramadas en la mente, y el instrumento humano sea
adornado con las gracias del Espritu y que Cristo pueda ser ensalzado en
[300] aquellos que no lo conocen.*

*
Ao bblico: Marcos 10-12.
318
Vivamos por principios, 18 de octubre

Oh, cunto amo yo tu ley! Todo el da es ella mi meditacin. Salmos


119:97.

Que los que hablan de principios, como si ellos bajo ninguna circunstancia
se desviaran de los mismos, se aseguren de que comprenden los principios
delineados en la Palabra de Dios para nuestra gua. Hay algunos que siguen
principios falsos. Su concepto de stos es engaoso. Ajustarse a principios
correctos significa poner en prctica fielmente los primeros cuatro y los ltimos
seis mandamientos. En obediencia a estos mandatos divinos comemos la carne y
bebemos la sangre de Cristo, apropindonos de todo lo que incluye la expiacin
llevada a cabo en el Calvario. Cristo permanecer al lado de todos los que lo
reciban como Salvador. A ellos les dar poder para convertirse en hijos de Dios.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habit entre nosotros (y vimos su gloria,
gloria como del unignito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14.
El que se menciona aqu como el Verbo es el Hijo de Dios, el Comandante
de las cortes celestiales y el que vino a este mundo para revelar los asuntos
celestiales a los seres humanos cados. El es el camino, la verdad y la vida. Es
el Verbo que estuvo con Dios antes que el mundo fuese. Al revestir su divinidad
de humanidad, lleg a poseer ambas naturalezas, la divina y la humana...
Comenz su existencia terrenal como lo hacen los seres humanos, llegando
a este mundo como un beb indefenso. Y mientras estuvo aqu, vivi la vida
que todo ser humano puede vivir si recibe el don excelso que el Seor provey
para nuestro mundo al enviar a su Hijo a cumplir el plan de salvacin.
Cristo soport la pena del pecado, el golpe de la justicia divina, para que
los seres humanos no fuesen abandonados a perecer. El sufri en su cuerpo la
sentencia pronunciada contra los pecadores. Esta es la ciencia de la salvacin,
la que puede ser escudriada sin peligro, y ser beneficioso que nos esforcemos
por entenderla...
Quienes persistan en la transgresin sern juzgados segn su rechazo de la
luz. Escogen estar del lado del prncipe de las tinieblas para convertirse en su
mano ayudadora. El, si fuese posible, engaara aun a los escogidos. Rehsan la
maravillosa ddiva del cielo, y aunque profesen la justicia y hablen de apego a
los principios, estn al mismo tiempo siguiendo normas opuestas a las nobles
normas del cielo, y ensean a otros a poner en prctica los mismos principios
corruptores.* [301]

*
Ao bblico: Marcos 13-14.
319
Nuestra doctrina sobre el santuario, 19 de octubre

Hasta dos mil trescientas tardes y maanas; luego el santuario ser


purificado. Daniel 8:14.

Mis hermanos, ubquense en el puesto que el Seor les asigna. Aprtense


de los que, despus de haber recibido luz reiteradamente, se colocan del lado
opuesto... Emprendan el trabajo que nos ha sido encomendado. Con la Palabra
de Dios como su mensaje, estn de pie en la plataforma de la verdad y proclamen
el pronto regreso de Cristo. La verdad, la verdad eterna, prevalecer.
Durante ms de medio siglo [desde 1844], los temas principales de la verdad
presente han sido cuestionados y combatidos. Se han presentado nuevas teoras
como verdaderas, las cuales no constituan la verdad, y el Espritu de Dios
revel su error. Cuando los grandes pilares de nuestra fe fueron presentados, el
Espritu Santo dio testimonio de ellos, especialmente en lo concerniente a las
verdades de la cuestin del Santuario. Una y otra vez el Espritu Santo apoy
en forma notable la predicacin de esta doctrina. Pero hoy, como en el pasado,
algunos sern impulsados a elaborar nuevas teoras y a negar las verdades a las
cuales el Espritu de Dios ha dado su aprobacin.
Cualquier hombre que procure presentar teoras que nos apartaran de la luz
que nos ha llegado acerca del ministerio en el Santuario celestial, no debera
ser aceptado como maestro. La verdadera comprensin del tema del Santuario
significa mucho para nosotros como pueblo. Cuando buscamos fervientemente
al Seor para recibir luz sobre este asunto, la luz vino. En visin se me mostr
una escena tal del Santuario celestial y del ministerio relacionado con el Lugar
Santo, que por muchos das no pude hablar de ello.
Por la luz que el Seor me ha otorgado s que debera haber un reavivamiento
de los mensajes que se han dado en el pasado, porque los hombres procurarn
introducir nuevas teoras y tratarn de probar que stas son bblicas. En cambio
son errores que, si se les da cabida, socavarn la fe en la verdad. No debemos
aceptar estas suposiciones y hacerlas circular como si fueran verdad...
Siempre existirn los que buscan algo nuevo, los que exageran y fuerzan la
Palabra de Dios para obligarla a fundamentar sus ideas y teoras. Hermanos,
tomemos las cosas que Dios nos ha concedido y las que su Espritu nos ha
enseado en verdad y creamos en ellas, abandonando esas especulaciones que
[302] su Espritu no ha aprobado.*

*
Ao bblico: Marcos 15-16.
320
Comamos las hojas del rbol de la vida, 20 de octubre

En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del ro, estaba el


rbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las
hojas del rbol eran para la sanidad de las naciones. Apocalipsis 22:2.

Debemos esperar hasta que seamos trasladados para comer de las hojas del
rbol de la vida? El que recibe en su corazn las palabras de Cristo sabe qu
significa comer de las hojas del rbol de vida...
La sabidura que proviene de Dios es el pan de vida. Son las hojas del
rbol de la vida las que se usan para la sanidad de las naciones. La corriente de
vida espiritual estremece el alma cuando las palabras de Cristo se creen y se
ponen en prctica. As es como somos hechos uno con Cristo. La experiencia
dbil y enfermiza se vuelve fuerte. Significa la vida eterna para nosotros, si
mantenemos nuestra confianza firme desde el comienzo hasta el final.
Toda verdad ha de recibirse como la vida de Jess. Ella nos purifica de toda
impureza y prepara el alma para la presencia de Jess. Cristo, la esperanza de
gloria, se forma en el interior...
Es fundamental que los que aseguran guardar los mandamientos de Dios
posean un conocimiento inteligente de las Escrituras. De ese modo aprendemos
a negar el yo y a ser estrictamente honestos con Dios al usar sus beneficios. A
fin de que pudiramos comprender la voluntad divina, Dios nos dio la Biblia.
No podemos obedecer sus mandamientos antes que sepamos que existen.
Los padres no tienen excusa si fracasan en obtener una comprensin clara
de la voluntad de Dios para poder obedecer las leyes del reino. Slo as pueden
guiar a sus hijos al cielo. Mis hermanos y hermanas, es deber de ustedes conocer
los requerimientos de Dios. Cmo pueden educar a sus hijos en las cosas de
Dios, a menos que sepan primeramente qu est bien y qu est mal, a menos
que se den cuenta de que la obediencia significa vida eterna y la desobediencia
muerte eterna?
Comprender la voluntad de Dios debe ser la tarea de nuestra vida. Sola-
mente al hacer esto podremos instruir a nuestros hijos correctamente. Cada
palabra y accin de ustedes ha de estar de acuerdo con la voluntad del Seor,
independientemente de las opiniones y prcticas de quienes rehsan obedecer a
Dios.* [303]

*
Ao bblico: Lucas 1-2.
321
Slo una luz para iluminar la senda, 21 de octubre

Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento


hasta que el da es perfecto. Proverbios 4:18.

El amor de Cristo en el corazn, que revela por medio de la vida su mara-


villoso poder, es el mayor milagro que puede realizarse ante el mundo cado
y contencioso. Tratemos de obrar este milagro, no con nuestro propio poder
sino en el nombre del Seor Jesucristo, de quien somos y a quien servimos.
Llenmonos de Cristo, y el poder milagroso de su gracia ser tan plenamente
revelado en la transformacin del carcter que el mundo se convencer de que
Dios envi a su Hijo al mundo para que los hombres sean como ngeles en
carcter y vida.
Los que verdaderamente creen en Cristo se sientan junto a l en los lugares
celestiales. Aceptemos la insignia del cristianismo. No es un distintivo externo,
no es usar una cruz o una corona, sino algo que revela la unin del hombre con
Dios. Despojmonos del viejo hombre con sus hechos, y... [revistmonos] del
nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo cre se va renovando hasta el
conocimiento pleno. Colosenses 3:9-10. La belleza de la santidad se revela a
medida que los cristianos se unen, fusionndose en el amor de Cristo.
As que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santsimo
por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que l nos abri a
travs del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la
casa de Dios, acerqumonos con corazn sincero, en plena certidumbre de fe,
purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua
pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesin de nuestra esperanza, porque
fiel es el que prometi. Y considermonos unos a otros para estimularnos al
amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen
por costumbre, sino exhortndonos; y tanto ms, cuando veis que aquel da se
acerca. Hebreos 10:19-25.
Existe slo una verdadera religin, slo un camino al cielo, slo una luz
para iluminar la senda a medida que los peregrinos avanzan de prisa. En tanto
prosigamos en el conocimiento del Seor, reconoceremos a cada paso que Cristo
es la Luz del mundo, que l es el Camino, la Verdad, y la Vida; y veremos
que la senda por la que nos pide que transitemos es como la luz de la aurora,
que va en aumento hasta que el da es perfecto. Proverbios 4:18...
Cun bendecido, cun doblemente bendecido, es el hogar en el cual el padre,
[304] la madre y los hijos estn consagrados al servicio de Cristo.*

*
Ao bblico: Lucas 3-5.
322
Cristo tiene poder para nosotros, 22 de octubre

Y vosotros estis completos en l, que es la cabeza de todo principado y


potestad. Colosenses 2:10.

Hemos de vivir bajo los rayos templados y suaves del Sol de justicia. Nada
sino su amorosa compasin, su gracia divina, su excelso poder, pueden capaci-
tarnos para frustrar al implacable enemigo y dominar la oposicin del corazn
humano. Cul es nuestra fortaleza? El gozo del Seor. Dejemos que el amor
enternecedor de Cristo colme el corazn y seamos suavizados y subyugados,
preparados para recibir el poder que l tiene para nosotros.
Agradezcamos a Dios todos los das por las bendiciones que nos da. Si el
agente humano se humilla ante Dios, reconociendo cun impropio es abrigar
sentimientos de autosuficiencia, reconociendo su total incapacidad para hacer la
obra que es necesario realizar a fin de que su alma sea purificada, desechando su
propia justicia, Cristo grabar su propia imagen en su alma. Aplicar su mano a
la tarea de crearlo de nuevo, y la continuar hasta que est completo en l.
Cristo nunca descuidar la obra que se ha dejado en sus manos. Inspirar al
discpulo resuelto con un sentido de la perversidad, de la condicin mancillada
por el pecado, de la depravacin del corazn sobre el cual l est trabajando. El
verdadero penitente ha aprendido la inutilidad de la autosuficiencia. Mirando a
Jess, comparando su carcter defectuoso con el carcter perfecto del Salvador,
puede decir:
En mi mano nada traigo;
Simplemente a tu cruz me aferro...
Contemplando a Cristo..., el escudriador de la verdad ve la perfeccin de los
principios de la ley de Dios, y nada ms que la perfeccin lo satisface. Ocultando
su vida en la vida de Cristo, comprende que la santidad de la ley divina se revela
en el carcter de Cristo, y cada vez se esfuerza ms fervientemente por ser como
l. En cualquier momento puede presentarse una guerra, puesto que el tentador
ve que est perdiendo a uno de sus sbditos. Debe librarse una batalla con los
atributos que Satans ha estado fortaleciendo para su propio uso.
El agente humano ve con qu tiene que luchar: un extrao poder que se
opone a la idea de alcanzar la perfeccin que Cristo presenta. Pero con Cristo
hay poder salvador, que obtendr la victoria por l en el conflicto. El Salvador
lo fortalecer y lo ayudar cuando se acerque suplicando gracia y eficiencia.* [305]

*
Ao bblico: Lucas 6-8.
323
Ayuda prometida para el conflicto, 23 de octubre

Ahora, as dice Jehov, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh


Israel: No temas, porque yo te redim; te puse nombre, mo eres t. Isaas
43:1.

Todo obstaculo para la redencin del pueblo de Dios ha de ser erradicado


abriendo la Palabra de Dios y presentando un simple As dice el Seor. La
verdadera luz ha de resplandecer, puesto que tinieblas cubren la tierra y densa
oscuridad a los pueblos. La verdad del Dios viviente debe aparecer en marcado
contraste con el error. Proclamen las buenas nuevas: Tenemos un Salvador que
dio su vida para que todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.
Aparecern trabas para impedir el progreso de la obra del Seor, pero no
teman. A la omnipotencia del Rey de reyes, nuestro Diosobservador del
pacto, une la bondad y el cuidado de un tierno pastor. Nada puede obstruir su
camino. Su poder es absoluto y es la garanta inamovible del cumplimiento de
sus promesas a su pueblo...
La iglesia de Cristo es el instrumento de Dios para la proclamacin de la
verdad. Est autorizada por l para efectuar una labor especial, y si es fiel a
Dios y obediente a todos sus mandamientos, morar en ella la excelencia del
poder divino. Si honra al Seor Dios de Israel ningn poder podr oponrsele.
Si mantiene su fidelidad, las fuerzas del enemigo ya no podrn subyugarla ms
de lo que puede la paja resistir al remolino de viento.
Se halla ante la iglesia el amanecer de un da glorioso y brillante si se viste
con el manto de la justicia de Cristo, apartndose de toda alianza con el mundo.
Los miembros de la iglesia necesitan ahora confesar sus errores y unirse. Mis
hermanos y hermanas, no permitan que nada se introduzca y los separe entre
s y de Dios. No hablen de diferencias de opiniones sino nanse en el amor de
la verdad segn es en Cristo Jess. Acudan a Dios e imploren por la sangre
derramada del Salvador como razn para recibir ayuda en la contienda contra el
mal. Les aseguro que no suplicarn en vano. A medida que se acerquen a Dios,
con sincera contricin y en total certidumbre de fe, el enemigo que procura
destruirlos ser vencido.
Regresen al Seor, prisioneros de la esperanza. Procuren la fortaleza de Dios,
del Dios vivo. Muestren una fe humilde y firme en su poder y en su disposicin
[306] para salvar. De Cristo est fluyendo el torrente viviente de salvacin.*

*
Ao bblico: Lucas 9-11.
324
El servicio a Dios comienza en la tierra, 24 de octubre

Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho ms preciosa que el oro, el
cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza,
gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. 1 Pedro 1:7.

Y no habr ms maldicin. En todas partes podemos ver las consecuencias


de la maldicin. Alabemos al Seor porque en la Tierra Nueva no habr ms
maldicin; y el trono de Dios y del Cordero estar en ella, y sus siervos le
servirn. Apocalipsis 22:3. Algunos saben muy poco acerca del significado del
verdadero servicio. Los cantantes que van a actuar en un espectculo dedican
tiempo para practicar, para familiarizarse con la msica y la letra. Para que
aprendamos a servir al Seor en el cielo, debemos participar en su servicio
ahora, para ir conocindolo y para aprender a ser siervos fieles...
Es nuestro privilegio comprender la bendita Palabra de Dios. Hemos cado,
es cierto, pero no permaneceremos siempre en el pecado. Se nos ha colocado
en terreno ventajoso. El Seor Dios del cielo de tal manera am... al mundo,
que ha dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que en l cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16. Qu preciosa esperanza tenemos en
Cristo!...
Sobrevendrn tentaciones. Pero cuando Satans arroja su sombra infernal
ante nosotros, debemos atravesar por fe las tinieblas hacia la Luz de la vida; hacia
el que no slo cre al hombre, sino que lo redimi por su propia sangre. Somos
propiedad estimada de Cristo. Con fe viva debemos colaborar con l en nuestra
propia salvacin. Quienes descansan en Cristo Jess nunca estn inquietos
o ansiosos. El Seor es totalmente sincero cuando nos invita a entregarle la
custodia de nuestras almas, como a un fiel Creador.
Los que mantengan su fe firme hasta el fin saldrn del horno de prueba
como oro fino siete veces purificado. Acerca de esta obra, el profeta Isaas
declara: Har ms precioso que el oro fino al varn, y ms que el oro de Ofir
al hombre. Isaas 13:12. Cuando estn en dificultades, recuerden que la fe
probada en el horno de la afliccin es ms preciosa que el oro purificado en el
fuego. Recuerden que hay uno que vela en todo momento, para ver cundo la
ltima partcula de impureza es erradicada de su carcter.* [307]

*
Ao bblico: Lucas 12-14.
325
El significado de la comunin con Dios, 25 de octubre

Lo que hemos visto y odo, eso os anunciamos, para que tambin vosotros
tengis comunin con nosotros; y nuestra comunin verdaderamente es
con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 1 Juan 1:3.

La comunin con Dios es la vida del alma. No es algo que no podamos


entender, o que podamos adornar con hermosas palabras, sino algo que nos da la
genuina experiencia que le otorga a nuestras palabras el valor real. La comunin
con Dios nos brinda una experiencia diaria que en verdad hace que nuestro gozo
sea completo.
Los que tienen esa unin con Cristo lo manifestarn en espritu, en palabras
y en obras. La profesin no es nada a menos que de palabra y de hecho se revele
el buen fruto. La unidad, comunin de unos con otros y con Cristo: se es el
fruto que lleva cada pmpano de la vid viviente. El alma purificada, nacida de
nuevo, tiene un testimonio claro y distinto para dar...
Conocer a Dios significa, en el sentido bblico del trmino, ser uno con l
en corazn y mente, conocindolo por experiencia propia, manteniendo una
comunin reverente con l como Redentor. Slo a travs de una sincera obe-
diencia puede obtenerse esa comunin. Donde sta falta, el corazn no es en
ningn sentido un templo de Dios, sino que es dirigido por el enemigo, que est
llevando a cabo sus propios propsitos por medio del agente humano. Dicho
individuo, cualesquiera sean su profesin y sus pretensiones, no es un templo
del Espritu Santo.
La experiencia se perfecciona llevando frutos. El que no da buenos frutos
en palabras y en hechos, en la fortaleza de un principio elevado, ennoblecedor,
es un mal rbol. El fruto que ste lleva es desabrido para Dios. El conocimiento
de Cristo que profesa es una falsedad, un engao...
Por la luz que Dios me ha otorgado, s que el mayor peligro de los hombres
se encuentra en el autoengao. Satans est aguardando su oportunidad. Vendr
a los hombres en forma humana, y les hablar las palabras ms fascinantes. Los
acosar con las mismas tentaciones con que acos a Cristo. A menos que sus
mentes y corazones estn llenos del amor puro, desinteresado y santificado que
Cristo revel, caern presa del poder de Satans, y realizarn, dirn y escribirn
[308] cosas extraas, para engaar, si fuese posible, a los mismos escogidos.*

*
Ao bblico: Lucas 15-17.
326
El cielo: el verano del cristiano, 26 de octubre

Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestacin gloriosa de


nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13.

Cristo pronto vendr por segunda vez. De ello deberamos conversar fre-
cuentemente. Debera ser el pensamiento predominante en nuestras mentes.
Vendr con poder y gran gloria, y todo ojo lo ver. Todos los santos ngeles lo
acompaarn. Acerca de esta compaa, Juan escribe: Y mir, y o la voz de
muchos ngeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos;
y su nmero era millones de millones. Apocalipsis 5:11.
La trompeta an no ha sonado. Quienes han descendido a la tumba todava
no han exclamado: Dnde est, oh muerte, tu aguijn? Dnde, oh sepulcro,
tu victoria? 1 Corintios 15:55. Los justos muertos an no han sido arrebatados
con los santos vivos para encontrarse con su Seor en el aire. Pero se aproxima
el tiempo en que las palabras pronunciadas por el apstol Pablo se cumplirn:
Porque el Seor mismo con voz de mando, con voz de arcngel, y con trompeta
de Dios, descender del cielo; y los muertos en Cristo resucitarn primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
juntamente con ellos en las nubes para recibir al Seor en el aire, y as estaremos
siempre con el Seor. 1 Tesalonicenses 4:16-17.
Para ser semejantes al Salvador, debemos ser transformados. Vase Filipen-
ses 3:20-21. Ahora es el tiempo de introducir en nuestra vida diaria las virtudes
de la vida de Cristo. No hay tiempo que perder...
Todos los que deseen pueden ser vencedores. Esforcmonos fervientemente
por alcanzar el nivel que se nos indica. Cristo conoce nuestras debilidades,
y podemos recurrir a l diariamente en busca de ayuda. No es necesario que
obtengamos fortaleza con un mes de anticipacin. Hemos de triunfar da a da.
Esta tierra es el lugar de preparacin para el cielo. El tiempo que pasamos
aqu es el invierno del cristiano. Los vientos fros de la afliccin soplan sobre
nosotros, y las olas de los problemas nos arrollan. Pero en un futuro cercano,
cuando Cristo venga, las penas y los lamentos habrn desaparecido para siempre.
Entonces ser el verano del cristiano. Todas las pruebas habrn concluido, y no
habr ms enfermedad ni muerte. Enjugar Dios toda lgrima de los ojos de
ellos; y ya no habr muerte, ni habr ms llanto, ni clamor, ni dolor; porque las
primeras cosas pasaron. Apocalipsis 21:4.* [309]

*
Ao bblico: Lucas 18-20.
327
Bendita seguridad, 27 de octubre

No te desamparar, ni te dejar. Hebreos 13:5.

Tenemos slo una vida para vivir, y por medio de nuestra comunin diaria
con Dios, y por los mritos de nuestro Seor Jesucristo, tenemos apoyo cons-
tante al hacer las cosas que representarn a Cristo ante el mundo. Podemos no
disponer de todas las comodidades que algunos tienen en cuanto a facilidades y
bienes materiales, pero tenemos la bendita seguridad que Cristo dio a sus disc-
pulos... Les dijo: No se turbe vuestro corazn; creis en Dios, creed tambin
en m. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si as no fuera, yo os lo
hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os
preparare lugar, vendr otra vez, y os tomar a m mismo, para que donde yo
estoy, vosotros tambin estis. Juan 14:1-3.
Benditas palabras! Podemos recibir a Cristo en nuestros corazones, y ser
para nosotros esperanza, valor y gracia sustentadora. El Seor desea que confie-
mos completamente en l. Entonces, en la sencillez de nuestra fe, creeremos que
Cristo har por nosotros todo lo que ha prometido. Acudan todos al Salvador
con la completa seguridad de que har todo lo que ha prometido.
No hay mejor manera de agradar al Salvador que teniendo fe en sus pro-
mesas. Su misericordia puede llegar a ti, y tus oraciones llegarn a l. Nada
puede interrumpir esta lnea de comunicacin. Debemos aprender a llevar todas
nuestras perplejidades a Jesucristo, porque l nos ayudar, escuchar nuestros
pedidos. Podemos acudir a l, sin ninguna duda, en completa seguridad de fe,
porque l es el camino viviente...
Cuanto ms insistimos en las peticiones que hacemos llegar a su trono, tanto
ms seguros estamos de recibir constantemente la abundante gracia de nuestro
Seor Jesucristo. T no fortaleces el camino que recorres por [tener] fe. Pero
creces en fuerza y seguridad porque tienes un Gua a tu lado...
Confa, entonces, en el Seor Jess para que te gue paso a paso en el sendero
recto. Puedes obtener seguridad y fuerza en cada paso que das, porque puedes
tener la seguridad de que tu mano est en la suya. Puedes correr y no cansarte,
puedes caminar y no desmayar, porque puedes ver por fe que tienes tu mano
en la de Cristo. No te hundirs en el desaliento, porque a medida que sigas
conociendo al Seor, confiando en l, tendrs la seguridad de que Aquel que
[310] nunca abandona a quienes confan plenamente en l, es tu constante Ayudador.*

*
Ao bblico: Lucas 21-22.
328
Dejemos el yo en las manos de Dios, 28 de octubre

Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar
de la mano de mi Padre. Juan 10:29.

Debemos elevarnos a un grado ms alto en el tema de la fe. Tenemos tan


poca fe. La Palabra de Dios es nuestro respaldo. Debemos tomarla, creyendo
sencillamente cada palabra. Con esta seguridad podemos pedir grandes cosas, y
de acuerdo con nuestra fe nos sern concedidas... Si humillamos nuestros cora-
zones delante de Dios; si buscamos morar en Cristo, tendremos una experiencia
ms santa y elevada...
La verdadera fe consiste en hacer precisamente las cosas que Dios ha
ordenado, no las que no ha mandado. Los frutos de la fe son la justicia, la
verdad y la misericordia. Necesitamos caminar a la luz de la ley de Dios; y
entonces las buenas obras sern el fruto de nuestra fe, los resultados de un
corazn renovado cada da...
De ninguna manera debemos convertir el yo en nuestro dios. Dios se dio
a s mismo para morir por nosotros, a fin de purificarnos de toda iniquidad. El
Seor llevar a cabo esta obra de perfeccin en nosotros si le permitimos que
nos controle...
La obra de justificacin no puede ser realizada a menos que ejercitemos una
fe implcita... Por medio de la unin con l, por medio de la fe viviente, tenemos
el privilegio de gozar de la virtud y la eficacia de su mediacin. En consecuencia,
somos crucificados, muertos y resucitados con Cristo, para caminar en novedad
de vida con l.
No debemos sostenernos con nuestras propias manos. Debemos abandonar
el yo en las manos de Dios... Nuestra falta de fe es la razn por la cual no hemos
visto ms del poder de Dios. Ejercitamos ms fe en nuestras propias obras que
en la obra de Dios por nosotros. Dios dispuso que se hiciera todo lo posible
para que pudiramos estar corazn con corazn, mente con mente, hombro con
hombro. La falta de amor y confianza entre nosotros debilita nuestra fe en Dios.
Necesitamos orar como nunca hemos orado por el bautismo del Espritu
Santo, porque, si hubo alguna vez un tiempo cuando necesitamos ese bautismo,
es ahora. No hay nada que el Seor nos haya dicho ms frecuentemente que
nos concedera, ni nada por lo que su nombre sera ms glorificado al drnoslo,
que el Espritu Santo. Cuando participemos de este Espritu, los hombres y las
mujeres nacern de nuevo... Las almas que una vez estuvieron perdidas, sern
encontradas y tradas de regreso.* [311]

*
Ao bblico: Lucas 23-24.
329
Qu significa perfeccin cristiana? 29 de octubre

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13.

Qu requiere Dios? Perfeccin; nada menos que la perfeccin. Pero si


hemos de ser perfectos, no pondremos nuestra confianza en el yo. Diariamente
necesitamos comprender que no debemos confiar en nosotros mismos. Necesi-
tamos aferrarnos con fe firme de las promesas de Dios. Necesitamos implorar la
ayuda del Espritu Santo, conscientes de nuestra impotencia. Entonces, cuando
el Espritu Santo obre, no daremos la gloria al yo. El Espritu tomar nuestro
corazn bajo su cuidado, haciendo que le lleguen los brillantes rayos del Sol de
justicia. Debemos ser guardados por el poder de Dios mediante la fe.
Cuando estemos diariamente bajo el control del Espritu de Dios, seremos
el pueblo que guarda los mandamientos. Podemos mostrar al mundo que la
obediencia de los mandamientos de Dios trae recompensa en esta vida y tambin
felicidad eterna en la vida futura. A pesar de nuestra profesin de fe, el Seor,
que pesa nuestras acciones, no ve sino una representacin imperfecta de Cristo.
El ha declarado que una condicin tal no puede glorificarlo.
Significa mucho entregar la custodia del alma a Dios. Significa que hemos
de vivir y caminar por fe, no confiando y glorificando al yo, sino mirando a
Jess, nuestro Abogado, el Autor y Consumador de nuestra fe. El Espritu Santo
har su obra sobre el corazn contrito, pero nunca podr obrar sobre un alma
presumida y autosuficiente. Una persona tal tratar de mejorar por su propia
sabidura. Se interpone as entre su alma y el Espritu Santo, y le impide obrar...
El Espritu Santo desea cooperar con todos los que le reciban y estn dis-
puestos a ser enseados por l. Los que se aferran de la verdad y son santificados
mediante ella, estn tan unidos a Cristo que pueden representarlo en palabra
y accin. Estn revestidos de Jess y poseen un poder que los capacita para
revelar la verdad a otros. Quiera el Espritu Santo hablar a los corazones de los
integrantes del pueblo de Dios para que sus palabras puedan ser tan escogidas
como el oro, al dar el pan de vida a quienes estn en transgresin y pecado...
Es la voluntad de Dios que las bendiciones otorgadas al hombre sean dadas
en plenitud. El hizo provisin para que toda dificultad pueda ser superada, para
que cada necesidad pueda ser suplida mediante su Espritu. Es su designio que
[312] el hombre perfeccione un carcter cristiano.*

*
Ao bblico: Juan 1-3.
330
Resplandecer con brillo viviente, 30 de octubre

Y sern para m especial tesoro, ha dicho Jehov de los ejrcitos, en el da


en que yo acte; y los perdonar, como el hombre que perdona a su hijo
que le sirve. Malaquas 3:17.

Los cristianos son las gemas de Cristo, comprados a un precio infinito.


Deben resplandecer brillantemente para l, reflejando la luz de su hermosura.
Y han de recordar siempre que todo el lustre que posee el carcter cristiano
proviene del Sol de justicia. El lustre de las joyas de Cristo depende del pulido
que reciban. Dios no nos obliga a ser pulidos. Se nos deja en libertad de elegir
ser pulidos o permanecer sin pulir. Pero todo el que sea declarado digno de un
lugar en el templo de Dios debe someterse al proceso del pulimento. Debe dar
su consentimiento para que se corten los bordes speros de su carcter, a fin de
que pueda ser simtrico y hermoso, idneo para representar la perfeccin del
carcter de Cristo.
Se deshonra al Seor cuando su pueblo no vive en la luz del Sol de justicia
ni refleja ms luz que la de los guijarros comunes. Se lo deshonra cuando el
servicio que se le presta est empaado con la lepra del egosmo.
El divino Artfice dedica poco tiempo al material sin valor. Solamente pule
las joyas preciosas para que sean dignas de un palacio. Con el martillo y el cincel
elimina los bordes speros, preparndonos para ocupar un lugar en el templo
de Dios. El proceso es severo y doloroso. Lastima el orgullo humano. Cristo
corta profundamente en la experiencia que el hombre, en su autosuficiencia,
considera como completa, y elimina el enaltecimiento propio del carcter. Quita
las superficies excedentes, y aplicando la piedra a la rueda esmeril, la presiona
a fin de que toda aspereza sea desgastada. Entonces, sosteniendo la joya ante la
luz, el Maestro contempla en ella un reflejo de su propia imagen y la declara
digna de un lugar en su templo.
Bienaventurada sea la experiencia, aunque severa, que da nuevo valor a la
piedra, capacitndola para brillar con un resplandor viviente!
[El Seor] tiene obreros a los cuales llama de la pobreza y la oscuridad.
Ocupados en los deberes cotidianos de la vida, y vestidos con ropas comunes,
son considerados como de poco valor por los hombres. Pero Cristo ve en
ellos posibilidades infinitas, y en sus manos llegarn a ser joyas preciosas, que
resplandecern brillantemente en el reino de Dios.* [313]

*
Ao bblico: Juan 4-6.
331
Somos objeto del amor infinito, 31 de octubre

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos
am, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente
con Cristo. Efesios 2:4-5.

El corazn que se rinda a la sabia disciplina de Dios, habr de confiar en


cada manifestacin de su providencia... La tentacin procurar desalentarnos,
pero, qu se logra al ceder a la tentacin? Obtendr, acaso, el alma algo mejor
murmurando y quejndose de aquello que es la nica fuente de poder? Est
el ancla echada dentro del velo? Soportaremos la enfermedad? Cul ser
nuestro testimonio en los instantes finales de la vida, cuando los labios estn
temblorosos por la muerte? El ancla est firme! Yo s que mi Redentor vive...
Oh Jess precioso, amoroso, longnime, clemente cunto te adora mi alma!
Que un alma pobre, indigna, contaminada por el pecado pueda estar de pie
delante del Dios santo, perfecta en justicia, slo lo debemos a quien es nuestro
Sustituto y Garanta! Maravllense los cielos y asmbrese la tierra, que la raza
cada sea objeto de su infinito amor y gozo. El Creador se regocija por ellos con
cnticos celestiales, mientras el hombre que fuera contaminado por el pecado, ha
venido a ser limpio por la justicia de Cristo, para presentarse ante el Padre libre
de mcula pecaminosa; sin mancha ni arruga ni cosa semejante. Efesios 5:27.
Quin acusar a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. Romanos
8:33.
Que toda alma dbil y sacudida por la tempestad de las pruebas pueda
anclarse en Jesucristo, y no centrarse tanto en s misma como para pensar slo
en sus pequeos fracasos y en la interrupcin de sus planes y esperanzas. Acaso
el plan de salvacin no lo abarca todo? Si es el Dios infinito que me justifica,
quin es el que condenar? Cristo es el que muri. Romanos 8:34. El es
quien, al morir por el hombre, demostr que lo ama tanto como para morir por
l! La ley condena al pecador y nos lleva hasta Cristo. Dios es quien justifica y
perdona.
Satans nos acusar y pedir destruirnos, pero es Dios quien abrir la puerta
al refugio. Y es Dios el que justifica a quien traspasa el umbral de esa puerta.
Entonces, si Dios es por nosotros, quin podr estar contra nosotros? Oh, qu
verdad gloriosa, brillante! Por qu los hombres no pueden discernirla?...
Dios vive y reina. Todos los salvados deben luchar virilmente como soldados
de Jesucristo; entonces sus nombres sern registrados en los libros del cielo
[314] como fieles y verdaderos.*

*
Ao bblico: Juan 7-9.
332
Noviembre
La ilimitada compasin de Cristo, 1 de noviembre

Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaas, cuando dijo: El


mismo tom nuestras enfermedades, y llev nuestras dolencias. Mateo
8:17.

Nuestro Seor Jesucristo vino a este mundo para ministrar incansablemente


a la necesidad del hombre. Tom nuestras enfermedades, y llev nuestras
dolencias, a fin de poder ministrar a toda necesidad de la humanidad. Vino para
quitar la carga de enfermedad, miseria y pecado. Era su misin traer completa
restauracin a los hombres; vino para darles salud, paz y perfeccin de carcter.
Diversas eran las circunstancias y necesidades de aquellos que solicitaban
su ayuda, y ninguno de los que acudan a l se iba sin haber recibido ayuda.
De l flua un raudal de poder sanador, y los hombres eran sanados en cuerpo,
mente y alma.
La obra del Salvador no se limitaba a lugar o tiempo alguno. Su compasin
no conoca lmites. Verificaba su obra de curacin y enseanza en tan grande
escala que no haba en toda Palestina edificio bastante amplio para contener las
multitudes que acudan a l. En las verdes laderas de las colinas de Galilea, en
los caminos, a orillas del mar, en las sinagogas, y en todo lugar donde se le poda
llevar enfermos, encontraba su hospital. En toda ciudad, todo pueblo, toda aldea
donde pasara, impona las manos a los afligidos, y los sanaba. Dondequiera
que hubiese corazones listos para recibir su mensaje, l los consolaba con la
seguridad del amor de su Padre celestial...
Jess llevaba el peso aterrador de la responsabilidad por la salvacin de los
hombres. El saba que a menos que hubiese un cambio radical en los principios
y propsitos de la especie humana, todo se perdera. Tal era la carga de su
alma, y nadie poda apreciar el peso que descansaba sobre l. En la niez, en la
juventud y en la edad viril, anduvo solo...
Da tras da haca frente a pruebas y tentaciones; da tras da se hallaba en
contacto con el mal, y presenciaba su poder sobre aquellos a quienes l trataba
de bendecir y salvar. Sin embargo, no desmayaba ni se desalentaba...
Siempre se mostr paciente y gozoso, y los afligidos lo saludaban como un
mensajero de vida y paz. Vea las necesidades de hombres y mujeres, de nios
y jvenes, y a todos daba la invitacin: Venid a m...
Mientras pasaba por los pueblos y las ciudades, era como una corriente vital
[315] que difunda vida y gozo.*

*
Ao bblico: Juan 10-11.
334
Cristo, ejemplo perfecto para todos, 2 de noviembre

Y Jess creca en sabidura y en estatura, y en gracia para con Dios y los


hombres. Lucas 2:52.

El hombre ha cado. La imagen de Dios en l se ha distorsionado. Por la


desobediencia sus inclinaciones se han depravado y sus poderes se han debili-
tado, y es incapaz, aparentemente, de esperar otra cosa que no sea tribulacin
e ira. Pero Dios, por medio de Cristo, ha provisto una va de escape y dice a
cada uno: Sed, pues, vosotros perfectos. Mateo 5:48. Dios se propone que el
hombre vuelva a ser recto y noble, y l no ser frustrado. Envi a su Hijo a este
mundo para cargar con la penalidad del pecado y mostrar al hombre cmo vivir
una vida sin pecado.
Cristo es nuestro ideal. Ha dejado un ejemplo perfecto para la niez, la
juventud y la madurez... En su vida no se hall lugar para el pecado. Desde el
comienzo hasta el fin de su vida terrenal conserv inclume su lealtad a Dios.
La Palabra dice de l: Y el nio creca y se fortaleca, y se llenaba de sabidura;
y la gracia de Dios era sobre l. Lucas 2:40. Creca en sabidura y en estatura,
y en gracia para con Dios y los hombres.
El Salvador no vivi para agradarse... No tuvo un hogar en este mundo,
slo el que le proveyeron la bondad de sus amigos, y sin embargo, estar en su
presencia era el cielo. Da tras da afront pruebas y tentaciones, pero no cay
ni se desanim. Siempre era paciente y alegre, y los afligidos lo saludaban como
un mensajero de vida y paz...
La promesa de Dios dice: Seris santos, porque yo soy santo. Levtico
11:44. La santidad es el reflejo de la gloria de Dios. Pero para reflejar esta
gloria debemos cooperar con Dios. El corazn y la mente deben vaciarse de
todo lo que conduce al mal. Debemos leer y estudiar la Palabra de Dios con
un sincero deseo de obtener fuerza espiritual. Esta Palabra es el pan del cielo.
Los que la reciben y la hacen parte de su vida se fortalecern con el poder de
Dios. El objeto de todo lo que Dios hace por nosotros es nuestra santificacin.
El nos escogi desde la eternidad para que seamos santos. Cristo declara: La
voluntad de Dios es vuestra santificacin. 1 Tesalonicenses 4:3. Es tambin
la voluntad de ustedes que sus deseos e inclinaciones sean conformados a la
voluntad divina?...
Vivir la vida del Salvador, vencer cada deseo egosta, cumplir valerosa y
alegremente nuestro deber hacia Dios y los que nos rodean, nos har ms que
vencedores, y nos preparar para estar ante el gran trono blanco sin mancha ni
arruga, con las ropas lavadas en la sangre del Cordero.* [316]
*
Ao bblico: Juan 12-13.
335
Jess provee un modelo de carcter, 3 de noviembre

Porque habis muerto, y vuestra vida est escondida con Cristo en Dios.
Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros tambin
seris manifestados con l en gloria. Colosenses 3:3-4.

Hagan brillar la luz con buenas obras. Cristo dijo: Vosotros sois la sal de
la tierra; pero si la sal se desvaneciere, con qu ser salada? No sirve ms
para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Mateo 5:13.
Me temo que haya muchos en esta condicin. No todos tienen la misma obra;
circunstancias y talentos diferentes capacitan a las personas para diferentes
tipos de trabajo en la via del Seor. Hay algunos que tienen cargos de mayo:
responsabilidad que otros; pero a cada uno le fue dada su tarea, y si la realiza
con fidelidad y celo, ser un fiel administrador de la gracia de Dios.
No es la intencin de Dios que la luz de ustedes brille de modo que las
palabras o las obras les traigan la alabanza de los hombres, sino que ellos exalten
y glorifiquen al Autor de todo bien. Jess, en su vida, present a los hombres un
modelo de carcter. Cun poco poder tuvo el mundo para moldearlo de acuerdo
con sus normas! Toda esa influencia fue desechada. El declar: Mi comida
es que haga la voluntad del que me envi, y que acabe su obra. Juan 4:34. Si
tuvisemos esa devocin a la obra de Dios, y la hiciramos sinceramente para su
gloria, podramos decir con Cristo: Yo no busco mi gloria. Juan 8:50. Su vida
estuvo llena de buenas obras, y es nuestro deber vivir como vivi nuestro gran
Ejemplo. Nuestra vida tiene que estar escondida con Cristo en Dios, y as la luz
de Cristo se reflejar sobre nosotros y la reflejaremos sobre los que nos rodean,
no simplemente en palabras o profesin, sino en buenas obras y en la revelacin
del carcter de Cristo. Los que reflejan la luz de Dios mostrarn una disposicin
amante. Sern alegres, dispuestos, obedientes a todos los requerimientos de
Dios. Sern mansos y abnegados y trabajarn con amor dedicado a la salvacin
de las almas...
Todos los verdaderos portaluces iluminarn el sendero de otros. Aprtense
de iniquidad todos los que escogieron el nombre de Cristo. Si ceden a las
demandas de Dios y se impregnan de su amor y se llenan de su plenitud, los
nios, los adolescentes y los jvenes los observarn para ver qu constituye la
piedad prctica; y as podrn ser el medio para conducirlos por el sendero de la
obediencia a Dios. Estarn ejerciendo una influencia que soportar la prueba
de Dios, y esa obra ser comparada con el oro, la plata y las piedras preciosas,
[317] pues sern imperecederas.*

*
Ao bblico: Juan 14-15.
336
Los verdaderos seguidores obedecen la ley de Dios, 4 de
noviembre

El pecado es infraccin de la ley. 1 Juan 3:4.

El deseo de llevar una religin fcil, que no exija luchas, ni desprendimiento,


ni ruptura con las locuras del mundo, ha hecho popular la doctrina de la fe, y
de la fe sola; pero qu dice la Palabra de Dios? El apstol Santiago escribe:
Hermanos mos, de qu aprovechar si alguno dice que tiene fe, y no tiene
obras? Podr la fe salvarle?... Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin
obras es muerta? No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre,
cuando ofreci a su hijo Isaac sobre el altar? No ves que la fe actu juntamente
con sus obras, y que la fe se perfeccion por las obras?... Veis, pues, que el
hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Santiago 2:14-24.
El testimonio de la Palabra de Dios se opone a esta doctrina seductora de la
fe sin obras. No es fe pretender el favor del cielo sin cumplir las condiciones
necesarias para que la gracia sea concedida. Es presuncin, pues la fe verdadera
se funda en las promesas y disposiciones de las Sagradas Escrituras...
Un pecado cometido deliberadamente acalla la voz atestiguadora del Espritu
y separa al alma de Dios. El pecado es infraccin de la ley. Y todo aquel
que peca [o sea, infringe la ley], no le ha visto, ni le ha conocido. 1 Juan 3:6.
Aunque San Juan habla mucho del amor en sus epstolas, no vacila en poner
de manifiesto el verdadero carcter de esa clase de personas que pretenden ser
santificadas y seguir transgrediendo la ley de Dios. El que dice: Yo le conozco,
y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no est en l;
pero el que guarda su palabra, en ste verdaderamente el amor de Dios se ha
perfeccionado. 1 Juan 2:4-5. Esta es la piedra de toque de toda profesin de
fe...
Y la asercin de estar sin pecado constituye de por s una prueba de que
el que tal asevera dista mucho de ser santo. Es porque no tiene un verdadero
concepto de lo que es la pureza y santidad infinita de Dios, ni de lo que deben
ser los que han de armonizar con su carcter; es porque no tiene un verdadero
concepto de la pureza y perfeccin supremas de Jess ni de la maldad y el
horror del pecado, por lo que el hombre puede creerse santo.
Fue la justicia revelada en su vida [de Cristo] lo que lo diferenci del mundo
y provoc su odio.* [318]

*
Ao bblico: Juan 16-18.
337
Por medio de la justicia de Cristo podemos guardar la ley de
Dios, 5 de noviembre

Gloria y hermosura es su obra, y su justicia permanece para siempre.


Salmos 111:3.

Un rayo de la gloria de Dios, un destello de la pureza de Cristo que penetra


en el alma, muestra cada mancha de contaminacin con dolorosa claridad, y deja
desnuda la deformidad y los defectos del carcter humano. Cmo puede alguno
que es trado ante la santa norma de la ley de Dios, la que pone en evidencia
los motivos malos, los deseos no santificados, la infidelidad del corazn, la
impureza de labios, y que desnuda la vida, jactarse de santidad? Sus actos de
deslealtad al anular la ley de Dios son expuestos a su vista, y su espritu es
sacudido y afligido bajo las escrutadoras influencias del Espritu de Dios. Se
detesta a s mismo al ver la grandeza, la majestad, la pureza sin mancha del
carcter de Jesucristo.
Cuando el Espritu de Cristo conmueve el corazn con su maravilloso poder
despertador, hay un sentido de deficiencia en el alma que lleva a la contricin de
la mente y a la humillacin del yo, antes que a la orgullosa jactancia de lo que se
ha logrado. Cuando Daniel fue testigo de la gloria y de la majestad que rodeaba
al mensajero celestial que fue enviado a l, exclam al describir la maravillosa
escena: Qued, pues, yo solo, y vi esta gran visin, y no qued fuerza en m,
antes mi fuerza se cambi en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno. Daniel
10:8.
El alma que es as tocada nunca se envolver en justicia propia o en una
pretenciosa apariencia de santidad; antes odiar su egosmo, aborrecer su amor
a s misma y buscar, por medio de la justicia de Cristo, esa pureza de corazn
que est en armona con la ley de Dios y el carcter de Cristo...
Exclamar, con humilde semblante y labio vacilante: El me am. Se dio
a s mismo por m. Se hizo pobre para que yo, por su pobreza, pudiera ser
hecho rico. El varn de dolores no me despreci, sino que derram su amor
inagotable y redentor para que mi corazn pudiera ser hecho limpio; y me
ha trado de vuelta a la lealtad y la obediencia a todos sus mandamientos. Su
condescendencia, su humillacin, su crucifixin, son los milagros culminantes
de la maravillosa manifestacin del plan de salvacin... Todo lo hizo para que
sea posible impartirme su propia justicia, para que yo pueda cumplir la ley que
[319] he transgredido. Por esto lo adoro. Y proclamar de l a todos los pecadores.*

*
Ao bblico: Juan 19-21.
338
El pecador arrepentido es aceptado en Cristo, 6 de
noviembre

Porque no entr Cristo en el santuario hecho de mano, figura del


verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros
ante Dios. Hebreos 9:24.

Cristo es nuestro sacrificio, nuestro sustituto, nuestra garanta, nuestro inter-


cesor divino; l fue hecho por nosotros justificacin, santificacin y redencin.
Porque no entr Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero,
sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.
La intercesin de Cristo en nuestro favor presenta sus mritos divinos al
ofrecerse a s mismo al Padre como nuestro sustituto y garante; pues ascendi
a lo alto para expiar nuestras transgresiones... En esto consiste el amor: no
en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que l nos am a nosotros, y
envi a su Hijo en propiciacin por nuestros pecados. 1 Juan 4:10. Por lo
cual puede tambin salvar perpetuamente a los que por l se acercan a Dios,
viviendo siempre para interceder por ellos. Hebreos 7:25.
De estos pasajes resulta claro que no es la voluntad de Dios que usted
desconfe y torture su alma con el temor de que Dios no lo aceptar por ser
pecador e indigno... Presente su caso ante l, invocando los mritos de la sangre
vertida en la cruz del Calvario en su favor. Satans lo acusar de ser un gran
pecador, y usted tendr que admitir que lo es, pero puede decir: S que soy un
pecador, y por eso necesito un Salvador. Jess vino al mundo a salvar pecadores,
La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado... No tengo mritos o
bondad con que reclamar la salvacin, pero presento delante de Dios la sangre
plenamente expiatoria del inmaculado Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo. Ese es mi nico argumento. El nombre de Jess me da acceso al Padre...
y l satisface mis necesidades ms profundas...
La justicia de Cristo hace que el pecador penitente sea aceptable ante Dios
y obra su justificacin. No importa cun pecadora haya sido su vida, si cree en
Jess como su Salvador personal, se halla delante de Dios vestido con el manto
inmaculado de la justicia imputada de Cristo.
El pecador que estaba hace tan poco tiempo muerto en transgresiones y
pecados revive por la fe en Cristo. Por la fe ve que Jess es su Salvador, que
vive para siempre y que puede salvar hasta lo sumo a todos los que se acercan a
Dios por medio de l.* [320]

*
Ao bblico: Hechos 1-3.
339
Las almas justificadas andan en la luz, 7 de noviembre

A [Cristo Jess] quien Dios puso como propiciacin por medio de la fe en


su sangre... con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de
que l sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jess. Romanos
3:25-26.

Siendo justificados gratuitamente por su graciadice el apstolmediante


la redencin que es en Cristo Jess, a quien Dios puso como propiciacin por
medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado
por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este
tiempo su justicia, a fin de que l sea el justo, y el que justifica al que es de la fe
de Jess.
Aqu est la verdad presentada con toda claridad. Esta misericordia y bondad
son totalmente inmerecidas. La gracia de Cristo ha de justificar gratuitamente
al pecador sin mrito ni pretensin de parte de l. La justificacin es el perdn
total y completo del pecado. En el momento en que el pecador acepta a Cristo
por la fe, es perdonado. La justicia de Cristo le es imputada, y ya no ha de dudar
de la gracia perdonadora de Dios.
No hay nada en la fe que la convierta en nuestro salvador. La fe no puede
eliminar nuestra culpa. Cristo es el poder de Dios para salvacin a todos los
que creen. La justificacin nos alcanza por los mritos de Jesucristo. El pag el
precio de la redencin del pecador. Pero slo mediante la fe en su sangre puede
Jess justificar al creyente.
El pecador no puede depender de sus propias buenas obras como medio
de justificacin. Debe llegar a la situacin de renunciar a todos sus pecados y
abrazar una luz tras otra, a medida que brillen sobre su sendero. Simplemente
acepta por fe la gratuita y amplia provisin hecha por la sangre de Cristo. Cree
las promesas de Dios, que por medio de Cristo son hechas para l santificacin
y justificacin y redencin.
Y si sigue a Jess, caminar humildemente en la luz, gozndose en ella,
y difundindola a otros. Estando justificado por fe, lleva consigo la alegra al
obedecer en toda su vida. La paz con Dios es el resultado de lo que Cristo es
para l. Las almas que se someten a Dios, que lo honran y que son hacedoras
de su Palabra, recibirn iluminacin divina. En la preciosa Palabra de Dios hay
una pureza, una elevacin y una belleza tales que, a menos que sean auxiliados
[321] por Dios, los poderes ms exaltados del hombre no pueden alcanzar.*

*
Ao bblico: Hechos 4-6.
340
Santificados por la fe y la obediencia, 8 de noviembre

En esto es glorificado mi Padre, en que llevis mucho fruto, y seis as mis


discpulos. Juan 15:8.

Muchos se apartan de una vida tal como la que vivi nuestro Salvador.
Sienten que requiere un sacrificio demasiado grande imitar al Modelo, llevar
frutos en buenas obras, y luego soportar pacientemente las podas de Dios para
poder llevar ms frutos. Cuando el cristiano se considera a s mismo slo como
un humilde instrumento en las manos de Cristo, y trata de realizar con fidelidad
todos los deberes, descansando en la ayuda que Dios ha prometido, entonces
llevar el yugo de Cristo y lo encontrar liviano; llevar cargas por Cristo, y
las hallar ligeras. Alzar su vista con valor y confianza y dir: Yo s a quin
he credo, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depsito para aquel
da. 2 Timoteo 1:12.
Si hacemos frente a obstculos en nuestra senda, y los vencemos fielmente; si
hallamos oposicin y vituperio, y en el nombre de Cristo obtenemos la victoria;
si llevamos responsabilidades y cumplimos nuestros deberes con el espritu de
nuestro Maestro, entonces, por cierto, obtenemos un precioso conocimiento de
su fidelidad y poder...
Cuanto ms contemplemos el carcter de Cristo, y cuanto ms experimente-
mos su poder salvador, ms agudamente nos daremos cuenta de nuestra propia
debilidad e imperfeccin, y ms fervientemente consideraremos a Cristo como
nuestra fortaleza y nuestro Redentor... Por fe en Cristo, y por la obediencia
de la ley de Dios, podemos ser santificados, y as obtener la preparacin para
asociarnos con los santos ngeles y con los redimidos de mantos blancos en el
reino de gloria.
No es solamente el privilegio sino tambin el deber de todo cristiano mante-
ner una ntima unin con Cristo, y tener una rica experiencia en las cosas de
Dios. Entonces su vida ser fructfera en buenas obras... Cristo muri por todos;
y se nos asegura en su Palabra que l est ms dispuesto a dar su Espritu Santo
a los que se lo piden que los padres terrenales a dar buenas ddivas a sus hijos.
Los profetas y apstoles no perfeccionaron caracteres cristianos por milagro.
Ellos utilizaron los medios que Dios haba colocado a su alcance; y todos los
que desean aplicar el mismo esfuerzo obtendrn los mismos resultados.* [322]

*
Ao bblico: Hechos 7-9.
341
Una fe que obra, 9 de noviembre

Fate de Jehov de todo tu corazn, y no te apoyes en tu propia


prudencia. Proverbios 3:5.

Cuando hablamos de la fe debemos tener siempre presente una distincin.


Hay una clase de creencia enteramente distinta de la fe. La existencia y el poder
de Dios, la verdad de su Palabra, son hechos que aun Satans y sus huestes no
pueden negar de corazn. La Biblia dice que los demonios creen, y tiemblan
(Santiago 2:19), pero sta no es fe. Donde no slo hay una creencia en la Palabra
de Dios, sino una sumisin de la voluntad a l; donde se le da a l el corazn y
los afectos se fijan en l, all hay fe, fe que obra por el amor y purifica el alma.
Mediante esta fe, el corazn se renueva conforme a la imagen de Dios...
Hay quienes han conocido el amor perdonador de Cristo y desean realmente
ser hijos de Dios; sin embargo, reconocen que su carcter es imperfecto y
su vida defectuosa, y estn propensos a dudar de que sus corazones hayan
sido regenerados por el Espritu Santo. A los tales quiero decirles que no se
abandonen a la desesperacin. Tenemos a menudo que postrarnos y llorar a
los pies de Jess por causa de nuestras culpas y errores; pero no debemos
desanimarnos. Aun si somos vencidos por el enemigo, no somos arrojados, ni
abandonados, ni rechazados por Dios. No; Cristo est a la diestra de Dios e
intercede por nosotros. Dice el discpulo amado: Estas cosas os escribo para
que no pequis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre,
a Jesucristo el justo. 1 Juan 2:1. Y no olvidemos las palabras de Cristo: Pues
el Padre mismo os ama. Juan 16:27. El quiere que se reconcilien con l, quiere
ver su pureza y santidad reflejadas en ustedes. Y si tan slo quieren entregarse
a l, el que comenz en ustedes la buena obra la perfeccionar hasta el da de
Jesucristo. Oren con ms fervor; crean ms plenamente...
Mientras menos cosas dignas de estima veamos en nosotros, ms encontrare-
mos que estimar en la pureza y santidad infinitas de nuestro Salvador. Una idea
de nuestra pecaminosidad nos puede guiar a Aquel que nos puede perdonar; y
cuando, comprendiendo nuestra impotencia, nos esforcemos en seguir a Cristo,
l se nos revelar con poder. Cuanto ms nos gue la necesidad a l y a la Palabra
de Dios, tanto ms elevada visin tendremos de su carcter y ms plenamente
[323] reflejaremos su imagen.*

*
Ao bblico: Hechos 10-12.
342
La verdadera religin promueve la salud, 10 de noviembre

Sus caminos [de la sabidura] son caminos deleitosos, y todas sus veredas
paz. Proverbios 3:17.

Este mundo no consiste slo en tristeza y miseria. Dios es amor esta


escrito en cada capullo que se abre, en los ptalos de toda flor y en cada tallo
de hierba. Aunque la maldicin del pecado ha hecho que la tierra produzca
espinas y cardos, hay flores en los cardos, y las espinas son ocultadas por las
rosas. Todas las cosas de la naturaleza atestiguan el cuidado tierno y paternal de
nuestro Dios, y su deseo de hacer felices a sus hijos...
La opinin prevaleciente en algunas clases de la sociedad, de que la religin
no favorece el logro de la salud o de la felicidad en esta vida, es uno de los
errores ms perniciosos. La Sagrada Escritura dice: El temor de Jehov es para
vida, y con l vivir lleno de reposo el hombre. Proverbios 19:23. Quin es
el hombre que desea vida, que desea muchos das para ver el bien? Guarda tu
lengua del mal, y tus labios de hablar engao. Aprtate del mal, y haz el bien:
busca la paz, y sguela. Salmos 34:12-14. Las palabras de la sabidura son
vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. Proverbios 4:22.
La verdadera religin pone al hombre en armona con las leyes de Dios,
fsicas, mentales y morales. Ensea el dominio de s mismo, la serenidad y la
templanza... Hace al alma participante de la pureza del cielo. La fe en el amor
de Dios y en su providencia soberana alivia las cargas de ansiedad y cuidado.
Llena de regocijo y de contento el corazn de los encumbrados y los humildes.
La religin tiende directamente a fomentar la salud, alargar la vida y realzar
nuestro goce de todas sus bendiciones. Abre al alma una fuente inagotable de
felicidad.
Ojal que todos aquellos que no han escogido a Cristo se dieran cuenta de
que l tiene algo que ofrecerles que es mucho mejor de lo que ellos buscan!...
Hay una estrecha relacin entre la mente y el cuerpo, y para alcanzar un alto
nivel de dotes morales e intelectuales, debemos acatar las leyes que gobiernan
nuestro ser fsico. Para alcanzar un carcter fuerte y bien equilibrado, deben
ejercitarse y desarrollarse nuestras fuerzas, tanto mentales como corporales.
Qu estudio puede ser ms importante... que el de este maravilloso organismo
que Dios nos ha encomendado y de las leyes por las cuales ha de conservarse
en buena salud?* [324]

*
Ao bblico: Hechos 13-15.
343
Iluminado hasta el pleno resplandor, 11 de noviembre

Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehov; como el alba est


dispuesta su salida. Oseas 6:3.

Estamos viviendo en medio de los peligros de los ltimos das y debemos


limpiarnos de toda impureza y vestirnos con el manto de la justicia de Cristo.
La obra de Dios debe llevarse adelante con constancia. Hemos de poner nuestro
cuerpo, alma y espritu en sujecin a Cristo. A menos que hagamos esto, estar
en peligro la salud tanto del cuerpo como del alma.
Dios desea que cada da sus obreros comprendan cmo razonar lgicamente
de causa a efecto, llegando a conclusiones sabias y seguras. Desea que ellos
fortalezcan la memoria. No podemos permitirnos cometer errores. Hemos de
sentarnos como niitos a los pies de Cristo, aprendiendo de l cmo trabajar
exitosamente. Hemos de pedir a Dios juicio sano y luz para impartir a otros...
La educacin ms elevada consistir en adiestrar la mente para avanzar da
a da. La finalizacin de cada da debera hallarnos una jornada ms cerca del
galardn del vencedor. Nuestro entendimiento ha de madurar da tras da. Da
tras da hemos de llegar a conclusiones que producirn una rica recompensa en
esta vida y en la vida venidera. Al contemplar diariamente a Jess, en vez de
mirar lo que nosotros mismos hemos realizado, haremos decididos progresos
en el conocimiento tanto temporal como espiritual.
El fin de todas las cosas est a las puertas. No debemos permitir que lo
que hemos realizado ponga el punto final a nuestro trabajo. El Capitn de
nuestra salvacin dice: Avancen. La noche viene, cuando nadie puede trabajar.
Juan 9:4. Hemos de crecer constantemente en utilidad. Nuestras vidas han de
estar siempre bajo el poder de Cristo. Hemos de mantener nuestras lmparas
alumbrando brillantemente.
La oracin es la herramienta del xito establecida por el cielo. Exhorta-
ciones, peticiones y ruegos entre hombre y hombre, mueven a los hombres y
desempean una parte en el control de los asuntos de las naciones. Pero la
oracin mueve al cielo. Slo ese poder que viene en respuesta a la oracin har
a los hombres sabios en la sabidura del cielo y los capacitar para trabajar en
la unidad del Espritu, unidos por el vnculo de la paz. La oracin, la fe y la
confianza en Dios ponen en juego un poder divino que coloca las maquinaciones
[325] humanas en su verdadero valor: cero.*

*
Ao bblico: Hechos 16-18.
344
El templo de Dios, 12 de noviembre

Por todos muri, para que los que viven, ya no vivan para s, sino para
aquel que muri y resucit por ellos. 2 Corintios 5:15.

El hombre es hechura de la mano de Dios, su obra maestra, creado con


un propsito elevado y santo; y Dios desea escribir su ley en cada parte del
tabernculo humano. Cada nervio y msculo, cada prenda mental y fsica, han
de guardarse puros.
Dios tiene el propsito de que el cuerpo sea un templo para su Espritu.
Cun solemne es, entonces, la responsabilidad que se confa a cada alma! Si
contaminamos nuestros cuerpos, estamos produciendo un dao no solamente a
nosotros mismos, sino a muchos otros...
Cristo muri para que la imagen moral de Dios pudiera ser restaurada en
la humanidad, a fin de que hombres y mujeres pudiesen ser partcipes de la
naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupcin que existe en el mundo
por la concupiscencia. No hemos de usar facultad alguna de nuestro ser para la
gratificacin egosta; porque todas nuestras facultades pertenecen a l, y han de
ser usadas para su gloria...
La morada humana, el edificio de Dios, requiere tutela estrecha y vigilante.
Con David podemos exclamar: Porque t formaste mis entraas; t me hiciste
en el vientre de mi madre. Te alabar; porque formidables, maravillosas son tus
obras. Salmos 139:13-14. La hechura de Dios ha de ser preservada, para que
el universo celestial y la raza apstata puedan ver que somos templos del Dios
viviente.
La perfeccin del carcter que Dios requiere es la preparacin del ser entero
como un templo para que en l more el Espritu Santo. El Seor reclama el
servicio del ser entero. Desea que hombres y mujeres lleguen a ser todo lo que
l ha hecho posible que sean. No es suficiente que sean usadas algunas partes
de la maquinaria humana. Todas las partes deben ser puestas en accin, o el
servicio es deficiente...
La vida fsica ha de ser cuidadosamente educada, cultivada y desarrollada,
para que en los hombres y las mujeres la naturaleza divina pueda manifestarse
en su plenitud. Dios espera que los hombres usen el intelecto que l les ha dado.
Espera que usen para l cada facultad de razonar. Deben dar a la conciencia el
lugar de supremaca que le ha sido asignado. Las facultades mentales y fsicas,
con los afectos, han de ser cultivados de tal manera que puedan alcanzar la ms
alta eficiencia. As Cristo es representado ante el mundo.* [326]

*
Ao bblico: Hechos 19-21.
345
Un argumento que los incrdulos no pueden resistir, 13 de
noviembre

Entre tanto que tenis la luz, creed en la luz, para que seis hijos de luz.
Juan 12:36.

Un hogar cristiano bien ordenado es un argumento que el incrdulo no


puede resistir, porque no encuentra lugar para la bsqueda de faltas triviales.
Y los hijos de un hogar as estn preparados para enfrentar los sofismas de la
incredulidad. Han aceptado la Biblia como base de su fe, y tienen un firme
fundamento que no puede ser removido por el embate del escepticismo.
Dijo Cristo: Vosotros sois la luz del mundo. Mateo 5:14.
El ha confiado talentos a nuestro cuidado. Qu estamos haciendo con los
dones que nos ha confiado? Estamos dejando brillar nuestra luz usndolos
para su gloria y el beneficio de nuestros prjimos, o los estamos usando para
hacer progresar nuestros propios intereses egostas? Muchos los estn usando
egostamente. No parecen ser conscientes de que todos estamos en camino al
juicio, y de que pronto hemos de dar cuenta del uso que hemos hecho de las
oportunidades dadas por Dios para hacer el bien...
Necesitamos ayuda divina si hemos de mantener nuestras luces brillando.
Pero Jess muri para proveer esa ayuda. El extiende la invitacin: Que se
acojan a mi amparo, que hagan la paz conmigo, que conmigo hagan la paz.
Isaas 27:5 (BJ). Afrrense a los brazos del poder infinito; entonces encontrarn
que l es precioso para su alma, y todo el cielo estar a su servicio. Si andamos
en luz, como l est en luz, tendremos la compaa de los ngeles santos. A
Josu le fue dicho: As dice Jehov de los ejrcitos: Si anduvieres por mis
caminos, y si guardares mi ordenanza... entre stos que aqu estn te dar lugar.
Zacaras 3:7. Y quines son stos que aqu estn? Son ngeles de Dios. Josu
deba tener una confianza viviente en Dios cada da; y entonces los ngeles
caminaran con l, y el poder de Dios descansara sobre l en todas sus labores.
Entonces, amigos cristianos, padres y madres, dejarn que su luz pierda
fuerza? No, nunca! Y pronto los portales de la ciudad celestial se abrirn a
ustedes; y podrn presentarse a s mismos y presentar a sus hijos ante el trono
diciendo: He aqu, yo y los hijos que me dio Jehov. Isaas 8:18. Y qu
recompensa a la fidelidad ser aqulla, ver a sus hijos coronados con la vida
[327] inmortal en la maravillosa ciudad de Dios!*

*
Ao bblico: Hechos 22-23.
346
El culto familiar no debe descuidarse, 14 de noviembre

Pongan la esperanza... en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en


abundancia para que las disfrutemos. 1 Timoteo 6:17.

Seramos mucho ms felices y ms tiles si nuestra vida de hogar y nuestras


relaciones sociales fueran gobernadas por los principios de la religin cristiana,
e ilustraran la humildad y la sencillez de Cristo... Que los visitantes vean que
tratamos de hacer felices a los que nos rodean con nuestra alegra, simpata y
amor.
Mientras procuramos asegurar el bienestar y la felicidad de nuestros invi-
tados, no pasemos por alto nuestras obligaciones para con Dios. La hora de
la oracin no debiera ser descuidada por ninguna razn... A temprana hora de
la noche, cuando se puede orar sin prisa y con entendimiento, presenten sus
splicas y eleven sus voces en alabanza feliz y agradecida. Que todos los que
visiten a los cristianos vean que la hora de la oracin es la ms sagrada, la ms
preciosa y la ms feliz del da. Un ejemplo tal no quedar sin efecto.
Estos momentos de devocin ejercen una influencia refinadora y elevadora
sobre todos los que participan en ellos. Se despertarn pensamientos correctos
y deseos nuevos y mejores en los corazones de los ms descuidados. La hora de
adoracin trae paz y descanso agradecidos al espritu cansado; porque la misma
atmsfera del hogar cristiano es de paz y reposo...
Nueve de cada diez pruebas y perplejidades que preocupan a tantos son ima-
ginarias o tradas sobre s mismos por su propio camino equivocado. Deberan
dejar de hablar de estas pruebas y de magnificarlas. El cristiano puede confiar a
Dios cada preocupacin, cada cosa que lo perturba. Nada es demasiado pequeo
como para que nuestro compasivo Salvador no lo note; nada es demasiado
grande como para que el no pueda llevarlo.
Entonces pongamos nuestros corazones y hogares en orden; enseemos a
nuestros hijos que el temor del Seor es el principio de la sabidura; y expre-
semos, por medio de una vida alegre, feliz y bien ordenada, nuestra gratitud y
amor a quien nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
Pero por sobre todas las cosas, fijemos nuestros pensamientos y los afectos de
nuestros corazones en el querido Salvador que sufri por el hombre culpable, y
que as abri el cielo para nosotros.* [328]

*
Ao bblico: Hechos 24-26.
347
Las familias han de reflejar la bondad de Dios, 15 de
noviembre

Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehov de los que


le temen. Salmos 103:13.

Traiga la luz del cielo a su conversacin. Hablando palabras que animan y


enriquecen, usted revelar que la luz de la justicia de Cristo mora en su alma.
Los nios necesitan palabras agradables. Es esencial para su felicidad sentir que
la aprobacin descansa sobre ellos. Luchen por superar la dureza de expresin, y
cultiven tonos suaves. Capten la belleza contenida en las lecciones de la Palabra
de Dios, y atesrenla como esencial para la felicidad y el xito de su hogar. En
un ambiente feliz los nios desarrollarn disposiciones dulces y luminosas.
La autntica belleza de carcter no es algo que brilla slo en ocasiones
especiales; la gracia de Cristo que mora en el alma se revela en todas las
circunstancias. El que atesora esta gracia como una presencia permanente en
la vida revelar belleza en el carcter, tanto en circunstancias penosas como
fciles. En el hogar, en el mundo, en la iglesia, hemos de vivir la vida de Cristo...
En las cortes celestiales est ocurriendo una solemne revista. El pensamiento
de las decisiones que ahora se hacen en el cielo debera estimular a los padres
a ser diligentes en educar a sus hijos en el temor y el amor de Dios. No con
palabras y castigos severos por el mal hacer se lograr lo mejor, sino por la
vigilancia y la oracin, no sea que sean atrapados por los lazos del enemigo...
Toda familia que tiene conocimiento de la verdad para este tiempo ha de
hacerlo conocer a otros... Los nios as como los miembros mayores de la
familia deben hacer su parte en buscar salvar a los que estn pereciendo. Desde
su juventud Cristo fue, para aquellos con quienes se asociaba, una influencia
que los atraa a cosas ms elevadas. De la misma forma, los jvenes de hoy
pueden ejercer un poder para el bien que atraer las almas a Dios.
Los padres necesitan apreciar ms plenamente la responsabilidad y el honor
que Dios ha puesto sobre ellos al hacerlos, para el nio, los representantes de l.
El carcter revelado en el contacto de la vida diaria interpretar para el nio,
para bien o para mal, estas palabras de Dios:
Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehov de los
que le temen. Como aquel a quien consuela su madre, as os consolar yo a
[329] vosotros. Isaas 66:13.*

*
Ao bblico: Hechos 27-28.
348
Ser uno como Cristo y el padre son uno, 16 de noviembre

Y ya no estoy en el mundo; mas stos estn en el mundo, y yo voy a ti.


Padre santo, a los que me has dado, gurdalos en tu nombre, para que
sean uno, as como nosotros. Juan 17:11.

Dnde encontraremos la pureza, la bondad y la santidad a fin de estar


seguros? Dnde est el redil al que no entrarn los lobos? Les digo... El
Seor tiene un cuerpo organizado mediante el cual obrar. Puede haber ms de
una veintena de Judas entre ellos; puede haber un impetuoso Pedro, que bajo
circunstancias de prueba niegue a su Seor; puede haber personas representadas
por Juan, a quien Jess amaba, pero que tengan un celo que destruira las vidas
de los hombres pidiendo fuego del cielo para vengar un insulto a Cristo y a la
verdad. Sin embargo, el gran Maestro busca dar lecciones de instruccin para
corregir estos males existentes. Y hoy est haciendo lo mismo con su iglesia.
Est sealando sus peligros. Est presentando delante de ellos el mensaje
laodicense.
El les muestra que todo egosmo, todo orgullo, toda autoexaltacin, todo
prejuicio e incredulidad que conduzca a la resistencia a la verdad y aleje de la
verdadera luz, son peligrosos, y a menos que medie arrepentimiento, quienes
acaricien estas cosas sern dejados en la oscuridad as como lo fue la nacin
juda. Busque ahora cada alma responder a la oracin de Cristo. Cada alma
imite esa oracin en silencio, en peticiones, en exhortaciones, a fin de que todos
puedan ser uno como Cristo es uno con el Padre, y obre segn este objetivo.
En lugar de volver las armas de combate contra sus propias filas, permitan que
sean apuntadas contra los enemigos de Dios y de la verdad. Imiten la oracin
de Cristo con todo el corazn: Padre santo, a los que me has dado, gurdalos
en tu nombre, para que sean uno, as como nosotros... No ruego que los quites
del mundo, sino que los guardes del mal. Juan 17:11, 15.
La puerta del corazn debe estar abierta al Espritu Santo, pues l es el
santificador, y la verdad es el instrumento. Debe haber una aceptacin de la
verdad tal como es en Jess. Esta es la nica santificacin genuina: Tu palabra
es verdad. Vers. 17. Oh, lean la oracin de Cristo buscando la unidad: A
los que me has dado, gurdalos en tu nombre, para que sean uno, as como
nosotros. La oracin de Cristo no es slo para quienes eran entonces sus
discpulos, sino para todos los que creeran en Cristo gracias a las palabras de
sus discpulos, incluso hasta el fin del mundo.* [330]

*
Ao bblico: Romanos 1-4.
349
El camino hacia una mayor vida espiritual, 17 de noviembre

No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. Juan 3:7.

Con frecuencia se hace la pregunta: Por qu no hay ms poder en la iglesia?


Por qu no hay ms piedad vital? La razn es que las demandas de la Palabra
de Dios no son satisfechas de hecho y en verdad; no se ama a Dios por sobre
todo, ni a nuestro prjimo como a nosotros mismos. Esto abarca todo. De
estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas. Sean estos dos
mandamientos de Dios obedecidos explcitamente, y no habr discordia en la
iglesia, ni desarmona en la familia. En muchos la obra es demasiado superficial.
Las formas exteriores ocupan el lugar de la obra interior de la gracia... La
teora de la verdad ha convertido la cabeza, pero el templo del alma no ha sido
limpiado de sus dolos.
La verdadera conviccin de pecado, la afliccin real del corazn por causa
de la maldad, la muerte del yo, la superacin diaria de los defectos de carcter
y el nuevo nacimiento, representan las cosas antiguas que Pablo dice que han
pasado, y he aqu todas son hechas nuevas. De esta obra muchos no saben
nada. Injertaron la verdad en sus corazones naturales, y luego siguieron como
antes, manifestando los mismos desdichados rasgos de carcter. Lo que ahora
se necesita es el claro testimonio llevado con amor por labios tocados con fuego
viviente.
Los miembros de la iglesia no muestran esa conexin viva con Dios que
deben tener para llevar almas de la oscuridad a la luz... La obra del Espritu de
Dios en el corazn es esencial para la piedad. Debe ser recibido en los corazones
de quienes aceptan la verdad, y crear en ellos corazones limpios, antes que uno
de ellos pueda guardar sus mandamientos y ser hacedor de la Palabra. No te
maravilles, dijo el gran Maestro al asombrado Nicodemo, no te maravilles de
que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
No se estudia la Biblia tanto como se debiera; no se convierte en la regla de
la vida. Si se siguieran concienzudamente sus preceptos, y fueran la base del ca-
rcter, habra un propsito firme sobre el cual ninguna especulacin comercial o
asunto mundanal podra influir seriamente. Un carcter as formado, y sostenido
por la palabra de Dios, soportar el da de la prueba, de las dificultades y de los
peligros. La conciencia debe ser iluminada y la vida santificada por el amor de
la verdad recibida en el corazn, antes que la influencia sea salvadora para el
[331] mundo.*

*
Ao bblico: Romanos 5-7.
350
Reflejemos la luz del sol de justicia, 18 de noviembre

Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y tambin el Espritu


Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. Hechos 5:32.

Dios quiere que todo miembro de la iglesia permanezca fielmente en su


puesto del deber, que lleve a cabo su responsabilidad, y que cree una atmsfera
celestial alrededor de su alma al recoger continuamente los brillantes rayos del
Sol de justicia para esparcirlos en el camino de quienes lo rodean...
Hemos de ser los representantes de Cristo, as como Cristo fue el represen-
tante del Padre. Deseamos poder atraer las almas a Jess, sealarles al Cordero
del Calvario que quita el pecado del mundo. Cristo no reviste el pecado con su
justicia, sino que elimina el pecado, y en su lugar imputa su propia justicia...
Cuando usted recuerda que Cristo ha pagado el precio de su redencin con su
propia sangre, y tambin el de la redencin de los dems, usted ser impulsado
a capturar los brillantes rayos de su justicia, a fin de que pueda esparcirlos en el
camino de quienes lo rodean. No tiene que mirar hacia el futuro, pensando que
algn da lejano habr de ser santo; es ahora cuando usted es santificado por la
verdad... Jess dice: Pero recibiris poder, cuando haya venido sobre vosotros
el Espritu Santo, y me seris testigos... hasta lo ltimo de la tierra. Hechos
1:8. Hemos de recibir el Espritu Santo... El Espritu Santo es el Consolador,
el cual Cristo prometi a sus discpulos que les enseara todas las cosas, y les
recordara todo lo que l haba dicho.
Dejemos de mirarnos a nosotros mismos, y miremos hacia l, de quien
provienen todas las virtudes. Nadie puede mejorarse a s mismo, sino que
hemos de acudir a Jess como somos, deseando fervientemente ser limpiados
de toda mancha y suciedad de pecado, y recibir el don del Espritu Santo. Por
medio de la fe viviente debemos asirnos de su promesa, pues l ha dicho: Si
vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve sern emblanquecidos; si
fueren rojos como el carmes, vendrn a ser como blanca lana. Isaas 1:18.
Hemos de ser testigos de Cristo, reflejando sobre los dems la luz que el
Seor permite que brille sobre nosotros. Hemos de encontrarnos como fieles
soldados marchando bajo la bandera manchada de sangre del prncipe Emanuel...
El Capitn de nuestra salvacin conoce el plan de batalla, y saldremos ms que
vencedores gracias a l.* [332]

*
Ao bblico: Romanos 8-10.
351
La alabanza a Dios tiene un poder irresistible, 19 de
noviembre

Entonces los que teman a Jehov hablaron cada uno a su compaero; y


Jehov escuch y oy, y fue escrito libro de memoria delante de l para
los que temen a Jehov, y para los que piensan en su nombre. Malaquas
3:16.

Al cristiano se otorga el gozo de reunir los rayos de luz eterna del trono
de gloria, y de reflejar esos rayos no slo sobre su propio camino, sino sobre
los senderos de las personas con quienes l se relaciona. Al hablar palabras
de esperanza y estmulo, de agradecida alabanza y bondadoso aliento, puede
esforzarse por ayudar a quienes lo rodean a ser mejores, a elevarlos, a sealarles
el camino al cielo y la gloria, y conducirlos a buscar, por sobre todas las cosas
terrenales, la sustancia eterna, las riquezas que son imperecederas.
Regocijaos en el Seor siempredice el apstol. Otra vez digo: Rego-
cijaos! Filipenses 4:4. Doquiera vayamos, debemos llevar una atmsfera de
esperanza y gozo cristianos; entonces quienes estn separados de Cristo vern
atractivo en la religin que profesamos; los incrdulos vern la consistencia de
nuestra fe...
No slo en la asociacin diaria con los creyentes y los incrdulos hemos de
glorificar a Dios al hablar a menudo unos a otros palabras de gratitud y regocijo.
Como cristianos, se nos exhorta a no dejar de reunirnos, para nuestro propio
refrigerio y para impartir el consuelo que hemos recibido. En estas reuniones,
celebradas semana tras semana, debemos espaciarnos en la bondad y las muchas
misericordias de Dios, en su poder para salvar del pecado...
Nuestras reuniones de oracin y de sociabilidad deberan ser de especial
ayuda y aliento... Esto puede ser hecho de mejor manera si tenemos una nueva
experiencia diaria en las cosas de Dios, y no vacilamos en hablar de su amor en
las asambleas de su pueblo...
Si pensramos y hablramos ms de Jess, y menos de nosotros mismos,
tendramos mucho ms de su presencia. Si permanecemos en l, seremos tan
llenos de paz, fe y valor, y tendremos tan victoriosas experiencias para relatar
cuando vengamos a las reuniones, que otros sern refrescados por nuestro
testimonio claro y decidido por Dios. Estos preciosos reconocimientos de
alabanza a la gloria de su gracia, cuando son presentados por una vida semejante
a la de Cristo, tienen un poder irresistible, que obra para la salvacin de las
[333] almas.*

*
Ao bblico: Romanos 11-13.
352
Jess era amigo de todos los seres humanos, 20 de noviembre

Diciendo luego: He aqu que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad.


Hebreos 10:9.

La dignidad de Cristo como Maestro divino era de un poder superior a


la de los sacerdotes y gobernantes. Era diferente de toda la pompa mundana,
pues era divina. Haca caso omiso a toda ostentacin mundanal, y mostraba
que consideraba los niveles sociales, fijados por la opulencia y el rango, como
enteramente sin valor. El haba descendido... de su alto puesto de comando
para traer a los seres humanos el poder de llegar a ser hijos de Dios; y el rango
terrenal no tena el ms mnimo valor para l. Podra haber trado consigo a diez
mil ngeles si le hubieran podido ayudar en la obra de redimir a la raza cada.
Cristo dej de lado los hogares de los ricos, las cortes de la realeza, los
renombrados centros de educacin, y se estableci en un hogar humilde y des-
preciado de Nazaret. Su vida, desde el principio hasta el fin, fue de humildad
y modestia. La pobreza lleg a ser sagrada por su vida de pobreza. No quiso
asumir una actitud de formalidad que hubiera impedido a los hombres y mu-
jeres de condicin ms modesta que vinieran a su presencia y escucharan sus
enseanzas...
Ningn maestro honr de esa manera al hombre como lo hizo Jesucristo. Era
conocido como amigo de publicanos y pecadores. Se mezclaba con todas las
clases y sembraba la verdad en el mundo. En el mercado y la sinagoga proclam
su mensaje. Aliviaba toda suerte de sufrimiento, tanto fsico como espiritual...
Se entreg total y completamente a la obra de salvar almas...
Mientras andaba haciendo bienes, la experiencia de cada da era una
entrega de su vida. Slo de una manera poda sostenerse esa vida. Jess viva en
total dependencia de Dios y en comunin con l. Los hombres acuden de vez en
cuando al lugar secreto del Altsimo, a la sombra del Omnipotente; permanecen
all por un tiempo, y los resultados se manifiestan en buenas obras; luego falla
su fe, se interrumpe la comunin, y la obra de la vida se arruina. Pero la vida de
Jess fue de constante confianza, sostenida por una comunin continua; y su
servicio para el cielo y la tierra no vio fracasos ni vacilaciones. Como hombre
suplicaba al trono de Dios, hasta que su humanidad se cargaba con la corriente
celestial que conectaba la humanidad con la divinidad. Reciba vida de Dios y
la imparta a los hombres.* [334]

*
Ao bblico: Romanos 14-16.
353
Cumplir la voluntad de Dios al advertir a los perdidos, 21 de
noviembre

Como siervos de Cristo, de corazn haciendo la voluntad de Dios;


sirviendo de buena voluntad, como al Seor y no a los hombres. Efesios
6:6-7.

Anoche se present una escena delante de m. Tal vez nunca me sienta libre
de revelarla completamente, pero revelar una parte de ella.
Me pareca ver una inmensa bola de fuego que caa sobre el mundo, y que
aplastaba grandes mansiones. De lugar en lugar se elevaba el clamor: El Seor
ha venido! El Seor ha venido! Muchos no estaban preparados para recibirlo,
pero unos pocos decan: Alabado sea Dios!
Por qu estn alabando a Dios?, les preguntaban los que sentan que la
destruccin vena sobre ellos.
Porque ahora vemos lo que hemos estado esperando.
Si ustedes crean que estas cosas vendran, por qu no nos lo dijeron?,
fue la terrible respuesta que recibieron. No sabamos nada de esto. Por qu
nos dejaron en la ignorancia? Todo el tiempo nos vean; por qu no vinieron a
visitarnos y a hablarnos del juicio que haba de venir, y que debamos servir a
Dios para no perecer? Ahora estamos perdidos!
Cada miembro de la iglesia debe educar su intelecto para que pueda tener
una clara comprensin de la voluntad de Dios con respecto a l; cada uno ha
de educar su voz para poder comunicar el conocimiento de las Escrituras a los
que las ignoran. Que Dios nos ayude a levantarnos, como Daniel, para recibir
nuestra heredad durante los das de preparacin que nos quedan.
Padres, enseen a sus hijos acerca de las cosas que ocurrirn sobre la tierra,
y condzcanlos a prepararse para encontrar a su Seor en paz. Obtengan un
conocimiento de las Escrituras. No llenen su cabeza con novelas insensatas...
Nunca podemos permitirnos el lujo de usar tabaco o licores alcohlicos o
cualquier otra sustancia daina; pues debemos esforzarnos por mantener la
claridad de nuestra mente para la obra de ganar almas...
En este gozoso da... los rescatados exclamarn: Digno, digno es el Cor-
dero que fue inmolado, y vive, Conquistador triunfante! Qu gozo sentir
entonces el obrero, al acercarse a aquellos a quienes haba hablado con temor
y temblor, abriendo ante ellos las Escrituras y orando con ellos, inclinando la
[335] balanza del lado correcto.*

*
Ao bblico: 1 Corintios 1-4.
354
La eterna recompensa del trabajo por otros, 22 de noviembre

Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y
los ciegos; y sers bienaventurado; porque ellos no te pueden
recompensar, pero te ser recompensado en la resurreccin de los justos.
Lucas 14:13-14.

Es la recompensa de los obreros de Cristo entrar en su gozo. Ese gozo, que


Cristo mismo espera con ansias, se presenta en el pedido que hace a su Padre:
Aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, tambin ellos estn
conmigo. Juan 17:24.
Al ascender despus de su resurreccin, los ngeles estaban esperando para
dar la bienvenida a Jess. La hueste celestial anhelaba saludar otra vez a su
amado Comandante, devuelto a ellos de la casa de la muerte... Pero l les
pidi que se apartaran. Su corazn acompaaba al grupo solitario y afligido
de discpulos que haba dejado en el monte de los Olivos. Todava est con
sus hijos que luchan sobre la tierra, que enfrentan todava una batalla con el
destructor. Padredice... quiero que donde yo estoy, tambin ellos estn
conmigo.
Los redimidos por Cristo son sus joyas, su tesoro precioso y especial. Como
piedras de diademas sern (Zacaras 9:16), las riquezas de la gloria de su
herencia en los santos. Efesios 1:18. En ellos ver el fruto de la afliccin de
su alma, y quedar satisfecho. Isaas 53:11.
Y no se regocijarn tambin sus obreros cuando vean el fruto de sus
labores?..
Maravillosa ser la revelacin cuando se pueda ver la accin de la santa
influencia con sus preciosos resultados. Cunta ser la gratitud de las almas que
nos saldrn al encuentro en las cortes celestiales cuando comprendan el inters
y la amante simpata que los ha conducido a la salvacin! Toda la alabanza, el
honor y la gloria sern dados a Dios y al Cordero por nuestra redencin, pero
no disminuir la gloria de Dios el expresar la gratitud a los instrumentos que l
emple en la salvacin de las almas que estaban a punto de perecer.
Los redimidos se encontrarn con aquellos cuya atencin dirigieron al
Salvador ensalzado, y los reconocern. Qu benditas conversaciones tendrn
con esas almas! Yo era un pecadorse dir... y t viniste a m, llamaste
mi atencin al precioso Salvador como mi nica esperanza. Y yo cre en l...
Qu gozo habr cuando estos redimidos se encuentren y saluden a los que se
preocuparon por ellos!* [336]

*
Ao bblico: 1 Corintios 5-7.
355
La estricta integridad caracteriza al cristiano, 23 de
noviembre

Pesa exacta y justa tendrs; efa cabal y justo tendrs, para que tus das
sean prolongados sobre la tierra que Jehov tu Dios te da. Deuteronomio
25:15.

En todos los detalles de la vida, los cristianos han de seguir los principios de
la estricta integridad. Estos no son los principios que gobiernan el mundo; pues
all Satans es el seor, y sus principios de engao y opresin conllevan esa
inclinacin. Pero los cristianos sirven a un Seor diferente, y sus acciones deben
ser forjadas en Dios. Deben poner a un lado todo deseo de ganancia egosta.
Para algunos, la desviacin de la perfecta honestidad en los tratos de ne-
gocios les podra parecer asunto de poca importancia, pero nuestro Salvador
no lo ve as. Sus palabras en este punto son explcitas y claras: El que es fiel
en lo muy poco, tambin en lo ms es fiel; y el que en lo muy poco es injusto,
tambin en lo ms es injusto. Lucas 16:10. Un hombre que se propasa en los
asuntos menores, si la tentacin lo acosa se exceder en los grandes asuntos...
En cada accin de la vida el verdadero cristiano se comporta tal como
deseara que quienes lo rodean pensaran que es. Es guiado por la verdad y
la rectitud. No aparenta, puesto que no tiene nada que esconder. Puede ser
criticado, puede ser probado; pero a travs de todo ello, su inflexible integridad
resplandece como oro puro. Es amigo y benefactor de todos los que se conectan
con l; y sus compaeros confan en l, porque es digno de confianza.
Emplea trabajadores para reunir su cosecha? No les retiene el dinero que tan
arduamente ganaron. Tiene medios para los cuales no tiene destino inmediato?
Alivia las necesidades de sus hermanos menos afortunados. No busca aumentar
sus posesiones sacando ventaja de las circunstancias externas de su prjimo.
Acepta slo el precio justo por lo que vende. Si hay defectos en los artculos que
vende, se lo dice francamente al comprador, aun cuando al hacerlo as pueda
parecer que trabaja contra sus propios intereses.
Un hombre puede no tener una apariencia agradable; pero si tiene reputacin
de trato honesto y justo, es respetado... Un hombre que se adhiere sinceramente
a la verdad gana la confianza de todos. No slo confan en l los cristianos; los
[337] mundanos se sienten forzados a reconocer el valor de su carcter.*

*
Ao bblico: 1 Corintios 8-10.
356
Hemos de reflejar el amor de Cristo, 24 de noviembre

Entonces Jess les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envi el Padre,
as tambin yo os envo. Juan 20:21.

Deberamos procurar fervientemente conocer y apreciar la verdad, para


poder presentarla a otros as como es en Jess. Necesitamos tener una correcta
valoracin de nuestras propias almas; entonces no seramos tan descuidados en
relacin con nuestro curso de accin como lo somos actualmente... Es al mirar
a Jess y contemplar su encanto, teniendo nuestros ojos constantemente fijos
en l, como somos transformados a su imagen. El dar gracia a todos los que
guardan su camino, y hacen su voluntad, y caminan en la verdad...
Ruego a los que tienen sus nombres registrados en el libro de la iglesia como
miembros dignos, que sean verdaderamente dignos mediante la virtud de Cristo.
Se promete la misericordia y la verdad y el amor de Dios al alma humilde y
contrita...
Todo el cielo se llena de asombro al ver que, cuando ese amor tan amplio, tan
profundo, tan rico y pleno, se presenta a los hombres que han conocido la gracia
de nuestro Seor Jesucristo, ellos son tan indiferentes, tan fros e impasibles...
Los infinitos tesoros de la verdad se han ido acumulando de siglo en siglo.
Ninguna ilustracin podra impresionarnos adecuadamente con la extensin y la
riqueza de estos vastos recursos... Estas gemas de verdad han de ser recogidas
por el pueblo remanente de Dios, para ser dadas al mundo; pero la suficiencia
propia y la dureza de corazn desechan el tesoro bendito. De tal manera am
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que en l
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16. Tal amor no puede ser
medido, ni puede ser expresado. Juan insta al mundo a mirar cul amor nos
ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios. 1 Juan 3:1. Es un
amor que sobrepuja todo entendimiento.
En la plenitud del sacrificio, nada se rehus. Jess se dio a s mismo. Dios
desea que sus hijos se amen los unos a los otros como Cristo nos am. Han de
educar y adiestrar el alma para ese amor. Han de reflejar ese amor en su propio
carcter, para proyectarlo sobre el mundo. Cada uno debera considerar sta
su tarea. La plenitud de Cristo ha de ser presentada al mundo por quienes han
llegado a ser partcipes de su gracia. Han de hacer por Cristo lo que Cristo hizo
por el Padre: representar su carcter.* [338]

*
Ao bblico: 1 Corintios 11-13.
357
El carcter es poder, 25 de noviembre

Tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Seor Jesucristo; por
quien tambin tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos
firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Romanos
5:1-2.

Cristo no nos ha dado la seguridad de que sea asunto fcil lograr la per-
feccin del carcter. Un carcter noble, cabal, no se hereda. No lo recibimos
accidentalmente. Un carcter noble se obtiene mediante esfuerzos individuales,
realizados por los mritos y la gracia de Cristo. Dios da los talentos, las facul-
tades mentales; nosotros formamos el carcter. Lo desarrollamos sosteniendo
rudas y severas batallas contra el yo. Hay que sostener conflicto tras conflicto
contra las tendencias hereditarias. Tendremos que criticarnos a nosotros mismos
severamente, y no permitir que quede sin corregir un solo rasgo desfavorable...
Un carcter formado a la semejanza divina es el nico tesoro que podemos
llevar de este mundo al venidero. Los que en este mundo andan de acuerdo con
las instrucciones de Cristo, llevarn consigo a las mansiones celestiales toda
adquisicin divina...
Los seres celestiales obrarn con el agente humano que con determinada
fe busque esta perfeccin de carcter que alcanzar la perfeccin en la accin.
Cristo dice a cada uno de los que se ocupan en su obra: Estoy a tu mano derecha
para ayudarte.
Cuando la voluntad del hombre coopera con la voluntad de Dios, llega a ser
omnipotente. Cualquier cosa que debe hacerse por orden suya, puede llevarse a
cabo con su fuerza. Todos sus mandatos son habilitaciones...
El carcter es poder. El testimonio silencioso de una vida sincera, abnegada
y piadosa, tiene una influencia casi irresistible. Al revelar en nuestra propia vida
el carcter de Cristo, cooperamos con l en la obra de salvar almas. Solamente
revelando en nuestra vida su carcter, podemos cooperar con l.
Y cuanto ms amplia es la esfera de nuestra influencia, mayor bien podemos
hacer. Cuando los que profesan servir a Dios sigan el ejemplo de Cristo practi-
cando los principios de la ley en su vida diaria; cuando cada acto d testimonio
de que aman a Dios ms que todas las cosas y a su prjimo como a s mismos,
[339] entonces la iglesia tendr poder para conmover al mundo.*

*
Ao bblico: 1 Corintios 14-16.
358
Jess nos muestra cmo vivir, 26 de noviembre

Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en
m el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habran de
creer en l para vida eterna. 1 Timoteo 1:16.

El Hijo unignito del Dios infinito ha dejado, por sus palabras y por su
ejemplo prctico, un modelo que hemos de copiar. Mediante sus palabras, Jess
nos ha educado para obedecer a Dios, y por su mismo ejemplo nos mostr
cmo hacerlo. Esta es la obra que l quiere que cada hombre haga: obedecer
inteligentemente a Dios, y por precepto y ejemplo ensear a otros lo que deben
hacer para ser hijos obedientes de Dios.
Jess contribuy para que todo el mundo tenga un conocimiento inteligente
de su misin. Vino a nuestro mundo a representar el carcter del Padre, y
a medida que estudiamos la vida, las palabras y las obras de Cristo, somos
auxiliados de toda forma en la educacin de la obediencia a Dios; y a medida que
reproducimos su ejemplo, nos transformamos en epstolas vivientes conocidas y
ledas por todos. Somos agentes vivos que representan el carcter de Jesucristo
ante el mundo.
Cristo no slo dio reglas explcitas para mostrarnos cmo podemos llegar a
ser hijos obedientes, sino que tambin nos demostr en su vida y en su carcter
cmo hacer las cosas que son justas y aceptables para Dios; por tanto, no hay
excusa para que no hagamos lo que es agradable a sus ojos...
El gran Maestro vino a este mundo para ponerse al frente de la humani-
dad, para as elevarla y santificarla por su obediencia santa a todo requisito
divino, demostrando que es posible obedecer todos los mandamientos de Dios.
Demostr que es posible la obediencia de toda la vida. Por eso dio al mundo,
como el Padre nos lo dio a l, hombres elegidos y representativos, para que
ejemplificaran en sus vidas la vida de Jesucristo.
En l se hallaba el ideal perfecto. Cristo vino al mundo para revelar este
ideal como el nico y verdadero blanco de nuestros esfuerzos; para mostrar lo
que todo ser humano debiera ser, lo que llegaran a ser, por medio de la morada
de la Divinidad en la humanidad, todos los que lo recibieran. Vino a mostrar de
qu manera deben ser educados los hombres como conviene a hijos de Dios;
cmo deben practicar en la tierra los principios, y vivir la vida del cielo.* [340]

*
Ao bblico: 2 Corintios 1-4.
359
La abundante cosecha de un pequeo acto, 27 de noviembre

Y vino una viuda pobre, y ech dos blancas... Entonces llamando a sus
discpulos, les dijo: De cierto os digo que... todos han echado de lo que les
sobra; pero sta, de su pobreza ech todo lo que tena, todo su sustento.
Marcos 12:42-44.

Segn las leyes de Dios que rigen en la naturaleza, el efecto sigue a la


causa con invariable seguridad. La siega es un testimonio de la siembra. Aqu
no hay simulacin posible. Los hombres pueden engaar a sus semejantes y
recibir alabanza y compensacin por un servicio que no han prestado. Pero en la
naturaleza no puede haber engao. La cosecha dicta sentencia de condenacin
para el agricultor infiel. Y en un sentido superior, esto se aplica tambin al campo
de lo espiritual. El mal triunfa aparentemente, pero no en realidad. El nio que
por jugar falta a clase, el joven perezoso para estudiar, el empleado o aprendiz
que no cuida los intereses de su patrn, el hombre que en cualquier negocio o
profesin es infiel a sus responsabilidades ms elevadas, puede jactarse de que
mientras la falta permanezca oculta obtiene ciertas ventajas. Pero no es as; se
engaa a s mismo. El carcter es la cosecha de la vida, y determina el destino
tanto para esta vida como para la venidera.
La cosecha es la reproduccin de la semilla sembrada. Toda semilla da
fruto segn su gnero. Lo mismo ocurre con los rasgos de carcter que
fomentamos. El egosmo, el amor propio, el engreimiento, la complacencia
propia, se reproducen, y el final es desgracia y ruina... El amor, la simpata y la
bondad dan fruto de bendicin, una cosecha imperecedera.
Qu actos de amor ha inspirado, a travs de los siglos, el recuerdo del vaso
de alabastro roto para ungir a Cristo! Cuntas ofrendas ha ganado para la causa
del Salvador la contribucin de dos blancas, o sea un cuadrante (Marcos
12:42), hecha por una pobre viuda annima!...
El que siembra generosamente, generosamente tambin segar. 2 Corintios
9:6. Al esparcir la semilla, el sembrador la multiplica. Del mismo modo, al
compartir con otros, aumentamos nuestras bendiciones. La promesa de Dios
asegura abundancia, para que podamos seguir dando.
Ms an: al impartir bendiciones en esta vida, la gratitud del que las recibe
prepara el corazn para recibir la verdad espiritual y se produce una cosecha
[341] para vida eterna.*

*
Ao bblico: 2 Corintios 5-7.
360
Los que regresan a las sendas antiguas, 28 de noviembre

Y los redimidos de Jehov volvern, y vendrn a Sion con alegra; y gozo


perpetuo ser sobre sus cabezas; y tendrn gozo y alegra, y huirn la
tristeza y el gemido. Isaas 35:10.

El mundo est lleno de hombres y mujeres que no sienten hacia Dios ninguna
obligacin por los dones que les fueron confiados. No son conscientes de que
Dios concedi esos talentos, no para la glorificacin propia, sino para la gloria
del nombre divino. Pero ellos anhelan el honor...
Hay hombres a los que Dios concedi cualidades superiores a las comunes.
Estos son pensadores profundos, enrgicos y concienzudos. Muchos de ellos
estn empeados en la consecucin de sus propios fines egostas, sin reparar
en el honor y la gloria de Dios. Algunos han visto la luz de la verdad, pero
por honrarse a s mismos, y no haber hecho de Dios lo primero, lo ltimo y
lo mejor en todo, se alejaron de la verdad bblica hacia el escepticismo y la
infidelidad. Cuando son detenidos por la correccin divina, y la afliccin los
conduce a preguntar por las sendas antiguas, la bruma del escepticismo se
aleja de sus mentes. Algunos se arrepienten y vuelven al antiguo amor, y se
encaminan por el sendero preparado para que los redimidos del Seor anden
por l. Nunca ms actan por amor al dinero, ni por ambicin egosta. Valoran
la operacin del Espritu de Dios en sus corazones ms que el oro y que la
alabanza de los hombres. Cuando se produce este sorprendente cambio, los
pensamientos son dirigidos por el Espritu de Dios hacia nuevos canales, el
carcter es transformado y las aspiraciones del alma se elevan hacia las cosas
celestiales.
La verdadera religin tiene poder hoy. Capacita a los hombres para vencer la
tozuda influencia del orgullo, del egosmo y de la incredulidad, y con la sencillez
de la verdadera piedad revela un vnculo eficaz con el cielo. Las gracias que
Cristo imparte hacen posible a los hombres elevarse por encima de todas las
artimaas y tentaciones de Satans. Los conducirn a la cruz de Cristo como
obreros activos, devotos y leales para el avance de la verdad del cielo.
Hoy hay hombres y mujeres que son hroes morales; que practican vidas
de nobleza y abnegacin. No ambicionan fama mundanal. Su voluntad est
subordinada a la voluntad de Dios y el amor de Dios inspira su ministerio. El
ms alto ideal que tienen es hacer el bien y servir al prjimo.* [342]

*
Ao bblico: 2 Corintios 8-10.
361
Dios cuida tiernamente de su pueblo, 29 de noviembre

Los ojos de Jehov estn sobre los justos, y atentos sus odos al clamor de
ellos. Salmos 34:15.

No debes sucumbir al desaliento. El corazn dbil ser fortalecido; el abatido


tendr esperanza. Dios cuida tiernamente de su pueblo. Sus odos estn abiertos
a su clamor. No tengo temores por la causa de Dios. El cuidar de su causa.
Nuestro deber es cumplir con nuestra parte, en nuestro lugar, y vivir... con
humildad al pie de la cruz y ser fieles, viviendo pamente delante de l. Al
hacerlo no seremos avergonzados, sino que nuestras almas confiarn en Dios
con santa osada.
Dios nos ha liberado de las cargas; nos ha dado libertad... Nuestros enemigos
pueden triunfar. Pueden hablar palabras mentirosas, y sus lenguas calumniadoras
pueden idear fraudes, calumnias y estratagemas; pero no lograrn movernos.
Sabemos a quin hemos credo. No hemos trabajado ni corrido en vano. Jess
nos conoce... El da del ajuste de cuentas se aproxima y todos sern juzgados de
acuerdo con las obras que se han hecho en el cuerpo...
Es cierto que el mundo est en tinieblas. La oposicin puede acrecentarse.
Los frvolos y los escarnecedores pueden envalentonarse y endurecerse en
sus iniquidades. Pero nada de esto nos conmover. No hemos andado en la
incertidumbre. No, no. Mi corazn est determinado en su confianza en Dios.
Tenemos un Salvador poderoso. Podemos regocijarnos en su rica plenitud...
A menudo a la religin se la coloca en una caja de hierro. La religin pura
e inmaculada nos conduce a vivir tan sencillamente como nios. Queremos
orar y hablar con humildad, buscando slo la gloria de Dios. Se ha manifes-
tado demasiado una forma de piedad carente de poder. El derramamiento del
Espritu de Dios nos conducir hacia un agradecido reconocimiento; y mientras
percibimos el maravilloso amor de Dios, no nos quedaremos quietos, sino que
ofreceremos a Dios un sacrificio de agradecimiento y haremos cancin a su
nombre con nuestros corazones y voces. Pongamos nuestros pies sobre la Roca
de la eternidad, y all obtendremos apoyo y consuelo permanentes. Nuestras
almas descansarn en Dios con una confianza inconmovible.
Por qu acudimos tan pocas veces a la fuente abundante y gratuita? Nuestras
almas necesitan beber a menudo de la fuente para ser refrescadas y para florecer
[343] en el Seor. Debemos permitir la profunda operacin del Espritu de Dios.*

*
Ao bblico: 2 Corintios 11-13.
362
Los cristianos deben reflejar la luz del cielo, 30 de noviembre

Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se


enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y
alumbra a todos los que estn en casa. Mateo 5:14-15.

Dijo Jess a los discpulos: Vosotros sois la luz del mundo. As como
el sol avanza por los cielos, disipando las sombras de la noche y llenando de
brillo al mundo, as tambin los seguidores de Jess deben brillar para disipar
la oscuridad moral de un mundo entregado al pecado. Pero ellos no tienen luz
en s mismos; deben reflejar sobre el mundo la luz del cielo...
El cristiano es un representante de Cristo. Ha de mostrar al mundo el poder
transformador de la gracia divina. Es una epstola viva de la verdad de Dios,
conocida y leda por todos los hombres. La regla que dio Cristo para determinar
quines son sus verdaderos seguidores es: Por sus frutos los conoceris. Mateo
7:16, 20...
La vida cristiana piadosa y la santa conversacin son un testimonio diario
contra el pecado y los pecadores. Pero debe manifestar a Cristo y no al yo.
Cristo es el gran remedio para el pecado. Nuestro compasivo Redentor nos
ha provisto la ayuda que necesitamos. El est esperando imputar su justicia al
penitente sincero, y encender en su corazn el amor divino que slo nuestro
gracioso Redentor puede inspirar. Los que profesamos ser sus testigos en la
tierra, sus embajadores de la corte del cielo, hemos de glorificar a Aquel que
representamos siendo fieles portaluces en el mundo.
Todo aquel que al fin obtenga la vida eterna, manifestar aqu celo y devocin
en el servicio a Dios. No abandonar el puesto del deber ante la prueba, la
tribulacin o el vituperio. Ser un diligente estudiante de las Escrituras, y
seguir la luz a medida que sta brilla en su camino. Cuando se le presente una
clara demanda bblica, no se detendr a preguntar: Qu dirn mis amigos si me
uno con el pueblo de Dios? Cuando conozca su deber lo cumplir de corazn y
con valor.
Jess dice que no se avergenza de llamar hermanos a estos seguidores
ntegros. El Dios de verdad estar de su lado y nunca los abandonar. Toda
aparente prdida por causa de Cristo les ser contada como una ganancia
infinita.* [344]

*
Ao bblico: Glatas 1-3.
363
364 Dios nos Cuida
Diciembre
La nota tnica de las escrituras, 1 de diciembre

Yo s que mi Redentor vive, y al fin se levantar sobre el polvo. Job 19:25.

Una de las verdades ms solemnes y ms gloriosas que revela la Biblia, es


la de la segunda venida de Cristo para completar la gran obra de la redencin.
Al pueblo peregrino de Dios, que por tanto tiempo hubo de morar en regin y
sombra de muerte, le es dada una valiosa esperanza inspiradora de alegra en
la promesa de la venida de Aquel que es la resurreccin y la vida para hacer
volver al hogar a sus hijos exiliados. La doctrina del segundo advenimiento
es verdaderamente la nota tnica de las Sagradas Escrituras. Desde el da en
que la primera pareja se alejara apesadumbrada del Edn, los hijos de la fe han
esperado la venida del Prometido que haba de aniquilar el poder destructor de
Satans y volverlos a llevar al paraso perdido... Enoc, que se cont entre la
sptima generacin descendiente de los que moraran en el Edn y que por tres
siglos anduvo con Dios en la tierra, pudo contemplar desde lejos la venida del
Libertador. He aqu que viene el Seor, con las huestes innumerables de sus
santos ngeles, para ejecutar juicio sobre todos. Judas 14-15 (VM). El patriarca
Job, en la lobreguez de su afliccin, exclamaba con confianza inquebrantable:
Pues yo s que mi Redentor vive, y que en lo venidero ha de levantarse sobre
la tierra;... aun desde mi carne he de ver a Dios; a quien yo tengo de ver por m
mismo, y mis ojos le mirarn; y ya no como a un extrao. Job 19:25-27 (VM).
Quiera el Dios de toda gracia iluminar de tal manera vuestro entendimiento
que podis discernir las cosas eternas, para que por medio de la luz de la verdad,
vuestros propios errores, que son numerosos, puedan verse tales como son, para
que podis hacer los esfuerzos necesarios para abandonarlos, a fin de que en
lugar de este fruto malo y amargo, podis producir un fruto precioso para vida
eterna.
Humillad delante de Dios vuestro corazn pobre, orgulloso y lleno de justicia
propia; humillaos muy profundamente a sus pies, plenamente quebrantados en
vuestra pecaminosidad. Dedicaos a la obra de preparacin. No descansis hasta
que podis decir: Mi Redentor vive, y puesto que l vive, yo tambin vivir.
Si perdis el cielo, lo perdis todo; si obtenis el cielo, lo obtenis todo. Os
[345] ruego que no os equivoquis en esto. Hay intereses eternos en juego.*

*
Ao bblico: Glatas 4-6.
366
Reinar para siempre, 2 de diciembre

El sptimo ngel toc la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que


decan: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Seor y de su
Cristo; y l reinar por los siglos de los siglos. Apocalipsis 11:15.

La venida de Cristo, que ha de inaugurar el reino de la justicia, ha inspirado


los ms sublimes y conmovedores acentos de los escritos sagrados... El salmista
cant el poder y la majestad del Rey de Israel... Algrense los cielos, y gcese
la tierra... delante de Jehov; porque viene, s, porque viene a juzgar la tierra.
Juzgar al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad! Salmos 96:11-13
(VM)... Destruir a la muerte para siempre; y enjugar Jehov el Seor toda
lgrima de todos los rostros; y quitar la afrenta de su pueblo de toda la tierra;
porque Jehov lo ha dicho. Isaas 25:8...
Cuando el Seor estuvo a punto de separarse de sus discpulos, los consol
en su afliccin asegurndoles que volvera: No se turbe vuestro corazn... En
la casa de mi Padre muchas moradas hay;... voy, pues, a preparar lugar para
vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendr otra vez, y os tomar a m
mismo. Juan 14:1-3.
Los ngeles que estuvieron en el monte de los Olivos despus de la ascensin
de Cristo, repitieron a los discpulos la promesa de volver que l les hiciera: Este
mismo Jess, que ha sido tomado de vosotros al cielo, as vendr como le habis
visto ir al cielo. Hechos 1:11. Y el apstol Pablo, hablando por inspiracin,
asegura: El Seor mismo con voz de mando, con voz de arcngel, y con
trompeta de Dios, descender del cielo. 1 Tesalonicenses 4:16. El profeta de
Patmos dice: He aqu que viene con las nubes, y todo ojo le ver. Apocalipsis
1:7.
En torno de su venida se agrupan las glorias de la restauracin de todas las
cosas, de que habl Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde
tiempo antiguo. Hechos 3:21. Entonces ser quebrantado el poder del mal que
tanto tiempo dur: los reinos del mundo vendrn a ser de nuestro Seor y de
su Cristo; y l reinar por los siglos de los siglos. Apocalipsis 11:15.* [346]

*
Ao bblico: Efesios 1-3.
367
Jess, el centro de todo, 3 de diciembre

Yo soy la raz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la


maana. Apocalipsis 22:16.

Los peligros de los ltimos das estn sobre nosotros, y en nuestro trabajo
hemos de amonestar a la gente acerca del peligro en que est. No se dejen sin
tratar las solemnes escenas que la profeca ha revelado. Si nuestros hermanos
estuvieran despiertos aunque fuera a medias, si se dieran cuenta de la cercana
de los sucesos descritos en el Apocalipsis, se realizara una reforma en nuestras
iglesias, y muchos ms creeran el mensaje. No tenemos tiempo que perder...
Presentad nuevos principios, y haced entrar apretadamente la clara verdad. Ella
ser como espada de doble filo. Pero no os manifestis demasiado dispuestos a
asumir una actitud polmica. Hay ocasiones en que hemos de quedar quietos
para ver la salvacin de Dios. Dejad que hablen Daniel y el Apocalipsis, y
digan cul es la verdad. Pero sea cual fuere el aspecto del tema que se presente,
ensalzad a Jess como el centro de toda esperanza, la raz y el linaje de David,
la estrella resplandeciente de la maana.
No cavamos en forma suficientemente profunda para escudriar la verdad.
A todo creyente en la verdad presente se le requerir en algn momento que
d razn de la esperanza que hay en l. Los hijos de Dios han de ser llamados
a la presencia de reyes, prncipes, gobernantes y grandes hombres de la tierra,
y stos deben saber que ellos conocen cul es la verdad. Deben ser hombres
y mujeres convertidos. Dios puede ensearos en un momento, por su Espritu
Santo, ms de lo que podrais aprender de los grandes hombres de la tierra. El
universo est observando el conflicto que se desarrolla sobre la tierra. A un
costo infinito, Dios le ha proporcionado a todo hombre una oportunidad para
que conozca lo que ha de hacerlo sabio para la salvacin. Cun vidamente
miran los ngeles para ver quines aprovecharn esta oportunidad! Cuando se
presenta un mensaje a los hijos de Dios, stos no deben levantarse en oposicin
a l; deben ir a la Biblia, comparndolo con la ley y el testimonio, y si no soporta
esta prueba, no es verdad. Dios quiere que nuestras mentes se expandan. Desea
colocar su gracia sobre nosotros. Podemos tener un banquete de cosas buenas
[347] todos los das, pues Dios puede abrir todo el tesoro del cielo para nosotros.*

*
Ao bblico: Efesios 4-6.
368
Los juicios de Dios sobre la tierra, 4 de diciembre

Desfalleciendo los hombres por el temor y la expectacin de las cosas que


sobrevendrn en la tierra. Lucas 21:26.

Oh, si el pueblo de Dios tuviera conciencia de la inminente destruccin de


miles de ciudades ahora casi entregadas a la idolatra!
No hace mucho tiempo, una escena muy impresionante pas delante de
m. Vi un inmenso globo de fuego cayendo entre algunas hermosas mansiones
y causando su instantnea destruccin. Escuch a alguien decir: Nosotros
sabamos que los juicios de Dios vendran sobre la tierra, pero no sabamos que
vendran tan pronto. Otros dijeron: Vosotros lo sabais? Entonces, por qu
no nos lo dijisteis? Nosotros no lo sabamos. En todo lugar escuch que se
hablaban tales palabras...
Pronto penosas aflicciones sobrevendrn entre las naciones: una angustia que
no cesar hasta la venida de Jess. Como nunca antes necesitamos apresurarnos
a servir juntos a Aquel que ha preparado su trono en los cielos y cuyo reino
gobierna sobre todos. Dios no ha desamparado a su pueblo, y nuestra fuerza
depende de no separarnos de l.
Los juicios de Dios estn en la tierra. Las guerras y los rumores de guerras, la
destruccin por fuego e inundacin, dicen claramente que el tiempo de angustia,
el cual ir en aumento hasta el fin, est cerca, a las puertas. No tenemos tiempo
que perder. El mundo est perturbado por el espritu de la guerra. Las profecas
del captulo once de Daniel casi han alcanzado su cumplimiento final.
El viernes pasado, de maana, justamente antes de levantarme, se present
delante de m una escena muy impresionante. Me pareca que me haba des-
pertado de dormir, pero no en mi hogar. Por las ventanas yo poda observar
una terrible conflagracin. Grandes esferas de fuego se desplomaban sobre las
casas, y desde esas bolas de fuego, saetas gneas volaban en toda direccin. Era
imposible dominar los incendios que se iniciaban y muchos lugares estaban
siendo destruidos.
Las ciudades de las naciones sern tratadas con estrictez, y sin embargo,
no sern visitadas con la extrema indignacin de Dios, porque algunas almas
renunciarn a los engaos del enemigo, y se arrepentirn y convertirn, mientras
que las masas estarn atesorando ira para el da de la ira.* [348]

*
Ao bblico: Fil.
369
Una norma elevada, 5 de diciembre

Habis, pues, de serme santos, porque yo Jehov soy santo, y os he


apartado de los pueblos para que seis mos. Levtico 20:26.

Muchos ignoran lo que deben ser a fin de vivir a la vista del Seor durante
el tiempo de angustia, cuando no haya Sumo Sacerdote en el santuario. Los que
reciban el sello del Dios vivo y sean protegidos en el tiempo de angustia deben
reflejar plenamente la imagen de Jess.
Vi que muchos descuidaban la preparacin tan necesaria, esperando que
el tiempo del refrigerio y la lluvia tarda los preparase para sostenerse en
el da del Seor y vivir en su presencia. Oh! Y a cuntos vi sin amparo en
el tiempo de angustia! Haban descuidado la necesaria preparacin, y por lo
tanto no podan recibir el refrigerio que todos deben tener para poder vivir en
la presencia de un Dios Santo. Quienes... no purifiquen sus almas mediante
la obediencia a toda la verdad... llegarn al tiempo de las plagas, y entonces
echarn de ver que les hubiera sido necesario ser tallados y escuadrados para la
edificacin. Pero entonces no habr ya tiempo para ello ni tampoco Mediador
que abogue por ellos ante el Padre. Antes de ese tiempo se habr promulgado
la solemne declaracin que dice: El que es injusto, sea injusto todava; y el
que es inmundo, sea inmundo todava; y el que es justo, practique la justicia
todava; y el que es santo, santifquese todava. Apocalipsis 22:11. Vi que nadie
poda participar del refrigerio a menos que venciera todas las tentaciones
y triunfara contra el orgullo, el egosmo, el amor al mundo y toda palabra y
obra mala. Por lo tanto, debemos nosotros acercarnos ms y ms al Seor y
buscar anhelosamente la preparacin necesaria que nos habilite para permanecer
firmes en la batalla, el da del Seor. Recuerden todos que Dios es santo y que
nicamente seres santos podrn morar alguna vez en su presencia.
Hemos de velar hoy para no ofender ni en palabras ni en hechos... Debemos
buscar a Dios hoy, y estar resueltos a no permanecer satisfechos sin su presencia.
Debemos velar, obrar y orar como si ste fuese el ltimo da que se nos concede.
Qu intenso fervor habra entonces en nuestra vida! Cun estrechamente
[349] seguiramos a Jess en todas nuestras palabras y acciones!*

*
Ao bblico: Col.
370
Gigantes o enanos espirituales? 6 de diciembre

As que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpimonos de


toda contaminacin de carne y de espritu, perfeccionando la santidad en
el temor de Dios. 2 Corintios 7:1.

El Seor reprende y corrige a los que profesan observar su ley. Seala sus
pecados y presenta su iniquidad, porque desea separar de ellos todo pecado y
perversidad, a fin de que perfeccionen la santidad en su temor, y estn preparados
para morir en el Seor, o ser trasladados al cielo. Dios los reprende y corrige,
a fin de que sean refinados, santificados, elevados, y finalmente exaltados a su
propio trono.
Dios no aceptar nada que no sea pureza y santidad; una mancha, una arruga,
un defecto de carcter, nos apartarn del cielo para siempre, con todas sus glorias
y sus tesoros.
La mayora de los que profesan ser cristianos no tienen idea de la fuerza
espiritual que podran tener si fuesen tan ambiciosos, celosos y perseverantes
para alcanzar el conocimiento de las cosas divinas como lo son para obtener las
miserables y perecederas cosas de esta vida. Las masas que profesan ser cristia-
nas se satisfacen con su condicin de enanos espirituales. No estn dispuestas a
buscar primeramente el reino de Dios y su justicia; de ah que la piedad sea para
ellas un misterio oculto e incomprensible. No conocen a Cristo por experiencia.
Se ha hecho amplia provisin para todos los que sincera, ferviente y me-
ditativamente se dedican a la tarea de perfeccionar la santidad en el temor de
Dios. Fuerza, gracia y gloria han sido provistas por medio de Cristo, para que
los ngeles ministradores las lleven a los herederos de la salvacin. Nadie es tan
miserable, corrompido y vil, que no pueda encontrar en Jess, que muri por l,
fortaleza, pureza y justicia, si quiere abandonar sus pecados, dejar la senda de la
iniquidad y volverse con plena decisin del corazn al Dios viviente. El espera
para quitarles sus vestiduras, manchadas y contaminadas por el pecado, para
revestirlos de las blancas y resplandecientes tnicas de justicia; y los intima
a vivir, no a morir. En l pueden florecer. Sus ramas no se secarn ni sern
infructferas. Si moran en l, podrn extraer savia y nutricin de l, e imbuidos
de su Espritu, caminar como l anduvo, vencer como l venci, y ser exaltados
a su diestra.* [350]

*
Ao bblico: 1 Tes.
371
Enfrentamos una crisis, 7 de diciembre

Hay del da! porque cercano est el da de Jehov, y vendr como


destruccin por el Todopoderoso. Joel 1:15.

Al unir un eslabn con otro en la cadena de los acontecimientos, desde la


eternidad pasada a la eternidad futura, las profecas que el gran YO SOY dio
en su Palabra nos dicen dnde estamos hoy en la procesin de los siglos y lo
que puede esperarse en el tiempo futuro. Todo lo que la profeca predijo como
habiendo de acontecer hasta el momento actual, se lee cumplido en las pginas
de la historia, y podemos tener la seguridad de que todo lo que falta por cumplir
se realizar en su orden.
Hoy las seales de los tiempos declaran que estamos en el umbral de aconte-
cimientos grandes y solemnes. En nuestro mundo, todo est en agitacin. Ante
nuestros ojos se cumple la profeca por la cual el Salvador anunci los acon-
tecimientos que haban de preceder su venida: Y oiris de guerras y rumores
de guerras... Se levantar nacin contra nacin, y reino contra reino; y habr
pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Mateo 24:6-7.
El momento actual es de inters abrumador para todos los que viven. Los
gobernantes y los estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y
autoridad, los hombres y mujeres pensadores de todas las clases, tienen la aten-
cin fija en los acontecimientos que se producen en derredor nuestro. Observan
la intensidad que se apodera de todo elemento terrenal, y reconocen que algo
grande y decisivo est por acontecer, que el mundo se encuentra en vsperas de
una crisis estupenda.
La Biblia, y tan slo la Biblia, presenta una visin correcta de estas cosas.
En ella se revelan las grandes escenas finales de la historia de nuestro mundo...
cuya aproximacin hace temblar la tierra y desfallecer de temor los corazones
de los hombres.
Hoy los hombres y las naciones son probados por la plomada que est en la
mano de Aquel que no comete error. Por su propia eleccin, cada uno decide su
destino, y Dios lo rige todo para cumplir sus propsitos.
Los cristianos deben prepararse para lo que pronto ha de estallar sobre el
mundo como sorpresa abrumadora, y deben hacerlo estudiando diligentemente
[351] la Palabra de Dios y esforzndose por conformar su vida con sus preceptos.*

*
Ao bblico: 2 Tes.
372
Enseando de casa en casa, 8 de diciembre

Nada que fuese til he rehuido de anunciaros y ensearos, pblicamente


y por las casas. Hechos 20:20.

Los miembros de nuestras iglesias deben hacer ms trabajo de casa en casa,


dando estudios bblicos y repartiendo impresos... Al sembrar junto a todas las
aguas, experimentaremos que el que siembra generosamente, generosamente
tambin segar. 2 Corintios 9:6.
El ejemplo de Cristo debe ser seguido por los que dicen ser sus hijos.
Socorred a los desvalidos; su agradecimiento derribar las barreras y os permitir
alcanzar su corazn...
Las mujeres, tanto como los hombres, pueden sembrar la verdad... Pueden
realizar en las familias una obra que los hombres no pueden hacer, una obra que
penetra hasta la vida interior. Pueden acercarse a los corazones de personas a
las cuales los hombres no pueden alcanzar. Su cooperacin es necesaria. Las
mujeres discretas y humildes pueden hacer una obra buena al explicar la verdad
en los hogares. As explicada, la Palabra de Dios obrar como una levadura, y
familias enteras sern convertidas...
En el crculo de la familia, en el hogar de vuestro vecino, a la cabecera del
enfermo, podis con serenidad leer las Escrituras y decir una palabra en favor
de Jess y de la verdad. As ser sembrada la preciosa semilla que brotar y
dar fruto...
Debe hacerse obra misionera en muchos lugares que aparentemente prome-
ten peco resultado. El espritu misionero debe posesionarse de nuestras almas e
impulsarnos a alcanzar cierta clase de personas en las que no habamos pensado,
y a trabajar en lugares y con recursos que no hubisemos imaginado siquiera.
El Seor tiene su plan para esparcir la semilla del Evangelio. Sembrando segn
su voluntad, multiplicaremos la semilla en tales proporciones que su Palabra
podr alcanzar a millones de personas que an no han odo la verdad.
Miradas y miradas de ngeles estn listos para colaborar con los miembros
de nuestras iglesias para comunicar la luz que Dios imparti generosamente
para preparar a un pueblo para la venida de Jess.
Nuestras hermanas, las jvenes, las de edad madura y las ancianas, pueden
desempear una parte en la terminacin de la obra para este tiempo; y al hacerlo,
a medida que tienen oportunidad, obtendrn una experiencia del valor ms alto.
Al olvidarse del yo crecern en la gracia.* [352]

*
Ao bblico: 1 Tim.
373
Un carcter que el mundo reconozca, 9 de diciembre

Para que seis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en


medio de una generacin maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecis como luminares en el mundo. Filipenses 2:15.

Es el propsito de Dios manifestar por medio de su pueblo los principios


de su reino. A fin de que en su vida y su carcter se revelen estos principios,
desea separarlos de las costumbres, los hbitos y las prcticas del mundo... Al
contemplar la bondad, la misericordia y el amor de Dios revelados en su iglesia,
el mundo ha de tener una representacin de su carcter. Cuando la ley de Dios
quede as ejemplificada en la vida, el mundo mismo reconocer la superioridad
de los que aman, temen y sirven a Dios, con respecto a cualquier otro pueblo
del mundo.
Los adventistas del sptimo da, por sobre todos los pueblos, deben ser
modelos de piedad, santos en su corazn y su conversacin. A ellos han sido
confiadas las verdades ms solemnes que se hayan dado alguna vez a los morta-
les. Toda dotacin de gracia, poder y eficiencia ha sido provista liberalmente.
Ellos esperan el pronto regreso de Cristo en las nubes de los cielos. El que den
al mundo la impresin de que su fe no es una fuerza dominante en sus vidas,
deshonra grandemente al Seor.
Debido al creciente poder de las tentaciones de Satans, los tiempos en los
cuales vivimos estn llenos de peligros para los hijos de Dios, y necesitamos
aprender constantemente del gran Maestro, a fin de que podamos dar todo paso
con seguridad y justicia. Nos esperan escenas maravillosas; y en este tiempo
debe manifestarse en la vida del profeso pueblo de Dios un testimonio vivo, a
fin de que el mundo pueda ver que en estos tiempos en que el mal reina por
todos lados, hay todava un pueblo que pone a un lado su voluntad, y procura
hacer la de Dios, un pueblo en cuyo corazn y vida est escrita la ley divina...
Sus pensamientos han de ser puros, sus palabras nobles y elevadoras. La
religin de Cristo se ha de entretejer con todo lo que hagan y digan. Han de ser
un pueblo santificado, purificado, santo, que comunique la luz a todos aquellos
con quienes lleguen a tratar. Es propsito de Dios que, ejemplificando la verdad
en sus vidas, sean una alabanza en la tierra. La gracia de Cristo basta para
[353] producir esto.*

*
Ao bblico: 2 Tim.
374
Probad todas las cosas, 10 de diciembre

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de


ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Mateo 7:15.

En la obra a la que mi esposo y yo fuimos llamados por disposicin de


Dios, aun desde el mismo comienzo en 1843 y 1844, hemos tenido al Seor
para que idease y planease por nosotros y l ha llevado a cabo sus planes
mediante sus instrumentos vivientes. Las sendas falsas nos han sido sealadas
con tanta frecuencia, y los caminos verdaderos y seguros han sido definidos
tan claramente en todas las empresas relacionadas con la obra que se nos ha
confiado, que puedo decir con certeza que no ignoro los artificios de Satans, ni
tampoco los caminos y las obras de Dios.
Hemos tenido que imponer intenso ejercicio a las facultades de la mente,
y hemos debido confiar en la sabidura procedente de Dios en la direccin
de nuestras investigaciones, cuando hemos tenido que repasar las diferentes
teoras que se nos han presentado, y hemos tenido que analizar sus mritos y
sus defectos a la luz brillante de la Palabra de Dios y de las cosas que Dios me
ha revelado por medio de su Palabra y de los testimonios, para no ser engaados
ni engaar a otros...
Muchos aos de laboriosa experiencia en relacin con la obra de Dios me
han familiarizado con toda clase de movimientos espurios. Muchas veces el
siguiente mensaje me ha enviado a diferentes lugares: Tengo una obra que t
debes hacer en ese lugar; yo estar contigo. Cuando lleg el momento debido,
el Seor me dio un mensaje para quienes tenan sueos y visiones falsos, y
yo, mediante la fortaleza de Cristo, di mi testimonio como el Seor me haba
indicado...
Durante los 45 aos pasados, he tenido que hacer frente a las pretensiones
de quienes afirmaban haber recibido de parte de Dios mensajes de reproche
destinados a otros. Esta fase del fanatismo religioso ha surgido una vez tras
otra desde 1844. Satans ha trabajado en muchas formas para afirmar el error.
Algunas de las cosas anticipadas en esas visiones se cumplieron; pero muchas
otrasconcernientes al tiempo de la venida de Cristo, el fin del tiempo de gracia
y los acontecimientos que deban ocurrirresultaron completamente falsas.
Mirad, pues, cmo os (Lucas 8:18), es la amonestacin de Cristo... Exa-
minadlo todo. 1 Tesalonicenses 5:21... Este es el consejo de Dios; le prestare-
mos atencin?* [354]

*
Ao bblico: Tito
375
Alistmonos, 11 de diciembre

Lo vern los oprimidos, y se gozarn. Buscad a Dios, y vivir vuestro


corazn. Salmos 69:32.

Tenis el privilegio de estar gozosos en el Seor y de regocijaros en el


conocimiento de su gracia sustentadora. Que su amor se posesione de la mente
y el corazn. Cuidad de no fatigaros en exceso, de no agobiaros por la inquietud,
de no estar deprimidos. Dad un testimonio elevador. Apartad vuestros ojos de lo
que es oscuro y de lo que produce desnimo, y contemplad a Jess, nuestro gran
Dirigente, bajo cuya supervisin vigilante la causa de la verdad presentea la
cual estamos dando nuestras vidas y todo lo que somos, est destinada a un
triunfo glorioso...
Dejad que se vea que Jess mora en el corazn, que sustenta, fortalece y
reconforta. Tenis el privilegio de recibir cada da una abundante medida de su
Espritu Santo, y de tener una visin ms amplia de la importancia y el alcance
del mensaje que estamos proclamando al mundo. El Seor est dispuesto a
revelaros cosas maravillosas de su ley. Esperad delante de l con humildad de
corazn. Orad fervorosamente pidiendo una comprensin de los tiempos en que
vivimos, solicitando una concepcin ms plena de sus propsitos y rogando por
una mayor eficacia en la tarea de salvar a las almas...
Este no es un tiempo para dedicarlo a las cosas frvolas o a las satisfacciones
egostas. Si los tiempos en que vivimos no logran impresionar de veras nuestras
mentes, qu otra cosa podra realizar un impacto en nosotros?...
Ahora se necesitan hombres de claro entendimiento. Dios pide que los
que estn dispuestos a dejarse dirigir por el Espritu Santo sealen el camino
hacia una obra de reforma cabal... Cada alma debera encontrarse ahora en una
posicin donde manifieste una consagracin a Dios ms profunda y verdadera
que en los aos pasados...
He quedado profundamente impresionada por ciertas escenas que contem-
pl durante la noche. Pareca efectuarse un gran movimiento, una obra de
reavivamiento, en muchos lugares. Nuestro pueblo se alistaba y responda al
llamamiento de Dios... No escucharemos su voz? No aprestaremos nuestras
lmparas y obraremos como hombres que esperan la venida del Seor? El tiem-
po en que vivimos exige que se haga brillar la luz y que se pongan las manos a
[355] la obra.*

*
Ao bblico: File.
376
Preparacin para lo que nos espera, 12 de diciembre

Buscad a Jehov todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por
obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizs seris
guardados en el da del enojo de Jehov. Sofonas 2:3.

La transgresin casi ha llegado a su lmite. La confusin llena el mundo y


pronto ha de sobrecoger a los seres humanos un gran terror. El fin est muy
cerca. El pueblo de Dios debiera estarse preparando para lo que ha de sobrevenir
al mundo como una sorpresa abrumadora.
El tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente se iniciar
pronto; y para entonces necesitaremos tener una experiencia que hoy por hoy
no poseemos y que muchos no pueden lograr debido a su indolencia. Sucede
muchas veces que los peligros que se esperan no resultan tan grandes como uno
se los haba imaginado; pero ste no es el caso respecto de la crisis que nos
espera. La imaginacin ms fecunda no alcanza a darse cuenta de la magnitud
de tan dolorosa prueba. En aquel tiempo de tribulacin, cada alma deber
sostenerse por s sola ante Dios. Si No, Daniel y Job estuvieren en el pas,
vivo yo! dice Jehov el Seor, que ni a hijo ni a hija podrn ellos librar por su
justicia; tan slo a sus propias almas librarn. Ezequiel 14:20 (VM).
El ltimo gran conflicto entre la verdad y el error no es ms que la ltima
batalla de la controversia que se viene desarrollando desde hace tanto tiempo
con respecto a la ley de Dios. En esta batalla estamos entrando ahora; es la
que se libra entre las leyes de los hombres y los preceptos de Jehov, entre la
religin de la Biblia y la religin de las fbulas y de la tradicin.
Deberamos estudiar los grandes hitos que nos sealan los tiempos en que
vivimos... Deberamos orar fervientemente para estar listos para las luchas del
gran da que Dios est preparando.
Los que se colocan bajo el control de Dios para ser guiados y dirigidos
por l, captarn la marcha firme de los sucesos que l orden. Inspirados por
el Espritu de Aquel que dio su vida por la vida del mundo, no continuarn
inactivos en la impotencia, sealando lo que no pueden hacer. Colocndose la
armadura del cielo, avanzarn hacia la batalla deseosos de hacer cosas osadas
en favor de Dios, sabiendo que la omnipotencia divina suplir su necesidad.* [356]

*
Ao bblico: Hebreos 1-3.
377
Alivio del sufrimiento fsico, 13 de diciembre

Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad


enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de
gracia recibisteis, dad de gracia. Mateo 10:7-8.

Tiempos peligrosos nos esperan. Todo el mundo ser envuelto en perplejidad


y angustia; enfermedades de todas clases se manifestarn en el seno de la familia
humana, y la ignorancia que prevalece actualmente acerca de las leyes de la
salud producir gran sufrimiento y la prdida de muchas vidas que podran
haberse salvado...
A medida que la agresin religiosa destruya las libertades de nuestra nacin,
los que abogan por la libertad de conciencia quedarn en posicin desfavorable.
Por su propio bien, mientras tienen oportunidad, debieran adquirir conocimien-
tos con respecto a las enfermedades, sus causas, su prevencin y su curacin.
Y los que lo hagan tendrn oportunidad de trabajar en todas partes. Habr
pacientes en abundancia que necesitarn ayuda, no slo entre los de nuestra fe,
sino ms an entre los que no conocen la verdad.
La obra mdica hecha en relacin con la predicacin del mensaje del tercer
ngel, ha de producir resultados maravillosos. Debe ser una obra santificadora y
unificadora, en consonancia con la obra que el gran Jefe de la iglesia encarg a
sus primeros discpulos.
Al reunir a esos discpulos, Cristo les dio su comisin:... Y yendo, predi-
cad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad
leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad
de gracia... He aqu, yo os envo como a ovejas en medio de lobos; sed, pues,
prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. Mateo 10:7-8, 16.
Es bueno que leamos este captulo a fin de que sus instrucciones nos preparen
para nuestras labores. Los primeros discpulos estaban saliendo para cumplir el
mandato de Cristo, de acuerdo con su cometido. Su Espritu les iba a preparar el
camino. Deban comprender que con semejante mensaje que dar y semejantes
bendiciones que impartir, seran bienvenidos en los hogares de la gente.
Dios alcanza los corazones mediante el alivio del sufrimiento fsico. Se deja
caer una semilla de verdad en la mente, que es regada por Dios. Se necesitar tal
vez mucha paciencia antes que esta semilla d seales de vida, pero finalmente
[357] brotar y llevar fruto para vida eterna.*

*
Ao bblico: Hebreos 4-6.
378
La corrupcin de la verdad, 14 de diciembre

Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aqu est el Cristo, o mirad, all est,
no lo creis. Mateo 24:23.

Antes que ocurran los acontecimientos finales de la obra de la apostasa,


habr una gran confusin en lo que concierne a la fe. No habr conceptos claros
y definidos con respecto al misterio de la Divinidad. Una verdad tras otra se ir
corrompiendo.
Despus que la verdad haya sido proclamada por testimonio a todas las
naciones, comenzar a actuar todo medio concebible de maldad, y las mentes
sern confundidas por muchas voces que clamarn: He aqu el Cristo! Helo
all! Esta es la verdad! Yo tengo el mensaje de Dios; l me ha enviado con gran
luz. Entonces se removern los hitos y se tratar de derribar las columnas de
nuestra fe. Se har un esfuerzo ms decidido al reemplazar el da que l bendijo
y santific. Se pondr en vigencia la observancia de este falso da de reposo
mediante una ley opresiva.
En el futuro surgirn engaos de toda clase, y necesitaremos tierra firme
para nuestros pies. Necesitamos slidas columnas para el edificio. Ni un alfiler
ha de quitarse de lo que el Seor ha establecido. El enemigo introducir falsas
teoras, como la doctrina de que no existe santuario. Este es uno de los puntos
en que algunos se apartarn de la fe.
Habr sueos falsos y visiones espurias, que tendrn una parte de verdad,
pero que alejarn de la fe original. El Seor ha dado una regla para detectarlos:
A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha
amanecido. Isaas 8:20.
A medida que nos acerquemos al tiempo del fin, el error estar tan mezclado
con la verdad que slo los que cuenten con la direccin del Espritu Santo podrn
distinguir al uno de la otra. Debemos hacer todo esfuerzo que sea necesario
para mantenernos en el camino del Seor. En ningn caso debemos apartarnos
de su conduccin para depositar nuestra confianza en el hombre. Los ngeles
del Seor tienen orden de vigilar estrictamente a los que confan en el Seor,
y ellos han de ser nuestro especial auxilio en todo tiempo de necesidad. Cada
da debemos ir al Seor en plena certidumbre de fe y acudir a l por sabidura...
Los que sean guiados por la Palabra de Dios discernirn con seguridad entre el
error y la verdad, entre el pecado y la justicia.* [358]

*
Ao bblico: Hebreos 7-9.
379
El tiempo del zarandeo, 15 de diciembre

Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriar.


Mateo 24:12.

Tan pronto como el pueblo de Dios sea sellado en la frente (no se trata
de un sello o marca visible, sino de una afirmacin intelectual y espiritual en
la verdad, del cual ser imposible desviarlos), tan pronto como el pueblo de
Dios sea sellado y preparado para el zarandeo, ste se producir. En realidad,
ya ha comenzado. Los juicios de Dios se hallan ya sobre la tierra para darnos
advertencia a fin de que podamos saber lo que nos espera.
Se estn aproximando rpidamente los das en los cuales habr gran perple-
jidad y confusin. Satans, vestido de ngel de luz, engaar, si fuese posible, a
los escogidos. Habr entonces muchos dioses y muchos seores. En ese tiempo
soplar todo viento de doctrina.
Se procurar imponernos la observancia del falso da de reposo... Los que
hayan cedido paso a paso a las exigencias mundanales y se hayan conformado
a las costumbres del mundo, cedern a las autoridades, antes que someterse
al ridculo, los insultos, las amenazas de encarcelamiento y la muerte... La
contienda ser entre los mandamientos de Dios y los de los hombres.
En ese tiempo, el oro ser separado de la escoria en la iglesia. La verdadera
piedad se distinguir claramente de la apariencia y del oropel. Ms de una
estrella que hemos admirado por su brillo, se apagar entonces en las tinieblas.
Como una nube, el tamo ser llevado por el viento, aun en lugares donde vemos
slo eras de rico trigo. Todos los que llevan los ornamentos del santuario, pero
no estn vestidos de la justicia de Cristo, aparecern en la vergenza de su
desnudez.
Sin embargo, hay hombres que recibirn la verdad y ocuparn los sitios que
dejen vacos los que se consideren agraviados y abandonen la verdad... Su lugar
ser ocupado por hombres de verdaderos principios cristianos que llegarn a ser
mayordomos fieles y dignos de confianza que presentarn la Palabra de Dios
en su sencillez y en su marco verdadero. El Seor obrar de tal manera que los
desconformes se separarn de los fieles... Las filas no se reducirn. Los que son
[359] firmes y fieles cubrirn el vaco dejado por quienes se disgusten y apostaten.*

*
Ao bblico: Hebreos 10-11.
380
El sellamiento y la lluvia tarda, 16 de diciembre

Pero el fundamento de Dios est firme, teniendo este sello: Conoce el


Seor a los que son suyos; y: Aprtese de iniquidad todo aquel que invoca
el nombre de Cristo. 2 Timoteo 2:19.

Antes que sea completamente terminada la obra y finalice el sellamiento


del pueblo de Dios, recibiremos el derramamiento del Espritu Santo de Dios.
Angeles del cielo estarn en nuestro medio.
Nuestro Padre celestial no exige de nuestras manos lo que no podemos
realizar. Desea que su pueblo trabaje fervientemente para cumplir el propsito
que le ha asignado. Han de orar en busca de poder, esperar poder y recibir poder,
a fin de que puedan crecer hasta la plena estatura de hombres y mujeres en
Cristo Jess.
No todos los miembros de la iglesia estn cultivando la piedad personal;
por lo tanto, no comprenden su responsabilidad personal. No comprenden que
es su privilegio y su deber alcanzar la alta norma de la perfeccin cristiana...
Estamos esperando la lluvia tarda, aguardando confiadamente un da mejor en
que la iglesia ha de ser dotada con poder de lo alto y habilitada as para la obra?
La lluvia tarda nunca refrigerar y vigorizar a los indolentes que no usen las
facultades que Dios les ha concedido.
Nos hallamos en gran necesidad de la atmsfera pura y vivificadora que nutre
y fortifica la vida espiritual. Necesitamos un fervor cada vez mayor. El solemne
mensaje que se nos ha entregado para darlo al mundo ha de ser proclamado con
mayor ardor, con una intensidad que conmover a los incrdulos, inducindolos
a ver que el Altsimo est obrando con nosotros, que l es la Fuente de nuestra
eficiencia y fortaleza...
Estis empleando todas vuestras facultades en un esfuerzo por traer las
ovejas perdidas al redil? Hay miles y miles sumidos en la ignorancia que podran
ser advertidos. Orad como nunca habis orado antes por el poder de Cristo.
Orad por la inspiracin de su Espritu, a fin de que podis ser henchidos con el
deseo de salvar a los que perecen.
Ascienda al cielo la oracin: Dios tenga misericordia de nosotros, y nos
bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros; para que sea conocido en
la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvacin. Salmos 67:1-2.* [360]

*
Ao bblico: Hebreos 12-13.
381
Aqu y ahora, 17 de diciembre

Porque dice: En tiempo aceptable te he odo, y en da de salvacin te he


socorrido. He aqu ahora el tiempo aceptable; he aqu ahora el da de
salvacin. 2 Corintios 6:2.

Creemos sin duda alguna que Cristo va a venir pronto. Esto no es una fbula
para nosotros; es una realidad. No tenemos la menor duda, ni la hemos tenido
durante aos, de que las doctrinas que sostenemos son la verdad presente, y
que nos estamos acercando al juicio. Nos estamos preparando para encontrar
a Aquel que aparecer en las nubes de los cielos escoltado por una hueste de
santos ngeles, para dar a los fieles y justos el toque final de la inmortalidad.
Cuando l venga, no lo har para limpiarnos de nuestros pecados, quitarnos los
defectos de carcter, o curarnos de las flaquezas de nuestro temperamento y
disposicin. Si es que se ha de realizar en nosotros esta obra, se har antes de
aquel tiempo.
Cuando venga el Seor, los que son santos seguirn siendo santos. Los que
han conservado su cuerpo y espritu en pureza, santificacin y honra, recibirn
el toque final de la inmortalidad. Pero los injustos, inmundos y no santificados
permanecern as para siempre. No se har en su favor ninguna obra que elimine
sus defectos y les d un carcter santo. El Refinador no se sentar entonces para
proseguir su proceso de refinacin y quitar sus pecados y su corrupcin. Todo
esto debe hacerse en las horas del tiempo de gracia. Ahora debe realizarse esta
obra en nosotros.
Abrazamos la verdad de Dios con nuestras diferentes facultades, y al colo-
carnos bajo la influencia de esta verdad, ella realizar en nosotros la obra que
nos dar idoneidad moral para formar parte del reino de gloria y para departir
con los ngeles celestiales. Estamos ahora en el taller de Dios. Muchos de
nosotros somos piedras toscas de la cantera. Pero cuando echamos mano de
la verdad de Dios, su influencia nos afecta. Nos eleva, y elimina de nosotros
toda imperfeccin y pecado, cualquiera que sea su naturaleza. As quedamos
preparados para ver al Rey en su hermosura y unirnos finalmente con los ngeles
puros y santos, en el reino de gloria. Aqu es que se completar esta obra a
nuestro favor. Es aqu que nuestro cuerpo y nuestro espritu han de quedar
[361] dispuestos para la inmortalidad.*

*
Ao bblico: Sant.
382
Alcancemos un elevado nivel espiritual, 18 de diciembre

Aquel que es poderoso para guardaros sin cada, y presentaros sin


mancha delante de su gloria con gran alegra. Judas 24.

Cristo fue obediente a todo requerimiento de la ley... Por su perfecta obe-


diencia ha hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de
Dios. Cuando nos sometemos a Cristo, el corazn se une con su corazn, la
voluntad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, los
pensamientos se sujetan a l; vivimos su vida. Esto es lo que significa estar
vestidos con el manto de su justicia. Entonces, cuando el Seor nos contempla,
l ve no el vestido de hojas de higuera, no la desnudez y la deformidad del
pecado, sino su propio manto de justicia, que es la perfecta obediencia a la ley
de Jehov.
Mediante el plan de redencin, Dios ha provisto medios para vencer cada
rasgo pecaminoso y resistir cada tentacin, no importa cun poderosa sea.
La tentacin ms poderosa no puede excusar el pecado. Por intensa que
sea la presin ejercida sobre el alma, la transgresin es un acto nuestro. Ni
la tierra ni el infierno tienen poder para obligar a nadie a pecar. Debe haber
consentimiento de la voluntad, sometimiento del corazn, pues de otro modo la
pasin no puede vencer a la razn, ni la iniquidad triunfar sobre la justicia.
Si permanecis bajo el estandarte ensangrentado del Prncipe Emanuel,
haciendo fielmente su servicio, nunca tendris que ceder a la tentacin, pues
estar a vuestro lado Aquel que es poderoso para guardaros sin cada.
No tenemos motivo para conservar nuestras tendencias pecaminosas... A
medida que nos hagamos partcipes de la naturaleza divina, se irn eliminan-
do del carcter las tendencias al mal hereditarias y cultivadas, y nos iremos
transformando en un poder viviente para el bien. Al aprender constantemente
del Maestro divino, al participar diariamente de su naturaleza, cooperamos con
Dios en vencer las tentaciones de Satans. Dios y el hombre obran de comn
acuerdo a fin de que ste pueda ser uno con Cristo as como Cristo es uno con
Dios. Entonces nos sentaremos juntamente con Cristo en los lugares celestiales,
y nuestra mente reposar en paz y seguridad en Jess.* [362]

*
Ao bblico: 1 Ped.
383
Quines reciben el sello? 19 de diciembre

En sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del
trono de Dios. Apocalipsis 14:5.

El sello del Dios vivo ser puesto nicamente sobre los que tienen en su
carcter la semejanza de Cristo. As como la cera recibe la impresin del sello,
as tambin el alma debe recibir la impresin del Espritu de Dios y conservar
la imagen de Cristo. Muchos no recibirn el sello de Dios porque no guardan
sus mandamientos, es decir, no producen frutos de justicia.
La gran masa de cristianos profesos sufrir una amarga desilusin en el
da del Seor. No tienen en sus frentes el sello del Dios vivo. Por ser tibios
e indiferentes deshonran a Dios mucho ms que el incrdulo declarado. Se
mueven a tientas, en tinieblas, cuando podran andar en la claridad meridiana
de la Palabra, guiados por Aquel que jams se equivoca.
Aquellos a quienes el Cordero conducir hacia fuentes de agua viva, y
de cuyos ojos enjugar toda lgrima, son los que ahora estn recibiendo el
conocimiento y la sabidura revelados en la Biblia, la Palabra de Dios...
No hemos de imitar a ningn ser humano. No existe ningn hombre su-
ficientemente sabio que pueda servirnos de ejemplo. Debemos contemplar al
Hombre Cristo Jess, en quien habita plenamente la perfeccin de la justicia
y la santidad. El es el Autor y el Consumador de nuestra fe. El es el Hombre
modelo. Su experiencia es la medida de la experiencia que nosotros debemos
obtener. Su carcter es nuestro modelo. Por lo tanto, apartemos nuestra men-
te de las perplejidades y las dificultades de esta vida, y fijmosla en l, para
que mediante la contemplacin podamos ser transformados a su semejanza.
Podemos contemplar a Cristo con un fin elevado. Podemos volvernos a l con
seguridad pues es omnisapiente. A medida que lo contemplemos y pensemos
en l, l se formar en nosotros, la esperanza de gloria.
Esforcmonos con todo el poder que Dios nos ha dado para hallarnos entre
los ciento cuarenta y cuatro mil. nicamente los que reciban el sello del Dios
[363] vivo obtendrn el salvoconducto para entrar por las puertas de la Santa Ciudad.*

*
Ao bblico: 2 Ped.
384
Tiempo de angustia cual nunca fue, 20 de diciembre

En aquel tiempo se levantar Miguel, el gran prncipe que est de parte


de los hijos de tu pueblo; y ser tiempo de angustia, cual nunca fue desde
que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo ser libertado tu
pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Daniel 12:1.

Cuando termine el mensaje del tercer ngel la misericordia divina no inter-


ceder ms por los habitantes culpables de la tierra. El pueblo de Dios habr
cumplido su obra; habr recibido la lluvia tarda, el refrigerio de la presencia
del Seor, y estar preparado para la hora de prueba que le espera. Los ngeles
se apuran, van y vienen de ac para all en el cielo. Un ngel que regresa de
la tierra anuncia que su obra est terminada; el mundo ha sido sometido a la
prueba final, y todos los que han resultado fieles a los preceptos divinos han
recibido el sello del Dios vivo. Entonces Jess dejar de interceder en el
santuario celestial. Levantar sus manos y con gran voz dir: Hecho es...
Cuando l abandone el santuario, las tinieblas envolvern a los habitantes
de la tierra. Durante ese tiempo terrible, los justos deben vivir sin intercesor,
a la vista del santo Dios. Nada refrena ya a los malos y Satans domina por
completo a los impenitentes empedernidos. La paciencia de Dios ha concluido.
El mundo ha rechazado su misericordia, despreciado su amor y pisoteado su
ley. Los impos han dejado concluir su tiempo de gracia; el Espritu de Dios, al
que se opusieron obstinadamente, acab por apartarse de ellos. Desamparados
ya de la gracia divina, estn a merced de Satans, el cual sumir entonces a los
habitantes de la tierra en una gran tribulacin final. Cuando los ngeles de Dios
dejen ya de contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los
elementos de contienda se desencadenarn. El mundo entero ser envuelto en
una ruina ms espantosa que la que cay antiguamente sobre Jerusaln.
nicamente los que tengan manos limpias y corazones puros subsistirn en
aquel tiempo de prueba... Ahora, mientras los cuatro ngeles estn reteniendo
los cuatro vientos, es el momento en que debemos asegurar nuestra vocacin y
eleccin.* [364]

*
Ao bblico: 1 Juan
385
Protegidos por los ngeles, 21 de diciembre

Anda, pueblo mo, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas;
escndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignacin.
Isaas 26:20.

En el da de la dura prueba [Cristo] dir: Anda, pueblo mo, entra en tus


aposentos, cierra tras ti tus puertas; encndete un poquito, por un momento, en
tanto que pasa la indignacin. Cules son las cmaras en las cuales habrn de
esconderse? Son la proteccin de Cristo y sus ngeles. El pueblo de Dios no
estar en ese tiempo en un solo lugar. Formar grupos esparcidos por toda la
tierra.
Vi a los santos abandonar las ciudades y los pueblos, y juntarse en grupos
para vivir en los lugares ms apartados. Los ngeles les provean comida y agua,
mientras que los impos sufran hambre y sed.
Durante la noche pas ante m una escena sumamente impresionante. Pareca
haber gran confusin y lucha de ejrcitos. Un mensajero del Seor se par ante
m y dijo: Llama a tu familia. Yo os conducir; seguidme. Me llev por un
oscuro pasaje a travs de un bosque; luego por un desfiladero de las montaas, y
dijo: Aqu estars segura. Haba otros que haban sido llevados a aquel retiro.
El mensajero celestial dijo: El tiempo de prueba vendr como ladrn en la
noche, como el Seor anunci que vendra.
En el perodo final de la historia de esta tierra, el Seor obrar poderosamente
en favor de los que se mantengan firmemente por lo recto... En medio del
tiempo de angustia cual nunca hubo desde que existiese nacin, sus escogidos
permanecern inconmovibles. Satans con toda la hueste del mal, no puede
destruir al ms dbil de los santos de Dios. Los protegern ngeles excelsos en
fortaleza, y Jehov se revelar en su favor como Dios de dioses, que puede
salvar hasta lo sumo a los que ponen su confianza en l.
En el tiempo de angustia que vendr inmediatamente antes de la venida de
Cristo, los justos sern resguardados por el ministerio de los santos ngeles;
pero no habr seguridad para el transgresor de la ley de Dios. Los ngeles no
podrn entonces proteger a los que estn menospreciando uno de los preceptos
[365] divinos.*

*
Ao bblico: 2 y 3 Juan; Jud.
386
La liberacin del pueblo de Dios, 22 de diciembre

As dice Jehov: Ciertamente el cautivo ser rescatado del valiente, y el


botn ser arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defender, y yo salvar a
tus hijos. Isaas 49:25.

Cuando los que honran la ley de Dios hayan sido privados de la proteccin
de las leyes humanas, empezar en varios pases un movimiento simultneo
para destruirlos. Conforme vaya acercndose el tiempo sealado en el decreto,
el pueblo conspirar para extirpar la secta aborrecida. Se convendr en dar una
noche el golpe decisivo, que reducir completamente al silencio la voz disidente
y reprensora.
El pueblo de Diosalgunos en las celdas de las crceles, otros escondidos
en ignorados escondrijos de bosques y montaasinvocan an la proteccin
divina, mientras que por todas partes grupos de hombres armados, instigados
por legiones de ngeles malos, se disponen a emprender la obra de muerte.
Entonces, en la hora de supremo apuro, el Dios de Israel intervendr para librar
a sus escogidos...
Multitudes de hombres perversos, profiriendo gritos de triunfo, burlas e
imprecaciones, estn a punto de arrojarse sobre su presa, cuando de pronto
densas tinieblas, ms sombras que la oscuridad de la noche, caen sobre la tierra.
Luego un arco iris, que refleja la gloria del trono de Dios, se extiende de un lado
a otro del cielo, y parece envolver a todos los grupos en oracin. Las multitudes
encolerizadas se sienten contenidas en el acto. Sus gritos de burla expiran en sus
labios. Olvidan el objeto de su ira sanguinaria. Con terribles presentimientos
contemplan el smbolo de la alianza divina, y ansan ser amparadas de su
deslumbradora claridad.
Los hijos de Dios oyen una voz clara y melodiosa que dice: Enderezaos
y, al levantar la vista al cielo, contemplan el arco de la promesa. Las nubes
negras y amenazadoras que cubran el firmamento, se han desvanecido, y como
Esteban, clavan las miradas en el cielo, y ven la gloria de Dios y al Hijo del
hombre sentado en su trono.
Mientras todo el mundo est sumido en tinieblas, habr luz en toda morada
de los santos. Percibirn la primera vislumbre de su segunda aparicin.* [366]

*
Ao bblico: Apocalipsis 1-3.
387
Se anuncia el da y la hora, 23 de diciembre

Pero del da y la hora nadie sabe, ni aun los ngeles de los cielos, sino slo
mi Padre. Mateo 24:36.

Desde el cielo se oye la voz de Dios que proclama el da y la hora de la


venida de Jess, y promulga a su pueblo el pacto eterno. Sus palabras resuenan
por la tierra como el estruendo de poderosos truenos.
Pronunciaba una frase y se detena mientras las palabras de la frase retumba-
ban por toda la tierra. El Israel de Dios permaneca con la mirada fija en lo alto,
escuchando las palabras segn iban saliendo de labios de Jehov y resonaban
por toda la tierra con el estruendo de retumbantes truenos. Era un espectculo
pavorosamente solemne. Al final de cada frase los santos exclamaban: Gloria!
Aleluya!
Los 144.000 santos vivientes reconocieron y entendieron la voz; pero los
malvados se figuraron que era el fragor de los truenos y el terremoto.
El Israel de Dios escucha con los ojos elevados al cielo. Sus semblantes
se iluminan con la gloria divina y brillan cual brillara el rostro de Moiss
cuando baj del Sina. Los malos no los pueden mirar. Y cuando la bendicin
es pronunciada sobre los que honraron a Dios santificando su sbado, se oye un
inmenso grito de victoria.
Entonces comenz el jubileo, durante el cual la tierra deba descansar.
[A los santos] los iluminaba una luz refulgente. Cun hermosos parecan
entonces! Se haba desvanecido toda huella de inquietud y fatiga, y cada rostro
rebosaba salud y belleza. Sus enemigos, los paganos que los rodeaban, cayeron
como muertos porque no les era posible resistir la luz que iluminaba a los santos
redimidos. Esta luz y gloria permanecieron sobre ellos hasta que se vio a Jess
en las nubes del cielo.
Y vi una nube resplandeciente que llegaba hasta donde estaba Jess. Enton-
ces Jess... se ubic en la nube que lo llev hacia el este, desde donde apareci
primeramente a los santos que estaban sobre la tierra: La pequea nube negra
que era la seal del Hijo del hombre. Mientras la nube pasaba del lugar santsi-
mo hacia el este, lo que requiri cierto nmero de das, la sinagoga de Satans
[367] ador a los pies de los santos.*

*
Ao bblico: Apocalipsis 4-5.
388
La resurreccin general de los justos, 24 de diciembre

Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu roco es cual roco


de hortalizas, y la tierra dar sus muertos. Isaas 26:19.

El Rey de reyes desciende en la nube, envuelto en llamas de fuego. El cielo


se recoge como un libro que se enrolla, la tierra tiembla ante su presencia, y
todo monte y toda isla se mueven de sus lugares...
Entre las oscilaciones de la tierra, las llamaradas de los relmpagos y el
fragor de los truenos, el Hijo de Dios llama a la vida a los santos dormidos.
Dirige una mirada a las tumbas de los justos, y levantando luego las manos al
cielo, exclama: Despertaos, despertaos, despertaos, los que dorms en el polvo
y levantaos! Por toda la superficie de la tierra, los muertos oirn esa voz; y los
que la oigan, vivirn. Y toda la tierra repercutir bajo las pisadas de la multitud
extraordinaria de todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos. De la prisin de
la muerte sale revestida de gloria inmortal gritando: Dnde est, oh muerte,
tu aguijn? Dnde, oh sepulcro, tu victoria?. 1 Corintios 15:55. Y los justos
vivos unen sus voces a las de los santos resucitados en prolongada y alegre
aclamacin de victoria.
Todos salen de sus tumbas de igual estatura que cuando fueron depositados
en ellas... Pero todos se levantan con la lozana y el vigor de la eterna juventud...
La forma mortal y corruptible, desprovista de gracia, manchada en otro tiempo
por el pecado, se vuelve perfecta, hermosa e inmortal. Todas las imperfecciones
y deformidades quedan en la tumba...
Los justos vivos son mudados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos.
Vers. 52. A la voz de Dios fueron glorificados; ahora son hechos inmortales, y
juntamente con los santos resucitados son arrebatados para recibir a Cristo, su
Seor, en los aires. Los ngeles juntarn a sus escogidos, de los cuatro vientos,
desde un extremo del cielo hasta el otro. Mateo 24:31.
Cuando los niitos salen dotados de inmortalidad de sus lechos de polvo,
inmediatamente vuelan hacia los brazos de sus madres.
Amigos, a quienes la muerte tena separados desde largo tiempo, se renen
para no separarse ms, y con cantos de alegra suben juntos a la ciudad de Dios.* [368]

*
Ao bblico: Apocalipsis 6-7.
389
Nos reconoceremos unos a otros, 25 de diciembre

Entonces conocer como fui conocido. 1 Corintios 13:12.

Conoceremos a nuestros amigos, como los discpulos conocieron a Jess.


Pueden haber estado deformados, enfermos o desfigurados en esta vida mortal,
y levantarse con perfecta salud y simetra; sin embargo, en el cuerpo glorificado
su identidad ser perfectamente conservada. Entonces conoceremos as como
somos conocidos. En la luz radiante que resplandecer del rostro de Jess,
reconoceremos los rasgos de aquellos a quienes amamos.
Los redimidos se encontrarn y reconocern a las personas por ellos condu-
cidos al Salvador. Qu bienaventurada pltica sostendrn con esos seres! Yo
era pecadordir uno; sin Dios y sin esperanza en el mundo; t te acercaste
a m y me diste a conocer al precioso Salvador como mi nica esperanza...
Otros dirn: Yo era un pagano que viva en un pas pagano tambin. Y t
dejaste a tus amigos y tu cmodo hogar para ir a ensearme cmo descubrir a
Jess y creer en l como el nico Dios verdadero. Yo derrib todos mis dolos y
ador a Dios, y ahora lo veo cara a cara. Estoy salvado para siempre, y podr
contemplar eternamente al que amo...
Algunos expresarn su gratitud hacia los que alimentaron a los hambrientos y
cubrieron al desnudo. Cuando la desesperacin ceg mi alma con incredulidad,
el Seor te envi a mdirn, para que hablaras palabras de esperanza y
consuelo. Me trajiste alimento para suplir mis necesidades fsicas, y me abriste
la Palabra de Dios, hacindome comprender mis necesidades espirituales...
En medio de mi ignorancia me enseaste pacientemente que tena un Padre
celestial que velaba por m. Me leste las preciosas promesas de la Palabra de
Dios. Me inspiraste confianza en el hecho de que Cristo me salvara. Mi corazn
se suaviz y abland hasta quebrantarse, al contemplar el sacrificio que Jess
haba hecho por m... Y aqu me tienes, salvado eternamente para vivir siempre
en su presencia y alabar al que entreg su vida por m.
Qu regocijo sentirn esos redimidos al encontrarse y saludar a los que se
preocuparon por su salvacin!... Cunto gozo y satisfaccin sentirn palpitar en
su corazn aquellos que han vivido, no para complacerse a s mismos, sino para
[369] ser una bendicin para los desafortunados que tienen tan pocas bendiciones!*

*
Ao bblico: Apocalipsis 8-9.
390
Las familias se reunirn, 26 de diciembre

As ha dicho Jehov: Reprime del llanto tu voz, y de las lgrimas tus ojos;
porque salario hay para tu trabajo, dice Jehov, y volvern de la tierra
del enemigo. Esperanza hay tambin para tu porvenir, dice Jehov, y los
hijos volvern a su propia tierra. Jeremas 31:16-17.

Cristo va a venir en las nubes y con grande gloria. Le acompaar una


multitud de ngeles resplandecientes. Vendr para resucitar a los muertos y para
transformar a los santos vivos de gloria en gloria. Vendr para honrar a los que
le amaron y guardaron sus mandamientos, y para llevarlos consigo. No los ha
olvidado ni tampoco ha olvidado su promesa. Volvern a unirse los eslabones
de la familia.
El da de Dios revelar cunto debe el mundo a las madres piadosas...
Cuando el Juez se siente, y se abran los libros; cuando el gran Juez pronuncie
el bien, buen siervo y fiel, y la corona de gloria inmortal se coloque sobre
la cabeza del vencedor, muchos levantarn sus coronas a la vista de todo el
universo y se las colocarn a sus madres diciendo: Ella hizo de m lo que soy
por la gracia de Dios. Su instruccin, sus oraciones, fueron bendecidas para mi
salvacin eterna.
Con indecible gozo, los padres contemplan la corona, la vestimenta, el arpa,
dados a sus hijos. Los das de esperanza y temor han pasado. La semilla sem-
brada con lgrimas y oraciones puede haber parecido que se esparca en vano,
pero su cosecha se levanta con gozo al final. Sus hijos habrn sido redimidos.
Oh, maravillosa redencin, tan descrita y tan esperada, contemplada con
anticipacin febril, pero jams enteramente comprendida!
Cristo ha sido un compaero diario y un amigo familiar para sus fieles
seguidores. Estos han vivido en contacto ntimo, en constante comunin con
Dios. Sobre ellos ha nacido la gloria del Seor. En ellos se ha reflejado la
luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Ahora se
regocijan en los rayos no empaados por la refulgencia y la gloria del Rey en
su majestad. Estn preparados para la comunin del cielo, pues tienen el cielo
en sus corazones.* [370]

*
Ao bblico: Apocalipsis 10-11.
391
Bienvenidos a la ciudad de Dios, 27 de diciembre

Su seor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondr; entra en el gozo de tu seor. Mateo 25:23.

Con amor inexpresable, Jess admite a sus fieles en el gozo de su Seor.


El Salvador se regocija al ver en el reino de gloria las almas que fueron salvadas
por su agona y humillacin. Y los redimidos participarn de este gozo, al
contemplar entre los bienvenidos a aquellos a quienes ganaron para Cristo por
sus oraciones, sus trabajos y sacrificios de amor. Al reunirse en torno del gran
trono blanco, indecible alegra llenar sus corazones cuando noten a aquellos
a quienes han conquistado para Cristo, y vean que uno gan a otros, y stos
a otros ms, para ser todos llevados al puerto de descanso donde depositarn
sus coronas a los pies de Jess y lo alabarn durante los siglos sin fin de la
eternidad.
Cuando se da la bienvenida a los redimidos en la ciudad de Dios, un grito
triunfante de admiracin llena los aires. Los dos Adanes estn a punto de
encontrarse. El Hijo de Dios est en pie con los brazos extendidos para recibir
al padre de nuestra raza; al ser que l cre, que pec contra su Hacedor, y por
cuyo pecado el Salvador lleva las seales de la crucifixin. Al distinguir Adn
las cruentas seales de los clavos, no se echa en los brazos de su Seor, sino que
se arroja humildemente a sus pies, exclamando: Digno, digno es el Cordero
que fue inmolado! El Salvador lo levanta con ternura, y lo invita a contemplar
nuevamente la morada ednica de la cual ha estado desterrado por tanto tiempo.
Despus de su expulsin del Edn, la vida de Adn en la tierra estuvo llena
de pesar. Cada hoja marchita, cada vctima ofrecida en sacrificio, cada ajamiento
en el hermoso aspecto de la naturaleza, cada mancha en la pureza del hombre,
le volvan a recordar su pecado...
Con paciencia y humildad soport, por cerca de mil aos, el castigo de su
transgresin. Se arrepinti sinceramente de su pecado y confi en los mritos del
Salvador prometido, y muri con la esperanza de la resurreccin. El Hijo de Dios
repar la culpa y cada del hombre, y ahora, merced a la obra de propiciacin,
[371] Adn es restablecido a su primitiva soberana.*

*
Ao bblico: Apocalipsis 12-14.
392
Pensad en las cosas del cielo, 28 de diciembre

Estos son los que han salido de la gran tribulacin, y han lavado sus
ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Apocalipsis
7:14.

Mientras estaba en visin, Juan vio a un grupo de personas vestidas con


ropas blancas... Estaban en el templo de Dios. All llegarn todos los que
recurran a los mritos de Cristo y laven sus ropas en su sangre. Se ha hecho
provisin para que podamos sentarnos con Cristo en su trono, pero la condicin
es que estemos en armona con la ley de Dios...
No podemos permitirnos perder el cielo. Debemos conversar acerca de las
cosas celestiales. All no habr muerte ni dolor. Por qu somos tan remisos para
hablar de esas cosas? Por qu nos referimos siempre a las cosas terrenales?...
Pronto vendr Cristo a reunir a los que estn preparados para llevarlos a ese
glorioso lugar. As tambin Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los
pecados de muchos; y aparecer por segunda vez, sin relacin con el pecado,
para salvar a los que le esperan. Hebreos 9:28.
Nos agrada pensar en ese acontecimiento o preferimos ignorarlo?... Cuanto
ms hablamos de Jess, tanto ms reflejaremos su divina imagen. Mediante la
contemplacin somos transformados. Necesitamos que Cristo forme parte de
nuestra experiencia religiosa. Cuando os reuns, sea Cristo y su salvacin el
motivo de vuestra conversacin... Mientras ms hablemos de Jess, ms de sus
incomparables encantos lograremos contemplar.
Los que no hallan placer en pensar y hablar de Dios en esta vida, no gozarn
de la vida venidera, donde Dios estar siempre presente, habitando con su
pueblo. Pero los que se deleitan en pensar en Dios, estarn en su elemento
respirando la atmsfera del cielo. Los que en esta tierra aman los pensamientos
relacionados con el cielo, se sentirn felices con las compaas y los placeres
santos... Y no habr ms maldicin; y el trono de Dios y del Cordero estar
en ella, y sus siervos le servirn, y vern su rostro, y su nombre estar en sus
frentes. Apocalipsis 22:3-4.* [372]

*
Ao bblico: Apocalipsis 15-16.
393
El nico recuerdo del pecado, 29 de diciembre

Ciertamente el justo ser recompensado en la tierra; cunto ms el


impo y el pecador! Proverbios 11:31.

Los impos reciben su recompensa en la tierra. Proverbios 11:31. Sern


estopa; aquel da que vendr los abrasar, ha dicho Jehov de los ejrcitos.
Malaquas 4:1. Algunos son destruidos como en un momento, mientras otros
sufren muchos das. Todos son castigados conforme a sus hechos. Habiendo
sido cargados sobre Satans los pecados de los justos, tiene ste que sufrir
no slo por su propia rebelin, sino tambin por todos los pecados que hizo
cometer al pueblo de Dios. Su castigo debe ser mucho mayor que el de aquellos
a quienes enga. Despus de haber perecido todos los que cayeron por sus
seducciones, el diablo tiene que seguir viviendo y sufriendo. En las llamas
purificadoras quedan por fin destruidos los impos, raz y rama: Satans la raz,
sus secuaces las ramas.
Satans y todos los que se han unido con l en la rebelin sern cortados...
Entonces no existir el malo; observars su lugar, y no estar all; sern
como si no hubieran sido. Salmos 37:10; Abdas 16.
La justicia de Dios ha sido satisfecha, y los santos y toda la hueste anglica
dicen en alta voz: Amn.
Mientras el fuego de la venganza de Dios envuelve la tierra, los justos moran
seguros en la santa ciudad. La segunda muerte no tiene poder sobre los que han
participado de la primera resurreccin. Apocalipsis 20:6. En tanto que para los
impos Dios es fuego consumidor, para su pueblo es un sol y un escudo. Salmos
84:11.
El fuego que consume a los impos purifica la tierra. Desaparece todo rastro
de la maldicin. Ningn infierno que arda eternamente recordar a los redimidos
las terribles consecuencias del pecado.
Slo queda un recuerdo: Nuestro Redentor llevar siempre las seales de su
crucifixin... Todo lo que se haba perdido por el pecado, ha sido restaurado...
El propsito primitivo que Dios tena al crear la tierra se cumple al convertirse
sta en la morada eterna de los redimidos. Los justos heredarn la tierra, y
[373] vivirn para siempre sobre ella. Salmos 37:29.*

*
Ao bblico: Apocalipsis 17-18.
394
La herencia inmortal, 30 de diciembre

Dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia
de los santos en luz. Colosenses 1:12.

El rescate ha sido pagado. Todos pueden acercarse a Dios y obtener la


eternidad mediante una vida de obediencia. Cun triste es, entonces, que el
hombre se aparte de la herencia inmortal y viva para satisfacer el orgullo, el
egosmo y el afn de ostentacin, y... pierda la bendicin que podra recibir
en esta vida y en la venidera. [Los hombres] podran entrar en los palacios
celestiales y alternar con libertad y en igualdad de condiciones con Cristo, los
ngeles celestiales y los prncipes de Dios. Y aun as, por increble que parezca,
rechazan los atractivos celestiales.
El Creador de todos los mundos se propone amar a los que creen que su Hijo
unignito es su Salvador personal as como ama a su Hijo. Aun aqu y ahora
nos concede en grado mximo su gracia y su favor. Ha dado a los hombres
el don de la Luz y la Majestad del cielo, y con l les ha concedido todos los
tesoros celestiales. Por mucho que sea lo que nos ha prometido para la vida
venidera, tambin en esta vida nos concede magnficos dones, y como objetos
de su gracia, permitir que gocemos de todo lo que ennoblezca, expanda y eleve
nuestros caracteres. Es su propsito prepararnos para las cortes celestiales.
Pero Satans est contendiendo por las almas de los hombres... No quiere
que tengan una vislumbre del futuro honor y de las glorias eternas preparadas
para los que sern habitantes del cielo, ni que prueben la experiencia que les
dara un anticipo de la felicidad del cielo...
Los que aceptan a Cristo como su Salvador personal tienen la promesa de la
vida presente; y tambin de la venidera... El ms humilde discpulo de Cristo
puede llegar a ser un habitante del cielo, heredero de Dios, de una herencia
incorruptible que jams se marchitar. Oh, que cada cual se decida a aceptar el
don celestial, para que llegue a ser heredero de Dios, de esa herencia cuyo ttulo
est fuera del alcance de todo destructor, y que es un mundo sin fin! Oh, no
elijis el mundo; elegid la herencia mejor! Apresuraos y esforzaos para alcanzar
la meta que es el premio de vuestra elevada vocacin en Cristo Jess.* [374]

*
Ao bblico: Apocalipsis 19-20.
395
El mayor honor de nuestro salvador, 31 de diciembre

Y le preguntarn: Qu heridas son estas en tus manos? Y l responder:


Con ellas fui herido en casa de mis amigos. Zacaras 13:6.

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera


tierra han pasado. Apocalipsis 21:1 (VM). El fuego que consume a los impos
purifica la tierra. Desaparece todo rastro de maldicin...
Slo queda un recuerdo: nuestro Redentor llevar siempre las seales de
su crucifixin. En su cabeza herida, en su costado, en sus manos y en sus pies
se ven las nicas huellas de la obra cruel efectuada por el pecado. El profeta,
al contemplar a Cristo en su gloria, dice: Su resplandor es como el fuego, y
salen de su mano rayos de luz; y all mismo est el escondedero de su poder.
Habacuc 3:4 (VM). En sus manos, y su costado heridos, de donde man la
corriente purpurina que reconcili al hombre con Dios, all est la gloria del
Salvador, all mismo est el escondedero de su poder... Y las marcas de su
humillacin son su mayor honor; a travs de las edades eternas, las llagas del
Calvario proclamarn su alabanza y declararn su poder.
La cruz de Cristo ser la ciencia y el canto de los redimidos durante toda la
eternidad. En el Cristo glorificado contemplarn al Cristo crucificado. Nunca
olvidarn que Aquel cuyo poder cre los mundos innumerables y los sostiene a
travs de la inmensidad del espacio, el Amado de Dios, la Majestad del cielo,
Aquel a quien los querubines y los serafines resplandecientes se deleitan en
adorar, se humill para levantar al hombre cado; que llev la culpa y el oprobio
del pecado, y sinti el ocultamiento del rostro de su Padre, hasta que la maldicin
de un mundo perdido quebrant su corazn y le arranc la vida en la cruz del
Calvario. El hecho de que el Hacedor de todos los mundos, el Arbitro de todos
los destinos, dejase su gloria y se humillase por amor al hombre, despertar
eternamente la admiracin y la adoracin del universo. Cuando las naciones de
los salvos miren a su Redentor y vean la gloria eterna del Padre brillar en su
rostro; cuando contemplen su trono, que es desde la eternidad hasta la eternidad,
y sepan que su reino no tendr fin, entonces prorrumpirn en un cntico de
jbilo: Digno, digno es el Cordero que fue inmolado, y nos ha redimido para
[375] Dios con su propia preciossima sangre!*

*
Ao bblico: Apocalipsis 21-22.
396
Apndice

Elena G. de White, 1827-1915

Los primeros aos, 1827-1860


Aunque naci en una casa de campo prxima a Gorham, Maine (Estados
Unidos), Elena Harmon pas su infancia y juventud en un pueblo cercano
llamado Portland. Se cas con Jaime White en 1846, y la joven pareja vivi
en diversos lugares de Nueva Inglaterra mientras trataba de animar e instruir a
otros creyentes adventistas a travs de la predicacin, la visitacin personal y
las publicaciones. Despus de publicar en forma irregular once Nmeros de The
Present Truth(La Verdad Presente), en 1850 lanzaron a la existencia la revista
Second Advent Review and Sabbath Herald(Revista del Segundo Advenimiento
y Heraldo del Sbado)* en Paris, Maine. De ah en adelante se trasladaron
sistemticamente a diferentes lugares ubicados ms hacia el oeste: Saratoga
Springs, y luego Rochester, en el Estado de Nueva York, a comienzos de la
dcada de 1850, y finalmente, en 1855, Battle Creek, Mchigan, donde residieron
durante los siguientes veinte aos.

1827, noviembre 26 Nace en Gorham, Maine.


1836 (c.) Sufre la fractura de la nariz y conmocin cerebral en
Portland, Maine.
1840, marzo Por primera vez oye a Guillermo Miller presentar el
mensaje adventista.
1842, junio 26 Es bautizada y aceptada en la Iglesia Metodista.
1844, octubre 22 Experimenta el chasco cuando Cristo no vino.
1844, diciembre Primera visin.

*
Ahora conocida como la Adventist Review(Revista Adventista), una de las revistas religio-
sas ms antiguas publicadas ininterrumpidamente en los Estados Unidos.
398 Dios nos Cuida

1845, primavera** Viaja a la zona este de Maine para visitar a


creyentes; encuentro con Jaime White.
1846, agosto 30 Casamiento con Jaime White.
1846, otoo Acepta la verdad de que el da de reposo es el
sbado.
1847-1848 Los White se instalan en Topsham, Maine.
1847, agosto 26 Nacimiento del primer hijo, Henry Nichols.
[376]

1848, abril 20-24 Asiste a la primera convencin de adventistas


observadores del sbado en Rocky Hill,
Connecticut.
1848, noviembre 18 Visin para comenzar la obra de publicaciones.
1849, julio Aparece el primero de los once Nmeros de The
Present Truth,publicado como resultado de la visin
de noviembre del ao anterior.
1849, julio 28 Nacimiento de Jaime Edson, el segundo hijo.
1849-1852 Se traslada de un lugar a otro con su esposo, quien
est dedicado de lleno a tareas editoriales.
1851, julio Aparece su primer libro, A Sketch of Experience and
Views(Notas sobre experiencia y opiniones).
1852-1855 Se radica en Rochester, Nueva York, donde su
esposo publica la Review and Herald(Revista
Adventista) y Youths Instructor(El Instructor de la
Juventud).
1854, agosto 29 Nace su tercer hijo, William Clarence.
1855, noviembre Junto con la planta publicadora, se trasladan a Battle
Creek, Mchigan.
1855, diciembre Se publica Testimony for the Church(Testimonio
para la iglesia), nmero 1, un folleto de 16 pginas.
1856, primavera Se trasladan a su casita de campo en Wood Street.
**
La mencin de las diferentes estaciones del ao se refiere al hemisferio norte. La primavera,
el verano, el otoo, el invierno del hemisferio norte corresponden al otoo, el invierno, la
primavera y el verano del hemisferio sur, respectivamente.
Apndice 399

1858, marzo 14 Tiene la visin sobre El gran conflicto en Lovetts


Grove, Ohio.
1860, septiembre 20 Nace el cuarto hijo, John Herbert.
1860, diciembre 14 Fallecimiento de John Herbert a los tres meses.

Aos del desarrollo de la iglesia, 1860-1868


La dcada de 1860 vio a Elena G. de White y a su esposo en el frente de
lucha para organizar la Iglesia Adventista del Sptimo Da como una institucin
estable. Esta dcada tambin fue decisiva porque en su transcurso nuestro
movimiento comenz a destacar la importancia de la salud. Respondiendo a
una apelacin de la Sra. White, la iglesia empez a ver el valor que tiene una
vida sana en la experiencia cristiana. En respuesta a su Visin de Navidad de
1865, al ao siguiente se abri nuestra primera institucin de salud, el Instituto
Occidental de Reforma de la Salud. Dicho instituto ms tarde se convirti en el
Sanatorio de Battle Creek.

1860, septiembre 29 Se escoge para la iglesia el nombre de Adventista


del Sptimo Da.
1861, octubre 8 Se organiza la Asociacin de Mchigan.
1863, mayo Organizacin de la Asociacin General de los
Adventistas del Sptimo Da.
[377]

1863, junio 6 Visin sobre la reforma pro salud, en Otsego,


Mchigan.
1863, diciembre 8 Fallecimiento del hijo mayor, Henry Nichols,
en Topsham, Maine.
1864, verano Publicacin de Spiritual Gifts(Dones
espirituales), tomo 4, con un artculo de treinta
pginas sobre la salud.
1864, agosto-septiembre Visita a la institucin mdica de James C.
Jackson, Nuestro Hogar en la Ladera, en
Dansville, Nueva York, en ruta a Boston,
Massachusetts.
400 Dios nos Cuida

1865 Publicacin de seis folletos titulados Health: or


How to Live(Salud, o cmo vivir).
1865, agosto 16 Jaime White sufre un ataque de parlisis.
1865, diciembre 25 Tiene una visin en la que se insta a crear una
institucin mdica.
1865, diciembre La Sra. White lleva a su esposo al norte de
Mchigan para facilitar su recuperacin.
1866, septiembre 5 Inauguracin del Instituto Occidental de
Reforma de la Salud, precursor del Sanatorio de
Battle Creek.
1867 Los White compran una granja en Greenville,
Mchigan, construyen una casa, y se dedican al
trabajo de campo y a escribir.

Los aos de los congresos, 1868-1881


Mientras resida en Greenville y Battle Creek, Mchigan, hasta fines de
1872, y luego dividiendo su tiempo entre Mchigan y California, Elena de White
dedic sus inviernos a escribir y publicar sus escritos. Durante el verano asista
a congresos de la iglesia; algunos aos, aunque parezca increble, asisti a 28.
Durante estos aos fueron publicados los Nmeros 14-30 de Testimonies, que
ahora se encuentran en Testimonies, tomos 2-4.

1868, septiembre 1-7 Asiste al primer congreso de la Iglesia Adventista,


celebrado en el bosque de arces del Hno. Root, en
Wright, Mchigan.
1870, julio 28 Su segundo hijo, Jaime Edson, se casa en el da
cuando cumple 21 aos.
1870 Se publica The Spirit of Prophecy(El espritu de
profeca), tomo 1, precusor de Patriarchs and
Prophets(Patriarcas y profetas).
1872, julio-septiembre En las montaas Rocallosas, descansando y
escribiendo durante su viaje a California.
1873-1874 Con su tiempo distribuido entre Battle Creek y
California, asiste a congresos, pasa algunos meses
[378]
Apndice 401

de 1873 en Colorado, descansando y escribiendo.


1874, abril 1 Visin abarcante del avance de la causa en California,
en Oregon, y en pases de ultramar.
1874, junio Con Jaime White en Oakland, California, cuando l
funda la Pacific Press Publishing Association y la
revista Signs of the Times(Seales de los Tiempos).
1875, enero 3 En Battle Creek para asistir a la dedicacin del Colegio
de Battle Creek. Visin de casas publicadoras en otros
pases.
1876, febrero 11 William Clarence, tercer hijo y gerente de la Pacific
Press, se casa a la edad de 21 aos.
1876, agosto Habla a 20.000 personas en un congreso realizado an
Groveland, Massachusetts.
1877 Se publica el tomo 2 de The Spirit of
Prophecy,precursor de The Desire of Ages(El Deseado
de todas las gentes).
1877, julio 1 Habla a 5.000 personas en Battle Creek sobre
temperancia.
1878 Se publica el tomo 3 de The Spirit of
Prophecy,precursor de la ltima parte de The Desire of
Ages(El Deseado de todas las gentes) y de The Acts of
the Apostles(Los hechos de los apstoles).
1878, noviembre Pasa el invierno en Texas.
1879, abril Deja Texas para asistir a los congresos celebrados en el
verano.
1881, agosto 1 Con su esposo en Battle Creek cuando l fue llevado
enfermo.
1881, agosto 6 Muerte de Jaime White.
1881, agosto 13 Habla durante diez minutos en el funeral de Jaime
White, en Battle Creek.

La dcada de 1881-1891
Despus de la muerte de su esposo, Elena de White residi en California, a
veces en Healdsburg y otras en Oakland. All se ocup en escribir y hablar en
402 Dios nos Cuida

diferentes lugares, hasta que parti a Europa en agosto de 1885 en respuesta a


un pedido de la Asociacin General. Durante los dos aos que pas en Europa
residi en Basilea, Suiza, excepto mientras efectu tres extensas visitas a los
pases escandinavos, a Inglaterra y a Italia. Tras regresar a los Estados Unidos
en agosto de 1887, pronto se dirigi al oeste del pas, a su casa de Healdsburg.
Asisti al congreso de la Asociacin General de 1888 en Minneapolis, en octubre
y noviembre; tras el congreso, mientras resida en Battle Creek, trabaj entre
las iglesias del centro y del este del pas. Despus de estar un ao en el este,
[379] regres a California, pero se le pidi que asistiera a la sesin del congreso de la
Asociacin General efectuado en Battle Creek en octubre de 1889. Permaneci
en los alrededores de Battle Creek hasta que parti hacia Australia en septiembre
de 1891.

1881, noviembre Asiste al congreso de California celebrado en


Sacramento, y participa en los planes para
establecer un colegio en el oeste del pas, el
cual se abri en 1882 en Healdsburg.
1882 Se publica Early Writings(Primeros escritos),
incorporando en l tres de sus primeros libros.
1884 Tiene la ltima visin en pblico de la que
haya registro, en un congreso en Portland,
Oregon.
1884 Se publica el tomo 4 de The Spirit of
Prophecy,precursor de The Great
Controversy(El conflicto de los siglos).
1885, verano Abandona California para viajar a Europa.
1887, verano Se publica The Great Controversy(El conflicto
de los siglos).
1888, octubre-noviembre Asiste al congreso de la Asociacin General en
Minneapolis.
1889 Se publica el tomo 5 de Testimonies(746
pginas), incorporando los Testimonies,
Nmeros 31-33.
1890 Se publica Patriarchs and Prophets(Patriarcas
y profetas).
1891, septiembre 12 Viaja en barco a Australia, va Honolul.
Apndice 403

Los aos en Australia, 1891-1900


Respondiendo a un pedido de la Asociacin General de visitar a Australia
para ayudar a establecer la obra educativa, Elena de White lleg a Sydney el
8 de diciembre de 1891. Acept la invitacin un tanto reticentemente, porque
quera avanzar en la redaccin de un libro ms grande sobre la vida de Cristo.
Poco despus de su llegada se enferm de reumatismo inflamatorio, lo que
la oblig a pasar en cama unos ocho meses. Aunque sufriendo intensamente,
persisti en escribir. A comienzos de 1893 fue a Zelanda, donde trabaj hasta
el fin del ao. Tras regresar a Australia a fines de diciembre, asisti al primer
congreso en Australia. En esta oportunidad se trazaron planes para la creacin
de una escuela rural; esto result en el establecimiento de lo que con el tiempo
lleg a ser el Colegio Avondale, en Cooranbong, a unos 150 km al norte de
Sydney. Elena de White compr una propiedad en las cercanas y a fines de
1895 edific su casa Sunnyside. Fue aqu donde vivi durante el resto de su
permanencia en Australia, dedicando su tiempo a escribir y a visitar las iglesias
hasta que regres a los Estados Unidos en agosto de 1900. [380]

1892, junio Habla en la inauguracin de la Escuela Bblica


Australiana, en dos edificios alquilados en Melbourne.
1892 Se publican Steps to Christ(El camino a Cristo) y
Gospel Workers(Obreros evanglicos).
1894, enero Participa en los planes para establecer una escuela
permanente en Australia.
1894, mayo 23 Visita el lugar donde se levantara la escuela en
Cooranbong.
1895, diciembre Se traslada a su casa Sunnyside en Cooranbong,
donde escribi gran parte de The Desire of Ages(El
Deseado de todas las gentes).
1896 Se publica Thoughts From the Mount of Blessing(El
discurso maestro de Jesucristo).
1898 Se publica The Desire of Ages(El Deseado de todas las
gentes).
1899-1900 Exhorta a que se establezca un sanatorio en Sydney.
1900 Se publica Christs Object Lessons(Palabras de vida del
gran Maestro).
1900, agosto Parte de Australia hacia los Estados Unidos.
404 Dios nos Cuida

Los aos en Elmshaven, 1900-1915


Cuando Elena de White se estableci en Elmshaven, el nombre de su nueva
casa ubicada cerca de Santa Elena en el norte de California, esperaba que podra
dedicar la mayor parte de su tiempo a escribir sus libros. Tena 72 aos, y
todava haba una cantidad de libros que deseaba completar. Poco se imaginaba
que se le pedira tambin que dedicase mucho tiempo a viajar, aconsejar y
hablar en pblico. La crisis creada por controversias en Battle Creek tambin le
demandara gran parte de su tiempo y energas. Aun as, escribiendo temprano
por la maana, pudo producir nueve libros durante este perodo.

1900, octubre Se instala en Elmshaven.


1901, abril Asiste al congreso en Battle Creek.
1902, febrero 18 Se incendia el Sanatorio de Battle Creek.
1902, diciembre 30 Se incendia la imprenta Review and Herald.
1903, octubre Enfrenta la crisis del pantesmo.
1904, abril-septiembre Viaja al este para colaborar con la iniciacin
de la obra en la ciudad de Washington, para
visitar a su hijo Edson en Nashville, y para
asistir a importantes reuniones.
1904, noviembre-diciembre Participa en el establecimiento del Sanatorio
Paradise Valley.
[381]

1905, mayo Asiste al congreso de la Asociacin General en la


ciudad de Washington.
1905 Se publica The Ministry of Healing(El ministerio
de curacin).
1905, junio-diciembre Participa en la iniciacin del Sanatorio Loma
Linda.
1906-1908 Ocupada en Elmshaven con trabajo literario.
1909, abril-septiembre A los 81 aos viaja a Washington para asistir al
congreso de la Asociacin General. Este fue su
ltimo viaje al este.
1910, enero Participa en el establecimiento del Colegio de
Mdicos Evangelistas en Loma Linda.
Apndice 405

1910 Dedica su atencin a la terminacin de The Acts


of the Apostles(Los hechos de los apstoles) y a la
reedicin de The Great Controversy(El conflicto
de los siglos), hasta 1911.
1911-1915 Teniendo ya una edad avanzada, slo hace unos
pocos viajes al sur de California. En Elmshaven
se ocupa en su trabajo literario, y termina
Prophets and Kings(Profetas y reyes) y Counsels
to Parents, Teachers and Students(Consejos para
maestros, padres y alumnos).
1915, febrero 13 Sufre una cada en su casa de Elmshaven y se
fractura una cadera.
1915, julio 16 Termina su fructfera vida a los 87 aos. Sus
ltimas palabras fueron: S en quin he credo.

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