Humberto Maturana
Humberto Maturana
Humberto Maturana
"La angustia está relacionada con las expectativas y se suprime eliminando las
exigencias."
Nació hace 61 años. Sus padres se separaron cuando era muy pequeño. Dice
que era un niño común y corriente. Pero no era tan así la cosa. Era anteojudo y
le decían "guatón".Y se arrancaba todos los días del colegio. Se iba derecho
para la casa. La mamá me mandaba de nuevo al colegio al día siguiente. Y yo
me volvía a arrancar. Es que estaba mejor en mi casa... Era un niño pícaro y
no de muchos amigos. Con esto de irme del colegio aprendí a leer a los nueve
años", dice, y de inmediato agrega que "a los once años ya tenía ciertas
preocupaciones fundamentales. El lenguaje me interesaba. Me fascinaba la
idea de que uno pudiera usar el lenguaje para maldecir o bendecir. Que en la
brujería se hiciesen sortilegios y encantamientos con palabras... Que el
nombre de Dios fuese secreto según la tradición judía o, en general, que se
pensase en algunas culturas que el conocimiento del nombre íntimo de otro le
diese a uno poder sobre él o ella".
¿Magia?
La responsabilidad
-El hecho de saber más sobre el hombre y el mundo, ¿le hace más fácil la vida
diaria?
-Mucho más fácil. Pero no tanto por los conocimientos específicos que yo
pueda haber adquirido, sino porque me di cuenta de que no puedo pretender
ser dueño de la verdad.
Los distintos conocimientos se validan de distinta manera. Yo he mostrado
que todas las ideologías, teorías y religiones parten de premisas que son
aceptadas a priori por el que las sostiene desde sus preferencias, no porque
sean necesarias. Si sabes esto no puedes sentirse dueño de la verdad, te liberas
de las exigencias y descubres que no tienes nada que exigirle al otro ni a ti
mismo. Tampoco entras al caos, porque la vida no es caótica, y descubres que
la armonía del vivir se hace en la convivencia, en la aceptación del otro.
¿Cree en Dios?
-No.
¿Cree que el hombre es un ser trascendente?
-No. No tiene alma como una entidad independiente. Pero existe el alma
humana -dice y pone cara de misterio. Yo te voy a explicar. Pienso que los
seres vivos son sistemas que tienen sus características como resultado de su
organización y estructura, de cómo están hechos, y para que existan no se
necesita de nada más. Pero al mismo tiempo los seres vivos tienen dos
dimensiones de existencia. Una es su fisiología, su anatomía, su estructura. La
otra, sus relaciones con otros, su existencia como totalidad. Lo que nos
constituye como seres humanos es nuestro modo particular de ser en este
dominio relacional donde se configura nuestro ser en el conversar, en el
entrelazamiento del "lenguajear" y emocionar. Lo que vivimos lo traemos a la
mano y configuramos en el conversar, y es en el conversar donde somos
humanos. Como entes biológicos existimos en la biología donde sólo se da el
vivir. La angustia y el sufrimiento humanos pertenecen al espacio de las
relaciones. Todo lo espiritual, lo místico, los valores, la fama, la filosofía, la
historia, pertenecen al ámbito de las relaciones en lo humano que es nuestro
vivir en conversaciones. En el conversar construimos nuestra realidad con el
otro. No es una cosa abstracta. El conversar es un modo particular de vivir
juntos en coordinaciones del hacer y el emocionar. Por eso el conversar es
constructor de realidades. Al operar en el lenguaje cambia nuestra fisiología.
Por eso nos podemos herir o acariciar con las palabras. En este espacio
relacional uno puede vivir en la exigencia o en la armonía con los otros. O se
vive en el bienestar estético de una convivencia armónica, o en el sufrimiento
de la exigencia negadora continua. Yo creo que Jesús era un gran biólogo. El
hacía referencia a esta armonía fundamental del vivir sin exigencia, por
ejemplo, cuando al hablar a través de las metáforas decía: "mirad las aves del
campo, ni cultivan ni trabajan ni se esfuerzan y se alimentan mejor que los
humanos" y sin angustias su existencia es armónica en la vida y la muerte. O
cuando hablaba de las flores. O cuando decía que palabra entrar en el reino de
Dios uno tenía que ser como los niños, y vivir sin la exigencia de la apariencia
en la inocencia del presente, en el estar allí en armonía con las circunstancias.
Decir todo eso es comprender la biología del ser espiritual.
¿Qué es la felicidad?
-Supongo que el no tener aspiraciones ni deseos. Vivir la vida en la armonía
de sus circunstancias. Eso no quiere decir vivir flotando en el desorden o el
caos. Uno hace lo que hace porque quiere hacerlo, y si no resulta, hace otra
cosa.