Resumen JARACH
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Resumen JARACH
CAPTULO 1
DE LOS PRINCIPIOS GENERALES SOBRE LA ACTIVIDAD FINANCIERA ESTATAL
a) La poltica financiera.
Esta primera divisin de las finanzas pblicas, como su propia denominacin nos indica, se ocupa
de investigar el aspecto o elemento poltico de la actividad financiera.
Se la ubica siempre en primer trmino no porque sea ms importante que las dems
especialidades, sino en razn de que toda operacin o fenmeno financiero necesariamente presupone
una doble decisin o eleccin a priori de su ejecucin: 1) una eleccin de los fines que con ella se
pretende alcanzar p. ej., qu necesidad se habr de satisfacer mediante la realizacin de un gasto
pblico, y, al mismo tiempo, 2) una eleccin de los medios o recursos que se habr de emplear con tal
objetivo.
En consecuencia, la poltica financiera resulta ser la especialidad cientfica que nos permite
conocer cul es la especialidad dedicada a la eleccin de gastos y recursos pblicos. Dicho estudio
est siempre ntimamente relacionado con los principios de la poltica econmica y de la poltica social
vigentes en un designado Estado y en determinado momento histrico. El origen de tal relacin se
justifica si se tiene presente que las decisiones financieras interfieren tanto en el campo econmico
como en el campo social.
En lo que respecta al campo econmico, es materia propia de la poltica financiera determinar y
seleccionar los gastos pblicos conforme no slo a las necesidades pblicas sino, adems, a la
capacidad contributiva existente en la comunidad, y, por otra parte, establecer un adecuado orden de
prioridad entre tales gastos. Esta investigacin sobre los gastos pblicos es imprescindible para no
contrariar el desarrollo de la actividad econmica nacional. En efecto: la realizacin de aqullos tiende
a incrementar dicha actividad econmica, sea operando en el consumo o en la inversin global. A la
inversa, la eleccin de los recursos que habrn de financiar tales erogaciones tendr el efecto de
disminuir esa actividad, sea en el campo del consumo o de la inversin. Esas consecuencias son, en
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realidad materia propia de la economa financiera, especialidad sta que a menudo tiende a
confundirse con la poltica financiera, por ser tanto una como la otra sectores o ramas de una misma
disciplina, es decir, la ciencia de las fianzas pblicas.
Algo de similar trascendencia ocurre en el campo social. Con respecto a ste, la poltica financiera
resulta ser la especialidad cientfica encargada de determinar las categoras o grupos sociales que se
considera dignos de inters o de proteccin por parte del Estado. El referido inters en un determinado
grupo social se manifiesta claramente por medio de importantes decisiones financieras como las
relacionadas con las exenciones, deducciones, o la aplicacin de alcuotas tributarias menos elevadas
, como tambin mediante las decisiones que conciernen a sistemas de subvenciones o de asistencia,
sea habitacional, mdica, escolar, etc., que se presta con preferencia a una categora social.
c) La sociologa financiera.
La tercera seccin de la ciencia de las finanzas pblicas, todava con un grado de elaboracin no
comparable a las anteriores, tiene como objeto de estudio el aspecto social del fenmeno financiero, o
sea, las innegables implicancias sociolgicas que tiene la actividad financiera del Estado.
d) La administracin financiera.
Esta ltima especialidad de la ciencia que nos ocupa estudia, analiza y elabora normas tcnicas
aplicables al elemento administrativo de las operaciones financieras, es decir, tiene como objetivo la
solucin de los diversos problemas que se plantean durante la etapa ejecutiva de dichas operaciones.
As, la administracin financiera se ocupa, en trminos generales, de investigar los aspectos
tcnicos de la contabilizacin y control de la actividad financiera y, en particular, del estudio de la
gestin administrativa tanto de las recaudaciones pblicas como de las erogaciones pblicas.
EL DERECHO FINANCIERO.
Bajo la denominacin de derecho financiero se reconoce a la rama de las ciencias jurdicas que
elabora, estudia y analiza todas las normas que regulan el proceso legal de los fenmenos financieros.
Entre dicha divisin del derecho y la ciencia de las finanzas pblicas existe, pues, una relacin no slo
lgica, sino que trasciende hasta alcanzar el grado de existencial para ambas disciplinas.
En efecto: el derecho financiero halla la materia viva o el germen de todos sus postulados en los
principios elaborados por la ciencia de las finanzas pblicas. Al mismo tiempo, esta disciplina tiene por
objeto de sus estudios segn ya hemos visto a la actividad financiera del Estado, a la cual hoy slo
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se la concibe bajo el gobierno de las normas elaboradas por aqul. Por ello, entre el derecho financiero
y la ciencia de las finanzas pblicas aparece una relacin que conceptuamos ms profunda que una de
mera complementacin, como a menudo se la clasifica. La vinculacin es, a nuestro entender, superior
aun a la estrecha complementacin que reconoce Griziotti, siendo, en consecuencia, clasificable
como una perfecta simbiosis o una relacin existencial.
TEORAS ECONMICAS.
a) Tesis del cambio.
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Todas estas tesis tienen en comn el haber sido elaboradas bajo la premisa de una concepcin
individualista del Estado. Segn ella, al Estado se lo concibe en aras del individuo, quien se sirve de
aqul para la realizacin de sus propios intereses, establecidos conforme al infalible clculo hedonista.
En consecuencia, para estas tesis el impuesto no representa sino un cambio, como decan Bastiat
y Proudhon, o la suma que todo ciudadano debe pagar para cubrir el gasto de los servicios pblicos. El
Estado, por consiguiente, venda sus servicios por lo que a l le costaban, establecindose una especie
de relacin contractual entre aqul y sus ciudadanos.
La teora del cambio, en cualesquiera de sus diversas tesis, dista mucho de proporcionamos una
adecuada explicacin de la naturaleza de la actividad. Conforme ya hemos visto, existen las
necesidades pblicas primarias, que se identifican con el cometido mismo del Estado y,
consecuentemente, slo pueden ser atendidas por ste, mediante los mal denominados servicios
pblicos esenciales. Y estos servicios son, por naturaleza, indivisibles, es decir, prestados a todos los
miembros de la comunidad en forma indiscriminada, sin tener en cuenta cul ha sido el monto de
impuestos pagado por cada uno de ellos. Por tanto, cmo es posible hablar de un cambio, de una
compra o de cualquier otra especie de relacin contractual entre el Estado y sus ciudadanos?
b) Teora del consumo.
El gran economista francs Jean B. Say sostuvo que la actividad financiera representaba un acto
de consumo colectivo y pblico, por cuanto el Estado slo tena que prestar servicios, los cuales, por no
ser bienes materiales, no constituan nuevas riquezas. De all que, como lo anota Griziotti, en el criterio
de Say, los gastos pblicos eran improductivos y comparables con el granizo por sus efectos
destructores de la riqueza.
Las crticas a esta teora fueron especialmente formuladas por los economistas alemanes que
elaboraron las diversas tesis de la productividad que veremos a continuacin.
c) Tesis de la productividad.
Economistas alemanes pertenecientes a la escuela histrica, como List, Dietzel y Stein, o al
socialismo de ctedra, como Schaffle y Wagner, sostuvieron, en contraposicin a lo expuesto por Say,
que la actividad financiera del Estado no era una actividad de consumo, sino productora de riquezas.
Conforme a List, el Estado con la materializacin de los servicios pblicos contribuye directa o
indirectamente a crear, en cada uno de los miembros de la comunidad, una cantidad de riqueza mayor
que aquella que consume con los impuestos. Para Dietzel, en su concepcin particularsima de la
produccin capitalista, el trabajo productivo, para desenvolverse sin perturbaciones y conseguir su
objeto de produccin de bienes, requiere, entre otros factores, la fuerza protectora o tutelar del Estado
contra la accin de peligros exteriores que pueden perjudicar o destruir el trabajo productivo, de lo cual
deduce que dicha actividad tutelar del Estado es esencialmente productiva. Finalmente, para el tercer
representante de la escuela histrica alemana, Stein, si el Estado no empleara riquezas para satisfacer
las necesidades pblicas y prestar los servicios indispensables a la vida econmica, stos difcilmente
podran ser alcanzados por el individuo, y si lo lograra sera con sacrificios incalculables. De ello, Stein
infiere que las riquezas derivadas de la economa privada y empleadas por el Estado representan una
cuota del costo de produccin, y que los gastos pblicos son reproductivos, dado que se exteriorizan en
un aumento de la capacidad productiva de la comunidad.
Sin lugar a dudas, las tesis de la productividad son exactas en varios aspectos. Por ejemplo,
cuando combaten el criterio segn el cual la actividad financiera del Estado se materializa en un acto
de consumo improductivo, o cuando sostienen que el Estado ejerce una funcin tutelar para la actividad
econmica productiva, o cuando consideran que el sistema tributario puede servir de valioso
instrumento de poltica social. Sin embargo, as como no cabe sostener a pie juntillas que la actividad
financiera del Estado siempre sirva para generar riqueza, tampoco es admisible aceptar la premisa
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segn la cual el Estado es el ente omnipotente que habr de obrar siempre, y referir toda su actividad
financiera, al servicio de una funcin ticosocial.
d) Tesis de la utilidadvalor.
Esta tesis fue originariamente expuesta por el austraco E. Sax, a quien se adhirieron luego los
italianos RiccaSalerno, Mazzola y Graziani.
Bsicamente, el profesor austraco no vea diferencia alguna entre la actividad propia de la
economa privada y la actividad financiera del Estado. En su criterio, ambas actividad es participaban
de los aspectos que caracterizan al fenmeno econmico, de donde resultaba que en la actividad
financiera estatal deban predominar tambin los conceptos fundamentales de la economa.
Consecuentemente con tales principios, Sax procur aplicar a la actividad financiera las frmulas
analticas de la economa, sobre todo la obtencin de un mximo beneficio con un mnimo medio. Con
esa postura cientfica, sostuvo que el impuesto deba gravar la riqueza de los particulares en la medida
en que su posterior utilizacin, por medio de los gastos pblicos, resultare ms ventajosa a aqullos en
la satisfaccin de sus necesidades. Ello trae aparejadas dos consecuencias: en primer lugar, el
fundamento de la actividad financiera residira en la nocin de valor; en segundo trmino, la actividad
financiera del Estado sera una actividad marginal, esto es, los individuos aplicaran a la satisfaccin
de las necesidades pblicas los recursos que utilizaran para satisfacer necesidades privadas menos
urgentes o intensas. De all que el individuo buscara, por medio de la actividad financiera que
satisface las necesidades pblicas, la atencin de necesidades marginales. Tales consecuencias
conducen, por su parte, a la conclusin de que los servicios pblicos estaran dominados por un
concepto de valorizacin subjetiva.
La tesis de la utilidadvalor incurre, pues, en un grave vicio metodolgico. En efecto: la
concepcin saxiana significa la aplicacin de la teora de la utilidad marginal concebida como una
explicacin de la formacin de los precios de mercado, a partir del concepto subjetivo del valor a la
actividad financiera del Estado. Mas sta, segn hemos puntualizado, es irreductible a los conceptos
de valor subjetivo y de la utilidad marginal, por tratarse de una actividad ordenada en aras de la
satisfaccin de necesidades pblicas, que en gran parte son indivisibles y no individualizables.
e) Tesis de la produccin cooperativista.
El principal expositor de esta tesis fue el profesor italiano Viti de Marco, quien conceba la
actividad financiera del Estado dentro de un gnero de produccin econmica. Para explicar tal
postura, aqul se vala de su peculiar idea respecto del Estado, al que conceba como una gran
empresa de produccin cooperativa para los fines de consumo, y el cual, en consecuencia, prestaba
los servicios pblicos consumidos por los ciudadanos al valor de costo de aqullos, sin propsito de
lucro.
Esta tesis, no obstante presentarse como ingeniosa, no resuelve de mejor manera que las tesis
anteriores el problema referente a la naturaleza de la actividad financiera. En efecto: si el Estado es el
productor de los servicios que los individuos consumen, resulta que la relacin entre stos y aqul es
una especie de relacin contractual o de cambio, conclusin sta a la cual ya haban arribado los
economistas clsicos, conforme tuvimos oportunidad de ver al resear la tesis del cambio. Por otra
parte, cuando se trata de hallar solucin a la cuestin relativa a la distribucin del costo de los servicios
pblicos entre los individuos consumidores o sea, cmo deben ser repartidas las cargas pblicas,
esta tesis cooperativista nos manifiesta que ello tendr lugar segn el principio del valor, con lo cual
nos conduce a los mismos inconvenientes que hallamos en la tesis de Sax.
f) Tesis de los precios.
Esta tesis, elaborada por el profesor italiano Pantaleoni, postula que la actividad financiera
como actividad estatal que se materializa obteniendo recursos y gastndolos en la produccin de
servicios o de bienes es realizada conforme al principio hedonstico y, en consecuencia, est regulada
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por un sistema de precios, en el cual la regla es la de los precios polticos, o sea, precios establecidos
sobre la base de consideraciones polticas.
En nuestro criterio, la tesis de Pantaleoni acerca de la actividad financiera no es sino otra variante
de las tesis del cambio y de la utilidadvalor, a cuyo respecto ya hemos visto cules son sus
principales inconvenientes y limitaciones.
TEORAS SOCIOLGICAS.
Con la denominacin de teoras sociolgicas se agrupa a las variadas doctrinas que negando la
posibilidad de explicar la actividad financiera a la manera en que lo hacan las tesis econmicas es
decir, como un conjunto de fenmenos racionales tendientes a asegurar, mediante un clculo
econmico, un mximo de utilidades y de bienestar, ven en la actividad financiera del Estado la
satisfaccin de apetitos y de intereses parciales, considerando todo clculo racional, por tanto, como
una pantalla o una mscara para engaar a las vctimas de los despojos y de las explotaciones.
Con indiscutible razn, Pareto critic a quienes haban explicado la actividad financiera y haban
construido toda la ciencia de las finanzas basndose en los principios econmicos, sin investigar las
fuerzas polticas y sociales que modelan a aqulla y que llegan hasta a determinar transformaciones
estructurales de la vida nacional.
En la concepcin de Pareto, el Estado es un ente metafsico, una mera ilusin, que si se quiere
conocer se lo debe identificar con la clase dominante del gobierno. El concepto de Estado queda, pues,
en la teora de Pareto y sus discpulos, totalmente destruido, eclipsado por una visin pesimista que
slo reconoce en l a una clase dominante.
Las teoras sociolgicas han sido, adems, objeto de otras diversas y acertadas crticas. stas
han sealado que es incorrecto concebir al Estado como una mera abstraccin, como un ente
inexistente, no real, y detrs del cual slo se enmascaran los grupos que gobiernan e interpretan las
necesidades de los dems en aras de sus propios intereses egostas. Y es que, como tambin lo
seala Griziotti, el Estado es una realidad y no un ente metafsico, como son una realidad las
organizaciones de derecho privado y pblico, como las sociedades, las fundaciones o las
corporaciones.
TEORAS POLTICAS.
Las diversas tesis conocidas con la comn denominacin de teoras polticascuyos mejores
expositores han sido Jze, Morselli y, sobre todo, Griziotti entienden que el problema referente a la
naturaleza de la actividad financiera slo puede ser correctamente resuelto partiendo de la
consideracin de la naturaleza ntima de su sujeto activo, es decir, el Estado. Creemos que estas
teoras estn en lo cierto.
En nuestro criterio, con suma razn, los referidos maestros, como tambin sus numerosos
discpulos, han destacado que el Estado no es ni un instrumento racional que acta slo en aras de
una relacin econmica de cambio tal como lo conceban quienes consideraban su actividad
financiera como un fenmeno econmico, ni tampoco una mera ilusin de la cual se sirve determinada
clase social para explotar a los dems, segn resultaba de las teoras sociolgicas. Para aqullos, el
Estado es un ente real, de naturaleza poltica, y en el cual, segn Griziotti, se debe reconocer la
convergencia de distintas clases y diversas fuerzas polticas y sociales, la coincidencia posible,
aunque no necesaria de los intereses y las necesidades individuales con los colectivos, y, adems, se
comprueba la resultante del conflicto de intereses entre generaciones presentes y generaciones
futuras, y la persecucin de fines que pueden ser distintos de los individuales y los colectivos de la
sociedad presente.
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Con dicho punto de partida, Griziotti y Morselli sostienen que la actividad financiera es de
naturaleza poltica. En efecto: reconocen una eminente esencia poltica: 1) en el sujeto activo de
dicha actividad, o sea, el Estado; 2) en los procedimientos coercitivos de los cuales aqul se vale para
desarrollarla; 3) en los fines que el Estado se propone con su actividad financiera; y 4) en los principios
de reparticin de las cargas financieras.
CONCLUSIONES.
1. El Estado tiene que cumplir con determinado tipo de funciones que le resultan ineludibles. Ellas
son las funciones pblicas, que se materializan mediante los impropiamente denominados servicios
pblicos esenciales.
2. A la par de los servicios recin mencionados, el Estado puede tomar a su cargo otros servicios
pblicos, ya sea por motivos que ataen al inters pblico o a la proteccin de intereses particulares.
La diferencia entre este tipo de servicios y los denominados servicios pblicos esenciales radica en
que estos ltimos deben ser inexcusablemente prestados en forma directa por el Estado, mientras que
los primeros pueden ser atendidos por l o encargados a particulares bajo control estatal.
3. Los servicios pblicos, sean esenciales o no, son objeto de una importante clasificacin por
parte de la ciencia de las finanzas pblicas, la cual los agrupa en servicios pblicos divisibles y
servicios pblicos indivisibles.
4. El monopolio fiscal no debe ser confundido con el concepto de servicios pblicos, atento a que
aqul no responde a un inters pblico, sino a obtener recursos para el Estado, motivo por el cual ste
lo prohibe a los particulares.
5. Las necesidades humanas son clasificadas en tres categoras: la primera de ellas se manifiesta
conformada por las denominadas privadas, la segunda por las colectivas y la tercera por las pblicas.
6. Las necesidades privadas y las colectivas pueden ser indistintamente satisfechas por el
individuo, la colectividad o el Estado.
7. Dentro del grupo de las necesidades pblicas es necesario distinguir entre las primarias y las
secundarias. Las necesidades pblicas primarias son aquellas de naturaleza inmutable, por tener su
origen en la propia existencia del Estado, y que slo pueden ser satisfechas por el Estado; las
necesidades pblicas secundaria, al contrario, son eminentemente mutables, segn la evolucin
paralela de la concepcin del Estado, y pueden ser indistintamente satisfechas por el Estado, la
colectividad o los individuos.
8. Una indagacin sobre el desarrollo histrico de las teoras pertinentes nos permite afirmar que
antes del siglo XVII hubo instituciones financieras, pero ellas no formaron parte de un sistema
concebido integralmente y aplicado conscientemente. Eran institutos puestos en prctica, conservados
o abandonados por motivos circunstanciales, o sea, no respondan a teoras financieras. Por ello
clasificamos a ese perodo como la prehistoria del pensamiento financiero
9. En el siglo XVII la situacin cambi radicalmente, pues fueron atisbados los dos factores
necesarios para la elaboracin de una historia de la ciencia de las finanzas, es decir: 1) el concepto de
Estado, y 2) la formulacin de postulados financieros independientes de otros de orden religioso,
jurdico o moral. Surgieron entonces el mercantilismo y su equivalente, el cameralismo.
10. Durante el siglo XVIII se impuso la filosofa del naturalismo, la cual dio lugar al movimiento del
liberalismo poltico y econmico. Fueron analizados racionalmente los principios que gobernaban la
actividad econmica, y dentro de ella se incluy la actividad financiera del Estado, la cual deba
limitarse a la satisfaccin de las necesidades pblicas primarias.
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11. En la segunda mitad del siglo XIX, y como consecuencia de motivaciones polticas,
econmicosociales y filosficas, las teoras financieras se independizaron de las doctrinas econmicas
y pasaron a conformar una nueva disciplina: la ciencia de las finanzas pblicas.
12. Para satisfacer las necesidades pblicas, sean primarias o secundarias, el Estado debe
recurrir o valerse de los distintos factores de la economa privada. Esto lo lleva a cabo hoy utilizando la
coercin estatal en forma indirecta: primero obtiene recursos y luego, mediante la realizacin de gastos
o erogaciones pblicas, satisface tales necesidades.
13. Ese procedimiento indirecto da lugar al denominado fenmeno financiero, el cual tiene la
particularidad de no ser simple, sino complejo o polifactico, pues comprende aspectos polticos,
econmicos, jurdicos, sociales y administrativos.
14. Las finanzas pblicas no son un arte, sino que conforman una disciplina cientfica. Esta ciencia
tiene su materia propia de estudio, o sea, la actividad financiera del Estado, la cual no es una especie
del gnero de actividades econmicas, por cuanto se distingue de sta por su sujeto activo, sus fines y
la riqueza.
15. La ciencia de las finanzas pblicas se sirve, en su elaboracin, de mtodos tanto deductivos
como inductivos.
16. Atento a que la materia propia de las finanzas pblicas, es decir, la actividad financiera o
conjunto de fenmenos financieros, es compleja o polifactica, el contenido de esta disciplina se
identifica con cada uno de sus diferentes aspecto. De ello resulta que sus campos de investigacin o
especialidades son la poltica financiera, la economa financiera, la sociologa financiera y la
administracin financiera .
17. El derecho financiero es una rama de las ciencias jurdicas. Entre el derecho financiero y la
ciencia de las finanzas pblicas hay, ms que una complementacin, toda una perfecta simbiosis o una
relacin existencial.
18. Como cualquier otra disciplina cientfica, la ciencia de las finanzas pblicas est relacionada
con todas las dems ciencias, aunque prevalecen sus vnculos con la economa, la poltica, el derecho
y la estadstica.
19. Las relaciones con otras disciplinas no han sido generalmente profundizadas; en especial, no
se justifica haber descartado la posible vinculacin entre la ciencia de las finanzas pblicas y la tica.
20. La actividad financiera, como objeto de estudio de la referida ciencia y como actividad especial
del Estado, consiste en el conjunto de operaciones realizadas y relacionadas con el doble objeto de
obtener recursos y cubrir gastos e inversiones necesarios para satisfacer las necesidades pblicas y,
en, trminos generales, el inters pblico.
21. Esquemticamente, podemos distinguir tres distintos momentos de la actividad financiera: el
primero, su planificacin; el segundo, la obtencin de los recursos, y el tercero, la aplicacin o inversin
de tales recursos, o sea, los gastos pblicos. Sin embargo, en la realidad ese orden esquemtico no se
da, atento a que la actividad financiera se materializa en relacin con los gastos pblicos, los cuales
son determinados en mrito a las necesidades pblicas.
22. La actividad financiera se caracteriza por tener como nico sujeto activo al Estado, y, adems,
por el hecho de que sus fines se identifican con el inters pblico. Estas notas distintivas la diferencian
de la actividad econmica.
23. Dado que en la actividad financiera se congregan todos los fenmenos financieros, aqulla es
tan polifactica como stos y, en consecuencia, reconoce aspectos polticos, econmicos, jurdicos,
sociales y administrativos.
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24. La actividad financiera no es meramente instrumental. Se trata de una actividad estatal con
finalidades propias, dentro de las cuales es necesario distinguir los denominados: 1) fines fiscales, 2)
fines extrafiscales, y 3) fines mixtos.
25. Las investigaciones sobre la naturaleza de la actividad financiera son de gran trascendencia,
pues de las conclusiones que de ellas se obtengan depender el tratamiento que se dar a todos los
dems temas estudiados por la ciencia de las finanzas pblicas.
26. Las diversas teoras econmicas sea que traten de explicar la actividad financiera como un
fenmeno de cambio, de consumo, de produccin, de utilidad marginal o de produccin cooperativista
consideran al Estado como un ente racional, capaz de asegurar a los individuos, por medio de una
actividad financiera sujeta al clculo y anlisis econmico, un mximo de utilidad y bienestar al menor
costo posible.
27. Al contrario, las teoras sociolgicas niegan la existencia real del Estado, al cual consideran
como un ente metafsico, una ilusin, que slo halla materializacin en el gobierno de una clase
dominante que se vale de la actividad financiera para engaar y explotar a los dems individuos.
28. Las teoras polticas, por su parte, consideran al Estado como un ente real en el cual
convergen distintas fuerzas polticas y sociales, e intereses individuales y colectivos. Con respecto a la
actividad financiera, sostienen que su naturaleza es poltica, atento a que tienen tal carcter: 1) su
sujeto activo; 2) los procedimientos coercitivos empleados por aqul; 3) los fines que se pretende
alcanzar con ella; y 4) los principios de distribucin de las cargas pblicas. Reconocen que los medios
son de naturaleza econmica, pero sealan, con apropiada razn, que a tales medios se los elige
segn criterios polticos y se los destina a los fines polticos de un sujeto que es tambin, como el
Estado, eminentemente poltico.
CAPTULO II
Clasificacin econmica.
As como los economistas clsicos no elaboraron una teora general sobre los gastos pblicos,
tampoco se preocuparon por formular clasificaciones analticas de stos.
Por ello, y como una consecuencia de los principios filosficos que sustentaban su concepcin del
Estado, aqullos se limitaron a sealar la diferencia existente entre los que ellos denominaron gastos
ordinarios y gastos extraordinarios. Los primeros respondan y tenan su origen en lo que los
clsicos entendan como actividad normal del Estado, es decir, asegurar los derechos individuales,
inalienables e indestructibles dando satisfaccin a las necesidades pblicas primarias. En
consecuencia, a estos egresos haba que realizarlos siempre, repetirlos todos los aos, y de all su
denominacin de ordinarios. Por el contrario, la segunda clase de gastos o sea, los extraordinarios
consista en aquellas erogaciones no habituales que se deba realizar para afrontar situaciones
excepcionales, como la guerra y tambin las inversiones necesarias para las obras y trabajos pblicos.
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Esa distincin de los clsicos mantuvo su vigencia en la literatura financiera hasta no hace
mucho tiempo. Los autores contemporneos, sin embargo, haciendo uso del procedimiento de
contabilidad seguido en los negocios modernos, trazaron una lnea tajante entre los gastos por
operaciones normales y aquellos que implicaban una colocacin capitalizadora. Surgi as la
clasificacin de los gastos pblicos en dos grandes clases: 1) erogaciones de funcionamiento u
operativas, y 2) gastos de capital o inversiones patrimoniales.
La distincin entre gastos de funcionamiento y gastos de capital no se basa en la periodicidad o
habitualidad de las erogaciones. Los egresos de funcionamiento, u operativos, si bien tienen un gran
parecido con los gastos ordinarios, comprenden todos los desembolsos considerados, actualmente,
como normales para el funcionamiento de los mal denominados servicios pblicos esenciales como de
los servicios pblicos propiamente dichos y, en trminos generales, los necesarios para una normal
marcha del Estado, pago de sueldos a funcionarios y empleados pblicos, conservacin del material,
etc. Estas erogaciones, como apunta Duverger, no implican ninguna trasferencia de capital del sector
pblico al sector privado, ni dentro del sector pblico; slo afectan, pues, el empleo de las rentas del
Estado y de la nacin. Por ello responden un poco a la idea clsica de gastos ordinarios.
Los gastos de capital, por su parte, difieren tambin de los gastos extraordinarios. Si bien es
cierto que aqullos, como estos ltimos, se refieren a inversiones en obras pblicas, trabajos de
instalacin o de reconstruccin, los egresos de capital clasificados como tales cuando se trata de
inversiones referentes al patrimonio o a la riqueza del Estado. De all que analizando este tipo de
erogaciones se pueda observar la evolucin del capital del Estado. Pero a stos gastos no se los puede
denominar extraordinarios, puesto que son, para los Estados modernos, tan habituales o peridicos
como los llamados gastos de funcionamiento.
Adems de la clasificacin recin mencionada la cual tiene gran importancia en lo referente a la
financiacin de ambas clases de gastos, se ha formulado otro significativo encasillamiento econmico
de los gastos pblicos, necesario, segn algunos financistas, para un correcto enfoque del fenmeno de
aumento del monto de aqullos, y las posibilidades de hallar sus lmites.
Nos referimos a la clasificacin expuesta por el profesor belga Masoin, quien sostiene que los
gastos pblicos, sea cual fuere la forma en que aparezcan, pueden ser divididos en los siguientes tres
grupos:
a) gastos pblicos empleados en la produccin de bienes y servicios; estos gastos, a su vez,
pueden tener alguno de los siguientes destinos:
1) ser cedidos contra el pago de una tasa, como ocurre con ciertos servicios pblicos, o contra el
pago de un precio, como ocurre en los casos de las empresas pblicas; a este primer subgrupo de
desembolsos pblicos, Masoin los denomina gastos productivos, en atencin a que se trata de
egresos trata que tienen su contraposicin en el valor econmico de los bienes que ayudan a producir
y, en su criterio, se justifican por su rendimiento financiero y econmico.
2) ser provistos gratuitamente por el Estado, tal como ocurre, a modo de ejemplo, con la
enseanza pblica; estas erogaciones son gastos de reparto o transferencia, por cuanto significan,
para dicho profesor, una trasferencia o redistribucin de bienes y servicios de un grupo de individuos (p.
ej., contribuyentes) a otro;
3) ser reservados por el Estado para su propio empleo, como sucede, a ttulo de innegable
paradigma, con los gastos de las fuerzas armadas; estos constituyen los denominados gastos reales
pues representan un gravamen para una parte de la renta nacional, dado que sustraen riqueza del
proceso econmico, sin que la actividad econmica del pas reciba contraprestacin alguna;
b) gastos pblicos utilizados para el servicio de la deuda pblica externa; est grupo de egresos,
al igual que los clasificados en el punto 3 del primer grupo, representan tambin gastos reales por los
mismos motivos antes explicados;
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c) gastos pblicos empleados para ser devueltos a la economa nacional, sin mediar
contraprestacin por parte de sta; ejemplo de esta clase de erogaciones estatales son las ayudas
sociales, los subsidios y tambin el servicio de la deuda pblica interna. Estos desembolsos
pecuniarios, que significan verdaderas trasferencias del sector pblico a la economa nacional, son
gastos de reparto, al igual que lo que ocurre con los gastos analizados en el punto 2 del primer grupo.
Por ltimo, corresponde sealar que se ha intentado tambin, con un criterio econmico, clasificar
los gastos pblicos en productivos e improductivos, los primeros comprenderan aquellos egresos
pblicos destinados a desarrollar medios de produccin, adquisicin de equipos productivos,
construccin de viviendas, etc., o a prestar servicios que las empresas privadas deberan asumir si no
fueran prestados por el Estado, tal como acontece a ttulo de modelo, con la enseanza, la
investigacin cientfica, etc. Por su parte, los denominadas gastos improductivos seran aquellos
destinados a asegurar los servicios pblicos esenciales o sea, polica, justicia, ejrcito, etc. Esta
clasificacin, que carece de una genuina base cientfica, segn seala con acierto Duverger puesto
que sin los llamados gastos improductivos faltara el orden pblico y, en consecuencia, se debilitara
todo el proceso productivo, tiene no obstante el mrito de mostrar a la opinin pblica, conforme apunta
el mencionado autor, la importancia de los gastos directamente productivos en el conjunto de los gastos
pblicos, y de ayudar, as, a destruir el mito de que la actividad estatal es siempre improductiva.
b) Clasificacin jurdicoadininistrativa.
Conforme a este criterio, todos los egresos estatales son clasificados usualmente en: 1) gastos
constitucionales; 2) gastos administrativos; 3) gastos de justicia y seguridad interna; 4) gastos militares;
5) gastos de instruccin pblica; 6) gastos de higiene y bienestar social; 7) gastos para obras pblicas;
y 8) gastos de la deuda pblica.
Por su parte, cada uno de esos gastos es agrupado en anexos, a los cuales se los divide
contablemente en incisos, tems y partidas. Este criterio clasificatorio, como lo afirma Giuliani Fonrouge,
permite apreciar la evolucin de la administracin y comparar la importancia de cada uno de sus
departamentos.
Habitualmente se destaca el notable incremento que se ha registrado cada ao, y sobre todo a
partir de la segunda guerra mundial, en el monto global de los gastos pblicos de todas las naciones. Al
mismo tiempo, se seala tambin que el referido crecimiento causa generalmente una genuina
preocupacin a los ciudadanos.
Por tal motivo, los especialistas han indagado acerca de las causas de dicho fenmeno,
coincidiendo la mayora de ellos con Griziotti, quien afirma que entre los motivos del aumento de los
gastos pblicos hay que distinguir las causas: 1) aparentes, 2) relativas, y 3) reales. Dentro del primer
tipo de causas, es decir, aquellas denominadas no reales o aparentes, se menciona en destacado y
sobresaliente lugar las variaciones en el valor de la moneda concretamente, la depreciacin de la
mayora de los signos monetarios observada en la generalidad de los pases y, en segundo trmino,
las nuevas tcnicas de elaboracin presupuestaria, dada que los presupuestos, segn el principio de
universalidad, computan en la actualidad las cifras brutas de los gastos anticipados en lugar de cifras
netas, o sea, en vez de mostrar montos de gastos a los cuales se les haya restado previamente los
22
recursos afectados a tal fin. Como causas relativas se denuncia a aquellas que si bien no pueden ser
clasificadas estrictamente como aparentes, tampoco son reales. Dentro de esta categora se menciona
el aumento de la poblacin, de la produccin o de la renta nacional, como tambin los casos especiales
de extensin de las fronteras de una nacin por anexin de territorio.
Finalmente, entre las causas reales se agrupa el incremento de los gastos militares producido por
las tensiones internacionales, el aumento internacional del costo de los bienes y servicios en los cuales
ha influido el alto grado de progreso tcnico alcanzado, la expansin de las actividades del Estado y la
diariamente creciente burocracia.
En nuestro criterio, la causa real o absoluta del formidable incremento de las erogaciones pblicas
se identifica con la nueva concepcin que filosfica y polticamente, todos nosotros, especialistas y
ciudadanos en general, le hemos asignado o permitido que se le asignara al Estado. En efecto: en las
ltimas dcadas hemos aceptado descargar la mayora de nuestras necesidades insatisfechas en la
proteccin estatal. As, reclamamos mejores y ms eficientes hospitales, escuelas, fuerzas de
seguridad, e incluso pedimos que sea el Estado quien administre los ahorros que habrn de ser las
rentas de nuestros aos no productivos. Un Estado as concebido tiene necesariamente que
incrementar sus erogaciones. De all que el aumento de los gastos pblicos no debe ser buscado en
diversas y concurrentes causas, sino en una nica y excluyente: las nuevas funciones del Estado.
CONCLUSIONES.
1. La importancia de los gastos pblicos radica no slo en la circunstancia de que en la realidad
financiera son ellos los determinantes de la actividad financiera del Estado, sino, adems, en que en
atencin a su cuanta conforman el factor de mayor volumen individual en la economa, con sus
consecuentes repercusiones en el orden social.
2. La teora general del gasto pblico investiga los elementos constitutivos y los efectos,
econmicos y sociales, que aqul produce. Los elementos que ataen, al gasto pblico son de diversa
naturaleza, atento a que suponen: 1) la satisfaccin de una necesidad pblica, su elemento poltico; 2)
el empleo de riqueza, su elemento econmico; y 3) conforme a normas legales, su elemento jurdico.
27
3. El gasto pblico es definible como el empleo de riqueza realizado por la autoridad competente
del Estado, en virtud de una autoridad legal previa, destinado a la satisfaccin de necesidades pblicas
y, en trminos generales, a la atencin del inters pblico.
4. El gasto pblico ha perdido el carcter neutro recomendado por los economistas clsicos,
trasformndose en un medio de accin del Estado, en el cual estn reunidos aspectos polticos,
econmicosociales y financieros.
5. De los diversos criterios clasificatorios de los gastos pblicos, corresponde destacar los
econmica y los jurdicoadministrativos. Los primeros, porque permiten analizar los recursos
necesarios para financiarlos, su importancia con respecto al patrimonio estatal y los posibles lmites que
se puede establecer a su aumento. Los ltimos, que se complementan con los econmicos, porque
permiten apreciar la evolucin de la administracin y comparar la importancia de cada uno de sus
departamentos.
6. Los sistemas de financiacin de los gastos pblicos han evolucionado paralelamente a las
funciones asignadas a stos; actualmente existe el consenso general de que los gastos de
funcionamiento u operativos deben ser financiados slo con impuestos, reservando lo producido por el
uso del crdito pblico exclusivamente a los gastos de capital o inversiones patrimoniales.
7. La causa real del incremento de los gastos pblicos no es otra que la nueva concepcin
filosfica y poltica que le hemos asignado al Estado, del cual reclamamos diariamente nuevas
funciones. El problema, en consecuencia, consiste en saber si con la experiencia adquirida estamos
realmente satisfechos de las responsabilidades transferidas al Estado.
8. No es posible establecer a priori topes o lmites a los gastos pblicos, atento a que ste no es
un problema econmico, sino poltico. Los lmites, pues, dependern de cmo y cundo sean realizados
los gastos.
9. Se ha discutido sobre la conveniencia de la centralizacin o descentralizacin de los gastos
pblicos. La tendencia prctica se inclina decididamente en favor de la centralizacin, fundamentando
su postura en que sta permite una ms coordinada utilizacin de los gastos pblicos, como
instrumento del Estado para ejercer su influencia sobre la actividad econmica.
10. Mediante su poltica de gastos pblicos, unida a la correspondiente a sus recursos, el Estado
puede actuar sobre la renta nacional, el consumo, las inversiones, el nivel de empleo, los precios, las
remuneraciones, las tasas de inters y, en general, producir notables alteraciones en la actividad
econmica, con sus consecuentes efectos en el orden social.
11. Dado que esas alteraciones deben ser racionalmente inducidas por el Estado, la poltica
financiera debe tener en cuenta factores tan importantes como el tipo de estructura econmica, la
coyuntura en la cual sta se halla y los medios o recursos que sern empleados para financiar los
gastos pblicos.
12. Los principios del multiplicador y del acelerador ponen de manifiesto los respectivos efectos
del gasto pblico sobre el consumo y las inversiones.
13. No existe una frmula nica en materia de gastos pblicos. El emisionismo no puede producir
bienestar, ni pleno empleo, ni desarrollo, puesto que slo conduce a la inflacin, la cual es flagelante
tanto para la economa como para el orden social.
14. Una poltica de gastos pblicos como la auspiciada en su momento por Keynes slo es
aplicable a una economa madura, en estado de depresin y caracterizada por: 1) el desempleo y 2) la
abundancia del ahorro ocioso.
15. En una economa poco desarrollada, la poltica de gastos debe ser distinta de aqulla. En este
caso se requiere el concurso programado de la actividad estatal y de la actividad privada. En este
28
sentido, el Estado, adems de realizar aquellas inversiones imposibles para el sector privado, debe
esforzarse en la creacin de un clima de seguridad y confianza poltica, financiera y jurdica.
29
CAPTULO III
DE LOS RECURSOS PBLICOS
RECURSOS ORIGINARIOS.
Estos recursos son los que provienen de los bienes patrimoniales del Estado o de diversos tipas
de actividades productivas realizadas por ste.
Los variados ingresos que conforman esta segunda categora de recursos pblicos tienen
la caracterstica econmica comn de ser obtenidos por el Estado en condiciones similares, o
prcticamente anlogas, a aquellas mediante las cuales los particulares obtienen sus propios
ingresos. A su vez, y desde el punto de vista jurdico, los recursos originarios del Estado presentan la
nota distintiva de ser ingresos que siempre tienen su origen en relaciones establecidas entre aqul y los
particulares, sin mediar coercitividad o ejercicio del poder de imperio.
Por ello, esas relaciones son gobernadas, en algunas ocasiones, por reglas del derecho
administrativo (como ocurre con las concesiones) y; en la mayora de los casos, por normas del
derecho privado (como sucede con los servicios de las entidades bancarias del Estado).
Dentro de esta categora de recursos corresponde distinguir tres especies: 1) las rentas o
resultados provenientes de la explotacin, directa o por delegacin, o de la venta de bienes
patrimoniales bienes del dominio privado, segn la terminologa del art. 2342 del Cdigo Civil
argentino; 2) las tarifas o precios cobrados por las dependencias administrativas del Estado que
prestan determinados servicios pblicos; y, finalmente, 3) las contribuciones o aportes de utilidades que
deben realizar al Tesoro pblico, por disposicin legal, las denominadas empresas del Estado.
MONOPOLIOS FISCALES
La doctrina extranjera, particularmente la francesa y la italiana, ha analizado cuidadosamente la
significacin financiera de la explotacin, por parte del Estado, de ciertas actividades industriales o
comerciales en forma monoplica. En Francia, por ejemplo, el Estado se ha reservado un derecho
exclusivo para la fabricacin de plvora y explosivos, y otro anlogo para la comercializacin de
tabaco, cigarros y cigarrillos, mientras que en Italia los monopolios fiscales estn referidos a varios
productos, entra los cuales podemos citar la sal, el tabaco, los fsforos, la sacarina, etc.
En nuestro pas, el Estado no ha realizado tales actividades monoplicas, ni tiene organizadas
empresas o establecimientos especiales para llevarlas a cabo, excepto en lo que respecta a los juegos
de azar. Para tal fin, se ha centralizado todo lo referente a la explotacin de esos juegos por medio del
Ministerio de Salud y Accin Social, especficamente la Lotera de Beneficencia Nacional y Casinos.
RECURSOS DERIVADOS.
La tercera categora de recursos pblicos es decir, aquellos que hemos denominado, siguiendo
la terminologa ms empleada, recursos derivados comprende una variada gama de ingresos, no slo
de distinta importancia cuantitativa para el Estado, sino tambin de diversa naturaleza jurdica.
Entre ellos agrupamos los recursos tributarios, los provenientes del uso del crdito pblico, las
multas y otras sanciones de carcter pecuniario todos los cuales sern examinados en los captulos
siguientes, y los ingresos provenientes de gestiones de la Tesorera.
No obstante la diversidad y la distinta composicin de todos estos recursos derivados, ellos tienen
una caracterstica comn que permite su agrupacin en una misma categora. Nos referimos a la
circunstancia de que el Estado, en todos los casos, obtiene este tipo de recursos de una manera
mediata, o sea, no como producto de negocios jurdicos tal como ocurre con los recursos originarios,
sino mediante reclamos a las economas de los particulares. Esas exigencias las puede formular el
Estado en virtud de su imperio o poder fiscal; y de all que todos esos recursos sean en definitiva, y
cuando se los considera desde el punto de vista jurdico el fruto de relaciones entre el Estado y los
particulares siempre gobernadas por normas de derecho pblico.
Esta ltima circunstancia, en cierta medida, explica el porqu de la terminologa tradicionalmente
empleada para designar estos recursos, es decir, son ingresos que derivan de los particulares ante
reclamos formulados por el Estado en virtud de su imperium o poder financiero.
Adelantos transitorios
Estos adelantos estn constituidos por los giros que efecta la Tesorera contra el Banco Central,
dentro de los lmites legales, para cubrir los faltantes estacionales de caja. Conforme a este sistema, la
Tesorera puede atender en cualquier momento las erogaciones que deba realizar, sin esperar el
efectivo ingreso de los recursos calculados, y devuelve dichos adelantos transitorios en el momento de
percibir los ingresos correspondientes.
Este tipo de operaciones ha sido expresamente previsto por el art. 24 de la ley 20.539, o Carta
Orgnica del Banco Central. Conforme a la citada norma legal, el Banco Central est facultado para
hacer adelantos transitorios al gobierno nacional hasta una cantidad que no exceda el 30 % de los
recursos en efectivo que ste haya obtenido en los ltimos doce meses. Todos los adelantos realizados
por este concepto deben ser reembolsados dentro de los doce mieses de efectuados. Si cualquier
adelanto de esta naturaleza queda impago despus del referido plazo de doce meses, la Tesorera no
puede volver a usar esta facultad hasta que las cantidades adeudadas hayan sido reintegradas. La
norma del art. 29 de la Carta Orgnica del Banco Central dispone, adems, que sobre esta clase de
adelantos la Tesorera pagar un inters a convenir con el Banco Central, el cual no podr ser mayor
que el tipo de redescuento en vigor.
Emisin de letras de tesorera.
Las letras de tesorera son ttulos pblicos de hasta un ao de plazo. Dichos ttulos pueden ser
emitidos por la Tesorera en virtud de la disposicin del art. 42. de la Ley de Contabilidad Pblica, la
cual faculta al Poder Ejecutivo para hacer uso del crdito a corto plazo, independientemente de lo
autorizado las leyes bancarias es decir, juntamente con los adelantos transitorios previstos en el art.
29 de la Carta Orgnica del Banco Central, ya comentados, para llenar deficiencias estacionales de
caja y hasta el monte que fije anualmente la respectiva ley de presupuesto.
41. CONCLUSIONES
1. La teora general de los recursos pblicos es ms antigua que su contrapuesta es decir, la de
los gastos pblicos y por ese motivo tiene mayor elaboracin que aqulla.
2. Las recursos pblicos pueden ser definidos como toda riqueza devengada en favor del Estado y
acreditada como tal por su Tesorera.
3. Para los clsicos, los recursos pblicos deban tener una finalidad exclusivamente fiscal, esto
es, servir de medio para financiar los gastos pblicos. Al asignrsele nuevas funciones al Estado,
durante nuestro siglo, esos recursos, al igual que los correspondientes gastos, se convirtieron en
instrumentos extrafiscales, o medios de accin del Estado para intervenir en las distintas actividades
desarrolladas por la comunidad.
4. Las recursos pblicos han sido tambin objeto de mltiples clasificaciones, de las cuales slo
tienen trascendencia aquellas elaboradas con criterios jurdico y econmico.
5. La clasificacin tradicional de los recursos pblicos en ordinarios y extraordinarios carece en la
actualidad de significacin, puesto que dependa de la recproca distincin que se realizaba de los
gastas pblicos.
6. Por nuestra parte, distinguimos tres categoras de ingresos pblicos: 1) los que provienen de
liberalidades; 2) los originarios; y 3) los derivados.
7. La primera categora o sea, recursos provenientes de liberalidades est constituida por los
ingresos que el Estado percibe gratuitamente y sin ejercer su coactividad.
8. La segunda categora es decir, recursos originarios la constituyen aquellos ingresos que
provienen de los bienes patrimoniales o de actividades productivas del Estado, los cuales se
caracterizan por ser obtenidos en condiciones similares a aquellas bajo las cuales los particulares
obtienen sus propios recursos.
9. Los bienes pblicos del Estado no ofrecen motivo para que se los incluya entre los estudios de
las finanzas pblicas. Ellos son bienes de primer grado, que satisfacen directamente las necesidades
pblicas. Cumplen, pues, funciones anlogas, por sus finalidades, a la actividad financiera, pero esto no
justifica que se los asimile o incluya en ella, la cual se caracteriza por ser un procedimiento indirecto
para satisfacer las necesidades pblicas.
10. La tercera categora esto es, recursos derivados est estructurada con los diversos ingresos
que el Estado obtiene mediante reclamos a las economas de los particulares, que puede formular en
virtud de su poder de imperio o fiscal, motivo por el cual stos son reglados por normas de derecho
pblico.
38
CAPTULO V
DE LOS IMPUESTOS
CAPTULO VI
c) Precio poltico.
Esta ltima clase de precios se aproxima mucho al concepto de precio pblico que acabamos de
explicar. Probablemente, la mayor diferencia entre el precio poltico y aqul reside en que tratndose
de un precio de la clase que nos ocupa, el beneficio comn no es slo importante, sino que prevalece
por sobre toda otra consideracin. Por tal motivo, generalmente se define el precio poltico como aquel
que se percibe por servicios pblicos divisibles y de demanda voluntaria de los individuos, pero en el
cual prevalece esencialmente el beneficio comn, circunstancia sta por la cual el precio poltico
habitualmente no cubre ni siquiera el costo del servicio, como sucede entre nosotros con los
ferrocarriles. Dado que a esta clase de precio, al igual que las otras dos ya referidas, se la cobra en
todos los casos por servicios de demanda voluntaria, no cabe la menor duda de que su diferencia
esencial con las tasas estriba en razones anlogas a las que enunciamos al tratar los precios cuasi
privados.
Adems, jurdicamente considerados, todos los precios, sin distincin de clase alguna, surgen
como consecuencia de relaciones entre el Estado y los particulares que estn regidas por normas del
derecho privado, mientras que las tasas por su propia naturaleza tributaria consisten en prestaciones
exigidas coactivamente por el Estado y, por consiguiente, caen dentro del mbito del derecho pblico.
Bajo el rtulo de contribuciones especiales que conforman, segn ya hemos visto, la tercera y
ltima especie de recursos tributarios se agrupa un conjunto de diversos tipos de tributos, los cuales,
aunque responden a distintas finalidades, se los recauda mediante variados procedimientos y son
cobrados por diferentes clases de organismos, tienen la caracterstica particular de que todos ellos son
aplicados como compensacin por los beneficios o las ventajas especiales que obtienen determinadas
personas o grupos sociales como consecuencia de la realizacin de obras pblicas o de actividades
estatales especficas.
A causa de esa ltima circunstancia o sea, beneficio o ventaja especial, que no es excluyente del
concepto de beneficio general de la comunidad, las contribuciones especiales no slo tienen aquella
caracterstica comn, sino que ella es, adems, el rasgo distintivo de esta especie de tributo con
51
respecto a los impuestos y a las tasas, para los cuales el concepto de beneficio particular est
totalmente ausente, en el caso de los primeros, o simplemente no atae a su esencia, como ocurre con
las segundas.
En ocasin de tratar la clasificacin de los recursos tributarios adelantamos que las contribuciones
especiales son el medio de financiacin de determinadas obras pblicas o de actividades estatales con
finalidades sociales o econmicas, de las cuales derivan ventajas especiales para el particular o un
grupo social.
Partiendo de ese concepto resultar fcil, pues, deducir que la contribucin especiales, conforme
la define Giuliani Fonrouge, la prestacin obligatoria debida en razn de beneficios individuales o de
grupos sociales, derivados de la realizacin de obras pblicas o de actividades especiales del Estado.
Esta ltima especie de tributo comprende, a su vez, tres importantes categoras de contribuciones:
1) la contribucin de mejoras, 2) el peaje, y 3) las contribuciones parafiscales.
EL PEAJE
Conforme a sus actuales caractersticas, el peaje es definible, pues, como el tipo de contribucin
especial exigida a los usuarios de una obra vial por el beneficio o ventaja obtenida para su uso, y cuya
exclusiva finalidad es amortizar los gastos de construccin, de mantenimiento y de servicios especiales
de dicha obra.
Desde el punto de vista doctrinal, es ya unnime la opinin de que la naturaleza jurdica del peaje
es, esencialmente, tributaria y, por consiguiente, deben manifestarse en el tambin todos los requisitos
de estos recursos.
Sin embargo, a la par de esa unanimidad en lo que atae a la naturaleza tributaria del peaje, hay
divergencias en lo referente a la especie de tributo dentro de la cual corresponde agruparlo. La mayora
de los autores argentinos entre ellos, nombres tan prestigiosos como los de Bielsa, Ahumada y Garca
Belsunce consideran que el peaje no es una contribucin especial sino ms bien una tasa. Esta
clasificacin doctrinal es compartida, por otra parte, por la legislacin positiva de la provincia de Buenos
Aires, atento a que el art. l de la ley 6972 dispone que se instituye el sistema de financiacin de obras
pblicas mediante la imposicin de tasas de peaje.
A su vez, otro sector doctrinal califica al peaje como un impuesto especial o, conforme a la
terminologa ms usada, un derecho.
Por nuestra parte, muy convencidos por los argumentos que en su momento expuso Giuliani
Fonrouge, creemos que el peaje est comprendido dentro de la especie tributaria denominada
contribuciones especiales.
En efecto: entendemos que no puede agruprselo en la categora de impuestos porque el peaje no
reconoce el principio de la capacidad econmica o contributiva del contribuyente o del usuario, lo cual,
segn dijimos, es esencial para caracterizar esta clase de tributos. Estimamos igualmente incorrecto
clasificarlo como una tasa, puesto que en el caso del peaje no estamos en presencia de un servicio
pblico, sino de la utilizacin de una obra pblica. Adems, las tasas son exigidas a quienes efectiva o
potencialmente hacen uso de un servicio pblico, mientras que al peaje slo puede imponrselo a quien
real o efectivamente hace uso de una obra pblica, no por la posibilidad o potencialidad de su uso.
CONTRIBUCIONES PARAFISCALES.
Se denomina contribucin parafiscal a la prestacin exigida coactivamente por el Estado en favor
de un organismo pblico o semipblico, con el objeto de asegurar la financiacin automtica de ste y
cumplir con determinadas finalidades de carcter social o econmico.
Conforme a esa definicin, dentro de la categora de contribuciones especiales est comprendido
el creciente nmero de recursos reclamados por el Estado, desde hace relativamente poco tiempo, para
atender las ms diversas finalidades sociales o econmicas, y que en la terminologa legislativa han
recibido variadas y confusas denominaciones: aportes, derechos, cuotas, aranceles, cargas, etc.
En nuestro pas, las contribuciones parafiscales aplicadas en los ltimos aos representan una
creciente cantidad. Esa circunstancia queda confirmada con una mera enumeracin, no completa, de
tales contribuciones:
53
1) aportes y contribuciones jubilatorias; 2) aportes de subsidios familiares; 3) contribuciones a la
Junta de Carnes, a la Junta de Granos, etc. ; 4) contribuciones sindicales; 5) contribuciones al Fondo
Algodonero Nacional, al Fondo de Emergencia Azucarero, al Fondo para la Vitivinicultura, al Fondo para
la Industria del T; 6) contribuciones al Fondo de Fomento Cinematogrfico, etc.
El gran incremento en el nmero de tipos de estas contribuciones responde, segn nuestro
criterio, a dos motivos principales. El primero es el innegable intervencionismo del Estado moderno,
mientras que el segundo reside en la marcada tendencia registrada, en los ltimos tiempos, hacia la
descentralizacin de las gestiones de la Administracin pblica.
CONCLUSIONES.
l. La tasa es definible como una especie de tributo exigida por el Estado, u otro ente pblico
facultado a tal efecto, como contraprestacin por la utilizacin efectiva o potencial de un servicio pblico
divisible o de costo prorrateable.
2. A menudo, la clara distincin que se establece, desde el ngulo terico, entre las tasas y los
impuestos desaparece en la prctica; primero, por la deficiente terminologa empleada por la legislacin
positiva; en segundo trmino, porque el costo de un mismo servicio pblico divisible puede ser
financiado conjuntamente por ambas especies de tributos, y, en tercer lugar, porque las tasas a veces
son debidas por quienes no han hecho uso o recibido ventaja o beneficio de tal servicio pblico. A
causa de ello, el criterio ms adecuado para distinguir estas dos clases de tributos se basa en la causa
por la cual se paga una u otra. En el caso de las tasas, la causa radica en la prestacin de un servicio
pblico determinado, mientras que en los impuestos reside en la capacidad contributiva de los
contribuyentes.
3. En lo que respecta a la distincin entre las tasas y las contribuciones especiales, podemos
afirmar que las primeras presuponen una retribucin por un servicio pblico, mientras que las segundas
constituyen una especie de compensacin por beneficios especiales recibidos, ya sea por obras
pblicas o por actividades estatales especiales.
4. Las mltiples dificultades tericas y prcticas que han surgido para distinguir a las tasas de los
diversos tipos de precios sean stos privados, cuasiprivados o polticos slo pueden ser resueltas si
se atiende a la clase de demanda con la cual se reclama la prestacin del servicio. Tratndose de
precios, la demanda ser voluntaria, es decir, existe la posibilidad de practicar una eleccin entre
utilizar o no utilizar ese tipo de servicios. Al contrario, las tasas son siempre percibidas por la
satisfaccin de una demanda coactiva u obligatoria; o sea, el servicio es prestado sin que medie un
pedido del interesado, e incluso contra su propia voluntad.
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5. Con la finalidad de establecer la medida, el monto o el quantum de las tasas, en doctrina han
sido expuestos tres criterios: el del costo del servicio, el de la ventaja diferencial y el de la capacidad
contributiva. Alternativamente, todos fueron admitidos por la jurisprudencia argentina. Sin embargo,
cualquiera de ellos debera ser complementado con un cuarto criterio, el de la cuanta global de la lasa,
el cual consiste, bsicamente, en determinar si el monto total de lo recaudado por la tasa guarda una
razonable y discreta relacin con el costo total del servicio pblico efectivamente prestado.
6. Las contribuciones especiales, en general, son definibles como las prestaciones obligatorias
debidas en razn de beneficios individuales o de grupos sociales derivados de la realizacin de obras
pblicas o de actividades especiales del Estado. A su vez, en el conjunto de las contribuciones
especiales, las contribuciones de mejoras deben ser distinguidas de la contribucin del peaje y de las
contribuciones parafiscales.
7. En el caso de la contribucin de mejoras, el beneficio o la ventaja individual es de orden
patrimonial, por lo cual aqulla puede ser definida como la prestacin obligatoria debida en razn de un
aumento del valor venal de la propiedad inmueble, derivado de la realizacin de una obra pblica.
8. A pesar de la falta de uniformidad jurisprudencial con respecto a la naturaleza de la contribucin
de mejoras a veces calificada como una carga real, a veces considerada como un impuesto especial o
una tasa o un precio, no cabe dudar de que ella es tributaria. La contribucin de mejoras no puede ser
asimilada a un derecho real, pues la facultad del Estado para su cobro no puede ser incluida en ninguna
de las categoras de derechos reales comprendidas en el derecho civil.
9. El impropiamente denominado derecho de peaje es una clase de contribucin especial que se
exige a los usuarios de una obra vial por el beneficio o la ventaja obtenida por su uso; su finalidad
consiste en amortizar los gastos de construccin, de mantenimiento y de servicios especiales de dicha
obra.
10. El peaje no es un impuesto, por cuanto no reconoce el principio de la capacidad contributiva;
estimamos que tampoco es una tasa, puesto que no se trata de la retribucin de un servicio pblico,
sino de una compensacin por la utilizacin de una obra pblica e, adems, slo puede ser exigido a
quienes real o efectivamente no potencialmente se benefician con su uso. Por ello debe ser
clasificado como una contribucin especial.
11. Las contribuciones parafiscales consisten en variados tipos de prestaciones exigidas
coactivamente por el Estado en favor de organismos pblicos o semipblicos, con el objeto de
asegurar la financiacin de stos y cumplir con determinadas finalidades de carcter social o
econmico. En la terminologa legislativa, estas contribuciones especiales han recibido denominaciones
tan confusas como, por ejemplo, aportes, derechos, cuotas, cargas, etc.
12. El formidable incremento del nmero de las contribuciones recin mencionadas se debe a dos
causas: 1) el intervencionismo del Estado, y 2) la descentralizacin de las funciones de la
Administracin pblica.
13. Las contribuciones parafiscales reconocen una genuina naturaleza tributaria, dado que no son
cotizaciones voluntarias o libres, sino prestaciones compulsivamente exigidas por el Estado. La
circunstancia de que stas sean recaudadas por organismos descentralizados o semipblicos no
vara, de ninguna manera, la naturaleza sealada. Se trata de una delegacin de la competencia
tributaria, es decir, de la facultad de administrar y de recaudar dichas contribuciones.
CAPTULO VIII
PRINCIPIOS PRESUPUESTARIOS.
Segn anticipamos al describir el origen y la evolucin del presupuesto, en el siglo, pasado fueron
elaborados ciertos principios o reglas con respecto a la confeccin y el contenido de aqul, los cuales,
ntimamente relacionados entre s tenan como nico objeto cardinal establecer una disposicin
metdica u ordenada de las finanzas del Estado.
Esos principios, por su clara y fundamentada exposicin terica, alcanzaron difusin popular con
las denominaciones de principio del equilibrio, principio de la anualidad, principio de la unidad y
principio de la universalidad, y fueron respetados como autnticos dogmas financieros hasta despus
de la primera guerra mundial. Sin embargo, a partir de la dcada de los aos 30 y especialmente
despus de la segunda guerra mundial, no slo fueron puestos en tela de juicio por ciertos sectores de
doctrinarios, sino que tambin resultaron, en algunos casos, reelaborados y, en otros, incluso
abandonados en la prctica financiera.
Los crditos adicionales son los votados en cualquier poca del ao para paliar o cubrir una
insuficiencia de la dotacin de recursos presupuestarios iniciales. En Inglaterra, estos crditos son
utilizados para cubrir la insuficiencia de las denominadas cargas de los fondos consolidados
(consolidate fund services) o sea, intereses de la deuda pblica, sueldos de jueces, del auditor general
y de otros funcionarios, establecidas por leyes especiales que mantienen su vigencia hasta que el
Parlamento dispone lo contrario y, por tanto, no se las vota anualmente como el resto del presupuesto.
Los duodcimos o dozavos provisionales son los expedientes a los cuales se recurre, por
ejemplo en Francia, cuando un proyecto de presupuesto no puede ser votado en el trmino debido.
Consisten, principalmente, en una apertura de crditos o autorizaciones mensuales al Poder Ejecutivo
para realizar los gastos previstos en el proyecto de presupuesto todava en discusin, como tambin
para recaudar los impuestos segn las tasas vigentes, hasta tanto se sancione la pertinente ley de
presupuesto. Dichos crditos tienen, por consiguiente, el carcter de sumas a cuenta, y luego se los
imputa al presupuesto definitivo.
PRINCIPIO DE LA UNIDAD.
El principio de la unidad implica que todos los gastos e ingresos pblicos deben ser agrupados en
un mismo documento y presentados conjuntamente para su correspondiente aprobacin legislativa. En
consecuencia, tal como fue concebido originariamente por los financistas clsicos, el principio de la
unidad dispona que tena que haber un solo presupuesto anual, en el cual estuviesen reunidos, de un
lado, todos los gastos pblicos y, del otro, todos los ingresos del Estado.
Este principio que con buenas razones los clsicos consideraban esencial e imprescindible para
asegurar una buena gestin de las finanzas pblicas, particularmente porque permita conocer el
volumen total del presupuesto y comprobar si cumpla con el principio del equilibrio ha sufrido
significativas excepciones. Entre stas, adems de los presupuestos de explotacin y presupuestos de
capital que ya hemos visto, cabe mencionar especialmente los presupuestos anexos o tesoros
especiales o cajas especiales que han proliferado ltimamente en nuestro pas, como consecuencia de
la aplicacin de las denominadas contribuciones parafiscales, que estudiamos y criticamos en su
oportunidad.
En efecto: la prctica financiera argentina tiende a alejarse cada da ms de la regla de la unidad
presupuestaria, a pesar de que nuestra Ley de Contabilidad Pblica, en su primer artculo, dispone que
el presupuesto general de la Nacin comprender todas las erogaciones que, se presume, debern
hacerse en cada ejercicio financiero, lo cual implica que aqul tendra que comprender todos los
ingresos pblicos.
Sin embargo, segn tuvimos ocasin de sealar cuando estudiamos las contribuciones
parafiscales, nuestro presupuesto nacional, en los hechos, nunca agrupa todos los recursos pblicos.
Se lo impide esa anomala presupuestaria que deja al margen de la Tesorera General los ingresos
propios de cuentas especiales, como lo son el fondo ganadero, el energtico, el del tabaco y una
interminable cantidad de otros fondos, cuentas o cajas parafiscales.
PRINCIPIO DE LA UNIVERSALIDAD.
El principio de la universalidad presupuestaria complementa a los anteriores, en especial al del
equilibrio, por cuanto exige que los gastos no sean compensados con los recursos, es decir, que tanto
aqullos como stos sean presentados en sus cantidades brutas, sin mostrar saldos netos.
As, por ejemplo, las erogaciones de funcionamiento del Correo deben ser consignadas por su
cantidad total en el presupuesto general de la Nacin, sin proceder previamente a descontar o restar de
ella la cantidad de recursos recaudados por esa misma entidad estatal.
Este principio ha sido expresamente reconocido por nuestra Ley de Contabilidad Pblica, la cual
dispone en su art. 2 que los recursos y los gastos pblicos figurarn en el presupuesto separadamente
y por su importe ntegro, no debiendo en caso alguno compensarse entre s.
La aplicacin de este principio de la universalidad presupuestaria ha dado lugar, en la mayora de
los casos, a la preparacin de los denominados presupuestos brutos en contraposicin a los que se
podra clasificar, por no seguir dicha regla, como presupuestos netos.
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61
El conocimiento general y particularizado del Plan presupuestario es condicin fundamental para
el control de la accin del Estado por la opinin pblica y para que el sector privado ajuste sus propias
actividades en funcin de la economa del sector pblico, tanto en lo referente a los gastos como a los
recursos, ya que ambos han de ocasionar efectos en la demanda y en la oferta de bienes y servicios. El
principio de la publicidad se proyecta tambin sobre la preparacin y sobre la ejecucin del
Presupuesto.
Claridad
Este principio est, en cierto modo, implcito en el anterior, puesto que el conocimiento del
Presupuesto se malogra si las previsiones presupuestarias no son claras. Debe observarse que, si bien
la especificacin detallada de las distintas partidas puede contribuir a la claridad del Presupuesto, el
excesivo parcelamiento puede tambin provocar oscuridad en el conocimiento del Plan estatal.
Exactitud
Este principio exige que las previsiones del Presupuesto, tanto en lo referente a los gastos como a
los recursos, sean lo ms exactas posible. Ello no excluye la posibilidad de error en todas aquellas
cifras que son fruto de estimaciones de eventos futuros, pero no justifica la astucia o la mala fe de los
hombres de gobierno, tanto del Poder Legislativo como del Ejecutivo, que pretendan burlar la opinin
pblica con previsiones de gastos o recursos abultadas o disminuidas intencionalmente.
Anticipacin
Como no slo su nombre sino su propia esencia de plan econmico del sector pblico lo exige, el
Presupuesto debe ser sancionado con anterioridad al comienzo del periodo para el cual ha de regir.
No hay principio presupuestario cuya exigencia sea ms evidente y esencial para los propsitos
fundamentales del Presupuesto y que, en la prctica, sea ms burlado o desatendido, por lo menos en
ciertos pases...
CONCLUSIONES.
CAPITULO IX
TITULO PRIMERO
CAPITULO II
69
NOCIONES GENERALES DE DERECHO FINANCIERO
oncepto y definicin del derecho financiero. El derecho financiero tiene como finalidad
Cestudiar el aspecto jurdico de la actividad financiera del Estado en sus diversas
manifestaciones, y tanto por su naturaleza y contenido, como por su objeto, constituye disciplina
integrante del derecho pblico. Myrbach Rheinfeld, considerado como su precursor, lo defini a
principios del siglo como las normas del derecho pblico positivo que tienen por objeto la
reglamentacin de las finanzas de las colectividades pblicas (Estado y otros entes con administracin
propia existentes en el interior de aqul).
El derecho financiero es el conjunto de normas jurdicas que regulan la actividad financiera del
Estado en sus diferentes aspectos: rganos que la ejercen, medios en que se exterioriza y contenido de
las relaciones que origina.
ontenido del derecho financiero. Desde el momento que la actividad financiera se hace
Cefectiva en cuanto a las erogaciones necesarias para satisfacer las necesidades generales, a los
70
recursos para cubrirlas y en el control de las inversiones, sguese que corresponde al derecho
financiero ocuparse del aspecto jurdico de esos sectores de vida estatal, comenzando por el
instrumento bsico que es el presupuesto.
El derecho presupuestario, entonces, constituye una parte esencial del derecho financiero. Se
complementa con el rgimen jurdico de las inversiones y gastos pblicos y de su control.
En segundo lugar trata de la administracin del patrimonio del Estado, concibiendo al patrimonio
en un sentido particular, diferente del que tiene en derecho civil, ms bien aproximndose al concepto
econmico, esto es, como riqueza esttica en cuyo derredor se desarrolla el flujo de la riqueza en
movimiento; concepcin que incluye, por implicancia, el rgimen de los servicios pblicos y de
empresas estatales o con participacin oficial.
Singular relevancia adquiere la parte relacionada con la aplicacin y recaudacin de los tributos: el
derecho tributario o derecho fiscal. Este sector de importancia excepcional ha dado lugar a una intensa
elaboracin doctrinal; por otra parte, la internacionalizacin de las finanzas y la agudizacin de los
problemas monetarios han exigido soluciones fuera del derecho tradicional, permitiendo hablar de un
derecho monetario, constituido por el conjunto de normas econmicas y jurdicas relacionadas con la
moneda como instrumento de cambio y como elemento de las obligaciones con ella vinculadas,
especialmente en los emprstitos internacionales.
elaciones del derecho financiero con otras disciplinas. La relatividad del concepto de
Rautonoma de las disciplinas jurdicas, as como la poliformidad del fenmeno financiero,
permiten comprender que el derecho financiero mantiene estrecha vinculacin con otras ramas
de las ciencias jurdicas y de las econmicosociales.
Por supuesto que en primer trmino se relaciona estrechamente con la economa poltica y con la
ciencia de las finanzas, ya que el factor econmico adquiere importancia preponderante en la materia y
el acto jurdico en que se concreta la actividad financiera reposa en presupuestos cuyo anlisis
71
pertenece a la rama mencionada en ltimo trmino (incluyendo en ella la poltica financiera y la
economa financiera).
Es obvia la vinculacin con el derecho administrativo, por la identidad del sujeto de ambas
disciplinas la administracin pblica y, la comunidad de algunos conceptos.
El derecho constitucional asume importancia excepcional, especialmente en nuestro pas, por la
funcin que corresponde a cada rama del poder pblico en la actividad financiera y, en especial, por el
rgimen americano de control judicial de constitucionalidad de las leyes. Diversas normas
constitucionales sobre actividad financiera asumen la condicin de principios generales del derecho
financiero, y ellas, as como las disposiciones sobre poderes tributarios, presupuesto, control de gastos,
emprstitos, constituyen materias que hoy integran nuestra disciplina.
El desarrollo de las comunicaciones y la intensificacin de las relaciones comerciales han
determinado la internacionalizacin de las finanzas, tanto pblicas como privadas, acrecentando la
importancia del derecho internacional en los aspectos relacionados con aqullas. No solamente han
surgido nuevos problemas como consecuencia de emprstitos internacionales, de devaluaciones o
depreciaciones monetarias, del control de cambios, sino tambin de las repercusiones extranacionales
de la intensificacin del poder tributario de los Estados (doble o mltiple imposicin) y de la creacin de
organismos supranacionales, todo lo cual proporciona idea cabal de la transformacin que se est
operando en la vida de los pueblos. Paralelamente a ello, en busca de soluciones, se han intensificado
ciertos medios, antes poco practicados, tales como congresos, conferencias, reuniones de tcnicos,
tratados bilaterales o multilaterales, etc., de manera que no hay para qu insistir en la trascendencia
que asume actualmente el aspecto internacional del derecho financiero. Tambin el derecho penal se
vincula con la actividad financiera, especialmente en lo que respecta a la violacin de las leyes
tributarias y de las normas sobre control estatal de la actividad privada (control de cambios, etc.), no
habiendo cesado las polmicas acerca de la aplicabilidad de las normas penales ordinarias, o de la
existencia de un derecho penal fiscal o de un derecho penal administrativo con independencia
conceptual. Por otra parte, la percepcin de los impuestos y otros gravmenes da lugar a una actividad
en estrecha concomitancia con el derecho procesal.
erecho financiero y derecho privado. La importancia del derecho civil y del derecho
Dcomercial en la evolucin del derecho, especialmente el primero por su mayor elaboracin, y la
preeminencia que se les asigna en la enseanza universitaria, en detrimento de las disciplinas
del derecho pblico, han dado motivo al errneo concepto de que el derecho privado constituye el
derecho comn y requiere la subordinacin de las otras ramas. Esta creencia se ha visto robustecida
entre nosotros, por las disposiciones constitucionales arts. 31 y 67, inc. 11 que confieren supremaca
a las leyes nacionales, entre las cuales se cuentan los cdigos civil y de comercio.
El concepto de la autonoma del derecho financiero, con particular referencia a la materia
tributaria, ha sido acogido por nuestros tribunales, al sustentar estos conceptos: a) el derecho fiscal
tiene sus reglas propias, sin que deba someterse necesariamente a las figuras jurdicas del derecho
privado; b) el legislador puede crear, a los efectos impositivos, un rgimen distinto del que se aplica en
el derecho comn a las relaciones entre el ente social y los socios, por tratarse de normas con la misma
jerarqua; c) la legislacin tributaria es autnoma para determinar el objeto imponible, las modos y
formas de clculo y aplicacin de los tributos en tanto se respeten las instituciones de la legislacin civil;
d) las normas jurdicas de derecho privado y las normas de derecho pblico fiscal actan o pueden
actuar en mbitos diferentes: las primeras en cuanto a las relaciones de los particulares entre s y las
segundas en orden al propsito tributario del Estado, de modo que ambas pueden coexistir sin colisin.
72
uentes del derecho financiero. Entendiendo la expresin fuentes del derecho en el sentido
Fde medios generadores de normas jurdicas, es decir, como formas de creacin e imposicin de
stas, diremos que los autores coinciden en enumerar como fuente del derecho financiero: la ley,
los reglamentos y los tratados internacionales. Algunos incluyen la Constitucin, la costumbre, los
principios generales del derecho, y ninguno menciona la jurisprudencia y la doctrina; tambin cabe
recordar los acuerdos interjurisdiccionales celebrados entre entidades de un mismo pas, en los de
organizacin federal.
a) La Constitucin. En razn de la importancia que reviste la Constitucin en nuestro pas, base
de su organizacin institucional, es indudable su trascendencia como medio creador de normas
financieras; no solamente al contemplar principios generales bsicos y disposiciones sobre la materia,
sino tambin al organizar un sistema de control judicial de constitucionalidad de las leyes.
Nuestro texto constitucional ha acogido diversos principios generales del derecho, dndoles fijeza
y fuerza obligatoria; algunos asegurando atributos esenciales de la persona humana como la libertad
en todas sus manifestaciones (del individuo, de pensamiento, de cultos, de prensa, de la morada, de
usar y disponer de la propiedad, de defensa en juicio, de trabajar, de circular), y la igualdad (ante la ley
y cargas pblicas); en otros casos, afirmando principios generales de la tributacin (igualdad, equidad y
proporcionalidad de los impuestos y contribuciones) o del crdito pblico (objetivos de los emprstitos y
operaciones de crdito).
Por otra parte, contiene disposiciones sobre poder tributario acerca de la anualidad del
presupuesto y del control de las cuentas de inversin (art. 67; inc. 7), y, finalmente, al crear la
supremaca de la Constitucin, leyes nacionales y tratados internacionales (art. 31) y confiar al poder
judicial la facultad de hacer efectiva su superior jerarqua (art. l00).
b) La Ley. Pero, indudablemente, la fuente inmediata de mayor importancia en derecho
financiero es la ley. En nuestro pas nadie puede ser obligado a hacer lo que no manda la ley, ni
privado de lo que ella no prohibe (art. 19. C. Nac.), y aplicado el concepto a nuestra materia, significa
que sin aqulla no podran existir tributos, presupuestos o emprstitos, es decir que sin ley no habra
actividad financiera.
c) Leyes delgadas y decretos leyes. La facultad de sancionar las leyes corresponde
exclusivamente al poder legislativo, sin que resulte admisible su delegacin en el ejecutivo en pocas
de normalidad institucional. Sin embargo, ello ocurre con cierta frecuencia, unas veces con textos
constitucionales que lo autorizan y otras por deformacin de las instituciones al amparo de corrientes
ideolgicas extraas o por vocacin autocrtica.
En nuestro pas la delegacin de facultades resulta inconciliable con el rgimen constitucional, y
los decretosleyes slo se conciben en perodos de anormalidad institucional (gobiernos de facto), pero
no en pocas regulares, pues aun los llamados decretosleyes de necesidad importan usurpacin de
poderes legislativos y son jurdicamente irregulares.
d) Reglamentos. Tambin constituye, en fuente del derecho financiero, las reglamentaciones
que emita el poder ejecutivo, esto es, las instrucciones y reglamentos que sean necesarios para la
ejecucin de las leyes, cuidando de no alterar su espritu con excepciones reglamentarias (art. 86. inc.
2. Constitucin Nac.); y por cierto que en materia financiera adquieren gran importancia, hasta el
extremo que nuestra Corte Suprema les ha atribuido valor de ley tratndose de impuestas internos al
consumo. Adems, en ciertos casos el legislador condiciona la vigencia de una ley a la reglamentacin
que dicte el poder ejecutivo, dicindose en tal supuesto que la ley, no es autoaplicable. La facultad de
reglamentar las leyes corresponde, por disposicin constitucional, al poder ejecutivo, esto es, al
presidente de la Nacin (arts. 74 y 86, inc. 2), pero siendo una potestad inherente a la funcin
administrativa, no puede negarse que tambin la poseen en cierta medida algunos rganos de la
administracin, tanto ms cuanto que la materia financiera origina problemas de gran complejidad
tcnica que exigen decisiones rpidas y frecuentes. Esta interpretacin ha sido aceptada por la justicia
73
federal, al establecer que si bien, en principio, es inaceptable la delegacin de poderes especficos
para legislar, el Congreso puede confiar al poder ejecutivo o a algn cuerpo administrativo la regulacin
de los pormenores y detalles necesarios para la ejecucin de la ley.
e) Tratados internacionales. Los tratados o convenciones internacionales ocupan un lugar
singular y asumen relevancia excepcional en el derecho financiero internacional, considerando algunos
autores que constituyen una fuente indirecta por derivar su validez de la ley nacional aprobatoria. A
pesar de esto (de lo dispuesto en el art. 31 de la Constitucin Nacional que eleva las convenciones
internacionales al rango de ley suprema de la Nacin), la Corte Suprema ha interpretado que ni el art.
31 ni el 100 de la Constitucin Nacional, atribuyen prelacin o prioridad de rango a los tratados con
relacin a las leyes vlidamente dictadas, rigiendo para ambos tipos de normas el principio con arreglo
al cual las posteriores derogan a las anteriores.
f) Acuerdos o convenciones internos. No puede omitirse en esta enumeracin los acuerdos o
convenciones que se celebren en los pases de organizacin federal, entre las diversas entidades con
poder financiero; por ejemplo, entre dos o ms cantones (Suiza) o Estados (Brasil, Estados Unidos), o
bien, entre las provincias o entre stas y los organismos que representen a la Capital Federal
(Argentina). Nuestra Constitucin autoriza la celebracin de tratados interprovinciales sobre materias
que no sean de orden poltico, con conocimiento (no dice aprobacin) del Congreso (arts. 107 y 108),
de modo que ellos serian vlidos con respecto a la materia financiera.
Tambin cabe hacer mencin en este pargrafo, de las leyescontratos, como ha dado en
llamarse al rgimen de unificacin y coparticipacin de impuestos, instituido por las leyes 14.390 y
modificatorias y 14.788 y sus reformas. Esa denominacin tiene su origen en el hecho de que las
provincias deban adherirse al rgimen propuesto por el congreso (actuando como legislatura local
evidentemente), es decir que el gobierno nacional aplicara y administrara los respectivos gravmenes
y luego distribuira una parte de la recaudacin entre las provincias y la municipalidad de la Capital.
nterpretacin de la Corte Suprema. La Corte Suprema de nuestro pas ha establecido que las
Ileyes financieras pueden tener efecto retroactivo, pero al propio tiempo, como no poda menos de
ocurrir, procur atenuar sus perniciosos efectos recurriendo a la doctrina de los derechos
adquiridos; y ante la necesidad de fundar su decisin en una disposicin concreta del texto
constitucional, recurri a la garanta de la propiedad amparada por el art. 17. En materia tributaria, dijo,
slo existe un derecho patrimonial garantizado por la Constitucin, cuando media un contrato o una
convencin especial en virtud de la cual ese derecho est incorporado realmente al patrimonio del
deudor, como es el caso de una concesin que asegure el pago de un gravamen determinado durante
su vigencia, o tambin si el Estado mediante la intervencin de sus funcionarios hubiera aceptado el
pago de una obligacin fiscal otorgando el correspondiente recibo. Y precisando conceptos, expres en
numerosos casos que el pago de un tributo surte pleno efecto extintivo que no permite revivir la
obligacin salvo que mediare ocultacin o dolo por parte del contribuyente, en razn de originar una
relacin de naturaleza contractual entre fisco y contribuyente, que determina el surgimiento de un
derecho patrimonial que merece la garanta art. 17 de la Constitucin.
Lcance de la retroactividad de las leyes financieras. Las leyes financieras en general y las
Atributarias en especial, por su naturaleza y por la materia oscilable que afectan, no pueden ser
estticas. Como seala uno de los ms sagaces y originales tratadistas norteamericanos, la ley
fiscal no es un contrato, inmutable como las leyes de los medos y los persas; ms an, puede
afirmarse que su dinamismo, su frecuente variabilidad, constituye la regla.
Evidentemente las leyes de este tipo pueden ser retroactivas. No decimos que deban serlo,
porque el efecto normal de stas, como de las dems leyes, es que rijan para lo futuro; queremos
significar que no existe impedimento para que surtan efectos en el pasado. En ocasiones la
retroactividad es necesaria para desbaratar maniobras de evasin fiscal, durante el periodo transcurrido
entre el proyecto de modificacin y la fecha de su sancin, pero de esto no se sigue que sea un
procedimiento recomendable en todos los casos: es cuestin de oportunidad y de discrecin.
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Creemos que, en general, la retroactividad es inconveniente y atenta contra las exigencias de
seguridad y certeza del derecho, y bastaran consideraciones econmicas y polticas para condenarla.
Seala Griziotti que el principio de certeza de la tributacin aconseja la irretroactividad, por la
perturbacin que se produce en los clculos de los contribuyentes, y como dice Blougli, la
inconveniencia de la retroaccin radica en que los contribuyentes podran haber actuado de manera
diferente, de haber tenido oportuna noticia de la reforma, cambiando sus mtodos, expandiendo o
contrayendo sus actividades, etc. para evitar quebrantos o dificultades.
76
TITULO TERCERO
CAPITULO I
1. De los tributos.
oncepto jurdico del tributo. El tributo es concebido genricamente como una prestacin
Cobligatoria, comnmente en dinero, exigida por el Estado en virtud de su poder de imperio y que
da lugar a relaciones jurdicas de derecho pblico.
Conforme a lo expuesto precedentemente, elemento primordial del tributo es la coercin por parte
del Estado, ya que es creado por la voluntad soberana de aqul con prescindencia de la voluntad
individual, circunstancia que lo distingue de los ingresos de tipo patrimonial. Los tributos son
prestaciones obligatorias y no voluntarias, que constituyen manifestaciones de voluntad exclusiva del
Estado, desde que el contribuyente slo tiene deberes y obligaciones, segn expresiones de nuestra
Corte Suprema. Correlativamente ha dicho tambin la Corte, que la satisfaccin de los impuestos es
una obligacin de justicia que impone la necesidad de contribuir al cumplimiento de los fines del Estado
y la subsistencia de la Repblica.
2. Poder tributario
oder tributario. La expresin poder tributario significa la facultad o la posibilidad jurdica del
PEstado, de exigir contribuciones con respecto a personas o bienes que se hallan en su
jurisdiccin.
aracteres del poder tributario. En nuestra opinin los elementos esenciales son los
Csiguientes: abstracto, permanente, Irrenunciable e indelegable.
a) Abstracto. Algunos autores consideran que puede hablarse de un poder tributario abstracto y
de otro concreto, siendo este ltimo complementario del primero. En otras palabras, para que exista un
verdadero poder tributario es menester que el mandato del Estado se materialice en un sujeto, que se
haga efectivo mediante una actividad de la administracin.
No compartimos esa idea, y estimamos que el poder tributario es esencialmente abstracto. Lo que
ocurre es que se confunde la potestad derivada del poder de imperio que pertenece al Estado y que le
otorga el derecho de aplicar tributos, con el ejercicio de ese poder. Una cosa es la facultad de actuar y
otra distinta la ejecucin de esa facultad en el plano de la materialidad.
b) Permanente. Estimamos preferible no hablar de imprescriptibilidad, sino de permanencia, para
evitar confusiones. El poder tributario es connatural al Estado y deriva de la soberana, de manera que
slo puede extinguirse con el Estado mismo; en tanto subsista, indefectiblemente habr poder de
gravar.
Tambin a este respecto suele incurrirse en el error de examinar la posibilidad de que dicho poder
desaparezca por prescripcin o por caducidad, supuesto imposible de ocurrir. Lo que puede suceder es
que se extinga por el transcurso del tiempo el derecho a hacer efectivas las obligaciones surgidas por
efecto del ejercicio del poder tributario, porque los crditos del Estado, lo mismo que los crditos de los
particulares, caducan o prescriben por razones de inters social, por necesidad de certeza del derecho.
Pero se trata de actuacin en dos planos distintos: conceptual y real.
c) Irrenunciable. El Estado no puede desprenderse de este atributo esencial, puesto que sin el
poder tributario no podra subsistir: es como el oxgeno para los seres vivientes. Por otra parte, los
rganos del Estado o quienes lo integren careceran del derecho de renuncia.
La aparente derogacin a este principio que ha querido verse en las llamadas leyescontrato de
los impuestos en coparticipacin, no altera el principio expuesto. En efecto, las provincias no han
renunciado ni delegado en la Nacin el poder de gravar, sino la facultad de administrar y recaudar los
79
tributos; y ello en virtud de ley sancionada por cada provincia, de modo que el sistema no deriva de
una ley federal en sentido estricto sino de leyes provinciales coincidentes en un mismo acto.
d) Indelegable. En realidad, este aspecto est ntimamente vinculado al anterior y reconoce
anlogo fundamento. Renunciar importara desprenderse de un derecho en forma absoluta y total;
delegar importara transferirla a un tercero de manera transitoria.
Ni siquiera en el mbito jurisdiccional que corresponde a la Nacin o a las provincias, cada una en
su esfera, el poder legislativo que representa al pueblo puede delegar en el ejecutivo o en otro
departamento de la administracin, ninguna de las atribuciones o poderes que le han sido expresa o
implcitamente conferidos: tiene vedado delegar el poder de hacer la ley, pero, s, puede conferir al
ejecutivo o a un cuerpo administrativo la facultad de reglar los pormenores y detalles para la ejecucin
de aqulla. Y si no lo puede hacer en el mbito jurisdiccional propio, menos podra efectuarlo con
relacin a otra esfera jurisdiccional.
lcances del poder tributario. En la Argentina el poder tributario de los entes de gobierno est
Adeterminado por la Constitucin nacional. A diferencia de lo que ocurre en otros pases con
evolucin del centro a la periferia, aqu ocurre a la inversa: tiene lugar desde la periferia hacia el
centro.
En efecto, en lugar de corresponder los mximos poderes al Estado nacional, en nuestro pas el
gobierno federal es de poderes limitados, pues constitucionalmente slo posee los que las provincias le
confiaron al sancionar la Carta Fundamental. Estas, en cambio, tienen poderes tributarios amplios:
todos los que les pertenecan al organizarse la nacin, con la sola excepcin de los que fueron
entregados al gobierno federal, o sea, los llamados poderes delegados; delimitacin que resulta de
los arts. 104 y 108 de la Constitucin. En cuanto a los municipios, su poder tributario no est
mencionado expresamente en ese documento, pero resulta de su condicin de elemento esencial del
sistema de gobierno adoptado (art. 5).
El poder tributario es ejercido por cada ente de gobierno nacin, provincia, municipalidades en
la esfera territorial de su jurisdiccin, entendiendo la expresin territorial en el sentido amplio
explicado en otra parte de esta obra. Teniendo en cuenta las disposiciones constitucionales y la
interpretacin efectuada por la Corte Suprema de la Nacin, puede delimitarse el mbito de influencia
de cada ente de gobierno, de esta manera:
3. Poder de eximir
Exenciones tributarias
Existen dos rdenes de limitaciones al poder tributario: uno de carcter general, que corresponde
a los principios jurdicos de la tributacin y que en nuestro pas han sido incorporados al texto de la
Constitucin nacional, por lo cual asumen el carcter de principios constitucionales de orden general;
otro derivado de la organizacin poltica de los Estados (tambin de naturaleza constitucional) y de su
coexistencia en el orden internacional, que se vincula con el problema de la doble imposicin, el cual,
en consecuencia, puede asumir carcter intranacional o internacional.
Principio de economa
Consiste este principio, segn la acepcin de A. Smith en lograr que los impuestos impongan
al contribuyente la menor carga posible por encima del monto que efectivamente ingrese en las
arcas del fisco. Los ejemplos de los vicios a que se opone este principio y que formula A. Smith no son
obsoletos pero pueden agregrseles otros y especialmente: a) La complicacin de las liquidaciones de
impuestos, las exigencias de una compleja contabilidad fiscal en adicin a la contabilidad comercial y la
necesidad de asesoramiento tcnico profesional para el cumplimiento de las obligaciones fiscales; b) La
carga excedente (excess burden) que ciertos impuestos provocan por la alteracin de la oferta, la
demanda y los precios del mercado.
En las decisiones del Estado respecto de la creacin de uno u otro impuesto para cubrir los gastos
que demande la produccin de servicios, al lado de las consideraciones de equidad horizontal
(igualdad) y vertical (proporcionalidad o progresividad) juega el principio de economa en el sentido de
minimizar el excess burden del instrumento impositivo. Lo ideal seria que el impuesto a elegir
satisficiera al mismo tiempo los requisitos de la equidad y no provocara ninguna carga excedente. Pero
ello no se da y ocurre a menudo todo lo contrario. Un impuesto que no crea cargas excedentes como lo
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es el impuesto de capitacin est muy lejos de satisfacer las exigencias de la equidad, segn los
criterios valorativos dominantes.
Aunque el problema de la carga excedente no est contemplado por A. Smith como caso de
aplicacin del canon de la economicidad del impuesto, creemos conveniente considerarlo as.
Llamamos la atencin sobre su posible incompatibilidad con el principio de igualdad. El Estado
deber decidir entre uno y otro principio: si evitar impuestos con cargas excedentes y preservar
ntegramente la equidad del impuesto pero sacrificando la eficiencia de la actividad financiera de
produccin de servicios o bien preservar esta eficiencia sacrificando en cierta medida la equidad del
impuesto.
Principio de neutralidad.
La neutralidad del impuesto significa que ste debe dejar inalteradas todas las condiciones del
mercado o no provocar distorsiones de la oferta, de la demanda y de los precios, no slo en las
transacciones de bienes gravados, sino de todos los bienes y servicios. El principio de neutralidad es,
desde un punto de vista histrico, la bandera de las finanzas liberales. En su contra, se ha observado
que todos los impuestos producen algunos efectos en la economa del mercado y precisamente esta
comprobacin ha servido de base para la utilizacin del impuesto no slo y no siempre para cubrir los
gastos pblicos, sino tambin y en ciertos casos preponderantemente para el logro de otros
propsitos como la redistribucin de ingresos, la estabilizacin o el desarrollo.
Principio de productividad.
Este principio, cuya enunciacin, se atribuye a Luigi Einaudi, consiste en que el legislador al elegir
el tipo de impuesto a establecer ha de dar la preferencia a aqul que estimule y no desaliente las
actividades productivas de la economa privada. El principio en su definicin y propsito genricos no
puede ser rechazado. El problema que se plantea, sin embargo, consiste en las elecciones concretas,
ya que no basta con encontrar instrumentos fiscales que cumplan con ese requisito, sino que, al mismo
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tiempo, satisfagan los dems principios, entre otros: el de igualdad y el de eficiencia, o sea el de la
ptima asignacin de los recursos
istemas para evitarla. Diversos sistemas se han propuesto para evitar la superposicin,
Spudiendo mencionarse los siguientes: a) separacin de las fuentes de recursos; b) impuestos en
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coparticipacin; c) suplementos o adicionales impositivos; d) subsidios o subvenciones
compensatorios: e) concesin de crditos por impuestos pagados en otra jurisdiccin; f) deduccin de
tributos pagados.
Repblicas Argentina. En nuestro pas ocurre, igualmente, el fenmeno de la doble
imposicin, por no existir clara delimitacin de las facultades tributarias de los diversos entes
gubernativos. Como se sabe, la Constitucin nacional que data de 1853 adopt la forma
representativa federal, coexistiendo en la actualidad el gobierno nacional y veintids provincias,
teniendo el primero poderes restringidos y habindose reservado las provincias todos aquellos que
expresamente no hubieren delegado al consolidar la unin nacional, por lo cual no es difcil advertir la
posibilidad de conflictos jurisdiccionales, tanto ms complicados si se suma la actividad de las
municipalidades. De manera, pues, que compiten a veces en el campo tributario, tres rdenes de entes
de gobierno: la Nacin, las provincias y las municipalidades.
Como la Nacin tiene poderes exclusivos y otros en concurrencia con las provincias, no existe
impedimento legal para que las provincias creen tributos aunque exista otro nacional, salvo que este
ltimo corresponda a facultades delegadas; porque la doble o mltiple imposicin no importa, por s
sola, violacin constitucional, la que existira si uno de los gravmenes excediera los lmites de la
potestad tributaria de la autoridad que lo estableci, pero entonces no habra, por el hecho de la
coexistencia, sino por la transgresin de las normas constitucionales que determinan el mbito de las
respectivas facultades de la Nacin y de las provincias.
CAPTULO II
DE LA OBLIGACIN TRIBUTARIA
elacin jurdicotributaria y obligacin tributaria. El ejercicio del poder tributario tiene como
Rpropsito esencial exigir de los particulares el pago de sumas de dinero o de cantidades de
cosas si los tributos fueren en especie, lo que ha inducido a una parte de la doctrina a considerar
esa obligacin como el centro del derecho tributario, relegando a segundo plano otras exigencias que
reconocen el mismo origen. Hay situaciones, en efecto, en que el legislador impone al contribuyente y
aun a terceras personas, el cumplimiento de mltiples actos o abstenciones tendientes a asegurar y
facilitar la determinacin y recaudacin de los tributos, motivando discrepancias en la apreciacin de
sus vnculos con la obligacin de pagar.
Una parte de la doctrina considera que la relacin de orden jurdico que se establece entre el
Estado y los particulares constituye la obligacin tributaria, de contenido nico o variado; otro sector, en
cambio, estima que tal expresin debe reservarse para la obligacin de satisfacer las prestaciones
establecidas en la ley, y que tanto ellas como las dems exigencias de orden legal, integran un
concepto ms amplio: la relacin jurdicotributaria, de modo tal que sta vendra a ser el gnero y
aqulla una especie.
a) Para Hensel, la relacin fundamental del derecho tributario consiste en el vnculo obligacional
en virtud del cual el Estado tiene el derecho de exigir la prestacin jurdica llamada impuesto, cuyo
origen radica en la realizacin del presupuesto de hecho previsto por la ley, de modo tal que sta
vendra a constituir el soplo vital de esa obligacin de dar que es la obligacin tributaria. Con ella
coexisten otras obligaciones accesorias que, en ciertos casos, mantienen estrecha conexin con la
relacin obligatoria principal del derecho tributario material y, en otros, dependen de actos
administrativos especiales, con lo cual se pone de manifiesto en su concepcin, la vinculacin estrecha
del derecho tributario obligacional abstracto con el derecho tributario administrativo. En resumen: existe
solamente una obligacin de dar con obligaciones paralelas de tipo accesorio.
b) En opinin de Vanoni no existe una obligacin principal y otras subordinadas o accesorias, sino
que todas ellas son autnomas, sin que la preeminencia de la obligacin de dar y la circunstancia de
que las distintas obligaciones concurran al desarrollo de aqulla, deba inducir en el error de considerar
que stas son simples momentos o como obligaciones colaterales del vnculo fundamental de pagar el
tributo. Todas las obligaciones son autnomas, pero de contenido variado y no pueden reducirse a la
sola obligacin de pagar.
c) Apartndose de quienes desarrollan sus interpretaciones en torno a la obligacin tributaria
nica, otra parte de la doctrina incorpora una figura nueva, la relacin jurdicotributaria, que permite
establecer con mayor precisin la diferenciacin entre las distintas obligaciones surgidas como
consecuencia del ejercicio del poder tributario, sin desmedro de un nexo comn vinculatorio.
En efecto, Blumenstein se refiere a la relacin jurdicotributaria como determinante de las
obligaciones del individuo sometido al poder de imposicin, que da lugar, por una parte, a una
prestacin jurdica patrimonial (relacin de deuda tributaria) y, por otra, a un determinado procedimiento
para la fijacin del impuesto (relacin de determinacin), con lo cual queda establecido el carcter
paralelo de ambos deberes. En cuanto a las obligaciones que se imponen a terceras personas respecto
al procedimiento de determinacin, se trata, a juicio del mismo autor, de un deber cvico especial
establecido en inters de la comunidad y de la conservacin del orden pblico.
93
En esta tendencia y rechazando claramente la preponderancia asignada a la obligacin
tributaria, Berliri destaca que ella no debe polarizar la atencin en detrimento de otras relaciones
jurdicas que surgen con motivo de la aplicacin de tributos, sobre todo cuando pueden existir deberes
jurdicos sin obligacin de pagar; es as que en la categora genrica de relacin jurdicotributaria ubica
como una de sus especies la obligacin tributaria, que a su juicio en ciertos casos puede ser de hacer, y
no solamente de dar. Es decir que las considera obligaciones jurdicas y no de otra ndole.
Finalmente, debemos hacer mencin de Giannini, que en verdad fue el primero en establecer el
concepto de relacin jurdicotributaria, que desarroll con ms precisin en obras ulteriores. En su
concepto, de las normas reguladoras de las obligaciones tributarias, surgen entre el Estado y los
contribuyentes, derechos y deberes recprocos, que forman el contenido de una relacin especial: la
relacin jurdicotributaria, que es de contenido complejo, ya que de ella resultan poderes, derechos y
aun obligaciones de la autoridad financiera, a la cual corresponden obligaciones positivas o negativas y
tambin derechos de las personas sujetas a su potestad. En ese conjunto est incluido el aspecto
esencial y fundamental al cual tiende la institucin, que es el pago del tributo, y que individualiza con el
nombre de deuda tributaria, reservando la expresin ms genrica de derechos y obligaciones
tributarios, para las dems facultades y deberes de la relacin jurdicotributaria: la primera slo nace
del presupuesto material del impuesto, en tanto que los dems pueden originarse en actos
administrativos.
Por nuestra parte creemos que se evitan equvocos aceptando el concepto genrico de relacin
jurdicotributaria como comprensivo de todo lo que es consecuencia de la actividad tributaria y
manteniendo la tradicional expresin obligacin tributaria, sin innovaciones terminolgicas, para el
caso especfico del deber de cumplir la prestacin establecida por ley.
Con ese alcance podemos decir, en conclusin, que la relacin jurdicotributaria est integrada
por los correlativos derechos y obligaciones emergentes del ejercicio del poder tributario, que alcanzan
al titular de ste, por una parte, y a los contribuyentes y terceros por otra.
uente de la obligacin tributaria. Segn un maestro del derecho, la fuente de una obligacin
F(es) el hecho que la produce. Es habitual en derecho privado, expresar que las fuentes de las
94
obligaciones son diversas, aunque sostengan algunos que ellas son nicamente dos e1 contrato y la
ley, y Ripert pretenda que slo es aceptable la ltima, ya que si el contrato tiene valor, es en virtud o
por efecto de la ley. En materia tributaria no caben disquisiciones tericas: la nica fuente de la
obligacin es la ley; slo por mandato de sta puede surgir la obligacin tributaria, ya que la voluntad
jurdica de los individuos es inapta para crearla; por lo dems, no podra ser de otra manera en el
ordenamiento jurdico de nuestro pas, donde el art. 19 de la Constitucin nacional dispone que nadie
est obligado a hacer lo que no mande la ley.
nesis del crdito fiscal. En el nmero anterior vimos que la ley es la fuente nica de la
Gobligacin tributaria, pero falta considerar en virtud de qu circunstancias, el mandato general e
impersonal de la ley se materializa en un crdito del Estado con respecto a la persona del
contribuyente.
No creemos dudoso que ello ocurre al producirse la situacin o presupuesto de hecho, adoptado
por la ley como determinante de la tributacin. Tal situacin fctica es definida por Hensel como el
conjunto de presupuestos abstractos, contenidos en las normas del derecho tributario material, de cuya
existencia concreta (realizacin del presupuesto de hecho) derivan determinadas consecuencias
jurdicas, agregando que l es, puede decirse, la imagen abstracta del concreto estado de cosas.
Si el deber jurdicotributario nace con la realizacin del presupuesto del tributo fijado por ley, es
tal circunstancia la determinante de la sujecin del contribuyente a satisfacer la obligacin, tanto ms en
sistemas, como el nuestro, que no exigen la determinacin administrativa previa al pago; la liquidacin
se limita a declarar que la persona est incluida en la categora legal, pero no es el acto creador del
vnculo.
Por tanto, la obligacin tributaria o, si se prefiere, la deuda tributaria, nace al producirse la
situacin de hecho prevista por la ley como determinante del gravamen y a la cual se designa,
genricamente, como el presupuesto del tributo.
umario.
S
1) La relacin jurdicotributaria, que es de derecho pblico, corresponde a la vinculacin
que se crea entre el Estado y los particulares contribuyentes o terceros, como consecuencia del
ejercicio del poder tributario.
3) Los otros deberes u omisiones, establecidos con respecto a contribuyente o a terceros, tienen
existencia paralela a la obligacin tributaria, sin relacin de subordinacin.
95
CAPTULO III
l Estado. Siendo la obligacin tributaria una consecuencia del ejercicio del poder tributario, que
Ees inherente al poder de imperio, indudablemente el sujeto activo por excelencia es el Estado en
sus diversas manifestaciones: Nacin, provincias y municipalidades. Disponiendo los tres
rdenes de facultades tributarias anlogas, de carcter originario, en nuestro pas todos ellos son
sujetos activos a ttulo propio, y no delegado. Puede decirse, entonces, que por lo comn, el sujeto
activo de la potestad tributaria coincide con el sujeto activo de la obligacin tributaria, sobre todo porque
en este pas el cobro de los tributos aun los de orden local es efectuado directamente por el Estado,
sin intervencin de concesionarios.
Puede afirmarse, en resumen, que las personas individuales y las personas colectivas con
personalidad segn el derecho privado, en principio, son sujetos de obligaciones tributarias, sin perjuicio
de que la legislacin, en casos particulares, no las reconozca; como asimismo que los entes carentes
de personalidad jurdica segn el derecho privado, pueden ser instituidos en sujetos de tales
obligaciones.
La particularidad del tratamiento de la capacidad tributaria se pone de manifiesto en numerosas
disposiciones de nuestra legislacin, comenzando por la ley nacional 11.683, que regula aspectos
sustanciales y regla la imposicin en el texto ordenado en 1978. En efecto, el art. 15 establece que son
contribuyentes en tanto se verifique a su respecto el hecho imponible:
las personas de existencia visible, capaces o incapaces segn el derecho comn, de manera
que, tributariamente, estn obligados los incapaces aun cuando el derecho civil establezca restricciones
a su facultad de obligarse;
las personas jurdicas del Cdigo Civil, y las sociedades, asociaciones y entidades a las que el
derecho privado reconoce la calidad de sujeto de derechos;
las sociedades, asociaciones, entidades y empresas que no tengan las calidades previstas en el
inciso anterior, y aun los patrimonios destinados a un fin determinado, cuando unos y otros sean
considerados por las leyes impositivas como unidades econmicas para la atribucin del hecho
imponible;
las sucesiones indivisas.. ., a pesar de que el derecho civil argentino no atribuye
personalidad jurdica a la sucesin, ni existe la herencia yacente.
97
Como algunos autores incluyen entre los sujetos pasivos a los llamados conjuntos
econmicos, figura tributaria que con caracteres particulares aparece en la legislacin argentina, nos
ocupamos de ella as como de otro presunto sujeto de nuestro derogado impuesto a los beneficios
extraordinarios: la empresa o explotacin.
a) La Empresa o Explotacin como sujeto independiente. Tanto en economa como en
derecho, los conceptos de empresa y de explotacin no son sinnimos. La empresa es lo genrico y
comnmente es concebida como la unidad econmica de produccin, en tanto que la explotacin tiene
significado tcnico restringido, ya que paralelamente al ciclo de la explotacin, la empresa puede
desarrollar otras actividades que han dado en llamarse acclicas (actividades similares o
complementarias, etc.). Tampoco puede ser confundida con el establecimiento o negocio, como suelen
consignar ciertas normas fiscales, pues constituye un elemento de la empresa.
Tal vez podra esbozarse un concepto genrico, diciendo que existe empresa, cuando una o varias
personas crean una organizacin que, mediante la utilizacin armnica de hombres, y de elementos
materiales, persigue una finalidad econmica.
La legislacin tributaria argentina no contiene un concepto preciso de empresa, ni siquiera
proporciona elementos para elaborarlo, aunque fuere aproximadamente, y unas veces emplea el
trmino como sinnimo de explotacin comercial, aunque sean cosas distintas, en tanto que en otros
casos le da el significado de ente jurdico, no faltando situaciones en que una misma disposicin utiliza
la expresin en ambos sentidos.
b) Concentracin de empresas. El conjunto econmico. El principio de que el derecho
financiero debe tener en cuenta realidades econmicas antes que exterioridades jurdicas, y el hecho de
que la organizacin econmica contempornea se caracterice por la creacin de grandes empresas,
explican que se preste mayor atencin a los aspectos jurdicos y tributarios de los grandes
conglomerados industriales o comerciales. Consecuencia de ello es la concentracin y la unin de
empresas, ya sea en forma total o parcial, con o sin prdida de la individualidad jurdica de los
integrantes del conjunto, ya en el plano horizontal o verticalmente; unas veces para racionalizar la
produccin, otras para disminuir o perfeccionar los medios de comercializacin, as como tambin para
dominar o retener mercados en el mbito interno de un pas o en el orden internacional. De esta manera
han surgido figuras jurdicas nuevas que estudia la doctrina y que han originado una novedosa
legislacin, especialmente interesada en el fomento de la concentracin econmica.
Las uniones de empresas desde el punto de vista econmico se efectan unas veces en el plano
horizontal, por lo comn entre quienes realizan el mismo proceso productivo y para organizar la
competencia, con las designaciones de consorcio, cartel y sindicato; otras veces tienen lugar
verticalmente y se caracterizan por el grupo o concerno que no persiguen esencialmente el dominio del
mercado sino la racionalizacin industrial o comercial. En el aspecto jurdico se aprecian diversos
criterios tipolgicos, pero, en general, puede decirse que en ocasiones la concentracin no tiene por
efecto la prdida de la personalidad jurdica de sus integrantes, pudiendo consistir en uniones estables
y en uniones temporales; en tanto que otras veces produce la prdida de esa personalidad y tiene lugar
mediante fusin de las entidades en una nueva entidad, o por absorcin de una o varias de ellas por
otra que subsiste.
Es indudable que en cuanto pueda relacionarse con el tema en consideracin, de la capacidad
para ser sujeto pasivo de la obligacin tributaria, la situacin vara segn la naturaleza de la unin o
concentracin empresaria. Si el ente colectivo empresario tiene personalidad atribuida por ley privadista
que las rija, pueden ser sujetos de la obligacin; si no tuvieren personalidad propia asignada, esa
posibilidad depender de los caracteres: la simple asociacin, por s sola, no basta al efecto, pues es
menester que el ente constituya un todo orgnico, disponga de autonoma funcional y tenga una
voluntad propia, es decir, que aparezca una verdadera persona, entendiendo la expresin en sentido
lato de ente con vida propia, aunque no disponga de personalidad jurdica de derecho privado.
98
ategoras de sujetos pasivos. Hemos visto anteriormente que el sujeto del tributo no siempre
Ccoincide con el sujeto pasivo de la obligacin tributaria, aun cuando en la mayora de los casos
pueda darse tal coincidencia. El obligado al tributo es, por lo comn, el deudor de la obligacin,
pero en ciertos casos el derecho financiero atribuye la responsabilidad por las obligaciones fiscales a
terceras personas extraas a la relacin tributaria, naciendo de tal manera la diferenciacin entre
deudores y responsables.
Como ha dicho la Cmara Federal, Sala contenciosoadministrativa, en la legislacin tributaria
argentina slo existen dos categoras de sujetos pasivos: contribuyentes y responsables, excluyendo
otros distingos que admiten leyes extranjeras y cierta doctrina. En efecto, la ley 11.683, texto ordenado
en 1978, menciona a los responsables por deuda propia o contribuyentes (art. 15) y responsables
por deuda ajena (art. 16 y art. 18, inc. 4); es decir, en suma, que el responsable del derecho argentino
incluye al sustituto y al responsable.
Por nuestra parte, consideramos sujeto pasivo de la obligacin tributaria a la persona individual o
colectiva que por disposicin de la ley est obligada al cumplimiento de la prestacin. ya sea a ttulo
propio o ajeno; y llamamos deudor a quien deba satisfacerla a ttulo propio, prefiriendo esa expresin a
la de contribuyente generalmente utilizada, porque esta ltima la reservamos para el sujeto del
tributo, sin desconocer que en la generalidad de los casos el contribuyente del tributo es el deudor de
la obligacin tributaria que de aqul emana; finalmente: designamos con la expresin responsable a
quien debe atender una deuda ajena, ya en actuacin paralela o por sustitucin. Como complemento
de lo expuesto con carcter general acerca del sujeto pasivo, trataremos a continuacin de las dos
categoras que integran ese concepto deudores y responsables en nuestro derecho positivo.
esponsables. Con la expresin responsables, designamos a todas aquellas personas que por
Rmandato de la ley estn obligadas al cumplimiento de la prestacin tributaria sin ser deudores de
la obligacin. Nos apartamos, pues, de la terminologa de la ley 11.683, que alude a
responsables por deuda propia y responsables por deuda ajena (arts. 15 y 16), y de quienes hacen
el distingo entre responsables y sustitutos.
Esta categora de sujetos asume destacada importancia y responde a caractersticas propias del
derecho financiero. La ley, con el propsito de asegurar la normal y oportuna recaudacin de los
tributos, dispone el traslado o traspaso de la obligacin hacia terceras personas, distintas del deudor de
ella, que sumndose o reemplazndolo ntegramente, se constituyen en sujetos pasivos directos. No
son deudores subsidiarios, pues esta expresin supone una situacin condicionada a la actuacin de
otra persona, lo que no siempre ocurre: el responsable tributario tiene una relacin directa y a ttulo
propio con el sujeto activo, de modo que acta paralelamente o en lugar del deudor, pero generalmente
no en defecto de ste.
Por cierto que nuestra ley 11.683 no es muy clara al respecto, pues en su preocupacin por
asegurar el mayor nmero de obligados al cumplimiento de las prestaciones tributarias, en el art. 18
declara que todos los responsables son obligados solidarios con los deudores, lo que no es
absolutamente exacto. La solidaridad significa que la totalidad del objeto de la obligacin, puede ser
demandada a cualquiera de los deudores (art. 699. Cdigo Civil), lo que no ocurre normalmente con el
agente de retencin, que constituye una importante categora. El agente que cumple con el deber
impuesto por la ley y efecta la retencin del impuesto, reemplaza ntegramente al deudor como sujeto
pasivo y libera a ste de la obligacin; de modo tal que si distrae los fondos en beneficio propio, sin
ingresarlos al fisco, ste no puede formular reclamo alguno contra el deudor, pues qued liberado al
sufrir la amputacin patrimonial impuesta por la ley. No juega en el caso la solidaridad del art. 18.
porque resultara contrario a un elemental principio de justicia, que el deudor que no pudo sustraerse a
la retencin tuviera que pagar por segunda vez en caso de insolvencia del agente.
Por el mismo orden de consideraciones, porque hay sustitucin total de sujeto, si el agente hubiere
omitido efectuar la retencin, el Estado tiene que proceder contra l y no contra el deudor, salvo la
accin de reembolso que el agente podra ejercitar contra el deudor o la prueba que la ley admite por
razones de equidad de que el ltimo haba pagado el gravamen. Recin comprobada la insolvencia
del agente de retencin, el fisco podra accionar contra el deudor que no fue objeto de retencin; pero
entonces, no por la solidaridad (que permite optar por uno u otro sin hacer previa excusin en los
101
bienes) que parecera atribuir esa disposicin, sino por la insolvencia que autoriza a usar la accin
de reembolso que originariamente compela al agente y sin la cual habra un indebido enriquecimiento
del deudor.
A pesar de la confusin de conceptos que revela el art. 18 mencionado importa destacar que el
responsable es un obligado directo y a ttulo personal por mandato de la ley, y por peticin corresponde
a los contribuyentes y a los responsables, lo que resultara inconcebible en otro supuesto. Si bien en
las situaciones contempladas por el inc. a del art. 18 que excluye al agente de retencin debe
efectuarse una intimacin previa al deudor, por va administrativa, esto no altera las cosas, pues la
condicin jurdica del responsable no se modifica, ya que no es menester hacer excusin en bienes del
deudor: el Estado acciona directamente contra el responsable y no en subsidio.
Acabamos de sealar que el carcter de responsable debe emanar de una ley porque slo sta
puede crear obligaciones: Ningn habitante de la Nacin segn el art. 19 Const. nac. ser obligado a
hacer lo que no manda la ley...; por lo cual dijo bien un fallo del Tribunal Fiscal de La Plata que la
Direccin de Rentas carece de facultades para asignar el carcter de agente de retencin, puesto que
ello es materia exclusiva del Cdigo Fiscal o de leyes especiales. En consecuencia, resulta condenable
el art. 29 de la ley 11.683, referente a la percepcin en la fuente, al permitir que la Direccin General
Impositiva por considerarlo conveniente, disponga qu personas y en qu casos intervendrn como
agentes de retencin u percepcin, pues importa una delegacin de facultades que carece de validez
constitucional y se presta a los mayores abusos.
Y as como nicamente la ley puede instituir a los responsables, as tambin es nicamente ella la
que rige su condicin legal, por lo cual es correcta la jurisprudencia que establece que las convenciones
privadas no pueden alterarla; de modo que si la ley instituye a una persona individual o colectiva como
responsable, sta no se trasforma en deudor (o contribuyente) por acuerdos particulares que slo
tienen validez en el mbito de las relaciones privadas.
La caracterstica singular del agente de retencin crea dos problemas que interesa aclarar y que
son stos: si puede intervenir en el proceso de determinacin del impuesto y si el deudor est facultado
para llevar a juicio al agente para discutir la legalidad y procedencia de la retencin efectuada.
En nuestra opinin, el primer supuesto se resuelve por la negativa, ya que el agente no es
mandatario ni representante del deudor y no podra articular defensas o consideraciones que pudieran
obligarlo o causarle agravio. nicamente puede hacer valer aquellas circunstancias que le competan a
ttulo personal y en la medida que afecten su condicin legal, pero nunca ocupar el lugar del deudor en
la determinacin impositiva. En cambio, puede admitirse que el deudor se haga parte en las contiendas
entre la administracin y el responsable, ya que en virtud de la accin de reembolso sera quien, en
ltima instancia, recibira el impacto fiscal.
En la segunda situacin tambin parece imponerse la respuesta negativa, pues el deudor no est
facultado para discutir con el responsable, en forma directa o por va indirecta, el cumplimiento de la
obligacin de pagar (o retener en su caso), a menos que el responsable hubiere procedido con
manifiesta negligencia, omitiendo hacer conocer a la administracin antecedentes de que dispona y
que podan hacer variar la determinacin. Pero es inaceptable, como se ha pretendido en juicios de
trabajo, por ejemplo que el empleado u obrero discuta con el patrono la legalidad o constitucionalidad
de la retencin cumplida por exigencias legales, ya que el punto debe dilucidarse con la administracin
fiscal, que es ajena a las contiendas de orden privado que puedan suscitarse entre aqullos.
Por cierto que la ley no designa arbitrariamente a los responsables, sino que tiene en cuenta la
vinculacin jurdica o econmica de carcter permanente o accidental, que se manifiesta entre
responsable y deudor. Las causas o motivos son variados y dependen de circunstancias mltiples:
representacin legal o voluntaria, ejercicio de una funcin o cargo pblico, relacin laboral, sucesin a
ttulo particular, etc., pero siempre sobre la base de cierta vinculacin.
102
os responsables segn el derecho positivo nacional. S bien las leyes nacionales y sus
Lreglamentos utilizan la palabra responsables para referirse tanto al deudor como al
responsable propiamente dicho, nosotros tomaremos en consideracin nicamente las normas
que corresponden a la ltima acepcin. Por razones de mtodo, los distribuiremos de esta manera:
Responsabilidad vinculada con una situacin jurdica o con una representacin (legal o
voluntaria);
Responsabilidad vinculada con la sucesin a ttulo particular de los bienes;
Responsabilidad vinculada con la tenencia de bienes o con un cargo o funcin pblica.
Responsabilidad vinculada con una situacin jurdica o con una representacin
(legal o voluntaria):
el cnyuge que perciba y disponga de todos los rditos propios del otro;
los padres, tutores y curadores de los incapaces;
sndicos y liquidadores de quiebras; sndicos de concursos civiles; representantes de
sociedades en liquidacin; administradores particulares o judiciales de las sucesiones, y si no
existieren, el cnyuge suprstite y los herederos;
directores, gerentes o representantes de las personas jurdicas, asociaciones, sociedades,
empresas o entidades y de los patrimonios de afectacin;
los administradores de patrimonios, empresas o bienes, que en el ejercicio de sus
funciones puedan determinar ntegramente los hechos imponibles con respecto a los titulares de los
bienes;
los agentes de retencin y los de percepcin de los impuestos.
En estos casos la responsabilidad cesa si se demuestra que los mandantes, representados, etc.,
han colocado al responsable en la imposibilidad de cumplir adecuadamente con sus deberes fiscales.
los cedentes de crditos tributarios respecto de la deuda tributaria de sus cesionarios y
hasta la concurrencia del importe aplicado a la cancelacin de ella, si se impugnara la existencia de
tales crditos y los deudores no cumplieren con la intimacin administrativa de pago.
olidaridad. Es principio corriente en derecho tributario, que cuando dos o ms personas estn
Sobligadas a satisfacer una misma prestacin fiscal, su responsabilidad es solidaria, esto es, que
la totalidad de la prestacin puede ser exigida a cualquiera de ellas indistintamente. El art. 1294
establece que los codeudores estn obligados in solidum si de la ley o del ttulo no resulta lo contrario,
con lo cual ha adoptado la solidaridad como norma general, en contra de lo estatuido en los arts. 700 y
701 del Cdigo Civil argentino que, siguiendo la vieja doctrina, sancionan el principio de que ella slo
puede resultar de la ley, de convencin expresa, o de sentencia judicial.
Cuando los deudores participan directa y conjuntamente en el presupuesto de hecho
determinante de la obligacin, quedan reunidos con el vnculo de la solidaridad, o dicho de otra manera:
la responsabilidad es solidaria, porque existe unidad en la atribucin del hecho imponible a dos o ms
sujetos; en cambio, si el hecho fuera atribuible a otro sujeto distinto del deudor, que, por lo tanto, es
personalmente extrao al hecho generador de la obligacin, entonces es menester una disposicin
expresa de la ley para que surja la solidaridad.
Resulta as loable el Cdigo Fiscal de la provincia de Buenos Aires (t.o. 1994), cuyo art. 15,
prrafo primero se refiere al deudor solidario y dice as: Cuando un mismo acto, operacin o situacin
que origine obligaciones fiscales sea realizado o se verifique respecto de dos o ms personas, todas se
considerarn como contribuyentes por igual y obligadas solidariamente al pago del gravamen en su
totalidad, salvo el derecho del fisco a dividir la obligacin a cargo de cada una de ellas.
La ley 11.683 se limita a establecer, con carcter general, que los responsables estn obligados
con sus bienes propios y solidariamente con los deudores del tributo y, si los hubiere, con otros
responsables del mismo gravamen, as como tambin los terceros que aun cuando no tuvieran
deberes impositivos a su cargo faciliten por su culpa o dolo la evasin del impuesto, pero nada dice de
los deudores; adems, mayor resulta su insuficiencia por cuanto las normas sobre responsabilidad por
infracciones, tanto de los deudores como de los responsables, omiten toda referencia a la solidaridad,
como era necesario ante la redaccin de los arts. 16 y 18.
bjeto de la obligacin y objeto del tributo. Para evitar equvocos en esta materia es
Omenester establecer un distingo preliminar entre objeto de la obligacin tributaria y objeto del
tributo mismo. Teniendo en cuenta el planteo general efectuado al tratar del concepto de
obligacin fiscal y su distingo de los otros deberes conexos que pueden derivar de, el objeto de aqulla
corresponde a la prestacin que debe cumplir el sujeto pasivo, esto es, el pago de una suma de dinero
en la generalidad de los casos, o la entrega de cantidades de cosas en las situaciones especiales en
que el tributo sea fijado en especie; el objeto del tributo, en cambio, es el presupuesto de hecho que la
ley establece como determinante del gravamen: la posesin de riqueza (capital o renta), realizacin de
un acto, condicin de las personas mismas, y cualquier otra situacin jurdica o econmica que el
legislador elija como susceptible de generar un tributo.
El objeto del impuesto, pues constituye el presupuesto o antecedente de la obligacin; el objeto de
la obligacin es la prestacin que deriva mediatamente de aqul.
CAPTULO IV
fecto declarativo. La doctrina germnica se manifiesta en favor del efecto declarativo del acto
Ede determinacin, ...segn el cual la deuda impositiva nace al producirse la circunstancia de
hecho que, segn la ley, da lugar al impuesto. Sin embargo, justo es reconocer que antes de
la reforma legislativa, MyrbachRheinfeld ya haban sealado que no obstante la importancia de la
orden de pago para el surgimiento de la deuda de impuesto, ella slo tena carcter declarativo, por
cuanto las condiciones para el nacimiento de la obligacin resultan de la ley, correspondiendo a la
autoridad fiscal, nicamente, establecer que en el caso concreto, esas condiciones se han realizado en
una persona individualmente determinada.
eterminacin por el sujeto pasivo. Segn los arts. 20 y 21 de la ley 11.683, la determinacin
Dy percepcin de los impuestos regidos por ella, se efectuar sobre la base de declaraciones
juradas que debern presentar los responsables, obligacin que puede hacerse extensiva a los
terceros que intervengan en operaciones afectadas por tributos, segn criterio discrecional de la
Direccin General. Los formularios respectivos se ajustarn a las formas extrnsecas establecidas en el
art. 28 de la reglamentacin, especificando detalladamente todos los elementos relacionados con la
materia imponible (incluyendo deducciones, exenciones, rebajas, etc.), y consignar, finalmente, la
alcuota o alcuotas aplicables y el monto a pagar resultante, para todo lo cual generalmente debe
recurrir al asesoramiento tcnico privado, en razn de su complejidad; conjuntamente con la
declaracin, efecta el pago mediante depsito bancario en cuenta de la Direccin.
Basta lo expuesto para comprender que la declaracin jurada no constituye en este sistema un
simple medio de informar a la administracin la existencia de un hecho imponible, por lo cual es
impropia la terminologa del art. 20 de la recordada ley 11.683 cuando dice que la determinacin se
efectuar sobre la base de declaraciones juradas, la cual slo hace conocer el hecho generador,
nicamente, en la determinacin mixta, cuando el contribuyente hace saber o denuncia circunstancias
susceptibles de imposicin y el fisco practica la liquidacin correspondiente, y tambin en la
determinacin de oficio sobre la base cierta, pero resulta errneo atribuirle alcance general. Solamente
con el prejuicio administrativista de que la determinacin debe ser, forzosa y necesariamente, un acto
emanado de la administracin, puede explicarse tal redaccin; en nuestro concepto, empero, la
autonoma jurdica del derecho financiero permite concluir que el instituto de la determinacin reviste
caracteres peculiares que lo distinguen de un procedimiento administrativo general.
Esta forma de determinacin, o sea, la obligacin de presentar declaraciones juradas que
consignen la materia imponible y el impuesto correspondiente, es a cargo del sujeto pasivo (deudor o
responsable) o de las personas que ejerzan su representacin legal o convencional. En lo referente a
contribuyentes fallecidos, debe distinguirse entre el perodo fiscal anterior al deceso y el posterior; en
cuanto al primero, la obligacin de presentar declaracin cuando no lo hubiere hecho el causante
corresponde al cnyuge suprstite y a los herederos u sus representantes legales; en lo que respecta al
segundo, incumbe al administrador de la sucesin, y a falta de ste, al cnyuge y herederos, determinar
los impuestos por los perodos fiscales posteriores a la muerte.
La determinacin efectuada por el sujeto pasivo es definitiva y lo responsabiliza por sus
constancias, sin perjuicio de su verificacin y eventual rectificacin por parte de la administracin (ley
11.683, art. 21); empero, en los tributos regidos por la expresada ley, aqul puede corregir errores de
clculo.
108
ase cierta. Hay determinacin con base cierta cuando la administracin fiscal dispone de
Btodos los antecedentes relacionados con el presupuesto de hecho, no slo en cuanto a su
efectividad, sino a la magnitud econmica de las circunstancias comprendidas en l; en una
palabra, cuando el fisco conoce con certeza el hecho y valores imponibles. Los elementos
informativos pueden haberle llegado por conducto del propio deudor o del responsable (declaracin
jurada) o de terceros (declaracin jurada o simple informacin), o bien por accin directa de la
administracin (investigacin y fiscalizacin) y, por supuesto, deben permitir la apreciacin directa y
cierta de la materia imponible; de lo contrario, la determinacin sera presuntiva. El caso ms frecuente
corresponde a declaraciones del sujeto pasivo impugnadas por la administracin, lo cual origina su
rectificacin o reajuste. Las causales son mltiples y pueden corresponder a cualquiera o varias de las
siguientes circunstancias:
errores de clculo (numricos) en que incurriera el particular;
omisin de datos, que la administracin conoce por otra va;
inexactitud, falsedad o error de los elementos consignados en la declaracin;
errnea aplicacin de las normas fiscales, esto es, cuando todos los datos son
inobjetables en su expresin numrica, pero el deudor ha incurrido en error de concepto o los ha
computado indebidamente (as, por ejemplo, si ha efectuado deducciones improcedentes, si ha
considerado como no imponible lo que era gravable, etc.).
eterminacin mixta. Pocos son los casos en que la determinacin de la obligacin se realiza
Dmediante la accin coordinada del fisco y del contribuyente o, mejor dicho, que sea efectuada
por la autoridad segn elementos o antecedentes proporcionados por el sujeto pasivo. Entre
nosotros se aplica nicamente en los derechos aduaneros que no se rigen por la ley 11.683, respecto
de los cuales el particular afectado debe presentar la declaracin de valor de las mercaderas, con la
documentacin correspondiente, y segn sta, la Aduana procede al aforo y fijacin cuantitativa del
importe a pagar (Cdigo Aduanero, arts. 217 a 232).
edios procesales. La administracin puede valerse de toda clase de elementos de juicio para
Mefectuar la determinacin, pudiendo requerir confesin (declaracin bajo juramento) y recurrir a
prueba instrumental, pericial, testigos y aun inspeccin ocular. Las facultades administrativas
son muy amplias a este respecto, y segn veremos al analizar las disposiciones de los arts. 40 y 41 de
la ley 11.683, complementada por los arts. 48 y 49 del reglamento, algunas peligrosamente excesivas.
En efecto, segn dichas normas y concordantes de otras leyes tributarias, la autoridad fiscal se halla
facultada para utilizar los siguientes medios:
110
exigir que los contribuyentes y responsables y aun los terceros cuando fuere
realmente necesario lleven libros y registros especiales de operaciones vinculadas con la materia
imponible, siempre que no se trate de comerciantes matriculados que tengan libros rubricados
llevados en forma y que hagan posible la fiscalizacin;
obligar al otorgamiento de determinados comprobantes;
exigir la conservacin de documentos y comprobantes y los duplicados de los entregados
a terceros, por diez aos (y aun por mayor tiempo, en casos especiales);
hacer comparecer a las oficinas fiscales al contribuyente y otros obligados o terceros, para
proporcionar informes;
solicitar informes y comunicaciones escritas;
requerir orden de allanamiento del juez nacional;
solicitar directamente el auxilio de la fuerza pblica, cuando (los funcionarios) tropezasen
con inconvenientes en el desempeo de sus funciones, cuando dicho auxilio fuere menester para
hacer comparecer a los responsables y terceros o cuando fuere necesario para la ejecucin de las
rdenes de allanamiento, el cual debe prestarse so pena de incurrir en responsabilidad penal.
ompetencia. El acto debe emanar de autoridad competente por razn de jerarqua del
Cfuncionario y del mbito territorial en que desempea sus tareas.
Tratndose de los impuestos cuya administracin corresponde a la Direccin General Impositiva
de la Nacin, la ley 11.683 y su decreto reglamentario establecen cules son los funcionarios
autorizados para efectuar las determinaciones que corresponde realizar a la administracin, a saber: en
primer lugar, el director general; en su reemplazo, los subdirectores generales; adems de ellos, el
Poder Ejecutivo por intermedio del Ministerio de Economa, puede disponer que otros funcionarios
sustituyan a aqullos y en qu materias.
Segn la facultad expresada, el decreto reglamentario establece quines son los reemplazantes
(art. 3).
Como se deduce de lo expuesto, es menester que el funcionario que suscriba una determinacin
sea de aquellos facultados al efecto por la ley y de aqu que el art. 23 de la ley 11.683, haya
considerado conveniente especificar que las liquidaciones y actuaciones practicadas por los
inspectores y dems empleados que intervienen en la fiscalizacin de los impuestos, no constituyen
determinacin administrativa de aqullos, la que slo compete a los funcionarios que ejercen las
atribuciones de jueces administrativos a que se refieren los arts. 9 y 10. En el prrafo transcrito se
111
advierten dos distingos: el primero, entre empleados y funcionarios, corriente en derecho
administrativo para sealar diferencias sustanciales de categora; en segundo lugar, entre tareas de
fiscalizacin, que son puramente informativas, y acto de determinacin, que es manifestacin
unilateral de la autoridad administrativa.
ontenido del acto. El acto debe reunir ciertas condiciones para su validez, que no hacen
Csolamente a las formas externas, sino a su esencia misma. La reglamentacin del Cdigo Fiscal
de Buenos Aires, ha tenido en cuenta principios generales aplicables a cualquier acto
administrativo, especificando con acierto que las determinaciones impositivas deben contener:
lugar y fecha de su emisin;
nombre del contribuyente;
perodo fiscal a que corresponde;
la base imponible;
el gravamen adeudado;
disposiciones legales invocadas;
cuando se practiquen sobre base presunta, tambin deben fundarse;
firma del funcionario (art. 30).
odos de extincin. Existen diversos modos de poner fin a la obligacin tributaria, pero su
Mcumplimiento es la forma ordinaria de extincin, como ocurre en las relaciones de derecho
privado. Es indudable que consistiendo aqulla en un dare, el medio general de extincin es el
pago; en cuanto a las obligaciones conexas caracterizadas por un facere o un non facere, la cesacin
tendr lugar por la observancia de las exigencias de la legislacin fiscal, tales como presentacin de
informes, declaraciones juradas, etc.
Segn el Cdigo Civil, los modos de extinguir las obligaciones son los siguientes: pago, novacin,
compensacin, transaccin, confusin, renuncia del acreedor, remisin de la deuda, desaparicin o
prdida de la cosa sin culpa del deudor (arts. 724 y ss.) y tambin por prescripcin de los derechos del
acreedor (arts. 3947 y 3949). Algunos de ellos son aplicables en materia tributaria pero con
caractersticas propias, en tanto que otros resultan inadaptables.
l. Pago
ago por el deudor. El obligado al pago es, ante todo, el deudor, es decir, el contribuyente: as
Plo establece el art. 15 de la ley 11.683, para los impuestos afectados por ella, y es una
consecuencia del art. 726, Cdigo Civil, para otros gravmenes. La calidad de deudor de la
obligacin resultar de las leyes fiscales especiales, segn la naturaleza y caracteres de las diversas
circunstancias de hecho determinantes de la sujecin al tributo. Podr consistir en la posesin y
adquisicin de riqueza (capital o renta), en la realizacin de actos jurdicos, solicitacin o goce de un
servicio estatal, beneficio derivado de obras pblicas, importacin o exportacin de mercaderas, etc.,
segn fuere el presupuesto fctico adoptado por el legislador.
edios y formas de pago. En nuestro pas los tributos son recaudados directamente por el
MEstado. La nica excepcin corresponde a ciertas contribuciones de mejoras, especialmente por
construccin de pavimentos y aceras en localidades de provincia, realizadas en virtud de
contratos de vecinos con empresas particulares, en cuyo caso stas recaudan por delegacin estatal y
subrogndose en los derechos del fisco.
ago mediante ingreso directo o depsito bancario. Las obligaciones tributarias son
Ppagaderas en moneda de curso legal, y tratndose de los derechos consulares la conversin era
efectuada al tipo de cambio aplicable al da del registro del despacho; siendo la forma ms
generalizada la del depsito en bancos oficiales o particulares en cuentas de la Direccin General
Impositiva de la Nacin. Como existen modalidades especiales para ciertos tributos, veremos a
continuacin las principales caractersticas del rgimen actual.
Con respecto a los impuestos de mayor significacin financiera y otras contribuciones que tiene a su
cargo la Direccin mencionada, el nico sistema de pago es el establecido en el art. 36 del decreto
reglamentario de la ley 11.683, de ingreso en cuentas abiertas en los bancos oficiales o particulares
del pas.
El impuesto de sellos es pagadero a ciertos casos mediante depsito bancario con o sin declaracin
jurada, tales como escribanos, bancos, instituciones comerciales de solvencia, etc.
Los impuestos internos al consumo son pagaderos en efectivo y mediante estampillas (arts. 3, 4, 57
y 79).
Los impuestos y tasas aduaneros, as como los derechos portuarios, son pagaderos al contado en
las aduanas y receptoras (Cdigo Aduanero, art. 789).
Contribuciones de seguridad social: ingreso, en efectivo o cheque, en bancos oficiales o particulares
en cuentas abiertas a nombre de los distintos entes que tienen a cargo su recaudacin.
115
ago con valores estatales. Con el propsito de asegurar la colocacin de los emprstitos, es
Pfrecuente otorgar fuerza cancelatoria a los valores emitidos por el Estado, lo cual constituye un
aliciente para sus tenedores.
ugar de pago. Fuera de la 11.683, las otras leyes tributarias no contienen disposiciones acerca
Ldel lugar en que debe efectuarse el pago, por lo cual es aplicable a su respecto la solucin que
corresponda a la naturaleza y modalidades de la obligacin tributaria que en la mayora de los
casos, pero no siempre, coincidir con el domicilio del deudor (ley cit., art. 32; Cdigo Civil, arts. 618 y
747).
iempo del pago. En razn del carcter ex lege de la obligacin tributaria, su cumplimiento
Tdebe efectuarse en el tiempo indicado por el ordenamiento legislativo, que es, en principio, el de
realizacin del presupuesto de hecho, ya se trate de impuestos permanentes o instantneos. Sin
embargo, la diversidad de hechos imponibles y de modalidades de determinacin e ingreso (por el
deudor o por terceros; declaracin jurada o liquidacin de oficio), han decidido al legislador a dejar
librada a la autoridad fiscal la fijacin de las pocas en que debe satisfacerse la deuda tributaria. Como
consecuencia de ello, el Poder Ejecutivo al reglamentar las leyes o la Direccin General Impositiva en
disposiciones generales, han establecido en cada caso las fechas de vencimiento de los principales
gravmenes.
acilidades de pago. Las dificultades financieras que suelen afectar a los contribuyentes y, en
Fespecial, la carencia de numerario en determinadas circunstancias, determinan que el Estado
otorgue facilidades para el pago de algunos impuestos que, por su magnitud, pueden afectar la
continuidad de las empresas y aun insumir el patrimonio de los particulares. Con tal propsito se han
dictado decretos y resoluciones de los entes encargados de la aplicacin de los diversos tributos,
autorizando el pago fraccionado o postergado de los distintos tributos, estando la materia regulada por
el art. 39 de la ley 11.683, y por distintas resoluciones administrativas.
117
ecargos por mora. La complejidad derivada del sistema federal de gobierno y la falta de
Rcoordinacin entre los ordenamientos tributarios del gobierno federal, as como las deficiencias
de redaccin de las leyes y reglamentos, determina la pluralidad de tratamiento de la mora en el
cumplimiento de obligaciones tributarias.
Consideraciones generales. En principio, la falta de pago de los tributos en tiempo y forma
adecuados constituye una infraccin punible, por importar una transgresin al deber social de contribuir
al sostenimiento del Estado y en tal aspecto debe ser incluido en la parte penal de la materia tributaria.
Pero, aparte de ello, existe otro aspecto, que es la lesin patrimonial que sufre el Estado por la falta de
pago oportuno de la obligacin, o como dice el art. 508, Cdigo Civil, existe una responsabilidad por los
daos e intereses que la morosidad causa al acreedor.
Por esta razn la mora determina, en principio, la exigencia de un inters, que corresponde a la
indemnizacin debida al acreedor como resarcimiento del dao ocasionado por la privacin del capital,
pero ello no impide que en ciertos casos el inters pueda constituir una verdadera pena.
mputacin del pago. Cuando la suma ingresada corresponde exactamente a la deuda, no hay
Iproblema, pero las dificultades aparecen si el importe o importes entregados no cubren
ntegramente la obligacin pendiente. El pago, en efecto, puede ser efectuado por el propio
deudor o por responsables y aun por terceros extraos a la relacin jurdicotributaria; adems, puede
referirse a un solo perodo fiscal o a varios perodos, a un gravamen determinado o a varios conceptos,
lo cual suele ocasionar problemas de imputacin. En principio y como norma general, los deudores y
responsables deben informar a la autoridad salvo disposicin general en contrario el lugar, fecha,
concepto, forma y monto de las sumas ingresadas, como tambin las deudas a que deben imputarse
los pagos o ingresos a cuenta (ley 11.683, art. 33), norma que en lo esencial es aplicacin del principio
establecido en el art. 773 del Cdigo Civil, que deja librada la eleccin al deudor. Por cierto que en el
rgimen de la ley 11.683 es admisible la opinin de que tal eleccin puede recaer en deuda ilquida, en
razn de que el art. 33 no impone restricciones y la obligacin nace al verificarse el presupuesto de
hecho, sin necesidad de su determinacin, que cumple una funcin normal; pero resulta insostenible
tratndose de tributos a los cuales no se aplica dicha ley, a cuyo respecto rige la norma supletoria del
art. 774, Cdigo Civil, que exige la liquidez de la deuda como condicin para la imputabilidad. Apartando
las deudas extinguidas por prescripcin, que no cuentan en el caso, el procedimiento de imputacin de
oficio es distinto en los diversos supuestos que pueden ocurrir y que sistematizamos de esta manera: a)
deuda correspondiente a un solo tributo; b) deuda correspondiente a varios tributos; c) deuda
correspondiente a diversos conceptos (tributos e intereses o recargos).
euda correspondiente a un solo tributo. No hay dificultad en el supuesto de que los ingresos
Dcorrespondan a un perodo fiscal nicamente, pues los importes depositados a cuenta por el
deudor o los retenidos por los responsables, deben imputarse a esa sola deuda. En cambio, si
sta abarcare varios perodos fiscales, el pago debe imputarse a la deuda ms antigua: tal es la
interpretacin que deriva del concepto establecido en la segunda parte del art. 33 para los casos de
prrroga y en el art. 35 para la compensacin, el consagrado expresamente en el Cdigo Fiscal de
Buenos Aires, art. 74, y el que se deduce del art. 778, Cdigo Civil, porque la deuda ms remota es
en principio la ms onerosa para el deudor.
fectos del pago. El efecto del pago es la extincin de la obligacin y, por consiguiente, la
Eliberacin del deudor, que tiene derecho a exigir del acreedor (Estado) el reconocimiento de esta
situacin y el otorgamiento del recibo correspondiente. Este concepto es tan importante para la
estabilidad de las situaciones jurdicas, que la Corte Suprema de la Nacin le ha otorgado categora de
derecho patrimonial merecedor de la garanta constitucional de la propiedad privada, que ampara los
actos regularmente concluidos. Como expresa un distinguido autor, el derecho adquirido mediante el
pago hecho con sujecin a todo lo que en orden a su forma y su sustancia dispongan las leyes es, con
respecto a la legtima obligacin a la cual corresponde, inalterable.
Sin embargo, conviene aclarar que para la aplicabilidad de esa interpretacin acerca de los electos
liberatorios, es menester que el pago rena ciertas condiciones que pasamos a examinar. En efecto, se
requiere:
que el cobro haya sido efectuado por el Estado lisa y llanamente, sin reserva de ninguna naturaleza.
Si, por el contrario, el comprobante otorgado consigna que la recepcin del importe tiene carcter
provisional, es indudable que el pago no surte efecto cancelatorio total y que puede reclamarse un
complemento o diferencia.
La segunda condicin es que debe mediar buena fe de parte del contribuyente. Si ste ha ocultado o
sustrado al conocimiento del fisco, ya por malicia (dolo) o por simple negligencia (culpa), elementos
que debi comunicarle y que podan influir en la determinacin tributaria, entonces cesan los efectos
liberatorios del pago y se pierde el amparo constitucional: sera el caso de un contribuyente que
omiti denunciar su domicilio fuera del pas, que haca procedente el recargo por ausentismo; o que
no declar las accesiones o mejoras a los fines del impuesto inmobiliario, etc.
El pago debe ser perfecto, debidamente aceptado como tal, y no con ciertos condicionamientos.
La Corte Suprema ha establecido que slo cuando el contribuyente ha oblado el impuesto de
conformidad con la ley en vigencia al momento en que realiz el pago, queda ste, por efecto de su
fuerza liberatoria, al amparo de la garanta constitucional de la propiedad, que se vera afectada si
se pretendiere aplicar una nueva ley que estableciera un aumento para el perodo cancelado;
doctrina que estimamos una de las ms felices creaciones del tribunal.
onfusin. La confusin ocurre cuando se rene en una misma persona, por sucesin universal
Co por otra causa, la calidad de acreedor y deudor (Cdigo Civil, art. 862). Se ha dicho que esta
situacin es inconcebible en las obligaciones fiscales, pero en verdad no son pocos los casos en
que ella puede producirse. No solamente porque el Estado puede llegar a ser heredero del deudor, esto
es, sucesor a ttulo universal, sino tambin en razn de que puede ser sucesor a ttulo particular de
bienes cuya propiedad sea circunstancia determinante del tributo.
Prescripcin de 10 aos
Contribuyentes no inscriptos en los gravmenes regidos por la ley 11.683.
Contribuciones de seguridad social
Otros tributos nacionales no regidos por la ley 11.683
Tributos provinciales y municipales, en tanto las leyes locales no contengan normas especficas
121
CAPTULO VI
PRIVILEGIOS Y GARANTAS
portunidad de hacer valer el privilegio. Los casos ms frecuentes en que tiene aplicacin el
Orgimen de los privilegios, corresponden a los procedimientos de quiebra o de concurso civil; sin
embargo, tambin han sido invocados en situaciones donde no es tan manifiesto el estado de
insolvencia.
Las Cmaras Civiles se han inclinado en el sentido de que los privilegios pueden hacerse valer, no
solamente en caso de concurso o quiebra del deudor, sino tambin cuando aparezca indudable la
situacin de insolvencia; por su parte, la Corte Suprema de la Nacin se ha orientado en el ltimo
sentido, al resolver que el crdito por impuesto a los rditos anterior a la quiebra, no est sujeto a
verificacin y pago en condiciones de igualdad, en cuanto a oportunidad y formalidades, con los dems
crditos, en razn de las obligaciones establecidas en la ley 11.683 para sndicos y liquidadores,
solucin objetable, por cuanto dicha ley fiscal no ha modificado la solucin general e igualitaria que
consagra el proceso de ejecucin colectiva.
123
Percusin
Los impuestos son pagados por los sujetos a quienes las leyes imponen las obligaciones
correspondientes. Este acontecimiento se denomina percusin. Este hecho no tiene solamente un
significado jurdico, ya que el pago del impuesto impone al sujeto contribuyente de jure la necesidad
de disponer de las cantidades lquidas para efectuarlo lo que, a veces, involucra tambin la necesidad
de acudir al crdito en sus diversas formas. Todo ello trae consigo consecuencias en la conducta
econmica del contribuyente y alteraciones en el mercado. La percusin, es pues, de por s un efecto
econmico del impuesto.
Transferencia o traslacin
El contribuyente de derecho se dice tratar de transferir la carga del impuesto por va de los
precios del mercado en que acta. Aqu ya se abre una bifurcacin de los fenmenos econmicos
ocasionados por los impuestos. En efecto, si el mercado en que acta el contribuyente de derecho es
de competencia perfecta y, tal vez, si lo es de competencia imperfecta pero con un grupo numeroso de
empresas, el precio es fundamentalmente el resultado de la demanda global de la oferta global de
productos determinados y de los factores de la produccin, sin que el productor individual para adoptar
otra postura que vender al precio del mercado toda su produccin o retirarse del mismo, ya que no
puede por una disminucin de la cantidad ofrecida hacer aumentar el precio de venta.
Tampoco puede, por restriccin de la demanda de los factores, hacer disminuir el precio de stos,
para transferir a otros la carga del impuesto. Esta transferencia podr verificarse por la disminucin de
la oferta de productos o de la demanda de factores, producidas por la desaparicin de los productores
marginales para quienes los precios del mercado resultan inferiores a su costo incrementado por el
impuesto, tratndose del mercado de productos.
En el caso del mercado de factores, el contribuyente percutido no podr disminuir su demanda
para lograr la disminucin de los costos, originndose por ello mismo costos adicionales que no
hacen rentable la permanencia en el mercado de los productores marginales.
En cambio, en rgimen de monopolio o de competencia monoplica o de competencia imperfecta
no de grupo numeroso el contribuyente de derecho puede, dentro de ciertos lmites, restringir su
oferta de productos o su demanda de factores aumentando, por consiguiente, el precio de los productos
o disminuyendo el precio de los factores y compensando, de este modo, todo el impuesto, parte del
mismo o bien el impuesto con una mayor suma, segn las diferentes condiciones del rgimen de costos
de la industria. El proceso de alteraciones de los precios de la demanda de los factores o de la oferta de
124
los productos por el cual se transfiere a otros sujetos contribuyentes de hecho la carga del
impuesto, se denomina traslacin del impuesto. Este proceso puede reproducirse en etapas sucesivas
si el contribuyente de hecho logra, a su vez, transferir la carga del impuesto sobre otros sujetos que, si
no consiguen hacer lo mismo, sern finalmente los verdaderos contribuyentes de hecho.
Incidencia
El fenmeno por el cual ciertos sujetos, que han sufrido la traslacin del impuesto y que no pueden
a su vez trasladarlo a otros, razn por la cual soportan la carga del mismo o sea que desembolsan la
suma correspondiente conjuntamente con el precio de las mercaderas y los servicios que adquieren o
ven disminuido el precio que han de recibir por sus ventas de los factores o bienes intermedios se
denomina incidencia del impuesto y se concepta como la definitiva carga del impuesto o parte del
mismo o del impuesto con ms los importes adicionales que en las variaciones de los precios en el
mercado pueden sumarse al impuesto.
Difusin
La incidencia del impuesto es definitiva en el sentido que no reconoce posibilidad alguna de
modificar los precios en los mercado de los productos o de los factores en que es parte el contribuyente
de hecho.
Pero ello no excluye la existencia de efectos ulteriores, los que se suelen denominar en su
conjunto difusin del impuesto o, tambin, como otros efectos, a secas, de los impuestos.
La incidencia implica una disminucin del ingreso del sujeto incidido o, si el ingreso es menor que la
carga impositiva que se le transfiere, una disminucin de su patrimonio.
Ahora bien, las consecuencias de dichas disminuciones pueden ser las siguientes:
el sujeto incidido disminuye su consumo, o sea: la demanda de bienes de consumo;
disminuye su ahorro;
enajena parte de su patrimonio fruto de ahorros anteriores para cubrir el gravamen que le ha
sido transferido;
aumenta su oferta de trabajo para compensar la disminucin del ingreso debido a la incidencia
del impuesto.
Si la incidencia es sufrida por una empresa, sta mejorar si puede su estructura productiva y
racionalizar sus procesos con el fin de disminuir sus costos y compensar, de esta manera, la
disminucin de sus ingresos o de su capital. Estos procesos se denominan remocin del impuesto.
Amortizacin
Uno de los efectos de los impuestos, que no es de carcter general sino peculiar de los impuestos
reales que gravan permanentemente el rdito de los capitales durablemente invertidos y que, en cierto
modo, distinto de la incidencia, se denomina amortizacin del impuesto.
Este efecto consiste en lo siguiente: el impuesto permanente que grava el producto neto del capital
ocasiona una disminucin inmediata del valor del capital mismo en un importe igual a la capitalizacin
del impuesto en cuestin, segn la tasa de inters vigente en el mercado. Si X es el bien instrumental
con un valor de 1000 cuyo producto neto ($ 50) es gravado con una tasa t del 10% (siendo la tasa de
inters i del 5% anual) el valor de X queda disminuido en $ 100 como consecuencia de la creacin del
impuesto. Esta disminucin del capital afecta a quien fuera propietario del bien en el momento de la
125
creacin del impuesto, pero no afecta a los futuros adquirentes de los bienes instrumentales que
constituyen dicho capital, pues ellos capitalizarn, para determinar el precio del mismo, segn la tasa
corriente del inters, el producto neto deducido el impuesto peridico que lo grava.
Algunos autores consideran este fenmeno de la amortizacin del impuesto como un caso de
traslacin hacia atrs. Pero esta clasificacin es impropia, si se quiere mantener el concepto de
traslacin, que se refiere a las modificaciones de los precios en los mercados de productos traslacin
hacia adelante o de los factores y bienes intermedios traslacin hacia atrs, la amortizacin del
impuesto debe considerarse como una forma de la incidencia, ya que una de las condiciones para
producirse el fenmeno bajo anlisis, pacficamente admitida por la doctrina, es que el impuesto en
cuestin no puede ser trasladado.
Capitalizacin
Como en otros casos, hay diferencias en la terminologa empleada. Einaudi y Griziotti consideran
la capitalizacin del impuesto como el fenmeno opuesto a la amortizacin, o sea como el efecto de una
exencin o liberacin del impuesto real total o parcial que provoca un aumento del valor de los bienes
instrumentales anteriormente afectados por un impuesto sobre el producto neto de los mismos. Otros,
como Musgrave, usan el trmino capitalizacin como el fenmeno que abarca todos los cambios
positivos o negativos en el valor del capital por efecto de una nueva imposicin sobre el producto de la
inversin o por una liberacin total o parcial del impuesto. Dicha divergencia terminolgica carece de
importancia, siempre que no se omita tener en cuenta en qu sentido se utiliza el trmino
capitalizacin. A decir la verdad, sin embargo, nos parece ms lgico adoptar el trmino capitalizacin
en el sentido ms amplio que abarca el fenmeno en su aspecto positivo y negativo, segn Musgrave.
Traslacin
Puede verificarse este efecto en diferentes formas: establecido un impuesto sobre determinada
industria, pueden producirse modificaciones de la oferta, de la demanda y de los precios resultantes, de
modo que se crea una nueva situacin de equilibrio en el mercado del producto sometido al impuesto o
de los bienes intermedios y factores de la produccin referentes a la rama de la actividad econmica de
que se trate.
El proceso de traslacin se realiza esquemticamente as:
a) El contribuyente de derecho, o sea el percutido, consigue restringir su oferta del bien que
produce y/o vende en el mercado, con la consecuencia del aumento del precio a cargo de su
comprador. Esta formulacin es valedera slo en los casos de monopolio o de competencia monoplica
o imperfecta, puesto que en el rgimen de competencia perfecta el productor individual mente
considerado no puede aumentar el precio del mercado por su propia decisin y conducta. Una
hipottica tentativa de aumento del precio produce la desaparicin total de la demanda a que hace
frente, ya que sta es absolutamente elstica. Una hipottica restriccin de oferta por parte del
productor individual slo ocasionara un perjuicio para l, puesto que al precio del mercado hubiera
podido colocar su produccin total.
Para reflejar el fenmeno de la traslacin en un rgimen de competencia perfecta es necesario
modificar la enunciacin del caso en la forma siguiente:
126
Por una salida de los productores marginales se restringe la oferta total de la industria gravada,
aumentndose el precio del producto en beneficio de los productores intramarginales.
Estos casos representan la traslacin hacia adelante o protraslacin.
b) El contribuyente de derecho, o sea el percutido, consigue disminuir su demanda de factores o
bienes intermedios logrando as una disminucin del precio de dichos factores o bienes que adquiere.
Esta formulacin presupone la existencia de un monopsonio (monopolio de la demanda) o de una
competencia monopsnica, ya que slo en tales hiptesis el productor puede, mediante la disminucin
de la demanda, obtener un menor precio. Suponiendo la existencia de una competencia perfecta, puede
admitirse la disminucin del precio de adquisicin de los factores y bienes intermedios si la disminucin
de la demanda es la consecuencia de la salida del mercado de los productores marginales. Este
proceso se denomina traslacin hacia atrs o retrotraslacin.
c) Puede haber, tambin, un proceso de traslacin oblicua hacia adelante, cuando el
contribuyente percutido logra trasladar el impuesto a travs del aumento del precio como consecuencia
de una disminucin de la oferta no del bien gravado, sino de otro bien de produccin conjunta.
d) Anlogamente; puede haber una traslacin oblicua hacia atrs, cuando el contribuyente
percutido consigue disminuir el precio de compra de un factor o bien intermedio, mediante la
disminucin de la demanda no del factor o del bien gravado, sino de otro factor o bien complementario.
Concepto
La ley no puede generar la obligacin sin la existencia en la vida real del hecho imponible concreto
que pueda subsumirse en la definicin legal del hecho imponible abstracto. Por otra parte, el hecho
imponible no crea por s solo la obligacin, sino que lo hace a travs de la ley.
Esta conexin entre el hecho imponible y la norma demuestran que el hecho imponible es un
hecho jurdico o, dicho con otras palabras, es un hecho que por voluntad de la ley, produce efectos
jurdicos. Hemos ledo o escuchado alguna vez que los hechos imponibles son de naturaleza
econmica antes que jurdica. Tambin se ha dicho que son hechos de naturaleza econmica que la ley
elige como hechos jurdicos.
La primera afirmacin es incorrecta, por lo cual tenemos que rechazarla.
La segunda no es inexacta, pero merece una mayor precisin.
El error de las doctrinas que niegan la naturaleza jurdica de los hechos imponibles consiste
precisamente en esta negacin, mientras que es exacta la afirmacin que dichos hechos son de
naturaleza econmica.
El problema planteado encuentra su solucin al explorar si el presupuesto de hecho de los
impuestos posee caractersticas particulares que permitan identificarlo como tal.
Este planteamiento responde a la cuestin que surge de la doctrina del administrativista, respecto
a que la obligacin del impuesto, a diferencia de las tasas y de las contribuciones, carecera de
caractersticas propias inherentes a su contenido.
La doctrina opuesta a la cual pertenecemos, reconoce en los presupuestos de hecho de las
obligaciones impositivas una naturaleza especfica con respecto a los otros tributos y comn a todos los
impuestos por ser la naturaleza sustancial de los hechos imponibles o, como lo prefiere Sinz de
Bujanda, el fundamento que caracteriza los hechos imponibles.
La investigacin de la naturaleza sustancial del hecho imponible se acopla con el problema de la
causa jurdica del impuesto. Esta escuela identifica el principio rector de los hechos imponibles con la
causa jurdica de las obligaciones impositivas.
Si seguimos la ciencia de las finanzas en la bsqueda de los criterios selectivos que caracterizan
las diferentes especies de tributos, encontramos como principio fundamental de los hechos imponibles
el de la capacidad contributiva o capacidad de pago.