El Leñador y Ls Buñuelos
El Leñador y Ls Buñuelos
El Leñador y Ls Buñuelos
bolsa repleta de monedas que alguien haba extraviado en medio del camino. Lgicamente
se puso contentsimo y se fue corriendo a su casa para contrselo a su mujer.
Madre ma, pero si es una bolsa llenita de dinero contante y sonante! Se acabaron
nuestros problemas! Somos ricos!
No, querida, no Lo siento, pero esta bolsa no es nuestra y tenemos que buscar al
dueo para devolvrsela. Esperaremos unos das a ver si alguien la reclama y si no
encontramos al propietario, se la entregaremos a las autoridades.
Pero qu dices! Nos la quedamos nosotros que para eso la has encontrado t!
Su mujer no dijo nada y sigui con las faenas de la casa como si con ella no fuera la cosa.
Pasaron los das y un amigo fue a visitarles. El leador le sirvi una taza de t y le cont
que una semana antes haba encontrado una bolsa de monedas. El amigo, que no era un
amigo leal del todo y s bastante avaricioso, vio la oportunidad de hacerse con el dinero.
Levant las cejas y poniendo cara de sorpresa, exclam:
Anda, qu bien que hayas encontrado mi bolsa! S, como lo oyes, es ma! La perd el
otro da cuando iba de camino al pueblo.
La mujer del leador se dio cuenta de que estaba diciendo una mentira grande como una
catedral y decidi que ni de broma ese tipo iba a salirse con la suya.
Te repito que yo encontr una bolsa de monedas Acurdate de que aquella noche
discutimos un montn sobre qu hacer con ella, nos quedamos dormidos, y cuando me
levant la higuera haba dado un montn de buuelos!
S, tienes que creerme! No queda ni uno porque estaban tan ricos que me los com
todos, pero te prometo que es verdad.
Como ves, se ha vuelto un poco loco. ltimamente desvara e inventa cosas como lo de
la bolsa de dinero o que la higuera da buuelos Creo que el pobre est perdiendo la
cabeza!
Al hombre le sali el tiro por la culata. Desconcertado, se fue de all pensando que
ciertamente el leador lo haba inventado todo y, por supuesto, sin la bolsa de dinero.
La mujer le acompa hasta la salida y le dijo adis con la mano. Despus, cerr la puerta
con una sonrisa picarona.