Olvidando A Filoctetes Miguez Barciela PDF
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OLVIDANDO A FILOCTETES
El sphisma
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Cf. mi libro La visin de la Odisea, Madrid, 2014.
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Sigo la edicin de Lloyd-Jones, H. y Wilson, N. G., Sophoclis Fabulae, Oxford, 1990.
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Quitarse la vergenza
Odiseo ordena a Neoptlemo (la relacin es disimtrica: el primero es llamado nax por
el segundo, este es pa para el primero) algo as como lo siguiente: La psykh de Filoc-
tetes es preciso que t robes diciendo decires [lgoi] (54-55). A continuacin le instru-
ye en relacin con estos decires, qu cosas se tienen que ocultar y qu cosas no, etcte-
ra. El lgein ser el instrumento de caza, y puesto que se trata de caza y captura, el
lgein ser engaoso. Odiseo idea incluso una historia falsa de la que Neoptlemo ya no
podr librarse: primero, no debe ocultar su condicin de hijo de Aquiles; segundo, debe
fingir que est regresando a casa despus de haber sufrido una ofensa por parte de los
lderes de los aqueos; por lo dems, no vacilar en insultar a Odiseo todo lo que haga
falta.
En la medida en que se trata de ser sabio nada ms y nada menos que en decires, por
qu no acta el experto en decir?, por qu no acta Odiseo? l mismo lo aclara: su
implicacin en el primer viaje a Troya, as como el papel principal que jug en la expo-
sicin de Filoctetes (yo lo abandon por encargo de los lderes: 4-11) no recomiendan
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que intente nada l mismo. Mejor que acte alguien que no tenga nada que ver con esa
expedicin, alguien nuevo como Neoptlemo al que no haya nada que reprocharle. Pero
no solo la inocencia es importante: si Neoptlemo es la figura ideal para ganarse la con-
fianza de Filoctetes es porque l es el hijo de Aquiles. Y sin embargo Odiseo es lo sufi-
cientemente inteligente como para anticiparse al hecho de que por lo mismo que el hijo
de Aquiles es la figura ideal para robarle el alma a Filoctetes a la vez no es la figura
ideal: para engaar es preciso que haya confianza; Neoptlemo puede ganarse la con-
fianza de Filoctetes, es el reclamo ideal, pero, por eso mismo, la estrategia no encaja
bien con quin es en el fondo Neoptlemo. Odiseo lo dice as: S, hijo, que por phsis
no ests hecho [pephykta] para decir esta clase de cosas ni para maquinar maldades
[tekhnsthai kak]. Pero atrapar la victoria es un bien dulce. Coraje! Ya nos mostrare-
mos justos [apareceremos dkaioi] alguna otra vez. Pero ahora por una pequea parte del
da entrgate a m para lo desvergonzado, y el resto del tiempo sers llamado el ms
respetuoso [sc. con los dioses: eusebstatos] de todos los mortales (79-85). (Es impor-
tante darse cuenta de que conceptos para nosotros morales aparecen en continuidad
con conceptos para nosotros ontolgicos; pho es nacer, crecer, llegar a ser, ser; lo
ontolgico es normativo; no solo se relativizan los valores sino el ser mismo de las
cosas, cf. infra.)
La relativizacin radica en que para Odiseo basta con (a)parecer dkaios, de modo
que uno (a)parecer dkaios unas veces s y otras veces no. Ahora bien, si se trata de
unas veces s y otras veces no, si se trata de la siempre variable circunstancia, entonces
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no hay ya un de suyo ser A o de suyo ser B, sino un ahora aparecer como A, ahora
aparecer como lo contrario de A, dependiendo del momento, la ocasin, el inters, la
conveniencia, etctera. Esta actitud se encuentra con la resistencia esperada: no es que
Neoptlemo no quiera ponerse al servicio del bien comn, lo que no quiere es servirse
de malas maas, es decir, rechaza el sphisma, y lo rechaza en virtud de su propio ser,
de cmo es l mismo por nacimiento (88). Quiero, seor, fallar obrando bellamente
[kals] ms que vencer vergonzosamente [kaks] (94-95). O sea: reconoce lmites en
la conducta, un ser bello en s mismo o ser vergonzoso en s mismo. Odiseo por su parte
reconoce en esta respuesta tanto la phsis como la aret de Aquiles (De padre excelen-
te el hijo [demuestras ser]). Pero Aquiles est muerto. La dimensin temporal de eso
que nosotros llamaramos el dilema de conducta pasa a formularse as: Tambin yo
mismo cuando era joven perezosa la lengua [glssa] tena, y la mano sobre las obras
[rga]. Ahora, sin embargo, habiendo llegado hasta [el momento de] la comprobacin,
observo que entre los mortales la lengua y no las obras conduce toda [cada] cosa (96-
98).
Odiseo exige: para vencer en Troya primero hay que vencer a Filoctetes, lo cual, tenien-
do en cuenta que este no es un enemigo, no deja de ser en cierto modo problemtico.
Aparece entonces una reformulacin del mismo problema: se necesita que Neoptlemo
sea no solo bueno sino tambin sabio (119); se requiere ser noble no solo en
cuanto al cuerpo (51; es interesante que no aparezca un correlativo: en cuanto a eso
por lo que han retrocedido a Lemnos? En cuanto al saber?). Esto, en principio, no
tendra por qu comportar problema: el bueno es en griego el excelente, el apto, el
capaz, el competente, por tanto el que sabe (aptitud es reconocimiento). Ahora bien,
en la medida en que el sphisma exige eliminar, aunque sea momentneamente, un cier-
to obstculo (nada menos que toda la vergenza: 120), o sea, en la medida en que
requiere que se prescinda de eso que discrimina las conductas, eso que dictara qu se
debe hacer y qu no, qu requiere en cada caso la cosa, ya no est nada claro que ser
sabio consista en reconocer lo que la cosa es de suyo (lo cual exigira a la vez que se
hiciese lo uno o lo otro), ni est claro, por tanto, que resulte en efecto compatible con
ser bueno, capaz y apto, pues ya hemos visto que el sphisma ha quedado vinculado
con la posibilidad de un decir que disuelve las diferencias (el decir de la prdida del
criterio, el todo vale, la relativizacin). Esta incompatibilidad de lo uno y lo otro ser el
khors4, la no-sntesis trgica que explore el Filoctetes.
La voz de Filoctetes
Las inhibiciones que Neoptlemo manifiesta estar dispuesto a dejar atrs (la tentacin
que Odiseo ha puesto astutamente ante sus ojos es nada menos que la toma de Troya:
Acaso no soy yo, como solais decirme?: 114) pasan a ser, en cuanto Filoctetes entra
en escena, las olvidadas, preteridas, hasta cierto punto obsoletas inhibiciones y limita-
ciones. La cuestin es la siguiente: hasta qu punto estn desfasadas estas inhibicio-
nes? Y si lo estn, qu consecuencias tendra?
Lo que Neoptlemo oye es pues lo que nadie ha odo hasta ese momento. Escucha lo
que tiene que decir no ya el abandonante sino el abandonado; lo que vio quien ha sido
apartado totalmente de la vista y ha desaparecido como los muertos desaparecen. Pen-
semos que la isla desierta es en cierto modo la tumba de Filoctetes, y su punto de vista
el que tendra un muerto si un muerto pudiese tener alguno, por eso lo que cuenta ahora
a Neoptlemo parece una pesadilla hecha realidad: Pero t, hijo, cmo te parece que
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Sobre cmo naturaleza sin tkhne queda atrs en la fundacin de plis, cf. mi artculo Qu es la
plis? Una isla (A propsito de la fundacin de Cirene en las odas de Pndaro), gora. Papeles de Filo-
sofa 35.1, 2016, 171-189.
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me encontr entonces al despertar de mi sueo y ver que se haban ido? Cmo llor,
cmo grit lamentando mis desgracias al ver que las naves, las que yo haba conducido
por el mar, todas se haban ido, y no haba ningn hombre en este lugar, ninguno que
pudiese curarme, nadie que estando yo agotado tomase parte en mi enfermedad? (276-
280).
Ahora bien, desde el punto de vista de la empresa comn Filoctetes no ha sido excluido
sino que se ha autoexcluido. No se ha quedado sin comunicacin solo por haber sido
abandonado en una isla desierta, sino que ya antes se haba quedado sin lenguaje: sus
propios gritos de dolor, las salvajes dysphemai, obstaculizaban un decir bien a los dio-
ses vigentes, los dioses olmpicos. Sus propios lamentos inarticulados, su propia voz
desgarrada por la enfermedad ha excluido a Filoctetes tanto de la comunicacin con lo
divino vigente como de la participacin en la empresa comn (no casualmente los dio-
ses que invoca son dioses preolmpicos: ninfas y dioses locales-naturales).6
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El tema no es nuevo: Filoctetes aparece fugazmente en la Ilada (2.716-726) en calidad de figura dolida,
ausente y yacente que, sin embargo, resulta imprescindible para el cumplimiento de la empresa comn, lo
cual constituye a la vez una variacin en miniatura sobre el tema del poema.
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Las inhibiciones iniciales de Neoptlemo las dice ahora Filoctetes, dato que, si este
ltimo es en verdad un fsil o un anacronismo, resulta sumamente significativo: el
haberse quitado la vergenza Neoptlemo quiz sea lo mismo que el haberse quitado de
en medio Filoctetes. Pero en el fondo la empresa no ha podido quitarse de en medio a
Filoctetes; sigue necesitando a Filoctetes por lo mismo que la intriga necesita a Neopt-
lemo, de ah el retroceso en busca de eso que ella misma haba reducido a poco menos
que nada, si bien sta ser la manera como la plis ofrezca, quiz por ltima vez, tributo
y respeto a lo que ya est herido y perdindose (al fin y al cabo, destituir es una manera
de reconocer). Esta ambigedad mueve la trama en el sentido que comentaremos ense-
guida. Pero antes vamos a fijarnos en cmo aparece el estado de cosas en la mirada de
Filoctetes.
La historia falsa pone en juego el tema de qu pas con las armas de Aquiles tras su
muerte. Filoctetes no se sorprende del papel que Odiseo desempea en esta historia,
pero s de que yax no estuviese en condiciones de frenarle7: Pues s bien que [Odi-
seo] con la glssa podra tocar todo [cualquier] lgos malo, as como el hacer cualquier
cosa [panourga], a partir de lo cual nada dkaion podra producirse (407-409).
El todo-vale, el estar dispuesto a hacer cualquier cosa para lograr los propios fines, se
opone aqu a cumplir o hacer algo justo. La novedad no es tanto que Odiseo sea
quien es, el personaje hbil en extremo; la novedad radica en que esta habilidad ya no
tenga un oponente: lo chocante es que yax no haya detenido a Odiseo. Filoctetes sim-
plemente ignora que Aquiles ha muerto, que yax y otros muchos ya estn muertos. El
descubrimiento redunda en un desesperado diagnstico de la situacin general.
La nueva situacin est pues definida por el hecho de que los personajes que destacaban
por su presencia y su fuerza y sus obras ya no estn, hayan muerto. Esto parece tener
implicaciones de cierto alcance: con Aquiles y yax han desaparecido las figuras que
mejor representaban eso que discrimina conductas, aquel ser que, segn decamos,
tambin era pauta y criterio (tanto phsis como aiskhne nombraban el obstculo a sal-
var, el freno al sphisma). Cmo ha podido pasar esto? Cmo se ha perdido la phsis?
Neoptlemo lo dice: [El] plemos a ningn hombre sin valor [poners] coge volunta-
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No estamos ante otro Odiseo, Odiseo el villano, sino ante el mismo personaje extraordinariamente hbil
que transgrede lmites y borra fronteras cantado por Homero. No hace falta recordar que la obra que de-
nuncia la pericia en lgoi es ella misma una obra maestra precisamente en este campo.
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riamente, sino siempre a los valiosos [khresto] (436-437). Los mejores han muerto
precisamente en la guerra, de manera que la prdida de ese ser/pauta de conducta parece
que es consubstancial a la marcha de la empresa de los aqueos.
Tal vez para comprobar que ha captado bien cmo es la nueva situacin Filoctetes con-
tina preguntando por uno de esos hombres sin valor que, justamente por eso (as razo-
na Filoctetes), destacaba entre todos en cuanto a la glssa y la sopha (439-400). Se
produce aqu un elocuente malentendido. Neoptlemo entiende o hace que entiende
que Filoctetes pregunta por Odiseo cuando en realidad est preguntando por Tersites,
personaje que la Ilada (2.216) caracterizaba como el ms vergonzoso de cuantos fue-
ron a Troya. Alguien terrible en cuanto a la lengua? Odiseo? No, Tersites. Del Hades
se libra el hbil en ese decir que ha quedado identificado con la capacidad de eliminar
los frenos y disolver las diferencias (se insiste no solo en t pangorga, sino tambin en
t panlintrib: algo as como ser capaz de darle la vuelta a las cosas o poner del revs
las cosas, que esto parezca ser aquello y aquello parezca ser esto: 448). En otras pala-
bras: quien en la vieja situacin era un don nadie, un Tersites al que castigar y hacer
callar en la asamblea, en la nueva situacin desempea un papel de indiscutible lideraz-
go. El dbil se ha impuesto al fuerte; el peor ha destituido al mejor; la fuerza ha cedido
nada menos que ante la debilidad equipada con sus armas (glssa, etctera). Y porque
esto significa perder el suelo bajo los pies (po khr tthesthai tata, po d ainen:
451), el diagnstico de Filoctetes se resume diciendo que los dioses mismos han queda-
do en una posicin falsa, parecen malvados (452), es decir, no son ya los dioses que
eran o ya no son dioses.
De las tres posibilidades que para cumplir la misin se mencionaron en el prlogo, eso
que ah se llamaba el ser o la naturaleza de Neoptlemo exclua el decir falseda-
des. Esto resulta coherente con el hecho de que decir sea manifestar, hacer apa-
recer o hacer comparecer alguna cosa. Un decir falso ser pues en cierto modo un
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no decir, un decir que no manifiesta sino que oculta o substrae la cosa, un hacer apare-
cer que no hace aparecer o un ser de lo que no es, por tanto, algo as como un contra-ser,
lo cual, teniendo en cuenta cmo y quin es Neoptlemo (alguien en cuyo fondo brilla
la phsis de Aquiles), explica el hecho de que este inicialmente rechazase el decir fal-
sedades, si bien solo para superar su reluctancia al final del prlogo. Desde este mo-
mento su ser se puso al servicio del plan cuya misin era ocultar o substraer ser,
con lo cual se planteaba la duda acerca de si la phsis de Aquiles ya no sera nada ms
que el seuelo tras el cual se esconde Odiseo.
La intriga que empieza a partir de la prodos tiene la peculiaridad de que no solo Filoc-
tetes no puede saber que es vctima de un engao, sino que tampoco el espectador puede
distinguir con seguridad qu es verdad y qu es mentira, pues los discursos tienen varios
sentidos.8 No estamos ante un problema de ambigedad de la comunicacin humana en
general, sino ante un problema especfico de la historia de la Grecia antigua. Sea como
fuere, es esencial que la ambivalencia no pueda resolverse: ella misma es la cuestin, el
problema. Antes de la catstrofe la farsa se hace extrema. La conversacin que Neopt-
lemo sostiene con el falso mercader cuya irrupcin Odiseo haba anunciado en el prlo-
go se necesita no solo para que la presa caiga por fin en la red, sino, sobre todo, para
llevar al lmite la substancia trgica: la obra se dice a s misma, comenta lo que est pa-
sando en esos mismsimos instantes; Filoctetes se indigna ante la idea de que Odiseo
pretenda engaarle con palabras precisamente cuando est siendo engaado con pala-
bras. La irona se vuelve insoportable (agradece que Neoptlemo le haya salvado de
sus enemigos justo cuando est a punto de llevarle hasta ellos!), precipitando de esta
forma la catstrofe.
La conversacin con el falso mercader ha recordado que estamos presenciando una ar-
timaa o un truco para hacer que Filoctetes vaya a Troya, arco incluido. Del plan forma
parte que Neoptlemo simule un retorno a casa. Tal como se ha calculado de antemano,
Filoctetes implora que lo lleven consigo a bordo (las razones esgrimidas ponan otra vez
8
Ya en la Odisea los decires dobles son las armas de las que el sabio se sirve para ejecutar su plan, cf. La
visin de la Odisea, especialmente pp. 201-204.
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Filoctetes reconoce que Neoptlemo ha aguantado su ataque con entereza, lo cual de-
muestra la phsis de su padre (874), pero aun no sabe que todo esto es un complot y un
engao. Ser precisamente eso que a continuacin el propio Neoptlemo llama la
phsis de uno mismo (902) lo que eche a perder el plan (Nada te ocultar: 915). Fi-
loctetes se da cuenta de que ha sido engaado por palabras ocultas [que ocultan] y un
pensamiento doloso (1110). Pero por qu se amontonan aqu no nociones de integri-
dad moral ni nada por el estilo, sino palabras relacionadas con ser, nacer, crecer; naci-
miento, estirpe, linaje? Por qu haber nacido de Aquiles es tan decisivo? En qu sen-
tido la phsis de Aquiles echa a perder el sphisma de Odiseo?
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Cf. mi libro Mortal y fnebre. Leer la Ilada, Madrid, 2016.
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fama, etctera). La apora es genuina, razn por la cual lo aparece despus de la cats-
trofe es que ni la phsis se impone totalmente sobre la sopha (Neoptlemo no permite
que Filoctetes mate a Odiseo, quien, no obstante, s resulta ridiculizado), ni la sopha
logra suprimir la phsis (Neoptlemo devuelve el arco y renuncia a Troya10). Parece que
la hiptesis del prlogo ha sido desmentida: no se ha podido ser sophs y agaths al
mismo tiempo (1245-1246); el estar uno separadamente de otro (el khors de 115) no se
ha suprimido ni se ha mitigado; el reproche de un lado contina implicando el elogio del
otro y viceversa.
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Filoctetes vuelve a decir algo as como: has demostrado estar a la altura de la phsis a partir de la que
has brotado (1310-1311). Algunas traducciones dicen la sangre o la estirpe, mientras que los comen-
tarios sugieren un uso figurativo de phsis. Teniendo en cuenta el peso esencial que esta palabra tiene en
la articulacin del dilema de Neoptlemo tanto como en la catstrofe, postular aqu un uso figurativo es
esquivar el verdadero problema de la interpretacin.
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Es interesante que Odiseo utilice la forma phyn (1052): la naturaleza de Odiseo consiste precisamente
en no tener naturaleza, o la otra cara de lo mismo en tener la naturaleza que cada ocasin requiere.
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Mientras en la Ilada la muerte de Patroclo provoca que Aquiles, aunque solo sea externamente, retorne
a la guerra, aqu nada consigue que Filoctetes colabore voluntariamente con los aqueos tampoco la am-
bigua amistad de Neoptlemo, nada excepto la intervencin de Heracles
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cin ya est en marcha y quiz sea imparable, de modo que, si preferimos tomar la in-
tervencin de Heracles como algo ms que una solucin ad hoc, la interpretacin no
vara en lo esencial: sencillamente el obstculo habra aparecido en toda su potencia y
en todo su detalle todava una vez ms.
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