Manual GM
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Todo el trabajo que la Iglesia hace para anunciar al mundo el Evangelio, recibe el nombre de
Evangelización. Por eso, la misión de la Iglesia, su esencia misma es Evangelizar. Dice AG2
que "La Iglesia peregrinante es, por su naturaleza, misionera, puesto que toma su origen de la
misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo, según el propósito de Dios Padre". Y EN 14
exclama que "la gracia y la vocación propia de la Iglesia su identidad más profunda, es
evangelizar. Ella existe para evangelizar".
Si bien muchas veces se utilizan como sinónimo las palabras “Evangelización” (término que
pone énfasis en la predicación del Evangelio) y “Misión” (que pone énfasis en el mandato o
envío) es importante distinguir la actividad específicamente misionera dentro de la obra
evangelizadora de la Iglesia. También es importante distinguirla de la misión "genérica" de la
que todos los cristianos somos partícipes en virtud del bautismo (crf RMi 71), al igual que todos
los laicos somos genéricamente Sacerdotes, Profetas y Reyes.
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Manual de los Grupos Misioneros
a "los que ya" son cristianos. Mientras la Actividad Misionera usa una metodología de
conversión individual, la Actividad Pastoral es más bien grupal o masiva.
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Manual de los Grupos Misioneros
pueblos; los derechos del hombre y de los pueblos, sobre todo los de las minorías; la
promoción de la mujer y del niño; la salvaguardia de la creación, son otros tantos
sectores que han de ser iluminados con la luz del Evangelio. Hay que recordar,
además, el vastísimo areópago de la cultura, de la investigación científica, de las
relaciones internacionales que favorecen el diálogo y conducen a nuevos proyectos de
vida.
Para concluir, es importante recordar las palabras con que Juan Pablo II comienza su Carta
Encíclica Redemptoris Missio: "La Misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún
lejos de cumplirse. A finales del segundo milenio después de su venida, una mirada global a la
humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los comienzos y que debemos
comprometernos con todas nuestras energías en su servicio" (RMi1).
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Manual de los Grupos Misioneros
• Son un servicio de la Iglesia dirigido a los laicos, para ofrecerles animación y formación
misionera mediante la asociación en grupos, en los que se capacita a los laicos para
ser buenos misioneros que se proyecten hacia la Nueva Evangelización y hacia la
Misión Ad Gentes.
• Son a la vez un servicio de los laicos a la Iglesia, puesto que en sus comunidades de
origen asumen la Nueva Evangelización, la animación y cooperación misioneras, y se
proyectan hacia la Misión Ad Gentes “más allá de las fronteras”.
En su mayoría, son grupos estables que se reúnen durante todo el año para procurar su
formación y crecimiento espiritual y comunitario, y en los cuales todos provienen de una misma
comunidad de origen. Pero también están los que se conforman específicamente para la
preparación y realización de las misiones (generalmente en verano), procedentes de distintas
comunidades.
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Manual de los Grupos Misioneros
1.- Formación Misionera: Mediante la formación misionera, los miembros de los Grupos
Misioneros van compartiendo el camino de crecimiento en la fe y en la vocación misionera,
para desarrollar criterios y mentalidad misionera, como los de Jesús. Para ello, comparten
reuniones periódicas (generalmente semanales), en los que procuran su formación mediante
Encuentros, Talleres, etc. La Formación de los Grupos Misioneros, comprende tres áreas
fundamentales:
a) Teología Misionera: comprensión de la misión y la evangelización, sus
motivaciones, contenido y finalidades.
b) Espiritualidad Misionera: comprensión de las actitudes interiores y
exteriores del misionero, su vida espiritual, sus sentimientos y todo lo que hace
a su comunión íntima con Cristo.
c) Metodología Misionera: es la parte metodológica y didáctica, con la
cual se entrena a la persona para la misión y para la animación misionera.
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• Comparten actividades que los ayuden a crecer en su vida espiritual, como ser retiros
espirituales, momentos de oración, etc.
3.- Acción Misionera:
La Formación y Espiritualidad misioneras, se cimentan únicamente con la experiencia personal
y comunitaria del servicio evangelizador. Para ello, los Grupos Misioneros realizan un trabajo
misionero en dos ámbitos:
• Misión Ad-Intra: Si bien el Grupo Misionero tiene la mirada puesta en la misión “ad
gentes”, su primera responsabilidad es prestar un servicio evangelizador concreto en
su Parroquia, que constituye su “comunidad de origen”. En ella, el Grupo Misionero
colabora activamente en la Liturgia y en otras actividades parroquiales, poniendo
especial atención a la Nueva Evangelización, y dirigiéndose principalmente a los más
alejados. También puede realizar un Aposolado Permanente, consistente en algún tipo
de labor apostólica continua, a lo largo de todo el año. Por ejemplo: misiones barriales
de fines de semana, visita periódica a hospitales, hogares de niños o ancianos,
catequesis, asistencia en comedores, etc. A través de este apostolado permanente, el
Grupo Misionero presta un servicio concreto a la comunidad, desarrolla y fortalece su
actitud y vocación de servicio, y adquiere experiencia para la misión ad-extra.
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por los no creyentes. También ofrece sus sacrificios, uniéndolos a los de Jesús por la
salvación de todos los hombres.
Esto lo hacen:
• Organizando encuentros, charlas, jornadas y exposiciones misioneras en sus propias
comunidades, en los cuales informen acerca de la vocación misionera, y de las
distintas formas en las que se puede cooperar con las misiones.
• Manteniendo en las Parroquias una cartelera misionera, a través de las cuales se
informe de las necesidades de evangelización y las actividades de los misioneros.
• Dando testimonio ante la comunidad acerca de las experiencias misioneras del Grupo.
• Organizando actividades especiales como Horas Santas misioneras ante el Santísimo
Sacramento, Celebraciones con tinte misionero, Rosarios Misioneros, etc.
• Fomentando el rezo del Rosario Misionero.
• Difundiendo materiales y revistas misioneras.
• Animando a la comunidad durante el Octubre Misionero, y especialmente en la
DOMUND (Jornada Mundial de las Misiones), promoviendo la Colecta Misionera.
• Fomentando e incentivando las vocaciones misioneras que pudieran surgir en la propia
comunidad.
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Manual de los Grupos Misioneros
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Manual de los Grupos Misioneros
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Manual de los Grupos Misioneros
De acuerdo a la realidad pastoral local, a la cantidad y calidad de los miembros del Grupo,
pueden asumir distintas formas de organización:
• Grupo Único: Muchos grupos trabajan a nivel de la formación en un único grupo. Esto
fortalece la convivencia y la fraternidad en el Grupo. Sin embargo, si el Grupo
Misionero es muy numeroso, suele ser conveniente trabajar en grupos más pequeños.
También existen otros factores que pueden hacer deseable una división en sub-grupos,
como se verá en los ejemplos que se citan a continuación
• Separación por edades: Los Grupos en los que existe un amplio rango de edades,
suelen dividirse para las reuniones de formación en grupos más pequeños, separando
en adolescentes, jóvenes y mayores. Por supuesto, siempre existen actividades
comunes, para fortalecer la comunión de toda la comunidad, como por ejemplo la
oración, la liturgia y el apostolado.
• Separación por sexo: Esta separación suele hacerse sobre todo en los Grupos de
adolescentes, puesto que en su formación suele ser conveniente a veces, esta división.
Nuevamente, la separación suele darse únicamente a nivel de encuentros de
formación.
• Separación por actividades: Suele darse este tipo de división en Grupos que tienen
varios apostolados (por ejemplo, si algunos realizan su apostolado con niños, otros con
enfermos, otros con jóvenes, etc. ), o tienen varios destinos de misión, etc. En este
caso, puede requerirse formación específica para el apostolado y la preparación de las
actividades para los mismos.
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Manual de los Grupos Misioneros
laicos, sacerdotes, religiosos, seminaristas, etc. En cada GM puede haber uno o más
animadores.
Las funciones del/los animadores son las siguientes:
• Orientar, incentivar y coordinar a los miembros del Grupo, dejando que ellos asuman
sus propias responsabilidades.
• Preparar los encuentros semanales, o velar por que siempre haya alguien que se haga
cargo de la preparación del mismo.
• Mantener una fluida comunicación con el Párroco, con la Dirección Diocesana de OMP
y el Equipo Diocesano de Pastoral Misionera, para comunicar sus experiencias y
obtener información y material formativo.
• Representar al Grupo Misionero ante la Pastoral Parroquial y ante la Pastoral
Misionera Diocesana.
• Ayudar a que entre los miembros del grupo se distribuyan las responsabilidades
(secretaría, tesorería, preparación de encuentros, etc.)
Con respecto a la animación del grupo, al ser una realidad no estructurada ni formalmente
organizada en la Iglesia, los Grupos Misioneros presentan variadas formas de organización en
cuanto a su animación. Aquí presentamos algunas de las formas de organización que adoptan
los Grupos Misioneros:
• Animación a cargo de uno o más laicos: Otros Grupos Misioneros, son animados
por laicos (con el título de animador, coordinador, presidente, dirigente, etc.). En el
caso de los animadores laicos, los mismos pueden ser designados por el párroco o
elegidos por votación de los integrantes del G.M., pueden permanecer al frente del
grupo mientras formen parte del mismo, o ser renovados periódicamente.
• Sin figura específica de animador: Otros Grupos Misioneros no tienen una figura
específica de animador, sino que todos participan por igual en la formación y en las
decisiones. Sin embargo, aún cuando no exista el “rótulo” o el “cargo” de animador o
coordinador, siempre existen una o más personas que son las que ejercen de manera
efectiva a animación.
Si bien existen diversas formas de animación que siguen los Grupos Misioneros, es
conveniente que la animación no recaiga en una sola persona, sino que se de participación en
la misma a todos aquellos que posean aptitudes de liderazgo, de manera de fortalecer su
compromiso y sentido de pertenencia al Grupo y permitirles potenciar sus capacidades. Esto
asegurará la permanencia del Grupo a través del tiempo ante el eventual alejamiento de uno de
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los animadores, puesto que siempre quedarán otros capacitados para continuar su labor con la
menor repercusión posible en el funcionamiento del Grupo.
Es importante distribuir las responsabilidades dentro del Grupo entre sus miembros, de
acuerdo a las capacidades y carismas propios de cada uno. Algunas responsabilidades que
pueden distribuirse son: la función de secretaría, de tesorería, la animación de los encuentros,
la oración, la formación, etc.
Es conveniente que el Grupo Misionero lleve una memoria escrita de las actividades que
planifica y realiza y de las decisiones que se toman. Esto suele traducirse en un "Libro de
Actas" que servirá para una mejor organización en el funcionamiento del Grupo y ayudará en el
futuro para recordar y evaluar el camino recorrido y para conservar una línea continua de
acción. Inclusive será muy útil en casos de cambio de animadores o para "volver a las fuentes"
en circunstancias que así lo requieran. Para esto conviene que existan una o más personas
con el la función de secretaría encargados de mantener estos registros actualizados. Muchos
GM suelen llevar también una crónica de su historia y hasta un álbum de fotografías.
Es conveniente que el Grupo Misionero tenga presente durante todo el año la necesidad de
realizar algún tipo de actividad lucrativa que les permita ir juntando fondos para la misión.
Resulta práctico para el GM ir adquiriendo con el tiempo, materiales que les sirvan para las
misiones y otras actividades pastorales, tales como un pequeño equipo de sonido o megáfono
propios, etc., para evitar la necesidad de salir a conseguir cada año estos elementos cuando se
aproxima la misión.
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Manual de los Grupos Misioneros
De ella dependen las Obras Misionales Pontificias, que están presentes en todo el mundo y en
cada diócesis. Estas Obras Misionales poseen a nivel internacional un Presidente, que tiene su
sede en Roma. Cada una de las cuatro Obras, tiene un Secretario General, también con sede
en Roma. A nivel nacional, hay un Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias, y un
Secretario Nacional para cada una de ellas.
A nivel nacional, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), integrada por los obispos de las
diócesis de nuestro país, es el principal responsable de la misión. La CEA se organiza en
Comisiones de trabajo, presididas e integradas por los obispos. Una de ellas es la Comisión
Episcopal de Misiones (CEM), que tiene el cometido de incrementar la evangelización «ad
gentes», la animación y la cooperación misionera en sus diversas formas, y mantener las
relaciones con la Congregación para la evangelización de los pueblos y con la Conferencia
episcopal, para garantizar la unidad de acción (CM 10). Dependiente de esta Comisión
funciona un Concejo Nacional de Misiones (CoNaMis) que busca integrar y coordinar el
esfuerzo de todas las instituciones, congregaciones y comunidades misioneras a nivel nacional.
Este Concejo está presidido por el mismo presidente de la CEM, y está integrado por el
Director Nacional de OMP, los Secretarios Nacionales de las cuatro OMP, representantes de
cada región pastoral (generalmente un Director Diocesano de OMP), un representante de las
congregaciones religiosas misioneras masculinas y otro de las femeninas y dos representantes
laicos de los Grupos Misioneros.
También existe en cada diócesis un Delegado Diocesano de los Grupos Misioneros, que puede
ser designado por el Delegado Episcopal para las Misiones o elegido por los Grupos
Misioneros. El delegado diocesano de los GM tiene la responsabilidad de animar
misioneramente a los Grupos, velar porque los mismos estén en contacto, y ser su
representante ante el Delegado Episcopal para las Misiones.
Todos los Grupos Misioneros deben estar integrados a la Pastoral Misionera Diocesana para
realizar un trabajo conjunto y en sintonía con el resto de la diócesis y con los lineamientos que
se propongan desde el CoNaMis y las OMP tanto a nivel diocesano como nacional.
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Manual de los Grupos Misioneros
Este es el camino que han recorrido algunos Grupos Misioneros, y que a continuación se
presenta como una propuesta a modo de ejemplo:
1.- Convocatoria: Se realiza una invitación abierta a todos los católicos bautizados que tengan
interés en conocer la vocación misionera. Esta invitación puede realizarse en las Misas, a
través de afiches, volantes, etc. Puede invitarse a una charla informativa, una Exposición
Misionera, un Encuentro o Jornada Misionera, etc. Aquí se les expone el ideal misionero; la
vocación misionera de cada bautizado; la miseria espiritual y material en que viven millones de
personas en los países pobres; la necesidad y urgencia de que hayan más agentes
evangelizadores y el maravilloso bien que ellos pueden hacer y lo que Cristo y su Iglesia
esperan de ellos.
3.- Opción Misionera - Grupo Misionero: Si el Grupo siente que la Vocación Misionera es
para ellos y deciden adoptarla para sus vidas, pasa a llamarse Grupo Misionero. Durante este
primer tiempo, el GM se preparará para realizar su primera experiencia de misión "más allá de
las fronteras", que suele realizarse en las vacaciones de verano. Es conveniente que durante
este período, se realicen algunas actividades de apostolado fuera del ámbito parroquial. Puede
ser en zonas periféricas de la Comunidad de Origen, o realizando alguna visita a Hospitales,
Hogares de Niños o de Ancianos, etc., de manera que los miembros del Grupo vayan
experimentando de a poco el servicio “más allá de las fronteras”
4.- Identidad Misionera: Cuando ya han recorrido un trecho de este camino, el Grupo puede
elegir adoptar un nombre que los identifique. Es importante que sean los mismos miembros del
Grupo quienes elijan el nombre, lo cual ayudará a fortalecer su identificación con el mismo. A
partir de este momento, el Grupo pasa a llamarse "Grupo Misionero xx".
5.- Primer Compromiso Misionero: Transcurrido un tiempo (que puede coincidir con el
momento en que adoptan el nombre del grupo, y generalmente después de la primera
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Manual de los Grupos Misioneros
experiencia de misión), los miembros del Grupo realizan su Primer Compromiso Misionero. En
él, se comprometen a conocer cada vez más a Cristo y a la Vocación Misionera a que los
invita, dispuestos a escuchar la voz de Dios para descubrir si realmente los está llamando a
esta vocación. Para esto se celebra una Misa de Compromiso (que suele hacerse coincidir con
el cumpleaños del GM), en la cual el sacerdote bendice e impone a los miembros del Grupo el
Rosario Misionero. Este Primer Compromiso suele realizarse después de transcurrido un año
de permanencia en el GM. (Ver Anexo I: Guión para la Ceremonia del Primer Compromiso)
6.- Comunidad Misionera: Algunos Grupos Misioneros, cuando consideran que han alcanzado
la madurez suficiente en lo referente a la vida comunitaria, han optado por cambiar su
denominación, pasando a llamarse "Comunidad Misionera xx" (Este paso puede darse en
cualquier momento del ciclo de vida del Grupo, antes o después del Compromiso Misionero).
7.- Compromiso Misionero: Una vez que los miembros del Grupo sienten que están seguros
en su Vocación Misionera y están dispuestos a asumir frente a Dios y ante la comunidad un
compromiso más serio, realizan su Compromiso Misionero. En él, se comprometen a vivir como
cristianos comprometidos viviendo plenamente, en la medida de sus posibilidades, su vocación
misionera, anunciando a Jesucristo con sus obras y palabras, siempre dóciles al Espíritu Santo.
Para esto se celebra una Misa de Compromiso (que también suele hacerse coincidir con el
cumpleaños del Grupo), en la cual el sacerdote bendice e impone a los que se comprometen,
la Cruz Misionera. Este Compromiso Misionero suele realizarse después de transcurridos dos
años o más de permanencia en el GM. (Ver Anexo II: Guión para la Ceremonia del
Compromiso Misionero)
Es deseable que ambos compromisos se realicen en una Ceremonia especial, con la presencia
de los familiares de quienes se comprometen y de toda la comunidad. De esta manera, se
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Manual de los Grupos Misioneros
pone de manifiesto que el compromiso se realiza a nivel personal y comunitario, ante Dios y
ante la comunidad. Además, estas ceremonias sirven a su vez de testimonio y signos de
animación misionera.
Las actividades normales de los GM comprenden la formación durante todo el año para su
crecimiento espiritual, el trabajo en su apostolado permanente, y la preparación y realización de
las Misiones (una o más veces al año). Cada año para el cumpleaños del GM, los nuevos
integrantes del Grupo que han entrado durante el año anterior realizan su Primer Compromiso,
los que están en condiciones realizan su Compromiso Misionero, y el resto realiza la
renovación del compromiso ya asumido.
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Manual de los Grupos Misioneros
Es necesario que los misioneros se dediquen a los estudios misionológicos; es decir, conocer
la doctrina y las disposiciones de la Iglesia sobre la actividad misional, saber qué caminos han
recorrido los mensajeros del Evangelio en el decurso de los siglos, la situación actual de las
misiones y también los métodos considerados hoy como más eficaces.
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Manual de los Grupos Misioneros
La formación misionera debe ser implementada mediante actividades que ayuden a todos
para que, de manera sistemática, gradual, integral, sean buenos misioneros y buenos
animadores misioneros. Se enseña cómo utilizar los diversos recursos para el trabajo
misionero.
Para esto, organiza los encuentros del Grupo en cuatro momentos, cada uno de los cuales
contempla un área distinta y complementaria de las demás:
• Area Espiritual "Vivir con El y vivir como El": que apunta al aspecto afectivo, a través
del cual el misionero estimula su vivencia de la fe, celebra y ora. Recibe el nombre de
Espiritualidad Misionera
• Area Pastoral "Hacer lo que El nos diga": que apunta al aspecto testimonial, a través
del cual el misionero entra en acción y abre sus manos y su corazón y va al encuentro
del otro. Recibe el nombre de Proyección Misionera
• Area Comunitaria "Seamos uno para que el mundo crea": que apunta al aspecto
comunitario, a través del cual el misionero desarrolla sus relaciones integrándose a la
comunidad, a la Iglesia y a la sociedad toda. Recibe el nombre de Vida de Grupo.
Mediante este proceso cíclico se busca ofrecer un proceso formativo integral, en el cual se
contemplen de manera equilibrada todos los aspectos de la personalidad del misionero, sin
descuidar ninguno de ellos.
Puede optarse por realizar un encuentro para cada uno de estos momentos (una semana cada
uno), o unir dos o más de ellos en un solo encuentro, o extender un momento en más de un
encuentro, o realizar alguno de estos pasos fuera de los horarios habituales de reunión,
siempre y cuando se respete el proceso cíclico de dar los cuatro pasos. De esta manera se
asegura un equilibrio en el proceso formativo, evitando que los encuentros se transformen en
un mero estudio teórico de la fe y la vocación misionera, o caer en el extremo pragmático de
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Manual de los Grupos Misioneros
"hacer actividades" sin proporcionar fundamentos sólidos de la fe, o caer en el extremo místico
de una espiritualidad desvinculada de la realidad, o convertirse simplemente en un "grupo de
amigos".
A continuación se explican un poco más detalladamente cada uno de los cuatro pasos de la
Escuela con Jesús:
Este momento puede llevarse a cabo mediante exposición del tema, talleres de estudio,
trabajos grupales, mesas redondas, paneles, representaciones, videos, audiovisuales, etc.
Proyección Misionera: En este tercer momento se busca testimoniar de una manera concreta
lo vivido en los momentos anteriores. Se propone discutir maneras de proyectar lo vivido "más
allá de nuestras fronteras" y, preferentemente, realizar una acción concreta en la cual se
comunique a los demás, el mensaje aprendido y vivenciado. Así, la Palabra de Dios estudiada,
meditada y celebrada, se vuele testimonio misionero hacia los demás.
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Manual de los Grupos Misioneros
Vida de Grupo: Este cuarto momento apunta al aspecto comunitario. Busca favorecer la vida
de grupo, creando y fortaleciendo vínculos de unidad y fraternidad entre los miembros del
Grupo. Responde a la maduración de la dimensión social y eclesial del misionero.
En este momento pueden realizarse actividades que estimulen el compartir, como dinámicas
de conocimiento e integración, programación de actividades comunitarias, evaluaciones de la
marcha del grupo, convivencias, encuentros recreativos y deportivos, excursiones,
campamentos, caminatas, fiestas comunitarias, etc.
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Manual de los Grupos Misioneros
El objetivo último de las Misiones de los Grupos Misioneros es anunciar a Jesucristo, único
Salvador, Señor y Mesías, e incentivar la conformación de una comunidad cristiana viva y
orante, lo suficientemente madura como para poder encarnar la fe en el propio ambiente, es
decir que, en lo posible, sea capaz de satisfacer por sí misma sus propias necesidades. (AG15)
y de anunciar la fe a otros grupos (RM33). Si ya existe una comunidad cristiana en el lugar, el
objetivo será apoyarla y fortalecerla, incentivando a la gente a sumarse a ella.
El Mensaje en toda misión debe ser Cristocéntrico. Debe presentarse a Cristo como centro
de la fe (los temas del kerygma hacen precisamente esto). Un grave error que cometen
algunos Grupos Misioneros es llevar su propia advocación de la Virgen o el Santo de su
devoción y mezclarlo con el kerygma, lo cual puede llevar a crear confusión en la gente. Repito:
el mensaje de la misión debe ser netamente Cristocéntrico: Cristo, único Salvador, Señor y
Mesías.
Los pasos que generalmente se siguen en este proceso misionero son los siguientes:
Recién entonces, el primer paso consiste en determinar cuál será la comunidad de destino de
la misión. En esta etapa, el Grupo Misionero consigue información acerca de posibles lugares
de misión, evalúa las alternativas, las necesidades y, sobre todo, las posibilidades del Grupo.
Puede ser que el Párroco mismo consiga el lugar mediante contactos con otros sacerdotes
conocidos, o puede ubicarse un lugar que algún miembro del Grupo o familiar conozca. Es
recomendable ponerse en contacto con el Obispo o con el Director/Delegado Diocesano de
OMP y el Equipo Diocesano de Pastoral Misionera quienes, conociendo a realidad y
necesidades de la diócesis, designarán el lugar de misión.
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Manual de los Grupos Misioneros
Antes de decidir asumir un lugar de misión, debe realizarse un análisis realista que tenga en
cuenta el tamaño del lugar (cantidad de familias), la cantidad de misioneros y el tiempo
disponible de misión. Si la comunidad es muy grande, y se desea realizar visitas a las familias,
puede ser contraproducente que queden familias sin visitar (pueden despertarse
susceptibilidades), salvo que se planifique sectorizar la comunidad para visitarla por partes en
misiones sucesivas.
2.- Pre-Misión:
Antes de comenzar a preparar la Misión, es importante que el Grupo conozca la realidad, y la
gente de la comunidad de destino, puesto que la Misión no es impersonal, sino que debe ser
realizada en base a la realidad de la comunidad. Este conocimiento previo, es lo que se
denomina “Pre Misión”.
Para ello, una vez definida la comunidad de destino de la misión, el Grupo Misionero debe
reunirse con el Párroco a cuya jurisdicción pertenece dicho lugar, para que éste fije los
objetivos de la misión y lineamientos generales, a partir de las necesidades pastorales de la
parroquia. El Párroco será la primera fuente de donde el Grupo obtendrá información para
conocer la comunidad de destino.
Luego de este primer acercamiento, y ya contando con la autorización y los lineamientos del
Párroco, el Grupo Misionero debe conformar un equipo que visite la comunidad de destino para
conocer la zona, hacerse una idea de la geografía de la misma confeccionando mapas para
una mejor organización de los misioneros en su trabajo, establecer un primer contacto con la
gente del lugar y así detectar nuevas necesidades pastorales para la misión, e ir generando en
la gente la expectativa de la misma.
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Manual de los Grupos Misioneros
También es importante en este momento, definir los lugares de la misión: dónde se alojarán los
misioneros, dónde se establecerá el centro de misión (lugar para reuniones, celebraciones,
actividades recreativas, etc.), recorrido de eventuales procesiones o peregrinaciones, etc. Si
existe una capilla o templo, éste debe ser el centro de misión. Para el alojamiento de los
misioneros y otras actividades, puede solicitarse autorización en alguna escuela o finca de la
zona.
La misión debe producir como fruto la promoción y formación de agentes o comunidades que
sean capaces de llevar por sí mismos la Pastoral Parroquial, luego de finalizado el período de
misión.
La temática de la misión, salvo indicación en contrario del Párroco del lugar, debe ser
cristocéntrica, realizando en un primer momento el anuncio de los temas fundamentales del
kerygma: El Amor de Dios Padre, El Pecado, Jesucristo y la Salvación, Fe y Conversión, el
Espíritu Santo y la Comunidad Cristiana. No corresponde al Grupo Misionero buscar difundir
sus devociones particulares en la comunidad de destino (santo o advocación mariana): su
principal misión es predicar a Jesucristo. Sí deberán tenerse en cuenta las devociones
particulares de la comunidad de destino, para integrarlas, ya sea en la temática o en las
celebraciones litúrgicas.
En cuanto a las actividades a planificar para el tiempo de Misión, las mismas suelen dividirse
en dos grandes grupos: por un lado las actividades que se realizarán en las casas (visitas) y
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Manual de los Grupos Misioneros
por otro, las que se realizarán en el/los centros de misión. (Ver más adelante en el punto 5: La
Misión)
5.- La Misión
En la Misión, el Grupo intentará llegar a todas y cada una de las personas de la comunidad
para realizarles el Anuncio, y congregarlos luego en la Comunidad Cristiana. Para ello se
preveen distintos tipos de actividades: por un lado, visitas a las casas y por otro, actividades
que congreguen a la gente para trabajar con más profundidad.
Para organizar el visiteo de las casas, es conveniente haber realizado en la pre misión un
mapa de toda la zona, y distribuir las manzanas entre las patrullas o equipos de misioneros.
Conviene que cada equipo misionero numere las casas de su zona, identificando visiblemente
aquellas vacías, y para las ocupadas distinguir las de familias católicas y no católicas.
Durante la primera visita puede resultar práctico entregar a la familia un folleto con las
actividades y horarios de la misión. De esta manera, la invitación será recordada y llegará
también a los que estaban ausentes. Luego de la 1° visita (no durante la visita), conviene
anotar en un cuaderno datos de la familia que puedan servir en futuras visitas, utilizando para
esto la numeración que se indicó en el mapa. Pueden detectarse también necesidades
especiales de la familia: enfermos y ancianos, necesidades sacramentales y materiales, etc.
Toda la información recogida en las visitas (mapas y demás anotaciones), debe ser entregada
al Párroco del lugar, pues le servirá para organizar mejor su actividad pastoral.
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Manual de los Grupos Misioneros
En las siguientes visitas, se busca llegar al tema religioso: a través de una lectura bíblica, un
momento de oración compartida, etc. También puede realizarse una bendición de la casa,
llevarse una estampita o imagen para la oración, etc. En una última visita, los misioneros se
despedirán e invitarán a la familia a esperarlos para la próxima misión.
A las familias se las convoca (si la extensión y distribución de las casas en la zona lo permiten)
para Misas o Celebraciones de la Palabra diaria, en las cuales se transmiten los temas del
kerygma utilizando lecturas y signos apropiados para cada día. Es importante al preparar las
celebraciones religiosas el prestar especial atención a las devociones populares de la gente: si
hay algún santo o devoción mariana propio de la zona, puede realizarse una Procesión con el
santo o la imagen de la Virgen.
Obviamente, existen lugares de misión que por su extensión (las casas quedan demasiado
alejadas) no permiten este tipo de actividad diariamente, en cuyo caso, el trabajo debe
centrarse en las casas.
Para los jóvenes pueden prepararse encuentros deportivos, guitarreadas, mateadas, charlas,
etc., para transmitirles el kerygma de una manera juvenil y adaptada a sus necesidades e
inquietudes. Muchas veces las actividades recreativas serán el "enganche" para atraer, en
especial a los jóvenes, a las demás actividades de la misión.
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Manual de los Grupos Misioneros
características, es necesario darle formación especial para que sean capaces de lograr este
objetivo.
Los misioneros deben adaptarse a los criterios pastorales establecidos por el párroco de la
comunidad de destino y adoptarlos como propios ante la comunidad. Con respecto a algunos
requisitos que pueden ser discutibles (bautismo de hijos de madres solteras, edades mínimas
para algunos sacramentos, etc.) o cuestiones económicas (aporte monetario solicitado por la
administración de algunos sacramentos), es preciso que los misioneros los respalden ante la
comunidad (aún cuando tal vez no los compartan). Caso contrario, es preferible no tocar el
tema sacramental, puesto que el mostrarse en desacuerdo con algún criterio del párroco frente
a la gente, puede ser motivo de divisiones y causar daño en la comunidad de destino. Esto es
importante puesto que los misioneros son "aves de paso" en las comunidades, y son los
párrocos quienes, luego de la misión, continuarán a cargo de las mismas. La misión del grupo
misionero consiste en acercar a la gente a la parroquia e integrarlos a la misma.
Todo lo anterior se menciona a título ejemplificativo y para dar una idea general. En cada
misión en particular, se verán cuáles son las actividades más apropiadas.
6.- La Post-Misión
La Misión no se agota con la misión de verano, sino que recién comienza. Si es que se está
armando (o ya existía) una comunidad cristiana local, durante el año, y hasta el próximo tiempo
fuerte de misión, es importante acompañar a la gente del lugar, ya sea por carta o por teléfono,
viendo cómo sigue e incentivándolas a continuar adelante. También es muy conveniente si se
puede realizar algunas visitas durante el año, aunque sea en grupos más pequeños para
apoyar a la gente y mantener vivo el entusiasmo transmitido durante la misión de verano.
Obviamente, los frutos no se verán inmediatamente y será preciso perseverar con paciencia y
mucha fe hasta que comiencen a hacerse visibles (aunque al misionero no le corresponde
verlos).
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Manual de los Grupos Misioneros
Espiritualidad Misionera
La palabra Espiritualidad proviene de espíritu. Espíritu es lo más profundo del ser de una
persona, lo que la motiva a actuar de una manera y no de otra.
Segundo Galilea nos explica mediante una parábola lo que es la espiritualidad: “La
Espiritualidad se parece a la humedad y al agua que mantiene empapada la hierba para que
ésta esté siempre verde y en crecimiento. El agua y la humedad del pasto no se ven, pero sin
ellas, la hierba se seca. Lo que se ve es el pasto, su verdor y belleza, y es el pasto lo que
queremos cultivar, pero sabemos que para ello debemos regarlo y mantenerlo húmedo”.
La espiritualidad es aquella fuerza interior que empapa todo el ser de la persona y que define
su estilo de vida, su manera de relacionarse consigo misma, con los demás y con Dios.
Entonces, la espiritualidad misionera, es ese “estilo de vida” que caracteriza a todo aquel que
hace propio el mandato de Jesucristo de ser su testigo hasta los confines de la tierra.
Es dócil al Espíritu Santo: se deja inundar por el Espíritu Santo para hacerse más semejante
a Cristo, y se deja guiar por El. Acoge dócilmente sus dones, que lo transforman en testigo
valiente de Cristo y preclaro anunciador de su Palabra. Sabe que no es él quien obra y habla,
sino que es el Espíritu Santo el verdadero protagonista de la misión. (RM 87)
Vive el misterio de Cristo “enviado”. El misionero vive en íntima comunión con Cristo, hasta
tener sus mismos sentimientos: está impregnado del Amor del Padre, y obedece su voluntad
hasta las últimas consecuencias. Se sabe enviado por Cristo a cumplir su misión, y
acompañado constantemente por El. (RM 88)
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Ama a la Iglesia y a los hombres como Jesús los ha amado: Lo primero que mueve al
misionero es el amor por los hombres, a quienes quiere llevar a Cristo. El misionero es el
hombre de la caridad, el “hermano universal”, que lleva a Cristo a todos los hombres, por cuyos
problemas se interesa, para quienes siempre está disponible, y a quienes trata siempre con
ternura, compasión y acogida. (RM 89)
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El Rosario Misionero
Qué es
El santo Rosario es una devoción mariana de las más antiguas y más conocidas entre el
pueblo cristiano. Una tradición muy remota atribuye a santo Domingo de Guzmán, fundador
de los Dominicos, la composición de este rezo. Pero fue el Papa san Pío V quien, con una Bula
publicada en el año 1569, le dio la forma que se utilizó por más de cinco siglos, contemplando
15 misterios de gozo, dolor y gloria. El Papa Juan Pablo II , el 16 de octubre de 2002 en Carta
apostólica «Rosarium Virginis Mariae» ha agregado al rosario tradicional 5 nuevos misterios
llamados "misterios de luz".
El Rosario Misionero es una forma de oración que toma como base al Rosario tradicional, en la
cual, por intercesión de María, se pide al Padre por las intenciones y necesidades de todo el
mundo. Es una oración mariana universal y misionera, que consiste en rezar los cinco misterios
de cada día teniendo presentes los cinco continentes del mundo, pensando en la situación
concreta de cada continente desde el punto de vista de la evangelización y de la presencia
cristiana, y orando por los misioneros y misioneras, por todos los agentes de la evangelización,
y por todos los que aún no conocen la Buena Nueva de la salvación, para que se abran a la luz
del Evangelio.
Está estructurado, al igual que el Rosario tradicional en cinco misterios, en cada uno de los
cuales se pone como intención a uno de los cinco continentes. Las cinco decenas tienen
sendos colores, que representan a cada uno de los cinco continentes desde el punto de vista
misional, y recuerdan al que reza, la intención misional de cada decena
1° Misterio, de color verde, se reza por Africa. El color verde, nos recuerda las verdes selvas
habitadas por nuestros hermanos africanos.
2° Misterio, de color rojo, se reza por América. El color rojo, simboliza la sangre derramada
por los mártires que dieron su vida durante la evangelización de este continente.
3° Misterio, de color blanco, se reza por Europa. El color blanco, nos recuerda a la raza aria,
originaria de este continente y al color de las vestiduras del papa, que también tiene en él su
sede.
4° Misterio, de color azul, se reza por Oceanía. El color azul nos habla de Oceanía, con sus
miles de islas esparcidas en las azules aguas del Océano Pacífico.
5° Misterio, de color amarillo, se reza por Asia. El color amarillo nos trae a la memoria el Asia,
poblado en gran parte por razas de este color.
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Es una manera concreta para cumplir con el deber que tiene todo cristiano de participar de la
misión universal de la Iglesia, y que se expresa a través de la Cooperación Misionera. Lo ha
pensado y organizado a mediados del siglo XX el obispo norteamericano, Monseñor Fulton
Sheen, con el fin de sugerir y brindar un medio muy práctico de orar por las misiones y
misioneros. Su Santidad el Papa Juan XXIII rezaba el Rosario Misionero todos los días por el
mundo entero, dedicando una decena a cada continente: "Como papa debo orar por la
humanidad entera y lo hago al rezar el Santo Rosario Misionero: la primera decena por Africa,
la segunda por América, la tercera por Europa, la cuarta por Oceanía y la quinta por Asia".
Cómo se Reza
1.- Se comienza con la Señal de la Cruz.
3.- Dependiendo del día de la semana, se rezarán los misterios que corresponda:
4.- Se reza 1 Padrenuestro y 3 Avemarías por el propio país, para que Dios suscite espíritus
generosos y entregados a la evangelización y por todos los que aún no conocen a Cristo, para
que pronto lleguen a encontrarse con El.
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Primer Misterio: En el primer misterio gozoso contemplamos la anunciación del ángel a María
y la encarnación del Hijo de Dios. (Ofrecemos este misterio por el continente Africano)
Pidamos para que la Santísima Virgen siga acompañando la labor de todos los misioneros en
África, para que así como el Verbo se encarnó en la humanidad, el mensaje del Evangelio siga
inculturándose en tierras africanas y para que surjan grandes evangelizadores entre los
mismos africanos.
En este misterio queremos pedir para que la Virgen María siga visitando nuestros pueblos de
América para socorrer nuestras necesidades; pero sobre todo para traernos a su hijo Jesús
que es camino, verdad y vida.
En este misterio pidamos para que la Iglesia europea, que tradicionalmente ha sido
evangelizadora, recupere su vitalidad y para que se mantenga abierta a la generación y al
intercambio con las iglesias jóvenes.
Cuarto Misterio: En el cuarto misterio gozoso recordamos cuando Maria y José, al cumplir los
cuarenta días del nacimiento del niño Jesús, le llevaron al templo para presentarle al Padre
celestial. (Ofrecemos este misterio por el continente Oceánico)
En este misterio pidamos por todos los ancianos y ancianas de Oceanía y del mundo, para que
haya quien, esté cerca de ellos y los ayude en sus necesidades. Pero sobre todo le pedimos a
la Santísima Virgen que ella misma los alivie en los achaques y molestias de la edad y les
consiga de Dios poder llegar a conocer a su Hijo Jesús, para su completa y eterna salvación.
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Primer Misterio: En el primer misterio doloroso contemplamos a Jesús que ora y suda sangre
en el huerto de los Olivos. (Ofrecemos este misterio por el continente Africano)
Pidamos al Señor por el pueblo africano, que hoy también "suda sangre", víctima de los
conflictos raciales, de la miseria y del hambre institucionalizado, para que sepa hacer de su
calvario una ofrenda amorosa a Dios. Hoy nos toca a nosotros acercarnos a Jesús que ora y
suda sangre en el huerto; nos toca a nosotros prolongar la oración de Jesús, y recoger las
gotas de su sangre ofreciéndolas a Dios-Padre por el continente africano. Y nuestra oración y
ofrenda tendrán más eficacia si sabremos unir nuestros sacrificios, nuestras penas y
sufrimientos al sudor de sangre de Jesús para la evangelización de África.
En este misterio pidamos que la virgen María nos alcance de su Hijo la gracia de ser solidarios
con nuestros hermanos indígenas que, marginados en las sierras o en las ciudades, luchan
todavía hoy por la vida, por la tierra, por su dignidad y por la justicia.
Tercer Misterio: En el tercer misterio doloroso contemplamos a Jesús tratado como rey de
burlas y humillado con una corona de espinas y una caña por cetro (Ofrecemos este misterio
por el continente Europeo)
En este misterio pidamos a Cristo, rey del universo y redentor nuestro, que por la intercesión de
la Santísima Virgen de Guadalupe, reavive la Fe de los pueblos europeos, para que en Europa
y en el mundo entero se extienda el reino de Dios, reino de justicia, de paz y de amor.
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En este misterio pidamos a la Dios que nos ayude a convertirnos en «cireneos» de los
misioneros, especialmente de los que trabajan en Oceanía, sosteniéndoles con nuestra oración
y con nuestros sacrificios.
Pidamos a Dios que los pueblos de Asia, que mueren día a día por la injusticia, la miseria, la
violencia y la discriminación, se abran a la gracia de la salvación que brota de la cruz donde
está clavado el Hijo de Dios, único y verdadero redentor de la humanidad.
En este misterio pidamos para el pueblo africano, que vive situaciones de muerte día a día, en
la miseria, el hambre y en las continuas guerras entre las distintas etnias, experimente la
resurrección de Jesucristo, y resucite también con El a la vida de hijos de Dios.
En este misterio pidamos por la intercesión de María, que el Señor llame a muchos jóvenes de
nuestro continente americano y los envíe por el mundo entero a anunciar la Buena Nueva.
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Tercer Misterio: En el tercer misterio glorioso contemplamos la venida del Espíritu Santo sobre
los Apóstoles en el cenáculo (Ofrecemos este misterio por el continente Europeo)
En este misterio pidamos por la intercesión de la Virgen , una nueva efusión del Espíritu sobre
el Papa, los obispos y toda la Iglesia de este continente para que surja «una nueva primavera
de vida cristiana», el viejo continente rejuvenezca bajo ese soplo del Espíritu de Pentecostés.
Los misioneros que trabajan en Oceanía, como los que trabajaron y trabajan en otros
continentes, saben con certeza que María, la Madre de Jesús y de los cristianos, subió al cielo
para poder acompañarlos y socorrerlos mejor en su labor evangelizadora. Pidamos, pues, a
ella que afiance el corazón de los misioneros y misioneras con esa confianza total en su
maternal protección. Y pidámosle también para que nuestros hermanos de Oceanía, incluso
Ios que habitan en las islas más pequeñas y remotas, puedan experimentar el poder de su
intercesión delante de Jesús, para que llegue para todos ellos el día de la redención.
Pidamos a la Virgen María, reina del cielo y de la tierra, para que consiga con su intercesión
que también para nuestros hermanos de Asia llegue el Reino de Dios y que todos ellos formen
un día con nosotros el pueblo de la nueva y eterna alianza, sellada nuestro redentor en la
sangre del Cordero, Cristo nuestro redentor.
Pidamos por el pueblo africano, para que al igual que en el Jordán, escuche la voz de Dios que
también a él le dice, en medio del sufrimiento provocado por el hambre, las continuas gerras y
las desigualdades raciales, "Este es mi hijo muy amado", y para que surjan grandes
evangelizadores entre los mismos africanos.
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Pedimos por nuestro pueblo Americano, para que Jesús se nos siga manifestando como lo hizo
en las bodas de Caná, y para que nosotros sepamos obedecer el consejo de María que nos
dice: "Hagan lo que El les diga".
Tercer Misterio: En el tercer misterio de luz contemplamos la Predicación con la cual Jesús
anuncia la llegada del Reino de Dios e invita a la conversión. (Ofrecemos este misterio por el
continente Europeo)
En este misterio pidamos a Dios que suscite en la Iglesia europea valientes misioneros que
prediquen y anuncien el Reino de Dios, invitando a la conversión, como lo hizo Jesucristo
Pidamos en este misterio para que a todos los hombres de Oceanía se manifieste la gloria de
Jesucristo para que lleguen a contemplar su rostro y a encontrarse personalmente con El y a
exclamar como Pedro: ¡Señor, qué bien estamos aquí!
Pidamos en este misterio a Jesucristo, que quiso entregarse como alimento espiritual, que
también proporcione el alimento material a los millones de hombres, mujeres y niños que
padecen el hambre atroz y la miseria extrema en el continente más poblado del mundo.
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La Cruz de Matará
La Cruz de Matará es un fiel testimonio de la Evangelización de nuestra tierra americana, y una
clara muestra de la creatividad y el esfuerzo de aquellos heroicos misioneros, por inculturar el
Evangelio en las culturas nativas de este continente. Figura desde 1982 en la portada del
Misal Romano (edición argentina) debido a una disposición del Episcopado de nuestro país.
Por la significación que la misma posee, le fue entregada una réplica al Papa Juan Pablo II por
los seminaristas santiagueños, durante la visita a Córdoba, en Abril de 1987. Por eso, los
Grupos Misioneros del Noroeste Argentino, queremos adoptar la Cruz de Matará como un
símbolo que nos identifique a todos los misioneros de la Región, con la ilusión de que más
adelante se difunda a todo el país. Y por qué no, algún día, todos los misioneros americanos
podamos identificarnos con un símbolo común, signo de la comunión que nos hace que todos
“seamos uno para que el mundo crea”.
Historia y Significado
La Cruz de Matará fue encontrada en el año 1971 en las proximidades del río Salado (Santiago
del Estero). La cruz es de mistol (flora regional). Está compuesta por dos partes: un madero
vertical, que mide 47 cm. y otro horizontal, que mide 17 cm. Ambos se hallan unidos por dos
clavos de madera que ensamblan perfectamente, lo que permite su ajuste; su extremo inferior
está desgastado pues, indudablemente, estuvo calzado sobre una peana. ¿Cómo nació? ¿Qué
1 significado tienen los grabados que la cubren completamente? Tratemos de reconstruir la
historia de esta Cruz, leyendo el mensaje que en ella está tallado…
Corría el año 1594 (1), cuando un grupo de misioneros jesuitas llegó al actual territorio de
Santiago del Estero, a orillas del Río Salado, donde vivía una tribu de indígenas llamados
Matará (2).
Lo primero fue ganar su confianza para poder conquistar sus corazones. Luego hubo que
aprender su lenguaje para poder comunicarse con ellos y hablarles de Jesucristo. Pero ¿cómo
podían hacer para que estas personas pudieran recordar el Mensaje, si no sabían leer ni
escribir? Era preciso encontrar un lenguaje que fuese común a ambos, para poder inculturar la
Buena Nueva que venían a anunciar. Y así, nació la idea de “escribir” el Evangelio en la Cruz
de Matará. Les dijeron que les venían a hablar de Aquel que es el principio y el fin de todo, el
Alfa (3) y el Omega (4). Les venían a hablar de Dios, el que había creado todo por amor. El
creó el sol (5) y la luna (6), y puso las estrellas (7) en el cielo.
Les contaron cómo los hombres se habían alejado de Dios, y cómo éste había enviado a su
hijo único, Jesucristo (8), para salvarlos. Les contaron de su nacimiento en Belén, de la estrella
(7) que guió a los magos, y cómo Jesucristo había pasado por el mundo haciendo el bien,
obrando prodigios y milagros.
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Manual de los Grupos Misioneros
También les hablaron de la Última Cena, y de cómo Jesús nos había dejado el gran regalo de
su Cuerpo y Sangre hechos pan y vino en la Eucaristía (9), antes de ser hecho prisionero. Les
hablaron de Pedro, y de cómo lo había negado tres veces antes de que cantara el gallo (10).
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Manual de los Grupos Misioneros
Encarnamos su amor, su obediencia, su servicio, su vida de oración, para revelar el amor del
Padre a todos los hombres. Es “el modelo” por excelencia para que todos lleguen a ser buenos
misioneros.
b.- PATRONOS
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Manual de los Grupos Misioneros
Despertó el espíritu misional de la cristiandad. Decía el jesuita Araoz que Javier no hacía
menos fruto en España y Portugal con sus cartas, que en las Indias con su predicación. Sus
cartas maravillosas se copiaban y enviaban por todas partes. San Ignacio las multiplicaba.
Juan II de Portugal, el rey misionero, quería que se leyeran en todos los púlpitos. Suscitaban
vocaciones misioneras en todos las universidades. Que el ejemplo de su vida siga
suscitándolas.
Su Vida
San Francisco Javier nació en el Castillo de Javier (Navarra, España) en 1506. Su madre se
llamaba María de Azpilcueta y su padre Juan de Jaso. Fue bautizado en una iglesia del castillo,
la Iglesia de Santa María. Era el pequeño de cuatro hermanos: Magdalena, Ana, Miguel y Juan,
y fue su madre quién desde pequeño le enseñó a rezar, acudiendo todos los días con él a la
capilla del Castillo.
En 1525, se marchó a París a estudiar. Allí conoció a su mejor amigo, Ignacio de Loyola (quien
sería más tarde el fundador de la Compañía de Jesús), quien en los momentos difíciles en
París, como por ejemplo, problemas de dinero que tuvo Javier, nunca lo dejó solo y siempre le
ayudó. Ignacio de Loyola, le fue acercando poco a poco a Jesucristo, mediante la oración y en
la práctica, con detalles, que le ayudaban a Javier a darse cuenta del poco valor de los bienes
de la tierra y de lo mucho que valía ayudar a los demás y enseñarles la fe.
Poco a poco, Jesucristo fue ganando espacio en la vida de Javier, y cuando acaba sus
estudios, ya ha decidido dedicar su vida a enseñar a los demás hombres la fe en Dios.
Viaja a Roma con Ignacio, para presentarse ante el Papa Pablo III.
San Francisco Javier, propagó la fe cristiana por la India, Oceanía, Japón y China en sus viajes
como misionero:
Sale de Lisboa y llega a la India, donde se detiene tres años y tres meses
Sale de Goa (India) para Malaca (Malasia), donde estará seis meses.}
De Malaca llega a Amboino (Islas Molucas), recorriendo varias islas predicando
durante cerca de año y medio.
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Manual de los Grupos Misioneros
En su último viaje, salió de la India con intención de llegar a China, pero en la isla de Sancian,
cayó enfermo. A pesar de encontrarse muy mal y tener mucha fiebre, no se quejaba, ni pedía
nada, solamente le rezaba a Jesús y María.
Murió el 3 de diciembre de 1552 en la isla de Sancian, frente a las costas de China, el gran
apóstol de las Indias y del Japón. Tenía 46 años. Había recorrido 120.000 kilómetros, como
tres veces la tierra. Había ido robando corazones para Dios. Quien miraba su rostro simpático y
sonriente, que reflejaba lo divino, se sentía alegre y mejor. Cuando predicaba, más que sus
argumentos, convencía con su santidad y con la fuerza de sus milagros.
Fue canonizado junto a San Ignacio, Santa Teresa, San Isidro Labrador y San Felipe Neri por
el Papa Gregorio XV, el 12 de Marzo de 1622. Y en 1904. San Pío X le nombra Patrono de las
Misiones.
La semilla que sembró ha dado frutos en todo Oriente, y hoy en día San Francisco Javier sigue
siendo faro de luz para aquellas comunidades cristianas.
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Manual de los Grupos Misioneros
Breve Biografía
Nace el dos de enero de 1873 en Alencon, Francia. Su padre Luis Martín era relojero, y la
mamá Acelia María, costurera.
Cuando Teresita tiene 14 años, decide entrar como hermana Carmelita donde ya están sus dos
hermanas mayores, pero en el convento no aceptan niñas de esa edad. Entonces Teresita
tiene la osadía de acercarse al papa León XIII en medio de una peregrinación y le expresa su
deseo de ser Carmelita. En abril de 1888 es admitida en el convento de las Carmelitas en
Lisieux. Las religiosas notaron desde el primer día en ella equilibrio emocional no común en
las niñas de esa edad de 15 años, y el Director espiritual quedó admirado de que esta joven no
vivía de vanas ilusiones, sino que tomaba la vida con seriedad y paz.
Uno de los principales deberes de las hermanas Carmelitas es orar por los sacerdotes, Teresita
consideró este deber como uno de los más importantes de su vida. Todos los sacrificios que le
tocaba vivir en su vida de convento, los ofrecía con amor por la conversión de los pecadores.
En la noche del Jueves Santo de 1896 Teresita sufre la primera señal grave de la enfermedad
que la iba a llevar al sepulcro: la tuberculosis o tisis. Esa noche un vómito de sangre le anuncia
– como dice ella misma – que "el Amor de los amores vendrá ya muy pronto a llevarme al
paraíso". Su terrible enfermedad dura 18 meses, que son un verdadero martirio pero
sobrellevado con un valor, una calma y una alegría verdaderamente admirables. De vez en
cuando tiene que salir a pasear por el jardín por orden del médico. Cada paso que da es como
un puñal que se clava en sus pulmones enfermos. La enfermera le dice: "Teresita, ya que sufre
tanto al caminar, no camine más", y ella le responde: "Sigamos. Es que cada paso doloroso
que doy lo ofrezco por un misionero que esté en peligro de desanimarse de su vocación". Las
misiones y los misioneros son el tema de todas sus oraciones y el fin por el cual ofrece su
enfermedad dolorosa y agotadora. Por eso la nombran después Patrona de las misiones y de
los misioneros.
Su gran descubrimiento lo narra ella misma. "Buscaba en la Sagrada Escritura cuál sería el
mejor método para agradar a Dios, hasta que al fin descubrí en la segunda carta de San Pablo
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Manual de los Grupos Misioneros
a los Corintios, capítulo 13: "Si yo no tengo amor, nada soy", y descubrí que mi oficio en la
Iglesia era el amor: amar a Dios con todo el corazón y con toda al alma, y sobre todas las
cosas, y amar al prójimo como uno se ama a sí mismo. Y mi "Caminito" será el de la "Infancia
espiritual": ser siempre como un niñito necesitado, ante mi Padre Dios". Este "Caminito" de
Santa Teresita lo han seguido después muchas personas y han logrado admirables éxitos en
santidad, en alegría y paz.
Pero empieza a obtener una serie de milagros, favores y gracias tan admirables que su
devoción se riega por todo el mundo como un incendio por un lago de combustible. Y es tanta,
tanta la gente que la invoca, que el Papa Pío XI, contrariando la antigua tradición de no
declarar santo a nadie antes de que cumpla los 50 años de haber muerto, la canoniza o declara
santa en 1925, sólo 27 años después de haber pasado a la eternidad. Como una de las
principales obligaciones de las carmelitas es pedir por las misiones, no es extraño que, en
1927, Santa Teresita fuera nombrada Patrona de todas las Misiones Extranjeras, junto con
San Francisco Javier. Dijo Teresita: "Quisiera ser misionera ahora y siempre y en todas las
misiones."
Su fiesta se celebra cada año el 1º de octubre y los favores que Santa Teresita sigue
obteniendo a los que le rezan con fe y a quienes leen su autobiografía "Historia de un alma",
son incontables. Una vez más se cumple la profecía de Jesús: "Los últimos de este mundo,
serán los primeros en el Reino de Dios".
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Manual de los Grupos Misioneros
Pascua
Recordamos al Señor Resucitado quien realiza la obra suprema de la Salvación del género
humano, obra de la cual somos continuadores.
Ascensión
Ese día, momentos antes de su Ascensión, Jesucristo da a sus apóstoles el Mandato Misionero
de ser sus testigos hasta los confines de la tierra, de anunciar la buena noticia de su
resurrección. Ese mismo mandato que hacemos propio los misioneros, es el origen de nuestra
vocación misionera, como continuadores de la misión de Jesucristo.
Pentecostés
El día de Pentecostés, nace la Iglesia Misionera. Con la venida del Espíritu Santo, se inicia
formalmente la misión de los apóstoles y de la Iglesia toda.
Durante todo el mes de Octubre y, especialmente en la Jornada Mundial de las Misiones, los
Grupos Misioneros intensifican su actividad de animación misionera, incentivando y motivando
a sus comunidades para que se sumen al espíritu misionero universal. En esta Jornada, se
invita también a todas las Parroquias del mundo a realizar la colecta DOMUND, cuyos frutos se
destinan, por medio de las Obras Misionales Pontificias, a sostener diversas obras de la Iglesia
en los países de misión y en las Iglesias más jóvenes.
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Manual de los Grupos Misioneros
Navidad
En este tiempo celebramos la Encarnación de Jesucristo, acontecimiento que sirve de ejemplo
y modelo de cómo debemos inculturar el evangelio en las distintas culturas, en nuestra
actividad evangelizadora.
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Manual de los Grupos Misioneros
El Octubre Misionero
El mes de Octubre, la Iglesia Católica celebra el Mes de las Misiones, puesto que fue en este
mes, que se descubrió el continente Americano, abriendo así una nueva página en la historia
de la Evangelización.
El Papa Pío XI fue el gran impulsor del Domund. Electo Papa en 1922, toma un gran cariño a
las Misiones, demostrado en la Fiesta de Pentecostés de ese mismo año cuando interrumpió
su Homilía, despertando un silencio azaroso; tomó su solideo blanco y lo hizo circular entre los
Cardenales, Obispos, Sacerdotes y Fieles en la Basílica de San Pedro de Roma, haciéndose
así el mismo recaudador de una colecta en favor de las misiones. A pedido de los miembros de
las OMP, Pío XI el 14 de abril de 1926 instituyó la JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES.
Ese día debía ser celebrado en toda la Iglesia católica del mundo, el penúltimo domingo de
octubre. (Recordemos que el último domingo era la recién creada Fiesta de Cristo Rey) Así se
vinculaba la obra de las misiones con el Reinado de Cristo. Nació así la "Jornada Mundial de
las Misiones", que más tarde recibió el nombre oficial de "Domingo Mundial de las Misiones",
popularizada con el nombre de "DOMUND".
Para este mes y, en especial para la DOMUND, se proponen cinco grandes objetivos
1-Oración ferviente al Señor para acelerar su reinado en el mundo.
2-Hacer comprender a todos los fieles el formidable problema misionero.
3-Estimular el fervor misionero de los sacerdotes y de los fieles.
4-Dar a conocer mejor la Obra de la Propagación de la Fe.
5-Solicitar la ayuda económica en favor de las Misiones.
Para que el mes de octubre ofrezca a los cristianos la ocasión de dar una dimensión universal
a su colaboración misionera, se invita a los Obispos a que pidan a los responsables de las
obras católicas y a los fieles que renuncien a las colectas de carácter particular durante este
período. Por ello, en todas las parroquias se realiza este día la colecta DOMUND. Los fondos
recaudados con ocasión del Domund en todo el mundo, son distribuidos a cuantos misioneros
y diócesis situadas en territorios de misión los solicitan. El envío del dinero se realiza
directamente desde el país que lo ha recaudado, y la distribución se produce de forma
equitativa mediante la aprobación de las ayudas a través de un Consejo Superior de las Obras
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Manual de los Grupos Misioneros
Misionales Pontificias formado por los Directores Nacionales de todos los países en los que
esta Institución está implantada. A pesar del gran esfuerzo económico, las solicitudes de ayuda
siguen siendo muy numerosas y cualquier apoyo es poco.
Cada año, el Papa elabora un mensaje especial para la Jornada de la Domund, en el cual
presenta, en primer lugar, un tema importante sobre la actividad misionera de la Iglesia, y
recuerda a los fieles su corresponsabilidad en la misión universal.
Para organizar mejor la animación misionera durante este mes, se propone un esquema
temático para cada una de las cuatro semanas del mes:
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Manual de los Grupos Misioneros
"Entre todas las obras de asistencia intereclesial, las OMP deben ocupar siempre el primer
puesto por dos razones: en primer lugar, porque se dirigen a todos los bautizados, a todas las
comunidades cristianas y se preocupan de las necesidades de todas las Iglesias de misión: son
el seno de la Iglesia, la expresión del sentido católico y de la comunión universal; en segundo
lugar, porque las OMP tienen la finalidad de cooperar al anuncio del mensaje evangélico, que
es el deber prioritario de la Iglesia" (Est. OMP Cap I N° 8b). Nacidas de particulares iniciativas
carismáticas, las OMP se han desarrollado con el apoyo de la Santa Sede que, seguidamente,
las hizo organizaciones pontificias para asegurarles mayor eficacia y un carácter universal.
¿Por qué se llaman Obras? Una obra es el resultado del trabajo o de la acción: en el trabajo
misionero, "Obra" es lo que se realiza en bien al prójimo. Se llaman Obras para distinguirlas de
una simple actividad apostólica transitoria. Son Obras porque representan una "organización"
eclesial.
¿Por qué Misionales? Porque nos educan en el espíritu misionero universal y porque nos
llevan a compartir la fe en Jesucristo y nuestros recursos económicos, espirituales y humanos,
con los demás hermanos de las iglesias y comunidades nacientes. Ellas ayudan a que los
cristianos y sus comunidades comprendan y cumplan su misión universal.
¿Por qué Pontificias? Porque están aprobadas expresamente por el Papa como obras
evangelizadoras misioneras. Además, están a su disposición para ayudarle a cumplir tan alta
misión.
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Manual de los Grupos Misioneros
OBRA DE LA PROPAGACION DE LA FE
Fundada en Lyón, Francia, en 1822, por María Paulina Jaricot
Tiene como finalidades principales:
• Informar, sensibilizar y educar en el espíritu misionero, suscitando interés por la
evangelización universal e todos los sectores del Pueblo de Dios, en las Familias, en
las Escuelas, en los Movimientos Apostólicos y Asociaciones, "a fin de que toda la
diócesis tome conciencia de su vocación misionera universal" (Estatutos)
• Promover, teniendo presente la evangelización del mundo, la ayuda recíproca entre las
diferentes Iglesias locales, tanto en el campo espiritual como material.
Trabaja con:
• Grupos Misioneros
• Familia Misionera
• Enfermos Misioneros: Unión de Enfermos Misioneros (UEM)
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Manual de los Grupos Misioneros
• Cooperación Misionera
• Revistas y Publicaciones misioneras
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Manual de los Grupos Misioneros
A partir de 1977 se han realizado estos congresos cada cuatro años en un país diferente de
América Latina (el 1º y el 2º en Méjixo, el 3º en Colombia, el 4º en Perú, el 5º en Brasil y el 6º
en Argentina. El 7º será en Guatemala en 2003). A partir del CoMLa 6 se incorporaron al
mismo EEUU y Canadá, convirtiéndose así en el 1º Congreso Americano Misionero CAM I.
Son organizados por las Comisiones Episcopales de Misiones (CEM) y las Direcciones
Nacionales y Diocesanas de las OMP (Obras Misionales Pontificias), con colaboración del
DEMIS-CELAM. Se invita a participar a todas las Iglesias Particulares y todos los organismos y
fuerzas misioneras del Clero (obispos, sacerdotes y diáconos), Religiosos (órdenes y
congregaciones masculinas y femeninas) y Laicos (movimientos eclesiales misioneros,
institutos seculares y líderes de comunidad).
Como objetivo inmediato de estos Congresos se busca animar a los Obispos, clero diocesano,
seminarios, Institutos Misioneros, Institutos Religiosos y laicos, para que asuman un real y
efectivo compromiso de misión ad gentes.
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asumir este desafío. Nuevamente en 1987, ante la visita de Juan Pablo II y la preparación de la
Jornada Mundial de la Juventud, los jóvenes reclaman un espacio para profundizar en su
vocación misionera. En 1990 hubo una gran participación del sector misionero en el Encuentro
de Dirigentes en Paraná. Desde la Comisión de Animación Misionera, se analizó seriamente la
realidad social, cultural, religiosa y juntos, se trató de buscar caminos para ayudar a que Jesús
se encarne y viva en cada persona, pueblo, continente, pero de un modo nuevo, con un nuevo
ardor misionero que nos impulse a seguir contribuyendo de verdad a la Nueva Evangelización.
Al año siguiente (1998), ante el eco inesperado que suscitó en los Grupos Misioneros la
convocatoria de La Pampa, la CEA (Conferencia Episcopal Argentina), decidió invitarlos al 2°
Encuentro Nacional de Grupos Misioneros en consonancia con el anterior de Posadas y con
todo el bagaje de reflexión madurada durante estos años. El objetivo propuesto para este 2°
Encuentro fue: "Profundizar la identidad y consolidar la eclesialidad de los Grupos Misioneros,
favoreciendo su integración a la comunidad de origen y de destino". La convocatoria fue esta
vez en la provincia de Tucumán. En sintonía con la Iglesia Universal, que en preparación al
Gran Jubileo dedicó ese año al Espíritu Santo, el lema del Encuentro fue "Enviados por el
Espíritu, testigos de la Esperanza".
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Manual de los Grupos Misioneros
Por fin, en 1999, ya a las puertas del tercer milenio, se celebró en Paraná, provincia de Entre
Ríos, el 6° Congreso Misionero Latinoamericano (CoMLa 6) y 1° Congreso Americano
Misionero (CAM I). Este fue, sin duda, el mayor acontecimiento misionero que se vivió en
nuestro país hasta el presente. Este Congreso se realiza cada cuatro años. Los anteriores
habían tenido su sede, los dos primeros en Méjico, el tercero en Colombia, el cuarto en Perú y
el quinto en Brasil. Tomando el deseo del Santo Padre, se abrieron las puertas a los
episcopados de Canadá y Estados Unidos para extender este esfuerzo de comunión para la
misión a todo el continente Americano, transformando el Congreso Misionero Latinoamericano
(CoMLa) en Congreso Americano Misionero (CAM). Se propuso como Objetivo General:
"Impulsar a las Iglesias de América para que anuncien a Jesucristo, el Salvador, a todos los
pueblos, testimoniando, sirviendo y dialogando". El lema que convocó a los misioneros de todo
el continente, en consonancia con el del 1° Congreso Nacional fue: "América, con Cristo, sal de
tu tierra".
En 2002, y con la mirada puesta en el CAM2 que se realizaría en 2003 en Guatemala, surge la
iniciativa del Segundo Congreso Misionero Nacional, trabajo precedido por los distintos
Congresos diocesanos y regionales. Se fijó como Objetivo General: «Reavivar la conciencia y
la acción misionera de nuestras Iglesias particulares, para que, en los inicios del nuevo milenio,
podamos responder con mayor generosidad y eficacia a los desafíos pastorales que el mundo
de hoy y el mandato de Cristo nos plantea».. La convocatoria fue en la ciudad de Mar del Plata.
El lema que convocó a los misioneros en este Congreso fue "Iglesia en Argentina, tu vida es
Misión”.
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Manual de los Grupos Misioneros
Por aquel entonces eran 7 Los G.M. que funcionaban en la ciudad de Salta y que se unieron
para fundar el E.A.M.: Comunidad Misionera Salesiana (Colegio Salesiano), CM Sin Fronteras
(Parroquia Señor y Virgen del Milagro), GM Mandamiento Nuevo (Parroquia San Joaquín y
Santa Ana), GM Santa Rita (Parroquia Santa Rita), GM Emanuel (Vicaría Nuestra Señora del
Carmen), GM Nuestra Señora de Luján (Parroquia Luján Norte), Grupo Misionero Sombra
Franciscana (Colegio Santa Rosa); los tres últimos ya no existen.
Durante 1991 y 1992, los Grupos Misioneros empiezan a caminar juntos. Cada quince días se
reúne el E.A.M., conformado por uno o dos delegados de cada uno de los Grupos que lo
integran. Se organizan cada año Encuentros Arquidiocesanos de Grupos Misioneros y una
Misa de Envío Misionero Arquidiocesano a fin de año. Durante estos primeros tiempos, como el
E.A.M. no cuenta con sede propia, las reuniones se realizan en las distintas parroquias donde
funcionan G.M., siempre acompañados por las Hermanas de la Inmaculada de la Providencia.
Este Congreso dio impulso a la vocación misionera en Salta. A partir del mismo, y durante los
años 1996 y 1997, nacen varios Grupos Misioneros en distintos puntos de la ciudad capital y
del interior. En el año 1996 asumen la animación misionera en la Arquidiócesis las Hermanas
de las Clarisas Franciscanas Misioneras del Ssmo Sacramento, en la persona de la Hna.
Celestina Martínez.
En 1997 se organiza en Salta a nivel arquidiocesano la Infancia Misionera, que ya contaba con
varios grupos dispersos desde hacía varios años, de la mano de la Hna. Gregoria Colil. Nace
así el Centro Arquidiocesano de Infancia Misionera. Durante este periodo posterior al
Co.M.Sa.1, el Equipo de Animación Misionera asume la responsabilidad de difundir la vocación
misionera, procurando la formación de nuevos Grupos Misioneros en distintas parroquias
donde no existen, y acompañarlos en su formación inicial procurando que logren la autonomía
suficiente para poder seguir caminando solos.
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presparación al Congreso Americano Misionero. El congreso contó con disertantes del más alto
nivel: el Padre Jairo Calderón (Director de las Obras Misionales Pontificias de Argentina), el
Padre Daniel Lorente (Misionólogo de Río Negro), la Hermana Ana Falola (misionera africana
de la congregación Nuestra Señora de los Apóstoles) y el Padre Correa (sacerdote diocesano
local).
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Celebrante: Queridos hermanos: ¿son conscientes del compromiso que van a asumir?
Celebrante: De esta manera, siendo dóciles al Espíritu Santo, escucharán la voz de Dios que
los llama a ser testigos de Jesucristo, anunciando la Buena Noticia a toda la
creación.
Celebrante: ¿Están dispuestos a conocer la Vocación Misionera a la que Jesucristo los invita
de una manera especial?
Celebrante: ¿Están dispuestos a dejarse guiar por el Espíritu Santo para descubrir el Plan que
Dios tiene para cada uno de ustedes?
Celebrante: (imponiendo las manos sobre los que se comprometen) Bendice Señor a estos
cristianos que hoy se comprometen ante Ti, a ser tus testigos ante el mundo.
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Manual de los Grupos Misioneros
Dales fuerzas para ser fieles al Compromiso que hoy asumen, y que donde quiera
que vayan irradien tu presencia, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Celebrante: (imponiendo las manos sobre los Rosarios Misioneros) Bendice Señor estos
Rosarios Misioneros, para que sean signos del compromiso de estos jóvenes que
quieren ser tus testigos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
El Celebrante irá imponiendo los Rosarios Misioneros uno a uno a los que hacen su Primer
Compromiso. Puede acompañarse este momento con algún canto misionero.
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Manual de los Grupos Misioneros
Celebrante: Queridos hermanos: ¿son conscientes del compromiso que van a asumir?
Celebrante: (imponiendo las manos sobre los que se comprometen) Bendice Señor a estos
jóvenes que hoy se comprometen ante Ti, a ser tus testigos ante el mundo. Dales
fuerzas para ser fieles al Compromiso que hoy asumen, y que donde quiera que
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vayan irradien tu presencia, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Celebrante: (imponiendo las manos sobre las Cruces Misioneras) Bendice Señor estas Cruces
Misioneras, para que sean signos del compromiso de estos jóvenes que quieren
ser tus testigos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Celebrante: (dirigiéndose a los que se comprometen) Reciban la Cruz Misionera como signo
del compromiso que acaban de asumir.
El Celebrante irá imponiendo las Cruces, uno a uno a los que hacen su Compromiso
Misionero. Puede acompañarse este momento con algún canto misionero.
1.- cfr RM 87 2.- cfr. AG 6 3.- cfr. RM 33 4.- cfr. AG 26 5.- cfr. AG 25 6.- cfr. RM 42-43 7.- cfr. RM
44-45
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MANUAL DE LOS
GRUPOS
MISIONEROS
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