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Manual GM

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Contenido

La Actividad Misionera de la Iglesia 1


Qué son los Grupos Misioneros 4
Objetivos y Actividades propias de los Grupos Misioneros 5
Organización de los Grupos Misioneros 9
a.- Organización Interna del Grupo Misionero 9
La Animación de los Grupos Misioneros 9
b.- Organización de los Grupos Misioneros a nivel 11
Diocesano, Nacional e Internacional
El Camino de Iniciación de los Grupos Misioneros 13
La Formación de los Grupos Misioneros 16
Fundamentos de la Formación de los GM 16
Una propuesta metodológica para la Formación de los GM 17
Las Misiones de los Grupos Misioneros 20
1.- Determinación del lugar de Misión 20
2.- Pre-Misión 21
3.- Preparación de la Misión 22
4.- El Envío Misionero 23
5.- La Misión 23
6.- La Post-Misión 25
Espiritualidad Misionera 26
El Perfil del Misionero 27
La Oración del Misionero 29
Orando con la Biblia 30
Símbolos e Insignias de los Grupos Misioneros 32
El Rosario Misionero 33
Qué es 33
Cómo se reza 34
La Cruz de Matará 40
Modelos y Patronos de los Grupos Misioneros 42
San Francisco Javier 43
Santa Teresita del Niño Jesús 45
Fechas importantes para los Grupos Misioneros 47
El Octubre Misionero 49
Las Obras Misionales Pontificias 51
El Camino Misionero en América, Argentina y Salta 54
Anexo I: Guión para la Ceremonia del Primer Compromiso 59
Anexo II: Guión para la Ceremonia del Compromiso Misionero 61
Manual de los Grupos Misioneros

La Actividad Misionera de la Iglesia


El Señor Jesús, ya desde el principio "llamó a sí a los que El quiso, y designó a doce para que
lo acompañaran y para enviarlos a predicar" (Mc., 3,13; Cf. Mt., 10,1-42). Antes de subir al
cielo, fundó su Iglesia como sacramento de salvación, y envió a los Apóstoles a todo el mundo,
como El había sido enviado por el Padre (Cf. Jn., 20,21)(AG5). Todos los evangelistas, al
narrar el encuentro del Resucitado con los Apóstoles, concluyen con el mandato misional: "Me
ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las
gentes. Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 18-20;
cfr Mc 16, 15-18; Lc 24, 46-49; Jn 20, 21-23)(RMi22). Por ello incumbe a la Iglesia el deber de
propagar la fe y la salvación de Cristo (AG5).

Todo el trabajo que la Iglesia hace para anunciar al mundo el Evangelio, recibe el nombre de
Evangelización. Por eso, la misión de la Iglesia, su esencia misma es Evangelizar. Dice AG2
que "La Iglesia peregrinante es, por su naturaleza, misionera, puesto que toma su origen de la
misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo, según el propósito de Dios Padre". Y EN 14
exclama que "la gracia y la vocación propia de la Iglesia su identidad más profunda, es
evangelizar. Ella existe para evangelizar".

Si bien muchas veces se utilizan como sinónimo las palabras “Evangelización” (término que
pone énfasis en la predicación del Evangelio) y “Misión” (que pone énfasis en el mandato o
envío) es importante distinguir la actividad específicamente misionera dentro de la obra
evangelizadora de la Iglesia. También es importante distinguirla de la misión "genérica" de la
que todos los cristianos somos partícipes en virtud del bautismo (crf RMi 71), al igual que todos
los laicos somos genéricamente Sacerdotes, Profetas y Reyes.

Las diferencias en cuanto a la actividad dentro de esta misión evangelizadora de la Iglesia


nacen de las diversas circunstancias en las que ésta se desarrolla. Mirando al mundo actual,
desde el punto de vista de la evangelización, se pueden distinguir tres situaciones (Cfr. RMi33):

• Primera Evangelización (= Misión Ad Gentes = Actividad Misionera Específica):


Es aquella actividad misionera de la Iglesia que se dirige a pueblos, grupos humanos,
contexto socioculturales donde Cristo y su Evangelio no son conocidos, o donde faltan
comunidades cristianas suficientemente maduras como para poder encarnar la fe en el
propio ambiente y anunciarla a otros grupos. Es la actividad evangelizadora que se
dirige a "los que todavía no" son cristianos.
• Actividad Pastoral (= Atención Pastoral = Pastoral de Conservación = Pastoral
Odegética): Hay también comunidades cristianas con estructura eclesiales adecuadas
y sólidas; tienen un gran fervor de fe de vida; irradian el testimonio del Evangelio en su
ambiente y sienten el compromiso de la misión universal. En ellas se desarrolla la
actividad o atención pastoral de la Iglesia. Es la actividad evangelizadora que se dirige

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Manual de los Grupos Misioneros

a "los que ya" son cristianos. Mientras la Actividad Misionera usa una metodología de
conversión individual, la Actividad Pastoral es más bien grupal o masiva.

• Nueva Evangelización (= Reevangelización): Se da, por último, una situación


intermedia, especial mente en los países de antigua cristiandad, pero a veces también
en las Iglesias más jóvenes, donde grupos enteros de bautizados han perdido el
sentido vivo de la fe o incluso no se reconocen ya como miembros de la Iglesia,
llevando una existencia alejada de Cristo y de su Evangelio. En este caso es necesaria
una "nueva evangelización" o "reevangelizacion". Es la actividad evangelizadora que
se dirige a "los que ya no" son cristianos.

Aclarados estos conceptos, podemos delimintar el ámbito de las palabras Evangelización y


Misión. La palabra Evangelización se utiliza para referirse a toda la actividad de la Iglesia
en cuanto que anuncia a Jesucristo, mientras que la palabra Misión se refiere
específicamente a la Primera Evangelización, y un poco más generalmente, también a la
Nueva Evangelización.

Cabe también destacar la concepción renovada de la Misión Ad Gentes que desarrolla


Juan Pablo II en Redemptoris Missio. Anteriormente al Concilio, se había afirmado
sencillamente que la Misióin Ad Gentes se desarrollaba en los llamados "territorios de
misión". El Decreto Ad Gentes suaviza esta afirmación diciendo que la actividad misionera,
"de ordinario" se realiza en los territorios de misión (AG6). Juan Pablo II comienza
afirmando que "la misión Ad Gentes, en virtud del mandato universal de Cristo no conoce
confines" (RM37), y a continuación delinea diversos ámbitos de la misma:

• Ambitos territoriales: El primero (y más antiguo) de los criterios para delimitar la


Misión Ad Gentes es el geográfico. Especialmente en Asia, pero también en Africa,
América Latina y Oceanía, hay vastas zonas sin evangelizar; a pueblos enteros y áreas
culturales de gran importancia en no pocas naciones no ha llegado aún el anuncio
evangélico y la presencia de la Iglesia local. Incluso en países tradicionalmente
cristianos hay regiones confiadas al régimen especial de la misión ad gentes, grupos y
áreas no evangelizadas.

• Mundos y fenómenos sociales nuevos. la urbanización y en el incremento masivo de


las ciudades, sobre todo donde es más fuerte la presión demográfica. Por otra parte,
las migraciones han producido un fenómeno nuevo: los no cristianos llegan en gran
número a los países de antigua cristiandad, creando nuevas ocasiones de
comunicación e intercambios culturales, lo cual exige a la Iglesia la acogida, el diálogo,
la ayuda y, en una palabra, la fraternidad.

• Areas culturales o areópagos modernos.: el mundo de la comunicación (los medios


de comunicación social), el compromiso por la paz, el desarrollo y la liberación de los

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Manual de los Grupos Misioneros

pueblos; los derechos del hombre y de los pueblos, sobre todo los de las minorías; la
promoción de la mujer y del niño; la salvaguardia de la creación, son otros tantos
sectores que han de ser iluminados con la luz del Evangelio. Hay que recordar,
además, el vastísimo areópago de la cultura, de la investigación científica, de las
relaciones internacionales que favorecen el diálogo y conducen a nuevos proyectos de
vida.

Para concluir, es importante recordar las palabras con que Juan Pablo II comienza su Carta
Encíclica Redemptoris Missio: "La Misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún
lejos de cumplirse. A finales del segundo milenio después de su venida, una mirada global a la
humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los comienzos y que debemos
comprometernos con todas nuestras energías en su servicio" (RMi1).

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Manual de los Grupos Misioneros

Qué son los Grupos Misioneros


Son grupos integrados mayormente por laicos (jóvenes y adultos), que se proponen responder
al llamado de Dios a la vocación misionera ad gentes, obedeciendo el mandato de Jesucristo
de "ir por todo el mundo y anunciar la Buena Nueva a toda la creación" (Mc 16,15). Muchos de
ellos cuentan también con religiosos y/o sacerdotes entre sus miembros. Para ello, conforman
grupos en Parroquias, Colegios religiosos o Universidades, en los cuales puedan recorrer en
comunidad el camino del descubrimiento de la vocación misionera.

Se insertan en la dinámica de evangelización desde su comunidad de origen (Parroquia,


Colegio, etc.), con la mirada fija en la misión ad gentes. Por ello, colaboran en la actividad
pastoral de su comunidad, asumiendo la Nueva Evangelización. Su prioridad permanente es
tratar de llegar a los más alejados, a los pobres, a aquellos de quienes nadie se acuerda o se
preocupa. Mediante la acción misionera dentro y fuera de su comunidad de origen, prestan un
servicio concreto a la Iglesia particular y se preparan para la misión ad gentes

Los Grupos Misioneros implican un doble servicio:

• Son un servicio de la Iglesia dirigido a los laicos, para ofrecerles animación y formación
misionera mediante la asociación en grupos, en los que se capacita a los laicos para
ser buenos misioneros que se proyecten hacia la Nueva Evangelización y hacia la
Misión Ad Gentes.

• Son a la vez un servicio de los laicos a la Iglesia, puesto que en sus comunidades de
origen asumen la Nueva Evangelización, la animación y cooperación misioneras, y se
proyectan hacia la Misión Ad Gentes “más allá de las fronteras”.

A ellos se refiere, entre otros, Juan Pablo II en el Nº 72 de la Redemptoris Missio, cuando


menciona a los "movimientos eclesiales dotados de dinamismo misionero" que, "cuando se
integran con humildad en la vida de las iglesias locales y son acogidos cordialmente por los
Obispos y sacerdotes en las estructuras diocesanas y parroquiales, representan un verdadero
don de Dios para la nueva evangelización y para la actividad misionera propiamente dicha".

En su mayoría, son grupos estables que se reúnen durante todo el año para procurar su
formación y crecimiento espiritual y comunitario, y en los cuales todos provienen de una misma
comunidad de origen. Pero también están los que se conforman específicamente para la
preparación y realización de las misiones (generalmente en verano), procedentes de distintas
comunidades.

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Manual de los Grupos Misioneros

Objetivos y Actividades Propias de los GM


a.- Objetivos de los Grupos Misioneros:
• Despertar en los laicos la conciencia misionera universal
• Brindar un ámbito donde los laicos puedan vivir en comunidad su vocación misionera,
creciendo en su formación y espiritualidad, y realizando experiencias concretas de
misión, animación y cooperación misioneras.
• Ser agentes activos de la Nueva Evangelización en el ámbito Parroquial, y de Primera
Evangelización en otras comunidades eclesiales más jóvenes.
• Promover las vocaciones misioneras

b.- Actividades de los Grupos Misioneros


Para lograr sus objetivos, los Grupos Misioneros realizan las siguientes actividades:

1.- Formación Misionera: Mediante la formación misionera, los miembros de los Grupos
Misioneros van compartiendo el camino de crecimiento en la fe y en la vocación misionera,
para desarrollar criterios y mentalidad misionera, como los de Jesús. Para ello, comparten
reuniones periódicas (generalmente semanales), en los que procuran su formación mediante
Encuentros, Talleres, etc. La Formación de los Grupos Misioneros, comprende tres áreas
fundamentales:
a) Teología Misionera: comprensión de la misión y la evangelización, sus
motivaciones, contenido y finalidades.
b) Espiritualidad Misionera: comprensión de las actitudes interiores y
exteriores del misionero, su vida espiritual, sus sentimientos y todo lo que hace
a su comunión íntima con Cristo.
c) Metodología Misionera: es la parte metodológica y didáctica, con la
cual se entrena a la persona para la misión y para la animación misionera.

2.- Espiritualidad Misionera:


Los miembros del Grupo Misionero buscan vivir una relación de unión íntima con Jesucristo, y
adquirir en sus vidas las actitudes principales del misionero, como ser el descubrimiento de la
universalidad del amor de Dios, la urgencia de la evangelización, la necesidad de encuentro
personal con Jesucristo y de una vivencia plena de los valores evangélicos, la docilidad al
Espíritu Santo. Para ello, los Grupos Misioneros
• Procuran el crecimiento en la oración personal y comunitaria, descubriendo la
dimensión misionera de la misma.
• Reflexionan acerca de los elementos fundamentales de la espiritualidad misionera, y
las actitudes que debe desarrollar un misionero, y procuran ponerlos en práctica.
• Comparten la Misa semanal como comunidad (si geográficamente esto es posible).

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Manual de los Grupos Misioneros

• Comparten actividades que los ayuden a crecer en su vida espiritual, como ser retiros
espirituales, momentos de oración, etc.
3.- Acción Misionera:
La Formación y Espiritualidad misioneras, se cimentan únicamente con la experiencia personal
y comunitaria del servicio evangelizador. Para ello, los Grupos Misioneros realizan un trabajo
misionero en dos ámbitos:

• Misión Ad-Intra: Si bien el Grupo Misionero tiene la mirada puesta en la misión “ad
gentes”, su primera responsabilidad es prestar un servicio evangelizador concreto en
su Parroquia, que constituye su “comunidad de origen”. En ella, el Grupo Misionero
colabora activamente en la Liturgia y en otras actividades parroquiales, poniendo
especial atención a la Nueva Evangelización, y dirigiéndose principalmente a los más
alejados. También puede realizar un Aposolado Permanente, consistente en algún tipo
de labor apostólica continua, a lo largo de todo el año. Por ejemplo: misiones barriales
de fines de semana, visita periódica a hospitales, hogares de niños o ancianos,
catequesis, asistencia en comedores, etc. A través de este apostolado permanente, el
Grupo Misionero presta un servicio concreto a la comunidad, desarrolla y fortalece su
actitud y vocación de servicio, y adquiere experiencia para la misión ad-extra.

• Misión Ad-Extra: Además del compromiso con la comunidad de origen, el Grupo


Misionero presta un servicio misionero concreto a la que será la “comunidad de
destino” de su actividad misionera específica. La comunidad de destino es,
generalmente, un barrio, un pueblo o paraje, en el cual no existe una comunidad
cristiana arraigada, a cuyo párroco, el Grupo Misionero ofrece su servicio misionero,
para acompañarla por un período de tiempo determinado, en el proceso de la
conformación de una comunidad cristiana. Por un período, generalmente de tres años,
el Grupo Misionero establecerá contacto con esta comunidad de destino, en la que
realizará períodos fuertes de misión (generalmente en vacaciones de verano y/o
invierno), y realizará un acompañamiento constante durante el resto del año (ya sea
mediante visitas periódicas y contacto telefónico o epistolar), para acompañarla en su
camino de encuentro con Jesucristo y la conformación de una comunidad crstiana.

4.- Cooperación Misionera:


La Cooperación Misionera, es la manera de proyectarse efectivamente hacia la misión
universal, desde el propio lugar. De esta manera la Iglesia Particular participa y colabora
activamente con la misión universal de la Iglesia, tanto en la misión ad gentes como en la
nueva evangelización. Esta cooperación misionera se realiza principalmente de dos maneras:

• Cooperación Espiritual: La oración y el sacrificio ofrecido por los misioneros, son el


motor de la misión y la fuente de gracias y fuerza para los misioneros. Por ello, el
Grupo Misionero da a la oración un sentido misionero, ofreciéndola por las misiones y

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Manual de los Grupos Misioneros

por los no creyentes. También ofrece sus sacrificios, uniéndolos a los de Jesús por la
salvación de todos los hombres.

• Cooperación Material: La colaboración con dinero u otros bienes, constituye un aporte


fundamental para el sostenimiento de las misiones y los misioneros. Los Grupos
Misioneros, realizan también su ofrenda económica a favor de las misiones, y
promueven la colecta de la DOMUND (Jornada Mundial de las Misiones, en el mes de
Octubre) para ayudar a sostener las misiones en todo el mundo.

5.- Animación Misionera:


Aparte de vivir la vocación misionera y de prestar un servicio misionero concreto, los Grupos
Misioneros tienen el deber fundamental de animar misioneramente sus comunidades de origen
(Parroquia, Colegio, etc.). La animación misionera consiste en despertar en todas las personas
la conciencia misionera, esto es, hacerles conocer la responsabilidad universal de todos los
bautizados en la propagación del Reino de Dios.

Esto lo hacen:
• Organizando encuentros, charlas, jornadas y exposiciones misioneras en sus propias
comunidades, en los cuales informen acerca de la vocación misionera, y de las
distintas formas en las que se puede cooperar con las misiones.
• Manteniendo en las Parroquias una cartelera misionera, a través de las cuales se
informe de las necesidades de evangelización y las actividades de los misioneros.
• Dando testimonio ante la comunidad acerca de las experiencias misioneras del Grupo.
• Organizando actividades especiales como Horas Santas misioneras ante el Santísimo
Sacramento, Celebraciones con tinte misionero, Rosarios Misioneros, etc.
• Fomentando el rezo del Rosario Misionero.
• Difundiendo materiales y revistas misioneras.
• Animando a la comunidad durante el Octubre Misionero, y especialmente en la
DOMUND (Jornada Mundial de las Misiones), promoviendo la Colecta Misionera.
• Fomentando e incentivando las vocaciones misioneras que pudieran surgir en la propia
comunidad.

6.- Comunión Misionera:


Los miembros de los Grupos Misioneros, viven a imagen de las primeras comunidades
Cristianas, buscando tener “un solo corazón y una sola alma”. Este sentido de eclesialidad se
vive en varios ámbitos:

• Grupal: los miembros del Grupo Misionero viven en un sentido de comunidad,


convencidos de la necesidad de que la fraternidad y unidad dentro del mismo grupo, es
también un testimonio evangelizador, como lo expresó Jesucristo: “que todos seamos
uno para que el mundo crea”. Para ello, comparten actividades que los ayuden a crecer
en su vida comunitaria estrechando vínculos interpersonales, como por ejemplo

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Manual de los Grupos Misioneros

convivencias, reuniones informales de esparcimiento, celebración comunitaria de los


acontecimientos personales de sus miembros como cumpleaños, etc.
• Parroquial: El Grupo Misionero sabe que no es una realidad aislada de la Parroquia,
sino que forma parte de la comunidad parroquial, por eso vive plenamente inserto en la
misma, y se preocupa por estrechar lazos y vínculos con su Párroco y con los demás
grupos, movimientos y asociaciones de la Parroquia.
• Diocesano: Por otra parte, el GM comparte con otros Grupos y Asociaciones de la
Diócesis el mismo carisma e ideal misionero. Por ello debe vivir en íntima comunión
con los demás Grupos Misioneros de la diócesis, a través del Director Diocesano de
las Obras Misionales Pontificias y del Equipo Diocesano de Pastoral Misionera. Así
participa en eventos misioneros que se organizan a nivel diocesano, como Encuentros,
Convivencias, Congresos Misioneros, la Misa de Envío Diocesana, etc.
• Universal: Vinculada a la ayuda espiritual y material, está la cercanía humana con
todos los misioneros del mundo. Aunque estemos separados por grandes distancias,
podemos hacernos presentes con los misioneros que están en tierras lejanas mediante
cartas, contacto telefónico o correo electrónico. El compromiso de los Grupos
Misioneros en este sentido, hace visible la comunión fraterna universal entre todos los
cristianos. Es un aporte muy valioso que los Grupos Misioneros pueden realizar para
con los misioneros de su propia diócesis que se encuentran en territorios de misión, el
apoyarlos y alentarlos a la distancia mediante algún tipo de contacto epistolar.

c.- Importancia de la Planificación y Evaluación en los GM


Planificación. Como toda actividad, es muy importante que las actividades de los GM sean
debidamente planificadas. Esto implica que, al comenzar cada año, se elabore un
pequeño proyecto que contenga:
Objetivos claros y concretos: los cuales ayudarán a tener un horizonte definido de qué es lo
que se desea lograr. Puede fijarse un objetivo general y varios objetivos específicos. Los
objetivos deben estar en consonancia con el Plan Pastoral de la Diócesis y con el Plan
Pastoral de la comunidad de origen, los cuales deben ser conocidos por el GM.
Planificación de Actividades: que consiste en un detalle de las actividades que se
realizarán durante el año. Debe incluir las actividades relativas a la formación, , acción
misionera ad-intra y ad-extra, espiritualidad, animación, cooperación y comunión
misioneras. Esta planificación debe contemplar, entre otras cosas: los tiempos litúrgicos,
las fiestas patronales y otros acontecimientos importantes de la comunidad de origen, las
actividades propuestas a nivel Diocesano por la Iglesia en general y por la Pastoral
Misionera.

Evaluación. La evaluación consiste en determinar en qué medida se cumplieron los objetivos


propuestos para un determinado período de tiempo o para una actividad concreta. La
evaluación anual sirve para tener un panorama de cómo fue el desenvolvimiento del GM y
brinda elementos para la determinación de los objetivos y actividades para el nuevo año.
También es importante realizar evaluaciones específicas luego de la Misión y de otras

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Manual de los Grupos Misioneros

actividades sobresalientes, las que ayudarán a perfeccionar planificaciones posteriores de


actividades semejantes.

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Manual de los Grupos Misioneros

Organización de los Grupos Misioneros

a.- Organización Interna del Grupo Misionero


Los Grupos Misioneros se conforman principalmente en Parroquias, pero también en Colegios,
Universidades u otro tipo de ámbitos que les pueda dar acogida. Siempre es conveniente que
tengan como referente a un sacerdote o religioso que asuma el asesoramiento espiritual del
Grupo. Se conforman con jóvenes y adultos católicos que muestren interés en ser miembros
activos.

De acuerdo a la realidad pastoral local, a la cantidad y calidad de los miembros del Grupo,
pueden asumir distintas formas de organización:

• Grupo Único: Muchos grupos trabajan a nivel de la formación en un único grupo. Esto
fortalece la convivencia y la fraternidad en el Grupo. Sin embargo, si el Grupo
Misionero es muy numeroso, suele ser conveniente trabajar en grupos más pequeños.
También existen otros factores que pueden hacer deseable una división en sub-grupos,
como se verá en los ejemplos que se citan a continuación

• Separación por edades: Los Grupos en los que existe un amplio rango de edades,
suelen dividirse para las reuniones de formación en grupos más pequeños, separando
en adolescentes, jóvenes y mayores. Por supuesto, siempre existen actividades
comunes, para fortalecer la comunión de toda la comunidad, como por ejemplo la
oración, la liturgia y el apostolado.

• Separación por sexo: Esta separación suele hacerse sobre todo en los Grupos de
adolescentes, puesto que en su formación suele ser conveniente a veces, esta división.
Nuevamente, la separación suele darse únicamente a nivel de encuentros de
formación.

• Separación por actividades: Suele darse este tipo de división en Grupos que tienen
varios apostolados (por ejemplo, si algunos realizan su apostolado con niños, otros con
enfermos, otros con jóvenes, etc. ), o tienen varios destinos de misión, etc. En este
caso, puede requerirse formación específica para el apostolado y la preparación de las
actividades para los mismos.

La Animación del Grupo Misionero


El Animador es la persona que orienta, motiva, apoya y acompaña a los miembros del Grupo
Misionero para que vayan creciendo en el seguimiento de Jesús y en la vocación misionera. Es
el que contagia, el que entusiasma, el que favorece las iniciativas. Los animadores pueden ser

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Manual de los Grupos Misioneros

laicos, sacerdotes, religiosos, seminaristas, etc. En cada GM puede haber uno o más
animadores.
Las funciones del/los animadores son las siguientes:

• Orientar, incentivar y coordinar a los miembros del Grupo, dejando que ellos asuman
sus propias responsabilidades.
• Preparar los encuentros semanales, o velar por que siempre haya alguien que se haga
cargo de la preparación del mismo.
• Mantener una fluida comunicación con el Párroco, con la Dirección Diocesana de OMP
y el Equipo Diocesano de Pastoral Misionera, para comunicar sus experiencias y
obtener información y material formativo.
• Representar al Grupo Misionero ante la Pastoral Parroquial y ante la Pastoral
Misionera Diocesana.
• Ayudar a que entre los miembros del grupo se distribuyan las responsabilidades
(secretaría, tesorería, preparación de encuentros, etc.)

Con respecto a la animación del grupo, al ser una realidad no estructurada ni formalmente
organizada en la Iglesia, los Grupos Misioneros presentan variadas formas de organización en
cuanto a su animación. Aquí presentamos algunas de las formas de organización que adoptan
los Grupos Misioneros:

• Animación a cargo de Sacerdotes o Religiosos/as: Muchos Grupos Misioneros son


animados directamente por el párroco o por religiosos/as (en el caso de Colegios, por
ejemplo)

• Animación a cargo de uno o más laicos: Otros Grupos Misioneros, son animados
por laicos (con el título de animador, coordinador, presidente, dirigente, etc.). En el
caso de los animadores laicos, los mismos pueden ser designados por el párroco o
elegidos por votación de los integrantes del G.M., pueden permanecer al frente del
grupo mientras formen parte del mismo, o ser renovados periódicamente.

• Sin figura específica de animador: Otros Grupos Misioneros no tienen una figura
específica de animador, sino que todos participan por igual en la formación y en las
decisiones. Sin embargo, aún cuando no exista el “rótulo” o el “cargo” de animador o
coordinador, siempre existen una o más personas que son las que ejercen de manera
efectiva a animación.

Si bien existen diversas formas de animación que siguen los Grupos Misioneros, es
conveniente que la animación no recaiga en una sola persona, sino que se de participación en
la misma a todos aquellos que posean aptitudes de liderazgo, de manera de fortalecer su
compromiso y sentido de pertenencia al Grupo y permitirles potenciar sus capacidades. Esto
asegurará la permanencia del Grupo a través del tiempo ante el eventual alejamiento de uno de

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Manual de los Grupos Misioneros

los animadores, puesto que siempre quedarán otros capacitados para continuar su labor con la
menor repercusión posible en el funcionamiento del Grupo.

Es importante distribuir las responsabilidades dentro del Grupo entre sus miembros, de
acuerdo a las capacidades y carismas propios de cada uno. Algunas responsabilidades que
pueden distribuirse son: la función de secretaría, de tesorería, la animación de los encuentros,
la oración, la formación, etc.

Es conveniente que el Grupo Misionero lleve una memoria escrita de las actividades que
planifica y realiza y de las decisiones que se toman. Esto suele traducirse en un "Libro de
Actas" que servirá para una mejor organización en el funcionamiento del Grupo y ayudará en el
futuro para recordar y evaluar el camino recorrido y para conservar una línea continua de
acción. Inclusive será muy útil en casos de cambio de animadores o para "volver a las fuentes"
en circunstancias que así lo requieran. Para esto conviene que existan una o más personas
con el la función de secretaría encargados de mantener estos registros actualizados. Muchos
GM suelen llevar también una crónica de su historia y hasta un álbum de fotografías.

Es conveniente que el Grupo Misionero tenga presente durante todo el año la necesidad de
realizar algún tipo de actividad lucrativa que les permita ir juntando fondos para la misión.

Resulta práctico para el GM ir adquiriendo con el tiempo, materiales que les sirvan para las
misiones y otras actividades pastorales, tales como un pequeño equipo de sonido o megáfono
propios, etc., para evitar la necesidad de salir a conseguir cada año estos elementos cuando se
aproxima la misión.

El Grupo Misionero debe estar integrado a la Pastoral de Conjunto de su Parroquia,


participando activamente en la misma y brindando los servicios necesarios. El carisma
misionero no se vive al margen de la Iglesia, sin o precisamente en la Iglesia y al servicio de su
edificación. En efecto, la primera forma de vivir la “misionalidad” es vivir la “eclesialidad”, es
decir, saberse y sentirse miembros de una Iglesia que es, por naturaleza una comunión
misionera. Por ello, debe mantener una estrecha relación con el Párroco y con los demás
grupos, movimientos y asociaciones de su Parroquia. Por ello, al programar sus actividades, el
Grupo debe tener en cuenta la planificación parroquial, las actividades de a parroquia y las
fiestas propias de la comunidad, como así también debe estar disponible a las necesidades,
indicaciones y solicitudes del párroco.

b.- Organización de los Grupos Misioneros a nivel Diocesano,


Nacional e Internacional
El Santo Padre es el principal responsable de la evangelización a nivel mundial. El ha
encomendado a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (una Congregación de
la Santa Sede, que depende directamente del Papa) la dirección y coordinación de las
misiones a nivel universal.

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Manual de los Grupos Misioneros

De ella dependen las Obras Misionales Pontificias, que están presentes en todo el mundo y en
cada diócesis. Estas Obras Misionales poseen a nivel internacional un Presidente, que tiene su
sede en Roma. Cada una de las cuatro Obras, tiene un Secretario General, también con sede
en Roma. A nivel nacional, hay un Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias, y un
Secretario Nacional para cada una de ellas.

A nivel nacional, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), integrada por los obispos de las
diócesis de nuestro país, es el principal responsable de la misión. La CEA se organiza en
Comisiones de trabajo, presididas e integradas por los obispos. Una de ellas es la Comisión
Episcopal de Misiones (CEM), que tiene el cometido de incrementar la evangelización «ad
gentes», la animación y la cooperación misionera en sus diversas formas, y mantener las
relaciones con la Congregación para la evangelización de los pueblos y con la Conferencia
episcopal, para garantizar la unidad de acción (CM 10). Dependiente de esta Comisión
funciona un Concejo Nacional de Misiones (CoNaMis) que busca integrar y coordinar el
esfuerzo de todas las instituciones, congregaciones y comunidades misioneras a nivel nacional.
Este Concejo está presidido por el mismo presidente de la CEM, y está integrado por el
Director Nacional de OMP, los Secretarios Nacionales de las cuatro OMP, representantes de
cada región pastoral (generalmente un Director Diocesano de OMP), un representante de las
congregaciones religiosas misioneras masculinas y otro de las femeninas y dos representantes
laicos de los Grupos Misioneros.

A nivel diocesano, el Obispo es el principal animador y responsable de la misión. El nombra un


Delegado Episcopal para las Misiones que será quien específicamente tendrá a su cargo la
animación misionera diocesana, ayudado en esta tarea por un Equipo Diocesano de Pastoral
Misionera (o Equipo Diocesano de Misiones). Como en cada diócesis debe existir una dirección
diocesana de OMP, suele ser recomendable que quien es el Director Diocesano de las OMP,
sea también el Delegado Episcopal para las Misiones.

También existe en cada diócesis un Delegado Diocesano de los Grupos Misioneros, que puede
ser designado por el Delegado Episcopal para las Misiones o elegido por los Grupos
Misioneros. El delegado diocesano de los GM tiene la responsabilidad de animar
misioneramente a los Grupos, velar porque los mismos estén en contacto, y ser su
representante ante el Delegado Episcopal para las Misiones.

Todos los Grupos Misioneros deben estar integrados a la Pastoral Misionera Diocesana para
realizar un trabajo conjunto y en sintonía con el resto de la diócesis y con los lineamientos que
se propongan desde el CoNaMis y las OMP tanto a nivel diocesano como nacional.

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Manual de los Grupos Misioneros

El camino de iniciación de los GM


Cada Grupo Misionero que recién se inicia, recorre su propio Camino Misionero cuyo rumbo y
tiempos irá marcando el animador guiado siempre por el Espíritu Santo. No existe "el camino",
sino que cada GM va haciendo su propio camino al andar.

Este es el camino que han recorrido algunos Grupos Misioneros, y que a continuación se
presenta como una propuesta a modo de ejemplo:

1.- Convocatoria: Se realiza una invitación abierta a todos los católicos bautizados que tengan
interés en conocer la vocación misionera. Esta invitación puede realizarse en las Misas, a
través de afiches, volantes, etc. Puede invitarse a una charla informativa, una Exposición
Misionera, un Encuentro o Jornada Misionera, etc. Aquí se les expone el ideal misionero; la
vocación misionera de cada bautizado; la miseria espiritual y material en que viven millones de
personas en los países pobres; la necesidad y urgencia de que hayan más agentes
evangelizadores y el maravilloso bien que ellos pueden hacer y lo que Cristo y su Iglesia
esperan de ellos.

2.- Descubrimiento de la Vocación - Grupo de Cristianos en busca de la vocación: En un


primer momento, se busca conocer más profundamente a Jesucristo y su Mensaje, y de
conocer de qué se trata la vocación misionera, sin forzar las cosas. Puede que Dios esté
llamando a esta vocación, como puede que no. En este punto, el Grupo es simplemente eso:
un Grupo de cristianos que está conociendo más a Jesús y buscando una vocación. Es
importante que se integre a los miembros del Grupo a la actividad pastoral de su Comunidad
de Origen (Parroquia, etc.), en la cual presten un servicio concreto.

3.- Opción Misionera - Grupo Misionero: Si el Grupo siente que la Vocación Misionera es
para ellos y deciden adoptarla para sus vidas, pasa a llamarse Grupo Misionero. Durante este
primer tiempo, el GM se preparará para realizar su primera experiencia de misión "más allá de
las fronteras", que suele realizarse en las vacaciones de verano. Es conveniente que durante
este período, se realicen algunas actividades de apostolado fuera del ámbito parroquial. Puede
ser en zonas periféricas de la Comunidad de Origen, o realizando alguna visita a Hospitales,
Hogares de Niños o de Ancianos, etc., de manera que los miembros del Grupo vayan
experimentando de a poco el servicio “más allá de las fronteras”

4.- Identidad Misionera: Cuando ya han recorrido un trecho de este camino, el Grupo puede
elegir adoptar un nombre que los identifique. Es importante que sean los mismos miembros del
Grupo quienes elijan el nombre, lo cual ayudará a fortalecer su identificación con el mismo. A
partir de este momento, el Grupo pasa a llamarse "Grupo Misionero xx".

5.- Primer Compromiso Misionero: Transcurrido un tiempo (que puede coincidir con el
momento en que adoptan el nombre del grupo, y generalmente después de la primera

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experiencia de misión), los miembros del Grupo realizan su Primer Compromiso Misionero. En
él, se comprometen a conocer cada vez más a Cristo y a la Vocación Misionera a que los
invita, dispuestos a escuchar la voz de Dios para descubrir si realmente los está llamando a
esta vocación. Para esto se celebra una Misa de Compromiso (que suele hacerse coincidir con
el cumpleaños del GM), en la cual el sacerdote bendice e impone a los miembros del Grupo el
Rosario Misionero. Este Primer Compromiso suele realizarse después de transcurrido un año
de permanencia en el GM. (Ver Anexo I: Guión para la Ceremonia del Primer Compromiso)

Para realizar el Primer Compromiso, se proponen las siguientes condiciones:


• Haber perseverado en las actividades del Grupo Misionero, por lo menos por 6 meses.
• Haber demostrado un interés manifiesto por conocer la vocación misionera, y un deseo
de comprometerse más seriamente en su crecimiento espiritual y vocacional.
• Prestar algún servicio concreto en la Comunidad a la cual pertenece.
• Haber realizado una experiencia de misión.

6.- Comunidad Misionera: Algunos Grupos Misioneros, cuando consideran que han alcanzado
la madurez suficiente en lo referente a la vida comunitaria, han optado por cambiar su
denominación, pasando a llamarse "Comunidad Misionera xx" (Este paso puede darse en
cualquier momento del ciclo de vida del Grupo, antes o después del Compromiso Misionero).

7.- Compromiso Misionero: Una vez que los miembros del Grupo sienten que están seguros
en su Vocación Misionera y están dispuestos a asumir frente a Dios y ante la comunidad un
compromiso más serio, realizan su Compromiso Misionero. En él, se comprometen a vivir como
cristianos comprometidos viviendo plenamente, en la medida de sus posibilidades, su vocación
misionera, anunciando a Jesucristo con sus obras y palabras, siempre dóciles al Espíritu Santo.
Para esto se celebra una Misa de Compromiso (que también suele hacerse coincidir con el
cumpleaños del Grupo), en la cual el sacerdote bendice e impone a los que se comprometen,
la Cruz Misionera. Este Compromiso Misionero suele realizarse después de transcurridos dos
años o más de permanencia en el GM. (Ver Anexo II: Guión para la Ceremonia del
Compromiso Misionero)

Para realizar el Compromiso Misionero, se proponen las siguientes condiciones:


• Que haya transcurrido por lo menos un año desde el Primer Compromiso.
• Ser mayor de 18 años.
• Haber realizado un camino de maduración, que lo haya llevado a decidir libremente
optar por la vocación misionera como estilo de vida.
• Haber demostrado durante su permanencia en el Grupo, un compromiso coherente con
la opción que se quiere hacer.

Es deseable que ambos compromisos se realicen en una Ceremonia especial, con la presencia
de los familiares de quienes se comprometen y de toda la comunidad. De esta manera, se

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pone de manifiesto que el compromiso se realiza a nivel personal y comunitario, ante Dios y
ante la comunidad. Además, estas ceremonias sirven a su vez de testimonio y signos de
animación misionera.

Las actividades normales de los GM comprenden la formación durante todo el año para su
crecimiento espiritual, el trabajo en su apostolado permanente, y la preparación y realización de
las Misiones (una o más veces al año). Cada año para el cumpleaños del GM, los nuevos
integrantes del Grupo que han entrado durante el año anterior realizan su Primer Compromiso,
los que están en condiciones realizan su Compromiso Misionero, y el resto realiza la
renovación del compromiso ya asumido.

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La Formación de los Grupos Misioneros


Fundamentos y Areas de la Formación de los GM
Afirma el Decreto Ad Gentes en su número 26: Los que hayan de ser enviados como buenos
ministros de Jesucristo, estén nutridos "con las palabras de la fe y de la buena doctrina", que
tomarán ante todo, de la Sagrada Escritura, estudiando a fondo el Misterio de Cristo, cuyos
heraldos y testigos han de ser. Por lo cual todos los misioneros han de prepararse y formarse
para que no se vean incapaces ante las exigencias de su labor evangelizadora.

Es necesario que los misioneros se dediquen a los estudios misionológicos; es decir, conocer
la doctrina y las disposiciones de la Iglesia sobre la actividad misional, saber qué caminos han
recorrido los mensajeros del Evangelio en el decurso de los siglos, la situación actual de las
misiones y también los métodos considerados hoy como más eficaces.

La formación doctrinal y la profundidad de la fe son indispensables para que los cristianos


puedan asumir los desafíos de la cultura moderna. Con mayor razón, aquellos que quieren ser
misioneros no sólo en sus ambientes, sino más allá de las fronteras. Las realidades concretas
del mundo y de la misma Iglesia, replantean la necesidad de un nuevo ardor misionero en el
que se nos exige a todos saber dar razón de nuestra fe. La Iglesia es el espacio histórico en
donde Cristo se acerca a los hombres, se da a conocer, camina con ellos y como hizo con sus
apóstoles, los instruye en su Palabra y les hace madurar la fe hasta que puedan asumir su
misión. A este proceso se le llama Escuela con Jesús.

Esta formación abarca tres aspectos fundamentales:

a. Teología Misionera: Abarca la comprensión de la misión y la evangelización, sus


motivaciones, contenido y finalidades. Es la ayuda para que se comprenda bien la
misión, el Reino de Dios, lo que es la evangelización, y para que la persona tenga
criterios y mentalidad misionera.

b. Espiritualidad Misionera: comprensión de las actitudes interiores y exteriores del


misionero, su vida espiritual, sus sentimientos y todo lo que hace a su comunión íntima
con Cristo. Apunta al corazón de la persona, hacerse amigo, ayudar a transformar los
sentimientos y fomentar la valentía apostólica. Es para poner mística misionera que dé
fortaleza a la vida y al trabajo. La espiritualidad misionera lleva a que uno viva la
comunión íntima con Cristo y sepa caminar con El, sepa sentir y obrar como El. Lleva a
que uno sea dócil al Espíritu Santo y aproveche sus dones. Lleva a que uno tenga
universalidad y celo apostólico, caridad apostólica con la cual se entregue y obre
verdaderamente como misionero universal.

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c. Metodología Misionera: es la parte metodológica y didáctica, con la cual se entrena a


la persona para la misión y para la animación misionera. Lleva a que la persona sea
buena misionera y forme o promueva misioneros.

La formación misionera debe ser implementada mediante actividades que ayuden a todos
para que, de manera sistemática, gradual, integral, sean buenos misioneros y buenos
animadores misioneros. Se enseña cómo utilizar los diversos recursos para el trabajo
misionero.

Una propuesta metodológica para la formación de los GM.


La Escuela con Jesús es una propuesta metodológica para la formación de los Grupos
Misioneros que busca abarcar integralmente el proceso formativo de la persona en cuatro
aspectos fundamentales: intelectual, afectivo, testimonial y comunitario.

Para esto, organiza los encuentros del Grupo en cuatro momentos, cada uno de los cuales
contempla un área distinta y complementaria de las demás:

• Area Doctrinal "Escucharlo a El y aprender de El": que apunta al aspecto intelectual, a


través del cual el misionero amplá sus conocimientos. Recibe el nombre de
Catequesis Misionera.

• Area Espiritual "Vivir con El y vivir como El": que apunta al aspecto afectivo, a través
del cual el misionero estimula su vivencia de la fe, celebra y ora. Recibe el nombre de
Espiritualidad Misionera

• Area Pastoral "Hacer lo que El nos diga": que apunta al aspecto testimonial, a través
del cual el misionero entra en acción y abre sus manos y su corazón y va al encuentro
del otro. Recibe el nombre de Proyección Misionera

• Area Comunitaria "Seamos uno para que el mundo crea": que apunta al aspecto
comunitario, a través del cual el misionero desarrolla sus relaciones integrándose a la
comunidad, a la Iglesia y a la sociedad toda. Recibe el nombre de Vida de Grupo.

Mediante este proceso cíclico se busca ofrecer un proceso formativo integral, en el cual se
contemplen de manera equilibrada todos los aspectos de la personalidad del misionero, sin
descuidar ninguno de ellos.
Puede optarse por realizar un encuentro para cada uno de estos momentos (una semana cada
uno), o unir dos o más de ellos en un solo encuentro, o extender un momento en más de un
encuentro, o realizar alguno de estos pasos fuera de los horarios habituales de reunión,
siempre y cuando se respete el proceso cíclico de dar los cuatro pasos. De esta manera se
asegura un equilibrio en el proceso formativo, evitando que los encuentros se transformen en
un mero estudio teórico de la fe y la vocación misionera, o caer en el extremo pragmático de

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"hacer actividades" sin proporcionar fundamentos sólidos de la fe, o caer en el extremo místico
de una espiritualidad desvinculada de la realidad, o convertirse simplemente en un "grupo de
amigos".

A continuación se explican un poco más detalladamente cada uno de los cuatro pasos de la
Escuela con Jesús:

Catequesis Misionera: En este primer momento, se enfoca el tema desde el aspecto


intelectual. Se propone el estudio doctrinal del tema, buscando profundizar el conocimiento de
Jesús, de la Iglesia y de la misión. Se busca que el misionero inestigue, aprenda, analice
críticamente, saque conclusiones, y asuma compromisos concretos.

Este momento puede llevarse a cabo mediante exposición del tema, talleres de estudio,
trabajos grupales, mesas redondas, paneles, representaciones, videos, audiovisuales, etc.

Espiritualidad Misionera: En este segundo momento, se apunta al aspecto afectivo y


espiritual. Se propone vivenciar y celebrar el tema estudiado. En este momento, el mensaje
aprendido y asimilado, toca el corazón, se encarna y se celebra.

Este momento puede llevarse a cabo mediante celebraciones de la Palabra, momentos de


oración, y toda otra actividad que ayude al encuentro personal con Jesús.

Proyección Misionera: En este tercer momento se busca testimoniar de una manera concreta
lo vivido en los momentos anteriores. Se propone discutir maneras de proyectar lo vivido "más
allá de nuestras fronteras" y, preferentemente, realizar una acción concreta en la cual se
comunique a los demás, el mensaje aprendido y vivenciado. Así, la Palabra de Dios estudiada,
meditada y celebrada, se vuele testimonio misionero hacia los demás.

La realización de este momento, ayuda a que el grupo ponga en práctica lo que va


aprendiendo mediante actividades concretas, y que se abra a la comunidad. De esta manera,
los miembros del grupo van viviendo y experimentando la misión, no sólo "estudiando" la
vocación misionera, sino que la ponen en práctica.

Existen muchas maneras de realizar esta proyección misionera:


• Actividades de Acción Misionera: visitas a hogares de niños o ancianos, cárceles,
hospitales, a familias del mismo barrio o de otro, etc.
• Actividades de Animación Misionera: realizar carteleras, organizar encuentros o charlas
para personas del barrio, visitar otros grupos de la Comunidad, etc.
• Actividades de Cooperación Misionera: enviando correspondencia a miembros de otros
Grupos Misioneros, a misioneros Ad Gentes, o a la comunidad de destino de las
misiones del Grupo. Organizando colectas o campañas a favor de algún grupo humano
concreto, o de las misiones, etc.

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Vida de Grupo: Este cuarto momento apunta al aspecto comunitario. Busca favorecer la vida
de grupo, creando y fortaleciendo vínculos de unidad y fraternidad entre los miembros del
Grupo. Responde a la maduración de la dimensión social y eclesial del misionero.

En este momento pueden realizarse actividades que estimulen el compartir, como dinámicas
de conocimiento e integración, programación de actividades comunitarias, evaluaciones de la
marcha del grupo, convivencias, encuentros recreativos y deportivos, excursiones,
campamentos, caminatas, fiestas comunitarias, etc.

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Las Misiones de los Grupos Misioneros


Como ya se dijo anteriormente, además del compromiso con la comunidad de origen, el Grupo
Misionero presta un servicio misionero concreto “ad extra”, es decir, fuera de su comunidad.
Por un período, generalmente de tres años, el Grupo Misionero establecerá contacto con una
que será la “comunidad de destino” de su actividad misionera específica. La comunidad de
destino es, generalmente, un barrio, un pueblo o paraje, en el cual no existe una comunidad
cristiana arraigada, a cuyo párroco, el Grupo Misionero ofrece su servicio misionero, para
acompañarla por un período de tiempo determinado, en el proceso de la conformación de una
comunidad cristiana.

El objetivo último de las Misiones de los Grupos Misioneros es anunciar a Jesucristo, único
Salvador, Señor y Mesías, e incentivar la conformación de una comunidad cristiana viva y
orante, lo suficientemente madura como para poder encarnar la fe en el propio ambiente, es
decir que, en lo posible, sea capaz de satisfacer por sí misma sus propias necesidades. (AG15)
y de anunciar la fe a otros grupos (RM33). Si ya existe una comunidad cristiana en el lugar, el
objetivo será apoyarla y fortalecerla, incentivando a la gente a sumarse a ella.

El Mensaje en toda misión debe ser Cristocéntrico. Debe presentarse a Cristo como centro
de la fe (los temas del kerygma hacen precisamente esto). Un grave error que cometen
algunos Grupos Misioneros es llevar su propia advocación de la Virgen o el Santo de su
devoción y mezclarlo con el kerygma, lo cual puede llevar a crear confusión en la gente. Repito:
el mensaje de la misión debe ser netamente Cristocéntrico: Cristo, único Salvador, Señor y
Mesías.

Los pasos que generalmente se siguen en este proceso misionero son los siguientes:

1.- Determinación del lugar de Misión:


Obviamente, antes que nada, el Grupo Misionero debe contar con la autorización y el apoyo de
su Párroco para realizar la misión.

Recién entonces, el primer paso consiste en determinar cuál será la comunidad de destino de
la misión. En esta etapa, el Grupo Misionero consigue información acerca de posibles lugares
de misión, evalúa las alternativas, las necesidades y, sobre todo, las posibilidades del Grupo.

Puede ser que el Párroco mismo consiga el lugar mediante contactos con otros sacerdotes
conocidos, o puede ubicarse un lugar que algún miembro del Grupo o familiar conozca. Es
recomendable ponerse en contacto con el Obispo o con el Director/Delegado Diocesano de
OMP y el Equipo Diocesano de Pastoral Misionera quienes, conociendo a realidad y
necesidades de la diócesis, designarán el lugar de misión.

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Es imprescindible establecer contacto con el Párroco a cuya jurisdicción pertenece la posible


comunidad de destino de la misión, puesto que es él quien autorizará la misión y quien fijará los
objetivos y lineamientos generales de la misma.

Antes de decidir asumir un lugar de misión, debe realizarse un análisis realista que tenga en
cuenta el tamaño del lugar (cantidad de familias), la cantidad de misioneros y el tiempo
disponible de misión. Si la comunidad es muy grande, y se desea realizar visitas a las familias,
puede ser contraproducente que queden familias sin visitar (pueden despertarse
susceptibilidades), salvo que se planifique sectorizar la comunidad para visitarla por partes en
misiones sucesivas.

Si la comunidad de destino de la misión pertenece a una diócesis diferente de la del Grupo


Misionero, es preciso contar con las autorizaciones del obispo de la diócesis a la que pertenece
el Grupo Misionero (para "salir" de la diócesis) y del de la diócesis a la que pertenece el lugar
de misión (para "entrar" en la diócesis), como así también de ambos Directores Diocesanos de
OMP.

2.- Pre-Misión:
Antes de comenzar a preparar la Misión, es importante que el Grupo conozca la realidad, y la
gente de la comunidad de destino, puesto que la Misión no es impersonal, sino que debe ser
realizada en base a la realidad de la comunidad. Este conocimiento previo, es lo que se
denomina “Pre Misión”.

Para ello, una vez definida la comunidad de destino de la misión, el Grupo Misionero debe
reunirse con el Párroco a cuya jurisdicción pertenece dicho lugar, para que éste fije los
objetivos de la misión y lineamientos generales, a partir de las necesidades pastorales de la
parroquia. El Párroco será la primera fuente de donde el Grupo obtendrá información para
conocer la comunidad de destino.

Luego de este primer acercamiento, y ya contando con la autorización y los lineamientos del
Párroco, el Grupo Misionero debe conformar un equipo que visite la comunidad de destino para
conocer la zona, hacerse una idea de la geografía de la misma confeccionando mapas para
una mejor organización de los misioneros en su trabajo, establecer un primer contacto con la
gente del lugar y así detectar nuevas necesidades pastorales para la misión, e ir generando en
la gente la expectativa de la misma.

Es preciso interiorizarse de la cultura y religiosidad popular de la zona a misionar, para tomar


conciencia de los valores y riquezas de la gente, integrándoos en el proceso evangelizador. Así
mismo, es necesario tener una visión general de la realidad social de la gente del lugar,
conocer sus problemas, sus necesidades, sus inquietudes, su forma de vida, para poder utilizar
todos estos elementos para lograr una efectiva inculturación del Evangelio.

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También es importante en este momento, definir los lugares de la misión: dónde se alojarán los
misioneros, dónde se establecerá el centro de misión (lugar para reuniones, celebraciones,
actividades recreativas, etc.), recorrido de eventuales procesiones o peregrinaciones, etc. Si
existe una capilla o templo, éste debe ser el centro de misión. Para el alojamiento de los
misioneros y otras actividades, puede solicitarse autorización en alguna escuela o finca de la
zona.

3.- Preparación de la Misión:


Una vez realizada la Pre Misión, el Grupo está listo para comenzar a preparar la misión. Es
preciso elaborar un plan de misión que contemple un periodo no menor a dos años ni mayor a
cinco. Tendrá momentos fuertes de una semana a un mes cada año, en los que el Grupo
Misionero en pleno convivirá con la comunidad de destino (generalmente en las vacaciones de
verano y/o de invierno) donde se realizará la actividad central de la misión. Es recomendable
que el Grupo Misionero o parte de él, realice visitas periódicas a la comunidad de destino a lo
largo del resto del año, para continuar el trabajo iniciado durante los períodos fuertes de misión.
Además, es también recomendable la presencia del Grupo Misionero en la comunidad de
destino en ocasiones tales como Semana Santa y las Fiestas Patronales locales.

Debe tenerse en cuenta que la prioridad máxima es la Evangelización, el anuncio de la Buena


Noticia que, unida a la promoción humana, no debe confundirse con mero asistencialismo.

La misión debe producir como fruto la promoción y formación de agentes o comunidades que
sean capaces de llevar por sí mismos la Pastoral Parroquial, luego de finalizado el período de
misión.

La temática de la misión, salvo indicación en contrario del Párroco del lugar, debe ser
cristocéntrica, realizando en un primer momento el anuncio de los temas fundamentales del
kerygma: El Amor de Dios Padre, El Pecado, Jesucristo y la Salvación, Fe y Conversión, el
Espíritu Santo y la Comunidad Cristiana. No corresponde al Grupo Misionero buscar difundir
sus devociones particulares en la comunidad de destino (santo o advocación mariana): su
principal misión es predicar a Jesucristo. Sí deberán tenerse en cuenta las devociones
particulares de la comunidad de destino, para integrarlas, ya sea en la temática o en las
celebraciones litúrgicas.

El Grupo Misionero deberá prepararse intensamente en espiritualidad y formación para la


misión en diversos aspectos: bíblicos, litúrgicos, metodológicos, morales, en los criterios
pastorales establecidos por el Párroco de la comunidad de destino y en el conocimiento de su
realidad social, cultural y de religiosidad popular. Es de suma importancia la preparación
espiritual de los misioneros. Insistir en la oración grupal e individual, la Eucaristía comunitaria, y
una buena confesión como preparación a la Misión.

En cuanto a las actividades a planificar para el tiempo de Misión, las mismas suelen dividirse
en dos grandes grupos: por un lado las actividades que se realizarán en las casas (visitas) y

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Manual de los Grupos Misioneros

por otro, las que se realizarán en el/los centros de misión. (Ver más adelante en el punto 5: La
Misión)

4.- El Envío Misionero


El Envío Misionero es un signo que siempre se realiza antes de la Misión. Consiste en recibir
nuevamente el Envío que Jesucristo hizo a sus Apóstoles el día de la Ascensión. Acostumbra a
realizarse durante la Misa. Ya sea antes de la Oración de los Fieles o después de la Comunión,
el Sacerdote hace pasar a los misioneros, los presenta a la comunidad y los envía en nombre
de la comunidad y de Jesucristo a la Misión que van a realizar. Como símbolo, bendice y les
impone a cada uno sus Rosarios o Cruces Misioneras (a los nuevos que no tienen todavía su
Rosario Misionero puede entregárseles una cruz o medalla provisoriamente).

5.- La Misión
En la Misión, el Grupo intentará llegar a todas y cada una de las personas de la comunidad
para realizarles el Anuncio, y congregarlos luego en la Comunidad Cristiana. Para ello se
preveen distintos tipos de actividades: por un lado, visitas a las casas y por otro, actividades
que congreguen a la gente para trabajar con más profundidad.

a.- Visitas a las casas:


Las visitas a las casas tienen por objetivo conocer a las familias de una manera informal y
llevar el Mensaje a los que no acudirán a las reuniones.

Para organizar el visiteo de las casas, es conveniente haber realizado en la pre misión un
mapa de toda la zona, y distribuir las manzanas entre las patrullas o equipos de misioneros.
Conviene que cada equipo misionero numere las casas de su zona, identificando visiblemente
aquellas vacías, y para las ocupadas distinguir las de familias católicas y no católicas.

Durante las visitas es preciso que se dedique un tiempo considerable al conocimiento de la


familia, sus inquietudes y necesidades. De esta manera, la evangelización será un proceso "de
corazón a corazón". Conviene realizar más de una visita a cada familia: una primera visita
puede ser de conocimiento, una segunda para tratar la temática concreta de la misión y una
tercera de despedida.

Durante la primera visita puede resultar práctico entregar a la familia un folleto con las
actividades y horarios de la misión. De esta manera, la invitación será recordada y llegará
también a los que estaban ausentes. Luego de la 1° visita (no durante la visita), conviene
anotar en un cuaderno datos de la familia que puedan servir en futuras visitas, utilizando para
esto la numeración que se indicó en el mapa. Pueden detectarse también necesidades
especiales de la familia: enfermos y ancianos, necesidades sacramentales y materiales, etc.
Toda la información recogida en las visitas (mapas y demás anotaciones), debe ser entregada
al Párroco del lugar, pues le servirá para organizar mejor su actividad pastoral.

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Manual de los Grupos Misioneros

En las siguientes visitas, se busca llegar al tema religioso: a través de una lectura bíblica, un
momento de oración compartida, etc. También puede realizarse una bendición de la casa,
llevarse una estampita o imagen para la oración, etc. En una última visita, los misioneros se
despedirán e invitarán a la familia a esperarlos para la próxima misión.

b.- Actividades en los centros de misión:


Es recomendable que se prevean actividades en las que se integre a los diversos sectores de
la comunidad: niños, jóvenes y adultos (familias), teniendo en cuenta sus disponibilidades
horarias y sus distintas realidades y necesidades. Es recomendable que se ofrezcan
actividades tanto formativas (catequesis, talleres, charlas, cursos) y litúrgicas (celebraciones de
la Palabra, Misas, otras expresiones de piedad como procesiones, viacrucis, momentos de
oración, etc.), como también recreativas (campeonatos deportivos, fogones, etc.).

Se acostumbra a convocar a los niños a la Misioncita, que consiste en intercalar momentos de


juegos, cantos y Catequesis. Se busca adaptar el kerygma al nivel de los niños y transmitirlo de
una manera festiva (no como una "clase") y amena. Posiblemente se comparta con los niños la
merienda o el almuerzo, dependiendo del horario que convenga en la zona para la realización
de la Misioncita.

A las familias se las convoca (si la extensión y distribución de las casas en la zona lo permiten)
para Misas o Celebraciones de la Palabra diaria, en las cuales se transmiten los temas del
kerygma utilizando lecturas y signos apropiados para cada día. Es importante al preparar las
celebraciones religiosas el prestar especial atención a las devociones populares de la gente: si
hay algún santo o devoción mariana propio de la zona, puede realizarse una Procesión con el
santo o la imagen de la Virgen.

Obviamente, existen lugares de misión que por su extensión (las casas quedan demasiado
alejadas) no permiten este tipo de actividad diariamente, en cuyo caso, el trabajo debe
centrarse en las casas.

Para los jóvenes pueden prepararse encuentros deportivos, guitarreadas, mateadas, charlas,
etc., para transmitirles el kerygma de una manera juvenil y adaptada a sus necesidades e
inquietudes. Muchas veces las actividades recreativas serán el "enganche" para atraer, en
especial a los jóvenes, a las demás actividades de la misión.

c.- Respecto de la conformación de la comunidad cristiana:


Como ya se dijo anteriormente, uno de los principales objetivos de la misión consiste en
conformar una comunidad cristiana viva y orante. Para esto es preciso que existan personas de
la propia comunidad, capaces de guiar a la comunidad en su caminar luego de que los
misioneros hayan concluido su trabajo. Por eso, es importante dedicar especial atención a
detectar personas clave que puedan servir como base para la comunidad, e incentivarla a
asumir un protagonismo en su Iglesia local. Si se encuentran personas con estas

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Manual de los Grupos Misioneros

características, es necesario darle formación especial para que sean capaces de lograr este
objetivo.

d.- Respecto de la admintración de Sacramentos en misión:


El tema de la administración de sacramentos durante la misión, debe ser cuidadosamente
conversado previamente con el párroco de la comunidad de destino. Es preciso informarse
debidamente acerca de los requisitos, condiciones y demás criterios de uso habitual en la
parroquia y respetarlos debidamente. Es recomendable que todas las certificaciones de los
sacramentos administrados sean emitidos por la parroquia y queden debidamente asentados
en sus registros. Es preferible que los sacramentos sean administrados por el párroco de la
comunidad, salvo expresa indicación de éste en contrario.

Los misioneros deben adaptarse a los criterios pastorales establecidos por el párroco de la
comunidad de destino y adoptarlos como propios ante la comunidad. Con respecto a algunos
requisitos que pueden ser discutibles (bautismo de hijos de madres solteras, edades mínimas
para algunos sacramentos, etc.) o cuestiones económicas (aporte monetario solicitado por la
administración de algunos sacramentos), es preciso que los misioneros los respalden ante la
comunidad (aún cuando tal vez no los compartan). Caso contrario, es preferible no tocar el
tema sacramental, puesto que el mostrarse en desacuerdo con algún criterio del párroco frente
a la gente, puede ser motivo de divisiones y causar daño en la comunidad de destino. Esto es
importante puesto que los misioneros son "aves de paso" en las comunidades, y son los
párrocos quienes, luego de la misión, continuarán a cargo de las mismas. La misión del grupo
misionero consiste en acercar a la gente a la parroquia e integrarlos a la misma.

e.- Respecto de la ayuda material a la comunidad de destino:


Es recomendable que toda ayuda material que el Grupo Misionero lleve a la comunidad de
destino, sea distribuida a través de la Parroquia por medio de Cáritas, si existiese esta
institución, o si no, quedará a buen criterio del Párroco del lugar.

Todo lo anterior se menciona a título ejemplificativo y para dar una idea general. En cada
misión en particular, se verán cuáles son las actividades más apropiadas.

6.- La Post-Misión
La Misión no se agota con la misión de verano, sino que recién comienza. Si es que se está
armando (o ya existía) una comunidad cristiana local, durante el año, y hasta el próximo tiempo
fuerte de misión, es importante acompañar a la gente del lugar, ya sea por carta o por teléfono,
viendo cómo sigue e incentivándolas a continuar adelante. También es muy conveniente si se
puede realizar algunas visitas durante el año, aunque sea en grupos más pequeños para
apoyar a la gente y mantener vivo el entusiasmo transmitido durante la misión de verano.

Obviamente, los frutos no se verán inmediatamente y será preciso perseverar con paciencia y
mucha fe hasta que comiencen a hacerse visibles (aunque al misionero no le corresponde
verlos).

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Manual de los Grupos Misioneros

Espiritualidad Misionera
La palabra Espiritualidad proviene de espíritu. Espíritu es lo más profundo del ser de una
persona, lo que la motiva a actuar de una manera y no de otra.

Segundo Galilea nos explica mediante una parábola lo que es la espiritualidad: “La
Espiritualidad se parece a la humedad y al agua que mantiene empapada la hierba para que
ésta esté siempre verde y en crecimiento. El agua y la humedad del pasto no se ven, pero sin
ellas, la hierba se seca. Lo que se ve es el pasto, su verdor y belleza, y es el pasto lo que
queremos cultivar, pero sabemos que para ello debemos regarlo y mantenerlo húmedo”.

La espiritualidad es aquella fuerza interior que empapa todo el ser de la persona y que define
su estilo de vida, su manera de relacionarse consigo misma, con los demás y con Dios.
Entonces, la espiritualidad misionera, es ese “estilo de vida” que caracteriza a todo aquel que
hace propio el mandato de Jesucristo de ser su testigo hasta los confines de la tierra.

La espiritualidad misionera tiene como referencia y modelo a Jesucristo, es una expresión de


su seguimiento, que consiste en colaborar con el proyecto de Dios de que “todos los hombres
se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. A continuación se mencionan los rasgos
fundamentales de la espiritualidad misionera:

El misionero es un contemplativo: que transmite no sólo conceptos y doctrinas, sino su


experiencia personal de Jesucristo y de los valores de su Reino. Por ello, el misionero vive
profundamente en comunión con Jesucristo, sabe encontrar en medio de la acción, momentos
de “desierto” donde se encuentra con Cristo y se deja llenar por su Espíritu.

Es dócil al Espíritu Santo: se deja inundar por el Espíritu Santo para hacerse más semejante
a Cristo, y se deja guiar por El. Acoge dócilmente sus dones, que lo transforman en testigo
valiente de Cristo y preclaro anunciador de su Palabra. Sabe que no es él quien obra y habla,
sino que es el Espíritu Santo el verdadero protagonista de la misión. (RM 87)

Vive el misterio de Cristo “enviado”. El misionero vive en íntima comunión con Cristo, hasta
tener sus mismos sentimientos: está impregnado del Amor del Padre, y obedece su voluntad
hasta las últimas consecuencias. Se sabe enviado por Cristo a cumplir su misión, y
acompañado constantemente por El. (RM 88)

Vive la pobreza y el “éxodo misionero”: el sentido de “salir de la tierra” para el misionero, no


implica únicamente el “salir geográfico”, sino que misionero sabe que debe abandonar su
comodidad y su seguridad para “remar mar adentro”, para ir a las situaciones y lugares donde
Cristo lo quiera enviar. Debe abandonar sus propios esquemas, sus ideas preestablecidas para
abandonarse en las realidades que la evangelización le presenten. La pobreza misionera no

28
Manual de los Grupos Misioneros

hace referencia únicamente a la pobreza material, sino al abandono a la voluntad de Dios y a


los caminos que El le presente.

Vive la misión como un compromiso fundamental: el misionero es un comprometido en el


seguimiento de Jesús y en la lucha por su Reino liberador y universal. El misionero ha dicho
“sí” a Dios, y no se hecha atrás ni retacea en su entrega.

Ama a la Iglesia y a los hombres como Jesús los ha amado: Lo primero que mueve al
misionero es el amor por los hombres, a quienes quiere llevar a Cristo. El misionero es el
hombre de la caridad, el “hermano universal”, que lleva a Cristo a todos los hombres, por cuyos
problemas se interesa, para quienes siempre está disponible, y a quienes trata siempre con
ternura, compasión y acogida. (RM 89)

El verdadero misionero es el santo: La llamada a la misión deriva de la llamada a la


santidad. La santidad es un presupuesto fundamental y una condición insustituible para realizar
la misión salvífica de la Iglesia (CL 17). No bastan los métodos, los conocimientos, la
capacidad de oratoria, si no están sustentados por el testimonio de vida cristiana y de santidad
del misionero (RM 90).

El Perfil del Misionero


• El Misionero es una persona enamorada del Reino, que ve y gusta la acción de Dios en
los pueblos y culturas. Tiene una profunda espiritualidad misionera, es el hombre de
las bienaventuranzas.
• Se siente enviado, como Jesús lo fue del Padre, realizando el proyecto de Dios en
medio de los hombres.
• Es una persona de buen corazón, portador de consuelo, reflexivo sobre la realidad a la
que va encaminado a trabajar, comunitario, fraternal, capaz de dar el testimonio que el
mundo espera.
• Es capaz de arriesgarse. Va a donde otros no se animan a ir.
• Opta con decisión privilegiando los grupos humanos y lugares más difíciles, donde
todavía no ha penetrado el mensaje de Cristo, o ha penetrado en forma insuficiente. No
le asusta partir más allá de las fronteras.
• Su conciencia misionera es tan amplia como el mundo, está abierto a otras culturas y a
renovarse constantemente frente a la novedad y al cambio que las situaciones y la
gente exigen.
• Tiene como un sentido y un instinto de “éxodo” y de “itinerancia” al estilo de Abraham y
del Pueblo de Dios peregrino

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Manual de los Grupos Misioneros

• Está preparado y entrenado por su formación a trabajar en equipo, con sentido de


comunión y de participación.
• Tiene también, en vista a su trabajo misionero específico, una preparación cultural
adecuada.
• Sabe hacer un buen análisis de la realidad, con un profundo sentido humano.
• Procede con discreción y humildad, no pretende ser siempre protagonista. Le da a
cada uno su propio lugar.
• Está dispuesto a caminar y respetar el ritmo de la gente, con mucho sentido de
adaptación.
• Sabe ser también animador misionero de su propia Iglesia de origen, ayudándola a
abrirse a la Iglesia universal.
• Es un agente válido para la promoción humana, y su servicio es gratuito.
• Descubre con su sensibilidad misionera las necesidades de integrar esta dimensión en
todos los aspectos de la vida cristiana y eclesial.

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Manual de los Grupos Misioneros

La Oración del Misionero


“Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada al cielo, un grito de
reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba, como desde dentro de la alegría”
(Santa Teresita del Niño Jesús)

Los rasgos característicos de la oración del misionero son los siguientes:

o Es Trinitaria: La oración del misionero se dirige a la Trinidad. Si bien se realiza


siempre “en el nombre de Jesús”, y puede hacerlo acudiendo a la intercesión de
grandes santos misioneros (San Francisco Javier, Santa Teresita del Niño Jesús, etc.),
se dirige principalmente al Padre, fuente y origen de la misión de la Iglesia, a
Jesucristo, de cuya misión somos continuadores, y al Espíritu Santo, protagonista de la
misión.
o Es bendición, alabanza y adoración: A través de su oración totalmente
desinteresada, el misionero le da a Gloria a Dios no sólo por lo que ha hecho, sino por
lo que El es, reconociéndolo como único Dios y Señor, poniéndose dócilmente a su
disposición y bendiciendo su Nombre.
o Es acción de gracias: En su oración, el misionero no se cansa de dar gracias a Dios
por la vida recibida, por la vida de hijos de Dios, por la obra de salvación, por la
vocación misionera encomendada y por todos los dones y carismas recibidos.
o Es petición e intercesión: A través de la oración, el misionero muestra conciencia de
su relación con Dios, y como criatura que se sabe dependiente de El, pide a Dios por la
venida del Reino, pide las disposiciones necesarias para acogerlo y cooperar a su
venida, pide perdón por sus faltas, por sus necesidades, e intercede por las
necesidades de los demás, especialmente por los destinatarios de su labor misionera.
El Padrenuestro es modelo de oración de petición.
o Es Universal: El misionero es el “hermano universal” que presenta a Dios su oración
por los hombres y mujeres de los cinco continentes que no conocen a Dios, por su
conversión, por los misioneros que trabajan activamente en todo el mundo y por
aquellos a quien Dios está llamando a ser misioneros (vocaciones. El Rosario
Misionero es un claro ejemplo de oración universal. Las intenciones misionales que el
Papa propone para cada mes, ayudan también a esta universalidad.
o Es eclesial: A través de la oración, el misionero se une a toda la Iglesia que ora. E
misionero no ora aislado del mundo, sino que lo hace en comunión con la Iglesia. Es
por ello que no dice “Padre mío”, sino “Padre Nuestro...”
o Está centrada en la Palabra de Dios: Es muy importante que el misionero adquiera el
hábito de leer la Palabra de Dios contenida en la Biblia, puesto que a través de ella, es
como Dios le hablará y le manifestará su voluntad. Para tal fin se incluye en este
Manual, una guía para realizar la Lectura Orante de la Palabra, bajo el título “Orando
con la Biblia”.

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Manual de los Grupos Misioneros

o Es confiada y esperanzada: El misionero sabe que su oración es escuchada y será


atendida, y por ello es vivida con una actitud de esperanza y confianza filial.

Orando con la Biblia


La "lectio" divina
Antes de comenzar…
 Busco un lugar donde pueda tener soledad y silencio
 Me ubico en una postura cómoda.
 Trato de serenarme interiormente, dejo mis preocupaciones de lado, me olvido por un
momento de mis problemas.
 Le pido a Dios que en este momento de oración que voy a vivir me ayude a aprovecharlo al
máximo, a escucharlo a El, a vivirlo intensamente.
 Le ofrezco este momento de oración con la Palabra por mi santificación, por la conversión
de los pecadores, por los que aún no lo conocen, por los misioneros de todo el mundo.
 Busco el texto que voy a leer. Puedo buscar el texto del evangelio que corresponde al día,
o tal vez voy leyendo día a día un trocito de un mismo Libro de la Biblia, o bien puedo elegir
un texto cualquiera.

1.- Lectura: ¿Qué dice?


 Leo atentamente el texto, aún cuando ya lo haya leído o escuchado antes, lo
hago como si fuera la primera vez.
 Una vez leído, intento reconstruir en mi mente lo que decía el texto. Trato de
recordar ¿Qué dice? Si no lo recuerdo bien, vuelvo a leer.
 Si era una historia o una parábola, identifico los personajes, qué hacen y
dicen cada uno. Intento descubrir por qué hacen y dicen lo que cuenta el
texto.
 Si se trataba de consejos o anuncios, intento ver por qué han sido dichos, qué significan.
 Intento entender bien lo que dice. Si no entiendo, busco ayuda, pregunto.
 Leo las notas al pie que corresponden al texto leído: ellas me ayudarán a entender mejor.

2.- Meditación: ¿Qué me dice?


 Me pongo en la presencia de Dios que quiere hablarme hoy a mí.
 Busco descubrir qué quiere decirme Dios con ese texto
 Para ello, si el texto es una historia o una parábola, me identifico con
algún personaje. Trato de ver por qué me siento identificado con él.
En qué se parece mi vida a la suya. Busco ver sus actitudes y
compararla con las mías. Pienso en mi vida, en qué se parece al
hecho narrado.

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Manual de los Grupos Misioneros

 Si el texto era un consejo, un anuncio, me pongo en el lugar de aquellos a quienes va


dirigido. Intento descubrir por qué me dice eso Dios, a qué situaciones concretas de mi vida
hace referencia.
 Elijo alguna frase que me haya llamado especialmente la atención y me detengo en ella.
 Siempre tengo en cuenta para entender mejor el mensaje de la lectura, mi situación
personal como enfermo y mi ser misionero.
 Luego hago silencio y dejo que Dios me hable e mi interior. Trato de no ser yo quien saca
conclusiones, quien razona, sino que dejo que sea El quien hable.

3.- Oración: ¿Qué le digo a Dios?


 Hablo con Dios. Le digo con sencillez lo que me nazca a partir del
texto leído y meditado. Dentro mío van brotando distintas
reacciones: dolor, pena, deseo de cambiar, alegría, paz, gozo, etc.
Todo eso que siento se lo digo a Dios.
 Puedo pedirle perdón, fuerza, coraje, ayuda para enfrentar alguna
situación de mi vida sobre la que me hizo reflexionar el texto.
 Puedo agradecerle, alabarlo por lo que descubro que El me da.
 Puedo prometerle que voy a cambiar algo en mi vida, según me
haya inspirado el texto, o que voy a hacer algo concreto: pedir perdón a alguien, hacer algo
por otros, dejar de hacer algo que me daña o daña a otros…
 Puedo poner en sus manos alguna situación difícil y que no está a mi alcance cambiar.
 Tengo en cuenta como misionero, que en mi oración pido por los que no conocen a Cristo
y por los misioneros del mundo entero.
 Hablo con El como lo haría con un amigo cercano con quien tengo plena confianza.
 Vuelvo a hacer silencio para escuchar lo que El quiera decirme…

4.- Contemplación: Estar con Dios…


 Dejo que mi corazón se aquiete, acallo mis palabras y simplemente
me permito "estar" con Dios.
 En el silencio siento la paz de estar con Dios, siento que lo amo,
que tengo confianza en El.
 Me encuentro con Dios afectivamente y simplemente disfruto ese
momento.
 Hago carne las palabras de san Pablo: Ya no soy yo quien vive,
sino que es Cristo quien vive en mí.

5.- Acción: Mi vida continúa…


 Vuelvo a mi realidad, a mi vida, a mi contexto y analizo: qué cambio
o acción concreta me pide Dios en este día. Veo por dónde tengo
que comenzar, qué puedo hacer en lo inmediato.

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Manual de los Grupos Misioneros

 Asumo un compromiso concreto y se lo digo a Dios.


 ¡Misión cumplida! Ahora sólo me queda poner en práctica lo que he descubierto en este
diálogo con Dios a través de su Palabra, para que la semilla no quede entre espinas, ni
entre piedras, ni al costado del camino, sino que dé mucho fruto…

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Manual de los Grupos Misioneros

Símbolos e Insignias de los Grupos Misioneros


Muchos Grupos Misioneros adoptan símbolos comunes que tienen un significado especial a lo
largo de su vida misionera. Los símbolos suelen estar directamente relacionados con el camino
de maduración recorrido y los compromisos asumidos.

Los símbolos fundamentales que la muchos Grupos Misioneros comparten son:

El Rosario Misionero: es el símbolo de la oración misionera por intercesión de la Virgen


María. Muchos Grupos Misioneros suelen simbolizar el "primer compromiso misionero"
mediante la imposición del Rosario Misionero en una ceremonia que suele coincidir con el
cumpleaños del grupo o con alguna fecha especial. Este compromiso implica la disposición
interior a descubrir en la propia vida la vocación misionera y a procurar la formación personal
para ello.

La Cruz Misionera: simboliza el "compromiso misionero", mediante el cual el misionero que se


ha descubierto llamado a la vocación misionera específica, acepta responder a esta vocación y
se compromete a vivirla en todos los ámbitos de su vida. Este compromiso también suele
formalizarse en una ceremonia en la que el párroco impone a los misioneros la cruz misionera.
Dependiendo de la espiritualidad del grupo, la cruz misionera puede adoptar distintas formas.
En el noroeste de nuestro país, muchos G.M. eligen como cruz misionera la Cruz de Matará,
que es un símbolo de la evangelización en latinoamérica.

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Manual de los Grupos Misioneros

El Rosario Misionero
Qué es
El santo Rosario es una devoción mariana de las más antiguas y más conocidas entre el
pueblo cristiano. Una tradición muy remota atribuye a santo Domingo de Guzmán, fundador
de los Dominicos, la composición de este rezo. Pero fue el Papa san Pío V quien, con una Bula
publicada en el año 1569, le dio la forma que se utilizó por más de cinco siglos, contemplando
15 misterios de gozo, dolor y gloria. El Papa Juan Pablo II , el 16 de octubre de 2002 en Carta
apostólica «Rosarium Virginis Mariae» ha agregado al rosario tradicional 5 nuevos misterios
llamados "misterios de luz".

El Rosario Misionero es una forma de oración que toma como base al Rosario tradicional, en la
cual, por intercesión de María, se pide al Padre por las intenciones y necesidades de todo el
mundo. Es una oración mariana universal y misionera, que consiste en rezar los cinco misterios
de cada día teniendo presentes los cinco continentes del mundo, pensando en la situación
concreta de cada continente desde el punto de vista de la evangelización y de la presencia
cristiana, y orando por los misioneros y misioneras, por todos los agentes de la evangelización,
y por todos los que aún no conocen la Buena Nueva de la salvación, para que se abran a la luz
del Evangelio.

Está estructurado, al igual que el Rosario tradicional en cinco misterios, en cada uno de los
cuales se pone como intención a uno de los cinco continentes. Las cinco decenas tienen
sendos colores, que representan a cada uno de los cinco continentes desde el punto de vista
misional, y recuerdan al que reza, la intención misional de cada decena

1° Misterio, de color verde, se reza por Africa. El color verde, nos recuerda las verdes selvas
habitadas por nuestros hermanos africanos.

2° Misterio, de color rojo, se reza por América. El color rojo, simboliza la sangre derramada
por los mártires que dieron su vida durante la evangelización de este continente.

3° Misterio, de color blanco, se reza por Europa. El color blanco, nos recuerda a la raza aria,
originaria de este continente y al color de las vestiduras del papa, que también tiene en él su
sede.

4° Misterio, de color azul, se reza por Oceanía. El color azul nos habla de Oceanía, con sus
miles de islas esparcidas en las azules aguas del Océano Pacífico.

5° Misterio, de color amarillo, se reza por Asia. El color amarillo nos trae a la memoria el Asia,
poblado en gran parte por razas de este color.

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Manual de los Grupos Misioneros

Es una manera concreta para cumplir con el deber que tiene todo cristiano de participar de la
misión universal de la Iglesia, y que se expresa a través de la Cooperación Misionera. Lo ha
pensado y organizado a mediados del siglo XX el obispo norteamericano, Monseñor Fulton
Sheen, con el fin de sugerir y brindar un medio muy práctico de orar por las misiones y
misioneros. Su Santidad el Papa Juan XXIII rezaba el Rosario Misionero todos los días por el
mundo entero, dedicando una decena a cada continente: "Como papa debo orar por la
humanidad entera y lo hago al rezar el Santo Rosario Misionero: la primera decena por Africa,
la segunda por América, la tercera por Europa, la cuarta por Oceanía y la quinta por Asia".

Cómo se Reza
1.- Se comienza con la Señal de la Cruz.

2.- Se reza el Pésame o alguna otra oración de Perdón.

3.- Dependiendo del día de la semana, se rezarán los misterios que corresponda:

* Lunes y Sábados se rezan los Misterios Gozosos


* Martes y Viernes se rezan los Misterios Dolorosos
* Miércoles y Domingos se rezan los Misterios Gloriosos
* Jueves se rezan los Misterios Luminosos

4.- Se reza 1 Padrenuestro y 3 Avemarías por el propio país, para que Dios suscite espíritus
generosos y entregados a la evangelización y por todos los que aún no conocen a Cristo, para
que pronto lleguen a encontrarse con El.

5.- Puede rezarse la siguiente Oración


"Señor, Tú has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres,
a fin de que la obra redentora de Cristo persevere hasta el final de los tiempos; mueve ahora
los corazones de tus fieles y concédenos la gracia de sentir que nos llamas con urgencia a
trabajar por la salvación del mundo, para que, de todas las naciones, se forme y desarrolle un
solo pueblo, una sola familia, consagrada a tu nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén."

6.- Se reza una Salve a la Virgen María

7.- Se finaliza con la Señal de la Cruz

Al terminar el Rosario Misionero, se ha rodeado el mundo entero, abrazando a todos los


continentes y a todos los hombres en una gran oración universal.

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Manual de los Grupos Misioneros

MISTERIOS GOZOSOS (Lunes y Sábados)

Primer Misterio: En el primer misterio gozoso contemplamos la anunciación del ángel a María
y la encarnación del Hijo de Dios. (Ofrecemos este misterio por el continente Africano)

Pidamos para que la Santísima Virgen siga acompañando la labor de todos los misioneros en
África, para que así como el Verbo se encarnó en la humanidad, el mensaje del Evangelio siga
inculturándose en tierras africanas y para que surjan grandes evangelizadores entre los
mismos africanos.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Segundo Misterio: En el segundo misterio gozoso contemplamos la visita de María a su prima


lsabel y la santificación del precursor Juan Bautista en el seno de su madre. (Ofrecemos este
misterio por el continente Americano)

En este misterio queremos pedir para que la Virgen María siga visitando nuestros pueblos de
América para socorrer nuestras necesidades; pero sobre todo para traernos a su hijo Jesús
que es camino, verdad y vida.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Tercer Misterio: En el tercer misterio gozoso contemplamos el nacimiento de Jesús en Belén y


el anuncio de la salvación a los pastores y a los magos de Oriente. (Ofrecemos este misterio
por el continente Europeo)

En este misterio pidamos para que la Iglesia europea, que tradicionalmente ha sido
evangelizadora, recupere su vitalidad y para que se mantenga abierta a la generación y al
intercambio con las iglesias jóvenes.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Cuarto Misterio: En el cuarto misterio gozoso recordamos cuando Maria y José, al cumplir los
cuarenta días del nacimiento del niño Jesús, le llevaron al templo para presentarle al Padre
celestial. (Ofrecemos este misterio por el continente Oceánico)

En este misterio pidamos por todos los ancianos y ancianas de Oceanía y del mundo, para que
haya quien, esté cerca de ellos y los ayude en sus necesidades. Pero sobre todo le pedimos a
la Santísima Virgen que ella misma los alivie en los achaques y molestias de la edad y les
consiga de Dios poder llegar a conocer a su Hijo Jesús, para su completa y eterna salvación.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

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Manual de los Grupos Misioneros

Quinto Misterio: En el quinto misterio gozoso contemplamos a Jesús adolescente de 12 años


que subió al templo con sus padres. (Ofrecemos este misterio por el continente Asiático)

Los pueblos de Asia, en su prudencia y sabiduría humanos, quieren señales extraordinarias


que acrediten el mensaje evangélico proclamado por los misioneros. Por otra parte, son muy
respetuosos y amantes de la naturaleza. Pidamos para que la madre del verdadero Dios
conceda mucha sabiduría a los mensajeros de su Evangelio en Asia, y que en la belleza y
armonía encuentren caminos para anunciar a Aquel que Dios nos envió como único salvador.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

MISTERIOS DOLOROSOS (Martes y Viernes)

Primer Misterio: En el primer misterio doloroso contemplamos a Jesús que ora y suda sangre
en el huerto de los Olivos. (Ofrecemos este misterio por el continente Africano)

Pidamos al Señor por el pueblo africano, que hoy también "suda sangre", víctima de los
conflictos raciales, de la miseria y del hambre institucionalizado, para que sepa hacer de su
calvario una ofrenda amorosa a Dios. Hoy nos toca a nosotros acercarnos a Jesús que ora y
suda sangre en el huerto; nos toca a nosotros prolongar la oración de Jesús, y recoger las
gotas de su sangre ofreciéndolas a Dios-Padre por el continente africano. Y nuestra oración y
ofrenda tendrán más eficacia si sabremos unir nuestros sacrificios, nuestras penas y
sufrimientos al sudor de sangre de Jesús para la evangelización de África.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Segundo Misterio: En el segundo misterio doloroso contemplamos la flagelación de Jesús


(Ofrecemos este misterio por el continente Americano)

En este misterio pidamos que la virgen María nos alcance de su Hijo la gracia de ser solidarios
con nuestros hermanos indígenas que, marginados en las sierras o en las ciudades, luchan
todavía hoy por la vida, por la tierra, por su dignidad y por la justicia.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Tercer Misterio: En el tercer misterio doloroso contemplamos a Jesús tratado como rey de
burlas y humillado con una corona de espinas y una caña por cetro (Ofrecemos este misterio
por el continente Europeo)

En este misterio pidamos a Cristo, rey del universo y redentor nuestro, que por la intercesión de
la Santísima Virgen de Guadalupe, reavive la Fe de los pueblos europeos, para que en Europa
y en el mundo entero se extienda el reino de Dios, reino de justicia, de paz y de amor.

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Manual de los Grupos Misioneros

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Cuarto Misterio: En el cuarto misterio doloroso contemplamos a Jesús condenado a muerte


por Pilato y su viaje al Calvario llevando en sus hombros el madero de la cruz. (Ofrecemos este
misterio por el continente Oceánico)

En este misterio pidamos a la Dios que nos ayude a convertirnos en «cireneos» de los
misioneros, especialmente de los que trabajan en Oceanía, sosteniéndoles con nuestra oración
y con nuestros sacrificios.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Quinto Misterio: En el quinto misterio doloroso contemplamos la crucifixión y muerte de Jesús.


(Ofrecemos este misterio por el continente Asiático)

Pidamos a Dios que los pueblos de Asia, que mueren día a día por la injusticia, la miseria, la
violencia y la discriminación, se abran a la gracia de la salvación que brota de la cruz donde
está clavado el Hijo de Dios, único y verdadero redentor de la humanidad.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

MISTERIOS GLORIOSOS (Miércoles y Domingos)

Primer Misterio: En el primer misterio glorioso contemplamos la resurrección de Jesús.


(Ofrecemos este misterio por el continente Africano)

En este misterio pidamos para el pueblo africano, que vive situaciones de muerte día a día, en
la miseria, el hambre y en las continuas guerras entre las distintas etnias, experimente la
resurrección de Jesucristo, y resucite también con El a la vida de hijos de Dios.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Segundo Misterio: En el segundo misterio glorioso contemplamos el mandato misionero de


Jesús a los Apóstoles y la ascensión al cielo del Señor. (Ofrecemos este misterio por el
continente Americano)

En este misterio pidamos por la intercesión de María, que el Señor llame a muchos jóvenes de
nuestro continente americano y los envíe por el mundo entero a anunciar la Buena Nueva.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

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Manual de los Grupos Misioneros

Tercer Misterio: En el tercer misterio glorioso contemplamos la venida del Espíritu Santo sobre
los Apóstoles en el cenáculo (Ofrecemos este misterio por el continente Europeo)

En este misterio pidamos por la intercesión de la Virgen , una nueva efusión del Espíritu sobre
el Papa, los obispos y toda la Iglesia de este continente para que surja «una nueva primavera
de vida cristiana», el viejo continente rejuvenezca bajo ese soplo del Espíritu de Pentecostés.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Cuarto Misterio: En el cuarto misterio glorioso contemplamos la asunción de la Santísima


Virgen a los cielos. (Ofrecemos este misterio por el continente Oceánico)

Los misioneros que trabajan en Oceanía, como los que trabajaron y trabajan en otros
continentes, saben con certeza que María, la Madre de Jesús y de los cristianos, subió al cielo
para poder acompañarlos y socorrerlos mejor en su labor evangelizadora. Pidamos, pues, a
ella que afiance el corazón de los misioneros y misioneras con esa confianza total en su
maternal protección. Y pidámosle también para que nuestros hermanos de Oceanía, incluso
Ios que habitan en las islas más pequeñas y remotas, puedan experimentar el poder de su
intercesión delante de Jesús, para que llegue para todos ellos el día de la redención.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Quinto Misterio: En el quinto misterio doloroso contemplamos la crucifixión y muerte de Jesús.


(Ofrecemos este misterio por el continente Asiático)

Pidamos a la Virgen María, reina del cielo y de la tierra, para que consiga con su intercesión
que también para nuestros hermanos de Asia llegue el Reino de Dios y que todos ellos formen
un día con nosotros el pueblo de la nueva y eterna alianza, sellada nuestro redentor en la
sangre del Cordero, Cristo nuestro redentor.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

MISTERIOS LUMINOSOS (Jueves)

Primer Misterio: En el primer misterio de luz contemplamos el bautismo de Jesucristo en el río


Jordán. (Ofrecemos este misterio por el continente Africano)

Pidamos por el pueblo africano, para que al igual que en el Jordán, escuche la voz de Dios que
también a él le dice, en medio del sufrimiento provocado por el hambre, las continuas gerras y
las desigualdades raciales, "Este es mi hijo muy amado", y para que surjan grandes
evangelizadores entre los mismos africanos.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

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Manual de los Grupos Misioneros

Segundo Misterio: En el segundo misterio de luz contemplamos el comienzo de los signos


milagrosos de Jesús en las bodas de Caná. (Ofrecemos este misterio por el continente
Americano)

Pedimos por nuestro pueblo Americano, para que Jesús se nos siga manifestando como lo hizo
en las bodas de Caná, y para que nosotros sepamos obedecer el consejo de María que nos
dice: "Hagan lo que El les diga".

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Tercer Misterio: En el tercer misterio de luz contemplamos la Predicación con la cual Jesús
anuncia la llegada del Reino de Dios e invita a la conversión. (Ofrecemos este misterio por el
continente Europeo)

En este misterio pidamos a Dios que suscite en la Iglesia europea valientes misioneros que
prediquen y anuncien el Reino de Dios, invitando a la conversión, como lo hizo Jesucristo

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Cuarto Misterio: En el cuarto misterio de luz contemplamos la Transfiguración de Jesús que,


según la tradición tuvo lugar en el Monte Tabor. (Ofrecemos este misterio por el continente
Oceánico)

Pidamos en este misterio para que a todos los hombres de Oceanía se manifieste la gloria de
Jesucristo para que lleguen a contemplar su rostro y a encontrarse personalmente con El y a
exclamar como Pedro: ¡Señor, qué bien estamos aquí!

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

Quinto Misterio: En el quinto misterio de luz contemplamos la institución de la Eucaristía, en


la cual Cristo se hace alimento con su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino,
dando testimonio de su amor por la humanidad "hasta el extremo" (Ofrecemos este misterio
por el continente Asiático)

Pidamos en este misterio a Jesucristo, que quiso entregarse como alimento espiritual, que
también proporcione el alimento material a los millones de hombres, mujeres y niños que
padecen el hambre atroz y la miseria extrema en el continente más poblado del mundo.

* Se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria

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Manual de los Grupos Misioneros

La Cruz de Matará
La Cruz de Matará es un fiel testimonio de la Evangelización de nuestra tierra americana, y una
clara muestra de la creatividad y el esfuerzo de aquellos heroicos misioneros, por inculturar el
Evangelio en las culturas nativas de este continente. Figura desde 1982 en la portada del
Misal Romano (edición argentina) debido a una disposición del Episcopado de nuestro país.
Por la significación que la misma posee, le fue entregada una réplica al Papa Juan Pablo II por
los seminaristas santiagueños, durante la visita a Córdoba, en Abril de 1987. Por eso, los
Grupos Misioneros del Noroeste Argentino, queremos adoptar la Cruz de Matará como un
símbolo que nos identifique a todos los misioneros de la Región, con la ilusión de que más
adelante se difunda a todo el país. Y por qué no, algún día, todos los misioneros americanos
podamos identificarnos con un símbolo común, signo de la comunión que nos hace que todos
“seamos uno para que el mundo crea”.

Historia y Significado
La Cruz de Matará fue encontrada en el año 1971 en las proximidades del río Salado (Santiago
del Estero). La cruz es de mistol (flora regional). Está compuesta por dos partes: un madero
vertical, que mide 47 cm. y otro horizontal, que mide 17 cm. Ambos se hallan unidos por dos
clavos de madera que ensamblan perfectamente, lo que permite su ajuste; su extremo inferior
está desgastado pues, indudablemente, estuvo calzado sobre una peana. ¿Cómo nació? ¿Qué
1 significado tienen los grabados que la cubren completamente? Tratemos de reconstruir la
historia de esta Cruz, leyendo el mensaje que en ella está tallado…

Corría el año 1594 (1), cuando un grupo de misioneros jesuitas llegó al actual territorio de
Santiago del Estero, a orillas del Río Salado, donde vivía una tribu de indígenas llamados
Matará (2).

Lo primero fue ganar su confianza para poder conquistar sus corazones. Luego hubo que
aprender su lenguaje para poder comunicarse con ellos y hablarles de Jesucristo. Pero ¿cómo
podían hacer para que estas personas pudieran recordar el Mensaje, si no sabían leer ni
escribir? Era preciso encontrar un lenguaje que fuese común a ambos, para poder inculturar la
Buena Nueva que venían a anunciar. Y así, nació la idea de “escribir” el Evangelio en la Cruz
de Matará. Les dijeron que les venían a hablar de Aquel que es el principio y el fin de todo, el
Alfa (3) y el Omega (4). Les venían a hablar de Dios, el que había creado todo por amor. El
creó el sol (5) y la luna (6), y puso las estrellas (7) en el cielo.

Les contaron cómo los hombres se habían alejado de Dios, y cómo éste había enviado a su
hijo único, Jesucristo (8), para salvarlos. Les contaron de su nacimiento en Belén, de la estrella
(7) que guió a los magos, y cómo Jesucristo había pasado por el mundo haciendo el bien,
obrando prodigios y milagros.

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Manual de los Grupos Misioneros

También les hablaron de la Última Cena, y de cómo Jesús nos había dejado el gran regalo de
su Cuerpo y Sangre hechos pan y vino en la Eucaristía (9), antes de ser hecho prisionero. Les
hablaron de Pedro, y de cómo lo había negado tres veces antes de que cantara el gallo (10).

Les contaron cómo Jesucristo fue conducido


ante Pilatos, quien lo mandó a azotar (11), y
cómo los soldados lo despojaron de sus
vestiduras y sortearon (12 = dados) su manto.

También les contaron que fue condenado a


morir en la cruz (13), y cómo con martillo (14) y
clavos (15), fueron clavados sus manos y pies
en ella. Les hablaron también de su Madre, la
Virgen María (16) que lo había acompañado fiel
hasta el final en todos sus sufrimientos, hasta
que, no resistiendo más su maltratado cuerpo,
entregó su alma y murió. La luna llena (6) de la
Pascua judía fue testigo de la muerte del Hijo de
Dios.

Les contaron cómo poco después, un soldado le


atravesó el costado con una lanza (17) para
comprobar si efectivamente había muerto y
cómo bajaron (18) su cuerpo de la cruz para
sepultarlo.

También les hablaron de cómo tres días


después, Jesucristo resucitó glorioso de entre
los muertos para librar a la humanidad de las
llamas (19) del infierno que se había ganado al
alejarse de Dios, y cómo podían ellos, los
Matará (20), hacer suya esa salvación
aceptando y honrando a Jesucristo como Dios y
Salvador.

Fue así como aquellos primeros misioneros


encontraron la manera de anunciar el Evangelio
de Jesucristo entre los primeros pobladores de
nuestras tierras, quienes recibieron al Dios de
Jesucristo en sus vidas para poder adorarlo y
glorificarlo desde entonces hasta nuestros días.

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Manual de los Grupos Misioneros

Modelos y Patronos de los Grupos Misioneros


a.- MODELOS

Jesús: el Primer Misionero, Enviado del Padre


Jesús es el modelo por excelencia que todo cristiano debe seguir. Ser cristianos significa imitar
a Cristo, pues su persona, su vida, y sus palabras, son para todos un estímulo y un modelo.

Encarnamos su amor, su obediencia, su servicio, su vida de oración, para revelar el amor del
Padre a todos los hombres. Es “el modelo” por excelencia para que todos lleguen a ser buenos
misioneros.

María: la Primera Misionera


Ella, que es la madre de Jesús, y también nuestra madre, es el modelo a imitar en su actitud de
escucha, meditación y vivencia de la Palabra de Dios. Nos enseña también a aceptar la
voluntad del Señor, a ser humildes, sencillos y dispuestos a servir a los demás.

b.- PATRONOS

San Francisco Javier (1506-1552)


Sacerdote Jesuita, fue el gran misionero de la India y del Japón. Su celo apostólico lo llevó a
dejar su patria y a dedicarse incansablemente a la primera evangelización. Su vida de oración
lo llevó a encarnar el evangelio y a integrarse completamente a la actividad misionera. Supo
adaptarse a los demás. Su gran preocupación era que todos conozcan a Cristo, lo amen y lo
sigan. Celebramos su fiesta el 3 de diciembre.

Santa Teresita del Niño Jesús (1873-1897)


Carmelita de clausura, quien dedicó su vida a orar por las misiones y por los misioneros. Fue
un ejemplo admirable en la cooperación misionera, porque aprovechaba los sacrificios diarios y
sus oraciones para ofrecerlos en bien de las misiones. Por eso decimos que es una gran
misionera, aunque nunca salió de su convento. Celebramos su fiesta el 1 de Octubre.

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Manual de los Grupos Misioneros

San Francisco Javier


Fue el gran apóstol de los tiempos modernos, como San Pablo lo fue de los antiguos.
Misionero de soberana grandeza, nos pasman sus obras portentosas. Fue el gran conquistador
de Oriente, que iba abriendo camino a un ejército de misioneros.

Despertó el espíritu misional de la cristiandad. Decía el jesuita Araoz que Javier no hacía
menos fruto en España y Portugal con sus cartas, que en las Indias con su predicación. Sus
cartas maravillosas se copiaban y enviaban por todas partes. San Ignacio las multiplicaba.
Juan II de Portugal, el rey misionero, quería que se leyeran en todos los púlpitos. Suscitaban
vocaciones misioneras en todos las universidades. Que el ejemplo de su vida siga
suscitándolas.

Su Vida
San Francisco Javier nació en el Castillo de Javier (Navarra, España) en 1506. Su madre se
llamaba María de Azpilcueta y su padre Juan de Jaso. Fue bautizado en una iglesia del castillo,
la Iglesia de Santa María. Era el pequeño de cuatro hermanos: Magdalena, Ana, Miguel y Juan,
y fue su madre quién desde pequeño le enseñó a rezar, acudiendo todos los días con él a la
capilla del Castillo.

En 1525, se marchó a París a estudiar. Allí conoció a su mejor amigo, Ignacio de Loyola (quien
sería más tarde el fundador de la Compañía de Jesús), quien en los momentos difíciles en
París, como por ejemplo, problemas de dinero que tuvo Javier, nunca lo dejó solo y siempre le
ayudó. Ignacio de Loyola, le fue acercando poco a poco a Jesucristo, mediante la oración y en
la práctica, con detalles, que le ayudaban a Javier a darse cuenta del poco valor de los bienes
de la tierra y de lo mucho que valía ayudar a los demás y enseñarles la fe.

Poco a poco, Jesucristo fue ganando espacio en la vida de Javier, y cuando acaba sus
estudios, ya ha decidido dedicar su vida a enseñar a los demás hombres la fe en Dios.
Viaja a Roma con Ignacio, para presentarse ante el Papa Pablo III.

En 1537 es ordenado sacerdote en Venecia, y en 1541, el mismo día de su 35 cumpleaños,


parte desde Lisboa hacia la India, donde comenzará la parte más importante de su vida: la de
misionero.

San Francisco Javier, propagó la fe cristiana por la India, Oceanía, Japón y China en sus viajes
como misionero:

 Sale de Lisboa y llega a la India, donde se detiene tres años y tres meses
 Sale de Goa (India) para Malaca (Malasia), donde estará seis meses.}
 De Malaca llega a Amboino (Islas Molucas), recorriendo varias islas predicando
durante cerca de año y medio.

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Manual de los Grupos Misioneros

 De Amboino vuelve a Malaca, y tras mes y medio ahí, vuelve a la India,


quedándose un año y dos meses.
 Sale de Cochin (India) rumbo al Japón, donde predicará durante dos años y
tres meses.
 Vuelve de Japón a la India, deteniéndose brevemente en Malaca.

En su último viaje, salió de la India con intención de llegar a China, pero en la isla de Sancian,
cayó enfermo. A pesar de encontrarse muy mal y tener mucha fiebre, no se quejaba, ni pedía
nada, solamente le rezaba a Jesús y María.

Murió el 3 de diciembre de 1552 en la isla de Sancian, frente a las costas de China, el gran
apóstol de las Indias y del Japón. Tenía 46 años. Había recorrido 120.000 kilómetros, como
tres veces la tierra. Había ido robando corazones para Dios. Quien miraba su rostro simpático y
sonriente, que reflejaba lo divino, se sentía alegre y mejor. Cuando predicaba, más que sus
argumentos, convencía con su santidad y con la fuerza de sus milagros.

Fue canonizado junto a San Ignacio, Santa Teresa, San Isidro Labrador y San Felipe Neri por
el Papa Gregorio XV, el 12 de Marzo de 1622. Y en 1904. San Pío X le nombra Patrono de las
Misiones.

La semilla que sembró ha dado frutos en todo Oriente, y hoy en día San Francisco Javier sigue
siendo faro de luz para aquellas comunidades cristianas.

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Manual de los Grupos Misioneros

Santa Teresita del Niño Jesús


Santa Teresita de Lisieux es modelo de oración y sacrificio por las Misiones. Si bien esta joven
monja carmelita de clausura nunca realizó actividad misionera específica, su profundo amor a
las misiones la ha hecho merecedora del título de Patrona Universal de las Misiones por ser el
ejemplo perfecto de lo que es la cooperación misionera espiritual.

Breve Biografía
Nace el dos de enero de 1873 en Alencon, Francia. Su padre Luis Martín era relojero, y la
mamá Acelia María, costurera.

Cuando Teresita tiene 14 años, decide entrar como hermana Carmelita donde ya están sus dos
hermanas mayores, pero en el convento no aceptan niñas de esa edad. Entonces Teresita
tiene la osadía de acercarse al papa León XIII en medio de una peregrinación y le expresa su
deseo de ser Carmelita. En abril de 1888 es admitida en el convento de las Carmelitas en
Lisieux. Las religiosas notaron desde el primer día en ella equilibrio emocional no común en
las niñas de esa edad de 15 años, y el Director espiritual quedó admirado de que esta joven no
vivía de vanas ilusiones, sino que tomaba la vida con seriedad y paz.

El 8 de septiembre de 1890, a la edad de 17 años, hace sus votos o juramentos de pobreza,


castidad y obediencia, y queda constituida hermana Carmelita, hermana Teresita del Niño
Jesús.

Uno de los principales deberes de las hermanas Carmelitas es orar por los sacerdotes, Teresita
consideró este deber como uno de los más importantes de su vida. Todos los sacrificios que le
tocaba vivir en su vida de convento, los ofrecía con amor por la conversión de los pecadores.

En la noche del Jueves Santo de 1896 Teresita sufre la primera señal grave de la enfermedad
que la iba a llevar al sepulcro: la tuberculosis o tisis. Esa noche un vómito de sangre le anuncia
– como dice ella misma – que "el Amor de los amores vendrá ya muy pronto a llevarme al
paraíso". Su terrible enfermedad dura 18 meses, que son un verdadero martirio pero
sobrellevado con un valor, una calma y una alegría verdaderamente admirables. De vez en
cuando tiene que salir a pasear por el jardín por orden del médico. Cada paso que da es como
un puñal que se clava en sus pulmones enfermos. La enfermera le dice: "Teresita, ya que sufre
tanto al caminar, no camine más", y ella le responde: "Sigamos. Es que cada paso doloroso
que doy lo ofrezco por un misionero que esté en peligro de desanimarse de su vocación". Las
misiones y los misioneros son el tema de todas sus oraciones y el fin por el cual ofrece su
enfermedad dolorosa y agotadora. Por eso la nombran después Patrona de las misiones y de
los misioneros.

Su gran descubrimiento lo narra ella misma. "Buscaba en la Sagrada Escritura cuál sería el
mejor método para agradar a Dios, hasta que al fin descubrí en la segunda carta de San Pablo

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Manual de los Grupos Misioneros

a los Corintios, capítulo 13: "Si yo no tengo amor, nada soy", y descubrí que mi oficio en la
Iglesia era el amor: amar a Dios con todo el corazón y con toda al alma, y sobre todas las
cosas, y amar al prójimo como uno se ama a sí mismo. Y mi "Caminito" será el de la "Infancia
espiritual": ser siempre como un niñito necesitado, ante mi Padre Dios". Este "Caminito" de
Santa Teresita lo han seguido después muchas personas y han logrado admirables éxitos en
santidad, en alegría y paz.

En junio de 1897 la llevan a la enfermería y ya no vuelve a salir de allí. Desde el 16 de agosto


ya no puede recibir la comunión pues sufre de vómitos continuos. Llega a exclamar: "Nunca
había imaginado que yo pudiera llegar a sufrir tanto", pero se conserva siempre alegre,
contenta por poder sufrir por Cristo y por la salvación de las almas y la santificación de los
sacerdotes.

El 30 de septiembre de 1897 exclama: "No me arrepiento de haberme dedicado a amar a


Dios", y dulcemente expira como quien se queda plácidamente dormida. Tenía 24 años. Antes
de morir ha pedido que no lleven flores a su ataúd, sino que ese dinero lo gasten en ayudar a
gente pobre. Su entierro es humilde, y en el solar del convento queda sepultada, como una
ignorada y pobre mujercita de pueblo.

Pero empieza a obtener una serie de milagros, favores y gracias tan admirables que su
devoción se riega por todo el mundo como un incendio por un lago de combustible. Y es tanta,
tanta la gente que la invoca, que el Papa Pío XI, contrariando la antigua tradición de no
declarar santo a nadie antes de que cumpla los 50 años de haber muerto, la canoniza o declara
santa en 1925, sólo 27 años después de haber pasado a la eternidad. Como una de las
principales obligaciones de las carmelitas es pedir por las misiones, no es extraño que, en
1927, Santa Teresita fuera nombrada Patrona de todas las Misiones Extranjeras, junto con
San Francisco Javier. Dijo Teresita: "Quisiera ser misionera ahora y siempre y en todas las
misiones."

Su fiesta se celebra cada año el 1º de octubre y los favores que Santa Teresita sigue
obteniendo a los que le rezan con fe y a quienes leen su autobiografía "Historia de un alma",
son incontables. Una vez más se cumple la profecía de Jesús: "Los últimos de este mundo,
serán los primeros en el Reino de Dios".

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Manual de los Grupos Misioneros

Fechas Importantes para los GM


Cuaresma
La cuaresma es un tiempo fuerte de penitencia, en el cual podemos dar un sentido misionero a
los sacrificios que propone la Iglesia (ayunos y otras privaciones), uniéndolos al sacrificio
redentor de Jesucristo, y ofreciéndolos por nuestra santificación, por la conversión de los no
creyentes, y por los frutos de la actividad misionera de la Iglesia en el mundo entero.

Pascua
Recordamos al Señor Resucitado quien realiza la obra suprema de la Salvación del género
humano, obra de la cual somos continuadores.

Ascensión
Ese día, momentos antes de su Ascensión, Jesucristo da a sus apóstoles el Mandato Misionero
de ser sus testigos hasta los confines de la tierra, de anunciar la buena noticia de su
resurrección. Ese mismo mandato que hacemos propio los misioneros, es el origen de nuestra
vocación misionera, como continuadores de la misión de Jesucristo.

Pentecostés
El día de Pentecostés, nace la Iglesia Misionera. Con la venida del Espíritu Santo, se inicia
formalmente la misión de los apóstoles y de la Iglesia toda.

Octubre: Mes de las Misiones


Octubre es un mes dedicado especialmente a la misión universal. Se ha elegido este mes
como el Mes Misionero, puesto que el descubrimiento de América, abrió las puertas de la
evangelización a una nueva época, en la que cobraría un impulso y una fuerza inusitada,
permitiendo la llegada del Evangelio a una inmensa cantidad de hombres y mujeres que
habitan hoy el suelo americano.

El penúltimo domingo de Octubre (en algunos países como en la Argentina se adelanta al 2º


domingo para no coincidir con el Día de la Madre) se celebra la Jornada Mundial de las
Misiones, popularizada con el nombre de DOMNUD o Domingo Mundial de las Misiones. Esta
jornada, debe su origen al gran Papa misionero Pío XI, quien la instituyó para que fuera una
fiesta universal a favor de las misiones.

Durante todo el mes de Octubre y, especialmente en la Jornada Mundial de las Misiones, los
Grupos Misioneros intensifican su actividad de animación misionera, incentivando y motivando
a sus comunidades para que se sumen al espíritu misionero universal. En esta Jornada, se
invita también a todas las Parroquias del mundo a realizar la colecta DOMUND, cuyos frutos se
destinan, por medio de las Obras Misionales Pontificias, a sostener diversas obras de la Iglesia
en los países de misión y en las Iglesias más jóvenes.

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Manual de los Grupos Misioneros

1 de Octubre: Santa Teresita del Niño Jesús


En este día recordamos y celebramos el celo misionero de la Patrona de las Misiones y
modelo de la Cooperación Misionera Espiritual, Santa Teresita del Niño Jesús.

3 de Diciembre: San Francisco Javier


En este día celebramos la fiesta del Patrono de las Misiones y modelo de Acción Misionera,
San Francisco Javier.

Navidad
En este tiempo celebramos la Encarnación de Jesucristo, acontecimiento que sirve de ejemplo
y modelo de cómo debemos inculturar el evangelio en las distintas culturas, en nuestra
actividad evangelizadora.

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Manual de los Grupos Misioneros

El Octubre Misionero
El mes de Octubre, la Iglesia Católica celebra el Mes de las Misiones, puesto que fue en este
mes, que se descubrió el continente Americano, abriendo así una nueva página en la historia
de la Evangelización.

El penúltimo domingo de Octubre, proclamado "Jornada Mundial de las Misiones" constituye


el punto culminante. En algunos países, como por ejemplo en la República Argentina, por
coincidir este domingo con el Día de la Madre, esta Jornada se anticipa para el 2º domingo.
Esta Jornada se celebra en todas las Iglesias locales como fiesta de la catolicidad y de la
solidaridad universal. Este día, los cristianos del mundo entero deben tomar conciencia de su
responsabilidad común frente a la evangelización del mundo. La finalidad fundamental de esta
Jornada es dar a conocer la actividad misional de la Iglesia, en su más amplio sentido, tanto
evangelizador como de desarrollo y promoción humana.

El Papa Pío XI fue el gran impulsor del Domund. Electo Papa en 1922, toma un gran cariño a
las Misiones, demostrado en la Fiesta de Pentecostés de ese mismo año cuando interrumpió
su Homilía, despertando un silencio azaroso; tomó su solideo blanco y lo hizo circular entre los
Cardenales, Obispos, Sacerdotes y Fieles en la Basílica de San Pedro de Roma, haciéndose
así el mismo recaudador de una colecta en favor de las misiones. A pedido de los miembros de
las OMP, Pío XI el 14 de abril de 1926 instituyó la JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES.
Ese día debía ser celebrado en toda la Iglesia católica del mundo, el penúltimo domingo de
octubre. (Recordemos que el último domingo era la recién creada Fiesta de Cristo Rey) Así se
vinculaba la obra de las misiones con el Reinado de Cristo. Nació así la "Jornada Mundial de
las Misiones", que más tarde recibió el nombre oficial de "Domingo Mundial de las Misiones",
popularizada con el nombre de "DOMUND".

Para este mes y, en especial para la DOMUND, se proponen cinco grandes objetivos
1-Oración ferviente al Señor para acelerar su reinado en el mundo.
2-Hacer comprender a todos los fieles el formidable problema misionero.
3-Estimular el fervor misionero de los sacerdotes y de los fieles.
4-Dar a conocer mejor la Obra de la Propagación de la Fe.
5-Solicitar la ayuda económica en favor de las Misiones.

Para que el mes de octubre ofrezca a los cristianos la ocasión de dar una dimensión universal
a su colaboración misionera, se invita a los Obispos a que pidan a los responsables de las
obras católicas y a los fieles que renuncien a las colectas de carácter particular durante este
período. Por ello, en todas las parroquias se realiza este día la colecta DOMUND. Los fondos
recaudados con ocasión del Domund en todo el mundo, son distribuidos a cuantos misioneros
y diócesis situadas en territorios de misión los solicitan. El envío del dinero se realiza
directamente desde el país que lo ha recaudado, y la distribución se produce de forma
equitativa mediante la aprobación de las ayudas a través de un Consejo Superior de las Obras

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Manual de los Grupos Misioneros

Misionales Pontificias formado por los Directores Nacionales de todos los países en los que
esta Institución está implantada. A pesar del gran esfuerzo económico, las solicitudes de ayuda
siguen siendo muy numerosas y cualquier apoyo es poco.

Cada año, el Papa elabora un mensaje especial para la Jornada de la Domund, en el cual
presenta, en primer lugar, un tema importante sobre la actividad misionera de la Iglesia, y
recuerda a los fieles su corresponsabilidad en la misión universal.

Los Grupos Misioneros, tienen la responsabilidad ineludible de animar misioneramente a sus


comunidades de origen, especialmente durante este mes:

• Organizando encuentros, charlas, jornadas y exposiciones misioneras en sus propias


comunidades, en los cuales informen acerca de la vocación misionera, y de las distintas
formas en las que se puede cooperar con las misiones.
• Manteniendo en las Comunidades una cartelera misionera, a través de las cuales se
informe de las necesidades de evangelización y las actividades de los misioneros.
• Dando testimonio ante la comunidad de las experiencias misioneras del Grupo.
• Organizando actividades especiales como Horas Santas misioneras ante el Ssmo
Sacramento, Celebraciones con tinte misionero, Rosarios Misioneros, etc.
• Fomentando el rezo del Rosario Misionero.
• Difundiendo materiales y revistas misioneras.
• Promoviendo la Colecta Misionera.
• Fomentando e incentivando las vocaciones misioneras que pudieran surgir en la propia
comunidad.

Para organizar mejor la animación misionera durante este mes, se propone un esquema
temático para cada una de las cuatro semanas del mes:

• La primera semana se dedica a intensificar la oración misionera (celebraciones


paralitúrgicas, horas santas, rosarios, etc.)
• La segunda semana (que termina con la fecha del "Domund") se concreta en la
caridad (propaganda activa, organización de la colecta por medio de sobres, de
huchas, de mesas petitorias, etc.)
• La tercera semana se promueve de manera especial el sacrificio y el dolor por las
Misiones (labor callada de propaganda, penitencias voluntarias visitas a enfermos
para invitarlos a ofrecer sus dolores por la causa misionera, etc.)
• La cuarta semana se destina a promover la acción de gracias por la fe recibida y
como digna respuesta, la oración y la acción práctica por el fomento de nuevas
vocaciones misioneras, salidas de la propia comunidad eclesial.

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Manual de los Grupos Misioneros

Las Obras Misionales Pontificias


Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son una institución de la Iglesia universal y de cada
Iglesia en particular, encargada de infundir en los católicos, desde la infancia, el sentido
verdaderamente universal y misionero, y de recoger eficazmente los subsidios para bien de
todas las misiones, según las necesidades de cada una. Son el instrumento oficial y principal
de todas las Iglesias para la cooperación misionera.

"Entre todas las obras de asistencia intereclesial, las OMP deben ocupar siempre el primer
puesto por dos razones: en primer lugar, porque se dirigen a todos los bautizados, a todas las
comunidades cristianas y se preocupan de las necesidades de todas las Iglesias de misión: son
el seno de la Iglesia, la expresión del sentido católico y de la comunión universal; en segundo
lugar, porque las OMP tienen la finalidad de cooperar al anuncio del mensaje evangélico, que
es el deber prioritario de la Iglesia" (Est. OMP Cap I N° 8b). Nacidas de particulares iniciativas
carismáticas, las OMP se han desarrollado con el apoyo de la Santa Sede que, seguidamente,
las hizo organizaciones pontificias para asegurarles mayor eficacia y un carácter universal.

¿Por qué se llaman Obras? Una obra es el resultado del trabajo o de la acción: en el trabajo
misionero, "Obra" es lo que se realiza en bien al prójimo. Se llaman Obras para distinguirlas de
una simple actividad apostólica transitoria. Son Obras porque representan una "organización"
eclesial.

¿Por qué Misionales? Porque nos educan en el espíritu misionero universal y porque nos
llevan a compartir la fe en Jesucristo y nuestros recursos económicos, espirituales y humanos,
con los demás hermanos de las iglesias y comunidades nacientes. Ellas ayudan a que los
cristianos y sus comunidades comprendan y cumplan su misión universal.

¿Por qué Pontificias? Porque están aprobadas expresamente por el Papa como obras
evangelizadoras misioneras. Además, están a su disposición para ayudarle a cumplir tan alta
misión.

Finalidad de las Obras Misionales Pontificias


Las OMP tienen, principalmente 2 finalidades:

A.- Animación Misionera


• Formar e informar en todo lo relacionado con la misión
• Animar misioneramente para la Nueva Evangelización y la misión Ad Gentes
• Promover el espíritu misionero universal en el seno del Pueblo de Dios
• Despertar y profundizar la conciencia misionera del Pueblo de Dios, informando sobre
la vida y necesidades de la misión universal.
• Recordar a los Pastores su responsabilidad misionera universal, invitándolos a
participar en la evangelización del mundo.

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Manual de los Grupos Misioneros

• Ser para cada diócesis, la Institución específica y principal, para la educación al


espíritu misionero universal.

B.- Cooperación Misionera


• Promover la cooperación espiritual y material para ayudar a la obra de la
evangelización
• Ayudar a la evangelización propiamente dicha, sin excluir, empero, la ayuda en el
campo caritativo, social, médico, etc.
• Favorecer de manera particular la colaboración con los Institutos misioneros que están
al servicio de la evangelización del mundo "en nombre de la Iglesia y según la voluntad
de la jerarquía"
• Preocuparse de las necesidades de todas las Iglesias en Misión.
• Suscitar vocaciones ad gentes y de por vida, tanto en las Iglesias antiguas como las
más jóvenes.
• Promover vínculos de íntima comunión en lo que se refiere a las riquezas espirituales,
a los obreros apostólicos y a los recursos materiales.
• Actuar, por un lado, como miembro privilegiado de comunicación de las Iglesias
particulares entre sí, y por otro lado, entre cada una de ellas y el Papa.
• Estimular a las Iglesias a rezar unas por otras, a ayudarse recíprocamente con el envío
de personal y de medios materiales, suscitando así el espíritu de solidaridad en vista
de la evangelización del mundo.

Las OMP son cuatro:


• Obra de la Propagación de la Fe
• Obra San Pedro Apóstol
• Obra de la Infancia Misionera
• Pontificia Unión Misional

OBRA DE LA PROPAGACION DE LA FE
Fundada en Lyón, Francia, en 1822, por María Paulina Jaricot
Tiene como finalidades principales:
• Informar, sensibilizar y educar en el espíritu misionero, suscitando interés por la
evangelización universal e todos los sectores del Pueblo de Dios, en las Familias, en
las Escuelas, en los Movimientos Apostólicos y Asociaciones, "a fin de que toda la
diócesis tome conciencia de su vocación misionera universal" (Estatutos)
• Promover, teniendo presente la evangelización del mundo, la ayuda recíproca entre las
diferentes Iglesias locales, tanto en el campo espiritual como material.
Trabaja con:
• Grupos Misioneros
• Familia Misionera
• Enfermos Misioneros: Unión de Enfermos Misioneros (UEM)

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Manual de los Grupos Misioneros

• Cooperación Misionera
• Revistas y Publicaciones misioneras

OBRA DE SAN PEDRO APOSTOL


Fundada en Caen, Francia, en 1889, por Estefanía y Juana Bigard
Tiene como finalidades principales:
• Sensibilizar al pueblo cristiano sobre las necesidades de la formación del clero local en
las "Iglesias misioneras"
• Colaborar en la formación de los candidatos nativos al sacerdocio y a la vida religiosa
para las Iglesias misioneras, mediante una ayuda espiritual y material.
• Promover la consecución y aplicación de becas de estudios, pensiones, cuotas y otros
donativos para la formación de los candidatos nativos al sacerdocio y a la vida
religiosa.

OBRA DE LA INFANCIA MISIONERA


Fundada en Francia, en 1843, por Monseñor Forbin Janson
Tiene como finalidades principales:
• Ayudar a los educadores a despertar progresivamente en los niños una conciencia
misionera universal.
• Mover a los niños a compartir la fe y los medios materiales con los niños de las
regiones y de las Iglesias más necesitadas.
• Darle apertura misionera a la pastoral de conjunto de la educación cristiana,
integrándose a ella.
• Promover con los niños la conciencia y el compromiso misionero.

PONIFICIA UNIÓN MISIONAL


Fundada en Italia, en 1916, por el P. Pablo Manna
Tiene como finalidades principales:
• Ayudar a tomar conciencia de su responsabilidad misionera universal a los sacerdotes,
religiosos, religiosas, seminaristas y aspirantes al sacerdocio y a la vida religiosa. De
esta manera, se darán cuenta del deber de concientización misionera que les incumbe
en el seno de las comunidades de las cuales están encargadas.
• Ayudar a buscar los métodos pastorales mejor adaptados a las circunstancias
• Favorecer los intercambios fraternales y los testimonios de solidaridad entre los
obreros apostólicos al servicio de la Iglesia, en los diferentes continentes.
• Promover las otras Obras Misionales.

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Manual de los Grupos Misioneros

El Camino Misionero en América, Argentina y


Salta
El Camino Misionero en América
Méjico fue uno de los primeros países en organizarse a nivel misionero en todo el continente.
Para el año 1977, ya había realizado 6 Congresos Misioneros Nacionales. En este año, se
juzgó oportuno ampliar los horizontes y covertir el 7° Congreso Misionero Nacional de Méjico
en el 1° Congreso Misionero Latinoamericano, naciendo así los Co.M.La. Un Co.M.La. es:
• Un Congreso: reunión de invitados especiales con un tema establecido para
intercambiar informaciones, presentar avances o nuevas teorías, identificar situaciones,
proyectar y tomar decisiones vinculantes.
• Misionero: hace referencia a la esencia de la tarea de la Iglesia, la Misión. Exige
asumir la responsabilidad misionera mediante el anuncio del Evangelio y el testimonio.
• Latinoamericano: participan todos los países de América Latina y el Caribe.

A partir de 1977 se han realizado estos congresos cada cuatro años en un país diferente de
América Latina (el 1º y el 2º en Méjixo, el 3º en Colombia, el 4º en Perú, el 5º en Brasil y el 6º
en Argentina. El 7º será en Guatemala en 2003). A partir del CoMLa 6 se incorporaron al
mismo EEUU y Canadá, convirtiéndose así en el 1º Congreso Americano Misionero CAM I.

Son organizados por las Comisiones Episcopales de Misiones (CEM) y las Direcciones
Nacionales y Diocesanas de las OMP (Obras Misionales Pontificias), con colaboración del
DEMIS-CELAM. Se invita a participar a todas las Iglesias Particulares y todos los organismos y
fuerzas misioneras del Clero (obispos, sacerdotes y diáconos), Religiosos (órdenes y
congregaciones masculinas y femeninas) y Laicos (movimientos eclesiales misioneros,
institutos seculares y líderes de comunidad).

Como objetivo inmediato de estos Congresos se busca animar a los Obispos, clero diocesano,
seminarios, Institutos Misioneros, Institutos Religiosos y laicos, para que asuman un real y
efectivo compromiso de misión ad gentes.

El Camino Misionero en Argentina


Allá por 1980, la Iglesia en Argentina inicia un proceso que culminará en 1985 con el Encuentro
Nacional de la Juventud en Córdoba. La Prioridad Juventud renovó profundamente el caminar
de nuestra Iglesia. La participación en el sector de misión de aquel Encuentro sorprendió a los
organizadores, cuando 3.500 jóvenes se volcaron a compartir su experiencia misionera. Fue el
tiempo del acercamiento, de conocer experiencias y problemas comunes, buscar soluciones, ir
descubriendo que éramos muchos y que teníamos una gran fuerza y riqueza, pero que a la vez
nos faltaba organizarnos y profundizar nuestra experiencia misionera. Así, el Espíritu mueve a

57
Manual de los Grupos Misioneros

asumir este desafío. Nuevamente en 1987, ante la visita de Juan Pablo II y la preparación de la
Jornada Mundial de la Juventud, los jóvenes reclaman un espacio para profundizar en su
vocación misionera. En 1990 hubo una gran participación del sector misionero en el Encuentro
de Dirigentes en Paraná. Desde la Comisión de Animación Misionera, se analizó seriamente la
realidad social, cultural, religiosa y juntos, se trató de buscar caminos para ayudar a que Jesús
se encarne y viva en cada persona, pueblo, continente, pero de un modo nuevo, con un nuevo
ardor misionero que nos impulse a seguir contribuyendo de verdad a la Nueva Evangelización.

En 1998, el Co.Na.Mis. (Consejo Nacional de Misiones), en la persona de su presidente de


aquel entonces, Mons. Luis Stöckler, convoca al Primer Encuentro Nacional de Grupos
Misioneros en Posadas para 1991: "Se han realizado congresos eucarísticos, marianos,
catequísticos, etc., pero es la primera vez que se convoca a estos grupos de cristianos,
especialmente jóvenes, que desde hace muchos años se dirigen a las zonas marginadas de
nuestro país, tanto en el interior como en las grandes ciudades, y que se han dado el nombre
de Grupos Misioneros". El lema fue: "Más allá de las fronteras". La finalidad principal de
este encuentro fue "Fortalecer nuestra conciencia de Iglesia para impulsar, desde la nueva
evangelización de nuestro país, la misión hacia los pueblos no cristianos".

Posadas significó para la Pastoral Misionera de la Iglesia en Argentina un punto de referencia


fundamental. Más de 4.000 misioneros de todo el país se encontraron para compartir la alegría
de sentirse llamados por Jesucristo a la vocación misionera. A partir de este Encuentro,
comenzaron a organizarse en las distintas diócesis del país los primeros Equipos Diocesanos
de Misiones.

En 1997, y con la mirada puesta en el 6° Congreso Misionero Latinoamericano que se


realizaría en 1999 en Argentina, surge la iniciativa del Primer Congreso Misionero Nacional,
trabajo precedido por los distintos Congresos diocesanos y regionales. Se fijó como Objetivo
General: "Despertar, fortalecer, renovar la conciencia y el compromiso misionero de la Iglesia
en Argentina". La convocatoria fue en la ciudad de Santa Rosa en La Pampa. El lema que
convocó a los misioneros en este Congreso fue "Argentina, con Cristo, sal de tu tierra”.

Al año siguiente (1998), ante el eco inesperado que suscitó en los Grupos Misioneros la
convocatoria de La Pampa, la CEA (Conferencia Episcopal Argentina), decidió invitarlos al 2°
Encuentro Nacional de Grupos Misioneros en consonancia con el anterior de Posadas y con
todo el bagaje de reflexión madurada durante estos años. El objetivo propuesto para este 2°
Encuentro fue: "Profundizar la identidad y consolidar la eclesialidad de los Grupos Misioneros,
favoreciendo su integración a la comunidad de origen y de destino". La convocatoria fue esta
vez en la provincia de Tucumán. En sintonía con la Iglesia Universal, que en preparación al
Gran Jubileo dedicó ese año al Espíritu Santo, el lema del Encuentro fue "Enviados por el
Espíritu, testigos de la Esperanza".

58
Manual de los Grupos Misioneros

Por fin, en 1999, ya a las puertas del tercer milenio, se celebró en Paraná, provincia de Entre
Ríos, el 6° Congreso Misionero Latinoamericano (CoMLa 6) y 1° Congreso Americano
Misionero (CAM I). Este fue, sin duda, el mayor acontecimiento misionero que se vivió en
nuestro país hasta el presente. Este Congreso se realiza cada cuatro años. Los anteriores
habían tenido su sede, los dos primeros en Méjico, el tercero en Colombia, el cuarto en Perú y
el quinto en Brasil. Tomando el deseo del Santo Padre, se abrieron las puertas a los
episcopados de Canadá y Estados Unidos para extender este esfuerzo de comunión para la
misión a todo el continente Americano, transformando el Congreso Misionero Latinoamericano
(CoMLa) en Congreso Americano Misionero (CAM). Se propuso como Objetivo General:
"Impulsar a las Iglesias de América para que anuncien a Jesucristo, el Salvador, a todos los
pueblos, testimoniando, sirviendo y dialogando". El lema que convocó a los misioneros de todo
el continente, en consonancia con el del 1° Congreso Nacional fue: "América, con Cristo, sal de
tu tierra".

En 2002, y con la mirada puesta en el CAM2 que se realizaría en 2003 en Guatemala, surge la
iniciativa del Segundo Congreso Misionero Nacional, trabajo precedido por los distintos
Congresos diocesanos y regionales. Se fijó como Objetivo General: «Reavivar la conciencia y
la acción misionera de nuestras Iglesias particulares, para que, en los inicios del nuevo milenio,
podamos responder con mayor generosidad y eficacia a los desafíos pastorales que el mundo
de hoy y el mandato de Cristo nos plantea».. La convocatoria fue en la ciudad de Mar del Plata.
El lema que convocó a los misioneros en este Congreso fue "Iglesia en Argentina, tu vida es
Misión”.

El Camino Misionero en Salta


El Espíritu Santo fue gestando el impulso misionero en nuestra Arquidiócesis despertando en
laicos y en alguno que otro sacerdote, la vocación misionera y el deseo de conformar grupos
que tuvieran este carisma. Desde principios de la década del '80, aparecen algunos Grupos
Misioneros (G.M.) aislados en Parroquias o Colegios Religiosos. Estos Grupos Misioneros
trabajaron durante años cada uno por su cuenta, realizando misiones de verano en zonas
rurales de nuestra provincia y las vecinas provincias de Jujuy y Tucumán. También desde esos
tiempos, nuestra provincia comenzó a recibir la visita de Grupos Misioneros de otras provincias
(especialmente de colegios y parroquias bonaerenses) durante las vacaciones de verano.

La convocatoria al 1º Encuentro Nacional de Grupos Misioneros (en Posadas, Misiones,


Octubre de 1991), fue el acontecimiento que provocó el encuentro entre los distintos Grupos
Misioneros de nuestra Arquidiócesis. Ya desde 1990, Monseñor Blanchoud había
encomendado a las Hermanas de la Inmaculada de la Providencia la tarea de la animación
misionera en la Arquidiócesis, siendo las Hnas. Andrea Romero y Ana María Battaglia
designadas como las primeras Delegadas Diocesanas de Obras Misionales Pontificias en
Salta. También el Padre Ernesto Martearena trabajaba con las Misiones en nuestra
Arquidiócesis. Motivados por este Encuentro Nacional, algunos Grupos Misioneros decidieron
aunar esfuerzos y conformar un Equipo de Animación Misionera (E.A.M., hoy: Pastoral

59
Manual de los Grupos Misioneros

Misionera Arquidiocesana) que les permitiera compartir experiencias, intercambiar materiales


de formación y de trabajo y crecer espiritualmente.

Por aquel entonces eran 7 Los G.M. que funcionaban en la ciudad de Salta y que se unieron
para fundar el E.A.M.: Comunidad Misionera Salesiana (Colegio Salesiano), CM Sin Fronteras
(Parroquia Señor y Virgen del Milagro), GM Mandamiento Nuevo (Parroquia San Joaquín y
Santa Ana), GM Santa Rita (Parroquia Santa Rita), GM Emanuel (Vicaría Nuestra Señora del
Carmen), GM Nuestra Señora de Luján (Parroquia Luján Norte), Grupo Misionero Sombra
Franciscana (Colegio Santa Rosa); los tres últimos ya no existen.

Durante 1991 y 1992, los Grupos Misioneros empiezan a caminar juntos. Cada quince días se
reúne el E.A.M., conformado por uno o dos delegados de cada uno de los Grupos que lo
integran. Se organizan cada año Encuentros Arquidiocesanos de Grupos Misioneros y una
Misa de Envío Misionero Arquidiocesano a fin de año. Durante estos primeros tiempos, como el
E.A.M. no cuenta con sede propia, las reuniones se realizan en las distintas parroquias donde
funcionan G.M., siempre acompañados por las Hermanas de la Inmaculada de la Providencia.

En 1995 se organiza el 1º Congreso Misionero de Salta (Co.M.Sa.1), que bajo el lema


"Anunciemos unidos a Cristo, camino al tercer milenio", convoca alrededor de 100 jóvenes
misioneros de nuestra arquidiócesis y de la diócesis de Orán. Aquí se establece contacto con el
primer G.M. que se conoce del interior, de la localidad de Rosario de Lerma. Durante este año
de preparación para el Congreso, acompaña al EAM el Pbro. Francisco Núñez, en carácter de
Asesor.

Este Congreso dio impulso a la vocación misionera en Salta. A partir del mismo, y durante los
años 1996 y 1997, nacen varios Grupos Misioneros en distintos puntos de la ciudad capital y
del interior. En el año 1996 asumen la animación misionera en la Arquidiócesis las Hermanas
de las Clarisas Franciscanas Misioneras del Ssmo Sacramento, en la persona de la Hna.
Celestina Martínez.

En 1997 se organiza en Salta a nivel arquidiocesano la Infancia Misionera, que ya contaba con
varios grupos dispersos desde hacía varios años, de la mano de la Hna. Gregoria Colil. Nace
así el Centro Arquidiocesano de Infancia Misionera. Durante este periodo posterior al
Co.M.Sa.1, el Equipo de Animación Misionera asume la responsabilidad de difundir la vocación
misionera, procurando la formación de nuevos Grupos Misioneros en distintas parroquias
donde no existen, y acompañarlos en su formación inicial procurando que logren la autonomía
suficiente para poder seguir caminando solos.

Durante 1999, se organiza en nuestra arquidiócesis el 2º Congreso Misionero de Salta,


Co.M.Sa.2, que reunió a los misioneros de la provincia bajo el lema "Seamos uno para que el
mundo crea". Participaron del Congreso más de 200 jóvenes y adultos de la arquidiócesis y
trabajaron acerca del tema "Jesucristo, vida y esperanza para todos los pueblos", en

60
Manual de los Grupos Misioneros

presparación al Congreso Americano Misionero. El congreso contó con disertantes del más alto
nivel: el Padre Jairo Calderón (Director de las Obras Misionales Pontificias de Argentina), el
Padre Daniel Lorente (Misionólogo de Río Negro), la Hermana Ana Falola (misionera africana
de la congregación Nuestra Señora de los Apóstoles) y el Padre Correa (sacerdote diocesano
local).

Luego del 6º Congreso Misionero Latinoamericano y 1º Congreso Americano Misionero


(Co.M.La.6/CAM1), que bajo el lema "América, con Cristo sal de tu tierra" reunió a más de
3.000 misioneros de todo el continente en Paraná, el nuevo Arzobispo de Salta, Monseñor
Mario Antonio Cargnello nombra como Director Diocesano de las OMP al Pbro. Martín Paz.

En el año 2002, se asume la identidad de "Pastoral Misionera Arquidiocesana", nombre más


coherente con la misión del Equipo de Animación Misionera. Luego de participar el II Congreso
Misionero Nacional en Mar del Plata, Salta se prepara para vivir en el año 2003 el 3º Congreso
Misionero de Salta, Co.M.Sa. 3, bajo el lema “Iglesia de Salta, tu vida es Misión”

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Manual de los Grupos Misioneros

Anexo I: Guión para la Ceremonia del Primer Compromiso

Esta Ceremonia puede realizarse durante la Misa, en el momento previo al Ofertorio, o


después de la Comunión. El Celebrante invitará a los que van a hacer su Primer Compromiso
Misionero, a pasar frente al altar. Los presentará a la comunidad, explicando el significado del
compromiso que van a asumir. Luego, procederá como se indica a continuación:

Celebrante: Queridos hermanos: ¿son conscientes del compromiso que van a asumir?

Misioneros: Sí. Haremos nuestro Primer Compromiso Misionero.

Celebrante: ¿Y saben lo que ese Primer Compromiso significa?

Misioneros: Nos comprometeremos a conocer la Vocación Misionera viviendo en comunidad


el mandato de Jesucristo.

Celebrante: De esta manera, siendo dóciles al Espíritu Santo, escucharán la voz de Dios que
los llama a ser testigos de Jesucristo, anunciando la Buena Noticia a toda la
creación.

Respondan ahora: ¿Están dispuestos a crecer en el conocimiento de Dios y de su Plan de


Salvación?

Misioneros: Sí, estamos dispuestos

Celebrante: ¿Están dispuestos a conocer la Vocación Misionera a la que Jesucristo los invita
de una manera especial?

Misioneros: Sí, estamos dispuestos

Celebrante: ¿Están dispuestos a dejarse guiar por el Espíritu Santo para descubrir el Plan que
Dios tiene para cada uno de ustedes?

Misioneros: Sí, estamos dispuestos

Celebrante: ¿Están dispuestos a dar testimonio de Jesucristo en todas partes y en todo


momento, a pesar de las dificultades que se presenten en el camino?

Misioneros: Sí, estamos dispuestos

Celebrante: (imponiendo las manos sobre los que se comprometen) Bendice Señor a estos
cristianos que hoy se comprometen ante Ti, a ser tus testigos ante el mundo.

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Manual de los Grupos Misioneros

Dales fuerzas para ser fieles al Compromiso que hoy asumen, y que donde quiera
que vayan irradien tu presencia, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.

Celebrante: (imponiendo las manos sobre los Rosarios Misioneros) Bendice Señor estos
Rosarios Misioneros, para que sean signos del compromiso de estos jóvenes que
quieren ser tus testigos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Celebrante: (dirigiéndose a los que se comprometen) Reciban el Rosario Misionero como


signo del compromiso que acaban de asumir.

El Celebrante irá imponiendo los Rosarios Misioneros uno a uno a los que hacen su Primer
Compromiso. Puede acompañarse este momento con algún canto misionero.

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Manual de los Grupos Misioneros

Anexo II: Guión para la Ceremonia del Compromiso Misionero

Esta Ceremonia puede realizarse durante la Misa, en el momento previo al Ofertorio, o


después de la Comunión. El Celebrante invitará a los que van a hacer su Compromiso
Misionero, a pasar frente al altar. Los presentará a la comunidad, explicando el significado del
compromiso que van a asumir. Luego, procederá como se indica a continuación:

Celebrante: Queridos hermanos: ¿son conscientes del compromiso que van a asumir?

Misioneros: Sí. Haremos nuestro Compromiso Misionero.

Celebrante: ¿Y saben lo que ese Compromiso Misionero significa?


Misioneros: Nos comprometeremos a ser testigos de Jesucristo anunciando su Evangelio a
todos los hombres.

Celebrante: De esta manera, obedientes al mandato de Jesucristo, y dóciles al Espíritu Santo1,


se comprometerán con la misión universal de la Iglesia "realizando el encargo de
predicar el Evangelio e implantar la Iglesia entre los pueblos que todavía no creen
en Cristo"2, o que "habiendo sido bautizados, han perdido la fe"3.

Respondan ahora: ¿Están dispuestos a crecer en el conocimiento de Dios y de su


Plan de Salvación, "nutriéndose con las palabras de la fe y la buena doctrina
contenidas en la Sagrada Escritura"4y siendo "hombres de oración"5?

Misioneros: Sí, estamos dispuestos

Celebrante: ¿Están dispuestos a profundizar en el conocimiento de la Vocación Misionera a la


que Jesucristo los ha llamado y a la que hoy se están comprometiendo?

Misioneros: Sí, estamos dispuestos

Celebrante: ¿Están dispuestos a dar testimonio de Jesucristo6 y a anunciar su Evangelio7 en


todas partes y en todo momento, a pesar de las dificultades que se presenten en
el camino?

Misioneros: Sí, estamos dispuestos

Celebrante: (imponiendo las manos sobre los que se comprometen) Bendice Señor a estos
jóvenes que hoy se comprometen ante Ti, a ser tus testigos ante el mundo. Dales
fuerzas para ser fieles al Compromiso que hoy asumen, y que donde quiera que

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Manual de los Grupos Misioneros

vayan irradien tu presencia, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Celebrante: (imponiendo las manos sobre las Cruces Misioneras) Bendice Señor estas Cruces
Misioneras, para que sean signos del compromiso de estos jóvenes que quieren
ser tus testigos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Celebrante: (dirigiéndose a los que se comprometen) Reciban la Cruz Misionera como signo
del compromiso que acaban de asumir.

El Celebrante irá imponiendo las Cruces, uno a uno a los que hacen su Compromiso
Misionero. Puede acompañarse este momento con algún canto misionero.
1.- cfr RM 87 2.- cfr. AG 6 3.- cfr. RM 33 4.- cfr. AG 26 5.- cfr. AG 25 6.- cfr. RM 42-43 7.- cfr. RM
44-45

Para más información, y materiales, visitá


“El Portal de los Misioneros de habla hispana” http://www.misiones.catholic.net, o
comunicate por mail a portalmisionero@hotmail.com

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Manual de los Grupos Misioneros

MANUAL DE LOS
GRUPOS
MISIONEROS

Elaborado por la Pastoral Misionera Arquidiocesana de Salta


(Argentina) - Sector: Grupos Misioneros

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