Clase2 MP
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El objetivo que nos proponemos para esta clase ser, entonces, analizar cmo la
inscripcin de determinados marcos legales cobran vida en la escuela. En este
sentido, analizaremos aspectos de la Ley de Educacin Nacional N 26206 y las
polticas pblicas y acciones que la acompaan; reflexionando al mismo tiempo sobre
nuestras prcticas pedaggicas. Cmo traducimos como docentes lo abstracto en
concreto?; cmo damos coherencia a las polticas educativas en DDHH desde
nuestras prcticas pedaggicas cotidianas?
As, una pedagoga de los DDHH debe partir de una educacin liberadora que
favorezca la autodeterminacin de los y las jvenes y promueva su sentido
comunitario. Para eso, la educacin en DDHH debe basarse en la comprensin del
mundo juvenil y estar abierta al dilogo.
Si bien ahora vamos a presentar -de manera esquemtica- algunas de estas polticas
para que podamos identificarlas y conocerlas brevemente, cabe sealar que todas
constituyen una unidad poltico-pedaggica que tiene como horizonte la construccin
de instituciones igualitarias, democrticas y respetuosas de los DDHH, y que esto
slo es posible si quienes las hacemos cotidianamente podemos reflexionar acerca
de nuestras prcticas, para fortalecerlas o intentar modificarlas.
Al igual que con las nuevas juventudes que acceden a los espacios de formacin
institucional donde trabajamos, cmo podemos entender los y las docentes los
procesos donde se legislan y ejercen nuevos derechos? Sabemos que la puesta en
prctica de propuestas pedaggicas enmarcadas en la interculturalidad es una meta
que nos interpela a la hora de pensar, planificar, implementar y evaluar nuestras
clases, as como tambin nuestras prcticas institucionales. Aqu es clave poder, una
vez ms, derribar los mitos que muchas veces condicionan nuestras acciones y que
circulan en las instituciones educativas.
Algunas miradas del sentido comn han etiquetado a los pueblos indgenas como
comunidades cerradas o vinculadas a estereotipos del pasado. Sin embargo, estas
culturas nunca se han encontrado aisladas, sino que en su seno han vivido
intercambios, contactos, relaciones; las identidades nunca se mantienen fijas ni
acabadas. No es posible clasificar a una sociedad segn una nica cultura
determinada sino que en nuestra sociedad conviven plurales configuraciones
culturales (Grimson, 2012). Partiendo de una praxis de la igualdad, el dilogo
intercultural es el esquema mediante el cual podemos generar intercambios sociales
y escolares, promover la escucha y la ampliacin de las miradas de mundo.
El modelo del dilogo implica aceptar que el desconcierto inicial que provoca el
intercambio entre diversidades no es un obstculo, sino el motor para construir una
progresiva comprensin y conocimiento mutuo. (INFOD, 2009).
La Educacin Sexual Integral lleg para quedarse en todas las
escuelas
La Ley de Educacin Sexual Integral (ESI) sostiene la necesidad de que en todas las
escuelas se conformen espacios de enseanza y de aprendizaje en los que se
promueva ampliar el horizonte cultural desde el cual los nios/as y jvenes puedan
desarrollar su subjetividad, reconociendo sus derechos y responsabilidades,
propiciando el conocimiento del cuerpo, promoviendo hbitos de su cuidado y de
salud sexual, trabajando en la prevencin de cualquier forma de vulneracin de
derechos, en el respeto por la diversidad y el rechazo a toda forma de discriminacin.
Es decir, la ESI remite a la formacin de sujetos crticos para la toma consciente de
decisiones en relacin al ejercicio de la sexualidad y de los derechos. Los docentes
de distintas disciplinas podemos abordar estos espacios de enseanza y de
aprendizaje pues remiten a la formacin ciudadana. El ejercicio de la ciudadana
democrtica y el respecto de los DDHH, principios de la educacin en nuestro pas,
no son contenidos especficos de una disciplina, sino que son ejes transversales de la
prctica educativa.
Los y las invitamos a ver los siguientes vdeos sobre algunas experiencias de
Educacin Sexual Integral en dos niveles educativos distintos:
ESI para Nivel Inicial. En este vdeo podemos observar un espacio
pedaggico en el nivel de educacin inicial en el que se trabajan algunos de
los contenidos de ESI.
https://youtu.be/RweVH9MDAT w
ESI para Nivel Secundario. En este vdeo encontraremos algunas
experiencias y reflexiones sobre el trabajo con los contenidos contemplados
en la ESI.
https://youtu.be/pE30jW pI84M
Para reflexionar:
Un da decid ir a la escuela con broches y con las uas pintadas. Pero los directivos
me dijeron que no poda ir ms a la escuela vestido de mujer. Entonces me llevaron
a la Direccin y me informaron que no poda ingresar ms a la escuela. Ese da me
qued encerrada en mi pieza, llor y me afect mucho. Volv con la cabeza gacha,
como Lucas, pero esa apariencia slo la mantena entre las 7 y las 13. Pero llegaba
a mi casa, coma y me vesta como mujer (En Paran una joven travesti asiste a
escuela vestida de mujer, Diario Uno, Entre Ros, 2009).
Muchas veces en las instituciones educativas circulan discursos, frases, miradas que
pueden tener connotaciones estigmatizantes y discriminatorias. Ms all de la ley y
las diversas normativas, podemos encontrarnos con discursos, prcticas y/o
situaciones en las que no haya un pleno respeto a la diversidad. Goffman (1995)
habla del estigma haciendo referencia a un atributo desacreditado y construido en
relacin a determinados estereotipos y marcas de las cuales son portadores algunos
sujetos.
A modo de cierre
Siguiendo a Rinesi (2014), resulta interesante retomar aqu dos grandes tradiciones
filosficas de la historia occidental. Toms Hobbes, explic el comienzo de la
sociabilidad, de la sociedad, a travs de una ficcin: imagin a un individuo solo que
ve llegar a otro que se le acerca. Hobbes se pregunta entonces: qu pasin inicial
lo asalta?; qu le pasa a ese individuo que ve llegar a otro?; qu es lo primero que
siente? Y la respuesta de Hobbes es que ese primer sentimiento es el miedo: el
individuo que est solo y ve que otro se le acerca siente miedo. Hobbes, siguiendo
esta explicacin, construye su filosofa poltica alrededor de esa pasin primaria: el
miedo.
Spinoza, lector de Hobbes, plantea que el miedo constituye slo una primera imagen
y que ste pertenece a un modo todava imaginario del conocimiento, porque despus
de que lo pensamos mejor, nos damos cuenta de la posibilidad de que aquel otro que
est llegando puede ser mi amigo o gran amor All aparece entonces otra pasin
distinta a la pasin primaria del miedo: la esperanza. Esta dicotoma inicial
miedo/esperanza- resulta muy productiva y es la que sigue organizando los modos
en los que nos representamos el acercamiento a un otro.
Bibliografa de referencia
Goffman, Erving, Estigma. La identidad deteriorada. Edit. Amorrortu,
Argentina. 1995.
Grimson, Alejandro, Los lmites de la cultura. Crtica de las teoras de la
identidad. Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2012
Grimson Alejandro y Tenti Fanfani Emilio, Mitomanas de la educacin
argentina.Siglo Veintiuno editores, Buenos Aires, 2014.
Instituto de Formacin Docente (INFOD), Educacin Intercultural Bilinge,
Serie Recomendaciones para la elaboracin de Diseos
Curriculares, Ministerio de Educacin, Buenos Aires, 2009.
Ministerio de Educacin Nacional, Discriminacin en la Argentina, Casos para
el debate en la escuela, Serie Cuadernos para el aula. Docente, 2008.
Novaro, Gabriela, Pueblos indgenas y escuela. Avances y obstculos para el
desarrollo de un enfoque intercultural, en Educacin Intercultural Bilinge en
Argentina. Sistematizacin de experiencias, MECyT, Buenos Aires, 2004.
Siede, Isabelino, El aporte de las Ciencias Sociales para la educacin en la
paz y los derechos humanos en Quehacer Educativo, Diciembre 2007. Pp.24-
35.http://www.mecaep.edu.uy/pdf/Sociales/Ciudadania/SIEDEDERECHOSHU
MANOS.pdf
Sinisi, Liliana, La relacin nosotros-otros en espacios escolares
multiculturales. Estigma, estereotipo y racializacin en Neufeld y Thisted
(comps.) De eso no se hablalos usos de la diversidad sociocultural en la
escuela, Eudeba, Buenos Aires, 1999.
Normativa:
Notas
[1] El Censo 2010 contabiliz 955.032 habitantes que se consideran pertenecientes
o descendientes de pueblos indgenas u originarios, de los cuales 481.074 son
varones y 473.958 son mujeres.
[2] En el artculo 3 se establece que toda persona podr solicitar la rectificacin
registral del sexo y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con
su identidad de gnero autopercibida.
Cmo citar este texto: