Del Ejercicio de La Profesión Docente
Del Ejercicio de La Profesión Docente
Del Ejercicio de La Profesión Docente
las maneras de relacionarnos con elmundo, con los otros y con nosotros mismos Por otra
parte, hay que decir que la relación intencionalmente educativa es profundamente personal,
porque quien se muestra y expone como docente se expone todo él
comopersona.Entalrelación, lo explícito no es más que la antesala de un conocimiento
interpersonal en el que se entremezclan gestos, palabras, silencios,preocupaciones,
pasiones,talantes, aprecios y, también, desprecios e intimidaciones; en definitiva,
concepciones del hombre, de las relaciones interpersonales, de la sociedad, de la cultura y –
si se me permite decirlo- de la totalidad de lo real Si bien es cierto que
quien más se ex-pone en la relación educativaes el docente, sin embargo, éste pone al
alumno en situación de ex-ponerse, de donde se sigue la extrema importanciaque tiene el
desenfoque en los ámbitos antropológico y ético; las consecuencias negativas personales y
sociopolíticas son, por generaciones, casi irreparables. Por fortuna, la dignidad del hombre
no puede ser violada o lesionada por otro porque, en e
El presente artículo desarrolla una reflexión sobre el concepto de Estado Democrático y Social de
Derecho y de Justicia, los elementos que lo integran y su aplicación en Venezuela; la relación con
el concepto de Estado Docente, educación y sistema educativo y de educar para la democracia
verdadera a través de la construcción de una ciudadanía activa y efectiva sobre la base de una
educación liberadora. El Estado venezolano con su acción, garantiza la seguridad en sentido
amplio, la legalidad, la equidad y la justicia; el respeto al ejercicio democrático permanente, la
participación política, el equilibrio y complementariedad de los poderes públicos, la
representatividad efectiva y la participación en general y el protagonismo popular, entendiendo
que pueblo somos todos. Garantiza Educación no sólo porque tiene gran cantidad de planteles
oficiales en todos los niveles y modalidades del sistema educativo, sino porque la educación que
se imparte en todos los centros es de calidad, regulada y supervisada por el Estado como Estado
Docente conforme a un conjunto de principios generales dictados por él que promueven la
formación de verdaderos demócratas, ciudadanos y republicanos; con énfasis especial en la
democratización de la cultura.
En fin, un Estado que dirige su acción a crear un pueblo educado, culto, instruido, sano,
recreado, seguro, con trabajo, vivienda, etc. que sin lugar a dudas será un mejor
ciudadano, un mejor republicano y un mejor demócrata. Una acción estatal que
tranquiliza a los sectores medios de la población, pequeña burguesía mal llamada clases
medias, siempre asustadas y nerviosas por la pérdida de sus dudosos beneficios y una
eventual igualación hacia abajo. (Martínez de C., 2007)
Cada modelo de sociedad define un modelo de Educación que reproduce sus condiciones de
existencia y forma a los individuos dentro de los valores y creencias aceptados. La Educación
forma ciudadanos, la pregunta sería cuál ciudadano, qué tipo de ciudadano, ciudadanos para qué.
Los procesos históricos de transformación y cambio radical de una situación precedente
constituyen procesos altamente complejos que afectan todos los aspectos de la vida, junto con las
condiciones materiales y objetivas de existencia dentro de una sociedad se revolucionan las
condiciones subjetivas a través de las creencias, valores, modos, usos, costumbres, formas de ser,
de hacer, de pensar y de sentir colectivas de una sociedad.
Para conseguir estas condiciones hay que ir más allá de declaraciones verbales. La
formación de una ciudadanía activa precisa de un sistema educativo y de un cuerpo de
docentes, comprometidos, beligerantes en la defensa de principios como los apuntados y
respetuosos con las distintas creencias, formas de entender el mundo y formas de
construirnos como personas; que respetando los principios de justicia enunciados
conforman la base común de los diferentes modelos de vida buena de cada uno de
nosotros.
La construcción de una pedagogía de la esperanza, a través de una Educación liberadora,
no es solamente para estar más alegre, más vivo y confiar de forma ingenua que el
mundo alguna vez va a mejorar, sino que se trata de un compromiso activo con la
transformación social, reconociendo que de la construcción de esos horizontes de
transformación depende, también, la consolidación de la ciudadanía (Freire,1993). El fin
de esa esperanza de emancipación , es el fin, también de la ciudadanía. La ciudadanía -
por eso - no sólo se sustenta en una serie de derechos y en una serie de prácticas- sino
también – en valores, en principios, en horizontes que la sociedad se pone a si misma y
que los sujetos establecen consigo mismo. (Gentili, P. 2000)