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D.L. AB-473/1978
I.S.S.N. 0212-8632
por
Aurelio PRETEL MARN*
RESUMEN
Todo indica que Alpera pudo haber sido origen, en tiempos musul-
manes, de un sistema hidrulico que deriva el exceso de aguas de sus fuen-
tes a las tierras de Almansa y de Ayora, mediante dos canales, que sern los
"arroyos" de Alpera y Malecn, afluente este ltimo del Zarra. Probable-
mente ya durante el siglo XII, en poca almohade, y sin duda a partir de la
conquista cristiana de la zona, parte de este sistema de drenaje y redistribu-
cin pudo deteriorarse dando lugar a charcos y almarjales infectos, cuando
no a verdaderas lagunas o pantanos en algunos lugares de la acequia de
Almansa, a pesar de lo cual Alpera se mantuvo, ms o menos poblada,
como aldea de Almansa en un primer momento, y despus de Chinchilla,
gracias a su estratgica situacin caminera y su abundancia de agua, que la
hizo objetivo de distintos poderes feudales. Su enclave en la frontera y la
inseguridad dificultaron su recuperacin; pero don Juan Manuel, el seor
de Chinchilla y Almansa, como de todo el gran estado de Villena, promue-
ve desde 1338 un acuerdo entre ambas poblaciones para abrir o reabrir la
acequia que permite llevar el agua a Almansa y mover los molinos de su
cauce, situando en el mismo varios abrevaderos para dar de beber a los
ganados. En 1445 seis vecinos de Alpera comprarn a Chinchilla todo el
trmino, con las aguas y tierras de cultivo, dividindolo entre ellos, y a par-
tir de entonces ellos y aquel concejo entrarn en conflicto con Almansa por
el incumplimiento del anterior convenio. Y aunque la propiedad se reparte
muy poco, al parecer, y aunque Almansa prohbe a sus vecinos tener tierra
en Alpera, la poblacin ya no dejar de crecer hasta los 100 vecinos que al
parecer tena cuando en 1566 compra su independencia.
Palabras clave: Regado. Hidrulica. Canales. Al-Andalus. Seoro
de Villena. Edad Media.
7
AURELIO PRETEL MARN
ABSTRACT
8
POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
1
J. Lozano, Bastitania y Contestania del reino de Murcia, Vol. I, 1794, Reedicin en
Murcia, 1980, pp. 10-13.
2
As lo ha visto Pocklington en un nuevo trabajo, Toponimia ibrica, latina y rabe de la
provincia de Albacete, que publica en estas mismas pginas.
3
Que sepamos, existe otro Pajares en una zona baja donde se unen el Mundo y el Segura,
citado en Al-Zuhri como B.lyar.s (Vase A. Carmona y R. Pocklington, Agua e irriga-
cin en la Murcia rabe, Murcia, 2008, p. 54); pero la evolucin de los topnimos no
ha de responder a los mismos patrones, por lo que dos iguales pueden tener orgenes
bastante diferentes.
4
Como el documentado a la orilla del Tajo y en los lmites de Toledo y Madrid, justamente
en un sitio que desde el siglo XI se vena llamando Alboher, Albuera o Alboer (M. Cor-
chado, Toponimia medieval en la regin manchega, en VII Centenario del Infante don
Fernando de La Cerda, I. E. Manchegos, 1975, p. 43.
5
J. Vallv, La divisin territorial de la Espaa Musulmana, Madrid, 1986, p. 267. Cono-
cemos distintas traducciones de este nombre, Alpujarra, que van desde unas huertas
en zona montaosa a la de una comarca insumisa o rebelde. Ninguna nos parece ms
lgica o exacta que la que proponemos para las Alpujarras de La Mancha, o el Pujerra de
Mlaga. Incluso en la Alpujarra granadina es frecuente encontrar lagunajos y albercas
que sirven para el riego y para los molinos, y boqueras o diques que derivan el agua
de lluvia o de las ramblas para llenar aljibes y cisternas de riego. Pero lo que interesa,
en todo caso, es ver cmo el sonido b del topnimo rabe, se ha trocado en la p del
romance.
9
AURELIO PRETEL MARN
6
J. Vallv, La divisin territorial de la Espaa Musulmana, Madrid, 1986, p. 188. Aho-
ra, y en consonancia con nuestra propia hiptesis, casi nos atrevemos, desde nuestra
ignorancia, a pensar si el topnimo Vejer, cercano a la laguna, no deriva tambin de
Behera o Buhayra.
7
A. Conde, Historia de la dominacin de los rabes..., p. 121, recuerda que en los tiem-
pos del califa Al-Hakam se excavaron acequias en las vegas de Granada, Murcia,
Valencia y Aragn, se construyeron albuheras o lagos de riego y se hicieron diversas
plantaciones de toda especie, como convena a la calidad y clima de las provincias; y
que tiempo despus, los almohades rehicieron en Sevilla el acueducto para llevar el agua
a la Buhayra o estanque que da nombre a un famoso palacio. El mismo constructor que
hizo la de Sevilla hizo otra en Marraquesh, abastecida de agua mediante una acequia de
ms de 25 km. de largo.
J. P. Molenat, Campagnes et monts de Tolde du XIIe au XVe sicle, Casa de Velzquez,
Madrid, 1997, p. 489-490, seala un documento toledano mozrabe de 1288 sobre po-
zos y albercas (bir wa buhayra) a la orilla del Tajo, y otro de 1347 en que se habla de
mantener las arcas de ladriello por do va el agua a la albuera, saluo si por aventura
por avenidas el rio derribare los dichos arcos.
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POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
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AURELIO PRETEL MARN
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La Relacin de Alpera a Felipe II (1575) dice, acertadamente, que es muy antiguo este
nombre, y se tom porque a media legua de esta villa ay vnos edifiios del castillo que
se llamava antes de Alpera, y de alli tomo ese nonbre, y asi lo llamaron los antiguos y
se llama agora. Muy cerca, hay un paraje llamado "La Laguna".
12
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Sobre estos sistemas hidrulicos antiguos, que se revitalizan en el siglo XIV, ver P. J.
Garca Moratalla, Iniesta en el siglo XV
XV, Iniesta, 1999, pp. 29 y 143-144, 148 y 211. A.
Pretel Marn, Del Albacete islmico: notas y conjeturas, IEA, Albacete, 2007, pp. 83-
110. J. F. Domene Verd y A. Pretel Marn , Historia de Villena El agua y su utiliza-
cin para el riego en la huerta de Villena, Villena (Alicante), 2009, pp. 314-319.
13
AURELIO PRETEL MARN
10
Pechn, el precedente del actual Montealegre, fue otra de las aldeas que llegaron pobla-
das hasta la Reconquista. Su nombre puede estar acaso en relacin con la torre que ha-
ba en el lugar. M. Barcel, Loquella barbarica, II, Faventia, 22/1, 2000, pp. 103-104,
seala que el topnimo Baana y al-Baanis aparece a menudo en relacin con las
torres antiguas, como las de Pechina en Almera y Petxina en Menorca. Podemos aadir
la torre de Alpechn, que fue de don Fadrique y se entreg despus, en 1261, a la orden
de Alcntara junto a las alqueras de Cambulln y Gelves a cambio de Alcantarilla (CO-
DOM, I, 2008, Doc. XCIV), la de Alpejiniz al-Baanis en Almera (vase Al-Idris,
Los caminos de Al-Andalus... p. 241) y quiz los Pexines que Alfonso VIII cita en el l-
mite oriental de Alcaraz, aproximadamente donde est todava la torre de Albarruiz y la
denominada Caada de Pechinas, trmino de San Pedro (Albacete). Y aunque ya no nos
consta si en ellas hubo torres, en Toledo encontramos las Pexinas de La Sagra y La Sisla
(J. J. P. Molenat, Campagnes et monts de Tolde du XIIe au XVe sicle, Madrid, 1997, p.
445), y en Granada, adems de la Peczina de la taha de Ugjar, encontramos en fuentes
musulmanas el cercado sito en el alfoz de Baan, fuera de Baza (F. Mallo Salgado,
Los arabismos del castellano en la Baja Edad Media, Salamanca, 1991, p. 425).
11
Adems de una senda entre Alpera y Pechn, un amojonamiento de los trminos de
Almansa y Montealegre de 1338, partiendo de las Hoyas del Chisnar, cita entre otros
mojones, ...un mojon en la senda que va a Montealegre, como omne va a mano yz-
quierda; et pusieron otro mojon en el camino mayor. Por lo tanto, parece que exista
un camino mayor, que creemos coindice con la actual carretera de Montealegre a
Almansa, y una senda menor de Montealegre a Alpera. Ms adelante cita todava otra
senda que vena de la Fuente del Pino e iba hacia el Pozuelo de la Higuera, y otra que
vena de la Cueva de La Puta. A. Pretel Marn, Don Juan Manuel, seor de la Llanura,
Albacete, 1982, Doc. 31, p. 273.
12
En 1380, se dice que se huso siempre que los que trahen los dichos ganados vacunos
los trahen por Vete e por termino de Alpera... que es dicho senda de las vacas. A.
Pretel Marn, Almojarifazgo y derechos seoriales del siglo XIV en el marquesado de
Villena: un ordenamiento de don Alfonso de Aragn en las Juntas de Almansa de 1380,
en Studia Histrica in honorem Vicente Martnez Morell, Alicante, 1985, p. 362.
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POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
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Aunque, lgicamente, no faltan las higueras en lugares con agua, sospechamos que el
nombre de Higueruela, como el otras torres y fuentes de la Higuera o la Agera (las
de Ciudad Real, la de Valencia llamada Fuente Agera en algn documento y quiz
la Higueruela de Toledo) tenga que ver ms bien con los depsitos de agua situados es-
tratgicamente en las calzadas y a veces protegidos con pequeos castillos. Quiz puede
venir de algn diminutivo de aqua (en el sentido de agua o acueducto), o de aquae (los
baos), o de aquaria, entendida como una captacin o como una cisterna. Higueruela,
que no se documenta hasta el siglo XIV, cuando don Juan Manuel pasa por el lugar en
busca de lugares abundantes de agua y su vasallo Pedro Garca de Madrona construye
o reconstruye su castillo, parece haber estado poblada anteriormente, y adems de su
pozo, que en el siglo XV se prohiba usar para la agricultura, pudiera tener otros puntos
de suministro, pues parece un lugar de refresco y aguada en el camino, y sus alrededores
estn llenos de nombres como El Corral del Cao, Chorreadores, Las Balsicas o el Abre-
vadero y Fuente del Rincn, algunos de los cuales ya estn documentados en tiempos
medievales.
14
AHPAlbacete. MUN. Leg. 543. Cuaderno de ordenanzas de la Caballera de Sierra de
Chinchilla.
15
AURELIO PRETEL MARN
al-Yubb del que puede venir el vallejo del Chopo o del Pozo, e incluso
la Manzana que da nombre a otra fuente y que acaso pudiera proceder
de un compuesto de Ayna, aunque esto, por supuesto, slo es conjetura, y
bastante arriesgada. De la misma manera, otros vocablos rabes, como barid
(camino, derivado del veredus latino), pudieran haber dado el de la actual
Vereda llamada La Pedriza aunque, por descontado, todas estas no sean
sino especulaciones cuya comprobacin sera problemtica. Otros, como
el de Alpera, el de Gibravalencia (nombre dado a las sierras que separan
Alpera y Almansa de las tierras de Ayora y Enguera15, y que evidentemente
es la deformacin de Yibal Balansiyya o Montes de Valencia), o el del no
muy lejano Carceln, son claramente arbigos, pero queda la duda de si
otros, como el de Sex que da su nombre a otro manantial, y que suele
encontrarse en otros similares, es de origen preislmico o arbigo (bien
pudiera venir del sulfato de hierro aceje o as-Sa como ocurre en el caso
de una de las fuentes del Ro Tinto de Huelva16).
Podemos presumir a juzgar por indicios, ms que por documentos
que el arroyo de Alpera formado por el agua de las fuentes del lamo y La
Pea, y la de algn vallejo como el del Reviejo (derivado tal vez de un
antiguo riviculum?) y quiz las
acequias que se llevan el agua hacia
Almansa y Ayora (la de del Royo
que va desde La Hiedra y la Casa de
la Hilera al campo de Almansa, y la
del Malecn, tributario del Zarra y
el ro Jarafuel), existiera en tiempos
musulmanes. El gegrafo rabe Al-
Idris seala que entre Almansa y
La Balsa del Reviejo.
15
F. Rodrguez de la Torre y J. Cano Valero, Relaciones... p. 137. Ver tambin nuestro libro
Chinchilla medieval, Nota 666. La relacin de Alpera a Felipe II (A. Cebran Abelln
y J. Cano Valero, p. 42) seala adems que hay hacia puniente una sierra que se dice
Gibra Valencia, que llega hasta cerca de Jumilla. Otra cosa es saber si estas sierras pu-
dieron formar parte del ibal Balansiyya (Montaas de Valencia) de los autores rabes,
que suele situarse en tierras levantinas, o en los actuales lmites de Murcia y Alicante (J.
Torr, Fortificaciones en ibal Balansiyya. Una propuesta de secuencia, en E. Malpi-
ca, ed. Castillos y territorio en Al-Andalus, Granada, 1998, pp. 385-386).
16
Crnica del Moro Rasis, Ed. de Diego Cataln, M. S. de Andrs y otros, Madrid, 1975 p.
91, E. Ters, Materiales para el estudio de la toponimia hispanorabe. Nmina Fluvial,
Madrid, p. 116). Podemos aadir que en Lorca tambin hay una Fuente del Cejo, y en
la parte de Yeste una aldea de Sege, para la que, no obstante, apunta Robert Pocklington
pueda venir de Sahl, significando Llano (Pocklington, 2008).
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POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
LA CONQUISTA CRISTIANA Y
EL REINADO DE ALFONSO X
EL SABIO
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bles para las alqueras y pequeos poblados de la zona, sin duda vulnerables
a la inseguridad. Sin embargo, parece que algunas, por lo menos, lograrn
pervivir, conservando su nombre musulmn, como ocurre en el caso de Al-
pera, Bonete o Gonete, Carceln19, Bete20, Burjaharn21, y el heredamiento
parece apuntar que Canabat se encuentra en tierras de Valencia, pero pudiera ser El
Caavate (Cuenca), si esta accin se produjo al retirarse.
19
El nombre Carceln que ya exista en tiempos musulmanes, y que se mantendr des-
pus de la conquista, pudiera proceder, como sugiere Pocklington quien rechaza la
idea de Menndez Pidal que relaciona este mismo topnimo con el del antropnimo
Carcilius de un timo latino de Carcer, Carceranu. Sin embargo, tampoco creemos
imposible que venga de un vocablo pre-islmico de raz Kar o Kars, frecuente en los
lugares y fenmenos crsicos, y de al-ayn (la fuente), acaso en alusin a los calares que
ocasionan distintos manantiales, o quizs en concreto a uno de ellos, todava famoso por
su gran calidad. O de un dual de Qasr (Parador, o Palacio) aludiendo a los dos alczares
que hubo en la localidad, o de Qasr al-Ayn; es decir, el Alczar de la Fuente, aludiendo
sin duda, ms que al Palacio actual, al antiguo castillo de tapial, del que se habla en
el siglo XVI, y del que puede verse una torre almenada y un lienzo de muralla en las
fotografas de principios del XX, y a la citada fuente (aunque hay varias ms en los
alrededores).
20
Encontramos el nombre en el siglo XIV, pero pudiera ser derivado del rabe Bayt (el
Cortijo o La Casa), como sugiere Pocklington.
21
Se ha dicho que este nombre viene de Bur Harun, Torre de Harn, o bien de los
Jalones; pero a nuestro entender puede venir, ms bien, de Bur ar-Rum, Torre de los
Romanos (aunque este nombre acaso pudiera referirse a los cristianos de forma general
como es muy frecuente). Recordemos que en textos musulmanes de poca almohade
relativos al campo de Jerez hay otra Bur ar-Rum, (vase Franco Snchez, Vas y defen-
sas andaluses en La Mancha Oriental, Alicante, 1995, p. 155), y en Mallorca Al-Zuhr
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POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
cita un Hisn al-Arn el actual Alar en el que resistieron los cristianos cuando el emir
Abd-Allah conquist aquella isla.
22
El Hondn, que parece un trmino cristiano, tambin se suele dar en las fuentes isl-
micas a las vegas o huertas cultivadas al pie de las montaas, como ocurre en el caso
del Al-Fundn de Lorca, y queda reflejado en algunos topnimos como Hondn de las
Nieves y el Hondo de Elche (aunque quiz pudieran proceder de los fundus, propiedades
agrcolas es decir, alqueras durante el Bajo Imperio. El Almugrn tambin parece un
nombre antiguo, que da su nombre actual al cerro del Mugrn, aunque ya no sabemos si
est relacionado con los ms abundantes Morrones y Almorchones.
23
A. Pretel Marn, Almansa medieval (Una villa del seoro de villena en los siglos XIII,
XIV y XV). Ayuntamiento de Almansa (Albacete) 1981. Pg. 182.
19
AURELIO PRETEL MARN
24
J. Torres Fontes, CODOM, II, Doc. III. J. M. Del Estal, Las tierras levantinas de Al-
bacete en la dinmica expansionista de Castilla y Aragn, Congreso de Historia de
Albacete, IEA, Albacete, 1984, Vol. II, p. 57. J. Torres Fontes, Del tratado de Alcaraz
al de Almizra, de la tenencia al seoro (1243-1244), Miscelnea Medieval Murciana,
XIX-XX, Murcia 1995-1996, pp. 279-302.
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28
A. Pretel Marn, Almansa medieval, Doc. III, y pp. 24-25. Conquista y primeros inten-
tos... pp. 130-150
23
AURELIO PRETEL MARN
29
J. Torres Fontes, CODOM, III, Doc.LXIV, p. 83.
30
J. Torres Fontes, CODOM, II, p. 28.
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ALDEA DE CHINCHILLA
31
En la acequia de Alcira, aunque Jaime I manda abrir otra nueva, que quiz es solamente
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Pechn, cerca de Montealegre, seoro del mismo don Gregorio del que
hemos hablado, que se avia despoblado por ser pueblo muy enfermo32.
Al final del reinado de Alfonso X el Sabio, la rebelin abierta de su hijo
don Sancho, que dara lugar a la guerra civil, acarrear tambin la inclusin
de Chinchilla y Jorquera en el gran seoro de don Manuel, que comprenda
ya Elche, Elda, Villena y otros muchos pueblos de la actual provincia de
Alicante, y Almansa, en La Mancha. ste comenzara una intensa labor
repobladora, asentando colonos, repartiendo heredades y es de pensar que
abriendo o reabriendo las antiguas acequias. Eso hizo, por lo menos, en las
vegas de Elche y Orihuela en La Daya, Catral y Almorad, donde su hijo
habla luego de unos cavazuelos que diz de don Manuel y de laacequia
que don Manuel mand fazer y en la rambla que conduce a Nompot
(hoy, Monforte del Cid) la aygua
que ve rambla avall dels almarjals
de Villena33, o al conducir a Elche
el agua de Villena y organizar los
riegos de esta poblacin34. Sabemos
que tambin hace repartimientos
a los mios vasallos que agora
son poblados en la mi villa de
Chinchilla, pero aqu no nos
constan obras de infraestructura
semejantes a las que hemos citado.
Chinchilla. No sera imposible que lo hiciera en
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POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
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AURELIO PRETEL MARN
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Bajo don Juan Manuel est documentada la llegada de moros del reino de Valencia a
repoblar su tierra (ver A. Pretel Marn y M. Rodrguez Llopis, El Seoro de Villena en
XIV, IEA, Albacete 1998, pp. 95-96). Y a finales de este mismo siglo, en 1398,
el siglo XIV
todava parecen ser mudjares muchas de las personas que habitan Carceln, que ha
vuelto a depender de Constanza Manuel, heredera de Sancho y casada con Gmez Gar-
ca de Albornoz, despus de algunos aos de haber sido aldea de Jorquera. J. A. Almen-
dros Toledo, Consideraciones sobre un pergamino extraviado del archivo municipal de
Carceln. I Congreso de Historia de Castilla-La Mancha, VI, Junta de Comunidades,
Toledo, 1988, pp. 157-161. Consltese tambin, de este mismo autor, marco histri-
co de la villa de Carceln desde la Edad Media cristiana, en J. J. Gmez Molina, El
desvanecimiento de la memoria, autorretrato de una comunidad rural, Toledo, 1998,
195-228.
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POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
que contender con las dificultades que supone la vida en la frontera del
reino de Aragn, llena de salteadores y almogvares moros y cristianos que
hacen de la rapia una forma de vida; y tambin de las tropas ms o menos
nutridas que solan venir del reino de Granada con bastante frecuencia: en
1320 se reciba aviso en Almansa, Caudete y Villena de que en Vlez se
estaba formando un gran ejrcito, que pudiera venir contra estas poblaciones
y tal vez a Chinchilla37. Por esos mismos aos los moros, que recorren a
sus anchas los trmino de Almansa y las villas vecinas, saquean Albacete
que al parecer qued despoblado algn tiempo y Tobarra y Yecla, como
mnimo. Y si las villas grandes vivan con zozobra, no hay que ponderar lo
que padeceran las pequeas aldeas, que a menudo se pueblan y despueblan
intermitentemente.
Aun as, es posible que el sistema de drenaje de Alpera siguiera fun-
cionado, aun cuando fuera de forma defectuosa, o que se hubieran hecho
arreglos temporales, o que el agua siguiera circulando de forma irregular
y creando lagunas en trmi-
no de Almansa. Por lo menos
sabemos que, en 1308, cierto
Miguel Saavedra y su hijo
Martn, vecinos de Chinchilla
que iban a la feria de Villena
a vender su ganado, se vieron
sorprendidos por un grupo de
moros y cristianos proceden-
tes de Ayora, Jarafuel y Fuen-
te Agera (se supone que sea
Fuentelahiguera), quienes los
asaltaron a una legua de Al-
mansa, do la Penna Ruvia, e El Pantano de Almansa.
degollaronlos e echaronlos
en un lago38. Posiblemente fuera en el mismo lugar en donde luego se
situ el pantano, la hoya natural que habra de llenarse con agua de la lluvia
y de la acequia procedente de Alpera, lo que puede indicar que ya existe el
37
A. Lpez Serrano, Jaime II, don Juan Manuel y el seoro de Villena, pp. 182-183.
38
Estos hechos causaron una accin de castigo del concejo de Almansa, que alcanz a los
ladrones cabo Chiella, recobrando el ganado y capturando a uno de los ladrones, y
una reclamacin del merino mayor del seor de Villena,Sancho Ximnez de Lanclares,
al rey Jaime II. A. Lpez Serrano, Jaime II, don Juan Manuel y el seoro de Villena,
Doc. XXI.
29
AURELIO PRETEL MARN
trasvase que veremos abrirse unos aos despus39, y que el agua se estanca
en grandes cantidades, bien por el deterioro a que hemos aludido, o bien
porque existiera una presa anterior a las que se construyen en la Baja Edad
Media y el siglo XVI.
Otra buena razn para explicar el fuerte deterioro de Alpera y sus
acequias sera el egosmo de las autoridades de Chinchilla, que prefieren
dejar que el agua se dirija al trmino de Ayora, del reino de Valencia, o se
estanque inundando la llamada dehesa del Retamal, antes que permitir
su uso por Almansa, como luego veremos. Esto beneficiaba a la ganadera,
pero perjudicaba, sin duda, el poblamiento de la aldea de Alpera, que
dispone de poca tierra para el cultivo, e impeda el normal funcionamiento
del sistema hidrulico anterior. Algo muy semejante a lo que se constata,
como podremos ver, en otros muchos puntos del alfoz chinchillano, donde
ni los esfuerzos del infante don Manuel y su hijo, ni siquiera las rdenes y
amenazas de ste contra los propietarios que impedan labrar y poblar las
aldeas, haban conseguido que stas renacieran.
Ser don Juan Manuel, quien impulse, sobre todo a partir de 1330,
y en la ltima dcada y media de su vida, la recuperacin en sus dominios
de aldeas despobladas y de las primitivas acequias y canales que permitan
drenar espacios inundados y conducir el agua a lugares donde era mucho
ms necesaria. Aunque por lo comn se suelen presentar como trabajos
emprendidos ex novo, o como creaciones de tiempo de su padre, est bien
comprobado que la gran mayora, por lo menos en Elche y sus alrededores,
son sistemas hidrulicos antiguos,
y l mismo reconoce que haba
conocido en su gran seoro
muchos ros et arroyos que sola
correr mucho agua por ellos, que se
fincheron de juncales et de almarjales
et se cegaron; et vio otros que non
solan correr, que se avrieron et
corre por ellos mucho agua et ay
molinos. Fenmeno que l mismo
constata en Becejate Vocegate y
Becejate y el hondo donde estaba el otros puntos de tierra de Alarcn y
arroyo y la laguna. su tierra, donde est promoviendo
39
M. J. Pereda Hernndez, Las ordenanzas de la villa de Almansa otorgadas por el go-
bernador Miguel de Luxn en 1536, en Congreso de Historia del Seoro de Villena,
Albacete 1988. p. 287.
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POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
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POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
41
A. Pretel Marn, Almansa medieval, Albacete, 1980, Docs. VIII, IX, XIII y XVI; Don
Juan Manuel, seor de la Llanura (Repoblacin y gobierno de La Mancha albacetense
en la primera mitad del siglo XIV). IEA, Albacete, 1982, Docs. 36-38, y Chinchilla
medieval, Doc. 4); y el trabajo de J. Pereda Hernndez, pugna entre los concejos de
Almansa y Chinchilla por las aguas de Alpera, en Congreso de Historia del Seoro de
Villena, IEA, Albacete, 1987, pp. 275-282. Es curioso observar que los molinos son los
que justifican el reparto del agua entre los dos concejos con arreglo a un doble criterio
de turno temporal y de volumen (vase Barcel, Saber lo que es un espacio hidruli-
co... p. 242-243). Al hacer el convenio de la acequia de Alpera (1338), los concejos de
Almansa y Chinchilla acuerdan que la tengades la dicha agua desta guisa para agora
e para todo tiempo: que la ayades seys dias e seys noches, e nos los de Chinchilla e de
Alpera quatro dias e quatro noches... pero que en estos quatro dias e quatro noches que
nos los de Chinchiella e de Alpera auemos de auer esta agua, que dexemos yr por el
acequia que a de yr a Almansa el terio del agua que viniere o vern por este dicho roio
de Alpera, porque esta dicha acequia non se seque e los molinos que se y fizieren non se
pierdan. Otrosi que en los seys dias e seys noches dichos que nos los de Almansa auie-
mos de auer esta agua cada que nos copiere segund dicho es, que dexemos el terio de
esta dicha agua a uos los de Chinchiella e de Alpera, porque uos podades aprouechar
della en qual quier manera que uos quisieredes.
33
AURELIO PRETEL MARN
34
POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
35
AURELIO PRETEL MARN
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POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
37
AURELIO PRETEL MARN
permiso de stos para la conduccin. No sera casual que unos aos despus
se sacara traslado justamente en Almansa de unas ordenanzas de la reina
Catalina de Lancaster que imponan las ms severas penas, incluida la de
muerte, para quienes llevaran a Aragn ganado o provisiones46.
Con el renacimiento de las actividades econmicas y el alza de los
precios, la comarca conoce un despertar agrcola, pecuario y comercial,
en las primeras dcadas de la nueva centuria. Y, pese a sus contiendas,
que no desaparecen, los concejos de ambos lados de la frontera intentan
resolver sus problemas de lmites para evitar futuros contenciosos entre
ellos a la hora de pastar o sembrar en los mismos. El 5 y 6 de marzo de
1411, en la Fuente de Meca, entre Ayora y Chinchilla, se renen distintos
hombres buenos con cartas de poder de estos dos municipios y proceden a
un apeo detenido, partiendo de la cima del Mugrn a la Escaleruela sobre
el Campo de Ayora, a una cueva
catante al Retamal de Alpera, a la
fuente de Meca en cuyas cercanas
existen ya labores y de all a la
caada que lleva hasta las Casas de
Domingo Gonzalo, a la Fuente y la
sierra Tortosilla y al pico de la sierra
de Trascortes, donde ambas partan
con Jorquera47.
En los aos siguientes, las
guerras que trajeron los famosos
Infantes de Aragn, tanto dentro del
reino como entre ste y el vecino,
hicieron muchos daos en toda la
frontera hacia 1429, devastando
los trminos de Caudete, Biar y
Cocentaina, Sax, Villena y Almansa
(que atac los lugares de Zarra y
Teresa, pero fue saqueada por tropas
de los Maza, seores de Mogente Almansa y su castillo.
y Fuentelahiguera ). Sera muy
48
46
Traslado, el 19 de mayo de 1413, de la carta real de 15 de abril del ao anterior. Arch.
Hist. Prov. Albacete, PRIV, Carp.6, N. 1.
47
Publicado en A. Pretel Marn; Tres noticias de inters arqueolgico, en Homenaje a
Samuel de Los Santos, IEA, Murcia, 1988, pp. 47-52.
48
F. Domnech Mira, El asedio a la villa y castillo de Caudete. Un episodio de la guerra
de fronteras entre Castilla y Aragn (1429-1430), en II Congreso de Historia de Alba-
38
POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
extrao que Alpera se librara de tanta destruccin, pero parece claro, en todo
caso, que aquellas conmociones pudieron motivar un nuevo deterioro de la
acequia, y todava ms de los antiguos usos entre Almansa y Chinchilla,
sobre todo a partir del momento en que sta se decide a explotar al mximo
las aguas y las tierras de Alpera de manera exclusiva. A finales de abril de
1439 Chinchilla decida amojonar la dehesa boyal que exista en Alpera,
prohibiendo el acceso a ganados distintos de los bueyes de arada; pero al
tiempo se crea otra contigua a sta en la que ya se admite la presencia de
yeguas desde Santa Mara de Agosto a San Miguel, y tambin de las vacas
merchaniegas y erras49. Y todava ms: se crea en el Retamal donde
antes ya exista la del Rincn de Meca una nueva dehesa lindante con
Almansa y con la villa valenciana de Ayora, para arrendar de cada vn
anno quando pluguiere al dicho conejo, para eruaje de los ganados que
la arrendar quisieren50. Poco tiempo despus, el 28 y 29 de mayo, se
faculta a los guardas contratados para la vigilancia y cobro de derechos en
las dehesas de Alpera51 y para controlar el partidor del agua cierto Alonso
Garca y Alonso Martnez de Valdeganga a cazar y pescar los peces de la
acequia, slo para el consumo de sus propias familias, y no para vender.
El 21 de junio, despus de amojonar meticulosamente todos los boyalajes
y dehesas de Alpera, se redacta, por ltimo una nueva ordenanza sobre el
arrendamiento de la caza en las mismas, y de all en adelante se seguir
cete, II, IEA, Albacete, 2002, pp. 91-113.
49
Arch. Hist. Prov. Albacete. Libro 26, fols. 65-69. Los forasteros tendrn prohibido el
acceso, pues el boyalaje es slo para los bueyes de arada de los vecinos de Chinchilla, y
no podr entrar otro tipo de ganado. Cada manada que as lo hiciere pagar 200 marave-
ds, 150 para el concejo y el resto para los caballeros de sierra, el acequiero puesto por
el municipio, o para quien los sorprendiera en el acto.
El acotamiento de dehesas no es slo un fenmeno chinchillano. En estas fechas parece
ocurrir lo mismo en otros pueblos del Marquesado. El 10 de octubre de 1428, el alcalde
entregador de las mestas y caadas, Juan de Altarriba, amojon a Almansa su boyalaje
de El Campo y le otorg una nueva dehesa para ganado lanar y cabro ...por quanto los
dichos sus ganados lo pasavan mal con los otros ganados forasteros... a causa de la
escasez de pastos. J. M. Soler, Aportacin... pp. 232-234.Doc. 5.
50
Arch. Hist. Prov. Albacete. Libro 26, fol. 66. Se guardara esta dehesa del 1 de septiem-
bre al 1 de abril, y slo podrn meter sus ganados mayores o menudos los ganaderos
que la arrendaren, bajo pena de 10 reses de cada manada que entrara de noche, o 5 si
de da.
51
Arch. Hist. Prov. Albacete. Libro 26. A partir de ese da, los labradores de Chinchilla
podran llevar al boyalaje de Alpera los bueyes de arada, y con cada par de ellos una
vaca, siempre que estas no rebasaran el nmero de cuatro. Al retirarlos, un ao despus,
pagaran a los guardianes 15 maraveds por buey y 30 por vaca. Las cras nacidas en ese
tiempo no pagaran nada.
39
AURELIO PRETEL MARN
52
Arch. Hist. Prov. Albacete. Libro 26, fol. 70. Ganaran 2.500 maraveds anuales cada
uno por su trabajo de guardar las bestias de los vecinos, a los que deberan cobrar 30
maraveds por cada vaca y 20 por el buey.
53
ASENJO GONZLEZ, M. Labradores ricos: nacimiento de una oligarqua rural en la
Segovia del siglo XV. En la Espaa Medieval, 4 (1984), pp. 63-85.
40
POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
41
AURELIO PRETEL MARN
56
A. Pretel Marn, Chinchilla medieval, Doc. 18.
57
Todava en 1520 los procuradores chinchillanos fueron a la corte a tratar un asunto re-
lativo a la feria de Alpera, cuya naturaleza nos es desconocida. Ver A. Pretel Marn, La
comunidad y repblica de Chinchilla (1488-1520), IEA, Albacete, 1989. p. 226
42
POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
58
A. Pretel Marn, Chinchilla medieval, IEA, Albacete, 1992, pp. 504-505.
43
AURELIO PRETEL MARN
59
A. Pretel Marn, Almansa medieval... Doc. XXV, p. 236.
60
M. J. Pereda Hernndez, Las ordenanzas de la villa de Almansa... p. 288 y 295. Orde-
nanzas de 1499 y 1536.
44
POBLAMIENTO E HIDRULICA EN ALPERA Y SU ENTORNO: DE LA ALQUERA ISLMICA A LA VILLA CRISTIANA
tiene a enso seys mill ducados y porque los vezinos son pobres...61 Es la
historia de siempre: para pagar, se pide un prstamo oneroso, al que habr
que sumar los intereses, que pagan por igual los pobres y los ricos, por regla
general imponiendo una sisa sobre los alimentos... Y como consecuencia
viene la caresta, y el que puede se escapa, aunque los principales de la
localidad probablemente nunca vivieron en Alpera, donde slo tenan las
fincas que arrendaban.
61
A. Cebrin Abelln y J. Cano Valero, Relaciones topogrficas..., p. 43.
45
AURELIO PRETEL MARN
62
F. Rodrguez de La Torre y J. Cano Valero, Relaciones geogrfico-histricas de Albacete
(1786-1789) de Toms Lpez, IEA, Albacete, 1987, p. 155.
63
A. Marcos Martn: Espaa en Almoneda. Enajenaciones por precio de alcabalas y
tercias en el siglo XVI. Congreso Internacional Las Sociedades ibricas y el mar en el
siglo XVI, T. IV. Univ. de Valladolid, 1998, pp. 61 y 64. J. Almendros Toledo, Algunas
notas sobre las salinas de Fuentealbilla, Al-Basit, N 17, pp. 20-30.
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Nmero Pginas Origen Ao
55 47-70 Albacete 2010
por
Jos SNCHEZ FERRER*
RESUMEN
ABSTRACT
49
JOS SNCHEZ FERRER
1. INTRODUCCIN
1
RODRGUEZ LLOPIS, M. Los milagros de Yeste. Una manifestacin de religiosidad
popular en tierras albacetenses. Rev. Informacin n 23. Cultural Albacete, mayo de
1988.
50
LA CAPILLA Y LA LIBRERA DEL DOCTOR JUAN HERNNDEZ DE CARTAGENA EN LA IGLESIA DE LA ASUNCIN DE YESTE
2. LA CAPILLA
51
JOS SNCHEZ FERRER
Es una capilla del gtico final situada en la parte baja del hueco de
la torre de la iglesia y, por tanto, delimitada por sus gruesos muros, que
en la cara interior presentan un aparejo isdomo de bien cortados sillares.
Su planta es cuadrada de 320 metros de lado y en la clave se miden 462
metros de altura con respecto al pavimento2. Se cubre con bveda de crucera
cuatripartita con clave pinjante en la que aparece esculpido un emblema
que tiene la apariencia de ilustracin de una empresa relacionado con el
fundador de la capilla (fot. 1; ver tambin la fot. 17). En el centro, una mano
sujeta un eje sobre el que parece descansar un posible globo terrqueo sobre
el que se despliega una filacteria con la palabra "indyo" en letras gticas;
a ambos lados de la filacteria figuran sendos rostros de indios americanos;
a cada lado de la mano se labraron dos representaciones que no puedo
identificar, quizs tambin cabezas.
El escudo lleva bordura, que est constituida por dos cordones
paralelos, uno sogueado y el otro liso, con una cinta enrollada en espiral a
su alrededor de forma que permite que sea vista entre las espiras.
Los elementos que reflejan esta empresa y la poblacin que lleva
tras su nombre, (...) de Cartagena de Indias? hacen pensar que el doctor
pudo estar relacionado de alguna manera con Amrica.
2
Todas las dimensiones que se citan en este artculo me las ha facilitado el prroco de la
Asuncin, Jos Agustn Gonzlez, a quien agradezco mucho su colaboracin.
52
LA CAPILLA Y LA LIBRERA DEL DOCTOR JUAN HERNNDEZ DE CARTAGENA EN LA IGLESIA DE LA ASUNCIN DE YESTE
La estancia no posee
ventana alguna y se comuni-
ca, a travs de una arcada de
medio punto construida con
sillares, con la parte delantera
del brazo del crucero de lado
de la epstola (ver planta de
la iglesia). El vano posee reja
baja de cuatro cuerpos, de los
cuales son puertas de doble
hoja los del centro y fijos los
de los extremos (fot. 2).
Se le denomin capilla
de la Santa Espina porque una
de las reliquias que en ella se
guardaban estaba considerada
como una de las espinas de la
corona de Jesucristo.
2.2.1.1. Banco
El banco es estrecho, 033 metros, y posee, delimitadas por cuatro
pilastras y por basa y arquitrabe corridos, tres partes: dos encasetamientos
laterales de medio metro de longitud con cuadros al leo sobre lienzo que
representan ambos a Mara Magdalena y un estropeadsimo panel central
(fot. 4) decorado con flores, de 095 metros de largo, con el sagrario en
medio, cuya puerta tambin est ornamentada por un tapiz floral pintado;
sobre el ngulo superior derecho se pint en negro una inscripcin, hoy casi
totalmente perdida.
53
JOS SNCHEZ FERRER
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LA CAPILLA Y LA LIBRERA DEL DOCTOR JUAN HERNNDEZ DE CARTAGENA EN LA IGLESIA DE LA ASUNCIN DE YESTE
Fot. 4.- Retablo de la capilla de la Santa Espina. Panel central del banco.
2.2.1.2. Cuerpo
El cuerpo es alargado con casi 140 metros de altura y se halla dividido
en tres calles por cuatro pilastras con basa, fuste decorado con grutescos en
relieve y capitel. Sobre los capiteles se desarrolla el entablamento, en el que
tres bajas pilastras con arquitrabe, simple cornisa y liso friso rematadas
por ornamentados capiteles prolongan las pilastras del banco y marcan las
calles.
La calle del lado del evangelio tiene un cuadro pintado al leo en el
que est representado San Juan Bautista; en la otra calle lateral, igualmente
al leo, figura San Juan Evangelista.
La calle central, ms ancha que las laterales, es una hornacina
rectangular con embocadura adintelada formada por pilastras cajeadas con
fuste decorado con ngulos rojos y azules en alternancia y cimacios con el
relieve de una cabeza y alas de ngel policromadas; sobre las pilastras corre
un entablamento quebrado con lisas molduras en el arquitrabe, decorado
friso con relieves de espejos, roleos y cabeza alada de ngel y cornisa con
dentculos. El conjunto est rematado por un frontn semicircular partido,
con volutas y pequeos pinculos, que tiene una cabeza alada de ngel en
altorrelieve ocupando el tmpano, sobre la que hay una cartela sobre cuero,
rematada por cabeza alada, en la que est tallada y pintada la corona de
espinas, en correspondencia con la advocacin de la capilla. La puerta,
enmarcada por moldura, est formada por abalaustrados barrotes de madera
que permitan ver, aunque con dificultad, las reliquias que se guardaban y
55
JOS SNCHEZ FERRER
exponan en su interior (fot. 5), que eran las que el doctor Juan Hernndez
envi desde Roma en elevado nmero y, en muchos casos, de tan increble
naturaleza que causa profundo asombro que fueran objetos de culto (ver
cuadro n 1).
56
LA CAPILLA Y LA LIBRERA DEL DOCTOR JUAN HERNNDEZ DE CARTAGENA EN LA IGLESIA DE LA ASUNCIN DE YESTE
57
JOS SNCHEZ FERRER
2.2.1.3. tico
El tico, de forma aproximadamente cuadrada, es sensiblemente ms
ancho que la calle central del cuerpo, con lo que se realza la importancia
de esta parte del retablo. Est flanqueado por dos pilastras de fuste cajeado
decorado con relieves sobre los que hay un entablamento ligeramente
quebrado en los extremos formando netos. El campo interior est ocupado
por un octgono muy enfatizado por gruesa moldura en el que est colocada
una pintura al leo en la que figura representada la adoracin de una custodia
por ngeles. Las enjutas se adornan con tallas de motivos florales adaptadas
al campo.
58
LA CAPILLA Y LA LIBRERA DEL DOCTOR JUAN HERNNDEZ DE CARTAGENA EN LA IGLESIA DE LA ASUNCIN DE YESTE
Fot. 6. Detalle de la inscripcin del panel central del banco del retablo.
59
JOS SNCHEZ FERRER
Fot. 7. Annimo. Mara Magdalena penitente. Lado de la epstola del banco del retablo.
60
LA CAPILLA Y LA LIBRERA DEL DOCTOR JUAN HERNNDEZ DE CARTAGENA EN LA IGLESIA DE LA ASUNCIN DE YESTE
Los dos cuadros de los laterales del cuerpo son alargados (ambos
tienen 138 m. de altura por 05 de anchura), poseen ms nivel artstico
que los anteriores y tambin se encuentran deteriorados, aunque su estado
de conservacin es mejor. Ambos representan a santos Juanes, el Bautista
y el Evangelista, y es de suponer que figuran en el retablo por ser los
onomsticos del fundador de la capilla.
El del lado del evangelio es San Juan Bautista (fot. 9) y se pint
como imagen de devocin y con una iconografa que tiene como elementos
la corta tnica, el manto rojo, el cordero al que seala con el dedo ndice
de su mano derecha sobre el libro y la larga cruz de caa con filacteria que
lleva la inscripcin ECCE AGNUS DEI.
61
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LA CAPILLA Y LA LIBRERA DEL DOCTOR JUAN HERNNDEZ DE CARTAGENA EN LA IGLESIA DE LA ASUNCIN DE YESTE
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JOS SNCHEZ FERRER
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LA CAPILLA Y LA LIBRERA DEL DOCTOR JUAN HERNNDEZ DE CARTAGENA EN LA IGLESIA DE LA ASUNCIN DE YESTE
. ngulos inferiores:
Dos grupos, uno en cada ngulo, de cuatro cabezas de angelitos con
pares de alas desplegadas.
3. LA LIBRERA
69
JOS SNCHEZ FERRER
70
Nmero Pginas Origen Ao
55 71-110 Albacete 2010
por
Alexis ARMENGOL GARCA*
* alexis.hellin@gmail.com
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
RESUMEN
ABSTRACT
73
ALEXIS ARMENGOL GARCA
1. INTRODUCCIN
2. METODOLOGA
74
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
3.1 Caractersticas
75
ALEXIS ARMENGOL GARCA
2
En la zona de la cpula se conservan restos de teja vidriada de color azul, lo que puede in-
dicar un posible reaprovechamiento de la cubierta de la ermita anterior. Vase: VV.AA;
Patrimonio Histrico-Artstico de Helln. Grupo de patrimonio histrico-artstico y et-
nogrfico de la Escuela-Taller de Helln. Sin editar. Helln. 1991.
76
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
3.2 Historia
77
ALEXIS ARMENGOL GARCA
78
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
79
ALEXIS ARMENGOL GARCA
3.3 Patrimonio
4. EL RETABLO
19
LENCINA JUREZ, M. y otros; Iglesias y conventos de Helln. Expediente del Museo
Comarcal de Helln 2002/003.
20
Las medidas de proteccin y las de conservacin pueden consultarse en los artculos
3.2.4 del P.O.M. y en el captulo 9, ttulo V de las normas Urbansticas de ste.
21
Donado por Dolores Ruiz Molina. Aos despus, la feligresa solicit a la benefactora
un San Roque ms vistoso, sufragando dicha seora la imagen a la que se rinde culto
hoy en da. Extrado de www.iglesiaenhelln.com
22
Francisco Fernndez Reolid, nacido en Elche de la Sierra en 1937. Ha realizado nume-
rosos trabajos para Helln. Reside actualmente en Madrid.
80
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
ya que tanto predela como el primer cuerpo estn realizados con moldes
huecos de ese material. La homogeneidad de toda la obra, gracias a los
sucesivos repintes que recibi el retablo, fue ocultando su realidad hasta
que se acometi su restauracin, descubrindose el retablo renacentista.
Como venamos diciendo en el prrafo anterior, el imaginario
popular consideraba que el retablo, junto al resto de mobiliario litrgico
fue destruido o desaparecido durante la guerra civil. Se llega a leer en
algunas fuentes que la iglesia fue asaltada y destruidas sus imgenes,
retablo y ornamentos de culto23. Mientras que en la Historia de la Cruzada
Espaola24, obra de referencia que pormenoriza los actos destructivos
contra el patrimonio histrico artstico durante la guerra civil no comenta
nada acerca de hechos iconoclastas en el templo.
De hecho, en el estudio ms detallado que hasta la fecha se haba
realizado sobre San Roque se citaba lo siguiente: En el Altar Mayor, nico
que actualmente se conserva en la iglesia, se encuentra el retablo moderno
dedicado a San Roque () Todo el conjunto se encuentra policromado en
verdes y dorados25. Como podemos apreciar, en el estudio ya se daba por
hecho que el retablo era posterior a 1936.
Pocas o ninguna noticias tenemos en las fuentes sobre el retablo,
si bien a raz de la intervencin del taller de restauracin se public en
prensa que en los aos 60 se haba repintado toda la obra con un efecto de
marmoleado y que en el ao 1981 se le integraron una serie de pinturas
de Reolid26. En diversas colecciones fotogrficas particulares se pueden
apreciar instantneas de bodas celebradas en San Roque, a finales de los aos
40 y 50 que muestran el retablo tal y como lo conocemos actualmente.
81
ALEXIS ARMENGOL GARCA
tamao la central, donde se abre una hornacina, bajo arco de medio punto,
que alberga la imagen del patrn del templo. Se articula mediante columnas
estriadas sobre basa con toscos capiteles de orden compuesto. En las calles
laterales se ubican los leos de San Jos y la Virgen Mara. Termina este
cuerpo con un fino entablamento que repite la decoracin de ovas y dardos
del inferior.
El segundo cuerpo comienza sobre entablamento decorado a
base de hendiduras o acanaladuras que nos recuerdan a la ornamentacin
romana de estrgilos. Dicha pieza articula las tres calles del cuerpo a base
de salientes en los extremos y un entrante en la parte central. De aqu
surgen cuatro columnas de fuste con estra helicoidal en su primer tercio
y vertical en el resto, con capitel de orden corintio. Las calles tienen las
mismas dimensiones. En las laterales nos encontramos con los leos de un
Resucitado y otro de la Ascensin de la Virgen. La calle central presenta una
hornacina, con bveda de cascarn avenerada. Dentro se puede contemplar
la talla de un Sagrado Corazn de Jess.
Sobre otro entablamento articulado en tres zonas mediante entrantes
y salientes, decorado con placas de formas vegetales y un denticulado, se
sita el tico. En su parte central, flanqueada por dos pilastras tenemos un
leo de la Anunciacin. A ambos lados y sobre dos pequeos frontones
con molduras de angelitos podemos observar sendas aletas decoradas
con una cenefa de frutas. Remata el conjunto un frontn semicircular con
decoracin de dentculos. Toda la obra se encontraba policromada en color
oro (purpurina) y crema, siendo sus dimensiones aproximadas de 7,57 por
5,70 metros.
82
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
83
ALEXIS ARMENGOL GARCA
27
La mencionada tabla fue restaurada hace poco ms de un ao por el mismo equipo que
ha trabajado en el retablo. El libro que aparece al lado de la Virgen est escrito. Beatriz
Esteban Muecas, archivera municipal de Helln, se inclin a pensar que el tipo de letra
corresponde a mediados del siglo XVII, tal vez escrito en portugus, apuntando que en
la pgina de la izquierda podran encontrarse los nombres de los artfices de la tabla: el
pintor y quien encarg la obra; y la pgina de la derecha dedicada ms concretamente a
la temtica del episodio bblico.
28
Claramente se hace una referencia a la figura de la Virgen. Se habla de primognita, ya
que en muchos casos, y concretamente en el tema de la Anunciacin, se considera como
la nueva Eva. La palabra redentoris debe referirse a su futuro hijo, Jess, el Redentor.
84
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
4.3 Consideraciones
85
ALEXIS ARMENGOL GARCA
29
CARRIN IGUEZ, V.P; Los conventos franciscanos en la provincia de Albacete ss.
XV-XX. Ed. Instituto teolgico de Murcia. Murcia. 2006. Pgs. 337-338.
30
PARRAS CARREO, M. (coord.); Justo Milln y Espinosa. Vida y obra. Catlogo de
exposicin. Edita. I.E.S. Justo Milln. Helln 2007.
31
A.M.H. Extracto de la fundacin del hospital con inscripcin a la letra de las clausulas
sobre llamamiento de patrono y mayordomo. (A 596/18)
32
A.H.P.AB. Protocolos. Legajo 589. Escribano Damin Macanaz. (folios 78-79)
33
Expediente sobre la fundacin del Hospital de Nuestra Seora de los Remedios.
(A 1446/2-1-3)
86
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
les traera a cuenta conservar algo as durante aos. Incluso se puede apuntar
que el retablo viniese de otra poblacin, pero sera poco probable por los
escasos recursos econmicos, sin embargo siempre cabe la posibilidad de
que fuese cedido por un donante o proviniese de una capilla particular.
Respecto a su autora queremos resear dos noticias sobre retablos
contemporneos al de nuestro estudio, datos que si nos han aportado nombres
de autores, que bien podran haber trabajado en l. Primero debemos citar
el desaparecido retablo de la Virgen de la Antigua, que se encontraba en la
iglesia de la Asuncin y que fue construido en 1579. En una de las pinturas
que componan el retablo aparece la firma del autor: Antonius de Altian
socopus faciebas34. Posteriormente, entre 1630 y 1640 se llev a cabo la
construccin del retablo principal de la parroquia de la Asuncin, entre otros
autores se cita a Bartolom Saloni como ensamblador y a Juan Snchez
Cordobs como escultor35. Hay que destacar que Bartolom Saloni viva
en Helln al menos desde 1627, conocido como escultor y ensamblador.
En 1644 y segn su testamento pidi ser enterrado en la iglesia de Nuestra
Seora de los Remedios. Dej sus herramientas y por tanto la continuidad
de su oficio a su yerno Julin de Caas36.
34
Martnez E.; Sobre el retablo de la Virgen de la Antigua. En Adelante! Peridico
semanal literario. n 118 1929-11-24 (FAM P-3).
Se venera en la iglesia de la asuncin. Estaba en la capilla eucarstica. Esta
capilla con su retablo fue fundada en el siglo XVI por un ilustre sevillano llamado
Esteban Prez Osorios, casado con Ana Deva, sin duda hellinera. En la parte inferior
del retablo hay una inscripcin que dice: ESTE RETABLO I CAPILLA DE NUESTRA
SEORA DE LANTIGUA ES DEL MUI MAGNIFICO SEOR ESTEBAN PREZ
CONSUL QUE FUE DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA ACABOSE EN ESTA VI-
LLA A 30 DE MARZO DE 1579.
Completan el retablo otras seis tablas representando a san Jos, San Juan, San Fran-
cisco, San Lorenzo, martirio de un santo y la transfiguracin, si bien estas seis tablas no
tienen el valor artstico que tiene el de la virgen, que es de traza y estilo muy diferente.
Tambin estn en el lado derecho del retablo los retratos de Esteban Prez y Ana Deva,
y en el lado izquierdo otro retrato que dice ser el autor de las pinturas y una firma que
dice: Antonius de Altian socopus faciebas.
35
PEA VELASCO, C. y MXIMO GARCA, E.; El retablo mayor de la parroquia de
la Asuncin de Helln en Imafronte. Revista de la Universidad de Murcia. Servicio de
publicaciones de la Universidad de Murcia. N 16 2004. Pgs. 31-52.
36
Ibdem. Pg 43.
87
ALEXIS ARMENGOL GARCA
5. CONCLUSIONES
37
Se opt por aadir unos pinculos ya que se podan apreciar unas muescas donde origi-
nalmente iran ensamblados los originales.
88
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
6. FUENTES BIBLIOGRFICAS
89
ALEXIS ARMENGOL GARCA
90
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
91
ALEXIS ARMENGOL GARCA
92
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
93
ALEXIS ARMENGOL GARCA
Capitel de escayola.
94
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
Levantamiento de repintes.
95
ALEXIS ARMENGOL GARCA
96
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
97
ALEXIS ARMENGOL GARCA
98
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
99
ALEXIS ARMENGOL GARCA
100
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
Tabla de la Anunciacin.
101
ALEXIS ARMENGOL GARCA
Detalle
del libro
perteneciente
a la tabla de la
Anunciacin.
102
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
Vista general del tico despus de la intervencin. Se pueden apreciar los aadidos,
en distinto tono.
103
ALEXIS ARMENGOL GARCA
104
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
105
ALEXIS ARMENGOL GARCA
106
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
Hornacina.
107
ALEXIS ARMENGOL GARCA
108
EL RETABLO RENACENTISTA DE LA IGLESIA DE SAN ROQUE DE HELLN. UNA OBRA DESCONOCIDA
109
ALEXIS ARMENGOL GARCA
Estado actual de los frescos ocultos bajo el remate del retablo antes de su restauracin.
110
Nmero Pginas Origen Ao
55 111-167 Albacete 2010
por
Robert POCKLINGTON*
* RPocklington@fluencyidiomas.com
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
RESUMEN
ABSTRACT
113
ROBERT POCKLINGTON
INTRODUCCIN
114
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
115
ROBERT POCKLINGTON
1. TOPONIMIA
OPONIMIA IBRICA
aSEntamiEnto
1. El nombre romano de Chinchilla de Monte Aragn fue Saltigi,
con las variantes Saltiga, Saltici, SaltiS y Saltigim. Es un nombre ibrico
que, como ya se ha dicho, se puede relacionar directamente con el euskera
Zaltegi establo, caballeriza, etimologa muy adecuada si tenemos en
cuenta la antigua importancia del lugar como mansio en la encrucijada
de varias vas romanas.2 El nombre actual remonta a la forma diminutiva
saltiglla Saltigi menor, con la evolucin fontica: saltiglla >
mozr *Salteilla > r. antaiylla (s.x), intiylla (s.XII), iniylla
(s.XIII) > cast. Chinchiella, luego Chinchilla.3 Slo merece comentario el
paso inicial de Salt- a ant-, producido bajo la influencia de los muchos
hagiotopnimos en SANT-, y en particular el cercano Peas de San Pedro
(ant Bir o antabr), nombrado al lado de Chinchilla a menudo en las
fuentes rabes.4 La creacin del diminutivo se podra poner en relacin
con el surgimiento de un ncleo nuevo en las proximidades de la Saltigi
primitiva, aunque se dan tambin instancias de la formacin de diminutivos
sin justificacin aparente, como parece ser el caso de ulayula, nombre
rabe de Toledo. La posibilidad de partir del nombre romano de la ciudad
hace innecesaria la propuesta de Corominas de derivar este topnimo de
sentclla pequea mata espinosa.5
2
TIR, J-30 2000, 288-9; SillirES 1990, 273; roldn HErvS 2006, 827.
3
Pocklington 1987-9, 1144-8. Existe una segunda serie de formas documentadas sin el
diptongo.
4
Vase: PrEtEl marn 2007, 79-80.
5
corominaS 1972, I, 45-6.
116
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
6
micHElEna 1997, 41.
7
micHElEna 1997, 150.
8
micHElEna 1997, 139-40 y 149; kErExEta 1990, 952.
117
ROBERT POCKLINGTON
9
roldn HErvS 2006, 70, 494 y 695.
10
Sanz gamo 2001-2, 352.
118
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
11
roldn HErvS 2006, 496-8; micHElEna 1997, 82, 108, 115.
12
Propuesta de roHlfS, recogida en: niEto ballEStEr 1997, 153.
13
Sabio gonzlEz 2008, 71.
14
roldn HErvS 2006, 117.
15
roldn HErvS 2006, 974.
119
ROBERT POCKLINGTON
gEogrfica
11. Minateda (Helln) se documenta en el s.XIII como Medinatea,
hecho que condujo a Alfonso Carmona a identificarlo con el topnimo rabe
Madnat Iyih la ciudad de Iyih, la cual, segn al-Ur, se encontraba
en este lugar en el s.XI, o ms exactamente en el Tolmo de Minateda,
prominente meseta rocosa ubicada 1,5km al NO de Minateda, en cuya cima
16
codom II, 15; codom III, 5.
17
roldn HErvS 2006, 937.
120
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
18
micHElEna 1997, 80.
19
roldn HErvS 2006, 368.
121
ROBERT POCKLINGTON
aSEntamiEnto
15. En los alrededores del Cerro Vico, tres kilmetros al oeste de
Bienservida, se han localizado importantes restos de poblamiento romano.
20
micHElEna 1997, 120-1.
21
Vanse: roldn HErvS 2006, 545 (Lastigi), 547 (Laxta); tErS 1986, 345 (Guada-
lest).
22
codom II, 40; codom III, 4.
122
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
El nombre Vico procede, como ya intuy Sanz Gamo,23 del latn Vcus
poblado, aldea, origen de otros topnimos peninsulares como Vigo y Vic.
La conservacin de la C latina en posicin intervoclica y la ausencia del
artculo castellano son indicios fidedignos de un topnimo autctono que ha
llegado a travs del mozrabe y rabe. El embalse de Camarillas (Helln) y
el cortijo y paraje de Camarillas (Nerpio), al carecer del artculo castellano,
pueden ser descendientes mozrabes directos del latn camrllas,
diminutivo plural del latn camra techo abovedado,24 forma y significado
que evolucionaron hasta camra bveda, sala, cmara. Se tratara sin
duda de sendos predios rsticos dotados de cmaras caractersticas.
16. La Qujola (San Pedro), ro, ncleo de poblacin y empla-
zamiento de un importante yacimiento ibrico, se documenta en 1253
como Quexola y en 1292 como Las Quexolas.25 Debe tratarse del latn
capsla cajita, diminutivo de caPSa caja, denominacin que pudo em-
plear la poblacin romanizada para hacer referencia a la singular estructura
ibrica (thesauros) ubicada en el lugar. Desarrollo fontico: capsla >
latn vulgar *caksla > mozr. *Qu(i)ola > r. *Qula > cast. Qujola
(para el tratamiento peninsular anmalo del grupo latino PS, vase: coro-
minES 1980-1991, II, 401-2, s.v. caixa).
23
Sanz gamo 2001-2, 353.
24
Ernout Et mEillEt 1967, 90.
25
codom II, 16; PrEtEl marn 1986, 160, 246.
26
Skok 1906, 70; kaSPErS 1918, 52.
27
kajanto 1965, 101-2, 113, 161, 309.
123
ROBERT POCKLINGTON
124
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
125
ROBERT POCKLINGTON
126
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127
ROBERT POCKLINGTON
128
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
de octaV
cta clus, diminutivo de octaviuS. Evolucin fontica: octaV cta cla >
mozr. *(Oc)taiva > r. aybliya > cast. Tayviella (s.XIII) > Taibilla.
55
55
Codom III, 4, con diptongo por ultracorreccin.
56
Segn J. M. Almendros Toledo, en [http://www.dipualba.es/municipios/Villatoya/histo-
ria/historia.htm].
57
ScHulzE 1904, 15 y 42.
58
ScHulzE 1904, 38.
59
ScHulzE 1904, 43 y 235; kaSPErS 1918, 170; PiEri 1919, 105 y 187.
60
Sanz gamo 2001-2, 353.
61
Sabio gonzlEz 2008, 116-8; kajanto 1965, 74-5, 292; ScHulzE 1904, 242; kaSPErS
1918, 173; PiEri 1919, 188; Skok 1906, 138.
129
ROBERT POCKLINGTON
62
rodrguEz lloPiS 1982, 121-2; el texto se conserva en una copia de 1562.
63
ScHulzE 1904, 375-6, 425; atlaS, 326; kaSPErS 1918, 176; mEnndEz Pidal 1968, 146;
Pabn 1953, 116; PiEri 1919, 107, 191; Skok 1906, 139.
64
ScHulzE 1904, 216; kajanto 1965, 95. Se documentan tambin: PotituS (Atlas, 268) y
PotiuS (ScHulzE, ibd.), origen de Poti (Arezzo, Italia), vase: PiEri 1919, 100.
130
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
induStria
31. Munera, documentado ya en 1247 como aldea de Alcaraz,68
proceder, como indica Nieto Ballester, del adjetivo latino mlnria
del molino o de los molinos, sobreentendindose algn sustantivo en
femenino, posiblemente villa. Evolucin fontica: molinria > mozr.
*Molnira > h.r. Mu(l)nayra > cast. Munera. El nombre se motivara
por el gran nmero de antiguos molinos que jalonan el Ro Crcoles en
las proximidades de Munera. Segn un estudio de F.J. Garca Mariana,
el grupo molinero de Munera incluye Hasta unos 7 molinos (el grupo
ms numeroso), apiados junto al casco urbano de Munera en su parte
occidental y meridional, junto al cauce del ro Crcoles; y aade: nuestra
zona de estudio ha presentado histricamente una gran tradicin hidrulica,
65
ScHulzE 1904, 242.
66
ScHulzE 1904, 362; mEnndEz Pidal 1968, 139; Pabn 1953, 139; PiEri 1919, 39.
67
Cfr los topnimos albacetenses Cerrejoncillo (Molinicos), Piloncillo (Casas Ibez), El
Padroncillo (Villaverde del Guadalimar), Tragoncillo (Yeste).
68
PrEtEl marn 1986, 157-9, 281.
131
ROBERT POCKLINGTON
rEligioSa
32. La poblacin de Peas de San Pedro aparece en los textos rabes
como ant Bir o antabr,70 tratndose claramente del hagiotopnimo
latino sanctus ptrus San Pedro. La cercana ciudad de Chinchilla, que
a menudo se nombra al lado de ant Bir en estas fuentes, se transcribe
antaiyla o antala en los primeros autores. Sin embargo, en este
caso el prefijo anta no se deriva de la voz Santa, sino que se trata de un
pseudohagiotopnimo, como apunta A. Pretel.71 Como ya hemos visto,
Chinchilla remonta a Saltigi, aunque precisamente el cambio de Salt- a
ant- en la historia del desarrollo fontico del topnimo puede atribuirse
a la influencia del topnimo ant Bir. Abejuela (Letur) se documenta
desde el s.XIII como Abeiuela,72 y puede proceder del diminutivo latn
tardo aBBatila pequea abada, con influencia de la palabra abeja a
la hora de su adaptacin al castellano, ya que bajo condiciones normales
esta raz habra dado *Abachuela. Desarrollo fontico: aBBatila > mozr.
*Abaula > r. *Abauwla > Abejuela.
militar
33. Tres topnimos albacetenses remontan a derivados del latn
trris torre. Puente de Torres (Valdeganga), situado junto al Ro Jcar,
se documenta desde el ao 935 como Qanarat urru puente de urru.
Dado que el nombre urru procede claramente del plural latino trres
Torres y que la pronunciacin a partir del s.XIII es tambin Torres, es
posible que haya que corregir la transcripcin rabe y leer: *urri, puesto
que las vocales breves no suelen representarse en la escritura rabe y estn
sujetas a un mayor nmero de modificaciones por los copistas. No obstante,
el hispano-rabe tena una tendencia a asimilar las vocales unas a otras por
un proceso llamado armona voclica,73 por lo que es igualmente posible
que dijeran realmente urru y que la pronunciacin actual se trajera desde
el norte, pues los castellanos ya conoceran el lugar y su nombre, por tratarse
de un puente de importancia estratgica en la antigua red viaria. El Embalse
69
Ver: [http://usuarios.lycos.es/corcoleslibre/Comunicacion_PHH_CUENCA_CORCO-
LES.doc].
70
vallv bErmEjo 1972, 158, 160,
71
PrEtEl marn 2007, 80.
72
Codom III, 4.
73
Pocklington 1986, 89-91.
132
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
rEd viaria
34. Mesones (Molinicos) aparece como Mni o Mayni, y
Mn en diferentes pasajes del autor rabe al-Zuhr.74 Remonta al latn
mansins paradores, mesones, denominacin que alude a la presencia
en el lugar, ya en la poca romana, de varios establecimientos en los que los
viajeros podan pernoctar. Mesones se encontraba sobre la va secundaria
que una el Tolmo de Minateda con Cstulo a travs de Elche de la Sierra,75
a una distancia de una etapa justa (unos 30km) de esta ciudad.
agrcola
35. Agra (Helln) y Caada de Agra, donde se hallan restos de
poblamiento romano, descienden del latn agrum campo, acusativo de
agEr. Dicho topnimo muestra una vez ms la conversin de la O final en A
a su paso por la pronunciacin hispano-rabe. Beg (Nerpio) es una pequea
poblacin con huerta, cuyo nombre puede remontar al latn tardo baica
vega, trmino de procedencia prerromana. La cada de la A a su paso por
el rabe se repite en diferentes topnimos mozrabes albacetenses. Cortes
(Peascosa), nombre del ro y de una dehesa entregada a la Orden de San
Juan, aparece como Cordes en un documento de 1214, y Cortes a partir de
entonces.76 La forma Cordes, y la ausencia del artculo determinado desde
la primera documentacin, demuestran que no se trata del castellano cortes,
sino de un mozarabismo derivado del latn coHortES corrales, transmitido
a travs de la pronunciacin rabe quri, cuya pudo dar tanto T como D
en castellano. Cubas (Jorquera) parece remontar a una raz latina cpas
albercas, balsas que ha dejado numerosa descendencia en la toponimia
peninsular, como la Fuente de Cubas (Cartagena) citada ya por al-Qarann
bajo la forma Qubba en la Qada Maqra. Perchel (barrio de Isso, Helln)
se deriva sin dificultad del latn partclla parcela con la consabida prdida
de -A del diminutivo femenino (cfr. Serradiel, Cabriel, Turruchel).
74
vallv bErmEjo 1972, 180; Pocklington 1988, 166-7.
75
Sanz gamo 2001-2, 354, 357.
76
PrEtEl marn 2000, passim; esp. 241 y 253 notas 70 y 71.
133
ROBERT POCKLINGTON
fauna
36. Tres topnimos mozrabes se derivan de nombres de animales.
La Pea Bolomba (Molinicos) remonta al latn Palumba paloma.77
Desarrollo fontico: palmBa > mozr. *Palmba > r. *Pulumba, *Bulumba
> cast. Bolomba. La conservacin del grupo -MB- es una caracterstica de
los mozarabismos de esta zona, ya que tanto el cataln como el castellano
reducen este grupo a -M- (cfr. paloma < Palumba
P , lomo de lumbuS, plomo
de Plumbum, etc.). Se observa tambin la asimilacin de A-U > U-U por
armona voclica, una caracterstica ocasional de la pronunciacin rabe,
que encontramos tambin en Qanarat urru y quizs en Turruchel. El
paso de P>B no suele darse en los mozarabismos, pero en este caso se
habr producido por el contagio de la sonoridad de la segunda B. El Ro
Cabriel, fronterizo con Valencia por el nordeste y documentado ya como
Cabriel en 1244, deriva su nombre del latn vulgar *caprlla pequea
cabra. En el latn clsico el diminutivo correcto era caplla,78 pero bajo
la influencia de caPra se creara una variante ultracorregida *caprlla,
de la misma forma que el diminutivo clsico castllum fue reemplazado
por el vulgar *castrllum (por influencia de castrum castro) para dar el
nombre de Castril (Granada). La forma Cabriel muestra la diptongacin de
la y prdida de la A final, rasgos frecuentes en los mozarabismos de esta
zona. Tambin se podra partir de la raz masculina *caprllus, derivado
de caPEr macho de la cabra, existente tambin en el latn, pero dada
la falta de continuidad de esta raz en la Pennsula, parece ms verosmil
partir de la forma femenina.
37. El nombre de Jorquera, documentado ya en las fuentes rabes
bajo la grafa urqayra, y en el s.XIII como Xorquera,79 desciende, por
rigurosa evolucin fontica, del latn sricria ratonera. Se trata de
un derivado de srex ratn, origen del francs souris dem, ms el
sufijo adjetivo -ria, equivalente del castallano -era, el cual, entre otras
funciones, seala el hbitat de los animales (cfr. lobera, zorrera, osera,
lagartera, pulguera, etc.). La S latina sola pasar a la pronunciacin rabe
como , sonido que por norma entraba en el castellano tras la Reconquista
como X, convertida a partir del s.XVI en J (cfr. Sucro > Jcar; Saitibi >
Jtiva; spia > cast. jibia). La evolucin fontica es, por lo tanto: sricria
> mozr. *Sor(i)cyra > r. urqayra > cast. Xorquera, Jorquera. El
significado de ratonera no es frecuente en la toponimia y quizs tuviera
77
Ernout Et mEillEt 1967, s.v. palumbs.
78
Ernout Et mEillEt 1967, s.v. caper.
79
P.ej. en 1243 (codom III, 5).
134
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
fitotoPonimia
38. Abundan las denominaciones mozrabes de rboles y plantas
en la toponimia provincial. El nombre del Ro Crcoles (Munera y
Villarrobledo) remonta al latn hispnico tardo corclos pequeos
alcornoques. En diferentes partes de la Pennsula, el latn quErcuS roble
evolucion hasta la pronunciacin /crco/, desarrollando al mismo tiempo
el significado especfico alcornoque, es decir Quercus Suber, una especie
de roble de cuya corteza se extrae el corcho. De ah proceden, adems
del presente topnimo: Corco (Barcelona), Corcos (Len, Valladolid),
Crcoles (Guadalajara), Alcorcn (Madrid), Corconte (Cantabria) y el
asturiano corco alcornoque (cfr. el ingls cork corcho).81 El Vallejo
Cotoo, que desemboca en el Ro Crcoles 3 km al SE de Munera, se
deriva perfectamente del latn cotneus membrillero (cfr. el castellano
codoate dulce de membrillo). El mantenimiento de la T intervoclica,
sin transformarse en D, es una seal inequvoca de su mozarabismo. El
Poblado de Jartos (Yeste), situado entre el Arroyo de Boche y el Barranco
de la Celada, emplazamiento de una villa romana segn Lozano, figura
80
rubn jimnEz 2004, 470; roldn HErvS 2006, 872.
81
galmS dE fuEntES 2000, 54-5.
135
ROBERT POCKLINGTON
82
Sanz gamo 2001-2, 354; rodrguEz lloPiS 1982, 157.
83
codom III, 59, 83-4.
84
PrEtEl marn 2007, 97.
85
Pocklington 1990, 68-69, s.v. Casteliche.
136
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
86
corominaS 1972, I, 57-8.
87
Estudio este proceso en el habla de los moriscos granadinos en: Pocklington 1986, 85-
88 y 94-99.
88
PrEtEl marn 2008, 57.
89
corominaS 1972, I, 52-3, s.v. Lentej.
Lentej
90
El paso de u- a a-, quizs por ultracorreccin de la tendencia opuesta de la armona
voclica, es frecuente en el hispanorabe; cfr Espineras de Len (infra).
91
Cfr. el topnimo lorquino del s.XIII Tamarchet, escrito a menudo Tamarche en el
s.XV, antes de convertirse finalmente en el actual Tamarchete. Es otro mozarabismo en
-tum: tamarctum tarayal.
137
ROBERT POCKLINGTON
tarde por D (Reolid). Por otra parte, el arabista M. Asn Palacios propuso
derivar Reolid del rabe R Wald Llano de Wald, apoyndose en el
hecho, comprobado documentalmente, de que Valladolid procede de Balad
Wald pueblo de Wald. Pero aunque el nombre propio Wald no ofrece
dificultades, el sustantivo r slo posee en el rabe estndar los significados
buena disposicin, nimo, alegra, vino, inadecuados para un topnimo.
Consciente de esta cortapisa, Asn trajo a colacin la afirmacin de Yqt
de que r significa llano en Oriente. Pero no hay, en realidad, ningn
indicio del uso de r con dicho significado en el rabe de Occidente, y el
Supplment de Dozy, que recoge el lxico y los giros caractersticos del
rabe norteafricano y andalus, no menciona la palabra r.92 La forma
Reolid se repite con cierta frecuencia en la toponimia; por ejemplo, en
Albacete hallamos la sierra de la Cuerda de Reolid (Letur) y el Barranco
y Fuente de Reolid (Nerpio). Es improbable que estemos ante topnimos
independientes derivados de la misma raz, ya que la compleja evolucin
fontica sera difcilmente repetible. Ms bien se tratar de instancias
del uso toponmico del apellido Reolid, indicativo de procedencia de la
poblacin albacetense.
42. El topnimo Los Archiles (Yeste), nombre de una pequea huerta
situada cerca de Sege, puede remontar al latn salcllos saucecillos,
raz similar a la que origin el apellido italiano del escultor barroco
murciano Salzillo. Desarrollo fontico: salcllos > mozr. *Sal(i)elles
> r. *allli > cast. *Salchiles, *Los Sarchiles > Los Archiles. El ltimo
paso, que supone la absorcin de la S- inicial de Sarchiles por la -S final
del artculo Los, se repite en los topnimos menores albacetenses: Molino
de los Haces (Balazote), Regajo de las Aceas (Yeste), y Las Aceas (Yeste)
junto al Ro Taibilla a 2km de Los Archiles, los cuales proceden de Los
Saces y Las Sacedas, derivados del castellano saz sauce, por el mismo
proceso. Los cortijos de Sorbas (Letur), ubicados en la zona de Zacatn,
con sus conocidas pinturas rupestres, comparten nombre con el pueblo de
Sorbas (Almera). Se presentan dos posibles etimologas latinas: (a) el plural
sorBs serbales, con transformacin de O en A a su paso por el rabe;
sabemos que el fruto de este rbol se llam urba entre los mozrabes;93
o (b) el plural neutro clsico sBra alcornoques, que tomara en latn
vulgar una S analgica por influencia de la S de los dems plurales:94 sBra
92
aSn PalacioS 1940, 130 y 138; corriEntE 1991, 317; dozy 1881, I, 566.
93
aSn PalacioS 1994, 289.
94
Ernout Et mEillEt 1967, 661, y 826 (seccin de Additions et corrections). Los plura-
les neutros en -A solan reinterpretarse como singulares femeninos en -A, crendose un
138
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
alcornoques > latn vulgar SbEraS alcornoques > mozr. *Sub(e)ras >
h.r. *ubra, urba > cast. Sorbas.
43. Unos pocos topnimos mozrabes se derivan de nombres de
plantas y arbustos. Cancrix (Helln) remonta sin dificultad al latn camPuS
crcis campo de juncia(s),95 con el desarrollo: campus crcis > mozr.
*Cam(p)cri > r. *Qanqri > cast. Cancrix. Cardos (paraje, cortijos y
acequia, Villapalacios) ya se documenta con este nombre desde el s.XIV.96
La permanente ausencia del artculo castellano indica que se trata de un
nombre de origen pre-rabe. Es el latn tardo cardoS Cardos. Antegil
(arroyo y cortijo, Yeste) parece ser otro nombre colectivo latino en -tum
(cfr. Reolid), derivado de: lentsctu(m) Lentiscar, con prdida de la L-
tras su confusin con el artculo rabe. Desarrollo fontico: lentsctu >
mozr. *Lentist > r. (al-)Anti > cast. *Antexit, Antegil. J. Corominas
propuso esta misma etimologa para Lentej (Motril), documentado en
rabe como al-Inti97. En nuestro caso la eliminacin de la T final por
el castellano a partir del s.XV precipit su sustitucin por L, igual que
ocurri con El Manzanil (Loja), documentado en rabe como Massan
(<*mattintum manzanal).98 La presencia de lentiscos en la zona se
confirma por el topnimo Cortijo del Lentiscar, ubicado en el valle siguiente.
La Yunquera (Lezuza) se identifica como mozarabismo por su Y inicial en
vez de J, tal como indica R. Menndez Pidal, quien cita este nombre de
lugar albacetense entre otros ejemplos.99 Es el latn iuncra lugar poblado
de juncos; el artculo La ha de ser una agregacin posterior.
44. El Ro de Valdemembra (Tarazona de la Mancha) muestra la
agregacin del castellano Val de al topnimo mozrabe Membra. Esta
forma remonta al acusativo latino Vmne(m) mimbre, origen asimismo de
la voz castellana mimbre. Desarrollo fontico: Vm()ne > mozr. *Vimne >
r. *Bimna > cast. *Bemna, *Bembra, Membra. La transformacin del grupo
MN en MBR (cfr. homne > homne > hombre) se produjo en el castellano
en el s.XIII,100 justamente cuando se adopt el topnimo, y la conversin
nuevo plural en -AS; p.ej. el castellano hoja, pl. hojas, derivado del latn Flia hojas.
95
En latn, la voz crex o crix, -cis significaba laiche [=juncia], herbe des marais,
herba acuta et durissima, sparto similis (Ernout Et mEillEt 1967, 100). De ella
proceden los vocablos carrizo, carrizal (murc. carrichal), que se refieren a una planta
similar a la caa.
96
PrEtEl marn 2008, 58.
97
corominaS 1972, I, 52-3, s.v. Lentej.
Lentej
98
corominaS 1972, ibdem.
99
mEnndEz Pidal 1976, 237.
100
mEnndEz Pidal 1976, 310.
139
ROBERT POCKLINGTON
Hidronimia
45. J. Corominas demostr que el topnimo Caudete, documentado
como: Alcabdet (1253), Capdet (1256), Alcaudet (1271) y
Alcapdete (1305),102 y otros similares como Alcaudete, Alcaudique,
Quebidique, Quibdique, proceden todos del latn caPut aquaE manantial,
literalmente cabeza de agua.103 La evolucin fontica es: caPut aquaE >
mozr *cabdc > r. (al-)Qabq > cast. *Alcabdec, Alcabdet, Caudete.
46. El nombre del paraje de Lagos (fuente, sierra y cortijo, Yeste)
no proceder del castellano lago, debido a la ausencia del artculo Los,
y por no hallarse en el lugar ningn lago en el sentido moderno de la
palabra. Hay que partir de lacs, plural latino de lacuS charco, estanque,
hoya, lago. A tenor del significado del trmino latino, el topnimo se
referira originalmente a un conjunto de charcas ubicadas en el entorno
de la fuente. De forma similar Pales (Yeste) parecera, a primera vista,
derivarse del castellano pal sitio pantanoso cubierto de hierbas (DRAE).
No obstante, al carecer del artculo castellano, y teniendo en cuenta que lo
que encontramos all no es una zona pantanosa, sino una conocida laguna,
el Charco de Pales, es preferible partir del latino tardo padle laguna,
derivado por mettesis del vocablo clsico palde. Evolucin fontica:
padle > mozr. Padl > r. Padl > cast. Padl, transformado en Pal
bajo la influencia del vocablo castellano, y pluralizado posteriormente para
dar la forma actual Pales. De esta misma raz proceden tambin El Padul
(Granada), con otra importante laguna, Padules (Almera), y el citado
vocablo castellano pal. Inmediatamente detrs de la poblacin, en el lado
norte de la loma que los separa, se encuentran los Cortijos de la Umbra del
Bal (Yeste). Es seguramente una segunda instancia del mismo topnimo,
previo a su pluralizacin. La loma debi empezar a llamarse la Loma de
101
niEto ballEStEr 1997, 354.
102
codom II, 16, 42 y 177; PrEtEl marn 1986, 169.
103
corominaS 1972, I, 35.
140
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
Pal por lo que su lado norte sera la Umbra de Pal. La forma moderna
El Bal se creara por etimologa popular bajo la influencia del castellano
bal arca, cofre. Existen otros topnimos Bal en Granada y Sudamrica
que parecen tener el mismo origen.104
47. El nombre del Ro Mundo se deriva, como se sabe, del latn
mndus limpio. El mantenimiento de la breve tnica latina como U
prueba que el topnimo ha pasado por la pronunciacin rabe, ya que dicha
vocal siempre evoluciona hasta O en las lenguas romances peninsulares.
A esta raz remonta tambin el adjetivo castellano mondo, que se ha
especializado en el concepto de libre de cosas adheridas. De ah que el
verbo mondar signifique, entre otras cosas, limpiar de cieno el cauce de
un ro, canal o acequia. Por ello, ante la probabilidad de que se produjera
un desarrollo semntico similar en el mozrabe, se impone interpretar el
nombre del Ro Mundo en el sentido de libre de fango.
oronimia
48. El monte agudo de Mompichel (Chinchilla) deriva su nombre
sin dificultad del latn monte(m) pclli monte del pequeo pico, formado
a partir de la raz onomatopyica tarda pcus pico.105 La evolucin
fontica no ofrece dificultades: monte(m) pclli > mozr. *Mont Pil
> r. *Munpil > cast. Mompichel. La poblacin de Ossa de Montiel
recibe dicho apellido por hallarse en el Campo de Montiel, el cual toma
su nombre a su vez de la poblacin de Montiel (Ciudad Real). Se trata
de un mozarabismo derivado del latn montllus montecillo, nombre
que hara referencia al cerro cnico o mota en que se asienta el castillo
de Montiel, tambin conocido como el Castillo de la Estrella. El nombre
muestra diptongacin de la y cada de la vocal final, rasgos habituales en
la toponimia mozarabe de la zona.
49. La Pea de Moratalla (Nerpio) puede remontar a mrtlla
pequeo lugar rodeado de muros, tal como propone Nieto Ballester, o
mlatlla muelecita, doble diminutivo en -ta + -lla del ornimo
latino mla muela (cfr. Muela, Mula, Morata, etc.), con la primera L
convertida en R por disimilacin. La grafa Mratalla figura ya en fuentes
rabes del s.XII con referencia a la poblacin homnima murciana de
Moratalla.106 En realidad es posible que el nombre de esta pea proceda
directamente del mencionado topnimo murciano, puesto que est ubicada
104
niEto ballEStEr 1997, 74, s.v. Badules.
105
corominaS DCECH, s.v. picar, p.518b17-22.
106
vallv bErmEjo 1972, 160.
141
ROBERT POCKLINGTON
107
En el documento de compraventa de 1268 citado en conexin con el topnimo Helln
(supra, nota 32).
108
codom II, 50, 56; codom III, 4.
142
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
GEogrfica
52. La Sierra de Angula (Letur) deriva su nombre del latn anglus
ngulo, rincn, referido a algn rincn de la montaa o recodo de un
cauce hdrico. El traslado del acento sobre la penltima y la conversin
de -O final en -A, se pueden atribuir, como en otra ocasiones, a la
pronunciacin rabe. Desarrollo fontico: anglus > mozr. *ngulo >
r. *nqula, *Anqla > cast. Angula. Tambin existira la posibilidad de
achacar el nombre a una feminizacin del apellido Angulo, trado a la
regin por el religioso burgals Sancho Snchez de Angulo, quien ejerci
de cura prroco de Ripar a finales del s.XV,112 y cuyo nombre est presente
en los topnimos riopenses Umbra-Angulo y Dehesa de Angulo. De hecho
numerosos nombres de lugar albacetenses remontan a formas femeninas
de apellidos: La Elipa (Villarrobledo), La Felipa (Chinchilla de Monte
Aragn), La Castra o Las Castras (La Gineta). La Gila (Alcal del Jcar),
La Ruiza (Barrax y Albacete), La Urbina (Villarrobledo), La Villarreala
(Helln). Sin embargo, resulta menos verosmil esta opcin porque en todos
los casos citados est presente el artculo determinado castellano La - Las,
ausente en el topnimo Sierra de Angula.
109
Ernout Et mEillEt 1967, 518.
110
Ver: [http://www.saber.es/web/biblioteca/libros/tierras-de-leon/html/81-82/6toponimos.
pdf].
111
galmS dE fuEntES 2000, 95.
112
aylln gutirrEz 2008, 31.
143
ROBERT POCKLINGTON
113
corominES 1989-1997, III, 265-6.
114
codom III, 83-4.
115
ScHulzE 1904, 172; mEnndEz Pidal 1968, 118, 128; Pabn 1953, 125; Skok 1906,
73.
144
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
145
ROBERT POCKLINGTON
146
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
3. TOPONIMIA RABE
aSEntamiEnto
59. Ha quedado ampliamente demostrado que Minateda (Helln),
documentada anteriormente como Medina Tea (1252) y Vinatea
(s.XVIII), procede del rabe Madnat Iyi la ciudad de Iyi, nombre
rabe de la poblacin tardorromana cuyos restos se encuentran en el cerro
amesetado del Tolmo, 1km al NE de la Minateda actual. La segunda parte
del topnimo, Iyi, ya se estudi entre los topnimos de origen ibrico.
60. La Alfera (Molinicos) debe remontar al rabe al-ra la
barriada, el poblado. Esta derivacin requiere la transformacin de la
antigua H aspirada en F, evolucin que no fue habitual en los topnimos de
origen rabe de la zona castellana. Sin embargo, existen diversos testimonios
de una antigua confusin entre F y H en la provincia de Albacete. Por
ejemplo, al lado de La Felipa (Chinchilla de Monte Aragn) y el Corral
de Felipn (Albacete), tenemos La Elipa (casa y paraje, Villarrobledo),
la Hoya de Elipe (Litor) y la Casa y Fuente de Lipe (San Pedro). Luego,
aunque son frecuentes los topnimos derivados del castellano fontana
manantial, tambin hallamos otros que remontan al homnimo hontana.
Con F tenemos: La Fontana (paraje, Fuente-lamo), Las Fontanillas (casa,
Yeste), Fontanar (casa, Litor), El Fontanar (cortijo, Yeste; barranco,
Frez; paraje y casas, Hoya-Gonzalo) y el Fontanar de Alarcn y Fontanar
de las Vias (Peas de San Pedro). Con H tenemos: El Hontanar (paraje
montuoso, Casas de Ves), Casa del Hontanar y Vallejo de Hontanares
(Alatoz). La raz hontana, unida al adjetivo fra, explica tambin el nombre
de Ontalafa (laguna, casas y sierra, Albacete), que ser Hontana Fra,
donde N > L, y la prdida de la R de fra, se produciran por disimilacin, a
fin de facilitar la pronunciacin. La propuesta de Elas Ters126 de partir del
mozrabe font y el rabe al-fiya la salud topa, entre otros problemas,
con la acentuacin, ya que habra dado *Fontalfia. Por ltimo, al lado del
Arroyo de la Fuenfra (Paterna del Madera) tenemos el Cerro de Juan Fra
126
tErS 1992, 11.
147
ROBERT POCKLINGTON
antroPonimia
62. Frez, documentado a partir del s.XIII como Feriz (1243) y
Ferez (1273-4),129 parece remontar al ism (nombre propio) rabe Fris,
que significa caballero. Asn Palacios ya propuso derivarlo de uno de
los nombres Fris o Far, y Vallv Bermejo apunta que Frez figura en
fuentes rabes como Far,130 sin indicar en qu texto o autor. En realidad
no es factible derivar Frez de Far, debido a la acentuacin llana del
topnimo actual, y su -Z final, incompatibles con la terminacin aguda /-/
de Far. En cambio, dado que el castellano alfrez procede del rabe al-
fris el jinete, no existe impedimento alguno para derivarlo de Fris, que
significa precisamente jinete, caballero.131 Por otra parte, de confirmarse
que Frez figura como Far en algn texto rabe, slo cabra concluir que
127
La conversin de Fuen en Huen tambin se detecta espordicamente en las Actas Ca-
pitulares murcianas del s.XV.
128
Estos datos proceden de un trabajo de A. Herrero Alonso que se puede encontrar en la
direccin web: [http://www.dipualba.es/municipios/Alborea/Nombre_alborea.html].
129
codom II, 50, 54; codom III, 4.
130
aSn PalacioS 1940, 106; vallv bErmEjo 1972, 182.
131
Testimonios romances bajomedievales del nombre propio Fris en: tErS 1992, 20.
148
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
132
aSn PalacioS 1940, 145; tErS 1991, 17-8; interesantes observaciones sobre la pro-
nunciacin de estos antropnimos en el rabe y una propuesta de identificacin de un
personaje que pudo dar su nombre al lugar, en: carmona gonzlEz 1993, 610-1.
133
aSn PalacioS 1940, 41; tErS 1990, 154; carmona gonzlEz 1993, 611.
134
PrEtEl marn 2007, 108.
135
labarta 1987, 78, 111; aSn PalacioS 1940, 86, recoge dos Benedrs en Valencia, del
mismo origen.
136
Cfr. tambin: aSn PalacioS 1940, 121, s.v. Mengabril; Pocklington 1990, 219, s.v.
Menjalaco.
137
Otros topnimos derivados de esta raz en: tErS 1992, 24.
149
ROBERT POCKLINGTON
militar
66. Sabido es que el primer componente del topnimo Alcal del
Jcar es el hispano-rabe al-Qala (clsico al-qla) el castillo. La
calificacin del Jcar es un agregado posterior para diferenciarlo de los
otros muchos Alcal existentes en la Pennsula. Casalazna (Peascosa)
parece un hbrido del castellano casa y el topnimo rabe Alhazna,
derivado de al-in(a) la fortificacin, la fortaleza, quizs con uno de
los significados reducto, aldea fortificada o recinto amurallado que
recoge Dozy. Para la pronunciacin con A comprese Aznalczar < in
138
corriEntE, Diccionario rabe-espaol.
139
aSn PalacioS 1940, 102.
140
codom II, 50, 72; codom III, 5.
150
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
151
ROBERT POCKLINGTON
agrcola
69. Almazarn (Letur) procede del rabe al-Mazrac el campo
sembrado. Desarrollo fontico: al-Mazrac > hisp.r. *al-Mazarc (tras
la introduccin de una A epenttica) > cast. Almazarn. Esta raz est
tambin presente en los nombres de: (a) el castillo alicantino de Almiser
(Vall de Gallinera); (b) el paraje de El Almizrn (Moratalla); (c) el Campo
de Mirra (Alicante), antes llamado Almiran (s.XIII), en cuyo lugar se
firm el Tratado de Almizra entre Aragn y Castilla en 1244; (d) El
Almicern (Cazorla); etc. El nombre de la Caada de Mocarra (Helln) es
el rabe Muqarra roza, zona despejada de vegetacin para el cultivo,
participio pasado del verbo qarraa rozar, desmontar.148 En Benifay
(Valencia) existe otro lugar homnimo llamado La Mocarra. El Ginete
(Ayna y Litor), paraje que se extiende por la solana de la sierra situada
al sur de Ayna, remontar, como ya indica Nieto Ballester, al rabe al-
annt los huertos, plural de anna huerto, paraso, denominacin
que se repite en el nombre de la poblacin de Alginet (Valencia). El
topnimo Caada de Rubaldea (Albacete), documentado desde la Edad
Media, debe remontar, como ya sospech A. Pretel, al rabe Rub al-
aya, literalmente cuarto de la aldea,149 donde la voz rub cuarta
parte, cuarto se referir seguramente a una parcela de tierra, o dehesa,
que determinada aldea tena derecho a explotar. Sentido semejante a rub
tiene la voz castellana cuarto utilizada profusamente en la toponimia
menor albacetense, como apunta Pretel, cuyo significado es cada una de
148
dozy 1881, II, 339.
149
PrEtEl marn 2007, 112-4.
152
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
las suertes, aunque no sean cuatro, en que se divide una gran extensin
de terreno para vender los pastos (DRAE). No es improbable que la
aldea a la que perteneciera el rub de Rubaldea fuera la misma Albacete,
en un momento durante la poca rabe en que era aldea dependiente de
Chinchilla.
70. Como se sabe, la poblacin de Minaya lleva el nombre de
uno de los compaeros del Cid, lvar Fez, quien se apodaba Minaya,
nombre compuesto del castellano mi y el euskera anaya hermano de
hermano.150 La existencia de otros topnimos peninsulares con este mismo
origen antroponmico, como Los Minayas (Villarrobledo), Encinasola
de Los Minayas (Salamanca), Villaminaya (Toledo), presta apoyo a esta
interpretacin. Por otra parte, de tener un origen ms antiguo, es posible
que el nombre fuera inicialmente Munayya huertecilla diminutivo del
rabe hispnico munya huerto, almunia. El cambio de pronunciacin de
Munayya > Minaya, si no se produjo ya en el rabe a causa de la anteriormente
mencionada confusin de los sufijos ma-, mi- y mu- (s.v. Moharras), sera
sin duda atribuible a la influencia del nombre del dicho caballero medieval
a la hora de adoptar el topnimo. Y todava existe una tercera hiptesis,
pues M. Asn Palacios propuso partir del rabe Minha camino abierto
y visible. No obstante, esta opcin tendra menos posibilidades de salir
adelante, porque se trata de una forma no documentada (los diccionarios
slo recogen minh sin -a final), y segn la normas de evolucin fontica
tal raz habra dado *Minaja y no Minaya.
71. Encontramos tres topnimos relacionados especficamente con el
uso del agua. Alcadozo procede del rabe al-Qds el arcaduz, el cangiln,
trmino que en el rabe hispnico tambin se empleaba en el sentido de
canal, acequia, significado ms adecuado para un topnimo. La O final
se deber posiblemente a la influencia del antiguo castellano cadozo lugar
profundo o remolino en el cauce de un ro, vocablo que seguramente tiene
la misma procedencia rabe.151 La propuesta de Nieto Ballester de partir
directamente de dicho vocablo castellano cadozo no explicara la presencia
del artculo rabe. Aljub (Tobarra) parece remontar al rabe al-ubbayn
los dos aljibes, compuesto de la raz ubb aljibe y la terminacin dual
-ayn. Sin embargo la prdida de la -N final no puede considerarse normal
en esta zona, por lo que interesara conocer las transcripciones antiguas de
este nombre.
150
Anaya es slo hermano de un hombre o nio; hermano de una mujer o nia es
neba.
151
dozy 1881, II, 322-3; corominaS y PaScual 1980-1991, I, s.v. cadozo.
153
ROBERT POCKLINGTON
rEd viaria
73. Balazote figura en tres autores rabes, referidos a los aos
935, 1172 y s.XII como Bal f f,154 literalmente camino de lana, y en
las fuentes castellanas a partir de 1238 como Ualadizot, Valadaot,
Valaot y Valaote.155 Aunque se podra relacionar la denominacin
Camino de lana con su emplazamiento en un lugar de paso de manadas de
ganado lanar, es ms probable que se trate de una reinterpretacin en rabe,
por etimologa popular, de un nombre ms antiguo, ya que lo correcto en
rabe habra sido Bal al-f
-f camino de la lana, con el artculo. Aunque
hay una tradicin de citar este topnimo con y sin el artculo, la realidad
es que ni Ibn ayyn, ni Ibn ib al-alt, ni al-Idrs lo escriben con
artculo. En cuanto al significado de la voz bal, debemos inclinarnos por
la acepcin camino, calzada, que est ms arraigada en el rabe, mientras
que hay escasa evidencia de que se usara bal en el sentido palacio en el
rabe hispnico. La propuesta de A. Pretel, de partir del rabe Bal al-Sudd
calzada del azud es atractiva, dadas las formas posteriores acabadas en
T; supondra un segundo cambio dentro del rabe, de nuevo por etimologa
popular, para darle significado ms apropiado y natural en un topnimo.
152
Ver asimismo: Pocklington 1982, pp.198-9.
153
corominaS y PaScual 1980-1991, s.v. noria, y Repartimiento de Murcia, ed. torrES
fontES, p.2.
154
iBn ayyn 1979, 358; iBn iB al-alt 1987, 402; al-idrs 1989, 64, 92.
155
PrEtEl marn 1986, 124; PrEtEl marn 2007, 82.
154
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
155
ROBERT POCKLINGTON
flora y fauna
76. Alcaraz se documenta en el autor granadino Ibn al-Jab como
al-Karaz, y en otras fuentes rabes como al-Karas. Parece tratarse, como
indica Asn Palacios, del rabe in al-Karas castillo del cerezo.160 Tras
su conquista en 1213, se intent rebautizar la ciudad con el nombre de
Ignatia, pero este neologismo no acab de arraigar entre la poblacin de la
zona, y se mantuvo la antigua denominacin rabe.161
77. Los orgenes de las salinas de Madax (Helln), ubicadas unos
7km al este de Cancrix junto a la carretera de Jumilla, son mal conocidas,
solamente confirmndose su existencia documentalmente a partir del
s.XVIII.162 Su nombre se deriva del rabe Madyis juncales, plural de
madyasa juncal.163 La procedencia rabe de este nombre es un buen indicio
de que las salinas se venan explotando con regularidad, o cuando menos
intermitentemente, desde la poca rabe, pues son relativamente escasos en
Albacete los topnimos rabes, y los que existen suponen una continuidad
de ocupacin y un inters por el lugar que justificaran el mantenimiento del
topnimo. El nombre del Barranco de Sojar (Litor) tiene claro aspecto
rabe, pudiendo remontar a la raz aar higueras, aunque no se puede
descartar que se trate de ujayr peuela. Romica (Albacete) puede ser el
rabe Rumayka pequea yegua, potra, diminutivo de ramaka yegua. El
nombre de la yegua como animal aparece con alguna frecuencia, tanto en la
toponimia castellana164 como en la rabe (hay ros Guadarranque en Cdiz,
156
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
Hidronimia
78. Azaraque (Helln), con su importante manantial de aguas
termales, procede, como ya indic Asn Palacios, del rabe andalus al-
Zarrq el chorro, el surtidor.166 De la raz cAyn fuente se derivara
aparentemente Ayna, si bien no est claro de dnde saldra la -A final;
posiblemente de la aglutinacin de la A del artculo de un segundo
componente perdido. La Fuente del Taif (Elche de la Sierra) tiene todo
aspecto de ser una traduccin a medias del hispano-rabe Ayn al-ayyib la
fuente buena. Sabido es que en este dialecto: (a) la palabra ayn fuente
era masculina;167 (b) se suprima el primer artculo del sintagma adjetival
haciendo que pareciera un sintagma posesivo (p.ej. en lugar del clsico al-
Wd al-Kabr el ro grande se deca Wd al-Kabr, como si fuera el ro
del grande); y (c) se dieron casos de conversin de -b final en F. Desarrollo
fontico: al-ayyib > hisp.r. al-ayyif > cast. El Taif
Taif. Posiblemente en el
momento de adoptarse el topnimo por los castellanos, el paso b > F haba
vuelto irreconocible la palabra *ayyif
*ayyif, y por tanto intraducible, mientras
que la estructura gramatical hara que el nombre se interpretara como un
posesivo: La Fuente de El Taif. Espineras del Len (Paterna del Madera)
tiene un segundo componente que puede remontar al plural al-Uyn las
fuentes. En el hispano-rabe esta forma tenda a pronunciarse /alayn/
e interpretarse por los castellanos como Len, originando diferentes
topnimos tautolgicos del tipo Fuentes de Len.168
79. El Ro Guadalimar figura en las fuentes rabes como al-Wd
al-Amar el ro rojo, aunque la forma del nombre que nos ha llegado
remonta al equivalente hispano-rabe de la misma raz: *Wd al-Amar, de
idntico significado.169 El nombre del Ro Guadalmena es transcrito Wd
Armna Ro Armna por diferentes autores rabes, y an mantiene su R
Nerpio; fuente, Villapalacios; arroyo, Vianos), Prado de las Yeguas (fuente al sur de
Pedro Andrs, Nerpio). Las Yeguarizas (casas y arroyo, Bogarra).
165
tErS 1986, 424-6.
166
aSn PalacioS 1940, 79; Pocklington 1982, 190-1.
167
Vanse los importantes ejemplos aportados por A. Carmona en: carmona y Pockling-
ton 2008, 56.
168
Cfr. Fuentes de Len (Badajoz) y el onubense Gibralen < r. abal al-uyn monte
de las fuentes.
169
Se aporta abundante informacin sobre la evolucin de este topnimo en: tErS 1986,
373-6.
157
ROBERT POCKLINGTON
oronimia
80. Navalcudia, laguna del trmino de El Bonillo, es un hbrido
castellano-rabe resultando de la contraccin de la expresin Nava de
Alcudia, compuesta del castellano nava, que, en vez de tener su significado
habitual de paraje llano entre montaas, evolucion semnticamente en
Albacete para denotar laguna, lavajo,171 y el topnimo rabe Alcudia, es
decir al-Kudya la colina. La Sierra del Cabezo del Asno, que se eleva
entre los trminos de Helln y Cieza, figura en al-Idrs como abal Ras al-
imr sierra de la cabeza del asno,172 por lo que la denominacin actual,
aunque puramente castellana, tiene en realidad un origen islmico, al ser
traduccin del nombre arbigo anterior.
gEogrfica
81. El topnimo Albacete procede, como se sabe, del rabe al-Bas
el llano, figurando bajo esta forma en las fuentes rabes a partir del s.XII.
Se plantea, con respecto a este nombre, el problema de las circunstancias de
su creacin. En los primeros momentos de su introduccin, un nombre de
lugar El Llano ubicado en medio de una gran llanura carecera de eficacia
toponmica, ya que no permitira al oyente localizar el punto exacto al
que se refera su locutor. La solucin, como ya indic J. Vallv, pasa por
suponer que dicha denominacin se aplic inicialmente a un territorio ms
amplio, surgiendo el nombre del asentamiento a partir de la reduccin de
una expresin ms larga, como Madnat al-Bas ciudad del Llano o in
al-Bas castillo del Llano.173 La confirmacin de esta hiptesis puede
estar en el hecho de que, en realidad, Albacete se construy en uno de los
pocos sitios no llanos de la zona. Como observa A. Pretel, con referencia
al Plano municipal de 1861: Las curvas de nivel permiten apreciar las tres
elevaciones en que pudo surgir el Albacete islmico.174
170
tErS 1986, 389.
171
PrEtEl marn 2007, 50.
172
al-idrs 1989, 63, 91.
173
vallv bErmEjo 1972, 179.
174
PrEtEl marn 2007, 144.
158
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
175
Pocklington 1982, 179.
176
PrEtEl marn 2007, 106-8, 206.
177
vallv bErmEjo 1972, 178-9.
159
ROBERT POCKLINGTON
toPonimia nEo-rabE
85. Existe una serie de topnimos de apariencia rabe los cuales,
en realidad, no tienen este origen. Contienen voces de origen rabe como
acequia, alberca, rambla, alquera, etc., presentes en el castellano de los
habitantes, quienes las han usado, con posterioridad a la Reconquista, para
crear topnimos nuevos. Estos topnimos neo-rabes pueden detectarse
(a) por haber llevado desde siempre el artculo castellano, (b) por tener
rasgos fonticos inapropiados en un arabismo autctono, o (c) porque, al
existir la palabra en el castellano, no es posible probar, que el topnimo
tenga un origen ms antiguo. As, El Acebuche (casas y caada, Pozuelo),
El Acebuchal (cerro, Helln) y El Acebuchar (casa y arroyo, Elche de la
Sierra) se derivan sin dificultad del castellano acebuche olivo silvestre,
tomado del rabe hispnico zabb o zanb dem. El Acequin (laguna
y canal, Albacete) es un aumentativo en -n del castellano acequia (< rabe
sqiya acequia). Las Albercas (fuente, Vianos) y La Alberquilla (casa
y vallejo, Lezuza; casa, Letur; camino, Yeste) se formaron a partir del
castellano alberca balsa de riego, tomado del rabe birka dem. La
Alcantarilla, nombre de un partido de la sierra de Yeste y de un poblado
sumergido bajo las aguas del Embalse del Cenajo (Frez) es el castellano
bajomedieval alcantarilla puentecillo, derivado del rabe qanara
puente ms el sufijo -illa. El Algibe (cerro, Socovos), Los Algibes
178
codom II, 16.
179
Sabio gonzlEz 2008, 65-6.
160
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
Ver: aSn PalacioS 1940, 121-2, quien deriva todas estas formas directamente del rabe
180
161
ROBERT POCKLINGTON
BIBLIOGRAFA
162
TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
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ROBERT POCKLINGTON
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TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
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ROBERT POCKLINGTON
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TOPONIMIA IBRICA, LATINA Y RABE DE LA PROVINCIA DE ALBACETE
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Nmero Pginas Origen Ao
55 169-229 Albacete 2010
por
Francisco MENDOZA DAZ-MAROTO
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
RESUMEN
ABSTRACT
171
FRANCISCO MENDOZA DAZ-MAROTO
1
Incunables en bibliotecas de Albacete, en Al-Basit 31 (12-1992), pp. 229-267; ser el
n I en las referencias de este y sucesivos Suplementos. Recordamos a continuacin los
dems, siguiendo la numeracin en romanos iniciada con los incunables (designamos
el conjunto con la sigla CAFABA): [II] Impresos de 1501 a 1550 en una biblioteca
de Albacete (Al-Basit 37, 12-1995, pp. 265-311), [III] Impresos de 1551 a 1600 en
una biblioteca de Albacete (Al-Basit 39, 12-1996, pp. 217-266), [IV] Manuscritos e
impresos del siglo XVII en una biblioteca de Albacete (Al-Basit
Al-Basit 41, 12-1997, pp. 105-
147), [V] Manuscritos e impresos de 1701 a 1750 en una biblioteca de Albacete (Al-
Basit 42, 6-1999, pp. 103-155), [VI] Manuscritos e impresos raros de 1751 a 1800 en
una biblioteca de Albacete (Al-Basit 44, 12-2000, pp. 145-198), [VII] Manuscritos e
impresos raros de 1801 a 1850 en una biblioteca de Albacete (Al-Basit 45, 12-2001, pp.
153-204), [VIII] Manuscritos e impresos raros o curiosos de 1851 a 1900 en una biblio-
teca de Albacete (Al-Basit 46, 12-2002, pp. 167-228), [IX] Manuscritos e impresos
raros o curiosos del siglo XX en una biblioteca de Albacete (Al-Basit 48, 12-2004, pp.
253-314), [X] Catlogo del fondo antiguo de una biblioteca de Albacete. Suplemento
I (Al-Basit 49, 12-2005, pp. 5-70), [XI] Catlogo del fondo antiguo de una biblioteca
de Albacete. Suplemento II (Al-Basit 50, 12-2006, pp. 333-395) y [XII] Catlogo del
fondo antiguo de una biblioteca de Albacete. Suplemento III (Al-Basit 54, 12-2009,
pp. 79-140).
2
Ello implica, por ejemplo, que slo indiquemos la primera composicin e ncipit de
los pliegos sueltos poticos.
3
Pedro Salv y Malln, Catlogo de la biblioteca de Salv..., 2 vols. Valencia, Imprenta
de Ferrer de Orga, 1872; existen varias reproducciones en facsmil.
4
Catalogue de la Bibliothque de M. Ricardo Heredia, Comte de Benahavis, 4 vols. Paris,
m. Paul, L. Huard et Guillemin, 1891-1894.
5
Antonio Rodrguez-Moino, Catlogo de la Biblioteca del Marqus de Jerez de los Ca-
balleros. Reimpreso por primera vez en facsmile [de la 2 ed., de 1903], precedido de
una biografa del gran biblifilo. Madrid, Librera para Biblifilos, 1966, ed. de 250 ejs.
numerados.
6
Antonio Palau y Dulcet, Manual del librero hispanoamericano..., 28 vols. Barcelona-
172
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
173
FRANCISCO MENDOZA DAZ-MAROTO
XVII (nms. 11-1519, 18 y 20), los doce del XVIII (nms. 21, 26-29, 33, 36,
37 y 39-42) y los 41 de la primera mitad del XIX20 (nms. 43, 44, 46, 48-
60, 63-68, 70, 72-75, 77-80, 83 folleto, 85, 86, 88, 90-92 y 100-102), los
diez folletos o pliegos de cordel en prosa (nms. 30, 32, 69, 84, 87, 96-99
y 105) y los ocho libros de cordel (nms. 16, 23-25, 34, 35, 61 y 62). Hay
que sumar una ortografa en verso (n 26), un Silabario (n 81) y algunos
Ephemera, que habitual e injustamente suelen faltar en los catlogos, fi-
cheros y repertorios: n 7 (carta de venta), 22 (rara bula de composicin),
45 (fragmento de baraja), 47, 71, 72 y 82. Otros son raros por el lugar de
impresin, como los de Llerena (n 27), cija (n 38, adems realmente
curioso por su tema), Barbastro (n 55) y el Puerto de Santa Mara (n 92).
Merecen destacarse tambin un impreso de Bodoni (n 103) y otro de Ca-
brerizo (n 104), varios con abundantes grabados (nms. 3, 5, 10, 17, 24,
25, 31, 62 y 83) y uno con encuadernacin de poca a la catedral (n 89).
Resaltemos por ltimo seis ejemplares procedentes de la biblioteca de don
Enrique Aub (nms. 1, 18, 33, 41, 74 y 79) y dos que pertenecieron al
duque de TSerclaes y an conservan las etiquetas que dan fe de su paso
por la Biblioteca Nacional para protegerlos durante la Guerra Civil (nms.
35 y 62).
Antes de acometer la descripcin de nuevas piezas, corregimos los
principales errores y omisiones advertidos en CAFABA VI, VII, VIII, IX y X:
-El n VI-35, que fechbamos [1780-1800], es posiblemente de c.
1825.
-Los nms. VI-115, 136 y 155-156 podran ser de principios del
XIX.
-El n VII-4 (Cadalso) no est en 24, sino en 16, y va vestido con
una encuadernacin de poca en pasta espaola.
-Del n VII-20 (Roberto el diablo) hay ejemplar idntico en la BNE,
3/16503, con sello de la Real Biblioteca.
-El ejemplar del n VIII-15 (Gallardo) que tuvo el Marqus de Jerez
tambin fue encuadernado por Mnard, que le cobr por ello 50 pts.21
-Sobre los nms. VIII-25 y 26 (Perfumes de Barcelona) puede verse
ahora el artculo de Lee Fontanella Los perfumes de Barcelona22.
-De los nms. VIII-73 y 8-105 tuvo ejemplar el Marqus de Jerez.
19
Este es propiamente folleto por su extensin.
20
Uno de ellos (nms. 51 y 102) mal compaginado, otro conservado en doble ejemplar
(n 55) y un tercero (n 37) en cudruple.
21
La factura se reproduce en Marqus de Jerez, p. 90 de la introduccin biogrfica.
22
Aparecido en Hibris n 18 (noviembre-diciembre 2003), pp. 15-25.
174
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
SIGLO XV
23
Acompaa al ejemplar una carta de 7-2-1995 en la que el docto bibligrafo Jaime Moll
identifica esta bula y la otra del mismo tipo y ao que tambin posea entonces don En-
rique Aub como impresas por lvaro de Castro. Se ha venido considerando hipottica-
mente que Castro imprimi las bulas en Huete, pero lo hizo sin lugar a dudas en Toledo:
vid. la ed. facsmil del Cuaderno de alcabalas de 1484 (Huete, lvaro de Castro, 1485)
con introducciones de Francisco Mendoza Daz-Maroto y Aurelio Pretel Marn (Albace-
te, Instituto de Estudios Albacetenses, 2001), pp. 12-16 de mi Introduccin.
24
Es decir, el clebre fray Hernando de Talavera (1428-1507), jernimo, a la sazn obis-
po de vila luego primer arzobispo de Granada-, confesor y consejero de Isabel la
Catlica; en 1490, el otro Comisario de Cruzada era don Alfonso de Valdivieso, obispo
de Len. No hemos logrado leer el texto ms. que acompaa a la firma y probablemente
contendr una fecha.
175
FRANCISCO MENDOZA DAZ-MAROTO
176
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
177
FRANCISCO MENDOZA DAZ-MAROTO
8 (157 x 102 mm, mancha 139 x 92). Unas 100 h.? Sin foliacin
ni signaturas? Letra gtica de un solo tamao (76G), 27 lneas. Sin tituli-
llos. Huecos para capitales. Todas las planas con orla completa formada por
excelentes grabados, varios de los cuales se repiten.
Fragmento: dos hojas impresas en vitela, con las capitales lombar-
das y adornos hechos a mano en oro sobre rojo o azul. Los grabados mayo-
res de las orlas escenifican la caza del ciervo (uno vertical est repetido), y
en los menores aparecen seres monstruosos.
Edicin sin identificar, no anterior a 1496, fecha en que Pigouchet
empieza a utilizar esta letrera29, y probablemente no posterior a 150230.
Sealamos el comienzo de cada hoja, siguiendo el orden ms habi-
tual:
[1, Horas de la Cruz:] per virtutem tue sacratissime passionis om /
nia peccata... / Lnea 5: Salutatio. / [A]2Ve clementissime de iesu christe
/ fili... V: ctorum.c. Ad sextam. / [D]Eus in adiutorium Lnea 4:
[]Hymnus. / [grabadito de 35 x 22 mm: ereccin de la cruz] [C]Rucem
nobis / subiit
[2, Horas del Espritu Santo:] tauit. Et de linguis igneis ipsos
inflma= / uit
29
Vid. el BMC V, p. 111 y lmina XV.
30
En una edicin de Horae en espaol acabada por Kerver el 30-4-1502 se copian en es-
pejo grabados de los que figuran en nuestra edicin (hemos visto el ejemplar R/31044
de la BNE). Ha sido imposible averiguar si corresponde a alguno de los siguientes nms.
del GW: 13251, 13255, 13256, 13259 y 13263: vid. nuestro catlogo de la Exposicin
La luz tras las tinieblas. Incunables en Albacete (Albacete, Consejera de Cultura de
la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha e Instituto de Estudios Albacetenses,
2008), n 17, pp. 94 y 97-98.
31
Vid. la Bibliographie der Osterreichischen Drucke des XV. und XVI. Jahrhunderts. Hrsg.
von Eduard Langer. Bd. I, H. I: Triest, Wien, Shrattenthal. Bearbeitet von Dr. Walther
178
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
Dolch (Wien, 1913, n 9), pp. 12-13: la variante a tiene al principio una letra provisional
en vez de la capitular, y la variante c presenta la signatura en minscula.
32
Reproducido en El mercado, p. 189. El mtico librero Hans Peter Kraus naci en Viena
en 1907, se estableci en Nueva York en 1939 tras pasar por Dachau y Buchenwald
y falleci en 1988; su viuda Hanni, ayudada por su hija Mary Ann y su yerno Roland
Folter, sigui con el negocio hasta que muri en 2003.
33
El catlogo de la subasta comprende 3421 lotes.
34
Seala otras dos pequeas diferencias entre los diversos ejemplares: algunos contienen
la errata (lgicamente, de una primera emisin) nostro por nostri en la ltima lnea, y
por otra parte hay ejemplares como el de la BL que en 2r, lnea 2, presentan la forma
homine, escrita home en otros como el nuestro.
35
Catlogo general de incunables en bibliotecas espaolas, coordinado y dirigido por
Francisco Garca Craviotto, 2 vols., Madrid, Biblioteca Nacional, 1989-1990; consul-
tamos tambin los dos tomos de Adiciones y correcciones publicados por Julin Martn
Abad (Madrid, Biblioteca Nacional, 1991 y 1994).
179
FRANCISCO MENDOZA DAZ-MAROTO
SIGLO XVI
180
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
37
Agradezco a Inmaculada Garca-Cervign (a travs de Fermn de los Reyes) la atribu-
cin a este impresor.
38
Debi haber carretadas, pero la nica parecida que registra el CCPB es la n 4470-9,
utilizada en 1574.
181
FRANCISCO MENDOZA DAZ-MAROTO
39
Vid. Philippe Renouard, Bibliographie des impressions et des oeuvres de Josse Badius
Ascensius, imprimeur et humaniste, 1462-1535, 3 vols. Paris, 1908. [Hay reprint: New
York, Burt Franklin, s. a.]
40
Vid. reproduccin reducida en El comercio, p. 56.
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CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
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FRANCISCO MENDOZA DAZ-MAROTO
pp. 24, 40-43, 119, 124, 130, 133, 135, 137, 148 y 156. Capitales grabadas
de varios tamaos (de 35 x 35 mm en 1 y 121, que tambin presentan cabe-
ceras de piezas tipogrficas). Tablas en las pp. 45, 46, 48, 72, 73, 75-86, 93,
94, 96-116, 149 y 153. Ejemplar falto de la hoja desplegable (tras el cua-
dernillo ) y de la correspondiente a las pp. 135[=153]-154 (sign. V ij), sus-
tituidas por facsmiles, y con la esquina inferior derecha de la ltima hoja
restaurada, afectando a algunas palabras en el v. Exlibris ms. antiguo en la
parte superior de la portada: Ex lib G Marias de [tachado ilegible; debajo,
con letra posterior:] Balgentiaco41 10 42. Anotacin (exlibris?) ilegible
en la guarda anterior y otras en la posterior. Encuadernacin de poca en
pergamino a la romana con el lomo rotulado a tinta: Compost Manuel des
Berger [sic]. Ensayos de pluma en el plano anterior y anotaciones (Beau-
gency y otras ilegibles) en el posterior.
El autor que por doble errata firma Jan de Sevile en la dedicato-
ria tuvo un homnimo judo sevillano del siglo XII (Johannes Hispalen-
sis), y quin sabe si l mismo no sera de origen judeoespaol. Muerto c.
1600, fue mdico, matemtico, astrlogo, gegrafo e hidrgrafo del rey de
Francia. Aparte de sus obras originales, revis y aument la traduccin al
francs editada varias veces43 del clebre Arte de navegar de Pedro de
Medina (1545).
El Compost manuel parte del cual est en verso es un manual de
cmputo y (como indica el ttulo) un arte de cmputo manual, es decir,
sirvindose de las manos44, a lo que ayudan varios grabados. Existe una
edicin anterior publicada igualmente en Rouen, 158745, tras la reforma del
calendario desde entonces llamado gregoriano que el papa Gregorio XIII
mand realizar en 1582, para corregir el desfase de diez das respecto del
calendario astronmico, y hay otra edicin de 1604.
41
Sin duda, el mismo propietario que en las pp. 35 y 101 escribi B. m. de Balgen, que
poseera tambin el Beaugency Breviary, manuscrito del siglo XV hoy en la Kenneth
Spencer Research Library de la Universidad de Kansas, pues en el f. 1 se lee igualmente
Ex Libris B.M. De Balgentiaco. Beaugency es una poblacin del valle del Loire, entre
Blois y Orleans.
42
Probablemente el precio, 10 sous (media libra o medio franco).
43
En la Biblioteca del Museo Naval de Madrid se conservan sendos ejemplares de las eds.
de 1607 y 1628.
44
La idea no era nueva: por poner un solo ejemplo, el valenciano Jernimo Corts public
en 1591 un Tratado del compvto por la mano (Palau 63240, pero no hemos podido
localizar ejemplar).
45
Segn el Manuel du libraire de J.-Ch. Brunet, 6+2 vols. (Paris, Firmin Didot Frres,
1860-1880, 5e d.), V, col. 326.
184
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SIGLO XVII
46
Vid. el Catalogue de la Bibliothque de M. N. Yemeniz (Paris, Librairie Bachelin-
Deflorenne, 1867), n 963.
185
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47
En B3r empieza, con tipos mayores, un poema en estancias de 12 versos: VOladora
deidad, que anciosa [sic] anhelas.
186
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187
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Jernimo Corts48, tuvo enorme xito editorial y las primeras eds. son ra-
rsimas (tanto que Salv slo alcanz a poseer la de 1691: n 2737>Heredia
4433) porque su constante uso ha destruido casi todos los ejemplares. Como
indica Palau, goz de una popularidad tan extraordinaria, que siempre ha
sido pieza codiciada por biblifilos y comerciantes (sub 6651). Y aade:
El uso y manoseo frecuente que de l se haca, han motivado la prdida de
muchas ediciones; los pocos ejemplares que hemos visto en circulacin son
estropeados o incompletos (sub 6653).
188
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
Primera plana del n 15, portada de la Cuarta parte del 16, hoja 15v del 17 y primera
plana del 20
189
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50
Agradezco la amable ayuda de Aurelio Pretel y Elvira Valero para la descripcin de este
documento.
190
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51
Aunque no es lo mismo la firma rpida como burcrata que la escritura cuidada de los
exlibris manuscritos en ejemplares de su biblioteca que han llegado a nosotros (por
ejemplo el R/642 de la BNE), son notables las diferencias que apreciamos, como tam-
bin con su escritura y firmas (siempre con el don y el segundo apellido) en autgrafos
como el Mss. 21883 de la BNE.
52
Por cierto que en un poema atribuido a l figuran estos versos alusivos a la corrupcin
reinante en dicho Consejo: El de rdenes? Sin orden, por dinero, / aprobar las prue-
bas a Lutero.
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193
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54
Alfred Morin, Catalogue descriptif de la Bibliothque bleue de Troyes (almanachs ex-
clus), Genve, Droz, 1974.
55
Vid. CAFABA V-6, VI-7 a 10, VIII-7 y 8 y XII-30.
194
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56
En las pp. 8, 55, 63, 75, 83, 89, posterior al 112, 150, 156, 176, 180, 184, 202, 208, 226,
234, 238, 242, 246 y 170=270.
57
En las pp. 7, 54, 59, 62, 67, 69, 74, 112, 175, 179, 191, 198, 201, 207, 223, 231, 233,
237, 240 y 245.
195
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58
Gutirrez del Cao, Marcelino: Ensayo de un catlogo de impresores espaoles desde
la introduccin de la imprenta hasta fines del siglo XVIII, en Revista de Archivos, Bi-
bliotecas y Museos, 3 (1899), pp. 662-671, y 4 (1900), pp. 77-85, 267-272, 667-678 y
736-739 (la referencia, en 4, p. 79).
59
Nadie ha sealado hasta ahora, ni siquiera Rodrguez-Moino en su edicin y estudio
de la Floresta de varios romances (Valencia 1652) de Lpez de Tortajada (Madrid, Cas-
talia, 1970), la existencia de este primer estado al que pertenece tambin el ejemplar
R/2430 de la BNE con errores de imposicin, luego corregidos en el estado B (repre-
sentado por los otros cuatro de la BNE: R/12873, R/20504 [mtilo], 2/65465 y 2/65475
199
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[mtilo]); ignoro a cul de los dos estados pertenecen los otros ejemplares conocidos.
60
Op. cit., pp. 55-56; se edit al menos una docena de veces desde 1646 hasta 1764.
61
Sobre el duque de TSerclaes, exquisito biblifilo, vid. La pasin, pp. 343-344.
200
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201
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62
Portada reproducida en El mercado, p. 71.
202
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
203
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realidad son cuatro los romances contenidos en nuestra edicin, cuyo texto
NDPS63 971), y no merece nin-
coincide con el de una valenciana de 1597 ((NDPS
gn crdito la atribucin al desconocido Marco Prez. Citados en el Quijo-
te, estos romances se utilizaron para ensear a leer a los nios.
204
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
El estanco del naipe del Hospital General de Pamplona (Barcelona, 1997), pp. 10-25.
Vid. las pp. 282-284 de mi artculo Hallazgos de barajas antiguas espaolas, en The
Playing-Card 34:4 (April-June 2006), pp. 269-284.
65
Vid. por ejemplo Los naipes: Historia general desde su creacin a la poca actual.
[Catlogo del] Museo Fournier, 2 vols., de Flix Alfaro Fournier (Vitoria, Heraclio
Fournier, 1982 y 1988), I, nms. Espaa 50, Francia 16-19 y 35; d. II, Francia 57, etc.
205
FRANCISCO MENDOZA DAZ-MAROTO
206
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
- Por la bella que adora mi pecho [copla decas. que sirve de estri-
billo a las que siguen]
[Colofn:] Reus: Imprenta y librera de Juan Vidal y Angel Cami.
Ao 1846.
4. 2 h.
Calaixera 239. Otras eds.: Azaustre c44, y vid. c42, as como CCPB
485360-1. Esta composicin est relacionada con las Noches lgubres, atri-
buidas a Jos Cadalso (1741-1782), cuyo seudnimo potico era Tediato, y
Filis el de su amada la actriz M Ignacia Ibez.
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66
Sorprendentemente, no lo encontramos en Heredia.
67
Juan de Escobar, Historia y romancero del Cid (Lisboa, 1605). Edicin, estudio biblio-
grfico e ndices por Antonio Rodrguez-Moino. Introduccin por Arthur Lee-Francis
Askins. Madrid, Castalia, 1973.
211
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212
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213
FRANCISCO MENDOZA DAZ-MAROTO
4. Una h. impresa por una sola cara, con sello de la Coleccin Llo-
veras al v.
Esta ed. falta en todas las fuentes consultadas.
71
Debidas a Grard Dufour (Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1987) y Juan
Ignacio Ferreras (Madrid, Vosa, 1994).
72
Tenemos tambin un justificante de comunin de Lerma, 1869, 68 x 34 mm.
214
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215
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73
Ed. de Barcelona, M ngeles Mart, 1726 y 1759, p. 185, reproducido en Rafael de
Czar, Poesa e imagen. Formas difciles de ingenio literario (Sevilla, El Carro de la
Nieve, 1991), p. 526, fig. 155.
74
Publicado en el Homenaje a la memoria de Don Antonio Rodrguez-Moino 1910-1970
(Madrid, Castalia, 1975), pp. 517-536.
216
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75
Melchor de Macanaz [?]: Testamento de Espaa. Edicin facsmil de un impreso y de
un manuscrito del siglo XVIII, con introduccin y notas de Francisco Mendoza Daz-
Maroto. Albacete, IEA, 2001.
217
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218
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76
Vid. Vctor Infantes, De las primeras letras. Cartillas espaolas para ensear a leer de
los siglos XV y XVI. Preliminar y edicin facsmile de 34 obras. Salamanca, Universi-
dad, 1998.
77
Vid. su obra De las primeras letras. Cartillas para ensear a leer del siglo XVII y XVIII,
2 vols. (Salamanca, Universidad, 2003), nms. LIX, LXV, LXVII, LXIX, 27, 29 y 33.
219
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Nuestra ed. de esta obrita de cordel falta en todas las fuentes consul-
tadas. Vid. mi Panorama, pp. 203-205, y advirtase que no merece crdito
la atribucin a Juan de la Puente.
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Destituido por el Frente Popular de su cargo de Ingeniero Agrnomo Inspector de la
Zona Norte.
79
Reproduccin reducida en El mercado, p. 95.
223
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80
Palau seala sendas hojas tras la XXX y al final del vol. I: de existir, seran blancas, pues
parece impensable que careciera de ellas el ejemplar de Gayangos (hoy en la BNE),
absolutamente idntico al nuestro.
81
Vid. La pasin, pp. 339-341, as como mi artculo De la Biblioteca de Salv a las de
Heredia, en Pliegos de Bibliofilia n 18 (2 trimestre 2002), pp. 3-20.
224
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
225
FRANCISCO MENDOZA DAZ-MAROTO
82
Atribuido a Melchor de Macanaz (Albacete, IEA, 2001), vid. sobre todo las pp. 27-29 de
mi Introduccin. A las eds. que cito debe aadirse ahora la descrita supra, n 76.
226
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
Primera plana del n 99, portada del 103 y portada y frontis del 104
227
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83
H. C. Brooks, Compendiosa Bibliografia di Edizioni Bodoniane. Firenze, Tipografia
Barbra, 1927, ed. de 150 ejemplares. [Hay reed. facsmil de Mansfield, Martino, s. a.]
228
CATLOGO DEL FONDO ANTIGUO DE UNA BIBLIOTECA DE ALBACETE. SUPLEMENTO IV
84
Vid. el artculo La coleccin de novelas del editor Cabrerizo, de Antoni Espins Que-
ro, en Hibris nms. 25 (enero-febrero 2005), pp. 30-39, y 26 (marzo-abril 2005), pp.
27-39 (aqu, p. 38, n 48).
229
Nmero Pginas Origen Ao
55 231-270 Albacete 2010
EL PATRIMONIO ETNOLGICO
EN LAS SALINAS DE PINILLA
por
Daniel CARMONA ZUBIRI*
* e-mail: dcarmona@umh.es
Profesor de Antropologa Social y Cultural en la Universidad Miguel Hernndez de Elche.
El presente trabajo recibi una ayuda a la investigacin del Instituto de Estudios
Albacetenses Don Juan Manuel en el ao 2006.
EL PATRIMONIO ETNOLGICO EN LAS SALINAS DE PINILLA
RESUMEN
ABSTRACT
The research han focus on salt mines for some years. It is not
surprising because these places, where something so basic for life as salt is
obtained, gather in themselves all types of values: historical, anthropological,
economic, politicial and ecological. All of this is especially a certain and
relevant in the inner salt-water lagoons , where the salt production imposed
a certain ordainment of the territory, the economy and communications
organized into a hierarchy, creating an ecosystem and a very particular
heritage.
The current work treats about the heritage of the inner salt-water
lagoons of Pinilla (Albacete), abandoned ten years ago, which are now
claiming the position where they should be next to the great inner salt-
water lagoons of Spain in order to not to be excluded and forgotten.
Keywords: Salt, salt mines, territory, heritage, Ethnology.
233
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0. INTRODUCCIN
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1. METODOLOGA
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1
La cuestin del nacimiento del ro Guadiana es muy controvertida, fundamentalmente a
causa de la permeabilidad del roquedo y la irregularidad del rgimen hdrico, lo que pro-
voca las desapariciones del ro en grandes tramos. En la actualidad se admite que la
Fuente del Ojuelo (Viveros) es el nacimiento del Guadiana, aunque enseguida se oculta
para volver a aflorar unos kilmetros al norte como el ro Pinilla y fluir hacia el oeste.
239
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3.1. El pozo
241
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Fotografa 1. Restos del edificio de la noria con los labios del (armazn de madera)
pozo en primer plano.
242
EL PATRIMONIO ETNOLGICO EN LAS SALINAS DE PINILLA
trazado de lo que fue desmantelado dibujan un ngulo del que salan dos
muros; es decir, la planta difcilmente poda ser heptagonal, sino octogonal.
Este pozo se ajustara as a la tipologa de estas construcciones en otras
explotaciones similares de Castilla-La Mancha (Villar Mayo, 1995: 134).
De las dimensiones del edificio destacaremos la altura: 5,40 metros
desde el suelo a la parte superior de lo que queda del edificio, que en su
momento sera el suelo de la noria. En definitiva, a esta altura habra que
sumarle lo que falta del alzado y la cubierta.
La gran altura de este el pozo tena como propsito elevar el agua
captada para aprovechar la fuerza de la gravedad en la conduccin a
los recocederos. Cuanta ms altura se utilizara, ms veloz y eficaz sera
la conduccin. Una rampa situada en el lado norte del pozo permita el
acceso tanto a personas como a las caballeras que moveran la noria. En
la actualidad la rampa est seccionada por una trinchera que la corta por la
mitad, inutilizndola. La causa seguramente guarda relacin con las nuevas
conducciones de de la bomba elctrica.
Una estructura cuadrangular de mampuesto pegada al lado este de la
rampa muestra un derrumbe de un tabique de mampuesto. Podra ser lo que
resta de la base de un antiguo porche, aunque es difcil asegurarlo.
Tambin pegado a la rampa, pero a su lado oeste, se aprecian restos
de una torre de metal galvanizado. Se trata de un molino de agua, del que
an se pueden observar sus cuatro puntos de apoyo, su eje central y el
brocal del pozo del que extraa agua.
243
DANIEL CARMONA ZUBIRI
3
Los desages no slo eliminan los remanentes de la cosecha, sino tambin el agua de
lluvia que hace descender el nivel de salinidad de la salmuera.
244
EL PATRIMONIO ETNOLGICO EN LAS SALINAS DE PINILLA
245
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4
Tampoco se descarta que actuaran como reguladores de caudal, puesto que se ha cons-
tatado sobre el terreno la gran cantidad de vergencias de agua que hay en este sector de
la explotacin.
246
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de este ambiente menor porque est cerrado. Pero al exterior, esto le resta
17,20 metros de longitud, lo que teniendo en cuenta el grosor de los muros
deben ser unos 16 metros de longitud en su cara interna. En consecuencia,
el mayor de los dos espacios que el alfol tiene aproximadamente 817 m2,
mientras el menor debe estar en torno a los 282 m2, lo que suma 1099 m2.
As, en el espacio de mayor tamao, podemos ver como dos hileras
de pies derechos de madera apoyadas en basas de piedra dividen el espacio
en tres naves. Sus capiteles, tambin de madera, estn moldurados en forma
de taln, o pecho de palomo Sobre ellos descansan las vigas ensambladas
de madera de la cubierta.
250
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Fotografa 6. Vestbulo de la casa del Jefe de Fbricas. Fotografa. Interior casa Jefe
de Fbricas.
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4. EVOLUCIN HISTRICA
253
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egipcios.10
Los tornillos egipcios o tornillos de Arqumedes servan para achicar
el agua a la superficie de las minas subterrneas. Su utilizacin por parte de
los turdetanos, los mismos que extraan la salmuera, indica el control que
estos posean de la utilizacin de aguas subterrneas.
Adems, como seala Plinio, la sal hispana tena adems especiales
virtudes teraputicas para personas y ganados de la sal en Hispania: Para
curar las enfermedades de los ojos en las caballeras y en los bueyes se usa
la sal tragasica y btica (XXXI, 86)11. Al referirse a cierta enfermedad de
los ojos afirma para sta se prefiere la sal hispaniense (XXXI, 100)12.
En la Hispania Citerior, en Egelastae, se extrae una sal en bloques
casi traslcidos, la cual, y desde hace ya tiempo, lleva para la mayora de
los mdicos la palma sobre las otras clases de sal. (XXXI, 80).
En lo relativo a la tradicin bera de las explotaciones, Estrabn es
el que ms nos orienta. As, cuando trata del aprovechamiento de los ros
salados para las salazones (Geografa, III, 2, 6) y de la minera (III, 2, 9),
alude a la Turdetania y a los turdetanos. Habla de los pueblos galaicos,
astures y cntabros al referirse a la explotacin de la sal gema de Cabezn
de la Sal (Santander): Su sal es purprea, pero se hace blanca al molerla.
(III, 3, 8)13.
El aprovechamiento de los ros salados para obtener sal es una
costumbre bera, turdetana para ser ms exactos, y relacionada con la
fabricacin de salazones. Asimismo, la Turdetania es el territorio que
mayores riquezas mineras contiene y los turdetanos los beros que
mayor nivel tcnico haban alcanzado en su explotacin. Por tanto, el
aprovechamiento de las aguas saladas de interior es una prctica prerromana,
documentada en la Turdetania. El propio Estrabn seala adems que la sal
era utilizada como moneda de cambio en los intercambios comerciales.
Mercaderes cartagineses y tartesios, afincados por supuesto en Turdetania14,
y posteriormente romanos comercian con las islas Kassitrides, pues los
10
En Garca y Bellido 1945: 88.
11
En Garca y Bellido, 1947: 186.
12
En Garca y Bellido, 1947: 187.
13
En Garca y Bellido, 1945: 122
14
La indudable influencia de la cultura pnica en la Turdetania, y la sealada presencia de
cartagineses en el comercio de la sal, inducen a pensar en la relacin que Cartago pudo
haber tenido en el inicio de las explotaciones de sal de aquella zona (Vila Valent, 1953-
1954: 229) y la produccin de garum (Etienne, 1930: 303). Esta tradicin de explotacin
salinera pnica ha sido tratada con amplitud por Manfredi (1996). Rovillard por su parte
sostiene la explotacin griega de la sal en las colonias de la Pennsula (1991: 209).
255
DANIEL CARMONA ZUBIRI
15
En Garca y Bellido, 1945: 202. Las islas Kassitrides siguen sin haber sido localizadas,
debido a que el propio Estrabn las sita vagamente al norte de La Corua.
16
En Garca y Bellido, 1947: 122-123.
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EL PATRIMONIO ETNOLGICO EN LAS SALINAS DE PINILLA
19
El ttulo completo es: Descripcin general para escrivir a todas las ciudades de Espaa,
Villas, y Lugares mas remotos de ella, Reynos, y Potencias Estrangeras, con los das
en que llegan, y parten los Correos de esta Corte, y dems Caxas de todo el reino; el
tiempo que tardan las respuestas de las Cartastodo para el mayor aumento de la Real
Hacienda, utilidad del Comercio, y bien comn de los pueblos. La cita aparece en las
pginas 346-347. (Biblioteca Nacional, signatura 3/31.645). Esta obra, calificada como
de geografa postal, describe las rutas de las cajas postales y la duracin de las idas y
los retornos.
20
En la obra original la cita aparece en la pgina 48.
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22
Publicado y trascrito por Snchez Gonzlez (1991: 37-44)
23
En Snchez Gonzlez (1991: 40)
261
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EL PATRIMONIO ETNOLGICO EN LAS SALINAS DE PINILLA
5. A MODO DE CONCLUSIN
Hace casi una dcada que se paraliz la cosecha de sal y las salinas
fueron abandonadas. La explotacin de la sal ha dejado de ser una actividad
viva y las salinas las ha dejado como zona marginal. Sin embargo, las salinas
de Pinilla son una referencia central en la geografa mental de las gentes
de la zona. La mayora de los habitantes de la zona las conoce y ubica.
Todos hablan de las excelencias de aquella sal y afirman que all romanos
y moros extraan una sal inagotable que se exportaba a toda Espaa, y de
no ser por la mala administracin, an continuara extrayndose. Las
salinas se nos presentan mitificadas, cual cuerno de la abundancia de la sal
explotado desde tiempo inmemorial, extinta ya su utilidad econmica real.
Este cambio de actividad le ha desprovisto de su estatus de lugar central
que le confera su condicin de proveedor de una valiosa sustancia para la
vida, vedado al acceso por el control de los poderosos.
Ahora, abandonado a su suerte, la distincin de su peculiar paisaje
y la huella de su importancia durante siglos le convierten en objeto de un
proceso de apropiacin patrimonial a travs de la mitificacin. Un proceso
impulsado desde abajo, desde la propia comunidad humana, dando valor
(Nogus Pedregal, 2006) antes de que sus gobernantes o sus especialistas
la pongan en valor. Las salinas han sido incorporadas al patrimonio y
constituyen ya una sea de identidad de las gentes de la zona que reclama
una accin clara por parte de la administracin.
263
DANIEL CARMONA ZUBIRI
28
Aparte de las instalaciones salineras, la parte ms antigua de la mansin del Jefe de
Fbricas, la de la izquierda, por su obra y estilo puede datarse a finales del siglo XVI o
primera mitad del siglo XVII, mientras la de la derecha no se remonta ms all de inicios
del XIX.
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EL PATRIMONIO ETNOLGICO EN LAS SALINAS DE PINILLA
no sirve para el resto. Habra que recordar que los calificativos que adjetivan
al patrimonio corresponden a compartimentaciones legales y acadmicas,
no a la realidad de los hechos. En las salinas el patrimonio natural y el
material van ntimamente unidos. Proteger a uno y descuidar el otro resulta
incomprensible. Los riesgos de acabar lamentando este descuido pueden
ser graves y la provincia de Albacete puede acabar perdiendo un patrimonio
nico, del que no quedara entonces ms que el mito.
6. BIBLIOGRAFA
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FUENTES DOCUMENTALES
ABREVIATURAS UTILIZADAS
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Nmero Pginas Origen Ao
55 271-295 Albacete 2010
por
Rosa Mara LPEZ CAMPILLO*
RESUMEN:
ABSTRACT:
This article seeks to provide an insight into the whig policy during
the War of the Spanish Succession concerning the development of the fight
in the Spanish theatre by focusing on one of its decisive episodes: the Battle
of Almanza. This will be done by analyzing the essays produced by John
Tutchin, one of the most outstanding and influential British polemical writers
of his time, who would not only devote the periodical The Observator to
his political creed but even sacrifice his life for the whig cause.
Keywords: War of the Spanish Succession, Battle of Almanza,
Whig propaganda, John Tutchin, The Observator.
273
ROSA MARA LPEZ CAMPILLO
1
HATTENDORF, J.B., England in the War of the Spanish Succession. A Study of the Eng-
lish View and Conduct of Grand Strategy, 1702-1712, Nueva York, 1987, p. 2.
2
HARRIS, T., Politics under the Later Stuarts. Party Conflict in a Divided Society, 1660-
1715, Harlow, 1993, pp. 158-159.
3
Para obtener una visin panormica del comportamiento de la propaganda poltica en
Inglaterra durante la Guerra de Sucesin Espaola, ver LOSA SERRANO, P. y LPEZ
CAMPILLO, R. M, La Guerra de Sucesin espaola y la opinin pblica inglesa,
en GARCA GONZLEZ, F. (ed.), La Guerra de Sucesin en Espaa y la Batalla de
Almansa, Madrid, 2009, pp. 133-167.
274
JOHN TUTCHIN Y LA BATALLA DE ALMANSA
4
LPEZ CAMPILLO, R. M, Daniel Defoe y la Guerra de Sucesin Espaola, Cuenca,
2010.
5
John Tutchin (1660-1707), panfletista y ensayista ingls de la segunda mitad del siglo
XVII y principios del XVIII, le ha llegado a considerar como uno de los tres ensayistas
polticos ms conocidos e influyentes de su poca, junto a Charles Leslie y al mundial-
mente afamado, Daniel Defoe (PHILLIPSON, N., Politics and Politeness in the Reigns
of Anne and the Early Hanoverians, en POCOCK, J.G.A. (ed.), The Varieties of Politi-
cal Thought, 1500-1800, 1996). Escribi numerosos poemas y panfletos polticos, pero
su obra ms importante sin duda alguna fue la publicacin peridica, The Observator,
que naci el 1 de abril de 1702 y que edit hasta su defuncin en el mes de septiembre
de 1707 a consecuencia de las heridas inflingidas por una paliza tremenda que se le
propin durante su encarcelamiento a consecuencia de las opiniones polticas vertidas
en revista poltica.
6
HARRIS, T., op. cit., p. 186.
7
DOWNIE, J.A., Robert Harley and the Press. Propaganda and Public Opinion in the
Age of Swift and Defoe, Londres, 1979, p. 13.
8
John Thompson Haversham, conocido como Lord Haversham, fue un destacado pol-
tico britnico, algo excntrico, inicialmente whig que pas a las filas del partido tory
(HOLMES, G., Britsh Politics in the Age of Anne, Londres, 1987, p. 273), segn se cree,
motivado por el resentimiento que le produjo el ascenso del conde de Pembroke. En el
ao 1707 fue uno de los Lores que atac la conducta del Almirantazgo (A catalogue of
the royal and noble authors of England: with lists of their Works, Edinburgo, 1796, pp.
240-1).
275
ROSA MARA LPEZ CAMPILLO
9
RICHARDS, J.O., Party Propaganda, p. 64.
10
TREVELYAN, G.M., England under Queen Anne. Ramillies and the Union with Scot-
land, vol. 2, Londres, 1932, pp. 301-302.
11
La campaa peninsular de 1706 constituye un caso un tanto especial por su resulta-
do ambivalente. Al principio de la campaa de 1706 los ejrcitos aliados consiguieron
grandes avances en Catalua y Valencia gracias a la tropas de Peterborough y al apoyo
de la flota aliada dirigida por Sir John Leake y el Baron van Wassenaer por una parte,
llegando incluso a ocupar Madrid aunque por poco tiempo- gracias a Lord Galway y
el Marqus das Minas y a conseguir importantes avances en el este de Espaa. Hacia
el final de la campaa el bando borbnico consigui mejorar sus posiciones cuando su
ejrcito recuper mucho del territorio perdido en Castilla, Murcia y parte de Valencia
(HATTENDORF, J.B., op. cit., pp. 118-120).
276
JOHN TUTCHIN Y LA BATALLA DE ALMANSA
277
ROSA MARA LPEZ CAMPILLO
278
JOHN TUTCHIN Y LA BATALLA DE ALMANSA
279
ROSA MARA LPEZ CAMPILLO
Master, I wish the Great Ones at Court would do you Justice; theres a pretty Deal of
Money due to you, but Favourites have got what by your Vigilance, was brought into the
Pocket of the Government. But, however, well go on to serve the Government, in op-
posing Lesley, and all its other Enemies. () we cant stop the Course of Corruption.
24
Ibdem, pp.1-2.
25
The London Gazette, n 4329, de 5-8 de mayo de 1707, pp. 3-4: The Enemy being thus
overpowerd, and put into Disorder, were obliged to quit the Field. Their Loss is com-
puted at between 4 and 5000, besides some Battalions made Prisoners in their Retreat.
() we have not on our own side lost less than 3000 Men .
280
JOHN TUTCHIN Y LA BATALLA DE ALMANSA
281
ROSA MARA LPEZ CAMPILLO
Observator: You dont know how, or where they have complaind. but
I have known the Time when Citizens of London, drew up a Petition
to Parliament, complaining of the Mismanagements of the Lords of the
Almiralty on this Account; and not one of the Courtiers, that represented
them, would deliver their Petition.
Countryman: And did they chuse em again?
Observator: Yes, they did.
Countryman: And did they lose their Ships again?
Observator: Yes, they did.32
En su empeo de demoler las gestiones martimas, convierte dichos
fracasos en el tema central del siguiente ensayo de Tutchin de 10-14 de
mayo, gracias a la informacin proporcionada por la edicin de 5-8 de mayo
del London Gazette. Aqu el escritor insiste en la bravura de los capitanes
ingleses y la falta de navos para enfrentarse a un escuadrn enemigo muy
superior33.
Respecto a Almansa, el escritor argumenta que, aunque la debacle
fuera de la magnitud que refieren los franceses, no hay motivo para
el desaliento ya que los aliados conseguirn resarcirse gracias al coraje
britnico. Una seal de que los ejrcitos aliados no se encuentran tan
abatidos es que ya han comenzado a movilizarse:
Countryman: They are preparing for the Field every where; the Sons of
Mars are in Motion, and bloody Ensigns are displayd.
Observator: And so, Roger, in a short Time we shall give em a Rowland
in Flanders, for their Oliver in Spain. Never fear it.
Countryman: Master, I have certain Hopes of what you say; for were the
Case as bad in Spain, as the French do make it, it would not dispirit our
Men. The Courage of Britains is not lessend but increasd by Repulses;
theyll fight till they are dead, and no Body can fight any longer.34
Incide adems en el inters del bando poltico contrario en no
reconocer las hazaas y mritos de Peterborough, el hroe whig por
excelencia en las campaas en territorio espaol y deja entrever que una de
las razones de la derrota se puede deber a su ausencia del teatro peninsular
en esos momentos:
I am very glad our noble Earl of Peterborough was not there: The evil
Genius that follows the Great Man, if he had got a compleat Victory, would
have allowd him no Praise; and if a Misfortune had happend, those evil
Tongues at Home, that have undervalud his glorious Actions, would have
clamourd, and spit their Venom: For his own Sake, I am glad he was absent;
32
Tutchin, J, The Observator, vol VI, n 20, de 7-10 de mayo de 1707, pp.1-2.
33
Tutchin, J, The Observator, vol VI, n 21, de 10-14 de mayo de 1707, p.1.
34
Ibdem, p.2.
282
JOHN TUTCHIN Y LA BATALLA DE ALMANSA
but for the common Good, I could have wishd him there; for Never General
yet gaind more Respect and Love in a foreign Country, who came as an
Invader, than the Earl of Peterborough gaind in Spain. And he that has not
the Hearts, can never expect the Hands of the People.35
Este argumento constituye el primer intento de Tutchin de justificar la
derrota en Almansa, aunque lgicamente tampoco poda dejar de ensalzar a
Galway o responsabilizarle de la debacle tratndose de otro hroe whig36.
Habr que esperar hasta mediados del mes de mayo para que The
Observator dedique un ensayo completo al tema de Espaa casi forzado
por las circunstancias puesto que, segn informa Countryman, no se habla
de otra cosa que de los temas de Espaa (All the Talk of the Town, is
about the Affairs of Spain), muy posiblemente motivado por los informes
nefastos para la coalicin aliada que llegan sobre la Batalla de Almansa
desde la gaceta de Paris publicados por The Daily Courant. Segn esta
fuente el golpe inflingido al bando borbnico ha sido tremendo y el futuro
inmediato nada esperanzador:
About 6000 of the Enemy [the allies] were found on the Field of the Battle.
The Day of the Action we had above 4000 Prisoners, the next Day about
1000 were brought in, and we reckon we have in all above 9000, without
including 5 General Officers, 7 Brigadiers, 25 Collonels, and above 800
other Officers. () of the Army of the two Crowns about 1500 Men were
killd or wounded. () The French, Spanish, and Italian Officers and
Soldiers fought to outvy each other, with Extraordinary Bravery.37
En opinin de Tutchin, no se puede culpar a los ingleses o a los
holandeses de tal fracaso38. A pesar del incomparable valor Ingls, muy
superior al de los espaoles39, son varios los motivos que han convertido esta
35
Ibdem, p. 2.
36
TUTCHIN, J., The Observator, vol VI, n 20, de 7-10 de mayo de 1707, p.1:
Countryman: But, Master, the Earl of Gallway is killd.
Observator: I hope not. But if so, tis a great Loss to the Confederates; never better
Man commanded an Army; and what renderd him more accomplishd, he was as good
a Christian, as a Soldier; and this was his Gain, for he feard Death in no Country or
Climate, but was at all Times ready to face the grizzly Enemy
37
The Daily Courant, vol II, n 1640, de 17 de mayo de 1707, p. 1.
38
TUTCHIN, J., The Observator, vol VI, n 23, de 17-21 de mayo de 1707, p. 2: we will
() examine the Difficulties the English and Dutch have lain under in this Expedition,
and then I verily believe no Man will censure them, or lay any Miscarriages, which may
have happend in Spain, to their Charge.
39
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 2: I have seen most Nations tryd as to their Courage in the
Field, but never found any superior to the English. The Spaniards indeed are Paltrons
in an Army; and upon this Account our People thought, that a few Hands would soon
Dispatch infinite Numbers of them.
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JOHN TUTCHIN Y LA BATALLA DE ALMANSA
These two Repulses, that in Spain, and this at Stolhoffen, may serve to
convince some People, that the Virgin Mary is not so good a Friend to the
House of Austria, as has been pretended; and that 4000 Horse at the Battle
of Almansa, which was there wanted, would have done more Service than
40000 Saints.50
En The London Gazette de 29 de mayo-2 de junio se anuncia la
publicacin inminente de la relacin de la Batalla de Almansa por boca de
Lord Galway51, comandante en jefe de las fuerzas aliadas. Tutchin aprovecha
la edicin en Gran Bretaa de esta versin oficial de lo acontecido en
Almansa para aadir nuevas causas justificativas de la derrota en Almansa.
Segn argumenta el escritor, la debacle no fue motivada por una conducta
ineficaz o por la falta de valor de los ingleses52 frente a los insignificantes
espaoles53; el problema fue la superioridad numrica de las fuerzas
enemigas54, situacin originada por la irresponsabilidad de los aliados
alemanes, extremo confirmado por el relato del propio Galway publicado
en The London Gazette55. Segn The Observator, en lugar de ordenar el
traslado de la caballera y los dragones a Almansa, stos fueron enviados a
Barcelona, dejando atrs a un ejrcito aliado innecesariamente reducido y
vulnerable:
Let Mankind Judge of the Conduct in taking away so many of the
best Horse and Dragoons, to visit a Town, when they were wanted in the
Field, and all Men believd the first Battel would decide the Fate of Spain.
() Our Choice Dragoons and Horse were gone to tell the Stones in the
Walls of Barcelona and so were wanted when we fought the Enemy.56
Estas circunstancias no hacen sino aadir mrito a Galway y dems
oficiales y soldados. De haberlos tenido en Almansa, Carlos III ya estara en
50
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 1.
51
The London Gazette, n 4336, de 29 de mayo-2 de junio de 1707, p. 4.
52
TUTCHIN, J., The Observator, vol VI, n 28, de 4-7 de junio de 1707, p. 1: tho we
have lost a Battel, it was not lost for Want of English Courage or Conduct.
53
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 1: sorry am I, that such brave Fellows (ingleses) should be
killd by Paltrons (espaoles).
54
Esta informacin fue confirmada por The London Gazette de 2-5 de junio: All the
Forces that could be brought into the Field, amounted to 42 Battalions of Foot, and 53
Squadrons, English, Dutch and Portuguese, making about 4500 Horse and 11000 Foot,
effective. () the Enemys Army joind at Almanza, consisting of 76 Squadrons of
Horse, and 54 Battalions of Foot, tho the Accounts we had of their Numbers were vari-
ous and uncertain (The London Gazette, n 4337, de 2-5 de junio de 1707, p. 1).
55
The London Gazette, n 4337, de 2-5 de junio de 1707, p. 1: We had no Prospect of
being joind by the Troops from Catalonia, his Majesty having declard his Intention to
march with the Body of Troops he had with him to the Frontiers of Roussillon.
56
TUTCHIN, J., The Observator, vol VI, n 28, de 4-7 de junio de 1707, p. 1.
287
ROSA MARA LPEZ CAMPILLO
57
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 2.
58
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 2: Two Portugueze Battalions, who were posted at some Dis-
tance, when their Cavalry were retiring, supposing it had been the Enemy coming down
upon them, gave them a Volley, and killd and wounded several of their own Men.
59
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 2: But, what the Devil, do they carry their Gods and their
Saints along with em to Battel? Are the Deities as purblind as their Votaries, that they
cant tell em who are their own Men, and who not? () I fancy they fight naked in
those hot Countries, and so are not distinguishd by Regimental Clothing.
60
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 2: all Mistakes proceed from Folly and Ignorance; but in War,
from some one, some tother; partly from Ignorance, and partly from Cowardice.
61
The London Gazette, n 4337, de 2-5 de junio de 1707, p. 1: The Count de Attalaya,
who commanded the Portuguese Horse that were mixed with our Dragoons, was carried
off wounded, after having at the Head of his Squadrons twice repulsed the Enemy.
288
JOHN TUTCHIN Y LA BATALLA DE ALMANSA
began to fly.62
Como se puede observar en el texto, a diferencia de lo que
hace Tutchin, no existe un ataque generalizado al comportamiento
de los portugueses en el campo de batalla; la crtica se dirige contra el
comportamiento de la caballera en particular63. Hay que tener en cuenta que
la infantera se haba convertido en un arma secundaria desde la victoria de
Gustavo Adolfo II en la batalla de Ltzen. Las batallas se ganaban no por la
accin de la infantera en el centro sino por la de la caballera, que atacaba
por los flancos y por la retaguardia y que constitua el verdadero elemento
ofensivo de los ejrcitos64. De lo que no se hace eco Tutchin en este ensayo
con toda intencin es del agotamiento de los polvorines valencianos, lo que
haca la retirada a Catalua prcticamente inevitable65; pero esto hubiera
constituido una crtica no slo contra los altos mandos responsables de las
campaas terrestres sino contra la estrategia continental de los whigs y fel
propio gobierno.
Por si no haba dado ya razones suficientes para justificar la derrota
aliada en Almansa, en el ensayo n 31 de 14 a 18 de junio de 1707, aade otra
causa ms: la ausencia de un nmero indeterminado de oficiales del campo
de batalla peninsular, que Tutchin se ve obligado a denunciar, hacindose
eco del London Gazette de 19-22 de mayo de 170766. Segn Observator:
62
The Daily Courant, 1707, vol II, n 1640, de 17 de mayo de 1707, p. 1.
63
El papel de los portugueses en la batalla fue severamente criticado por muchos obser-
vadores contemporneos y muy utilizado por la propaganda de Felipe V. En particular
se reproch a los lusos el liderazgo de Minas y el comportamiento de la caballera, que
se convirti en un tema recurrente. La caballera fracas atacando el flanco izquierdo
del ejrcito borbnico y D Avary derrot a las fuerzas lusas. Tambin existen relatos
segn los cuales la caballera lusa huy del combate mientras St. Gille venca a la infan-
tera (CARDIM, P., Portugal en la guerra por la sucesin de la Monarqua espaola,
en GARCA GONZLEZ, F. (ed.), La Guerra de Sucesin en Espaa y la Batalla de
Almansa, Madrid, 2007, pp. 273-274).
64
THOMPSON, I.A.A., Almansa y la guerra en Europa en torno a 1700: cambios y per-
manencias, en GARCA GONZLEZ, F. (ed.), La Guerra de Sucesin en Espaa y
la Batalla de Almansa, Madrid, 2007, p. 41: La caballera, ahora armada con coraza y
con espada, carabina y pistolas, no slo mantena su importancia hasta la Guerra de Su-
cesin, era efectivamente el arma decisoria de las batallas, como se puso de manifiesto
en Almansa.
65
The London Gazette, n 4337, de 2-5 de junio de 1707, p. 1: the Magazines in Valentia
were exhausted; so that the necessity of fighting or retiring into Catalonia was unavoid-
able. If the latter had been resolvd upon, the Kingdom of Valentia must have been
exposd to the Fury of an incensd Enemy.
66
The London Gazette, n 4333, de 19-22 de mayo de 1707, p. 4: Whitehall, May 20.
Her Majesty being informd, That several Officers, belonging to the forces in Spain,
289
ROSA MARA LPEZ CAMPILLO
are absent from their Posts, does therefore hereby strictly Charge and Command all
Officers whatsoever, belonging to any of the Regiments in Her Service in that Country,
to repair to their respective Posts by the First Opportunity that offers after Fourteen
Days, upon Pain of having their Commissions superseded; unless within the said Term
of Fourteen Days, upon particular Application and just Cause shewn, Her Majesty shall
be graciously pleased to Grant Furlows to any of them. By Her Majestys Command,
H. St John .
67
TUTCHIN, J., The Observator, vol VI, n 31, de 14-18 de junio de 1707, p. 2.
68
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 1: Roger, you and I, for above five Years, have endeavourd
to set the common People in a true View of their own Interest; we have showd em the
Things that belong to their Peace, and foretold, from the Management of the Ministers
and great Officers, the dismal Events that now are in View: What our Treatment from
em has been, the whole Kingdom knows, and yet we must proceed.
290
JOHN TUTCHIN Y LA BATALLA DE ALMANSA
em. We find by Experience the Success of War does not remain long of
one Side. The Earl of Gallway has 4000 Horse, besides the Remainder of
his Foot not cut off at Almanza: He has the Horse and Dragoons, besides
the Infantry that attended King Charles to Catalonia: He has the Miquelets
and the Catalan Militia, that are the best disciplind of any, except the
regular Troops: Who knows what these may do, if they come to join?
There may be another Squeak for Spain.69
Las perspectivas en Dauphiny y la Provenza parecen an ms
alentadoras tras la irrupcin del prncipe Eugenio y el duque de Saboya
en aqullas zonas70. El golpe aliado parece both feasible, possible and
probable [tanto realizable y posible como probable], entre otras razones
porque un tercio de soldados franceses han desertado71 y se han unido
a las tropas aliadas, con lo cual cuentan con una superioridad numrica
sin precedentes72. De tener xito en esta empresa, las ventajas obtenidas
sern mayores que las reportadas por cualquier victoria anterior73. Segn
Tutchin, this Stroke in Provence will be pulling the French Power up by
the Roots74 [este golpe en la Provenza conseguir arrancar de raz el poder
francs]. Subraya los dos mayores xitos conseguidos hasta el momento
en las campaas continentales de Hochstedt y Ramilly, trminos que el
autor convierte en verbos sinnimos de masacrar. Ambas han constituido
glorious Victories, complete Victories, sin que se hayan obtenido xitos
martimos comparables75. Est claro que el objetivo de Tutchin era lograr
que la guerra prosiguiese a toda costa.
Pero, qu ocurre con Espaa? Muy a su pesar tiene que reconocer
el grave perjuicio que ha producido la derrota en Almansa para la causa
69
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 2.
70
TUTCHIN, J., The Observator, vol VI, n 32, de 18-21de junio de 1707, p. 2.
71
TUTCHIN, J., The Observator, vol VI, n 33, de 21-25 de junio de 1707, p. 1: We
did not think it convenient to fight the Enemy, because they out-numberd us: Now the
Prints tell us, that the French have deserted in such Numbers, that their Battalions are
diminishd by one third.
72
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 1: We must suppose, that the third Part of their Deserters
come over to us, (for that I understand by Desertion) has added one third of the Enemys
Army to ours, and lessend theirs as much. Now the Enemy, before their Men has de-
serted at this Rate, were never one third superior in Number to them, we may fight them,
aye, and Hockstedt and Ramilly them too.
73
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 1: if that Place be taken, it will be of more Advantage than
many Victories in Flanders.
74
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 1.
75
TUTCHIN, J., The Observator, vol VI, n 32, de 18-21de junio de 1707, p. 2: I Could
wish I had a Sea Victory in this Reign to compare with those at Land; but for want of it,
well look back into the last Reign, and instance that at La Hogue.
291
ROSA MARA LPEZ CAMPILLO
aliada. Segn el autor, el xito del enemigo no estriba slo en las bajas del
enemigo sino en las propias consecuencias de dicha victoria:
The Success of the Enemy this Year, lies in the Battel of Almanza, and
breaking the lines of Stolhoffen; and that not only in destroying our Men,
but in the Consequences of these Successes.76
Tambin el bando borbnico era consciente de la trascendencia de
Almansa, punto de partida de la expulsin definitiva de los Austrias de la
Pennsula ibrica. Prueba de esto es que a pesar de la irona en el comentario
de Tutchin, anticatlico acrrimo- se siguiera todava celebrando dicho
triunfo en Espaa donde Felipe V ha concedido grandes privilegios a los
habitantes de Almansa y la celebracin de una fiesta anual en honor de San
Marco, ahora convertido en santo patrn de Espaa por haber ocurrido la
contienda en ese da77.
Como bien saba Tutchin, de una derrota se poda obtener rendimiento
poltico. A finales del mes de julio el escritor no haba conseguido olvidar
Almansa. Convierte Almansa en sinnimo de carnicera de la que
la nacin britnica necesita resarcirse mediante una victoria. Almansa
se convierte en un revulsivo que debe hacer reaccionar a los aliados con
contundencia:
That was done, Roger, by Way of Reprizal for the Olive-Trees the French
destroyd in the Country of Nice; the Law of Retaliation, is a just and
equitable Law. The French, where ever they extend their Conquests,
behave themselves more like thieves and Robbers, than a generous Enemy.
The Confederates have been too merciful, and too little inclind to make
Reprisals; but tis hopd when God shall give another Victory, our Troops
will not forget the Butchery at Almanza; and that the French will meet
with the same Quarter, that our Troops met with at that Battel.
Al mes siguiente se le presenta al propagandista una oportunidad
excelente: las tropas imperiales atraviesan el Estado de la Iglesia y
conquistan el Reino de Npoles oficialmente para su rey:
If the Reduction of Naples be not an Equivalent for the Battel of Almanza
at present, it may prove so in Time. () their great Concern for the
Loss of Naples, plainly shows that they have other Apprehensions of the
Importance of that Place to the Possessor, than they had some Months ago;
and may cause em to suspect the Fidelity of the Spaniards to the Duke of
DAnjou. Forcd Obedience is no Obedience at all: It only keeps a People
quiet, till they have an Opportunity to rebel: And France will find more of
the Spaniards throw off the Mask, when they have a fair Opportunity of
76
TUTCHIN, J., Ibdem, p. 2.
77
TUTCHIN, J., The Observator, vol VI, n 38, de 9-12 de julio de 1707, p. 2.
292
JOHN TUTCHIN Y LA BATALLA DE ALMANSA
78
TUTCHIN, J., The Observator, vol VI, n 53, de 30 de agosto-3 de septiembre de 1707,
pp. 1-2.
79
MURGIA, G., La Guerra de Sucesin Espaola en Italia, en GARCA GONZLEZ,
F. (ed.), La Guerra de Sucesin en Espaa y la Batalla de Almansa, Madrid, 2007, p.
198.
80
BLY, L., La Guerra de Sucesin de Espaa en Francia, en GARCA GONZLEZ,
F. (ed.), La Guerra de Sucesin en Espaa y la Batalla de Almansa, Madrid, 2007, p.
180.
81
Cuando los tories suben al poder tras las elecciones de 1710, partidarios de la conclusin
de la guerra, propiciarn una investigacin sobre la mala administracin de la guerra en
Espaa que haba terminado tan catastrficamente en 1710 tras el encuentro de Brihuega
y Villaviciosa. Dicha investigacin ser iniciada por la Cmara de los Lores en el Par-
lamento en enero de 1711 y se indagar tambin en la participacin inglesa en la batalla
de Almansa con el objetivo de atacar a los generales y ministros whigs (STORRS, C.,
Inglaterra y la Guerra de Sucesin Espaola, en GARCA GONZLEZ, F. (ed.), La
Guerra de Sucesin en Espaa y la Batalla de Almansa, Madrid, 2007, pp. 122-123).
293
ROSA MARA LPEZ CAMPILLO
82
La posibilidad de que se generara un fuerte movimiento pacifista en la opinin pblica
britnica produjo una creciente ansiedad en la faccin whig. stos emplearn todos los
medios propagandsticos a su alcance para contrarrestar esta posible tendencia. Y, cmo
no, Tutchin tambin har su contribucin a esta campaa. En el ensayo n 8 de 26-29
de marzo de 1707, Countryman informa a Observator del movimiento pro-pacifista que
est surgiendo, que puede llevar a la conclusin de la guerra antes de que finalice la cam-
paa: Master, there is a mighty Discourse of a Peace, and that it will be concluded before
the End of this Campaign. Tutchin (Observator) descarta esta idea ya que no existen
indicios por parte de los aliados y sera absurdo ir en contra los intereses de Inglaterra:
The Warlike Preparations, both of the French, and the Allies, show nothing of it. The
sons of Mars are clad in Armour this Year; not that I do believe they are more afraid of
venturing their Skins, than formerly, but it looks as if they were to attempt more danger-
ous Enterprizes, to force Trenches, or storm towns.
Whatever the Projects and Proposals of Peace may be on the part of France, I find
nothing of it, as yet, on the part of the Allies. When the Peace comes on the Anvil, we
shall hammer out our Sentiments on that Head; and as we have always considerd the
particular Interest of England, in the War, we shall do the same in the Peace; for if we
have no Satisfaction in the Conclusion, we must needs be great Loosers by the Rupture
(TUTCHIN, J, The Observator, vol VI, n 8, de 6-29 de marzo de 1707, p.1).
83
HARRIS, T., op. cit., p. 159.
294
JOHN TUTCHIN Y LA BATALLA DE ALMANSA
84
Lord Sommers sera el encargado de presenter la peticin de la Cmara de los Lores a la
reina Ana: (From: House of Lords Journal Volume 18: 22 December 1707, Journal of
the House of Lords: volume 18: 1705-1709 (1802), pp. 398-401).
85
My Lords, and Gentlemen, I am fully of your Opinion, that no Peace can be honour-
able or safe, for us or for our Allies, till the entire Monarchy of Spain be restored to the
House of Austria; and very well pleased to find, that the Measures I have concerted, for
the Succour of the King of Spain, are so well approved by both Houses of Parliament
(From: House of Lords Journal Volume 18: 7 January 1708, Journal of the House of
Lords: volume 18: 1705-1709 (1802), pp. 402-403.
86
George Ridpath se hizo cargo del Observator a partir del n 62 de 1-4 de octubre de
1707.
295
Nmero Pginas Origen Ao
55 297-306 Albacete 2010
por
Cecilio MARTNEZ CERDN*
* cecilio350@yahoo.es
CONTRATO PARA DORAR EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE BARRAX POR GABRIEL MIRA EN 1754
RESUMEN
ABSTRACT
299
CECILIO MARTNEZ CERDN
fol. 44
Gabriel Mira de Peres vezino de esta villa de Aspe, ante V. md. paresco, y
como mejor proseda de dro. Digo: que en el da sabado santo proximo pasado
qued de mi cargo el dorar el retablo mayor de la Parroquial Yglesia de la
villa de Barrag, Arzobispado de Toledo, y por quenta de D.n Manuel Garca
teniente de cura, y Mayordomo de aquella fabrica, el satisfacerme por dha.
manifactura la cantidad de onze mil y quinientos reales de vellon en tres
plasos Yguales, deviendo ser el primero, luego que se verifique concluso el
un tersio del mencionado retablo, y lo mismo ha de suceder en el segundo,
y tersero; Ziendo condicin el que a mayor abundamiento ayan de concurrir
por mi parte fiansas de abono, que respondan con aprobacin de esta Justisia
aserca del desempeo de mi conducta, a favor de la expresada fabrica, a
quien deberan asegurar con denunciacion del propio domisilio, y de mas
fueros, y privilegios, que por cualesquiera causa les les (sic) corresponda,
sometiendose a la Jurisdiccin Real de la Justisia de la consabida villa, con
las clausulas y firmesas acostumbradas en Yguales ()
fol. 49
En la villa de Aspe a los veinte das del mes de Abril de mil setecientos
cinquenta y quatro aos Ante mi el ess.no pp.co de su Mag.ad y testigos
infraescriptos parecieron Gabriel Mira de Perez como principal de una
parte y de otra Miguel Terol, Xavier Mira y Vicente Bevia como a sus
fiadores, y principales obligados todos vecinos de esta villa, y Dijeron:
Que en el da treze de los cor.tes quedo de cargo de dho. principal como
Maestro Dorador, el dorar el Retablo mayor de la Parroquial Iglesia de
la villa de Barrax Arzobispado de Toledo ajustando la obra y manifactura
de el con D.n Manuel Garca Pbro. Then.te Cura de ella, y Mayordomo de
la fabrica de la misma, por cantidad de once mil y quinientos reales de
vellon que le ha de pagar en tres plazos iguales, deviendo ser el primero
1
En la trascripcin se ha respetado la ortografa, separando slo las palabras que
aparecen juntas.
300
CONTRATO PARA DORAR EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE BARRAX POR GABRIEL MIRA EN 1754
luego que aya concluido el primer tercio de dho. Retablo, y as en los otros
dos subseguentes, bajo la expressa condicin de haver de subministrar
fianzas de abono con aprobacion de la real Juzticia de esta villa que
respondan acerca del desmpeo de la conducta dee dho. principal a favor
de la expressada Fabrica: Y deseando los otoges el que se efectue con toda
formalidad para indemnizar por este medio a dha. fabrica, su Mayordomo,
y Administradores, de cualquier perjuicio que pueda resultar en dha. obra;
dio Pedim.to en el da de ayer el concernido Gabriel Mira y presentando
lista distintiva de todos los Bienes sitios y Rahzes que en esta villa su
termino, y Jurisdiccin possehen los antedhos. Mig.el Terol. Xavier Mira,
y Vicente Beva, ante el S.r D.n Fran.co Areco Alc.de mayor de ella por el
oficio de Fran.co Perez y Cazares Ess.no del Ayuntamiento y Juzgado de la
misma, ofreciendo informacin justificativa de dhos. Bienes [continua el
protocolo con Los formulismos propios de la poca y termina]:
fol. 50
301
CECILIO MARTNEZ CERDN
302
CONTRATO PARA DORAR EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE BARRAX POR GABRIEL MIRA EN 1754
303
CECILIO MARTNEZ CERDN
304
CONTRATO PARA DORAR EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE BARRAX POR GABRIEL MIRA EN 1754
Castell Garca; quien trabaj junto con el maestro escultor Juan Antonio
Salvatierra en la actual baslica de Nuestra Seora del Socorro de Aspe.
Por diversos documentos sabemos que en 1732 Vicente haba colaborado
con Juan Antonio Salvatierra para realizar el retablo de la cofrada del
Dulce Nombre de Jess (2 capilla al evangelio y desaparecido como
consecuencia de la contienda civil). Y que en 1736 ensambl, con diseos
presentados por la Junta, el retablo de Santa Teresa (Vidal Bernab, 1990:
252-254), para la duquesa de Arcos-Aveiro D Mara Guadalupe Lancster
y Crdenas en la 1 capilla al evangelio y donde slo ha quedado un hermoso
tico tras la contienda del 36. Igualmente realiz la cajonera del rgano de
dicha parroquial que subsisti c. 1920. Ambos artistas, maestro escultor y
tallista, levantaron asimismo la portada lateral de Santa Teresa en la actual
baslica y todo lo que restaba por hacer en la fachada principal, excepto el
escudo, por 550 libras (Martnez Cerdn, 2004b: 129 y 2007: 149-158 ).4
Suponemos que Vicente trabaj como oficial tallista con Juan Bautista Borja
en la portada principal y en la de San Juan Bautista (a la epstola) junto a
Jacinto Perales. ste y Vicente Castell eran oficiales de Borja en sus trabajos
para las portadas de la baslica de Santa Mara de Alicante recibiendo sus
ltimos pagos en abril de 1728 (Sez Vidal, 1985: 247-248). Precisamente
en esas fechas se estaba acabando la obra de la Capilla de Comunin en
Aspe (julio de 1728) y que servir de iglesia mientras se reedifica la nueva
a pesar su cortedad y estrechez para tanto pueblo y cuando se reanudan las
obras para la nueva, como expresan las Visitas pastorales de 1732 y 1734
y D. Jos Montesinos en 1730 (Martnez, Martnez y Sala: 2005: 80-81).
Jacinto Perales, por su parte, haba contratado adems el primer retablo que
se le conoce en 1725 para la capilla de la Cofrada del Rosario (1 al lado
epstola), trayndolo de Orihuela para su asentamiento en 1726 y del cual
slo ha quedado la bella ornamentacin de la bveda (Mximo Garca, op.
cit., 168).
4
Sobre el proceso que afect a la actual baslica de Aspe por 550 libras; fases de
obra entre 1722 y 1737 en que se bendijo; Carta de Pago a Lorenzo Chpuli en
1739 por 76.507 Rs. 1 dinero; as como el proceso que se llev a cabo con la re-
modelacin de la antigua iglesia de 1602 para Capilla de Comunin (acabada en
1728); derribo de la iglesia intermedia del XVII y traslado de su retablo mayor
al actual Sagrario (nico que ha subsitido en la Diocesis para un altar mayor),
como de la reedificacin y ensanche para mayor mbito de la actual; pueden
verse del mismo autor (2004a-2006 ab y 2008).
305
CECILIO MARTNEZ CERDN
BIBLIOGRAFA
306
Nmero Pginas Origen Ao
55 307-328 Albacete 2010
LA FIESTA DE QUINTOS.
UN ANTIGUO RITUAL DE BIENSERVIDA
por
Alejandro Faustino IDEZ DE AGUILAR
LA FIESTA DE QUINTOS. UN ANTIGUO RITUAL DE BIENSERVIDA
RESUMEN
ABSTRACT
In this paper a ritual of turning into adult is studied, which young people
of both sexes of this manchega locality performance each year to make public
to the others their access to that status, that gives them the right to participate
in the local society life and decisions in equality with the older neighbors of
the town Rite who scenography into liturgy saint week.
Keywords: rites of passage, pupulars traditions, sant week.
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Las cintas se elaboran con raso en forma de estola bordada con hilos
de colores o pintada y con flecos dorados en sus extremos, con predominio
del color blanco aunque no faltan tampoco otros colores, o las cintas tejidas
con ganchillo. En ella consta el nombre del quinto, su ao de nacimiento
y los motivos de exorno impresos sobre el tejido con alguna dedicatoria
de familiares. Los motivos ornamentales ms usados suelen ser florales o
religiosos con figuras de clices u hostias y palomas, que modernamente
se ven sustituidos a veces por otros ms cotidianos que incluyen imgenes
de dibujos o cmics, escudos y colores de equipos de ftbol favoritos, e
incluso coches, motos o tractores acordes con la profesin o aficiones del
interesado.
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Ficha informativa
Informantes:
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Bibliografa
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II. VARIA
Nmero Pginas Origen Ao
55 331-343 Albacete 2010
por
Jos SNCHEZ FERRER*
1. Introduccin
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JOS SNCHEZ FERRER
Alfares principales
Alfares con larga continuidad histrica
Alfares probablemente activos desde el siglo XIX
Alfares posteriores a 1939
+ Alfar activo en diferentes pocas
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UNA ESCRITURA DE PODER DE 1746 OTORGADA POR ALFAREROS DE HELLN
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JOS SNCHEZ FERRER
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UNA ESCRITURA DE PODER DE 1746 OTORGADA POR ALFAREROS DE HELLN
Fot. 2. Helln. Camarn de la Virgen del Rosario. Mural de la Creacin y vista parcial
del pavimento. (Fot. S. Vico).
3
LPEZ PRECIOSO, F. J. y RUBIO CELADA, A. La loza esmaltada hellinera. Instituto
de Estudios Albacetenses Don Juan Manuel. Albacete, 2009. Pg. 25.
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JOS SNCHEZ FERRER
4
Ibidem. Pg. 24.
5
Ibidem. Pgs. 25 y 26.
6
Ibidem. Pg. 25.
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UNA ESCRITURA DE PODER DE 1746 OTORGADA POR ALFAREROS DE HELLN
7
CAMPOS GARAULET, M. C. El Santuario del Rosario. Arquitectura, pintura y es-
cultura, en la obra de VV. AA. Helln por su patrona. 50 Aniversario de la coronacin
cannica de Ntra. Sra. del Rosario. Helln, 2005. Pg. 139.
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JOS SNCHEZ FERRER
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UNA ESCRITURA DE PODER DE 1746 OTORGADA POR ALFAREROS DE HELLN
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JOS SNCHEZ FERRER
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UNA ESCRITURA DE PODER DE 1746 OTORGADA POR ALFAREROS DE HELLN
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III. IN MEMORIAM
Nmero Pginas Origen Ao
55 347-352 Albacete 2010
GUY LEMEUNIER
(Pars, 1942 - Murcia, 2010)
por
Aurelio PRETEL MARN*
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AURELIO PRETEL MARN
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GUY LEMEUNIER
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AURELIO PRETEL MARN
Casi siempre que han vuelto l y Mara Teresa nos hemos encontrado,
bien en el IEA o bien en el Archivo, y hemos aprovechado para cambiar
ideas o pedir ms noticias bien amargas, a veces sobre nuestras comunes
amistades de Murcia y Albacete. Y siempre, en la Asamblea anual del IEA,
cuando ste era una pia de personas movidas por la misma ilusin, hemos
tenido tiempo para pasarlo bien, muy en particular en aquellas veladas de
sobre-sobremesa en la que los ms ntimos o ms infatigables agotbamos
todo lo que haba sobrado del recio tentempi entre risas y bromas. Veladas
que al final se fueron acortando los aos no perdonan y que Guy casi
nunca apuraba en los ltimos tiempos, porque Mara Teresa vena a
recordarle que quedaban dos horas de camino para llegar a Murcia. Pero
hasta en los momentos de grata convivencia y camaradera, siempre haba
algn rato para hacer un aparte con Alfonso o Carlos Panadero, que vivan,
como l, en los archivos, preguntando si haban encontrado noticias sobre
tal o cual cosa, o escrutar a conciencia los libros publicados a lo largo del
ao, porque, como deca, le interesaba todo. Genio y figura, Guy!
Son recuerdos, sin duda, personales, quiz poco adecuados para
una necrolgica; pero son los mejores que yo tengo de Guy, de su sonrisa
franca y de su cercana, de su curiosidad intelectual y humana. Y como
no poseo ni el mrito acadmico ni la capacidad cientfica precisa para
glosar su obra, tengo que limitarme a dar mi testimonio de lo que para m
importa mucho ms: Guy fue un hombre de bien, que nos hizo mejores y un
poquito ms sabios a quienes le tratamos, y nos dio su amistad a algunos de
nosotros. Ojal que la tierra o el mar, en cuyas olas han quedado disueltas
sus cenizas le resulte tan leve como al ms venturoso de los muertos, y su
memoria dure por lo menos tanto como su obra, que a mi modo de ver es a
lo mximo que se puede aspirar en este mundo. Y a Mara Teresa, que fue
su otra mitad, que le quede el consuelo de que cinco minutos pasados junto
a Guy sobre todo, para ella, que los pas tan cerca son una eternidad; y
que sepa que aqu estamos los de siempre para lo que se ofrezca.
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Nmero Pginas Origen Ao
55 353-357 Albacete 2010
por
Jos JEREZ COLINO*
* Doctor en Historia
JUAN RAMREZ DE LUCAS
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JOS JEREZ COLINO
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JUAN RAMREZ DE LUCAS
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AL-BASIT
NORMAS DE PUBLICACIN
Volmenes colectivos:
RUBIO JIMNEZ, J. (1988). El realismo escnico a la luz de los tratados de
declamacin de la poca. En Realismo y naturalismo en Espaa en la segunda mitad del
siglo XIX, I. Lissorgues (ed.), 257-286. Barcelona: Anthropos.
Artculos:
SNCHEZ GARCA, M. ., (2006). Unas ordenanzas municipales de Tobarra
del siglo XVIII. Al-Basit 50, Instituto de Estudios Albacetenses, 125-164.
12. Todo original presentado ser sometido por el Consejo de Redaccin a un
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18. IN MEMORIAM. Abarcar entre mil setecientas y dos mil palabras.