Yo Soy Visual - El Mito de Los Estilos de Aprendizaje
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aprendizaje
Una revisin de la hiptesis de los estilos de aprendizaje
Por
Fabin Maero
-
25/01/2016
Dicho de otro modo, postula que cada persona tiene una forma distintiva de aprender, y si esa
forma es correctamente evaluada y el docente se ajusta a ella, el aprendizaje ser ms fluido y
eficaz para esa persona. Por ejemplo, uno de los modelos ms populares de estilos de
aprendizaje (y que vamos a usar varias veces de ejemplo en este artculo, pero no es el nico),
sugiere que las personas se dividen segn su estilo de aprendizaje en visuales, auditivas o
kinestsicas, segn el medio de aprendizaje: las personas visuales aprenden mejor con grficos y
diagramas, las auditivas aprenden mejor escuchando, y las kinestsicas aprenden mejor a travs
del movimiento y la experiencia.
La hiptesis de los estilos de aprendizaje tiene consecuencias que no son desdeables, ya que
involucrara una serie de cambios en nuestra forma de ensear y aprender. Despus de todo, si
fuera cierta implicara que un alumno que recibiera una enseanza ajustada a su estilo de
aprendizaje obtendra mejores resultados que alguien cuya enseanza no fuera ajustada a su
estilo de aprendizaje. Podramos decir que la hiptesis de los estilos de aprendizaje comprende
tres ideas:
Intuitivo/Analtico
Tlico/Paratlico
Negativismo/Conformidad
Visual/Verbal
Holista/Analista
Simultneo/Sucesivo
Abordaje Profundo/Abordaje Superficial
Activo/Reflexivo
Sensorial/Intuitivo
Secuencial/Global
Tolerante/Intolerante
Competitivo/Colaborativo
Participante/Evitativo
Heurstico/Algortimo
Convergente/Divergente
Sintetizador/Idealista/Pragmatista/Analista/Realista
Teorista/Humanitario
Organizador/Innovador
Asimilador/Explorador
Perceptivo/Receptivo
Serialista/Holista
Amplio/Estrecho,
Y un largo, largo etctera (traduje aqu aproximadamente una cuarta parte del listado, pueden ver
la lista completa en Coffield y colaboradores, 2004). Como se puede observar, no hay
absolutamente ningn criterio respecto a qu se considera estilo de aprendizaje, ya que puede
referirse tanto al tipo de material (verbal/visual, por ej.), como a ciertas caractersticas del
estudiante (competitivo/colaborativo, por ej.).
no pudimos encontrar apoyo a la hiptesis de que los verbales deben recibir instrucciones
verbales y que los visuales deben recibir instrucciones visuales
Una aclaracin es necesaria en este punto: no estamos hablando de preferencias aqu, sino de
estilos de aprendizaje; preferir una modalidad no es lo mismo que obtener mejores resultados
cuando el aprendizaje se da en esa modalidad (as que si van a dejar un comentario en la lnea de
yo aprendo ms con la modalidad X, ya saben a qu atenerse)
Una regla que parece aplicar bien a este caso es la siguiente: con frecuencia el nivel de confusin
conceptual est en relacin inversamente proporcional con el nivel de la evidencia disponible
(usen esta regla como gua al lidiar con literatura acadmica, me lo pueden agradecer luego).
En este caso, si furamos a evaluar el estilo de aprendizaje de los alumnos, la pregunta que
podramos hacer es: con qu clasificacin? Evaluar 71 modelos, cada uno involucrando varias
categoras, es ciertamente excesivo: evaluamos si el alumno es
convergente/divergente/asimilador/acomodador, si es visual/auditivo/kinestsico o si es
secuencial concreto/aleatorio abstracto/secuencial abstracto/aleatorio concreto? Y en caso de
que eligiramos una de las setenta clasificaciones disponibles, qu tan confiable resultara esa
clasificacin?
Como quiz sepan, para que una evaluacin o test que mide una variable psicolgica se sostenga,
en psicologa se exige que exhiba buenas propiedades psicomtricas, es decir, que tenga una
buena consistencia interna, confiabilidad test-retest, validez predictiva y de constructo. Es decir,
que mida de manera consistente lo que dice medir.
Es aqu en donde encontramos el primer problema. En la revisin de Coffield y colaboradores
(2004), se seleccionaron 13 de los 71 modelos, y se evaluaron sus propiedades psicomtricas:
seis no cumplieron con criterios psicomtricos, tres se acercaron a cumplir con los criterios
psicomtricos, otros tres cumplieron la mitad Slo uno de los modelos cumpli con los
requisitos mnimos psicomtricos (y el que cumpli con los requisitos no est dirigido tanto a
estudiantes sino ms bien a docentes y managers).
Para resumir, de setenta y un modelos de estilos de aprendizaje solo uno cumpli con requisitos
psicomtricos bsicos, lo cual ni siquiera es algo excepcionalmente destacable; es el mnimo
absoluto que uno puede esperar de una herramienta de evaluacin. Ciertamente, no parece
prometedor si se tiene en cuenta que la hiptesis ha estado dando vueltas durante 40 aos.
Vale la pena?
Como mencionamos al principio de este artculo, la hiptesis de los estilos de aprendizaje
implica que los alumnos aprendern mejor si la enseanza es entregada en el estilo de
aprendizaje propio, por tanto, los estilos de enseanza deben ajustarse al alumno.
La evaluacin de esa hiptesis es relativamente directa, basta con evaluar el estilo de los
participantes, ensear un contenido o tarea y ver si los resultados son mejores cuando el
aprendizaje se entrega en la modalidad preferida.
Eso fue precisamente lo que hicieron Massa y Mayer, (2006), en una serie de tres experimentos
en donde evaluaron si seguir la modalidad preferida del alumno (visual o verbal), generaba
diferencias en el aprendizaje. Lo que encontraron es la modalidad de presentacin no tiene
impacto en trminos de resultados. Digamos, si un alumno visual recibe un contenido de forma
visual o verbal da lo mismo:
Pashler y colaboradores (2009), citan resultados similares en varios otros casos, y ofrecen la
siguiente frase:
La literatura falla en proporcionar soporte adecuado para aplicar evaluaciones de estilo de
aprendizaje en mbitos escolares. Ms an, varios estudios que utilizaron diseos de
investigacin apropiados encontraron evidencia que contradicen la hiptesis de los estilos de
aprendizaje. Finalmente, incluso si un estudio de una clasificacin particular de estilos de
aprendizaje y sus mtodos instruccionales correspondientes revelara la evidencia necesaria, tal
hallazgo slo apoyara ese sistema de clasificacin y slo si sus beneficios sobrepasaran el alto
costo de las evaluaciones de los estudiantes y la instruccin personalizada (p.116)
En la misma lnea Lilienfeld, Lynn, Ruscio, & Beyerstein (2010) sostienen lo siguiente: desde
los 70 hasta ahora, la cantidad de estudios que no apoyaron este abordaje es la misma que los
que s la apoyaron (Kavale & Forness, 1987; Kratzig & Arbuthnott, 2006; Stahl, 1999; Zhang,
2006). Esto es mayormente porque ciertos estilos de enseanza a menudo arrojan mejores
resultados que otros sin importar el estilo de aprendizaje de los estudiantes (Geake, 2008;
Zhang, 2006).
Por supuesto, decir que la hiptesis de los estilos de aprendizaje carece de evidencia slida no
significa afirmar que los alumnos son todos iguales, ni que las cosas son fantsticas as como
estn, ni que queremos que nadie aprenda nada, ni ninguna otra de las cosas de las cuales nos van
a acusar en los comentarios (internet es un lugar mgico).
los estilos de aprendizaje constituyen un mito, una hiptesis cuyo sustento dista mucho de ser tan
slido como pareciera
No significa nada ms que esto: hay poca evidencia que sustente esa hiptesis tal como est
planteada, y ciertamente, no suficiente evidencia como para justificar el tremendo gasto de
recursos que significara evaluar a todos los alumnos y tener varias versiones de un mismo
contenido segn el estilo de los alumnos. No hay buena evidencia de que valdra la pena.
Sin embargo, efectivamente hay formas mejores de aprender ciertos materiales. Pero como
varios autores sealan, quiz se trate de que algunos contenidos son ms fciles de aprender de
ciertas maneras. No parece tener mucho sentido aprender salto en largo utilizando modalidad
auditiva, o aprender a bailar utilizando grficos, por ejemplo.
El diario satrico The Onion ilustra esto brillantemente cuando en uno de sus artculos refiere:
Respaldados por expertos en educacin olfatoria, padres de alumnos nasales estn demandando
que las escuelas pblicas de Estados Unidos provean una currcula basada en olores para sus
nios con dificultades acadmicas.
Pero no se trata de una especulacin inocua; la hiptesis de los estilos de aprendizaje parece
ignorar peligrosamente los contextos de los aprendizajes, para centrarse solamente en supuestas
fortalezas individuales. En palabras de Lilienfeld, Lynn, Ruscio, & Beyerstein(2010):
Esto pareciera ser consistente con las conclusiones del estudio de Massa y Mayer que citamos
antes: aadir ayudas visuales a una leccin online que tena mucho texto tendi a ser de
utilidad tanto a visualizadores como a verbalizadores, es decir, enriquecer el material sirvi a
todos por igual, ms all del estilo de aprendizaje asignado.
Quiz, pero esto ya es discusin para otro da, sea una buena idea utilizar estilos de enseanza
variados, eficaces y atractivos, sin que esto implique necesariamente una evaluacin de
hipotticas caractersticas de los alumnos.
Y cerramos con las palabras de Frank Coffield (link): Le hacemos un flaco favor a los
estudiantes al implicar que tienen solo un estilo de aprendizaje, ms que un repertorio flexible
del que escoger dependiendo del contexto.
Referencias
Coffield, F., Moseley, D., Hall, E., & Ecclestone, K. (2004). Learning styles and pedagogy in
post-16 learning A systematic and critical review. Learning and Skills Research Centre, 84.
Lilienfeld, S. O., Lynn, S. J., Ruscio, J., & Beyerstein, B. L. (2010). 50 myths of popular
psychology. John Wiley & Sons, Ltd.
Massa, L. J., & Mayer, R. E. (2006). Testing the ATI hypothesis: Should multimedia instruction
accommodate verbalizer-visualizer cognitive style? Learning and Individual Differences, 16,
321335. http://doi.org/10.1016/j.lindif.2006.10.001
Mitchell, D. P. (1994). Learning style: a critical analysis of the concept and its assessment. In R.
Hoey (Ed.), Design for learning: aspects of educational technology. London: Kogan Page.
Pashler, H., Mcdaniel, M., Rohrer, D., & Bjork, R. (2009). Learning Styles Concept and
Evidence. Psychological Science in the Public Interest, 9(3), 15.
Riener, C., & Willingham, D. (2010). The Myth of Learning Styles. Change: The Magazine of
Higher Learning, 42(5), 3235. http://doi.org/10.1080/00091383.2010.503139
Scott, C. (2010). The enduring appeal of learning styles. Australian Journal of Education,
54(1), 515. http://doi.org/10.1177/000494411005400102