"...

Cmo sers cuando el ro descienda

y sientas ya la espuma por las sienes?..."

"Baronesse Gourgaud with a black hat"

Marie Laurencin

Resea biogrfica
Concepcin Gutirrez Torrero -su verdadero nombre- naci en Crdoba, Espaa, en 1913.
Muy temprano mostr su inclinacin por las letras, especialmente por la poesa, aunque su
primera aparicin fue slo en 1954 con Balcn, al que siguieron numerosas publicaciones
entre las que se destacan El corazn cansado en 1957, Campo abierto en 1960, Los
anales en 1966, Por las ramas en 1980, Premio Ambito Literario, Con el arco a punto en
1984, Premio Ibn Zaydn, del Instituto de Estudios Hispanorabes, En la rueda del viento en
1985, ltimas canciones en 1996 y Atados a la tierra en 1997.
Ha colaborado en importantes publicaciones literarias como poeta y prosista, dirigiendo por
muchos aos la revista Agora y ocupando una silla en la Real Academia de Crdoba.
Aunque su vida transcurre en Madrid, mantiene un especial inters por todos los temas
andaluces, razn que la ha hecho acreedora a la Medalla de Andaluca en el ao 2002.

Campo abierto

Cmo sers sin estos ojos mos?

Detenida en el hueco de tu espacio...

El dilogo

Introduccin

Me pregunto por ti

Otra vez a soar desde lo oscuro...

Por volverlo a escuchar

Qu fcil este ahora

Quiero mirar estatuas

Quisiera hacerle hoy a mi vida un nudo...

Sabrs

S que trazaba signos

Sea

Si me dejo mecer en esto del recuerdo que nadie lo repruebe...

Slo ausencia

Todo ser silencio

Yo quisiera contarlo como una triste historia...

Yo te sueo tan alto

Yo te vel

5 de junio

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CAMPO ABIERTO

Enamoradamente he vuelto la cabeza,

all, por la maana de luz y de claveles,
con la viva alegra
del viajero que vuelve al lugar deseado.

Enamoradamente por los altos balcones,

entre jardines tibios, con risas de muchachas
que ya estn presintiendo el roce del amor.

Lanzad, lanzad los lazos. Sujetadlo con bridas.

Es el amor, cogedle. No perdis un instante.

CMO SERS CON ESTOS OJOS MOS?

Cmo sers sin estos ojos mos?

Quin te leer palabras por la frente
sabindote despacio, pena adentro?

Cmo sers cuando el ro descienda

y sientas ya la espuma por las sienes?
La espuma de tu mar, el mar de todos.

No s dnde dejarte escrito el nombre

crecido de tu tiempo hacia otras fechas,
desbordado de s, fuera de madre.
DETENIDA EN EL HUECO DE TU ESPACIO...

Detenida en el hueco de tu espacio,

fcil a la impaciencia de tu mano,
en el juego incansable, agua y luz,
de la arena y la ola por la playa.

Encendida de ti, llama en tu fuego,

varada ya en tu orilla, puerto y ancla,
presintiendo las cifras de la resta,
mientras sumo otra vez amor y duda.

Otra vez a volar, redoble, vuelo.

A contra luz voltean las campanas
el alegre repique de esta tarde
en vuelo por el aire de tu torre.

EL DILOGO

No hilvanemos historias, no hace al caso,

lo importante es saber que aqu me tienes.
Dnde ya la que fui?
Deja que el tiempo se nos lleve y pase,
as quedamos siempre renacidos.

Hoy no s si estas manos son aqullas,

slo las siento como manos tuyas
porque tu tiempo es tiempo que me suea
y me vive hacia ms y ms por dentro.

Ayer, qu lejos la palabra!

Dnde se fueron zapatos y trajes,
billetes de un trayecto recorrido
entre extraos viajeros vistos para olvidados.

Intilmente en los bolsillos busco

contactos que ya fueron,
y sombras de mi cuerpo en las ventanas
contemplando paisajes con mis aquellos ojos.

No descubriste nunca un manojo de llaves

para imposibles cerraduras?

A veces algo vuelve, pero slo en resumen;

una pequea fecha que casi nada indica
o ese breve letrero alarmante que advierte:
cuidado, es peligroso volcarse al interior.

Quieres hacer la cuenta?

Si miro a la derecha brilla slo tu cifra.

A la izquierda la huella de algn borroso cero.

Qu prenda pagar debo por haber sido antes,
sin tu tiempo en mis horas?

Alcemos la cabeza
a la igualdad del cielo,
aunque t apuntes Marte
y yo diga: Saturno (tal vez por los anillos).

Cada cual con su estrella, con su planeta en alto

y todas las preguntas por la arboleda azul,
compartiendo verdades,
como esta del amor, el milagro ms nuestro.

No pienses en mis ramas,

me crezco sobre el tronco.
A punta de navaja puedes grabar el nombre.

INTRODUCCIN

Ya todo est inventado, descubierto;

llego tarde, muy tarde, a vuestro lado;
por eso no me inquieta lo remoto
y voy tras lo sencillo y cotidiano,
llamndole al pan, pan, y al vino, vino...
Aunque no suene bien, es tan humano!

Miro el jardn y digo: Primavera!

Y al extender los brazos
con tmido ademn hacia las cosas,
siento un tibio aleteo en cada hallazgo:
un comps repetido,
algo que va, que viene, que es alado.
Siempre ser maana la maana
y ms rbol, el rbol.
No quiero ya en el alma nada nuevo,
que todo est estrenado.

Acaso la que anso

es caminar segura
por las antiguas huellas de otros pasos,
o quedarme tranquila aqu, en mi huerto;
saber que ya est todo sosegado:
el corazn, la casa, los recuerdos...
Sentir la azada fiel del hortelano
remover, amoroso, los terrones,
como hicieron en tiempo sus hermanos.

Ya est todo gastado bajo el sol,

a fuerza de pasar de mano en mano.
ME PREGUNTO POR TI

Me pregunto las ms sencillas cosas,

ese porqu, que acaso nadie sabe,
costumbre de vivir sin rumbo fijo.

Me pregunto por ti desde el umbral

como el que dice al aire buenos das,
y de pronto descubre que est solo.

Me pregunto palabras sin respuesta,

tal vez para dejar en el recuerdo
tu presencia grabada hora tras hora.

OTRA VEZ A SOAR DESDE LO OSCURO...

Otra vez a soar desde el oscuro

imposible por qu, mano tendida,
intentando apresar amor y vida,
fijarle a lo inseguro lo seguro.

Otras veces cabalgando hacia tu muro,

soledad que me tiras de la brida,
seguidora incansable de mi huida,
vencedora en la lucha en que perduro.

Otra vez a mirar arena y cielo

en tu playa sin fin siempre desnuda,
bebindome el silencio que te nombra.

Otra vez como ayer perdido el vuelo

por el salto hacia atrs de miedo y duda,
seguida y seguidora de tu sombra.

POR VOLVERLO A ESCUCHAR

Urgente la presencia te reclamo,

eje te quiero de mi todava,
la espuma de tu orilla por la ma
ascendiendo sedienta tramo a tramo.
Prolongado oleaje del te amo
que de mi playa aleje la agona.
Por volverlo a escuchar deshojara
hasta el ltimo sueo de mi ramo.

Vuelve y vuelve otra vez, vuelve a cantarme,

repteme el comps a cada hora,
qudate detenido en mi presente.

Hoy s que una campana va a sonarme

anunciando la vuelta de otra aurora
la razn de esta lucha por mi frente.

QU FCIL ESTE AHORA

Despus de tanto y cuanto, aqu estamos de nuevo

ahorrando las palabras, sabindonos el fondo,
porque el silencio dice de nuestra paz ganada.

Nos tenemos compactos, casi a rengln seguido:

una pgina escrita con tu nombre y mi nombre,
encuadernada a pulso de sucesos y tiempo.

Qu fcil este ahora, resumen de los das,

y qu nueva tu mano por caricias antiguas
estrenando otra vez la mirada y el beso.

Te me vas y te quedas en aire que respiro,

en ausencia y presencia que nada me entorpece,
como un llevarte dentro aladamente en alto.

Y te me quedas ms, como el hilo en la malla

de un pasar que se anuda, de un quedar avanzando,
de un agua inagotable siempre de cara al cielo.

QUIERO MIRAR ESTATUAS

Iremos por las calles que ya nos vieron antes;

el aire distrado para que nadie sepa
que la historia prosigue con captulos nuevos.

Quiero mirar estatuas, balcones encendidos,

volver a la baranda del beso y de la noche.
Quiero decir tu nombre en calles solitarias
sintiendo la cintura frgil bajo el abrazo.

Otra vez como ayer con tu verso en el vino,

otra vez a tus ojos en igual frente a frente,
otra vez, otra y otra. Para siempre otra vez.
QUISIERA HACERLE HOY A MI VIDA UN NUDO...

Quisiera hacerle hoy a mi vida un nudo

y que se detuviera en este punto.
Aprisionar la sangre aqu, en las venas,
para que inquieta y ciega no corriera,
y esperar, esperar un largo tiempo:
como esos negros trenes que, de pronto,
traspasados de silencio y sombra,
se quedan en la noche detenidos.

Quisiera ya quedar por siempre absorta

con los remos flotando en el vaco;
sin claros firmamentos ni horizontes,
con la palabra exacta suspendida
en flor sobre los labios;
y olvidar los audaces pensamientos,
los por qu, los letargos,
el silbido afilado de los vientos;
sin punta ya todos los alfileres
que el corazn usaron de acerico.

SABRS

Sabrs que me has tenido por tenerte,

por saberte por fin fijo en tu adentro.
Sabrs lo que se sabe al encontrarse.

Y me sabrs despus, desde el lejano

imposible-jams, ro perdido.
Ignorado final a cara o cruz.

Te esperar en ayer, en hoy, en blanco.

Cmo explicar en el adis maana?
Si algo se puede hacer, cuenta conmigo.

S QUE TRAZABA SIGNOS

Yo no s si te tuve; esto nunca se sabe.
S que trazaba signos con letras de tu nombre.
Que apretaba las manos inquieta contra el pecho
como el que siempre teme perder una medalla.

Estos son los recuerdos mezclados con el humo

de tu cualquier tabaco, de tu cualquier alcohol.

Puedes abrir el libro,

interrumpida en ti volvers a encontrarme.

S que trazaba signos con letras de tu nombre.

SEA

Agua sumisa al pez de tu capricho.

T me quieres as, yo digo: sea
y nos navega el cielo por el fondo.

T me quieres de estar casi en ausencia,

media luz de tu paz y de tu frente,
sujeta a la distancia en que me cercas.

T me quieres en gris como la tarde.

En oracin, en sueo, de silencios;
ala cortada y mano sobre mano.

T me quieres de espera y de ternura,

al aire de tu tiempo y de tu aire,
surco de amor tendido a tu semilla.

SI ME DEJO MECER EN ESTO DEL RECUERDO QUE NADIE LO REPRUEBE...

Si me dejo mecer en esto del recuerdo que nadie lo repruebe.

Ese fue mi vivir, el que me dieron hecho.
(Las equivocaciones debieron ser, en parte, cosa ma.)
Con pan llevar de luz, a rienda suelta, corra por los campos.
La sierra y sus arroyos se me entregaron siempre generosos
y supe del goce de tenerlos, de rumiarlos en paz.
Sentada cara a los recuerdos los dejo que se alcen,
que invadan mi presente, as, con mansedumbre y rfagas de aire, de irona;
con los ojos abiertos al sueo irrepetible, tan de las nubes ya,
tan del ayer perdido.
Tan de mi verso ahora.
SLO AUSENCIA

Yo ser slo ausencia cuando gires tu tiempo.

Se te abrirn los libros por pginas de entonces.
Otra vez la ventana con las mismas estrellas,
y otra vez sin quererlo aquella misma calle.

Un lunes, un domingo...
Para cada recuerdo tendrs fechas.

Deja abierta la puerta al pan de cada da.

Cuando gires tu tiempo por rboles del ro,
yo ser slo ausencia.

Escchale los pasos y tindele la mano

a la sombra que copie tu soledad de siempre.

TODO SER SILENCIO

Estaba el muro triste en lo oscuro del parque;

madreselvas tronchadas entre mustios jazmines,
todo ya con la tarde hmeda de la lluvia
arrastrando la pena hacia una larga noche.

La memoria encenda los muros encalados

de otro lejano huerto con naranjos y sol,
pero no era posible anudar la maana
y se visti el camino su ms intensa sombra.

De pronto fuiste centro de la tristeza ma,

el vaso me llenaste de no s qu nostalgia,
y quise reavivarte soplando la ceniza,
volverte a este recuerdo que acaso no recuerdes.

Cuntas cosas por dentro asindose a la trama

del tiempo que se aleja limndonos las horas.
Qu torpemente el pie por el camino nunca
creyendo que en el polvo se quedar su huella.

Quiero incrustarte ahora en la piel de este instante,

sumamos a la causa contra viento y marea,
sabemos en el muro antiguo de aquel huerto,
o en otro no nacido, pero que acaso llegue
no s por qu destino de pjaro o de rama.

Inventa una plegaria que nos una en el coro

del espacio sin eco reservado al silencio.

Ya no quiero dolerme de lo que me rodea.

Flores en el tejado me estn gritando: Canta.
Puede ser jaramago en la teja encendida
y sentirte en el tallo cuando el viento me impulse.

De este mi estar perenne siempre de cara al cielo,

algn calor de vida me dar testimonio.
Cuanto ms se me acorta el camino, ms busco
ir sobre la dureza del cristal y la piedra;
sobre lo que perdura fijndose en el tiempo.
Estar, estar, saberme en latido y en sangre,
alimentando orillas con la sal de mis olas.

Me crezco cual la llama en estas rebeldas

antes de que las alas se resistan al vuelo.
Despus ya lo sabemos, ser silencio todo.
Silencio y ms silencio. Tan slo un gran silencio.

YO QUISIERA CONTARLO COMO UNA TRISTE HISTORIA...

Yo quisiera contarlo como una triste historia,

pero ya no es posible.
El tiempo cicatriza con das las heridas;
tal vez est olvidado como olvida el muchacho
la reciente cada.

A veces, el recuerdo me acerca aquella angustia,

impidiendo que aspire a raudales la vida.
Es un algo enojoso esa cortante arista
que roza mi alegra.

Si pudiera contarlo con palabras precisas,

decir: Fue justo de este modo...,
Comenz en tales das...

Pero ya no es posible,
se olvida tan aprisa!

YO TE SUEO TAN ALTO

Otra vez primavera por los parques de siempre.

Volvemos a encontrarnos con la fecha de entonces
borrndole al olvido aquel punto y aparte.

A buscarme saliste con temor de mi ausencia

y yo estaba arropada en el ayer tan nuestro
que casi me rozaba tu mano al extenderse.
Ya es hora de ponernos en orden las preguntas.
Sabemos en lo justo con Dios en la mirada,
tendindonos un puente por el pulso y la sangre.

Puedes pedirme el agua para tu sed antigua,

ofrecerme el descanso de tu pecho intranquilo
y tierra de tu tierra en este breve plazo.

Yo te sueo tan alto por volarme a tu cima,

porque slo en la altura insisto en encontrarte
repartindonos nubes y el paisaje del viento.

YO TE VEL

Ya s de tu soar, tu duermevela.
Ese don de vivir en el olvido;
ensayo de otro sueo sin aurora.

Te he tenido en mi cruz, mientras que el humo,

por el paisaje dcil de tus sienes,
teja sus canales sin descanso.

Yo te vel, derramados los hombros,

prpado alzado atento hacia tu hondura,
viga por la sombra de tu noche.

5 DE JUNIO

Te lo escribo en voz baja desde un 5 de junio.

Cuando baje la espuma (porque siempre
desciende).
Encirrate este ahora en el recuerdo,
no seales el da.
Para olvidar no hay fechas.
Escrbele postales al entonces.
En alguna ventana
se quedar tu mano alcanzndome estrellas.

No s por qu me afano en cosas del futuro

cuando puedo mirarte y saber de tus ojos.
Qu cerca por tus sienes al latir de tu sangre,
al instante infinito que perdura en el beso.

Quisiera preguntarle a todas las semanas

dnde estabas oculto sin domingos ni lunes,
mientras yo caminaba ya por sueos de ahora.
A veces cambia todo al volver una esquina.

Levantar la copa mirando hacia la tarde.

Te quedar mi gesto bajo la luz tranquila
con msicas lejanas y renovadas lunas.