Poblar y Defender El Septentrión
Poblar y Defender El Septentrión
Poblar y Defender El Septentrión
FACULTAD DE HUMANIDADES
1729-1808
PRESENTA:
DIRECTOR DE TESIS:
DR. GERARDO GONZLEZ REYES
CO-DIRECTOR DE TESIS:
OCTUBRE 2014
2
AGRADECIMIENTOS
A todos los arriba mencionados, muchas gracias por haberme dado una parte de
sus conocimientos.
DEDICATORIA
SIGLAS
ABREVIATURAS
C Caja
E Expediente
F Foja
FC Fondo Colonial
Fs Fojas
Mis Misin
Pres Presidio
6
NDICE
SIGLAS 4
ABREVIATURAS 5
INTRODUCCIN 9
Antecedentes 68
BIBLIOGRAFA 194
9
INTRODUCCIN
El presente trabajo tiene como objetivo analizar las distintas funciones que
desempearon los presidios en la provincia septentrional novohispana de
Coahuila, tambin conocida como Nueva Extremadura, entre 1729 y 1808.
Sabemos que algunas investigaciones histricas han considerado a los presidios
como instituciones creadas para actividades de defensa de los caminos, ranchos,
haciendas, reales de minas, villas, misiones y pueblos, habitados por vecinos
espaoles, mestizos e indios. Cabe resaltar que, efectivamente, esa fue su funcin
primordial, pero tambin cumplieron con otras de suma relevancia, como lo fue la
exploracin de territorios norteos aptos para albergar un nuevo asentamiento; la
organizacin de familias migrantes, la mayora de ellas indgenas, que deban ser
ubicadas en las poblaciones recin fundadas; proteger a los habitantes y tambin
los caminos donde transitaban grandes cantidades de mercancas que se
comerciaban con otras provincias septentrionales. Cabe sealar que esas familias
de origen indgena tambin tuvieron gran relevancia en la fundacin de pueblos y
villas.
Los presidios del norte novohispano han sido abordados por diversos estudiosos.
En sus obras escritas es posible aprender aspectos interesantes sobre esas
fortificaciones. Para tener un panorama ms amplio sobre el origen de los
presidios en la Nueva Espaa, es consulta obligada el texto de Philip W. Powell,
La Guerra Chichimeca (1550-1600)1, especficamente en el captulo VIII, este
autor ofrece una serie de conclusiones relevantes sobre los presidios. En primer
lugar seala un detonante que permiti la construccin de esas fortalezas, para
defensa de los pueblos y rutas comerciales, fue el conflicto armado conocido como
la guerra chichimeca, proceso que dur medio siglo y que contribuy a la
expansin paulatina de los espaoles hacia el norte novohispano.
Otra idea relevante es que algunos presidios fueron construidos en las cercanas
las villas y pueblos que recin se fundaban; as como en las costas, para evitar el
ataque de los piratas. Otros presidios se levantaron en oriente y occidente; es
decir, se edificaban conforme avanzaban los espaoles en sus campaas de
1
Powell W., Philip. La Guerra Chichimeca (1550-1600), FCE, Mxico, 1992, 308 pp.
11
2
Los indios guachichiles ocuparon una vasta regin del centro-norte novohispano. Estuvieron presentes en
la parte oriental del actual estado de Aguascalientes y se extendieron hasta Saltillo, Coahuila. Hay evidencias
de que ocuparon territorios del actual Guanajuato, El Tunal Grande en San Luis Potos, Mazapil en Zacatecas,
Cinega Grande en Aguascalientes y Lagos, en el actual Jalisco. Vase Valencia Cruz, Daniel. Documentos
para la etnohistoria de Aguascalientes en Investigacin y Ciencia. Universidad Autnoma de Aguascalientes,
Aguascalientes, No. 12, edicin cuatrimestral, agosto de 1994, p. 61.
3
Vase Alberro, Solange. Del gachupn al criollo o de cmo los espaoles de Mxico dejaron de serlo.
COLMEX, Mxico, 1997, p. 85.
4
A Zacatecas llegaba maz, frijol, trigo, forrajes procedentes del Bajo, Michoacn, Saltillo y Parras y tambin
se abastecan los reales de minas de Sombrerete y Fresnillo. Vase Flores Olague, Jess., et al., Historia
breve de Zacatecas, FCE, Mxico, 2010, p. 62.
12
Con respecto a los nombres de los grupos indios que estn escritos en los
documentos, Chantal Cramaussel seala que es complicado y una tarea
sumamente difcil, la identificacin y caracterizacin de los distintos grupos
indgenas que practicaron el nomadismo; es decir, las sociedades de cazadores-
recolectores. Es verdad que la documentacin donde se mencionan gran cantidad
de nombres es muy abundante, pero es obligacin del investigador sealar que
son bastante imprecisas y hasta contradictorias. En efecto, de una misma nacin
indgena se han encontrado referencias que los categorizan como sedentarios,
polticos, pacficos, o bien como nmadas, guerreros irreductibles.6 Los
espaoles en los siglos de contacto y conquista: XVI, XVII y XVIII, dividieron a los
grupos indios en varias naciones, algunas amigas y otras rivales, pero nunca
existi una reflexin profunda al hacerlo. En conclusin, los espaoles utilizaron el
5
Adams, David Bergen. Las colonias tlaxcaltecas de Coahuila y Nuevo Len: un aspecto de la colonizacin del
norte de Mxico. Archivo Municipal de Saltillo, Saltillo, Coahuila, 1991, p. 47.
6
Cramaussel, Chantal. De cmo los espaoles clasificaban a los indios. Naciones y encomiendas en la
Nueva Vizcaya central en Nmadas y sedentarios en el Norte de Mxico, UNAM, Mxico, 2000, p. 278.
13
trmino nacin como un genrico. Por lo tanto, nacin, para esa poca se refera
slo a conjuntos de individuos que estaban unidos y se asemejaban entre s. Cabe
sealar que las lenguas no fueron descritas por los conquistadores y
colonizadores y slo se poseen referencias dispersas.7
7
Ibid. p. 300.
8
Faulk, Odie B., El presidio: fuerte o farsa?, en El Mxico perdido. Ensayos sobre el antiguo norte de
Mxico, 1540-1821, SEP, Mxico, 1976, pp. 55-67.
9
Sheridan, Cecilia. Annimos y desterrados. La contienda por el sitio que llaman de Quauyla. Siglos XVI-
XVIII, CIESAS, Mxico, 2000, 389 pp.
14
Esta autora resalta otro aspecto digno de ser tomado en cuenta: a los indios
septentrionales se les consider como un enemigo nico; es decir, fueron
introducidos en una categora totalizadora y recibieron el nombre de naciones, de
esta manera, los espaoles no slo implantaron en Amrica instituciones sino
tambin conceptos. Por lo tanto, fueron naciones los apaches y sus filiaciones,
como mescaleros, gileos, lipanes, chiricahuas; y otros conglomerados indgenas,
como los comanches y kikaps, por slo mencionar algunos. Los nombres dados
a los grupos nativos se basaron en las deformaciones de las lenguas propias que,
10
Vase Mirafuentes Galvn, Jos Luis. Relaciones intertnicas y dominacin colonial en Sonora en
Nmadas y sedentarios en el norte de Mxico, UNAM, Mxico, 2000, pp. 591-612.
11
Sheridan, Cecilia. Annimos y desterrados, p. 10.
15
12
Sheridan, Cecilia. Annimos y desterrados. La contienda por el sitio que llaman Quauyla. Siglos XVI-XVIII,
CIESAS, Mxico, 2000, 389 pp.
13
Valds Dvila, Carlos Manuel. La gente del mezquite. Los nmadas del noreste en la Colonia. CIESAS/INI,
Mxico, 1995, 279 pp.
14
Santoscoy Mara Elena, et al., Breve historia de Coahuila, FCE/COLMEX (Fideicomiso Historia de las
Amricas), Mxico, 2000, 376 pp.
16
Guevara Snchez seala que los presidios del norte novohispano fueron
instituciones castrenses y, sobre ellos, realiza un anlisis minucioso, pero slo se
enfoca en la Nueva Vizcaya sin dejar de proporcionar informacin relevante para
conocer ms sobre el tema. Diferimos de su propuesta al sealar que los presidios
no deben encasillarse slo como instituciones de tipo militar.
15
Guevara Snchez, Arturo. Presidio y poblacin indgena en la Nueva Vizcaya. Siglos XVII y XVIII. Tesis de
Doctorado en Historia, Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo, Instituto de Investigaciones
Histricas, Morelia, 2011, 455 pp.
16
Salas Hernndez, Juana Elizabeth. Microhistoria ambiental de Mazapil: la presencia espaola y la
transformacin del paisaje, 1568-1650. Tesis de Maestra en Historia, El Colegio de San Luis, San Luis Potos,
2009, p. 46.
17
Otros conceptos que destacamos del trabajo de Salas Hernndez son los que se
refieren a las fronteras; en especfico la llamada frontera de guerra, que se define
como aquellos territorios que necesitaban medidas de pacificacin debido a los
conflictos casi permanentes con los indios chichimecas. En el desarrollo de la
presente investigacin se analizar de manera detallada el concepto de fronteras.
Una vez analizadas las distintas propuestas historiogrficas, se debe aclarar que
la presente investigacin pretende analizar las distintas funciones que tuvieron los
presidios coloniales de la Provincia de Coahuila.
Por lo tanto, la hiptesis que se pretende demostrar en este trabajo es que los
presidios, como instituciones de origen espaol implantadas en la provincia de
Coahuila, no slo se enfocaron en las actividades del poblamiento y defensa de
sus territorios, tambin cumplieron la funcin de combatir a algunos grupos indios
nmadas y seminmadas,17 siempre reacios al sometimiento espaol. Es
conveniente explicar la diferencia entre defensa y combate, la defensa se
realizaba con soldados y despus con milicias (civiles armados) en las villas,
pueblos, ranchos, haciendas y en los caminos que servan como rutas
comerciales; en muchas ocasiones, y as lo indican los documentos, no se
presentaban enfrentamientos directos, slo bastaba con ahuyentar a los indios y
establecer centinelas en puntos estratgicos. En otras ocasiones, se presentaron
campaas de combate formal a los indios, que se caracterizaron por hacer
17
En la presente tesis se entender el concepto seminmada como aquellos grupos indios cuyo modo de
vida giraba en torno a los desplazamientos por el vasto territorio septentrional. A diferencia de los grupos
nmadas, como los cocoyomes, zizimbres, tripas blancas y coahuileos, por mencionar slo algunos grupos
indios; mientras que los seminmadas (apaches y comanches tambin fueron nmadas y seminmadas) se
asentaban momentneamente en sitios donde abundaba cierto tipo de alimento: algunas especies de
plantas, frutos e incluso animales. Tambin podemos decir que existieron grupos que practicaron tanto el
nomadismo como el seminomadismo, con base en lo que ofreca el propio medio geogrfico. Ambos grupos
carecieron de clases sociales y de estamentos. No podemos negar que s tuvieron tal vez la figura de un
posible lder de la banda o grupo, tal vez el guerrero o cazador ms habilidoso. Asimismo, no se niega la
existencia de un chamn que serva como intermediario entre algunos seres metafsicos y los integrantes
del grupo. Vase Venegas Delgado, Hernn y Carlos Manuel Valds Dvila. La ruta del Horror. Prisioneros
indios del noreste novohispano llevados como esclavos a La Habana, Cuba (finales del siglo XVIII a principios
del siglo XIX). Universidad Autnoma de Coahuila/ Plaza y Valds Editores, Mxico, 2013, p.20
19
Cabe sealar que los presidios estuvieron sujetos a las disposiciones dictadas por
las polticas innovadoras que se han llamado reformas borbnicas, ya que stas
buscaron tener un control eficiente sobre las fronteras septentrionales del
virreinato novohispano. Esos cambios no fueron iniciativa de un solo monarca
espaol, sino que los diferentes reyes que gobernaron Espaa, a partir de 1700,
realizaron varias transformaciones, siendo Carlos III, a partir de la segunda mitad
del siglo XVIII, el mayor impulsor de esas polticas de cambio. Tanto la defensa de
las colonias americanas, como el sistema presidial fueron dos elementos que
tuvieron profundas modificaciones en cuanto a su estructura y a su
funcionamiento.
Los documentos de finales de siglo XVIII y principios del XIX nos permiten saber
que los indios abigeos, principalmente apaches, al sentirse en desventaja
numrica abandonaban lo que haban hurtado y no presentaban pelea ante sus
perseguidores. En otras ocasiones s se realizaban enfrentamientos violentos que
producan heridos y muertos en ambas partes. Incluso, los documentos nos
permiten saber que en Coahuila se organizaron campaas con numerosos
participantes, civiles y militares que emprendieron ofensivas armadas en contra de
21
Por guerra ofensiva se entender las polticas tanto del gobierno peninsular como
del virreinal que, ante el fracaso de las campaas de reduccin y pacificacin de
los indios nmadas, se abocaron a la tarea de perseguirlos y exterminarlos, por
medio de tropas regulares, milicias provinciales y aliados indios. Cabe aclarar que
las polticas dirigidas a las poblaciones originarias tuvieron muchos matices,
etapas y procesos, dependiendo de la poca y del lugar.
TEMPORALIDAD
18
Guedea, Virginia. La organizacin militar en El gobierno provincial de la Nueva Espaa 1570-1787,
Woodrow Borah (coordinador), UNAM, Mxico, 2002, p. 151.
24
derrocaron al monarca espaol, ste ya haba sido depuesto por el llamado Motn
de Aranjuez en marzo de 1808 y que signific la abdicacin del rey Carlos IV para
que su hijo Fernando VII reinara en Espaa. 19
EL ESPACIO
Las dems provincias del norte de la Nueva Espaa: Nueva Vizcaya, Sonora,
Nueva Galicia, el Nuevo Reino de Len y la colonia del Nuevo Santander, tambin
tuvieron presidios y misiones, y en esas jurisdicciones se presentaron conflictos
entre los espaoles e indios. La diferencia radica en que fueron distintas causas,
momentos y espacios.
20
Vase Venegas Delgado, Hernn y Carlos Manuel Valds Dvila. La ruta del Horror. Prisioneros indios del
noreste novohispano llevados como esclavos a La Habana, Cuba (finales del siglo XVIII a principios del siglo
XIX). Universidad Autnoma de Coahuila/ Plaza y Valds Editores, Mxico, 2013, p. 54. Los autores destacan
que no slo el gobernador de Coahuila, Ugarte y Loyola fue partidario de la deportacin indgena, sino que
otros funcionarios posteriores, como el Comandante General de las Provincias Internas de la Nueva Espaa,
Teodoro de Croix y Pedro de Nava, simpatizaron con la idea de enviar a todos los indios norteos prisioneros
de guerra, sin importar sexo ni edad, a la isla de Cuba.
21
Vase Ortelli, Sara. Trama de una guerra conveniente. Nueva Vizcaya y la sombra de los Apaches (1748-
1790), COLMEX, Mxico, 2007, p. 87.
26
LAS FUENTES
FUENTES PRIMARIAS:
La obra de Nicols de Lafora, Relacin del viaje que hizo a los presidios internos
situados en la frontera de la Amrica Septentrional Perteneciente, es relevante
porque este autor fue un ingeniero militar que estuvo al servicio del gobierno
virreinal y su testimonio se considera de primera mano para entender la
problemtica existente en la frontera septentrional de la Nueva Espaa durante
el siglo XVIII ya que sus observaciones permitieron la creacin del Reglamento
de Presidios Internos de 1772 que modific, en parte, al de 1729.
FUENTES SECUNDARIAS:
22
Rivera y Villaln, Pedro de, Diario y derrotero de lo caminado, visto y observado en el discurso de la visita
general de Presidios, situados en las Provincias Internas de la Nueva Espaa. Gobierno del Estado de
Chihuahua, Chihuahua, 2004, p. 16.
23
Castao de Sosa, Gaspar. Memoria del descubrimiento que Gaspar Castao de Sosa, hizo en el Nuevo
Mxico, siendo teniente de Gobernador y capitn general del Nuevo Reino de Len. Editorial SIC, Madrid,
2000, 190 pp.
29
Vito Alessio Robles fue pionero en escribir obras histricas que tratan sobre las
antiguas Provincias de Coahuila y Texas en la poca colonial. Su trabajo es
considerado como un clsico dentro de la historiografa del noreste colonial,
especficamente la que se refiere a Coahuila y Texas. Su principal aportacin es
el estudio que hizo sobre estas dos antiguas jurisdicciones novohispanas por
medio de la consulta de documentos nacionales y extranjeros.
Es conveniente aclarar que en esta tesis se han citado con frecuencia las
diversas obras de Mara del Carmen Velzquez. La razn radica en que esos
textos, que ya han cumplido varias dcadas de haber sido publicados, no han
dejado de estar vigentes, puesto que ofrecen informacin precisa y relevante
sobre el objeto de estudio del presente trabajo de investigacin. Asimismo, se ha
consultado bibliografa reciente con la finalidad de disponer de mayores
argumentos que permitan realizar un anlisis ms profundo y explicar, con bases
slidas, la hiptesis que sustenta esta tesis.
Estructura de la Tesis
Sabemos que en el siglo XVII Nueva Almadn fue nuevamente poblada y poco a
poco se logr tener una poblacin ms estable y en constante crecimiento. Si la
24
Gaspar Castao de Sosa, de origen portugus, tal vez un judo converso o cristiano nuevo. Prest sus
servicios en Mazapil, como soldado para combatir a los grupos chichimecas. Una de las principales causas
por las que abandon Almadn fue la bsqueda de minas y metales preciosos, porque las minas de Nueva
Almadn se agotaron. Vase Temkin, Samuel. Gaspar Castao de Sosa: El Primer Fundador de Monterrey.
Revista de Humanidades: Tecnolgico de Monterrey [en lnea] 2010, (Octubre 2010) [Fecha de consulta: 14
de junio de 2014] Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=38421211014> ISSN 1405-4167
31
Cabe destacar la adaptacin que tuvieron los distintos grupos indgenas a ese
medio geogrfico difcil, pero hasta cierto punto conocido y aprovechable,
producto de miles de aos de interaccin. Para desarrollar este captulo se
correlacionaron algunas crnicas de la poca con estudios recientes, como el de
la doctora Brgida von Mentz.
El captulo cuarto se enfoca en las campaas de guerra ofensiva hacia los indios
nmadas, principalmente apaches lipanes y comanches. Como se ha sealado
en pginas anteriores, los grupos indgenas conocidos como apaches tuvieron
varias denominaciones por parte de los espaoles: apaches gileos, lipanes,
mescaleros, chiricahuas, pero no existan diferencias culturales notables entre
ellos, salvo los lugares en donde se asentaban, casi siempre de manera
temporal. El trmino apache, como lo seala Sara Ortelli, tiene su origen en la
lengua atapascana. Los apaches se denominaban a s mismos como din que
quiere decir la gente o el pueblo. La palabra apache aparece documentada por
primera vez en 1599, en la relacin de Juan de Oate en su travesa por las
tierras que formaran la provincia de Nuevo Mxico, desde aos antes, en 1565,
este explorador y colonizador ya haba recibido noticias de otros grupos indios
como los zui, stos se referan a los din como apach que significa
enemigo; los espaoles deformaron la voz indgena y surgi la denominacin de
apache que ha imperado hasta la actualidad. Ntese como los mismos grupos
indios distintos de los apaches propiamente dichos ya los categorizaban como
enemigos, adversarios.25
PROPUESTA METODOLGICA
que se protegan a las misiones que se fundaban tanto en Coahuila como en las
provincias vecinas, recurdese que las misiones buscaban evangelizar y al
mismo tiempo pacificar a los indios, pero necesitaron siempre de la ayuda
presidial para lograrlo.
36
La segunda leyenda que impuls varias expediciones fue la que trataba sobre las
mticas siete ciudades de Cbola, llamada as porque en los territorios donde se
crea haban sido fundadas, abundaban los bisontes, llamados cbolos por los
espaoles. Desde el siglo XVI se organizaron campaas de bsqueda, todas
dirigidas al norte novohispano, por una sencilla razn: la mayora de esas tierras
no se conocan del todo y eran el escenario idneo para que esta leyenda se
mantuviera vigente. Al igual que la llamada Fuente de Juvencio las siete
ciudades de Cbola no fueron ms que una fantasa.27
Debemos mencionar que esos intentos fallidos por encontrar lugares legendarios,
s tuvieron algunos resultados positivos, pues se conocieron otros territorios,
otras poblaciones indias y con base en algunos registros de viaje que se
redactaron, se pudieron organizar nuevas expediciones de exploracin, conquista
y colonizacin. Citaremos algunas: el viaje de Francisco Vzquez de Coronado
entre 1540 y 1542 por el norte de la Nueva Espaa acompaado por 300
espaoles y varios cientos de aliados indios no logr consolidar colonizacin
alguna, pero permiti el descubrimiento de tierras frtiles, bosques y ros de
26
Vase Weckmann, Luis. La herencia medieval de Mxico. FCE/COLMEX, Mxico, 1996, p. 49.
27
La Leyenda de las Siete Ciudades de Cbola se origin durante la invasin de los rabes en Espaa, entre
los siglos VII y XV. Se crea que siete obispos cristianos haban escapado con tesoros fabulosos de oro y
piedras preciosas, para evitar que cayeran en manos de los rabes (moros). Pero otras versiones indican que
los portugueses fueron los autores de esa leyenda; asimismo, hubo terreno frtil para que se creyera que
existan en algn lugar del norte novohispano esas mticas metrpolis. Luis Weckmann menciona que es
probable que se haya relacionado con los mitos indgenas que perduraron despus de la Conquista: las Siete
Cuevas o Chicomztoc. Vase Weckmann, Luis. Op cit., pp. 50-51.
38
28
Osante, Patricia. Poblar el Septentrin. Las ideas y las propuestas del Marqus de Altamira 1742-1753,
UNAM/Universidad Autnoma de Tamaulipas, Mxico, 2012, pp. 28 y 49.
39
El territorio de Coahuila s era rido en una extensa rea, pero no era yermo ni
careca totalmente de vida. No se puede decir que exista un slo tipo de clima,
suelo, vegetacin y fauna, puesto que estos factores eran variables. Sabemos
con certeza que la parte sur de Coahuila, actualmente Saltillo y Parras, eran
regiones ricas en recursos biticos,29 tambin lo era la parte noreste, en la
29
Cecilia Sheridan sostiene que a mediados del siglo XVIII existan unos 300 ojos de agua en el sur de
Coahuila. Segn el testimonio del cronista Tamarn y Romeral, en 1765 la Laguna de Parras alcanzaba una
40
cercana del Ro Grande del Norte (el actual Ro Bravo) y no olvidar la porcin
occidental, en la llamada zona lagunera. Haba montaas con extensos y tupidos
bosques, aguas estancadas y otros ros y afluentes que permitieron la existencia
de aves migratorias, peces, insectos, mamferos y vegetales de los que se
alimentaron los distintos grupos indios.
Fotografa 1. Oasis en medio del desierto. Las Playitas, Cuatro Cinegas, Coahuila
Fuente: Valds Dvila, Manuel. La gente del Mezquite. Los nmadas del noreste en la
Colonia
circunferencia de 100 leguas. Sheridan, Cecilia. Annimos y desterrados. La contienda por el sitio que
llaman Quauyla siglos XVI-XVIII. CIESAS, Mxico, 2000, p. 40.
41
de agua para consumo humano, por lo tanto las primeras poblaciones espaolas
se fundaron cerca de ellos.30
30
Ibid., pp. 40-42.
31
Ortelli, Sara. Del despoblamiento a la aridez. El Septentrin novohispano y la idea de desierto en la poca
colonial en Los desiertos en la historia de Amrica. Una mirada multidisciplinaria. Den Trejo Barajas
(coordinadora), Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo/Universidad Autnoma de Coahuila,
Morelia, 2011, p. 17.
42
Fuente: Moreno Hentz, Pedro. Mxico desde el espacio. Planeta, Mxico, 2005, p. 22.
43
Para Carlos Manuel Valds, esos grupos indios fueron capaces de inventar
instrumentos con los materiales disponibles y construyeron trampas para
capturar diversas especies animales, fue tal su ingenio que podan hervir agua
sin tener cermica y cocan alimentos en hoyos de tierra.33 Brgida Von Mentz
coincide con Carlos Manuel Valds al sealar que los habitantes indios del
noreste novohispano: la actual Coahuila, el sur de Texas y los estados de Nuevo
Len y Tamaulipas, tenan en el mezquite el ingrediente bsico de su dieta, sta
la complementaban con tunas, bellotas, races y diversas especies vegetales y
animales. Con el mezquite tambin se elaboraba miel, atole y un producto que
era una especie de queso, tal vez mezclado con zumo de tuna. Esta ltima fue
un fruto esencial para la vida de esos indios, ya que la cosecha duraba dos
meses en el desierto profundo y aproximadamente 8 meses en las zonas con
mayor humedad.34
El consumo de carne sin lugar a dudas se realizaba en los pastizales y quiz fue
ms amplio en los oasis y lagunas. Los grupos indios errantes, llamados
coahuiltecos, por lo que se llam as a la provincia donde stos habitaban,
32
El Bolsn de Mapim represent un caso especial, puesto que antes y despus de la llegada de los
espaoles fue un sitio habitado por varios grupos indios, como los conchos, julimes, tobosos, salineros entre
otros. Pese a sus caractersticas ambientales y biolgicas, los nmadas y seminmadas tuvieron en esa
regin un lugar de refugio y en el cual podan obtener alimentos. En la poca virreinal, fue utilizado como
escondite para muchas etnias que no se sometieron al dominio espaol.
33
Valds Dvila, Carlos Manuel. Op cit., p. 41.
34
Von Mentz, Brgida. La relacin hombre-naturaleza vista desde la historia econmica y social: trabajo y
diversidad cultural en La relacin hombre- naturaleza. Reflexiones desde distintas perspectivas
disciplinarias. Brgida Von Mentz (coordinadora), CIESAS, Mxico, 2012, p. 77.
44
35
Ibid., pp. 78-79.
36
Para conocer un poco ms sobre los hallazgos de cuevas mortuorias en Coahuila, se recomienda la lectura
del texto: Weitlaner Johnson, Irmgard. Los textiles de la Cueva de la Candelaria, Coahuila. Instituto Nacional
de Bellas Artes, Mxico, 1977, 195 pp.
45
sitio apto para la cra de ganados, el cultivo de cereales y de la vid, entre otros,
pero sobre todo, para el poblamiento definitivo.
La obra escrita por Gaspar Castao de Sosa 37, explorador y militar de origen
portugus, nos permite conocer, aunque de manera sesgada, parte del paisaje
geogrfico de la Provincia de Coahuila, a fines del siglo XVI. No existe
informacin amplia sobre sus orgenes, pero se sabe con certeza que fue
lugarteniente del gobernador de Nuevo Len, Luis de Carvajal 38, tambin nacido
en Portugal.
a los que nombra, y eso dificulta establecer con precisin un itinerario. Las
caravanas de colonos salieron de la villa de Almadn (actual municipio de
Monclova, Coahuila) el 27 de julio de 1590, con todo su campo y carretas; fue a
dormir a una cinaga, dos leguas de la dicha villa, dejando mucha gente de paz
en la dicha villa, mostrando gran pena de quedar all por la conversacin y
amistad que con los espaoles tenan.39
39
Castao de Sosa, Gaspar. Op cit., p. 1.
40
Temkin, Samuel. Gaspar Castao de Sosa: El Primer Fundador de Monterrey en Revista de
Humanidades: Tecnolgico de Monterrey [en lnea] 2010, [Fecha de Consulta: 2 de noviembre de 2013]
Disponible en: htpp://www.redalyc.org/articulo.oa?id=38421211014>ISSN 1405-4167
47
En el derrotero del viaje, se mencionan varios parajes por los que transitaron; sin
embargo resulta difcil identificarlos porque el autor no dio ms detalles. Algunos
parajes tenan cuerpos de agua apta para el consumo humano; mientras que
otros carecan totalmente de ella y eso descartaba su posible colonizacin; es
decir, nos habla de paisajes heterogneos tanto favorables como desfavorables
para el poblamiento.
.Algunos parajes estaban habitados por grupos de indios de los que Castao de
Sosa no registr el nombre ni el lugar exacto de su ubicacin; no obstante,
muchas de esas rancheras los recibieron en paz e incluso algunos naturales se
unieron a la expedicin despus de haber jurado lealtad al rey espaol. Se
hacan recorridos en las sierras y macizos montaosos con la finalidad de hallar
minas y si stas se encontraban se deba poblar all.42
conteo sobre las reservas de maz y trigo, se supo que solamente disponan de
100 fanegas44 de estos granos, lo cual era insuficiente para alimentar a todos los
viajeros, por lo que orden se entregase a cada persona un almud 45 para
consumirse durante una semana. Gaspar Castao de Sosa describi algunos
parajes en su travesa, pero como lo indicamos anteriormente, no les otorg
ningn nombre, slo haca referencia por lo que encontraba all y que poda ser
aprovechable para los viajeros. Su intencin era cruzar el ro Bravo y por lo tanto
buscaba un pasaje apropiado, pero no fue hallado de manera inmediata y eso los
retras.
Uno de los mayores problemas que tuvieron los colonos no fue la falta de
alimento, sino la escasez de agua y con base en las descripciones de este
derrotero, se puede inferir que el territorio coahuilense y parte del de Texas era
heterogneo: bosques, pantanos, llanuras y zonas ridas. Castao de Sosa tuvo
contacto con una nacin de indios de los que s mencion su nombre:
depesgun, quienes los recibieron con cueros de cbolos, gamuzas y zapatos,
esos nativos los guiaron a otros sitios donde abundaba el maz y podan tener
contacto con otras rancheras. De esta relacin, destaca un aspecto interesante:
los expedicionarios coman del mezquite, rbol abundante en el norte
novohispano; as como pescado; debido a que la larga travesa, implicaba el
agotamiento de los alimentos; se recurri a racionar la carne, dos libras a cada
persona diariamente. Tambin se mencionan algunos peligros para el ganado
caprino que transportaban, ya que escapaban de los corrales improvisados para
alimentarse y eran cazados por los lobos.
44
Una fanega equivala aproximadamente a 44 kilos del grano y si los colonos disponan de 100 fanegas
entonces tendran 4400 kilos de maz y trigo.
45
Un almud equivala aproximadamente a 22 kilos del grano. Castao de Sosa indic en su relacin que se
entreg un almud a cada persona para que se alimentaran una semana; es probable que se haya repartido
exclusivamente a los adultos o jefes de cada familia, recurdese que en las caravanas tambin viajaban
mujeres y nios.
49
46
Castao de Sosa, Gaspar. Memoria del descubrimiento, p. mb n54
47
Ibid., p. 62
50
El 17 de enero de 1591 se tuvo contacto con otra nacin india llamados quereses
de la que no se ofrece mayor informacin. Cabe resaltar que esta travesa se hizo
en pleno invierno y las descripciones de tierras nevadas y fras son abundantes.
Pese a ello, la existencia de agua era escasa, para obtenerla se derreta de la
nieve en muchas pallas y ollas, con que se haca de comer, e bebamos nos e
nuestra caballada.48
Morlete tena rdenes directas del virrey Luis de Velasco para detenerlo. Se le
acus de dos faltas graves: la primera, que no tena la capitulacin
correspondiente; es decir, no contaba con la autorizacin para explorar y tomar
posesin de nuevos territorios, y la segunda, que se beneficiaba con el trfico de
indios esclavos para abastecer a los reales de minas tanto de Nueva Vizcaya
como del Nuevo Reino de Len. Las acusaciones que le hicieron sus enemigos
polticos no tuvieron argumentos slidos, slo sirvieron como pretextos para
desacreditarlo ante el monarca espaol. A pesar del grado de teniente de
gobernador, ttulo que le permita, sin ninguna restriccin, explorar y establecer
poblaciones donde lo considerara pertinente, Castao de Sosa no opuso
resistencia alguna ante su arresto. Fue enviado a la ciudad de Mxico, juzgado por
el Santo Oficio y desterrado a las islas Filipinas.
48
Ibid., p. 102
49
Vase Saravia, Atanasio G. Apuntes para la historia de la Nueva Vizcaya. Vol. I, UNAM, Mxico, 1993, p.
208
51
Como reflexin final sobre este militar y explorador de origen portugus, podemos
decir que fue una de las primeras autoridades y pobladores de Almadn
(Monclova) y los registros de sus expediciones nos permiten conocer aspectos
relevantes tanto de la geografa de la Provincia de Coahuila, como de sus
habitantes indgenas.
50
Prez de Ribas, Andrs. Historia de los triunfos de Nuestra Santa Fe, Siglo XXI, (Edicin facsimilar de 1645),
Mxico, 1992, 814 pp.
51
La Laguna se refiere a un cuerpo de agua muy extenso que estaba ubicado en la parte occidental de la
Nueva Vizcaya (ahora territorio meridional del estado de Coahuila: La Comarca Lagunera). Desde antes del
contacto con los espaoles y durante la poca colonial, los mrgenes de la laguna haban sido habitados por
varios grupos indios que se dedicaban principalmente a la pesca y a la cacera. Fue llamada a travs del
tiempo de distintas maneras: se le conoci como Laguna de Copala, despus como Laguna Grande de San
Pedro, porque conserv el nombre de una antigua misin jesuita que no prosper; el ltimo nombre que
mantuvo vigente hasta finales del siglo XVIII fue el de Laguna de Parras, por la villa que se fund con el
52
formaba parte de la Nueva Vizcaya, junto con la villa de Santiago del Saltillo, que a
su vez era el lmite jurisdiccional que divida a la Nueva Vizcaya y Coahuila.
Debemos recordar que muchos de los grupos indios originarios de esas provincias
(Nueva Vizcaya y Nueva Extremadura) tenan un modo de vida nmada; es decir,
errante, siempre en la bsqueda de alimentos y refugio, principalmente. Los
naturales que habitaban temporalmente la regin de la Laguna, se desplazaban
hacia otros parajes para buscar alimentos e incluso llegaban hasta territorios de
Coahuila, a su vez, nativos originarios de Coahuila realizaban incursiones en
tierras de la Nueva Vizcaya para obtener alimentos.
A pesar de que esa amplia zona geogrfica era abundante en agua y recursos que
permitan la subsistencia de los indios, el alejarse y adentrarse en otros territorios
representaba una empresa peligrosa, debido a la escasez de agua y a la hostilidad
de otras naciones y bandas, Prez de Ribas lo indica as:
mismo nombre y que pas a formar parte de la Nueva Extremadura hasta 1787. Vase Gerhard, Peter. La
Frontera Norte de la Nueva Espaa, UNAM, Mxico, 1996, p. 272.
53
peridicas) y menguantes, (disminucin del nivel de las aguas que inundaban y anegaban
amplias zonas) del ro y su laguna, muy provechosas a sus moradores. Porque las
crecientes les traen grande suma de pescados [] y dems de ello fertilizan muchos
pedazos de tierras vecinas, por donde se explayan. Las menguantes, retirndose, dan
52
lugar a que en estas tierras ya regadas, puedan sembrar los indios sus semillas.
Sin duda, esta parte del testimonio del misionero jesuita es reveladora puesto que
nos habla de dos aspectos importantes:
52
Prez de Ribas, Andrs. Historia de los triunfos, p.670.
54
Los indios nmadas del norte novohispano haban demostrado su capacidad para
encontrar y elaborar sus propios alimentos, as como aprovechar todos los
recursos que les ofrecan los territorios por los que transitaban. En el caso de la
planta del mezquite, el misionero jesuita registr que el fruto era sometido a un
proceso de recoleccin, molienda y se preparaba una especie de pan que,
transportado en cestos, les serva de alimento durante mucho tiempo, sobre todo
al momento de internarse en las serranas o en el desierto profundo. En sntesis,
Andrs Prez de Ribas leg un documento de carcter histrico y etnogrfico de
elevada relevancia que nos permite conocer la forma de vida de algunos grupos
indios del norte novohispano.
53
Prez de Ribas, Andrs. Op cit., p. 671.
55
54
Vase Ladrn de Guevara, Antonio. Noticias de los poblados de que se componen el Nuevo Reino de Len,
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura y la de Texas. ITESM, Monterrey, Edicin y comentarios de
Andrs Montemayor Hernndez, 1969, p. 17.
56
El proyecto de Ladrn de Guevara fue rechazado por las autoridades sin duda
porque, de haber sido aceptado, implicara el otorgamiento de poderes y
concesiones casi ilimitados a un particular; no obstante, el gobierno de la Nueva
Espaa aprovech los conocimientos que haba adquirido en sus anteriores
exploraciones por territorios indmitos, y le permitieron encabezar una expedicin
que parti de la villa de Linares el 28 de enero de 1749, acompaado de 53
soldados del presidio de San Pedro Boca de Leones y 60 familias de colonos.56
Ladrn de Guevara hizo una breve pero muy til descripcin de la Provincia de
Coahuila y mencion que: esta dicha provincia es de buen temperamento y
abunda en trigo, maz, frijol, uvas y algodn, menos en cra de ganados, por lo
invadido que son sus trminos de los indios de la nacin tobosos y gavilanes.58
55
Ladrn de Guevara, Antonio. Op cit. p. 18.
56
Ibid., p. 21.
57
Ladrn de Guevara, Antonio. Noticias de los poblados de que se componen, p. 34.
58
Ibid., p. 35.
57
Sobre esta ltima cita podemos deducir que las fuerzas presidiales de Coahuila no
eran suficientes para combatir a los indios nmadas y por lo tanto, los colonos,
tanto espaoles como mestizos, formaban sus propios grupos defensivos. Antonio
Ladrn de Guevara tambin propuso que, a semejanza de lo que suceda en
Europa, se establecieran en las provincias del norte de la Nueva Espaa
depsitos de armas, supervisados por las autoridades correspondientes. Esto fue
un antecedente de las milicias de carcter civil.
59
Ladrn de Guevara, Antonio. Noticias de los poblados de que se componen, p. 35.
58
Fray Juan Agustn de Morfi, nacido en Galicia en 1720, dej escrito un derrotero
de gran relevancia por la informacin que registr en l.60Este sacerdote
franciscano acompa al marqus Teodoro de Croix en su viaje para conocer el
estado general de las provincias del Septentrin novohispano.
Un aspecto que vale la pena mencionar es que el padre Morfi reconoci, con base
en testimonios recabados durante su recorrido, que haba lugares abundantes en
minerales, sobre todo plata, pero la cuestin de la incesante guerra contra los
brbaros dificultaba una explotacin formal. Tal fue el caso de la villa de la
Monclova que, antes de poblarse de manera definitiva y estable, haba sido
abandonada en 4 ocasiones anteriores debido a la extincin de la riqueza mineral
y al ataque de los indios.
60
Morfi, Juan Agustn de. Viaje de indios y diario del Nuevo Mxico. Porra, Notas bibliogrficas y
acotaciones por Vito Alessio Robles, Mxico, 1980, 446 pp.
59
Con respecto a la descripcin del padre Morfi, destacamos la que hizo sobre la
capital de Coahuila, la villa y presidio de Santiago de la Monclova:
[] Tuvo la villa desde su ereccin un cabildo compuesto de dos alcaldes, alfrez real y
otros regidores [] alrededor de la villa corre un bello ro de harto caudal (ro llamado de
Monclova en la actualidad, afluente del Nadadores, en la poca colonial se le conoci
como ro de Coahuila) abundante en bagre, barbo, robalo, mojarra y tortuga [] sus aguas
se distribuyen por mitad en los vecinos de la villa y de la misin [] las tierras son
61
fertilsimas en trigo, maz, cebada, caa, algodn, uva, breva ( fruto similar al higo).
Con base en el testimonio del sacerdote franciscano sabemos que algunas zonas
geogrficas de Coahuila eran frtiles y propicias para la agricultura; no obstante,
existi una condicin que fue muy comn no slo en Coahuila sino en todas las
provincias del norte novohispano: pese a que existan tierras aptas para la
actividad agrcola, la cra de ganado estuvo ms desarrollada, gracias a los vastos
pastizales y mltiples abrevaderos. Coahuila fue relevante productora de mulas,
caballos, toros, vacas, borregos y lana fina62, que se comercializaban con otras
provincias: Nueva Vizcaya, el Nuevo Reino de Len, Nueva Galicia. Tanto algunas
haciendas como ranchos asentadas en las cercanas de la villa y presidio de
Monclova posean grandes espacios destinados para corrales que permitan
resguardar numerosas cabezas de ganado ya que estaban rodeados de altas y
fuertes murallas de adobe, adems de contar con torreones para apostar a la
fusilera y repeler los ataques de los indios.
61
Morfi, Juan Agustn de. Viaje de indios y Diario del Nuevo Mxico, p. 281.
62
Ibid., p. 290.
60
considera tanto
histrica como
etnogrfica.
63
Diccionario de Autoridades. Gredos, Madrid, 1990, Tomo II, p. 366.
64
Covarrubias Orozco, Sebastin de, Tesoro de la Lengua Castellana o espaola. Editorial Castalia, Madrid,
(Edicin de Felipe C.R. Maldonado), 1995, p. 833.
65
Seco, Manuel. Diccionario del Espaol Actual. Aguilar, Madrid, 1990, Tomo II, p. 3669.
66
Moliner, Mara. Diccionario de Uso del Espaol. Gredos, Madrid, 1998, Vol. 2, p. 766.
64
67
Millar, Fergus. El imperio romano y sus pueblos limtrofes. El mundo mediterrneo en la edad antigua IV.
Siglo XXI, Madrid, 1974, pp. 98-102.
68
Vase Gruzinski, Serge. Las repercusiones de la Conquista: la experiencia novohispana en
Descubrimiento, conquista y colonizacin de Amrica a quinientos aos. Carmen Bernard (compiladora),
FCE/CNCA, Mxico, 1998, pp. 148-149.
65
Era comn que las fronteras novohispanas, sobre todo las del norte, tuvieran
como caracterstica principal su inestabilidad y escasa definicin, debido, entre
otros factores a la presencia hostil de los indios nmadas en continuo estado de
guerra, la carencia de una red de caminos seguros y eficientes, as como la lejana
con respecto a otros centros poblacionales relevantes.
69
Rangel Silva, Jos Alfredo. Capitanes a guerra, linajes de frontera. Ascenso y consolidacin de las lites en
el oriente de San Luis, 1617-1823. El Colegio de Mxico, Mxico, 2008, p.19.
66
y la frontera india, considerada sta como espacio de contacto con los europeos.70
La Provincia de Coahuila, a lo largo de su desarrollo histrico, cumpli con las
definiciones de frontera sealadas. Como lo seala Herbert Eugene Bolton, dos de
las principales instituciones espaolas de frontera fueron el presidio y la misin;
las cuales surgieron y funcionaron de manera simultnea en la empresa por
dominar territorios otrora hostiles, lograr la conversin religiosa de los indios y
explotar recursos naturales propios del lugar; tambin fue evidente la necesidad
de defender los territorios novohispanos ante los intereses de pases extranjeros.
Bolton destaca que las misiones no slo fueron las encargadas de cristianizar y de
hispanizar a los indios, sino que tambin cumplieron con la funcin de ser
protectoras de las fronteras. En el caso de los presidios, stos fueron levantados
70
Frederick Turner, historiador estadunidense, cuyas propuestas historiogrficas sobre las fronteras, han
influido en otros reconocidos especialistas. Citado en Rangel Silva, Jos Alfredo. Capitanes a guerra, p. 20.
71
Bolton, Herbert Eugene. La misin como institucin de frontera en el septentrin de la Nueva Espaa en
El Mxico perdido. Ensayos sobre el antiguo norte de Mxico, 1540-1821. David J. Weber (Antologa), SEP,
(Coleccin: Sepsetentas No. 265) Mxico, 1976, p. 37.
72
Ibid., p. 43.
67
Algunas de las fuerzas militares que conformaban los presidios eran en realidad
improvisadas, compuestas en algunos casos con aventureros y delincuentes que
purgaban una condena. Slo algunos capitanes y jefes militares, posean cierto
tipo de entrenamiento militar, pero muchas de las tropas presidiales carecan de
l. No es raro encontrar en los documentos que los encomenderos, terratenientes
y jefes polticos tanto de los reales de minas como de las villas poseyeran armas y
pertrechos de guerra para cuando fuesen necesarias.74
73
En el caso de los criminales, cuyos delitos eran menores, se les consignaba a cumplir su sentencia en los
presidios tanto de la Nueva Espaa como los de frica, Florida y Filipinas. Vase Rubio Ma, Jos Ignacio. El
Virreinato I. Orgenes y jurisdicciones, y dinmica social de los virreyes. FCE/UNAM, Mxico, 2005, p. 71.
74
Rubio Ma, Jos Ignacio. Op cit., p. 111.
75
Ibid., p. 113.
68
Cabe sealar que los presidios se construan en las zonas geogrficas conflictivas.
En palabras de Max L. Moorhead, el presidio se intensific en la tierra adentro,
es decir, en las partes septentrionales que se consideraban, casi en su mayora,
como fronteras. El presidio fue el resultado de los avances espaoles en las
campaas de exploracin, conquista y colonizacin.76 En la Provincia de Coahuila
existieron tres presidios: el presidio de San Francisco de Coahuila o tambin
nombrado en los documentos simplemente como presidio de Coahuila, fundado en
1678; el presidio de San Juan Bautista del Ro Grande, fundado en 1698, fue
primero una compaa volante y su funcin primordial era proteger las misiones de
San Juan Bautista, San Bernardo, Dulcsimo Nombre de Jess de Peyotes la
Punta de Lampazos, Pedro de Rivera sugiri que se convirtiera en presidio para
que los soldados estuviesen de manera permanente y se les dotase de tierras; por
ltimo, el presidio de Santa Rosa Mara del Sacramento o presidio del
Sacramento, fundado en 1737.
Antecedentes
76
Moorhead, Max L. The presidio. Bastion of the Spanish borderlands. Norman, University of Oklahoma
Press, 1975, 288 pp.
77
Las jurisdicciones de Saltillo y Parras, as como otras poblaciones del sur coahuilense formaron parte de la
Nueva Vizcaya. La Villa de Saltillo (llamada en la poca virreinal Villa de Santiago del Saltillo fue el punto
poblacional donde terminaba la Nueva Vizcaya) la Villa de Santiago de la Monclova fue cabecera de la
Provincia de Nueva Extremadura o tambin conocida como Provincia de Coahuila. En 1785, por decreto de
Carlos III, las villas de Saltillo y Parras formaron parte de Coahuila (Vase Alessio Robles, Vito. Coahuila y
Texas en la poca colonial., p. 2.
69
Fuente: Moorhead, Max L. The Presidio. Bastion of the Spanish borderlands, Oklahoma
Press University, 1975, p.152
Monclova no fue una poblacin estable, por lo menos en sus primeros aos de
fundacin. El acoso constante de los indios nmadas oblig a sus pobladores a
abandonarla durante aos. En agosto de 1698 y por mandato del virrey Jos
Sarmiento de Valladares se orden al gobernador de la Provincia de Coahuila,
Francisco de Cuervo y Valds, la rehabilitacin del presidio de Monclova que
haba sido destruido por los indios alzados.78 Una vez que el Presidio de
Monclova, o tambin conocido como el Presidio de San Francisco de Coahuila,
haba sido rehabilitado, funcion como prisin para recluir a los que haban
cometido diversos delitos. Algunas de las penas alcanzaban diez aos de
78
AGEC, FC, C1, E16, F1. Despacho librado por virrey Jos Sarmiento de Valladares, sobre varias rdenes que
ha de ejecutar Francisco de Cuervo y Valds, gobernador de la Provincia de Coahuila, sobre la rehabilitacin
del presidio de Monclova, destruido por los indios alzados. Agosto de 1698.
72
En efecto, desde finales del siglo XVII y en las primeras dos dcadas del siglo
XVIII existieron sublevaciones indias en territorios de la Nueva Vizcaya y Coahuila.
Algunos jefes indios que comandaban esos movimientos como pretendan aliarse
con otras naciones para hacer un frente comn ante los espaoles. Los presidios
79
AGEC, FC, C1, E17, F1. Exhorto librado por Francisco de Cuervo y Valds, gobernador poltico y militar de la
provincia de San Francisco de Coahuila, Nueva Extremadura, por el que ordena que se aprenda a Nicols
Chiquito, mulato condenado a diez aos de presidio por varios delitos acumulados y prfugo del presidio de
Monclova. Noviembre de 1698.
80
AGEC, FC, C1, E27, F7. Despacho expedido por Jos Sarmiento de Valladares, virrey de la Nueva Espaa,
aprobando la creacin de una compaa volante sin asiento ni forma de presidio para que asista a la misin
de San Juan Bautista del Ro Grande del Norte. Julio de 1701.
81
AGEC, FC, C1, E33, F2. Autos formados a partir de la peticin de los oficiales y soldados de la compaa de
caballera del presidio de San Francisco de Coahuila, a Matas de Aguirre, gobernador para que se les auxilie
con los vveres necesarios para el sostenimiento de la compaa en la campaas contra los indios enemigos
en el Ro Grande del Norte. Diciembre de 1704.
73
de Coahuila y las misiones como los centros poblacionales eran las ms afectadas
por los ataques de los nativos. En 1714 el capitn Diego Ramn recibi informes
proporcionados por indios de la nacin Tripas Blancas y Jumanes que otras
naciones de indios: mezcaleros, apaches, adocames, cocollomes se haban
sublevado en la misin de Dulcsimo Nombre de Jess de Peyotes (fundada en
1698).82 La paz entre los espaoles y los indios era inestable, puesto que el riesgo
de un nuevo levantamiento entre los indios estaba latente.
Muchos de los indios rebeldes ya haban vivido en las misiones, es decir, estaban
reducidos; sin embargo, para 1718 varias naciones de indios se unieron entre s y
atacaron las misiones de Santa Rosa de Nadadores y la de San Buenaventura,
destruyndolas por completo.83
82
AGEC, FC, C2, E6, F3. Diego Ramn, capitn, toma declaraciones de varios indios de la Nacin Tripas
Blancas y Jumana que se haban sublevado de la misin donde estaban reducidos con relacin al robo de
caballada, hecho por otros indios de la nacin Mezcal, Apachi, Adocames, Cocollomes y Tecorodames.
Agosto de 1714.
83
AGEC, FC, C2, E 10, F9. Expediente formado a consecuencia de la destruccin total de las misiones de
Nadadores y San Buenaventura por los indios Tripas Blancas al mando de Diego Valds, capitn de las
naciones de oriente. Enero de 1718.
84
Martn de Alarcn, gobernador de la Provincia de Coahuila, fue un soldado y marino con experiencia
desde la accin de Orn. Fue nombrado por el virrey Conde de Galve Alcalde Mayor de Tacona y Zamora en
Michoacn; tambin fue Sargento Mayor en Guadalajara, all recibi el nombramiento de Teniente de
Gobernador de Coahuila. Vase Rubio Ma, Jos Ignacio. El Virreinato III. Expansin y Defensa. Segunda
Parte. FCE/UNAM, Mxico, 2005, p. 80.
74
El gobernador Joseph de Azlor Virto de Vera emiti bandos para la poblacin civil
en la que se multaba a los vecinos que salan de la plaza sin avisar a las
autoridades y en el caso de los desertores de presidio la pena era de muerte. 85
Asimismo, para evitar que los franceses se posicionaran en los territorios
espaoles de Texas, el gobernador Joseph de Azlor Virto de Vera, promovi la
fundacin del pueblo y la misin de San Joseph y San Miguel de Aguayo, en el
valle de San Antonio, Provincia de Texas, con el arribo de familias de las naciones
indias: pampoas, pastias y suliafames.86
En 1724, el gobierno virreinal organiz una inspeccin general de los presidios
situados en las Provincias Internas de la Nueva Espaa con el objetivo de conocer
su estado, reorganizar su funcionamiento, suprimir aquellos que no eran tiles y
por el contrario, construir los estrictamente necesarios, tambin se busc que los
comandantes y jefes presidiales cumplieran con las obligaciones de su cargo.
Toda la informacin que se recab, fue enviada a las autoridades virreinales y al
87
monarca espaol para que se tomaran las decisiones convenientes.
85
AGEC, FC, C2, E15, 13F. Autos y providencias dictadas por Joseph Azlor Virto de Vera, Marqus de San
Miguel de Aguayo, gobernador de la provincia de Coahuila, relativas a correos, aguas, pena de muerte a
desertores de la compaa presidial, multas a vecinos que salgan de la plaza sin avisar a las autoridades.
Monclova, enero de 1720.
86
AGEC, FC, C2, E17, F4. Fundacin del pueblo y misin de San Joseph y San Miguel de Aguayo, en el valle de
San Antonio, con indios de las naciones: Pampoas, Pastias y Suliafames por Joseph Azlor Virto de Vera,
gobernador y capitn general de las provincias de Coahuila y Texas. Monclova, febrero de 1720.
87
Rivera, Pedro de. Diario y derrotero de lo caminado, visto y observado en el discurso de la visita general de
Presidios, situados en las Provincias Internas de la Nueva Espaa, que de orden de Su Majestad ejecut Don
Pedro de Rivera, Brigadier de los Reales Ejrcitos. Habiendo transitado por los Reinos del Nuevo Toledo, el de
la Nueva Galicia, el de la Nueva Vizcaya, el de la Nueva Mxico, el de la Nueva Extremadura, el de las Nuevas
Filipinas, el del Nuevo de Len. Las Provincias de Sonora, Ostimuri, Sinaloa y Huasteca 1724-1728.
Introduccin y notas de Guillermo Porras Muoz, Gobierno del Estado de Chihuahua, Chihuahua, 2004, 173
pp.
75
88
Ibid., p. 16.
89
El texto de Pedro de Rivera fue publicado hasta 1736; sin embargo, su objetivo fue informar al virrey
Marqus de Casa Fuerte la situacin de los presidios. El viaje del brigadier Rivera concluy en 1728 y las
decisiones que se tomaron con base en sus informes fueron aprobadas por el Monarca espaol, segn la
Cdula Real del 30 de julio de 1731.
90
Rivera, Pedro de Op cit., pp. 51-52.
91
Ibid., p. 103.
76
92
El pueblo de indios tlaxcaltecas se llamaba San Esteban de la Nueva Tlaxcala y en la actualidad forma parte
de la ciudad de Saltillo. La Escuadra de la Villa del Saltillo no era un presidio, slo eran tropas acantonadas
que protegan las mercancas en el camino a Texas. El Presidio de Coahuila, estaba situado en la Villa de
Monclova y tambin se le conoci como Presidio de San Francisco de Coahuila. En este trabajo se utilizarn
los dos nombres, con base en los documentos y en las obras historiogrficas de la poca.
93
La escuadra de la Villa del Saltillo bajo el mando del capitn Matas Aguirre, no se convirti en presidio
porque ya se contaba con las escoltas armadas que proporcionaban el Presidio de San Francisco Coahuila en
la villa de Monclova, capital de la Provincia de Coahuila.
94
Rivera, Pedro de, Op cit., p. 105.
95
Ibid., p. 107. Pedro de Rivera seal que habitaban en las cercanas de Monclova indios tlaxcaltecas y
pocos integrantes de la nacin Obayas. En su descripcin del territorio abundan los parajes llanos y
despoblados, pues no menciona encuentros con nativos hasta su llegada al Real Presidio de San Juan
Bautista del Ro Grande. Eso nos obliga a pensar que existan territorios de Coahuila libres de las incursiones
de los indios y stas se presentaban en otros puntos estratgicos, como las cercanas del Ro Grande del
Norte.
77
Con respecto a las tierras del actual Estado de Coahuila, Pedro de Rivera seal
que la Villa de Santiago de Saltillo, ltima poblacin que delimitaba a la Provincia
de Nueva Vizcaya, era muy prspera para la produccin de semillas, incluso de
Saltillo partan las caravanas que trasportaban varios tipos de granos para el
abastecimiento de Texas.98 De la Provincia de Coahuila o Nueva Extremadura, el
brigadier Rivera expres:
96
El dominio que pretendieron imponer los espaoles sobre vastos territorios del norte novohispano no fue
uniforme, ni se logr de manera inmediata. Algunos asentamientos s lograron consolidarse y transformarse
con el paso del tiempo en villas y ciudades. Desde la llamada Guerra Chichimeca, entre 1550 y 1600, as
como la rebelin de los indios pueblos de la Provincia de Nuevo Mxico entre 1680 y 1695, obligaron al
gobierno virreinal a centrar su atencin en la creacin de un sistema de defensa ms efectivo. Inferimos que
estos acontecimientos pudieron influir para que esas tierras de escaso y difcil dominio se denominaran
tierras de frontera y guerra.
97
Vase Velzquez, Mara del Carmen. Tres estudios sobre las Provincias Internas de Nueva Espaa.
COLMEX, Mxico, 1979, p. 5.
98
Velzquez, Mara del Carmen. Op cit., p. 6.
78
Con base en los escritos de Rivera, cualquier sitio donde estaba establecida una
guarnicin de soldados, ya fuera con el nombre de compaa, de escuadra o de
compaa volante integrada por un nmero de soldados que poda estar entre 8 y
100 elementos, eran llamados presidios. All radica precisamente la confusin
porque, como ya se ha descrito en pginas anteriores, algunas compaas de
soldados no estaban sujetas a un fuerte; es decir, no estaban acuarteladas y su
funcin era itinerante. En algunos presidios, como los de Texas, s existan
construcciones adecuadas para la reclusin de los soldados y otros estaban
hechos de madera en vez de piedra.100
99
Rivera, Pedro de. Diario y derrotero de lo caminado, p. 131.
100
Velzquez, Mara del Carmen. Op cit., p. 8.
79
101
Velzquez, Mara del Carmen. Tres estudios sobre las Provincias Internas, p. 9.
102
La figura del situado surgi bajo el reinado de Felipe II. Se le llam de esa manera porque se situaba sobre
una plaza, una cantidad fija de dinero para el pago de las tropas, pero ese gasto deba ser cubierto por otra
ciudad. Al situar sobre otra caja la cantidad que deba abonarse, se estableca un vnculo de unin entre la
caja de la ciudad que otorgaba el dinero y de la plaza que lo reciba. Este sistema de interdependencias se
increment con los aos. El situado tena un carcter anual y funcion como la base de toda financiacin
militar de la poca. Vase Serrano lvarez, Jos Manuel. Fortificaciones y Tropas. El gasto militar en Tierra
Firme, 1700-1788. Diputacin de Sevilla/Universidad de Sevilla/Consejo Superior de Investigaciones
Cientficas, Sevilla, 2004, p. 82. Otra forma de situado era un terreno en el que pastaban los caballos que
eran de su Majestad, caballada que serva para la defensa en caso de ataque o para perseguir indgenas.
Saltillo tuvo un situado de este tipo.
80
En efecto, el sostenimiento del sistema militar espaol que deba proteger a las
colonias americanas implicaba gastos muy grandes a la Corona; al mismo tiempo
se pretenda hacerlo ms efectivo. Con la idea de aminorar el gasto de los
presidios novohispanos, el brigadier Pedro de Rivera propuso que los presidios y
compaas militares que eran innecesarias fueran disueltos y esto permitira un
ahorro para las arcas de la Real Hacienda. Pedro de Rivera tena la autoridad para
ajustar las cuentas de los soldados y los liber de pagos injustos, todo con el afn
de que los presidios funcionaran de manera eficiente. Cabe sealar que los
presidios de la Nueva Espaa carecan de un reglamento con carcter de
universal y estaban sujetos a las disposiciones contenidas en el Reglamento para
la Guarnicin de la Habana, Castillos y Fuertes, expedido por el monarca espaol
Felipe V en 1719.104
Pedro de Rivera inform al virrey Juan de Acua, Marqus de Casafuerte que los
sueldos de los soldados presidiales deban fijarse de acuerdo con la distancia
existente entre el lugar de la guarnicin y el cobro del situado. Adems cuestion
al virrey si los gobernadores de Sinaloa, Nuevo Mxico y Coahuila deban tambin
disponer de los sueldos de capitanes de presidio. En cambio, para los soldados
pidi que se les dotara de 6 libras de plvora, una escopeta y el aumento de
sueldos para los oficiales subalternos: 30 pesos a cada teniente, 20 pesos a los
alfrez y 15 pesos a cada sargento.105
103
Vase Marichal, Carlos y Johanna von Grafenstein (coordinadores), El secreto del Imperio espaol: Los
situados coloniales en el siglo XVIII. COLMEX/ Instituto Mora, Mxico, 2012, p. 16.
104
Velzquez, Mara del Carmen. Tres estudios sobre las Provincias Internas, p. 10.
105
Ibidem
81
militares para combatir las incursiones de los indios enemigos y para contener la
presencia de extranjeros que eran calificados de invasores. Pedro de Rivera lleg
a la conclusin de que en algunas poblaciones ya no era requerida la existencia y
por consecuencia el sostenimiento de un presidio. Como el caso de Durango,
capital de la Nueva Vizcaya donde los vecinos espaoles, mestizos y mulatos
podan defenderse a s mismos; otro caso fue el de Cadereyta, en el Nuevo Reino
de Len, donde las estancias de ganado eran tan abundantes y sus propietarios
disponan de los suficientes hombres armados para detener a los indios que
provenan desde las serranas de Tamaulipas para el abigeo.
106
Rivera, Pedro de. Diario y derrotero de lo caminado, p. 22.
82
107
Reglamento para la Guarnicin de La Habana, Castillos, y Fuertes de su Jurisdiccin. Disponible en
Biblioteca Digital Hispnica http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000075057&page=1 [en lnea] consultado
en julio de 2014.
83
informar al Virrey del nmero, calidad, tiempo de servicio y edad de los oficiales y
soldados de los presidios y de las visitas de inspeccin que llevaran a cabo. Slo
el virrey tena la autoridad para nombrar a los oficiales y en el interior de los
presidios slo podan designar a los oficiales menores, los capitanes. Se prohiba
que los soldados salieran de los presidios y emplearlos en asuntos personales;
asimismo, los soldados no podan recibir contribucin alguna y a su vez no podan
entregar limosna.
110
Las mariscadas eran campaas punitivas en contra de los indios nmadas, vase Sheridan, Cecilia.
Reflexiones en torno a las identidades nativas en el noreste colonial en Relaciones, COLMICH, No. 92,
otoo de 2002, Vol. XXIII, p. 102.
111
Velzquez, Mara del Carmen. Tres estudios sobre las Provincias Internas, p. 18
85
112
Moorhead, Max L. The presidio: Bastion of the Spanish Borderlands. The University of Oklahoma,
Norman, Oklahoma, U.S.A., 1975, p. 43
113
Velzquez, Mara del Carmen. Tres estudios sobre las Provincias., p. 21.
86
114
Velzquez, Mara del Carmen. Op cit., p. 23.
87
115
Estos grupos tnicos tuvieron presencia no slo en la Nueva Vizcaya, sino tambin en territorios de la
Provincia de Coahuila. No existen estudios etnohistricos que nos permitan saber ms sobre estos indios,
slo nos resta tomar en cuenta las escasas menciones que se hacen de ellos en los documentos coloniales y
88
en diarios de viaje, principalmente del siglo XVIII con sus respectivos autores Pedro de Rivera y Nicols de
Lafora.
116
AGN/Provincias Internas/Contenedor 089/ Volumen 182/Expediente 6, mayo 13 de 1689. Diario,
derrotero y demarcacin de la tierra descubierta en la jornada que hizo el general Alonso de Len,
gobernador de la Provincia de Coahuila para el descubrimiento de la Baha del Espritu Santo, Texas.
117
Vase Portillo, Esteban L. Apuntes para la Historia Antigua de Coahuila y Texas. Imprenta El Golfo de
Mxico, Saltillo, Coahuila, 1886, 482 pp. En este texto se encuentran los testimonios del gobernador y militar
Alonso de Len cuando emprendi algunas campaas en contra de varias naciones indias de Coahuila.
89
118
Moorhead, Max L. The presidio: Bastion of the Spanish Borderlands., p. 44.
90
En suma, hasta aqu hemos visto algunos aspectos relevantes sobre los presidios
de Coahuila, desde sus antecedentes histricos; es decir, sus orgenes romanos;
su continuidad en la Espaa medieval y posteriormente su implantacin en las
colonias americanas. Tambin se ha analizado, de manera especfica, los
presidios que se establecieron en la Coahuila novohispana, destacando el presidio
de Monclova que en los documentos de la poca, era llamado de tres maneras
distintas: Real Presidio de Santiago de la Monclova, Presidio de San Francisco de
Coahuila y Presidio de Monclova.
119
Moorhead, Max. L. The presidio: Bastion of the Spanish Borderlands., p. 45.
91
120
AGN/Archivo Histrico de Hacienda/volumen 1738/F1. Expediente que contiene informacin diversa
sobre suministros de productos al presidio de Santa Rosa, como balas, paos, camisas, espadas, escopetas.
Ao de 1751.
93
121
AGEC, FC, C3, E11, Fs. 1-5. Juan de Acua, Marqus de Casafuerte, virrey de la Nueva Espaa, ordena a
Blas de la Garza Falcn, gobernador de la Provincia de San Francisco de Coahuila, que 15 familias
tlaxcaltecas de la villa del Saltillo, se pasen voluntariamente al pueblo de San Buenaventura de Nadadores,
para que los auxilien ya que continuamente son hostilizados por los indios chichimecos y brbaros. Le
ordena entregarles 50 pesos a cada familia. Monclova, marzo de 1734.
122
AGEC, FC, C3, E15, F7. Revista de armas y caballos hecha al vecindario de la villa de Santiago de la
Monclova por Clemente de la Garza Falcn, gobernador de la Provincia de Coahuila. Monclova, diciembre de
1735.
123
AGEC, FC, C3, E16, F3. Clemente de la Garza Falcn, gobernador de la Provincia de Coahuila, dirige
exhorto al Juzgado de Santa Mara de las Parras, solicitando que se aprehenda a los naturales de varios
pueblos y misiones que andan fugitivos en esa jurisdiccin. Monclova, febrero de 1736.
94
Real Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande, Joseph Antonio de Ecay
Mzquiz124 quien recibi la orden del gobernador Clemente de la Garza Falcn.
El pueblo se fund con indios de la nacin Pauzane.125
Los soldados de los Presidios de Coahuila tambin podan hacer solicitudes por
medio de su jefe mximo, el capitn de la guarnicin, al gobernador provincial
con la finalidad de que les otorgase tierras para su manutencin y tambin para
sus familias. Algunas tierras que estaban bajo proteccin del presidio, as como
los cuerpos de agua e incluso montes, podan ser repartidos entre los soldados
avecindados para que fundasen sus casas, solares y huertos127. Cabe aclarar
que desde la segunda mitad del siglo XVI, la encomienda en el Septentrin
124
El capitn y Justicia mayor del Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande, Joseph Antonio de Ecay
Mzquiz acompa al gobernador de la Provincia de Coahuila, Clemente de la Garza Falcn, ambos
exploraron las mrgenes del Ro Grande con la finalidad de informar a la autoridad virreinal si era
conveniente la fundacin de otras villas o slo la construccin de un presidio. Las guarniciones militares
tenan prioridad debido a la presencia constante de indios nmadas que atacaban las caravanas
provenientes de Saltillo, Monclova y cuyo destino era las poblaciones tejanas. Vase Alessio Robles, Vito.
Coahuila y Texas en la poca colonialp. 546.
125
AGEC, FC, C3, E23, F6. Autos de la fundacin del pueblo y misin de San Francisco de Vizarrn, por Joseph
Antonio de Ecai Mzquiz, capitn y justicia mayor del Real Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande, por
orden de Clemente de la Garza Falcn, gobernado de la Provincia de Coahuila, con 234 personas chicos y
grandes de la nacin Pauzane, como a un cuarto de legua de la misin del Dulce Nombre de Jess. San Juan
Bautista del Ro Grande, septiembre de 1736.
126
AGEC, FC, C3, E30, F34. Expediente formado con motivo de la visita practicada en la Provincia de Coahuila
por el gobernador Clemente de la Garza Falcn. El gobernador recorri las poblaciones, presidios y misiones
en Monclova, Santa Rosa, Ro Grande, Nadadores y Candela. Monclova, febrero de 1738.
127
AGEC, FC, C3, E32, F8. Miguel de la Garza Falcn, capitn vitalicio de este presidio, solicita a Clemente de
la Garza Falcn, gobernador de la Provincia de Coahuila, le d posesin de las tierras, aguas y montes del
presidio, para repartirlos entre los soldados. Presidio de Santa Rosa Mara del Sacramento, enero de 1738.
95
novohispano no prosper como en otras partes del virreinato, por lo que fue
necesario trasladar familias indias y mestizas para poblar el norte. Coahuila no
fue la excepcin. Los soldados presidiales al disponer de una pequea porcin
de tierra, se arraigaban ms al sitio donde establecan su residencia y eso era un
factor a favor en el momento de emprender las campaas defensivas en contra
de los indios nmadas.
Sin duda, el traslado de familias tlaxcaltecas signific una accin relevante en las
polticas de poblamiento en la Provincia de Coahuila. Los tlaxcaltecas que se
asentaron en ese territorio formaron cabildos128 reconocidos por la autoridad
gubernamental y virreinal. Una vez cristianizados y castellanizados, los nuevos
colonos indgenas disponan de ciertos privilegios como era la disposicin de
tierras para cultivos (sementeras); estancias para ganado y tambin la exclusin
en el pago de los tributos.
sin dejar a un lado la gran corrupcin que prevaleca en los presidios, donde los
capitanes se enriquecan por medio de los abusos de que hacan objeto a los
propios soldados y a los vecinos.
129
Rubio Ma, Jos Ignacio. El virreinato I. Orgenes y jurisdicciones, p. 201.
130
Ibid., p. 269.
131
Velzquez, Mara del Carmen. Tres estudios sobre las Provincias Internas, p. 29.
97
No obstante, los considerados rivales no slo eran los indios nmadas, sino
tambin los extranjeros. En efecto, desde el inicio de la dcada de 1740 ya se
tenan noticias en el Septentrin novohispano de la presencia de los rusos que
hacan incursiones en la Mar del Sur (Ocano Pacfico), la presencia de ingleses
132
Ibid., p. 33.
98
y franceses en la Mar del Norte (Ocano Atlntico) y en las costas del Seno
Mexicano (Golfo de Mxico) que inquietaban al gobierno virreinal. All tambin
radic la necesidad de contar con presidios eficientes y preparados para repeler
cualquier ataque, tanto de indios como de europeos.
Como puede notarse en los prrafos anteriores la idea de establecer una poltica
de poblamiento y defensa por parte de los virreyes novohispanos constituy
una continuidad en el siglo XVIII. Algunos intensificaron el afn por lograr que las
inmensas regiones del norte se poblaran y al mismo tiempo pudieran contar con
presidios capaces de otorgar una proteccin completa. Pocos virreyes lograron
en parte su cometido. El Primer Conde de Revillagigedo, como ya se mencion
en pginas anteriores, impuls con ahnco la renovacin de los presidios hasta
entonces considerados obsoletos.
133
AGEC, FC, C3, E13, F8. Autos practicados en el Pueblo de Nadadores por Clemente de la Garza Falcn,
gobernador de la Provincia de Coahuila para las 15 familias de tlaxcaltecas de San Francisco de Coahuila, que
ya se encontraban reducidas, sobre sealamientos de tierras, compuesto de 4 leguas cuadradas y 750 pesos
en aperos de labranza y armas, en cumplimiento de rdenes del Virrey. Ciudad de Mxico, noviembre de
1735.
134
AGE, FC, C8, E48, 4F. Requisitoria del teniente de capitn, Don Joseph de Castilla y Thern, comandante
de la Compaa de Caballera de la villa de Santiago de la Monclova al Alcalde Mayor de la Villa de Santiago
del Saltillo para desalojar a un grupo de indios rebeldes y apstatas que han robado caballadas de Cinegas.
Monclova, septiembre de 1760.
99
135
Ortelli, Sara. Trama de una guerra conveniente. Nueva Vizcaya y la sombra de los apaches (1748-1790).
COLMEX, Mxico, 2007. p. 16.
136
Ortelli, Sara. Op cit., p. 31.
100
En este inciso se analizan las polticas de poblamiento que aplicaron tanto el virrey
de la Nueva Espaa, el Marqus de Cruillas, como los gobernadores en turno de
la Provincia de Coahuila o Nueva Extremadura, en los inicios de la dcada de
1760. El objetivo era precisamente establecer asentamientos (villas, pueblos de
indios y reales de minas) de manera definitiva, con la intencin de poblar esos
extensos y poco conocidos territorios septentrionales. En esa poca existieron dos
problemas que exigan una inmediata y contundente solucin: el primero era la
presencia de extranjeros en territorios que la corona espaola consideraba
propios, pero que dbilmente defenda; y el segundo se relacionaba con la
contencin definitiva de los indios nmadas, que siempre asolaban a las
poblaciones ya existentes y se dedicaban al hurto de ganado. Sin duda el
Septentrin siempre ha sido complejo, y para hacer un acercamiento es necesario
analizar, en conjunto, tanto el poblamiento como la creacin de presidios dirigidos
a la defensa y exterminio de los indios nmadas reacios al sometimiento espaol.
() Expresando por menor el vecindario que tiene cada una de estas poblaciones, la poca
fortaleza de los presidios, el escaso comercio en la referida provincia y el motivo de esta
falta habindose visto en mi Consejo de las Indias la citada carta, con lo que en su
inteligencia expuso mi fiscal y reconocindose el mal estado del todo de esta provincia, la
mucha falta que experimenta de gente que la pueblen y cultiven y lo desiertas que se
hallan las tierras que corren por el espacio de ms de 70 leguas, desde el Ro Grande del
Norte hasta el de Medina, en que empieza la Provincia de los Texas ha parecido y
participando lo referido, ver cmo se podr fomentar la poblacin de la mencionada
Provincia de Coahuila, dndome cuenta de lo que practiquis para hallarme enterado, por
ser as mi voluntad. Hecha en el Buen Retiro a 12 de enero de 1762. Yo el Rey. Por
137
mandado del Rey Nuestro Seor. Don Joseph Ignacio de Goyeneche.
Como puede observarse, el asunto del poblamiento era esencial no slo para el
gobierno virreinal, sino tambin para la monarqua, recurdese que la situacin
econmica de Espaa no era boyante y adems los roces internacionales con
otras monarquas europeas, obligaban al rey hispano a obtener mayores recursos
econmicos de las colonias americanas.
137
AGEC, FC, C7, E30, F2. Testimonio de la real orden, por la cual el Rey, con base en el informe que
present fray Francisco de San Buenaventura Martnez de Texada (sic), obispo de Guadalajara, en su vista a
la Provincia de Coahuila, ordena que por todos los medios posibles se procure el fomento a la poblacin de
dicha provincia. Contiene un detallado informe de Jacinto de Barrios, gobernador de esta provincia, donde
seala el nmero de villas, presidios y misiones, nmero de pobladores, cantidades de ganados y datos
estadsticos. El Buen Retiro, Espaa, enero de 1762.
102
Tres presidios, seis misiones, tres villas, cinco pueblos de indios, seis haciendas de labor
y cras de ganado de pelo y lana, de caballada y mulada. Hay minas en el presidio del
Sacramento () las minas y pueblos son de corta extensin y para su comprobacin,
139
Monclova no consta ms de quinientas veinticinco personas de todas clases y sexos.
138
AGEC, FC, C7, E30-A, F3. Testimonio de Real orden sobre el estado actual de la Provincia de Coahuila.
Presentado por fray Francisco de San Buenaventura Martnez de Texada (sic), obispo de Guadalajara, en su
vista a la Provincia de Coahuila. Ciudad de Mxico, junio de 1763.
139
Ibidem.
103
Estas haciendas grandes repartidas a los extremos y centro de la provincia, son antemural
a cuyo abrigo los ranchos pequeos florecen y no decaen por sostenerlas la mucha gente
que en s encierran, y los soldados que tiene para su guardia, como los auxilios de los
presidios, no halla mi cortedad medio para poblar la provincia de Coahuila, que no sea muy
gravoso a la real Hacienda, porque de entrar las familias de afuera haba de ser sobre
costoso, nada segura su permanencia a ms de ser preciso habilitarlas, para su
subsistencia con maz de semilla, y para comer, y para sembrar hasta verificar la primera
cosecha () y a los presidiales de Monclova, Santa Rosa y Ro Grande se les pague en
140
AGEC, FC, C7, E30, F5. . Testimonio de Real orden sobre el estado actual de la Provincia de Coahuila.
Presentado por fray Francisco de San Buenaventura Martnez de Texada (sic), obispo de Guadalajara, en su
vista a la Provincia de Coahuila. Ciudad de Mxico, 1762.
141
Ibidem.
104
reales y que todos los operarios, dependientes y sirvientes de haciendas, ranchos y minas
142
se paguen en la misma especie.
Los argumentos que se expresan son sumamente claros. Por una parte no existen
tierras aptas para el cultivo, la economa gira en torno al intercambio de productos,
la circulacin de moneda es casi inexistente, adems del ataque incesante de los
indios nmadas. Las haciendas, ranchos y reales de minas son pequeas
unidades aisladas unas de otras; no obstante, generaban productos para el
consumo interno y tambin para la venta externa, todo esto repercute en el eficaz
desarrollo del comercio y del poblamiento. Ahora bien, se pretenda que si en
Coahuila existan las condiciones idneas, se podan atraer:
Gente del Nuevo Reino de Len y Nueva Vizcaya, se trasladarn a esta provincia
hacenderos al beneficio de los reales y si fuere de la aceptacin de Vuestra Excelencia
libertar a aquella provincia por diez aos de la contribucin de alcabalas ser infalible con
estas providencias su pueble y ms hallando arbitrio para que el Rey no pierda nada de
143
este reino.
142
AGEC, FC, C7, E30-B, F7. Carta del gobernador de la Provincia de Coahuila al virrey de la Nueva Espaa
donde expresa la situacin de la Coahuila, Nueva Extremadura. Monclova, junio de 1762.
143
Ibidem.
105
Por el testimonio del gobernador don Jacinto de Barrios se puede saber que los
salarios de los capitanes de presidio y de l mismo estaban fijados en seiscientos
y setecientos cincuenta pesos anuales, respectivamente, sin embargo, en
palabras de este funcionario pblico:
Es fsicamente imposible subsistir con la decencia que les corresponde, pero puede haber
arbitrio para remediar este dao, con el de rebajar a los cincuenta soldados de Santa Rosa
(presidio) cien pesos a cada uno, y a sesenta y cinco a los de Monclova cuyas dos partidas
componen las de siete mil doscientos sesenta y cinco pesos a la que unidos seiscientos del
capitn de Santa Rosa y seiscientos del capitn de Ro Grande y setecientos cincuenta del
gobernador de la provincia, asciende a nueve mil doscientos veinticinco pesos, los cuales
deben ser distribuidos en esta forma: trescientos para beneficio de la Real Hacienda, por
razn de la alcabala que se paga hoy en da por arrendamiento anual de toda la Provincia,
cuatro mil al gobernador y a cada capitn dos mil cuatrocientos sesenta y dos pesos ()
no debe hacerse reparable la rebaja que se solicita se haga a los dos presidios de Santa
Rosa y de la Monclova () pueden subsistir con los que les queda, pues el Presidio de
San Juan Bautista del Ro Grande del Norte, que se halla a l ms distante, es el de la
144
Ibid., F9.
106
Monclova, a cincuenta leguas y de el de (sic) Santa Rosa a veinticinco, no han tenido sus
presidiales ms de trescientos pesos anuales, se han podido sostener como los dems,
aun siendo que han sostenido el tesn de la guerra contra los apaches, y el que las
escoltas de los avos internos de la Provincia de Texas y las de los correos que transitan
145
ida y vuelta han corrido a su cuidado.
145
AGEC, FC, C7, E30, F12. . Carta del gobernador de la Provincia de Coahuila al virrey de la Nueva Espaa
donde expresa la situacin de la Coahuila, Nueva Extremadura. Monclova, junio de 1762.
107
Don Jacinto de Barrios y Juregui, teniente coronel de los reales ejrcitos de su Majestad,
Gobernador y Capitn General que he sido de la Provincia de Texas, Nuevas Filipinas y
actual en esta de San Francisco de Coahuila, Nueva Extremadura, presidios, conversiones
y fronteras () por cuanto me es preciso en cumplimiento de mi obligacin pasar a
ejecutar la Visita General de esta Provincia () para instruirme, ver y saber el modo de
vivir de sus habitadores () los ttulos y mercedes de tierra que tuviesen, en cuya virtud
poseen sus sitios, caballeras, peonas, aguas, casas, solares () los procedimientos de
las justicias mayores, los Tenientes, Capitanes y Comandantes de los Presidios de esta
Gobernacin, a orden y rgimen con que administran, y pagan los sueldos a los soldados
de su comando, y si para ello se arreglan o no a las ordenanzas y Real Proyecto () si los
conservan y los mantienen con el equipaje necesario, montura, y dems municiones de
147
guerra.
146
AGEC, FC, C7, E34, 86F. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
147
Ibid., Fs 1-3.
108
Con base en el anlisis del presente documento, se puede deducir que la visita
pretenda conocer varios aspectos, entre los que destacan tres; el econmico, el
social y el poltico. El primero, relacionado con la produccin agrcola y ganadera
de las villas, haciendas y ranchos, as como de los escasos fundos mineros; el
segundo, representado por el papel de las misiones y su desempeo en la
evangelizacin y trabajo de los indios y el tercero, se refiere a las funciones de los
alcaldes, jueces, capitanes y dems oficiales de los presidios. Se pretenda que
los mismos habitantes de toda la provincia, denunciaran ante el gobernador, las
posibles faltas y abusos de los funcionarios.
() Las cabeceras de esta Provincia, y sus partidos, cuya resolucin he demorado por
varios recurrentes negocios que se han ofrecido al servicio y contencin de los indios
enemigos fronterizos, que han ejecutado hasta la presente algunos homicidios y robos, y
providenciado lo conveniente en el asunto, decid ejecutar la visita que corresponde a este
Real Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande, sus haciendas, labores y ranchos ()
pasar a hacer la revista de los oficiales, subalternos y soldados de que se compone esta
compaa, de instruirme al modo y observancia que tienen, si estn montados, bien
equipados, pertrechados y municionados, y si guardan las disposiciones y ordenanzas
militares y para que todos juntos manifiesten de pronto todo el equipaje necesario de
armas, caballos y dems municiones de guerra, se le notificar a su tiempo al Teniente
148
Comandante don Manuel de Cos, para que as lo ejecute.
148
AGEC, FC, C7, E34, F5. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la Provincia
de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre revista de
soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas y
padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila, Nueva
Extremadura, septiembre de 1762.
109
existentes. Estos libros, que tambin eran nombrados como Libros Reales eran
tiles a las autoridades porque en ellos se poda saber sus estados, fuerza y vigor
y examinar si estn arancelados los gneros con los que se han satisfecho sus
pagos.149
Por ejemplo, el Presidio de Santa Rosa Mara del Sacramento se compona de los
siguientes efectivos:
149
Ibid., F6.
110
Sin duda ambas partes, tanto las incursiones de los indios apaches como la
presencia de ingleses y franceses, constituan un problema mayor. Los indios
siempre fueron objeto de la ambicin espaola; es decir, fueron esclavizados y
explotados en primera instancia por la encomienda, al fracasar sta, se procedi al
sometimiento mediante el repartimiento, que tambin fue causa de esclavitud. Los
150
AGEC, FC, C7, E34, F8. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la Provincia
de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre revista de
soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas y
padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila, Nueva
Extremadura, septiembre de 1762.
151
Ibid., F10.
111
indios que no fueron partcipes del nuevo modelo econmico, poltico y social
impuesto por los espaoles, resistieron durante mucho tiempo hasta ser
aniquilados.
Mapa 4. Presidio y Villa de Santa Rosa 1767 (Santa Rosa Mara del
Sacramento)
Fuente: Moorhead, Max L. The presidio. Bastion of the Spanish Borderlands. Oklahoma
University Press, 1975, p. 154.
Es importante mencionar que los ataques de los indios nmadas eran una
posibilidad latente. Por esa razn y tambin para evitar los desmanes de los
vagabundos y ociosos, se aplicaba una restriccin por medio de un toque de
queda, la cual consista en prohibir la presencia de las personas en las calles a
partir de las ocho de la noche, con el llamado toque de nimas. Salvo casos
excepcionales, los que no obedecieran este mandato eran multados con 12 pesos
y quince das crcel, para los que fueran espaoles; mientras que a los de color
quebrado152 se les multaba con seis pesos, un mes de crcel y 50 azotes. El
152
El documento no especifica qu grupos correspondan a esta clasificacin, slo se mencionan a los de
cualquier esfera, sin duda se hace referencia a los dems grupos sociales, diferentes a los espaoles que si
bien podan pagar una cantidad monetaria mayor, en caso de haber cometido una falta, pasaban menos
tiempo en la crcel y no eran sujetos a castigos fsicos.
113
dinero que se recaudaba por estas multas, estaba destinado a los trabajos de
reconstruccin de la iglesia parroquial de este presidio.153
Como puede observarse, la funcin del presidio no slo era la de combatir a los
indios nmadas, tambin vigilar el buen comportamiento de los vecinos; es decir,
de los colonos. Como se ha sealado con anterioridad, el capitn de presidio era
la autoridad mxima y no slo se enfocaba en el cumplimiento de sus funciones y
deberes estrictamente militares, sino tambin en la imparticin de justicia, por
ejemplo, el gobernador de la Provincia de Coahuila seal lo siguiente:
Una vez terminada la visita del gobernador don Jacinto de Barrios, al presidio de
Santa Rosa Mara del Sacramento, se continu con la inspeccin de las villas de
San Fernando de Austria en el Valle de las nimas, distante 25 leguas del
153
AGEC, FC, C7 E34, F18. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
154
Ibidem.
114
presidio mencionado. Esa villa haba sido fundada recientemente y era necesario
conocer su situacin:
El total de habitantes de esta villa eran 78 personas ms los soldados que residan
en el presidio, la mayora de estos colonos provenan del Nuevo Reino de Len.
Es relevante mencionar que algunos grupos indios, principalmente apaches,
haban formalizado un pacto de no agresin hacia los colonos de esta parte de la
provincia de Coahuila; incluso podan comercializar con los moradores de las villas
y presidios; sin embargo, otros grupos de indios nmadas llegaban a formar
bandas muy grandes y se dedicaban al robo de ganado y asalto de las caravanas,
por lo tanto, los conflictos entre espaoles e indios continuaban de manera
intermitente. La otra villa que se visit fue la de San Pedro de Gigedo 156, distante
10 leguas de la villa de San Fernando de Austria. El total de habitantes de San
155
AGEC, FC, C7, E34, F19. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
156
La villa de San Pedro de Gigedo fue fundada el 19 de agosto de 1749 con los siguientes pobladores: Juan
Bautista de Lugo, Francisco Javier Ramrez, Santiago Ramrez, Manuel Flores, Isidro Ramn, Jos Judea,
Rafael San Miguel, Santiago Vela y Domingo Villa. Todos ellos eran antiguos vecinos del Nuevo Reino de
Len. Se adjudicaron a la nueva villa por el norte y por el occidente seis sitios de ganado mayor y otros
tantos de ganado menor y veinte caballeras de tierra. La razn de su fundacin se debi al hallazgo de
vetas minerales, stas explotadas desde 1730. Las familias hicieron la peticin para formar la villa al capitn
del Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande. Esta antigua villa ahora es el municipio de Villa Unin,
estado de Coahuila. Vase Robles, Vito Alessio. Coahuila y Texas en la poca colonial. Porra, Mxico, 1978,
p.538.
115
Pedro eran 98 personas. Cabe sealar que las autoridades exigan a los
moradores conseguir armas para la defensa contra los indios nmadas, sobre todo
a aquellas poblaciones que no estaban prximas a los presidios y por lo tanto
carecan de la proteccin inmediata que estos fuertes militares podan otorgar.
157
La Misin de San Francisco de Vizarrn de los Pausanes fue fundada el 5 de abril de 1737. Vase Robles,
Vito Alessio. Op cit., p. 537. En los documentos originales aparece el nombre de Bizarrn; mientras que en
las obras bibliogrficas aparece Vizarrn, para la presente tesis se ha respetado el nombre incluido en los
expedientes originales.
158
AGEC, FC, C7, E34, F24. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
116
159
La cuera era una especie de chaqueta de piel reforzada que serva de proteccin al soldado presidial,
sobre todo para las flechas y dardos lanzados por los enemigos; mientras que la adarga era un escudo de
cuero endurecido en forma ovalada o de corazn.
160
AGEC, FC, C7, E34, F29. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
161
Esta misin fue fundada en 1703 por religiosos del Colegio de la Santa Cruz de Quertaro. Se ubicaba al
oriente del presidio de San Juan Bautista del Ro Grande, a un cuarto de legua. Este presidio y las misiones
prximas fueron relevantes porque constituyeron unas de las zonas geogrficas ms septentrionales de la
Nueva Espaa, as como el punto de partida para la exploracin y colonizacin de Texas. Vase Robles, Vito
Alessio. Op cit., p, 377.
162
AGEC, FC, C7, E34, F33. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
117
163
Ibid., F38.
164
Ibid., F41.
118
Mapa 5. Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande del Norte 1767
Fuente: Moorhead, Max L. The presidio. Bastion of the Spanish Borderlands. Oklahoma
University Press, 1975, p. 154.
El Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande del Norte, en la poca virreinal
estaba situado en territorios que en la actualidad forman parte del municipio
coahuilense de Guerrero.
119
Mapa 6. Actual Municipio de Guerrero donde estuvo asentado el presidio de San Juan
Bautista del Ro Grande. Coahuila de Zaragoza
Lmina en miniatura para ilustrar libros. Autor, Raymundus Murillo (sic). Finales del siglo
XVIII. Archivo General de Indias. Sin clasificacin.
Sabemos que esta misin, para 1761, contaba con una estabilidad mayor puesto
que ya no se haban presentado abandonos o deserciones por parte de los indios;
su poblacin sujeta haba aumentado con las familias de los naturales conversos y
tambin con las 58 familias de indios tlaxcaltecas que totalizaban 257 personas de
ambos sexos y edades.167
165
Se hace la diferenciacin entre un Real de Minas y un fundo minero; el primero se refiere a un pueblo en
cuyo territorio o distrito existen minas, principalmente de plata; el fundo minero era el terreno donde se
haban encontrado las vetas para su explotacin, pero muchos de ellos no formaron un asentamiento
poblacional definitivo como s fue el caso de los Reales de Minas.
166
AGEC, FC, C7, E34, F47. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1761.
167
Ibid., F50.
168
Ibid., F51.
122
Esta visita fue corta debido a que era una poblacin muy pequea.
Posteriormente, la inspeccin continu en la Hacienda de San Diego de Sardinas,
distante seis leguas de la villa de Nuestra Seora de Guadalupe de Horcasitas. El
gobernador expuso la situacin en que se encontraba:
169
AGEC, FC, C7, E34, F53. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1761.
170
Ibid., F54.
171
El nombre completo de esta hacienda era Contotores de Nuestra Seora del Carmen, perteneciente al
Marqus de San Miguel de Aguayo, este marquesado fue creado en 1682 y perteneci al colonizador,
minero, agricultor e industrial Francisco de Urdiola, tambin fue el fundador de la Nueva Vizcaya. Vase
Robles, Vito Alessio. Coahuila y Texas en la poca colonial. Porra, Mxico, 1978, p.149.
123
172
Ibid., F56.
173
La palabra puerto tambin significa un paso entre montaas.
174
AGEC, FC, C7, E34, F57. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1761.
124
capital Santiago de la Monclova para cumplir con diversas tareas, las cuales no
estn especificadas en los documentos. Retom su visita a las dems poblaciones
restantes en 1762. Se inspeccion el pueblo de San Bernardino de la Candela175
el 20 de abril de 1762, distante 22 leguas de la capital provincial.
Cabe sealar que exista un pueblo de indios tlaxcaltecas llamado Nuestra Seora
de Guadalupe, Nueva Tlaxcala, gobernacin de la Provincia de San Francisco de
Coahuila. El gobernador era Diego Baltazar, el alcalde Francisco Flores y el
regidor Juan Antonio Flores. Todos los habitantes indios tenan armas y caballos
disponibles para su proteccin. El pueblo estaba conformado por 61 familias que
hacan un total de 295 personas. Mientras que el nmero de habitantes de la
Misin de San Bernardino de la Candela, todos ellos indios conversos, formaban
33 familias con un total de 113 personas.176
175
San Bernardino de la Candela haba sido fundada como misin en 1690 por el general Alonso de Len.
Vase Robles, Vito Alessio. Op cit., p. 371.
176
AGEC, FC, C7, E34, F64. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
177
No se sabe la fecha exacta de la fundacin de esta misin y pueblo, se cree que pudo haber sido en 1688
a cargo de fray Esteban Martnez. Para 1747 esta misin fue suprimida y slo se mantuvo como pueblo.
Vase Robles, Vito Alessio. Op cit., p. 536.
178
AGEC, FC, C7, E34, F67. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui,
125
Para el caso de la poblacin civil, existan 99 familias con un total de 525 personas
de ambos sexos y todas edades. Precisamente, en esta capital de la provincia se
levantaron los registros sobre las villas, pueblos, haciendas, ranchos, misiones y
presidios pertenecientes a la provincia de San Francisco de Coahuila o Nueva
Extremadura, el 3 de septiembre de 1762. Asimismo, se orden que se mandaran
los documentos originales al virrey Marqus de Cruillas para que l, como
179
Ibid., F75.
180
Ibid., F77.
181
AGEC, FC, C7, E34, F80. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
126
Por cuanto con fechas de veinticinco de marzo y tres de abril de este ao (1762): se ha
servido mandar el excelentsimo seor Marqus de Cruillas () que los gobernadores y
capitanes de los presidios internos tengan la tropa de ellos bien equipada de todas armas,
bien montados y con la disciplina necesaria para que se halle pronta a cualesquiera
operacin del servicio del Rey, y haberse ejecutado en esta Provincia puntualmente este
mandato superior. He advertido () que en todas partes se formen tambin Compaas
de Milicias, para que en caso necesario guarnezcan al pas, y auxilien a la tropa arreglada
() habindose creado ya estas compaas en los presidios de San Juan Bautista del Ro
182
Grande y el de Santa Rosa.
182
AGEC, FC, C7, E38, F1. Expediente que contiene las rdenes, bandos y resoluciones por las cuales se
form la Compaa de Caballera Miliciana de la villa de Santiago de la Monclova. Monclova, octubre de
1762.
183
Lorenzo Cancio Sierra y Cienfuegos ocup el cargo de gobernador interino el 10 de septiembre de 1762 y
estuvo en el puesto hasta el 18 de junio de 1764. Vase Robles, Vito Alessio. Op cit., p. 569.
128
Por ser Coahuila una frontera, era necesario disponer de tropas profesionales y
civiles para actuar de manera inmediata ante cualquier situacin de emergencia.
Ahora bien cmo se formaron esas milicias y cmo estaban organizadas? En las
ordenanzas virreinales se exiga que las milicias debieran estar compuestas por
un capitn, un sargento y un alfrez, dos sargentos y dos cabos de escuadra, un
tambor o clarinete y 40 soldados.184
184
AGEC, FC, C7, E38, F2. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la Provincia
de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre revista de
soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas y
padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila, Nueva
Extremadura, septiembre de 1762.
El bando fue publicado en la capital Santiago de la Monclova el 16 de octubre de 1762.
185
Ibid., F3.
129
186
Ibid., F5.
130
Cabe sealar que la creacin de las milicias espaolas no era algo novedoso.
Haban estado presentes en diferentes pocas. Tanto en la Metrpoli; en las
posesiones europeas y en las colonias americanas. Tambin es cierto que bajo el
gobierno del monarca espaol Carlos III (1759-1788) se dio un mayor impulso al
ejrcito para que ste se consolidara como una verdadera fuerza que ayudara a
imponer un orden eficaz tanto en la Pennsula como en las colonias espaolas de
Amrica.
A pesar de los grandes cambios ordenados por el rey, la fuerza militar fue incapaz
de imponer ese orden, sobre todo en el norte de la Nueva Espaa, donde los
procesos de poblamiento an estaban en constante desarrollo y la problemtica
de la guerra contra los indios no se haba solucionado. Es por esa razn que en
las provincias septentrionales novohispanas, las formaciones de milicias civiles
fueron continuas y necesarias.187
187
En los siglos XVII y XVIII el sistema de las milicias se intensific en Espaa, debido a los conflictos
internacionales con otras monarquas europeas. En el caso de Nueva Espaa, se fundaron seis compaas de
milicias provinciales en Puebla de los ngeles en 1612, pero stas funcionaron poco tiempo. Vase Kahle,
Gnter. El ejrcito y la formacin del Estado en los comienzos de la Independencia de Mxico. FCE, Mxico,
1997, p. 42.
131
188
Kahle, Gnter. Op cit., p. 45.
132
menos se lograron algunos avances, como lo fue la orden de que los habitantes
de las villas y pueblos se armaran para formar a las milicias provinciales.189
De este modo ya se tenan dos fuerzas militares que eran capaces de enfrentar al
que se consideraba como el principal enemigo: el indio nmada. Por una parte
estaban los soldados de presidio y por la otra, las milicias locales, preparadas
para entrar en accin en caso de ser necesario. De esta manera, el colono, el
habitante de las villas septentrionales posey caractersticas especficas: rindi un
vasallaje a la autoridad mxima, en este caso al rey; asimismo manifest una
identificacin y arraigo con la tierra a la que pobl y cuyos descendientes tenan
derecho a defender. La legitimacin del espacio geogrfico estuvo vigente y se
consolid an ms.
En efecto, esta idea no slo estuvo presente entre los colonos espaoles,
mestizos y criollos; sino que tambin entre los grupos indgenas; el mejor ejemplo
proviene de los tlaxcaltecas, quienes desde el siglo XVI ofrecieron sus servicios a
la Corona en las campaas de conquista, pacificacin y poblamiento en muchos
territorios de la Nueva Espaa, sobre todo en el norte. Los mismos caciques
tlaxcaltecas exigieron el respeto a sus privilegios como conquistadores y
cumplieron sus obligaciones por ser vasallos del monarca espaol.
Precisamente de estos aliados indgenas surgi una tercera fuerza que algunos
historiadores han llamado tropas auxiliares, los cuales colaboraron, a cambio de
futuros privilegios y recompensas, en las empresas guerreras. Cabe aadir que el
enfrentar a numerosos grupos de indios norteos fue una realidad totalmente
diferente y eso implic la inversin de tiempos y esfuerzos muy grandes. Desde la
perspectiva del nmada, ste sufri un constante y despiadado desplazamiento
por causas de la expansin espaola. Los colonos espaoles vieron al indio de
esos paisajes semidesrticos como salvaje y brbaro por lo que se justific la
189
Ibid.,p. 46.
133
guerra justa.190 Esa guerra tuvo diferentes matices, no fue una sola campaa
militar contra un grupo especfico, sino una serie de conflictos entre los nmadas y
los colonos que perduraron a travs del tiempo. Dos grupos antagnicos
totalmente distintos que se enfrentaron en un territorio hostil pero hasta cierto
punto dominable. Muchos de los exploradores y conquistadores espaoles
buscaron casi siempre las riquezas minerales; al no encontrarlas en abundancia
trataron de obtener lo que el medio les ofreca, entonces procedieron a colonizar
la tierra, establecer estancias de ganado y desarrollar la agricultura; adems de
intentar definir una frontera. Es cierto que esas nuevas tareas no fueron del todo
fciles: el colonizador espaol por lo tanto se puso a prueba a s mismo y con el
afn de aduearse y de arraigarse a un sitio y prosperar se convirti en minero,
ganadero y agricultor, incluso traficante de esclavos.
190
Ruiz, Guadalajara, Juan Carlos A su costa e minsin El papel de los particulares en la conquista,
pacificacin y conservacin de la Nueva Espaa en Las Milicias del rey de Espaa. Sociedad, Poltica e
identidad en las Monarquas Ibricas. FCE, Madrid, 2009, p.122.
134
que dirigan los presidios reciban un sueldo; mientras que los milicianos podan
obtener algunos beneficios; como lo indica la peticin que hizo el gobernador de
Coahuila, coronel Don Jacinto de Barrios y Juregui, al virrey Marqus de Cruillas
sobre los sueldos que deban recibir los milicianos cuando salan a campaa.
191
AGEC, FC, C7, E38, F14. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
192
Ibidem.
193
AGEC, FC, C7, E38, F17. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
135
defendieron con base en sus propios recursos ante los ataques de los indios. La
colonizacin del siempre hostil y complejo norte novohispano represent una
empresa demasiado compleja, debido a los factores a favor y en contra, no
obstante, las villas y pueblos que lograron perdurar lo haban logrado slo con
base en grandes esfuerzos.
A fin de que este vecindario, como el de toda esta Provincia logre los alivios y exenciones
a que se hace acreedor por la fidelidad y amor con que se esmeran al servicio del Rey
Nuestro Seor, aun en los tiempos que se hallan ms pobres, miserables, por las
escaseses (sic) de sus cosechas minoracin (sic) de sus bienes de campos y por los
194
frecuentes robos de los enemigos indios apaches.
194
AGEC, FC, C7, E38, F33. Inventario que contiene el testimonio de los autos de la visita general a la
Provincia de Coahuila, Nueva Extremadura, por Jacinto de Barrios y Juregui. Contiene informacin sobre
revista de soldados, resea de vecinos, entrega de mercedes y reconocimientos de medidas, visitas de minas
y padrones de las misiones, villas, pueblos y haciendas de toda la provincia. San Francisco de Coahuila,
Nueva Extremadura, septiembre de 1762.
136
Esta fue una de las razones que motivaron la formacin de milicias destinadas a
proteger tanto las villas, pueblos y caminos del acoso de los indios, stos
respondieron ante una situacin que haba estado presente desde tiempo atrs: la
expansin de los colonos espaoles y los cambios drsticos que alteraron su
forma de vida; por lo que los indios no sometidos al dominio espaol, tuvieron que
adecuarse a las circunstancias para lograr sobrevivir, as fuera la guerra, el robo y
la resistencia. Esta fue la respuesta de los indios no sometidos.
195
AGN/Archivo Histrico de Hacienda/volumen 496/E74/F3. Expediente que contiene informacin sobre
milicias,, gastos de guerra, libranzas pagadas al apoderado del Capitn de la Compaa del Real Presidio de
San Agustn de Ahumada en el Nuevo Reino de Len y del Real Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande
del Norte. Fecha 1768.
137
198
Vase Osante, Patricia. Poblar el Septentrin I. Las ideas y las propuestas del Marqus de Altamira 1742-
1753. UNAM/Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, Mxico, 2012, pp. 46-47.
199
AGEC, FC, C9, E5, F4. Pedro Monzn, alcalde mayor del Valle de San Buenaventura, presenta lista de los
vecinos tlaxcaltecas del pueblo de Nuestra Seora de la Victoria y de Casa Fuerte de los Nadadores que
poseen armas. Pueblo de Nuestra Seora de la Victoria de los Nadadores, agosto de 1770.
139
200
Ibid., F5.
201
AGN/Archivo Histrico de Hacienda/volumen 1049/ F3. Expediente relativo a la dotacin de armas del
Real Presidio de Coahuila, correspondiente al ao de 1768.
202
Ibidem
203
En los documentos analizados est presente esta idea de frontera; es decir, se tomaba como parmetro
el Rio Grande del Norte, pero tambin se tomaba en cuenta los territorios, de ambos lados del ro, poco
controlados e infestados de indios nmadas, principalmente apaches.
140
En los periodos de paz, los apaches ofrecieron su ayuda para atacar y someter a
otros grupos indios; incluso emparentados entre s, porque compartan algunas
costumbres y hablaban la misma lengua. Las tropas auxiliares recibieron
recompensas diversas: un territorio en el que podan asentarse pacficamente y
desarrollar sus actividades, como la agricultura, la cacera del cbolo o de otras
especies y el comercio. Muchos de esos grupos indios, que antes haban sido
enemigos acrrimos, ahora juraban lealtad al rey de Espaa y algunos haban
adoptado el catolicismo. Uno de los grupos apaches que estableci relaciones de
paz con el gobierno virreinal fueron los lipanes. stos se establecieron tanto en
Coahuila, en Texas y en una pequea parte de la Nueva Vizcaya.
204
Vase Piera Ramrez, David. Visin histrica de la frontera Norte de Mxico. Tomo II. De los aborgenes al
Septentrin Novohispano. Universidad Autnoma de Baja California, Mexicali, 1994, p. 158.
141
Los objetivos del gobierno virreinal eran claros. Al aplicarse estas medidas se
lograron algunos resultados, como lo fue el pacto de paz con algunos grupos
indios, otrora enemigos acrrimos. No obstante, existieron factores que impidieron
tener un control absoluto. Uno de ellos fue que no se poda detener, de manera
total y definitiva, la presencia de indios considerados rebeldes y enemigos, debido
a la enorme extensin del territorio y al escaso conocimiento que se tena de l.206
Cules fueron las razones que impulsaron a los apaches lipanes a establecer
relaciones de colaboracin con los espaoles? La documentacin nos permite
205
Sheridan, Cecilia. Reflexiones en torno a las identidades nativas en el noreste colonial en Relaciones,
COLMICH, No. 92, Otoo 2002, Vol. XXIII, Zamora, p. 101.
206
Uno de los problemas ms agudos en la Nueva Espaa fue la incapacidad por definir, establecer y
defender con eficacia, una frontera septentrional. Fue hasta 1819, todava en plena guerra insurgente
cuando se especificaron los lmites entre la Nueva Espaa y Los Estados Unidos, por medio del Tratado de
Adams-Ons. Luis de Ons fue el representante del monarca espaol Fernando VII, y por parte de los Estados
Unidos fue el secretario de estado, John Quincy Adams. Espaa perdi varios territorios, pero mantuvo su
soberana sobre Texas. Vase Galeana de Valads, Patricia. El Tratado McLane-Ocampo. La comunicacin
interocenica y el libre comercio. UNAM/PORRA, Mxico, 2006, p. 71.
142
deducir varias, por ejemplo: que los lipanes estaban, hasta cierto punto,
respaldados por los espaoles para combatir a antiguos enemigos, como el caso
de los indios comanches y guichitas. Asimismo, no fue extrao que los mismos
espaoles fomentaran la rivalidad entre uno y otro bando, con el propsito de
conseguir el debilitamiento o aniquilacin de esos grupos nativos entre s. Los
espaoles obtenan ventaja de esta situacin y era ms fcil intentar la dominacin
sobre grupos mermados o escasos en cuanto a sus integrantes.207
Algunos grupos indios, como los lipanes en particular, tuvieron, por medio de los
tratados de paz, una actitud menos hostil de parte de los espaoles, ya que stos
eran auxiliados para someter o exterminar a otros grupos indios rebeldes que
afectaban sus intereses. Existen testimonios de que algunas naciones indias
solicitaban al virrey, y al gobernador de la provincia, un permiso para establecerse
en paz. De esta manera, algunos grupos indios lograron adaptarse a la vida
sedentaria y a las costumbres de los espaoles, incluso adoptaron la religin
catlica.
Los lipanes fueron tiles para los espaoles porque constituyeron una fuerza
alterna en la persecucin de prfugos de la justicia, desertores del ejrcito y sobre
todo, en la vigilancia y aprehensin de viajeros extranjeros, principalmente
franceses e ingleses. Estos ltimos eran vistos con recelo por las autoridades
provinciales, porque se les consideraba espas que enviaban informacin a sus
pases de origen sobre la situacin de los territorios, propiedad de la corona
espaola, pero dbilmente dominados y controlados. Por esa razn, no era
extrao que los espaoles tuvieran actitudes xenfobas contra los extranjeros y
aquellas se intensificaban cuando surgan conflictos armados que involucraban a
las tres monarquas: Espaa, Francia e Inglaterra.
Los grupos lipanes aliados del gobierno virreinal no gozaban de una aceptacin
inmediata y completa. Eran vistos con cautela por jefes presidiales e incluso por
207
Vase Mirafuentes Galvn, Jos Luis. Las tropas de indios auxiliares: Conquista, contrainsurgencia y
rebelin en Sonora en Estudios de Historia Novohispana. Vol. 13, IIH/UNAM, Mxico, 1993, p. 96.
143
[] las paces que tienen los lipanes en esta frontera, han sido, son y sern siempre falaces
y engaosas; la conservacin de la paz con estos prfidos indios no es de manera alguna
conveniente, pero que para declararles la guerra abiertamente es necesario aumentar las
208
fuerzas y meditar bien las operaciones.
208
Velasco vila, Cuauhtmoc. La frontera tnica en el noreste mexicano. Los comanches entre 1800-184,
CIESAS/CDI, Mxico, 2012, p. 119.
144
Jos de Glvez tuvo gran poder de decisin al momento de poner en marcha las
tareas que le haban encomendado, colabor con los virreyes, el Marqus de
Cruillas y posteriormente con el Marqus de Croix, ste ltimo no era partcipe de
aplicar tantos cambios radicales; no obstante, acat las rdenes del visitador.
Cabe resaltar un aspecto esencial que llev a cabo el visitador Glvez: como era
necesario conocer la situacin de los presidios del Septentrin, se orden el viaje
de inspeccin a esos recintos militares. Esa larga travesa estuvo comandada por
el Marqus de Rub y un grupo de ingenieros militares con amplios conocimientos
geogrficos.
209
Glvez, Jos de, Informe sobre las rebeliones populares de 1767 y otros documentos inditos. Edicin,
prlogo, ndice y notas por Felipe Castro Gutirrez, UNAM, Mxico, 1990, p. 7.
145
Destacamos slo algunos artculos de ese dictamen que son de relevancia para la
presente investigacin. El artculo 2 especificaba que se deban cubrir 660 leguas
resguardadas por los 15 presidios; el artculo 6 indicaba que cada presidio
estuviera separado entre s a una distancia no mayor de 40 leguas; adems
210
AGN/Archivo Histrico de Hacienda/volumen 496/Volumen 9/Fs. 1-8. Expediente relativo al surtimiento
de armas y municiones del Real Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande del Norte y del Real Presidio de
San Francisco de Coahuila. Aos de 1763-1765.
211
Dictmenes que de orden del Exmo. Sor. Marqus de Croix, Virrey de este Reino, expone el Mariscal de
Campo Marqus de Rub en orden a la mejor situacin de los presidios para la defensa y extensin de su
frontera a la gentilidad en los confines al norte de este Virreinato. Citado en Velzquez, Mara del Carmen. La
frontera norte y la experiencia colonial. Secretara de Relaciones Exteriores, Mxico, 1982, p. 29.
212
Estas disposiciones slo quedaron en un proyecto inacabado. Es cierto que se realizaron modificaciones
sobre los presidios, pero fueron mnimas y no tuvieron el xito que se haba querido. Muchos territorios de
la Provincia de Texas quedaron sin defensa alguna y, por consiguiente, las incursiones de los indios nmadas
enemigos no fueron contenidas. Vase Velasco vila, Cuauhtmoc. La frontera tnica en el noreste
mexicano. Los comanches entre 1800-1841. Historias de desencuentros y destierros. CIESAS, Mxico, 2012. p.
118.
146
deban estar cercanos a villas y pueblos para que los vecinos colaborasen en su
sostenimiento.
Con base en los testimonios tanto del Marqus de Rub, como del ingeniero militar
Nicols de Lafora, el monarca espaol Carlos III expidi mediante cdula real el 10
de septiembre de 1772 el reglamento que regira el funcionamiento de los
presidios novohispanos.214 Contena 14 ttulos, el primero prohiba que tanto los
gobernadores de la provincia, como los capitanes al mando de los presidios no
deban intervenir en la compra de provisiones y avos de las guarniciones bajo su
213
Dictmenes que de orden del Exmo. Sor. Marqus de Croix, Virrey de este Reino, expone el Marqus de
Rub...p. 50.
214
Reglamento e instruccin para los presidios que se han de formar en la lnea de frontera de la Nueva
Espaa. Resuelto por el Rey Nuestro Seor en cdula de 10 de setiembre de 1772. Reimpresin a cargo de
Jos Ximeno, Mxico, 1834, 34 pp.
147
mando; aquellos que no acataran dicha medida seran privados de su empleo, por
lo tanto su actividad era nicamente de vigilar que los precios de las provisiones y
efectos fueran equitativos.
Cada presidio deba contar con tres libras de plvora anuales y un respaldo de
ocho libras; las entradas y salidas de cartuchos y balas deban ser registradas en
dos libros distintos, uno a cargo del capitn y el otro a cargo del habilitado.
Con relacin a la eleccin de los oficiales; es decir, los que ocuparan los cargos
se exiga que deban ser sujetos de conocido valor, pericia militar, aptitud y
honor215, aqu est presente un aspecto interesante, la renovacin moral que
pretenda llevar a cabo el gobierno borbnico para combatir la corrupcin, muy
comn en los presidios novohispanos.
215
Reglamento e instruccin para los presidios, p. 13.
148
Un ttulo que merece especial atencin es el dcimo, ste indicaba el trato que se
deba dar a los indios enemigos, cuando stos se rendan y solicitaban la paz;
los soldados presidiales estaban obligados a darles un buen trato; incluso se
castigaba con la pena de muerte a los integrantes de la tropa que mataran indios
sin justificacin. Sin embargo, el reglamento era estricto y contundente en cuanto
a su contenido, pero en la prctica ocurra muchas veces lo contrario.
Curiosamente se prohiba que los oficiales de presidio concertaran la paz con los
apaches porque stos, a diferencia de otras etnias, eran los que se mostraban
ms recalcitrantes al dominio espaol. En sntesis, la poltica espaola hacia los
indios rebeldes slo permita dos opciones: si dejaban las armas, aceptaban la
religin catlica y juraban fidelidad al rey eran perdonados; la segunda era ms
drstica, puesto que permita la guerra total y ofensiva que desemboc en un
exterminio casi absoluto.
Provincia de Texas
b
Bolsn de Mapim
Fuente: Mapa elaborado por Elas Gutirrez con base en la obra de Nicols de Lafora
Por su parte, el Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande tuvo dos funciones
relevantes: defender algunos parajes prximos al ro Grande, porque eran puntos
de acceso a la provincia, que aprovechaban tanto los apaches mescaleros como
los lipanes. Asimismo, este presidio, por sus cercanas con el ro, una legua
aproximadamente, fue el punto de partida para nuevas campaas de poblamiento
en Texas.
Cabe sealar que dichas campaas de poblamiento fueron impulsadas tanto por
los gobernadores de Coahuila, como los capitanes de presidio y no tuvieron una
cronologa definida. La documentacin nos permite saber que muchas de ellas
fueron espordicas, algunas slo simples intentos que no tuvieron el xito
deseado.
Fuente: Mapa elaborado por Elas Gutirrez con base en la obra de Nicols de Lafora
152
216
Las rancheras se construan tanto en las praderas o zonas planas donde era abundante la cacera, as
como los pastizales para la caballada; no obstante, tambin se levantaban estos campamentos en las
montaas o sitios cercanos a los abastecimientos de agua, como los ros, arroyos, aguajes. Vase Rodrguez,
Martha. Historias de resistencia y exterminio. Los indios de Coahuila durante el siglo XIX.CIESAS/INI, Mxico,
1995, p. 57.
217
Mapa de la frontera del Virreinato de la Nueva Espaa nuevamente construido por el ingeniero don
Nicols de Lafora Cortesa de la British Library, A.D.D. Ms. 17660A. Redibujado por Fernando Botas Vera.
Reprografa: Archivo Fotogrfico. IIE/UNAM.
153
Como lo seala Carlos Manuel Valds, desde fines del siglo XVIII y principios del
XIX los grupos indgenas cazadores recolectores haban desaparecido de los
territorios septentrionales, por la esclavitud, las enfermedades y la guerra continua
con los espaoles. Ahora esos territorios haban sido ocupados por los nmadas
cazadores ecuestres.220 Muchas de esas bandas no eran originarias de lo que se
llam la Nueva Espaa, por lo tanto, tampoco aceptaron el sometimiento al orden
colonial espaol y procedieron a la guerra; es decir, conflictos armados que deben
ser vistos y analizados como diversos procesos inacabados, en los que las
relaciones entre indios y espaoles fueron ambivalentes: se establecan pactos de
paz y ayuda mutua, pero stos no eran duraderos y s endebles, propensos a la
ruptura.
218
El ro Pecos es el principal tributario del Ro Bravo.
219
Rodrguez, Martha. Op cit., p. 60.
220
Valds Dvila. Carlos Manuel. La gente del mezquite. Los nmadas del noreste en la Colonia. Citado en
Rodrguez, Martha, Op cit., p. 62.
154
Las listas que contenan las marcas y seales de cada propietario se exponan en
sitios pblicos durante 4 meses, plazo en que se deba comprobar la propiedad del
ganado. Por lo tanto, en la villa de Arispe, capital de Sonora; en Chihuahua,
correspondiente a la Nueva Vizcaya; en Monclova, correspondiente a Coahuila y
en San Antonio de Bjar, correspondiente a Texas, se publicaron las listas del
ganado en reclamacin.221
En los documentos que hacen referencia a los lipanes, desde principios del siglo
XVIII, podemos saber que su presencia ya era considerada como un grave
problema en la Provincia de Coahuila y Texas. Los espaoles eran vctimas
constantes de las incursiones de los indios y para tratar de contrarrestar sus
221
Gaceta de Mxico, editada por Manuel Antonio Valds y Mungua, martes 18 de enero de 1785, No. 28,
p. 228.
155
222
Rodrguez, Martha. Op cit., p.63.
223
Rivera, Pedro de Op cit., p. 78.
157
Todos los aos, por cierto tiempo, se introduce una Nacin de Yndios tan brbaros, como
belicosos, su nombre Cumanches: nunca baja su nmero de mil y quinientos, y su origen
se ignora, porque siempre andan peregrinando, y en forma de batalla, por tener guerra con
todas las Naciones, y as se acampan en cualquier parage, armando sus tierras de
campaa, que son de pieles de Cibolas, y las cargan unos perros grandes que crian para
224
este efecto
El gobierno virreinal trat de hacer duradera la paz con los lipanes, mediante
polticas y actitudes ms tolerantes. Se les permita el establecimiento de sus
rancheras en territorios de los que podan desarrollar algunas actividades, como
la cacera de cbolos, el comercio con los colonos de las villas y pueblos e incluso
recibir la doctrina catlica. A cambio de ello, prestaban ayuda militar (milicias) en
contra de otros grupos de indios.
224
Rivera, Pedro de, Op cit., p.78.
225
AGEC, FC, C19, E30, F1. Juan Corts, capitn de la Compaa de Caballera remite proceso a Pedro Nava,
comandante general de las Provincias Internas, contra Jos Hernndez, habitante del presidio por haber
vivido entre los indios lipanes. Presidio de la Baha del Espritu Santo, abril de 1796.
158
que los pudiera contener. Desde all los indios nmadas podan incursionar tanto
en la Nueva Vizcaya como en Coahuila.
226
Gaceta de Mxico, editada por Manuel Antonio Valds y Mungua, mircoles 5 de mayo de 1784, No. 9,
p.76.
227
Ibidem.
228
Gaceta de Mxico, editada por Manuel Antonio Valds y Mungua, mircoles 16 de junio de 1784, No. 12,
p. 100.
159
Hemos visto que las funciones de los presidios de las Provincias de Coahuila y
Texas, no slo se enfocaban en la defensa de las villas, pueblos, haciendas y
ranchos de sus respectivas jurisdicciones. Hubo casos en que sirvieron como
resguardo de los bienes materiales pertenecientes a las misiones que por diversos
motivos haban sido clausuradas. Cabe sealar que en el transcurso del siglo XVIII
era comn que algunas misiones, principalmente las pertenecientes a Texas, no
tuvieran una ubicacin fija, ya que constantemente se cambiaban de un lugar a
otro, debido a la aridez de la tierra, la escasez de agua y sobre todo, a la
belicosidad de los indios.
229
Gaceta de Mxico, editada por Manuel Antonio Valds y Mungua, mircoles 28 de julio de 1784, No. 15,
p. 122.
230
AGEC, FC, C27, E66, F9. El expediente original pertenece al Fondo Colonial del Archivo General del Estado
de Coahuila y existe una copia en el Archivo General de la Nacin. Antonio Cordero, gobernador de la
Provincia de Coahuila, remite y hace entrega a Jos Joaqun de Ugarte, del inventario de ornamentos y
dems objetos correspondientes a la misin secularizada de San Antonio de Valero y los de la capilla del
extinto Presidio de los Adaes. San Antonio de Bjar, diciembre de 1805.
231
En el documento aparece la palabra ornamentos que hace referencia a los objetos sagrados utilizados
en las ceremonias religiosas de la antigua misin de San Antonio de Valero. Podemos entender el significado
de esta palabra como las vestiduras sagradas que se visten los sacerdotes y los obispos cuando celebran, lo
que comprende tambin los adornos del altar, que son de lino o seda. Vase Diccionario de Autoridades,
Gredos, Madrid, 1990, Tomo 3, p. 58.
232
La misin de San Antonio de Valero se fund en 1718 a 55 leguas del presidio de San Juan Bautista del Ro
Grande, fue una de las primeras misiones permanentes de la provincia de Texas. Estaba ubicada muy cerca
de San Antonio de Bjar que era la capital de la provincia. Desde su fundacin, 1718 hasta 1772 fue la sede
160
de un sacerdote franciscano que provena del Colegio de Santa Cruz de Quertaro. Entre 1772 y 1794 fue la
sede de un sacerdote franciscano que provena del Colegio de Guadalupe de Zacatecas. Posiblemente de
1794 o 1795 hasta 1805 estuvo bajo la direccin de un clrigo secular. Vase Gerhard, Peter. La Frontera
Norte de la Nueva Espaa. UNAM, Mxico, 1996, p. 419.
233
La palabra secular tiene varios significados, segn el Diccionario de Autoridades, significa lo mismo que
seglar. Particularmente como opuesto a regular o religioso, otra acepcin es hacer secular alguna cosa que
era eclesistica o regular. Diccionario de Autoridades, Gredos, Madrid, 1990, Tomo 3, p. 63.
234
El ingeniero militar don Nicols de Lafora ya haba sealado en el viaje que realiz al Septentrin entre
1766 y 1768, que el presidio de los Adaes, cuyo nombre completo era Real Presidio de Nuestra Seora del
Pilar de los Adais, estaba en psimas condiciones. La guarnicin estaba formada por 60 soldados, con un
alfrez, sargento y un comandante. Vase Lafora, Nicols de, Relacin del viaje que hizo a los Presidios
Internos situados en la frontera de la Amrica Septentrional perteneciente al Rey de Espaa. Editorial Pedro
Robredo, Mxico, 1939, p. 216.
235
AGEC, FC, C27, E66, F1. Antonio Cordero, gobernador de la Provincia de Coahuila, remite y hace entrega a
Jos Joaqun de Ugarte, del inventario de ornamentos y dems objetos correspondientes a la misin
secularizada de San Antonio de Valero y los de la capilla del extinto Presidio de los Adaes. San Antonio de
Bjar, diciembre de 1805.
236
Ibid., F3.
161
Cuando una misin era cancelada, los indios que haban pertenecido a ella podan
integrarse a una nueva, si es que sta se fundaba. La mayora de las veces se
integraban a la ms cercana, ya que siempre era bien recibida la mano de obra
indgena para las actividades agrcolas, ganaderas, comerciales y en los obrajes.
Para fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, los indios que escapaban de las
misiones no eran tan numerosos como en dcadas anteriores, donde el ndice de
desercin, tanto de las misiones y presidios era muy alto. Podemos decir que los
indios, ya haban asimilado muchos elementos cultures de los espaoles: vivan
de manera sedentaria, tenan un oficio, una religin, la mayora hablaba su lengua
nativa pero tambin algunos aprendan el espaol, obedecan las leyes, y sobre
todo, mostraban un arraigo con el lugar al que pertenecan, se identificaban como
integrantes de una misin, de un presidio, de una villa, de una hacienda o de un
237
En el expediente aparece como el Fuerte de la Santa Cruz del Cbolo que era otro nombre con el que se
conoca.
162
rancho. Cabe sealar que muchos grupos indios continuaron con su modo de vida
errante y hostil hacia los colonizadores espaoles y mestizos, y as se
mantuvieron hasta muy avanzado el siglo decimonnico.
238
La collera es la cadena de forzados o presidiarios que se conducen a las galeras o presidios. Se les llama
as porque van acorallados o atados unos a otros para que no se escapen. Vase Diccionario de Autoridades.
Gredos, Madrid, 1990, Tomo 1, p. 417.
239
AGEC, FC, C28, E38, F1. Antonio Cordero, gobernador de la Provincia de Coahuila, comunica al
comandante del Presidio del Espritu Santo, que se encuentra enterado por su informe anterior del proceso
criminal con los indios carancahuas infidentes. San Antonio de Bjar, julio de 1806.
240
Se les denominaba as a los individuos que estaban carentes de fidelidad, los que haban quebrantado la
fe y no guardaban fidelidad o correspondencia. Diccionario de Autoridades, Gredos, Madrid, 1990, Tomo II,
p. 264.
241
Las distancias desde la ciudad de Mxico, capital de la Nueva Espaa, hasta las provincias septentrionales
eran muy largas y dependa de las rutas que se elegan, principalmente se utilizaba el Camino Real de Tierra
Adentro. Bernardo Garca Martnez dice que un viaje desde la ciudad de Mxico a la villa de Santa Fe, capital
de la Provincia de Nuevo Mxico, tardaba aproximadamente 6 meses. Vase Garca Martnez, Bernardo. La
rebelin de Nuevo Mxico (1680-1692). Triunfo, pero efmero, o efmero, pero triunfo? en Arqueologa
Mexicana, Editorial Races, Mxico, septiembre-octubre 2011, p. 45.
163
242
En la poca colonial se llamaba Puerto de Pilar de Conchos a una villa perteneciente a la Nueva Vizcaya.
All se fundaron varias misiones jesuitas y franciscanas. La que sobrevivi hasta la segunda mitad del siglo
XVIII fue conocida como Jess Carchic. Vase Gerhard, Peter. Op cit., p. 235.
243
AGEC, FC, C28, E38, F15. Antonio Cordero, gobernador de la Provincia de Coahuila, comunica al
comandante del Presidio del Espritu Santo, que se encuentra enterado por su informe anterior del proceso
criminal con los indios carancahuas infidentes. San Antonio de Bjar, julio de 1806.
244
El gobernador pagaba a los soldados que trasladaban a los reos de una provincia a otra.
245
La antigua villa coahuilense de San Vicente de Arriba fue fundada en 1737 por el capitn don Domingo de
la Barrera, junto con sus hermanos y un reducido grupo de colonos. En un principio fueron dos ranchos, San
Vicente de Arriba y San Vicente de Abajo que se fusionaron. En la actualidad forma parte del municipio de
Abasolo, Coahuila. Vase Boletn Histrico del Patronato del Archivo Municipal de Monclova, Monclova,
Coahuila, diciembre de 1997, p.1.
164
Los solicitantes estaban encabezados por don Domingo Reyes, alcalde, don
Marcelino Garca y don Francisco Valds, ambos procuradores del comn de los
ranchos de San Vicente de Arriba y de Abajo, de la comprensin de este gobierno
de Coahuila.246 A nombre de los habitantes y vecinos del lugar, expusieron que
eran muy graves los daos que causaban los indios brbaros. La peticin fue
hecha el 2 de julio de 1808, despus de que haban vivido un da de lamento
general en estos ranchos,247 por lo que decidieron recurrir al Gobernador de la
Provincia y Coronel de los Reales Ejrcitos, don Antonio Cordero y Bustamante.
246
AGEC, FC, C30, E33, F1. Solicitud presentada al comandante general de las Provincias Internas, por el
alcalde Domingo Reyes y los representantes de los vecinos de los pueblos San Vicente de Arriba y San
Vicente de Abajo, sobre los males que experimentan en sus personas y bienes por los ataques de los indios
brbaros. San Vicente de Arriba, septiembre de 1808.
247
Ibidem.
248
Desconocemos con exactitud la ubicacin de este paraje. Se infiere que era un sitio donde la presencia
de los indios nmadas era constante y ocasionaban perjuicios a los habitantes de San Vicente. Es posible que
ese paraje forme parte en la actualidad del municipio coahuilense de Abasolo ya que ste se localiza al norte
del municipio de Monclova. La villa de Santiago de la Monclova fue capital de la Provincia de Coahuila.
165
Por el testimonio del declarante, se puede saber que los indios atacaban al
ganado cuando ste se encontraba en parajes abiertos y pastaban en terrenos
llanos o en los abrevaderos y orillas de los ros, sin ninguna proteccin natural, por
lo tanto eran presa fcil de los ataques de los indios que en su mayora, los hacan
por sorpresa. Tambin es posible saber que los vecinos sorprendidos eran
asesinados a flechazos y otros ms eran lazados y arrastrados hasta morir.
249
AGEC, FC, C30, E33, F2. Solicitud presentada al comandante general de las Provincias Internas, por el
alcalde Domingo Reyes y los representantes de los vecinos de los pueblos San Vicente de Arriba y San
Vicente de Abajo, sobre los males que experimentan en sus personas y bienes por los ataques de los indios
brbaros. San Vicente de Arriba, septiembre de 1808.
250
Ibid., F3.
166
Los dems vecinos: mujeres, ancianos y nios se refugiaban en las casas que
consideraban ms fuertes y seguras de los ranchos. Incluso, segn palabras del
declarante Valds, tambin se presentaban momentos heroicos como el de
algunas mujeres que, guarnecidos los vecinos en los recintos ms resistentes,
abran troneras con las manos en los muros para que los sitiados pudieran
disparar a los agresores; otras ms cargaban las escopetaspero los habitantes
quedaron tan llenos de miedo, que ambos ranchos se despoblaron entonces.251
Incluso los mismos soldados presidiales eran vctimas de los ataques sorpresa de
los indios, sobre todo cuando eran pocos los militares que viajaban por esos
solitarios paisajes. La atencin de los indios se concentraba en los caballos y en
las armas de fuego.
Sin duda esta parte de la declaracin del colono Valds es muy reveladora, pues
indica que ese paraje de Las Saucedas era muy peligroso para los vecinos de los
ranchos; al mismo tiempo, seala que era la nica entrada y salida de los indios
251
AGEC, FC, C34, E33, F3. Solicitud presentada al comandante general de las Provincias Internas, por el
alcalde Domingo Reyes y los representantes de los vecinos de los pueblos San Vicente de Arriba y San
Vicente de Abajo, sobre los males que experimentan en sus personas y bienes por los ataques de los indios
brbaros. San Vicente de Arriba, septiembre de 1808.
252
Ibid., F4.
167
brbaros, lo cual nos obliga a pensar que de poblarse y defender bien ese sitio, se
terminara el constante ataque de aquellos; eso es lo que buscaban los vecinos,
sin embargo, se ha visto que los naturales siempre encontraban la manera de
cometer sus robos, por lo que era un problema mucho ms complejo de lo que se
crea. No deben olvidarse las villas situadas al norte de la Provincia de Coahuila,
consideradas tierras de frontera y de guerra, donde los presidios cumplan con su
funcin, pero no solucionaban el problema de manera total.
253
AGEC, FC, C30, E34, F5. Solicitud presentada al comandante general de las Provincias Internas, por el
alcalde Domingo Reyes y los representantes de los vecinos de los pueblos San Vicente de Arriba y San
Vicente de Abajo, sobre los males que experimentan en sus personas y bienes por los ataques de los indios
brbaros. San Vicente de Arriba, septiembre de 1808.
254
Ibidem.
168
Los colonos espaoles y mestizos tal vez no tomaron en cuenta o no les import,
el hecho de haber desplazado a muchos grupos de indios, es decir, a los
habitantes originales de todas esas vastas tierras, desde el siglo XVI y, al
desarrollar las actividades agrcolas y ganaderas, ellos mismos despertaron la
codicia de los nmadas y, de manera indirecta ofrecieron recursos alimenticios
que fueron atractivos para esos grupos humanos: las diferentes especies de
ganado que sirvieron de sustento a ellos, los nativos. Fue un conflicto de
intereses irreconciliables: los colonos en su empresa por poblar territorios y los
indios nmadas, por sobrevivir.
No slo los ranchos eran atacados, tambin las haciendas, como el caso de la de
Sardinas que era considerada la entrada al paraje de Las Saucedas. Las vctimas
comunes eran los arrieros que conducan las recuas de mulas y el ganado menor,
principalmente ovejas. Cuando era posible, se peda auxilio al comandante del
presidio de Monclova para que los soldados persiguieran a los indios
responsables del robo. Las tropas estaban comandadas por el teniente don
Antonio Griego.255
Tanto el ganado mayor, como menor, que consuman los habitantes de los
ranchos, las haciendas y villas aledaas; una parte era trasladada a la vecina
provincia de Texas, donde se comercializaba, por esa razn el robo cometido por
los indios mermaba la economa de los rancheros y hacendados, a tal grado que
se haba pensado en la posibilidad de abandonar esos ranchos y buscar nuevos
sitios en los cuales fundar otras poblaciones; por supuesto que esa decisin no
termin con el problema del abigeo; si bien, lo aminor pero slo de manera
temporal debido a que los indios tenan en el robo de ganado una fuente de
alimento:
255
AGEC, FC, C34, E33, F6. Solicitud presentada al comandante general de las Provincias Internas, por el
alcalde Domingo Reyes y los representantes de los vecinos de los pueblos San Vicente de Arriba y San
Vicente de Abajo, sobre los males que experimentan en sus personas y bienes por los ataques de los indios
brbaros. San Vicente de Arriba, septiembre de 1808.
169
Muchos de estos vecinos quieren ya desamparar las propiedades que adquirieron de sus
mayores en estos ranchos. Yo les he ofrecido el representar a Vuestra Seora mis
aflicciones por medio de seor Gobernador de la Provincia, para que Su Seora si fuere
servido, la apoye con sus tericos y prcticos convencimientos, con lo que un algo (sic) se
han consolado, y evitado hasta el da la despoblacin que me anuncian, tenindoles as
pendientes de su Superior resolucin, la que aguardamos con resignacin, humildad, y
256
confianza.
256
Ibid., F7.
257
AGEC, FC, C34, F7. Solicitud presentada al comandante general de las Provincias Internas, por el alcalde
Domingo Reyes y los representantes de los vecinos de los pueblos San Vicente de Arriba y San Vicente de
Abajo, sobre los males que experimentan en sus personas y bienes por los ataques de los indios brbaros.
San Vicente de Arriba, septiembre de 1808.
258
Ibid., F8.
170
los indios causaban; no obstante, ellos dudaban en fundar un fuerte militar o una
poblacin.
Una copia de esta solicitud fue enviada, adems del Gobernador de la Provincias
Internas, al coronel don Antonio Cordero y Bustamante, Gobernador Poltico y
Militar de la Provincia de Coahuila e interino de la de Texas. Los solicitantes
pidieron al gobernador que si fuese de su agrado, se sirva tambin de
recomendarla y apoyarla, con informe fundado en sus sabios, tericos y prcticos
conocimientos militares y polticos.261
Inferimos que los vecinos de los Ranchos de San Vicente pretendan que su
peticin estuviera respaldada por las mximas autoridades de la Provincia, esto
con el objetivo de que el monarca espaol se interesara en sus problemas y
ofreciera una respuesta. Se desconoce si el rey recibi la carta y, sobre todo, si
hubo alguna resolucin que beneficiara a esos vecinos de Coahuila. Lo que
259
AGEC, FC, C34 E33, F8. Solicitud presentada al comandante general de las Provincias Internas, por el
alcalde Domingo Reyes y los representantes de los vecinos de los pueblos San Vicente de Arriba y San
Vicente de Abajo, sobre los males que experimentan en sus personas y bienes por los ataques de los indios
brbaros. San Vicente de Arriba, septiembre de 1808.
260
Ibid., F9.
261
Ibdem.
171
262
AGEC, FC, C30, E10, F4.
172
En las visitas que se realizaban a los presidios de Coahuila por parte del
gobernador provincial, se sabe que al de San Juan Bautista lleg el Alfrez
primero, don Romn de la Garza, un cabo primero, dos carabineros y 17 soldados
que tenan la categora de voluntarios y cuyo oficial en jefe entreg dos mil
quinientos pesos que quedaron depositados en el Arca de Fondos para las
Atenciones de la Tropa; adems se entregaron copias de las filiaciones de los
soldados, una relacin de las condiciones del vestuario, armamento, monturas y
bestias de dotacin para toda la compaa, con la orden precisa de que su
adiestramiento continuara en la prctica de tirar al blanco.264 Adems del fondo
263
Los soldados voluntarios eran en su mayora civiles que ingresaban por decisin propia a las compaas
presidiales. Algunos eran rancheros o trabajadores de las haciendas, aventureros y perseguidos por la ley y
tenan dentro de los presidios una forma de vida, pese a no percibir un sueldo.
264
AGEC, FC, C32, E34, F1. Informe del comandante de la Compaa de milicia del presidio de San Juan
Bautista, al gobernador de Coahuila, donde especifica haber agregado a la tropa presidial, una tropa de
voluntarios. San Juan Bautista del Ro Grande, 1808.
173
que financiaba a los presidios, mencionado en el prrafo anterior, existi otro tipo
de financiamiento, ste provena de donativos que daban algunos particulares,
como hacendados y rancheros, por lo que se llam Fondo del Donativo para el
Levantamiento de Milicias y tambin tenan la funcin de auxiliar a los soldados
presidiales. A continuacin se presenta un breve cuadro que contiene parte de los
integrantes de la tropa regular del presidio de San Juan Bautista del Ro Grande y
su respectiva dotacin de armas de fuego265:
265
Ibid., F2.
266
Ibid., F3.
174
En los presidios de Coahuila era comn que adems de las tropas presidiales, las
milicias civiles, las tropas de indios auxiliares y contingentes de voluntarios,
existieran los piquetes267 que seguan siendo, en esencia, un grupo armado
auxiliar. En 1808, el piquete de soldados que se integr al presidio de San Juan
Bautista del Ro Grande estaba formado por un cabo, que era el encargado de
tener bajo su poder las listas de las filiaciones de los soldados, una lista de
antigedad en el cargo como soldado presidial. Al jefe de ese piquete se le
entregaron 1 293 pesos, 20 reales, que haban sobrado despus de pagar 1 206
pesos y 4 reales que importaron los vestuarios, armas, prendas, caballos y mulas,
para uniformar y montar el nuevo piquete, habiendo una y otra suma la de 2 500
pesos, mismos que fueron entregados por Vuestra Seora en el estanco de este
presidio.268
Se reunan a las tres de la tarde, tanto el justicia mayor como el prroco del
presidio y todos los vecinos se congregaban en la plaza; adems estaban
presentes los 40 soldados presidiales quienes despus de escuchar la lectura del
reglamento que rega al presidio, procedan a realizar un juramento de obediencia
y de fidelidad al estandarte, es decir, al distintivo de la compaa presidial; no
obstante, tambin estaba implcita una actitud de lealtad hacia el monarca
espaol.269
267
En trminos militares, un piquete se define como cierto nmero de soldados que se sacan de cada
compaa con sus oficiales y estn prevenidos por si se ofrece alguna operacin. Vase Diccionario de
Autoridades, Gredos, Madrid, 1990, Tomo III, p. 282.
268
AGEC, FC, C32, E34, F3. Solicitud presentada al comandante general de las Provincias Internas, por el
alcalde Domingo Reyes y los representantes de los vecinos de los pueblos San Vicente de Arriba y San
Vicente de Abajo, sobre los males que experimentan en sus personas y bienes por los ataques de los indios
brbaros. San Vicente de Arriba, 1808.
269
Ibid, F4.
175
A los soldados voluntarios se les equipaba con ropa, cojinillos, frenos, espuelas,
estribos, cuando stos estaban disponibles, porque era comn que se presentara
una escasez de esos artculos, debido a la demanda de otros presidios y sobre
todo, a la demora en su abastecimiento. Tanto Monclova como el presidio de San
Juan Bautista estaban a expensas del surtimiento de equipo de guerra que sala
de la villa del Saltillo. En ocasiones era difcil que los pertrechos requeridos
llegaran a tiempo, debido al complicado trayecto en la temporada de lluvias. 271
Cuando haba desabasto y las tropas deban iniciar una campaa de inspeccin o
combate a los indios, muchas veces se adquiran esos artculos en las villas y
ranchos aledaos. Las deserciones eran comunes, por lo que los capitanes de
presidio y los oficiales tenan la obligacin de cubrir con rapidez esa plaza
vacante, incluso, los soldados heridos en algn combate deban ser
reemplazados.272
270
Ibid., F5.
271
Ibid., F7.
272
Ibid., F3.
176
Los capitanes de presidio registraban las prdidas de los caballos, ya sea por
robo, muerte, enfermedad o vejez y, al mismo tiempo, levantaban inventarios
precisos sobre los reemplazos. Suceda con frecuencia que algn destacamento
de soldados presidiales o milicianos perseguan a una banda de indios,
comanches o apaches, generalmente, y como se poda presentar un
enfrentamiento con resultados fatales para ambos grupos, tambin era posible que
los indios abandonasen a las bestias que haban robado y huyeran, sin presentar
combate.
273
AGEC, FC, C32, E83, F1. Informe de Antonio Griego donde se presenta la relacin de las mulas y caballos
entregados por los comanches en las ltimas campaas. Presidio de San Juan Bautista del Ro Grande,
octubre de 1808.
177
Los indios casi siempre robaban caballos y mulas de una misma villa, pueblo,
hacienda o rancho, pero si esto se les dificultaba, entonces los hurtaban en donde
era posible: las caravanas que transportaban mercancas e incluso cuando
sorprendan a algn destacamento de soldados o milicianos.
274
Esta expresin se refiere a que los animales pertenecan a un propietario en especfico: un hacendado, un
ranchero o a una compaa presidial y para distinguirlos de otros hatos ganaderos, los marcaban con un
sello distintivo. El escribano dibujaba la forma de esa marca y la anotaba en los registros para evitar
confusiones.
178
que no representaban mayores riesgos para los rivales; sin embargo, se tienen
registros de que grupos grandes, armados y organizados de indios atacaban las
villas y pueblos del norte de Coahuila, principalmente, saqueaban los graneros, los
establos y asesinaban a los vecinos que les hacan frente. Esa fue una de las
razones por la que los soldados presidiales, milicias, tropas de indios auxiliares y
las fuerzas voluntarias trabajaron en conjunto para combatir a un enemigo que
siempre fue visto como el culpable de la interminable guerra.275
Desde los primeros aos del siglo XIX, los gobiernos provinciales de Coahuila y
Texas haban pactado la paz con los indios comanches, stos, con anterioridad,
se haban asentado temporalmente en parajes de Texas y desde all hacan sus
incursiones a territorios coahuilenses. A pesar del cese de hostilidades, las
autoridades de ambas provincias vigilaban el comportamiento de los indios. El
brigadier don Bernardo Batavia, asentado en la capital texana, San Antonio de
Bjar, estaba al mando de una compaa militar lista para entrar en combate. La
orden para l era la de mantenerse cauto pero al mismo tiempo preparado para la
pelea, debido a que los capitancillos; es decir, los jefes indios en cualquier
momento poda desconocer el pacto pacfico y luchar de nuevo.
Como puede inferirse, la paz entre indios y colonos siempre fue un asunto que si
bien tuvo algunos momentos de estabilidad, la mayora de las veces signific un
problema constante que no tendra solucin, incluso el conflicto se extendi al
siglo XIX.
275
AGEC, FC, C29, E80, 18F. Oficio emitido por la gubernatura de Coahuila donde se pide a los habitantes de
Parras que se alisten con todo el equipo necesario para impedir los daos de los indios enemigos. Monclova
1808.
179
Antecedentes
En efecto, Espaa estaba inmersa en una crisis econmica, poltica y social, pero
no era un problema nuevo. Desde la segunda mitad del siglo XVIII, principalmente
bajo el reinado de Carlos III, se intensificaron los conflictos armados con otras
monarquas europeas. Espaa pretenda recuperar su papel hegemnico en el
orden mundial, tal y como lo haba tenido desde fines del siglo XV y a lo largo del
siglo XVI, por esa razn, Carlos III es considerado como el principal impulsor de
cambios tanto al interior de la Metrpoli, como en las colonias espaolas de
Amrica.276
276
Garca Ayluardo, Clara. Las paradojas de las reformas en Las Reformas Borbnicas, 1750-1808. Clara
Garca Ayluardo (coordinadora), FCE, Mxico, 2010, p. 12.
180
La situacin de los presidios de Coahuila en los primeros aos del siglo XIX
Los jesuitas haban sido pioneros tanto en el poblamiento del norte como en la
reduccin y evangelizacin de grupos indios septentrionales. Fungieron como los
grandes educadores de las bandas de indios norteos y lograron prosperar en la
cra de ganado y en la agricultura; no obstante, su marcada relacin con el
Papado y sus conflictos con la Corona espaola, dio como resultado su expulsin
de las colonias americanas en 1767.
181
277
AGN/Archivo Histrico de Hacienda/volumen 446/E10/F2. Expediente que contiene informacin sobre el
suministro de plvora al Real Presidio de Monclova desde 1801.
183
Sin embargo, no se debe pensar que los presidios de Coahuila estuvieron en total
indefensin ante la demora de los recursos econmicos, existen pruebas de que
algunos colonos se convirtieron en prestamistas del gobierno virreinal, adems
siguieron vigentes las aportaciones en moneda que entregaban los habitantes de
las villas coahuilenses para formar tropas de voluntarios, incluso ya iniciado el
movimiento insurgente.278 Fueron comunes los prstamos forzosos; es decir, se
tomaban los ingresos de algunas alcabalas como la del tabaco de La Habana para
financiar a las tropas presidiales y dotarlas de armamento, uniformes y el pago del
sueldo de los soldados.279 Esto demuestra que la guerra entre espaoles e indios
trascendi el ocaso del otrora poderoso Imperio Espaol y continu en el Mxico
independiente, donde uno de los enemigos haba cambiado: no slo eran
espaoles, los rivales de los grupos indios, ahora eran mexicanos.
278
AGEC, FC, C32, E52, F1. Lista de la Compaa de voluntarios de Monclova, elaborada por el capitn
Francisco del Prado (Documento ilegible en la parte final)
279
Ibid., Fs. 2-6.
184
6
4 5
3
SIMBOLOGA
Fuente. Mapa elaborado por Elas Gutirrez con base en la obra de Nicols de Lafora.
Escala 1: 42 000 000
185
Tambin se ha visto que fue de gran relevancia las inspecciones realizadas por el
visitador Jos de Glvez, funcionario espaol que recorri las provincias
septentrionales y conoci la situacin de esa vasta porcin de la Nueva Espaa.
Asimismo, la travesa de Lafora y el Marqus de Rub que dio como resultado la
promulgacin de un nuevo reglamento de Presidios vigente a partir de 1772.
Los presidios de Coahuila fueron los puntos de partida para organizar la respuesta
armada en contra de los indios no sometidos. Tres fuerzas se unieron: soldados
presidiales, milicias civiles y tropas de indios auxiliares. El presidio fue el centro
organizador de esos contingentes; sin embargo, otra de sus funciones se enfoc
en proteger a las misiones religiosas, stas, como ya se ha sealado, pretendieron
evangelizar a los indios y, al mismo tiempo, lograr su pacificacin y aprovechar su
fuerza de trabajo. Presidio y misin estuvieron vigentes en el Septentrin
novohispano.
186
Reflexiones finales
ANEXOS
Hacienda: Son las heredades del campo y tierras de labor, en que se trabajan
para que fructifiquen. Se llama tambin a los bienes, posesiones y
riquezas que uno tiene.281
280
Covarrubias Orozco, Sebastin de, Tesoro de la Lengua Castellana o espaola. Turner, Madrid, 1990, p.
187.
281
Diccionario de Autoridades. Gredos, Madrid, 1990, Tomo II, p. 120.
282
Ibid., Tomo III, p.
191
283
Covarrubias, Orozco, Op cit., p. 885.
284
Diccionario de Autoridades. Gredos, Madrid, 1990, Tomo III, p. 448.
192
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