Guillermo Cook Plutarco Bonilla
Guillermo Cook Plutarco Bonilla
Guillermo Cook Plutarco Bonilla
Guillermo Cook,
Cristiano y Telogo
Plutarco Bonilla A.
Plutarco Bonilla A.
Guillermo Cook, Cristiano y Telogo
Artculo publicado en el 1 y 2 semestres de 1990
Revista Pastoralia nos. 24-25 Ao 12 Pginas 7 a 36
GUILLERMO COOK, CRISTIANO Y TELOGO
Plutarco Bonilla A.
1. LA PRIMERA IMPRESIN
Los refranes y los dichos encierran la sabidura popular, y esta, rara vez se
equivoca; al menos, no se equivoca como principio general.
Y si no es ese el caso, puede ocurrir tambin que nos formemos una imagen de
una persona con base en lo que otros nos dicen (o en lo que se dice), aun antes de
conocerla directa y personalmente.
En situaciones como estas, no resulta nada extrao que nos veamos forzados a
corregir esa imagen o a desechar aquella primera impresin, una vez que entablamos
amistad con la persona que nos haba cado mal o de quien habamos albergado alguna
sospecha. Esto es verdad, especialmente, si llegamos a conocer bien a esa persona.
Esa es la confesin con la que iniciamos estas notas sobre quien es hoy el Dr.
Guillermo Cook. Permtasenos, por ello, hablar de aqu en adelante en primera persona
singular y referirnos a aspectos personales e incluso anecdticos.
Conoc por primera vez a Guillermo Cook all por los aos 60, cuando se
incorpor a la Misin Latinoamericana en calidad de misionero. Varios detalles
contribuyeron a que la primera impresin no fuese del todo positiva. Por una parte, lo
haba precedido la noticia de su trabajo en Guatemala, donde haba estado colaborando
(en la fundacin y establecimiento del Colegio Amrica Latina) con personas cuya
reputacin teolgica las colocaba aun para aquella poca en el campo funda-
mentalista, de mentalidad cerrada, renuente a todo dilogo y exclusivista. El hecho de que
su curriculum studiorum incluyera muy tempranamente el nombre de Bob Jones no haca
sitio confirmar aquella primera impresin. Adems, aunque la Misin Latinoamericana se
haba ganado la fama muy merecidamente, por cierto de ser, entre las Misiones de
fe que operaban en la Amrica Latina, el organismo misionero ms abierto, segua
siendo considerada por muchos observadores como una Misin muy conservadora, si
no fundamentalista al menos rayana en el fundamentalismo. Cierto que con el inolvidable
2
Kenneth Strachan se haban iniciado unas minirrevoluciones en el seno de dicha Misin.
Pero Strachan no tuvo el tiempo suficiente para consolidarlas ni para proyectarlas hacia el
futuro. Su inesperada y prematura muerte, a mediados de la dcada de los sesenta, no
solo provoc una crisis en la organizacin sino que, adems, de alguna manera, marc lo
que sera el comienzo del retroceso que haba de durar bastantes aos, pues creo que
sus sucesores no tuvieron la talla requerida para continuar la labor por l iniciada. (Lo cual
no quiere decir que no hicieron sus propios y valiosos aportes a la institucin. S quiere
decir que hubo un cambio de rumbo en aspectos muy significativos,)
Ntese que esa percepcin fue producto de una mirada de lejos, en el sentido de
que no fue el resultado de una relacin personal que nos vinculara, por ejemplo, en un
trabajo comn. Por otra parte, no solo no asistamos a la misma iglesia local, sino que ni
siquiera ramos miembros de la misma denominacin. (Despus cosa curiosa!
descubrira que tenemos ciertas races en comn, como por ejemplo nuestro trasfondo
religioso con los llamados hermanos de Plymouth... aunque con el Atlntico de por
medio.)
2. CAMBIO DE PERSPECTIVA
3
3. EL VIAJE
Con los antecedentes mencionados en los prrafos anteriores, inici este viaje con
una cierta aprehensin, pues tena el temor de ser yo la nota discordante en el trabajo en
el que, por un par de semanas, estaramos empeados.
Me encontraba, pues, emocionalmente, entre dos aguas (o entre dos fuegos, para
ser ms realista). Por una parte, haba aceptado participar, con toda sinceridad y con
alegra, porque me identificaba a pesar de los pesares con la tradicin representada
por EVAF, sobre todo con la expresin ms avanzada de su pensamiento. Aquellos das
eran, para m, das de bsqueda. Desde mi salida del Seminario (1957), muchas cosas
haban cambiado. Como resultado de ello, mi horizonte teolgico se haba ampliado y
llegaba a percibir dimensiones de mi propio servicio y de la misin global de la iglesia que
antes haban quedado obnubiladas por la visin, un tanto estrecha, de la educacin
fundamentalista, o casifundamentalista, que haba recibido.
3.1 El pensador
4
de las particulares limitaciones de su propia formacin (aunque, quin no las tiene?),
parceme ahora, al echar una mirada retrospectiva a aquel pasado, que Guillermo se
afanaba por saltar las barreras de esas limitaciones, superarlas y crear sus propios
pensamientos, aunque ello implicara como siempre implica, en mayor o menor grado
asimilar los pensamientos de otros.
5
de la vida cristiana, y en la que tambin acentu la necesidad de profundizar nuestra
comprensin de la fe y de las enseanzas de las Sagradas Escrituras.)
3.1.4 Ya desde esta poca se haca patente lo que sera despus una constante
del pensamiento teolgico de Cook: la fe no puede reducirse a lo que en nuestra
terminologa protestante se denomina confesin de fe. La fe no es una esencia
metafsica que se resuelve y se agota en una espiritualidad desencarnada, sino que es
una realidad histrica y biogrfica, con serias implicaciones para la vida cotidiana y que se
vive en el trajn de la lucha por la supervivencia que ha caracterizado a los pueblos de
nuestras tierras. Haba ya en l una significativa preocupacin por la realidad social
latinoamericana. (Por supuesto, en aquellos das l no articulaba este pensamiento en los
trminos en que lo acabo de hacer. Pero, en esencia, era esta misma visin la que se
estaba forjando en su interior.)
3 .2 El amigo
Uno llega a conocer a fondo a las personas cuando trabaja hombro a hombro con
ellas y cuando, juntos, tienen que luchar por un mismo ideal y para alcanzar metas
comunes. Es en esa arena donde, con frecuencia, se marchitan las flores de un da de las
amistades superficiales que no han pasado por el crisol de la prueba comn. Embarcados
en la misma empresa, teniendo que enfrentar problemas compartidos y tratando de hallar
salidas a situaciones para ambos angustiantes, los que se dicen ser amigos descubren si
en verdad lo son... y, a veces, quienes no se consideran amigos encuentran la ocasin
propicia para llegar a serlo.
Esto ltimo me pas a raz de la actividad que a estas alturas estoy reseando.
Los aos siguientes (vide infra) no hicieron sino afirmar y anudar esta experiencia.
3.3 El obrero
6
insoportable por muy pesada. Solo usando la palabra con este sentido me atrevo a decir
que Guillermo Cook trabaja como una mula. Tiene una casi increble capacidad de
aguante. Solo a dos otras personas he conocido con una resistencia similar frente al
trabajo. Una es un pastor espaol, el Dr. Juan A. Monroy; la otra fue el siempre recordado
amigo, el Dr. Orlando Costas. Esa capacidad les ha permitido producir a un ritmo
acelerado, a veces inexplicable.
Junto a esa capacidad hay que sealar, en Guillermo Cook, una excelente
disposicin de nimo que lo hace accesible a los dems y que o l mantiene en una
permanente actitud de disponibilidad ajena a todo clculo interesado y egosta, aun
cuando ello implique sacrificio.
3.4 La persona
Como sucede con todos los seres humanos, Guillermo tiene sus peculiaridades.
Son estas rasgos inconfundibles de su personalidad.
Por ejemplo, es sumamente nervioso en sus gestos. Son varios los amigos que me
han manifestado entre bromas cmo se ponen incmodos cuando tienen que
sentarse frente a Guillermo Cook para conversar... sobre todo si es por un largo rato.
Guillermo parece no poder quedarse quieto por un momento. Tiene que quitarse las gafas
y restregarse los ojos, o rascarse alguna parte del cuerpo, pasarse la mano por la frente,
colocarse bien el cabello, aclararse repetidamente la garganta o reacomodarse por
ensima vez en el asiento. Esa inquietud, que manifiesta as en el lenguaje corporal, es
caracterstica de toda su vida. Le gusta estar en movimiento. Si se me permite, podra
aplicarle a l el mote que se les aplicaba a los primeros cristianos, segn el relato del libro
de Hechos: Guillermo pertenece a los del camino.
Creo que esta caracterstica da razn de un hecho que algunos de sus amigos
hemos comprobado: Guillermo no suele prestarles mucha atencin a los detalles. En el
trabajo de correccin de los textos que constituyen el ncleo central de este nmero de
7
Pastoralia, he podido corroborar una vez ms este dato. Los responsables de este
trabajo nos hemos tropezado con notas al pie que estaban incompletas, con algunas citas
no muy precisas (en un caso, hasta cuando se citaba a s mismo, al hacer referencia a un
texto de uno de sus libros!) e incluso con fechas cuya precisin no se haba verificado. A
veces esto se manifiesta en un cierto desalio personal, que lleva su sello y que hasta
resulta simptico.
Hay que aadir un dato, necesario para corregir cualquier impresin errnea que
pudiera haberse creado por lo dicho anteriormente (en 3.1.3).
8
Brasil. Aunque no nos comunicbamos personalmente, por medio de mutuos amigos yo
me mantena informado de sus andanzas por la tierra de la samba.
Creo que de esa experiencia brasilea y del perodo que la precedi, en Costa
Rica, pueden sacarse algunas cuantas conclusiones, de muy importante significado para
los propsitos del presente escrito, He aqu algunas de ellas:
4.1.1 La primera
Para alguien que ve los toros desde la barrera en mi caso, por razn doble:
estaba muy lejos de Costa Rica, en Europa, y, adems, nunca he estado envuelto en
experiencias de esa naturaleza los testimonios resultan ambiguos o, al menos,
ambivalentes. Era para m obvio, al regresar de mis estudios, que algo de capital
significado haba ocurrido en la vida de algunos de mis amigos, de cuya integridad
personal y teolgica yo no tena el menor motivo para dudar. Pero, en otros casos s que
haba lugar y muy amplio para la duda. Relaciones personales deterioradas y
deteriorndose, supuestas profecas de cumplimiento inmediato que nunca llegaron a
realizarse y desvanecimiento relativamente rpido de la espiritualidad que trajeron esas
experiencias (espiritualidad que fue substituida, casi de manera acelerada, por enemistad
fundamentada en diferencias ideolgicas) lo hacan a uno dudar, con sinceridad, de la
autenticidad de algunas de esas experiencias. Solo Dios puede dictar la sentencia
definitiva.
4.1 .2 La segunda
Por la poca del viaje mencionado, se traslada a Costa Rica el Prof. Orlando E.
Costas. Al igual que Cook, llegaba como misionero de la Misin Latinoamericana, y habra
de compartir su tiempo entre EVAF y el Seminario Bblico Latinoamericano. La perso-
nalidad de Costas explosiva y con mucha frecuencia, imponente ejerci una
significativa influencia en varias personas que trabajaron con l en diversas instituciones.
9
Ni el que esto escribe ni Guillermo Cook pudimos sustraernos del influjo de Costas. Creo
que l menos que yo. Orlando fue para l una inspiracin. Quiz era as porque se
parecan mucho en muchos aspectos: en la brutal capacidad de trabajo que caracterizaba
a ambos, en el hecho de que ambos eran entusiastas promotores de actividades
evangelsticas y participaban, aunque en diferente calidad, en campaas de esa
naturaleza, en que ambos tenan intereses teolgicos y acadmicos muy semejantes
(como se refleja en la temtica fundamental de sus escritos).
Sea como haya sido, la inspiracin de Orlando marc la vida de Guillermo, quien
siempre lo admir. Esa relacin ayud a Guillermo a ampliar sus horizontes teolgicos y
de relaciones personales e institucionales. De l aprendi aprendimos incluso
ciertos ardides que tenan que ver con las relaciones interinstitucionales o con ciertos
organismos. Porque Orlando era un poltico consumado (aunque a veces no concor-
dramos con sus mtodos, aspecto este que varias veces discutimos acaloradamente).
4.2 La motivacin
10
4.3 Se amplia la visin eclesiolgica
Hay, seguramente entre otras, dos experiencias muy concretas que, segn mi leal
saber y entender, ayudan a Cook a desarrollar una visin ms abarcadora de la
naturaleza de la iglesia y del trabajo eclesial. Cada una de ellas, en su mbito, contribuye
a acentuar un aspecto particular de la vida de la iglesia, que l asimila a cabalidad en su
propia vida y ministerio.
4.3.2 La segunda experiencia es la relacin que Cook establece en Brasil con los
grupos catlicos conocidos como comunidades eclesiales de base (CEB).
5. COLABORADORES... DE NUEVO
11
consideraba preparado para semejante tarea, en particular porque yo no contaba con la
red de contactos internacionales con la que contaba Costas (y que l mismo, dada su
enorme garra para las relaciones intereclesisticas e interinstitucionales, se haba
creado), y dela cual, en buena medida, dependa segn mi percepcin del momento
el futuro del CELEP. A mi regreso a Costa Rica (el ltimo da de 1979), ya traa una buena
dosis de pesimismo respecto de mi propio futuro en el Seminario Bblico Latinoamericano.
Para bien o para mal (otros lo dirn), los representantes de la Junta Directiva del CELEP
que recibieron el encargo de hablar conmigo, lograron convencerme. A mediados de 1980
asum el cargo de director general del CELEP y en esa misma fecha dej mis
responsabilidades en el Seminario (aunque la renuncia no la presentara sino casi dos
aos despus, por sugerencia del entonces Rector).
Guillermo Cook haba sido el director asociado de Orlando. (Debo aclarar que l
no quiso, por aquel tiempo, asumir la direccin general.) Yo s quise, por supuesto, que l
continuase como codirector conmigo (aunque ese no fuese el ttulo preciso de su
posicin).
Mucho y muy bueno habra que hablar de ese perodo. Por no hacer ms
extenso este trabajo de lo que de por s va a ser, solo quiero acentuar un dato de mucho
valor para m.
El perodo en que nos toc dirigir los destinos del CELEP fue particularmente
difcil, y por varias razones. Por un lado, hubo quienes ni siquiera mostraron ningn recato
para decir que el CELEP era Orlando Costas y que, por tanto, al marcharse este a los
E.U.A. aquel estaba condenado a desaparecer en un plazo casi perentorio. (Oh, profetas
de pacotilla!) Diez aos despus, y con tres otros cambios de capitn, la nave sigue su
rumbo viento en popa. Sin embargo, nos toc hacerles frente a esa y a otras actitudes
negativas originadas en varios campos de batalla (en Costa Rica y en otros pases).
12
Ms que director y director asociado fuimos colegas y amigos, dispuestos
ambos a poner los n i tereses del CELEP por encima de cualesquiera diferencias que
pudiera haber entre nosotros. (En honor a la verdad debo aadir que, cuando se
invirtieron los papeles y l lleg a ser el director general, aunque no compart con l la
direccin formal de la institucin ya que haba otro director asociado: el Rev. Rodolfo
(Chino) Saboro , continu ese estilo de trabajo y me incorpor, de hecho, al trabajo de
su equipo a ese nivel.)
6. CARACTERIZACIN GENERAL
Deberemos dejar para otra ocasin, por razones de espacio, el repaso y la Inter-
pretacin de los acontecimientos que tuvieron lugar durante nuestro trabajo con CELEP, y
el perodo posterior, hasta nuestros das. Pretendemos ahora hacer una caracterizacin
general de la persona y la obra de Guillermo Cook, que toma en cuenta, ciertamente, esa
etapa, pero que no se concreta a hechos especficos ni a situaciones particulares. Por eso
hemos llamado a esta seccin de esa manera. Se trata de una especie de interpretacin
de la visin panormica del itinerario que es toda biografa.
Algunos aspectos que vamos a destacar en esta parte sern, por necesidad,
repeticin de lo que ya hemos dicho, sobre todo en el inciso 3 de este trabajo, Los
destacamos porque son parte esencial de lo que ya llamamos las constantes que,
aunque a veces con variaciones, aparecen de manera regular a lo largo de la vida de
nuestro amigo.
6.1 La persona
6.1.1 Sealamos antes que Guillermo es una persona muy nerviosa. Como eso
es algo muy connatural a su personalidad, no debe resultar extrao que, al final (es decir,
ahora), debamos indicar que... sigue sindolo. Basta repetir la experiencia a la que haca-
mos alusin (sentarse frente a l por un buen rato, para hablar) para que nos demos
cuenta de que la historia se repite. En efecto, as se confirma, al parecer, en una
videograbacin que hizo el CELEP, por separado, a todos los que habamos sido
directores de la institucin. Me han dicho que es todo un espectculo.
6.1.2 He de aadir a lo anterior que Guillermo es, tambin, una persona muy
humilde. A quien no lo conoce le costar al principio, por ejemplo, descubrir cunto sabe
Guillermo, o cules son sus verdaderas habilidades. No es ni ostentoso ni petulante. Es
ms, dadas las ansias de aprender que siempre lo han caracterizado, no solo no teme
hacer preguntas sino que, adems, no se molesta sino que agradece cuando lo corrigen,
trtese de una correccin respecto del uso del idioma, de interpretacin bblica, de
asuntos de trabajo o de uso discriminado del texto bblico. No recuerdo ni una sola
ocasin en que, al tratar de estas cuestiones, haya mostrado el ms mnimo malestar.
Por otra parte, hay que sealar que esta caracterstica a veces queda encubierta
por su naturaleza impulsiva. Como le gusta aprender, no le cuesta meterse donde sea, ni
codearse con quien sea. Algunos pueden interpretar estos gestos como falta de modestia,
cuando en realidad, segn mi entender, no lo son.
Es ms, me parece que tampoco asume poses de falsa humildad, pues cuando se
ha tratado de tener que sealar elementos significativos de su curriculum vit por
ejemplo, para presentar su candidatura a alguna posicin no esconde ninguna infor-
13
macin que l crea que lo puede beneficiar en el propsito que persigue.
6.2 El pensador
Dos aspectos quisiera destacar en este rengln. Habra ms que podra decirse,
sobre todo para poner ejemplos muy especficos de los aspectos que vamos a sealar,
pero me limitar a lo esencial.
Esto que llevo dicho tiene otra implicacin muy importante: el desarrollo de una
actitud autnticamente crtica. En varios de los artculos que forman parte de este nmero
de Pastoralia hay una constante referencia resultado genuino de esta actitud que
comentamos a la realidad actual de las iglesias evanglicas, y un llamado urgente a
corregir posiciones para que estn ms en consonancia con el testimonio bblico y con las
14
exigencias del momento histrico. Para Cook no se trata de asumir la actitud del
apologeta obcecado, sino la del profeta cristiano. Ello le permite, sin negar su propia
identidad personal y grupal, mirarse a s mismo y mirar a la comunidad a la que pertenece
a la luz de su comprensin de la Palabra de Dios. Y busca entonces introducir las
modificaciones necesarias tanto en las posiciones como en las actitudes y convicciones
que se revelan como contrarias a esa Palabra y a la misin de Dios. (Vanse ms
adelante otros comentarios acerca de lo que he denominado actitud crtica, en relacin
con el carcter bblico de su teologa.)
6.2.2 El otro elemento que deseo sealar en este inciso puede ser, para algunos,
asunto delicado. Como ya indiqu, cuando conoc a Guillermo Cook este se nos
mostraba, en sus actitudes y en su teologa, como un cristiano evanglico funda-
mentalista. Aunque fuera de otra cepa, fundamentalista al fin. (Puesto que ya se dijeron
las razones, no hace falta repetirlas.)
Como en la siguiente seccin volver sobre este aspecto aunque desde una
perspectiva mucho ms positiva no lo desarrollo ms aqu.
6.3 La teologa
15
6.3.1 Evanglico
Percibo a Cook como evanglico en tanto que es parte de una amplia tradicin
religiosa que incluye una extensa gama de denominaciones cristianas a las que tambin
se abarca con la palabra protestante. Como evanglico en este sentido, Cook se identi-
fica con los principios teolgicos propios de la Reforma del siglo XVI. As lo ha explicado
l reiteradamente en muchos de sus escritos.
6.3.2 Bblico
Permtaseme hacer primero una precisin por va negativa: decir que una teologa
es bblica no significa afirmar que tal teologa hace constante referencia a la Biblia y la
toma en su sentido literal y tampoco significa, por supuesto, que se limita a repetir lo que
la Biblia dice, puesto que repetir no es interpretar... y tampoco es hacer teologa.
16
Por va positiva, se dir que lo bblico de una teologa que es bblica consiste en
tomar en serio la Biblia; esto significa, necesariamente, tomar tambin en serio todo el
proceso de formacin de la propia Biblia, reconocer el carcter progresivo de la revelacin
que en ella encontramos, discernir la diferente naturaleza de sus partes, descubrir cmo
los diferentes autores o personajes de que estos hablan se enfrentan al mensaje divino en
la ambigedad histrica de sus propias situaciones y buscan hacer frente, con esa
palabra, al reto de sus propios presentes. Es tambin reconocer los problemas con los
que uno tiene que enfrentarse en este estudio de la Biblia, sin tratar de ocultarlos tras
ningn disfraz. En otras palabras: es no sentirse aherrojado por la letra que mata, sino
captar el espritu vivificador que respira en la palabra y que hace que siempre sea
refrescante y retadora.
Me parece que los aportes teolgicos de Cook han adquirido solidez y profundidad
al superar el marco fundamentalista en el que, por lo general, se mova su comprensin y
uso de las Sagradas Escrituras. Puede que algn detalle todava revele resabios de ese
pasado, pero se trata de algo fcilmente corregible, porque la actitud que lo sustentaba ha
sido superada.
En sentido profesional, Cook es misionero. Es miembro (creo que ahora los llaman
asociados) de la Misin Latinoamericana. Como tal lleg a Costa Rica, y como tal ha vivi-
do durante las ltimas dcadas. Dicho esto, hay que aclarar de inmediato que no se trata
de una simple situacin profesional. Cook es misionero por vocacin, y no solo de profe-
sin. La evangelizacin y la misin de la iglesia han sido sus preocupaciones funda-
mentales a lo largo de todas estas dcadas. La vocacin evangelstica lo ha llevado por
muchos rincones de nuestra Amrica y de otros Continentes y ha motivado los cambios
en sus relaciones con diversas instituciones cristianas.
17
Por otra parte, no se trata, en Guillermo Cook, solo de preocupacin conceptual,
abstracta, de escritorio. Todo lo contrario, su pensamiento a este respecto se nutre de un
compromiso real y efectivo con tareas concretas de evangelizacin y de misin. (Vase su
curriculum vit, en este mismo nmero de Pastoralia, pues all se indican algunos casos
en que asumi responsabilidades importantes en relacin con estas tareas.)
6.3.4 Eclesial
Cuando afirmo que la teologa de Cook es una teologa eclesial, quiero decir que
su teologa no se entiende sino dentro del marco de la iglesia, sino que la referencia sea,
necesariamente, a la estructura eclesistica (del tipo denominacional o de la congregacin
local, en terminologa protestante). Sin embargo, hay que destacar que Cook habla a la
iglesia desde el seno de esta, como parte de ella misma. El acto evangelizador y el acto
misional son actos eclesiales. Esto es as porque las tareas de evangelizacin y de misin
son tareas de la iglesia como tal. Por la evangelizacin, el ser humano, perdonado por la
gracia de Dios manifestada en Jesucristo, es incorporado a la familia de la fe, a la
iglesia, y en el seno de esta debe nutrirse y crecer, para beneficio propio y de toda la
comunidad. Adems, es desde la iglesia la grande, como la denominacin, o la
pequea, como la congregacin local desde donde el creyente es (o, ms bien,
debe ser?) catapultado hacia la realizacin de sus deberes cristianos en el mundo. A este
respecto debo sealar que Cook ha estado siempre activo en alguna iglesia local y, al
menos desde 1979, ha militado en iglesias de los pobres, en barrios marginados.
18
es decir, a la comprensin de la iglesia ms all de la comunidad local de la que el
creyente es miembro directo. Sus races profundamente congregacionalistas han marcado
su pensamiento. (Y, sin embargo, vase lo que aado en 6.3.6.)
6.3.5 Comprometido
Como tampoco poda ser de otra manera que Cook haya rechazado los intentos
de espiritualizacin que han caracterizado a algunos sectores del protestantismo
latinoamericano. Sin herramientas, quiz, para asimilar este redescubrimiento del lugar
del pobre en la teologa bblica, y, por otra parte, configurada su mentalidad por el
protestantismo fundamentalista que los coloniz ideolgicamente, aquellos sectores
protestantes consideraron lgico y legtimo dentro de su esquema conceptual
interpretar la enseanza bblica sobre los pobres (i.e., el hurfano, la viuda, el extranjero,
el pobre) dndole un sentido espiritual. Con frecuencia ni se han percatado de las
contradicciones en que caan no solo en el plano teolgico sino, peor an, en el de la
exgesis bblica. Cook rechaza la tentacin. Y la rechaza desde su posicin evanglica.
Esa fue la razn, tambin, de que aceptara ser parte de un equipo de seis
investigadores organizado por el Center for Christian Scholarship de la Universidad
Calvino (Calvin College), para estudiar la situacin de la regin centroamericana en la
segunda parte de la dcada de los ochenta. La investigacin se llev a cabo en los aos
1986 y 1987, y procuraba ofrecer un anlisis de la crisis en Amrica Central desde la
perspectiva de la fe reformada. El proyecto se concret en un libro: Let My People Live:
Faith and Struggle in Central America (1988) que revela la naturaleza del compromiso
de sus autores con el Dios de la vida, y su condena de las acciones de muerte que han
baado en sangre de pobres la cintura de Amrica. (Se me ha informado que este libro
saldr pronto en castellano.)
6.3.6 Ecumnico
Cuando falleci don Kenneth Strachan, Rubn Lores, a la sazn director asociado
de la Misin Latinoamericana, predic en el servicio fnebre un conmovedor sermn con
el que tom como idea clave el concepto de el manto de Elas. La pregunta que rondaba
el cerebro de muchos de los que conocieron a don Kenneth era, precisamente, quin iba
a ser el valiente que heredara su manto. Al parecer, nadie quera ser ese heredero. O,
quiz, nadie se atreva a pretenderlo.
Algunos pensaron. posteriormente, que quien recibi el manto no fue una persona
sino una institucin, que haba sido creada por inspiracin del propio Strachan. Creo que
19
la historia ulterior ha revelado que no fue as. Aspectos fundamentales que caracterizaron
el ministerio de don Kenneth Strachan, sobre todo en la ltima etapa de su vida, brillaron
luego por su ausencia, tanto en la misma Misin Latinoamericana como en la institucin
referida y otras. Una de esas caractersticas que a los jvenes de entonces nos
entusiasmaba e inspiraba fue su coraje no solo para enfrentarse a situaciones nuevas
sino para iniciar, l mismo, nuevas aventuras en las relaciones misioneras. Sin dejar de
ser consciente de los problemas que enfrentaba la Misin que diriga en virtud de su
interna estructura financiera (se trataba, en su base, del problema caracterstico de todas
las Misiones de fe), tuvo la valenta de embarcarse en otros tipos de misin que le
acarrearan las crticas de algunos y le granjearan los aplausos de otros.
Una de esas misiones tena que ver con las relaciones con el mundo ecumnico.
Hemos de tomar en cuenta que si en la actualidad inicio de la ltima dcada del siglo
la palabra ecumenismo es, para muchos evanglicos, casi una palabra demonaca,
en aquel entonces hace ms de un cuarto de siglo lo era an ms. Por menos de lo
que se atrevi a hacer Strachan, se hacan acusaciones, se levantaban infundios... y se
recortaban los fondos que se haban ofrecido para la obra misionera. Sin embargo, a
pesar de todos los riesgos, Strachan tuvo la osada de ir a Estrasburgo a participar en una
reunin de la Federacin Universal de Estudiantes Cristianos, relacionada con el Consejo
Mundial de Iglesias. Y, adems, mantuvo una interesantsima polmica sobre la misin
con un representante del propio Consejo, en las pginas de la International Review of
Mission. En la misma Costa Rica tom parte en programas de televisin en que se
hablaba sobre el Segundo Concilio Vaticano, entonces en sus etapas iniciales.
Fue una lstima, segn mi modesto entender, que la Misin que Kenneth Strachan
quiso convertir en Misin de avanzada, sin comprometer los principios fundamentales de
la fe evanglica, luego de su muerte se retrajera, meticulosa y pusilnime, y perdiera el
impulso inspirador que aquel quiso infundirle.
20
esa misma Palabra que se dan en el mundo cristiano. Solo as es posible ser crtico,
respecto de lo que creen y practican los otros y de lo que cree y practica uno mismo. Por
otra parte, sin ese ingrediente no es posible crecer.
6.3.7 Carismtico
En primer lugar, para indicar el lugar que el Espritu Santo juega en el pensamiento
de Cook. Como l mismo ha sealado, en los aos setenta atraves por una experiencia
carismtica, que caracteriza como de bautismo del Espritu Santo. Fue, segn he podido
percibir, una experiencia que marc su vida y su pensamiento. No, no lo hizo perfecto,
pues para los perfectos no hay lugar en esta tierra, ya que no seran humanos a la
manera como lo es el resto de los mortales. Pero s cambi su vida.
Post scriptum
Octubre, 1990
21