Bible Reading Guide
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Guillermo Kratzig
2
INTRODUCCIÓN
“Ustedes en la ciudad no tienen tantas dificultades
para evangelizar como nosotros aquí en el pueblo. Aquí la
gente es más dura, nuestros templos son pequeños, el
pecado está muy arraigado; allá en la ciudad todo es más
fácil.”
Este era el concepto de un cristiano evangélico,
residente en un pequeño pueblo en el interior del país,
respecto de la evangelización en las ciudades.
Lógicamente hay impresiones que difieren de ésta. Así lo
demuestra esta segunda opinión:
“En el interior, el trabajo es más fácil. La gente es
más accesible, el ritmo de vida menos acelerado y con
sólo anunciar la proyección de unas vistas en colores ya
se llena el templo.” Obviamente son palabras de un
hombre urbano que lamenta el escaso crecimiento de la
iglesia a pesar de los grandes esfuerzos hechos con el fin
de ganar a otras personas para Cristo.
Ambos testimonios señalan la preocupación que
éstas personas tienen por el campo misionero donde
viven. Tanto la zona rural como la urbana constituyen
campos misioneros con su propio desafío, sus propias
características y sus propios índices de receptividad y
crecimiento evangélico.
Si la preocupación de estas líneas va dirigida
principalmente a la evangelización en el ámbito de la
ciudad, no es para restar importancia a otros campos
misioneros, sino para destacar simplemente una realidad
innegable: el desbordante crecimiento de los centros
urbanos y el contraste entre este crecimiento, raudo e
incontenible, con el crecimiento de las iglesias allí
establecido, tantas veces tortuoso y decepcionante.
La pasión evangelística, característica propia de
la mayoría de los cristianos evangélicos está teniendo sus
3
El autor
5
CAPÍTULO PRIMERO
3
Ellul, Jaques, La Ciudad, La Aurora, Buenos Aires, 1970 (pgs. 118-
121).
4
Du Bose, F., The First Annual Urban Institute, Mill Valley,
California, 1968 – Golden Gate Seminary – pg. 18.
8
5
Walker, Alan, A. Ringning Call to Mission, Abingdon Press, New
York, Nashville, 1966 – pg. 30.
9
6
Cox, Harvey, La Ciudad Secular, Ediciones 62 s/a Barcelona,
1968, (Versión española), pg. 13.
7
Ibid, pag. 9
10
10
Lee, R. (Ed.) Cities and Churches, The Westminster Press,
Philadelfia, 1962 – pgs. 90-91.
11
The First Annual Urban Church Institute, Golden Gate, Baptist
Theological Seminary, Mill Valley, California. (Artículo de R. Lee).
13
CAPÍTULO SEGUNDO
OBSTÁCULOS INTERNOS A LA
EVANGELIZACIÓN
I.- I N D O L E N C I A
El proceso de urbanización es mundial y avanza
con una fuerza incontenible, irreversible, y de
consecuencias imprevisibles para todo el género humano.
Sin embargo, muchos pastores y líderes religiosos
que trabajan en zonas urbanas, que realizan su ministerio
15
A.- C o n f o r m i s m o
El pueblo de Dios está atrapado en la telaraña del
conformismo16. Aquí está el peor de todos los obstáculos
al crecimiento de las Iglesias, porque además de inhibir la
acción evangelística de los creyentes los engaña con una
peligrosa sensación de bienestar y felicidad.
Seducidos por el conformismo el pueblo de Dios
se contenta con cosas buenas cuando las hay mejores al
alcance de la mano. Se alimenta de mendrugos en tanto
que Dios le ofrece el pan entero. Se debate con un índice
14
Greenway, R., An Urban Strategy for Latin America, Baker
Book House, G. R., Michigan, 1973 – pg. 137.
15
Barrio de monobloques en una zona del Gran Buenos Aires, donde
actualmente se intenta establecer una Iglesia.
16
Libert, Samuel, Informes a la convención Evangélica Bautista,
1972 pp. IV-V (sin número).
16
B.- T r a d i c i o n a l i s m o
La congregación de una destacada y próspera
Iglesia afectada por el proceso de la urbanización, tenía
amplias instalaciones edilicias, un destacado pastor,
miembros fieles y un caudaloso presupuesto.
Contrariamente a lo esperado, comenzó a menguar la
asistencia a los cultos y a decrecer la membresía. Los
17
Libert, Samuel, Informes a la Convención Evangélica Bautista
(Argentina), 1972 – pgs. IV-V (sin número).
17
II.- I N T R O V E R S I Ó N
18
Review and Expositor, Summer, 1966 (Vol. LXIII, No. 3) – pgs.
287-300.
18
A.- P r e j u i c i o s
Con el correr de los años, muchas Iglesias
evangélicas y muchas denominaciones se han ido
identificando con un estrato social que tiende a ser de
clase media19.
Cuando una Iglesia local alcanza esa meta, muestra
simultáneamente una increíble reticencia a responder
positivamente al imperativo de un testimonio vigoroso.
Lógicamente que en su programa y presupuesto todavía
figura la evangelización. Incluso puede que sea el primer
rubro, pero en muchos casos, y por el motivo que
veremos, ese programa se torna inoperante. La Iglesia
local u otro grupo de personas que alcanza un nivel social
de clase media, comienza al mismo tiempo a ejercer un
prejuicio social, una discriminación de clases: evita
identificarse con una clase inmediatamente inferior. Sería
volver atrás. Su interés está en la dirección opuesta, en la
clase inmediatamente superior. Pero esa clase ya ha
demostardo que da una respuesta muy pero muy escasa al
llamado de Cristo20.
La consecuencia de este interés es que la Iglesia
comienza a centrar sus planes y su trabajo en mantener las
estructuras internas y en cultivar las costumbres
tradicionales. Esto lógicamente traba la acción
19
Greenway, R. S., An Urban Strategy for Latin America, Baker
Book House, Grand Rapids, Michigan, 1973 – pg. 139.
20
Greenway, R. S., An Urban Strategy for Latin America, Baker
Book House, Grand Rapids, Michigan, 1973 – pg. 137.
19
23
Término usado por James Crane.
22
28
Escuela Evangelística de Laicos en la Iglesia Local, Home
Miission Board, S. B. C. Versión Castellana, Casa Bautista de
Publicaciones, 1972. Se conoce bajo la sigla TEA (Testimonio
Evangélico Ahora).
25
29
Iglesia Evangélica Bautista de Constitución, Buenos Aires,
Septiembre 1974.
27
CAPÍTULO TERCERO
OBSTÁCULOS EXTERNOS A LA
URBANGELIZACIÓN
I.- L A CIUDAD
La ciudad en sí es un obstáculo a su propia
evangelización. Ella misma impide ser evangelizada. El
centro urbano, como entidad particular e independiente, se
opone al mensaje de Dios, resiste la cruz de Cristo y niega
el ministerio de sus discípulos.
Esta oposición está relacionada con el nacimiento
mismo de la ciudad. Cuando las Escrituras nos llevan a
Enoc, la primera ciudad en la historia de nuestro mundo,
también nos presentan a su constructor: un asesino, un
fraticida: Caín.
Caín se ha rebelado contra Dios; ha matado a su
hermano, ha sido el primero en derramar sangre humana
sobre la joven tierra, sin embargo, Dios le ofrece ciertas
garantías o por lo menos una seguridad mínima. Pero el
33
C.- Su lenguaje
A esta doble fuerza de resistencia se une una
tercera: el lenguaje de la ciudad. “Los eruditos han
apreciado por mucho tiempo la dificultad de traducir a
términos pertinentes a la ciudad y sus habitantes, el
lenguaje pastoril y el simbolismo de la Biblia como por
ejemplo la figura del pastor del Salmo 23 y del capítulo 10
del evangelio de San Juan”34.
Y Jesús sabe esto. Por eso, cuando amonesta a las
ciudades (Mt. 11:20-24) y pronuncia sus famosos ayes
sobre ellas, no lo hace porque no supieron interpretar sus
34
Lee, Robert, (Ed.) Cities and Churches, The Westminster Press,
Philadelphia, 1962 - pg. 88.
35
35
Ellul, Jacques, La Ciudad, Buenos Aires, La Aurora, 1970 - pg.
119.
36
Costas, Orlando (Ed.) Hacia una Teología de la Evangelización,
La Aurora, Buenos Aires, 1973.
36
37
Winter, Gibson, The Suburban Captivity of de Church, New
York, The Macmillan Company, 1962 - pgs. 80-81.
39
CAPÍTULO CUARTO
A.- La movilidad
Hay por lo menos dos tipos de movilidad en las
ciudades modernas:
38
Kraetzig, G., “Tribuna Evangélica”
49
2.- La “rurbanosis”
Con el término de “rurbanosis” me refiero a una
enfermedad característica de estas personas cuando han
dejado su casa del interior y han venido a la ciudad. Es
una enfermedad que puede ser muy peligrosa para ellas y
que se distingue por los siguientes síntomas:
41
Shippey, Frederick, Chucrch Work in the City, Abingdon Press,
New York, pgs. 62-92.
56
1.- S o l e d a d
La gran muchedumbre de la ciudad es el lugar
donde las personas se sienten más desesperadamente
solas. Recuerdo las palabras de un buen hermano al
despedirse después del culto: “Esto de volver a casa es
peor que cualquier otra cosa; la soledad me desespera”.
Soledad siente la persona que acaba de llegar a la
ciudad; soledad siente el enfermo N. N., al que trajeron
del interior para internarlo en el hospital. En el hospital se
le conoce por “el enfermo de la cama número tanto”.
Soledad siente el jubilado con su escasa renta, su oscuro
cuartucho y sus contados amigos de la plaza; soledad
siente aquella señorita que en un accidente perdió a sus
familiares más queridos43. Este es un caso particular,
cuando afortunadamente supieron aconsejarle que fuera a
la “Casa Bautista de Amistad”, allí la recibieron manos
amigas y la rescataron del abismo. Agradecida ella dijo:
“Sabía que no me equivocaba al venir aquí”.
Necesitamos realmente de la dirección del Espíritu
Santo para que toda persona herida por la soledad pueda ir
con esa misma convicción a cualquier Iglesia evangélica.
Necesitamos de la inspiración y de la creatividad del
Espíritu Santo para organizar en la Iglesia a un grupo de
“buenos samaritanos” y adiestrarlos a brindar amistad y
compañía a tantas personas solitarias del vecindario.
43
(Testimonio de la Directora Suplente, Septiembre 1973, Buenos
Aires, Fichero del autor).
63
2.- A n o n i m a t o
Esta característica del hombre urbano tiene dos
aspectos:
b.- Despersonalizante
Esta es la parte negativa. Es la parte que invita, que
requiere, que espera una decidida acción de la Iglesia
cristiana. Porque el anonimato y la despersonalización
están estrechamente ligados. El hombre de la ciudad, en la
multitud de la ciudad pierde su identidad, se convierte en
una no-persona. La misión del pueblo de Dios es devolver
al hombre urbano su identidad personal, tratar al hombre,
sin prejuicios sobre su ropa, su barba, o su vivienda, como
persona que es, originalmente creada a la imagen de Dios.
Actualmente estamos en peligro de hacer
precisamente lo contrario. Estamos organizados para
anotar, contar y sumar, y obtener totales con el número de
personas que asisten a nuestros cultos. Y esto está bien
pues sólo los números dirán si tenemos ganancia o
pérdida. Pero al mismo tiempo estamos reduciendo a los
presentes, tanto a los de siempre como a las visitas de
44
Cox, Harvey, The Secular City, Macmillan, New York, 1965 -
pg. 35.
64
3.- I n d i f e r e n c i a
El hombre de la ciudad se caracteriza por una
flagrante indiferencia hacia su semejante.
Tengo un amigo paralítico. A muy pocos días de
haber nacido, una gravísima enfermedad afectó su sistema
nervioso. Hoy tiene cuarenta años, de los cuales pasó
veinte postrado en la cama y veinte atado a una silla de
ruedas. Es ciego, y sólo tiene dominio sobre una de sus
manos.
Mi amigo es creyente. Buenos hijos de Dios le
hablaron de Cristo, y desde muchos años su oscuridad
física es iluminada por la luz espiritual, la luz de Cristo.
Algunos años atrás trabó amistad con una señorita
creyente, lisiada también, cuya situación sin embargo, no
65
4.- I n s e g u r i d a d
El hombre urbano es un hombre inseguro. Nunca
está seguro de qué terribles noticias le puede traer el día
de mañana. Nada ni nadie le garantiza éxito en su
constante lucha con la competencia. Semana tras semana
se le anuncian nuevos descubrimientos científicos, que
pueden ser para bien, pero él sabe que pueden ser para
mucho mal. Nadie le asegura que al despertar no se
encontrará con trascendentales cambios en la política
nacional e internacional. No puede asombrarnos que el
hombre urbano lleve en su interior una desesperante
inseguridad.
Aunque el temor por el trabajo y la salud son los
motivos más frecuentes de la inseguridad, hay áreas
muchísimo más profundas donde ésta impera.
Lo comprendí con mediana claridad después de
entrevistarme con un buen hombre que había comenzado a
dar sus primeros pasos en la vida cristiana.
Su hijito mayor, de nueve o diez años, había
mostrado algunos problemas de garganta. El médico
aconsejó una sencilla operación. Los padres estuvieron de
acuerdo, y cuando menos lo esperaban, se vieron ante el
más doloroso drama de sus vidas. El niño no soportó el
efecto de la anestesia, y esto produjo en contados minutos
un paro cardíaco. Los médicos hicieron cuanto estuvo a su
67
46
Trueblood, D. Elton, Home Mission, Nov. 1969 – pgs. 18-19.
69
a.- La imprenta
En el Congreso Mundial de Evangelización,
realizado en Berlín en 1966, se dijo:
“El potencial de la evangelización periodística...
debiera ser un desafío a todos los crisitianos que piensan. Si
un grupo de cristianos patrocinara regularmente una
columna en un periódico de circulación nacional, llegarían a
millones de lectores y se embarcarían en una aventura
espiritual que bien podría... liberar nuevas bendiciones en las
74
49
Congreso Mundial de Evangelización, 1966, Berlín, World Wide
Publication, Minnesota, U. S. A. - pg. 853, T. II.
50
El Mundo Bautista, Jul.Ag.Set. 1973 - pg. 8
75
Encuesta
El trabajo previo consiste en realizar una encuesta
dentro de los límites de la zona señalada. El fin es
establecer el tipo de gente, su oficio, nivel social,
preferencia en cuanto a los medios masivos, necesidades
específicas.
51
Walker, Ala, A Ringing Call to Mission, Abingdon Press,
Nashville, 1966 pg. 103-105.
77
Medios masivos
Basándose en los resultados de la encuesta, se
proyecta sobre la zona, una propaganda especial mediante
el uso de todos los medios masivos disponibles. El
propósito es despertar el interés y establecer contacto con
la gente del lugar, e inscribirlas en un cursillo Bíblico por
correspondencia.
c.- El correo
Un pastor de la ciudad de La Plata, relata qué hizo
con una cantidad de evangelios recibidos en cierta ocasión
“Se me ocurrió enviarlos a los familiares de duelo
más próximos, tomando sus direcciones de los avisos
fúnebres que aparecen en los diarios, donde también se da el
nombre de los deudos y la dirección de la casa mortuoria.
Estos envíos saltan las barreras de los porteros eléctricos y
de las largas distancias, y llegan a los hogares en la mayor
intimidad.....”
“Proseguí con este trabajo mejorándolo al agregar al
evangelio una carta circular muy familiar, incluyendo
además algún tratado adecuado a la situación en que se
encuentra el destinatario. De esta manera ya he enviado más
de diez mil evangelios y cinco mil tratados. Entre las cartas
recibidas se destaca una de la Acción Católica felicitándome
por esa labor. Supimos de una familia que hizo circular la
carta y el evangelio entre todos sus miembros. Se trataba de
una familia numerosa”52.
d.- El teléfono
52
El Expositor Bautista, Enero 1973, pg. 6
78
56
Kratzig, G., El Expositor Bautista, Diciembre 1972, pg. 5.
82
c.- Experimentación
El uso de los medios de comunicación masiva
requiere una actitud de experimentación. Ya se ha
comprobado que el programa que tiene éxito en una
ciudad puede fracasar en otra. Algún medio específico
puede tener buenos resultados en una zona y frutos
totalmente diferentes en otra. No hay programas que
garanticen el éxito en todos los lugares por igual. Por eso,
la actitud de la experimentación es imprescindible. Ella
nos permite descubrir lo que mejor se presta a nuestros
propósitos, nos autoriza a desechar lo demás.
83
CAPÍTULO QUINTO
¿ESTRATEGIAS O ESTRUCTURAS?
1.- El tabernáculo
El tabernáculo como centro de adoración estaba
diseñado en vista de las necesidades especiales del éxodo.
Debía servir al pueblo como lugar de adoración en tanto
durase la migración por el desierto. Su característica
“plegable” o “portátil” habla a las claras de un propósito
bien definido: adaptarse a las diferentes situaciones de la
peregrinación, para garantizar el contacto regular del
pueblo con su Dios. Era una estructura idónea para hacer
frente a los muchos cambios que supone una migración
como fue el éxodo.
Cualquiera fuera la situación del pueblo en su
marcha, el tabernáculo permitía al contacto con Dios. No
importaba que estuviesen marchando por las arenas del
Sinaí, guardando el necesario reposo, o luchando
fieramente contra los enemigos que le salían al paso. El
tabernáculo siempre premitía establecer un contacto
positivo y real entre aquellos hombres y Jehová de los
Ejércitos.
2.- El templo
El templo, como estructura eclesiástica, surge un
poco más tarde en la historia del pueblo de Dios.
En él todo era diferente. Desde el diseño edilicio
hasta el programa del culto, todo era distinto. Fue
construído en un lugar fijo e inamovible, que se mantiene
desde entonces a través de los siglos hasta nuestros días.
Su material de construcción es sólo uno de los
impedimentos insuperables para un eventual traslado. En
consecuencia, el mismo lugar sobre el cual fue edificado
ha adquirido un halo de santidad.
A.- C o n s e r v a d o r a
Es evidente la existencia de una mentalidad
conservadora, indolente, dispuesta a mantener las cosas
como están. Cualquier cambio significa un riesgo que los
conservadores no quieren correr.
Los ojos conservadores no ven el agotamiento
espiritual y físico que padece el pueblo de Dios, ni
reconocen que los actuales índices de crecimiento están
59
Tinao, D., Testimonio Cristiano, No. 3, Julio 7, - pg. 34.
89
B.- P e r f e c c i o n i s t a
Cambiemos, dicen los perfeccionistas, pero
puliendo lo que tenemos hasta las últimas consecuencias.
El resultado sería evidente a corto plazo: un
enquistamiento mayor y más acelerado.
C.- L a No–Estructura
Ultra espiritualistas proponen remediar el exceso
de estructuras mediante una total ausencia de ellas.
Proponen la no-estructura, la ausencia de toda
organización.
La proposición encierra dos errores:
En primer lugar, el ser humano es social por
naturaleza y automáticamente se estructura en grupos
siguiendo modelos perfectamente definibles. En segundo
lugar, esta alternativa no es Bíblica. Hay que recordar que
los apóstoles, ante la primer necesidad urgente de la
Iglesia de Jerusalén, decidieron organizarse, distribuír el
trabajo, atender cada uno sus funciones específicas. Dios
mismo estableció la Iglesia con una organización
elemental: Cristo, la cabeza; los creyentes, el cuerpo.
En el ejemplo de aquellos apóstoles en la Iglesia de
Jerusalén, quizá encontremos las direcciones básicas y
necesarias para la estructura del futuro. No se trata de un
plan acabado, sino de líneas directrices sobre las cuales
podemos construir lo que, por darle un nombre,
llamaríamos una “estructura funcional”.
60
Detrás de esta línea de pensamiento, están algunos puntos de
Schaller, L., expresados en Home Missions, Organizing for Mission,
Sept. 1970 - pg. 29.
92
61
Dolan, Rex, The Big Change, The Westminster Press,
Philadelphia, Penn, 1967 - pgs. 29-31.
93
I.- L I M I T A C I O N E S
II.- V I R T U D E S
a.- Bautismos-Fallecimientos
El bautismo de los nuevos creyentes constituye el
crecimiento por excelencia de las Iglesias. En este estudio el
movimiento contrario está dado por el fallecimiento de los miembros
de la Iglesia. En ambos sectores del gráfico, estos rubros están
representados por el color negro intenso.
Otros estudios pueden tener una clasificación diferente.
BAUTIS MO S
El primer hecho llamativo es la escacez de bautismos.
Es importante consignar que en 1970 y 1971, los años con
mayor número de bautismos, la membresía sumaba un total de 3,171
creyentes. Pero con todo ello, sólo se bautizaron 176 miembros
nuevos. Esto equivale a un 5,55% en el rubro de los bautismos. En el
año siguiente, en 1971, ya declina este porcentaje, porque, habiendo
crecido el número de miembros, se mantiene igual el de los
bautizados. Desde entonces, es lamentable ver que este rubro va en
constante disminución.
Como ya se ha señalado, a partir de aquí debería comenzar
un nuevo estudio. Una investigación que encuentre respuesta a tantas
preguntas suscitadas por estas cifras. Preguntas que inquietan a los
líderes religiosos preocupados por el futuro de la obra evangélica en
esta zona. Algunas de las preguntas inmediatas podrían ser:
¿Cuál fue el número de conversiones? ¿Ha sido igualmente
reducido, o hay una diferencia sustancial entre los
convertidos y los que llegaron al bautismo?
¿Cuál es el ambiente que reina en las Iglesias frente a los
nuevos convertidos? ¿Es un ambiente de bienvenida, de
júbilo, de amistad y compañerismo expresados hacia los
nuevos, o es un ambiente caracterizado por pequeños grupos
de miembros antiguos que rechazan la integración de los
nuevos?
¿Cuánto tiempo se espera entre el momento de la conversión
y el bautismo?
¿Cuál es la orientación general de estas Iglesia en cuanto a
sus programas de trabajo? ¿Prevalecen los programas que se
centran en la misma Iglesia, en la perpetuación de algunas
tradiciones y en la satisfacción particular de los miembros?
¿O hay una actitud de ganar a los de afuera, a desarrollar los
programas y trabajos de modo que la proclamación del
evangelio sea escuchada en toda la zona?
¿Cuál es la teología que prevalece en esta zona? ¿Es una
teología centrada en sembrar, esperando que algún día Dios
recoja los frutos? ¿O es una teología que contempla la
siembra tanto como la siega, y consecuentemente adapta sus
programas de trabajo?
BIBLIOGRAFÍA
12.- Mc Gavran, L.
UNNDERSTANDING CHURCH GROWTH
P. Compay, Michigan, 1970.
Shippey, Frederick
CHURCH VORK IN THE CITY
Abinfdon Press, New York.
MATERIALES VARIOS
INDICE
II.- Introversión................................... “ 18
A.- Prejuicios................................ “ 18
B.- Tensiones internas.................. “ 19
C.- Inercia del pueblo de Dios...... “ 22
GRÁFICOS....................................................... “ 98
BIBLIOGRAFÍA.............................................. “ 105
111