La Caracas Que Conoci

LaCaracasQueConoci 1 07/06/11 11:23 a.m.

FRANCISCO ANTONIO MOYA
La Caracas que conoc

Referirse a la Historia en singular y con mayscula implica
creer en el carcter absoluto de un nico discurso. La
historia no es una sola, es ms bien un tejido profuso de
mltiples historias, diversas miradas acerca del mundo y
la cultura que constituyen el patrimonio ms rico de la
humanidad: sus memorias, en plural y sin maysculas.
La Coleccin historias invita a leer la diversidad, la compleja

polifona de lugares, tiempos y experiencias que nos
conforman, a partir de textos clsicos, contemporneos e
inditos, de autores venezolanos y extranjeros.
Las historias universal, latinoamericana, venezolana,

regional y local se enlazan en esta Coleccin construyendo
un panorama dinmico y alternativo que nos presenta las
variadas maneras de entendernos en conjunto. Invitamos
a todos los lectores a buscar en estas pginas tanto la
rigurosidad crtica de textos especializados como la
transparencia de voces vvidas y clidas.

Francisco Antonio Moya
Fundacin Editorial El perro y la rana, 2011
Centro Simn Bolvar
Torre Norte, piso 21, El Silencio,
Caracas - Venezuela, 1010.
Telfonos: (0212) 7688300 / 7688399
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Orin Hernndez
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Hecho el Depsito de Ley

Depsito legal lf 40220118001420
ISBN 978-980-14-1744-6
IMPRESO EN LA REPBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PRESENTACIN
La Caracas que conoc es la obra magistral del abuelo, producto

de una vida interesada en la evolucin moral y cvica de la sociedad.
En ella se describe la Caracas de principios del siglo XX, cuando
existan calesas y quitrines. Aquella poca fue la gnesis de la
modernidad de Caracas. El texto seala el comercio existente, la
descripcin de los establecimientos mercantiles, sus propietarios;
y resucita a los personajes y ancdotas ms resaltantes de la poca
a travs de una memoria asombrosa y en realidad increble. El
autor dedic mucho tiempo y energa en sus relatos, gracias a la
sugerencia de un amigo en 1979. De sus cartas podemos extraer
lo siguiente:
Como te dije en una oportunidad, te recomiendo mucho que tomes

el grabador y recuerdes la Caracas de tu tiempo, los negocios que
existan, quines eran sus dueos, cul era la clase de vida que se
llevaba, los precios, etc. Tan pronto como tengas uno o ms cassettes
me los mandas, la Sra. Judith los pasa en limpio
El abuelo tuvo que recurrir a la ayuda de personas amigas para

solventar los problemas de salud, ya que padeca de hipertensin
arterial y glaucoma.
Solicit ayuda de personas que me leyeran en alta voz, que me hicieran

correcciones; le llegu a pagar cien bolvares a una graduada, y
result que hasta parta los diptongos y escriba los nombres con
minscula, en fin, aquello era para que yo lo revisara y corrigiera.
Incluso, un seor educado de los Padres Salesianos de Colombia;
nada, un desastre.
En el libro hay fotocopias de dos fotos de la esquina Cai-

cito, muy ilustrativas de las condiciones urbansticas de aquellos
aos; lamentablemente, las fotos originales se extraviaron. Sin
embargo, en las fotocopias puede apreciarse lo importante.
Esta historia no puede ni debe perderse ya que constituye un
acervo histrico de Venezuela. Su lectura, adems de interesante,

FRANCISCO ANTONIO MOYA MARTNEZ
es muy amena y es una historia autntica vivida por el autor. El

seor Moya falleci en 1993 sin haber tenido la satisfaccin de
ver su obra publicada. Por tanto, es una deuda con l y con Vene-
zuela, y doy gracias por haberse llegado a su publicacin. Leamos
a continuacin algunas de sus sentidas palabras en cuanto al
futuro de su obra:
Yo, como ustedes, tengo fe en el inters que puede despertar a los

lectores el tema, y aunque para m no llegare a representar beneficio
econmico, me considerara satisfecho con el merecimiento de su
publicacin, toda vez que significara dejar escrito mi trance por
la vida.
Ildemaro E. Garca Moya
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INTRODUCCIN
Voy a expresar de memoria los recuerdos que atesoro en mi

cerebro, con el fin de complacer a un amigo que repetidamente
me lo ha exigido; por tratarse de l, persona de mi ms alta esti-
macin, accedo a tales requerimientos con esta brevsima historia
que rememora personajes, hechos y costumbres de una era no
muy lejana, comprendida de 1918 en adelante.
La Caracas que yo conoc es la de las parroquias forneas,
en la que llegu a caminar cuadras sin ni siquiera encontrar un
perro, y que hoy la sufro. Quizs recordando aquellos tiempos
en que llegu a compartir inquietudes que ste ha ido borrando,
contribuya a enriquecer el patrimonio histrico de la juventud
que se levanta, a la que debemos contarle la verdad.
Para abarcar el casco de la ciudad, debo utilizar la antigua
nomenclatura oficial, popularmente conocida por nombres de
santos, apellidos, ttulos y monumentos. Todo con el fin de acercar
a los lectores a la propia identidad de la ciudad, con sus hechos y
acontecimientos ms importantes ocurridos en algunos estableci-
mientos comerciales, y los personajes de mayor influencia en los
sectores polticos, comerciales y sociales de entonces.
Al comienzo de esta historia de 1918 el autor cuenta con
nueve aos de edad, y ciertamente durante ella se inicia la poca
de la Langosta y de la Gripe espaola, llamada tambin La
Pandemia; dos acontecimientos de gran calamidad pblica, tan
graves que me motivan estas impresiones que perviven durante
toda mi vida.
En virtud de la paulatina prdida de la visin, glaucoma,
que he venido padeciendo, utilic un grabador con cassettes para
almacenar estos recuerdos de personas y pensamientos, sumando
catorce, memorizados, que requirieron de mi paciencia y de mi
buena voluntad; dejando inters pecuniario alguno, ya que solo
me mueve el deseo de presentar una visin de la Caracas romn-
tica y austera, de la cual form parte tambin la seora Judith
Aponte Pimentel, secretaria ejecutiva, de una vasta preparacin,
de una refinada cultura, quien se dio a la tarea de transcribir en
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mquina, con la fidelidad del caso, el contenido de esta historia

que primeramente recogiera ella en taquigrafa.
Realizando tal trabajo y esfuerzo en Caracas, en San Cris-
tbal donde resido desde hace varios aos, someto lo escrito a
revisin, correccin y ordenamiento. Y solicit para esta labor
el concurso de varias amigas, a quienes expreso mis gracias y mi
reconocimiento.
Aquella Caracas era una pequea ciudad de unas catorce a
quince cuadras de norte a sur e igual nmero de este a oeste. En la
zona urbana, La Pastora, al norte y al sur El Paraso. Los pueblos
y ciudades, igual que los humanos, se van poniendo viejos, la
diferencia consiste en que ellos se renuevan y nosotros estamos
imposibilitados de lograrlo corporalmente, aunque la mente y el
espritu demuestran lo contrario. Este recuento de actividades de
una vida entera, materialmente, as lo demuestra.
En la panormica tomada de la parroquia fornea de El Valle
se aprecian las oscuras copas de los rboles de la Plaza del Templo
y los callejones divisorios de los tablones de caamelar, en cuyo
frente serpentea el camino de recuas del cerro, que conduce a los
poblados de Baruta y El Hatillo, y utilizado por los campesinos
para cruzar el sitio Punta Brava en el cauce del ro El Valle a fin
de abastecer de frutos menores al Mercado Principal de Caracas.
Las fotos de El Valle fueron tomadas por Francisco Hilario Taco-
ronte (q.e.p.d).
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Parroquia fornea de El Valle
Seguidamente se incluye una foto del autor, tomada a la edad

de diez y ocho aos, fecha aproximada cuando comenzamos estos
recuerdos.
Esta foto data del ao 1926, realizada bajo un rbol

limonero en la casa nmero 107 de Tejal a Rosario, en Caracas.
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LA PARROQUIA FORNEA DE EL VALLE(1)
Hacia la parroquia fornea de El Valle
Caracas estaba separada del sitio llamado El Peaje por el cerro

Buenos Aires, dando acceso a El Portachuelo, como se denomina
ese corte de cerro que da paso a los tranvas de El Valle y El
Cementerio; uno al sur y el otro al sur-oeste.
Los mencionados tranvas salan del Kiosco de Puente Hierro
en una forzada subida en curva hasta llegar a la va que conduca
al pequeo Puente Sucre, atravesaba el cauce del ro Guaire a
unos doscientos metros, hasta el pie del cerro sur, donde exista
el barrio El Mamn, y hacia el puente, al margen de El Porta-
chuelo, llamado La Roca Tarpeya. Cerro arriba se form un
vecindario muy humilde que se extenda a media falda, alcan-
zando un permanente derrumbe cubierto de peascos producto
de la humedad subterrnea de una acequia que, de mampostera,
atravesaba la va de oeste a este, y continuando al sur al pie del
cerro de una casa grande llamada La Palomera. Esta acequia
regaba las haciendas de caa dulce.
Con el tiempo, los citados deslizamientos fueron tan graves
que los transbordes de los pasajeros y de los entierros obligaron
a la compaa del tranva y al propio gobierno a someter a estu-
dios serios la construccin de un tnel, que atravesara por unos
doscientos metros la distancia habida desde la subida de la esta-
cin de Puente de Hierro, hasta el frente de la nombrada casa
1 El casco urbano de Caracas lo integraban las parroquias: Catedral, Altagracia, La

Pastora, San Jos, Candelaria, Santa Rosala, San Juan y Santa Teresa. Y las parroquias
que se consideraban forneas eran las que estaban separadas del casco urbano de la ciu-
dad: El Valle, El Recreo, La Vega, Antmano y Macarao, pertenecientes al Departamento
Libertador. Maiqueta, Carayaca, Caraballeda y Naiguat eran, como ahora, las del De-
partamento Vargas; mientras la parroquia de Macuto estaba adscrita al Departamento
Libertador por ser all donde temperaban los jerarcas del gobierno y la gente pudiente del
pas. Por tanto, consideramos necesario iniciar este relato histrico por la parroquia de
El Valle, pues all pasamos nuestra infancia y los recuerdos primigenios nos vienen desde
ella (nota del autor).
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llamada El Peaje. Peaje signific para muchos de nosotros sitio

de parada, ranchera o posada para arrieros de burros o mulas,
as como de las carretas que llevaban cargas o ciudadanos que
viajaban a caballo, existiendo una casa grande con amplios corre-
dores, con horcones y patios empedrados. El Portachuelo era
angosto. Hoy las mquinas han rebajado el cerro, pero en aquel
tiempo que slo se poda trabajar a pico y pala no era mucho lo
que podamos hacer en materia de abrir carreteras. De El Peaje
hacia el este sala un callejn de hacienda por todo lo que repre-
senta hoy la avenida Victoria o Presidente Medina.
La ubicacin de El Peaje representaba la aguda punta de la
figura geomtrica de El Tringulo de la Hacienda Valle Abajo.
Desde all se iniciaba la va hacia el sur por la carretera, en lnea
recta hasta La Bandera; era la va que perpendicularmente al
oeste atravesaba el casero de El Rincn de El Valle hasta el pie
del cerro.
Los tranvas de El Valle entraban a El Rincn de El Valle,
bordeando hacia el oeste a El Tringulo como por cerca de kil-
metro y medio hasta llegar a la bodega del isleo Ceferino, donde
exista una parada de pasajeros, cruzando hacia el este como por
quinientos metros para continuar al sur por la carretera de La
Recta, hasta llegar al desvo de La Bandera. Muy cerca del paso
del tranva, el gobierno del general Eleazar Lpez Contreras abri
una callejuela llamada El Colegio y construy al lado norte unas
diez o doce casitas con frentes de cinco metros por veinticinco
de fondo. Estas casitas fueron asignadas a la polica de Caracas
a un costo de trece mil bolvares cada una, pagaderas a cuotas
mensuales. No debemos olvidar que los tranvas de El Cemen-
terio en El Peaje abren su ruta al oeste.
Saliendo del citado desvo de La Bandera, los tranvas conti-
nuaban la va de El Valle a media falda del cerro y la carretera
segua al pie, bordeando las diferentes curvas hasta la entrada de
la poblacin de El Valle. La primera propiedad llamada San
Miguel era la quinta de don Luis Echeverra, presidente del Banco
Caracas, que colindaba con la Finca San Antonio, propiedad de
don Antonio Ramn Rodrguez Bello. Esta propiedad contaba
con unas extensas vegas de ro, siendo su lindero este con el ro
de El Valle y la fila del cerro al oeste. Seguidamente, don Luis
Castillo construy su hermosa quinta San Roque. Al final, en la
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entrada del pueblo donde convergen los tranvas con la carretera,

estaba la casa de don Jos Boccardo y al frente la entrada arbo-
lada de la quinta Bello Campo. En la primera entrada estaba el
Cementerio viejo y en la segunda esquina, ya iniciada la calle
Baruta, quedaba el Caney de los Tranvas, luego el tringulo
formado por tres casitas al frente de la plaza, propiedad de don
Virgilio Tacoronte.
Desde el nombrado sitio (donde cruzaban los tranvas en el
Rincn) estaba la casa y pulpera del isleo Ceferino hacia el sur;
la parte este del Tringulo de la Hacienda Valle Abajo se mantena
sembrada de malojo para las bestias. Esa fue la razn por la que la
parte este del casero de El Rincn de El Valle no permita cons-
trucciones; solamente del lado oeste habitaban los vecinos y se
encontraba un pequeo templo. De aqu comienza el camino de
recua, cerro arriba, hasta alcanzar en forzadas curvas la parte ms
alta donde corta al cerro en lnea recta, ms o menos en la primera
esquina que, uniendo con la calle de Baruta al este, conduce a la
de Caicito. En la primera casa de esta esquina llamada El Cerro,
cuya fotografa adorna el final de esta historia, habitaba el autor.
Luego vena la casa de don Jess Mara Vargas y su esposa Petra
Mara Martnez, padres de Jess Antonio Vargas Martnez.
Quizs uno de los recuerdos ms preciosos que guardo en la
memoria es el de los faroles del alumbrado pblico que colgaban
generalmente de un pie de amigo clavado en las paredes de las
casas de las esquinas. En la esquina Caicito, por ejemplo, haba
uno de ellos. Todas las tardes podamos observar el momento
en que Ramn Espaa, con una escalerita, suba a encender el
candil del farol.
De esa esquina al oeste, el cerro formaba una hondonada
llamada El Cerro de San Andrs, propiedad de un seor de
apellido Bsalo. En una explanada, Rafael Mara Moya tena un
caney con algunas vacas de ordeo.
Pasando la bodeguita de la esquina Caicito, cuyo dueo,
graciosamente, de apellido Blanco, era bien quemadito y lo llam-
bamos cariosamente Blanco y Negro. Al sureste se extenda un
terreno ancho entre las paredes laterales de las dos casas que
formaban la propia esquina, y lo atravesaba una acequia que tena
un angosto puentecito de madera. En este lugar, en una pequea
casa, viva Miguel Aular, inspector del tranva.
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En la segunda cuadra haba dos casas, en una de las cuales

vivi doa Teresa Alcntara de Azprua, hermana del clebre
Panchito Alcntara, viuda de don Manuel Azprua, padre de
Manuelote, el primer hpico y abuelo del segundo. El ms joven
de los hermanos Azprua fue siempre mi amigo, Jos, quien
falleci a muy temprana edad. En la casa contigua vivi el Dr.
Medardo Espinosa, padre de Noel Espinosa, mdico del Ejrcito,
quien cas una de sus hijas con uno de los Azprua.
En la esquina de esa cuadra exista una hermosa casa de las
de tipo solariega, con cuatro ventanas y ancho zagun, habitada
por una familia de apellido Morales. Al final quedaba una bajada
empedrada que, atravesando el paso de la carretera, suba unas
anchas gradas que conducan, calle de por medio, hasta el Alto-
zano del Templo.
Al sur de Caicito, a partir de la pequea casita del anuncio
que deca: Se corta y se cose, donde vivi la costurera Carmen
Arzola, familiar de los Tacorontes, se abran dos calles en Y;
una hacia la plaza y la otra, la que citamos, a la calle Real. En
la primera vivan don Ezequiel Zamora, don Manuel Cruz, el
maestro Noda y don Jos Mara Martnez.
En la esquina de la plaza estaba el botiqun La Crema, de Juan
Vicente Gmez, quien se vio obligado a quitarse el Vicente
para evitar ser confundido con el de Maracay. Al frente sur de
la plaza se construy un cine, El Prncipe, cuyo techo se hundi
una noche, resultando el guardia Pinzn con una pierna fractu-
rada. En la calle siguiente, en una hermosa casa, viva el escritor
Jernimo Martnez Mendoza, quien anteriormente ocupaba una
casa en la calle Baruta, al frente de la familia de don Luis Esteban
Rey, quien para entonces era estudiante y que luego culmin en
el campo de la diplomacia. Luego estaba don Erasmo Fernndez,
quien ocupara la Jefatura Civil y el general Toms Cabrices. En la
esquina, la gran bodega del poeta Juan Espaa, al frente la botica
de Luis Vargas y la bodega de Rubn Trujillo.
En la calle del botiqun La Crema viva don Pedro Ascanio,
padre de Conchita Ascanio Buroz, quien casara con Rafael
Villegas Ruiz. El mdico Vargas, Oscar Gonzlez, futuro socio
de la firma Gonzlez y Bolvar, en la esquina del Teatro Municipal
de Caracas.
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Al oeste del templo, al frente de la puerta travs, don Manuel

Tacoronte con su familia. En la esquina siguiente, donde baja
la calle Baruta hacia el pie de El Cerro, una casa grande con un
alto fue utilizada para Jefatura Civil. Al frente, la Casa Parroquial
y seguidamente la casa de la seora Teresa Guevara de Borges.
Luego, don Emilio Antonini, casado con la seora Mara Moya,
padre de una numerosa familia. All se inicia otra entrada arbo-
lada de la quinta Bello Campo, cruzando al este en Punta Brava
que conduce al paso del ro El Valle, y el callejn de la Hacienda
Valle Abajo hasta el pie del cerro.
En Punta Brava se inicia la calle Atrs con la casa-quinta
de don Julin Vera Len, luego la de los Correa, primos de los
Tacoronte, hasta el inicio de la plaza con las casas de las familias
Ramrez, Oyarzabal y otras. Al final de la plaza estaba la casa
de don Ricardo Stiber, casado con Doa Helena Prez Dupuy.
En la esquina, al frente, la hermosa quinta de don Alejandro
Huizi, y luego, continuando la calle Atrs, Blanca y Conchita
Ramrez con su escuelita de tercer grado, nica en la poblacin;
adems, la familia Gudez, una de cuyas seoritas se cas con
don Guillermo Muskus.
De aqu al barrio El Muingal donde conocimos a un seor
de apellido Anzueta, que decan era polglota. En la calle Real,
despus de la bodega de Rubn Trujillo, en una casa grande,
vivi Juan Gualberto Ynez, estudiante de medicina; en el frente
de su casa desembocaba un callejn de El Matadero que estaba
al pie del cerro. La prxima esquina era la que se llamaba Cruz
Verde, y fue donde construy su edificio la Compaa Savoy; de
all al final de la calle que conduce al callejn de la hacienda de
la familia Sosa Bez.
Desde el lado este de la parroquia fornea de El Valle, limi-
tada con el cauce del ro, el gobierno nacional adquiri todas las
haciendas de caa dulce o caamelar, como tambin se sealaba,
a excepcin de La Rinconada, cuya gran extensin al oeste era
dedicada a potreros vacunos o caballares, siendo convertida en
el Hipdromo Nacional de La Rinconada. Las otras haciendas,
comenzando por Sosa, fueron adjudicadas al Ejrcito para instalar
las dependencias del Fuerte Tiuna. As, las escuelas militares,
cuarteles, etc., absorbieron a Conejo Blanco, de don Vicente
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Cornejo, parte de la Hacienda Coche, de la sucesin del general

Mancera, y Tazn, de don Manuel Lander.
En la casa de La Mariposa, mucho antes de construir el dique
para represar agua para el Acueducto de Caracas, conocimos a
un seor Betancourt Sucre, quien haba desarrollado una larga
carrera diplomtica en Europa. All nos mostr mltiples foto-
grafas de sus actividades en la Corte de Inglaterra, Francia, Italia
y pases escandinavos, as como de las condecoraciones de que
haba sido objeto.
A la entrada de La Quebrada de Turmerito al ro de El Valle
parte un camino de recua a San Antonio de Los Altos y San Diego.
La finca de Turmerito, dedicada al cultivo de frutos menores, era
propiedad del isleo don Pascual Banuls.
En el camino de La Mariposa haba varios puntos llamados
Las Mayas, Copey, La Provincia, Gato Amarillo y el pozo de Los
Pjaros. Ya sobre la Cortada de El Guayabo quedaba la Hacienda
Bejarano, propiedad del dictador Juan Vicente Gmez. En esta
finca se quemaba el carbn, como se deca en aquella poca al
carbn vegetal que se consuma para uso domstico. Fue en Beja-
rano donde se refugi el general Eustoquio Gmez cuando, en
una noche de farra, llegando en un coche a un mabil existente
a la entrada de Puente Hierro, se le present el doctor y general
Luis Mata Illas, gobernador del Distrito Federal, y creyendo
Eustoquio que este lo iba a poner preso, desenfund su revlver,
disparndole certeramente.
A Eustoquio Gmez se le sigui un juicio y el doctor Juan Jos
Abreu lo conden a quince aos de presidio; lo mandaron hacia el
Castillo de San Carlos, en la Barra de Maracaibo como el general
Prato. Al cabo de cierto tiempo, Eustoquio se vio obligado a
fugarse y huir a Curazao porque los presos queran secuestrarlo.
Desde La Cortada de El Guayabo bajaba un camino de recua
a caer a la Quebrada de Charallave, en Los Valles del Tuy. Otra
va parta a San Antonio, San Diego, Carrizales y Los Teques.
Desde la entrada La Rinconada, donde exista una casa de
corredor, pernoctaban tambin los arrieros y arreos provenientes
del Tuy al centro de la Hacienda Coche. La carretera pasaba
por una curva que llamaban tres cochinitos, cuya extensin
representa hoy da las calles de Los Jardines de El Valle, en cuyo
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centro se encuentra la gran Casa de la Hacienda, an convertida

en un Club Social.
Todo lo que represent el pueblo de El Valle, desde la calle
Atrs como la Calle Real y sus alrededores, incluyendo el sector
del cerrito de El Calvario, existente detrs de la bodega del poeta
Juan Espaa, en la calle Real, y que alcanzaba en lnea recta tanto
a la calle Baruta como al espacio que ocupara el Cementerio
Viejo, a la entrada del pueblo, fueron los terrenos que ms tarde
seran nivelados para la construccin de modernos bloques de
apartamentos, con vistosos frentes, dotados de diferentes pisos
habitacionales, amplias calles y aceras laterales con altos postes
para el alumbrado pblico. Construcciones que, con el tiempo,
han dejado al frente de la plaza del templo una extensin libre
de ciento cincuenta metros cuadrados que dan al frente de una
gran casa donde existe un colegio. Esta casa perteneci, a princi-
pios del siglo XX, a don Miguel Octavio (padre), un seor muy
gordo que usaba una barba de las llamadas boca de len, y por
las tardes calzaba sus polainas y sacaba de las caballerizas exis-
tentes, al fondo de las casas, por la calle transversal, a uno de sus
quitrines, aderezado brillantemente con un caballo pura sangre
de gran vala y de los cuales posea varios ejemplares.
La clebre esquina Caicito al bajar el cerro de El Valle
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La llegada de la langosta y de La Pandemia
Vivamos en El Valle cuando vino la langosta, una especie

de tara que se tragaba las hojas y los frutos para dejar los rboles
desnudos. Los vegetales desaparecan en un santiamn; ante nues-
tros propios ojos y nuestra impotencia esa terrible plaga exter-
minaba la produccin agrcola y dejaba la alimentacin de toda
la comunidad en peligro. Hasta los tranvas sufrieron las conse-
cuencias nefastas de ese terrible animal. La nube de langostas era
tan densa que se interpona entre los rieles y las ruedas, siendo
trituradas, formando una pasta aceitosa, y provocaban un desli-
zamiento que imposibilitaba el avance de los tranvas. Para evitar
este fenmeno, se instal en los tranvas un sistema de riego de
arena por medio de un pedal que era accionado por el motorista
para regarla en los rieles y evitar el deslizamiento.
La forma ms efectiva de combatir y exterminar este animal
fue la de los ramazos para tumbarlas, y en unas zanjas a modo de
trincheras eran tapiadas. Esto ocurra en las afueras de la ciudad,
donde desde lejos se podan observar cmo se acercaba, paula-
tinamente, una nube de langostas, lo que evidentemente daba
tiempo para que las mujeres, los hombres y los nios pudieran
cortar ramas y combatirlas con firmeza.
Nos cay La Pandemia
La Pandemia fue la denominacin popular que le dieron a la

tristemente recordada gripe espaola, una enfermedad que no
respet clases sociales para minar la existencia de los hombres de
la Caracas de entonces. Fue a consecuencia de ella que falleci el
coronel Al Gmez, hijo del dictador Juan Vicente Gmez, quien
se neg a visitar al enfermo por temor a contagiarse. Los sntomas
que se presentaban eran los de una gripe muy fuerte; fiebre,
dolores de cabeza y de todo el cuerpo; el consecuente desgano
obligaba a los pacientes a guardar cama. Cuando esto ocurra
con algn miembro de la familia, los otros iban contagindose
paulatinamente, uno tras otro hasta no quedar ninguno en pie.
La Pandemia se fue generalizando en toda la poblacin,
de tal modo que hasta se paralizaron los servicios pblicos, no
haba transporte y ni el Cementerio tena quien lo atendiera. La
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ausencia de los enterradores oblig a los familiares a enterrar a sus

propios muertos. Por todos estos acontecimientos la poblacin
estaba desesperada y ms an porque no conocan los medica-
mentos para combatir la referida gripe espaola o Pandemia,
que da tras da diezmaba la existencia de las familias de Caracas.
El comercio permaneca cerrado y los muchachos que est-
bamos bien de salud andbamos por las calles sin ningn tipo
de preocupacin por el contagio; donde veamos una bande-
rita blanca era seguro que alguien haba fallecido. La banderita
blanca, colocada en las ventanas, era seal de auxilio. Fueron
tantas las vidas de hombres, mujeres y nios extinguidas por
la maligna gripe espaola, que los cadveres eran enterrados
en fosas comunes. Ante tan delicada situacin, el gobierno
tom la decisin de repartir entre los habitantes de la ciudad la
alimentacin necesaria para sobrevivir; en carretones se repartan
alimentos como: arroz, cebada, harina. De igual modo, se dotaba
a los ciudadanos de paqueticos de Bretnica, Espadilla, flores de
Sauco y otros montes que pudieran servir para la elaboracin de
bebedizos con propiedades medicinales. Todo esto ocurra por el
atraso de la medicina. Los mdicos formulaban sus recetas para
que los boticarios las prepararan. Era obligatoria la rotulacin de
los frascos o papeletas para que el cliente conociera el nombre de
la medicina recomendada o pudiera repartir la dosis sin necesidad
de acudir de nuevo a una consulta.
Uno de los mdicos ms ilustres de esta poca fue el Dr.
Manuel I. Ruz, un homepata que viva en la esquina Urapal en
Candelaria. Usaba siempre un palt levita negro y una camarita
del mismo color. Era de mediana estatura, muy gordo, de cara
redonda y sonrosada. Muchas fueron las oportunidades en que
logramos verle parado frente a la puerta principal de la iglesia
con la plaza y la calle de por medio, la camarita sostenida un
poco en alto con la mano derecha y la cabeza inclinada. Con los
ojos cerrados daba la impresin de que estaba absorto en alguna
meditacin, aunque de cuando en cuando abra los labios para
pronunciar en silencio una no inteligible oracin. De impro-
viso, cuando se despertaba, continuaba con sus pasitos cortos sin
darles ninguna importancia a los transentes.
Segn contaban, el Dr. Ruz pasaba el da en tres o cuatro
visitas a sus pacientes, cuando no dos, porque sus visitas eran
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sumamente dilatadas; aunque los exmenes no pasaban de

colocar el termmetro para registrar la temperatura y sacar el reloj
del chaleco para registrar las pulsaciones y observar la lengua.
Antes de utilizar cualquier tubito de los que traa en su cartera,
daba unos golpecitos con los dedos superiores de la mano derecha
para determinar el grado de inflamacin del hgado. Despus,
valindose de una cucharita de plata en miniatura, preparaba
los remedios en un cartuchito de papel satinado, y luego de las
indicaciones, con los familiares del paciente, rezaba un Ave Mara
a la Virgen, porque lo estaban esperando en la casa de fulano, y
ya era muy tarde.
Cmo se va el tiempo! acostumbraba expresar cuando
terminaba sus consultas. La cuenta era siempre la palabra final:
Cinco bolvares.
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AVENIDA NORTE
La Plaza Bolvar
La Plaza Bolvar de Caracas mereci siempre el mayor respeto

de propios y extraos. Cuando una persona se vea obligada a pasar
por ella y no se encontraba presentable con el traje que vesta, o
llevaba un bulto o maleta, prefera utilizar las aceras de su alrededor.
Posiblemente esta costumbre se deriv del celo y vigilancia que
permanentemente cumpla un agente uniformado de la polica.
Plaza Bolvar (fuente: Caracas, la ciudad que no vuelve, de Guillermo Jos Schael).
Cenizo era el nombre de un hermoso perro blanco con una

mancha negra que se mantena siempre dando vueltas en la Plaza
Bolvar, siempre atento, y si se encontraba echado bastaba que
otro perro entrara en la plaza para que l le saliera al paso latin-
dole con fuerza y energa, hasta hacerlo salir. Pensamos que en
aquella poca hasta los perros interpretaban, a su manera, el sentir
de los pueblos. Qu se dira Cenizo si resucitara y viera cmo su
ejemplo de amor y cario por El Libertador se ha truncado para
atraer la atencin de los visitantes de la Plaza en animales tan
dismiles, como podra decirse de la inteligente y gil ardilla; y
de la bruta y desesperante Prez-Sosa, pidiendo disculpas a los
que lleven estos apellidos.
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Primera parte del recorrido por las avenidas y calles de la

ciudad
Diagonal con La Torre de la Catedral de Caracas exista un

bar, botiqun o botillera llamado La Iberia, lugar de renombre
por su esmerada atencin a la clientela y por su ubicacin enfrente
de la Plaza Bolvar. All concurra, desde tempranas horas de la
maana, el grupo de msicos bautizado como Los Caoneros de
Caracas. Sin temor a dudas, podramos afirmar que entre ellos se
destacaron por muchos aos: Jos Isabel, el arpista y el maestro
Lagonell. Este ltimo leg a la posteridad magnficas compo-
siciones de aires populares compuestas por valses, pasodobles,
joropos y tonadas, que fueron recibidas y conservadas con sea-
lado aprecio por gentes de todas las clases sociales, mereciendo
favorables comentarios de la farndula y comunicadores sociales,
como se dice ahora.
Los mencionados Caoneros de la esquina La Torre eran
siempre solicitados para alegrar los arrocitos, como se llamaban
a las fiestecitas familiares. Ellos estaban siempre pendientes de
conocer las direcciones de las casas de familia donde haba
cumpleaos, santos, cruces de aros y hasta matrimonios para irse
a darles una serenata, comnmente a la hora del almuerzo. Para
ello invadan los zaguanes as llamaban a las entradas de las casas,
porque an no se conocan los porches.
En el casco urbano de la ciudad no existan quintas rodeadas
de jardines, solamente algunas casa-quintas, como denominaban
a las casas que tenan una reja o verja, a la orilla de la acera, ampa-
rando un hermoso jardn y dando paso al visitante hasta llegar
a un corredor que abarcaba el ancho de la casa y donde siempre
haba muebles de recibo. Esto puede apreciarse hoy da en la
casa-quinta de Madame Pars, de San Vicente a Medina en La
Pastora, as como tambin en la casa-quinta del doctor Enrique
Urdaneta Maya en La Puerta de Caracas, de la misma Parroquia;
adems, en algunas otras existentes en el permetro de la ciudad.
Las agencias funerarias

Entre las esquinas La Torre y Veroes estuvieron instaladas
las oficinas de la agencia funeraria La Equitativa y La Principal,
26

propiedad de don Manuel Lander, influyente y acaudalado perso-

naje de la poca; dueo tambin de las haciendas Tazn y La
Rinconada, ubicadas al margen de la carretera que conduca de
la parroquia El Valle a los Valles del Tuy, en el estado Miranda.
Ambas propiedades eran valiosas. La Hacienda Tazn estaba
sembrada de caamelar. Su terreno estaba dividido en tablones
de una hectrea por medio de callejones para la movilizacin de
carros tirados por bueyes hasta el trapiche hidrulico, como los
tenan todas las haciendas en la Repblica, en vista de contar con
suficiente cantidad de agua suministrada por los ros y quebradas
que las circundaban.
El ro El Valle tena su cauce bordeado de caaverales tupidos
y bien cuidados, como era obligatorio mantenerlos por disposi-
cin gubernamental, garantizando de esta manera permanente
humedad en las tierras adyacentes y la limpidez de las aguas que se
conservaban cristalinas y hasta potable, toda vez que no reciban
aguas cloacales.
La quebrada Turmerito desembocaba en el ro El Valle dentro
de los linderos de la Hacienda Tazn. Turmerito estaba dedicada
a la siembra de hortalizas y legumbres, frutos menores, como se
deca. Como en todos los trapiches, en el de la Hacienda Tazn
tambin se destilaba aguardiente. La finca La Rinconada estaba
ms bien dedicada a la cra de ganado vacuno y caballar.
El casero, llamado ahora Las Mayas, en aquella poca apenas
estaba compuesto por unas quince casitas; lo llamaban Turme-
rito, y se iniciaba en la casa La Rinconada (actualmente entrada
al Hipdromo), donde haba una ranchera para pernoctar los
arrieros y dar pastaje a las mulas y burros que componan sus
arreos para el traslado de frutos al Mercado de San Jacinto.
En la esquina Las Piedras, hacia la entrada de Puente Restau-
rador, hoy convertidos en garajes, estuvieron las cocheras de
La Equitativa, objeto de estos comentarios. Los impresionantes
carros fnebres; los Landaus dorados, los plateados y brillantes
arneses con sus penachos de plumas negros o blancos. Las
Mantas con sus anchas franjas y borlas colgantes para aderezar
a los caballos, segn las ocasiones donde tuvieran que actuar;
igualmente las casacas, pantalones cortos, medias y zapatillas con
grandes hebillas para los cocheros y ujier, todos aquellos aparejos
en pana o terciopelo, incluidos los sombreros estilo napolenico,
27

se conservaban en grandes vidrieras adosadas a la pared. En sitio

aparte estaban los fretros o urnas, alfombras, crucifijos, cande-
labros, cortinajes, etc.; todos, desde los ms lujosos y de alta
calidad, hasta los equipos humildes para los pobres.
Llegada la hora suprema de un entierro, tanto en el gran
saln como en la humilde sala mortuoria, los familiares y amigos
perciban en el empedrado de la calle el piafar de los caballos,
como impacientes del cumplimiento del acto que mantena a
todos los presentes acongojados, con una presin interna de
angustioso susto; acrecentado por aquellas fantsticas parejas de
caballos que todos tienen presentes en sus descomunales figuras,
especializados en conducir alegras y tristezas en la vida, para slo
dejar flotando el recuerdo.
Los juegos de envite y azar
En la dictadura del general Juan Vicente Gmez Chacn se

eliminaron de un solo plumazo las casas de juego denominadas
de envite y azar, que con un libre funcionamiento existan en
Caracas en forma de concesiones de exclusividad y se les llamaba
remate. As como se remataba el aguardiente, el negocio del
expendio de carne, de las loteras y el de otras cosas, as se otor-
gaban las concesiones del referido juego. En las fiestas patronales
tambin se remataba el juego de dados y maraa en las plazas y
parques pblicos.
A mitad de la cuadra de Torre a Veroes haba un gran saln de
juego donde se destacaba la ruleta con sus treinta y seis nmeros
entre colores negros y rojos. El tallador soltaba la bolita blanca
en la ruleta horizontal que, elctricamente o impulsada con la
mano, giraba a gran velocidad, haciendo saltar la bolita entre los
marcados nmeros hasta que, al ir detenindose la rueda, la bolita
entraba y sala de uno a otro de los huecos, quedando al fin en
uno de ellos. Aqu estaba la emocin del jugador que mantena
durante toda esta operacin, no solamente en suspenso el aliento,
sino tambin las manos y el cuerpo en tensin, con la mirada fija
en la ruleta, tratando de detener la bolita en el nmero elegido.
Cuando el tallador gritaba: el treinta y seis!, o el doce rojo!, o
bien el ocho negro!, algunos se daban con el dorso de la mano
derecha en la palma de la mano izquierda con gesto festivo; haba
28

ganado. Los que perdan, por el contrario, bajaban los brazos

con los puos cerrados y la cara endurecida. Tanto los ganadores
como los perdedores, que de pie se mantenan alrededor de la
mesa de la ruleta, contemplaban silenciosamente cmo la vara, en
forma de haragn casero utilizada por el empleado para tallar la
mesa de juego, atraa hacia s todo el dinero de la jugada, excepto
el colocado en el nmero ganador y en las lneas que le servan
de marco, al cual le corresponda cierta cantidad de ganancia.
Las mesas de juego estaban cubiertas o forradas con material
liso y brillante de color oscuro, cruzado por rayas horizontales
y verticales de color amarillo oro, formando cuadros de quince
centmetros, ms o menos, en cuyo centro estaban pintados los
nmeros en color rojo y en negro, hasta el treinta y seis. Cuando
se ganaba con el nmero al centro, se haba ganado en pleno;
si se ganaba en las rayas, slo se ganaba a medias; e igual si se
acertaba el color ganador.
El juego de dados consista en lograr el mayor nmero al
tirarlos tres veces, tanto en juegos de dos personas como de varias.
Tambin el topo a todo es la jugada que expone a perder el
monto del dinero colocado por varias personas. Jugar cachito,
con los dados, es ganar o perder. El juego de cartas o naipes era
ms bien para los clubes.
La primera fbrica de trajes hechos para hombres y nios

En esta misma direccin mencionamos el gran esfuerzo que
hizo el ciudadano italiano don Miguel Savino para instalar e
iniciar la primera fbrica de trajes hechos para hombres y nios,
ofreciendo la necesaria diversidad de tallas, modelos y calidad de
telas en suficiente surtido de colores. Igualmente la coordinacin
del personal obrero, cortadores y costureras; propaganda para
habituar a las gentes a utilizar un sistema prctico y moderno ya
existente en las grandes capitales del mundo, y aun en ciudades
de segundo orden.
La denominacin comercial y marca de fbrica que llevaba
la etiqueta de los trajes estaba formada por las letras del apellido
de don Miguel, de la siguiente manera: S.A.V. Ino, que inter-
pretamos Sociedad Annima Venezolana Ino. Toca sealar
que para aquella poca no haba tampoco fbricas de pauelos,
29

corbatas, interiores o pijamas, todo se importaba del extranjero;

incluso las camisas ms finas, porque las de percha eran las que se
hacan en el pas y se ofrecan de venta al pblico. La costumbre
era mandarlas a fabricar sobre-medida, igual cosa suceda en el
calzado.
La casa de modas Galera Francesa, de Clementina Jood, vesta
con telas sueltas unos maniques y ofreca los figurines para que
las familias escogieran los vestidos de su agrado, procediendo
a comprar las telas y adornos para llevarlos a confeccionar a
las modistas. As, era muy corriente observar a la orilla de las
puertas y ventanas de las casas un letrerito que deca: Se corta y se
cose. Lgicamente se trataba de una profesin muy generalizada
al servicio de todas las clases sociales, desde las modistas para
las familias pudientes hasta las costureras utilizadas por la clase
media y la ms pobre.
En el edificio La Torre
En la esquina La Torre, al frente de la botillera La Iberia,

existi una vieja casona propiedad de don Servando Garca,
quien utiliz tan valioso terreno para hacer construir el edificio
La Torre. Compuesto por una planta baja y dos pisos, tal cual
se conserva hoy. En el segundo piso de este edificio instal, un
seor espaol de nombre Pedro Gastell, una compaa de seguros
llamada La Providencia; l realiz una intensa propaganda por
medio de agentes vendedores de plizas de seguros de vida,
contra incendios, robos, etc. Lo cierto fue que a los pocos meses
de su instalacin el gobierno clausur sus oficinas porque parece
que no haban sido satisfechas las normas legales. Este asunto
caus mucho revuelo y comentarios entre las personas que haban
suscrito plizas de seguro.
En esta cuadra funcionaba una de las pocas agencias de
mesoneros que existan en la ciudad, propiedad de los hermanos
Curiel, regentada por el hermano mayor, un joven alto, trigueo
claro, de pelo castao enrosquetado, atento y servicial con la
clientela. Adems funcionaba la joyera Candamo y la firma de
C. Hellmund y Compaa, establecimiento de artculos foto-
grficos, deportivos, etc.; as como tambin La Surtidora de don
Luis Benedetti, nativo de Crcega y radicado desde hace muchos
30

aos en el pas. Su establecimiento gozaba de buen crdito, y se

especializaba en la importacin de los ms finos licores.
En la esquina Veroes funcionaba la Farmacia Francesa, en
cuyo ngulo este Mario Prez Pizanty, activo y emprendedor
personaje, construy el edificio Amrica. Pizanty tambin mont
una fbrica de clavos por los lados de Catia. Dbese mencionar
al edificio Amrica como una innovacin para su poca, porque
con sus once pisos se asemeja a las llamadas torres que se cons-
truyen hoy da por todas partes. En Caracas, cuando se deca
Torre, todo el mundo entenda que se trataba de la existente
en la Catedral, diagonal con la Plaza Bolvar. Desgraciadamente
Mario Prez Pizanty falleci en manos de la Seguridad Nacional,
polica poltica de la dictadura de Marcos Prez Jimnez.
Entre las esquinas Veroes y Jesuitas existen dos casas gemelas
donde funcion el colegio para seoritas llamado Santa Mara,
nombre que ha perdurado a travs del tiempo mediante una placa
ovalada colocada al centro de la fachada, abarcando las dos casas.
Una de ellas, la ubicada al norte, podra citarse como parte de
nuestra historia petrolera, toda vez que en esa casa se instalaron
por primera vez en Caracas las oficinas de la Standard Oil Co.,
futura Creole, mam Creole, como se le lleg a llamar. En una
oportunidad ofrecimos a su gerente, un seor de apellido White,
un enfriador de agua potable de esos que se les pona la botella
encima, cuyo valor era de ochocientos bolvares, habiendo resul-
tado el primero que se vendi en la ciudad.
En la esquina Jesuitas an existe, ocupada hoy por un colegio,
la gran casa que sirvi de residencia al general Manuel Antonio
Matos, quien fuera jefe de la revolucin llamada La Libertadora
contra el gobierno de Cipriano Castro, la que culmin en un
fracaso. La sucesin del general Matos le vendi al gobierno la
finca Caricuao, a excepcin de la parte donde estaba la embote-
lladora de refrescos Orange Crush, entre la parroquia fornea de
Antmano y el sitio denominado Mamera.
Enfrente de la mencionada casa estuvo el colegio San Ignacio
de Loyola de la Compaa de Jess. Se trataba de una de esas
mansiones de la poca con un gran patio en la entrada, rodeado
de amplios corredores. All fue donde se dictaron las conferencias
que ofreciera el eminente sacerdote jesuita Laburu, rector de La
Sorbona de Pars, durante una semana; las cuales congregaron a
31

los personajes de mayor importancia de la intelectualidad cara-

quea.
El otro ngulo de la esquina Jesuitas centraba al frente una
puerta de barrotes de hierro que daba paso a los jardines del Club
Venezuela, cuya entrada principal estaba ubicada en la esquina
Mijares, hacia la de Santa Capilla.
Jurunga muerto

Entre las esquinas de Jesuitas y Tienda Honda, a la mitad
de la cuadra, an existe una hermosa casa de cuatro ventanas y
ancho zagun (como se deca de esas amplias casas con patios o
jardines al centro del corredor de la entrada), ocupada actual-
mente con las oficinas del Registro Subalterno de la Primera
Circunscripcin Judicial del Distrito Federal y el estado Miranda,
en la cual funcion por algn tiempo el CEN del partido Accin
Democrtica.
Dndose el caso de que una compaera meti una escoba
debajo de un armario y parece que se encontr con una bomba
explosiva que estall y le dio muerte. Como es natural, este acon-
tecimiento moviliz a los jerarcas del partido y poco a poco
fue trascendiendo de boca en boca a soto vocce. Aunque para
entonces no se conoca lo de comunicadores sociales, los rganos
de prensa dieron la necesaria explicacin: se trataba de que la
oposicin, los enemigos del partido se haban subido a los techos
de las casas vecinas y haban lanzado una bomba preventiva de
futuras acciones contrarevolucionarias, contra la revolucin que
representaba el gobierno presidido por don Rmulo Gallegos.
El show, como diramos hoy, consisti en el entierro de la
compaera, cuyo cadver fue cargado en hombros desde la casa
del partido hasta la Plaza La Concordia, donde hizo uso de la
palabra Domingo Alberto Rangel, padre. El gran tribuno de la
poca de Castro, el doctor Eloy G. Gonzlez, se volc en aquel
joven y agresivo poltico que, levantando la mano derecha y el
dedo que hizo clebre los discursos de Jvito Villalba, con esten-
trea voz, repeta:
Cuidado con otra muerte, cuidado!
Como en Caracas siempre se ha hecho el chiste del da,
Domingo Alberto Rangel fue tildado de jurunga muerto.
32

En esa cuadra se estableci la primera agencia funeraria que

utiliz automotores para prestar sus servicios mortuorios. Este
moderno sistema se inici en el segundo semestre del ao 1929
con el nombre de La Venezolana. Como debe comprenderse, La
Equitativa inici, paulatinamente, el cambio de sus servicios de
traccin de sangre por el motorizado que se impona a menor
costo de mantenimiento.
En toda la esquina de la Plaza de Las Mercedes, bajo la
regencia de don Andrs Carvallo, persona de gran aprecio social,
estaba la farmacia de Tienda Honda de Carvallo & Ca., diagonal
con la parte lateral de la Plaza de Las Mercedes, donde vivi el
telegrafista Caneln. En su parte este quedaba la residencia de
don Santiago Vegas, presidente de la compaa inglesa Telfonos
de Venezuela.
El cajero principal del Banco de Venezuela
A mitad de cuadra, hacia el puente de La Trinidad, en una

casa-quinta, antes de llegar a la salida del Callejn Luneta, al
frente del Samn, funcionaron las oficinas de la embajada brit-
nica en Caracas. An no exista al pie, y rodeando, el histrico
Samn de La Trinidad ni el edificio Roma que construyera a su
antojo el italiano Felipe Galliardi, quien goz de mxima protec-
cin oficial mientras dur la dictadura de M. Prez Jimnez.
En el citado Callejn Luneta, que parte de la esquina Caja
de Agua, en la Norte 4, vivi por muchos aos Guillermo
Surez, cajero principal del Banco de Venezuela. Surez tena
una numerosa familia habida de su matrimonio con la seora
Mier y Tern. l era un buen padre de familia y un elemento
apacible de carcter, sencillo y servicial; sin embargo, era asiduo
cliente de la Cervecera Strich, en la Plaza Bolvar. Parece que
esto contribuy a servir de blanco a la maldad encarnada en uno
de los ms destacados esbirros de la dictadura gomecista, un tal
Ismael, cuyo apellido no vamos a repetir por considerar que se
trata del ovejo negro de una familia honorable.
Se conmemoraba el centenario de la Batalla de Carabobo. La
Plaza Bolvar se encontraba vestida de gala con una iluminacin
en bombillos de colores alrededor de los diferentes cuadros que
forman sus jardines. Las piletas o fuentes de agua tambin lucan
33

luminosas. Las sillas plegables de madera que se alquilaban a

los concurrentes de la plaza se haban agotado, llenaban total-
mente las orillas de las avenidas internas que convergen hasta
el monumento ecuestre del Libertador Simn Bolvar, el cual
estaba rodeado de veintin coronas u ofrendas florales colocadas
en sus atriles de hierro. All nos encontrbamos de pie contem-
plando la marejada de gente que se mova en la plaza; ataviadas
con sus ms elegantes trajes y adornados sombreros, las damas;
y de rigurosos trajes oscuros, azul marino, marrones, negros y
gris pizarra, los hombres en esa poca a nadie se le ocurra salir
de noche con un traje color claro, mucho menos visitar la Plaza
Bolvar en un da de fiesta nacional. Desde ese sitio estratgico
oamos el concierto especial organizado por el maestro Pedro
Elas Gutirrez, director de la Banda Marcial, que a distancia,
usando su casaca azul marino del uniforme de gala y el pecho
con sus brillantes condecoraciones, al levantar la batuta acompa-
ndola con el brazo izquierdo, pareca el gesto de un bastn de
mando de algn mariscal de campo.
All, a nuestro lado, se fragu el complot contra don Guillermo
Surez: el esbirro les hizo seas a dos individuos de su calaa y
seal a Surez, quien bajaba las gradas que existan en el desnivel
de la parte norte de la plaza, donde se efectuaban los conciertos
nocturnos de la Banda Marcial. No haba terminado de bajar
Surez cuando ya tena a cada lado un escolta fatal, quienes lo
acompaaron, haciendo zigzag, hasta el monumento al centro
de la plaza. Guillermo le dio la vuelta completa al monumento
mientras contaba en ingls las ofrendas florales: one, two, three,
four, five hasta llegar al twenty one. Por eso supimos que eran
veintiuna las coronas de esa noche.
Luego de contarlas se fue dando traspis y se dirigi a la
esquina Las Gradillas, siempre seguido muy de cerca por los sea-
lados chcharos. Cuando Surez agarr el pasamanos del tranva
del Hospital Vargas y puso el pie en el estribo lo agarraron por el
brazo y lo obligaron a bajar. Surez, materialmente inocente, se
dej llevar a la Comandancia de Las Monjas, camino de la ttrica
Rotunda, de donde no se obtuvo su libertad durante los tres aos
que dur su presidio. Slo Dios, con la muerte del Dictador,
volvi a la vida a tantos mrtires inocentes; nos consta que el
gordo del Banco de Venezuela fue uno de ellos.
34

Continuando, en la Avenida Norte est el Panten Nacional

con sus dos torres en aguja, que originalmente fuera la Capilla
de La Trinidad. Al frente de las puertas de entrada, cruzando la
calle hacia el este para atravesar los jardines de la plaza, quedaba
un espacio como una plazoleta, separada por calles, tanto de la
plaza como de la avenida. Detrs del Panten estaba la esquina El
Misterio, luego el terrapln donde comienza el Callejn Ramos
hasta el Hospital Vargas, cuyo frente ostenta una antigua reja de
hierro al borde de la acera, protegiendo los jardines de la entrada.
Panten Nacional (fuente: Caracas, la ciudad que no vuelve, de Guillermo Jos Schael).
Las obras sociales del Padre Machado
Se hace necesario e imprescindible dedicarle un recuerdo al

presbtero Santiago F. Machado, sacerdote de grandes mritos,
pues al llegar a la posteridad las obras sociales que emprendiera
a favor de los nios y de los ancianos, de los enfermos y de
los pobres, estableci una prueba patente del ejercicio de la
caridad cristina, tan pregonada aunque no cumplida. Igualmente
podramos decir de su fe catlica ejercida palpablemente en su
creacin de esa nueva advocacin de San Jos del vila; en las
peregrinaciones a la parroquia de Maiqueta en el litoral guai-
reo, al donar terrenos de su propiedad para colocar al centro la
imagen de la Virgen de Lourdes; as como tambin los adyacentes
para construir las estaciones del va crucis en capillas separadas y
35

colocar el gigantesco crucifijo que, como faro de caridad, irradia

su figura en el martirio de los cuatro puntos cardinales.
Machado tambin fue parte de la fundacin del casero llamado
El Rincn de El Valle, en el camino del cerro que conduce a esa
parroquia fornea de Caracas, ubicado enfrente de El Tringulo
de la Hacienda Valle Abajo, al cual bautiz con el nombre de
El Prado de Mara; como tambin de la entronizacin en su
pequeo templo de la advocacin de la Virgen Mara; como la
imagen de La Saleta. Al igual que fue parte de la fundacin de
la Congregacin de las Hermanitas de los Pobres, a cuyo cargo
estuvieron: el Hospital Madre Emilia, de Maiqueta; el Ancianato
de San Antonio, de Municipal a San Pablo en Caracas; el hospital
que hubo en el sitio que hoy ocupa la Plaza Guaicaipuro en El
Llano de Miquilen, en Los Teques del estado Miranda.
No exageramos al afirmar que por el Camino de los Espaoles,
va Puerta de Caracas-Los Castillitos, tanto hacia la poblacin de
La Guaira como a la de Maiqueta, con bastante antelacin a la
fecha, se volcaban las caravanas de fieles para concurrir a la cele-
bracin de aquellas inolvidables peregrinaciones. Igualmente el
Ferrocarril Ingls, que haca la travesa de Caracas a La Guaira,
mantena trenes de pasajeros en horarios extras; agotados los
vagones de pasajeros, habilitaban con rudimentarios bancos de
madera los dedicados a transportar mercanca. Materialmente,
Caracas se volcaba en El Litoral.
Desde el Hospital Vargas parte un camino en la media falda
del cerro de El vila, en forma de herradura, que pasa por La Casa
Madre, asilo de hurfanos donde el presbtero Machado hizo
construir la Capilla de San Jos. Este camino gira por la Sabana
de El Blanco, cerca del Seminario Diocesano, entroncando en la
ciudad por la esquina Dos Pilitas.
Tranvas hacia el norte
El tranva de La Pastora tena su recorrido desde la esquina

Las Gradillas hasta la de Veroes y de Jesuitas, donde iniciaba una
especie de zigzag al cruzar por dos cuadras al oeste, hasta Alta-
gracia. Luego cruzaba otras dos cuadras hacia el norte, hasta Caja
de Agua, donde volva a cruzar al oeste, al Truco, y nuevamente
al norte, llegando a la esquina El Guanbano, para volver al oeste
36

a Los Amadores y Urapal de La Pastora; y de all al norte para

cruzar al sur de la Plaza del Templo, continuando por dos cuadras
a Torrero en el norte, donde finalmente cruzaba otras dos cuadras
al oeste para terminar en la esquina Negro Primero y su ruta hasta
la esquina La Natividad.
En este punto, el colector del tranva daba vuelta a los respaldos
de los asientos centrales. El motorista sacaba la manigueta que
haca funcionar el motor y la del freno elctrico para utilizar de
regreso el motor instalado en el otro cabezal del tranva. Ambos
cabezales contaban en el lado derecho con una manilla grande
que haca funcionar, por medio de un engranaje, el freno de
mano. Adems, tena al frente su nmero de identificacin, y
en la parte alta del techo una caja de madera con un vidrio que
sostena un rollo de tela donde estaban pintados los nombres de
las diferentes rutas. A este rollo se le haca dar vuelta con una
manillita para fijar el nombre de la va servida por el tranva.
En su viaje de regreso los tranvas de La Pastora tenan un
desvo de Urapal a Amadores, otro, de Truco a Caja de Agua y el
ltimo entre Altagracia y Jesuitas. En estos desvos se cruzaban
los tranvas de esta ruta. El tranva del Hospital Vargas, que haca
su recorrido solamente en la Avenida Norte, tena un desvo de
Jesuitas a Tienda Honda.
37

AVENIDA SUR
Plaza Henry Clay (fuente: Caracas, la ciudad que no vuelve, de Guillermo Jos Schael).
De La Torre a Gradillas
Al este de la Plaza Bolvar se encuentra la puerta principal

de la Catedral de Caracas, seguidamente de la base de su nica
torre, cuya mencin sirve de nombre a la esquina. Continuando
en el sentido sur existe otra puerta que da acceso, a la derecha,
a una pequea nave con su altar y San Pedro; es la Capilla de
El Sagrario, la cual funciona como un templo parroquial, o sea
con su cura prroco. La Catedral en s es el asiento a la curia; las
autoridades superiores de la Iglesia. Independiente del templo, en
lugar aparte, se halla la oficina eclesistica de la parroquia Cate-
dral donde se edita el diario La Religin, rgano de difusin de la
Iglesia Catlica Apostlica y Romana, conservando el decanato
de la prensa venezolana.
Debemos hacer mencin especial de monseor, doctor Jess
Mara Pelln, ilustre y esclarecido prelado quien durante muchas
dcadas dirigi la Catedral con manos firmes y esmerada aten-
cin; adems, abord siempre los ms importantes temas nacio-
nales e internacionales hasta llegar al punto de sostener ardientes
polmicas religiosas en las cuales haca valer sus atinados puntos
de vista. Monseor J. M. Pelln, desde que desempeaba el curato
38

de la poblacin de Ca en el estado Miranda, se destac como

orador sagrado, especialmente en las variadsimas interpreta-
ciones de Las Siete Palabras que pronunciaba todos los Viernes
Santos en los diferentes templos, que con mucha antelacin a esa
fecha se lo haban solicitado.
Gradillas y los gradilleros
La esquina Gradillas, en aquella Caracas que me toc vivir

y que tratamos de enfocar para nuestros amables lectores, era
algo as como un balcn dedicado al culto de la personalidad, la
juventud y el amor. Si Cupido realmente tena alas, deba haber
revoloteado en Las Gradillas todos los das de trabajo despus
de las cinco de la tarde, toda vez que era comn y corriente
que los empleados del comercio, bancos y oficinas pblicas se
dirigieran a dicha esquina para pararse en las orillas de las aceras;
no solamente pendientes de las calesas, quitrines y coches de
capota baja, incluyendo la llegada de automotores que recorran
las calles alrededor de la Plaza Bolvar, sino pendientes tambin
del paso de las seoritas que, formando alegres grupos, se dedi-
caban a visitar las tiendas del Pasaje Ramella, hacia la esquina
San Jacinto, o las ubicadas hacia la esquina Sociedad. Como es
de fcil comprensin, este ajetreo de uno a otro lado no pasaba
de curiosear las telas y figurines contentivos de los modelos de
ltima moda, as como la solicitud de una tirita que sirviera de
muestra a mam o ta; de lo que se trataba era de exhibirse cada
da con sus variados vestidos, sombreros y sombrillas ante los
jovencitos de su preferencia.
En la esquina Gradillas, diagonal con el Palacio Arzobispal,
se iniciaba el edificio llamado Pasaje Ramella compuesto de una
serie de locales comerciales que tenan enfrente un corredor
o pasillo, similar a los existentes en El Silencio. Estos locales
cubran tres cuartas partes de la acera norte hacia la esquina
San Jacinto, al este. El segundo piso de esta edificacin tena su
entrada al frente de la Plaza Bolvar; estaba ocupado por oficinas o
depsitos independientes de los locales comerciales. En el local de
la esquina funcionaba una panadera y pastelera muy acreditada,
propiedad del doctor Francisco Guzmn Alfaro, quien tambin
era director en el Banco de Venezuela.
39

Conocimos este negocio regentado por Luis Valladares, quien

era afable y risueo, y presentaba toda clase de atenciones a la
numerossima clientela consumidora del afamado pan francs y
sobado, fabricados en diferentes tamaos y pesos, cuyos precios
iban desde un centavo, una locha, 0.25, 0.50 y un bolvar. El pan
del da anterior se venda a Bs. 1.50 el kilo. Cada dulce de pasta,
merengue, relleno de guayaba o crema, etc. a 0.25. Las acemitas,
besitos, polvorosas, etc., a un centavo.
De Gradillas a Sociedad
En esta cuadra de la Avenida Sur estuvieron tres sastreras

de primer orden. La de Marcelino Barqun, bajo la denomina-
cin comercial de Sastrera Cubra, cuyo cortador era Marcelino
Cobo, familiar del seor Barqun. En el local de al lado quedaba
la sastrera de Miguel Morreo, y en la acera oeste la de don
Flix Morreo con su La etiqueta que distingue. Los hermanos
Morreo eran cortadores profesionales, es decir sastres, lo cual
representaba una garanta para su vasta clientela.
En cuanto a joyeras, estaba la de Padula & Ca. y la de los
Hermanos Segnini. En la Galera Francesa, de la seora Clemen-
tina Jood, una de la tiendas era la Perfumera Francesa, donde
se vendan artculos de adorno para vestidos y especialmente los
figurines de ltima moda; luego estaba su amplio y lujoso local
donde se exhiban las finsimas telas y adornos en maniques de
cuerpo entero, que atraan la atencin pblica y la mayor acep-
tacin de las familias pudientes.
La confeccin de vestidos era una actividad familiar. Existan
modistas de alta costura, como se deca, aunque era corriente,
aun en los sectores ms pobres de la poblacin, los anuncios
escritos en un cartelito que deca: Se corta y se cose.
El Diario El Universal, nuestro contemporneo del ao 1909,
estaba dirigido por don Pedro Sotillo, destacado escritor y perio-
dista, cuado del poeta Andrs Eloy Blanco; en esa oportunidad
actuaba de administrador un seor Silva. La acreditada Fotografa
Manrique & Ca. ocupaba todo su saln principal con retratos de
los personajes ms influyentes del gobierno, incluso del presidente
Gmez. Estos retratos, de cuerpo entero, estaban colocados en
atriles. Extinguida la firma de Manrique, se instal Caraballo
40

Gramcko con la Agencia Kodak. Seguidamente quedaba el

almacn de casimires importados de la firma J. A. Prez & Ca.
Sucs, bajo la direccin de don Henrique Prez Dupouy.
En la acera de enfrente, La India de don Ramn Guerra,
siendo sus salones familiares los ms concurridos de la capital. La
Mina, juguetera de don Enrique Gonzlez Orta, por donde no
solamente pasaba todos los aos San Nicols, sino el propio Nio
Jess cargado con el ms esplndido y variado surtido de juguetes
y regalos para los nios caraqueos. Luego, los dos locales que
ocupaba La Casa Belga de don Carlos Basalo Rodrguez y el
contiguo por la firma Delfino & Ca., cuando formaban uno
solo, funcion en l la firma de los Hnos. Roche, con su espejera,
bajo la direccin de messie Eduardo Roche. Al final de esta cuadra
don Jos Bendayn estableci a Manchester, tienda especializada
en la venta de artculos para caballeros, perfumera, etc. En la
botillera de la esquina Sociedad, Perecito, cuyo dueo gozaba
de la mayor simpata por parte de la extensa clientela formada
por los empleados de comercio y bancos ubicados en el sector.
Se tranc la bveda
Al pasar la esquina Sociedad tenemos el Royal Bank of

Canada, de capital ingls, su gerente era mster Corbun. Al oeste,
el National City Bank, de capital norteamericano, el cual funcio-
naba en un edificio construido especialmente para su instalacin.
La caja de seguridad, construida al fondo del gran saln, estaba
blindada y sellada en la pared con una puerta de acero de gran
espesor y doble combinacin en forma vertical y horizontal. Esta
combinacin se manipulaba por medio de una rueda.
Aqu va la ancdota de esa vez en que se tranc la bveda, pues
no haba cmo suministrar dinero a los cajeros para la atencin
al pblico... El seor Jos Antonio Olavarra (Totn Olavarra)
fue requerido urgentemente por el cajero principal; se haba
corrido la voz entre el personal del banco: se tranc la bveda!
Todos los intentos por abrirla fracasaban, el tiempo transcurra,
y ya hasta los clientes comenzaban a inquietarse Hasta que un
empleado advirti:
Puede ser que Emilio... ciertamente, Emilio Gutirrez
estaba ese da en el banco arreglando una mquina de escribir.
41

Avsenle a Emilio! indic el gerente norteamericano,

y claro est, Emilio se fue acercando muy sonriente, todos le
abrieron paso. Emilio tom en sus manos la rueda y, suz, suaz!,
a la derecha, luego a la izquierda, y pu: se entreabri la puerta.
Viva Emilio, viva Emilio! gritaban todos y aplaudan.
Emilio, sin soltar la rueda murmuraba:
Dos mil bolvares, dos mil bolvares, o la tranco.
Correctamente Emilio, dos mil bolvares musit en su
media lengua el gerente norteamericano.
El edificio del National City era muy vistoso y con dos frentes,
uno hacia el sur a la esquina Camejo y otro hacia el oeste a
San Francisco. Su nica puerta cortaba el ngulo en la esquina
Sociedad. Los sealados frentes ofrecan un angosto pasillo a los
transentes, ornamentados con una serie de pilares que soste-
nan un capitel sobre la ancha puerta en el ya mencionado corte
central. Cuando este banco se mud para su nuevo edificio de
la Santa Capilla, sitio hoy que ocupa la torre del Banco Central,
el local de la esquina Sociedad lo ocup La Casa Belga de don
Carlos Basalo Rodrguez, conjuntamente con la quincalla de don
Miguel Benatuil que funcionaba al lado del Banco de Venezuela.
Continuando la Avenida Sur a la esquina Camejo, en la acera
oeste quedaba El Palacio Infantil de la firma Senior & Ca. Recor-
damos que el seor Senior afirm estar dispuesto a perder cien
mil bolvares anuales al mudar su establecimiento para la Parro-
quia Fornea El Recreo, popularmente llamada Sabana Grande,
y que durante los primeros tres aos esperaba recuperarlos con
creces al paso que se fuese desarrollando el comercio del sector
este. Realmente tuvo razn. La firma de Juan Mara Benzo cons-
truy un hermoso edificio de varios pisos al centro, que luego
fue demolido para dar paso al subterrneo que llega a Camejo y
atraviesa al final de la plaza area para salir a la esquina Cipreses.
Luego de terminadas estas obras se construy el actual para la
Agencia Philco y la primera ferretera de don Eugenio Mendoza.
Al frente, el primer Banco Mercantil y Agrcola, fundando por
don Alfredo Brandt con un milln de bolvares de capital.
Al lado del Royal Bank, en la acera este, estaba la pode-
rosa firma de Santana & Ca. Sucs., perteneciente a la familia
Vaamonde Santana, all haba tambin una ferretera y una quin-
calla. Para la fecha en que escribo estas memorias, esta firma no
42

existe. Tambin estaba all la Mueblera de Padrn & Ca., y antes

de llegar a la esquina haba un pequeo local de nuestro amigo
Gonzalo Veloz Mancera, pionero de la radio y televisin, quien
tambin estableci una venta de muebles. Olvidamos citar entre
los almacenes al de Mendoza y el de Sabal & Ca; y en la acera
de enfrente la firma de Lecuna & Ca., con artefactos elctricos.
Billetes de diez y ochocientos bolvares; y circularon billetes de

cuatrocientos y ochocientos
En Maracaibo, la segunda ciudad de Venezuela, se conform

el Banco de Maracaibo, el cual fue uno de los primeros bancos
modernos que se fundaron en el pas. La emisin de billetes de
dicho banco siempre estuvo circunscrita a un valor de diez bol-
vares, dndose el caso que estos billetes, cuando circulaban en la
ciudad de Caracas, perdan dos bolvares de su valor legal porque
en el comercio y en la calle slo se reciban por ocho bolvares;
entonces, para lograr su valor legal, que como dijimos era de diez
bolvares, haba que cambiarlos en las oficinas del Banco Caracas,
ubicado entre las esquinas de Camejo y Santa Teresa.
El Banco Caracas fue fundado por don Andrs Velutini (no
recordamos la fecha). Su capital era tres millones de bolvares;
como dato curioso, en su emisin de billetes existan los de
cuatrocientos y ochocientos bolvares. El Mercantil y Agrcola
era, de los bancos privados, el nico que otorgaba crditos agr-
colas a los dueos de haciendas para financiamiento de cosechas
o pignoracin de frutos, seguramente influenciado por el sordo
Brandt, presidente de la Cmara Agrcola de Venezuela.
Cerca del Banco Mercantil y Agrcola, el seor Franco Roversi
organiz un saln de exhibicin de la acreditada Marmolera
Roversi, a cargo del joven Humberto Celli. En esta cuadra haba
dos ferreteras: la que fundara don Jos Antonio Snchez bajo la
firma de Snchez & Ca., con la colaboracin de nuestro personal
amigo Dionisio Surez; y la ferretera que era de varios socios,
entre ellos recordamos a Chucho Lavi, a quien sus amigos
llamaban por cario Tachuela.
Seguidamente quedaba una latonera de vasta clientela cuyo
dueo era muy popular, el Sr. Correa. En aquella poca ya haban
desaparecido los aleros del frente de las casas para ser sustituidos
43

por cornisas de cemento. Sin embargo, los bajantes y canales

seguan siendo de hojalata, igualmente algunos utensilios como
los Cntaros de Piquito para sacar el agua de los tinajeros,
llamados as porque evitaban que los muchachos tomaran agua
de ellos, toda vez que hincaban la boca. En esta cuadra se inici
la venta de colchones de resorticos con la etiqueta Suer.
El primer Behrens estableci, en un amplio local de la esquina
Santa Teresa, un consultorio de ptica. Decimos el primero
porque varios de sus hijos se graduaron de optometristas e insta-
laron pticas en diferentes sitios de la ciudad, una de ellas estuvo
en la esquina Miracielos, enfrente de la Plaza de La Misericordia.
Los Behrens se vincularon con los Belisario y alcanzaron un gran
xito comercial; consolidaron una basta clientela a tal punto que
actualmente existen en Caracas muchas pticas con la denomi-
nacin comercial de esos apellidos, debidamente autorizados.
Enfrente de la Baslica Santa Teresa y diagonal con la ptica
Behrens se instalaron los hermanos Sabal con la Agencia Philco.
Siguiendo la Avenida Sur hacia la esquina Cipreses fue construido
un amplio local para las oficinas del Banco Obrero, durante la
administracin de Nucete Sardi y el doctor Hctor Esteves.
El nombre de la baslica fue tergiversado
En el rea que ocupa hoy da el Teatro Municipal antes de

haber sido decapitado, digamos, para dar paso al Edificio Sur
de la avenida Bolvar, exista una plazoleta que posea majestad
y belleza arquitectnica, que fue sacrificada en aras de una indu-
dable obra de progreso que consideramos ha podido evitarse si
se hubiese declarado aquella zona como patrimonio histrico de
la nacin. Ahora bien, es muy corriente entre nosotros el adagio
de que no hay mal que por bien no venga; adagio que muy
bien podramos aplicar a la disposicin de la administracin del
presidente Guzmn Blanco, cuando demoli el templo de San
Pablo para iniciar la construccin del mencionado Teatro Muni-
cipal. Sin embargo, la aireada protesta pblica que esa resolucin
provoc en la Caracas de entonces fue de tal magnitud que hasta
se consider un sacrilegio.
En esta grave situacin, al proceder a la construccin de
un templo excepcional, la obra fue dedicada por el presidente
44

Guzmn Blanco a su esposa Ana Teresa, quien parece que se haba

sentido ofendida en sus sentimientos religiosos por la demolicin
del Templo de San Pablo; por lo menos de esta forma Guzmn
trat de congraciarse con la Iglesia Catlica. El nuevo templo
solamente tendra dos capillas cuyos frentes daran hacia el este.
Una para la eucarista y otra para el Nazareno venerado en el
demolido templo de San Pablo, el cual haba ido a parar a una
casa particular.
Quedaba el problema del nombre de la homenajeada, doa
Ana Teresa, y esto qued resuelto al colocar el altar mayor en la
nave central, con dos caras, una al este y otra al oeste. Igualmente,
el templo llevara dos entradas con sus atrios o, altozanos,
as como dos puertas travs como se deca, una hacia el
sur y la otra hacia el norte. Esta ltima fue tapiada a mediados
de siglo cuando se construy la calle que da a la plaza area del
Centro Simn Bolvar, la que conduce a la esquina Santa Teresa.
El nombramiento de dos sacerdotes para ejercer los correspon-
dientes curatos complementaba el propsito del presidente
Guzmn Blanco.
Nosotros pensamos que si Santa Ana haba sido considerada
como la ms sagrada de las mujeres al ser elegida madre de la
Virgen Mara, y Santa Teresa fue la primera doctora de la Iglesia
Catlica, y si el Vaticano elev este templo a la categora de Bas-
lica como Santa Teresa, entonces ste sera el nombre correcto, de
manera que la tergiversacin consistira en Teresa Ana.
La baslica de la iglesia Santa Teresa podra mencionarse como
una obra de arte en todo su conjunto, tanto por fuera como
por dentro. Ahora, ya hemos dicho que cada uno de sus frentes
cuenta con su atrio o altozano y del lado oeste cubre su puerta
de entrada un saliente de mampostera como de tres metros
de ancho por cinco de largo, que posee un tringulo sobre la
cornisa, el cual descansa en dos grandes columnas lisas de cada
lado formando en su conjunto el llamado frontn del prtico.
La entrada por este lado nos lleva a la sacrista del lado izquierdo
que sirve de fondo a la capilla del Sagrario o Eucarista, cuyo
frente, en dicha nave, queda a nivel con las gradas del altar mayor
colocado al centro de la nave principal. Del lado derecho queda
el bautisterio y al fondo la Capilla de El Nazareno. El techo est
conformado por una serie de pequeas cpulas, que se extienden
45

hasta alcanzar las tres puertas del sobrio frente del este, las cuales
dan hacia las esquinas Palma y Miracielos y hacia la Calle Sur 2.
En cada ngulo sobre el prtico hay dos campanarios con sus dos
torres cuadradas. A ras de este altozano existi una callejuela entre
las puertas, a travs del templo, y la Plaza Henry Clay, adyacente al
Teatro Nacional, ubicado en la esquina Cipreses. La citada calle fue
nivelada y cubierta con un llamativo embaldosado color anaran-
jado, que cubra los dos altozanos de ambos frentes. Al modelar la
anterior plaza se sustituy el monumento por uno del Padre Sojo,
de cuerpo entero y cubierto airoso con una capa sacerdotal.
El Teatro Nacional fue construido por Cipriano Castro en
forma de casquillo como el Teatro Municipal, aunque con menos
localidades en patio y en luneta. Posee un solo balcn, mientras
que el Municipal tiene dos. El Teatro Nacional vino a llenar
una necesidad de la poca, pues resolvi el problema que se
presentaba con las Compaas de Operetas y Zarzuelas que cons-
tantemente visitaban la ciudad. El Teatro Municipal se reserv
para representaciones de peras y orquestas, as como para obras
teatrales que lo ameritaban.
Un seor de apellido Villamizar estableci en la acera de
enfrente una panadera de mucho renombre; este negocio ofreca
el pan dulce que en diferentes especialidades se consume en Los
Andes. Con el tiempo, el citado establecimiento fue trasladado
al sitio llamado El Empedrado, a la entrada de El Matadero de
Caracas, Cuartel de Caballera y ltimamente Hospital Militar;
su instalacin mecanizada llevaba el nombre de La Favorita.
De la esquina Cipreses a Hoyo an se conservan a mitad
de cuadra dos casas que merecen ser mencionadas. En la acera
oeste, la que fuera habitada por el doctor Coronil y al frente la
que nos recuerda en una placa adosada a la pared al eminente
educador Agustn Aveledo. Aprovechamos la ocasin para decir
que el terreno de esta cuadra era una forzada subida y que cuando
llegaron los primeros automviles (como el que usaba el presi-
dente Castro para trasladarse diariamente de su residencia en
Villa Zoila, en el Paraso, hacia la Casa Amarilla al frente de la
Plaza Bolvar) tenan dificultad para ascender, por tanto, fue
necesario banquear la calle.
En la esquina El Hoyo funcion por muchos aos la fbrica de
chocolates El Indio, de don Jos Herman, y fue aqu donde muy
46

jvenes trabajaron dos futuros personajes de la Banca Nacional:

Emilio Beiner, presidente del Banco de Venezuela y Antonio
Camacho, vicepresidente del Banco Unin.
De Hoyo a Castn, en un rea de terreno que abarcaba mate-
rialmente toda la cuadra, y que se extenda al oeste hasta una
callejuela que la separaba de la prisin llamada La Rotunda (demo-
lida durante la administracin del gobierno del general Lpez
Contreras y sustituida por la Plaza La Concordia), estuvieron insta-
ladas las oficinas de la Venezuela Electric Light Co.; distribuidora
de luz elctrica a los particulares de la ciudad de Caracas. Esta
empresa fue absorbida por la Bonan Schell de Norteamrica bajo
la denominacin de Compaa Venezolana de Electricidad, toda
vez que parece que colocaron unas llamadas acciones preferidas.
Ms adelante se convirti en Luz Elctrica de Venezuela.
De Castn a Palmita funcion una Escuela de Artes y Oficios
para mujeres. En esa cuadra vivi la familia Snchez de Len,
fundadora de los Almacenes Caracas; adems, Jos Mara Rodr-
guez Moya, con su numerosa prole. De Palmita a Puente Dos
estaban: Luis Aguerrevere con su fbrica de mosaicos y en la
acera del frente Serfaty & Ca., con su negocio de instrumentos
musicales; y en Puente Restaurador las ya mencionadas cocheras
de La Equitativa y La Principal, de don Manuel Lander.
Los nueve tranvas hacia el sur
De Gradillas a La Torre iniciaban su recorrido (que comen-

zaba en su terminal) los tranvas del Parque Carabobo, el del
Nuevo Circo y el de Puente de Hierro, porque el de El Valle
tena su terminal en la esquina Salvador de Len, hacia El Cuj.
Los tres primeros cruzaban en La Torre al este hasta El Cuj
donde tomaban hacia el sur. Los dos primeros, el del Parque
Carabobo y el del Nuevo Circo, al llegar al Coliseo, cruzaban al
este y continuaban en lnea recta hasta el Parque Carabobo; cerca
de la esquina Perico cruzaban y se dirigan hacia el sur, al Nuevo
Circo y Puente de Hierro. Desde all continuaba la va hasta su
terminal en el kiosco triangular construido en el medio de la calle.
Hasta all tambin llegaban los tranvas de El Cementerio y El
Peinero. Los desvos de estas rutas iniciaban largos recorridos:
entre Gradillas y La Torre, el de Salvador de Len a Coliseo, el
47

de Peinero a Pjaro, y el tambin largo de Muerto a Viento y

Las Pelez. Al regreso, hacia la Plaza Bolvar, estos tres Tranvas
(Parque Carabobo, Nuevo Circo y Puente de Hierro) cruzaban
al oeste en Salvador de Len y tomaban el desvo existente entre
estas esquinas y la de Doctor Pal.
El tranva de la Avenida Sur, el de El Paraso y el de Palo
Grande iniciaban su recorrido as: de Gradillas a Las Monjas,
el primero, y los otros dos de Monjas a Padre Sierra. El de la
Avenida Sur bajaba a San Francisco hasta La Palma, all cruzaba
al este, rumbo a Santa Teresa, y continuaba hacia el sur, hasta Las
Piedras, al final de su ruta.
Por su parte, los tranvas de El Paraso, el de Palo Grande y el
de Padre Sierra cruzaban al sur hasta la esquina Reducto, donde
cruzaban nuevamente al oeste hasta Los Angelitos, de all al sur
a Jess, donde el tranva de El Paraso tomaba hacia la izquierda
y finalizaba en Puente Paraso. Mientras que el de Palo Grande
continuaba recto hasta la Plaza Italia (adyacente a la Estacin del
Ferrocarril Alemn que conduca a Valencia), all tambin era
el Terminal del Tranva El Matadero. Estos tranvas tenan un
primer desvo de Reducto a Miranda y otro de Angelitos a Jess.
El tranva de El Paraso tena un desvo de Muoz a Sols, y otro
en Cao Amarillo.
48

AVENIDA ESTE
De esquina La Torre a la Calle Real de Quebrada Honda
De la esquina La Torre a Madrices, ya explicado lo del Edificio

La Torre, continuamos con una anticuada construccin de dos
pisos donde funcion el llamado Hotel Barcelons. Decimos
que ste se llamaba Hotel, porque al no ofrecer comida sino
solamente cuartos o camas para dormir representaba un negocio
de hospedaje. El dueo de este negocio era un espaol de apellido
Pags, elegante personaje de finos modales y sonrosada piel, pelo
castao y ojos azules.
El seor Pags dio en arrendamiento al seor Pedro Mantecn
otro espaol que haca honor a su apellido en virtud de su
descomunal gordura el patio central de la casona a objeto de
establecer en l, despus de haberlo techado, el primer restaurante
que existi en la ciudad con men fijo a base de dos bolvares el
cubierto, los cuales deban ser cancelados mediante la obtencin
de un ticket a una cajerita llamada Mara Auxiliadora, muy joven-
cita la trigueita. Ella estaba situada antes de traspasar la baranda
externa que daba a todo lo ancho del patio que serva de comedor.
Este comedor estaba dispuesto en mesitas para cuatro personas
y solo se daba servicio de almuerzo desde las once de la maana
a dos de la tarde, siendo normal alcanzar los mil cuatrocientos
servicios diarios; un xito comercial para la poca.
Pasado el tiempo el seor Mantecn aprovech una buena
oferta que le hizo el seor Pags y le vendi el negocio, y parece
que con ello tambin la facilidad, ya que termin casndose con
la cajerita.
Seguidamente, al frente de la puerta travs de la Catedral, en
una casita pequea de estrecho zagun viva monseor Nicols
E. Navarro, ilustre sacerdote de la Catedral y doctor en Teologa,
escritor e historiador de indiscutibles mritos que alcanz un
Silln en la Academia de la Historia. Luego estaba el El Bazar
Americano, hermoso y amplio edificio construido por don Pedro
Arvelo para el comercio de las representaciones extranjeras obte-
nidas en la disolucin de la sociedad de Arvelo & Phelps, deno-
minada Almacn Americano. Seguidamente estaba La Mano de
Oro, uno de los establecimientos ms antiguos en esa cuadra,
49

especializado en la fabricacin de trajes y coronas para novias.

Adems, durante varios aos existi en uno de esos locales La
camisa del Frac, de nuestro apreciado amigo y excompaero de
trabajo en la Casa Cubra & Ca., Amador Herrera.
De Madrices a Marrn quedaba la quincalla de U. Max Daz
y los Almacenes Taurel. El seor Len Taurel fund en La Guaira
una agencia aduanal, y en los ltimos aos los Almacenes VAN,
tienda por departamentos. En esa cuadra, antes de construirse el
llamado Pasaje Benzo, existi un pequeo edificio donde funcio-
naban las oficinas de la compaa de seguros La Previsora, cuyo
presidente era el seor Flix Guerrero. Coincidencialmente el
seor Guerrero tena un gran parecido fsico con Adolfo Menjou,
uno de los artistas del cine mudo ms renombrados. La Casa del
Nio, del seor Salvador Salvatierra, tambin es muy antigua. Ya
en la esquina La Marrn el seor Dimas Michelena estableci el
Hotel Nueva York; al lado estuvo el mayor de quincallera de la
firma Esayag Hnos., donde trabajaba Manuel Lpez Terrero, de
grata recordacin.
Pasando la esquina quedaba la botica del doctor Requena, y
al frente, ya hacia El Cuj, la residencia de don Mauricio Capriles
Power, empresario taurino muy apreciado de la aficin. Seguida-
mente estaba la gran casa del acreditado colegio Sucre, del doctor
J. M. Nez Ponte. En la acera de enfrente quedaba la hermosa
casa del general Eustoquio Gmez, la que luego ocupara, durante
muchos aos, la Lotera de Beneficencia Pblica del Distrito
Federal. Por cierto, cuando don Eustoquio viva, sucedi varias
veces que cuando el tranva encontraba el Cadillac del citado
seor parado en la puerta, bien porque lo esperaba para salir o que
haba llegado y mandaban al chofer a que se esperara, el tranva
no poda continuar su ruta porque el carro estaba en el medio, a
lo que nadie se atreva a reclamar. Fueron muchas las veces que
presenciamos bajarse los pasajeros y continuar el recorrido a pie.
De Cuj a Romualda funcionaban los laboratorios de la firma
C. y G. Muskus; por cierto, recordamos a Guillermo, de novio
con la seorita Guedes y parado al lado de la ventana de la casa de
ella en la calle que est detrs de la parroquia de El Valle. Tambin
recordamos a la familia Pachano Plaza con su sobrino Jos Luis
Pacheco, y al seor Flix Guerrero, as como a don Jos Sabal.
50

De Romualda a Manduca, en una verdadera mansin que

tena un gran jardn al centro y una capilla privada, vivi una
familia de apellido Henrquez; dicha mansin quedaba al frente
del liceo privado Alczar y al lado del cine Hollywood. Finali-
zaba esta cuadra con la farmacia (en Manduca) de los hermanos
Schacht Aristigueta, diagonal a la acreditada panadera de Acua
& Ca, seguida de la casa de Jos Antonio Sucre y luego don Pedro
Echezura. Al frente la casa de Antonio Mara, Pedro Mara y Jos
Delgado de la firma Delagado y Ca.
De Ferrenqun a La Cruz, vis a vis, estaban las viviendas de
Martn Mac Pherson y don Mariano Fernndez. Ambas casas pueden
considerarse solariegas, de cuatro ventanas y ancho zagn; en sta
ltima se produjo una de las historias que contar a continuacin:
Los helados EFE

La hija mayor de don Mariano Fernndez se cas con
Alberto Espinosa y se dio el caso de que en una oportunidad
se fueron a vivir a la casa de don Mariano. La seora de Espi-
nosa tuvo la ocurrencia de hacer una sorbetera de helado, y
aunque estos helados caseros en aquella poca eran corrientes, la
ocurrencia verdadera consisti en haber mandado a un mucha-
chito de servicio de apellido Ibarra a vender heladitos a la calle.
Los helados eran de tan buena calidad que antes de llegar a la
esquina El Cuj ya los haba vendido todos. As nacieron los
afamados Helados Espinosa-Fernndez (EFE), gracias a la intui-
cin y voluntad perseverante de una gran seora que conmovi y
obtuvo la colaboracin de la familia y el apoyo inmediato de don
Mariano Fernndez Hurtado. Con el tiempo el negocio alcanz
un capital de ocho millones de bolvares, tuvo un edificio propio
e inund al pas entero con sus exquisitos productos.
En la esquina La Cruz (Candelaria) exista una botillera muy
bien surtida que contaba con una vasta clientela bajo la firma de
Padrn & Ca. En el ngulo norte haba una quincallita llamada
La Azucena, atendida por dos hermanos de avanzada edad cuyo
apellido sentimos no recordar. Esta casa tena un nicho en la
pared frente a la plaza, con una cruz de madera pintada de blanco.
Diagonalmente quedaba la farmacia del doctor Medina; su hijo
Antonio fue uno de nuestros amigos. Luego estaba la esquina
51

Alcabala, de la Candelaria. All haba una casa muy bonita donde

resida la familia de un seor Abreu, oriundo de Tenerife, Islas
Canarias. Una de sus hijas tocaba el piano y acompaaba a un
joven de apellido Surez quien cantaba con una hermosa voz de
tenor. Al frente, en el sitio que ocupa hoy el edificio Pars, haba
una casa con un ancho frente; all vivieron Aquiles Certad y su
familia, en la que haba un hermano escritor y diplomtico.
Despus de esa cuadra continuaba una sola calle que se iniciaba
con un antiguo puente, que iba desde la Quebrada Anauco hasta
la oficina donde se beneficiaba al caf, llamada La Gua, y era
propiedad del general Antonio Pimentel, rico terrateniente en
los estados Aragua y Carabobo e influyente compadre de Juan
Vicente Gmez. En ese lugar sus hijos Ramn y Antonio Pimentel
fabricaron el, moderno para su poca, Teatro Caracas. Enfrente de
dicho Teatro se encontraba la gran casa de los hermanos Marturet.
Eran 67 los tranvas de Caracas, los cuales cubran el servicio en 14 rutas de

la ciudad, as como tambin entre las parroquias de La Guaira, Maiqueta y
Macuto (fuente: Caracas, la ciudad que no vuelve, de Guillermo Jos Schael).
Seguidamente y haciendo esquina quedaban: el callejn que

daba entrada a las mangueras (con muchas matas de mango)
de la finca Gamboa, y las oficinas de beneficiar caf de don
52

Gustavo Vollmer; esa edificacin y los patios enladrillados hoy se

conservan intactos como un recuerdo de sus descendientes que
van por la cuarta generacin.
Continuando con nuestro recorrido, encontramos una
gradera desde la acera hasta la entrada de la antigua y meritoria
instalacin de caridad pblica Cruz Roja Venezolana. Seguida-
mente la esquina ciega El Paradero, de donde parte una calle al
norte hasta el Colegio Salesiano y la Capilla de Mara Auxilia-
dora; de all contina un camino cerro arriba hasta la Estancia
o finca que llamaron Estado Sarra, colindando con El vila.
En esta finca vivi el general Mac Gill, oficial chileno que fue
instructor del ejrcito.
Continuando la Avenida Este hasta la esquina Venus, entrando
en los terrenos de la Estacin del Ferrocarril Central, cuya ruta
frrea pasa por la parroquia fornea de El Recreo (Sabana Grande),
Petare, que fuera capital del estado Miranda, y las poblaciones de
Santa Luca y Santa Teresa de dicho estado.
En la esquina Venus se iniciaba una bajada hacia el sur, la
cual viene a ser la calle llamada Quebrada Honda (que tiene muy
pocos habitantes) y que termina en un camino que conduce a la
nombrada parroquia fornea El Recreo, popularmente llamada
Sabana Grande. Las viviendas de esta calle apenas s alcanzaban
las dos cuadras, al final de las cuales monseor Esculpi construy
la Capillita de Santa Rosa. Tambin el seor Heriberto Tinoco
instal una fbrica de camas de hierro que, junto con la Phonix
de don Flix Carpio, en la futura urbanizacin Los Cortijos de
Lourdes, seran las primeras de Caracas.
Fatal accidente automovilstico
Al bajar el camino hacia el entronque con la Hacienda El

Conde, ms o menos donde atraviesa el primer puente que existe
hoy, an puede observarse desde el parque Los Caobos el rasgo de
una antigua acequia de riego que tena un puentecito de madera
llamado Puente Canoa para el uso de carretas y animales, mulas,
carros de bueyes y bestias de silla. Ah se dio el desgraciado caso
que, ya habiendo llegado al pas los primeros automviles, la
familia del apreciado seor don Francisco Hernaiz gerente del
Banco Caracas y hermano de don Carlos Hernaiz, quien fuera el
53

primer contador del Banco de Venezuela, al regresar de pasar

unas vacaciones en el burgo llamado Los Chorros de los Dos
Caminos, en el estado Miranda, una falsa maniobra del chofer
hizo que el auto faetn, capota cuadrada y cuatro cilindros, que
tambin llamaban de tablita, se saliera del puente y se volcara de
un todo sobre la acequia, con el resultado de que una seora y
unos nios, familiares de los Hernaiz, que venan de pasajeros,
resultaron ahogados.
Este acontecimiento represent una catstrofe para Caracas;
las gentes iban en romera a ver el puentecito y acequia, y hacan
los ms variados comentarios acerca de aquel acontecimiento
que enlutaba a una familia de merecido aprecio por parte de las
personas que tuvieron oportunidad de conocerlas.
Dando algunas vueltas, este camino de recuas pasaba por
la entrada de la Hacienda Ibarra, hoy convertida en la Ciudad
Universitaria, y continuaba al pie de una hilera de altos chagua-
ramos, ms o menos al trmino de la plaza redonda de los Vena-
ditos, conjuntamente con el puente que serva de paso al ferroca-
rril, donado a la nacin por el gran urbanizador de esa hacienda
llamada Los Caobos, don Luis Roche.
54

CALLES SURESTE (SURESTE 2)
De Gradillas a San Jacinto

La esquina Gradillas represent en aquella Caracas uno de
los sitios claves de la ciudad, y decimos clave por haber sido en
ella donde se dio el trmino de gradilleros a los jvenes que
se congregaban all todas las tardes. San Francisco y su Ceiba
tambin fueron clave en el sentido de los negocios, como punto
de contacto entre los interesados y los Corredores, especial-
mente cuando de dinero se trataba.
Esquina Las Gradillas (fuente: Caracas, la ciudad

que no vuelve, de Guillermo Jos Schael).
Contigo mi amor, pan y cebolla reza un adagio popular.

No es nuestra intencin o pensamiento vincular este adagio con
el amor o con el dinero, aunque los gradilleros, con su perseve-
rancia a la orilla de las aceras, esperaban ansiosos ver pasar, entre
las bellas, la dama de sus ensueos. Por eso en San Francisco
los nervios se mantenan en tensin; de cuando en cuando se
tomaban un cafecito para tratar de amortiguar la espera; de un
55

ngulo al otro, de all a la redoma de la Ceiba y hasta el requeri-

miento personal: no has visto a fulano?... a quin, al Venado?
(se referan al corredor Esteves, el ms solicitado, cuando en
Caracas no haba bolsas).

Esta foto corresponde al nuevo edificio que actualmente est construido, una
vez que fue eliminado el antiguo Pasaje Ramella enfrente de los locales comer-
ciales (fuente: Caracas, la ciudad que no vuelve, de Guillermo Jos Schael).
La anterior fotografa corresponde al antiguo Pasaje Ramella

que existi de Gradillas a San Jacinto. En dicho Pasaje el primer
local estaba ocupado por la panadera y pastelera del doctor
Francisco Guzmn Alfaro. Aqu se iniciaba el pasillo interno que
daba a la entrada de los diferentes locales con pequeos negocios
de quincallas, tiendas y jugueteras. A mitad de cuadra exista una
entrada a un patio, el cual daba acceso al segundo piso donde
funcionaba la estacin de radio La voz de la patria, vocero de la
Iglesia catlica que estaba bajo la direccin de monseor Pelln.
La puerta principal del mencionado segundo piso del Pasaje
Ramella se encontraba enfrente de la Plaza Bolvar.
Los siguientes locales del antiguo Pasaje Ramella eran: La
Perla Azul, de Ignacio Antnez; El Botn de Oro, de Salomn
Bencid; La Dalia Azul, de Hnos. Wanon; La Rosa Blanca, de
Jos Ramrez; luego la entrada a La voz de la patria; la tienda La
Victoria, de Antonio y Jos Farage, donde conocimos (trabajando
como vendedor de mostrador) a don Salvador Salvatierra y a don
56

Manuel Antonio Tacoronte; claro est que para aquella poca

ambos eran muy jvenes y an no se les mencionaba con los
dones Esta tienda ocupaba un local ms grande que las ante-
riormente nombradas. Igualmente estaban: la Tienda de al lado;
al final, la juguetera y quincalla del popular Bellito. Continuaba
la cuadra hasta San Jacinto con un edificio separado por otros
negocios, terminaba en la esquina con la gran tienda El Gallo de
Oro de Farsen Ramia, una de las ms importantes de la ciudad.
Su local era muy espacioso y elegante.
En la acera de enfrente, al sur de la calle, quedaba la joyera
y relojera Pars, sucursal de La Perla, de Pujol & Ca., regentada
por el seor Daz, quien al cabo de varios aos fue nombrado
gerente de la sucursal de esta firma en la ciudad de Valencia.
Ms adelante funcionaban: la quincalla Don Pancho, de Pancho
Prez, padre del popular reportero grfico El gordo Prez; y el
Tea Room, elegante y moderno saln de t, cuyo alumbrado fue
dispuesto por medio de lamparitas elctricas colocadas al centro
de las mesitas. Luego, la gran tienda de don ngel Morazzani, La
Perla de Margarita, tienda de gran lujo que ocupaba un hermoso
edificio de dos pisos con una escalera central en Y. Tambin
tenemos que considerar como importante y muy bien insta-
lada la tienda Liverpool de la firma Juan Manuel Daz & Ca.
En la esquina San Jacinto, en el rea que ocupa hoy el Banco de
Comercio, existi la tienda La Linda de los Bendayn.
San Jacinto

La Plaza del Mercado, como la llamaban, tena en un pedestal
una estatua del Ilustre Americano, ttulo del presidente Antonio
Leocadio Guzmn Blanco. Alrededor de este monumento se
colocaban los vendedores de pjaros (turpiales, azulejos, loros y
esos pericos que llamaban cara sucia). Tambin all se colocaban
los muchachos limpia botas, quienes portaban sus cajoncitos de
propia fabricacin. Antes de llegar a la primera nave del edificio,
construido de norte a sur, en su entrada central se encontraba
la venta de flores diversas: claveles de Galipn y azucenas, rosas
y dalias, geranios, gladiolas y helechos para la confeccin de
ramos y coronas. Ya en el propio edificio del Mercado Principal
llamado as aunque no haba otro estaba la venta de refrescos
57

y de frutas nacionales; igualmente los llamados frutos menores

o verduras: ames, apios, papas, batata, ocumos, papas blancas y
rosadas, yuca y gran variedad de hortalizas.
Enfrente de esta primera nave y a mitad de la cuadra, sobre la
acera norte, estaba colocado el pedestal cilndrico de menos de
dos metros de alto y como de cincuenta centmetros de dimetro;
lugar donde estaba, de canto, la piedra circular achatada, medio
inclinada hacia atrs, y que tena en su centro una especie de clavo
grande, que al reflejar su sombra en el horario grabado alrededor
de la piedra indicaba la hora. Esto se llamaba El Reloj de Piedra,
en realidad se trataba de un reloj de sol.
La susodicha nave tena una salida al sur, como se puede
apreciar en la siguiente fotografa, tomada del libro del escritor
Guillermo Jos Schael, titulado Caracas, la ciudad que no vuelve.
Plaza San Jacinto (fuente: Caracas, la ciudad que no vuelve, de Guillermo Jos Schael).
En la foto puede observarse una explanada y unas gradas que,

en forma de escuadra, daban acceso a las callejuelas que separaban
al Edificio del Mercado; en este ltimo se expendan las carnes.
En el edificio contiguo, donde estaba el llamado Pasaje Linares, el
edificio constaba de dos pisos y tena su frente hacia la calle Este
4, de Traposos a Chorro. Este Pasaje Linares enlazaba con una
58

calle al frente del lateral sur de la Plaza El Venezolano, que era su

verdadero nombre y la Sur 1, entre San Jacinto y Traposos. Este
era el lugar donde se realizaba el comercio de frutos al por mayor,
y cuyo horario de trabajo era de las siete de la noche a las siete de
la maana. Cumplido este horario, los remanentes de frutos o
productos deban ser retirados de la Plaza del Mercado, dejndola
totalmente barrida de toda clase de desperdicios; pues aquello
era un barullo de huacales, cajas y mochilas; eran pilas o rumas
en el suelo que seran negociadas con los comerciantes detallistas
de la ciudad y sus alrededores. Sin embargo, no dejaban de verse
algunos burritos rezagados por all, aunque a todos los arrieros
que transportaban cargas hasta la Playa as se llamaba les estaba
prohibido retener los animales; haba que descargar y llevrselos
a pernoctar en otro lado. Los frutos que no se vendan en el
horario establecido deban depositarse en los locales que a este
fin existan; el precio pagado por los depsitos eran cantidades
insignificantes.
En la acera norte, enfrente de la plaza y el mercado, recor-
damos la Sombrerera Ochos, que por cierto sufri un incendio.
Dicho local posea, como es normal, de mercancas secas, telas de
las firmas de Parientes y Carcientes Hnos. Tambin funcionaba
all la quincalla de Jacobo Bendayn, as como la casa matriz de
los Almacenes Caracas, fundada por Pablo Snchez de Len.
En la esquina Doctor Pal quedaba la Farmacia Santa Sofa,
bajo la firma de Suels & Ca. En la esquina, en uno de los locales
del edificio del Mercado que los daban en arrendamiento se
instal la Ferretera Lovera, propiedad del padre del abogado,
poltico y diplomtico Virgilio Lovera, y del mdico Ildemaro
Lovera. Hacia el sur estaba la acreditada tienda de Joseto: Fortu-
nato y Salomn Benarroche. En el otro ngulo exista una sucursal
de la joyera y relojera La Perla de Pujol & Ca.
Como tambin puede apreciarse en la foto, el edificio del
mercado, llamado San Jacinto, se iniciaba en la esquina Doctor
Pal, con unos locales hacia el sur. Hacia el frente se extenda al
oeste, exactamente hasta donde estuvo ubicado, ltimamente,
El reloj de piedra, al frente de los Almacenes Caracas, y de all,
nivelando con la Plaza El Venezolano hasta el Pasaje Linares, al
centro de la manzana.
59

Seguidamente estaban la esquina Salvador de Len y tres

zapateras del primer orden: La Bota Colorada, propiedad de don
Juan Santos Gonzlez; la de Esteban Gavotti y la de Boccardo &
Ca.; luego, la quincalla del seor Arecio Urdaneta.
Cuchillo para su garganta
Entre las esquinas Doctor Pal y Salvador de Len, exacta-

mente donde se construy el edificio para el Banco Metropoli-
tano, existi una casa que tena un patio rodeado de salones, de
los cuales tres ocupaban las aulas del Liceo Caracas; y uno que
estaba destinado para la direccin y subdireccin administrativa,
cargos desempeados por el doctor Luis Espelozn y por don
Rmulo Gallegos. En el resto de los salones funcionaba la Escuela
Federal Andrs Bello, donde conocimos varios directores, entre
ellos los maestros Benan y Zamora.
El cuarto grado de esta escuela era dirigido por el maestro
Antonio Orns, quien tambin realizaba trabajos de astronoma
en el Observatorio Cajigal. El profesor de educacin fsica era un
coronel activo del ejrcito, de uniforme y todo, quien nos sacaba
todas las tardes en marchas por las calles adyacentes, y hasta se
detena en la ancha acera del mercado, en la esquina Doctor Pal,
para realizar movimientos de gimnasia sueca, como los llamaban.
Pasado algn tiempo, la Escuela Andrs Bello fue separada del
Liceo Caracas y fuimos a parar a una casa entre las esquinas de
San Pablo y San Juan, muy cercana a la Plaza Miranda del antiguo
Silencio. En esa poca el gobierno estableci la obligatoriedad de
recibir en los colegios y escuelas la instruccin militar, para ello
todos los estudiantes fueron dotados de uniformes verde oliva
y de una tela que llamaban caqui, que al lavarla se encoga. Los
fulanos uniformes eran de pantaln corto y camisa, sta se deba
meter por dentro de la cintura del pantaln, el cual se sostena
con una correta de la misma tela con hebilla. Igualmente, el
sombrero de ala tiesa y cuatro golpes en la copa, similares a los
que usan los Boy Scout. Adems, y para completar el cuadro,
fuimos dotados de un pequeo fusil de madera. Aquello era de
comenzar a contar y no terminar. Nuestro mencionado coronel
era de apellido Snchez y tomaba en serio el asunto, hasta que vino
una orden de eliminar todo aquello, porque parece que alguien
60

le dijo al general Gmez que estaba preparando cuchillo para

su garganta.
Ms adelante estaba el almacn de vveres de la firma Delgado
& Ca., de donde salieron varios mayoristas como su despachador
Eduardo Antonini Moya y Oscar Martnez. Luego la bodega
de Matute y, en la esquina, La Canadiense; sta era dirigida en
sociedad por Eduardo Antonini y Jos Delgado. No pasaron seis
meses sin que Eduardo Antonini hubiera transformado aquella
pulpera en moderna Casa de Abasto, en la cual nombr como
gerente a su hermano Guillermo, quien abri un mayorcito de
vveres que a la vuelta de pocos aos contaba con sucursales en
El Valle, Las Acacias de Sabana Grande y otra en La Florida, en
la calle posterior del Club que don Pedrito Berrizbeitia para la
construccin del hermossimo Templo de la Virgen de La Coro-
moto.
De Salvador de Len a Socarrs vivi el doctor Daniel Rodr-
guez Rivero, rector de la Universidad Central de Venezuela, la cual
era la nica en el centro del pas, pues ya tenamos la de Mrida. En
la acera de enfrente quedaban: la casa solariega de don Wenceslao
Bustillos y el Banco Agrcola y Pecuario en el edificio del lado sur.
Haciendo esquina en Socarrs viva la familia Felizola; de Socarrs
a Puente Ynez, la familia de Rolando Anzola, y enfrente Isaac
Pardo con su especializado negocio para profesionales; estos dos
ltimos personajes estaban entre los cabeza caliente del 28. En la
esquina de Puente Ynez, un edificio de la firma Blohm & Ca. De
Tracabordo a Miguelacho, donde funcionaba el Liceo Urdaneta,
el doctor Efran Gonzlez construy una casa muy bonita; para
esa poca l desempeaba la cartera de Hacienda.
En la siguiente esquina, Peligro, fue construido el Puente
Repblica, que form parte de la expansin de la ciudad al dar
paso por esa va hacia la Hacienda El Conde, luego reconocida
como Los Caobos. Esta nueva arteria enlazaba con el Puente
Bolvar y con la Calle Real de Quebrada Honda al final de la
bajada que vena de la esquina Venus. A la salida del nuevo
puente, sobre la Quebrada Anauco, la Cervecera Caracas cons-
truy varias edificaciones, siendo la ms importante la que cubri
toda la manzana al este del Teatro Caracas donde qued instalada
la fbrica.
61

En la esquina Sur, Antonio Jos Castillo, eminente mdico,

promovi y realiz la construccin de la Clnica Razzeti, en una
edificacin de dos pisos con todos los adelantos y requisitos nece-
sarios para ofrecer un eficiente servicio. En la siguiente cuadra
construyeron la Congregacin de las Hermanas de San Jos de
Tarbes (el internado que llaman El Patronato), y en la acera de
enfrente se instal la licorera de la firma Eduardo Marturet &
Ca. El doctor Ascanio Rodrguez, en la siguiente esquina, cons-
truy una casa con unos caprichosos relieves egipcios e instal
unos laboratorios de productos medicinales. En una oportunidad
este mdico ocup un curul en el Concejo Municipal del Distrito
Federal.
Entrando ya en la calle Real de Quebrada Honda, el seor
Heriberto Tinoco estableci una pequea fbrica de camas de
hierro. De esa primera esquinita, pasando enfrente de la capillita
de Santa Rosa, se llegaba al frente de la estacin del Ferrocarril
Central donde, con el paso del tiempo, se fueron construyendo
algunas viviendas al margen de la lnea frrea hasta formarse
la llamada Calle La Lnea, la que vendra a conformarse luego
como la gran Avenida Libertador. Despus de que se elimin
el servicio ferroviario en esa va, extendieron sobre la ruta una
lnea de electricidad para poner a funcionar unos trolebuses con
dos pisos, provistos de electricidad por medio de una especie de
percha, como lo haban tenido los tranvas; ahora se formaba una
armazn metlica ancha desde el vehculo hasta alcanzar el cable
conductor de la electricidad.
Esta calle (La Lnea) atravesaba la urbanizacin Los Caobos,
segua hacia la parroquia fornea El Recreo, o sea Sabana Grande,
y terminaba en una quinta que construy el seor Otamendi,
empleado de la Compaa Venezolana de Electricidad, la cual
funcionaba en la esquina La Bolsa. Siguieron otras dos quintas
ms hacia la calle Negrn, la cual tena un hermoso parque, en
cuyo frente haba un corredor donde el brujo (o yerbatero) reciba
diariamente las consultas de las gentes, quienes, provistas de frascos
con muestras de orines, hacan cola esperando el turno de sus
consultas. Este brujo, quien se llamaba Negrn (y quien le dio el
nombre a la calle), se hizo clebre al acertar sus adivinanzas hasta
con miembros de la familia del general Gmez, cuyos retratos al
leo y en grandes dimensiones estaban colocados en atriles.
62

En la calle real, entrando por Los Chaguaramos, estuvo la

quinta Bolvar que construyera el periodista Camacho, quien,
como descendiente del Libertador, logr una pensin del
gobierno de J. V. Gmez.
Antes de llegar a Chacato nos toca recordar el Bar Las Palmas
donde concurran frecuentemente los jvenes de la poca, toda
vez que su dueo, el Sr. Chucho Vera, oriundo de Guarenas,
era muy popular. Lo anterior representa hoy da la parroquia El
Recreo, popularmente llamada Sabana Grande.
Calle Este 4

De San Francisco a Sociedad funcion el Banco Holands,
luego se mud de Padre Sierra a Bolsa. Jos Ugueto, excompaero
en la Casa Cubra & Ca. Sucs., se independiz y abri en esta
direccin un negocio de artculos para caballeros.
A su vez, el negocio llamado La Puerta del Pan Grande, de la
firma Ynez & Tirado, fue un establecimiento innovador, toda
vez que su concepcin comercial estrib en la extensa variedad
de artculos que ofreca al pblico, manteniendo un precio ms
bajo que la competencia. Adems de las telas y adornos, as
como quincallera y juguetera, ofreca helados, refrescos, dulces
y galletas. En la puerta de la entrada mantena una pianola para
complacer las exigencias de los compradores de rollos de msica,
tanto clsica como la de aires populares. La gente se acercaba al
gran espacio que proporcionaba el retiro del frente de la casa de
la acera. Aquello fue un xito.
Altercado fatal

A raz del asesinato del gobernador de Caracas, don Juancho
Gmez, ocup ese cargo el general Julio Hidalgo quien tom
parte, como es de suponer, en la ola de represin que se suscit
en Caracas donde medio mundo, como se dice, fue a parar a La
Rotunda y a los stanos del Palacio de Miraflores.
Parece que uno de los detenidos y torturados fue uno de
los Galavs. A partir de esos acontecimientos surgieron muchas
enemistades entre los polticos y los militares. La Puerta del
Pan Grande sirvi de escenario al fatal desenlace de uno de esos
63

acontecimientos: entraba el uno o sala el otro, no podemos

precisarlo; segn parece, Hidalgo le dio un empujn o un trompn
al Galavs, ste cay al suelo y desde all dispar certeramente
contra Hidalgo.
Continuando haba una farmacia. Luego, en cada uno de los
ngulos de la esquina Sociedad, el National City Bank, de origen
norteamericano y el Royal Bank de origen ingls. Mudado el
National City para su nuevo edificio de la esquina Santa Capilla,
la Casa Belga de don Carlos Basalo Rodrguez ocup ese gran
local. Algo ms adelante, hacia la esquina Traposos, estaba la
ferretera y artculos de deporte de Mrquez Mrmol & Ca., y
seguidamente la quincalla de don Miguel Benatuil.
Descripcin del Banco de Venezuela y la personalidad del

doctor Vicente Lecuna

Subiremos ahora las cuatro gradas que conducen al vestbulo
de las tres puertas de hierro que dan acceso al Banco de Venezuela,
con sus pisos y mostradores de mrmol blanco; ya hemos dejado,
lateralmente, dos patiecitos con grama que estn all. Entrando
por la puerta este se encuentran: la oficina de la presidencia y el
espacio que ocupa la amplia escalera que conduce al segundo
piso. Luego nos topamos con la oficina de crditos donde laboran
Eduardo Siblez, Rafael Alemn, Rodrigo Sosa Fernndez y Ral
Oyarzabal. El Departamento de Giros del Exterior est dirigido
por las siguientes personas: Emilio Beiner, Carlos Niemchik,
Antonio Jos Sucre, Ramos Sucre, Francisco Rendiles, Domingo
Antonio Mintbrum, Edgardo Garca Arocha, Mercedes Matheus,
Lulu Arias, Manchi Carriles, Francisco Moya y, ltimamente,
Juan Lpez de Ceballos. A continuacin encontramos el Depar-
tamento de Cobranzas, cuya direccin est a cargo de Oyar-
zabal (hermano del ya nombrado Ral Chity, quien finalmente
alcanz la jefatura del servicio) y a Rodriguito, a quien llam-
bamos Apolo.
En este momento de la historia que comentamos abrimos un
parntesis para nombrar a los excompaeros del Departamento
de Giros que habamos olvidado: Hctor Borges Acevedo (el
curita Borges), Luis Johnson, Daz Espinosa y Jos Fernndez
(el Curra). En la pared, al fondo de los citados departamentos, fue
64

colocado el gran cuadro dividido en tres secciones: La conquista,

La agricultura y El comercio, realizado por el pintor Tito Salas.
Al fondo, en un pequeo saln, estaba Juan Carapaica, quien
utilizaba una manigueta para bajar la plancha de hierro que
comprima el libro de hojas transparentes y copiaba la corres-
pondencia escrita en mquina en una cinta hmeda en tinta. En
esa poca no exista el papel carbn para sacar copias.
Enfrente del primer patio quedaba la Secretara, all conocimos
a don Inocente Palacios, a don Jos Manuel Bentez, a Guillermo
Toro Ramrez y a Emilio Beiner; este ltimo pas a la Presidencia
antes que Eduardo Fernndez y Feliciano Pacanins. En la bveda
que quedaba en el centro del local estuvo primero Guillermo
Surez y despus a quien llambamos Casa blanca. Los cajeros
eran Arvalo Gonzlez, recibidor; Alemn, en ahorros. En Cuenta
Corriente estaban Gonzlez (del departamento) y Jos Rafael Prez
Luna, hijo del presidente Juan Bautista Prez. Tambin laboraban
all: Gonzalo Ustriz, Loynaz, Manuel Bentez, Agustn Coll,
Esther Barret, Lola Coll, Reville, Ignacia Solano. Hacia el fondo
del segundo patio trabajaban: don Carlos Hernaiz, contador
principal; Manuel Tirado, sub-contador; adems, Domingo
Montbrum, el seor Iribarren y el seor Clemente. En el departa-
mento del gobierno nacional laboraban Luis Domnguez Urbano
y su hermano, cuyas oficinas ocupaban el lado oeste.
Al doctor Lecuna le fue encomendada por el Gobierno
Nacional la restauracin de la Casa Natal del Libertador, as
como la revisin y ordenamiento del archivo de sus manifiestos,
proclamas y correspondencia epistolar tan llena de enseanzas
y patriticos sentimientos sobre libertad individual y colectiva.
Enseanzas que nos leg dentro del orden y respeto a las leyes,
nica forma del ejercicio pleno de la democracia del pueblo,
para el pueblo y por el pueblo. En tres tomos describe sus obser-
vaciones el doctor Lecuna como indiscutible contribucin a la
formacin moral y espiritual de las nuevas generaciones.
El doctor Lecuna tena muy en alto grado al clebre pintor
Tito Salas, es por ello que le encomend una obra pictrica para
ornamentar el Banco de Venezuela; de all aquel valioso cuadro
de grandes dimensiones concebido en tres partes que reflejaban
la poca de La conquista, El comercio y La industria, el cual fue
colocado en el ala derecha de las oficinas del banco.
65

Un modelo para Tito Salas
En el Departamento de Cobranzas del Banco de Venezuela

prestaba sus servicios como oficinista el seor Omar Hernndez,
quien en varias oportunidades fue utilizado por Tito Salas como
modelo para pintar el rostro del Libertador. Hernndez haba
sufrido una fractura en la cadera, por ello, al caminar, se vea obli-
gado a inclinarse del lado izquierdo y hacia adelante; de aguilea
nariz, pobladas cejas que formaban un arco muy pronunciado, de
finos labios y corta barbilla. Los que conocimos y tratamos perso-
nalmente a Omar Hernndez (quien resida con su familia en la
calle Este 10, de Curamichate a Rosario), cuando visitamos la
Casa Natal del Libertador contemplamos en las diferentes crea-
ciones de Tito Salas en el rostro de Bolvar divulgado en oleo-
grafas de todos los tamaos, cmo en El Libertador se demuestra
la gran influencia que ejerciera el fsico del mencionado modelo.
En la oportunidad de la reunin que en las gradas del Banco
de Venezuela promoviramos los empleados de la entidad para
hacer una manifestacin por las calles en apoyo a los estudiantes
presos esa maana en el Cine Capitol, con motivo de la frustrada
celebracin de la semana de los estudiantes nos demostr su
angustia y preocupacin el doctor Lecuna, al tratar de inducirnos
a evitar toda gestin que proporcionara al gobierno tomar medidas
drsticas, de consecuencias imprevisibles, como en realidad sucedi
con los empleados del banco que fueron a parar a La Rotunda;
incluso con personas inocentes, como don Guillermo Surez,
cajero principal, cuyo cautiverio dur tres aos.
Continuando el recorrido, al este del edificio del Banco de
Venezuela estaba La Casa Sport, propiedad del doctor Csar
Anzola, bajo la direccin de un joven de apellido Zabala. En
seguida la Librera Continental, y en la esquina Traposos la zapatera
Rex y venta de materiales que fundaron los hermanos Benarroche,
la que finalmente qued en manos de Carlos y Jos Beracasa.
Al frente del Banco de Venezuela, en el rea que ocupa hoy el
Pasaje Zingg, funcionaba la importante ferretera y quincalla
de los Hnos. Santana, la cual desapareci a consecuencia de un
voraz incendio. En la esquina Traposos, en un hermoso edificio,
funcion otra ferretera llamada Al Sol, de la firma de Dalmayar
66

& Vera Len. En toda el rea que ocupaba esta ferretera fue
construido el edificio del Banco Industrial de Venezuela.
Al norte, entre Traposos y Chorro, se levantaba el antiguo
edificio Linares, de dos pisos, donde estaban instalados el Hotel
Continental, la Librera Espaola y otros negocios que llegaban
desde la entrada del llamado Pasaje Linares hasta la Playa del
Mercado. En la acera de enfrente se encontraba El Lpiz Ameri-
cano, de Esteves & Ca., atendido por el amigo Carmelo Cavalieri.
Luego, la refresquera El Polo y a continuacin las instalaciones
tipogrficas de El Cojo Ilustrado, propiedad del doctor Jess
Mara Herrera Irigoyen. Luego, los almacenes de vveres de los
hermanos Echenagucia y de la firma Basso & Ca.
El ejemplo de Rafael Blandn
En esta direccin comercial actu el popularsimo Rafael

Blandn, quien comenz humildemente en un zagun alquilado
en la esquina El Hoyo, vendiendo tapones, bombillos, fusibles, y
poco a poco fue aumentando el nmero de materiales elctricos.
As, Blandn se fue dando a conocer entre los consumidores que
con frecuencia visitaban la vecina Compaa Venezuela Elec-
tric Light distribuidora de la energa que le suministraba por
contrato a Electricidad de Caracas, para solicitar corriente o
cancelar el consumo domiciliario, ya que el alumbrado de las
calles y la energa trifsica se la reservaban las empresas produc-
toras; igualmente el consumo de las parroquias forneas.
En consecuencia, Blandn, con su eterna sonrisa y su gran
espritu de servicio, se fue convirtiendo en el imprescindible
mediador para hacer las instalaciones elctricas en las casas de
familia y en los comercios; suministraba los materiales necesarios
a gran nmero de personas que haban hecho de esta actividad
una profesin.
Pasado el tiempo, Rafael Blandn alquil una casa vieja con
un local de tres puertas al centro de la ciudad, adquiri crditos
comerciales y estableci su negocio. Aunque debemos aclarar que
aquello operaba en el mayor de los desrdenes, pues solamente
Rafael saba dnde estaban las cosas; era verdaderamente un
zaperoco. Para tal desorden, imagnense nuestros lectores: unas
armadurotas que llegaban al techo, una escalera de un solo pie
67

para bajar la mercanca que vidamente le pedan los clientes; la

mercanca estaba tan mal ubicada, que llenaba el espacio de afuera
del ancho y slido mostrador de madera. La situacin tambin se
complicaba porque Blandn acostumbraba, digamos, amarrar
a los clientes, despachndoles un solo artculo, dejndolos
pendientes para continuar atendindolos y hasta para cobrarles,
muchas veces. Adems, se converta en el hombre mltiple
en su deseo de atenderlos a todos, de tal manera que para una
taponera, por ejemplo, en su precipitacin, quebraba una costosa
lmpara; sin embargo, este negocio gozaba de mucha simpata,
era un negocio de tipo popular, no haba vidriera ni lujos; a pesar
de que haba un muchachn y hasta una seora por all, la gente
prefera esperar a Rafael, y en caso de que el muchacho o la seora
hubieran atendido a las personas necesitadas, ellas no confiaban
en los precios hasta que Rafael lo confirmara.
Era la poca en que se pensaba que la base del xito comer-
cial consista en la economa de los gastos generales. Es decir,
antes que vender era necesario saber comprar, axioma que Rafael
Blandn pareca interpretar fielmente:
Cunto quieres t por eso? y la contestacin no se haca
esperar:
Cuarenta bolvares te parecen bien?...
No, no, no, cmo va a ser!, cuarenta bolvares cuesta un
solo perol o dos peroles. Bueno, vamos a liquidar para ayudarte,
llvatelo por sesenta bolvares y, rus!, ya est, se acab.
La persona aceptaba porque en realidad todo aquello haba que
botarlo y para eso se lo llevaba a Blandn para ver si sacaba algo.
Se trataba de materiales elctricos usados que con una limpieza,
y despus de colocados, no se diferenciaban de los nuevos.
En la esquina El Chorro, en una casa muy grande de dos patios
y un portn hacia la Sur 3 y cerca de la esquina Doctor Daz,
estaban instaladas las oficinas de la acreditada firma Boulton y
Ca., as como los representantes de la Redy Line de Vapores;
quedaban diagonalmente con el ngulo oeste o La Zona Trrida,
que era una tienda de vasta clientela. Enfrente estaba el Almacn
de Vveres de la firma C. Misle & Ca., y en el siguiente local
quedaban los almacenes de Tamayo & Ca., agentes de los ciga-
rrillos Camel.
68

En la esquina Coliseo conocimos la farmacia de Argimiro

Ruz, antes de mudarse para la de Urapal. Tambin conocimos,
al final de la cuadra, a don Antonio Santaella, propietario de la
Hacienda Trapichito que quedaba entre El Consejo y Tejeras del
estado Aragua. La clnica del doctor Cervoni estaba enfrente del
recin construido templo del Corazn de Jess, donde estaba la
residencia de los reverendos sacerdotes dominicos. Luego, y antes
de llegar a la esquina Perico, veamos la hermosa residencia del
doctor Guillermo Tell Villegas, a quien lo correspondi desem-
pear interinamente la Presidencia de la Repblica y cuya foto-
grafa inicia el grupo que inaugur la avenida de Los Caobos.
De Perico a Monroy vivieron Horacio Machado y su esposa
Margot Llamozas. En la casa nmero 35 residi la seora Rosario
Echezura de Garca con su familia; enfrente vivan Carmela
Estvez y don Juan de Paredes. Haciendo esquina en Monroy
construy su residencia Enrique Gonzlez Orta, dueo de la
quincalla La Mima; seguidamente una agencia de mesoneros
llamada La Moderna, propiedad de un seor Garca. A mitad
de cuadra se instalaron los talleres de la tipografa Vargas, de
Juan de Gurruceaga, a quien sus amigos llamaban por cario
El cabezn. Al final de esa cuadra y antes de llegar a la esquina
Misericordia, estaba la residencia del doctor Enrique Tejera y al
frente don Julin Vera Len.
Entre las esquinas de Misericordia y Pele el Ojo vivi Luis
Betancourt, padre de Rmulo. En esa cuadra tambin estuvieron
las oficinas de Rodrguez Zabogal. De Pele el Ojo a la Quebrada
de Anauco vivieron Mara Moya, viuda de Emilio Antonini, en
unin de sus hijos; el seor Oscar Torrens y el autor de estos
recuerdos. Para entonces an no se haba construido el Liceo
Andrs Bello. Ese espacio tena una callecita en el medio; eran
viviendas humildes que daban al sur con una pared de tapia, y
hacia el este con una puerta de hierro que serva de entrada a la
Hacienda El Conde.
La Plaza Misericordia era el terminal del tranva del Parque
Carabobo, como tambin se le deca a esa plaza. Una vez cons-
truido el puente Luis Brin sobre la Quebrada Anauco, se
inici la expansin de la ciudad al este. All se construyeron, de
ambos lados de la calzada, una serie de quinticas con barandas
de concreto. A la salida del citado Puente, calle de por medio y
69

transversal ciega, frente al Teatro Caracas en la prolongacin de la

Avenida Este, construy dos valiosas casas gemelas y de dos pisos
cada una el coronel Jos Murillo. Ms adelante construyeron La
Clnica Caracas, una pequea clnica odontolgica y una quin-
tica del doctor Alfonzo Espinosa, que ms tarde perteneci a Luis
Guzmn. En la siguiente esquina estaba un pequeo edificio del
Ipasme, y seguidamente la hermosa casa del hijo del acaudalado
seor Len Taurel, que por cierto en una oportunidad lo secues-
traron sin que recordemos las razones ni sus resultados.
Luego veamos una calle transversal hacia el norte con la
Avenida Este; al fondo estaba el edificio de la Cervecera Caracas.
Seguidamente, quedaba la Escuela Experimental Venezuela y
al frente el Frontn Jai Alai, Pelota Vasca, y el Saln de Tea
(panadera) La Suiza. Estas ltimas edificaciones fueron, como el
Museo de Ciencias Naturales, realizadas durante el gobierno del
general Lpez Contreras. La construccin del Museo de Bellas
Artes y la gran avenida central de Los Caobos fueron ejecutadas
en la poca de Gmez. Esta avenida estaba ornamentada en toda
su extensin.
Gmez: El Estado soy yo (fuente: revista lite).
Al fondo de esta anterior fotografa se puede apreciar el

tupido bosque de Los Caobos, por cuyo parque central atraviesa
la hermossima avenida, la cual fue inaugurada por el presidente
Juan Vicente Gmez, ministros y altos funcionarios pblicos.
Esta avenida se extenda desde el Museo de Bellas Artes hasta
alcanzar el final del citado bosque de caobos, los cuales feuron
adquiridos por el gobierno nacional y provenientes de la Hacienda
El Conde.
Su ornamentacin, a cada lado de la mencionada avenida,
corresponda a grandes pedestales coronados con jarrones estilo
70

versallesco, coronados de flores naturales, algo similares a los

utilizados en la actual Plaza de los Prceres, al frente del Crculo
Militar.
Continuando el camino carretero de la parroquia fornea El
Recreo, a la entrada del callejn de la Hacienda Ibarra se extenda
una hilera de altos Chaguaramos que alcanzaban las primeras
casas del poblado comnmente llamado Sabana Grande, donde
hacia el norte se encontraba el templo parroquial. De all, a la
Quebrada Chacato, lmite del Distrito Federal.
A continuacin presentamos una lista de las personas ms
renombradas de esa poca:
Doctor Guillermo Tell Villegas Pulido, Procurador de la
Nacin
Coronel Julio Melndez, edecn del presidente Gmez
General Antonio Pimentel, compadre del general Gmez
Seijas Cook, escritor
Doctor Adolfo Bueno, mdico del general Gmez
Doctor Antonio lamo, ministro de Fomento
Docto Toms Bueno, ministro de Obras Pblicas
Doctor Melchor Centeno Grau, ministro de Hacienda
Doctor Francisco Baptista Galindo, ministro de Relaciones
Interiores
Coronel Gonzalo Gmez, hijo del general Gmez
Coronel Graciliano Jaime, jefe de los edecanes del presidente
General Juan Vicente Gmez
Coronel Eloy Tarazona, edecn del presidente Gmez
General Jos Vicente Gmez, inspector del ejrcito y vice-
presidente
Doctor Carlos Jimnez Rebolledo, ministro de Guerra y
Marina
Doctor Rubn Gonzlez, ministro de Instruccin Pblica
71

AVENIDA OESTE
Nos resulta sumamente corta la distancia entre las esquinas

La Torre y Principal, y luego a Pagita, en cinco cuadras, como
si fuera otra avenida.
Despus del local de la citada botillera La Iberia, nombrada
en la Avenida Norte, la seora Matilde Badaraco viuda del que
llegaron a llamar Burrito de oro, don Pedrito Salas construy
el suntuoso edificio Washington, el cual desde un principio se
constituy en un hotel de cuatro pisos con su patio central y con
vistosas escaleras.
En uno de sus locales, al frente de la Plaza Bolvar, funcio-
naba la Cervecera Strich, la cual fue adquirida por un empleado
de la Cervecera, el seor Juan Donzella, a consecuencia del
fallecimiento del seor Strich, quien era de origen alemn. La
cerveza para esa poca se venda en vasos de cristal con asas, estilo
barrilito, en virtud de que la fbrica entregaba el producto en
barriles de madera; se utilizaba un sifn para gasificar la cerveza.
En otro local de dicho edificio, Josuso Vallenilla mont una
lujosa peluquera que ofreca todos los servicios de belleza para
las damas y cortes de pelo y hechura de barba, como se deca,
incluyendo lavados de cabeza y masajes. Luego estaba el Archivo
General de La Nacin y el edificio de dos pisos para la admi-
nistracin de El Correo, construido por la administracin del
general Cipriano Castro en la esquina Principal, diagonal con la
Casa Amarilla, donde para esa poca funcionaba el despacho del
Presidente de la Repblica.
Enfrente y haciendo esquina, la familia Arismendi edific el
Teatro cine principal. En seguida, hacia la esquina El Conde,
quedaba la compaa Ambos Mundos, editora del diario El
Universal, la cual constaba de un edificio de varios pisos. Este
edificio fue construido en el espacio donde antes existi la antigua
casa El Conde, de Tovar, lugar donde se editaba el Nuevo Diario,
rgano del Poder Ejecutivo (gomecista). En la acera de enfrente
el gobierno del general Lpez Contreras edific la sede del Minis-
terio de Educacin Nacional. Y ms atrs, hacia el fondo de la
Casa Amarilla, existi una mansin propiedad de don Gustavo
Sanabria, la que luego fue adquirida por la familia del gran depor-
tista Teodoro Capriles.
72

Ya en la esquina El Conde, en la salida del Pasaje Capitolio, el

seor Manuel Prez Abascal construy en toda la parte norte las
gradas de ese Pasaje. Esta parte del mencionado Pasaje cuenta con
varios amplios locales, y en la parte alta de la esquina El Conde
funciona un gran hotel. Al cruzar, hacia Piango, enfrente de la
Botica, veamos el escritorio del bufete del doctor Manuel Gimn,
quien desempeara la Prefectura de Caracas en el gobierno de
Lpez Contreras, en cuyo cargo pretendi eliminar las solicitudes
de audiencia para dar rienda suelta al pueblo; sin embargo, fue tal
el barullo que se form que se vio obligado a colocar nuevamente
guardias; das especiales para sus audiencias.
En la esquina Piango, donde funciona hoy da la Jefatura
Civil de Catedral, existi la residencia veraniega del general
Antonio Pimentel, la cual fue saqueada totalmente a la muerte
del dictador. Hacia el oeste quedaba la bajada de Camino Nuevo
hasta la Subida de Moreno, detrs de Miraflores, hasta la desapa-
recida esquina Santa Brbara que bajaba hasta Pagita; hoy todo
esto est demolido.
Enfrente de la hermosa Plaza de la Capilla de Pagita entronca
el viaducto sobre la Quebrada de Caroata, en Cao Amarillo,
va El Silencio. De Pagita tambin exista una salida hacia el
puentecito de Los Jabillos con la trasversal del Ferrocarril de La
Guaira y la antigua Central Postal de Caracas. Frente a esta bajada
existi la propiedad de la familia Rodrguez, donde funcion La
Venezolana Potable Water, a cargo de su hijo Sabs Rodrguez.
73

CALLES TRANSVERSALES AL SUR OESTE
Oeste 2

En el edificio que aparece en la siguiente fotografa funcionaba
la Gobernacin del Distrito Federal, la Prefectura del Departa-
mento Libertador, El Saln de Sesiones del Concejo Municipal,
la Oficina de Recaudacin de Rentas y, al fondo, la Polica de
Caracas.
El Palacio de Justicia de 1905 (fuente: Caracas, la ciudad

En el saln a que corresponden los dos balcones visibles en la

fachada fue donde result muerto el general Eustoquio Gmez,
pocos das despus de la muerte del dictador Juan Vicente Gmez,
acaecida en la ciudad de Maracay, estado Aragua.
Eustoquio, acompaado de su hermano Simn y su yerno
Briceo, se present a las puertas del Concejo Municipal, de Monjas
a San Francisco, con un automvil lleno de maletas, las cuales fueron
trasladadas apresuradamente adentro del edificio. Eustoquio, trajeado
de negro, con un sombrero tirol de fieltro del mismo color y con
paso seguro y seguido por sus dos acompaantes, se encamin a la
74

esquina Las Monjas, detenindose un breve instante para recorrer

con la vista la aglomeracin de gente que cubra la baranda sur
de la Plaza Bolvar enfrente de la Gobernacin.
En el medio de la calle estaba extendida una fuerza de lnea
del ejrcito, al mando de un oficial que se mantena en el centro,
frente a la puerta principal que estaba cerrada, dando entrada
por una entrepuerta que se abra y cerraba cuando a alguien
le era permitido el paso. Hasta all se encamin Eustoquio. En
ese momento se inici la gran protesta, se haba reconocido al
visitante, y se prendi la mecha, como se dice; la gente gritaba:
Abajo Eustoquio!
En la Calle Oeste (de Gradillas a Monjas) quedaba el Palacio
Arzobispal, lugar donde exista una capilla, en el segundo piso,
y donde los domingos el arzobispo confirmaba a los nios que,
acompaados de sus padres, concurran para ello a las horas
correspondientes. Al fondo, como ya hemos dicho, estaban el
Palacio de Gobierno, la Prefectura y el Concejo; y ms adentro,
el cuartel de polica que tena su entrada aparte.
Entre las esquinas Monjas y Padre Sierra se levantaba el Teatro
Capitol, el cual era muy nombrado por haber servido de esce-
nario para la celebracin de la Semana del Estudiante. Tambin
recuerdo que en 1928 el argentino Pedro Zambeli instal en ese
local un gran restaurant.
El Pasaje Capitolio tuvo mucho auge y fue la obra de una
sociedad entre el general Jos Vicente Gmez (quien era dueo
hasta de las gradas) y don Manuel Prez Abascal.
De Padre Sierra a Muoz estaban: el bufete jurdico de
Silvestre Tovar Lange y una capilla evanglica que tena una
sonora campana. En la acera de enfrente, despus de la casa
que ocupaba Blohm & Ca., quedaba el gran diario La Esfera
de Ramn David Len, el cual era administrado por Edmundo
Suegart. En esta cuadra existi la acreditada tipografa de don
Pedro Valery Rsquez.
En la esquina Muoz funcionaba la botica de Ascanio Rodr-
guez, y de all a Sols y Cao Amarillo existi el gran aserradero
del general Manuel Antonio Matos, uno de los aserraderos de
mayor fama en la ciudad. Este aserradero ocupaba una extensa
rea de terreno totalmente techado. En la acera de enfrente,
Pedro Mantecn instal su celebrada fbrica de helados de paleta
75

Cruz Blanca. Por all hay una subida que enlaza con la calle que
viene de Marcos Parra a las escalinatas del Calvario, y pasando
por el tnel llega hasta la parte de atrs de la gran residencia
que construy el general Crespo, llamada Santa Ins. Esta casa
debera ser restaurada porque su arquitectura es muy hermosa;
actualmente la ocupa la Cartografa Nacional. Su frente, hacia
el norte, da hacia la estacin del Ferrocarril de La Guaira, y al
Oeste, su lateral, con el Ferrocarril Alemn. En este sitio se inicia
la amplia calle que, con rboles, llevaba hasta la esquina Sols; la
administracin del gobierno de Cipriano Castro quiso unirla con
la Estacin del Ferrocarril Central, al Este de Caracas. En esta
obra Cipriano Castro fue el precursor de la hoy avenida Bolvar.
Omitimos indicar que del Arco de la Federacin y hacia el
noroeste baja una calle que, al continuar la carretera y serpen-
teando la falda del cerro, lleva hasta la loma llamada Quintana,
lugar donde Cipriano Castro hizo construir la Escuela Militar,
llamada popularmente La Planicie. Tambin exista otro aserra-
dero propiedad del general Felix Galavs, el cual fue incen-
diado el 14 de febrero de 1936 cuando Galavs dej de ser
gobernador del Distrito Federal. Tambin haba una edificacin
que se llamaba Los Baos de Sucy, en realidad all funcionaron
en una poca unos baos pblicos.
Oeste 4
Desde la esquina San Francisco se atraviesa por unos jardines

que quedaban enfrente del Palacio Legislativo, y se llegaba hasta
la Universidad Central (bueno, sta era la nica) y a la Biblioteca
Nacional. Luego quedaba la esquina La Bolsa, de donde se sigue
a La Pedrera. En esta cuadra funcion una casa de empeo de
Pedro Nez de Cceres. De esta esquina se segua hasta Marcos
Parra y a las escalinatas llamadas de El Calvario.
Oeste 6
De Pajarito a Mercaderes, donde se levanta hoy la Unidad

Sanitaria de Caracas, existen unas gradas en toda su extensin
que conducan a la parte sur de la Universidad. Ellas fueron
construidas por la Unidad Sanitaria de Caracas. De Mercaderes
76

a La Gorda en una casa de dos pisos estaban las oficinas de la

Compaa Inglesa de Telfonos, cuyo presidente era Santiago
Vegas. De La Gorda a la esquina El Aserradero, en el viejo
Silencio ya hemos dicho, funcionaba la fbrica de cigarrillos
Bigott. De esta esquina hacia el oeste, en una cuadra, no debemos
omitir al Mocho Chingige quien, con su casucha maloliente
y donde el pueblo, en el peor de los ambientes, jugaba a la ruleta
y al dado corrido; un verdadero y deprimente foco de infeccin
en aguardiente y mujeres depravadas. A partir de all la calle, la
que bordeaba el cerro, se una a la transversal que viene desde El
Municipal.
Oeste 8

De Palma a Municipal estuvieron instaladas las rotativas de
El Heraldo en la poca en que su director era Virgilio Corao.
Enfrente del peridico, en un zagun ancho, estuvieron el argen-
tino Palacios y el chileno Herrera; este ltimo tena all una
venta de productos agrcolas y frutas, as como varios vinos de
procedencia chilena. Este negocio tuvo mucho xito debido a la
bondad de los productos; sin embargo, cuando el clebre cantante
Carlos Gardel visit la ciudad, el argentino Palacios viaj con l
a Colombia y muri en aquel accidente areo. Faltando Palacios,
el negocio fue cerrado por Herrera.
Hablaremos ahora de la esquina del Municipal a San Pablo y
San Juan hasta el pie del cerro: En la calle que va hacia el oeste (de
Cipreses a Miracielo) vivieron los Garca Arocha. Por su parte, los
seores Turco Rivas vivieron de Reducto a Miranda, en el mismo
lugar donde vivi el doctor Vicente Lecuna, y exactamente donde
el Banco de Venezuela construy un edificio. Enfrente tena su
residencia don Laureano Vallenilla Lanz; recuerdo que su hijo
Laureanito tena pantalones cortos. Tambin Luis Nez de
Cceres tena all una casa muy bonita.
Oeste 10
En el Circo Metropolitano (entre Miranda a Puerto Escon-

dido), y en el garage adyacente al Teatro Metropolitano, puede
observarse el gran desnivel que existe con relacin al piso de la
77

calle. Esto se debe a que all existi el ruedo o arena, como

tambin se llam al gran Circo Metropolitano, el que hoy se
conserva mudo debajo del piso de concreto; en el recuerdo de la
alegra que envolvi las tardes gloriosas de los ases de la tauro-
maquia como Juan Belmonte y Rodolfo Gaona. As como los
facultados Juan Luis de la Rosa, Chicuelo y Rafael Gmez (El
gallo) con sus espants; o El divino calvo, quien se atragan-
taba de toros como el que ms.
De la esquina Puerto Escondido sale una calle ciega que se une
con la transversal y que ha tenido el nombre de El callejn de las
chayotas y, ciertamente, para cuando existi el antiguo Silencio,
en una acerita alta del lado derecho hubo varias pequeas casitas
habitadas por ciertas gentes que podran haber sido motivo del
original nombre.
Continuando al oeste estaba la botica de Angelito, bajo la regencia
del gordito Michelena. Continuaba la calle o callejn Peniche, y
cerro arriba una va que daba acceso al Observatorio Cagigal.
Oeste 12
En la calle al oeste, entre las esquinas El Hoyo y Hospital,

quedaba la casa de la familia Arreaza, enfrente de la fbrica de
chocolates El Indio, propiedad del alemn Jos Hermann. Los
colaboradores de Hermann fueron Antonio Camacho y Emilio
Beiner. Camacho lleg a ser vicepresidente del Banco Unin, y
Beiner presidente del Banco de Venezuela. Ambos personajes
se formaron en las disciplinas de correccin y honestidad en el
trabajo del seor Hermann.
Esta calle era cortada de norte a sur por otra que indepen-
dizaba a La Rotunda, cuyo ngulo norte quedaba en la esquina
Hospital. De aqu a Glorieta quedaba el hermoso Santuario de
las Siervas del Santsimo; luego a Maderero y Puente, hasta llegar
a Quebrado y Jess.
Oeste 14
De Castn a Crcel y de all a Pilita, Bucare a Puente (tambin

en una poca estuvo funcionando en un local adyacente el diario
El Heraldo). De Pescador a Garita, donde instalaron un colegio
78

federal, vivi el general Elbano Mibelli, quien sufri prisin en

la Rotunda durante 14 aos, habindose convertido durante
todos esos aos en protector de los presos necesitados a quienes
les ayudaba costendoles medicinas. El 14 de febrero de 1936, a
la salida del gobierno del resto de los gomecistas que el pueblo
repudi, Mibelli fue nombrado gobernador del Distrito Federal.
Antigua Universidad Central (fuente: Caracas, la ciudad

Oeste 16
De Palmita a Monzn viva la familia Cruz, y en una hermo-

ssima quinta resida Esteban Gavotti, dueo de una acreditada
zapatera. De all a Mamey, donde ya hemos dicho, estuvo el
Cuartel donde se alz el capitn Luis Pimentel. Continuando
al oeste, en la esquina El Carmen, existi un bar con juegos de
envite y azar; y antes de llegar al ltimo puente sobre la Quebrada
de Caroata estaba la firma de Jos Padrn con la agencia de
acumuladores Exide.
Al pasar el puente se iniciaba una angosta calle que circundaba
un grupo de pequeas quinticas, cuyos propietarios eran los hijos
79

del general Antonio Pimentel. Al fondo y con un amplio frente

quedaba un gran saln con sus correspondientes servicios, inclu-
yendo una salida por la calle lateral de Cochera a Horno Negro.
Este cabaret privado, podramos decir, se denomin El deleite,
aunque al recibirlo Ren Delofre (un caballero de origen francs
fugado del presidio de Cayena) fue bautizado como La Suiza; el
cual se convirti en elegante sitio para la organizacin de comidas
y bacanales de las personas pudientes.
De Cochera a Delicias resida el doctor Ramn E. Vargas,
quien fuera secretario de Elas Sayago cuando ste desempe
el cargo de prefecto del Departamento Libertador; R. E. Vargas
construy all una hermosa casa para su residencia.
Plaza de la Ley en 1911 (fuente: Caracas, la ciudad

Oeste 18
De la esquina Las Piedras a Brcenas y a la de Dolores. En esta

ltima cuadra instal Fernand Garln, oriundo de Francia, una
licorera, desde donde lanz al mercado su magnfico Anisado
Garln. De Dolores a Quinta Crespo se fund la Perfumera
80

Roger & Gallet; de aqu a Horno Negro y a las Delicias, San

Francisquito y a la esquina Los Albaales.
Los apuros de un diputado
Iniciaremos estas breves crnicas con un suceso ocurrido en

la poca del general Gmez. No recordamos quin desempeaba
para entonces la cartera de Relaciones Interiores, aunque el caso
sucedi cuando se desempeaba como director de gabinete Luis
Correa, como de todos es sabido. As, cuando el Poder Ejecutivo
o algn grupo de parlamentarios introduce por Secretara algn
anteproyecto de ley, bien en la Cmara de Diputados o en la del
Senado, la Secretara informa de ello a los honorables miembros
del Parlamento y alguno de los mismos pide el derecho de palabra
para solicitar que se someta a votacin la aceptacin y que tal
anteproyecto sea considerado y aprobado en primera discusin.
Resulta que en una oportunidad uno de los doctores, miembro
de la Cmara de Diputados, se sali de cuerda, como dicen, y
se mand con un soberano discurso en apoyo al anteproyecto
que recibiera en esa oportunidad la Secretara. No pasaron diez
minutos y el honorable doctor, sonriente y lleno de satisfac-
cin, comentaba con alguno de los otros miembros cercanos a
su curul el sentido y propsito de su elocuente intervencin. De
repente se le present un funcionario del Ministerio, rogndole
pasar lo antes posible por el despacho de don Luis Correa. Un
poco nervioso y con marcada preocupacin en el rostro y en las
miradas que fijaba en sus compaeros de Cmara, al salir del
Hemiciclo atraves los jardines y al terminar de subir las gradas,
que conducen al Saln Elptico, entr por la primera puerta del
ala izquierda donde quedaba la Direccin del Gabinete.
Adelante doctor, don Luis lo espera.
A sus rdenes, a sus rdenes balbuceaba ante el escritorio
del director; all escuch pacientemente:
Muy bien, ir al grano. El gobierno considera que usted
debe solicitar un permiso de la Cmara para separarse por unos
tres meses, el Benemrito le recomienda trasladarse a Macuto.
Por la parte de atrs de la Estacin del Ferrocarril Alemn y la
del Ferrocarril Ingls, que conduca a La Guaira, exista una calle
que bordeaba el cerro de la Loma Quintana, donde se construy
81

la Escuela Militar de Venezuela. A esta calle, que llamaron Monte

Piedad, tambin se le deca Colombia y haca su enlace con la
entonces deshabitada avenida Sucre por medio de un pequeo
puente llamado Diego de Lozada; cerca de all fue colocado un
busto de dicho conquistador. No debemos olvidar que entre
la calle trasversal de Los Jabillos, enfrente del Edificio Postal,
haba una callejuela que conduca a la Capilla del Buen Consejo,
fundada por el presbtero Fuentes Figueroa.
El tranva de Catia iniciaba su recorrido de Torre a Principal,
bajando a Camino Nuevo y Pagita; continuaba por la avenida
Sucre hasta la Plaza de Catia, la cual originalmente tuvo un
busto de Juan Crisstomo Gmez, don Juancho, el hermano
del general Gmez que fue asesinado en el Palacio de Miraflores.
Esta va tena un desvo al llegar a la entrada de la calle Los Flores,
o sea, en el sitio donde se instalaron los Almacenes Caracas y
donde se construy un pequeo edificio para el Seguro Social
Obligatorio.
Hacia el norte, cerro arriba, estaba el camino que conduca
al Hospital Psiquitrico de Caracas, llamado el Manicomio, y
por all cerca se construy una pequea urbanizacin llamada
Ldice. Continuando esta ruta que como hemos dicho era muy
poblada, se encuentra una esquina llamada Gato Negro, y ms
adelante la que adquiri el nombre del Nacimiento en virtud de
que todos los aos una familia de Los Andes (de apellido Jaime)
organizaba en la sala de su casa un pesebre, como los llaman ellos.
Dicho pesebre se hizo muy popular en esa Caracas de entonces.
Al margen de la entrada al vecindario (llamado Los Frailes),
el seor Farsen Ramia instal una fbrica de zapatos de goma
y lona con la marca El guila, lugar donde el gobierno, ms
adelante, construy las magnficas instalaciones de la primera
Escuela Normal, la cual tena en sus dos frentes de la calle una
gran extensin de cuidados jardines.
Ms adelante Eugenio Mendoza, cuando fue ministro de
Fomento, edific un local que abarcaba una extensa rea de
terreno adyacente a la lnea del ferrocarril de La Guaira, para sus
depsitos de maquinaria y de los detalles de sus mltiples ramas
de comercio. Esta edificacin fue cubierta en todo su frente sobre
la avenida con vidrios hasta el techo; al final qued una capillita
religiosa que ya exista.
82

Refirindonos a la sesin de Los apuros de un diputado en

la poca de Gmez, recuerdo que el ao 1937 logr que el primer
presidente de la Cmara del Senado, Dr. Trino Paptista, utilizara
mis servicios como primer mecangrafo, para suplir en el cargo
a Tulio Amado Jimnez, quien se vio obligado a retirarse a causa
de una grave enfermedad.
Ese ao, habiendo sido sometido a consideracin el proyecto
de Ley de Presupuesto, se sucedieron interminables reuniones
en Congreso, donde todas las fracciones solicitaban la inclusin
de innumerables peticiones a favor de sus estados. Las reuniones
concluyeron mes y medio despus cuando el senador Carlos Parra
Prez, hermano del diplomtico y escritor Caracciolo Parra Prez,
sorpresivamente solicit de la Presidencia que fuera considerado
el proyecto original presentado por el Ministerio de Relaciones
Interiores. Como era de esperarse, se abri un debate en el que
se criticaba determinada gestin que una mayora consideraba
impropia, tanto ms porque representaba una burla para el
pueblo. El citado senador sonrea complacido por haber conse-
guido con ello su nombramiento como Cnsul de Trinidad.
83

CALLES SUR OESTE
Sur Oeste 2
En la esquina Principal estaba la Casa Amarilla, la cual sirvi

de asiento al despacho presidencial hasta que la administracin
de Cipriano Castro lo instalara en Miraflores. Luego ha quedado
para la Cancillera del Ministerio de Relaciones Exteriores. Cubre
su frente, en dos pisos, toda la mitad de la cuadra hacia la esquina
Las Monjas.
Al lado de la Casa Amarilla el seor Arismendi construy el
cine Rialto, donde comnmente se pasaban pelculas de vaqueros;
cine que conocimos durante la administracin de Francisco
Granados Daz, un espaol de edad avanzada, siempre atento y
jovial. All trabajaba como taquillero un seor de baja estatura y
piernas arqueadas de apellido Meja, a quien los muchachos que
concurramos a los matins volvamos como loco para que nos
vendiera las entradas. Meja se haca el bravo porque era persona
seria, de respeto. Las pelculas eran silentes; frecuentemente las
funciones de vespertina comenzaban a las 5 de la tarde y las
nocturnas a las 9. All una seora tocaba valses, mazurcas y tona-
dillas de moda. Era poca de las pelculas de Charles Chaplin.
En un saln que quedaba adyacente al vestbulo del cine,
Alberto Espinosa estableci una fuente de soda, la primera que
existi en Caracas; dicho negocio fue todo un xito porque
venda refrescos preparados con soda, igualmente los helados de
frutas; en ese tiempo no se utilizaban productos qumicos. Los
concurrentes al cine y a la Plaza Bolvar estaban muy satisfechos
de las atenciones y pulcritud del citado establecimiento.
Luego, al lado estaban una joyera y el edificio de varios pisos
que construy en la esquina Las Monjas Eloy Prez, admi-
nistrador de la lotera de beneficencia. Diagonalmente estaban
los hermosos frentes de la Gobernacin, de la Prefectura y del
Concejo Municipal, construidos durante la administracin de
Cipriano Castro. Continuando, al sur, estaba la ltima puerta
lateral de ese portentoso edificio, el cual era utilizado por la
polica como cuartel.
84

Se comi la flecha
Para aquella poca el jefe de la polica de Caracas era el coronel

Pedro Garca, un seor regordete que al igual que la genera-
lidad de los funcionarios pblicos se revesta de gran majestad
y prosopopeya cuando ocupaba el escritorio de su despacho. Una
vez, haca pocos das, el inspector de vehculos (Antonio Chirinos
Lares) coloc unas flechas de metal con unos aros en los postes de
la compaa de luz elctrica y de telfonos; estas flechas, puestas
en cruz, indicaban el sentido que deba seguir el trnsito de los
vehculos. Como la flecha de esa calle era hacia el sur y yo iba
con mi bicicleta hacia el norte, el polica de la esquina Pajaritos
me detuvo, alertndome:
Prese!, va comindose la flecha!
Claro est, el agente me llev al cuartel de polica. Cuando
llegamos all l le dijo a su coronel:
ste se comi la flecha!
Cuando el jefe levant la cabeza me vio por encima de sus
gafas; yo estaba en el centro del gran saln de su despacho, con
bicicleta y todo.
Bien, hay que respetar, aqu pasars la noche me dijo.
Me limit a responderle:
Pero... Coronel, si yo trabajo en el Almacn Americano,
de Pajaritos a la Palma... Yo no me di cuenta de la flecha en la
esquina Pajarito.
El coronel se me qued mirando y me dijo:
Umj... Hay que aprender a respetar las flechas, pselo
para el tigrito! le orden a un guardia.
Yo le dije lo que me preocupaba en ese momento:
Permtame, Coronel, avisar al almacn para que recojan
esta cartera con los cobros de hoy.
l, consideradamente, me respondi:
Est bien, ah tiene el telfono.
Despus de entregar a un empleado los cobros efectuados y
sin posibilidades de obtener la libertad, al quedar solos, Pedro
Garca llam a gritos al cabo de presos, ordenndole:
Cabo, entrguele una colchoneta, pues ste pasar aqu
la noche.
Ja me dije, cosas de la dictadura!
85

Una garanta para Prez Dupouy
Ms adelante, en la misma ruta, estaba el Banco Venezolano

de Crdito, fundado con un capital de seis millones de bolvares
por Henrique Prez Dupouy. Este banco fue el quinto que se
estableci en la ciudad y su progreso fue rpido debido al impulso
que le dio don Henrique. Por ejemplo, en una oportunidad se
present ante l un seor que requera un crdito por quince mil
bolvares y cuando don Henrique le pregunt cul garanta le
ofreca, el solicitante le contest:
Aqu tengo la lista de quince casas, habl sobre este crdito
en otro banco y me pidieron que las dejara todas en garanta,
qu me dice usted?
Sonriente, don Henrique, puso la mano sobre el papel y
dejando correr el ndice, dijo:
Le recibo la casa que est donde se pare el dedo.
Y as fue; al bajar la vista observ que el dedo indicaba una
casa que quedaba entre Llaguno y Bolero, aunque hubiera resul-
tado cualquiera de las otras, porque todas estaban ubicadas en el
centro de Caracas.
En la parte alta del Banco estuvieron instaladas las oficinas
de la Asociacin de Ganaderos de Venezuela, cuyo presidente
era Miguel Ron.
La venganza de un escritor
Ya la histrica Ceiba de San Francisco, al frente de la Puerta

del Templo, contaba con su redoma de concreto y all presen-
ciamos, a las ocho de la maana das despus de la muerte del
dictador Juan Vicente Gmez, el inicuo proceder de un escritor
y periodista de apellido Ramrez quien, subindose a la mencio-
nada redoma, comenz a hablar en altavoz, gesticulando con los
brazos extendidos hacia adelante. A tan temprana hora aquello
estaba completamente solo, por tanto, nos llam la atencin ese
hecho de ver a un seor discurseando sin auditorio. Poco a poco
me fui acercando para ver o, mejor dicho, poder or qu deca el
discurseador. All mismo, a media cuadra, estaba la tipografa
La Universal, cuyo dueo fue el administrador del diario gome-
cista el Nuevo Diario. El seor del altavoz deca:
86

Debemos hacer justicia al pueblo! y as continu

hablando durante un rato, hasta que se fueron reuniendo algunas
personas, unas quince ms o menos. Para entonces ya el hombre
de marras haba alterado su voz y sus gestos y, bajndose de
la redoma, invitaba a los presentes para cobrarle a Fernndez
Garca, dueo de aquella tipografa, las deudas contradas por el
Nuevo Diario con el pueblo.
Ese sujeto del altavoz fue el primero en llegar a la puerta del
mencionado establecimiento y, dndole un palazo a la puerta,
parti los vidrios que la ornamentaban; lo dems qued en manos
de la turba que lo segua hasta realizar un saqueo completo.
Terminado el espectculo, seguimos al seor hasta la Plaza
Bolvar donde alguien nos inform su apellido y su profesin,
dando por resultado que su actitud representaba una venganza
personal contra Fernndez Garca por haberse negado ste a
publicar un libro.
En esa cuadra estuvo instalado durante muchos aos el escri-
torio jurdico de los abogados Jos Santiago Rodrguez y Claudio
Bruzual Clemente. Al final de la calle estaba la casa de Terife,
con su negocio de papel de tapicera, hoy tapz, pintura, etc.
Despus de la calle funcionaba la botica (en la esquina Pajaritos)
de Valentiner & Co., la cual tena al lado, hacia Camejo, la puerta
de la droguera. Tambin estaba all el garage o taller mecnico
de El Automvil Universal, a cargo de Armando Aldrey, a quien
tiempo atrs la firma Phelps haba enviado al norte a especiali-
zarse en la fbrica Ford, agente exclusivo en Venezuela. Y por
ltimo estaba el Almacn Americano, de William H. Phelps,
quien form una compaa que inclua a Flix Carpio como
gerente y a Bernardino Mosquera.
Nunca dej de ser un norteamericano
Mster Phelps, como siempre se le llam, a pesar de sus

comprobados sentimientos venezolanistas, nunca dej de ser
un norteamericano; sus ideas y procedimientos comerciales lo
demostraban palpablemente. Por ejemplo, l instal un reloj
tarjetero para que los empleados marcaran la hora de entrada
y de salida, igual a los que se ven actualmente en las fbricas,
comercios y bancos. l tena estrategias para el cumplimento de
87

los horarios: estimulaba a sus empleados repartiendo cien bol-

vares entre los que llegaran a la hora durante un mes, y quinientos
bolvares entre los que lo hicieran en un ao. Muy al contrario se
comportaba el comerciante de enfrente: era un europeo (suizo)
y suponemos que l interpretaba una disciplina extraa en los
actos de su propia vida que, al pasar la hora prefijada para que
los empleados comenzaran sus labores, cerraba las puertas de su
establecimiento de litografa y tipografa y dejaba en la calle a los
que no hubieran llegado a tiempo, luego les rebajaba el sueldo.
Muy cerca de all estaban la carpintera y ebanistera de Pedro
Vernt y la Corporacin Venezolana del Motor, de Pedro Valle-
nilla, en cuyo piso superior funcionaban: la Cmara de Comercio,
la firma Braum y Co. (sta venda medicina y droguera al por
mayor), la mueblera Caizales y la firma Representaciones C.
Adrianza y Ca. (que funcionaba antes en la esquina Merca-
deres). Ms adelante, al frente del templo, en la esquina La Palma,
quedaba una sombrerera. A la mitad de la cuadra hacia Mira-
cielos estaba la residencia del senador Luis Branger, as como la
del compositor de msica Ramn E. Crassus quien, junto a sus
hermanos, era dueo del ferrocarril de Carenero a Ro Chico.
En la acera de enfrente, al pasar la bocacalle que separaba el
templo de Santa Teresa de la Plaza Henry Clay, exista una capilla
protestante donde se exhiba, en una pequea vidriera, la Biblia.
Olvidamos decir que en la parte alta de la floristera de la citada
callejuela estuvo instalado el negocio Fotograbado Gmez, el cual
gozaba de vasta clientela.
Un poco ms adelante, De Miracielos a Hospital, en una
casa muy grande fue instalado el Registro Principal. Enfrente de
dicho Registro vivi durante muchos aos un joven de apellido
Martnez, empleado del Banco Caracas. De Hospital a Crcel
funcionaba la Congregacin Siervas del Santsimo, donde entrara
Juanita Rodrguez Moya como novicia mediante la dote de doce
mil bolvares que le dio su padre. Juanita muri a los dos aos sin
haber llegado a profesar para convertirse en monja. En el frente
de este santuario de la cristiandad exista la ttrica Rotunda,
crcel donde muchos patriotas pagaron con sus vidas el haberse
rebelado contra la dictadura de Juan Vicente Gmez.
Continuando, hacia el sur, estaba la botica de la esquina
Monzn, cuyo propietario era el doctor Himiob, padre del
88

escritor y diplomtico Nelson Himiob. De Monzn a Brcenas

y de all a la esquina Ro funcionaban la fbrica de manteca Los
Tres Cochinitos, y de aceite El Dorado. En esta cuadra instalaron
la emisora de tv Radio Caracas.
Sur Oeste 4
De Conde a Padre Sierra estuvo la casa de los Baptista,

Leopoldo y Trino; adems del hotel El Conde, enfrente del
edificio del Ministerio de Educacin. En esta cuadra tambin
vivi don Gustavo Vollmer, el de la chivita creemos que l fue
el fundador de la Hacienda Santa Teresa, productora del afamado
ron que lleva su nombre, ubicada en San Mateo, estado Aragua.
Luego, diagonalmente quedaban la farmacia de Padre Sierra y la
casa ocupada por la firma Blohm y Ca., que era una poderosa
exportadora de caf y cacao que supla con crditos a los produc-
tores, tal cual si fuera un banco. Esta casa tena un ancho frente
hacia el Capitolio y conservaba su alero como en la poca de la
colonia, con grandes ventanas y ancho zagun. Se dice que en esta
casa naci el Generalsimo don Francisco de Miranda.
Continuando, un poco ms adelante, quedaba la esquina
Bolsa y muy cerca el Teatro Ayacucho, construido por Pedro Valle-
nilla. Tambin estaban: el Teatro Continental, de los hermanos
Antonio y Ramn Pimentel; la casa de Cubra y Ca., sucesora
de Manual Abascal, padre del poltico y diplomtico Manuel
Prez Guerrero. Luego estaba la librera Maury y, en la esquina La
Bolsa, el bar y casa de juego de envite y azar El Catalua.
Al frente, al cruzar la calle hacia Mercaderes, se vea el primer
edificio ensamblado con vigas de hierro soldadas que hubo en
Caracas, construido por la compaa norteamericana que susti-
tuy a la inglesa Venezuela Electric Light, la cual funcionaba en la
esquina El Hoyo. Esta empresa era la distribuidora de la energa
elctrica producida por la Electricidad de Caracas, fundada por
Ricardo Zuloaga; en ese tiempo se denominaba Compaa Vene-
zolana de Electricidad.
En la casa de al lado funcionaba la peletera Alaska, luego
la joyera y relojera La Perla, perteneciente a la firma francesa
Pujol y Ca. Un poco ms adelante nos topamos con la joyera
Hernndez, cuyos empleados fueron: Pablo Snchez de Len
89

(fundador de los Almacenes Caracas) y Rafael Isava Nez (presi-

dente, en varias oportunidades, del Caracas Country Club).
Luego haba dos joyeras: la firma alemana Gathmann Hnos., de
gran fama y distribuidora de los relojes Longines; y La Perla de
Pujol, que distrubua los Cyma.
En cuanto a hotelera y turismo debemos decir lo siguiente:
el hotel Caracas absorba la entrada de visitantes que vivan en
la ciudad, no a los turistas, porque stos eran aquellos musius de
pantalones cortos y sombreros de colcho que, cuando venan a
Caracas, llegaban por la maana, visitaban el Capitolio, la Plaza
Bolvar, el Panten Nacional, La Casa Natal de El Libertador
y las ventas de frutas y pjaros del mercado; luego regresaban
a su barco por la tarde. Este hotel era una casa antigua de esas
de patios, que tena una salida de Mercaderes a La Gorda; su
ubicacin exacta fue la del rea que ocupa hoy el Teatro vila, el
cual fue construido por el doctor Carlos Emilio Fernndez, secre-
tario privado del gobernador Velazco. El turismo se increment
despus de que Pepito Herrera Uslar form una compaa para
la construccin del Hotel vila, en la floreciente urbanizacin
San Bernardino.
En esta cuadra y en la acera de enfrente estuvo Emilio Yallonardo
con su sastrera y elegante negocio de artculos para caballeros;
seguidamente, la joyera de C. Brando y Ca., as como la de
Serpico y Lainc; y al cruzar la calle, la firma de C. Adrianza y
Ca. En los altos de este pequeo edificio Edgar J. Anzola fund,
de grata recordacin, su publicidad A. R. S. que tantos xitos ha
cosechado en su dilatada existencia.
De Mercaderes a Municipal fue donde Jos Ugarte instal el
primer Dry Cleaner de Caracas; su intencin era disponer de un
pequeo saln para que los clientes se desvistieran y entregaran
sus trajes para el lavado al seco. Al cuarto de hora le traan su
ropa lista, y, mandado hecho! Luego estaba la zapatera de lujo
Zuloaga, atendida por la seora Zuloaga y sus hijos.
Debemos decir, sin embargo, que antes de que el general
Vicencio Prez Soto, presidente del estado Zulia, construyera el
edificio Junn (al que ornament con varias estatuas de cuerpo
entero), estuvieron en ese lugar los establecimientos de ferretera
de Julin Frris y el Guinand Frers. Enfrente, antes de alcanzar
el ngulo que cortaba la acera hacia el oeste donde se inici la
90

construccin de un gran edificio para la lotera de beneficencia

pblica, se coloc en todo lo alto de sus cuatro pisos, sobre una
cpula, la estatua de la diosa de la fortuna. Alli tambin Armando
Planchar Franklin instal la agencia Chevrolet, de la cual l era
representante.
Desde el citado edificio para la lotera, que termin convir-
tindose en el Hotel Majestic (de Eloy Prez), se iniciaba la plazo-
leta al frente del Teatro Municipal, formada por el ngulo del
oeste entre el final del mencionado edificio y las dos hermosas
residencias que, hacia el sur, habitaban Aristbulo Uzctegui y
Bernardo Guzmn Ibarra; este ltimo, nieto del general Guzmn
Blanco. Continuando y en la esquina que haca el cruce a la de
San Pablo y al comienzo de la callejuela que exista lateral al teatro
en una casa de dos pisos donde funcionaba el Hotel Madrid,
regentado por El Papa Negro, viva un torero espaol de
apellido Meja, quien parece haber sido el padre de los hermanos
Bienvenida, donde nacieron Antonio y Jos, en casa, por lo tanto
eran caraqueos. Antonio Bienvenida alcanz un sitial de honor
en la tauromaquia espaola, y fue all, en la plazoleta del Teatro
Municipal, al frente de su casa, donde durante sus primeros aos
aprendi y se ejercit jugando al toreo con sus hermanos.
Seguidamente estuvo la Jefatura Civil de Santa Teresa y, en
un saln al lado, la inspectora de vehculos; era la poca en que,
siendo inspector Chirinos Lares, se adopt el sistema de canalizar
el trnsito de vehculos mediante flechas colocadas en los postes
del alumbrado y del telfono que haba en las esquinas.
En la otra esquina, hacia el este, se lenvant la firma Mayorca
y Ca.; se trataba de un establecimiento de representacin de
artculos importados. Un poco ms adelante, hacia la esquina
Reducto, podamos ver la casa del segundo Esteban Ballest,
y luego la residencia de Raymundo Fonseca Rivas. En la acera
opuesta, en toda la esquinita de la callejuela que se utilizaba en el
teatro para la movilizacin de las escenografas, muebles y tiles
para las representaciones de la peras y otros grandes espect-
culos, se construy la residencia familiar del general Jos Rafael
Luque, quien fuera presidente del estado Miranda.
91

De Mercedes a La Gorda. Ancdota de la compaa de

telfonos
Don Manuel Madrid inici en la Compaa Inglesa de Tel-

fonos el Departamento donde se hacan las inserciones para la
primera gua de telfonos de los suscriptores. All se registraban
los nombres y apellidos completos, as como las direcciones y sus
correspondientes nmeros telefnicos de las casas de habitacin y
de los comercios que lo hubieren solicitado. Cuando la clientela
exiga esta informacin en letras maysculas abonaban diez bol-
vares y si deseaban repetirlo en otra seccin (en letras minsculas)
slo abonaban seis. Para recoger directamente las rdenes de los
suscriptores, fuimos escogidos cuatro jvenes que recorramos la
ciudad en cuatro partes, divididas desde la esquina La Torre en
la Plaza Bolvar; ellos ramos: Luis Vegas, hijo del presidente de
la compaa (don Santiago Vegas); mi persona, Francisco Moya
(autor de esta obra La Caracas que conoc); Morales y un joven
de apellido Poleo.
A pesar de que esos recorridos los realizbamos en toda
Caracas, y a causa del auge de los suscriptores en el pas, yo fui
enviado a Los Teques, Maracay, Valencia, Puerto Cabello y pobla-
ciones intermedias. Cumpla a cabalidad con los cometidos de la
empresa, la cual estaba muy satisfecha con mis prontos servicios,
aunque yo no contaba con vehculo propio (el trabajo se realizaba
en autobs entre las poblaciones y cuadra por cuadra en cada
localidad, es decir, casa por casa).
Llegando a la ciudad de Maracay inici el trabajo por las
oficinas del general Jos Antonio Crdenas, instaladas en una
gran casa lateral a la del dictador Juan Vicente Gmez, ubicada
en la Plaza Girardot. Cuando estuve frente al general Crdenas,
ste me dijo:
Aj!, usted me dir, cmo es lo del telfono?
Le respond muy decentemente con otra pregunta:
Bien, general, dgame: cules sern los nmeros de los
telfonos de la comandancia del ejrcito y a cul servicio o depen-
dencia corresponden? Antelos y guarde los datos; usted confor-
mar stos para entregarlos al Departamento de la Compaa.
Mientras el general Crdenas revisaba y suscriba el talo-
nario, en su escritorio, yo me encontraba parado y se me ocurri
92

contemplar el hermoso leo del general J. V. Gmez, quien

apareca montado en su caballo blanco; le dije:
Hermoso cuadro.
Crdenas dijo:
El general... el Benemrito.
Se me sali una frase repentina:
Benemrito para usted.
Al escuchar mis palabras inmediatamente puso a un lado lo
que escriba, se puso de pie y, apoyando ambas manos en el escri-
torio, y con rgida expresin en su mirada, pregunt:
Y... por qu dice eso?
Le respond:
Ah, es que yo nac el ao nueve, es decir, en el gobierno del
Gral. Juan Vicente Gmez; es decir, yo nac rehabilitado!
El general Crdenas pens un momento en mi inesperada
respuesta y expres:
Cierto, joven, es razonable, usted pertenece a la poca del
gomecismo luego agreg: Esto voy a contrselo al general,
porque son obras de un caraqueo.
Teatro Municipal en 1926 (fuente: Caracas, la ciudad

Todo venezolano, amante de su patria, tiene que haber consi-

derado un crimen irreparable haber mutilado al Teatro Municipal
93

en aras de un pretendido progreso; mucho ms, escudndolo

con el nombre de Bolvar. All lo dejaron mutilado y hacinado,
como si hubiera representado una afrenta para la ciudad, cuando
por el contrario, conjuntamente con el Capitolio Federal, la
Baslica de Santa Ana-Teresa, la Santa Capilla, la Catedral, el
Teatro Nacional, el edificio de Ministerio de Fomento (ocupado
actualmente por el de Relaciones Interiores), la Casa Amarilla, el
Palacio de Miraflores y tantos otros que han representado nuestro
acervo histrico, debieron conservarse por entraar una belleza
arquitectnica incomparable con las edificaciones rectilneas y
desespiritualizadas, creadas por una sociedad mercantilista.
La Plaza del Municipal goz siempre de popularidad, princi-
palmente durante los das de carnaval; se organizaba el templete
del lado este, concurriendo mucha gente disfrazada, tanto por las
tardes como en las noches, y se bailaba hasta las 10 am cuando las
parejas y comparsas, alegremente, salan presurosas para la Plaza
Bolvar; donde el maestro Pedro Elas, con su Banda Marcial,
cerraba el baile a las 11 de la noche al golpe del Alma Llanera.
Durante un ao se utiliz el Teatro Municipal para realizar un
gran baile de cachet que llamaron El baile de pera, habiendo
resultado todo un acontecimiento social. Se construy un enta-
blado sobre los respaldos de las butacas de patio, la iluminacin
con reflectores de colores giraban de arriba abajo sobre aquellas
desbordantes parejas disfrazadas a punta de dinero; luciendo
las joyas ms preciadas. Tambin los haba imitando personajes,
excepto sacerdotes y militares. Entre los jocosos disfraces cita-
remos una calavera de frac, con corbatn y guantes blancos,
sombrero de copa, bastn pulido con puo de metal, cubierto
con una gran capa de seda negra forrada de blanco; el rostro
cubierto con una impresionante mscara de goma, semejando
una calavera, sobre la cual luca un antifaz de terciopelo negro.
Este disfrazado andaba rpido, abriendo y cerrando la capa,
causando risas, sustos y hasta desvanecimientos entre las damas;
era el Fantasma de la pera.
Al frente quedaba el espacioso cuadro que, con el pequeo
monumento levantado a uno de los Monagas, luca airosa la
edificacin de cuatro pisos que serva al Hotel Majestic. All
destacaba, en el firmamento, la cpula cuyo ngulo que daba a
la calle serva de pedestal a la Diosa de la fortuna; y al este, el
94

edificio Junn cuyo pasaje de entrada estaba ornamentado con

esculturas mitolgicas.
Ya hemos dicho que en la esquina oeste del Teatro Muni-
cipal existi una casa de dos pisos, donde un torero retirado, de
apellido Meja, instal el hotel Madrid. En sus tiempos de gloria
en los ruedos taurinos, este Meja usaba el seudnimo de el Papa
negro. l le dej a sus dos hijos, Antonio y Jos Bienvenida,
la herencia de sus conocimientos y experiencia taurina. Estos
muchachos Bienvenida eran caraqueos, nacieron y se criaron
en el Municipal; fue all, jugando a los toros, donde estimularon
su aficin hasta llegar a la cspide de la tauromaquia espaola.
De Reducto a Glorieta estuvo el Teatro Olimpia, de Vctor
Franklin, a quien grotescamente sus amigos convirtieron en el
popularsimo Duque de rocas negras. En la acera de enfrente,
en unas casas cuyos frentes las hacan parecer como gemelas,
estuvieron residenciados: en la del sur, Rafael Mara Velazco,
gobernador del Departamento Federal; en la del norte, Eloy
Prez, administrador de la lotera de beneficencia pblica del
Distrito Federal.
De Glorieta a Pilita, en un amplio local, instalaron la agencia
de los primeros vehculos Volkswagen. Recordamos que los auto-
mviles se vendan en unos cinco mil bolvares, y los del tipo
buseta no alcanzaban los diez mil. En la esquina Pilita funcionaba
la firma Sosa Altuna y Ca.; sta era la representante exclusiva
de las ventas en Venezuela (ninguna firma extrajera acostum-
braba en aquella poca a ocuparse de la venta de sus artculos
al pblico directamente; el mercado era demasiado pequeo).
Las principales compaas en Venezuela para ese momento eran:
Dodge, De Soto, Chrysler y Plymouth. En esta ltima firma
tena mayora de acciones Mster Phelps, dueo tambin del
Almacn Americano, porque la exclusividad de la Ford Motor
Co., con los automviles y camiones, as como los tractores
Fordson, no le permita vender directamente otras marcas.
En la esquina Mamey ocup todo el espacio, del actual Liceo
Jon Pin, el Jobo Pimentel; el renombrado cuartel del Mamey
donde hubo un pequeo alzamiento contra la dictadura de Juan
Vicente Gmez. El capitn Luis Rafael Pimentel, hermano del
Jobo, al ser descubierto como jefe del complot, fue detenido y
torturado; termin su vida en el presidio.
95

En la casa de enfrente vivi el colombiano Jos Rosario Garca,

quien gozaba de mucha influencia con el dictador; lleg a ser su
principal consejero. Ms tarde fue apartado y relegado al olvido
por una respuesta inadecuada:
J. V. Gmez le pregunt a Garca quin podra sustituirlo en
la presidencia, el doctor Garca le recomend a su sobrino, el
general Jos Mara Garca. En esa oportunidad Gmez qued de
presidente; tal nombramiento fue solicitado, en Maracay, por el
Congreso en pleno.
Sur Oeste 6
De Piango a Muoz hubo un restaurant espaol llamado

El Guimer, su especialidad siempre fue la paella valenciana.
Tambin hubo una casa de empeo llamada Crdito Popular,
luego estaban la esquina La Gorda y la San Pablo, donde ya
hemos dicho que existi la botillera La Pennsula, de Blas Murria.
La hoy Plaza Miranda era un terreno libre, materialmente,
tanto ms porque ya haba sido demolido El Molino Rojo, un
mvil de triste recordacin por los asesinatos y crmenes que all
se cometieron.
De Miranda a Maderero, Bucare y El Carmen, esquina esta
ltima donde existi una casa de juego de envite y azar; sta
estaba localizada al final de la ciudad, en Quinta Crespo, donde
solamente exista una pared, justamente enfrente de la entrada
del mercado. El nombre de esta esquina se debi a que, a cierta
distancia de la acera y al centro del terreno enmontado, se vea
una quintica estilo morisco, muy bonita; all funcionaba un
cabaret y tambin se jugaba a la ruleta y a los dados.
Sur Oeste 8
Esta calle ya formaba parte del antiguo Silencio, el cual

culmin su total transformacin durante la administracin de
Medina Angarita. De Camino Nuevo a la esquina Sols haba una
panadera que era muy nombrada por considerarse el pan francs,
que fabricaba, una especialidad. De all a Marcos Parra solamente
exista el cauce de la Quebrada Caroata, hoy embalsada por la
construccin del liceo Fermn Toro, el cual ocupa toda el rea
96

de terreno en desnivel que la circunda al oeste y que atraviesa

un amplio puente que enlaza la esquina Escalinatas con Pagita.
El espacio entre las esquinas Marcos Parra y Aserradero repre-
sentaba la nica cuadra de Caracas con cuatro aceras, toda vez
que las casitas de all haban sido construidas en un cerro y se les
dej sus aceras protegidas por una baranda de hierro; as, la calle
fue banqueada buscando un nivel, formndose la bajada hacia
Aserradero. A esta calle le construyeron sus respectivas aceras al
pie del alud, que pareca un abanico de cada lado.
Antes de llegar a esta esquina existan unos pequeos salones
que ocuparon Eliodoro Gonzlez P., con su acreditado Ponche
Crema; los Mosaicos Cheln, que despus se mudaron para El
Paraso, y la fbrica de cola Bernotti. Al pasar la esquina y hacia La
Gorda estuvo la gran fbrica de cigarrillos Bandera Roja y Bigott,
de Luis Bigott, quien la vendi meses despus a la American
Tobacco, poderoso consorcio norteamericano que estaba situado
enfrente de la Bigott; exactamente en la calle Sur 8, en la esquina
San Juan, cuya calle transversal hacia el oeste conduca a la
llamada calle de la amargura, cerro arriba.
Continuando al sur, de San Juan a Angelitos, uno de los
Michelena administraba la farmacia del lugar; ms adelante,
hacia abajo, se abre otra calle en Y que conduce a las siguientes
esquinas: Quebrado, Pescador, Cochera y Horno Negro. All,
muy cerca, quedaban el Garage Moser y La Fundacin de
Mauricio Sosa Bez. Del lado derecho continuaba la va hacia
la esquina Jess, la cual daba hacia otra esquina: Pepe Alemn,
donde el negocio La Capitolio construy un amplio local, el cual
fue ocupado luego por la Intendencia Militar. Enfrente de este
ltimo lugar, en el nmero 22, vivi Dionisia Bello, la madre
de los primeros hijos del dictador Gmez: Jos Vicente, Al y
Gonzalo. La casa de ellos tambin fue ocupada, tiempo despus,
por el doctor Jos Izquierdo.
De all a los distribuidores de la fbrica Cementos La Vega,
bajo la firma de Lpez Hnos. en una quintica adyacente, vivi
la seora Graciela Martnez Espino, madre del abogado Flix
Martnez Espino, quien fue el primer venezolano enviado por el
Gobierno al extranjero para seguir un curso de dactiloscopia, a
fin de crear las Cdulas de Identidad. Lo cierto fue que Martnez
Espino termin convirtindose en el insustituible secretario de
97

la Federacin de la Cmara de Comercio de Venezuela (Fedec-

maras).
Al continuar desde la esquina Jess a la de Capuchinos se
encuentra la plaza que an existe hoy, la cual es una rplica
de una en Sevilla donde estudiaba el doctor Juan Bautista Prez,
quien la hizo construir cuando desempe la Presidencia de la
Repblica. Desde Capuchinos sale bordeando el cerro a ras de
la va del ferrocarril alemn, que conduca a Valencia. Luego
estaba el casero llamado El Guarataro, donde Nicanor Baptista
tena su fbrica de pastas alimenticias, as como tambin la de
Alliegri. Esta va conclua en la estacin del ferrocarril llamada
Palo Grande. Hoy desde ese sitio se inicia la Central Postal.
Continuamos la Sur 8: de Capuchinos a Los Albaales vivi,
en una casa muy hermosa, el general Elas Sayazo. Esta casa
parece que perteneca a Gustavo Machado, pero al llegar la demo-
cracia fue ocupada por el Partido Comunista de Venezuela. De
Albaales a Palo Grande y a Cruz de La Vega exista una inmensa
casa de dos pisos, donde siempre estuvieron las dependencias
del Ministerio de Sanidad; institucin que conocimos regentada
por el mdico Itriago Chacn, as como por Toledo Trujillo. En
la esquina Palo Grande la colonia italiana construy, al pie de un
templo, la plaza italiana. Hasta aqu llegaba el tranva que le daba
servicio al matadero de Caracas, donde funcionaba anterior-
mente el cuartel de caballera, exactamente donde hoy funciona
el Hospital Militar Carlos Arvelo.
De la Plaza de Capuchinos, al sur, despus de las esquinas
de Aguacatito y San Francisquito, se llega al puente sobre el ro
Guaire; all queda la avenida Ayacucho y la avenida El Ejrcito,
en El Paraso.
El Duque de Rocas Negras
Para referirse con toda exactitud a la Caracas de la segunda

y tercera dcadas del siglo XX, se hace necesario citar algunos
de los personajes de mayor significacin; no solamente en el
aspecto poltico, econmico y social, sino tambin en el popular.
Por ejemplo, Vctor Franklin, quien contaba con cierta holgura
econmica, producto de la renta de algunas propiedades urbanas
98

heredadas de sus progenitores, entre ellas el Teatro Olimpia,

ubicado de Reducto a Glorieta.
El joven Franklin resultaba siempre explotado en las tertulias
por sus amigos; l cancelaba los consumos de cerveza, vinos o
simples cafecitos. Esa explotacin se deba a que sus amigos
se aprovechaban de la distincin personal y fsica de Franklin,
as como de la natural postura y seriedad con que l deca que
perteneca a la nobleza; con rimbobantes ttulos heredados de
sus antepasados como: Duque de Rocas Negras, de Alaba
y de Catambria, Conde de los Espartarios y Prncipe de
Austracia.
Entre las esquinas Corazn de Jess y Socarrs viva una
familia de apellido Nez. A un miembro de esa familia le decan,
por cario, perro chingo, quien se gradu de abogado y falleci
muy joven. Por all conocimos al Duque, a quien ya sus amigos
haban logrado que mantuviera siempre sonrosadas las mejillas
por medio del uso de ciertos menjurjes; as como entresacadas
las cejas, y pulidas con rouge pompadour las uas, primero las de
las manos y en los ltimos tiempos al paso que su mente fue
llegando al paroxismo de su enfermedad de grandeza tambin
las de los pies.
El seor Duque tena un automvil, de aquellos estramb-
ticos y pesados vehculos de la poca; es una lstima que no puedo
recordar la marca. A dicho carro le quitaron las puertas originales
y modificaron los laterales, dejando las entradas libres y redon-
deadas para permitir a los transentes observar de cuerpo entero
al noble seor, cmodamente reclinado, manteniendo el rostro
sin ninguna expresin, a pesar de algunas leves inclinaciones de
cabeza que de vez en cuando diriga, con desdn, a los respetuosos
saludos que le hacan a su paso los eternos mamadores de gallo
que siempre han existido en Caracas. Toca hacer la observacin
que el citado automvil era de capota, tipo faetn, como la gene-
ralidad de los autos de la poca.
El Duque de Rocas Negras, como popularmente se conoca,
acostumbraba usar siempre palt levita de extravagantes colores
o con ribetes de vivos colores. Los pumpas o sombreros de copa
del mismo tono que el traje, tambin con ribetes en sus orillas.
Algunas veces usaba sandalias, otras veces finas zapatillas con
vistosas hebillas, gustndole usarlas con medias de vivos colores,
99

rojas, fresa, moradas, etc. Sus bastones eran con puos de oro o
plata y hasta con algunas piedras preciosas.
En Caracas, en uno de esos inolvidables das de Carnaval,
sali a la calle una comparsa de jvenes vestidos con trajes de
etiqueta, frac. Uno de ellos era Vctor Franklin y parece que desde
esa oportunidad sus amigos y compaeros se dedicaron a vito-
quearlo, como se les deca (vitocos) a los jvenes presuntuosos de
su porte y elegancia. Al cabo de los aos, el seor Duque se puso
obeso, perdi la lnea y para completar se puso a inventar algo con
un tambor de gasolina; cuando este tambor explot le fractur
una pierna. Ah termin el sueo de grandeza de un venezolano
demente, que hasta lleg a salir a la calle de monculo.
100

CALLES NOROESTE
Carmelitas (fuente: Caracas, la ciudad que no vuelve, de Guillermo Jos Schael).
Calle Norte 2

Entre las esquinas Principal y Santa Capilla, el seor Julio
Ramos, campechano y popular personaje que se granje la
amistad y aprecio de todo el que tena oportunidad de tratarlo,
se dedic a la distribucin de peridicos y revistas en un pequeo
local que denomin Las Novedades. Su negocio, mediante veh-
culos de su propiedad, haca la distribucin de la prensa escrita
en toda Caracas y en algunas ciudades del interior, las cuales, por
ir aumentando en nmero, agrandaron el negocio por el envo de
encomiendas personales. El seor Ramos cont para este negocio
con la colaboracin del joven Miguel ngel Capriles quien, al
fallecer Ramos, efectu la compra del negocio.
Dentro de esas mismas esquinas funcionaba la Agencia
Musical del seor Vctor M. lvarez, acreditado establecimiento
dedicado a la venta de instrumentos musicales y todo lo relacio-
nado con el ramo. En la acera de enfrente veamos a la Cigarrera
Venezuela, y al lado el antiguo y espacioso edificio, con un piso
de alto, sede del Ministerio de Obras Pblicas. Para esa poca
desempeaba la cartera el doctor Luis Vlez. A ese edificio lleg
el doctor Toms Pacanins como ministro, despus de la muerte
101

del general Gmez y de su hermano Eustoquio. Ms tarde fue

nombrado director de gabinete el clebre poeta Andrs Eloy
Blanco quien, por cierto, no dur mucho en el cargo porque su
renuncia no se hizo esperar.
Al lado de ese edificio se levantaba el edificio de los Tel-
grafos Nacionales, como se le llamaba, el cual era de vieja data
y cruzaba en Santa Capilla hacia Las Carmelitas; su director era
de mucha confianza del rgimen. En esa oportunidad ocupaba
el cargo el general Francisco Colmenares Pacheco, cuado de
Gmez. La Santa Capilla estaba dedicada a la eucarista y mate-
rialmente podra decirse que posee una sola nave, porque los
laterales forman un todo con ella. Ahora bien, tratar de explicar
la impresin que siente el visitante al contemplar aquel conjunto
de relieves que anteceden a la bveda con azulada y tenue ilumi-
nacin, que representan un cielo vivo y real, obliga al ms sublime
recogimiento espiritual.
Diagonal con la esquina Santa Capilla estaba el rea ocupada
hoy por la torre del Banco Central. Muy cerquita y ocupando un
sobrio edificio de una sola planta veamos al National City Bank.
En la acera de enfrente, hacia la esquina Mijares, el coronel Jos
Rafael Prez Luna, hijo del doctor Juan Bautista Prez, presidente
de la Repblica, construy el edificio de tres plantas llamado San
Mauricio. En la esquina Mijares se haba construido una casa de
ancho frente, con tres ventanas y un zagun, con grandes salones
de recibo a la entrada, y con un hermoso jardn que se extenda
hasta alcanzar la acera desde la esquina Mijares a la de Jesuitas;
jardn debidamente protegido por un alta verja de hierro que
permita ser visto por los transentes. Al sur de este jardn estaban
los salones de juego.
En aquella poca existan en Caracas varios clubes sociales; sin
embargo, el Club Venezuela gozaba de ser el de mayor categora
y predileccin y por ello el ms exigente. Resultar boleado
(no aceptado) como miembro de ese club representaba para el
solicitante una noticia muy desagradable. Diagonal con el Club
Venezuela estuvieron las oficinas de la Shell Petroleum Co., cuya
gerencia estaba a cargo de Mster Doyle, un ciudadano norteame-
ricano muy alto y de muchos kilos. Mster Doyle goz del mayor
aprecio de quienes tuvimos oportunidad de tratarlo. En el ngulo
de enfrente se construy un edificio de cinco pisos para el colegio
102

San Ignacio de Loyola. Ya llegando a la esquina Las Mercedes, en

una lujosa casa, estuvo instalada la Nunciatura Apostlica y luego,
al mudarse para el este, se organizaron all las oficinas del Banco
Obrero. En la esquina Las Mercedes se construy el Hotel Klindt.
En el lado oeste del templo (en la esquina Las Mercedes)
existe una callejuela que entronca con el Callejn Luneta en la
calle Oeste 8, la cual baja de Caja de Agua a Puente Trinidad.
En la mencionada callejuela se inicia exactamente la venerada
casa donde naci don Andrs Bello, hoy convertido en saln de
cultura en memoria de este ilustre venezolano. En la parte poste-
rior del templo est la casa de la Congregacin de San Francisco
de Ass: los capuchinos.
Calle Norte 4
Inslito asesinato de un abogado
Entre las esquinas El Conde y Cuartel San Carlos existi una

casa donde se edit por muchos aos el Nuevo Diario, peri-
dico oficial en la poca de Gmez, bajo la direccin del doctor
Laureano Vallenilla Lanz, padre (porque el hijo era Vallenilla
Planchart). Es interesante resaltar que esa esquina lleva el nombre
de El Conde, porque en dicha casa vivi el conde de Tovar. Ms
adelante y a mitad de cuadra estaba instalado el bufete jurdico
del doctor Luis Olavarra, apoderado del general Jos Vicente
Gmez, vicepresidente de la Repblica.
El doctor Olavarra era una persona campechana, muy
popular; cuando se echaba los palos, como se dice, perda la
chaveta. Era asiduo concurrente al bar La Pennsula, de Blas
Murria, ubicado en la esquina San Pablo. A Olavarra no pocas
veces le daba por quebrar vidrieras y hasta tumbar botellas de
las armaduras. La polica se haca presente aunque lo conocan
y bien saban que el dueo del negocio era el ms interesado
en aquello, porque pocos das despus, cuando Blas Murria
presentaba la factura por los daos ocasionados, estaba seguro
de recibir del doctor Olavarra un cheque por la cantidad en
que hubiere estimado los daos, fuera cual fuere la cantidad:
cinco, diez o ms miles de bolvares. En eso, como dicen ahora,
no paraba bolas; pagaba sin chistar, al contrario, peda excusas
103

por su comportamiento y se lamentaba compungido con aquello

de Qu dir la gente?.
Recuerdo que en ese tiempo Caracas sufri una conmocin
una maana en que corra de boca en boca el infausto aconte-
cimiento de que el doctor Olavarra haba sido apualeado en
la puerta de su bufete, al bajar de su automvil. En cuanto al
hecho nefasto se deca que cierto hombrecito le dio por meterse
por las noches en la quinta La Quebradita, donde viva el doctor
Olavarra, para hacerle el amor a una de las mujeres del servicio
domstico; dndose la hora en que el doctor lo pesc y, como
es natural, lo mand a la polica.
Los tres Meja
Continuando al Norte 4, en la acera de enfrente, tena su

residencia el doctor Jos Amado Meja, uno de los tres Meja,
quien desempeaba el cargo de presidente de la Corte Federal
y de Casacin, hoy Corte Suprema de Justicia. Otro Meja,
Alfonso, era ministro de Relaciones Interiores y Secretario de la
Presidencia; l tambin desempe la cartera de Agricultura y
Cra, y por su carcter tan bondadoso muy deba haber sido l el
Obispo que el que lo fuera de Guayana, el tercer Meja, que era
recio conductor de almas en su apostolado, aunque se deca que
portaba siempre un revlver al cinto, propio ms bien de un jefe
poltico o militar, antes que un alto prelado de la Iglesia catlica.
En la esquina Carmelitas, exactamente en el rea donde el
gobierno de Gmez construy el hermoso edificio sede del Minis-
terio de Fomento (hoy ocupado por el Ministerio del Interior),
existi la casa que habit Mara Antonia Bolvar, hermana del
Libertador. Haciendo esquina se construy tambin el edificio
para las oficinas del Servicio Postal (el Correo, como se deca
entonces). Y en el ngulo del Ministerio de Comunicaciones, que
ocupa hoy el edificio que construyera el seor Antonio Ramia,
exista una antigua casa donde funcionaba el negocio de don
Francisco Sapene.
Antonio Ramia era hijo de Farsen Ramia, el acaudalado dueo
de la tienda El Gallo de Oro, ubicada en la esquina San Jacinto. En
cuanto a Antonio, l trat de incursionar en la poltica; era un joven
muy popular; en una poca eleccionaria inici el funcionamiento de
104

ms de doscientos dispensarios pblicos, por lo cual despert la

desconfianza en el rgimen de Prez Jimnez, quien lo deport
a Puerto Rico.
Continuando con nuestros recuerdos: el edificio del Minis-
terio de Hacienda y Tesorera Nacional, construido durante la
administracin de C. Castro, hacia el norte colindaba con el
colegio privado Julio Velutini, seguido por el templo de la parro-
quia urbana Altagracia. En el lado opuesto quedaba la farmacia,
y en el otro ngulo, diagonal con el templo, funcionaba la acredi-
tada panadera de don Adolfo Banch. Continuando a la esquina
Salas, haba una casa de grandes ventanas verticales con sus
balaustres, propiedad del doctor Melchor Centeno Grau, quien
desempe importantes cargos en los ministerios de Hacienda y
de Obras Pblicas.
El doctor Centeno Grau era un personaje muy alto y circuns-
pecto, usaba siempre chaleco, que se hizo muy popular entre
las gentes pobres que se le acercaban cuando l entraba o sala
de su residencia, como acostumbraban hacer entre los pol-
ticos los pedigeos de la poca. Ante estos pedidores, el doctor
Centeno, con mucha delicadeza, meta el dedo pulgar y el dedo
ndice en el bolsillito del fulano chaleco y sacaba monedas de un
bolvar; luego, solcitamente, las iba depositando en las palmas
de las manos que se extendan a su paso. Pichirre, murmuraban
algunos pedigeos agraciados.
En la acera opuesta viva don Manuel Prez Abascal, dueo
de la acreditada firma comercial Cubra & Ca. Suc., y padre del
doctor Manuel Prez Guerrero, poltico y diplomtico de larga
trayectoria (el doctor Prez Guerrero se educ en Suiza). Para esa
poca tuvimos la oportunidad de ocupar una plaza de vendedor
en la Casa de Cubra, propiedad de don Manuel Prez Abascal.
La siguiente casa perteneca al popular sordo Brandt. En
cuanto a este personaje debemos decir, como algo increble, que
aunque lo tratamos en muchas oportunidades, nunca conocimos
su nombre. Por otro lado, como fundador y presidente de la
Cmara Agrcola de Venezuela, el seor Brandt gozaba del mayor
aprecio en todos los sectores sociales.
En la esquina Salas estaba el denominado Puesto de Salas,
el cual, junto al Hospital Vargas, representaba el amparo de los
accidentados y enfermos de emergencia. Continuando al norte,
105

hacia la esquina Caja de Agua, resida la viuda del seor Borges,

quien trabaj durante muchos aos en la compaa del tranva. A
la seora Teresa Guevara y a su pequeo hijo (en vida de Borges)
los tratamos cuando vivieron en la parroquia fornea El Valle. En
la acera opuesta resida la familia Santana Vaamonde, duea de
la poderosa firma Santana & Ca., ya extinguida.
A ras del puente El Cuo, existe an una casa sumamente
grande que para el ao 20 ocupaba un cuartel militar, despus
se instal all un colegio de seoritas. Enfrente entronca una
callejuela que desciende del Guanbano. Al terminar este puente
estn la entrada de la pequea Urbanizacin Sanabria y la calle
transversal hacia el este, unindose con la que pasa frente al
Cuartel San Carlos y la Jefatura Civil de Altagracia, hasta llegar
al Panten Nacional.
Calle Norte 6
Esta calle se inicia en la esquina Piango donde el general

Antonio Pimentel construy una espaciosa casa, la cual fue
saqueada por el pueblo el famoso 14 de febrero, despus del
fallecimiento del general Gmez. Esta casa es ocupada hoy da
por la Jefatura Civil de la parroquia Catedral.
Ahora bien, en virtud de que en la calle Oeste 2, entre las
esquinas Llaguno y Bolero, se haca una batea (una laguna), fue
construido un puente; razn por la cual se hizo necesario demoler
la casa del colegio Chvez en Llaguno. Tambin en esta calle fue
demolido el antiguo Patronato del Colegio San Jos de Tarbes,
para construir la torre del Banco Nacional de Descuento, recin
desaparecido.
Continuando: de Llaguno a Cuartel Viejo estuvo residenciado
el doctor Carlos Jimnez Rebolledo, cuando era ministro de
Guerra y Marina, hoy Defensa Nacional. En la acera de enfrente
quedaba la hermosa vivienda del seor Max Valladares; l, muy
elegante, de monculo y siempre de clavel en el ojal del palt;
creo que l gozaba de una gran renta derivada de concesiones
petroleras. De Cuartel Viejo a Balconcito funcionaba la Congre-
gacin de las Hermanas Franciscanas. En la esquina Balcn los
hermanos Antonio y Ramn Pimentel construyeron una gran
casa de dos niveles.
106

En cuanto al desnivel de la calle, ste era provocado por la

subida que se iniciaba en la esquina Cuartel Viejo. La calle conti-
nuaba hacia Truco y Guanbano, donde se iniciaba el Puente
de los suicidas, llamado as por los varios desquiciados que se
quitaban la vida lanzndose al vaco, y que iban a parar al fondo
del alto puente. Por tal motivo, en Caracas era muy corriente
cuando alguien se disgustaba con o sin razn or la conseja de
tirarse por el Puente del Guanbano. La esquina llamada Dos
Pilitas era el final de esta calle en el permetro urbano, aunque
continuaba en despoblado por la Sabana del Blanco donde estaba
ubicado el Seminario Diocesano.
Calle Norte 8
Comienza en Camino Nuevo siguiendo a Bolero, donde

resida la madre de los hijos del presidente Gmez. Continuando:
entre las esquinas Pineda y Toro se instal el partido poltico
Unin Republicana Democrtica (URD), que realiz la campaa
presidencial a favor de su lder mximo, Jvito Villalba, y cuyo
triunfo le fue negado cuando se reconoci, en su lugar, al general
Marcos Prez Jimnez, su contrincante.
Muerte del doctor Jos Gregorio Hernndez
De la esquina del Toro a la de Cardones, de donde parte una

forzada subida a la de Amadores y de ah, al oeste, est la esquina
Urapal, de La Pastora. Entre estas dos esquinas exista un desvo
de los tranvas donde, por estar estacionado un tranva en ese
desvo, que esperaba para darle paso al que suba de la esquina El
Guanbano, el doctor J. G. Hernndez baj la acera para cruzar
la calle sin darse cuenta de que un automvil vena cubierto
por el tranva estacionado. Aunque dicho vehculo no vena con
velocidad, s pudo tumbar al doctor largo a largo, con la mala
suerte de ponerle la sien izquierda a la orilla de la acera, causn-
dole la muerte. Segn informacin que consideramos autorizada,
el chofer era ahijado del doctor J. G. Hernndez, de apellido
Bustamante.
De la esquina Amadores contina una cuadra que se abre
hacia el templo de La Pastora y al este hasta Puente Guanbano;
107

es por este motivo que nombramos en el recorrido de la calle

norte 8 al museo del famoso pintor Arturo Michelena, ubicado
en su casaquinta de la esquina Urapal.
Calle Norte 10
Esta calle se inicia en la esquina del Palacio de Miraflores,

donde existi un edificio de dos pisos para el Ministerio de Guerra
y Marina. Hoy toda el rea de esa manzana fue demolida para
la construccin del Palacio Blanco. En el ngulo oeste tambin
desapareci la casa que construyera Gmez para su hermana
Regina; adems, desaparecieron las casas que, hacia el suroeste,
formaban la subida que lateralmente colindaba con Miraflores
hasta llegar a la esquina que se llam Santa Brbara, la cual
desapareci junto a la calle que segua hasta Pagita.
Entre las esquinas Miraflores y Paraso a Poleo se construy el
gran cuartel para la Polica Militar que ahora titulan Guardia de
Honor. En la esquina Poleo, Gmez hizo construir un pequeo
hospital que llevaba el nombre de su madre, Hermenegilda
Chacn.
Continuando, de Paraso a Doctor Gonzlez, a la mitad de
esta cuadra estuvimos con Diego Cisneros en ocasin de conocer
a su seora madre y a su hermano Antonio, que habitaban un
piso alto. Luego, la esquina de Puente Miraflores y a la plaza y
templo de La Pastora. En esta esquina, en la hermosa y amplia
casa donde est el colegio, resida el doctor Henrique Urda-
neta Maya, Secretario de la Presidencia. De all a Torrero y San
Vicente, cuadra donde en una casaquinta vivi madame Pars,
madre del poltico Enrique Tejera Pars. Queremos resaltar que
entre las esquinas Medina y Puerta de Caracas est un monu-
mento a la cabeza de Rivas.
Calle Norte 12
Dicha calle se inicia en la subida de Moreno como llamaban

la callejuela que giraba por la parte de atrs del Palacio de
Miraflores hasta la desaparecida esquina Santa Brbara y Poleo,
como tambin con un ramal a Pagita.
108

De Poleo hacia el norte continan: Ceiba, Delicias y Gobernador;

en esta ltima tena su residencia el general Anselmo Santander,
jefe de los edecanes de Gmez, despus del fallecimiento del
general Jaime. Luego segua una calle transversal, hacia el oeste,
que conduca a Cola de Pato, Zapatero y San Ruperto. Al norte
alcanzaba la Natividad, final de la ruta del tranva, que al oeste
tena la esquina San Fernando y San Antonio.
Nos quedara por nombrar al este la de Negro Primero, antes
de llegar a Torrero, donde se inicia la llamada bajada de los
perros y pasando por una casa muy grande y antigua donde vivi
el Tirano Aguirre. Desde La Natividad y al norte sube una calle
que viene de Cola de Pato y enlaza en Medina con la de Puerta
de Caracas, ya nombrada.
109

Calles noreste
Calle Este 1
Olvidamos citar de Santa Capilla a Veroes el edificio para la

escuela de msica construida en la poca de la administracin del
general Cipriano Castro, la cual contina al este de Santa Capilla.
De Veroes a Las Ibarras existi el Hotel Royal cuyo gerente, Oscar
Garca, fue vecino en la parroquia fornea El Valle. Entendemos
que en este mismo local existi el edificio del antiguo Teatro
Caracas, el que fue consumido por un voraz incendio. La torre
de la esquina Veroes, de once pisos, fue el edificio Amrica,
construido por don Mario Prez Pizani, quien tambin instalara
una fabrica de clavos por los alrededores de Catia. Este edificio
fue uno de los primeros construidos en la avenida Urdaneta,
igualmente el que con un amplio frente y varios pisos construyera
don Julin Caram, entre las esquinas Las Ibarras y Pelota.
Continuando la va: de Pelota a Punceres hubo tres casas
muy hermosas, la de don Bartolom Lpez de Ceballos y la
del maestro Pedro Elas Gutierrez, este ltimo, director de la
Banda Marcial y celebrado compositor musical. Adems, l fue
en una oportunidad mdico de Juan Vicente Gmez, suegro de
Laureano Vallenilla Planchart.
En la esquina Punceres funcion el Transporte Tchira; un
transporte para la regin cuyo propietario fue el primer Martn
Marciales, quien nunca us el Jaime que le corresponda como
su segundo apellido. Enfrente, entre Punceres y Plaza Lpez,
an existe el escritorio jurdico del abogado de consulta Toms
Liscano; al desaparecer Liscano, qued en manos del Dr. Rafael
Caldera.
Luego estaba la Plaza Macuro (donde se levant la estatua de
Cristbal Coln), hoy colocado al frente de la calle Mariprez, la cual
fue construida en alto y rodeada con barandas de mampostera,
contando con tres entradas por medio de gradas. En su acera
norte se iniciaba la subida que, en forma de abanico, descenda
hacia la esquina Las nimas. Igual aspecto ofreca la acera del
frente.
Entre las esquinas nimas a Platanal, Candilito y Urapal
existi la fbrica de vidrio del general Manuel Corao. An no se
110

haba construido el puente sobre la Quebrada Anauco, el cual se

construy cuando se instalaron en un edificio de varios pisos
las oficinas de La Contralora General de la Nacin, al frente de
la margen este de Anauco, en terrenos de San Bernardino.
Calle Este 3
sta se inicia de Jesuita a Maturn, cuadra donde el presi-

dente Guzmn Blanco construy el hermoso edificio para la Gran
Logia de Venezuela. De Maturn a la esquina Abanico, y de esta
ltima esquina a la del Socorro hacia el norte, tiene salida por
medio de unas gradas al Calero con el Pasaje Sevilla. Adems,
hacia el sur cae al Callejn Punceres ya nombrado. De El Socorro
a Calero quedaba el edificio San Fernando, el que ocupara por
varios aos las oficinas del INCE.
Calle Este 5
De Tienda Honda a Santa Brbara se instalaron por primera

vez en Venezuela los hermanos cristianos con su magnfico colegio
La Salle. Entre Santa Brbara y Cannigos construyeron los
hermanos Issa un edificio de once pisos el cual aprovechaba la
cada del cerro en la margen de la quebrada que atraviesa el sector.
En este edificio estuvieron instaladas las oficinas del Instituto de
Obras Sanitarias, y est unido con la calle mediante una amplia
platabanda que sustituy al anterior puentecito de madera donde
exista la quintica del general Lacl, quien para entonces fue el
encomendado por el gobierno de Gmez contra la invasin que
realizara en Curazao Rafael Simn Urbina. Ms tarde falleci
Lacl en La Vela de Coro.
De Cannigos a San Ramn, a la mitad de cuadra, existe una
bajada de cuarenta gradas construida en semicrculo que conduce
al ya nombrado Pasaje Sevilla, la cual entronca con la calle 3 de
Abanico a Socorro. Luego quedaba la cuadra entre San Ramn y
Chimborazo y de sta a Teidero, cuadra donde est ubicado el
popular cine Rex; luego la va contina a la esquina El Mirador
y a la Quebrada de Anauco.
111

Calle Este 7
Esta calle se inicia en Puente Trinidad y llega hasta La Fe,

pasando enfrente del hermoso y desarrollado samn, donde
la historia dice que acamparon los Libertadores. De La Fe a
Esperanza estuvo residenciado don Andrs Carballo, de quien
hicimos mencin al referirnos a la firma Carballo & Ca. Ms
adelante estaba el puentecito La Esperanza y la cuadra entre
Crucecita y Porvenir cuadra donde vivi el Dr. Luis Olarte.
En la esquina Porvenir, los hermanos Bonsanto y el autor
de estas lneas creamos una pequea fbrica de pupitres con
atril, ello para crear un ambiente de estudio en los hogares. De
Porvenir a Santo Toms estaba la licorera del general Toms
Sarmiento, con su afamado vino natural La Sagrada Familia.
Luego estaban las esquinas Santo Toms y Esmeralda, y de all
hacia una callejuela que se extiende atravesando al este, bajando
a El Mirador, y la de Avilanes que iba hasta la Quebrada Anauco.
Calle Este 9
Desde la Plaza de El Panten Nacional a Remedios y Caridad.

En esta cuadra vivi don Carlos Briceo Ayasteran, seora e
hijos; luego estaban las esquinas de San Enrique, San Miguel,
Palo Blanco y Gamboa en la Quebrada Anauco.
Calle Este 11
Esta calle comenzaba en la parte posterior del Cuartel San

Carlos y llegaba hasta la esquina El Misterio y La Quebrada de
Las Brisas.
La esquina 13 se inicia en el lateral sur del Hospital Vargas a
Las Brisas, siguiendo a la plazoleta de Anfiteatro, en San Lorenzo;
luego quedaba la esquina Santa Rosa, donde resida nuestro
amigo Gustavo Aguerrevere; de all, al sur, a Santa Isabel. De
San Lorenzo, tambin al sur, a El Rosario.
112

CALLES SURESTE
Calle Sureste 1
De la esquina Las Madrices a San Jacinto existieron muchos

establecimientos con expendios de calzado para caballeros, entre
ellos la Zapatera Pichin, del seor Jos Valles, quien luego de
fallecido fue sustituido por los hermanos Ben Benchimol, Len,
Baldomero, Samuel y Salvador; para esta fecha cuando escribo
ninguno de ellos vive. Los hermanos Benchimol fueron gentes
amables y cordiales amigos.
Ahora bien, La Femenina era un pequeo local que siempre
estuvo al servicio de las damas; su dueo fue el caballero alemn
Juan Olbrich, con veinte y pico de aos, quien atenda su esta-
blecimiento en unin de su seora esposa. Conocimos personal-
mente al seor Olbrich cuando l era funcionario del Banco de
Venezuela.
En la acera de enfrente estaban los grandes almacenes de telas
de la firma Hermanos Benacerraf. Seguidamente el detal de las
pastas alimenticias de los hermanos Milani.
Al pasar la esquina San Jacinto estaba El Equipo Elctrico,
negocio de Jos Lavaud; al lado quedaba el almacn de Ynez &
Bonaca. A continuacin, un pequeo local de nombre de Garca
y Mena. Tambin recuerdo muy cerca la gran casa de dos pisos de
los almacenes de mercancas secas de don Jos Sabal, contigua a
la Casa Natal del Libertador (cuya restauracin fue encomendada
al doctor Vicente Lecuna por el gobierno nacional), y a continua-
cin la papelera y tipografa La Casa de Especialidades, de don
Rafael Ortega. Ambas propiedades fueron demolidas a objeto de
construir en la ltima la Sociedad Bolivariana de Venezuela, y en
la primera, de J. Sabal, el Museo Bolivariano.
En la esquina Traposos establecieron los Benarroch un
almacn de tenera, cueros y materiales de zapatera. Al lado de la
Botica Continental, en un pequeo local, quedaba la acreditada
sombrerera Tudela, cuya denominacin comercial an persiste
al frente de la calle empedrada, como un recuerdo histrico de
la poca de la colonia.
113

Al continuar, hacia la esquina Coln, tenemos la gran ferre-

tera Al Sol de la firma Dalmayer & Vera Len, cuyo edificio
fue demolido para darle cabida al moderno edificio del Banco
Industrial de Venezuela. En la acera del frente, la pequea ferre-
tera del seor Moiss Miranda y Ca., con quien se asociara el
seor Eugenio Mendoza Goiticoa. Luego, la acreditada quincalla
del seor Armando Bor, y a la mitad de la cuadra la droguera
Normal de don Miguel Octavio, quien tambin desempeara el
cargo de director del Banco de Venezuela. La colchonera Coln
perteneca a Sebastin Daz y en la acera del frente El Zcalo
Azul, colchonera de don Pedro Ascanio.
De Coln a Cruz Verde en una esplndida casa solariega
existi la organizacin poltica del Hogar Americano, bajo la
direccin de doa Mara Edilia Valera. En otra vistosa casa, cuyo
frente era llamado La Casa de Cabrito, estableci un detal de
muebles la seora Rivero; al final viva la familia de don Eduardo
Lesseur. De la esquina Cruz Verde a Velsquez quedaba la ferre-
tera de Riese & Ca.; y en esta ltima esquina veamos a la botica
del doctor Gmez Peraza, quien se instal en el ngulo del lado
derecho a objeto de permitir la demolicin para la construccin
del nuevo edificio de la mueblera La Liberal, de Pedro Jos
Muoz, yerno de don Jos Gorrn.
Continuando la Calle Sur 1, en la localidad de al lado existi
un negocio que gozaba de mucha simpata; no solamente por el
buen trato de sus dueos, los empleados Mirabal y Ponce, sino
porque en La Abeja (como se llamaba) se vendan artculos de
primera calidad para las primeras comuniones de los nios, para
los bebs y las de maternidad. En la acera del frente estuvo resi-
denciado el doctor Francisco Risquez. En la mitad de la cuadra,
en una hermossima casa de ancho frente y gran patio central
como se acostumbraba en aquella poca, estuvo residenciado
el general Flix Galavs, simptico y afable personaje del gome-
cismo, a quien le tocara desempear la Gobernacin del Distrito
Federal hasta los graves acontecimientos que culminaron el 14
de febrero del ao 1935, da en que quedaron eliminados todos
los vestigios de la dictadura. La Policlnica Caracas (primera en
su clase) alcanz inusitado xito, hasta el punto de que en muy
corto tiempo fueron ampliados sus servicios con la casa vecina.
114

Entre los seleccionados mdicos de la policlnica se contaba el

eminente cirujano Salvador Crdoba.
De la esquina Santa Rosala a Candilito, al frente de el templo
y contiguo a la Casa Parroquial, conocimos al presbtero Rada
y sus hermanas. En la casa vecina, un seor de apellido Ruz.
Seguidamente estaba la casa de la seorita Rosa Herminia Len
con su anciana madre; la seorita Len era una florista muy bien
relacionada y con vasta clientela debido al buen gusto con que
confeccionaba sus trabajos artsticos.
De Candilito a Tablitas vivi otra familia Len, y en la casa
contigua las seoritas Machado, de las cuales una de ellas contrajo
matrimonio con Ovidio Sanz, elegante caballero empleado de la
firma Gathmann Hnos. En la acera del frente, la familia de Jos
Antonio Romero Rada, nuestro compaero del Almacn Ameri-
cano de Mster Phelps.
De Tablita a Ro viva la anciana seorita Montero, quien fue
hija de un ministro de Obras Pblicas y ta de los dos hijos de don
Aristbulo Uzctegui. Olvidamos citar que al frente de la Casa
Parroquial existi un colegio de seoritas llamado el Sagrado
Corazn de Jess.
Calle Sureste 3
Entre las esquinas La Marrn y Doctor Pal existi la quin-

calla La Religiosa, propiedad de un seor Lpez, quien gozaba
de gran popularidad por vender tanto al por mayor como al
detal. En esa cuadra conocimos los negocios Pilones de Maz, los
cuales preparaban harina de diferentes productos: de pltanos, de
arroz, funche y maz tostado, que tanto consuman los nativos
de las Islas Canarias, llamados popularmente los isleos; ellos
tambin producan la molienda de sal en grano; Alberto Patio
y Oscar Beiner estaban dedicados a este negocio.
Don Manuel Felipe Rodrguez era un mayorista de vveres al
por mayor, gozaba de gran aprecio y conocido por su habilidad
de sumar mentalmente el monto debido por sus clientes. Luego
estaba la oficina de representaciones Coronado con su venta de
artefactos elctricos.
Citaremos como algo llamativo el sistema utilizado por
los hermanos Benarroch en su tienda El Tesoro Escondido,
115

el cual contaba con varias puertas y un amplio mostrador de

madera; tanto ellos como los empleados deban amontonar las
telas que fueran exigiendo los clientes, sin que se les permitiera
doblar los rollos de tela o piezas para colocarlas en las armaduras.
Durante todo el da se encontraba la clientela solicitando esto
o aquello, hasta que se extendan las varas de driles, liencillos,
gneros blancos, cretones o percales. Entrada la noche se iniciaba
el arreglo y doblez de telas para colocarlas en las armaduras, y si
alguna persona preguntaba por algo se iniciaba la letana, aunque
la mayora continuaba organizando hasta el final.
Hacia la esquina El Chorro quedaba el almacn de los
Hermanos Benan, el cual se incendi alguna vez. Luego quedaban
los almacenes de vveres de Pinto Pilo & Ca., igualmente Toms
Herrero y Ca., distribuidores de los jabones Denis Blue de la
firma John Lahoud, y al frente la firma de Gonzlez & Ca., con
su afamado caf Fama de Amrica.
De El Chorro a Doctor Daz se inici el Banco Unin, promo-
vido por don Salvador Salvatierra. Al Banco Unin podramos
llamarlo revolucionario; la competencia lleg a criticarlo: los
accionistas de otros bancos se refirieron a esa institucin como
el banco de los pulperetes de la esquina El Chorro, habiendo
resultado que este banco se fue por la tangente, porque lleg a
representar en la vida de los otros bancos como de primera lnea.
Fue fundado en 1954.
En la esquina Doctor Daz estuvieron los pilones de harinas
y moliendas de sal de los hermanos Toledo Trujillo. De all a la
esquina Zamuro, en un casa sumamente espaciosa, viva la familia
de don Antonio Ramn Rodrguez Bello, y antes de llegar a la
esquina Miseria estaba la residencia de don Flix Carpio, gerente
del Almacn Americano. Antes de llegar a la esquina Pinto, en
una elegante residencia, se mantuvo durante muchos aos el
doctor Victorino Mrquez Bustillos, presidente de la Repblica,
a quien la gente siempre le haca el chiste al decir que l viva en
la miseria. En la acera del frente tambin residi el seor Pedro
Lpez Fontainez, quien se desempeara como secretario de Juan
Vicente Gmez.
De la esquina Pinto a Gobernador se mantuvo la hermossima
residencia del doctor Alfredo Jhan, con un ancho frente y un
patio principal bastante amplio; adems, el patio principal tena
116

un muy cuidado jardn que daba al amplio corredor y alcanzaba

al lavandero y habitaciones del servicio domstico. A ese patio se
entraba por una especie de callejn, como garage, cuyo portn
de calle estaba entre las esquinas Pinto y Viento, y se anexaba
a la mansin del ministro de Relaciones Interiores, Dr. Rubn
Gonzlez. Luego estaba otra casa o residencia que no se quedaba
muy atrs, propiedad de la familia Lange, y la vivienda de Ral
Daz de Legorburu, quien fuera presidente del Concejo Muni-
cipal de Caracas.
Entre las esquinas Gobernador y Sordo se encontraban las
instalaciones de la fbrica de galletas de Jos Puig. Al cruzar
la esquina, en una casa de varias ventanas, hacia El Guayabal,
viva Amparo lvarez, gran amiga de Mster Doyle, gerente de
la compaa Shell.
Calle Sureste 5: de Cuj a Puente Hierro
La firma Ponce & Benso estaba entre las esquinas Cuj y

Salvador de Len, la cual gozaba de mucho crdito; debemos
mencionar que el Sr. Ponce era cuado del poltico Rmulo
Betancourt. Seguidamente estaba la talabartera de don Domingo
Otatti y una farmacia. A esta esquina [Salvador de Len] llegaba
el tranva de la parroquia fornea de El Valle. Luego estaba la
esquina Coliseo, donde estuvieron los Mayores de Vveres de don
Santiago Sosa y Ca.; igualmente el Mayor de Gustavo Zingg. Al
lado veamos la hoy liquidada firma de Santiago Sosa y un edificio
donde se estableci la firma de Eduardo Antonini y Ca., quien
hasta entonces haba ocupado un pequeo local cuyo negocio se
llamaba La Canadiense, en la misma esquina Salvador de Len.
Por otra parte, debemos citar al Sr. Antonini como un ejemplo
para la juventud. Antonini era un empleado despachador en el
almacn de vveres de la antigua firma Delgado y Ca.; negocio
(pulpera) que l recibi por quiebra y que perteneca a un tal
seor Chapelln. Lamentaba el Sr. Jos Delgado ya haba falle-
cido su hermano mayor Antonio Mara cuando se le acerc al
escritorio el joven Antonini con una pregunta que desarrolla-
remos en el siguiente apartado, donde el saber tiene un nombre
particular.
117

Al saber lo llaman leche
El joven Antonini le pregunt a Jos Delgado:

Usted cree, don Jos, que a m me queda grande hacerme
cargo de La Canadiense?
Por qu? le contest Jos, si usted est dispuesto a
quitarse la corbata y a despachar manteca con una paleta, por
qu no!
El joven Eduardo Antonini recibi un inventario en mobi-
liario antiguo por unos veintisis mil bolvares, y unos cinco mil
en mercancas. Pasados seis meses, en el primer inventario, el
negocio arroj slo cuatrocientos bolvares de utilidad. Eduardo
estaba desesperanzado, haba cambiado su tranquilidad para
cobrar el mismo sueldo con un esfuerzo que le haba hecho trabajar
sin descanso hasta las once de la noche, incluso los domingos y
das feriados, hasta llegar a recibir de cuando en cuando la visita
de la novia acompaada de su padre (el Sr. Monch) quien era de
origen alemn y siempre lo animaba a perseverar.
Y as fue como Eduardo inici en Caracas el empaquetamiento
de productos comestibles en bolsas de uno, medio y cuarto de
kilo. Su trabajo consista en envasar manteca y mantequilla en
vasitos de cartn, otorgar premios en juguetes para los hijos de
sus clientes, telefonearlos diariamente para recoger los pedidos
que l pudiera enviarles a domicilio. Sus ventas aumentaban cada
da, se rode de atentos y respetuosos colaboradores; primero un
tal Magdaleno, despus otro y otro. No acept nunca ningn
desliz con las seoras o seoritas que visitaban La Canadiense.
Letreritos y precios fijos a los productos, afable y sonriente.
Cuando estableci las ventas al por mayor y se abri camino
entre comerciantes detallistas de la ciudad ya haba nombrado
gerente de La Canadiense a su hermano Guillermo. El esta-
blecimiento haba sido completamente renovado y tena hasta
una cava-vidriera en una de las puertas para exhibir productos
refrigerados. Desde los primeros das, en los iniciales meses de
su comentado sacrificio personal, elimin el detal de licores y,
resueltamente, al paso que sus negocios se consolidaban, La
Canadiense fue abriendo sucursales en La Florida, en El Valle y
118

en la esquina Las Acacias, en la prspera parroquia fornea de El

Recreo, la cual ya se integraba al casco urbano de Caracas.
Resulta que un da Antonini fue sorprendido cuando uno
de sus vendedores le inform que el ajo se haba agotado en la
ciudad. Conocedor de su negocio nunca haba querido trabajar
con algunos artculos que materialmente no dieran utilidad. Al
recibir la noticia del ajo llam por telfono a su amigo Alberto
Ordez para informarse de la verdadera escasez de dicho
producto (Alberto estaba en contacto con las zonas productoras).
Eduardo solicit de su secretaria hurgar y buscar en el archivo
una oferta que recordaba haberle hecho una firma mexicana. As,
ni corto ni perezoso, envi un cable pidiendo cotizacin urgente
(CIF La Guaira). Recibida sta, efectu un gran pedido y orden
la cancelacin anticipada por conducto de un banco de Nueva
York. Inmediatamente orden ofrecer ajo para entrega poste-
rior. Antonini gan en esta operacin treinta mil bolvares. La
competencia de experimentados mayoristas, al tener la noticia,
le decan:
Este Eduardo s tiene leche!
... Leche?
Al saber lo llaman leche responda.
En esta misma cuadra vivi don Jorge Peoli Sucre, poltico de
la poca, dueo de la Hacienda Santa Cruz en los alrededores de la
poblacin de Guatire en el estado Miranda. Dicha hacienda estaba
bajo la administracin de mi abuelo (don Jos Rosario Martnez),
quien, junto a sus hermanos (mis tos) haba perdido su hacienda
El Bautismo por motivo de la guerra llamada de los azules.
Al frente, la firma de Augusto Domnguez y Felipe Serrano
(este ltimo an no haba fundado Radio Rumbos. Luego, Pedro
Echenagucia, con artculos de cacera; Daumen Hermanos con
artculos para talabartera, y las residencias familiares de don
Arnaldo Morales en la esquina Coliseo. En esta esquina fund su
farmacia don Argimiro Ruiz y seguidamente la agencia de repre-
sentaciones de los hermanos Capriles: Mario, Pipo y Manchi.
De aqu a El Peinero y a El Pjaro donde los hermanos Antonio
y Ramn Pimentel construyeron el cine Peinero.
En El Pjaro estaba instalada la bodega de Gines Aranguren,
quien mantuvo por mucho tiempo escondido a Rmulo
Betancourt. De El Pjaro a Curamichate viva don Jos Mara
119

Rodrguez Moya, as como tambin el autor de estas lneas

cuando form su familia. De Curamichate a Viento resida don
Juan Mara Benzo, en una casa muy hermosa, y luego el doctor
Ciro Vsquez, connotado petrolero; en la acera de enfrente se
cas don Emilio Beiner. De Viento a Muerto estaban instalados
la familia Lanz, el Sr. Osio, la familia Molina, y en una hermosa
casa Jos Antonio Lugo. De all a Las Pelez y a la entrada de
Puente de Hierro.
Calle Sureste 7: de Romoalda a Roca Tarpeya
All funcionaba la agencia de casas de alquiler Huizi. En la

esquina Socarrs viva la familia Felizola, una de las hijas se cas
con el presidente de la Repblica, Isaas Medina Angarita. En la
esquina Corazn de Jess quedaba la Congregacin de Sacerdotes
Dominicos, quienes construyeron el templo en una bajada que
alcanza la esquina La Hoyada. Tambin resida all la familia de
Luis, Antonio y Rafael Villegas.
Ms adelante, hacia El Tejar funcionaba el semanario Fantoche,
cuyo propietario era el clebre humorista Leoncio Martnez (Leo),
a quien los muchachos de la UNE (encabezados por el Dr. Rafael
Caldera y Lorenzo Fernndez) le provocaron disturbios sin que
hubiera consecuencias lamentables.
En la esquina El Tejar se levantaba la residencia de don Felipe
Massiani, joven para aquella poca y sarampionoso en el sentido
revolucionario de los estudiantes universitarios. En esta casa, en
otra poca, se fund la Radio Cultural, emisora que represent la
primera iniciativa del amigo Gonzalo Veloz Mancera.
Ahora nombraremos los apellidos de los vecinos que habitaron
esta cuadra hasta la esquina El Rosario, cuadra que representa, a
la fecha de hoy, el edificio actual del Cuerpo de Bomberos: don
Domingo Antonio Montbrum y Guillermo Toro Ramrez, altos
empleados del Banco de Venezuela. Don Manuel Tacoronte,
del Banco Caracas. Eduardo y Roberto, del Venezuela; Eduardo
alcanz la Presidencia; esta familia era Sosa Fernndez. El autor
de estos recuerdos tambin estuvo en el Banco de Venezuela.
Luego estaba la residencia de don Jos Mara Rodrguez Moya y
su esposa Emma Beln Llamozas, cargados de familia. Seguida-
mente viva el doctor Requena, dueo de la Farmacia La Marrn.
120

Esta acera la concluye el doctor Eloy G. Gonzlez, gran Tribuno de

la administracin de Cipriano Castro. Fueron sus primeros hijos
mayores: Felipe, mdico; y Jess El Mono, que era tira piedra.
En la acera de enfrente vivieron los tres hermanos Beracaza,
Carlos y Jos, y Marcos que ya falleci. Ms adelante estaba
la floristera de la familia Mario, y al final Anita y Natividad
Molina, tas de Matilde. Tambin vivan all Ana Luca, Ada
Helena y Jos Armando Molina. De ellos, solamente Matilde
profes como Hermana del Buen Pastor, Congregacin que
regenta actualmente.
Del Rosario a la esquina El Cristo vivieron el odontlogo
Moreti Nuty, el mdico ngel Angulo y el Dr. Manuel Carbonel
(padre); toda vez que el hijo mayor (con igual nombre) desem-
pea actualmente una cartera ministerial. Del Cristo a la esquina
Los Isleos estuvo la residencia del Dr. Quintero y de su sobrino
Isaas Medina Angarita. Con el tiempo, los reverendos padres
de la Congregacin de San Agustn construyeron el templo que
lleva su nombre. De esta esquina a Alcabala (del Puente de Sucre)
existi la fbrica de jabn La Torre. Tambin estaba muy cerca
de all el negocio Flor de Jabn, de la firma de don Juan Simn
Mendoza, la cual fue adquirida con el tiempo por la poderosa
industria Menen. En la acera de enfrente estaban los almacenes
de vveres de los hermanos Sosa. Luego los molinos de harina y
molienda de sal de la firma Manrique y Ca.
De las anteriores construcciones hasta el antiguo Puente de Sucre
(que cruzaba el cause del ro El Guaire) exista una gran extensin de
jardines de flores, explotados por los trabajadores de las Islas Cana-
rias, entre los cuales se destac siempre el isleo Manuel Escauela,
quien inici un kiosco en Puente Hierro llamado Los Malabares,
donde estos se enriquecieron; tambin existieron all en Puente
Restaurador los jardines del tambin isleo Scanone.
El sitio llamado Roca Tarpeya, ya mencionado, correspondi
al cerro de Buenos Aires, al frente del actual Helicoide, a cuyo pie
existi el Barrio El Mamn, al sur de Las Vegas del Puente Sucre.
Calle Sureste 9: de Manduca a San Roque y Boulevar del Cristo
En esta cuadra los hermanos Schat Aristigueta, de origen

alemn, establecieron una botica. En Puente Ynez estaba el
121

magnfico edificio de la antigua firma Blohm & Ca.; negocio que

se vio obligado a desocupar su antigua sede en la esquina Padre
Sierra, por demolicin de aquella histrica casona donde naciera
el Generalsimo Francisco de Miranda. En el nuevo edificio la
firma de Blohm, de origen alemn, se transform en Beco.
Continuando nuestro recorrido, de la esquina Puente Ynez
a Perico y a la esquina San Lzaro construy el general Vicencio
Prez Soto, expresidente del estado Zulia, una mansin con pisos
y zcalos de mrmol, donde solamente la sala de bao ofreca el
capricho de haberse colocado la esculpida baera en el centro de
esa gran sala, cuyo techo, paredes y pisos haban sido cubiertos
con espejos hermosamente rematados.
Prez Soto fue considerado por el gomecismo como uno de
los hombres ms inteligentes del rgimen; por esta causa l fue
conservado durante muchsimos aos como presidente de ese
estado. En cierta oportunidad, Prez Soto construy una edifica-
cin de caridad pblica para los nios, haciendo colocar al frente
una placa de metal donde se dejaba constancia de tratarse de una
obra personal suya como un pecador arrepentido.
En la esquina San Lzaro funcion en un antiguo edificio
la Escuela de Artes y Oficios para Hombres. En los jardines de
esta escuela, el profesor Armando lvarez de Lugo, un atleta
completo, imparta durante las primeras horas de la noche clases
de gimnasia sueca, como se denominaba entonces la educacin
fsica. En estas clases se utilizaban las paralelas, trapecios y la
barra.
Las elecciones presidenciales en la Plaza de San Lzaro
En el ngulo de enfrente de la citada escuela existi la Plaza

de San Lzaro; all se realizaban las votaciones para elegir al presi-
dente de la Repblica. En esa poca se nombraban comisionados
para recolectar a los votantes en los campos vecinos; los traan
a esta plaza en fila india hasta una mesa donde se proceda al
sagrado acto de votacin.
Por quin vota usted? les iban preguntando a cada uno;
a lo que contestaban:
Por el mocho Hernndez.
122

La gente no saba quin era el mocho Hernndez, as como

tampoco quin era el general Ignacio Andrade. Votaban incons-
cientemente por los dos, aunque, como es natural, el apun-
tador le endilgaba el voto al candidato de gobierno (Andrade).
El general Hernndez representaba la oposicin. Una vez que
el resultado estaba listo, y si el comisionado haba aportado al
proceso eleccionario ms de veinticinco votantes, ipso facto el
ganador quedaba confirmado como todo un coronel de la
patria.
La cuadra continuaba hacia el sur a las esquinas de San
Martn y San Roque, donde continuaba el llamado Boulevard
de El Cristo, entroncando con la Sur 7. Ms adelante, y delante
de una amplia rea en los terrenos propiedad de La Yerbera,
el general Eduardo G. Macera, administrador de la lotera de
beneficencia pblica del Distrito Federal, hizo construir el Nuevo
Circo de Caracas, ste cuenta con un frontis estilo Morisco y
con una torrecilla o almenas, que le hacen mucho ms llamativo
que el antiguo Circo Metropolitano, propiedad de don Pedrito
Salas. Sin embargo, el Nuevo Circo fue dotado de un redondel
ms grande que parece fatigar demasiado al ganado; adems, la
gradera no ha debido construirse tan horizontal ya que dificulta
las visin de los espectculos.
El Nuevo Circo de Caracas
El gran torero Eleazar Sananes (Josefino) vivi en una

pequea casa ubicada en la calle lateral del templo de la parro-
quia San Jos. Josefino haba regresado de Espaa debidamente
graduado como matador de toros con el seudnimo de Rubito.
Creo que tal nombre se deba a que l era un joven de blanqu-
sima piel y ojos azules, pobladas cejas y liso cabello dorado. Su
figura en traje de luces se agitaba delante de los toros de lidia,
que para aquella poca eran seleccionados entre las ms afamadas
ganaderas espaolas: Miuras, Santa Coloma y otras de gran pres-
tigio. Cuando unos bichos salan del toril con pasitos cortos y
levantando arrogantes el testuz coronado por una cornamenta
de media luna, digamos, los espectadores que llenaban siempre
todas las localidades quedaban impresionados por la majestad y
quietud de los toros espaoles, como de instantnea observacin;
123

para luego acercarse al centro del ruedo, donde Rubito, rodillas

en tierra y con el capote extendido hacia delante, lo esperaba y
aguantaba. La faena se completaba cuando, al bajar la cabeza
el toro, el torero segua bufeando y doblaba en redondo; por
el rpido movimiento giratorio del brazo del fino torero, atra-
yendo al animal hacia el cuerpo arrodillado. Esta suerte, llamada
rebolera, era tan vistosa que armaba el escndalo del soberano,
mantenindolo de pie aplaudiendo frenticamente.
El Nuevo Circo de Caracas o el coso de San Martn como
le decan algunos se mantuvo alrededor de tres aos consecutivos
presentando corridas de toros todos los domingos y das feriados.
Esas corridas eran organizadas por el empresario M. Capriles Power,
de quien ya dijimos que tena su residencia entre las esquinas La
Marrn y Cuj, en la Avenida Este. Al cabo de algunos meses este
torero, que se convirti en un dolo para la mayor parte de la aficin
caraquea, dej de usar su seudnimo de Rubito y comenz
apareciendo en los carteles con su propio nombre.
Julio Mendoza (hijo del viejo torero Vicente Mendoza) se
convirti en el principal contendor de Eleazar Sananes, aunque
esta rivalidad fuera solamente en el ruedo, en lo profesional,
digamos. Lo cierto fue que los aficionados crearon grupos de
acrrimos partidarios, tanto del uno como del otro. Los mendo-
cistas (o julieteros) argumentaban la pericia y certeza de Julio
Mendoza al entrar a matar al toro, y que por algo lo llamaban
la suerte suprema; tambin decan que la falla o el lado flaco de
Sananes era que no igualaba bien al toro, antes de entrar a matar,
vindose obligado a pinchar varias veces.
Y esto era cierto y comprendido por los sananistas, quienes
utilizaban sus puntos de vista en el sentido de que exista una
gran diferencia en el modo de torear de ambos: decan que Julio
era como seco al torear de capas, no corra la mano alargando
el lance como Sananes en las Vernicas, en las Medias Ver-
nicas, etc. Tambin argumentaban que cuando banderilleaba,
lo haca prensando su delgado cuerpo y citando al toro desde
lejos; y que al terminar cada carrerita, arqueaba el cuerpo sobre
la puntilla de los pies, y que cruzaba los palos con esa elegancia
imposible de imitar por Mendoza. Adems decan, como el
Catire de San Jos parece que sufra de dispepsia, en medio
de las corridas era frecuente verlo abandonar al toro e irse a la
124

contrabarrera, reclinando en su borde la cabeza, como si sufriera

de algn mareo, y despus de vomitar tomaba un medicamento
que le proporcionaba Matamoros, su mozo de estoque.
Ahora es que Sananes es torero! , argumentaban sus
partidarios.
Sananes, realmente voluntarioso, reanudaba su faena y conti-
nuaba con mayor entusiasmo los aplausos, acompaados por un
paso doble que tocaba la banda musical en seal de aprobacin
y jbilo por parte de la presidencia del espectculo.
En la calle 11 (de la esquina Ferrenqun a Tracabordo, Monroy
y Puente Victoria), donde entronca con la calle este 6, estaba la
Hacienda El Conde. La calle Sur 13, que se inicia en la Cruz de
Candelaria, contina hasta Misericordia, cuadra donde vivi el
doctor Pea, padre del pianista Israel y de Beatriz, la que fuera
reina de los estudiantes en el ao 1928. Luego continuaba Miseri-
cordia a o Pastor. La Sur 15 parte de la alcabala de Candelaria a
la esquina Peligro y Pele el Ojo en la Plaza Misericordia o Parque
Carabobo, como tambin se le llam. Continuaba de Pele el Ojo,
al sur, una cuadra de casuchas divididas por una callejuela; la
calle del medio, as se le deca, y al este la esquina Los Lechosos.
Nuevo Circo de Caracas (fuente: Caracas, la ciudad

125

Calle Sureste 11: de Ferrenqun a Tracabordo
El liceo Urdaneta y de all a Monroy, donde construy su resi-

dencia don Enrique Gonzlez Orta, viva el dueo de la jugue-
tera La Mina. Ms adelante, siguiendo Puente Victoria hacia el
sur, estaba la Plaza Candelaria (que se llamaba o Pastor). En
esta esquina construy una hermosa residencia el Dr. Chosoni,
y seguidamente abarc esa cuadra el Colegio de Seoritas Santa
Rosa de Lima.
La Quebrada Anauco continuaba por la Hacienda El Conde
hasta la esquinita Quita Calzn, donde qued una manzana de
casas humildes llamadas Calle del Medio, es decir, el rea que
ocupa hoy da el liceo Andrs Bello.
Calle Sureste 13
De Cruz de Candelaria a Miguelacho existi el garage de don

Segundo Jordn. Continuando a la esquina Misericordia, donde
nos tocara citar a dos reinas: a la seorita Josefina Revenga, del
Carnaval, y a Beatriz Pea como reina de los estudiantes univer-
sitarios del ao 28.
Calle Sureste 15
Alcabala de Candelaria a Peligro, y al final, Pele el Ojo.
126

CALLES NORESTE
Calle Norte 1
Se inicia de Las Matrices a Ibarra. En esta cuadra existi una

antigua casa de dos pisos, como se acostumbraba construir en
aquella poca. Al traspasar el zagun se encontraba un amplio
patio con el segundo piso a su alrededor. Este patio haba sido
techado instalando en l maquinarias para la fabricacin de los
cigarrillos, marcas Doble guila y Sport, cuyo propietario era
don Enrique Quintana. El seor Quintana haba nacido en la
Isla de Puerto Rico y le era comn mencionarlo, esencialmente
cuando iracundo se refera al proceder de don Luis Bigott que,
como venezolano, segn l, no deba haber vendido sus fbricas
de cigarrillos Bandera Roja y Bigott a la American Tobacco Co.
En la acera de enfrente, en otra gran casa, la firma de Juan
Manuel Daz & Ca. estableci su mayor de mercancas secas,
como denominaban a la importacin de telas. Esta acreditada
firma era propiedad de Liverpool, elegante tienda establecida de
Gradillas a San Jacinto, al frente del pasaje Ramella. De Ibarras
a Maturn quedaba una de las primeras libreras que inici en
Caracas la venta de colecciones pagaderas por cuotas y entregas
semanales: la Editorial Gonzlez Porto, de origen chileno. Don
Vicente Vadllalo, nuestro amigo, en esa oportunidad inici con
bastante xito la oferta de las obras completas del eminente
escritor venezolano don Andrs Bello.
En la esquina Maturn funcionaba el Garage Solex de don
Henrique Sapene, y en la pared adyacente a la puerta de entrada
recordamos haber visto una placa de metal indicando que en esa
esquina se haba construido la primera casa de la ciudad.
De Santa Brbara a La Fe existi una congregacin religiosa
que estableci el colegio para seoritas Sor Teresita de Jess, el cual
estaba muy mal ubicado, toda vez que en la acera de enfrente an
funciona una casa de citas. Ahora bien, en cuanto a este local,
han sido muchas las personas que han solicitado su clausura pero
no lo han logrado, ya que parece formar parte de una cadena que
incluye al llamado Hotel Punceres y otro en la esquina Abanico;
cosas de la democracia.
127

En la esquina La Fe se levantaba la Capillita de La Trinidad,

con la curiosidad de tener en la puerta de entrada un cepillo
(as llamaban a las bandejas para recoger la contribucin de los
fieles que concurran a las misas los das domingo). En la Capi-
llita el cepillo estaba representado por un monaguillo de yeso
(de cuerpo entero), con su hbito blanco, simulando encajes
tanto en su borde como en el puo de las mangas. Este hbito
estaba cubierto con una capita roja en los hombros. Con las dos
manos sostiene una bandeja con su ranura al centro para recibir
las limosnas de los fieles.
De la esquina La Fe a Remedios y Las Brisas cuadra donde
vivimos en unin de mi madre, muy presente tenemos aquella
maana del ao 1928, en que al despertar mi madre angustiada
me dice:
Francisco, qu noche!
Qu pasa? le pregunt.
Me cont:
Mira, toda la noche fueron tiros de fusil y revlveres por
ese barranco, al paso en el Cuartel San Carlos, y yo toda la noche
sin dormir, rezando para que no te despertaras.
Y por qu? le repregunt.
Slo me respondi:
Yo tema que si te despertabas, saldras a imponerte de lo
sucedido.
Calle Norte 3
Se inicia en la esquina La Marrn siguiendo a La Pelota,

cuadra donde instal don Ricardo Zuluaga las oficinas de la
compaa La Electricidad de Caracas. Cuando conocimos esta
empresa, su fundador, el seor Zuluaga, haba fallecido. Para
entonces el gerente era el doctor Oscar Augusto Machado, perso-
naje que gozaba de alto aprecio en la sociedad por sus mritos
intelectuales, y condicin de caballero a carta cabal en sus actua-
ciones pblicas y privadas. Lo antes dicho tuvimos oportunidad
de comprobarlo, en la ocasin de solicitar su aprobacin para
publicar un aviso sobre la fbrica de papel que l haba instalado
en el sitio llamado Los Naranjos, del estado Miranda.
128

En la compaa de electricidad circulaba El Precursor; un

periodiquito que editamos en Los Teques a nombre de un Centro
Miranda; queramos que el gobierno estatal tomara en conside-
racin la importancia agrcola del estado. El doctor Machado
estaba muy sonriente al tomar media pgina para la insercin del
aviso, y cuando le preguntamos cuntas veces podamos publi-
carlo, graciosamente nos contest:
Mientras dure el periodiquito.
Ms adelante veamos a la esquinas: Pelota, Abanico, Chim-
borazo, Esperanza y Caridad, entroncando con la calle Este 9
y partiendo de la Plaza del Panten a Remedios, Caridad, San
Narciso y San Miguel (esta ltima va es hoy la avenida Fuerzas
Armadas).
Calle Norte 5
Se inicia entre las equinas de Cuj y Punceres, donde los

hermanos Oropeza Castillo instalaron en una pequea casa las
oficinas de la compaa envasadora Pescados Margarita.
Martn Marciales y el Transporte Tchira
En la trasversal norte de la esquina Punceres se form una

empresa de transporte, donde el primer Marciales, en su pequeo
local, reciba las encomiendas y bultos para enviar a la regin de
Los Andes. Lgicamente que la responsabilidad y competencia
de Marciales fueron aumentando su crdito, y al cabo del tiempo
se convirti en el Transporte Tchira ms confiable de la ciudad.
Eliseo Arias, Juan Jess Ramrez y Rogelio Snchez represen-
taban tortuosas y angostas rutas de la gran carretera trasandina
que, bordeando altos cerros, atravesaba los pramos de La Negra,
El guila y El Zumbador; requirindose pernoctar varias veces
y hasta por varios das durante la travesa en poblados, en case-
ros de escasos recursos y hasta en campo abierto. A veces haba
que toparse con derrumbes provocados por las inclemencias del
tiempo, o fallas mecnicas que requeran acuciosa dedicacin y
hasta el recurso de la improvisacin al no contar con oportunos
repuestos. Bueno, aquello era de empezar y no terminar; una
129

verdadera pesadilla que slo podan dominar los titanes hijos de

la montaa. Martn Marciales Jaime fue uno de ellos.
La sealada va Norte 5 atraviesa el Este 1, y por el Callejn
Punceres se abre al final como una Y, entre la Norte 7 y la tras-
versal Este 2, que desemboca en una callecita transversal hacia la
esquina Socorro, dejando en medio la ltima casa donde funcio-
naba un botiqun o bar de mala muerte que tena una mesa de
billar.
A pocos das de la muerte de J. V. Gmez se suscit en dicho
bar el siguiente caso: al pasar un polica uniformado, un grupo de
hombres que se encontraba en ese botiqun le form una rechifla
con gritos y pitos. El polica se puso nervioso y dndoles el frente
desenfund su arma de reglamento, tratando de intimidarlos;
hizo unos disparos, con tanta mala suerte que alcanz a herir en
una pierna a un repartidor de pan de trigo, quien cay al suelo.
Entonces, los hombres lo agarraron, le quitaron el revlver y
lo golpearon hasta tumbarlo. Despus lo subieron en peso y
lo dejaron caer contra el empedrado de la calle hasta hacerlo
sangrar. Luego apareci uno de esos antiguos automviles de siete
pasajeros, con la capota baja, con policas portando museres; lo
liberaron y salieron corriendo a esconderse.
Calle Norte 7
Esta calle parte de la esquina Romualda en la Avenida Este,

al frente de la Plaza Lpez y el cine Hollywood que construyera
el seor Lpez Mndez.
La Plaza Lpez terminaba en una gradera para subir al Alto
Macuro, en cuyo centro se erigi el hermoso monumento a
Cristbal Coln, actualmente colocado en la salida de Mary Prez
al final de la Calle Real de Quebrada Honda. El citado monu-
mento tambin tena gradas hacia el este, al frente de la Plaza
Espaa que se construyera formando un tringulo con motivo de
la visita del prncipe don Fernando de Babiera y Bordn, primo
del Rey Alfonso XIII de Espaa, quien fue alojado en una casa
de dos pisos que haca esquina al sur de dicha plaza. En el ngulo
norte al pasar la calle Este 1, en una casa quinta propiedad del
general Manuel Corao se efectuaron recepciones y agasajos a los
visitantes. Con respecto a estas casas hemos escuchado referir que
130

fueron objeto de una jugada de dados entre el seor De Sola y el

general Corao, sin precisar cul de los dos fue el ganador.
Antes de llegar a la esquina Socorro haba un ngulo formado
por una sola casa; este ngulo serva de unin a la callejuela que
vena desde Punceres y la otra salida por medio de gradas a la calle
Este 3 que bajaba desde Abanico. De la esquina Socorro a San
Ramn quedaba el garage de Segundo Jordn, y en la acera de
enfrente se levantaba la hermosa residencia del doctor Vctor M.
Rada, sempiterno presidente del Concejo Municipal.
De San Ramn a Crucecita los hermanos Aristigueta esta-
blecieron su fbrica de sombreros Britania. De Crucecita a San
Miguel exista una forzada subida donde los tranvas tenan que
utilizar los ocho puntos. Llegando a la esquina San Miguel estaba
la residencia de nuestro gran amigo, el doctor Paulo Garca Prez,
a quien los sarampionosos adecos de la poca nombramos
presidente de la Casa Miranda y quien, luego del triunfo de la
junta revolucionaria, fue nombrado presidente de aquel estado.
Contina la esquina San Jos, all existe una calle transversal
hacia el este, pasando por la Jefatura Civil y por el frente del
templo que entroncaba con otra de norte a sur, frente a los telares
de San Jos. Al fondo del templo de San Jos haba tres casitas,
en una de la cuales viva el clebre torero Eleazar Sananes, para
entonces Rubito, quien regresaba de Espaa despus de recibir
la etiqueta de matador de toros, como ya lo hemos comentado.
Continuaba la va de la esquina San Jos a la de San Enrique
y a San Luis, donde termina la ruta del tranva. De all al este
quedaba la esquina Panorama y, al oeste, Santa Isabel y San
Lorenzo; adems, una placita. Enfrente de sta quedaba una
antigua construccin que serva para el anfiteatro del Hospital
Vargas y la Universidad Central.
En la parte de atrs del hospital llamado Las Brisas no haba
viviendas ni estaba construido el actual puente. Antes de llegar a
la esquina Santa Isabel asistimos al entierro del apreciado caba-
llero Gustavo Aguerrevera, alto empleado de la Venezolana de
Eelectricidad, donde trabajamos.
131

Calle Norte 9
As, pasamos a la calle entre Manduca y nimas, donde

quedaba el Callejn Manduca, al oeste hasta la Plaza Lpez. De
nimas a Calero, Rafael Crvelo tena una pulpera. l era barlo-
venteo, afable y siempre sonriente. Tambin l ayud a Rmulo
Betancourt cuando lo tuvo escondido durante algn tiempo en
su negocio, en el tiempo que tena la polica secreta buscndolo.
Vayamos ahora a Calero, a Chimborazo y a Porvenir. En
esta ltima esquina vivimos y utilizamos un saln para iniciar la
fabricacin de unas sillas pupitre para crear ambiente de estudio
en el hogar (cuestin que tambin hemos narrado en pginas
anteriores). Estas sillas se construan en tres tamaos. Cuando
triunf la Revolucin de Octubre salimos a la calle en compaa
del carpintero, el lijador y el pintor; llevbamos unos cuantos
letreros que utilizbamos como propaganda en la que pedamos
escuelas.
El maestro Luis Beltrn Prieto quien tena una librera
siempre nos estimul. Tambin Joseto Ayasteran, quien fue muy
amigo mo; l me ofreci en venta un hermoso cadillac negro que
haba sido del seor Juan Simn Mendoza, nada menos. Una
ganga por ocho mil bolvares y, como dicen, camos.
Lo primero fue un nuevo acumulador, luego antes del mes
un cloche, y como las ruedas daban vueltas hubo necesidad de
cambiarle dos cauchos y un tercero para emparejarlo con el cuarto.
Faltaba el carburador chus, chus; nada mejor: uno nuevo. Para
qu seguir contando, solamente me quedaba el recurso de mi
vecino, mi amigo Joseto. Me dijo:
No te preocupes, que as como te ha tocado a ti cargar ese
muerto que es del ao 52, djalo de mi parte.
Fue as que un portugus lo compr por dos mil quinientos
Las experiencias cuestan caras.
En la acera del frente los hermanos Monsanto, y de all hasta
la esquina ciega de Villa Encarnacin.
Calle Norte 11
Esta va se inicia en Ferrenqun y va hasta Platanal, cuadra

donde se editaba el diario El Grfico, rgano publicitario del
132

Partido Social Cristiano (Copey), con su famoso Mster X,

Germn Borregales. Tambin nosotros colaboramos una vez con
un articulito titulado Los abusos del poder.
De Platanal a Desamparados vivieron doa Beln Llamozas
y su hermana Mam Ta, con sus cuatro flores: Emna Beln,
Mara Antonia, Margot y Graciela. Jos Lorenzo el nico
varn result buen violinista y consideramos prematuro su falle-
cimiento. Contina esta calle con las esquinas Teidero, Santo
Toms, Palo Blanco y Palo Negro, entroncando con la bajada
transversal que conduce a la esquina Gamboa, ya en la Quebrada
Anauco.
Calle Norte 13
Se inicia en la Cruz de Candelaria a Candilito. La tienda La

Azucena en la esquina La Cruz y un pequeo edificio de Jos
Ugarte, donde se instal su Dry Cleaner que, como ya hemos
dicho, fue el primero que se organiz en Caracas. Al frente haca
esquina la plaza con una callecita hacia el este, cruzando al norte
al llegar a la puerta a travs del templo y la Casa Parroquial,
saliendo a la calle Este 2 cerca de Urapal. En la primera casita
vivi por varios aos el autor de estos recuerdos en unin de su
madre y su primo Jess Vargas.
Hermanos de dos mdicos de Gmez y unos descendientes de

El Libertador
Al lado de nuestra casa vivi el seor Ramn Lpez Rodrguez

con sus dos hermanas, y en la siguiente casa el seor Alejandro
Bueno, recin fallecidos. Como dato curioso consideramos que
los nombrados vecinos eran hermanos de los doctores Lpez
Rodrguez y Adolfo Bueno, quienes en diferentes oportunidades
fueron mdicos del general Juan Vicente Gmez. Seguidamente
viva un doctor Vargas que fue secretario de la Gobernacin, y al
centro de la cuadra, en una casa pintada al leo de color marrn,
con ventanas y ancho zagun, resida el seor Eugenio Mendoza
Cobea con su esposa doa Mara Luisa Goiticoa, en unin de
sus hijos Carlos Eugenio, Lope y Ricardo. Este ltimo desempe
en una oportunidad el cargo de ministro de Agricultura y Cra; as
133

como tambin Eugenio la cartera de Fomento durante la admi-

nistracin del general Isaas Medina Angarita, formando parte
de la Junta Revolucionaria de gobierno a la cada del rgimen
de Medina.
Esta familia del nombrado matrimonio Mendoza Goiticoa es
descendiente de El Libertador Simn Bolvar por la rama de su
hermana Juana Bolvar, viuda de Dionisio Palacios, de cuya unin
naci Benigna Palacios y Bolvar. Esta dama contrajo matrimonio
en primeras nupcias con el general Pedro Briceo Mndez y en
segunda nupcias con el doctor Pedro Amestoy Palacios y Bolvar;
de este matrimonio nace Concepcin Amestoy Palacios, quien
cas con Ramn Goiticoa de la Mata, padre de la seora Mara
Luisa Goiticoa, esposa del seor Mendoza Cobea.
En la ltima casa vivi el seor Luis Nez de Cceres. La
citada callejuela desapareci con la construccin del actual centro
cvico de la parroquia Candelaria; hoy forma un solo cuerpo con
la plaza del templo.
Continuando, en a calle Norte 13, de Candilito a Avilanes,
fij su residencia en Caracas en la casa N 35 don Antonio
Ramn Rodrguez, importante y apreciado personaje dueo de
varias haciendas de caamelar ubicadas en el Distrito Lander del
estado Miranda. Luego seguan las cuadras Avilanes a Mirador, y
Esmeralda a Gamboa. La Norte 15 segua desde la esquina Alca-
bala (Candelaria) y pasaba por la esquina de la calle que bordea
el actual edificio Pars. All estableci su acreditada farmacia don
Argimiro Ruz. Luego se llega a Urapal frente a una antigua
construccin con un gran patio, donde el general Manuel Corao
instal la Fbrica de vidrio, as se llamaba. En este sector y en
unin de su hermana Mara vivi siempre el doctor Manuel I.
Ruz.
Para la poca debemos sealar que las dos mrgenes de la
Quebrada Anauco se mantenan completamente despejadas, es
decir, alejadas de los corrales, de las viviendas existentes en las
nombradas calles 13 y 15.
134

CALLES SUR ESTE (TRANSVERSALES OESTE)
Calle Este 6: de la esquina Camejo a Plaza de San Lzaro

Al pasar la esquina Camejo exista un gran depsito del Banco
de Caracas, luego, muy cerca, las oficinas de don Juan Simn
Mendoza y el cine Carcao, el cual, en la parte lateral de las
butacas de patio, tena la particularidad de contar con un balcn
en alto destinado a la galera popular llamada El gallinero. Este
cine se incendi sin haber terminado su construccin.
En la acera de enfrente don Pedro Ascanio instal la colcho-
nera El Zcalo Azul. Igualmente estaban all la firma de Salas &
Ca. y los nuevos colchones de resorte marca Sweet Dream. En la
esquina Coln se levant la colchonera de Sebastin Lpez. En
la esquina Doctor Daz los hermanos Toledo Trujillo instalaron
unos pilones de maz y moliendas de sal. Tambin haba all una
representacin de vinos espaoles de los hermanos Fajardo.
Entre la esquina Peinero y La Hoyada conocimos de semina-
rista el actual obispo del estado Tchira: Fernndez Feo.
La calle desde San Lzaro hasta Los Lechosos, en su parte sur,
fue demolida en su totalidad, levantando en su lugar (en la calle 8
de la Plazoleta del Nuevo Circo) unas cortas cuadras de quinticas
que fueron demolidas totalmente por el gobernador Enrique Velu-
tini, quien construy la ampliacin del llamado Parque Central
y parte de la creacin de la hoy llamada avenida Lecuna, la cual
absorbe (en San Agustn del norte) parte de la calle 10.
Calle Este 8: de la esquina La Palma hasta San Martn
Esta calle se inicia en Santa Teresa con el taller de mquinas

de escribir Vigas Sayer y las mquinas Remington de don Pedro
Coll Alcal. Luego, hasta Cruz Verde, estaban los laboratorios del
doctor Francisco Rsquez y la gran ferretera de Lorenzo Busti-
llos. Hacia la esquina Zamuro quedaba la quincalla de Horacio
Bustillos y la residencia del doctor Luis Espelozn, quien fuera
director del liceo Caracas. En la hermosa y solariega casa de la
esquina Zamuro viva don Antonio Ramn Rodrguez Bello.
En la esquina El Pjaro funcionaba la botica del doctor Villegas
Ruz, y al frente la bodega de Gimez Aangure quien mantuviera
135

escondido por muchos meses a Rmulo Betancourt en sus corre-

ras polticas, tal como ha sido asentado anteriormente.
De Zamuro a Pjaro uno de los hermanos Garca Arocha
instal una fbrica de arepas mecanizadas que eran cuadradas
y no redondas. El negocio fracas al cabo de unos meses. De
Pjaro a Tejar estuvieron residenciados la seora doa Carmen
Molina de Gonzlez y la seorita Trina Benjinou; y en la hermosa
vivienda de la esquina El Tejar, don Felipe Massiani.
En la esquina San Martn, al frente de la plazoleta que hace
frente al Nuevo Circo de Toros, conocimos la finca llamada La
Yerbera, que colindaba con el ro El Guaire.
Calle Este 10: de la esquina Cipreses a San Roque
La calle 10 se inicia con la hermosa residencia del coronel

Arturo Santana, edecn del general Jos Vicente Gmez, quien
desempeara la Vicepresidencia de la Repblica. El coronel
Santana fue pionero en el negocio de autobuses al importar dos
modernos vehculos que, adems de ser mucho ms largos que los
normales, gozaban de un pasillo entre las dos hileras de asiento
laterales, adornando las ventanillas con vidrios mvibles para su
ventilacin; adems de unas cortinillas especiales para evitar el
sol. En la parte trasera exista un tabique para la instalacin de un
sanitario. Estos autobuses iniciaban el servicio de pasajeros desde
la esquina Las Monjas hasta alcanzar la urbanizacin El Paraso,
y daban la vuelta en el Monumento de Carabobo, enfrente del
Hipdromo Nacional. Luego continuaba la residencia del general
Jos Antonio Bald y la no menos importante y lujosa del doctor
lvarez Michaud.
En la esquina Velsquez el doctor Gmez Peraza traslad
hacia otro ngulo su acreditada farmacia, toda vez que el seor
Jos de Jess Muoz inici la demolicin de la antigua casa para
iniciar la construccin del nuevo edificio de su establecimiento
de Mueblera La Liberal.
Continuando la ruta nuestra encontramos las esquinas Vels-
quez a Curamichate; luego Rosario a San Roque, cuadra donde
en un galpn al centro de la misma estuvo instalada durante
muchos aos la fbrica de chocolates La India, propiedad del
doctor scar Augusto Machado.
136

Calle Este 12: de la esquina El Hoyo a El Cristo
De la esquina El Hoyo a la de Santa Rosala y a la de Pinto

vivi el odontlogo Carlos Irazabal, seguido de una familia
Chacn, oriunda del estado Tchira. Continuando, a mitad de
cuadra viva el general Juan Araujo, quien resida en una de esas
casas solariegas y de ancho jardn a la entrada del corredor, vistosa
sala de amplias ventanas cubiertas con hermosos damascos en
combinacin con la tapicera de los muebles, y consolas doradas
que servan de base a espejos de fino cristal adosados al tapiz de
las paredes. All es frecuente encontrar al viejo general, con barba
gris, llamada Boca de len.
En la acera de enfrente quedaba la vivienda de la familia de
Jos Joaqun Gonzlez Gorrondona, quien para aquella poca era
un aventajado estudiante de economa. De la esquina Pinto a la
de El Viento vivan la familia Terrero y el doctor Rubn Gonzlez;
este ltimo varias veces ministro de la dictadura gomecista. De
Viento a Cristo se levantaban las residencias del colegiado arqui-
tecto Alejandro Chataing, la de la familia Garca Gmez y la del
escritor Jos Antonio Carcaa (con ere), fundador del diario El
Heraldo.
Desde esta esquina ya lo hemos dicho se iniciaba una calle
transversal que, saliendo de la botica Braum, alcanzaba la esquina
San Roque. En este boulevard, como se deca, don Eleazar Gmez
construy una amplia edificacin de dos pisos para beneficiar
caf. Aqu se inici con el tiempo la ampliacin de Caracas con
San Agustn del Norte.
El cojo Olivares
En la calle este 14, entre Castn y Candilito, resida el

general Ulpiano Olivares, El cojo Olivares, como lo llamaban
sus amigos; casado con una seora de apellido Marcuchi. No
sabemos si es una leyenda, pero parece que cuando el general
Gmez muri se dio el aviso a los familiares y amigos que se
encontraban en la planta baja de la quinta, all en Las Delicias
de Maracay. Y parece que al poco tiempo del fallecimiento se dio
la orden de bajar por la amplia escalera el cadver, con la cama
clnica y todo, a objeto de trasladarlo a su casa al frente de la Plaza
137

Girardot. El general Olivares fue uno de los que asiduamente

subi y agarr el lecho mortuorio para ayudar, despus de este
macabro acontecimiento, y que expres:
Nunca antes me haba temblado tanto la pata de palo.
De Candilito a Gobernador residieron varias personas muy
apreciadas, entre ellas don Manuel Camacho, descendiente de
El Libertador por la rama de su hermana Mara Antonia Bolvar.
Seguidamente los Pimentel; el capitn Luis Pimentel quien purg
su vida con el alzamiento del cuartel de El Mamey. El Jobo, poeta
y escritor que purg en La Rotunda su rebelda contra la dicta-
dura de Juan Vicente Gmez; y Cecilia Pimentel, la hermana
que se mantuvo eternamente cumpliendo con la salud pblica
en sanatorios y hospitales. En la siguiente residencia viva un
abogado de apellido Garca, cuado de la seora Rosario Eche-
zura, y casado con una seora de apellido Daz Pal. Al frente,
la seora Isabel Rada de Caballero.
De Gobernador a Muerto resida la familia de Juan Ascanio.
Continuando hacia la esquina Los Isleos, la familia Aurocochea
y seguidamente El Pasaje del Carmen adyacente a la Congrega-
cin de Los Agustinos. El citado pasaje estaba compuesto por
unas cuantas viviendas muy pequeas; en una de ellas vivi por
algn tiempo el autor de estos recuerdos en unin de su seora y
tres de sus pequeos hijos. Tambin fueron nuestros vecinos los
hermanos Alejandro y Luis Alfonso Larran. En la esquina Los
Isleos se construy el hermoso templo de San Agustn, cuyo
nombre fuera aceptado luego por la urbanizacin de San Agustn
del Norte, como tambin la del Sur, iniciada desde el barrio El
Mamn hasta los Hornos de Cal, al este.
Calle Este 16: de la esquina Palmita a Tablita
En esta cuadra vivieron Emilio Jos Antonini, su esposa Ana

Antonia Rodrguez Moya y sus hijas. De Tablita a la esquina El
Sordo, nuestro amigo Federico Lagarde, quien culmin sus estu-
dios de aviacin; era sobrino del general Willet. De esta esquina
a la de Pelez vivi el general Uslar, padre del escritor y poltico
Dr. Arturo Uslar Pietri. De la esquina Pelez a Alcabala de Puente
Sucre vivi el general Lorenzo Carballo, quien fuera prefecto del
Departamento Libertador.
138

Calle Este 18
Se iniciaba en la esquina Las Piedras a la de Brcenas y

Guayabal a Puente Hierro, donde tena su marmolera don
Francisco Pigna.
Entrada al viejo hipdromo (fuente: Caracas, la ciudad

La avenida Carabobo y la entrada principal del Hipdromo

Nacional en aquel Paraso, que como puede apreciarse en todas
las fotografas, se inici en una zona, al sur de la ciudad, donde
no haba rboles.
Al paso que se fueron construyendo las avenidas se inici la
siembra de arbolitos, hacindolos respetar y cuidar a toda costa
para que las futuras generaciones los gozaran a plenitud.
Vinieron las mansiones y fastuosas quintas; los esplndidos
jardines y los arbolitos del ayer se convirtieron en grandes
arbustos; los coches, las calesas y los quitrines, tirados por caba-
llos de fino pelaje de diferentes tonos: alazanes, moros, negros y
blancos, de finas ancas y delgada crin, algunos; otros, al capricho
de los peinados que les hicieran los caballerizeros.
No debe olvidarse que fueron los puentes sobre El Guaire que
como brazos abiertos estrecharon aquel Paraso con la ciudad,
y que al ir desapareciendo, lo han abandonado a la negra suerte
139

que le depara un progreso despiadado con la naturaleza y hasta

con el hombre mismo.
El hipdromo de El Paraso tambin represent sano espar-
cimiento, porque fue creado para ganar y perder, tanto al jugar
por Tribuna como por Campo, paleta de cinco y dos bolvares.
Urbanizacin El Paraso
El cauce de El Guaire, en Puente Hierro, estuvo centrado

a una distancia algo ms de los cien metros, tanto de la ciudad
como del cerro Buenos Aires donde se inicia la subida de la La
Roca Tarpeya, la cual entronca con la salida de Puente Sucre y
atraviesa al Portachuelo (nombre que le dieron a ese corte de cerro
en virtud de los constantes derrumbes que se sucedan en su lado
derecho, los que obligaron a la compaa del tranva a construir
un tnel de unos doscientos metros de longitud para atravesar
ese cerro desde Puente Hierro hasta El Peaje).
Con la apertura de la avenida El Paraso se ampli la calle y
se procedi a la construccin de un kiosco de concreto en forma
triangular, a objeto de que sirviera de estacin de pasajeros a los
tranvas de El Valle y Cementerio, de un lado, y a los de El Paraso
y Puente Hierro, del otro.
Como ya hemos dicho, iniciado El Paraso, el coronel Gregorio
J. Riera, un personaje de la poca, construy la primera quinta
con su jardn y verja de hierro al borde de la acera, exactamente
haciendo esquina en una va que suavemente va subiendo hacia
una hondonada que forma el cerro y donde se ha formado un
pequeo vecindario con el nombre de Buenos Aires, al que luego
le construyeron una capillita dedicada a la Virgen del Carmen.
En la acera de enfrente, en una extensin no menor de cien
metros de longitud, pueden apreciarse los jardines cruzados por
angostas callejuelas que serpenteando conducen a la caprichosa
quinta de la familia Braum. Lo de caprichosa lo decimos no
porque signifique un estilo arquitectnico, sino porque, ni grande
ni pequea, aquella residencia rodeada por cuadros, crculos y
tringulos formados por variedad de plantas en flor, demuestran
el exquisito gusto de la combinacin de alguna hada caprichosa.
Una callejuela separa la anterior propiedad del Cuartel La
Planta, cuya funcin era vigilar la residencia presidencial Villa
140

Zoila, ubicada al fondo de un gran semicrculo que forma el cerro

del frente, al cual se llega por una calle interna cuya entrada de
vehculos se encuentra en los ngulos de la verja de hierro protec-
tora de los jardines. La entrada del cerro, partiendo el jardn en
dos, llega a una explanada de grandes dimensiones que como un
abanico abarca todo el frente de la residencia, disimuladamente.
Tanto en los dos ngulos, como en la parte de atrs, existan
puestos de vigilancia para efectivos militares.
La callejuela que separaba al cuartel, haciendo esquina,
conduca por la parte posterior de la propiedad de la familia
Braum a las vegas del ro; todo aquello se mantena permanen-
temente vigilado. Al final estaba el semicrculo de Villa Zoila (al
oeste), el centro tomaba gran altura y la avenida cerraba en una
forzada curva hacia la izquierda, lugar donde se inici la cons-
truccin del puente sobre el ro Guaire con el nombre de Puente
Restaurador, ttulo que le daban al presidente Cipriano Castro.
Este puente una a la urbanizacin El Paraso en la esquina Las
Piedras con la Avenida Sur que en diez cuadras, al norte, llegaba
a la esquina La Torre, y en una cuadra, al oeste, a la Casa Amarilla,
despacho del presidente de la Repblica.
Despus de la sealada quinta del coronel Riera, se constru-
yeron algunas quinticas; en una de ellas vivi por algunos aos el
abogado Eduardo Prez Bentez y su esposa Ana Mara Rendiles,
cargados de muchachos. Exactamente al frente de la esquina del
Cuartel La Planta se construy cerro arriba una carretera pavi-
mentada hasta la media falda del cerro que daba a una hermosa
quinta del general Jos Vicente Gmez.
Continuando El Paraso, al pasar la cerrada curva estaba la
quinta Villa Niza, la cual en una poca sirvi de residencia a la
familia de don Rafael Arvalo Gonzlez, ese caballero que tanto
protest al gobierno de Juan Vicente Gmez y que material-
mente pas su existencia en la Rotunda. Digo esto porque l era
un hombre al que por alguna amnista o por alguna influencia
a su favor le deban la libertad; no pasaba una semana sin que se
mandara con alguna protesta, un telegrama o una carta pblica,
una de esas cosas, y entonces el gobierno lo mandaba a buscar
y, zuas!, otra vez al calabozo en la Rotunda; en eso consista su
herosmo.
141

Al terminar esa curva de Villa Niza se abra la avenida con

varias quintas hasta la salida del llamado Puente Dolores, el
cual se enlazaba con la calle Sur al Norte 4. En el sealado sitio
en lo alto del cerro construy su residencia el general
Carnevale Monreal, padre de Atilano y Alberto. La quinta de
Efran y Ramiro Rendiles era la nica en una gran extensin de
tierras planas que se adentraba al sur, hasta el pie del cerro. Al final
de la recta avenida, frente a frente, la basta propiedad de Henry
Lord Boulton, con altas barandas de hierro al borde de las aceras
que protegan el hermoso jardn, y las amplias avenidas internas
que dan acceso a la pintoresca mansin Las Acacias, enclavada
al fondo y centro de la esplndida y vistosa distribucin del rea
total de la propiedad.
En la acera del frente igualmente se observa, a distancia, las
construcciones para los servicios de transporte por medio de
traccin de sangre compuestos por landaus, coches, calesas y
quitrines con sus caballerizas; y luego, garajes para los automo-
tores de ms alto costo.
La avenida El Paraso se abre al frente de la estatua de El ngel
y dando vuelta a la Plaza Madariaga entronca nuevamente en la
esquina Repblica. Continuando del lado sur se encuentra un
desvo del tranva y despus la actual sede de la Universidad Santa
Mara, fundada por la meritoria educadora doa Lola Fuenmayor
y el doctor Pedro Manuel Arcaya (cuando ste desempeaba el
ministerio de Relaciones Interiores).
El doctor Arcaya hizo abrir una carretera, a la entrada de su
quinta, que continuaba dando vueltas hasta alcanzar la cima
del cerro que, entendemos, serva de lindero a esa propiedad.
La quinta era de dos pisos y muy amplia. Entre los jardines
construy un pequeo edificio de cuatro pisos para instalar su
magnfica biblioteca; dicen que esta tena el mayor nmero de
volmenes en Amrica del Sur. A su hermano Camilo, persona
que gozaba de gran aprecio, le instal una quintica vecina sobre
la avenida y al frente de la Plaza Madariaga.
En ese sitio desemboca la calle transversal que separa el trin-
gulo que forma la Plaza Madariaga con la citada de La Repblica,
en cuyo centro est colocado el Monumento ecuestre del general
Jos Antonio Pez, interpretando su valeroso gesto de Vuelvan
caras. Esta obra hizo famoso al escultor valenciano Prez Mujica.
142

Y se cuenta que al ser develada por el presidente Cipriano Castro,

ste sufri una impresin tan extraa que lo dej en un xtasis
de contemplacin que lo inmoviliz; al punto de que sus acom-
paantes, con la mayor prudencia y sigilo, le preguntaron si
se senta mal; l dijo quedamente que no, aunque despus de
haber regresado silenciosamente a la Casa Amarilla expresara no
haber resistido aquel gesto de energa y fortaleza del Centauro
de Amrica.
Continuaremos desde la esquina de la plaza hacia el Monu-
mento a Carabobo, popularmente conocido como la estatua de
La India, sitio donde se daba vuelta para regresar a la ciudad,
porque este monumento estaba colocado en medio de la avenida
y eran muy pocas las quintas construidas de all en adelante;
todo aquello estaba deshabitado. Mster Phelps como se le
llamaba adquiri una gran extensin de terreno en la falda de
el cerro donde construy su hermosa y confortable residencia La
Casa Blanca. Para tal construccin dot de grama toda la parte
plana a partir del amplio edificio para un museo de ciencias natu-
rales en el primer ngulo y, al final, a no menos de cien metros,
levant una mansin para su hijo mayor John, quien se casara
con doa Anita Boulton. All cerca, don Enrique Prez Dupouy
tambin construy su residencia.
El Pabelln del Hipdromo fue una construccin comple-
mentaria del Hipdromo Nacional construido en 1907 por el
general Castro. El Pabelln y la gallera de El Paraso fueron obras
del gomecismo. Olvidamos sealar que pasada la Plaza de La
Repblica existe un muy antiguo edificio del Colegio San Jos de
Tarbes, regentado por una congregacin de monjas francesas, al
frente del cual, en una quintica de dos pisos, se inicia la avenida
El Ejrcito que en unas seis cuadras cruza el cauce del ro Guaire
por el Puente Ayacucho.
La avenida principal de El Paraso continuaba hacia la Plaza
Bolvar, enlazndose en la esquina Jess con la ruta que llegaba
de Palo Grande hasta Angelitos.
143

La expansin de Caracas se inici por el Puente 9 de diciembre
Construido el Puente 9 de diciembre sobre el ro Guaire,

fue colocado en el medio de la calle y carretera que conduca
hacia el occidente un Monumento ecuestre del Gran Mariscal de
Ayacucho, Antonio Jos de Sucre. Desde all cerro arriba y en
forzadas curvas el Gobierno Nacional construy la carretera que
se llam El Atlntico, abrindose as un importante paso en el
sitio llamado hoy La Silsa, en Catia, hasta enlazar con la entrada
a la carretera que conduca al Puerto de La Guaira.
Estas construcciones, que luego culminaron con Puente Los
Leones (tambin llamado Gmez), dieron inicio a la avenida
La Paz desde La Quebradita a la entrada del mencionado puente
que, pasando por la Hacienda La Vega, propiedad de la familia
Herrera Uslar, se una con el Monumento a Carabobo en el Hip-
dromo de El Paraso, siguiendo hasta la parroquia fornea de La
Vega.
Lul Francia
La parroquia La Vega an tendra que esperar muchos aos

para integrarse al casco de la ciudad, toda vez que estaba muy
deshabitada. El general Jos Vicente Gmez, vicepresidente, hizo
sembrar el cerro que conocemos hoy como El Pinar.
Aqu tocara referirnos a una ancdota de aquel Caracas donde
vivi una seorita sumamente rica, pero que de nacimiento sufra
de una especie de bobera o enfatuamiento; sonrea, la pobre,
babendose. Sus familiares, los Ustariz, la sacaban siempre a
pasear en coche durante las tardes, era Lul Francia; toda Caracas
la compadeca. Sin embargo, un apuesto caballero pidi solcito
su mano; como era de esperarse los familiares se opusieron a
tan dispar matrimonio. El apuesto caballero contrajo entonces
nupcias con otra seorita que, aunque de avanzada edad, repre-
sentaba a una familia rica.
El primer Country Club
Al pie del Puente Los Leones, a la entrada de la avenida La Paz,

se abri una subidita transversal que enlazaba con el camino que
144

desde la quebradita conduca a las parroquias forneas de Ant-

mano y Macarao; en el sitio donde hoy se encuentra la pequea
urbanizacin Bella Vista, que fue construida durante la admi-
nistracin del general Lpez Contreras. Al pie del cerro, en una
media falda propiedad de la seora Marcucci (esposa del general
Ulpiano Olivares), se instal el primer Country Club de Caracas.
Tambin, en una oportunidad se realiz en ese sitio la demostra-
cin de un tanquecito de guerra con el que pretendieron lograr
demostrar su eficacia al general Gmez, quien muy sonriente, y
despus de cierto tiempo, tom su automvil y se retir.
No muy lejos del mencionado sitio estuvieron las vueltas del
camino que llamaron El Pescozn, el cual quedaba en la recta del
camino Carapita, donde haba unas pocas viviendas, entre ellas
una finquita muy bonita de un doctor Velazco; y luego, en la
esquina de la casa de corredor que daba a la entrada al Junquito
viva el seor Juan Simn Mendoza. Este ciudadano instal la
empresa Cervecera Polar, la que rpidamente absorbi gran parte
del mercado.
Antes de llegar a la parroquia Antmano (bonito pueblo
forneo de dos calles sumamente arboladas), el general Gmez
hizo refaccionar totalmente el templo en el centro de un terreno
frente a las dos calles, y coloc en el medio una imagen de piedra
tamao gigante del Cristo Rey.
Al final de la calle Real se levantaba una antigua quinta con
balcn corrido a su alrededor, la cual sirvi de veraneo al general
Guzmn Blanco cuando desempeara la Presidencia de la Rep-
blica. Se cuenta que en una oportunidad sali solo, montando
un hermoso caballo blanco hasta llegar a la esquina San Jacinto
donde se encontraban reunidos los estudiantes protestando
contra el gobierno. Cuando ellos se dieron cuenta de que haba
llegado el presidente, quedaron estticos; tanto ms cuando el
presidente, increpndose y a viva voz, les dijo:
Muchachos, aqu est el presidente Guzmn, el Ilustre
Americano, el amigo de ustedes!
La contestacin no se hizo esperar:
Viva el general Guzmn!
Al llegar al punto llamado Mamera se tomaba un camino por
unas vegas sembradas al pie del cerro y se llegaba al pintoresco
pueblecito que representaba la parroquia fornea Macarao.
145

Iniciada esta expansin surgi la llamada avenida San Martn,

la cual iba desde la esquina Palo Grande a la de Cruz de la Vega,
dando un salto al sitio llamado El Empedrado, donde la pana-
dera Villamizar (que antes funcionaba en la esquina Cipreses
con el afamado pan andino) inici la construccin e instalacin
de La Favorita con un crecido capital. El tranva llegaba hasta las
puertas del Matadero de Caracas, despus pasaba por el cuartel
de caballera, exactamente donde se construy el actual Hospital
Militar. Del cruce de este tranva se iniciaba hacia el sur el
puente que daba acceso a El Paraso, en cuya esquina exista
una vistosa instalacin rodeada de jardines, y donde oper por
muchos aos el elegante y selecto Club Social El Paraso.
En la acera de enfrente, en uno de los ngulos del inmenso
parque, se estableci un colegio bsico. Un poco ms adelante, en
la esquina Cruz de la Vega, funcionaba la Maternidad Concep-
cin Palacios.
La expansin en el casco urbano comenz en San Agustn

del Norte

A partir de la esquina San Roque al Boulevard del Cristo y
la esquina Los Isleos, hacia el este, don Juan Mara Benso y el
doctor Juan Bernardo Arismendi iniciaron la construccin de
unas casas en serie, utilizando los terrenos de La Yerbera, con
diferentes frentes: unas eran con zagun y dos ventanas; a otras
les pusieron verjas de mampostera o hierro que protegan; hacia
la calle tenan un pequeo porche con un cuadro de tierra al
lado. Estas casas tenan de frente entre seis y ocho metros y unos
treinta metros de fondo. Todas las viviendas tenan mosaico en el
piso, techos de platabanda con mallas y vigas de ocho pulgadas,
pintadas al leo. Su precio normal era de unos 35.000 bolvares.
De la esquina Los Isleos, bajando al este, se construy el
teatro cine El Dorado (sala de espectculos que goz de gran
popularidad), y poco antes de llegar a la esquina existi una
pequea licorera de un seor Fernndez y Alejandro Hernndez.
Esta firma, entendemos, trabajaba con un capital de 15.000 bol-
vares; sin embargo, cuando triunf la Revolucin de Octubre le
fue concedido un crdito por cinco millones de bolvares, funda-
mento para la creacin de las Industrias Pampero, en Ocumare
146

del Tuy, empresa que tambin se dedicaba al envasado de jugo de

tomate y frutas en general, dulces en almbar, etc. Era una de las
empresas ms slidas e innovadoras del pas, a la cual se refera
don Alejandro Hernndez con la siguiente expresin:
Ahora no me llamarn envenenador de pueblos.
Ya al final de la calle, a unas tres cuadras, existi un estadio
de beisbol.
San Agustn del Norte se extendi hacia el norte alcanzando
la parte este del Nuevo Circo, desde donde se inici la bonita
urbanizacin El Conde, incluyendo el llamado Puente Mohe-
dano, al final de la avenida Lecuna de hoy. Este puente se inici
con una redoma donde el trnsito de vehculos giraba hacia la
Plaza Morelos. All se construyeron algunos edificios comerciales,
ocupado uno de ellos por la agencia de automviles; primero de
Brandt & Ca., y ltimamente de mi amigo Jos Antonio Sucre
& Ca.
Tambin ocup un hermoso local la exhibicin de Muebles
Azprua, cuyo propietario, Manuel Azprua, era un gran hpico,
hijo de una hermana del connotado poltico Panchito Alcn-
tara y a quien olvidamos nombrar al referirnos a la parroquia
fornea El Valle. Teresa, como se llamaba su seora madre, vivi
con sus tres hijos en la misma calle que habit Miguel Aular (el
del tranva), habiendo casado uno de ellos con la hija del Dr.
Medardo Espinoza, su vecino, quien era mdico del ejrcito.
Estos esposos fueron los padres del recin fallecido amigo Noel
Espinoza, de la CTV.
Pasado el tiempo se construy un puente sobre El Guaire que
uni a los dos San Agustn, el del norte y el del sur del ro Guaire.
Igualmente, una rampa dio paso al bosque de Los Caobos. La
calle principal de San Agustn del sur parta del sitio llamado
El Mamn, hasta Los Hornos de Cal, bordeando la entrada del
exquisito Jardn Botnico de Caracas.
En Las Vegas de Puente Hierro se construyeron dos calles
laterales con algunas quinticas, una de ellas se llam Las Flores.
Igualmente, en la avenida San Martn, a una cuadra del Monu-
mento al Mariscal Sucre, se form la urbanizacin Los Molinos,
de un lado, y del otro la urbanizacin Artigas, ya con quintas y
viviendas mucho ms valiosas.
147

En la esquina Cruz de La Vega, durante la administracin del

general Lpez Contreras, se construy la Maternidad Concep-
cin Palacios; adyacente una hermosa plaza.
El Paseo Independencia
El viaducto se inicia al pie del cerro de Pagita, cuya loma del

lado este cubre la amplia va de los ferrocarriles alemn e ingls
con dos estaciones, iniciadas al frente de la residencia presidencial
Santa Ins, la cual fue construida por el general Joaqun Crespo.
Dichos ferrocarriles formaban una cuadra que cubra una extensa
rea donde se produca el movimiento diario de pasajeros en
coches y landaus, as como en los aparejos de bultos de carga.
Al este del primer ngulo, exactamente al pie del embaulado
de la Quebrada de Caroata, se erigi un monumento de cuerpo
entero a El Libertador. Luego, continuaba la calle ancha al frente
del antiguo edificio de dos pisos del anterior Cao Amarillo,
lugar por donde se extendi el viaducto hasta alcanzar la parte
alta de El Tnel; el que da paso por detrs del citado palacete de
Santa Ins a las llamadas escalinatas de El Calvario. Estas escali-
natas estn formadas por sesenta peldaos en su base y ornamen-
tadas con equidistantes materos sembrados de plantas parsitas.
Los peldaos terminan en semicrculo al borde del pie del cerro
con un pedestal de dos peldaos en el Monumento del almirante
Cristbal Coln, de cuerpo entero y el brazo derecho extendido
hacia adelante, indicando con el dedo ndice la ciudad de Caracas.
Al final del viaducto se distingue a media falda la tupida
copa de frondosos rboles de la capillita de la Virgen de Lourdes,
distinguindose a gran distancia la aguja y la vistosa torre que la
sustenta. Continuando, como a cien metros, se encuentran las
dos amplias bases del Arco de la Federacin, cuyo capitel alcanza
una altura apreciable como se distingue en la vista fotogrfica que
corona el final del monumento.
Al pasar cerro arriba por el monumento de Cristbal Coln,
se llega a la salida de la calle que, desde la esquina San Juan,
forma El Camino de la Amargura; para luego, en forzada curva,
formar estrechas explanadas con jardines hasta culminar al frente
de la capillita de la Virgen de Lourdes, donde bifurca las veredas
y senderos que la vienen atravesando desde muy abajo. Ms
148

adelante, al lado derecho, se encuentra la va que conduce a La

Loma de Quintana, donde fue construido (por la administracin
de Cipriano Castro) la funcional edificacin de la Escuela Militar
de Venezuela.
Al final de la capilla existe una gran plazoleta para estacionar
vehculos. Luego hay una jaula tamao gigante, debidamente
preparada, para ofrecer a chicos y grandes las travesuras y piruetas
de diferentes especies de monos (chimpancs, araguatos y hasta
el diminuto Tit). Al continuar esta explanada, El Paseo Inde-
pendencia alcanza su mayor altura por una amplia avenida ence-
mentada con jardines en sus bordes, y que levemente forma una
vuelta en redondo de dos metros de ancho, girando hasta llegar
a la entrada de una redoma que, en espiral y por medio de calle-
jones al estilo de la Torre de Babel, conduce a su cima, en cuyo
centro fue colocado un Monumento al Libertador.
En los jardines (al frente de la redoma) se colocaron algunas
jaulas para mantener distrados a los visitantes, que observaban
algunas fieras como tigres, leones, el coronado (el rey de la selva),
la pantera negra y algunos osos pardos y negros. Tambin existen
all corrales abiertos para venaditos y aves de diferentes clases.
Desde ese lugar parte un corto sendero que conduce al sitio
donde se construy el antiguo acueducto de El Calvario. Creemos
que el cerro fue banqueado porque existe una gran extensin de
terreno en forma de escuadra, y que utilizaron el talud como
base de la platabanda que hace de techo y que cubre la caja de
agua, que abastece a la ciudad del preciado lquido. Este talud
tambin serva de pared de fondo a los estanques que dividan
la obra, cubriendo de esta manera todos los frentes y dejando
slo un tragaluz o ventanal en la parte alta, cubierta con una
gruesa malla de metal. Las puertas de entrada eran de barrotes
de hierro, tambin con mallas de proteccin. Con este sistema se
proporcionaba la necesaria entrada de aire y se evitaba el acceso
de alimaas, pjaros, lagartijos y otros animales que pudieran
contaminar las aguas.
Se trata de una obra de concreto armado, imperecedera,
como lo ha demostrado el tiempo. Puede considerarse admira-
blemente concebida por su solidez y previsin sanitaria, tomada
muy en cuenta por sus proyectistas para evitar la contaminacin
149

de las aguas. sta fue una obra del gobierno del general Antonio
Guzmn Blanco, el Ilustre Americano.
El Calvario (fuente: Caracas, la ciudad que no vuelve, de Guillermo Jos Schael).
Las dos amplias bases del Arco de la Federacin fueron obras

del general Guzmn Blanco, concluyendo el monumento el
general Joaqun Crespo, quien realiz el viaducto y su mansin
de Miraflores.
El viaducto fue construido sobre la calle o zona denominada
Cao Amarillo (suponemos que su nombre fue inspirado por
la Quebrada de Caroata). Ahora bien, en El Calvario donde
est enclavado El Paseo Independencia se destaca el Arco de
la Federacin, y al centro una tupida copa de los rboles, como
caprichoso marco en sus diversas siluetas. Tambin, en verdes
claros y verdes oscuros, se destaca esbelta la blanca aguja de la
capillita de la Virgen de Lourdes, como eterna testigo de las
parejas de enamorados que a cierta distancia de sus familiares se
cruzaban por las veredas y senderos de los alrededores, aspirando
el aire puro y el penetrante perfume de los malabares y jazmines.
Alrededor se vean cruzando en diferentes sitios de la calzada los
coches, calesas y quitrines, que daban vueltas en ascenso hasta
llegar a la primera explanada donde deban estacionarse a esperar
el regreso.
150

OTROS REFERENTES INTERESANTES DE AQUELLA

CARACAS
Comn distribucin de las casas de familia
Era muy comn en el Caracas de aquella poca que las casas

de las gentes pudientes fueran construidas en grandes extensiones
de terreno. Al centro de esas residencias estaba colocado el ancho
y pesado portn de madera tallada que daba acceso al pasillo o
zagun, que meda no menos de cinco metros de largo por dos
de ancho y una altura de cuatro a cinco metros. El anteportn
tena una ventanilla para atender a las personas que tocaban y,
antes de abrirles la puerta, se les preguntaba:
Quin es? contestando:
Gente de paz!
Las dos puertas a los lados de la entrada en el corredor
daban acceso a la sala y a la antesala. Segn la disposicin de la
familia, una de ellas se destinaba a sala colocndole a las paredes
hermosas tapiceras en tela repujada o fino papel de tapicera,
casi siempre con sus adornos en dorado o plateado. Igualmente,
el cortinaje de la puerta de entrada y de las ventanas se haca en
terciopelo o damasco de colores claros en contraste con el brillo
y vivos colores de los adornos o arabescos de la misma.
Las ventanas, dos y hasta tres en cada sala, daban al frente de
la casa y estaban cubiertas por barrotes de madera; ms adelante
fueron suplidas por rejas de hierro. Estas ventanas se iniciaban
cerca de un metro del piso de la acera; el ancho y la altura se
determinaban segn fuera el frente de la casa. Por el lado de
adentro, tanto las ventanas como las paredes eran de adobes
asoleados que se colocaban en doble hilera y alcanzaban hasta
sesenta centmetros de espesor; se les dejaba del lado de adentro
unos veinte centmetros para el hueco de la ventana, con dos
salientes divididos por un medio arco a la altura que se dejara
del lado de la acera. De esta manera quedaba formando lo que se
llam el apoyo de la ventana. Este apoyo era utilizado por las
seoras y seoritas para sentarse frente a frente, y para reclinarse
apoyadas en los codos y hacerle frente a la calle.
151

En uno de los ngulos del mencionado corredor quedaba una

habitacin que se llam el paraqu, la cual estaba despus del
gran patio y generalmente adornada con fardeles, cuyo frente
daba al gran comedor.
Al frente lateral del patio se extenda una habitacin ms larga
que las dems llamada la galera. A ambos lados del comedor
haba un cuarto dedicado a despensa y asistencia del mobiliario
y cristalera. Saliendo por la puerta del centro quedaban otros
corredores que circundaban el patio de afuera, donde estaban
los servicios domsticos. Adems, en este patio estaba la mata de
limn criollo y el granado familiar que representaban siempre el
crdito de todas las casas bien tenidas, como se deca.
Al traspasar la puerta de atrs quedaba el corral con su patio
de gallinas y su cochinera de cemento, la que daba cabida a varios
marranos. No debemos olvidar la cochera con calesa y quitrines,
as como la pesebrera para los caballos.
Diferentes ndoles de comercio establecidos en la ciudad de

Caracas
Agencias de automviles
1) El Automvil Universal (Ford) y el Lincoln, de Pajaritos a

La Palma; 2) la Corporacin Venezolana del Motor, en la misma
direccin anterior, de don Pedro Vallenilla; 3) don Armando
Planchart, Agencia Chevrolet, de Mercaderes a Municipal; 4)
Sosa Altuna & Ca., en la esquina La Pilita con el Buick y De
Soto; 5) don Esteban Ballest, con el Hudson, de Bolsa a Padre
Sierra.
Boticas
Es una lista muy grande, pero es interesante conocer el nombre

de las esquinas y algunas de las firmas comerciales:
1) La Marrn, del Dr. Requena; 2) El Cuj; 3) La Romualda;
4) Manduca, de los hermanos Schacht Aristigueta; 5) Urapal,
del Dr. Argimiro Ruiz, Candelaria; 6) Salvador de Len; 7) Dr.
Pal, Suels & Ca., Santa Sofa; 8) Esquina El Pjaro, del Dr.
Villegas Ruiz; 9) El Viento, de Utrera & Ca.; 10) El Muerto;
152

11) El Cristo, de Braum & Ca.; 12) Mayor de Medicinas, entre

Pajaritos y La Palma, tambin de Braum; 13) El Dr. Daz; 14)
Miracielos; 15) Velsquez, del Dr. Gmez Perza; 16) El Reducto;
17) San Juan; 18) Capuchinos; 19) Angelitos; 20) Padre Sierra;
21) Muoz, del Dr. Ascanio Rodrguez; 22) El Socorro; 23)
San Enrique; 24) San Jos; 25) El Hoyo; 26) Las Ibarras; 27)
Alta Gracia; 28) Caja de Agua; 29) Amadores; 30) Pajaritos,
Valentiner & Ca.; 31) Veroes, Farmacia Francesa; 32) Tienda
Honda, del Dr. Andrs Carballo; 33) Santa Brbara, Dr. Suels;
34) Los Remedios; 35) Ferrenqun; 36) Cruz de Candelaria, del
Dr. Medina; 37) El Coliseo; 38) El Paradero, de Villegas Ruiz;
39) Alcabala, de Puente Sucre; 40) Esquina Monzn, del Dr.
Himio; 41) El Conde; 42) El Guanbano; 43) San Pablo; 44)
El Gobernador, Dr. Pal; 45) Droguera Americana, Traposos a
Coln; 46) Punceres, del Dr. Romero Castro.
Ferreteras
1) Dalmayer & Vera Len, Al Sol, esquina Traposos; 2)

Santana Hermanos, Sociedad a Traposos; 3) Santana & Ca.
Sucs., Sociedad a Camejo; 4) Julin Ferris y 5) Guinand Frer, de
Mercaderes a Municipal; 6) Rice & Ca., Cruz Verde a Velsquez;
7) Snchez & Ca., Camejo a Santa Teresa; 8) Chucho Lavie &
Ca., con la misma direccin; 9) Miss Miranda & Ca., Traposos
a Coln; 10) Eugenio Mendoza, esquina Camejo; 11) Ferretera
Lobera en Dr. Pal, local del Mercado Principal; 12) Benzo &
Ca., esquina Camejo.
Joyeras y relojeras
1) Gatmann Hnos., Bolsa a Mercaderes; 2) Pujol & Ca.,

en la misma direccin; 3) Serpico & Laino; 4) C. Brando; 5)
Candamo, Torre a Veroes; 6) Hnos. Segnini y 7) Padula & Ca,
ambos de Gradillas a Sociedad. 8) y 9) Sucursales de Pujol &
Ca., de Gradillas a San Jacinto y en la esquina Dr. Pal.
153

Almacenes de mercancas secas
1) Juan Manuel Daz, de Madrices a Ibarras; 2) Hnos. Bena-

cerraf, de Madrices a San Jacinto; 3) Pariente Hnos; 4) Carciente
Hnos., ambos de San Jacinto a Dr. Pal. 5) Hnos. Benan, Dr.
Pal a Chorro; 6) Hnos. Mamn; 7) Benzecri y Benmergui; 8)
Don Jos Sabal, San Jacinto a Traposos; O. Len Laurel, Madrices
a Marrn; 9) Hnos. Benam.
Almacenes de vveres
1) Boulton & Ca., esquina El Chorro; 2) Basso & Ca.;

Echenagucia Hnos.; 3) Traposos a Chorro; 4) Gustavo Zingg;
5) Augusto Domnguez; 6) Edo. Antonini; 7) Felipe Serrano, de
Salvador de Len a Coliseo; 8) Urbano & Arnao; 9) Pinto Pilo
& Ca.; 10) C. Daz & Ca.; 11) Herrero & Ca.; 12) Tamayo &
Ca.; 13) Carlos Misle & Ca., de Dr. Pal a Chorro y Coliseo;
14) Blohm & Ca., esquina Padre Sierra; 15) Aquilino Correa,
por el mercado.
Teatros, cines y circos
1) Circo Metropolitano, de Miranda a Puerto Escondido; 2)

Nuevo Circo, en la esquina San Martn; 3) Teatro Municipal; 4)
Teatro Nacional; 5) Teatro Calcao, de Camejo a Coln; 6) Teatro
Capitol, de Monjas a Padre Sierra; 7) Cine Rialto; 8) Teatro Prin-
cipal, al frente de la Plaza Bolvar; 9) Teatro Ayacucho, de Pedro
Vallenilla; 10) Cine Continental, Hnos. Pimentel, de La Bolsa
a Padre Sierra; 11) Teatro vila, de Carlos Emilio Fernndez,
de Bolsa a Mercaderes; 12) Teatro Coliseo, de Peinero a Pjaro;
13) Teatro Rex, de Teidero a Chimborazo; 14) Cine El Para-
dero; 15) Teatro Caracas, de Los Pimentel; 16) Cine Catia, en la
entrada de Ldice; 17) Cine La Pastora, de Pastora a Torrero; 18)
Cine, en la esquina Cola de Pato; 19) Teatro Olimpia, Reducto
a Glorieta; 20) Cine, frente a la Plaza Capuchinos; 21) Cine, de
Palmita a Monzn; 22) Cine Apolo, en la Plaza Candelaria; 23)
Cine Alczar, frente a la Plaza del Panten; 24) Cine Roma, en
Puente de La Trinidad.
154

Pilones de maz y de granos
1) Alberto Patio; 2) Oscar Beiner, de Marrn a Dr. Pal; 3)

Los Hermanos Toledo Trujillo, esquina del Dr. Daz; 4) Manrique
& Ca., en Puente Sucre.
Artculos para caballeros, camiseras, perfumeras, sombrereras
1) Cubra & Ca. Suc., de Manuel Prez Abascal, Bolsa a

Padre Sierra; 2) La etiqueta que distingue, Emilio Yayonardo
y Flix Morreo, Bolsa a Mercaderes; 4) Sombrerera La Palma,
esquina Palma; 5) Sombrerera Tudela, San Jacinto a Traposos;
6) Sombrerera Ochoa, San Jacinto a Dr. Pal; 7) La Britania,
Hnos. Aristigueta, San Ramn a Crucecita; 8) Sastrera Fran-
cesa, Monjas a Padre Sierra; 9) Sastrera Cubra, de Marcelino
Barqun; 10) Sastrera Morreo; 11) Manchester de Bendayan,
de Gradillas a Sociedad; 12) La Camisa del Frac, de Amador
Herrera, Torre a Madrices; 13) Sombrerera Domnguez & Ca.,
Madrices a San Jacinto.
Artculos elctricos
1) El equipo elctrico, J. Lavaud & Ca., San Jacinto a

Traposos; 2) Rafael Blandn, de Traposos a Chorro.
Litografas, tipografas y artculos de escritorio
1) Litografa del Comercio, Pio Schlageter, Pajaritos a La

Palma; 2) El Cojo Ilustrado, del Dr. J. M. Herrera Irigoyen y 3) El
Lpiz Americano, Esteves & Ca., a cargo de Carmelo Cavalieri,
de Traposos a Chorro; 4) La casa de las especialidades, Ortega
& Ca., de Traposos a Coln; 5) Tipografa moderna, Valery
Rsquez & Ca., de Padre Sierra a Muoz.
Laboratorios y productos medicinales
1) G. y C. Muskus, de Cuj a Romualda; 2) Ascanio Rodr-

guez, de Puente Repblica a Los Caobos; 3) Behrnes, de Conde
155

a Piango; 4) Palenzona; 5) otro llamado Vargas C. A.; 6) Dr.

Francisco Rsquez, de Santa Teresa a Cruz Verde.
Mayor de quincalla
1) Esayag Hnos., de Madrices a Marrn; 2) Horacio Bustillos,

Cruz Verde a Zamuro; 3) Almacenes Caracas, de Pablo Snchez
de Len, San Jacinto a Dr. Pal; 4) Arecio Urdaneta, de Dr. Pal
a Salvador de Len.
Agencias de representaciones
1) Carlos Rodrguez Sabobal, Parque Carabobo; 2) Capriles

Hermanos (Mario, Pipo, Manchi), Esquina Coliseo; 3) Arturo
Camacho, Salvador de Len a Coliseo; 4) Jess Echeverra.
Las principales tiendas para damas
1) El Gallo de Oro, de Farsen Ramia, esquina San Jacinto;

2) Liverpool, de Juan Manuel Daz & Ca., de Gradillas a San
Jacinto; y tambin en la misma direccin: 3) La Perla de Marga-
rita, de ngel Morazzani; 4) La Linda, de Jos Bendayn; 5) La
Galera Francesa, de Clementina Jood, Gradillas a Sociedad; 6)
La Victoria, Jos Farage, Pasaje Ramella.
Zapateras
1) La Bota Colorada, de Juan Santos Gonzlez; 2) Jos

Boccardo; 3) Esteban Gavotti, de Dr. Pal a Salvador de Len;
4) Pepito Pichin, de los hermanos Benchimol, de Madrices a
San Jacinto.
Floristeras
1) Las Hnas. Mario, de Tejar a Rosario; 2) Rosa Herminia

Len, de Sta. Rosala a Candilito; 3) Los malabares, de Escauela,
Kiosco de Puente Hierro a Paraso.
156

Licoreras
1) Toms Sarmiento, Esquina Palo Negro; 2) Eduardo

Marturet, Los Caobos; 3) Fernand Garlin, Brcenas a Dolores.
Tostaderas de caf
1) Fama de Amrica, Gonzlez & Ca., Dr. Pal a Chorro; 2)

Horacio Machado, Esquina Esperanza.
Libreras
1) Librera Espaola, Traposos a Chorro; 2) Librera Mauri,

Padre Sierra a Bolsa; 3) Gonzlez Porta, Madrices a Maturn; 4)
Librera La Torre, Nicols Diamante, Veroes a Ibarra.
Los sueldos de antao y la justicia social
Uno de los temas interesantes a enfocar para aquella poca lo

representaba el asunto de los sueldos. Normalmente los grandes
establecimientos comerciales, incluidos los bancos, utilizaban
personas muy jvenes que comenzaban a trabajar por primera vez
al salir de la escuela. Estos muchachos no ganaban ms, vamos
a decir, de entre diez y quince bolvares semanales. Para lograr
un aumento de sueldo, corrientemente, deban esperar mucho
tiempo; muchas veces hasta aos y despus de muchas diligen-
cias y de haber demostrado contraccin en el trabajo, siempre y
cuando no se hubiesen ganado alguna ojeriza del dueo o jefe de
la empresa, o del negocio. En este caso, vamos a sealar que un
joven comenz con cuarenta bolvares mensuales, pasando meses
para que le dieran un aumento de veinte bolvares, sobrepasando
el ao para llegar a ochenta y cinco bolvares, porque tambin,
daban esos aumentos de fracciones mnimas.
Ahora bien, como estbamos refiriendo al asunto de las
entradas al trabajo, recordamos que en una oportunidad el doctor
Vicente Lecuna, presidente del Banco de Venezuela, se ausent
del pas en una misin diplomtica del gobierno; qued encar-
gado de la presidencia del banco el doctor Francisco Guzmn
Alfaro, quien era uno de los directores. El caso es que el Dr.
157

Guzmn Alfaro, a punto de ocho de la maana, acostumbraba

salirse de la oficina de la presidencia y comenzar a pasearse en
la parte de adentro del banco, por delante de las tres puertas
de entrada, y al dar las 8 a.m., l no cerraba las puertas, como
algunos comercios lo acostumbraban hacer, pero se quedaba unos
minutos ms esperando a ver quin llegaba despus de la hora.
En una oportunidad, un empleado lleg uno o dos minutos
despus de la hora, inmediatamente se le acerc el doctor Guzmn
Alfaro, quien observ el reloj en la mueca y le dijo:
Joven, ya la hora de entrada ha pasado, son las 8 y 2 minutos.
El empleado, muy sonriente le contest:
Verdaderamente doctor, esto es una cuestin de diferencias
de hora o que me distraje a pesar de venir apurado. S, puede ser
cuestin de diferencia de hora, pero le advierto que a nosotros,
los del Departamento de Giros al Exterior, nos pasan estas cosas
porque comnmente nos quedamos trabajando hasta las 11 de
la noche; ms bien el banco nos debe a nosotros debido a la
cantidad de trabajo que tenemos en el Departamento, y hasta
nos vemos obligados a sacrificar hasta el almuerzo; de tal manera
que considere Ud. esto como compensado dijo eso y sali muy
sonriente hacia su Departamento.
El doctor no demostr ninguna expresin ni de satisfaccin
ni de desagrado, sino que se fue para su escritorio. Cuando el
empleado lleg a su Departamento estaba presente una seorita
de la presidencia y le dijo al jefe del departamento, al Sr. Emilio
Beiner que luego le toc ser Secretario y presidente del Banco,
un hombre muy correcto y de mucho trabajo, que lo llamaban
de la Presidencia.
All estuvo un buen rato y todos nos preguntbamos:
Que ser lo que pasa tan temprano?
El joven se imagin:
A lo mejor sera porque yo llegu tarde en aquella poca
cualquier detalle, por insignificante que fuera, lo tomaban en
cuenta, le daban importancia.
Al cabo de cierto tiempo se present el Sr. Beiner muy
sonriente, se sent en su escritorio y dijo:
Bien, muchachos, les traigo una novedad: el doctor
Guzmn Alfaro me acaba de decir que convers con un empleado
que haba llegado tarde y que l le reclam. La informacin
158

recibida, debido a la contestacin que le dio el joven, le permiti

aumentar el sueldo a todo el personal de ese Departamento
en cincuenta bolvares mensuales, por el exceso de trabajo que
estamos cumpliendo, cosa que lgicamente yo aprob porque
todos aqu tenemos la voluntad de trabajo.
sa era tambin una actitud de justicia social de muchos
directores que no se hacan de la vista gorda.
Los tranvas de Caracas y sus rutas
En cuanto a los tranvas, los de la Plaza de Catia hacan su

ruta por la avenida Sucre hasta Pagita, Camino Nuevo, Piango
y hasta La Torre. Los del ferrocarril a Valencia y el Puerto de La
Guaira desde Cao Amarillo, Sols, Muoz, Padre Sierra y Las
Monjas; donde tambin llegaban los de Palo Grande, El Paraso
y el de la Avenida Sur en la esquina Las Piedras.
El tranva del Nuevo Circo, el de Parque Carabobo y el de San
Jos entroncaban con la lnea del ferrocarril central al este hasta
El Cuj, donde tomaban el sur a Salvador de Len, cruzando al
oeste hasta Las Gradillas.
Todos los tranvas de Caracas estaban numerados del uno
al sesenta y siete. Cada uno tena un motor en cada cabezal,
viajando en igual sentido de la ruta, segn el caso. Los nmeros
de los tranvas eran colocados al lado del faro central. En la parte
alta estaba colocada la caja cubierta con un vidrio donde, en un
rollo de tela pintada, se daba vueltas a una manigueta para fijar
el nombre de la ruta de cada tranva.
La mayora de los tranvas de Caracas fijaban su ruta en la
Plaza Bolvar, para la entrada de la papeleta de transferencia
solicitada por el pasajero en cada uno de sus viajes. El costo del
pasaje era de Bs. 0,25 en los tranvas, a excepcin de 0,50 que era
el costo de los que prestaban servicio a la parroquia fornea de El
Valle; este precio era fijo cuando el pasajero adquira un abono
mensual por treinta bolvares con derecho a viajar cuantas veces
lo requiriera diariamente. Este abono mensual se suministraba
especialmente a los estudiantes.
Las llamadas papeletas de transferencia eran suministradas
en cada viaje; estaban marcadas con un alicatito por los colec-
tores, indicando el valor libre de costo en la siguiente ruta que
159

eligiera el pasajero. Por ejemplo, un pasajero que viajaba en los

tranvas de Puente Hierro tena derecho a solicitar una papeleta
de transferencia para cualquiera de las diferentes rutas: Parque
Carabobo, Ferrocarril Central u Hospital Vargas, etc.
Cuando la compaa de tranva construy el tnel bajo el
cerro de Buenos Aires, entrando va norte-sur, entre el final de
la va Puente de Hierro, la entrada de la urbanizacin El Paraso
y la subida de portachuelo en el medio de las citadas calles,
se cre una estacin de pasajeros en un kiosco triangular donde
terminaban su ruta los tranvas de Puente de Hierro y Paraso,
desde la Plaza Bolvar, y el que regresaba de prestar su servicio al
Cementerio General de Sur. Los tranvas de la parroquia fornea
de El Valle pasaban de largo desde all hasta la esquina Salvador
de Len, al centro de la ciudad.
Los tranvas que prestaban servicio a la urbanizacin El Paraso
cruzaban hacia el norte en la Plaza de La Repblica, pasando la
avenida principal y Puente Paraso hasta la esquina Jess, sitio
donde se una a la ruta de los tranvas de Palo Grande hacia la
Plaza Bolvar. El tranva del antiguo Matadero, hoy avenida San
Martn hasta el empedrado y Hospital Militar, terminaba su ruta
en la Plaza Italia, antigua esquina Palo Grande, donde regresaba.
Primeros autobuses de Caracas
Los primeros autobuses fueron los que pasaban por El Valle.

Fue iniciativa del coronel Agustn Monteverde, de la Monto-
nera; digamos, un seor muy mayor; no se trataba de ningn
militar de escuela, lo llamaban el coronel Monteverde. Segura-
mente estuvo en una accin de esas que eran frecuentes en pocas
pasadas, donde cualquiera se alzaba con cuatro hombres que
sonaban unos disparos por ah, y ya obtena el ttulo.
El coronel Monteverde no pareca nada nuevo; l pretenda
copiar los tranvas, pero montados sobre un chasis de camin, de
esos camioncitos de 3 toneladas que fueron los que comenzaron a
venir. Haca una cola de la armadura del tranva con sus estribos
corridos. Imagnense un camioncito de los de aquel tiempo con
ese tierrero, dando del tumbo al tambo, porque hay que ver que
no es exageracin sealar que materialmente en toda la va se
160

hacan carriles en el polvo, porque ni siquiera estaba engranzo-

nada la carretera.
Aquello era verdaderamente rudimentario, carreteras de
tierra; el gobierno no lo tomaba en cuenta, en realidad no vala
la pena porque aquellas eran rutas para carretas, para recuas,
para caballos, para traccin de sangre. Entonces se amontonaba
prcticamente el polvo, porque ya en la rueda del automvil,
como es lgico, por el trajn se iban formando carriles. Cuando
llova se formaban unos barriales horrorosos, las aguas no tenan
corrientes, ni cunetas; los vehculos tenan que cambiar las velo-
cidades constantemente para poder salir de aquel atolladero, de
tal manera que los fulanos autobuses que no creo que llegaron
a pasar de dos estaban: uno que iba y otro que regresaba.
Ahora bien, el coronel Arturo Santana ste si era uno de
escuela fue uno de los hombres de confianza del general Juan
Vicente Gmez; estacion (al frente de la entrada del Concejo
Municipal) dos autobuses importados, de mayor amplitud y
con carrocera, vamos a decir, similar a los de hoy. Tenan unas
cortinas de nylon en las ventanillas, recogidas a los lados, muy
elegantes las tales cortinillas. Los asientos eran para dos pasajeros
con sus pasaderos en el centro, similares a los de hoy, con puertas
de entrada por delante y por detrs, el chofer estaba en sitio sepa-
rado de los pasajeros.
Estos dos autobuses recorran el trayecto de Monjas hasta
el monumento de Carabobo, en El Paraso que siempre fue
conocido como la entrada de La India, colocado al frente del
Pabelln del Hipdromo, de donde se regresaba. Estos autobuses
cobraban cincuenta cntimos y lo ms original era que tenan una
tarima en la parte de atrs, que formaba un reservado para hacer
las necesidades fisiolgicas que pudieran necesitar los pasajeros en
el trayecto, prevencin que no est prevista hoy en da ni siquiera
en las grandes distancias de las rutas de autobuses, aun cuando se
pretendi hacerlo en el medio de Caracas.
Hubo, as mismo, un seor de apellido Tarazona que tambin
abord la posibilidad del transporte de pasajeros, utilizando auto-
buses y camionetas. Despus de stos vinieron otros promotores
y casi podramos decir que se lleg a dominar la tcnica. Adems,
el seor Roberto Monsanto constituy la empresa Autobuses del
Este, la cual operaba en un local muy grande ubicado justamente
161

al lado del edificio donde existe hoy Pro Venezuela. La empresa de

Autobuses del Este (la que se lleg a considerar que operaba con
trescientos buses, aproximadamente) era una compaa annima
donde Monsanto pareca ser uno de los principales accionistas,
hasta que resolvi salirse del negocio.
Diego Cisneros se mantuvo siempre al lado del seor
Monsanto en esa organizacin, y fund una compaa pequea
con su hermano Antonio para explotar los servicios de pasajeros
entre el Hospital Psiquitrico, o sea el Manicomio, hasta el centro
de Caracas. Cisneros era un hombre muy trabajador y de inicia-
tivas, de tal manera que se le ocurri construir el autobs ms
grande que existi en esa poca en Caracas. Tena ocho y medio
metros de largo y era un poco ms ancho, montado en un chasis
ms poderoso, ms fuerte, encontrndose con el inconveniente,
no previsto, del cruce de ciertas esquinas. Entonces fue necesario
crearle una ruta especial, porque en determinada esquina no
poda operar debido a su tamao.
Adyacente al puentecito de Los Jabillos (el que cruza la
Quebrada de Caroata, al frente del antiguo edificio postal, en
la estacin del ferrocarril de La Guaira), Cisneros mont un
pequeo taller mecnico para la reparacin de esos vehculos.
Cisneros vendi sus acciones y la de sus hermanos e hizo un viaje
a Estados Unidos, y al caminar una noche por las calles de Nueva
York observando las vidrieras se encontr con un venezolano
que se llamaba Manuel Ramn Oyn. El joven Oyn recibi con
gran entusiasmo a Cisneros, considerado siempre un gran vene-
zolano aun cuando su nacionalidad era cubana, y le inform que
vena de Mxico, donde se residenci despus de ser expulsado
por el gobierno del general Lpez Contreras y donde trabaj
muchos meses con la Pepsi Cola, habiendo hecho mucha amistad
con el seor que lo regimentaba.
All Cisneros adquiri informacin de qu cosa era eso de
Pepsi Cola. Cuando Oyn le dijo que se trataba de un negocio
magnfico y que competa con la poderossima Coca Cola, convi-
nieron ir juntos al da siguiente a tratar el negocio y llegaron a
un convenio para instalar la empresa en Venezuela con un gran
porcentaje de utilidades. Se vinieron para Venezuela con sus
papeles en orden, pero al llegar a La Guaira el gobierno no dej
entrar al pas a Oyn; lo regresaron.
162

Cisneros se vino a Caracas y fund la primera empresa donde

aport un pequeo capital, que era el producto de la venta de
las acciones del negocio de autobuses. El doctor Eduardo Prez
Bentez, su concuado, y otras personas formaron una compaa
annima y abrieron la primera empresa embotelladora en Los
Dos Caminos. Esta empresa, aunque ha hecho historia, no vamos
a pretender referirnos a ella; solamente quisimos llegar hasta aqu,
hasta el comienzo de las empresa Pepsi Cola en Caracas, y qu
relaciones hubo entre ella y el seor Cisneros y sobre el negocio
de autobuses.
Los desfiles y bailes de carnaval
En aquella Caracas de los aos veinte la festividad carnava-

lesca era realmente digna. Las gentes se disfrazaban y andaban
completamente libres por las calles, todo era risas y sana alegra.
Los coches llevaban a los disfrazados con sus capotas o capacetes
bajos, las ventanas de las casas abiertas de par en par, permitiendo
a los transentes observar cmo los habitantes sentan el regocijo
y la satisfaccin del murmullo popular.
Lo que se llamaba la carrera del carnaval se iniciaba los das
sbado, domingo, lunes y martes por las tardes. En los patios del
ferrocarril de La Guaira, adyacente a la estacin de pasajeros, en
Cao Amarillo, existan los nicos camiones para transportar
carga pesada desde el Puerto de La Guaira hasta la ciudad de
Caracas y al interior del pas. Estos camiones eran utilizados por
la junta principal del carnaval los das sbado para la salida de el
bando del carnaval. Mucho antes de las dos de la tarde de ese
da, ya estaban alineadas las sillas de madera plegables colocadas
al borde de la verja de hierro que cierra el espacio de la acera sur, a
desnivel con el piso de la Plaza Bolvar, hasta la esquina Principal.
El primer camin de el bando sala durante la carrera
lanzando cohetones y cohetes, paquetes de serpentinas y cara-
melos; el segundo era para la banda Bolvar que siempre tocaba
la retreta los domingos por la maana, al pie de las gradas que
daban paso al centro de la citada acera sur para los conciertos
nocturnos de la Banda Marcial.
El segundo y tercer camin, algo retirados el uno del otro,
estaban con los mismos adornos alrededor de las barandas y
163

con bancos de madera para las damas y caballeros disfrazados.

El pertrecho, como decan, siempre se llevaba al centro de los
vehculos: cajas con pequeas muequitas, barandas, matracas,
etc. Sacas (bolsas grandes) de papelillos de un solo color; lgica-
mente, para lograr varios colores, se haca necesario llevar varias
sacas. Los paquetes de serpentinas, por el contrario, contenan
diferentes rollitos de varios colores en cada paquete, los que se
abran para usarlos separadamente, aunque era muy comn
abrirlos por la mitad y hasta tirar paquetes enteros contra los
que jugaban carnaval.
Tanto la carrera del sbado, que representaba el bando, e
igualmente las restantes del domingo, lunes y martes del carnaval,
se iniciaban como ya se dijo de La Torre a Principal, y tenan
la siguiente ruta: hacia Las Monjas al sur y de all al oeste a Padre
Sierra; luego al sur, frente al Capitolio a La Bolsa, continuando
hacia Mercaderes, Municipal y Reducto, donde cruzaba la carrera
a la esquina Miranda, tomando nuevamente al sur, a Maderero,
Bucare y Carmen; para seguir hacia el este a Mamey, Monzn,
Palmita, Tablita, Sordo y Pelez; all la carrera cruzaba hacia El
Muerto, Viento, Curamichate, El Pjaro, Peinero y Coliseo en
el norte. Aqu la carrera continuaba al este, a Corazn de Jess,
Perico, Monroy y Misericordia en el Parque Carabobo. De all,
Miguelacho y Cruz de Candelaria continuando al oeste a las
esquinas de Ferrenqun, Manduca, Romualda, Cuj, Marrn y
Madrices hasta la Plaza Bolvar en la esquina La Torre.
Cabe sealar que en la mayora de las esquinas sealadas,
tanto en un sentido como en otro, se agregaban las carrozas
compuestas de lujosos landaus ocupados, en principio, por
los miembros de la junta principal y parroquial, as como por
muchas de las reinas de parroquias urbanas. Sin embargo, con
el pasar del tiempo la ciudad se fue llenando de automviles y
camiones de diferentes marcas y capacidades. Dentro de ellos
haba algunos que eran convertidos en verdaderas obras de arte,
como el caso de una pandereta espaola con varias seoritas
encima luciendo la mantilla, la peineta y el romantn. La reina
del carnaval de Caracas, con sus damas de honor, ocupaban
camiones convertidos en antiguos castillos; diferentes comparsas
formadas por familias que representaban desde flores, hasta jardi-
neras en automviles o camiones de todo tipo.
164

La urbanizacin El Silencio se inici entre los aos 1943 al

1944, ms o menos, y por esa poca, con motivo del terremoto de
Cuman, el gobierno nacional prohibi en todo el pas las festivi-
dades del carnaval. Igualmente, la inspectora de vehculos inici
la colocacin del flechado de la calles (no recordamos la fecha
exacta de ello). De all en adelante puede considerarse que los
desfiles del carnaval desaparecieron. Hasta los bailes en general,
tanto en las plazas pblicas como en las casas de familias y clubes
sociales, perdieron su popularidad. El gobierno haba decretado
duelo nacional por el terremoto de Cuman, como sentimiento
pblico por las desgracias acaecidas en prdidas de vidas y daos
materiales. Tambin, el cambio que proporcionaba en las calles
la disposicin de establecer el trnsito de los vehculos en un solo
sentido, indicando en los postes de las esquinas unas flechas en
cruz sealando el cruce de las calles, le quitaron brillantez a los
anteriores desfiles que en ambos sentidos facilitaban el juego de
carnaval.
Los bailes pblicos de carnaval se celebraban, al principio, en
la Plaza Capuchinos, porque despus que el Dr. Juan Bautista
Prez ejerciera la Presidencia de la Repblica, transform ese sitio
en una plaza sevillana donde l estudiaba. Por supuesto, los bailes
eran en la calle. Tambin los del Teatro Municipal que termi-
naban a las 10 pm y la gente corra a la Plaza Bolvar, donde el
maestro Pedro Elas Gutierrez terminaba a las 11 pm con el Alma
Llanera. Los bailes de la parroquia fornea de El Valle obligaban
a aumentar el servicio de la compaa de tranvas, toda vez que
desde la tarde las gentes disfrazadas se peleaban los tranvas para
concurrir a la plaza donde se bailaba el carnaval.
Los primeros bancos
El Banco de Maracaibo estaba en la segunda ciudad de Venezuela.

Fue el primer banco moderno que se fund en el pas; su instala-
cin data del ao 1882. La emisin de billetes estuvo circunscrita
a un valor de diez bolvares, dndose el caso que estos billetes,
cuando circulaban en la ciudad de Caracas, perdan dos bolvares
de su valor legal porque en el comercio y en la calle solamente
se reciban por ocho bolvares; y para lograr su valor real que
como dijimos, era de diez bolvares, se requera canjearlos en el
165

Banco Caracas, de Camejo a Santa Teresa, quien parece le serva

de agencia en la capital de la Repblica.
A causa de esta circunstancia es que consideramos que el
Banco Caracas representa la segunda entidad financiera que se
haba creado en la capital de la Repblica. Ahora bien, de ello no
podemos recordar la fecha exacta, solamente que se inici con tres
millones de bolvares bajo la presidencia del doctor Julio Velutini,
y que tena como dato curioso que emita, entre sus billetes, unos
por valor de ochocientos y otros de cuatrocientos bolvares.
El Banco de Venezuela siempre ha gozado de una gran prepon-
derancia en todo el pas; le tocara el tercer lugar toda vez que inici
sus actividades en el ao de 1887 con un capital de dieciocho
millones de bolvares, bajo la presidencia del doctor Vicente
Lecuna, su promotor. El Banco de Venezuela emiti billetes de
un mil bolvares, originalmente, luego los de quinientos, cien,
cincuenta, veinte y de diez bolvares.
Los otros bancos tambin emitieron billetes similares a los del
Banco de Venezuela, entre ellos el Banco Mercantil y Agrcola, creado
por don Adolfo Brandt con un milln de bolvares. Este pequeo
banco, en aquella poca, otorgaba crditos agrcolas a los dueos
de haciendas para financiar cultivos y pignorar productos agrcolas
como granos, maz, caf. A un hermano del presidente del banco lo
conocimos y tratamos personalmente al frente de La Cmara Agrcola
de Venezuela, la cual funcionaba en su propia casa solariega, entre las
esquinas Altagracia y Salas. Se trataba de una persona muy popular;
desgraciadamente no recordamos el nombre a pesar de tenerlo
presente; sus amigos lo mencionaban cariosamente como el sordo
Brandt, y realmente sufra de sordera en los dos odos, al punto de
utilizar una bocina para entender las conversaciones.
Los dos bancos que fundara el Gobierno Nacional en la
ciudad de Maracay eran el Banco Agrcola y el Banco Obrero.
Continuando con los bancos privados, don Enrique Prez
Dupouy fund el Banco Venezolano de Crdito con un capital
de seis millones de bolvares. Estaba ubicado entre la esquina
Las Monjas y San Francisco, en un hermoso edificio de dos
pisos ocupado por la Asociacin de Ganaderos, cuya presidencia
estaba a cargo de don Miguel Ron. A este banco le corresponde
el quinto puesto, y al Banco Unin el sexto lugar, promovido
por don Salvador Salvatierra. De este Banco Unin podramos
166

decir que fue revolucionario; la competencia lleg a criticarlo.

Los accionistas de otros bancos se referan a l como el banco de
los pulperetes de la esquina El Chorro, y result que se fue por la
tangente, porque lleg a representar en la vida de los bancos uno
de los de primera lnea. Fue fundado en el ao 1946.
Despus vino el Banco Metropolitano, fundado por don
Rodolfo Rojas, quien haba dejado la direccin del Banco Agr-
cola y Pecuario. Luego, el Banco del Caribe, que fundaron en
Puerto Cabello los hermanos Dao para el ao 1954.
Toca sealar que el fundador del Banco Caracas fue don
Andrs Velutini. El Banco de Comercio, en San Jacinto, con
un capital de veinte millones de bolvares, fue promovido por
el seor Jess Calvo Lairet. El Banco Miranda, en el edificio
Saverio Ruso (esquina El Municipal), fue constituido por don
Pedro Russo, filntropo de grata recordacin, quien falleciera
prematuramente habiendo legado a una fundacin de nativos
del Distrito Guaicaipuro, del estado Miranda, su finca El Tambor
para que se instalara all una escuela de agricultura.
Por otra parte, es de considerar como algo de importancia
para la poca, o sea a principios de siglo, que eran cuatro los
bancos venezolanos y tres lo extranjeros: el National City Bank,
El Royal Bank y el Banco Holands.
Adis, a Ocumare, por ngel Mara Landaeta
Uno de nuestros compositores de msica popular ms desta-

cados a principios de siglo XX fue el maestro Landaeta, quien,
para iniciar este relato sobre acontecimientos acaecidos durante
el ao 1909, posee una ancdota digna de contar.
Sucede que la actual capital del estado Miranda (Los Teques,
a la que hemos considerado como un barrio de Caracas debido
a que la expansin poblacional de la capital de la Repblica
abarca ahora todo el Distrito Guaicaipuro de dicho estado) fue
el espacio donde el maestro Landaeta compuso el inspirado vals
Adis, a Ocumare. Dicho nombre ha trado confusin entre las
gentes, pues no saben a cul de las Ocumare se refiri el autor en
tal inspiracin de tan armnica meloda y cadencioso vals. Pues
bien, no fue Ocumare del Tuy ni Ocumare de la Costa como
siempre se ha pensado. La razn es la siguiente: la poca, y la coma
167

(,) despus de la palabra Adis aclaran las dudas que han surgido
al respecto, toda vez que el Adis que antecede a la citada coma
(,) fue para Petare, que era la capital del estado Miranda. Entonces,
Adis a Petare, que era la capital del estado Miranda para la fecha
en que se haba resuelto trasladarla a Ocumare; de all, pues, que el
compositor Landaeta lo que quiso decir fue: Adis a Petare, nos
vamos para Ocumare, para Ocumare del Tuy.
Nosotros rememoramos este acontecimiento histrico en virtud
de que pudiera considerarse atrevido el que se llegue a manifestar
que Los Teques sera como un barrio de la capital de la Repblica,
Caracas. Sin embargo, nos asiste la razn en vista de que al crear la
zona metropolitana como significacin del rea, el Distrito Federal
ha absorbido uno de los estados de la unin; no solamente al
Distrito Guaicaipuro, que es la sede o asiento del gobierno del
estado, sino tambin a los distritos Sucre, Plaza, Zamora y gran
parte del Distrito Lander del mismo estado. Adems, debe tomarse
en consideracin que en Los Teques funcionan los poderes ejecu-
tivo, legislativo y judicial, representado en su corte suprema, y el
poder municipal como en el resto de los estados que componen los
Estados Unidos de Venezuela. Del mismo modo, hay una repre-
sentacin eclesistica con un episcopado que vendra tambin
segn nuestra manera de pensar a servir como un obstculo en
el caso de perder su autonoma con el asunto de la absorcin que
ha hecho Caracas. Sera preferible la eliminacin de este estado y
ensanchar, totalmente, al Distrito Federal.
Entonces, justamente el Adis a que hemos hecho referencia
a Petare, realizado efectivamente por el compositor Landaeta
en su famoso ya citado vals Adis, a Ocumare, en este caso, ha sido
nuestra intencin no slo llevarle ese Adis a Ocumare del Tuy
(con el traslado de la capital de estado realizada en Los Teques),
sino que ya sera tiempo de aplicarlo tambin a la actual capital
con un adis; para convertir el territorio del estado en parte del
Distrito Federal.
En este caso se trata del Departamento Libertador del Distrito
Federal que, como en el Departamento Vargas, nombrara diferentes
Prefectos que satisfagan las necesidades de diferentes distritos como
Guaicaipuro, Lander, Santa Teresa, Guarenas, Ro Chico, etc. del
estado Miranda; incluidas regiones del Departamento Vargas.
168

Adems, tenemos entendido que La Colonia Tovar viene a ser

territorio del estado Aragua.
Colegios privados
A los colegios privados podramos dividirlos de la siguiente

manera:
Religiosos: los salesianos, los jesuitas y los Hermanos La Salle;
las congregaciones como San Jos de Tarbes en el Paraso, y los
patronatos de Carmelitas de Llaguno y la de Los Caobos; los
colegios de seoritas Santa Mara, de Veroes a Jesuitas, y el colegio
Chvez en la esquina Llaguno; el Colegio El Buen Pastor del
presbtero Fuentes Figueroa, detrs de las instalaciones del ferro-
carril de La Guaira; los Agustinos en la esquina Los Isleos; Lola
Fuenmayor, de Velsquez a Sta. Rosala; el Colegio del Corazn
de Jess, de Sta. Rosala a Candilito.
Los colegios de los profesores: Muoz Tebars, de Salvador de
Len a Coliseo; J. M. Nez Ponte, de Marrn a Cuj; Teodosio
V. Snchez, en Los Dos Caminos, el colegio que reciba un estu-
diante gratis cuando se inscriban dos que pagaban; el Agustn
Aveledo, de Cipreses a Hoyo.
Adems de las escuelas parroquiales en San Jos, Candelaria,
La Pastora y San Juan.
Entregas de nios con papel
A principios de siglo XX ya exista en el pas la legalidad para

la adopcin de nios por su defensa y proteccin; sin embargo,
se daba el caso de que las autoridades civiles de las parroquias o
municipios, valindose del estado de atraso en que se encontraba
la generalidad de la poblacin en asuntos legales, esencialmente
la campesina, se ingeniaban para darle aspecto de legalidad por
la secretara del despacho a un documento redactado en papel
sellado de cincuenta cntimos, inutilizando dos estampillas de
correo de un bolvar cada una.
Los citados documentos manuscritos se iniciaban con el
nombre del padre legtimo del nio y de la persona interesada
en recibirlo. Por ejemplo, uno de ellos deca:
169

...que ambos son mayores de veinte y uno aos, y que el primero

manifest tener un nio de nueve meses, el cual tiene tal nombre,
habido de su legtimo matrimonio con fulana de tal, ya difunta, y
que lo entregaba al seor antes nombrado para su cuidado, quien
para futura reclamacin exigira el costo de la manutencin y educa-
cin que le hubiera dado al nio, obligndose el padre a cancelar
este costo prudencial...
El citado documento est firmado por el jefe civil, haciendo

constancia de la veracidad del mismo el secretario y dos testigos
ms; adems, firmaban los interesados.
La Ley de Adopcin vigente, en su Captulo I, establece como
disposiciones generales:
Artculo 10.- La adopcin es una institucin consagrada por la Ley

primordialmente en inters del adoptado.
Artculo 20.- La adopcin puede ser plena o simple, una y otra, a su
vez, pueden ser conjunta por cnyuges no separados legalmente de
cuerpos, o individualmente por un hombre o una mujer.
Artculo 30.- Una adopcin no impide otras adopciones posteriores,
por parte del mismo adoptante o de los mismos adoptantes.
La citada Ley de Adopcin, compuesta de seis Captulos y

99 Artculos, data del veinticinco de mayo de mil novecientos
setenta y dos. Aos 163 y 114.
Ficcin
En el ao 1908 exista en el sitio denominado El Llano de

Miquiln, en la poblacin de Los Teques del estado Miranda, un
pequeo hospital a cargo de la Congregacin Las Hermanas de
los Pobres, regentada por la Madre Mara Tern. All se present
un matrimonio acompaado de una nia de unos tres aos de
edad en solicitud de auxilio, toda vez que la madre se encontraba
en estado avanzado de gravidez.
El hospital careca de recursos econmicos, las asignaciones
logradas por la Congregacin resultaban insuficientes y la reco-
lecta diaria que efectuaban las monjas (iban en parejas portando
sus cestitas de mimbre color negro en la poblacin, y siempre
170

bien recibidas por la caridad pblica), no representaban mayor

cosa para satisfacer las necesidades de los enfermos. Sin embargo,
el candor que ofreca esta familia conmovi el corazn de las
monjas, especialmente el de una monja de nacionalidad francesa,
Cecilia Jaquet, quien tom a la nia y condujo a la madre al inte-
rior del recinto con tanto amor y cario reflejado en su rostro,
que tanto las monjas como los presentes sonrieron complacidos.
El padre, de nombre Marcos Montenegro, refiri a la direc-
tora que ellos vivan en Lagunetica, punto cercano a la poblacin
de San Pedro de los Altos, y que estaban dedicados al cultivo de
frutos menores y unas maticas de caf. Tambin dijo:
Avanzada la situacin de mi mujer y sin recursos de ninguna especie,

yo solo con la muchachita, solamente me quedaba Dios, que nunca
nos ha faltado. En la madrugada de ese mismo da la ayudanta
Constanza se me present con la novedad de que se precipita el
parto de la seora!, en consecuencia debamos prepararnos lo antes
posible. El nio dijo la ayudanta vena atravesado y tenamos que
enderezarlo; la madre, con ese estado de suma debilidad, no tena
fuerzas para ayudar nuestras angustias; haba que salvar al nio.
Utilizamos los frceps al mximo, y al fin, logramos en sus movi-
mientos el llanto de salvacin que nos sirvi de aliento y satisfac-
cin; sin embargo, la madre no resisti, haba fallecido en el parto,
su nombre: Sinforosa Corts de Montenegro.
La Congregacin de las Hermanitas de los Pobres comentaba

el acontecimiento de aquella madrugada en el Hospital de El
Llano de Miquiln, en la poblacin de Los Teques. Las monjas
haban recibido un recin nacido, y una nia de tres aos llamada
Mara Teresa. El padre haba informado que ellos pensaban, si
el nio naca varn, nombrarlo Agapito; sin embargo, la madre
rectora del hospital sostuvo que el milagro de su vida era de San
Antonio y que por ello deba llamarse Antonio. Tanto Monte-
negro como la monja acataron ese dictamen, tanto ms cuanto
que San Antonio era el patrn de la Congregacin.
Tanto Constanza como Cecilia Jaquet se haban dedicado a
los nios; por el momento el pequeo estaba de tetero y viva
durmiendo. Mara Teresa se haba hermoseado con los cuidados
de todos, especialmente con los baos diarios y sus entorchados
171

cabellos. El padre frecuentaba constantemente la poblacin a

objeto de visitar a sus hijos.
En la calle posterior del hospital viva un matrimonio sin
hijos, al que las monjas propusieron la posibilidad de adoptar
a la huerfanita que mantenan a su cuidado. El seor de la casa
era hermano de un abogado y ofreci tramitar la documentacin
necesaria, en caso de que el padre de la nia lo aceptara, toda vez
que la situacin de la nia en el hospital tendra que mantenerse
temporalmente. Se trataba de un seor muy rico y que siempre le
haba ofrecido proteccin pecuniaria al hospital, razn ms que
suficiente para satisfacer las exigencias del caso.
A los nueve meses, como reza el documento que entregaba al
nio con autorizacin de su padre, para futuros reclamos, ste se
comprometa a resarcir el costo de manutencin y educacin que
recibiera el nio mediante un clculo prudencial; algo as como
si se tratara de una operacin comercial.
El nio fue recibido por un matrimonio joven, pero antes de
cumplirse los dos primeros aos falleci el esposo a causa de la cada
de un caballo. En consecuencia, la esposa y el nio se refugiaron
en casa de un familiar. El apcrifo documento llamado entrega
con papel no les daba proteccin legal; sin embargo, la viuda se
concret a su muchachito, igualmente sucedi con la familia del
to donde se cobijaron, habindose dado el sacramento de la confir-
macin delante del arzobispo Felipe Rincn Gonzlez.
El nio, cumplidos los siete aos de edad, ya haba pasado tres
aos en una escuelita del pueblo, pero para continuar los tres aos
siguientes (cuarto, quinto y sexto grados) requera ser llevado a
Caracas. Durante esta poca de estudios aprendi a trabajar para
su madre adoptiva en comercios, bancos y oficinas pblicas. Sin
embargo, ninguno de los que consideraba sus familiares haba
mencionado su verdadero origen de nacimiento. Tal vez algunos
callaban por ignorar ese origen, otros lo hacan para no revelar un
secreto tan bien guardado, hasta despus de muerta, por aquella
digna mujer que supo valientemente ser madre de hijo ajeno.
El interesado, aquel nio adoptado, aunque conociendo el
documento, lo guardaba como una reliquia, como con miedo
de que alguien conociera ese secreto de su propio ser. Entenda
que le perteneca por entero, hasta que pasado el tiempo un
primo, que haba sabido de su madre, ya difunta, que exista una
172

hermana que haba sido recibida por una familia en Los Teques,
nada ms. Quin sera? Dnde estaba?...
Pasaron los aos. l investig dentro de la poblacin de Los
Teques. Tambin visit la Jefatura Civil de la parroquia urbana
Santa Teresa. Nada, nada se saba, lo cual se completaba con la
inexistencia de archivos donde se pudiera conservar un docu-
mento de esa naturaleza. Ahora bien, en una oportunidad se
le ocurri visitar el asilo San Antonio, ubicado de Municipal a
San Pablo, es decir, al voltear la cuadra donde estaba ubicada
la Jefatura de Santa Teresa; eso jams se le haba ocurrido. En
ese tiempo la regencia de la congregacin estaba a cargo de las
mismas monjas que dirigan el Hospital de Los Teques antes de
que lo demolieran. S, all estaba la clave y presto se dirigi hacia
el lugar de las monjas. Fue recibido y despert el inters de toda
la congregacin, hasta que una, que no recordaba el nombre
de la madre para aquella poca, se refiri a una ayudante de
nombre Constanza y mencion al Padre Machado, fundador de
la Congregacin del Asilo de San Antonio.
Debemos sealar que durante este intern, el interesado
tambin fue informado de una monja de nombre Cecilia Jaquet,
de origen francs, que para el ao 1911 se haba retirado de
la Congregacin y viajado a los Estados Unidos de Norteam-
rica. Con esos datos se dirigi mediante correspondencia a la
Embajada de Francia y al Servicio de Inmigracin de los Estados
Unidos, presumiendo que la seorita Jaquet hubiera podido
llevarse consigo a la niita Mara Teresa, es decir, a la hermana
que le informaba su primo que exista.
Cuatro meses despus recibi una misiva de la Embajada
de los Estados Unidos donde el Servicio de Inmigracin le
anexaba una copia de carta, escrita por la propia seorita Jaquet,
donde informaba, muy disgustada, a una hermana suya llamada
Margaret que trabajaba en Pensylvania, que ella no haba llevado
ninguna nia; que la referida la haba adoptado un tal seor
Rosario Echezura de Garca que viva en la calle de atrs del
Hospital en Los Teques.
Fue en la casa del presbtero Santiago F. Machado, en el casero
de El Rincn de El Valle, donde le dijeron que la directora de
ese Hospital haba sido la seorita Mara Tern. Rpidamente
l la visit, y ella en esa entrevista record con precisin el
173

acontecimiento y le obsequi un retrato de Mara Teresa que

tena como recuerdo de Los Teques.
En consecuencia, la historia iniciada el ao 1909 por un nio
de nueve meses de edad fue aclarada por ste despus de 54 aos
de edad.
Entrada de la parroquia fornea El Valle por el pie de El Cerro hacia la calle

Baruta, al este, y la esquina Caicito al centro de la poblacin (la primera
casa en el ngulo sirvi de vivienda al autor de este texto y a su madre)
Francisco Antonio Moya Martnez para el ao 1943.
174

ANEXOS
Anexo 1
El siguiente artculo fue publicado en el peridico El Universal,

el viernes 10 de enero de 1986, por Guillermo Jos Schael, donde
hace una presentacin de su libro Visin a los 80 de nuestra poltica
y recuerdos de El Valle.
Caracas, enero de 1986

Al despuntar el ao recibimos desde San Cristbal unas lneas de
Francisco A. Moya Martnez, otro de los privilegiados que enlaza
en su vida las dos visitas de Halley, aunque esta segunda vez en el
siglo no ser visto con el esplendor que luci en las noches de abril y
mayo de 1910, cuando El Universal cumpla precisamente su primer
ao. Moya, a quien parece gustarle tanto la historia como la poltica,
acompaa un ejemplar de su libro sobre La Caracas que conoc y otro
de la Hegemona Andina.
En sus letras, Moya define la democracia diciendo que sta no se
ejerce en veinticuatro horas cada cinco aos en un da de elecciones,
sino que es la diaria prctica del bien y del derecho de acuerdo
con las leyes, la Constitucin y, sobre todo, con las aspiraciones
del pueblo soberano que emiti su voto. Seala que ha publicado
numerosos artculos en los cuales ha tratado de apoyar la misma
tesis que esgrime Ramn J. Velsquez, presidente de la comisin que
estudia la Reforma del Estado: mientras no se cambie el comporta-
miento del venezolano, no se podr reformar el Estado.
Expresa con meridiana claridad la voz de la Constitucin cuando
dice que la ignorancia de las leyes no excusa su incumplimiento.
Pero esta declaracin principista siempre ha estado pesando como
espada de Damocles cuando los que transgreden las leyes y orde-
nanzas la invocan para su provecho y los gobernantes la aceptan
como excusa vlida, bien sea por ignorancia o por viveza. Incluye el
autor, junto con una serie de curiosas fotos de principios de siglo,
una que acompaa con una leyenda y que seguramente despertar
curiosidad del lector, porque as era esa parroquia fornea en 1900
y en una de cuyas casas naci Moya. Es la misma imagen que tena
el pueblo cuando Crespo entr a Caracas, despus que bajaron
las aguas crecidas del Guaire en 1982 al frente de la Revolucin
175

Legalista. Entre otros vecinos, recuerda a don Virgilio Tacoronte,

a don Pedro Ascanio, padre de Conchita Ascanio Buroz; la gran
bodega de Juan Espaa y la botica de doctor Luis Vargas, ms
arriba de la bodeguita de Rubn Trujillo. Menciona al seor Miguel
Octavio, que usaba una barba boca de len y casi todas las tardes
sala a la plaza calzando polainas y a bordo de uno de sus quitrines
con hermosos caballos percherones. Tambin vivi en el rea don
Ezequiel Zamo en la calle que doblaba hacia Caicito. En la calle
Baruta, en dos vistosas casas vivieron los jvenes Luis Esteban Rey
y Jernimo Martnez Mendoza.
Nuestro corresponsal debe tener memoria de elefante, pues
menciona entre otros vecinos de la Calle Real de El Valle a las
familias Huizi, a Ricardo Stiber, a Blanca y Conchita Ramrez, que
tena su escuelita, y a la familia Gudez, una de cuyas hijas cas con
don Guillermo Muskus. Al frente sur de la plaza estaba una sala
de cine llamada El Prncipe y al lado el botiqun La Crema, de un
Juan Vicente Gmez, quien por cierto tuvo que quitarse el Vicente
para que no lo confundieran con el otro que mandaba en Maracay.
176

Anexo 2 (Semblanza del autor)

Nac el 15 de abril del ao 1908 en la cercana adyacente al
sitio hoy poblado como El Rincn del llano de Miquiln en los
Teques, donde se une actualmente por una angosta callejuela la
Plaza Miranda y la Plaza Guaicaipuro, la que fuera para entonces
un terreno donde existi un pequeo hospital fundado por el
presidente Santiago F. Machado, regentado por la Congregacin
de San Antonio Hermanitas de los Pobres.
Fue all donde concurrieron Marcos Montenegro y su esposa
Sinforosa Corts de Montenegro con una niita de unos tres
aos pidiendo auxilio porque la seora se encontraba en avan-
zado estado de gravidez, a tal punto que las monjas, solcitas, la
admitieron con el fatal resultado de que esa misma noche falle-
ciera, despus de dar a luz un nio a quien la directora bautiz
Antonio, cuyo nacimiento fue considerado un milagro.
La nia se llamaba Mara Teresa. Fue adoptada legalmente
por una familia pudiente. Antonio, a los dos aos, fue entre-
gado por su padre con conocimiento de las monjas quienes lo
haban criado hasta entonces por lo que para esa poca llamaban
entrega de nios con papel, a Hilario Moya con un documento
redactado en la Jefatura de la Parroquia de Santa Teresa, en la
ciudad de Caracas, a donde corresponda el llamado Rincn de El
Valle (hoy Prado de Mara). Dicho documento, con sus testigos
y estampillas correspondientes, estuvo suscrito por el jefe civil,
un tal Landa y su secretario; all se estipulaba que para futuras
solicitudes del Sr. Montenegro tendra que cancelar al Sr. Hilario
Moya lo que consideraba la manutencin del nio, etc., tal como
si se tratara de un becerrito.
Pocos meses despus falleci el Dr. Moya al caer de un caballo.
Dej viuda a su joven esposa Ins Mara Martnez de Moya,
quien se mud a la casa de sus familiares ubicada en la finca
San Antonio, en la carretera que va hacia la parroquia fornea
de El Valle, propiedad de don Antonio Ramn Rodrguez Bello
y su esposa Adela Moya. Este matrimonio, tres o cuatro aos
ms tarde, se traslad a San Francisco de Yare a la Hacienda San
Bernardo, razn por la que la viuda adquiri una casa en la cuadra
entre las esquinas El Cerro y Caicito, habitndola con el nio
que consideraba hijo suyo.
177

Durante tres aos el nio acudi a la escuelita de Conchita

Ramrez para concluir los tres aos finales de instruccin primaria
elemental, tomando los tranvas de El Valle a Caracas (Escuela
Federal Andrs Bello), anexo al liceo Caracas de tres aulas en una
gran casa de Salvador de Len a Dr. Pal.
Fue en la parroquia El Valle donde nos toc vivir la gripe
espaola denominada La Pandemia. A los 14 aos comenc a
trabajar en el Almacn Americano del seor William H. Phelps,
de Pajarito a la Palma, como oficeboy, luego en el Departamento
de Pianolas.
Fui cobrador en bicicleta a mis 22 aos como vendedor de la
firma Cubra, cuyo propietario era el seor Manuel Prez Abascal,
de Bolsa a Padre Sierra. De ah pas al Banco de Venezuela, al
Departamento de Giros del Exterior con Emilio Beiner, hasta el
ao 1929 en que falleci mi segunda madre.
Embarqu por el Puerto de La Guaira en el Vapor Simn
Bolvar hasta Curazao, visitando la Isla de Aruba, luego entrando
en el Lago de Maracaibo por el clebre Castillo San Carlos, nave-
gando como siguiendo la ruta marcada con cabillas salientes a
flor del agua clavada en la arena, una ruta ondulada de hileras
de barcos transportando petrleo crudo desde Maracaibo hacia
las refineras; llegando a dicha ciudad, inmediatamente comenc
a trabajar vendiendo cauchos para automviles, hasta que fui
contratado en la Venezuela Oil Concesion para Cabimas como
Peirrol Clerk del Departamento de Transportacin.
Paralizada la produccin petrolera a mediados del ao 1930,
aprovech el viaje por tierra de don Santos Escobar, director del
Banco de Venezuela, viajando a Coro y Barquisimeto, donde
me qued trabajando en el Automvil Universal como jefe del
departamento Good Year, viajando continuamente al interior del
estado y al estado Yaracuy, San Felipe.
Sucedi en Barquisimeto que el presidente del estado, Eusto-
quio Gmez, concurra a la Casa de Gobierno de vez en cuando;
acostumbraba despachar con el coronel Montenegro en su casa
de familia, siendo la razn de por qu era necesario esperar para
que firmara algunos documentos como el de los referentes a
ttulos para manejar automviles. sa fue la razn de que cuando
el coronel Montenegro me llam para que presentara mi ttulo
178

al general Gmez, el Director General que slo estaba por detrs

del presidente secando la firma, dijo:
Es que el General est muy cansado.
A lo que le repliqu airado:
Y de qu temple cree usted que es el general Gmez?
Y aqul, levantando la cabeza con los ojos medio cerrados
contest:
Es verdad, gracias General dando la espalda airosamente.
Esa misma tarde acomod mi maleta despidindome de mi
jefe el Dr. Marrero Cubilln, para irme a Caracas por considerar
muy peligrosa mi citada actitud.
Jos Ramn Lozada me ofreci trabajo para solicitar de los
suscriptores de telfono una autorizacin a su nombre, que la
compaa de telfono le entregara su nueva gua de telfonos para
empastarla. Dndome a ganar un bolvar por cada orden y luego
otro bolvar al entregarle el valor de seis bolvares por cada gua
empastada al suscriptor.
Fue este trabajo el que me proporcion que el seor Manuel
Madrid, uno de los directores de la compaa de telfonos, me
eligiera para formar parte de los cuatro jvenes en que dividieron
a la ciudad de Caracas para ofrecer a los suscriptores la propa-
ganda de la insercin de su nombre, direccin y nmero de su
telfono en la nueva Gua, en letras grandes por diez bolvares y
seis bolvares en letras pequeas.
Result tan eficaz mi colaboracin que me encomend el
trabajo entre los suscriptores desde Los Teques, El Consejo, Santa
Teresa, La Victoria, Cagua, Maracay, Valencia y Puerto Cabello.
Cuando estaba realizando este trabajo fui informado en
Maracay de que haba llegado un corresponsal del peridico de
Chile llamado El mercurio, siendo alojado en el Hotel Caracas
(esquina Mercaderes), quien se propona visitar todo el pas
preparando una obra a favor del presidente Gmez, a quien yo
procuraba entrevistar y ofrecer mis servicios.
Cuando regres a Caracas localic al seor Guillermo Piola de
la Puente, quien me inform que se trataba de una joya en perga-
mino, dividida en los veinte estados montados en colores y que
tena un vistoso empastado con un gran escudo nacional rodeado
con los 20 escudos de los estados, dejndome perplejo puesto que
179

tena un compaero de viaje tambin chileno llamado Vicente

Vadjalo, quien haba dejado en Chile a su esposa con nueve hijos.
Muy bien, yo pens: Si en Maracay le proporcionan este
viaje, por qu no puedo aceptar realizarlo?, y as fue. Saliendo
para Los Andes, por el estado Trujillo, despus Mrida y Tchira,
de all por la carretera Trasandina, regresando por el ferrocarril
en caliche del Municipio Coln, hasta el caudaloso y navegable
ro Catatumbo, para caer al Lago de Maracaibo donde pasamos
veintiocho das explcitamente recibidos por Vicencio Prez Soto.
De all viajamos por tierra a Coro y a los varios das embarcamos
a una galeta a Puerto Cabello.
Una vez que llegu Valencia obtuve mi primer trabajo; fue
en la Cigarrera Bigott, ya American Tobacco Co., habiendo sido
luego llamado al Banco de Venezuela como secretario del gerente,
seor Mendoza, cuyo cajero principal era don Feliciano Pacanins.
Nuevamente en Caracas, con mis recomendaciones fui
a trabajar en la Compaa Venezolana de Electricidad en la
esquina La Bolsa, en el Departamento Comercial con el seor
Gallese y Aguerrevere, como vendedor de artefactos elctricos.
Esta compaa adquirira de la Electricidad de Caracas unos
80.000 kilovatios de energa elctrica, vendiendo luz a la ciudad
de Caracas.
Toda vez que era propiedad de toda su distribucin de postes
y transformadores de la capital, an as exista una comisin
especial para vender, para colocar los globos que relucan con
bombillos de cien vatios por dentro a diez bobinas, centrando
el alumbrado disperso en los comercios a fin de aumentar el
consumo elctrico. Igualmente los hierros de plancha de 200 y
400 Kw se ofrecan a precios bajos en las casas de familia.
En la esquina El Hoyo hasta la de Castn se encontraba la
suficiencia de la compaa, cruzando por el oeste hacia la esquina
que lo divida de la ttrica Rotunda. Estaba a cargo de don Carlos
Pacanins.
Fallecido el general Juan Vicente Gmez (17 de diciembre de
1935) me vine a Caracas, trabajando en la llamada Compaa
Venezolana de Electricidad en la esquina La Bolsa como vendedor
de artculos elctricos hasta el ao 1937. Una vez en el poder el
general Lpez Contreras, fui nombrado primer mecangrafo de
la Secretara del Senado el 17 de julio de ese ao.
180

En abril de 1937 recib una cartica del ministro del Interior

nombrndome Oficial de Relaciones Interiores en la Direccin
del Ministerio, julio de 1937, habiendo sido sustituido por el
doctor Fernando Cabrices en junio de 1938.
Desde esa fecha, julio 1938, me dediqu al comercio como
vendedor, teniendo que pedir permiso a la compaa duea de los
postes colocados del lado de afuera de las aceras, a fin de colgar en
los postes (que estaban entre las esquinas La Bolsa a Mercaderes,
de Torre a Veroes y de Matrices a Marrn) unos porta avisos
de metal de un metro veinte centmetros de largo por cuarenta
centmetros de ancho, en forma de prisma, y colocar en la parte
alta bombillos iluminados por las dos aceras de cinco avisos con
las propagandas contratadas por el comercio.
Para poder financiar este negocio me ayud el seor Candelario
Almarza, quien representaba las hojillas Token, habiendo contra-
tado con Eugenio Mendoza la propaganda en los tranvas de
Caracas, trabajando con l en su colocacin cuando despus de
las diez de la noche guardaban los tranvas en el galpn frente a
la fbrica de cerveza Caracas.
Habiendo sido informado de la posibilidad de un cargo en
el Banco Agrcola y Pecuario, comenc a trabajar en el Departa-
mento de Contabilidad, con Martn Teo Calcao, como meca-
ngrafo para la subdireccin del doctor Csar Espino, hasta ser
comisionado por el director Leopoldo Baptista a concurrir al
Congreso e informar sobre los debates de la nueva Ley del Banco.
Hasta que se present la oportunidad en que me traslad a Coro
en el estado Falcn como agente del banco, renunciando con la
salida de la direccin de Leopoldo Baptista por Herman Nass.
En enero de 1942 fui nombrado (en la Asamblea Legislativa
del estado Miranda) Informador de Prensa por el Dr. Clemente
Ortega, y luego en octubre recib el nombramiento de Comi-
sionado Especial para atender el funcionamiento de la Biblio-
teca Cecilio Acosta del estado, por el doctor Jacinto Fombona
Pachano; en abril, para el estudio de los problemas agrcolas de
los distritos Plaza, Zamora y Acevedo por el doctor Laureano
Vallenilla Lanz. Primero Valendle y luego Fombona Pachano
con el Dr. Bustillo.
En Ocumare del Tuy organic, en el saln principal del edificio
frente a la Plaza Bolvar, por el gobierno del estado, una exposicin de
181

productos nacionales ornamentales con varios animales embal-

samados (facilitados por el Ministerio de Fomento) como un
tigre, una boa de gran dimensin, etc., habiendo sido invitado
el Dr. ngel Bustillo, presidente del estado, con su gabinete,
siendo amenizado con la Orquesta Distrital. El comisionado de
la Biblioteca Cecilio Acosta con expresivas palabras inici el acto,
igualmente lo hizo un joven estudiante. El Secretario General del
estado clausur el acto con un sentido discurso.
A la semana siguiente, en el Saln de Secciones del Concejo
Municipal de Los Teques, continuo a la Jefatura Civil, donde
actuaba don Andrs Pacheco Miranda como primera autoridad
del Distrito; en la vspera del da de eleccin de Rmulo Betancur
como diputado por el estado Miranda al Congreso Nacional, y
estando yo en la Plaza Bolvar, fui llamado por un polica para
que asistiera a la casa del presidente del estado, ngel Bustillos.
All fui recibido por el Secretario Fombona Pachano, quien me
dijo que yo debera concurrir a la Jefatura a primera hora ante el
jefe civil Pacheco Miranda. Cumplida la orden adquirida, a las 6
de la tarde me dieron la libertad.
En la esquina El Porvenir estuve unido a la fbrica de sillas y
pupitres con atril para nios, hasta que Roberto Sosa Fernndez
me ofreci un cargo en la pasteurizadora de leche La Silsa, adqui-
rida por la Corporacin de Fomento, envindome a promover la
leche de productos Carabobo en la ciudad de Valencia, Maracay,
Caracas, La Guaira y el Litoral. Para esa poca el gobierno del
general Lpez Contreras haba nombrado al general Len Jurado
presidente del estado Miranda. Ya como Secretario General del
Dr. Laureano Vallenilla Lanz, quien despus de la Asamblea
Legislativa como Informador de Prensa me inici con el cargo
de ocuparme de los problemas agrcolas de los distritos Plaza,
Zamora y Acevedo del estado.
Iniciado el gobierno de Rmulo Gallegos fui nombrado para
el servicio agrcola en la direccin de administracin con don
Pedro Gallegos hasta que renunci al cargo al nuevo gobernador.
Del ao 1962 a marzo de 1964 mantuve la columna Aqu
Caracas y una serie de 53 artculos publicados espontneamente
en el diario local de San Cristbal El centinela. Y para el ao 1977
publiqu el texto: La hegemona andina.
182

Ramn David Len public (en el diario La Esfera) mis

escritos a favor de la Contralora de la Repblica en virtud de las
informaciones recibidas de don Manuel Tirado, subcontralor del
Banco de Venezuela quien, como peruano, ejerci dicho cargo en
el gobierno del general Snchez Cerro.
183

Anexo 3
Del abuelo Francisco para su segunda madre
184

NDICE
PRESENTACIN 9
INTRODUCCIN 11
LA PARROQUIA FORNEA DE EL VALLE 15
Hacia la parroquia fornea de El Valle 22
La llegada de la langosta y de La Pandemia 22
Nos cay La Pandemia 25
AVENIDA NORTE
La Plaza Bolvar
Primera parte del recorrido por las avenidas y

calles de la ciudad 26
Las agencias funerarias 26
Los juegos de envite y azar 28
La primera fbrica de trajes hechos para

hombres y nios 29
En el edificio La Torre 30
Jurunga muerto 32
El cajero principal del Banco de Venezuela 33
Las obras sociales del Padre Machado 35
Tranvas hacia el norte 36

AVENIDA SUR 38
De La Torre a Gradillas 38
Gradillas y los gradilleros 39
De Gradillas a Sociedad 40
Se tranc la bveda 41

Billetes de diez y ochocientos bolvares;
y circularon billetes de cuatrocientos y
ochocientos 43
El nombre de la baslica fue tergiversado 44
Los nueve tranvas hacia el sur 47
AVENIDA ESTE 49
De La Torre a la Calle Real de

Quebrada Honda 49
Los helados EFE 51
Fatal accidente automovilstico 53
CALLES SURESTE (SURESTE 2) 55
De Gradillas a San Jacinto 55
San Jacinto 57
Cuchillo para su garganta 60
Calle Este 4 63
Altercado fatal 63

Descripcin del Banco de Venezuela y
la personalidad del doctor Vicente Lecuna 64
Un modelo para Tito Salas 66
El ejemplo de Rafael Blandn 67
AVENIDA OESTE 72
Calles transversales al sur oeste 74
Oeste 2 74
Oeste 4 75
Oeste 6 76
Oeste 8 77
Oeste 10 77
Oeste 12 78
Oeste 14 78
Oeste 16 79
Oeste 18 80
Los apuros de un diputado 81
CALLES SUR OESTE 84
Sur Oeste 2 84
Se comi la flecha 85
Una garanta para Prez Dupouy 86

La venganza de un escritor 86
Nunca dej de ser un norteamericano 87
Sur Oeste 4 89
De Mercedes a La Gorda. Ancdota de la

compaa de telfonos 92
Sur Oeste 6 96
Sur Oeste 8 96
El Duque de Rocas Negras 98
CALLES NOROESTE 101
Calle Norte 2 101
Calle Norte 4 103
Los tres Meja 104
Calle Norte 6 106
Calle Norte 8 107
Muerte del doctor Jos Gregorio Hernndez 107
Calle Norte 10 108
Calle Norte 12 108
Calles noreste 110
Calle Este 1 110
Calle Este 3 111

Calle Este 5 111
Calle Este 7 112
Calle Este 9 112
Calle Este 11 112
CALLES SURESTE 113
Calle Sureste 1 113
Calle Sureste 3 115
Calle Sureste 5: de Cuj a Puente Hierro 117
Al saber lo llaman leche 118
Calle Sureste 7: de Romoalda a Roca Tarpeya 120
Calle Sureste 9: de Manduca a San Roque

y Boulevar del Cristo 121
Las elecciones presidenciales en la Plaza de

San Lzaro 122
El Nuevo Circo de Caracas 123
Calle Sureste 11: de Ferrenqun a Tracabordo 126
Calle Sureste 13 126
Calle Sureste 15 126
CALLES NORESTE 127
Calle Norte 1 127
Calle Norte 3 128

Calle Norte 5 129
Martn Marciales y el Transporte Tchira 129
Calle Norte 7 130
Calle Norte 9 132
Calle Norte 11 132
Calle Norte 13 133
Hermanos de dos mdicos de Gmez y unos

descendientes de El Libertador 133

CALLES SURESTE (TRANSVERSALES OESTE) 135
Calle Este 6: de la esquina Camejo a

Plaza de San Lzaro 135
Calle Este 8: de la esquina La Palma hasta

San Martn 135
Calle Este 10: de la esquina Cipreses a San Roque 136
Calle Este 12: de la esquina El Hoyo a El Cristo 137
El cojo Olivares 137
Calle Este 16: de la esquina Palmita a Tablita 138
Calle Este 18 139
Urbanizacin El Paraso 140
La expansin de Caracas se inici por el Puente 9

de diciembre 144
Lul Francia 144

El primer Country Club 144
La expansin en el casco urbano comenz

en San Agustn del Norte 146
El Paseo Independencia 148
OTROS REFERENTES INTERESANTES

DE AQUELLA CARACAS 151
Comn distribucin de las casas de familia 151
Diferentes ndoles de comercio establecidos

en la ciudad de Caracas 152
Los sueldos de antao y la justicia social 157
Los tranvas de Caracas y sus rutas 159
Primeros autobuses de Caracas 160
Los desfiles y bailes de carnaval 163
Los primeros bancos 165
Adis, a Ocumare, por ngel Mara Landaeta 167
Colegios privados 169
Entregas de nios con papel 169
Ficcin 170
ANEXOS 175
Anexo 1 175
Anexo 2 176
Anexo 3 184

Impreso en agosto de 2012
en los talleres de la Fundacin Imprenta de la Cultura.
La edicin consta de 1.000 ejemplares.

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LaCaracasQueConoci 1 07/06/11 11:23 a.m.

LaCaracasQueConoci 2 07/06/11 11:23 a.m.

La Caracas que conoc

LaCaracasQueConoci 3 07/06/11 11:23 a.m.

La Coleccin historias invita a leer la diversidad, la compleja

Las historias universal, latinoamericana, venezolana,

LaCaracasQueConoci 5 07/06/11 11:23 a.m.

Edicin al cuidado de:

Hecho el Depsito de Ley

IMPRESO EN LA REPBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

LaCaracasQueConoci 6 16/06/11 09:54 a.m.

La Caracas que conoc es la obra magistral del abuelo, producto

Como te dije en una oportunidad, te recomiendo mucho que tomes

El abuelo tuvo que recurrir a la ayuda de personas amigas para

Solicit ayuda de personas que me leyeran en alta voz, que me hicieran

En el libro hay fotocopias de dos fotos de la esquina Cai-

LaCaracasQueConoci 9 07/06/11 11:23 a.m.

es muy amena y es una historia autntica vivida por el autor. El

Yo, como ustedes, tengo fe en el inters que puede despertar a los

Ildemaro E. Garca Moya

LaCaracasQueConoci 10 07/06/11 11:23 a.m.

Voy a expresar de memoria los recuerdos que atesoro en mi

LaCaracasQueConoci 11 07/06/11 11:23 a.m.

mquina, con la fidelidad del caso, el contenido de esta historia

LaCaracasQueConoci 12 07/06/11 11:23 a.m.

Parroquia fornea de El Valle

Seguidamente se incluye una foto del autor, tomada a la edad

Esta foto data del ao 1926, realizada bajo un rbol

LaCaracasQueConoci 13 07/06/11 11:23 a.m.

LA PARROQUIA FORNEA DE EL VALLE(1)

Hacia la parroquia fornea de El Valle

Caracas estaba separada del sitio llamado El Peaje por el cerro

1 El casco urbano de Caracas lo integraban las parroquias: Catedral, Altagracia, La

LaCaracasQueConoci 15 07/06/11 11:23 a.m.

llamada El Peaje. Peaje signific para muchos de nosotros sitio

LaCaracasQueConoci 16 07/06/11 11:23 a.m.

entrada del pueblo donde convergen los tranvas con la carretera,

LaCaracasQueConoci 17 07/06/11 11:23 a.m.

En la segunda cuadra haba dos casas, en una de las cuales

LaCaracasQueConoci 18 07/06/11 11:23 a.m.

Al oeste del templo, al frente de la puerta travs, don Manuel

LaCaracasQueConoci 19 07/06/11 11:23 a.m.

Cornejo, parte de la Hacienda Coche, de la sucesin del general

LaCaracasQueConoci 20 07/06/11 11:23 a.m.

centro se encuentra la gran Casa de la Hacienda, an convertida

La clebre esquina Caicito al bajar el cerro de El Valle

LaCaracasQueConoci 21 07/06/11 11:23 a.m.

La llegada de la langosta y de La Pandemia

Vivamos en El Valle cuando vino la langosta, una especie

Nos cay La Pandemia

La Pandemia fue la denominacin popular que le dieron a la

LaCaracasQueConoci 22 07/06/11 11:23 a.m.

ausencia de los enterradores oblig a los familiares a enterrar a sus

LaCaracasQueConoci 23 07/06/11 11:23 a.m.

sumamente dilatadas; aunque los exmenes no pasaban de

LaCaracasQueConoci 24 07/06/11 11:23 a.m.

La Plaza Bolvar de Caracas mereci siempre el mayor respeto

Cenizo era el nombre de un hermoso perro blanco con una

LaCaracasQueConoci 25 07/06/11 11:23 a.m.

Primera parte del recorrido por las avenidas y calles de la