Reflexión Sobre El Fascismo
Reflexión Sobre El Fascismo
Reflexión Sobre El Fascismo
de edad.
El autor.
Jalapa, 6 de octubre de 1982.
1
PROLOGO.
El material que aquí presentamos forma parte de “Un estudio y una reflexión sobre
el Fascismo. La Alemania de la República de Weimar” En una época en que el
capitalismo mundial atraviesa por una de sus crisis mas profundas, las miradas de
historiadores, sociólogos, etc; se vuelven sobre el estudio del fenómeno social que
genéricamente denominamos el Fascismo y especialmente al estudio de la Alemania de
entre guerra como una de sus manifestaciones concretas mas clásicas. Nosotros
creemos, sin embargo, que pese a las similitudes entre esa época de crisis pasada y la
actual, cada una de ellas responde a mecanismos y contenidos diferentes, que aquí no
tenemos tiempo de abordar. Hacemos así, referencia, por considerarlos importantes, a
los trabajos de A. Lipietz, “Crisis et inflation, Pourquoi?”, Edit. F. Maspero, París,
1979; y de R. Boyer y J. Mistral, “Accumulation, Inflation et Crisis”, P.U.F., Paris,
1978. Estos estudios muestran las diferencias cualitativas entre la crisis de 1929-1934 y
la actual.
2
lograr que el resultado sea diferente no sólo hacia un lado o hacia el otro de los
extremos, sino que puede determinar resultados intermedios de carácter y formas
variables. Por ello es de suma importancia comprender el carácter de cada triunfo y de
cada derrota, porque en ellos se encuentra el secreto de cada tipo de consolidación de
una cierta hegemonía de clases: Fascismo, Bonapartismo, otras formas de Estado de
excepción, democracia burguesa parlamentaria, rupturas revolucionarias en que la
iniciativa pertenece a las masas populares, etc.
Porque cada Crisis del Sistema, está relacionada a ciertas condiciones históricas
concretas de carácter objetivo y subjetivo, las primeras mas fáciles de estudiar y medir,
debido a que son en cierta manera determinantes sobre los hombres, por ejemplo
porcentaje de la población urbana, tipo de producción industrial y agraria y su relación,
nivel de concentración demográfica y fabril, conformación numérica de las clases
3
sociales, fracciones y categorías de éstas. Las segundas que acompañan, son
determinadas y determinantes de las anteriores, dan ciertas características peculiares al
edificio jurídico político a las instituciones políticas voluntarias, contractuales, como
los partidos, sindicatos, etc. y por último se van conformando formas ideológicas
dominantes y una conciencia social general.
Estos tres niveles interactúan pero no como simple relación de causa y efecto, sino
en un proceso dialéctico, cuyo lugar de síntesis, en el sentido de solución como crisis o
superación se encuentra al nivel de la lucha política.
Nosotros hemos elegido en esta primera etapa de nuestro estudio, volver nuestras
miradas a la Alemania de entre guerra, profundizar en la comprensión del desarrollo de
la lucha de clases que finalizó con el triunfo y la consolidación; o sea los años 1918-
1936. Para luego sobre dicha base y a modo de conclusión adelantar una
caracterización general sobre el Fascismo, como fenómeno social que pertenece a
nuestro siglo. Por último abordar como parte de estas conclusiones una lectura crítica
de la discusión que sobre el Fascismo se ha venido desarrollando en América Latina en
los últimos años.
Por último es necesario señalar que los materiales que aquí presentamos forman
parte de un curso universitario, que fueron redactados y organizados a la manera de
exposiciones e intervenciones, tratando siempre a partir de cada una de ellas de generar
una discusión posterior. Por lo tanto existe muchas veces una tentativa, probablemente
exagerada de resumir.
4
INTRODUCCIÓN GENERAL.
Por lo tanto para poder completar aún mas la verdad anteriormente citada es
necesario señalar la importancia que ha tenido en este Siglo, el Fascismo, como una
manifestación singular de la “contra-revolución”. Singular en la medida en que fue
expresión de un movimiento de masas, alimentado, nutrido, por una clase social, tan
especial y compleja, como lo es la pequeña burguesía. Diremos de pasada y por el
momento, que pese a los estudios y descripciones que se han hecho de esta clase social,
en diferentes etapas del desarrollo del capitalismo y en un número considerable de
Formaciones Sociales, ella representa un campo de estudio abierto, en espera de
investigadores y estudiosos agudos. El estudio del Fascismo y su relación con la
pequeña burguesía puede brindarnos la posibilidad de comprender, o captar, aspectos
importantes del comportamiento político de esta clase social. Pero por supuesto no
válidos para cualquier etapa histórica del desarrollo del capitalismo, ¿Por qué?
5
válidas para las propias clases sociales, Hilferding, lo había señalado en su trabajo
precursor sobre: “El Capital Financiero”.
Ello está relacionado con cambios en los sindicatos obreros y los partidos en general
∗
y su relación con el Estado, en el peso de la vida parlamentaria, etc.
Durante un largo período la III Internacional, y teóricos muy agudos como Gramsci
y otros tendían a ver en el Fascismo al representante político de los Agrarios, o sea
países como Italia o Alemania, donde la burguesía adoptó la vía Prusiana, a los resabios
feudales que subsistían y seguían pesando en dichas Formaciones Sociales.
Cuando estudiemos el proceso alemán y los resultados del ascenso del Nazismo al
poder, respecto a la economía el gran capital, la clase obrera, y los otros sectores y
clases sociales dominadas, esta afirmación de Bordita será demostrada por los hechos.
Adelantándonos en nuestra temática, diremos, que la Primera Guerra Mundial y la crisis que ella
instauró, aceleró aún más a todo este proceso.
6
“para una aceleración hacia adelante”. En otras palabras crea las mejores condiciones
para una “organización científica del trabajo”, o sea una revolucionarización de la
producción capitalista. Lo que Gramsci, con gran agudeza comprendió y calificó con el
término “Fordismo”. Las formas del Estado Fascista tanto en Italia como en Alemania
estuvieron relacionadas con este proceso, fue la primacía de la plusvalía relativa. Pero
también fue la forma que adoptó la necesidad creciente de la intervención del Estado en
la economía. Ello no quiere decir que en todos los países capitalistas dichas
necesidades, conduzcan inevitablemente al Fascismo. En la misma época histórica de
Hitler y el Nazismo, las mismas transformaciones se intentan con éxito en los Estados
Unidos bajo una forma política diferente a la del Fascismo y se concretizó en el “New
Deal” de Roosvelt.
7
El estudio histórico del triunfo del Fascismo, en sus dos casos más clásicos,
Alemania e Italia, corrobora la apreciación de Clara Zetkin. Ya que tanto el Fascismo
italiano como el Nacional Socialismo alemán, su crecimiento, su camino al poder,
marcan el comienzo de una gran ofensiva del gran capital por la hegemonía política,
luego de la derrota de un gran movimiento revolucionario de la clase obrera, en Italia la
toma de fabricas en Turín y su región y el fracaso del proceso de radicalización de la
clase obrera alemana en 1923, resumía esta situación señalando:
“El fascismo es muy distinto de la dictadura de Horthy en Hungría. … El fascismo no
es en absoluto la venganza de la burguesía contra el proletariado que se insurrecciona
de manera combativa. Considerando desde el punto de vista histórico y objetivo, el
fascismo sobreviene mucho más como un castigo porque el proletariado no ha sabido
proseguir la revolución …” (N. Poulantzas, op. Cit., Pág 46 cf. 26).
Por supuesto que debe evitarse toda tentativa de visión catastrófica sobre el triunfo
del fascismo, no fue producto “natural” y objetivo. Fue un producto de determinadas
condiciones en el desarrollo de la lucha de clases. Y en la lucha de clases, el factor
político es determinante y lo subjetivo, como acción política consciente, a través de
partidos, sindicatos, hombres políticos, juegan un papel, que no debe subestimarse.
8
crearon los supuestos inmediatos de la génesis y el desarrollo del nacional socialismo.
En cuarto lugar, la profunda decepción por el fracaso de 1918 convirtió la historia de la
post-guerra, la crisis de la República de Weimar, en el trampolín de la dictadura
hitleriana. (p. 30) Estos elementos señalados por Bracher, deben tomarse en cuenta,
estudiarse, analizarse, pero no son los determinantes, son la expresión fenoménica de
“condicionamientos” más profundos, (para utilizar el lenguaje del autor citado).
El Estado Fascista y las otras formas del Estado de Excepción: Como en tantos otros
fenómenos de la realidad social, la “filosofía del sentido común” (para usar una
expresión de Gramsci) confunde aspectos similares en su manifestación formal, con el
contenido profundo de una forma política. Así, y a partir de la instauración de los casos
clásicos del Fascismo, en Italia y Alemania, todo régimen estatal represivo, ha sido
etiquetado de Fascismo. Ello fue y sigue siendo expresión de la falta de análisis teóricos
respaldados por una conceptualización rigurosa producto del estudio concreto de cada
una de las diferentes expresiones políticas de este fenómeno. Nosotros volveremos a
replantear este problema, cuando al final del curso sinteticemos las discusiones que al
respecto se han desarrollado en América Latina en los últimos años. Sólo agregaremos
aquí, que ha habido una tendencia, que basándose en una pretendida “rigurosidad
científica” rechazó la posibilidad de regímenes fascistas en América Latina sobre la
base de que dicho fenómeno era un producto peculiar del capitalismo desarrollado y por
lo tanto imposible de surgir y desarrollarse en los países periféricos (del tercer mundo,
dependientes, etc.), por supuesto que este tipo de afirmaciones sólo puede confundir
más aún él problema.
Ya Trotski en sus escritos de principios de los años treinta, había captado con suma
claridad este fenómeno; citamos a Trotski porque, respecto al ascenso del Nazismo y el
significado de su peligro para la clase obrera alemana y en general, sus aportes fueron
de una gran lucidez, reconocida hoy por todo historiador y sociólogo que haya
abordado el problema.
Pues bien, en uno de los escritos desde la Isla de Prinkipo en 1932 afirmaba:
“El fascismo no es simplemente un sistema de represión, de actos de fuerza y de terror
policiaco. El fascismo es un sistema de Estado particular fundado en la exterminación
de todos los elementos de la democracia proletaria en la sociedad burguesa. El objetivo
9
del fascismo no consiste solo en romper la vanguardia del proletariado, sino también en
mantener a toda la clase en un estado de fragmentación forzosa. Por eso la
exterminación física de la clase obrera más revolucionaria es insuficiente. Esto quiere
decir destruir todas las organizaciones autónomas y voluntarias, aniquilar todos los
puntos de apoyo del proletariado y exterminar los resultados del trabajo de tres cuartos
de siglo de la social democracia y de los sindicatos. Hay que tener en cuenta que sobre
este trabajo se apoya también en última instancia el Partido Comunista” (L. Trotski,
Alemania, La Revolución y el Fascismo, P.12) y más adelante citando a Ercoli
(Toggliatti) sobre el carácter del fascismo como un sistema de reacción consecuente y
completo escribe: “Esta afirmación se apoya en los actos de terror salvaje, o en el
número elevado de los obreros y campesinos muertos, o en la atrocidad de diferentes
clases de suplicios que se aplicaban ampliamente, o en la severidad de las condenas;
esta afirmación es motivada por la destrucción sistemática de todas las formas de
organización independientes de las masas.” (L. Trotsky. Op cit. P.28)
Solo para ejemplificar, Trotsky mismo, que con tanta rigurosidad trató de definir al
fascismo en relación a los acontecimientos en Alemania, etiquetó de fascista al régimen
de Pilsudski en Polonia, contemporáneo del régimen de Horthy en Hungría, y similar en
sus contenidos profundos al interior.
10
En América Latina, caracterizaciones que se hicieron utilizando ese mismo
concepto, produjeron no menos confusión para una apreciación justa del problema.
Cuando la oposición a Perón, autoproclamada “Democrática”, calificó su ideología y su
régimen de fascista, o el Estado Novo, de corte corporativista de Vargas en Brasil, fue
etiquetado de la misma manera.
11
de bueno o malo; fue la famosa conceptualización de Social-Fascismo, o dicho de otra
manera Social democracia = a Fascismo.
a) Desde los comienzos del proceso al punto de no retorno. En esta primera etapa el
partido Fascista se convierte en un movimiento de masa. Antes en la época de ofensiva
del proletariado, esta tendencia existía como bandas armadas sostenidas por fracciones
de la clase dominante y abandonadas posteriormente durante el período de
estabilización (En Alemania la ofensiva de la clase obrera corresponde a 1918-1923, la
estabilización 1924-1928). En la época en que el fascismo se convierte en movimiento
de masas, a finales del período de estabilización, se encuentra declaradamente apoyado
por los círculos del gran capital.
12
populares (pequeña burguesía principalmente). Período marcado por el establecimiento
de una efectiva alianza, esbozada precedentemente, y por medio del partido fascista,
entre la fracción monopolista y la pequeña burguesía; alianza no obstante, teñida de
ambigüedad y portadora de gérmenes explosivos. (En Alemania corresponde al período
1930-1933)
c) Primer período del fascismo en el poder: El fascismo consolida, pero aún de manera
silenciosa la hegemonía de la fracción del gran capital monopolista sobre el resto de las
clases dominantes. El fascismo marcado por sus orígenes plebeyos de clase, se ve
obligado, contra la voluntad del bloque en el poder a realizar concesiones a las masas
populares. Es el período de una fuerte reorganización del sistema estatal y sus aparatos.
La pequeña burguesía deviene, durante este período la clase reinante comenzando por
devenir la clase mantenedora del Estado, sin llegar a ser jamás la clase políticamente
dominante. (en Alemania este período abarca desde 1933 a 1936)
13
El Programa general del curso. Sus capítulos. Sus subdivisiones y la problemática que
abordará.
Nuestro Curso estará compuesto de cinco capítulos o partes principales y estará
regido por una cronología histórica que permita estudiar y comprender el caso más
clásico de desarrollo y consolidación del Fascismo: Alemania entre las dos guerras
mundiales. Sobre la base de dicho estudio y a modo de conclusión trataremos de
reflexionar sobre el Fascismo como fenómeno social general que es pertinente para una
época histórica determinada. En dicha reflexión nos preguntaremos ¿es válido también
para la época histórica en la que vivimos?; y sobre la base general de dicha reflexión
profundizaremos en la discusión que sobre el Fascismo se ha desarrollado en los
últimos años en América Latina, como ya lo hemos señalado.
14
El segundo momento, a partir de enero de 1923 la ocupación del Rühr, invadido por
Francia y Bélgica, y las consecuencias que produjo, desencadenan una crisis
sumamente profunda, que para algunos historiadores adopta la forma de crisis de
posibilidades revolucionarias para la clase obrera.
Entre esos dos momentos una continua tensión y crisis política, como la tentativa de
ofensiva de la derecha, el golpe de Estado de Kapp.
Tercer Capítulo: Este es un período de transición entre una primera crisis y la segunda,
pero no porque la segunda crisis fuera una consecuencia catastrófica inevitable de la
primera. Este período está marcado por una estabilización del capitalismo, por una
recuperación económica y como consecuencia una reconstitución de la hegemonía
burguesa. Son los años de la pseudo-estabilidad, según la terminología de Klein, ellos
abarcan el período 1924-1929.
En este capítulo se estudiará las tendencias económicas y políticas que marcan la
coyuntura general.
En este capítulo se abordará la relación existente entre la crisis ideológica y la gran
creatividad cultural que marcan los años de la República de Weimar, fenómeno
histórico y de sociología de la cultura sumamente interesante. Berlín se transforma en el
centro de la expresión cultural de vanguardia en casi todos los campos de la creatividad
artística.
Cuarto Capítulo: Este es el período clave para el estudio del fenómeno social del
Fascismo. Es el impacto de detonador que va tener la crisis general y mundial del
capitalismo a partir de 1929, sobre Alemania. Ello provoca la agudización general de la
lucha de clases, exacerbando todas las contradicciones latentes en la Formación Social
Alemana.
Por ello el Fascismo es el producto, aunque no inevitable, de la doble crisis
económica y sociopolítica que se produce en dichos años. El período transcurre aquí
entre 1929-1933. Aunque es este capítulo estudiaremos también el primer período del
Fascismo en el poder (1933-36), señalando las transformaciones más representativas
que produce.
En este capítulo luego de señalar, como punto de referencia, la implicación de la
crisis económica de 1929-1932, nos centraremos en el estudio de lo político: las clases
sociales, incluidas sus diferentes fracciones, y la relación entre éstas y los partidos y
15
organizaciones sociales más importantes, (los sindicatos, los grupos armados, etc.) El
Estado y sus transformaciones etc.
Quinto Capítulo: Como ya lo hemos señalado, sobre la base del estudio histórico del
caso, y las reflexiones que se irán desarrollando en el transcurso de las exposiciones –
algunas ya contenidas en la introducción- trataremos de sintetizar al Fascismo como
fenómeno social de carácter general, no solamente válido para determinados casos
históricos clásicos, como el Italiano y el Alemán. Aunque su estudio es imprescindible
como punto de partida de la reflexión general. En esta reflexión se incluirá la discusión
de los últimos años sobre el Fascismo en América Latina.
16
CAPITULO I
Segunda Intervención
Aquí consideramos correcta la afirmación metodológica de Marx en el Prefacio (de 1859) (A la
contribución a la Crítica de la Economía Política) y las críticas de K. Korsch a Engels en sus cartas a
Bloch (1890), en su trabajo “¿Por qué soy Marxista?”, en: Teoría Marxista y Acción Política, Cuadernos
de Pas. y Pres. 84, Siglo XXI, México, 1979, pp 194-196
17
Zollverein (la unión aduanera) de 1834, mientras que en el plano político la unidad de
Alemania tan sólo llevó a cabo en el siglo XX, a pesar de la creación del Imperio
Alemán inmediatamente después de la guerra de 1870. [...] En definitiva, sucedió que
este retraso de Alemania en relación con otros países
18