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19 Goya

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Enrique VALDEARCOS, "El arte neoclásico y Francisco de Goya", Clio 33 (2007), http://clio.rediris.

es ISSN: 1139-6237
19 El arte Neoclásico y Goya

TEMA 19: EL ARTE NEOCLÁSICO Y FRANCISCO DE GOYA

1 Introducción

En el siglo XVIII y sobre todo en Francia, el arte aristocrático fue asociado con el Rococó, por
eso, a medida que transcurre el siglo, y cuando la clase media se dispone a arrebatar el poder a la
nobleza y al rey, no duda tampoco en acabar con un arte que simbolizaba el poder y el lujo de las clases
privilegiadas.

Por eso, ya desde mediados de siglo, Diderot atacaba este estilo y recomendaba la serenidad del
arte antiguo. Pero además de la coyuntura social, otras circunstancias van a permitir este
redescubrimiento de la Antigüedad Clásica por segunda vez:

• - En 1719 se descubría Herculano y en 1748 la ciudad perdida de Pompeya, sepultada por las cenizas
del Vesubio. Estos descubrimientos van asociados a una fiebre investigadora y arqueológica que
produce una abundante bibliografía.
• - Por otra parte las Academias creadas a lo largo de este siglo subrayan el valor normativo de lo
clásico y realizan campañas antibarrocas y en contra del Rococó en pos del "buen gusto".
• - Además el Rococó se había agotado. Era un estilo que apenas había tenido transcendencia en los
exteriores de los edificios, cuyos trazados se repetían una y otra vez. Se produjo una crisis estética
que llevaba a dos soluciones: o crear un nuevo estilo o volver a lo seguro, al pasado, a la Antigüedad
Clásica y acabar así con toda una fase de embriaguez decorativa.

De esta manera surge el Neoclasicismo unido a una clase social, la burguesía, como su
manifestación estética y como bandera de sus reivindicaciones. Este será el lenguaje plástico de los
revolucionarios empezados en suprimir todo resto de Antiguo Régimen, con sus manifestaciones
estéticas incluidas. Los representantes de la. revolución ven en el Neoclasicismo la derrota de la
aristocracia y sus salones. Así el arte Neoclásico se prolonga durante todo el periodo Napoleónico y se
adapta a él con el "estilo imperio", el arte de los Césares y del Imperio Universal al que aspiraba
Napoleón. El epicentro de este cambio es Francia pero sus consecuencias abarcan todo el mapa europeo
y afecta a todas las artes, escultura y pintura también.

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2 Arquitectura neoclásica

Grecia, más que Roma, es el origen del Neoclasicismo. Se utiliza el orden dórico con el único
cambio del fuste acanalado. La columna recobra su antigua importancia y se vuelve a utilizar el orden
arquitectónico con todo su fundamento. Vuelven también los frontones, los cuales se decoran con
esculturas en sus tímpanos. El margen de creatividad es muy pequeño y, en general, predomina la
copia sobre la imaginación.

Representativo de este estilo en Francia es la iglesia de la Madeleine en París. Se trata de un


templo corintio y octástilo, ordenado construir por Napoleón
como homenaje al gran ejército francés y terminada en 1842.
Resulta fría y demasiado fiel a los cánones clásicos. En
Inglaterra el estilo neoclásico no tuvo mucha aceptación porque
todavía predomina el gusto neogoticista, el cual fue adoptado
como el estilo nacional. En Alemania el Neoclásico se difunde
con más facilidad por los estados del norte mientras por los

estados del sur todavía se prefieren los


edificios barrocos. El monumento alemán
más representativo de este estilo es la puerta
de Brandenburgo.

En España el arte Neoclásico tuvo que vencer un Barroco muy enraizado y por eso las mejores
muestras del nuevo arte no se dan hasta el último cuarto
de siglo XVIII. Fue Carlos III quien mandó a Sabatini
construir la Puerta de Alcalá en 1778. Este estilo
siguió vigente durante la primera mitad del siglo XIX
conviviendo con los edificios románticos y neogóticos,
todo ello englobado en la arquitectura historicista,
como veremos más adelante.

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3 La pintura neoclásica: Revolucionarios y académicos

En pintura no se disponían de modelos clásicos de la antigüedad como ocurre con la escultura o


la arquitectura. La única referencia eran los relieves que ya habían perdido su anterior cromatismo, por
lo tanto la pintura neoclásica se fundamenta en la temática, sin aportar nada nuevo en cuanto a sistemas
de representación ni a técnica.

El máximo representante de la pintura neoclásica es Jacques Louis David. Su biografía refleja


el curso de los acontecimientos revolucionarios hasta la caída de Napoleón. En un primer momento
recibe influencia de los últimos pintores rocosos contra los que
después arremeterá. Después se pasa a cultivar la pintura de
tema clásico escenografiando pasajes de la antigüedad con una
técnica realista, una cierta rigidez y seriedad en el tratamiento de
las figuras y un cromatismo muy vivo. A este periodo corresponde
El juramento de los Horacios (1785). Pero al estallar la
Revolución, David se entrega ciegamente a la política. Es
nombrado superintendente de Bellas Artes y decidió suprimir la Academia por sus reminiscencias
rococós y someter el arte a una dictadura personal. Sus discípulos llegaron apedrear obras de Watteau.
Puso sus pinceles al servicio de la Revolución y así realizó su Juramento de la pelota y su Marat
muerto. Al hacerse Napoleón con el poder, David fue
nombrado pintor de cámara y se entregó a conformar una
"estilo imperio" del que es ejemplo La Coronación de
Napoleón, donde se realza el lujo inherente a la Corte del
emperador cuando ya los ideales revolucionarios se
habían disipado y se vuelve a cultivar lo que antes se
había criticado, el lujo de la aristocracia y su forma de
vida privilegiada. lo único que cambia es que ahora los
aristócratas eran otros.

Al caer Napoleón, David fue desterrado a Bruselas hasta 1825 cuando murió. Su vida y su obra
son el máximo exponente de esa asociación entre pintura neoclásica francesa y revolución burguesa,
aunque ese compromiso implicara graves contradicciones.

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FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES

4 Introducción

Nació en 1746 en Fuendetodos. Sintió, ya de niño la afición por el dibujo y aprendió en el taller
del oscuro pintor José Luzán., Se casó con la hermana del pintor Francisco Bayeu y fue discípulo suyo.
En su juventud viajó a Italia y pronto se traslada a Madrid como pintor de cartones para la Real Fábrica
de Tapices. De ahí ascendió hasta el triunfo total: ser pintor real y miembro de la Academia de San
Fernando y retratista de la nobleza. Después, la Guerra de la Independencia marcó su obra. Deambuló
entre su patriotismo antifrancés y sus ideas liberales profrancesas y en la última etapa de su vida su obra
fue distinta y amarga. Se desterró voluntariamente a Burdeos y allí murió en 1828.

Desde sus primeros éxitos artísticos, que le permitieron cierta independencia, hasta su muerte, su
obra siguió una constante y positiva evolución. Cultivó todos los géneros pictóricos: la pintura mural,
con buena práctica del fresco, los temas religiosos en lienzo, los tapices, los cuadros de género o
costumbristas, el retrato, pasando por su paleta toda la corte, unos retratos psicológicos transparentando
la personalidad de los retratados. También hizo miniatura sobre marfil, dibujos al carbón, donde un
Goya totalmente libre representa las ideas que le asaltaban. También hizo grabados y litografías
catalogadas en diferentes series.

Pertenece al siglo XVIII, racionalista e ilustrado, por la primera parte de


su obra (tapicerías, retratos y dibujos) con una fuerte influencia de Velázquez.
Pero Goya también fue un romántico del siglo XIX puesto que dejó que encarnara
en él el viejo fuego español abrasador por lo místico y que se ríe con un humor
feroz. En él se dan todos los contrastes de ese momento transicional entre el
racionalismo ilustrado del Neoclasicismo y la tormenta romántica del liberal-
romanticismo. El mismo hombre que hacía resplandecer la carne de la Maja
Desnuda con la sensualidad del deseo, se convierte, al final de su vida, en el patriota fiero de los
fusilamientos del 3 de Mayo o en el solitario encantado de la Quinta del Sordo, rodeado de monstruos y
aquelarres.

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5 Evolución artística

5.1 Primer periodo: 1762-1775.

Goya llega a Madrid donde cuenta con los académicos de San Fernando, especialmente con
Mengs y Bayeú, cuya influencia se dejó notar en su obra, de gusto clasicista y académico de pincelada
viva y densa. Tras su viaje a Italia muestra una temprana tendencia hacia el realismo popular y
caricaturesco: Bóveda de la Basílica del Pilar de Zaragoza

5.2 Segundo periodo: 1775-1792.

Vuelve a Madrid y empieza a trabajar en la Real Fábrica de Tapices a las órdenes de Mengs.
Allí no pudo desarrollar su propia personalidad porque la temática de carácter costumbrista le venía
impuesta. Pero sin embargo, en este campo desarrolló su depurada técnica. Refleja una visión fresca,
agradable y sonriente de la vida popular: El quitasol, La
gallina ciega o El columpio, todos ellos resueltos con una
gran ligereza en la ejecución y un vivo colorido. De
Velázquez aprendió ahora el juego de las luces y los efectos
atmosféricos. En 1781 rompe
con Bayeu y empieza su larga
lista de retratos cortesanos:
reyes, aristócratas, intelectuales, artistas, etc.

5.3 Tercer periodo: 1792-1808.


Empieza ahora su sordera progresiva y que le marcará siempre su vida interior convirtiéndole en
un ser fantástico y visionario. Además se vió agitado por las nuevas ideas que recorrían Europa y que le

llevan hacia una actitud progresista, ultrailustrada y de crítica social. De esta época son los Caprichos
(1799) serie de grabados donde refleja lacras sociales y una personalidad atormentada. Paralelamente
pinta una serie de cuadros (no encargados sino por gusto) como El Incendio, El Naufragio, La casa de
locos, donde el capricho y la invención no tienen límites y donde la masa anónima y el dramatismo son
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los protagonistas. Pero continua a la vez su faceta oficial, retratos de cortesanos y muy en especial de
todos sus amigos, grandes figuras del pensamiento ilustrado: Moratín, Jovellanos, el Conde de
Floridablanca. Es en esta época cuando pinta la Familia de Carlos IV donde revela de modo realista
e irónico las dudosas cualidades morales y la vulgaridad humana de los retratados.

Continua en este periodo haciendo también pintura religiosa como pretexto para representar al
pueblo sin tener que sujetarse a dogmas, como en los frescos de San Antonio de la Florida. En 1801
pinta las dos Majas (quizás encargadas por Godoy), de técnica y formas refinadas y elegantes, en un
juego de curvas, luces y sombras. Aquí se nos muestra al Goya sensual, cortesano y esta vez
enamorado.

5.4 Cuarto periodo: 1808-1828.

Este periodo marcará la obra de Goya definitivamente. Fernando VI renuncia al trono español
en favor de José de Bonaparte de quien también será pintor de
cámara, y los franceses entran en territorio español. Goya,
por un lado, se muestra esperanzado por los aires renovadores
que vienen de Francia (por ejemplo la Constitución de 1812)
pero también se muestra contrario sin dudarlo a la ocupación
francesa y a los desastres de la guerra. Ahora pinta cuadros
históricos, verdaderos fotogramas de una contienda como La
lucha con los mamelucos y los Fusilamientos de la Moncloa, los dos pertenecientes a los Desastres
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de la guerra. No son lienzos narrativos sino parte del monólogo de un hombre sordo y cansado, que
durante la última parte de su vida proyectó en el populacho,
hambriento y maltratado, sus visiones de miedo y esperanza.
En los Fusilamientos predomina la sencillez técnica, la
concepción formal y el patetismo en las expresiones (su
progresivo expresionismo se hará patente en la serie de
"Pinturas negras”). Para Goya la luz es positiva, como la luz
que ilumina la razón en el pensamiento ilustrado y por eso la
luz recae en las figuras que van a ser fusiladas mientras que sus verdugos permanecen en la sombra.

A partir de 1819 se retiró a la Quinta del Sordo, una casa a orillas del Manzanares que decoró
con sus propios cuadros: todos pinturas negras como Saturno devorando a su hijo, El aquelarre,
Lucha a garrotazos, La romería de San Isidro o El coloso del miedo, pinturas que son verdaderos
precedentes del expresionismo y del surrealismo. A través de su denso ambiente, su atmósfera oscura,
su gama cromática de tonos oscuros y su concepto espacial intangible, se crea una fuerte tensión
psicológica, expresión de su lucha interna, de su mundo silencioso, de ideas liberales fracasadas, de un
ambiente por fin romántico y decrépito.

Al haberse mostrado partidario de la Constitución de 1812 y temiendo por la represión


absolutista de Fernando VII, en 1824, tras la experiencia del Trienio
Liberal, huyó a Francia afincándose en Burdeos donde todavía pintó
algunas obras como la Lechera de Burdeos, lienzo que supuso un
verdadero anticipo del Impresionismo. Murió cuatro años después.

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6 Goya y la ilustración.

Si hay siempre una interacción entre la obra de arte y la sociedad que produce ese Arte, esto en
el caso de Goya es aún más evidente. Existe la teoría, sostenida por muchos historiadores del arte, de
que Goya era un "genio lego", es decir, un genio artístico sin formación teórica. Goya sustituiría esa
formación, esa deficiencia de conocimientos, con su genialidad artística, Pero existe otra teoría, y esta
es la mayoritaria, que piensa que Goya era un erudito, lector empedernido de todo lo que se escribió en
su época. Hay pues dos interpretaciones antagónicas: el Goya sin formación v el Goya erudito.

Hoy en día hay, sin embargo, otra interpretación más afortunada: Goya estuvo siempre muy bien
relacionado. Tenía amigos ilustrados en Zaragoza, en Madrid. Eran amigos muy cultos, la élite
ilustrada de este País y Goya conversaba frecuentemente con ellos. Su círculo, pues, era ilustrado. Por
lo tanto, Goya no fue ni un erudito ni un desinformado de las ideas de su tiempo sino que se dejó influir
por las ideas de su ambiente. Por eso en su pintura se refleja perfectamente el pensamiento de la
Ilustración y no porque él buscara esas ideas sino porque se las encontró de frente, no pudo eludirlas.
No era un perfecto ilustrado pero estaba imbuido de Ilustración.

Para analizar el pensamiento ilustrado de Goya lo mejor es analizar los dibujos y los grabados de
su obra. Goya le dijo a Iriarte que en estos grabados y dibujos puede hacer realmente lo que quiere,
donde “la fantasía y la imaginación no tiene ensanche”. En las obras de encargo no podía hacer lo
que quería. Por eso el verdadero Goya está en estos dibujos y grabados y aquí Goya entronca de lleno
con el Pensamiento Ilustrado. Aquí es donde Goya toca temas como vicios, ignorancia y extravagancia
del pueblo español, o sea, el caballo de batalla de la Ilustración. De todos los círculos nobles, el de Goya
es el más intelectual, culto y abierto a las ideas europeistas. El Duque de Osuna era la familia más
importante, pero también fue íntimo de Jovellanos y las ideas agraristas de éste las expresó Goya
perfectamente en sus grabados. Fue también amigo de Leandro Fernández de Moratín, de Bernardo de
Iriarte, del que fue ministro de Carlos IV, Cabarrús, etc.

Temas como la educación, la instrucción, era vital para la Ilustración y en Los Caprichos de
Goya hay unos dibujos dedicados a la buena educación. También dedica otros a la tortura infantil, a la
tortura estatal y sobre todo a la Inquisición. Otro problema ilustrado era el trabajo, considerado
deshonroso en un país de hidalgos. La Ilustración critica esto y reivindica la dignidad de todos los
trabajos. Goya dedica una serie de cuadros a los trabajadores: El albañil herido o en la serie de las

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Cuatro estaciones con los campesinos o en el ejemplo antes citado de La lechera de Burdeos, incluso
dibuja a campesinos rebelándose y protestando con ira, y eso no significa Revolución sino Ilustración.

Goya también apoya el anticlericalismo ilustrado y critica en pintura, grabado y dibujo a la


institución que odiaba acérrimamente: la Inquisición. Pero también critica el vicio social de la
prostitución, la medicina tradicional basada en errores medievales y muchos otros defectos del pueblo
español.

Goya entendió a la perfección los defectos y las virtudes del pueblo español. Supo ver el grado
de explotación al que se le estaba. sometiendo y supo ver también con acertada premonición los peligros
de un pueblo levantado en armas, cansado de explotación. ¿Quién es ese Gigante que aparece tras las
montañas en el cuadro del Coloso del miedo?. ¿Es la representación del pueblo que sufre como nadie
los males de la guerra y la explotación sistemática.?

IV.- Conclusión

Vemos pues como esta faceta ilustrada de Goya se va


haciendo más radical y más intimista a partir de 1812. Ese
pensamiento ilustrado fue agriándose y diluyéndose en un
mundo interior más
personal. Y es que el
mismo infierno habitaba en la imaginación. del “sordo”
cuando dibujaba cruelmente las atroces mezcolanzas de los
Desastres de la guerra, las sangrientas matanzas de La
Tauromaquia, los monstruos engendrados por “El ensueño

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de la razón", que flotan demasiado reales para no ser verosímiles, demasiado horribles para no salir de
los abismos donde moran. los demonios de esta extraordinaria Comedía Diabólica, de este infernal
desfile del mal y del sufrimiento que revelan las sombrías delicias de los Caprichos.

Su encuadramiento en lo Romántico lo hace proyectarse sobre todo el siglo XIX. Goya no solo
exaltó la imaginación romántica, sino que dió una nueva pauta expresiva a los nuevos sentimientos que
nacían. Inculcó a los impresionistas el amor a la verdad de la luz y del color, a la vez que daba cauce a la
paleta impresionista en sus cuadros de Burdeos. Esta última etapa quedó truncada por la muerte cuando
estaba empezando una fase más prometedora que nunca dentro de su renovación estética.

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