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Homosexualidad en El Cine

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Homosexualidad en el cine

La homosexualidad en el cine ha sido retratada de maneras muy diversas dependiendo de


la época, del país, o de la mirada personal del director. Se ha reflejado en comedias, cine
experimental, de terror, histórico, policiaco, de denuncia social, biográfico o deserie B.

A lo largo de la historia del cine ha habido una considerable evolución en la forma de enfocar
esta temática; desde la visión negativa que se ha reflejado durante buena parte del siglo XX,
bien retratando a los homosexuales con sorna - a menudo cayendo en el estereotipo del
amaneramiento -, o bien como asesinos despiadados o perturbados suicidas; hasta muchas
películas actuales dirigidas casi exclusivamente a los públicos LGBT y que cuentan con
numerosos festivales de esta temática en todo el mundo. Gran parte de estas películas
actuales muestran lo difícil que es “salir del armario” y proyectan al espectador la realidad en
la que los homosexuales se encuentran. Sin embargo, ese cambio ya se había producido en el
cine europeo con anterioridad.

Se puede diferenciar entre el Cine de temática LGBT, cuya temática gira en torno a
personajes homosexuales y sus relaciones con el resto, y las películas en las que uno de los
personajes es LGBT y tiene un papel secundario, o bien su sexualidad no influye en la trama
de la película. Gran número de estos filmes se han centrado en
la homosexualidad y bisexualidad masculinas, mientras que las femeninas y
la transexualidad se han abordado menos frecuentemente.
Greta Garbo, icono lésbico.

Índice

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 1 Cine de Hollywood
o 1.1 Cine mudo
o 1.2 Cine clásico: Desde los años 30 a los 60
o 1.3 Cine contemporáneo: A partir de los 70
 2 Cine independiente y de género estadounidense
 3 La homosexualidad en el cine europeo
o 3.1 Cine alemán
o 3.2 Cine británico
o 3.3 Cine francés
o 3.4 Cine italiano
o 3.5 Cine español
o 3.6 Resto de Europa
 4 Cine latinoamericano
o 4.1 Cine mexicano
 5 Cine asiático
 6 Cine del resto del mundo
 7 Cine pornográfico
o 7.1 Homosexualidad en el primer cine pornográfico
 8 Véase también
 9 Referencias

Cine de Hollywood[editar]
Partiendo de la película muda Lot in Sodom (Estados Unidos, 1933) que trataba a los
homosexuales/gays como depravados sátiros ávidos de sexo, no sería hasta el siglo XXI que
con la película Brokeback Mountain (2005) de Ang Lee se presentase al gran público a los
homosexuales como hombres "comunes", con aspecto tradicionalmente masculino y sin
ningún tipo de patología que justificase la presencia del propio personaje en el film.
Cine mudo[editar]
La homosexualidad ha estado presente en el cine desde el principio de su historia. Una de las
primeras escenas homosexuales que se conserva procede de un ensayo experimental
de Thomas Edison de 1895, donde se puede ver a dos hombres bailando juntos mientras otro
toca el violín, aunque no tenía precisamente esa intencionalidad.

Ya en las primeras películas comerciales, la homosexualidad era contemplada de forma


humorística, empleando frecuentemente a los personajes homosexuales para hacer gags. Así,
en una escena de The Florida Enchantament (1914), se puede ver a dos mujeres que dejan a
sus parejas de baile para bailar juntas, lo que provoca que los dos hombres rechazados
también bailen juntos. Durante este periodo se retrataba a los hombres homosexuales de
forma estereotipada, exagerando el afeminamiento para que un público popular pudiera
distinguir sin necesidad de palabras a los personajes gays. Sirva como ejemplo una escena de
la película de Charles Chaplin, Detrás de la pantalla (1916), donde Chaplin besa a una mujer
vestida de hombre conociendo su verdadero sexo, mientras otro hombre que lo ve comienza a
revolotear alrededor de ellos de forma manifiestamente afeminada para captar su atención, y
Chaplin lo aparta de la escena con una patada en el culo.
Cine clásico: Desde los años 30 a los 60[editar]

Marlene Dietrich en la películaMarruecos (1930).

En el cine mudo ya había aparecido la figura del sissy (mariquita en inglés) en las películas
de Hollywood, pero fue tras la llegada del sonoro cuando gozó de mayor popularidad. A pesar
de que nunca se hacía mención a las preferencias sexuales o afectivas de estos personajes,
la audiencia los podía identificar fácilmente como homosexuales por reflejar los clichés
existentes en la sociedad hacia ellos. Éstos consistían en retratarlos como personajes
extremadamente amanerados, remilgados, con delgados bigotes y a menudo grotescamente
maquillados. Los sissys resultaban divertidos a los espectadores, ya que en comparación con
ellos, los hombres podían sentirse más masculinos y las mujeres más femeninas. Algunas de
las películas que incluían sissys entre sus personajes fueron La melodía de Broadway (1929),
Our Betters (1932), La alegre divorciada (1934) o Myrt and Marge (1934).

Durante esta época se daba una paradoja al comparar la reacción que generaban los hombres
caracterizados con ropas o actitudes consideradas femeninas y las mujeres que asumían un
rol masculino. Mientras los primeros eran objeto de chistes y situaciones cómicas, las
segundas eran consideradas atractivas tanto por hombres como por mujeres. Esta reacción se
puede comprobar en el film Marruecos (Josef von Sternberg, 1930), donde Marlene Dietrichse
viste con un esmoquin de hombre en un club nocturno y es aplaudida por todos los asistentes
cuando da un beso en la boca a otra mujer. Otra película con guiños al lesbianismo fue La
reina Cristina de Suecia (1933), donde a pesar de que se cambió la historia para no hacer
alusión directa a la homosexualidad de dicha monarca, se mostraba la estrecha amistad que
le unía a una de sus sirvientas. Su actriz protagonista, Greta Garbo, junto a la
mencionada Marlene Dietrich se convirtieron en los dos iconos lésbicos por excelencia de la
historia del cine.

En los años 30, la Iglesia Católica y ciertas ramas protestantes, a través de la Legión para la
decencia y de la Liga de mujeres amenazaron con promover boicots por el contenido de
algunas películas que ellos consideraban indecentes y poco ejemplares para la sociedad. Para
frenar estas presiones, la industria de Hollywood dio el visto bueno al Código Hays ideado por
Bill Hays, cuyo objetivo era censurar todos los temas considerados indecentes. Entre ellos, se
encontraban los desnudos, los besos demasiado ardorosos, el aborto, la prostitución o las
perversiones sexuales, entre las que se incluyó como tal a la homosexualidad.

Durante casi tres décadas, la censura estuvo autorizada a cambiar todos los diálogos,
escenas, personajes o tramas que no concordaran con los principios del código: Así en Días
sin huella (1945) las dudas que su protagonista tiene acerca de su sexualidad que están
presentes en la novela en la que se basa, se silencian en la película. Encrucijada de odios
(1947) basada en un libro que trataba sobre unos asesinatos de homosexuales, se convirtió
en una película sobre asesinatos de judíos.

La nueva censura prohibió cualquier referencia explícita a la homosexualidad, pero no


consiguió eliminarlas del todo. Aunque la mayor diferencia con el periodo anterior radicaba en
que los homosexuales dejaron de ser un elemento cómico para asumir el papel de villanos,
más acorde con el concepto de homosexualidad que el Código Hays quería transmitir a la
sociedad. Películas como La hija de Drácula (James Whale, 1933), Rebeca (Alfred Hitchcock,
1940), o más tarde, Sin remisión (John Cromwell, 1950) mostraban a lesbianas capaces de
perseguir sus objetivos sin ningún escrúpulo, mientras en Young Man with a
Horn (1950) Lauren Bacall interpretaba a una mujer bisexual que vive una vida autodestructiva
y desordenada. También en el film La soga (Alfred Hitchcock, 1948), dos jóvenes unidos por
una sugerida relación amorosa asesinan a un compañero de estudios.

Al no poder hacerse alusión directa a la homosexualidad, ésta debía insinuarse por medio de
guiños para que el público pudiera identificarlos fácilmente con ella. Así, en El halcón maltés
(1941), el personaje interpretado por Peter Lorre, que en la novela original es gay, es
presentado a Bogart resaltando que se perfuma con gardenia mientras suena una música
femenina, y el personaje hace gestos con el mango del bastón, apoyándolo en la comisura de
su boca.

También el western contó con filmes donde se insinuaba la homosexualidad como ciertas
escenas entre Montgomery Clift y John Ireland en la película dirigida por Howard Hawks: Río
rojo (1948), en una escena en la que comparan sus pistolas y la puntería de éstas cuando
disparan, o el lesbianismo velado de las protagonistas de Juanita Calamidad (1953) y Johnny
Guitar (1954).

La forma en que Hollywood y la sociedad americana de los 50 percibían a los gays quedó
retratada en el largometraje Té y simpatía (1956) de (Vincente Minnelli, en el que una familia
bien situada socialmente intentan corregir el afeminamiento de su hijo para acallar los rumores
sobre su homosexualidad.

La película La gata sobre el tejado de zinc fue censurada para disimular la homosexualidad del protagonista
mostrada en la obra teatral.

A finales de los años 50 comenzaron a insinuarse relaciones sexuales entre personas del
mismo sexo en algunas películas, y fue entonces cuando la censura empezó a funcionar de
forma más notoria. Films como Ben-Hur(William Wyler, 1959) pudieron sortearla gracias al
tratamiento casi subliminal de la relación gay que sugiere la película. Según el escritor y
guionista de dicha cinta, Gore Vidal en el documental El celuloide oculto, la trama giraba
alrededor de la relación homosexual que mantuvieron los dos personajes principales durante
su adolescencia que en el film es tratada como una amistad. No ocurrió lo mismo
con Espartaco (Stanley Kubrick, 1960), cinta en la que la censura eliminó una escena en la
que se podía ver al esclavo Tony Curtis bañar a su amo Laurence Olivier mientras ambos
personajes hablan veladamente de su homosexualidad, aludiendo al gusto entre ostras o
caracoles. También La gata sobre el tejado de zinc (Richard Brooks, 1958) y De repente el
último verano (Joseph L. Mankiewicz, 1959), ambas películas basadas en obras teatrales
de Tennessee Williamsfueron censuradas para que la homosexualidad de sus protagonistas
no se mostrara de manera directa, aunque sutilmente pudo verse retratada.

Nunca en mi vida había visto tanta censura, cortaron y cortaron La gata sobre el tejado de cinc. No
era posible que Brick (Paul Newman) hubiese tenido algún tipo de deseo sexual por su amigo.
Para cualquiera en la longitud de onda correcta, estaba claro lo que estábamos haciendo, pero
simplemente no podíamos usar la palabra (homosexual). Choqué de frente con esto en De repente
el último verano. Cuando empezamos a cortar la película, no tenía ningún sentido. Era como
trabajar para el Kremlin, como escribir para Pravda, aprendías a escribir o a rodar entre líneas. Lo
hacíamos con una toma de la cara de Katharine Hepburn, mientras Elizabeth Taylor le está
explicando, acercándose más y más a la verdad que la ‘’Liga para la decencia’’ no nos permitía
decir. Gore Vidal en El celuloide oculto

En La calumnia (1961) no se menciona el término lesbianismo aunque queda claro que es motivo del rumor
que desencadena la trama. En el letrero «¿Puede un feo rumor destruir lo que es bello?».

Al inicio de la década de los 1960 la censura se había relajado y el código Hays había dejado
de aplicarse gradualmente para la mayoría de las situaciones que contemplaba, pero aún
quedaba por derribar el último tabú, la homosexualidad. Los realizadores, cansados de las
limitaciones comenzaron a rodar películas que claramente trataban sobre lesbianas y gays,
pero siempre bajo el prototipo que debía acompañar a estos personajes: debían llevar una
vida atormentada que culminara con un final trágico, bien a través de una muerte violenta o
bien suicidándose. Algunos ejemplos son el personaje deSal Mineo en Rebelde sin
causa (Nicholas Ray, 1956), La gata negra (Edward Dmytryk, 1962), o Tempestad sobre
Washington (Otto Preminger, 1962), film en el que un senador es chantajeado a causa de su
homosexualidad. También en La calumnia (William Wyler, 1962) el personaje interpretado
por Shirley MacLaine vive atormentado por haberse enamorado de Audrey Hepburn y
finalmente acaba suicidándose.

A finales de la década de los 60, la palabra homosexual ya era utilizada habitualmente sin
tapujos en algunas películas, aunque éstas aún incidían en la visión truculenta de la vida de
lesbianas y gays. El detective (Gordon Douglas 1968) cuenta la historia de un detective que no
asume su condición sexual y en La zorra (Mark Rydell, 1968) un hombre se interpone en una
pareja de dos mujeres lesbianas y logra convertir a una de ellas en heterosexual, mientras la
otra muere aplastada por un árbol.

En 1969 Stanley Donen rodó una atrevida tragicomedia de temática gay: La escalera. Richard
Burton y Rex Harrison encarnaban a una pareja de peluqueros homosexuales, envueltos en
situaciones desagradables al ser acusados de escándalo a la moral. Esta película no pudo
estrenarse en España hasta 1976 y tuvo limitada difusión, en parte entorpecida por la viuda de
Burton; en 2011 ha sido recuperada [1].
Cine contemporáneo: A partir de los 70[editar]
A principios de los 70 se rodaron las primeras películas que indicaban una pequeña evolución
en la relación entre la industria cinematográfica y la homosexualidad, justo cuando
el movimiento LGBT estaba dando sus primeros pasos. Los chicos de la banda (1970)
de William Friedkin fue el primer film gay con final no-trágico producido en Hollywood, aunque
su visión estereotipada de los gays no fue bien recibida entre los activistas LGBT. La película
muestra a un grupo de gays en el que prima la amistad y la camaradería, pese a que en
momentos del metraje algunos personajes reflexionan acerca de su condición sexual con
cierta autocompasión. La cinta Cabaret (1972) dirigida por (Bob Fosse) dio un paso más al
mostrar a Michael York como un gay sensato y sin sentimientos de culpa hacia su sexualidad.

A pesar de estas excepciones y de poderse mostrar libremente la homosexualidad, películas


como Punto límite: cero (1971) y Una extraña pareja de polis (1974) retoman el viejo
estereotipo de delincuentes gays que finalmente son ajusticiados por el héroe heterosexual.

Cruzado ya el umbral de los 80, películas como Ventanas (1980), El fa] (1981) y A la caza,
(1980) insistían en la visión de lesbianas y gays como asesinos dementes y sin escrúpulos.
Esta última película, cuyo argumento trataba sobre un asesino en serie que localizaba a sus
víctimas en lugares de ambiente leather, logró algo inédito hasta entonces: los homosexuales,
cansados de ver cómo el cine de Hollywood seguía retratándoles de forma negativa, y
conscientes de la influencia de éste en el imaginario colectivo de la sociedad, organizaron
protestas masivas por varias ciudades norteamericanas con el objetivo de detener su
distribución. Finalmente la película A la caza fue retirada de las pantallas y las
manifestaciones sirvieron para que la industria del cine tomara conciencia del hartazgo del
colectivo LGBT respecto a la mala imagen que el cine daba de ellos. Para "arreglarlo",
en 1982, se estrenaría la comedia policíaca Algo más que colegas (1982), interpretada
por Ryan O'Neal y John Hurt. En 1986 fue lanzada Parting Glances, la primera película del
actor Steve Buscemi, quien interpreta a un músico homosexual portador del virus del sida.
Esta fue la primera producción en abordar completamente esta temática, varios años antes
que películas posteriores más conocidas como And the Band Played On y Filadelfia.

Hubo una época de censura increíble, no de imágenes positivas de gays y lesbianas, sino de
imágenes reales de gays y lesbianas. Los gays y las lesbianas han vivido haciendo frente al
ostracismo, amando y sobreviviendo. Hay muchas historias heroicas reales.

Jan Oxemberg, directora de cine.

A partir de este momento el cine dirigido al gran público de Hollywood comenzó a producir
películas que trataban con respeto a los homosexuales. Las pioneras fueron dos, ambas
rodadas en 1982, Su otro amor (Arthur Hiller), que retrataba una relación entre dos hombres
y Personal Best (Robert Towne), que giraba en torno al amor entre mujeres. En la primera, un
médico casado experimenta una crisis en su sexualidad e inicia una historia de amor con un
escritor gay interpretado por Harry Hamlin. La segunda de ellas narra el enamoramiento de
dos atletas de élite interpretadas por Mariel Hemingway y Patrice Donnelly que se ve truncado
al iniciar una de ellas una relación heterosexual.

En esta época y hasta principios de los 90, Hollywood produjo varias películas en las que los
personajes y las relaciones homosexuales, especialmente lésbicas, se representaron de forma
diversa. Si en Silkwood (Mike Nichols, 1983) el personaje interpretado porCher vive su
homosexualidad abiertamente, en otras películas como El color púrpura (Steven Spielberg,
1985), Tomates verdes fritos (John Avnet, 1991) o El silencio de los corderos (Jonathan
Demme, 1991) los personajes lésbicos no se muestran como tal en comparación a las novelas
en las que se basan. Otra representación del lesbianismo en este periodo se encuentra
en Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992), con la que se repitieron las manifestaciones de las
asociaciones LGBT estadounidenses por presentar el personaje homosexual encarnado
por Sharon Stone como una asesina. También la profunda amistad entre las protagonistas
de Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991) ha sido interpretada a menudo como una relación
lésbica.

La película de 1993 Filadelfia fue la segunda de gran presupuesto y actores famosos en


abordar el tema del sida (tras And the Band Played On) en Estados Unidos, ý también marcó
un cambio a principios de la década de 1990 en las películas de Hollywood relacionado con la
representación más realista de los homosexuales. Sin embargo, el hecho de que los
personajes de Tom Hanks y Antonio Banderas no intercambiaran muestras de afecto típicas
de una relación, como los besos, y la ausencia de mujeres homosexuales atrajo revisiones
desfavorables de algunos críticos de cine LGBT. En una entrevista del documental de
1996 The Celluloid Closet, Hanks señaló que algunas escenas en las que se mostraba más
afecto entre él y Banderas fueron descartadas, incluyendo una escena de ambos en la cama
juntos (la edición DVD de esta película sí incluye esta escena). La película ganó el Oscar al
Mejor Actor protagonista (Tom Hanks) y a la mejor canción (Bruce Springsteen por Streets of
Philadelphia). La película estaba parcialmente inspirada en la historia de Geoffrey Bowers, un
abogado que en 1987 demandó a la firma legal Baker & McKenzie por despido improcedente
en uno de los primeros casos de discriminación por sida.

Desde mediados de 1990 la industria norteamericana presenta una línea de comedias que
abordan la homosexualidad como argumento central o secundario, con personajes amables y
positivos. El banquete de bodas (1993), dirigida por Ang Lee, empleaba la estructura de
comedia de enredo al estilo de George Cukor en la que uno de los miembros de una feliz
pareja homosexual se casa con una chica, con la complicidad de su auténtica pareja, para
guardar las apariencias antes sus tradicionales padres. Una estructura similar emplea In &
Out (1997), dirigida por Frank Oz y protagonizada por Kevin Kline, Tom Selleck y Matt Dillon.
En esta ocasión un profesor de literatura ve expuesta su, hasta entonces oculta,
homosexualidad a raíz de la confesión de un antiguo alumno, actor célebre, durante la entrega
de un premio por televisión. La boda de mi mejor amigo (1997), dirigida por P. J. Hogan y
encabezada por Julia Roberts y Cameron Diaz, es una alocada comedia en la que el
personaje gay de Rupert Everett apoya a su amiga en una farsa para ayudarla a conquistar a
un chico que está enamorado de otra. Otro ejemplo lo encarna Mejor... imposible (1997),
dirigida por James L. Brooks en el que el huraño escritor encarnado por Jack Nicholson,
enamorado de una camarera Helen Hunt, aprovecha un percance sufrido por su vecino, un
artista homosexual Greg Kinnear, como excusa para cortejarla. A Wong Foo, gracias por todo
Julie Newmar (1995), se benefició de su reparto Patrick Swayze, John Leguizamo y Wesley
Snipes, para contar las aventuras de un grupo de drag queens en un viaje por pueblos del
interior de Estados Unidos. En clave juvenil figura Persiguiendo a Amy (1997), dirigida
por Kevin Smith e interpretada por Ben Affleck y Jason Lee dos amigos dibujantes de cómic,
uno de los cuales se enamora de una dibujante lesbiana Joey Lauren Adams, aunque a pesar
del shock inicial decide seguir con su incipiente amistad. En la película American
Beauty (1999) de Sam Mendes, ganadora de cinco premios Oscar, también se toca el tema de
la homosexualidad.
En los Premios Óscar de 2006 recibieron nominaciones 3 películas con temática
LGBT: Brokeback Mountain (8 nominaciones y 3 premios), Transamérica (2
nominaciones), Capote (5 nominaciones, ganado premio al mejor actor). Y en 2008 Sean
Penn obtuvo el Oscar al mejor actor por su interpretación en la película Milk, basada en la
biografía del político gay Harvey Milk.

Cine independiente y de género estadounidense[editar]


La principal diferencia entre la industria de Hollywood y las productoras de cine
independiente y al tratar el tema de la homosexualidad radicaba en que éstos últimos lo
hacían sin juzgar la sexualidad de los personajes. Este periodo está definido por la producción
cinematográfica del cine de explotación que se enfocaba a presentar diversas temáticas
lascivas de la ficción de explotación como el crimen, el sexo, la violencia y las drogas. Tiene
su origen en el cine cautionary de los 30's en el que se mostraban diversas temáticas como el
consumo de drogas, el mestizaje, la promiscuidad, la homosexualidad, el aborto y
la fornicación para prevenir a la audiencia, a pesar de ello, constantemente introducían ideas
erróneas y gozaban de alta popularidad hasta su erradicación en la estipulación del Código
Hays. En la época dorada del cine de explotación entre los 60's y 70's se popularizó la
estética camp del afeminamiento y la cultura closet anterior a los disturbios de Stonewall que
involucraba referencias notables a la homosexualidad y lasidentidades transgénero como
el drag.1

Una de las primeras películas sobre travestismo que se rodaron al margen de la industria de
Hollywood fue la producción de serie B Glen o Glenda (1953), dirigida y protagonizada por Ed
Wood, quien basó su argumento en su propia vida y en la de Christine Jorgenson, uno de los
primeros transexuales que cambió de sexo.2 Otro director tan iconoclasta como Wood
fue Kenneth Anger, realizador que influyó considerablemente en el cine moderno y en cuyas
películas, incluyendo la más famosa, Scorpio Rising (1963), tenían cabida el fetichismo gay,
el ocultismo y drogas.
Promocional del sexploitationlésbico Chained Girls (1968).

Durante la segunda mitad de los 60, el director Paul Morrissey con la producción de Andy
Warhol, rodó en la Factory numerosas películas experimentales que trataban la
homosexualidad y la transexualidad sin reparos. Entre ellas destacan Lonesome
Cowboys (1968), un western ambientado en un pueblo habitado únicamente por hombres, y
especialmente la trilogía Flesh compuesta por Flesh (1968), Trash (1970) y Heat (1972),
películas que fueron pioneras en mostrar el cuerpo masculino como objeto erótico y que
convirtieron al actor Joe Dallesandro en un símbolo sexual gay.

Películas como las de Warhol y Morrissey y el auge de la contracultura de los años 60


posibilitaron el nacimiento del cine underground de la década posterior, género en el que se
encuadran varias directoras cuyo cine se caracterizó por abordar el lesbianismo desde una
postura política y feminista. La primera en hacerlo fue la realizadora Barbara Hammer, quien
desde 1968 ha rodado numerosas películas experimentales de esta temática, de la que es
considerada la pionera. Hammer ha tratado el erotismo lésbico y ha representado el cuerpo
femenino sin tabúes en películas como Dyketactics (1974), Menses (1974) y Multiple
Orgasm (1976). Otra de las representantes importantes del cine feminsta lésbico ha sido Jan
Oxenberg, cuyas películas han criticado tanto los estereotipos culturales heterosexuales como
los homosexuales empleando para ello un particular sentido del humor que a veces ha
levantado cierta controversia. El trabajo de Hammer y Oxenberg ha influido a varias directoras
que han profundizado en esta representación militante del lesbianismo, opuesta a la que
tradicionalmente ha ofrecido la cultura dominante. Algunas de ellas han sido Greta Scchiller,
Su Friedrich y Lizzie Borden.

También durante los años 70, John Waters se convirtió en un referente básico en el cine
independiente y en un cineasta de culto gracias a sus comedias groseras, satíricas e
irreverentes. La homosexualidad, el travestismo y lo camp están presentes en todas sus
películas, muchas de las cuales fueron protagonizadas por su compañero sentimental, el drag
queen Divine. Su película más emblemática fue Pink Flamingos (1972), en la que la familia de
Divine compite con otra por ser la familia más repulsiva del mundo, seguida por otros trabajos
notables como Polyester (1981) y Hairspray (1988).

Aunque si bien durante la década de los ochenta y mediados de los noventa, la industria de
cine independiente trataba el tema desde un punto de vista dramático, nunca se hizo desde un
punto de vista moral. De esta época, destacan películas como Compañeros
inseparables (Norman Rene, 1990) o Fiesta de despedida (Randal Kleiser, 1996). Pocas
películas se desprendieron en aquella época del dramatismo: una de las primeras en hacerlo
fueDesert Hearts en 1985, una película de temática lésbica (la primera dirigida por una mujer)
en la que ambas protagonistas disfrutaban de un final feliz.

A principios de los 90 la corriente denominada New queer cinema, a través de su enfoque


radical de la homosexualidad, desafió tanto al cine convencional como a los activistas LGBT,
quienes tras décadas de esteretipos negativos en el cine sobre lesbianas y gays, comenzaban
a pedir que las películas dieran una buena imagen de estos colectivos. Los dos filmes
precursores el movimiento fueron Mala noche (Gus Van Sant, 1985) y Miradas en la
despedida (Bill Sherwood, 1986), una de las primeras producciones que abordaron el sida en
el cine, siendo las más representativas Mi Idaho privado (Gus Van Sant, 1991), Poison (Todd
Haynes, 1991), Swoon (Tom Kalin, 1991), Totally F***ed Up (Gregg Araki, 1993) y Go
Fish (Rose Troche, 1994), película esta última que mostraba la vida de un grupo de amigas
lesbianas y que obtuvo grandes elogios por parte de la crítica. Según el crítico Diego
Tretorola, en una película queer la homosexualidad es menos una práctica estabilizada, es
decir un hábito social, que una performance, una acción que no puede ser repetida ni
consumida. En estas películas, la sexualidad en general no está representada necesariamente
por imágenes digeribles y aceptables. Su sola presencia tiene un valor crítico que
desestabiliza los cánones tradicionalistas.

Esta visión de la homosexualidad alejada de las convenciones sociales establecidas también


está presente en otras películas independientes posteriores al New queer cinema, como Yo
disparé a Andy Warhol (Mary Harron, 1995), basada en la vida de la feminista radical Valerie
Solanas; Boys Don't Cry (Kimberly Pierce, 1999), en la que se relata la historia real
de Brandon Teena, una mujer joven que desea ser un hombre y que es asesinada por
homofobia; o los filmes dirigidos por John Cameron Mitchell.

Algunos de los recuperadores del cine clásico en los años 90 hacen guiños a la forma de
retratar la homosexualidad en las películas de aquellos años. En la cinta de 1990 de los
hermanos Coen, Muerte entre las flores, existe un inquietante y velado triángulo amoroso
entre los gángsters interpretados por John Turturro, Steve Buscemi y J.E. Freeman, aunque
jamás se dice la palabra "homosexual" claramente.

También se han filmado comedias románticas sin esa carga dramática, tratando la temática
LGBT desde el punto de vista de la cotidiano: Tres formas de amar
(1994); Jeffrey (1995); Persiguiendo a Amy (1997); Bésame Guido(1997); Trick (1999); El Club
de los Corazones Rotos (2000); Eating Out (2004) (y secuelas posteriores: Sloopy Seconds de
2006; All you can eat de 2009 y Drama Camp de 2011); ¡Salvados! (2004); La otra
pareja (2001), Brokeback Mountain (2005), entre muchas otras. Como película inclasificable,
hay que mencionar Las cadenas del deseo (1992), en la que una serie de historias y
personajes se unen entre sí por el "deseo".

 Cine de "vampiros homosexuales": Lemora, un cuento sobrenatural (1973), cinta en el que


la imponente e inquietante Lemora seduce a la angelical Lila Lee. No puede olvidarse
hacer referencia al inclasificable e imprescindible musical gamberro The Rocky Horror
Picture Show (1975), que combina de forma magistral y divertida el transformismo;
el Rock & Roll; la homosexualidad y las primeras relaciones sexuales de los protagonistas.
Todo aderezado con unos efectos especiales que serían los utilizados en series
televisivas como "Los Power Rangers".
 Queer horror: Dentro de lo que es el cine de terror cabe destacar Hellbent (2004), cuyos
creadores se jactan de haber creado la primera película de género slasher dentro de lo
que es el cine de temática homosexual,

La homosexualidad en el cine europeo[editar]


El actor debutante Nils Asther observando fotos de las escenas de 'Vingarne.

En Europa al igual que en el cine independiente norteamericano, se rodaron películas de


temática homosexual que tampoco entraban dentro de lo que era la "moralidad" imperante y
trataron el tema desde el punto de vista normalizado y cotidiano mucho antes que en
Hollywood.

La primera película en el mundo que trató una relación homosexual como tema principal de su
guion fue la sueca Vingarne (las alas) de 1916.

En 1967 se estrena la película El baile de los vampiros de Roman Polanski, una comedia
negra en la que su protagonista es perseguido por un vampiro homosexual práctiamente
desquiciado, que logró gran éxito. Otros títulos europeos que destacaron internacionalmente
fueron: Querelle (1982); Juego de lágrimas (1992); Eduardo II (1991); El hombre deseado
(1994), Beautiful Thing (1996) , Krámpack (2000) o Tormenta de Verano (2004)
Cine alemán[editar]
Durante los primeros años de la historia del cine, Alemania fue el país más prolífico en retratar
a los homosexuales. Desde el fin de la Primera Guerra Mundial hasta la llegada de Hitler al
poder, fue frecuente que muchas películas alemanas hicieran alusiones a la homosexualidad,
e incluso que ésta fuera su trama principal. También se filmaron decenas de documentales y
cortometrajes que intentaban combatir el desprecio hacia los homosexuales, muchos de ellos
producidos por el Instituto de Ciencias Sexuales, creado por el pionero del activismo
gay Magnus Hirschfeld.
Cartel de la película de 1999 Distinto a los demás.

Uno de los films en los que se involucró Hirschfeld fue Distinto a los demás (Richard Oswald,
1919), cinta que gira en torno a un músico gay que es extorsionado por su condición sexual.
La película toma posición en contra del artículo 175 del Código Penal alemán, que condenaba
la homosexualidad con la cárcel. Posteriormente, fue prohibida y quemada, y permaneció en
el olvido hasta que en 1979 se encontró en Ucrania la mayor parte del film. En 1924 se
rodó Mikaël (Carl Theodor Dreyer) basada en la misma historia que la película sueca Las
alas (Mauritz Stiller, 1916). Otra cinta destacada del periodo fue Sexo encadenado (Wilhelm
Dieterle, 1928), que relata el amor entre dos prisioneros de una cárcel alemana.

La homosexualidad femenina también fue reflejada en varios films; Tanto en Zapatas


Bande (Urban Gad, 1914) como en No quisiera ser un hombre (Ernst Lubitsch, 1918), se
insinuaron coqueteos entre dos mujeres, una de ellas caracterizada con ropas de hombre, que
terminan en cuanto se descubre el verdadero género de ésta última.

En 1928 se filmó La caja de pandora (Georg Wilhelm Pabst), un clásico del cine mudo en el
que se cuenta la historia de una prostituta llamada Lulu. En la película también aparece el
personaje de la condesa Geschwitz, que corteja a la protagonista, personaje que fue acortado
notablemente en comparación con la obra de teatro en la que se basa.

Ya llegado el cine sonoro, se estrenó la primera película abiertamente lésbica de la historia del
cine, Mädchen in Uniform (Muchachas de uniforme, Leontine Sagan, 1931), basada en una
pieza teatral de Christa Winsloe y cuya trama transcurre en un internado femenino en el que
una alumna se enamora de una profesora. La muchacha encuentra una severa oposición a su
amor en la directora del colegio, que lo considera un escándalo. El film, además de ser un
alegato en favor del amor entre mujeres, también contiene críticas directas al por entonces
incipiente nacionalsocialismo alemán. Dos años más tarde se filmaría Anna y Elisabeth (Frank
Wysbar, 1933) con las mismas actrices protagonistas de Madchen in Uniform, que muestra la
intensa relación existente entre dos mujeres jóvenes, una de ellas parapléjica, aunque esta
vez sin el subtexto erótico de la anterior. En el mismo año se rodó Victor o Victoria(Reinhold
Schünzel, 1933), película en la que destaca la subversión de los géneros sexuales al mostrar
a una joven que para salir de la pobreza, se hace pasar un hombre que a su vez debe
representar a una mujer en un espectáculo de cabaret. Caracterizada con aspecto masculino,
intentará captar la atención de un hombre heterosexual.

Tras la instauración del Tercer Reich, la mayoría de estas películas fueron prohibidas,
comenzando así en el cine alemán una etapa de silencio respecto a la homosexualidad que
duraría hasta finales de los años 50.

Ya en los años 60, el representante más recordado del Nuevo cine alemán, Rainer Werner
Fassbinder logró encontrar un lenguaje propio para mostrar la homosexualidad, poniendo gran
énfasis en las relaciones de dominación/sumisión en las que uno de los miembros de la pareja
explota interesadamente al otro, intentando de esta forma equiparar la explotación sexual a la
opresión en la sociedad capitalista. Prueba de ello son las relaciones lésbicas que narra
en Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972) y la relación entre dos hombres
homosexuales de diferente clase social en La ley del más fuerte (1974), película
protagonizada por él mismo. Otra de sus películas, la póstuma Querelle, era una adaptación
de la novela homónima de Jean Genet que incluía escenas con un fuerte contenido sexual
protagonizadas por el actor Brad Davis, ya convertido en un símbolo homoerótico.

Dentro del mismo movimiento cinematográfico alemán se encuadran las películas del
controvertido Rosa von Praunheim, quien adoptó su nombre artístico en referencia al Rosa
Winkel, el triángulo rosa que los homosexuales debían llevar en los campos de
concentración nazis. Von Praunheim ha compaginado la política y el activismo LGBT con su
labor como cineasta en la que a lo largo de su prolífica filmografía se ha servido de la
estética camp y de la cultura pop para denunciar la discriminación sexual y criticar la cultura
gay oficial. Su carrera comenzó criticando los ambientes gays más promiscuos con la cinta No
es perverso ser homosexual, perverso es el contexto (1970), continuando hasta llegar a rodar
más de 50 películas, en las que ha abordado desde la biografía de Magnus Hirschfield en Der
Einstein des Sex hasta el drama del sida.

Otro cineasta alemán que ha tratado la homosexualidad masculina fue Frank Ripploh, cuyo
primer film, el explícito Taxi zum Klo (1981), en el que se basaba en sus fantasías y
escapadas sexuales, obtuvo cierta relevancia internacionalmente. Por su parte, Wolfrang
Peterson también fue aclamado en todo el mundo por sus películas Die Konsequenz (1977)
y Das Boot (1981) antes de trasladarse a Hollywood para filmar sus películas.

La directora Ulrike Ottinger se covirtió en una figura de culto dentro del cine lésbico con sus
vanguardistas y estilizadas películas Laokoon and Söhne (1975) y Madame X: Eine Absolute
Herrscherin (1978), en las que la sexualidad de sus personajes femeninos está sugerida, pero
siempre presente. La sexualidad lesbiana más transgresora, especialmente el
sadomasoquismo, ha sido explorada por la cineasta Monica Treut en sus películas y
documentales. En su filmografía se encuentran títulos como Bondage (1983), Female
Misbehavior (1993) o Max (1992), documental en el que refleja el paso de mujer a hombre de
un transexual masculino.
Cine británico[editar]
La película Víctima (Basil Dearden, 1961), además de haber sido la película pionera en
abordar la temática en el Reino Unido, también fue la primera en emplear la
palabra homosexual. Al igual que otras producciones de la misma década, tomó como
referencia a la película alemana muda Diferente de los otros para contar la historia de un
hombre chantajeado por su condición de gay. El filme estuvo rodeado de polémica desde
antes de su rodaje, ya que en esa fecha la homosexualidad aún era delito en el Reino Unido y
un hecho estigmatizante en la sociedad, lo que explica la negativa de muchos actores a
participar en él. Finalmente fue el actor gay Dirk Bogarde quien se atrevió a protagonizarla, a
pesar de que en esa época aún no había reconocido públicamente su sexualidad.

Los últimos 50 y los primeros 60 también fueron el periodo del apogeo del Free Cinema y de
los Jóvenes airados, muchos de cuyos integrantes eran homosexuales o bisexuales. Uno de
los más importantes fue Tony Richardson, quien firmó varias obras en las que si bien no se
daba una presencia protagónica a la homosexualidad, ésta estaba presente. En una de sus
películas más recordadas, Mirar hacia atrás con ira (1958), narraba el declive de una relación
heterosexual en la que uno de los personajes principales era gay aunque no se hiciera
mención a ello durante el metraje.

En su siguiente película, Un sabor a miel, mostró la convivencia entre una joven y su


compañero de piso homosexual. El film La habitación en forma de L (Bryan Forbes, 1962)
también fue uno de los primeros en contar con una lesbiana y un gay entre sus personajes.

Un año después de la descatolagación de la homosexualidad como delito en el Código Penal


británico, se estrenó la primera película sobre lesbianismo rodada en ese país, El asesinato de
la hermana George (Robert Aldrich, 1968), que provocó controversia en el público mayoritario
debido a su temática. También generó reacciones encontradas entre la comunidad
homosexual, ya que por una parte presentaba a la pareja de lesbianas protagonista como
ambiciosas, infieles y obsesionadas con el sexo, y por otra fue una película pionera en su
época al tratarse de mujeres seguras, triunfadoras y que se encuentran a gusto con su
sexualidad.

También en el cine de Ken Russell se ha analizado la homosexualidad en películas


como Mujeres enamoradas (1969) que contenía una escena de lucha entre dos hombres con
alto contenido erótico, o en la película biográfica sobre Tchaikovsky Pasión de vivir(1971).

En 1976 Derek Jarman comenzó su carrera cinematográfica con Sebastianne (1976),


un peplum de temática homosexual en el que se contaba la vida de un esclavo. Jarman
destacó hasta su muerte a causa del sida en 1994, por ser un personaje polémico y una figura
clave en la cultura pop británica de los 80, alternando sus películas para la gran pantalla con la
dirección de vídeo clips y la pintura. Entre toda su obra fílmica, en la que el homoerotismo y la
denuncia de la hipocresía hacia la homosexualidad eran ingredientes habituales, destacaron
las películas biográficas Caravaggio (1986) y Eduardo II (1991).

Tanto Jarman como Ken Russell trataron la homosexualidad en el cine de época, algo que ha
sido frecuente dentro del cine británico, especialmente en películas ambientadas en la era
victoriana y en las primeras décadas del siglo XX. El ejemplo más conocido lo constituye la
película Maurice (James Ivory, 1987), basada en la novela del mismo título de E.M. Forster en
la que se refleja la situación de clandestinidad a la que se enfrentaban los homosexuales en la
sociedadad inglesa de principios del siglo XX por medio de la historia de un hombre gay que
atraviesa diferentes etapas hasta encontrar el amor con otro hombre. La homosexualidad
también está presente en otras películas de época como Bent (Martin Sherman, 1997), Mrs.
Dalloway (Marleen Gorris, 1997) y en películas biográficas como Wilde (Brian Gilbert, 1996)
o Carrington (Cristopher Hampton, 1995).

Otro género típicamente británico en el que se ha integrado la temática homosexual ha sido


el cine social heredero del Free Cinema, en el que se muestran los problemas y la vida
cotidiana de la clase trabajadora. Un cineasta homosexual que se ha movido en este campo
ha sido Terence Davies en sus películas de inspiración autobiográfica como Distant Voices,
Still Life (1988) y The Long Day Closers (1992). También uno de los representantes más
significativos del cine británico contemporáneo, Stephen Frears, ha combinado ambas
temáticas en Mi hermosa lavandería (1985), largometraje con guion del escritor Hanif
Kureishi en el que exponía la relación entre un joven anglo-pakistaní de clase media con un
británico de clase trabajadora. Repetiría temática poco más tarde con Ábrete de orejas (1989),
basada en la vida del dramaturgo Joe Orton y en su tortuosa relación con su compañero
sentimental.

Sir Ian McKellen durante el estreno de El retorno del rey en Wellington,Nueva Zelanda, el 1 de
diciembre de2003.

Desde una mirada más politizada, el cineasta de origen irlandés Neil Jordan ha contado las
dificultades a las que se enfrentan los transexuales utilizando como telón de fondo el
conflicto norirlandés en Juego de lágrimas (1992) y Desayuno en Plutón (2005), dos de los
títulos más representativos de temática transexual. Otro título clave en la cinematografía
británica de los 90 fue Beautiful Thing, una película sobre adolescentes también de clase
obrera que logró traspasar barreras y ayudó, junto con la salida del armario de actores como
Antony Sher, Simon Callow, Stephen Fry, Rupert Everett o Ian McKellen, a que el público
mayoritario británico fuera más receptivo hacia la homosexualidad y se interesara por el cine
de temática LGBT. También certifican este auge otros títulos como Tras el silencio (Angela
Pope, 1995), No todas las chicas son iguales (Richadrd Spence, 1995) o Alive &
Kicking (Nancy Meckler, 1996).
Cine francés[editar]
Las primeras películas de temática homosexual rodadas en Francia vinieron de la mano de
dos artistas multidisciplinares y con vocación transgresora que alternaron la poesía,
la novela y la pintura con el cine. Jean Cocteaudirigió varios largometrajes protagonizados por
su amante Jean Marais, siendo uno de ellos Orphée (1949), una traslación en clave
homoerótica del mito griego Orfeo al París de postgerra. Otra de las primeras películas de
temática gay en el cine francés fue el mediometraje Una canción de amor (1950), la única
incursión en el cine de Jean Genet, en la que mostraba las relaciones homosexuales entre los
reclusos de una cárcel. La cinta contenía escenas sexuales explícitas, lo que provocó que
fuera prohibida en varios países al mismo tiempo que la convirtió en una de las primeras
expresiones del erotismo homosexual en el cine.

Durante el periodo en que la Nouvelle vague dominó el cine francés apenas se filmaron
películas de temática lésbica o gay, al contrario de lo que ocurrió en los movimientos
cinematográficos equivalentes surgidos en el Reino Unido y Alemania. Una de las pocas
excepciones fue la cinta Las amistades particulares (Jean Delannoy, 1964), ambientada en un
estricto internado católico en el que se inicia una campaña para frenar cualquier relación más
allá de la amistad entre los alumnos.

Ya en la década de los 70, la cineasta belga afincada en Francia Chantal Akerman, comenzó
una carrera en la que la mujer, su sentimientos y sus relaciones con los demás son el eje
central. En su primer largometraje, Je, tu, il, elle (1974), retrató a una joven lesbiana aún
enamorada de su ex-novia e incluyó escenas de sexo entre ambas.

Otras representaciones del sexo lésbico vinieron desde un flanco completamente diferente; el
del cine erótico de producción francesa que vivió su apogeo durante esta década. Buena parte
de las películas de este género incluían relaciones sexuales entre mujeres, aunque siempre
desde la perspectiva de hombres heterosexuales, algo con lo que muchas lesbianas no se
identifican. Además de clásicos como la saga Emmanuelle o Historia de O, destaca
especialmente Bilitis (David Hamilton, 1976), que narra la iniciación sexual de una adolescente
con una mujer casada.

En la parte final de la década, la disparatada comedia La jaula de las locas (Edouard Molinaro,
1978), que trataba temas como el travestismo a través de una pareja de homosexuales
maduros, obtuvo gran repercusión internacional, llegándose a realizar dos secuelas, varias
adaptaciones teatrales y posteriormente un remake en Estados Unidos.

A principios de los 80, obtuvieron relevancia El hombre herido (Patrice Chéreau, 1983), obra
en la que un hombre descubre su atracción hacia otros hombres tras ser besado
inesperadamente por un joven desconocido. y Entre nosotras (Diane Kurys, 1983), que
muestra a dos mujeres unidas por una intensa amistad por la que dejan de lado a sus
maridos.

Desde una óptica intimista y sensual, la homosexualidad también está presente en mayor o
menor medida en la filmografía de André Téchiné, especialmente en películas como Los
inocentes (1987) y Los juncos salvajes (1994). Esta historia autobiográfica, que gira alrededor
de un adolescente que descubre su homosexualidad y de su relación con su grupo de amigos,
logró convertirse en su obra más aclamada y en uno de los títulos clásicos del cine francés
contemporáneo. En la misma época, el largometraje Las noches salvajes (Cyril Collard, 1993)
cosechó un gran éxito planteando la historia de un chapero seropositivo que mantiene una
relación con una mujer.

El representante más destacable del cine homosexual contemporáneo en Francia es François


Ozon, un cineasta que ha sido comparado con Pedro Almodóvar debido a su visión sin
complejos de la sexualidad. Las relaciones gays están presentes en películas comoGotas de
agua sobre piedras calientes (1999), adaptación de una pieza teatral de Fassbinder, o en El
tiempo que nos queda (2005).
Cine italiano[editar]
Uno de los directores más importantes en la historia del cine italiano fue Luchino Visconti, un
cineasta abiertamente bisexual y uno de los fundadores del Neorrealismo italiano que más
tarde evolucionaría hacia un cine más estilizado y personal en el que era frecuente la
presencia de personajes homosexuales y el homoerotismo. Su primera película con tintes
gays fue Obsesión (1943), en la que presentaba veladamente la intensa amistad entre dos de
los personajes principales como una relación amorosa. Otros títulos de Visconti con elementos
homosexuales fueron Rocco y sus hermanos (1963) o la más explícita La caída de los
dioses (1969) , en la que hizo una reconstrucción de la noche de los cuchillos largos. Pero su
película más emblemática fue Muerte en Venecia (1971), adaptación al cine de la novela
de Thomas Mann en la que un compositor de música inspirado en Gustav Mahler y
obsesionado por la belleza y la perfección se enamora de un joven italiano.

La homosexualidad también fue determinante en el cine de Pier Paolo Pasolini, quien la utilizó
de forma política y la presentó como lo opuesto a la forma de vida burguesa. En sus propias
palabras, concibió su largometraje Teorema (1968) en la que todos los miembros de una
familia se enamoran del personaje interpretado por Terence Stamp, como una historia
religiosa, un dios que llega a una familia burguesa; bello, joven, fascinante, angel y/o demonio.
En su Trilogía de la vida compuesta por El Decamerón (1971),Los cuentos de
Canterbury (1972) y Las mil y una noches (1974) adaptó textos clásicos dejando de lado la
política explícita para mostrar el fascismo y la dominación por medio del erotismo. Su último y
polémico filme, Saló o los 120 días de Sodoma (1976), fue estrenado dos semanas antes de
su muerte, y en él fusionó la Italia fascista de Mussolini con la filosofía del Marqués de Sade,
mostrando escenas de violación, humillación sexual, coprofagia y tortura.
Si Visconti y Pasolini hicieron de la homosexualidad una parte importante de su discurso, otros
directores gays como Franco Zeffirelli o Bernardo Bertolucci han hecho mención a ella menos
frecuentemente. De toda la filmografía de Bertolucci, su película más abiertamente
homosexual fue El conformista (1970), en la que durante la dictadura de Mussolini, un hombre
gay reniega de su sexualidad casándose con una mujer y afiliándose al partido fascista para
intentar parecer heterosexual. También ambientada en el mismo periodo de la historia
italiana, Una jornada particular (Ettore Scola, 1977) muestra la amistad entre Sofia Loren,
casada con un miembro del partido fascista fanático y autoritario, y un homosexual
interpretado por Marcello Mastroianni y que representa lo contrario a su marido.

Esta «edad de oro» de la homosexualidad en el cine italiano fue sucedida por casi dos
décadas en las que apenas se exportaron películas con esta temática. El testigo lo recogió a
mediados de los 90 el realizador turco-italiano Ferzan Özpetek, quien ha desarrollado una
carrera cuyo denominador común está en el amor y la homosexualidad. La primera película de
Özpetek, Hamam: el baño turco (1997), obtuvo relevancia internacional y en ella narraba la
historia de un hombre italiano que tras recibir una herencia de un pariente en Turquía,
abandona a su esposa y su acomodada vida en Italia para viajar a Estambul donde en poco
tiempo inicia una íntima amistad con un joven. Otras de sus películas destacables han sido El
hada ignorante (2001) o La ventana de enfrente (2004).
Cine español[editar]
La temática homosexual dentro de lo que es el cine español se ha tratado desde todos los
puntos de vista; desde el dramático (con muerte incluida); el simple morbo en la época del
destape (Me siento extraña, 1977) y la comedia, pero siempre dentro de una "cotidianidad".

Durante la dictadura franquista en España, inexplicablemente hubo un título que se escapó de


la censura: Diferente (1962). Se trata de un musical de temática homosexual repleto de
referencias homoeróticas; quizás, los censores de la época no supieron ver esos guiños que
inundaban la cinta de principio a fin o bien, directamente pasaron por buena otra película
musical más. La película muestra a un personaje atormentado por su condición sexual que
durante sus delírium tremens causados por el alcohol y las drogas tiene ensoñaciones en las
que él se desarrolla y expresa bailando. Un caso opuesto al del protagonista de Los placeres
ocultos (1977), de Eloy de la Iglesia, un hombre integrado y de clase alta que asume su
orientación sexual, aunque la oculta a la sociedad, pero que sufre por el desamor y la
perspectiva de la soledad. Del mismo año es A un dios desconocido dirigida por Jaime
Chávarri y Elías Querejeta ambientada en la postguerra.
Con la llegada de la democracia a España, en el mismo año en el que se aprueba
la Constitución Española (1978), se estrena la película El diputado también con trasfondo
político, ambas protagonizadas por José Sacristán.

Pedro Almodóvar y Penélope Cruz.

Dentro de la cinematografía de temática LGBT española, sin duda destacan los trabajos que
han venido realizando directores como el catalán Ventura Pons y el manchego Pedro
Almodóvar. De Ventura Pons, cuyo primer trabajo realizado es el documental dedicado a la
vida y obra del pintor José Pérez Ocaña: Ocaña, retrato intermitente (1978), cabe destacar
títulos como Caricias (1998); Amigo/Amado (1999), donde un homosexual en la cincuentena
reflexiona sobre la vejez, la muerte y su legado; y Manjar de amor (2002), en la que nos narra
el despertar de la sexualidad de un joven músico.

En cuanto al cine de Pedro Almodóvar, la temática homosexual está presente todas sus
películas, aunque hay cuatro en las que son el eje central de la trama: Laberinto de
pasiones; Entre tinieblas; La ley del deseo y La mala educación; todas ellas entremezclando el
drama y la comedia.

De mediados de los años noventa, destacaron comedias como Más que amor, frenesí (1996),
una ópera prima dirigida por tres directores nóveles, que abordó la temática gay con una total
y absoluta naturalidad y Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí (1997). También de
mediados de los noventa, destaca una comedia agridulce, protagonizada por Loles
León titulada: Amor de hombre (1997), que narra la historia de una mariliendre y su mejor
amigo.3 También hubo otras películas que mencionan la homosexualidad en tramas
secundarias como Las edades de Lulú (1990) y Km. 0 (2000). En Sobreviviré y Segunda piel,
ambas de 1999, se aborda la bisexualidad. Y enKrámpack (2000) se trata el tema de la
exploración y el descubrimiento de la orientación sexual de dos adolescentes.

Ya comenzado el siglo XXI se estrena Cachorro (2004) de Miguel Albaladejo, que narra como
un oso se tiene que hacer cargo de su sobrino de 9 años y asumir lazos afectivos que había
estado eludiendo desde la muerte de su pareja. También una pareja de osos es la
protagonista de la disparatada comedia Chuecatown (2007). A finales de esta década se
estrenaron dos dramas, Sin límites una coproducción hispano-británica, donde se dramatiza la
supuesta relación amorosa entre el poeta Federico García Lorca y el pintor Salvador Dalí;
y Mentiras y gordas (2009) en la que se plasma una serie de relaciones adolescentes,
incluidas dos homosexuales, en el marco del mundo de la noche y las drogas. La primera
película de temática LGBT filmada en euskera se titula Ander (2009) de Roberto Castón. Tiene
la particularidad de tratar la homosexualidad en el mundo rural, un tema que no es retratado
con frecuencia.4

Películas de temática lésbica se han filmado muchas menos. La más conocida es quizás la
comedia A mi madre le gustan las mujeres (2002). También se puede destacar 80
egunean (2010), rodada en euskera, que relata la historia de amor de dos mujeres mayores.5
Resto de Europa[editar]
En el resto de Europa también encontramos muestras de la temática.

La primera película de temática LGBT fue el film sueco Las alas (Vingarne, Mauritz Stiller,
1916), basada en la novela Mikaël de Herman Bang. La historia relata el amor trágico de un
escultor que se enamora de su joven modelo.

En los países nórdicos abundan las películas iniciáticas, muestra de la apertura que se vivía
en esos países, como la sueca Fucking Åmål (1998), la coproducción noruega Sebastian (När
Alla Vet, 1995).

También se han explorado temas como la integración de los gays y la salida del armario en
películas como la islandesa 'Fuera del vestuario (2005) y la aceptación social del matrimonio
homosexual en la sueca Patrik 1,5 (2008).

En el antiguo bloque del este se han realizado interesantes propuestas como


la fábula rusa You I Love (Ja Lublju Tebja, 2003 o la durísima
película checa Mandragora (1997).

Cine latinoamericano[editar]
En el cine de temática LGBT producido en Iberoamérica, destacan películas como la
cubana Fresa y chocolate (1994) (producida con participación de España, Cuba y México);
la mexicana El callejón de los milagros (1995); la peruana No se lo digas a nadie (1998); o
la argentina Plata quemada (2000). Esta última está basada en una novela de Ricardo Piglia, y
fue una producción que contó con una serie de actores de fuerte imagen heterosexual en su
país de origen, lo que a su vez, transformó a esta película mainstream en polémica.

Son destacables en Argentina Adiós, Roberto (1985) de Enrique Dawi, la pseudo-


homofóbica Almejas y mejillones (2000) de Marcos Carnevale, Historia de amor en un baño
publico (2001) de Pablo Oliverio, y la más reciente Un año sin amor (2005).

Una de las primeras películas de contenido LGBT televisadas en Argentina fue Otra historia de
amor (1986) de Américo Ortiz de Zárate, en donde un hombre casado y con dos hijos, se
enamora de su jefe. Su transmisión televisiva estuvo a cargo de Telefe el 4 de febrero de 1991
con censura en sus doce minutos finales, en los cuales el personaje de Arturo
Bonín finalmente forma pareja con su contraparte, Mario Pasik. En la versión emitida por el
canal, la historia queda trunca en el momento en que Bonín decide volver con su esposa.6 La
Comunidad Homosexual Argentina (CHA) dijo en un comunicado al Diario "Crónica":

"Hay mentalidades que no pueden soportar que se vea masivamente un film donde los
homosexuales no pagan con sufrimiento su condición"

Comunidad Homosexual Argentina, Diario "Crónica"7 color

En el año 2000, Adrián Suar protagonizó junto a Andrea del Boca una comedia de enredos
titulada Apariencias en donde Carmelo Posse, tras comprobar que la mujer que ama está
comprometida, accidentalmente expresa sus sentimientos de frustración por un parlante
durante una marcha de orgullo gay, lo que tras un malentendido lo convierte en el nuevo héroe
del movimiento LGBT en Argentina. La película contiene un interesante contenido en cuanto a
la contención y defensa de personas discriminadas por su sexualidad en ése país, a pesar de
que el protagonista principal utiliza su "falsa identidad gay" para mantenerse cerca de la mujer
que le interesa. La cuestión "ser gay" se marca en las actitudes tomadas por cada uno de los
protagonistas quienes, progresivamente se adaptan a las circunstancias e incluso, sobre el
final de la película, Beto (Diego Pérez), el mejor amigo del protagonista, forma pareja con
Iñaqui (Fabio Posca), quien inicialmente estaba enamorado de Carmelo.

Aunque producida en Estados Unidos de América, Antes que anochezca (2000) es una
película situada en Cuba y rodada en español que cuenta la vida de Reinaldo Arenas y su
persecución en la Cuba de Castro por su condición de homosexual, por la que el actor
español Javier Bardem fue nominado a los Oscars 2001 como mejor actor.
En Colombia, La virgen de los sicarios (2000) causó cierto escozor en algunos sectores
sociales e incluso su censura. Producción franco-colombiana, es una película casi
documental, basada en la novela autobiográfica del escritor Fernando Vallejo.
Cine mexicano[editar]
La homosexualidad en el cine mexicano aparece retratada mediante dos maneras. Por un
lado, a lo largo de las décadas de 1970 a 1990, período posterior a la llamada Época de
Oro del cine en ese país, numerosas películas incorporaron a personajes con preferencias
homosexuales. Se trataba casi siempre de personajes masculinos que tendían a reproducir los
estereotipos de la cultura popular sobre los homosexuales: hombres afeminados con
vestimentas estrafalarias y modos de hablar bastante peculiares. Por ejemplo, una de las
películas más conocidas de este período es Modisto de señoras (1969), de Eduardo Jiménez
Pons, filme donde Mauricio Garcés interpreta a un hombre que se hace pasar por homosexual
(reproduciendo el consabido estereotipo) para entrar en la vida de sus clientas y finalmente
seducirlas. En otros filmes, los homosexuales aparecen como personajes secundarios, casi
siempre realizando papeles secundarios y objeto de chistes por parte del resto de los
personajes.

Una de las primeras películas mexicanas donde el personaje principal es homosexual fue El
lugar sin límites (1977), dirigida por Arturo Ripstein y basada en la novela del chileno José
Donoso. La trama gira en torno a un burdel pueblerino a orilla del mar donde "la Manuela"
(travesti interpretado por Roberto Cobo) y su hija La Japonesita (Ana Martín) ejercen la
prostitución. Según Eduardo Dánchez Villagrán:

El Lugar Sin Límites (sic) es el primer retrato serio sobre el tema de la homosexualidad dentro
del cine mexicano, la cinta es transgresora porque devela el conflicto interno del hombre que
se siente atraído por un afeminado, pero se verá frustrado por la ley impuesta de un miembro
de la horda a la que pertenece, quien se erige como autoridad. Ripstein, en la versión
cinematográfica, transmuta el infierno de Mefistófeles desentrañando los demonios de
personajes peculiares que se relacionan de una manera pecaminosa.

Previa a esta obra esta La primavera de los escorpiones (1971) una película controvertida
donde se mezcla homosexualidad y pederastia, argumento y adaptación de Hugo
Argüelles con Isela Vega, Enrique Álvarez Félix, Milton Rodríguez, Lucy Gallardo, Jorge
Fégan, Jorge Casanova, Lilia Landua y Salvador Perez.

De modo muy distinto aparece la homosexualidad en la obra del director Jaime Humberto
Hermosillo, cuyas películas desataron el escándalo de los mexicanos, precisamente por el
tratamiento que se da a las inclinaciones homoeróticas de los personajes que aparecen en las
obras. Muchas de estas cintas fueron enlatadas —término que se emplea para referirse a las
cintas que no tuvieron gran difusión o no fueron exhibidas en público nunca—. Quizá la más
conocida de las películas de temática homosexual dirigidas por Hermosillo en los años
ochenta es Doña Herlinda y su hijo (1984). Esta película relata la historia de una pareja
homosexual, uno de cuyos miembros es presionado por su madre para casarse. El hombre
accede a la presión familiar, para decepción de su compañero. La madre juega un papel
central, porque es ella la que soluciona los conflictos derivados de la presión que ella misma
ejerció sobre su hijo. La obra de Hermosillo ha sido analizada por Aarón Díaz Mendiburo
en Los hijos homoeróticos de Jaime Humberto Hermosillo (2000).

Películas como Danzón (1991), de María Novaro; Miroslava (1993), de Alejandro Pelayo; El
callejón de los milagros (1995), de Jorge Fons; o Y tu mamá también (2001), de Alfonso
Cuarón; incorporan la temática homoerótica como un asunto secundario en sus tramas, o de
modo velado.

Más reciente es la cinta Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser
amor (2003), dirigida por Julián Hernández con el apoyo del Instituto Mexicano de
Cinematografía (Imcine). A diferencia de las películas señaladas antes, en Mil nubes... el
personaje principal es un adolescente al que abandona su recién conocida pareja. Vagando
por las calles de la Ciudad de México, Gerardo busca a Bruno por todas partes encontrando a
más personajes abandonados. En algún momento es golpeado, en otros se encuentra cerca
de la prostitución. Ninguno de los personajes se acerca a los estereotipos homosexuales que
aparecieron en el cine mexicano por décadas: Gerardo, por ejemplo, es un joven de rasgos
rudos originario de una zona pobre de la ciudad. Mil nubes...además fue premiada con
el Teddy de Oro en la muestra de Berlín. Del mismo director es la película El cielo
dividido (2006) en el que se trata las infidelidades en una pareja. En el 2011 se lanzo La otra
familia del director Gustavo Loza que narra la historia de Hendrix un niño que al ser
abandonado durante 3 días por su madre adicta al crack, es rescatado por una amiga y
encargado a una pareja homosexual. Su madre es forzada a entrar en rehabilitación, mientras
su amante un traficante de drogas, ve en él un redituable negocio si lo vende a un matrimonio
que acaba de perder a su bebé. La madre huye de la clínica para recuperarlo a como dé lugar,
por su parte las autoridades tratan de ingresarlo a un orfanato para protegerlo. Al parecer todo
mundo puede opinar sobre el futuro del niño.

En el (2012) en Venezuela se realiza la cinta Azul y no tan rosa, escrita por Miguel Ferrari.
Ésta aborda temas como la homosexualidad, transexualidad y violencia de género. Se estrenó
en Venezuela el 30 de noviembre de 2012.
Cine asiático[editar]
El cine asiático, en especial el chino, tampoco ha sido ajeno a retratar la homosexualidad. Las
dos películas clásicas más importantes que tratan el tema son La calle mayor (Sun Yu, 1934)
y Dos hermanas sobre el escenario (Xie Ying, 1965). Ya en 1993, otro clásico del cine
chino, Adiós a mi concubina (Chen Kaige), narra la historia del triángulo amoroso entre dos
actores de la ópera de Pekín y una prostituta.

Estas tres películas son un referente para el director de temática gay más reconocido de
China, el hongkonés Stanley Kwan, aunque muy reconocido en su país, apenas cuenta con
distribución en los países hispanohablantes. Su primera película, Mujeres (1984), ya abordaba
la homosexualidad de una forma novedosa, al igual que en Luna llena en Nueva York (1989),
cinta en la que tres lesbianas chinas residentes en Nueva York se plantean la relación entre la
cultura china y la homosexualidad. Otras películas con temática homosexual del mismo
realizador son la autobiográfica Memoria personal de Hong Kong: pese a todo aún te
quiero (1997), Agárrate fuerte (1997), o Lan Yu (2001), una historia de amor entre dos jóvenes
gays ambientada en las revueltas de Tian'anmen.

Sin embargo, la película gay china que ha obtenido mayor trascendencia en Occidente ha
sido Happy Together (Wong Kar-Wai, 1994), que proporcionó a su director la Palma de Oro en
el Festival de Cannes y que se basa en una tortuosa relación entre dos gays hongkoneses
que sobreviven en los ambientes marginales de Buenos Aires. Uno de los dos actores
protagonistas, Leslie Cheung, no tuvo inconveniente en hacer pública su homosexualidad
pese a haber sido un ídolo para las adolescentes de su país.

En la China continental han destacado las obras Palacio de Oriente, Palacio de


Occidente (Zhan Yuang, 1996) donde se narra la relación sadomasoquista entre un escritor
homosexual y el policía que lo detiene; y Hombres y mujeres (Lui Bingjian, 1999).

El cine taiwanés no está sobrado de películas sobre homosexuales, aunque la coproducción


entre Estados Unidos y Taiwán El banquete de bodas (Ang Lee, 1992), obtuvo una
considerable repercusión en todo el mundo. Fue la primera aproximación al cine de temática
homosexual de Ang Lee y obtuvo el Oso de Oro del Festival de Berlín. La película relata la
boda fingida de un emigrante asiático en Nueva York con una mujer, con la que pretende
esconder a su familia su relación amorosa con un joven neoyorquino.

En Filipinas destaca el cineasta Gil Portes, quien ha realizado películas con tintes activistas
como Miguel/Michelle (1998) o Markova:Comfort gay. Otro director importante fue Mel
Chionglo, muerto a causa del sida en los años 90. En su film Midnight dancers. Sibakaborda la
historia de unos jóvenes go gós que se prostituyen, reflejando también importantes problemas
de la sociedad filipina, como la corrupción policial.

En Corea, Memento Mori (여고괴담 II Yeogo goedam II) de Kim Tae-yong (1999) trata sobre la
relación lésbica entre dos estudiantes de secundaria que termina abruptamente con el suicidio
de una de ellas. La trama de la historia plantea un triángulo amoroso entre la fallecida, la ex-
pareja de esta y una chica que accidentalmente encuentra el diario amoroso de ambas. Más
allá de pertenecer al cine de terror clase B, la película sintetiza brevemente el descubrimiento
sexual en la adolescencia y su exploración a través de una amistad obsesiva.

Por su parte, en Tailandia la primera película sobre el tema que adquirió fama fue The Iron
Ladies (Yongyooth Thongkonthun, 2001), ganadora de 10 premios internacionales, entre ellos
el premio nacional de cine taliandés y el premio Teddy de la Berlinale. La película trata la
historia real de un equipo de voleibol compuesto por homosexuales y transexuales que llega a
la final nacional de voleibol. Más reciente es Beautiful Boxer (Ekachai Uekrongtham, 2005),
basada en la historia real de Nong Toom, un famoso boxeadorde ese país que utilizaba
el muay thai para costearse su mayor sueño: convertirse en una mujer. La película repasa
toda su vida hasta entonces: desde su adolescencia como monje budista hasta los violentos
combates en los que vence a la mayoría de sus oponentes.

Cine del resto del mundo[editar]


En Australia el gran salto del cine de temática LGBT australiano se dio gracias al éxito de la
película Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1994), de la que al año siguiente
Hollywood haría un "remake". También del cine australiano de temática LGBT destaca el
drama De cabeza (1998).

Del cine israelí destacan dos películas en las que confluyen temas como el servicio militar
obligatorio: Yossi & Jagger (2002) y la persecución de nazis escapados de la justicia: Caminar
sobre las aguas (2004), ambas del director Eytan Fox.

En Canadá encontramos gran cantidad de películas, en lo masculino


la francófona C.R.A.Z.Y. (2005), presentada a los Oscars o la polémica Prom Queen (2004),
que levantó gran polvareda en la iglesia católica. En la temática lésbica Floored by love (2005)
o La turbulencia de los fluidos (La Turbulence Des Fluides) (2002).

Cine pornográfico[editar]
Homosexualidad en el primer cine pornográfico[editar]
El primer cine pornográfico comienza en la década de 1900, aunque existen noticias de
películas de finales de la década de 1890. Es poco lo que se sabe del tema y las películas
conservadas son incluso menos que las de cine comercial, que se calcula en un 10%. Las
películas pornográficas de la época se caracterizan por tener una duración de entre 5 y 15
minutos, ser en blanco y negro y ser mudas y, sobre todo, por estar enfocadas a un público
masculino heterosexual. Poseen un lenguaje cinematográfico sorprendentemente moderno,
dentro del género, naturalmente, y no todas fueron realizadas por aficionados, sino que en
algunas se ve la mano de talentos profesionales. La distribución era mayoritariamente a través
de burdeles (sobre todo en Europa), fiestas privadas, fraternidades universitarias y clubes
masculinos (sobre todo en EE. UU.), aunque también en salas de cine bajo condiciones
especiales.

Dentro de estas películas, las escenas lésbicas se realizan habitualmente desde el punto de
vista del hombre heterosexual, que las encontraba excitantes, y no será hasta la década de
1950 con Petit conte de Noel e La femme au portrait en la que se aprecia una escena lésbica
en la que el placer y la satisfacción femenina están en primer plano. Aun así, escenas lésbicas
se pueden encontrar en un 20% de las películas conservadas. En cambio, escenas sexuales
entre hombres se encuentran en un 5% de las cintas, un porcentaje sorprendentemente alto si
se tiene en cuenta que el público al que se dirigían eran hombres heterosexuales. Estas
escenas entre hombres tienen algunas características comunes, como que el acto se
considera como algo «fuera de lo común», no es habitual para los personajes, se realiza como
castigo o venganza, prepara o introduce una relación heterosexual y es siempre
jerárquicamente determinada, siendo claramente distinguibles el papel de señor y sirviente,
de activo y pasivo. En general, la representación del homosexual se mantiene profundamente
homófoba.

La primera película pornográfica que introdujo elementos bisexuales y homosexuales


explícitos en su trama fue Le ménage moderne du Madame Butterfly (Bernard Natan; 1920).
En EE. UU., la primera película pornográfica con acción homosexual fue The Surprise of a
Knight (1929). En las únicas tres películas pornográficas españolas anteriores a la Guerra Civil
conservadas, El confesor, Consultorio de señoras y El ministro, no se dan escenas gays y las
escenas de sexo entre mujeres sólo se dan en el contexto de tríos, en los que dos mujeres
actúan para disfrute del varón.
El cine gay mexicano y su impacto en la
imagen nacional
Modisto de señoras (1969), Doña Herlinda y su hijo (1985), Y
tu mamá también(2001)
La notoria dificultad del cine mexicano a la hora de abordar temáticas y personajes homosexuales ha sido
habitualmente interpretada en clave antropológica, como una manifestación cultural del patriarcal machismo
mexicano. En esta presentación se propone una lectura alternativa en la que se trata de relacionar la sexualidad
(incluida la homosexualidad) con la imagen nacional – no sólo la que los propios mexicanos tienen de su país
sino también la imagen que México ha exportado de sí mismo al extranjero y la que en otros países se ha creado
y difundido de México. Dada la estricta equiparación existente entre patriarcado y mexicanidad podría
pensarse que cualquier intento de introducir temáticas o personajes homosexuales mexicanos en el cine
nacional habría de fracasar necesariamente. Por ello resultan de interés las estrategias que en diferentes
momentos históricos se han utilizado para introducir elementos homosexuales. El falso homosexual
de Modisto de señoras, la pareja en el armario de Doña Herlinda y su hijo, y el homosexual latente de Y tu
mamá también configuran diferentes aproximaciones a un tema que siempre parece rozar los límites de la
tolerancia nacional.

Los escasos estudios existentes sobre el cine gay mexicano suelen partir de la premisa de que en
México nunca ha existido un género propiamente gay, y que incluso hoy son contadas las películas
donde se presentan personajes o temáticas relacionadas con la homosexualidad. La ausencia de
tal género no debería sorprender en un país en el que la mayoría de la población se sigue
manifestando abiertamente contraria a la homosexualidad y al reconocimiento de derechos civiles
a las personas homosexuales. De hecho, México continúa ostentando uno de los mayores índices
de violencia homófoba no sólo de América Latina sino a nivel global. Los asesinatos de
homosexuales, con alcanzar cifras inconcebibles en otras partes del mundo, constituyen sólo la
parte más visible de un fenómeno de violencia sistemática contra el colectivo LGBT que incluye
también la violencia verbal, la discriminación laboral, el no reconocimiento de derechos civiles, la
exclusión familiar, el ostracismo social y el silenciamiento en los medios de comunicación ; la
propia inexistencia de un cine específicamente homosexual se podría considerar como sintomático
de la violencia estructural contra los homosexuales.

2Las raíces históricas de la homofobia mexicana se han rastreado hasta épocas precolombinas. A
través de los cronistas españoles se sabe que los aztecas eran extremadamente intransigentes
con las personas, hombres o mujeres, que manifestaban deseos homosexuales ; intransigencia
que vino a sumarse a la de los propios españoles, para quienes el sexo masculino homosexual
estaba codificado como sodomía, el pecado nefando por antonomasia. Es sabido que el imperio
español utilizó la sodomía como una de las justificaciones morales de la conquista, continuando
así un discurso ya practicado en la Península en su lucha secular contra el Islam. En la formación
del México moderno, pues, la homosexualidad figuró como uno de los antivalores más claramente
establecidos tanto en la legislación como en las costumbres. La estructura social del patriarcado
heredado de los españoles, en perfecta consonancia con la ética sexual azteca, se erigió como uno
de los pilares incuestionados de la nación mexicana ; pilar que ha permanecido estable hasta la
época contemporánea, alimentado por episodios de marcada impronta popular, como la
homosexualidad del emperador Maximiliano, un extranjero (el patriarcado siempre atribuye la
homosexualidad a nefastas influencias extranjeras), o el sonado escándalo de los 41 maricones
que en 1901 conmovió los cimientos del porfiriato – y de la propia familia del dictador, ya que el
número 42, al que se permitió la fuga, era nada menos que Ignacio de la Torre, yerno de Porfirio
Díaz.

 1 Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, de 2003.

3Los movimientos de defensa de la homosexualidad que surgieron en Norteamérica y Europa a


partir de los años 70 también llegaron a México. Cuatro décadas más tarde, los frutos de la lucha
del movimiento LGBT son patentes : el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en el
DF desde 2009 y las uniones civiles lo son en el estado de Coahuila, con efectos legales en todo
el territorio nacional. Como ya ocurriera con los países que legalizaron el matrimonio homosexual
en la década anterior (Holanda desde 2001, Bélgica desde 2003, España y Canadá desde 2005,
Sudáfrica desde 2006, Suecia y Noruega desde 2009, Portugal, Islandia y Argentina desde 2010),
el efecto más notable de la regulación del llamado “matrimonio gay” fue una mejoría en la imagen
internacional del país – como ocurre siempre que una minoría se convierte en objeto de protección
y ve reconocidos algunos de sus derechos. En el caso de México, cuya imagen internacional está
marcada por la violencia ligada al narcotráfico, el avance en el reconocimiento de derechos civiles
de colectivos tradicionalmente victimizados como es el caso de personas LGBT ha generado una
reacción por lo general muy positiva a nivel internacional. La reputación de México como país
respetuoso con las minorías y las diferencias, que se vio notablemente fortalecida por el
reconocimiento de las lenguas indígenas en 2003 1, sin embargo, se habría visto más claramente
fortalecida si la equiparación de derechos sexuales hubiera tenido lugar a nivel nacional.

4A pesar de los altos índices de opinión contraria a la homosexualidad en México, es indudable


que en las últimas décadas se ha producido una evolución a favor de la misma. Las industrias
culturales han ido creando espacios para la expresión de los artistas LGBT y en general la cultura
popular ha ido dando cabida a expresiones positivas de la homosexualidad. En el caso concreto
del cine, se ha pasado de la reproducción de los estereotipos sancionados por el patriarcado, como
el afeminado representado por Mauricio Garcés en Modisto de señoras (dir. Eduardo Jiménez Pons,
1969) a la exploración de la psicología del homosexual y sus condiciones sociales en películas
como El lugar sin límites (dir. Arturo Ripstein, 1977) o Doña Herlinda y su hijo (dir. Jaime
Humberto Hermosillo, 1984), y, en una tercera fase, a la incorporación de personajes y tramas
homosexuales como elementos secundarios en películas donde el tema principal es otro – es el
caso de, por ejemplo, Danzón (dir. María Novaro, 1991), El callejón de los milagros (dir. Jorge
Fons, 1995), e Y tu mamá también (dir. Alfonso Cuarón, 2001). Es cierto que en México todavía
no ha aparecido una narrativa clara e inequívocamente gay con la que la audiencia LGBT se pueda
identificar en valores positivos, pero la línea evolutiva recién esbozada permite establecer lecturas
de tipo queer.

5Basándose en Schulz-Cruz (2008), Prapakamol (2011, 55-56) identifica las siguientes películas
mexicanas de tema homosexual a partir de 1984. Naturalmente, para un listado completo habría
que añadir películas anteriores a 1984, como La casa del ogro (dir. Fernando de Fuentes,
1938),Modisto de señoras (dir. René Cardona, 1969), Peluquero de señoras (dir. René Cardona,
1973) y El lugar sin límites (dir. Ripstein, 1978).

 Jaime Humberto Hermosillo, Doña Herlinda y su hijo, 1984


 Arturo Ripstein, El otro, 1984
 Paul Leduc, ¿Cómo ves ?, 1985
 Benjamín Escamilla Espinosa, Casos de alarma 1/SIDA, 1986
 Jaime Humberto Hermosillo, Clandestino destino, 1987
 Arturo Ripstein, Mentiras piadosas, 1987
 Jaime Humberto Hermosillo, El verano de la señora Forbes, 1988
 Enrique Gómez Vadillo, El chico temido de la vecindad, 1989
 Eduardo Martínez, El día de las locas, 1990
 Enrique Gómez Vadillo, Machos, 1990
 Enrique Gómez Vadillo, Muerte en la playa, 1990
 Enrique Gómez Vadillo, Amsterdam boulevard, 1991
 María Novaro, Danzón, 1991
 Christian González, Imperio de los malditos, 1992
 Gabriel Retes, Bienvenido-Welcome, 1993
 Víctor Saca, En el paraíso no existe el dolor, 1993
 Jorge Fons, El callejón de los milagros, 1994
 Oscar Blancarte, Dulces compañías, 1994
 Rafael Montero, Cilantro y perejil, 1995
 Jaime Humberto Hermosillo, De noche vienes, Esmeralda, 1997
 Zalman King, En las manos de Dios, 1997
 Arturo Ripstein, El evangelio de las maravillas, 1997
 Benjamín Cann, Crónica de un desayuno, 1999
 Leopoldo Laborde, Sin destino, 1999
 Alfonso Cuarón, Y tu mamá también, 2001
 Gerardo Tort, De la calle, 2001
 Ernesto Rimoch, Demasiado amor, 2001
 Jaime Humberto Hermosillo, Exxxorcismos, 2002
 Julián Hernández, Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor, 2003
 Beto Gómez, Puñas rosas, 2004
 Fernando Eimbcke, Temporada de patos, 2006
 Francisco Franco-Alba, Quemar las naves, 2007
 Julián Hernández, Rabioso sol, rabioso cielo, 2009

6Los cuatro estudios más notables del cine gay mexicano son de fechas relativamente recientes :
David Foster (2003) analiza dos películas señeras (El lugar sin límites y Doña Herlinda y su hijo)
con una perspectiva queer ; Schuessler (2005), Schulz-Cruz (2008) y Prapakamol (2011) estudian
la evolución del género desde perspectivas históricas y estéticas. Todos ellos parecen coincidir en
interpretar el cine gay mexicano como una singularidad, una excepción dentro de un cine nacional
en el que la homosexualidad no es un tema frecuente. Se suele dar por sentado que la escasez de
películas gays se corresponde con las características antropológicas del país : sociedad tradicional,
religiosa y machista. La lectura más habitual consiste en poner el cine homosexual en relación con
la historia social del país, interpretando las películas en el contexto histórico-social en el que
aparecen. También se suele incidir en la relación entre México y otros países (de Europa y Estados
Unidos) para recordar la tardía y escasa participación del cine mexicano en el cine gay
internacional. En ocasiones se plantea la homosexualidad mexicana como un diálogo entre el
denominado modelo mediterráneo (activo/pasivo) y el modelo “internacional” (identidad gay) ; la
exploración de ambos modelos lleva al análisis de los personajes homosexuales como unidades de
significación que permiten explorar los discursos sobre la homosexualidad. Así, Prapakamol
plantea su estudio como un análisis de representación de personajes :

La intención final de este estudio es la de detectar qué tipo de


representatividad se manifiesta en las películas de ficción desde el estudio del
personaje y dar aproximaciones de la imagen que crean los productores del
sujeto homosexual en los retratos fílmicos, que como es de saber, en tiempos
pasados está cargado con estereotipos y clichés. (Prapakamol, 2011 : 1-2)

7También Schuessler plantea su investigación como un estudio de personajes :

My research is inspired by the groundbreaking work of the late Vito Russo, and
thus the very specific aims of my query : the exploration of gay characters in
Mexican film, and the historical, political, and religious contexts that have
shaped and defined, to a greater or lesser extent, their representation.
Although it may be premature to formulate a conclusion regarding the
representation of gay characters in Mexican cinema over the last eighty odd
years, after having systematically viewed many pertinent films, I may
tentatively confirm the expected : many aspects similar to those documented
by Russo in the evolution of homosexuality in American and European film –
especially regarding the transformation of the caricaturized and very secondary
"sissy" into a character with truly human dimensions – is a pattern also
followed in Mexican cinema. (Schuessler, 2005 : 133)

8La colección de artículos reunidos en el volumen Queer Issues in Contemporary Latin American
Cinema, de David W. Foster (2003), no se centran en el cine mexicano propiamente dicho, sino
en el cine latinoamericano del cual las películas mexicanas seleccionadas (El lugar sin
límites y Doña Herlinda y su hijo) son meros constituyentes sin especificidad nacional. De hecho,
la especificidad que interesa a Foster en ese libro no es la nacional sino la queer, entendida como
una red de cuestiones derivadas de la ortodoxia queer norteamericana ; Eve K. Sedgwick,
Alexander Doty, Michael Warner, Jonathan Dollimore, David Halperin y Richard Dyer son
mencionados explícitamente por Foster, lo que le conduce inmediatamente a una breve reflexión
sobre la cuestión del imperialismo cultural (Foster 2003, p. XVIII). Entre esas cuestiones de
tipo queer se incluyen la crítica a las estructuras socio-sexuales del patriarcado heterosexista, la
homofobia y la homosocialización – pero apenas, o sólo de manera tangencial, cuestiones de
política identitaria basada en nociones de género o sexualidad (y mucho menos cuestiones de
identidad nacional). El cine gay mexicano está, así, alineado con el resto del cine latinoamericano
y estudiado desde una perspectiva teórica norteamericana. El tipo de lecturas a que este
planteamiento conduce son de tipo inmanente, casi formalista ; por ejemplo, la interpretación
de Doña Herlinda y su hijo es que se trata de una “reinterpretation of clan arrangements that are
not utopian in any fantastic way but are instead legitimated by the full participation of the actors
involved” (94) y, a lo sumo, “a proposal for subverting the Mexican patriarchy” (94).

9El trabajo de Bernard Schulz-Cruz (2008) retoma y asume algunos de los principios teóricos
“queer” aprendidos de Foster, pero el enfoque es muy diferente. Se trata de una colección de
breves reseñas descriptivas de las 36 películas mexicanas de temática gay más significativas del
período 1970-1999, en las que el énfasis es la descripción de los cuerpos que aparecen en pantalla,
pero en las que se deslizan comentarios acerca de la especificidad cultural mexicana de las
películas y del impacto que las mismas tuvieron en su momento en el público mexicano. Así,
Schulz-Cruz subraya la existencia de un subtexto de telenovela en el argumento deDoña Herlinda
y su hijo, así como la importancia cultural de que al final de la película los amantes queden
emparentados como compadres, al apadrinar uno de ellos el recién nacido del otro : “Ahora son
compadres, siguiendo la tradición latinoamericana. He aquí otra subversión de una afiliación que
significa amistad, hermandad, protección, solidaridad, pero en este caso es amor de dos jotos y
otro modo de estar relacionado… o casado” Schulz-Cruz (2008, 110). Es importante el intento de
contextualización histórica :

Este film puso la homosexualidad en el centro de la familia mexicana, ya no


era el burdel ni el ambiente sórdido. El espectador gay por fin tuvo un apoyo
simbólico en la gran pantalla […] Sin lugar a dudas esta película reivindica la
homosexualidad, el amor y la pareja gay ; en suma, la tolerancia sin
escándalos ni dramas. El espectador gay se podía identificar con las escenas
dado lo difícil que era ser joto en la sociedad mexicana en los ochenta.
(Schulz-Cruz, 2008 : 110)

10En su somera historia de la homosexualidad en el cine mexicano, Michael Schuessler establece


una relación entre las primeras películas inequívocamente gays (sobre todo El lugar sin límites, de
1977) y los acontecimientos, ampliamente difundidos por la prensa internacional, que rodearon
las Olimpíadas de México en 1968 : “In order to grasp the meanings behind Ripstein’s hallmark
film, Hermosillo’s first gay feature, and representations of gays that would soon follow, one must
again consider the political, historical and cultural milieu from which they emerged” (Schuessler,
2005 : 142). Lo que esta contextualización revela, según Schuessler, es que la convulsión social
que siguió a la denominada “noche de Tlatelolco” supuso el germen no sólo de la contestación al
PRI sino también de un incipiente movimiento de liberación (o al menos de concienciación)
homosexual :

In an attempt to establish a heretofore uncharted link between these political


acts and those of a traditionally more private nature, such as sexual
orientation, cross dressing, lesbianism and other "abnormal" displays of
sexuality, I should point out that one of the most outspoken leaders of the
Mexican student movement – later incarcerated by government officials – was
the charismatic young author Luis González de Alba, whose account of his
imprisonment by Mexican authorities appears in the testimony Los días y los
años. Beyond his active involvement in militant student groups protesting the
establishment’s refusal to meet their demands, including the derogation of
Article 145 of the Penal Code, which allowed for imprisonment based on the
crime of "social dissolution," González de Alba was also a homosexual, and in
time would be recognized as one of Mexico’s most prominent gay rights
activists, as well as the author of such influential (and polemic) studies as
Bases biológicas de la bisexualidad and openly gay literature, such as that
contained in El vino de los bravos, and Agapi mu / Amor mío. He is also the
owner of the longest standing gay bar in Mexico City, "El Taller," which has
always been very active as a cultural center and meeting place for male gays
(women are not permitted) as well as being a rather tame leather bar.
(Schuessler, 2005 : 143)

 2 El estudio de Anholt aún no ha sido publicado pero se pueden encontrar reportajes periodísticos en (...)

11Este tipo de contextualización es habitual en la historiografía de la literatura y el cine de temática


homosexual en todos los países, dado que la expresión de estos temas ha ido de la mano de los
movimientos sociales de reivindicación de los derechos de los homosexuales y la formación de
grupos LGBT. Pero lo interesante en el caso mexicano es que este despertar tuvo lugar en el
contexto de unos acontecimientos que marcaron la imagen y reputación internacional de México
por varias décadas. La imagen que de un país se tiene a nivel internacional puede permanecer
invariable durante larguísimos períodos de tiempo, pero también se puede ver modificada
súbitamente por su respuesta a la adversidad o por acciones simbólicas de repercusión
internacional. La reputación de México como país violento y corrupto, que ya existía en el
imaginario internacional al menos desde la Revolución, se confirmó tras conocerse los detalles de
la actuación gubernamental de 1968. Es una reputación negativa que ha venido acompañando a
México hasta el presente, y que en tiempos recientes ha llevado al presidente Calderón a
comisionar un estudio al consultor británico Simon Anholt, responsable de la creación del concepto
de “marca país”. Una de las premisas del estudio de Anholt sobre México es que la reputación
internacional del país es relativamente pobre y que la proliferación en la prensa internacional de
reportajes sobre la violencia generada por el narcotráfico está contribuyendo a un progresivo
deterioro de la misma. Pero el problema, según Anholt, es mucho más profundo y tiene que ver
con una baja auto-estima como nación : “Mexico has been trying for nearly 300 years to emerge
in some way in the mighty shadow of the United States, and partly as a result of that it has simply
never bothered to present itself to the rest of the world”2.

 3 En 2004 Anholt fundó la revista académica Place Branding and Public Diplomacy, de la que aún es ed (...)

 4 “I offer a working definition of nation branding as a compendium of discourses and practices aimed (...)

12La idea de la Marca México se deriva del concepto de “marca país”, acuñado en 1996 por Simon
Anholt, quien desde entonces ha desarrollado la mayor parte de su aparato teórico 3 así como un
doble instrumento, el Anholt Nation Brands IndexTM y el Anholt City Brand IndexTM, que desde
2005 asegura la explotación comercial del mismo y que es responsable, en gran medida, de la
favorable acogida que gobiernos y agencias públicas han dispensado a la idea de “marca país” en
todo el mundo. A pesar de las muchas versiones y aplicaciones existentes del concepto, se puede
definir la “marca país” como un compendio de discursos y prácticas cuyo objetivo es reinventar el
país en términos de marca y mercado4.

13Aunque en algunos países la idea de la marca ha cuajado entre los sectores gubernamentales,
económicos y diplomáticos dando lugar a una nueva generación de prácticas de gestión del turismo
y de la cultura (y en algunos casos también de la política con mayúsculas), en México la mayor
parte de las actividades generadas por la idea de marca nación se han centrado en la publicidad
y en el márketing. Por ejemplo, la página MexicoToday.org, desarrollada por la agencia
norteamericana de márketing y comunicaciones Qorvis, informa a una audiencia mayoritariamente
norteamericana y europea sobre la oferta mexicana en cultura y turismo, así como sobre la
creciente presencia de México entre las economías más pujantes. Aunque esta estrategia puede
resultar efectiva a corto plazo en términos del número de turistas que decidan visitar el país,
existen tres problemas fundamentales. En primer lugar, el México representado en
MexicoToday.org apenas se diferencia del México que el imaginario popular ha creado en los
Estados Unidos y Europa : las imágenes de ruinas pre-hispánicas, ciudades coloniales, modernos
complejos turísticos y parajes naturales no añaden nada nuevo a lo ya conocido y además
refuerzan la idea de que no hay nada nuevo en México. El logo multicolor, que podría fácilmente
connotar el arco iris del turismo gay internacional, no se rentabiliza en ese sentido. En segundo
lugar, la elección de Qorvis para realizar esta campaña resulta problemática por la asociación de
esa empresa con regímenes autocráticos del mundo islámico, para los que ha realizado campañas
de imagen que grupos de derechos humanos han denunciado repetidamente. Qorvis también ha
tenido problemas con el FBI en 2004 por su continuada asociación con el régimen de Arabia Saudí ;
y con sus propios empleados, un tercio de los cuales abandonaron la empresa en 2011 por sus
campañas de imagen para regímenes dictatoriales. Por último, la estrategia misma de tratar de
modificar las percepciones internacionales del país usando una campaña de márketing es, como
Simon Anholt ha recalcado en multitud de ocasiones, simplemente pueril. La imagen de un país
no se puede cambiar mediante campañas publicitarias, páginas web o costosas operaciones de
márketing.

14Quizá más útil, aunque también más amargo, es el consejo del propio Simon Anholt, quien en
su informe, arriba mencionado, concluyó que los problemas de imagen de México van más allá de
lo que una simple campaña de márketing podría solucionar. El problema de fondo, para Anholt,
no es otro que una baja auto-estima nacional, que se transparenta en su excesiva dependencia
con respecto a los Estados Unidos.

 5 http://news.bbc.co.uk/2/hi/programmes/fast_track/9694817.stm(...)

After hundreds of years of civil issues and outright manipulation by the Unites States, it really should
not come as any surprise that Mexico suffers on a national scale from low self-esteem. The practices
of caudillismo did nothing to build a trustworthy, reputable government. Combined with a history of
instability and poor conditions for the masses, Mexico understandably does not attract tourism. The
challenge for Mexico moving forward will be to look inward, building infrastructure and moving toward
the proposed social reforms. While the U.S. has certainly constituted some of the nation’s problems
and undermined its self-determination, the true test of Mexico emerging as a modern nation will be
whether or not it can shake the influence and make proactive, independent decisions.5

15Es decir, la imagen internacional de México está íntimamente condicionada por la propia historia
del país, por la cultura de su gente y por el grado de auto-conciencia que los propios mexicanos,
incluido el gobierno de la nación, han ido desarrollando sobre su lugar en el mundo.

16La perspectiva que este enfoque permite abre una insospechada vía de interpretación del cine
gay mexicano. No hay que olvidar que el movimiento LGBT ha sido y es un movimiento
internacional y que los avances en cualquier país son difundidos con gran celeridad a través de lo
que se ha dado en llamar la “cultura” LGBT, que no es sino una red de distribución y discusión de
textos y discursos, y que incluye, inevitablemente, el cine de temática LGBT. La globalización,
desde comienzos de los años 90, ha contribuido a acelerar la internacionalización de estas redes
culturales LGBT. La noción de “marca país” propuesta por Anholt (o “identidad competitiva”, como
él prefiere denominarla) plantea una cuestión fundamental acerca del punto de vista : la imagen
que los mexicanos tienen de su propio país, ¿coincide con la imagen internacional de México ?
Aunque un análisis pormenorizado de esta cuestión nos llevaría muy lejos, es obvio que de modo
provisional hemos de aceptar que exista una asimetría entre la bajísima auto-estima nacional de
la que habla Anholt (la misma que lleva a Calderón a encargar el estudio de imagen a Anholt) y
una percepción internacional que combina rasgos negativos como la violencia y el machismo con
rasgos positivos como los destinos turísticos y la riqueza cultural del país. Las políticas de
reconocimiento y protección de las minorías, ya sean éstas de tipo étnico, cultural, lingüístico,
religioso, de orientación sexual o de cualquier otro tipo, son percibidas casi siempre como un factor
positivo en la imagen de un país. Y en este sentido México ha dado pasos decisivos en la última
década, que han contribuido a paliar en cierto modo el efecto negativo de la violencia en la imagen
internacional del país.
 6 El lugar sin límitesrecibió dos premios ACE en los Estados Unidos y el premio especial del jurado (...)

17Del mismo modo que la aprobación del matrimonio homosexual en el Distrito Federal y en
Coahuila se convertido en un precioso activo para la reputación internacional de México en tiempos
recientes, la distribución internacional de las pocas pero bien conocidas películas homosexuales
de Ripstein y Hermosillo (y más tarde Cuarón)6 contribuyeron a paliar los efectos negativos que
sobre la imagen de México ejercían tanto las desafortunadas actuaciones del gobierno como una
cultura nacional excesivamente marcada por la dictadura del patriarcado en un tiempo histórico,
el del feminismo, en el que el concepto de “macho” estaba perdiendo las connotaciones positivas
que en el pasado hubiera podido tener. De este modo, si bien la opinión mayoritaria sobre la
homosexualidad en México sigue siendo negativa, lo cierto es que los avances, tanto en producción
cinematográfica como en materia de derechos, tienen un efecto positivo en la reputación
internacional del país.

18Veamos a continuación cómo se construye una imagen país en algunas películas mexicanas de
temática homosexual de diferentes tendencias y épocas.

Modisto de señoras (1969)


19Prácticamente ignorada por la crítica, Modisto de señoras, dirigida por René Cardona (hijo) e
interpretada por el famoso cómico Mauricio Garcés, tuvo una secuela, Peluquero de señoras, con
el no menos conocido Héctor Lechuga en 1973. Ambas películas desarrollan el tema del falso
homosexual : un heterosexual depredador que simula ser homosexual para acercarse a sus
víctimas sin despertar sospechas entre sus maridos. El tema tuvo desarrollos similares en otros
países de habla hispana en esos mismos años ; por ejemplo, en España apareció en 1970 la
película de Ramón Fernández No desearás al vecino del quinto, con el popularísimo Alfredo Landa
en el papel del falso homosexual, uno de los mayores éxitos de taquilla del cine español de todos
los tiempos que, como ocurre conModisto de señoras, apenas ha recibido atención crítica (Martínez
Expósito, 2004).

20La narrativa del falso homosexual no es coherente con las narrativas nacionales basadas en el
patriarcado heterosexista : por una parte, el hombre heterosexual debe no sólo serlo sino también
parecerlo ; por otra, la idea de falsedad o doblez es ajena a la idea del honor que sustenta el
discurso de la nación como conjunto de ciudadanos íntegros. La aparición de los falsos
homosexuales en los años setenta podría relacionarse con las crisis políticas y de valores que en
esa década afectaron a países como España (final del franquismo) o México (crisis de Tlatelolco).
Este tipo de narrativa juega con la idea de que las cosas nunca son lo que parecen, que ya aparecía
en el teatro clásico español y en la cultura barroca rica en personajes vestidos con ropas del sexo
opuesto con fines generalmente cómicos, pero añadiendo ahora el ingrediente de la sexualidad,
justo en el momento en que comienza el activismo reivindicativo homosexual en los Estados
Unidos (Stonewall) y Europa.

21Entre las ideas básicas que subyacen a este tipo de narrativa habría que mencionar, en primer
lugar, la visibilidad del gay en una cultura visual en la que apenas hay modelos y que obliga por
lo tanto al actor a construir su personaje a partir de las convenciones imperantes en la sociedad
del momento. Igualmente habría que destacar la vis cómica con la que se aborda el tema
homosexual, que siempre había sido tratado a la manera trágica (recuérdese que el único intento
serio en México es el infierno de El lugar sin límites). La esquizofrenia que el personaje doble
revela, que se puede leer en clave metafórica como la esquizofrenia que vive un país atrapado
entre el peso de la tradición y la presión de la modernidad. Y, en fin, la noción butleriana de
performatividad, la idea que la identidad no existe más allá de las expresiones de identidad, y que
en este tipo de representaciones estereotipadas parece otorgar una cierta legitimidad a
interpretaciones que en otros contextos históricos quizá resultarían fuera de lugar. Obviamente,
estas ideas básicas se pueden poner en relación con la imagen de México : la visibilidad de lo
mexicano en un mundo donde sólo llegan los estereotipos de Hollywood, el recurso a los géneros
cómicos para abordar temas que no se pueden tratar de manera seria sin caer en la condena sin
paliativos, la esquizofrenia como metáfora de una cultura de la ocultación que ha hecho de la
máscara uno de sus iconos más representativos, y, en fin, la performatividad como identidad
nacional puesta en escena.

Doña Herlinda y su hijo (1985)


22La película plantea un problema y una solución. El problema consiste en la imposibilidad de vivir
una relación homosexual estable en una sociedad radicalmente homófoba. La solución propuesta
consiste en crear una célula familiar que protege la relación homosexual de la intransigencia
ambiente. Tanto el problema como su solución representan una novedad en el cine mexicano. Al
plantear la relación homosexual como un conflicto con la sociedad, la película entra de lleno en
una concepción moderna de la homosexualidad, no como pulsión sexual más o menos transitoria,
sino como modo de vida e identidad personal. La solución, en cierto modo revolucionaria, consiste
en montar una operación de resistencia contra las estructuras sociales dominantes y crear una
burbuja doméstica donde la ley patriarcal queda en suspenso.

 7 En un foro de internet dedicado a esta película, un comentarista anónimo señala lo siguiente : “Am (...)

23A pesar de la sorprendente radicalidad de este planteamiento, la película se nutre de temas y


motivos reconociblemente mexicanos. El motivo de la resistencia, por ejemplo, es recurrente en
la literatura mexicana desde la Revolución. El personaje de Doña Herlinda, una madre que mueve
los hilos hábilmente, recuerda la tradición de mujeres fuertes que dio personajes tan célebres
como los representados por María Félix y Dolores del Río (y más recientemente la madre de Como
agua para chocolate). Y el escenario provinciano de Guadalajara sitúa la “revolución” homosexual
en el contexto del México profundo. Además, Guadalajara se convierte en uno de los focos de
atención de la película en varios momentos : en los planos iniciales se nos ofrece un encuadre
“turístico” de la Plaza de la Liberación, con sus fuentes y la catedral al fondo ; en la visita turística
de las dos familias al museo/fábrica de tallas típicas ; en las escenas de los bailes dominicales. A
pesar de la obvia intención promocional de este material visual, la autenticidad de esta
Guadalajara no debería ponerse en duda ; son numerosos los testimonios personales de
espectadores que aseguran haber conocido de primera mano las costumbres de la sociedad que
la película recrea7.

24Doña Herlinda y su hijo (1984) de Jaime Humberto Hermosillo es la única cinta de nuestras
unidades de análisis producida en los años 80. Debido al contexto histórico y social diferente, es
igualmente el único film cuyo discurso está enfocado en la problemática de la homosexualidad y
la denuncia de la hipocresía de la sociedad mexicana, aspecto este que interesa profundamente al
director. Sin duda alguna, esta cinta es muy representativa por subrayar y coincidir históricamente
con el movimiento reivindicativo de la homosexualidad que empieza a cobrar fuerza en aquella
época (Prapakamol, 2011 :105).

25El tema de la homosexualidad, por lo tanto, está puesto en relación directa con la mexicanidad
representada por los motivos y escenarios de un México que, obviando el necesario reduccionismo
al que obliga el uso de estereotipos, se presenta como real y auténtico. Aquí reside el verdadero
valor de la película : no, como se ha sugerido en ocasiones, en la crítica a una sociedad
intransigente, sino en la oposición entre un modo de vida homosexual y el modo de vida al que
obliga la cultura mexicana. En parte, la radicalidad de la película se encuentra en su desenlace :
el hecho de que la nueva estructura familiar creada para albergar en su seno tanto a la pareja
homosexual como a la mujer profesional, entregada a su carrera y que no tiene tiempo ni interés
para la vida conyugal se vea confirmada y recompensada con un desenlace positivo (tanto que se
congela en forma de postal de la familia feliz) constituye una respuesta sorprendente tanto a la
ética civil de la mexicanidad como a la fuerte tradición literaria del final trágico para las historias
homosexuales.

Y tu mamá también (2001)


26La aparición de una pulsión homoerótica entre adolescentes en esta road movie se resuelve con
el definitivo alejamiento de ambos protagonistas, incapaces de asumir la vergüenza de haber
sentido una atracción sexual recíproca. La tensión sexual entre ambos, que a ellos parece
sorprenderles hasta la náusea, es sin embargo obvia para la española que les acompaña en su
escapada – una mujer unos años mayor que ellos y mucho más experimentada tanto sexual como
afectivamente. La mayor liberalidad de la española tanto en lo sexual como en lo afectivo parece
remitir al lugar común que atribuye a España una mayor permisividad sexual. En este sentido se
podría comparar la historia de descubrimiento sexual de los dos adolescentes mexicanos en Y tu
mamá también con la historia similar de dos adolescentes españoles en Krámpack (dir. Cesc Gay,
2000) ; la diferencia fundamental entre ambas reside en el desenlace : tras su descubrimiento de
la homosexualidad, los españoles terminan reconciliados, mientras que los mexicanos interrumpen
para siempre su amistad.

27En Y tu mamá también la aventura de los dos muchachos y la española está acompañada por
constantes alusiones al mundo que los rodea : el México rural donde la belleza natural contrasta
con los problemas sociales. En su reseña de la película Gustavo Geirola enfatiza la dimensión
alegórica de la relación entre los personajes y sus ritos de iniciación a la masculinidad adulta en
relación a la situación política de México durante el siglo XX.

28Para ello, se apela al juego de la ficción y del documental. La ficción asume la historia de dos
muchachos y una mujer mayor que ellos, y este triángulo estará constantemente interrumpido
por una voz omnisciente que brinda detalles sobre el pasado, subraya aspectos del presente y
también anticipa el futuro, el más allá del relato. Lo documental, en cambio, opera como un telón
de fondo que muestra marchas de trabajadores, de estudiantes, que denuncia la represión policial
y militar, que habla de la condición miserable del indígena y de las regiones alejadas de la capital
(Geirola, 2002 : 170).

29Las dos realidades que en la película apenas se entrecruzan, la de los muchachos de clase
privilegiada con sus juegos de verano y la de un México donde perduran las desigualdades y la
corrupción política, se presentan tan en oposición que prácticamente parecen dos caras de una
misma moneda. Así, cada nuevo paso en la historia sexual de Tenoch y Julio va precedido por un
comentario sobre la historia contemporánea de México, comentario que de este modo enmarca y
dota de significado a la historia de los muchachos. El último paso, el del contacto homosexual,
tiene lugar en una playa remota, un lugar (Boca del Cielo) inventado por Tenoch y Julio para
engatusar a la española, pero que al final resulta existir de verdad. En ese lugar utópico y remoto
que es la playa y el verano arquetípico de los descubrimientos adolescentes, rodeados por una
naturaleza cómplice y unos humildes pescadores amables que no interfieren, es donde el triángulo
amoroso se completa al consumarse la atracción entre Tenoch y Julio. Esta imagen idílica responde
a uno de los tópicos turísticos del país y en cierto modo viene a reforzar la idea, largamente
perseguida por la industria turística, de México como paraíso tropical. El contenido sexual de la
historia añade un elemento imprescindible en la promoción turística. El contenido homosexual
podría interpretarse como un intento de acercamiento al turismo gay occidental, y de hecho la
idea podría haber funcionado si el desenlace de la película hubiera sido positivo. La imagen de
México como destino turístico de posibilidades plenas, a pesar de sus problemas sociales y
políticos, podría haber quedado sólidamente refrendada en Y tu mamá también mediante una
conclusión en la que los muchachos vieran legitimada su transgresión. En lugar de ello, la
transgresión se torna condena y castigo : los muchachos nunca más se verán, la española muere
de cáncer pocas semanas después en el mismo escenario idílico que debería haber sido su paraíso
vacacional.

30La imagen de México como país que pugna por abrazar la modernidad pese a sus férreos
anclajes con el pasado se pone de manifiesto, de modo casi alegórico, en esta película.

Conclusión
31A modo de conclusión podemos avanzar, de manera provisional, que el cine de temática
homosexual no sólo no se desarrolla de manera independiente del contexto general (social,
cultural, político) del México contemporáneo, sino que funciona como un epifenómeno del mismo,
cifrando en películas claves del período algunos de los rasgos más significativos de la imagen que
México tiene de sí mismo (como es el caso de la masculinidad heterosexual como rasgo definitorio
del hombre mexicano) y ofreciendo posibilidades de contestación y crítica a los mismos (por
ejemplo, la existencia de identidades y comportamientos homoeróticos) que contribuyen a
proyectar una imagen en cierto modo reconstruida del país en el mercado global.
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<div align="justify"><br /><span style="color: rgb(153, 51,
153);font-size:180%;" ><strong>LA REALIDAD COMO
PELICULA</strong></span><br /><br /><br />Por: María
Guadalupe Cabrera Chavira,<br />Universidad Autónoma del Estado
de México, CUZ<br /><br /><br /></div><div
align="justify"></div><div align="right"><em>En la naturaleza una
oruga repulsiva se</em></div><div align="right"><em>Convierte
en una adorable mariposa. Pero con</em></div><div
align="right"><em>Los seres humanos pasa al revés: una
mariposa</em></div><div align="right"><em>Adorable se
convierte en una oruga repulsiva</em></div><div
align="right"><em><strong>Antón Chéjov<br /><br
/></strong></em></div><div
align="right"><strong><em></em></strong></div><div
align="right"></div><div
align="right"><strong><em></em></strong></div><div
align="right"></div><div align="justify"></div><div
align="justify"></div><div align="justify">En la sociedad mexicana
hay temas que aunque se abordan no se aceptan en su totalidad y
porque aún despiertan polémica, como es el caso de la
homosexualidad, debido a que las prácticas sexuales que no se
enmarcan en el paradigma heterosexual cuestionan un orden moral y
sexual impuesto por el sistema valorativo patriarcal, sin embargo, en
este proceso de modernización se han implementado diversas formas
para que se acepte y se respete a aquellas personas que tienen una
preferencia sexual diferente.<br /><br />Aún así, existen
manifestaciones que van desde la discriminación hasta la burla
estigmatizante hacia las personas gay y lesbianas en nuestra
cotidianeidad y es que, la discriminación que padecen en la
actualidad es inmensa, ya que en este acto despectivo de varios
sectores de la sociedad hacia este grupo social se violan sus derechos
humanos primordiales, por ejemplo la &#8220;Comisión Contra
Crímenes por Homofobia del D. F&#8221; (CCCH) ha
documentado desde la década de los 80&#8217; numerosos casos de
asesinatos, violencia física y psicológica en contra de homosexuales
a lo largo y ancho de la República mexicana y sobre todo,
culturalmente, se les ha denigrado olvidando que son seres humanos,
ya que en el imaginario colectivo se tiene la idea de que son personas
que únicamente tienen parejas por una mera y llana satisfacción
sexual como lo hacen ver los medios de comunicación electrónicos y
más aún, aquellos que tienen la función de reforzar que, el patrón
heterosexual es el único que se enmarca en la normalidad sexual.<br
/><br />En este sentido cabe resaltar que aunque los medios
electrónicos de expresión forman parte del ámbito cultural, también
hay otros mecanismos culturales para concienciar y sensibilizar a las
personas sobre una preferencia sexual distinta, nos referimos a la
cinematografía. A este respecto se han producido varias cintas que
narran la vida, los problemas y el rechazo que viven en pleno siglo
XXI los homosexuales.<br /><br />Sin embargo, ante este panorama
que pareciera ser optimista, porque precisamente el cine tiende a
mover los hilos de la sensibilidad humana y conduce a la reflexión,
la hipótesis que sostenemos es la siguiente: Las películas que
abordan el tema de la homosexualidad, todavía no han llegado
concienciar de forma general a la sociedad mexicana, es decir, aún
no se incorpora en el pensamiento ni en la práctica el respeto y
aceptación de la homosexualidad.<br /><br />Como primer punto
nos parece vital definir los conceptos que manejaremos a lo largo de
nuestro trabajo como son: la homosexualidad, derechos humanos,
homofobia, género y discriminación. En el transcurso de este escrito
retomaremos y comentaremos la película &#8220;Secreto en la
montaña&#8221; realizada en el 2005, por el Director chino Ang
Lee, dado que esta película nos ayuda a fundamentar nuestro análisis
sobre cómo influye el cine en nuestra cultura, principalmente con
respecto al tema de las diversas preferencias sexuales.<br /><br />La
palabra homosexual provienen del griego &#8220;homo&#8221;
que significa &#8220;lo mismo&#8221;, es decir una persona que
gusta de personas de su mismo sexo. Homosexual se puede utilizar
para hombres y mujeres que prefieren a personas de su mismo sexo,
sin embargo, hoy en día el término homosexual se ha transformado
para dar pauta a utilizar conceptos occidentales como gay que alude
a identidades sexuales más específicas, esto es, la noción gay es una
acepción inglesa que determina a alguien &#8220;alegre&#8221;, y
ésta a su vez, se toma del francés para designar a hombres
homosexuales; actualmente se le da un significado más concreto
donde ser gay es estar orgulloso y ejercer abiertamente la
homosexualidad masculina. En este sentido, el término gay fue
adoptado por una comunidad de San Francisco para referirse a sí
mismos y le otorgan una connotación festiva ante las
consideraciones clínicas negativas que tienen el vocablo homosexual
acuñado en 1869.<br /><br />Por su parte, la palabra lesbiana, tiene
su origen en la geografía griega, particularmente de una isla del
Mediterráneo llamada Lesbos (ahora nombrada Mitilene) en la cual
sólo vivían mujeres. Los griegos tuvieron una gran cultura, una de
sus tantas manifestaciones fue la del estudio de su propia lengua, por
eso a las mujeres que se amaban entre sí y que tenían un nivel social
y cultural alto les llamaban lesbianas, las cuales se encontraban en
este lugar.<br /><br />En este horizonte, los derechos humanos son
garantías que tiene todo ser humano por naturaleza que le permite un
desarrollo integral, éstos son universalmente reconocidos y deben ser
garantizados por el Estado. En esta línea debe asegurarse el derecho
a la no discriminación, que es el trato diferente y de rechazo hacia
una persona basándose en características físicas, apariencia,
condición social, lengua, nacionalidad y preferencia sexual.<br /><br
/>Siendo así que, el respeto a los derechos humanos tienen que ver
con todo un sistema valorativo aprendido e interiorizado al interior
de un grupo social en donde por ejemplo, influye mucho la moral,
que se encarga de enseñar a los hombres y mujeres a distinguir el
bien y el mal de acuerdo a la convivencia y al grado de evolución de
una sociedad.<br /><br />Por otra parte el término género es una
construcción sociocultural basada en la diferenciación sexo-
biológica que hay entre hombres y mujeres, en donde se exige un
comportamiento señalado que cumpla con las expectativas sociales
de lo que es lo masculino y lo femenino, es decir, se tiene que llevar
a cabo el rol que cada uno debe desempeñar al interior de la sociedad
a partir de ciertos parámetros aceptados en la colectividad.<br /><br
/>De esta manera, la homofobia que es el miedo, rechazo e
intolerancia irracional hacia la homosexualidad, es una conducta,
común y cotidiana en sociedades como la nuestra, que se
caracterizan por el temor a la diversidad sexual.<br /><br />Ahora
bien, no hay una teoría determinante en los orígenes de la
homosexualidad, algunas sostienen que es por cuestiones genéticas,
otras plantean que surge por el tipo de convivencia social que tienen
desde pequeños y por otro lado, hay las que sostienen que tienen que
ver con algún problema psicológico causado por ataques sexuales,
sin embargo, más allá de los orígenes de la orientación sexual que no
es nuestro objetivo exponer aquí; creemos y defendemos el principio
de que es una cuestión personal y privada escoger con quién
deseamos compartir nuestra vida y con quién expresar nuestra
sexualidad, sexualidad que no necesariamente tiene que ver con la
reproducción como la ha caracterizado la ideología judeo-cristiana
base de la religión católica, sino que tiene que ver con el placer, el
respeto y cuidado al cuerpo, con un proyecto de vida en común y con
el derecho a defender las sexualidades diversas, ya sea individual o
colectivamente.<br /><br />De esta manera podemos ver que no sólo
hay derechos humanos que plantean la importancia de la no
discriminación, sino que también existen los derechos reproductivos
que expresan la libertad de escoger nuestra pareja, cuántos hijos
tener y los anticonceptivos qué se quieran usar.<br /><br />Con base
en lo anterior, ahondaremos en nuestra temática y quisiéramos partir
de una pregunta &#191;una película puede modificar nuestra
perspectiva hacia una idea, forma de pensar y de ver la vida? Nuestra
respuesta inmediata es que, depende del sistema valorativo con el
cual se ha crecido. Además de que es importante conocer un poco
del tema para poder así emitir un juicio objetivo acerca del mensaje
que nos da un filme o de lo contrario la subjetividad saldrá a flote en
un país como el nuestro, machista, misógino e intolerante que
difícilmente aceptan a personas que creen abiertamente en el respeto
a la diversidad.<br /><br />Hemos escuchado que el cine educa, sin
embargo es bueno analizar qué vemos y qué es lo que consumimos,
culturalmente hablando. Según datos estadísticos, del 2002 en
México el 73.5% de las películas vistas fueron estadounidenses,
mientras que mexicanas fue el 5.88%, esto nos demuestra que hay
una gran demanda de películas gringas en nuestro país. Mientras que
las cintas mexicanas carecen de apoyo y difusión. Esto explica el
impacto de la vida norteamericana en la manera de vivir nuestra
cotidianeidad.<br /><br />Nos parece importante mencionar algo
que nos parece relevante, muchas de ellas pueden imponer pautas de
consumo, tener influencia en la identidad de los jóvenes, lo que nos
lleva a identificarnos o ponernos a favor o en contra de algún
protagonista que personifica algo aceptable o repudiar a alguien que
expresa lo contrario.<br /><br />Existen las películas de acción y de
suspenso que de forma generalizada son las más vendibles, las cuales
nos ponen entre el dilema del bueno y el malo, por ejemplo quien no
ha visto Duro de matar I, II y III, películas de terror como Viernes
13, El exorcista, El Aro, o cintas como: Volver al futuro, Superman,
El hombre araña, Los hombres X, Matriz, Los 4 fantásticos, las saga
de las Guerras de las galaxias o Harry Potter entre otras.<br /><br
/>En fin, una lista interminable de cintas por todos vistas, de las
cuales solemos asimilar, que hay que acabar con nuestro enemigos
de la forma que sea, que el dinero es el símbolo del éxito, que la
belleza es sinónimo de felicidad, que el nacionalismo americano
puede justificar la violación de los derechos humanos, que beber es
divertido, que la drogadicción es normal, etcétera, un inconveniente
de la globalización es que trae consigo la reproducción de vicios
culturales de otras sociedades.<br /><br />Lo anterior trae a colación
que, abordar este otro tipo de películas poco vistas y conocidas, nos
puede llevar de la mano a representaciones de la vida cotidiana por
pocos aceptada, protagonizadas por actores que representan a
personas que la sociedad estigmatiza como son gays, prostitutas,
lesbianas, transexuales, bisexuales, etc. Estos actores al personificar
a gays o lesbianas, transgreden las normas culturales establecidas, en
donde ya están conformados socialmente los roles tradicionales
hombre-mujer, en donde el paradigma heterosexual es &#8220;lo
ideal, lo sano, lo normal&#8221;.<br /><br />En nuestra sociedad el
rol del hombre es el de proveedor, el de dar seguridad a la familia, el
símbolo del poder. Mientras que el rol de la mujer se encasilla al
llamado ámbito privado dedicado a la procreación, a dar placer
sexual al hombre, a realizar quehaceres domésticos. Si bien es cierto
que actualmente hay una cierta apertura al ámbito publico, como es
el trabajar o moverse en esferas políticas desempeñando algún cargo,
no ha sido de forma igualitaria, puesto que muchas veces reciben
salarios 40% menos en trabajos iguales al hombre y muchas al
regresar de su jornada laboral tienen que realizar una más con el
cuidado de los hijos y la realización de los quehaceres
domésticos.<br /><br />Ante lo establecido culturalmente, un
homosexual rompe con las reglas reproductivas, en el caso del
matrimonio tradicional para muchos sectores ligados al espacio
religioso su &#8220;conducta es antinatural&#8221; es un pecado,
puesto que su unión no implica la procreación de un hijo y además
porque atenta en contra de los roles estereotipados, ya que viola la
norma patriarcal del hombre- padre-poder, es decir fractura todo un
sistema valorativo de la estructura social, siendo considerados por
las instituciones (Estado, iglesia, educación y familia) seres
disfuncionales, que no respetan los modelos culturales con respecto a
la sexualidad y al género.<br /><br />Al llevar al cine la temática
homosexual el director y el guionista tienen una intencionalidad , la
cual es la defensa de esta preferencia sexual, tratar de concienciar a
los receptores de que independiente de la orientación sexual también
hay sentimientos, tratan de describir los problemas a los que se
enfrentan, como es la discriminación, las burlas, el dilema de este
grupo homosexual de querer salir del closet pero también el de tener
que casarse para cumplir con lo culturalmente establecido, viéndose
en la necesidad de utilizar mujeres y hombres como esposos y como
esposas. En donde el desafío al sistema de valores termina en
crímenes ejercidos por personas homofóbicas que no entienden el
contenido de las cintas por la concepción sociocultural en el que han
sido inculcados.<br /><br />Aunque también existen directores de
cine que hacen películas sobre el rema homosexual con un tono
amarillista, morboso y tendencioso para lucrar con este tema.<br
/><br />Solo por ejemplificar algunos elementos antes mencionados
nos remitiremos al contenido de los personajes principales de la
película el &#8220;Secreto en la montaña&#8221;,En la cual Ennis
Del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal), llegan a
buscar trabajo como guiadores de ovejas en la montaña Brokeback,
se llevan muy bien hasta que la relación llega a la intimidad, así
pasan varios meses hasta que llega el momento de que cada uno
toma caminos diferentes, casándose y teniendo hijos, posteriormente
Jack busca a Ennis y se dan cuenta que el tiempo y la distancia
afirmó sus sentimientos de amor, así mantienen una relación por 20
años.<br /><br />Es una historia que no tiene un final feliz como
suele ocurrir en la vida diaria (aunque en la realidad puede haber
excepciones), pero lo que me parece relevante es que aunque tienen
relaciones sexuales, sin embargo la temática se enfoca más en los
sentimientos y en los obstáculos que les impide estar juntos, ya que
se enfrentan al sarcasmo y discriminación del patrón, pues en una
ocasión los vio juntos, y lo que es muy importante es que tuvieron
que casarse porque no tuvieron el valor ni la posibilidad de
trascender el sistema cultural del viejo Oeste machista y
sobreestimador de lo masculino, los prejuicios sociales y la presión
familiar .<br /><br />Esta cinta gana el León de Oro al mejor film en
el festival de Venecia, sin embargo, en Estados Unidos, no. Esta
película nos plantea aquello que muchos no quieren ver, que se
supone prohibido y que Ang Lee muestra con desgarradora tristeza:
el amor imposible, condenado al secreto y al silencio de dos
hombres.<br /><br />Algunos datos que nos parecen relevantes es
que en varios cines Estadounidenses despertó polémica y los dueños
de algunos cines no aceptaron su proyección, en una sala donde se
presentó el 80% eran mujeres y solo el 20% eran hombres.<br /><br
/>Esto nos remite a pensar que es un tema no superado no solamente
en una nación como la norteamericana que presume de ser
democrática y defensora de los derechos humanos sino que en
México películas de este tipo sólo serán aceptadas por una minoría,
quizá la mayoría sí las vea pero con morbo y de manera
escandalizada, debido a la concepción prejuiciosa que impera en la
sociedad, ya que representan imágenes fuertes para el hombre y el
machismo en México y para muchas mujeres con una lógica
conservadora.<br /><br />Sin embargo, consideramos que no
podemos cerrar los ojos y no criticar algunos elementos que nos
parecen importantes, por un lado esta la cuestión de estereotipar al
gay como bien parecido, delgado, joven y depilado, como si
quisieran evadir que también existen personas con otras
características físicas, identitarias, de otras culturas, latitudes
geográficas, etcétera, hombres morenos, bajos de estatura, no
afeminados que sostienen relaciones sexo-afectivas con otros
hombres, a este respecto podemos mencionar que en los 80s surge un
movimiento alternativo llamado los osos, los cuales hacen referencia
al repudio de este modelo, argumentando que a pesar de que están
gordos, velludos, tienen pelo largo, tienen facciones toscas y les
gusta deportes rudos también deben de ser respetados por su
preferencia sexual.<br /><br />Para ejemplificar que la
homosexualidad masculina tiene diversas caras, hay otro tipo de
películas que retratan los amores y desamores, la discriminación en
diversos contextos culturales y las diferentes significaciones de esta
preferencia, como lo muestran las cintas mexicanas Doña Herlinda y
su hijo de Jaime Humberto Hermosillo, El lugar sin límites de Arturo
Ripstein, Dulces compañías de Óscar Blancarte; de España: Pepi,
Luci, Bom y otras chicas del montón de Pedro Almodóvar, Segunda
piel de Gerardo Vera, de Inglaterra Sebastián de Derek Jarman; de
Cuba Fresa y chocolate de Tomás Gutiérrez Alea y Antes que
anochezca que trata la vida del escritor cubano Reynaldo Arenas,
entre las más representativas.<br /><br />Para concluir nos gustaría
enfatizar que es muy cierto que la preferencia sexual es una cuestión
personal que si bien se establece en el ámbito de lo privado, pero
emerge a lo público cuando se lucha por la defensa de su identidad y
por el derecho a no ser tratados como ciudadanos de segundo grado
por lo que, tenemos claro que para cambiar la concepción hacia el
homosexual se necesita de un cambio cultural de fondo, en donde los
valores como el respeto y la tolerancia deban estar presentes en todas
las esferas de la sociedad.<br /><br />Podemos comenzar desde los
espacios cotidianos ya sean familiares o en la formación escolar, en
donde la reproducción de valores pueden cambiar la forma de ver a
los homosexuales.<br /><br />De esta manera, evitaremos que las
mujeres seamos utilizadas algunas veces sin intención como escudo
y resguardo para guardar las apariencias de personas que temen las
represalias, discriminación y burlas de la sociedad.<br /><br /><br
/>BIBLIOGRAFIA<br />-<a
href="http://www.conapred.org.mx/">http://www.conapred.org.mx/
</a><br />-http://agencia.mileniogay.com/<br />-Atlas de la
sexualidad,euroMéxico,2002<br />-López, María Luisa, &#8220;El
México del rechazo a otros&#8221; en La Revista, El Universal,
Núm. 26,23-29 Agosto 2004.<br />-Rodríguez Quintero Verónica,
El obdusman en México, México, Claves Latinoamericanas,
1997.<br />- Touraine, Alain, &#8220;La luz y la mirada&#8221;,
Revista Mexicana de Sociología, México, Vol. XII, núm. 4, Octubre-
Diciembre 1999, pp1299-1315<br /><br />Lupitacabrerachavira @
yahoo.com.mx </div>

New queer cinema


El New Queer Cinema es un movimiento cinematográfico nacido dentro del cine
independiente de EE. UU. a principios de los años 90. Los directores de este movimiento se
caracterizaron por su aproximación a la cultura queer y su cine pretendía ser un revulsivo
frente a las películas que buscaban dar imágenes edulcoradas de la homosexualidad, tales
como Maurice (James Ivory, 1987), El banquete de boda (Ang Lee, 1993)
o Philadelphia (Jonathan Demme, 1993).

La expresión New Queer Cinema fue utilizada por primera vez por la periodista B. Rudy Rich
en un artículo publicado en 1992 en la revista británica Sight & Sound. En dicho artículo se
analizaba la numerosa presencia de películas con temática homosexual en los festivales de
cine del año anterior. Algunos de estos films fueron Young Soul Rebels (Isaac Julien,
1991), Poison (Todd Haynes, 1990), Eduardo II (Derek Jarman, 1992) y Swoon (Tom Kalin,
1992).

Esta generación de cineastas destacó por el carácter radical de sus películas y por su forma
de tratar las identidades sexuales, que desafiaban tanto el statu quo heterosexual, como la
promoción de imágenes positivas de la homosexualidad que reivindicaba elmovimiento LGBT.
Estos directores no pretendían hacer un cine de buenos y malos o que sus personajes dieran
buen ejemplo de la homosexualidad, sino poder reflejar la diferencia sexual sin autocensura y
alejarse de las convenciones heterosexuales aplicadas al cine gay.

Una de las causas del carácter rebelde de estos realizadores fue que comenzaron a dirigir
películas cuando la comunidad gay todavía estaba conmocionada por el impacto del sida y
el neoconservadurismo promovido por Ronald Reagan, George H.W. Bush yMargaret
Thatcher aún estaba vigente.

También contaron con productoras propias como Killer Films, dirigida por Christine Vachon,
que produjo los debuts de Haynes y Kalin y la posterior Boys Don't Cry (Kimberly Peirce,
1999). Otra productora cinematográfica destacable es Andrea Sperling, quien produjo The
Hours and the Times y todas las películas de Gregg Araki; actualmente produce entre otros,
los films de la directora Jamie Babbit como But I'm a Cheerleader (1999).

Índice

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 1 Directores
 2 Influencia posterior
 3 Véase también
 4 Referencias

Directores[editar]

 Gus Van Sant: Mala Noche, Mi Idaho privado, Ellas también se deprimen
 Rose Troche: Go Fish
 Todd Haynes: Poison, Safe, Dottie Gets Spanked, Velvet Goldmine, Far from Heaven, I'm
not there.
 Christopher Munch: The Hours and Times
 Gregg Araki: The Living End, The doom generation, Mysterious Skin
 Tom Kalin: Swoon
 Derek Jarman: Eduardo II, Caravaggio, Wittgenstein.
 Bruce LaBruce: No Skin Off My Ass
 Scott Coane: Shaving Ryan's Privates
 Bill Sherwood: Parting Glances

Influencia posterior[editar]
Con la excepción de Gregg Araki, quien sigue fiel al estilo de sus primeras películas, los
realizadores del New Queer Cinema dejaron de hacer cine o ampliaron y suavizaron su
discurso, como es el caso de Gus Van Sant o Todd Haynes. Pero la influencia del movimiento
se puede rastrar en otros directores posteriores como John Cameron Mitchell o en películas
como Johns (Scott Silver, 1996) o The Fluffer (Richard Glatzer y Wash West, 2001)

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