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Eoceno

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Eoceno

El Eoceno es una división de la escala temporal Era1 Período Época Millones años
geológica que pertenece al periodo Paleógeno; dentro Holoceno 0,01 (~10.000 a.C)
de este, el Eoceno sigue al Paleoceno y precede Cuaternario
al Oligoceno. Comienza hace unos 56 millones de años Pleistoceno 2,59
y termina hace unos 34 millones de años.2345 Plioceno 5,33
Neógeno
Durante esta época se formaron algunas de Cenozoico Mioceno 23,03
las cordilleras más significativas del mundo, como
Oligoceno 33,9
los Alpes o el Himalaya, y acontecieron varios cambios
climáticos importantes: el máximo térmico del Paleógeno Eoceno 56,0
Paleoceno-Eoceno, que aumentó la temperatura del
Paleoceno 66,0
planeta y delimita el inicio de esta época geológica; y
el evento Azolla, un enfriamiento global que daría paso
a las primeras glaciaciones. La extinción masiva Grande Coupure marca el fin del Eoceno.
Las aves predominaban sobre los demás seres, y los primeros cetáceos comenzaron su desarrollo. Además,
la especie de serpiente más grande que ha existido data del Eoceno, y se produjo una gran expansión y
diversificación de las hormigas. La Antártida comenzó la época rodeada de bosques tropicales, y lo finalizó con
la aparición de los primeros casquetes polares. Existen multitud de yacimientos paleontológicos en diversos
lugares del mundo que confirman estos hechos, como el sitio fosilífero de Messel, en Alemania, o la Formación
Green River, en Norteamérica.
El nombre de Eoceno, definido por el británico Charles Lyell, proviene de las palabras griegas eos (ἠώς, 'alba')
y kainos (καινός, 'nuevo'), haciendo referencia a la aparición de los órdenes modernos de mamíferos durante
esta época.

Subdivisiones[editar]
El Eoceno se suele subdividir informalmente en Eoceno inferior (Ypresiense), Eoceno
medio (Lutetiano y Bartoniense), y Eoceno superior (Priaboniense). Es menos frecuente subdividirlo en
inferior y superior únicamente. En este caso, el Lutetiano pasaría a formar parte del Eoceno inferior, mientras
que el Bartoniano haría lo propio en el
Eoceno superior.
Inicio, en
 Ypresiense: comenzó hace 55,8 ± 0,2 Era Periodo Época Edad
millones
millones de años, coincidiendo con el Eratema Sistema Serie Piso
de años
inicio del máximo térmico del Paleoceno-
Eoceno, un período de calentamiento
Cuaternario6 2,588
global rápido e intenso que provocó
la extinción de numerosos foraminíferos
bentónicos, y que está asociado con un Neógeno 23,03
episodio de gran evolución de
los mamíferos. En las Chattiense 28,1
series estratigráficas, su inicio queda Oligoceno
marcado por una variación Rupeliense 33,9
del isótopo 13C, ya que aumentaron los
niveles de CO2 y la relación del
Priaboniense 38,0
isótopo 13C con respecto a 12C disminuyó.
El final de esta edad está señalado por un
gran desarrollo de los foraminíferos Cenozoico6 Bartoniense 41,3

planctónicos y por la aparición del Eoceno


género Hantkenina. Finalizó hace 48,6 ± Paleógeno Luteciense 47,8
0,2 millones de años, y debe su nombre a
la localidad de Ypres, en Bélgica.4 Ypresiense 56,0
 Lutetiano: comenzó hace 48,6 ± 0,2
millones de años. Se trata de una edad Thanetiense 59,2
con abundantes invertebrados marinos
(moluscos, corales, erizos de mar) y que
Paleoceno Selandiense ~61,6
se caracteriza por su riqueza en mares
epicontinentalessometidos a las
influencias continentales. Daniense 66,0
Estratigráficamente, su inicio queda
marcado por el desarrollo de los foraminíferos planctónicos y por la aparición del género Hantkenina.
Finaliza coincidiendo con la casi-extinción del cocolitóforo Reticulofenestra reticulata, hace unos 40,4 ± 0,2
millones de años, y debe su nombre al antiguo nombre romano de la ciudad de París: Lutetia Parisiorum.7
 Bartoniense: comenzó 40,4 ± 0,2 millones de años atrás. Karl Mayer-Eymar le puso nombre, y definió los
límites en el año 1857 a partir de sedimentos arcillosos del sur de Inglaterra ricos en fósiles.
Estratigráficamente, su inicio queda marcado por la casi-extinción del cocolitóforo Reticulofenestra
reticulata. Finalizó hace 37,2 ± 0,2 millones de años, marcado por la primera aparición del
cocolitóforo Chiasmolithus oamaruensis. Su nombre proviene de la localidad de Barton-on-Sea,
en Inglaterra.8
 Priaboniense: Comenzó hace 37,2 ± 0,1 millones de años. Se trata de la última edad del Eoceno, donde
tuvo lugar la Grande Coupure, un episodio de extinciones masivas y cambios faunísticos acusados.
Estratigráficamente, su inicio queda marcado por la primera aparición del cocolitóforo Chiasmolithus
oamaruensis. Finalizó hace 33,9 ± 0,1 millones de años, quedando marcado por los foraminíferos
planctónicos y la extinción del género Hantkenina. Su nombre proviene de la localidad de Priabona,
en Italia.

Paleogeografía[editar]
Véase también: Pangea

La tercera y última gran fase de la fragmentación del supercontinente Pangea tuvo lugar a principios
del Cenozoico, entre el Paleoceno y el Oligoceno. El paleocontinente Laurentia, formado por los
actuales América del Norte y Groenlandia, continuó separándose de Eurasia y ensanchando el joven océano
Atlántico, a pesar de que se cree que todavía existía alguna conexión entre ambas masas terrestres.9 Mientras
el Atlántico continuaba su expansión, el ancestral océano Tetis continuó cerrándose debido a la aproximación
del continente africano y euroasiático.
A principios del Eoceno, el continente australiano todavía permanecía unido a la Antártida, pero durante
el Lutetiano, Australia comenzó a separarse rápidamente de la Antártida moviéndose hacia el norte debido a
la deriva continental, tal y como ya había sucedido con el subcontinente Indio y Nueva Zelanda decenas de
millones de años antes, durante el Cretácico. El aislamiento del continente antártico acarrearía consecuencias
drásticas sobre el clima global, como el máximo térmico del Paleoceno-Eoceno o el evento Azolla.

Orogénesis[editar]

La orogénesis es la formación de cordilleras producida por la colisión de dos placas tectónicas.

La Era Cenozoica fue un período de intensa actividad orogénica. Durante la denominada orogenia alpina se
formaron las montañas del sistema de Tetis, una cordillera que se extiende sobre la parte meridional de Eurasia
y que incluye los Alpes, los Cárpatos, las montañas de Asia menor, Irán, el Hindu Kush, el Himalaya, y las
montañas del sureste asiático. Esta actividad orogénica provocó un intenso metamorfismoregional.

La cordillera del Himalaya, la más alta del mundo, se originó durante el Eoceno.

El subcontinente indio, que se había separado previamente de Gondwana en el Cretácico Superior, y que se
había desplazado a una velocidad de 16 cm/año desde entonces, colisionó con Eurasia a principios del Eoceno.
La colisión entre estas dos masas terrestres originó la cordillera más alta del mundo, el Himalaya.10 Este
proceso de orogénesis todavía perdura en la actualidad, haciendo que el Himalaya sea unos cinco centímetros
más alto cada año.11
Por otra parte, la orogenia cimmeriana, un proceso orogénico que había comenzado en el Jurásico, continuó
creando algunas de las cordilleras que actualmente se encuentran en el centro del continente asiático. El
Eoceno fue el escenario de la fase final de esta orogénesis.
Eurasia no fue el único continente con actividad orogénica. La configuración geológica de multitud de montañas
de América del Norte datan de principios de Cenozoico, como por ejemplo las Black Hills de Dakota del
Sur, Wyoming, o las Apalaches de la costa este.

Clima[editar]
Artículo principal: Máximo térmico del Paleoceno-Eoceno

Artículo principal: Evento Azolla

65 millones de años de cambio climático. Este gráfico muestra el aumento de las temperaturas al principio del Eoceno y el
posterior enfriamiento en el resto de la época.

El clima global del Eoceno fue, probablemente, el más homogéneo del Cenozoico; el gradiente
térmico del ecuador a los polos era entonces la mitad que en la actualidad, y las corrientes oceánicas profundas
eran excepcionalmente cálidas. Las regiones polares eran mucho más cálidas que hoy en día, con
temperaturas similares al actual noroeste de los Estados Unidos. Los bosques templados llegaban hasta los
mismos polos, mientras que los climas tropicaleslluviosos llegaban hasta los 45° de latitud norte. La diferencia
más elevada se encontraba en las latitudes templadas, aunque el clima de los trópicos era similar al de
nuestros tiempos.12 Al estar unidos al inicio del Eoceno el continente australiano y la Antártida en una sola masa
terrestre, las corrientes oceánicas frías y cálidas se mezclaban, manteniendo una temperatura oceánica
homogénea.13
Desde el principio de esta época, la temperatura aumentó, en uno de los calentamientos globales más rápidos
(en términos geológicos) y extremos que se han registrado en la historia geológica, denominado máximo
térmico del Paleoceno-Eoceno. Fue un episodio de calentamiento rápido e intenso (de hasta 7 °C en latitudes
altas) que duró menos de cien mil años.14 El máximo térmico provocó una extinción masiva, por lo que
la fauna del Eoceno y del Paleoceno son muy diferentes.
Es posible que este intenso calentamiento fuera causado por la expulsión de clatratos de metano enterrados en
el fondo marino. Se cree que los sedimentos donde se encontraban almacenados estos clatratos fueron
perturbados a medida que los océanos se calentaban, y el metano que contenían provocó el aumento de la
temperatura global. Se estima que se emitieron a la atmósfera dos mil gigatoneladas de metano, un gas
de efecto invernadero diez veces más potente que el dióxido de carbono.15
Los helechos del género Azolla podrían haber causado el enfriamiento del planeta hasta las temperaturas actuales.

El aumento de las temperaturas en todo el planeta no fue la única consecuencia, pues el clima global también
se volvió más húmedo, y gran parte de esta humedad fue conducida a los polos.16 La gran cantidad de lluvia
sobre el océano Ártico, junto con la configuración de los continentes (que lo aislaba del resto de océanos),
redujo drásticamente la salinidad. El agua dulceacumulada en la zona ártica preparó el terreno para que
sucediera un gran cambio climático de signo totalmente opuesto y que marcaría el final del Eoceno.
El clima se mantuvo cálido durante el resto del Eoceno, a pesar de que un enfriamiento global, que finalmente
llevaría a las glaciaciones del Pleistoceno, comenzó a mediados de esta época a causa de dos factores:
el evento Azolla, y el aislamiento de la Antártida.
El evento Azolla tuvo lugar hace cuarenta y nueve millones de años, cuando el helecho Azolla de agua dulce,
también llamado "helecho mosquito", comenzó a crecer en grandes cantidades sobre el océano Ártico. A
medida que se hundían sobre suelo marino, las plantas empezaron a formar parte de los sedimentos del suelo
oceánico, donde no era posible su descomposicióndebido al escaso nivel de oxígeno de las capas de agua
profundas. La reducción de la cantidad de carbono en la atmósfera terrestre contribuyó a transformar el planeta
de una "Tierra invernadero", suficientemente cálida como para que las tortugas y las palmeras habitaran en los
polos, en una "Tierra helada".1718
Con la separación del continente australiano hace unos cuarenta y cinco millones de años, la Antártida quedó
privada del flujo de aguas ecuatoriales que hasta entonces suavizaba el clima. Con la privación de estas aguas
cálidas, la Antártida se enfrió y el océano Antártico inició su glaciación, creando un flujo de agua fría
y banquisas que reforzaron el efecto del enfriamiento.

Fauna[editar]
Aves[editar]
Por primera vez en la historia de la Tierra, las aves predominaban sobre todos los demás seres. Las aves
predadoras gigantes, como es el caso del Gastornis, anteriormente conocido como Diatryma, se alimentaban
de mamíferos como el Propalaeotherium, en Europa y América del Norte,19 mientras que los Phorusrhacidae,
conocidos como las "aves del terror", se convertirían en los superpredadores por excelencia de América del
Sur.
Los pingüinos, que habían aparecido durante el Paleoceno, llegaron a América del Sur sobre el Eoceno medio,
y en el Bartoniense ya habían comenzado a extenderse por aguas atlánticas.
Algunos géneros y especies primitivas de pingüinos son los Perudyptes devriesi (de 76 cm de altura) y el
gran Icadyptes salasi (de 150 cm de altura), ambos hallados en las costas desérticas de Ica, al sur del Perú;20
asimismo los Archaeospheniscus o el gigantesco Anthropornis nordenskjoeldi, que medía 170 cm de altura y
pesaba alrededor de 90 kg. En comparación, el pingüino emperador, que se trata del pingüino actual más
grande, solamente mide 122 cm de altura y 37 kg de peso.


Icadyptes (Pingüinos)

Gastornis(Gastornithiformes)

Presbyornis(Anseriformes)
Los anseriformes comenzaron a diversificarse, en géneros como Presbyornis, que estaba relacionado con
los patos y las ocas actuales. Los estudios de la familia Presbyornithidaeson muy importantes para entender la
evolución de las aves. Las especies que vivían en zonas costeras y estaban menos especializadas tendían
menos a extinguirse que las especies más adaptadas a un ecosistema concreto.
El Palaeotis es una ratite de la cual se han hallado fósiles en el sitio fosilífero de Messel, en Alemania. Estos
hallazgos son especialmente interesantes, pues la tesis tradicional sostiene que las ratites se originaron
en Gondwana, basándose en su difusión actual. El descubrimiento en Europa de Palaeotis, junto con otras
ratites en América del Norte y Mongolia, pone en evidencia esta hipótesis.21
En las fosforitas de Quercy se han encontrado evidencias de una difusión más amplia de los loros durante el
Eoceno. Los restos fósiles del género Quercypsitta, datados entre 34 y 37 millones de años, indican que los
loros llegaron en el pasado a latitudes más septentrionales de las que se encuentran en la actualidad.22 El fósil
de loro más antiguo del que se tiene constancia ha sido hallado en la Formación Fur, Dinamarca, y tiene una
antigüedad de 54 millones de años, coincidiendo con el inicio del Eoceno.23

Mamíferos[editar]
El acontecimiento más importante en la evolución de los mamíferos durante el Eoceno fue, probablemente,
la evolución de los cetáceos. Después de que sus antepasados abandonaran la vida acuática 300 millones de
años atrás, un grupo de mamíferos relacionado con los artiodáctilos primitivos consiguió efectuar la transición
de un medio terrestre a un medio acuático.
Este proceso comenzó con los Pakicetidae del Eoceno medio e inferior de Pakistán. Se trataba de
animales carnívoros terrestres, pero la configuración de los huesos de los oídos y su dentición demostró que
representan el primer paso en la evolución de las ballenas. Unos cuantos millones de años más tarde, algunas
criaturas, como el Ambulocetus, ya tenían un estilo de vida anfibio, y sus patas posteriores estaban más
adaptadas para la natación que para caminar sobre tierra firme.24 Los Protocetidae representan un paso
posterior en la evolución de los cetáceos, y es posible que por aquel entonces ya dispusieran de una aleta
caudal como la de los cetáceos actuales.25

Los primeros cetáceos completamente marinos aparecieron hace unos cuarenta y cinco millones de años.
Los Basilosauridae, que incluyen géneros como el Basilosaurus o el Dorudon, tenían una anatomía muy similar
a la de las ballenas actuales. Aun así, su cerebro se encontraba menos desarrollado y no tenían el melón típico
de los odontocetos. Las primeras ballenas dentadas no aparecerían hasta casi finalizado el Eoceno.


Prorastomus (Sirenia)

Ambulocetus (Cetacea)

Basilosaurus (Cetacea)

Dorudon (Cetacea)

Arsinoitherium(Embrithopoda)
Los ungulados también continuaron evolucionando durante el Eoceno. Los artiodáctilos aparecieron a principios
de esta época, hace cincuenta y cuatro millones de años, y a finales del Eoceno ya se habían diversificado en
los tres subórdenes actuales: Tylopoda (camellos), Suinae (cerdos), y Ruminantia (ovejas, cabras, y vacas). La
gran expansión de los Perissodactyla, que los desplazaron hacia hábitats menos prósperos, y la aparición
de hierba en el Eoceno, condicionaron el desarrollo del particular aparato digestivo que poseen los artiodáctilos
y que más adelante les ayudaría a desbancar a los Perissodactyla como los herbívoros dominantes.26
Los carnívoros dominantes durante el Eoceno fueron los creodontos. Los carnívoros suelen tener dos dientes
carnasiales, uno molar y otro premolar, pero en cambio, los dientes carnisales de los creodontos eran ambos
molares.27 Los creodontos incluyen algunos de los mamíferos predadores terrestres de mayor tamaño que han
existido, como el Andrewsarchus, que llegaba a medir tres metros y medio de longitud, casi dos metros de
altura, y pesaba 250 kg.19 Aun así, su gran tamaño no le bastó para imponerse a largo plazo, pues fueron
superados por otros carnívoros y terminaron por extinguirse en el Mioceno. Su extinción se debió a una serie de
factores, en primer lugar, su articulación lumbosacra no se encontraba suficientemente evolucionada para
correr como el resto de carnívoros, y, además, su condición de plantígrado les hacía menos eficientes a la hora
de correr.28 En segundo lugar, los creodontes tenían una dentición diferente que les hacía carnívoros obligados,
es decir, estaban restringidos a comer solamente carne, mientras que los miácidos y la mayoría de carnívoros
de la época todavía poseían dientes adaptados para masticar otro tipo de alimentos.27 El último creodonte que
aparece en el registro fósil, el Dissopsalis, se extinguió hace ocho millones de años.
Peces[editar]

Dientes fosilizados de Otodus obliquus, un tiburón del Eoceno emparentado con el megalodon.

Durante el Eoceno, los tiburones lamniformes (o tiburones rayados) sufrieron una gran diversificación. El tiburón
duende es uno de tantos ejemplos de tiburones que aparecieron durante esta época.29 Una de las especies
más destacables fue el Otodus obliquus, un tiburón aparecido en el Paleoceno, que podía alcanzar los nueve
metros de longitud y se alimentaba de mamíferos marinos, peces, y otros tiburones.30
Muchos paleontólogos creen que el O. obliquus es un antepasado del género Charcharocles, y, por lo tanto,
que mantiene una estrecha relación con el mayor tiburón depredador que ha existido, el Carcharodon
megalodon. Otros, sin embargo, relacionan al O. obliquus con el gran tiburón blanco, aunque el número de
paleontólogos que lo creen va disminuyendo, pues cada vez existen más evidencias de su relación con el
megalodon.31
Otro pez destacable fue el Enchodus, un depredador relacionado con los salmones. El Enchodus tenía una
serie de colmillos en la parte anterior de los maxilares superior e inferior y en los huesos palatinos. A pesar de
ser un depredador, la gran mayoría de sus fósiles se han hallado dentro de los estómagos de otros
depredadores más grandes, como los mosasáuridos, los plesiosaurios, o el ave marina Baptornis.32

Reptiles[editar]
Una de las especies de serpientes más grande que se conoce vivió durante el Eoceno. Gigantophis
garstini podría haber superado los diez metros de longitud, mientras que las serpientes actuales más grandes,
las anacondas, rondan los siete metros de largo. Esta serpiente, que habitó el planeta hace cuarenta millones
de años en la zona del actual Egipto, se alimentaba probablemente de proboscídeos basales, los antecesores
de los actuales elefantes.33 Otra serpiente de grandes dimensiones que vivió durante esta época
fue Palaeophis, una serpiente marina. Al principio, se calculó que su longitud oscilaba entre los treinta y
cuarenta metros, una cifra tremendamente elevada para una serpiente, pero estimaciones más recientes
arrojan longitudes aproximadas de nueve metros.34

Artrópodos[editar]

Hormigas primitivas atrapadas en ámbar (Oligoceno superior).

El hecho más relevante del Eoceno en relación con los artrópodos fue la expansión de las hormigas. Durante
el Cretácico sólo había unas cuantas especies de hormigas en el antiguo continente de Laurasia que
representaban menos de un 1% del total de los insectos. A finales del Paleoceno comenzó una radiación
adaptativa que se prolongó durante el Eoceno y que les situó como los insectos dominantes hasta el fin de la
época. Su éxito fue tal, que el 90% de las especies de hormigas que vivieron durante el Eoceno, perduran
todavía.35
En el sitio fosilífero de Messel, situado en Alemania, se han hallado fósiles de Formicium, un género de hormiga
que incluye un total de cinco especies y se conoce únicamente a partir de restos de machos y reinas. La
envergadura de las reinas oscilaba entre trece y quince centímetros, lo que la convierte en la mayor de las
hormigas que jamás ha existido. También se han encontrado fósiles de este género en el Reino Unido y
en Estados Unidos, pero en estos casos se trata solamente de alas aisladas.

Flora[editar]

Hojas de Metasequoia glyptostroboides, más conocida como secuoya del alba, única especie viva del género Metasequoia,
género del cual se han hallado restos muy bien preservados que datan del Eoceno.

A principios del Eoceno, las altas temperaturas calentaron los océanos y crearon un ambiente húmedo y
caluroso, donde se podían encontrar bosques que se extendían de polo a polo. Excepto las
regiones desérticas más secas y extremas, la Tierra se encontraba completamente cubierta de bosques.13
Los bosques polares gozaban de una gran extensión. Se han hallado fósiles e incluso restos preservados
de árboles, como las cupresáceas o el género Metasequoia, en la Isla de Ellesmere, situada en el ártico
canadiense. Los restos preservados que se han encontrado no se tratan de fósiles, sino de fragmentos
originales que se conservaron en aguas pobres en oxígeno en los bosques pantanosos del Eoceno y que
después fueron enterrados antes de que se iniciara su descomposición.36 También se han encontrado fósiles de
árboles subtropicales e incluso tropicales del Eoceno en lugares como Groenlandia o Alaska.
Las junglas llegaban hasta latitudes tan septentrionales como el noroeste de los Estados Unidos y Europa.13
A principios de esta época, llegaron a crecer palmeras en Alaska y en el norte de Europa, aunque a medida que
la época avanzaba, y el planeta se iba enfriando, las palmeras comenzaron a ser menos abundantes.
Las Metasequoia se encontraban ampliamente extendidas.
El enfriamiento comenzó a mediados de la época. A finales del Eoceno el interior de los continentes ya había
comenzado a desecarse, y en algunas zonas los bosques comenzaban a reducirse considerablemente.
La hierba, que acababa de aparecer, se encontraba confinada en las riberas de los ríos y todavía no se había
extendido por las sabanas y llanuras.37
El enfriamiento terrestre fue acompañado por cambios estacionales. Los árboles caducifolios, que estaban más
adaptados a los grandes cambios de temperatura, comenzaron a imponerse sobre las especies perennes
tropicales. A finales del Eoceno, los bosques caducifolios cubrían ya vastas regiones en los continentes
septentrionales, incluyendo América del Norte, Eurasia, y el Ártico, mientras que las junglas solamente lograron
resistir en América del Sur, India, y Australia.
La Antártida, que comenzó el Eoceno envuelta en bosques templados-subtropicales, se enfrió
significativamente a medida que pasaba el tiempo. La flora tropical de temperaturas altas desapareció, y a
principios del Oligoceno, el continente antártico ya albergaba bosques caducifolios y grandes regiones
de tundra.
Gran Ruptura de Stehlin[editar]

Gráfico que muestra la extinción de finales del Eoceno ("Final Eoceno"), comparándola con las grandes extinciones de los
períodos anteriores.

La Gran Ruptura de Stehlin (en francés Grande Coupure) fue un evento de extinción que supuso un gran
cambio en la población de diversos organismos en Europa, siendo los mamíferos uno de los grupos más
afectados. El paleontólogo suizoHans Georg Stehlin acuñó su nombre en 1910,38 haciendo referencia al cambio
drástico de los mamíferos europeos.
Este evento, ocurrido hace 33,9 millones de años,39 ha servido como criterio para definir el límite entre el
Eoceno y el Oligoceno, y está caracterizado por las grandes extinciones y por la especiación alopátrida de
especies primitivas aisladas. En Asia sucedió un evento similar, al que se le denominó "Remodelado Mongol".
Una de las causas principales de este hecho parece ser el cierre del estrecho de Turgai, lo que unió Europa y
Asia y puso fin al aislamiento paleogeográfico de Europa, permitiendo así migraciones masivas de especies
entre ambos continentes. Además, la abertura del pasaje de Drake acentuó la corriente circumpolar antártica,
iniciando así un enfriamiento progresivo, lo que dio lugar a la formación de un casquete de hielo en la
Antártida,40 así como a la formación de una capa de agua fría sobre los fondos oceánicos. La formación de
casquetes provocó una importante disminución del nivel del mar y acentuó el efecto albedo, reflejando la
radiación solar y causando un gran descenso de las temperaturas. La capa de agua fría provocó que muchas
de las especies que habitaban en aguas cálidas perecieran, dando lugar a una fauna muy poco diversificada.
El cambio climáticoque estaba teniendo lugar sería el preámbulo de las primeras glaciaciones polares.
Los mamíferos sufrieron una gran renovación. Los taxones de los mamíferos endémicos europeos fueron
sustituidos por inmigrantes asiáticos, extinguiéndose así más de la mitad de los mamíferos europeos, y
afectando de este modo al resto de la flora y fauna. Los moluscos también sufrieron una gran renovación,
especialmente en la costa oeste de los Estados Unidos y en la llanura costera del norte del golfo de México.41

Impactos de meteorito[editar]
Algunas teorías señalan el impacto de bólidos sobre Siberia como el principal responsable de este evento
debido a las anomalías encontradas en las trazas de iridio, elemento muy útil para detectar los impactos
de meteoritos, supuestamente hace 34 millones de años.4243 Inicialmente se propuso como un único evento,
pero posteriormente se planteó un patrón de extinción en masa escalonada, siendo cada uno de ellos un
impacto distinto de cometa o meteorito.444546 Sin embargo, este modelo de extinción escalonada fue desechado
posteriormente al evidenciarse que los impactos fueron anteriores a las extinciones,47 confirmándose más tarde
gracias al estudio de multitud de cortes y sondeos oceánicos.48 Estos sondeos han sido datados con mucha
precisión mediante los foraminíferos planctónicos, concluyendo que su extinción no fue producida por los
impactos.4849
El hallazgo posterior de cuarzos con metamorfismos de choque y espinelas ricas en níquel,505152 así como el
descubrimiento de varios cráteres en Siberia (Cráter Popigai) y Norteamérica, han confirmado que hace
aproximadamente 35,6 millones de años tres grandes meteoritos impactaron sobre el planeta.53 Algunos
autores han sugerido que estos impactos aceleraron el enfriamiento global,5455 aunque los datos isotópicos no
apoyan esta aceleración.40

Yacimientos paleontológicos[editar]
Estos son algunos de los yacimientos paleontológicos más destacados de la época Eoceno:
Wadi Al-Hitan[editar]
Artículo principal: Wadi Al-Hitan

Wadi Al-Hitan (‫وادي الحيتان‬, valle de las ballenas en árabe) es una región del desierto occidental de Egipto, donde
se han hallado importantes fósiles de cetáceos primitivos. Estos restos representan uno de los principales
registros de la historia de la evolución de las especies: la transición de las ballenas de animales
terrestres a animales acuáticos. Los fósiles que se han encontrado en Wadi al-Hitan permiten saber que,
durante el Eoceno, lo que hoy en día es el desierto del Sahara por aquel entonces era un mar superficial
del océano Tetis.
Los fósiles completos o casi completos de Zeuglodon son los hallazgos más destacados del valle, ganándose
de este modo el sobrenombre de "Valle de los Zeuglodon". El Dorudones otro cetáceo prehistórico del que se
han encontrado registros fósiles en Wadi al-Hitan. En el 2005 el valle fue declarado Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco.

Formación Green River[editar]


Artículo principal: Formación Green River

Fósil de Diplomystus dentatus, hallado en la Formación Green River.

La Formación Green River es una formación geológica que se extiende sobre el norte de Utah, el oeste
de Colorado, y el suroeste de Wyoming, en los Estados Unidos. En él se pueden encontrar dos zonas bien
diferenciadas de barro limoso muy fino, en los que se conservan una gran diversidad de fósiles completos y
detallados. La zona más productiva, la denominada "zona de 18 pulgadas", contiene una gran cantidad de
fósiles, entre los que destacan los peces, en una serie de capas laminadas de barro, y representan
aproximadamente unos cuatro mil años de depósitos. La segunda zona fosilífera se trata de una zona no
laminada de algo menos de dos metros de grosor en la que también se pueden encontrar fósiles muy
detallados, aunque su extracción se ve dificultada al no estar dispuesta en láminas separables.56

Isla Marambio[editar]
Artículo principal: Isla Marambio

La Isla Marambio, también llamada Isla Seymour, es una de las dieciséis grandes islas que rodean la punta de
la península antártica.
El capitán noruego Carl Anton Larsen descubrió varios fósiles en la isla en el año 1882, en su primer viaje a la
Isla Marambio, a bordo del barco Jason. Desde entonces, la isla ha sido objeto de cuantiosas investigaciones
paleontológicas.
Las investigaciones realizadas en la Isla Marambio han ayudado a la comprensión del enfriamiento durante el
Eoceno, un proceso que culminó en el inicio de la glaciación de la Antártida. Estudios del carbonato de diversos
puntos del océano Antártico sugieren que, en lugar de tratarse de un enfriamiento monotónico de la temperatura
durante esta época, en el Eoceno medio hubo un breve episodio de calentamiento. También se han estudiado
multitud de fósiles, como algunos pingüinos extintos, diversos bivalvos, y otros animales y plantas.57

Arcilla de Londres[editar]
Artículo principal: Arcilla de Londres

La Arcilla de Londres es un depósito marino conocido por sus fósiles. Se trata del yacimiento fosilífero más
importante del Ypresiense del sur de Inglaterra, y es el único lugar de Europa donde se puede encontrar una
enorme variedad de fósiles vegetales del Eoceno inferior.
La arcilla fue depositada en un mar que alcanzaba los doscientos metros de profundidad en su región más
oriental. Se han encontrado hasta cinco ciclos de deposición (que representan una transgresión seguida por
una reducción de la profundidad del mar), sobre todo en la región occidental, más superficial. Cada ciclo
comienza con un material basto (incluyendo concentraciones de sílex redondeado), y finaliza con una arcilla
cada vez más arenosa.58
Los fósiles hallados de animales incluyen bivalvos, gastrópodos, nautilus, cangrejos,
langostas, peces (incluyendo dientes de tiburón), reptiles (sobre todo tortugas), y ejemplares de aves poco
comunes. También se han hallado algunos fósiles de mamíferos.
En la Arcilla de Londres son muy abundantes los fósiles de plantas, incluyendo frutos y semillas. Hace poco
menos de tres siglos que se empezaron a recoger fósiles vegetales, y se han descrito unas 350 especies. Esto
hace que la flora de la Arcilla de Londres sea una de las que más variedad tiene en frutos y semillas fósiles.59

Sitio fosilífero de Messel[editar]


Artículo principal: Sitio fosilífero de Messel

Fósil de un bupréstido hallado en el sitio fosilífero de Messel.

El sitio fosilífero de Messel, situado en Hesse, Alemania, y declarado Patrimonio de la Humanidad en 1995, es
una antigua cantera de pizarra bituminosa que contiene la muestra mejor conservada de la fauna y flora del
Eoceno medio que se conoce. En la mayoría de yacimientos, encontrar esqueletos parciales supone todo un
logro, pero en Messel existen numerosos casos de conservación integral, e incluso en algunos se conserva
el pelaje, las plumas, o las marcas de piel de algunas especies. La gran diversidad de especies es también un
punto a favor, gracias, en parte, a las erupciones de gas. En el yacimiento se han encontrado:

 Más de diez mil peces fosilizados pertenecientes a diversas especies.


 Miles de insectos tanto acuáticos como terrestres, algunos de los cuales se conserva la coloración.
 Gran cantidad de pequeños mamíferos, incluidos caballos enanos,
grandes roedores, primates, zarigüeyas, armadillos, parientes del cerdo hormiguero, y murciélagos.
 Numerosas aves, especialmente especies predadoras.
 Cocodrilos, ranas, tortugas, salamandras, y otros reptiles y anfibios.
 Más de treinta restos de plantas, como hojas de palmera, frutos, polen, y núculas.
Periodo Eoceno

El Eoceno es el periodo de la era Cenozoica que abarca desde el final del Paleoceno (hace
55,8 ± 0,2 millones de años) hasta el principio del Oligoceno (hace 33,9 ± 0,1 millones de años). Su
nombre proviene de las palabras griegas eos (comienzo, amanecer) y kainos (nuevo, moderno),
haciendo referencia a la aparición de los mamíferos modernos que marcan el inicio de este periodo.
Su final viene señalado por un importante evento de extinción.

Durante el Oeceno, los continentes continuaron desplazándose hacia sus posiciones actuales.
Al principio del periodo, Australia y la Antártida parmanecían unidas y la circulación de las cálidas
corrientes ecuatoriales y las frías de las aguas antárticas contribuían a manterner constante y
elevada la temperatura de la Tierra. Pero cuando Australia se separó, hace aproximadamente 45
millones de años, del resto del continente antártico, las corrientes ecuatoriales cambiaron su rumbo,
creándose una zona de aguas frías entre los dos continentes, contribuyendo a enfriar la parte
situada más hacia el sur, que se heló y contribuyó al enfriamiento global.

Mesonyx [13]

Al norte, el supercontinente de Laurasia comenzó a romperse, quedando aparte Europa,


Groenlandia y Norteamérica. En la zona oeste de esta región, se forman durante el Eoceno
importantes cadenas montañosas y grandes lagos en sus bases.

En Europa, el mar de Tethys finalmente desaparece. El levantamiento de los Alpes en el


siguiente periodo geológico aislará sus restos para formar el Mediterráneo. Un puente de tierra
probablemente une Norteamérica y Europa, como parece deducirse de las similitudes de sus
faunas.

La India continúa su viaje desde África y comienza a colisionar con Asia, dando como resultado
la cadena del Himalaya.

A comienzos del Eoceno, el planeta sufre uno de los más rápidos y extremos calentamientos
de su historia, subiendo las temperaturas hasta 7º C en latitudes altas. Su duración fue de menos
de 100.000 años. Este incremento de temperaturas provocó importantes extinciones que distinguen
las formas de vida del Paleoceno de las del Eoceno.

El clima global del Eoceno fue el más homogeneo de todo el Cenozoico. La diferencia de
temperaturas entre el ecuador y los polos era la mitad de la actual. Las corrientes profundas en los
océanos eran excepcionalmente cálidas y las regiones polares templadas.
El clima se mantuvo templado durante todo el Eoceno, aunque poco a poco las temperaturas
fueron disminuyendo debido al cambio de las corrientes marinas en torno a la Antártida.

Este tipo de clima favoreció la expansión de la vegetación por casi todo el planeta. Excepto
algunas regiones desérticas, el resto debió estar cubierto por bosques. En las regiones polares,
éstos fueron bastante extensos, quedando restos fósiles que así lo atestiguan.

El progresivo enfriamiento provocó la aparición de zonas de pradera y la consolidación de tipos


de árboles más adaptados a los cambios de temperatura.

Los primeros fósiles conocidos de la mayoría de los mamíferos modernos (como artiodactylos,
perissodactylos y primates), aparecen en un breve periodo de tiempo a comienzos del Eoceno.
Todos los nuevos órdenes de mamíferos eran más pequeños (por debajo de los 10 kg) que los
primitivos mamíferos del Paleoceno, y también menores que los del Oligoceno. Se supone que las
altas temperaturas de principios del periodo favorecieron los tamaños pequeños.

Aparecen asímismo los modernos ungulados (incluyendo algunos carnívoros, como Mesonyx),
los murciélagos o los proboscideos.

Los fósiles de reptiles del periodo, tales como las tortugas o serpientes, son abundantes.

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