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Cs. Politicas Uba Xxi

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Gianfranco Pasquino

Capítulo 1

NATURALEZA Y EVOLUCIÓN DE LA DISCIPLINA

1. El nacimiento de una disciplina

Delinear la evolución de una disciplina como la ciencia política es una operación difícil y
compleja por dos tipos de razones. 1) Su historia y la historia de sus cultivadores se
entrelazan con las de otras disciplinas como la filosofía política, la historia de las doctrinas
y del pensamiento político, el derecho constitucional y la sociología política; 2) La
evolución de la ciencia política es continua, y se produce tanto a través de la definición y
redefinición del objeto de análisis, como a través de la elaboración de nuevas técnicas y
nuevos métodos.
La ciencia política es el producto de un conjunto de contribuciones, reflexiones, análisis de
fenómenos políticos madurados en el transcurso de la experiencia política occidental. El
recorrido a delinear en el artículo se refiere ante todo al objeto de la ciencia política, y
después al método. Desde el principio el objeto cualificante del análisis político estaba
constituido por el poder. Éste parece un fenómeno más sugerente que otros, más general y
generalizado, más difundido y característico. Pero en cuanto objeto central del análisis
político, a menudo ha sido sustituido por el de Estado. Si en los primeros análisis clásicos,
de Maquiavelo a Hobbes el problema es el de crear el orden político, en otros casos el
problema será el de la creación de un Estado pluralista (Locke), democrático
(Tocqueville), fuerte (Hegel), capaz de asegurar un compromiso entre las clases sociales
(Kelsen), apto para gobernar la emergencia (Schmitt).
De esta fase surgieron dos tradiciones analíticas distintas. Por un lado, una
tradiciónanglosajonaque concede gran atención a los procesos sociales más que a las
configuraciones estatales; por otro, una tradición continental de análisis de las estructuras
estatales, auténticas, reales.
Repetidamente, los distintos estudiosos de la política se plantearon el problema del método,
es decir, de las modalidades con las que recoger la información necesaria, cribarla y
filtrarlas para combinarlas en generalizaciones y explicaciones.
Entre los siglos XIX y XX se inicia una autentica revolución científica en el mundo
centroeuropeo que influirá también en las ciencia sociales y en la ciencia política. Aparece
la ambición de imitar a las ciencias naturales, de copiar sus técnicas de investigación, de
producir explicaciones y generalizaciones bajo la forma de causa y efecto, con fuerza de
leyes. En esta fase, la ciencia política como disciplina autónoma o no se afirma o incluso
está en peligro de desaparecer. El fascismo y el nazismo, por un lado, aplastaran cualquier
reflexión política especifica y harán retroceder decenios a todas las ciencias sociales. Por
otro lado la tendencia va en la dirección de una unificación de las ciencias sociales, en la
cual la ciencia política perdería su autonomía respecto de las disciplinas cercanas. Otros
derroteros hacen resurgir a la ciencia política. Por una parte, la manifestación de la
autonomía de lo político en experiencias tan importantes como el New Deal, el nazismo y el
estanilismo, todas ellas necesitadas de un análisis especialmente politológico. Por otro lado,
la difusión de los análisis de antropología en sociedades definibles como sin estado, pero
no sin política.

2. Easton y el conductismo político

Para David Easton la política no se puede expresar sólo como poder, ni puede buscarse
sólo en el análisis del Estado. Política es, para él: “asignación imperativa de valores para
una sociedad”. El conductismo en política se caracteriza por la insistencia que pone en la
necesidad de observar y analizar los comportamientos concretos de los actores políticos y
por el recurso a técnicas específicas tales como entrevistas, sondeos de opinión, análisis de
contenido, simulaciones, hasta las más refinadas cuantificaciones. Ciencia es, en la visión
conductista tener presente y tratar de conseguir los siguientes objetivos: 1) descubrir las
regularidades en los comportamiento políticos que se presten a ser expresadas en
generalizaciones o teorías con valor explicativo y predictivo; 2) someterlos a verificación;
3) elaborar rigurosas técnicas de observación, recogida, registro e interpretación de datos;
4) proceder a la cuantificación; 5) mantener separados los valores de los hechos; 6)
proponerse la sistematización de los conocimientos adquiridos; 7) mirar a la ciencia pura;
8) operar en la dirección de una integración entre las ciencias sociales.
Easton lleva a sus últimas consecuencias un proceso de redefinición de la política y de
alejamiento de las disciplinas humanas y de acercamiento a las ciencias naturales. Así, al
final de esta fase, la ciencia política corre el riesgo de perder su autonomía, su especificidad
de objeto y de método.

3. La situación actual

En una reconstrucción de los estudios politológicos al final de los cincuenta, G. Almond y


B. Powell les reprochaban tres defectos fundamentales. 1) el provincialismo, el análisis se
había concentrado en unos pocos sistemas del área europea occidental, en las grandes
democráticas y en la Unión Soviética; 2) el descriptivismo, es decir, que la mayor parte de
los estudios se limitaban a describir las características de los sistemas políticos analizados,
sin ninguna preocupación teórica o intento de comparación; 3) el formalismo, una excesiva
atención a las variables formales, las instituciones, con menoscabo del funcionamiento real
de los sistemas políticos, de las interacciones entre estructuras. Almond y Powell proponían
en cambio moverse en la dirección de la política comparada y del desarrollo político. La
respuesta a la expansión del campo de la política debe ser la aceptación del desafío y la
preparación de instrumentos con los que comparar los sistemas políticos y analizar sus
procesos de formación, funcionamiento y cambio.Junto a la política comparada, se hacia
camino la exigencia de plantear un discurso riguroso de desarrollo político, es decir, de
análisis de los procesos históricos mediante los cuales los distintos sistemas políticos se
dieron una determinada configuración, de sus diferencias y de sus semejanzas. Desde el
principio de los años sesenta a hoy, se dibujaron claramente las dos vías fundamentales por
las que transcurre la ciencia política: modernización y desarrollo político y análisis político
comparado.

4. Nuevas vías

Un punto de partida útil consiste en combinar los objetivos que Easton asignaba al
conductismo con los “cinco fragmentos en busca de unidad” que propone Dahldespués del
éxito del conductismo. Se puede partir de la cuantificación. Si había que dar una batalla
para la introducción de técnicas cuantitativas, esta batalla está en gran medida ganada Y, de
alguna forma, la victoria puede incluso parecer excesiva. Se ha visto claramente como la
cuantificación sigue siendo prematura, y el mero recurso a esas técnicas ha permitido pocos
avances.
El segundo objetivo general se refiere a lo que Dahl define como ciencia política empírica.
El conductismo tuvo el gran mérito de exigir a sus seguidores la búsqueda de constantes en
los comportamientos políticos, la elaboración de generalizaciones a partir de las
regularidades observadas, la comprobación de las generalizaciones abordadas. La
descripción de los fenómenos fue más fácil y más propia de algunos campos, como por
ejemplo el electoral. La ciencia política empírica ha acentuado y consolidado el recurso a
las técnicas empíricas de investigación en todas sus variantes, desde la observación
participante a la investigación de campo, de las entrevistas a los sondeos de opinión. Si la
ciencia política empírica trata de crear una ciencia pura, aún así, ha provocado estímulos al
análisis aplicado. Se ha abierto así un nuevo campo de estudios definible en sentido amplio
como publicpolicies (análisis de las políticas públicas). El núcleo de estos estudios consiste
en el análisis de los procesos de toma de decisión, en la descripcion de los ordenamientos
institucionales y de su influencia sobre los procesos de decisión, en la identificación de los
participantes y de las coaliciones que puedan formar, etc. Los estudios de las políticas
públicas pueden contribuir a la renovación de algunas problemáticas clásicas de la ciencia
política. Sin embargo, los mismos policystudies encierran dos riesgos. Por un lado, el de
una interpretación reductiva de la política como conjunto de interacciones entre individuos,
grupos y asociaciones, con escasa atención hacia las instancias estructurales y a las
motivaciones ideológicas. Por otro lado, el riesgo de estar hasta tal punto dominados por lo
contingente, que no saben producir generalizaciones aplicables en otros contextos y/o
ámbitos. Cabe por tanto no estar satisfecho de los policystudies por dos tipos de razones.
Por su escasa consideración de la historia, y por su escasa inclinación teórica.
El tercer fragmento en busca de unidad es el uso de la historia. El tema se refiere no al
recurso al método historiográfico, sino a la utilización del material ofrecido por la historia
para el análisis político.
Otro problema es el de la relación entre los estudios de políticas públicas y la teoría general
en ciencia política. No existe una implícita contradicción entre el policymaking y la teoría
general. Dahl sostiene que “si el estudio de la política no nace y no está orientado por
teorías generales (…) estará destinado al desastre definitivo de caer en la banalidad.” Esta
opinión es ampliamente compartida. Pero igualmente difundido está también escepticismo
sobre las posibilidades concretas de “lanzar” teorías generales amplias y valientes.
El quinto fragmento en busca de unidad era la especulación teórica. Y es a lo largo de esta
directriz donde la ciencia de la política en realidad no ha dado grandes pasos hacia adelante,
permaneciendo así criticable y criticada.

5. Ciencia política y teoría política

Para que la especulación teórica pueda manifestarse y expresarse cabalmente, son


necesarias tres operaciones complejas y multiformes. La primera es fácil de definir. Si la
ciencia política quiere afrontar bien pertrechada la especulación teórica tiene que
confrontarse con la filosofía política. La rica tradición de la filosofía política contiene al
menos cuatro significados: a) búsqueda de la mejor forma de gobierno; b) búsqueda del
fundamento del Estado; c) búsqueda de la naturaleza de la política o “politicidad”; d)
análisis del lenguaje político y la metodología de la ciencia política. Sólo el último de estos
significados caracteriza a una “filosofía política” que quiera encontrarse con la ciencia
política.
Si cada ciencia política nacional ha tenido que confrontarse y redefinirse al contacto con
sus propias y peculiares tradiciones de filosofía política nacional, también es verdad que
para cada una de ellas, y para la ciencia política en su conjunto, existe el problema de la
relación que hay que establecer con los clásicos del pensamiento político. La ciencia
política contemporánea no ha encontrado el modo de “recuperar” a fondo el pensamiento
de los clásicos. En lugar de un enriquecimiento mutuo, se llega a una rara batalla por la
defensa de las fronteras de las disciplinas o por la conquista de mayores espacios
académicos.
Queda así planteado el problema de qué significa en realidad hacer teoría política en la
ciencia política contemporánea. Una primera dificultad se presenta: no existe una
concepción aceptada por todos de lo que significa (y deba ser) “teoría política”. La
competencia entre aparatos conceptuales es muy intensa, tanto que se ha hablado de
dispersión en el campo de la teoría política.

6. La utilidad de la ciencia de la política

Cabe decir que la ciencia política contemporánea parece capaz de dominar la complejidad,
que se puede ofrecer un cuadro de sistemas de la disciplina hoy. En primer lugar, la
diversidad de las perspectivas y de las aportaciones se revela más como un elemento de
riqueza, como un bienvenido pluralismo, que como fragmentación del campo analítico y
teorético. En segundo lugar, la expansión de las investigaciones permite la adquisición de
nuevos y datos y la elaboración de nuevas hipótesis. En tercer lugar, la disciplina no sólo
parece consolidada académicamente, sino que ya no se discute su utilidad social.

Abal medina

Ciencia Política en Argentina (Resumen… o intento del mismo.)

Largos años de disputa por la organización constitucional dieron lugar a polémicas sobre
fundamentos del orden político en los recintos legislativos y en la prensa.

Con la construcción estatal avanzando, la reflexión se extendió a la cistografía y a las aulas


universitarias.

En las primeras décadas del siglo XX (acá) se dictaban cursos de CIENCIAS SOCIALES,
CIENCIAS DE LA CULTURA O DEL ESPIRITU, DE SOCIOLOGIA Y DERECHO POLITICO,
destinados a arraigar instituciones de la constitución bajo un marco positivista RACIONAL.
Emerge de esto una ciencia política FORMALISTA concentrada en el encuadre legal donde
se desarrolla la acción política. Contraria a esta dirección, se publica (1910 a 1928) la
REVISTA ARGENTINA DE CIENCIA POLITICA que incorpora el estudio de los actores, el
funcionamiento de las estructuras políticas y las consecuencias de la ampliación de
sufragio.

Por los años 20 y 30, “la popularidad” de la tradición formalista llevo a la creación de
institutos,academias, revistas y facultades de Cs Políticas y Sociales. A principio de los
años 40, sociólogos influidos por teorías yankees cambiaron el ejercicio Profesional de las
Cs. Sociales y losestudios políticos universitarios. Con la sociología académicanació una
nueva profesión intelectual que revalorizaba la investigación empírica y contradecía la
epistemología - y los métodos anteriores- demandando otro modelo universitario que
tenía como horizonte teórico al estructural- funcionalismo y la teoría de la modernización,
con CONICET junto a otras fundaciones extranjeras poniendo el billete.

En los 60, para no quedarse atrás y siguiendo a la Sociología,la “CIENCIA POLITICA


EMPIRICA” se incorpora a programas de grado de otras disciplinas y en los 70 se fundan
licenciaturas y posgrados específicos. “En ellos, el ideario de la ciencia y su correlato
tecnológico y político se articulaban con proyectos de secularización de, urbanización y
modernización” El centro más importante de este modo de entender la C Política, fue la
universidad del Salvador, que absorbió y difundió la teoría pluralista (en especial la de
DAHL). El paradigma pluralista ofrecía elementos para entender la accidentada
trayectoria de la democracia del país.

Golpe militar de 1966 trunco el proyecto de modernización científica y desalojo


investigadores de universidades estatales. Muchos emigraron, otros se quedaron y
enseñaron en facus privadas o trabajando en centros de investigación independientes. La
sociología se cultivó en estos centros.

A partir de 1969 y cinco años siguientes, el quilombo social y político en Argentina se


intensifico

La politización alcanzo el debate académico y en muchos casos motivo la impugnación del


interés científico como fundamento del análisis de política. Al margen los investigadores
argentinos elaboraron interpretaciones agudas sobre las consecuencias sociales y políticas
de las formas de desarrollo capitalistas características de los países latinoamericanos.

Las importantes contribuciones de este periodo coexistieron con la pérdida de confianza


en la investigación científica como vía de acceso al entendimiento de la política, el casi
unánime desinterés o lisa y llana oposición a la democracia como régimen de gobierno, la
destrucción de los ámbitos públicos de investigación y el aislamiento de los privados,
víctimas de falta de apoyo oficial y la censura.

Tras el golpe del 76, se cerraron muchas carreras de ciencias sociales, se persiguió a
investigadores y docentes universitarios. La actividad se paralizo por completo.

A pesar de esto en unos pocos centros de investigación germino la revalorización de la


democracia como régimen y el interés en el estado como organización que impulsara el
renacimiento de la disciplina a partir de 1984.

Ya en 1983 se estimuló el interés en la práctica y el análisis de la política, se facilitó el


acceso a estudios superiores, se promovieron el regreso de los científicos exiliados y
reconstituyeron la autonomía de las universidades. Se abrieron nuevas carreras de
Ciencia Política. Aun así la investigación siguió concentrada en centros privados y se
concentró en analizar la democratizaciónargentina, con especial atención en la relación de
políticos y militares. La reconfiguración de los actores sociales, los partidos políticos y el
sistema partidario luego del periodo dictatorial. Y las transformaciones en el discurso y la
cultura política.

La democracia alentó el crecimiento y la diversificación de la educación superior y la


producción de conocimiento. La investigación retorno al ámbito universitario aunque con
menos fuerza (problemas de $)

Las instituciones, las organizaciones y las identidades políticas continuaron atrapando el


interés de los sociólogos. A ellos se sumaron historiadores que (de acuerdo a Natalio
Botana) estudiando las instituciones y las ideas políticas produjeronreconstrucciones de
las prácticas, las instituciones, las organizaciones y las ideas políticasdurante los siglos XIX
y XX

La agenda de investigación en ciencia política acompañó las prioridades quienes tomaban


decisiones y analizó los problemas que empezaban a detectarse en el funcionamiento de
las instituciones de gobierno. A fines de los ’80, la preocupación por la consolidación de la
democracia y las aspiraciones reformistas del Presidente Alfonsín estimularonestudios
sobre la conveniencia y la posibilidad de reemplazar o moderar el régimen
presidencialista. Los problemas de eficacia y eficiencia en el funcionamiento de las
burocracias estatales dieron lugar a programas de investigación, de formación de
postgrado y de capacitación profesional de funcionarios en temas de administración y
políticas públicas.

La presidencia de Menem motivo el desarrollo de la más amplia y nutrida agenda de


trabajo que la ciencia política haya producido en Argentina hasta el momento. El
sorpresivo giro pragmático de un partido de base popular indicaba que la estructura de
mediaciones entre Estado y sociedad se estaba transformando. Las tendencias delegativas
y la debilidad de los controles horizontales, preocuparon a los investigadores, que
analizaron:la relación entre el Presidente y el Congreso, la personalización de la toma de
decisiones y las nuevas formas del populismo manifestadas en el menemismo como estilo
político y fenómeno identitario, la relación entre partidos, organizaciones, poderes y
niveles de gobierno en las políticas de reforma estructural. Los logros, las contradicciones
y los fracasos de estas políticas llamaron la atención sobre la influencia de los gobiernos y
los actores políticos provinciales en la toma de decisiones y la formación de mayorías en la
escala nacional, el análisis de la estructura fiscal federal y las diferencias interprovinciales
en el comportamiento electoral y la conformación de los sistemas de partidos ,los
resultados de los procesos de privatización y descentralización de los servicios públicos y
las condiciones de producción de las políticas sociales.

La crisis de sucesión presidencial de 2001 mostro los problemas de gobernabilidad y


representación que aún afectan al sistema político argentino. Esto ha motivado
elaboraciones teóricas, exploraciones de sus manifestaciones electorales y discusiones
sobre su impacto en el sistema de partidos, en las organizaciones partidarias y en las
formas de la protesta social. Estudios sobre la creciente intervención de las organizaciones
de la sociedad civil y los medios de comunicación en la elaboración de políticas y el control
de la acción de gobierno completan de modo interesante el examen de la evolución de las
relaciones de representación. L a temática de la ciencia política de Argentina es similar a la
de Estados Unidos que incluyen a países latinoamericanos dentro de sus estudios
comparativos. Las teorías y las técnicas dominantes de ese país influyen en las
investigaciones y la docencia locales... Las instituciones en las que se enseña y produce la
ciencia política en Argentina son plurales y complejas. Con los estudios más cercanos al
main– stream norteamericano coexiste un firme interés y una lectura de autores clásicos
de la tradición política occidental, con el análisis de clásicos del siglo XX. La influencia
weberiana se manifiesta también en formas de análisis institucional citando otros autores
europeos como Norberto Bobbio y Giovanni Sartori. La teoría política en clave post–
estructuralista, los estudios de género, las teorías feministas y los debates asociados con
el multiculturalismo aparecen de igual modo.

Subsisten tambiénlas referencias bibliográficas y los temas de los sesentas y setentas: el


estructural–funcionalismo, el análisis de sistemas eastoniano, los análisis clasistas, los
dependentistas y el estudio de las obras de Marx y Durkheim. La pluralidad de sistemas
refleja la trayectoria personal de quienes estudiamos ciencia política en Argentina y las
etapas de desarrollo de la disciplina en el país. La pluralidad del mapa teórico y de los
estilos de trabajo corresponde con los lugares de formación de posgrado. La sensibilidad a
los temas internacionales ha dificultado prestar atención al análisis de problemas
nacionales graves como la desigualdad, el desempleo, la pobreza y la inseguridad
ciudadana

El análisis político realizado en ámbitos académicos ha sido vulnerable a los frecuentes


cambios de régimen político que experimentó el país. Los períodos más productivos
coinciden con la estabilidad constitucional y la vigencia del pluralismo. Cuando las
circunstancias políticas y económicas lo permitieron, el estudio científico de la política
encontró en las universidades su sede principal. La multiplicidad de paradigmas, estilos
y programas de trabajo característica de la disciplina en todos los países se reproduce en
Argentina a partir de la pluralidad de trayectorias educativas y vínculos institucionales
de los docentes e investigadores universitarios. Las agendas temáticas son sensibles a la
evolución de las agendas de gobierno y a las prioridades de las redes regionales de
investigación (frecuentemente centradas en y estructuradas desde los Estados Unidos).
Veremos en el siguiente apartado que nunca en Argentina tanta gente enseñó, investigó
y publicó en ciencia política como ahora. Sin embargo, su desarrollo profesional e
influencia social marchan más lentamente.
III. LA CIENCIA POLÍTICA Y LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA EN ARGENTINA: DATOS SOBRE
SU DESARROLLO RECIENTE

Existen en Argentina 33 programas de grado y 42 programas de postgrado en ciencia


política. Como indicamos, la automatización de la disciplina como campo de formación es
muy reciente. La antigüedad de las licenciaturas es de 12 años y 6 para las públicas. La
delos programas de postgrado es mayor (14 años), pero 17 comenzaron sus actividades en
1990 o después. El primer impulso para la autonomía académica de la disciplina lo dieron
las universidades de gestión privada y las universidades (públicas y privadas) del interior
del país. En los últimos años, el crecimiento estuvo impulsado por las universidades
públicas. La formación enciencia política es una carta que las autoridades de las
universidades jóvenes toman en cuenta y juegan en su intento de distinguir su oferta de
las casas de estudios más tradicionales. En el campo académico, la disciplina es visible y
valorada positivamente.

La consolidación de la ciencia política como programa de formación universitaria parece ir


a un ritmo más rápido que el de su consolidación como profesión.

Junto con la multiplicación de espacios en los que se enseña ciencia política surgieron
nuevas oportunidades de publicación académica. Debe notarse que la autonomía
académica de la disciplina es aún incompleta. Puesto que el número de puestos en los
programas de ciencia política es mucho más grande que el que puede cubrirse con los
profesionales formados en la generación anterior y el número de programas crece, la
mayoría de los profesores universitarios provienen de otros campos17. La auto–
reproducción de los planteles profesionales es una tarea para la próxima generación de
politólogos.

MIRAR LAS TABLAS DEL CAPITULO.

IV. EL LUGAR SOCIAL DE LA CIENCIA POLÍTICA: BALANCE Y PERSPECTIVAS

El aumento en el número de estudiantes y de textos es insuficiente para delimitar un área


de incumbencia profesional. Esta insuficiencia obedece a una divergencia entre las
inclinaciones vocacionales y los itinerarios laborales de quienes estudiaron en
universidades de gestión estatal y quienes lo hicieron en las de gestión privada. Los
segundos consiguen una rápida incorporación al ámbito laboral en puestos con un perfil
empresarial. Les insume un mayor esfuerzo ingresar al ámbito académico, especialmente
en las universidades nacionales o en proyectos de organismos estatales como el CONICET.
El primer contacto con el mundo laboral para los egresados de las universidades de
gestión estatal suele ser la docencia o la investigación ad honorem. Esta experiencia
académica facilita el acceso a las becas y subsidios.

Los principales empleadores de politólogos y politólogas en puestos que requieren saber


ciencia política se concentran en actividades sin fines de lucro. En el sector privado, los
principales demandantes son los estudios de opinión pública ymarketing político. Las
tareas son el análisis de información; la capacitación y la docencia y la gestión. Varios de
estos sectores están creciendo. La demanda de profesionales para la gestión pública
aumenta, aunque el acceso está sujeto a restricciones “informales” como la identidad
partidaria. Los procesos de reforma institucional reclaman tratamientos politológicos. Las
organizaciones de la sociedad civil aumentan en número y tamaño y, de manera creciente,
orientan su actividad a la incidencia sobre las políticas públicas. Las universidades
multiplican su oferta de formación en ciencia política. Los organismos internacionales
contratan servicios de consultoría o emplean de modo permanente a profesionales
locales. La frecuencia de las campañas y la mediatización de la política ofrecen múltiples
oportunidades para los análisis de opinión pública, pero la inserción profesional en
puestos para los que la ciencia política es una competencia relevante continúa siendo muy
dificultosa, en primer lugar porque la demanda de empleo se concentra en organizaciones
que no persiguen fin de lucro, la actividad es muy sensible a las oscilaciones en el
financiamiento. En segundo lugar, las políticas de contratación no son claras. En tercer
lugar, porque la inversión en educación superior es muy baja y el financiamiento del
sistema de investigación pobre. Finalmente, porque muchas veces los empleadores
desconocen cuáles son los saberes específicos de las politólogas y los politólogos dado
que el conocimiento general sobre la disciplina es bajo.

La consolidación de la ciencia política como programa de estudios debería exhibir sus


frutos en poco tiempo. Decenas de miembros de la “segunda” generación de científicos
políticos argentinoshan sido admitidos en los más competitivos programas de postgrado
en el exterior, lo cual verifica la validez internacional de los estándares de estudio locales.
Algunos de ellos trabajan en departamentos de ciencia política de primer nivel y publican
en las más exigentes revistas y editoriales. Otros regresaron y realizan actividades de
docencia. Los congresos de la Sociedad Argentina de Análisis Político se reúnen con
regularidad y convocan presentaciones de docentes y alumnos de todos los programas
existentes en Argentina. La opinión de los científicos políticos ha sido muy influyente en
los numerosos debates acerca de la reforma política, tiene creciente presencia en las
intervenciones públicas de las organizaciones de la sociedad civil y dispone de un lugar en
los medios gráficos. La regularización del financiamiento de la investigación, la
institucionalización de los caminos profesionales existentes y el abordaje de los temas de
preocupación ciudadana más urgente son los desafíos que el abordaje científico de la
política debe enfrentar para apuntalar y expandir el lugar social que ha tallado en su corta
trayectoria argentina.

Resumen y explicación del texto de Malamud, Andrés ”ESTADO” en


”Política, cuestiones y problemas” de Aznar-De Luca-

Resumen del capítulo III para la Unidad 1

Comenzamos por establecer similitudes y diferencias entre: China, EEUU,


Francia, Suiza, Mónaco, Nueva Zelanda y Jordania. En común tienen que los 7
son estados soberanos, reconocidos en el concierto internacional y miembros de
la ONU. Diferencias…China es el más poblado del globo. Su historia es milenaria
y casi naturalmente se convirtió en el gigante económico del siglo XXI. Es un
estado natural. EEUU: de su existencia de 5 siglos, solo 2 y medio corresponden a
estado independiente. El convertirse en potencia mundial fue inventado por sus
fundadores provenientes de otro territorio. Es el estado auto-inventado. Francia es
el modelo de ESTADO-NACIÓN. Aunque surgió de guerras y conquistas supo
aglutinarse creando una fortaleza fundada en una monarquía que luego fue
también aceptada por la ciudadanía revolucionaria. Nueva Zelanda, como
Australia tienen como jefe de estado a la reina de RUGB, pero en su territorio hay
un parlamento elegido democráticamente, son soberanos.

Suiza es un estado formado por 23 cantones independientes. Es el estado poli-


estatal Mónaco es un estado sin ejército ni moneda propia. El primer ministro es
un francés elegido por el gobierno de Francia. Es un micro-estado familiar.
Jordania es un país de medio oriente diseñado por el RUGB. Desde 1946 es
“independiente2pero lo gobierna la misma familia desde que el RUGB le entregó el
territorio en 1920, es un estado etéreo-inventado.

CONCEPTO DE ESTADO: Bobbio entiende al estado como la MANIFESTACIÓN


INSTITUCIONALIZADA DE UNA DE LAS 3 FORMAS DE PODER SOCIAL QUE
SEGÚN LOS RECURSO QUE USA SE DIVIDE EN: PODER ECONÓMICO,
IDEOLÓGICO Y POLÍTICO. El poder económico se basa en la posesión de ciertos
bienes que, como son escasos lleva a quienes no lo poseen a desarrollar formas
de trabajo. El poder ideológico se basa en ciertas ideas dichas por personas
prestigiosas que pueden influenciar sobre la conducta de los individuos. El poder
político es la posesión de recursos para ejercer la violencia física, es el poder
coercitivo. El estado es un fenómeno dentro de la esfera del poder político donde
se despersonalizan las relaciones sociales. El estado como forma de organización
es una abstracción conceptual aunque sus efectos sean notorios, como la
burocracia pública, la presencia de gendarmes en las fronteras o la declaración de
guerra. El estado siempre va a existir pese a los cambios y las crisis. No hay que
confundir estado con territorio, gobierno o sus instituciones. Literalmente estado
significa posición social de un individuo. En el siglo XIV, con “El príncipe” de
Maquiavelo se identifica al gobernante con el territorio, el régimen y la población.
En Luis XIV y su frase”el estado soy yo”. El concepto de estado moderno se debe
a Hobbes en el siglo XVII con su “Leviatán”, donde establece 3 condiciones para el
estado absolutista en contra del estado de naturaleza del que surge el contrato
social que dará origen al estado. 1- los súbditos deben lealtad a sí mismos No a
los gobernantes, 2- La autoridad estatal es la única absoluta y 3- El estado es la
máxima autoridad del gobierno civil. Para Weber el estado es una organización
política cuyos funcionarios mantienen el monopolio legítimo del uso de la violencia
en un territorio determinado. Weber da esta definición porque dice que el estado
no tiene funciones específicas y que el uso de la violencia no es el único recurso
pero es el que vale cuando los demás fracasan. Para WEBER los elementos del
estado son: * Funcionarios (burocracia) * monopolio legítimo de la violencia
(armas) * legitimidad, * territorio. Se podría agregar: nación y ciudadanía. El
estado, en caso de guerra tiene el derecho de disponer de la vida de los
ciudadanos, creando un sentimiento nacionalista, aunque esto no se percibe más
que en tiempos de guerra, es decir que la acción del estado se percibe más por
sus efectos de orden político que por sus instrumentos.

LA FORMACIÓN DEL ESTADO MODERNO. En la historia de la humanidad el


estado es una estructura de gobierno reciente, surgida en el siglo XVII en Europa.
Antes de eso podemos hablar de civilizaciones, ciudades-estado, imperios,
comarcas o comunidades. El imperio es dominante en territorio y población. La
ciudad-estado carece de soberanía porque en general está supeditada a un
imperio. Las primeras comunidades de la mesopotamia asiática surgieron con la
revolución agrícola, lo que permitió la existencia de un poder sobre el territorio. Al
principio este poder era despótico, pero luego, con el crecimiento poblacional l
dominación se hizo por la religión. Era necesario pensar en la autoridad divina, lo
que consolidó el dominio y permitió el desarrollo de fuerzas militares para proteger
las fronteras y asegurar la paz interior. Desde sus inicios los estados compitieron
por el territorio y la población. Es por eso que surgen en grupo, como los estados
europeos que desde el año 1000 d nuestra era hasta hoy se extendieron en su
forma a casi todos los rincones del planeta a través de la conquista y el dominio
colonial. Inicialmente los estados recurrían a sus recursos regionales para hacer
frente a las guerras o dejarse dominar. Francia, por ejemplo, pudo concentrar su
poder en París. Alemania tenía su poder desparramado en varias ciudades. Prusia
era pobre en recursos pero se sostuvo por su ejército. En Europa, los estados
modernos surgieron del poderío militar que logró subordinar a estados más
débiles. Esta centralización se debió tanto al despliegue militar como al espíritu
nacionalista que estas guerras provocaban en las poblaciones.

FORMACIÓN DEL ESTADO EN AMÉRICA LATINA


La dominación española en América se dividió en 2 virreinatos: Nuevo México y
Perú. Luego se dividieron en Nueva Granada y Río de la Plata. Los 18 estados
que forman hoy América Latina surgieron luego de las guerras por la
independencia del siglo XIX, pero lo sorprendente es el caso de las Provincias
Unidas del Río de La Plata que perdieron los territorios de Alto Perú( Bolivia),
Paraguay y Banda Oriental, porque en lugar de monopolizar la violencia , hubieron
factores varios que permitieron la presencia de pequeños y débiles estados. Entre
esos factores se debió a que las guerras fueron internas para controlar el poder
centralizado. No se apeló a sentimientos nacionalistas, la aristocracia no mandaba
a sus hijos a la guerra, mandaba a sus “empleados”. No era una guerra donde
estaba en juego la identidad nacional ya que los rivales no tenían diferencias
étnicas, religiosas o idiomáticas. La clase gobernante eran comerciantes por lo
que privilegiaron la economía y surgieron diferencias que hicieron imposible la
cooperación. La posición geográfica de América del sur, el doble de extensa que
Europa, despoblada, largas distancias incomunicadas. Todos estos factores
sacaron de contexto a las guerras. Brasil, en cambio, se consolidó políticamente
en foirma temprana y también demarcó prontamente su territorio. Cuando
Napoleón invadió Portugal, la corona huyó hacia su colonia americana. Esto
fortaleció a la clase dominante brasilera para idear un estado centralizado, lo que
le permitió un desarrollo hacia adentro. A partir de 1980 Brasil se inserta en el
resto de Latinoamérica y a fines del 90 con el MERCOSUR.

Se considera que el estado argentino NO surge en 1853 con la sanción de la


Constitución Nacional, Ni en 1860 cuando Buenos Aires se suma al resto de la
Confederación y toma el nombre de República Argentina. Nace en 1880 cuando el
gobierno central logra consolidar su poder a través del control de recursos, uso de
la violencia, anexión de territorio y legislación civil. La separación de Buenos Aires
capital del resto de la provincia hizo que se nacionalizaran el puerto y la aduana
con lo que se aseguró la recaudación. La victoria sobre el alzamiento del
gobernador Tejedor que se oponía a la candidatura de Roca provocó que se
prohibieran los ejércitos provinciales, con lo que se federalizó el monopolio
legítimo de la violencia. Roca por su campaña sobre territorios aborígenes,
extendió los límites hasta la Patagonia. El control público sobre la educación y los
registros civiles promovió la secularización. Hasta 1880 que se inicia la primera
inmigración masiva, el territorio estaba despoblado. Su economía fue agro-
exportadora hasta 1930 que inicia la industrialización por sustitución de
importaciones, destinada la consumo interno. En las décadas del 50 y 60 la
CEPAL (comisión económica para América Latina) sugiere un proyecto
desarrollista con mayor intervención del estado, dando origen al estado
burocrático autoritario de 1966/1973 y 1976/1983 en argentina, 1973/1990 en
Chile, 197371989 en Uruguay. A partir de 1970 el modelo económico de Argentina
estaba agotado. La inflación, las privatizaciones, la deuda externa, fueron la cara
visible del modelo neoliberal, aunque el empobrecimiento se debió a malas
políticas internas.

EL DESARROLLO CONTEMPORÁNEO Y LOS TIPOS DE ESTADO


El estado contemporáneo se divide en: Estado de derecho y estado de bienestar. Durante el
estado absolutista los derechos individuales no estaban contemplados porque eran
avasallados por el poder del monarca, en sus 2 etapas la confesional y la de la ilustración.,
aunque con ésta surgen autores que polemizan con el poder absoluto, como Locke, que
funda la idea de que los ciudadanos tengan derechos para limitar el poder del rey. El estado
de derecho surge con el liberalismo y va tomando forma de organización estatal con los
primeros derechos burgueses a la libertad personal, religiosa y económica. El estado social
surge a fines del siglo XIX y mediados del XX materializando el derecho a participar tanto
en el poder político como en la distribución de la riqueza social producida. Comienza como
un estado garantista en la etapa del capitalismo temprano y luego, con el capitalismo
industrial se transforma en un estado intervencionista y protector del ciudadano. La
transición entre el estado de derecho y el estado de bienestar se da en Alemania del
canciller Bismarck (más o menos de 1880/1890) con derechos laborales y beneficios
sociales. A partir de la segunda posguerra, el estado de bienestar se traslada a todos los
países industrializados de la mano del economista Keynes que proponía aumentar la
demanda para salir de la crisis, aumentar el gasto público a través de obras públicas que
demandaría mano de obra consumidora, es decir que el estado de bienestar se desarrolló
debido a factores económicos ya que el desarrollo industrial parece ser la constante
generadora de paz en este estado de bienestar, donde los derechos sociales pasaron de la
sociedad agraria a la sociedad industrial. Pese al quiebre de el estado de bienestar
producido en 1970 por la OPEP (organización de países exportadores de petróleo), los
estados occidentales tienen hoy sobre las sociedades un peso histórico en cuanto a la
producción y distribución de la riqueza. Entre 1970 y 1990 las políticas neoliberales
provocaron la retirada del estado, vaciamiento del estado, ajustes sobre la población,
supremacía del mercado, pero esta situación dio lugar a una nueva idea de estado que
relaciona a los funcionarios con el resto de la sociedad a través de incentivos dando lugar a
estado de desarrollo.

En oposición a estos tipos de estado está el estado totalitario: el nazismo de Hitler,


el fascismo de Mussolini y el soviético de Stalin cuya ideología es sobre un estado
que abarque y controle todas las esferas de la vida.

TEORÍAS DEL ESTADO

Algunas teorías sostienen que el estado nació tras la búsqueda de estabilidad


política. Otras que fue por la expansión económica. Las teorías liberales surgieron
por oposición al absolutismo. Las teorías pluralistas conciben al poder repartido en
la sociedad aunque No fragmentado sino concentrado en grupos y el estado solo
como mediador entre las demandas. Como oposición a esta teoría surge la del
neopluralismo que critica la postura privilegiada de los grupos que representan al
capital, no solo por su capacidad de “lobby” sino por su posición social, dando al
estado un rol secundario. Por último la teoría marxista que dice que el estado es
un organismo al servicio de la burguesía y que entonces debe desaparecer ya que
su existencia solo se sustenta en la lucha de clases.
Formación histórica del Estado en América Latina: elementos teórico-metodológicos para
su estudio

{Oscar Oszlak}

Estado, nación, estado nacional: algunas precisiones

El estudio de los orígenes y naturaleza del Estado se constituye en el debate por parte de
la etnología y la antropología cultural de si es el Estado constituye o no un principio
universal de organización social, si es posible la existencia de sociedades sin Estado o si su
origen se halla o no asociado al surgimiento de naciones, clases sociales, mercados, etc.

Oszlak afirma que a partir de la existencia de un Estado, se asiste a un proceso de creación


social en el que se originan entidades y sujetos sociales que van adquiriendo rasgos
diferenciales. En un sentido ideal-abstracto, concibe al Estado como una relación social
como la instancia política que articula un sistema de dominación social. Su manifestación
material es un conjunto interdependiente de instituciones que conforman el aparato en el
que se condensa el poder y los recursos de dominación política.

Nación implica la existencia de un “mercado”; éste, de relaciones de producción, que


remiten a la constitución de clases sociales generadoras, a su vez, de un sistema de
dominación. Este último evoca la noción de “Estado”, vinculada – en tanto ámbito
territorial y referente ideológico – a la idea de “nación”. La existencia de una nación es el
resultado de un proceso. También tiene un doble carácter. El primero se vincula con el
desarrollo de intereses resultantes de la diferenciación e integración de la actividad
económica dentro de un espacio territorialmente delimitado. La segunda implica la
difusión de símbolos, valores y sentimientos de pertenencia a una comunidad
diferenciada por tradiciones, etnias, lenguaje, que configuran una identidad colectiva, una
personalidad común que encuentra expresión en el desarrollo histórico.

La construcción de las naciones europeas se produjo después de la formación de los


Estados fuertes. La existencia del Estado presupone entonces la presencia de condiciones
materiales que posibiliten la expansión e integración del espacio económico (mercado) y
la movilización de agentes sociales en el sentido de instituir relaciones de producción e
intercambio mediante el control y empleo de recursos de dominación. La economía en
formación va definiendo un ámbito territorial y homogeneizando intereses de clase que le
otorgan al Estado un carácter nacional.
Determinantes sociales de la formación de Estado

Nettl habla de “estatidad” para referirse al grado en que un sistema de dominación social
ha adquirido el conjunto de propiedades – expresado en esa capacidad de articulación y
reproducción de relaciones sociales – que definen la existencia de un Estado.

Este conjunto de propiedades incluye tanto capacidades materiales para controlar, extraer
y asignar recursos sociales respecto de una población y territorio dado, como capacidades
simbólicas para evocar, crear e imponer identidades y lealtades colectivas entre
ciudadanos o sujetos habitantes de una nación determinada. El desigual desarrollo de
estas diferentes capacidades permitirá distinguir y caracterizar a los Estados según el
grado y tipo de “estatidad” adquirido.

Para comprender el proceso de formación estatal en América Latina, se distinguen


diferentes atributos del Estado:

I) Externalizar el poder: se vincula con el reconocimiento de una unidad soberana dentro


de un sistema de relaciones interestatales, cuya integridad es garantizada por otras
unidades similares ya existentes.

II) Institucionalizar su poder: imposición de una estructura de relaciones de poder capaz


de ejercer un monopolio sobre los medios organizados de coerción.

III) Diferenciar su control: emergencia de un conjunto diferenciado de instituciones


públicas relativamente autónomas respecto de la sociedad civil, con capacidad para
extraer recursos de su contexto.

IV) Internalizar una identidad colectiva: capacidad de emitir desde el Estado los símbolos
que refuercen los sentimientos de pertenencia y solidaridad social, y que aseguren el
control ideológico de la dominación.

Es evidente que la mayoría de los países latinoamericanos adquirió como primer atributo
de su condición de Estados nacionales, el reconocimiento externo de su soberanía,
producto de las luchas de emancipación nacional.

La formación del Estado es un gradual proceso de adquisición de los atributos de la


dominación política, los que suponen la capacidad de articulación y reproducción de cierto
patrón de las relaciones sociales.

Schmitter propone tres modelos vinculados a diferentes fases del desarrollo histórico,
mediante los cuales podría conceptualizarse la relación entre las dimensiones económicas
y políticas del proceso de formación estatal.
I) Mercantilismo: el legado cultural que España y Portugal transmitieron a sus antiguas
colonias, originan prácticas e ideales contrarios a la modernización económica. La
transición del Estado colonial al Estado del periodo independentista. No consigue eliminar
las tradiciones localistas ni la influencia de instituciones típicas de la colonia, como la
Iglesia, las corporaciones de artesanos, las pautas educacionales.

II) Liberalismo: inserción de las economías latinoamericanas en el mercado capitalista


mundial. Apertura a nuevas posibilidades de expansión económica, homogeneidad de una
clase dominante consciente de la oportunidad histórica brindada por una incorporación
plena al mercado internacional.

III) Intervencionismo: se tienen más en cuenta los procesos internos a un aparato


institucional más burocratizado, a una sociedad más compleja y a un Estado mucho más
interpenetrado con la misma. Este modelo ubica el proceso de formación estatal en el
momento de su definitiva consolidación (1890). Se observa que los procesos “internos” al
Estado tendieron a reforzar su autonomía y su peso institucional.

El legado colonial, la relación dependiente establecida en la etapa de “expansión hacia


afuera” y la dinámica interna propia del Estado nacional explican las características que
fue asumiendo el Estado en los países de la región.

El aparato institucional del Estado

Son los actores concretos – organizaciones burocráticas – que son su objetivación


institucional. Aluden a un conjunto heterogéneo e interdependiente de organizaciones
públicas. Las instituciones que componen el aparato estatal presentan notorias diferencias
en términos de autonomía, funciones, tamaño, clientela, jurisdicción y recursos. El aparato
del Estado se manifiesta entonces como un actor social diferenciado y complejo, es la
legitima invocación de la autoridad del Estado que, en su formalización institucional,
pretende encarnar el interés general de la sociedad.

El origen, expansión, diferenciación y especialización de las instituciones estatales, reflejan


intentos de resolución de la creciente cantidad de cuestiones que va planteando el
desarrollo contradictoria de la sociedad. El crecimiento y diferenciación de instituciones
estatales son el ceteris paribus colectivo de cuestiones y crisis.

Las instituciones estatales tienden a apropiarse de ámbitos. La ampliación del aparato


estatal implica la apropiación y conversión de intereses “civiles”, “comunes”, en objeto de
su objetividad.
La expansión del aparato estatal deriva del creciente involucramiento de sus instituciones
en áreas problemáticas de la sociedad, frente a las que adoptan posiciones respaldadas
por recursos de dominación, que expresan variables grados de coerción. Al Estado se le
reconoce la potestad para I) invocar un interés superior de subordinación, y II) extraer los
recursos que posibilitarán sus intentos de “resolución” de las cuestiones planteadas.

Siempre se encuentran respaldados por alguna forma de legitimidad, derivada del papel
que el Estado cumple como articulador de relaciones sociales, como garante de un orden
social.

Cuestiones sociales y atributos de la “estatidad”

El proceso de formación estatal es un proceso de adquisición de atributos. Hay una


relación de determinación recíproca entre adquirir ciertos atributos de “estatidad” y
resolver ciertas cuestiones sociales.

Las asignaciones de recursos destinados a fortalecer el aparato represivo de los nuevos


Estados nacionales en América Latina, tendieron a disminuir su viabilidad institucional,
pero en la medida en que ese fortalecimiento se tradujo en la creciente legitimación de un
poder central, con efectivo dominio territorial y capacidad para crear un orden estable,
aumentaron en el largo plazo las posibilidades de asignar recursos a apoyar el proceso de
acumulación capitalista.

El estudio de las cuestiones que el Estado debe afrontar, tiene varias ventajas. I) permite
apreciar los impactos y repercusiones que ciertas decisiones o políticas relativas a una
cuestión tienen respecto de las otras, II) pensar la acción estatal como parte de un
proceso social alrededor del surgimiento, desarrollo y resoluciones de las cuestiones
sociales, III) permite incorporar los cambios producidos en determinados parámetros
(cambios de la demanda externa, disponibilidad y afluencia de capitales del exterior,
innovaciones tecnológicas), IV) alerta sobre el carácter contradictoria del proceso de
formación del Estado. Esto se vincula con la posibilidad de detectar momentos de
condensación de las diferentes cuestiones en que su peso relativo frente a las otras y sus
efectos sobre las mismas, varían, V) relaciones sociales en lo que la acción del Estado se
oriente como las políticas estatales, respuestas de diferentes actores sociales, creaciones
y reagrupamientos institucionales, cambios en la extracción de recursos, etc.

Emancipación, organización y Estados Nacionales en América Latina

El proceso de emancipación constituye un punto común de arranque en la experiencia


nacional de América Latina, pero el acto de ruptura con el poder imperial no significó la
automática suplantación del Estado colonial por un Estado nacional.
Los aparatos estatales del período independentista estaban constituido por un reducido
conjunto de instituciones locales. A éstos se le fueron superponiendo órganos políticos
(Juntas, Triunviratos) y establecer un poder alrededor del cual poder construir un Estado
nacional. La existencia de éste Estado se fundaba en el reconocimiento externo de su
soberanía política.

El fracaso se debió a la escasa integración territorial, derivada de la precariedad de los


mercados y agravada por la interrupción de los vínculos con la vieja metrópoli.

El grupo urbano tendería a consolidarse al mismo tiempo que se integraba con algún
subgrupo rural, creándose las condiciones para la estructuración de un efectivo sistema de
poder.

La posibilidad de creación de una economía más integrada sumada a la preservación de


ciertas instituciones coloniales como instrumentos de control político, uniría a la sociedad
y al sistema de dominación en un Estado Nacional.

Cuestiones centrales en la etapa formativa del Estado

En Europa se vivía la era de las nacionalidades. Se producían la extensión de la revolución


industrial, la revolución en los transportes y la demanda de bienes primarios.

Se han estudiado las consecuencias de estos procesos europeos en el desarrollo de la


economía y sociedad en Latinoamérica. Se produjo una expansión del comercio mundial y
una disponibilidad de flujo de capitales que abrieron en América Latina nuevas
oportunidades de inversión y diversificación de la actividad productiva.

Se debía instituir un orden estable y la promoción de un conjunto de actividades


destinadas a favorecer el proceso de acumulación. Orden y Progreso: relaciones de
producción capitalista en América Latina. El Estado Nacional aparecía como la única
instancia capaz de movilizar los recursos y crear las condiciones que permitieran superar
el desorden y el atraso.

¿Qué significaba la institucionalización del “orden”? Imponer el orden implicaba


regularizar el funcionamiento de la sociedad reprimir los focos de contestación armada. El
Estado Nacional debía afrontar una serie de “desorden” como por ejemplo,
enfrentamientos armados, levantamientos de caudillos locales, rebeliones campesinas. El
orden aparecía entonces como una modificación del marco habitual de relaciones
sociales.
Los esfuerzos del Estado estuvieron dirigidos a eliminar todo rastro de disconformidad,
extendiendo su autoridad a la totalidad de los territorios. Los nuevos Estados
exteriorizaron su presencia como aparatos de represión y control social.

La cuestión del “progreso”, surgió como la contracara del “orden”. Un Estado capaz de
imponer el orden y promover el progreso era un Estado que había adquirido como
atributos la capacidad de institucionalizar su autoridad, diferenciar su control e
internalizar una identidad colectiva.

Los bienes primarios exportables que constituyeron la base de inserción en el mercado


internacional. Se llevaron a cabo obras de infraestructura física (caminos, puentes,
ferrocarriles), especialmente en aquellos países cuya producción (agropecuaria o minera),
para ser competitiva, requería un fuerte abaratamiento de los costos de transporte.

Los Estados latinoamericanos fueron desarrollando sus aparatos de represión, de


regulación y de acumulación de capital social básico.

LA DEMOCRACIA SEGÚN ROBERT DAHL

El adopta la igualdad política, la igual capacidad para lograr comprensión en los asuntos.

Propone un conjunto de reglas y procedimientos para tomar las decisiones que involucran
a todos, decisiones colectivas.

Para definirlo bien, él toma 5 criterios, para cumplir la exigencia de que sus miembros
tengan el mismo derecho a participar en las decisiones políticas de la asociación y así
llevar adelante a la democracia.

PARTICIPACIÓN EFECTIVA: El ciudadano participa efectiva y libremente en el sistema


democrático, de forma tal, de que antes que se adopte una política por la asociación,
todos los miembros deben tener la oportunidad de que sus puntos de vista sobre como
tenga que ser la política sean conocidos por los otros miembros.

IGUALDAD DE VOTO: Cuando llegue el momento de votar, cuando se tenga la decisión


final sobre la política, todo miembro debe tener una igual y efectiva oportunidad de votar.
Todos los votos valen lo mismo, sea quien sea el que vote, todos os votos valen por igual.
Para así evitar ó discriminar los sistemas democráticos con el voto calificado.

COMPRENCIÓN ILUSTRADA: Todo miembro debe tener oportunidades iguales y efectivas


para instruirse sobre las políticas alternativas relevantes y sus consecuencias posibles.
CONTROL FINAL SOBRE LA AGENDA: Deben tener la exclusiva oportunidad de qué
asuntos a tratar quieran poner en la agenda. De tal forma que las políticas siempre están
abiertas a cambios introducidos por sus miembros, si ellos lo deciden.

INCLUCIÓN DE LOS ADULTOS: No importa si los ciudadanos son de 16,17 ó 20 años, el


criterio es incluir a la mayor cantidad de adultos capacitados posible.

Desde el momento en que no se cumpla cualquiera de estos requisitos, los miembros no


serán iguales políticamente.

Una solución ingeniosa, proponen una constitución que satisfaga adecuadamente los tres
primeros criterios: Participación efectiva, igualdad de voto y comprensión ilustrada, y que
en ese sentido pareciera ser plenamente democrática.

Estos criterios se pueden aplicar al gobierno de un Estado, por lo cual el estado ha


constituido el foco primario de las ideas democráticas. Las instituciones políticas que se
pensaron como características de la democrática, fueron desarrolladas fundamentalmente
para democratizar el gobierno de los Estados.

Ningún Estado ha poseído jamás un gobierno que haya estado completamente a la altura
de los criterios de un proceso democrático. Estos criterios pueden servir como guías para
conformar y reajustar determinados arreglos, constituciones, prácticas e instituciones
políticas.

O sea para lograr una democracia tienen que estar, por un lado los criterios, que sirven
como guía y por el otro diseñar una constitución democrática y proponer as instituciones
efectivas de un gobierno democrático.

La democracia posee 10 Ventajas:

EVITA LA TIRANIA.

DERECHOS ESCENCIALES.

LIBERTAD GENERAL.

AUTODETERMINACIÓN.

AUTONOMÍA MORAL.

DESARROLLO HUMANO.

PROTECCIÓN DE INTERESES PERSONALES ESENCIALES.


IGUALDAD POLITICA.

BÚSQUEDA DE LA PAZ.

PROSPERIDAD.

La Democracia ayuda a evitar el gobierno de autócratas crueles y depravados

Los líderes guiados por megalomanía, paranoia, interés propio, ideología, nacionalismo,
creencias religiosas, convicciones de superioridad innata o puro impulso y sentimiento,
han explotado las capacidades del Estado para la coerción y la violencia con el objetivo de
ponerlas al servicio de sus propios fines. Por ejemplo el caso de Adolfo Hitler, fue
responsable directo de la muerte de seis millones de judíos en campos de concentración,
así como de numerosos oponentes, polacos, gitanos, homosexuales y miembros de otros
grupos sociales que se propuso exterminar.

El gobierno popular ha actuado a veces injusta y cruelmente hacia personas de fuera de


sus fronteras, gente de otros Estados (extranjeros, habitantes de las colonias y otros).

La única solución sería imponer un código universal de derechos humanos que de hecho
sea efectivamente respetado en todo el mundo. Los derechos democráticos deben
extenderse a los miembros de los grupos excluidos.

Toda ley o política pública, ya sea adoptada por una mayoría democrática, una minoría
oligárquica o un dictador benigno, está llamada a provocar algún daño a algunas personas.

La cuestión no es si un gobierno puede diseñas todas sus leyes de forma que ninguna de
ellas lesione los intereses de algún ciudadano. Ningún gobierno, ni siquiera un gobierno
democrático, puede estar a la altura de tal pretensión. La cuestión es así, a largo plazo, un
proceso democrático tenderá a producir menos daño a los derechos e intereses de sus
ciudadanos que cualquier otra alternativa no democrática. Porque impiden que lleguen a
gobernar autocracias abusivas, satisfacen este requisito mejor que los gobiernos no
democráticos.

La democracia garantiza a sus ciudadanos una cantidad de derechos fundamentales que


los gobiernos no democráticos no garantizan ni pueden garantizar.

Los derechos son elementos necesarios de las instituciones políticas democráticas.

Los ciudadanos deben tener un derecho a investigar las alternativas, un derecho de


participar a la hora de decidir cómo y qué debe ir en la agenda, etc.

Ningún sistema no democrático otorga a sus ciudadanos éste derecho político.


No basta con prometer derechos democráticos en textos escritos. Los derechos deben
hacerse verdaderamente efectivos y efectivamente a disposición de los ciudadanos en la
práctica.

Si muchos ciudadanos son incapaces de comprender que la democracia exige ciertos


derechos fundamentales, o si dejan de apoyar a las instituciones políticas, administrativas
y judiciales que protegen esos derechos, la democracia está en peligro.

La democracia asegura a sus ciudadanos un mayor ámbito de libertad personal para


cualquier alternativa factible a la misma.

Los ciudadanos de una democracia tienen la seguridad de gozar de una colección de


libertades aún más extensa.

Como todos los demás derechos esenciales para el proceso democrático, la libertad de
expresión posee un propio valor, porque es instrumental para la autonomía moral, el
juicio moral y la vida buena. Un Estado con un gobierno democrático asegurará entonces
un mayor grado de libertad que cualquier otro.

La democracia ayuda a las personas a proteger sus propios intereses fundamentales.

La mayoría de las personas desean ejercitar algún control sobre los factores que
condicionan, parcial o completamente, la satisfacción de sus deseos (alguna libertad de
elección, una oportunidad de conformar su vida de acuerdo a sus propios fines,
preferencias, gustos, valores, compromisos, creencias). La democracia protege ésta
libertad y oportunidad mejor que ningún otro sistema político.

Los seres humanos, podrán proteger sus derechos e intereses frente a los abusos del
gobierno, y de aquellos que influyen y controlan el gobierno, únicamente si pueden
participar plenamente en la determinación de la conducta del gobierno. La democracia
está particularmente vinculada a la libertad de otra manera adicional.

Sólo un gobierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para que las
personas ejerciten la libertad de autodeterminarse, es decir, que vivan bajo leyes de su
propia elección.

Ningún ser humano normal pede gozar de una vida satisfactoria si no es viviendo en
comunidad con otras personas. No siempre se puede hacer lo que se desea.

Se aprende también que el grupo o los grupos a los que se quiere pertenecer siguen
ciertas reglas o prácticas a las que uno, como miembro del mismo, debe obedecer.
¿Cómo pueden elegirse las reglas que el grupo nos obliga a obedecer? Dada la capacidad
del estado para hacer efectivas sus leyes mediante la coerción, la cuestión es
particularmente relevante para nuestra posición como ciudadanos de un Estado.

La experiencia enseña que la unanimidad genuina, libre y persistente es excepcional en los


asuntos humanos, un consenso continuo y perfecto es un fin inalcanzable.

Si no podemos confiar sensatamente en vivir en perfecta armonía con todos nuestros


congéneres, podemos intentar la creación de un proceso para acceder a decisiones sobre
reglas y leyes que pudieran satisfacer ciertos criterios razonables.

El proceso aseguraría que, antes de que la ley fuera promulgada, yo y todos los demás
ciudadanos tuviéramos una oportunidad de que nuestros puntos de vista fueran
conocidos.

Se nos garantizaría oportunidades para la discusión, deliberación, negociación y


compromiso que, en las mejores condiciones, pudieran conducir a una ley que todos
consideraran satisfactoria.

Ante el supuesto más probable de que la unanimidad no pudiera ser alcanzada, se


promulgará aquella ley que cuente con el mayor número de apoyos.

Estos criterios son parte del proceso democrático ideal.

Ese proceso, sí sirve para expandir la autodeterminación hasta sus máximos límites
posibles. Al elegir vivir libremente bajo una constitución democrática más que bajo una
alternativa no democrática, está ejercitando su libertad de autodeterminación.

Solamente un gobierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para


ejercitar la responsabilidad moral.

La responsabilidad moral, significa, que se adoptan los principios morales y sólo se toman
decisiones en función de esos principios después de haber entrado en un profundo
proceso de reflexión, deliberación, escrutinio y consideración de las posibles alternativas y
de sus consecuencias.

El margen de nuestra responsabilidad moral está tan limitado como nuestra oportunidad
de vivir bajo leyes elegidas por nosotros mismos.

Si estamos sujetos a decisiones colectivas, como ciertamente estamos, y si el proceso


democrático maximiza nuestra oportunidad de vivir bajo leyes producto de nuestra propia
elección, entonces aquél nos faculta también para actuar como personas moralmente
responsables.

La democracia promueve el desarrollo humano más plenamente que cualquier alternativa


factible.

Prácticamente todo el mundo tiene una visión de las cualidades humanas que son
adecuadas e inadecuadas, cualidades que deberían ser desarrolladas si son convenientes y
evidentazas si son indeseables. Entre las cualidades deseables que la mayoría de nosotros
desearía promover están la honestidad, la equidad, el valor y el amor. Muchos de
nosotros pensamos también que las personas que las personas adultas plenamente
desarrolladas deben poseer la capacidad de valerse por sí mismas, de actuar en defensa
de sus intereses sin tener que contar con otros para hacerlo. Es deseable, que los adultos
actúen responsablemente, que ponderen los cursos de acción alternativos lo mejor que
puedan, consideren las consecuencias, y todo ello teniendo en cuenta los derechos y
obligaciones de otros además de los suyos propios. Y deberían poseer la habilidad de
discutir libre y abiertamente sobre los problemas que han de afrontar conjuntamente.

Los demás regímenes reducen, el margen dentro del cual los adultos pueden proteger sus
propios intereses, considerar los intereses de otros, asumir la responsabilidad por
decisiones importantes, y comprometerse libremente con otros en la búsqueda de la
mejor decisión. Un gobierno democrático no constituye una condición suficiente para
asegurar que las personas vayan a desarrollar estas cualidades, pero es esencial para ello.

Sólo un gobierno democrático puede fomentar un grado relativamente alto de igualdad


política

Un gobierno democrático puede conseguir la igualdad política entre ciudadanos en una


medida muy superior que cualquier alternativa factible.

Si aceptamos la igualdad política, debemos incorporar entonces el quinto


criterio, Inclusión de los adultos.

Las democracias representativas modernas no se hacen la guerra entre sí

Desde hace bastante atrás en el siglo XIX, países con gobiernos representativos y otras
instituciones democráticas, en los que una parte sustancial de la población masculina
gozaba del derecho de sufragio, no se hicieron la guerra entre si.
Los gobiernos democráticos modernos hicieron la guerra a países no democráticos, como
en la 1º y 2ª Guerras Mundiales.

Las democracias representativas modernas no se hacen la guerra entre si. Esto puede ser
por los altos niveles de comercio internacional entre las democracias modernas las
predisponen a la cordialidad más que a la guerra.

La práctica e historia de pacíficas negociaciones, tratados, alianzas, y defensa común


frente a enemigos no democráticos refuerzan la predisposición a buscar la paz más que a
hacer la guerra.

Un mundo más democrático promete ser, un mundo más pacífico.

Los países con gobiernos democráticos tienden a ser más prósperos que los países con
gobiernos no democráticos.

En los siglos XIX y XX, las democracias eran prósperas, y en comparación, los países no
democráticos eran generalmente pobres.

La relación entre prosperidad y democracia fue notable en la segunda parte del siglo XIX.
En los dos últimos siglos, una economía de mercado generalmente ha producido mayor
prosperidad que cualquier otra alternativa a la misma.

Si todos los países democráticos modernos tienen economías de mercado, y un país con
una economía de mercado tiende a prosperar, un país democrático moderno
probablemente sea también u país rico.

Los países democráticos promueven la educación de sus pueblos, y una fuerza de trabajo
instruida contribuye a la innovación y al crecimiento económico. El respeto a la ley
generalmente se implanta con mayor fuerza en los países democráticos, los tribunales son
mas independientes, los derechos de propiedad gozan de mayor protección, los acuerdos
contractuales se hacen respetar más eficazmente.

Si la relación entre la democracia moderna y las economías de mercado tiene ventajas


para ambas, no podemos ignorar que la economía de mercado impone a la democracia. Al
crear desigualdades la economía de mercado puede disminuir también las posibilidades
de alcanzar una igualdad política entre los ciudadanos de un país democrático.

*La democracia no puede garantizar que sus ciudadanos serán felices, prósperos,
saludables, sabios, pacíficos o justos. Alcanzar estos fines está mas allá de la capacidad de
cualquier gobierno, incluido un gobierno democrático. La democracia nunca ha llegado a
alcanzar sus ideales.
Gozando de todas estas ventajas, la democracia constituye para la mayoría de nosotros
una apuesta mucho mejor que cualquier alternativa equiparable a la misma.

POR QUÉ EL CAPITALISMO DE MERCADO FAVORECE A LA DEMOCRACIA

La relación es extremadamente complicada, el conjunto de experiencias con sistemas


políticos y económicos. Por lo tanto marcaremos 5 conclusiones importantes:

la democracia poliárquica solo ha sobrevivido en países con predominio de una economía


de mercado capitalista, y nunca ha sobrevivido a un país con predominio de una economía
que no fuera de mercado.

Las instituciones de la democracia moderna, esto es la democracia poliárquica, ésta última


solo ha existido en países con predominio de economías de mercado capitalista y nunca
en países con predominio de economías que no eran de mercado.

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