Peyotes
Peyotes
Peyotes
ANTONIO NARRO
DIVISIÓN DE AGRONOMÍA
DEPARTAMENTO DE BOTÁNICA
ING. EN AGROBIOLOGIA
El nombre del genero Lophophora significa “que lleva crestas” en referencia a las
vellosidades de las areolas (Bravo 1992).
Planta
Flores
Fruto
Semillas
Legislación
Categoría actual
CITES: Apéndice II
IUCN: Vulnerable
Distribución geográfica de Lophophora
williamsii y difussa
Ambas especies tienen una distribución longitudinal de 20”54 a 29” 47 latitud norte.
Cristacion o fasciacion.
Esta forma es rara y puede ser ocasionada por la infección bacteriana, una mutación
en las células meristemáticas y por ataques de insectos o parásitos, entre otras
razones. Algunas plantas heredan estas condiciones que muchas consideran de gran
belleza. Dicha alteración no constituye un daño mortal a la planta, aun y cuando el
volumen del tejido vegetal aumenta de forma irregular. La cristacion se presenta en al
menos en la tercera parte de las plantas vasculares, con especial incidencia en la
familia Cactácea y Amaranthaceae
El peyote en el desierto chihuahuense
Los registros más antiguos del uso del peyote datan de cerca de 3,700n años de
antigüedad y se ubican en cavernas de Cuatro Ciénegas, Coahuila y en sitios
prehistóricos en la frontera del sur de Texas, EUA. El peyote ha sido reconocido por
los nativos americanos como planta medicinal y un “poderoso sacramento”.
Un registro arqueológico del uso del peyote es escaso. Esto es comprensible, ya que
el peyote era un objeto sagrado, que era usado en su totalidad. El peyote recuperado
ha sido encontrado en contextos rituales, tales como estructuras especiales, o
tumbas. Fue Walter Taylor quien encontró nueve coronas peyote ensartadas en una
cuerda, vestigios que yacían una cueva de enterramiento en la cuenta de Cuatro
Ciénegas, Coahuila, México (Taylor 1988). Uno de estos ejemplares fue
recientemente fechado con radiocarbono y arrojo 835 + 35 años con esta técnica, o
una fecha del calendario de 1070 a 1280 D.C. (Terry et al. 2006).
Las muestras del peyote fueron encontradas en las décadas de 1930 en la Cueva de
Shumla o Cueva de la Pantera, ubicada en la región del Bajo Pecos, al sureste de
Texas, EUA. Estas evidencias no son únicamente coronas disecadas de peyote,
también incluyen tierra mezclada con otros materiales vegetales. Estas concreciones
tienen formas globulares aplanadas que asemejan botones de peyote. Dos de estas
muestras fueron analizadas indicando una concentración de 2% de la mesalina
(Bruhn et al 2002. El Seedi et al, 2005). Dichas muestras en 4045 hasta 3960 A.C
(Terry et al, 2006).
Para estos grupos humanos debió ser una tarea ardua acoplarse a este ecosistema
agreste y falta de agua, es por eso que como en todas las culturas antiguas, buscar
recursos hídricos y alimentos fue primordial para la sobrevivencia.
Miles de años llevo esta adaptación y apropiación de los recursos del entorno. Así
como la creación de procesos mentales que desarrollaran una percepción del entorno
y los fenómenos celestes. Esta visión del entorno fue elaborada e interpretada a
través de diversas rituales y ceremonias que eran acompañadas por la ingesta de
cactus psicoactivos como el peyote. Esta cactácea fue utilizada por los cuatro
principales grupos que habitaron la región: huachichiles al sur, irritilas al noroeste,
coahuiltecos al noroeste y los tobosos en la zona central.
Relación entre la fauna y el peyote.
Culto al venado
Se tiene hipótesis de que había un culto de venado, ya que era un elemento utilizado
en los sitios mortuorios. Además hay una descripción de antiguos misioneros, como el
Padre Pérez de Rivas, quien describe que en la parte de Mayrán, las astas del
venado eran símbolos de adoración y usadas para ahuyentar las enfermedades,
rodeaban a los enfermos con cabezas de este animal. Hay vestigios e indicios que
señalan una asociación tradicional del peyote con el venado.
Se cree que en los rituales son muy antiguos, y que ya los practicaban cuando
llegaron a Cuatro Ciénegas. También rendían culto a la serpiente de cascabel, porque
no solo se usaba como adorno, sino que tenía un significado simbólico. Se han
encontrado collares con vertebras de serpiente de cascabel y se piensa que solo los
chamanes los portaban.
La libre relación de los pueblos originarios del desierto coahuilense con su entorno y
su Cosmo percepción, se mantuvo así hasta el siglo XVIII ya que la incursión hispana
a la región tardo casi 300 años en posiciones totalmente de los territorios y desplazar
de sus antiguas formas de vida y creencias, a los pueblos nativos que por miles de
años se habían adaptado en un entorno. De ellos nos quedan su lítica, sus
herramientas, sus variados tejidos, su arte rupestre con sus huellas y sus formas
geométricas y visiones interpretadas como cactáceas sagradas.
Ritualidad chichimeca
Los chichimecas eran excelentes cazadores, usaban arcos y flechas para cazar al
venado, considerado por ellos como la base de la espiritualidad, el hermano mayor o
el gran espíritu creador. El venado es todavía considerado por los grupos indígenas
de estas zonas, como el animal nahual que guía a los cazadores con sus huellas. Y
es precisamente de esas huellas que, como rayos de luz, brota el peyote (Lophophora
williamsii) como regalo del padre Sol y la madre Tierra para los hombres y mujeres de
la nación chichimeca.
La cultura chichimeca fue pieza clave en el desarrollo de la espiritualidad indígena, un
elemento importante para la mayoría de los pueblos de Mesoamérica, los que, al
retomar el mito del origen de los chichimecas, salieron del sur de EUA, y el norte de
México, en búsqueda del mítico Chicomoztoc, lugar sagrado de las Siete Cuevas. Es
importante señalar que el pueblo mexica o azteca, proviene del mismo origen
chichimeca y de la cultura tolteca.
El venado cola blanca (Odocoileus virginianus) o maxa para los wixárika (huicholes),
la encarnación del peyote. Y el peyote es el corazón del venado que se entrega en el
sacrificio de la cacería. También simbólicamente, sus huellas son los peyotes que va
dejando el venado en su caminar por Wirikuta.
El territorio chatino comprende tres zonas ecológicas: las tierras bajas tropicales con
una vegetación de selva y manglares, en donde predomina la ganadería y la
agricultura comercial; las tierras medias que van de los 800 a los 1 600 msnm,
pobladas por bosques caducifolios en donde se asientan la mayoría de las
poblaciones chatinas y se cultiva el café, y las tierras altas donde prevalecen los
bosques de pino-encino. Por las características del territorio, la región chatina es una
zona rica en recursos forestales, agrícolas y ganaderos, aunque su explotación está
en manos de población mestiza.
Los zapotecos se llaman a sí mismos binnizá (binni, gente; zá, nube: gente que
proviene de las nubes), bene xon, o ben’zaa, dependiendo de la región en que
habiten.
Fueron los mexicas quienes los denominaron zapotecatl, término que se deformó con
la presencia española en su territorio y derivó en zapotecos.
De acuerdo con el xii censo general de población y vivienda 2000, había 452 887
zapotecos en el país, mientras que en el estado de Oaxaca habitaban 377 936
hablantes de esta lengua.
La casa más tradicional se construía de palma y adobe con piso de tierra. En las
rancherías y viviendas propiamente rurales, se sigue construyendo con palma. En los
pueblos y cabeceras municipales, las casas se construyen actualmente con paredes
de tabique, pisos de cemento y techos de concreto.
En la sierra norte las prendas tradicionales que aún se siguen usando son, para la
mujer, rebozos de algodón y en menor medida de seda, así como blusas de algodón
bordadas; entre los hombres, algunos calzan huaraches de cuero y usan sombreros
de palma, que son desplazados cada vez más por el tenis y cachuchas. La presencia
del pantalón de manta es ya muy rara, predominando las telas industriales. Destacan
algunas comunidades por la belleza del vestido femenino: en yalalag, distrito de villa
alta, está compuesto por una blusa larga y un enredo, un vistoso tocado, cintas
colgadas en el pecho, rebozo y huaraches.
En otras comunidades se usa un huipil o rache xagá y una falda de manta o rache
zudé, de color blanco sostenido con un ceñidor morado o rojo. En la cabeza llevan un
rebozo blanco o bé cuxó. En el rincón las prendas son un enredo oscuro y un huipil
floreado. En el istmo, las mujeres llevan blusas bellamente bordadas con colores
vivos y faldas largas circulares. Dos instituciones sociales han sobrevivido en las
comunidades zapotecas como elementos de identidad: el trabajo comunitario y la
ayuda mutua. En el shin raueo, trabajo comunitario, todos los miembros tienen
obligatoriamente que intervenir para obtener un beneficio común. Mediante el shin
raue y la aportación económica de los migrantes se ha podido construir la mayor parte
de la infraestructura con que cuentan los pueblos: escuelas, mercados, caminos,
centros de salud, canchas. Por el contrario, la ayuda mutua o gzo.on (gozona
zapoteca) es la colaboración particular que se dan los amigos, los parientes y los
compadres, tanto en trabajo como en producto durante las actividades agrícolas, las
fiestas religiosas y las defunciones. Dar y recibir es un derecho y una obligación.
http://www.revistaciencias.unam.mx/en/busqueda/titulo/44-revistas/revista-ciencias-
91/233-el-controvertido-peyote.html.
http://www.historiacultural.com/2014/10/pueblo-cultura-chatino.html